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JARAMILLO GARCÍA, Enrique. La infancia en el Perú, tiempos de globalización.(P.p.16-51). En: Los maestros en la promoción y defensa de los Derechos del Niño. Lima: Instituto de Pedagogía Popular, 2004. LA INFANCIA EN EL PERÚ EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN En torno a la situación en que se desenvuelve la infancia en el Perú, en estos tiempos de globalización neoliberal de la economía, y las comunicaciones, a la que no es ajeno nuestro país, nos corresponde a nosotros los maestros iniciar un gran debate para poder responder a las siguientes interrogantes ¿Qué es la infancia?, ¿Qué entendemos por infancia?, ¿Cómo se desenvuelve la infancia en un país de exclusiones tempranas?, ¿Por qué trabajan los niños, no como parte de su educación, sino para asumir responsabilidades tempranas de los adultos frente a la situación de pobreza?, ¿Cuáles han sido las políticas económicas y sociales que la clase dirigente peruana, ha aplicado para beneficiar a la infancia?, ¿Cuál ha sido y es la tarea pedagógica que el maestro ha realizado y realiza en este contexto?. Indudablemente las respuestas no agotarán las posibilidades explicativas de aquello respondido, sin embargo es imprescindible discutir en torno a aquello que nos ocupa -la infancia- para de esta manera construir una ruta critica, que nos ayudará a conocer las visones sobre la infancia y los contextos económicos, sociales, políticos y culturales en que se han desarrollado los niños y niñas en el Perú, en este largo devenir histórico, desde la gran fractura histórica que significó la conquista en el siglo XV seguida de la colonia y la subsiguiente república. Si de verdad estamos interesados en contribuir al mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo humano de los sujetos de la educación, los niños y niñas del Perú tenemos que estar lo suficientemente lúcidos para diferenciar sobre lo pensado y lo hecho en el pasado, lo que se está haciendo y pensando en el presente y lo que se hará y pensará sobre la infancia, como fenómeno social en el futuro. Y, así, enfrentar con la mayor creatividad y audacia, los males contemporáneos que aquejan a la infancia peruana en el actual momento histórico, en estos tiempos de globalización neoliberal de la economía y las comunicaciones. En efecto, no todas las teorías sobre la infancia son producto de un pensamiento original o pionero. Los debates existentes sobre el tema, muchas veces son desconocidos para los maestros, a pesar de estar intensamente involucrados con los niños, niñas y adolescentes, por ser éstos -los niños y niñas- los sujetos de los procesos de inter-aprendizaje y de nuestra práctica pedagógica. Sin embargo el hecho de que el debate siga abierto y que los problemas de la infancia en los diferentes espacios geográficos del planeta tierra y, más concretamente en el Perú, sean asuntos que aún no susciten el debido interés, ni de los Estados, ni de las clases dirigentes, ni de la misma sociedad civil, nos comprometen a reiniciar, retomar y repensar el debate para continuar profundizando en el tema e iniciar una masiva movilización y educación ciudadana por la promoción y defensa de los Derechos del Niño. 1.1 LA INFANCIA COMO FENÓMENO SOCIAL La infancia no es sólo un fenómeno natural, directamente derivado del desarrollo o crecimiento físico, es además, sobre todo, una construcción social, con diferentes miradas en determinados momentos históricos y espacios geográficos. La infancia históricamente ha estado incorporada dentro de una estructura social y expresada en ciertas formas de conducta, todas ellas relacionadas con un conjunto concreto de elementos culturales. Hablar de la infancia a secas es un concepto vacío de contenido, que esconde diferencias y que se encuentra fuera de su contexto histórico, económico, social y cultural. Se hace necesario entonces, realizar un breve recorrido histórico, para comprender de mejor manera su evolución, teniendo siempre presente que cada sociedad ha imaginado, interpretado y elaborado nociones sobre los diversos modos de "ser infancia". La idea de ser niño ha sido una construcción histórica caracterizada por una constante marginalidad. El recorrido histórico se inicia con una infancia que no tenía lugar y que Jorge Domic Ruiz, denomina el "oscurantismo de la infancia". Durante y después del Judaísmo y el Cristianismo la condición de ser niño empieza a ser valorada y reconocida por los mensajes contenidos en la Biblia, pero esta valoración y reconocimiento no significó la superación del oscurantismo para los niños. Es a partir del siglo XII en que se empieza a avizorar y evidenciar un interés más específico por los más pequeños y su desarrollo. En los umbrales del siglo XVII es cuando se empieza a reconocer a los niños y niñas como seres humanos, con problemas de desarrollo distintos a los de los adultos. El descubrimiento real de la infancia se inicia en el siglo XVIII, cuando los padres comienzan a interesarse por el futuro de sus hijos y disminuye el infanticidio, sin dejar aún en el sentido común de las representaciones sociales de las sociedades la idea del niño sumiso y subordinado. En suma, con el surgimiento de la burguesía europea el infante empieza a ser tomado en cuenta y es motivo de preocupación. Desde esta perspectiva general de la burguesía, pasa a ser tema de interés social y político, tanto a nivel de las prácticas concretas como a nivel ideológico. Con el predominio de la burguesía como clase social y sus modos de reproducción, la esfera de las relaciones inmediatas del infante cambian de la comunidad y las tareas junto a los adultos -ya sea en el campo o en los talleres de producción de los gremios, a la familia y a la escuela. Niños y niñas: de ser tratado como “objetos” a ser considerado como “sujetos” De esta forma, la vida del niño empieza a ser pensada desde la familia. En ella el niño establece sus primeros lazos afectivos fundamentales, es "el espacio y lugar natural" del infante, es la primera escuela social de aprendizaje y socialización. En ella, -en la familia- se encuentra protegido y es educado en las prácticas elementales del modo de vida propio de la burguesía. Por otro lado, la escuela se constituye en el ámbito desde donde se satisfacen las exigencias del sistema, las cuales apuntan a que los niños posean mayores conocimientos y destrezas que sus padres y adultos de su comunidad, de tal modo que la sociedad cuente, en el futuro, con individuos capaces de posibilitar y sostener la generación y el crecimiento de plusvalía y como tal, de la reproducción de este modo de vida, es decir, el de la burguesía. En consecuencia, en una sociedad dividida en clases sociales, el niño pobre es formado para obedecer sumisamente; y el niño rico -burgués- para mandar y dirigir los destinos de la sociedad al estilo de los intereses de la burguesía que lo educa y forma para este objetivo. En consecuencia, la infancia como fenómeno social va más allá de los años que dura este período en la experiencia vital de cada una de las personas. Por tanto, el niño forma parte de la estructura social y está presente en todas las culturas y sociedades. En este proceso al ser considerada la infancia como un fenómeno social se dan una serie de factores que Qvortrup (1994) denomina las Nueve tesis acerca de la infancia como Fenómeno Social (ver recuadro) Después de este breve recorrido histórico y social sobre la idea de infancia, es . posible detectar una infancia que va desde la inexistencia -especialmente de los niños más pobres y excluidos- o invisibilidad social, hasta una infancia meramente pasiva, -nacida y formada tan sólo para obedecer- receptora y objeto. Además se visualiza una representación que adquiere fuerza a partir de una idea paradisíaca de la eterna infancia (Cussiánovich, 1995: 21). Es con el alumbramiento del siglo XX y los diferentes cambios paradigmáticos que marcan el inicio de la sociedad moderna, donde se produce una ruptura cualitativa sobre la idea de infancia, surgiendo una visión nueva que se manifiesta en un reconocimiento de su especificidad y de su autonomía, como también en una actitud de mayor cuidado y de valorización a nivel social, el niño es respetado, asistido, educado y acompañado durante su crecimiento (Domic Ruiz, Jorge. 