Download Nutrición en transición
Document related concepts
Transcript
Nutrición en transición El papel de los micronutrientes La Alianza Internacional de Asociaciones de Suplementos Dietéticos / Alimentarios (IADSA) reúne a más de 35 asociaciones de fabricantes y distribuidores de suplementos dietéticos de todo el mundo. El principal objetivo de IADSA es asegurar un mayor intercambio de información sobre la ciencia y la regulación de suplementos e ingredientes dietéticos entre industria, científicos, reguladores y consumidores. "Nutrición en transición: El papel de los micronutrientes" ha sido revisado y redactado por el Profesor David Richardson y es la primera publicación que emana de un grupo creado recientemente que incluye a los principales científicos internacionales del campo de los suplementos dietéticos e ingredientes de suplementos dietéticos. Este grupo se compone del Dr Hirobumi Ohama, el profesor David Richardson, el Dr John Hathcock y el Dr Serek Shrimpton. Esta publicación ha sido financiada por el Consejo de la Nutrición Responsable del Reino Unido. Nutrición en transición El papel de los micronutrientes DAVID P. RICHARDSON septiembre de 2002 Nutrición en transición El papel de los micronutrientes DAVID P. RICHARDSON septiembre de 2002 1.0 2.0 2.1 2.1.1 2.1.2 2.1.3 2.1.4 3.0 4.0 4.1 4.2 4.3 5.0 6.0 7.0 8.0 Tabla 1 Tabla 2 Figura 1 Figura 2 Anexo I Anexo II Introducción La edad de cambio Intervenciones de nutrición durante el envejecimiento Antioxidantes de la dieta y enfermedad cardiovascular Salud del esqueleto Inmunonutrición Rendimiento cognitivo Salud de la madre y del niño Respuesta a los retos de la suficiencia de micronutrientes en el mundo en desarrollo Estrategias basadas en la alimentación Estrategias de enriquecimiento en nutrientes Estrategias de suplementación Transiciones epidemiológicas y nutricionales Costes económicos de la desnutrición y la sobrenutrición Las estrategias para apoyar las políticas de salud pública en todo el mundo han de ser científicamente válidas, socialmente responsables y prácticas Conclusión: mejorar la vida, hacer la diferencia Modelo de evaluación de la seguridad de micronutrientes Papel de la industria en la garantía de la suficiencia de micronutrientes Prevención de carencia de micronutrientes durante el ciclo vital Estrategias: el objetivo de aumentar la conciencia y eliminar las carencias de micronutrientes por medio de programas de desarrollo sanitario y social Algunos factores destacados sobre la malnutrición en el mundo de hoy Consecuencias de la malnutrición en el curso de la vida Referencias © IADSA 1 1 3 3 4 6 6 7 8 8 9 10 12 14 16 18 20 21 22 23 24 25 26 1.0 INTRODUCCIÓN La salud y el bienestar han sido siempre los principales componentes de la evolución de la política internacional. Sin embargo, la mayor parte de la atención en el mundo en desarrollo ha sido captada por las enfermedades infecciosas y la desnutrición. Este artículo describe los logros económicos y nutricionales alcanzados en décadas recientes, y destaca las principales transiciones dietéticas y epidemiológicas que tienen lugar actualmente y que tendrán mayor importancia durante los próximos 20 años. Mientras que hay grandes masas de población que continúan viviendo en condiciones de penuria económica, hay un cambio en la gravedad de la enfermedad por problemas asociados con carencias dietéticas severas, problemas asociados con una mayor esperanza de vida, cambio en los estilos de vida, la rápida urbanización y los bajos niveles de actividad física. La deficiente selección de alimentos, ingesta excesivas de calorías y grasas, así como el cambio en los modelos dietéticos con una baja ingesta de frutas y verduras, tienen también un impacto en la situación nutricional de un importante número de personas. Este informe demuestra con que rapidez cambia la carga de la enfermedad que pasa a enfermedades crónicas relacionadas con la dieta y la perentoria necesidad de que los países se concentren, ahora, en el total entendimiento de estos cambios, sus causas y las maneras de enfrentarse a ellas. Las cuestiones principales estudiadas en este artículo se concentran en la eliminación de la desnutrición, la identificación de los principales sectores de población que sufren el riesgo de carencias nutricionales y los crecientes problemas asociados con el exceso nutricional y el estilo de vida sedentario (Anexos I y II). Un objetivo principal de los gobiernos del mundo en desarrollo es proteger y fomentar la salud de sus poblaciones y comunidades garantizando el acceso a suministros de alimentos sanos, nutritivos y razonables. También es necesario para ellos desarrollar y adaptar estrategias dietéticas para seguir los cambios en la sociedad, reflejar los avances en la ciencia de la nutrición y actuar rápidamente para tratar los problemas concretos mientras los países se muevan durante la transición en la nutrición. 2.0 LA EDAD DEL CAMBIO Los retos del envejecimiento global son fundamentales y sin precedentes, y ejercen un impacto significativo en la prosperidad de las naciones ahora y lo ejercerán en el futuro. Los cambios en la estructura por edades de las poblaciones humanas en el mundo suponen grandes logros en el desarrollo sanitario y social, y es probable que más gente que nunca con anterioridad sobreviva hasta llegar a la vejez. Si bien se predice que la esperanza de vida aumente en la mayoría de los países, la cuestión principal es la proporción y la duración absoluta de esperanza de vida sana. NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 1 Estas tendencias de población tienen inmensas implicaciones para la sanidad y la atención sanitaria (Khaw, 1999). La incidencia de muchas enfermedades crónicas y la prevalencia del aumento de la discapacidad aumentan con la edad. Las enfermedades crónicas asociadas con la edad incluyen las enfermedades cardiovasculares, cánceres, enfermedades músculoesqueléticas, degeneración macular relacionada con la edad y perjuicios sensoriales y cognitivos. Mathers et al. (2001) describe las primeras estimaciones de esperanza de vida sana en 191 países en 1999. La medición empleada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en este estudio se denomina la "Esperanza de Vida Ajustada respecto de la Discapacidad" o DALE, que mide el número promedio esperado de años para vivir con plena salud, es decir, la esperanza de vida con salud, más bien que la esperanza de vida total. Los años de vida sana perdidos a causa de la discapacidad representan el 18 % de la esperanza de vida total en los países situados en la parte inferior y disminuyen hasta aproximadamente el 8 % en los países con la esperanza de vida total más alta. Por ejemplo, Japón lidera el mundo con una esperanza de vida sana de 74,5 años en el momento del nacimiento en 1999. En los lugares segundo y tercero se encuentran Australia y Francia, seguidos de cierto número de otros países industrializados de Europa occidental. China tiene una esperanza de vida sana justo superior al promedio global de 62,3 años, mientras que Malasia (61,4 años), Tailandia (60,2 años), Indonesia (59,7 años), Brasil (59,1 años), Filipinas (58,9 años), Pakistán (55,9 años), India (53,2 años) y Senegal (44,6 años) están por debajo del promedio global. Sin embargo, es interesante que las mujeres viven un promedio de casi 4 años más que los hombres, sufren mayor tiempo de discapacidad, que suman casi 2 años. Los países cuyo DALE es menor están todos ellos en el África subsahariana, en los que la epidemia de VIH-SIDA está teniendo mayor prevalencia. La salud y el bienestar en la vejez pueden modificarse y pueden lograrse mejoras sustanciales promoviendo la salud y la aptitud durante toda la vida. Se requieren esfuerzos mucho mayores en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades en la vejez con el fin de retrasar la aparición de enfermedad e incapacidad (Andrews, 2001). Si bien la mayor parte de las personas mayores es, en general, cada vez más apta y capaz de continuar llevando vidas productivas, la transición a una sociedad que envejece exige respuestas urgentes. En 1998 la OMS propuso un enfoque proactivo y positivo para tratar el riesgo de enfermedad crónica en la vejez. Este enfoque de "curso de vida" recomienda la puesta en práctica de programas que se orientan hacia intervenciones activas en la vida previa. Se acumulan cada vez más pruebas que muestran que algunos aspectos de salud y función fisiológica en la vida posterior puede determinarse durante la vida previa (Sayer et al., 1998). Lo que está claro es que los determinantes de la salud en la vejez son complejos y que se precisan estrategias y actividades de promoción de la salud para las mujeres y los hombres en todas las etapas de la vida (OMS, 2000). 