Download Vigor inicial en germoplasma de trigo triticum spp. para el
Document related concepts
Transcript
VIGOR INICIAL EN GERMOPLASMA DE TRIGO Triticum spp. PARA EL BAJÍO, MÉXICO Ernesto Solís Moya1 Berenice Rivera Cortez1 Aquilino Ramírez Ramírez1 Pilar Suaste Franco2 María de Lourdes de la Cruz González1 RESUMEN La escasez de agua y la baja rentabilidad del cultivo de trigo obligarán en el corto plazo a utilizar sistemas de labranza de conservación que incluyan la retención de residuos en la superficie para promover un óptimo establecimiento y mayor desarrollo foliar de las plántulas que incrementarán la aptitud competitiva contra las malezas y aumentarán la eficiencia en el uso del agua al evitar pérdidas por evaporación. Ante esta nueva panorámica el uso de genotipos de trigo Triticum spp, con características de mayor vigor inicial que sean más competitivos cuando se siembran en suelos con residuos en la superficie ayudarán a la adopción de este sistema. El objetivo del presente estudio fue determinar las características de vigor inicial y su asociación con la altura de planta en genotipos de trigo. Para este fin se midió la longitud del coleóptilo y el área foliar de las tres primeras hojas de 414 genotipos de trigo y se midió la altura de planta de los genotipos con tres riegos. La longitud del coleóptilo de los genotipos fluctuó entre 3.9 y 11.3 cm, la clase más frecuente estuvo entre 7.1 y 9 cm de longitud con 206 genotipos. Los trigos cristalinos presentaron coleóptilos más largos que los trigos harineros. La altura de planta y el área foliar promedio de las tres primeras hojas se asociaron positivamente con la longitud del coleóptilo. PALABRAS CLAVE: Coleóptilo, área foliar, labranza, riegos, altura. INTRODUCCIÓN Bajo los sistemas de siembra de labranza de conservación los genotipos con mayor vigor inicial (coleóptilos largos y alta área foliar específica) tendrán ventajas competitivas al promover un óptimo establecimiento y mayor desarrollo foliar de las plántulas. Richards (1992) señala que la altura menor de los trigos semienanos actuales se debe al uso de los genes reductores de altura insensibles al ácido giberélico. Estos genes reducen la altura de la planta pero también el tamaño de las células de hojas y tallos, así como, la longitud del coleóptilo y el área foliar de las plántulas (Hoogendoorn et al., 1990). Un pobre vigor inicial origina una pobre emergencia y la reducción del área foliar disminuyendo la competitividad con malezas, lo que origina pérdidas considerables de agua a través de la evaporación del suelo lo que puede reducir el rendimiento. Lemerle et al. (1996) consigna diferencias entre variedades de trigo y su habilidad competitiva con las hierbas la cual está asociada con la altura de planta, forma y tamaño de la hoja e índice de área foliar. En el caso de cereales se ha observado que las variedades con gran cobertura del suelo (hábito de crecimiento postrado) reducen la emergencia de las malas hierbas (Richards et al., 1991). Por otro lado, se ha demostrado que los cultivos modernos semienanos de trigo son mucho menos competitivos contra malas hierbas que los cultivares tradicionales (Wicks et al., 1994). Sin embargo, estudios posteriores indican que la altura de la planta por sí sola no es el carácter más importante, si no crea un dosel denso y homogéneo, que evite al 1 Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) Campo experimental Bajío, Celaya, Guanajuato: solis.ernesto@inifap.gob.mx 2 Instituto Tecnológico de Roque (ITR). máximo el paso de la luz a los estratos inferiores por las hierbas, ya que puede darse el caso de una variedad de baja estatura que produzca abundante follaje y por tanto compita mejor que una variedad alta (Cosser et al., 1997) La labranza de conservación o siembra directa sin preparación previa