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INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD EN LA INTENCIÓN DE CONSUMO DE ALCOHOL DE LOS JÓVENES: IMPLICACIONES PARA GESTORES PÚBLICOS Y PUBLICISTAS JOAQUÍN ALDAS MANZANO, MARÍA JOSÉ MIQUEL ROMERO, FRANCO MANUEL SANCHO joaquin.aldas@uv.es, maria.j.miquel@uv.es Universidad de Valencia RESUMEN Por todos es reconocida la influencia de la publicidad sobre el comportamiento del consumidor, motivo por el cual, la publicidad dirigida a niños y adolescentes está fuertemente regulada. Tomando como referencia el patrón de influencia propuesto por Grube y Wallack (1994), en el presente trabajo se analiza en qué medida la publicidad de bebidas alcohólicas, dirigida al público objetivo adulto, influye en la intención de consumo de los jóvenes, determinando sus creencias respecto al consumo de alcohol. Los resultados muestran, de forma distinta a lo obtenido en el modelo de Grube y Wallack (1994), que la publicidad es una herramienta directa y determinante de la intención de consumo de alcohol en el colectivo estudiado PALABRAS CLAVE Alcohol, publicidad, jóvenes, intención de consumo, expectativas JOAQUÍN ALDAS MANZANO, MARÍA JOSÉ MIQUEL ROMERO, FRANCO MANUEL SANCHO 1. Introducción El estudio del efecto de la publicidad sobre los consumidores ha sido un tema profundamente estudiado, tanto desde el punto de vista académico como práctico. El hecho de que el receptor de la misma (voluntaria o involuntariamente) sea un niño, ha generado un especial interés entre los profesionales, los investigadores y los gobiernos; cada uno de ellos con intereses dispares y, a veces, contrapuestos. Por un lado, los gobiernos o reguladores han detectado una especial ingenuidad e indefensión de los niños ante los estímulos publicitarios, cuestión que les ha llevado a promulgar una normativa específica que rige estas prácticas cuando el público objetivo es este colectivo 1 . Por su parte, los profesionales, tanto del campo publicitario en particular como del marketing en general, valoran el negocio potencial de llegar a este público juvenil, por lo que los réditos futuros que un joven consumidor puede reportar a la empresa les motiva a estudiar sus procesos de decisión y factores de influencia. Por último, en el mundo académico se han estudiado principalmente tres ámbitos de influencia de la publicidad sobre los niños (León, 1996): el primero relacionado con su influencia sobre los valores y aspiraciones de los menores, el segundo relacionado con el procesamiento cognitivo de la interacción anuncios publicitarios-niños, y en último lugar, la influencia en términos de compra de la presión publicitaria. En vista de lo expuesto, parece evidente que el niño/adolescente es un objetivo especialmente importante a la hora de estudiar los efectos de la publicidad. El interés por este público crece exponencialmente si nos referimos a determinado tipo de productos, como pueden ser el tabaco o el alcohol. Aunque intrínsecamente se trate de productos distintos, tienen una base común, en la medida en que ambos generan adicción y provocan enfermedades. Prueba de ello son las estrictas políticas gubernamentales destinadas a reducir y/o prohibir su consumo y/o venta. En esta línea, a principios de este año se presentó el Anteproyecto de Ley de medidas sanitarias para la protección de la salud y la prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2007a), motivado por el importante aumento del consumo de alcohol por menores de edad, su inicio a edades cada vez más tempranas, así como el consumo cada vez mayor de mayor cantidad de alcohol en cortos períodos de tiempo. Según el Ministerio de Sanidad y Consumo (2007a), el consumo de alcohol se ha banalizado y ha disminuido la percepción del riesgo que trae asociado su consumo. Los motivos básicos que se apuntan son el mayor acceso que tienen los menores a las bebidas alcohólicas, así como la proliferación de los estímulos a su consumo. En este segundo grupo de motivos cabe incluir la publicidad, aún teniendo en cuenta que por ley, no puedan ser destinatarios de la misma los menores de edad. Si bien son muchos los trabajos que han demostrado la asociación entre mensajes persuasivos a través de los medios de comunicación (publicidad de bebidas alcohólicas) y decisión de consumo por parte de la gente joven (Atkin, Hocking y Bolck, 1984; Adlaf y Kohn, 1989; Robinson, Chen y Killen, 1998; Wallack, Cassady y Grube, 1990; Collins, Schell, Ellickson y McCaffrey, 2003), poco se ha investigado sobre cómo estos mensajes afectan a su toma de decisiones. A partir de esta reflexión, el propósito del presente trabajo es analizar cómo y en qué medida la publicidad de bebidas alcohólicas influye en la intención de consumo por parte de los jóvenes. 