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RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 1 RT S Revista de Treball Social Directora: Montserrat Bacardit i Busquet Subdirectora: Rosa Mª Ferrer i Valls Equipo de redacción: Teresa Aragonès i Viñes Irene De Vicente Zueras Josep Ma. Mesquida González Pepita Rodríguez i Molinet Pepita Vergara Beltrán Administrativa: Anna Pablos Ortuño Comité asesor: Rogeli Armengol i Millans Montserrat Cusó i Torelló Josefina Fernàndez i Barrera Manuel Miguel Pajuelo Valsera David Paricio Salas Xavier Pelegrí i Viaña Milagros Pérez Oliva Carmina Puig i Cruells Cristina Rimbau i Andreu Glòria Rubiol i Gonzàlez Maria del Carme Sans Moyà Antoni Vilà i Mancebo Diseño de las portadas: Jordina Tió Diseño interior: Ester Lozano Vivó Corrección de estilo y traducción: Raül Cascajo i Orzáez Imprenta y maquetación: I.G. Santa Eulàlia. Sta. Eulàlia de Ronçana Depósito legal: B-19535/1968 ISSN: 0212-7210 Tiraje: 600 ejemplares. Edita: Col. legi Oficial de Treball Social de Catalunya Portaferrissa 18, 1r 1a - 08002 Barcelona Tel. 93 318 55 93 - Fax 93 412 24 08 Adreça electrònica: rts@tscat.cat Subscripcions: www.tscat.cat Junta de Gobierno del Col.legi Degana: Núria Carrera i Comes Vicedegana 1a.: Mª Antònia Rocabayera Andreu Secretaria: Rosa Mª Carrasco Coria Tesorera: Thaïs Yarky Tenllado Vocal y vicesecretario: Juan Manuel Rivera Puerto Vocal y vicetesorera: Àurea Quintana Baulés Vicedegana 2a.: Mª Carme Tobella Barés Vicedegana 3a.: Mª Àngels Expósito Miró Vicedegana 4a.: Anna M. Galobardes Gelada Vicedegano 5o.: Alberto Caballero Marcos Vicedegana 6a.: Glòria Martín Lleixa Vocales: Lis Brusa Acuña Lucia Guerrero Ruiz Càndid Palacín Bartolí El equipo de redacción no se identifica necesariamente con el contenido de los artículos publicados. 2 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Sumario Sumario Editorial ........................................................................................................................................5 A fondo Las familias del siglo XXI. Algunas tendencias Montserrat Soronellas Masdeu......................................................................................................... 19 Políticas e intervenciones familiares: algunas consideraciones básicas y perspectivas críticas Fernando Fantova Azcoaga ............................................................................................................. 21 Consideraciones jurídicas sobre la familia en un entorno de crisis económica Agnès Pardell Veà .......................................................................................................................... 30 Aportaciones del psicoanálisis a la intervención en familias des del trabajo social Dr. Guillermo Salvador Beltrán...................................................................................................... 40 Apuntes para la intervención en servicios sociales desde una perspectiva sistémica Joana Alegret Hernàndez ............................................................................................................... 49 Análisis y resolución de casos: una propuesta metodológica entre el espacio docente y el profesional para los estudios de grado de trabajo social Diversos autors ................................................................................................................................ 60 Trabajo social con familias en un Centro de Salud Mental de Adultos Manuel Miguel Pajuelo Valsera ...................................................................................................... 70 Estructuración del proyecto de familia Judith Cobacho, Francina Planas y Judit Monfort.......................................................................... 82 El Proyecto Paidós: acompañantes de familias Marta Sanchís y Marta Caramés. Coords. .................................................................................... 94 El trabajo social con familias de pacientes ingresados en unidades de larga estancia socio-sanitaria Lydia Gómez Rodríguez ............................................................................................................... 102 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 3 Infancia, Trabajo Social y... Familias Carme Fernández Ayerbe .............................................................................................................. 109 El Blog: una nueva herramienta de comunicación Núria Oliver y Montserrat Lacalle ............................................................................................... 119 Interés profesional Entrevista a Núria Carrera Rosa M. Ferrer Valls.................................................................................................................... 129 Aproximación a la práctica del trabajo social con grupos de personas usuarias de los servicios sociales en Catalunya Teresa Rossell y Rosa Alegre ......................................................................................................... 137 Género, social care y políticas de bienestar social Esther Albesa Jové ........................................................................................................................ 143 Una mirada resiliente a la institución penitenciaria Natalia Sánchez Delgado ............................................................................................................. 152 Libros La infància, una història fosca ........................................................................................ 160 El trabajo social y sus instrumentos ............................................................................. 163 Com fer un pla d’empresa en empreses de serveis personals ............................ 166 Afrontar la discapacidad, el envejecimiento y la dependencia .......................... 168 Sección libre Creatividad de abuelos y nietos ...................................................................................... 173 La Revista Publicaciones ......................................................................................................................... 177 Normas para la presentación de artículos en la Revista de Treball Social .... 178 Boletín de suscripción ......................................................................................................... 181 4 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Editorial Editorial Repensando el trabajo social con familias (I) En este número iniciamos una nueva etapa de la RTS, la digital, y lo hacemos con un tema que a lo largo de la historia del trabajo social ha estado ininterrumpidamente presente como sujeto de nuestra intervención: el trabajo con familias. El modelo tradicional de familia ha cambiado. Desde la segunda mitad del siglo XX y hasta ahora, han ido surgiendo nuevas formas de familia y al mismo tiempo nuevas conductas familiares. Familias monoparentales, hogares unipersonales, familias reconstruidas, cónyuges del mismo sexo, familias adoptivas, familias deslocalizadas y otros modelos. Es fruto de un contexto social, económico, político y cultural que ha supuesto grandes cambios, como la incorporación generalizada de la mujer al mundo laboral, el control de la natalidad, la difuminación de los roles dentro de la familia, el divorcio, el matrimonio homosexual y las migraciones. Asimismo podemos ver, en nuestro trabajo y en las exposiciones de los estudiosos del tema, que la familia, en sus diversas formas, sigue siendo la principal base relacional de las personas. Es una institución primordial y compleja y primer espacio de socialización. En este contexto podemos seguir hablando de trabajo social individual y familiar, y a la vez tener en consideración las redes familiares en la cohesión de las diversas comunidades. Hace tiempo que la RTS no había profundizado en este tema tan cotidiano del trabajo social. Queremos hacer una mirada lo más extensa posible que nos ayude a identificar los cambios en las familias y a repensar el trabajo social con familias, y es por eso que hemos decidido dedicarle dos números seguidos a esta temática. En este primer número varios artículos nos aportarán conocimiento sobre las familias del siglo XXI, las políticas y las leyes sociales que inciden directamente sobre las familias. Veremos también aportaciones de diversas teorías de cara a la intervención y empezaremos a fijarnos en qué características tiene actualmente el trabajo social con familias y qué especificidades y diferencias se pueden dar según los ámbitos de trabajo, considerando que el trabajo social puede estar encaminado directamente o indirectamente a las familias, teniendo en cuenta, desde cualquier ámbito de trabajo, la perspectiva familiar. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 5 Editorial El trabajo social con familias forma parte de nuestra identidad profesional, sean cuales sean los recursos existentes en cada momento, en cualquier época política que nos haya tocado trabajar, con una legislación u otra. También ahora, en un momento de fuertes recortes sociales y pérdida de derechos, que hacen incrementar las situaciones de desigualdad y que abocan a muchas familias a la pobreza y al riesgo de exclusión social. Ahora que este contexto ha obligado a las familias a retomar funciones de cuidado y a hacer frente a la protección de sus miembros. Consideramos que es bueno repensar nuestra intervención con familias y ver qué respuestas y qué técnicas podemos ofrecer para afrontar esta nueva realidad. Y también conviene replantear si en las actuales circunstancias sociales y políticas los profesionales somos capaces de trabajar valorando más la escucha, la empatía y el acompañamiento. 6 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo Las familias del siglo XXI Políticas e intervenciones familiares Consideraciones jurídicas sobre la familia en un entorno de crisis económica Aportaciones del psiconanálisis a la intervención des del trabajo social Intervención en servicios sociales desde una perspectiva sistémica Análisis y resolucion de casos Trabajo social con familias en un Centro de Salud Mental de Adultos Estructuración del proyecto de familia El Proyecto Paidós: acompañantes da familia El trabajo social con familias de pacientes ingresados en unidades de larga estancia socio-sanitaria Infància, Trabajo Social y... Familias El Blog: una nueva herramienta de comunicación RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 7 8 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo Las familias del siglo XXI. Algunas tendencias Montserrat Soronellas Masdeu 1 Resumen Este artículo revisa los cambios con que las familias afrontan su encaje en la sociedad de comienzos del siglo XXI. Con la noción de familia, nuestra sociedad define una amplia gama de relaciones, estructuras, sentimientos y emociones, que tienen un papel esencial en la gestión de la integración de las personas en el sistema sociocultural. En las sociedades globales, a pesar de la existencia de fuerzas que tienden a la homogeneización, las familias son más diversas y expresan con menos inhibición su diversidad. Algunos factores como la transformación de los roles de género, la individualización o el despliegue de las políticas de bienestar han incidido sobre las dinámicas de la convivencia familiar. Palabras clave: Familia, transformaciones familiares, cambio social, parentivo, relaciones familiares. Para citar el artículo: SORONELLAS MASDEU, Montserrat. Las familias del siglo XXI. Algunas tendencias Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 9-20. ISSN 0212-7210. Abstract This article reviews how families are changing to fit into the society of the beginning of the 21st century. Our society uses the notion of family to define a wide variety of relations, structures, feelings and emotions which play a fundamental role in the integration of people into the sociocultural system. Despite the existence of forces that tend towards homogenization, in global societies families are more diverse and less inhibited about expressing this diversity. Such factors as the change in gender roles, individualization or the implementation of welfare policies have had an effect on the dynamics of family life. Key words: Family, family changes, social change, kinship, family relationships. 1 Doctora en Antropología. Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social. Universitat Rovira i Virgili, Tarragona. mariamontserrat.soronellas@urv.cat. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 9 Las familias del siglo XXI Introducción: familias diversas La familia es una institución esencial y compleja de nuestra y de cualquier sociedad. Cuando reflexionamos sobre la familia como institución social, en tér minos procesuales, solemos pensar que venimos de un modelo de sociedad con familias potentes, muy funcionales y resolutivas, que ha evolucionado hacia una sociedad formada por familias débiles, con funciones testimoniales y circunscritas al ámbito de la vida privada. La teoría social clásica (Durkheim y Weber) configuró un esquema de pensamiento científico que parte de algunas certezas pero que ha sido fuertemente ideologizado y que, durante años, ha sido difundido, vulgarizado y utilizado por la clase política. Haciendo una simplificación, el mensaje pregona, con alarmismo, que se acaba el tiempo de las familias; que esta institución social, considerada fundamental para sustentar las personas y las sociedades, ha entrado en crisis como resultado del proceso de individualización y de la crisis de valores que se ha extendido en nuestra sociedad a lo largo del siglo XX. Expresada en estos términos, esta afirmación es falsa. La familia no está en crisis como institución, sólo está sometida a cambios que inquietan a una parte de la sociedad y que provocan una reacción social ideológicamente conservadora y resistente a los nuevos escenarios familiares. Las ciencias sociales han identificado los elementos que componen las bases reales de esta afirmación. En las sociedades complejas, ante la existencia y la proliferación de otras formas de relación y de satisfacción de necesidades (redes de amistad y de relación entre iguales, asociacionismo, trabajo y entornos 10 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 laborales o de formación, etc.), la familia pierde importancia como proveedora de servicios y como estructura de relación y de identificación. Primera certeza: la familia ya no existe en exclusiva sino que comparte espacio en la provisión de servicios a las personas. Segunda certeza: en el proceso de individuación que han seguido las sociedades complejas, las personas dan importancia a su capacidad para elegir con quién relacionarse y con quién establecer el circuito de deberes y obligaciones que configura la red de relaciones sociales. La familia no se elige, decimos, pero los amigos sí. Las sociedades contemporáneas tienden a vivir las relaciones familiares como una imposición y, en consecuencia, como un entorno de relación menos amable y deseado que otros, pensando que las relaciones alternativas a las familiares dependen de un proceso de elección personal y que, por tanto, son expresión del ideal de libertad. Para apaciguar el miedo a la desaparición de la familia sólo necesitamos dar un paseo por las diferentes culturas del mundo de la mano de la antropología del Parentesco, una rama de la antropología dedicada a la investigación de la diversidad con que las relaciones parentales se configuran y se expresan en cada cultura. Hacerlo es todo un ejercicio de humildad porque nos permite darnos cuenta de que las novedades familiares a las que nos enfrentamos son formas familiares que otras culturas del mundo han practicado de manera tradicional. La familia es un mecanismo esencial de adaptación al entorno. Muchos comportamientos familiares que son o han sido considerados extraños o incluso patológicos en nuestra sociedad, pueden ser plenamente normativos en otra A fondo cultura. Familias sin maridos; padres biológicos que no ejerce la paternidad social; cónyuges del mismo sexo; rupturas conyugales y recomposiciones familiares de todo tipo; matrimonios poligínicos y poliándricos; endogamias parentales; hijos con madres diferentes, adopciones, familias muy amplias con capacidad para adaptar su tamaño si las circunstancias lo requieren, matrimonios pactados, enamorados, interesados; cohabitación (y sexualidad) previa al matrimonio... Tercera certeza científica: las familias se comportan de acuerdo con el contexto sociocultural y los modelos familiares actuales tienden a la diversificación. La familia no está en crisis, lo que está en crisis es el modelo familiar que hemos mantenido vigente desde finales del siglo XIX. La llamada familia burguesa, de orientación patriarcal, organizada en base a la segregación de roles conyugales y compuesta Desde la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy han ido emergiendo nuevas formas de familia y nuevas conductas familiares y parentales que han configurado las tendencias de las familias del siglo XXI, que cada vez expresan más su diversidad sin complejos. por un núcleo conyugal heterosexual con hijos, ya no nos sirve como modelo y desestimamos. Desde la segunda mitad del siglo XX y hasta hoy han ido emergiendo nuevas formas de familia y nuevas conductas familiares y parentales que han configurado las tendencias de las familias del siglo XXI, que cada vez expresan más su diversidad sin complejos. 1. La composición de los hogares y las nuevas conductas familiares En nuestra sociedad, las estructuras y las formas familiares han adaptado a las nuevas circunstancias de los ritmos de vida de las personas. El tamaño de las familias ha tendido a reducirse, tal y como ya nos explicaba el sociólogo Talcott Parsons, hace más de 50 años (1986), a raíz de sus investigaciones sobre el sistema familiar norteamericano.2 Las tendencias en la dimensión y en la composición de los hogares que se desprenden de las fuentes de estadística demográfica evidencian algunas de las transformaciones.3 Los hogares unipersonales han crecido en el último cuarto de siglo,4 como también lo han hecho los núcleos conyugales sin hijos (22,4% en Cataluña) o las familias compuestas por un solo progenitor y los hijos (7,8% en Cataluña). La información que podemos extraer del estudio de la estructu- En Cataluña, la media de miembros que componen los hogares son 2,7 personas (2,9 en España). La estadística de población también deja patente la bajada de los núcleos familiares multigeneracionales; en España sólo el 4,4% de los hogares conviven tres generaciones. Fuente: Idescat e INE (censo de 2001). 3 A falta de la publicación de los datos del censo de 2011, tenemos que trabajar aún con los datos, muy desfasadas del censo de 2001, el último publicado. Los datos que se mencionan en este apartado correspondientes a Cataluña están disponibles en el Idescat: http://www.idescat.cat. Los datos de España son también del censo de 2011 y están disponibles en: http://www.ine.es. 4 Los hogares unipersonales eran el 9,9% del total de los hogares catalanes en el censo de 1981, mientras que en el del 2001 representaban el 20,9 del total de hogares existentes en Cataluña. 2 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 11 Las familias del siglo XXI ra de los hogares tiene valor en la medida que nos pone sobre la pista de los comportamientos familiares. El incremento del número de personas que viven solas es indicativo de la transformación de las culturas familiares y de algunos comportamientos nuevos como, por ejemplo, la emancipación en soltería de los jóvenes y, sobre todo, la residencia en solitario de las personas mayores, incluso cuando pierden la pareja. 5 Del mismo modo, es muy significativo que, en el año 1981, un 48,2% de los hogares catalanes estuvieran compuestos por parejas con hijos (el modelo “ideal” de la familia urbana), mientras que en 2001 los hogares de esta tipología bajaron hasta el 36,9%. Esta información estadística nos deja intuir algunas de las transformaciones del sistema familiar pero muchas de las nuevas tendencias no quedan registradas en los censos de población, que muestran cómo están compuestas los hogares, pero que nos cuentan poco las familias y sus circunstancias cotidianas. No recogen situaciones como la de las parejas que viven separadas los días laborables por motivos profesionales, tampoco las parejas que conforman un núcleo sentimental no residencial, o la situación de hijos que están empadronados en el domicilio de los progenitores y que, la mayor parte de días del año, viven en otro lugar, solos, en pareja o en un piso compartido; los censos tampoco recogen algunas situaciones de reconstitución familiar posteriores a las rupturas conyugales, o las familias que incorporan los hijos de anteriores relaciones unos determinados días de la semana o del mes, o los 5 vínculos transnacionales de las familias deslocalizadas y de las personas inmigradas. Debemos ir más allá de la forma de los hogares para entender las familias. 2. Factores de cambio: individualización, género y bienestar social El proceso de individualización (Giddens, 2000), propio de las sociedades democráticas, ha incidido sobre cómo se organizan las relaciones familiares y en la toma de decisiones en relación a la formación y continuidad de la familia. Los sistemas de control social que vigilaban la familia se han aflojado y los individuos se sienten más libres para elegir y organizar sus proyectos familiares. Las fases del ciclo familiar están menos condicionadas por las normas sociales. La emancipación, la formación de pareja, el nacimiento del primer hijo, son momentos de la biografía personal en que las personas valoran su capacidad de elegir libremente, a pesar de la incertidumbre que supone el abandono de las formas de control tradicionales sobre los proyectos de vida. Asistimos a un proceso de desinstitucionalización de la familia, donde el reto de las sociedades actuales es ajustar la combinación del individualismo, consustancial a la democracia, con el comunitarismo que caracteriza a la familia como institución social. La “familia moderna avanzada” (Flaquer, 1998) o la “familia posmoderna” (Meil, 1999) o las “postfamilias” (Beck-Gernesheim, 2003) son familias que quieren decidir su destino, que quieren elegir, que quieren ser libres para Es significativo que en 1981, un 13% de los hogares catalanes estaba compuesta por familias nucleares coresidente con otras personas (mayoritariamente alguno de los abuelos paterno o materno). En el año 2001 esta tipología baja hasta el 8,2%. 12 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo escoger los tiempos de su ciclo y para reconfigurar sin seguir trayectorias necesariamente lineales ni prefiguradas. Otro factor de cambio de los modelos familiares es la transformación del sistema de género. En más de 30 años de democracia, se han producido nuevas situaciones sociales, políticas y económicas que han propiciado la transformación de una sociedad que ha pasado de estar institucionalmente estructurada en la desigualdad de género a ser una sociedad que pregona su intención de alcanzar la equidad, la paridad y la igualdad entre hombres y mujeres. La desigualdad de género crea familias jerárquicas, estructuradas sobre roles conyugales especializados y diferenciados donde los hombres ostentan la posición de poder y las mujeres una posición subordinada. Las familias se explican a sí mismas utilizando un discurso de equidad, de igualdad y de cooperación en las tareas y responsabilidades reproductivas; sin embargo, esta es una imagen, una apariencia, que, en la mayor parte de ocasiones no se corresponde con la realidad.6 La naturalización del rol de atención y cuidado de la mujer ha sido y es todavía muy potente a la inmensa mayoría de sociedades. La familia y las obligaciones derivadas de la reproducción siguen siendo más horas dentro de la cabeza de las mujeres que en el de sus compañeros. Las numerosas intendencias familiares les siguen resolviendo las mujeres, a menudo porque son ellas mismas las que se sienten más preparadas para asumir estas funciones o, también porque, sin reflexionar, actúan impulsadas por la “normalidad” en que han sido educadas. La so6 La incorporación de las mujeres a la formación y al trabajo fuera de casa ha sido también un factor de cambio de gran trascendencia para entender la transformación de las familias, en la forma, en el contenido de sus relaciones y en el ejercicio de sus funciones. ciedad incorpora nuevos modelos pero también se resiste a cambiarlos y tiene, en el proceso de socialización, el mecanismo de perpetuación más importante (Comas, 1993). La incorporación de las mujeres a la formación y al trabajo fuera de casa ha sido también un factor de cambio de gran trascendencia para entender la transformación de las familias, en la forma, en el contenido de sus relaciones y en el ejercicio de sus funciones (Alberdi, 1999). El trabajo fuera de casa contribuye a dejar de pensar la mujer como encargada en exclusiva de las tareas domésticas y de atención y cuidado, y, en la medida que se mercantiliza el trabajo reproductivo, también ha contribuido a ponerlo en valor y a visibilizar del mismo. Se ha producido una democratización de los modelos que legitiman las relaciones de género, una circunstancia que se ha trasladado a los marcos legales que regulan estas cuestiones (la conciliación de la vida laboral y familiar, el acceso de padres y madres a los permisos de maternidad ...) y que ha dado cobertura a un nuevo discurso de equidad cada vez más aceptado socialmente y que, demasiado despacio, ha empezado a transformar las relaciones conyugales y de género en los hogares (Brullet, 2009). Meil (2005) analiza la conflictividad y la ruptura conyugal asociada a la discusión sobre la distribución de las tareas reproductivas en el núcleo conyugal. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 13 Las familias del siglo XXI Para acabar con esta selección de factores que inciden en la estructura y la organización familiar, nos referiremos a la relación entre el Estado y la familia a través del despliegue de políticas de apoyo a las familias. En España y en otros países de la Europa meridional el despliegue del Estado del Bienestar se ha hecho tarde y de manera precaria. 7 En la distribución de tareas entre el Estado, el mercado y la familia, en nuestro país es esta última la que sigue asumiendo la responsabilidad máxima de garantizar el bienestar de sus miembros, dado que persisten fuertes valores familiaristas y solidaridades intergeneracionales muy resolutivas. Las políticas desplegadas en el marco del Estado del Bienestar inciden directamente sobre las familias, de manera muy especial, las legislaciones en materia laboral y de seguridad social, el conjunto de servicios públicos, y una gran diversidad de servicios sociales destinados a atender la vulnerabilidad de las personas y de las familias que sufren situaciones adversas: migraciones, pobreza, discapacidad, o violencia, entre otros. Los ejes que han guiado el desarrollo de las políticas familiares en la España del siglo XXI han sido: la protección a la infancia (ayudas por hijos a cargo) y a las estructuras familiares que pueden ser vulnerables;8 la conciliación de la vida familiar y laboral, y la atención a las situaciones de dependencia. Muchas de estas medidas fueron implementadas o modestamente reforzadas en los años de bonanza económica (ver los datos en Cubel y Gispert, 2008), pero su impacto fue escaso (Flaquer, 2012). Actualmente, como consecuencia de la aplicación de políticas netamente liberales y del impacto de los recortes en el sistema de bienestar catalán y español, las familias vuelven a tener que enfrentarse casi en solitario la protección de sus miembros, justo en el momento en el que las situaciones de precariedad son más graves. El debilitamiento drástico de un sistema de protección que ya era débil, incrementa las situaciones de desigualdad y deja a muchas familias en situación de pobreza y de exclusión. 3. Nuevas tendencias en la configuración y las dinámicas de las familias Padres e hijos. Entre la dependencia y la emancipación Al contrario de lo que ocurre en los países del norte y el centro de Europa, donde los jóvenes se emancipan pronto y en solitario, los jóvenes catalanes y españoles tienden a emanciparse tarde y en pareja y, por tanto, con un proyecto de familia, si no consolidado, sí mínimamente iniciado. El valor de la independencia también ha ido calando en los matrimonios adultos, para los que la marcha de los hijos ha empezado a ser vivida como una situación en la que pueden volver a poner en un primer plano la relación de pareja. La independencia residencial de padres e hijos es un comportamiento familiar que se ha ido consolidando en nues- Grecia, Portugal, Italia y España son, según Flaquer (2004) países que tienen unos indicadores similares en cuanto a la debilidad de la inversión pública en políticas de bienestar y vínculos fuertes de solidaridad familiar que sustituyen la falta de inversión. 8 Como es el caso de las familias monoparentales. La bibliografía relacionada es abundante, destacamos la obra de Madruga (2006) porque revisa las problemáticas asociadas a las familias monoparentales. Ver también Flaquer, Almeda y Navarro (2006). 7 14 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo tra sociedad desde hace más de 40 años y que hoy es incuestionable, aunque los vínculos intergeneracionales y la solidaridad familiar siguen siendo esenciales para entender el sistema de bienestar. El flujo de prestaciones de servicios es especialmente habitual en las etapas del ciclo familiar que piden más intensidad de trabajo reproductivo: mientras los hijos/nietos son pequeños y cuando los padres/abuelos empiezan a ser dependientes. Numerosos estudios se hacen eco de la importancia de unos vínculos familiares que resultan esenciales para entender la reproducción de los grupos domésticos (Bott, 1990; Finch, 1989; Attias-Donfut, 1995; Meil, 2011), hasta el punto que los hijos emancipados buscan la proximidad residencial hacia los padres para facilitar las tareas compartidas. Las complicidades entre unos y otros están determinadas por el catálogo de obligaciones (y derechos) contemplado dentro de las categorías de parentivo: ser padre/madre, ser abuelo/a, ser hijo/a determina el nivel en que las relaciones y el flujo de emociones y obligaciones es más intenso. Parejas menos institucionales. La diversidad del pacto conyugal Las relaciones conjugales se planifican de manera plural, distendida y abierta, muy a menudo fuera del marco más institucional del matrimonio y lejos de la idea de indisolubilidad. Detrás de la manera como las parejas actuales entienden su relación está el valor otorgado a la libertad de elección, reforzado por el ideal del amor romántico, el símbolo de la familia burguesa-industrial, que pone de relieve la libertad de los individuos 9 para escoger pero que identifica amor con pasión y lo asocia a la durabilidad de la vida de pareja, una combinación difícil que necesita el divorcio para resolver las situaciones de desamor (Roca, 2008). La conyugalidad se plantea como un pacto entre los miembros de la pareja que contempla la perdurabilidad, pero que ya no es vivido como indisoluble. El divorcio se ha normalizado y, aunque es percibido como un elemento perturbador de la vida familiar y que, objetivamente, puede dejar secuelas sociales y económicas de consideración,9 ya está ampliamente legitimado en todos los sectores de la sociedad. En el proceso de desinstitucionalización del matrimonio quedan todavía restos de convencionalismos sociales, pero las transformaciones de los roles de género, el debilitamiento de los tabúes sexuales, la aprobación de nuevos marcos legales y la ruptura del binomio formación de parejaformación de familia conforman las piezas principales de la estructura que sustenta los cambios en las relaciones conyugales. En el proceso de desinstitucionalización del matrimonio quedan todavía restos de convencionalismos sociales, pero las transformaciones de los roles de género, el debilitamiento de los tabúes sexuales, la aprobación de nuevos marcos legales y la ruptura del binomio formación de parejaformación de familia conforman las piezas Los hogares monoparentales de mujeres con hijos a cargo y las reconstituidas (muy a menudo resultado de situaciones de divorcio) sufren tasas de pobreza que casi doblan las de los hogares biparentales (Flaquer, 2012). RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 15 Las familias del siglo XXI principales de la estructura que sustenta los cambios en las relaciones conyugales. Cada vez más parejas prescinden del matrimonio, sobre todo en la primera etapa de su vida conyugal, pero también en otros momentos del ciclo familiar, como es el caso de las parejas (a menudo grandes) formadas tras una viudedad. En cambio, las parejas homosexuales, que habían sido obligadas ocultarse ya mantenerse al margen de la institucionalización, pueden y quieren ampararse en la legitimidad social del vínculo matrimonial para la formación de familias (Pichardo, 2009). Otros, a menudo parejas formadas por personas que salen de una o varias rupturas conyugales, deciden ser pareja sin compartir domicilio (Roca, 2008). Y, al contrario, hay parejas que viven lejos por motivos laborales y que deciden casarse a pesar de la dificultad que supone la distancia residencial. La llegada de población inmigrada internacional nos ha aportado también nuevas formas: la deslocalización de la conyugalidad provocada por la situación migratoria previa al reagrupamiento de la familia (si se produce), la negociación del modelo de conyugalidad por parte de las parejas mixtas, o las tradiciones poligínicas propias de los países de origen de algunos colectivos migrantes. El proyecto de los hijos/as Las personas se eligen para formar parejas y las parejas deciden el momento de formar familia, planificando la pa(ma)ternidad. La planificación familiar, como expresión del control sobre la fecundidad, no es una novedad, la versión contemporánea de los pla10 nes de familia va más allá de la demografía y se adentra en la proyección de la vida futura de los hijos y de la pareja con los hijos. Los hijos son una opción, pero siguen siendo la más elegida y deseada hasta el punto de que las parejas que tienen dificultades para engendrar afrontan largos procesos médicos de asistencia reproductiva y, si es necesario, procesos legales de adopción para alcanzar el proyecto de familia deseado.10 Hay que contemplar también la existencia de la infecundidad opcional (Piella, 2011), una tendencia que crece discretamente en nuestras sociedades y que también es indicativa de las transformaciones de las identidades masculinas y femeninas. Las familias depositan en los hijos su proyecto de movilidad social ascendente, el tiempo que les dedican es más extenso y vivido con mayor intensidad y esfuerzo. Incluso cuando los recursos disponibles no permiten esta dedicación, los padres y madres tienden a proyectar en sus hijos las expectativas de éxito mencionadas (Flaquer, 2012). Con todo ello, y por las dificultades actuales de inserción de los jóvenes en el mercado de trabajo, los hijos conviven muchos años con sus familias de orientación, hasta el punto que ha sido necesario desarrollar un marco legal que proteja a los padres de los hijos que se niegan a independizarse y que suponen trabajo y una carga económica para sus padres. Paradojas de la vida, en su momento el Estado tuvo que implementar medidas de supervisión y vigilancia de la tarea de cuidado que los padres dispensan a los hijos, para protegerlos de situaciones de desaten- Sobre el impacto de las tecnologías de reproducción asistida en el parentesco, ver Bestard (2004). En relación a las adopciones internacionales hay una bibliografía muy amplia, destacamos a Fine (1998), Bestard y Marre (2004) y algunos artículos recientes muy interesantes en Fons et al. (ed.) (2010) y Grau, J. et al. (ed.) (2011). 16 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo ción y/o maltrato; hoy, este mismo Estado se erige en protector de los padres ante la posibilidad que puedan ser “extorsionados” por sus hijos. 4. Recursos familiares para atender la adversidad Las redes familiares proveen de recursos en situaciones de precariedad y pobreza: la atención y el cuidado, la alimentación, la vivienda o el acceso al trabajo pueden ser satisfechos gracias a la activación de relaciones de reciprocidad entre parientes. Las situaciones de pobreza extrema suelen coincidir con perfiles de personas que han vivido una desvinculación progresiva de su red de relaciones familiares, en paralelo, o a consecuencia del deterioro de su situación económica, hasta el punto de quedarse “sin familia” y, por tanto, sin la red de asistencia mínima que se activa en situaciones de emergencia personal. La situación actual de crisis económica es, lamentablemente, un buen observatorio de este tipo de situaciones. Los procesos migratorios también ejemplifican la relación entre la precariedad y la existencia de recursos familiares. La migración deja a las personas en situación de vulnerabilidad, socialmente descapitalizadas, especialmente durante la primera incorporación a la sociedad de llegada. Es un momento de crisis personal en la que los migrantes deben buscar recursos en un contexto que les resulta desconocido y hostil, al que, los pioneros, deben enfrentarse sin el apoyo del entorno familiar más directo donde se ha gestado la migración (Soronellas, 2010). Hay que entender la migración como una estrategia de reproducción del grupo doméstico (Sanz, 2009), por lo que las deci- siones sobre la migración se toman en familia. A partir de este momento la familia, dividida entre el lugar de origen y el de destino, se convierte transnacional (Bryceson y Vuorela, 2002) y puede seguir siendo gestionada como una unidad de reproducción, a pesar de la situación de deslocalización, y se mantiene conectada por el intercambio (flujo) de recursos económicos, emociones, informaciones y, incluso, de personas. El tiempo de transnacionalidad transforma la familia, los roles conyugales y familiares se ven alterados por el tiempo de deslocalización (Pedone, 2006; Parella, 2007). En origen y en destino, las familias deslocalizadas convierten vulnerables y buscan en el desarrollo de las solidaridades familiares, en las redes y las cadenas migratorias, la forma de resolver las precariedades derivadas de la migración. Conclusiones Las formas de vivir en familia se han diversificado. La proliferación de nuevos patrones de vida familiar a partir de la transformación de los modelos anteriores y de la incorporación de formas familiares foráneas ha provocado una sensación de crisis estructural que no es real. En general, a la sociedad le resulta fácil percibir lo que pierde, mientras que le es difícil poner en valor las novedades que se incorporan. La observación de la composición de los hogares nos indica que las personas siguen viviendo mayoritariamente en familia y que las familias compuestas por padre, madre e hijos son las más habituales; sin embargo, también se observan cambios importantes, como el incremento del número de personas que viven solas o familias compuestas por un solo RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 17 Las familias del siglo XXI progenitor y la merma del número de familias que conviven con miembros de otras generaciones. Las formas de corresidencia actuales son indicativas de las lógicas familiares, pero no las pueden expresar en todo su significado. Necesitamos ir más allá y observar los cambios en el contexto social, económico, cultural y político (marco legal) y las dinámicas de organización de la vida familiar para comprender el alcance de la transformación. La individualización de la sociedad, la democratización de las relaciones familiares, el acceso mayoritario de las mujeres a la formación y al mercado de trabajo, la transformación de los roles de género y el desarrollo de políticas de bienestar son factores que nos ayudan a entender las transformaciones de las formas de convivencia y de organización familiar. La formación de la pareja, las relaciones conyugales, y las relaciones intergeneracionales han tendido a la desinstitucionalización. La familia es vivida como un proyecto que se va configurando desde la libertad de elección de las personas: el proyecto de vida en pareja y el proyecto de tener hijos. También es vivida desde la noción de pacto: el pacto conyugal, por lo que la pareja establece las bases de su relación y compromiso mutuo en relación a las obligaciones familiares, y el pacto intergeneracional que debe guiar la 18 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 La familia sigue cubriendo necesidades importantes de las personas, es un grupo funcional y un núcleo de generación de afectos y sentimientos que ayuda a encarar los cambios y a afrontar las adversidades. relación de los padres y madres con los hijos, tanto en la etapa de dependencia de los hijos, como en la de los progenitores. La familia sigue cubriendo necesidades importantes de las personas, es un grupo funcional y un núcleo de generación de afectos y sentimientos que ayuda a encarar los cambios y a afrontar las adversidades. La red parental es muy resolutiva, especialmente en situaciones excepcionales, y ofrece un amplio abanico de recursos económicos, afectivos, sociales, laborales, de acogida, etc. Los momentos de crisis ponen a las familias en funcionamiento para actuar como amortiguadores de la adversidad. En síntesis, el entorno familiar resuelve situaciones, cuida de las personas, acompaña, protege, ama, educa, pero es necesario que la sociedad se mantenga alerta para que el estado, el sistema público, no se desentienda de su función de apoyo, también de supervisión, de las familias en el ejercicio de estas tareas esenciales. A fondo Bibliografía ALBERDI, Inés. La nueva fami- lia española. Madrid: Taur us, 1999. ISBN 9788430603497. ATTIAS-DONFUT, Claudine (dir.). Les solidarités entre generations. Vielliese, familles, État. Paris: Nathan, 1995. ISBN 9782091904320. BECK-GERNSHEIM, Elisabeth. La reinvención de la familia. En busca de nuevas formas de convivencia. Barcelona: Paidós, 2003. 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A fondo Políticas e intervenciones familiares: algunas consideraciones básicas y perspectivas críticas Fer nando Fantova Azcoaga 1 Resumen El artículo recoge lo que el autor considera algunas aclaraciones introductorias y ciertos trazos de análisis estratégico en relación con las políticas e intervenciones familiares, realizadas con un formato no especialmente académico desde la experiencia de la responsabilidad política en el área y tomando como destinatarias del texto a personas inmersas en el día a día de la intervención social. Así, aborda cuestiones como la concepción transversal de la política familiar; la aplicación del enfoque comunitario a diversas políticas y servicios; la conciliación de la vida familiar, personal y laboral; y una visión amplia de la intervención familiar como instrumento de la política familiar para todas las personas y familias. Palabras clave: Política familiar, intervención familiar, conciliación de la vida familiar, personal y laboral, sistema de bienestar, enfoque comunitario. Para citar el artículo: FANTOVA AZCOAGA, Fernando. Políticas e intervenciones familiares: algunas consideraciones básicas y perspectivas críticas. Revista de Treball Social . Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 21-29. ISSN 0212-7210 Abstract The ar ticle presents what the author considers some introductory remarks and outlines some strategic analysis regarding family policies and interventions, carried out with a format not particularly academic from the experience of political responsibility in the area and taking as target text people immersed in the day-today social intervention. So, the design addresses issues such as cross-family policy, the implementation of the Community approach to various policies and services, reconciliation of family life, work and family, and a broad view of family intervention as an instrument of family policy for all individuals and families. Key words: Family policy, family intervention, reconciliation of family life, personal and professional, welfare system, community approach. 1 Doctor en Ciencias Políticas y Sociología y licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación. Director de Etorbizi (Fundación Vasca para la Innovación Sociosanitaria). fernando@fantova.net. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 21 Políticas e intervenciones familiares Introducción Este breve artículo está hecho desde una visión panorámica y, si se me permite decirlo, con brocha gorda, cuando estoy terminando una legislatura en la que he tenido responsabilidades políticas sobre el área de los asuntos sociales, responsabilidad que me ha alejado de la realidad de cada uno de los sectores o ámbitos específicos que me correspondían (el de lo familiar, entre ellos). Podría decirse que, sobre políticas e intervenciones familiares, sé menos que antes de este paso por el Gobierno Vasco, porque estoy más lejos de su día a día, más lejos del planteamiento científico y técnico, y esto te puede dar una visión genérica, panorámica, filosófica, estratégica, pero muchas veces no te permite matizar y menos fundamentar, dialogar con la comunidad investigadora y académica. Espero, en todo caso, que el artículo sea de alguna utilidad, con un carácter introductorio y reflexivo, para personas que están trabajando en la intervención social. Para este artículo, en todo caso, reutilizaré y adaptaré textos preparados con anterioridad y, especialmente en los últimos años, en el marco del Seminario de Intervención y Políticas Sociales, los cuales podrán ser completados con los que pueden encontrarse en www.fantova.net. Política familiar Dentro del concepto de política familiar se podría incluir: La que denominaríamos “política familiar en sentido estricto, directa o como campo” (así, por ejemplo, la regulación jurídica de las relaciones familiares; la fiscalidad aplicable a las 22 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 familias; prestaciones económicas o servicios para las familias, tales como información, orientación, mediación, formación o terapia); y Un anillo más o menos amplio de las que denominaríamos “políticas de alto impacto familiar” o “políticas que son (o pueden ser) realizadas con perspectiva o enfoque familiar” (en campos como, por ejemplo, regulaciones laborales, política de vivienda, servicios sociales o prestaciones económicas a personas, regulación de horarios comerciales u organización de la atención sanitaria). Hablaríamos, por decirlo así, de una política familiar que tendría una doble dimensión o sentido: el de incorporar medidas y actuaciones que tuvieran como destinatarias directas a las familias como tales, y el de contribuir a la incorporación de la perspectiva familiar y medir o analizar el impacto familiar en todo el resto de políticas públicas, que serían consideradas, desde este punto de vista, más o menos “amigables para la familia”. Sea como fuere, me parece relevante señalar que, a mi entender, la política familiar es, en definitiva y sobre todo, una política transversal u horizontal, es decir, una política que se va a apoyar en diferentes ámbitos sectoriales; se va a apoyar en el ámbito del empleo, en el ámbito de los ser- La política familiar es, en definitiva y sobre todo, una política transversal u horizontal, es decir, una política que se va a apoyar en diferentes ámbitos sectoriales. A fondo vicios sociales, en el ámbito de la educación, en el ámbito de la vivienda… Toda política transversal tiene la condición de que normalmente no debiera generar demasiadas estructuras, instrumentos especialmente propios, sino, más bien, permear, influir en esos grandes ámbitos sectoriales, en esos pocos que suelen ser llamados “pilares” del sistema de bienestar, que se ocupan de grandes áreas de necesidad de las personas. En una sociedad como la nuestra, que ha ido formulando progresivamente las políticas sociales en términos de derechos individuales, podríamos formular la definición de política familiar como aquella política, aquella intervención de los poderes públicos, que pretende proteger y promover el derecho individual a for mar familias y establecer relaciones familiares, removiendo los obstáculos que nos impedirían formar familias, formar familias del tamaño que quisiéramos y establecer relaciones familiares, lazos familiares y vínculos familiares. Ahora bien, quizás esta visión es parcial, ya que también se podrían ver las cosas desde una perspectiva más colectiva. Pensemos en una persona a la que se diagnostica la enfermedad de Alzheimer y que se plantea su futuro. Esta persona automáticamente piensa en quién es la persona o cuál es la red de personas (con una determinada estructura) que son de su confianza. Y sabe que la relación que tiene con esa o esas personas es un bien valioso. Esa relación, si nos fijamos, genera en la persona afectada una expectativa de que cuando él vaya viendo limitadas sus capacidades, incluso para autoidentificarse, alguien va a velar porque su vida y su proyecto de vida se parezcan lo más posible a lo que él hubiera deseado. Si nos fijamos, esta expectativa sólo la puede tener en tanto en cuanto haya construido una relación significativa con alguien. Esta expectativa sólo se puede producir en ese contexto, y por tanto esto es lo que nos permite entender lo que es un bien relacional. No es un bien privado, es decir, no se puede adquirir en el mercado. Pero tampoco es un bien público, tampoco lo puedo exigir como derecho al Estado. Los bienes relacionales generan condiciones de calidad de vida, y entonces ya no estamos hablando sólo de un derecho individual a f ormar familias o establecer lazos, sino de algo que da densidad a la trama colectiva. Por tanto, los bienes relacionales –si entendemos por bienes relacionales esto que estoy mencionando, estos vínculos de confianza– generan condiciones de calidad de vida, y entonces ya no estamos hablando sólo de un derecho individual a formar familias o establecer lazos, sino de algo que da densidad a la trama colectiva, es decir, un elemento de cohesión social y de sostenibilidad social, por tanto con un significado colectivo, un significado que va más allá de lo individual. Y esta reflexión, por tanto, nos remite a esa dialéctica tan propia en el ser humano de lo individual y lo social o lo individual y lo colectivo, y descubrimos el valor de estos bienes relacionales, máxime cuando vivimos en una época de intensa destrucción de bienes relacionales. Destrucción de bienes relacionales que, en ocasiones, será positiva, en la medida en que se destruyan determiRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 23 Políticas e intervenciones familiares nados vínculos familiares perniciosos o determinados mecanismos de control social comunitario punitivo, porque ello supone liberación de ataduras, pero que, en otras ocasiones, puede resultar verdaderamente dramática. Y es que, como suele decir Enrique Gil Calvo, con el capital social, con el capital relacional, pasa como con el colesterol, que hay del malo y del bueno. Eso nos está pasando y eso lo menciono porque nos hace pensar que desde la política pública y desde la intervención social algo tendremos que hacer. Es decir, si realmente hay fenómenos económicos, institucionales, sociales que están contribuyendo a la destrucción de los bienes relacionales, y, por tanto, a impedir o a menoscabar el derecho que tenemos de formar familias y de formar vínculos relacionales, efectivamente aparece una llamada a la política pública y a la intervención social, una llamada a decir que desde la política pública y desde la intervención social se puede hacer o no hacer, se puede dañar o no dañar, se puede mejorar o no mejorar ese ámbito de las relaciones familiares, de la construcción de familias, de la construcción de lazos familiares y comunitarios. Por tanto, pensemos que desde la esfera pública, desde la ley, desde el derecho o desde las políticas públicas, podemos contribuir a que la dinámica familiar y comunitaria pueda ser más rica y más viva y de más calidad, aunque también reconozcamos que habrá un elemento de radical autonomía, de radical imposibilidad de acceso en esa esfera, porque es una esfera propia y distinta. De hecho en la sociología están estudiados los efectos de lo que se puede llamar colonización de una esfera sobre otra. De alguna manera, cuando, por ejemplo, pretendemos 24 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 darle dinero a alguien para que cuide a un familiar hay un punto donde esto puede ser entendido como compensación de un lucro cesante, es decir, como una compensación desde el Estado, desde la colectividad, de una situación en la que esa persona que cuida a otra ha dejado de tener posibilidades de obtener un salario en el mercado y, por tanto, puede tener un efecto positivo. Pero hay un punto a partir del cual, según como se haga, el efecto puede ser el de desvirtuar esa relación familiar, de mercantilización de la relación familiar, donde la persona acaba entendiendo que debe ser remunerada por hacer algo que de suyo es tan natural como cuidar a un familiar. Y por tanto, hemos de preguntarnos dónde está el punto en el cual desde el Estado compensamos un lucro cesante y promovemos el ejercicio de la relación familiar de cuidado, y dónde pasamos la raya y empezamos a desvirtuar y a desvalorizar esa relación familiar al pretender considerarla un bien de mercado cuando era un bien relacional. Política familiar y conciliación de la vida familiar, laboral, personal… Cuando hablamos de política e intervención familiar, en buena medida estamos hablando de hacer posible la vida familiar y, por tanto, la conciliación entre la vida familiar (y singularmente los cuidados familiares) y el resto de dimensiones de la vida personal y social. Las estrategias de conciliación son de diversa índole. Algunas se basan en modificar condiciones u organizaciones u horarios laborales de la persona que trabaja, y otras se basan en los servicios. Parto de la base de que aquí hay también otro malentendido. Yo A fondo suelo poner el ejemplo de los denominados “servicios de respiro”. A mí no me gusta ese nombre, porque denomina el servicio por el efecto que el servicio tiene en quien no lo utiliza, y por tanto ahí hay algo que no cuadra. Yo, cuando llevaba a mis hijas a la escuela y las dejaba después de haber peleado hora y media con ellas en el desayuno, también respiraba, pero nunca consideré que la escuela fuera un servicio de respiro, es decir, nunca consideré que la escuela existía para que yo respirara. No, la escuela existía en función de unas necesidades de mis hijas. Su efecto colateral era que yo respirara, pero no debemos confundir el fin de una institución con un efecto colateral, por importante que sea. Por tanto, en general yo creo que no hay o no debe haber servicios “para la conciliación”. Los servicios deben ser pensados para su propia finalidad, la finalidad de quienes los utilizan. Y lógicamente, como los servicios pueden tener varias funciones, varias utilidades, colateralmente debieran servir para la conciliación o debieran pensarse para que contribuyeran a la conciliación, pero no en primera instancia, sino en segunda instancia. Es decir, los servicios deben tener su propia finalidad, y efectivamente, pueden ser pensados para que, de paso, contribuyan a la conciliación y contribuyan al ejercicio del derecho a formar familias. Su enfoque familiar y comunitario es compatible con su función primordial, es decir, no debiera ser incompatible que un servicio de ocio fuera pensado en función de sus finalidades propias para el usuario de ese ocio, y que también pudiera además servir para la conciliación de la vida familiar y laboral. Pero, frecuentemente, pasa lo contrario. Frecuentemente se dice que debe haber co- lonias de ocio en julio ya que las vacaciones de los niños y de las niñas empiezan antes que las de los padres y madres, lo que supone incidir en el error de concebir el servicio en función de su finalidad secundaria. A este respecto quiero señalar que las políticas públicas de servicios se ven presionadas por una demanda para la conciliación que en cierta manera es espuria, en cierta manera vulnera la propia esencia del servicio, como en el caso de una larga jornada escolar que, eventualmente, podría servir a la conciliación, pero desvirtúa y vulnera la esencia del servicio en la medida que esa larga jornada contribuye a la institucionalización del niño y no resulta pedagógica ni formativa. En cualquier caso, no niego y, al contrario, afirmo que los servicios pueden, en sus términos estructurales u organizativos de horarios, de flexibilidad, ser un elemento de contribución a la conciliación y también por su propio enfoque. No es lo mismo una escuela que se entiende como comunidad de aprendizaje, que interactúa con las familias y que busca que las familias se hagan más autónomas y más implicadas en la educación de sus hijos, que una escuela que simplemente se concibe como un servicio separado de la vida familiar y comunitaria. Además de por su estructuración, los servicios también pueden contribuir a la conciliación por su enfoque pedagógico, técnico, y también por su coordinación con otros servicios. No cabe duda de que una de las cosas que más perjudica la organización de la vida familiar es la descoordinación entre servicios. Pensemos en la coordinación sociosanitaria: evidentemente una buena coordinación sociosanitaria va a facilitar la organización de la vida de una familia, por ejemplo mediante la planificación del alta. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 25 Políticas e intervenciones familiares Servicios con un mayor impacto potencial en la conciliación, con especial referencia a los servicios sociales Lógicamente no se puede negar que existen servicios más o menos orientados a las familias, con más o menos impacto familiar. Entre los servicios que pueden tener un especial impacto en términos de conciliación señalaríamos los siguientes: Servicios educativos para niñas y niños. Servicios de ocio (información, acompañamiento, animación del tiempo libre, educación en el tiempo libre…). Servicios sociales para niños y niñas que no están en situación de desprotección (guarderías, ayuda a domicilio, atención temprana…). Servicios sociales para menores en situación de desprotección (acogimiento familiar, hogares…). Servicios sociales para personas en situación de dependencia (ayuda a domicilio, teleasistencia, centros de día, servicios residenciales, estancias temporales…). Servicios de apoyo a personas cuidadoras. Servicios sanitarios (ampliación de la cartera de servicios en convalecencia, cuidados sanitarios de larga duración, rehabilitación, cuidados paliativos…) Servicios para las familias (de información, orientación, formación, mediación, terapia…). Servicios de urgencia o emergencia social (para situaciones de calamidad doméstica, violencia de género…). Servicios domésticos. 26 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Haré aquí un apunte algo más detallado sobre los servicios sociales, porque es verdad que los servicios sociales pueden ser especialmente importantes para contribuir a la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas. Sobre todo en la medida en que se están redefiniendo. Los servicios sociales pueden ser especialmente importantes para contribuir a la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas. Sobre todo en la medida en que se están redefiniendo. Yo creo que los servicios sociales se han definido mucho como una especie de servicios generalistas, sin objeto propio, que iban al quite de muchas cosas, de vivienda, de dinero… Sin embargo, podríamos decir que los servicios sociales estarían devolviendo carpetas a otros ámbitos y ello, a la vez, les obliga a saber cuál es su objeto. Yo defiendo que su objeto tiene que ver con la autonomía funcional y con la integración relacional. Por eso cuando un niño o niña no obtiene de su familia los cuidados que podría esperar, los servicios sociales hacen cosas, intentan buscar otra familia, o la reemplazan en cierta medida por un hogar que se parece a una familia pero no lo es. En todo caso intervienen, pues, como digo, los servicios sociales intervenimos en esos ámbitos y es nuestro nicho, y de alguna manera reconciliamos familias o intervenimos para que se reconstruyan familias, y eso, en este sentido, es un tipo de servicio muy importante que también está orientándose cada vez más, no tanto a reemplazar a la familia (lo cual ya A fondo dijimos que es imposible), sino a contribuir a que no deteriore ese entorno relacional (familiar y comunitario), y a que se mantenga y a que sea de más calidad. Por eso cada vez más en los servicios sociales se apuesta por servicios blandos, flexibles, domiciliarios, comunitarios y diría además que también los servicios sociales están superando esa visión basada en colectivos. Antiguamente, y todavía hoy (espero que se vaya superando), para entrar por la puerta de los servicios sociales tenías que mostrar a qué colectivo pertenecías (al de los mayores, al de las personas gitanas, al de las personas con discapacidad…). Es decir, si hay una familia donde hay una madre de 70 años con una autonomía limitada pero que se puede valer, una hija con algún problema de salud mental y un nieto de siete años y esa familia claudica, el sistema lo que quizá hará será acabar de romper los vínculos relacionales y comunitarios y mandar a cada uno de los miembros a un lugar distinto (en función del “colectivo” al que pertenece). Sin embargo, si lo miras bien, desde una intervención comunitaria y domiciliaria puedes actuar para prevenir esa claudicación y para que se conserven esos vínculos y esa abuela, esa hija y ese nieto puedan seguir funcionando en su comunidad. Y eso, además, posiblemente será más barato, de mayor satisfacción y de más calidad. Ese es el reto de los servicios sociales, esa flexibilidad en la intervención y a la vez la capacidad de huir de la tentación de la prestación, del sucedáneo económico. Por lo tanto, creo que, al final, el reto de los servicios sociales es contribuir a la construcción de un nuevo “mix” de cuidados, un nuevo entorno de cuidados. Pensando en un futuro (próximo o lejano) en el que pudiera tener más limitaciones de autonomía, me gustaría que mi entorno familiar pudiera estar involucrado en mis cuidados y que eso no condicionara especialmente su vida. También que se pudiera involucrar a la gente de mi barrio, la asociación vecinal a la que hubiera pertenecido, mi “banco del tiempo” o una cooperativa o una mutualidad de la que hubiera tomado parte, lo que supondría que yo también he ido construyéndome un tipo de entorno determinado. Independientemente de que, por descontado, me gustaría que el Estado me garantizase unos derechos, y me gustaría que eso me permitiera continuar en mi domicilio y comunidad y, si tuviera algo de dinero, poder proporcionarme un extra. Todo lo cual sirve para construir un “mix” en el que también hay que preguntarse qué haría la sanidad, los servicios domésticos, de ocio, qué haría cada parte. Ese “mix” comunitario creo que es el gran reto de los servicios sociales y del mantenimiento y de la reproducción de las condiciones de posibilidad de una conciliación y de una vida familiar sostenible. Intervención familiar Para ir terminando, vamos a intentar ensamblar el concepto de política familiar con el de intervención familiar, de modo que pudiera comprenderse que la segunda es, por decirlo así, el instrumento de la primera. La operación no es sencilla por cuanto en la misma medida en que, desde nuestro punto de vista y, se tiende, quizá, a un uso generoso y desbordante de la expresión “política familiar”, podríamos decir que tiende a ocurrir lo contrario con “intervención familiar”, desde el momento en que basta una rápida búsqueda del término a través de Internet RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 27 Políticas e intervenciones familiares para constatar que suele vincularse preferentemente a una pequeña parcela entre las actuaciones que se derivarían de la política familiar. Creo, sin embargo, que puede ser razonable e interesante propugnar un uso más extensivo o abarcador de la expresión “intervención familiar” de suerte que vayamos aplicándolo no sólo a las intervenciones de respuesta a situaciones familiares que podríamos denominar problemáticas, deficientes, desestructuradas o disfuncionales, sino, más bien, a todo el abanico de actuaciones que, en el marco de la política familiar, pueden tener como destinatarias a las familias como tales. Puede ser razonable e interesante propugnar un uso más extensivo o abarcador de la expresión “intervención familiar”. En la medida en la que superemos un modelo de protección familiar, de orientación defensiva y de corto alcance, y vayamos a un modelo de política familiar, proactivo y dinámico, parece encajar la idea de una intervención familiar que tendrá que instrumentar en forma de actuaciones el amplio abanico de objetivos y estrategias de la política familiar y no tan sólo una pequeña parcela dentro de ellas. Una intervención familiar así entendida podría abarcar un variado conjunto de dispositivos mediante los cuales se apoyaría a las familias o se interactuaría con ellas. Incluiría, desde luego, todo lo que sabemos hacer con las familias en riesgo, en situación de vulnerabilidad o con necesidades especiales, pero incorporaría también actuaciones dirigidas a todas las familias en general o, siguiendo la misma 28 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 lógica antes planteada, intervenciones con diversos subsistemas o en diversos entornos pensadas para tener impacto (indirecto, si se quiere) en las familias, progresivamente más empoderadas. Se trataría de una intervención familiar que no se realiza sólo desde los servicios sociales, sino que se va desplegando y articulando en la medida en que más y más sistemas y dispositivos sociales identifican también a la familia como su destinataria. Efectivamente, si estamos comprendiendo la familia como un hacer familia; si estamos constatando la diversificación de las realidades familiares; si advertimos la variedad de momentos y vicisitudes en los distintos ciclos de vida de las distintas familias; si estamos intentando comprender los viejos y nuevos papeles de las familias en las cada vez más complejas redes sociales de nuestra sociedad del riesgo; si estamos buscando, desde las políticas familiares, actuaciones cada vez más amigables para con las familias, acaso sea necesario construir y reconstruir modelos cada vez más complejos y abiertos de intervención familiar. Modelos cada vez más comprehensivos e interdisciplinares para intervenciones de muy diversa índole y contenido. Y es que quizá el concepto de intervención familiar nos pueda ayudar a buscar nuevos horizontes e instrumentos para la política familiar que, sin desconocer la importancia de mecanismos de regulación jurídica o de transferencia económica, por ejemplo, articulen otros tipos de apoyos más flexibles, más adaptables, más relacionales, más sinérgicos. Y ahí posiblemente encontremos nuevas maneras de articular respuestas y fortalecer redes en las que se potencien las sinergias entre los diferentes agentes constructores del bienestar social. Quizá desde A fondo muy distintos espacios y sistemas sociales se pueda pensar y hacer esa intervención familiar consciente y conocedora de los delicados mecanismos que constituyen las familias, respetuosa de sus códigos y dinámicas, pertinente y eficaz en la interacción con los sistemas familiares. Un sistema de bienestar más pluralista, más sinérgico y más complejo puede activar mejor las potencialidades de los diversos agentes (familias, mercado, Estado y sector voluntario) y responder mejor a las necesidades y retos con los que nos encontramos. En un sistema que potencie la interactividad, la reflexividad, la participación y el empoderamiento, a nuestro juicio, tiene encaje este concepto más abarcador y dinámico de intervención familiar, a la vez que son necesarias, sin duda, muchas otras intervenciones en el mundo de las relaciones laborales, en lo que tiene que ver con la garantía de ingresos, en el acceso a las nuevas tecnologías Y es ahí donde yo diría que el enfoque familiar y comunitario se convierte en un eje radical de reforma social. de la información y la comunicación, en la educación en valores y así sucesivamente. Y es ahí donde yo diría que el enfoque familiar y comunitario se convierte en un eje radical de reforma social. Ya no estamos hablando de una parte de la política pública, sino de un elemento que se coloca en el corazón de las políticas. Y de alguna manera cada una de las políticas de transporte, de vivienda, fiscal, se pregunta o se debiera preguntar si está contribuyendo a que podamos ejercer el derecho a formar familias y a ejercer responsabilidades comunitarias o si está contribuyendo a destruir los bienes relacionales. Yo tiendo a pensar que una sociedad no puede socavar indefinidamente su base relacional sin convertirse en algo bastante desagradable e indecente. Y me gusta interpretar la crisis sistémica que estamos viviendo como una crisis que nos remite a pensar si el mix de bienestar, si el planteamiento de la protección social, no debería reforzar esta visión relacional, familiar y comunitaria, y por tanto si no debiera pensarse no sólo en términos de sostenibilidad económica, sino cada vez más y en equilibrio, en términos de sostenibilidad social. 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RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 29 Consideraciones jurídicas sobre la familia Consideraciones jurídicas sobre la familia en un entorno de crisis económica Agnès Pardell Veà1 Resumen La crisis económica y financiera ha puesto de manifiesto la debilidad de nuestro sistema de protección social dirigido a las familias. Precisamente, la crisis cuestiona la viabilidad del modelo de Estado social previsto en la CE de 1978 y, en consecuencia, la solidaridad familiar funcional se convierte de nuevo en la primera red de protección ante la inexistencia de prestaciones públicas o la desconfianza que genera el Estado en cuanto al mantenimiento de las existentes. En Cataluña, con el nuevo Estatuto de Autonomía de 2006 y el Libro segundo del Código Civil referente a la familia (2010), se abren nuevas expectativas de protección y promoción de los nuevos modelos familiares y que la crisis también ha parado. Las opciones del Gobierno de la Generalitat (de CiU, con pactos presupuestarios con el PPC) han supuesto un freno al desarrollo de los nuevos derechos estatutarios (Renta Garantizada de Ciudadanía) y un paso atrás en cuanto a determinadas prestaciones sociales de las cuales son beneficiarias las familias (Renta Mínima de Inserción). Palabras clave: Crisis económica, Estado social, familias, protección social, Estatuto de Autonomía de Cataluña. Para citar el artículo: PARDELL VEÀ, Agnès. Consideracionés jurídicas sobre la familia en un entorno de crisis económica. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 30-39. ISSN 0212-7210 Abstract The economic and financial crisis has exposed the weakness of our social security system aimed at families. Indeed, the crisis questions the viability of the model welfare state envisaged in the SC (Spanish Constitution) in 1978 and, consequently, family solidarity becomes functional again in the first network of protection against the lack of public services or distrust generated by the State regarding the maintenance of existing ones. In Catalonia, the new Statute of Autonomy of 2006 and the second book of the Civil Code concerning the family (2010) opened up new prospects for the protection and promotion of new family models and the crisis has also stopped. Choices of Government (CiU budgetary agreements with PPC) have been a brake on the development of new statutory rights (guaranteed income) and a step backwards for certain benefits for which beneficiaries are families (Minimum Insertion Income). Key words: Economic crisis, social welfare, families, social protection Statute of Autonomy of Catalonia. 1 Catedrática de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universitat de Lleida. apdiss@dpub.udl.cat. 30 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo 1. Estado social y solidaridad familiar De la importancia de la familia en el ámbito jurídico nos da cuenta la Constitución española en su artículo 39. Este precepto figura entre los principios rectores de la política social y económica y contiene un mandato dirigido a los poderes públicos de asegurar la protección social, económica y jurídica a la familia. En el año 2012 este precepto adquiere una relevancia muy especial, dado que la familia ha sido golpeada por la crisis económica y, una vez más, se considera ésta como el último reducto en las situaciones de necesidad (MEIL, G., 2011: 42). El artículo 39 de la CE debe ponerse en concordancia con el artículo 32 del mismo texto constitucional, derecho a contraer matrimonio, dado que ambos constituyen los PRINCIPIOS básicos de nuestro derecho de familia. Este tuvo un nuevo desarrollo normativo a partir de la década de los ochenta, en que se reflejó sin duda una nueva concepción de la familia, más igualitaria y diversificada de acuerdo con los principios constitucionales de libertad, igualdad y tolerancia (ALBERDI, I., 1999), y coincidente con la concepción mantenida en otros estados de la Unión Europea que también adoptaron en su día leyes sobre divorcio, aborto, reconocimiento legal de parejas de hecho, etc. En nuestro texto constitucional existen, además, otras referencias a derechos vinculados a la familia, como son un conjunto de derechos y servicios dispersos en el texto: el derecho a la intimidad familiar (art. 18), el derecho a un salario suficiente para satisfacer las necesidades del trabajador y las de su familia (art. 35), las obligaciones de los poderes públicos de garantizar la suficiencia económica a los ciudadanos de la tercera edad, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, y un sistema de servicios sociales para atender los problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio, con independencia de las obligaciones familiares (art. 50). Constatamos cómo a través de estos preceptos constitucionales se definen las relaciones entre el Estado y la familia como institución y también los derechos de los miembros que forman parte. Estas relaciones, formadas por derechos y obligaciones de los poderes públicos, han sido impactadas por la crisis económica y el actual Gobierno del Partido Popular con las reformas llevadas a cabo, muy especialmente la reforma laboral, la congelación de las pensiones, etc., han provocado que se abran paso propuestas de asistencialización para la protección social o la presencia creciente de la provisión privada de servicios de bienestar en detrimento de los servicios públicos (LAPARRA, M. y PEREZ ERANSUS, B., 2012: 27). Un ejemplo es la desaparición del Programa temporal de protección por desempleo e inserción (PRODI), que ha significado un descenso del número de personas beneficiarias de prestaciones por desempleo y ha dado como resultado que la cobertura sea inferior a cinco puntos porcentuales a la del mismo periodo del año 2011. Hoy la familia, a pesar de haber tenido una importante evolución, que se ha expresado en las relaciones padres e hijos o en las dimensiones de las familias, en las separaciones y divorcios, etc., aun ocupa un papel central en la sociedad española y constituye, según han señalado los sociólogos, el primer lugar de socialización, un espacio de vital influencia que resulta imprescindible para RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 31 Consideraciones jurídicas sobre la familia favorecer la estabilidad y la cohesión de toda la sociedad. Muy especialmente en tiempos de crisis como la que hoy estamos sufriendo, que hace que se pongan en marcha estrategias de apoyo y supervivencia entre los miembros de una familia. Algunos datos así nos lo indican: el 40% de las personas mayores ayudan económicamente a algún familiar o amigo (en el año 2010 este porcentaje era sólo del 15,1%). Sólo un 7,5 de las personas mayores reciben ayuda económica de algún familiar o amigo (en el año 2010 este porcentaje era del 12,5%). Ahora es cuando la familia tradicional soporta los demoledores efectos de la crisis sobre millones de españoles y sobre el conjunto de la sociedad (INFORME SOBRE ESTADO SOCIAL DE LA NACION, julio 2012: 19). Debemos poner de manifiesto que la Constitución de 1978 deja un concepto abierto de familia, pues no especifica un determinado modelo de familia ni se refiere a un tipo determinado de institución familiar. Esta indefinición supone un gran acierto, pues la institución de la familia ha tenido una de las más importantes evoluciones, siendo la característica actual su diversidad, aunque predomina la familia nuclear, es decir, la constituida por los padres e hijos, frente al modelo patriarcal propio de otros tiempos. En Europa se ha producido una evolución de la familia burguesa, modelo que distinguía entre familia y trabajo, caracterizando a la familia como una unidad de producción y de consumo y asignándole una distribución de roles a cada miembro de la pareja, en función de la edad y el sexo, consistente en que el padre era el jefe de familia proveedor y la madre cuidaba del hogar y de los hijos. Este modelo ha evolucionado y ha dado lugar, tanto en España como en otros 32 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 países de nuestro entorno, a una diversificación de modelos coexistiendo junto al modelo tradicional otros tipos de uniones convivenciales. La variedad de tipos de familias ha requerido un replanteamiento de la protección social a la familia. Precisamente la crisis económica ha puesto de relieve que muchos de los derechos conseguidos en el ámbito laboral y de la protección social hoy están cuestionados o están en vías de extinción. Los datos son bastante evidentes, en España tenemos un paro de casi 5 millones de personas en diciembre de 2012, y la tasa de actividad de las mujeres es menor en relación a otros países de nuestro entorno (Francia, Gran Bretaña o Dinamarca). Las familias con todas las personas activas desempleadas han aumentado ininterrumpidamente en estos años de crisis, y según la Encuesta de Población Activa (EPA) los hogares con al menos la mitad de los activos parados se acercaba en el primer trimestre de 2012 al 30%. Y otro dato importante es que en el 46,2% de los hogares con la persona principal desocupada, ésta no percibe ninguna prestación. Ante este escenario, y el modelo de Estado social y democrático de Derecho (art. 1 de la CE) y la cláusula de efectividad de este modelo (art. 9.2 de la CE) obliga a que las familias reciban una protección integral que incluye la educación, la sanidad, una política de vivienda, una política fiscal, una política laboral que favorezcan la incorporación y la presencia de la mujer en el mercado de trabajo y una política de Seguridad Social, con medidas destinadas a las familias. La existencia de un Estado social no hace desaparecer la responsabilidad de los diferentes miembros de la familia, pero sí que obliga a los poderes públicos a que pongan a disposi- A fondo La existencia de un Estado social no hace desaparecer la responsabilidad de los diferentes miembros de la familia, pero sí que obliga a los poderes públicos a que pongan a disposición de las familias servicios y prestaciones que permitan asistir a una socialización de las tareas que tradicionalmente habían llevado a cabo algunos miembros de la familia, concretamente las mujeres, y que se conviertan en una obligación colectiva y social. ción de las familias servicios y prestaciones que permitan asistir a una socialización de las tareas que tradicionalmente habían llevado a cabo algunos miembros de la familia, concretamente las mujeres, y que se conviertan en una obligación colectiva y social. Actualmente el recorte de los servicios sociales afecta a las mujeres por partida triple, ya que son muchas las mujeres que trabajan en el ámbito de los servicios sociales que ahora se quedan sin trabajo. Las medidas de conciliación laboral también son objeto de modificación y de retorno al pasado y de nuevo asumen la labor de cuidadoras del hogar y de la familia (INFORME SOBRE ESTADO SOCIAL DE LA NACION, julio 2012: 31). Precisamente, la crisis cuestiona la viabilidad del modelo de Estado social, y en consecuencia las familias se convierten de nuevo en la primera red de protección ante las situaciones de necesidad de sus miembros. Es evidente que la solidaridad familiar en España aún actúa frente a las situaciones de necesidad, y esta llamada solidaridad funcional “referida a las acciones de dar y recibir ayudas y recursos de otros miembros de la familia sin recibir ninguna contraprestación directa a cambio de la ayuda o los servicios ofrecidos, aunque se espere reciprocidad en el futuro” adquiere en tiempos de crisis como los actuales una importancia capital. Las ayudas pueden ser en servicios o en dinero o valores y pueden ser ocasionales o periódicas. Esta dimensión es la que habitualmente se identifica con la solidaridad familiar (MEIL, G., 2011: 23). El reparto de responsabilidades entre la familia y el Estado depende de muchos factores. Si miramos a Europa encontramos diferentes modelos. Un modelo que tiene un Estado del bienestar desarrollado y un alcance limitado de la concepción familista de la solidaridad intergeneracional, como es el caso de Alemania. Otro, como Noruega, en el que se considera que el Estado es el responsable principal del cuidado de las personas mayores, y a la familia se le asigna un papel de apoyo (MEIL, G., 2011. Pág. 38). Mientras que en los países del sur y del este de Europa, y muy especialmente en lo que se refiere a la familia española, el modelo se caracteriza por una emancipación muy tardía de los jóvenes, una proporción relativamente elevada de padres mayores que viven con alguno de sus hijos y una proximidad de la red familiar también muy alta. (MEIL, G., 2011: 61). En definitiva, “estas diferencias se atribuyen al diferente grado de desarrollo del Estado del Bienestar en los países respectivos y a la fortaleza de lazos familiares en España. Generalizando, podríamos deducir que España sería, por tanto, un país en el que la ayuda económica tiene un papel importante en los intercambios de ayuda entre generaciones, más destacado que en otros países desarrollados” (MEIL, G., 2011. Pág. 145). RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 33 Consideraciones jurídicas sobre la familia La crisis económica ha hecho que la familia sea un centro de interés en la medida en que ésta es una expresión de solidaridad, y como ya hemos señalado, en el seno de una familia se produce un constante intercambio cambio de ayudas y servicios. La crisis económica ha hecho que la familia sea un centro de interés en la medida en que ésta es una expresión de solidaridad, y como ya hemos señalado, en el seno de una familia se produce un constante intercambio cambio de ayudas y servicios; en esta funciona una determinada solidaridad funcional que actúa frente a situaciones de necesidad, especialmente ante las derivadas de la falta de un empleo o en ausencia de protección social por parte de alguno de sus miembros. El desarrollo tiene un Estado del Bienestar centrado en la mejora de las pensiones y de las prestaciones sanitarias, bordeando el desarrollo de servicios que faciliten la desfamiliarización del cuidado familiar, sería la causa de la fortaleza de la solidaridad familiar en nuestro país. Dicho de otro modo, el tipo de Estado de Bienestar que se ha desarrollado en España habría implicado que, mientras otras dimensiones de la vida familiar conocen un cambio profundo derivado del proceso de individualización, este proceso apenas habría generado pautas de solidaridad familiar (MEIL, G., 2011). Después de haberse generado cambios tan profundos en la vida familiar, la crisis económica está revirtiendo una parte de estos cambios, “la inestabilidad del contexto social ha reactivado o reforzado las redes de solidaridad intrafamiliar, no como una 34 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 disconformidad con las formas de emancipación familiar sino como una reacción a la desconfianza del estado o del mercado (Meil, 2011). Los datos que explican estos cambios son muy preocupantes: 500.000 familias en las que no entra ningún ingreso; 1.000.000 de familias en las que la cabeza principal está en paro; 170 familias son desahuciadas cada día de su vivienda (INFORME SO BRE EL ESTADO SOCIAL DE LA NACIÓN, julio 2012: 18). En España la solidaridad familiar se consolida como un capital social fundamental en el bienestar de las personas en este tiempo de crisis, y muy especialmente cuando la protección desde el Estado se está replegando. La pregunta que todo el mundo se hace es hasta qué punto y hasta cuando la red familiar extensa y particularmente las personas mayores podrán soportar esta situación y suplir las carencias de un Estado como el nuestro en materia de protección social (INFORME SOBRE ESTADO SOCIAL DE LA NACION, julio 2012: 21). 2. Algunas consideraciones en torno al marco jurídico catalán y las familias Familias y situación familiar no son conceptos ligados en exclusiva al matrimonio. El Tribunal Constitucional ya afirmó, en la ST 222/1999, que el artículo 39 de la CE no se refiere en términos exclusivos y excluyentes a la familia fundamentada en el matrimonio, ni ha identificado a la familia a la que debe proteger con la que tiene su origen en el matrimonio, y así este precepto da cobertura a diversas modalidades de vida familiar. Según esta STC, corresponde a la libertad de configuración del legislador al A fondo articular los instrumentos normativos y de otro tipo a través de los cuales hacer efectivo el mandato constitucional, teniendo en cuenta que su articulación concreta debe realizarse dentro del respeto a las determinaciones de la Constitución y, muy especialmente, a las que impone el principio de igualdad. En un estado plurinacional como España hay que tener en cuenta la distribución de competencias entre el Estado y las CCAA (Título VIII de la CE) a la hora de valorar cuál ha sido la opción del legislador autonómico en regular los derechos de las personas y las familias y también cuál ha sido el desarrollo del Estado social, a partir de los diferentes títulos competenciales. Cataluña dispone, con respecto a la persona y la familia, de un derecho propio, y el art. 5 del EAC (Estatut d’Autonomia de Catalunya) 2006 dispone que “el autogobierno de Cataluña se fundamenta también en los derechos históricos del pueblo catalán, en sus instituciones seculares y en la tradición jurídica catalana que este Estatuto incorpora y actualiza (...) de los cuales se deriva el reconocimiento de una posición singular de la Generalitat en relación con el derecho civil”. En el reparto competencial que figura en la CE el artículo 149.1.8 contiene el reparto de competencias en materia civil entre el Estado y las CCAA con derecho civil propio. El Estatuto de Autonomía de 2006 dedica a la familia un conjunto de preceptos que arrancan del Título I – De los derechos, deberes y principios rectores–. Este Título “es el primero de los títulos absolutamente nuevos que incorpora el Estatuto de 2006 y que establece, por primera vez, una relación de derechos específicos y algunos deberes que también de manera específica corresponden a los ciudadanos en Cataluña, así como las correlativas obligaciones que para el efectivo goce y ejercicio de estos derechos corresponden a los poderes públicos formulados como principios rectores. Por lo tanto, derechos y deberes, por una parte, y principios rectores, por otro, junto a las garantías los derechos son las tres partes en que, en cinco capítulos, se estructura este Título I. “(SANTOS, L. y otros, 2006: 59). El artículo 16 EAC se refiere a los “Derechos en el ámbito de las familias” y establece que “Todas las personas tienen derecho, de acuerdo con los requisitos establecidos por la ley, a recibir prestaciones sociales y ayudas públicas para atender las cargas familiares”. Estos derechos como se constata a de la dicción literal del artículo, no son de aplicación directa, ya que la propia norma remite su eficacia a su necesario desarrollo y a su concreción normativa. En el mismo Título el artículo 24 establece los “Derechos en el ámbito de los servicios sociales”, y en el punto 3 se refiere a las familias en situación de pobreza estableciendo en estos casos el “derecho a acceder a una renta garantizada de ciudadanía que les asegure los mínimos de una vida digna, de acuerdo con las condiciones que legalmente se establecen”. De nuevo se produce una remisión al legislador para concretar cuáles son las prestaciones y servicios que formarán parte de la renta garantizada de ciudadanía. Desarrollo legislativo que hoy todavía no se ha producido. Y se continúa con la aplicación de la Renta Mínima de Inserción a la que más adelante hacemos referencia. Dentro del Capítulo V –Principios rectores–, el artículo 40 también se refiere a las familias y, en su apartado 2, establece: “Los poderes públicos deben garantizar la protección jurídica, económica y social de las disRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 35 Consideraciones jurídicas sobre la familia tintas modalidades de familia que regulan las leyes, como estructura básica y factor de cohesión social y como primer núcleo de convivencia”. Y en su apartado 7 sigue estableciendo que “Los poderes públicos deben promover la igualdad de las distintas uniones estables de pareja, teniendo en cuenta sus características, con independencia de la orientación sexual de sus miembros. La ley debe regular dichas uniones y otras formas de convivencia y sus efectos”. El alcance de estos principios se establece en el propio el artículo 39 del texto estatutario: los principios rectores no sólo obligan a orientar y a informar las políticas y la actuación de los poderes públicos, sino que, además, “son exigibles ante la jurisdicción, de acuerdo con lo que determinan las leyes y las demás di s posiciones que las desarrollan”. Así pues, estos principios requieren un desarrollo legislativo para hacerlos efectivos.” El principal efecto jurídico los principios rectores debe situarse en su función de directriz inspiradora de las políticas públicas, efecto que debe quedar garantizado por el Estatuto para no convertir el principio rector en una mera declaración retórica o programática” (RIDAO, J., 2007: 32). El Título IV del Estatuto trata “De las competencias”, y en su Capítulo II –”Las materias de las competencias”– hace referencia en el artículo 166 a “Servicios sociales, voluntariado, menores y promoción de las familias”, y establece en el punto 4: “Corresponde a la Generalitat la competencia exclusiva en materia de promoción de las familias y de la infancia que incluye en todo caso las medidas de protección social y su ejecución”. Entiende que una competencia es exclusiva cuando la Generalitat ejerce de forma íntegra tanto las potestades legislati36 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 vas y re reglamentos rías como la función ejecutiva, sin que pueda intervenir el Estado y sin olvidar que el derecho catalán, en materia de competencias exclusivas de la Generalitat, es el derecho aplicable en su territorio con preferencia sobre cualquier otro. En el ámbito del derecho privado e el legislador catalán, mediante la técnica de leyes especiales, desarrolló el derecho civil propio y lo hizo en varias fases, iniciando esta tarea con la Ley 13/1984, de 20 de marzo, texto refundido de la Compilación de Derecho Civil de 1960 (que hasta entonces era una ley estatal) y que contiene las principales normas escritas de derecho civil adaptadas a los principios constitucionales. La Ley 29/ 2002, primera del Código civil de Cataluña, establece la estructura, el contenido básico y el procedimiento de Tramitación del Código civil de Cataluña, que se estructura como un código abierto y lo componen seis libros. El derecho de familia en Cataluña tiene las siguientes expresiones normativas: el Código de familia, Ley 9/1998, la Ley 10/ 1998, de uniones estables de pareja, la 19/ 1998, sobre situaciones convivenciales de ayuda mutua y, parcialmente, la 37/1991, de protección de los menores desamparados y de la adopción que constituyen los antecedentes del Libro II. La Ley 25/2010, de 29 de julio, del libro segundo del Código civil de Cataluña relativo a la persona y la familia, entró en vigor el 1 de enero de 2011. Éste fue aprobado por Parlament de Cataluña con los votos favorables de los Grupos del PSC-Cp C, ERC e ICV - E UA. Votaron en contra CiU y PP (Diario de Sesiones del Parlamento de Cataluña, 14-7-2010). El Libro segundo del Código Civil supone una modernización muy IMPORTAN- A fondo El Libro segundo del Código Civil supone una modernización muy IMPORTANTE del derecho de familia en Cataluña. Por ejemplo, el legislador catalán reconoce en el artículo 231.1 la heterogeneidad del hecho familiar y así encontramos mención a las diversas formas de familia. TE del derecho de familia en Cataluña. Por ejemplo, el legislador catalán reconoce en el artículo 231.1 la heterogeneidad del hecho familiar y así encontramos mención a las diversas formas de familia: las derivadas del matrimonio, de la convivencia estable en pareja, las monoparentales y, por primera vez y como novedad y avanzando a todas las regulaciones civiles existentes, las familias reconstituidas, se reconoce el papel del cónyuge o pareja estable del progenitor. Así, el cónyuge o conviviente en pareja, que en cada momento tiene la guarda del hijo tiene derecho a participar en la toma de decisiones sobre los asuntos relativos a su vida diaria, si bien en caso de discrepancia prevalece el criterio del progenitor (art. 236.14). En definitiva, el legislador catalán se hace eco de los cambios que se han producido en la sociedad (VAQUER, A., 2010: 23). Los cambios de modelo familiar tienen una repercusión en los efectos protectores que se instaura a través del ordenamiento jurídico, ya sea estatal o autonómico. Las referencias a la familia, por ejemplo, en el ámbito de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS) son constantes, concretamente en el ámbito de la acción protectora, en el que se constata que en algunos casos el reconocimiento y la cuantía de una prestación dependen de la convivencia y los vínculos familiares. Por ejemplo, en el ámbito de la protección por desempleo, nivel contributivo, el artículo 211 de la LGSS establece que la cuantía de la prestación puede incrementarse en función del número de hijos a cargo. En el nivel asistencial, el artículo 215 de la LGSS concreta cuando se entiende que una persona tiene responsabilidades familiares y lo fija cuando tiene a su cargo cónyuge, hijos menores de 26 años o mayores discapacitados o menores acogidos, etc. En el art. 217 de la LGSS la cuantía del subsidio especial para mayores de 45 años también establece que se determina en función de las responsabilidades familiares del trabajador. Desde el comienzo de la crisis económica en Cataluña la protección social a las familias ha estado en el centro de algunas leyes catalanas y no siempre han ido en la dirección que determina el Estatuto de Autonomía. Desde el comienzo de la crisis económica en Cataluña la protección social a las familias ha estado en el centro de algunas leyes catalanas y no siempre han ido en la dirección que determina el Estatuto de Autonomía. Al contrario, la crisis económica y la obsesión por conseguir reducir el déficit ha llevado a los Gobiernos, tanto español como catalán, a introducir una serie de recortes en ámbitos como la salud, la enseñanza, la protección social. Así pues, la crisis actúa por un lado frenando el despliegue del Estatuto en el ámbito de los derechos sociales y de otra introduciendo reformas in peius a las políticas sociales. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 37 Consideraciones jurídicas sobre la familia Un ejemplo lo constituye la última modificación de la Ley 10/1997, de 3 de julio, de la Renta Mínima de Inserción (RMI). Esta ley supuso un hito muy importante en la manera de tratar las situaciones de pobreza por parte de los poderes públicos. La principal novedad fue la definición de la RMI como una acción de solidaridad de carácter universal, con cinco bloques de prestaciones: 1) urgencia y resarcimiento; 2) acciones de apoyo a la integración social, acciones de información y orientación y acciones de apoyo para la colaboración cívica; 3) acciones de formación de adultos; 4) acciones de apoyo a la inserción laboral; y 5) abastecimiento de una prestación económica. Por primera vez el Programa Interdepartamental de la Renta mínima de Inserción (PIRMI) se regulaba por ley y se definía como el instrumento idóneo en la lucha contra las situaciones de pobreza y marginación. Desde el inicio de la IX Legislatura (20 10), el Gobierno de CiU han ido laminando, con un acuerdo con el PPC, la Ley 10/1997 con diversas modificaciones legislativas. La Ley 7/2011, de medidas fiscales y financieras, contempla que la actualización del im- 38 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 porte de la prestación económica a básica y los complementos se hará atendiendo a la evolución económica general, mediante la Ley de P RESUPUESTOS de la Generalitat, y no anualmente, como se venía haciendo, y teniendo en cuenta el incremento del IPC. Posteriormente, la Ley 5/2012, de 20 de marzo, de medidas fiscales, financieras y administrativas y de creación del impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos, en su artículo 80, introduce un cambio fundamental ya que afecta al propio concepto de la Renta mínima de Inserción, y esta deja de ser concebida como un derecho de carácter universal; aumentando el tiempo en que el titular debe encontrarse en situación de no disponer de los medios económicos necesarios para atender a las necesidades básicas (de 6 meses se pasa a 12 meses). Finalmente, se admite que cuando la disponibilidad económica no sea suficiente para aprobar todos los expedientes, los poderes públicos determinan los criterios objetivos de prelación de los expedientes. Las disponibilidades post rías determinarán la aplicación de esta Renta, no las necesidades de las personas y de las familias. A fondo Bibliografía ALBERDI, I. La nueva familia española. Madrid: Ed. Taurus, 1999. ISBN 978-84-306-0349-7. INFORME SOBRE EL ESTADO SOCIAL DE LA NACIÓN. JULIO 2012. Rescatar a las personas y a las familias. Asociación Estatal de directores y Gerentes en Servicios Sociales. www.directoressociales.com. “La reforma del Codi civil de Catalunya”, en Activitat parlamentària, núm. 16 (setembre 2008). (Número monogràfic). ISSN 1577-7162. LAPARRA, M. i PÉREZ ERANSUS (Coordinadores). Crisi i fractura social a Europa. Cau- ses i efectes a Espanya. Ed. Obra Social La Caixa, 2012. Col.lecció Estudis Socials, núm. 35. ISBN 978-84-9900-074-9. MEIL, G. 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RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 39 La psicoanálisi a la intervención en familias Aportaciones del psicoanálisis a la intervención en familias desde el trabajo social Dr. Guillermo Salvador Beltrán 1 Resumen Este artículo pretende ser una breve reflexión sobre la relación entre el psicoanálisis, la familia y el trabajo social. La ayuda a las familias pienso que es un trabajo en el que el Psicoanálisis y el Trabajo Social pueden desarrollar el diálogo y colaboración más fructíferos. Por suerte, este diálogo ya lo es en otros ámbitos, pero creo que el interés en la familia como grupo de crecimiento social es un nexo claro de unión en el objetivo común de dar soporte emocional a las familias en riesgo. Palabras clave: Psicoanálisis, trabajo social, familia, ayuda emocional. Para citar el ar tículo: SALVADOR BELTRÁN, Guillermo. Aportaciones del psicoanálisis a la intervención en familias desde el trabajo social. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 40-48. ISSN 0212-7210 Abstract This article is a brief reflection on the relationship between psychoanalysis, family and social work. Helping families think it is a job in which psychoanalysis and social work can develop dialogue and fruitful collaboration. Luckily, this dialogue already is in other areas, but I think the interest in the family as a group of social growth is a clear link connecting the common goal of giving emotional support to families at risk. Key words: Psychoanalysis, social work, family, emotional support. 1 Médico psiquiatra. Psicoterapeuta del Centre Emili Mira. guillem_sb@hotmail.com. 40 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo Introducción No podría iniciar este artículo sin evocar recuerdos y gratitudes. El psicoanálisis, el trabajo social, la ayuda emocional a las familias y yo somos viejos compañeros de viaje. En 1976 inicié mi colaboración docente con la entonces conocida como Escuela de Trabajo Social, ubicada en el Dpto. de psiquiatría del Hospital Clínico de Barcelona; colaboración que perduró hasta el año 2010, formando parte del Dpto. de Trabajo Social de la Facultad de Pedagogía de la UB. A lo largo de este largo período se desarrolló mi interés en la formación, primero como psicoterapeuta psicoanalítico y, con posterioridad, como terapeuta de pareja y familia. Tuve la suerte de estar en un ámbito docente del trabajo social en el que el pensamiento psicoanalítico era y es profundamente reconocido y apreciado. En este sentido formé parte de una serie de profesores, colegas y amigos, encargados de transmitir mensajes de pensamiento de orientación dinámica: Antonio Pérez Sánchez, Jorge Tizón, Jesús Mansilla, Joan Fortuny, Ramón Bassols, Enrique de la Lama y Francesc Sainz me han acompañado en diversas etapas de este tiempo. No quiero dejar de señalar la relevancia de la obra de Teresa Rossell (1987), como la aportación de una trabajadora social, largos años directora de la Escuela, impregnada de aportación psicoanalítica. Sin embargo, no quiero hacer un relato idealizado. La articulación de las teorías psicoanalíticas y el trabajo social, su complementariedad y, sobre todo, su utilidad no es nada fácil. Desde una perspectiva de un cierto psicoanálisis ortodoxo y 2 “elitista”, el conocimiento psicoanalítico es una “posesión de unos pocos” y se puede hacer llegar un “poquito a unos muchos”. Por otro lado, desde una cierta perspectiva del trabajo social muy de “acción social”, la comprensión profunda que ofrece el psicoanálisis puede ser un incordio. ¡Qué le vamos a hacer! Por suerte esto no sucede siempre, y ha habido y hay tanto representantes del mundo psicoanalítico como del mundo del trabajo social que pensamos que compartir conocimientos y experiencias es bueno y que la comprensión profunda del ser humano y de los grupos humanos es provechosa sea cual sea la tarea a realizar. Pero, ¡alerta!, seamos conscientes de que vivimos un momento social en el que la psicología profunda no está de moda y se tiende a negar la complejidad; vivimos esos “Tiempos líquidos” de los que nos habla claro Z. Bauman (2007). El psicoanálisis como pensamiento en evolución El psicoanálisis no es tan solo un “corpus teórico” derivado de la obra de Freud. Es mucho más. Es una manera de mirar y entender lo humano y la existencia. En un sentido “bioniano”2 es un punto de vista. Encuentra sus raíces en la filosofía (Spinoza, Kant, Nietzsche, Schopenhauer, Leibniz y tantos más), conecta con aspectos del pensamiento oriental (zen y taoísmo), está expresado a través del arte (Surrealismo) y, en la actualidad, buscas sus raíces biológicas en la neurociencia (E. Kandel, A. Damasio). En este sentido, el psicoanálisis es mucho más que una técnica psicoterapéutica, que también lo es, es una forma de pensar y es por Referido a la obra de Wilfred R. Bion. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 41 La psicoanálisi a la intervención en familias ello que cuando personas como yo y mis colegas hacen llegar estos conocimientos a algunos colectivos profesionales como trabajadores sociales, educadores, etc. no lo hacemos con la intención de transmitir la técnica (crasa confusión), sino con la intención de poder “pensar distinto” al puro pensamiento lógico y racional. Iríamos más en la línea “meltzeriana” de hacer experiencia emocional, o en el “pensar los pensamientos” de Bion, o en el “mentalizar” de P. Fonagy. El psicoanálisis, tanto como forma de pensamiento como como técnica, ha evolucionado desde los postulados de Freud. Más de lo que algunos quisieran y menos de lo que otros desearían. Pero ha evolucionado. No es este artículo el lugar idóneo para detenerse en explicarlo extensamente, aunque da para mucho. Cuando hable, más adelante, de algunos aspectos de la relación psicoanálisis-trabajo social espero que quede más claro qué concepciones comparto. Para resumir podríamos pensar que, en la actualidad, el pensamiento psicoanalítico se mueve alrededor de dos tendencias e ideologías. Un grupo que se mantiene dentro de la ortodoxia del pensamiento freudiano (teoría libidinal, instintos de vida y de muerte). Unido a este grupo estaría su continuidad derivada de la obra de Melanie Klein (relaciones objetales). Otro grupo, siguiendo básicamente las obras de Winnicott, Bowlby, Kohut, H. Stack Sullivan, etc. habrían ido derivando hacia el llamado psicoanálisis relacional (Stolorow, Atwood, etc.), en el que el protagonista ya no es tanto la mente individual o el “mundo interno” sino el “espacio mental intersubjetivo”, es decir, la RELACIÓN. 