del terreno ni labores mecanizadas durante el ciclo del cultivo, dejando cubierto con residuos de cosecha al menos un 30% de la superficie del suelo permite reducir la erosión hídrica y eólica del suelo (Tiscareño et al., 1999), incrementa paulatinamente el contenido de materia orgánica de la capa arable y aporta nutrimentos al suelo (Moldenhauer et al., 1994). Además, la cero labranza aumenta la infiltración de agua y reduce la evaporación (Unger y Weise, 1979, Tanaka, 1985). En México se cultivan con este sistema aproximadamente el 3.9% de la superficie agrícola del país (Roldan et al., 2006), la tendencia es hacia el incremento ya que este sistema mejora la oportunidad de siembra y hace más rentable la producción de granos al disminuir los costos de inversión. Ante esta nueva panorámica el uso de genotipos de trigo Triticum spp., con características de mayor vigor inicial que sean más competitivos cuando se siembran en suelos con residuos en la superficie ayudarán a la adopción de este sistema. El vigor inicial de las plántulas es crucial para su establecimiento y posterior producción de biomasa y grano (Steege et al., 2005). Un mayor vigor inicial puede incrementar la eficiencia en el uso del agua hasta en 25% (Siddique et al., 1990). Este carácter puede ser seleccionado para mejorar el rendimiento bajo estrés de agua (Richards et al., 2002). Los caracteres de vigor inicial que reducen la evaporación del suelo y que pueden incrementar la intercepción de la luz y la competitividad del cultivo de trigo durante el desarrollo inicial son: la anchura de las hojas de las plántulas, coleóptilos largos, área foliar, y macollos de coleóptilo largo (Rebetzke et al., 1999). Estos caracteres están asociados con el incremento del desarrollo temprano de la hoja (incremento del vigor) para que el dosel del cultivo se desarrolle tan rápido como sea posible y la superficie del suelo sea sombreada, evitando pérdidas por evaporación, permitiendo que haya más agua para su uso en la transpiración (Coleman et al., 2001). Los trigos semienanos actuales deben su menor altura a los genes reductores Rht1, Rht2 y Rht3 insensibles al ácido giberélico (Richards, 1992). Estos genes reducen la altura de la planta pero también disminuyen el tamaño de las células de hojas y tallos, la longitud del coleóptilo y el área foliar de las plántulas (Hoogendoorn et al., 1990). Los coleóptilos cortos de las variedades actuales de trigo semienano no afectan adversamente el rendimiento en ambientes húmedos o irrigados. No obstante, los coleóptilos cortos pueden reducir el rendimiento a través de un pobre establecimiento en ambientes secos o de temporal. Una reducción en la longitud del coleóptilo conduce a una pobre emergencia cuando la semilla es sembrada profunda, cuando la humedad del suelo cerca de la superficie es insuficiente para la germinación o cuando el equipo de siembra no se ajusta adecuadamente (Richards et al. 2002). Los coleóptilos más cortos también dificultan la emergencia en el sistema de labranza de siembra directa y conservación de residuos en la superficie (Chastain et al., 1995). Un pobre vigor inicial origina una pobre emergencia y reducción del área foliar disminuyendo la competitividad del cultivo con las malezas y el rendimiento (Dinkuhn et al., 1999). Desde la década de los sesenta algunas características competitivas de las variedades de porte alto de trigo (variedades tradicionales), se han perdido, dado que la agricultura actual promueve la siembra de variedades semienanas homogéneas, las cuales se manejan con densidades y dosis de fertilizantes altos, riego y control químico de malezas. Aunque los cultivos homogéneos son apropiados para la agricultura tecnificada, tienen desventajas en ambientes donde se practican sistemas de labranza con retención de residuos, donde