2 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 2.1 INTERVENCIONES DE NUTRICIÓN DURANTE EL ENVEJECIMIENTO 2.1.1 Antioxidantes de la dieta y enfermedad cardiovascular En los adultos mayores, la reducida ingesta de alimentos, un estilo de vida sedentario y gastos de energía reducidos son los factores de riesgo de la malnutrición –particularmente de proteínas y micronutrientes- junto con el declive de funciones corporales y el desarrollo de enfermedades crónicas. Se cree que la tensión oxidativa es un factor importante en el envejecimiento y en muchas enfermedades degenerativas asociadas con la edad. Dada la amplia aceptación de la hipótesis antioxidante, los mecanismos bioquímicos subyacentes sugieren que la mayor ingesta dietética de antioxidantes puede proteger contra los trastornos vasculares ateroscleróticos. Esto es apoyado por la prueba de diversos estudios de observación, que indican que la ingesta suplementaria de vitaminas antioxidantes, tales como las vitaminas C y E, está asociada con el menor riesgo de enfermedades crónicas asociadas con la edad, tales como la enfermedad cardiovascular, ciertas formas de cáncer, cataratas y deterioro cognitivo, que a su vez pueden haber contribuido a la longevidad y al crecimiento de la población de edad avanzada (Meydant, 2002). Si bien el selenio mineral no tiene ninguna capacidad antioxidativa por sí mismo, se incorpora en un amplio abanico de enzimas del cuerpo que son cruciales para la salud humana. La más conocida es la glutationa peroxidasa, y actúa como parte del mecanismo de defensa del cuerpo para proteger moléculas importantes (por ejemplo, ADN y lípidos) y membranas celulares del daño por radicales libres (British Nutrition Foundation, 2001). El reconocimiento de la importancia del selenio en la salud ha dado lugar a una honda preocupación por el descenso de las ingestas por la dieta, particularmente de alimentos vegetales, y la asociación de la creciente prevalencia de la enfermedad cardíaca coronaria y algunas formas de cáncer. Por consiguiente, sería de gran valor examinar el papel potencial de la ingesta suplementaria de vitaminas antioxidantes en relación con la mayor esperanza de vida con salud. Los componentes dietéticos de alimentos que tienen actividad antioxidante incluyen las vitaminas antioxidantes C y E, así como una multitud de componentes no nutritivos con actividad antioxidante, tales como polifenoles en frutas y verduras. Las valoraciones de ensayos de observación y clínicos muestran que la ingesta aumentada o el nivel en plasma de vitamina E está asociada con la reducción del riesgo de enfermedad cardiovascular (Meydani, 1995, 1998). Aunque algunos ensayos clínicos amplios no han hallado ningún beneficio con el suplemento de vitamina E en pacientes i con la enfermedad ya establecida (Heart Protection Collaborative Study Group , 2002), hay cada vez más pruebas de que los niveles suplementarios de vitamina E pueden tener un gran potencial en la prevención del desarrollo de la enfermedad cardiovascular. El mecanismo de acción incluye una susceptibilidad reducida del colesterol - lipoproteína de baja densidad (LDL) a la oxidación (Jialal et al., 1995), mejora de la relajación del vaso sanguíneo (Green et al., 1998) y disminución de la agregación de las plaquetas sanguíneas (Steiner, NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 3 1999). Meydani (2002) concluye que los suplementos de vitamina E por la dieta son más efectivos para prevenir el desarrollo de la enfermedad que la curación de las lesiones establecidas en pacientes con enfermedad cardiovascular. Los resultados de los estudios clínicos sobre suplementos han sido decepcionantes. El conflicto entre los resultados de los estudios de la dieta basados en la observación y los ensayos clínicos sobre suplementos puede surgir de las muchas variables que intervienen, las interacciones y sinergias entre nutrientes, y las actividades biológicas que difieren en los alimentos frente a los suplementos (Reddy et al., 2002). Los datos epidemiológicos reflejan en muchos casos la exposición durante toda la vida a ingestas a largo plazo de micronutrientes, ya por medio de la dieta, ya por medio de suplementos, en poblaciones sin ninguna historia clínica anterior de enfermedad cardiovascular. Los beneficios del apoyo nutricional observados en los estudios epidemiológicos pueden indicar la eficacia de la ingesta de vitaminas antioxidantes o el estado de las mismas en poblaciones con bajo riesgo de lesiones cardiovasculares tempranas. En cambio, la mayoría de los estudios de intervención han empleado una aproximación clínica, como las empleadas para los medicamentos, al objeto de investigar los beneficios potenciales de estos nutrientes para reducir la mortalidad causada por eventos cardiovasculares o para retrasar el progreso de las lesiones cardiovasculares en poblaciones de riesgo elevado con uno o más factores de riesgo identificados de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, los datos que emergen de los estudios epidemiológicos y clínicos hacen hincapié en la importancia de los micronutrientes en el aumento de la aptitud de diferentes funciones corporales, incluyendo el sistema inmunológico y las funciones cognitivas, así como los efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular. Meydani (2002) indica que la ingesta suplementaria de antioxidantes y otros micronutrientes aparece como importante en la prevención o el retraso en la aparición de diferentes enfermedades crónicas e infecciones asociadas con la edad que son las causas principales de morbidez y mortalidad entre las personas mayores. Arguye con persuasión que las intervenciones en la nutrición son prácticas eficaces en costes y pueden ser puestas en práctica fácilmente entre una población numerosa. 2.1.2 Salud del esqueleto La osteoporosis es una enfermedad esquelética sistémica caracterizada por reducción de la masa ósea y deterioro de la estructura ósea con el consiguiente aumento de la fragilidad del hueso y susceptibilidad a la fractura. Las fracturas osteoporóticas están asociadas con una morbidez considerable y mayor mortalidad. Las fracturas producen como resultado dolor, deformidad, pérdida de estatura y pérdida de independencia. La fractura más grave es la de cadera, la incidencia de la cual se incrementa exponencialmente después de los 45 años de edad, tanto en hombres como en mujeres. La carga para el individuo, así como para los servicios sanitarios, es elevada, y es probable que aumente. Además, el coste para los afectados en términos de calidad de vida es considerable (Eastell & Lambert, 2002). 4 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES Las estrategias nutricionales para optimizar la salud ósea a lo largo de todo el ciclo vital son extremadamente importantes y los enfoques dietéticos son mucho más populares entre quienes sufren osteoporosis que la intervención con medicamentos (New, 2002). El cumplimiento a largo plazo del tratamiento con medicamentos puede ser relativamente bajo y los costes para la sanidad pública con sustanciales. Los factores nutricionales juegan un papel clave tanto en alcanzar el máximo de masa ósea como en el ritmo de pérdida ósea en relación con la edad. Los principales determinantes son los factores genéticos, la nutrición vital temprana, la dieta y el ejercicio. De los factores nutricionales, el calcio y la vitamina D juntos es probable que sean efectivos en la reducción de las tasas de fractura en las personas mayores y en la reversión de la hipovitaminosis D. La vitamina D, en su forma activa, juega un papel importante en el aumento de la absorción de calcio y en la movilización de las reservas de calcio cuando las concentraciones en suero sanguíneo son bajas. La mayor fuente de vitamina D no es dietética: se produce en la piel a partir del 7-dehidrocolesterol durante la exposición a la luz. Con el envejecimiento, sin embargo, hay una disminución destacada en la concentración de 7-dehidrocolesterol en la piel y su baja producción puede conjugarse con la limitada exposición a la luz solar debido a la falta de movilidad o a la institucionalización (Holick et al., 1989). La ingesta promedio de vitamina D y el estatus entre las personas mayores es baja. Se precisa considerar urgentemente las formas de afrontar este problema, incluyendo la promoción de la conciencia entre la población y los profesionales sanitarios de la importancia de lograr un estado adecuado de vitamina D y el uso de suplementos de vitamina D en quienes tienen mayor riesgo de carencia (Prentice, 2002). Las dietas pobres y la desnutrición con ingestas bajas en productos lácteos y frutas y verduras pueden comprometer la ingesta de otros nutrientes esenciales para la salud del hueso. Hay pruebas de que las ingestas de nutrientes tales como potasio, magnesio, vitamina C, ß-caroteno, zinc, cobre y manganeso son todas ellas necesarias para una salud ósea óptima. La vitamina K es esencial para el desarrollo de las proteinas de la matriz del hueso , y las ingestas con baja proporción de este nutriente liposoluble están asociadas con mayor riesgo de fractura de cadera (Booth et al., 2000). El papel protector de la vitamina K contra la pérdida ósea relacionada con la edad ha de ser confirmada por los ensayos de suplemento a largo plazo. El mecanismo bioquímico ha de elucidarse. Mientras las estrategias nutricionales que incluyen suplementos alimenticios han de jugar un papel significativo en la minimización de la pérdida ósea relacionada con la edad (Lowe et al., 2002), es importante destacar que han de encontrarse las maneras para optimizar la salud esquelética temprana durante la vida como estrategia preventiva. Muchos países tienen una ingesta promedia de calcio que es considerablemente inferior a la de los niveles recomendados, debido en gran medida a la escasez de leche y productos lácteos, y el potencial aumento del suministro de calcio está gravemente limitado. Si bien las personas se adaptan a las ingestas bajas, parece prudente minimizar el número de personas con ingestas bajas de calcio (por ejemplo, inferior a 400 mg/día) para ayudar a garantizar la salud ósea. NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 5 2.1.3 Inmunonutrición Se ha reconocido durante muchos años que los estados de carencia nutricional están asociados con una respuesta inmunitaria débil y mayor susceptibilidad a las enfermedades infecciosas (Chandra, 1983; Calder & Jackson, 2000). A su vez, la infección puede afectar al estado nutricional, estableciendo así un círculo vicioso de desnutrición, función inmune comprometida e infección (Grimm & Calder, 2002). Aunque muchos de estos problemas están asociados con la desnutrición en el mundo en desarrollo, especialmente entre los ancianos y los muy jóvenes, resulta evidente que muchas enfermedades que existen entre los aparentemente bien alimentados tienen un fuerte componente inmunológico. Actualmente se reconoce que enfermedades tales como la aterosclerosis, artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn tienen un componente inmunológico que puede ser alterado por cambios concretos en el suministro de nutrientes. El potencial de modulación del sistema inmune por la intervención de nutrientes concretos se denomina con el término "inmunonutrición" y – de manera más excitante – parece que el uso de ciertos nutrientes, tales como el aminoácido glutamina (Andrews & Griffiths, 2002), los ácidos grasos n-3 de cadena larga, especialmente el ácido eicosapentanoico de los aceites de pescado (Calder et al., 2002), y otros micronutrientes, tales como vitamina A, hierro, zinc y cobre, pueden ser efectivos en amplios ambientes e incluye efectos beneficiosos sobre los resultados clínicos. 