42 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Dentro de este contexto brevemente sintetizado pienso que el psicoanálisis actual, en constante autorevisión y ante la amenaza ya antigua del “cientifismo”, debe abrirse a otras fuentes de conocimiento, como ya está haciendo con la neurociencia, para, como dicen ahora, reinventarse, pero no negando o invalidando la obra total de Freud sino reformulándola y reargumentándola. No olvidemos que la obra de Freud, aunque muchas hipótesis no las compartamos, se basa, según yo pienso, en dos conceptos básicos: el protagonismo de la relación y la existencia del inconsciente. Las dimensiones del trabajo social Quiero referirme brevemente a algo de lo que sé poco. Nunca estudié Trabajo Social. Yo era un psiquiatra que pasaba por allí para explicar lo que yo creía que sabía. Disculpadme. Pero creo que en este artículo puede servir este breve apartado para clarificar el relato posterior. En mi opinión pienso que el trabajador social, cuando enfrenta su tarea, empieza a moverse en tres dimensiones. Estas dimensiones variaran en función de la organización en la que se trabaje y según el perfil de personalidad del profesional. Vamos a señalarlas. La gestión de recursos y su promoción. El trabajador social es, podríamos decirlo así, el “ejecutor”, en el buen sentido del término, de finalidades derivadas de la tarea de la institución en la que opera. Esta es una dimensión claramente ligada a la ACCIÓN. La movilización y aglutinación de los recursos sociales de la comunidad en que trabaja. En este sentido, es un A fondo “agente de salud comunitaria”. Esta es una dimensión claramente relacionada con la RELACIÓN. En la medida que la mayor parte del trabajo social se mueve alrededor de situaciones de conflicto y sufrimiento, tanto sus acciones como su forma de relacionarse comportan la necesidad de desarrollar la capacidad de AYUDA EMOCIONAL. Pienso que estas tres dimensiones no se pueden separar en la praxis humana, se pueden separar teóricamente, lo que apreciamos es la resultante de esas interacciones. Sinceramente opino que la perspectiva psicoanalítica puede aportar mucho en el desarrollo complejo de esa tarea. Particularmente en la segunda y tercera dimensión. La ayuda emocional a la familia: nexo de unión del psicoanálisis y el trabajo social Si hay un ámbito en el que claramente coinciden el psicoanálisis y el trabajo social es claramente la familia. Las problemáticas familiares representan un denominador común de muchos campos del trabajo social en la comunidad: servicios sociales, salud mental, infancia. Toda la teoría psicoanalítica se basa en la comprensión de las relaciones familiares como una de las bases de la salud mental, desde la formulación del complejo edípico de Freud, a la teoría del apego de Bowlby, a la idea de “fallo ambiental” de Winnicott, etc., la familia es un referente esencial. Por otro lado, el psicoanálisis y otras escuelas psicológicas han ido desarrollando, a lo largo de los últimos cincuenta años abordajes de terapia familiar. En mi libro Familia: experiencia grupal básica me refiero a la familia como una solución sensata para hacer frente al crecimiento físico, emocional y social, pero también señalo que a la vez que sensata la familia y su funcionamiento son profundamente complejos. Debido a esta complejidad hay que entender que ofrecer ayuda emocional no resulta tan sencillo como puede parecer y es, en esta línea, que querría señalar aquellas características del pensamiento y técnica psicoana-líticas que pueden ayudar al trabajo social en su tarea. Características Acercarse al dolor emocional Para una persona mínimamente sensible y suficientemente sana acercarse al dolor del otro impacta, incluso duele. Desde el perverso producir dolor causa placer, desde la morbosidad neurótica puede atraer, desde la ultrasensibilidad solo queda huir. No es fácil, hay que modular ese impacto en nosotros y hallar la “distancia adecuada” para poder ayudar. J. Coderch (2012) recoge en su artículo una frase de P. Hobson de The Cradle of Thougth que dice: “Hallarse emocionalmente conectado con alguien es experimentar a ese alguien como una persona… Una persona es la clase de cosa con la cual uno puede sentir y compartir cosas.” (2002). La familia no es un objeto neutro de observación, la proyección de sus problemas en el profesional genera una gran turbulencia emocional y sus consecuentes defensas. Hay que promover que la familia exprese su dolor, no “taponarlo”, pero eso exige que el profesional se proteja. El análisis en grupo de los casos y la supervisión serían eleRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 43 La psicoanálisi a la intervención en familias La familia no es un objeto neutro de observación, la proyección de sus problemas en el profesional genera una gran turbulencia emocional y sus consecuentes defensas. Hay que promover que la familia exprese su dolor, no “taponarlo”, pero eso exige que el profesional se proteja. El análisis en grupo de los casos y la supervisión serían elementos altamente recomendables desde el pensamiento psicoanalítico. trata. Ante la familia esto se hace evidente, los grupos son evasivos y mutables en su forma, hay que aceptar que nunca sabremos ni entenderemos todo lo que queremos saber y entender. Uno de los inconvenientes de profesionales del trabajo social que he supervisado es que se ven obligados a manejarse con un exceso de información concreta y unas demandas de ser concretos que les puede llevar a olvidar la complejidad que subyace tras esa gran cantidad de datos. La humildad aplicada al deseo y necesidad de conocer mucho de lo humano es buena receta para los que realizamos tareas de ayuda emocional. mentos altamente recomendables desde el pensamiento psicoanalítico. La humildad aplicada al deseo y necesidad de conocer mucho de lo humano es buena receta para los que realizamos tareas de ayuda emocional. La aceptación de la complejidad Un aspecto esencial del ser humano es su complejidad. J. Wagensberg (1985) nos dice en su libro que, aún sin llegar a negarla, la complejidad molesta a algún pensamiento filosófico (Descartes) y también a la ciencia (Whitehead). Lo humano no es objetivable desde la ciencia, es profundamente subjetivo y, bajo la influencia de la turbulencia de las emociones, los protagonismos son la inquietud y la incertidumbre. Buscamos constantemente concretar para protegernos y resolver la complejidad y la complejidad no tiene solución, hay que asumirla. El psicoanálisis ha sido criticado desde el cientifismo por no ser objetivable científicamente, pero en esta crítica esta una de sus esencias: la complejidad de lo subjetivo y lo intersubjetivo. El trabajador social debe asumir esta visión si quiere entender y hacerse cargo del trasfondo emocional de los problemas que 44 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 La existencia de lo inconsciente Si tuviera que elegir cuáles son las aportaciones básicas del psicoanálisis al conocimiento del ser humano serían el inconsciente y el protagonismo de lo relacional en la organización de nuestra vida mental y social. La idea actual de inconsciente no es la primitiva de Freud ligado a la represión sino que sería el reconocimiento de nuestra incapacidad para acumular la totalidad de las experiencias y como, a través del papel de la memoria implícita, se va formando un precipitado experiencial del que no tenemos conocimiento. Como señala T. Ogden (1989): “No puede haber mente consciente sin la inconsciente y viceversa, cada una crea a la otra”. Nuestra conducta es una resultante A fondo de esta dialéctica. W. R. Bion (1963) pone las bases de la existencia de un “inconsciente grupal”, idea desarrollada por otros autores (Anzieu, Meltzer, etc.) y aplicable obviamente al grupo familiar. El inconsciente familiar es un espacio mental compartido, reservorio de experiencias compartidas por la familia y que se alimenta y alimenta de y a los inconscientes individuales de sus miembros. Desde el punto de vista del trabajo social con familias lo importante residiría en comprender que las familias, sobre todo las que están sometidas a conflictos diversos, nos muestran comportamientos referidos a aspectos que ellos mismos desconocen, de los que no tienen conocimiento. Por lo tanto no podremos hacer una lectura lineal, desde la lógica racional de lo que les sucede. La supervisión desde una orientación psicoanalítica puede ser una gran aportación para el trabajador social. El protagonismo de la relación Nacemos y llegamos al mundo para comunicarnos y entrar en contacto emocional intenso con otros seres humanos, esta tarea esencial del desarrollo se inicia en la familia y el gran protagonista es la relación y relaciones afectivas que ese contexto nos ofrece. Cuando pretendemos realizar una tarea de ayuda emocional, el gran protagonista no somos nosotros, sino la relación que podemos ofrecer. Debe ser una relación que permita generar crecimiento. La familia debería ofrecer la posibilidad de ofrecer desde una “base segura” del apego (J. Bowlby), la oportunidad de comprender que somos más que uno y más que dos y más que tres y, desde ahí, abrir la puerta a la sociabilidad. Los profesionales que pretendemos dar La familia no es un objeto de observación neutro, entrar en contacto con ella promueve en el profesional una reacción emocional muy intensa; por lo tanto la neutralidad es imposible, el trabajo para acercarnos a ella a sabiendas que no la alcanzaremos sí es posible. apoyo emocional a las familias en situación de conflicto deberíamos pensar alrededor de dos conceptos elaborados por el Psicoanálisis: la “neutralidad benevolente” y la empatía. La familia no es un objeto de observación neutro, entrar en contacto con ella promueve en el profesional una reacción emocional muy intensa; por lo tanto la neutralidad es imposible, el trabajo para acercarnos a ella a sabiendas que no la alcanzaremos sí es posible. Hay que realizar un trabajo interno que nos permita una distancia que genere entender más que juzgar. La observación cercana del funcionamiento de las familias produce, de forma espontánea, opiniones y juicios (prejuicios), grandes enemigos de la comprensión de los dramas familiares. Esta tarea de aproximación a la “neutralidad imposible” nos permite acceder al otro aspecto que señalaba, la empatía. La empatía, ese fenómeno humano no al alcance de todos los humanos, de poder ponerse “ en la piel del otro”, no la entenderemos aquí como una reacción espontánea de sintonía sino tal como la entiende H. Kohut, un esfuerzo del profesional para acercar su mundo interno y hacerlo permeable al mundo interno del paciente, en este caso el grupo familiar. Esta tarea compleja del profesional para ofrecer un grado de neutralidad benevolenRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 45 La psicoanálisi a la intervención en familias te (a favor de) y empatía nos lleva a pensar en otro concepto psicoanalítico fundamental en el trabajo con familias que es la contratransferencia (CTF). Nunca me gustó la palabra pero si lo que significa: lo que el paciente hace sentir al profesional. Freud consideró a la CTF como algo que dificultaba la tarea del analista y, por tanto, algo a evitar y proteger a través del análisis personal del terapeuta. H. Racker (1959) da un giro a esta visión y considera la CTF como elemento de gran importancia en toda tarea de ayuda emocional. Daniel Stern y el psicoanálisis relacional, entre muchos otros, corroboran esta idea. En el trabajo con familias deberíamos comprender que la CTF es como un “caja de resonancia” en la que se combinan lo que nos transfiere la familia y lo que esto nos hace sentir: pena, rabia, compasión, rechazo etc. Nuestras respuestas deberían ser siempre el resultado de haber tenido muy en cuenta este fenómeno y haberlo pensado. El gran riesgo es que si no lo pensamos nuestras respuestas serán puras actuaciones reactivas y no promoverán crecimiento. Como síntesis de esta característica del protagonismo de lo relacional podríamos señalar que Freud fue el primero en señalar que toda psicología es una psicología social. Construimos individualidad desde experiencias relacionales y sociales y la familia es la primera matriz experiencial. Los profesionales que decidimos hacer tareas de ayuda emocional debemos ser conscientes que nosotros, como personas, y nuestra forma de relacionarnos somos el instrumento de trabajo. Los seres humanos no únicamente parten de la organización de un “sistema de apego” en el sentido de J. Bowlby (1976), sino que en su mayoría, no todas, buscan apego a lo largo de toda su 46 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 vida. Las psicoterapias no son una invención de los psicólogos, son la concreción de una necesidad humana universal: encontrar apoyo, consuelo y orientación en la comunicación con otros seres humanos. Todos los bebés esperan encontrar, como señala D. Winnicott “una madre suficientemente buena” que los sostenga y entienda, qué haga lo que mejor pueda para que el bebé tire adelante, y tanto mejor si existe una padre que intervenga y sea, también, “suficientemente bueno”. Para que este concepto no sea idealizado me parece oportuno referirme al artículo de mis amigos y colegas F. Sainz y V. Cabré (2012), en el que se matiza la necesidad de ser humildemente consciente de muestras limitaciones y pensar que a todas las personas que intentemos ayudar también las podremos en contacto con nuestras insuficiencias. Aspectos prácticos de la ayuda emocional a la familia Querría sintetizar muy brevemente algunos aspectos del abordaje de ayuda y comprensión familiar desarrollados en mi libro (2009), también aplicables desde el trabajo social. Lo que observamos Una serie de conductas ajenas al conocimiento de la familia: un inconsciente familiar. Como se tratan entre ellos, como tratan al profesional y lo que nos hacen sentir (transferencias y contratransferencia). Lo que dicen, cómo lo dicen, y, por ende, lo que no dicen (verdad, mentira, secretos). Qué tipo de malestar circula entre ellos (ansiedades y afectos ligados a ellas) A fondo Estilos de relación y comunicación (interacciones y representaciones mentales). Desde aquí concretaríamos lo que el profesional puede ofrecer para empezar a construir un espacio-tiempo que promueva crecimiento. Tenerlos en la mente como grupo. Luchar contra la tendencia racional espontánea a verlos como suma de individualidades. Pensar que las comunicaciones individuales son comunicaciones del grupo, conscientes o inconscientes), a través de un miembro individual. Ofrecer un espacio físico y mental de encuentro a la familia, o a los miembros que puedan o queramos que acudan, huyendo de la entrevistas individuales. Encuadrar la tarea, es decir, decidir un marco de trabajo ordenado por el profesional y evaluado por él y que permita a la familia cobrar protagonismo en la resolución de sus problemas. El objetivo no es dar recursos a la familia sino ayudarla a promover sus propios recursos. La formación en el trabajo con familias Los estudios de Trabajo Social consideran, como es obvio, a la familia como objeto importante de análisis desde el punto de vista psicosocial y comunitario. Sin embargo, soy de la opinión que los profesionales que se quieran dedicar específicamente a profundizar en este ámbito y ofrecer, por ende, ayuda emocional, deberían profundizar en el tema a través de una formación específica. Sería importante que pudieran optar por un modelo de intervención, los más exten- didos: el psicoanalítico y el sistémico, y que lo hicieran en función de un criterio personal; los viejos desacuerdos en defensa de cual es más adecuado ya no sirven. El profesional actúa bien si se encuentra a gusto e identificado con su propio modelo. Aparte de esta profundización más de tipo teórico lo que me parece del todo fundamental en el trabajo con familias es la SUPERVISIÓN de la tarea. Nunca he considerado al supervisor como “el que sabe más y enseña a otros que saben menos”. Lo relevante de esta tarea es compartir experiencia y generar pensamiento nuevo. Tras largos años de trabajo como supervisor de equipos psicosociales nunca he pretendido “enseñar psicoanálisis”, tan solo he utilizado mi formación psicoanalítica para “entender más y de manera más profunda”. Creo que es en el momento de la supervisión cuando se produce ese vínculo enriquecedor entre psicoanálisis y trabajo social al que me he ido refiriendo como base de este artículo. Aviso para navegantes Para finalizar, querría señalar que, como todos sabéis, navegamos por tiempos difíciles en los que asumir la complejidad, pensar y pararse a pensar, profundizar, hacer experiencia emocional no está de moda. Impera un reduccionismo concretizador que busca soluciones rápidas a temas difíciles, se venden recetas de la felicidad y tanto el Psicoanálisis como el Trabajo Social de orientación dinámica pueden no ser muy bien vistos, sino incluso atacados. ¡Animo navegantes afines a mi forma de pensar!... Más vale pensar lo que crees aún siendo mal visto que dejar de pensar por ser bien visto. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 47 La psicoanálisi a la intervención en familias Bibliografía BAUMAN, Zygmunt. Tiempos líquidos. Barcelona: Editorial Tusquets, 2007. ISBN 978-848383-029-1. CODERCH, Joan. La práctica de la psicoterapia relacional. Madrid: Editorial Agora Relacional S.L., 2010. ISBN 978-84-614-5896-7. CODERCH, Joan. “Psicoanálisis Relacional de Frecuencia Semanal y Larga Duración (PRSL) . Bases teóricas y clínicas”, en Revista CEIR Vol. 6 (3) – (octubre 2012), pàg. 468-514. ISSN 1988-29 39 www.ceir.org.es. 48 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 ROSSELL, Teresa. L’entrevista en el Treball Social. Barcelona: Editorial La Llar del Llibre, 1987. ISBN 84-7279-305-2. SAINZ, Francesc i CABRÉ, Víctor. “La experiencia terapéutica con un analista suficiente e insuficientemente bueno. 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No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce, MARTHA MEDEIROS Resumen Se diferencian los conceptos de perspectiva sistémica de otros más específicos, como son terapia familiar, intervención en servicios sociales, etc. Se comentan los puntos de vista de algunos autores que ilustran la citada perspectiva. Se introducen sendas categorizaciones de los climas y las situaciones relacionales presentadas en espacio de supervisión. El objetivo es que sean usadas como herramientas de comprensión y cambio positivo en la intervención. Palabras clave: Perspectiva sistémica, intervención en servicios sociales, supervisión de casos. Para citar el artículo: ALEGRET HERNÀNDEZ, Joana. Apuntes para la intervención en servicios sociales desde una perspectiva sistémica. Revista de Treball Social . Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 49-59. ISSN 0212-7210 Abstract I differentiate between systemic approach and more specific concepts, such as family therapy, social service intervention, etc. The views of some authors who represent that approach are summarized. Some categories of atmospheres and relational situations explained in consultation meetings are introduced. The aim is using them as tools for comprehension and positive change in the intervention. Key words: Systemic approach, social service intervention, case-consultation. Psiquiatra, terapeuta familiar, supervisora docente. Supervisora de equipos de primaria del Ayuntamiento de Barcelona. joanaalegret@hotmail.com. * En todo el artículo se utiliza el masculino aunque su significado englobe a ambos géneros. 1 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 49 Intervención desde una perspectiva sistémica Presentación L@s lectores/as precisan saber ante todo quién es la persona que les habla. Por ello presentarme es un deber, y más siendo excepcional mi inclusión en revistas como la presente, por lo cual también debo explicitar mi agradecimiento genuino. Jubilada en parte, 65 años, de profesión de origen médicopsiquiatra. Psicoterapeuta como profesión de destino. He transitado básicamente por ámbitos de trabajo pertenecientes a la red pública catalana de atención a la salud mental de niños y adolescentes. Y he seguido la evolución de la red de servicios sociales que en nuestro país ha florecido. La he conocido como fuente de derivación, como receptora de casos, como consultora y como formadora. Nunca estuve dentro. Esta circunstancia es a la vez un límite y una posibilidad. Ojalá el límite se redefiniera a partir de ahora. Espero que pueda transmitirles la posibilidad: aquello que la posición externa me facilitó discurrir. En este artículo hay dos partes. Se esbozan en primer lugar algunas síntesis de autor@s con el deseo de que quien lo lea se sitúe acerca de algunos puntos del pensamiento sistémico. En la segunda parte se plantean un par de ejes conceptuales surgidos de mi contacto con servicios sociales. 1ª parte Las ideas que se expondrán aquí, representativas de autores o autoras de filiación sistémica con los que sintonizamos, se han ido destilando a partir de experiencias innovadoras en su momento. En el presente hay una proliferación de prácticas con influencia sistémica y, cual semillas que, según el terre50 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 no, desarrollan una u otra variedad vegetal, ofrecen una diversidad muy estimulante. Cada práctica ofrece una peculiar síntesis del bagaje conceptual de quien sobre ella reflexiona. La perspectiva sistémica configura una posición del profesional conectada con una epistemología, unos instrumentos teórico-técnicos y unas formas de respuesta. Algunos presupuestos comunes subyacen a esa diversidad. La perspectiva sistémica configura una posición del profesional conectada con una epistemología, unos instrumentos teórico-técnicos y unas formas de respuesta, una de las cuales, primigenia, es la terapia familiar. Hoy en día, sin embargo, se consideran otras prácticas a su mismo nivel lógico: terapia individual sistémica, intervenciones en ámbitos diversos, mediación, coaching, etc. Todas ellas vienen iluminadas por una forma de comprender la realidad a la que calificamos como sistémica. Dicha perspectiva nace incardinada en el abordaje de los trastornos de la comunicación o de las relaciones; no por azar se llama también perspectiva relacional. Asimismo, se le califica como ecológica, ya que un distintivo de su mirada sería el interrogarse sobre los contextos o marcos de significación en los que anidan los fenómenos sociales. López Baños, Manrique Solana y Otero (1990) la entienden como una forma de pensar y de interactuar con lo que constituye nuestro objeto de trabajo caracterizada por las siguientes ideas: La realidad se construye. La participación del observador en lo que viene percibiéndose es una posición epistemológica A fondo que, si bien no es exclusiva de la perspectiva sistémica, resulta, hoy en día, uno de sus pilares conceptuales. El lenguaje crea realidad. La comunicación nunca es la transmisión de una realidad “objetiva”, sino que se produce a partir de consensos de significación entre los que hablan. La denominación de un fenómeno determina qué peculiar significado de los múltiples potenciales va a ser el que se transforme en realidad-tenida-en-cuenta. Hay orden a partir del caos. Usando, por analogía, un fenómeno descrito por Prigogine en física, también en ciencias sociales a partir de cierta lejanía del equilibrio, o sea de cierto aumento del caos, se puede producir una nueva organización, hasta entonces impredecible. Ello desafía los postulados deterministas. La mente es social. Bateson realizó un aporte importante a las teorías vigentes en su momento, desarrollando, entre muchas, la idea de que la mente excede los límites del individuo para abarcar circuitos de acción-transformación ostensibles a partir de diferencias. Según este autor, toda información es una diferencia (Bateson, 1972). El sistema y su contexto son recíprocos. Hay una evolución de la idea de ambiente a la de contexto que puede ilustrarse con la palabra reciprocidad. Ambos, sistema y contexto, se modifican mutuamente y precisan co-evolucionar para sobrevivir. La causalidad es circular. La causalidad lineal, o sea A causa B, resulta con frecuencia una visión reduccionista de un fenómeno. Si ampliamos la secuencia, hallaremos que la retroacción de B hacia A cierra el círculo y abre la puerta a la contemplación de la recursividad. Emilia Dowling, autora cuyos temas principales han sido la relación familia-escuela y la familia ante la separación o divorcio (2011), en comunicación personal (2000), señala los siguientes itinerarios que recorrería la perspectiva sistémica: De la linealidad a la circularidad. De lo intrapsíquico a lo interaccional. De mirar las causas a mirar las consecuencias. De mirar la conducta a mirar los significados y creencias que la gobiernan. Del estereotipo en la visión de lo que pasa a la apertura a distintas perspectivas. De la imposición a la co-construcción de soluciones. El pensamiento de Cancrini ha tenido peso en nuestro quehacer longitudinalmente en diversos momentos. Uno de ellos fue desde su dirección de la experiencia de Ciutat Vella (1997), después de aquella pionera de Palermo. Sus conceptualizaciones en los campos de la toxicomanía (1992), de las familias multiproblemáticas (1997), de los funcionamientos borderline (2007) y de las infancias infelices (2012), tienen en común su repercusión y proyección en la praxis de los servicios sociales. Algunas ideas de Cancrini, extraídas de sus obras y de experiencias compartidas con él en la supervisión de casos, son: Así como el terapeuta familiar reúne en su despacho alguna vez a toda la familia significativa a causa de un problema de un miembro, el profesional sistémico reúne en su cabeza a las personas significativas en un caso, con RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 51 Intervención desde una perspectiva sistémica las cuales puede haber contactado juntas, por subgrupos o individualmente. La mente del profesional ensambla y relaciona las versiones de cada uno de los miembros del sistema, de cara al diseño de la intervención. En las familias multiproblemáticas es adecuado pensar al subsistema de los varios profesionales que intervienen como el frente parental (los padres). Si en este hay fisuras, desacuerdos, el subsistema filial (la familia) va a resentirlo. Las emociones que los funcionamientos borderline de algunas personas o subsistemas desvelan pueden ocasionar que también los profesionales, temporalmente, funcionen a ese nivel. La supervisión puede restablecer una distancia óptima: ni desapegados ni confundidos con lo que los usuarios sienten o expresan. La supervisión puede restablecer una distancia óptima: ni desapegados ni confundidos con lo que los usuarios sienten o expresan. Lerma (1992) es una autora que influyó asimismo en nuestra tarea por su sistemático desarrollo de conceptos incardinados en lo que ella llama “el proceso de ayuda en la práctica del servicio social”. Por ser desconocida en nuestros idiomas, castellano o catalán, me detendré especialmente en resumir sus planteamientos. Para adoptar la perspectiva sistémica se precisan algunas condiciones. La primera es adquirir un pensamiento multidimensional (Morin, 2011) que nos permita movernos entre lo particular y lo general. La segunda se refiere a la oportunidad de un pensamiento de ida y vuelta (Selvini Palazzoli, 1986), 52 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 que va de la teoría a la práctica a través de un proceso circular deductivo e inductivo. Según Lerma, en la forma tradicional del servicio social hay una predisposición anticipatoria del razonamiento sistémico, pues su foco no es la persona ni el ambiente concebidos separadamente, sino la relación entre ambos. Sus fases metodológicas serían las siguientes: 1) Análisis y valoración de la demanda de ayuda 2) La entrevista 3) La toma a cargo y la valoración psicosocial 4) El contrato colaborativo. 5) La evaluación y la conclusión de los procesos Nada nuevo. Lo que me parece más notable son los desarrollos de cada una de las fases. No los expondré con detalle, pero aportaré algún ejemplo de cada una de las fases enunciadas. En la primera de ellas incluye las hipótesis a hacerse cuando una demanda es recurrente. ¿Se puede tratar de interrumpir tal redundancia? Hay que preparar con esmero los primeros contactos a partir de lo que ya sabemos. En la entrevista ejemplifica técnicas para introducir la circularidad en las preguntas, así como para superar trabas comunicativas. En la toma a cargo desarrolla la necesidad de aprender a situarse en las intervenciones obligadas, o sea, bajo coacción, por ejemplo en las situaciones de maltrato o abuso. En el contrato colaborativo se remansa en las dificultades también posibles entre profesionales para construir la cooperación. En la evaluación de los procesos señala el auto-análisis de los errores del profesio- A fondo nal como aprendizaje que producirá frutos en los efectos de su hacer. Y el mero hecho de que la autora hable de conclusión de los procesos ya es activador de reflexiones. Transcribiré una de las ideas de Lerma como punto de conexión con algunas ideas propias. “Valencia terapéutica no es sinónimo de psicoterapia. Reconocer y realizar la terapeuticidad de la relación profesional y de la intervención significa actuar como parte integrante de un proyecto global para el cambio que asocia a diversos profesionales, en coherencia con los fines del servicio… Tal función es un instrumento de evolución personal y social.” (op. cit.) ¿Qué es lo que define una intervención como psicoterapéutica? Etimológicamente, “intervenir” significa “venir entre”. El profesional puede interactuar con la situación problemática desde distintos metacontextos (Lamas, 1997). Intervención psicoterapéutica es la activación por parte de un profesional de un proceso, en el marco de una temporalidad acotada, y llevada a cabo con medios psicológicorelacionales, cuyo objetivo sea una mayor autonomía del sistema problemático de los usuarios y una mayor resiliencia de éstos como individuos. . La resiliencia, según Rutter (1985), “parece implicar distintos elementos relacionados. Primero, un sentido de autoestima y autoconfianza; segundo, una creencia en la propia eficacia y habilidad para afrontar el cambio y la adaptación; y tercero, un repertorio de aproximaciones sociales resolutivas de problemas” Pueden haber, por lo tanto, intervenciones psicoterapéuticas en distintos dispositivos funcionales donde se trabaja: el ámbito psicopedagógico, el sanitario, el de servicios sociales, el de salud mental, el de protección a la infancia, el judicial, etc. ¿Define el tipo de intervención la disciplina del profesional? ¿O bien los objetivos y el modo de ir hacia ellos? La respuesta a estas preguntas ha sido una constante inquietud en mi historia profesional. Por el hecho citado de tener una titulación como psiquiatra, ¿sería este rótulo el que calificaría mi práctica? Pero ¿cuál de mis prácticas? Siempre con la finalidad de esclarecer las distintas funciones que una misma puede desempeñar, recientemente he resumido y ejemplificado los distintos contextos de cambio de los que he podido o puedo formar parte (Alegret, 2012). Por tanto, en mi opinión, el papel del/de la psiquiatra puede ser diferente según su institución y su historia profesional y formativa permitan. Hay una función específica (que tiene que ver con su formación en los aspectos biológicos incluidos en la conducta de la persona, y con su posibilidad de uso de los fármacos); y hay otras funciones posibles que comparte con otros profesionales de la atención psico-socio-sanitaria. Las funciones de acogida, valoración, toma a cargo terapéutico, inicio de contexto de control, oferta asistencial, le han de ser también posibles de desempeñar adecuadamente en según que lugares o metacontextos esté situad@. ¿El hábito no hace al monje? El hábito nos avisa y aclara cuando el monje puede tener distintas funciones. Si lleva de- La claridad comunicativa es nuestra manera de ser coherentes con la adecuada transparencia y de favorecer la construcción de una alianza de trabajo. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 53 Intervención desde una perspectiva sistémica lantal blanco está en función de cocinero. Los usuarios han de saber qué hábitos podemos llevar y cuáles no. La claridad comunicativa es nuestra manera de ser coherentes con la adecuada transparencia y de favorecer la construcción de una alianza de trabajo. 2ª parte Toca ahora hablar de servicios sociales desde una posición en la que mi presencia es menos cotidiana: la de consultoría de casos, también llamada supervisión. En ese espacio los focos que se van repitiendo responden a la siguiente tipología: 1) Procesos entre los profesionales y el caso 2) Procesos entre los profesionales y el encargo institucional 3) Procesos entre los profesionales y el consultor 4) Procesos en la dinámica interna del grupo de profesionales. Al reflexionar sobre tales procesos me interesó hallar hipótesis para comprender las figuras relacionales que repetidamente aparecían y aparecen en servicios sociales en equipos diferentes y en profesionales bien diversos. Como sabemos, y desde Caplan (1960) lo podemos aplicar también al campo social, una forma de responder a los bloqueos o dificultades que los agentes de salud experimenten al manejar un caso es ofrecer una escucha que se abra también a su subjetividad. Dos circunstancias me animaron a probar otras vías, complementarias a las de Caplan y de tantos autores focalizados en las resonancias del operador social. Una, la más importante, es constatar la diversa mo54 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 tivación que en un grupo cada individuo aporta al espacio de consulta de casos, especialmente cuando aquél es solicitado por un agente externo al propio grupo. No se puede forzar la comprensible reserva de los que están en el espacio con actitud pasiva o expectante. La motivación individual es imprescindible para trabajar en el registro subjetivo. Quien lo olvide puede ocasionar rechazo o, en el mejor de los casos, inoperancia. Otra circunstancia fue la de percibir redundancias en las presentaciones que me sorprendían, al proceder yo misma de metacontextos diferentes. Empecé a pensar que tales redundancias procedían, más que de los profesionales, de las características de la cultura de respuestas del propio metacontexto de servicios sociales. De ahí surgió la idea de ir identificando tales redundancias, nombrándolas y cuantificando su aparición. Un tipo de redundancias tienen relación con el clima emocional básico. Este concepto se refiere a aquello que el profesional relata como la atmósfera predominante del encuentro. Este sería el primer eje. En el relato del caso y de algunas de sus escenas rememoradas se recoge, con frecuencia, el eco del tipo predominante de ondas emocionales que “bañan” los contenidos de los que hablan los participantes. A lo largo del tiempo, y con la colaboración de Elisenda Castanys, he diferenciado seis tipos de climas: Desacuerdo simétrico, Desacuerdo complementario, Confusión, Tranquilidad, Temor y Satisfacción. Algunos comentarios que la tabla precisa: a pesar de que hablamos de clima, ello no significa que la influencia de los miembros del sistema sea equiparable. Por ejemplo, en un clima de confusión, el profesional puede dotarse de recursos que la contrapesen. Lo cual a veces modifica el clima. Pero A fondo Tabla 1 Tipo de clima Desacuerdo Desacuerdo emocional simétrico complemenbásico tario Confusión Tranquilidad Temor Satisfacción Palabras clave Tensión y conflicto explícitos Resistencia Desconcierto Previsibilidad, Preocupación Adelanto implícita con incoherencia estancamiento, por alguien trabajo en acuerdo verbal inèrcia inquietud comú Ideas para la situación Técnicas de desactivacion del conflicto Atención al lenguaje analógico ¿Puede Valorar si nuestra hay que clarificación consultar influir? ¿Es el caso rasgo del sistema usuario? ¿Es oportuno metacomunicarlo? Consultar el caso, ampliar el equipo Comentarlo, compartirlo con los compañeros del dispositivo y de otras sedes Fuente: elaboración propia a veces no, por ejemplo en personas con perturbaciones del proceso de lectura de la realidad. De todas formas, siempre será útil que el profesional juegue sus cartas lo más serenamente posible, con todo aquello que la experiencia, propia o ajena, enseña para las entrevistas difíciles. Entremos en el segundo eje. Otro tipo de redundancias se conectan con aquellas metas que surgen al acabar el comentario del caso. En general, aunque ello no sea lo esencial de un espacio de consulta, se cierra el encuentro con algunas ideas nuevas, que aconsejan seguir en determinado sentido o desaconsejan algunos caminos ya probados. A posteriori del encuentro, la pregunta que me he hecho ha sido: “¿Cuál es la idea nueva que se ha perfilado en esta reunión de cara al manejo del caso?” Normalmente no se reduce a eso el trabajo del grupo con el consultor, pero la exigencia de buscar una formulación transmisible de los momentos de conclusión ha guiado mi reflexión. Por ejemplo, la idea nueva podría ser que quizá la madre no colabora con la trabajadora familiar (TF) porque la haya aceptado a disgus- to, aunque de palabra haya aceptado su presencia. Un clima emocional básico de desacuerdo complementario, según lo explicado anteriormente. A renglón seguido la pregunta era: “¿A qué aspecto del caso sugiere límites la idea nueva? “ Por ejemplo, siguiendo lo anterior, se puede sugerir limitar la ocultación del control que puede haber motivado la propuesta de la TF al domicilio dando solamente otras razones (“Vd. está sobrepasada, la TF le será de ayuda con los niños, etc.”). Explicitar el origen del control pasa por transmitir la preocupación que alguien haya expresado acerca de la función parental hacia los niños, basándose en algunos hechos observados (por ejemplo, que los niños se duermen siempre en clase, que llevan algunos moretones, etc.). Lo cual clarifica una ambigüedad en el mensaje dado para ofrecer la inclusión de una TF. La madre la había aceptado de palabra, pero con los hechos mostraba sus reticencias. Así como su mensaje es ambiguo, también lo es la formulación que el servicio hace de la necesidad de la TF. Se sugiere la clarificación para sanear la comunicación, y ello pasa por evitar la RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 55 Intervención desde una perspectiva sistémica ocultación del control. Ese límite sugerido fue llamado CO (control oculto). En mi experiencia, compartida en un período con Elisenda, se han ido repitiendo ciertos consejos de abandonar algunos caminos, y a eso le llamamos límites, por estar preocupado el Ayuntamiento que nos contrató por los límites de servicios sociales. Su formulación en negativo puede fácilmente traducirse en positivo. Es una vivencia habitual en la presentación de casos que el/los consultante/s agradezcan que se les aconseje algún giro en determinado aspecto técnico. Tal expectativa suele compensar el esfuerzo que supone presentar el caso. A veces lo que se espera es una confirmación del camino iniciado. La transformación del consejo en categorías tomó dos años de tra- bajo en esa institución, con el método de extraer de la práctica una denominación que sintetizara lo sugerido. Una clarificación necesaria es que cada frase que se propone como “limitable” lo es en aquella situación específica de la intervención. Para algunas de las categorías no se desaconseja su uso en general, sino tan sólo en determinados bloqueos o empantanamientos del profesional en los casos. Otras veces su valencia será adecuada y su elección justificada. He aquí la enumeración de las categorías, y a su derecha las siglas usadas como resumen (se han mantenido las siglas de origen en catalán). El desarrollo más detallado y la ejemplificación de cada una de ellas sería materia de otro artículo. Tabla 2 Poner límites a... Siglas que resumen el consejo Oferta asistencial AS Control oculto Derivación dificultada Derivación retenida Encargo aceptado CO DD DR EN Formación desaprovechada FOR Mensaje ambiguo Motivación polarizada Visión parcial MA MP PAR Realidad vista como immóvil Saber por otras vías Red profesional disfuncional RI SAV XPD Fuente: elaboración propia 56 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Explicación resumida de lo que se aconseja limitar o disminuir Oferta asistencial que en el inicio tenía sentido pero que en el present bloquea los recursos propios Medida ofrecida para vigilar la función parental sin explicitarlo Traspaso a otro equipo con poca posibilidad de ser aceptado por el usuario Demora en derivación a otro equipo por dudas acerca del funcionamiento de aquel Línea de trabajo sugerida por alguien precedente a la toma a cargo del caso y pasivamente seguida Esfuerzo en ofrecer consejos, pautas, psicoeducación, etc. sin que se puedan ver frutos Menasaje simultáneo de activación y bloqueo de las mismas capacidades del usuario Posición hacia el cambio muy distante de la homeostática Adhesión a visión de un miembro del sistema como inmutable, con bloqueo de su inclusión Adhesión a definición de un comportamiento o situación como immodificable Obtención de información de forma poco transmisible cuando es adecuada la transparencia Fisuras, desconfianza, coaliciones, omisiones, etc. en la red necesari entre profesionalse A fondo Cabe ahora comentar una experiencia acerca del uso de la mencionada nomenclatura. Al ir codificando día a día mis impresiones al acabar una sesión de consulta, se dibuja al cabo de cierto tiempo un perfil peculiar y único en cada uno de los equipos en los que he intervenido. Veamos, por ejemplo, tres perfiles recientes: Equipo A: 8 casos comentados Visión parcial Red profesional disfuncional Mensaje ambiguo Control oculto Formación desaprovechada 3 2 1 1 1 Equipo B: 13 casos comentados Visión parcial Formación Red desaprovechada profesional disfuncional 5 3 Realidad vista como inmóvil Oferta asistencial Control oculto 1 1 1 2 Equipo C: 10 casos comentados Red Control Formación Oferta profesional oculto desaprovechada asistencial disfuncional 3 2 1 La visión parcial, categoría predominante (9 casos) al sumar los tres perfiles, no es ajena a los casos de dificultades relacionales y psicopatológicas extremas que a veces hay que atender en servicios sociales. Por ello la multiparcialidad, concepto clave en la perspectiva sistémica, es de gran utilidad. Asimismo, la red profesional disfuncional, segunda categoría más frecuente (7 casos), se contrarresta al aportar una mirada al sistema de intervención en el que se incluya la relación entre los profesionales. Ahí pueden residir dificultades que, superadas, serán punto de apoyo de una evolución positiva. 1 Mensaje Realitdad vista Visión ambiguo comp parcial inmóvil 1 1 1 Conclusiones La introducción de la perspectiva sistémica en el campo de la intervención en servicios sociales fue, a mi juicio, una promesa hecha realidad en las experiencias de Palermo y Ciutat Vella, por ejemplo. Hay muchas otras. Sus premisas, basadas en la hipotetización y en el análisis de los casos en el que se incluye el margen de cambio de los profesionales, favorecen la apertura a la mejoría que toda intervención posee. La lectura de las situaciones desde los recursos posibles, más que desde las carencias, ofreRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 57 Intervención desde una perspectiva sistémica ce a los profesionales metas realistas, verificables y graduales. Que permitan el análisis del proceso de la intervención de forma continuada. Y que prevean una catamnesis o follow up al cabo del tiempo. Una condición indispensable es que el profesional no esgrima su per tenencia formativa o de modelo como una bandera que separe. Una condición indispensable es que el profesional no esgrima su pertenencia formativa o de modelo como una bandera que separe. Los profesionales de servicios sociales, a diferencia de otros colectivos, han aprendido, desde su origen, a contar con el/ la compañer@ en la inter vención. Las sinergias se construyen apuntaladas en lo que nos une, y aceptando lo que nos separa. Los hilos del manejo de casos están, en parte, en 58 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 nuestras manos. Y solamente hemos de responsabilizarnos de esa parte, no de la globalidad de los hechos. Los lamentables recortes presupuestarios presentes pueden estimular hacia formas de colaboración nuevas, por ejemplo con el colectivo del voluntariado. Las experiencias serias y sostenidas de trabajo en red, además de un aprendizaje multiplicador, demuestran un ahorro también en términos económicos (Almirall et al., 2012). Y una prevención evidente del queme profesional. El trabajo en red no es exclusivo de ningún colectivo, pero los sistémicos, lectores de relaciones, debemos priorizarlo con tesón en servicios sociales. Ojalá las líneas precedentes hayan estimulado algunas búsquedas y animado a la profundización de la novedad, si fuera el caso, de alguna idea o concepto de los expuestos. Ya habría valido la pena, recordando el poema inicial, hablar a través del artículo a aquellos de los lectores con los que, hasta ahora, no nos conocíamos. A fondo Bibliografía ALEGRET, J. “Los sombreros (y los zapatos) del terapeuta”, en Mosaico, núm. 53 (octubre 2012), pàg. 56-65. ISSN 1887-0600. ALMIRALL, R. et al. Informe d’avaluació dels costos i beneficis del model Interxarxes. Barcelona: Ajuntament de Barcelona, Districte d’Horta-Guinardó, Divisió de Serveis Socials, 2012. BATESON, G. Verso una ecologia della mente. Milà: Adelphi, 1976. ISBN 978-88-4591316-7 . CANCRINI, L. Los temerarios en las máquinas voladoras. Buenos Aires: Nueva Visión, 1992. ISBN 9789506022488. CANCRINI, L. “La Ciutat Vella de Barcelona”, en COLETTI, LINARES (comp.). La intervención sistémica en los servicios sociales ante la familia multiproblemáti- ca. Barcelona: Paidós, 1997. ISBN 84-493-0438-5. CANCRINI, L. Océano borderline: viajes por una patología inexplorada. Barcelona: Paidós Ibérica, 2007. ISBN 9788449320132. CANCRINI, L. La cura delle infanzie infelici: Viaggio nell’origine dell’oceano borderline. Roma: Raffaello Cortina, 2012. 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RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 59 Análisis y resolución de casos Análisis y resolución de casos: una propuesta metodológica entre el espacio docente y el profesional para los estudios de grado de trabajo social < < María Virginia Matulic Domandzic;1 María Antonia Buenaventura Rubio;2 Mercè Riquelme Olivares; 3 Josefa Cabiscol Pujol 4; Lourdes Aguado Roa5;Yolanda Lozano Echeverría 6 y Ana Planes Bas7 Resumen La experiencia que presentamos forma parte de una propuesta metodológica planteada en el marco de la asignatura obligatoria Trabajo social individual y familiar (TSIF) de segundo curso de Grado en Trabajo Social de la Universidad de Barcelona durante el periodo académico 2011/2012. Esta propuesta plantea la aplicación metodológica del trabajo social familiar mediante dos situaciones prácticas que han sido diseñadas conjuntamente con profesionales de los servicios sociales básicos y de la salud mental implicadas en los casos sociales presentados. Con esta actividad se pretende fomentar las competencias transversales de los estudiantes como son el aprendizaje autónomo y colaborativo a través del análisis y resolución de situaciones prácticas en el aula. La utilización de casos prácticos reales llevados al aula permite establecer una conexión entre el espacio profesional y el espacio docente. < Palabras clave: Aprendizaje autónomo, resolución de casos, aprendizaje colaborativo, espacio docente y espacio profesional. Para citar el artículo: MATULIC, Virgiania; BUENAVENTURA, Mª Antònia; RIQUELME, Mercè; et al. Análisis y resolución de casos: una propuesta metodológica entre el espacio docente y el profesional para los estudios de grado de trabajo social. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 60-69. ISSN 0212-7210 Profesora colaboradora permanente del Departament de Treball Social i Serveis Socials de la UB. Trabajadora social y antropóloga social y cultural. Máster de Investigación en Sociología. mmatulic@ub.edu 2 Profesora asociada del Departament de Treball Social i Serveis Socials de la UB. Trabajadora social y Máster en Pedagogía social y comunitaria. Liderazgo de la transformación socioeducativa. 3 Profesora asociada del Departament de Treball Social i Serveis Socials de la UB. Trabajadora social y socióloga. 4 Profesora asociada del Departament de Treball Social i Serveis Socials de la UB. Trabajadora social y psicóloga. 5 Trabajadora social de los SSB de Les Corts. Ajuntament de Barcelona. 6 Trabajadora social del PSI Les Corts - Sarrià - St. Gervasi. 7 Trabajadora social del CMIJ de Granollers (Hospital de Sant Joan de Déu). 1 60 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo Abstract The experience that is part of a methodology proposed in the framework of the compulsory subject individual and family social work (TSIF) of the Degree of Social Work at the University of Barcelona during the course 2011/2012. This proposal raises themethodological application of family social work through two practical situations that have been designed in conjunction with professionals in basic social services and mental health involved insocial cases presented. This activity is intended for developing generic skills of students as they are autonomous and collaborative learning through the analysis and resolution of classroom practices. Key words: Autonomous learning, solving cases, collaborative learning, teaching space and work space. 1. Introducción El Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Barcelona inicia el Grado en Trabajo Social durante el curso 2009/2010. La implementación de los estudios de Grado de Trabajo Social ha supuesto una reformulación de las estrategias de enseñanza-aprendizaje basadas en la adquisición de competencias (Fernández, J., 2006: 129). El actual plan de estudios se organiza en materias que se configuran en diversas asignaturas de formación básica, obligatoria y optativa. La asignatura Trabajo social individual y familiar (TSIF) forma parte de las asignaturas de formación obligatoria y es prerrequisito para la realización de las prácticas de tercer curso de la carrera. Se imparte en el primer semestre del segundo año del Grado en cuatro grupos (mañana y tarde), con un total de 60 estudiantes por aula, por lo que en esta asignatura se trabajan competencias transversales y específicas centradas en la capacidad de análisis y reflexión, así como en la resolución de temáticas vinculadas al trabajo social con personas y familias (Plan docente curso 2011/2012). La siguiente propuesta metodológica, basada en la resolución de dos casos prácticos reales, pretende construir conocimiento hacia el aprendizaje compartido. En primer lugar, desde el trabajo colaborativo entre los estudiantes, y en segundo lugar, desde la reflexión y el análisis con los docentes y las profesionales implicadas en las situaciones prácticas planteadas. 2. Marco teorico “La integración de los estudios de Trabajo Social en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) ha implicado una serie de cambios en la comprensión y organización de la docencia universitaria» (López Pastor, V. M., 2007:8). Esta nueva orientación ha promovido en los estudiantes una formación basada en la adquisición de competencias y en la concepción del aprendizaje activo y reflexivo (Cano, I., 2005:20) y ha RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 61 Análisis y resolución de casos significado para los docentes un cambio conceptual en los objetivos, métodos y estrategias de enseñanza-aprendizaje, así como en el sistema de evaluación y organización de los recursos y espacios universitarios (Imbermón, F; Medina, J. L., 2005:11). Las competencias específicas del título de Grado en Trabajo Social se recogen en dos documentos fundamentales, el Libro Blanco de Grado (Vázquez, 2005) y el Documento de Barcelona, ??aprobado en esa ciudad en el año 2007 (Vázquez-Aguado, O., 2011: 26). Estos dos documentos son el resultado de amplios trabajos realizados desde el año 2000 en relación a las competencias y el perfil profesional de los trabajadores sociales. El antecedente más inmediato que vinculaba las competencias profesionales con los títulos universitarios era el Proyecto Tunning.8 Este proyecto clasificaba las competencias en dos tipos fundamentales. En primer lugar, estaban las competencias específicas, que son las que identifican las características de los perfiles profesionales, y en segundo lugar, las competencias transversales o genéricas, que serán comunes a todas las titulaciones universitarias. El perfil profesional de los trabajadores sociales está formado por un conjunto de competencias que le permiten ejercer su función profesional. Estas son: las técnicas (que forman parte de los conocimientos o «del saber»), las metodológicas (que se corresponden con las habilidades o el «saber hacer») y las de relación (vinculadas con las participativas o del “saber ser”). 9 Según De Mi- guel, en el ámbito universitario la competencia es la capacidad que tiene un estudiante para afrontar con garantías situaciones problemáticas en un contexto académico o profesional determinado (2006:24). Estas competencias se trabajan dentro del plan docente de la asignatura TSIF, dividida en tres grandes bloques temáticos: 1. Elementos constitutivos del trabajo social individual y familiar 2. El proceso metodológico del trabajo social individual y familiar 3. La intervención social familiar El ejercicio práctico propuesto permite desarrollar diversas competencias de los estudiantes vinculando el espacio académico con el profesional. Estos aprendizajes aplicados en los grupos de trabajo tienen como objetivo aproximarse a la realidad social en el aula-laboratorio para analizar y acordar de forma conjunta el eje de resolución de las situaciones sociales presentadas. La metodología aplicada para el desarrollo de la asignatura TSIF se basa en los fundamentos teóricos del aprendizaje colaborativo, que potencia las habilidades psicosociales y de interacción (Slavin, 1980, citado en Monereo y Duran), de respeto hacia los demás, de aceptación de los puntos de vista, comunicación, negociación y autoestima, fundamentándose en valores como la colaboración, la ayuda mutua y la solidaridad. La aplicación de esta metodología ha facilitado la interacción entre los estudiantes y las docentes y posteriormente con las profesionales, siendo un motor para el aprendi- Se trataba de un proyecto creado para responder a la Declaración de Bolonia. Su finalidad era contribuir a la creación de los EEES a través del consenso y la definición de las titulaciones europeas (http:// www.usc.es/ es/goberno/vrodoces/eees/glosario.html). 9 Estas competencias están descritas en el Libro Blanco del Trabajo Social, donde se detallan los ámbitos y las funciones específicas que ejercen los trabajadores sociales (2007:126-151). 8 62 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo zaje significativo y para la enseñanza de calidad (Monereo y Duran: 2001). Desde una concepción más constructivista, que entiende el trabajo en grupo de estudiantes como una de las modalidades de interacción educativa que se encuentra en el núcleo de los procesos de enseñanza y aprendizaje, se explica que el progreso personal es inseparable del progreso y de la relación interpersonal (Solé, 1997). Así encontramos que si hablamos de las dimensiones del aprendizaje entre iguales, podemos incorporar tres tipos de interacciones: la tutoría, la cooperación y la colaboración. Para desarrollar este aprendizaje en el aula nos hemos basado en la metodología del aprendizaje basado en problemas, la cual requiere que los estudiantes se involucren de forma activa en su propio aprendizaje definiendo el escenario de formación autodirigida (Escribano y Del Valle, 2008, pág. 19, citado en Orts 2011), donde los estudiantes son responsables de sus aprendizajes, y el eje vertebrador del aprendizaje es la resolución de un caso o problema, que se realiza a partir del trabajo en grupo, potenciando el pensamiento crítico y creativo, y teniendo como referente al tutor como guía en el trabajo el estudiante participa de su propia evaluación (Orts, 2011). La implicación de las profesionales en el diseño y análisis de los casos prácticos presentados en el aula supone una oportunidad La implicación de las profesionales en el diseño y análisis de los casos prácticos presentados en el aula supone una oportunidad para el intercambio y crea nuevas sinergias entre el espacio universitario y el profesional. para el intercambio y crea nuevas sinergias entre el espacio universitario y el profesional. Según el Llibre Blanc de Grau en Treball Social (2005), el compromiso de vincular la práctica con la formación de los futuros trabajadores/as sociales es uno de los requerimientos básicos en la adquisición de competencias profesionales en el nuevo Espacio de Educación Superior. Esta implicación favorece el enriquecimiento de la profesión y mejora la formación de los estudiantes. 