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AQUELLOS BROTES VERDES José Miguel Amuedo Profesor del área de Entorno Socio-Económico para la Dirección del Instituto I. San Telmo Solo hace unas semanas desde que la ministra de Economía hablase de que vislumbraba “brotes verdes” en la economía española (señal de un no muy lejano proceso de recuperación de la crisis), y la expresión comentada se ha convertido en todo un indicador mediático sobre el que se debate, tanto en sectores económicos como políticos, en relación a si estamos acercándonos o no una posible salida de la recesión económica. 30 claustro Que se hable de los brotes verdes en el ámbito económico, tiene su lógica, sobre todo teniendo en cuenta lo que está cayendo. El debate sobre la situación actual, sus posibles causas, y las medidas para salir de ella, está sobre la mesa en los distintos sectores. Respecto de los ámbitos políticos, la explicación del debate abierto puede deberse, en mayor medida, el periodo pre-electoral en que nos encontramos (a la hora de escribir el presente artí- santelmo 33 // junio 2009 culo estamos a una semana de la cita electoral europea) y por el hecho de que el pacto PSE-PP en el País Vasco parece haber dejado sólo al PSOE en el Congreso de los Diputados, con lo que cualquier medida que se pretenda adoptar implica debates e intentos de pacto. La situación actual Tarea difícil es fijar el comienzo de la crisis. Ya en el 2006 los principales agentes en el mercado inmobiliario preveían una ralentización (y algunos, caída) del mercado en los meses siguientes. Lo que nadie preveía era el efecto de las subprime, que hicieron su aparición en agosto de 2007, y que desencadenaron una crisis financiera global que arrastró a la mayoría de los sectores económicos nacionales. Si elegimos agosto de 2007 como la fecha de inicio, cumpliremos pronto los dos años de crisis. El efecto en la economía española se ha reflejado, en primer lugar, en un incremento de las cifras de paro hasta llegar, según las cifras publicadas por el Eurostat, a los 4,36 millones de desempleados en el mes de abril de 2009 (lo que supone un 18,1% de paro: el doble que la media de la Unión Europea). Lo dramático del proceso ha sido la celeridad con la que se ha producido: en un solo año se han destruido 1,4 millones de puestos de trabajo, el paro ha aumentado en 1,8 milxlones, más de 200.000 autónomos han cesado su actividad y más de 100.000 empresas han cerrado. La crisis ha supuesto, en segundo lugar, una importante caída del PIB (que seguirá cayendo en los próximos trimestres) y, por último, un descenso considerable en las cifras de consumo privado. Ambas magnitudes han superado igualmente las producidas de media en la Unión Europea. ¿Por qué nos afecta más? Sin duda es una pregunta que tiene muchas respuestas. En primer lugar, podría argumentarse que uno de los sectores que mas peso tenía en nuestro PIB, el inmobiliario, ha sido uno de los más afectados por la crisis (conviene recordar que en nuestro país ya estaba entrando en crisis antes de la aparición de las subprime). Otros sectores afectados con posterioridad por la caída del consumo también tenían un peso importante en la economía española. Por último, nuestro sistema financiero, aparentemente mas saneado que los de otros países, han cometido el mismo error que ahora achacan a las empresas cuando no les renuevan las pólizas: han financiado inversiones a largo plazo (préstamos hipotecarios a una media de 25 años) con préstamos a corto plazo (la emisión de cédulas hipotecarias a 3 y 5 años, colocadas en mercados exteriores, y a cuyo reembolso han de hacer frente ahora). La consecuencia: acaparan la tesorería disponible y aquella que puedan obtener, para hacer frente a los desembolsos comprometidos (obedeciendo, según afirman, la indicación del banco central), y desencadenando una restricción importantísima del crédito hacia las empresas y las familia. Lo cierto, y en esto sí que parece que hay consenso, es que la conjunción de todos esos sectores dibuja un modelo económico difícilmente sostenible, que adolecía de falta de competitivi- dad y resultado, entre otras cosas, de la falta de inversiones en I+D+i. Desarmados de medidas de política monetaria, cedidas al Banco Central Europeo, se podría intentar ceder a la tentación del proteccionismo como forma de aislar los efectos derivados de la crisis global. Esas medidas estarían, sin embargo, condenadas al fracaso mas estrepitoso, tanto por la reacción de los organismos internacionales, como la de los propios terceros países afectados por dichas medidas. Sin salida fácil, el debate sobre la duración de la crisis y de si hemos tocado fondo, se pone de nuevo sobre la mesa. Posibles medidas Si lo que se pretende es reducir la sangría de puestos de trabajo, la caída del PIB y el descenso del consumo privado, un esfuerzo inversor por parte del sector público puede paliar los efectos a corto plazo, al menos momentáneamente. O, cuando menos, estaremos de acuerdo en que el efecto de ése esfuerzo será positivo, siempre que dicho esfuerzo inversor se canalice a infraestructuras que, en la medida de lo posible, resulten productivas. A medio y largo plazo, habrá que adoptar reformas en la economía. En un entrono global, las reformas han de ser continuadas en el tiempo, y acabadas unas habrá que empezar a acometer las siguientes. Como afirmaba el líder de la oposición, las reformas son las pedaladas que hacen avanzar la economía. Entonces, ¿por qué no se adoptan las reformas necesarias? El problema radica en que si