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I nf l u e n z a A v i a r
44-45 Otra vez Influenza
6/3/07
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Otra vez la IA en los medios
Después de la sobredosis de información que debimos metabolizar el año pasado, a
cuenta de la celebérrima Influenza, y cuando ya nos las prometíamos tan felices, después
de una campaña de otoño bastante tranquila, estamos de nuevo en danza.
JOSÉ IGNACIO BARRGÁN
Veterinario consultor en Avicultura
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l año comenzaba con nuevas muertes de personas, relacionadas con IA en Asia, y un caso en
Nigeria, que venía a ser el primero en humanos
en este país, después de la presencia de un par de
brotes en este año entre aves, en los que más de
10.000 animales han sido afectados. La persona afectada era una joven de 20 años, que vivía en la zona
de Lagos. Hasta la fecha, los análisis realizados en el entorno de la
chica han dado negativos, por lo
que no se ha producido una contaminación entre personas, como por
otra parte no ha sucedido nunca.
Con esta muerte, y las que se
han producido en Asia, el número
de personas fallecidas por la enfermedad en todo el mundo, desde el
2003 es de 166. En 2006 fallecieron 80 personas, y en lo que llevamos de 2007 han fallecido 8, la
mayoría en Indonesia, donde en
este momento se da la situación
más grave. La última persona fallecida en Indonesia ha sido una niña
de pocos años en el distrito de
Magelang.
En Tailandia, mientras en 2004 se produjeron 12
muertes, en 2006 sólo fueron 3, lo que parece indicar que sistemas más estrictos de control contribuyen a la reducción de la mortalidad entre las personas.
Toda muerte es en sí misma un drama, y debe ser
evitada, pero no parece que 166 fallecimientos desde
el año 2003 puedan considerarse una catástrofe, al
menos por ahora.
Sin embargo, para la producción avícola la amenaza permanece igual, los casos de IA en Asia son
frecuentes, y aún países de alta
industrialización y controles, como
Japón, tienen dificultades para
mantenerse libres. A pesar de ello,
la FAO se muestra satisfecha de que
el número de brotes de la enfermedad haya sido significativamente
menor en esta campaña otoñoinvierno de migraciones de aves
que en las del año anterior. Parece
ser que se confía en una posible
erradicación del virus altamente
patógeno de las aves si se mantienen los niveles de control y actuación actuales.
“Los últimos brotes
nos demuestran la
enorme facilidad de
transmisión y
contaminación de
esta enfermedad, y
nos debe hacer
replantearnos los
sistemas de
bioseguridad”
BROTES EN HUNGRÍA E INGLATERRA
Estas noticias nos han ido tranquilizando progresivamente, hasta
la aparición de los brotes de Hungría e Inglaterra. El día 23 de enero
de este año, la Comisión informa
de la sospecha de presencia de
H5N1 en una granja de gansos en
la región de Csongrád, en Hungría.
Este brote fue confirmado por los
laboratorios el día 24, estableciéndose las medidas de control recogidas en las Decisiones 2006/415
y 416 de UE, de establecimiento de
zonas de vigilancia y control y de
medidas complementarias de control de la enfermedad.
Posteriormente, el lunes 29 del
mismo mes se produce otra sospecha de IA en una granja de 9.000
gansos de cuatro semanas de vida,
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lo que incrementa el establecimiento de sistemas de
alerta y control en todos los países de la UE
El día 2 de febrero de este año, la Comisión es
informada a lo largo de la tarde de la sospecha de
un nuevo caso de IA en una granja de Suffolk, en
Inglaterra; Sospecha que el laboratorio de referencia de Weybridge confirma a primeras horas del día
3 de febrero, sábado. El brote se produce en una
granja de 160.000 pavos de engorde, y se ha confirmado después de un incremento anómalo de la
mortalidad de unos 500 animales (algunas fuentes
incrementan el número de animales fallecidos antes
de la confirmación a unos 2.500), en origen achacado a un brote de E. coli.
