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AGROQUÍMICOS Y MEDIOS ACUÁTICOS. II. INTERACCIONES ECOLÓGICAS Y EFECTOS INDIRECTOS DEL GLIFOSATO SOBRE LOS ANFIBIOS. Carlos Cabido, Ion Garin-Barrio y Carmen Martínez-Saura Departamento de Herpetología Sociedad de Ciencias Aranzadi Diciembre de 2012 Cítese como: Cabido, C., Garin-Barrio, I., Martínez-Saura, C. 2012. Interacciones ecológicas y efectos indirectos del glifosato sobre los anfibios. URA-Agencia Vasca del Agua. RESUMEN............................................................................................................... 2 LABURPENA........................................................................................................... 3 1 Antecedentes, justificación y objetivos .................................................................... 4 2 Metodología general ................................................................................................ 7 3 4 5 2.1 Determinación de las “dosis de ensayo” (concentraciones de glifosato esperadas en pequeños medios acuáticos).............................. 7 2.2 Captura y mantenimiento de los especimenes experimentales. ............. 8 2.3 Cronograma............................................................................................11 Examen experimental de los efectos de las “dosis de ensayo” sobre el crecimiento y duración del estadio larvario: diferencias entre especies y productos comerciales (Objetivo 1). ...................................................................... 12 3.1 Metodología........................................................................................... 13 3.2 Resultados............................................................................................. 14 Examen experimental de los efectos de dosis subletales sobre la detección y el escape de depredadores naturales en larvas de sapo partero (Alytes obstetricans) (Objetivo 2)....................................................................................... 17 4.1 Metodología........................................................................................... 18 4.2 Resultados............................................................................................. 19 Examen experimental de los efectos de dosis subletales sobre la tolerancia térmica en poblaciones amenazadas de sapo corredor (Bufo calamita) (Objetivo 3). ........................................................................................................... 20 5.1 Metodología........................................................................................... 22 5.2 Resultados............................................................................................. 22 6 Discusión ............................................................................................................... 23 7 Conclusiones ......................................................................................................... 26 8 Referencias bibliográficas...................................................................................... 27 9 Personas participantes e implicación en el proyecto: ............................................ 32 10 Difusión de los resultados...................................................................................... 33 10.1 Comunicaciones en congresos: ............................................................ 33 10.2 Publicaciones científicas: ...................................................................... 34 10.3 Videos divulgativos:............................................................................... 34 1 RESUMEN Con frecuencia, los charcos, abrevaderos o pequeños humedales que son adecuados como hábitat para muchas especies de anfibios se encuentran en terrenos agrícolas o en su proximidad, expuestos a todo tipo de contaminantes de origen agrícola. Entre los más comunes se encuentra el glifosato. En una primera serie de estudios, se obtuvieron los valores de las concentraciones de glifosato que generan un 50% de mortalidad a las 96h con el objetivo de determinar qué especies de las presentes en la CAPV y qué estadios de desarrollo larvario eran los más vulnerables. Sin embargo, las condiciones en el campo son mucho más complejas y para poder hacer predicciones de los perjuicios reales que el glifosato genera a las especies de anfibios es necesario conocer mejor la interacción del pesticida con la ecología de éstos. Estudios recientes indican que concentraciones muy por debajo de las letales pueden tener efectos que, aunque no son aparentes, acaban reduciendo la probabilidad de supervivencia del individuo afectado, resultando mortales a largo plazo. Esta “mortalidad diferida o críptica” no tiene por qué ser provocada por el pesticida per se, sino que puede ser producto de la sinergia de éste con otros factores. En esta segunda fase, se aborda el examen de algunos de los posibles efectos secundarios que dosis subletales pueden tener sobre distintos aspectos de la biología de las larvas de anuros y cómo esto puede aumentar su vulnerabilidad ante otros factores o interaccionar con ellos para producir una mayor mortalidad. Así, se ha examinado: 1) cómo los efectos de dosis de ensayo (concentraciones de glifosato esperadas en pequeños humedales) de dos productos comerciales con glifosato afectan al crecimiento del renacuajo, al tamaño del metamórfico y a la duración del estadio larvario de una de las especies aparentemente más resistente (la rana verde ibérica) y de la más vulnerable (el sapillo moteado) al glifosato; 2) cómo afectan a la respuesta antidepredadora de las larvas de sapo partero, y 3) cómo afectan a la tolerancia térmica de los renacuajos de sapo corredor. Las consecuencias de estos efectos, que no causan mortalidad directa, son, sin embargo, muy importantes para poder valorar correctamente la vulnerabilidad de los anfibios a este tipo de agroquímicos, de uso cada vez más extendido. Palabras clave: anfibios, herbicidas, agroquímicos, efectos subletales, mortalidad críptica, sinergias, depredación, estrés térmico, conservación, Pelophylax perezi, Pelodytes punctatus, Alytes obstetricans, Bufo calamita. 2 LABURPENA Maiz, anfibio espezie askok erabiltzen dituen putzu, aska eta hezegune txikiak nekazaritza lurretan kokatzen dira. Hori dela eta nekazal jatorria duten kutsatzaileak jasateko arriskuan daude. Kutsatzaile arruntenetariko bat glifosatoa da. Euskal Autonomia Erkidegoan bizi diren anfibio espezieen artean sentikorrenen zerrenda bat egitea izan zen lehen helburua. Baita larba estadio sentikorrenak ezagutzea ere. Horretarako 96h-ko tartean %50eko heriotza-tasak eragiten dituen glifosato kontzentrazioak lortu genituen. Hala ere, landako baldintzak askoz konplexuagoak dira. Glifosatoak eragiten dituen anfibioen gaineko kalteen iragarpen bat egin ahal izateko pestizida eta animalien ekologiaren arteko elkarreraginak ezagutzea ezinbestekoa da. Ikerketa berriek kontzentrazio hilgarrien azpitikoek ere ondorioak izan ditzaketela adierazten dute. Ondorio hauek, nahiz eta antzemangarriak ez izan, indibiduoen biziraupen probabilitatea murrizten dute, hilgarriak izanik epe luzean. “Atzeratutako hilkortasun” edota “hilkortasun kriptiko” hau, ez du zertan pestizidek per se eragin behar, pestizidaren eta beste faktore batzuen arteko sinergiaren produktu bat