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Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Vol. XXV Núm. 98 octubre-diciembre 2011 ISSN 1405-0749 EDITORIAL Tos ferina, una enfermedad reemergente Marte Hernández Porras SOCIEDAD ESPAÑOLA DE INFECTOLOGÍA PEDIÁTRICA Alteraciones metabólicas secundarias al tratamiento antirretroviral en niños infectados por VIH (primera parte) Antoni Noguera-Julian, Claudia Fortuny HIGHLIGHTS EN INVESTIGACIÓN Ascariasis y antihelmínticos Oscar Vázquez Tsuji, Teresita Campos Rivera Legionelosis, una enfermedad olvidada en México Dayna Guadalupe Compañ Diaz, Iván Renato Zúñiga Carrasco, Janett Caro Lozano, Jesús Iván Ávila Cahuich TEMAS DE ACTUALIDAD El rol de los azoles en el tratamiento de la micosis invasiva: revisión de las guías de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas. Primera parte Irma Virginia Díaz Jiménez ARTÍCULOS ORIGINALES Frecuencia de neumonía asociada con ventilación mecánica en un grupo de pacientes pediátricos atendidos en un hospital general Patricia Torres Narváez, Berenice Flores Martínez, Lorena Hernández Delgado, Genoveva Vázquez Zavala, Gerardo Flores Nava Características clínicas y paraclínicas de la mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr en 162 pacientes en el Instituto Nacional de Pediatría, 1970-2011 Napoleón González Saldaña, Víctor Antonio Monroy Colín, Georgina Piña Ruiz ARTÍCULOS DE REVISIÓN Breve aproximación clínica y terapéutica a enfermedades infecciosas frecuentes en la urgencia pediátrica Álvaro Bustos González Polimixinas en la era de la multidrogorresistencia José de Jesús Coria Lorenzo, Alfredo Morayta Ramírez, Yetzamin Gutiérrez Muñoz Vol. XXV Núm. 98 octubre-diciembre 2011 CASOS CLÍNICOS Neumonía comunitaria por Streptococcus pyogenes complicada con derrame pleural. Reporte de un caso y revisión de la literatura Arianna Huerta Martínez, Valeria Gómez Toscano, Víctor Antonio Monroy Colín, Agustín de Colsa Ranero Uso de la prueba LightCycler® SeptiFast en un recién nacido y un lactante para el diagnóstico etiológico rápido de sepsis nosocomial por Candida parapsilosis Karla Maldonado-Silva, Jesús Reyna-Figueroa, Federico Javier Ortiz-Ibarra, Ema Valenzuela-Méndez, Ana Elena Limón-Rojas EVENTOS Y CONGRESOS Indexada en Artemisa-Cenids, Lilacs, Bibliomex-Latindex y Anuario Bibliográfico de Investigación en Salud Órgano oficial de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, órgano oficial de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica y órgano difusor de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica Editor científico DR. NAPOLEÓN GONZÁLEZ SALDAÑA Coeditor DR. MARTE HERNÁNDEZ PORRAS Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica Mesa Ejecutiva 2011 Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica Dr. José Brea Del Castillo Dra. Luiza Helena Falleiros Dr. Luis Alam Lora Dra. Rosa Acevedo Saladín Presidente Vicepresidenta Secretario Tesorera Vocales Sociedad Española de Infectología Pediátrica Mesa Directiva Sociedad Española de Infectología Pediátrica Dr. Fernando Baquero Artigao Dra. María José Cilleruelo Ortega Vocal Dra. María José Mellado Peña Presidenta Dra. Concepción Figueres Nadal Vocal Dra. Teresa Hernández Sampelayo Dra. Cristina Calvo Rey Expresidenta Vicepresidenta Dr. David Moreno Pérez Vocal Dr. Pablo Rojo Conejo Vocal Dra. María Luisa Navarro Gómez Secretaria Dr. Jesus Saavedra Lozano Vocal Dra. María Jesús García de Miguel Tesorera Dr. Pere Soler Palacín Vocal Dr. Abiel Mascareñas Dr. Pablo Tregnaghi Vocal Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, A.C. Dr. Ernesto Benjamín Pleités Comité Consultivo Dr. Marco Del Pont Dr. Ricardo Arteaga Dr. Eitan Berezin Dra. Leonor Joffre Dra. Sandra Beltrán Dra. Alejandra Soriano Dra. Mabel González Dra. Mildred Zambrano Dr. Mario Gamero Dr. Javier Aristegui Dr. Olbeg Desinor Dr. Renato Valenzuela Dr. Mario Melgar Dra. Lucila Martínez Dr. Víctor Granja Dra. Tirza De León Dra. Sonia Arza Dr. Eduardo Verne Dra. Carmen Deseda Dr. Luis Alam Lora Dra. Janet Galazka Dra. Olga Castillo (Argentina) (Bolivia) (Brasil) (Chile) (Colombia) (Costa Rica) (Cuba) (Ecuador) (El Salvador) (España) (Haití) (Honduras) (Guatemala) (México) (Nicaragua) (Panamá) (Paraguay) (Perú) (Puerto Rico) (República Dominicana) (Uruguay) (Venezuela) Mesa Directiva 2011-2012 Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, A.C. Dr. Alfredo Morayta Ramírez Presidente Dra. Amalia Becerra Aquino Vicepresidente Dra. Jetzamin Gutiérrez Muñoz Secretaria General Dr. Francisco J. Alvarado Riveros Tesorera Dr. José de Jesús Coria Lorenzo Vocal por el D.F Dr. Carlos Humberto Castellanos González Vocal de Provincia Dr. Armando Rentería Cárdenas Vocal de Provincia Dr. Ulises Reyes Gómez Vocal de Provincia Dra. Patricia Saltigeral Simental Secretaria Académica Dra. Lucila Martínez Medina Secretaria Académica Dra. Mirella Vázquez Rivera Secretaria Académica Dra. Lourdes Patricia Ramírez Sandoval Secretaria Académica Dra. Rocio Arias Cruz Secretaria Académica Consejo Asesor Permanente Dra. Lucila Martínez Medina Dr. Napoleón González Saldaña Dr. Andrés Noe Torales Torales Dr. Luis Eguiza Salomón Dr. Marte Hernández Porras Dra. Patricia Saltigeral Simental Dr. José Carlos Pérez Escobedo Dra. Mercedes Macías Parra Dr. José Luis Castañeda Narvaez Dr. Carlos Nesbitt Falomir Dr. Francisco J. Ávila Cortés Dr. Francisco J. Ortíz Ibarra Delegados Estatales de la AMIP Dra. Lucila Martínez Medina (Aguascalientes) Dr. Benjamín Madrigal Alonso (Aguascalientes) Dr. Enrique Rodríguez Barragán (Cd. Juárez, Chih.) Dr. Carlos Nesbitt Falomir Dr. Ramón Cárdenas Barragán Dr. Jorge Field Cortazares Dr. Joaquín Rincón Zuno Dr. Francisco Álvarez Chávez Dr. Antonio Luévanos Velázquez Dr. Arturo Plascencia Hernández Dr. Manuel de Anda Gómez Dra. Mónica L. Reyes Berlanga Dr. Rafael Hernández Magaña Dr. José Manuel Juárez Soto Dr. José Carlos Pérez Escobedo Dr. Obed Zamora Sánchez Dr. Carlos H. Castellanos González Dr. Enrique Fuente Florencia Dra. Evangelina Briones Lara Dr. Abiel Mascareñas De Los Santos Dr. Francisco Ávila Cortés Dr. José Luis Calderón Rodríguez Dra. Juana del Carmen Chacón Sánchez Dr. Ángel C. Martínez Ramírez Dra. Amalia G. Becerra Aquino Dr. Ulises Reyes Gómez Dra. Rocío Arias Cruz Dr. José Luis Gutiérrez Ledesma Dr. Germán Sorchini Barrón Dr. Ismael Herrera Benavente Dr. Armando Rentería Cárdenas Dr. Humberto Acosta Sánchez Dr. Ramón Cárdenas Barragán Dr. Manuel Ybarra Muñiz Dr. Antonio Osuna Huerta Dr. Marco Antonio Macías Flores (Chihuahua, Chih.) (Coahuila) (Ensenada, BC) (Edo. de México) (Edo. de México) (Guadalajara, Jal.) (Guadalajara, Jal.) (Guanajuato) (Guanajuato) (Guanajuato) (Hidalgo) (Veracruz) (Veracruz) (Jalisco) (Mérida, Yuc.) (Monterrey, NL) (Monterrey, NL) (Morelia, Mich.) (Morelia, Mich.) (Morelia, Mich.) (Morelos) (Nuevo León) (Oaxaca, Oax.) (Oaxaca) (Querétaro) (Saltillo, Coah.) (San Luis Potosí, SLP) (San Luis Potosí, SLP) (Tamaulipas) (Torreón, Coah.) (Veracruz, Ver.) (Villahermosa, Tab.) (Zacatecas, Zac.) Dr. Óscar Vázquez Tsuji Dra. Hilda Guadalupe Hernández Orozco Dr. Luis Carbajal Rodríguez Dr. Raymundo Rodríguez Herrera (ULSA) (INP) (INP) (INP) Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Comité Editorial Internacional Dr. Raúl O. Ruvinsky Dra. Ángela Spagnulo De Gentile Dr. Miguel Tregnaghi Dra. Luiza Helena Carvalho Falleiros Dr. Ernani Miura Dr. Patricio Herrera Labarca Dr. Enrique Fanta N. Dra. Rosanna Lagos Z. Dra. Valeria Prado Dr. Pío López Dr. Jorge Mauricio Palau Dr. Hugo Trujillo Soto Dra. Carla María Odio (Argentina) (Argentina) (Argentina) (Brasil) (Brasil) (Chile) (Chile) (Chile) (Chile) (Colombia) (Colombia) (Colombia) (Costa Rica) Dra. Greta Miño León Dr. Francesc Asensi-Botet Dr. Javier Aristegui Fernández Dr. José Brea Del Castillo (Ecuador) (España) (España) (Rep. Dominicana) Comité Editorial Nacional Dr. Demóstenes Gómez Barreto Dr. Pedro Gutiérrez Castrellón Dra. Griselda Hernández Tepichín Dr. José de Jesús Coria Lorenzo Dr. Agustín de Colsa Ranero Dra. Mercedes Macías Parra Dr. Gerardo Palacios Saucedo Dr. Luis Xochihua Díaz Dra. Patricia Saltigeral Simental (HIM) (INP) (SS) (HIM) (INP) (INP) (IMSS) (INP) (INP) Colaboración Especial Dra. Virginia Díaz Jiménez Dr. Iván Renato Zuñiga Carrrasco Dra. Janett Caro Lozano Dra. Ilse María Julia Herbas Rocha Dr. Joel Villanueva Domínguez Dr. Agustín de Colsa Ranero (México) (México) (México) (México) (México) (México) Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría es el Órgano Oficial de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica y la SLIPE y Órgano difusor de la SEIP. Se publica trimestralmente por EDICIONES FRANCO S.A. de C.V., Alfonso Esparza Oteo 153, colonia Guadalupe Inn, México D.F. 01020. Tel.:3000-4600 y Fax: 3000-4612. Certificado de reserva al uso exclusivo del título 04-2002-082714081500-102 de la Dirección General del Derecho de Autor. Certificado de licitud de título número 12340 y de licitud de contenido número 9903 otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas. Los derechos de traducción, las características tipográficas y reproducción, incluso por medios electrónicos, están reservados conforme a la ley de los países signatarios de las convenciones Panamericana e Internacional de Derechos de Autor. Registro Postal Publicación Periódica PP 09-1055 autorizado por SEPOMEX. Todos los derechos reservados, ©1987 EDICIONES FRANCO S.A. de C.V. Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría. El contenido de los artículos firmados es responsabilidad absoluta de los autores y no necesariamente refleja la opinión de los editores. Gerente Médico: Dr. Galo Flores Rojas. Diseño Gráfico: D.G. Elidé Morales Del Río. Impresa por Grupo ArtGraph S.A. de C.V., Av. Peñuelas 15-D, colonia San Pedrito Peñuelas, Querétaro 76148, Querétaro. Producción editorial y comercialización: EDICIÓN Y FARMACIA S.A. de C.V., (Nieto Editores®), José Martí 55, colonia Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, México 11800, D.F., Teléfono 5678-2811 y Fax 5678-4947. Vol. XXV Núm 98 octubre-diciembre 2011 Contenido Contents EDITORIAL EDITORIAL Tos ferina, una enfermedad reemergente Marte Hernández Porras ...................................................................................................33 LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE INFECTOLOGÍA PEDIÁTRICA Alteraciones metabólicas secundarias al tratamiento viral en niños infectados por VIH (primera parte) antirretro- Antoni Noguera-Julian, Claudia Fortuny .........................................................................35 HIGHLIGHTS EN INVESTIGACIÓN Pertussis, a reemerging disease Marte Hernández Porras ...................................................................................................33 SPANISH SOCIETY OF PEDIATRIC INFECTIOUS DISEASES Metabolic disturbances secondary HIV-infected children (first part) to Legionelosis, una enfermedad olvidada en México Legionellosis, a forgotten disease in Mexico TEMAS DE ACTUALIDAD El rol de los azoles en el tratamiento de la micosis invasiva: revisión de las guías de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas. Primera parte Irma Virginia Díaz Jiménez ................................................................................................43 ARTÍCULOS ORIGINALES in RESEARCH HIGHLIGHTS Ascariasis and anthelmintic agents Dayna Guadalupe Compañ Diaz, Iván Renato Zúñiga Carrasco, Janett Caro Lozano, Jesús Iván Ávila Cahuich ....................................................................................................39 therapy Antoni Noguera-Julian, Claudia Fortuny .........................................................................35 Ascariasis y antihelmínticos Oscar Vázquez Tsuji, Teresita Campos Rivera ..............................................................38 antiretroviral Oscar Vázquez Tsuji, Teresita Campos Rivera ..............................................................38 Dayna Guadalupe Compañ Diaz, Iván Renato Zúñiga Carrasco, Janett Caro Lozano, Jesús Iván Ávila Cahuich ....................................................................................................39 CURRENT AFFAIRS The role of azoles in the treatment of invasive fungal infection: a review of the guidelines of the Infectious Diseases Society of America. First part Irma Virginia Díaz Jiménez ................................................................................................43 ORIGINAL ARTICLES Frecuencia de neumonía asociada con ventilación mecánica en un grupo de pacientes pediátricos atendidos en un hospital general Frequency of ventilator associated pneumonia in a group of pediatric patients treated at a general hospital Características clínicas y paraclínicas de la mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr en 162 pacientes en el Instituto Nacional de Pediatría, 1970-2011 Clinical and paraclinical features of infectious mononucleosis by Epstein-Barr virus in 162 patients at the National Institute of Pediatrics, 1970-2011 Patricia Torres Narváez, Berenice Flores Martínez, Lorena Hernández Delgado, Genoveva Vázquez Zavala, Gerardo Flores Nava ..........................................................46 Napoleón González Saldaña, Víctor Antonio Monroy Colín, Georgina Piña Ruiz ....50 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Patricia Torres Narváez, Berenice Flores Martínez, Lorena Hernández Delgado, Genoveva Vázquez Zavala, Gerardo Flores Nava ........................................................46 Napoleón González Saldaña, Víctor Antonio Monroy Colín, Georgina Piña Ruiz ....50 REVIEW ARTICLES Breve aproximación clínica y terapéutica a enfermedades infecciosas frecuentes en la urgencia pediátrica Brief approach to clinical and therapeutic infectious diseases prevalent in the pediatric emergency room Polimixinas en la era de la multidrogorresistencia Polymyxins in the era of multidrug resistance Álvaro Bustos González ......................................................................................................57 José de Jesús Coria Lorenzo, Alfredo Morayta Ramírez, Yetzamin Gutiérrez Muñoz ......................................................................................................................................66 CASOS CLÍNICOS Álvaro Bustos González ......................................................................................................57 José de Jesús Coria Lorenzo, Alfredo Morayta Ramírez, Yetzamin Gutiérrez Muñoz ..................................................................................................................................... 66 CLINICAL CASES Neumonía comunitaria por Streptococcus pyogenes complicada con derrame pleural. Reporte de un caso y revisión de la literatura Community-acquired pneumonia caused by Streptococcus pyogenes complicated with pleural effusion. Case report and literature review Uso de la prueba LightCycler® SeptiFast en un recién nacido y un lactante para el diagnóstico etiológico rápido de sepsis nosocomial por Candida parapsilosis Using the LightCycler® SeptiFast test in a newborn and an infant for the rapid etiological diagnosis of nosocomial sepsis by Candida parapsilosis Arianna Huerta Martínez, Valeria Gómez Toscano, Víctor Antonio Monroy Colín, Agustín de Colsa Ranero ....................................................................................................71 Karla Maldonado-Silva, Jesús Reyna-Figueroa, Federico Javier Ortiz-Ibarra, Ema Valenzuela-Méndez, Ana Elena Limón-Rojas ..................................................................75 EVENTOS Y CONGRESOS Arianna Huerta Martínez, Valeria Gómez Toscano, Víctor Antonio Monroy Colín, Agustín de Colsa Ranero .................................................................................................. 71 Karla Maldonado-Silva, Jesús Reyna-Figueroa, Federico Javier Ortiz-Ibarra, Ema Valenzuela-Méndez, Ana Elena Limón-Rojas ..................................................................75 EVENTS & CONGRESS Editorial Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2011;25(98):33-34. Tos ferina una enfermedad reemergente Dr. Marte Hernández Porras Médico adscrito al departamento de Infectología Instituto Nacional de Pediatría, México. A ntes de la introducción de la vacuna de Bordetella pertussis en 1940, la tos ferina (B. pertussis) fue una enfermedad muy común en niños como causa de muerte. A través de la vacunación global contra B. pertussis la enfermedad mostró una reducción en la morbilidad y mortalidad. Sin embargo, la enfermedad ha resurgido como un problema de salud pública. Se estiman de 20 a 50 millones de casos y 300,000 muertes anuales en todo el mundo. El mayor porcentaje de los casos es en países en vías de desarrollo y en menores de seis meses. En países con una buena cobertura de vacunación como Canadá, Estados Unidos y Reino Unido, la tos ferina está resurgiendo, probablemente porque se subestima la enfermedad, en particular en adolescentes y adultos o porque no se reconoce en forma adecuada la enfermedad. Se estima que de 1 a 36% de los casos de tos ferina son reportados; los casos no se reportan por diversas causas como: formas atípicas de la enfermedad, pacientes no diagnosticados en forma adecuada, baja asistencia a la consulta médica por tos, no solicitar los exámenes de laboratorio adecuados o inconsistencias en las definiciones de casos. Cada año ocurren aproximadamente 48.5 millones de casos de infección por B. pertussis, de los cuales 9.4 millones son en niños menores de un año de edad reportándose además 295,000 muertes donde la mayoría son en menores de 6 meses de edad los cuales ocurren anualmente. Para países con baja cobertura de vacunación (menor de 70%) se considera que el número de individuos susceptibles en el primer año es de 30%, 80% en los primeros cinco años y 100% a los 15 años de edad. En países con buena cobertura de vacunación (≥ 70%), la proporción de pacientes susceptibles en el primer año de vida es de 10%, de 60% en los primeros cinco años y 100% a los 15 años de edad. La efectividad de la vacuna para B. pertussis se estima entre 80 y 85% para prevenir infecciones y 95% para prevenir muertes. Las complicaciones de un niño hospitalizado por tos ferina son neumonía, apnea, bronquitis y cianosis; en sistema nervioso central son convulsiones, encefalopatía y nistagmus. Algunos estudios muestran que de 60 a 65% de los niños hospitalizados son menores de ocho semanas. Estrategias para control de la tos ferina A partir de la vacuna contra B. pertussis de célula entera hubo una disminución importante de la enfermedad, pero con frecuencia aparecían efectos adversos sistémicos, por lo que se desarrolló una vacuna acelular al inicio del decenio de 1980 con componentes bacterianos purificados (subunidades) que son bien tolerados por los niños. Un estudio de Cochrane sugiere una importante unión entre la seguridad de la vacuna y las coberturas de vacunación, una posibilidad para el no cumplimiento son los efectos colaterales de la vacuna. Esta falla en la aplicación es más evidente cuando se aplica la vacuna de célula entera. La Organización Mundial de la Salud concluye sobre las vacunas de pertussis: las mejores vacunas de pertussis acelulares tienen la misma eficacia protectora que la mejor vacuna de célula entera ≥ 85%. El resurgimiento de B. pertussis es aparente en las últimas décadas y comenzó a notarse un aumento de la enfermedad a partir de 2000; para 2004 la tasa aumentó a 8.8 casos/100,000 habitantes, lo que representa alrededor de 25,000 casos anuales en Estados Unidos. octubre-diciembre 2011 33 Editorial B. pertussis también ha aparecido en forma de brotes en México. En este repunte de la enfermedad en 2009 se reportaron 2,375 casos probables, 579 casos confirmados y 44 defunciones asociadas, el mayor número de casos fue en menores de un año. En 2010 ocurrió otro brote de B. pertussis en California. Entre el 1 de enero y 31 de diciembre de 2010 hubo 9,744 casos confirmados, probables y sospechosos, el mayor número reportado en los últimos 60 años. En México hasta la semana epidemiológica 11 de 2011 se reportaron 365 casos probables y 50 casos confirmados. Los adultos y adolescentes son los principales causantes de la transmisión de la enfermedad. Por todo lo anterior, se constituyó la Iniciativa Global de Pertussis cuyos objetivos son: analizar el estado mundial de la enfermedad, evaluar nuevas estrategias de vacunación y reducir la morbilidad y mortalidad en lactantes. Todo esto es consecuencia de la pérdida de la inmunidad, que tiene como promedio de duración seis a ocho años, a partir de la última vacuna de DPT o DPaT recibida. Con la infección natural por pertussis, la inmunidad puede durar entre 12 y 15 años. Otro proyecto de prevención de la enfermedad por B. pertussis es la prevención y control de la enfermedad en menores de tres meses. Con este objetivo, el 22 de junio de 2011 se reunió la ACIP (Advisory Committe in Immunization Practice) reconoció la vacunación en la mujer embarazada a partir de la semana 20. 34 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Con base en la información anterior, es notorio un resurgimiento de la tos ferina por B. pertussis como un problema de salud pública en el mundo y se deberá utilizar un sistema epidemiológico para el diagnóstico (sospecha clínica en menores de cinco años y en adolescentes y adultos, cultivo, PCR con detección de fluorescencia en tiempo real de los productos amplificados) además de aumentar la prevención según la población objetivo: vacunación ‟de capulloˮ, a la mujer embarazada, a los adolescentes, adultos y a los trabajadores de la salud. Bibliografía • • • • • CDC. ACIP Junio 22, 2011. Aquino-Andrade A, Martínez-Leyva G, de Colsa-Ranero A. Aspectos genómicos de Bordetella pertussis y el camino hacia el nuevo estándar de oro en el diagnóstico de tos ferina. Rev Enf Inf Ped Mex 2011;24(96):139-146. Manual para la aplicación y manejo de vacunas. 3ª Ed. México, Nieto Editores; 2011. Grupo de expertos en vacunación contra tos ferina. Consenso para el diagnóstico clínico y microbiológico y la prevención de la infección por Bordetella pertussis. Salud Pública Mex 2011;53:57-65. Hernández-Porras M. ¿Vacunar contra tos ferina al adolescente? Rev Enf Inf Ped Mex 2007;21:1. Correspondencia Dr. Marte Hernández Porras Insurgentes sur 3700-C, colonia Cuicuilco. Delegación Coyoacán, México 04530 D.F. Tel. (55) 1084 09 00 Ext. 1366. Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2011;25(98):35-37. Alteraciones metabólicas secundarias al tratamiento antirretroviral en niños infectados por VIH (primera parte) L a generalización del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) ha disminuido drásticamente la morbimortalidad asociada con la infección por VIH en la población pediátrica de nuestro medio. Sin embargo, el TARGA no está exento de efectos adversos. A largo plazo, el desarrollo de síndrome de lipodistrofia es el más prevalente e incluye la redistribución de grasa corporal, las dislipidemias y las alteraciones del metabolismo de los carbohidratos. 1. Cambios en la distribucion de la grasa corporal Los cambios en la distribución de la grasa corporal afectan de 18 a 33% de los niños infectados por el VIH, y los estudios longitudinales demuestran que una vez que ocurre suele permanecer estable en la mayoría de los casos. Al igual que en adultos, se proponen tres patrones clínicos de presentación: • Lipoatrofia. Pérdida de grasa en el tejido celular subcutáneo evidente en la cara con un pronunciamiento de los pómulos y pérdida de las bolsas de Bichat. En los glúteos los cuales se muestran aplanados (síndrome de las nalgas tristes) y en los miembros, adelgazamiento y venas pronunciadas • Lipohipertrofia. Acumulación de grasa intraabdominal visceral y subcutánea, cervical (giba de búfalo) y en las mamas. • Aparición de lipomas únicos o múltiples o síndrome mixto que incluye los dos anteriores. Cada uno de los patrones afecta a un tercio de los pacientes. Se identifican los siguientes factores de riesgo para la redistribución de la grasa corporal: estadio clínico C, sexo femenino, terapia con inhibidores de proteasa (IP) y estavudina (d4T), edad puberal y un mayor tiempo de uso de TARGA. En los adolescentes, los cambios en la imagen corporal y la estigmatización consiguiente tienen una repercusión psicológica y social que afecta la calidad de vida de estos niños; y puede contribuir al fracaso terapéutico por falta de adherencia al TARGA. Su diagnóstico es complejo por la escasez de medidas estandarizadas y porque en los niños coexisten modificaciones dinámicas de la composición corporal que forman parte del propio desarrollo, y que tienen su máxima expresión en la adolescencia. Los métodos diagnósticos más usados en la práctica clínica habitual para su estudio son: la valoración subjetiva del médico, del paciente y de sus cuidadores, las medidas antropométricas (peso, talla e índice de masa corporal, pliegues subcutáneos y perímetros abdominales), la impedancia bioeléctrica (BIA), la densitometría de Rx de doble fotón dual (DXA) y las técnicas de determinación de la grasa regional (TAC, RMN y ECO). En la práctica clínica se recomienda la valoración subjetiva y la determinación de medidas antropométricas cada 6-12 meses y, en caso de disponer de pruebas complementarias, la realización periódica de una densitometría de doble fotón dual cada dos años, que nos informe también del estado óseo. No existe ningún tratamiento que demuestre eficacia para esta alteración en el paciente pediátrico; en el adulto se obtienen excelentes resultados, aunque transitorios, con la cirugía plástica reparadora, especialmente en la lipoatrofia facial. En el paciente pediátrico, se deberán mantener hábitos de vida saludables: dieta equilibrada, práctica habitual de ejercicio físico y evitar otros tóxicos como el tabaco). Cuando sea posible, el TARGA deberá incluir los fármacos con mejor perfil de seguridad. En el niño con alteraciones establecidas, existe la opción de sustituir alguno de los fármacos más tóxicos (d4T o IP). Otras estrategias terapéuticas se encuentran en estudio y no se validado, por lo que no deben plantearse de rutina, como el uso de hormona de crecimiento o la interrupción del TARGA. 2. Alteraciones del metabolismo de carbohidratos: resistencia a la insulina Antoni Noguera-Julian, Clàudia Fortuny Unidad de Infectología Pediátrica, Servicio de Pediatría, Hospital Sant Joan de Déu, Universitat de Barcelona. En representación del Grupo Colaborativo Español de la Infección por VIH pediátrica (CEVIHP) de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica de la Asociación Española de Pediatría - Plan Nacional de SIDA del Ministerio de Salud y Consumo del Gobierno de España. octubre-diciembre 2011 35 Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) La resistencia a la insulina es la disminución en la respuesta fisiológica a la insulina en los tejidos diana de la hormona (hígado, músculo, adipocitos), que obliga a las células beta pancreáticas a secretar una mayor cantidad de insulina para mantener la glucemia dentro de la normalidad. La prevalencia de alteraciones en el metabolismo de los carbohidratos es mayor en los adultos infectados por VIH que reciben TARGA, aunque también ocurre en la edad pediátrica; probablemente esta alteración está infradiagnosticada por falta de una definición universal. En algunos estudios, al administrar una carga oral de glucosa se observan datos de resistencia a la insulina hasta en 19% de los niños tratados con IP. En el adulto con infección por VIH, los factores de riesgo de resistencia a la insulina descritos son: redistribución de la grasa corporal, uso de inhibidores de proteasa y, en menor medida, de análogos de nucleósidos (AN), historia familiar de diabetes y la coinfección por hepatitis C. En el paciente pediátrico, los estudios muestran resultados similares, aunque menos concluyentes; y añaden el desarrollo puberal como un factor de riesgo. En cualquier caso, la diabetes establecida es excepcional. No existe ningún método perfecto para la estimación de la sensibilidad a la insulina. Dentro de los exámenes rutinarios, se recomienda la determinación de la glucemia en ayuno, sobre todo en niños tratados con IP. Los valores anormales (glucemia > 110 mg/dL) en dos ocasiones, indican la necesidad de una prueba de carga oral de glucosa, que es el método con mayor experiencia en pacientes con VIH. El tratamiento de la resistencia periférica a la insulina en el niño con infección por VIH, no es diferente al de la población general. Los cambios en el estilo de vida dirigidos a perder peso con aumento de la actividad física (ejercicio aeróbico frecuente) y restricción calórica (con perfil glucémico bajo) son fundamentales en los pacientes con sobrepeso. En casos de diabetes franca debe emplearse insulina. También son posibles los cambios en los regímenes de TARGA como retirar los inhibidores de proteasa o utilizar atazanavir. El uso de otros fármacos (tiazolidinodionas o metformina) es excepcional y deberá consultarse siempre al endocrinólogo pediátrico. 36 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 3. Las dislipidemias Los cambios en el perfil lipídico son las alteraciones metabólicas observadas con mayor frecuencia más en los pacientes con TARGA. El tratamiento puede afectar las concentraciones de colesterol total y sus componentes o los triglicéridos. Esto puede ocurrir de forma aislada o conjunta con la redistribución grasa y resistencia a la insulina. La prevalencia de dislipidemia en el niño con infección por VIH varía según diferentes estudios entre 27 y 62% para la hipercolesterolemia y alrededor de 25% para la hipertrigliceridemia. Entre sus factores de riesgo, se identifican los siguientes: sexo femenino, mayor edad, uso de inhibidores de proteasa (principalmente ritonavir para triglicéridos y colesterol total), y análogos de nucleósidos (principalmente d4T para colesterol total), y estadios clínicos C o B. También es más frecuente en pacientes con lipohipertrofia. En el Cuadro 1 se muestran las concentraciones normales de los lípidos en el niño, según la Academia Americana de Pediatría. El aumento del riesgo cardiovascular en pacientes adultos con infección por VIH en TARGA es bien conocido y se dispone de estudios pediátricos específicos que demuestran el aumento del riesgo cardiovascular, que tienen como marcador subrogado al engrosamiento de la capa íntima en la arteria carótida, asociado con el aumento sostenido de los lípidos sanguíneos. Si tenemos en cuenta el tiempo de exposición previsible en la población pediátrica a estas terapias, se comprende la necesidad de prevenir y tratar la dislipemia de forma precoz. La estrategia de intervención para prevenir o corregir la dislipidemia se resume en tres niveles de acción que se implementan Cuadro 1. Valores normales de las determinaciones en ayuno de los principales lípidos en el niño y el adolescente. Elevado Aceptable Normal Colesterol total (mg/dL) Colesterol LDL (mg/dL) > 200 > 130 170-199 110-129 < 170 < 100 Niveles de triglicéridos por debajo de 200 mg/dL se consideran aceptables Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) de forma escalonada cuando el nivel anterior, correctamente aplicado durante un tiempo prudente, no muestran eficacia. Nivel 1: dieta y estilo de vida. Antes de introducir modificaciones en el TARGA o de utilizar medicación con la intención de corregir una dislipidemia, deben recomendarse hábitos de vida saludables durante 6 a 12 meses, por lo menos. Estos incluyen una dieta equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y evitar el tabaco y otros tóxicos. Estos hábitos de vida deberán mantenerse aun cuando no hayan sido eficaces y se requiera el siguiente nivel de acción. Nivel 2: modificación del TARGA. Existen numerosos estudios en adultos que demuestran que la sustitución de fármacos con mayor efecto hiperlipemiante, por otros más seguros en el TARGA, es útil para disminuir el colesterol total y los triglicéridos, al tiempo que se mantiene la seguridad virológica. Deben evitarse los inhibidores de proteasa (cambiar por no análogos de nucleósidos, atazanavir o antirretrovirales de las nuevas familias) y el d4T (cambiar por tenofovir o lamivudina/ emtricitabina). Algunos estudios más discretos en pacientes pediátricos, muestran resultados equivalentes. Otras estrategias con el TARGA, como la interrupción del tratamiento, sólo se justifican en casos graves y bajo estrecha supervisión. Nivel 3: fármacos hipolipemiantes. El empleo de fármacos hipolipemiantes debe reservarse para pacientes en los que la asociación de medidas higiénicas y estrategias de sustitución del TARGA no son suficientes, pero existen pocos datos de la eficacia y seguridad que avalen su uso en niños. Las concentraciones confirmadas de triglicéridos > 500 mg/dL, son una indicación no diferible de tratamiento farmacológico por el riesgo añadido de pancreatitis. Las estatinas (inhibidores de la HMG-CoA reductasa) son los medicamentos de primera elección en casos de hipercolesterolemia y tienen un efecto menor sobre los triglicéridos. En los niños se puede utilizar atorvastatina (aprobada en niños mayores de 10 años a dosis de 10 mg/día). También se puede utilizar pravastatina en niños mayores de ocho años (20 mg/día entre 8 y 13 años y 40 mg/día en mayores de 14 años). El tratamiento con estatinas debe iniciarse con la dosis mínima y, aumentarla cada cuatro semanas si es bien tolerada y no se consigue la reducción deseada de las concentraciones de colesterol total. Deben tenerse en cuenta sus interacciones farmacocinéticas con los no análogos de nucleósidos e inhibidores de proteasa. El uso concomitante de gemfibrozilo se asocia con el riesgo de rabdomiolisis. La ezetimiba inhibe la absorción del colesterol en las vellosidades intestinales, sin tener efecto sobre la absorción de triglicéridos ni de las vitaminas liposolubles. Aparenta ser seguro y eficaz en niños mayores de 10 años (10 mg/día). Puede asociarse con estatinas y con fibratos. El tratamiento con fibratos (gemfibrozil, bezafibrato o fenofibrato), reduce las concentraciones de triglicéridos (30-55%) y tiene un leve efecto sobre las LDL. Su uso no está aprobado en pediatría por lo que sólo deben utilizarse cuando han fracasado otros tratamientos y, en los casos de hipertrigliceridemia con concentraciones mayores de 500 mg/dL. No tienen interacciones con el TARGA. Bibliografía • • • • • • • • Aldrovandi GM, Lindsey JC, Jacobson DL, et al. Morphologic and metabolic abnormalities in vertically HIV-infected children and youth. AIDS 2009;23:661-672. European Paediatric Lipodystrophy Group. Antiretroviral therapy, fat redistribution, and hyperlipidemia in HIV-infected children in Europe. AIDS 2004;18:1443-1451. McComsey G, Bhumbra N, Ma JF, Rathore M, Alvarez A; First Pediatric Switch Study. Impact of protease inhibitor substitution with efavirenz in HIV-infected children: results of the First Pediatric Switch Study. Pediatrics 2003;111:e275-281. PENTA Steering Committee, Welch S, Sharland M, et al. PENTA 2009 Guidelines for the Use of Antiretroviral Therapy in Paediatric HIV-1 Infection. HIV Med 2009;10:591-613. Recomendaciones CEVIHP/SEIP/AEP/PNS respecto al tratamiento antirretroviral en niños y adolescentes infectados por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). En: www.msc.es/ ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/sida/publicaciones/ publicaciones.htm. Consultado el 7 de agosto de 2011. Panel on Antiretroviral Therapy and Medical Management of HIV-Infected Children. Guidelines for the Use of Antiretroviral Agents in Pediatric HIV Infection. 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EPIDEMIOLOGÍA Ascariasis y antihelmínticos E n casos de ascariasis intestinal no complicada y que se sospecha de ascariasis masiva (antecedente de geofagia intensa, expulsión espontánea de helmintos por recto y boca o abdomen voluminoso) o en pacientes que se confirme la masividad con exámenes de laboratorio cuantitativos (≥ 50,000 huevos de Ascaris lumbricoides por gramo o mililitro de heces) se prefiere el esquema de tratamiento con piperazina. Lo anterior, debido al mecanismo de acción de este antihelmíntico que produce parálisis flácida en los helmintos y permite que sean expulsados por la peristalsis del paciente. En el Instituto Nacional de Pediatría se realizaron estudios que demostraron que la administración de antihelmínticos que producen muerte espástica del helminto se pueden asociar con cuadros de suboclusión y oclusión intestinal con mayor frecuencia que en los pacientes que no recibieron antihelmínticos de uno a tres días previos al inicio del cuadro de oclusión intestinal. En pacientes embarazadas no se recomienda administrar imidazoles, en estos casos es preferible administrar pamoato de pirantel como dosis única. En las zonas geográficas que tienen tasas altas de reinfección y existe una gran cantidad de pacientes con ascariasis masiva y en pacientes en los que se sospeche o se confirme por laboratorio una infección masiva, el tratamiento de elección es la piperazina. La piperazina bloquea la placa neuromuscular del parásito para que no responda a la acetilcolina. La hiperpolarización de la membrana, ocasiona parálisis flácida del helminto. Cuando no existe la sospecha de infección masiva se pueden usar otros antiparasitarios con seguridad. En todos los casos deberá realizarse examen coproparasitoscópico seriado en 3 muestras, 2 a 3 semanas después de concluído el tratamiento para verificar la cura parasitológica. En los casos con antecedente de cuadro respiratorio con fiebre o febrícula en las cuatro semanas previas, deberá solicitarse un exámen coproparisitoscópico de concentración-flotación, seis semanas después, para descartar ascariasis en fase migratoria al momento de iniciar el tratamiento. En los casos de ascariasis intestinal complicada y el proceso obstructivo es de reciente aparición, si el paciente se encuentra en buen estado general, se tiene como opción el tratamiento conservador antes de la cirugía, que incluye 38 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría control hidroelectrolítico adecuado por vía intravenosa, succión nasogástrica por 12 a 24 horas, antibióticos y tratamiento antihelmíntico con piperazina administrada de forma repetida a través de la sonda nasogástrica. El inicio del tratamiento médico inmediato en estos casos es con la introducción de una sonda de Miller-Abbott, comenzar con aspiración y después aplicar a través de la sonda piperazina a dosis de 100 a 150 mg/kg con 15 a 30 mL de aceite mineral o vaselina líquida. Para iniciar este tratamiento, el paciente debe ser medicado con antimicrobianos y antipiréticos, puesto que horas después de que termina el efecto del antihelmíntico puede haber migraciones retrógradas estimuladas por la fiebre con la consecuente asfixia por obstrucción de vías respiratorias altas que puede ser fatal. Después, se suspende la aspiración de una a dos horas. Si después de algunas horas, el paciente no muestra una resolución de la obstrucción, se indica el tratamiento quirúrgico. La intervención quirúrgica debe realizarse inmediatamente cuando exista evidencia clínica o radiológica de obstrucción completa, con signos de abdomen agudo o datos de perforación, volvulus o infarto intestinal. El tratamiento convencional con antihelmínticos cada dos meses es necesario en regiones hiperendémicas donde las tasas de reinfección son muy altas para asegurar que el tubo gastrointestinal está libre de helmintos y es necesario realizar cps antes de iniciar el tratamiento. Bibliografía • • Vásquez O. Antihelmínticos como factor de riesgo en la obstrucción intestinal por Ascaris lumbricoides en niños. Bol Chil Parasitol 2000;55:3-7. Coria LJJ, Correa VM, Rosales VRE, Llorenz TF. Ascariosis En: Coria LJJ. Conceptos prácticos en parasitología. México: Intersistemas Editores. 2011:15-25. Dr. Oscar Vázquez Tsuji* Dra. Teresita Campos Rivera** * Jefe del servicio de Parasitología del Instituto Nacional de Pediatría. ** Médico adscrito al servicio de Parasitología del Instituto Nacional de Pediatría. EPIDEMIOLOGÍA Legionelosis, una enfermedad olvidada en México L egionella pneumophila fue identificada por primera vez en 1977 como el agente causal de un brote de neumonía que ocasionó la muerte de 34 personas en la Convención de Legionarios de 1976, por lo que se le llamó la “enfermedad de los legionarios”. En la actualidad se conocen dos formas clínicas y epidemiológicas de la infección por Legionella: la “enfermedad de los legionarios” (forma neumónica) y la “fiebre de Pontiac” (forma no neumónica). Se han identificado 42 especies y más de 64 serogrupos. Legionella pneumophila serogrupo 1 es responsable de más de 90% de los casos de legionelosis. Es un bacilo gram negativo de 0.3 a 0.9 μm de ancho y de 1.5 a 15 μm de largo. Puede aparecer como cocobacilo en los tejidos infectados y con formas bacilares alargadas en los medios de cultivo. Su actividad metabólica es aerobia estricta, capnófila y poco sacarolítica. Los aminoácidos son su principal fuente de energía.1 A esta bacteria se le ha aislado en América (norte y sur), Australia, África y Europa. Legionella se encuentra en pequeñas colonias en fuentes naturales de agua como ríos, lagos, aguas termales y arroyos; puede sobrevivir en condiciones ambientales muy diversas. Para que su concentración aumente lo suficiente y cause riesgo a los humanos (más de 10,000 UFC/mL), se requieren condiciones de temperatura idóneas para su multiplicación (25 a 45° C). En estos sitios, la Legionella puede infectar a las personas si el agua se disemina en forma de aerosoles, de manera que la bacteria viaja por el aire en pequeñas gotas y es inhalada por las personas. Por lo tanto, la vía de transmisión es aérea. No existen evidencias de contagio de persona a persona. La Legionella afecta con frecuencia a personas previamente sanas, principalmente varones. También los pacientes de edad avanzada con comorbilidades (enolismo, enfermedad Epidemiología octubre-diciembre 2011 39 pulmonar obstructiva, tabaquismo), o con inmunodepresión son especialmente susceptibles. Los pacientes con déficit en inmunidad celular y los trasplantados son particularmente susceptibles frente a L. pneumophila. El porcentaje de casos de neumonía nosocomial por especies de Legionella varía de 1 a 50%. La incidencia de neumonía nosocomial depende en gran medida del grado de colonización del sistema de distribución de agua y del número de huéspedes susceptibles. Los pacientes con alto riesgo de infección son los que se encuentran severamente inmunocomprometidos, en particular las personas trasplantadas. Los factores de riesgo adicionales son cirugías recientes, intubación endotraqueal y el uso de equipos de terapia del tracto respiratorio. La colocación de sonda nasogástrica se tomó como un factor de riesgo en pacientes intubados en dos estudios prospectivos. La letalidad suele ser baja (< 5%) en pacientes inmunocompetentes tratados adecuadamente. Los brotes de legionelosis son muy comunicados por los medios de comunicación, sin embargo, ocurren casos aislados no asociados con ningún brote. Los brotes son más frecuentes en el verano e inicio del otoño, pero los casos aislados pueden ocurrir en cualquier momento del año. La letalidad es de 5 a 30%. Se debe sospechar de legionelosis en los casos de neumonía vinculados a datos epidemiológicos como: un viaje reciente, hospitalización o asistencia a reuniones. Se observa que las instalaciones de distribución de agua sanitaria particular e industrial pueden favorecer el estancamiento del agua y la acumulación de productos que sirven de nutrientes tanto para protozoarios como para bacterias, que con una temperatura adecuada crecen hasta alcanzar concentraciones infectantes para el hombre. El biofilm tiene un rol importante en el anidamiento y es un foco de reinfección de las instalaciones. Las instalaciones con mayor frecuencia de contaminación por Legionella y se identifican como fuentes de infección son: sistemas de agua sanitaria caliente y fría, torres de refrigeración y condensadores evaporativos, spas y jacuzzis. En la bibliografía científica también se describe el ambiente hospitalario con infecciones relacionadas con equipos utilizados en terapia ventilatoria. Otras instalaciones implicadas en la infección por Legionella son las fuentes ornamentales, humidificadores e instalaciones de hidroterapia. La tendencia actual de los