Download ellos siguen en el baile. símbolos en la fiesta ayamán de las turas
Document related concepts
Transcript
1 REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD EXPERIMENTAL DE CIENCIAS DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS MAESTRÍA EN ANTROPOLOGÍA MENCIÓN: ANTROPOLOGÍA SOCIAL Y CULTURAL ELLOS SIGUEN EN EL BAILE. SÍMBOLOS EN LA FIESTA AYAMÁN DE LAS TURAS Trabajo de Grado para optar al grado de Magister Scientiarum en Antropología. Mención: Antropología Social y Cultural Autor: Lcdo. Jorge Enrique Gómez Castro Tutora: Dra. Nelly García Gavidia Maracaibo, Octubre 2013 4 DEDICATORIA A todos los Tureros que Siguen en el Baile, quienes aún agradecen a los espíritus y han mantenido vivo el Mito Ayamán de Las Turas. A mi Familia; a la memoria de mi Padre Roberto Gómez Linárez ejemplo de intelectualidad, profesionalismo y héroe mítico de los Gómez, a mi Madre por orientarme desde niño en este camino de las observaciones e interpretaciones sociales, a mis hermanos en especial de Carlos Roberto, quien me inicio en estos senderos de los imaginarios. A Leonel Castro y su familia quienes me apoyaron incondicionalmente en mis estadías en la ciudad de Maracaibo. A mi esposa Ruth Lázaro quien ha sido parte incondicional en este trabajo y con quien he dado vueltas alrededor del árbol de la vida de los tureros. A mis hijos-capullos, quienes me han acompañado a la Fiesta turera. A María, Alejandro y Juan de Dios, líderes actuales de la Fiesta de las Turas de Moroturo. A Shela, Santico, Ángel Colina y a la memoria de los tureros Casiano y Adolfo capataces de Turas de San Pedro de Mapararí. A Salvador Vásquez y Nasser Navarro capataces de las Turas de Mapararí. A la memoria de Domingo Alvarez Imaginaria de las Turas de Moroturo. 5 AGRADECIMIENTO Quiero expresar el más profundo agradecimiento a todos aquellos que me estimularon y contribuyeron para la realización de esta investigación. Muy especialmente a mi amigo cronista, poeta y lingüista Ramón Querales, con quien he compartido e intercambiado reflexiones sobre los antiguos ayamanes y sobre la danza de las Turas. A mi amiga especialista de la Lengua Hispanoamericana y folklorista Natividad Barroso García, quien ha sido contribuyente literaria de esta investigación. A mi amigo el filósofo e investigador cultural Erick Jimeno, quien me oriento a que investigara a la aldea próxima: el Patio de Turas de Moroturo. A mi amigo Ramón, responsable de la Sala Larense de la Biblioteca Pío Tamayo, quien antes y durante esta investigación fue diligente colaborador, además de mostrar gran interés por mi investigación. A mis sobrinos Iskas Inti y David Arturo, quienes sienten un gran interés por este tipo de temática y por haberme acompañado en algunos momentos de mi trabajo de campo. A la Maestra y Tutora Nelly García Gavidia, quien desde un primer momento logró captar la posibilidad de desarrollar un ilustrativo trabajo de investigación, gracias a sus indicaciones, a sus acertadas recomendaciones y a sus apasionantes clases llenas de un intelectualismo provocador y atrayente, hemos logrado aproximarnos a un nivel etnológico. A los profesores de la Maestría de Antropología de la Universidad del Zulia: Carlos Valbuena, quien me hizo observar los espacios tureros desde una mirada panóptica y cenital, a Jaqueline Vílchez por sus indicaciones sobre la importancia del parentesco y la estructura social en esta investigación y a Morelva Leal, por su frescura pedagógica y por sus indicaciones sobre la Antropología Venezolana. A la cálida ciudad de Maracaibo, a la Universidad del Zulia y a mis compañeros maestrantes. 6 ÍNDICE DE CONTENIDO Págs. FRONTISPICIO ...................................................................................................................... 2 VEREDICTO........................................................................................................................... 3 DEDICATORIA ...................................................................................................................... 4 AGRADECIMIENTO ............................................................................................................. 5 ÍNDICE DE CONTENIDO ..................................................................................................... 6 ÍNDICE DE GRÁFICOS......................................................................................................... 10 ÍNDICE DE CUADROS ......................................................................................................... 11 RESUMEN .............................................................................................................................. 12 ABSTRAC ............................................................................................................................... 13 INTRODUCCIÓN ................................................................................................................... 14 CAPÍTULO I.- DE LAS TEORÍAS UTILIZADAS EN ESTE TRABAJO 1. Marco Referencial .......................................................................................................... 30 2. Bases Teóricas................................................................................................................ 34 2.1. Los Mitos, Los Sistemas Simbólicos y sus Interpretaciones .................................. 36 2.2. El Mito Como Expresión y Pluralidad de los Lenguajes ........................................ 39 2.3. Los Núcleos Teóricos y el Objeto de Estudio ......................................................... 43 2.4. Lo Social y lo Cultural ............................................................................................ 44 3. Perspectiva Investigativa: Fiesta, Símbolo y Rito.......................................................... 47 3.1. La Fiesta Como un Hecho Social Total .................................................................. 47 3.2. El Símbolo............................................................................................................... 49 3.2.1. El Lenguaje Simbólico, Hermenéutica del Lenguaje.................................... 51 3.2.2. La Dimensión de lo Simbólico...................................................................... 52 3.2.3. La Complejidad Humana: Tránsito de lo Biológico a lo Cultural ................ 54 7 3.2.4. Productos Culturales Humanos ..................................................................... 55 3.2.5. El Tratamiento de lo Simbólico .................................................................... 56 3.2.6. La Antropología y las Estructuras de lo Complejo (Gilbert Durand) ........... 57 3.3. Rito, Ritual y Proceso Ritual................................................................................... 58 3.3.1. Acción ritual o Proceso Ritual ...................................................................... 59 3.4. Noción de Identidad ................................................................................................ 61 3.4.1. Los Imaginarios identitarios e Identidad festiva (epifanía de la identidad) .. 66 3.4.2. Identidad y Parentesco: Filiación y Alianza ................................................. 67 3.4.3. Identidad y Control Cultural ......................................................................... 68 3.5. Antropología religiosa y Antropología de lo simbólico.......................................... 69 3.5.1. Sagrado/Profano ............................................................................................ 70 4. Categorías que se ejercen y se analizan en la Etnografía ............................................... 72 4.1. Espacios Simbolizados............................................................................................ 72 4.2. Morfología espacial de lo simbólico ....................................................................... 73 4.2.1. Espacio Mítico .............................................................................................. 73 4.2.2. Espacio Ritual (espacios para los ritos) ........................................................ 74 4.2.3. Espacios e Identidad...................................................................................... 74 4.3. El Cuerpo, Los Movimientos y Los Indumentos Rituales ...................................... 75 4.3.1. Los Cuerpos en Movimiento y sus Técnicas ................................................ 76 4.3.2. Indumentos Rituales y Representaciones Colectivas .................................... 77 4.4. Las Relaciones de Parentesco y la Estructura Ritual .............................................. 78 4.4.1. Parentesco y Transmisión de: Status, Roles y Elementos de Prestigios ....... 79 4.4.2. El Status ........................................................................................................ 79 4.4.3. Rol y Roles .................................................................................................... 80 8 4.4.4. Los Elementos de Prestigio ........................................................................... 80 CAPÍTULO II.- MÉTODOS Y METODOLOGÍAS 1. Propósitos de la Investigación y Tratamiento Metodológico ......................................... 83 1.1. El Método Etnográfico ............................................................................................ 84 1.2. Método y Metodología Etnográfica ........................................................................ 84 1.3. Parámetros de Análisis ............................................................................................ 85 1.4. La Observación Participante ................................................................................... 86 1.5. La Reflexión y Triangulación Investigativa............................................................ 87 1.6. Producto Etnográfico .............................................................................................. 88 CAPÍTULO III.- DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA RITUAL DE LAS TURAS 1. Contexto de la Fiesta ...................................................................................................... 91 2. Etnografía de los Espacios Festivos-Rituales ................................................................ 92 2.1. Los Espacios Simbolizados en la Fiesta de las Turas ............................................. 92 2.2. El Encanto, Espacio Mítico Turero ......................................................................... 92 2.3. Espacios para los Ritos Tureros .............................................................................. 93 3. Morfología Espacial en la Representación Colectiva .................................................... 93 3.1. Altar Turero............................................................................................................. 96 3.2. El Patio Central Turero ........................................................................................... 97 3.3. El Palacio Turero .................................................................................................... 98 3.4. El Altar de la Jerarquía Turera ................................................................................ 99 3.5. El Encuentro............................................................................................................ 99 3.6. Encuentro con los tureros de Mapararí ................................................................... 100 3.7. El Altar de los Cazadores ........................................................................................ 101 4. Etnografía de la Estructura Festivo-Ritual ..................................................................... 103 4.1. Organización y Estructura Ritual de las Turas........................................................ 103 9 4.2. Genealogía en la Fiesta Ritual de las Turas en el Cerro de Moroturo .................... 104 4.3. Diagramación actual de la estructura ritual en el cerro de Moroturo...................... 115 4.4. Sobre la Solidaridad entre Hermanos y la Continuidad Ritual ............................... 118 CAPÍTULO IV.- DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL PROCESO FESTIVO-RITUAL 1. La Fiesta y sus Ritos ...................................................................................................... 121 1.1. Descripción ............................................................................................................. 121 1.2. Sintaxis Ritual y Memoria Semántica Turera ......................................................... 122 1.2.1. El Encuentro Entre Agricultura/Cacería ....................................................... 127 1.2.2. Hombre/Mujer: Regeneración, Fertilidad e Infinito Cósmico ...................... 129 1.2.3. Persecución y Encierro del Venado .............................................................. 134 1.2.4. Encierro/Sacrifico del Venado ...................................................................... 134 1.2.5. La Cortesía y el Entrecruzamiento de las Serpientes Míticas ....................... 138 1.2.6. El Guanaico ................................................................................................... 145 1.3. Los Símbolos y Las Simbolizaciones en el Proceso Festivo-Ritual ....................... 147 1.3.1. Indumentos Rituales en la Fiesta de las Turas .............................................. 147 CONCLUSIONES ................................................................................................................... 152 BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................... 155 REFERENCIAS FOTOGRAFICAS ....................................................................................... 160 ANEXOS ................................................................................................................................. 168 10 ÍNDICE DE GRÁFICOS Págs. Gráfico 1. Factores de Análisis de los Mitos ......................................................................... 41 Gráfico 2. Diagramación Actual de la Estructura Ritual en el Cerro de Moroturo ............... 115 Gráfico 3. Principal Jerarquía Turera..................................................................................... 117 11 ÍNDICE DE CUADROS Págs. Cuadro 1. Espacios Simbolizados y los Ritos de la Fiesta Ritual de las Turas ..................... 93 Cuadro 2. Sintaxis Ritual y Memoria Semántica Turera ....................................................... 122 12 GÓMEZ CASTRO, Jorge Enrique. “ELLOS SIGUEN EN EL BAILE. Símbolos en la Fiesta Ayamán de las Turas”. Trabajo de Grado para optar al grado de Magister Scientiarum en Antropología. Mención Antropología Social y Cultural. Universidad del Zulia. División de Estudios para Graduados. Facultad Experimental de Ciencias. Maracaibo, Venezuela. 2013. p.p 180. RESUMEN La Fiesta de las Turas es una representación colectiva de ascendencia indígena, esencialmente ritual, que aún siguen ejecutando los descendientes de los Ayamanes, principalmente en el noroccidente Venezolano. El presente trabajo es el resultado de una investigación realizada en el Cerro de Moroturo, Municipio Urdaneta estado Lara y en San Pedro de Mapararí, estado Falcón. En el cual se aborda el estudio y la interpretación de los símbolos presentes en la Fiesta Ritual de las Turas y como dicha representación colectiva ha cohesionado y conformado la identidad colectiva de los descendientes de los Ayamán (Los Tureros). La investigación se perfilo desde lo que ha sido la perspectiva y los supuestos teóricos de la Escuela de Etnología francesa, intentado trazar una línea investigativa en el estudio de lo sagrado y lo simbólico, que va desde Emile Durkheim y Marcel Mauss, continuando con Lévi Strauss, Dan Sperber, Marc Augé, Victor Turner, E. Leach, Honorio Velasco, hasta Gilbert Durand. Para la recolección de la materialidad significante se utilizó el método etnográfico, por medio del cual se logró la triangulación investigativa y se interpretó el contexto significativo, en gran parte elaborados por el investigador. Se finaliza afirmando que por medio de la Memoria Cultura Semántica de los Tureros se expresa una constelación simbólica por la cual se manifiesta las marcas culturales de este grupo humano. Palabras clave: Las Turas, Fiesta Ritual, Representación Colectiva, Símbolos, Identidad. Correo Electrónico: iyitkuay@yahoo.com 13 GÓMEZ CASTRO, Jorge Enrique. ―THEY ARE STILL AT THE BALL. Symbols on the Feast of the Turas Ayaman‖. Trabajo de Grado para optar al grado de Magister Scientiarum en Antropología. Mención Antropología Social y Cultural. Universidad del Zulia. División de Estudios para Graduados. Facultad Experimental de Ciencias. Maracaibo, Venezuela. 2013. p.p 180. ABSTRACT The Festivity of Las Turas is a collective representation of native origin, essentially a rite that is still carried on by descendants of Ayamán, mainly in the North-West of Venezuela. This work is the result of a research carried out in El Cerro de Moroturo, Urdaneta District in Lara State, and in San Pedro de Mapararí, Falcon State. In which, the study and comprehension of the symbols found in the ritual festivity of Las Turas are approached and how such collective representations have brought together and shaped the collective identity of Los Tureros. This research has been defined from what has been the perspective and theoretical assumptions of the French School of Ethnology, trying to draw a line of research in the study of the sacred and symbolic, that goes from Emile Durkheim and Marcel Mauss, coming onto Levi Strauss, Dan Sperber, Marc Augé, Victor Turner, E. Leach, Honorio Velasco, to Gilbert Durand. The Ethnographic Method was carried out for the gathering of meaningful materiality, through which the triangulation of research was achieved and meaningful context was comprehended, in the majority done by the researcher. To finish, it is assured that, through the Semantic Cultural Memory of Los Tureros, a symbolic constellation is conveyed; in which, the cultural traces of this group of people is manifested. Keywords: Las Turas, Ritual Festivity, Collective Representation, Symbols, Identity. E-mail: iyitkuay@yahoo.com 14 INTRODUCCIÓN El Ritual Festivo de las Turas es la expresión de un rito agrario que aún es practicado por los descendiente de los Ayamanes1, en la zona sur del Estado Falcón y norte del Estado Lara. Las Turas es la expresión ancestral más característica, cohesionadora e identitaria de este grupo. Es una representación colectiva en la que se manifiestan los elementos simbólicos; en la relación hombre/naturaleza, macho/hembra y agricultura/cacería. Símbolos que han conservado su esencia ritual en el tiempo a pesar de haber asimilado otros elementos: ―entre las pocas costumbres que han conservado de sus antepasados, es la más importante fiesta llamada tura, la cual se celebra en julio o agosto, en la época en que el maíz esta jojoto, es decir, en que los granos ya desarrollados están aún tiernos‖ (Jahn Alfredo, 1927:242). Ya desde el tiempo de Los Welser (1530) aparecen registros escritos de los danzantes Ayamanes, si bien es cierto que Nicolás de Federmann no recoge en su diario o bitácora aspectos descriptivos sobre la danza o, por lo menos, no lo apunta en su ―Historia Indiana‖ sí hace mención del pueblo de los Ayamanes; ―Habiendo encontrado al amanecer del tercer día una aldea de seis u ocho casas, que es la primera de esta Nación de Ayamanes‖ (Federmann, 1530:5). La Fiesta Ritual de las Turas es una danza propiciatoria efectuada desde tiempos inmemoriales por los Ayamanes y luego por intercambio intercultural que se dio por estos territorios, la incorporan al imaginario cultural los demás grupos: ―Las turas podrían considerarse como una vivencia de un rito mágico de los Ayamán, sin descartar tampoco que, al ligarse este grupo con otros indígenas, en tales ceremonias tomaran parte también los Ajaguas, los Caquetíos, los Cuibas, los Gayones, los Jirajaras y demás aborígenes emparentados o que tuvieran relaciones directas con aquella tribu de los Ayamán‖.(Domínguez, Arturo L., 1984:20). 1 Etnónimo del grupo Amerindio que habitó los territorios nor-occidentales de Venezuela. El antropólogo Miguel Acosta Saignes (1949) y posteriormente Fernando Arellano (1986) designaron: los Ayamanes y los incluyeron en el Áreas Cultural de la zona Circuncaribe, en las tribus del Noroeste de Venezuela, junto a los Jirajaras y Gayones. En este trabajo vamos a referirnos al gentilicio de los Ayamanes de forma plural, ya que nos estaremos refiriendo a los antiguos pobladores de estos territorios quienes fueron encontrados en el siglo XVI por el expedicionario teutón Nicolás de Federmann, quien registro en su bitácora como: Nación de Ayamanes, cuestión que ha sido aclarada por el lingüista Renato Agagliate en su trabajo (1996) ―La Patria de los Ayamanes‖ quien indica sobre el uso convencional del etnónimo de este grupo ancestral. 15 Los descendientes de los antiguos pobladores de estos territorios han continuado con la práctica del ritual festivo; ―La danza de las turas es, pues supervivencia de un rito agrario, de una danza de fecundidad, conservada con sorprendente fidelidad‖ (Acosta Saignes, M., 1962:90). He tenido la oportunidad de presenciar este ritual festivo en nuestra contemporaneidad, de allí surge el interés por conocer, comprender y analizar sus símbolos. Los elementos simbólicos que aún permanecen en la fiesta ritual de las turas, constituyen un marco significante de gran interés que gira alrededor de la representación de la danza como el eje estructurante, cohesionador e identitario de los descendientes de los Ayamanes. ―El Esterkuye es la unidad indisoluble musical-danzario [sic] del ritual ancestral que ahora conocemos como el baile de las turas, al que los ancianos que hablaron el idioma aborigen lo designaban con el nombre de Esterkuye‖ (Linárez, Pedro P., 1995:15). Dicha temática aquí brevemente expuesta, va a ser abordada y desarrollada desde el Objeto y Método de Estudio de la Antropología en especial por los aportes de la ―escuela de etnología francesa‖, por centrarse ésta en el estudio de lo simbólico, de lo ritual y lo religioso, en sus aspectos e influencia en el orden cultural y social de forma sincrónica y diacronica. La temática se ubica dentro de la línea de investigación: ―Lo Sagrado y la Diversidad Religiosa: Creencias, Ciencias y Prácticas‖. El interés de la presente investigación, está centrado en el marco significante de la fiesta de las Turas, proponiendo analizar e interpretar los dispositivos simbólicos, eje de pertenencia, los mitos propios, relación dialéctica naturaleza/cultura, sentido social y sistema de representaciones que giran y han girado en torno al ritual festivo, por ser éste la simbolización y re-simbolización de este grupo y sus descendientes mestizos, partiendo de la observación de lo que aún se manifiesta, identificar los ritos y mitos presentes y analizar la importancia del ritual festivo como elemento cohesionador e identitario de los descendiente de los Ayamanes. Se propone realizar un estudio hermenéutico del ritual festivo como el fenómeno simbólico donde subyace un conocimiento que busca reconocer los componentes de la fecunda naturaleza. Un sistema cognitivo, que, a pesar de la transculturización y la asimilación de otros elementos busca expresar a través de la fiesta de las Turas: La regeneración vegetal y la fertilidad. Esto a pesar de que la gran mayoría de los descendientes no poseen tierras para realizar la siembra que es y ha sido el elemento primordial de esta fiesta, ellos siguen bailando y celebrando las Turas. Para los tureros esta fiesta ritual constituye su eje y su herencia cultural. 16 De los elementos hasta aquí brevemente expuesto han surgido los siguientes interrogantes: ¿Cuáles son los elementos simbólicos que están presentes en la fiesta de las Turas? ¿Por qué los descendientes de los Ayamanes siguen bailando las Turas? ¿De qué manera se reflejan en los elementos simbólicos; las relaciones macho/hembra, hombre/naturaleza, agricultura/cacería y lo propio y lo ajeno? ¿Cuál es el orden social y cultural de las Turas?, ¿Cuál es la importancia de los ritos como orden cohesionador y ordenador? y ¿Cuál podría ser la relación simbólica entre el mito Ayamán ―Cuando el mundo era mundo y no había maíz‖ y el rito danzario? Objetivo General: Interpretar los elementos simbólicos presentes en la fiesta de las Turas, como la función integradora e identitaria de los descendientes de los Ayamanes, en el sur del estado Falcón, comunidad de san Pedro de Mapararí y norte del estado Lara, comunidad del cerro de Moroturo (2005-2012). Objetivos Específicos: 1. Identificar los ritos y símbolos presentes en la dinámica colectiva que se desarrollan en los ritos festivos de las Turas, como vehículo por el cual se expresan sus identidades. 2. Describir los ritos y símbolos presentes en las Turas que expresen relación particular del sujeto colectivo con lo sagrado. 3. Comparar el sistema simbólico de los ritos y mitos presentes en la fiesta ritual de las Turas. 4. Interpretar el orden social y cultural de los ritos de las Turas, para comprender cómo se expresan los códigos primordiales, básicos y fundamentales de las identidades de los descendientes de los Ayamanes. La Hipótesis vertebral de esta investigación indica que a través de la Fiesta Ritual de las Turas se configuran una constelación simbólica por la cual se expresan las marcas culturales de la identidad colectiva de los tureros, la cual se sigue representando a través de la institución y el sistema festivo, los cuales cumplen su función y sentido social de continuidad, pertenencia y de relación entre los descendientes de los Ayamanes. 17 Es importante destacar que esta investigación es un aporte significativo para los estudios antropológicos en Venezuela, sobre todos para aquellos que fueron abordados en un primer momento desde una reducción folklorista y que hoy pueden redimensionarse desde un enfoque más totalizante; desde la antropología social y cultural, la cual ha tenido ilustrativos frutos en nuestro país a partir de los años 60-70, aunque posteriormente cayó en cierto marasmo intelectual que permaneció hasta los años 90. Las posibilidades investigativas están ahí; en aquellos objetos de estudios que en el siglo pasado fueron abordados desde la reducción folklorista. En este siglo XXI las posibilidades antropológicas en nuestro país tienen diversos campos temáticos y quedan muchísimos objetos de estudios para ser ampliados, sobre todos aquellos que fueron abordados a principios y a mediados del siglo pasado. Este trabajo es una demostración, que podremos seguir profundizando los trabajos referentes a las fiestas y las danzas ―folklóricas‖ en Venezuela. La intencionalidad investigativa enmarca al objeto de estudio dentro de un campo convergente de: La Antropología de la Religión y la Antropología de lo Simbólico, entendiendo que ambas fueron necesarias para lograr generar un producto etnográfico-antropológico. Para abordar la investigación se asumió el método etnográfico, el cual permitió recopilar, armar e interpretar la fiesta de la Turas. Las orientaciones investigativas permitieron la observación, descripción e interpretación del objeto de estudio, como un conjunto de técnicas de ―observación participante‖ que ha permitido obtener la información empírica deseada para lograr la aproximación al fenómeno simbólico y así dar sustento al conocimiento antropológico. Para este trabajo se fueron estableciendo parámetros de análisis referentes a: la observación participante, la reflexión y triangulación investigativa y el producto etnográfico a elaborar. El trabajo de campo permitió ir redimensionando las interrogantes antropológicas que nos planteamos. Las primeras observaciones ―etnográficas‖ se iniciaron a partir del 2005 hasta el 2008, tanto en el Cerro de Moroturo, como en San Pedro de Mapararí. En este primer periodo investigativo se logra participar de lleno en los preparativos previos para la fiesta; elaboración de chicha, recolección, corte y aprovisionamiento de la leña, limpieza y decoración de los espacios para la fiesta: casa de albergue, el Altar, el Palacio y el Patio turero. El año 2005 fue de gran movilidad turera, iniciando con la ejecución del llamado Encuentro de la Fraternidad Turera realizado ese año los días 23 y 24 de junio en San Pedro de Mapararí, donde participaron tureros de los estados Lara, Falcón y Portuguesa. Una semana después (28 y 18 29 de junio) se llevó a cabo en San Pedro de Mapararí las Turas que se realizan año tras año en honor a San Pedro y San Pablo. El 23 de julio se realizó en el Cerro de Moroturo una Sesión Especial de Asamblea Nacional para la designación de los Ayamanes como la Etnia número 35 del Estado Venezolano, que posteriormente paso al puesto 36 debido a la separación de los Yukpa y Japreira, este evento fue presidido por la Diputada Nicia Maldonado Maldonado, ya que la presidenta de la Comisión Noheli Pocaterra no pudo asistir. A este evento fue invitado el pueblo Jivi, quienes asistieron y presentaron su música y danza. En esta oportunidad los tureros bailaron las Turas y días después fueron ejecutadas las Turas pequeñas del Cerro de Moroturo, en las cuales también participamos. En el mes de Agosto (2005) aún radicados en el Cerro de Moroturo, se presentó la oportunidad de asistir con los tureros a Píritu estado Portuguesa para el velorio de un primo de ellos, allí también se ejecutaron las Turas. En este mismo mes acompañé a Caracas a la principal jerarquía turera (reina, piache y capataz), quienes fueron invitados a participar al igual que otros grupos indígenas de Venezuela en el acto inaugural del ―Encuentro Internacional de los Jóvenes y los Estudiantes‖. En el Mes de septiembre viajamos a San Pedro de Mapararí con los tureros de Moroturo para asistir junto a ellos a las Turas que se celebran en Mapararí, las cuales se ejecuta el 23 de septiembre en honor a la Virgen de las Mercedes. El resto de ese año continuamos compartiendo de la cotidianidad con los tureros de Moroturo, permanecíamos ahí; aprendiendo, indagando y viviendo. Llegando el mes de octubre tiempo en el que se ejecutaron las Turas grandes, las que casi siempre se realizan cercanas a los días de los Santos y los difuntos, en esta Turas fui nombrado junto a mi compañera, y en el Palacio turero como: Ayudante de Turas. A partir de ese momento la compenetración con la Familia Perozo fue tal que regresamos para el mes de diciembre a celebrar el cumpleaños de la Reina María Perozo. Verdaderamente puedo decir que el año 2005 fue de grandes conocimientos, recorridos y vivencia junto a los tureros. Todo este recorrido ha significado una gran experiencia particular, la cual, nos ha dotado de una mayor amplitud investigativa para dar sustento a nuestra autoridad etnográfica. Nuevamente regresamos al cerro de Moroturo para el mes de Marzo (2006) en el periodo vacacional universitario, en ese momento tuvimos una breve estancia que nos permitió observar el desarrollo comunitario; momento donde se puede palpar el tiempo de la escasez, el periodo de intensificada sequía; en el cual cabe la pregunta ¿Dónde está la fiesta, dónde ha quedado la 19 abundancia de su tiempo? En ese año 2006 participamos en la ejecución de las Turas tanto grandes como pequeñas y en el llamado Encuentro de la Fraternidad Turera que este año fue en el Cerro de Moroturo. Para el primer trimestre del año 2007 participamos como empadronadores del censo de este pueblo indígena que direccionó el naciente Ministerio de Pueblos y Comunidades Indígenas, como uno de los acuerdos a los que llegó el máximo Poder Legislativo del país en el 2005, en la Sesión Especial de la Asamblea Nacional, que establecía: Reconocimiento, Censo de población, Cedulación y Demarcación del territorio Ayamán. En esta oportunidad se trabajó con un instrumento elaborado por el Instituto para el Desarrollo Rural (INDER). Al momento del censo logramos aprehender varias cosas: Palpar nuevamente que en este tiempo en el Cerro de Moroturo y para sus habitantes es un periodo de escasez, lo que hace migrar a los hombres jóvenes a los llanos occidentales, quienes acuden como braseros para las haciendas portugueseñas, y lo otro que logramos evidenciar fue que al momento de realizar una de las preguntas referentes a la etnicidad: ¿A qué grupo indígena pertenece, es usted Ayamán? La respuestas que recibimos fueron: Los principal (jerarquía turera) respondían con un Si enfático y los demás habitantes de Cerro de Moroturo respondían: ―si, yo soy turero, yo bailo las Turas‖ cuestión que nos llamaba la atención y que posteriormente me hizo reflexionar sobre la Identidad del grupo, al abordar la redacción y análisis de nuestro trabajo (2012-13) y referirnos a las identidades; rememoramos esos datos del 2007. En ese año de igual forma participamos en la ejecución de las Turas. Para el año 2008 directamente no participe en las Turas, ya que me encontraba trabajando por todo el estado Lara en los Talleres para la Sensibilización del Patrimonio Cultural (IPC), viajando en una sola oportunidad para Moroturo, la cual no coincidió con la ejecución de la Festividad. En esa oportunidad de trabajo compartí con los tureros quienes fueron invitados por el Instituto de Patrimonio Cultural para que expusieran sus tradicionales saberes referentes a la ―Identidad Cultural, Legado Ancestral y Nuevos Aportes‖. En el espacio de este taller patrimonial; los tureros nos ilustraron sobre los instrumentos musicales, sobre la danza, sobre la cortesía, sobre los espacios rituales, etc. De esta manera termino esta primera etapa de mi aficionado ―trabajo de campo‖, el cual ha sido muy significativo e interesante. Esta primera etapa la ejecute junto a Ruth Lázaro; quien es hoy mi esposa, ella ha sido parte de esta primera experiencia turera; muy vivida y muy sentida. Verdaderamente hemos estado ―En El Baile‖. 20 A partir del año 2009 voy a dar inicio a la segunda etapa de mi trabajo de campo en y sobre las Turas del Cerro de Moroturo. Este año acudí solamente a la realización de las Turas grandes realizadas en el mes de octubre. Ya para este tiempo me encontraba formalmente en la Maestría de Antropología de la Universidad del Zulia, en los meses anteriores había cursado y aprobado el Curso Propedéutico ―Teorías, método, campo y tendencias de las ciencias antropológicas‖ en el cual presente mi propuesta de temática, verdaderamente desde allá hasta acá; que es este trabajo final: ha sido un significativo recorrido. Es a partir del 2010 que comienzo progresivamente a participar como un aprendiz de etnógrafo, comienzo a esquematizar mi participación durante la fiesta de las Turas y a seguir las orientaciones teórico-metodológicas. Logrando ir progresivamente alejando la mirada y distanciarme de la participación que anteriormente había tenido, para ello estructure esquemas de trabajo, estableciendo como objetivos: precisar las partes y las secuencia de los ritos, graficar los espacios (altar, patio y palacio), realizar más entrevistas abiertas con los principales tureros, registras fotográficamente a los instrumentos musicales, a los espacios, a la participación de los actores (jerarquía turera, tureros cazadores, tureros músicos, tureros danzantes). Este año participe en ambas Turas (grandes y pequeñas). En el año 2011 ya armado de algunas lecturas de teoría antropológica; perfile y focalice el trabajo de campo siguiendo la metodología turneriana (1980) la cual orienta que para deducir los símbolos de un proceso ritual se debe establecer la siguiente triada investigativa: características observables, interpretación de los especialista y contextos significativos elaborados por el antropólogo. Este año solamente participe en las Turas grandes, realice un esquematizado registro fotográfico global de las Turas, incluyendo por primera vez fotos del árbol-altar de los cazadores; lugar que hasta el momento era desconocido para mí, ya que siempre al iniciar las Turas salía del lugar de donde inicia el grupo de los agricultores. En esta oportunidad además de entrevistar a los principales tureros también entrevisté a los demás tureros cazadores, danzantes y asistentes. Para el año 2012, después de haber presentado e inscrito mi proyecto de investigación continúe perfilando mi trabajo, cada vez más atendiendo y comprendiendo las indicaciones y sugerencia de mi Tutora la Profesora Nelly García Gavidia y tomando en consideración la sugerencias del profesor Carlos Valbuena de estar pendiente de los núcleos teóricos que había abierto en mi proyecto. Así que continúe con los esquemas de trabajo, siempre vinculándolos con las teorías antropológicas asumidas. En este año participe en ambas Turas del Cerro de Moroturo; 21 dedicándome a continuar los registros fotográficos, además este año me enfoque en tomar fotografías a los espacios rituales (Altares y el Palacio) decorados para la festividad, pero sin presencia de persona alguna. En estas Turas realice la genealogía del patio turero del Cerro Moroturo, tomando como Ego al Capataz Mayor Alejandro Perozo. Todo esto ha sido nuestro recorrido etnográfico, un primer momento (2005-08) sin teoría antropológica sistematizada y posteriormente desde un enfoque antropológico (2009-12) que fue estructurando, dirigiendo y orientando el trabajo que aquí estamos presentando, entendiendo que ―la etnografía constituye la base empírica del conocimiento antropológico‖ (Baztán, 1995:4) y nos permiten aproximarnos a los fenómenos ―Querer conocer significa reunir información empírica desconocida suficiente en cantidad y calidad y basar en ella argumentos sobre causas y perspectiva de la situación bajo estudio‖ (Krotz, Esteban 1991:51). De allí que nuestro trabajo de campo fue elaborado por etapas o faces, la primera fue la recolección de material empírico (materialidad significante) como: los Instrumentos musicales, la indumentaria ritual, la escenografía ritual, los espacios rituales, las escenas festivas, los actores, la jerarquía ritual, la separación de roles, los elementos de prestigió, el ciclo festivo, la elaboración de bebida (chicha), etc. Y una segunda etapa de procesamiento, análisis y estructuración del producto antropológico. A continuación, expondremos las dificultades y las limitaciones que tuvo este trabajo para y durante el proceso de investigación, no a manera de simple justificación o enumeración de excusas sino como un ejercicio de aprendizaje antropológico para los noveles investigadores, como es nuestro caso. En primer lugar fue necesario el alejamiento de la mirada, cuestión que nos llevó algún tiempo ponerla en práctica y asimilarla, ya que antes de emprender el abordaje y dar sustento teórico al objeto de estudio seleccionado teníamos gran cantidad de informaciones y descripciones de forma dispersa y de cierta manera cargada de alguna pre-nociones que tuvimos que ―exorcizar‖ y ordenar. A pesar que la esencia de nuestro trabajo no cambio de forma, solo depuramos algunas de nuestras apreciaciones, ampliamos las dimensiones y le dimos un perfil para el estudio de un hecho social complejo: estudio de la fiesta, los símbolos y la conformación de la identidad colectiva. Podemos decir que fue un proceso investigativo complejo, ya que tal enfoque y perspectiva de investigación era de por sí una dificultad. Tal planteamiento investigativo presentaba un gran 22 entramado que solo podía ser abordado y sustentado con una propuesta teórico-metodológica que diera respuesta a cada una de las partículas investigativas planteadas, a las cuales pretendíamos desde un primer momento realizar desde lo que consideramos ha sido el desarrollo histórico y el acumulado científico de la escuela de etnología francesa, cuestión que resultó ser una gran dificultad y la cual nos hizo prolongar la culminación de nuestro Trabajo Final de Grado. Verdaderamente nuestro trabajo amerito un gran esfuerzo investigativo: en dedicación y en consultas bibliográficas, para así lograr dar respuesta a los núcleos teóricos que nos planteamos. De allí que hemos considerado como una dificultad la realización final del Marco Teórico que aquí presentamos. En cuanto a la limitantes particulares, debemos referir que nos faltó profundizar la segunda fase del trabajo sobre San Pedro de Mapararí. A pesar que nuestro trabajo estaba focalizado en el Cerro de Moroturo, y de forma asesoría y comparativa en las Turas de Falcón. Verdaderamente hubiésemos querido desarrollar en su ―totalidad‖, no obstante hemos dado cumplimiento con nuestras promesas investigativas, muestra de ello es que; la materialidad significante, los mitos, los espacios rituales, los tiempos festivos, los acompañamientos festivos, los encuentros de la Fraternidad Turera los hemos incluido en este trabajo. Las Turas y los tureros de San Pedro de Mapararí han sido parte de nuestra documentación bibliográfica y de nuestra experiencia etnográfica, para la comparación y complementariedad de nuestro trabajo. Este trabajo está conformado por cuatro Capítulos: Capitulo I, Referente a las precisiones teóricos para el abordaje de este trabajo de investigación; Capitulo II, Método y Metodología utilizados para nuestra observación-descripción, la triangulación investigativa y lograr generar nuestra etnografía y análisis. Capítulo III, descripción y análisis de la materialidad significante; Espacios Rituales y Estructura Ritual, Capítulo IV, descripción y análisis del Proceso FestivoRitual (Sintaxis Ritual Memoria y Memoria Semántica Turera) y finalmente las Conclusiones a las que hemos llegado con nuestro trabajo, sustentadas con los núcleos teóricos de la investigación. La presente propuesta tiene como orientación la realización de un estudio hermenéutico de n ritual festivo al cual hasta el momento sólo le han dedicado trabajos breves y en el orden etnohistórico y folklorista, que si bien es cierto son una contribución y un punto de partida, no son trabajos que respondan a la amplitud de los enfoques antropológicos, a pesar de haber abordado (la danza) como el marco referencial de este grupo humano. De allí surge el interés y la 23 necesidad de profundizar los registros etnográficos que hasta el momento se han realizado, además de que dicho objeto de estudio como todo proceso y estructura cultural ha sufrido transformaciones y se le han incorporados otros elementos. La Fiesta Ritual de las Turas es una representación musical-dancística de gran contenido y profundidad antropológica que se conserva en parte de la región centro-occidental de Venezuela. Por ello, la realización de una investigación hermenéutica es de gran relevancia, ya que se buscará trascender los rasgos culturales de orden diacrítico, y es allí, de donde surge y se justifica la importancia de profundizar sobre su marco significante, como nos refirió el maestro Acosta Saignes ya hace más de medio siglo: la danza folklóricas de las Turas es un ―Complejo rito agrario‖ que debe ser estudiado para la profundización, no para el simple ―contentamiento de coleccionistas de curiosidades o para el regodeo de los desocupados‖ (Acosta Saignes, M., 1962:78). En su complejidad ritual y festiva podremos encontrar la representación de un sistema simbólico particular, múltiple y diferente del cual podremos extraer una forma cultural más de cómo los hombres se comunican a través de símbolos, cómo se expresan las marcas culturales y cómo en cuyos símbolos opera y se estructura el sistema cognitivo humano. De allí la importancia de profundizar e interpretar los elementos simbólicos que consideramos se encuentran en el orden de lo sagrado, estos son los más característicos y significativos de esta representación colectiva, que integra y estructura la regeneración vegetal y la fertilidad, las cuales están orientadas por el ciclo agrario, en cuyos elementos simbólicos es donde subyace el conocimiento ancestral que busca reconocer los componentes simbólicos de la fecunda naturaleza. Como educador considero que desarrollar esta propuesta temática en el trabajo final de grado, el cual se inserta dentro de la línea de investigación: ―Lo sagrado y la diversidad religiosa: Creencias, ciencias y prácticas‖, podría ser de gran importancia y de gran contribución para las generaciones actuales y las venideras; además de estar dentro del ámbito y de los planes de desarrollo científico-antropológico de la zona occidental del país que han venido desarrollando La Universidad de los Andes (ULA) y La Universidad del Zulia (LUZ). Asumiendo la investigación desde el compromiso ineludible de lograr elaborar un producto antropológico, a partir de todo el conocimiento disciplinar (Teorías, método, campo y tendencias de las ciencias antropológicas) y desde allí, intentar poner el sello autóctono sin dejar de valorar todo el ―Conocimiento acumulado‖. 