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Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China China en la construcción de nuevas relaciones internacionales Gabriela Correa López René Núñez Mejía Sobre los autores Gabriela Correa López: Profesora investigadora. UAM Iztapalapa. Departamento de Economía. México. gcl@xanum.uam.mx Líneas de investigación: Integración económica y comercio internacional, Desarrollo económico y políticas económicas sectoriales. México y la cuenca del Pacífico René Núñez Mejía: Nacionalidad mexicana. Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Maestro en Estudios Sociales (Línea de Economía Social) por la misma universidad. Cuenta con varios diplomados en diversas disciplinas. Tiene algunas publicaciones cuyo eje central es bienestar. Actualmente es catedrático en un par de universidades en México. Resumen En este trabajo se argumenta que la estrategia de largo plazo de la República Popular China (China) avanza en la construcción de una estructura mundial multipolar. El rol que ha jugado en la economía mundial después de la crisis de 2008, a la par de la intensificación de sus relaciones con otros países en desarrollo, ha resultado en una ampliación del reconocimiento a su papel en la construcción de nuevas relaciones internacionales. El fortalecimiento de ideas de soberanía y anhelos de desarrollo económico compartidas con otros países subdesarrollados, significa una fuerza relevante en el empuje para la construcción de nuevas relaciones internacionales, así como la consolidación de relaciones Sur – Sur. En este trabajo se analizan algunos elementos del debate sobre la experiencia china expresada en un modelo reproducible de desarrollo. En segundo lugar se valoran los elementos que consideran exitoso el posicionamiento de China como líder responsable y representante de otros países del Sur. Finalmente se hacen consideraciones sobre temas internacionales en los que China es cuestionada, así como ciertos retos sociales cuya persistencia cuestiona la idea de considerar a China un modelo a seguir. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China China en la construcción de nuevas relaciones internacionales Gabriela Correa López René Núñez Mejía 1. Introducción En este trabajo se argumenta que la estrategia de largo plazo de China avanza en la construcción de una estructura mundial multipolar, en la cual podría ganar espacios de negociación de sus intereses al interactuar con varios polos de poder económico, político y militar que se identifican con Estados Unidos, Unión Europea y Asia Pacífico. En la primera parte se discuten algunos de los argumentos que China ha incorporado en su discurso e intensificación de actividad económica internacional particularmente después de la crisis de 2008, la profundización de sus relaciones con otros países en desarrollo y su presencia internacional. Estos elementos pueden ser considerados base de una ampliación del reconocimiento a su papel en la construcción de nuevas relaciones internacionales. En la segunda parte del trabajo se revisan argumentos relacionados con el impacto que el fortalecimiento de ideas de soberanía y anhelos de desarrollo económico, compartidas con otros países subdesarrollados, tiene en la construcción de nuevas relaciones internacionales, así como la promoción de nuevas relaciones Sur – Sur. Finalmente, se hacen consideraciones sobre algunas cuestiones relacionadas con la confiabilidad en China como posible líder en ascenso y sobre retos económicos, sociales y políticos que parecen debilitar la idea de considerar a China un modelo a seguir. 2. La estrategia multipolar de China La indudable expansión económica de China la ha convertido en un importante agente en la economía mundial por sus repercusiones en mercados de materias primas y productos, Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China su capacidad financiera y la expansión de su presencia mediante acuerdos comerciales, de inversión, de ayuda económica, cooperación y apoyo internacional a asociados. La generosidad de China a sus asociados requiere solamente el reconocimiento explícito a la política de “una sola China”, con la correspondiente firme distancia hacia aquellos países que mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán. Este es el argumento de origen en el análisis de las relaciones internacionales de China, mantener el principio de integridad territorial respecto a sus áreas en disputa, ya sea en Taiwán, Tíbet o áreas conflictivas por movimientos de autonomía como Xinjiang. El intercambio comercial logrado con base en reducidos costos