programas de prevención y control de las instalaciones de riesgo, se orienta a que los 40 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría responsables directos de las mismas sean los que asuman la evaluación de riesgos y establezcan sistemas de control y vigilancia. Desde estos reservorios naturales la bacteria pasa a colonizar diversos sistemas de agua artificiales como son los abastecimientos de agua de las ciudades. Una vía importante de expansión, aunque no la única, sería la red de distribución de agua, ya que a través de ella se incorpora a los sistemas de agua sanitaria (fría o caliente) u otros que requieran agua para su funcionamiento y puedan generar aerosoles. En México sólo se han reportado dos casos con diagnóstico clínico de neumonía por Legionella, sin pruebas de laboratorio confirmatorias y ninguno por aislamiento del agente causal, estos fueron del Estado de México, Guerrero y Quintana Roo. Hasta el momento, no se ha notificado ningún brote de legionelosis en México, ni la bacteria se ha aislado de ningún caso de neumonía.2-6 Fisiopatología L. pneumophilia, causante de la mayoría de las infecciones por Legionella en humanos, es un patógeno intracelular facultativo principalmente de los monocitos y macrófagos alveolares. El patógeno ingresa por inhalación en el pulmón y afecta principalmente a los alveolos y bronquiolos terminales, donde son fagocitados por los macrófagos alveolares e introducidos en vesículas u organelos especializados llamados fagosomas. Estos no se funden con los lisosomas y eluden los mecanismos microbicidas. Dentro del fagosoma, la bacteria se multiplica hasta destruir al macrófago y entonces se liberan las bacterias. Los daños hísticos se pueden atribuir tanto a los productos tóxicos liberados por las propias bacterias como a las sustancias liberadas por los propios leucocitos. Las manifestaciones extrapulmonares de la infección por Legionella son raras y posiblemente se producen por diseminación hematogena. Existen reportes anecdóticos de celulitis, sinusitis, pericarditis, miocarditis, endocarditis de válvula protésica, peritonitis, pancreatitis y pielonefritis aguda con abscesos renales. Las infecciones en heridas son resultado de la exposición al agua que contiene Legionella.3,6 Cuadro clínico No es posible distinguir clínicamente la neumonía causada por Legionella de otros tipos de neumonía. El Highlights en investigación periodo de incubación es de tres a seis días. Se caracteriza inicialmente por anorexia, vómito, mialgia y cefalea; 12 a 24 horas después aparece fiebre en aumento que puede alcanzar de 39 a 41º C y escalofrío. Los signos y síntomas gastrointestinales ocurren hasta en 50% de los pacientes. En la forma neumónica son frecuentes el dolor abdominal, la diarrea con moco y sangre y los cólicos abdominales. Después aparece tos con esputo mucoide, hemoptisis en 20 a 40% de los pacientes, dolor torácico de origen pleurítico y disnea. El examen físico muestra a un paciente en estado de enfermedad aguda, diaforético y taquipneico. La confusión y desorientación en algunos pacientes está desproporcionada a la fiebre o al grado de hipoxemia, lo que indica que existe encefalopatía tóxica. También existen reportes de casos de pericarditis, rash y broncoespasmo. La hipotensión y la bradicardia son frecuentes. Con frecuencia, requiere hospitalización. El patrón radiológico es similar al de otras neumonías, por lo que el diagnóstico de la enfermedad debe realizarse por métodos microbiológicos. La mortalidad es muy alta si el paciente no es diagnosticado y no recibe tratamiento oportuno. Dentro de los estudios de laboratorio la leucocitosis con predominio de polimorfonucleares con formas inmaduras es común en pacientes con legionelosis. También son frecuentes otras alteraciones leves como: azoemia, disfunción hepática e hipofosfatemia. La hiponatremia ocurre con una frecuencia significativamente mayor en pacientes con enfermedad de los legionarios que en pacientes con neumonía de otro origen.4,8,9 Tratamiento Agente antimicrobiano Dosisa Azitromicina 500 mgb VO o IV c/24 h Claritromicina 500 mg VO o IV c/12 h Roxitromicina 500 mg VO c/12 h Eritromicina 1000 mg IM c/6 h 500 mg VO c/6 h Diritromicina 500 mg VO c/24 h Levofloxacino 500 mgb VO o IV c/24 h Ciprofloxacino 400 mg IV c/12 h 750 mg VO c/12 h Ofloxacino 400 mg VO o IV c/12 h Doxiciclina 100 mgb VO o IV c/12 h Minociclina 100 mg VO o IV c/12 h Tetraciclina 500 mg VO o IV c/12 h Trimetoprim/Sulfametoxazol Rifampicina 160/800 mg IV c/8 h 160/800 mg VO c/12 h 300-600 mg VO o IV c/12 h a Dosis basadas en experiencia clínica, no en estudios b Se recomienda doble dosis la primera vez Las guías vigentes recomiendan de 10 a 21 días de tratamiento. La decisión final debe sustentarse no sólo en el perfil farmacocinético del antibiótico sino también en las características del paciente y la infección, el estado inmunitario, complicaciones supurativas extrapulmonares, retraso en el inicio del tratamiento y en la respuesta al antibiótico elegido.4 Diagnóstico El diagnóstico confirmatorio depende del aislamiento del microorganismo en medios especiales de muestras ambientales o humanas, por medio de inmunofluorescencia directa en la tinción del tejido afectado o detección de antígenos de L. pneumophila serogrupo 1 en orina por radioinmunoanálisis. También se puede diagnosticar por el aumento al cuádruple o más del título de anticuerpos inmunofluorescentes entre las muestras de suero de la fase aguda y el extraido tres a seis semanas después. Para las muestras ambientales se utiliza el cultivo de agua y aerosoles o la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).4 Referencias 1. 2. 3. 4. 5. Ulloa FM. Legionella pneumophila. Rev Chil Infect 2008;25:208. Vigilancia Epidemiológica Semana 8, Volumen 22, 2005. Secretaria de Salud. Torrades S. Los nuevos brotes de Legionella. Offarm 2002;21:96-101. Calbo E, Garau J. El tratamiento antibiótico de la legionelosis. Enferm Infecc Microbiol Clin 2006;24:357-359. Vergis, EN; Muder, RR. Kelley's Textbook of Internal Medicine, capítulo 287, 2007 octubre-diciembre 2011 41 6. 7. 8. 9. 42 Legionella en México. Disponible en: http://www.cofepris. gob.mx/work/sites/cfp/resources/LocalContent/846/1/ riesg_agua_alim.pdf Consultado: agosto de 2011. Gutiérrez R, López R. Microbiología y Parasitología Médica. México: Méndez Editores;1998:1415. Cercenado E, Cantón R. Procedimientos en Microbiología Clínica. Recomendaciones de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. Capítulo 20. Diagnóstico microbiológico y control de la legionelosis. 2ª edición, 2005. Romero, CR. Microbiología y Parasitología Humana. México: Panamericana, 3ª ed; 2007:925. Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Dayna Guadalupe Compañ Diaz* Iván Renato Zúñiga Carrasco** Janett Caro Lozano*** Jesús Iván Ávila Cahuich**** *Médico interno de pregado. Hospital General de Zona C/M.F. Núm. 4, Instituto Mexicano del Seguro Social, Ciudad del Carmen, Campeche. **Jefe del departamento de Epidemiología. Miembro del Comité de Infecciones Nosocomiales del H.G.Z. núm. 18, Instituto Mexicano del Seguro Social, Playa del Carmen, Quintana Roo. ***Jefa del departamento de Epidemiología. Miembro del Comité de Infecciones Nosocomiales del H.G.Z. C/M.F. Núm. 1, Instituto Mexicano del Seguro Social, Chetumal, Quintana Roo. ****Director Médico de la U.M.F. Núm. 2, Instituto Mexicano del Seguro Social, Champotón, Campeche. Temas de actualidad Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2011;25(98):43-45. El rol de los azoles en el tratamiento de la micosis invasiva: revisión de las guías de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas. Primera parte Introducción L as infecciones micoticas aumentaron en los hospitales por las estancias prolongadas, uso de antibióticos de amplio espectro, catéteres de permanencia prolongada y el aumento de la sobrevida de los pacientes inmunocomprometidos, motivos por los que el médico deberá tener claro el uso de los diferentes antimicóticos para las micosis invasivas. Candidemias Las guías recomiendan el uso de fluconazol con una dosis de carga de 12 mg/kg/día, seguido de una dosis diaria de 6 mg/kg/día o una equinocandina para el tratamiento inicial de pacientes adultos no neutropénicos, con infección demostrada o sospecha de candidemia. Se sugieren las equinocandinas para pacientes con infección de moderada a severa con exposición reciente a fluconazol (con un aumento del riesgo de infección con especies de Candida resistentes a fluconazol) con la opción de cambiar a fluconazol cuando el paciente se encuentre estable, se cuente con el aislamiento y reporte de sensibilidad a los triazoles. La anfotericina B y sus formas lipídicas se recomiendan como tratamiento alternativo para los pacientes no neutropénicos con infección demostrada o probable candidemia, cuando existe intolerancia o disponibilidad limitada a otros antifúngicos. Respecto a la infección documentada de especies de Candida como C. glabrata se prefiere el uso de equinocandinas; para Candida parapsilosis, fluconazol. Para los pacientes adultos neutropénicos con candidemia demostrada, las guías recomiendan un tratamiento inicial con una equinocandina o con una formulación lipídica de anfotericina. El fluconazol con una dosis de carga de 12 mg/kg, seguido de una dosis de 6 mg/kg/día deberá considerarse como una alternativa de tratamiento en pacientes con infección menos severa y que no hayan recibido triazoles. También puede utilizarse voriconazol cuando se requiera ampliar la cobertura a hongos sistémicos. Las equinocandinas se prefieren en pacientes neutropénicos con candidemias por Candida glabrata y el fluconazol o anfotericina B lipídica en pacientes neutropénicos con candidemia por C. parapsilosis. En pacientes neutropénicos con candidemia por C. krusei, se recomiendan como primera línea de tratamiento: una equinocandina, anfotericina B lipídica o voriconazol. Los triazoles tienen una excelente actividad en contra de C. albicans, C. tropicales, C. parapsilosis y Candida lusitaniae. La C. krusei es poco susceptible a fluconazol y no es susceptible a intraconazol pero es susceptible a los nuevos triazoles: voriconazol y posaconazol. Pfaller y colaboradores estudiaron la resistencia in vitro de Candida sp a fluconazol de 1997 a 2007 con discos de acuerdo con el CLSI (Clinical and Laboratory Standards Institute). La resistencia de Candida albicans a fluconazol de 1997 a 2000 fue de 0.9%, de 2000 a 2004 de 1.4% y de 2005 a 2007 fue de 1.4%. La resistencia de C. glabrata a fluconazol durante los mismos periodos fueron: 19.2%, 15.9% y 15.4%. Se concluyó que no debe utilizarse en los casos de Candida no susceptibles. Respecto a C. krusei, el fluconazol no tiene actividad real contra este germen por lo que no debe usarse sin pruebas de susceptibilidad y se deberá evaluar el uso de los nuevos triazoles, voriconazol y posaconazol. octubre-diciembre 2011 43 Aspergillus Criptococosis El tratamiento de primera elección para Aspergillus es el voriconazol en la mayor parte de las formas invasivas, que incluyen la infección pulmonar, invasión a senos paranasales, invasión traqueobronquial, aspergilosis invasiva necrosante e infección del sistema nervioso central. Las guías recomiendan una dosis de 6 mg/kg cada 12 horas el primer día, posteriormente 4 mg/kg cada 12 horas o 200 mg cada 12 horas por vía oral. Se pueden considerar otros antimicóticos como la anfotericina liposomal, anfotericina asociada con complejo lipídico o caspofungina en los pacientes refractarios al tratamiento o con intolerancia al tratamiento primario con voriconazol. Es una infección grave ocasionada por Cryptococcus neoformans var grabii (serotipo A) y C. neoformans var gatti (serotipos B y C) o C. neoformans var neoformans (serotipo D). El voriconazol produce menores secuelas en los pacientes, ofrece una mayor respuesta al tratamiento, mejora la sobrevida y tiene menos efectos adversos al compararlo con el desoxicolato de anfotericina B. La duración del tratamiento no está definida por completo pero los clínicos continúan con el tratamiento hasta la estabilización o resolución de los síntomas clínicos y radiológicos de la aspergilosis. Las guías recomiendan un mínimo de 6 a 12 semanas de tratamiento en la mayoría de los pacientes o hasta que se resuelva la lesión en los pacientes que reciben tratamiento inmunosupresor. La resección quirúrgica se sugiere en los pacientes con afectación critica de vasos sanguíneos, pericardio o lesiones que causan hemoptisis o invasión de la pared torácica. Los Aspergillus invasivos más frecuentes son: Aspergillus fumigatus, Aspergillus flavus, Aspergillus niger y Aspergillus terreus. El Aspergillus terreus es resistente a los polienos (anfotericina B). Los triazoles son el tratamiento de eleccion para los pacientes infectados por este hongo. 44 El uso de quimioterapia y medicamentos inmunosupresores se relaciona con el aumento de criptococosis en los últimos 30 años. Esta infección se manifiesta clínicamente como meningitis, meningoencefalitis, criptococomas en cerebro, cerebelo y médula espinal o como enfermedad pulmonar. Las publicaciones en la bibliografía internacional se enfocan en el uso óptimo de los diferentes antimicóticos (anfotericina B, fluconazol, y 5-fluocitosina). Criptococosis pulmonar: En pacientes inmunocompetentes e inmunocomprometidos con enfermedad moderada y no complicada, el tratamiento de elección recomendado en las guías de 2010 es fluconazol a 400 mg/día por 6 a 12 meses. Se proponen como medicamentos alternativos: itraconazol (200 mg cada 12 horas por vía oral), voriconazol (200 mg cada 12 horas) o posaconazol (400 mg cada 12 horas). Los casos de afectación pulmonar grave o diseminación al sistema nervioso central (SNC) se deberán tratar como criptococosis en sistema nervioso central. En los pacientes inmunocomprometidos se deberá realizar una punción lumbar para descartar afectación del sistema nervioso central, independientemente de si hay datos clínicos o de los resultados de la detección de antígeno. En caso de persistir con afectación pulmonar, deberá evaluarse lanecesidad de una intervención quirúrgica. Posaconazol es el único antimicótico con uso profiláctico en Estados Unidos para los pacientes con alto riesgo para infección por Aspergillus, como los pacientes con inmunocompromiso severo por tiempo prolongado. Criptococosis en sistema nervioso central. Las guías de 2010 recomiendan el tratamiento en tres fases: inducción, consolidación y mantenimiento. En todos los grupos el tratamiento de inducción recomendado es anfotericina B y 5-fluocitosina con retiro de este último en pacientes con intolerancia al antimicótico. En todos los pacientes, la fase de inducción deberá continuar en la etapa de consolidación con la reducción en el esquema de fluconazol y continuar durante las fases de consolidación y mantenimiento. No se recomienda la combinación rutinaria de antifúngicos puesto que no existe información suficiente para sugerirla. Debe evaluarse su uso en casos refractarios al tratamiento inicial (equinocandinas más anfotericina B o voriconazol). Las recomendaciones para pacientes con criptococosis con afectación del sistema nervioso central son tratamiento de inducción con anfotericina B y 5-fluocitosina (dos semanas en pacientes infectados por VIH y trasplantados; Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Temas de actualidad por más de cuatro semanas para pacientes sin VIH o no trasplantados. La fase de consolidación es la misma para ambos grupos (fluconazol 400 mg/día por 8 semanas) aunque las guías sugieren que las dosis pueden incrementarse hasta 800 mg/día para receptores de trasplante. La fase de mantenimiento, en general, es la misma para todos los pacientes: fluconazol 200 mg/ día (aumentar a 400 mg/día en pacientes trasplantados) durante 6 a 12 meses para los pacientes trasplantados o sin infección por VIH. Los pacientes con VIH deberán de recibir tratamiento por lo menos durante 12 meses. Existen antimicóticos, sin aprobación hasta el momento, para tratamiento primario como voriconazol y posaconazol. Las equinocandinas no son efectivas para las diferentes especies de criptococos por lo que no deberán usarse. Registration fee (USD) Early Fee Up to and including September 1, 2011 Bibliografía Pappas PG. The role of azoles in the treatment of invasive mycoses: review of the Infectious Disease Society of America guidelines. Current Opinion in Infectious Disease 2011:24:S1-S13. Correspondencia Dra. Virginia Díaz Jiménez Insurgentes sur 3700-C, colonia Cuicuilco. Delegación Coyoacán, México 04530 D.F. Tel. (55) 1084 09 00 Ext. 1377. Correo electrónico: vdiazjimenez@yahoo.com Late Fee from September 2, 2011 to november 9, 2011 On site Fee from November 10, 2011 Full Participant US $440 US $660 US $800 Reduced registration fee US $170 US $350 US $500 Local fellows, students and nurses US $110 US $200 US $300 Save $330 Register before September 1, 2011 and save For inquiries, please contact: 1-3 Rue de Chantepoulet P.O. Box 1726CH1211, Geneva 1Switzerland Tel: +41 22 908 0488 Fax: +41 22 906 9140 E-mail: reg_wspid11@kenes.com Fees for participants include: *Participation in WSPID 2011 scientific sessions *Congress bag *Program and abstract CD *Entrance to the exhibition *Invitation to the opening ceremony and welcome reception *World Lecture and Cultural Event *A certificate of attendance octubre-diciembre 2011 45 Artículo original Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2011;25(98):46-49. Frecuencia de neumonía asociada con ventilación mecánica en un grupo de pacientes pediátricos atendidos en un hospital general Patricia Torres Narváez1 Berenice Flores Martínez2 Lorena Hernández Delgado3 Genoveva Vázquez Zavala4 Gerardo Flores Nava2 1 Departamento de Neonatología Jefe de la divisón de Pediatría Clínica 3 Departamento de Infectología Pediátrica 4 Departamento de Terapia Intensiva Pediátrica Hospital General Dr. Manuel Gea González 2 Correspondencia: Dr. Gerardo Flores Nava Hospital General Dr. Manuel Gea González. Calzada de Tlalpan 4800, colonia Sección XVI, México 14080 D.F. Correo electrónico: gerflores50@hotmail.com www.nietoeditores.com.mx Resumen Antecedentes: la neumonía asociada con ventilación mecánica en niños y adultos es la infección nosocomial más frecuente en las unidades de terapia intensiva y contribuye a la mortalidad. Objetivo: determinar la frecuencia de neumonía asociada con ventilación mecánica en las unidades de terapia intensiva neonatal y pediátrica de un hospital general. Material y método: estudio retrospectivo, transversal y descriptivo. Se revisaron los expedientes clínicos de los pacientes con ventilación mecánica para determinar la frecuencia de neumonía asociada con ventilador. Se analizaron los datos demográficos, descripción radiológica, resultado de la citología hemática, características de las secreciones, tiempo de ventilación mecánica y microorganismos reportados en los cultivos de secreciones bronquiales. Resultados: se revisaron 300 expedientes clínicos de un periodo de dos años. Se encontraron 80 casos con criterios diagnósticos de neumonía asociada a ventilador con prevalencia de 26%. De los casos reportados, 61 (76%) fueron recién nacidos y 19 (24%) lactantes, escolares y adolescentes. De los recién nacidos, 48 (79%) fueron de pretérmino. Los estudios radiológicos mostraban un infiltrado intersticial bilateral en 100% de los casos. El promedio de días con ventilación mecánica fue de 11. Las secreciones eran espesas en 45% de los pacientes. Se utilizó la técnica cerrada de aspiración de secreciones en 80% de los pacientes. En los análisis de laboratorio se reportó leucocitosis en 46%, bandemia en 31% y leucopenia en 23%. Los agentes causales aislados en los cultivos de secreciones bronquiales fueron Klebsiella pneumoniae en 43% de los pacientes, Enterobacter cloacae en 18%, Escherichia coli en 13%, Acinetobacter calcoaceticcus baumanii en 12%, Streptococcus viridans en 8%, Pseudomonas aeruginosa 3% y Candida sp en 3%. Conclusiones: se encontró una prevalencia de 26% de neumonía asociada con ventilador en la población estudiada. Klebsiella pneumoniae fue el agente causal más frecuente. Palabras clave: neumonía nosocomial, ventilación mecánica, unidad de terapia intensiva neonatal, terapia intensiva pediátrica Abstract Background: ventilator associated pneumonia in children and adults is the most common nosocomial infection in intensive care units and contributes to mortality. Objective: To determine the frequency of ventilator associated pneumonia in neonatal and pediatric intensive care units at a general hospital. Material and methods: Retrospective, transversal and descriptive study. We reviewed the medical records of patients with mechanical ventilation to determine the frequency of ventilator-associated pneumonia. We analyzed demographic data, radiological description, hematic cytology result, characteristics of secretions, duration of mechanical ventilation and microorganisms reported in cultures of bronchial secretions. 