partimos de la base de que no hay progreso a largo plazo que no implique sacrificios a corto, y nuestros políticos se examinan cada 4 años (lo cual, a efectos del progreso económico parece ser un plazo corto de tiempo), ninguno estará muy por la labor de acometer esos sacrificios por el coste en votos que pueden suponer, que acabaría con el adoptante en el paro. La única salida: el consenso (y, siento decirlo, no parece que el consenso en las reformas se encuentre en la agenda de ninguno de los partidos principales del país). Algunas de las reformas mas urgentes, en opinión de los analistas, serían las siguientes: 1.Reforma del Sistema de Pensiones: nueva reunión del Pacto de Toledo. La Los modelos económicos no sostenibles (como aquel del que venimos y que nos ha llevado a la situación actual), no se cambian con declaraciones políticas, sino con medidas concretas que implican sacrificios y, por tanto, requerirán de consenso para ser adoptadas. práctica unanimidad de los analistas prevé, cuando menos, dificultades financieras en el sistema entre los años 2021 y 2025. 2.Reforma del Sistema Educativo: buscar mayor preparación en nuestros alumnos, luchar contra la lacra del abandono escolar, y fomentar valores como el esfuerzo, la constancia, el espíritu de sacrificio… Aquí es especialmente importante el consenso: el hecho deque se produzca una reforma educativa cada vez que cambia el gobierno es ridículo, puesto que se trata de proyectos a muy largo plazo.. 3. Reforma de la Justicia: un incremento del número de plazas y luchar contra la politización de los órganos judiciales. 4.Reforma Laboral: en un entorno necesariamente cambiante hay que apostar por la flexibilidad y la adapta- santelmo 33 // junio 2009 claustro 31 ción a las circunstancias cambiantes del mercado y el incremento de la productividad, lo cual redundará en una disminución de las cifras de desempleados. 5.Reforma Fiscal: que incentive la actividad empresarial y la creación de empleo, y que redundará en un incremento de la renta disponible y, por ende, del consumo de las familias. Algunas medidas, mas sectoriales, serían las siguientes: 1.Reforma del Sistema Financiero: seguro que más de una enseñanza podemos sacar del periodo vivido. Probablemente vivamos un mercado con menos actores (fusiones), y con entidades menos intensivas en sucursales y mano de obra. 2.Reforma del Comercio: la definitiva transposición de las directivas comunitarias es necesaria. Según la OCDE, España es el país con mayor carga regulatoria sobre el comercio de toda Europa. Es evidente que, adicionalmente, llegarán sanciones derivadas de la falta de transposición de la directiva. 3.Reforma del modelo energético: nadie es partidario de utilizar primariamente energías sucias. Pero el desarrollo tecnológico no permite aún sobrevivir sólo con las renovables, y el coste no parece asumible por los consumidores. Habrá que buscar un equilibrio. El debate nuclear está ahí: de nada sirve rechazar la generación, si luego la compramos a países vecinos. El modelo debe ser sostenible medioambientalmente a largo, y económicamente a corto y medio. 4.Reforma de la Administración Pública: haciéndola mas eficiente, más austera (esto empieza a ser una necesidad), y adoleciendo de menos gigantismo. No parece que un país como el nuestro pueda permitirse una administración con, al menos, tres niveles de descentralización. Es con éstas medidas con las que se puede cambiar el modelo económico. Con éstas, y con una decidida apuesta por la I+D+i. Los modelos económicos no sostenibles (como aquel del que venimos y que nos ha llevado a la situación actual), no se cambian con 32 opinión declaraciones políticas, sino con medidas concretas que implican sacrificios y, por tanto, requerirán de consenso para ser adoptadas. Los brotes verdes Tras catorce meses de incremento de paro, las cifras del mes de mayo han sido positivas: ha caído el paro en el INEM y han incrementado las afiliaciones a la Seguridad Social. ¿Producto del Plan E?. Puede que sí. La fecha invita a que los mensajes que se emiten estén de lo mas politizados. Desde algunos que ya vislumbran el final de la crisis, a las manifestaciones de Miguel Sebastián -todo el mundo ve brotes verdes, excepto los que no quieren verlos porque a lo mejor, en vez de brotes verdes, están acostumbrados a ver billetes verdes- (¿nadie controla las manifestaciones de algunos dirigentes políticos?) a la llamada a la prudencia del Presidente, pasando por aquellos que no ven en la cifra ninguna mejoría o, peor, un intento de burlar al electorado la realidad de la santelmo 33 // junio 2009 situación mediante la manipulación de las cifras.. Lo cierto es que mayo es un mes en el que tradicionalmente crece el empleo. Si se desestacionaliza el dato, se habría perdido empleo, pero aún así hay que afirmar que la senda de destrucción de empleo tendría, en cualquier caso, una pendiente mas favorable. Parece, no obstante, que lo prudente sería esperar unos meses para asegurar que el escenario es menos negativo que el actual. A pesar de lo anterior, el Plan E es un estímulo cortoplacista. No debemos olvidarlo. La verdadera reactivación, aquella que permitirá reabsorber el paro generado y crear riqueza de nuevo, pasa por la realización de tareas que suponen sacrificio a largo plazo y, de nuevo, acometer esas medidas implicará cierto grado de consenso. Y la capacidad demostrada por los principales partidos políticos en el pasado reciente para alcanzar éste tipo de acuerdos hace que, para algunos, aquellos brotes verdes esté aún muy lejos.