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XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai Livin’ la vida glocal: La autoconciencia de los japoneses y el mundo occidental Kazuyasu Ochiai Universidad Hitotsubashi, Tokio 1 EL DI-LEMA DE LOS JAPONESES Como consecuencia de la expansión occidentalista modernizadora, se han hecho numéricamente minorita rios en el mundo los no-occidentalizados y los mismos occidentales. La mayoría de la población mundial hoy en día vive comprendiendo diferentes culturas en sí. Una persona contemporánea, aun cuando viva geográficamente lejos del Occidente, inconscientemente se acomoda a la cultura occidental moderna sin que perdiese el fondo cultural vernáculo como lo ejemplifican muchos indígenas latinoamericanos, los maoríes de Nueva Zelanda, los japoneses y los kamba de Kenia, entre otros, aunque no son homogéneos sus modos de asimilar la cultura occidental.1 A base de este reconocimiento, este ensayo tiene por objeto discutir, desde el punto de vista antropológico, el cruce de los sujetos de los japoneses y los sujetos de los occidentales prestando atención a algunas hendiduras epistemológicas que los japoneses suelen sentir con los occidentales. Indagaré, tanto desde adentro como desde afuera, la complejidad del sujeto 1 En los trabajos anteriores yo usab a la palabra “semi -occidental” para aludir a la condición cultural en que ellos vivían: la mitad vernácula, la mitad occidental. Sin embargo, abandoné esta terminología cuando recibí el comentario intuitivo del Prof. Manuel Gutiérrez Estévez de la Universidad Complutense de Madrid, después de mi conferencia en Roma (véase Nota 2), quien correctamente señaló que eran plenamente vernáculos y plenamente occidentales al mismo tiempo. No es necesario definir la palabra “plenitud” de la occidentalidad, ya que el Prof. Gutiérrez y yo discutíamos fuera del contexto del esencialismo cultural. XI Congreso Internacional de ALADAA japonés todavía por Kazuyasu Ochiai ser occidentalizado totalmente. La discusión inevitablemente revelará la limita ción del paradigma epistemológico occidental sobre el entendimiento de sí mismos y el Otro. La estética, el pensamiento y los comportamientos de los japoneses desde la Restauración de Meiji hasta hoy día han sido condicionados por la simbiosis delicada del sujeto no -occidental y el sujeto occidentalizado. Al hablar de la complejidad del sujeto japonés, no me refiero a la situación multicultural en el Japón actual, porque mi análisis no se enfoca a la sociedad en general sino al fondo del pensamiento de los individuos que viven con una conciencia no -occidental pero bien occidentalizado al mismo tiempo. Con la palabra complejidad tampoco me refiero a la conciencia identitaria pos-étnica como discute historiador David A. Hollinger (1995). Tampoco se trata de la identidad pluralista poscolonial tal como la doble identidad étnica que apareció en el censo nacional de los EEUU por la primera vez en el año 2000, ya que un japonés contemporáneo difícilmente está consciente de ser japonés vernáculo por un lado y ser moderno occidentalizado por el otro separadamente. En otras palabras, no debemos tratar el tema como algo dilemático entre la cultura autóctona no-occidental y la cultura occidental. No es un dilema dialéctico sino es un d i-lema en el sentido original de la palabra, o sea una yuxtaposición de dos temas diferentes. Evitar el principio identitario occidental tanto personal como colectivo es el punto de partida fundamental de este ensayo para tener XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai perspicacia sobre la mentalidad híbrida japonesa contemporánea.2 2 ANTROPOLOGIA COMO MONOLOGO OCCIDENTAL Para empezar, reflexionemos en el paradigma occidental para comprender el Otro. La antropología era considerada en el Occidente por mucho tiempo como la ciencia oficial cuando se hablaba del Otro. Supuestamente el Otro se encontraba en las afueras, más allá de los confines. Los antropólogos iban allá, muy lejos de su lugar cotidiano, para traer cosas e informaciones exóticas. La antropología de este género, sin embargo, ha sido bajo un escrutinio severo en las últimas décadas por lo menos en dos aspectos. Primero, la antropología de hoy ya no es una ciencia sobre el Otro más allá de la frontera sino es un campo de estudios sobre lo que está pasando en la