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dossie Nutrición ? ★ HAZ LA PRUEBA Toma un día un zumo de naranja sin mezclarlo con nada; y al siguiente, otro con galletas o magdalenas. ¿Notas pesadez y acidez? Acabas de descubrir que los cereales son incompatibles con la fruta ácida. alimentos ¿CUÁLES EN EL MISMO PLATO? Combinar bien los alimentos es más que un arte: es Ia base de nuestra salud. Porque de ello depende nuestra vitalidad, que el organismo responda de forma eficaz y, en gran medida, que nuestro peso sea adecuado y estable. Toma nota de todo lo que te contamos. texto - Carmen Sabalete dossie La papaya contiene enzimas (papaína) que ayudan a digerir las grasas y las proteínas (del salmón, por ejemplo). ENZIMAS AGENTES 007 Tras comer (la parte mecánica de la digestión), comienza la química, que transforma los alimentos a su paso por el tubo digestivo: intervienen las enzimas, unos fermentos inorgánicos. La tialina y la amilasa actúan sobre los almidones, la pepsina, en las proteínas, y la lipasa, sobre las grasas. ¿Alimentos incompatibles? A Nuestra vitalidad depende, en gran medida, de cómo realicemos la digestión: de qué juntamos en el plato. QUIÉN NO LE HA AMARGADO EL DÍA UNA MALA DIGESTIÓN? Las fermentaciones, la acidez estomacal, una digestión lenta y otros problemas pueden ser la consecuencia de mezclar alimentos incompatibles entre sí, porque no todo puede tomarse a la vez. ¿A que no mezclarías un vaso de leche con un zumo de limón? Este extremo es un buen ejemplo de que existen combinaciones alimentarias acertadas y desacertadas de base, que hay que conocer para favorecer el buen desarrollo de nuestra salud ¡y nuestro peso! Sí, porque éste en parte está relacionado con la digestión y las cantidades de los alimentos. En este dossier conocerás las combinaciones más sanas y las que debes evitar, y, además, tienes un menú saludable, elaborado por la doctora María Teresa Barahona, para evitar el sobrepeso. ¡Buen provecho! Cada cosa que comemos precisa que el jugo digestivo se modifique de una determinada manera, para que el organismo pueda aprovecharla energéticamente. Además, su composición está estrechamente relacionada con la del alimento. Así, cuanto más sencillo sea éste, más eficaz será la labor de la digestión y el aprovechamiento nutricional que hagamos de él. Y ahí interviene la combinación de los alimentos, pues algunas mezclas dificultan el proceso y otras lo rentabilizan. Pero eso no es todo. Porque los beneficios de lo que nos llevamos a la boca, es decir, los principios y nutrientes, se obtienen a lo largo de varios días y de diferentes comidas y no al momento de tomar algo. ¿Qué significa esto? Que es fundamental llevar una alimentación sana de forma constante, día tras día y mes tras mes, si queremos que nuestro organismo responda bien. Y ahí, de nuevo, interviene la compatibilidad de lo que mezclemos en el plato, y otro factor más: en qué cantidad (algo que resulta básico si queremos mantener la figura). El peso de las cantidades Una mala combinación de alimentos en cantidades muy pequeñas no afecta a la digestión ni al peso de la mayoría de las personas, sobre todo si se realiza de forma esporádica. Por el contrario, las comidas Nutrición copiosas disparan la báscula y resultan difíciles de digerir, ya que el jugo gástrico -que debe favorecerlo- está tan alterado que no es eficiente. Mezclando muchos alimentos sólo conseguimos que nuestro sistema digestivo realice un trabajo superfluo, con lo que lo privamos de energía y vamos minando, poco a poco, su capacidad de respuesta. ¿Cómo influyen las cantidades? “Podemos comparar nuestra alimentación con la cuenta de un banco, en la que hay que tener en cuenta las entradas y las salidas. Así, todos los alimentos que tomamos se añaden a la cuenta y cualquier actividad física que hagamos se descuenta de ella”, explica la doctora María Teresa Barahona. Por lo tanto, el resultado final será la diferencia entre ambas; es decir, si comemos 2.000 calorías y consumimos 2.500, adelgazaremos; si quemamos 1.800, engordaremos. “Un filete empanado de 100 g tendría, más o menos, las mismas calorías que un filete a la plancha de 200 g; por lo tanto, engordarían igual (otra cosa bien distinta es que sea saludable). No