1999:37). 1. La infancia es una forma particular y distinta de la estructura social cualquier sociedad. 2. La infancia es, sociologicamente hablando, no una frase transitoria , sino una categoría social permanente. 3. La idea de niño es problemática, mientras que la infancia es una categoría variable histórica y social. 4. La infancia es una parte integral de la sociedad y su división del trabajo. 5. los niños son ellos mismos co-constructores de la infancia y la sociedad 6. La infancia esta expuesta a la acción de las mismas fuerzas que los adultos (economía o institucionalmente, por ejemplo) auque de modo particular 7. La dependencia atribuida a los niños tienen consecuencia para su invisibilidad en las descripciones históricas y sociales 8. La ideología familista constituye una barrera para los intereses y bienestar de los niños 9. La infancia tiene la categoría de una minoría clásica que es sujeto de tendencia de marginación y paternalización Fuente: Tomado del libro: De la Participación al Protagonismo Infantil, p. 21. Madrid: 2003. Sin embargo, este sentimiento desencadenado en la sociedad moderna significó y puede significar también un riesgo. Un riesgo representado en la severidad de la educación, en una actitud de dominio que se manifiesta el cuidados, prescripciones y controles, en una sociedad con un conjunto de valores acerca de "lo que es y de lo que debería ser un niño". Estas nueva visiones sobre la idea de infancia desarrollan una serie de conceptos y técnicas que deben regular los diferentes aspectos de la vida de los niños y niñas. A los niños siempre se les negó la categoría de actores sociales, de sujetos sociales de derechos, de sujetos económicos y de sujetos políticos. Por otra parte, como afirma José Sánchez Parga, actualmente en las sociedades modernas: "La niñez y la adolescencia constituyen uno de tantos objetos sociales (al igual que la "pobreza", la "gobernabilidad", la "Interculturalidad"...), que han sido tratados -y maltratados- por las ingenierías sociales o las social politics, convertidos por éstas en reales artefactos sociológicos, y por tal razón se han hecho muy resistentes a un auténtico trabajo sociológico, antropológico, de las ciencias sociales en general, y muy difíciles para ser pensados en cuanto reales y efectivos objetivos sociológicos". (SANCHEZ PARGA, José, 2003 p 109). A esta afirmación habría que añadirle una segunda razón adicional: si todos los hechos sociales se encuentran siempre investidos de representaciones sociales más o menos densas e intensas, dependiendo éstas de la carga de las relaciones y afectividades, imaginarios, intereses e ideologías, que tales hechos han condensado en una determinada sociedad, por consiguientes, hay que reconocer que el niño y el adolescente (como en general todas las realidades familiares, religiosas...) se encuentran muy recargados de representaciones muy tenaces, que dificultan y obstaculizan su objetivación. (Ibid). Para nadie es un secreto, que tanto en la sociología, así como en la pedagogía, no hay hecho social, fenómeno social, y procesos sociales, que no se encuentren siempre investidos y bañados por ideas y representaciones sociales, imaginarios sociales, sentidos comunes, ideologías y mentalidades, cualidades y juicios valorativos de la niñez y adolescencia. En suma, no se trata de aplicar a pie juntillas el pensamiento sociológico y pedagógico a la infancia y la adolescencia, sino de construir una sociología de la infancia y adolescencia; y una pedagogía de la ternura (Cussiánovich, Alejandro. 1989), una pedagogía de la esperanza (Gentili, Pablo. 2003), para producir conocimientos, para transformar y cambiar la realidad y contra el statu quo. Por tanto, tenemos que acabar con las lógicas sociales y pedagógicas del modelo de infancia y adolescencia en cada sociedad y cultura, en cada clase o grupo social. (Sánchez Parga José. 2003) 1.2 UNA MIRADA RETROSPECTIVA: CONTEXTO HISTÓRIA Y SOCIAL EN QUE SE HA DESENVUELTO LA CIA EN EL PERÚ Para mejor entenderla situación por la que atraviesa la Infancia en el Perú, en estos tiempos de globalización neoliberal, es imprescindible echar una mirada retrospectiva de los procesos económicos, sociales, políticos y culturales acaecidos en el país, durante estos largos siglos de dominación, donde la pobreza y el desarrollo no se constituyen en una línea continua. Es de vital importancia que los maestros estemos claros en que hay causas y factores que los mismos seres humanos hemos creado; p que por tanto se han convertido coma tremendos obstáculos para el goce pleno del desarrollo humano de los niños, niñas y adolescentes en el Perú. Es por ello, que toda práctica educativa deberá responder a la satisfacción de las necesidades básicas de los niños, niñas y adolescentes, para de este modo superar la pobreza, marginación y exclusión, en la que éstos se encuentran sumergidos. No debemos olvidar que estos males sociales contemporáneos obstaculizan actualmente el desarrollo humano de la infancia en el Perú. En este marco, es muy importante relacionar el rol mediador del maestro y la lucha contra la pobreza. Dentro de este contexto no asumir la educación como una herramienta de lucha contra la pobreza, -que el neoliberalismo ha profundizado a niveles de desesperación y miseria humana- como una herramienta para la democracia participativa, como ambiente de movilización social y ocupacional y de igualdad de oportunidades de realización, una educación para la moralización, la paz y la construcción de valores que rescaten la dignidad de la persona humana. En suma, una educación cooperativa, tolerante, -que busque la unidad en la diversidad entre quienes somos diferentes- para la construcción de la democracia participativa e incluyente, con movimientos sociales demandantes, proposititos, que planteen la exigibilidad de sus derechos, sería una aberración histórica. Por tanto, los maestros debemos partir por comprender que el Perú de los albores del siglo XXI, es el resultado de la gran fractura histórica que se produjo en el siglo XV con el acto de conquista española. El grupo europeo dominante vino con una cultura patriarcal y patrimonial, con el propósito de capturar la renta de los recursos conquistados. Indudablemente, este hecho histórico y social dio origen a un proceso de concentración del poder y la riqueza para una minoría, a contracorriente de la marginación y exclusión de la gran mayoría indígena, que lamentablemente se prolonga hasta nuestros días. Esta matriz histórica del Perú, está jalonada como un continuum, de un largo proceso de dominación, que se inicia con el establecimiento del virreynato, el régimen colonial; y la subsiguiente república oligárquica. Durante este largo devenir histórico de los ensayos de las diferentes ingenierías económicas y sociales, por parte de la clase política, actualmente ha convertido al Perú en una inmensa sala de cuidados intensivos y, en el paraíso de la exclusión, donde los niños, niñas y adolescentes, son las primeras víctimas de esta larga cadena de expoliación y violación de sus más elementales derechos, como es el derecho a una vida digna. Es por ello, que como educadores comprometidos con el cambio e interesados en la liberación de nuestro pueblo, tenemos que conocer nuestro pasado histórico, para así promover y defender los Derechos del Niño; de esta manera coadyuvar a construcción de una nueva institucionalidad democrática, donde los niños, niñas y adolescentes sean de verdad felices y protagonistas de su propio desarrollo humano, para que tengan una mejor calidad de vida Por consiguiente, debemos partir de la comprensión de que la economía en el Perú incaico, de naturaleza autárquica, autónoma y exceditaria, había alcanzado un estado floreciente gracias al alto grado de desarrollo de la agricultura, conseguido en milenios de domesticación de un territorio difícil, como resultado de un largo proceso de organización y movilización social. Justamente las dificultades geográficas, la diversidad de climas y pisos ecológicos, permitieron una producción variada y, después del fenomenal trabajo de nivelar las tierras abruptas de la sierra e irrigar los desiertos de la costa, un sabio sistema distributivo de organización social aseguró a los habitantes del Tahuantinsuyo -especialmente a los niños, niñas: wawas alimentación suficiente y equilibrada, gracias a unos métodos de distribución basadas en la solidaridad, la afectividad y reciprocidad. 