24 Los objetivos de estudio surgieron del trabajo que realicé para optar al grado de Licenciado en Educación, Mención Desarrollo Cultural. El cual se fundamentó: sobre las manifestaciones culturales del Estado Lara, siendo una de ellas ―el baile de las Turas‖. En esa oportunidad realicé de forma muy incipiente una investigación sobre los elementos etnográficos que, a posteriori, han despertado gran interés por su profundidad. Ya que la danza de las Turas constituye un aporte festivo que aún permanece dando vueltas circulares, invocando a la lluvia y agradeciendo a los espíritus tureros. El trabajo etnográfico fue realizado principalmente en los meses de junio a octubre por ser este el ciclo turero de mayor actividad, tiempo en donde se ejecutan las principales celebraciones del ritual festivo, como lo son: Las Turas grandes, las Turas pequeñas y el encuentro de la fraternidad turera. Además de visitas de campo que se realizaron en otros momentos durante el trabajo de investigación, cuestión que estuvo determinada por el ritmo y por los requerimientos del trabajo de campo. La Antropología Social y Cultural como cuerpo teórico nos sirvió de orientación para el enfoque científico requerido para la realización del Trabajo de Grado, facilitando nuestra aproximación al fenómeno simbólico y así interpretar los elementos presentes en la fiesta de las Turas. Desde la perspectiva durkheniana de representaciones colectivas; como la función integradora y vehículo por el cual se reafirman las identidades de los descendientes de los Ayamanes. De allí que hemos considerado las orientaciones teórico-metodológicas de Durkheim: por su marcado interés por las unidades sociales que integran a los grupos y por el carácter simbólico que se desarrolla a través de estas, ya que él logro precisar que los hombres comulgan y se comunican a través de símbolos, los cuales constituyen una de las principales característica de los hechos sociales. De esta manera quedan excluidos los planteamientos teóricos propuesto por la antropología simbolista norteamericana de finales de siglo pasado; surgida a partir de la década de los años 60 (Reynoso, 1998), la cual ha tenido diversos nombres genéricos como: interaccionismo simbólico, antropología simbólica, antropología interpretativa y antropología postmoderna. Se partió de un conocimiento (bibliográfico y de campo) previo que tenía sobre y en el ritual festivo de las Turas ejecutadas en los patios del Cerro de Moroturo y de San Pedro de Mapararí, ambos lugares constituyen lo que ya anteriores investigadores han designado como: el 25 espacio turero, el primero constituye el patio principal del Estado Lara, y es en éste donde se encuentran el mayor número de componentes simbólicos, y el segundo, aunque no es el principal del Estado Falcón, es donde he encontrado un interesante componente simbólico de la fiesta ritual, ya que aún son ejecutadas alrededor del solsticio de invierno e internándose en el bosque a los pies de un Jagüey2. Ambos patios de Turas se encuentran uno del otro a una distancia de unos 50 Km. Aproximadamente, los miembros principales de uno y otro lugar se acompañan año tras año en la ejecución de las Turas (pequeñas y grandes), además de realizar de forma alternada lo que ellos han llamado contemporáneamente ―Las Turas de la confraternidad turera‖ donde participan ―parcialidades‖ de los sitios del Jusal, Los Cañitos, El Turagual, Mapiare, Santa Cruz de Bucaral y Turén, que aún ―siguen en el baile‖. Este trabajo analiza a la fiesta de las Turas, principalmente la que se celebran en el Cerro de Moroturo estado Lara, en la cual se representa todo un universo simbólico que ha sido abordado como fenómeno religioso, ya que a través de la fiesta este grupo humano manifiesta su imaginario simbólico, el cual se encuentra en el orden de lo sagrado. Los símbolos que aparecen en esta representación colectiva son y han sido creación colectiva, por un lado nos muestran; las estructuras de lo humano que operan en la nucleación noologica-cultural (Morin, [1974] 2005) y por otro lado nos muestra la particularidad que ella (la fiesta ritual) han logrado producir en el tiempo y en el espacio festivo. Este trabajo reflexiona sobre todo el entramado social y cultural, considerando principalmente a uno de los paradigmas antropológicos (holístico) para dar respuesta a los interrogantes y objetivos planteados que gira alrededor de la interpretación de los símbolos y cómo operan todos los elementos (subyacentes, recurrentes y de saber simbólico) en su conjunto que es la Fiesta Ritual de las Turas. Y considerar de forma complementaria a un tercer paradigma como lo propone la doctora Nelly García; el paradigma del don, ya que en la representación colectiva se encuentra las donaciones como parte componente de la festividad. Nuestra particular etnografía muestra cada uno de los ritos que compone a la fiestas de las Turas, estos ritos estructuran a la fiesta, ya que existe una secuencia articuladora, la cual tiene su 2 Jagüey: En el caso que aquí hacemos referencia es a naciente de agua; llamados de forma popular ―ojos de agua‖ su representación es benéfica. En el espacio turero (Mroroturo-Mapararí); existe la creencia sobre los protectoresguardianes de estas nacientes, quienes castiga a los trasgresores del orden de estos espacios sagrados. 26 eficacia simbólica. Estos ritos siguen un plan diseñado que hemos referido en nuestra etnografía como: Sintaxis Ritual, por consideran que estos siguen un orden como si se tratase de ordenar documentos literarios; con secuencia de palabras, conformación de oraciones, elaboración de párrafos para la composición del texto; verdaderamente a través de los ritos se teje un contexto (la Fiesta) por el cual se sigue manifestando la memoria cultural semántica, de allí que hemos designado a nuestra descripción y narración etnografía como: Sintaxis Ritual y Memoria Semántica Turera, construcción que deviene de los aportes de los profesores: José Enrique Finol (Sintaxis Ritual) y Nelly García Gavidia (Memoria Cultural Semántica). Parte de este trabajo fue presentado en el VII Congreso Internacional de Semiótica (2012) efectuado en la Ciudad de Maracaibo. La Fiesta Ritual de las Turas (la danza) es una representación de procedencia indígena, a la cual se han incorporado otros elementos de procedencia hispánica, afro-descendiente y criolla, siendo en la actualidad una configuración mestiza ejecutada por los descendientes de los antiguos ayamanes que han seguido en el baile. De allí que en nuestra etnografía se describen dos episodios de la fiesta que muestran nuevos elementos simbólicos que se han incorporado para enriquecer a la festividad, esto son: La Salve, que se da antes de iniciar las Turas y el Guanaico 3 que se desarrolla ya finalizada las Turas, esta última representación sólo la hemos encontrado hasta el momento en el Cerro de Moroturo, esta representación se incluye en este trabajo investigativo. De ahí que nuestro trabajo no se remita únicamente a la danza, ya que mi interés es superar la mera recolección e inventario de los instrumentos musicales, música, objetos rituales y coreografía etc. Nuestra orientación está dirigida hacia la aproximación dramático-comunicativa que logre conjugar a los elementos de la oralidad (mitos, cuentos y leyendas), las escenas rituales (danza, bailes y cortesías) y cultura material (instrumentos musicales e indumentos rituales, elementos de prestigios y ofrendas) ―lo que implica hablar de antropología del acontecimiento o evento de la danza‖ (Kepa Fdez. De Larrinoa, 1997:22) entendiendo que la danza suele ser la parte principal de las fiestas. Hemos realizado una completa y detallada recolección sobre cada uno de estos aspectos, ya que han sido la base para el trabajo de investigación aquí propuesto. Ciertamente las antecesoras 3 Escenificación lúdica que realizan los tureros-cazadores para los niños y niñas asistentes a la fiesta de las Turas del Cerro de Moroturo. 27 descripciones sobre la danza de las Turas realizada por otros investigadores; son una información muy interesante, aunque por obedecer a la perspectiva folclorista carecen de profundidad antropológica. La Fiesta Ritual de la Turas como toda manifestación cultural; es dinámica, de allí que también es importante considerar los elementos que se han incorporado, sin menospreciarlos por no ser de procedencia indígena. Por último, al respecto nuestro trabajo es pues una investigación antropológica, que pretende superar la particularidad investigativa de trabajar los aspectos folklóricos para determinar luego a que género y tipo pertenecen, esta investigación considera al fenómeno que se investiga como hecho social total, es decir, su conjunto: las secuencias, las relaciones y las interacciones de los que aún siguen en el baile. Este trabajo fue abordado desde una mirada más holística, para así lograr transcender el enfoque de los anteriores estudios, los cuales se centraron únicamente en la danza: sus movimientos coreográficos, inventario de objetos y tiempo festivo. Al considerar que la fiesta de las Turas es un fenómeno que posee relación con lo sagrado, no afirmamos que sea una representación de pensamiento mágico, asociado a una etapa inferior de evolución humana. Nuestra intención es poder desentrañar los símbolos y cómo se ha conformado la identidad colectiva de los tureros, para lo cual partimos de las recurrencias simbólicas que nos permitieron diseñar un análisis estructuralista y generar una explicación mítico-ritual. Ya que este trabajo tuvo como orientación y objetivos; el análisis y la compresión de los componentes simbólicos y la estructura de todo el universo festivo, sin embargo algunos otros aspectos que fueron de interés han sido utilizados de manera complementaria en el trabajo. Es importante señalar que los estudios que se han realizado sobre las Turas han seguido una dirección y una perspectiva folclorista, con la exención de los realizados aunque de forma breve los trabajos de Acosta Saignes (1949) y Antolínez. ([1952]1995). Recientemente ha sido presentado en la Maestría de Etnología de la Universidad de los Andes un trabajo referente a la danza de las Turas, el cual hasta este momento no he tenido la oportunidad de consultarlo. Siguiendo las orientaciones antropológicas he considerado analizar los objetos perceptibles, los signos y las simbolizaciones del fenómeno de la fiesta de las Turas, para lograr comprender más allá de sus configuraciones materiales y así penetrar en el sistema simbólico (sentido de la fiesta) es decir buscar la lógica particular presente en esta representación colectiva, ya que como 28 nos lo aportó en clases la profesora Nelly García (2010) ―todos los comportamientos humanos tienen su lógica y la antropología busca la lógica particular‖ de los sistemas de parentesco, de los mitos, de los ritos, de los intercambios, de los sistemas políticos y de las fiestas etc. La intencionalidad que debe guiar a etnógrafos y antropólogos es apropiarnos del significado, como dice Carmelo Lisón Tolosana en Antropología social y hermenéutica (1983) ―el antropólogo es por naturaleza de su profesión; un intérprete del significado, de la diferencia, un hermeneuta y la mirada antropológica genera significado e interpretación‖ (Tolosana, 1983:125). 29 CAPÍTULO I: DE LAS TEORÍAS UTILIZADAS EN ESTE TRABAJO 30 CAPÍTULO I DE LAS TEORÍAS UTILIZADAS EN ESTE TRABAJO 1. Marco Referencial A principio del siglo pasado se realizaron trabajos referentes a los Ayamames; los primeros realizados por Alfredo Jahn (1927) y Luis Oramas (1919) quienes recopilaron un material lingüístico del General Juan Tomás Pérez del año 1886, base para la construcción del vocabulario Ayamán y que posteriormente trabajaron el doctor Pedro Manuel Arcaya (1906) y Lisandro Alvarado (1921). Estos trabajos etnolingüístas sirvieron de base para despertar el interés a las posteriores investigaciones, sobre todo la obra de Alfredo Jahn (1927) ―Aborígenes del occidente de Venezuela‖. A mediados del siglo pasado se dio comienzo a la realización de trabajos no sólo en el campo lingüístico, sino también otros dirigidos a la manifestación cultural de los Ayamanes ―danza de las turas‖. Francisco Tamayo, en el boletín del Centro Histórico Larense n° 5, 1943, Barquisimeto, se refiere al baile de los jojotos que no es otra cosa que el baile de Turas y en él hace mención de una posible vinculación con el culto a María Lionza. Isabel Aretz incluyó y desarrolló la ―danza de las turas‖, en un cursillo de folklore dictado en la UCV, por la función social de esta danza propiciatoria, la cual además fue incluida en el Archivo Venezolano del Folklore Instituto de Antropología e Historia de la Facultad de Humanidades y Educación (UCV), Caracas 1967, N° 8. En el mismo número aparece otro trabajo sobre las Turas, realizado por Abilio Reyes, titulado ―Coreografía de las Turas‖. Dicho trabajo es un aporte gráfico y descriptivo de los elementos coreográficos de la fiesta. Además que el autor realiza una interesante argumentación sobre la terminología coreográfica distintiva entre danza y un baile: ―Las Turas es una pieza coreográfica, donde los dos términos son aceptable: Hemos dicho en otras ocasiones que los términos danza y baile determinan dos formas coreográficas totalmente diferentes. La danza tiene una organización de movimientos y el baile se compone de movimientos libres. Las turas tiene el carácter de baile en la parte que realizan los tocadores de tura y cacho y carácter de danza en la parte ejecutada por los hombres y mujeres que bailan alrededor de la cruz o el árbol‖ (Reyes, Abilio. [1961] 1967:499). 31 Eduardo Lira Espejo tiene un trabajo publicado el 11 de mayo de 1947 en el diario El País, donde se dedica a estudiar el baile, especialmente los instrumentos musicales utilizados en la fiesta de Turas. Juan Liscano, en un trabajo publicado en la Acta Venezolana Tomo III Nums 1-4 Julio 1947- Junio 1948- Caracas, Venezuela. Titulado ―El baile de las turas‖ pp, 112-125. Este trabajo es una contribución en el orden meramente folklorista, además de que su observacióndescripción es tomada en un espacio descontextualizado como fue la Gran Feria Exposición que organizo en Barquisimeto el Gobierno Estatal (1940), lugar en el que ese año llevan a un grupo de descendientes de los ayamanes para ejecutar la danza. El trabajo realizado por el Maestro Acosta Saignes titulado ―Las Turas‖ es un trabajo como lo refiere Liscano―(…) absolutamente básico para el estudio de las Turas. En él su autor no se limita a describir la danza vista sino que relacionas sus elementos coreográficos y simbólicos con grandes líneas expresivas de las danzas rituales universales‖. Considero que la descripción hecha por este insigne antropólogo de las Turas de Aguada Grande en 1949 es la mejor que se ha escrito hasta el momento, a pesar de que Acosta Saignes observa sólo partes del ritual festivo y es allí donde podría estar lo reducido de su trabajo, entendiendo que el maestro observó la festividad en menos de dos días, pero lo observado y lo escrito, lo realizó de forma brillante. Luis Arturo Domínguez (1984), su trabajo ―Vivencias de un Rito Ayamán en las Turas‖ es la investigación más completa que se ha realizado sobre la festividad. Este autor compartió desde cerca y por prolongado tiempo la realización de la fiesta, de allí que logro registrar ampliamente tanto los elementos de la cultura material: instrumentos musicales, ofrendas simbólicas, las distinciones temporales: Turas pequeñas4 y Turas grandes5, los elementos musicales: sones tureros y tonos musicales, transmisión de roles: elección de capataces, ritos de la festividad: las cortesías, la botada de la basura, además de referir algunos elementos sobre numerología presente en los ritos y en los espacios rituales. Es pues este trabajo el que despertó mi interés por profundizar la temática del baile de las Turas. 4 Esta designación se refiere a la ejecución de la fiesta de las Turas en solicitud a los espíritus para obtener buenas cosechas, en ellas anteriormente solo participaban los miembros del patio turero (familias nucleares y grupos domésticos) familias descendientes de los Ayamanes, de allí su designación de Turas esotérica realizada por Domínguez en ―Vivencia de un Rito Ayamán en las Turas‖. 5 Se refiere a la ejecución de la fiesta de las Turas en agradecimiento a la Madre Naturaleza, en la ejecución de estas participaban los miembros de los demás patios tureros (la familia extensa) descendientes de los Ayamanes. 32 En la obra de este investigador del folklore nacional hemos encontrado interesantes aportes, entendiendo que su orientación fue más folklorista que antropológica y que muchas de las cosas que él logro recoger en su trabajo han sido transformadas y enriquecidas; como la distinción referida a las Turas esotéricas exclusivas de los Ayamanes. En la actualidad en las Turas de San Pedro de Mapararí y en el Cerro de Moroturo tal reserva ritual no se cumple por razones de negociación identitaria que garantiza la concurrencia en las Turas y su continuidad festiva. Entendiendo que todo proceso cultural es dinámico e incorpora nuevos elementos y transforma los ―tradicionales‖ como es el caso de las Turas de los Cañitos (Edo. Falcón) la cual son ejecutadas musicalmente por mujeres; las cuales utilizan flautas ―chinas‖ de elaboración industria y con materiales de plástico, cuestión que ha trasformado lo tradicional. Otra interesante transformación ha sido la migración de tureros del Falcón para Turen estado Portuguesa, donde año tras año son ejecutadas las Turas en un diferente tiempo festivo. Los investigadores contemporáneos vamos a encontrar estos y otros elementos variantes, que obviamente no podían haber trabajado los ya nombrados investigadores. Cuestión que hace interesante a esta representación colectiva. El trabajo del yaracuyano Gilberto Antolínez (1952), que si bien no le dedicó una obra completa, fue un trabajo que tuvo como perspectiva la interpretación de los elementos simbólicos presentes en los ritos de las Turas, que posteriormente recopilaría Orlando Barreto, en la obra ―El ciclos de los dioses. Folklore y mitología de centro occidente de Venezuela‖, Ediciones Oruga Luminosa, 1995. San Felipe; en este trabajo se encuentra desarrollada la temática en dos capítulos: uno titulado las Turas y otro titulado el chivo sagrado de nuestras danzas folklóricas. En ambos Trabajos Antolínez refiere sobre la importancia de incluir criterios interpretativos: ―En este ensayo se aplica el olvidado criterio cualitativo. Porque en realidad, ninguno de los autores que han hablado de las turas, han tenido la agudeza de notar, la cifra de los danzantes y las medidas métricas de las rancherías para danzantes de turas, etc.‖ (Antolínez; 1995: 329). En su trabajo se encuentran analizados algunos elementos numéricos, cabalísticos y simbólicos, que son además comparados en su obra con algunos elementos simbólicos universales. El etnólogo Antolínez nos ha dejado la tarea a todos aquellos interesados en profundizar sobre los elementos simbólicos presentes en este ritual festivo: ―Quédele a otros investigadores la tarea de ampliar este esbozo desde ángulos más abiertos que los que puedan caber en una nota de periódico‖ (Antolínez, [1952] 1995: 339). 33 Tengo especial interés por continuar los trabajos que previamente han realizado los insignes investigadores sobre la danza de las Turas a mediados del siglo pasado, como fueron Miguel Acosta Saignes, Luis Arturo Domínguez y Gilberto Antolínez. Y de quienes en tiempos más recientes han realizado investigaciones etnográficas, antropológicas, lingüísticas y etnohistóricas: Renato Agagliate (1996) ―La Patria de Los Ayamanes‖ el cual es un estudio etimológico del etnónimo ayomán y de los topónimos ayamanes terminados en:-ye. Las referencias de este lingüista han sido de interés para nuestro trabajo: en cuanto al Etnónimo Ayamanes o Ayomán, que indica referencias sobre el parentesco y las filiaciones de este grupo y los topónimos terminados en la partícula ye, partícula locativa que se encuentra en la voz antigua para referirse al baile de la Turas: (Esterkuye) esterku: baile y ye referido a lugar, es decir: en el baile. De esta voz antigua de los Ayamanes y de nuestro distanciamiento antropológico construimos el título de este Trabajo de Grado: ―Ellos Siguen En El Baile‖. Ramón Querales (2008) ―El Ayamán, Ensayo para la reconstrucción de un idioma indígena venezolano‖, ensayo que por su carácter minucioso es un interesante aporte y una gran contribución para la revitalización de esta lengua indígena; el cual parte de un análisis histórico de los vocabularios recogidos y trabajados en el siglo XIX y a principios del siglo pasado por varios investigadores como: Arcaya, Alfredo Jahn, Oramas, Carlos Siso, Febres Cordero, Julio Cesar Salas, Miguel Pacheco y Macpherson, para ir armando un corpus de elementos gramaticales y finalmente realizar la reconstrucción del vocabulario Iyit (Ayamán). Pedro P. Linárez (1995) ―Etnohistoria del Estado Lara‖ trabajo referente a los antiguos pobladores de estos territorios, el cual hemos considerado con relativo interés, ya que este investigador reproduce el error generado por Luis Oramas; al referir sobre una supuesta interetnia: Ayamán-gayón-jirajara, siendo lo más interesante de este trabajo lo referente al Baile de las Turas; ―Moroturo el Valle de lo soñado y el Mito Cuando el Mundo era mundo y no había Maíz‖. Natividad Barroso (1990) y (2004) quien en su obra ―Cuatro Ensayos desde los Crepúsculos‖ dedica un ensayo sobre las Turas, titulado: De la Serranía de Paraupano donde sigue presente el alma indígena y del acercamiento entre la ciencia, la poesía y lo mítico. Trabajo que logra registrar una vertiente particular de esta representación. 34 2. Bases Teóricas La postura epistémica que asumimos es: la fenomenológica, desde la metodología hermenéutica y el programa teórico racional positivista en la propuesta original de Marcel Mauss del hecho total, así que entenderemos ―la fiesta como un hecho social total‖. Considerando de forma especial los aportes y los estudios de la ―escuela de etnología francesa‖ y los que se han desprendido de ella. Este trabajo se ubica en la Antropología Social y Cultural la cual considera la noción de cultura como el núcleo central de la Antropología, como conjunto de sistemas simbólicos propio de todos los grupos humanos; el cual tiene su sustento en las capacidades humanas de simbolizar. De allí que ―la Antropología se mueva en la antinomia entre cultura (universalidad) y las culturas (particularidad) y van en un mismo conocimiento del otro, lejano o próximo, (alteridad) al de sí mismo ―identidad)‖ (García Gavidia, 2012: 2). Las descripciones de los hechos culturales son la base para generar los trabajos antropológicos, constituyendo el trabajo de campo el método central de esta disciplina científica que la convierte en una ciencia de hechos por tanto empírica y objetivable (García Gavidia,2012:5) que contribuye al saber antropológico. Para el abordaje, estudio y ejecución de esta propuesta temática se consideró trabajar el objeto de estudio partiendo de la definición de ritual festivo como: una celebración cíclica y repetitiva, de expresión ritual y vehículo simbólico, que contribuye a significar el tiempo y a demarcar el espacio, para así ubicarlo fuera del espacio-tiempo profano y por encima de la vida cotidiana, puesto que los ritos están regidos por códigos que deben ser representados por los actores siguiendo una secuencia y una articulación ―Sintaxis Regulada‖, vehículo por el cual se manifiesta el sistema culturalmente construido por este grupo humano a través de una comunicación simbólica. La cual expresa toda una cosmovisión y un conjunto de creencias que permite proyectar su identidad cultural. Este Trabajo de Grado toma como eje central a los referentes teóricos de la escuela de etnología francesa (Durkheim, Mauss, G. Durand, Lévi Strauss, Duvignaud, M. Augé y Dan Sperber) en los estudios de lo simbólico, de lo ritual y lo religioso; con los cuales se desarrolló, estructuró y genero un producto antropológico. Se tomó como punto de partida los clásicos aportes realizados por el científico social Émile Durkheim, en: Formas Elementales de la Vida Religiosa, como él iniciador de las investigaciones 35 modernas del tema de lo sagrado y la vida religiosa. Considerando principalmente dos aspectos que fueron de contribución y ayuda teórica: la morfología social y el simbolismo. Desde estos cimientos se ahondó en el desarrollo teórico-metodológico propuesto por los autores que han considerado y extendido los aportes iniciales de la Sociología francesa, tales como los que encontramos en las obras de Marcel Mauss ―Introducción a la ciencia de las religiones‖ (1906) ―Lo sagrado y lo profano‖ y ―El ensayo del don‖ (1923-24), para abordar al objeto de estudio como fenómeno religioso y ubicarlo dentro de lo social ―representaciones y símbolos‖, lo cual tuvo como objetivo: la profundización del presupuesto teórico del símbolo, y de ahí desentrañar los sistemas simbólicos de la práctica social que se investigó. Siguiendo la recomendación de Mauss de proceder de lo concreto a lo abstracto y no a la inversa, se partió primeramente de la representación y sus características observables, de los objetos perceptibles, signos y simbolizaciones que se manifiestan en la fiesta ritual de las Turas; para lograr recolectar el mayor número de datos y hechos que fueron procesados, comparados e interpretados. Se describen los elementos simbólicos presentes en el ritual festivo de las Turas para lograr aproximarnos a los códigos simbólicos e identitarios, que están referidos a la relación particular del sujeto colectivo con lo sagrado. De allí, que creímos conveniente para la interpretación de la estructura y las propiedades de los símbolos presentes en los ritos de las Turas, el método utilizado por el antropólogo cultural Víctor Turner (1980) en el estudio de los rituales Ndembu: ―Las estructuras y las propiedades de los símbolos rituales pueden deducirse a partir de tres datos: 1) forma externa y características observables; 2) interpretaciones ofrecidas por los especialistas religiosos y por los simples fieles; 3) contextos significativos en gran parte elaborados por el antropólogo‖ (Turner; 1980: 22). Este método nos interesó por sugerirnos iniciar primeramente con una observación directa que nos suministrara los elementos simbólicos que fueron relacionados y contrastados con las interpretaciones realizadas por los actores del rito (los tureros), elementos necesarios para lograr una mejor comprensión del objeto de investigación, siendo inherentes al trabajo de campo las reflexividades del investigador y de los sujetos/objetos de investigación, ambas formaron parte del proceso investigativo. El objeto de investigación comprendió un entramado simbólico extenso y complejo, ya que este se encontraba más allá de la mera representación, al respecto nos aporta la profesora Nelly García ―La perspectiva maussiana trasciende la representación, y se convierte en símbolo. Un 36 símbolo solitario que no reenvíe a otros símbolos no es un símbolo. Lo simbólico, es esta concatenación de símbolos, su estructura es una red‖ (García G. Nelly, 2009:39). De ahí que fue importante para lograr establecer las relaciones de los símbolos y construir el universo simbólico, las estructura de lo imaginario y la estructura cognitiva subyacente, ya que se trata como dijo Marcel Mauss ―no fotografiar los hechos sino de construirlos‖ puesto que mi intención fue lograr penetrar tanto en el sistema semiológico, mítico, identitario, imaginario y cognitivo, por ser todos ellos constituyentes del simbolismo. Para hacer complementaria la investigación aquí planteada se consideró necesario incorporar las orientaciones teóricas de Dan Sperber sobre la exégesis en las investigaciones antropológicas; no como una interpretación, sino como desarrollo simbólico y como datos complementarios. Para poner en ―evidencia la constitución de la forma simbólica, o la infraestructura semiótica, para luego considerar la interpretación de su contenido, no como una decodificación, sino como una improvisación fundamental del conocimiento implícito‖ (Sperber, 1988:13); además de considerar que se debe partir de la interpretación del contexto y desde el fenómeno simbólico. Para dar respuesta a uno de los interrogantes del trabajo investigativo como lo era: ¿Cuál podría ser la relación simbólica entre el mito Ayamán ―Cuando el mundo era mundo y no había maíz‖ y el rito danzario?, que hasta el momento no había sido abordado por ninguno de los investigadores que me han antecedido, se abordó las significaciones de los mitos de las Turas, como lo indica los posestructuralista Dan Sperber y Gilbert Durand: no para desentrañar el sentido oculto como lo refieren los simbolistas, ni como lo abordó el estructuralismo clásico que buscó establecer las relaciones entre el contenido (la estructura mitológica) y la expresión (la estructura lingüística), sino para establecer la relación entre mito-rito. 2.1. Los Mitos, Los Sistemas Simbólicos y sus Interpretaciones Los símbolos constituyen el tema central de esta investigación, desentrañarlos es el objetivo planteado, ellos se expresan a través de los ritos y los mitos que componen a esta Fiesta Ritual; estos son parte de la constelación simbólica que aquí hemos propuesto comparar, vincular e interpretar. Para Gilbert Durand (1981), en los mitos se expresan y se manifiestan los símbolos, a través de ellos se configuran de forma dinámica; los relatos fundadores (lenguaje mítico) de donde emerger la conciencia de los Homo Sapiens ―el mito representa la 37 emergencia de la conciencia, el comienzo de la derivación cultural en la que se actualiza la naturaleza humana, el surgimiento de la diferencia‖ (Durand citado por, Garagalza, L., 1990:91). Para su compresión Gilbert Durand nos indica superar el artificio esquemático del estructuralismo levistraussiano; por la referencia ―arbitraria‖ que reduce el mito a lo semiológico: ―Pero no se debe partir de este artificio esquemático, dado que está, en su origen, falseado por la decisión de reducir el mito a lo semiológico, sino del análisis antropológico que nos muestra de forma perentoria que el mito es siempre el primero en todos los sentidos del término y que lejos de ser el producto de un rechazo o de una derivación cualquiera, es el sentido figurado el que prima sobre el sentido propio. Se quiera o no, la mitología está primera con relación no sólo a toda metafísica, sino a todo pensamiento objetivo; y son la metafísica y la ciencia las producidas por el rechazo del lirismo mítico‖ (Durand, 1982:376). El mito constituye uno de los primeros momentos de nuestro tránsito cultural como especie, el cual parte del cómputo de la experiencia vivencial humana y posteriormente, se va a manifestar en las representaciones figuradas. Para Durand en los relatos míticos subyace el desarrollo de sentido, en su génesis podemos encontrar el germen que caracteriza a las religiones, a los sistemas filosóficos y a las ciencias positivistas. Todo esto se encuentra en el orden de ideas que el autor ha referido como trayecto antropológico, en el cual considera a la asimilación subjetiva referida en las obras de Gastón Bachelard, de quien él opina: ―en nuestra opinión, se ciñe más de cerca al problema dándose cuenta de la entrada de que la asimilación subjetiva juega un papel importante en el encadenamiento de los símbolos y de sus motivaciones‖ (Durand,1981:30) para superar la semántica imaginaria y ―(…) buscar las categorías motivantes de los símbolos en los comportamientos elementales del psiquismo humanos, reservado para más adelante el ajuste de ese comportamiento a los complementos directos del objeto o incluso a los juegos semiológicos‖ (Durand,1981:33). Los relatos como lo refiere Roland Barthes; nos ayudan a proyectar los encadenamientos horizontales (hilos narrativos) y sobre un eje emplicitable vertical: ―el relato puede ser soportado por el lenguaje articulado, oral o escrito, por la imagen fija o móvil, por el gesto y por la combinación ordenada de todas esta sustancias; está presente en el mito, la leyenda, el cuento, la novela, la epopeya, la historia, etc. (Barthes, 1977:11). 38 Los encadenamientos entre los lenguajes míticos y las escenas rituales; conjugan y configuran constelaciones simbólicas, ya que ―los lenguajes son ricos en imaginación y símbolos‖ (Mead, M., 1977: 113). Los leguajes expresan los hilos narrativos que componen a los mitos/ritos. Nuestra orientación toma como referencia las relaciones de imagen y de sentido; donde mitos y ritos constituye el universo simbólico que se investiga, de allí que en este trabajo asumiremos en este sentido la teoría y la metodología Durandianas de mitocrítica y mitoanálisis, para establecer las relaciones y las significaciones de la representación simbólica de las Turas; entre rito-mito. De allí que hemos decidido distanciarnos de la orientaciones de Mijaíl Mijáilovich Bajtín sobre las narrativas y de Yuri Lotman sobre la semiósfera, aunque ambas nos parezcan muy interesantes. Asumimos en este trabajo la definición de Gilbert Durand de mito: ―Nosotros entenderemos por mitos un sistema de símbolos, de arquetipos y esquemas, sistema dinámico que, bajo el impulso de un esquema, tiende a componerse un relato. El mito es ya un esbozo de racionalización puesto que utiliza el hilo del discurso, en el cual los símbolos se resuelven en palabras y los arquetipos en ideas. El mito implica un esquema o un grupo de esquemas‖ (Durand, 1981:56). En cual el autor ubica en la bipartición entre dos Regímenes del simbolismo (Durand, 1981), el cual está compuesto de dos familias de símbolos: de estructuras místicas y sintéticas, cuyos factores son homogenizantes (Durand, 1998) y en el cual se desarrolla un dualismo concéntrico. De esta manera logra penetrar en lo imaginario, que el autor refiere como ―Sensorium antropológico‖ la especificidad del Homo-Sapiens. Esta especificidad se dinamiza a través de mitos, símbolos y arquetipos, que articulan los acontecimientos en su desarrollo diacrónico, que Durand refiere como estructuras, pero dinámicas: ―Estas agrupaciones de estructuras vecinas definen lo que nosotros llamaremos Régimen de lo imaginario‖ (Durand, 1981:57) en su desarrollo el autor sustenta el nuevo espíritu antropológico y fundamenta su Arquetipología General, que el autor refiere: ―Así pues, el alba de toda creación del espíritu humano, tanto teórico como práctico, está gobernada por la función fantástica. Esta Función no sólo nos parece universal en su extensión a través de la especie humana, sino también en su compresión: ésta es la raíz de todos los procesos de la conciencia y se revela como la marca originaria del Espíritu‖ (Durand, 1981:378). Para abordar las constelaciones simbólicas de esta representación colectiva partimos por considerar primeramente a los ritos para lograr detallar las ―moléculas del ritual‖ (Turner, 1988) y sus secuencias, para explicarlas posteriormente. En este sentido Víctor Turner refiere: 39 ―Comenzar por el extremo opuesto, por los componentes básicos‖ (Turner, 1988:26), este autor plantea la utilización de un método inverso al que han seguido algunos investigadores que parte en primer lugar por deducir la cosmología, él no comienza por la interpretación de los ciclos mitológicos, sino de los rituales concretos para posteriormente dar explicación de los ―modelos estructurales‖ que se encuentra en los mitos. Para abordar en este sentido a nuestro objeto de estudio, hemos decidido comenzar por la materialidad significante presente en los ritos y posteriormente armar la osamenta simbólica subyacente en los mitos tureros. 2.2. El Mito Como Expresión y Pluralidad de los Lenguajes Iniciamos por entender que el mito puede ser una estructura dinámica que se refiere a los orígenes, al continuum y al porvenir de lo humano. De allí que para Gilbert Durand (1998): Las Estructuras antropológicas de lo imaginario como trayecto antropológico, manifiestan estructuras potenciales antagónicas (materia y energía) ya que todos los fenómenos humanos están constituidos por un estado de potencialización de dos vectores polares y su resultante mixta (sintética) energía psíquica; lo imaginario (régimen diurno/régimen nocturno); como elemento desencadénate o energía desencadenante en el tiempo (diacrónismo) que puede adoptar formas diversas, (sentido histórico, constelación de arquetipos y símbolos que se organizan junto al espacio) de ahí, ha surgido la siguiente interrogante: ¿Cómo se representa en la fiesta de las Turas la estructura del rito/mito? En las Turas se dan mayormente expresiones dicotómicas en las cuales se expresan de forma recurrente las relaciones y significaciones entre: naturaleza/cultura, macho/hembra, agricultura/cacería, animal/vegetal y avanzar/retroceder, siempre en pares y de forma redundante. Las cuáles serán abordadas desde la perspectiva utilizada por Gilbert Durand en: Las Estructuras Antropológicas de lo Imaginario (1969) y Anthropologie et les structures du complexe (1998), en estas obras el autor utiliza el Sistema Lógico argumentado por Stephane Lupasco en: L’énergie et la matiere vivante y les trois matieres, en las cuales este científico rumano refiere las estructuras polares de coincidentia oppositorium, donde las polaridades coexisten gracias a una ―tercera energía-materia‖ (tercio incluido) que Durand utiliza como macro-teoría para sustentar su metodología de Arquetipología General. Para Durand: lo imaginario es la totalidad de la Cultura Humana, para lo cual él busca fundamentar una forma metodológica para el estudio de la Cultura, a través de la pregnancia 40 simbólica, y así lograr establecer los cuadros temporales (mitos latentes/mitos manifiestos) para posteriormente ser encauzados hacia un mitoanálisis que es la reflexión dinámica. De allí que hemos iniciado desde un análisis sincrónico de todos y cada uno de estos elementos que se encuentran de forma dicotómica, por supuesto superando a la visión del estructuralismo clásico, al que Durand refiere que; este sólo toma en cuenta a la linealidad significante propuesta por Lévi Struass para desestructurar las unidades constitutivas del mito en haces de relaciones y lograr determinar el rasgo común que las unificas (los mitemas). La metodología durandiana no descarta a los haces de relaciones, ni las redundancias presentes en los mitos; ella además se enfoca en los símbolos. Gilbert Durand en su método incluye además de los dos factores de análisis: el sincrónico y el diacrónico, a un tercer nivel el arquetípico simbólico que el investigador vasco Luis Garagalza refiere: ―Durand conserva los dos factores de análisis: el diacrónico del desarrollo discursivo del relato y el sincrónico, sea en el interior del propio mito en base a las repeticiones de las secuencias, sea en referencia comparativa a otros mitos. Pero, además añade un tercer nivel, el nivel arquetípico simbólico, fundado sobre la convergencia de los símbolos y mitemas, por su semantismo, en ciertas <<constelaciones>> estructurales (que serían <<haces de significaciones>> y no simples <<haces de relaciones>>) fundado no ya sobre un mero isomorfismo sino sobre un <<isotopismo simbólico>> que proporciona la clave semántica de mito‖ (Garagalza, 1988:96). Gilbert Durand ha indicado además que ―El mito nunca es una notación que se traduce o descifra, sino que es presencia semántica y, estando formado por símbolos, contiene comprehensivamente su propio sentido‖ (Durand,1981), de allí que hemos considerado que la ―pregnancia semántica‖ y sus símbolos están manifiestos dentro del rito y del mito, además que se encuentran vinculados, a lo que Durand ha llamado estructuras sintéticas, las cuales comparten su contenido simbólico, son pues átomos de un mismo elemento (las Turas) para lo cual debemos establecer su coherencia y relación simbólica. Entendiendo que toda percepción se traduce en pensamiento y todo pensamiento origina una percepción, la cual, en los grupos humanos y en la historia de la humanidad ha tenido por vehículo de expresión a la pluralidad de los lenguajes (pictórico, ideográfico, literario, poético, científico): el leguaje mítico es una de las formas de expresión de las percepciones y los pensamientos, de allí surge lo imaginario (Durand, 1968) el esplendor significativo de lo humano. 