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UN SOPLO EN LA VIDA Efraín Villanueva Arcos “Que 38 años no es nada, que febril la mirada, errante en las sombras, te busca y te nombra…”. Alfredo Lepera- Carlos Gardel. El aniversario de Quintana Roo como Estado Libre y Soberano puede interpretarse y analizarse desde distintas ópticas y perspectivas, tal como sucedió en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, según han reseñado varios medios nacionales. Allí, diputados y diputadas de distintos grupos parlamentarios utilizaron la tribuna para fijar sus posturas sobre las características del desarrollo de la Entidad en los últimos 38 años. Qué bien que así haya sido, es el ejercicio de la pluralidad, el debate tan necesario en toda democracia, sobre todo de la nuestra, tan lejana ya de aquélla unanimidad falsaria que escondía recelos y resentimientos. Lo que debemos pedirle ahora a los representantes populares es la elevación de la calidad del debate, el que se documenten mejor, que estudien la historia y que aporten análisis sustentados en datos, en hechos y en posturas que no hagan solamente la crítica fácil o la lisonja cortesana, sino que vayan al fondo de las políticas públicas o las decisiones de poder. Cierto es que en Quintana Roo pueden observarse luces y sombras, avances y retrasos, zonas de fuerte acumulación de capital y otras regiones seriamente depauperadas. La sociedad quintanarroense de hoy es mucho más compleja, urbana, heterogénea y plural que en 1974, y gracias a la inversión pública y privada, dejamos de ser la región aislada, atrasada y rural que éramos. En las mediciones independientes de quienes se dedican a construir indicadores y comparar regiones, sobre todo en materia de competitividad socioeconómica y desarrollo regional, como el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) o A-regional, Quintana Roo muestra fuertes avances en algunos sectores –su liderazgo en turismo y su solidez en sectores de competencia mundial es indiscutible- y evidentes retrasos en otros –la opacidad en materia de transparencia y rendición de cuentas por ejemplo. A los quintanarroenses de hoy, hayamos nacido aquí o en otra parte, nos debe unir el interés por el desarrollo de esta tierra y el bienestar compartido, la ampliación de las oportunidades para alcanzar mejor calidad de vida, porque solamente eso podrá ser el ingrediente para la convivencia armónica y el respeto y tolerancia a las diferencias. Pero frente a este objetivo el gran reto de la actualidad es el de superar el lastre de la deuda pública que gravita con enorme peso en el Estado y los Municipios, y que está restando capacidad de maniobra, de inversión y de viabilidad para generar oportunidades que están demandando esos miles de jóvenes que engordan las filas de solicitantes de empleo. La deuda pública, el déficit fiscal o el crédito tampoco deben ser vistos como el fin del universo; en ocasiones, las empresas y los países se endeudan para fortalecer sus activos y sus capacidades. Estados Unidos es el país con el mayor déficit fiscal del mundo pero nadie duda de su capacidad de pago y la fortaleza de su economía para enfrentar sus compromisos por los enormes activos productivos y tecnológicos que ha alcanzado en su desarrollo. Pero tanto en la macro como en la micro economía debemos estar plenamente conscientes y enterados de hasta dónde llega la capacidad de endeudamiento, hasta dónde nuestros ingresos y el sistema productivo generan los recursos para poder pagar el servicio de la deuda al tiempo de proveer otros servicios necesarios para el bienestar colectivo. Los Estados y los Municipios no quiebran, los que quiebran son los ciudadanos y las empresas que dependen del entorno económico propiciado por las políticas públicas, porque proveen y/o reciben bienes y servicios al sector público. De allí que las autoridades políticas correspondientes (los Congresos Locales y los Cabildos) deben evaluar cuidadosa y responsablemente los empréstitos y las restructuraciones que a veces con singular alegría son tramitados por quienes desean hacer menos con más. En las efemérides de la Cámara de Diputados, donde se suscitó el debate ya mencionado, el tema de la deuda fue uno de los detonantes. Qué bien que así haya sido, porque centra la atención en un asunto que es del mayor interés público. En la edición del pasado 10 de octubre, el periódico Reforma publicó una nota respecto de los municipios más endeudados del país, mencionando que Cancún se ubica en el quinto lugar nacional con 1,365.9 millones de pesos de deuda, solamente por debajo de Guadalajara, Tijuana, Monterrey y Zapopan, municipios de mucha mayor antigüedad y tamaño. Es público también la difícil situación por la que atraviesan varios municipios de Quintana Roo: Por Esto! informó ayer que el Cabildo de Othón P. Blanco aprobó la contratación de un nuevo empréstito por casi 300 millones y que Felipe Carrillo Puerto solicitará el apoyo estatal para poder cubrir sus compromisos de fin de año, en tanto el Gobernador del Estado hizo un llamado a las autoridades municipales “para que realicen los ajustes necesarios para sacar el año ya que la situación no es la más boyante”. El último Gobernador del Territorio Federal de Quintana Roo en 1974, David Gustavo Gutiérrez Ruíz, me comentaba recientemente sus gestiones ante el entonces Secretario de la Presidencia Hugo Cervantes del Río, quien quería para nosotros el mismo esquema que se había aplicado en Baja California Sur, con solamente tres municipios. Fueron los Constituyentes del 74, y en particular el Arq. Alberto Villanueva Sansores, me decía Don David, quienes plantearon la necesidad de siete municipios representando a las principales regiones del momento fundacional y lo plasmaron en la Constitución de 1975. A la distancia, los quintanarroenses guardamos escondida la esperanza humilde de ver este Estado próspero, justo y muy solidario. Correo-e: niarf4949@gmail.com