izan daiteke. Bigarren fase batean hilgarrien azpitiko dosiek anuroen larben biologiaren gaineko eraginak aztertu ditugu. Kontuan hartu behar da eragin honek faktore desberdinekiko larben zaurgarritasuna emenda dezakeela edota haiekin interakzionatu hilkortasun-tasa handiagoak sortaraziz. Modu honetan, hurrengoa aztertu da: 1) glifosatodun bi produktu komertzialen froga-dosiek (urmael txikietan espero daitezkeen glifosato kontzentrazioak) zapaburuen hazkuntzan, metamorfikoen tamainan eta larba faseen iraupenean daukaten eragina. Horretarako, espezierik itxuraz erresistenteena (igel berdea) eta zaurgarriena (apo pintatua) aztertu ziren; 2) txantxikuaren zapaburuen erantzun antidepredatzailean duten eragina, eta 3) apo lasterkariaren zapaburuen jasankortasun termikoan duten eragina. Hilkortasun zuzena sortzen ez duten dosi hauen ondorioak oso garrantzitsuak dira geroz eta erabilera hedatuagoa duten agrokimiko hauekiko anfibioen zaurgarritasuna aztertu ahal izateko. Hitz gakoak: anfibioak, herbizida, agrokimikoak, hilkortasun azpitiko efektuak, hilkortasun kriptikoa, sinergiak, harrapakaritza, estres termikoa, kontserbazioa, Pelophylax perezi, Pelodytes punctatus, Alytes obstetricans, Bufo calamita. 3 1 Antecedentes, justificación y objetivos Una de las principales causas de deterioro de los medios acuáticos es la contaminación química provocada por vertidos industriales o agrícolas. Los humedales, especialmente aquellos de pequeña entidad y situados en zonas agrícolas, acaban concentrando gran parte de estos pesticidas y herbicidas. Entre los más comunes se encuentra el glifosato, un herbicida de uso cada vez más extendido. El glifosato es un herbicida de amplio espectro, no selectivo, utilizado para eliminar malezas indeseables (pastos anuales y perennes, hierbas de hoja ancha y especies leñosas). El producto es aplicado en forma líquida sobre las hojas, inyectado en troncos y tallos, o rociado sobre tocones como herbicida forestal. En algunos países, especialmente en Sudamérica, es fumigado desde avionetas sobre cultivos extensivos o plantaciones ilegales. La aplicación de glifosato mata las plantas debido a que suprime su capacidad de generar aminoácidos aromáticos. Por su no especificidad se ha convertido en uno de los herbicidas más empleados por agricultores, jardineros y gestores del medio natural, siendo utilizado, por ejemplo, en la erradicación de plantas exóticas invasoras en proyectos dependientes de distintas instituciones. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que este herbicida tiene efectos perjudiciales en numerosos grupos animales (Smith y Oehme 1992; Giesy et al. 2000; Solomon y Thompson 2003).Un uso responsable del herbicida en el que se respeten las dosis recomendadas y las condiciones de aplicación debería ser suficiente para minimizar los riesgos de contaminación de los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, existe cierto riesgo y los humedales, hábitat reproductor de todas las especies de anfibios, pueden ser contaminados por estos herbicidas por fumigación directa o por escorrentía (Newton et al 1994). Los anfibios constituyen, posiblemente, el grupo de vertebrados más amenazado del mundo (Houlahan et al. 2000; Wake y Vredenburg 2008). Según las últimas estimaciones de la UICN, un tercio de las especies descritas para el grupo estarían en riesgo de extinción (Hoffmann et al. 2010). Se trata de un grupo de animales que ha evolucionado para aprovechar los humedales de pequeña entidad e incluso pequeños charcos temporales para el desarrollo de sus larvas. Con frecuencia, estos charcos, abrevaderos o pequeños regatos que son adecuados como hábitat para muchas especies se encuentran en terrenos agrícolas o en su proximidad, expuestos a todo tipo de contaminantes de origen agrícola. Además, a pesar de la elevada pluviosidad y la presencia de un elevado número de especies de anfibios, y 4 debido a su naturaleza parcialmente caliza de los suelos y a la abrupta orografía en la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV), estas charcas escasean. Por ello, y por su estrecha dependencia de las condiciones fisicoquímicas del agua, los anfibios son un grupo especialmente vulnerable a pesticidas como el glifosato (Beebee y Griffiths 2005; Reylea 2005 a,b). El efecto negativo del glifosato sobre los anfibios ha sido comprobado en numerosos estudios llevados a cabo en Estados Unidos o Australia (Relyea 2005 b,c; Relyea et al. 2005; Govindarajulu 2008; Relyea y Jones 2009). Sin embargo, la vulnerabilidad de las especies presentes en la CAPV no ha sido examinada hasta el pasado año. En una primera serie de estudios, el Departamento de Herpetología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi (SCA) obtuvo los valores de LC50 (concentraciones que generan un 50% de mortalidad a las 96h) de agente activo (a.e.) para las larvas de las principales especies de anuros presentes en la CAPV (Garin-Barrio et al. 2011; Garin-Barrio 2012). Estos resultados, los primeros para especies de anfibios europeas, muestran que todas las especies analizadas son vulnerables a concentraciones inferiores a las de aplicación recomendadas por los fabricantes. El objetivo de estos estudios, realizados en condiciones controladas de laboratorio, se restringía a establecer las concentraciones letales de glifosato para las especies presentes en la CAPV, para así poder determinar qué especies o estadios de desarrollo larvario son los más vulnerables (Garin-Barrio et al. 2011; Garin-Barrio y Cabido 2012). Sin embargo, las concentraciones con las que estos organismos se enfrentan en el campo, exceptuando los casos de fumigación directa, dependerán de los procesos de lavado y lixiviado. Además, las condiciones ecológicas son mucho más complejas y para poder hacer predicciones de los efectos reales que el glifosato genera a las especies de anfibios es necesario conocer mejor la interacción del pesticida con la ecología de éstos. Por ejemplo, unas poblaciones pueden ser más vulnerables que otras (Cabido et al. 2010, 2011), por lo que los valores de LC50 determinados para una especie sólo deben considerarse como orientativos. En cualquier caso, es necesario no sólo conocer las concentraciones del producto que producen mortalidad directa, sino también los efectos que producen las concentraciones presentes en los medios acuáticos naturales; aquellas con las que los anfibios se enfrentan en condiciones naturales. Estudios recientes indican que concentraciones inferiores a las letales pueden tener efectos que, aunque no son aparentes, acaban reduciendo la probabilidad de supervivencia del individuo afectado, resultando mortales a largo plazo (Relyea y Edwards 2010). Esta “mortalidad diferida o críptica” no tiene por qué ser provocada por el pesticida 5 per se, sino que puede ser producto de la sinergia de éste con otras variables naturales o de origen antrópico que afecten a la ecología de la especie en cuestión. Por ejemplo, se han documentado sinergias con efectos sobre la supervivencia final de las larvas de distintas especies entre pesticidas y el estrés generado naturalmente por la competencia (Boone y Semlitsch 2001; Jones et al. 2011), la depredación (Boone y Semlitsch 2001; Relyea 2005b) o el aumento de la temperatura (Boone y Bridges 1999). Del mismo modo, es previsible que el glifosato pueda generar un estrés