41 En nuestro trabajo hemos precisados a tres componentes simbólicos que son fuente de ideas (materialidad significante), la cual es medio y sentido, es decir símbolos, estos son: El Venado, la Serpiente y los Hombres, los cuales aparecen en el Rito/Mito turero. De allí, y con las orientaciones metodológicas de Gilbert Durand hemos establecido el siguiente esquema: Fuente: Elaboración Propia (2013) Ya que esta investigación es un estudio antropológico, cuyo núcleo de reflexión son los elementos simbólicos de la Fiesta Ritual de las Turas, en y desde un abordaje sincrónico que necesariamente nos remite a los factores diacrónicos, para lograr desentrañar las estructuras subyacentes, las cuales se expresan en los imaginarios simbólicos de los tureros; en los ritos y los 42 mitos. De allí, que hemos considerado incluir para la interpretación el tercer nivel de la metodología durandiana (arquetípico/simbólico), nivel donde convergen: símbolos y mitemas. En la mitología Turera se encuentran las marcas culturales (presencia semántica) que se representan en los ritos; su redundancia y recurrencia se expresan a través de las escenas de la fiesta que ejecutan los tureros, ellas en su conjunto contienen el sentido simbólico. En cuanto a las constantes culturales y ritmos culturales que Durand refiere en sus trabajos cómo: ―Cuenca Semántica‖, él plantea que en una civilización se pone en relieve algunos estanques semánticos que reaparecen entre: 150 a 180 años, constantes culturales que se eclipsan momentáneamente y se despliegan en una temporalidad específica, medida por seis fases reconocibles y que metafóricamente refiere el autor: arroyo, partición de las aguas, las confluencias, nombre del rio, acondicionamientos de las orillas, los meandros y los deltas (Durand,1998) formando todo un sistema integral. En nuestro objeto de estudio (la fiesta de la Turas) estas constantes culturales se desarrollan desde hace algún tiempo ―antiguo‖, el cual no ha sido establecido con precisión. La referencia arqueológica sobre los pobladores de los territorios nor-occidentales de Venezuela realizadas por José María Cruxent habla de 14.000 a 20.000 años, las referencias historiográficas del expedicionario teutón Nicolaus De Federmann; son básicamente sobre su encuentro con el grupo de los ayamanes y sobre el paso por sus territorios. Ningunas de estas nos refieren nada sobre la historicidad de las Turas, siendo la única referencia contemporánea, la que nos aporta El Reglamento de Quebrada Honda (1890) el cual nos refiere: ―Artículo 3. La Tura que nosotros bailamos hoy en Quebrada Honda, se bailaba en Mapararí, probablemente desde antes de la conquista por los españoles, hasta 1814; y el capataz de ella fue un indio de apellido Loyo. En los últimos cinco años del gobierno de este capataz, la tura de Mapararí, decayó un poco, hasta el año de 1824, en que por muerte de Loyo, los indios de Mapararí nombraron capataz a Alejandro Loyo, sobrino del primer Loyo. Por motivo de unas calenturas en Mapararí y Duvisí, nombraron capataz a un señor Silvestre Cano (de Bobare) y éste siguió bailando la tura en el sitio denominado "Pozón de Quebrada Honda", hasta el año de 1846 que murió Cano; circunstancia que obligó a los indios a nombrar capataz en ese mismo año a Francisco Antonio Pire, padre de la primera que firma este Reglamento, como capataz hoy. Este Pire compró a Cano el derecho de bailar la tura en el patio de su casa de Quebrada Honda. El año de 1850, murió Pire, y los indios de este vecindario nombraron a Domingo Vargas, que también murió el año de 1868, quien como capataz bailaba la tura en el mismo patio de Pire. A la muerte de Vargas, los indios nombraron capataz y amo de patio a Valerio Pire; pero éste ha cedido su nombramiento a su legítima madre, Plácida Pire, en cuya casa y tradicional patio se seguirá bailando la tura‖. (Dupouy, W., [1957] 2001:5). 43 Nuestra intensión ya la hemos referido; este trabajo no trata de establecer ningún tipo de especulación al respecto, aunque consideremos que la fiesta de las Turas es una manifestación de ascendencia indígena, sobre la cual no podríamos establecer con precisión sobre su tiempo. Nos ha parecido más interesante referirnos a sus símbolos; los cuales pueden hacer florecer algunos elementos sobre el recorrido de este grupo humano (Los Tureros). Ya los investigadores que me han antecedido en este tema han referido sobre su indiscutible procedencia indígena, cuestión que no está en discusión. Hasta donde hemos tenido información parecer ser que las Turas no han tenido parangón alguno en y durante: La conquista, ni la República, ellas han sido ejecutadas por los tureros hasta nuestros días. De allí que al referirnos al ―estanque semántico‖ como lo establece Durand, es sólo referencial para nuestro trabajo. Por tales motivos no hablamos de revitalización de fiesta, esta ha tenido su continuidad, ha incorporado otros elementos y negociando otros, pero siempre; referidos a las periferias culturales de las Turas. Cuando nos referimos a la importancia del pasado de los (Ayamanes-Tureros) es para aprehender aquellos elementos que subyacen en la festividad, unos referentes a: los universales culturales, es decir a lo que Lévi Staruss llamo los universales subyacentes del Espíritu Humano; los cuales se representan a través de los ritos y mitos tureros, y otros que muestran la particularidad cultural de este grupo humano que también se encuentran en los ritos y los mitos. De allí y por las metodologías Durandianas en nuestro trabajo no exista la separación entre mito/rito, ya que ambos nos hacen referencia al ―Trayecto Antropológico‖ para lo cual hemos creído necesario recurrir al tercer nivel arquetípico/simbólico para determinar la convergencia de los símbolos. El método de Durand nos interesó porque: Mito-símbolos y arquetipos se dinamizan, articulando el relato de los acontecimientos que se nos muestran en nuestra contemporaneidad (sincronismo) que nos refiere la continuidad simbólica que aún se representa y perdura colectivamente (diacrónismo). 2.3. Los Núcleos Teóricos y el Objeto de Estudio El punto teórico a partir del cual intentamos aproximarnos al fenómeno, establece un trípode entre: fiesta, rito y símbolo. Iniciando por considerar la permanencia festiva que se 44 despliega a través de ritos, medio por el cual se expresan los símbolos como núcleos significantes. Dichos elementos han tenido un gran proceso dinámico que ha enriquecido a la festividad. A través de esta representación colectiva se expresa una constelación simbólica la cual se encuentra estructurada en el sistema festivo, de allí que nuestro interés es la permanencia y la continuidad festiva. Dicha representación colectiva se ha desarrollado en una dimensión temporal y en un espacio (contexto festivo) que ha perdurado, se ha mezclado y se enriquece a través de su eficacia simbólica propia de lo social y de lo humano. Por ser nuestra intención; realizar una lectura interpretativa de los contornos esenciales de este sistema de creencias, precisando que no estamos estudiando al cambio de manera estricta como lo estableció la escuela clásica de antropología social británica, sino la continuidad festiva que es la materia prima de nuestro trabajo antropológico. (tiempo festivo – tiempo turero). Nos interesa el por qué? De la permanencia turera. El estudio de las relaciones simbolizadas e instituidas entre los tureros es nuestro interés, ya que consideramos que ha existido los elementos permanentes de lo humano como lo refirió Durkheim sobre los símbolos sagrados y religiosos: ―el sistema de representaciones que el hombre se ha hecho del mundo y de sí mismo son de origen religioso‖ (Durkheim, 2008: 37) para él: el símbolo, noción que surge de lo sagrado o religioso, por su carácter eminentemente social, la cual designa como la realidad humana más alta. La fiesta de las Turas ha perdurado en el tiempo manteniendo lo que consideramos; los símbolos nucleares a pesar que tal vez ha perdido su carácter de religión. De tal forma, que en este trabajo hemos asumido lo que ha sido la perspectiva de la escuela de etnología francesa; la cual ha tenido por referente teórico a las representaciones colectivas como el medio de expresión de lo simbólico. 2.4. Lo Social y lo Cultural En este trabajo se hace necesario lograr establecer la relación entre lo social y lo cultural, por ser ambos constituyente de las representaciones colectivas refiriéndonos en un sentido global y antropológico, para lo cual consideramos pertinente iniciar con la definición clásica de Cultura de Tylor (1871) la cultura es ―ese todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, ley, moral, costumbres y todas otras capacidades y hábitos adquiridas por el miembro de la sociedad‖ (Tylor, 1871:1) estos complejos conjuntos; particulares y universales ha sido la base y el sustento 45 que ha permitido a nuestra especie, lo definido por Edgar Morín ―nucleación noologica-cultural‖ a través de la capacidades humanas que nos caracteriza (las simbolizaciones). Este conjunto de relaciones nos ofrecen un marco de referencia sobre la dimensión simbólica a la que aquí vamos a referir, la cual se encuentra representada en la fiesta de las Turas. De allí que hemos incorporado la definición de Cultura de Claude Lévi Strauss, la cual aparece en la introducción a la obra sociología y antropología de Marcel Mauss: ―La cultura puede considerarse como un conjunto de sistemas simbólicos que tienen situado en primer término el lenguaje, las reglas matrimoniales, las relaciones económicas, el arte, la ciencia y la religión. Estos sistemas tienen como finalidad expresar determinados aspectos de la realidad física y de la realidad social, e incluso las relaciones de estos dos tipos de realidades entre sí, y las que estos sistemas simbólicos guardan los unos frente a los otros‖ (Claude Lévi Strauss, 1979:20). Delimitada así la cultura; ―conjunto de sistema simbólico y todo complejo‖ que se desarrolla y configura a través de las capacidades características humanas de simbolizar, damos inicio para estructurar y fundamentar nuestro producto antropológico, el cual tiene por objetivo central: analizar el conjunto del sistema simbólico que aquí se representa. Entendiendo que para utilizar una noción de la cultura; como sistema simbólico, debemos sustentarla con teorías antropológicas afines sobre todo aquellas que han considerado la asistencia de: la sociología, las ciencias sociales de las religiones, la filosofía, la etología humana, la semiología y la psicología. La dimensión simbólica implica complejidad, ya que tales fenómenos humanos en la sociedad se encuentra y se manifiestan en el orden de lo complexus. Esta concepción de lo social y lo cultural, es holística y total; en el sentido cultural que constituye lo humano, pero particular en el sentido de la representación colectiva que aquí se investiga, ya que por medio de esta se expresan los códigos simbólicos del sujeto colectivo con lo sagrado. Para lograr dar cuenta explicativa de este hecho antropológico (institución festiva) por su función social, se hace necesario recurrir a la perspectiva durkheniana de ―representaciones colectivas‖ por ser esta manifestación donde subyacen los símbolos (estructura social simbólica): ―las representaciones colectivas son el producto de una intensa cooperación que se extiende no sólo en el espacio, sino también en el tiempo; para construirlas, una multitud 46 de espíritus diferentes ha asociado, mezclado y combinado sus ideas y sentimientos; largas series de generaciones han acumulado su experiencias y su saber‖(Durkheim, 2008: 48). El fenómeno de las fiestas de las Turas es un contexto antropológico por el cual se expresa lo llamando por Gilbert Durand (1969) ―El trayecto antropológico‖ ya que este objeto-sujeto de estudio constituye un medio por el cual se expresa tanto lo inmanente como lo trascendente, ya que todos los fenómenos humanos están constituidos por la materia y el espíritu, que son ―variables conjugadas, de las que se trata de determina, no la esencia secreta, sino la curva en función del espacio y del tiempo‖ (Teilhard de Chardin,1965:368). Funcionamiento que se encuentra encadenado en el espacio comportamental humano, que es como dice Durand: la antinomia del tiempo ―el espacio cae del lado de la creatividad, transformando el tiempo concebido por la epistemología totalitaria de occidente, como un determinismo causal en destino‖ (Durand citado por, Garagalza, L., 1990:39-40). De allí que hemos considerando como ejes: ―la pluralidad de los tiempos locales‖ y la pluralidad de los leguajes culturales. Debido a que las culturas particulares nos muestran sus costumbres y sistemas de creencias, en las cuales establecen sus relaciones y sus cosmovisiones entre: la naturaleza y la cultura, sus sistemas clasificatorios por la cual además expresan sus sistemas de imaginario simbólico, y que en nuestro objeto de estudio se encuentra en relación con la idea de lo sagrado. Esta institución festiva ha tenido por función cultural; cohesionar a los individuos (los tureros) en una estructura ritual que ha permanecido en el tiempo. La representación turera desempeña un sistema total de integración que está más allá de la reducción folklorista, de allí que el objetivo investigativo es: lograr un acercamiento antropológico de las funciones integradoras y comprender el medio por el cual se reafirma la identidad de los tureros. Importante es entender que esta representación colectiva que se nos muestra en nuestra contemporaneidad de forma concreta, pero cuyo tratamiento antropológico; será una abstracción que hemos particularizado en el hecho festivo y simbólico humano. Puntualizando que esta tradición cultural se encuentra recubierta de un sistema de creencias que a través del proceso ritual ha logrado establecer y configurar a una constelación de símbolos, de modo que el estudio de esta particular fiesta nos puede aportar elementos para la compresión de las funciones simbólicas y las estructuras antropológicas del imaginario. Sin pretender realizar conjeturas sobre el origen de esta representación colectiva, rechazando así cualquier tipo de reconstrucción 47 histórica del pasado. La intensión de nuestro trabajo es: partir del fenómeno tal cual como se nos muestra, en ello está incluido la configuración mítica que mantiene este grupo humano y las representaciones rituales. Partiendo de una recolección de los datos empíricos como un sistema integrado y simbólico para así lograr comprender las funciones cohesionadoras, identitarias y su relación con lo sagrado. Es pues nuestra perspectiva, una perspectiva: estructural-funcionalista en el sentido socio-antropológico, que nos permita ―dibujar con tanta sobriedad y elegancia los contornos esenciales de un sistema de creencias y de prácticas, exponer su osamenta y hacer funcionar el mecanismo de sus articulaciones‖ (Lévi-Strauss, 1990:225). 3. Perspectiva Investigativa: Fiesta, Símbolo y Rito El modelo y la perspectiva teórica en la cual nos ubicamos para la realización de este trabajo parte por establecer la relación entre el medio y el sentido, los cuales se aglutina y se representan a través de la fiesta; estructurada en ritos medio por el cual se expresan los símbolos. Todo esto debido a los niveles de sentido y de interpretación, que se encuentran en los diferentes componentes y que forman parte del macro-fenómeno festivo que se investiga, particularizando a cada uno como hechos diversos y dinámicos, siendo la intensión lograr establecer la relación y las recurrencias de los símbolos en la Fiesta Ritual de las Turas. 3.1. La Fiesta Como un Hecho Social Total Los hombres se reúnen entorno a ideas comunes, la fiesta es una de esas ideas que agrupan a los hombres, un acto social y solemne que se ubica fuera del espacio-tiempo profano y por encima de la vida cotidiana. De allí que hemos considerado de gran interés partir de la definición de fiesta que nos ofrece Honorio Velasco por su carácter de totalidad que siempre vamos a encontrar en los hechos sociales, para él la fiesta es un ―complejo contexto que da lugar a una intensa interacción social, y un conjunto de actividades rituales y una profunda trasmisión de mensajes‖ (Velasco, 1982:8). Todo esto en correspondencia con el planteamiento maussiano ―La actividad del pensamiento colectivo es más simbólica que la del pensamiento individual‖ (Mauss, 1979:276). Continuando con los aportes para el estudio de los sistemas de fiesta que realiza Velasco (1982), este autor refiere además que las fiestas nos ofrecen una gran oportunidad para el acercamiento y el trabajo antropológico por ser un contexto, un ambiente y un fenómeno cultural 48 global no reductible a ritual o a ceremonia, ellas (las fiestas) condensa el núcleo de la significación. Para el sociólogo vasco Homobono Martínez ―La fiesta es un hecho social total, de expresión ritual y simbólica, sagrada y profana, vinculada a las identidades colectivas, estructuradora del calendario y del espacio; objeto de estudio de las ciencias sociales y en particular de la antropología‖ (Homobono, 2004: 33). Para la Doctora Nelly García Gavidia la fiesta y las fiestas son: acción colectiva, el momento cuando las relaciones interindividuales se organizan en una estructura mental coherente; momento también de libertad que se desarrolla en un espacio histórico concreto, y que al mismo tiempo, recupera y seculariza aspectos de las más antiguas manifestaciones y expresiones de lo sagrado la pérdida de la conciencia profana por exaltación colectiva‖ (García Gavidia, 1991: 181 -196). En este marco de ideas, hemos creído fundamental la vinculación de dos aspectos pensados por Durkheim y Mauss: la morfología social referida a los ritos y el simbolismo. El primero para lograr establecer la interacción social que ha dado sustento a la estructura ritual de la fiesta de las Turas, como hecho social y lugar donde subyacen las motivaciones. En cuanto al simbolismo como la forma de trasmisión de los códigos simbólicos; elementos esenciales y comunes de los sistemas de creencias, que como dice Durkheim ―debe haber cierto número de representaciones fundamentales y de actividades rituales, que a pesar de las diversidad de formas que unas y otras pueden revestir, tienen siempre la misma significación objetiva y cumple siempre las mismas funciones‖ (Durkheim, 2008: 30), a lo que además llamo los elementos permanentes y constituyentes de lo humano que se encuentra en los fenómenos religiosos. Jean Duvignaud nos hace reflexionar sobre las imágenes del mundo que nos obligan a regresar a esos ―actos sociales triviales‖ que reubica a las sociedades humanas en un encuentro mítico: ―La fiesta-puesto que se da al símbolo como uno de sus componentes—sería el acto en el trascurso del cual el hombre volvería a encontrar, en una convulsión ajena a todo concepto, el enfrentamiento de la naturaleza y la sociedad, el enfrentamiento del hombre y de un cosmos sembrado de fuerzas diversas: espacio topológico radicalmente distinto del espacio tridimensional y homogéneo euclidiano o cartesiano‖ (Duvignaud, 1979:108). 49 Los componentes de la fiesta de las Turas se encuentra marcados por la relación hombre/naturaleza, la cual constituye el entramado signitivo-simbólico, de allí que es necesario desentrañar su sistema simbólico comenzado por indagar sobre los aspectos culturales (diacríticos) de la fiesta para intentar posteriormente armar su sentido subyacente. Siendo para ello necesarios reflexionar sobre dos aportes básicos propuestos por Mauss: de hacer inteligibles la realidad social (realidad festiva) y abordar al sistema festivo como una investigación compleja, y desde allí trabajar al objeto de estudio como un hecho social total para lograr dar cuenta explicativa, es decir ―mostrar los hechos‖. Estamos pues dando un sentido global desde la Antropología Social y Cultural a una representación colectiva en la cual se expresan: un sistema de creencias y símbolos que enuncian los códigos identitarios que son ejecutados a través de un proceso ritual. 3.2. El Símbolo La capacidad humana de simbolizar ha sido el medio por el cual el hombre ha expresado y desarrollado el pensamiento. Estableciendo que el símbolo forma parte de acción comunicativa humana, es y ha sido el sistema intermediario, de allí la importancia de comprender el mecanismo (sistema) para poder intentar aproximarnos a la posibilidad de realizar una interpretación. La perspectiva teórica y la intencionalidad investigativa nos conduce a establecer la preeminencia del símbolo, lo simbólico y lo simbolizado, de allí que debemos logra establecer las relaciones simbólicas entre el medio y el sentido. Partimos por entender que: ―si el símbolo remite a un acto social, es porque sugiere una actividad que reubica a las sociedades humanas en un encuentro con la naturaleza o el cosmos‖ (Duvignaud, 1979:106). Con respecto a la noción del símbolo, aquí vamos a categorizar que los símbolos pertenecen al mundo humano de significación (Cassirer 1979 y Durand 1968). El símbolo es parte de un universo humano de significación complejo y extenso, el cual comparte con otras significaciones que el hombre ha configurado. En cuanto a esto, es necesario seguir las indicaciones teóricas de Durand para establecer las diferencias con respecto al: signo, emblema, alegoría, mito, figura, icono, etc. Que frecuentemente confunden y oscurecen lo simbólico. El autor efectúa un necesario despeje para no incurrir en lecturas y clasificaciones erróneas cuando se categorizan a las significaciones humanas, particularmente; el símbolo. Es necesario además indicar que el mundo humano de significaciones cuenta con dos maneras de representar el 50 mundo: una directa y otra indirecta (Durand, 1969:10) siendo la segunda, la que ha interesado al autor y la cual puede ser contribuyente elemental para nuestro trabajo. En nuestro objeto de estudio existe una realidad significante más allá de los ―signos arbitrarios‖ ya que se encuentra de forma subyacente (indirecta) que ―nos remite a una realidad significativa difícil de presentar‖ (Durand, 1969: 12) realidad que se nos muestra, y que venimos observando desde hace ya unos cuantos años. Por ser este trabajo principalmente un trabajo que se encuentra en el orden de lo sincrónico y focalizado en la particularidad festiva, es necesario considerar los elementos que se encuentran en el orden de lo diacrónico de la festividad, de allí que hemos tomado algunos elementos de la etnohistoria turera que ha sido trasmitidos de forma oral, además de los documentos históricos referentes a la fiesta, como: el film de Laffer del año 1957 y el Reglamento de Turas de Quebrada Honda de 1890. Entendiendo que toda representación es, simbólica, así como toda interpretación lo es (Nelly García Gavidia 2010). La representación turera es pues idea misma encarnada; los músicos y los tureros encarnan a los símbolos principales de esta manifestación: La serpiente, el venado y los Hombres, ―el símbolo es en primer lugar de por si una representación‖ (Durand, 1968:14) a estos símbolos los hemos considerados como principales por su carácter centrípeto, ya que sobre estos gira y ha girado el universo de creencias y el saber simbólico de los tureros. Estos símbolos que aparecen y constituyen: los significantes tureros, en este caso estamos hablando de una especie de ―significantes rituales‖ los cuales pretendemos tratar no con la perspectiva y el método semiótico norteamericano, sino desde lo que ha sido parte de semiología francesa que ha contribuido a los estudios antropológicos. De ahí que nuestro punto de inicio; es partir de la ―coreografía festiva y cultural‖ por constituir ésta; la materialidad significante, forma externa y características observables (Turner; 1980: 22). La materialidad significante que hemos considerado son: los instrumentos musicales tureros (maracas, cachos de venado y flautas-turas), todos estos constituyen verdaderos ―indumentos rituales‖ (Mircea Eliade1986) medios por el cual se expresa la imaginación simbólica de este grupo humano. Para Gilbert Durand la conciencia tiene dos formas de representar a mundo: una directa y una indirecta. Al nosotros ubicar el símbolo como perteneciente a la categoría de signo (Durand, 1968: 10) es forma de economía, existe según él autor: ―signos arbitrarios y alegóricos, por 51 ultimo llegamos a la imaginación simbólica que es cuando el significado es imposible de presentar y el signo sólo puede referirse a un sentido y no a una cosa sensible‖ (Durand, 1968: 13). Esto lo hemos decidido utilizar para alcanzar el objetivo central de nuestra investigación, ya que esta representación colectiva es ―fuente de ideas‖ y en ellas subyace un universo simbólico por el cual se expresa un sistema de saber simbólico (Sperber, 1988). Al estimar que los símbolos son centrípetos (Durand, 1963) como significantes rituales de los cuales podemos partir, ya que son la epifanía, es decir la aparición de lo inefable por el significante y en él (Durand, 1969). De allí que hemos considerando como clave para nuestro trabajo los aportes de este autor, para lograr definir, delimitar y establecer las diferencias en cuanto a las consideraciones que han hecho del símbolo: los filósofos, los teólogos y lingüistas, ya que estos se han referido por un lado a la no diferenciación de signo y símbolo, y por otra como una mera convención social. Nuestra atención está puesta sobre la realidad simbólica que se nos muestra, ésta se encuentra en la representación colectiva de manera recurrente, redundancia simbólica (Durand 1968 y Turner 1980). En la que existe una coherencia entre imagen y sentido. 3.2.1. El Lenguaje Simbólico, Hermenéutica del Lenguaje Hemos asumido las orientaciones teóricas-metodológicas de Gilbert Durand: Hermenéutica del leguaje (arquetipologia general del lenguaje simbólico) por estimar que es un planteamiento que supera por un lado al estructuralismo de Lévi Strauss y a la acción imaginante que aparece en la obra El aire y los sueños, ensayo sobre la imaginación en movimiento de Gastón Bachelard, la cual nos refiere Luis Garagalza de la siguiente manera: ―Pues bien, G. Durand se declara discípulo de Bachelard, si bien habría que puntualizar que se trata de un discípulo continuador, que se sirve de su obra, especialmente la parte no estrictamente científico-filosófica, como de una plataforma a partir de la cual, por ampliación reinterpretativa, lanza su proyecto de integración y compresión de la totalidad del universo humano (no sólo la poesía, sino también los mitos, los ritos, la sociedad, las neurosis, etc.) en una teoría antropológica unitaria‖ (Garagalza, 1990: 24). Al considerar estas orientaciones en cuanto al lenguaje como una concepción de los leguajes simbólicos concretos, la cual incluye a los mitos, ritos y leyendas, etc. Fue la que proporcionó el sustento a la teoría general de lo imaginario. Esta orientación durandiana es de gran importancia, ya que dentro de nuestro objeto de estudio existen elementos simbólicos que se 52 encuentra en el orden mítico, los cuales son evocados en el ritual festivo, estos son: El sacrificio del venado, el encuentro entre agricultura/cacería y la aparición del maíz. En la fiesta de las Turas concurren una serie de símbolos imposibles de percibir por definición ya que subyacen en el sistema simbólico, estos conservan un sentido abstracto, nosensible ―dominio predilecto del simbolismo‖ (Durand, 1968:15). Dentro de este contexto festivo, el símbolo y las simbolizaciones permanecen de manera inconsciente para la gran mayoría de los tureros, por lo tanto los objetivos y los interrogantes están orientados a desentrañar: lo simbólico que subyace dentro de esta conformación social y ¿cómo han sido la forma de trasmisión de sus productos culturales? Todo esto constituye el objeto de este trabajo para lo cual hemos considerado al símbolo como la mejor expresión posible de un hecho relativamente desconocido (Turner, 1980). Los elementos simbólicos y las prácticas simbólicas han sido observadas en su contexto, determinando que los indumentos rituales son: objeto focal y medio por el cual se evoca de manera simbólica en y a través de: las actividades, en las coreográficas, en los sonidos emitidos por los instrumentos-indumentos, en los movimientos ejecutados en los espacios topológicos por parte de los músicos y danzantes tureros. Todos estos constituyen un sistema simbólico de gran interés para el estudio antropológico. El modelo analítico propuesto y desarrollado para este trabajo se ubica en el campo antropológico; que nos permite aproximarnos a la trama y tejido del dispositivo simbólico, siendo la especificidad aquí desarrollada: los símbolos que se representan, focalizan y evocan en la Fiesta Ritual de las Turas que se realizan en el Cerro de Moroturo del estado Lara. Las delimitaciones de nuestro trabajo se enmarca en el estudio de una festividad por la cual se expresa la alteridad cultural de un otro (ellos-los tureros) quienes han configurado un entramado simbólico por el cual se manifiesta las simbolizaciones, de esta manera intentar penetrar en el lenguaje simbólico que se configura a través de este particular objeto de estudio. 3.2.2. La Dimensión de lo Simbólico Siguiendo las orientaciones antropológicas en el estudio del Hombre, de su Cultura y sus modos de vida, he considerado analizar los objetos perceptibles, los signos y las simbolizaciones del fenómeno para lograr comprender más allá de sus configuraciones materiales y así penetrar 53 en la dimensión simbólica, es decir buscar la lógica particular presente en esta representación colectiva. En cuanto al tratamiento de nuestro objeto de estudio la fiesta ritual de las Turas, intentamos construir un cuadro antropológico que logre explicar los hechos, determinar el imaginario simbólico, el orden cognitivo, los mecanismos y los sistemas simbólicos que se desarrollan a través de la memoria cultural, que es la forma por la cual opera la trasmisión de los códigos simbólicos. Consideramos que los símbolo en la acción turera han sido elementos de permanencia y generador de acción: ―Los símbolos generan acción y los símbolos dominantes tienden a convertirse en foco de interacción‖ (Turner, 1980:24-25). La perspectiva teórica durkheniana (1912) Las Formas Elementales de la Vida Religiosa, logró despertar el interés por el estudio de los fenómenos religiosos, ya que su autor entendió; que los hombres comulgan y se comunican a través de símbolos, los cuales constituyen una de las principales característica de los hechos sociales. De allí, que en nuestro trabajo se perfila y establece una vinculación entre: Antropología de lo simbólico y Antropología religiosa, considerando que ambas son indisolubles por lo menos en el trabajo aquí a desarrollar. Siguiendo el mismo cuadro de ideas, hemos tomado de quien ha sido considerado además del continuador de Durkheim, quien a partir del año 1924 instituye las antropologías de lo simbólico: Marcel Mauss (García G. 2009), ya que para él; los símbolos se dan en un universo simbólico el cual debe ser abordado como hecho social total, recurriendo si es necesario a métodos más eclécticos y al conjunto de las ciencias humanas, para emprender la construcción de los hechos sociológicos y considerar el fondo psíquico de la humanidad. Es de interés considerar estas dos dimensiones que constituyen los hechos sociales, ya ―que se convierte lo social en una dimensión de todos los fenómenos humanos, como lo psíquico y lo biológico. Lo social no incluye ni engloba las otras dimensiones sino que es coextensivo y contiguo‖ (García, Nelly. 2009: 27). En este sentido se considera a la dimensión de lo simbólico como el proceso de simbolización, a la que Lévi Strauss ([1973]1990) llamó complementariedad entre lo psíquico y lo social, para poder lograr la comprensión objetiva; la que une lo individual y lo colectivo (subjetivación), más cercano a Jacques Lacan y más distante de Carl Jung. Para hacer complementaria e interdisciplinaria la investigación aquí planteada, es necesario considerar los aportes teóricos de Edgar Morín, Jean Piaget y Dan Sperber, con los cuales hemos complementado nuestro marco teórico con respecto al simbolismo. 54 3.2.3. La Complejidad Humana: Tránsito de lo Biológico a lo Cultural Siguiendo las recomendaciones de la Doctora García Gavidia (2011), para hablar de simbolismo es necesario saber reconocer la animalidad del conocimiento humano. La complejidad humana se sujeta en el aparato neuro-cerebral, siendo esto lo característico de los Homo-Sapiens. Nuestros organismos como especie se han ido desarrollando como un organismo de ―dimensiones cognitivas‖, siendo nuestro cuerpo el centro referencial, incluso desde nuestro crecimiento y desarrollo embrionario. Los procesos simbólicos humanos tienen su epicentro en lo llamado por Morín hipercomplejidad cerebral, que a través del desarrollo sensorio-motriz se fue acumulando una serie de experiencias que posteriormente proporcionaron una cadena de conocimientos. Como un sistema de unidad configurado por lo biológico y lo cultural que constituye lo humano, siendo su comprensión sistémica como lo refiere Jean Piaget ―la dificultad mayor de las ciencias del hombre, y, por otra parte, de todas las ciencias de la vida en cuanto se trata de estructuras de conjunto y no como procesos aislados y particulares‖ (Piaget, 1973: 81). La complejidad de los hechos humanos nos indican un abordaje integral de lo constitutivo: lo biológico referente a los individuos y lo cultural referente a la trasmisión de los aprendizajes sociales y acumulativos. Entender pues que la constitución de la totalidad humana es de suma importancia, ya que las dos vertientes de lo humano; lo biológico y lo cultural son un conjunto de principios generadores (Morín, 2005: 172), que tiene su plataforma en lo biogenético (naturaleza humana) donde lo cultural también forma parte de la estructura, la cual debe ser analizada en sus partes y su dinamismo para logra comprender su complejidad. Para Gilbert Durand (1998), esta teoría de la complejidad, permite a la antropología discernir en su objeto de estudio, individual o colectivo (psíquico y cultural). La dimensión simbólica constituye un segundo momento de nuestra evolución ―un segundo nacimiento de la sociedad humana, si bien el primer nacimiento de la sociedad sapiencial, o, lo que es lo mismo, el modelo fundamental de todas las sociedades sapienciales prehistóricas‖ (Morín, 2005:177). De allí que es necesario comprender qué; el ser humano, es un sujeto que: computa, reflexiona y significa. Todos estos procesos son los que constituyen la totalidad humana. Desde que el hombre comenzó a computar emergió el banco informacional humano, el cual es la base de un conjunto de operaciones cogitantes que autorganizan nuestros procesos 55 cognitivos. De esta manera el Hombre empezó a tomar conciencia de sí mismo, sus ―adaptaciones filogenéticas como patrones innatos orientadores de comportamiento del individuo, según programas genéticos dirigidos a sintonizar con el medio ambiente natural y social para reaccionar adecuadamente‖ (Kottak, 1994:135). Necesario es reconocer que por medio de los componentes filogenéticos emergió el desarrollo del cerebro humano, el cual tuvo su soporte en las nuevas adaptaciones al entorno, dando origen al bipedismo como especie, de ahí que para los antropólogos ―nos hicimos hombres por la planta del pie‖ somos antropoides erguidos. Esta nueva posición corporal va a ir generando algunos cambios en la composición cerebral y en nuestro sistema nervioso, los cuales empezaron a racionar a las ―expresiones‖ y fueron fijando los cómputos que; a través de esta red nerviosa se configuro un progresivo desarrollo del aparato neuro-cererebral humano. Esta conexión es la base estructural de lo simbólico, ella ha permitido a nuestra especie el desarrollo de las características de la Cultura: adaptabilidad, aprehensibilidad, universalidad, transmisibilidad y significatividad. Que han tenido su punto de inicio en lo instintivo y que progresivamente fue generando la capacidad para el aprendizaje, la facultad para transmitir la cultura como el medio por el cual hemos conservado las adquisiciones del pasado y orientado a las generaciones sucesivas, todo esto hizo humana a nuestra especie Homo Sapiens y SapiensSapiens. Todo este proceso ha sido consecuencia de la herencia social que hemos desarrollado por medio de nuestro rasgo distintivo; nuestra capacidad de simbolizar, la que además nos ha permitido la adaptación de mecanismos para la transmisión de ideas y ha generado eficacia simbólica, al respecto Sperber (1988) sostiene que estudiar el simbolismo es postular que constituye un sistema en el cual tenemos que buscar los principios que lo rigen. 3.2.4. Productos Culturales Humanos El reconocimiento de los componentes filogenéticos no impide la valoración de los componentes y las pautas culturales aprendidas. El hombre se encuentra programado por la naturaleza, con la cual interactúa y a través de medios culturales busca: coordinar, dirigir, integrar y regular la conducta humana. Las culturas particulares difieren en este sentido, estableciendo configuraciones simbólicas que tienen múltiples manifestaciones en los diferentes grupos humanos y en la historia de la humanidad. Siendo la tarea prioritaria de este momento histórico 56 de la humanidad; el reconocimiento de los múltiples y diferentes complejos simbólicos, que empiecen por cuestionar nuestras ideas referentes a la interacción hombre-medio y hombrehombre. ―esta nueva dialéctica de la relación naturaleza/cultura trae consigo una auténtica reorganización de las relaciones entre las esferas biogenéticas, fenotípicas (el individuo) y sociocultural‖ (Morín, 2005: 190). Identificando que existen componentes comunes de nuestra naturaleza/cultura, los cuales constituyen nuestras potencialidades como seres humanos, ya que poseemos un dispositivo para aprender, enseñar y transferir conocimiento, a lo que llamó Margaret Mead (1977) ―Conducta artificial adaptativa‖; estos elementos comunes son un proceso total y tienen semejanzas en los diferentes grupos humanos. Con el reconocimiento de estos elementos comunes y semejantes, se está claro que las capacidades son un potencial humano que ha sido forjado por la complejidad cerebral que dio lugar al hombre sapiencial, quien será el responsable de ir complejizando todo su tejido social y cultural. El cual Morín categoriza en: a) Complejización microsocial (individuo, familia), macrosocial (exogamia, intercambios y alianzas) b) Nucleación cultural a partir del mito y la magia (Morín, 2005: 177). Para explicar el fenómeno humano de la simbolización es necesario abordarlo y trabajarlo en su totalidad, en su unidad sistemática biológica-ecológica-cultural (Sperber: 1988:7). Para lograr aproximaciones comprehensivas sobre la unidualidad cerebral, como la dialéctica inherente a nuestra especie, la cual debe ser abordada desde la interdisciplinariedad que logre abarcar a las dos vertientes humanas: lo biológico y lo cultural. 3.2.5. El Tratamiento de lo Simbólico Dentro de la complejidad ritual y festiva que se representa en las Turas hemos encontrado un sistema simbólico del cual podremos extraer una forma cultural más de cómo los hombres se comunican a través de símbolos y cómo en cuyos símbolos opera el sistema cognitivo humano. De allí la importancia de considerar en el tratamiento de lo simbólico dos aspectos como lo son: la focalización y la evocación (Sperber, 1988:149). A través de estos aspectos podemos comprender cómo operan las capacidades humanas para el aprendizaje y cómo están aquí particularizadas culturalmente, dentro del conjunto compuesto de actos biológicamente organizados que genera de manera dialéctica: acciónconocimiento-comunicación, como segundo momento de la evolución humana, la cual se 57 desarrolla por medio de un conjunto de operaciones que interviene en la producción de símbolos, medio por el cual el animal humano elabora y trasmite sus productos culturales para fijar su campo de evocación. La orientación teórica propuesta por Sperber, nos indica hacer la identificación de la dimensión simbólica; de la focalización y la evocación, ya que los símbolos son interpretados por el código humano y el simbolismo se refiere a un sistema cognitivo y no semiológico. Para este post-estructuralista ―los símbolos no significan por sí mismos, sino porque representan conocimiento. Pero, una clase de conocimiento distinto al enciclopédico o saber sobre el mundo‖ (Sperber, 1988:14). 3.2.6. La Antropología y las Estructuras de lo Complejo (Gilbert Durand) Las principales obras de Gilbert Durand: Las Estructuras Antropológicas de lo Imaginario (1960) y La Imaginación Simbólica (1968) fueron referentes teóricos para la presente investigación, la cual tuvo por unidad de análisis a los símbolos e imaginario que se representa en la fiesta ritual de las Turas. Ambos trabajos han sido piezas claves para el abordaje de nuestro objeto de estudio. Para Durand las estructuras de los símbolos e imaginario constituyen el problema: Sensorium Antropológico (Especificidad del Homo-Sapiens), basándose en un estructuralismo figurativo, fundamentado en la realidad idéntica y universal de lo imaginario. Constituyendo así su Arquetipología General. Gilbert Durand nos proporciona una forma metodológica para el estudio de la Cultura a través de la pregnancia simbólica, para establecer los cuadros temporales (mitos/ritos latentes y manifiestos) que posteriormente pueden ser encauzados hacia un mitoanálisis que es la reflexión dinámica. Durand argumenta que es el tiempo el elemento desencadenante; el que puede adoptar formas diversas, sentido histórico, constelación de arquetipos y símbolos que se organizan junto a los espacios. Para Gilbert Durand (1998), las Estructuras antropológicas de lo imaginario como trayecto antropológico del hombre y el mundo; contienen estructuras potenciales antagónicas (materia y energía) medio por el cual se expresa tanto lo inmanente como lo trascendente, ya que todos los fenómenos humanos están constituidos por un estado de potencialización de dos vectores polares y su resultante mixta (sintética) energía psíquica; que el autor designa como: Lo imaginario (régimen diurno/régimen nocturno). 