2. Revisión bibliográfica y planteamiento de hipótesis 2.1. Legislación relativa a la publicidad de bebidas alcohólicas y jóvenes Las normas fundamentales que, a nivel estatal, rigen la publicidad de alcohol son básicamente dos: la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad y la Ley 25/1994, de 12 de julio, por la que se incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva 89/552/CEE. La primera ley (de 11 de noviembre, 1988), en su artículo 8.1 prohíbe la publicidad televisiva de bebidas alcohólicas de graduación superior a 20 grados centesimales y alcoholes destilados (como brandy, whisky, ron o ginebra), quedando fuera bebidas de alcohol fermentado como son cerveza y vino. Por otro lado, el artículo 8.5 prohíbe la publicidad de alcohol en lugares donde esté prohibida su 1 Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad; Ley de Televisión sin Fronteras 1994/1999 2 INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD EN LA INTENCIÓN DE CONSUMO DE ALCOHOL DE LOS JÓVENES: … venta/consumo, lo que impide su presencia en recintos deportivos. En último lugar, el artículo 11 prohíbe la publicidad encubierta de alcohol en prensa, radio y televisión. La segunda ley (de 12 julio, 1994), su prohíbe cualquier forma directa o indirecta de publicidad o televenta de bebidas con graduación mayor a 20º centesimales (artículo 10.1). Dado que el emplazamiento del producto (product placement) no es considerado publicidad, queda exento de esta prohibición, de la misma manera que la publicidad en forma de patrocinio de eventos deportivos organizados por terceros. Adicionalmente, su artículo 15.2 prohíbe el patrocinio de programas de televisión por parte de personas físicas o jurídicas cuya actividad principal sea la fabricación o venta de productos o la realización de servicios cuya publicidad esté prohibida. Además, la publicidad y televenta de bebidas alcohólicas: (a) no podrán estar dirigidas específicamente a las personas menores de edad ni, en particular, presentar menores consumiendo dichas bebidas, (b) no deberán asociar el consumo de alcohol a una mejora en el rendimiento físico o de la conducción de vehículos, ni dar la impresión de que el consumo de alcohol contribuye al éxito social o sexual, ni sugerir que las bebidas alcohólicas tienen propiedades terapéuticas o un efecto estimulante o sedante, o que constituye un medio para resolver conflictos, (c) no deberán estimular el consumo inmoderado de bebidas alcohólicas u ofrecer una imagen negativa de la abstinencia o de la sobriedad, ni subrayar como cualidad positiva de las bebidas su contenido alcohólico. Aunque paralizado en estos momentos, en Febrero de 2007 apareció el Anteproyecto de ley de medidas sanitarias para la protección de la salud y la prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2007a), motivado por la necesidad de prevenir y reducir el consumo de alcohol entre los menores de edad. Este anteproyecto de ley es sumamente restrictivo en materia publicitaria. Entre lo más destacable cabe citar que prohíbe cualquier publicidad, directa o indirecta, o patrocinio de bebidas alcohólicas dirigido a los menores de edad, así como la publicidad que se realice en lugares donde esté prohibida su venta y consumo. También establece restricciones horarias para la emisión de publicidad sobre bebidas alcohólicas en radio y televisión, no pudiéndose emitir anuncios de cualquier tipo de bebida alcohólica entre las 6 de la mañana y las 22 horas, tanto en televisión como en radio. En lo referente a medios impresos, queda prohibido todo tipo de publicidad en aquellos que vayan dirigidos expresamente a menores. En el resto, no se podrá insertar publicidad ni en la portada y contraportada, ni en las secciones de deportes y pasatiempos, ni en aquellas dirigidas a menores de 18 años. Asimismo, queda prohibida la inserción de publicidad en medios de transporte de uso público y estaciones, puertos y aeropuertos; centros sanitarios, sociosanitarios y de servicios sociales; salas de teatro, cine y otros espectáculos públicos durante las proyecciones o representaciones a las que pueden acceder menores; salas de fiesta y discotecas durante el periodo de tiempo en el que está permitida su entrada, así como la instalación de carteles u otro tipo de soportes a una distancia inferior a 500 metros lineales de centros educativos o de atención a menores. Además de las leyes que forman parte del ordenamiento jurídico español, los acuerdos internacionales firmados por España en este campo son principalmente dos (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2007b y c): La Declaración Los Jóvenes y Alcohol, Conferencia Ministerial Europea de la OMS (Estocolmo, Febrero 2001) y la Recomendación del Consejo 2001/458/CE, de 5 de junio de 2001, Diario Oficial de las Comunidades Europeas. La Declaración de la OMS de Estocolmo de 2001(Ministerio de Sanidad y Consumo, 2007b), recoge la actual situación de los ambientes juveniles, las nuevas tendencias de los patrones de consumo de alcohol, así como las consecuencias negativas de este consumo. A partir de ello propone, por un lado, reducir las presiones a beber en la gente joven, especialmente en lo relativo a las promociones de alcohol, patrocinio y disponibilidad; por otro, se compromete a proveer protección juvenil, y además, plantea “intensificar medidas para proteger a niños y adolescentes a la exposición, promoción y esponsorización de alcohol, asegurando que los fabricantes no destinen los productos de alcohol a niños ni adolescentes” (artículo 2). Por su parte, la Recomendación del Consejo de la UE de 2001 (Ministerio de Sanidad y consumo, 2007c) versa sobre el consumo de alcohol entre niños y adolescentes en el ámbito de la Unión 3 JOAQUÍN ALDAS MANZANO, MARÍA JOSÉ MIQUEL ROMERO, FRANCO MANUEL SANCHO Europea. Reconoce que la autorregulación, en término de publicidad de alcohol, se aplica en la mayoría de los países