frontera. La antropología trata del interface cultural en que los antropólogos mismos son las personas profundamente involucradas. Segundo, la ciencia llamada antropología es juzgada hoy más que antes como un sistema intelectual circunscrito por el pensamiento del Occidente y su humanidad. Es decir, las prácticas antropológicas son consideradas como los monólogos culturales del Occidente moderno que, por medio de referirse al Otro, confiesan su 2 Este ensayo se basa parcialmente en las siguientes tres conferencias que he dado: “ Cogitas ergo es : Is a failure to understand a failure of dialogue?” (SOAS, Universidad de Londres, 12 de septiembre de 2001); “’Non ho niente di speciale da dire’: Sulla violenza invisibile di cogitas ergo es nel dialogo interculturale” (Universidad de Bolonia, 22 de noviembre de 2002); “Dilema de la identidad; Dificultad de los semi -occidentalizados en la sociedad moderna” (Universidad de Roma “La Sapienza”, 8 de mayo de 2003). Quisiera dirigir mis expresivas gracias a todas las personas que me dieron esas oportunidades, especialmente al Prof. Cosimo Zene y al Prof. Michael Richardson en Londres, al Prof. Toshiaki Takeshita en Bolonia y al Prof. Alessandro Lupo en Roma. XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai entendimiento y su malentendido sobre las afueras. La verdad antropológica se caracteriza, por lo tanto, como la verdad hecha en el Occidente, por el Occidente y para el Occidente sobre el resto del mundo. En tal sentido, la antropología de este género podría llamarse como “la etno-antropología” desarrollada en el mundo occidental (Magaña 1982; Mason 1990; 7, 14 ).3 Con estas reflexiones en mente, los antropólogos han experimentado extensivamente cómo describir sus esfuerzos para entender el Otro. Algunos de tales intentos son reconocidos hoy como los mejores logros de la antropología posmoderna (p.ej., Marcus & Fischer, eds., 2000; Rosaldo 1989). Sin embargo, la antropología posmoderna occidental sigue tratando inalteradamente el entendimiento más al fondo como su meta principal y no la posibilidad de malentendido. Supongo que sea porque podemos escribir solo lo que entendemos. Sería contradictorio decir: “Puedo expresar verbal- y explícitamente lo que no puedo entender.” Está por explorarse cómo describir lo que no tenemos sentido del Otro y de nosotros mismos. Sin embargo, hay que notar que entendimiento y conocimiento simbolizan el poder mientras que malentendido, ignorancia y confusión son considerados inútiles y negativos que deben ser vencidos por el racionalismo moderno occidental. Si la antropología es el campo de estudios sobre el entendimiento del Otro y de sí mismos y su crítica, también tiene que incluir en su vista la falta de entendimiento, 3 Se observan numerosas representaciones con carácter popular de la etno-antropología occidental como lo ejemplifica la historia del Orientalismo (Said 2003). He discutido so bre la estructura de la comprensión etno-antropológica occidental sobre los japoneses y los mexicanos representados en cine (Ochiai 1999). XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai entendimiento a medias, malentendidos y confusiones.4 3 YO MISMO VS. YO MISMOS ¿Qué quiere decir que la antropología es el sistema intelectual peculiar al Occidente? Como Homi K. Bhabha ampliamente discute en El Lugar de la Cultura (2001), el sistema intelectual occidental moderno se basa en gran parte en el reconocimiento de la oposición binaria entre sí mismo y el Otro tajantemente definidos y tal oposición se pone concreto como contrastes entre el interior y el exterior, el Occidente y el Oriente, etc. Las oposiciones dualistas de este género se derivan de la metodología clasificatoria de las ciencias naturales modernas tal como la biología linneana. Las oposiciones dualistas producen, a través de la dialéctica hegeliana, una vista panóptica llena de significados en que uno busca su identidad y la sitúa. Sí mismo y el Otro respectivamente forma una entidad bien definida y circunscrita y su relación tiene que ser explicable verbal- y comprensiblemente. De aquí también nacen las ideas de la autonomía y la auto -determinación, ya que ellas necesariamente requieren la existencia del Otro para excluirlo de la decisión final. 