2.1.4 Rendimiento cognitivo Es probable que las combinaciones de vitaminas, minerales y antioxidantes de plantas ofrezcan un gran potencial para las personas mayores con discapacidades mentales y, más gravemente, la enfermedad de Alzheimer (Grundman & Delaney, 2002). Si bien no es una observación consistente de manera uniforme, diferentes estudios epidemiológicos han puesto de manifiesto una relación entre la ingesta antioxidante de vitamina E y sustancias en Gingko biloba que pueden reducir el progresivo declive de funciones cognitivas en poblaciones envejecidas. Las pruebas actuales indican que tanto el aumento de la tensión oxidativa como el desequilibrio en el estado antioxidativo contribuyen al declive de la función cognitiva con la edad (Perkins et al., 1999). Estos autores han informado de que los niveles de vitamina A, C y E, carotenoides y selenio están correlacionados con la función de memoria. Muchos componentes de los alimentos, incluyendo vitamina C, ubiquinona (Coenzima Q10), ácido lipoico, carotenoides, creatina, curcumina y ginseng, así como el complejo vitamínico B (piridoxina, cobalamina y ácido fólico) han sido asociados con la función cognitiva, pero se precisan más investigaciones para determinar la medida en que estas sustancias pueden parar el declive de la capacidad cognitiva en la tercera edad. 6 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 3.0 SALUD DE LA MADRE Y DEL NIÑO La adecuación de los micronutrientes en el momento de la concepción y durante la gestación es importante para cierto número de resultados del embarazo. El embarazo es un período de demandas metabólicas superiores, con cambios en las necesidades fisiológicas de la mujer y las exigencias del feto en desarrollo (King, 2000). Durante este período, las reservas inadecuadas o la ingesta diaria de vitaminas y minerales pueden tener efectos adversos sobre la madre y el feto. Mientras que se ha reconocido la importancia de yodo y folato en el embarazo, sólo ahora empieza a reconocerse el papel de otros muchos micronutrientes. Con frecuencia coexisten las carencias de micronutrientes y las carencias de vitaminas y minerales, varían con la etapa de la vida, la estación, el año, el grupo étnico, la situación económica, los medios urbanos o rurales y entre individuos de una misma comunidad. Esta variabilidad se debe al consumo de dietas con diferente contenido y biodisponibilidad de micronutrientes, así como a pérdidas y diferentes exigencias de micronutrientes (Black, 2001). La carencia de hierro, que da lugar a la anemia, es muy prevaleciente en mujeres en los países en desarrollo, y con frecuencia no se satisfacen las mayores necesidades de hierro durante el embarazo por cambios en la dieta o en la absorción (Beard, 2000). Por ejemplo, los estudios existentes indican que al menos el 50 % de las mujeres embarazadas de los países del sudeste asiático tienen carencia de hierro y son anémicas (Seshadri, 2001). Se ha suministrado como suplemento durante largo tiempo ácido fólico en combinación con hierro durante el embarazo, en gran parte sobre la base de beneficios hematológicos, si bien las ingestas inadecuadas de estos nutrientes se han asociado igualmente con complicaciones durante el embarazo y malformaciones congénitas. Aunque la carencia de ácido fólico no es tan considerable como la de hierro, aproximadamente el 40 - 50 % de las mujeres embarazadas de los países del sudeste asiático pueden sufrir algún grado de carencia (Seshadri, 2001). La demostración del papel causal de la carencia de ácido fólico en defectos del tubo ii neural (NTD) ha centrado la atención sobre esta vitamina B (MRC Vitamin Study iii Research Group , 1991), especialmente en relación con el estado periconcepcional de ácido fólico. El yodo tiene una clara relación con la función tiroidea durante el embarazo y la insuficiencia de yodo durante la vida fetal temprana produce como resultado un desarrollo inadecuado del cerebro de la criatura, limitando, por consiguiente, la capacidad de aprendizaje. "Cretinismo" es el término que abarca la mayoría de las formas graves de personas perjudicadas y que está relacionada con la amplitud y duración de la carencia de yodo, particularmente en criaturas de madres que son deficientes en yodo (Stanbury, 1996). NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 7 Las carencias de otras vitaminas pueden estar igualmente relacionadas con complicaciones del embarazo y desarrollo fetal anormal. Un hallazgo llamativo, de que los suplementos semanales de vitamina A o ß-caroteno reducen la mortalidad maternal en un 50 % en un ensayo controlado en Nepal (West et al., 1999), ha llevado a planes para replicar estos ensayos con vitamina A o combinaciones de micronutrientes. En Indonesia muchos niños sufren un estado nutricional inadecuado, que puede deberse en parte a la pobre nutrición materna durante el embarazo. El suplemento con vitamina A en conjunción con el suplemento con hierro en mujeres embarazadas en Indonesia se ha demostrado que beneficia la situación de vitamina A de sus hijos, si bien una gran proporción de criaturas tiene concentraciones de retinol en suero marginales, que pueden hacer necesario aumentar su ingesta de vitamina A (Schmidt et al., 2001). Claramente, las mejoras en la situación de micronutrientes de todas las mujeres en edad reproductiva influirán de manera beneficiosa en los resultados del embarazo. El enfoque usual durante el embarazo es el suplemento, por ejemplo de hierro y ácido fólico. Ahora se presta más atención a los enfoques dietéticos para mejorar el estado nutricional, incluyendo la diversificación dietética y el enriquecimiento de alimentos con micronutrientes, así como el uso de suplementos alimenticios. Sin duda, el suministro sostenido de nutrientes en la dieta se derivará de una combinación de estrategias basadas en el conocimiento de los modelos dietéticos locales y la disponibilidad de alimentos (Figuras 1 y 2). 4.0 RESPUESTA A LOS RETOS DE LA SUFICIENCIA DE MICRONUTRIENTES EN EL MUNDO EN DESARROLLO Las políticas y programas nacionales para aliviar el hambre y la malnutrición se han concentrado en tres enfoques principales: 4.1 Estrategias basadas en la alimentación Las estrategias de alimentación basadas en productos de consumo, animales, y/o pescado ricos energéticamente como fuentes principales de proteínas, vitaminas y minerales y sustancias fotoprotectoras de frutas y verduras, se han logrado mediante el apoyo de sistemas de cultivo integrados. La tecnología apropiada para la conservación de alimentos ricos en micronutrientes y los esfuerzos para garantizar la disponibilidad durante todo el año han contribuido, todos ellos, a mejoras en la situación nutricional. La Organización para la Agricultura y la Alimentación (OAA – FAO) ha promovido y apoyado este enfoque, mientras que el reconocimiento de que el enriquecimiento y suplemento de los alimentos con nutrientes son también medidas de salud pública muy iv efectivas (OAA e International Life Sciences Institute , 1997). El suplemento con una amplia base en grupos de población de riesgo elevado es adecuado y eficaz cuando la situación lo demanda. 8 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES Las dietas en los países en desarrollo no carecen tan sólo de un único micronutriente, sino de un amplio abanico de los mismos, y, por lo tanto, las estrategias se proponen directamente mejorar la ingesta de energía total y micronutrientes, así como prestar atención a la biodisponibilidad de los micronutrientes ingeridos (Tontisirin et al., 2002). Con frecuencia, sin embargo, las políticas agrícolas hacen hincapié en la producción agrícola primaria de alimentos de consumo que proporcionan energía y proteínas, con mucho menos énfasis sobre frutas y verduras, que son fuentes ricas de micronutrientes. Las dietas de adultos y niños están constituidas habitualmente de diferentes productos alimenticios, que consisten de algunos alimentos que son ricos en energía y otros que son ricos en nutrientes, pero pobres en energía. Una dieta que tenga una densidad de nutrientes apropiada para un adulto puede no cumplir las necesidades de calcio y vitamina A del niño, ni los requisitos de hierro y ácido fólico de la mujer embarazada. Los niños y las mujeres embarazadas y lactantes necesitan proporciones relativamente elevadas de alimentos ricos en estos micronutrientes esenciales en comparación con sus necesidades de alimentos que proporcionan energía. En el primer año de vida, las exigencias nutricionales son mayores que en cualquier otro momento a lo largo de la vida. En los primeros cuatro a seis meses, los requisitos nutricionales de la criatura pueden satisfacerse totalmente con la leche materna, pero después de esto, han de introducirse alimentos complementarios para satisfacer las necesidades de energía y nutrientes. Las causas subyacentes de malnutrición precisan esfuerzos nacionales y basados en la comunidad para aumentar el conocimiento y la comprensión de las carencias de micronutrientes con el fin de crear la demanda de alimentos ricos en micronutrientes, incluyendo una amplia variedad de frutas y verduras amarillas, naranjas, rojas y verde oscuras, que cuando sea conveniente, se refuercen con alimentos y suplementos de alimentos. 