3. Propuesta metodológica 3.1. El diseño de la actividad: la colaboración entre docentes y profesionales El diseño de la práctica por parte de las docentes y profesionales se inicia en marzo de 2011 y tiene varias fases. En una primera fase, las docentes identifican las necesidades de aprendizajes de la asignatura fijando los objetivos descritos en el plan docente y planificando el proceso a seguir con las profesionales sociales implicadas en las situaciones prácticas. En una segunda fase, se inicia el proceso de diseño de la actividad con las profesionales implicadas, Ana Planas y Lourdes Aguado, que en años anteriores también han colaborado en la formación de estudiantes en prácticas. Ana Planas, trabajadora social del centro de salud mental infantil y juvenil de Granollers (CSMIJ), presenta el caso I, y Lourdes Aguado, trabajadora social del centro de servicios sociales básicos (SSB) de Les Corts del Ayuntamiento de Barcelona, presenta el caso II. Posteriormente se incorpora en el diseño de esta práctica Yolanda Lozano Echevarria, trabajadora social del RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 63 Análisis y resolución de casos PSI Les Corts - Sarrià - St. Gervasi, que trabaja conjuntamente con los SSB en este caso. Desde la coordinación de la asignatura se programan varias reuniones con las profesionales y el equipo docente. Cada caso tiene unas lecturas específicas y obligatorias (seleccionadas conjuntamente con las profesionales) que enmarcan conceptualmente y que son referentes a las situaciones presentadas. Los estudiantes trabajarán de forma autónoma, y posteriormente lo harán colectivamente en su propio grupo de trabajo para comprender la situación presentada e iniciar una primera fase de la intervención: el estudio. A medida que las profesoras docentes van incorporando nuevos conceptos dentro del marco del proceso metodológico de la intervención, como es el diagnóstico social, el pronóstico, la planificación y la evaluación, éstos son relacionados y trabajados por los estudiantes en la situación práctica escogida. En una tercera fase, el equipo docente plantea a los profesionales la posibilidad de realizar una sesión de trabajo en el aula, generando de esta forma un feedback entre profesionales, docentes y estudiantes; permiten obtener, de este modo, la posibilidad de resolución de dudas metodológicas de primera mano por parte de las profesionales que han propuesto y han trabajado el caso de forma real. 3.2. La planificación docente: una reorganización de la actividad en el aula Los objetivos de aprendizaje fijados en el plan docente de la asignatura se enmarcan en dos grandes apartados: los referidos a los conocimientos y a las habilidades. En relación a los conocimientos destacan los méto64 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 dos y técnicas en TSIF, el proceso metodológico de trabajo social, la aplicación teórica en situaciones prácticas, los dilemas éticos que aparecen en la intervención social, así como la documentación técnica utilizada. Y en relación a las habilidades, destacan la capacidad de diferenciar varios modelos de intervención en TSIF, identificar las competencias relacionales, actitudes y valores, así como saber aplicar los conocimientos aprendidos en esta asignatura. La planificación de esta actividad práctica ha supuesto una reorganización de los contenidos y tiempos dedicados en el espacio aula. En primer lugar, el equipo docente determina los objetivos que se plantean conseguir con esta actividad práctica: Fomentar el proceso analítico del estudiante por medio de actividades vinculadas a la relación teoría-práctica. Aprender la resolución de casos de manera grupal y colaborativa. Implementar las fases metodológicas, estrategias y técnicas del trabajo social a través de la aplicación de casos prácticos. Reflexionar y analizar situaciones prácticas con profesionales del trabajo social. Para implementar estos objetivos la organización de las actividades grupales y del grupo clase son fundamentales. Se programan un total de 10 sesiones, distribuidas de la siguiente forma: dos sesiones de exposición y análisis de lecturas por parte de todos los grupos, seguidas de la vinculación y reflexión de cada caso. siete sesiones para trabajar la aplicación metodológica del trabajo social en los dos casos presentados. Estas sesio- A fondo nes tendrían dos partes diferenciadas, una de trabajo grupal y otra parte de puesta en común y conclusiones generales del grupo clase. Una sesión final donde profesionales/ docentes/estudiantes intercambian la resolución y reflexión sobre las situaciones prácticas presentadas. A lo largo del semestre, las docentes realizan varias tutorías grupales con la finalidad de aclarar dudas, orientar el trabajo grupal y preparar la sesión final con los profesionales. 3.3. La aplicación de la práctica en el aula: el aprendizaje colaborativo de los estudiantes La práctica propuesta a los estudiantes forma parte de una actividad grupal obligatoria que tiene un peso específico en los contenidos evaluables de sus aprendizajes. Esta actividad se presenta al inicio de la asignatura con el fin de crear los grupos de trabajo (5/6 estudiantes) y seleccionar los casos que se trabajarán en el aula. Se presentan dos casos prácticos: el caso I relacionado con el CSMIJ de Granollers y el caso II relacionado con los SSB Les Corts del Ayuntamiento de Barcelona. Los estudiantes inician un primer trabajo autónomo a través de las lecturas vinculadas a cada práctica que expondrán en el aula. Cada grupo dispone de un coordinador responsable de liderar y organizar el trabajo grupal a lo largo de toda la actividad. También se designa un grupo motor para cada caso, que sería el responsable de coordinarse con todos los grupos y exponer el trabajado en el aula en la sesión programada con los profesionales (ver diagrama). Con esta propuesta práctica, los estudiantes implementan la metodología de trabajo social a través de un trabajo grupal y compartido con todo el grupo clase. Esta propuesta tiene como finalidad fomentar el aprendizaje a través del trabajo colaborativo, objeto de evaluación tanto en el proceso como en el resultado final de la actividad. 4. Análisis de los resultados Concluida la experiencia podemos hablar de los resultados obtenidos en tres niveles: a) Estudiantes b) Profesionales c) Docentes a) Estudiantes: los estudiantes valoran muy positivamente esta nueva metodología por lo que supone la oportunidad de acercamiento a la realidad profesional, estudiando y analizando un caso práctico real, el cual después de varias sesiones de trabajo conjunto ofrece la oportunidad de ser contrastado con las profesionales que en la actualidad siguen trabajando en él. La sesión de puesta en común con los profesionales permite crear un interesante espacio para la resolución del caso presentado, hecho que ha contribuido notablemente a reducir la ansiedad propia del estudiante cuando se refiere a enfrentarse con la realidad y el trato directo con personas, en definitiva con su futuro profesional. Sin embargo, la aplicación de los conceptos teóricos a la práctica supone un proceso de aprendizaje al que normalmente los estudiantes no están acostumbrados, ya que la teoría no es aplicable en la práctica hasta que no se sumergen en el mundo laboral. Ante la resolución de los casos se han visto con la necesidad de buscar apoyo en el marRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 65 Análisis y resolución de casos La aplicación de los conceptos teóricos a la práctica supone un proceso de aprendizaje al que normalmente los estudiantes no están acostumbrados, ya que la teoría no es aplicable en la práctica hasta que no se sumergen en el mundo laboral. co teórico, dando así mayor importancia al uso del modelo de intervención que un trabajador social debe aplicar para la resolución de los casos. Este tipo de actividad también ha potenciado la adquisición de competencias transversales del Grado de Trabajo Social como son la escucha activa y el respeto por la opinión de los miembros del grupo, así como la empatía, el respeto y el trabajo en equipo, lo que ha conducido en muchas ocasiones a interiorizar los “principios éticos del trabajo social”. Por otro lado conviene destacar la importancia del grupo motor en la implementación de la metodología. Esta actividad les ha supuesto un enriquecimiento personal y profesional, ya que uno de los elementos fundamentales en el trabajo social es la coordinación de grupos. También cabe remarcar la importancia del tutor en cada caso, pues en momentos determinados éste ha reconducido la situación marcando los límites para la consecución de los objetivos. El hecho de realizar una presentación ante los profesionales pide más implicación y responsabilización de los estudiantes en su coordinación y exposición, fomentando la autonomía y compromiso ante la actividad. Debemos comentar también la gran aportación y el feedback establecido con las profe66 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 sionales referentes de los casos prácticos presentados, que han ayudado a ampliar la mirada y han favorecido la resolución de dudas planteadas por los estudiantes en esta actividad. b) Profesionales: para las profesionales el hecho de sistematizar los casos, y dedicarles un tiempo a la reflexión y al análisis supuso, en primer lugar, un trabajo arduo, pues era necesario preparar un material docente previo conjuntamente con las docentes para trabajar los diferentes casos en el aula. A las profesionales el ofrecimiento de esta nueva participación con la UB les ha permitido, por un lado, abrir puertas de la práctica cotidiana del trabajo social de base con las familias a los futuros trabajadores sociales; y por el otro, sistematizar esta práctica con todos los elementos y profesionales que intervienen: las visitas domiciliarias, las entrevistas individuales y familiares, las coordinaciones con otros profesionales y los agentes sociales de la red, los avances y retrocesos en las dinámicas familiares. La oportunidad de trabajar con las docentes les otorgó la posibilidad de reflexionar en torno a los conceptos fundamentales presentes en la intervención social, como son: el establecimiento del vínculo, la empatía y el empoderamiento de las familias. Así como también les ayudó a pensar en las estrategias, técnicas y modelos de intervención aplicados en cada caso. En segundo lugar, se valora muy positivamente por la posibilidad que este análisis ofrece en la profundización de los casos, así como la oportunidad de visualizar otros puntos de vista y frescura por las intervenciones de los estudiantes. Se destaca considerablemente el hecho de poder ayudar a crear un espacio partici- A fondo pativo y con una motivación tan alta por parte de todos, considerando que esta forma de enfocar la asignatura podría tener continuidad en los próximos cursos académicos. c) Docentes: para los docentes, el uso de esta metodología ha supuesto una evolución en el aprendizaje para los estudiantes sobre todo en relación a las competencias que éstos deben adquirir, tales como el trabajo colaborativo y en grupo, la adquisición de habilidades comunicativas y relacionales, y la incorporación y aplicación de métodos y técnicas del trabajo social. La aplicación de esta metodología ha permitido crear en el aula un espacio analítico y reflexivo que ha favorecido la profundización de los casos y su relación con la teoría de referencia. Este escenario no hubiera sido posible sin el compromiso grupal establecido al inicio del curso en relación a los casos. La oportunidad de implementar el proceso metodológico en dos casos reales ha permitido profundizar en las técnicas e instrumentos necesarios para su realización y ha posibilitado diferenciar estrategias de trabajo y actividades específicas en cada caso práctico. También ha permitido abrir el espacio docente al espacio profesional, construyendo puentes y acercando a los estudiantes a la práctica más real. El trabajo desde esta perspectiva es más enriquecedor para la asignatura. 5. Conclusiones La propuesta metodológica planteada por el equipo docente de la asignatura TSIF ha supuesto una experiencia innovadora porque ha implicado de forma continuada a estudiantes, profesionales y docentes con la finalidad de compartir y generar conocimiento. La presentación de dos casos reales donde intervienen trabajadores sociales favorece la implicación de los estudiantes en la resolución de los casos y los enfrenta a una situación simulada a las prácticas profesionales en el espacio aula. Este escenario se corresponde con uno de los objetivos básicos de esta asignatura, la comprensión y resolución de temáticas vinculadas al trabajo social con personas y familias que les capacita para la realización de las prácticas en el tercer curso de la carrera. Potenciar las competencias analíticas y reflexivas a través de un modelo centrado en el trabajo colaborativo enriquece y supone un beneficio para los estudiantes, ya que han aprendido compartiendo y han resuelto el caso mediante la cooperación realizada entre su grupo, el grupo clase y las aportaciones de las profesionales. Estas actividades han sido posibles gracias a la tutorización continuada del equipo docente con los estudiantes y a la implicación de los mismos en las actividades programadas. Hay que destacar que durante el proceso del trabajo cooperativo las docentes han podido visualizar las habilidades relacionales desplegadas por los estudiantes, como son: la responsabilidad, la participación, la empatía, la asertividad, el respeto, y la capacidad del trabajo en equipo para organizar y liderar grupos por parte de algunos estudiantes, que asumían la función de coordinadores o grupos motores de cada clase. La aplicación de esta metodología ha potenciado la relación del marco teórico con las situaciones prácticas presentadas, expuestas y analizadas en el aula, y ha favorecido que los estudiantes puedan comprender las RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 67 Análisis y resolución de casos situaciones-problema en relación con los centros, las profesionales implicadas y las dinámicas y relaciones familiares establecidas en los casos presentados. Entonces, la metodología de aprendizaje basado en problemas representa un reto para los docentes, pues la resolución de un caso real puede presentar diferentes inquietudes en los estudiantes, lo que invita al profesor a tener una formación y preparación total- mente dinámica para el desarrollo de diferentes actividades dentro del aula. El equipo docente de esta asignatura ha valorado la posibilidad de establecer una continuidad de esta actividad en otras asignaturas del grado vinculadas a las prácticas profesionales. Esta transversalidad permitirá desarrollar aprendizajes significativos en los estudiantes y facilitará una mayor vinculación del espacio académico con el profesional. Bibliografía CANO, E. El portafolios del pro- fesorado universitario. Un instrumento para la evaluación y para el desarrollo profesional. Barcelona: Fundación Universitaria Octaedro/ ICE- UB, 2005. ISBN 978-84-8063-765-7. DE MIGUEL, M. (dir.). Moda- lidades de enseñanza centradas en el desarrollo de Competencias. Orientaciones para promover el cambio metodológico en el Espacio Europeo de Educación Superior. Madrid: Ministerio de Educación y Universidad de Oviedo, 2005. ISBN 978-84-8317-546-0. FERNÁNDEZ, J. “El treball so- cial a l’Espai Europeu d’Educació Superior: hem aconseguit la llicenciatura?”, en Revista de 68 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Treball Social, núm. 177 (2006). Barcelona: Col.legi Oficial de Treball Social de Catalunya. ISSN 0212-7210. IMBERNÓN, F. i MEDINA, J. L. 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A fondo Annexo: Diagrama metodología de tabajo Fuente: Elaboración propia. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 69 Trabajo con familias en un Centro de Salud Mental Trabajo social con familias en un Centro de Salud Mental de Adultos Manuel Miguel Pajuelo Valsera 1 Resumen Este artículo se centra en el enfoque clínico de de los trabajadores sociales, desde el punto de vista del trabajo con familias. Consta de dos partes. En la primera se realiza una aproximación teórica, a modo de encuadre. En la segunda parte se concretan algunos aspectos del trabajo social con familias en un centro de salud mental de adultos. Palabras clave: Salud mental, familia, clínica. Para citar el artículo: PAJUELO VALSERA, Manuel Miguel. Trabajo social con familias en un Centro de SaludMental de Adultos. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 70-81. ISSN 0212-7210 Abstract This article focuses on the clinical approach of social workers from the point of view of working with families. It consists of two parts. The first part is a theoretical approach, by way of framing. In the second part aspects of social work with families in a mental health center for adults are specified. Key words: Mental health, family, clinic. 1 Trabajador social. Centro de Salud Mental de Adultos de Sarrià-Sant Gervasi. Centro de Higiene Mental Les Corts. manuel.pajuelo@chmcorts.com. 70 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo Introducción Un breve comentario previo. En este artículo me voy a centrar, principalmente, en aspectos emocionales relacionados con la intervención y el tratamiento familiar, desde el trabajo social. Vivimos en un país en plena descomposición social, política, económica, y hay que denunciarlo, porque somos parte de ello. Pero mientras reaccionamos poco a poco, mientras tratamos de empezar a cambiar de una manera profunda el estado de las cosas, tenemos que seguir siendo capaces de pensar y hablar de aquella otra parte que también nos define, que es la relación de ayuda en su nivel emocional. Los trabajadores sociales somos clínicos. En origen, la palabra procede del griego Kliné (cama) y de la raíz indoeuropea Klin, que derivó en el verbo Klinéin1 (inclinarse). El clínico sería aquella persona que se inclina para atender a una persona encamada, con la finalidad de ejercer la relación de ayuda. Visita, cuida, atiende, acompaña, contiene, sostiene. Es fácil identificar el trabajo social, en cualquier ámbito, desde esta perspectiva. Baste con recordar los inicios de la profesión y el papel de las primeras trabajadoras sociales. La terapéutica, o terapia, sería la manera concreta de ejercer la clínica, en cada caso. Dicho de otro modo: los métodos, técnicas, habilidades profesionales (PELLEGERO i ROSSELL, 1991) y recursos de cualquier índole (materiales, económicos, humanos) necesarios para el tratamiento y la mejora de una situación dada, una vez se ha llegado a un diagnóstico. Durante mi experiencia profesional he trabajado en el ámbito de los servicios so1 ciales municipales, y actualmente en el de salud mental. En paralelo he colaborado, de distintas maneras, en el ámbito de la oncología. Fruto de esta experiencia voy teniendo la sensación de que no hay una separación clara entre el trabajo social con familias y el individual, ni en el planteamiento teórico, ni en las técnicas específicas. Sí que hay algunas particularidades o matices, pero la frontera no está muy definida en tanto que lo que sirve para un ámbito suele servir para el otro. El trabajo social y las familias En cuanto al tratamiento familiar, lo idóneo es que cada profesional pueda desarrollar sus propias capacidades apoyándose en el modelo teórico (o una combinación de éstos) con el que se sienta más confortable y que más le ayude en cada momento. Hay personas que se sienten mejor con modelos, métodos y técnicas más directivos, y otras que optan por aquellos menos pautados o concretos. Lo importante es cómo se trata a la familia, no tanto desde qué planteamiento lo hacemos. Aunque cabe recordar que una teoría nunca es ideológicamente neutra. En cuanto al tratamiento familiar, lo idóneo es que cada profesional pueda desar rollar sus propias capacidades apoyándose en el modelo teórico (o una combinación de éstos) con el que se sienta más confortable y que más le ayude en cada momento. Diccionario etimológico de la lengua española. Link: http://www.elcastellano.org/palabra.php?q=clinico RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 71 Trabajo con familias en un Centro de Salud Mental A este respecto, en el nº 145 de la RTS, Núria Pellegero y Montserrat Mestres describen tres modelos de intervención del trabajo social en los centros de salud mental, que son válidos a día de hoy: socialreduccionista, psicosocial y psicoterapéutico. Las aportaciones de D. Meltzer y M. Harris (1989) abordan el tema de la organización familiar desde un punto de vista psicodinámico. Realizan una descripción de las funciones emocionales de la familia. Dichas funciones están relacionadas con el desarrollo familiar de sus miembros, y pueden generar tanto crecimiento como regresión, destrucción o estabilidad. No es posible detenerse aquí y explicar a fondo este modelo, pero a grandes rasgos se trataría de pensar en dos grupos de familias según su estilo de relación y comportamiento: familias con predominio de un estilo proyectivo o con predominio de un estilo introyectivo. Los aspectos emocionales introyectivos o de crecimiento son: absorber o contener sentimientos depresivos; generar amor; generar esperanza; generar pensamiento. Cuando predomina este tipo de funcionamiento la familia es capaz de contener y elaborar el dolor mental, de poder resolver sus dificultades de forma saludable, organizándose, de manera que sea posible el aprendizaje a través de la experiencia. Los aspectos emocionales proyectivos o de regresión son: suscitación de odio; desesperanza; aspectos de confusión; aspectos persecutorios. Se desarrolla un aprendizaje basado en la proyección, con conductas que pueden ir desde la paralización hasta la agresión. La atención a las familias, cuando se realiza incorporando al paciente en el proceso, nos lleva a pensar en la intervención con un pequeño grupo (dos personas y un terapeu72 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 ta serían su mínima expresión), que será el objeto de tratamiento. Un grupo en el que los miembros se conocen, tienen o han tenido una historia de vida común. Lo específico en este caso es que el foco no se pone en el paciente, ni en el familiar, sino en la interacción de ellos como grupo. El uso, entonces, del “proceso de grupo” para la intervención familiar del que habla G. Hamilton (1992) nos lleva a incorporar dos aspectos del pensamiento de W. Bion, que desarrolló una teoría fruto de su experiencia con grupos terapéuticos: mentalidad grupal y supuesto básico. L. Grinberg (1979), junto a otros colaboradores, escribió un libro que facilita la comprensión de las ideas de Bion. Mentalidad grupal es el término utilizado para postular la existencia de una opinión, dirección o voluntad común a todos los miembros de un grupo en un momento determinado; no es necesariamente consciente y puede estar en contradicción con pensamientos u opiniones individuales. Se trataría de un pensamiento que está por encima del individuo y cuya función es contribuir a la cohesión del grupo como tal. Este funcionamiento unitario se materializará en una organización del grupo en cuanto a roles de sus miembros, liderazgo, reparto de tareas, o mecanismos de adaptación a nuevas situaciones. Supuesto básico es la manera en que se concreta y materializa esa opinión común del grupo. Para Bion (1980), los supuestos básicos son mecanismos de defensa inconscientes, fundamentalmente resistencias al cambio que se ponen de manifiesto en forma de dificultad para pensar con claridad. Las conductas asociadas pueden ser de paralización, ataque o dependencia. Los supuestos básicos surgen como modo de adaptación A fondo a situaciones diversas durante el transcurso de la vida familiar, pero pueden ser especialmente comunes cuando uno de sus miembros se ve afectado por una enfermedad, ya que todo cambio puede provocar inestabilidad. Y adaptarse a los cambios lleva tiempo y puede requerir de ayuda profesional. Estos conceptos ayudan a entender que hay algo más allá del aquí y el ahora en la relación asistencial que dificulta la capacidad para pensar y, por tanto, la organización de la familia. Entender tales mecanismos como normales, naturales e incluso saludables (porque su función principal es de protección) y no encaminar la actuación profesional a negarlos o anularlos desde el primer momento, sino a incluirlos en el proceso de trabajo, constituye una herramienta muy útil. Sólo desde la comprensión y el no enjuiciamiento (en un sentido acusatorio o punitivo) se puede establecer una auténtica relación de ayuda. El profesional tiene que promover un clima de confort y confianza suficientes para que, en primer lugar, las resistencias, defensas y conflictos, surjan; y, en segundo lugar, puedan ser reconocidos por la familia. De este modo se favorece su posible elaboración o resolución. La atención a la familia será, entonces, una relación de ayuda que permitirá transitar, en palabras de Bion, del grupo de supuesto básico al grupo de trabajo, caracterizado por la colaboración entre sus miembros. El tratamiento familiar. Encuadre Para poder ejercer un trabajo familiar se requiere acuerdo y consentimiento, tanto del paciente como de la familia. Además, es necesario que tengan un mínimo de capacidad de empatía e introspección. En las personas con mayor gravedad a nivel psiquiátrico será indispensable que no haya síntomas activos. Para lograr esto es necesaria la cobertura farmacológica. Es cierto que gran parte de las medicaciones antipsicóticas tienen efectos secundarios indeseables. Pero no es menos cierto que en enfermedades psiquiátricas graves con síntomas activos, sin medicación no hay posibilidad de tratamiento a través de la palabra, porque la persona no tiene la capacidad necesaria para prestar atención, concentrarse y pensar con claridad; y, por tanto, para revisar y cambiar. Iniciar un tratamiento familiar en esas condiciones sería absurdo y quizá iatrogénico. Del primer encuentro entre familia y profesional, pero también de la relación asistencial en cualquiera de sus fases, podemos destacar cuatro elementos que ayudan a guiar el proceso de atención. Se trata de: 1. Las expectativas y los temores (SALZBERGER-WITTENBERG, 1997). 2. Los aspectos relacionados con la ansiedad y la contención emocional (TIZÓN, 1988). 3. La transferencia y la contratransferencia. 4. La identificación proyectiva (TORRAS DE BEA, 1991). Estos elementos afectan tanto a la familia como al equipo por igual, pero será tarea de los profesionales su correcta conducción y desarrollo, su “utilización consciente e intencionada”, en palabras de Teresa Rossell (1990). De los elementos descritos, el de mayor complejidad es la identificación proyectiva. Se trata de una combinación de los mecanismos de proyección e identificación. Para el profesional, la relación entre transferencia, contratransferencia e identificación proyectiva puede dar información valiosa que facilite el establecimiento del diagnóstiRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 73 Trabajo con familias en un Centro de Salud Mental co y el tratamiento. Como dice H. Segal, citada por Tizón: “A menudo, la situación transferencial sólo puede entenderse en función de la identificación proyectiva; por ejemplo, una situación en la que el paciente se mantiene silencioso y retraído provoca en el analista un sentimiento de impotencia, rechazo y falta de comprensión porque el paciente ha proyectado en él su propia parte infantil, con todos los sentimientos correspondientes.” (TIZÓN, 1988) La secuencia sería la siguiente: 1. Proyección de un estímulo, sentimiento o deseo inconsciente que nos genera ansiedad o malestar emocional. 2. Obtención de una respuesta en el otro adecuada a lo proyectado. 3. Identificación con esa respuesta evitando así el dolor que nos hubiera provocado emitir una respuesta similar por nosotros mismos. Se utiliza al otro como instrumento para ejecutar nuestros propios sentimientos (proyectados) e identificarnos posteriormente con él para vivir la reacción o actuación (aunque sea parcial e inconscientemente) como si fuera propia. En la vida cotidiana, en las relaciones profesionales, personales y, por supuesto, en el trabajo social que ejercemos mediante la relación asistencial, este tipo de mecanismo está muy presente. La supervisión externa, o el hecho de compartir experiencias en el marco de las relaciones entre compañeros de equipo, puede ayudarnos a ser más conscientes e incorporar estos aspectos, en lugar de disociarlos. Una mayor conciencia nos permite ser más libres y, por tanto, ayudar mejor al otro. El papel del profesional como referente en este proceso requiere conocer las pro74 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 pias capacidades y límites. Pero también las del otro, que habrá que manejar con especial cuidado a la hora de hacer propuestas de intervención y promover posibles cambios. La omnipotencia profesional puede generar en las familias tanto sentimientos de frustración como de dependencia. El papel del profesional como referente en este proceso requiere conocer las propias capacidades y límites. Pero también las del otro, que habrá que manejar con especial cuidado a la hora de hacer propuestas de intervención y promover posibles cambios. En ocasiones, nuestros deseos de promover mejoras en las dinámicas de relación pasan por alto las capacidades familiares para asumir y desarrollar estos procesos, pudiendo precipitarles hacia un cambio para el que no están preparados. Esto sería lo que Bion denomina el cambio catastrófico. Y, aunque no haya intencionalidad consciente, la actuación profesional se convierte en antiprofesional, ya que se vulnera el principio ético de no hacer daño. La supervisión y el trabajo en equipo pueden ayudar a prevenir y resolver estas situaciones. También puede ocurrir que, a veces, no generamos un marco que permita el crecimiento emocional y la independencia. Esto puede deberse a que se infravaloran las capacidades familiares y la misma omnipotencia del profesional lleva a generar dependencia. Aunque, según Isca Salzberger (1996), con mayor frecuencia guarda relación con la necesidad del profesional de ser “indispensable” para alguien. La autora lo relaciona A fondo con el hecho de tener una vida privada poco satisfactoria. En este caso, quizá con la supervisión y el trabajo en equipo no sea suficiente y se requiera que el profesional busque apoyo, en forma de terapia. Vemos aquí cómo se vincula el rol profesional con las características personales, ya que la vida es un continuo y no está tan fragmentada como a veces los profesionales nos esforzamos en aparentar, usando el encuadre (sobre todo el interno) para generar distancia en lugar de acercamiento. Algunos aspectos del día a día en la atención a familias en un CSMA Relaciones o conflictos no resueltos entre miembros de una familia tienen a veces un peso y un coste emocional elevados. Desde el punto de vista del paciente, con frecuencia se pone de manifiesto en forma de lo que siente que merece, o no merece, en cuanto a su posible mejora. Sobre todo en personas diagnosticadas de aspectos relacionados con la afectividad, que, en sentido amplio, representan una cantidad importante de los pacientes atendidos en un CSMA. Esto no es así en casos de personas con esquizofrenia u otras psicosis, cuando hay síntomas activos, ya que en esos momentos la ansiedad depresiva (relacionada con el sentimiento de vacío, la culpa y la reparación) no está tan presente como la confusional o la persecutoria, más primarias y que por tanto tienen menos en cuenta al otro. Cuando se pone el énfasis en el trabajo familiar, hay que tener en cuenta que, si bien el permitirse o no mejorar suele estar relacionado con causas diversas, una de ellas, y que con frecuencia observamos, es que hasta que la relación con la familia (o la persona de la familia con la que hay un vínculo más profundo) no mejora o se repara, no se da una recuperación anímica franca en el paciente. Algo similar ocurre con el resto de los miembros de la familia, aunque a priori puedan tener más capacidades de afrontamiento. Hay veces en que sólo podemos acompañar los sentimientos asociados a una relación difícil porque puede que no sea posible una reparación, ya sea por causa del paciente o de la familia, o bien porque el familiar en cuestión ha fallecido. Padres de edad madura al cuidado del paciente Ser cuidador o responsable de una persona con enfermedad mental puede ser un rol querido. A veces, se puede sentir como una obligación. Cuidar ocupa tiempo, da sensación de utilidad y suele estar socialmente aceptado. Pero también puede encubrir dificultades propias relacionadas con la natural separación padres-hijo. Diagnosticar si se trata de una relación de dependencia de los propios cuidadores, o una relación de tipo simbiótico, y valorar cómo tratarlo es una función de los profesionales que trabajamos con familias. ¿En qué momento se le sugiere a una familia que tiene que implicarse más o menos en el cuidado? ¿Lo que el profesional considera como más adecuado en una situación, también lo es para el paciente o la familia? Esto guarda relación, de nuevo, con el concepto de cambio catastrófico de Bion. Hay que valorar si cuando intervenimos e intentamos movilizar a la familia vamos a poder acompañar como profesionales, o en RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 75 Trabajo con familias en un Centro de Salud Mental equipo, este proceso. Si no es así, y para evitar romper su equilibrio a cambio de nada, quizá sea más conveniente no intervenir, siguiendo el principio de responsabilidad. Habrá ocasiones en que, a pesar de los riesgos, tendremos que ayudar al paciente a que se distancie de su familia, o ayudar a la familia a que se distancie del paciente. Podríamos diferenciar aquí situaciones de urgencia respecto a situaciones ordinarias. En situaciones urgentes será necesario ser más directivo en las propuestas que en las situaciones no urgentes. Los profesionales valoramos una situación y proponemos un plan de trabajo. Pero cuando éste va en la línea de ayudar a la familia a no cuidar, no responsabilizarse, no hacerse cargo, a diferenciarse (al menos temporalmente) de una dinámica de relación poco sana, se puede entrar en conflicto aparente con los objetivos de la profesión, el encargo de la institución, o el papel social del trabajador social. En estos casos puede ser útil reconocer que, como seres humanos, los pacientes también tienen la capacidad de ser egoístas, de tener actitudes despóticas hacia el entorno, de odiar, de sobrecargar al otro. Esto equivale a darles una dimensión humana, de igualdad. Este reconocimiento es necesario para que, a partir de ahí, paciente, familia y equipo lo podamos incorporar y nos podamos manejar mejor con ello, ya que se trata de sentimientos dolorosos y contradictorios. También se ayuda así a los familiares a poner palabras a su frustración y a elaborar los sentimientos negativos relacionados con el cansancio propio del cuidado de una persona vulnerable. Y, en caso necesario, favorecer o ayudar en el abandono del cuidado. Cuando dejar de cuidar implica la expulsión del paciente del domicilio, hay que ser 76 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 especialmente cautos. Se puede comentar nuestra impresión con el paciente y la familia, dejar clara nuestra opinión (sobre todo si hay agresiones físicas o amenazas por parte del paciente que no pueden reconducirse); pero expulsar a un hijo de casa se hace muy difícil de sostener para los padres. En estos casos se puede realizar un proceso de apoyo al familiar, sin el paciente, para poder valorar la situación de sobrecarga y ayudar a sostener un posible proceso que implique el cese de la convivencia por expulsión. Tales situaciones, desde nuestra experiencia en el equipo, tienen difícil pronóstico. En este nivel de toma de decisiones y de dilemas éticos hay que tener en cuenta las características únicas de cada caso, pero también el contexto desde el que trabajamos. En un entorno donde el estado de bienestar está siendo desmantelado con cada vez menos servicios y prestaciones, sugerirle a una familia que deje de cuidar y/o convivir con el paciente significa que, como profesionales, tenemos que poder asumir y trabajar con la incertidumbre y el riesgo de que la Administración pública, muy probablemente, no responderá con rapidez cuando se necesite, y que el paciente entrará en un circuito de marginación social. Esto puede ocurrir, por ejemplo, en caso de que el paciente se quede sin alojamiento y se necesite una concesión urgente de plaza en centro residencial. La Administración no agilizará la concesión porque, entre otros motivos, y a pesar del colectivo del que hablamos, no contempla este tipo de situaciones. De igual modo tampoco se contempla que un paciente, por ejemplo hombre, pueda ser maltratado por su familia y requiera un lugar de vida urgente. En este sentido, la entrada de un paciente de salud mental en el circuitos de los Servi- A fondo cios Sociales de urgencia, tal y como están organizados en la actualidad, se hace muy difícil porque se trata de personas que suelen tener grandes dificultades para tolerar espacios donde hay aglomeraciones de personas (albergues, comedores sociales). Sin embargo, también hay que mencionar el peligro que conlleva abusar de consignas estereotipadas, realizadas sin valoración previa, como por ejemplo cuando se sugiere a los familiares el “cuidarse a uno mismo”, en detrimento del cuidado del paciente. Este consejo puede ser muy sensato pero también puede llevar consigo unas dosis de superficialidad y egoísmo considerables, ya que invita a no tolerar el dolor emocional propio ni el del otro, la ansiedad, la incertidumbre. Es reflejo de los tiempos actuales, una de las manifestaciones del sistema neoliberal, donde la afirmación del yo sobre el nosotros puede llevar a negar al otro (preocupación y cuidado del otro), y por tanto también de desvalorización de uno mismo y sus propias capacidades de ayudar y cooperar con el otro. De ahí la importancia de realizar un diagnóstico, caso por caso, previo a la intervención. Padres mayores. Incertidumbre ante el futuro Uno de los aspectos comunes en el trabajo con familias en un CSMA es la preocupación por el futuro, relacionada con el hecho de que gran parte de los padres cuidadores de los pacientes son mayores y se encuentran ya, o se pueden encontrar a corto plazo, con limitaciones para cuidar. También está presente el miedo al futuro relacionado directamente con la muerte de los progenitores. Algunos padres no permiten poder hacer un trabajo preventivo, ni tratar este tema en modo alguno, ya sea por incapacidad, necesidad de control, o ambos factores. En estos casos, sólo cabe acompañar a la familia e intentar ayudar al paciente a adaptarse a la nueva situación una vez los padres fallecen. Lo esencial es valorar si el paciente puede continuar viviendo en su casa (con más o menos apoyo); o bien en una habitación realquilada; si puede trasladarse a casa de otro familiar; o si se hace necesario que resida en un piso tutelado o centro residencial. En ocasiones, los profesionales pensamos que los pacientes quedarán muy mermados a nivel emocional y práctico cuando han sido muy dependientes de sus padres o la relación ha sido simbiótica. No siempre es así. Hay veces en que los pacientes desarrollan capacidades con las que los profesionales quedamos sorprendidos y que parecían poco alcanzables. Otros padres, en cambio, sí que permiten y favorecen que se pueda hablar del futuro. Esto tranquiliza a todos, incluido al equipo, pero hay que tener cuidado con cómo se le transmite esto al paciente para evitarle una ansiedad innecesaria. Tal proceso requiere que los padres sean suficientemente sanos y capaces de contener la angustia que genera (a ellos y al hijo) hablar abiertamente de estos temas. Materializar y llevar a cabo algunos aspectos prácticos tales como un proceso de incapacitación legal; hablar de la cobertura económica futura en forma de prestación de orfandad; o bien permitir que el paciente adquiera conocimientos básicos del manejo del hogar que le faciliten ser más autosuficiente, puede necesitar de varios años y acompañamiento profesional. Los tiempos de algunas familias pueden ser lentos, desde nuestro punto de vista, ya que se trata de RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 77 Trabajo con familias en un Centro de Salud Mental cambiar modos de organizarse de años de evolución. Sin olvidar lo doloroso que es empezar a contemplar el final de la familia. Una vez se ha podido hablar y preparar esto es igualmente importante que el profesional esté atento a los sentimientos de tristeza que pueden aparecer en paciente y familia, y en caso necesario tratarlos. Persona solas. Situaciones de riesgo La persona que vive sola puede haberlo decidido así, y contar o no con apoyo de otros miembros de la familia. También puede haber llegado a vivir sola tras ser expulsada, por causas diversas. Sea como sea, toda persona que vive sola ha vivido alguna vez en familia (en cualquiera de sus posibles manifestaciones), y tiene una idea de lo que debería ser una familia. En este sentido, la idea de familia está muy presente en su día a día, en su mundo interno, y puede influir en su Cuando la persona vive sola y no tiene familia, hay que trabajar con lo que recuerda o siente que fue su familia, con su historia de vida y relación familiar. actividad diaria, o en su falta de actividad. Cuando la persona vive sola y no tiene familia, hay que trabajar con lo que recuerda o siente que fue su familia, con su historia de vida y relación familiar. En ocasiones se hace difícil construir un relato objetivo. En este caso hay que ayudar a revisar y elaborar a partir de lo que el paciente aporta. El trabajo pasaría más por acordar una definición de la “realidad objetiva” y tratar a partir de ahí con los sentimientos asociados. 78 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Si hay sentimiento de culpa es importante no negarlo. Cuando una persona se siente emocionalmente contenida por otra, podrá ir revisando, modificando, cambiando algunos aspectos de sí misma e incorporar algunos nuevos. Si la culpa es negada de entrada, sentirá que no somos capaces de escuchar ni de contener esta ansiedad, y quizá dejará de confiar en el profesional. Cuando la persona es mayor y no tiene red social, hay una doble situación de riesgo. Si no acepta vincularse a algún dispositivo comunitario, y el único referente es el equipo asistencial, hay que intentar atenderla con mayor regularidad, si es posible por diferentes miembros, para aumentar la frecuencia de contacto. En caso de que la persona viva sola, se encuentre en situación de riesgo (puesta de manifiesto en forma de falta de cuidado a nivel físico, mental y relacional) y no acepte ayuda, se presenta un dilema ético para los equipos. Si no hay una alteración clara de la percepción que implique riesgo de hacerse daño a ella misma o a los demás, no se justifica un ingreso hospitalario involuntario. Se hace difícil, entonces, tomar la decisión de respetar al paciente en su autonomía, como adulto, o intervenir de forma más activa en contra de su voluntad. También puede ocurrir, en estas situaciones, que la familia esté al corriente de este asunto, se muestre preocupada e intente ayudar, pero que el paciente tampoco acepte su ayuda. En este caso el equipo, con mayor urgencia, debe iniciar un proceso de mediación, que no siempre resulta satisfactorio. Pacientes jóvenes Cuando la enfermedad está recién diag- A fondo nosticada hay que tener prudencia con la información que se ofrece, tanto acerca del diagnóstico como del pronóstico. En primer lugar porque realmente se sabe muy poco, al inicio, y hay que esperar su evolución. En segundo lugar, porque es necesario mantener un equilibrio entre dar información ajustada (incluso cuando se sabe que el pronóstico pueda ser complicado) y cuidar el impacto de esta información en el proceso de duelo asociado a la pérdida del ideal de hijo que se tenía proyectado, ya que ningún padre tiene previsto que un hijo joven padezca una enfermedad mental. En este sentido, lo que se suele hacer más difícil para el equipo es poder trabajar para que se llegue a entender o a aceptar que hay aspectos que no funcionan correctamente, pero no poner demasiado el acento en estas dificultades para que no paralicen o interfieran mucho en una posible recuperación de capacidades o mejora. Se trata de una situación nueva para todos los miembros de la familia. A la pérdida de la salud, se le suma la duda acerca de la capacidad para poder llevar a cabo una vida normalizada (estudios, trabajo, relación de pareja, amistades). Aparece el temor de que el paciente vaya a convivir para siempre con los padres y de que éstos vayan a tener que renunciar a parte de sus vidas para asumir el cuidado del hijo. A veces esto es muy difícil de sobrellevar y se pueden dar actitudes de negación o minimización de la enfermedad. En ese caso sería necesario un trabajo específico para los familiares en forma de terapia individual o de pareja. También son muy útiles, en los momentos iniciales, los grupos de familiares, ya que posibilitan un espacio para compartir información e intercambiar experiencias. Algunos de estos pacientes tienen necesidad de dejar de vivir con sus padres y probar un proyecto de vida solos, compartiendo piso en habitaciones realquiladas. En escasas ocasiones tienen los medios económicos para hacerlo en un domicilio propio. Aquí puede darse un desacuerdo explícito con la familia, que puede oponerse a tal proyecto. Además, habrá que trabajar el malestar que puede ocasionar en los padres cuidadores perder la convivencia y parte de su rol, así como la intranquilidad por el temor de que su hijo no pueda cuidarse bien por sí solo y, por tanto, se dé el riesgo de recaídas. El equipo, cuando apoya estos procesos, puede ser objeto de quejas y recriminaciones por parte del resto de la familia, y en menor grado del paciente, si surgen complicaciones. Especialmente cuando se trata de una persona joven, el profesional, aún con los riesgos que esto puede generar, tiene que poder potenciar que el paciente tenga un proyecto de vida propio, intentar ayudar en la diferenciación y la autonomía. Para ello hay que preparar muy bien el proceso previo y acompañar el durante. Incluso cuando para el paciente no haya sido posible sostener por mucho tiempo un proceso de emancipación y vuelva con la familia de origen, se habrá tratado de una experiencia que, dado que en su momento le ofreció seguridad y confianza, puede acompañarle emocionalmente durante tiempo y servir como base para llevar a cabo nuevos cambios y proyectos en el futuro. El proceso cuenta tanto como el resultado final. Valorar esto con el paciente y la familia es importante de cara a poder generar otros cambios y no quedar atrapados únicamente en la frustración. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 79 Trabajo con familias en un Centro de Salud Mental Hijos adultos al cuidado del paciente Ayudar a que los hijos puedan pensar sobre el cuidado y decidir cuánta responsabilidad quieren o pueden asumir respecto a sus padres con enfermedad mental es una tarea difícil, porque la relación de responsabilidad padre cuidador-hijo, suele pensarse como más natural que la de hijo cuidador joven-padre. Frecuentemente los hijos adultos, sobre todo si tienen familia propia y vida laboral activa, suelen verse atrapados en la ambivalencia entre el sentimiento de querer hacer su propia vida y el de cuidar de su progenitor. Dependiendo de la edad, el ciclo de vida y la solidez en la relación de pareja, esto puede contar con más o menos apoyo por parte de la pareja del hijo, que, si es globalmente sana, puede cumplir un papel mediador o modulador (similar al del profesional) que en ocasiones promoverá el acercamiento y en otras el distanciamiento, 80 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 ayudando a encontrar los límites necesarios. Hay pacientes, padres, que tienen grandes dificultades para tolerar que sus hijos puedan realizar una vida autónoma sin convivir con ellos e intentan (de forma más o menos consciente) reclamar su atención, ya sea con conductas pasivas (descuido o abandono del cuidado, aspectos regresivos, dependientes) o más activas (llamadas recurrentes de atención, discusiones, o incluso intentos de suicidio). Cuando hay más hermanos es necesario valorar cuál es la disposición de cada cual para el cuidado. Casi siempre suele haber uno de los hermanos que está más presente y es el portavoz ante el equipo. Resulta útil ver si todos están de acuerdo en el reparto de roles. A veces el cuidador que aparece como principal ha sido designado como tal, pero se trata de una tarea que le genera un grado importante de ansiedad y estrés. Otras veces, se trata de un papel que es aceptado y que, además, no se está dispuesto a compartir, ya que otorga identidad y protagonismo. A fondo Bibliografía BION, Wilfred. Experiencias en grupos. Barcelona: Paidós, 1980. ISBN 978-84-7509-020-7. GRINBERG, León et al. Introducción a las ideas de Bion. Buenos Aires: Nueva Visión, 1979. ISBN 978-9506021153. HAMILTON, Gordon. Teoría y práctica de trabajo social de casos. Mèxic: La Prensa Médica Mexicana, 1992. ISBN 1-09-9000807. MELTZER, Donald i HARRIS, Martha. El papel educativo de la familia. Barcelona: Espax, 1989. ISBN 84-7179-188-9. 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TORRAS DE BEA, Eulàlia. Entrevista y diagnóstico. Barcelona: Paidós, 1991. ISBN 978-847509-666-7. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 81 Estructuración del proyecto de familia Estructuración del proyecto de familia Talleres de grupos de padres y madres Judith Cobacho,1 Francina Planas2 y Judit Monfort3 Resumen Programa dirigido a cabezas de familia en situaciones de vulnerabilidad o en riesgo de exclusión social para estructurar su propio proyecto de familia y desarrollar las habilidades parentales a partir de sus elementos más funcionales. Durante 2 meses se dinamizan 8 talleres de grupo de progenitores/as y se cierra con una entrevista personalizada al final del proceso. La composición de los grupos la decide cada equipo, y se realiza en la sede local que deciden los responsables del servicio de cada municipio. Los últimos 4 años este programa ha sido financiado por el IRPF. Palabras clave: Proyecto de familia, habilidades parentales, organización familiar, roles, autoevaluación, interpelación del grupo, proceso, ciclo vital, red familiar, red social. Para citar el artículo: VINCLE. Estructuración del proyecto de familia. Talleres de grupos de padres y madres. Revista de Treball Social . Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 82-93. ISSN 0212-7210 Abstract Program for households in vulnerable situations or at risk of social exclusion to structure their own family project and develop parenting skills based on its most functional. For 2 months, 8 workshops stimulate group of parents, and ends with a personal interview at the end of the process. The composition of the groups decided each team, and is done in your local makers who decide the service in each municipality. The last 4 years this program has been funded by IRPF. Key words: Family project, parenting skills, family organization, roles, selfassessment, appeal the group process life cycle, family network, social network. Educadora social. Trabajadora social. 