miembros; sin embargo, plantea que las instituciones normativas o autorreguladoras deberían fomentar la cooperación entre productores y distribuidores para evitar acciones como el diseño y promoción de bebidas alcohólicas dirigida a niños y adolescente, la relación de este tipo de productos con el estilo y cultura juveniles, el uso de jóvenes como modelos publicitarios, las insinuaciones de éxito social, sexual o deportivo o el patrocinio de eventos deportivos o musicales, o aquellos a los que asistan como espectadores un número importante de jóvenes, entre otras. Contrario a lo que recoge la Recomendación del Consejo de la UE, el informe de la Asociación de Usuarios de la Comunicación, de mayo de 2004, sobre la regulación de la publicidad de bebidas alcohólicas (Asociación de Usuarios de la Comunicación, 2004) expone que esta normativa básica se incumple de forma sistemática. Respecto a la presencia de publicidad de alcohol de más de 20º en los medios, se hace especial referencia a la presencia de publicidad en programas de radio con un público mayoritariamente juvenil, como son las radiofórmulas (eg. Los Cuarenta Principales), así como en otros con una importante audiencia juvenil, como son los programas deportivos (eg. Carrusel Deportivo). En lo referente al contenido de dichos mensajes publicitarios, estos reafirman los valores positivos del consumo (sociabilidad, liderazgo, alegría, estilo o aventura, entre otros), emplean a los jóvenes como grupo de referencia, y la música tiene una importancia capital (gran paralelismo con los videoclips). Todo este conjunto de normas a las que se ve sometida la publicidad de bebidas alcohólicas en el contexto español no hacen más que poner de manifiesto la poderosa influencia que se le atribuye a esta herramienta de comunicación sobre el comportamiento de los consumidores. 2.2. Estudios desarrollados sobre los efectos de la publicidad de alcohol: Planteamiento de hipótesis El interés por estudiar los efectos de la publicidad de bebidas alcohólicas no es exclusivo del campo del marketing, pudiéndose identificar dos corriente de trabajo. La primera, basada principalmente en la Teoría Económica, analiza la relación, en términos agregados, entre nivel de inversión publicitaria y los ingresos por ventas a nivel empresarial o sectorial. Ejemplos de esta corriente, en el sector de bebidas alcohólicas, son la revisión de Calfee y Scheraga (1994) y los trabajos de Duffy (1989), Saffer (1991), Ambler (1996), Ambler, Broadbent, y Feldwick (1998), Nelson y Young (2001), Nelson (2005) o Dorsett y Dickerson (2004), entre otros. Esta línea de investigación, basada en métodos econométricos, presenta diversas limitaciones, entre las que cabe destacar tres (Hastings, Anderson, Cooke y Gordon, 2005). En primer lugar, su falta de capacidad para estudiar el efecto específico de publicidad de alcohol sobre algún subgrupo, como podrían ser los jóvenes, dado el estudio “agregado” de la demanda; en segundo lugar, el considerar el gasto en publicidad como un indicador de la eficacia publicitaria, olvidando elementos como el medio o la creatividad; y en tercer lugar, el centrarse exclusivamente en el nivel de consumo, sin tener en cuenta otros aspectos como son el conocimiento de la bebida alcohólica por parte del consumidor, sus actitudes o comportamientos. Estas limitaciones conceptuales son precisamente las que han contribuido en gran medida al desarrollo de una segunda línea de investigación centrada en el consumidor. Las teorías y metodologías que han permitido nutrir esta corriente provienen básicamente de la Psicología, Psicología Social y el Marketing. Su enfoque más micro ha permitido profundizar en el estudio de los efectos de la publicidad sobre los jóvenes de una forma más natural. En este ámbito, uno de los primeros trabajos en los que se relaciona la exposición a la publicidad, la intención de consumo de alcohol y el consumo en sí a nivel individual, dentro del colectivo de los jóvenes, es el trabajo de Atkin, Hocking, y Bolck (1984). A éste le han seguido otros, como el de Fleming, Thorson y Atkin (2004), Jernigan, Ostroff, Ross y O'Hara (2004) o Miller (2005). Desde un enfoque más amplio, pero ubicado en esta misma corriente de investigación, empiezan a aparecer trabajos que se interesan por la complejidad de los procesos comunicativos y de consumo, en consumidores caracterizados por ser heterogéneos. Bajo esta perspectiva, la publicidad se concibe como un factor más de influencia sobre el consumidor, junto a otros como puede ser el contexto social (León, 1996). Los estudios desarrollados bajo esta línea, se basan en el modelo 4 INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD EN LA INTENCIÓN DE CONSUMO DE ALCOHOL DE LOS JÓVENES: … cognitivo/afectivo/conductual, y estudian el proceso de consumo en su sentido más amplio: recolección de información, procesamiento interno, respuesta conativa. Uno de los trabajos pioneros en esta línea, en el ámbito de la publicidad de bebidas alcohólicas y jóvenes, es el de Grube y Wallack (1994). En dicho trabajo se plantea un modelo simple de procesamiento de información, en el que se pone de manifiesto que la simple exposición a la publicidad no es suficiente para causar cambios actitudinales y/o de comportamiento. Tomando como referencia este estudio se han desarrollado muchos otros, si