58 3.3. Rito, Ritual y Proceso Ritual: ―La unidad del todo es más real que las partes‖ (Marcel Mauss). Iniciamos con las recomendaciones de la Dra. Nelly García Gavidia, cuando señala que: el rito es la categoría de organización contextual que engloba a los rituales; toda su parafernalia y comportamientos (García, 2002), entendiendo que los rituales forman parte del rito. De allí que nos hemos adherido a dos ideas fundamentales como son: lo que ha llamado Turner moléculas del ritual presentes en el proceso ritual y el abordar a los ritos como acciones colectivas que derivan de estados afectivos colectivos (Mauss), ―no hay hechos sociales mudos, en su seno siempre hay una representación colectiva‖ (García Gavidia, 2009 Marcel Mauss y la Escuela Francesa) medio por el cual se manifiesta la conducta ritual que es la eficacia de la vida simbólica del espíritu. Vamos a servirnos de la etimología (rito) y de las significaciones de las palabras derivadas de ellas, todas provienen de un origen en común y todas se encuentran relacionadas con la Religión y con lo Sagrado. Aquí nos vamos a referir a la palabra Rito para lograr establecer las bases y el uso que este trabajo amerita. La etimología de la palabra rito que aparece en la obra Sinónimos Castellanos de Roque Barcía (1973): proviene del griego dokeo que quiere decir en su origen, opinar, afirmar y discurrir, de donde los latinos construyeron sin duda su verbo doceo, doces, docere, docui, doctum, que equivale a instruir o enseñar, correlativo de discere. Aprender. Hasta llegar a entender y a usar la palabra dogma como axioma de la religión. De la cual se desprendieron cinco voces del artículo, como: Revelación es descorrer el velo; Dogma significa doctrina sagrada; Religión equivalente a vínculo; Culto es homenaje y Rito es regla que marca el orden de las festividades. De allí que hemos delimitado y declarado nuestra perspectiva en cuanto; a la forma e intención de abordar al objeto de estudio que se encuentra en el orden de lo sagrado, y referir además que nuestro análisis no es sobre la vida cotidiana, sino sobre un fenómeno festivo de configuraciones ancestrales. ―La organización religiosa, decía Mauss, está compuesta de grupos varios que practican ritos y creen en mitos. Los ritos son actos tradicionales que poseen eficacia especifica; y los mitos son creencias tradicionales impuestos a los individuos por la sociedad‖ (Mauss citado por Cazeneuve, 1970:71). Ambos considerados como los factores que permiten continuidad de las representaciones colectivas, que como lo refiere Edgar Morín son: 59 ―El factor básico para el mantenimiento de su estabilidad ha sido la nucleación noológicocultural que ha impregnado sus bases organizativas del carácter sagrado, invistiéndolas con la infalible Autoridad de la Tradición y la Revelación (…), El mito, el rito y la magia han asegurado un notable compromiso, asimismo dotado de extrema estabilidad, no sólo entre la incierta realidad del mundo exterior y la vida y la muerte, sino entre la hipercomplejidad cerebral y la complejidad sociocultural‖ (Morín, El Paradigma Perdido. p.p. 200-201). Para la Doctora Nelly García Gavidia, el rito: ―es una conducta formal prescripta en ocasiones no dominadas por una rutina tecnológica y relacionada con seres y fuerzas místicas. El ritual adapta y readapta a los individuos biosiquicos a las condiciones básicas y a los valores axiomáticos de la vida humana social‖ (García N, 1991. El ritual se encuentra en primer lugar, en el orden de acciones expresivas que componen a los sistemas de creencia y en un segundo plano a las acciones técnicas, en este sentido, el ritual ―es una exposición simbólica que dice algo sobre los individuos que participan en la acción‖ (Leach, 1977:35). Es necesario logra precisar qué; ―el rito es una conducta formal prescrita en ocasiones no dominada por la rutina tecnológica y relacionada con creencias de seres o fuerzas místicas‖ (Turner, 25:1988). Además se hace necesario diferenciar entre las orientaciones que separan: al rito de los mitos y las que establecen la primacía del mito sobre el rito, ya que nuestro interés es: la continuidad festiva, la cual es desarrollada a través de una constelación ritual y simbólica, que, desde un corte sincrónico nos permita referirnos al diacronismo presente en los mitos tureros, y así dar respuesta a uno de nuestro objetivos especifico que es lograr establecer la relación entre mito-rito. Determinando que nuestro punto focal es: la eficacia ritual y la estructura del sistema de creencias. 3.3.1. Acción Ritual o Proceso Ritual Desde el inicio de la antropología podemos encontrar una gran diversidad de trabajos referente a los ritos y rituales, como los clásicos de: Tylor, Freazer y Durkheim, estos marcaron el énfasis en el plano de lo sagrado en cuanto al estudio de los ritos y rituales, orientados por el sistema de pensamiento simbolizado. Postura que hemos considerado necesaria adoptar por tratarse de una representación colectiva que tiene sus cimientos en el orden de lo sagrado, que es referido a través de una serie de ritos que constituyen a la fiesta como la acción colectiva que ha tenido continuidad y se encuentra cargada de simbolismo, de allí que vamos a referirnos a la complejidad que se encuentra el proceso ritual como lo sostiene Víctor Turner: 60 ―Un ritual es una secuencia estereotipada de actos que comprende gestos, palabras, objetos, etc... Celebrado en un lugar determinado con el fin de influir en las fuerzas o entidades sobrenaturales en función de los objetivos e intereses de los que lo llevan a cabo (actores del ritual). Los rituales pueden tener carácter estacional llevándose a cabo en un momento de cambio en el ciclo climático o de comienzo de una actividad estacional tal como la siembra o la recolección.., o bien puede tener un carácter contingente : esto es, para hacer frente a una situación de crisis bien individual o colectiva‖ (Turner, en Proceso ritual). Necesario es referirnos a la acción que se enmarca en el campo ritual de la contemporaneidad festiva que aquí vamos a trabajar, práctica festiva que desafía a la llamada proclividad anti-ritualista (Douglas, 1988) que caracteriza al mundo postmoderno desacralizado, lugar y tiempo en que se desarrolla la llamada ritualidad postmoderna que no se sustenta en ningún mito fundador que le dé sentido a la existencia de los individuos (Caro, 2009), con ello diferenciar por un lado que los ritos postmodernos se desarrollan en las sociedades desacralizadas (Finol, 2009) en estas existen una infinidad y una proliferación de rituales ―ritualidad multiforme‖ por carecer de dispositivos que le otorgue sentido común al grupo social. En nuestro caso, es necesario referir que la serie de ritos que se ejecutan en la fiesta de las Turas son realizados en la actualidad por un grupo de mestizos descendiente de los antiguos ayamanes, los cuales evocan a un mito fundador que periódicamente los articula, los cohesiona e identifica, tal como lo refiere Emmanuel Amodio: ―La dinámica entre mundo y sentido, articulada por el rito, tiene como marco de realización en las pequeñas sociedades y los grupos sociales internos de una sociedad mayor, ya que es el contexto local que el mito se reinventa y se convierte en gestos reconocibles, recorridos espaciales connotados y relaciones sociales codificadas‖ (Amodio, 2009: 48-49). Los ritos y los procesos rituales tiene como orientación inherente: ser y hacer de dispositivos cohesionadores, a través de su performance que es una de las formas de representación y medio por el cual se auto-confiere sentido social al grupo que se encuentra relacionado, ya que está cargado de códigos, signos, símbolos e imaginación simbólica que se encuentra en la representación colectiva. Los ritos son pues el medio por el cual se articula el grupo, tanto en los mitos como en los ritos subyacen los elementos simbólicos. Necesario es separar al proceso ritual de la vida cotidiana, ya que nos ubicamos en el espacio-tiempo festivo, este se ubica fuera del espacio-tiempo profano. En los ritos y los procesos 61 rituales se introduce una ruptura/separación con el orden de la vida cotidiana dando paso a la representación que sigue un orden simbólico, no utilitario que tiene ―eficacia simbólica‖ (LéviStrauss, 1973) en el que se representa una estructura ritual que debe ser representada por los actores siguiendo una secuencia ―sintaxis regulada‖ (Finol, 2009), en unión simbólica de los hombres con lo sagrado, la que supone una experiencia atemporal alcanzada a través de los ritos que impregna la atmósfera festiva y nos separan de las acciones de la vida cotidiana. En cuanto a la acción performativa como función simbólica que actúa como vehículo simbólico, ésta se encuentra representada como el medio que transciende el lenguaje articulado (vehículo de comunicación de la vida cotidiana) que escenifica a los símbolos en el espacio y en el proceso ritual. El antropólogo puede colocar al ritual (los ritos) en el marco de su campo significante y describir su estructura y sus propiedades (Turner, 1980) de allí que es necesario establecer el campo de complejidad que se desarrolla a través de la comunicación simbólica de los procesos rituales como lo sugiere Tambiah: ―Ritual es un sistema culturalmente construido de comunicación simbólica. Está constituido por secuencias pautadas y ordenadas de palabras y actos, frecuentemente expresadas en medios múltiples, cuyo contenido y disposición se caracterizan por grados variados de formalidad (convencionalidad), estereotipada (rigidez), condensación (fusión) y redundancia (repetición)‖ (Tambiah citado por,García Luis y Velasco Honorio, 1990:10). Los ritos dentro de un ritual contienen de forma sintética elementos de carácter sagrado, elementos de la naturaleza y de la cultura-sociedad en la que se desarrolla ―…esos ritos sustituyen a los conceptos, porque trasmiten procedimientos heredados que garantizan la supervivencia del grupo‖ (Duvignaud, 1979:116) y estos se ordena de forma natural en dos categorías fundamentales: las creencias y los ritos (Durkheim, 2008:37) y se expresa por medio de las dos vertientes de lo humano: lo psico-biológico y lo cultural. 3.4. Noción de Identidad Esta investigación se ubica en la Antropología Social y Cultural, en la línea de investigación ―Lo sagrado y la diversidad religiosa: Creencias, ciencias y prácticas‖ tiene como objetivo general: Interpretar los elementos simbólicos presentes en la fiesta de las Turas, como la función integradora e identitaria de los descendientes de los Ayamanes. Planteando cuatro objetivos específicos que giran alrededor de la problemática de las identidades, ellos son: 1). 62 Identificar los ritos y símbolos presentes en la dinámica colectiva que se desarrollan en los ritos festivos de las Turas, como vehículo por el cual se expresan sus identidades; 2). Describir los ritos y símbolos presentes en las Turas que expresen relación particular del sujeto colectivo con lo sagrado; 3). Interpretar el orden social y cultural de los ritos de las Turas, para comprender cómo se expresan los códigos primordiales, básicos y fundamentales de las identidades de los descendientes de los Ayamanes. La noción de identidad es tal vez una de las categorías más conflictivas dentro de las Ciencias Sociales, ella deviene y es producto directamente del acumulado histórico de la humanidad. La filosofía y la lógica clásica establecieron en un primer momento el Principio de identidad, el cual determinaba que toda identidad es idéntica a si misma (Aristóteles) y posteriormente en la modernidad Hegel índico que: la identidad contiene en si la diferencia. De allí que las ciencias de la modernidad como la psicología y la sociología no se han puesto de acuerdo o unificado al respecto. Los estudios antropológicos deben tomar en cuenta ambos componentes para llegar a un lugar común donde se encuentren todos los espíritus, puesto que la razón no es otra cosa que el conjunto de las categorías fundamentales (Durkheim,[1912] 2008), ya que al sólo referirnos a lo individual sin tomar en cuenta las representaciones colectivas, que son medio de expresión de las realidades sociales. Entender que a través de las representaciones se desarrollan múltiples realidades colectivas, así como el planteamiento postmoderno que refiere: existen múltiples discursos y todos los discursos son válidos. Las identidades son representaciones que nos indican semejanza y diferencia; por un lado nos refieren que somos iguales como especie, aunque mostremos diferentes matices personales y por otro nos indica la diferencia de los otros, pero siempre: somos y seremos desde nuestro referentes identitarios semejantes y diferentes. La realidad social es el espacio donde se desarrolla las identidades; existen múltiples espacios sociales y múltiples representaciones identitarias, donde siempre se manifiesta el binomio de la realidad humana de identidad/alteridad (García Gavidia, 1996). La confusión deviene precisamente de las perspectivas predominantes de la psicología; las cuales han intentado establecer la unicidad de los individuos, es decir la identidad personal lo que ha generado confusión y ha producido equívocos en la actualidad. Ciertamente existe la identidad 63 del individuo, pero esta es un componente de nuestras totalidades identitarias, que la doctora Nelly García Gavidia refiere como un primer nivel: ―La identidad individual, personal, de los sujetos se construye en la relación con los otros, con la mediación de los marcos de sentido grupales compartidos. Todo individuo existe en un entrecruzamiento necesario y variado de relaciones que van desde las más cercanas que son las de filiación y las alianzas, hasta las más complejas con los diferentes otros, próximos o lejanos, incluidos los otros míticos. De allí que, la identidad individual sea más una frontera que una síntesis, es un campo de fuerzas, una interacción entre identidades o una multiplicidad de estrategias identitarias que funcionan a distinto nivel de generalidad‖ (García Gavidia, 2012: p.p 1-2). Al abordar una cultura particular e intentar desentrañar las identidades, siempre se debe abarcar la totalidad de lo humano; lo psicológico humano y lo cultural, de allí que circunscribirse única y exclusivamente a lo individual y al individuo es incurrir en determinaciones no antropológicas. En este sentido la teoría de la complejidad como lo indica Gilbert Durand (1998) en: Anthropologie et les structures du complexe, permite a la antropología discernir en su objeto de estudio, individual o colectivo (psíquico y cultural). Perspectiva que orienta a los estudios antropológicos y establece la forma de abarcar la totalidad de lo humano, sus dos vertientes; lo biológico y lo cultural, como las estructuras bipolares de conciencia psíquica y de la cultural. De allí que nuestra perspectiva teórica inicia por considerar al trayecto antropológico, referido a las identidades, partiendo de los referentes occidentales sobre la construcción y el desarrollo de la noción de identidad. Para ello vamos a recurrir a la etimología de algunas palabras que han girado en torno a la identidad y lograr establecer que la identidad es un hecho social, y no mero concepto referido a la unicidad de los individuos. Iniciamos con las convenciones sociales de nuestro léxico hispanoamericano 6 . En el Diccionario de uso del Español de María Moliner la Identidad se refiere a: Identidadpersonalidad como conjunto de rasgos psicológicos, sociales, ideológicos, etc., que caracterizan a una persona o colectividad y con los que éstas se reconoce a sí mismas. Esta es una de las cuatro acepciones que aparece en dicho diccionario, es pues ésta la que nos permite ir diseñando nuestra noción de identidad por referirse al conjunto de los rasgos que la conforman. 6 Natividad Barroso, hace referencia en uno de sus ensayos desde los Crepúsculos (2004): Nuestra hermosa Lengua Hispanoamérica, desde sus primeras huellas, continuidad y trascendencia, la que actualmente hablamos más de cuatrocientos millones de personas en veinticuatro países. 64 La cuestión es deslindarnos de la perspectiva que ha prevalecido en la psicología, para ello es necesario partir del sustantivo latino que dio origen a la noción, el cual está referido a lo individual de los seres humanos. El individuo: se compone de in, que significa negación, y de dividir, en latín dividiere. Significa lo contrario de dividido: no divido, indiviso. Individuo es el hombre en sí. Entonces entender que cuando hablamos de individuo lo hacemos para referirnos a esa unidad biológica indivisible que somos los seres humanos, una de las dimensiones constitutivas de lo antropológico y la cual no podremos negar, pero esta se encuentra referida a lo idéntico que somos como especie Homo Sapiens-Sapiens. Todo esto es clave para la antropología y para los antropólogos, ya que nos indica nuestras estructuras anatómicas, filogenéticas, fisiológicas y además nos refiere nuestras potencialidades humanas que echan por el suelo cualquier tipo de racismo. La etimología de las palabras persona y personalidad nos indica que: Persona (Latín siglo XII) Mascara de actor, de per: a través, y sonare: sonar. Individuo hombre o mujer, la persona es el hombre en relación con la humanidad (personaje, personal, personalidad, personalizar, personarse, personería, personificar. (Diccionario Etimológico, General de la Lengua Castellana,). Las referencias etimológicas referentes a identidad y sus dimensiones; individual (individuo) y colectiva (personalidad) ambas son base necesaria para abordar a los objetos de estudios antropológicos, cuyos referentes no hay lugar a dudas los encontraremos en lo social, o mejor dicho en lo sociológico. Ya que cuando hablamos de identidad nos referimos a la personalidad; a las acciones y las relaciones entre los hombres. Verdaderamente su etimología nos hace entender su representación, ciertamente somos como individuos unidades biológicas indivisibles, la cual está referida a nuestra universalidad como especie humana, lo universal de La Cultura. Y somos múltiples personalidades humanas que conforman a un Universo, donde se manifiestas y representan una gran multiplicidad de máscaras polifónicas, las cuales constituyen la maravillosa diversidad cultural (las culturas) que nos hacen ser únicos y a la vez diversos, condición fundamental del saber antropológico (García Gavidia, La Particularidad del objeto de estudio de la Antropología). De allí que debemos entender que las identidades van más allá de la individualidades; estas se configuran en lo social, en términos durkheimnianos (identidades colectivas). Las cuales se manifiestan y sustentan a través de las representaciones colectivas que siempre tienen un sentido social que se ordena en dos ejes: de pertenencia y de relación (Marc Auge citado por, García Gavidia, 2012:7). 65 Hemos creído conveniente incorporar en nuestro trabajo el modelo analítico para el estudio de las identidades colectivas de la Doctora Nelly García Gavidia, el cual parte por establecer que: ―no hay identidades cerradas, todas son dinámicas‖ y ―en cada persona se puede dar un surtido de identidades‖ (García,2012: 6) ciertamente estas dos apreciaciones son de vital importancia para la realización de estudios que traten sobre las identidades, sobre todo aquellas que se muestran a través de las representaciones colectivas: ―En este modelo para el análisis de las identidades colectivas el punto de partida implica: considerar a las identidades como representaciones colectivas, y buscar en éstas el diferencial simbólico de esta manera considero que pueden ser desentrañados (es decir descubiertos, averiguados, profundizados, aclarados, penetrados, leídos, traducidos, sacados fuera, dilucidados) los códigos que lo conforman‖ (García, 2012:8). Este modelo establece como marcos referenciales a las marcas culturales que identifican y cohesionan a los grupos y su vez refiere al diferencial simbólico que las caracteriza, estas maracas culturales son elaboradas socialmente y sirven a los individuos como marcos referenciales de percepción e interpretación. Siguiendo las recomendaciones de la doctora García Gavidia para el estudio de la conformación de las identidades: primeramente se debe pasar del nivel descriptivo al nivel operativo, todas las identidades están, no hay que buscarlas ―Las identidades están allí, en la vida social, son construidas, recreadas, son marcas culturales‖ (García, 2012: 4). Estas se expresan a través de las marcas culturales, las cuales deben ser desentrañadas a través de las representaciones colectivas, ya que es a través de ellas que se expresan, se reconocen y se diferencian. Para ello la doctora García Gavidia parte de la interrogante cómo aprehender las marcas culturales y enuncia: ―Para aprehender las marcas culturales (sean inducidas conscientemente o no) he recurrido a las enseñanzas de E. Durkheim, M. Weber, el estructuralismo y de las de G. Durand. A partir de ellos he elaborado un modelo analítico (al estilo de los modelos de tipos ideales de Weber) para explicar e interpretar las marcas, representaciones ideacionales y narrativas identitarias que construyen los seres humanos para cohesionarse al interior del grupo y diferenciarse de los de afuera de éste‖. (García, 2012: 5) Para nuestro estudio asumiremos los referentes teóricos incluidos en el Modelo analítico para leer los códigos simbólicos en el estudio de las identidades de la doctora Nelly García: 66 ―De Durkheim he tomado: a) la idea de que la religión es una de las manifestaciones importantes y primarias de la sociedad, y así las identidades colectivas funcionan como las religiones; b) su noción de representaciones colectivas y c) por extensión se considera que las identidades colectivas, así como la religión, cumplen funciones cuando los procesos que la constituyen se mantienen latentes. De Max Weber nos hemos inspirado, en su trabajo sobre la historia de las religiones, la atención que pone en el diferencial simbólico como una vía para desentrañar el problema de la salvación y su conexión con el modo de vida y la vida particular de los grupos sociales. Igualmente, es innegable que cuando señalamos la existencia de una lógica binaria y distinciones dicotómicas y tricotómicas para el análisis de los códigos simbólicos nuestra fuente de inspiración es el estructuralismo. En nuestro análisis buscamos siempre situaciones relacionales, ya sean de: Oposición, de exclusión (del tipo o…o), de correspondencia, de homología, de contradicción, de concurrencia‖. (García, 2012:9). A todo lo anterior le hemos incorporado el estructuralismo figurativo de Durand para hacer referencia sobre el imaginario en la construcción de las identidades, ya que los sistemas simbólicos (lo imaginario) constituyen el material a partir del cual se conforman las identidades y son el medio por el cual se expresa la síntesis de los sentidos. 3.4.1. Los Imaginarios Identitarios e Identidad Festiva (epifanía de la identidad) La fiesta fractura lo individual, ya que es el escenario (tiempo/espacio) en donde los individuo recobran su espíritu colectivo, trascendiendo lo individual. Duvignaud (1973) subrayará la trascendencia de la fiesta como genuina revelación de lo sagrado, la virulencia dislocadora de la fiesta reside en su fecundidad para despertar y explosionar el territorio noracional soterrado por la cultura occidental. El tiempo y el espacio festivo está fuera de lo ordinario, de lo cotidiano, es el tiempo hierofánico (Mircea Eliade, 1972) el cual está marcado de relaciones y significaciones distintas a la temporalidad ordinaria, que se desarrollan en los fenómenos religiosos y se representan a través de sus ritos; medio por el cual se va introduciendo la atemporalidad, ruptura del tiempoespacio que categoriza a lo cotidiano. La experiencia, la vivencia y la dimensión de la fiesta invaden nuestras racionalidades colectivas. La fiesta se constituye en el medio por el cual se gesta la marca cultural; es el florecer de lo identitario y de lo imaginario. A través de ella se expresan las motivaciones simbólicas, las cuales se encuentran referidas a las identidades colectivas que otorgan pertenencia a una misma unidad. 67 3.4.2. Identidad y Parentesco: Filiación y Alianza Desde los padres fundadores de la antropología ha sido de interés las descripciones de las culturas, la comparación y el estudio de la organización social como la forma de integración del hombre en la sociedad; proceso por el cual los miembros adquieren la cultura, desarrolla la personalidad social y adquiere el rol y el estatus social. En la sociedades humanas se desarrollan una diversidad de estructuras sociales, la antropología clásica determino la existencia de los principios semejantes que rigen en estos asuntos de la Cultura Humana, así como la Lingüística ha establecido que ―las lenguas son diferentes pero se rigen por principios semejantes‖ la antropología estudia los ―principios‖ de las Estructuras Sociales, que L. Morgan en 1871 clasifico en 6 estructuras básicas de los sistemas de parentesco. En este trabajo, no utilizaremos dichos sistemas clasificatorios por considerar de antemano que no hay correspondencia con ninguna de estas clasificaciones, y porque no existen el suficiente número de elementos que podríamos utilizar para intentar relacionar al objeto de estudio con alguna de estas estructuras básicas del parentesco. Este trabajo tiene por marco de investigación la interpretación de los símbolos que desarrollan los tureros a través del sistema festivo y el proceso ritual. En el cual se hace necesario incluir lo referido al estudio del parentesco y la estructura social que se representa en la manifestación ritual de las Turas. Al respecto consideramos de interés el planteamiento de la Escuela Social Británica y más precisamente a Radcliffe-Brown cuando siguiere que ―la continuidad estructural de las sociedades humanas es dinámica, en ese sentido: la materia la compone los seres humanos, y la conexión de éstos mediante relaciones institucionales‖ (Radcliffe-Brown, 1975:191). Si hemos considerado desarrollar un epígrafe teórico referente a la estructura social, es porque dentro de la festividad turera se manifiesta una estructura ritual que otorga status, se desempeña roles, se ostentan elementos de prestigio, se establecen alianzas medio por el cual se adquieren status y se desempeñan roles dentro de la festividad. Concretándonos de esta manera en lo que Fredrik Barth (1976) designa como lo socialmente efectivo, medio por el cual se ha desarrollado la auto-adscripción de los miembros del grupo y la adscripción por parte de otros. 68 3.4.3. Identidad y Control Cultural La cultura etnográfica a pesar de incluir elementos propios y ajenos, deberá estar siempre orientada a precisar cuáles serían esos elementos articuladores (matriz cultural) como el núcleo generador que nos orienta y nos permite determinar a través de la práctica social específica, por la cual se organiza el grupo y se define la identidad cultural. De allí que propongo realizar una posible articulación de los conceptos: grupo étnico, cultura e identidad cultural, a partir del esquema teórico-metodológico propuesto por Bonfil Batalla (control cultural). Partiendo del referente empírico o matriz cultural (la fiesta de las Turas), como la manifestación colectiva de los tureros, ya que a través de ella se articulan los tres componentes para los estudios de procesos culturales. Un análisis del contexto festivo permitiría establecer como este grupo ejerce el control cultural, que según su autor: éste radica en el poder de decisión sobre los elementos culturales propios y sobre los contenidos concretos en el ámbito de la cultura autónoma, los cuales tienen por objeto; garantizar la existencia del grupo como entidad cultural (étnica) diferenciada. Batalla nos refiere al momento de la caracterización de un grupo étnico las siguientes indicaciones: conglomerado social capaz de reproducirse biológicamente, reconoce un origen común, los miembros se identifican entre sí, donde establece diferencias ellos/nosotros, comparten elementos y rasgos culturales, siendo la lengua el de mayor relevancia. Esta propuesta teórica sugiere la superación de los signos culturales meramente diacríticos que han sido empleados anteriormente por el viejo culturalismo. El grupo étnico puede definirse a partir de cierta relación significativa entre el grupo y una parte de su cultura en la cual aún ejercen control cultural, como los elementos componentes para la ejecución de las acciones y las relaciones sociales. La propuesta teórica propone considerar las siguientes clases de elementos culturales: a) Materiales, b) De organización, c) De conocimiento, d) Simbólicos y e) Emotivos. Estos elementos culturales deben tener una concurrencia y relación común que permita establecer una relación orgánica entre ellos, claro está superando los tradicionales planteamientos del funcionalismo, para lo cual Batalla nos refiere lo siguiente: ―No se trata de una relación necesariamente armónica y coherente, como en los planteamientos funcionalistas clásicos, ya que la consistencia funcional mínima sólo parece lógicamente necesaria en cada acción concreta, pero no para el conjunto de acciones que forman la vida social; en tal conjunto, por lo contrario, es posible encontrar 69 inconsistencias y contradicciones entre los elementos culturales que permiten, precisamente, entender la dinámica sociocultural‖ (Batalla.1989:11). El planteamiento teórico considera principalmente a la cultura autónoma como la base fundamental para la persistencia de la identidad étnica, admitiendo además que ―el problema es más complejo si tratamos de definir los elementos culturales que deben contener el ámbito mínimo de cultura autónoma‖ (Batalla, 1989:25). El control cultural marca su énfasis en el ejercicio de las decisiones sobre los elementos culturales propios (cultura autónoma) siendo este ―el eje a partir del cual resulta posible articular las tres principales expresiones del fenómeno étnico: el grupo, la cultura y la identidad‖ (Batalla, 1989:29). Esta triada es pues el componente articulador de la propuesta teórica, que según su autor debe entenderse como sistema y como proceso. 3.5. Antropología Religiosa y Antropología de lo Simbólico La antropología y los antropólogos consideran a la religión como un universal cultural, aunque las religiones sean expresiones de culturas particulares, por ellas se puede estudiar a los grupos sociales a través de sus representaciones, medio por el cual se manifiestan su universo de creencias. La noción de religión dentro del campo de la antropología ha diferido en la perspectiva teórica según la Escuela, de allí la importancia de precisar el matiz que tomará nuestro trabajo investigativo para no incurrir en imprecisiones, ni incompatibilidades teóricas. Partiendo de la etimología latina (religión) que nos refiere al vínculo con las cosas sagradas, de allí que hemos asumido la determinación durkheniana que: la religión es eminentemente social. Aquí nos estaremos refiriendo al doble vínculo: uno que se relaciona con la creencia de lo sagrado y otro, el que ha permitido su desarrollo socio-histórico. Aunque en esta investigación no nos apegaremos de manera estricta a la definición de religión de Durkheim ― una religión es un sistema solidario de creencias y prácticas relativas a cosas sagradas, es decir, separadas, prohibidas, creencias y prácticas que unen una misma comunidad moral, llamada Iglesia, a todos a los que se adhieren a ellas‖ (Durkheim,2008: 92-93), de los tres componentes esenciales a los que hace referencia en autor de Formas Elementales de la Vida Religiosa: sistema de creencia, recaen en cosas sagradas(sobrenaturales) y comunidad moral centrada en una Iglesia; es a esta última a la que no deseamos ceñirnos con total rigidez, ya que hemos prefiriendo abordar al objeto como fenómeno religioso, para lo cual el mismo autor hace mención en su magistral obra: 70 ―Es pues más conforme al método el intentar caracterizar los fenómenos elementales de los que se deriva toda religión, antes que el sistema producto de su unión. Este método se impone tanto más por el hecho que existen fenómenos religiosos que no dependen de ninguna religión determinada. Tales son los que constituyen la materia del folklore. Son, generalmente, restos de religiones desaparecidas, supervivencias desorganizadas; pero también hay otros que se han ido formando espontáneamente bajo el influjo de causas locales‖ (Durkheim, 2008:76). En el mismo orden de ideas Marcel Mauss nos aporta que: ―no hay en efecto, una cosa, una esencia, llamada religión; lo que hay son fenómenos religiosos, más o menos agregados en sistemas que se le llaman religiones y tienen una existencia histórica definida, en grupos de hombres y en tiempos determinados‖ (Mauss citado por, García Gavidia,2009:11) Aunque estos autores hacen referencia a cosas sagradas no están integradas a un sistema religioso ―se explica que puedan existir grupos de fenómenos religiosos que no pertenezcan a ninguna religión constituida: es porque ya no están, o ya no están integrados en un sistema religioso‖ (Durkheim, 2008: 84). De esta manera establecemos que la representación colectiva se encuentra categorizada en fenómeno religioso, ubicada en el orden de lo sagrado; donde ―representaciones y símbolos‖ son el medio y el sentido de la festividad. ―Los fenómenos religiosos, al igual que los sociales, no ocultan ni la sustancia ni la realidad de la religión o de la sociedad. Ellos ocultan sólo su relación entre ellos‖ (García G, 2009:12). 3.5.1. Sagrado/Profano Las representaciones colectivas por ser acciones simbólica que marca las realidades colectivas y expresivas; las cuales tienen por objetivo la cohesión social, donde lo sagrado aparece en los símbolos que son fuente de ideas (Durand, 1968) ―lo sagrado está situado en el centro de todo fenómeno religioso‖ (Ries Julien, 1995:26). Dichas realidades, según Durkheim han sido categorizadas por los grupos humanos como: ―Una clasificación de las cosas reales o ideales—las que se representan los hombres—en dos clases, en dos géneros opuestos, en general designados con dos términos distintos que traducen bastante bien las palabras profano y sagrado‖ (Durkheim, 2008: 77). Para él, lo sagrado y lo profano son el rasgo distintivo del pensamiento religioso, el cual se ordenan en dos categorías fundamentales: las creencias y los ritos, de allí que él comprendió que: ―un todo sólo puede ser definido con relación a las partes que lo constituyen‖ (Durkheim, 71 2008:76), siendo la acción social la que domina la vida religiosa, la cual está cargada de valores y experiencias religiosas. De allí, la complejidad de los fenómenos de lo sagrado. Marcel Mauss hace referencias importantísimas al considerar la dimensión social y a los estados psicológicos, para él se debe comenzar por el origen común de lo sagrado; que derivan de estados afectivos colectivos. De allí que nos apegaremos a la función social de lo sagrado que Durkheim y Mauss hicieran referencia. Pero, no a la separación que hicieron ambos de la magia y la religión, aunque ellos refirieron que magia y religión estaban emparentadas. La separación que estableció Durkheim al respecto, se debió a lo que él determino como el carácter moral que establece la Iglesia y al actor que la ejecuta. Por otro lado Mauss considera: ―La interdicción es, en definitiva, el límite a la que la magia se expone. Estos dos extremos son, por así decirlo, los dos extremos de la magia y la religión: el polo del sacrificio y el del maleficio. Las religiones siempre crean un ideal, hacia el que se elevan los himnos, los deseos, los sacrificios, ideal que está protegido por las interdicciones. La magia, por el contrario, evita esas regiones y se inclina por el maleficio en torno al cual se agrupan los ritos mágicos, visión que ha dado lugar a la imagen que la humanidad se ha hecho de la magia‖ (Mauss, M. 1979:53). En cuanto a lo anterior aclaramos que no compartimos del todo con el autor, ya que nuestra intención no es, ni será hacer referencia alguna si el fenómeno que aquí se investiga se encuentra suscripto dentro de la magia o la religión, sino como ya hemos dicho anteriormente es un: fenómeno religioso. En este sentido preferimos aproximarnos a Marc Augé, quien refieren al respecto: ―el debate sobre las fronteras está marcado, pues, por un prejuicio cristiano o, más ampliamente, monoteísta. Que toda religión no monoteísta caiga en la magia‖ (Augé, 1993: 41-42). Este trabajo es abordado desde una perspectiva convergente de la Antropología religiosa y la Antropología de lo simbólico, de allí que consideramos importante no dejar por fuera una de las principales nociones maussianas para la interpretación de los fenómenos religiosos, como lo es el Maná (sustancia y causa), para Mauss el Maná interviene en la totalidad de los ritos (categorías de tiempo-espacio), relacionadas con lo referido por Durkheim sobres las categorías del entendimiento (nociones de tiempo y espacio) ―ellas han nacido de la religión y en la religión; son producto del pensamiento religioso‖ (Durkheim,2008:38). Para Mircea Eliade lo sagrado es ―manifestación completamente diferente de una realidad que no pertenece a nuestro mundo, en objetos que forman parte integrante de nuestro mundo 72 natural-profano‖ (Eliade, 1986: 9). Los referentes de este fenómeno están marcados por la delimitación; sagrado/profano, que está vinculada a los códigos espaciales, ya que todos los actos deben ser ejecutados en el axis mundi (eje del mundo), en este sentido el autor hace referencia a que esta concepción es casi un ―universal cultural‖ (en cuanto a los sistemas chamánicos y fenómenos religiosos), que tiene múltiples representaciones como: montaña central, laguna central, ciudad central, templo o palacio pero todas referentes al sitio donde se ejecuta y se lleva a cabo la consagración que realiza el intermediario espiritual. Los intermediarios a través de una serie de pasos que lo conducen hacia la iniciación y consagración que es realizada en este lugar (centro del mundo), donde se produce la toma de conciencia gnómica del tránsito existencial de los hombres, para lo cual configura espacios topológicos que lo conducen a estancias y estados del ser. 4. Categorías que se ejercen y se analizan en la Etnografía 4.1. Espacios Simbolizados Desde la explosión del pensamiento definitivamente liberado el Homo-Sapiens ha configurado su pensamiento y sus significaciones espaciales (Teilhard de Chardin 1965). La caverna fue el espacio que sirvió de abrigo, el que reunión a nuestros antepasados alrededor del fuego y el lugar donde plasmo sobre sus muros el arte naturalístico. La noción y la categoría de espacio forma parte de las nociones esenciales que dominan nuestra vida intelectual (Durkheim, [1912]2008) El espacio es una variable física y también cultura (Valbuena, 1999) ya que han formado parte de las significaciones de los sujetos colectivos. Para Pierre George (1976) corresponden a la antropología abordar los fenómenos de los comportamientos rituales como manifestación periódica que sacraliza los espacios. El fenómeno espacial como construcción social y simbólica hace referencia no sólo al espacio geométrico euclidiano, sino a los espacios de configuraciones topológicas, los cuales no se encuentran normados sobre números reales de dimensión finita, ya que estos espacios superan la perspectiva geométrica occidental, estos son: ―Espacios topológicos radicalmente distinto del espacio tridimensional y homogéneo euclidiano o cartesiano‖ (Duvignaud, 1979:108), de allí que existen una gran diversidad de representaciones colectivas, que a través de la facultad humana de simbolizar; medio y forma por la cual los grupos humanos han dotado a los espacios de sentido, a lo que ha referido Marc Augé: ―si el espacio es la materia prima de la antropología, se trata aquí 73 de un espacio histórico‖ (Augé, 1998:15) estos forman parte de las idealizaciones sistematizadas que caracterizan a los fenómenos humanos, dentro de ellos los que se encuentra en el orden de: lo sagrado, de lo mítico, de lo poético y de lo imaginario. El espacio además de histórico es construcción cultural (Fiore, 1985 y Valbuena, 1999). Los espacios topológicos, es decir los espacios cargados de sentido constituyen un elemento cultural que a través de las representaciones colectivas es y son lugares donde subyacen las simbolizaciones, lugar antropológico (Augé, 2000) en este caso referentes al campo de lo sagrado, espacios a los cuales se les carga de lo imaginario como representaciones idealizadas de la realidad social. Las representaciones festivo-rituales establecen unidades referenciales que son divisiones ―esenciales‖ que dominan las distribuciones y significaciones espaciales, de allí que las construcciones espaciales sean un gran insumo antropológico. 4.2. Morfología Espacial de lo Simbólico Para Gilbert Durand ―el espacio se ha revelado como la forma a priori de la creatividad y del dominio de espíritu sobre el mundo‖ (Durand, 1981:408). Las representaciones colectivas son un proceso de conformación de las identidades colectivas, y por medio este proceso se manifiestan los códigos simbólicos de distinciones espaciales, como lo refiere García Gavidia: ―De allí que la asunción de las identidades está íntimamente asociada a la simbolización del espacio. El espacio está preparado para contener objetos, relaciones sociales, pero también símbolos, es la lenta elaboración de las prácticas lo que conduce a darle al espacio un contenido‖ (García, Nelly, 2012:22). 