es importante maximizar el desarrollo del área foliar de las plántulas para reducir las pérdidas de agua del suelo por evaporación y para reducir la competencia con malezas. El uso de genotipos con mayor vigor inicial contribuirá a la adopción de los sistemas de labranza de conservación. Por ello los programas de mejoramiento de cereales de grano pequeño deben considerar entre sus metas el mejorar las características de vigor inicial, para liberar como variedades comerciales, los genotipos que sean más competitivos cuando se siembran en suelos con residuos en la superficie. En México la información que se tiene sobre los caracteres, longitud de coleóptilo y área foliar de plántulas de trigo en el país es escasa, por lo que este trabajo tiene como objetivo evaluar las características de vigor inicial (coleóptilo y área foliar) de plántulas de trigo harinero y cristalino para riego y determinar su asociación con la altura de planta con un calendario de tres riegos. MATERIALES Y METODOS Los resultados de este trabajo se obtuvieron de tres experimentos llevados a cabo en el Campo Experimental Bajío del INIFAP ubicado en Celaya, Guanajuato (20° 32’ N; 100° 48’ O; 1752 msnm); con precipitación y temperatura media anuales de 578 mm y 19.8°C, respectivamente (Terrones et al., 2000). Los experimentos se realizaron en el periodo 2003-2005. En el primer experimento 414 genotipos, 39 cristalinos y 375 harineros, fueron sembrados en el ciclo otoño invierno 2003-04 con un calendario de tres riegos (0-45-75 días después de la siembra). La parcela experimental estuvo formada por 2 surcos a doble hilera de 3 m de largo y 0.75 m de separación. La densidad de siembra fue de 120 kg ha-1 y se fertilizó con la fórmula 240-60-00, la mitad del nitrógeno y todo el fósforo a la siembra y el resto del nitrógeno en el primer riego de auxilio. Los 414 genotipos fueron evaluados en experimentos con diferente número de tratamientos utilizando diseños de bloques al azar con tres repeticiones. Se tomó la de altura de planta en cm (AP), medida de la superficie del suelo a la espiguilla terminal sin considerar aristas. En el segundo experimento se evaluó la longitud del coleóptilo, el largo y ancho de las tres primeras hojas y el área foliar promedio de 414 genotipos de trigo que poseen los genes mayores para reducción de altura Rht1 y Rht2. Se promovió la germinación y desarrollo coleoptilar de los genotipos de trigo de la siguiente forma: se extendieron dos toallas (hojas de papel para germinación de 30 x 25 cm), sobre una superficie plana, en ellas se trazó una línea con un lápiz y sobre de ésta se aplicó un poco de pegamento (goma no tóxica de látex), se colocaron 15 semillas por genotipo, posteriormente, se enrollaron en forma de “taco” y se humedecieron en una solución con Metacaptan a una dosis de 1 g L-1. Los “tacos” se colocaron en forma vertical en bolsas de plástico y las bolsas en charolas, las cuales permanecieron nueve días en la cámara de incubación a una temperatura de 22 °C, con la finalidad permitir el desarrollo máximo de los coleóptilos. A los nueve días de la siembra se hicieron las mediciones de los coleóptilos de diez plántulas por taco. En el tercer experimento se sembraron los 414 genotipos en cajas germinadoras de 200 cavidades en una casa sombra. Se evaluó el ancho y largo de las tres primeras hojas y el área foliar promedio. Se sembraron 10 plantas por genotipo por repetición, utilizando un diseño completamente al azar con cuatro repeticiones. Para llenar las cajas germinadoras se empleó el sustrato Sushine R mezcla 3. Se regó diariamente hasta en dos ocasiones de acuerdo a las necesidades de las plantas. Cuando las plantas estaban en la etapa de dos hojas expandidas (11 de Zadoks, et al. 1974) se aplicó el fertilizante foliar Nutriplan Plus R, en una dosis de 1 L en 