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MANERAS DE COMER HOY EN ESPAÑA: DESECHOS Y OBLIGACIONES Jornada El desperdicio de alimentos: una responsabilidad de todos HISPACOOP Madrid, 20 de diciembre de 2012 Joan Ribas Observatorio de la alimentación Universidad de Barcelona Modernidad Alimentaria Responsabilidad 1. f. Cualidad de responsable. 2. f. Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal. 3. f. Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado. 4. f. Der. Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. Responsable (Del lat. responsum, supino de respondĕre, responder). 1. adj. Obligado a responder de algo o por alguien. U. t. c. s. 2. adj. Dicho de una persona: Que pone cuidado y atención en lo que hace o decide. Hábitos alimentarios y responsabilidad social ¿Responsabilidad social de quién? Amplitud de los hábitos alimentarios De los consumidores Aprovisionamiento De los agentes de la producción Almacenamiento Preparación De los agentes de la distribución Consumo De los agentes prescriptores Desechos ¿Qué comemos, cómo comemos, cuándo comemos, cuánto comemos, porqué comemos, con quién comemos, dónde comemos? La alimentación y sus circunstancias (2004) Comemos como vivimos (2006) Aproximaciones metodológicas Base etnográfica: Grupos de discusión (20) Entrevistas en profundidad (20) Base estadística: Cuestionario de carácter individual (cuaderno semanal de consumo alimentario 917 individuos / 26.811 ingestas alimentarias) Cuestionario relativo a los gustos alimentarios (1040 individuos) Consideraciones previas: Conducta social y norma La mayor parte de nuestras conductas sociales están articuladas por normas que nos indican lo que podemos o debemos hacer en cada momento sobre lo que se considera deseable, adecuado, oportuno o conveniente. Ello no significa que las normas necesariamente se cumplan o, acaso, se interpretan según uno u otro tipo de conveniencia. En relación con la alimentación, nuestros comportamientos se articulan mediante dos tipos de normas básicas, diferentes entre sí, a veces, incluso, pueden ser contradictorias: El comer también está sometido a esta misma influencia y proceso de aprendizaje e incumplimiento. Normas sociales Normas dietéticas Normas sociales Las «normas sociales» refieren al conjunto generalizado de convenciones –acuerdos sociales– relativo al número, tipo, momento, lugar, composición y estructura de los diferentes tipos de tomas alimentarias y a las condiciones y contextos en los que se produce su consumo. • Distribuir la comida a lo largo del día en una toma o varias; • Establecer unos horarios definidos según el tipo de comidas; • Considerar unas ingestas más importantes que otras; • Adoptar unos modales particulares a la hora de comer respecto a nuestra apariencia física; • Comer, dependiendo de los platos y alimentos, con los dedos o con cubiertos; • Establecer un calendario alimentario según las ocasiones festivas; etc. Normas dietéticas Las «normas dietéticas» refieren al conjunto de prescripciones basadas en conocimientos científico-nutricionales y difundidas a través de medios médicosanitarios. Más o menos fluctuantes a lo largo del tiempo, variables según los descubrimientos y el aumento de la influencia social de sus prescriptores. Las normas dietéticas describen, en términos cuantitativos y cualitativos, lo que es una comida adecuada, una alimentación equilibrada, cómo se han de organizar las ingestas alimentarias diarias con el fin de mantener un buen estado de salud, etc. • Comer frutas, verduras, cereales; • Consumir pescado azul, alimentos con fibra, aceite de oliva; • Utilizar técnicas para tratar y cocinar los alimentos que eviten la pérdida de nutrientes básicos; • Evitar el consumo de grasas animales saturadas o de azúcares simples; • Ajustar la ingesta calórica a nuestras necesidades energéticas; • Mantener el equilibrio recomendado en relación a la proporción de glúcidos, lípidos y prótidos; etc. La comida principal Primer plato Desde el punto de vista normativo todavía existente, la comida principal es una unidad constituida por tres categorías: Segundo plato Postre Una versión más compleja –de cuatro o cinco categorías– nos remite a las ocasiones especiales o celebraciones (menús festivos, celebraciones diversas, etc.). Comidas ordinarias / Comidas extra-ordinarias Prácticas reales (objetivadas) Prácticas declaradas (interiorizadas) Una de las dificultades esenciales en la recogida de datos en el campo de la alimentación es, precisamente, la diferencia existente entre: lo que las personas «declaran hacer» y lo que «realmente hacen» Conviene distinguir entre las «prácticas reales» (objetivadas) –sea directamente mediante la observación o indirectamente mediante el análisis de las variables socioeconómicas– y las «prácticas declaradas» (interiorizadas). Comparando unas con otras, las prácticas declaradas nos muestran que, fácilmente, son objeto de transformación, de reestructuración semántica, de olvido o, incluso, de negociación u ocultación. Preferencias