1 La conquista española, el virreynato y la república, como procesos eslabonados de intereses comunes de la clase social dominante, fueron destruyendo, continuamente, la rica y ejemplar cultura agrícola basada en el trabajo solidario y la reciprocidad. Si no la aniquilaron totalmente fue porque eso hubiera significado aniquilar al Perú mismo. Lamentablemente la agricultura dejó de ser el eje de la economía y en cambio, se dedicaron las energías nacionales al desarrollo de la minería. Los minerales que eran extraídos de las entrañas de la tierra, especialmente el oro y la plata, los más buscados y apetecidos por los conquistadores, eran utilizados para la exportación a la metrópoli. A contrapelo, de la importación de productos manufacturados y, también de alimentos. Por tanto, desde aquellos tiempos, el Perú, dejó de ser una región autárquica y se convirtió en un país cuya economía funcionaba sobre la base de la importación y la exportación, hechos que se han extendido hasta nuestros días. Pero lo más grave, es que el Perú, dejó de ser autónomo y pasó a ser un país dependiente y subdesarrollado 2 . Como ejemplo de esta aseveración cito a Julio Cotler (1992), quien afirma que: "Para el cumplimiento de la mita no se consideraba el tiempo que suponía el traslado al lugar donde debía cumplirse. Rowe (1957) estima que los indígenas de Chucuito tardaban dos meses para llegara Potosí y que ese viaje suponía la movilización de 7,000 hombres, mujeres y niños con más de 40,000 llamas cargando los alimentos 1 (Véase) DELGADO, Washington. ¿Cuándo se jodió el Perú?. Lima: Editorial Milla Bartres, necesarios para el camino y tiempo que duraba la mita: pp. 39-44.1999 Cabe afirmar que las condiciones de la explotación revistiera características de genocidio, o mejor aún de etnocidio. Durante los siglos XVI y XVII la población 2 (Véase) DELGADO, Washington. ¿Cuándo jodió el de Perú?. Lima: Editorialy Milla Bartres, nativa decrece notablemente, debido a losseestragos las enfermedades las mismas pp. 39-44.1999 condiciones de vida. La baja demográfica significó que las obligaciones de los indígenas fueran cada vez mayores, llegando a afectar prácticamente al íntegro de la población, con el consiguiente desarraigo de sus lugares de residencia y el resquebrajamiento de los lazos de parentesco e identidad étnica, y con ellos las relaciones de intercambio y reciprocidad, bases de la articulación de la sociedad indígena". En suma, la violenta transformación de la economía a partir de la conquista estuvo acompañada de una igualmente violenta alteración y transformación del orden social. De una sociedad eminentemente comunitaria, en la mayoría de sus aspectos y la existencia de cierto equilibrio en la distribución de bienes y del trabajo, se pasó abruptamente a una organización social de servidumbre y esclavitud, en la cual una minoría privilegiada que vivía en la opulencia y la soberbia gozaba de casi toda la riqueza que producía el país gracias al trabajo de los indígenas donde los niños eran el eslabón más débil de la explotación colonial. A pesar que el Tahuantinsuyo había estado gobernado por una casta que disfrutaba de muchos privilegios y propiedades, es verdad también, pero entre la familia real de los incas y el resto de la población existía la solidaridad de tal manera que el país constituía una unidad social fuertemente cohesionada en torno al trabajo recíproco como ritual y cultura 3 , donde las Wawas eran los primeros.4 Desde la conquista, durante el largo período del virreynato; y de más de un siglo de vida republicana, esa unidad dejó de existir hasta nuestros días. Es así, como podemos constatar en la práctica, la existencia de dos naciones: un Perú oficial, con sus leyes, con sus símbolos y atributos, a contracorriente de un Perú informal, mayoritario, 3 Ibid. p.42 ... en las comunidades encontramos diferentes denominativos de niños, niñas: wawa, waway, wawakay. De hecho, la noción de wawa suele referirse no solo a las wawas humanas sino a las wawas como fruto de la tierra, las wawas animales, incluso las wawas de las cosas que serían en términos occidentales "inanimadas"... La representación social que se construye alrededor de esta denominación incluye en todos los casos, denominaciones positivas y que denotan contenido afectivo basado en el respeto y el cariño. Este simbolismo lingüístico tiene que ver con la significación que adquiere la wawa para estas comunidades. Así cuando los adultos se refieren a las wawas les atribuyen un valor simbólico y real positivo: las wawas significan fuerza, esperanza, refugio, respeto, algo muy valioso y, alguien que ayuda al adulto. En este simbolismo lingüístico también se advierte en otros términos qué hablan de las wawas son ángeles, flores, nubes, trofeos. Lenguaje metafórico que informa de la significancia de las wawas en la comunidad. Véase Aillón Soria, Susana. Reseña del libro "Culturas e lnfancias", pp. 27-28. En Dialogando-Terre des Hommes Alemania, Oficina Regional Andina Cochabamba, Bolivia. 2002. 4 marginado, excluido, desposeído y reiteradamente traicionado por la clase dirigente triunfante -con el establecimiento del Estado Nación Republicano-, después de la derrota de la utopía andina que encabezó Túpac Amaru II. Los intereses de estos dos Perú se contraponen, sus sueños, sus ilusiones y sentimientos son diferentes. Conciliarlos es una tarea difícil sino imposible. ¿Cómo se desarrolló y se ha mantenido una sociedad semejante, escindida, injusta e inequitativa, donde los niños, niñas y adolescentes son sus primeras víctimas? 5 Esta es la génesis de los males contemporáneos, que aún están por resolver en el Perú de la post-modernidad y de la era de la globalización neoliberal la economía y las comunicaciones. En este largo martirologio y devenir histórico, la economía, la organiza( social, la política y la cultura han estado de espaldas a los intereses popular especialmente de los niños, niñas y adolescentes de los sectores más desposeidos de la sociedad peruana. Por consiguiente, como educadores jamás debemos olvidar que cuando los ni y las niñas, comienzan a desarrollarse en el vientre intrauterino, tienen sentimientos, sueños e ilusiones, pero una vez que nacen deben continuar con el desarrollo de sus capacidades de seres humanos; y gozar del bienestar que deberá ofrecer la familia, la comunidad y la sociedad en su conjunto. Los niños y niñas, una vez que ven la luz por primera vez, al cortar el cordón umbilical les unía al vientre materno, tienen de todo. En suma, son seres humanos, sujetos de derechos en estado virtual. Pues, su constitución física, sus sistemas nervio sus personalidades individuales y sociales, se desarrollarán en la vida misma; y con la experiencia que el contexto de la sociedad les ofrecerá. Por tanto, los niños y niñas para la satisfacción e insatisfacción de necesidades básicas de alimentación, sueño, calor, afecto, ternura, etc., e: mismo proceso de socialización, irán adquiriendo y elaborando sentimientos primarios. Paulatinamente, sentirán las otras necesidades cc el de moverse, recibir afecto y ternura, jugar, manipular cosas y objetos medio ambiente circundante, ver y escuchar, lo que el entorno familiar y social les ofrecen. Los niños y niñas, empezarán a vincularse con su entorno y el medio ambiente, lo que le permitirá formarse en torno a sentimientos agradables como el cariño, el afecto y la ternura, a contracorriente sentimientos desagradables como la inseguridad, la violencia psicológica y física, la pobreza extrema, que los irá nutriendo de sentimientos negativos lleno de temores y desconfianza. Lamentablemente este es el escenario de violencia estructural que le ha ofrecido y le ofrece a la infancia, la familia, la comunidad y la sociedad peruana, en los albores del siglo XXI. 5 (Véase) DELGADO, Washington. Op.Cit. p. 43 Ante esta dramática realidad, los maestros debemos cuestionar continuamente sobre nuestro rol de mediadores, sobre la práctica pedagógica y reflexionar crítica y autocráticamente; y de manera permanente: ¿En un contexto hostil, inequitativo, totalmente