hay que añadir calorías innecesarias. Es mi teoría de los itos. Cuidado con todo lo que termina en ‘ito’: el trocito, la galletita, el bomboncito, la cucharadita... No somos conscientes de que suman en la cuenta y de que suponen muchas calorías al cabo del día”, dice la doctora Barahona. ¿De qué forma hemos de combinar los alimentos? Aquí tienes las reglas de los cientí- ficos estadounidenses Hay y Norman, quienes establecieron las bases al respecto: Frutas con frutas CUIDADO CON LOS ‘ITOS’ “Se trata de pequeñas cantidades que tomamos todos los días, e incluso varias veces al día, y que, por ser pequeñas, no incluimos en nuestra ‘cuenta’, pero en realidad son ‘gastos fijos’. Si quitar los itos no fuera suficiente para nuestro peso, deberíamos simplificar nuestros platos y reducir las cantidades”. Mª Teresa Barahona, experta en Nutrición (www.mariateresa barahona.com). Legumbres con cereales No es una combinación habitual en la dieta mediterránea, pero sí en las dietas vegetaria- nas para asegurar el aporte de proteínas. Sobre la conveniencia de hacerlo existe debate, pero en líneas generales no conviene, ya que favorece las fermentaciones y la producción de anhídrido carbónico, ácido acético y alcohol, entre otras sustancias irritantes de la mucosa intestinal. Evita combinar las judías, lentejas, garbanzos, el seitán o el tofu con cereales como el trigo, el arroz, la avena o el centeno, por ejemplo. uv hu as ev os JUEGA CON LOS ALIMENTOS QUE MEJOR ENCAJAN... Pueden combinarse entre sí, mientras no mezclemos frutas dulces con otras ácidas. Por ejemplo, los dátiles con los pomelos o las naranjas con los higos o las chirimoyas, ya que al mezclarse los ácidos con los azúcares se altera el jugo gástrico y se retarda la formación de glucosa, con lo que permanece más tiempo en el estómago y fermenta (provoca flatulencias, eructos, dolor de cabeza...). ¿Una buena combinación? Naranjas con manzanas o plátanos con uvas. ra ne ca na pi es n pa l ec hu ga s al ma te r nt ca eq ch ofa ui ll a qu hi ilustraciones LUIS TINOCO eso go s Todos estos alimentos combinan bien entre sí. Asociándolos, puedes conseguir una dieta equilibrada. dossie Nutrición Cereales con ácidos ¿Sueles enriquecer el kéfir (rico en fermentos lácteos) con muesli? Pues no es muy acertado. La digestión de los almidones que contienen los cereales comienza en la boca por la acción de la enzima tialina, que los transforma en un tipo de azúcar (maltosa), y la tialina no actúa en un medio ácido. De esta forma, el hecho de tomarlos juntos ralentiza y frena la digestión de los cereales. ¿Sus consecuencias? Flatulencias, pesadez de estómago, irritabilidad... Ten en cuenta, además, que tampoco combinan muy bien entre sí los alimentos ricos en almidón, como las patatas, las legumbres y los frutos secos, con los ácidos, como el tomate, el limón, la naranja, el pomelo, la uva verde... Menú saludable DESAYUNO Café con leche o té, tostada con aceite y tomate o mermelada o miel o biscotes o cereales (sin chocolate ni frutos secos). Vegetales verdes y proteínas ¿Una ensalada con queso y nueces? Es una buena combinación, ya que el tiempo de digestión de ambos es el mismo. Además, lo ‘verde’ neutraliza el efecto inhibidor de las grasas sobre las proteínas; es decir, si la mantequilla, el aceite, las frituras..., cubren la mucosa gástrica, impidiendo la secreción de los jugos y retrasando su digestión, acompañadas por lechuga, rúcula..., el efecto se neutraliza. Asimismo, aportan el agua y las sales minerales necesarias para digerirlas. ¿Los vegetales con las legumbres? Se llevan bien, según el doctor Hay. Agrega a tu ensalada un poco de arroz o pasta. MEDIA MAÑANA Una pieza de fruta y un café o té. COMIDA Pasta, arroz, legumbres, verduras... (los vegetales se pueden combinar con la pasta, el arroz, etc., como plato único). MERIENDA Yogur o fruta con un café o té. CENA Carne, pescado, huevos o quesos frescos, verduras (a la plancha, en ensalada, cremas, purés…). Proteínas o grasas con legumbres El aguacate, la mantequilla, los frutos secos, la carne y el pescado no casan bien con las lentejas, las judías o los garbanzos, ya que esta combinación inhibe la formación de fermentos gástricos, retrasando la digestión EVITA LA OBESIDAD. NO