46 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Results: We reviewed 300 medical records of a period of two years. We found 80 cases with diagnostic criteria for ventilatorassociated pneumonia and found a prevalence of 26%. Of the reported cases, 61 (76%) were neonates and 19 (24%) infants, schoolchildren and adolescents. Of the newborns, 48 (79%) were preterm. Imaging studies showed bilateral interstitial infiltrate in 100% of cases. The average days on mechanical ventilation was 11. The secretions were thick in 45% of patients. We used the closed technique of suctioning in 80% of patients. In laboratory tests were reported leukocytosis in 46%, bandemia in 31% and leukopenia in 23%. The causative agents isolated from cultures of bronchial secretions were Klebsiella pneumoniae in 43% of patients, Enterobacter cloacae in 18%, 13% Escherichia coli, Acinetobacter baumannii calcoaceticcus 12%, Streptococcus viridans in 8%, Pseudomonas aeruginosa in 3% and Candida sp in 3%. Conclusions: We found a prevalence of 26% of ventilator-associated pneumonia in the population studied. Klebsiella pneumoniae was the most common causative agent. Key words: nosocomial pneumonia, mechanical ventilation, neonatal intensive care unit, pediatric intensive care unit L a neumonía asociada con ventilación mecánica en niños y adultos es la infección nosocomial más frecuente en las unidades de terapia intensiva y contribuye de forma importante a la mortalidad. Tiene una incidencia de 9 hasta 65% y una mortalidad hasta de 70%. La tasa de incidencia es de 6 por 1,000 día/ventilación.1-6 En la edad pediátrica los factores que se asocian con este tipo de neumonía son: edad menor a dos años, hospitalización prolongada, severidad de la patología de base, procedimientos invasivos, falta de higiene por el personal de salud y en el área física. El diagnóstico de neumonía asociada con ventilación mecánica se establece cuando en un paciente con asistencia ventilatoria mecánica por más de 48 horas, aparecen datos clínicos y de laboratorio de respuesta inflamatoria sistémica, cambios radiográficos de neumonía y cultivos de secreciones bronquiales con crecimiento de algún microorganismo; con frecuencia, la asistencia ventilatoria se tiene que prolongar.7 Las bacterias aisladas con mayor frecuencia son las Gram negativas como Klebsiella pneumoniae, Pseudomonas aeruginosa, y Escherichia coli. Los pacientes con ventilación mecánica se pueden colonizar con las bacterias intrahospitalarias que se encuentran en cada unidad de terapia intensiva con un riesgo 21 veces mayor de padecer neumonía comparado con los pacientes no ventilados.5 González. Se revisaron los expedientes de los pacientes egresados de dichas unidades de agosto de 2004 a agosto de 2005. Los criterios de inclusión fueron: pacientes con más de 48 horas de ventilación mecánica, diagnóstico de neumonía asociada con ventilación mecánica por datos clínicos, estudio radiográfico con infiltrado intersticial bilateral y crecimiento de alguna bacteria en el cultivo de secreciones bronquiales. Se registraron también los datos demográficos como: género, edad de recién nacido hasta los 15 años, antecedentes perinatales, tiempo de duración de la ventilación mecánica, características de las secreciones bronquiales, los resultados del hemograma y los procedimientos invasivos. Se excluyeron los niños con malformaciones múltiples, infiltrado intersticial en estudio radiológico pero sin crecimiento bacteriano en el cultivo. El análisis estadístico de los datos se realizó con estadística descriptiva como frecuencias simples, rangos y promedios. El estudio fue aprobado por las comisiones de Ética e Investigación del Hospital. Resultados Durante el periodo de estudio, ingresaron 301 pacientes y se estableció el diagnóstico de neumonía asociada con ventilación mecánica en 89 pacientes de NAV, una incidencia de 26%; 80 pacientes cumplieron con los criterios de inclusión. Material y método La mayor parte de los casos fue en el grupo de recién nacidos con 76% (n=61), seguido de los adolescentes con 10% (n=8), lactantes 5% (n=4), preescolares 5% (n=4) y escolares con 4% (n=3). La mayoría de los recién nacidos (79%) fueron de pretérmino (n=48). Estudio retrospectivo, descriptivo y transversal que se realizó en dos unidades de terapia intensiva, una neonatal y otra pediátrica en el Hospital General Dr. Manuel Gea La frecuencia en el género femenino fue de 52% y en el género masculino, 48%; la relación femenino:masculino es de 1.1:1. El objetivo de este estudio fue determinar la frecuencia de neumonía asociada con ventilación mecánica en la población pediátrica de un hospital general. octubre-diciembre 2011 47 Torres Narváez P y col. El promedio de días con ventilación mecánica fue de 11 con límites de 2 a 47. Las características de las secreciones al momento del diagnóstico de neumonía asociada con ventilación mecánica fueron: blancas en 45% de los pacientes, amarillas en 22%, verdes en 22% y hialinas en 11%. El reporte radiológico fue de infiltrado intersticial bilateral en todos los casos. Las bacterias aisladas en los cultivos de secreciones bronquiales fueron Klebsiella pneumoniae en 43% de los pacientes, Enterobacter cloacae en 18%, Escherichia coli en 13%, Acinetobacter calcoaceticcus baumanii en 12%, Streptococcus viridans en 8%, Pseudomonas aeruginosa en 3% y Candida sp en 3%. (Cuadro 1) Los hallazgos en la citometría hemática fueron bandemia en 31% de los pacientes y leucopenia en 23%. Se utilizó la técnica cerrada de aspiración en 80% de los pacientes. Discusión La incidencia de neumonía asociada con ventilación mecánica en este estudio fue de 26%, cifra que se encuentra dentro de los reportes bibliográficos internacionales, aunque es superior a un reporte de 8.8% en un hospital latinoamericano.4 La mayoría de los pacientes fueron recién nacidos, de estos cerca de 80% fueron de pretérmino; se considera que el nacimiento pretérmino es un factor que participa en la aparición de este tipo de neumonía, pues la mayoría de los pacientes de pretérmino requieren de ventilación mecánica asistida por tiempo prolongado.8 Los factores de riesgo que se mencionan para la neumonía asociada con ventilación mecánica son: nacimiento pretérmino, inmadurez pulmonar, enfermedad de base, Cuadro 1. Bacterias aisladas en los cultivos de secreciones bronquiales 48 ventilación mecánica prolongada, colonización del tracto respiratorio, virulencia del microorganismo causal, fallas técnicas en el manejo de la vía aérea, ausencia de lavado de manos y deficiencias del área física.9 Algunos investigadores consideeran que también es un factor de riesgo el uso indiscriminado de antibióticos y la adición de lípidos a la nutrición parenteral.10 Para la aspiración de secreciones, la técnica cerrada es la más recomendada. Se usa un circuito cerrado de aspiración que permite menor manipulación y exposición de la vía aérea a contaminación. Esta técnica se usa en las unidades de terapia intensiva de nuestro hospital. Es necesario mantener programas de capacitación y vigilancia de su uso.11,12 La mayor parte de las bacterias aisladas son Gram negativas, características del ambiente intrahospitalario y de la mayor parte de las unidades de terapia intensiva neonatal y pediátrica. En este estudio la bacteria aislada con mayor frecuencia fue Klebsiella pneumoniae, en casi la mitad de los casos, ésta se asocia con sepsis nosocomial y en ocasiones causa brotes con alta mortalidad, lo que eleva los costos para las instituciones de salud afectadas.13 La neumonía asociada con ventilación mecanica es una infección de origen nosocomial, por lo que es recomendable que el personal médico y paramédico esté actualizado en el tema. En México existe la norma de emergencia para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de las infecciones nosocomiales (NOM-EM-002-SSA2-2003) en la que se mencionan los criterios para el diagnóstico de neumonía nosocomial.14 (Cuadro 2) Cuadro 2. Criterios para el diagnóstico de neumonía nosocomial* 1. Fiebre, hipotermia o distermia 2. Tos 3. Esputo purulento o drenaje purulento de cánula endotraqueal que al examen microscópico en seco débil muestra < 10 células epiteliales y > 20 leucocitos por campo Bacteria n % 4. Signos clínicos de infección de vías aéreas inferiores Klebsiella pneumoniae Enterobacter cloacae Escherichia coli Acinetobacter calcoaceticcus baumanii Streptococcus viridans Pseudomonas aeruginosa Candida sp Total 35 14 11 9 6 2 2 80 43.9 17.8 13.9 11.6 7.6 2.6 2.6 100 5. Radiografía de tórax compatible con neumonía 6. Identificación de microorganismo patógeno en esputo, secreción endotraqueal o hemocultivo Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría * Cuatro criterios son suficientes para establecer el diagnóstico. Pero si sólo existen los criterios 4 y 5, son suficientes para el diagnóstico. Fuente: NOM-EM-002-SSA2-2003 Artículo original En conclusión, se encontró una incidencia de 26% de neumonía asociada con ventilación mecánica en pacientes pediátricos hospitalizados en unidades de terapia intensiva, que se encuentra dentro de la media reportada en la bibliografía mundial. Bibliografía 1. 2. 3. 4. 5. 6. Abramezyc ML, Werther BC, Carvallo ES, Madeiros E. Nosocomial infection in a pediatric intensive care unit in developing country. Braz Infectious Dis. 2003;7:3765-3768. Hernández E, Rivera F, García MF, Castañeda LR, Estrada HA. Neumonía nosocomial asociada a ventilación mecánica en niños atendidos en una unidad de cuidados intensivos. Rev Mex Pediatr 2001;68(3):86-91. Martínez-Aguilar G, Anaya-Arriaga MC, Avila-Figueroa C. Incidencia de bacteriemia y neumonía nosocomial en una unidad de pediatría. Salud Pública Mex 2001;43:515-523. Ostos OL, Cifuentes Y, Hernández BR, Muñoz ML y col. Neumonía nosocomial. Nova publicación científica 2006;4:94-99. Torres-Amaya MA, Castorena-Villa I, Olvera-López G, Cubría-Juárez MP. Incidencia de neumonía asociada a ventilación mecánica en la unidad de terapia intensiva pediátrica. Rev Hosp Juárez Mex 2008;75:247-56. Valencia RJM, Peralta CP. Incidencia de neumonía nosocomial en el Hospital Infantil del Estado de Sonora. Bol Med Hosp Infant Son 1999;16:84-88. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 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Características clínicas y paraclínicas de la mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr en 162 pacientes en el Instituto Nacional de Pediatría, 1970-2011 Napoleón González Saldaña1 Víctor Antonio Monroy Colín2 Georgina Piña Ruiz2 2 1 Jefe del departamento de Infectología Médico pediatra, residente de Infectología Pediátrica Instituto Nacional de Pediatría, México www.nietoeditores.com.mx Resumen Antecedentes: La mononucleosis infecciosa es un síndrome clínico secundario principalmente a la infección aguda por el virus de Epstein-Barr hasta en 90% de los casos. Las manifestaciones clínicas incluyen la triada característica de fiebre, linfadenopatía y faringitis que ocurre en 90% de los pacientes en países desarrollados. Objetivo: Describir las características clínicas, paraclínicas y complicaciones de la infección por virus de Epstein-Barr en niños con mononucleosis infecciosa que ingresaron al Instituto Nacional de Pediatría. Material y método: Estudio de casos, retrospectivo, observacional, transversal y descriptivo. Se revisaron sistemáticamente los expedientes clínicos de pacientes menores de 18 años con diagnóstico clínico y serológico de mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr atendidos en un hospital de tercer nivel de la Ciudad de México de noviembre de 1970 a abril de 2011. Se registraron: edad, características clínicas, resultados de laboratorio, complicaciones y resolución de cada uno de ellos. Resultados: Se encontraron 162 casos de mononucleosis infecciosa. La edad promedio de diagnóstico fue de 5.2 años. El signo más frecuente fue linfadenopatía en 145 pacientes (89.5%), fiebre en 129 (79.6%), ataque al estado general en 113 (69.7%), faringitis en 90 (55.5%), hepatomegalia en 76 (46.9%), esplenomegalia en 59 (36.4%), exantema en 27 (16.6%), ictericia en 16 (9.8%), artritis en 3 (1.85%), edema palpebral en 1 (0.61%) y conjuntivitis en 1 paciente (0.61%). Se encontró linfocitosis en 67 pacientes (41.3%), linfocitos atípicos en 39 (24%), elevación de transaminasas en 39 (31.2%) e hiperbilirrubinemia en 16 pacientes (43.2%). Las complicaciones más frecuentes de la mononucleosis infecciosa son hematológicas y las principales fueron la bicitopenia en 12 pacientes (7.4%), síndrome hemofagocítico en 10 (6.17%), púrpura trombocitopénica trombótica en 8 (4.9%) y anemia aplásica en 8 pacientes (4.9%). No hubo defunciones. Conclusión: La mononucleosis infecciosa en países en vías de desarrollo ocurre en edades más tempranas en comparación con los países industrializados, donde los afectados son adolescentes. La triada característica de fiebre, linfadenopatía y faringitis se manifestó con menor frecuencia que en países industrializados. Las complicaciones también fueron diferentes, con predominio de las hematológicas. Palabras clave: Mononucleosis infecciosa Abstract Background: Infectious mononucleosis is a clinical syndrome mainly secondary to acute infection with Epstein-Barr virus in up to 90% of cases. Clinical manifestations include the characteristic triad of fever, lymphadenopathy and pharyngitis occurring in 90% of patients in developed countries. Objective: To describe the clinical, paraclinical and complications of infection with Epstein-Barr virus in children with infectious mononucleosis. Material and method: A case study, retrospective, observational, transversal and descriptive. We systematically reviewed the medical records of patients younger than 18 years with clinical and serological diagnosis of infectious mononucleosis by Epstein-Barr attended in a third level hospital in Mexico City from November 1970 to April 2011. Were recorded: age, clinical features, laboratory results, complications and resolution of each one of them. Results: There were 162 cases of infectious mononucleosis. The average age of diagnosis was 5.2 years. The most frequent sign was lymphadenopathy in 145 patients (89.5%), fever in 129 (79.6%), malaise in 113 (69.7%), pharyngitis in 90 (55.5%), hepatomegaly in 76 (46.9%), splenomegaly in 59 (36.4%), rash in 27 (16.6%), jaundice in 16 (9.8%), arthritis in 3 (1.85%), eyelid edema in 1 (0.61%) and conjunctivitis in 1 patient (0.61%). Lymphocytosis was found in 67 patients (41.3%), atypical lymphocytes in 39 (24%), elevated transaminases in 39 (31.2%) and hyperbilirubinemia in 16 patients (43.2%). The most frequent complications of infectious mononucleosis are hematologic and major were bicitopenia in 12 patients (7.4%), 50 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría hemophagocytic syndrome in 10 (6.17%), thrombotic thrombocytopenic purpura in 8 (4.9%) and aplastic anemia in 8 patients (4.9 %). There were no deaths. Conclusion: Infectious mononucleosis in developing countries occur at younger ages compared with industrialized countries, where those affected are adolescents. The characteristic triad of fever, lymphadenopathy and pharyngitis was expressed less frequently than in industrialized countries. Complications were also different, predominantly hematologic. Key words: Infectious mononucleosis L a mononucleosis infecciosa o síndrome mononucleósico es una enfermedad secundaria causada principalmente por una infección aguda por el virus de Epstein-Barr, hasta en 90% de los casos.1,2,3 La infección natural por el virus de Epstein-Barr ocurre sólo en humanos y el resultado es una infección de por vida. La mayor parte de los casos de mononucleosis infecciosa suceden al momento de una infección primaria por virus de Epstein-Barr. En países industrializados existe una mayor posibilidad de desarrollar mononucleosis infecciosa si la primoinfección ocurre en la segunda década de la vida. Los estudios seroepidemiológicos demuestran que alrededor de 95% de todos los adultos del mundo tuvieron una primoinfección por el virus de Epstein-Barr. En países en vías de desarrollo la primoinfección es más frecuente en la primera década de la vida. La incidencia de mononucleosis infecciosa varía en cada país, en Estados Unidos, por ejemplo, se reportan 500 casos por cada 100,000 habitantes cada año, con una mayor incidencia en el grupo de 15 a 24 años de edad. Ebell2 reportó una mayor incidencia de mononucleosis infecciosa en pacientes de 10 a 19 años de edad (6 a 8 casos por 1,000 personas al año) y una menor incidencia en menores de 10 años de edad (1 caso por 1,000 personas al año); los cuadros más leves se reportan en niños, por lo que con frecuencia son subdiagnosticados.4,5,6 La transmisión del virus de Epstein-Barr ocurre principalmente por la exposición a saliva infectada, por lo que se le conoce de forma común como la “enfermedad del beso”. Esta exposición puede resultar de besar a una persona infectada aunque la transmisión por vía sexual también está descrita. El periodo de incubación desde la exposición inicial hasta el inicio de los síntomas es de 30 a 50 días. Las manifestaciones clínicas de la mononucleosis infecciosa incluyen la triada característica de fiebre, linfadenopatía y faringitis. La duración promedio de la mononucleosis infecciosa es de 16 días. Las complicaciones son muy variadas y las hematológicas se reportan entre 25 y 50% de los casos de mononucleosis infecciosa e incluyen anemia hemolítica, trombocitopenia, anemia aplásica, púrpura trombocitopénica trombótica, síndrome urémico hemolítico y coagulación intravascular diseminada. Las complicaciones neurológicas ocurren en 1 a 5% de los casos e incluyen complicaciones como síndrome de Guillain-Barré, parálisis facial, meningoencefalitis, meningitis aséptica, mielitis transversa, neuritits periférica, cerebelitis y neuritis óptica. Una complicación potencialmente fatal es la ruptura esplénica, la cual se reporta en 0.5 a 1% de los casos, al igual que la obstrucción de la vía aérea (1% de los pacientes) debido a hiperplasia linfoide y edema de la mucosa. En ocasiones, el virus de Epstein-Barr desencadena otras enfermedades como linfohistiocitosis hemofagocítica, que se caracteriza por fiebre prolongada, linfadenopatía, hepatoesplenomegalia, exantema, disfunción hepática y citopenias; ésta complicación aparece aproximadamente en 1 de cada 800,000 pacientes. Material y método Estudio de casos, retrospectivo, observacional, transversal y descriptivo. Se revisaron sistemáticamente los expedientes clínicos de pacientes menores de 18 años con diagnóstico clínico y serológico de mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr atendidos en un hospital de tercer nivel de la Ciudad de México de noviembre de 1970 a abril de 2011. El objetivo principal de este estudio fue describir las características clínicas y paraclínicas de la infección por virus de Epstein-Barr en niños con mononucleosis infecciosa atendidos en el Instituto Nacional de Pediatría de la Ciudad de México en el periodo comprendido del 6 de noviembre de 1970 al 30 de abril de 2011. Se incluyeron en el estudio 162 casos diagnosticados como mononucleosis infecciosa secundaria a infección por el virus de EpsteinBarr con un cuadro clínico compatible y confirmado por serología, atendidos en el Instituto Nacional de Pediatría. Se incluyeron en el estudio 162 casos. Se revisaron de forma retrospectiva los expedientes de todos los pacientes con diagnóstico de mononucleosis infecciosa secundaria a virus de Epstein-Barr registrados en el Instituto Nacional de Pediatría de la Ciudad de México octubre-diciembre 2011 51 González Saldaña N y col. en el periodo señalado. De cada caso se registraron los siguientes datos: edad, sexo, manifestaciones clínicas (fiebre, conjuntivitis, edema palpebral, artritis, ictericia, exantema, esplenomegalia, hepatomegalia, faringitis, ataque al estado general, y linfadenopatía); resultados de análisis de laboratorio que incluyeron: hemoglobina, leucocitos, linfocitos, linfocitos atípicos, plaquetas, alanino aminotransferasa, aspartato aminotransferasa y bilirrubinas. Se evaluó además el desarrollo o no de complicaciones asociadas a la infección por el virus de Epstein-Barr y la mortalidad relacionada con la infección. Se consideró como caso de mononucleosis infecciosa a todo paciente con fiebre, faringitis y linfadenopatía con serología positiva para infección por virus de Epstein-Barr; la confirmación del diagnóstico fue por serología si tenía por lo menos uno de los siguientes marcadores positivos: VCA IgM, VCA IgG o anti-EA. Todos los datos se expresaron como frecuencias y medias con sus respectivas representaciones gráficas. Resultados Se revisaron 282 expedientes de pacientes con diagnóstico clínico de mononucleosis infecciosa y se utilizaron para el estudio a 162, puesto que se corroboró la infección por serología para el virus de Epstein-Barr. Los límites de edad de los pacientes incluidos en el estudio fueron 2 meses y 17 años, con una edad promedio de 5.2 años y una mediana de 5 años. (Cuadro 1) Se obtuvieron de los 162 expedientes de pacientes incluidos en el estudio, las características clínicas registradas al momento de su ingreso al Instituto Nacional de Pediatría, de las que se registró como principales manifestaciones clínicas la linfadenopatía en 145 pacientes (89.5%), fiebre en 129 (79.6%), ataque al estado general en 113 (69.7%), faringitis en 90 (55.5%) y hepatomegalia en 76 pacientes (46.9%). Otros datos clínicos fueron: esplenomegalia en 59 pacientes (36.4%), exantema en 27 (16.6%), icCuadro 1. Análisis estadístico de las edades de los 162 pacientes con mononucleosis infecciosa (1970-2011) Rango Promedio Mediana Moda 52 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2 meses a 17 años 5.2 años 5 años 5.5 años tericia en 16 (9.8%), artritis en 3 (1.85%), conjuntivitis en 1 (0.61%) y edema palpebral en 1 paciente (0.61%). (Figura 1) Respecto a los estudios paraclínicos evaluados en esta serie de pacientes, se registró de sus expedientes: el conteo de leucocitos, linfocitos totales y linfocitos atípicos al momento de su ingreso aminotransferasas y bilirrubinas. Los pacientes tuvieron al ingreso conteos de leucocitos entre 500 y 41,000 células/mm3, con un promedio de 9,379 leucocitos/mm3 y un conteo total de linfocitos entre 200 y 31,600 linfocitos/mm3 con una media de 4,198 linfocitos/mm3. La linfocitosis atípica (conteo de linfocitos atípicos mayor a 15%) se encontró en 39 casos (24%) y el porcentaje de linfocitos atípicos tuvo como límites 2 y 23%. La linfocitosis atípica se encontró en pacientes con conteo de leucocitos de 6,000 a 41,000 leucocitos/mm3. La linfocitosis, definida como un recuento de linfocitos mayor o igual a 4,000 celulas/mm3, se encontró en 67 pacientes (41.3%). (Cuadros 2 y 3) Respecto a las pruebas de funcionamiento hepático, la elevación de aminotransferasas se encontró en 39 de 125 pacientes (31.2%) que tuvieron medición de transaminasas a su ingreso. Las bilirrubinas se elevaron en 16 de 37 pacientes (43.2%) que contaban con este estudio de laboratorio. La determinación de bilirrubinas y de transaminasas no se realizó en todos los casos al ingreso del paciente, únicamente se realizaron en pacientes con ictericia o datos clínicos de hepatitis. (Cuadro 4) Se encontraron complicaciones en 61 pacientes (37.6%). Las principales complicaciones fueron hematológicas y la más frecuente fue la bicitopenia (anemia y plaquetopenia) reportada en 12 pacientes (7.4%); otras complicaciones fueron: síndrome hemofagocítico en 10 pacientes (6.1%), anemia aplásica en 8 (4.9%), púrpura trombocitopénica trombótica en 8 (4.9%), neumonía en 7 (4.3%), obstrucción de la vía aérea en 3 (1.8%), hepatitis en 3 (1.8%), púrpura no trombocitopénica en 2 (1.2%), encefalitis en 1 (0.6%), crisis convulsivas en 3 (1.8%), miositis en 1 (0.6%) y otras complicaciones en 3 pacientes (1.8%). (Figura 2). No hubo defunciones. Discusión La mononucleosis infecciosa se caracteriza por la triada de fiebre, linfadenopatía y faringitis. Los estudios de Balfour1 Artículo original Figura 1. Cuadro clínico de mononucleosis infecciosa de 162 pacientes atendidos en el Instituto Nacional de Pediatría (1970-2011) describieron que 100% de los pacientes con mononucleosis infecciosa manifiestan faringitis; en nuestro estudio sólo se encontró en 55.5% de los casos. El signo principal fue la linfadenopatía en 89.5% de los casos. De la misma forma, la mononucleosis infecciosa se describe en los estudios publicados en los países industrializados como una enfermedad de adolescentes y adultos jóvenes,1,7,8 mientras que en este estudio se encontró que el grupo de edad más afectado lo constituyen los prescolares y la edad promedio de manifestación es de 5.2 años de edad. La aparición clínica de la mononucleosis infecciosa se caracteriza por la triada de fiebre, linfadenopatía y faringitis, sin embargo, este cuadro clínico no siempre ocurre de esta forma en todos los casos, de acuerdo a los resultados de este estudio. Es importante señalar que las características clínicas en los pacientes estudiados no coinciden con lo reportado por otros autores ya que mientras Balfour9 y Rea11 encontraron fiebre en 30 y 45% respectivamente, cerca de 80% de nuestros pacientes la manifestaron. El estudio de Rea11 reportó linfadenopatía en 57% de los casos. Balfour,9 Grotto,10 Gao,12 y nuestro estudio reportaron una mayor frecuencia con cifras de 95%, 88.9%, 95% y 89.5% respectivamente. La faringitis, otro de los signos frecuentes en la mononucleosis, se encontró con frecuencias diferentes a las reportadas en la bibliografía, puesto que Balfour9 encontró faringitis en 100% de los casos y Rea11 sólo en 73% y en nuestros pacientes ocurrió en un poco más de la mitad de los casos (55.5%). (Cuadro 5) No existen estudios recientes en países en vías de desarrollo que describan la historia natural de la mononucleosis infecciosa ni sus características clínicas en pacientes pediátricos. Respecto a la exploración física, la hepatomegalia fue reportada por Balfour9 y Grotto10 en 25 y 36.7% de los casos, respectivamente. En nuestro estudio ocurrió en cerca de la mitad de los casos (46.9%). Los datos reportados en la bibliografía difieren de los encontrados en nuestro estudio en niños mexicanos, en quienes los datos clínicos al momento del diagnóstico fueron, en orden de mayor a menor frecuencia: linfadenopatía (89.5% de los casos), fiebre (79.6%), ataque al estado general (69.7%), faringitis (55.5%), hepatomegalia (46.9%), esplenooctubre-diciembre 2011 53 González Saldaña N y col. Cuadro 2. Biometría hemática en 162 pacientes con mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr en el Instituto Nacional de Pediatría de 1970 a 2011 Promedio Rango 9,379 500-41,000 4,198 200–31,600 Leucocitos (células/mm3) Linfocitos totales (células/mm ) 3 Cuadro 3. Linfocitosis y linfocitosis atípica en 162 pacientes con mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr en el Instituto Nacional de Pediatría de 1970 a 2011 Los datos paraclínicos se asemejan a los reportados por Balfour Jr,9 Grotto,10 Rea11 y Gao,12 aunque no describen en sus estudios las afectaciones hematológicas ni las complicaciones encontradas. (Cuadro 5) Los linfocitos atípicos por arriba de 15% son indicativos de mononucleosis infecciosa por virus de Epstein-Barr.3,8,13,14 En éste estudio se encontraron linfocitos atípicos en 24% de los pacientes. a Respecto a los hallazgos hematológicos de nuestra serie de casos, encontramos que la linfocitosis y los linfocitos atípicos son los hallazgos más frecuentes en pacientes pediátricos con monucleosis infecciosa secundaria a infección por virus de Epstein-Barr y coincide con lo reportado por Fica, Hoagland y Losa-García.7,8,15 La elevación de transaminasas ocurrió en la serie analizada con una menor frecuencia que lo reportado en otros estudios, donde se reportó la elevación de transaminasas hasta en 80% de los casos de mononucleosis infecciosa,13,14,16 en este estudio se encontró elevación de transaminasas en 31.2% de los casos. Respecto a la hiperbilirrubinemia también existen diferencias con lo reportado por Grotto10 quien reportó esta alteración en 14.9% de los pacientes que analizó, en nuestro estudio la hiperbilirrubinemia se reportó en 43.2% de los pacientes con determinación de bilirrubinas al ingreso. Es importante señalar que en nuestra serie de casos no se determinaron los valores de transaminasas y bilirrubinas en todos los pacientes, lo que pudo resultar en una menor frecuencia de elevación de dichos parámetros en nuestro estudio. megalia (36.4%), exantema (16.6%), ictericia (9.8%), artritis (1.85%), edema palpebral (0.61%) y conjuntivitis (0.61%). Las manifestaciones clínicas menos frecuentes de la mononucleosis infecciosa son el exantema, reportado por todas las series de casos en 15 a 17%, ictericia en aproximadamente 15% y edema palpebral con cifras alrededor de 10% en los estudios de Balfour9 y Gao12 quienes lo reportan en 10 y 11.5%, respectivamente; en nuestro estudio sólo se manifestó en 0.61% de los pacientes. Las mialgias son otra manifestación clínica frecuente reportada Finalmente, las complicaciones encontradas con mayor frecuencia fueron anemia y plaquetopenia en conjunto (bicitopenia) hasta en 20% de los casos. Otras complicaciones fueron anemia aplásica, púrpura trombocitopénica trombótica, púrpura no trombocitopénica, síndrome hemofagocítico y hepatitis, principalmente. En la bibliografía se describe como complicación la ruptura esplénica (con frecuencia de 0.5 y 1%).1,17,18 En este estudio y en general en nuestro país no es una complicación que ocurra en niños, probablemente porque la mononucleosis se manifiesta a edades menores y es menor el riesgo de que sufran un traumatismo, a diferencia de lo que ocurre en países industrializados. 1 Número de casos con valores anormales Porcentaje de pacientes evaluados con valores anormales Linfocitos atípicos1 39 de 162 24% Linfocitosis 67 de 162 41.3% 2 Cifras mayores a 15% de linfocitos atípicos Linfocitosis definida como conteo de linfocitos mayor o igual a 4,000 células/mm3 2 Cuadro 4. Pruebas de funcionamiento hepático en pacientes con mononucleosis infecciosa secundaria a virus de EpsteinBarr Núm. de casos con valores anormales Porcentaje de pacientes evaluados con valores anormales Aminotransferasasa 39 de 125 31.2% Bilirrubinas 16 de 37 43.2% a Estos parámetros no fueron evaluados en todos los pacientes a su ingreso, únicamente en aquellos con datos clínicos de ictericia y/o hepatitis. 54 por Balfour9 en 50% de los casos; en nuestro estudio no se reportó en ningún niño. Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Artículo original Figura 2. Complicaciones en 61 de 162 pacientes con mononucleosis infecciosa atendidos en el Instituto Nacional de Pediatría de 1970 a 2011 Cuadro 5. Comparación de las características clínicas y paraclínicas en diversos estudios de pacientes con mononucleosis infecciosa secundaria a virus de Epstein-Barr Datos clínicos y de laboratorio Linfadenopatía Fiebre Ataque al estado general Faringitis Hepatomegalia Esplenomegalia Exantema Ictericia Mialgias Edema palpebral Linfocitosis atípica Transaminasemia Hiperbilirruinemia Autores Balfour9 Grotto10 Rea11 Gao12 González 2005 (%) 2003 (%) 2001 (%) 2011 (%) 2011 (%) 95 30 NR 100 25 35 17 NR 50 10 NA NA NA 88.9 79 NR 95 36.7 53.3 16.7 16.7 32.4 NR 59.2 57.9 14.9 57 45 77 73 7 8 15 <10 0 0 85.7 31 6 95 92.3 NR 83.5 58.1 47.4 14.8 0 0 11.5 51.9 48.6 NR 89.5 79.6 69.7 55.5 46.9 36.4 16.6 9.8 0 0.61 24 31.2 43.2 NR: No reportado. NA: No analizado octubre-diciembre 2011 55 González Saldaña N y col. Conclusión La mononucleosis infecciosa en nuestro estudio ocurrió a edades más tempranas en comparación con países industrializados donde los afectados son los adolescentes. La triada característica de fiebre, linfadenopatía y faringitis se manifestó con menor frecuencia que en países industrializados. Las complicaciones también fueron diferentes, con predominio de las hematológicas. Referencias 1. Balfour HH. A prospective clinical study of Epstein-Barr virus and host interactions during acute infectious mononucleosis. J Infect Dis 2005;192:1505-1512. 2. Ebell M. Epstein-Barr virus infectious mononucleosis. Am Fam Physc 2004;70(7):1279-1290. 3. Lara-Vega HP. Mononucleosis infecciosa. Rev Med Costa Rica 2009;66(587):73-77. 4. Crawford DH, et al. A cohort study among university students: identification of risk factors for Epstein-Barr virus seroconversion and infectious mononucleosis. Clin Infect Dis J 2006;43:276-282. 5. Kutok JL, Wang F. Spectrum of Epstein-Barr virus associated diseases. Annu Rev Pathol Mech Dis 2006;1:375-404. 6. Luzuriaga K, Sullivan JL. Infectious Mononucleosis. N Engl J Med 2010;362(21):1993-2000. 7. Fica A. Síndrome de mononucleosis infecciosa en pacientes adolescentes y adultos. Rev Chil Infect 2003;20(4):235-242. 8. Hoagland RJ. The clinical manifestations of infectious mononucleosis: a report of two hundred cases. Am J Med Sci 1960;240:55-63. 56 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 9. Balfour Jr HH, et al. A Prospective Clinical Study of EpsteinBarr Virus and Host Interactions during Acute Infectious Mononucleosis. J Infect Dis 2005;192:1505-1512. 10. Grotto I, et al. Clinical and laboratory presentation of EBV positive infectious mononucleosis in young adults. Epidemiol Infect 2003;131:683-689. 11. Rea TD, et al. Prospective Study of the Natural History of Infectious Mononucleosis caused by Epstein-Barr Virus. J Am Board Fam Pract 2001;14:234-242. 12. Gao LW, et al. Epidemiologic and clinical characteristics of infectious mononucleosis associated with Epstein-Barr virus infection in children in Beijing, China. World J Pediatr 2011;7(1):45-49. 13. Odumade OA, Hogquist KA, Blafour Jr HH. Progress and problems in understanding and managing primary EpsteinBarr virus infections. Clin Microb Rev 2011;24:193-209. 14. Hadinoto V, et al. On the dynamics of acute EBV infection and the pathogenesis of infectious mononucleosis. Blood 2008;111(3):1420-1427. 15. Losa-García JE, et al. Síndrome mononucleósico. Medicine 1998;7(82):3813-3817. 16. Stiki-Green DL, et al. Biology of Epstein-Barr virus during infectious mononucleosis. J Infect Dis 2004;189:483492. 17. Bailey RE. Diagnosis and treatment of infectious mononucleosis. Am Fam Physician 1994;49(4):879-885. 18. Guan-Khoo S. Spontaneus splenic rupture in infectious mononucleosis. Ear Nose Throat J 2007;86(5):300-301. Correspondencia Dr. Napoleón González Saldaña Insurgentes sur 3700-C, colonia Cuicuilco. Delegación Coyoacán, México 04530 D.F. Tel. (55) 1084 09 00 Ext. 1367. Artículo de revisión Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2011;25(98):57-65. Breve aproximación clínica y terapéutica a enfermedades infecciosas frecuentes en la urgencia pediátrica Dr. Álvaro Bustos González Pediatra Infectólogo Decano Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad del Sinú, Elías Bechara Zainúm, Montería, Colombia e-mail: abustos53@hotmail.com www.nietoeditores.com.mx Resumen Se hace un sucinto recuento de los aspectos epidemiológicos, clínicos, diagnósticos y terapéuticos de los padecimientos infecciosos más frecuentes que se atienden en un servicio de urgencias pediátricas en un Hospital General de la costa caribeña colombiana (Hospital San Jerónimo, de Montería), con el propósito de orientar a quienes trabajan en dicha área. Se procuró que la bibliografía citada y el tratamiento antibiótico elegido concordaran con las opciones reales que permite elegir nuestro Sistema Nacional de Salud. Palabras clave: infecciones, pediatría, urgencias, clínica, diagnóstico, tratamiento antibiótico Abstract It is a brief account of the epidemiological, clinical, diagnostic and treatment of the most common infectious diseases seen in a pediatric emergency department at the General Hospital of the Colombian Caribbean coast (Hospital San Jerónimo, Monteria), with the purpose of guiding those who work in that area. We aimed to cite the literature and the antibiotic treatments chosen were consistent with the real options in our National Health System. Key words: infections, pediatrics, emergency, clinic, diagnosis, antibiotic treatment Bronquiolitis S e sospecha en menores de dos años con signos respiratorios agudos (rinorrea hialina, tos, sibilancias, disnea y taquipnea) asociados o no con fiebre. Puede haber manifestaciones de hipoxia o postración. El virus sincicial respiratorio causa más de 70% de los episodios de bronquiolitis. El resto son causados por rinovirus, metapneumovirus humano, bocavirus, virus de la influenza y parainfluenza. El pico máximo de incidencia ocurre entre el primero y el sexto mes de vida. La muerte por bronquiolitis es rara y cuando ocurre suele deberse a hipoxia.1 Diagnóstico: es principalmente clínico. La radiografía suele mostrar atrapamiento aéreo con infiltrados de neumonitis intersticial. Pocas veces se asocia a neumonía. El hemograma es de poca utilidad. Los estudios serológicos o de aislamiento viral no se realizan de rutina. Se debe tener en cuenta el diagnóstico diferencial con asma bronquial en pacientes con historia familiar de atopia o cuando no es el primer episodio de disnea con sibilancias. Tratamiento: en la actualidad sólo cuenta con nivel de evidencia suficiente la hidratación y la oxigenoterapia en pacientes cuyo estado amerita hospitalización. Se debe ajustar el flujo y la concentración de oxígeno de acuerdo a los resultados de pulso-oximetría. De no ser así, se inicia el uso de oxígeno por cámara cefálica con una FiO2 de 40 a 60% y se ajusta la dosis según la evolución. En general, una saturación inferior a 90% requiere asistencia ventilatoria. Los pacientes con bronquiolitis aguda pueden tener una ingesta disminuida, por lo que se debe realizar un aporte de líquidos endovenosos, preferiblemente hasta 75% de los requerimientos basales para evitar sobrehidratación, riesgo de edema pulmonar y síndrome de secreción inadecuada octubre-diciembre 2011 57 Bustos González A de hormona antidiurética. El uso de ribavirina, broncodilatadores, adrenalina, corticoides, surfactantes y antibióticos no está indicado de rutina en niños con bronquiolitis aguda, puesto que su utilidad no está demostrada.2,3,4,5 Si al mantener un buen aporte de oxígeno por flujo alto los signos de hipoxia empeoran o la saturación de oxígeno disminuye, se debe considerar el traslado a la unidad de cuidados intensivos. Aunque no se demostró una relación positiva costo-beneficio con el uso de palivizumab en la profilaxis de hospitalización por bronquiolitis en pacientes prematuros de muy bajo peso, en menores de 32 semanas, en lactantes con displasia broncopulmonar y cardiopatía congénita, la Academia Americana de Pediatría lo recomienda en algunos pacientes en particular.6 1. Smyth RL, Openshaw PJ. Bronchiolitis. Lancet 2006;368:312-322. 2. Ventre K, Randolph A. Ribavirin for respiratory syncytial virus infection of the lower respiratory tract in infants and young children. The Cochrane Database of Systematic Reviews 2004;(4):Art No Cd000181. 3. Gadomski AM, Bhasale AL. Bronchodilators for bronchiolitis. The Cochrane Database of Systematic Reviews 2006;(3)Art No Cd001266. 4. Hartling L, Wiebe N, Russel K, Patel H, Klassen TP. Epinephrine for bronchiolitis. The Cochrane Database Systematic Reviews 2004;(1):Art No Cd003123. 5. Patel H, Platt R, Lozano JM, Wang EEL. Glucocorticoids for acute viral bronchiolitis in infants and young children. The Cochrane Database of Systematic Reviews 2004; (3): Art No Cd004878. 6. Meissner HC, Long SS. Revised indications for the use of palivizumab and repiratory syncytial virus immune globulin intravenous for the prevention of respiratory syncytial virus infections. Pediatrics 2003;112:1147-1152. Otitis media aguda Diagnóstico: El diagnóstico se fundamenta en el antecedente de infección respiratoria aguda leve con otalgia, hiperemia y abombamiento de la membrana timpánica detectado con otoscopio neumático.1 El abombamiento timpánico tiene una buena sensibilidad asociada con microorganismos en el oído medio. Es más común en lactantes y preescolares, 58 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría con un pico máximo entre los 6 y 15 meses de edad. Los niños con trastornos de la inmunidad humoral, expuestos al humo del tabaco o con defectos anatómicos o funcionales de la trompa de Eustaquio, son propensos a la otitis media aguda recurrente. Cuando se realiza la timpanocentesis se encuentran gérmenes en 70 a 90% de los casos. Hay virus en 20 a 49% de los pacientes e infección mixta (por virus y bacterias) en 18 a 27%. La otitis media aguda se distingue de la otitis media con efusión porque este es un padecimiento crónico caracterizado por líquido en el oído medio, sin signos inflamatorios.2,3 Cuando la otitis media aguda se diagnostica por otoscopia y timpanometría, se halla líquido en el oído medio por timpanocentesis en 85% de los pacientes.4 El agente causal más frecuente de la otitis media aguda es S. pneumoniae, H. influenzae no capsulados y Moraxella catarrhalis. En mayores de cinco años se encuentra Streptococcus pyogenes.5,6 Tratamiento: el antibiótico de elección es amoxicilina (90 mg/kg/día) dividida en dos o tres dosis, durante 10 días en menores de dos años, en especial en zonas donde hay S. pneumoniae resistente a penicilina. En niños mayores la duración del tratamiento es de 5 a 10 días y la dosis de amoxicilina es menor: 40 a 50 mg/kg/día. En caso de falla terapéutica o de otitis media aguda recurrente se debe sospechar de un microorganismo productor de betalactamasa, en cuyo caso el tratamiento debe ser con amoxicilina/clavulanato en dosis de 22.5/3.2 mg/kg/dosis (máximo 875/125 mg) por vía oral, cada 8-12 horas, durante 10 días. El uso de descongestivos y antihistamínicos no está indicado. 1. American Academy of Pediatrics. Diagnosis and management of acute otitis media. Pediatrics 2004;113:451-465. 2. Le CT, Daly KA, Margolis RH, Lindgren BR, Giebink GS. A clinical profile of otitis media. Arch Otolaryngol Head Neck Surg 1992;118:1225-1228. 3. Orchik DJ, Dunn JW, McNutt L. Tympanometric as a predictor of middle ear effusion. Arc Otolaryngol 1978;104:4-6. 4. Paradise JL, Smith CG, Bluestone CD. Tympanometric detection of middle ear effusion in infants and young children. Pediatrics 1976;58:198-210. 5. Bluestone CD, Stephenson JS, Martin LM. Ten-year review of otitis media pathogens. Pediatr Infect Dis J 1992;11:S7-S11. Artículo de revisión 6. Jacobs MR, Dagan R, Applebaum PC, Burch DJ. Prevalence of antimicrobial-resistant pathogens in middle ear fluid: multinational study of 917 children with acute otitis media. Antimicrob Agents Chemother 1998;42:589-595. Otitis media crónica con efusión Está definida por la persistencia de efusión en el oído medio por más de tres meses. Tiene una prevalencia de 10 a 30% en niños entre uno y tres años de edad y su incidencia antes de los cuatro años es de 80%. Existen pocas evidencias de que la efusión persistente del oído medio conlleve un riesgo para el desarrollo del lenguaje.1 Su manifestación habitual es la hipoacusia o la otalgia. El pilar del diagnóstico continúa siendo la otoscopia neumática que tiene una sensibilidad de 94% y especificidad de 80%.2 Tratamiento: amoxicilina (40-50 mg/kg/día) por vía oral, cada 8-12 horas durante 10 a 30 días. Si el tratamiento inicial falla usar prednisolona (1 mg/kg) por vía oral cada 24 horas, durante 7 a 14 días y amoxicilina/clavulanato (22.5/3.2 mg/kg/dosis (máximo 875/125 mg) por vía oral, cada 8-12 horas durante 10 a 30 días. 1. Takata GS, Chan LS, Morphew T, Mangione-Smith R, Morton SC, Shekelle P. Evidence assessment of the accuracy of methods of diagnosing middle ear effusion in children with otitis media with effusion. Pediatrics 2003;112:1379-1387. 2. American Academy of Pediatrics Sub-committee on Otitis Media with Effusion. Pediatrics 2004;113:1412-1429. Faringoamigdalitis aguda A menudo es causada por virus y la diferencia clínica entre las distintas causas es muchas veces imposible de dilucidar. La infección viral suele acompañarse de manifestaciones gripales. Streptococcus pyogenes produce de 20 a 40% de los casos entre los 3 y 13 años de edad; en menores de tres años aparece entre 5 y 10% de los casos. El tratamiento empírico con antibióticos se establece en preescolares y escolares con fiebre, exudado faringoamigdalino y adenopatía submaxilar dolorosa. El método diagnóstico ideal es el cultivo. Las pruebas rápidas son útiles, pero su relación costo-beneficio no se ha demostrado.1,2,3 El tratamiento antibiótico busca evitar las complicaciones locales y reducir el riesgo de fiebre reumática y glomerulonefritis posinfecciosa. Tratamiento con penicilina benzatínica: Niños de 10 a 15 kg: 600,000 a 750,000 U, dosis única vía IM Niños de 15 a 20 kg: 750,000 a 1,200,000 U dosis única vía IM Mayores de 20 kg: 1,200,000 U dosis única vía IM En pacientes con alergia a la penicilina: Cefalexina: 20 mg/kg/día vía oral dividida en dos dosis, durante 10 días; cefuroxima-axetil: 15 mg/kg (máximo 500 mg) vía oral cada 12 horas por 10 días; azitromicina: 20 mg/kg (máximo 600 mg) por vial oral cada 24 horas por tres días. 1. Pichichero ME. Evaluating the need, timing and best choice of antibiotics therapy for acute otitis media and tonsillopharyngitis infections in children. Pediatr Infect Dis J 2000;19(12, suppl):S131-140. 2. Del Mar CB, Glasziou PP, Spinks AB. Antibiotics for sore throat. The Cochrane Database of Systematic Review 2006;(4):Art No Cd000023. 