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Ajuste de cuentas… y de tuercas. Año 2014 - Mayo 26 - No. 659 Se autoriza la reproducción total y/o parcial de su contenido siempre y cuando se cite la fuente: Consultores Internacionales, S.C. ® (CISC) Los resultados oficiales de crecimiento económico para el primer trimestre, han conducido a un ajuste de cuentas en las expectativas. Pero lo que se requiere es un ajuste de tuercas en los mecanismos que generan el crecimiento. Esta labor no sólo le corresponde al gobierno, también al sector privado y social. En los últimos días, el tema de relevancia en el ámbito económico ha sido, por un lado la publicación de la única cifra oficial sobre el comportamiento de la economía durante el primer trimestre del año, labor que realiza el INEGI. Por el otro, los ajustes, y sus razones, de cuentas a los que se ha tenido que someter el Gobierno Federal a través de las autoridades económicas y monetarias respecto de sus perspectivas de crecimiento inicialmente planteadas. Cada año el Gobierno Federal, a través de la Secretaría de Hacienda, emite los llamados Criterios Generales de Política Económica (CGPE), en donde plantea la estrategia del manejo de las finanzas públicas y que se centra en los ingresos, los gastos y la deuda pública. El propósito es hacer frente al entorno económico interno y externo que ha de condicionar la dinámica y desempeño de la economía nacional durante el año, buscando crear los incentivos correctos y necesarios para impulsar el creciente económico e incidir en los componentes de la demanda y oferta agregadas. De acuerdo con el INEGI, durante el trimestre enero-marzo de 2014 el PIB registró un crecimiento de 1.8 % en términos reales respecto del mismo periodo de un año antes y de 0.28 % al compararlo con el trimestre inmediato anterior, esto último con cifras desestacionalizadas. Por actividades, las primarias registran un incremento anual de 4.9 %, la secundarias de 1.6 % y las terciarias de 1.8 %. Este anuncio llevó a que tanto el Banco de México como la Secretaría de Hacienda anunciaran ajustes a sus expectativas. Por un lado, el banco central redujo su holgado intervalo de crecimiento que había fijado a principios del año de entre 3.0 % y 4.0 %, a uno de 2.3 % a 3.3 %, aduciendo que las condiciones sobre todo externas han cambiado. Por su parte, Hacienda hace un ajuste de cuentas y establece un conservador crecimiento de 2.7 %, lejos del optimista 3.9 % que estableció en los CGPE, bajo el argumento de que reflejaría los efectos positivos de las reformas estructurales aprobadas. Lo destacable es que en su comunicado plantee que en lo que resta del año se presentará un mayor dinamismo y fortalecimiento de la demanda interna, que mejorará las condiciones. Pero al parecer, nos indica que habrá que aceptar que el primer trimestre ya nos quitó un punto en el crecimiento el cual no se podrá recuperar. El que el gobierno establezca un objetivo relativamente alto de crecimiento económico para el año que inicia no es el problema, es un propósito y debe ser optimista ya que crea expectativas positivas. Lo criticable es que no se trabaje para lograrlo. La función del Estado es establecer las políticas públicas que encaminen tal propósito. Sin embargo, si de entrada no existe la coordinación y congruencia necesaria entre las distintas políticas públicas: fiscal, monetaria, cambiaria, industrial, de fomento, entre otras, no se pueden lograr los propósitos planteados. En particular destaca la discordancia entre las políticas fiscal y monetaria, tal pereciera que persiguen objetivos distintos, siendo que el verdadero es crecer con estabilidad. Ahora bien, no sólo el gobierno tiene un papel importante en la búsqueda del crecimiento económico, el sector privado y social también lo tienen y quizás más importante. Estos últimos han tomado una posición acomodaticia, exigiendo al Estado condiciones óptimas, pero sin asumir sus propios riesgos, sin hacer su trabajo. La inversión productiva y la intermediación financiera implican riesgos, que se deben minimizar por supuesto, pero esto se realiza creando un círculo virtuoso, es el sector privado el que crea el empleo productivo, y por ende el ingreso y la demanda, no el gobierno. Tampoco debemos sentarnos a esperar a que las reformas estructurales empiecen a dar frutos, si éstas aún no se concretan del todo. En particular la energética y de telecomunicaciones que sin duda son importantes y han generado expectativas positivas, pero tienen un horizonte de dos a tres años para que empiecen a operar. Tampoco hay que dejar de lado las lecciones que nos están dando las reformas que ya están aparentemente en marcha como la laboral, la financiera, la educativa y la hacendaria. La evaluación a la fecha es que no están dando los resultados esperados. El mercado laboral no se ha flexibilizado y no se ha formalizado el empleo; el crédito productivo no se ha dinamizado; y la hacendaria ha tenido efectos contrarios al desincentivar el consumo y la inversión privada, ya que el mecanismo recaudatorio es el que está en marcha, pero todavía falta que se active el del gasto de inversión. Sobre la educativa mientras no se asimile y se instrumente correctamente, decir que es letra muerta es la mejor opinión que se puede emitir. Es necesario un ajuste de tuercas. No se trata de fijar metas de crecimiento y ajustarlas cada tres meses, lo que lamentablemente resulta a la baja. Se trata de trabajar para alcanzarlas, no desde la relativa comodidad de una trinchera, sino desde una combativa y estratégica posición en el frente de batalla. El país ha estado alejado de su crecimiento potencial, y sólo ha conseguido un crecimiento sostenido sí, pero mediocre. Debemos hacer un ajuste de tuercas en esta maquinaria que se llama México para que funcione. Tenemos el potencial para crecer no sólo a ritmos de 3 % y 4 %, sino de 5 % y 6 %, no como los logrados a mediados del siglo pasado, porque la realidad económica era diferente, sino frente a las condiciones actuales de globalidad e hipercompetencia. Sólo con este dinamismo se podrán abatir las condiciones de desempleo, marginación y pobreza que sufren la mayoría de los mexicanos. En Consultores Internacionales, S.C®, nuestra filosofía es que el futuro no se adivina ni se predice, se construye. Para construir ese futuro alcanzable, se debe empezar a trabajar desde hoy. ¡Hagamos lo que nos corresponde! México: Crecimiento esperado y observado (Porcentaje de variación anual del PIB) 5.1 5.0 3.6 3.6 3.1 4.7 3.8 4.0 3.5 3.0 3.5 3.9 3.9 3.5 3.0 2.7 1.4 1.1 Esperado Observado -4.7 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Fuente: Elaborado por Consultores Internacionales, S.C. ® con datos de SHCP según los CGPE (esperados) e INEGI (observados). Para 2014 se refiere al ajuste realizado por la SHCP CISComentario D.R. es una publicación semanal de: Consultores Internacionales, S. C. ® Lic. Julio A. Millán B., Presidente; Ing. Mauricio Millán C., Vicepresidente; Lic. Maribel Rodríguez, Directora Asociada. Mtro. Sergio Garduño, Consultor Senior. Lic. Patricia Gordillo, Directora del Centro de Información. José María Rico No. 55 Colonia del Valle México D.F. Tels. (55) 5524-7750 y (55) 5534-9182