4 La El saber occidental quiere evitar la confusión porque puede traer el peligro al poder. Naoko Miyaji, médica y antropóloga japonesa, reclama los derechos de los pacientes y sus familias de ponerse perturbados cuando son notificados de sus cánceres graves (Miyaji 1996). Muchos médicos entrenados en el Japón moderno, según Miyaji, quieren controlar la situación diciendo antes de la notificación: “Por favor, no se perturben con mis palabras.” Miyaji dice que los doctores quieren seguir controlando los sentimientos de los pacientes porque es una afirmación de su poder y autoridad y el disturbio de los pacientes puede rev elar la incapacidad de los doctores y los podría dejar sin poder. Miyaji mantiene que es natural que los pacientes y sus familiares pierdan su calma en la situación profundamente difícil y observa que la perturbación es un paso necesario para ellos para contemplar el sentido del tiempo remanente y reconstruir el diálogo con los médicos. En el contexto del presente ensayo, la perplejidad se ocurre bien normalmente, sea momentánea- sea persistentemente, en el diálogos consigo o con el Otro. XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai antropología es un ejemplo de tal sistema intelectual cartesiano característico al Occidente moderno. En el Occidente se espera que un joven desarrolle y establezca su propia identidad, autonomía, confianza en sí, independencia e integridad. Un estudiante mío judío estadounidense egresado de la Universidad Cornell y de la Universidad de Tel Aviv, por ejemplo, una vez me dijo en una discusión en Tokio que podría explicar toda su identidad, desde David hasta su padre y sí mismo, en diez minutos. Debe haber sido siempre consciente de dar forma a su identidad, establecerse como una persona de razón y desarrollar su capacidad para expresarlo verbalmente. Reconozco la suma importancia del auto -establecimiento de Mí y la identificación consecuente de Tí, como cosas por supuesto en el Occidente. Esta idea, sin embargo, no podría ser la regla universal por ser demasiado confinado en la identidad. Fuera del Occidente, se encuentran gentes que tienen conciencias fluidas, múltiples y vibrantes sin que singularicen su identidad tan tajantemente. Metafóricamente dicho, su sujeto no es un río recto sino un río compuesto de diversos arroyos que corren serpenteando por el cauce. El ancho del río no se mide con la corriente principal sino con toda la amplitud del cauce inclusive la parte seca que el agua cubriría cuando el río esté en llena. Sí mismos de los japoneses, por ejemplo, podrían ser comparables con tal río compuesto de muchos arroyos. Maurice Leenhardt, antropólogo francés activo en Nueva Caledonia en XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai los años 1920s y 30s, dice en su obra célebre Do Kamo: La Persona y el Mito en el Mundo Melanesio que el ser en Nueva Caledonia, el kamo , no puede tener sentido estando solo sino puede existir en la medida en que ejerce su función en el juego de sus relaciones con otros seres (Leenhardt 1997:153-155). Piensan que uno se presenta ante su padre con una réplica de su cuerpo, con otra ante su madre, con otra ante su tío, con otra ante su mujer, con otra ante su clan, etc. Una persona es incapaz de colocarse fuera de esas relaciones. Las múltiples réplicas de su cuerpo no se integran como el sujeto occidental sino ellas en conjunto forman un círculo que rodea un vacío que es él, el kamo. En el mundo occidental el centro identitario no puede ser vacío, pero en el mundo no -occidental, tales como el melanesio y el japonés, el centro identitario vacío sin fuerza centrífuga podría existir. Vale la pena notar que el psicoanalista Jacques Lacan, el antropólogo Claude Levi-Strauss y otros primeros estructuralistas generalizaron y reformaron el modelo “arcaico” de Leenhardt (Clifford 1987:191). Cabe mencionar también que años después Roland Barthes detectó el mismo principio en la cultura japonesa en su viaje al país (Barthes 1990).5 Para hacer mi argumento más explícito, quisiera llamar la atención de los lectores al hecho de que mientras que hay palabras yo mismo y ella misma en español, o myself y herself en inglés, no hay conceptos que signifiquen yo 5 Quisiera agradecer al Prof. Manuel Delgado Ruiz de la Universidad de Barcelona quien dirigió mi atención a Maurice Leenhardt cuando conversamos en el julio de 2003 en Barcelona sobre la construcción del sujeto occidental y no-occidental. XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai mismos, ella mismas o myselves, herselves en los mismos idiomas. Sabemos que podríamos tener un interior múltiple, vago y no pronunciable que se niega a ser extraído singularmente. En la sociedad modernista, sin embargo, si uno se identificara múltiplemente o escogiera una identidad temporal según la situación, podría ser diagnosticado inmaduro, confuso o esquizofrénico. El pensamiento dualista y la lógica dialéctica han fomentado en conjunto la producción de la idea identitaria singular cartesiana, a base de la cual la modernización occidentalista ha ejercido una fuerza mayor en el mundo. Esto no significa, sin embargo, que la idea haya tenido éxito en erradicar otros pensamientos, como lo evidencian los japoneses que viven con el panorama pluricultural sin mayores conflictos. Antropóloga japonés -americana Dorinne K. Kondo refiere a la noción equivalente usando tales expresiones como “variación y multiplicidad dentro de ‘un’ mismo” (Kondo 1990:42), “multiplicidad de sí mismos” (Ibíd.:45), o “sí mismos en pluralidad ” (Ibíd.:48).6 4 ATLETAS JAPONESES EN SALT LAKE CITY En el febrero de 2002, un artículo pequeño de un diario japonés llamó mi atención durante los juegos olímpicos invernales en Salt Lake City. Su título era: “Los japoneses confrontan otra batalla desesperada: Entrevistas.” El artículo reportaba que los atletas japoneses, con ciertas excepciones, han mostrado la falta general de la capacidad comunicativa en las entrevistas 6 Estoy agradecido a mi colega Prof. Naoko Miyaji quien dirigió mi atención a la discusión de Kondo. XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai formales con los periodistas (Asahi Shimbun 2002). Según el reportaje, un patinador de velocidad japonés, al ser preguntado sobre su ambición en la competición, respondió a los entrevistadores occidentales después de una pausa: “Por favor, excúsenme.” Una respuesta típica que los periodistas podían oír de los atletas japoneses era: “No tengo nada especial que decir.” Mientras que la sala de prensa era llena de voz alta de los atletas occidentales, silencio y tiesura dominaban la sala cuando los japoneses estaban sobre la plataforma. Un periodista esloveno los criticó por la falta de mensajes y episodios. El artículo terminó con un comentario de un socio -psicólogo canadiense que atribuía la diferencia a los fondos confuciano y cristiano de los atletas. El canadiense, obviamente esencialista, mantuvo que el confucianismo tendía a forzar a los japoneses las conductas humildes en el espacio público, mientras que el cristianismo hacía uno a enfatizar sus esfuerzos personales para ganar la meta de la vida, a veces hasta al nivel de auto -elogio. El artículo tenía un tono crítico a los atletas japoneses quienes no expresaron su visión claramente en la oportunidad global tan importante como los juegos olímpicos. La autocrítica de este género no es nueva en Japón, ya que los japoneses en las conferencias y congresos internacionales habían sido caricaturizados con tres Ss: sonrisa, silencio y sueño. Desde el punto de vista de promover la capacidad identitaria tanto individual como nacionalista, la conducta de los atletas japoneses era sinónimo de la falta de la facultad XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai comunicativa o la mala gana de participar en el intercambio de ideas e informaciones con otros. Me parece, sin embargo, que los atletas japoneses eran negativos de responder a las preguntas no como la consecuencia de su incapacidad comunicativa o la tradición confuciana de auto -restricción. Ellos más bien se negaron a exponer sí mismos y su identidad en la forma de cuestiones y respuestas, porque pensaron que las palabras eran superficiales, efímeras y demasiado parciales. A veces las palabras eran incontrolables y aun engañosas. Por estas razones creo que la auto -representación a través de los comentarios verbales no interesaba a los atletas japoneses, mientras que fue de máxima importancia para los atletas occidentales. En otras palabras, los japoneses expresaron toda su visión, paradójicamente con sus respuestas aparentemente bruscas que dejaron desanimados a los periodistas occidentales. Al socio-psicólogo canadiense y al periodista esloveno les faltaba la perspicacia para entender el mensaje oculto en el silencio de los atletas japoneses. 