bien centrados en aspectos más específicos (eg. Austin, Miller, Silva, Guerra y Geisler, 2002; Chen, Grube, Bersamin, Waiters y Keefe, 2005; Shim y Maggs, 2005; Austin, Chen, y Grube, 2006): todos ellos han analizado, por un lado, las diferentes etapas del proceso de decisión del individuo a la hora de consumir alcohol, o tener intención de hacerlo en el futuro, y la influencia que tiene sobre cada una de ellas los estímulos publicitarios empleados por las empresas; y por otro, la influencia sobre el consumo/intención de consumo de alcohol de determinadas variables como la aprobación paterna o de los amigos respecto al consumo de alcohol, o el consumo paterno y de los amigos. El punto de arranque del trabajo de Grube y Wallack (1994) es que, en un modelo de procesamiento de la información publicitaria, la publicidad tendrá efectos sobre el conocimiento, las creencias, las intenciones y el comportamiento sólo si se le atiende y se la recuerda. De ahí que haya que considerar, no sólo la simple exposición a la publicidad, sino que el individuo sea consciente de ésta. Esa conciencia de la publicidad quedará justificada, según los mencionados autores, a través del conocimiento de la marca y el conocimiento del eslogan propios del mensaje publicitario analizado. Esta base de partida permite plantear las dos primeras hipótesis de nuestro trabajo, que suponen la condición necesaria a cumplir para poder analizar del resto de relaciones, y que coinciden exactamente con las planteadas por Grube y Wallack (1994): H1.- Existe una relación positiva entre el recuerdo de la publicidad y el conocimiento de la marca. H2.- Existe una relación positiva entre el recuerdo de la publicidad y el conocimiento del eslogan. En el planteamiento inicial de Grube y Wallack (1994), la mayor conciencia o recuerdo de la publicidad de bebidas alcohólicas llevará al joven al generar creencias positivas sobre el consumo de alcohol, y a reducir las creencias negativas. Si analizamos los anuncios de bebidas alcohólicas que se emiten, en general, en cualquier medio de comunicación podemos fácilmente identificar la aceptación social que se propone de su consumo así como los valores con los que se relaciona sutilmente su consumo (éxito sexual, romance, aventura, sociabilidad, elegancia, fiesta,…), muchos de ellos explícitamente prohibidos por ley. Serán estos valores e ideas promulgadas las que favorezcan las creencias positivas sobre el consumo de alcohol y por tanto reduzcan las creencias negativas. Sin embargo, los resultados de su estudio sólo corroboraron la relación entre recuerdo de la publicidad y creencias positivas. Los autores no justifican en su trabajo la falta de relación entre recuerdo de la publicidad y creencias negativas. No obstante, si tenemos en cuenta que el contexto cultural de nuestra investigación y que el tipo de publicidad es totalmente distinto al utilizado en el estudio de Grube y Wallack (1994), y que nuestra legislación plantea la advertencia de “beber con moderación” en la publicidad de bebidas alcohólicas, creemos conveniente mantener la relación inicialmente propuesta por Grube y Wallack (1994), ya que de forma indirecta dicha advertencia permite intuir efectos negativos en el consumidor ante un consumo excesivo. A partir de aquí, proponemos las dos siguientes hipótesis: H3.- Existe una relación positiva entre el recuerdo de la publicidad y las creencias positivas que tiene el joven respecto al consumo de alcohol. H4.- Existe una relación negativa entre el recuerdo de la publicidad y las creencias negativas que tiene el joven respecto al consumo de alcohol. El segundo grupo de hipótesis tiene que ver con la relación entre las creencias sobre el consumo de alcohol y la intención de consumo. Según los mencionados autores, serán precisamente esas creencias sobre el consumo de alcohol las que influirán de forma directa sobre la intención de consumo, al ser las que predisponen al consumidor. La relación positiva propuesta entre creencias sobre el consumo de alcohol y consumo han sido, asimismo, puestas de manifiesto en distintos trabajos (Smith, Golgman, 5 JOAQUÍN ALDAS MANZANO, MARÍA JOSÉ MIQUEL ROMERO, FRANCO MANUEL SANCHO Greenbaum, y Christiansen, 1995; Williams y Clark, 1998; Christiansen, Smith, Roehling, y Goldman, 1989; Dunn y Yniguez, 1999; Fleming, Thorson, Atkin, 2004). No obstante, y al igual como ya se ha comentado respecto a la relación entre recuerdo de la publicidad y creencias negativas, más allá de la hipótesis planteada por Grube y Wallack (1994) no tenemos constancia de literatura específica que vincule las expectativas negativas y la intención de no consumir alcohol. Sin embargo, esta vinculación está implícita en los modelos clásicos generales de procesamiento de jerarquía de baja implicación (Krugman, 1965; Ray, 1973, 1982), en la que los cambios cognitivos, entre ellos las creencias, afectan directamente a los cambios conativos (intención de compra o comportamiento de hecho). Por ello asumimos las hipótesis iniciales de Grube y Wallack (1994): H5.- Existe una relación positiva entre las creencias positivas que tiene el joven respecto al consumo de alcohol y su intención de consumir alcohol. H6.