4.2.1. Espacio Mítico Los mitos nos pueden referir algún acontecimiento histórico sobre un espacio imaginario con actores trasfigurados en: animales, dioses y semi-hombres. Los pueblo ―ágrafos‖ han recurrido a esta forma comunicativa (los mitos) para la activación de la memoria del grupo, a través de los testimonios orales, narrativos y discursivos sobre acontecimientos y conocimientos significativos, sobre todo aquellos que han dado origen a los ritos dentro de un grupo social. De allí, que los contextos míticos nos pueden referir sobre el pasado del grupo. Los espacios míticos están cargados de sentidos, en los cuales según Durand existe una convergencia arquetípica (Régimen Diurno y Régimen Nocturno). Ambos deben ser parte de los análisis estructurales, ya que los mitos son la instancia para comprender los encadenamientos simbólicos. 74 Edgar Morín refiere a la arquecultura como el momento a partir del cual se desarrolla la cultura humana ―Se trata de una nucleación noológica nueva, estrechamente vinculada a la aparición del mito y de la magia entre Sapiens‖ (Morin, 2005: 196). Para este autor la mitología va ser la encargada de integrar a la sociedad y a los hombres, los ritos constituirán las técnicas de armonización y las fiestas se refieren a las intencionalidades comunicativas que conducen a la organización y a la comunión colectiva. 4.2.2. Espacio Ritual (espacios para los ritos) Los fenómenos religiosos establecen fronteras entre lo sagrado y lo profano, las cuales se asumen como códigos de referencias espaciales. Estos son los que confieren significaciones a los ritos, que se desarrollan en los sistemas de fiestas, configuraciones retóricas y prácticas que establecen separaciones e impone límites, que en algunas sociedades y culturas pueden ser superadas a través de ritos de paso o iniciaciones; medio por el cual se logra trascender de lo profano a lo sagrado, existiendo además traslaciones referente a los roles sociales, de allí que ―la vida religiosa y la profana no deben coexistir en el mismo espacio‖ (Durkheim, 2008: 474)) ya que todos los fenómenos religiosos tienen en común; la separación entre sagrado/profano ―todo sistema de rito tiene por objeto encarnar ese estado de separación esencial‖ (Durkheim, 2008: 462). El profesor Carlos Valbuena (2011), nos aportó en sus clases de Antropología del Espacio, que: ―sobre el espacio se proyectan todos los sistemas de clasificación simbólica‖ ya que los espacios son unidades cargadas de sentido, en nuestro caso que es el estudio de una Fiesta; la cual está compuesta de una serie de espacios en los cuales aparecen los símbolos. Los espacios se convierten en el referente cultural donde se vuelca la imaginación simbólica. Los espacios para los ritos son el medio para desarrollar la visión del mundo y la expresión de los hombres, a través de estos se teje los hilos del sistema simbólico que se representa, es pues el sustrato de la festividad. Las unidades para el análisis ―morfológico‖ se encuentra en los ritos y los espacios albergan las ideas y los sentidos. Nuestra intención es sustentar a través de la morfología espacial; el estudio de la estructura de lo simbólico, partiendo de la descripción para logra explicar la representación colectiva. 4.2.3. Espacios e Identidad Los espacios son expresiones racionales y simbólicas que se constituyen en ―soporte de la 75 memoria tanto porque fija topológicamente episodios de la historia del pueblo y del grupo, así como también porque le da continuidad a la memoria materializada, a los lugares‖ (García, Nelly, 2012: 20). Partiendo de esta perspectiva; entendemos que espacios e identidad se encuentran indisolublemente asociados en las representaciones colectivas, que tienen por marco de encuentro o de cohesión pequeños grupos sociales pertenecientes a una sociedad mayor, que los hace gravitar sobre espacios simbolizados propios. Así como la casa puede ser el espacio de la familia nuclear o extensa, El Club sea el espacio del equipo deportivo x, la casa de partido político es el espacio de encuentro del Buró-comité (de izquierda o derecha), El Templo Masónico es el espacio de la hermandad, El Estadio de futbol o beisbol es el espacios de los fanáticos, etc. Todos estos espacios están referidos a la memoria y a la historia del grupo que se encuentra relacionado. En este caso no hacemos distinción entre lugar y no lugar al estilo de Marc Augé, nos referimos a espacios donde se genera, se desarrolla, se fortalecen y se negocian las Identidades. En la obra El Genio del Paganismo (1993) de Marc Augé, hemos encontrado un interesante aporte para el estudio de los referentes espaciales que se encuentra determinados por dicotomía sagrado/profano, ya que para el autor en los espacios referidos a fenómenos religiosos se establecen fronteras; es lugar donde concurren: la existencia y forma de vida / lo idealizado y lo asumido, siendo esta representación espacial la que construye identidades y otredades. La idea de frontera se refiere al colectivo involucrado y al que se involucra a través de la participación en el proceso ritual (en la fiesta de las Turas). 4.3. El Cuerpo, Los Movimientos y Los Indumentos Rituales A través de los cuerpos en movimiento se puede superar la centración de yo, los cuerpos y la corporeidad humana nos pueden referir una multiplicidad actos significativos (signitivos y simbólicos). El Cuerpo ―es una realidad cambiante de una sociedad a otra‖ (Le Breton, 2002:30). Realidad que en algunos casos pude estar referida únicamente a individuos como unidad biológica indivisible; concepción que lo separa de los otros, porque anula la unidad a la red de correspondencias sociales. La fiesta: sus ritos, su parafernalia y sus espacios nos devuelve a las significaciones colectivas del cuerpo. Para el sociólogo y antropólogo francés David Le Breton ―El cuerpo es una falsa evidencia: no es un dato evidente, sino el efecto de una elaboración social y cultural‖ (Le 76 Breton, 2002: 28) al que designa como: eje de relación con el mundo, ya que es un sistema de representaciones culturales. De allí que la corporeidad humana por su función social y cultural es para este autor; materia de símbolo, objeto de representaciones e imaginarios (Le Breton, 2002). En nuestro caso estas representaciones se desarrollan fuera de la vida cotidiana; ellas se manifiestan en el tiempo de fiesta, a través de los ritos se representan un conjunto de sistemas simbólicos que se desarrollan por medio de los cuerpos en movimiento, de ellos emergen las significaciones en esta representación colectiva ―El hombre no es el producto de su cuerpo, él mismo produce las cualidades de su cuerpo en interacción con los otros y en su inmersión en el campo simbólico. La corporeidad se construye socialmente. (Le Breton, 2002:19). 4.3.1. Los Cuerpos en Movimiento y sus Técnicas Los cuerpos en movimiento y sus técnicas son foco de representación e interacción. En nuestro abordaje hemos considerado partir de las técnicas del cuerpo de Marcel Mauss (1936), como vehículo simbólico y las formas expresivas que crean y recrean la atmosfera festiva que busca significar el tiempo y demarcar el espacio, para así ubicarlo fuera del espacio-tiempo profano y por encima de la vida cotidiana, donde los cuerpos en movimiento representan un sistema simbólico; construcción cultural de este grupo humano. Es pertinente en este sentido la referencia que realizó Marcel Mauss sobre el cuerpo y las técnicas corporales ―el cuerpo es el primer instrumento del hombre y el más natural, o más concretamente, sin hablar de instrumentos diremos que el objeto y medio técnico más normal del hombre es el cuerpo‖ (Mauss, 1979:342). En este sentido el cuerpo y sus técnicas corporales se van a desarrollar de forma infinita, donde la universalidad corresponde al instrumento (el cuerpo) por el cual se logran configurar particularidades expresivas y representativas de universalidades simbólicas. Estas se desarrollan a través de las técnicas; que son ―acto eficaz tradicional‖ (Mauss, [1936]1979), donde tradición y símbolos se encuentran relacionados. En cuanto a las clasificaciones de las técnicas del cuerpo que Marcel Mauss realiza en su trabajo; la danza se encuentra dentro de las actividades del movimiento. La danza y la fiesta en algunos casos suelen ser sinónimos, lo que sí está claro es que las fiestas son un hecho complejo y las danzas por lo general son la expresión central de las fiestas (Kepa Fernández De Larrinoa, 77 1998). Dentro del desarrollo de la fiesta de las Turas se ejecutan formulas coreográficas que colocan a los cuerpos de los tureros en movimiento, indistintamente de baile o danza, ya interesantemente detallados y caracterizados por Abilio Reyes (1961) 7. 4.3.2. Indumentos Rituales y Representaciones Colectivas El cuerpo trasciende toda la visión anatomista y saber Biomédico, que hace de él una máquina de engranajes e investiga al cuerpo como epifenómeno de acontecimientos fisiológicos (Le Breton, 1994). Mircea Eliade (1986) en su trabajo ―El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis‖ refiere que en la humanidad ha existido gran diversidad de indumentos, pero todos tienen como objetivo propiciar las ―técnicas de éxtasis‖ que nosotros optamos por referir como la preparación para escenificar el drama turero. Este autor además nos refiere como los grupos humanos en diferentes latitudes y en diferentes momentos históricos de la humanidad han configurado y utilizado tales indumentos rituales. Estos simbolizan sus creencias, sus afanes y hoy podemos decir; que configuran sistemas cognitivos y paradójicos, pero siempre en y con relación a lo sagrado. Para Eliade el indumento revela el sistema simbólico, ya que los actores de los ritos no usan la indumentaria cotidiana, ellos utiliza los elementos simbólicos que le permitan crear la atmósfera sagrada, evocada a través de objetos ―mágicos‖, que pueden ser los instrumentos musicales, como es uno de los casos referido por él: ―El simbolismo del indumento y del tambor chamánico‖. A través de la ―ritualización‖ se llega a la experiencia mística (Finol, 2009) experiencia ubicada aparte del espacio-tiempo de la vida cotidiana, la cual logran a través del conjunto de medios que disponen los tureros para recrear al rito/mito. Para el Doctor José Enrique Finol: Ese proceso de progresivo éxtasis no es sólo sentido por los actores envueltos en una experiencia mística, sino también por quienes los observan. Luego se produce, como consecuencia, una suspensión objetiva de la realidad cotidiana pues el actor siente que está en otro espacio, en otro tiempo, incluso con otros actores, donde todos pasan de una suerte de tiempo personal a un tiempo transpersonal en el que la suspensión mística crea lo que Goodman, como vimos, ha denominado: realidad alterna, la que implica, a su vez, un tiempo alterno‖ (Finol, 2009:63). 7 Coreografía de las Turas: La danza ejecutada por los tureros-danzantes (circulo posterior humano) y baile ejecutado por los tureros-musicos (circulo interior). 78 4.4. Las Relaciones de Parentesco y la Estructura Ritual Los objetivos propuestos en este trabajo están enfocados sobre la interpretación de los símbolos que se manifiestan en la Fiesta Ritual de las Turas, y cómo dichos símbolos han creado y recreado las identidades de este grupo humano. Dentro de las interpretaciones se encuentra el orden social y cultural que se representa. Al respecto hemos seguido las orientaciones y las conclusiones de la obra Replanteamiento de la Antropología (1972) de E. Leach: ―lo que importa son las categorías sociales significativas‖(Leach,1972:49) que nos muestran los hechos etnográficos, ―Mi conclusión, pues, debe ser ésta: hay que atenerse a los hechos y ejercitar la imaginación, pero jamás dejarse envolver personalmente por la situación hasta el punto de no ser capaces de distinguir entre los hechos empíricos y los propios conceptos analíticos‖ (Leach, 1972: 50). En este trabajo se aborda a un particular objeto de estudio (La Fiesta Ritual de las Turas), como la herencia de un grupo de mestizos de ascendencia indígena, en el que aún se manifiesta una estructura social (festivo-ritual). De allí que nuestro enfoque radica en la estructura ritual de la festividad, principalmente las que se realiza en el Cerro de Moroturo, estado Lara y considerar de forma complementaria las que se ejecutan en San Pedro de Mapararí, estado Falcón. Desde una perspectiva sincrónica y desde lo que ha sido nuestra experiencia etnográfica (2005-2012), sin dejar de considerar los documentos históricos del siglo XIX y el XX ―Reglamento de Turas‖ (1890), la Filmación de las Turas en Aguada Grande, estado Lara realizada por Lafffer (1957) y los trabajos realizados por: Miguel Acosta Saignes (1948), Luis Arturo Domínguez (1980), Pedro P. Linárez (1990) y el realizado por Natividad Barroso (1994). Considerando que hasta el momento no existe, o por lo menos no he tenido la oportunidad de consultar un trabajo referente al estudio de la estructura social y el sistema de parentesco presente en la Fiesta Ritual de las Turas. Los descendientes de los ayamanes no tienen en la actualidad una estructura social como tal, aunque si tomamos las interpretaciones de Leach (1976) sobre las exposiciones rituales ―el ritual y la mitología representan una versión ideal de la estructura social (Leach, 1976:308). Para complementar este trabajo creo conveniente introducir la conclusión a la que llego E. Leach en su estudio sobre la estructura social Kachin y Sistemas Políticos de la Alta Birmania (1976), sobre el cambio: 79 ―Mi conclusión es que, mientras que los modelos conceptuales de la sociedad son necesariamente modelos de sistemas en equilibrio, las verdaderas sociedades no pueden estar en equilibrio. Yo sostengo que las inconsistencias de la lógica de la expresión ritual son siempre necesarias para el adecuado funcionamiento de cualquier sistema social‖ (Leach, E. 1976:26). Entendiendo que las descripciones de las culturas etnográficas son principalmente sincrónica, ya que se toma de la realidad empírica que se manifiesta en la estructura y la organización. Para dicho estudio de la organización ritual parto de la definición clásica de estructura de Radcliffe-Brown ―El concepto de estructura se refiere a la distribución de las partes o componentes relacionados mutuamente en una unidad más amplia‖ (Radcliffe-Brown, 184:1975). Además de considerar los rasgos estructurales manifiestos en el proceso ritual, en el cual se evidencia las distinciones sociales que tienen su fundamento en las relaciones de parentesco que han sido las que determina y distribuyen: la organización ritual, los roles, el poder y las actividades. 4.4.1. Parentesco y Transmisión de: Status, Roles y Elementos de Prestigios En la Fiesta Ritual de las Turas se ponen de manifiesto el status, los roles, los puestos y los elementos de prestigio. Las estructuras rituales y las funciones rituales son las unidades de observación, registro e interpretación; que nos ha parecido interesante para la compresión de esta festividad, la cual se desarrolla fuera de la vida cotidiana. De tal forma, que, aquí nos remitimos a la estructura/función que se representa en la Fiesta Ritual, ya que ambas son indisolubles ―no existen funciones sin status ni status sin funciones‖ (Linton, Ralph, 19:123). 4.4.2. El Status Como posición en la sociedad no depende de la propia consideración de sí mismo, depende de la puesta en juego de una serie de relaciones y de posiciones que son determinadas por los miembros de la sociedad, según la cultura particular, en tal sentido no es una cuestión de azar. El status es una ―convención‖ social culturalmente compartida por los miembros del grupo social. La adquisición de status en toda sociedad y grupo se define a partir de la categorización de persona que se encuentra regulada según la cultura que se comparten, que Ralph Linton categoriza en status adscritos y status adquiridos: 80 ―Los status adscriptos son aquellos que se asignan al individuo sin tomar en cuenta sus diferencias innatas o habilidades. Pueden anticiparse y formarse desde el nacimiento. Los status adquiridos son, como mínimo, aquellos que requieren cualidades especiales, aunque no se limiten a éstos necesariamente. No se asigna a los individuos desde su nacimiento, sino que pueden alcanzarse por medio de la competencia y el esfuerzo individual‖ (Ralph Linton, 1963:124). Las determinaciones y las asignaciones del status social son producto de la organización social, en las cuales existe la tendencia a agrupar, dividir y asignar categorías sociales según la importancia social de cada persona y el lugar que este debe ocupar. Los elementos referenciales para la asignación y ocupación de status; son muy diversos, algunos más universales como: el sexo y la edad, y otros menos, como en algunas sociedades de castas. Con respecto a la división de sexo Ralph Linton refiere que: ―la división y asignación de status con relación al sexo parece ser básica en todos los sistemas sociales. Todas las sociedades asignan diferentes actitudes y actividades a los hombres y a las mujeres‖ (Ralph Linton, 1963:125). En nuestro caso es el origen familiar y su ascendencia la que genera la asignación de los status principales de hombres y mujeres dentro de la Fiesta Ritual de las Turas. Donde la consanguinidad, la filiación y las alianzas que ha establecido la familia dueña de Patio turero es la que asigna el status. 4.4.3. Rol y Roles El rol y los roles son la expresión y una consecuencia del status. Los cuales están integrados por normas a las que se debe sujetar la acción social de los individuos (actores), dentro de los ritos que se desarrollan durante la festividad. Aquí el rol es el papel que representa el miembro del grupo (los tureros) así que existen una serie de roles, los cuales ya se encuentra tipificados y deben representar una conducta ritual. 4.4.4. Los Elementos de Prestigio En la sociedad planetaria todos los seres humanos somos iguales biológicamente, en: nuestras estructuras y capacidades humanas como especie de Homo Sapiens, pero somos diferentes en las personalidades asumidas socialmente, en las máscaras representacionales de nuestro papel actoral, las cuales nos hacen ser diferentes. Esta diferenciación la podemos apreciar en las sociedades complejas como en las sociedades menos complejas, incluso la podremos apreciar en el desarrollo de las fiestas y los ritos como es nuestro caso (objeto de estudio). Las asignaciones, las valoraciones y el significado de status-roles jerarquizan lo 81 social. El prestigio ha sido considerado una referencia vinculada al status y a los roles; son los elementos que se obtienen cuando se adquiere status. Estos elementos suelen ser signos y también símbolos, los cuales son considerados elementos de prestigio, los que también nos asignan lugares privilegiados en la sociedad y en los ritos. Siempre ligados a los valores y las significaciones sociales. 82 CAPÍTULO II: MÉTODOS Y METODOLOGÍAS 83 CAPÍTULO II MÉTODOS Y METODOLOGÍAS 1. Propósitos de la Investigación y Tratamiento Metodológico Esta propuesta de investigación interpretativa parte desde el nivel perceptivo, tiene como primeros objetivos: la aprehensión y la descripción de los elementos presentes en el ritual festivo de las Turas; y se aborda desde la particularidad metodológica y central de la antropología: la etnografía, que se inicia con el trabajo de campo, en el Cerro de Moroturo estado Lara, lugar donde se realizó la observación participante, y a partir de la cual se obtuvo el grueso de la información empírica de esta investigación. Además de la observación participante, el trabajo de campo fue también el medio por el cual se logró la aproximación al fenómeno sociocultural. El material etnográfico recogido es el referente empírico de nuestro trabajo, el cual tiene como objetivo central la superación de los signos culturales meramente diacríticos que ya han sido descritos en anteriores trabajos de orden folklorista. De allí que no es sólo un mero referente, sino el punto de partida que nos permite construir el ―objeto a investigar‖, así se recogió primeramente información empírica suficiente que se procesó, comparó y analizó, para producir esta monografía antropológica de la fiesta de las Turas. En el segundo nivel de aprehensión, porque es tarea del investigador aprehender las formas como los sujetos de estudio producen e interpretan su realidad, para compararla con otros fenómenos y con elementos similares que nos permita estudiar las dinámicas culturales de nuestra investigación, en diferentes momentos y desde un estudio etnológico que nos facilite analizar el fenómeno que se investiga. Se hace necesario por los objetivos de la investigación, llegar hasta el nivel comprehensivo que nos permita percibir las ideas y significados que subyacen en el ritual festivo a investigar. Dicha comprensión se logra desde la teoría antropológica y se sustenta en la acción social de los sujetos, ambas están presentes en la reflexión y la compresión de este fenómeno. Las orientaciones metodológicas nos indican; entre las rutas seguidas en el trabajo de campo, estuvo en un lugar muy remarcable la realización de una observación directa lo que suministró los códigos simbólicos que fueron interpretados; para ello decidimos que en todo 84 desarrollo del trabajo era de vital importancia incluir las voces de aquellos que se han encargado de construir el sistema simbólico. Nuestra intención investigativa ha sido; lograr una aproximación al fenómeno que nos permita comparar, analizar y lograr dar respuesta a los interrogantes antropológicos. 1.1. El Método Etnográfico El método etnográfico, observación, descripción e interpretación es la particularidad metodológica y central de la antropología, este ha permitido ampliar los conocimientos sobre la diversidad humana. Constituye además el elemento distintivo de la antropología en el cuadro de las ciencias. El trabajo de campo etnográfico es un conjunto de técnicas metodológicas que van desde la observación, la descripción y la interpretación, por medio de la cual obtenemos la información empírica deseada para lograr la aproximación a los fenómenos socioculturales en los que se sustentan los productos antropológicos. La etnografía se centra sobre unos aspectos o conjunto de aspectos de la cultura y la sociedad, como: la interrelación de sus miembros, formas de agruparse, interacción con el ambiente, las creencias, las costumbres, pautas de crianza, formas y estructuras económicas, relaciones de poder y demás formas de representaciones colectivas. Nuestras reflexiones han sido sobre el conjunto de la Fiesta Ritual de las Turas. 1.2. Método y Metodología Etnográfica Toda investigación antropológica establece su intencionalidad y perspectiva la nuestra tiene por objetivo la interpretación de los elementos simbólicos presentes en el ritual festivo de las turas. Para lo cual hemos reunido información empírica que nos permitió pasar a otros niveles de complejidad antropológica. Partiendo del proceso, como lo Baztán (1995) llama al trabajo de campo, y llegar a generar un producto (estudio monográfico). Por lo cual, nos pareció pertinente y fundamental las orientaciones del método utilizado por Víctor Turner (1988) para la interpretación de la estructura y las propiedades de los símbolos en los procesos rituales. Este método nos interesó por partir, primeramente, de una observación directa que nos suministró la materialidad significante que fue relacionada y contrastada con las interpretaciones realizadas por los actores del rito (los tureros), elementos necesario para lograr una mejor comprensión del objeto de investigación, es inherente al trabajo de campo las 85 reflexiones del investigador y de los sujetos/objetos de investigación, ambos son parte de este proceso investigativo. Es necesario, además, establecer para el análisis que aquí proponemos, que los objetivos centrales de la Etnografía: son lograr ―estar allí‖ y lograr que los demás logren llegar de manera figurada al lugar donde estuvimos como observadores, ya que ―el observador participante emergió como norma de investigación‖ (James Clifford, 1998:150). La presentación de una ―literatura etnográfica‖ y un ―análisis etnográfico‖ es parte del trabajo antropológico, como lo recuerda Marc Augé: ―En definitiva, el antropólogo suele construir una coherencia de la que está seguro que es subyacente a los hechos, pero que conserva sin embargo el carácter de una hipótesis inductiva; literalmente, no hay nada que traducir. El antropólogo no traduce, traspone. Y en mi opinión tiene razón de hacerlo‖. (Augé, 2007:52). De manera concluyente debemos preocuparnos por generar en nuestro discurso etnográfico la confiabilidad que los hechos relatados, los mismos objetivamente adquiridos y son el referente que se confronta con las teorías para logra una explicación científica antropológica, todo lo anterior es lo que sustenta a la autoridad etnográfica necesaria en nuestra disciplina. 1.3. Parámetros de Análisis Para poder hablar del método etnográfico necesitamos reconocer primero el ámbito que recubre el concepto de etnografía en su sentido más amplio y común: La descripción del objeto a investigar, luego de una multiplicidad de técnicas se analiza la información ―en muchos sentidos la etnografía es la forma más básica de investigación social‖ (Velasco Honorio y Ángel Días de Rada 1997). En la obra de Ángel Aguirre Baztán (1995) ―la etnografía es el estudio descriptivo de la cultura de una comunidad, o de algunos de sus aspectos fundamentales, bajo la perspectiva de la comprensión global de la misma‖ que se utiliza para comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de ―sujetos sociales‖ que se encuentran en la dinámica de la investigación etnográfica. (Guber Rosana, 2001). La etnografía es el método particular de la antropología, ya que a partir de descripciones etnográficas surgen y se formulan los interrogantes antropológicos, que en nuestras investigaciones son: fases o etapas distintas de un mismo estudio, ―La etnografía se constituye en la base empírica del conocimiento antropológico‖ (Baztán, 1995:4) que a través de 86 aproximaciones fenoménicas nos permite la recolección de los elementos culturales. Todo esto son los criterios comunes que define de forma global el pensamiento antropológico, independientemente de la postura epistémica ―La etnografía como enfoque no pretende reproducirse según paradigmas establecidos, sino vincular teoría e investigación favoreciendo nuevos descubrimientos‖ (Guber, 2001). El material etnográfico es fundamental para lograr nuestra aproximación al ―objeto a investigar‖, no como mero instrumento, sino partiendo de las concepciones fundamentales que nos permitan interpretar el fenómeno ―Querer conocer significa reunir información empírica desconocida suficiente en cantidad y calidad y basar en ella argumentos sobre causas y perspectiva de la situación bajo estudio‖ (Krotz, Esteban 1991:51). 1.4. La Observación Participante El registro observacional está orientado por principios inspiradores: a). Concepción múltiple de la realidad; diferentes realidades y diferentes interpretaciones, b). Comprensión de los fenómenos como el principal objetivo científico. Lograr penetrar en los elementos subyacentes que están más allá de la descripciones, pero será a partir de estas que se devela y se comprenden los fenómenos. c) interrelación entre el investigador y el objeto investigado, siendo las etnografías la galería de la diversidad cultural. Las principales características de la observación participante son: a) La fuente principal y directa de los datos son las situaciones naturales. Partiendo desde registros de fidelidad naturalista, la primera observación se realiza sobre lo que se ve y se toca: la cultura material (casas, tecnologías, monumentos, documentos, instrumentos, etc.), debiendo ser considerada la comunidad como un ―museo viviente‖, expuesta por los actores sociales (guías-informantes). b) La segunda observación puede versar sobre los el comportamiento social de la comunidad en su expresión verbal, no verbal y conductual (rituales, costumbres y hábitos). Para Velasco Honorio y Ángel Díaz de Rada (1997), la Observación participante simplemente es un método de investigación social, que trabaja con una amplia gama de fuentes de información, siendo el criterio de mayor importancia para toda investigación social: el haber participado en las dinámicas sociales que se investigan, porque no podemos estudiar el mundo social sin ser parte de él, ese ―estar ahí‖ ha sido el común denominador de la etnografía. Se puede decir que Malinoswski fue el primero en destacar sobre la importancia de nuestra participación como investigadores, para lograr comprender el mundo social de los investigados. 87 Para Hammersley y Atkinson (2001) la observación participante, es tomar parte en la vida, los hechos y procesos que observamos y tratamos de comprender, que es llamado por algunos autores ―acercamiento interpretativo‖. Para ello son necesarios los registros (notas de campo) ya que constituye la actividad central de toda investigación. El tratamiento del registro y las exigencias metodológicas que se deben tener en todo trabajo de campo, como lo refieren Baztán: ―La finalidad del tratamiento de datos, sin importar el tipo de datos que se tenga, es imponer algún orden en un gran volumen de información, así como proceder a una reducción de datos, de manera que sea posible obtener unos resultados y unas conclusiones, y que se puedan comunicar mediante informe de investigación‖. (Baztán, 1995:12). De ahí la importancia de llevar y tener un orden para escribir; qué, cómo y cuándo escribir. Los etnógrafos están de acuerdo que el momento ideal es: de forma inmediata a la observación, ya que al postergarlo se corre el riesgo de perder datos que a lo mejor no se vuelvan a presentar con tanta claridad y lucidez. La etnografía a través de la observación y la descripción, se encuentra orientada por la significación ―los procesos de elaboración de datos, que conducen a generar un discurso inteligible, significativo, son fundamentalmente las siguientes: describir, traducir, explicar e interpretar‖ (Velasco Honorio y Ángel Días de Rada, 1997), de allí que empezar con buenos registros descriptivitos es la forma de garantizar al final buenos productos etnográficos, no sin antes entender que como etnógrafos nos movemos sobre un universo empírico, más que reflexivo. 1.5. La Reflexión y Triangulación Investigativa Toda investigación se realiza desde una teoría, en el trabajo etnográfico la investigación se realiza desde el punto de vista antropológico y en ella debe existir articulación entre la realidad social y su representación textual. ―La reflexividad separación entre ciencia y sentido común, entre las actividades del investigador y las de los investigados, permanece en el centro tanto del positivismo como del naturalismo‖ (Atkinson y Hammersley, 2001:), la reflexividad viene a ser una especie de balancín metodológico en la etnografía, ―la reflexividad señala la íntima relación entre compresión y la expresión de dicha compresión‖ (Guber, 2001:). La comprensión se hace desde la teoría antropológica y se sustenta en la acción social de los sujetos en la investigación social, en un mundo de representaciones siendo estas básicas para la comprensión y el estudio de la sociedad. 88 Para Antony Giddens la Antropología ha sido siempre en sus ―descripciones‖ interpretativa, porque los sujetos cuya cultura constituía su objeto de estudio eran básicamente ―otros‖ no inmediatamente inteligibles (Giddens citado por Baztán. 1995:14). Es y será necesario partir de dicha perspectiva que nos permita comprender las dinámicas culturales de nuestra investigación, en diferentes momentos y desde un estudio etnográfico. Las orientaciones metodológicas nos indican la realización de una observación directa que suministre los elementos culturales a ser estudiados, que nos ayuden a una mejor comprensión de los procesos. Según la opinión de Velasco Honorio y Ángel Díaz de Rada (1997) la reflexividad tiene algunas implicaciones metodológicas importantes; por una parte parecen imposibles los intentos de basar la investigación social sobre fundamentos epistemológicos independientes del conocimiento del sentido común de los sujetos involucrados. Las reflexividades del etnógrafo y de los sujetos/objetos de investigación fueron inherentes al trabajo de campo, ambas formaron parte del ―proceso de interacción, diferenciación y reciprocidad entre la reflexividad del sujeto cognoscentes- sentido común, teoría, modelos explicativos y la de los actores o sujetos/objetos de investigación‖ (Guber, 2001). 1.6. Producto Etnográfico Para muchos la escritura etnográfica es el cenit y el resultado más importante del trabajo de campo, ya que además de expresar la vivencia investigativa-cognoscitiva, esta debe ser expresada de forma descriptiva-ilustrativa y a la vez aprehensible para que los lectores, quintaesencien la experiencia del etnógrafo, como si cada lector se trasladase en tiempo y espacio a los hechos y vivencias del autor. Existen diferentes y múltiples orientaciones para realizar etnografías, nosotros en este trabajo hemos asumido una forma sencilla que describe el contexto festivo de las Turas: a través de una narración realista que muestre los hechos, los personajes, los lugares y las significaciones; una especie de Hipotiposis. Para logra este magistral objetivo considero; que es y será necesario tomar en cuenta las indicaciones que aparecen en el Capítulo 9 de la obra Etnografía, métodos de investigación de Atkinson y Hammersley (2001) ―la etnografía es inevitablemente una empresa textual‖ no como mera y simple forma, sino que requiere además del estilo, el cultivo de la práctica y de las convenciones textuales. 89 Nuestras observaciones han constituido un proceso de reflexión que ha generado un producto etnográfico, cuyas orientaciones las encontramos en la obra de Baztán: ―A la hora de analizar el producto etnográfico, estudiaremos los diferentes pasos que hay que dar para convertir el trabajo de campo en monografía etnográfica y que comprende: a) Análisis y organización del material, b) Elección del tipo de monografía y c) Redacción de la monografía. (Baztán, 1995). Los autores aquí trabajados coinciden en la gran mayoría de sus orientaciones, a pesar de tener mínimos desacuerdos entre sí. La perspectiva etnográfica ha continuado el hilo de Ariadna que ha caracterizado a la Antropología del siglo XX, la cual determino: a la observación participante como particularidad metodológica de la etnografía, con sus componentes básicos: el desplazamiento del investigador, la observación en el campo, la descripción y la comparación. El papel del etnógrafo se caracteriza por su comprensión cultural, el reconocimiento de normas de comportamiento y estilos de relación, superando la perspectiva pre-científicas de las meras descripciones, de ahí la importancia de establecer ‗estatutos descriptivos‘ que oriente el objeto científico moderno de la Antropología que se sustenta en las observaciones y las descripciones, sin llegar a tocar los linderos de la ficción. Entendiendo que nuestra disciplina es una ciencia que además de descriptiva, es explicativa. 90 CAPÍTULO III: DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA RITUAL DE LAS TURAS 91 CAPÍTULO III DESCRIPCIÓN DE LA FIESTA RITUAL DE LAS TURAS 1. Contexto de la Fiesta Después de haber enmarcado sistemáticamente las orientaciones metodológicas para la realización del producto etnográfico, vamos a referirnos a la especificidad etnográfica que vamos a desarrollar, estableciendo que nuestro objeto de estudio son: Los símbolos presentes en la Fiesta Ritual de Las Turas y la unidad de análisis: los dispositivos simbólicos. Las Turas es una representación musical-dancística en la que se manifiestan los dispositivos simbólicos a través de los indumentos rituales y la corporeidad de los músicosdanzantes, los espacios rituales, detención de status, desempeño de roles y utilización de los elementos de prestigio, personajes y ofrendas. Estos elementos simbólicos que aún permanecen en la Fiesta Ritual de las Turas constituyen un marco significante de gran contenido y profundidad antroposemiótica. Los símbolos que se representan constituyen: los significantes rituales, de ahí que nuestro punto de inicio es partir de la coreografía cultural para lograr estructurar a través de las moléculas rituales (Turner, 1980) los sistemas simbólicos que se representan. La materialidad significante que hemos considerado son: los cuerpos en movimiento y los instrumentos musicales tureros (maracas, cachos de venado y flautas-turas) todos estos constituyen verdaderos ―indumentos rituales‖ (Mircea Eliade, 1986) medios por los cuales se expresa la imaginación simbólica de este grupo humano, y por el cual además podemos extraer una forma cultural de como los hombres se comunican a través de símbolos. El modelo y la perspectiva teórica en la cual nos ubicamos para la realización de este trabajo parte por establecer la relación entre el medio y el sentido; los cuales se aglutinan y se representan a través de la fiesta que se encuentra estructurada en ritos, medio por el cual se expresan los símbolos. Entendiendo que toda representación es simbólica así como toda interpretación lo es, la representación turera es pues idea misma encarnada; los músicos y los tureros encarnan a los símbolos principales de esta manifestación: La serpiente, el venado y a los hombres tureros. La 92 descripción y el análisis permitieron confirmar que las representaciones espaciales componen y estructura la particularidad simbólica y las expresiones corporales y los instrumentos-indumentos rituales son el vehículo simbólico por el cual se expresan las marcas culturales de este grupo humano. 2. Etnografía de los Espacios Festivos-Rituales 2.1. Los Espacios Simbolizados en la Fiesta de las Turas La fiesta de las Turas es el contexto por el cual se representan los símbolos, es la fuente de ideas y de sentidos. Ella (la fiesta) está constituida por una serie de espacios simbólicos que debemos analizar cada uno en sus partes para construir la estructura y el sistema festivosimbólico; es decir la morfología que la compone y el simbolismo que se manifiesta. El contexto que aquí se investiga está compuesto ―espacialmente‖ por una serie de espacios, o moléculas espaciales que componen al gran contexto festivo. Los cuales hemos decidido caracterizar en: Espacios Rituales (o espacios para los Ritos), Espacios para la manutención familiar y Espacios Míticos. Todo y cada uno de estos espacios han formado parte del proceso para la conformación de las identidades de los Tureros. En esta investigación vamos a trabajar a 8 espacios: Patio turero central, El Palacio, El Altar de los Cazadores, El Altar Turero, El Altar de la Jerarquía Turera, El Encuentro, El Encanto y El Conuco. Todos estos espacios han sido creación cultural y marca cultural de este grupo humano; simbolizaciones espaciales proveniente de los antiguos ayamanes; algunas de ellas resinificadas y otras extrapoladas a otros espacios. El trabajo etnográfico nos permitió observar y registrar una serie de espacios tureros, los cuales hemos analizado sus estructuras: los objetos, las relaciones sociales, la ejecución de las escenas rituales, sus símbolos y sus significaciones. Cada uno de estos espacios nos ha permitido el análisis festivo-simbólico. 2.2. El Encanto, Espacio Mítico Turero Dentro de Mito Turero ―Cuando el mundo era mundo y no había maíz 8‖ aparecen tres espacios que encadenan el sentido de bailar las Turas, estos espacios son: El Encanto lugar 8 Ver anexo de la página 169 93 ctónico donde se encuentra la Semilla de Maíz, El Conuco lugar colectivo de siembra para la manutención familiar y El Patio de Turas lugar de festejo y agradecimiento. En esta narración puede estar el origen de la Fiesta Ritual de Las Turas. Es a través del mito/rito que el grupo se organiza y cohesiona entorno al sentido social que expresa. 2.3. Espacios para los Ritos Tureros Las representaciones colectivas son un proceso para la conformación de las identidades colectivas, y por medio de este proceso se expresan los códigos simbólicos de distinciones espaciales, la cual está compuesta de una serie de espacios en los cuales aparecen los símbolos. Los espacios se convierten en el referente cultural donde se vuelca la imaginación simbólica. Los espacios para los ritos son el medio para desarrollar la visión del mundo y la expresión de los hombres, a través de estos se teje los hilos del sistema simbólico que se representa, es pues el sustrato de la festividad. Las unidades para el análisis ―morfológico‖ se encuentra en los ritos y los espacios albergan las ideas y los sentidos. Nuestra intención es sustentar a través de la morfología espacial; el estudio de la estructura de lo simbólico, partiendo de la observacióndescripción para logra explicar la representación colectiva. 3. Morfología Espacial en la Representación Colectiva (Cuadro referencial y Descriptivo) Cuadro 1 Espacios Simbolizados y los Ritos de la Fiestas de las Turas 8 Lugar y Estado Espacio Turero Cerro de Moroturo, Lara / San Pedro de Mapararí, Falcón. Patio central Descripción/Análisis (Ritos y escenas) El patio de turas es donde se escenifica la mayoría de los sones de turas; son9 de apertura, son de la hormiga, la cortesía y la persecución-encierro del Venado. En el centro se encuentra una vara central que los tureros denominan árbol de la vida, a este le agregan unos parales en forma de H trunca que sirve de soportes a las cañas, a los malojos10 y persogos11 de maíz. De forma horizontal se Música de turas para la danza colectiva, las Fiesta de las Turas se encuentra seccionada por bailes y ritos, en la mayoría se expresan conjugadamente música y danza. Los Sones de turas son aquellos que realizan en conjunto los tureros: los músicos y los danzantes en y alrededor de los espacios sagrados: Patio, Altares y Palacio. 9 La definición de malojo que aparece en el Diccionario de María Moliner, nos refiere a planta de Maíz que se utiliza sólo para pasto. El uso que nosotros los hispanohablantes hacemos de esta palabra; es para referirnos al desperdicio de la planta de este cereal que se utiliza para alimento del ganado vacuno. En nuestro caso, los malojos son utilizado en las Turas como ofrenda ritual y elemento de prestigio. 