5 LA IDENTIDAD UNIFICADA VS. EL SUJETO TRANSITORIO Quisiera pensar de esta hendidura entre los periodistas occidentales y los atletas japoneses. Mi discusión comienza con las dudas sobre las premisas estandarizadas siguientes en los diálogos y entrevistas en el Occidente: La primera premisa es que los individuos/grupos involucrados desean XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai y son capaces de expresar e intercambiar ideas, opiniones y críticas a través de las palabras comprensibles y traducibles. Los entrevistados también se esperan que tengan antemano sus palabras para pronunciar. La segunda premisa es que todos los individuos/grupos involucrados ocupan posiciones igualitarios al comienzo del diálogo. La tercera premisa es que cada individuo/grupo involucrado posee una y única identidad de sí mismo inequívoca y firme. Veo debajo de estas premisas establecidas en el diálogo occidental una noción excesivamente inflamada e idealizada de sí mismo occidental y su confrontación con los sujetos del Otro. La identificación evidente de Mí y de Tí, sin embargo, podría ser una mera presunción dudosa y problemática. Tal intelectualidad me parece estar enjaulada en la política identitaria. Con este respecto, estoy de acuerdo con Fiodor Dostoievski quien denunció el egoísmo racional de sus días y llamó la auto -conciencia una “enfermedad” en Memorias del Subsuelo (1999). Hoy, un siglo y medio después de la publicación del libro, su tesis es todavía válida y la enfermedad es aun más seria. Los atletas japoneses lo revelaron claramente en Salt Lake City. En cuanto a la primera premisa del diálogo, o sea la prominencia de palabras, los atletas japoneses no tenían ganas de pronunciar palabras en las entrevistas. ¿Por qué reaccionaron así a las preguntas? Para entenderlo mejor, no deberíamos ver el diálogo como un simple proceso de exponer los sujetos mutuamente vía la expresión verbal para erradicar diferencias o producir XI Congreso Internacional de ALADAA relativistas. Kazuyasu Ochiai Más bien, es un proceso complicado, dinámico y a veces contradictorio de negociaciones entre los sujetos involucrados para reeditar sus mapas cognitivos. Es un proceso interfacial y puede ser colectivo o individual, persistente o transitorio. El proceso puede incluir aprendizaje, miedo, anhelo, rechazo, medio-entendido, combates, conciliación, cambios abruptos, regreso a los discursos anteriores, etc. Los atletas japoneses, a mi juicio, pensaron que la exposición verbal era una mera introducción para el diálogo verdadero, mientras que fue todo lo que contaba tanto a los periodistas como a los atletas occidentales. Los japoneses, por lo tanto, podrían haber visto las entrevistas como una intrusión violenta a sus seres que intentara extraerles información. Ellos trataron de evitar respuestas para protegerse de tal invasión. En cuanto a la segunda premisa, la igualdad de los participantes en el diálogo, supongo que haya sido para los atletas japoneses casi una inquisición recibir encuestas en inglés formalmente en la sala de prensa. Siendo un acto que involucra dos partes, un diálogo inevitablemente comienza con una asimetría de poder entre los participantes. Un diálogo, por lo tanto, continúa desde el punto de vista de los japoneses siempre con una incertidumbre, transitoriedad y vaguedad en su transcurso en que se reconstruyen sí mismos en el contexto de poder. Para los atletas japoneses ciertamente existía una asimetría colonialista entre los miradores occidentales y los mirados no -occidentales en la entrevista, la cual tenían que evadir con silencio, inconsistencia o ignorancia pretendida. Si alguien considera el diálogo XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai sencillamente como un acto de buena voluntad mutua, su posición es inconscientemente muy colonialista. En cuanto a la tercera premisa, o la identidad firme de sí mismos de los participantes, los atletas japoneses se negaron a revelar a los periodistas occidentales si habían establecido la identidad esperada. No creo que ellos hayan ocultado sus sujetos: pensaron más bien que un diálogo forma un proceso constante de fundir el sujeto establecido para remodelarlo de nuevo. Los periodistas no percibieron lo que los atletas pensaron, porque dieron por supuesto la exposición clara de la identidad singular bien definida. Kondo caracteriza el sujeto occidental