laborales así como todas las formas de incentivos y apoyos gubernamentales y dirección de la economía estatal, privada y de asociación es una de las caras más discutidas de China. El apoyo en organismos internacionales, construcción de relaciones beneficiosas a intereses propios y proyecciones de futuros promisorios son también contenido fundamental en el espacio internacional. China mantiene relaciones económicas importantes con Estados Unidos; su situación en la región de Asia Pacífico le significa una integración productiva profunda en un contexto de disputas históricas por el liderazgo y experiencias de conflictos y desconfianza mutua con Japón, República de Corea, Rusia y otros países. China ha logrado expandir su presencia en África y América Latina con acciones que llegan a ser calificadas de neocoloniales por la forma intensiva de abastecimiento de recursos productivos y naturales, desplazamiento de mercados locales de manufacturas y apoyo a regímenes cuestionados internacionalmente. Parte importante del éxito de esta expansión de la presencia internacional lo constituye la variedad de mecanismos económicos y particularmente políticos de asociación, que han significado para algunos países subdesarrollados apoyos que van desde la condonación de deudas y promoción de programas de cooperación hasta la formación de bloques de intereses para negociaciones en asuntos internacionales. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China China ha logrado así obtener apoyos para las negociaciones de sus intereses y en un efecto de arrastre beneficios para otros países asociados. Un futuro contexto con varios polos de poder económico, político y militar resultaría más sencillo de gestionar, que el enfrentamiento con Estados Unidos como el polo importante en materia internacional. Poco duró en el año 2009 la discusión de un G2 formado por China y Estados Unidos, sus conflictos y arreglos se degradaron a un asunto bilateral. Las tolerancias y concesiones mutuas son asuntos bilaterales que en efecto tocan aspectos internacionales, pero al menos en Europa, Asia Pacífico y el poco aprehensible mundo musulmán se mantienen intereses y principios externos a estas relaciones de China y Estados Unidos. Puede resumirse, la economía importa, pero en materia de relaciones internacionales el realismo se mantiene como un análisis poderoso para captar la amplia variedad de mecanismos que soportan el poder de un país. En materia económica el crecimiento de China ha incorporado una diversificación tanto en el origen como en el destino de su intercambio comercial en las últimas décadas. Así, las exportaciones de mercancías hacia países desarrollados se han reducido paulatinamente, al pasar de cerca de 90% a inicios de los noventa a poco más de 70% en 2009; mientras que la venta de mercancías hacia países en vías de desarrollo se ha incrementado, pasando de 10% a poco más de 20% en el mismo lapso (Banco Mundial, 2010). Respecto a las importaciones, se observa una tendencia en su comercio con un mayor sesgo hacia el Sur. En 1991, las mercancías compradas a los países desarrollados representaban cerca de 90% del total, en tanto que en 2009 apenas superaban el 60%. En contraste, en 1991 10% del total de sus mercancías importadas tenían su origen en países subdesarrollados, pero para 2009 esta cifra se incrementó hasta cerca de 30% (Ibíd.). Otro indicador poderoso es la inversión extranjera directa de salida que China ha impulsado en la última década logrando alcanzar niveles similares a los ya tradicionales flujos originados en Hong Kong. Resulta difícil identificar el destino de estos flujos en inversiones específicas en otros países subdesarrollados, pero las informaciones Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China gubernamentales bilaterales sobre la aprobación de enormes proyectos de inversión son comunes en la prensa de algunos países africanos, de América Latina y el Caribe e incluso en Australia y Canadá. Esta evolución comercial y de inversiones es un ejemplo de la estrategia de diversificación y obedece principalmente a la búsqueda por mercados y a un intento de distanciarse de su principal mercado de destino, así como expandir la presencia de China en otros países. En el proceso resulta exitoso construir relaciones comerciales y de negocios novedosas al mismo tiempo que partidarios para las negociaciones frente a organismos internacionales y temas globales. El argumento de reconocer la responsabilidad internacional considerando la etapa de desarrollo en la que cada país se encuentra ha resultado primordial en el distanciamiento de