- Existe una relación negativa entre las creencias negativas que tiene el joven respecto al consumo de alcohol y su intención de consumir alcohol. En la figura 1 quedan representadas las relaciones que hemos recogido en las hipótesis planteadas, y que en definitiva, forman parte del modelo inicialmente propuesto por Grube y Wallack (1994), si bien este último con el estudio de más variables y sus relaciones. FIGURA 1. Parte del modelo de Grube y Wallack (1994) utilizada en la presente investigación Conocimiento marca F2 Creencias positivas F4 H1(+) H5 (+) H3(+) Intención de consumo Conciencia publicidad F1 H4(-) H2(+) Creencias negativas F5 H6(-) Conocimiento eslogan F3 3. Metodología Para recoger la información que permitiese contrastar las hipótesis planteadas se optó por realizar encuestas auto-administradas. El universo se definió como individuos de 15 a 25 años y el método de muestreo seleccionado fue el de conveniencia, tratando de reflejar la diversidad socio-económica de los jóvenes de la ciudad en la que se desarrolló la investigación. Para ello las encuestas en cuestión se administraron en un colegio concertado, un instituto público y una universidad pública. El trabajo de campo se realizó entre Abril y Mayo de 2006, y en total de consiguieron 223 encuestas, si bien tras la depuración de los datos la muestra real con la que se pudo trabajar fue de 200 entrevistas válidas. Para recoger la información se reunió, en una sala, a los individuos objeto de análisis por grupos; tras explicarles de forma muy genérica los propósitos de la investigación y las instrucciones a seguir respecto a la cumplimentación del cuestionario, se les mostraba una imagen representativa de un anuncio televisivo de bebida alcohólica, sin hacer referencia al producto o marca de que se trataba; se 6 INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD EN LA INTENCIÓN DE CONSUMO DE ALCOHOL DE LOS JÓVENES: … le dejaba 10 segundos al entrevistado para que identificase el anuncio y, en caso afirmativo, indicara la marca del producto anunciado y el eslogan correspondiente. Este proceso se repitió cuatro veces más con cuatro anuncios de bebidas alcohólicas diferentes. Posteriormente y sobre una escala likert de ocho ítems y siete ítems respectivamente (véase cuadro 2), se midieron las creencias positivas y negativas respecto al consumo de alcohol. Por su parte, la intención de consumo se midió sobre una escala dicotómica Sí/No para cada uno de las bebidas alcohólicas consideradas, cerveza y licor, transformándose en una variable ordinal tal y como se indica en el cuadro 2. La última parte del cuestionario se reservó para las variables de clasificación edad y sexo. CUADRO 2 Escalas utilizadas en el modelo de medida Concepto Item Descripción Conciencia de la publicidad (Grube y Wallack, 1994) PUB1 Recuerdo del anuncio (ratio mostrados / recordados) PUB2 Recuerdo de la marca (porcentaje de aciertos) MAR1 Número de marcas de cerveza conocidas MAR2 Número de marcas de licores conocidos SLO1 Asociaciones correctas marca cerveza/ eslogan SLO2 Asociaciones correctas marca licor/eslogan POSI1 Ayuda a sentirse más relajado (Likert 1-4) POSI2 Ayuda a sentirse más amigable (Likert 1-4) POSI3 Ayuda a sentirse feliz (Likert 1-4) POSI4 Ayuda a pasárselo bien (Likert 1-4) POSI5 Ayuda a sentirse con más confianza (Likert 1-4) POSI6 Ayuda a expresar sentimientos más fácil (Likert 1-4) POSI7 Ayuda a sentirse más extrovertido (Likert 1-4) POSI8 Ayuda a sentirse mejor entre la gente (Likert 1-4) NEGA1 Daña la salud (Likert 1-4) NEGA2 Provoca resaca (Likert 1-4) NEGA3 Hace sentir fuera de control (Likert 1-4) NEGA4 Provoca peleas (Likert 1-4) NEGA5 Mete en líos con la policía (Likert 1-4) NEGA6 Provoca dolor de estómago (Likert 1-4) NEGA7 Lleva a hacer cosas de las que arrepentirse (Likert 1-4) CONS ¿Cuándo tengas edad, crees que intentarás beber cerveza/licores? 1 (no ambas); 2 (si cerveza no licores); 3 (si licores, no cerveza); 4 (si licores y cerveza) Conocimiento de marca (Grube y Wallack, 1994) Conocimiento de eslogan (Grube y Wallack, 1994) Creencias positivas hacia alcohol (Austin, Chen, y Grube, 2006) Creencias negativas hacia alcohol (Austin, Chen, y Grube, 2006) Intención de consumo (Grube y Wallack, 1994) 4. Resultados Los resultados se han estructurado de la siguiente forma. En primer lugar se ofrece la validación del instrumento de medida utilizado, comprobándose las principales propiedades psicométricas del mismo mediante un análisis factorial confirmatorio. A continuación se contrastan las hipótesis mediante un sistema de ecuaciones estructurales, planteándose un modelo revisado a partir de la reespecificación del modelo inicial de Grube y Wallack (1994). 