94 Cuadro 1 (Cont.) Lugar y Estado Cerro de Moroturo, Lara / San Pedro de Mapararí, Falcón. Lara Lara 10 Espacio Turero Patio central Altar Turero Altar de la jerarquía turera Descripción/Análisis (Ritos y escenas) encuentra una especie de repisa que los agricultores denominan troja; en ellas se colocan las ofrendas: tubérculos, auyamas, maíz, y demás frutos que le provee la naturaleza. El patio de turas es donde se escenifica la mayoría de los sones de turas; son12 de apertura, son de la hormiga, la cortesía y la persecución-encierro del Venado. En el centro se encuentra una vara central que los tureros denominan árbol de la vida, a este le agregan unos parales en forma de H trunca que sirve de soportes a las cañas, a los malojos13 y persogos14 de maíz. De forma horizontal se encuentra una especie de repisa que los agricultores denominan troja; en ellas se colocan las ofrendas: tubérculos, auyamas, maíz, y demás frutos que le provee la naturaleza. El altar es un espacio donde se observa un gran número de componentes religiosos; algunos de estos han sido incorporaciones provenientes del cristianismo como: cruces y santos, y otros elementos de los cultos afro-descendientes. Es un altar reservado para la jerarquía turera, en el cual sólo existe un único nivel. En este lugar es donde descansa y realiza las consultas el Piache. En este lugar se encuentra colgado un chinchorro, que junto a la troja son los objetos más resaltantes que componen el espacio. (El Capataz mayor de San Pendro † Adolfo Garcés: tuvo un altar particular y de su uso personal, por tal razón no está incluido en este cuadro como Altar turero). Son ofrendas utilizada en las Turas, la que son elaboradas con dos mazorcas de maíz, las cuales se entrelazan por y con los extremos de sus propias hojas se forma un par de Maíz. La podemos observar colgadas en el Patio de Turas y posteriormente a la cortesía la podremos observar colgada en los hombros de algunos tureros, rememorando a la acción de la ardilla en el mito de origen del maíz y del baile de las Turas. 8 Música de turas para la danza colectiva, las Fiesta de las Turas se encuentra seccionada por bailes y ritos, en la mayoría se expresan conjugadamente música y danza. Los Sones de turas son aquellos que realizan en conjunto los tureros: los músicos y los danzantes en y alrededor de los espacios sagrados: Patio, Altares y Palacio. 9 La definición de malojo que aparece en el Diccionario de María Moliner, nos refiere a planta de Maíz que se utiliza sólo para pasto. El uso que nosotros los hispanohablantes hacemos de esta palabra; es para referirnos al desperdicio de la planta de este cereal que se utiliza para alimento del ganado vacuno. En nuestro caso, los malojos son utilizado en las Turas como ofrenda ritual y elemento de prestigio. 10 Son ofrendas utilizada en las Turas, la que son elaboradas con dos mazorcas de maíz, las cuales se entrelazan por y con los extremos de sus propias hojas se forma un par de Maíz. La podemos observar colgadas en el Patio de Turas y posteriormente a la cortesía la podremos observar colgada en los hombros de algunos tureros, rememorando a la acción de la ardilla en el mito de origen del maíz y del baile de las Turas. 95 Cuadro 1 (Cont.) Cerro de Moroturo, Lara / San Pedro de Mapararí, Falcón Palacio Turero Cerro de Moroturo, Lara / San Pedro de El Encuentro Mapararí, Falcón Cerro de Moroturo, Lara / San Pedro de Mapararí, Falcón El Encanto Cerro de Moroturo, Lara / San Pedro de Mapararí, Falcón El Conuco Cerro de Moroturo (Lara) El palacio es el lugar más sagrado de esta práctica ritual, se ubica en un lugar apartado del patio de tura. En este lugar además de realizar sones de turas, se realizan varios ritos como: ofrenda y brindis de la chicha a los espíritus, entrega de talismanes para la buena suerte, culto de posesión del piache, botada de basura y orientaciones morales que hace la Reina a los tureros y asistentes. Este espacio es móvil; se ubica a la entrada de la comunidad y en dirección oeste (lugar mítico de donde regresan los cazadores). Allí se escenifica el Encuentro entre: tureros cazadores y tureros agricultores. Ambos grupos se encuentran y se funden en un sólo son y ritmo característico, el grupo comandado por la Reina llevan ofrendas vegetales: cañas y maíz, además este grupo es el que lleva el Bariqui15 en una vasija de barro. El grupo de los cazadores comandado por el Capataz Mayor lleva un arco de cañas el cual está adornado con bombas de color naranja; este arco es similar a los que encontramos en el Palacio y en el Patio central de Turas. Durante el Encuentro los músicos tureros suenan sus instrumentos musicales (cachos, flautas y maracas) y ejecutan los movimientos coreográficos característicos. Es el espacio mítico al que se refiere el mito Ayamán del maíz; a este lugar fue al que enviaron a los animales (el chuco, el marrano de monte, el venado y la ardilla) los antiguos ayamanes en busca de la semilla de maíz. En este lugar y sobre una piedra muere el venado, quedando su osamenta sobre ella y al pasar el viento se produjo el sonido fu-fu-fu-fu que suena en la danza de las turas 16. De allí que el venado es simbolizado durante todos los sones de turas, especialmente en el encierro-sacrificio el cual finaliza en Palacio. Es el espacio histórico de los tureros que permite el sustento familiar (en la actualidad no todos los tureros poseen conucos familiares). En este espacio sagrado se reproducen varios elementos simbólicos que encontramos en los demás espacios tureros, tales como: la disposición de las piedras en el suelo; las cuales se El Altar de encuentran de formas sigmatica y circular, sobre la repisa se los Cazadores observan: las velas, las imágenes, los brindis y las ofrendas que encontramos en: el Altar, el Patio y el Palacio. Este espacio es el lugar de partida del Capataz mayor, del segundo capataz, de los cazadores y del grupo de tureros que le acompañe. Fuente: Elaboración propia (2011) 15 Pintura de óxido ferroso (Glosario de Voces Indígenas de Venezuela de Lisandro Alvarado). En la mitología Ayamán que nos narró en el Encuentro de la Fraternidad Turera (2005) el Capataz Mayor del Jusal Reinaldo Chirinos; El Venado no regresa del Encanto porque muere en una piedra, su osamenta (su cráneo) queda en el lugar y al pasar el viento se produjo el sonido de fu-fu-fu. Acosta Saignes, hizo referencia en su descripción a la importancia del viento, tanto en la cacería, como en la agricultura. Para este investigador (1949) El baile de las turas se trata sin duda de una danza dedicada al Huracán. 16 96 3.1. Altar Turero FOTO 1 FOTO 2 FOTO 3 FOTO 5 FOTO 4 97 3.2 El Patio Central Turero FOTO 6 FOTO 7 FOTO 9 FOTO 8 FOTO 10 FOTO 11 13 123 FOTO 12 13 123 FOTO 13 123 98 3.3. El Palacio Turero FOTO 15 FOTO 14 FOTO 17 FOTO 16 FOTO 18 99 3.4. El Altar de la Jerarquía Turera FOTO 19 FOTO 20 3.5. El Encuentro FOTO 21 100 FOTO 23 3.6. Encuentro con los Tureros de Mapararí FOTO 23 101 FOTO 24 3.7. El Altar de los Cazadores FOTO 26 FOTO 25 102 FOTO 27 FOTO 28 FOTO 29 En la Fiesta Ritual de las Turas se encuentra una cantidad de espacios topológicos donde se representan la construcción social y simbólica de los tureros. Estos espacios son unidades referenciales y de significación. Los espacios rituales de las Turas son representaciones míticas de los tureros; el habitar, el vivir y el festejar en Moroturo, es representar lo que constituyó este lugar para los antiguos Ayamanes ―el valle de lo soñado‖17 este es el lugar donde los Ayamanes se trasladaban periódicamente para realizar sus siembras de maíz; ellos son los ascendientes de los Tureros. 17 Pedro Pablo Linárez, es quien hace la referencia de ―Moroturo el Valle de lo Soñado‖ en su libro Etnohistoria del estado Lara, 1995. 103 Los ascendientes de la familia Perozo llegaron a Moroturo a mediados del siglo pasado provenientes de La Venta18 esto nos contaron los hermanos Alejandro y María Perozo. Este espacio de Moroturo es pues el lugar para representar la tradición de sus antepasados; solicitar, escenificar, agradecer y festejar. Las Turas es una fiesta agraria y propiciatoria, cuyo elemento esencial ha sido el maíz: su siembra, su recolección y su consumo. Cuestión tal que en estos tiempos no son ejecutadas y desarrolladas en su totalidad, ya que los descendientes de los antiguos Ayamanes en la actualidad habitan un reducido y árido espacio de Moroturo (El Cerro de Moroturo) lugar a donde ellos fueron poco a poco desplazados por los criollos ganaderos que hoy y desde hace más de 40 años controlan el Valle de Moroturo. Así que habitar y el festejar en el cerro constituye para los tureros: rememorar el pasado de sus ancestros ayamanes, ya que hoy por hoy los habitantes del Cerro de Moroturo no cuentan con extensas, ni buenas tierras para la siembra de maíz. Son muy pocos los tureros que cuenta con pequeños lotes de tierra para la siembra. Los espacios rituales constituyen una de las unidades de referencia y significación para dar respuesta al interrogante que nos planteamos al inicio de esta investigación ¿por qué ellos aún siguen en el baile de las Turas? La Fiesta Ritual de las Turas es la representación colectiva de los Tureros, representación que los identifica y los cohesiona alrededor de los espacios tureros que son la representación mítica; lugares donde se escenifica el mito-rito de la fiesta Ayamán de las Turas. 4. Etnografía de la Estructura Festivo-Ritual 4.1. Organización y Estructura Ritual de las Turas Entender que por medio de la festividad turera se manifiesta una estructura ritual que es y ha sido el elemento cohesionador y por el cual se identifica el grupo. Gracias a esta manifestación musical-dancística este grupo humano fue reconocido en el año 2005 como la etnia número 36 del Estado venezolano, y estos momentos está siendo considerada por una comisión de la UNESCO para ser incluida como patrimonio de la humanidad. 18 Caserío del Municipio Urdaneta, muy próximo a Aguda Grande (Antiguamente llamado San Miguel de los Ayamanes, donde se instauro un pueblo de Doctrina Católica en el Siglo XVII). 104 Al partir de la descripción de la fiesta de las Turas hemos logrado detallar ciertos rasgos distintivos referentes al parentesco, los cuales se manifiestan a través de la estructura ritual, principalmente en la jerarquía turera: su status ritual, los roles desempeñados por ellos y los elementos de prestigios que se muestran. Todos han sido de referencia e importancia para nuestra investigación. Estos datos como ya he dicho han sido tomados in-situ y otros de documentos históricos. Considerando que algunos elementos se mantienen y otros han sido adaptados y modificados, así que hemos decidido abordar al objeto de estudio de forma principalmente sincrónica, sin descartar los aspectos diacrónicos. En el estudio de sistema ritual de la fiestas de las Turas hemos observado las relaciones que componen la estructura ritual cargada de elementos simbólicos que marcan el prestigio de los principales actores y sus herederos. Dichos símbolos se relacionan al status y al derecho a ser utilizados por los miembros de un grupo familiar que los conserva celosamente; sin que ello signifique el menoscabo de la solidaridad social. 4.2. Genealogía en la Fiesta Ritual de las Turas en el Cerro de Moroturo19 Este epígrafe es necesario para sustentar nuestra interpretación de la constelación simbólica que gira sobre esta festividad; la cual ha cohesionado a los tureros y ha garantizado la continuidad festiva. Los vínculos sociales presentes en esta festividad, los cuales hemos detallado en nuestra etnografía; nos refirieron la necesidad de indagar sobre la trasmisión de: el status ritual, los roles rituales y los elementos y puestos de prestigio que se desarrollan en la festividad. La genealogía como método (la encuesta y las fichas genealógicas) nos proporcionaron datos para interpretar las relaciones parentales presentes en nuestro objeto de estudio. Que en nuestra observación participante se presentaron como uno de los elementos simbólicos, ya que la jerarquía turera es la encargada de la festividad y sus cargos son trasmitidos por la familia elemental y la participación general está referida a la familia extensa; de allí que lograr observar, indagar y representar esquemáticamente la genealogía de la principal estructura ritual; fue un gran dato empírico (unidades de observación y registro) para nuestra investigación. Algo así, como estudiar a las cofradías religiosas encargadas de celebrar las fiestas de San Benito, San Juan o San Antonio. Estas manifestaciones suelen tener nexos parentales, de allí que partimos por establecer a un Ego miembro de esa jerarquía turera, en nuestro caso escogimos al capataz mayor 19 Ver gráficos genealógicos en la sección de Anexos. 105 (Alejandro Perozo), a quien se entrevistó sobre la tradición familiar de las Turas del cerro de Moroturo, sobre ascendientes y sobre los descendientes. Todos los insumos genealógicos fueron graficados y fueron cruzados con el Reglamento de Turas de Quebrada Honda (1890), lo que nos permitió el análisis y posteriormente nuestra interpretación de la estructura ritual de las Turas. En la Fiesta Ritual de las Turas se ponen de manifiesto el status, los roles, los puestos y los elementos de prestigio. Las estructuras rituales y las funciones rituales son las unidades de observación, registró e interpretación; que este sentido nos ha parecido interesante para la compresión de esta festividad, la cual se desarrolla fuera de la vida cotidiana. De tal forma que aquí nos remitimos a la estructura/función que se representa en la Fiesta Ritual, ya que ambas son indisolubles ―no existen funciones sin status ni status sin funciones‖ (Linton, Ralph, 19:123). En nuestro caso es el origen familiar y su ascendencia la que genera la asignación de los status principales de hombres y mujeres dentro de la Fiesta Ritual de las Turas. Donde la consanguinidad, la filiación y las alianzas que ha establecido la familia dueña de Patio turero es la que asigna el status. FOTO 30 106 FOTO 31 Esta foto muestra parte de la jerarquía turera que avanza hacia el encuentro con los cazadores; en ella podemos observar que en la primera línea está conformada por el segundo capataz (yerno de la reina), luego y con traje azul, collar colorido, garrote, maraca y penacho se encuentra la reina de las Turas de Moroturo, al lado su hija mayor (próxima reina de las Turas) ella lleva dos elementos de prestigio turero (corona y malojos de maíz) al lado de ella se encuentra su hija (nieta de la reina) en sus manos lleva una pequeña vasija de barro la cual contiene bariqui, al lado de ella se encuentra su tío quien es hijo de la reina (quien en su momento será capataz de las Turas) él al igual que su hermana lleva los elementos de prestigio turero (corona y una caña muy larga), a su lado se encuentra su padre quien tiene el cargo de mayordomo o dueño de patio; él lleva al igual que su hijo una caña. En la línea posterior le siguen el piache y los músicos tureros quienes vienen avanzando y sonando sus instrumentos musicales. Posterior a ellos vienen el resto de tureros. 107 FOTO 32 Esta foto muestra a la otra parte de la jerarquía turera que avanza hacia el Encuentro con los tureros agricultores. En la primera línea y con maraca en mano se encuentra el capataz mayor quien es hermano de la reina de las Turas; este lleva sobre su pecho un collar y sobre su cabeza un sobrero de palma, al lado de él se encuentra su nieta quien luce un colorido penacho, a su lado se encuentra su tío quien es el tercer capataz de las Turas; este además de sonar la maraca, viene soplando un cacho de venado. Detrás de ellos vienen los músicos-cazadores; quienes son hijos, primos y sobrinos de los capataces. Posterior a ellos viene el resto de tureros que acompañan a este grupo. Los descendiente de los Ayamanes no tienen una gran organización social, pero en la Fiesta Ritual de las Turas cuentan con una; en la que se distribuyen los roles, las funciones y los cargos, siendo está la encargada de organizar la festividad. Constituida por la reina de las Turas quien es la gran organizadora y comandante de los tureros en esta festividad agraria y propiciatoria. La reina de las Turas es la encargada de los preparativos previos a la fiesta, como la elaboración de la jata20, la chicha y el carato21 , así como también de las actividades decorativas de los espacios sagrados (altares, palacio y patio turero). 20 21 Bolas de masa de maíz que son sancochadas; las cuales son la base para la elaboración del carato. . Chicha fuerte 108 FOTO 34 FOTO 33 FOTO 35 FOTO 36 FOTO 37 El capataz mayor quien asume el liderazgo en la festividad con la reina; él es líder de los tureros-cazadores, este capataz mayor es generalmente el hermano de la reina; al respecto he visto que esto se cumple al menos en el cerro de Moroturo y San Pedro de Mapararí. Posterior a él están dos capataces más (el segundo y el tercero) quienes asumen liderazgos compartidos en y durante la festividad. El capataz mayor es principal: durante el Encuentro entre la 109 agricultura/cacería, en la Cortesía y es el encargado de esparcir la chicha a los cuatro vientos y agradecer a los espíritus tureros en el Palacio. FOTO 38 FOTO 39 FOTO 40 El piache es el guía espiritual y el médico del grupo. Este asume un rol sacerdotal, el cual cumple durante toda la festividad y es actor principal de las escenas ―encierro-sacrificio del Venado‖ y culto de posesión ejecutado en el palacio. El actual piache es heredero de su padre llamado Julio Baldallo quien era oriundo de Mapararí y quien posteriormente se trasladó al estado Portuguesa, pero año tras año mientras estuvo vivo participo como piache del grupo de tureros del Cerro de Moroturo, función que hoy desempeña su hijo Juan de Dios Baldallo. El piache junto con la reina y el capataz mayor son las jerarquías superiores de la festividad. 110 FOTO 41 FOTO 42 FOTO 44 FOTO 43 FOTO 45 Segundo y tercer capataz quienes comparten el liderazgo durante toda la festividad: Son funciones de los capataces de las Turas: dirigir y supervisar todas y cada una de las ceremonias, con una maraca en la mano. 111 El segundo capataz cumple funciones específicas durante la festividad; él es el encargado de ejecutar la Salve antes de iniciar el Encuentro de la agricultura y la cacería que es el inicio de la Fiesta Ritual de las Turas. Durante la festividad será el acompañante principal de la reina y de capataz mayor. FOTO 46 FOTO 47 FOTO 48 Tercer Capataz Es el encargado de acompañar al capataz mayor en el liderazgo con el grupo de los cazadores en el Encuentro con la agricultura y es el encargado de ejecutar junto a su hermano (capataz mayor) la Cortesía (entrecruzamiento de las Serpientes míticas). 112 FOTO 49 FOTO 50 FOTO 51 Luego está el llamado dueño de Patio o mayordomo quien es el esposo de la reina; este acompaña a la reina y a sus hijos mayores en la ejecución del Encuentro de la agricultura/cacería. FOTO 52 FOTO 53 113 Le sigue el llamado imaginaria que es el encargado de recibir y aprovisionar las ofrendas que se recibe antes y durante la festividad. Los tureros músicos, cinco principales compuestos de: un cachero mayor, quien toca un instrumento Aerófono elaborado con cráneo de Venado (adulto) de dos cuernos de siete punticas y en la mano una maraca; otro músico con cacho mediano y maraca, otro con cacho de matacán (venado joven) y maraca en mano; Dos músicos tureros con flauta uno con un turo macho y el otro con tura hembra ambos con maracas. FOTO 54 FOTO 55 Los cazadores quienes en algunos momentos de la festividad forman parte del equipo secundario de músicos tureros. A este grupo se les sigue aun llamando así, a pesar de que estos tiempos no ejecuten tal empresa. Hoy en día, por orden del piache se les han dado un nueva tarea: ―reguardar el orden de la fiesta de las Turas, no permitir que en el área cercana se consuma 114 ningún tipo de licor‖ ellos en y durante la festividad cargan un garrote para desempeñar su nueva tarea. Este grupo tiene una participación principal en el inicio de la festividad (Encuentro entre agricultura/cacería). El jefe de los cazadores es el encargado de ejecutar junto al piache la escena del EncierroSacrificio del venado. Parte de grupo de los cazadores le corresponde realizar el Guanaico para los niños y niñas. FOTO 56 FOTO 57 Por último en la estructura festivo-ritual están los ayudantes de turas; grupo conformado por tureros de ambos sexo incluyendo a los niños, mayormente pertenecientes a la familia extensa, aunque existen casos de incorporaciones (alianzas) de personas que no corresponden al grupo de descendientes de los ayamanes. Este grupo de persona participa en las tareas que se efectúan antes, durante y después de la festividad. Después de estos siguen el resto de los danzantes tureros quienes son la base social de esta representación colectiva. FOTO 58 FOTO 59 115 En el estudio del sistema ritual de las fiestas de las Turas he observado las relaciones que componen la estructura ritual cargada de elementos simbólicos, que marcan el prestigio de los principales actores y sus herederos. Dichos símbolos se relacionan al status y al derecho a ser utilizados por los miembros de un grupo familiar, el cual conserva celosamente sin que ello signifique el menoscabo de la solidaridad social, ya que verdaderamente en la Fiesta Ritual de las Turas se puede observar la solidaridad del grupo participante, aunque sea en el momento o durante la ejecuciones festivo-rituales. La Fiesta Ritual de las Turas expresa una estructura social en la que se manifiestan un conjunto de relaciones que se mantienen y se desarrollan a través del parentesco consanguíneo y las alianzas que estos asumen, las cuales se desarrollan a lo interno del grupo y en el fenómeno ritual; en cuanto a la transmisión, distribución de poderes y elementos de prestigio que aparecen en esta representación, que es el medio por donde se expresa la estructura social de este grupo descendientes de los Ayamanes. En la estructura ritual encontramos componentes estructurales por donde se expresa la jerárquica festiva, en la cual se representa de manera simbólica la naturaleza de lo masculino y de lo femenino, como elemento complementario de los ciclos agrarios que busca representar. Fuente: Elaboración Propia (2012) 116 De la anterior diagramación de la estructura ritual podemos extraer el siguiente análisis: Para ser de la jerarquía turera primeramente se tiene que descender de línea materna de la reina, por consiguiente, es esta la que da pertenencia al grupo ritual y confiere la obtención del poder, a través de la estructura de parentesco de la familia elemental. Las alianzas también se establecen por vía matrilineal, de allí que consideremos lo que se representa en el grafico como algo muy determinante, siendo la matriz la figura de la reina turera, por la que determinamos lo siguiente: La reina fue nombrada por su madre, quien también fue reina turera, al morir está su hija mayor toma el lugar, su hermano mayor pasa a ser el capataz al momento que su tío (hermano de la madre) falleció. El segundo capataz es esposo de la hija mayor de la reina (esta hija mayor renuncio a la preparación que le concedía en un futuro asumir su rol de futura reina turera) correspondiéndole a su esposo asumir la responsabilidad ritual. El tercer capataz es hermano consanguíneo de la actual reina y del capataz mayor. El piache es heredero del anterior piache, con quien la anterior jerarquía turera estableciera alianza. Las alianzas, la afinidad y los roles de importancia en la estructura ritual los establece la reina turera; su esposo será el mayordomo o dueño de patio, este participa junto a la reina durante toda la ceremonia. Los hijos de ambos serán sus sucesores, de allí que en la actualidad se estén preparando a las dos próximas generaciones para asumir como futuros capataces y reinas de las Turas, como se muestra en las fotografías. Todo esto a pesar que una parte de esta última generación no habita en el cerro de Moroturo, sino que lo hace en la periferia oeste de la ciudad de Barquisimeto. Esto último viene a reforzar que: es a través de la relaciones de parentesco y por línea materna; el medio por el cual se establece la pertenencia a la jerarquía y el desempeño de los roles en la Fiesta Ritual de las Turas. Los tureros músicos al igual que los ―cazadores‖ suelen ser los hijos varones del grupo, principalmente de la jerarquía turera; reina y capataces, estaríamos hablando de la participación de los primos. Los ayudantes de Turas pueden ser personas pertenecientes al grupo de la familia extensa o terceros que establecen alianzas por su colaboración y acercamiento, este es el caso particular de mi persona que en el año 2005 fui nombrado ayudante de Turas. 117 Y por último los tureros danzantes que son miembros de la familia extensa y asistentes esporádicos de la Fiesta Ritual. De todo lo anterior considero que la organización ritual de las Turas parte de la familia elemental, en este caso de la familia Perozo y el establecimiento de afinidades y alianzas que esta ha establecido. Otra conclusión es que la reina además ser la que determina la línea por la cual se detenta el poder y se desempeñan los roles respectivos; es la organizadora del proceso ritual (ella participa en todos los ritos como guía y capitana, lo que es simbolizado con el manantin, que es una especie de rollete que porta durante la Fiesta Ritual) de allí que considero que su encargo ritual y sus roles son: religioso/organizativo y sacerdotal/político, el cual es complementado con el capataz mayor (rol político) quien organiza al grupo de músicos y cazadores, y con el piache quien complementa el rol religioso, de allí que sea este tridente el que constituye la principal jerarquía en la estructura ritual turera: Fuente: Elaboración Propia (2012) El anterior esquema es sumamente interesante, ya que nos muestra las funciones del capataz mayor Alejandro Perozo; quien es el líder político dentro de la organización ritual, es él, el encargado de organizar a músicos y cazadores. Este no interviene como principal en los aspectos que consideramos se encuentran el orden de lo sagrado, y cuando lo hace, lo realiza de manera de acompañamiento. 118 El piache Juan Baldallo y la reina María Perozo les corresponde intervenir en los ritos y las representaciones que se encuentran en el orden de lo sagrado, ambos son líderes sacerdotales con roles religiosos. La reina es la figura netamente principal y la cual asume de manera concurrente los cargos: sacerdotal y político y los roles organizacional/religioso. 4.4. Sobre la Solidaridad entre Hermanos y la Continuidad Ritual Considero que la Fiesta Ritual de las Turas del cerro de Moroturo se desarrolla gracias a solidaridad entre hermanos consanguíneos herederos de los anteriores jefes de la Fiesta Ritual. La profesora Jacqueline Vílchez (2011), nos refirió en clase de parentesco y estructura social una reflexión importante al respecto: ―la solidaridades entre marido y mujer pueden romperse con facilidad, las solidaridades entre hermanos casi nunca se rompen‖ cuestión tal que nos permite argumentar que la solidaridad entre hermanos consanguíneos es la que ha garantizado la continuidad del ritual festivo, que no sabemos a ciencia cierta si ha sido así a través de tiempo, aunque es de suponer que ha tenido su sustento en el grupo de la familia elemental. Sabemos que los Ayamanes ha sido un grupo no muy numeroso del cual se han dicho cantidades de cosas: en el plano de los estudios de antropología física ―que son un grupo de baja estatura o pigmeos‖ y en estudios antropo-linguistas que son: parte de una familia lingüística Macro-Chibcha, Betoy e incluso Tupí-Guarani, además de cometer garrafales errores como los de Luis Oramas (1916) de una supuesta inter-etnia: ayamán-gayón-jirajara, cuestión esta que no compartimos, ya que no son ni han sido producto de estudios profundos, ni sistemáticos. La continuidad ritual de la fiesta de las Turas se ha debido primeramente a las relaciones de parentesco de familias extensas tanto de Lara y Falcón que han preservado la festividad, segundo a las alianzas contraídas entre sí y por último a unos espacios topológicos de gran interés cultural. Todos estos elementos han formado parte de la tradición turera que se mantiene hasta nuestros días a pesar de sus modificaciones. Al respecto, puede ser que la estructura ritual no ha sido como la he observado en mi estudio, ya que se han modificado algunos cargos y roles como el de la reina que en el citado reglamento del siglo XIX no aparece al igual que la figura de piache. Sin pretender negar que estos cargos no existiesen en momentos anteriores, sólo que los documentos históricos no nos refieran nada de ello. Al respecto puedo considerar importante el planteamiento de la escuela social Británica y más precisamente a Radcliffe-Brown cuando siguiere que ―la continuidad estructural de las sociedades humanas es dinámica, en ese sentido: la materia la compone los seres humanos, y la conexión de éstos mediante relaciones institucionales‖ 119 (Radcliffe-Brown,1975:191), de allí considerar a la institución turera como un sistema establecido y reconocido socialmente por los descendientes de los Ayamanes (los tureros), por el cual se ha expresado tradicionalmente la pertenencia a un grupo social. Es interesante resaltar que la consecución del poder y los roles se da a través de la línea materna y en la actualidad se están preparando dos generaciones sucesoras para asumir los cargos de jefes rituales. 120 CAPÍTULO IV DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL PROCESO FESTIVO-RITUAL 121 CAPÍTULO IV DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL PROCESO FESTIVO-RITUAL 1. La Fiesta y sus Ritos 1.1. Descripción La fiesta de las Turas es una constelación simbólica que es representada por los actores tureros a través de una serie de espacios rituales, siguiendo una secuencia ritual que se va estructurando a través de escenas que van armando las significaciones. En la Fiesta Ritual de las Turas se ejecutan una serie de ritos que estructura un contexto, el cual expresa a un universo simbólico. Los ritos son la organización contextual por la cual se representan la parafernalia y los comportamientos festivos de los tureros. Estos ritos muestran los elementos simbólicos que han creado y recreado los tureros. Los ritos en esta fiesta son el medio por el cual se va desarrollando el proceso ritual (la Fiesta), en los que intervienen todos los tureros, todos participan como actores la diferencia radica en el status, los roles y los elementos de prestigio. La materialidad significante en las Turas es representada a través de los ritos (escenas rituales) que son los hilos narrativos que van configurando un encadenamiento simbólico (Durand, 1981), de allí que hemos buscado detallar las moléculas rituales (Turner, 1988) contenedoras de los imaginarios simbólicos. La Fiesta Ritual de las Turas es un gran contexto significativo; el cual se encuentra seccionado en ritos, cada uno de estos ritos constituye a una pieza de la estructura festiva. Todos los ritos que conforman la festividad tienen sus funciones prescriptas, las cuales son desarrolladas por los actores-ejecutantes (los tureros) y expresan su contenido simbólico, ellos (los ritos) constituyen la osamenta de la festividad que en este trabajo ha sido analizadas en cada una de sus partes para posteriormente armar su gran contenido significativo, a lo cual en esta investigación hemos designado a su contexto significativo como: Sintaxis Ritual y Memoria Semántica Turera. Los ritos son las unidades para el análisis, su ordenamiento y sus conjugaciones nos refieren las ideas, los sentidos y los símbolos. Nuestra intención es sustentar a través del siguiente cuadro el estudio de la estructura (morfología), la funciones (sintaxis) y los sentidos/significados de los símbolos encontrados en nuestra observaciones para logra explicar la representación colectiva. 122 Cuadro 2 Sintaxis Ritual y Memoria Semántica Turera Estructura (Morfología) El Encuentro Entre Agricultura /Cacería Hombre/Mujer: Regeneración, Fertilidad e Infinito Cósmico Primer son de Turas Espacios Rituales Función (Sintaxis) Inicia: en el altar de las Turas (lugar del cual sale el grupo de tureros agricultores) y del altar de los cazadores (lugar de donde sale los Juntar a las dos tureros-cazadores). parcialidades de tureros: agricultores y cazadores. Se ejecuta en un lugar intermedio entre el patio de Turas y el altar de los cazadores. Y finaliza a la entrada de la casa de la familia Perozo. Se ejecuta en un lugar intermedio Escenificar al infinito entre el patio de Turas y el Altar de cósmico de regeneración los cazadores. y fertilidad. Avance para el patio de Turas de la jerarquía turera y los tureros para efectuar los sones y danza de Turas. Actores y Ejecutantes La reina de las Turas y el capataz mayor. Significado/Sentido (Símbolos) Esta escenificación simboliza el encuentro de la agricultura comandada por la reina y la cacería comandada por el capataz. El grupo de músicostureros y músicoscazadores. El resto de tureros asistentes. La reina de las Turas y el capataz mayor. Evocar las recurrencia de los ciclos vitales; El infinito cósmico de regeneración, fecundación y fertilidad. El grupo de músicostureros y músicoscazadores. El resto de tureros asistentes. Se inicia en el patio central de Turas Ejecutar la primera danza La jerarquía turera, y finaliza en el altar. colectiva en el patio los tureros -músicos central y alrededor árbol y el resto de turerosde la vida. danzantes. La danza de las Turas se ejecutan en dirección de las manecillas del reloj y de forma contraría22. De esta manera los tureros busca controlar las fuerzas de la naturaleza: encierran al venado (animal mítico que se sacrifica en busca del maíz), controlar a los vientos y a las fuerzas telúricas. 22 122 Movimientos colectivos (centrípetos y centrífugos) que realizan conjuntamente los dos grupos; los músicos quienes giran alrededor del árbol de la vida e intenta constantemente salirse y los danzantes quienes encierran a los músicos, quienes giran en la dirección que marcan los músicos. 123 Estructura (Morfología) Espacios Rituales Es un acto seguido y continuo del primer son de Turas, el cual finaliza Son de Turas en el en el altar turero. Altar Turero Persecución y Encierro del Venado Es ejecutado en el patio central. Inicia en el patio central y finaliza en el palacio. Encierro/Sacrifico del Venado. Encuentro con los Tureros de Falcón Función (Sintaxis) Actores y Ejecutantes Ofrecer música y danza de Turas a la Reina María Lionza. Ejecutar la primera elevación de la maraca-serpiente23. La jerarquía turera (comandados por los capataces), los tureros-músicos y el resto de turerosdanzantes. Agradecimiento a la Madre Naturaleza representada en la figura de María Lionza. Los tureros-músicos y los turerosdanzantes. El círculo mágico (conjuro mágico) para dar cacería al venado. El piache, el jefe de los cazadores y la Reina. Evocación y reminiscencia del mito Ayamán ―cuando era mundo y no había maíz‖. Sacrificio del venado en el encanto y origen del instrumento musical. Los capataces de Moroturo y de San Pedro de Mapararí. Esta escenificación simboliza el encuentro entre las parcialidades tureras24. Las cuales ofrendan frutos, música y danza para sus hermanos tureros. Escenificar la persecución y encierro del venado, la cual es simulada durante todas las ejecuciones de los sones de Turas. Ejecutar el encierro de los venados, el piache y el jefe de los cazadores logran corporeizar a los animales míticos. Escenificar el mito del venado, el cual se sacrificó por los antiguos Ayamanes en busca de la semilla de maíz. Inicia con la salida del grupo anfitrión desde el altar, quienes van a recibir a los tureros visitantes. Se ejecuta a la entrada de la casa de la Incorporar familia Perozo. Continúa en el patio ―parcialidad‖ turero y finaliza en el altar turero. visitante. a la turera Significado/Sentido (Símbolos) La serpiente es la comandante de esta fiesta agraria. Los músicos tureros. Los danzantes. tureros 23 La maraca inicia el encuentro y finaliza las Turas. El etnónimo Ayamán o Ayomán, nos refiere a pariente: hermano o marido, de allí que se puede ser turero primeramente por el parentesco consanguíneo, pero también al contraer alianzas con algún turero. Los tureros que asisten a otros patios de Turas deben ofrendar: cosechas, música y danzas de Turas. Los tureros anfitriones adquieren el compromiso de asistir a la ejecución de Turas en el patio de los visitantes en el momento que ellos las ejecuten. De esta forma se cumple el ciclo de darrecibir y volver a dar entre tureros. 24 123 124 Estructura (Morfología) Encuentro con los Tureros de Falcón Sones de Turas26… Son del Murciélago y la Repartición de la Chicha. Espacios Rituales Inicia con la salida del grupo anfitrión desde el altar, quienes van a recibir a los tureros visitantes. Se ejecuta a la entrada de la casa de la familia Perozo. Continúa en el patio turero y finaliza en el altar turero. Se ejecutan en el patio central durante toda la noche del primer día de turas y durante la madrugada de segundo día. Se inicia en el patio central y finaliza en el altar turero. Función (Sintaxis) Actores y Ejecutantes Los capataces de Moroturo y de San Pedro de Mapararí. Incorporar ―parcialidad‖ visitante. a la turera Significado/Sentido (Símbolos) Esta escenificación simboliza el encuentro entre las parcialidades tureras25. Las cuales ofrendan frutos, música y danza para sus hermanos tureros. Los músicos tureros. Los tureros danzantes. Ejecutar las danzas La jerarquía turera colectivas en el patio (comandados por los central y alrededor árbol capataces), los de la vida. tureros -músicos y el resto de turerosdanzantes. Ejecutar la danza La jerarquía turera nocturna27 . Este son del (comandados por los murciélago se capataces, con ayuda Rememorar el Mito turero ―cuando el mundo era mundo y no había maíz‖ Solicitar, agradecer y festejar las Turas. Esta escenificación simboliza la consumación de la semilla del maíz. El son del murciélago28 es uno 25 El etnónimo Ayamán o Ayomán, nos refiere a pariente: hermano o marido, de allí que se puede ser turero primeramente por el parentesco consanguíneo, pero también al contraer alianzas con algún turero. Los tureros que asisten a otros patios de Turas deben ofrendar: cosechas, música y danzas de Turas. Los tureros anfitriones adquieren el compromiso de asistir a la ejecución de Turas en el patio de los visitantes en el momento que ellos las ejecuten. De esta forma se cumple el ciclo de darrecibir y volver a dar entre tureros. 26 En este trabajo no hacemos referencia y distinción entre los diferentes nombres que algunos folcloristas han referido sobre los llamados sones de Turas. Los tureros designan a los sones mayormente con nombres populares de aves venezolanas, como: el Gonzalito, la paloma y el Turpial entre otros, los cuales deben ser representado en los sonidos, cuestión tal que nosotros no encontramos y a las cuales los tureros nos hicieran referencia alguna en y durante nuestro trabajo de campo, solamente apreciamos 3 o 4 variantes de sonidos musicales en San Pedro de Mapararí, de allí que hemos consideramos que tales elementos no fueran desarrollados en este trabajo. La otra razón es porque nuestro trabajo versa sobre los elementos simbólicos que se encuentran representados en la mitología y coreografía turera. En este trabajo hemos referido que son de Turas es la ejecución conjunta de música y danza. De tal forma que en esta investigación si hemos desarrollados 2 sones de Turas que aún siguen ejecutando los Tureros de Moroturo, como: el son del murciélago y son de la hormiga. 27 En el Cerro de Moroturo suelen ejecutar las Turas en las lunas llenas. 28 El Murciélago es considerado por la etología como: un animal nocturno, un animal que posee un mecanismo de emitir sonidos que les permite percibir el entorno y un animal controlador de plagas, etc. Las mitologías amerindias incluyendo la de los indígenas nativos y llegados a estos territorios (Venezuela) refieren al murciélago como: el trasportador de las almas y la arqueología en Venezuela nos refiere sobre elaboración de los indígenas prehispánicos venezolanos y llegados a Venezuela, de: placas aladas y petroglifos referidos al murciélago. La celebración de las Turas llega a su punto más alto después de ejecutar el son del murciélago y repartir la chicha a los tureros. 124 125 Estructura (Morfología) Espacios Rituales Función (Sintaxis) Actores y Ejecutantes ejecuta a la media noche, momento en el cual la luna se encuentra en su cenit. del grupo de los cazadores), los tureros -músicos y el resto de turerosdanzantes. de los momentos de mayor acción y participación de los tureros en la fiesta, de allí que si algún turero se encuentra durmiendo debe ser despertando e incluido en la gran danza. La reina de las Turas con ayuda y asistencia de las imaginarias. La chicha simboliza consumación turera; celebración y agradecimiento a la Madre Naturaleza. Repartir por orden jerárquico la chicha a los tureros y los asistentes. Se inicia en el patio central de las Turas y finaliza en el palacio. La Cortesía y el Entrecruzamiento de las Serpientes Míticas. Ofrecer el agradecimiento al árbol de la vida y escenificar al infinito cósmico de fecundación y fertilidad (macho/hembra). Significado/Sentido (Símbolos) Las serpientes contenedoras de las fuerzas de la naturaleza (polaridades + y macho/hembra) enlazándose alrededor del árbol de la vida (núcleo neutro). Recurrencia de los ciclos vitales; El infinito cósmico de regeneración, fecundación y fertilidad. Los capataces, la reina y el piache. Bailar las cosechas ofrendadas durante la fiesta de las Turas. Se efectúa y se desarrolla en el palacio. Culto de posesión de Piache Entrega de los talismanes de la Se efectúa y se desarrolla en el buena suerte palacio Establecer comunicación con los espíritus tureros, El piache y la cual se establece a jerarquía turera. través del piache; quien es el canal de los espíritus. Bendecir a los amuletos y talismanes de los tureros. la La reina de las Turas. La conexión con los espíritus tureros. Bendiciones y protecciones que otorga la Reina Madre a través de la reina de las Turas. 