3. Edmonson MB, Farwell KR. Relationship between the clinical likelihood of group A streptococcal pharyngitis and the sensitivity of a rapid antigendetection test in a pediatric practice. Pediatrics 2005;115:280-285. Croup (Laringotraqueobronquitis aguda) Se debe sospechar Croup en pacientes con rinorrea, coriza y fiebre con signos de obstrucción respiratoria alta (tos perruna, disfonía y estridor). Es más frecuente entre 1 y 5 años de edad y suele autolimitarse en dos a cinco días. Algunos niños tienen episodios recurrentes de Croup espasmódico, el cual se relaciona con alergia respiratoria. Los agentes causales más comunes son virus parainfluenza, rinovirus, virus sincicial respiratorio y virus influenza.1 Los casos leves no requieren tratamiento. El tratamiento en hospitalizados debe incluir: -Oxigenoterapia a 40% en cámara cefálica -Hidratación, si es posible por vía oral, debe considerarse la vía intravenosa si el estado clínico del niño lo justifica octubre-diciembre 2011 59 Bustos González A -Corticoide en dosis única: dexametasona IV (0.3 a 0.6 mg/kg) o prednisolona (1 mg/kg) por vía oral En casos severos: Epinefrina nebulizada: 0.5 mL/kg/dosis (máximo 5 mL) de una solución al 1:1,000 cada dos horas. Considerar la intubación y el ingreso a terapia intensiva en los pacientes con cianosis, retracciones severas e hipoventilación marcada, a quienes se les realizó la terapia previamente descrita 1. Johnson D. Croup. Clin Evid 2005;14:310-327. Infección de tejidos blandos La celulitis es una infección difusa y diseminada de la piel y el tejido celular subcutáneo que excluye la existencia de focos supurativos subyacentes. La progresión de la enfermedad incluye fiebre, eritema doloroso, linfadenitis y estado tóxico.1 El agente causal en la forma primaria casi siempre es Streptococcus pyogenes; cuando es secundaria a trauma se encuentra Staphylococcus aureus. En la erisipela, producida por Streptococcus beta-hemolítico del grupo A, la lesión eritematosa es elevada y con una clara delimitación entre el tejido enfermo y el sano.2 Para el tratamiento oral inicial en niños sin manifestaciones sistémicas o lesiones de poca extensión se indica dicloxacilina (50 mg/kg/día) por vía oral cada seis horas, por 7 a 10 días o cefalexina (25 mg/kg/dosis) por vía oral cada ocho horas, por 7 a 10 días. Si se sospecha Staphylococcus aureus meticilino-resistente o en pacientes con alergia a la penicilina: clindamicina (10 mg/kg/dosis) por vía oral o endovenosa cada ocho horas por siete días. Debe anotarse que el eritema puede resolverse de forma lenta y en algunos casos puede progresar en las primeras 24 a 48 horas, aun si el niño se encuentra afebril y su estado mejora. En pacientes con afectación del estado general o que no responden a la terapia oral después de 48 horas, se recomienda iniciar terapia endovenosa y continuarla hasta que el paciente esté afebril y el eritema comience a desvanecerse, para después continuar con el esquema oral previamente descrito. Tratamiento endovenoso: oxacilina (200 mg/kg/ día) dividida cada seis horas por vía IV o cefalotina (50 mg/ kg dosis) cada 6 horas IV. Si se sospecha Staphylococcus aureus meticilino-resistente o en pacientes con alergia a la 60 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría penicilina se indica clindamicina (10 mg/kg/ dosis) cada 8 horas IV o vancomicina en menores de 12 años (30 mg/ kg/dosis) cada 12 horas IV, en mayores de 12 años (25 mg/kg dosis) cada 12 horas IV. Forúnculos y carbuncos: para el tratamiento de abscesos, cuando son pequeños, el drenaje suele ser suficiente. En lesiones mayores, además del drenaje quirúrgico, se debe iniciar antibioticoterapia: dicloxacilina (50 mg/kg día) por vía oral dividida en cuatro dosis por cinco días o cefalexina (25 mg/kg/dosis) por vía oral cada ocho horas por cinco días Impétigo: para lesiones localizadas: mupirocina a 2% tópica, cada ocho horas. Para lesiones extensas: cefalexina (12.5 mg/kg dosis) por vía oral, dividida en cuatro dosis o dicloxacilina (50 mg/ kg/día) por vía oral, cada seis horas Si se sospecha infección por Staphylococcus aureus meticilino-resistente o en pacientes con alergia a la penicilina: clindamicina (10 mg/kg) vía oral cada ocho horas por cinco dias 1. Stevens DL, Bisno AL, Chambers HF, et al. Infectious Disease Society America. Practice guidelines for the diagnosis and management of skin and softtissue infections. Clin Infect Dis 2005;41:1373-1406. 2. Bisno AL, Stevens DL. Streptococcal infections in skin and soft tissues. N Engl J Med 1996;334:240-245. Mordeduras de perros, gatos y humanos Las mordeduras se infectan con facilidad. En el caso de herida por gato se infectan 67% de los pacientes, mordeduras por humanos 47% y por perros 5%. Son procesos infecciosos polimicrobianos, en los que participan bacterias Gram positivas y Gram negativas, aerobias y anaerobias (S. aureus, cocos anaerobios, bacteroides, Pasteurellas y Pseudomonas fosforescens). No es raro encontrar microorganismos productores de beta-lactamasa. Cuando ocurre una mordedura es necesario lavar exhaustivamente y debridar los tejidos desvitalizados.1,2,3 Se recomienda el uso de antibióticos profilácticos en: -Mordedura de gato -Mordedura de humanos -Mordedura de perro y otros mamíferos de más de ocho horas de nacidos Artículo de revisión -Heridas por mordeduras que no pueden ser debridadas correctamente -Heridas en manos, pies o cara -Mordeduras que afectan estructuras subyacentes como hueso, tendones o articulaciones -Mordeduras en pacientes inmunocomprometidos Para tratamiento oral se recomienda: amoxicilina-clavulanato (22.5 + 3.2 mg/kg/dosis) por vía oral cada 8-12 horas, por cinco días o clindamicina (10 mg/kg/dosis) por vía oral o endovenosa, cada ocho horas. Para heridas severas o penetrantes: Se debe iniciar terapia endovenosa. Cuando la condición del paciente mejore, se cambiará a tratamiento oral según el esquema anterior. Debe cumplirse un total acumulado de 14 días de tratamiento. De forma empírica se puede elegir: oxacilina por vía IV (200 mg/kg/día) en cuatro dosis, metronidazol (10 mg/kg) por vía IV cada ocho horas o ceftriaxona (25 mg/kg) por vía IV cada 12 horas. Se debe aplicar toxoide tetánico en pacientes que hayan recibido menos de tres dosis de vacuna contra el tétanos, en quienes no están inmunizados o en quienes no se puede verificar el estado de inmunización. Hay que considerar el riesgo de contagio de hepatitis B y VIH en mordeduras por humano si se desconoce el estado inmunológico del afectado o no posee vacunación completa y si se sospecha infección por virus de hepatitis B o VIH en el agresor. 1. Madeiros I, Saconato H. Antibiotic prophylaxis for mammalian bites. The Cochcrane Database of Systematic Reviews 2001;(2):Art No Cd001738. 2. Brook I. Microbiology of human and animal bite wounds in children. Pediatr Infect Dis J 1987;6:2932. 3. American Academy of Pediatrics. Bite Wounds. Red Book 2003:183-186. Neumonía En recién nacidos las neumonías de aparición temprana son producidas por microorganismos provenientes de la región anogenital de la madre, generalmente Streptococcus beta-hemolíticos del grupo A y bacilos Gram negativos aerobios.1 Después del periodo neonatal la causa frecuente de las infecciones respiratorias agudas bajas son los virus. En lactantes y mayores los signos clínicos de la neumonía son: tos, taquipnea, fiebre y retracción subcostal. Las sibilancias sugieren un origen viral, Mycoplasma o Chlamydia pneumoniae.2 Streptococcus pneumoniae es la causa más frecuente de neumonía bacteriana adquirida en la comunidad, que en muchos casos se acompaña de derrames paraneumónicos.3 Después de la introducción de la vacuna conjugada antineumocócica, la incidencia radiológica de neumonía disminuyó 20%.4 Como agentes causales, después de S. pneumoniae siguen en frecuencia H. influenzae tipo B en no inmunizados y S. aureus, que tiene la posibilidad de evolucionar en pocas horas a estado tóxico y la formación de neumatoceles o empiema. Chlamydia trachomatis debe considerarse en menores de tres meses sin fiebre, con tos y neumonitis, particularmente si existe el antecedente de conjuntivitis neonatal o historia materna de flujo vaginal.5 Tratamiento de la neumonía adquirida en la comunidad: de 0 a 7 días de nacido: ampicilina (60 mg/kg) por vía IV cada 12 horas, por siete días más gentamicina (2.5 a 3 mg/ kg) por vía IV cada 24 horas en menores de 30 semanas o 3.5 mg/kg por vía IV cada 24 horas en mayores de 30 semanas, por siete días. En mayores de una semana y menores de cuatro meses con neumonía afebril: eritromicina (10 mg/kg) por vía oral cada seis horas, por 7 a 14 días o claritromicina (7.5 mg/ kg) por vía oral cada 12 horas, por siete días o azitromicina (10 mg/kg) por vía oral cada 24 horas, durante cinco días. En menores de un mes la eritromicina se ha relacionado con estenosis pilórica. En pacientes con enfermedad severa de origen bacteriano piógeno se recomienda cefuroxima (50 mg/kg) por vía IV cada seis horas. En lactantes con neumonía adquirida en la comunidad, no complicada: ampicilina (50 mg/kg) por vía IV cada seis horas, por cinco a siete días o amoxicilina (50 mg/ kg) por vía oral dividida en tres dosis. En la enfermedad pulmonar severa o complicada, está indicada la asociación de oxacilina (50 mg/kg) por vía IV cada seis horas más ceftriaxona (50 mg/kg) por vía IV en una o dos dosis diarias. Si se sospecha S. aureus meticilino-resistente: vancomicina (30 mg/kg) por vía IV en dos a cuatro dosis diarias o clindamicina (10 mg/kg) por vía IV cada ocho horas, por un mínimo de 14 días. En caso de derrame pleural significativo o empiema debe realizarse una punción diagnóstica y evacuadora con la colocación oportuna de una sonda para drenaje. octubre-diciembre 2011 61 Bustos González A 1. Heath PT. Epidemiology and bacteriology of bacterial pneumonias. Pediatr Respir Rev 2000;1:4-7. -El leucograma puede estar normal o existir leucocitosis con neutrofilia 2. Esposito S, Blasi F, Arosio C, et al. Importance of acute Mycoplasma pneumoniae and Chlamydia pneumonia infections in children with wheezing. Eur Respir J 2000;16:1142-1146. -Los hemocultivos son positivos en 60% de los pacientes, por lo que se deben realizar de rutina al ingreso, antes de comenzar el tratamiento con antibióticos 3. Esposito S, Bosis S, Cavagna R, et al. Characteristics of Streptococcus pneumonia and atypical bacterial infections in children 2-5 years of age with community-acquired pneumonia. Clin Infect Dis 2002;35:1345-1352. 4. Black SB, Shinefield HR, Hansen J, et al. Postlicensure evaluation of the effectiveness of seven valent pneumococcal conjugate vaccine. Pediatr Infect Dis J 2001;20:1105-1107. 5. Darville T. Chlamydia trachomatis infections in neonates and young children. Semin Pediatr Infect Dis 2005;16:235-244. Osteomielitis aguda Es una enfermedad infrecuente en lactantes y niños, con una incidencia anual de 1 en 5,000. La infección es usualmente de origen hematógeno, aunque las bacterias pueden llegar al sitio por trauma o por vecindad (artritis y abscesos de partes blandas). Es dos veces más frecuente en niños que en niñas y afecta en especial los huesos largos: fémur, tibia y húmero. En 5 a 20% de los casos se puede encontrar una localización multifocal.1,2 El diagnóstico temprano de la osteomielitis aguda hematógena en el niño tiene gran importancia. Inicialmente se puede confundir con celulitis. Los hallazgos radiográficos son tardíos en las placas simples, no así en pruebas diagnósticas que incluyen gammagrafía, ecografía, tomografía y resonancia magnética. Pacientes con fiebre, dolor, limitación a la movilización de las extremidades y sensibilidad exquisita a la presión local, en especial en las metáfisis de los huesos largos, deben hospitalizarse para diagnóstico y tratamiento bajo sospecha de osteomielitis aguda.3 Al ingreso se deben realizar exámenes de laboratorio que incluyen: -Reactantes de fase aguda: proteína C reactiva elevada en 90% de los casos. Los valores normales hacen menos probable el diagnóstico, pero no lo excluyen, mientras que los valores elevados son inespecíficos. 62 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Para el diagnóstico de imagen hay que tener en cuenta: -Las radiografías simples son de poca utilidad en el diagnóstico temprano de la osteomielitis aguda en pediatría, excepto en la osteomielitis neonatal, ya que la osteopenia o la osteolisis no son visibles sino hasta siete días después del inicio de los síntomas y la elevación perióstica sólo aparece después de 10 a 20 días -La ultrasonografía ha demostrado utilidad en localizar colecciones subperiósticas -La resonancia magnética no se recomienda de rutina en casos no complicados. Tiene una sensibilidad de 88 a 100% para el diagnóstico de osteomielitis aguda, con una especificidad de 90% -La gammagrafía demuestra utilidad en el diagnóstico, aunque puede ser normal en fases tempranas de la infección. Es útil para identificar osteomielitis piógena multifocal, que es más común en niños que en adultos Antibioticoterapia empírica para osteomielitis aguda: ante la alta sospecha de osteomielitis y previa toma de cultivos se iniciará: oxacilina (200 mg/kg/día) por vía IV dividida en cuatro dosis o cefalotina (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas. Si el niño es mayor de tres meses, se encuentra afebril y con mejoría clínica después de iniciar el tratamiento, se debe cambiar a la vía oral después de tres a seis días con: dicloxacilina (25 mg/kg/dosis) cada seis horas o cefalexina (25 mg/kg/dosis) cada ocho horas. Si se sospecha infección por Staphylococcus aureus meticilino-resistente, adquirido en la comunidad o en pacientes con alergia a la penicilina se opta por: clindamicina (10 mg/kg/dosis) cada seis u ocho horas por vía IV, con cambio a vía oral según se indicó anteriormente. Para pacientes con alergia a la penicilina: vancomicina: menores de 12 años, 30 mg/kg/dosis cada 12 horas por vía IV; mayores de 12 años, 25 mg/kg/dosis cada 12 horas por vía IV o clindamicina (10 mg/kg/dosis) Artículo de revisión cada ocho horas por vía IV, con cambio a vía oral según los criterios establecidos con clindamicina (10 mg/kg/ dosis) cada ocho horas. Para pacientes con sospecha de infección por Staphylococcus aureus meticilino-resistente de origen nosocomial: vancomicina: menores de 12 años, 30 mg/kg/dosis cada 12 horas por vía IV; mayores de 12 años, 25 mg/kg/dosis cada 12 horas por vía IV. Si se sospecha infección por bacilos Gram negativos o en niños menores de cinco años no inmunizados contra Hib: cefotaxima, 50 mg/kg/dosis por vía IV cada seis u ocho horas o la combinación de ceftriaxona, 50 mg/kg por vía IV cada 12-24 horas más oxacilina, 50 mg/kg/dosis por vía IV cada seis horas. La duración de los esquemas antibióticos anteriores debe ser por un periodo global de, al menos, tres semanas, con controles de proteína C reactiva. Las intervenciones quirúrgicas necesarias deben realizarse oportunamente para lograr una pronta mejoría y evitar complicaciones o cronicidad. 1. Dich VQ, Nelson JD, Haltalin KC. Osteomyelitis in infants and children: a review of 163 cases. Am J Dis Child 1975;129:1273-1278. 2. Dahl LB, Hoyland AL, Dramsdahl H, Kaaresen PI. Acute osteomyelitis in children: a population-based restrospective study 1965 to 1994. Scand J Infect Dis 1998;30:573-577. 3. Faden H, Grossi M. Acute osteomyelitis in children. Reassessment of etiologic agents and their clinical characteristics. Am J Dis Child 1991;145:65-69. Artritis séptica Los niños con artritis séptica usualmente son atendidos por dolor, fiebre alta, inflamación y reducción de la movilidad articular con reactantes de fase aguda elevados. El diagnóstico es clínico en primera instancia. La causa más común en todo el mundo es S. aureus, con aislamiento cada vez más frecuente de S. aureus meticilino-resistente adquirido en la comunidad. En recién nacidos se encuentran Streptococcus beta-hemolíticos del grupo B y enterobacterias. Después del periodo neonatal aparecen como agentes causales S. pneumoniae, Streptococcus beta-hemolíticos del grupo A, Kingella kingae y Salmo- nella. En lactantes no vacunados la incidencia de H. influenzae tipo B es importante. Algunos microorganismos que se encuentran en articulaciones (N. meningitidis, N. gonorrhoeae y Enterobacter) casi nunca producen osteomielitis. Las muestras para hemocultivo, tinción de Gram y cultivo de aspirado articular deben tomarse antes de la primera dosis de antibiótico. El drenaje de la articulación afectada es de gran importancia por motivos diagnósticos y terapéuticos. El pus acumulado en la articulación puede producir daño permanente y retrasar la acción antibiótica. El drenaje percutáneo de la articulación es posible, pero en algunos casos (en especial en cadera y hombro) es necesaria la cirugía abierta o por métodos artroscópicos. De ser posible, la terapia antibiótica debe basarse en la tinción de Gram del liquido articular (45% de sensibilidad). De no ser posible, el tratamiento antibiótico empírico debe basarse en lo expuesto para osteomielitis aguda y mantener el tratamiento por un periodo no menor de tres semanas y realizar lavados articulares durante el tratamiento antibiótico si hay recurrencia del proceso inflamatorio.1-5 Para artritis séptica aguda demostrada, adicional al tratamiento antibiótico, se recomienda: dexametasona 0.2 mg/kg/dosis por vía IV cada ocho horas, durante cuatro días. Con esto se reduce la duración de los síntomas y el riesgo de disfunción residual por afectación del cartílago de crecimiento. 1. Luhmann JD, Luhmann SJ. Etiology of septic arthritis in children: an update for the 1990s. Pediatr Emer Care 1999;15:40-42. 2. Caksen H, Osturk MK, Uzum K, Yuksel S, Ustumbas HB, et al. Septic arthritis in childhood. Pediatr Int 2000; 42:534-540. 3. Wang CL, Wang SM, Yang YJ, Tsai CH, Liu CC. Septic arthritis in children: relationship of causative pathogens, complications, ant outcome. J Microbiol Immunol Infect 2003;34:41-46. 4. Georgens ED, McEvoy A, Watson M, Barret IR. Acute osteomyelitis and septis arthritis in children. J Paediatr Child Health 2005;41:59-62. 5. Kunnamo I, Kallio P, Pelkonen P, Hovi T. Clinical sings and laboratory test in the differential diagnosis of arthritis in children. Am J Dis Child 1987;141:3440. octubre-diciembre 2011 63 Bustos González A Meningitis bacteriana aguda Diagnóstico clínico: la manifestación clínica clásica de la meningitis purulenta en lactantes y mayores es fiebre, cefalea, vómito, perturbación sensorial, fontanela abombada, rigidez de nuca y petequias. Signos similares se pueden hallar en meningitis aséptica, pero los niños con meningitis bacteriana usualmente se observan más enfermos. La inconciencia o las convulsiones de difícil control se asocian con mal pronóstico al igual que la hipoglucorraquia <10 mg y la leucocitorraquia >10,000. Aunque la historia clínica puede sugerir el diagnóstico de meningitis bacteriana aguda, la punción lumbar es el patrón de referencia. Aún no está claro si en pacientes con meningitis a los que se les realiza punción lumbar esta sea la responsable de la herniación cerebral, puesto que la complicación ocurre entre 4 y 6% de los pacientes con o sin punción lumbar previa. Se recomienda, sin embargo, aplazar el procedimiento o tomar precauciones en los siguientes casos:1-8 -Signos neurológicos focales -Papiledema -Deterioro rápido del estado de conciencia -Signos de hipertensión endocraneana severa: pulso débil y lento, tensión arterial elevada y pupilas dilatadas o poco reactivas -Estatus convulsivo -Diátesis hemorrágica En estos casos debe comenzarse el tratamiento empírico según la edad y la epidemiología y dejar la punción para cuando el niño se haya estabilizado, usualmente en dos o tres días. Hallazgos en el líquido cefalorraquídeo en meningitis bacteriana aguda: -Líquido turbio u opalescente -La tinción de Gram es positiva en 60 a 90% de los pacientes con meningitis bacteriana que no recibieron antibióticos previos; tiene una especificidad de 97% -El diferencial de leucocitos debe interpretarse con cautela, ya que, es cierto que en meningitis bacteriana hay predominio polimorfonuclear, pero en la mitad de los casos, sobre todo en las fases iniciales, este fenómeno puede aparecer en las meningitis virales. Por lo demás, en 64 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría casos de predominio linfocitario, hay que tener en cuenta la posibilidad de meningitis parcialmente tratada o de infección por Listeria -La relación de la glucosa en el líquido cefalorraquídeo con la glucemia central es de 0.4 o menor. Tiene 80% de sensibilidad y 98% de especificidad para meningitis purulenta -La hiperproteinorraquia es usual en pacientes con meningitis bacteriana aguda. Las concentraciones altas de proteínas, a la luz de un cuadro clínico compatible, deben hacer sospechar de meningitis tuberculosa -La proteína C reactiva y otros reactantes de fase aguda en suero y líquido cefalorraquídeo, aunque tienen una sensibilidad media-alta y poca especificidad, tienen un valor predictivo negativo mayor de 97% Si no hay contraindicación para la punción lumbar, la tinción de Gram debe orientar la decisión terapéutica. De lo contrario, se indica el manejo empírico de acuerdo a la edad del paciente. Neonatos y lactantes menores de tres meses con tinción de Gram positiva: -Cocos o diplococos Gram positivos (Streptococcus betahemolíticos del grupo o S. pneumoniae), cefotaxima (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas y vancomicina (15 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas -Cocos o diplococos Gram negativos (N. meningitidis), bencilpenicilina (45 mg/kg/dosis) por vía IV cada cuatro horas -Bacilos Gram positivos (Listeria monocytogenes), ampicilina (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas Bacilos Gram negativos (E. coli, Salmonella y otros Gram negativos), cefotaxima (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas o cefepima (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada ocho horas Niños de tres meses o mayores con infección por Gram positivos: -Cocos o diplococos Gram positivos (S. pneumoniae), cefotaxima (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas o ceftriaxona (100 mg/kg/día) cada 12 horas y vancomicina (15 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas -Cocos o diplococos Gram negativos (N. meningitidis), bencilpenicilina (45 mg/kg/dosis) por vía IV cada cuatro horas Artículo de revisión -Bacilos Gram positivos (Listeria monocytogenes), ampicilina (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas -Bacilos Gram negativos (H. influenzae tipo B), cefotaxima (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada seis horas o ceftriaxona (50 mg/kg/dosis) por vía IV cada 12 horas Tratamiento empírico para neonatos o lactantes menores de tres meses: Ampicilina, 50 mg/kg/dosis por vía IV cada seis horas más cefotaxima, 50 mg/kg/dosis por vía IV cada seis horas más vancomicina, 15 mg/kg/dosis por vía IV cada seis horas (no es necesaria en meningitis neonatal temprana). Tratamiento empírico para niños mayores de tres meses: Vancomicina, 15 mg/kg/dosis por vía IV cada seis horas más cefotaxima, 50 mg/kg/dosis por vía IV cada seis horas o ceftriaxona, 50 mg/kg/dosis por vía IV cada 12 horas. La duración del tratamiento dependerá de la bacteria aislada y no debe ser menor de siete días; se extenderá según la necesidad y evolución hasta por 21 días. No se administran antibióticos orales debido a la baja concentración que alcanzan en el líquido cefalorraquídeo. Se recomienda administrar dexametasona, 0.15 mg/kg/ dosis por vía IV antes o con la primera dosis de antibióticos en meningitis bacteriana aguda, más allá del periodo neonatal, para luego continuar administrándola cada seis horas durante cuatro días. Es discutido su uso en meningitis meningocócica. No se recomienda la restricción de líquidos en pacientes con meningitis bacteriana aguda, porque puede incrementar la hipoxia cerebral. Profilaxis: se recomienda administrar profilaxis a los contactos intradomiciliarios, guarderías o colegios de niños con enfermedad meningocócica con rifampicina, en neonatos 5 mg/kg/dosis por vía oral cada 12 horas por dos días; niños, 10 mg/kg/dosis por vía oral cada 12 horas, por dos días; adultos, 600 mg cada 12 horas por vía oral durante dos días o ceftriaxona, 250 mg por vía IM como dosis única (en niños 125 mg). Es una opción recomendada en embarazadas. Una alternativa es ciprofloxacina (para adultos y niños mayores de 12 años), 500 mg por vía oral como dosis única en adultos y 12.5 mg/kg por vía oral en niños. 