3 Trabajadora social. VINCLE, Associació de Recerca i Acció Social. direccio@vincle.org 1 2 82 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo Quién somos VINCLE diseñamos y realizamos programas de atención social y educativa dirigidos a los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad, y de desarrollo comunitario, desde una óptica integradora de los elementos que configuran el hábitat humano en cada con- Acompañamiento socioeducativo en procesos de realojamiento y remodelación de barrios Intervención comunitaria en comunidades de vecinos y barrios vulnerables Trabajamos en equipo con dispositivos territorializados, pero también con equipos itinerantes, sobre todo en las comarcas catalanas. Esporádicamente trabajamos en otras regiones del Estado. Lo que presentamos en este artículo es un programa específico para la estructura- texto local. En tanto que consultores especializados, también hacemos proyectos de investigación, diagnósticos sociales, planes de remodelación de barrios, planes locales de vivienda, planes locales de inclusión social, dictámenes expertos en materia de vivienda y población excluida, evaluaciones de planes integrales... entre otros. Programas de inclusión social en contextos de exclusión residencial y social Intervención especializada con colectivos específicos ción del proyecto familiar, dirigido a las familias en situaciones de alta vulnerabilidad, que se atienden desde los diferentes servicios locales. Su financiación, con cargo al IRPF, nos ha permitido implementar en diferentes municipios y comarcas catalanas a lo largo de los últimos 3 años. Funte: elaboración propia RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 83 Estructuración del proyecto de familia De qué hablamos La familia, como sistema dinámico, responsable del cuidado, crianza, desarrollo y protección de sus miembros, es a la vez la célula más vulnerable a los cambios sociales y presiones del entorno. En nuestra sociedad emergen y se integran diferentes modelos de familia y unidades de convivencia con tipologías, culturas y formas de organización muy diversas. Las diferentes expresiones de la denominada familia posmoderna reflejan la diversidad que caracteriza y fundamenta una sociedad democrática y plural. Observamos una rápida transformación del modelo de familia nuclear, con cambios en los roles y funciones de la familia en general, y de sus progenitores en particular, debida a: la normalización de la vida laboral de la mujer, la llegada de familias de otras raíces culturales con modelos y códigos diversos, el aumento de las cargas económicas de la familia, el descenso de la natalidad, la longevidad creciente, las distancias geográficas que van dispersando las redes familiares... junto con la individualización, la aceleración del ritmo de vida y el sacrificio de los espacios básicos de interrelación y apoyo. Estos son algunos de los factores que afectan, ya menudo erosionan, las capacidades de adecuación de las familias a las necesidades de sus miembros. Tal como se desprende de la investigación del IGOP 2009, en la que orientan nuevas políticas para las nuevas familias de nuestra sociedad, además de algunas reflexiones en este sentido plantea, entre otras, dos líneas de trabajo complementarias: la atención a los colectivos ya las zonas con condiciones de pobreza y de exclusión continuadas, y el abordaje de las situaciones coyunturales que 84 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 afectan a las personas a lo largo de las diferentes etapas del ciclo vital: “Los obstáculos que van surgiendo a lo largo de la vida encuentran a las personas menos acompañadas que antes, de manera que estas disrupciones pueden fácilmente implicar caer en situaciones de gran vulnerabilidad e incluso en riesgo de exclusión. Sobre todo cuando los viejos riesgos (desempleo, enfermedad, vejez...) añadimos los nuevos, derivados de la precariedad laboral, la fragilidad familiar, las dificultades de combinar trabajo y cuidado, las dificultades de estabilizarse laboral y económicamente, o las incertidumbres con respecto al final de su vida laboral, las condiciones y el tiempo que resta, etc. (especialmente en lo que viven en el momento actual y por la falta de perspectivas de futuro a su alcance) //... Habrá, pues, que combinar la atención a grupos, personas y zonas con situación continuada de pobreza y exclusión, y al mismo tiempo abordar y acompañar las situaciones coyunturales de personas y colectivos (búsqueda de primer empleo, transiciones laborales, desajustes familiares, discapacitados, prejubilaciones...) distinguiendo así “vida de riesgo” de “riesgos vitales”. En este contexto, los profesionales de los SSAP que reciben las necesidades detectadas por otros servicios o planteadas por los propios interesados, a menudo se ven desbordados para atender lo más perentorio, combinando los recursos y servicios institucionales a su alcance, y conscientes de que demasiadas veces no llegan a poder desarrollar las capacidades y recursos de estas familias, a pesar de ser una de las máximas prioridades del propio sistema de SSSS. Por otra parte, en su esfuerzo de superación y de adaptación, las familias soportan A fondo procesos complejos que, si se mantienen más allá de sus posibilidades, conllevan la pérdida de los elementos esenciales que las configuran, y con ellos sus posibilidades de recuperación. En este sentido, el reto radica en encontrar lo que la Sra. Esther Khavous, del ministerio de la vivienda de Tel Aviv, dijo sobre los modelos de estructura familiar, en el Congreso Europeo de Santiago de Compostela, XII-2001: “Aprender a ser, aprender a vivir juntos”: “Como fortalecer la estructura familiar en este proceso dinámico de constantes cambios y no forzar inútilmente los códigos culturales, sino valorarlos y reforzar la estructura familiar desarrollando valores como la estimación, el respeto, la solidaridad, la unidad, etc. en nuestra sociedad y, particularmente, en su núcleo más básico, la familia... //... entendiendo la validez de la Familia como el propio corazón de nuestra sociedad”. Al margen del tipo y modelo de cada familia, en su base hay un proyecto constitutivo y vinculante específico en cada caso, partimos de la premisa que, ayudándolas a desar rollarlo, estimularán sus potencialidades y recursos ante los nuevos retos. Teniendo en cuenta que, al margen del tipo y modelo de cada familia, en su base hay un proyecto constitutivo y vinculante específico en cada caso, partimos de la premisa que, ayudándolas a desarrollarlo, estimularán sus potencialidades y recursos ante los nuevos retos. En qué consiste En sí mismo, el concepto de Proyecto de Familia es un término amplio y difuso que de algún modo recoge las vivencias interiorizadas, las expectativas explícitas e implícitas, compartidas por los adultos de la unidad familiar, vinculantes y relativas a: sus aspiraciones a medio y largo plazo, en el reparto de roles; sistema de supervivencia; crianza y desarrollo de la unidad de convivencia; principios y creencias; normativa y reglas internas; organización familiar y del hogar; relaciones con las familias de origen; relaciones sociales... El sistema familiar, generalmente compuesto por el conjunto de miembros de los subsistemas parental, filial y de hermanos, desde sus inicio se impulsa y organiza en una compleja combinación de conveniencias y necesidades especiales para cada etapa evolutiva de la familia: construyendo procesos evolutivos personales de todos sus miembros, a lo largo de los diferentes ciclos y etapas de la vida en familia. Este complejo conjunto de elementos configura la particular articulación entre el estilo y la propia idiosincrasia de cada familia, con los condicionantes de su bagaje interno y del contexto social. Identificarlo en cada caso, recuperar sus elementos constitutivos, impulsores y cohesionadores del núcleo familiar para consolidarlo, es un reto profesional. La funcionalidad de la familia en las sociedades más modernas implica un dinamismo continuo en el ejercicio de las funciones que deben cubrir durante las etapas de desarrollo del sistema, sobre todo en cuanto al afecto, el cuidado, la crianza, la socialización y el estatus familiar, en todo su proceso evolutivo. Con destreza para: RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 85 Estructuración del proyecto de familia Mantener un orden estructural y estructurador Establecer y mantener los límites de manera clara y flexible a la vez Repartirse los roles y complementarse para asumirlos Comunicarse fluida y claramente Movilizar sus recursos para adaptarse a los cambios internos y externos, y a las diversas necesidades de cada miembro y de la familia en su conjunto. De hecho, la disfuncionalidad se relaciona con el no cumplimiento de alguna o varias de las funciones antes mencionadas, la alteración de alguno de los subsistemas familiares, o la inestabilidad psicosocial de los individuos y los subsistemas. Dado que el aprendizaje significativo se produce sobre la base de la experiencia, este programa aborda los diferentes temas en unos talleres vivenciales organizados para grupos reducidos de padres y madres. A través de dinámicas específicas y juegos de rol, se propicia que se experimenten a sí mismos/as contrario, y que se descubran con iniciativas y respuestas diferentes ante las situaciones escenificadas, todas ellas reflejo de la vida cotidiana de las familias. Qué pretendemos Los Objetivos Generales del programa pretenden: a. Consolidar la estructura familiar reforzando el rol parental y desarrollando valores como la estima, el respeto por la autonomía de cada uno, la solidaridad entre los miembros y la unidad como estructura de parentivo. b. Desarrollar los vínculos de parentivo, afecto y convivencia en el marco de 86 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 los diferentes modelos familiares. c. Potenciar el desarrollo integral de los menores de edad, desde la seguridad y firmeza afectiva y efectiva de los progenitores y de la necesaria flexibilidad ante las situaciones vitales. d. Mejorar la capacidad de las familias de abordar constructivamente sus retos sociales y familiares. e. Optimizar la protección, por parte de la familia, de sus redes de apoyo. f. Contribuir a optimizar el trabajo de los profesionales de los servicios locales con cada familia. Los objetivos operativos del programa, orientados a los resultados se sitúan en: I. Ofrecer unos módulos didácticos para la estructuración del proyecto de familia II. Facilitar la incorporación y la consolidación de herramientas útiles y singularizadas para la vida cotidiana de las familias. III. Aportar a los servicios sociales locales las potencialidades y la perspectiva de cambios iniciados por las familias participantes. Los resultados que vamos observando, nos muestran: 1) Familias más conscientes de sus objetivos y prioridades en sus condicionantes actuales. 2) Capaces de preservar y potenciar mejor los subsistemas del propio núcleo familiar. 3) Que los adultos responsables de la familia adquieren herramientas pertinentes y eficaces, aplicables en diferentes circunstancias, especialmente en las situaciones de crisis y de estrés. 4) Que los profesionales de los servicios A fondo locales dispongan de algunos elementos complementarios para el desarrollo de su plan de trabajo con las familias participantes. Nuestra mirada El programa se basa en el concierto Institucional entre las administraciones que lo promocionan y le dan apoyo –Ministerio de Sanidad y Política Social, con cargo al IRPF– y las administraciones locales responsables de los servicios donde se implementa –Consejos Comarcales, Consorcios Municipales y Ayuntamientos–. Esta propuesta se ha diseñado y se desarrolla con un dispositivo técnico itinerante para facilitar que lo tengan los servicios interesados. Los profesionales de este dispositivo dinamizan los grupos de familias en el municipio correspondiente aportando las herramientas metodológicas y pedagógicas. Estas herramientas se adaptan a cada contexto particular. La coordinación con el equipo del servicio local es un elemento cabal para la efectividad del programa: son los profesionales de los servicios los que valoran a las familias y proponen la composición del grupo de padres y madres. En la dinámica de los talleres, se refuerza siempre la función de su profesional de referencia y, a lo largo del desarrollo del programa se mantiene recíprocamente la comunicación para todo lo que convenga, relativo a las familias participantes, o para otros aspectos de la adecuación del programa. Al finalizar el trabajo con cada grupo se hace una última reunión técnica de devolución, valoración general y cierre de la experiencia. Se contempla la familia como sistema, focalizando el trabajo con sus progenitores Se contempla la familia como sistema, focalizando el trabajo con sus progenitores o adultos responsables. Los talleres de grupo se complementan con una entrevista final personalizada, donde se adecuan y se refuerzan los aprendizajes y los pequeños cambios que incorpora cada familia. o adultos responsables. Los talleres de grupo se complementan con una entrevista final personalizada, donde se adecuan y se refuerzan los aprendizajes y los pequeños cambios que incorpora cada familia. El modelo desarrollado plantea una estrategia socioeducativa en un marco integrador entre el sentir, el pensar y la proyección de cambios en las dinámicas particulares de cada familia, a través de los talleres de grupos de padres y madres, desde la dialéctica experimental, acción-reflexiónacción. Los talleres permiten vivenciar las situaciones planteadas en el sí del grupo, y experimentar nuevos encajes, desarrollar nuevas acciones con las que las personas participantes se descubren diferentes, procediendo de otras maneras y desplegando otras capacidades, a menudo desconocidas. Los ejercicios diseñados para estos talleres, contienen elementos de autoconocimiento, de refuerzo positivo de las “buenas prácticas” que se dan y que, a la vez, les impulsan a interpelarse y a explorar otras posibilidades que pueden transformar sus dinámicas familiares. Se incide, sobre todo, en aquellos aspectos estructuradores de la familia y el refuerzo de los roles parentales. El hecho de incentivar la interpelación por parte RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 87 Estructuración del proyecto de familia del propio grupo, hace que se valoren más, y que se abran mucho más a plantearse algún cambio. Por ejemplo: en un grupo, hablando de los espacios propios, dos madres se lamentaban de que no disponen de un momento para ellas y, entre otros detalles, coincidían en que una de las razones es que duermen todavía con sus hijos (uno de 10 años que vive sólo con la madre; uno de 6 años que es el pequeño de 4 hermanos y duerme con la madre, mientras que el padre duerme en el comedor). Otra madre del grupo les cuestionó presumiendo que ella –también sola con su hija– a los 3 años ya la acostumbró a dormir cada una en su habitación, aportando todas las ventajas que experimentaba. O, en otro grupo, un hombre va ilustró al resto en cómo hacerse valer a la hora de poner un límite a sus hijos, sin necesidad de chillar ni recorrer a amenazas... al final de todo el proceso, la mayoría del grupo explicó que una de las cosas que más les había gustado es aprender a ser más efectivos en relación a los hijos, sin chillar tanto. La estructuración de los contenidos se organiza en base a tres módulos temáticos que contienen entre 2 y 3 talleres específicos cada uno, para hacerlo máximamente alcanzable para las familias. Se ha concebido este formato ágil, teniendo en cuenta que en la vida de las personas y las familias, a menudo irrumpen factores imprevistos que pueden interferir su continuidad con el grupo. Por eso los talleres vivenciales –de 2h cada uno– se agrupan en módulos tan cortos y se realizan en semanas consecutivas, para que las familias puedan empezar y acabar todo el módulo entero y, por poco que puedan, fácilmente continuar con el módulo siguiente. El logro de cada módulo se ritualiza con la entrega de un diploma, así, al final del proceso suelen disponer de 3 diplomas diferentes que, a pesar de no tener ningún valor académico ni para el mercado de 88 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 trabajo, los aprecian mucho, la mayoría de participantes, no tienen ningún otro diploma o certificado de méritos. Todo el programa, con las diferentes fases de desarrollo y en cada aspecto de su implementación, se ciñe a lo prescrito en la LOPD, garantizando la protección y la confidencialidad de todos los datos personales de sus participantes. En este sentido, al inicio cada participante debe haber cumplimentado una ficha de inscripción con el / la profesional de referencia, manifestando sus motivos para incorporarse al programa, y ??firmando su compromiso, que incluye el protocolo de la LOPD. Después, en el primer taller, se aprovecha la dinámica de la red para hacer las presentaciones y, a la vez que se contrastan expectativas y temores, se explicita el compromiso de confidencialidad para evitar fisgoneos y demás. Cómo lo hacemos El planteamiento inicial: en una primera reunión con el equipo de cada municipio interesado, se valoran las adecuaciones pertinentes del programa para cada grupo, y se acuerda el sistema y circuitos de coordinación que se mantendrán a lo largo de la implementación del programa. La composición de los grupos: sobre los perfiles de las familias, se valora que puedan ser grupos heterogéneos (con familias nucleares, monoparentales y monomarentales, o con familias recién llegadas y otras más arraigadas; familias sin recursos y otras con trabajo regular...). Aunque también resultan ricos e interesantes los grupos con perfiles más similares: grupos de madres inmigradas con hijos pequeños; grupos de madres solas arraigadas al municipio; grupos de familias con hijos en edades similares... Cabe decir que, A fondo en general, con los grupos más heterogéneos, inicialmente cuesta más de crear un clima de grupo participativo que responda a los intereses y necesidades de todos los participantes, a la vez que acostumbran a ser los grupos más ricos e integradores. Los grupos homogéneos quizás agilizan este proceso y permiten profundizar más algunos temas, por bien que pueden perder riqueza de perspectiva en algunos contenidos. Por ejemplo, en Ripollet se constituyó un grupo de familias monomarentales, y alguna de ellas víctima de violencia de género. Nos plantearon la posibilidad de incluir a 2 familias monoparentales a las que la DGAIA había concedido la tutela a los padres... Un reto complejo de entrada, que derivó en una experiencia muy exitosa y enriquecedora para todas las partes. El equipo del servicio local es quien propone a las familias para constituir el grupo de trabajo. Hay servicios que se decantan por las familias que requieren más apoyo, mientras que otros optan por proponerlo a las familias más dispuestas. Se pueden seguir, también, otros criterios, a considerar. Este es un elemento más que incide en la implicación y dinámica de cada grupo. En cualquier caso, des del programa siempre se refuerza la figura del/de la profesional de referencia que tiene cada familia en el municipio. El diseño de los módulos permite que se puedan programar y trabajar de manera independiente y complementaria, excepto el módulo 1, “Vida en familia”, que es el inicial con los 2 talleres que lo componen. Los talleres de los otros dos módulos, el de Habilidades Socio-Familiares y el de Habilidades Prácticas y Entorno, el 2 y el 3 respectivamente, se adaptan a lo que se valora más adecuado para cada grupo de familias. En una reunión conjunta con el equipo local se deciden, pues, los talleres más adecuados de estos dos módulos para cada grupo, en caso de que no se implemente todo el conjunto. La programación, pues, se adapta a las modalidades, a los contenidos y al ritmo que cada equipo considera oportunos. También se acuerdan el calendario y el horario, que acostumbra a hacerse coincidir con el horario escolar, de mañanas o tardes, aunque también se hace al mediodía o al atardecer, según convenga para cada grupo. Materiales: al inicio, se les libra a las familias una carpeta con los contenidos del programa, y donde pueden ir ordenando los materiales que trabajan en las diferentes sesiones. El final de cada módulo se remarca con la entrega de un diploma personalizado, que cubre la doble función de reconocimiento de los aprendizajes alcanzados, y de vinculación al proceso. Acostumbra a ser muy apreciado por los participantes. Coordinación: a lo largo de todo el ciclo se coordinan los profesionales de referencia de cada familia con la técnica del programa, para tratar los aspectos organizativos y las incidencias en relación a cada familia del grupo. Además, se complementa una ficha final para cada participante, que se libra a su profesional de referencia, donde se recogen los elementos funcionales observados, las potencialidades y los cambios que está empezando a incorporar. Evaluación: en la línea de reforzar que los participantes son los protagonistas de su propio proceso, en el primer taller se les presenta “la estrella”, una herramienta muy visual en la que cada brazo representa una de les áreas de la vida familiar. Se busca facilitarles la perspectiva global de la mayoría de aspectos que conforman el proyecto de familia. Y para que puedan disponer de un instrumento ágil de autovaloración. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 89 Estructuración del proyecto de familia AUTOEVALUACIÓN DE LA FAMILIA Font: elaboració pròpia 90 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo En la entrevista de clausura, se acostumbra a revisar la estrella para reflejar las modificaciones que consideren y para reforzar los cambios que quieran alcanzar. Entonces, se les invita a que lo trabajen con su profesional de referencia. Al finalizar los talleres con el grupo de familias, se les pasa un cuestionario para que lo cumplimenten anónimamente, con su valoración de los talleres a modo organizativo y didáctico. Al final de cada edición, se hace una reunión de clausura con el equipo local para valorar la implementación del programa y su impacto en cada una de las familias. Por otra parte, se entrega a cada profesional una ficha con la recopilación de aspectos funcionales observados en cada participante, y los cambios que se propone o que está incorporando. Capacitación de equipos: se ofrece también la posibilidad de transferir el modelo a los equipos locales, la metodología de trabajo y las herramientas, para que lo pueda incorporar a las propias dinámicas, con las adaptaciones que se consideren oportunas. En algún caso-como por ejemplo en Hospitalet de Llobregat– se han realizado también unas sesiones complementarias de apoyo técnico a su propia implementación del programa. Línea de consolidación: con algunas familias participantes –en Ripoll y Vic– hemos hecho una prueba piloto: al acabar todo el proceso hemos acordado con SSAP y ellas entre 4 y 6 sesiones personalizadas para trabajar con todo el núcleo de convivencia, en el interior del domicilio, alguno de los cambios que habían empezado a impulsar. Ha resultado ser una experiencia muy satisfactoria para todas las partes implicadas y que en los próximos meses se podrá valorar su efectividad en el tiempo. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 91 Estructuración del proyecto de familia ÍNDICE TEMÁTICO TALLERES CONTENIDOS MÓDULO 1 Taller de identificación del propio proyecto de familia - Funciones de la familia - Modelos de familias - La familia de origen y la propia familia actual MÓDULO 1 Taller las raíces y las relaciones familiares MÓDULO 2 Taller de necesidades personales y necesidades familiares - Identificación y reconocimiento de las propias necesidades y las de los demás MÓDULO 2 Taller de comunicación y habilidades sociales en familia - Herraminetas básicas de escucha y de comunicación asertiva - La expresión y la contención emocionales Taller de organización doméstica y roles - Necesidades organizativas y tareas cotidianas - Identificación de los diferentes roles y responsabilidades familiares - Identificación y mantenimiento de normas y límites MÓDULO 3 Taller de mantenimiento del hogar y economía doméstica - La organización y cuidado del hogar - Bases para la organización y gestión del presupuesto MÓDULO 3 Taller sobre el entorno de la familia - Redes de apoyo - Relaciones sociales MÓDULO 3 Taller sobre la resilienca y los recursos del entorno - Capacidades resilientes en la propia familia - Recursos de apoyo del entorno Entrevista personalizada - Asesoramiento y devolución personalizada - Valoración final MÓDULO MÓDULO 2 MÓDULO 3 92 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 - Costumbres y tradiciones familiares - Hoja de ruta: proyección de futuro y expectativas de desarrollo A fondo Bibliografía IGOP, COLLET J. i SUBIRATS, J. 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El objetivo del Paidós es establecer una metodología de trabajo que acabe siendo utilizada por los poderes públicos como una herramienta más efectiva en la lucha por la erradicación de la pobreza infantil en Cataluña. Palabras clave: Pobreza, infancia, familias, trabajo social, educación social. Para citar el artículo: SANCHIS, Marta; CARAMÉS, Marta. El Proyecto Paidós: acompañantes de familias. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 94-101. ISSN 0212-7210 Psicóloga, trabajadora social y referente del Proyecto Paidós a Càritas Diocesana de Barcelona. Doctora en Pedagogía y responsable del Proyecto Paidós. mcarames@caritasbcn.org. Otros autores y autoras: Naïma Aligua Hansaoui, Dolors Arbonés Mor, Andrea Araujo Taboada, Roser Astorga Vilalta, Laia Creus Casanovas, Albert Frago Llurda, Jofre Fuguet Gonzano, Marta Gómez Rodríguez, Maru González Bosch, Manel Grande Ordoñez, Loli Ibáñez Iturat, Sònia López Martínez, Cristina Maymó Puig, Alejandro Ovejero Scaglia, Ona Pich Sánchez , Marina Quinto Ferreres, Raquel Renes Grande, Marta Ripoll Moliner, Juana Valera Parra. Entidades: Càritas Diocesana de Barcelona, Fundació Pere Tarrés y Suara Cooperativa. 1 2 94 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo Abstract The Paidós project seeks to eradicate child poverty which is transmitted between generations, and prevent the factors that make it chronic, through a work intensive, comprehensive and integrated with families, the social partners and the community, for the improvement of the training of the potentialities, both children and their family. At the present time three pilot projects are in the phase of design of procedures and indicators for evaluation, and selection of families. The Paidós project aims to establish a working methodology which could be used by public authorities as a more effective instrument in the struggle for the eradication of child poverty in Catalonia. Key words: Poverty, children, families, social work, social education. Antecedentes del Paidós El Proyecto Paidós nace de una preocupación y de una pregunta. La preocupación de Cáritas Diocesana de Barcelona por la situación de pobreza en la primera infancia y la pregunta de si los gobiernos, las entidades sociales y la ciudadanía somos capaces de hacer algo diferente para que no se perpetúe. Desde hace años, diferentes estudios y desde diferentes organizaciones se insiste en mostrar que las familias con niños y en situación de pobreza económica son las que están sufriendo con más dureza el momento crítico que vivimos, ese que llamamos crisis económica. Ya hace tiempo que desde Cáritas se tomó la decisión de profundizar en el análisis de cómo se está trabajando con los niños y sus familias desde los diferentes proyectos socio-educativos de la organización. De este análisis nacen diferentes propuestas, una de las cuales, validada por un grupo de expertos, es la que se denominará Paidós. El Proyecto Paidós busca cómo erradicar las consecuencias de la pobreza infantil que se transmite intergeneracionalmente y prevenir sus factores de cronificación, mediante un trabajo intensivo, integral e integrado con las familias, los agentes sociales y la comunidad, para la mejora de la capacitación primeriza de las potencialidades, tanto del niño como de su familia. Esta perspectiva de trabajo integral con las familias, los agentes sociales y la comunidad surge de la experiencia y práctica educativa de otros equipos profesionales que ya conocen otras formas de trabajar y concretan en este proyecto prácticas, perspectivas teóricas y metodologías, para dar un paso adelante. De estas experiencias destacaremos la de los Educadores/as familiares; recurso que se desarrolló en Cáritas desde el año 1999 hasta el 2003 y desde el cual se realizaba un trabajo educativo en el propio hogar de las familias. Los educadores/as ampliaban la tarea que hacían las trabajadoras familiares; ofreciendo un acompañamiento educativo adaptado a la vida cotidiana de cada familia. Señalaremos también la amplia experiencia que tienen las profesionales de los espacios de apoyo materno-infantiles, también de Cáritas, que trabajan con madres en situación de vulnerabilidad, dando un acompañamiento de la vinculación madre-hijo para RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 95 El Proyecto Paidós: acompañantes de familias el aprendizaje del cuidado de la pequeña infancia. Y, finalmente, otra experiencia de la cual bebe, también, el Proyecto Paidós es el equipamiento situado en el barrio La Font de la Pólvora, de la ciudad de Girona, promovido por el Ayuntamiento de la ciudad, en el año 2005, para trabajar con las familias del barrio que tienen dificultades en el cuidado y acompañamiento de sus hijos. De esta experiencia hay aspectos que el proyecto Paidós “toma en préstamo”, como es la idea de trabajar de forma continuada con el conjunto de la familia; y también la idea de que este trabajo sea a la carta, en lugar de ofrecer menú de planificaciones educativas. Pensamos que este trabajo en singular, a la carta, es una de las características de muchos proyectos de Cáritas. Un trabajo a la carta para cada adulto, para cada niño y para cada familia, que suele ser, además, para un período de tiempo bastante largo. Una forma de trabajar que ha hecho posibles algunas pequeñas-grandes transformaciones en Un trabajo a la carta para cada adulto, para cada niño y para cada familia, que suele ser, además, para un período de tiempo bastante largo. Una forma de trabajar que ha hecho posibles algunas pequeñasgrandes transformaciones en situaciones de dificultad de muchos niños y sus familias. situaciones de dificultad de muchos niños y sus familias. Objetivos generales y específicos del Paidós Desde la práctica y saber profesional de estas y otras experiencias, así como de su puesta en común entre varios profesionales, se elaboraron los objetivos generales y específicos del Proyecto Paidós. Los objetivos son: 1. Incrementar las competencias parentales y marentales. 1.1. Aumentar el nivel de conciencia en torno a las características, aspectos a mejorar y capacidades de sus hijos/as 1.2. Identificar las necesidades de sus hijos/as. 1.3. Desarrollar un cuidado adecuado a las necesidades de sus hijos (alimentación, salud, seguridad y emocionales). 2. Aumentar los factores de protección y resiliencia de los niños. 2.1. Desarrollar las capacidades para establecer vinculaciones positivas. 2.2. Adquirir un desarrollo adecuado a su etapa evolutiva. 3. Facilitar una circulación social de las familias en su medio o entorno más cercano. 3.1. Desarrollar las capacidades relacionales con el entorno. 3.2. Conocer los recursos y servicios del medio o entorno más cercano. 3.3. Realizar un uso adecuado de los servicios comunitarios. 96 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo El acompañamiento socioeducativo se abordará desde tres ámbitos y tres espacios de incidencia: Concreción del Paidós El Proyecto Marco del Paidós, elaborado conjuntamente por Cáritas Diocesana de Barcelona, Suara cooperativa y la Fundació Pere Tarrés, guiará la práctica educativa que desarrollarán los diferentes equipos de trabajo. En estos momentos los tres primeros equipos de Paidós ya han empezado a trabajar: el distrito de Ciutat Vella de Barcelona, el Paidós-Barceloneta; en Hospitalet de Llobregat, Paidós-Hospitalet; y en Sant Adrià de Besòs, el Paidós-Sant Adrià. El equipo de cada Paidós está constituido por un director/a, un trabajador/a social, un psicólogo/psicóloga, dos educadores/ as sociales y un trabajador/a familiar. En el momento actual, todos ellos están en la fase de selección de familias, de diseño de los itinerarios de trabajo con ellas, y de elabora- ción de los Planes de Trabajo Familiar, conjuntamente con las familias y con los trabajadores sociales de referencia que los acompañan. También del diseño de los indicadores de evaluación a la que el proyecto deberá someterse. Consideramos interesante, en esta fase inicial del Proyecto, reflejar las vivencias que están experimentando cada uno de los equipos ya constituidos. 1. Paidós-Sant Adrià. El compromiso y la creatividad como punto de partida. “Ilusión, energía, compromiso, innovación, oportunidad, creatividad... Es el punto de partida del equipo del Paidós de Sant Adrià de Besòs. Como profesionales tenemos la suerte de empezar a diseñar un nuevo proyecto y estamos convencidos de que RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 97 El Proyecto Paidós: acompañantes de familias hay que hacer un proceso y recorrer un camino con la colaboración de todos. A lo largo del tiempo de preparación hemos estado imaginando servicios, acordando metodologías, entendiendo el cómo y por qué se pueden hacer las cosas, y buscando un nuevo enfoque para el trabajo con familias. Después habrá que escuchar, observar, acompañar y respetar la realidad de las familias para introducir su participación. De esta manera participarán del proceso de crecimiento del Paidós. La herramienta más valiosa a la hora de trabajar con las familias son ellas mismas. El papel de los profesionales se centrará en potenciar sus capacidades y apoderarse para que sean ellas el propio motor de cambio, para que encuentren un mañana de oportunidades, de futuro, que posibilite y facilite el conocimiento de todas sus potencialidades personales y familiares. Trabajar para la estigmatización de las familias multiasistidas, o la falta de oportunidades, no sea el marco donde generación tras generación se perpetúe el círculo de la pobreza. Pretendemos que las familias sean protagonistas de un cambio, de una nueva vivencia, y de saber y sentir que es posible un nuevo camino. El Paidós de Sant Adrià de Besòs se desarrollará en un piso ubicado en una planta baja con patio, y con acceso directo desde la calle. Organizaremos el espacio con el objetivo de que sea lo más parecido a un hogar, haciéndolo acogedor para que las familias se sientan cómodas”. “Pretendemos que las familias sean protagonistas de un cambio, de una nueva vivencia, y de saber y sentir que es posible un nuevo camino”. 98 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 2. Paidós-Hospitalet. El nacimiento de un proyecto: iniciar la relación vincular con las familias “Durante el embarazo se produce un proceso de adaptación física y psicológica de los futuros padres al feto en crecimiento. Nosotros estamos viviendo un proceso similar en estos meses de creación del proyecto, en la organización del espacio, en la selección de familias y en el conocimiento del territorio. El equipo vive con mucha ilusión el encargo de poner en marcha un nuevo proyecto, pero también es consciente de la gran responsabilidad que conlleva. Entendemos que este proyecto es innovador por la confluencia de diferentes elementos clave que forman un todo mucho más potente que la suma de las partes: 1) Está centrado en el trabajo con familias que tienen hijos entre 0 y 6 años: la primera infancia como espacio privilegiado de trabajo de la parentalidad positiva y para apoyar el desarrollo óptimo de los niños para que tengan una efectiva igualdad de oportunidades. 2) Confía en los padres y madres, los apodera, los hace sentir capaces. Una familia consciente de sus capacidades será una familia más segura y autónoma, con más posibilidades de implicarse en su proceso de mejora y de ofrecer un modelo educativo estable y coherente a sus niños. 3) Atiende a todo el sistema familiar de forma integral, trabajando el conjunto de relaciones que se dan, todas las necesidades, con un acompañamiento desde diferentes perfiles profesionales. Nuestras herramientas de trabajo son: 1. Los acompañamientos, no sólo entendidos como una metodología o acción, sino también como una filosofía de trabajo que impregna toda la intervención educativa y psicológica. 2. Los espacios familiares, que planteamos para la convivencia y la participación, en los que se desarrolla una labor educativa, no asistencial, y donde se trabaja la creación y fortalecimiento de los vínculos de relación positivos. 3. El trabajo comunitario realizado más allá de los contex- A fondo tos habituales de la familia, para que nuestro espacio educativo no se convierta en un recurso cerrado. Y 4. El apoyo psicológico para mejorar las dinámicas relacionales”. 3. Paidós-Barceloneta. Trabajando de forma integral y sistémica con las familias y su entorno. “En la Barceloneta, estamos realizando entrevistas iniciales con algunas familias y otras ya empiezan a venir los diferentes espacios de trabajo. El equipo está muy ilusionado en llevar a cabo un proyecto que trabaja con todos y cada uno de los miembros de una familia desde una mirada sistémica, viendo, observando, acompañando a la familia en lo que sea necesario para salir de una situación que los angustia y que al mismo tiempo los aleja de su proyecto vital. El hecho de trabajar con toda la unidad familiar es un hecho innovador y diferencial de otros proyectos. Paidós no es un materno-infantil, no es un espacio familiar, no es un centro abierto, no es un servicio de inserción, no es un centro de formación permanente, no es un centro de terapia familiar, no es un servicio de ayuda a domicilio, no es nada de esto, pero puede serlo en un momento determinado. Para el equipo, el Paidós es un todo integral para trabajar con las familias dentro del centro, a la comunidad, o en el domicilio. No queremos hacer coordinaciones sin que las familias vean la necesidad de hacerlas, porque la intención no es ser un servicio del que dependen las familias, sino un servicio para acompañar y para apoderarse de las mismas. Paidós-Barceloneta está ubicado en una antigua iglesia reconvertida en equipamiento de servicios sociales (centro abierto, formación de adultos, centro juvenil, espacio de adolescentes y espacio polivalente para charlas, encuentros, del barrio). Estamos, por tanto, en un espacio privilegiado con muchos recursos dentro del mismo edificio, lo que facilitará el acompañamiento y el acceso a otros servicios necesarios para las familias. Actualmente el Paidós Barceloneta está empezando a hacer entrevistas de ingreso con las familias derivadas de Servicios Sociales, de EAIA y de las Trabajadoras Sociales de Cáritas, para conocer las necesidades y poder así dibujar conjuntamente con ellas un itinerario a medida. Sabemos que este trabajo no lo hacemos solos, que hay muchos profesionales trabajando desde hace años en los barrios y con la gente. Esperamos ser un espacio más en la Barceloneta que intenta trabajar junto a las familias buscando sencillez en el oficio de acompañar”. Conclusión: Paidós. Acompañantes de familias Convertirse en acompañantes de familias es un compromiso para llevar adelante este proyecto, una manera de trabajar. Tener la oportunidad de trabajar de forma integral y con tiempo largo con las familias es un privilegio que hay que aprovechar, siguiendo el camino marcado por otros compañeros y compañeras de diferentes servicios, que lo han hecho aprovechando rendijas institucionales y con trabajo compartido. Pensamos que hay que «escuchar y observar las realidades familiares para introducir su participación», como escriben desde Sant Adrià. Buscaremos la comprensión de las formas de funcionamiento familiar, buscando que sean las propias familias «el motor de cambio». También desde Hospitalet se recoge la idea del “respeto y la escucha atenta al proceso de las familias”, con un acompañamiento adecuado, que no sea invasivo. Además, el acompañamiento se RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 99 El Proyecto Paidós: acompañantes de familias realiza con toda la unidad familiar, tal como nos indican desde la Barceloneta. Así, los espacios educativos que se están diseñando buscan reflejar momentos cotidianos de la relación familiar: espacios de juego, de cuidado, de las comidas, espacios lúdicos en el barrio, en los domicilios. Sabemos que la responsabilidad de la situación de vulnerabilidad que viven muchas familias no es sólo suya. No es sólo con su apoderamiento y potenciando sus capacidades que podremos hacer posibles los cambios que hay que trabajar. Serán necesarias actuaciones más globales en relación con estas familias. Desde el Paidós se procurará hacer otras actuaciones que mejoren las condiciones de vida de las familias atendidas: 100 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 vivienda y condiciones laborales dignas, salud, entre otras. Estamos en los inicios, en la ilusión y la incertidumbre de lo que vendrá. La finalidad sería que los territorios, los y las profesionales y las familias puedan aprovechar este recurso y que se convierta en lo que deben ser los recursos sociales y educativos: espacio de todos. Sabemos que tenemos que trabajar discretamente y con humildad con las familias y los compañeros. Porque con la misma práctica silenciosa que mantiene la intimidad de la gente, podemos mostrar otra forma posible de acompañar y escuchar lo que las familias y los niños más pequeños nos indiquen, para ayudarles a superar las graves dificultades de desarrollo en las que están viviendo. A fondo Bibliografía BARUDY, J. i DANTAGNAN, M. Los buenos tratos a la infancia: Par entalidad, apego y resiliencia. Barcelona: Gedisa, 2006. ISBN 978-84-9784-091-0. BOWLBY, J. Cuidado maternal y amor. México: Fondo de cultura econòmica, 1972. ISBN 9789681600839. CÀRITAS DIOCESANA DE BARCELONA. Amb sostre i sense llar. 2010. CYRULNIK, B. Los patitos feos. 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Palabras clave: Programa Vida als anys, dependencia, cuidador principal, claudicación, conflicto deontológico, equipo interdisciplinario, formación específica. Para citar el artículo: GOMEZ RODRÍGUEZ, Lydia. El trabajo social con familias de pacientes ingresados en unidades de larga estancia sociosanitaria. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 102-108. ISSN 0212-7210 Abstract This article explains the actual situation about the Social Work relating to families with relatives hospitalized in Long Term HealthCare Centers in Catalonia. The text shows different tipologies of family and how the wide profile of users is an added complexity for the development of the Social Work. The article summarizes helping strategies for the concret needs of every family working together with the center staff. And finally, it reflects about the future of our profession in the social and healthcare environment. Key words: Vida als anys Program, dependence, primary caregiver, claudication, conf lict of ethics, interdisciplinar y team, specific training. 1 Trabajadora social y Máster en Gerontología social. Trabajadora social Centres Blauclinic. lgomez@blauclinic.cat 102 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo El programa vida als anys (Vida a los años) En 1986 el Departamento de Sanidad y Seguridad Social creó el Programa Vida als Anys (PVAA Orden de 29 de mayo de 1986), que integraba los servicios sociales y los sanitarios en una misma y única prestación, para mejorar la atención a las personas mayores enfermas, enfermos crónicos y personas en situación terminal. La Ley 15/1990, de 9 de julio, de ordenación sanitaria de Cataluña, prevé en su artículo 8 que el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), de acuerdo con las funciones que le son propias, lleve a cabo actividades de atención socio-sanitaria. A la luz de esta normativa y de este impulso del modelo, se fueron añadiendo los diferentes servicios: inicialmente los de larga estancia y los hospitales de día, a continuación, ya el año 1990, los equipos de apoyo, el Programa de Atención Domiciliaria - Equipo de Soporte (PADES), la Unidad Funcional Interdisciplinaria Socio-sanitaria (UFISS) y, a partir de 1992, las unidades de convalecencia y cuidados paliativos. Las unidades de larga estancia socio-sanitarias Las unidades de Larga Estancia (ULE) fueron de las primeras en ofrecer atención continuada a personas con enfermedades o procesos crónicos que presentan diferentes niveles de dependencia y varios grados de complejidad clínica y que no pueden ser atendidas en su domicilio. El contingente más importante constituye lo que podríamos llamar larga estancia geriátrica. Actualmente las ULE son una prestación garantizada para las personas en situación de dependencia, en aplicación de la disposición adicional quinta de la Ley 12/2007, de 11 de octubre, de Servicios Sociales. Tener la solicitud de dependencia tramitada no es requisito obligatorio para ingresar en las ULE. En cambio es una obligación, por parte del departamento de Trabajo Social de cada centro, de asegurarse de que el paciente con dependencia tramitada es valorado/ revisado de grado (aunque puede no alcanzar ninguno) y elaborar o modificar el Acuerdo PIA si es necesario, dejando constancia de los recursos utilizados por el usuario y del coste del recurso actual. Los usuarios de las unidades de larga estancia socio-sanitarias Las ULE están dirigidas a la atención continuada de personas con enfermedades o procesos crónicos que presentan diferentes niveles de dependencia y diversos grados de complejidad clínica y que no pueden ser atendidas en su domicilio. El perfil del usuario de estas unidades ha tenido características comunes en los últimos años. Se trata, en la mayor parte de los casos, de pacientes geriátricos con pluripatología, fragilidad, apoyo social-familiar insuficiente o inexistente y con difícil retorno al domicilio por la alta dependencia. Año tras año se vuelve más complicado potenciar la autonomía del paciente dado el aumento del número de usuarios de las ULE con algún tipo de alteración cognitiva y/o mental. Esto repercute directamente en la organización de nuestro trabajo. Si el paciente no es interlocutor válido, la familia se convierte en nuestra principal fuente de información y herramienta de trabajo. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 103 El trabajo con familias de pacientes ingresados Tipología de usuarios de las ULE Los usuarios habituales de las ULE son los pacientes geriátricos, pacientes demenciados, con enfermedades psiquiátricas, discapacitados y enfermos con VIH. Un colectivo a destacar son los pacientes sin familia, sin domicilio y sin apoyo social. Un colectivo a destacar son los pacientes sin familia, sin domicilio y sin apoyo social. Se trata de personas mayores que han llegado a una situación límite por falta de recursos y apoyo y personas inmigrantes que no tienen red informal de apoyo. A menudo estos dos colectivos comparten la característica de no tener familia, no tener ingresos o muy reducidos y la dificultad de comunicación. La gente mayor puede tener patologías asociadas como el deterioro cognitivo o los problemas auditivos, y en el caso de los inmigrantes no se pueden obviar las diferencias idiomáticas y culturales. Por último, no olvidemos todos aquellos pacientes que ingresan en las ULE por un problema sanitario que, una vez resuelto, no tienen domicilio, cuidador ni red informal que pueda cubrir sus necesidades básicas. Son pacientes que cuentan con ingresos muy reducidos (PNC, SOVI, prestación de paro para mayores de 52 años, etc.) o sin ingresos y que no alcanzan ningún grado de dependencia. Son personas que quedan excluidas del sistema de servicios sociales tal y como la ley establece actualmente el acceso (a través del grado II o III de dependencia). 104 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Estrategias de intervención según la tipología de familias de los pacientes de las ULE El aumento de la esperanza de vida ha propiciado la mayor incidencia de enfermedades cerebrovasculares, demencias y el aumento de la dependencia física en los usuarios que ingresan en estas unidades. Este hecho ha incidido directamente en las características de las familias que los acompañan, que, en muchos casos, muestran signos de agotamiento, claudicación y angustia. Familiares de edad avanzada: parejas, hijos, primos y sobrinos de pacientes que superan los 70 años. También sufren problemas de salud que, en ocasiones, incluso han comportado un ingreso también del cuidador en la ULE. En ocasiones el paciente ingresa en la ULE en concepto de descanso familiar, ya que requiere cuidados sanitarios que, en aquel momento, el cuidador principal no puede ofrecer por problemas de salud o intervenciones quirúrgicas. En estos casos, nos encontramos la posibilidad de realizar el ingreso del paciente dependiente y posteriormente el ingreso de su cuidador. Familiares con otras cargas familiares. Estas cargas les limitan como cuidadores de la persona ingresada en la ULE. Muchos son cuidadores de nietos o de otros familiares de edad avanzada. Es muy común que comenten que para venir al centro tienen que dejar solos a los suegros, padres... Eso repercute y produce sentimientos contradictorios de culpa por el ingreso de su familiar y a la vez de alivio por el descanso que comporta tenerlo ingre- A fondo sado. Muchos cuidadores “encadenan” los cuidados de diferentes familiares, en el tiempo. Empiezan cuidando a un padre, después la madre, los suegros..., hasta que llegan ellas mismas a necesitar cuidados. Y no olvidemos el papel tan importante que tienen hoy en día los abuelos que cuidan de los nietos durante la jornada laboral de los padres. Todas estas cargas hacen que la calidad de los cuidados que pueden ofrecer se vea comprometida y que, finalmente, cuando se produce el ingreso en la ULE, los conflictos emocionales, los signos de agotamiento, claudicación y angustia aparezcan de golpe, dificultando el proceso de adaptación de la familia y del paciente al centro. A este hecho se añade la ayuda tan limitada que pueden ofrecer los familiares en edad laboral que trabajan, tienen cargas familiares y en un contexto de crisis como el actual no pueden dedicar parte de su tiempo ni de sus ingresos en el cuidado del paciente. Familias desestructuradas o “no sanas” donde las relaciones familiares están deterioradas. Nosotros intervenimos en un momento puntual de su vida, durante la estancia del paciente en las ULE. La historia familiar previa puede ser compleja y los interlocutores pueden dar una información subjetiva y parcial. En estos casos se hace fundamental la coordinación con los recursos de Atención Primaria de Salud y de Servicios Sociales, durante todo el proceso de intervención social familiar. Nuestro tiempo de intervención es limitado por la duración del ingreso, por tanto será difícil trabajar determinados Nuestro tiempo de intervención es limitado por la duración del ingreso, por tanto será difícil trabajar determinados aspectos a largo plazo. El seguimiento de las situaciones familiares se tendrá que traspasar a los recursos que continuaran la intervención social en el alta. aspectos a largo plazo. El seguimiento de las situaciones familiares se tendrá que traspasar a los recursos que continuaran la intervención social en el alta. Familiares afectados por enfermedades mentales. Se hace muy difícil intervenir a nivel familiar en estos casos, ya que, generalmente, no disponemos de formación específica sobre salud mental. Trabajar en un caso en el que tanto el paciente como el familiar de referencia tienen problemas cognitivos/mentales, supone un grave inconveniente. La capacidad para entender la situación y para planificar los recursos en el alta, puede estar muy alterada. Normalmente, este tipo de familiares dificultan mucho el trabajo de todo el equipo. Y nos encontramos con el dilema ético si serán cuidadores válidos. En estos casos se hace imprescindible la coordinación con los recursos de la red de salud mental (CAPSM). Cuidadores privados que ejercen como referentes porque los familiares cercanos ya han muerto o la persona no tiene ningún otro apoyo. En estos casos nos podemos debatir en un conflicto deontológico, dado que a veces RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 105 El trabajo con familias de pacientes ingresados el paciente no ha podido nombrar a esta persona como interlocutora. Podemos dudar sobre qué obligaciones puede tener un cuidador que cobra por su servicio, y hasta qué punto tenemos que tratarlo como si fuese el familiar referente. Generalmente, en estos casos usamos nuestro criterio profesional, que nos indica si el cuidador privado tiene o no un interés ilícito en reconvertir su rol profesional en un rol familiar. Los requerimientos de la administración No hay que olvidar que, como recurso sanitario, la Administración ha establecido unos requerimientos que nos obligan a desarrollar nuestra tarea en un tiempo limitado (123 días). Teniendo en cuenta que la resolución de problemas y la accesibilidad a recursos a domicilio y/o residenciales se ve ralentizada por los trámites y las listas de espera, es muy posible que nuestros usuarios tengan que volver a su domicilio sin esa ayuda que tanto precisan. Esto provocará reingresos hospitalarios y posteriormente el regreso de nuevo a las unidades de larga estancia. No es extraño detectar casos de pacientes que han hecho diferentes estancias en ULE de diferentes centros en los últimos meses, con intervalos de ingresos hospitalarios y retornos a domicilio. Intentamos evitar que las ULE se conviertan en lugares donde permanecer a la espera de la tan deseada plaza residencial social. Pero la realidad es otra. La alta dependencia de los pacientes y la complejidad sanitaria, sumadas a las características de las familias que antes mencionábamos, hace muy difícil esta tarea. 