125 126 Estructura (Morfología) Libaciones de la chicha y repartición de la chicha Palabras de la Reina de las Turas. Son de la Hormiga Cierre de las Turas en el Altar Espacios Rituales Se efectúa y se desarrolla en el palacio Función (Sintaxis) Esparcir la chicha en las cuatro direcciones. Repartir la chicha a los tureros. Se efectúa y se desarrolla en el palacio Inicia en el palacio, se ejecuta y finaliza en el patio central de las Turas. Se ejecuta en el altar turero Actores y Ejecutantes Enunciar palabras de agradecimiento, de orientación y de invitación por y para seguir efectuando la fiesta de las Turas. Ejecutar la danza colectiva con la que se finaliza la fiesta de las Turas. Ofrecer música y danza de Turas y agradecer a los espíritus tureros. El capataz mayor y la reina de las Turas. La reina de las Turas. La jerarquía Turera y resto de Tureros. El Guanaico Ofrecer una representación lúdica y repartir caramelos a los niños y niñas. (Símbolos) Agradecimiento a la Naturaleza (cuatro vientos) que benefician las cosechas. Celebración y agradecimiento por los frutos que provee la Naturaleza. El liderazgo de la figura de la Reina en la fiesta ritual de las Turas, ella desempeña los roles religioso/organizativo y sacerdotal/político. El control de la naturaleza, dominio de los hombres sobre los animales que puedan dañar las cosechas. Agradecer a la Reina Protectora y a los espíritus tureros por el desarrollo de las Turas. Felicitarse entre sí todos La jerarquía turera y los tureros asistentes. el resto de tureros. Se ejecuta y se desarrolla en un lugar posterior al patio de Turas. Significado/Sentido Los cazadores y los niños asistentes. Coronación de la serpiente29. Evocación y reminiscencia del mito Ayamán ―cuando era mundo y no había maíz‖ festejo y algarabía colectiva por ejecutar las Turas. Evocación de los elementos de cacería. Fuente: Elaboración propia (2013). Culmina con la elevación final de la maraca-serpiente; guía y protectora de la agricultura. 126 29 127 1.2.1. El Encuentro Entre Agricultura/Cacería Los músicos y danzarines se agrupan alrededor del árbol de la vida para dar inicio a la Fiesta Ritual de las Turas. El Segundo capataz junto a la reina inicia el rito con el sonar de las maracas, las cuales llevan cada uno de ellos en su mano derecha, las sacuden y producen un sonido semejante a la serpiente de cascabel. Ellos se adelantan, luego los sigue el grupo de músicos quienes conformaran la consonancia30; con el sonar de cachos de venado y flautas de carrizo (turas), detrás de FOTO 60 ellos continúa el grupo de danzantes. Continúa la música de turas, reina, piache, tureros y danzantes prosiguen su avanzar hacia el Encuentro con el otro grupo denominado los cazadores, que en tiempos pasados eran los encargados de traer la carne de cacería. A pesar de que en la actualidad la cacería montaraz está cayendo en desuso, prosigue el denominado encuentro. Alrededor del árbol-altar se encuentra reunido el grupo llamado los cazadores. Este árbol tiene unas raíces que sobresalen y sobre estas los cazadores han colocado imágenes, cruces, velas y ofrendas vegetales. El capataz mayor comienza a dirigir y agrupar a los cazadores y los tureros que le acompañan. Todos se agrupan en un semicirculo frente al árbol-altar, delante de este se conforma otro semicírculo con los tureros: los músicos-cazadores y delante de estos está el capataz mayor junto a su nieta quien luce un colorido penacho. Ya está todo listo para dar inicio al encuentro. El capataz sacude varias veces su maraca, la cual emite un sonido semejante a la serpiente de cascabel, este sonido es el indicio de que todo está por empezar. El capataz asume su rol ritual y comienza solicitando ayuda a los espíritus tureros, se persignan y da la voz de inicio ―vamos cazadores, vamos muchachos‖. Los músicos-cazadores comienzan a sacudir las maracas y soplar las turas y los cachos de venado, se da inicio a la consonancia turera, todos permanecen en el mismo sitio frente al árbol-altar hasta que el capataz mayor comienza a girar alrededor del mismo, le acompañan los músicos-cazadores quienes siguen impregnando al espacio de música turera. 30 Acordes sonoros; superposición simultánea de los tres instrumentos musicales tureros (flautas-turas, cachos y maracas. 128 Luego se incorporan los tureros-danzantes y de esta manera comienza la danza circular alrededor del árbol-altar. Un grupo de tureros recibe la orden del capataz a que enciendan los cohetes que será la señal para el otro grupo prosiga hacia el encuentro. Después de haber reventado y sonado siete cohetes el capataz mayor se adelanta con su nieta FOTO 61 y el tercer capataz, quienes hacen un gesto de reverencia al árbol-altar de los cazadores; ellos siguen sacudiendo sus maracas y caminan sin dar la espalda al árbol hasta después de haber avanzado lo que ellos asumen como suficiente, luego le siguen los músicos-cazadores y el resto de tureros que de igual forman abandonan el espacio (altar-turero) con su gesto de reverencia y sin dar la espalda al árbol-altar. El capataz mayor comanda al grupo de los cazadores hacia el encuentro con la agricultura; éste al igual que la reina lleva en su mano derecha una maraca. Ambos grupos avanzan con música turera hasta que se encuentra frente a frente y se comienzan a fundir en un son y ritmo característico, el grupo comandado por la reina camina hacia adelante mientras el otro grupo retrocede, luego el grupo de cazadores intercambia el rol, camina hacia FOTO 62 adelante y el otro grupo es el que retrocede. En esta especie de juego de bienvenida y aceptación permanecen por un espacio de tiempo. Todo esto simboliza el encuentro de la agricultura comandada por la reina y la cacería comandada por el capataz. 129 1.2.2. Hombre/Mujer: Regeneración, Fertilidad e Infinito Cósmico El encuentro continua; los músicos sigue con FOTO 63 el sonar de cachos, flautas y maracas, un grupo sigue a la mujer-agricultura y el otro al hombrecazador, cada grupo forma un círculo; ‗se escenifica el infinito cósmico de regeneración‘. Después se unen y avanzan al patio turero para dar inicio al primer son de turas…Ya los tureros conforman un solo grupo; la agricultura y la cacería se han encontrado. Todos junto continúan avanzando hacia el patio de Turas que está en la casa de la reina de las Turas, en este momento se puede apreciar con mayor relevancia la jerarquización de los roles y el estatus ritual; los primeros que avanzan son la reina, su esposo (el mayordomo), el segundo capataz quien también lleva en su mano derecha una maraca; éste es esposo de una de la hijas de la reina, luego le siguen los hijos mayores de la reina y del mayordomo; la hembra quien será la sucesora de ella y el varón quien también lo será, detrás de estos siguen sus nietos mayores; la hembra hija de la hija la cual lleva en sus manos una vasija de barro (llamada niña) que contiene bariquí , el nieto varón lleva una maraca pequeña en su mano derecha, detrás de ellos siguen los capataces hermanos de la reina y continúan los músicos quienes son hijos, sobrinos y nietos de la jerarquía turera. Prosiguen todos juntos en la formación ya descrita, de pronto vuelven a separarse los tureros agricultores y los tureros cazadores, nuevamente se colocan los grupos frente a frente; los cazadores retroceden y los agricultores le siguen, unos comienzan a retroceder y otros avanzar; otra vez se escenifica un ―encuentro‖ (reina y capataz se unen FOTO 64 porque son hermanos y se separan por las prohibiciones sociales, están juntos en la vida y en la festividad; pero también separados). En este encuentro se puede apreciar los cuerpos en movimientos; los cuales son muy característicos ya que los indumentos rituales cobran mayor esplendor, se aprecia que los instrumentos musicales y los cuerpos en movimiento de los músicos tureros juegan un papel de significantes: cuerpos e instrumentos logran rememorar el pasado del grupo. 130 Los músicos danzantes corporizan a los animales al ritmo turero; el grupo de músicos de maracas y turas doblan su tronco y la cerviz llevando su mano derecha casi al ras del suelo sacudiendo de manera serpenteante logrando configurar en la escena: movimientos y sonido de la serpiente de cascabel. El grupo de músicos con maracas y cachos también adornan la escena, sus cuerpos e instrumentos adquieren significación; los músicos inclinan sus cuerpos, sacuden las maracas en forma de serpiente, pero estos además efectúan alternadamente movimientos de agachar y elevar sus cabezas, las cuales hacen lucir las cornamentas de los cráneos de venado; este animal también forma parte esencial de los ritos y los mitos tureros. Todo continua hasta que el grupo nuevamente se vuelve a unir y prosigue el avance hacia el patio de Turas. FOTO 65 El capataz mayor junto a su nieta y al segundo capataz toman la delantera, atrás le siguen la reina, el mayordomo, sus hijos y sus nietos, detrás de estos los músicos tureros y los demás tureros. Cada vez más se aproximan a la entrada de la casa de la reina, de pronto una parte del grupo se detiene, solamente una parte de la principal jerarquía turera continúan hacia la entrada de la casa. Al llegar a la entrada giran dando la espalda a la casa y al patio turero que está a lo lejos, se colocan frente al otro grupo. La jerarquía turera avanza hacia ellos y los hace retroceder; nuevamente se escenifica la especie de bienvenida y aceptación, esta vez los grupos se conforma ya no por separación de roles, sino por filiación y parentesco, los más próximos a los principales: reina y capataz mayor, el otro grupo lo conforma el resto de músicos tureros y los tureros hasta que nuevamente se agrupan y avanzan hacia la entrada del terreno de la casa de la reina, otra vez la principal jerarquía turera se adelanta; el capataz mayor es quien comanda, suena su maraca turera y avanza con movimientos alternados; verticaliza su maraca y la sacude dos y tres veces 131 frente a su pecho, luego se inclina y baja su brazo derecho sacudiendo dos veces su maraca (la serpiente comanda la agricultura). El capataz vira y se coloca frente a los demás tureros, algunos de estos (los principales) se colocan detrás del capataz mayor; se repite el retroceder y el avanzar. Ya sólo faltan pocos metros para llegar al patio turero y ofrecer el primer son de Turas. Todo continua, no hay intervalo ni sonoro, ni dancístico; un grupo avanza y otro retrocede, hasta que el capataz indica nuevamente a formar un solo grupo de tureros comandado por él, hacen la entrada por la derecha al Patio de Turas, comienzan a girar en sentido contrario de las manecillas del reloj alrededor del árbol de la vida, los músicos, cazadores y demás tureros le siguen. FOTO 66 Los está esperando el piache en el Patio de las Turas; este se ubica en una posición central, él se encuentra observando atentamente todo y dando fumadas a un tabaco, su posición es de guía-protector de las Turas. En esta parte se intensifica la atmosfera sagrada, ya lo profano ha ido progresivamente quedando atrás; ya a los cazadores les ha sido permitido formar parte de la danza agraria y propiciatoria, lo nuevos ―tureros‖ asistente aunque aun simbólicamente no son tureros porque para eso necesitan haber asistido siete años seguidos a las Turas; por ese momento y durante los dos días de celebración lo serán. Atrás a quedado lo profano, la vida cotidiana y se ha entrado verdaderamente a lo sagrado. Continúan girando alrededor del árbol de la vida, por momentos y de forma recurrente los músicos-cacheros simulan la escena de encierro y la cacería del venado. De pronto el capataz mayor gira de forma sinestroversa y se adelanta siguiéndole los principales, luego los músicos- 132 tureros y finalmente el resto de tureros danzantes, giran y giran al son de las Turas… Hasta que el piache que está en medio y de espalda a la cruz que se encuentra debajo y a los pies del árbol de la vida; le indica al segundo capataz en un momento que este pase frente a él: que es momento de entrar al altar turero, el capataz mirando de frente a la cruz comienza a retroceder diagonalmente y entra al altar, le siguen los principales, los músicos y demás tureros danzantes; todos reverencian y se persignan frente a las imágenes; la principal es la de María Lionza. FOTO 67 Sigue la música de turas que en ningún momento desde el inicio ha cesado; está junto a la atmosfera que se percibe dentro del altar turero, en el cual esta esparcido humo de tabaco que ya se encontraban fumando y esparciendo en el aire del altar dos de las hijas de la reina de Turas; cual protectoras de este altar. Este espacio sagrado está cargado de mestizaje en el podemos observar a los extremos cañas y malojos de maíz, en la repisa superior imágenes de indígenas nacionales e imágenes de tureros ya fallecidos, debajo de estas y en el piso imágenes como: la de Bolívar, Don Juan de los tabacos, el doctor José Gregorio Hernández, entre otras, además sobre la repisa y en el suelo se observan vasos que contienen bebidas alcohólicas, (brindis para los espíritus), ofrendas de viseras de animales, velas blancas encendidas y velones de colores encendidos, en el piso y posterior a las imágenes se encuentra una canoa llena de chicha, a los lados de esta se encuentran dos tinajas que también contiene chicha, justo delante y en el centro de la canoa se encuentra encendida una vela blanca. 133 Sigue la música y la atmosfera turera; comienzan a danzar circularmente los músicos tureros en la medida que pueden hacerlo, el espacio es pequeño y está repleto de tureros. Después de haber girado durante algún tiempo el segundo capataz se detiene y se ubica frente al altar hasta que hace sonar y subir de forma serpenteante su maraca; es la primera elevación de la maraca-serpiente, con esta finaliza el primer son de las Turas. Luego de esto hay aplausos y algarabía. Ya finalizado y completado el primer son de Turas; los tureros comienza a retirarse del altar en busca de mayor cantidad de oxígeno, se disponen a sentarse para descansar y secar el sudor de sus rostros; verdaderamente se queda algo extenuado. Algunos se sientan alrededor de los bancos que marcan los límites del patio turero, otros se retiran a la especie de ―enramada‖, mientras que la reina, FOTO 68 los capataces y el piache orientan y organizan las escenificaciones siguientes. El jefe de los cazadores ha recibido la orden del piache para que reúna en el patio de Turas a los músicos tureros. Ya en el patio los músicos comienzan a girar alrededor del árbol de la vida, FOTO 69 giro rítmico que estimula la integración de los asistentes, quienes siguen a la música turera. El son de Turas comienza en el sentido contrario de las manecillas del reloj, el cual es indicado por el capataz, detrás de él, le sigue el grupo de músicos compuesto de 5 integrantes, 3 de ellos hacen sonar rítmicamente cachos de venado y maracas, y el otro grupo que acompaña suenan con sus labios las flautas de carrizo y sacuden con las manos las maracas. Poco a poco se van entrelazando el grupo de hombres y mujeres que se ubica posterior a los músicos tureros y forman el semicírculo humano alrededor del espectáculo musical-dancístico. Así se teje el círculo humano que sirve como especie de encierro. Los danzantes siguen la dirección de los músicos, es decir; siguiendo la dirección que marca el capataz. Todo este giro lo realizan entrelazados y efectuando tres pasos hacia adelante y tres pasos hacia atrás. 134 1.2.3. Persecución y Encierro del Venado Continúa el ritmo, la música y la danza, en ese momento se escenifica una persecución; los músicos-cazadores encierran al siervo que a su vez es uno de los músicos, el cual busca zafarse e intenta salir del círculo, lo que no le es permitido por el circulo humano. El siervo-músico busca con su cornamenta romper el cerco, lo cual no logra, el capataz solicita un grito a los cazadores, los que contestan al igual que los danzantes: uhhh, al instante el capataz da la orden de cambiar de sentido, esta vez de forma sinistroversa, los músicos y danzantes siguen al capataz continuando así el girar alrededor del árbol de la vida, hasta el momento que les indican que nuevamente se deben ingresar al altar, donde es también ejecutada la danza. 1.2.4. Encierro/Sacrifico del Venado Después de terminar el segundo son de Turas ejecutado en el altar turero, el piache sale con maraca en mano y con el cacho mayor; este es uno de siete puntas y es considerado un elemento de prestigio. Ya en el patio central, el piache llama al FOTO 70 jefe de los cazadores quien sale también con maraca en mano y con su cacho de venado. Comienza la escenificación del encierro-sacrificio. Los músicos comienzan el toque de Turas, los danzantes permanecen en reposo, solo están en movimiento el piache y el jefe de los cazadores; ambos suenan sus instrumentos musicales. La atmósfera turera ya está impregnada de los sonidos de cachos, turas y maracas. Las cornamentas que llevan los personajes principales de este rito marcan la atención; todos los asistentes observan expectantes los movimientos, la mayoría son ejecutados doblando el tronco, la cerviz y moviendo la cabeza. Ya no hay lugar a dudas; son venados que se mueven rítmicamente y se encuentran encerrados por los hombres-turas. Uno de ellos se escapa; es el piache, este empieza a girar en el patio turero, le sigue el jefe de los cazadores, los músicos con maracas y turas, los danzantes realizan un círculo; es el gran encierro. Ha continuado la danza de las Turas, los venados intentan salirse, los tureros no lo permiten; siguen alegremente danzando, de pronto vuelve a escapar el piache, este se dirige hacia el palacio y comienza a bajar. El palacio turero es un lugar apartado del patio de las Turas y en una zona boscosa. Todos los tureros; músicos y danzantes siguen tras el piache, los músicos han 135 continuado con la consonancia turera, llegan al lugar y comienzan a girar en el palacio. En este lugar el piache-venado entra en estado de posesión, es sacrificador y simbólicamente sacrificado. FOTO 71 Luego sigue un intervalo sin música y sin danza, los tureros están cada uno en diversas acciones; la reina de Turas en el altar juntos a las hijas que lo custodian, ellas han permanecido ahí, en este momento están recibiendo indicaciones de su madre, la reina, además de ir recibiendo algunas ofrendas de los asistentes tureros como: velas, velones, tabacos, chimo, brindis y demás cosas que se le pueda ofrecer en honor a los espíritus de las Turas. El piache se encuentra en otro altar que se utiliza para atender a algunos asistentes que llegan con dolencia o para consultarse. Los capataces se encuentra en el patio de Turas, verificando que todo esté en orden e indicando a los cazadores que tomen su garrote y se ubiquen en los puestos asignados. Algunos tureros se han retirado hacia el área de la cocina turera a comer hervido, otros están sentado en los bancos alrededor del patio, otros aprovechan para entrevistar a los tureros músicos y principales. Ya al declinar el sol sale el piache del altar y llama algunos cazadores para darle la orden a que enciendan los cinco fuegos que ya previamente ellos han organizado y dispuesto para ello; la leña está dispuesta en forma cónica, cuatro de estas agrupaciones de leñas para el fuego-protector se encuentra posterior a los bancos del patio turero y cercanas a las cruces de madera que están enterradas en cuatro esquinas posterior al patio de Turas. La otra (la quinta) está ubicada en la entrada de la casa donde también hay una cruz enterrada en el suelo. 136 De pronto se acerca un músico turero que ha recibido la información de un cazadorguardián de que una parcialidad turera ha llegado: son los tureros de San Pedro de Mapararí (estado Falcón), el capataz mayor llama a los músicos para que tomen sus instrumentos que están en la troja del patio turero, ya con instrumentos en manos estos se ordenan, salen sonando sus instrumentos del patio de Turas y se dirigen a la entrada a recibir a los tureros acompañantes. Los tureros de San Pedro de Mapararí permanecen en la entrada, los tureros de Moroturo prosiguen avanzando hacia la entrada; todo esto lo hacen al ritmo de las turas, los cachos y las maracas. De igual forma FOTO 72 que en el anterior encuentro este es comandado por la jerarquía turera; dos de los capataces van adelante, le siguen los músicos y demás tureros. Ya al estar próximo los visitantesacompañantes comienzan a sonar sus instrumentos tureros, los tureros de Moroturo hacen retroceder al otro grupo; esto lo hacen sonando sus instrumentos, después estos avanzan hacia adelante, el otro grupo es el que retrocede; un grupo está ofrendando música de Turas y el otro está dando la bienvenida y concediendo la aceptación. El grupo de tureros acompañantes se integra al grupo de tureros local; ya forman un grupo de tureros-músicos más amplio, siguen juntos avanzando hacia el patio de Turas, entran de igual forma por la derecha; los principales de Moroturo y San Pedro de Mapararí van adelante, siguiéndole los músicos; giran alrededor del árbol de la vida, los tureros danzantes se emocionan y comienzan a entrelazar el circulo danzante, esta vez es casi por completo, la emoción se dilata de tal manera, no sólo porque los une un parentesco en común, ya que algunos de ellos son primos, sobrinos, ahijados y de no serlo todos son tureros descendientes de los antiguos Ayamanes y herederos de la fiesta, de los ritos, de las creencias, de los mitos y de los símbolos de las Turas. Después del recibimiento de los tureros de San Pedro de Mapararí; estos entran al altar turero, realizan la reverencia correspondiente y hacen entrega de las ofrendas. Luego salen del sitio y ofrecen un son de Turas que de igual forma anima a los asistentes para el baile. La noche transcurre entre sones e intervalos; los tureros tocan sus instrumentos, danzan y descansan. Llegada la media noche se ejecuta un son de Turas donde participa la mayoría de los asistentes, este son suelen llamarle el son del murciélago; en este son de media noche los tureros músicos 137 hacen sonar los cachos de venado imitando a los sonidos de murciélagos y además se da un nuevo elemento; los guardianes están pendiente por si algún turero en ese momento se encuentra dormido, de ser así es tomado por los brazos, levantado y sostenido; llevándolo al patio de Turas y de esta manera lo hacen participar en el baile, verdaderamente de esta forma su cuerpo lo hacen parecer a un murciélago, por lo general la persona que ha sido tomada termina despertando y suele ser objeto para la burla. Continua el son de Turas hasta que el piache da la señal de que nuevamente se debe entrar al altar turero, la forma de hacerlo no cambia, sigue la reverencia, el respeto, el orden y lo único es que esta vez hay un incentivo adicional… Dentro del altar se encuentra la reina de las Turas quien al terminar el son turero da la orden a sus hijas a que vayan pasando las niñas31 y los vasos llenos de chicha; los primeros en tomar son los músicos tureros a quienes le sirven chicha en las niñas, luego le sirven en vasos a los demás tureros. Cae la madrugada algunos se han retirado a dormir, otros aprovechan este espacio para hablar, compartir e entrevistar a los principales; piache, reina y capataces. En la madrugada se tocan algunos sones de Turas; siendo entre uno y otro intervalos más prologados, en estos sones aprovechan de participar algunos miembros de la familia extensa que por sus roles dentro de la fiesta no han tenido oportunidad de hacerlo; es el caso de las yernas y sobrinas de la reina quienes tienen la tarea de estar en la cocina, preparar y servir la comida durante la fiesta de Turas. Otros casos es el de algunos asistentes que ha llegado tarde y no habían tenido la oportunidad de participar en las danzas. Con el avanzar de la madrugada va declinando la participación pero las Turas no paran; sobre todos para los tureros principales, aunque algunos se han retirado y otros los sustituyen, de esta forma se alternan las responsabilidades; todo continua hasta que llega el alba. Sale el sol y continua la fiesta de las Turas esta vez hay otros preparativos que principalmente dirige la reina de las Turas; la cual ordena que los tureros asistentes sean atendidos con café y desayuno. Ella al igual que sus hijas y el imaginaria han sido los custodios del altar, permaneciendo durante toda la noche ahí. 31 Vasijas (recipientes) de Barro que utilizan los tureros para servir la chicha. En el trabajo Etnohistoria del estado Lara (1995) de Pedro Pablo Linárez se encuentra una referencia descriptiva sobre este utensilio que es utilizado en la fiesta de las Turas. 138 En el patio de Turas se encuentra el FOTO 73 piache y los capataces organizando los preparativos de cierre de la fiesta de Turas. El piache y el segundo capataz se encuentran en el centro de patio turero; observando y dirigiendo los preparativos para realizar la cortesía. Los otros capataces se retiran a ordenar y alinear a los grupos de tureros; otra vez se conforman dos grupos de tureros. Los grupos conforman dos filas humanas que están dispuesta paralelamente en los extremos del patio de las Turas. Los capataces indican que ya los tureros asistentes pueden tomar las ofrendas vegetales (yucas, maíz, mamones, tomates, batatas, mangos, cañas, cocos, entre otros frutos que hayan sido ofrendados durante la fiesta de las Turas) siendo las más cotizadas los llamados persogos de maíz. Cada grupo se encuentra agrupado y ya tienen en sus manos ofrendas que bailar después de terminada la cortesía. El piache le indica a los tureros principales que pueden ir al altar mayor a retirar las ofrendas; los malojos de maíz y las cañas de azúcar que permanecían en los dos extremos del altar. 1.2.5. La Cortesía y el Entrecruzamiento de las Serpientes Míticas Ya los capataces se encuentra cada uno con su grupo, mientras que piache y el segundo capataz continúan observado y dirigiendo todo desde el mismo lugar. La reina ha ofrecido a los espíritus tureros las gracias, en ese momento enciende un tabaco y se dirige a uno de los grupos; comienza por el que se encuentra de frente a la cruz del patio central y es en éste donde están los músicos, quienes se ubican al centro. La reina al llegar a ellos da bocanadas a su tabaco y empieza a esparcir humo sobre los instrumentos musicales, luego sobre los músicos, continuando con los demás tureros y sobre las ofrendas que serán bailadas por estos posteriormente, termina así con este primer grupo. En seguida se dirige al otro grupo, que está alineado de frente al otro; este se encuentra en la parte posterior a la cruz del patio, esta vez la reina comienza por un extremo, de igual forma da bocanadas al tabaco, esparce humo sobre los tureros asistentes y sobre sus ofrendas, hasta llegar al otro extremo. 139 Los capataces están cada uno con su grupo, cada uno ubicado a un extremo; ambos se encuentra uno frente al otro de forma diagonal, el piache da la orden a que comience la cortesía. Los capataces comienzan a sacudir sus maracas, luego le siguen los músicos FOTO 74 tureros con las flautas, maracas y cachos; estos permanece en el centro de su grupo y en el mismo lugar, aunque rítmicamente están moviendo sus piernas de forma alternada hacia adelante y luego las recogen; cuestión que por momentos atrae la atención de los tureros, hasta que los capataces empiezan a moverse cada uno de un extremo a otro; lo hacen sacudiendo las maracas dos y tres veces a nivel del pecho, luego inclinan sus cuerpos y sacuden dos veces las maracas-serpientes hasta llegar al otro extremo; nuevamente ambos se encuentra uno del otro de forma opuesta y diagonal, otra vez y repitiendo la misma forma de sacudir las maracas y mover sus cuerpos avanza cada uno al otro extremo. Luego el capataz mayor avanza de un extremo a otro; por momentos vuelve a llamar la atención de los músicos que no han dejado de seguir produciendo música turera, el tercer capataz sigue sonando su maraca pero esta vez sin moverse del sitio, ya el capataz mayor ha llegado al otro extremo. Esta vez se encuentra de frente y paralelamente a su hermano, en ese momento ambos avanzan con el sacudir y sonar de sus cascabeles y efectuando los mismos movimientos, ambos llegan al centro frente a frente y a nivel de sus pechos sacuden sus maracas, luego ambos retroceden y nuevamente se ubican en los extremos; ahora cada uno avanza de un extremo a otro y de forma paralela, al llegar a las esquinas se detienen por un momento sus cuerpos, gira sobre su propio eje y nuevamente vuelven a dirigirse ambos a encontrarse frente a frente; otra vez sacude sus maracas al nivel de sus pechos y se retroceden. FOTO 75 140 Sigue la música de Turas en ningún momento de la cortesía cesa; esta vez es el capataz mayor quien se queda en su sitio y quien se mueve es su hermano, éste se dirige al otro extremo sonado su maraca, nuevamente se encuentran en forma diagonal, ambos comienzan a caminar hacia adelante sonando y sacudiendo sus maracas hasta que se encuentra nuevamente de frente; esta vez sólo los separa la circunferencia de piedras que está en el suelo central del patio turero, retroceden ambos llegando cada uno a un extremo nuevamente, se detienen en las esquinas y medianamente giran sus cuerpos y siguen avanzado hacia adelante hasta quedar opuestos diagonalmente, vuelve a avanzar diagonalmente hacia lo interno del patio de Turas, llegan al núcleo de piedras; esta vez cada uno toma una dirección contraria pero ceñida a las piedras que sirve de borde, cada uno compone con sus pasos y movimientos un semicírculo, es: ―el entrecruzamiento de las serpientes míticas y simbólicas‖ todo esto lleva a los capataces a ubicarse en el medio de su grupo correspondiente. Avanza cada uno hacia adelante hasta llegar frente a frente, retroceden y se ubican nuevamente en el medio. El piache se dirige a un grupo al cual le ordena a que eleven sus ofrendas, el segundo capataz le ordena al otro grupo donde está la reina y los músicos que también levanten sus ofrendas; ambos grupos comienzan a girar, cada uno compone un circulo en el que sobresalen (descuellan) las cañas, de esta forma se escenifica al infinito cósmico de fertilidad; FOTO 76 en este momento hay gran alegría en la fiesta turera. Siguen los grupos realizando los giros festivos hasta que el piache le da la orden a la reina que avance; ésta avanza sonando su maraca y le siguen los músicos tureros. Esta vez lo hace en una dirección y en un sentido que hasta el momento de la fiesta de las Turas no se había realizado; este recorrido toma la dirección hacia el altar turero, pero sin entrar, sino que lo comienzan a bordear y nuevamente continúan para el patio de Turas. Luego el otro grupo el cual está comandado por el capataz mayor comienza a realizar el mismo recorrido; esto lo realiza tres veces. 141 FOTO 77 FOTO 78 El piache se encuentra ubicado en uno de los costado del patio turero; lugar que le permite observar y dirigir al próximo evento de la fiesta de Turas. Este lugar donde se encuentra él ubicado es un espacio liminal entre el patio de Turas y la entrada al palacio turero. Al pasar por tercera vez el grupo que comanda la reina, el piache le indica que debe comenzar a bajar hacia el palacio, el piache sigue junto a la reina en el descenso al lugar sagrado de los espíritus tureros, posteriormente le seguirán el otro grupo de tureros. Ya todos los tureros se encuentran en el palacio para realizar el rito que pre-cierra a este fenómeno religioso. El palacio es un espacio circular en el medio hay un altar que está confeccionado con piedras apiladas, tiene una cruz de madera pintada de color blanco, sobre este altar también se encuentra los parales que sirven de soporte para adornar al arco turero, que ya hemos observado en el patio de Turas y el que se utiliza móvilmente para el encuentro entre agricultura y la cacería. Las ofrendas que aquí podemos observar; son vasos que contienen licores como: cocuy, aguardiente de caña y chicha. En el piso se encuentra una tinaja llena de chicha que ha sido colocada ahí desde antes de dar inicio a la fiesta de Turas, la cual fue ofrendada a los espíritus tureros y está reservada para los momentos finales de este rito. La reina comienza a ubicar a sus dos hijos mayores; ambos los coloca circunferencia palacio; dentro de interna que la del está confeccionada con piedra en el FOTO 79 suelo, al varón lo ubica de espalda al naciente, a la hija de frente a su hermano y de espalda al poniente, ambos separados por el altar de piedras. Cada uno 142 de ellos lleva consigo y sobre si los elementos de prestigio turero como: corona de frijoles que lleva puesta sobre sus cabezas y en sus manos cañas que están apoyadas sobre el suelo y de forma vertical. El piache se ubica en el medio y de frente al altar del palacio, los capataces también toman posiciones; dos de ellos se ubican cada uno junto a uno de los hijos de la reina y el segundo capataz detrás del piache. La reina es la única que se mantiene en movimiento; esta se mueve de un lugar a otro y lleva en sus manos una botella de aguardiente. De pronto el piache comienza a entrar en estado de posesión, empieza a hacer unos movimientos muy extraños y a pronunciar palabras también muy extrañas, la reina se coloca detrás del piache y le echa licor sobre su espalda, en este momento el piache comienza su estado de posesión, la reina le dice al espíritu ―bienvenido hermano, aquí estamos los tureros‖ él hace un movimiento de afirmación con su cabeza. El piache sigue sus movimientos de descontrol hasta que empieza a pronunciar palabras irreconocibles para todos los asistentes, en este momento algunos tureros comienza a murmurar ―es Julián Baldallo‖ quien fuera el penúltimo piache de las Turas de Moroturo, fallecido a principios de este siglo. Ya en estado de éxtasis el piache solicita una maraca turera, se la entregan y él comienza a sacudir… de pronto la hija de la reina comienza a moverse también de forma extraña, parece estar entrando en un estado similar al del piache, sigue sonando la maraca, el espacio y la escena estimulan la atmosfera sagrada; los tureros se encuentra aquí rodeados por los árboles, las ramas de estos forman una especie de bóveda celeste de forma natural, la techumbre que la configura es impresionante. En este momento la atención de los tureros esta puesta sobre el estado de posesión del piache y sobre la hija mayor de la reina la cual también pide una maraca, su madre la solicita a un turero músico y se la da a su hija, esta comienza a sacudirla de frente al piache y juntos danza frente al altar, al terminar esta danza todos los tureros aplauden. Ya detenidas las maracas y la danza entre piache y la futura reina de las Turas, los tureros forman una fila lateral al piache quien les ira saludando e indicado sobre el comportamiento y sobre las dolencias de las que estos padecen. Todo esto trascurre y sucede hasta que el espíritu le manifiesta a los tureros que se tiene que retirar. Poco a poco el piache vuelve a un estado pasivo y los tureros vuelven a aplaudir. Seguido a esto la reina de las Turas indica a los tureros que saquen una moneda y formen una fila para ir pasando a la bendición de los talismanes de la buena suerte, la reina ofrece las bendiciones sobre los talismanes de los tureros que van pasando. 143 Concluido esto el capataz mayor que está ubicado al lado de su sobrino, hijo varón de la reina; toma un vaso lleno de chicha, lanza su contenido hacia arriba diciendo: ―vivan las turas, vivan los espíritus tureros y viva la naturaleza‖ esto lo realiza en las cuatro direcciones cardinales. Terminado esto vuelven a aplaudir y a festejar los tureros. La reina de la Turas ofrece y autoriza a los músicos tureros una botella de licor, la cual está reservada sólo para ellos. Luego de esto la reina solicita a sus cuñadas y a los ayudantes de turas a que le ayuden a formar dos filas; una a cada lado del altar para comenzar a servir y repartir la chicha, es un momento de mucha emoción y alegría; es pues la coronación de la festividad turera, el recibir y consumir el fruto de la naturaleza. FOTO 80 Las libaciones de chicha es pues un momento cúspide en las Turas; a pesar que aún no han terminado, este momento marca el final de las Turas en este espacio sagrado y es la antesala para el final. Terminada la chicha y su repartición se dispone la reina a decir unas palabras a los tureros; comienza agradeciendo a los espíritus tureros, a la reina Guillermina, a Don Juan de los caminos, a los músicos, a los cazadores y a todos los tureros. Los felicita a todos demostrando su habilidad discursiva; su mensaje es de orden moral para todos los asistentes, les vuelve agradecer por su colaboración y les refiere la importancia de estar aquí, de ―continuar con esta tradición de nosotros los Ayamanes‖. Vuelve a conceder las gracias a todos y anuncia cuando será el tiempo de las próximas Turas32. Si se encuentra en el cierre de las Turas pequeñas estará haciendo la invitación a participar en las grandes y si se encuentra efectuando las llamadas grandes invitará para el próximo ciclo turero. El capataz mayor ordena a los músicos tureros a que se ordenen y afinen sus instrumentos, ordena además a todos los tureros a que tomen una hoja verde que la gran mayoría sabe para que 32 En este trabajo no hay distinción entre Turas grandes y Turas pequeñas. En nuestras observaciones realizadas desde el año 2005; no hemos apreciado distinción ritual entre una y otra, a pesar que aún se realizan ambas por ser componentes del ciclo festivo, de allí que en la actualidad Turas grande y Turas pequeña sólo marcan elementos referentes al tiempo festivo, además lo que tampoco ha cambiado es su simbolismo; el cual, unas son realizadas en solicitud: en los meses de Junio-Julio-Agosto y otras en agradecimiento: en los meses de Septiembre- Octubre. En cuanto a esto referimos consultar la obra: Vivencia de un Rito Ayamán en las Turas, de Luis Arturo Domínguez, quien distingue entre Turas-pequeñas y Turas-grandes. Descripción que nos parece muy ilustrativa. Este autor tuvo la oportunidad de participar en los años 70 en unas Turas pequeñas reservadas única y exclusivamente para ayamanes descendiente y ejecutadas en un espacio sagrado reservado para la jerarquía turera, de allí que él considero hacer distinción entre Turas-esotérica y Turas- exotérica. La primera en solicitud a los espíritus tureros y reservada solo para ayamanes y la segunda en agradecimiento y con participación abierta. 144 será… los nuevos tureros preguntan ¿para qué es esta hojita? Algún turero tradicional le responde: ―es para él son de la hormiga y debes colocarla sobre tu cabeza‖ todos los tureros se colocan una hoja sobre sus cabezas. La reina de las Turas también se coloca este símbolo sobre su cabeza; el de ella no es una hoja, es un malojo de ellas; de esta manera ella se distingue como la líder de esta festividad. El capataz mayor da la orden para que los músicos den comienzo a sonar sus maracas, a soplar sus turas y sus cachos, el palacio se impregna de la consonancia turera, comienzan los capataces a girar sobre el altar, le siguen la jerarquía turera y el resto de tureros; se configura un ―revuelto‖ pero armónico circulo humano que gira al son de la música turera, dando tres vueltas alrededor del palacio, al pasar por tercera vez por el frente del altar; lo reverencia, se persignan y se van retirando sin dar la espalda a los símbolos religiosos, como lo han hecho durante toda la festividad turera. Sigue la música turera, comienzan a subir; ya los tureros han rememorado el principio del maíz, elemento esencial de esta festividad. Llegan al patio central de las Turas e inicia la danza circular; todos van dando la vuelta, algunos tureros después de dar la vuelta completa arrojan al suelo las hojitas que han traído del palacio colgadas sobres sus cabezas; de esta forma se ejecuta el son de la hormiga, la que es simbólicamente pisada por los tureros; para que este pequeño animalito no logre desmantelar las siembras de maíz. Este momento es de muchísima alegría colectiva, la que motiva a todos los tureros a conformar entrelazados el circulo posterior con los característicos pasos tureros de tres paso hacia adelante inclinando levemente sus cabezas y tres pasos colectivos hacia atrás irguiendo la cabeza. Esta vez los pasos está físicamente más acentuados, se logran escuchar y además al hacerlo tureros han logrado levantar una gran polvareda que se esparce en el espacio festivo, verdaderamente los tureros están danzado cada vez más alegres; el círculo humano que encierra a los músicos tureros es su comprobación. Los giros y la algarabía continúan, aquí parece estar la razón de porque: ―Ellos Siguen en el Baile‖. FOTO 81 145 El capataz mayor y la reina indican que deben ingresar al altar turero, todos los tureros lo hacen a su turno; reverenciando al árbol de la vida, comienzan a ingresar al altar de la misma forma como lo han realizado durante toda la festividad. Nuevamente se escenifican las Turas en este espacio, todos los tureros giran como puedan hacerlo, lo cierto es que la emotividad esta exacerbada. Sigue la música y la danza hasta que se ubican los tres capataces frente a la imagen de María Lionza elevan sus maracas y al llegar arriba sacuden con fuerza gritando: ―vivan las turas, vivan los espíritus tureros, viva la reina de la agricultura, viva la virgen santísima y viva la naturaleza‖ de esta manera las serpientes guías de la agricultura: han sido coronadas… de esta forma se han terminado las Turas, comienza todos los tureros a abrazarse, a darse las gracias y a felicitarse unos a otros. 1.2.6. El Guanaico33 Ya terminadas las turas como tal, le sigue una representación lúdica que hasta el momento no existen trabajos sistemáticos que nos refiera sobre su posible procedencia indígena y/o caudal folclórico de este juego. De allí que aquí vamos a hacer referencia sólo a nuestras observaciones que hemos tenido en el Cerro de Moroturo, ya que es aquí donde se ejecuta esta representación. La cual consideramos que a pesar que aún no se haya científicamente precisado su origen, creemos que esta evoca un elemento significativo y recurrente del grupo, el cual vamos a describir: Los cazadores tureros agrupan a los niños y niñas los cuales conforman un gran grupo, los tureros que aún no se han retirado están expectantes. Uno de los cazadores-tureros que se encuentra escondido y comienza a colocarse unos harapos sobre su cuerpo, él debe representar a un animal salvaje-hombre. El personaje que va a hacer de cazador ya tiene en sus manos una escopeta de juguete, elaborada en madera, él llama a los niños FOTO 82 33 Tenemos conocimiento que el profesor Willians Jonson desde la División de Cultura de la Zona Educativa del estado Lara; tiene años recopilando información al respecto, además que en los últimos años ha sido el encargado de representar el papel del cazador durante la realización de Guanaico. 