adverso y, excluyente, donde las representaciones sociales están ganadas por la cultura de infancia que soplan desde occidente, de qué manera el niño y niña de los sectores populares desarrollarán sus capacidades? ¿De qué manera y a quiénes, podrán exigir el goce pleno del bienestar y la felicidad? ¿Qué hacer para el ejercicio pleno de sus derechos? ¿Cómo aprovechar las limitadas oportunidades que ofrecen la globalización neoliberal de la economía y las comunicaciones? Son los nuevos retos y desafíos que nos esperan. Indudablemente nuestra labor pedagógica deberá estar orientada a trabajar más intensamente, con la infancia, la familia y la comunidad, teniendo en cuenta para ello, que la educación para que sea histórica debe ser transformadora, liberadora 6 . Nuestra principal misión es forjar ciudadanos y ciudadanas protagonistas del cambio y la liberación del país. Por tanto, nuestra principal misión, es forjar ciudadanos y ciudadanas protagonistas del cambio y la liberación del país. Para ello la educación debe tener una dimensión Política y Pedagógica, que forme a los sujetos de la educación en la organización, en el protagonismo en los movimientos sociales. Estos movimientos sociales deberán estar permanentemente movilizados, q sean demandantes, propositivos y, capaces de exigir y hacer respetar cumplimiento de sus derechos ante el Estado, la clase dirigente; y la misma sociedad civil. Por mejor consiguiente, siempre debemos en cuenta, quedela,verdad, Educación, en el Para contextualizar nuestra labor tener pedagógica, para que s liberadora Max Neef, es unelsatisfactor de necesidades los contenidos que y planteamiento trasformadora,de debemos conocer contexto histórico en quepues desenvuelve la desarrolla, tanto en el espacio formal como! informal, tienen que ver con la infancia en el Perú. A continuación te presentamos dos textos para la reflexión: sobrevivencia, la convivencia y la persona. Por ello la educación tiene una dimensión política y la Política {no la politiquería) una dimensión pedagógica. 6 (Véase) CHIROQUE CHUNGA, Sigfredo. Fundamentos Pedagógicos. Lima. Instituto de Pedagogía Popular- Maestros para el cambio. 2003. LECTURAS PARA LA REFLEXION LOS NIÑOS DEL PERU Carlos Castillo Ríos "... el niño; siente, goza y padece; dentro de un contexto determinado. Está siendo modelado por su medio, permanentemente. Pertenece a una familia. En todo momento operan en él, en su organismo y en su conducta, el ambiente, la realidad social donde nace; se cría y se desarrolla. En este sentido, el niño es la expresión de un cuadro familiar, económico, ambiental, y cultural, de una clase social. No se trata, como hemos visto, de una relación niño-ambiente pasiva y armoniosa. Al contrario: ni su realidad es inmóvil sino cambiante y mutable, ni su existencia práctica y social- está libre de negaciones y contradicciones. El niño vive bajo el 'siglo del conflicto. Su primera lucha aparece con su nacimiento: sus instintos y sus impulsos individuales se contraponen a las restricciones del medio. No le queda otra alternativa, está siempre entre fuerzas opuestas: necesidades básicas y obstáculos para satisfacerlas; libertad y opresión; pedidos y rechazos,«: placer y dolor; presencias y ausencias; deseos y prohibiciones; solicitud excesiva y abandono. Pero no está solo en la solución de sus problemas: tiene detrás a sus padres, a su familia y, principalmente, a su clase social y a la sociedad.. Por eso no es posible estudiar los problemas de la infancia atendiendo solamente a los rasgos individuales de los niños. Es necesario hacer mención a la naturaleza - de la sociedad en que vive ya las características generales y específicas de su realidad: Advertir si es rico o pobre; urbano o rural, opresor u oprimido. Cada una de estas variables -antagónicas- van a determinar poderosamente el ser de este niño y su futuro. No son iguales, por eso, un niño burgués y un niño proletario. Ambos son niños, pero son diferentes. Pueden haber nacido el mismo día, en 1a misma ciudad, hablar, el mismo idioma, estar sometidos a las mismas leyes jurídicas pero; por pertenecer a clases antagónicas, la sociedad, el médico, el profesor, el funcionario, el obrero y el campesino los ven diferentes y en el fondo lo son. Uno y otro tienen distinto nivel económico, social y cultural que se traducen en alimentación, vivienda, costumbres, gustos y creencias disímiles. Se trata, en verdad, de diversas clases de niños o, clases. expresamos con más claridad, de niños de diferentes clases. La influencia de la familia en la vida del niño es decisiva. En ella se socializa, se forma o se deforma, El contexto familiar condiciona no sólo su desarrollo, sino el grado de adaptación o inadaptación que más tarde decidirá su destino. La familia es la primera fuerza modeladora del niño. Sólo después de algunos años de vida empieza a actuar el medio externo. El hombre, que por esencia y naturaleza es un ser social, comienza a serlo en el hogar, a través del grupo que lo rodea. Para estudiar la influencia de la familia en la vida del niño es necesario ubicar la posición dominante o sumisa que ocupa en el proceso de producción; analizar su realidad concreta y su relación con la sociedad dividida en clases. También hay que tomar nota de! enfrentamiento -paradojal, pero efectivo- que existe entre sociedad y familia, así como la función que cumplen las figuras algunas veces antagónicas del padre y la madre, en el proceso de formación de la personalidad del niño. La familia está determinada por !a realidad social en que está inmersa y a !a que, a su vez, condiciona. Es resultante y causa al mismo tiempo. Ha seguido en su evolución, el proceso de la saciedad en su conjunto y como ella, es producto de sus contradicciones, En la sociedad capitalista, el hecho de que algunos concentren en sus manos la propiedad de fábricas minas, tierras, edificios y negocios y otros sólo cuenten con su fuerza de trabajo, da lugar a la existencia de un sector infantil bien equipado en elementos materiales para su evolución y de otro; mucho más numeroso, pleno de carencias y frustraciones. En un país donde los mecanismos políticos y sociales de dominación favorecen a las minorías privilegiadas en desmedro de las amplias capas pauperizadas, es importante encontrar a niños pertenecientes a la clase trabajadora cuyas potencialidades no hayan sido afectadas por la pobreza y su secuela. Y, en la otra orilla, a niños a quienes no haya hecho mella e! engreimiento y !a sobreprotección, características del trato familiar en la clase opulenta, No se trata, entiéndase bien, de diferenciar a los niños pretendiendo que los de una clase social sean más inteligentes o buenos que los de otra, sino de poner de relieve la desigualdad de oportunidades de evolución que se- producen por efecto y como consecuencia del lugar que ocupan sus padres en una sociedad dividida en clases. La infancia, hay que recordarlo, es la parte más débil y expuesta de la sociedad. Registra con mucha facilidad las distorsiones estructurales de su medio, en especial aquellos que tienden a afectar, directamente, al proceso de su socialización y que repercute» en su economía neuro-psicológica, intelectual y emocional. ... el niño nos interesa como ser social indesligable de su naturaleza biológica, intelectual, afectiva y, sobre todo, económica y familiar. Tiene un organismo cuya salud está determinada por los cuidados nutritivos; higiénicos y sanitarios que en su contexto social recibe; una capacidad mental y sensorial que fe permite ver, oír, coordinar sus movimientos, conceptuar y desarrollar su atención y su memoria dentro de un determinado 'ámbito social y, por último, es protagonista de una profunda vida emocional que le permite comunicarse o incomunicarse con sus padres, con los niños de su misma condición social o de otra antagónica y desde una situación privilegiada o sumisa. En consecuencia, estudiamos a los niños, ' entonces, en el interior de una familia, ubicada ésta, a su vez en una sociedad dividida en clases. Y que vive en un aís como el Perú, subdesarrollado y dependiente, cuyas características necesitamos tener presente" 7 SON, ANTE TODO, NIÑOS Sebastián Salazar Bondy "A veces, ante ciertas noticias o ante la directa contemplación de ciertos fenómenos callejeros -como ese de la mendicidad infantil organizada en bandas que campean en determinado sector de la ciudad-, Lima se nos revela como Londres que retratara Charles Dickens, el gran novelista, cuyos asuntos y personajes fueron tomados de la realidad.