106 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Desarrollo del trabajo social en las unidades de larga estancia En este contexto, el trabajo social con familias en las ULE se desarrolla como una rama del trabajo social sanitario que requiere formación específica y, cada vez más, variada (gerontología, salud mental, sanidad, cuidados paliativos, inmigración, VIH, familias desestructuradas, etc.). El/la trabajador/a social necesita, para desarrollar óptimamente su labor, conocimientos muy variados, habilidades específicas y desarrolladas y formación psicológica, que actualmente se adquieren con la experiencia, el trabajo interdisciplinar, la coordinación con otros recursos/profesionales y la formación específica. En un contexto como el actual, de ajustes presupuestarios y recortes sociales, la formación específica complementaria para nosotros atraviesa un momento complicado. Las ratios de pacientes-trabajador/a social están sobrepasadas, principalmente porque ninguna normativa establece cuál debe ser para las ULE. Por este motivo encontramos profesionales que sufren una sobrecarga de trabajo que no les permite disponer de tiempo para formarse. Este hecho se ve agravado por los recortes económicos que también han llegado a la formación interna de los centros. Últimamente, la última tarea que también tenemos que asumir es la función de gestionar Acuerdos y Modificaciones de Acuerdos PIA, hecho que dificulta alcanzar adecuadamente todas las otras tareas del día a día. A fondo Últimamente, la última tarea que también tenemos que asumir es la función de gestionar Acuerdos y Modificaciones de Acuerdos PIA, hecho que dificulta alcanzar adecuadamente todas las otras tareas del día a día. Podríamos decir que la polivalencia de los trabajadores/as sociales en general y en especial a los centros socios-sanitarios (calidad que puede ser muy útil) se vuelve a menudo un handicap para poder desarrollar un trabajo de calidad. Cuando las tareas a desarrollar son tan variadas, y algunas de ellas complejas y que llevan añadida una responsabilidad importante (no reconocida), el profesional de trabajo social puede encontrarse saturado, sobrepasado y desmotivado. Esto puede conllevar que no sea capaz de trabajar adecuadamente y que se acabe convirtiendo en un técnico burócrata que se ve abocado a limitar las intervenciones con los pacientes y las familias por falta de tiempo. Y como efecto secundario se den situaciones en la que no se pueden coordinar adecuadamente recursos al alta para asegurar una continuidad de los cuidados del paciente fuera de las ULE. Para evitarlo hay que reivindicar cuál es nuestro papel fundamental en las ULE y empezar por trabajar siempre en equipo, dentro y fuera del centro socio-sanitario. Mantener contactos permanentes con los profesionales del trabajo social de otros centros y organismos sociales y de salud. Luchar por una formación continuada y colaborar en la formación de los futuros profesionales del trabajo social. Y nos los centros es necesario hacer formación interna para compartir nuestros conocimientos y experiencias con otros profesionales y dar a conocer nuestra profesión para dotarla del valor y el respeto que merece. Hay que tomar medidas que en ocasiones parecen poco importantes, pero que pueden volverse fundamentales, como es establecer un espacio físico íntimo y adecuado para atender a los pacientes con poca movilidad y a las familias. Establecer un horario de atención con cierta flexibilidad para garantizar un tiempo adecuado para atender a cada persona, así como un horario definido y no demasiado extenso de reuniones interdisciplinares. Y no olvidar nunca que detrás de un diagnóstico médico, de un problema social, de un número de habitación, tenemos a personas que pasan por un momento de crisis personal y que requieren un tratamiento individualizado. Reflexiones Aunque la fotografía de la situación actual del trabajo social con familias en las ULE no parece muy alentadora, no debemos olvidar que nuestra función ha sido fundamental en el desarrollo de este recurso. El/la trabajador/a social gestiona el ingreso en la ULE, hace la acogida al paciente y a la familia, ayuda en el proceso de adaptación, gestiona los recursos adecuados (dependencia, discapacidad, servicios a domicilio...). La finalidad es garantizar la continuidad de la atención al alta y coordinar todo este pro- La finalidad es garantizar la continuidad de la atención al alta y coordinar todo este proceso con los profesionales del equipo interdisciplinario y con los servicios y recursos que intervendrán en el alta. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 107 El trabajo con familias de pacientes ingresados ceso con los profesionales del equipo interdisciplinario y con los servicios y recursos que intervendrán en el alta. Acompañamos al paciente y a la familia dentro del sistema y los orientamos y apoyamos, escuchando activamente y gestionando todos aquellos recursos que pueden necesitar (voluntariado, asesoramiento legal, acompañamiento espiritual, etc.). La familia es fundamental en todo este proceso, y nuestro trabajo es enriquecedor ya que los ayudamos en este camino, apren- diendo de ellos y de su capacidad para resolver los inconvenientes que van surgiendo paulatinamente. Nos queda todo un camino por recorrer. Hay que reinventar el trabajo social con familias en el ámbito de la salud en general, y en el ámbito socio-sanitario en particular, a la espera de las nuevas realidades que el sistema de salud nos deparará. Y, cómo no, de las nuevas realidades sociales y familiares que surgirán en una sociedad en pleno proceso de cambio. Bibliografía COLOM MASFRET, D. “El rol terapéutico (curativo) del trabajador social en salud mental”, en Revista Agathos. Institut de Serveis Sanitaris i Socials, 2011. Text que forma part del material del llibre sobre Procedimientos y procesos en trabajo social sanitario. ISBN 8497884523 http:// sescam.jccm.es/web1/profesionales/SaludMental/documentos/fich_descarga_Ro_TTSSM _Docu_25072011.pdf. (Data de consulta 19/10/12). CONSEJO GENERAL DE 108 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 TRABAJO SOCIAL. Código deontológico de trabajo social. Herramientas e instrumentos de Trabajo Social. Madrid: 2012. http://www.cgtrabajosocial .es/madrid/documentos/2012%20CODIGO%20DEONTOLOGICO-%20web.pdf. (Data de consulta 8/11/12). DE VICENTE, I. i TABUEÑA, C. M. “Instruments i tècniques: aplicació en el treball social gerontològic”, en CASALS, A. et al. Intervenció social en l’atenció sociosanitària i residen- cial. Barcelona: Servei de publicacions de la Universitat autònoma de Barcelona, 2005. Pàg. 77-105. ISBN 84-490-2403-X. ESCARTIN CAPARROS, M. J. “El sistema familiar y el trabajo social”, en Alternativas: cuadernos de trabajo social, núm. 1 (1992). Pàg. 55-75. Alacant. ISSN 1133-0473 http://aprendeenlinea.udea.edu.co/lms/ moodle/file.php/528/el_sistema_familiar_en_trabajo_social _Ma.pdf. (Data de consulta 16/ 10/12). A fondo Infancia, Trabajo Social y... Familias Carme Fernández Ayerbe1 Resumen En este artículo se pretende reflexionar sobre los principios que sustentan las posibilidades de intervención con las familias desde el trabajo social, y en particular respecto al ámbito de la infancia. El trabajo social como práctica vinculada a dispositivos complementarios a las funciones que en el pasado sustentaba a solas a la familia, debe acotar cuáles son sus límites y posibilidades, porque en este ámbito se problematiza la localización del sujeto y el objeto de la intervención. Para hacer esta reflexión el artículo hace un retorno a los principios que sustentan el ejercicio profesional. Palabras clave: Objeto, sujeto, malestar psicosocial, reconocimiento, singularidad. Para citar el artículo: FERNÁNDEZ AYERBE, Carme. Infancia, Trabajo Social y... Familias. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 109-118. ISSN 0212-7210 Abstract This article aims to reflect on the principles underpinning the possibilities for intervention with families from social work, particularly with respect to the area of childhood. Social work as a practice linked to ancillary functions that once sustained the family alone, you should limit what your limits and possibilities in this area because it questioned the location of the subject and object of intervention. To this thought the paper makes a return to the principles underpinning professional practice. Key words: Object, subject, psychosocial distress, recognition, uniqueness. 1 Trabajadora social. Coordinadora del EAIA de Hospitalet. cfayerbe@hotmail.com. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 109 Infancia, Trabajo Social y... Familias La práctica del trabajo social en el ámbito de la infancia está asociada al trabajo con familias, pero la intervención con las familias no es exclusiva del trabajo social, otras disciplinas se ocupan y varias teorías dan cuenta de ello. ¿Qué especificidad aporta el trabajo social? La práctica profesional debe estar asociada a unos principios teóricos y éticos para garantizar su cuerpo como disciplina, con lo cual no nos queda más que preguntarnos por los conceptos que la sustentan: ¿Qué objeto para el trabajo social? ¿Qué es “La Familia”? ¿Por qué y cómo en el ámbito de la infancia el trabajo social puede concebir a la familia como sujeto de su intervención? ¿Desde qué posición ética se puede hacer efectiva esta práctica? Citando a T. Zamanillo debemos avanzar en integrar los vértices de teoría, técnica y ética, que deben encontrarse articulados en todo proceso de intervención social de la posmodernidad.2 Este es el resultado de mis reflexiones, donde intento hacer explícito mi supuesto teórico sobre el trabajo social con familias en el ámbito de la infancia. Acotar el objeto del trabajo social A mediados del s. XIX, en Inglaterra, en un entorno de pobreza y desigualdad que amenazaba el orden social, es donde surgen desde una función de control social las primeras intervenciones, que luego derivaron en las prácticas del trabajo social. Desde aquellos orígenes, diferentes ideologías y movimientos teóricos han influido en la configuración de cuál es el objeto del trabajo social y qué objetivo dirige su intervención, aspectos ambos que aún requieren de investigación y profundización para resolver los 2 T. Zamanillo. 2009. 110 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 problemas de identidad de nuestro colectivo profesional. T. Zamanillo, en Apuntes sobre el objeto en Trabajo Social, sitúa el elemento constitutivo del trabajo social en la interacción entre los problemas individuales y sociales, de modo que el objeto de conocimiento del trabajo social “queda ordenado en el ámbito de la interacción entre lo objetivo y lo subjetivo del problema, porque aunque todos los problemas del individuo sean psicosociales no siempre le afectan de la misma manera. (...) Las necesidades no tienen un significado en si mismas (…) sino que es el propio individuo quien les atribuye un significado en el proceso de interacción social que cada uno mantiene con los demás”. También nos dice que el malestar psicosocial, más que los problemas o necesidades sociales, ha sido aquello con lo que se ha enfrentado el trabajo social. Este concepto apunta a un conflicto entre una situación alienante para el sujeto que necesita ser reconducida a otra en la que las condiciones de mejora y oportunidades tengan lugar. El trabajo social configura aquí su objetivo: contribuir a crear condiciones de posibilidad con su acompañamiento y apoyo a las capacidades e inicia- El trabajo social configura aquí su objetivo: contribuir a crear condiciones de posibilidad con su acompañamiento y apoyo a las capacidades e iniciativas donde el protagonista de los cambios es el propio sujeto del malestar. A fondo tivas donde el protagonista de los cambios es el propio sujeto del malestar. Por otra parte, en Invitación a un trabajo social reflexivo apunta, retomando a Mary Richmond, que la singularidad de la intervención social “es la acción ejercida sobre el medio social en el cual se desarrolla el individuo”. Y, diferenciándolo del campo de la sociología y la psicología social, señala que en trabajo social el campo es microsociológico, y hablamos de individuo y situación, el ambiente que rodea al individuo, un campo más pequeño que atañe más a los fenómenos que lo condicionan o determinan, el de las situaciones de malestar psicosocial que lo dañan e impiden su desarrollo. Por otra parte J. M. Barbero, en Treball social en acció. Mètode i autogestió en la pràctica professional, también da relevancia a los flujos de la interacción individuo-entorno, pero pone como centro de la intervención las relaciones sociales de marginación o exclusión. Destaca la dimensión social de los problemas y constituye el entorno (sin reducirlo al recurso) en el instrumento para comprender y cambiar las situaciones (individuales y colectivas). Sitúa al objeto de la intervención en el conocimiento y modificación de la relación social de las personas y su grupo (familia, servicios cercanos...). En ambas concepciones se delimita como objeto de la intervención el juego interactivo entre el sujeto y lo que me permito denominar como “lo social”, entendido como todas aquellas formas que puede tomar la alteridad, desde lo más inmediato en el otro familiar, hasta lo más abstracto del mundo simbólico que ordena el mundo externo. SUJETO “LO SOCIAL” Este esquema intenta mostrar que el objeto de la intervención social se sitúa en la flecha, en este lugar de interacciones que condensa varios elementos entre el sujeto y lo social. A veces esta flecha es un espacio rico y fluido, otras veces está lleno de obstáculos y condiciones. En mi práctica profesional, y creo que no he sido un caso excepcional, siempre ha sido un reto unir disciplina (abstracción teórica) y profesión (práctica). En mi práctica profesional, y creo que no he sido un caso excepcional, siempre ha sido un reto unir disciplina (abstracción teórica) y profesión (práctica). ¿Cómo extraer de este esquema una práctica particular? ¿Cómo utilizar el entorno social como instrumento de cambio, como propone Barbero? Para ello continuamos necesitando teorías, construcciones que nos expliquen los fenómenos que conciernen a lo humano. El psicoanálisis nos enseña que la constitución del sujeto humano no es posible sin el otro, habitualmente otro del entorno familiar. El encuentro con estos “otros” introducirá desde el cuidado y desde el límite los fundamentos que permiten, si todo va bien, el surgimiento de seres sociales, sujetos de deseo. Este encuentro, sin embargo, deja unas marcas que constituyen, entre otros aspectos, la forma particular de aquel individuo de poder estar en lo social. En la primera etapa se configuran las estructuras que delimitan las preguntas y parte de las respuestas que nos hacemos sobre: ¿Quién soy para el otro? ¿Quién es el otro para mí? Así pues, las condiciones bajo las cuales RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 111 Infancia, Trabajo Social y... Familias es posible “el juego interactivo” entre el sujeto y “lo social” son particulares, diferentes para cada uno. La flecha del esquema condensaría desde la parte del sujeto las condiciones que éste pone para poder vincularse y desde la parte del entorno las ofertas de vinculación que propone el medio. La intervención social posible debe respetar estas reglas subjetivas para que el medio social pueda ser instrumento de cambio y convertirse en un lugar con posibilidades de mejora. Como consecuencia, la intervención-propuesta de “interacción”, sea una derivación, un recurso, un hito de futuro en forma de plan de trabajo, debe cumplir las condiciones bajo las cuales es posible para el sujeto incluirse en “lo social”, las “reglas subjetivas” bajo las cuales puede hacer lazo social. El acceso a estas reglas subjetivas es posible a través del propio sujeto y de una metodología que introduce la pregunta sobre la lógica que orienta el caso. El trabajador social cumpliría la función de facilitador de la vinculación social que puede ayudar a convertir una situación de alienación, conflicto, en una situación de oportunidad. No se ocuparía de los conflictos intrapsíquicos sino de las posibilidades de re-conexión del sujeto con lo social. El trabajador social cumpliría la función de facilitador de la vinculación social que puede ayudar a convertir una situación de alienación, conf licto, en una situación de oportunidad. No se ocuparía de los conflictos intrapsíquicos sino de las posibilidades de re-conexión del sujeto con lo social. 112 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 ¿Por qué el trabajo con familias en el ámbito de la infancia? Aunque familia y niño no es un binomio indisoluble, es indudable que, cuando se interviene desde el trabajo social con infancia, la puerta de entrada más habitual es la familia. La especificidad del trabajo social no se ha constituido a partir de la intervención directa con el niño/a. El malestar psicosocial, la situación alienante que pueda sufrir el niño y que afecta a su desarrollo u oportunidad de mejora es tratada en el medio en el que tiene lugar, habitualmente la familia. En el trabajo familiar es donde se hace más evidente que nuestra especificidad es la intervención en el medio en el que se desarrolla el individuo. Pero algún aspecto queda desubicado cuando la intervención social viene motivada no por un malestar psicosocial del que se hace portavoz un individuo, sino por un conflicto motivado porque un niño no está recibiendo en el medio familiar los elementos suficientes para que este entorno sea un entorno de posibilidades y oportunidades de desarrollo. Es en estos casos en los que intervenimos directamente sobre la necesidad social y en los que nos enfrentamos a la dificultad del trabajo sin demanda que es más fácil llegar a la función de control social de los orígenes de la profesión. ¿Cómo constituir a los miembros de la familia en sujetos de la intervención, es decir en protagonistas de un proceso de cambio del cual nosotros seamos acompañantes, y cumplir así la función de facilitadores del vínculo social? Debemos hacer esta pregunta porque ya sabemos que para ejercer nuestra función necesitamos a un sujeto, y en este caso este no vendría dado de entrada. A fondo ¿Cómo introducir en la intervención del trabajo social el análisis de la vivencia subjetiva del malestar psicosocial que apuntaba T. Zamanillo como imprescindible en la definición del objeto del trabajo social? En el ámbito de la protección a la infancia se hace evidente cómo determinados individuos no sienten que la intervención protectora les haya amparado, y más bien muestran que el desamparo de su subjetividad ha sido la consecuencia del cumplimiento ciego de la ley, o de los protocolos, es decir de los estándares y convenciones que como sociedad hemos definido que son necesarios para la infancia. Pero en la práctica del trabajo social la pregunta debe formularse en relación a un niño particular, no sirven las respuestas uniformadoras de la Ley, por más que en este caso hayan permitido el desarrollo de una sociedad de Derecho y más justa. El dilema se encuentra entre el menor como concepto jurídico objeto de derechos y un niño/sujeto que elige. En este cruce, la ética toma su importancia radical en cuanto nos remite el fin, la responsabilidad de la intervención. ¿Qué es una familia? ¿Qué funciones mantiene? Me alieno a las teorías que entienden la familia como una institución y no como una formación natural, una estructura con reglas y leyes que organizan lo posible y lo prohibido, una formación cultural que genera lugares simbólicos para ocupar y donde se desarrollan las funciones que dan cuenta de la constitución del sujeto. La familia es la estructura que permite la transmisión del deseo de vivir más allá de la satisfacción de las necesidades, por lo tanto la que nos constituye en seres sociales. Una evidencia que la familia es una institución es que el propio concepto y su correlato real ha sido dinámico a lo largo de la historia y que las formas que ha tomado han sufrido una evolución no homogénea, ni territorial ni cronológicamente. Sus cambios y adaptaciones han estado ligados a las modalidades productivas, los avances tecnológicos, las clases sociales, el papel social de la mujer, los dispositivos creados para complementarla y las nuevas conceptualizaciones de la infancia, que han convertido a los niños en los elementos preponderantes en torno a los cuales se organizan las familias. A diferencia del pasado, la familia ya no puede facilitar el aprendizaje, ni el trabajo productivo, ni los contenidos técnicos y profesionales; ha socializado la educación de la infancia y, por tanto, esta ha salido del ámbito de lo exclusivamente privado. La familia ha pasado de sujeto a objeto de gobierno. Ha sufrido una desposesión de funciones y la autoridad paterna se ha vaciado de contenido porque ya no dirige actividades familiares indiscutibles. Ante esta evolución, ¿qué contenidos le faltan? Alimentar, vestir, querer y constituirse en una red de solidaridad. Pero como institución, la familia mantiene en exclusiva la función de transmisión que nos convierten en seres sociales: la transmisión de la nominación, del patronímico: una identidad civil y una posición en las generaciones que define cuáles son los intercambios restringidos y cuáles son los posibles, orientándolo a abandonar los objetos familiares y buscar formas de satisfacción en lo social. la transmisión de las formas posibles de satisfacerse para aquella familia, para aquella cultura y la canalización RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 113 Infancia, Trabajo Social y... Familias posible del deseo. El primer vínculo con el otro materno, que da los primeros cuidados y atenciones, junto con la diferencia que introduce la función paterna (la existencia de un tercero en posición de deseo), canalizan las operaciones de alienación y separación que marcarán las condiciones posibles para aquel sujeto sobre cómo satisfacer en las relaciones y en la cultura: cómo trabajar, hacer pareja, interesarse... Así pues, si todo va bien, será en la familia donde se desarrollarán los primeros pasos hacia la socialización: las condiciones posibles sobre cómo disfrutar, desear, interesarse, satisfacerse en las relaciones, en la cultura, trabajar, hacer pareja... Condiciones de posibilidad en torno al trabajo social con familias Siguiendo la lógica de lo que estoy planteando, el trabajador social intervendrá acompañando a la familia cuando sus funciones tienen dificultades para realizarse y ponen a alguno de sus miembros o a todo el grupo en una situación de alienación en la cual tenga dificultades para desarrollarse y, especialmente, cuando los miembros de la familia que encarnan la función materna y paterna plantean dificultades para dar al hijo un lugar desde el deseo (cuidado y atenciones) y/ o dificultades para facilitarle el acceso a lo social (educación, relaciones, cultura...). La intervención social se situaría en el trabajo con familias entre lo privado y lo público, momento en el que vuelve a surgir 3 la necesidad de plantear desde qué posición ética es posible esta intervención, que por otra parte podemos calificar de “alto riesgo” ya que sabemos que las funciones materna y paterna requieren del espacio privado para realizarse, y una intervención que interfiera en exceso en este espacio puede producir efectos iatrogénicos. Metodológicamente, antes de iniciar la intervención deberemos situar los elementos para realizar el diagnóstico social, que no debemos confundir con las herramientas protocolarizadas que miden y sistematizan la gravedad de una situación de riesgo infantil. El tipo de saber que se deriva de estos instrumentos no es suficiente para interpretar la realidad de un niño y su familia, ya que deja fuera el activo más importante que siempre ha tenido el trabajo social: los propios sujetos y los lazos y vinculaciones particulares que pueden establecer con las comunidades de las que forman parte. Los diagnósticos que sólo tienen en cuenta la gravedad de la situación de desprotección identifican a los padres con los maltratos y los niños en una posición de víctima, pero ambas identificaciones son poco útiles para hacer un recorrido responsable.3 Debemos ir más allá. En el momento del diagnóstico y análisis debemos convertir una situación/problema en un caso con el que intervenir. Necesitaremos una hipótesis, una interpretación e interrogación sobre la fenomenología, haciendo una aproximación a las formas posibles de hacer vínculo social para este sujeto. En los límites que impone el sujeto a C. Eliacheff sostiene que las prácticas que no respetan la dignidad de los padres y que los descalifican en su función son más peligrosas que las sospechas que se puedan tener sobre cómo la ejercen. Un niño necesita reconocerse con un mínimo de orgullo en sus padres para encontrar sentido a su existencia. 114 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 A fondo la vinculación también se encuentran las posibilidades que ofrece, respetar estos límites es imprescindible para que el otro se sienta reconocido y pueda aceptar una oferta que contenga condiciones de posibilidad de vínculo. El uso de la demanda En los últimos años algunos de los dispositivos que más ha desarrollado la labor de los trabajadores sociales han derivado excesivamente hacia la gestión de las demandas de ayudas de los ciudadanos, colaborando a la confusión del objeto del trabajo social. Pero la demanda es un instrumento muy potente de interacción. La demanda social es demanda de reconocimiento de necesidades sociales, reconocimiento de un lugar en lo social, puede ser señal de un sujeto que intenta resolver sus problemas, que está en busca de promoción social. En la lectura inversa, la demanda también otorga un lugar en el que es receptor, y es aquí donde adquiere su potencia, en tanto que permite la condición previa para el establecimiento del vínculo asistencial. El vínculo asistencial no garantiza el cambio pero es condición para que se genere la escena en la que tengamos “un sujeto en diálogo consigo mismo frente a otro para mejorar un malestar que se produce entre él y lo social”. En el caso de la intervención familiar el demandante toma especial relevancia, ya que se convierte en la puerta de entrada a la familia, quien nos permite el acceso a la estructura familiar. El análisis de la demanda diferencia al trabajador social del gestor de recursos. Interpretar la demanda y hacer uso de ella nos sitúa en una lógica que no es la de la deman- da/respuesta, sino demanda/tiempo de comprensión/respuesta, una lógica que introduce la función psicológica de la espera como tiempo de construcción y comprensión y que permita tener en cuenta las coordenadas subjetivas que permiten el lazo social. El lugar desde el que interviene el trabajador social no es sólo un lugar de escucha, es un lugar de respuesta, pero no de la respuesta a la demanda. Los apoyos económicos, educativos o terapéuticos, las orientaciones y actividades que se puedan generar, deben tener en cuenta las coordenadas del diagnóstico social, ya que serán interpretadas por el sujeto en términos de “respuesta de lo social”, que lo confirmará o no en sus identificaciones y que abrirá o cerrará la posibilidad de nuevas interacciones. A menudo en la práctica del trabajo social con infancia la situación requiere de intervenciones que se inician sin demanda ni del niño ni de ningún miembro de la familia. En este caso trabajamos directamente sobre la necesidad, y por lo tanto la familia de entrada no es sujeto de la acción, sino que se convierte en objeto de la misma, pasando a ser receptora pasiva. Es difícil operar desde el trabajo social en estas circunstancias, sólo desde un contexto de control social. A pesar de ello debemos intentar que nuestras intervenciones se produzcan desde una determinada posición desde la que sea posible que surja la demanda y emerja el sujeto. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 115 Infancia, Trabajo Social y... Familias La posición ética como condición de posibilidad en el hacer del trabajo social La ética, como concepto ligado a la posición, la finalidad y la responsabilidad podría convertirse en la condición de posibilidad para que surja la demanda en situaciones donde ni progenitores ni otros miembros de la familia se hacen portavoces del malestar del niño. Hablar de principios éticos es responder a la pregunta sobre la posición de cada profesional respecto a la finalidad de la intervención social. La ética está ligada a la responsabilidad, a que debemos responder de nuestros actos y sostener las consecuencias de los mismos. Estos son algunos de los elementos relativos a la posición que propongo tener en cuenta: La responsabilidad subjetiva no afecta sólo a los individuos y familias que atendemos, afecta también al agente social, a quien le corresponde crear condiciones de posibilidad para la vinculación, y éstas se generan cuando el profesional se siente concernido, cuando pone en juego un deseo particular. El saber que guía nuestra intervención debe ser un saber “que no lo sabe todo”, desligado de ideales que no respetan la singularidad de cada sujeto, grupo o comunidad. El saber lo que le pasa lo tiene el propio sujeto, a quien conviene escuchar como portador de las soluciones posibles. Identificar el sujeto con sus actos impide diferenciar al padre o madre del maltrato o la negligencia que ha infringido al hijo, lo que dificulta que el hijo pueda construirse con sus padres tal y como ellos son. En la misma lógica, 116 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 identificar al niño con el maltrato que ha sufrido le asigna una posición de víctima desde la que tampoco tiene la posibilidad de elegir. Últimos apuntes sobre el trabajo con familias Ciertamente en el trabajo familiar debemos avanzar respecto de qué metodologías y técnicas nos hacemos o construimos como propias. No puedo dar cuenta de una sistematización que se derive de mi práctica profesional, pero sí apuntar algunos elementos de reflexión al respecto. Las coordenadas que nos delimita el diagnóstico guían las ofertas que podemos hacer a los sujetos para crear condiciones donde se desarrolle la función materna (cuidados y atenciones) y la paterna (límite y deseo). Nos orientaremos en hacer propuestas que permitan canalizar en lo social los intereses particulares, utilizando la propia relación asistencial como la oportunidad para que se produzca una re-conexión con lo social. Pero para hacer cualquier oferta debemos ser alguien para el otro, por eso cuando no hay demanda debemos trabajar para que existan, demanda de reconocimiento mutuo teniendo en cuenta el dispositivo en el que trabajamos y las atribuciones que encarna. Creo que es importante utilizar como aspectos diagnósticos de los referentes familiares adultos elementos como: posibilidades de establecer vínculos asistenciales, oportunidades que permiten que se generen en el entorno de su hijo, carencias o dificultades respecto a las cuales pueden hacer una demanda, uso de los servicios... A fondo De alguna manera tener en cuenta no sólo la vertiente afectiva sino las posiciones subjetivas que se ponen en juego en las vinculaciones familiares y asistenciales. En el ámbito de la infancia a menudo acompañamos procesos muy largos en el tiempo, en estas situaciones nos conviene no perder de vista cuál es la finalidad de la intervención y sostener nuestra función desde una posición ética y comprometida. Sería muy interesante profundizar, como apunta T. Zamanillo, en el concepto de dependencia y en la relación entre autonomía, dependencia y vinculación y deshacer estereotipos que nos dificultan situarnos en esos casos a los que llamamos “crónicos”. No he mencionado, hasta aquí, ni el trabajo en equipo ni el trabajo en red, porque mi objetivo era intentar delimitar la especificidad del trabajo social, pero no puedo terminar sin señalar que no hay duda de que nuestras metodologías, las que se pueden derivar de los principios teóricos y éticos, requieren del diálogo con otros, de la formulación de preguntas comunes respecto del estatuto que tienen los malestares y de estrategias específicas de intervención interdisciplinar orientadas respetando y acompañando la singularidad. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 117 Infancia, Trabajo Social y... Familias Bibliografía BARBERO, J. Manuel. Treball social en acció. Mètode i autogestió en la pràctica professional. Editorial Impuls a l’Acció Social. Col .lecció Llibres a punt. ISBN 978-84-934987-4-0. LACAN, Jacques. La familia. Barcelona: Ed. Argonauta, 1978. ISBN 978-95092821100. CANEDO, Ana. “Familia e Institución”, en Freudiana, núm. 12 (1994). Editorial Paidos. ISSN 1131.5776. ELIACHEFF, Caroline. Del niño 118 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 rey al niño víctima. Violencia familiar e institucional. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión, 1997. ISBN 950-602-366-2. LÉVI-STRAUSS, Claude. Polémica sobre el origen y la universalidad de la familia. Barcelona: Ed. Cuadernos Anagrama, 1974. ISBN 978-8433903683. REY, Carlos. “¿Intervención familiar?”, en RTS, núm. 135 (setembre 1994). ISSN 0212-7210 SOLANO-SUAREZ, Estela. “Familia y función”, en L’Inter- rogant, núm. 2 (octubre 1999). Revista de la Fundació Nou Barris per la Salut mental. ISSN 16989097. ZAMANILLO, Teresa. “Apuntes sobre el objeto en Trabajo Social”, en Cuadernos de Trabajo Social 12: 13-22 (1999). ISSN 0214-0314. ZAMANILLO, Teresa. Invitación a un Trabajo social reflexivo. Ponència Marc de l’XI Congrés Estatal de Treball Social. Maig 2009. A fondo El Blog: una nueva herramienta de comunicación Núria Oliver i Janó1 y Montserrat Lacalle i Sisteré2 Resumen El proceso de institucionalización de una persona mayor conlleva una serie de cambios y pérdidas que inciden tanto en la propia persona como en sus familiares. Uno de los cambios más importantes es el riesgo de desarraigo del entorno sociofamiliar. En la Residencia Vibentia Mullerat se ha impulsado un proyecto que pretende, entre otros, minimizar los posibles efectos de este desarraigo, con la creación de un blog en internet donde residentes, familiares y profesionales del centro tienen un papel muy activo. A través de las aportaciones a diferentes secciones se fomenta la comunicación entre los diferentes colectivos. Los resultados obtenidos evidencian que se trata de una experiencia muy positiva. Palabras clave: Institucionalización, blog, residencia, familiares. Para citar el artículo: OLIVER, Núria; LACALLE, Montserrat. El Blog: una nueva herramienta de comunicación. Revista de Treball Social . Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 119126. ISSN 0212-7210 Abstract The process of institutionalization of elderly involves a number of changes and losses that affect both the person and in their families. One of the biggest changes is the risk of uprooting the socio-familiar. The Residence Vibentia Mullerat has launched a project which aims, among others, minimize the effects of this uprooting, creating a blog on the Internet where residents, families and professionals play a central role active. Through contributions to various sections fosters communication between different groups. The results show that it is a very positive experience. Key words: Institutionalization, blog, home, family. Trabajadora social. Directora y trabajadora social de la Residencia Vibentia Mullerat (Barcelona). nurioliverjano@gmail.com. 2 Doctora en Psicología. Psicóloga de la Residencia Vibentia Mullerat (Barcelona). Profesora asociada al Dept. de Psicología Clínica y de la Salud de la Universitat Autònoma de Barcelona. montserrat.lacalle@uab.cat. 1 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 119 El Blog: una nueva herramienta de comunicación 1. Introducción La institucionalización de una persona mayor en una residencia es un momento decisivo tanto en la vida del futuro residente como de su familia (Martínez, 2009). Hablamos de un proceso que conlleva una serie de cambios en la dimensión psicológica y social de la persona mayor que, como equipo asistencial, debemos saber detectar, trabajar y, en la medida de lo posible, minimizar su impacto. Socialmente, existe la creencia de que las personas que ingresan a sus familiares en una residencia lo hacen motivados por una falta de interés en atenderlos, relacionando la institucionalización con el abandono. Un estudio realizado en España revela como causas más frecuentes de ingreso: motivos sociales como la falta de red social y fuentes de ayuda (49%), seguido de trastornos psicológicos o cognitivos (40%) y enfermedades físicas (37 %). (Pac, Vega, Formiga y Mascaró, 2006). Asimismo, aspectos como la agresividad, la deambulación, la incontinencia, los problemas de salud, la sobrecarga del cuidador y las viviendas no adaptadas pueden ser también precipitantes de un ingreso residencial (Márquez-González et al., 2010). Independientemente de los factores que motivan la institucionalización, hay que tener presente que cada persona es fruto de una realidad social y familiar concreta. Cuando una persona ingresa en una residencia, lo hace con su familia, con sus relaciones, con su historia, conflictos, valores, con toda una serie de aspectos que los profesionales del centro no podemos obviar. La intervención por parte del equipo asistencial debe ir dirigida no sólo a atender al residente, sino tam120 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 bién a su familia (Leturia, Inza y Hernández, 2007). Las residencias para personas mayores deben entenderse como un espacio que sustituye en el hogar y, contrariamente a lo que muchas personas piensan, no sustituye los cuidados y atenciones familiares, sino que las complementa. El sistema familiar debe interactuar con el sistema institucional, y eso, en algunas ocasiones, puede ser una fuente de conflictos que hay que saber gestionar (Padierna, 1994). La familia es un elemento clave en todo este proceso. Implicarla en la dinámica de la residencia, celebraciones, fiestas y eventos relevantes fomentará la relación con su familiar, y se sentirá un elemento clave en todo este proceso. Este será un objetivo importante que deberá trabajar todo el equipo asistencial. En la mayoría de casos, con la intervención de los profesionales sanitarios que forman parte del equipo, se consigue un buen control de síntomas y patologías de tipo físico. Pero, ¿qué hacemos para cubrir las necesidades psicológicas y sociales que se derivan del proceso de institucionalización? 2. Justificación del proyecto de creación de un Blog El proyecto de creación de un Blog de la Residencia nace con la voluntad de dar respuesta a varias necesidades emergentes. Por un lado, establecer un nuevo sistema de comunicación entre la residencia y las familias de los residentes, por otro, crear una nueva actividad en la que los residentes puedan participar activamente, y por último, pero no menos importante, abrir la residencia a la vida comunitaria. A fondo a) Facilitar y potenciar la comunicación familia-residencia: Como hemos mencionado anteriormente, la adaptación familiar al ingreso residencial de uno de sus miembros debe ser considerada como un proceso en el que el equipo asistencial debe diseñar y realizar intervenciones que impulsen tanto el bienestar de los familiares como de los residentes. La coordinación entre el apoyo informal y formal es un elemento clave en todo proceso de adaptación e integración a la vida residencial (Márquez y Losada, 2009). La intervención con la familia por parte del equipo asistencial se realiza antes, durante y después del ingreso del residente. Establecen vías de comunicación formales, con entrevistas de pre-ingreso, acogida, valoración, plan individualizado de atención integral (PIAI), reuniones de seguimiento, y vías informales, con el uso del teléfono y del correo electrónico. Muchos familiares se asustan cuando reciben llamadas desde la residencia, sienten que sólo se contacta con ellos cuando hay alguna incidencia o cuando su familiar se encuentra en una situación de emergencia. Está en nuestras manos cambiar esta percepción, estableciendo vías de comunicación regulares que informen de las actividades que se realizan en el centro. Resulta muy gratificante saber que el familiar ha participado en alguna de las actividades, y estar informado del día a día del centro (Padierna, 1994). Siguiendo esta línea de actuación y con el objetivo de implicar a las familias en la vida residencial, en la Residencia Vibentia Mullerat se inició una nueva vía de comunicación con los familiares a través de correo electrónico. Mediante el mail se hacen llegar fotografías de las fiestas, calendarios de ac- Siguiendo esta línea de actuación y con el objetivo de implicar a las familias en la vida residencial, en la Residencia Vibentia Mullerat se inició una nueva vía de comunicación con los familiares a través de correo electrónico. tividades, noticias de interés del sector y eventos que pueden ser de su interés. Motivados por la buena acogida de esta iniciativa, se ha querido seguir innovando con la creación de un Blog. b) Facilitar y potenciar la participación de los residentes: La estimulación cognitiva es y ha sido uno de los ejes vertebradores de la intervención psicológica en el ámbito residencial. La creación del Blog permite trabajar diferentes aspectos vinculados en esta área como son la redacción de documentos, la estimulación de la memoria, la focalización de la atención y la concentración en determinadas tareas. El Blog también permite trabajar otras dimensiones importantes. El residente recibe un reconocimiento por la labor realizada, dado que el producto de su trabajo pasa a ser visible por los familiares y trabajadores, a través de la publicación en la red. A la vez, también se consigue trabajar las relaciones intergeneracionales, dado que los residentes se familiaricen con el uso de una tecnología propia de nuevas generaciones (acercamiento abuelos-hijos-nietos). c) Abrir la residencia a la vida comunitaria del barrio: Un centro gerontológico se define como un espacio que sustituye el hogar, un centro RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 121 El Blog: una nueva herramienta de comunicación abierto integrado dentro de una comunidad. Sin embargo, a menudo encontramos centros que no participan del entorno donde se encuentran ubicados. Esto conlleva efectos tanto en los residentes y familiares, que llegan a concebir la institución como un centro cerrado, como en la comunidad, que se crea una imagen distorsionada menudo lle- na de prejuicios (Hernández y Llorente, 1999). La creación de esta plataforma pretende visualizar las actividades, dinámicas y funcionamiento del centro hacia aquellas personas que no han tenido nunca contacto con este tipo de recurso, y así poder construir una imagen más cercana a la realidad. 3. Objectivos del proyecto Tabla 1. Objetivos generales y objetivos específicos del Blog. Objectivos generales 1. Favorecer la comunicación entre los familiares y los residentes. Objectivos específicos 1.1. Informar de las actividades que se llevan a cabo en el centro. 1.2. Difundir fotografías y comentarios de las actividades realizadas. 2. Crear un espacio donde los residentes puedan publicar trabajos, artículos, etc. 2.1. Publicar historias de vida. 3. Abrir una vía de comunicación donde el equipo pueda divulgar información referente a su ámbito de actuación. 3.1. Publicación de artículos monotemáticos. 4. Favorecer la integración de la residencia en la comunidad. 4.1. Participación en el Blog del barrio. 122 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 2.2. Crear espacios para colaboraciones periódicas de algunos residentes. 4.2. Proyección a la sociedad en general. A fondo 4. Fases y metodología de implantación Primera fase. Diseño del proyecto El día 21 de mayo de 2011 se inauguró el Blog de la Residencia en Internet, con la voluntad de crear una nueva vía de comunicación con los residentes, los familiares y la comunidad. El Blog está estructurado en diferentes apartados (ver tabla 2): Tabla 2. Secciones en el Blog. Página principal: Donde se publican noticias de interés relacionadas con el sector de las residencias, la gerontología, artículos de profesionales, vídeos... ¿Quiénes somos? En este apartado se describe la residencia, nuestra misión y nuestros valores. ¿Dónde encontrarnos? Espacio donde se hace constar la dirección del centro, el mapa de localización y el transporte público para llegar. Actividades: Donde se hace difusión de las actividades que se organizan en el centro, como son las actividades celebradas con motivo de fiestas tradicionales, actuaciones especiales y actividades extraordinarias. Fotografías y vídeos: Espacio donde se publican fotografías y vídeos de las actividades que se hacen en la residencia, con la previa autorización de los residentes y de sus familiares. Los artículos de Ricard: Este espacio está reservado a los artículos que periódicamente escribe uno de los residentes del centro. Condiciones de uso: Se exponen las normas de participación en el Blog. Segunda fase. Difusión del proyecto. Para hacer visible la nueva iniciativa tanto a familiares como a trabajadores del centro, se utilizaron dos vías de comunicación formal. Por un lado, se colgó un cartel informativo en la entrada del centro, y por otro, se hizo llegar la información por correo electrónico donde se indicaba el enlace o vía de acceso. A estas dos estrategias hay que sumar la comunicación informal, que también contribuyó a la difusión de la noticia. En el caso de los residentes, la creación del Blog se comentó especialmente con aquellos usuarios que harían un uso activo a través de sus aportaciones. Las personas con deterioro cognitivo moderado o grave no han participado directamente de esta iniciativa, aunque sí han podido recibir indirectamente los efectos positivos que ha representado el fomento de la comunicación entre sus familiares y la institución. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 123 El Blog: una nueva herramienta de comunicación Por último, se comunicó al entorno comunitario. La dirección del centro forma parte, juntamente con otras entidades y asociaciones del barrio, del Consejo de Redacción de la Revista Virtual del Coll. En una de las reuniones del Consejo se comunicó la creación del Blog de la Residencia. Desde aquel momento, todos los artículos publicados por personal de la Residencia en la revista del barrio ofrecen la posibilidad de ampliar la información en el Blog de la Residencia. Tercera fase. Autorización para publicar fotografías y vídeos. Para garantizar el derecho a la intimidad de los residentes, se pidió por escrito a ellos mismos o a los familiares de referencia, en el caso de aquellos residentes con un deterioro cognitivo moderado o grave, la autorización para publicar fotografías y vídeos en nuestro Blog. La plataforma es un espacio abierto a todos y, como tal, debemos respetar a aquellas personas que no deseen participar. Cabe decir que la iniciativa tuvo muy buena acogida por parte de los residentes y familiares, que en la mayoría de los casos autorizaron la publicación de imágenes y referencias personales. Cuarta fase. Ejecución del proyecto. Desde su creación, el Blog ha sido concebido como un punto de encuentro entre residentes, familiares y miembros del equipo. Es por este motivo que en los diferentes Desde su creación, el Blog ha sido concebido como un punto de encuentro entre residentes, familiares y miembros del equipo. 124 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 apartados se puede encontrar información aportada por los tres colectivos. El apartado “Artículos de Ricard” es un buen ejemplo de la participación activa por parte de los residentes. En otras ocasiones, especialmente en aquellos casos que implique a personas con un cierto deterioro cognitivo, la participación de los residentes se vehiculada por la educadora social, la trabajadora social o la psicóloga del centro, como es ejemplo la historia particular donde se trabaja la historia de vida de los usuarios del centro. Los familiares también pueden hacer sus aportaciones a través de la administradora de la plataforma. Del mismo modo, los miembros del equipo utilizan este canal para publicar artículos referentes a su ámbito de conocimiento que puedan ser de interés general. La actualización de cualquiera de los apartados del Blog se acompaña con un mensaje de correo electrónico, tanto a los familiares como a los trabajadores del centro. Quinta fase. Evaluación. Para valorar el alcance de los objetivos planteados con la creación y el desarrollo de esta iniciativa, se ha pedido la colaboración de los familiares, para que hagan llegar su opinión mediante una encuesta de valoración. Actualmente se está llevando a cabo la recogida de datos para poder extraer los resultados. Los datos referentes al número de visitas a las diferentes secciones se distribuyen según se muestra en la tabla 3. A fondo s eo ? iv id ías raf tog e nd Do Fo Qu en co íen ntr so arn mo os s? s de ida tiv Ac ícu art Lo s Co nd ici los on de es de us o lR ica rd Tabla 3. Número de visitas registradas en cada una de las secciones (Diciembre 2012). 5. Conclusiones La experiencia piloto de creación del Blog de la Residencia Vibentia Mullerat ha presentado hasta el momento resultados positivos. Los diferentes colectivos implicados en este proyecto (residentes, familiares, equipo asistencial y comunidad) han verbalizado interés y reconocimiento hacia el trabajo realizado durante estos meses. Los residentes que han participado activamente se muestran satisfechos de los trabajos que han publicado, especialmente cuando reciben el reconocimiento por parte de los lectores del Blog (familiares, trabajadores u otras personas que frecuenten el centro). Algunos de los puntos fuertes de esta iniciativa son: Abrir una nueva vía de comunicación entre la residencia y los familiares Crear una nueva actividad para los residentes que estimule sus capacidades cognitivas y a la vez incremente su autoestima Hacer visibles las actividades que se realizan en el centro Comunicar noticias relacionadas con el sector Difundir conocimientos vinculados a las áreas de trabajo de los diferentes profesionales Los puntos débiles detectados hasta el momento son: Falta de familiaridad con herramientas ofimáticas por parte de algunos familiares Dificultades para disponer de acceso a la red por parte de algunos familiares En definitiva, el Blog fomenta el espíritu RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 125 El Blog: una nueva herramienta de comunicación de grupo y es un lugar de encuentro de residentes, familiares y trabajadores que construyen algo común. El conjunto de efectos positivos derivados de la creación y funcionamiento de esta plataforma nos anima a seguir trabajando para desarrollarla y darla a conocer a todos aquellos que puedan estar interesados. Los resultados obtenidos hasta el momento nos animan a promover la participación de los familiares en el Blog, ya que hasta el momento este ha sido el colectivo que ha participado menos activamente en el momento de aportar contenidos, mientras que su papel como receptores de información ha sido mucho más activo. Bibliografía HERNÁNDEZ, J. M i LLO- RENTE, M. G. Mitos y realidades sobre la vejez y salud. Madrid: SG- Editores, 1999. ISBN: 97884-87621-10-9. LETURIA, F. J.; INZA, B. i HERNÁNDEZ, C. “El papel de la familia en el proceso de atención a personas mayores en centros sociosanitarios”, en Zerbitzuan, núm. 41 (2007), pàg. 129143. ISSN 1134-7147. MÁRQUEZ, M. i LOSADA, A. “Evaluación e intervención en el ámbito del cuidado informal”, en FERNÁNDEZ-BALLESTEROS, R. Psicología de la vejez, una psicogerontología aplicada. 126 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Madrid: Pirámide, 2009. Pàg. 251-280. ISBN 978-84-3682212-0. MÁRQUEZ-GONZÁLEZ, M.; LOSADA-BALTAR, A.; PILLEMER, K.; ROMEROMORENO, R.; LÓPEZ-MARTÍNEZ, J. i MARTÍNEZRODRÍGUEZ, T. “Cuidando más allá del domicilio: el papel de la familia en los centros residenciales y el cuidado colaborativo”, en Psicogeriatría, 2, 2 (2010), pàg. 93-104. ISSN 2013-1860. MARTÍNEZ, T. “Diseño e implementación de los programas de intervención psicosocial en las residencias para personas mayores”, en FERNÁNDEZBALLESTEROS, R. Psicología de la vejez, una psicogerontología aplicada. Madrid: Pirámide, 2009. Pàg. 307-336. ISBN 97884-368-2212-0. PAC, P.; VEGA, P.; FORMIGA, F. i MASCARÓ, J. “Motivos de ingreso en residencias geriátricas en Calahorra (La Rioja)”, en Revista Multidisciplinar de Gerontología, núm. 16 (2006), pàg. 3236. ISSN 1139-0921. PADIERNA, J. A. “¿Existe un lugar para la familia del anciano en las residencias?”, en Zerbitzuak, núm. 24 (1994), pàg. 4049. ISSN 1134-7147. Interés profesional Entrevista a Núria Carrera Aproximación a la práctica del trabajo social con grupos de personas usuarias de los servicios sociales en Catalunya Género, social care y políticas de bienestar social Una mirada resiliente a la institución penitenciaria RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 127 128 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Interés profesional “No concibo el trabajo social sin vinculación ideológica” Entrevista a Núria Carrera Decana del Col .legi Oficial de Treball Social de Catalunya Rosa M. Ferrer Valls 1 Ante la grave situación económica que vive el país y las políticas de recortes de las diversas administraciones que afectan, sobre todo, a las personas más vulnerables, desde la RTS hemos creído oportuno hablar con Núria Carrera, decana de nuestro Colegio, y conocer de primera mano qué opina y qué se está haciendo desde el Colegio. La entrevista tiene lugar el día 5 de diciembre de 2012 en la sede de Barcelona. Para citar el artículo: FERRER VALLS, Rosa Mª. Entrevista a Núria Carrera, degana del Col·legi. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 129-136. ISSN 0212-7210 RTS: La colegiatura recibe el boletín «Fem Visible», que es una buena herramienta para conocer lo que se hace desde el Colegio, pero nos gustaría saber de primera mano tu opinión sobre la situación actual que estamos viviendo y qué es lo que está haciendo el Colegio al respecto. Núria Carrera: Esta crisis tan extraordinaria lleva mucho dolor a la gente y a los ciudadanos que estamos atendiendo, y también a los colegiados y a los trabajadores sociales en general. Esto ha producido una sacudida inmensa en el Colegio. Todas las organizaciones, sindicales, políticas, el propio gobierno, las familias, los colegios, debemos reajustar a esta realidad, una realidad muy incierta, dolorosa, que nos obliga a actuar de otra manera. Entonces, la junta 1 del colegio –tomando en consideración las opiniones de los grupos relevantes de nuestra organización, como la revista, el consejo de ética y las comisiones de trabajo– cree que hay tres o cuatro líneas estratégicas que debe reforzar en este mandato. Una es detectar dónde están los problemas de la ciudadanía, provocados por unos recortes que originan injusticias. Debe ser misión de los colegios la detección de este hecho y posicionarnos, por ejemplo, ante el PIRMI (Programa Interdepartamental Renta Mínima de Inserción) o de la retirada de apoyo en los programas de justicia de todas las entidades que hacían programas de reinserción. Esta detección de problemas ciudadanos nos lleva a veces a hacer la denuncia, a juntar nuestra acción a la de otros colegios y organizaciones. Nos lleva también a que el Co- Subdirectora de la RTS RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 129 Entrevista a Núria Carrera traordinario papel de los trabajadores sociales. No tenemos más remedio que seguir, desde el punto de vista de comunicación y de imagen corporativa, reivindicando nuestro papel. Creo que en este caso hemos dado un paso adelante importante, pues en el último año hemos estado presentes más de 60 veces en los medios de comunicación con informaciones, valoraciones y denuncias. Hemos tenido una presencia muy superior del que se había hecho en el Colegio. Se ha hecho un esfuerzo muy importante, pero aún nos queda mucho camino a seguir. La otra misión es dar fortaleza académica y de acompañamiento profesional. Esto implica una formación. La gente sigue creyendo en la formación del colegio, y con orgullo podemos decir que muchas personas siguen apuntándose a la formación, y también hemos crecido en supervisión. Mi pronóstico es que seguirá creciendo, y es probable que busquemos fórmulas de consultorías de uno o dos días, de acompañamientos ligeros, para situaciones extremas. Igualmente deberíamos poder avanzar en el papel que pueden tener las comisiones dentro del Colegio. Las comisiones tienen una influencia directa en la voz del Colegio. Todos los posicionamientos que hemos hecho hasta ahora –que afectan a recortes, a cambios de modelo de atención a las personas, etc.