alimentarias y sus criterios de aceptación Biológicos: hambre, apetito y gusto Las actitudes, creencias, valores y conocimientos en general y los relativos a la alimentación en particular Psicológicos: humor y culpa o más permanentes como el carácter o el estrés Económicos: costo, ingresos y accesibilidad a los diferentes tipos de alimentos Diversos factores que influyen en las decisiones alimentarias (según EUROFIC, european food imformation council, 2005): Los que se derivan del tipo y grado de conocimientos y/o habilidades relativas a los alimentos en general y a la cocina en particular Sociales: la cultura, la religión, la familia, los iguales, los estilos de vida (patrones de comidas, ritmos temporales…) Sociedad de la abundancia El hambre ya no orienta la alimentación. Las prescripciones religiosas que enmarcaban las prácticas alimentarias pierden fuerza. Hoy en día parece que se ha superado el problema de poder comer y la cuestión alimentaria central se traslada a: ¿qué comer?. Así pues, de forma general: Las dinámicas económicas tienden a ampliar y diversificar sin cesar una oferta accesible a un mayor número de personas. Abandono de las prácticas alimentarias tradicionales a través del desarrollo del consumo de productos fáciles de consumir en cualquier lugar. Los resultados: Motivos declarados de las elecciones 2,1% 1,9% 13,7% 52,8% 29,1% Planificación de las comidas Existe planificación 33,3% 64,3% No existe planificación La mayoría de la muestra se siente identificada con la afirmación: «procuramos hacer una planificación para las diferentes comidas de la semana que hacemos en casa» Las actitudes que no suponen planificación: - Un 13,1% se identifica con la frase «resulta difícil planificar los menús porque cada uno tenemos gustos diferentes en relación a las verduras, el pescado, las carnes, etc.»; - Un 12,4% con la que dice «como trabajamos fuera de casa, no planificamos las comidas», - y, por último, un 7,8% se identifica con la frase «en casa, no planificamos las comidas, por ejemplo, por la noche, cada uno llega y pilla lo que puede». Planificación de las compras 15,3% Adquirir alimentos mediante lista 30,6% Incluyen alimentos a la lista 20,8% Compran sobre la marcha 32,2% Compran lo que les apetece Preferencias y rechazos: alimentos Preferencias y rechazos: preparaciones Preferencias y rechazos El gusto y/o el rechazo por un determinado tipo de alimento no se manifiesta en términos absolutos sino que también influyen el modo como sea presentado y/o cocinado. Una primera constatación refiere al hecho de que los alimentos que más gustan, sobre todo en el caso de niños y adolescentes, no sólo no coinciden sino que, hasta cierto punto, se oponen a las recomendaciones nutricionales. Los alimentos más recomendados desde un punto de vista nutricional (particularmente, verduras, legumbres y pescado) son, precisamente, los que ofrecen porcentajes de aceptación más bajos. Para el conjunto de la población, el porcentaje de aceptación («me gusta») para las verduras, legumbres y hortalizas es de 56,3%, 58,6% y 60,9%, respectivamente. La importancia de los gustos personales para explicar el bajo consumo de verduras y legumbres se refuerza por el hecho de que las cocciones o formas de preparar los alimentos que «menos gustan» son el hervido y el guisado que, precisamente, son las cocciones más habituales para verduras y legumbres. La cuestión del gusto (aceptación/rechazo) está muy marcada por las formas de elaboración de los productos mismos. La comida declarada Estructura y tipos de alimentos: la mayoría primer plato o entrante, segundo plato y postre Solo productos y alimentos Disparidad en las respuestas recogidas Comida ideal sea en términos de cantidad o calidad Hablan más de las formas que de los alimentos: «sentarse a la mesa, charlando y compartiendo» Se considera la comida fuerte del día: «platos de cuchara y, sobre todo, carne»; «algo caliente, como patatas, verdura, carne o pescado»; «un plato fuerte y ensalada; carne-patatas, pasta-carne, verduras-huevos»; «es la comida fuerte del día: carne y algo de pasta, con ensalada»; «un buen plato fuerte»; «algo fuerte»; «sobretodo carne, ya que las comidas suelen ser más fuertes»; «comidas más fuertes que en la cena: arroz, carne», «un guiso de carne o verduras, algo muy consistente» La comida declarada Para primeros platos o entrantes: en primer lugar, las legumbres. Siguen las pastas y arroces. En tercer lugar, las verduras y sopas, y, finalmente, las ensaladas. Tipos de productos declarados como los más consumidos Para los segundos platos, las carnes son los alimentos más citados (59%), seguidas de los pescados (44,5%). En una porción mucho menos significativa son citados los huevos y, en menor cantidad todavía, los quesos y embutidos. Para los postres, el producto más citado es la fruta (37%). Sólo un 2% se refiere al consumo de lácteos. Independientemente del tipo y/u orden del plato, resulta significativa la referencia al recurso de «platos preparados» para resolver