fisiológico que afecte a la velocidad de crecimiento de las larvas, al tamaño de metamorfosis (Relyea 2004), a su comportamiento antidepredador o a su vulnerabilidad ante choques térmicos, como ocurre con otros agroquímicos (Boone y Bridges 1999). El objetivo último de este proyecto es tener una visión más completa de los efectos y consecuencias que el glifosato puede tener sobre las especies de anfibios de la CAPV. En esta segunda fase, continuación del estudio iniciado en 2011, se aborda el examen de algunos de los posibles efectos secundarios que dosis subletales pueden tener sobre distintos aspectos de la biología de las larvas de anuros y cómo esto puede aumentar su vulnerabilidad ante otros factores o interaccionar con ellos para producir una mayor mortalidad. En la actualidad la información relativa a las concentraciones residuales de glifosato en humedales de la CAPV es escasa e incluso nula. La serie de datos obtenidos ex profeso para este proyecto han reflejado que se dan niveles por debajo de los límites de cuantificación. En este estudio se han escogido unas “dosis de ensayo” calculadas a partir de las concentraciones encontradas en pequeños humedales canadienses (Govindarajulu 2008) y en función de las concentraciones de uso recomendadas para Europa. Así, se plantea el estudio de la interacción de estas dosis de ensayo sobre diversos aspectos importantes para la supervivencia de estas especies: el crecimiento y duración del estadio larvario (OBJETIVO 1); de su interacción con la presencia de depredadores (OBJETIVO 2), y con la tolerancia térmica (OBJETIVO 3). 6 2 Metodología general 2.1 Determinación de las “dosis de ensayo” (concentraciones de glifosato esperadas en pequeños medios acuáticos). En un principio se planteó la determinación de las concentraciones de glifosato esperadas en la CAPV a partir del análisis de las presentes en un número mínimo de charcas (al menos 8) localizadas en áreas agrícolas. Así, se propuso la siguiente lista de humedales, entre los que seleccionar aquellos en los que URA tomaría muestras para su posterior análisis: lago de Arreo, Laguna de Olandina, humedal de Arkaute (Salburua), humedal de Betoño (Salburua), laguna de Musco, charca de Telecocharra I (Maeztu), charca de Telecocharra II (Maeztu), laguna de Navaridas, charca de Monreal (Altube), cola del embalse de Ullibarri-Gamboa en Mendijur, cola del embalse de Ullibarri-Gamboa en Garaio, La Paul (Laguardia), humedal de Maumea (Ilarraza), charca en Ilarraza y humedal en Gaceo. En el limitado número de humedales en los que se realizó análisis se dio como resultado valores por debajo del límite de cuantificación. Este resultado puede interpretarse como satisfactorio en el sentido de que no se constató contaminación por glifosato, aunque esto pudo ser debido a las condiciones climatológicas, periodo de aplicación del herbicida, dilución y/o degradación en el medio acuático. Pero a efectos del planteamiento inicial de este proyecto hicieron imposible la inferencia de las concentraciones esperables en la CAPV. Dadas las circunstancias, se optó por la determinación de unas “dosis de ensayo” extrapolando a partir de las obtenidas por parte de las autoridades canadienses. Éstas han establecido sus “concentraciones ambientales esperadas” (Expected Environmental Concentrations; Govindarajulu 2008) como aquellas que se encontrarán en un cuerpo de agua de 15 cm de profundidad sobre el que se fumigue directamente el herbicida a la distancia permitida. Así, 2.1 Kg/ha de glifosato (principio activo) fumigado resulta en una concentración en aguas superficiales de 1,43 mg/l (Edington et al. 2004, Wojtaszek et al. 2004). Conociendo estas equivalencias, a partir de las mínimas y máximas concentraciones de producto recomendadas en España por los respectivos fabricantes, pueden obtenerse las concentraciones de principio activo (a.e.) esperadas para pequeños humedales, que serán a las que potencialmente se expondrán los anfibios acuáticos (tabla 1). Estas dosis fueron las utilizadas como dosis subletales en los experimentos planteados. 7 Tabla 1. Menor y mayor concentración de uso recomendada, sus aplicaciones y tipos de cultivos y la concentración esperada de principio activo en aguas superficiales, obtenida según Edington et al. (2004) y Wojtaszek et al. (2004), de los dos principales herbicidas con glifosato como principio activo. Producto Tipo de cultivo Uso • Herbáceas • Tragli® Arbóreos Herbáceas y leñosas Roundup® Herbáceas, leñosas, márgenes de cultivos o acequias, linderos y pastizales 2.2 Captura y Concentración recomendada (litros de producto/ha) Concentración recomendada (Kg a.e./ha) C. esperada en aguas superficiales (mg a.e./l) 1,5 0,41 0,28 12 3,24 2,20 Malas hierbas anuales. En pre-siembra del cultivo. • Malas hierbas vivaces. • Aplicaciones dirigidas. • Malas hierbas anuales. 2,4 0,81 0,55 • Malas hierbas vivaces. 8 2,70 1,84 mantenimiento de los especimenes experimentales. Durante la época de reproducción de cada especie (febrero a junio) se recorrió el perímetro de distintos humedales en la CAPV con el fin de obtener las puestas de las cuales obtener, a su vez, los renacuajos necesarios para los experimentos (figuras 1 y 2). En el caso del Bufo calamita, se capturaron ejemplares emparejados (en “amplexo”) que fueron trasladados al laboratorio para obtener allí las correspondientes puestas (en torno a diez por población; figura 1) siguiendo el protocolo de anteriores estudios (Cabido et al. 2010, 2011). En el caso de Alytes obstetricans se capturaron cuatro machos portando puestas en avanzado estado de desarrollo y se mantuvieron en terrarios adecuados hasta que fueron depositadas en el agua y eclosionaron. Para el resto de las especies, se recogieron puestas recientes en lugares donde la abundancia de la especie era grande y existía un riesgo elevado de desecación de las puestas y/o renacuajos (figura 3). 8 Figura 1. Localización de los enclaves de los que se obtuvieron muestras de las cuatro especies usadas en los experimentos. Figura 2. Charcas en las que se recogieron las puestas de Pelophylax perezi o Bufo calamita de baja diversidad genética (Txingudi; izquierda) y de Pelodytes punctatus o B. calamita de alta diversidad genética (Herramelluri; derecha). Cada puesta se dispuso en un contenedor plástico de 20 litros con agua declorada hasta que los renacuajos resultantes alcanzaron el estadio Gosner 25 de desarrollo (Gosner 1960; figura 3), momento en el que pasaron a mantenerse individualmente en contenedores plásticos de 750 ml de volumen, con 650 ml de agua declorada (controles) o con la disolución de glifosato pertinente para cada grupo experimental (figura 4). El agua se renovó semanalmente y los renacuajos fueron alimentados diariamente ad libitum con pienso para conejos triturado. 9 Figura 3.Estadios de Gosner, desde huevo (esta-dio 1) hasta el estadio 25, momento en el que comenzaron las pruebas experimentales. Los renacuajos no usados en ningún experimento, así como aquellos individuos (renacuajos o metamórficos) no expuestos a ningún herbicida, como es el caso de los grupos control o aquellos sólo tratados con kairomonas de depredador, fueron liberados en los lugares de recolección de las puestas o de captura de los amplexos correspondientes sin que sufrieran ningún daño. Los animales expuestos a herbicidas fueron sacrificados al término de los experimentos para evitar la liberación de individuos debilitados en el medio. Figura 4. Puesta de Bufo calamita (izquierda) y renacuajos en contenedores individuales para el examen de los efectos de distintos tratamientos. 