con los adjetivos siguientes: unificado, racional, coherente, fijo, circunscrito, estático y sustantivo (Kondo 1990:44, 257). Kondo dice que las mujeres del centro de Tokio con quien ella ha trabajado, en cambio, expresan sí mismas y sus sujetos en la manera retórica, momentánea y hasta ilusoria (I bíd. 257). Kondo reclama que un sujeto japonés podría ser más bien múltiple, movible, fluido, abierto, paradójico, descentralizado, contradictorio y siempre en el proceso de construcción (Ibíd. 24, passim ). En otras palabras, un sujeto japonés no es una existencia delineada de antemano sino es re -escrito constantemente en el proceso de relacionarse con los sujetos de los otros. Deberíamos recordar una vez más de los atletas japoneses en Salt Lake City que contestaron a los entrevistadores “No tengo nada especial que decir” para evitar, ocultar o posponer la respuesta. No eran fraudulentos sino, al contrario, honestos con su manera de reconocerse a sí XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai mismos y expresar su realidad difícil de extraer verbalmente por su carácter múltiple y transitorio.7 6 COGITAS ERGO ES Para ampliar la discusión sobre la percepción de la realidad descentralizada, quisiera referir al novelista japonés Ryunosuke Akutagawa quien intentó a dar forma a la ausencia de la verdad objetiva. En su célebre cuento En el Bosque de 1921 diversos testigos de la matanza en un bosque y el alma de la victima invocada atestiguan lo que sucedió y cada uno reclama tener su realidad indudable (Akutagawa 1989). Todos los testimonios, sin embargo, se oponen mutuamente solo para mostrar la ausencia de la verdad objetiva. Este cuento fue usado como argumento para el rodaje de la película Rashomon dirigida por el director de cine Akira Kurosawa en 1950 que ganaría el León de Oro en el Festival Internacional de Cine de Venecia el año siguiente. El antropólogo estadounidense Oscar Lewis llamó su metodología de recolectar y editar las narrativas de diferentes miembros de una familia que a veces muestran contradicciones “la metodología tipo Rashomon” (Lewis 1959:4). Lewis positivamente usó los choques y conflictos entre los testimonios, los compiló en el estilo realista de Émile Zola y mostró el dinamismo de las familias 7 Estoy de acuerdo con Kondo en los términos generales, aunque su planteamiento sobre los materiales “ilógicos” en el sentido convencional de la palabra parece ser muy lógico y modernista. Yo agregaría a su discusión que un sujeto podría ser escondido, revelado solo parcialmente o expresado desviadamente. Cabe mencionar que la transitoriedad del sujeto japonés n o es una simple “corriente de conciencia” de tipo Virginia Woolf (1997, 1999a, 1999b) sino es donde las conciencias se amontonan simultáneamente sin que estén ordenadas bajo un principio identitario determinado. XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai y sociedades mexicanas y portorriqueñas en Los Hijos de Sánchez (1964) y La Vida (1965 -66). Deberíamos notar, sin embargo, que tanto Akutagawa como Lewis presuponen que cada persona tenga una perspectiva inequívoca y una opinión consistente. Si la realidad está fuera del alcance fácil y si uno vibra entre las realidades diferentes y los sujetos múltiples, o oneselves, tendríamos que desarrollar un nuevo acercamiento para contemplar la realidad en su amplitud vibrante. Como he escrito antes metafóricamente, el tamaño del río no se mide con el ancho del agua sino de la anchura del cauce donde el río corre serpenteando. Algunos literatos occidentales han intentado a captar la realidad transitoria y no fija usando la técnica de montaje o los cambios caleidoscópicos en el sujeto, a saber, Alfred Döblin en Berlin Alexanderplatz (1983) y Gabriel García Márquez en El Otoño del Patriarca (1975). Los antropólogos, sin embargo, todavía están por aplicar técnicas de montaje a sus escrituras etnográficas. La realidad consistente podría ser un mito, ya que no siempre presentamos la visión coherente, a veces pretendemos ignorancia, contestamos extrañamente, hacemos declaraciones contradictorias o mantenemos silencio en conversación. Como antropólogo yo mismo debería reflexionar que podría haber pronunciado innumerables veces en mis trabajos de campo “Di tu frase” dando por supuesto que cada uno posea sus palabras.8 Los antropólogos dan 8 He tomado prestado la frase “Di