146 quienes representaran a los perros ayudantes del cazador y les indica que deben ayudarlo para lo cual deben: buscar, olfatear, ladrar y perseguir al guanaico cuando este aparezca. FOTO 83 FOTO 83 Comienza la búsqueda; los niños que escenifican a los perros cazadores empiezan a buscar, a olfatear, de pronto sale el guanaico, los animales lo persiguen, le ladran, algunos logra por momentos tomar al guanaico, este se les escapa, lo vuelve a tomar, este se les vuelve a escapar, lo vuelve a tomar; pero esta vez ha llegado el cazador y le propina un disparo certero y el guanaico se cae, es tomado por la gran agrupación FOTO 84 de niños los cuales emiten ladridos, ya el guanaico ha sido atrapado, es el momento en el que animal salvaje sufre una especie de metamorfosis simbólica, se retira y se sube a un árbol, en este encuentra dos cestas, los niños corren hasta ubicarse debajo del árbol, de pronto el guanaico levanta cesta, esto genera los gritos de los niños quienes también han sufrido una transformación; ya no representan a los perros cazadores, estos se humanizan y solicitan al guanaico que les arroje los caramelos; todo esto trascurren dentro de una gran algarabía de los niños y niñas, y de también de los que no son tan niños, como: la participación de adultos en las piñatas de nuestros cumpleaños en Venezuela. Ya el guanaico en el árbol con los caramelos ha decidido lazarlos; cuestión que realiza a puñadas, una y otra vez, esto genera la algarabía de los niños que se inclina y se agachan a disputarse los caramelos, todo esto se desarrolla con un gran alboroto y termina en el momento que se acaban los caramelos. 147 FOTO 85 1.3. Los Símbolos y Las Simbolizaciones en el Proceso Festivo-Ritual 1.3.1. Indumentos Rituales En la Fiesta de las Turas En la Fiesta Ritual de las Turas los cuerpos en movimiento generan una serie de cualidades simbólicas y de marcas culturales. ―El hombre no es el producto de su cuerpo, él mismo produce las cualidades de su cuerpo en interacción con los otros y en su inmersión en el campo simbólico. La corporeidad se construye socialmente. (Le Breton, 2002:19). Dentro del desarrollo de la fiesta de las Turas se ejecutan formulas coreográficas que colocan a los cuerpos de los tureros en movimiento, indistintamente de baile o danza, ya interesantemente detallados y graficados por Abilio Reyes (1961). Las coreografías de la Turas a través de los cuerpos en movimiento de los tureros representan actos tradicionales de eficacia simbólica. Los cuerpos en movimiento (materialidad significante), en esta representación colectiva son haces significantes (Durand, 1981) de referencias míticas y de expresión ritual; que por medio de las formas coreográficas (danza y baile) se representan a los sistemas simbólicos tureros. La materialidad significante que hemos considerado son: los cuerpos en movimiento y los instrumentos musicales tureros (maracas, cachos de venado y flautas-turas). La conjugación de estos; constituyen a los ―indumentos rituales‖ (Mircea Eliade 1986) medio por los cual los tureros 148 expresan su imaginación simbólica. A través de estos podremos extraer una particular forma expresiva de la corporeidad, como el producto de una elaboración social y cultural, que genera cualidades con su cuerpo y lo sumergen en el campo de lo simbólico (Le Breton, 2002). La representación turera es pues idea misma encarnada, los músicos y los tureros encarnan a los símbolos principales de esta manifestación: La serpiente, el venado y a los hombres tureros. En esta representación colectiva el cuerpo de los principales tureros asume una parafernalia ritual, un indumento ritual que junto con los movimientos de los cuerpos en el espacio festivo; hacen una conjugación de elementos que le conceden una dimensión simbólica. En y durante las Turas se disloca el yo (identidad personal) dándole apertura al sujeto colectivo (los tureros). A través de la consonancia, la rítmica y la danza; los cuerpos se despojan intelectualmente del yo, generando la ruptura (Duvignaud, 1979). De esta manera los cuerpos se cumbre de un halo imaginario y de una dimensión sagrada. Los referentes coreográficos en este fenómeno están marcados por la delimitación sagrado/profano la cual está vinculada a los códigos espaciales, ya que todos los actos deben ser ejecutados en los espacios rituales tureros (espacios para los ritos). En este sentido dentro de esta representación colectiva existe una constelación espacial: El patio turero, los altares, el palacio, el encanto y el conuco, pero todos referentes a lugares del imaginario turero, donde son ejecutadas las consagraciones que realizan los tureros; en espacios topológicos que conducen a los actores-participantes, a significaciones particulares. Los tureros para llegar a ese estado particular recurren a escenificar los mitos tureros; en los cuales los actores principales fueron los animales míticos, de tal forma que deben ser los animales los que ayuden a restablecer la comunicación, como aliados (animales de poder) que asistan a los principales ejecutantes (Los tureros: la reina, el capataz, el piache, los músicos y cazadores). Para desarrollar esta comunicación y eficacia simbólica, los tureros principales recurren al uso del ―indumento ritual‖ (Eliade, 1986) que será utilizado en los ritos. En las Turas los instrumentos musicales (maracas, cachos y flautas) se transforman en indumentos rituales; estos están en relación con lo que Durkheim consideraba: técnica religiosa, especie de mecánica mística de maniobras materiales ―Son sólo la envoltura exterior que disfraza las operaciones mentales‖ (Durkheim, 2008:631). Los instrumentos-indumentos en las Turas se convierte en focos de interacción, a través de 149 ellos se logra impregnar con sus sonidos y movimientos a la atmosfera festiva, los tureros músicos al sacudir y soplar sus instrumentos van generando una consonancia particular, que junto con los movimientos que estos músicos tureros ejecutan; trasforman verdaderamente la realidad, se evocan simbólicamente a los animales míticos y a los hombres míticos. Ambos indumentos e instrumentos conjugan el vehículo simbólico que contribuye a significar el tiempo y a demarcar el espacio. En las Turas principalmente se representan a los Hombres, al Venado y a la Serpiente. En casi todos los ritos que se ejecutan en la fiesta de Turas, se simboliza al Venado por los tocadores de cachos; además de los sonidos de estos instrumentos aerófonos, sus cuerpos corporizarán al animal. En las danzas circulares que se desarrollan en la fiesta; constantemente se simula un encierro del animal. La Sintaxis Ritual y la Memoria Semántica Turera escenifica un rito, donde el foco de interacción (el símbolo) es el Venado mítico; este es escenificado por el piache quien corporiza a este animal que es simbólicamente encerrado, y es esta trasfiguración la que le permite la conexión con lo sagrado en la cual ―indudablemente están dramatizando un mito según el cual El Ciervo, Genio de la caza y de la vegetación queda apresado por un conjunto mágico, por los antepasados de la tribu, allá en tiempos del principio del mundo‖ (Antolínez,1995:335). Esta representación evoca la simbolización que ―sustituyen los conceptos y garantizan la sobrevivencia del grupo‖ (Duvignaud 1979) referida a su pasado como grupo de cazadores y recolectores, de allí que los elementos de cacería estén presentes, pues evocan episodios de su pasado que Miguel Acosta Saignes refirió magistralmente: ―…De pronto, los músicos comenzaron a moverse. Iban también en dirección sinistroversa y realizaban figuras distintas, imitando una persecución. Era indudablemente una escena de caza: Dos sonaban cuernos de venado, adelante; les seguían dos con maracas y por entre ellos cruzaban, como el viento, actor de tanta importancia en las cacerías, los sonadores de las turas. Ya no hubo tregua. El círculo seguía su giro sinistroverso; Los venados continuaron perseguidos por los cazadores; El viento silbaba, melancólico y encadenado por las flautas…‖ Las Turas", Caracas, 1949 Miguel Acosta Saignes. En esta festividad que es principalmente agraria y propiciatoria, se simboliza a la Serpiente; es a través de los instrumentos idiófonos (la maraca) que se evoca al animal mítico; protector y comandante de la agricultura. Este símbolo lo encontramos en el sonido fecundante de las maracas tureras, el cual cumple simbólicamente el principio activo en todos los ritos que se 150 representan dentro de la fiesta. El sonido de la serpiente-maraca es ―esparcido‖ hacia todas las direcciones por el capataz de Turas, la reina, el piache y los músicos-danzantes; quienes son los personajes principales de la festividad. La mayoría de los movimientos corporales y de sus instrumentos son ejecutados de forma de serpentear (serpenteante, serpentina y sigmática). Los tureros danzantes al disponerse a formar el círculo dancístico, lo hace con un enlazado sigmático y también realizan movimientos serpenteantes. En los espacios como el altar de los cazadores y el palacio turero, hemos podido observar que su demarcación está dispuesta en forma de serpientes. La cortesía que es un rito para el agradecimiento a la naturaleza; ejecutado principalmente por los capataces mayores, quienes únicamente utilizan el instrumento-indumento de maracas; sus movimientos consisten en el entrecruzamiento de las serpientes míticas. En cuanto al simbolismo de la serpiente en las Turas el maestro Acosta Saignes también hizo referencia, la que nosotros hemos asumido como una especie de testigo para continuar las significaciones e interpretaciones ―simbólicas‖ de esta compleja Fiesta Ritual: El círculo comenzó a girar. Los danzantes seguían cuidadosamente el ritmo que marcaban las turas, las maracas y los cachos, realizaban varios movimientos simultáneos o alternados. Es como una serpiente que, mordiéndose la cola, se moviese constantemente. La ondulación se hacía a favor de cierto vaivén que imprimían los danzantes al cuerpo y se volvía colectiva, por la forma de enlazarse (…) La serpiente continuaba mordiéndose la cola, pero viva, en su vuelta incansable (Las Turas", Caracas, 1949 Miguel Acosta Saignes). Las flautas-turas (turo macho y tura hembra) ambas cumplen un principio complementario y constitutivo para la fecundación y la fertilidad simbólica. Estos instrumentos-indumentos evocan la participación de los hombres en la naturaleza/sociedad, los convierte en: actores, constructores y reproductores de las representaciones, de las simbolizaciones y los imaginarios simbólicos. La Fiesta de Turas tiene un carácter eminentemente social; así lo muestran sus ritos y sus mitos, en las Turas los hombres escenifican al gran círculo. Los Hombres se relacionan, se involucran, convive y depende de a la naturaleza: animal y vegetal. El Hombre expectante y participantes de su entorno universal y particular. Las interpretaciones que se realizan en este particular trabajo sobre la Fiesta Ritual de las Turas, han tenido una gran influencia de dos investigadores de mediados del siglo pasado como: Miguel Acosta Saignes y Gilberto Antolinez, por quienes sentimos una gran admiración por sus trabajos referentes a las Turas, los cuales pueden ser profundizados. Este trabajo pretende modestamente seguir tales pretensiones investigativas. 151 La interpretación que hemos realizado a partir del instrumento-indumento de las flautasturas (macho/hembra) constituye nuestro original aporte, este surgió de los interrogantes antropológicos: ¿Cuál es el lugar de los Hombres en esta representación colectiva? ¿Los símbolos arquetípicos-simbólicos que se desarrollan en los mitos tureros, cómo están relacionados con los Hombres? ¿Los mitos/ritos ejecutados en la actualidad nos dicen algo sobre el devenir histórico de este grupo humano? Estos interrogantes son implícitos, ya que son los Hombres los que tiene la capacidad de simbolizar y de crear imaginarios. Por tales razones uno de los objetivos de los trabajos antropológicos es: aprehender como los Hombres producen sus códigos simbólicos, esto es lo que hemos pretendido en este trabajo, guiados además por las voces de los actores tureros, quienes designan a las flautas-turas: macho y hembra que son más que referencia utilitarias, en estas subyacen la fertilidad, la fecundación de los vegetales y de los animales, de quienes los Hombres se alimentan. Los Hombres en este caso los tureros solicitan, agradecen y festejan en honor a la Naturaleza creadora y sustentadora. 152 CONCLUSIONES Esta ancestral fiesta musical-dancística continuada hasta nuestros días, expresa y simboliza un complejo sistema simbólico, al que hemos enmarcado como: Fiesta Ritual, por su complejidad escénica, performativa y simbólica. Es indudable que nuestro trabajo sobre la fiesta de las Turas ha generado una serie de observaciones y de conclusiones particulares. Los tureros han seguido en el baile y sus símbolos se encuentran vinculados a su sistema particular de creencias y en relación con el sujeto colectivo con lo sagrado, sus ritos y mitos han sido el medio por el cual este grupo humano trasmite los símbolos heredados, los cuales garantizan la continuidad del grupo. La institución festiva de los tureros ha tenido por función social y cultural; cohesionarlos en una estructura ritual que ha continuado en el tiempo. Esta representación colectiva desempeña un sistema total de integración que está más allá de la reducción folklorista, de allí que nuestros objetivos investigativos han sido lograr un acercamiento antropológico que nos permitieran interpretar a los símbolos y sus funciones integradoras, como un sistema simbólico y un proceso de interacción por el cual se ha conformado la identidad colectiva de los tureros. La continuidad ritual de la fiesta de las Turas se ha debido primeramente a las relaciones de parentesco de familias elementales tanto de Lara y Falcón que han preservado la festividad, segundo a las alianzas contraídas entre si y por último a unos espacios topológicos de gran interés cultural. La solidaridad entre los hermanos consanguíneos ha garantizado la continuidad festiva, herederos de los anteriores jefes de la Fiesta Ritual. La solidaridad entre los hermanos Perozo Querales es la que ha garantizado la continuidad de la festividad en el cerro de Moroturo. La identidad de los tureros toma relieve en el tiempo de fiesta, esta constituye el referente empírico por la cual esta institución festiva rememora, reafirma, perdura, recrea, reinventa y ha negociado las identidades. Es por medio de esta representación colectiva que este grupo humano ha establecido sus referentes de identidad/alteridad, construcción social que tiene su pasado histórico (los 153 Ayamanes), relaciones intersubjetivas cargadas de mestizajes y relaciones sociales actuales que negocia la identidad turera. En la mitología Turera hemos encontrado la pregnancia semántica que se representa en los ritos; su redundancia y su recurrencia expresan el sentido simbólico del proceso ritual. La focalización-evocación de la serpiente y el venado en los ritos tureros ha sido el medio comunicativo de carácter simbólico de los tureros, el cual está más allá de un mero hecho folklórico y contingente. Los símbolos de la serpiente y el venado en la acción turera nos refiere a un sistema de saber simbólico, que, aunque este se encuentre de manera subyacente, sus significaciones han sido mantenidas por el grupo a través de la memoria cultural semántica, la cual es representada a través de los ritos que se ejecutan en y durante la fiesta turera. La Fiesta Ritual de las Turas es un proceso ritual y una representación colectiva por la cual se expresan las marcas culturales y el imaginario simbólico; ambas constituyentes y sustentadoras de la identidad turera. En la Fiesta Ritual de las Turas los cuerpos en movimiento generan una serie de cualidades simbólicas que han sido construcción cultural de este grupo humano. Por medio de esta, los tureros logran establecer una comunicación simbólica por la cual aparecen los símbolos y logran proyectar su identidad cultural. Los instrumentos-indumentos de las flautas-turas (macho/hembra) evocan la participación de los Hombres en la naturaleza/sociedad, los convierte en: actores, constructores y reproductores de las representaciones, de las simbolizaciones y los imaginarios simbólicos. Estos instrumentos-indumentos representan a los elementos simbólicos, los cuales se encuentran referidos a la fecundación y la fertilidad simbólica. La materialidad significante en la cual nos enfocamos en esta investigación: nos permitió aprenhender a la imaginación simbólica, necesaria para lograr armar el sentido y comprender la continuidad de la festividad. La representación colectiva de los tureros es; un complejo y dinámico proceso ritual por el cual se representan los imaginarios y los símbolos tureros, los cuales debemos observar, describir, analizar e interpretar para lograr armar y hacer funcionar el mecanismo de sus articulaciones. La Fiesta Ritual de las Turas es un sistema simbólico que está conformado por: los 154 espacios rituales, los mitos de origen, las escenas rituales (ritos), el status y los elementos de prestigios, las ofrendas, los sones tureros (música y danza), los cuerpos en movimientos y los instrumentos-indumentos rituales. Todos estos elementos componen y articulan a la fiesta de los Tureros. La fiesta de las Turas debe ser abordada antropológicamente en su contexto; el cual está conformado por elementos de orden diacrónicos y sincrónicos, para así, lograr tejer los hilos narrativos y desentrañar su dimensión simbólica. 155 BIBLIOGRAFÍA Acosta Saignes, Miguel (1949). “Las Turas”. Serie de Folklore Instituto de Antropología y Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Central de Venezuela. Caracas. Tipografía Vargas. Acosta Saignes, Miguel (1962). Cerámica de la Luna. Primera edición. Caracas, Venezuela. Monte Ávila Editores, C.A Acosta Saignes, Miguel (Ed.) (1967). Archivo venezolanos de Folklore # 8. Instituto de Antropología e Historia. Facultad de Humanidades y Educación, (U.C.V.) CaracasVenezuela. Acosta Saignes, Miguel (1975). Historia de Venezuela, Época Prehispánica. Caracas, Venezuela. Ediciones Edime. Agagliate, Renato (1996). La patria de los ayamanes. (Estudio etimológico del etnónimo ayomán y los topónimos ayamanes terminados en –ye). Monografía (multigrafiadoBarquisimeto, Venezuela. Aguirre Baztán, A. (1995). Etnografia, Metodología cualitativa en la investigación sociocultural. Alfaomega, Primera edición. México. Antolínez, Gilberto (1972). Hacia el indio y su mundo. Pensamientos vivos del hombre americano. Universidad Centro-Occidental. Barquisimeto, Venezuela. Antolínez, Gilberto (1995)). El ciclo de los dioses. Folklore y mitología de centro-occidente de Venezuela. Ediciones Oruga Luminosa. San Felipe, Venezuela. . Arcaya, Pedro Manuel (1920). Historia del estado Falcón. (Tomo Primero) Biblioteca de autores falconianos, pp. 201. Arellano, Fernando (1986). Una Introducción a la Venezuela Prehispánica. Culturas de las Naciones Indígenas Venezolanas. Caracas. Universidad Católica Andrés Bello. Aretz, Isabel (1967). Resumen de un cursillo de folklore. Archivo venezolano del folklore, N°8. Instituto de Antropología e Historia, Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, pp.533-560. Aretz, Isabel (1983). Manual de Folklore. Séptima edición. Monte Ávila. Caracas-Venezuela. Atkinson, Paul y Hammersley Marta (2001). Etnografía, métodos de investigación. Barcelona, Paidós (versión digital). Augé, Marc (1987). Símbolo, Función e Historia, Interrogantes de la Antropología. Traducción Bertha Ruiz de la Concha. Primera Edición. Editorial Grijalbo. D.F México. Augé, Marc (1993). El Genio del Paganismo. Editores Munhnik. Barcelona, España. Augé, Marc (2006). El Oficio de Antropólogo. Editorial Gedisa. Barcelona, España. 156 Barcía, Roque (1973). Sinónimos Castellanos. Editorial Sopena Argentina S.A. Buenos Aires, Argentina. Barroso García, Natividad (1990). “Aproximación a la Serranía de Parupano donde sigue presente el alma indígena”. Centro para el estudio de las culturas populares y tradicionales (CECPYT)/CONAC. Trabajo de grado para optar al título de Folkloróloga (especialidad), otorgado por la Fundación de Etnomusicología y Folklore (FUNDF) CONAC/UCV. Fac. De Humanidades y Educación. Mimeografiado. Barroso García, Natividad (2004). “De la Serranía de Parupano donde sigue presente el alma indígena y del acercamiento entre la ciencia, la poesía y lo mítico”. En: Cuatro ensayos desde los crepúsculos, Primera edición. Caracas, Venezuela. Monte Ávila Editores. Barth, Fredrik (1976). Los Grupos Étnicos y sus Fronteras. Fondo de cultura Económica. D.F, México. Bonfil Batalla, Guillermo (1989). La Teoría del Control Cultural en los Estudios de los Procesos Étnicos. Arinsana, N° 10-Caracas. Buchler, Ira (1982). Estudios de Parentesco. Editorial Anagrama, Barcelona. Canestri, F. (1974). Instrumentos para el Aprendizaje en Ciencias Sociales. Editorial Agencia Musical. Caracas, Venezuela. Cassirer, E. (1972). Filosofía de las Formas Simbólicas. Fondo de Cultura Económica. D.F. México. Cazeneuve, Jean (1970). Sociología de Marcel Mauss. Ediciones Península. Barcelona, España. Clifford, James (1998). Compilador Reynoso Carlos. El surgimiento de la antropología posmoderna. Gedisa, Barcelona. Copleston, Frederick (2000). Historia de la Filosofía, 9: de Maine de Biran a Sartre. Barcelona, Espña. Ariel Filosofía. Corripio, Fernando (1973). Diccionario Etimológico. General de la Lengua Española. Editorial Bruguera. Barcelona, España. Domínguez, Luis Arturo (1984). Vivencia de un rito Ayamán en las turas. Caracas, Venezuela. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia (Estudios, monografías y ensayos, 47). Dupoy, Walter (1948). Función cohesiva de la danza de turas, Reglamento de tura 1890. Concejo Municipal de Iribarren Unidad del cronista municipal monografías municipales nº 33. Durand, Gilbert (1968). La Imaginación Simbólica. Segunda edición. Traducción Marta Rojzman. Buenos Aires. Argentina. Amorrortu editores. Durand, Gilbert (1981). Las Estructuras Antropológicas de lo Imaginario. Versión castellana, Mauro Armiño. Madrid, España. Taurus. Durand, Gilbert (1998). Anthropologie et les structures du complexe. Bulletin Interactif du Centre International de Recherches et Études transdisciplinaires » N° 13 - Mai 1998. 157 Durkheim, Émile y Mauss, Marcel (1996). Sobre algunas formas primitivas de clasificación, Contribución al Estudio de las Representaciones Colectivas. Ariel, Barcelona. Durkheim, Émile (2001). Las Reglas del Método sociológico. Segunda reimpresión, Fondo de Cultura Económica, D. F Mexico. Durkheim, Émile (2008). Las formas elementales de la vida religiosa. Primera reimpresión, (Libro de bolsillo, ciencias sociales 3807). Madrid, España. Alianza editorial. Duvignaud, Jean (1979). El Sacrificio Inútil. Segunda edición. Traductor Jorge Ferreiro Santana. D.F México. Fondo de cultura económica. Eliade, Mircea (1986). El Chamanismo y las Técnicas Arcaicas del Éxtasis. Ed. Fondo de Cultura Económica, México. Eliade, Mircea (1972). Tratado de Historia de las Religiones. Primera edición en español. Ediciones Era. S.A.,Mexico. Federmann, Nicolás (1530-1531). Viajes por Falcón, Lara, Portuguesa, Cojedes y Yaracuy (12/10/1530 a 17/03/1531). Barquisimeto, Venezuela. Unidad del cronista municipal. FERNANDEZ DE Larrinoa, Kepa. (ed.) 1997. Fronteras y Puentes Culturales, Danza tradicional e identidad social. Pamiela. País Vasco. Garagalza, Luis (1990). La Interpretación de los Símbolos, Hermenéutica y Lenguaje en la Filosofía Actual. Primera Edición. Editorial Anthropos. Barcelona, España. García García, José; Velasco, Honorio (1991). Rituales y Proceso Social, Estudio Comparativo en Cinco Zonas Españolas. Ministerio de Cultura e Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Madrid, España. García Gavidia, Nelly (Segundo periodo-2009). Marcel Mauss y la escuela francesa de Antropología. Módulo (Multigrafiado). Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. García Gavidia, Nelly (Segundo periodo-2012). Problemática de las Identidades. Modelo analítico para leer los códigos simbólicos en el estudio de las identidades. Módulo (Multigrafiado). Maestría en Antropología, División de Estudios de Postgrado, Facultad Experimental de Ciencias, Universidad del Zulia, Venezuela. Guber, Rosan (2001). La etnografía, método, campo y reflexividad. Norma, Primera edición. Colombia. Hessen, Juan (1970). Teoría del Conocimiento. Duodécima Edición. Madrid, España. EspasaCalpe, Colección Austral # 107. jahn, Alfredo (1927). Aborígenes del occidente de Venezuela. Su historia, etnografía y afinidades lingüísticas. Caracas. Lit. y Tip. Del comercio. Kaplan, Abrahán (1979). Enciclopedia Internacional de la Ciencias Sociales. Primera Edición Española. Madrid, España. Editorial Aguilar. Krotz, Esteban (1991) Viaje, trabajo de campo y conocimiento antropológico. Revista Alteridades 1. 158 Laffer, Tahanyi (1957). Ayaman Venezuela-Lara, Fruchatbarkeitsritual. Película 16 m.m. silente. Enciclopedia Cinematographica, Editor G. Wolf. Caracas. Le Bretón, David (2002). La Sociología del Cuerpo. Ediciones Nueva Visión. Buenos Aires, Argentina. Le Bretón, David (1994). Lo Imaginario del Cuerpo en la Tecnociencia. Reis. p.p 197-210 Leach, Edmund R. (1972). Replanteamiento de la Antropología. Editorial Seix Barral, Barcelona,España. Leach, Edmund R. (1977). Sistemas Políticos de la Alta Birmania. Estudios sobre la estructura social Kachin. Editorial Anagrama. Barcelona, España. Lévi-Strauss, Claude (1990). Antropología estructural. Mito, sociedad y humanidades. Séptima edición, Traducción J. Almela. Siglo Veintiuno. D.F México. Linárez, Pedro (1995) Etnohistoria del estado Lara. Barquisimeto, Venezuela. Universidad Centro-Occidental Lisandro Alvarado. Linárez, Pedro P. (1996). Esterkuye. 30 Mil años de tradición musical larense. Barquisimeto. Universidad Centro-Occidental Lisandro Alvarado. Centro de Historia Larense. Linárez, Pedro (2003). Raíces etnohistóricas de la pequeña y mediana Industria Larense. Conac. Unión Editorial Gayon, Barquisimeto. Linton, Ralph (1963). Estudio del Hombre. Séptima Edición. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, Argentina. Liscano, Juan (1949). Las Danzas del Folklore de Venezuela, El Baile de las Turas. Acta venezolana, Tomo III. Caracas, Venezuela. Lisón Tolosana, Carmelo (1983). Antropología social y hermenéutica….. Mardones, José María (1991). Filosofía de las Ciencias y Sociales: Materiales para una fundamentación científica. Editorial Athropos, Primera edición/ cuarta reimpresión. Barcelona. Mauss, Marcel (1979). Sociología y Antropología. Madrid, España. Editorial Tecno. Moliner, María (2007). Diccionario de uso del español. Tercera edición. Madrid, España. Gredos. Oramas, Luis R. (1919). Contribución al estudio de los dialectos ayamán, gayón y jirajara. Caracas, Venezuela. Tipografía comercio. Pardo García, Néstor (1997). Discurso ritual. Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Lingüística. Bogotá. Piaget, Jean (1973). Tendencias de la investigación en las ciencias sociales. Alianza Universidad. Madrid, España. Querales, Ramón (2007). El Ayamán (Ensayo de reconstrucción de un idioma indígena venezolano). Barquisimeto, Venezuela. Unidad de cronistas/Concultura. 159 Reyes, Abilio (1967). Coreografía de las Turas. Archivo venezolano del folklore. N° 8. Instituto de Antropología e Historia, Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, Caracas, p.p. 499-514. Ries, Julien (ed) (1995). Tratado de Antropología de lo Sagrado, Los Orígenes del Homo Religiosus. Editorial Trotta S.A. Madrid, España. Sperber, Dan (1988). El simbolismo en general. Segunda edición. Traducción J.M. García de la Mora. Barcelona, Venezuela. Anthropos. Tamayo, Francisco (1943). “El Mito de María Lionza”. Boletín del Centro Histórico Larense, tomo 5, N° 2. p.p. Teilhard de Chardin (1965). El Fenómeno Humano. Ediciones Taurus. Barcelona, España. Turner, Víctor (1980). La selva de los símbolos. Aspectos de ritual ndembu. Tercera edición. Barcelona, España. Siglo veintiuno. Turner, Víctor (1988). El proceso ritual. Estructura y antiestructura. Versión castellana. Madrid, España Taurus. Valbuena, Carlos (1999). La fiesta de la Purísima. De la diferencia a la identidad en el barrio Negro Primero. Tesis. Maestría en Antropología, Universidad del Zulia. Velasco, Honorio (ed.) (1982). Tiempo de fiesta. Ensayos antropológicos sobre las fiestas en España. Madrid, España. Asociación madrileña de antropología. Velasco, Honorio y Díaz de Rada, Ángel (1997). La Lógica de la investigación etnográfica. Madrid, Trotta (versión digital). 160 REFERENCIAS FOTOGRÁFICAS FOTO # 1. PÁG. 96 2. 96 3. 96 4. 96 5. 96 6. 97 7. 97 8. 97 9 97 10. 97 DESCRIPCIÓN La Reina de las Turas en los preparativos en el Altar turero Danza en el Altar de las Turas Danza en el Altar de las Turas Altar turero, correspondiente a la nocturnidad festiva Altar turero, donde se puede apreciar la canoa contenedora de la chicha de maíz que tomaran los tureros a la media noche Patio Central de las Turas, momento del, primer son de Turas Patio Central de las Turas, ejecutando la danza circular, en dirección contraria a las manecillas del reloj Patio Central de las Turas, primera vuelta circular al árbol de la vida, ejecutada después de haber llegado del Encuentro entre la Agricultura y la Cacería Los músicos-cacheros girando alrededor del árbol de la vida Patios de Turas, momento cuando se ejecuta la Cortesia, en la que se observa en los extremos a los tureros y el medio a los 3 capataces, 2 de ellos sacuden maracas y se mueven en el espacio… LUGAR Cerro de Moroturo FECHA 23-07-11 FOTOGRAFO Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 23-07-11 Jorge Gómez 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 161 FOTO # 11. PÁG. 97 12. 97 13. 97 14. 98 15. 98 16. 98 17. 98 18. 98 19. 99 20- 99 21. 99 DESCRIPCIÓN Árbol de la vida,(centro de Patio Turero) arco turero, persogos de maíz, cruz, repisa de varas donde se encuentran las ofrendas, debajo de esta: velas encendidas Patio de Turas Baile en el patio de Turas, ejecutado para terminar la cortesía. Palacio de Turas. Palacio de Turas, donde se observa la parte posterior. Altar del Palacio, donde se observa los brindis de licor y chicha, monedas agrupadas en forma de cruz, tabacos y la cruz de madera. Momento cuando los tureros bajan al palacio de las Turas de Moroturo. Danza circular para finalizar y retirarse a ejecutar al patio el Son de la Hormiga… Altar de la jerarquia turera Altar de la jerarquia turera Espacio para el Encuentro entre los Agricultores y los cazadores, Lugar de imprecisión geográfica, pero de importantísima significatividad por la ejecución del Encuentro. LUGAR Cerro de Moroturo FECHA 23-07-11 FOTOGRAFO Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 24-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez 29-07-12 Jorge Gómez 23-07-11 Jorge Gómez 162 FOTO # 22. PÁG. 100 23. 100 24- 101 25. 101 26. 101 27. 102 28. 102 29. 102 30 105 31. 106 32. 107 DESCRIPCIÓN Espacio para el encuentro entre los tureros agricultores y los turerso cazadores Encuentro con los tureros de Mapararí Encuentro con los tureros de Mapararí Altar de los cazadores Danza de Turas en el Altar de los cazadores Altar de los cazadores, donde se observa las grandes raíces del árbol que sirve de soporte para las ofrendas tureras. Altar de los cazadores Danza de Turas en el Altar de los cazadores, ejecutadas antes de salir al Encuentro con los tureos agricultores. Avance del grupo comandado por la Reina de las Turas de Moroturo, donde se observa a la próxima jerarquía turera: a los hijos de la reina.. Avance del grupo comandado por la Reina de las Turas de Moroturo, donde se observa a las próximas sucesoras: su hija y su nieta mayor. Avanzar de grupo del grupo de los cazadores, comandado por el Capataz Mayor y su Hermano que es tercer capataz de las Turas. LUGAR Cerro de Moroturo FECHA 04-08-12 FOTOGRAFO Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 23-07-11 Jorge Gómez 29-09-12 Jorge Gómez 29-09-12 Jorge Gómez 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 163 FOTO # 33. PÁG. 108 34. 108 35. 108 36. 108 37. 108 38. 109 39. 109 40. 109 41. 110 42 110 43. 110 DESCRIPCIÓN Foto donde se muestra el liderazgo de la Reina turera, que comanda al grupo de los turerso agricultores para el Encuentro con la cacería. La Reina de las Turas, indicando a un grupo visitante de las normas de la festividad. La Reina asistiendo al rito del encierrosacrificio que escenifican el Piache y el Jefe de los cazadores. La Reina de las Turas indicando la importancia, el respeto y la tradición de las Turas. La Reina de las Turas a la espera de los tureros.-cazadores para ejecutar el Encuentro. El Capataz mayor comandado la salida del Altar de los cazadores. El Capataz mayor junto su hermano ejecutando la cortesía de las Turas. El Capataz Mayor en el Palacio, regando la chicha y agradeciendo a los espíritus turesros El Piche ejecutando junto al jefe de los cazadores el Encierro del Venado. El Piache como la figura central que escenifica el sacrificio del venado en la piedras del Palacio turero. El Piache-venado escapando del Encierro LUGAR Cerro de Moroturo FECHA 29-09-12 FOTOGRAFO Jorge Gómez Cerro de Moroturo 04-08-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 24-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 164 FOTO # 44. PÁG. 110 45. 110 46. 111 47. 111 48. 111 49. 112 50. 112 51. 112 52. 112 53. 112 54. 113 55. 113 DESCRIPCIÓN El Piache corporiza al Venado mítico. El Piache como líder de las Turas en el altar turero. Momento de la ejecución de la Salve, comandada por el segundo capataz. Segundo capataz acompañando al Capataz mayor Segundo capataz acompañando a la Reina de las Turas. Tercer capataz acompañando a su hermano en la comandancia del grupo de los cazadores. Tercer capataz ejecutando la cortesía con su hermano. Tercer capataz ejecutando la cortesía con su hermano. Avance del grupo de los agricultores, donde se observa a u costado al Mayordomo de las Turas; quien es esposo de la Reina y padres de los sucesores de la jerarquía turera. El mayordomo se encuentra posterior al grupo que comanda la entrada al patio de Turas para ejecutar el primer son de Turas. Los tureros-músicos; danzado y sonado sus instrumentos tureros. Los musicos-tureros culminado un son de Turas. LUGAR Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo FECHA 23-07-11 FOTOGRAFO Jorge Gómez 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 04-08-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 05-08-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 05-08-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 04-08-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 165 FOTO # 56. PÁG. 114 57. 1114 58. 114 59 114 60. 127 61. 128 62. 128 63. 129 64 129 65. 130 66. 131 67. 132 68. 133 DESCRIPCIÓN Grupo de cazadores, sonando los instrumentos junto al piache. Giro del piache y de los músico-danzantes alrededor del patio turero Enlazado y giro de Turas de los tureros danzantes Enlazado y giro de Turas de los tureros danzantes Avance del grupo comandado por la Reina para el Encuentro con los cazadores. Giro de los tureros en el altar de los cazadores El grupo de los cazadores, saliendo para el Encentro, comandados por el Capataz. Avanzar del grupo turero, después de escenificar al Encuentro. Avance de la jerarquía turera Escena de los músicos tureros Los tureros antes de hacer la entrada a la casa de la familia PerozoLadino. Primer (son de Turas) giro colectivo, el cual se ejecuta de forma contraria a las manecillas del reloj. Danza en el Altar turero LUGAR Cerro de Moroturo FECHA 24-07-11 FOTOGRAFO Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 04-08-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 04-08-12 Iskas Gómez 04-08-12 Iskas Gómez Cerro de Moroturo 04-08-12 Ruth Lázaro Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 04-08-12 Jorge Gómez 23-07-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 23-07-12 Jorge Gómez 166 FOTO # 69. PÁG. 133 DESCRIPCIÓN Segundo son de Turas 70. 134 71. 135 72. 136 73. 138 74. 139 75. 139 76. 140 Danza y baile de las Turas en el Patio Central, momento donde se simulan los tureros danzantes el cerco-humano que encierra a los venados Sacrificio del Venado en el Palacio turero. Llegada de los tureros de Mapararí, estado Falcón Momento preparatorio para la ejecución de la cortesía La Reina de las Turas; quien camina para esparcir el humo de sus tabaco sobre las ofrendas rituales. Ejecución de la Cortesía Ejecución de la Cortesía 77 141 78. 141 79 141 80. 143 81. 144 Los músicos tureros realizando su paso por detrás del Altar Turero Los músicos tureros realizando su paso por detrás del Altar Turero Danza en el Palacio de Turas Momento que la Reina dirige su palabras orientadoras para los Tureros. Son de la Hormiga 82. 145 Inicio del Guanaico 83 146 El Guanaico es perseguido por los niños y el cazador. LUGAR Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo FECHA 30-09-12 FOTOGRAFO Jorge Gómez 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 23-07-11 Jorge Gómez 23-07-11 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 29-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 30-09-12 30-09-12 Jorge Gómez Jorge Gómez Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez 30-09-12 Jorge Gómez Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo 30-09-12 Jorge Gómez 24-07-11 Jorge Gómez 24-07-11 Jorge Gómez 167 FOTO # 84. PÁG. 146 85. 147 DESCRIPCIÓN El Guanaico es atrapado por los niños El Guanaico, los caramelos y los niños y niñas. LUGAR Cerro de Moroturo Cerro de Moroturo FECHA 24-07-11 FOTOGRAFO Jorge Gómez 30-09-12 Jorge Gómez 168 ANEXOS 169 ANEXO Mito Ayamán ―Cuando el mundo era mundo y no había maíz‖ ―Cuando el mundo era mundo y no había mai para sembrar, los conuqueros decían que había una parte que si había, pero no había quien lo fuera a buscar. Entonces dijeron— ¡Conuqueros! ¿Cómo hacemos nosotros pa’dir a conseguir el mai para sembrar, porque nosotros necesitamos de sembrar ese mai para la mantención de toda la familia y así es pues que nosotros vamos a ver cómo hacemos? De cualquier manera debemos conseguir el mai para sembrar. Ahora los conuqueros dijeron—vamos hacer una cosa, vamos a mandar uno allá a ver si puede hacer como venir el mai—entonces mandaron al Venado: -¡Mira Venado!; ¿Tú no eres capaz de dir al Encanto donde se consigue el mai para sembrar los conuqueros aquí?—Si voy—dijo el venado—entonces vaye, usted, usted se va a ese sitio abajo donde está el mai. Él se fue bajando y bajando hasta el sitio donde estaba el mai, que era una cueva como un Haiton y entonces se puso a comer mai, a comer por allá las yerbas que habían, entonces se le olvido a lo que iba. No volvió más. Ahora ellos, los conuqueros, se quedaron esperando el mai. Entonces dicen: -¿Y ahora qué hacemos?—No vino el venado—enviaremos al marrano de monte. -¡Mira marrano! ¿Tú no eres capaz de ir al Encanto a traernos el maíz que allá es donde se encuentra? Se fue el marrano de monte, bajando y bajando hasta que llego a un sitio donde estaba el mai, se puso a comer y comer y a comer y se le olvido a lo que iba, entonces no volvió tampoco, porque él se quedó ahí comiendo mai. Entonces dijeron los conuqueros-- ¿Y ahora? El marrano de monte no vino ¿Y entonces cómo hacemos? ahora? ¿A quién podemos enviar que nos pueda traer mai para sembrar los conuqueros que estamos esperando por sembrar? –Dicen— ¡vamos a mandar al chuco! -¡Ah chuco! ¿Tú eres capaz de ir a conseguir el mai para sembrar aquí los conuqueros? -–Dijo – si voy – usted va allá, nos trae un persogo de mai Aja- El chuco se fue bajando y bajando hasta que llego al sitio allá, entonces cuando vio el mai se emocionó mucho y se puso a comer y a comer. Se trajo dos persogos de maíz y se vino por el camino, venia comiendo y cuando menos acordó se le terminaron y no pudo devolverse sino que llego sin nada.Y ahora ya el chuco no trajo el mai –dicen los conuqueros. ¿Bueno y entonces a quien podemos mandar que haga como traernos el mai?- 170 -Había una bichita ahí chiquita y dijeron.- ¿Mandamos a la ardita?- y respondieron varios ahí- ¿Y qué va a hacer esa bichita tan re-chiquita? ….Pero de todos modos le dicen- ¡mira ardita! ¿Tú eres capaz de dir al Encanto a conseguir el mai para los conuqueros? -Bueno, vaye-Se fue la Ardita, se fue bajando y bajando hasta que llego al sitio donde estaba el mai y después que comió bastante, que anduvo por ahí, como las mazorcas eran grandes ella vino y consiguió una pequeña e hizo un chuquito (persogo) de maíz y se vino y ahí venia comiendo por el camino y venia andando hasta que llego al conuquero y le dijo: -Aquí está el mai, agarre esta mazorca-¿Y ahora cómo hacemos nosotros para sembrar esta mazorquita en este conuco tan regrande? -¡No! – si se siembra. -¿Y alcanzara esta mazorquita pa‘ todo este conuco? -Si alcanza- Respondió. -Mire, siembre en cada esquina dos hilitos, una cosa así que usted vea que alcance pa‘ las cuatro esquinas, en la otra y en la otra, en las cuatro esquinas, y entonces cuando ese maíz nació el conuco estaba todo lleno de mai. Nació el mai, todito nacidito, ay fue creciendo, creciendo y creció y se llenó el conuco de mai y cuando fueron a ver había mai blanco, mai amarillo, el mai cariaco y la maicena. Bueno ahí se llenó todo de mai el conuco, todo el mundo y quedaron toditos con mai. Por eso es que en el juego de Las Turas cada turero lleva en el hombro un persogo de maíz en semejanza como hizo la Ardita que trajo el mai cuando el principio del mundo. * Shoto Perozo, Cerro de Moroturo. 1977. Recolector: Pedro Pablo Linárez, en el libro raíces etnohistóricas de la pequeña y mediana Industria Larense- Conac. Unión Editorial Gayon 2003. 171 Los Tureros y la Organización Festiva del Patio de Moroturo Reina de las Turas Capataz Mayor Piache R CM P Mayordomo M C (2) C (3) Jefe de los Cazadores Tureros Músicos T.ureros Cazadores Tureros Danzantes en Moroturo T. residentes Barquisimeto T. residentes Jefe de los Músicos Turas en Tercer Capataz Ayudantes de T. residentes Segundo Capataz Imaginaria JM en Edo. Portuguesa JC I AT TD 172 173 174 175 176 177 178 179 180