la comida del mediodía: un 19% de casos. Las «comidas» no se piensan ni se califican individualmente, comida por comida. Las personas son conscientes de que las comidas están integradas en «ciclos», por lo menos de carácter semanal, de tal forma que los contenidos de una comida «verdadera» o «aceptable» deben considerarse teniendo en cuenta los contenidos de las restantes. Dicho de otro modo, puede compensarse, en unas, los déficits o los excesos de otras. La comida realizada Los alimentos realmente consumidos se concretan del siguiente modo: La carne y la fruta son los alimentos más frecuentemente consumidos. Se pueden considerar como los más característicos de este tipo de ingesta. A continuación, con una proporción bastante elevada se sitúan las verduras y hortalizas, y un poco por debajo la pasta y el arroz, y las ensaladas y sopas. El pescado, las patatas y, algo menos, las legumbres también son alimentos habituales en las comidas españolas. Las tendencias de la alimentación actual: nuevos estilos de vida y nuevas maneras de comer A lo largo de los últimos 30 años se han desarrollado en España unas «nuevas maneras de comer» como consecuencia, sobre todo, de: • La prolongación del período dedicado al trabajo remunerado y fuera del hogar por parte de las mujeres sin que ello haya significado una redistribución de las tareas dentro del hogar cuyo tiempo de dedicación no ha disminuido en términos globales pero sí ha disminuido el tiempo dedicado a «cocinar»: «¡Nosotras no tenemos vacaciones nunca!». • Las modificaciones producidas en los tiempos de trabajo y en los ritmos sociales en general: «¡Cuando uno llega a una hora, otro a otra!». • Los cambios producidos en las estructuras familiares (progresiva disminución del tamaño medio de los hogares (de 3,5 a 2,9 entre 1970 y 2000) y progresivo aumento de los hogares compuestos por personas solas: «¡Para dos, no enciendo la cocina!». • Las aplicaciones tecnológicas concretadas en nuevos equipamientos domésticos (el microondas, por ejemplo) que han contribuido a «aligerar la carga de la cocina» doméstica en «alimentos más fáciles de preparar»: «¡¿Tú sabes lo bien que va el arroz tres delicias ya hecho, en un sobrecito, que lo abres y en tres minutos… y no tenerte que poner?!»… Los cambios sociales y la «modernidad alimentaria» 1) Los procesos de urbanización, de industrialización y de salarización que han afectado muy directamente a los comportamientos alimentarios de la población. 2) Aumento de la escolarización, tanto en lo que refiere al volumen de niños escolarizados como a la duración en años de escolarización de la misma. 3) Importantes cambios demográficos derivados tanto de los movimientos de población como de la importante disminución de la natalidad y del envejecimiento de la población, consecuencia a su vez de las mejoras sanitarias. 4) El proceso de desarrollo de la industria alimentaria ha sido acompañado de una importante revolución en el campo de la distribución y de la comercialización. 5) Difusión de nuevas ideas sobre el cuerpo y de nuevos modelos alimentarios. 6) Cambios producidos en el terreno de las actitudes, de las ideas y de los valores. Las tendencias de la alimentación actual: nuevos estilos de vida y nuevas maneras de comer Se ha constatado una cierta «individualización» y «simplificación» de las comidas Aumenta el número de comidas que se hacen en solitario Se amplían considerablemente las franjas horarias Se amplían y diversifican los lugares donde se realizan las ingestas, tanto en el hogar como fuera de él Las tendencias de la alimentación actual: nuevos estilos de vida y nuevas maneras de comer Esta individualización del sistema de comidas da lugar a «nuevas formas» (Cf.: Herpin, 1988) Desconcentración Desimplantación Desincronización Deslocalización Las tendencias de la alimentación actual: nuevos estilos de vida y nuevas maneras de comer La desconcentración o transferencia de las comidas sólidas (relativamente concentradas en la comida y en la cena) en beneficio de las «pequeñas» comidas (como el desayuno, el «bocata» o «tentempié» de la mañana, la merienda y el «bocata» de la noche). Inversamente, el menú de las comidas principales se simplifica: la comida principal, en muchos casos, se organiza alrededor de un solo plato. La desimplantación , las «nuevas» comidas no tienen lugar en horarios fijos. Ni el principio ni el final de las diversas comidas se sitúan dentro de franjas horarias estrechas: «Nosotros somos cuatro y ¡comemos cada uno a una hora diferente!» Las tendencias de la alimentación actual: nuevos estilos de vida y nuevas maneras de comer La desincronización, los horarios de trabajo están cada vez menos coordinados de cara a hacer de la comida una actividad común: «¿La cena? ¡Cada uno viene a su hora!» La deslocalización, de comer solo en la cocina o en el comedor, se ha extendido a la habitación (0,9% de las meriendas y 0,5% de las cenas); el sofá (10,6% de las cenas). «¿Comer en el sofá? ¡Jamás! Bueno, sí, sábados y domingos por la noche»