10 2.3 Cronograma. FEB MAR ABR MAY Captura de amplexos y recolección de puestas Experimentos crecimiento y metamorfosis Experimentos depredación Experimentos tolerancia térmica Análisis de datos y redacción de la memoria e informe 11 JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC 3 Examen experimental de los efectos de las “dosis de ensayo” sobre el crecimiento y duración del estadio larvario: diferencias entre especies y productos comerciales (Objetivo 1). Diversos estudios han mostrado que los pesticidas, en general, pueden afectar negativamente al crecimiento y desarrollo larvario de los anfibios, aunque el mecanismo que genera estos efectos aún se desconoce (Relyea y Mills 2001). Sin embargo, muy pocos estudios han examinado el efecto que el glifosato tiene sobre estos aspectos de la historia vital de los anfibios. En un estudio experimental en el laboratorio, Edington y colaboradores (2004) mostraron como, tras 96 horas de exposición a concentraciones de entre 1.4 y 3.3 mg a.e./l, el crecimiento de los embriones de tres especies de anuros se veía perjudicado, aunque no el de una cuarta. En otro estudio de laboratorio, concentraciones de 1.8 mg a.e./l reducían el número de días hasta la metamorfosis en renacuajos de rana leopardo (Lithobates pippens) y concentraciones de entre 0.6 y 1.8 mg a.e./l generaban tallas de metamórficos menores (Howe et al. 2004). El tiempo hasta la metamorfosis es importante ya que en condiciones de campo son precisamente los pequeños humedales los que tienen más probabilidad de ser directamente fumigados con herbicidas y son también los que presentan una temporalidad más marcada, con un tiempo para el desarrollo de las larvas de por sí limitado. Por otra parte, una talla de metamorfosis pequeña ha sido asociada con una menor tasa de supervivencia postmetamórfica en numerosos estudios (p. ej. Morey y Reznick 2001; Altwegg 2003), lo cual es de vital importancia en la evolución de las dinámicas poblacionales (Biek et al. 2002; Vonesh y De la Cruz 2002). Por lo tanto, la tasa de crecimiento, el tiempo hasta la metamorfosis o la talla de los metamórficos son importantes y adecuadas variables a la hora de valorar los posibles efectos subletales que las concentraciones de glifosato presentes en los pequeños humedales pueden tener sobre los anfibios. Sin embargo, la mayor parte de los trabajos que examinan estos fenómenos usan concentraciones de glifosato constantes y superiores a las que los anfibios encuentran en el campo. Así, nos planteamos examinar estos aspectos en términos más realistas, usando las concentraciones esperadas en el campo vasco en función de las dosis recomendadas por dos de las principales marcas de herbicidas basados en el glifosato (Tragli® y 12 Roundup®) y dejando que las disoluciones experimentales se degraden a lo largo del experimento de forma similar a como ocurre en condiciones naturales. 3.1 Metodología Como dosis de ensayo se usaron la concentración mínima y la máxima de cada producto esperadas para aguas superficiales (tabla 1). Los efectos de estas dosis se examinaron a lo largo del desarrollo larvario a partir del estadío Gosner 25 (los estadios anteriores son menos sensibles al glifosato; Garin-Barrio et al. 2011; Howe et al. 2004), por lo que se consideraron los valores de LC50 obtenidos para ese estadío (Garin-Barrio et al. 2011; Garin-Barrio 2012; tabla 2), y se escogieron dos especies diana: la especie más vulnerable de las analizadas, el sapillo moteado (Pelodytes punctatus) y la rana verde ibérica (Pelophylax perezi), la segunda especie en cuanto a resistencia al glifosato y que, además, recientes estudios señalan como una especie especialmente resistente a la contaminación (García-Muñoz et al. 2010). El sapo partero (Alytes obstetricans), a pesar de ser la especie más resistente de las analizadas, no se incluyó en el experimento debido a su larga permanencia en el agua (más de un año, en algunas ocasiones), que impediría examinar el efecto del glifosato sobre la duración de la fase acuática en un plazo de tiempo razonable. Una vez obtenidas la mayor y menor de las concentraciones esperadas para ambos productos, se preparó el volumen necesario de las cuatro disoluciones experimentales para realizar un cambio de agua semanal a todos los renacuajos experimentales, hasta la octava semana. Así, las disoluciones se prepararon al principio del experimento y se mantuvieron en depósitos de los que se tomaba agua para hacer los cambios semanalmente hasta que, a partir de los 40 días, pasaron a hacerse con agua declorada (a partir de este momento, el glifosato ya no tiene ningún efecto sobre los renacuajos; Martínez-Saura, Garin-Barrio y Cabido, datos sin publicar). Por lo tanto, la concentración de a.e. no se mantuvo constante, sino que se permitió la degradación de cada disolución a lo largo del experimento, de forma similar a como ocurre en el campo. Siguiendo el mismo protocolo se mantuvo un depósito con agua declorada para los cambios del grupo control. A los 15, 30 y 60 días de exposición de los renacuajos se les tomaron fotografías laterales (figura 5) para la posterior medida mediante el software ImageJ (Davis et al. 2008). Finalmente, se tomó la talla de metamorfosis con un calibre y se anotó la duración de la fase acuática de cada individuo. 13 Tabla 2. Valores de LC50 (mg a.e./l) a las 96 horas para las especies y estadios Gosner analizados en Garin-Barrio et al. (2011) y Garin-Barrio (2012). Cada réplica está realizada con renacuajos procedentes de una puesta distinta. En negrita se han destacado las especies más y menos vulnerables, así como sus valores de LC50. (*) Los renacuajos de A. obstetricans eclosionan en estadío 24, por lo que no pueden obtenerse valores para el estadío 19. Especie Bufo bufo Bufo calamita Alytes obstetricans Pelodytes punctatus Pelophylax perezi Rana dalmatina Rana temporaria Estadio Gosner 19 25 19 25 19 25 19 25 19 25 19 25 19 25 Media ( + error estándar) mg a.e./l 17,58 (17,08-18,07) 15,27 (14,73-15,81) 13,90 (13,32-14,47) 12,02 (11,40-12,64) * 19,27 (17,74-20,80) 12,39 (11,73-13,06) 8,94 (8,23-9,66) 20,07 (19,49-20,64) 15,30 (14,68-15,92) 17,55 (16,94-18,15) 14,55 (13,90-15,19) 12,66 (11,96-13,37) 14,15 (13,40-14,91) Nº de réplicas 16 16 12 12 -12 9 9 12 12 11 11 8 8 Figura 5. Renacuajo de sapillo moteado (Pelodytes punctatus) fotografiado para su posterior medida. 3.2 Resultados. Al analizar el crecimiento de los grupos de renacuajos de rana verde expuestos a las distintas concentraciones se observaron diferencias significativas entre ellos y con respecto al grupo control [ANOVA de medidas repetidas, interacción entre tiempo (1/2 mes; 1 mes; 2 meses) y tratamiento (control; Tragli 0.28 mg a.e./l; Tragli 2.21 mg a.e./l; Roundup 0.55 mg a.e./l, y Roundup 1.84 mg a.e./l), F6,146=10.3; p<0.0001; figura 6]. Sin embargo, sólo se observan diferencias a los dos meses, de 14 forma que los renacuajos del grupo control han crecido en torno a 2 mm más que el grupo expuesto a 1.84 mg a.e./l de Roundup®, 1.8 mm más que el expuesto a 0.55 mg a.e./l de Roundup® y 0.8 mm más que el expuesto a 2.21 mg a.e./l de Tragli® (Test de Tukey, p<0.001 en todos los casos); con respecto al grupo expuesto a 0.28 mg a.e./l de Tragli®, no se observan diferencias transcurridos dos meses, como tampoco se observan anteriormente entre ningún grupo (Test de Tuckey, p>0.08 en todos los casos). En cuanto a la talla de los metamórficos y la duración de la fase larvaria, no se encontraron diferencias significativas. En el caso de lo renacuajos de sapillo moteado, el 80 % de los expuestos a la concentración obtenida a partir de la dosis más alta de las recomendadas para el uso de Roundup® (1.84 a.e. mg/l) murieron antes de las dos semanas, por lo que ese grupo no fue incluido en los análisis de crecimiento. 