La granja afectada pertenece a
la cadena Bernard Matthews, y en
ella se crían unos 150.000 animales. Evidentemente, y ante la evidencia de un brote de IA de alta
patogenicidad H5N1, se determina
el sacrificio de todos los animales
de la explotación. En este momento se decide la implantación de una
zona adicional de restricción,
mayor de las de Protección (3 km)
y de Vigilancia (10 km) incluidas en
los protocolos de control de la
enfermedad. De acuerdo con los
ornitólogos, se determina cerrar
toda lo zona este de Suffolk y el
Sureste de Norfolk, en una zona de
más de 2.000 km2, en la que todas las aves deberán
mantenerse bajo encierro y se limitan rigurosamente los movimientos.
Para el día 5, prácticamente se da por terminado el proceso de sacrificio por gas del resto de las
aves alojadas en la granja, los cadáveres son transportados a un matadero en Staffordshire, y las canales destruidas en un digestor. Aunque la empresa
propietaria de los animales posee también granjas
en Hungría, parece en este momento que no ha habido contacto entre ambas organizaciones que justificase la contaminación de la granja.
Sin embargo, expertos de la UE consideran que
ambos virus son prácticamente idénticos, lo que
indicaría una posible conexión entre ambos casos.
De hecho, aparentemente la empresa inglesa ha
importado algunas canales parcialmente despiezadas desde su centro en Hungría, que tal vez pudiese haber sido contaminadas a lo largo de los brotes
acaecidos en Hungría a lo largo del pasado Enero.
Afortunadamente, no se han detectado más casos
en las zonas afectadas (ni Hungría ni Inglaterra), y
la reacción de los consumidores ha sido bastante
tranquila, ya que no se han reportado caídas significativas de los consumos en los países de la UE. Esta
es la parte más positiva de la situación. Sin embargo, no debemos estar tranquilos, ya que la presente
experiencia nos demuestra algunas cosas:
Aparentemente, este caso no ha sido provocado
por aves migratorias, parece más bien relacionado
con una posible contaminación de canales y/o de
vehículos que cruzaron fronteras
desde uno a otro país. Muy posiblemente en ningún momento se
relacionó la contaminación de
unos gansos en una zona de Hungría con la posible presencia del
virus en unas granjas de pavos que
ni siquiera manifestaron signos de
enfermedad, pero el virus podía
estar ahí. Esto nos demuestra la
enorme facilidad de transmisión y
contaminación de esta enfermedad, y nos debe hacer replantearnos los sistemas de bioseguridad,
no sólo a nivel de granja, también
a nivel de integración, o incluso de
país.
La granja afectada ha sido un complejo donde se
alojaban 160.000 animales. Estas macrogranjas son
excelentes desde el punto de vista logístico, o de
coste, pero demuestran ser una enorme desgracia
en casos de enfermedad. Tal vez hay que replantearse los enormes complejos de aves (algunas granjas de ponedoras tienen más de 700.000 animales)
tan comunes en Europa, y que en casos como este
pueden ser terriblemente peligrosas.
Para terminar con todos los animales de una sola
granja han sido precisos todos los medios disponibles en un país como Inglaterra, y aún así el proceso ha durado un par de días. Esto demuestra la necesidad de disponer de medios masivos de sacrificio
de animales, con capacidad para estar disponibles
en el plazo de horas, y de poner mantenerse activos durante varios días seguidos en forma ininterrumpida ¿Disponemos realmente en España, a día
de hoy, de estos medios?
Finalmente, los consumidores comienzan a aceptar como posible que brotes clínicos de la enfermedad no necesariamente son un riesgo para las personas. Si no hay novedades significativas en los
próximos meses, esto debe mantenerse así. Sin
embargo, la IA ha demostrado seguir siendo un desafío tremendo para los técnicos sanitarios y para los
responsables de la salud animal. En cualquier
momento, y desde cualquier lugar, el virus puede
aparecer, y sabemos que sólo la respuesta fulminante a su presencia evitará gravísimos problemas. No
podemos bajar la guardia.
“Los consumidores
comienzan a aceptar
como posibles que
brotes clínicos de la
enfermedad no
necesariamente son
un riesgo para las
personas”
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