200 L de agua, para promover el desarrollo vigoroso de las plántulas. En la etapa de tres hojas liguladas (14 del código de Zadoks et al. 1974), se midió el largo y ancho máximo de cada una de las hojas; el área foliar se estimó del producto del largo por ancho de todas las hojas corrigiendo para forma de la hoja con el factor de corrección de 0.8 (Rebetzke y Richards, 1999). Los genotipos se clasificaron de acuerdo a la longitud del coleóptilo en cinco clases: < 5, 5 a 7, 7.1 a 9, 9.1 a 11 y > 11 cm y de acuerdo a la altura de planta en las clases < 80, 81-85, 86-90, 90-95 y >95 cm. Se obtuvo las correlaciones fenotípicas entre las clases de largo del coleóptilo con los caracteres área foliar promedio de las tres primeras hojas y la altura de planta. Se hicieron gráficas para representar estas asociaciones. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Longitud del coleóptilo En la Figura 1 se presenta el histograma de frecuencias donde se clasificó en cinco clases < 5; 5.1 a 7; 7.1 a 9; 9.1 a 11 y > 11 cm, la longitud del coleóptilo de los genotipos de trigo evaluados. La clase más frecuente fue la de los coleóptilos de 7.1 a 9 cm de longitud, seguida de la clase de 9.1 a 11cm, estas dos clases comprendieron el 87.4% del total de genotipos. La clase menos frecuente fue la de coleóptilos de más de 11.1 cm, con sólo dos genotipos; la línea con coleóptilo más largo registró 11.3 cm y la de más corto 3.9 cm. Richards et al. (2002) obtuvo en trigo coleóptilos con un rango de 6.0 a 14 cm de longitud; aunque, en trigos semienanos con los genes Rht1 y Rht2 la variación observada fue de sólo 6.0 a 9.0 cm de longitud. Los valores mayores fueron observados en trigos con genes de enanismo Rht8, Rht9 sensibles al ácido giberélico. En esta investigación se encontraron 30 genotipos con coleóptilos de más de 9 cm de longitud, inclusive dos de ellos mayores de 11 cm; la variación observada indica que es factible incrementar por selección la longitud del coleóptilo en poblaciones de trigo con genes de altura insensibles al acido giberélico como lo sugieren Beharev et al. (1998). 250 206 200 Frecuencia 156 150 100 50 28 22 2 0 5 7 9 11 y mayor... Longitud del coleóptilo < 5; 5.1 a 7; 7.1 a 9; 9.1 a11 y > 11cm de 414 genotipos de trigo. Figura 1. Clasificación de la longitud de coleóptilo en cinco clases. La longitud del coleóptilo correlacionó (p≤0.05) en forma positiva con los grupos de altura de planta, lo cual indica que los genotipos de mayor altura tienen coleóptilos más largos. Al correr un análisis de regresión (Figura 2) se observó un mayor ajuste con el modelo cuadrático (R 2 = 0.9602) que con el modelo lineal (R2 = 0.8041). El modelo indica que por cada cm que los genotipos sean más altos tendrán coleóptilos 0.3123 cm más largos, en el rango de 80 a 95 cm de altura, después de esta altura habrá una disminución de 0.0016 cm en el coleóptilo por cada cm que se incremente la altura de planta. Lemerle et al. (1996) consigna diferencias entre variedades de trigo y su habilidad competitiva con las hierbas la cual está asociada con la altura de planta, forma y tamaño de la hoja e índice de área foliar. En el caso de cereales se ha observado que las variedades con gran cobertura del suelo (hábito de crecimiento postrado) reducen la emergencia de las malas hierbas (Richards y Davis, 1991). Por otro lado, se ha demostrado que los cultivos modernos semienanos de trigo son mucho menos competitivos contra malas hierbas que los cultivares tradicionales (Wicks et al., 1994). Sin embargo, estudios posteriores indican que la altura de la planta por sí sola no es el carácter más importante, si no crea un dosel denso y homogéneo, que evite al máximo el paso de la luz a los estratos inferiores por las hierbas, ya que puede darse el caso de una variedad de baja estatura que produzca abundante follaje y por tanto compita mejor que una variedad alta (Cosser et al., 1997). 