1,0 0,9 Crecimiento (mm) 0,8 0,7 Control Tragli (0.28 mg/L) Tragli (2.21 mg/L) Roundup (0.55 mg/L) Roundup (1.84 mg/L) F 8,146 =10.3; p<0.0001 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0,0 1/2 mes 1 mes (raíz) 2 meses (raíz) Figura 6. Medias y errores estándar del crecimiento de los distintos grupos experimentales de renacuajos de Pelophylax perezi sometidos a las dosis subletales de Tragli® y Roundup® esperadas en aguas superficiales. En cuanto a los grupos expuestos al resto de concentraciones, el análisis de los datos muestra que existen diferencias significativas entre ellos y con respecto al grupo control (ANOVA de medidas repetidas, interacción entre tiempo y tratamiento, F6,84=8.7; p<0.001; figura 7). Así, aunque no se observan diferencias transcurridas dos semanas, sí que se observan en las siguientes medidas. 15 3,0 2,5 Control Tragli (0.28 mg/L) Tragli (2.21 mg/L) Roundup (0,55mg/L) Crecimiento (mm) F6, 84 = 8.7, p < 0.001 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 1/2 mes 1 mes 2 meses Figura 7. Medias y errores estándar del crecimiento de los distintos grupos experimentales de renacuajos de Pelodytes punctatus sometidos a las dosis subletales de Tragli® y Roundup® esperadas en aguas superficiales. Al cabo de un mes, los renacuajos expuestos a Roundup® crecieron significativamente menos que los del grupo control (en torno a 0.4 mm menos; Test de Tukey, p=0.02). A los dos meses, todos los renacuajos excepto los expuestos a la dosis más baja de Tragli® (0.28 mg a.e./l) crecieron significativamente menos que los del grupo control (p < 0.01, todos los casos). Es decir, los renacuajos expuestos a la concentración más baja de Tragli® crecieron en torno a 0.26 mm menos; los expuestos a la más elevada, 0.5 mm menos, y finalmente, los expuestos a Roundup, crecieron 0.85 mm menos. Al analizar la talla con la que se metamorfosearon, se observaron diferencias significativas en función del grupo (F3,32 =3.5; p=0.02; figura 8): los del grupo control habían crecido casi un milímetro más que los tratados con Roundup® (Tukey test, p=0.02). No se observaron diferencias entre el resto (p>0.08 en todos los casos). Finalmente, también se observan diferencias entre grupos en la duración del periodo larvario hasta la metamorfosis (F3,32 =18.3; p<0.001; figura 8): los renacuajos de sapillo moteado mantenidos en la concentración más alta de Tragli® tardaron en completar la metamorfosis alrededor de 10 días más; los mantenidos en la más baja de Roundup® 20 días más que el grupo control (Test de Tukey, p<0.01 y p<0.001, respectivamente). No se observaron diferencias significativas entre el resto de los grupos y el control (p>0.08 en todos los casos). 16 Figura 8. Talla de los metamórficos (en naranja) y tiempo hasta completar la metamorfosis (en verde) de los renacuajos de sapillo moteado sometidos a los distintos tratamientos (Tragli 1: 0.28 mg a.e./l; Tragli 2: 2.21 mg a.e./l; Roundup: 0.55 mg a.e./l). 4 Examen experimental de los efectos de dosis subletales sobre la detección y el escape de depredadores naturales en larvas de sapo partero (Alytes obstetricans) (Objetivo 2). Los depredadores son una importante fuerza de selección en sistemas naturales que genera la evolución de defensas antidepredadoras, tanto morfológicas como comportamentales, por parte de las especies presa. Las larvas de anfibios son muy vulnerables a la depredación, pero numerosos estudios muestran que aquellas especies que han coexistido con una especie depredadora durante largo tiempo son capaces de reconocer y responder a estímulos de ésta de forma innata, ajustando su respuesta antidepredadora en función del riesgo (p. ej. Kats et al. 1988; Sih y Kats 1994; Lardner 2000; Relyea 2001). Un componente importante del comportamiento antidepredador es, por lo tanto, la capacidad de detectar y reconocer depredadores (Lima y Dill, 1990) y, en especies acuáticas, esto a menudo depende del reconocimiento de sustancias químicas informativas (Kats y Dill, 1998). Éstas pueden provenir de los propios depredadores (kairomonas) o de la presas (sustancias de estrés o alarma; Chivers y Smith 1998; Kats y Dill 1998; Gonzalo et al. 2010) y sirven como un indicador confiable e inminente de riesgo. La detección de señales informativas que indiquen un aumento del riesgo de ser depredado puede dar lugar a modificaciones en el ciclo vital, la morfología o el comportamiento (Lima y Dill 1990; Kats y Dill 1998; Lima 1998; Thomas et al. 2006). Una vez el riesgo de depredación es 17 determinado por la presa, la consecuente respuesta (comportamiento de alarma o antidepredador) es específica y adaptada a la estrategia del depredador (Relyea 2001; 2004), pudiendo incluir la reducción de actividad, comportamientos de huida, alteraciones en el uso de diferentes microhábitats, búsqueda de refugios, evitación de determinadas áreas o agrupación en colonias (Kats et al. 1988; Skelly y Werner 1990; Kiesecker et al.1996; Kiesecker y Blaustein 1997; Relyea 2004; Apfelbach et al. 2005; Richter-Boix et al. 2007; Lamprecht et al. 2008). Sin embargo, estas respuestas también suponen costes (menor tasa de alimentación o desarrollo, tiempos de metamorfosis más largos, etc.) que reducen la probabilidad de supervivencia a largo plazo. Dosis subletales de glifosato -al afectar tanto a la percepción de señales de los depredadores, como a la condición corporal, metabolismo o crecimiento- podrían alterar estos delicados “compromisos” provocando maladaptación y, a la postre, mortalidad críptica. En este contexto, nos planteamos el examen de los efectos que dosis subletales tienen sobre la capacidad para detectar señales de depredadores de los renacuajos de sapo partero y cómo la exposición simultánea a glifosato (que genera un estrés “artificial”) y a esas señales (que generan un estrés “natural”) afecta a su crecimiento. 