- Y esto, aunque resulte curioso, no es en absoluto regocijante: Dickens pintó en sus abigarrados y patéticos folletines una honda y peligrosa crisis social. Pero la Inglaterra del período de fa industrialización; cuando el capitalista luchaba contra la tenaz resistencia de !os últimos y poderosos bastiones feudales, sorteó una revolución sangrienta gracias a la habilidad de sus políticos -no exentos, como la mayoría de los nuestros, de una aguda sensibilidad social- y gracias también, lo que no es el caso peruano, a la contribución colonial que aligeró las cargas del hombre británico. La ebullición levantisca del siglo XIX inglés fue conjurada a tiempo: esos mendigos, esos niños abandonados, esos desechos humanos, ese aluvión urbano hambriento y resentido, fue asimilado por la sociedad en un movimiento de sorprendente rea". ¿No son estas criaturas que en Lima piden limosna por vicio, por negocio, por simple deformación, verdaderas parvadas de delincuentes futuros?¿ No son ellos producto del caldo de cultivo que, de suyo, es nuestra., desastrosa organización, en la que, además de la miseria, reina el torcido ejemplo de !a ambición lucrativa de los poderosos? ¿No se alimentan tales almas fiemos, con !a lección diaria de la indiferencia pública, que debiendo ser amorosa se toma en despiadada en la persecución implacable en el castigo sórdido, en Ia exaltación de la pena capital? ¿Qué leen en los periódicos, qué escuchan en las radios, qué ven en los cines, qué aprenden en las turbias revistas; que recogen de la conducta de los mayores? Nuestros médicos, nuestros sociólogos, nuestros pedagogos, lo viene diciendo: ta proliferación de niños mendigos, de delincuentes infantiles, de menores vagabundos, no es otra cosa que la floración-característica de un terreno social abonado para el efecto, de una atmósfera propicia para toda clase de desastres morales, de un medio que posee todas las condiciones para el nacimiento y desarrollo del mal. Los lectores de nuestro diario habrán leído horrorizados la historia de ese "pájarofrutero" apodado "Mapy". A los doce años de edad, este chico es ladrón, chivetero, proxeneta, homosexual y, sobre todo, caudillo de una pandilla que, en el Porvenir (ése inmenso; imperdonable, invernadero del,~,: domina los círculos del hampa como si se tratara de una reyecía autónoma, Nada puede la policía contra él o sus émulos, pues 7 Texto tomado del libro Los Niños del Perú. Carlos CASTILLO RÍOS. Pp. 12-18. Lima. Ediciones Realidad Nacional. 1974 "Mapy" y, porcierto, todos los "Mapys" presentes y futuros no es responsable de sus actos. La gran responsable de que esos niños existan y que sean, además, irrecuperables; es !a sociedad que los lanzó a !a calle, que por omisión los obligó a usar de armas para su propia defensa, para procurarse el pan, para ganar un desahogo en la vida. No tuvieron hogar y no supo la comunidad procurárselos. Y lo que es peor, no lo tendrán los de mañana porque ni una sola acción ha sida seriamente emprendida por el Estado-cuya obligación, señalada imperiosamente por el mandato constitucional, es velar por la niñez para cubrir ese peligroso vacío. Los niños que no tienden la mano en pos de unos centavos, en la calle --estén organizados o no, sean o no comerciantes de la mendicidad-, son, ante todo, niños. Uno no puede, si tiene corazón, pararse a reflexionar sí, al extender una moneda, da dinero a una "Cooperativa" o a un ser que tiene hambre, que carece de padres, que vive en una choza, que no va al colegio, que padece de frío... Tomarse indiferente no es la solución; Quizá la solución sea movilizar a la sociedad haciéndola tomar conciencia de su deber- y de su culpa-, pero, antes que nada, reclamar del Estado una acción positiva, antes que ese depósito de miseria, resentimiento y amoralidad estalle como una inmensa bomba. Que haya ocurrido, en otros sitios -como lo deducimos por el gran testimonio de Dickens, por ejemplo- es prueba de que el hombre es capaz de ver más allá de su propio y egoísta presenté, de sus exclusivos intereses, y darse a los demás humanitaria, cristianamente". Publicado en la Prensa, 5 de Julio de 1958,p. 8. Tomado del libro: Escritos Políticos y Morales (Perú: 1954-i965, pp, 51-52). Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 2003. 7.3 NEOLIBERALISMO Y DESARROLLO HUMANO: SITUACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO EN EL PERÚ. La situación de pobreza y exclusión en que se encuentran sumergidos más de la mitad de los niños en el Perú en la era de la globalización neoliberal, es el resultado de una tradición violenta y autoritaria de períodos de movimientos pendulares entre la democracia 8 delegativa, de baja intensidad, o de mercado; y dictaduras, donde las disparidades en los ingresos y las diferencias étnicas, explican que un historiador habitualmente tan mesurado como Jorge Basadre, nos hable del "abismo social" que separa al Perú oficial con sus leyes, sus símbolos y, sus instituciones, del llamado Perú real y profundo conformado en su mayoría por campesinos, y capas medias caídas en desgracia, encerrados actualmente, en medio de la pobreza, marginación y exclusión. 8 (Véase) TOURAINE, Alain, ¿Qué es la democracia? México: Fondo de Cultura EconómicaContracarátula. 2000, "La democracia no puede reducirse ala desaparición de las dictaduras militares y civiles... Pienso que los valores morales rigen la organización social. Debemos reencontrar nuestro papel de creadores, de productores, y no solamente de consumidores... En América Latina y el Perú la economía de mercado no garantiza por sí misma el desarrollo ni la democracia... La democracia tiene como fin principal asegurar la igualdad no sólo de los derechos sino también de las posibilidades y oportunidades. (Los agregados y subrayados civiles, y el Pení, y oportunidades, son del autor). En resumen, si hiciésemos una periodificación de la democracia en la historia política del Perú en los siglos XIX, XX y los albores del siglo M, quedaría de la siguiente manera: 1895-1919 el apogeo de la República Aristocrática; 1919-1930 la transición leguiísta de la "Patria Nueva"; 1931-1968, los gobiernos tripartitos militares, oligarquía y el APRA- crisis del orden oligárquico; 1968-1980, el ocaso de la oligarquía y las reformas de capitalismo de Estado impulsado por un sector de los militares; 1980-1990 la instauración de democracias de baja intensidad, bajo los dictados del Consenso de Washington; y 1990-2001 el resurgimiento de una nueva dictadura con rostro democrático, la aplicación del neoliberalismo inculto y dogmático, que condujo a la sociedad peruana a una corrupción generalizada, de anomia social, violación sistemática de los Derechos Humanos; y por tanto de los Derechos del Niño.9 Lamentablemente, para los intereses de los niños, niñas; y adolescentes, que son el presente y futuro del Perú, las clases dirigentes han convivido en medio de una situación de violencia estructural, impunidad y corrupción casi institucionalizada en todos los niveles de la sociedad peruana, sin interesarles el respeto a los Derechos del Niño. No debemos olvidar que la impunidad y la corrupción contaminan la cultura, ¿Respeto a los Derechos del Niño (a)? con el consiguiente deterioro de la cálida de vida de los peruanos. En el otro extremo, conviene señalar que el equilibrio del yo, la instintividad y la conciencia moral dan sentido a la vida humana. ¿En qué incide la corrupción básicamente? En deteriorar, enfermar, podrir real y simbólicamente hablando-, con fines espurios y nefastos. La identidad corrupta elimina los valores creativos a favor de una ética legítima, auténtica de uno, del otro, del ambiente y de la sociedad. 10 9 (Véase) FLORES GALINDO, Alberto. La Tradición Autoritaria: Violencia y Democracia en el Perú, pp. 23-33. 10 (Véase) PEÑA K., Saúl. Psicoanálisis de la Corrupción-Política y Etica en el Perú Contemporáneo, pp. 59-72. Lima: Peisa. 