4.1 Validación del instrumento de medida Para evaluar la fiabilidad y validez del instrumento de medida que sintetiza las relaciones hitopotetizadas, se siguieron varios pasos. En primer lugar se realizó una análisis factorial 7 JOAQUÍN ALDAS MANZANO, MARÍA JOSÉ MIQUEL ROMERO, FRANCO MANUEL SANCHO confirmatorio de las cinco variables latentes cuyas escala de medida se han descrito con anterioridad utilizando la estimación por máxima verosimilitud. Para conseguir la validez convergente fueron eliminados aquellos ítems cuyas cargas factoriales eran no significativas o inferiores a .60 (Bagozzi y Baumgartner, 1994; Bagozzi y Yi, 1988) o para los que el test de los multiplicadores de Lagrange sugería cargas significativas sobre un factor distinto del que eran indicadores (Hatcher, 1994). El modelo resultante se refleja en el cuadro 3. El valor de la Chi-cuadrado es significativa (χ2=171,80; gl=109; p<0,01), ahora bien cuando el tamaño de la muestra es grande, este test tiende a rechazar modelos que ajustan bien los datos por lo que es un indicador poco fiable (James, Mulaik y Brett, 1982). Además, el resto de indicadores específicos muestran un ajuste razonable (BBNFI=0,855; BBNNFI=0,925; CFI=0,940; IFI=0,942; RMSEA=0,05). Las cargas factoriales significativas y superiores en su práctica totalidad a 0,60 (Bagozzi y Yi, 1988) confirman la validez convergente del instrumento propuesto. Respecto a la fiabilidad, todos los α de Cronbach (Cronbach, 1951) son superiores al valor recomendado de 0,7 (Churchill, 1979), salvo el correspondiente al conocimiento del eslogan que es algo inferior. Dado que este coeficiente asume que los ítems están medidos sin error, lo que no es plausible, tiende a subestimar la fiabilidad (Bollen, 1989) por lo que el cuadro 3 ofrece también el índice de fiabilidad compuesta, que ofrece resultados muy similares, superior es para todos los factores al valor recomendado de 0,7 (Fornell y Larcker, 1981) salvo, de nuevo, el conocimiento del eslogan. La última columna ofrece la varianza promedio extraída, que es un indicador de la varianza capturada por un factor respecto a la varianza debida al error de medida (Fornell y Larcker, 1981). Este indicador, mucho más exigente, muestra que tres de los cinco factores están en el límite del criterio de un valor superior a 0,5 que es el recomendado por Fornell y Larcker (1981). Tomados en su conjunto, todos estos indicadores demuestran evidencias suficientes de fiabilidad del instrumento de medida. Para analizar la validez discriminante se han seguido dos procedimientos: (a) comprobar que el intervalo de confianza en la estimación de la correlación entre cada par de factores no incluye el valor 1 (Anderson y Gerbing, 1988) y (b) que la varianza promedio extraída para cada factor sea superior al cuadrado de la correlación entre cada par de factores (Fornell y Larcker, 1981). El cuadro 4 muestra como ambos criterios, pese a mostrar una cierta tensión entre los factores F1, F3 y F2, F3 nos permiten afirmar la validez discriminante del instrumento de medida propuesto. CUADRO 3. Instrumento de medida: Fiabilidad y validez convergente Factor F1. Conciencia publicidad F2. Conocimiento de marca F3. Conocimiento eslogan F4. Creencias positivas hacia el alcohol F5. Creencias negativas hacia el alcohol Indicador Carga Estandarizada Valor t PUB1 0,746 9.94 PUB2 0,966 12.44 MAR1 0,78 7.09 MAR2 0,733 8.38 SLO1 0,678 5.15 SLO2 0,708 5.33 POSI3 0,538 7.48 POSI5 0,778 11.84 POSI6 0,656 9.52 POSI7 0,659 9.56 POSI8 0,735 NEGA1 NEGA2 de Cronbach Fiabilidad Compuesta Varianza extraída promedio AVE 0,84 0,85 0,74 0,72 0,73 0,57 0,64 0,65 0,48 11.00 0,80 0,81 0,46 0,540 7.77 0,83 0,84 0,47 0,540 7.77 8 INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD EN LA INTENCIÓN DE CONSUMO DE ALCOHOL DE LOS JÓVENES: … NEGA3 0,689 10.51 NEGA4 0,877 14.73 NEGA5 0,796 12.80 NEGA7 0,592 8.63 χ (109 gl) = 171,8 (p<0,01); BBNFI=,855; BBNNFI=,925; CFI=,940; IFI=,942; GFI=,909; AGFI=,872; RMSEA=,054 2 **p<.01; *p<.05 CUADRO 4. Instrumento de medida: Validez discriminante F1 F2 F4 ** F5 ns 0,112 ns 0,672 -0,085 .76 0,690** -0,394** 0,231* [.442;.902] [.414;.966] .69 0,016 ns 0,170ns [-.245;.075] [-.574;.214] [-.234;.266] .68 -0,186* [-.042;.266] [.045;.417] [-.070;.410] [.348;.-.024] .68 0,469 F1 .86 F2 [.301;.637] F3 F4 F5 F3 ** ns **p<.01; *p<.05; no significativa Debajo de la diagonal: intervalo de confianza para la correlación entre factores Diagonal: raíz cuadrada de la varianza extraída Sobre la diagonal: correlación estimada entre los factores. 4.2. Contraste de hipótesis Evaluadas las propiedades psicométricas del instrumento de medida, se procedió a estimar el modelo estructural recogido en la figura 1 que sintetiza las hipótesis planteadas por Grube y Wallack (1994). Tras realizar la identificación del modelo, éste fue estimado por el método de máxima verosimilitud, utilizando EQS 6.1. Los resultados de la estimación del modelo inicial, como se comprueba en el cuadro 4, ponen de manifiesto ciertos problemas de ajuste a los datos (χ2 (130 gl) = 231,40 (p<0,01); BBNFI=,815; BBNNFI=,891; CFI=,908; IFI=,910; GFI=.888; AGFI=.853; RMSEA=,063). Este hecho, unido a que dos hipótesis centrales en el modelo de Grube y Wallack (1994), como son la influencia positiva de la conciencia de la publicidad sobre las creencias positivas hacia el alcohol (λ=0,133; p>0,05) y la influencia negativa de esa misma variable sobre las creencias negativas hacia el alcohol (λ=−0,120; p>0,05) no sean significativas, lleva a pensar que la aplicación de este modelo al contexto de los adolescentes españoles, exige de una necesaria adaptación cultural. CUADRO 4 Contraste de hipótesis modelo inicial HIPÓTESIS H1: Conciencia publicidadÆ(+) Conocimiento marca H2: Conciencia publicidadÆ(+) Conocimiento eslogan Carga Estandarizada Valor t 0.506** 4.37 ** 5.32 ns 1.62 0.726 H3: Conciencia publicidadÆ(+) Creencias positivas consumo alcohol 0.133 ns H4: Conciencia publicidad Æ(−) Creencias negativas consumo alcohol -0.120 H5: Creencias positivasÆ(+) Intención consumo 0.317** 4.09 ** -3.86 -0.313 H6: Creencias negativasÆ(−) Intención consumo 9 -1.42 JOAQUÍN ALDAS