1. Chavez-Bueno S, McCracken GH, Jr. Bacterial meningitis in children. Pediatr Clin North Am 2005;52:795-810. 2. Vergnano S, Sharland M, Kazembe P, Mwansambo C, Heath PT. Neonatal sepsis: and international perspective. Arch Dis Child Fetal Neonatal Ed 2005;90:F220-F224. 3. Oostenbrink R, Moons KD, Donders AR, Grobbee DE, Moll HA. Prediction of bacterial meningitis in children with meningeal signs: reduction of lumbar puncture. Acta Paediatric 2001;90:611-617. 4. Weber MW, Herman J, Jaffar S, et al. Clinical predictors of bacterial meningitis in infants and young children in The Gambia. Trop Med Int Health 2002;7:722-731. 5. Minns RA, Englemann HM, Stirling H. Cerebrospinal fluid pressure in pyogenic meningitis. Arch Dis Child 1989;64:814-820. 6. Dodge PR, Swartz MN. Bacterial meningitis: review of select aspects. II. Special neurologic problems, post-meningitis complications and clinicopathological correlations. N Eng J Med 1965;272:954-960. 7. Horowitz SJ, Boxerbaum B, O´Bell J. cerebral herniation in bacterial meningitis in childhood. Ann Neurol 1980;7:524-528. 8. Rennick G, Shann F, de Campo J. Cerebral herniation during bacterial meningitis in children. BMJ 1993;306:953-955. octubre-diciembre 2011 65 Artículo de revisión Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría 2011;25(98):66-70. Polimixinas en la era de la multidrogorresistencia José de Jesús Coria Lorenzo* Alfredo Morayta Ramírez** Yetzamin Gutiérrez Muñoz*** * Pediatra Infectólogo adscrito al Departamento de Infectología del Hospital Infantil de México Federico Gómez. ** Pediatra Infectólogo, Presidente de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, Jefe de Infectología del Centro Médico 20 de Noviembre. *** Pediatra Infectóloga, Jefe del departamento de Calidad y proyectos especiales del Instituto Nacional de Perinatología. www.nietoeditores.com.mx Resumen Antecedentes: en los últimos años, la eficacia de los diversos tratamientos médicos y de los procedimientos no médicos que recibe un paciente crítico que ingresa a una unidad de terapia intensiva, se opaca por la emergencia de patógenos multidrogorresistentes, principalmente cuando están asociados con infecciones relacionadas con la atención a la salud (también conocidas como nosocomiales). Su existencia limita las expectativas de las opciones terapéuticas con que cuentan los hospitales que atienden a este tipo de pacientes y genera combinaciones de tratamientos denominados “terapia de salvamento o de rescate”. Objetivo: realizar una revisión de los efectos y beneficios de la colistín (polimixina E). Material y método: se hizo una revisión de los artículos publicados más recientes que evalúan la administración de colistín (polimixina E) en pacientes con infecciones graves asociadas con organismos multidrogorresistentes. Conclusiones: existe una gran cantidad de bibliografía que considera el regreso de la colistín (polimixina-E) a las opciones terapéuticas no como una opción inicial, sino como un recurso racional para casos especiales causados por microorganismos Gram negativos. Palabras clave: paciente crítico, unidad de terapia intensiva, colistín, polimixina E, multidrogorresistencia Abstract Background: In recent years, the effectiveness of various medical and non-medical procedures a patient receives in a critical intensive care unit, is overshadowed by the emergence of multidrug-resistant pathogens, especially when associated with infections related with health care (also known as nosocomial). Their existence, limits the expectations of the therapeutic options available to hospitals that serve these patients and generates combinations of treatments called «salvage therapy or rescue.» Objective: To review the effects and benefits of colistin (polymyxin E). Material and methods: A review of recent published articles that evaluate the administration of colistin (polymyxin E) in patients with serious infections associated with multidrug agents. Conclusions: There is a large ammount of literature that considers the return of colistin (polymyxin-E) treatment options not as an initial choice, but as a rational appeal for special cases caused by Gram negative. Key words: critically ill, intensive care unit, colistin, polymyxin E, multidrug-resistant L a emergencia de bacterias Gram negativas multidrogorresistentes, en particular Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter Baumanni y Klebsiella pneumoniae, y la falta de nuevos antibióticos para combatir a estos patógenos llevan a recurrir a un antibiótico polipeptídico cíclico catiónico del grupo de las polimixinas; dos de las cuales se usan en la práctica médica: polimixina B y polimixina E (colistín). 66 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Ambas pertenecen a un grupo de antibióticos descubiertos en 1947 y aislados de Bacillus polymyxa que tiene cinco diferentes compuestos, polimixinas A,B,C,D y E, pero sólo dos, B y E, son de uso terapéutico. La polimixina E fue descubierta en 1949, por síntesis no ribosomal, a partir de Bacillus polymyxa, subespecie colistinus Koyama. Diversos logros médicos como el desarrollo de medidas de soporte técnico o las mejoras en la capacidad de trasplante Artículo de revisión de diversos órganos, tienen por finalidad una mejor calidad de vida y pueden verse ensombrecidos por infecciones potencialmente fatales de adquisición intrahospitalaria, que se caracterizan por la multirresistencia.1-2 Las infecciones nosocomiales, conocidas en la actualidad como infecciones asociadas con la atención a la salud, causadas por bacterias Gram negativas multidrogorresistentes son la causa principal de un cambio fundamental en la seguridad de los pacientes y la calidad de la atención que requieren. En Estados Unidos de América se registraron durante 2002, 1.7 millones de infecciones intrahospitalarias, lo que representa 4.5 de cada 100 admisiones, con una mortalidad de 99,000 casos. Las infecciones de tipo nosocomial son la sexta causa de mortalidad global en Estados Unidos y se considera que una tercera parte de ellas, o más, son prevenibles. Entre las bacterias Gram negativas que producen estas infecciones, destacan las de la familia enterobacteriacea y, desafortunadamente, algunos microorganismos multidrogorresistentes, entre ellos, Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter baumannii y enterobacteriaceas productoras de β-lactamasas de espectro extendido o de carbapenemasas, las cuales se reportaron con mayor frecuencia en todo el mundo en los últimos 10 años. La National Healthcare Safety Network de Estados Unidos reportó que más de 30% de estas bacterias predominaron en diferentes casos de pacientes que ingresaron a las unidades de cuidados intensivos, principalmente en neumonía asociada a ventilador (47%) e infección de vías urinarias (45%).3,4,5 En México, la Dirección General de Epidemiología reportó en los últimos siete años (2004-2010) que la neumonía asociada a ventilador y las infecciones de vías urinarias, las bacteriemias y las infecciones de herida quirúrgica ocupan los primeros lugares de prevalencia de infecciones nosocomiales, con una tasa global para el año 2010 de 8.2 por cada 100 egresos hospitalarios. Los agentes causales de neumonía son: P. aeruginosa (25%), K. pneumoniae (19%) y Enterobacter cloacae (11%); en bacteriemia primaria son: Staphylococcus coagulasa negativa (22%), Serratia marcescens (19%), Escherichia coli (15%), Staphylococcus aureus (14%) y P. aeruginosa (13%); en infecciones de vías urinarias prevalecieron E. coli (46%), P. aeruginosa (17%), S. aureus (11%) y Klebsiella pneumoniae (8%); en las infecciones de herida quirúrgica los que se reportan son E. coli (26%), E. cloacae (19%) y P. aeruginosa (17%), y son 34 de cada 100 egresos en las unidades de cuidados intensivos neonatales y 27 de cada 100 egresos en otras unidades de cuidados intensivos. Los datos reportados en nuestro país concuerdan con los reportes de la literatura que, lamentablemente, también expresan la problemática del surgimiento de patógenos multirresistentes.6 Estructura química Las polimixinas son un decapéptido cíclico catiónico ligado a una cadena de ácidos grasos por una unión α-amida. Su peso molecular es de 1750 Da. El compuesto de aminoácido en la molécula de colistín es: D-leucina, L-treonina y L-α-γ-ácido diaminobutírico. Este último está ligado a residuos de ácidos grasos: ácido-6-metil-octanoico (colistín A) y ácido-6-metileptanoico (colistín B). Se conocen dos formulaciones, colistimetato sódico y colistín sulfato, las cuales pueden contener diferentes cantidades de ácidos grasos. Colistín sulfato sólo puede administrarse por vía oral en tabletas o jarabe. El colistimetato sódico se produce por la reacción de colistín con formaldehido y bisulfato sódico y puede administrarse por vía parenteral (intravenosa e intramuscular) y en nebulizaciones. El colistimetato sódico es menos tóxico que el colistín sulfato. La polimixina B y la E se emplean en la práctica clínica, la principal diferencia entre ellas es que la polimixina B contiene fenilalanina.1,2 Mecanismos de acción y resistencia El sitio de acción o actividad antimicrobiana del colistín es la membrana celular bacteriana y ocurre mediante interacciones electrostáticas entre el polipéptido catiónico (colistín) y las moléculas aniónicas de los lipopolisacáridos de la membrana externa de las bacterias Gram negativas lo que favorece el desarreglo de la membrana celular bacteriana. El colistín desplaza magnesio (Mg+2) y calcio (Ca+2) lo que desestabiliza la molécula de lipopolisacárido de la parte cargada negativamente, lo que produce una alteración de la membrana externa. El resultado de este proceso es un aumento en la permeabilidad de la envoltura celular, fuga del contenido y, subsecuentemente, muerte celular.7,8 La particularidad de las bacterias Gram negativas de desarrollar resistencia al colistín/polimixina B se debe a mecanismos de mutación o adaptación que involucran cambios en la membrana externa de la bacteria. La mutación es hereditaria, de bajo nivel e independiente de la octubre-diciembre 2011 67 Coria Lorenzo JJ y col. continuidad del antibiótico; en la adaptación ocurre el fenómeno opuesto. Debido a los componentes de estos antimicrobianos, puede aparecer resistencia cruzada entre colistín y polimixina B. De forma reciente se demostró otro mecanismo de resistencia en patógenos como Yersinia spp, en el que el sistema de flujo de bombeo de potasio se asoció con resistencia a polimixina B. Una situación paradójica es que, aunque no se reporta resistencia enzimática bacteriana al colistín, el Bacillus polymyxia (del que derivan las polimixinas) subespecie colistimus, produce una enzima denominada colistinasa que inactiva al colistín.1,9,10 Es importante resaltar que cuando el colistín se usa como monoterapia, puede generar resistencia mutacional en las bacterias Gram negativas incluidas P. aeruginosa, A. baumannii, K. pneumoniae y E. coli; cuando no se usa como monoterapia, no se observa resistencia, ni en patógenos multidrogorresistentes como P. aeruginosa.2 La actividad bactericida del colistín sulfato y del colistimetato sódico es similar a la de los aminoglucósidos y dependiente de la concentración, una característica muy importante de su farmacocinética y farmacodinamia.1 Selección de uso de colistín (polimixina E) Al inicio del decenio de 1950, se utilizó en Japón y Europa. A partir de 1959, en Estados Unidos se usó en forma de colistimetato sódico o metanosulfonato de sodio. Su disponibilidad fue amplia en el decenio de 1960. Sus indicaciones se limitaron a algunas bacterias Gram negativas: E. coli, K. pneumoniae y E. spp; bacterias no fermentadoras: P. aeruginosa y A. spp. En la práctica clínica se usaron polimixina B y polimixina E (colistín), ambas por vía intravenosa; sin embargo, en el deceino de 1980, fueron retiradas poco a poco en muchos paises debido a la asociación con nefrotoxicidad y neurotoxicidad, además de la aparición de nuevos antimicrobianos con mayor espectro de actividad frente a bacterias Gram negativas y de menor toxicidad. Su uso quedó restringido a la vía tópica (ótico y oftálmico). Después de casi dos decenios de permanecer en el olvido, el regreso del uso de colistín es debido a la aparición de bacterias Gram negativas multidrogorresistentes, particularmente en las unidades de cuidados intensivos con elevación en la mortalidad y al limitado número de opciones terapéuticas disponibles. Ante la prevalencia de organismos productores de β-lactamasas de espectro extendido o enterobacterias productoras de carbapenemasas 68 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría como Citrobacter spp o Stenotrophomonas maltophilia entre otras, pero en particular, E. coli, K. pneumoniae, A. baumannii y Salmonella enterica, se vislumbra el potencial del colistín para el tratamiento de infecciones causadas por estos agentes patógenos.11,12,13 En un estudio de aislamientos bacterianos recientes de pacientes mexicanos, que incluyó 20 cepas de P. aeruginosa pan-resistente (incluidas ceftazidima, imipenem, gentamicina y ciprofloxacino), 20 cepas de A. calcoceticusbaumannii sólo sensibles a imipenem y 20 cepas de K. pneumoniae, algunas productoras de carbapenemasas y todas resistentes al resto de los antimicrobianos señalados, la CIM máxima de colistín, determinado por dilución seriada en medio líquido, fue de 2 µg/mL (C.F. AmábileCuevas, datos no publicados). Este es el valor de corte más riguroso para susceptibilidad, que es el de EUCAST. Todas las cepas de esta muestra resultaron sensibles al colistín. Indicaciones de empleo Colistín es una opción viable para tratar a pacientes con infecciones por bacterias Gram negativas que son susceptibles in vitro a otros antimicrobianos o cuando el tratamiento con esos agentes no fue clínicamente efectivo o se demostró que hay resistencia a los mismos. Con base en reportes de la bibliografía médica, los principales afectados son los pacientes hospitalizados en la unidad de cuidados intensivos, quienes con frecuencia padecen de neumonía nosocomial asociada o no con ventilación mecánica. La neumonía asociada con ventilación mecánica ocurre en 10 a 20% de los pacientes con más de 48 horas de ventilación asistida. La resistencia a carbapenémicos fue de 26.4% en casos infectados por P. aeruginosa y hasta 36.8% en casos de A. baumannii.4,12,14 Varios autores refieren que P. aeruginosa es la segunda causa de neumonía nosocomial y que el tratamiento combinado con colistín es una alternativa viable en estos casos de multidrogorresistencia.15,16,17 Otra infección común en estos pacientes son las bacteriemias primarias y secundarias. Su aparición puede poner en riesgo la vida del paciente, y se llega a reportar en 30% de los pacientes hospitalizados en la unidad de cuidados intensivos. En ocasiones se relaciona a la infección con la colocación de un catéter venoso central y su causa principal son organismos Gram negativos, entre los que destacan Klebsiella spp, E. coli, Enterobacter spp y P. aeruginosa. En estos casos también ocurre la resistencia de estos pa- Artículo de revisión tógenos, particularmente a las cefalosporinas de espectro extendido y a los carbapenémicos. Los reportes indican una resistencia de 27.1% a las cefalosporinas de tercera generación y de 10.8% a carbapenémicos (imipenem y meropenem).13,14,18 Las infecciones de vías urinarias no escapan a las causas de infecciones nosocomiales en las unidades de terapia intensiva. Los datos recientes reportan que E. coli es el agente etiológico más común de los Gram negativos y en orden descendente están: P. aeruginosa, Klebsiella spp, Enterobacter spp y A. baumannii. En estos casos, la resistencia observada en estos patógenos es a quinolonas y cefalosporinas de tercera y cuarta generación.4,19 Otros reportes de la bibliografía en que destaca la aparición de patógenos resistentes como E. cloacae (5%), Acinetobacter spp (24%), P. aeruginosa (60-81%) y A. baumannii (25-65%), son acerca de la infección de heridas quirúrgicas (de 5 a 13% de los pacientes hospitalizados) y las infecciones intraabdominales (26% de los pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos).1 En todas estas infecciones causadas por patógenos multidrogorresistentes que ocurren en pacientes internados en la unidad de cuidados intensivos se usó colistín por vía intravenosa, como una alternativa de tratamiento restringida, de 10 hasta 43 días de tratamiento total, de acuerdo con la respuesta clínica y la cura bacteriana. La mayor parte de los estudios señalan que una dosis de 5 mg/kg/ día dividida en tomas cada ocho horas (algunos estudios mencionan dosis cada seis horas), sin exceder la dosis máxima de 300 mg/día, es eficaz para el tratamiento de estas infecciones que obligan a una estancia prolongada en el hospital e incrementan el riesgo de fallecimiento.20-28 Conclusiones El uso de colistín intravenoso en infecciones por P. aeruginosa y A. baumannii multidrogorresistentes. La polimixina E tiene la particularidad de ser un antibiótico con actividad bactericida y un mecanismo de acción dependiente de la concentración, además de ser un compuesto muy estable en el plasma, por lo que debe ser considerado en la actualidad como una alternativa con sinergia antimicrobiana en infecciones causadas por bacterias Gram negativas multirresistentes o resistentes a otros agentes antimicrobianos comúnmente utilizados. Esto se confirma con pruebas adecuadas de susceptibilidad in vitro. También queda demostrado que disminuye los costos debido a que reduce el número de días de estancia hospitalaria y el uso de esquemas de escalamiento, además de tener pocas complicaciones. Debe tenerse claro que los términos colistín y colistimetato no son intercambiables y que colistimetato sódico es la presentación parenteral, aunque en la mayor parte de la bibliografía se hace mención a la polimixina E como colistín. Como sabemos, en el momento actual prácticamente está detenido el desarrollo de nuevos antibióticos y la evidencia en la bibliografía de este antibiótico ante patógenos que han resurgido como multidrogorresistentes, nos debe llevar a considerar cuidadosamente la recuperación del colistimetato de sodio como una nueva herramienta dentro de las opciones terapéuticas contra microorganismos Gram negativos multidrogorresistentes causantes principalmente de infecciones nosocomiales, sin perder de vista que no es una alternativa de tratamiento de primera opción o de monoterapia, sino una excelente opción de sinergia antimicrobiana que puede ser usada con prudencia y justificación para optimizar los resultados en pacientes con infecciones por bacterias multirresistentes. Referencias 1. Falagas ME, Kasiakou SK. Colistin: The Revival of Polymyxins for the Management of Multidrug-Resistant GramNegative Bacterial Infections. CID 2005;40:1333-1341. 2. 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Schindler M, Osborn MJ. Interaction of divalent cations and polymyxin B with lipopolysaccharide. Biochemistry 1979;18:4425-4430. octubre-diciembre 2011 69 Coria Lorenzo JJ y col. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 70 Bengoechea JA, Skurnik M. Temperature-regulated efflux pump/potassium antiporter system mediates resistance to cationic antimicrobial peptides in Yersinia. Mol Microbiol 2000;37:67-80. Denton M, Kerr K, Mooney L, et al. Transmission of colistinresistant Pseudomonas aeruginosa between patients attending a pediatric cystic fibrosis center. Pediatr Pulmonol 2002;34:257-261. Bouallegue-Godet O, Ben SY, Fabre I, et al. Nosocomial outbreak caused by Salmonella enterica serotype Livingstone producing CTX-M-27 extended spectrum beta-lactamase in a neonatal unit in Sousse Tunisia. J Clinic Microbiol 2005;43:1037-1044. Gaynes R, Edwards JR. Overview of nosocomial infections caused by gram-negative bacilli. Clin Infect Dis 2005;41:848-854. 