4.1 Metodología. Para determinar los efectos del glifosato en la detección de depredadores, se expuso individualmente a larvas de sapo partero naïve durante 20 días a una dosis subletal de Tragli® (6.4 mg a.e/l, 1/3 del valor de LC50 para esta especie; ver tabla 2; grupo experimental: N= 64) o bien se mantuvieron en idénticas condiciones en agua limpia (grupo control: N= 64). A los 20 días se realizaron las pruebas experimentales, en las cuales se grabó en video el comportamiento de los renacuajos durante 10 minutos, previa (actividad basal) y posteriormente (respuesta antidepredadora) a la adición de 10 ml de agua limpia (estímulo ‘control’) o de la misma cantidad de agua procedente de un contenedor con 650 ml de agua en el que una larva de libélula (Anax imperator) había permanecido durante una semana (estímulo ‘kairomonas’). Una reducción de la actividad nadadora de los renacuajos implicaría una detección de la presencia del depredador (ver Kiesecker et al. 1996; Gonzalo et al. 2010). Para el estudio de los efectos de la sinergia entre el glifosato y el estrés derivado de la presencia de depredadores, se examinó el crecimiento y el desarrollo de un grupo de renacuajos mantenidos durante 40 días en agua limpia (N= 32), en agua con kairomonas de libélula (N= 28), con una concentración subletal de glifosato (N= 31) o con ambos, glifosato y kairomonas (N= 30). Se realizaron dos fotografías 18 siguiendo la metodología ya descrita, a los 20 y a los 40 días de exposición. Posteriormente se midió longitud total, longitud de la cabeza y longitud de la cola de los renacuajos, usándose la diferencia entre la segunda y la primera medida para determinar el crecimiento total o de cada estructura corporal (cabeza y cola). 4.2 Resultados. Los renacuajos de sapo partero sometidos a dosis subletales de Tragli®, se comportaron (medido como tiempo moviéndose) de forma diferente con respecto al grupo control (ANOVA de medidas repetidas; F1,124=53.46; p<0.0001) y en función del estímulo (agua vs. kairomonas; F1,124=9.22; p<0.01). Así, en primer lugar, se observa que los renacuajos del grupo experimental presentan, en general, menor tasa de actividad antes de ser expuestos a las kairomonas (F1,124=10.15; p=0.001; Test de Tuckey, p<0.03 en todos los casos) y, además, ante la exposición al estímulo del depredador reducen más la actividad que los del grupo control (interacción entre la medida repetida del “tiempo moviéndose” x estímulo x tratamiento: F1,124=4.37; p<0.03; figura 9). 14 Tiempo moviéndose (raíz cuadrada) F1, 124=4.37; p=0.03 12 10 8 6 4 2 0 Estímulo: kairomonas Control: agua Pre-estímulo Post-estímulo Grupo control Pre-estímulo Post-estímulo Glifosato Figura 9. Porcentaje de tiempo (media + 95%) que las larvas de sapo partero de ambos grupos pasan moviéndose antes y después de añadir olor de depredador (kairomonas) o agua (control). Finalmente, se observaron diferencias en cuanto a crecimiento entre los renacuajos expuestos a glifosato y los que no (MANOVA de medidas repetidas, interacción entre crecimiento y tratamiento: Wilks λ=0.86; F3,115=6.16; p<0.001; figura 10), independientemente de su exposición o no a estímulos de depredador. Así, 19 aunque no se observan diferencias significativas en el crecimiento total, a los renacuajos expuestos a glifosato, les creció menos la cola y más la cabeza que a los control (Tukey tests, p<0.01 en ambos casos). Figura 10. Crecimiento total y de la cola o cabeza por separado de los renacuajos de sapo partero sometidos a una dosis subletal de glifosato frente al grupo control. 5 Examen experimental de los efectos de dosis subletales sobre la tolerancia térmica en poblaciones amenazadas de sapo corredor (Bufo calamita) (Objetivo 3). Otro de los factores -en este caso de origen antrópico- que podría interaccionar con el efecto directo que el glifosato tiene sobre los anfibios, es el cambio climático. El clima modela la fisiología, ecología y evolución de los seres vivos, siendo una importante fuerza selectiva que afecta a su supervivencia, crecimiento, rendimiento y dispersión (Hochacka y Somero 2002; Angiletta 2009). El aumento de 0,6 ºC de temperatura a nivel planetario, durante el pasado siglo, ha provocado cambios significativos en los patrones de distribución de las especies, en la estructura y funcionamiento de los ecosistemas y en la temporalidad de los procesos biológicos (Root et al. 2003; Parmesan 2006). Se ha sugerido que algunos factores que afectan negativamente a las poblaciones de anfibios a nivel mundial, como las enfermedades emergentes, cambios en la humedad del suelo (Pounds et al. 2006) o el acortamiento del hidroperiodo de las charcas (McMenamin et al. 2008), estarían asociados o reforzados por el calentamiento global. Del mismo modo, el aumento de la temperatura de las charcas o la reducción de su hidroperiodo, podrían interaccionar con el efecto que los pesticidas tienen sobre las distintas especies de anfibios, aumentando su vulnerabilidad. De hecho, las diferencias encontradas entre estadios larvarios dentro de una misma especie (mayor vulnerabilidad de los estadios más desarrollados) podrían deberse a un aumento del metabolismo asociado al desarrollo (Howe et al. 20 2004). Un aumento de la temperatura de la charca o una necesidad de metamorfosearse antes, debido a la menor duración de ésta (Rowe y Dunson 1995; Reques y Tejedo 1997), podrían tener un efecto similar, aumentando el metabolismo y, por lo tanto, la absorción de las sustancias químicas (Mayer y Ellersieck 1994; Mann y Bidwell 2001). Por ejemplo, la toxicidad del insecticida carbaryl sobre los renacuajos de rana verde aumenta rápidamente al aumentar la temperatura, de tal manera que los valores de LC50 a 27ºC son sólo la mitad que a 17ºC (Boone y Bridges 1999). La temperatura podría pues tener efecto similar en el caso del glifosato. Además, esto es especialmente relevante en especies que usan medios acuáticos de escasa entidad donde la temperatura sufre fuertes fluctuaciones, como en el caso del sapo corredor. Durante los años precedentes, el Departamento de Herpetología de la SCA ha estado documentando la mayor vulnerabilidad de las dos poblaciones vascas de sapo corredor al glifosato, en comparación con poblaciones no aisladas de la especie (Cabido et al. 2010, 2011). El sapo corredor tiene una distribución prácticamente continua en la península ibérica, excepto en la costa cantábrica, donde sólo existen dos poblaciones (Azkorri y Txingudi) completamente aisladas (figura 11). Estudios previos (Iraola et al. 2007) han demostrado que la diversidad genética de ambas poblaciones es menor que la del resto de la península. La baja diversidad genética se considera tradicionalmente un factor de riesgo para la viabilidad de las poblaciones. Existen estudios que demuestran su incidencia sobre la fecundidad, supervivencia y la adaptación a las variaciones ecológicas naturales en distintas especies (p. ej. Rowe et al. 1999). En este contexto, y aprovechando las investigaciones precedentes en torno a las diferencias poblacionales en vulnerabilidad ante diversas amenazas de origen antrópico, se plantea examinar la interacción entre exposición a dosis subletales de glifosato y estrés térmico. Ambos factores suponen nuevas y rápidas alteraciones de origen antrópico a las que las poblaciones y especies deben adaptarse rápidamente. Previsiblemente, la capacidad adaptativa a estas nuevas condiciones dependerá, en gran medida, de la diversidad genética de cada población. Las consecuencias de esa baja diversidad genética son especialmente relevantes, en el caso de las poblaciones o especies amenazadas, para el diseño de planes de gestión y su correcta conservación. 21 Figura 11. Distribución del sapo corredor en la península ibérica (en negro) y en el País Vasco (en azul). Los círculos señalan las poblaciones estudiadas (rojos: baja diversidad genética; verdes: alta diversidad genética). 