4.2 Estrategias de enriquecimiento en nutrientes Empezando en el siglo veinte, la adición de nutrientes a vehículos alimenticios adecuados ha tenido un papel importante y espectacular en fijar objetivos de condiciones sanitarias concretas y asegurar la salud nutricional y el bienestar de poblaciones completas. Los ejemplos incluyen el bocio y la v Enfermedad por Carencia de Yodo (IDD) con sal yodada, el raquitismo con leche reforzada con vitamina D, el beriberi, la pelagra y la anemia con las vitaminas B tiamina, niacina y ácido fólico y hierro mineral, respectivamente, en cereales. El enriquecimiento de alimentos es un tipo de intervención para asegurar la adecuación de la dieta y el control de la malnutrición (Richardson, 1997). El enriquecimiento tiene la ventaja de requerir menos cambios en el comportamiento del consumidor y los hábitos alimentarios y el enriquecimiento obligatorio y voluntario de alimentos han jugado un papel principal en dirigir las necesidades de micronutrientes. Más de 2 mil millones de personas de la población mundial, o más de una de cada tres personas de todo el mundo, corre riesgo de carencia de hierro, vitamina A o yodo (OMS, 1995). NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 9 El éxito en el enriquecimiento de alimentos se debe en gran medida a su relativa sencillez y a su bajo coste, pero quizás aún más importante, debido al reciente respaldo y defensa internacionales y la coalición de socios, que representan los gobiernos nacionales, los organismos internacionales, los profesionales de la salud y la industria alimentaría (Darnton-Hill & Nalubola, 2002). Los problemas asociados con los programas de enriquecimiento nutricional obligatorio pueden hacer que surjan problemas sobre la libertad de elección y el acceso al producto no reforzado (por ejemplo, sal yodada frente a la no yodada). Estos debates subrayan la importancia de la educación del consumidor y el deseo político de eliminar un problema nutricional importante. Los elementos de un enriquecimiento con éxito incluyen la comprensión de los problemas nutricionales teniendo datos suficientes sobre los modelos de consumo de alimentos, apoyo adecuado y conocimientos técnicos en la industria, la implicación de los departamentos gubernamentales clave, la comunidad científica y el personal de salud pública, la aplicación adecuada de la legislación y las normas para garantizar la seguridad y la calidad, y la voluntad política de desarrollar programas innovadores en beneficio de la población objetivo (OAA, 1996; Universidad de las Naciones Unidad, 1998; Banco Asiático de Desarrollo, 2002). 4.3 Estrategias de suplementación Hay claramente la necesidad de una variedad de actuaciones para combatir las carencias de micronutrientes a nivel mundial y para educar a los consumidores sobre los beneficios de la nutrición óptima. El uso de los suplementos de alimentos ha logrado gran éxito eliminando virtualmente la carencia de vitamina A, pero hay que hacer mucho más para afrontar el problema de la anemia por carencia de hierro y otras carencias de micronutrientes. A pesar de que cada una de las estrategias basadas en los alimentos, el enriquecimiento y el suplemento, tienen ventajas y desventajas inherentes para mejorar la situación micronutricional de la población los enfoques son con frecuencia más complementarios que competidores. El enfoque basado en la dieta tiene la ventaja de que una vez que la población cambia su dieta, es probable que estos cambios se mantengan. La desventaja es que con frecuencia es difícil cambiar las prácticas dietéticas, y los alimentos ricos en nutrientes tienden a ser caros y fuera del alcance de segmentos significativos de la población. El suplemento puede proporcionar una rápida mejora en la situación nutricional de los grupos objetivo, pero usualmente se requiere que la gente tome el suplemento de manera regular. La cuestión del cumplimiento es un reto que requiere la disponibilidad local de los suplementos y la comprensión por parte de la población afectada de los beneficios. Los suplementos han tenido mayor éxito cuando los que los precisan están señalados como un objetivo, usualmente durante un período limitado, incluso aunque, en realidad, el suplemento pueda ser una 10 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES solución a largo plazo en muchas situaciones, por ejemplo el suplemento con vitamina A. A pesar del consenso internacional de que el suplemento tiene que jugar un papel clave en el control de carencias de micronutrientes tales como vitamina A y hierro, hay todavía quienes cuestionan el papel de tales programas y defienden únicamente enfoques basados en la alimentación debido a que perciben que los suplementos dietéticos pueden minar los esfuerzos para animar a las poblaciones a seguir una buena dieta. Sin embargo, es claro que hay un desfase entre la dieta equilibrada ideal y lo que realmente come la gente. Para aquellos cuyos hábitos alimentarios y selección de alimentos comprometan la adecuación nutricional, los suplementos dietéticos pueden servir como medio para garantizar que se satisfagan las necesidades de micronutrientes. La prueba convincente de la eficacia y seguridad de las cápsulas de vitamina A para reducir la mortalidad infantil ha ayudado a crear el reconocimiento de los programas de suplemento y ha aumentado el impulso de los mismos. Por el número de vidas salvadas, el Informe sobre el Desarrollo Mundial (Banco Mundial, 1994) ha hallado que los programas de micronutrientes, y en particular el suplemento con vitamina A, han sido las intervenciones sobre la salud con la mejor relación coste – eficacia. La justificación para el uso de suplementos de micronutrientes depende tanto de la eficacia como de la efectividad del programa en las condiciones prevalecientes en los países en desarrollo (Shrimpton & Schultink, 2002). En años recientes, se ha hablado cada vez más del suministro de suplementos de micronutrientes múltiples para mujeres en edad de tener hijos. La dieta de la mujer que es deficiente en hierro y folato es probable que sea deficiente en otros muchos micronutrientes. Por ejemplo, las ingestas de hierro, zinc, folato, vitamina B6, vitamina B12, vitamina A, riboflavina y calcio se encuentran comúnmente por debajo de los niveles recomendados (Allen, 1995; Huffman et al., 1998). Los costes de distribuir suplementos de micronutrientes es probable que sean relativamente pequeños, pero los incrementos de beneficios pueden ser considerables. Una forma exitosa de introducir suplementos ha sido el desarrollo en cada país de la "Atención a la Mujer", un elemento de "La Iniciativa de Atención" (UNICEF, 1990), que está diseñada para adaptarse a las circunstancias locales. Además de un suplemento de micronutrientes múltiple otras intervenciones forman parte de los esfuerzos educativos para mejorar la salud reproductiva. Los recursos de salud pública son siempre limitados y, por consiguiente, ha de darse prioridad a los enfoques dietéticos que sean efectivos. En la actualidad se admite generalmente que la dieta es un importante determinante de la salud humana y que no son únicamente las carencias manifiestas, sino que también las carencias marginales de diferentes vitaminas y minerales pueden originar un pobre crecimiento, incidencia superior de infecciones, respuesta inmune deficiente y trastornos óseos y metabólicos que pueden aumentar la susceptibilidad a la enfermedad cardíaca y los cánceres (Bremner, 1999) (Véase Anexo II). NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 11 5.0 TRANSICIONES EPIDEMIOLÓGICAS Y NUTRICIONALES Hace treinta o cuarenta años, la mayoría de las poblaciones de los países en desarrollo hacían frente al hambre, con frecuencia inanición, y unas situaciones económicas y sociales muy pobres. Hoy, un progreso económico notable y los logros nutricionales de muchos países han cambiado el foco de los problemas de pobreza, infecciones, enfermedades parasitarias y desnutrición por aumentos de la morbilidad y mortalidad por enfermedades no transmisibles tales como enfermedad cardiovascular y cánceres, que están en rápido aumento en muchos países. Por ejemplo, a pesar de que China e India — las naciones más pobladas del mundo — aún tienen gran número de personas que continúan viviendo en condiciones de penuria económica extrema, hay un importante desplazamiento de los gastos de asistencia sanitaria de los problemas de déficit en la dieta a los problemas por exceso en la dieta (Popkin et al., 2001a). En muchos países de Asia Oriental, la carga ha cambiado de enfermedades infecciosas y malnutrición a enfermedades relacionadas con hipertensión, enfermedad cardíaca coronaria, ictus y cánceres (Eastern Stroke and Coronary vi Heart Disease Collaborative Research Group , 1988). En cambio , en la India hay más enfermedad cardiovascular (Reddy & Yusuf, 1998) y diabetes aparecida en el adulto (King et al., 1998). Las comparaciones de niveles nacionales de desnutrición e hipernutrición demuestran un pronunciado aumento en las proporciones de la población que tiene sobrepeso y obesidad. En China, la proporción de la gente que tiene sobrepeso es mucho mayor que la proporción de la gente con carencia energética crónica, ésta última es típicamente bastante pequeña. Entre adultos (edad 20-45 años) en ocho provincias, se ha hallado que el 5,2 % era crónicamente deficiente en energía y en 1997, el 17,6 % tenía obesidad o sobrepeso. Durante los 8 años anteriores, las proporciones de adultos con sobrepeso en este grupo de edad se dobló en las mujeres (del 10,4 % al 20,8 %) y casi se triplicó en los hombres (del 5 % al 14,1 %) en una cohorte de aproximadamente 2.500 adultos (Bell et al., 2001). En la India, el principal problema nutricional que afecta a las mujeres de 15-49 años continúa siendo la carencia crónica de energía (y las carencias de micronutrientes que la acompañan), con un 36 % que tiene un Índice de Masa vii Corporal (IMC) < 18,5. Sin embargo, el 11 % de estas mujeres se han clasificado con sobrepeso (IMC > 25) y el 2 % de obesas (IMC >30). 