compromisos concretos. De cualquier manera, las relaciones internacionales de China en los últimos años, particularmente en sus relaciones con Estados Unidos, han reconfigurado la estructura geoeconómica y política mundial. Se ha discutido también sobre el siglo XXI como un siglo regido por Asia y liderado por China. Las posiciones son variadas pero en particular la de Manfred Mols resulta atractiva al argumentar al respecto, señala una serie de factores de índole económica, política y cultural que impedirán la asunción de Asia ―y por tanto de China― como la nueva hegemonía que guiaría los derroteros económicos mundiales. De lo que no hay duda, sostiene Mols, es que China juega un papel clave en la economía global, pero principalmente en el desarrollo de Asia Oriental. Esta ascensión como nueva hegemonía mundial ―que en geopolítica se leería como G2 para algunos o G3 para otros (Estados Unidos-Europa-China) ― ha significado, en los hechos, un contrapeso al poderío estadounidense, dejando un mayor rango de acción para otros países, y permitiéndoles a Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China éstos ―de una u otra manera― tener un rol más activo en las relaciones económicas mundiales (Archaya, 2011).1 No obstante que algunos ya consideran a China como una hegemonía, con grandes logros en materia económica, todavía puede considerarse un proceso de construcción con grandes retos en el futuro (Cheng, 2010; Yang, 2010). Sin embargo, todo parece indicar que en estas versiones oficiales se mantendrá la premisa que ha dado excelentes resultados: una fuerte intervención gubernamental en todos los ámbitos, coexistencia de diversas formas de propiedad: privada, mixta y estatal y la “dirección política correcta”, como afirman los documentos oficiales, es decir la del Partido Comunista Chino. 3. Las nuevas relaciones Sur-Sur El intercambio comercial chino con los países en vías de desarrollo, aunado a su anhelo de construir nuevas relaciones internacionales que le signifiquen nuevas capacidades de negociación, se expresan en el discurso sobre el deseo por buscar el fortalecimiento de soberanía y de desarrollo económico, anhelo que es compartido con otros países de características económicas similares. En esta nueva estrategia parece claro que uno de los objetivos es consolidar las nuevas relaciones globales Sur-Sur. Sin embargo, los datos muestran que no todas las regiones del Sur (los países en vías de desarrollo) son parte de esas nuevas relaciones comerciales chinas. En el periodo que va de inicios de la década de los noventa hasta fines de la década pasada (2009), China ha intensificado sus exportaciones de mercancías hacia países en vías de desarrollo de Europa, Asia Central y América Latina, en detrimento de las exportaciones hacia países de África del Norte, Medio Oriente, y en un menor grado a naciones de Asia del Este - Pacífico. Respecto a las importaciones, en el mismo periodo se ha incrementado la compra de 1 Sobre el debate de un G2 o G3, y sus implicaciones, véase por ejemplo Eichengreen y Tong, 2011; Mols, 2010; Kim et al., 2011. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China mercancías provenientes de países subdesarrollados de Asia del Este-Pacífico y América Latina, reduciendo las importaciones de Europa y Asia Central.2 Líneas atrás se había comentado que las importaciones de China provenientes de países desarrollados se habían reducido, ampliándose el porcentaje de las importaciones de los países en vías de desarrollo. Lo que sobresale de esa tendencia es, por una parte, que China parece haber integrado más a su economía a los países de Asia del Este-Pacífico, haciéndolos más dependientes de su crecimiento; y por la otra, a que en esta ampliación del intercambio comercial Sur-Sur se han expandido las relaciones con América Latina y otras naciones de Asia, pero no figura África ni Medio Oriente excepto como proveedores de materias primas, recursos naturales y energéticos. Es decir, en las nuevas relaciones SurSur que está conformando China parece haber espacio sólo para aquellos mercados que le resultan atractivos, aunque no desperdicia oportunidad de mantener buenas relaciones en conocimiento y comprensión cultural mutua, cooperación e intercambios personales. De cualquier forma, es claro que los chinos buscan ir más allá de estas nuevas relaciones Sur-Sur, pues han aprovechado la crisis económica mundial de 2008-2009 para promover su interpretación de un modelo de desarrollo. Al ser Estados Unidos el ícono por excelencia del modelo de desarrollo occidental, y dados los graves problemas de endeudamiento -y