tu frase” de la película Passion de Jean-Luc Godard (1982) en que XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai muchas preguntas a la gente. Esperan que los interrogados contesten bien, registran las respuestas y apuntan sus observaciones en los cuadernos. El trabajo de los antropólogos, pues, podría caracterizarse, al parafrasear Julio César: veni, interrogavi, scripsi. ¿Con qué razón los antropólogos dan por sentado que los interrogados tengan sus palabras para contestar inmediatamente a las cuestiones? ¿De eso en verdad consiste un diálogo? Como científicos modernos los antropólogos definen sí mismos murmurando cogito ergo sum . Luego extienden esta idea, aunque es peculiar solo al Occidente moderno, al Otro diciéndole sin palabras cogitas ergo es (“Piensas, luego existes”) para identificar el Otro singularmente y hacer la colaboración imaginaria con el Otro posible. Tales antropólogos no conciben que el pensamiento humano no-occidental pudiera vibra r entre diferentes ideas a veces sin perseguir la conclusión. Sería mejor para los antropólogos imaginar que ellos mismos podrían ponerse perplejos al ser ordenado abruptamente “Di tu frase”. Nos acordamos de nuevo del episodio en Salt Lake City: los periodistas occidentales ordenaron a los atletas japoneses “Decid vuestras frases” y se quedaron insatisfechos con el silencio y desatención por parte de los atletas. Los periodistas no reconocieron que era una violencia epistemológica invisible forzar al Otro, los atletas japoneses en este caso, aceptar las ideas de cogito ergo sum y cogitas ergo es y asociarse a tal “diálogo” modernista. algunos personajes abruptamente reciben el orden “Dis ta phrase!” que los deja sin palabras. XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai 7 PARA NO TERMINAR EL DIALOGO Las ideas de la Ilustración nos enseñan que saber es bueno y saber es poder. En la sociedad moderna cada individuo es animado a formar su personalidad consistente y su identidad inequívoca que sostienen el ego libre y hacen uno capaz de conocer su interior y exterior. Tendremos que admitir humildemente, sin embargo, que podemos conocer no más que una punta de iceberg sobre nosotros mismos y sobre el Otro. Al comienzo de este ensayo he escrito que no sabemos todavía cómo describir lo que no hacemos sentido de nosotros mismos y del Otro. Tendremos que hablar sin cinismo sobre la imposibilidad del cabal entendimiento de sí mismos y del Otro. Esto no quiere decir que podamos desatender la multiplicidad de nuestros sujetos y los sujetos del Otro, porque la desatención es sinónimo de la arrogancia que es por sí una agresión seria al Otro.9 La limitación de poder conocer al Otro no debe ser vista como una negativa en el diálogo, ya que podría motivar otro diálogo. Para enfatizarlo, antropólogo y semiótico japonés Masao Yamaguchi dijo al terminar el diálogo con Octavio Paz: “En la estética medieval (japonesa) lo que no se decía era a menudo más importante que lo dicho.” Paz le respondió positivamente diciendo: “Exactamente. El poeta no dice todo y deja al lector la posibilidad de 9 Sin que hagamos tal examen profundo, no podríamos discutir, por ejemplo, el miedo de la incomprensibilidad del Otro que frecuentemente termina infligiendo violencia sobre el Otro para librarse del miedo como se observa en muchas partes del mundo. La antropología de la incomprensibilidad y el miedo, por lo tanto, podría ser un campo importante en el estudio del conflicto y de la paz. XI Congreso Internacional de ALADAA Kazuyasu Ochiai completar su poema.” (Yamaguchi 1978:6). Estas palabras nos recuerdan haiku y tanka, los poemas cortos japoneses compuestos respectivamente de solo 17 y 31 sílabas en que lo dicho es solo un preludio de lo que no se queda dicho. Entonces, quizás sea mejor dejar este ensayo inacabado. REFERENCIAS Akutagawa, Ryunosuke 1989 “En el bosque.” En Rashomon y Otros Cuentos. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina. Asahi Shimbun 2002 “Los japoneses confrontan otra batalla desesperada: entrevistas.” Edición de la tarde de Tokio, 18 de febrero (en Japonés). Barthes, Roland 1990 El Imperio de los Sentidos. Madrid; Mondatori. Bhabha, Homi 2001 El Lugar de la Cultura . Buenos Aires: Manantial. Clifford, James 1987 Maurice Leenhardt: Personne et Mythe en Nouvelle Calédonie. 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