12 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES La prevalencia global de la obesidad ha sido caracterizada por la OMS como una epidemia (OMS, 1997, 2002). En la mayoría de segmentos ricos de la población, la prevalencia entre adultos es de 10-40 % y el sobrepeso afecta a una proporción incluso superior de la población que la obesidad. Las principales implicaciones incluyen el riesgo superior del desarrollo de hipertensión, ictus, diabetes mellitus no insulino dependiente (diabetes de Tipo 2), enfermedad cardíaca isquémica, ciertos cánceres y discapacitación física. La diabetes es la consecuencia médica más importante de la obesidad debido a que es una situación muy común de la que mucha gente no tiene conocimiento, tiene graves complicaciones, es difícil de tratar y reduce la esperanza de vida en 8-10 años. La diabetes de tipo 2 representa el 80-90 % de los 110 millones de diabéticos que hay en el mundo, un número que se calcula que alcance los 180 millones hacia el año 2010. A pesar de que la prevalencia es superior por el momento en el mundo desarrollado, la mayor parte del incremento numérico se producirá en los países en desarrollo. Hacia el 2025 el 75 % de la gente con diabetes residirá en países en desarrollo en comparación con el 62 % en 1995. Los diez países con mayores números estimados de adultos con diabetes incluyen, en orden de clasificación, India, China, EE. UU., Pakistán, Indonesia, Federación Rusa, México, Brasil, Egipto y Japón (King et al., 1998). Una observación clave es que, en los países en desarrollo, se predice que aumentará de manera significativa la diabetes de tipo 2 en la mediana edad (45-64 años) antes que entre los ancianos (más de 65 años). Este colectivo tendrá que soportar la situación durante sus años más productivos, y es más probable que desarrollen enfermedades crónicas más temprano en comparación con las poblaciones diabéticas más ancianas en los países altamente industrializados. La investigación en niños sugiere también un cambio hacia la sobrealimentación (es decir, ingesta excesiva de calorías), en comparación con la desnutrición, cambio que es más pronunciado en los niños mayores y los adolescentes. Países tales como China y la India tienen aún centenares de millones de niños y adultos que hacen frente a la pobreza y la desnutrición, pero hay cada vez más pruebas que muestran que los cambios en la dieta, niveles de actividad y obesidad están vinculados con la creciente carga de enfermedad crónica. El cambio hacia el estilo de vida occidental gana impulso, especialmente en las áreas urbanas en las que los niveles de gasto energético son generalmente menores. Los cambios dietéticos se relacionan con los cambios de alimentos de cereales de grano en bruto a productos de cereales refinados, y de productos de cereales a otros grupos de alimentos, particularmente carnes, aceites comestibles y productos lácteos. En China, en un período de 20 años, se ha más que doblado la proporción de energía de productos grasos en la dieta china, y en India, el consumo de azúcar añadido es alto (Popkin et al., 2001b). NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 13 La gente que come regularmente más que sus necesidades energéticas, de crecimiento y reparación corporal está predispuesta al sobrepeso y la obesidad. El comer demasiado, unido a la falta de ejercicio, son los problemas subyacentes del creciente número de personas. Las preocupaciones sobre la salud actual viii y futura, aptitud y aspecto son comunes para muchos adultos que tienen sobrepeso y obesidad. Mucha gente emprende una variedad de cambios dietéticos sin supervisión restringiendo su ingesta energética comiendo menos alimentos, comiendo menos a ciertas horas del día y saltándose comidas. El "dietismo" puede resultar en ingestas inadecuadas de nutrientes esenciales, ya que la ingesta de nutriente es directamente proporcional a la ingesta calórica. Los enfoques para perder peso y el mantenimiento del peso corporal han de combinar la educación sobre la comida sana con la actividad física para obtener beneficios a largo plazo. También aumentan el riesgo de carencias de micronutrientes la pobre elección de alimentos debido a la falta de conocimientos y educación nutricional y el problema de la falta de disponibilidad local de grupos de alimentos ricos en micronutrientes. En la transición desde la desnutrición, el enriquecimiento puede ser la elección favorable para la gente que sufre un pobre suministro de alimentos o malnutrición. Sin embargo, en la transición a la sobrenutrición, los suplementos dietéticos pueden tener un papel importante en mantener la densidad global de micronutrientes de una dieta baja en calorías y tener los beneficios respecto de la reducción del riesgo de enfermedad crónica. Los programas de educación para aumentar el conocimiento de las elecciones la alimentación sana y los beneficios de la ingesta adecuada de vitaminas y minerales son vitales en esta transición. 6.0 COSTES ECONÓMICOS DE LA DESNUTRICIÓN Y LA SOBRENUTRICIÓN A medida que las enfermedades transmisibles disminuyen en los países en desarrollo, los costes económicos de pérdida de productividad pasan de los asociados a la desnutrición a los asociados a la sobrenutrición. De manera análoga, los costes de atención sanitaria cambian para reflejar los modelos de morbilidad y mortalidad cambiantes. Los costes de la sobrenutrición se han determinado para los países desarrollados (Allison et al. 1999; Colditz, 1999, National Audit Office, 2001), como los costes de las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta (Frazao, 1995), pero esto se ha hecho raramente para las naciones en desarrollo en transición. Popkin et al. (2001a) han estimado dos elementos de los costes de cinco enfermedades crónicas relacionadas con la dieta (cáncer, enfermedad cardíaca coronaria, ictus, hipertensión y diabetes): los costes para el sistema de atención sanitaria (costes de hospitalización, visitas de pacientes externos, etc.) y los costes de la mortalidad prematura en términos de pérdida de 14 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES trabajo. Empleando modelos epidemiológicos y riesgos relativos de morbilidad y mortalidad, los autores han estimado que las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta imponen ya una carga significativa sobre los servicios de atención sanitaria – en 1995, contabilizaban el 22,6 % de los costes de atención sanitaria en China y en India, la parte correspondiente era del 13,9 %. Los costes ix correspondientes como parte del Producto Interior Bruto (PIB ) eran el 1,6 % para la China y el 0,35 % para la India. Aunque no se pueden hacer fácilmente proyecciones de costes para los próximos 20-25 años, está claro, que con una población que envejece, el número de personas con enfermedades crónicas y debilitantes aumenta. Por ejemplo, el cáncer y la diabetes requerirán en China y la India largas estancias hospitalarias y los costes por estancia hospitalaria son de dos a cuatro veces superiores a los de otras enfermedades (Popkin et al., 2001a). En China, la estancia hospitalaria media por cáncer cuesta más que el PIB anual por capita. Las pérdidas de productividad asociadas con la muerte prematura son también costosas y van en aumento. Si, en promedio, cada muerte prematura está asociada con 10 años de pérdida de producción por el 60 % de los adultos que están en el mercado laboral activo, los costes estimados de muerte prematura en 1995 eran el 0,5 % del PIB (China) y el 0,7 % (India). Popkin et al. (2001) también han indicado que estas son infravaloraciones, ya que no incluyen la pérdida de producción laboral debido a morbilidad o baja producción cuando el trabajador cambia a un trabajo menos agotador o se jubila tempranamente por motivos de salud. Los autores estiman que en 1995, los costes globales de atención sanitaria y pérdida de productividad suponen el 2,1 % y el 1,1 % del PIB de China e India, respectivamente. El coste correspondiente en EE. UU., que se encuentra en un estadio más avanzado en la transición nutricional y epidemiológica, se estima que es el 3,8 % del PIB (Frazao, 1995). El análisis de los factores clave que contribuyen a las enfermedades crónicas relacionadas con la dieta en adultos son: la ingesta de frutas y verduras como el modulador más potente de riesgo de cáncer y el sobrepeso como el principal contribuyente tanto a la diabetes como a la hipertensión. La hipertensión es el principal contribuyente para el ictus, y la diabetes y la hipertensión contribuyen a la enfermedad cardíaca coronaria. Para los niños, el peso bajo al nacer y la lentitud en el crecimiento están relacionados con la aparición de enfermedades crónicas en la vida posterior. Junto con el sobrepeso y la actividad física baja, estos factores forman una combinación potencialmente mortal en la infancia y la edad adulta. NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 15 7.0 LAS ESTRATEGIAS PARA APOYAR LAS POLÍTICAS DE SALUD PÚBLICA EN TODO EL MUNDO HAN DE SER CIENTÍFICAMENTE VÁLIDAS, SOCIALMENTE RESPONSABLES Y PRÁCTICAS Actualmente se acumulan pruebas sustanciales que indican que pueden ser necesarias ingestas de micronutrientes a niveles mayores que las Cantidades Diarias Recomendadas (CDR) para mantener la salud y que pueden ser necesarias para mejorar la función fisiológica y reducir el riesgo de ciertas enfermedades. Por ejemplo, el clásico ejemplo de carencia de vitamina C, el escorbuto, se considera actualmente como una reliquia del pasado y las estimaciones previas de requisitos de vitamina C se han basado en los requeridos para prevenir el escorbuto. Sin embargo, resulta ahora evidente que la vitamina C, junto con los otros nutrientes antioxidantes vitamina E y vitamina A, precursor del ß-caroteno, tienen papeles más sutiles, y que las ingestas inadecuadas de todas estas vitaminas aumentan la susceptibilidad a la enfermedad crónica. De manera similar, ha aumentado el interés por el ácido fólico porque la carencia del mismo está implicada no solamente en la incidencia de defectos del tubo neural, sino también en la producción anormal de homocisteína y el mayor riesgo de enfermedad cardiovascular (Rimon et al., 1998). Tales hallazgos llevan a una completa reevaluación de los requisitos de vitaminas y minerales, a la detallada investigación de los papeles funcionales de los micronutrientes y otros componentes de los alimentos y a buscar mejores métodos de diagnóstico y biomarcadores del estado nutricional. Para grupos específicos de población, puede que lleguen a lograr beneficios sanitarios si se consumen ciertos micronutrientes en niveles más altos que los normalmente disponibles en la dieta. Debido al cambio en los modelos dietéticos y a la mayor disponibilidad de productos enriquecidos y suplementos de micronutrientes, los comités científicos y las autoridades reguladoras de todo el mundo trabajan conjuntamente para definir los niveles deseables de ingesta de micronutrientes para una salud óptima y para asegurar que la suma de ingestas de todas las fuentes no conduzca a ingestas excesivas con toda clase de efectos adversos (Richardson, 1997). La seguridad es, y siempre ha sido, el punto esencial de la política de salud pública respecto de todos los alimentos y suplementos dietéticos. Una ingesta segura de cualquier sustancia, incluyendo un micronutriente, es la que proporciona un margen adecuado por debajo de las cantidades que podrían causar un efecto adverso. Estos márgenes varían grandemente entre los diferentes nutrientes. Muchos países de Europa occidental y Norteamérica tienen un excelente seguimiento de la seguridad y la eficacia del uso de vitaminas y minerales (Berner et al., 2001; Hathcock, 1997). Se ha demostrado que las adiciones de nutrientes a los alimentos y los suplementos dietéticos proporcionan métodos seguros para garantizar la situación nutricional de poblaciones e individuos. 