5.1 Metodología. Larvas obtenidas en el laboratorio a partir de puestas procedentes de dos poblaciones (una con alta y otra con baja diversidad genética) y los correspondientes cruces entre ambas para excluir posibles efectos ambientales (ver Cabido et al. 2011) fueron expuestas individualmente a una dosis subletal de Tragli® (4 mg a.e./l, 1/3 del valor del LC50 de la especie, ver tabla 2) o a agua limpia (grupo control) durante un periodo aproximado de un mes. Finalmente se realizaron pruebas de tolerancia térmica para obtener los valores de CTmax siguiendo el protocolo de Duarte y colaboradores (2012). 5.2 Resultados. El análisis de la tolerancia térmica de los renacuajos de sapo corredor muestra que existe una relación entre la temperatura crítica máxima (CTmax: aquella a la que los renacuajos pierden la movilidad) y el genotipo (mayor o menor diversidad genética, renacuajos resultantes de dos progenitores de la misma población o cruzados: ANOVA, F3,95=4.54; p<0.01; figura 12). Además, según el análisis de nuestros datos, la CTmax también dependería del tratamiento (control o glifosato) al que se sometieron los renacuajos, de forma que los que han sido expuestos a dosis subletales presentan menores CTmax (F3,95=18.63; p<0.001; figura 12). Sin embargo, la interacción entre ambos factores no es significativa (p=0.77), por lo que la diversidad genética no parece generar una sinergia con los efectos del glifosato en cuanto a vulnerabilidad térmica. 22 Figura 12. Temperaturas críticas máximas (CTmax) de los distintos grupos de renacuajos de sapo corredor (AA= diversidad genética alta; AB= macho diversidad alta x hembra de baja diversidad; BA= macho diversidad baja x hembra de alta diversidad; BB= baja diversidad) tanto los expuestos a glifosato (PESTICIDE= 1), como los controles (PESTICIDE= 0). 6 Discusión Nuestros resultados sugieren fuertemente que las dosis de ensayo empleadas (asimiladas a concentraciones de glifosato esperadas en pequeños humedales) tienen efectos sobre distintos aspectos, como crecimiento, tamaño de metamorfosis, duración del estadío larvario, detección de depredadores o tolerancia térmica, que afectan a la probabilidad de supervivencia de las larvas de anfibios. En primer lugar, nuestros resultados muestran que tanto ambas concentraciones de Roundup® (la más elevada y la menor) que se esperan en el campo según las recomendaciones del fabricante, como la más alta de las esperadas para Tragli® son suficientes para generar, después de dos meses de exposición, un crecimiento menor de lo normal en una especie de anuro relativamente resistente a la contaminación (la rana verde ibérica; García-Muñoz et al. 2010). En el caso de una especie más sensible a los efectos del herbicida, como es el sapillo moteado (GarinBarrio 2012), después de dos meses de exposición, todas las concentraciones menos la más baja de Tragli® generan un crecimiento disminuido de hasta cerca de un milímetro; y al cabo de sólo un mes de exposición, la concentración más baja de de Roundup® ya ralentiza el crecimiento de los renacuajos. Finalmente, al analizar la talla con la que se metamorfosearon estos renacuajos, siguen siendo menores y tardan en 23 completar la metamorfosis alrededor de 20 días más que los del grupo control. Los mantenidos en la concentración más alta de Tragli® también tardan 10 días más. Hay que destacar que estas diferencias de crecimiento hay que considerarlas teniendo en cuenta que los renacuajos tenían comida ad libitum y ausencia de depredadores. En condiciones naturales, con competencia por el alimento y mayor inestabilidad ambiental o presencia de depredadores, estas diferencias serían previsiblemente mayores. Por último, la concentración más elevada de las esperadas según lo recomendado por Monsanto para fumigar con Roundup® generó directamente la muerte del 80% de los renacuajos al cabo de dos semanas, a pesar de ser solamente el 20% de la LC50 calculada para la especie. Sólo esto ya demuestra que la vulnerabilidad directa es mucho mayor de la que puede deducirse de los valores de LC50 tomados a las 96 h (Garin-Barrio 2012). Determinar si el porcentaje menor de crecimiento provocado por las distintas concentraciones de glifosato en ambas especies puede tener consecuencias más o menos inmediatas o cuantificar éstas es imposible sin estudios ad hoc; sin embargo, la importancia del crecimiento y del tamaño de los metamórficos en la probabilidad de supervivencia ha sido demostrada por numerosos estudios en diversas especies (p. ej. Morey y Reznick 2001; Altwegg 2003). Por otra parte, el mayor periodo de tiempo necesario para conseguir metamorfosearse que se observa puede ser una mera consecuencia de una mayor dificultad para alcanzar un tamaño mínimo necesario, por ejemplo, por una menor ingesta de alimento. Sin embargo, muchas especies de anfibios son capaces de conseguir un crecimiento compensatorio (a costa de movilizar recursos de otras necesidades) para mantener, precisamente, una talla de metamorfosis estable (p. ej. Álvarez y Metcalfe 2007; Capellán y Nicieza 2007). En ese sentido, lo resultados del experimento hecho con larvas de sapo partero indica que los renacuajos expuestos a glifosato presentan menores tasas de actividad en general y una respuesta antidepredadora exagerada, que implica todavía menos tiempo disponible para el forrajeo y, por lo tanto, menor crecimiento. Pero si bien en el caso de ésta especie nuestros resultados no muestran diferencias en cuanto a crecimiento total con respecto al grupo control, sí que observamos un menor crecimiento proporcional de la cola, una estructura musculosa y “cara” de generar y mantener pero relacionada con la capacidad (natatoria) de escape (Van Buskirk y McCollum 2000). En el caso de esta última especie, una mayor plasticidad morfológica podría permitir, ante una situación de escasez de recursos (consecuencia de posibles efectos metabólicos del herbicida, puesto que todos los renacuajos eran alimentados ad libitum) reasignar éstos, prescindiendo de estructuras como la cola para mantener una talla de 24 metamorfosis normal (Álvarez y Metcalfe 2007). Esto podría explicar la ausencia de diferencias en la talla total entre el grupo control y el experimental. Igualmente, la colateral pérdida en cuanto a capacidad de escape podría, a su vez, estar siendo compensada comportamentalmente (Cabido et al. 2009), explicándose así la exagerada respuesta antidepredadora. El nivel de actividad natatoria de las larvas se relaciona con la probabilidad de ser capturada por depredadores (Skelly 1994) y su reducción disminuye tanto la tasa de encuentro como la detección por parte del depredador (Stoks et al. 2003, 2005). Sin embargo, al suponer la disminución de la actividad de los renacuajos un coste, aunque en principio una mayor respuesta a las sustancias de alarma puede incrementar las posibilidades de supervivencia de las presas, la selección natural favorecerá a los individuos que ajusten su respuesta según la magnitud de la amenaza (Lima y Dill 1990). En este contexto, la extremadamente reciente aparición, en términos evolutivos, de los pesticidas en el medio natural puede dificultar la adaptación de las especies y generar trampas ecológicas al interferir en estos compromisos (trade-offs) y delicados equilibrios entre distintas fuerzas selectivas, como pueden ser la depredación y la competencia por el alimento. En cualquier caso, la exposición al glifosato no parece impedir la detección de las señales de depredadores en esta especie, aunque cabría la posibilidad de que hubiese afectado a los órganos perceptivos o a las sustancias a detectar. Sin embargo, no hay que descartar que pueda afectar en este sentido a otras especies, puesto que las larvas de sapo partero mostraron ser las más resistentes según los valores de LC50 observados. Por último, el análisis de la tolerancia térmica de los renacuajos de sapo corredor muestra que la exposición a glifosato también puede hacer a los anfibios más vulnerables a otros factores de estrés, como es el caso de un aumento repentino de la temperatura, como consecuencia de la disminución del volumen de agua de una charca o del paulatino cambio climático. Aunque se han realizado estudios similares con otros pesticidas (Boone y Bridges 1999), estos suelen examinar el efecto de la temperatura sobre la vulnerabilidad ante el químico, al contrario de lo examinado en este trabajo. Sin embargo, aproximaciones experimentales en sentido opuesto al realizado podrían ofrecer interesantes oportunidades de examinar la interacción de la temperatura, el glifosato y otros aspectos importantes, como la alimentación o el crecimiento. 