7.4 y = -0.0016x2 + 0.3123x - 7.8198 R2 = 0.9602 Longitud del coleóptilo (cm) 7.3 7.2 7.1 7 6.9 6.8 75 80 85 90 Altura de planta (cm) 95 100 105 Figura 2. Asociación entre altura de planta y longitud de coleóptilos en 414 genotipos de trigo harinero y cristalino. En el Cuadro 1 se presenta la comparación de medias entre trigos cristalinos y harineros. Los trigos cristalinos registraron coleóptilos más largos que los harineros (p≤0.05) lo cual concuerda con los resultados obtenidos por Trethowan et al. (2001). Esta asociación se debe a la relación positiva que existe entre el peso de mil granos con la longitud del coleóptilo ya que los trigos cristalinos generalmente poseen granos de mayor peso que los harineros. Cuadro 1. Comparación de medias de longitud de coleóptilo de genotipos de trigo harinero y cristalino. Tipo trigo Longitud de coleóptilo (cm) Cristalino Harinero DSH Área foliar 8.5 a 7.1 b 0.4 El rápido cubrimiento del suelo por el dosel es un carácter deseable en las etapas tempranas de crecimiento en áreas de baja precipitación. Un rápido crecimiento del dosel reduce la evaporación de la superficie del suelo, aumentando la eficiencia en el uso del agua del cultivo (Richards et al., 2002). En condiciones más favorables, el rápido crecimiento del dosel incrementa la competitividad del cultivo con la malezas por la intercepción de luz (Lemerle et al., 2001). Además, Van den Boogaard et al. (1996b) mostraron que un rápido crecimiento del área foliar en trigo está correlacionado positivamente con biomasa área y rendimiento de grano. En el Cuadro 2 se presentan el largo, ancho y área foliar promedio de las tres primeras hojas de 38 genotipos de trigo cristalino. El largo de la primera hoja varió de 7 a 9.1 cm, el de la segunda de 9.5 a 12.3 y el de la tercera de 12 a 15.8 cm. La media de ancho de las tres hojas fluctuó entre 0.4 y 0.5 cm. El área foliar promedio de las tres primeras hojas estuvo en el rango de 2.7 a 5.8 cm2. Cuadro 2 Medias de las características de vigor de plántulas, en 38 genotipos de trigo cristalino. Carácter Medias Des.est Mínimo Máximo Largo H1 (cm) 8.1 0.6 7 9.1 Ancho H1 (cm) 0.4 0.0 0.3 0.4 AF H1 (cm2) 2.7 0.3 2.1 3.3 Largo H2 (cm) 10.7 0.7 9.5 12.3 Ancho H2 (cm) 0.4 0.0 0.3 0.5 AF H2 (cm2) 3.8 0.4 3 4.6 Largo H3 (cm) 14.1 1.1 12 15.8 Ancho H3 (cm) 0.5 0.0 0.4 0.6 AF H3 (cm2) 5.8 0.7 4.6 7.2 H1=hoja1; H2=hoja2; H3=hoja3; AF= área foliar En el Cuadro 3 se presentan las medias de las características de las hojas de las plántulas de 376 genotipos de trigo harinero; el largo de la primera hoja varió de 5.3 a 11.7, el de la segunda de 7.5 a 16.7 y el de la tercera de 9.7 a 19 cm. La media del ancho de las tres hojas fue similar a la de los trigos cristalinos entre 0.4 y 0.5 cm. El área foliar fluctuó entre 2.6 cm2 para la primera hoja y 6.6 cm2 para la tercera hoja. Cuadro 3 Medias de las características de vigor de plántulas, en 376 genotipos de trigo harinero. Desviación Carácter Medias estándar Mínimo Máximo Largo H1 (cm) 7.8 0.8 5.3 11.6 Ancho H1 (cm) 0.4 0 0.3 0.6 AF H1 (cm2) Largo H2 (cm) Ancho H2 (cm) 2.6 11.1 0.4 0.4 1.1 0 1.2 7.5 0.3 4 16.7 0.5 AF H2 (cm2) Largo H3 (cm) Ancho H3 (cm) 4.1 14.6 0.5 0.6 1.4 0 2.2 9.7 0.4 6.1 19 0.6 AF H3 (cm2) 6.2 1 3.3 9.4 H1=hoja1; H2=hoja2; H3=hoja3; AF= área foliar. El desarrollo rápido del área foliar y la biomasa sobre el suelo, denotado como vigor inicial, contribuye a una alta producción debido al sombreo de la superficie del suelo que reduce la evaporación y deja más agua disponible para el cultivo. El mayor vigor inicial puede aumentar la eficacia estacional del uso del agua de la cosecha en alrededor del 25% (Siddique et al., 1990), y se reconoce como una alternativa de selección para mejorar la