MANZANO, MARÍA JOSÉ MIQUEL ROMERO, FRANCO MANUEL SANCHO χ2 (130 gl) = 231,40 (p<0,01); BBNFI=,815; BBNNFI=,891; CFI=,908; IFI=,910; GFI=.888; AGFI=.853; RMSEA=,063 **p<.01; *p<.05; ns no significativa Como señalan MacCallum, Roznowsky y Necowitz (1992) la reespecificación de un modelo basada únicamente en criterios de mejora del ajuste, pueden desembocar en un modelo final no generalizable a la población ni a otras muestras. Por ello comenzamos identificando los parámetros que pudieran eliminarse del modelo, dado que es conceptualmente menos arriesgado que añadir nuevas relaciones (Bentler y Chou, 1987). El test de Wald (Bentler, 1989) sugirió eliminar las relaciones en que se habían concretado las hipótesis H3 y H4 antes comentadas. A continuación, los resultados del test de los multiplicadores de Lagrange (Bentler, 1989) mostraban reducciones significativas en la chi cuadrado cuando se añadían relacione causales desde el conocimiento de marca hacia, las creencias positivas y negativas hacia la publicidad y sobre la intención de consumo. Estas relaciones serían coherentes con el modelo de probabilidad de elaboración por ruta periférica (Petti y Cacioppo, 1983; Petti, Cacioppo y Schumann, 1983), donde las actitudes (creencias positivas y negativas) se crean o modifican sin una actividad cognitiva elevada de los beneficios, atributos, pros o contras de la marca, sino a aspectos positivos o negativos de la ejecución del anuncio que provocan su recuerdo. El recuerdo de marca se convierte en un intermedio necesario entre conciencia de la publicidad y actitudes. Planteadas estas modificaciones el modelo revisado (cuadro 5) muestra un ajuste mucho más razonable (χ2 (127 gl) = 190,87 (p<0,01); BBNFI=,848; BBNNFI=,930; CFI=,942; IFI=,943; GFI=.906; AGFI=.875; RMSEA=,049). Antes de proceder con el análisis de los resultados es importante evaluar si el modelo final posee validez nomológica para lo cual se ha seguido el procedimiento planteado por Anderson y Gerbing (1988) consistente en realizar un test sobre las diferencias en las chi cuadrado del modelo modificado (modelo estructural) y el modelo de medida. La no existencia de diferencias significativas entre ambas chi cuadrado indica que el modelo teórico ha sido capaz de hacer aflorar relaciones relevantes entre las variables latentes (Hatcher, 1994). La diferencia entre la chi cuadrado del modelo final de medida (χ2 (109 gl) = 171,8) y el modelo estructural final χ2 (127 gl) = 190,8) es de 19,0. La diferencia entre los grados de libertad es de 18. El valor crítico de la chi cuadrado con 19 grados de libertad es de 43.8 (p<0.001), por lo que la diferencia no es significativa, confirmando la validez nomológica del modelo propuesto. Se puede comprobar, como se ilustra en la figura 2, como las hipótesis que relacionaban en el modelo de Grube y Wallack (1994) la conciencia de la publicidad con el recuerdo de la marca (λ=0,453; p<0,01) y con el conocimiento del eslogan (λ=0,726; p<0,01) se contrastan positivamente. Como hemos apuntado, el conocimiento de la marca juega en el modelo revisado un papel central, al servir como variable mediadora o puente esencial para que la publicidad pueda influir sobre las creencias positivas (λ=0,246; p<0,05) o mitigar las negativas (λ=−0,393; p<0,01), esto es, incrementar motivaciones o reducir frenos. Las creencias modificadas por el recuerdo de la marca influyen con el signo esperado sobre la intención de consumo, contrastándose positivamente así las hipótesis originales del modelo de Grube y Wallack (1994), bien sean creencias positivas (λ=0,295; p<0,01) que incrementan la intención de consumo, como las negativas (λ=−0,213; p<0,01) que la reducen. Pero, de nuevo, el recuerdo de marca se muestra como un elemento central más allá del papel meramente marginal que le otorgaba el modelo mencionado. El mero recuerdo de marca es capaz de incrementar, por sí solo, la intención de consumo entre los jóvenes adolescentes (λ=0,270; p<0,01). CUADRO 5 Contraste de hipótesis modelo modificado HIPÓTESIS (Modelo inicial) H1: Conciencia publicidadÆ(+) Conocimiento marca H2: Conciencia publicidadÆ(+) Conocimiento eslogan Carga Estandarizada Valor t 0.453** 4.30 ** 4.11 0.946 10 INFLUENCIA DE LA PUBLICIDAD EN LA INTENCIÓN DE CONSUMO DE ALCOHOL DE LOS JÓVENES: … H3: Conciencia publicidadÆ(+) Creencias positivas consumo alcohol -- -- H4: Conciencia publicidad Æ(−) Creencias negativas consumo alcohol -- -- 0.295** 3.51 ** -2.57 Conocimiento de marcaÆ(+) Intención de consumo ** 0.270 2.88 Conocimiento de marcaÆ (−) Creencias negativas consumo alcohol -0.393** -2.57 H5: Creencias positivasÆ(+) Intención consumo -0.213 H6: Creencias negativasÆ(−) Intención consumo * Conocimiento de marcaÆ(+) Creencias positivas consumo alcohol 0.246 2.53 χ (127 gl) = 190,87 (p<0,01); BBNFI=,848; BBNNFI=,930; CFI=,942; IFI=,943; GFI=.906; AGFI=.875; RMSEA=,049 2 **p<.01; *p<.05; ns no significativa FIGURA 2. Modelo revisado Conocimiento marca F2 Creencias positivas F4 H1(+) H5 (+) Conciencia publicidad F1 Intención de consumo H6(-) H2(+) Conocimiento eslogan F3 Creencias negativas F5 Relación no hipotetizada en el modelo de Grube y Wallack (1994) 5. Conclusiones Que los niños son conscientes de la publicidad de bebidas alcohólicas y que dicha conciencia aumenta con la edad es algo fuera de toda duda (Aitken, 1989; Aitken, Leathar