16 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES En países como el Reino Unido y Alemania, con estudios responsables de enriquecimiento y suplementos de micronutrientes durante largo tiempo, hay pocas cuestiones de seguridad importantes y los consumidores tienen una amplia variedad de productos para elegir los que se adecúen a una dieta sana y para proporcionar nutrientes extra en ciertos momentos de sus vidas. Las mejoras en la salud pública sólo pueden lograrse con estudios nacionales e internacionales coherentes y sostenidos para promover la salud. Por ejemplo, para reforzar las revisiones normativas sobre alimentos con nutrientes añadidos y suplementos dietéticos y para conseguir un elevado nivel de salud pública y protección del consumidor, el establecimiento de niveles de seguridad superiores de vitaminas y minerales y la cuestión de evitar ingestas excesivas es controlada por diferentes comités internacionales. Estos incluyen el Food and x xi Nutrition Board (FNB, EE. UU.), el Comité Científico para la Alimentación xii (SCF) de la Unión Europea y el Organismo de Normas de Alimentación en el Reino Unido. Sus objetivos son valorar las pruebas científicas sobre cada nutriente y su función y efectuar valoraciones de riesgo globales. La valoración de riesgos es un ejercicio científico que emplea enfoques sistemáticos para evaluar la probabilidad del acaecimiento de efectos adversos en humanos por la exposición excesiva a un nutriente concreto. El modelo de valoración de riesgo de micronutrientes se muestra en la Tabla 1. Para la mayoría de micronutrientes no hay ninguna indicación de que la suma de ingestas de todas las fuentes puedan llevar a ingestas excesivas con efectos adversos, y los beneficios compensan sin ninguna duda los riesgos. Hay, sin embargo, un pequeño número de micronutrientes, una ingesta acumulativa elevada de los cuales puede aumentar el riesgo de efectos adversos agudos o crónicos y un desequilibrio del suministro del micronutriente. Estos nutrientes incluye las vitaminas liposolubles A y D y el mineral selenio. A lo ancho del mundo, las industrias alimentarias y de suplementos trabajan con los comités científicos y las autoridades reguladoras para garantizar que las ingestas de micronutrientes no sobrepasen los niveles superiores de seguridad (Tabla 2). De manera análoga, la industria y las autoridades que hacen cumplir las normas trabajan para asegurar que los productos cumplan las reivindicaciones de las etiquetas de los paquetes y que haya métodos analíticos disponibles para controlar los niveles de los nutrientes pertinentes en los ingredientes, en las premezclas de vitaminas y minerales, y en el producto final. Los proveedores de premezclas y productos de consumo fabrican con arreglo a las Buenas Prácticas de Fabricación (Good Manufacturing Practices) (GMP) con el fin de cumplir plenamente las leyes pertinentes de seguridad alimentaria y etiquetado de alimentos. NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 17 En muchos países, los productos enriquecidos y suplementos de vitaminas y minerales están en el mercado desde hace mucho tiempo, originalmente con el fin de evitar carencias de nutrientes. Los alimentos enriquecidos y los suplementos dietéticos contribuyen actualmente de manera significativa al contenido de micronutrientes de las dietas de muchos países (Tabla 2). Con el amplio y creciente volumen de datos científicos sobre los beneficios de los micronutrientes, es probable que el enriquecimiento de alimentos y suplementos dietéticos continúe siendo un importante medio para mejorar la ingesta de micronutrientes en amplias secciones de las poblaciones del mundo. 8.0 CONCLUSIÓN: MEJORAR LA VIDA, HACER LA DIFERENCIA El control de las carencias de vitaminas y minerales es uno de los avances más significativos relacionados con el desarrollo científico. Probablemente ninguna otra tecnología ha ofrecido una tan amplia oportunidad de mejorar las vidas y acelerar el desarrollo a un coste tan bajo y en tan poco tiempo (Banco Mundial, 1994). Se ha estimado que las carencias de vitamina A, yodo y hierro por sí solas disipan un 5 % del PIB, pero la solución de manera comprensible y sostenible de los problemas costaría menos del 0,3 % del PIB. La vida y la vitalidad de los seres humanos depende de ciertas vitaminas y minerales para el funcionamiento eficiente del cerebro, el sistema inmunológico, la reproducción y el metabolismo energético. Las carencias pueden ser devastadoras para los niños y las mujeres embarazadas, pero debilitan en todas las edades. Además, debilitan la economía nacional. Es más que probable que los pobres sufran más que las demás carencias por malnutrición de micronutrientes, pero la ingesta óptima de micronutrientes no necesariamente mejora a medida que aumentan los ingresos. Debido a que mucha gente no sabe que necesita micronutrientes de manera diaria ni que alimentos los proporcionan, las elecciones de alimentos pueden influir de manera dramática en el suministro de nutrientes y el estado nutricional. El paso, con el desarrollo económico, de la escasez de alimentos al exceso de alimentos en algunos sectores de la comunidad ha ido acompañado por el aumento de la obesidad y de sus consecuencias sanitarias asociadas. La continua reducción en las tasas de mortalidad (hasta el advenimiento del VIH / SIDA) ha permitido a la gente vivir más tiempo y de manera suficiente para desarrollar enfermedades crónicas y degenerativas. Las estrategias nacionales han de asegurar la mejora de las carencias de micronutrientes y crear programas de educación del consumidor para modificar las dietas formando el conocimiento de la necesidad de una dieta equilibrada y variada para suministrar los micronutrientes óptimos para la salud. Dentro del plan global para defensa y educación (Oxford University Press, 1998), las tres maneras de suministrar los micronutrientes se describen con detalle en la Sección 18 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 4.0: (1) diversificación de la dieta para expandir la demanda y el suministro de alimentos ricos en micronutrientes; (2) enriquecimiento de vehículos alimentarios apropiados con nutrientes, y (3) suplementos. Los consumidores han de pedir alimentos ricos en nutrientes, los alimentos enriquecidos y los suplementos adecuados para lograr una buena nutrición. Demanda que, a su vez, generará sostenibilidad. La fijación como objetivos de grupos especiales puede muy bien ser la clave para el éxito a largo plazo de todos los programas de micronutrientes, incluyendo suplementos y alimentos enriquecidos. Pero sean cuales sean los medios empleados, los consumidores han de creer que el cambio deseado en su comportamiento dietético generará beneficios tangibles. Cada país ha de empezar con un análisis de la situación para determinar la índole y la magnitud de los problemas nutricionales y la adecuación de las políticas y los programas actuales. La nutrición mejorada es esencial para un crecimiento económico sostenido. El mensaje sobre los beneficios de los micronutrientes precisa ser emitido por todos los canales públicos y privados disponibles trabajando en asociación por razones económicas, políticas y humanitarias. La inversión en la eliminación de carencias de micronutrientes y el aumento del conocimiento de los beneficios de la nutrición óptima llevará sin duda a una salud y un bienestar mejores de las personas y las poblaciones, la reducción en los costes sanitarios, la mejora de la capacidad y productividad laboral, un mayor crecimiento económico y al desarrollo local y nacional. NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 19 TABLA 1 PASO 1 MODELO DE EVALUACIÓN DE LA SEGURIDAD DE MICRONUTRIENTES* Identificación de riesgos Revisión de la literatura científica existente para identificar potenciales problemas de salud que puedan surgir de la excesiva ingesta de nutrientes. PASO 2 Valoración de dosis - respuesta Identificación, cuando sea posible, del nivel en que el nutriente puede causar efectos adversos y el establecimiento de un "nivel superior de ingesta tolerable" (UL), los niveles superiores de ingesta de nutrientes que no plantean ningún riesgo a casi ninguna persona. PASO 3 Valoración de ingesta Evaluación de la ingesta promedia de nutriente de diferentes grupos de población y la distribución de la ingesta entre la población. PASO 4 Caracterización de riesgos Análisis del riesgo de ciertos grupos de población teniendo en cuenta el nivel superior de ingesta tolerable. El cálculo del riesgo de ingesta excesiva reuniendo los datos de datos de los Pasos 1 a 3. xiii xiv* * Adaptado de Food and Nutrition Board, Institute of Medecine , National Academy of Sciences (1999). Ingestas dietéticas de referencia: modelo de valoración de riesgos para el establecimiento de niveles superiores seguros de nutrientes. 