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Jefe del Laboratorio de diagnóstico molecular de patógenos y virología en investigación Instituto Nacional de Pediatría, México DF www.nietoeditores.com.mx Resumen Streptococcus pyogenes es una causa poco común de neumonía adquirida en la comunidad. Es poco frecuente en el adulto y se observa con mayor frecuencia en pacientes pediátricos, en quienes puede ocasionar compromiso parenquimatoso pulmonar y en ocasiones derrame pleural purulento. Se reporta el caso de una paciente femenina de dos años de edad, con diagnóstico de epilepsia parcial compleja sintomática y neumonía adquirida en la comunidad causada por Streptococcus pyogenes (grupo A en la clasificación de Lancefield) complicada con derrame pleural. La siguiente descripción destaca la importancia de considerar a Streptococcus pyogenes como agente causal de enfermedad invasiva aunque este microorganismo sea un agente poco común de neumonía adquirida en la comunidad, porque es una causa importante de morbimortalidad en algunos casos con un curso clínico fulminante. Abstract Streptococcus pyogenes is an uncommon cause of community acquired pneumonia. It is rare in adults and is seen more frequently in pediatric patients, in whom can cause lung parenchymal involvement and occasionally pleural purulent effusion. We report a case of a two years old female patient, diagnosed with complex partial epilepsy and symptomatic community-acquired pneumonia caused by Streptococcus pyogenes (group A on Lancefield classification) complicated with pleural effusion. The following description highlights the importance of considering Streptococcus pyogenes as the causative agent of invasive disease although this organism is an uncommon agent of community-acquired pneumonia, because it is a major cause of morbidity and mortality in some cases with a fulminant clinical course. S treptococcus pyogenes o estreptococo beta-hemolitico del grupo A de Lancefield es una causa poco común de neumonía adquirida en la comunidad. Es poco frecuente en el adulto y se observa con más frecuencia en el niño, en quien puede ocasionar compromiso parenquimatoso pulmonar y en ocasiones derrame pleural purulento.1,2 Se describe como una infección secundaria a infecciones virales como sarampión e influenza.3 La mayor parte de los casos son esporádicos y adquiridos en la comunidad.4 La transmisión de persona a persona de Streptococcus pyogenes es a través de gotas respiratorias, aunque también se puede propagar a través de las secreciones corporales de un paciente infectado.5 Pueden darse brotes en ambientes de hacinamiento o en guarderías y excepcionalmente pueden ser transmitidos por los alimentos.6. Descripción del caso Se reporta el caso de una paciente de sexo femenino de dos años de edad con antecedente de encefalopatía hiperbilirrubinémica a los cuatro días de vida; en la actualidad padece encefalopatía coreoatetósica secundaria y epilepsia parcial compleja sintomática tratada con ácido valproico y risperidona. La paciente tuvo un descontrol de crisis convulsivas 14 días previos a su internamiento por lo que se agregó clonazepam al tratamiento. Inició su padecimiento actual ocho días previos a su ingreso con aumento en la cantidad de secreciones respiratorias y expectoración blanquecina. Un día previo al ingreso tuvo fiebre de 38.1o C y tos productiva, disneizante, no cianozante ni emetizante, dificultad respiratoria y crisis convulsivas tónico clónico generalizadas. Al ingresar a octubre-diciembre 2011 71 Huerta Martínez A y col. urgencias del Instituto Nacional de Pediatría se diagnosticó estado epiléptico. Los signos vitales fueron 39.9o C, frecuencia cardiaca de 166 latidos por minuto, frecuencia respiratoria de 45 por minuto, tensión arterial media 51 mmHg y oximetría de pulso de 80%. A la exploración física mostraba polipnea y dificultad respiratoria caracterizada por retracción xifoidea, tiraje intercostal, retracción supraesternal y síndrome de derrame pleural derecho (vibraciones vocales disminuidas, matidez a la percusión, incremento de la transmisión de la voz e hipoventilación completa de hemitórax derecho) y la auscultación del hemitórax izquierdo con estertores crepitantes. 72 Se estableció el diagnóstico de neumonía comunitaria complicada con derrame pleural derecho y se realizó un hemograma que reportó hemoglobina de 13.5 g/dL, hematocrito 42%; leucocitos 14,500/mm3, neutrófilos 82%, linfocitos 11%, neutrófilos en banda 4% y plaquetas 174,000/ mm3. La telerradiografía y la radiografía lateral de tórax evidenciaron una radioopacidad completa del hemitórax derecho, lo que apoyó el diagnóstico de derrame pleural. En el servicio de urgencias se logró la remisión del estado epiléptico con la administración de diazepam a 0.25 mg/kg/ dosis. Ante los datos clínicos de insuficiencia respiratoria se realizó intubación endotraqueal y se colocó un sello pleural derecho, del cual se extrajeron 160 mL de material purulento (Figura 1). Para el tratamiento hemodinámico se administraron dos cargas de solución cristaloide (20 mL/kg/ dosis). El examen citoquímico del líquido pleural reportó deshidrogenasa láctica en 5,518 UI/L, proteínas 2,800 mg/ dL y glucosa de 239 mg/dL. La deshidrogenasa láctica sérica se reportó con una concentración de 381 UI/L, con una relación de líquido:suero de 14.4. El estudio citológico del líquido pleural reportó 74,600 leucocitos/mm3 con 77% de polimorfonucleares y 12% de mononucleares, con esto se cumplieron los criterios para un exudado. Al examen directo del líquido pleural se observaron cocos Gram positivos agrupados en cadenas cortas. (Figura 2) Por esto, se decidió iniciar tratamiento con ceftriaxona a dosis de 100 mg/kg/día, ante la posibilidad de estreptococos como agente causal de la neumonía en esta paciente. A las 24 horas de cultivo, se observó el crecimiento en Agar-sangre de colonias beta-hemolíticas con aglutinación positiva para Streptococcus del grupo A de Lancefield y prueba de sensibilidad a bacitracina positiva, con lo que se tipificó a la bacteria aislada como Streptococcus pyogenes. (Figura 3) Se continuó tratamiento con ceftriaxona y permaneció con apoyo ventilatorio mecánico durante una semana. Evolucionó de forma favorable hacia la resolución del cuadro neumónico por lo que se extubó a los 10 días y egresó de la terapia intensiva cuatro días después por mejoría y continuó afebril y sin datos clínicos ni radiológicos de neumonía. A las 24 horas de su egreso manifestó estado epiléptico de difícil control que requirió incremento de la dosis de midazolam e intubación endotraqueal y reingreso a terapia intensiva con desenlace fatal debido a complicaciones de su padecimiento de base. Figura 1. Radiografía de tórax donde se observa derrame pleural residual derecho, posterior a la colocación de sello pleural Figura 2. Examen directo de aspirado bronquial donde se observan cocos Gram positivos agrupados en cadenas cortas (flechas) Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría Caso clínico Con frecuencia tienen una rápida aparición de disnea y fiebre; como síntoma predominante está el dolor torácico y una alta incidencia de derrame pleural y empiema. Otras complicaciones incluyen neumonía necrosante y bacteriemia.³ La asociación de choque y bacteriemia por S. pyogenes es inusual, con una prevalencia de 0.18 episodios por 1,000 admisiones hospitalarias.10 Figura 3. Se observan en la caja de Agar-sangre grandes zonas de beta-hemolisis Discusión En la era pre-antibiótica, Streptococcus pyogenes era la causa de varios casos de bronconeumonía y hasta finales de 1970 se implicaba en brotes en poblaciones cerradas (por ejemplo en reclutamientos militares) especialmente cuando la infección estreptocócica faríngea y escarlatina eran prevalentes en la comunidad. Con el resurgimiento en los últimos años de las formas graves de infección por Streptococcus pyogenes en varias regiones del mundo, diversos autores han reportado una mayor incidencia de formas poco comunes de esta infección, como neumonía y fascitis necrosante.7 Se reportan casos esporádicos de neumonía adquirida en la comunidad por Streptococcus pyogenes. En la actualidad representa menos de 1% de todos los casos, y los patógenos más comúnmente identificados son Streptococcus pneumoniae y Staphylococcus aureus.8 La manifestación clínica es muy parecida a la que produce Streptococcus pneumoniae. Al-Kaabi y colaboradores compararon el cuadro clínico y radiológico de las neumonías por S. pneumoniae y por S. pyogenes en la población pediátrica. Los pacientes con neumonía por S. pyogenes mostraban derrames pleurales más extensos, con mayor incidencia de cultivos positivos en líquido pleural, síndrome febril y periodos de hospitalización más prolongados.1,2,3,9 Las imágenes radiográficas son características, con infiltrados en lóbulos inferiores que se complican a las pocas horas con derrame pleural en 55 a 95% de los casos.1,9 El líquido pleural cumple criterios bioquímicos de exudado paraneumónico o de empiema, con tendencia a la formación de loculaciones precoces. Los cultivos del líquido pleural son positivos en 20 a 40% de los casos. En este caso, la radiografía de tórax mostró derrame pleural, el análisis citoquímico y citológico cumplieron con los criterios para clasificarse como exudado y el cultivo corroboró el agente causal.1,2,9 La infección pulmonar por S. pyogenes tiene una mortalidad de 38 a 47%. Por esta razón, debemos sospechar neumonía por S. pyogenes ante la afectación de los lóbulos inferiores con la formación rápida y progresiva de derrame pleural, tal como ocurrió en nuestra paciente.1,2,3,9 La penicilina continúa como el tratamiento de elección tanto en infección invasiva como en la no invasiva. La neumonía estreptocócica no complicada tratada con penicilina tiene una baja mortalidad. En este caso se inició el tratamiento con ceftriaxona de forma empírica y ante la sospecha de neumococo como agente causal, sin embargo, tres días después se obtuvo el reporte de Streptococcus pyogenes en el cultivo de secreción pleural. Se decidió continuar con el mismo esquema por la evolución favorable al tratamiento con una cefalosporina de tercera generación. Desafortunadamente, la paciente tuvo otras complicaciones atribuibles a la epilepsia y desarrolló estado epiléptico con un desenlace fatal. Conclusión Streptococcus pyogenes es un agente causal poco común de neumonía adquirida en la comunidad. Es un agente etiológico a descartar, que debemos considerar cuando encontramos compromiso parenquimatoso pulmonar importante o derrame pleural purulento con manifestaciones clínicas severas. El tratamiento de elección descrito en la literatura es penicilina. octubre-diciembre 2011 73 Huerta Martínez A y col. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 74 Barnham M, Weightman N, Anderson A, Pagan F, Chapman S. Review of 17 cases of Pneumonia caused by Streptococcus pyogenes. Eur J Clin Microbiol Infect Dis 1999;18:506-509. Al-Kaabi N, Solh Z, Pacheco S, Murray L, Gaboury I, et al. 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Uso de la prueba LightCycler® SeptiFast en un recién nacido y un lactante para el diagnóstico etiológico rápido de sepsis nosocomial por Candida parapsilosis Karla Maldonado-Silva* Jesús Reyna-Figueroa* Federico Javier Ortiz-Ibarra† Ema Valenzuela-Méndez† Ana Elena Limón-Rojas* *Departamento de Pediatría, Hospital Central Sur de Alta Especialidad, Petroleos Mexicanos † Laboratorios Diagnomol, México Correspondencia: M. en C.M. Jesús Reyna Figueroa. Blvd. Adolfo Ruíz Cortinez 4091, colonia Fuentes del Pedregal, Delegación Tlalpan 14140, México DF. Correo electrónico: jesusreynaf@prodigy.net.mx www.nietoeditores.com.mx Resumen Una nueva técnica de biología molecular fue utilizada simultáneamente en dos pacientes con síndrome de respuesta inflamatoria sistémica y cultivos negativos en quienes se administraron antibióticos de amplio espectro sin una mejoría visible. El primer caso es una paciente de 17 meses de edad que fué admitida en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos con diagnóstico de choque séptico de origen abdominal. En el último cuadro tuvo fiebre y alteraciones persistentes en los resultados de laboratorio y los cultivos fueron negativos en tres ocasiones; se solicitó como una alternativa la prueba de SeptiFast con una muestra de sangre del catéter permanente y se identificó material genético de Candida parapsilosis y Klebsiella pneumoniae/oxytoca, motivo por el cual se retiró el catéter, con respuesta adecuada de la paciente que egresó al resolverse la infección. El segundo caso es un paciente masculino de 16 días de vida que fue admitido desde el nacimiento en el servicio de lactantes por dificultad respiratoria y enterocolitis necrosante; a las 72 de la suspensión del tratamiento antimicrobiano inició con fiebre, distensión abdominal, leucopenia y plaquetopenia. Se solicitaron nuevos cultivos y la prueba de SeptiFast con un mililitro de sangre periférica, la cual identificó a Candida parapsilosis como agente causal. El tratamiento se cambió a anfotericina B deoxicolato con mejoría a las 24 horas del cambio. Palabras clave: sepsis neonatal, infección nosocomial, diagnóstico, biología molecular, SeptiFast Abstract A new molecular biology technique was used simultaneously in two patients with systemic inflammatory response syndrome and negative cultures who were given broad-spectrum antibiotics without a visible improvement. The first case is a patient of 17 months who was admitted to the Pediatric Intensive Care Unit with a diagnosis of abdominal septic shock. In the last episode had fever and persistent laboratory abnormalities and the cultures were negative on three occasions, SeptiFast was requested as an alternative test with a sample of blood from the catheter in place and identified the genetic material of Candida parapsilosis and Klebsiella pneumoniae/oxytoca, and the catheter was removed, with adequate response from the patient and discharged when the infection was solved. The second case is a male patient of 16 days of life who was admitted at birth in infants service because of respiratory distress and necrotizing enterocolitis, at 72 hours from the suspension of the antimicrobial treatment started with fever, abdominal distension, leukopenia and thrombocytopenia. New cultures were requested and SeptiFast test with one milliliter of peripheral blood, which identified Candida parapsilosis as the pathogen agent. The treatment was changed to amphotericin B deoxycholate with improvement at 24 hours of the change. Key words: neonatal sepsis, nosocomial infection, diagnosis, molecular biology, SeptiFast octubre-diciembre 2011 75 Maldonado-Silva K y col. D urante décadas, el hemocultivo se consideró como el patrón de referencia (estándar de oro) para el diagnóstico de sepsis. Su principal desventaja es que en 60% de los casos se reportan cultivos negativos a pesar de que los pacientes tienen datos de respuesta inflamatoria sistémica.1-3 La discusión tiene muchos años y aún no se ha llegado a consensos y propuestas de identificación que satisfagan la necesidad de detectar oportuna y correctamente la sepsis en los pacientes pediátricos.2,4 En la actualidad, la introducción y uso de nuevas técnicas de biología molecular para la identificación de DNA de microorganismos está revolucionando la medicina al disminuir el tiempo para la obtención de los resultados en horas, con aumento de la sensibilidad y especificidad para la detección de los agentes patógenos con una menor cantidad de muestra en comparación con el hemocultivo y con efectividad aun en los casos de pacientes con tratamiento antimicrobiano, lo que favorece el inicio oportuno de un tratamiento antimicrobiano especifico.5 La reacción en cadena de la polimerasa (PCR por sus siglas en inglés), se emplea para la amplificación de secuencias conservadas de los genes bacterianos del ácido ribonucleico ribosomal (rRNA) 16S, 23S y las regiones intermedias entre ambos. En la actualidad, la PCR se usa en el diagnóstico de bacterias específicas de forma individual o para la búsqueda masiva de un grupo de microorganismos, que suelen detectarse con muy baja frecuencia o cuando se presume conocido el agente causal.6,7,8,9 La prueba de LightCycler® SeptiFast (Roche Diagnostics) es un ensayo multiplex de PCR en tiempo real que se basa en el uso de sondas específicas que permiten detectar e identificar el DNA de 25 microorganismos, con distinción de Gram positivos, Gram negativos y hongos, que representan 90% de las especies aisladas en pacientes sépticos.5 Con el uso de esta técnica se han mejorado los porcentajes de detección de bacterias causantes de enfermedades como endocarditis infecciosa, sepsis en pacientes neutropénicos con neoplasias hematológicas, bacteriemias, fungemias y sepsis neonatal.10-17 Caso clínico 1 Paciente femenino de 17 meses de edad, admitida en la Unidad de Cuidados Intensivos con diagnóstico de choque séptico de origen abdominal secundario a reconexión intestinal con entero-entero anastomosis y adherensiolisis 76 Revista de Enfermedades Infecciosas en Pediatría con aislamiento en sangre de Klebsiella pneumoniae. Desde su admisión, la paciente estuvo hospitalizada durante cuatro meses, tiempo en el que recibió cuatro esquemas antimicrobianos: meropenem por el aislamiento de K. pneumoniae, cefotaxima teicoplanina sin aislamientos, caspofungina por aislamiento de Candida parapsilosis y meropenem, vancomicina y caspofungina sin aislamientos. En este último episodio la paciente tuvo fiebre y alteraciones persistentes en los resultados de los análisis de laboratorio (leucopenia y trombocitopenia), los cultivos fueron negativos en tres ocasiones, motivo por el que después de 23 días de tratamiento antimicrobiano y con la paciente sin mejoría, se solicitó como alternativa la prueba de SeptiFast con una muestra de 1.5 mL de sangre del catéter permanente (Broviack, colocado dos meses atrás) y 1 mL de sangre periférica. De la primera muestra se identificó material genético de Candida parapsilosis y Klebsiella pneumoniae/oxytoca, por lo que el catéter fue retirado, con una respuesta adecuada de la paciente, que egresó una vez resuelta la infección. Caso clínico 2 Paciente masculino de 16 días de edad, admitido desde su nacimiento en el servicio de lactantes por dificultad respiratoria y enterocolitis necrosante. Recibió tratamiento por tres días con ampicilina más amikacina y por 10 días con vancomicina y cefotaxima. A las 72 horas de la suspensión del tratamiento antimicrobiano inició con fiebre, distensión abdominal, leucopenia y plaquetopenia, por lo que se reinició el tratamiento con cefotaxima más vancomicina durante cinco días sin mejoría, con persistencia de fiebre, leucopenia, trombocitopenia y una determinación de proteína C reactiva de 50 mg/dL. Los cultivos de sangre, orina y liquido cefalorraquídeo fueron reportados negativos. A los nuevos cultivos se añadió la prueba de SeptiFast en un mililitro de sangre periférica, en la que se identificó Candida parapsilosis como agente causal. El tratamiento fue cambiado a anfotericina B deoxicolato con mejoría a las 24 horas. A los 10 días de realizado, el cultivo de sangre periférica reportó crecimiento de Candida parapsilosis. Material y métodos Para la prueba de SeptiFast, el DNA se extrajo de una muestra de 1 mL de sangre total con anticoagulante EDTA tomada del paciente con la técnica de hemocultivo. Caso clínico La muestra fue lisada de forma mecánica con el equipo MagNA Lyser (Roche). Posteriormente se utilizó el kit SeptiFast Prep® MGRADE y se incubaron las muestras a 56°C con proteasa y un tampón de lisis caotrópico para liberar y proteger al DNA de las enzimas contra DNA. En este momento se agregó a cada muestra un volumen definido de Control Interno. Después se adicionó a las muestras un tampón de unión y se transfirió la solución a una columna de fibra de vidrio donde el DNA genómico humano, bacteriano y fúngico fueron retenidos, el resto del material se eliminó mediante un par de lavados. Al final se eluyeron los ácidos nucléicos en 300 µL de solución y el material obtenido se utilizó para la reacción de amplificación. Reacción de amplificación. Se utilizó el kit LightCycler® SeptiFast Test MGRADE, para lo que se prepararon las mezclas de reacción que contenían la enzima Taq polimerasa y primers/sondas específicas para la detección de microorganismos Gram positivos, Gram negativos y hongos. Se agregaron las muestras procesadas con las mezclas de reacción en los capilares de LightCycler® (100 µL) MGRADE, donde la reacción de amplificación (PCR) se realizó con el equipo LightCycler® 2.0 (Roche). Análisis de detección de los amplicones amplificados. Después de finalizar la PCR se generaron los análisis de la curva de fusión de los controles y las muestras amplificadas. Este análisis fue de forma automática con el software de identificación especial (SeptiFast Identification Software) y se generó un reporte de los resultados obtenidos. Discusión La detección temprana de los microorganismos con una técnica basada en la identificación de ácidos nucléicos asegurará el uso rápido y apropiado de antimicrobianos, lo que disminuye la mortalidad. La detección rápida del agente causal de una infección es muy importante en el tratamiento correcto de los pacientes.4 Las ventajas de la prueba de SeptiFast se han evaluado en diversos estudios, que establecen niveles de concordancia con los hemocultivos de hasta 89%. Los casos reportados describen el rol de la prueba como auxiliar en el tratamiento correcto de los pacientes, al considerar que el porcentaje de aislamiento para Klebsiella sp y Candida sp en nuestro hospital es bajo,18 lo que explica porque no se incluyen en el modelo de tratamiento empírico primario. De forma indirecta, la identificación temprana y simultanea de Candida parapsilosis en dos pacientes por métodos de biología molecular, disparó la alerta epidemiológica que evitó su diseminación a otros pacientes; el resultado tardío del cultivo positivo en un caso y el resultado negativo del otro no hubieran permitido tomar acciones de forma oportuna. En ambos casos, los cultivos de sangre no fueron una herramienta útil. Recientemente, la prueba se incluyó en protocolos de investigación en diferentes instituciones del mundo, aunque la prueba es relativamente desconocida en México. Referencias 1. Reyna FJ, Richardson LCV, Vidal VP. 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