crecimiento- que enfrenta la nación americana, China ha tomado ventaja promoviendo una interpretación de su modelo de desarrollo como el arquetipo a seguir para muchas naciones del mundo -principalmente para los países del Sur-, nombrando a su modelo “socialismo al estilo chino” (Lam, 2008).3 Esta sutil estrategia diplomática también busca contrarrestar la teoría de la amenaza china en la región Asia-Pacífico y Europa, promoviendo con ello, al mismo tiempo, un nuevo orden multipolar. La activa diplomacia china tiene dos objetivos en esa estrategia: 2 Fuente: Banco Mundial (2010). En la práctica, China no sólo está buscando establecer amplias relaciones con los países del Sur, sino también con sus socios comerciales desarrollados. Una prueba de ello es la última reunión con la Casa Blanca en Washington, en la que se expresó el deseo de China por conjuntar esfuerzos para lograr una relación cooperativa, duradera y completa (a pesar de las pequeñas diferencias que han surgido entre ambos países) (Lam, 2011a). 3 Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China difundir los logros de la interpretación de su modelo y posicionarse no como un riesgo para el mundo, sino como una oportunidad. Por ello se insiste en la cooperación, ayuda desinteresada y respeto a asuntos domésticos con una vaga definición de contenidos y se ofrece el respaldo político en circunstancias comprometedoras (Lam, 2010). Un ejemplo reciente fue la cumbre del G-20 realizada en Seúl en noviembre de 2010, donde las propuestas de Hu Jintao giraron en torno a cuatro puntos: El primer punto es el crecimiento y promoción del desarrollo económico, considerando las circunstancias nacionales diferentes y las etapas de desarrollo de los países. El segundo es que la comunidad mundial debe promover comercio abierto y promover el desarrollo coordinado. Tercero: la comunidad mundial debe reformar el sistema financiero mundial y promover un desarrollo estable. Cuarto la comunidad mundial debe minimizar la brecha de desarrollo y promover desarrollo balanceado.4 4. Existencia y retos de un paradigma chino No hay debate sobre el alcance de la expansión económica de China, pero existe una amplia discusión sobre la existencia de un paradigma o modelo chino que sea reproducible en otras latitudes. La discusión retoma los esfuerzos recurrentes por encontrar los argumentos fundamentales en experiencias concretas e intentar su reproducción en otras economías. Así se ha discutido la expansión económica de Japón después de 1945, el crecimiento basado en exportaciones de los tigres asiáticos en los años 1970 y ahora la experiencia de China. Al debate sobre lo identificado incluso como el Consenso de Beijing se agrega el cuestionamiento al llamado Consenso de Washington como propuesta extrema neoliberal 4 Hu presents 4-point proposal at G20 summit. China daily. 13 November 2010. www.chindaily.com.cn Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China que ha operado cerca de treinta años en muchas economías subdesarrolladas. La cuestión fundamental debe abordar dos temas esenciales: la formalización de un modelo y el reconocimiento de las características particulares que hacen que tal sistema funcione. En términos prácticos discutir sobre la existencia de un modelo chino significa destacar algunos argumentos que la evolución económica de China ha experimentado desde el inicio de sus reformas y este ejercicio da paso a variadas expresiones.5 A pesar de los impresionantes logros en materia económica, el modelo chino enfrenta grandes retos en el mediano y largo plazo, los cuales podrían distinguirse en dos tipos: aspectos económicos y aspectos socio-políticos. a. Aspectos económicos Contrario a lo que sucedió en casi todo el mundo, la contracción de la economía China fue leve en el período posterior a la gravedad de la crisis de 2008-2009. Las políticas económicas fueron efectivas asociadas a políticas gubernamentales fiscales y monetarias, empero, la demanda interna, que fue esencial en la recuperación, deberá probar ser sostenible en el largo plazo (Global Crisis News, 2009), incorporando los identificados como desequilibrios sectoriales que proponen expandir el consumo doméstico como sustituto parcial a la demanda exterior. El mercado interno, que se ha expandido y fortalecido de manera notable y cuyo rol es cada vez más importante en el crecimiento del país, se acompañó de una política explícita de reducción de pobreza. En 1980, 73% de la población se encontraba por debajo de la línea de pobreza establecida por el Banco Mundial, pero este porcentaje se redujo dramáticamente, al registrar sólo 12% en 2005 (Correa, 2010). No obstante lo anterior, persisten y se recrean altos niveles de desigualdad entre regiones y entre zonas urbanas y rurales. La participación de ingresos salariales ha perdido participación en el producto frente al aumento de ganancias empresariales e ingresos 5 Chen Minglu y David S Goodman. (2010). El modelo chino: un país, seis autores. CELAO, Universidad de Guadalajara, México. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China fiscales. Las investigaciones empíricas muestran que las provincias del este del país han registrado un mayor aumento de ingresos comparado con el resto del país (Cai y Meiyan, 2011). Se genera entonces un círculo vicioso que refuerza la desigualdad, pues hogares ubicados en localidades rurales con elevada desigualdad experimentaron significativamente menores crecimientos en su ingreso (Dwayne et al., 2010). b. Aspectos socio-políticos La persistencia de problemas de desigualdad social y de bajo poder adquisitivo de gran parte de la población, sin olvidar el rezago que presenta en otros indicadores de desarrollo (Hernández, 2010) son algunas de las críticas a los resultados del modelo chino. Migrantes, trabajadores despedidos de empresas de propiedad estatal y grupos vulnerables como mujeres, ancianos, inválidos y enfermos carecen de canales institucionales para expresar sus intereses, sin poder influenciar en las políticas públicas. En contraste, algunos grupos con grandes recursos adquieren ventajas en el diseño de las políticas (Tsinghua Report, 2010) y dan paso a calificaciones al gobierno chino de régimen predatorio Está confirmada la exclusión de la seguridad social de grandes grupos de trabajadores, particularmente migrantes ocupados en empresas pequeñas y medianas eslabonadas en la cadena productiva de exportación manufacturera, servicios y actividades agrícolas. El acceso a vivienda es otro problema enorme para la población en general, ya que algunas reformas nacionales y provinciales en materia de vivienda, resultaron en que la movilización de la mano de obra, y el diseño de instrumentos financieros en el sistema hipotecario permitieron a los chinos una mayor libertad de elección individual si contaban con recursos suficientes, dinamizando el sector inmobiliario (Franjul, 2002). El problema resultante es que los altos precios de la vivienda han llevado a los pobres y otros grupos de bajos ingresos fuera de los mercados, sin posibilidad de mejorar sus condiciones (Li, 2011). En lo que respecta al sector salud, el principal problema de los sistemas de salud chinos es la falta de equidad, ya que al depender fundamentalmente de los ingresos de los Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China gobiernos locales y de las condiciones del empleo, provoca que los grupos de población que carecen de una situación laboral estable sufran una alta marginación (Correa, 2009). Desde las primeras reformas uno de los grupos más vulnerables y marginados de la seguridad social han sido los migrantes, cuya exclusión no parece que mejorará en el corto plazo a pesar de incrementos en los salarios decretados en el año 2010. Una de las mayores críticas al propuesto paradigma chino es que, si bien se han hecho algunas modificaciones al registro hukou, en los distintos niveles de gobierno se mantiene como un instrumento para mantener el control de la movilidad poblacional, aun cuando ello represente graves problemas de acceso a educación y derechos laborales de migrantes, incluyendo a sus hijos (Buckingham y Kam, 2008). Por último, abordando un tópico meramente idealista ¿es China una experiencia socialista que mejora las aspiraciones y bienestar colectivos? Uno de los puntos clave en este debate es, como lo afirma Waldron (2010), a partir de qué mecanismos pueden solucionarse las contradicciones creadas por la complejidad y diferenciación de los modelos y de las relaciones internacionales, problemas que no fueron anticipados por Marx. La otra vertiente que nos interesa señalar es la planteada hace ya varios años por Johnson (1980) acerca de la diferencia significativa entre el estado desarrollista capitalista y la dictadura comunista de desarrollo, donde el primero simplemente ignora a los sectores no estratégicos de la sociedad, en tanto que el estado comunista trata de desmovilizarlos. Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África XIII Congreso Internacional de ALADAA Relaciones con China Bibliografía -Archaya, Amitav (2011), “Hu ends visit ends any dream of a US-China duopoly”, East Asia Forum. January 25. 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