y Scott, 1988); asimismo, también se ha demostrado que la edad favorece el entendimiento de la publicidad de alcohol (Aitken, 1989; Aitken, Leathar y Scott, 1988; Aitken y Block, 1983; Waiters, Treno y Grube, 2001), y que la interpretación de los jóvenes de las representaciones mostradas en los anuncios de bebidas alcohólicas está positivamente relacionada con su deseo de emular a los individuos y los estilos de vida que se caracterizan en dichos anuncios (Austin y Knaus, 2000). Elementos como el humor o la narración de una historia, muy presentes en la publicidad de bebidas alcohólicas de nuestro país, se ha demostrado en influyen positivamente en el nivel de atractivo de la publicidad de bebidas alcohólicas, existiendo además una relación directa entre el nivel de agrado del anuncio y la intención de consumir la marca y producto anunciado (Chen, Grube, Bersamin, Waiters y Keefe,2005). Si a esto unimos el fácil acceso a la adquisición y consumo de bebidas alcohólicas que, en general, poseen los jóvenes, la relación publicidad-juventud y alcohol merece ser estudiada, especialmente si 11 JOAQUÍN ALDAS MANZANO, MARÍA JOSÉ MIQUEL ROMERO, FRANCO MANUEL SANCHO tenemos en cuenta el importante aumento de consumo de alcohol por parte de los menores de edad y los jóvenes en general en los último años (Ministerio de Sanidad y Consumo, 2007a). El presente estudio ha demostrado que el modelo clásico de Grube y Wallack (1994) tiene importantes limitaciones a la hora de reflejar la influencia de la publicidad y, en concreto, del recuerdo publicitario sobre la intención de consumo de alcohol en el colectivo de adolescentes, especialmente, en el entorno cultural español. Esta limitación aflora, principalmente, del papel marginal que el modelo atribuye al recuerdo de la marca, dado que, si bien plantea que debe estar condicionado por la conciencia de la publicidad, no le asigna influencia potencial alguna sobre la reducción de creencias negativas o incremento de las positivas. Nuestros resultados demuestran, sin embargo, que el recuerdo de marca se convierte en una variable mediadora esencial entre el recuerdo publicitario y la intención de compra, puesto que influye directamente sobre ésta y, además, es capaz de reducir frenos e incrementar motivaciones, es decir, tiene importantes implicaciones actitudinales. Estos resultados son acordes a los alcanzados en el estudio de Unger, Schuster, Zogg, Dent y Stacy (2003) en el que se puso de manifiesto una relación positiva entre recuerdo de las marcas de alcohol y consumo actual de alcohol entre adolescentes. Aunque en el modelo de Grube y Wallack (1994) era el recuerdo publicitario el que influía de forma positiva sobre las creencias positivas sobre el consumo de alcohol, los resultados obtenidos en nuestro estudio no muestran dicha relación. Bajo nuestro punto de vista, la falta de relación entre publicidad y creencias positivas puede justificarse por la presencia masiva e indiscriminada de estímulos relacionados con bebidas alcohólicas en muchos lugares y entornos frecuentados por la gente joven; serán estos estímulos los que favorezcan la aceptación social del producto y, por ende, las creencias positivas sobre su consumo, relegando a la publicidad a un segundo plano en cuyas imágenes se ratifica, simplemente, lo que el individuo ya ha aprendido a través de otros estímulos. Los resultados expuestos en el apartado anterior tienen importantes implicaciones para distintos colectivos. Desde la perspectiva de las administraciones públicas, se comprueba como las restricciones a la publicidad en medios masivos no son baladíes. La influencia significativa de la publicidad sobre el recuerdo de marca, facilita que éste incremente la probabilidad de consumo de alcohol entre el colectivo de adolescentes, bien directamente, bien incrementando las motivaciones que provocan las creencias positivas en el producto como reduciendo los frenos de las creencias negativas. Por lo tanto, aunque es obvio que la publicidad no es el único (ni probablemente el más importante) elemento socializador, debería ejercerse un autocontrol responsable por parte de los creativos sobre los roles que desempeñan los distintos actores en el anuncio e incluso plantearse una limitación más amplia en los medios y entornos que pueden albergar anuncios sobre el alcohol. Para los creativos publicitarios o los responsables de producto, se ha demostrado el papel marginal que tiene sobre el mecanismo de modificación de actitudes el recuerdo del eslogan pero, por otro lado, ha quedado demostrado que es esencial una táctica creativa que logre grabar en la mente del consumidor la marca. Dado que el procesamiento de estos anuncios parece ser periférico, la publicidad difícilmente deberá ser informativa; deberá tratar de asociar la marca a aspectos positivos de la táctica o ejecución del anuncio: música, personajes, situaciones que aparecen, colores, efectos especiales, etcétera. Referencias bibliográficas ADLAF, E.M. Y KOHN, P.M. (1989). “Alcohol, advertising, consumption and abuse: a covariance – structural modelling look at Strickland’s data”, Addiction, Vol. 84, nº 7, pgs. 749-757. AITKEN, C.K. Y BLOCK, M. (1983). “Effectiveness of celebrity endorsers”, Journal of Advertising Research, Vol. 23, pgs. 5761. AITKEN, P.P. 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