producción bajo estrés del agua (Botwright et al., 2002; Richards et al., 2002). En ambientes más favorables, el vigor inicial puede ser beneficioso porque incrementa la competitividad de la planta contra malas hierbas, dando por resultado menos necesidad de uso de herbicidas (Lemerle et al., 2001). El vigor inicial del trigo es menor al de otros cereales como la cebada (López-Castañeda et al., 1996). Sin embargo, no se han hecho estudios entre las características de vigor inicial entre trigos harineros y cristalinos. Al comparar el área foliar de estas dos especies no se obtuvieron diferencias significativas en este carácter (Cuadro 4). Cuadro 4. Comparación de medias de área foliar de genotipos de trigo harinero y cristalino. Tipo trigo Área foliar cm2 Cristalino 3.7 a Harinero 4.0 a DSH 0.45 El área foliar promedio de las tres hojas tuvo correlación significativa con el largo del coleóptilo tanto en trigos harineros como en cristalinos; esta asociación significa que en ambos tipos de trigo los genotipos con coleóptilos largos presentan mayor área foliar. En la Figura 3 se observa que para los trigos harineros por cada centímetro que se incremente el coleóptilo el área foliar promedio de las tres hojas aumenta en 0.0908 cm2. Área foliar tres hojas (cm2) 4.4 y = 3.3936 + 0.0908x R2 = 0.7849 4.3 4.2 4.1 4.0 3.9 3.8 3.7 3.6 4.0 entre el área5.0 6.0 las tres hojas con 7.0 la longitud del 8.0coleóptilo en Figura 3. Relación foliar promedio de trigos harineros. Longitud de coleóptilo (cm) 9 En la Figura 4 se observa que para los trigos cristalinos por cada centímetro que se incrementa el coleóptilo, el área foliar promedio de las tres primeras hojas aumenta en 0.1953 cm2 4.2 Área foliar tres hojas (cm2) y = 2.2011 + 0.1953x R2 = 0.9531 4.0 3.8 3.6 3.4 3.2 3.0 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 Longitud del coleóptilo (cm) Figura 4. Asociación entre la longitud del coleóptilo y el área foliar promedio de las tres primeras hojas en trigos cristalinos. CONCLUSIONES En el carácter longitud del coleóptilo el rango más frecuente de los 414 genotipos evaluados fue de 7.1 a 9 cm. Este carácter correlacionó significativa y positivamente con área foliar y altura de planta. Los trigos cristalinos poseen coleóptilos más largos que los harineros. AGRADECIMIENTOS Los autores expresan su agradecimiento a la Fundación Guanajuato Produce, A.C. por el financiamiento parcial de los trabajos de investigación Proyecto 482/08 que condujeron a la elaboración de este trabajo. LITERATURA CITADA Beharev, A., A. Cahaner, and M.J. Pinthus. 1998. Genetic correlations between culm length, grain yield and seedling elongation within tall (rht1) and semidwarf (Rht1) spring wheat (Triticum aestivum L.). Euro. J. Agric. 9:35–40. Chastain, T.G., K.J. Ward, and D.J. Wysock. 1995. Stand establishment responses of soft white wheat to seedbed residue and seed size. Crop Sci. 35, 213-218. Coleman, R.K., G. S. Gill and G. J. Rebetzke. 2001. Identification of cuantitative trait loci for traits conferring weed competitiveness in wheat (Triticum aestivum L.). Australian Journal of Agriculture Research 52 (12): 1235-1246. Cosser, N. D., M. T.Gooding, W. P. Davies, A. J. Thompson, and R. J. Froud-Williams. 1997. Cultivar and Rht gene influence on the competitive ability, yield bread-making, qualities of organically grown winter wheat. Aspects of Applied Biology, 50, Optimising cereal imputs: Its scientifica basis. pp 39-52. Dingkuhn, M., D. E. Johnson, A. Sow, and A. Y. Audebert. 1999. Relationship between upland rice canopy characteristics and weed competitiveness. Field Crops Res. 61: 71-95. Hoogendoorn, J, J.M Rickson and M.D. Gale. 1990. Differences in leaf end stem amatomy related to plant height of tall and dwarf wheat (Triticum aestivum L.) Journal of Plant Physiology. 