20 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES TABLA 2 PAPEL DE LA INDUSTRIA EN LA GARANTÍA DE LA SUFICIENCIA DE MICRONUTRIENTES* INVESTIGACIÓN Apoyar y colaborar en la investigación correspondiente. Realizar estudios de eficacia con profesionales académicos y de la salud pública. DESARROLLO DE PRODUCTOS Desarrollar productos de calidad adecuada que sean seguros, nutritivos y económicamente permisibles. Asegurar que los productos sean accesibles y estén disponibles. PROMOCIÓN Promocionar los productos. Comunicar los resultados de las investigaciones. Comunicar las recomendaciones dietéticas oficiales. Formar a los educadores y profesionales de la salud. Educar a los consumidores. SALUD PÚBLICA Participar en la identificación del problema. Participar en la divulgación del conocimiento social de problemas. Identificar soluciones. Apoyar la ejecución de la solución. NORMAS Cumplir con las normas. Efectuar la revisión de las normas. Colaborar en la redacción de nuevas normas. * Adaptado de Yeung CL & Kwann C (2002) NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 21 FIGURA 1 PREVENCIÓN DE CARENCIA DE MICRONUTRIENTES DURANTE EL CICLO VITAL Dietas diversificadas Alimentos enriquecidos Suplementos alimenticios EDAD REPRODUCTORA DESARROLLO FETAL INFANCIA DESARROLLO INFANTIL ADOLESCENCIA Acciones de salud pública Control de infecciones Comunicaciones Control e investigación 22 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES EDAD ADULTA VEJEZ FIGURA 2 ESTRATEGIAS: EL OBJETIVO DE AUMENTAR LA CONCIENCIA Y ELIMINAR LAS CARENCIAS DE MICRONUTRIENTES POR MEDIO DE PROGRAMAS DE DESARROLLO SANITARIO Y SOCIAL DESARROLLO TEMPRANO DEL NIÑO SALUD ESCOLAR DEFENSA Y HACEDORES DE POLÍTICA GLOBAL SALUD DEL ADOLESCENTE VEJEZ DESARROLLO DE MEDIDAS EFECTIVAS DIVULGACIÓN Y CONOCIMIENTO TRABAJO EN RED Y ASOCIACIONES SALUD DEL HOMBRE CREACIÓN DE DEFENSAS Y ASESORAMIENTO DE AYUDA MOVILIZACIÓN DE RECURSOS MATERNIDAD SANA SALUD DE LA MUJER NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 23 ANEXO I ALGUNOS FACTORES DESTACADOS SOBRE LA MALNUTRICIÓN EN EL MUNDO DE HOY (sitio web de la OMS: www.who.int/nut) La malnutrición todavía arroja grandes sombras de discapacidad y muerte en el mundo en desarrollo. Afecta a una de cada tres personas del mundo, aflige todos los grupos de edad y población, especialmente los pobres y vulnerables. Las dietas deficientes en nutrientes lideran los mayores problemas sanitarios y la susceptibilidad la enfermedad. Las enfermedades relacionadas con la dieta, tales como diabetes, enfermedad cardiovascular, hipertensión, ictus y cáncer aumentan en magnitud en países desarrollados, sobre impuestos sobre servicios sanitarios ya recargados con los problemas de las enfermedades transmisibles y otras enfermedades no transmisibles. La malnutrición proteinoenergética y las consiguientes carencias de micronutrientes afectan a más del 70 % de los niños que viven en Asia, el 26 % en África y el 4 % en América Latina, lo que produce como resultado no llegar a la maduración y la falta de crecimiento. Este estado empieza incluso antes del nacimiento con una madre malnutrida. La carencia de yodo afecta a más de 740 millones de personas, alrededor del 13 % de la población mundial; el 30 % corre riesgo de ello. Pequeñas cantidades de yodo a bajo coste pueden prevenirlo con un éxito espectacular. Casi 150 millones de niños son deficientes en vitamina A en 118 países, especialmente en África y Sudeste de Asia. Las dietas ricas en vitamina A, alimentos enriquecidos con suplementos de vitamina pueden eliminar las trágicas consecuencias de la ceguera y la muerte prematura. La carencia de hierro es el trastorno nutricional más común del mundo. Más del 30 % de la población mundial es anémica y 9 de cada 10 anémicos viven en países en desarrollo; como promedio el 50 % de las mujeres embarazadas y el 25 % de los niños preescolarizados son anémicos. En contra de la creencia corriente, la obesidad no se limita a los países muy industrializados; esta forma de malnutrición se estima que afecta a más de 115 millones de personas en los países en desarrollo. 24 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES ANEXO II CONSECUENCIAS DE LA MALNUTRICIÓN EN EL CURSO DE LA VIDA (sitio web de la OMS: www.who.int/nut) GRUPOS CON RIESGO DE CARENCIAS NUTRICIONALES PRINCIPALES CONSECUENCIAS EMBRIÓN/FETO Retraso del crecimiento intrauterino Trastornos por carencia de yodo (IDD) Carencia de folato Bajo peso al nacer. Lesión cerebral, defectos del tubo neural. Defectos del tubo neural (NTD), muertos al nacer. NEONATOS Peso bajo al nacer Trastornos por carencia de yodo (IDD) Retraso en el crecimiento y falta de crecimiento. Retraso en el desarrollo, lesión cerebral, anemia temprana. LACTANTES Y NIÑOS xv Malnutrición proteinoenergética (PEM) IDD xvi Carencia de vitamina A (VAD) xvii Anemia por carencia de hierro (IDA) Otras carencias de micronutrientes Retraso del desarrollo; riesgo superior de infección. Bocio, retraso mental, lesión cerebral. Daño visual; ceguera; muerte prematura. Desarrollo físico y cognitivo perjudicado. Trastornos nutricionales y fallo en la maduración. ADOLESCENTES Malnutrición proteinoenergética (PEM) IDD, IDA, carencia de folato Carencia de calcio Sobrepeso MUJERES EMBARAZADAS Y LACTANTES PEM, IDD VAD, IDA, carencia de folato Carencia de calcio ADULTOS PEM, IDA, carencias de micronutrientes Obesidad y sobrepeso GENTE MAYOR PEM, IDA, múltiples carencias de micronutrientes Obesidad y sobrepeso xviii xix Tirón de crecimiento retrasado , falta de crecimiento . Retraso mental, mayor riesgo de infección, bocio, ceguera, anemia. Mineralización ósea inadecuada. Predisposición a la obesidad en la edad adulta. Ganancia de peso insuficiente durante el embarazo. Anemia materna, ceguera materna, bajo peso al nacer tasa de mortalidad superior para el feto. Carencias pasadas a la generación siguiente. Bajo peso, letargia, mayor susceptibilidad a la infección y enfermedad, poca calidad de vida, respuestas cognitivas perjudicadas. Trastornos de salud graves que incluyen diabetes, hipertensión / ictus, enfermedad cardíaca, cánceres, fracturas de columna, muñeca y cadera, enfermedades relacionadas con la diabetes. Bajo peso, letargia, mayor susceptibilidad a infecciones y enfermedades, baja calidad de vida, peor respuesta cognitiva. Graves trastornos de salud que incluyen diabetes, hipertensión / ictus, enfermedad cardiovascular, cánceres, fracturas de columna, muñeca y cadera NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 25 REFERENCIAS Allen LH (1995) Malnutrition and human function: a comparison of conclusions from the INCAP and nutrition CRSP studies. Journal of Nutrition 125 (Suppl. 4), 1119S–1126S. Allison DB, Zannolli R & Narayan KM (1999) The direct health care costs of obesity in the United States. American Journal of Public Health 89 (8), 1194–1199. Andrews FJ & Griffiths RD (2002) Glutamine: essential for immune nutrition in the critically ill. British Journal of Nutrition 87 (Suppl. 1), S3–S8. Andrews GR (2001) Promoting health and function in an ageing population. British Medical Journal 322, 722–729. Asian Development Bank (2002) Manila Forum 2000: Strategies to fortify essential foods in Asia and the Pacific. Proceedings of a forum on food fortification policy from protecting populations in Asia and the Pacific from mineral and vitamin deficiencies. Manila, Philippines, pp1–115. Beard JL (2000) Effectiveness and strategies of iron supplementation during pregnancy. American Journal of Clinical Nutrition 71 (Suppl.) 1288–1294. Bell C, Ge K & Popkin BM (2001) Weight gain and its predictors in Chinese adults. International Journal of Obesity 25, 1079–1086. Berner LA, Clydesdale FM & Douglass JS (2001) Fortification contributed greatly to vitamin and mineral intakes in the United States, 1989–1991. Journal of Nutrition 131, 2177–2183. Black RE (2001) Micronutrients in pregnancy. British Journal of Nutrition 85 (Suppl. 2), S193–S197. Booth SL, Tucker KL, Chen H et al. (2000) Dietary vitamin K intakes are associated with hip fracture but not with bone mineral density in elderly men and women. American Journal of Clinical Nutrition 71, 1201–1208. Bremner I (1999) Micronutrients in health and disease. British Medical Bulletin 55 (3), 497–498. British Nutrition Foundation (2001) Selenium and health. Briefing Paper. London: BNF, pp. 1–39. Calder PC & Jackson AA (2000) Undernutrition, infection and immune function. Nutrition Research Reviews 13, 191–202. Calder PC, Yaqoob P, Thies F, Wallace FA & Miles EA (2002) Fatty acids and lymphocyte functions. British Journal of Nutrition 87 (Suppl.1), S31–S48. Chandra RK (1983) Nutrition, immunity and infection. Present knowledge and future directions. Lancet i, 688–691. 26 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES Colditz GA (1999) Economic costs of obesity and inactivity. Med Sci Sports Exercise 31, S663–667. Darnton-Hill E & Nalubola R (2002) Fortification strategies to meet micronutrient needs: successes and failures. Proceedings of the Nutrition Society 61, 231–241. Eastell R & Lambert H (2002) Strategies for skeletal health in the elderly. Proceedings of the Nutrition Society, 61, 151–164. Eastern Stroke and Coronary heart disease Collaborative Research Group (1998) Blood pressure, cholesterol and stroke in eastern Asia. Lancet 352, 1801–1807. Food and Agriculture Organisation (1996) Food fortification. Technology and quality control report of an FAO technical meeting, Rome 1995. FAO Food and Nutrition Paper 60, pp1–17. Food and Agriculture Organisation and International Life Sciences Institute (1997) Preventing Micronutrient Malnutrition: a Guide to Food-based Approaches. A Manual for Policy Makers and Programme Planners. Washington, D. C.: ILSI Press. Frazao E (1995) The American diet: health and economic consequences. Washington DC: USDA Agriculture Information Bulletin No 711. Green D, O’Driscoll G, Rankin JM, Maiorana AJ & Taylor RR (1998). Beneficial effect of vitamin E administration on nitric oxide function in subjects with hypercholesterolaemia. Clinical Science 95, 361–367. Grimm H & Calder PC (2002) Immunonutrition. British Journal of Nutrition 87, Suppl. 