2003. Esta bien organizada red de corrupción sistémica, que aflora en el país des, hace 183 años de vida republicana; y que se intensificó en el pasado régimen de la última década-que aún sobrevive actualmente- causó un inmenso da: a los intereses históricos del pueblo peruano, especialmente a los intereses la infancia. La corrupción sistémica, ha deteriorado, enfermado y podrido 1 valores éticos y morales de las presentes y futuras generaciones de nuestro país. Esta cultura de la impunidad y la corrupción sistémica, en estos últimos diez años, ha significado para los peruanos, un terrible costo en términos de impacto sobre el empleo, se estaría ante 163,706 puestos de trabajo que dejaron de crearse por haber sido desviados estos recursos de uso productivo hacia la corrupción. En términos de pobreza, el costo equivale a 155,400 personas que habrían logrado dejar su condición de pobres, pero lo más grave se dejó de recaudar la suma de US$ 1,800 millones para el PBI. El Costo Económico de la corrupción sistémica en el Perú • • • VARIABLE PBI Empleo Pobreza CIFRA $1,800 millones de dólares 136,706 puestos de trabajo que no se generan 155,400 personas que no dejan la pobreza Fuente: Revista QUEHACER N4 144 Para los sectores en pobreza extrema-donde se encuentran e160% de niños, niñas y adolescentes- o en el desempleo, la corrupción limita sus oportunidades de salir de la pobreza y de acceso al mercado de trabajo en condiciones dignas. La corrupción histórica en el país, representó un costo negativo para la economía: menos inversión, menos crecimiento, mayor desempleo y mayor pobreza; la presencia de la corrupción sistémica de manera extensiva de la década anterior, ha significado un sobre costo económico de ésta. Dicho sobre costo ha prolongado la recesión, con el consecuente crecimiento del desempleo y mayores índices de pobreza: con niños, niñas, adolescentes y sus familias sumergidos en la desesperación y miseria humana. (Revista QUEHACER N° 144, pp. 8-9. 2003) En este contexto, nada halagador, los problemas de la infancia en un país multicultural, plurilingue, multiétnico y, con grandes diferencias sociales y económicas no son semejantes para todos. Sin embargo es posible hacer una aproximación a esa diversidad y establecer quiénes son y dónde están ubicados los niños, niñas y adolescentes más pobres, marginados y excluidos. El enfoque de derechos -la persona como sujeto social de derechos- nos permite observar a los niños y niñas siguiendo su ciclo de vida, comprendiendo el período de gestación y embarazo de la madre y el desarrollo físico y psicológico hasta los 17 años de edad. Este enfoque de derechos incluye la relación del niño, la niña y el adolescente con la cultura, la economía, la familia, la escuela, sus coetáneos y la comunidad. Actualmente el Perú es un país con rostro joven y con una inmensa población pobre, en su mayoría integrada por niños, niñas y adolescentes. Si totalizamos, los menores de 18 años son 10 millones 617 mil personas, es decir, e140% de la población total al año 2001, cuyas necesidades básicas insatisfechas son derechos que deberían ser protegidos por el Estado, el gobierno, la clase política, la sociedad civil y las familias. Lamentablemente estos derechos del niño no se cumplen y son simplemente declaraciones líricas de los que detentan el poder para estar bien con sus conciencias. La mejor demostración de esta aseveración, es que después de una década de festín neoliberal corrupción e impunidad institucionalizada, violación sistemática de los Derechos Humanos y, por ende de los Derechos del Niño, actualmente en el Perú: • • • El 54.8% de la población peruana vive en condición de pobreza, es decir, 14 millones 609 mil habitantes. E124.4% de la población peruana vive sumergida en la línea de pobreza extrema, los que constituyen 6 millones 513 mil habitantes. El 40.4% de los integrantes de los hogares pobres tiene menos de 15 años de edad. En suma, la distribución por edades, los niños, niñas y adolescentes constituyen el grupo social más excluido de la sociedad peruana y por consiguiente en situación de mayor riesgo y vulnerabilidad. 11 Pero lo más dramático de este inaceptable estado de la cuestión, es que en el Perú: • • El 60% de niños, niñas y adolescentes son pobres. El 25% de niños y niñas menores de 5 años de edad sufren de desnutrición crónica. Si tomamos en cuenta los grados de exclusión éstos varían según las culturas y espacios geográficos regionales, se han identificado como los más afectados a los niños y niñas indígenas de la sociedad rural andina, amazónica y de los que están habitando las zonas urbano marginales de las grandes ciudades del Perú. En conclusión, la situación en que viven los niños y niñas del Perú, se asemeja a una especie de apartheid en pleno siglo XXI, lo que constituye un crimen de lesa humanidad por parte de los que han detentado y detentan el poder en el Perú, en estos últimos 183 años de nuestro devenir como Estado Nación Republicano. Todo esto sucede a pesar de la existencia de normas internacionales como: la Convención sobre los Derechos del Niño 12 , el Código del Niño y Adolescente Ley N° 11 (Véase) Plan nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia 2002-2010, pp. 20-45. Lima: MIMDES. 2002. 12 El 20 de noviembre de 1989 los estados del mundo aprobaron la Convención sobre los Derechos del Niño, que son Derechos Humanos específicos para los niños; y reconoce a los menores de 18 años de edad como sujetos de derechos y protección por parte del Estado (Doctrina de Protección Integral). El Estado peruano forma parte de esta Convención. 27337 y el Plan Nacional de Acción por la Infancia y Adolescencia 2002-2010, que obliga al Estado peruano y gobiernos sucesivos aplicar la Doctrina de Protección Integral; diseñar políticas económicas y sociales que privilegien el mejoramiento de las capacidades humanas de todos los niños, niñas y adolescentes del Perú, sin ninguna clase de discriminación. En suma, los gobernantes, las clases dirigentes, y la misma sociedad en el Perú, aún no han resuelto el ejercicio y goce pleno de los Derechos Humanos y los Derechos del Niño, por cuanto las políticas económicas y sociales se Iasan fundamentalmente en cumplir fielmente los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuyas políticas económicas y sociales privilegian a unos pocos, a contracorriente de la miseria de la mayoría de peruanos. Lamentablemente en el Perú, la clase política siempre anduvo perdida y sin utopías. Sin una propuesta de desarrollo autónomo para el establecimiento de un verdadero Estado Nación Independiente. Históricamente gobernó el país en función de sus intereses, y cumpliendo fielmente el dictado que los organismos internacionales, les ofrecían como modelos de desarrollo. La característica de la clase política gobernante, es la ausencia de consenso con respecto a una estrategia de desarrollo que ofrezca el progreso y bienestar a todos los peruanos. Este es el denominador común que los ha caracterizado y los caracteriza hasta nuestros días. Por tanto, el rol que cumplieron históricamente fue beneficiar a una minoría privilegiada y facilitar una serie de beneficios económicos y tributarios al gran capital extranjero, especialmente norteamericano. En suma, "(...) ... en el caso del Perú en particular, el neoliberalismo favorece a !os más grandes, a los más modernos y a los más competitivos y el resto queda excluido o le cuesta mucho integrarse en el nuevo modelo. Así el sistema distributivo generado por el neo-liberalismo premia al eficiente, al grande y al rico, y castiga al pequeño, al ineficiente y al pobre, más aún cuando el papel redistributivo del Estado se reduce al mínimo”, (González de Olarte, Efraín: 1998). Ante este drama se han alzado voces discrepantes como el de Federico Mayor, ex Director de la UNESCO, quien ha asociado la actual globalización c «una trampa en la cual no tenemos que caer". Subrayó en el lejano abril de 1998, en el contexto del encuentro de la Unión Interparlamentaria Mundial de Namibia, que: "La globalización es política impuesta y desprovista de los valores indispensables de libertad, justicia, igualdad y solidaridad, es una trampa para impulsar un modelo de economía de mercado salvaje que sólo beneficia a las naciones y a los individuos económicamente poderosos, pero que olvida y desampara a los más débiles y pobres/.../No es verdad que con la globalización