– han tenido como base las opiniones de las comisiones. Pues estas comisiones deberían tomar mucha más fortaleza de la que tienen. legio, internamente, tenga que hacer un esfuerzo para ser más austero en el gasto, más riguroso en el aspecto relacional, y a que los valores de la solidaridad, del reconocimiento del otro, del acompañamiento y de la justicia estén cada vez más presentes. Dado que el tema de los valores debe formar parte también del punto de vista organizativo, proyectamos hacer un código ético que nos marque los parámetros que deben guiarnos como organización. El código necesitará ser aprobado, en su momento, por la asamblea. El futuro traerá también dificultades económicas a nuestra organización, que espero no sean muy importantes, pero las podemos tener por dos razones. Una es que haya bajas de colegiatura, porque de hecho ya se están produciendo algunas. Seremos menos masa crítica y tendremos menos fuerza y menos medios económicos para atender a la ciudadanía y a los colegiados y colegiadas. Quiero decir que aquí podemos tener una amenaza de ser más pequeños. Una segunda razón previsible es que tenemos algunas subvenciones y ayudas externas que pueden ser mermadas. En estas circunstancias, el Colegio podría sufrir un retroceso en su capacidad de gestión. Pues quizás habrá que fortalecer el ejercicio profesional. ¿Qué crees que puede hacer el Colegio para reforzar el trabajo social y dar así respuesta con más rigor a las necesidades de estos momentos? Apoyar a los trabajadores sociales, que es una de nuestras misiones troncales. Los colegios profesionales existen para dar empuje y reconocimiento y fortalecer el perfil profesional, o sea, reforzar el ex- 130 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Partiendo de estas comisiones, ¿qué crees que se podría repensar del trabajo social en estos momentos? ¿Alguna forma de hacer diferente? Seguramente. El otro día en un acto orga- Interés profesional nizado por el Colegio tuvo lugar la emotiva intervención de una trabajadora social que a mí me pareció repentinamente impactante y me hizo chirriar un poco la opinión de lo que deberíamos hacer en el trabajo social. Lo que dijo, en resumen, es: «Soy trabajadora social y estoy atendiendo a personas que están en procesos de desahucios, (entendí que estaba en un ayuntamiento), y fuera de mi horario laboral he creado una plataforma de lucha contra la hipoteca». O sea que esta trabajadora social ha decidido dar un paso más y supone otro modo de atender esta realidad. De hecho, este es un proceso presente en los inicios del trabajo comunitario, durante el franquismo. Era un trabajo social que se organizaba junto con la comunidad para buscar solución a los temas concretos que le afectaban. Yo creo que ahora vuelve a ser el mismo, y que esto irá a más a partir de ahora, por temas concretos, como la lucha por la dación en pago de la hipoteca, en caso de que refirió esta trabajadora social. Entonces, esta manera de enfocar el trabajo social, que va más allá de la gestión concreta, del encargo contractual, que lleva a una acción política o voluntaria a otras horas y en otros momentos, creo que sigue siendo y seguirá siendo trabajo social. Precisamente recuerdo el día de la presentación de las jornadas de servicios sociales básicos, en el que dijiste que deberíamos volver a ser agentes de cambio. De acuerdo, pero, tú que viviste esa época, ¿qué crees que ha cambiado y qué se mantiene? RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 131 Entrevista a Núria Carrera Diría que hay dos elementos que cambian un poco. Un creo que consiste en que en este momento se ve una metodología de trabajo extraordinaria, en cuanto al proceso de reivindicación y de denuncia. Hay también buenas pautas de organización, una estrategia limpia, como en el caso del que he hablado antes, en relación con los desahucios. Se actúa primero contra los bancos, después se busca el apoyo de la justicia, y particularmente, se trata de ver cómo apoderar a todas las personas afectadas por la hipoteca, de modo que ellas se convierten en promotoras de nuevas plataformas. Todo esto implica un proceso en varios niveles: estratégico, metodológico e ideológico. Esta forma de trabajo estoy segura de que nos da pistas de lo que hay que hacer para apoderar a las personas y reivindicar los derechos de la gente. Por lo tanto, creo que aquí hay un cambio y que esto muestra que ahora sabemos más que antes. Hay un segundo elemento que ha marcado un cambio. Me refiero a la relación con los movimientos sociales. Durante el franquismo los trabajadores sociales nos vinculábamos con los movimientos en temas muy locales, más territoriales, por ello nos relacionábamos preferentemente con plataformas de asociaciones de vecinos. Creo que ahora los movimientos se han convertido, en lo bueno y en lo malo, en temas concretos, o sea que tendremos que vincular con una defensa, una lucha o un posicionamiento para temas precisos (hipoteca, PIRMI, etc.). Es la forma de estar al lado de las personas afectadas y junto con ellas trabajar por la resolución de la problemática y buscar justicia social. La diferencia es bastante importante. En otros 132 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 momentos el papel territorial tenía mucho peso. Otra cosa que quisiera preguntarte, aquí, desde el Colegio nos hemos posicionado ante problemáticas importantes (como el PIRMI, los desahucios o las modificaciones a la ley «de la dependencia»), pero parece que a diferencia de otros territorios del Estado, los profesionales, como grupo, no hemos salido a la calle. Por ejemplo en Madrid, Andalucía o Aragón, los trabajadores sociales se han hecho visibles con la camiseta naranja (la «marea naranja»). Y aquí otros colectivos también se identifican con camisetas de colores diferentes que son reconocidos en los diversos medios de comunicación, no así la naranja de los servicios sociales. ¿Crees que en otros lugares del Estado los que trabajan en servicios sociales se identifican más entre sí y por eso salen a la calle y van a las manifestaciones como grupo? ¿Cómo lo interpretas tú? Lo primero que te digo es que no coincido con esta apreciación. Lo que pasa es que nosotros hemos hecho, más allá de las camisetas, muchas más acciones. Fuimos los primeros de todo el Estado que nos vinculamos como colegio a «Ni un paso atrás», que montamos la plataforma y en este caso la hicimos liderar antes de que se iniciara en Madrid y en el resto del Estado, y hemos hecho un conjunto de acciones reivindicativas encadenadas con otros colegios y entidades. En segundo lugar, la protesta es una parte que el colegio puede promover pero que está en manos de los trabajadores sociales. Interés profesional Aquí las reivindicaciones y acciones de protesta se realizan desde los municipios y reúnen a los trabajadores sociales y a otros profesionales. Mi pronóstico es que esto se ha hecho poco en todo el Estado. Otra cosa es si lo hemos vendido más o menos, si en Madrid en la manifestación de la huelga general la camiseta naranja fue más visible es porque estaba la presidenta del Consejo General de Trabajo Social. Son instrumentos de presencia y que también nosotros consideraremos. No obstante nuestras reivindicaciones no son tan visibles como las de educación o sanidad. Aquí sí que te doy la razón. ¿Por qué crees que es eso? Los servicios sociales han tardado a ser un derecho universal y no se ha interiorizado bastante. Quizás sea, hablo pensando en voz alta, porque en trabajo social estamos acostumbrados a hacer una tarea transversal, porque hemos sido especialistas de la acción transversal, y por tanto quizás a la hora de salir a reivindicar también lo hacemos sumándonos a otros grupos sociales. Antes has dicho que hay trabajadores sociales que se dan de baja del colegio por problemas económicos. ¿Sabéis si muchos TS han perdido su trabajo o peligran sus puestos de trabajo? Nosotros, por un lado, porque formamos parte de muchas redes y plataformas, conocemos no pocas entidades del tercer sector que están cerrando, aunque es una cuestión que no se comenta mucho, pero son unidades de trabajo con muchos pro- fesionales y en que la mayoría son trabajadores sociales, y algunos han perdido su trabajo. Nuestro convencimiento es que en este momento el índice de paro entre los trabajadores sociales ha subido muchísimo, pero tenemos una información poco fidedigna, de ahí que haremos un «Fem Visible» donde animaremos a la gente a entrar en la web, y a través de una encuesta preguntaremos en qué situación laboral están, para tener una visión real de en qué situación estamos en este momento. Y no sólo preguntaremos si están en paro o si no, también intentaremos saber en qué situación de precariedad han quedado, por ejemplo con menos sueldo, menos horas de trabajo, sin las pagas dobles, etc. Entonces si nuestros compañeros se animan a entrar y contestar podremos conocer la situación que tenemos. Antes nosotros hacíamos unos estudios muy costosos, pero en este momento el Colegio por razones económicas no se lo puede plantear. Preferimos dedicar los recursos a otros proyectos, pero claro, debemos reconocer que nuestra mirada sobre la situación de la colegiatura no es lo suficientemente fidedigna. En un futuro, dentro de la web, tendremos un sistema nuevo que permita tener al día la situación de los trabajadores sociales, si están o no en activo, y qué realidad viven, pero de momento empezaremos por la encuesta. Ahora, la percepción que tenemos es que la pérdida de puestos de trabajo irá a más, aunque los medios todavía no han hecho demasiado eco sobre el tema. El tercer sector está recibiendo una agresión espectacular, pero es que ahora pueden empezar los problemas en la función pública. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 133 Entrevista a Núria Carrera Muchos trabajadores sociales de la función pública no han consolidado sus plazas. Por tanto, según cómo vaya la crisis de este país, y hablo de Cataluña, nos podemos encontrar que una parte de los trabajadores sociales de la función pública vean peligrar su trabajo, y consiguientemente la ciudadanía pierda la atención adecuada. Estas no son buenas perspectivas. Esto unido a lo que ya hemos comentado del tercer sector puede suponer dificultades a nuestros profesionales para mantener los puestos de trabajo. Ante esta situación, animaría a la gente a colegiarse, para que juntos creemos discurso y busquemos nuevos modelos de intervención. Cuanta más fuerza tengamos, mejor defenderemos los derechos sociales de todos. a las instituciones y ante la amenaza de destrucción de puestos de trabajo. Conozco empresas del tercer sector que cierran o que están haciendo EREs (Expediente de Regulación de Empleo), pero no se comenta mucho y tampoco los trabajadores sociales afectados lo dicen al Colegio. Lo a través de los miembros de la Junta o directamente de las empresas que están cerrando, y si cierra su empresa, detrás van los trabajadores sociales que han despedido. Ahora sé de dos empresas más que están haciendo EREs y en las que la mitad de los profesionales son trabajadores sociales. No obstante, estas informaciones no nos llegan directamente. Mayoritariamente los trabajadores sociales ejercen en las administraciones... Nuestra profesión, en este contexto tiene fortaleza. Es una profesión amenazada por la crisis, clarísimamente amenazada, y si no lo queremos ver nos equivocaremos. Pero también están amenazados los médicos y otros profesionales. Seamos rigurosos: están amenazadas todas las profesiones de atención a las personas y nosotros somos casi el epicentro de ello. Por tanto, el trabajo social es una profesión en riesgo pero, por otro lado, es una profesión más apoderada, más que cuando yo entré en el Colegio. No es una profesión que sea menos considerada por el entorno ni menos considerada por el conjunto de los otros profesionales, o sea, no ha quedado debilitada en su rol. Ante este panorama, la pregunta obligada es: ¿qué futuro inmediato le ves al trabajo social? Es una pregunta dura. Creo que hay dos cosas que se deben hacer muy bien. Una es seguir estando en plataformas con otros colegios. Ya sabes que estamos en una asociación que recoge a más de 100 colegios. Me parece que, menos los médicos, están todos. Y todos tenemos algunas dificultades para seguir estando al servicio de la colegiatura y defender a nuestros profesionales. Debemos tener la mirada puesta en la idea de que no vamos solos, porque si no es así, no ganaremos esta batalla. La otra cosa que tendremos que seguir haciendo son las tareas de denuncia y reivindicación. Aquí el tono debe subir de cara 134 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 La otra pregunta sería: la profesión, en este contexto, ¿cómo la ves? Una apreciación muy positiva la tuya. Y hablando de otros temas ahora olvidados por los medios deberíamos señalar todas las cuestiones relacionadas Interés profesional con la llamada “ley de la dependencia”. Esta es la consecuencia clara de que estábamos hablando antes, de unos derechos que la ciudadanía debía tener y que al final parece que han caído a medio camino. En el Parlamento, los partidos que están en la oposición intentan colocar estos temas y salen a medias, pero nosotros intentamos posicionarnos y hacer eco en los medios de comunicación. Y nos consta que los profesionales que se dedican se encuentran en una situación frágil, porque si cae el nivel de prestación por temas de dependencia estos profesionales también están en riesgo de no tener asegurado su puesto de trabajo. Hace un rato has dicho que el Colegio no puede ir solo, y los trabajadores sociales tampoco. ¿Será necesario que nos acerquemos más a los movimientos sociales? Por supuesto, esta es la frase, Rosa Mª. Nosotros solos imposible, los que quieran hacer cambios personales, o cambios para la mejora de la colectividad, no se pueden plantear ir solos, y ahora menos que nunca. Nosotros tenemos que estar mucho más vinculados en diversas plataformas y ser una pieza más, y a veces ser una pieza clave, y a veces ser una pieza de agrupación, de iniciativas. Esta experiencia puede llevar al Colegio, y también a los profesionales, a habituarse a estrategias de este tipo. Los trabajadores sociales estamos abocados, en este presente, no en el futuro, más allá de hacer trabajo social en su día a día, a vincularse en movimientos de base territorial, de base temática para colaborar en la defensa de los derechos. Es una guerra contra los valores, contra los derechos, que durará muchos años, que nos lleva a situarnos de otra manera, y los profesionales en este momento deben volver a comprometerse desde el punto de vista ideológico de una manera clarísima. O sea, que no concibo trabajo social sin vinculación ideológica, no lo concibo ni en este momento ni en esta situación. No se puede, es imposible. ¿Algún otro problema que actualmente os preocupe a nivel colegial? Sí hay un tema inquietante. Se trata de una nueva ley de asuntos profesionales, que está en la mesa del PP y que puede afectar a que los colegios se conviertan en asociaciones; esto se está debatiendo, y la propuesta tiene la intención de debilitar los colegios. Yo no sé si el hecho de pasar de colegio en asociación debe debilitar, no le doy un drama en la nomenclatura, incluso puede ayudar a dar fortaleza otra vez en el sentido de compromiso, de esfuerzo, de pertenencia, ha sido una de las razones de que los diferentes colegios nos hayamos constituido en asociación de colegios. Esta intención de la propuesta de ley de debilitar los colegios es un hecho que nos puede perjudicar mucho a toda la colegiatura, no a la nuestra sino a la de todos. Una de sus estrategias es sacar la colegiación obligatoria, sacar la fortaleza que podemos tener los colegios cuando hacemos dictámenes por una mala práctica profesional, es una situación que también nos puede dar bastante trasiego. Es probable que haya colegios con pocos colegiados que vayan a desaparecer e incluso no ser ni asociación, o tengan que cambiar de nombre. Hay un ataque frontal claramente al movimiento de agrupación en torno al serviRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 135 Entrevista a Núria Carrera cio profesional que nos puede, en el futuro, también crear dificultades. Es muy importante que nuestro Colegio pueda aumentar en número y en presencia: seremos más fuertes. científica, pero el futuro es éste. También quiero dar valor al hecho de que mantenemos ediciones pequeñas de papel, que son realmente necesarias, haremos unas tiradas cortas, el mínimo para atender las necesidades que se puedan producir. Esta modalidad dual mínima creo que es más respetuosa con toda aquella gente del Colegio que no está acostumbrada al tema digital, a una parte que sigue, y yo soy una, teniendo necesidad a veces del papel. Por lo tanto creo que la fórmula que hemos planteado es una fórmula muy exquisita y que le da buen futuro. Tienes razón, todos y todas somos Colegio, es importante estar y participar. Antes de terminar no nos podemos olvidar que hay un cambio importante en la revista, justamente este número será el primero digital. ¿Qué cosas provechosas ves en esta nueva etapa de la revista, después de 50 años de la exclusividad del «papel»? De la revista, tres cositas: primera, felicitaros porque sois el grupo portador del cambio, era un momento en que había que hacer este paso. Es un planteamiento más democrático de nuestro conocimiento y de apertura. Ahora que la RTS será digital y que podrá tener acceso toda la ciudadanía quizás será más fácil comprender qué es el trabajo social y conocer nuestra posición científica, técnica y estratégica. Creo que ha sido una decisión generosa, que yo os quiero agradecer, porque no era fácil que todas y todos comprendiéramos que era un momento estratégico de hacer la apertura, de dar un salto importante que no todos los colegios están haciendo en su vertiente más 136 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Agradecemos muchísimo que nos hayas expresado sinceramente tus opiniones. Núria, ¿quieres añadir algo más? Sería ya para terminar poder decir que estamos en un momento de mucha fragilidad para conservar puestos de trabajo, y de dificultad para ser eficaces en el trabajo que hacemos. Debemos localizar estos obstáculos pero no debemos hundirnos en las ganas de seguir luchando. Esto es casi un titular. En los momentos difíciles debemos saber luchar juntos. Si lo defendemos entre todos y todas, lo conseguiremos. Interés profesional Aproximación a la práctica del trabajo social con grupos de personas usuarias de los servicios sociales en Catalunya??? Teresa Rossell Poch1 y Rosa Alegre Beneria2 Resumen El artículo pone en evidencia la necesidad de disponer de datos empíricos sobre los resultados de la aplicación del trabajo social a grupos de personas usuarias de los servicios sociales, y de conocer si estas experiencias mantienen una estructura metodológica que muestre las vinculaciones teórico-operativas que las sustentan. Los resultados de una investigación sobre el tema, realizada por las mismas autoras, muestran la amplitud y diversidad de la práctica del trabajo social con grupos en Cataluña. Palabras clave: Trabajo social con grupos, tipología de grupos en el trabajo social. Para citar el artículo: ROSSELL, Teresa; ALEGRE, Rosa. Aproximación a la práctica del trabajo social con grupos de personas usuarias de los servicios sociales en Catalunya. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 137-142. ISSN 0212-7210 Abstract The article makes evident the need to carry out empirical research on social groupwork as a way to know about the present fieldwork outcomes as well as to explore the different methodologic and theoric approaches used. The data coming from a social groupwork research in Catalonia shows the great amount and diversity of the existing experiences on social groupwork. Key words: Social groupwork, groups’ typology within social work. 1 2 Trabajadora social y psicóloga. Departament de Treball Social. Universitat de Barcelona. teresarossell@gmail.com. Trabajadora social y antropóloga. Departament de Treball Social. Universitat de Barcelona. ralegre@ub.edu. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 137 Aproximación a la práctica del trabajo social Los estudios y las investigaciones empíricas sobre la metodología del trabajo social empleada actualmente por los trabajadores sociales son todavía limitados en nuestro país. Podemos conocer la orientación teórica y metodológica de las entrevistas, del trabajo con familias, del trabajo con grupos y del trabajo comunitario (si queremos utilizar la clasificación clásica), pero no tenemos datos empíricos que nos muestren las similitudes o diferencias de los criterios utilizados por los profesionales en situaciones comparables. Las aplicaciones prácticas del trabajo social con grupos de usuarios que conocemos por el contacto con los profesionales y los programas que desarrollan, experiencias que son muy ricas y variadas, deberían ser estudiadas por los resultados que se derivan, y deberían ser fuente de análisis y de reflexión para los propios trabajadores sociales y los profesores que imparten conocimientos teóricos y metodológicos en los planes de estudios universitarios de trabajo social. Sin embargo, en general, no disponemos de datos sobre los objetivos, la metodología o los resultados de estas prácticas que no sea a través de la descripción de experiencias, la observación directa y de algún artículo esporádico. En realidad el método de trabajo social de grupo no ha recibido tanta atención como la que se ha dado al trabajo comunitario, familiar o individual. Y consideramos que dentro de una perspectiva in3 tegrada del trabajo social, como es la perspectiva comunitaria, para trabajar con familias, personas o grupos, cada método o procedimiento que se utiliza debe tener una base de conocimientos que fundamenten la intervención profesional del trabajador social y sean pertinentes a cada aplicación práctica. En este sentido podemos constatar que raramente el método de grupo ha sido motivo de polémica, de análisis o de discusión entre los profesionales, y la evidencia de esta afirmación la encontramos en los pocos artículos y pocas investigaciones publicadas sobre el tema. Sin embargo existen trabajos que muestran una práctica consolidada desde hace años en algunos servicios, y entre ellos, experiencias con resultados empíricos muy exitosos. Desde las universidades se forma a los estudiantes en diferentes orientaciones metodológicas, según sean las características de las personas que forman un grupo, los objetivos de la intervención, las orientaciones y especialidades de los servicios, entre otras variantes. Pero es muy necesario no perder el feed-back entre la teoría y la práctica para poder ampliar continuamente perspectivas, tanto en la formación como en la práctica del trabajo social. Con este fin se realizó una búsqueda sobre “El trabajo social con grupos de personas usuarias de los servicios sociales en Cataluña”, que fundamenta este trabajo. La investigación sobre el “Trabajo social con grupos de usuarios en Cataluña” (TSG) tenía por objetivo conocer y poder objetivar el estado de la cuestión de esta modalidad del trabajo social y los criterios organizativos y metodológicos que utilizan los profesionales en Cataluña. Se trataba de una primera investigación sobre el tema para, posteriormente, poder continuar profundizando sobre aspectos más complejos de definir y evaluar. El estudio, de carácter descriptivo, se realizó entre los años 2008 a 2010. Se envió el cuestionario a todos los colegiados de Cataluña (4.261) del año 2008, pidiendo su colaboración. Se obtuvieron 254 respuestas de trabajadores sociales, de las cuales 117 profesionales (2,74% del total de colegiados) manifestaban 138 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Interés profesional Al tratar sobre el trabajo social con grupos de usuarios, nos referimos a aquellos grupos diseñados por los trabajadores sociales para ayudar a las personas participantes, las que sufren problemáticas psicosociales que les afectan personalmente, o los familiares de personas con problemas que requieren atención y cuidado continuado de familiares o personas cercanas, para diferenciar estos grupos de aquellos que tienen una finalidad más amplia dentro de una acción social o comunitaria. En el diseño del trabajo se consideró que la propuesta de un estudio inicial sobre este tema debía ser: a) modesta, ya que no hay demasiado consenso sobre la tipología de los grupos, las orientaciones técnicas y otros aspectos, y b) estar circunscrita a aspectos muy básicos y estructurales de la metodología del trabajo social con grupos que todos los profesionales pudieran interpretar de la misma manera. No es el objetivo principal de este artículo presentar detalladamente los resultados de la investigación mencionada, pero creemos que tiene mucho interés ilustrar algunos aspectos de este trabajo con datos empíricos actuales de nuestro contexto profesional para observar las características identitarias del trabajo social con grupos de usuarios a través de las finalidades y objetivos de los gru- pos y del abordaje metodológico que presentan los profesionales. En relación con la investigación: consideramos que los resultados no se pueden generalizar por dos razones: primera, en la consulta no se incluyen los trabajadores sociales que no están colegiados (aunque a través de los colegiados se podría haber obtenido una muestra representativa del conjunto de los trabajadores sociales de Cataluña, si las respuestas de los colegiados hubieran sido más numerosas). Segunda, los profesionales colegiados que responden no representan todos los ámbitos y servicios donde se aplica el trabajo social con grupos. Pese a estas limitaciones, los resultados muestran la variedad y la riqueza de los temas que abordan los profesionales y la estructura metodológica que utilizan. Por este motivo el estudio en el que se basa este artículo, y a partir de una población profesional que utiliza el método del trabajo social con grupos, se centró en los siguientes aspectos: a) Ámbitos de servicios, desde donde se describen las experiencias c) Población receptora, que mostraría cuáles son los destinatarios de la acción profesional, d) Tipología de los grupos y objetivos que persiguen, y e) Comprobar cuáles son los criterios metodológicos más habituales Ámbitos de servicios desde los que se trabajar con grupos de usuarios y enviaban información sobre un total de 206 grupos. Estos 206 grupos se habían realizado en los ámbitos siguientes: 140 grupos (67,96%) dentro del ámbito de Salud, 58 grupos (28,15%) dentro del ámbito de Servicios Sociales, mientras que los grupos realizados en los ámbitos de Enseñanza, Ocupación y Justicia eran un total de 8 grupos (3,88%). De los 140 grupos del ámbito de Salud, 69 grupos (49,28%) provienen de los servicios de Salud Mental; 39 grupos (27,85%) de los Servicios de Atención Primaria; 19 grupos de los CAS, y 13 grupos son realizados en Hospitales. De los 58 grupos del Ámbito de Servicios Sociales, 30 grupos (51,72%) se realizaron en los Servicios Sociales de Atención Primaria, y los 18 restantes desde los programas Atención Domiciliaria, Discapacitados, Mujer, Infancia y Adolescencia, PIRMI, y Salud Mental. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 139 Aproximación a la práctica del trabajo social ha recibido la información sobre las experiencias de trabajo social con grupos de usuarios: las respuestas obtenidas que provienen en la casi totalidad de profesionales de los ámbitos de Salud y de Servicios Sociales, platea la pregunta de si en otros ámbitos y servicios no se practica el trabajo con grupos de usuarios, aplicando unos criterios metodológicos establecidos (lo cual descartamos de entrada). Considerada la cuestión en sentido positivo se podría “pensar” que los trabajadores sociales de los ámbitos de Salud y Servicios Sociales son los profesionales que se han sentido más motivados para contestar los cuestionarios. Se podría añadir también la suposición de que esta motivación para colaborar puede corresponder al hecho de que estos profesionales tienen a disposición un banco de datos relacionados con las preguntas del estudio, y que por tanto, la búsqueda despierta el interés para mostrar los resultados de los trabajos que realizan. Características de la población receptora Respecto al género, los resultados muestran una preponderancia de grupos con composición mixta (mujer/hombre) en 151 grupos. Este dato corresponde a la organización de los grupos y no se puede saber ni la proporción de hombres-mujeres que participan, ni cuáles son las personas que con más frecuencia continúan el proceso o cuáles lo abandonan. 47 grupos se dirigen sólo a mujeres y 7 grupos solamente a hombres. Los respectivos objetivos de estos grupos están relacionados con las características propias del género, o con el rol social más frecuente en cada uno de ellos. 140 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 En cuanto a la edad, en las experiencias de trabajo social con grupos de usuarios encontramos dos características significativas: a) La heterogeneidad de edades entre los miembros de los grupos (en 105 grupos (50,9%) la diferencia de edad entre algunos miembros es de entre 20 y 40 años. b) La presencia de miembros de edad muy avanzada (80 años o más) entre los grupos de familiares y/o cuidadores no son una excepción. Esta es una característica de los grupos de trabajo social que difícilmente encontraríamos en grupos de población general, llevados por otras profesiones. Los grupos de usuarios o grupos de familiares presentan las siguientes características: La distribución entre grupos de personas afectadas por un problema o dificultad y los grupos de familiares y cuidadores muestra que la proporción de grupos de usuarios es de 125 grupos (%) y la de familiares y cuidadores es de 77 grupos (%), mientras que 4 grupos son de composición mixta. La gran incidencia de grupos dirigidos a familiares es también una característica del trabajo social El predominio de grupos de familiares se encuentra en los Servicios de Salud Mental y en las Áreas Básicas de Salud, y la tipología de grupo más significativa por el número de experiencias presentadas (30 grupos) corresponde a “Grupos de familiares y cuidadores de personas con demencia y/o enfermedades crónicas” Tipología de los grupos y objetivos que persiguen Del análisis de los 206 grupos se han establecido 36 categorías de grupos, y Interés profesional dentro de estas categorías se han incluido un total de 106 tipologías de grupos. Esto significa que los grupos que presentan las mismas características y persiguen objetivos similares quedan englobados en una misma tipología. El mejor ejemplo de tipología de grupo, antes mencionado, serían los “Grupos de familiares y cuidadores de personas con demencias o enfermedades crónicas”, que es el más numeroso. Otros grupos con un solo ejemplo quedan establecidos como una tipología diferente a las demás. Un ejemplo podría ser el “grupo para mujeres que presentan enfermedades poco frecuentes”. La variedad y riqueza de estas tipologías requeriría un espacio de discusión muy profunda y detallada. Al analizar la función de los 206 grupos descritos en el estudio en relación a sus objetivos, encontramos los siguientes resultados: Grupos de formación: 8 (3,88%) Grupos de información: 5 (2,42%) Grupos de prevención: 17 (8,24%) Grupos de tratamiento socioterapéutico: 119 (57,76%) Grupos de tratamiento socioeducativo: 14 (6,79%) Grupos para la integración social: 34 (16,50%) Grupos de ayuda mutua: 5 (2,42%) Grupos de participación comunitaria: 4 (1,94%) Como se puede observar, los grupos con una función socioterapéutica son los más numerosos, seguidos de los que tienen una función de integración social. Metodología: por los resultados del estudio, y en términos generales, podemos afirmar que los profesionales que trabajan con grupos aplican unos criterios metodológicos coincidentes con las orientaciones de la bibliografía básica de este método. La duración del grupo es de hasta 3 meses (33,49%) y de 1 año o más (52,42%). Sobre la duración de las sesiones predominan los grupos con 90 minutos (37,37%) y los de 60 minutos (33,49%). La periodicidad con una frecuencia más alta es la semanal (58,25%), seguida de la quincenal (17,96%). Sobre el abordaje técnico, predomina la orientación semi-directiva (60,19%), seguida de la orientación directiva (15,53%) y no directiva (13,59%). Los grupos de la muestra están dirigidos por un solo trabajador social en un 38,83% y co-dirigidos en un 58,73%. Del conjunto de los grupos un 47,08% tienen supervisión, mientras que un 50,97% no están supervisados. En cuanto a la evaluación de los resultados de los grupos, tanto por parte de los usuarios, las instituciones y los profesionales, es muy positiva. Conclusión El interés por elaborar este artículo era poder mostrar una realidad de conjunto, a través de datos empíricos, sobre la práctica del trabajo social con grupos de usuarios en Cataluña, y comprobar que esta práctica seguía una estructura metodológica básica. Queríamos mostrar la riqueza y variedad de grupos descritos, la mayoría de ellos consolidados en los servicios, y la necesidad de establecer conexiones teórico-prácticas para profundizar el conocimiento sobre esta metodología de trabajo social. La realidad es que en el trabajo social en general, y quizás más en el trabajo con grupos, existe un coRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 141 Aproximación a la práctica del trabajo social nocimiento acumulado desde la práctica que en gran parte no es conocido ni reconocido por la propia profesión, el cual habría que sistematizar y argumentar para inscribirlo como elemento de progreso dentro de la profesión. Hay muchos aspectos que se deberían discutir, clarificar y concretar para poder avanzar, no tanto para que todo el mundo piense lo mismo, sino para que cada grupo de profesionales pueda argumentar sobre los objetivos, sobre los criterios que aplican, sobre los condicionamientos del marco institucional, y otras variantes que intervienen. Estamos convencidas de que además de trabajar bien y de enseñar bien, cada trabajador social debe contribuir en la construcción de la profesión. Bibliografía BROWN, A. Groupwork. Aders- hot: Gower, 1986. ISBN 9781857420876 CIRERA, T. y LOPETEGUI, L. “Grupo socioterapéutico para mujeres”, en Revista de ser- 142 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 vicios sociales y política social, núm. 45 (1984), pàg. 121-135. Madrid: Consejo de Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo Social. ISSN 1130-7633 ROSSELL, T. Trabajo social de grupo: Grupos socioterapéticos y grupos socioeducativos. Madrid: Universidad Complutense, 1998. Cuadernos de Trabajo Social, núm. 11. ISSN 0214-0314 Interés profesional Género, social care y políticas de bienestar social Esther Albesa Jové1 Resumen Las transformaciones sociales acontecidas en los últimos años en las sociedades desarrolladas han ido acompañadas de una serie de cambios en la cobertura de los riesgos que afectan a las personas a lo largo de su trayectoria vital. Este artículo pretende analizar los aspectos esenciales de la atención y el trabajo de cuidado hacia las personas desde una perspectiva de género, en especial, la atención y cuidado de larga duración a las personas con dependencia, a la vez que analiza cuáles han sido las respuestas de las políticas sociales en los diferentes modelos de bienestar de nuestro entorno, haciendo también referencia al desarrollo de la Ley 39/2006, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia. Palabras clave: Trabajo de cuidado de larga duración, dependencia, social care, estados de bienestar, políticas sociales, modelo informal de cuidado, género. Para citar el artículo: ALBESA JOVÉ, Esther. Género, social care y políticas de bienestar social. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 143-151. ISSN 0212-7210 Abstract Social transformations in developed societies over the past years entailed an array of changes within the coverage of the social risks which affect people along their lives. The purpose of the present paper is analyse the policies of “social care” in Europen social wellfare models, essentially aspects of the attention and care towards people under the prism of gender, and above all, the long-term care of dependent people. That means, to take a closer look at the way they have been approached and which answers have been delivered from the social policies stemming from the diverse models of well-being. But also within our most immediate environment while taking special consideration the Law 39/2006. Key words: Long-term care work, dependency, social care, welfare states, social policies, informal care model, gender. 1 Trabajadora social y socióloga. Trabajadora social del Consorci Parc de Salut Mar. e.albesa@ya.com. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 143 Género, social care y políticas de bienestar social El trabajo de cuidado y la crisis del modelo informal El término social care o trabajo de cuidado ha sido desde su origen un término controvertido, al menos, se ha utilizado generalmente para designar aquel trabajo realizado dentro de los hogares en el entorno familiar orientado a la atención de las personas, sin retribución económica y que engloba la atención integral de aquellas personas que no pueden valerse por sí mismas o que necesitan el apoyo de otros para realizar una vida normalizada, como pueden ser: niños, personas mayores dependientes, personas con enfermedades crónicas invalidantes o personas afectadas por algún tipo de discapacidad (Carrasco, Borderías y Turnos, 2011). Históricamente las mujeres han asumido como propias las tareas del trabajo doméstico y de cuidado de las personas dependientes, tareas fundamentales en la reproducción social y el bienestar cotidiano. Tradicionalmente se ha dado una marcada diferenciación entre el trabajo productivo y el trabajo reproductivo, el primero realizado por los hombres cabeza de familia ganadores de pan, male breadwinner,2 y el segundo, atribuido y asignado básicamente a las mujeres.3 El hecho de que el trabajo de cuidado haya estado durante muchos años dentro del ámbito doméstico y privado; pese a haber variaciones en la distribución y adjudicación de las tareas según los diferentes contextos socioeconómicos y políticos de las sociedades a lo largo de la historia (Borderías, Carrasco y Tornos, 2011), este trabajo ha sido normalmente un trabajo bastante invisibilizado y devaluado: invisibilizado porque ha formado parte de la esfera íntima y privada, al tiempo que devaluado por no encontrarse remunerado a nivel económico, o incluso así (situación que se da actualmente en el aprovisionamiento privado del cuidado), se realiza en condiciones laborales y salariales bastante precarias. Es evidente, según nos sugiere Tornos (2008), que este modelo social se encuentra fuertemente arraigado en la división sexual del trabajo y en un modelo de sociedad patriarcal, ligado a una clara diferenciación y discriminación de roles en el modelo productivo y de género, lo que motivó una profunda reconceptualización a finales de los años 80 con la ruptura etimológica del concepto de trabajo en las ciencias sociales4 y el cuestionamiento del modelo tradicional de cuidado. A partir de este fenómeno surge en los estados de bienestar una preocupación creciente por el tema, sobre todo hacia la atención y el cuidado hacia las personas mayores, lo que ha situado el trabajo de cuidado y la atención a la dependencia en el centro del debate político y social. La preocupación creciente por el trabajo de cuidado y atención a los dependientes ha venido motivada por una serie de factores y cambios sociales que han hecho que el mo- Término utilizado en legua anglosajona según el modelo del sustentador principal con trabajo a tiempo completo y bien remunerado. 3 A tiempo parcial, precario y mal retribuido. 4 Depende básicamente de los países y de los modelos de bienestar, existen experiencias de socialización del cuidado en el Modelo Socialdemócrata a partir de los años 70. 2 144 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Interés profesional delo tradicional de atención informal hegemónico entrara en crisis, y por tanto, se produjera una visibilización del cuidado, pasando la frontera de la esfera íntima y privada para situarse en la esfera pública. Entre los aspectos más relevantes que han motivado este cambio de visión cabe señalar los cambios socioeconómicos y culturales que han acontecido en las últimas décadas: Por un lado, la incorporación masiva de la mujer al mercado de trabajo, «transición laboral femenina», ha propiciado un cambio social en profundidad en cuanto a los roles sociales femeninos tradicionales, que junto con el aumento de los niveles formativos5 ha generado que muchas mujeres prefieran el desarrollo de su carrera profesional a estar recluidas en los hogares realizando tareas como cuidadoras. Ligado a este aspecto, un fenómeno que se está produciendo actualmente como resultado de la inserción de la mujer al mundo laboral es la «doble presencia». Cada vez son más las mujeres que trabajan dentro y fuera del hogar, este fenómeno ha derivado en un aumento de la tasa femenina de parcialidad laboral, al tener la mujer que compaginar el trabajo dentro (reproductivo) y fuera del hogar (productivo), ya que las pautas culturales masculinas relativas a la implicación en el cuidado son a pesar de todo todavía débiles. Por otra parte, los cambios en el modelo de familia y las nuevas estructuras de los hogares, con la disminución progresiva de sus dimensiones y un aumento considerable de hogares unifamiliares, sobre todo mujeres viudas mayores de 65 años que viven solas, o el incremento considerable de fami5 6 lias monoparentales, han derivado en una crisis de la familia de corte patriarcal, dando paso a modelos de familias más diversas que plantean serias dificultades a la hora de asumir las necesidades de cuidado de los dependientes. Por otro lado, el progresivo envejecimiento de la población ha supuesto un aumento considerable de las situaciones de dependencia y de falta de autonomía en personas de edad avanzada, como consecuencia de vivir todavía mayor número de años y sufrir graves limitaciones físicas y mentales. Este aspecto ha hecho aumentar considerablemente las necesidades de atención a las situaciones de dependencia de las personas mayores, bien sea en el propio hogar, a nivel comunitario o a nivel institucional, tanto en el ámbito público como privado. Las políticas de “social care” en los modelos de Bienestar Social europeos Todos estos fenómenos descritos han propiciado que las políticas de social care 6 hayan sido una de las preocupaciones prioritarias de los últimos años en los estados de bienestar europeos. El cuidado se ha convertido en un nuevo riesgo social, como consecuencia de los cambios ya señalados, que han dado paso a un aumento considerable de la demanda del trabajo de cuidado y una reducción importante de su oferta informal, como consecuencia del número decreciente de los apoyos sociales informales de cuidado disponibles, situación que se ha hecho extensiva a casi Actualmente por encima de los del hombre, según los principales datos estadísticos. La traducción literal en lengua castellana es cuidado social. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 145 Género, social care y políticas de bienestar social todos los países europeos y que ha producido, por tanto, una situación de «crisis del cuidado» generalizada (Daly y Lewis 2011). Por lo tanto, frente a esta nueva problemática social, las políticas de bienestar dirigidas al abordaje y atención al cuidado de larga duración y situaciones de dependencia han comenzado a formar parte de la agenda política. En los últimos años se ha dado un reconocimiento de la dependencia como riesgo social por sí mismo, y se ha generado un consenso creciente sobre la necesidad de establecer políticas integrales de atención a las situaciones de dependencia. En cuanto a las respuestas que se han venido dando en nuestro entorno, las políticas de atención a la dependencia han variado considerablemente según los países. Mientras algunos países han creado sistemas integrales de protección, otros se han mantenido en sistemas bastante fragmentados, dirigiendo su protección a riesgos o grupos sociales muy específicos y/o formando parte de otros sistemas de protección (Österle, 2009). Atendiendo a la tipología de regímenes o modelos de bienestar social europeos, el autor Esping-Andersen hace referencia a los Países Nórdicos (modelo de Bienestar Socialdemócrata) como el conjunto de países donde se ha dado históricamente un mayor desarrollo de programas y servicios de atención a la dependencia, tanto en el ámbito comunitario como en el ámbito residencial de titularidad pública. En el extremo opuesto encontramos a los países del sur de Europa, dentro del llamado modelo de Bienestar Mediterráneo, en el que se ha dado un ra7 8 quítico desarrollo y una lenta expansión de programas de atención a la dependencia (se inició desarrollo como campo diferenciado de atención a partir de 2007, con la promulgación de la LAPAD).7 En una situación relativamente similar al anterior modelo, pero con características históricas y evoluciones radicalmente diferentes, encontramos el Reino Unido, con un modelo de Bienestar Liberal que presenta un elevado grado de subsidiariedad8 en el papel asumido por las administraciones públicas en referencia al tipo de políticas de atención. Por otra parte, en un término medio, están los países con un modelo de Bienestar Corporativista o Conservador, vinculados de forma considerable a sistemas contributivos de la seguridad social y a un desarrollo y grado de cobertura muy amplio. La institucionalización de la atención a la dependencia en el modelo de bienestar español. Desarrollo y situación actual en Cataluña España forma parte del modelo de bienestar característico de los países del sur de Europa, con una tradición de protección centrada en la esfera familiar, donde la mujer ha sido históricamente la encargada de la atención y el cuidado de las personas dependientes, y donde se ha ido desarrollando a lo largo de los años un sistema público de políticas sociales subsidiarias y asistencialistas. Las respuestas institucionales de protec- Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situaciones de Dependencia. El principio de subsidiariedad, en su definición más amplia, dispone que un asunto debe ser resuelto por la autoridad más próxima al objeto del problema. 146 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Interés profesional ción a la dependencia en nuestro país son fruto de un largo proceso que arranca con el Pacto de Toledo en el año 2004, la elaboración del Libro Blanco de Atención a la Dependencia y el acuerdo firmado entre las fuerzas políticas y los agentes sociales en 2005, que consideran la protección a la dependencia como una de las prioridades frente a las nuevas realidades de la sociedad. Anteriormente a la entrada en vigor de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia9, no existía en el Estado español ninguna normativa que regulase este riesgo social. La atención a las personas mayores y personas con discapacidades se encontraba vinculada a las leyes de Servicios Sociales autonómicas. La LAPAD articula un modelo de cuidado y atención a la dependencia de responsabilidad compartida entre persona, familia y sector público que tiene como principal objetivo la promoción de la calidad de vida de las personas afectadas por una situación de dependencia y sus cuidadores, a la vez que busca favorecer la libertad de elección dentro de un marco de prestaciones eficaces que descargue el deber moral femenino del cuidado hacia un deber moral compartido, apoyándose con un derecho de carácter subjetivo del cuidado y propiciando la compatibilidad entre la vida laboral, social y personal (Rodríguez Cabrero, 2011). La Ley establece un derecho de ciudadanía de atención a las personas en situación de dependencia que no requiere ninguna actividad profesional ni cotización previa, con carácter de derecho subjetivo, el cual es susceptible de ser exigido legalmente ante la justicia, lo que se puede considerar un avance significativo en la consolidación de los derechos sociales en nuestro país. La Ley comienza a aplicarse a partir de enero de 2007 10 y se prevé un desarrollo progresivo de los derechos hasta 2015 (actualmente se han producido modificaciones en su aplicación debido a la crisis económica). En cuanto al desarrollo de la Ley en Cataluña, en la tabla 1 podemos ver que hasta el año 2011, según el Departament de Tabla 1. Distribución de las valoraciones de dependencia por grado y nivel. GRADO VALORACIONES % III - GRAN DEPENDIENTE 145.395 38,6 II - SEVERO 128.517 34,2 I - MODERADO 102.339 27,2 TOTAL 376.251 100,0 Elaboración propia a partir de los datos del Departament de Benestar i Família. 9 Ley 39/2006, de 14 de diciembre. Las valoraciones y el desarrollo del PIA se inician con el grado III. 10 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 147 Género, social care y políticas de bienestar social Benestar i Família, habían 376.251 personas dependientes, de las cuales el 38,6% son grandes dependientes, el 34,2% son dependientes severos y el 27,2% son dependientes moderados. La tabla 2 nos muestra que el número total de prestaciones y servicios, según datos actualizados en marzo de 2012 por el Departament de Benestar i Família, es de 187.250, de las cuales son beneficiarias un total de 145.869 personas. En cuanto a las prestaciones, el 39,5% son servicios y el 60,5% son prestaciones económicas, es decir, hay una preponderancia de prestaciones económicas frente a pres- taciones en servicios, lo cual contradice la Ley que dice que se debe priorizar las prestación en servicios frente a las prestaciones económicas. En referencia al tipo de prestación en servicios, podemos ver claramente que predominan los servicios dirigidos a personas mayores, y dentro de éstos los servicios residenciales, con un 32,6%, en número inferior el SAD, con el 24,5%, y por último la teleasistencia con el 23,4%. En referencia a las prestaciones económicas, se aprecia claramente la tendencia de este tipo de prestaciones frente a los servicios, sobre todo las prestaciones económicas para cuidadores/ Tabla 2. Número y tipología de prestaciones y servicios Prestaciones en ser vicios 74.008 % Prestaciones económicas Centro día Discapacitados 3.039 4,1 Asistente personal Centro día GG 5.485 7,4 Cuidador no profesional Hogar Residencia 1.216 1,6 Vinculada a Centro de día Residencia Discapacitados 3.402 4,6 Vinculada a Residencia Residencia GG 24.123 32,6 Ayuda a domicilio 18.125 24,5 Sociosanitaria 1.309 1,8 Teleasistencia 17.309 23,4 Vinculada a SAD 113.242 % 22 0,02 102.346 90,4 215 0,2 10.357 9,1 302 0,3 Elaboración propia a partir de los datos del Departament de Benestar i Família. as no profesionales, que suponen el 90,4% del total de prestaciones económicas. En cuanto a la edad, la tabla 3 nos muestra que el grupo más numeroso de personas 148 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 que reciben prestaciones, el 50,1%, son mayores de 80 años, y el 27,4% son mayores de 65, por lo que el 77,5% del total de personas dependientes son personas mayores. Interés profesional Tabla 3. Perfil de personas beneficiarias por edad EDAD NÚMERO PERSONAS % <3 3-18 1.027 5.767 0,7 4,0 19-30 4.229 2,9 31-45 8.239 5,6 46-54 5.257 3,6 55-64 8.370 5,7 65-79 39.916 27,4 > 80 73.064 50,1 Total: 145.869 100,0 Elaboración propia a partir de los datos del Departament de Benestar i Família. Conclusiones Como síntesis se puede concluir que el trabajo de cuidado ha sido tradicionalmente realizado por las mujeres dentro de la esfera privada de los hogares. Las recientes transformaciones sociales, culturales y económicas en las sociedades desarrolladas han dado como resultado que el ámbito privado del cuidado haya sufrido una cierta visibilidad, pasando a ser considerado un nuevo riesgo social, tomando cuerpo y entidad propia. Por tanto, esta nueva situación hace patente la necesidad de socialización del cuidado y la crisis del modelo informal de atención, fuertemente arraigado en la familia tradicional, la división sexual del trabajo y la discriminación por razón de género.En cuanto a las diferentes respuestas que se han dado encontramos modelos de políticas sociales sectoriales y fragmentadas, sobre todo en los países del sur de Europa y en el modelo Liberal; por el contrario, en los modelos de bienestar socialdemócrata y conservador existen políticas integrales amplias y con fuerte presencia pública. En términos generales, en todos los modelos de bienestar europeos la responsabilidad de cobertura recae sobre tres pilares: persona-familia-Estado, pero el aspecto a señalar es que el peso de uno u otro pilar viene definido por el tipo de modelo de bienestar. Como se ha visto a lo largo de la exposición, la peculiaridad del modelo en el arco de los países mediterráneos es que el eje o pilar básico de apoyo es la familia, con la mujer como núcleo central, la encargada del trabajo de cuidado. En referencia al desarrollo de políticas de dependencia en España, la LAPAD ha supuesto la universalización del derecho a la atención a los dependientes, pero, según nos confirman los datos analizados y los tipos de prestaciones que se venden dispensando en el caso de Cataluña desde el inicio de la implementación de la ley hasta la actualidad, no se ha producido un equilibrio real entre las diferentes esferas de responsabilidad, tendiendo hacia la mercantilización de los serRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 149 Género, social care y políticas de bienestar social vicios y hacia una fuerte desviación de la responsabilidad de la atención hacia la familia. Los datos nos muestran que a pesar de haber una regulación firme acompañada del derecho al acceso a los recursos de forma universal, el 40% de prestaciones que se ofrecen son servicios y el 60% prestaciones económicas, de las cuales el 90% son para cuidadores no profesionales, es decir, se priorizan las prestaciones monetarias frente a los servicios, y entre las prestaciones monetarias las dirigidas a cuidadores no profesionales. Por tanto, el peso de la atención sigue recayendo de forma mayoritaria en las mujeres, aspecto que pone en evidencia la quiebra del modelo para romper con la herencia familista del modelo mediterráneo de bienestar social. Otro aspecto relevante es la mercantilización que se ha producido en los servi- 150 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 cios: como hemos visto, el perfil de las personas dependientes es el de mujer, mayor de 80 años, viuda y sola. El SAD ha generado un mercado de economía sumergida para población inmigrada que reproduce las desigualdades de género y la explotación de este colectivo, dado que el sector no cuenta con ningún tipo de regulación laboral. Por último, cabe decir que a partir de 2010 se ha producido un descenso importante en el desarrollo de los derechos sociales de la LAPAD como consecuencia de la crisis y la falta de recursos económicos por parte de las administraciones, con lo que un porcentaje importante de personas valoradas como dependientes, a pesar de tener el derecho reconocido, no están recibiendo ninguna prestación, el retraso en las valoraciones durante todo el procedimiento o los recortes y la extinción de algunas de las prestaciones. Interés profesional Bibliografía ARRIBA GONZÁLEZ DE DURANA, Ana i MORENO FUENTES, Francisco Javier. El Tratamiento de la Dependencia en los Regímenes de Bienestar Europeos Contemporáneos. Madrid: Ministerio de Sanidad y Política Social, 2009. 