MEZCLES HIDRATOS CON PROTEÍNAS: SU DIGESTIÓN ‘OCUPA’ AL ORGANISMO, QUE NO TIENE ENERGÍA PARA ELIMINAR LA GRASA de las proteínas, y llega a perjudicar patologías como la insuficiencia biliar. Sin embargo, una proteína grasa (mantequilla) combinada con el pan se vuelve más digerible. Cereales entre sí Se perjudican unos a otros si se toman juntos. Y es que aunque el trigo, la avena, el arroz... son cereales -ricos en almidones-, cada uno requiere un tiempo diferente de digestión y, al mezclarse, pasan más del debido en el intestino e influyen directamente en el sobrepeso. Evita, en lo posible -porque son ricos en almidones también-, tomar juntos pan con legumbres o patatas con harinas (un pastel de puré de patata, por ejemplo, con una base de hojaldre). Cereales con azúcares No abuses de ellos. Por ejemplo, de las galletas de avena con chocolate, los bollos, los snacks de arroz con sirope... Porque, si bien la digestión de los cereales (avena, harina, arroz) comienza en la boca y termina en el estómago, la de los azúcares se realiza en el intestino delgado y, cuando los tomamos juntos, quedan retenidos en el estómago hasta que se digieren del todo los cereales. ... Y EVITA AQUELLOS QUE TE DESORDENAN oz Malas combinaciones que arruinan todo tu esfuerzo. Toma nota. ar r t om a ta d át il e s anj a le n nar t e ja s pa t a salmón garbanzos te La verduras van bien con casi todo. sa, 16,50 €): “Después de comer, se produce una respuesta fisiológica de salida de insulina que, aunque hayamos tomado pocos hidratos, obtiene de la sangre la glucosa que poseemos y la lleva al interior de las células, lo que provoca una leve hipoglucemia. Entonces, sentimos la necesidad de comer algo dulce”. O sea que flan, arroz con leche, pasteles, chocolate..., ¿después de comer? Mejor evitarlos, porque combinan mal con el resto de la comida. ¿Fruta? La misma doctora recomienda evitar la fruta como postre si se está a dieta (se digiere mejor sola). La mejor opción es una infusión digestiva ligeramente edulcorada (manzanilla con anís, hierbaluisa, poleo-menta...). ¿Qué pasa con la leche? ¿Qué ocurre entonces? Los azúcares fer- Somos los únicos mamíferos que siguen tomándola de adultos (y no materna que, por mentan rápido y el calor y la humedad del estómago provocan que lo hagan aún más rápido y se acidifiquen (gases, acidez...). sus cualidades nutritivas, es la que se precisa en los primeros años de vida). La leche combina mal con casi todos los alimentos; cuando llega al estómago y se cuaja por la temperatura, envuelve al resto de la comida y la aísla del jugo gástrico, con lo que detiene su digestión hasta que se digiere ella. FOTOS: GETTY IMAGES, LATINSTOCK, GALLERY STOCK, PLAINPICTURE. Aceites (grasas) con vegetales Mezclar vegetales verdes y grasas es una combinación favorable. Por ejemplo: las acelgas, las espinacas, los cardos, los diferentes tipos de lechuga, los canónigos...; a todos les va bien el aceite de oliva. Líquidos con las comidas Es una combinación en la que nadie suele pensar. Las bebidas durante los almuerzos Más de una legumbre No va muy bien combinarlas entre sí porque se alargan los tiempos de digestión y, de esta manera, se ponen en marcha mecanismos de putrefacción que son mucho más perjudiciales para la salud que los de la fermentación. No mezcles judías con garbanzos, lentejas, habas, soja (y derivados), legumbres todas ricas en proteínas. Postres, ¿sí o no? Al terminar de comer suele apetecer algo dulce. Y no se debe a un simple capricho. La doctora Pilar Senpau, experta en nutrición, explica en Cuando la vida pesa (editorial Sal- ★ ¿BOLLOS? Intenta no tomarlos con asiduidad (disparan la hormona insulina y, con ella, el peso). o las cenas, sobre todo si son gaseosas y muy azucaradas, desencadenan la fermentación. Los líquidos apresan el bocado antes de que se termine de masticar e insalivar por completo y, de esta forma, se pierde nutritivamente. Además, impiden la acción del jugo gástrico hasta que la comida es absorbida. ¿Y si están heladas o muy calientes? Las bebidas muy frías, con hielo, o las que hierven alteran la temperatura de la masa alimenticia en el estómago y, de este modo, interrumpen su digestión hasta que el organismo alcanza su temperatura natural (37 ºC). n