se hará una mejor distribución de los servicios y se proveerá el desarrollo. Lo que se impulsa con esta trampa es organizar democracias de mercado y una política sin fundamentos morales /.../ estamos instalados en la ley del más fuerte, militar, económica y comercialmente, una ley que nos lleva a la separación progresiva de ciudadanos, entre desposeídos y los saciados/. .l Si en Berlín se hundió un régimen basado en la igualdad pero que olvidó la libertad, ahora se está hundiendo otro sistema, que se basa en la libertad pero que no incluye la igualdad 13 Por otra parte el célebre historiador inglés Eric Hobsbawn, afirma que: "La situación del capitalismo globalizador y el mercado libre y sin controles ha llegado a un punto crítico. Estamos al final de una época pero aún novemos claro su rumbo. Uno de los motivos de la incertidumbre es, precisamente, la profundidad de la crisis de este fin de época. Comparada con los sucesivos derrumbamientos europeos, después de cada una de las guerras mundiales, la crisis actuales más compleja y aguda ".Enfatíza igualmente que "uno de los peligros actuales es que el capitalismo ha perdido todo sentido del miedo /.../ Se aceptan niveles de desigualdad que antes no se hubieran tolerado" 14 No obstante estas advertencias, de dos personajes tan influyentes en el mundo de la educación, la política y la economía -con relación al neoliberalismo-, los gobernantes en el Perú siguen privilegiando la aplicación de este modelo de capitalismo salvaje, cumpliendo disciplinadamente con el pago del servicio de la deuda externa, antes de invertir en la deuda social que debería ser primero, cuyos beneficiarios directos tendrían que ser los niños, niñas y adolescentes, excluidos tempranamente. 13 Discurso Director general UNESCO en la 99' Conferencia Unión Parlamentaria Mundial, celebrada en Namibia en abril de 1999, Citado por RIVERO, José. Educación y Exclusión en América Latina, p. 48. Lima Tarea Educativa. 2000. 14 Citado por RIVERO. José. Op. Cit., pp. 48-49 Niños: Testigos y víctimas de la pobreza. 14 Ante tanta indiferencia, nosotros los maestros, tenemos que gritar de dolor, porque sabemos que la pobreza en el Perú, no se soluciona con donativos que vienen del Norte en forma de dádivas y préstamos, dicen para mejorar la calidad de la educación y aliviar la pobreza de los peruanos. Europa y los países del Norte aún no han indemnizado a los peruanos y latinoamericanos por los siglos de monstruosa colonización y expoliación. Es por ello, que tenemos que hacer de la educación una dimensión política; y de la política en e1 buen sentido de la palabra: como derecho humano una dimensión pedagógica, para gritar de dolor e indignación, porque sabemos que los países "pobres" como el Perú, no pueden pagar 1a deuda externa, pretender que esa deuda es justa es a todas luces injusta e inmoral. Ayer, hoy, mañana y siempre países como Argentina, Ecuador, Perú; y otros países latinoamericanos decidirán que el último recurso para pagar la deuda es reduciendo los salarios despidiendo a la condición de desocupados a miles y millones de trabajadores privatizando hasta e1 aire que respiramos, eliminando toda clase de prestaciones sociales, invirtiendo cada vez menos en educación, salud, alimentación, recreación cultura, haciéndonos creer que la calidad de 1a educación deberá mejorar pronto En suma expulsando a miles y millones de niños, niñas y adolescentes, a la condición de menesterosos felices, violando los Derechos Humanos; y por ende los Derechos del Niño. Tenemos que educar para que los ciudadanos y ciudadanas, interpelan, a los gobernantes, por las erráticas políticas económicas y sociales que siguen aplicando. Por ejemplo para el período 2004-2006, se ha proyectado que el saldo de la deuda externa aumentará dramáticamente. Esta decisión política de los gobernantes, indudablemente repercutirá negativamente en el desarrollo del Perú. He aquí la realidad concreta: • • • • A fines del 2002 el saldo de la deuda pública total era de US$ 26,501 millones y para fines del 2003 el estimado de la deuda fue de US$ 27,550 millones. Para el período 2004-200G, se ha proyectado que el salda de la deuda pública total aumentará de $ 27,550 millones de dólares a inicios del 2004, a $ 29,057 millones de dólares a fines del año 2006. En este período la deuda pública externa aumentará desde $ 21,888 millones de dólares, a.123,473 millones de dólares. Mientras que la deuda pública interna disminuiría desde US$ 5,663 millones de dólares (9.3% del PBI), a $ 5,584 millones de dólares en el 2006 (7.6% del PBI).15 De persistir esta tendencia se incrementarán las desigualdades y la exclusión. Los niños de familias desarticuladas tendrán menores oportunidades para beneficiarse de la educación, del mercado de trabajo; y menores posibilidades aún en el futuro, de formar familias estables. Por consiguiente, si bien es cierto que existen: Convenciones, Códigos, Planes de Acción referidos a los niños, niñas y adolescentes, podría afirmarse que son textos fuera de contexto, porque la realidad concreta nos demuestra que la infancia se ahoga actualmente en medio del círculo perverso de la exclusión, los indicadores anteriormente descritos así lo demuestran. En conclusión, este es un inaceptable estado de la cuestión, que tiene que ser revertido lo más antes posible, para lo cual tenemos que forjar movimientos sociales que defiendan y conquisten el goce pleno de los Derechos Humanos y los Derechos del Niño. 16 En suma, en el Perú actual se multiplican los discursos líricos y declamativos, que invocan a la familia y al niño como valor. Sin embrago, las políticas públicas al respecto son demasiado débiles y desarticuladas; se podría afirmar hasta demagógicas, asistencialistas y desmovilizadoras. Por ello, ahora más que nunca es necesario producir una amplia renovación en esta cuestión crucial, de vida o muerte. Se tiene que exigir y demandar a los gobernantes a que tomen decisiones políticas y diseñen políticas económicas y sociales directamente enfocadas al fortalecimiento de la familia y del niño como actor protagónico de su propio desarrollo. Por tanto, es urgente y perentorio apoyar al niño y su familia brindándoles una educación de calidad, servicios médicos de calidad, extender las posibilidades culturales y de recreación familiar que coadyuven al desarrollo humano de la infancia. Rodear al niño y su familia, hoy en serio peligro bajo el embate de la pobreza y exclusión es fundamental para obtener desarrollo económico, social y humano sostenible; y el florecimiento de una sociedad con rostro más humano, que de verdad sea democrática, participativa tolerante e incluyente. 15 Suplemento Extraordinario Diario La República. Lima 27 de julio 2003. (Véase)JARAMILLO GARCÍA, Enrique. El trabajo de los niños, niñas y adolescentes pobres y excluidos: un Derecho Humano integral, universal, indivisible e irrenunciable. Documento de trabajo en prensa sobre Ponencia presentada en el XXIV Congreso de Sociología- ALAS. Arequipa del 04 al 07 de noviembre del 2003. 