25 7 Conclusiones 1. Concentraciones de los dos principales productos comerciales (Roundup® y Tragli®) que pueden considerarse como las esperadas en pequeños medios acuáticos en función de las dosis recomendadas por los fabricantes, tienen efectos perjudiciales sobre varios aspectos importantes de la ecología de las larvas de anfibios, pudiendo llegar a ser indirectamente letales. 2. Concentraciones notablemente inferiores a las dosis letales (LC50) conocidas para algunas especies, pueden acabar resultando directamente letales con el tiempo. 3. Bajas concentraciones de glifosato pueden generar efectos sutiles pero importantes para la supervivencia de las especies de anfibios, como alterar la respuesta antidepredadora, disminuir el crecimiento o alargar el tiempo necesario para completar la metamorfosis. Estos efectos pueden afectar por igual a distintas especies, independientemente de sus valores de LC50. 4. En general, las concentraciones del herbicida Roundup® tienen mayores efectos sobre el crecimiento y la duración del periodo larvario que las del herbicida Tragli®, confirmando los resultados de pruebas para determinar valores de LC50 con ambos productos (Garin-Barrio y Cabido 2012). 5. Las concentraciones esperadas en medios acuáticos superficiales a partir de las concentraciones recomendadas por el fabricante de Roundup® tienen efectos perjudiciales sobre las especies examinadas (y posiblemente sobre todas las especies de anfibios presentes en la CAPV) tanto en sus valores máximos (1.84 mg a.e./l) como en los mínimos (0.55 mg a.e./l); mientras que, en el caso de Tragli®, sólo parecen tener efectos detectables en las especies estudiadas las concentraciones máximas (2.21 mg a.e./l). 6. Los efectos subletales de dosis de ensayo de glifosato empleadas (asimiladas a concentraciones de glifosato esperadas en pequeños humedales) pueden ser especialmente graves en especies asociadas a medios temporales y de escasa entidad, ya que puede generar que prolonguen su periodo de permanencia en el agua, pudiendo resultar en que no puedan completar la metamorfosis antes de que la charca se seque; y aumentando su vulnerabilidad ante temperaturas elevadas. Poblaciones amenazadas como las del sapo corredor, especie ligada a este tipo de medios, pueden ser especialmente vulnerables. 7. Son necesarios más estudios para examinar, y a ser posible cuantificar, las implicaciones reales de los efectos que el glifosato tienen sobre la ecología de las especies para determinar el nivel de riesgo real en condiciones naturales. Asimismo, se hace necesario plasmar estos y otros estudios en una serie de 26 recomendaciones de uso o restricciones teniendo en cuenta las interacciones ecológicas y comportamentales del herbicida con las distintas especies o poblaciones. 8 Referencias bibliográficas • Altwegg R. 2003. Multistage density dependence in an amphibian. Oecologia 136: 46-50. • Álvarez D, Metcalfe NB. 2007. The tradeoff between catch-up growth and escape speed: variation between habitats in the cost of compensation. Oikos 116: 1144-1151. • Angilletta, M. J., Jr. 2009. Thermal adaptation: a theoretical and empirical synthesis. 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Ion Garin Barrio (Sociedad de Ciencias Aranzadi; Investigador): recolección de puestas y captura de especimenes; realización de experimentos; análisis de datos y elaboración de los resultados; redacción de la memoria. • Dña. Carmen Martínez Saura (Asociación de Naturalistas del Sudeste; Alumna de Máster): realización de experimentos; análisis de datos y elaboración de los 32 resultados. El objetivo 2 [Examen experimental de los efectos de dosis subletales sobre la detección y el escape de depredadores naturales en larvas de sapo partero (Alytes obstetricans)] forma parte de su proyecto de fin de máster, dentro del “Máster en Gestión de Fauna” de la Universidad de Murcia. • D. Alberto Gosá Oteiza (Sociedad de Ciencias Aranzadi; asesor): diseño experimental y recolección de muestras. • Dr. Miguel Tejedo (Estación Biológica de Doñana, CSIC; asesor externo): diseño experimental, análisis e interpretación de los resultados del objetivo 3 [Examen experimental de los efectos de dosis subletales sobre la tolerancia térmica en poblaciones amenazadas de sapo corredor (Bufo calamita)]. 10 Difusión de los resultados. 10.1 Comunicaciones en congresos: • Cabido, C., Rubio, X. & Gosá, A. Una historia de diversificación en la conservación de anfibios. XII Congreso Luso-Español / XVI Congreso Español de Herpetología. Murcia, octubre de 2012. (Conferencia invitada). • Cabido, C., Garin-Barrio, I., Martínez, C., Rubio, X. & Gosá, A. Control de plantas invasoras con glifosato: ¿Peor el remedio que la enfermedad? Efectos colaterales sobre los anfibios. Congreso de Ecología de aguas dulces en espacios naturales protegidos. Parque Ecológico de Plaiaundi. Irún, enero de 2012. (Panel). • Martínez-Saura C, Cabido C. 2012. Efectos subletales del glifosato: interacción con el comportamiento antidepredador de larvas de sapo partero. XII Congreso Luso-Español de Herpetología/XVI Congreso Español de Herpetología. Murcia, octubre 2012. (Panel) • Garin-Barrio I, Cabido C. 2012. Análisis experimental de los daños producidos por el herbicida glifosato en anfibios ibéricos. XII Congreso Luso-Español de Herpetología/XVI Congreso Español de Herpetología. Murcia, octubre 2012. (Panel). • Cabido C, Garin-Barrio I. 2013. Diversidad genética y vulnerabilidad poblacional: el caso del sapo corredor y el glifosato. IV Congreso Nacional de Biodiversidad y I Congreso Ibérico de Biodiversidad. Bilbao, febrero de 2013. (Panel). • Garin-Barrio I, Martínez-Saura C, Cabido C. 2013. Vulnerabilidad de los anuros vascos al glifosato: diversidad y cripsis en los efectos. IV Congreso Nacional de 33 Biodiversidad y I Congreso Ibérico de Biodiversidad. Bilbao, febrero de 2013. (Panel). 10.2 Publicaciones científicas: • Beebee, T., Cabido, C., Eggert, C., Gómez-Mestre, I., Iraola, A., Garin-Barrio, I., Griffiths, R.A., Miaud, C., Oromi, N., Sanuy, D., Sinsch, U., & Tejedo, M. 2012. 40 Years of Natterjack Toad Conservation in Europe. Froglog, 101:40-44. 10.3 Videos divulgativos: • Cabido, C. 2012. Los efectos del glifosato en los anfibios. • Garin-Barrio, I. 2012. Glifosatoaren eragina anfibioetan. 34