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LLAMADOS A VIVIR JUNTOS TAL COMO SOMOS POR JUANA GÓMEZ Lectura: Hech. 2, 42 -47 – Primera Comunidad Cristiana La Comunidad no es tanto para “hacer” sino para “Ser”. “Ser Comunidad” es lo fundamental. Ser comunidad es una gracia, un llamado especial de Dios a compartir la vida, en ella se descubre la vocación a la comunión y a la misión y se viven los frutos que van naciendo de este “ser comunidad”. Para vivir en comunidad hay puntos o características muy concretas que son necesarias tener bien en claro. Nuestro modelo de comunidad ha de ser siempre el de la primera comunidad cristiana, en la cual todos estaban unidos en un mismo Espíritu. Para llegar a vivir de ese modo la comunidad y ser un solo cuerpo, una sola alma y un mismo Espíritu debemos tener en cuenta: El sentido de pertenencia. - Tender siempre hacia los fines de la comunidad. - Privilegiar el “yo para la comunidad” y no la “comunidad para mí”. - Superar simpatías y antipatías naturales. - Tener en claro que perdón debe estar en el corazón de la comunidad. - Ser pacientes. - Reconocerse llamados a vivir juntos tal como somos. - Compartir. nuestra debilidad. - Ver y sentir a la Comunidad como un cuerpo vivo. Compartimos ahora el tema “Llamados a vivir juntos tal como somos” Lectura Mateo 4, 18-22 Vemos como el Señor fue llamando a cada uno por su nombre: os llamó a vivir juntos y formar la primera comunidad cristiana, vemos a simple vista que son hombres muy diferentes: Pedro, Mateo, Simón, Judas, etc. ¡Seguramente los apóstoles por ellos mismos nunca hubieran decidido vivir juntos! Muchas veces en las comunidades cristianas parece que el Señor se goza en hacerles compartir la vida a personas humanamente muy diferentes que vienen de historias, culturas, y costumbres distintas. En las comunidades se descubre la gran riqueza de experiencia comunitaria, el ser tan distintos muchas veces nos hace preguntarnos: ¿Por qué hacerlo de ese modo? Justamente la diversidad de personas, con temperamentos distintos, pero que tienen un mismo objetivo, el de “Vivir un estilo de vida comunitario” hace que se cumpla el Evangelio como Jesús nos enseñó, y reine el Espíritu Santo en plenitud llevándonos a la unidad. Eso nos lleva a pasar o a saltar sobre todas simpatías, antipatías y diferencias que pueda haber para así aceptar al otro tal como es, con toda su vida, con toda su historia.Si nos preguntamos: ¿Elegiría Yo para convivir a los hermanos que integran la comunidad donde estoy?....¡el desafío parece casi imposible! Pero mientras construimos en este “vivir juntos” y a medida que pasa el tiempo, vamos encontrando la respuesta en la certeza de que Dios ha sido el que nos eligió a cada uno para vivir en la comunidad donde nos encontramos hoy. Y ahí vemos que lo imposible se hace posible. ¿Y por que se hace posible? Porque, la persona ya no se apoya en sus capacidades humanas o en las simpatías, sino que se apoya en Dios, que nos llama a vivir juntos y nos va dando un corazón y un espíritu nuevo. Para que así todos juntos seamos testigos del “Amor de Dios” y de que “Jesús sigue vivo en medio nuestro hoy”. Muchas veces soñamos con una comunidad ideal. Hay personas que se sienten insatisfechas de su comunidad cuando son pequeñas. Les gustaría que sean más numerosas para sentirse mas apoyados, para tener más actividades o para celebrar liturgias más solemnes, otras en cambio cuando están en comunidades grandes sueñan con estar comunidades pequeñas, más personalizadas, y más acogedoras. ¿Acaso no soñamos todos con esa comunidad ideal, perfecta donde haya una paz plena, una perfecta armonía con un equilibrio entre lo interior y lo exterior donde todo sea alegría? Es difícil aceptar que el ideal no existe, que el equilibrio personal y en el conjunto se da en una comunidad después de muchos años de luchas y sufrimientos. Tal vez al comienzo no haya muchos momentos de Gracia y de Paz, irán llegando con la madurez de la comunidad. Otra desviación posible es que si buscamos solamente nuestro propio consuelo va a ser muy difícil que podamos experimentar la paz que es fruto del amor y del servicio a los demás. Reflexiones: ( para meditar) * No busques tanto “tu paz”, sino la paz con tus hermanos. * Deja de mirar a lo lejos y mira a quienes Dios ha puesto a tu lado hoy. * Preguntate; ¿Cómo puedes amar hoy más a tus hermanos? * Vive en tu comunidad plenamente hoy. * Deja de ver los defectos que tienen los demás. Mira mejor tus propios defectos y piensa que estás siendo perdonado,y que puedes a su vez perdonar a otros. Recuerda que es más fácil oír los gritos de los que están más lejos que los de quienes están cerca de ti. Después de esta reflexión podemos preguntarnos: * Nos cuesta mucho esfuerzo aceptar a cada uno tal como es? * Alguna ves pensé en huir de la comunidad donde estoy? * Que crees que es Señor nos quiso decir a traves de esta reflexión en lo personal y en lo comunitario? Que el Señor, quien conoce bien nuestro interior, nos bendiga con su misericordia y nos conceda la Gracia de su Espíritu para encontrar la respuesta en nuestro corazón según su voluntad. Amén.-