16 Como maestros comprometidos con el cambio: ¿Seremos capaces de distinguir las ramas del árbol? ¿Seremos capaces de educar y luchar por asegura la igualdad de oportunidades para construir familias y niños dignos y sanos? Por tanto, nuestra misión es trabajar por la construcción de una nueva institucionalidad democrática, con movimientos sociales contestatarios demandantes y propositivos, en permanente movilización, que basen su accionar en la organización, mediante la solidaridad, la reciprocidad, la afectuosidad y la participación protagónica, -de los niños, niñas, adolescentes y la sociedad civil- y en la creatividad, para la conquista de la justicia social, para el bienestar y la felicidad de los niños, niñas, adolescentes; y la humanidad en general Por eso hacemos nuestra !a definición de Jorge Capella: "la educación es un proceso de emancipación, mediante el cual los sujetos y los pueblos dejan de ser menos individuos para convertirse en agentes de su propio ' destino, gracias a su capacidad transformadora (...) el educador' profesional como animador, facilitador, autoridad, forjador, protector, guía, consejero, emancipador, investigador, creador, modernízador, agente cultural, modelo, actor, narrador o realizador poco es lo que podrá realizar en beneficio de la humanidad sí no es un auténtico maestro en el sentido bíblico,' es decir, un evangelio vivo". Son los nuevos retos y desafíos que nos esperan a todos los maestros que estamos realmente comprometidos con el cambio y el desarrollo humano de los peruanos, especialmente de la infancia. Para perfilar de mejor manera nuestra práctica pedagógica y coadyuva en la lucha contra la pobreza, es necesario reflexionar en torno a la lectura crítica del texto: El neoliberalismo en América Latina en Anexo 1 Después de haber leído esta carta de los Provinciales de la Compañía de Jesús poco difundida en nuestro medio, podemos llegar a la conclusión de que la educación es un factor clave para el desarrollo humano; la poca inversión en educación y la mala calidad de ésta -la educación- refuerza la situación de pobreza y exclusión en las sociedades latinoamericanas; y por ende en la sociedad peruana. No debemos perder de vista que el neoliberalismo nos lleva engañosamente a establecer una relación: SUJETO = OBJETO Nos distrae y nos vende la idea de que el problema es de relaciones naturales, de relaciones solamente mecánicas. Frente a esta estratagema del pensamiento neoliberal, la alternativa que debemos desarrollar en nuestra práctica pedagógica, es privilegiar las relaciones de: SUJETO = SUJETO Por tanto, la principal misión del maestro es Establecer relaciones sociales entre el educando y el educador. Actualmente, el neoliberalismo, pretende encandilarnos para que los maestros, -que somos sujetos- nos convirtamos en simples técnicos, en operadores de la herramienta, de la tecnología, que es un objeto. En consecuencia, el maestro sujeto, en sus relaciones pedagógicas tiene que considerar al alumno sujeto; y tan sólo utilizar la tecnología como un medio. El neoliberalismo con su enfoque sujeto = objeto, oculta varias falsedades que hay que tomarlas en cuenta: a) En la práctica pedagógica, pone en segundo plano las relaciones sujeto maestro con el sujeto alumno. b) Da una importancia sobredimensionada al uso de la tecnología. c) Equipara en el mismo nivel al sujeto con la tecnología; y por tanto plantea que la tecnología podrá sustituir al sujeto. Ellos y ellas son sujetos y se organizan. Pero lo más preocupante y peligroso, es que el neoliberalismo ha buscado coartadas para domesticarnos y cosificar el sentido común de la opinión pública, y nos hace creer que: 1. La pobreza es un problema individual, obra del destino y del designio divino. Es decir que tienen que existir ricos y pobres. 2. Hay que tener paciencia para superar la pobreza. Algún día se podrá superar esta situación. 3. La desvalorización de las políticas sociales. La única política social válida es la política económica de acumulación capitalista. 4. La pérdida de la capacidad de indignación, nos inculca el desánimo, el conformismo, el individualismo, la desesperanza; y el apoliticismo.17 Para una mejor comprensión de la importancia de la educación como facto] clave para el desarrollo humano lee reflexivamente el siguiente texto: LA EDUCACIÓN, UN EXPLOSIVO Sebastián Salazar Bondy Hay quienes atribuyen la situación educativa del país -analfabetismo, escolares sin escuela, falta de maestros, docencia comercializada, universidades sin rentas, y descontento juvenil a causa de todo ello- a un mero defecto de organización o a la proverbial indiferencia de los poderes públicos hacía un problema trascendental de la vida nacional; que empeña así su futuro y frustra las esperanzas que cada generación cifra en la preparación intelectual y profesional de la próxima. Se dice, más o menos, que por carencia de un plan, por el desordenado gobierno de las cosas, por la entrega a otros aspectos del orden nacional, etc., el Estado posterga u olvida el franco encaramiento del deber de procurar el saber a todos y proporcionar la preparación técnica y científica a los mejores. En resumen, se atribuye este antiguo estigma a males psicológicos de nuestros gobernantes. Es preciso mirar a fondo en esta agua turbia. El conocimiento libera al hombre, esclarece su conciencia, solidifica su espíritu, forma su voluntad y despierta su inteligencia. Más escuelas, mejores universidades, más eficaz y completa enseñanza en todos los niveles, enciende en las mayorías esa fuerza de superación que es signo visible de la libertad. El oscurantismo, la superstición, las ideas anquilosadas, los ídolos impuestos como dioses omnipotentes, son como drogas. Remachan las cadenas del espíritu y hacen del ser humano un animal torpe, que se mueven en el estrecho horizonte de la fatalidad, En los libros está la chispa que desata el incendio del bosque; y el libro, más poderoso cuanto más hondo es su contenido, cuando más profundamente cala en la verdad develando la mentira, constituye una suerte de arma silenciosa pera renovadora del universo. A los libros se deben las grandes transformaciones del mundo: los filósofos griegos, el Evangelio; Copérnico, la Enciclopedia; el iluminismo, Marx, Thoreau, Ghandi, Einstein, etc., desencadenaron grandes revoluciones. Los hombres que pusieron esos explosivos históricos usaron la palabra escrita y rara vez intervinieron en la acción misma. Fueron las escuelas, la educación, en una palabra, los que llevaron esta pólvora libertaria a las masas alzadas en pos de libertad y justicia. 17 (Véase) KLIKSBERG, Bernardo. Hacia una economía con Rostro Humano. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica PP. 127155.2003 Los pensadores volaron estos fetiches que quienes usufructuaban de la situación de injusticia habían colocado en el ara de !as reverencias irracionales. En la base de ese supuesto descuido de los gobernantes peruanos hacia la educación (que alguna vez trataron de ocultar tras el monumentalismo de la edificación escolar) está el propósito -no sé si consciente o inconsciente- de mantener a las masas en la ignorancia. Miles de alumnos sin aulas; cientos de pueblos y ciudades sin bibliotecas ni librerías; decenas de centros de educación superior si medios de enseñanza, no son un simple azar, ni se explican por la negligencia peculiar de la llamada clase dirigente. En fa raíz de este mal está 1a conspiración oligárquica contra el pueblo trabajador. El lema es: que se eduquen los de nuestra casta y los que aspiran a ser los de nuestra casta. Para el resto, en consecuencia, la idolatría ciega a las normas que el sistema ha impuesto como ' invariables y fatales. No habrá, así las cosas, reforma total de la educación, por - más que los pedagogos conscientes íntenten afanosamente romper la estructura en la que sustenta este plan de dominio de unos cuantos sobre la mayoría. Y, como es lógico, la estructura o superestructura educativa del feudalismo y el capitalismo peruanos reposa en la estructura socioeconómica. Es a ésta a la que hay que atacar rotundamente, sin vacilaciones. La cultura es el petardo que más teme la oligarquía. Su ingrediente es la verdad que, paso a paso, con dificultades y fracasos, ha movido la marcha ascendente de las mayorías hacia el poder, desde el cual ellas establecen la paz, el bienestar, el progreso general. Por eso los voceros oligárquicos extienden el principio del "libre comercio" al campo de la educación y temen la intervención del Estado en este aspecto de la organización nacional. Como complemento, difunden la kirtch o falsa cultura de masas (la novela radío-teatral, el frívolo programa de televisión, el juego de envite, la prensa amarilla, el libro rosa, la historieta y toda la inmundicia impresa industrializada) que contribuye a oscurecer' la mente, matar la imaginación, resignar al siervo, sensualizar su alma para distraerlo de los grandes móviles de la existencia humana. No se dudé: el Perú' popular ha sido condenado a la ignorancia porque la ignorancia es la atadura gracias a la cual un grupo insaciable lo explota para su placer y su ¡limitado enriquecimiento: Ha llegado, sin embargo, la hora de la rebelión contra esta conspiración, pues la revolución -es decir, la inteligencia que obra- ya ha comenzado en América. Publicado en Libertad, 28 de junio de 1961, p.5. Texto tomado del libro Escritos políticos y morales (Perú: i954-1965). Sebastián Salazar Bondy, PP-79-80. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 2003.