1, S1. Grundman M & Delaney P (2002) Antioxidant strategies for Alzheimer’s disease. Proceedings of the Nutrition Society 61, 191–202. Hathcock JN (1997) Vitamins and minerals: efficacy and safety. American Journal of Clinical Nutrition 66, 427–437. Heart Protection Study Collaborative Group (2002) MRC/BHF Heart Protection Study of antioxidant vitamin supplementation in 20 536 high risk individuals: a randomised placebocontrolled trial. Lancet 360, 7–22. Holick MF, Matsuoka LY & Wortsman J (1989) Age, vitamin D and solar ultraviolet. Lancet ii, 1104–1105. Huffman SL, Baker J, Shuman J & Zehner ER (1998) The case for promoting multiple vitamin/mineral supplements for women of reproductive age in developing countries. Washington, D. C. Linkages Project, Academy for Educational Development. Jialal I, Fuller CJ & Huet BA (1995) The effect of alpha-tocopherol supplementation on LDL oxidation. Arteriosclerosis Thrombosis and Vascular Biology 15, 190–198. Khaw KT (1999) How many, how old, how soon? British Medical Journal 319, 1350–1352. NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 27 King H, Aubert RE & Herman WH (1998) Global burden of diabetes 1995–2025. Diabetes Care 21, 1414–1431. King JC (2000) Physiology of pregnancy and nutrient metabolism. American Journal of Clinical Nutrition 71 (Suppl.), 1218–1225. Lowe NM, Fraser WD & Jackson MJ (2002) Is there a potential therapeutic value of copper and zinc for osteoporosis? Proceedings of the Nutrition Society 61, 181–185. Mathers CD, Sadana R, Salomon JA, Murray CJL & Lopez AD (2001) Healthy life expectancy in 191 countries, 1999. World Health Report 2000. Lancet 357, 1685–1691. Meydani M (1995) Vitamin E. Lancet 345, 170–175. Meydani M (1998) Nutrition, immune cells and atherosclerosis. Nutrition Reviews 56, S177–S182. Meydani M (2002) Nutrition interventions in aging and age-associated disease. Proceedings of the Nutrition Society 61, 165–171. MRC Vitamin Study Research Group (1991) Prevention of neural tube defects: results of Medical Research Council Vitamins Study. Lancet 338, 131–137. National Audit Office (2001) Tackling obesity in England. Report by the Comptroller and Auditor General. London: The Stationery Office, pp 1–66. New SA (2002) The role of the skeleton in acid–base homeostasis. Proceedings of the Nutrition Society 61, 151–164. Oxford University Press (1998) Improving public understanding. Guidelines for communicating emerging science on nutrition, food safety and health. Journal National Cancer Institute 90, Number 3. Perkins A, Hendrie HC, Callahan CM et al. (1999) Association of antioxidants with memory in a multiethnic elderly sample using the Third National Health and Nutrition Examination Survey. American Journal of Epidemiology 150, 37–44. Popkin BM, Horton S, Kim S, Mahal A & Shuigao J (2001a) Trends in diet, nutritional status and diet-related non-communicable diseases in China and India: the economic costs of the nutrition transition. Nutrition Reviews 59 (12), 379–390. Popkin BM, Horton S and Kim S (2001b) The nutrition transition and diet-related chronic diseases in Asia and small island developing states (SIDS) of the Pacific: implications for prevention. Food and Nutrition Bulletin 22(4), 1–58. Prentice A (2002) Diet, nutrition and the prevention of osteoporosis. Joint WHO/FAO expert consultation on diet, nutrition and the prevention of chronic diseases (Draft Report), Geneva. 28 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES Reddy KR, Grundy S, Katan, MB and Law M (2002) Diet, nutrition and the prevention of hypertension and cardiovascular diseases. Joint WHO/FAO expert consultations on diet, nutrition and the prevention of chronic diseases (Draft Report), Geneva. Reddy KS & Yusuf S (1998) The emerging epidemic of cardiovascular disease in developing countries. Circulation 97, 596–601. Richardson DP (1997) The additions of nutrients to foods. Proceedings of the Nutrition Society 56, 807–825. Rimon EB, Willett WC, Hu FB et al. (1998) Folate and Vitamin B6 from diet and supplements in relation to risk of coronary heart disease among women. Journal of the American Medical Association 279, 359–364. Sayer A, Cooper C, Evans J, Ranf A, Wormald R & Osmond C (1998) Are rates of ageing determined in utero? Age and Ageing 27, 579–583. Schmidt MK, Muslimatun S, West CE, Schultink W and Hautvast JGAJ (2001) Vitamin A and iron supplementation of Indonesian pregnant women benefits vitamin A status of their infants. British Journal of Nutrition 86, 607–615. Seshadri S (2001) Prevalence of micronutrient deficiency particularly iron, zinc and folic acid in pregnant women in South East Asia. British Journal of Nutrition 85 (Suppl. 2) S87–S92. Shrimpton R & Schultink W (2002) Can supplements help meet the micronutrient needs of the developing world? Proceedings of the Nutrition Society 61, 223–229. Stanbury JB (1996) Iodine deficiency and the iodine deficiency disorders. In Present Knowledge in Nutrition, 7th Ed, pp 378–383 [EE Ziegler and LJ Filer Jr Editors] Washington DC, ILSI Press. Steiner M (1999) Vitamin E, a modifier of platelet function: rationale and use in cardiovascular and cerebrovascular disease. Nutrition Reviews 57, 306–309. Tice JA, Rose E, Coxson PG et al. (2001) Cost and effectiveness of vitamin therapy to lower plasma homocysteine levels for the prevention of coronary heart disease. Effect of grain fortification and beyond. Journal of the American Medical Association 286, 936–943. Tontisirin K, Nantel G & Bhattacharjee L (2002) Food-based strategies to meet the challenges of micronutrient malnutrition in the developing world. Proceedings of the Nutrition Society 61, 243–250. UNICEF (1990) Strategy for improved nutrition of children and women in developing countries. New York: UNICEF. United Nations University (1998) Food fortification: science, technology and policy. Food and Nutrition Bulletin 19(2), 1–183. NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 29 West KP Jr, Katz J, Khatry SK et al. (1999) Double-blind, cluster randomised trial of low dose supplementation with vitamin A or β-carotene on mortality related to pregnancy in Nepal. British Medical Journal 318, 570–575. World Bank (1994) Enriching lives. Overcoming vitamins and mineral malnutrition in developing countries. pp1–73 Washington DC: The International Bank for Reconstruction and Development. World Health Organisation (1995) Nutrition. Highlights of Recent Activities in the Context of the World Declaration and Plan of Action for Nutrition. Geneva: WHO. World Health Organisation (1997) Obesity: preventing and managing the global epidemic. Report of a WHO Consultation on obesity. Geneva 3–5 June 1997. Geneva: WHO. World Health Organisation (1998) The world health report. Life in the 21st century—a vision for all. Geneva: WHO. World Health Organisation (2000) Men, ageing and health. Aging Male 3, 3–36. World Health Organisation (2000) Obesity: preventing and managing the global epidemic. Report of a WHO Consultation. WHO Technical Report Series 894. Geneva: WHO. Yeung DL & Kwann D (2002) Forging effective strategies to combat iron deficiency. Journal of Nutrition 132, 825S–826S. 28 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES i Heart Protection Collaborative Study Group = Grupo de Estudio de Colaboración de Protección del Corazón ii neural tube defects (NTD) = defectos del tubo neural (NTD) iii iv v MRC Vitamin Study Research Group = Grupo de Investigación de Estudio de Vitaminas MRC International Life Sciences Institute = Instituto Internacional de Ciencias de la Vida Iodine Deficiency Disease (IDD) = Enfermedad por Carencia de Yodo (IDD) vi Eastern Stroke and Coronary Heart Disease Collaborative Research Group = Grupo de Investigación Colaborativo Oriental sobre Ictus y Enfermedad Cardiaca vii Body Mass Index (BMI) = Índice de Masa Corporal (IMC) viii ix x fitness = aptitud, vigor Gross Domestic Product (PIB) = Producto Interior Bruto (PIB) Junta de Alimentación y Nutrición = Board of Food and Nutrition xi Scientific Comitee for Food (SCF) of the European Union = Comité Científico para la Alimentación (SCF) de la Unión Europea xii Food Standards Agency = Organismo de Normas de Alimentación xiii xiv xv Institute of Medecine = Instituto de Medicina National Academy of Sciences = Academia Nacional de Ciencias Protein-energy malnutrition (PEM) = Malnutrición proteinoenergética (PEM) xvi Vitamin A Carency (VAD) = Carencia de vitamina A (VAD) xvii Iron Deficiency anaemia (IDA) = Anemia por carencia de hierro (IDA) xviii xix xx Delayed growth spurt = Tirón de crecimiento retrasado stunt = atrofiado stun = aturdimiento Massachusetts Institute of Technology (MIT) =Instituto de Tecnología de Massachusetts NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 29 PROFESOR DAVID P. RICHARDSON, Licenciado en Ciencias, Master en Ciencias, Doctor en Filosofía, FIFST FRSM RNutr El profesor Richardson es asesor especialista en ciencias de la nutrición y la alimentación. Empezó su carrera en la Universidad de Londres en el Reino Unido como lector en Ciencias de la Alimentación y Nutrición, y ha sido posteriormente Miembro de Investigación Industrial en el Departamento de Ciencias de la Alimentación y la Nutrición en el Instituto de Tecnología de xx Massachusetts (MIT), EE. UU. Es Profesor Visitante de Ciencias de la Alimentación y la Nutrición en la Universidad de Newcastle upon Tyne, Profesor Visitante de Ciencia del Deporte en la Universidad de Greenwich y Profesor Visitante de Biociencias de la Alimentación en la Universidad de Reading en el Reino Unido. Es Miembro del Instituto de Ciencias y Tecnologías de la Alimentación y de la Real Sociedad de Medicina en el Reino Unido. De 1985 a 2000 ha sido miembro del Comité de Aspectos Médicos de la Política de la Alimentación (COMA), que ha prestado al Gobierno del Reino Unido asesoramiento científico independiente sobre cuestiones relativas a la nutrición, la dieta y la salud. Actualmente es observador del Grupo de Expertos sobre Vitaminas y Minerales del Organismo de Patrones Alimentarios del Gobierno del Reino Unido, Presidente del Programa de Acción Concertada de la UE (PASSCLAIM) para desarrollar un proceso para la tramitación científica de demandas sanitarias de alimentos, y Presidente del Comité de Gestión del Programa LINK de Alimentación, Alimentos y Salud patrocinado por el Consejo de Investigación en Biotecnología y Ciencias Biológicas (BBSRC), el Consejo Económico y Social de Investigación (ESRC), el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (DEFRA) y el Departamento de Salud del Reino Unido. Pormenores de contacto: Profesor David P. Richardson dprnutrition 34 Grinwade Avenue Croydon Surrey CR0 5DG Reino Unido Tel./Fax: + 44 (0) 20 8654 3097 E-mail: info@dpr.nutrition.com E-mail: mail@richardsonh81.fsnet.co.uk Sitio web: www.dprnutrition.com 30 NUTRICIÓN EN TRANSICIÓN – EL PAPEL DE LOS MICRONUTRIENTES 50, Rue de l’Association B-1000 Bruselas (Bélgica) Telefono: +32 (0) 2 209 11 55 Fax: +32 (0) 2 223 30 64 E-mail: secretariat@iadsa.be www.iadsa.org