136: 72-77. Lemerle, D., B. Verbeek, R. D. Cousens, N. E. Coombes. 1996. The potential for selecting wheat varieties strongly competitive against wedds. Weed Research. 36:505-513. Lemerle D, B. Verbeek, and B. Orchard. 2001. Ranking the ability of wheat varieties to compete with Lolium rigidum. Weed Research 41, 197-209. López-Castaneda C, R. A. Richards, G. D. Farquhar, R. E. Williamson. 1996. Seed and seedling characteristics contributing to variation in early vigor among temperate cereals. Crop Sci 36: 1257–1266. Moldenhauer, W.C., W.D. Kemper, and B.A. Stewart. 1994. Long-term effects of tillage and crop residue management. pp. 55-60. In: B.A. Stewart y W.C. Moldenhauer (eds.). Crop residue management to reduce erosion and improve soil quality. Conservation Research Report 37. United States Department of Agriculture-Agricultural Research Service. Beltsville, MD. Rebetzke, G. J. and R. A. Richards.1999. Genetic improvement of early vigour in wheat. Aust. J. Agric. Res. 50, 291-301. Rebetzke, G. J., R. A. Richards, V. M. Fischer, and B. J. Micklelson. 1999. Breeding long coleoptile, reduced height wheats. Euphytica 106: 159-168. Richards, M. C., D. H. K. Davies. 1991. Potential for reducing herbicide inputs/rates with more competitive cereal varieties. Proccedings of Brigton. Crop Protection Conference-Weeds. 12371240. Richards, R.A 1992. The effect of dwarfing genes in spring wheat in dry environments. 1. Agronomic Characteristics. Aust. J. Agric. Res. 43, 517-527. Richards, R. A. G. J. Rebetzke, A. G. Condon and F. Van Herwaarden. 2002. Breeding opportunities for increasing the efficiency of water use and crop yield in temperate cereals. Crop Sci. 42:111-121. Roldán A., J.R. Salinas G., M.M. Alguacil, F. Caravaca. 2006. Solil sustainability indicators following conservation tillage practices under subtropical maize and bean crops. Soil Tillage Res. 93: 273-282. Siddique K. H. M., D. Tennant, M. W. Perry and R. K. Belford. 1990. water use and use efficiency of old and modern wheat cultivars in a Mediterranean type environment. Aust J. Agric. Res. 41: 431-447. Steege, M.W., F. M. den Ouden, H. Lambers, P. Stam, and A. J.M. Peeters. 2005.Genetic and Physiological Architecture of Early Vigor in Aegilops tauschii, the D-Genome Donor of Hexaploid Wheat. A Quantitative Trait Loci Analysis. Plant Physiology. 139: 1078–1094. Tanaka, D. L.1985. Chemical and stubble-mulch fallow influences on seasonal soil water contents. Soil Sci. Soc. Am. J. 49:728-733. Terrones-Rincón, T. R. L., C. Mejía A, y H. García N. 2000. Índices agroclimáticos Guanajuato. Publicación Técnica Núm. 2. SAGAR, INIFAP, CIRCE, CEBAJ. 111 p. Tiscareño, L. M., A. D. Baéz, G., V.M. Velázquez, K. N. Potter, J. J. Stone, , M. Tapia V. y R. Claverán, A. 1999. Agricultural research for watershed restoration in central Mexico.Journal of soil and water conservation. Vol. Núm. 54 No.4.pp.686-692. Trethowan, R. M., R. P. Singh, J. Huerta-Espino, J. Crossa and M. van Ginkel 2001. Coleoptile length variation of near-isogenic Rht lines of modern CIMMYT bread and durum wheats. Field Crops Research. 70: 167-176 Unger, P.W. and Wiese, A.F. 1979. Managing irrigated winter wheat residues for water storage and subsequent dryland grain sorghum production. Soil Sci. Soc. Am. J. 43:582-588. Van den Boogaard, R., M. De Boer, E.J. Veneklaas, and H. Lambers. 1996. Relative growth rate, biomass allocation pattern and water use efficiency of three wheat cultivars during early ontogeny as dependent on water availability. Physiologia Plantarum 98:493-504. Zadoks J.C., T.T. Chang, and C. F. Konzak. 1974. A decimal code for the grown stages of cereals. Weed Research 14: 415-421. Wicks, G. A., P. T. Nordquist, G. E. Hanson, J. W. Schmidt 1994. Influence of winter wheat (Triticum aestivum) cultivars on weed control in sorghum. Weed Science 42 (1) 27-34.