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RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 151 Una mirada resiliente a la institución penitenciaria Una mirada resiliente a la institución penitenciaria Natalia Sánchez Delgado 1 Resumen Es objeto de controversia y debate en nuestra sociedad la reforma del sistema penal español, debate que adquiere aún mayor trascendencia en el contexto de recesión en que nos encontramos. Tanto en el discurso político, como en la percepción social influenciada también, a veces, por los medios de comunicación y su manera de enfocar la delincuencia, es por lo menos inquietante que no nos alarmemos ante el hecho de que siga habiendo una propensión hacia la búsqueda de consenso sobre el endurecimiento de las penas. La consecuencia es la constatación de un aumento en el número de personas encarceladas (González, 2011). Este artículo, desde el enfoque que nos propone la resiliencia, pretende colaborar en la construcción de una mirada diferente, más prometedora, para modificar determinados estereotipos y/o mensajes pervertidos que se dan desde algunos órganos políticos. Palabras clave: Resiliencia, tratamiento penitenciario, política penitenciaria, trabajo social. Para citar el artículo: SÁNCHEZ DELGADO, Natalia. Una mirada resiliente en la institución penitenciaria. Revista de Treball Social . Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, paginas 152157. ISSN 0212-7210 Abstract Is the subject of controversy and debate in our society Spanish penal system reform, a debate that becomes even more significant in the context of recession in which we are. Both, in political discourse and in social perceptions influenced, sometimes, by the media and their approach to crime, is at least disturbing that we are not alarmed at the fact that there is still a propensity for finding consensus on harder penalties. The result is the statement of an increase in the number of people incarcerated (González, 2011). This article, from the approach proposed by the resilience, intends to collaborate in the construction of a different look, more promising, to modify certain stereotypes and/or perverted messages that occur from some political organs. Key words: Resilience, prison treatment, prison policy, social work. 1 Trabajadora social. Coordinadora técnica de atención domiciliaria en la entidad ABD (Asociación, Bienestar y Desarrollo) Barcelona. natalia.sanchez.ts@gmail.com 152 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Interés profesional Motivación Des de una mirada crítica, nos cuestionamos el funcionamiento del sistema penal, el tratamiento penitenciario y la praxis de las intervenciones que se llevan a cabo en el interior de los centros; paralelamente nos interrogamos sobre la consecución real acerca de lo que nos dicta la Constitución Española sobre las penas privativas de libertad, es decir, si en efecto el conjunto de actuaciones están dirigidas hacia su fin, la reeducación y reinserción social de las personas. Por otro lado, nos interesa vincular el tratamiento penitenciario con un concepto emergente, que ha ido adquiriendo una especial relevancia, siendo un término muy acuñado en la actualidad, resiliencia. Algunos autores lo plantean como un paradigma, otros lo presentan como un enfoque o mirada. La realidad es que se ha incrementado su uso y estudio en diferentes ámbitos de actuación. En este sentido, Forés y Grané (2012) expresan: “Finalmente la resiliencia es un concepto del cual no sólo hablan algunos expertos, sino que ha llegado a la comunidad educativa, a los medios de comunicación y a la sociedad. Es un concepto, una metáfora de las posibilidades que hay que conocer y promover, tanto a nivel personal como comunitario, y más todavía en momentos de crisis”.2 Buena parte de la literatura científica que encontramos, alude a los efectos nocivos de la llamada institución total, Goffman, Focault, Valverde y Wacquant son autores clásicos, por citar algunos. Éstos y otros autores plantean, entre otros aspectos, que la prisión es un simple mecanismo de control 2 3 social, que el castigo no resuelve los problemas de fondo que influyen en las conductas delictivas, y dejan al descubierto la existencia de una clara tendencia hacia la penalización de la pobreza. Teniendo en cuenta un contexto como es el de la institución penitenciaria, desconocida por muchos, con sus frecuentes y complejas dificultades asociadas, como son personas a menudo con adicción, violencia intracarcelaria, problemáticas de índole sociofamiliar, económico, laboral, etc. Da lugar, en multitud de casos, a la estigmatización, al prejuicio e incluso a la exclusión social. Como trabajadora social que cree firmemente en la capacidad del ser humano, en su reeducación,3 se presentaba como sumamente atractivo abordar y vincular el estudio de la resiliencia y el tratamiento penitenciario como eje central de este artículo. La finalidad principal es sensibilizar sobre la necesidad de un cambio de mirada sobre las personas que están o han estado en situación de privación de libertad. Marco legal y algunas incongruencias Brevemente expondremos que en relación con los fines del tratamiento penitenciario, siguiendo el mandato constitucional que dispone en el artículo 25.2: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”, el sistema penitenciario español concibe el tratamiento penitenciario como el conjunto de actuaciones directamente diri- Cita incluida en la contraportada (cuarta de portada) del libro de los autores. La reeducación nosotros la entendemos como un camino de autoconocimiento y crecimiento, encontrando la manera de vivir íntegra y coherentemente con uno/a mismo/a y el entorno. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 153 Una mirada resiliente a la institución penitenciaria gidas a la consecución de este fin. En este sentido, la Administración penitenciaria debe orientar su intervención y tratamiento hacia la promoción y crecimiento personal, la mejora de las capacidades y habilidades sociales y laborales y la superación de los factores conductuales de exclusión que motivaron las conductas criminales de cada persona condenada. 4 Contrariamente, la realidad es que nos encontramos con una dicotomía muy clara: España es uno de los países con la tasa de delincuencia más baja y, sin embargo, con una tasa mayor de gente encarcelada (Bondia, 2011). Los expertos nos dicen que España se sitúa entre los países con una de las mayores tasas de población de presos (sólo superada por Chipre e Italia), llegando a un promedio de ocupación superior al 140 por ciento. Este dato se debe fundamentalmente a un endurecimiento del código penal, ya que en los últimos años no hay un aumento de la delincuencia ni del número de entradas en prisión. Por lo tanto, reiteramos, se constata que no hay un verdadero aumento de la delincuencia, sino que se ha extendido el uso de las denominadas medidas cautelares. Además, la composición de las prisiones es bastante significativa, cerca del 80% de los presos de España no tienen estudios medios o de trabajos cualificados en el momento de su ingreso, y el 70% se encuentran dentro por delitos relacionados directamente o indirectamente con las drogas, ya sea por trá- fico, robos o ajustes de cuentas (González, 2011). Todo esto nos lleva a la reflexión sobre cómo las estrategias de política criminal de la última década han configurado un sistema que hace fácil la entrada a la cárcel y al mismo tiempo dificulta su salida (García, Becerra, & Aguilar, 2012). Un horizonte que, desde nuestro criterio, es una paradoja que contradice una verdadera “voluntad” de establecer condiciones dignas de internamiento para conciliar el sistema de ejecución penal con los principios irrenunciables que nos impone el Estado de Derecho. Dicho esto, no entendemos la voluntad política de iniciar medidas populistas que anuncian algunos medios de comunicación en torno a la posibilidad de endurecer las penas o inclusive, de implantar la cadena perpetua, en palabras del Ministro de Justicia, la cadena permanente revisable.5 Un ejemplo de esto es la propuesta denominada “custodia de seguridad”, hecha pública por el señor Gallardón después de una reunión con el padre de Marta del Castillo, asesinada en el 2009 (El País, 2012). 6 Creemos que la violencia tiende a engendrar resentimiento por quien la recibe, y en consecuencia mayor posibilidad de respuestas o reacciones con violencia, retroalimentando de esta manera conductas, actitudes o reacciones insanas, no constructivas. En relación a esta cuestión, Sánchez (2012), según su propia experiencia, manifiesta: “Las Notas elaboradas en base a documentación oficial de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. La cadena permanente revisable consiste en una pena de prisión perpetua que, pasados unos años, el plazo varía en cada país, es revisada. 6 Con todo mi respeto por las víctimas. La custodia de seguridad es una medida que está en gestación, que podría imponer hasta 10 años más de internamiento extra para los delincuentes considerados peligrosos. Existen varias noticias sobre esto, ver por ejemplo el texto publicado por Precedentes judiciales en España (2011). 4 5 154 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Interés profesional personas no se tratan, se educan. Y a mí, como a todos los que he conocido, no me han educado, ni siquiera estimulan la educación (...) Si tratas a golpes a la gente después te morderán (...) Si la reinserción fuera real no se entendería tanto como una venganza social y llevarían esfuerzos a reeducar con un poco más de amor para que una persona no cometiera más delitos (...) el caso es que compartimos más que una condena es una venganza hacia el individuo y no queremos ver las carencias que le aporta porque cuanto más limitado sea más fácil será dar la razón a tanto presupuesto inútil dejando de lado las carencias que lo hicieron delinquir”.7 Resiliencia “La resiliencia difícilmente puede brotar en la soledad. La confianza y solidaridad de otros, ya sean amigos, maestros o tutores, es una de las condiciones para que cualquier ser humano pueda recuperar la confianza en sí mismo y su capacidad de afecto”. C YRULNIK (2005) El enfoque de la resiliencia está, sin duda, en contra del determinismo, en contra de la idea de que los que han sido maltratados o han vivido en un ambiente insano se convertirán en maltratadores y conflictivos, o que quienes una vez se comportaron de manera inadaptada no pueden cambiar. La resiliencia sorprende, por ejemplo, a los médicos cuando algunas personas enfermas sobrepasan los límites de recuperación de sus enfermedades y prolongan su vida más allá de lo que se estimaba. Llegados a este punto: ¿Cómo se puede salir con éxito o fortalecido de una situación difícil como pueden ser las adicciones y/o la experiencia de 7 un ingreso en prisión? ¿Cómo acompañar a las personas en esta situación? Según algunas investigaciones, todos los sujetos que resultaron resilientes tenían al menos una persona, familiar o no, que los aceptó de manera incondicional, independientemente de su temperamento, su aspecto físico o su inteligencia. Necesitaban contar con alguien y, al mismo tiempo, sentir que sus esfuerzos, su competencia y su autovaloración eran reconocidos y fomentados por una relación afectuosa y estrecha con otras personas. Melillo y Suárez (2002). Los programas de intervención se pueden orientar hacia este concepto, buscando fortalecer las capacidades de resistir las situaciones difíciles, límite o destructivas, como son posiblemente algunas de las circunstancias que han podido llevar a las personas a cometer delitos y en consecuencia a la prisión; potenciar los vínculos que unen a las personas en el medio, los otros, incrementar y potenciar la revinculación frente a la desvinculación que pueden experimentar muchas de estas personas. Organizando, por ejemplo, dentro de los programas, la existencia de factores resilientes y la figura de tutores de resiliencia que promuevan una mejora en la percepción de la pena, incidan en la calidad de vida dentro del centro, y en las posibilidades de reinserción de las personas en situación de privación de libertad. La resiliencia como enfoque y estrategia de intervención brinda el conocimiento de la manera como las personas que, a pesar de haber experimentado situaciones desfavorables y estar un poco condicionadas (no determinadas), han podido superar, fortale- Citado por Eloi Sánchez (2012) a través del portal web “social.cat”: la primera comunidad en línea de la acción social en Cataluña. (Red digital catalana). “Las personas no se tratan, se educan”. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 155 Una mirada resiliente a la institución penitenciaria cer y enriquecerse a través de ellas. Por ello, se puede tener una visión más esperanzadora dirigida a las personas en situación de privación de libertad, ya que plantea que la adversidad y el estrés pueden ser abordados en el contexto de la prisión trabajando las propias fortalezas y generar recursos de afrontamiento, aunque muchas de ellos y ellas puedan tener historias vitales complejas y difíciles detrás. En palabras de Mikulic (2007): “Es posible que no haya otra forma de sobreponerse al dolor, si no es cruzándolo con el descubrimiento de las propias fortalezas” (pág. 25). Esto nos lo puede dar, o al menos hay más posibilidades de que sea así, la presencia, el estudio y el fomento dentro de la propia institución, de los factores resilientes necesarios para el desarrollo o fortalecimiento de la propia capacidad resiliente. Conclusión La Administración pública creemos que debería tener presentes los factores que promueven la resiliencia en el diseño de las políticas de intervención, también a las asociaciones y entidades que intervienen y colaboran en los centros, y otras instituciones relacionadas; asumiendo la responsabilidad incorporar, reforzar o dar el apoyo necesario para que los factores resilientes se 156 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 den y se conserven. En nuestro criterio, la repercusión de los estudios de los factores resilientes dentro de los centros penitenciarios puede favorecer la amortiguación de la reincidencia de la conducta delictiva, es decir, reducir considerablemente las posibilidades de reincidir. En última instancia, reconocer e implementar procesos resilientes sobre poblaciones que son expuestas a mayores dificultades y situaciones de estrés ambiental aportaría la presencia de “escudos” más sólidos para que las personas puedan hacer frente a situaciones adversas. Al mismo tiempo, posicionarnos en esa mirada nos conduce a romper con la visión de déficit e imposibilidad para trabajar y construir con la potencialidad y capacidad de las personas. Pensamos que es fundamental realizar estudios científicos en esta línea, no sólo por el hecho de que las investigaciones en este ámbito son escasas, sino sobre todo porque actualmente, según un informe del Observatorio de la delincuencia (ODA), nos encontramos con que las cárceles españolas son de las más pobladas de Europa, por lo que se deben seguir uniendo esfuerzos en la mejora de las políticas penitenciarias y en el tratamiento penitenciario para lograr la reinserción de las personas privadas de libertad. Interés profesional Bibliografía CYRULNIK, Boris. El amor que nos cura. Barcelona: Gedisa, 2005. ISBN 978-84-978-4085-9. FORÉS MIRAVALLES, Anna i GRANÉ ORTEGA, Jordi. La resiliencia en entornos socioeducativos. Madrid: Narcea, 2012. ISBN 978-84-277-1805-0. 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ISSN 0212-7210 El autor, publicista y miembro colaborador de la entidad Aldeas Infantiles SOS de Cataluña en la actualidad, hace con esta obra una revisión historiográfica de la situación de la infancia en Cataluña desde la Edad Media hasta la actualidad, utilizando unas fuentes muy bien documentadas y exhaustivas. La concepción de la infancia a lo largo del tiempo modificándose según el modelo de sociedad existente, pasando de la consideración de los niños sin diferenciarlos de los adultos y por lo tanto con medidas represivas y punitivas iguales que las de los adultos hasta la aparición, muy entrado el siglo XX, de las primeras medidas de protección hacia los niños como personas diferentes a los adultos. A lo largo de muchos siglos, los niños son abandonados e incluso se practica el infanticidio como forma de eliminar su existencia y que no se conviertan en un problema social. Cabe destacar la segunda parte del libro, donde el autor realiza un recorrido histórico sobre los dispositivos, servicios y respuestas que se dan en Cataluña ante la situación de los niños en situación de abandono o desamparo, empezando por la caridad en la Edad Media, pasando por la aparición de las primeras leyes de protección a la infancia y llegando a la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño y el reconocimiento de los niños como sujetos de derecho. En el capítol sobre “La infancia, objeto de protección”, el autor realiza un análisis histórico muy intereRTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 161 La infància, una història fosca sante entre las tesis del pedagogo Ramon Albó y el cura José Pedragosa, que llegaron a enfrentarse dialécticamente y que mantuvieron un pulso durante muchos años sobre cómo debían ser los centros de atención a los niños abandonados. El rifirrafe terminó cuando el Gobierno de la época se decantó a favor de Ramon Albó apoyando las tesis y el planteamiento de este pedagogo. Tal como explica el autor en la introducción del libro, el encargo de Aldeas Infantiles SOS de Cataluña de realizar una campaña publicitaria de captación de familias acogedoras para los niños desamparados en Cataluña con el eslogan “No hay que ir muy lejos. Aquí, cerca de ti, diez mil niños y niñas necesitan tu ayuda”, le suscitó el afán de conocer e investigar cuál había sido la situación de los niños en el pasado. Según Pinilla, “no fue al principio una tarea fácil porque ni los propios profesionales relacionados con el tema (pedagogos, psicólogos, trabajadores sociales, educadores sociales) desconocían este pasado, ya que se dedican al niño de ahora con todas sus actuales circunstancias”. La valentía y capacidad del autor de iniciar la investigación historiográfica sobre las fuentes del pasado, y sumergirse en libros, documentos y textos para ir construyendo el hilo sobre la historia de la infancia en Cataluña le ha permitido durante un trabajo de cuatro años llegar a elaborar esta obra con un recorrido tan preciso y contextualizado de la consideración de los niños a lo largo de los siglos hasta llegar al momento actual. Sólo mencionar como carencias que he encontrado personalmente del libro un análisis en mayor profundidad del concepto de infancia y su representación social, y cómo ha ido evolucionando esta imagen colectiva de los adultos que tenemos o hemos tenido los niños a lo largo de historia. Y algún capítulo del libro más dedicado al papel que han tenido los profesionales de atención y protección a la infancia en la evolución de la consideración de los niños sin diferenciarlos de los adultos en el reconocimiento de estos como verdaderos sujetos de derecho. Josep Maria Torralba 162 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Libros El trabajo social y sus instrumentos. Elementos para una interpretación a piacere FOMBUENA, J. (Coord.); MI- RANDA, M.; MONTAGUD, X.; MOLLEDA, E.; MUNUERA, M. P.; DE VICENTE, I.; LÓPEZ, A. i SEGADO, S. El trabajo social y sus instrumentos. Elementos para una interpretación a piacere. València: Nau Llibres, 2012. ISBN 978-84-7642-842-9. Para citar el artículo: MUNTÉ PASCUAL, Ariadna. El trabajo social y sus instrumentos. Elementos para una interpretación a piacere –ressenya-. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, dicembre 2012, nº 197, páginas 163-165. ISSN 02127210 La Diada de Sant Jordi nos ha regalado a la profesión El trabajo social y sus instrumentos. Elementos para una interpretación a piacere. Como su título sugiere, se trata de un libro que ofrece un interesante conjunto de análisis y reflexiones que permite conocer y pensar el trabajo social actual abordando algunos de los aspectos clave que lo constituyen. Sin dejar de mantener un hilo conductor, la forma en que se estructura el libro permite al público hacer una lectura particular, siguiendo su propio orden en función de las necesidades de conocimiento y/o la motivación para aproximarse al mundo del trabajo social. Josefa Fombuena, en el capítulo primero, nos presenta la especificidad de la técnica en el ámbito del trabajo social, especialmente cuando nos referimos a la “relación con el otro”. Por otro lado, plantea el papel de la ética en la intervención, así como las grandes contradicciones que se han ido superando y/o repitiendo a lo largo de la historia de la disciplina, y los debates actuales en torno a los binomios gestión-intervención social, monodisciplinariedad-interdisciplinariedad, generalismoespecialización y la responsabilidad pública-gestión privada. La misma autora, en el capítulo segundo, entra en el terreno de la justicia social como uno de los pilares del trabajo social, sirviéndose del análisis del ámbito familiar como ejemplo de la importancia de la justicia en la constitución y la legitimación de la disciplina. En tercer lugar, Miguel Miranda nos ofrece una mirada a la historia a través de las aportaciones de algunas de las grandes mujeres del trabajo social como Mary Richmond, Jane Addams y Gordon Hamilton. Con este RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 163 El trabajo social y sus instrumentos recorrido defiende que el trabajo social es una actividad socialmente construida y que, por lo tanto, presenta diferencias en función de los contextos socio-históricos y culturales en el que se desarrolla. Ello entraña una dificultad para hallar una definición universalmente acordada, pero no por ello se trata de un ámbito menos científico, ya que incluso aquellas disciplinas que cuentan con el mayor reconocimiento científico se hallan constantemente redefiniéndose a si mismas a lo largo del tiempo. Por último, el autor dilucida la existencia de una constante que siempre aparece cuando analizamos qué es el trabajo social: la intervención psico-social. El libro sigue con un capítulo cuarto, en el que Xavier Montagud analiza la contradicción que supone el hecho de que una mayor inversión por parte de las administraciones en los servicios sociales no se traduzca en la reducción de la pobreza y la exclusión en nuestra sociedad. La historia brinda la posibilidad al autor de ver los límites de la intervención social tal y como se ha ido entendiendo hasta nuestros tiempos, a la vez que apunta hacia un giro en el tipo de intervención que trascienda las limitaciones de las formas surgidas en contextos socio-históricos distintos. Esperanza Molleda, en el capítulo subsiguiente, nos ofrece una clase magistral acerca de una de las herramientas básicas para el trabajo social: la entrevista. La autora plantea cuáles son sus elementos constitutivos así como el papel que tiene cada uno de ellos en el desarrollo de la misma y realiza un análisis de las claves para que las entrevistas y las entrevistas a domicilio sean una herramienta eficaz para la intervención social. Mª Pilar Munuera, en el capítulo sexto, aproxima al lector el informe social, desta164 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 cando la necesidad de este para un buen desarrollo del trabajo social tanto en su vertiente asistencial como investigadora. La misma autora aborda, en el capítulo que le sigue, la presencia del conflicto y el papel de la mediación en su resolución. De la mano de Irene De Vicente, el capítulo octavo nos conduce al conocimiento de la supervisión en el trabajo social en todas sus vertientes. Partiendo de un exhaustivo conocimiento de éste campo a través de la propia experiencia y la investigación, la autora muestra la importancia de la supervisión en el desempeño de la profesión, así como en los procesos de formación universitaria de los futuros profesionales. La complejidad de las instituciones que enmarcan el desarrollo de las intervenciones sociales ocupa el capítulo noveno, también escrito por Esperanza Molleda. En él se plasman aspectos como la burocratización, el papel de las instituciones en una sociedad capitalista, la cultura organizacional, el trabajo en equipo, las coordinaciones, etc. Antonio López y Sagrario Segado escriben el décimo capítulo, dedicado al estado del trabajo social comunitario en los países europeos. A través del análisis comparativo entre la intervención comunitaria en los países en vías de desarrollo y los países europeos con presencia de un Estado de Bienestar, se llega a una serie de conclusiones acerca de por qué no está funcionando en estos últimos contextos. El capítulo termina ofreciendo un decálogo para la mejora y reactivación de las intervenciones comunitarias en el escenario europeo. Los mismos autores cierran el libro con el onceavo capítulo, dedicado al tema de la investigación enfocada específicamente a la intervención social. Libros Merece la pena destacar el carácter historicista del conjunto del documento. Si bien cada capítulo presenta el estilo propio de cada autor, todos ellos adoptan una perspectiva histórica que enmarca la actualidad de la temática que presentan, que facilita la comprensión del trabajo social contemporáneo. Otro aspecto relevante de la obra es el hecho de la confluencia del mundo profesional y el mundo académico, a través del trabajo conjunto entre profesionales que se hallan en la práctica y trabajadores sociales con una amplia experiencia investigadora y docente del ámbito universitario. Este tándem tan necesario para el avance de nuestra disciplina da un valor añadido a esta publicación que la convierte en un documento recomendable para un amplio público: para aquellas personas legas que tengan interés en aproximarse al trabajo social, pero también para profesionales experimentados, así como para docentes e investigadores que se nutren de aportaciones de base científica que les permitan llevar a cabo su tarea de la forma más adecuada. Para terminar, solamente añadir que la obra aquí presentada forma parte de una colección de trabajo social de la Editorial Nau llibres, dedicada específicamente a ésta disciplina y que cuenta con otras publicaciones acerca de temas significativos para el trabajo social como la mediación, el trabajo social comunitario, los fundamentos éticos de la profesión y las intervenciones socioeducativas, entre otros. Ariadna Munté Pascual RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 165 Com fer un Pla d’Empresa Com fer un Pla d’Empresa en empreses de serveis personals PELEGRÍ VIAÑA, Xavier. Com fer un Pla d’Empresa en empreses de serveis personals. Edicions de la Universitat de Lleida, 2005. EINES 49 (Col.lecció tutelada des de l’Institut de Ciències de l’Educació de la Universitat de Lleida) ISBN: 84-8409910-5. Para citar el artículo: DE VICENTE ZUERAS, Irene. Com fer un Pla d’Empresa en empreses de serveis personals –ressenya–. Revista de Treball Social . Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 166-167. ISSN 0212-7210 1 A partir de ahora se indicará como PE. 166 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Com fer un Pla d’Empresa1 en empreses de serveis personals es un manual especialmente dirigido a los estudiantes de Trabajo Social que pretende ofrecer unas orientaciones básicas para que éstos puedan crear su propia empresa e insertarse en el mundo laboral. Sin embargo, no sólo puede ser útil para dicha inserción laboral, lo que es muy loable y, sin duda, una opción muy atractiva para encarar el futuro en tiempos de crisis, sino también para aquellos trabajadores sociales que deseen asesorar e impulsar cambios (changemakers) con usuarios emprendedores. Su contenido tiene mucho que ver con la emprendeduría social, con hacer una mirada dirigida hacia una forma de crear alternativas y respuestas. La obra emplaza a las personas emprendedoras a seguir los pasos necesarios para hacer todo aquello requerido para auto ocuparse. El texto ofrece en primer lugar una primera aproximación al P.E. teniendo en consideración, por un lado, que el principio es la idea, y por otro lado, dando respuesta a preguntas como: ¿qué nos interesa saber antes de iniciar un P.E.?, ¿cómo saber si una idea es suficientemente buena?, ¿cómo es un P.E.?, ¿cómo se ha de escribir un P.E.? A partir de este marco el autor nos introduce directamente en lo que sería una guía, orientativa, para la confección de dicho plan contemplando los siguientes aspectos: conceptos estratégicos clave; Libros definición del producto/servicio; análisis del mercado; organización del producto/servicio; estructura del equipo humano; plan económico y financiero; forma jurídica de la empresa y evaluación de la viabilidad. En su conjunto presenta una serie de componentes a tener en consideración que son necesarios, importantes y habitualmente poco conocidos para los estudiantes de Trabajo Social para personas que desean convertir sus ideas en realidad. A través de la obra vemos cómo el P.E. permite llevar a cabo un exhaustivo estudio de las diferentes variables e información necesaria para determinar la viabilidad del proyecto que se desea impulsar y, a su vez, ser la carta de presentación de los emprendedores y del proyecto ante terceras personas como son entidades financieras, inversores institucionales, socios, etc. Una vez en marcha, dicho plan también sirve como herramienta interna para evaluar la marcha de la empresa y sus desviaciones sobre el escenario previsto. Está escrito con un lenguaje claro y sencillo, eminentemente didáctico ya que sus contenidos, además de ser de fácil lectura y comprensión, se acompañan de ejemplos prácticos. Es una publicación que tiene una especial validez como material docente y de aprendizaje para estudiantes y egresados de trabajo social que deseen acercarse o embarcarse en iniciativas y retos que implican la realización de este tipo de proyectos. Sin duda el P.E. es una herramienta imprescindible cuando se quiere poner en marcha un deseo empresarial, sea cual fuere la experiencia/inexperiencia profesional del impulsor o impulsores y la dimensión del proyecto. El autor nos presenta, a lo largo de 115 páginas, un texto de carácter introductorio pero que impregna al lector de la importancia de gestionar bien un P.E. y de cómo hacerlo para crear una organización dedicada a prestar servicios personales. Estamos ante un documento que da pistas para aquellas personas que tienen la actitud, la predisposición y la iniciativa para formar proyectos, que tienen una idea y quieren llevarla a cabo, ya que ofrece los pasos necesarios a modo de “brújula o cartas de navegación” para llegar a buen puerto. “No hay nada más poderoso que una idea innovadora en las manos de un emprendedor social” (SOUND BYTES). Irene De Vicente Zueras RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 167 Discapacidad, envejecimiento y dependencia Afrontar la discapacidad, el envejecimiento y la dependencia CASADO, Demetrio. Afrontar la discapacidad, el envejecimiento y la dependencia. Madrid: Editorial CCS, 2011. ISBN 9788498427608. Para citar el artículo: VILÀ MANCEBO, Toni. Afrontar la discapacidad, el envejecimiento y la dependència –ressenya–. Revista de Treball Social . Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 168-169. ISSN 0212-7210 168 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 En estos últimos años se han escrito muchos libros y múltiples informes sobre la “dependencia” desde diferentes puntos de vista. La incidencia que tiene esta problemática en casi todos los hogares del país y las expectativas creadas han hecho que se convirtiera en un tema de debate popular, político y también de gran interés para los profesionales que deben promover la autonomía personal y atender a personas en situación de dependencia y a sus familias y deben aplicar la controvertida Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia (LAAD, 2006). Por eso puede parecer que este libro que se presenta, Afrontar la discapacidad, el envejecimiento y la dependencia, de Demetrio Casado, es un libro más sobre esta temática, pero no es así. Esto no es ninguna sorpresa para los que conocemos al autor, personalmente o a través de sus trabajos –muchos de los cuales son de referencia en el ámbito de los servicios sociales y de la discapacidad y que han servido para formar a generaciones de trabajadores sociales, educadores sociales y otros profesionales de todo el Estado–. Los conocimientos del Dr. Casado y su larga trayectoria profesional, docente e investigadora, así como su exposición clara, sistemática y didáctica y el tratamiento riguroso de los temas a los que nos tiene acostumbrados, le permite ofrecer una visión muy singular, que él llama avanzar en “la acción racional”, entendida como la que aprovecha el conocimiento disponible en pro de una vida grata y provechosa. Otro aspecto innovador del trabajo es que se dirige, como señala el título, a la discapacidad, el envejecimiento Libros y la dependencia, cuando normalmente se estudia la problemática de las personas mayores o a las personas con discapacidad separadamente; este enfoque lo justifica el autor porque en general demandan intervenciones coincidentes o muy parecidas. En cuanto al contenido de la publicación, se puede resumir señalando que comienza con un primer capítulo dedicado a las aclaraciones conceptuales sobre los temas claves: a) la discapacidad, revisando las definiciones administrativas, las provenientes de construcciones propias (modelo médico, modelo social, movimiento por la autonomía personal) y finalmente analiza las dos clasificaciones de la OMS (CIDMM y CIF); b) el envejecimiento, refiriéndose a los tipos y a las dificultades funcionales que puede comportar y a la delimitación conceptual entre envejecimiento-discapacidaddeficiencia; c) la dependencia funcional, sobre la noción, grados y la aplicación en la LAAD. El segundo capítulo lo dedica a la discapacidad y el envejecimiento desde la perspectiva de afrontar o de eludir estas situaciones. Por ello, divide las respuestas según sean pragmáticas (lucha, adaptaciones) o elusivas (pasividad, autoafirmación clasista, sobreprotección, destrucción, etc.), indicando en el primer caso cómo facilitar las respuestas pragmáticas (desarrollo personal, conocimiento de afectaciones y tratamientos, etc.) y en el segundo cómo prevenir las respuestas elusivas (dignidad de la persona y universalidad de las limitaciones, abordajes integrales, etc.). En el capítulo siguiente trata de los recursos de intervención, comenzando por la prevención (primaria, secundaria y terciaria), y sigue con la habilitación, la rehabilitación y la integración por los diferentes tipos de deficiencia, y en relación al envejecimiento, la accesibilidad pro igualdad de oportunidades en los diferentes ámbitos (físico, educación, trabajo, etc.) y la asistencia curativa y supletoria (personal y económica). En el último capítulo sintetiza los enfoques para la gestión de los objetivos individuales y colectivos, señalando en primer lugar los relativos al desarrollo personal en interdependencia, en el que aborda temas como la felicidad, la calidad de vida, los derechos básicos universales, las metas, etc. Seguidamente trata de la pro actividad, el enfoque comunitario en las diferentes modalidades y finalmente se refiere a la protección social pública igualitaria y universalista, con selectividad técnica, donde trata temas como la desigualdad, la marginalidad, la estigmatización o la igualdad territorial. Cada uno de estos capítulos, además de estar ilustrado con muchos ejemplos históricos y actuales, se acompaña de entrevistas relacionadas con los temas tratados a especialistas, personas afectadas y familiares que permiten profundizar el tratamiento de los conceptos utilizados. En definitiva, el maestro Demetrio Casado nos da una nueva e importante aportación sobre un tema de gran actualidad, desde una perspectiva de reflexión crítica, bien estructurada y fundamentada, que sin duda da una nueva dimensión a los trabajos sobre estos temas de la discapacidad-envejecimiento-dependencia, que constituye un marco teórico que puede ser de gran interés para los profesionales, los políticos, los administradores, las personas afectadas y sus familias, a menudo demasiado preocupados con los temas del día a día que les impiden disfrutar de esta visión global que ofrece este libro. Toni Vilà Mancebo RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 169 El sistema català de serveis socials (1977-2007) 170 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Sección libre Creatividad de abuelos y nietos RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 171 172 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Secció lliure Creatividad de abuelos y nietos o cómo producir un cuento que nos embruje a mayores y pequeños Irene Estrada1 Hacer cualquier cosa con los niños puede convertirse en una aventura con un resultado inesperado. Ellos lo ven todo con ojos nuevos, sin esquemas previos, y por tanto son más libres, espontáneos y creativos. Los abuelos dicen que los nietos les aportan inspiración2 y que ellos facilitan el desarrollo de las ideas y ponen los medios materiales y técnicos. Contar cuentos es una de las actividades favoritas compartidas por abuelos y nietos. Es lo que hacen la autora y sus nietas en las mañanas de domingo. A veces los leemos, pero lo que más nos gusta es inventarlos. Los cuentos son como los sueños, tal como se cuentan se olvidan. Algo parecido ocurre con otras obras, bromas, juegos y celebraciones, creaciones efímeras cuyo registro sería de utilidad para profundizar en la creciente investigación sobre el rol del abuelo. Un día, cuando mis nietas tenían 4 y 6 años, inventamos un cuento que nos gustó más que los otros y decidimos es- cribirlo para no olvidarlo. En cuanto acabamos de leerlo las niñas comenzaron a dibujar, en el dorso, a los personajes. Lo mandamos a sus padres y a otros niños amigos, imprimimos algunos ejemplares con el ordenador y recibimos elogios y peticiones. Los comentarios más frecuentes se referían a su frescura, su humor y a la resolución pacífica, no excluyente e ingeniosa del conflicto que se plantea entre la bruja y los vecinos del pueblo. Fue así como decidimos publicarlo. Un amigo lo maquetó y lo enviamos a una editorial on line 3 que lo aceptó. Las niñas asistieron a todo el proceso. Visitaron la biblioteca de San Miguel de los Reyes, donde se depositan ejemplares de todas las obras que se escriben en la Comunidad Valenciana, y les explicaron que cuando ellas fueran abuelas su cuento estaría allí, en una cámara oscura con temperatura y humedad controladas para que se conservara mucho tiempo. Fue una visita concertada por su Para citar el artículo: ESTRADA, Irene. Creatividad de abuelos y nietos o cómo producir un cuento que noes embruje a mayores y pequeños. Revista de Treball Social. Col·legi Oficial de Treball Social de Catalunya, diciembre 2012, nº 197, páginas 173-174. ISSN 0212-7210 Trabajadora social, psicóloga y escritora. ireneestrada@ono.com CASTRO, 2007. 3 www.obrapropia.com 1 2 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 173 El bol del mendicant Creatividad de abuelos y nietos madre y el personal de la biblioteca se volcó con las dos pequeñas ilustradoras. La presentación la hicimos en un jardín. Dispusimos pinturas para que los niños colorearan los dibujos y pudimos observar cómo añadían fondos y complementos que reflejaban su particular interpretación del cuento. Ahora tenemos una hucha con el producto de las ventas y soñamos con invertirlo en nuevos proyectos. La bruja de la lámpara4 nos ha hecho compartir muchos momentos placenteros y emocionantes y les ha permitido a las niñas conocer todo el proceso de la creación de un libro, desde la idea inicial, la escritura y la ilustración hasta los trámites de la publicación, la presentación y la venta. Sus nombres aparecen en la portada como ilustradoras y tienen la propiedad intelectual. La bruja nos ha permitido divertirnos, aprender juntas y emprender un proyecto que se alarga en el tiempo, es decir, que ha aumentado nuestra unión y las perspectivas de futuro al mismo tiempo que queda materializado de tal manera que no se borre de la memoria y pueda comunicarse. Bibliografía CASTRO GALLARDO, M. Re- laciones intergeneracionales y bienestar en las personas mayores. Granada: Editorial de la Universi- 4 dad de Granada, 2007. ISBN 978-84-338-4460-6. ESTRADA, I.; MOSCARDÓ, M. i MOSCARDÓ, S. La bruja de la ESTRADA, MOSCARDÓ y MOSCARDÓ, 2012. 174 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 lámpara. València: Editorial Obra Propia, 2012. ISBN 97884-15453-83-3. La revista Publicaciones Presentación de artículos Suscripción RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 175 176 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Números anteriores Presentació d’artiPublicaciones cles Migraciones: el valor de la interculturalidad (I) Número 186 - Abril 2009 Migraciones: el valor de la interculturalidad (II) Número 187 - Agosto 2009 Acercándonos al trabajo social penitenciario Número 188 - Diciembre 2009 Supervisión en trabajo social Número 189 - Abril 2010 50 años de la Revista de Treball Social Número 190 - Agosto 2010 Los servicios sociales básicos con perspectiva Número 191 - Diciembre 2010 La investigación, una realidad en trabajo social Número 192 - Abril 2011 El tercer sector en el marco de las políticas sociales Número 193 - Agosto 2011 La profesión ante la crisis y el malestar social Número 194 - Desembre 2011 Desigualdades a propósito de género Número 195 - Abril 2012 Formación y compromiso, bases para el crecimiento profesional Número 196 - Agosto 2012 Repensando el trabajo social con familias (I) Número 197 - Diciembre 2012 Año 2012. Temas Repensando el trabajo social con familias (II) Número 198 - Abril 2013 Ética y bioética en trabajo social Número 199 - Agosto 2013 El estado de Bienestar Social Número 200 - Diciembre 2013 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 177 Presentación de artículos NORMAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS EN LA REVISTA DE TRABAJO SOCIAL (RTS) La Revista de Trabajo Social, editada por el Col.legi Oficial de Treball Social de Catalunya, es una publicación con más de 30 años de antigüedad que se edita con periodicidad cuatrimestral. Su objetivo es transmitir el conocimiento de los ámbitos del trabajo social, los servicios sociales, el bienestar social y las políticas sociales a la comunidad científica, a los profesionales y a los colectivos interesados. La RTS está abierta a todos los colaboradores que lo deseen para presentar artículos sobre investigaciones originales teóricas o experimentales, trabajos teóricos y metodológicos, descripciones de experiencias profesionales, ensayos, etc., siempre en relación con el trabajo social, las políticas sociales y los servicios de bienestar social. Los artículos tienen que ser inéditos. A pesar de ello, el equipo de redacción podrá reproducir textos publicados en otras lenguas y en otros ámbitos geográficos, si lo cree oportuno. El equipo de redacción estudiará los artículos recibidos e informará al autor/a de la aceptación para la publicación. Podrá también recomendar modificaciones y, si el artículo se considera no publicable, se le comunicarán los motivos. El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores. Extensión. Los artículos de la sección “Dossier” tendrán una extensión máxima de 12 páginas, los de las secciones “Interés profesional”, un máximo de 6 páginas; los de “Sección Libre” 3 páginas, y los comentarios de “Libros” no excederán las 2 páginas. Los artículos se presentarán en formato electrónico, letra Arial cuerpo 12; interlineado 1,5; márgenes 3 cm. Lenguas. Los artículos pueden presentarse en catalán o en castellano indistintamente. Los datos tienen que ir en la cabecera de los artículos. En la primera página se hará constar título y subtítulo, si se tercia; nombre y apellidos del autor/a principal y relación de otros autores/as si el trabajo es de equipo; título académico, centro de trabajo y cargo; también se incluirán el número de teléfono y la dirección de correo electrónico. A continuación el resumen, no superior a 10 líneas, en el idioma escogido y, si es posible, en inglés. Al final del resumen las palabras clave, en número no superior a 5. Irán al final del texto, siguiendo el orden alfabético y de acuerdo con las siguientes normas de referencia: ISO 690, 1987 (UNE 50-104-94) para documentos impresos e ISO 690-2 para documentos electrónicos, bases de datos y programas informáticos. Documentos impresos. – Monografias (libros): APELLIDOS (mayúscula), Nombre o nombre de la entidad responsable. Título (en cursiva). Otros responsables: traductor, editor, etc. (opcional). Edición. Lugar de publicación: Editorial, año. Extensión del libro (opcional). Colección (opcional). Notas (opcional). Número ISBN. – Partes de monografias (capítulo del libro): APELLIDOS (mayúscula), Nombre o nombre de la entidad responsable del capítulo. Título del capítulo. En APELLIDOS (mayúscula), Nombre o nombre de la entidad responsable del libro. Título del libro (en cursiva). Lugar de publicación: Editorial, año, situación en la publicación fuente (volumen, páginas, etc.). 178 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Presentación de artículos – Publicaciones en serie (revistas): Título (en cursiva). Responsabilidad de la revista. Edición. Identificación del fascículo (fecha y/o número). Lugar de publicación: Editorial, año. Serie (opcional). Notas (opcional). Número ISSN. – Artículos de publicaciones en serie (revistas): APELLIDOS (mayúscula), Nombre o nombre de la entidad responsable del artículo. Título del artículo. Colaboradores/as en el artículo (opcional). Título de la revista (en cursiva). Edición, año, volumen, número, páginas. – Legislación: País. Título. Publicación (en cursiva), fecha de publicación, número, páginas. Documentos electrónicos. – Textos completos: APELLIDOS (mayúscula), Nombre o nombre de la entidad responsable. Título (en cursiva) [tipo de soporte]. Responsable(s) secundario(s) (opcional). Edición. Lugar de publicación: Editor, fecha de publicación, fecha de actualización/revisión [Fecha de consulta] (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). (Colección) (opcional). Notas (opcional). Disponibilidad y acceso (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). Número normalizado (opcional). – Partes de textos: APELLIDOS (mayúscula), Nombre o nombre de la entidad responsable del documento base. Título del documento base (en cursiva) [tipo de soporte]. Responsable(s) secundario(s) del documento base (opcional). Edición. Lugar de publicación: Editor, fecha de publicación, fecha de actualización/revisión [Fecha de consulta] (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). Capítulo o designación equivalente a la parte. Título de la parte. Numeración dentro del documento base (opcional). Localización dentro del documento base (opcional). Notas (opcional). Disponibilidad y acceso (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). Número normalizado (opcional). – Publicaciones en serie (revistas electrónicas): Título (en cursiva) [tipo de soporte]. Edición. Lugar de publicación: Editor, fecha de publicación [Fecha de consulta] (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). Serie (opcional). Notas (opcional). Disponibilidad y acceso (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). Número normalizado. – Artículos y otras contribuciones de publicaciones en serie (revistas electrónicas): APELLIDOS (mayúscula), Nombre o nombre de la entidad responsable de la contribución. Título de la contribución. Título de la revista (en cursiva) [tipo de soporte]. Edición. Número del fascículo. Fecha de actualización/revisión [Fecha de consulta] (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). Localización dentro del documento base. Notas (opcional). Disponibilidad y acceso (obligatorio para los documentos en línea; opcional para el resto). Número normalizado. Las gráficas, dibujos y tablas llevarán las correspondientes referencias, indicando con qué parte del texto están relacionadas. Los artículos se enviarán a la dirección electrónica de la RTS: rts@tscat.cat Los artículos, una vez publicados, pasan a ser propiedad de la RTS. Los autores/as recibirán un ejemplar del número de la revista en el cual se ha publicado su trabajo. RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 179 Nota a los lectores: La Revista de Treball Social (RTS) ofrece un espacio de comunicación con los lectores con la voluntad de recibir comentarios, sugerencias, cartas, notas y todo lo que los lectores quieran comunicar a la dirección de la revista. Envia tus aportaciones por correo postal a: RTS c/ Portaferrisa, 18, 1r 1a - 08002 Barcelona o bien por correo electrónico a: rts@tscat.cat Esta revista se envía a todas las personas colegiadas. En caso que no deseen seguir recibéndola, por favor comuníquenlo a rts@tscat.cat. 180 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 Butlleta subscripció Boletín dede suscripción Tarifas Suscripción anual: 45 euros Extranjero (tarifa única): 58 euros Números sueltos: 18 euros Datos personales Nombre y apellidos: ............................................................................................................NIF: ....................................... Dirección: ...................................................................................................................................... C.P.: ....................................... Población: ........................................................................................................................................................................................ Teléfono: ........................................... Tel. móvil: ................................................ E-mail: ................................................... Datos Bancarios Banco o Caja: ............................................................................................................................................................................ Domiciliación Agencia: ......................................................................................................................................................... Población: ........................................................................................................................................................................................ Titular: .............................................................................................................................................................................................. Código bancario: Entidad____/ Sucursal____/ DC__ Núm. C/c__________ Firma: Fecha: Lo podéis enviar por correo electrónico o por fax. RT S Portaferrissa 18, 1r 1a - 08002 Barcelona Tel. 933 185 593 - Fax: 934 122 408 E-mail: rts@tscat.cat Revista de Treball Social RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012 181 182 RTS - Núm. 197 - Diciembre 2012