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“ Consagrémonos todos nosotros, a los sagrados corazones de Jesús y de María, para una vida santa que atraiga a los alejados a la alegría + GUSTAVO RODRÍGUEZ VEGA del evangelio. NOVIEMBRE 2014. NUEVO LAREDO, TAMAULIPAS. MÉXICO. OBISPO DE NUEVO LAREDO vidanuevanld@yahoo.com.mx www.diocesisnuevolaredo.org AÑO 9. NÚMERO 63 2 · VIDA NOVIEMBRE 2014 N U E VA EDITORIAL Estimados hermanos y hermanas: L a alegría de celebrar las bodas de plata de nuestra Diócesis, nos lleva a un compromiso: vivir la comunión que refleje la fraternidad y la reconciliación entre los agentes de pastoral para llegar a todas periferias de nuestra Diócesis. Por tal motivo y como punto de partida de nuestra festividad, tendremos la consagración por parte de nuestro Obispo, Gustavo Rodríguez Vega de nuestra Diócesis, de todos los sacerdotes, religiosos y religiosas, de todas las parroquias y capillas; después lo hará cada párroco de sus respectivas parroquias, de todas los niños, adolescentes y jóvenes, de todas las familias, a los sagrados corazones de Jesús y de María, de donde brotará la comunión y la realización, el fortalecimiento de la fe de nuestro pueblo. Tal como lo anunció el Obispo y como ya lo comentábamos, esta consagración nos lleva a tres puntos fundamentales en nuestra vida y que va en orden a lo que el documento de Aparecida y que el Papa Francisco nos está proyectando a todos los cristianos y que está implícito en nuestro Plan de Pastoral: LA CONVERSIÓN. El deseo de cambio de vida, dar lo mejor de nosotros a Dios y el esfuerzo cotidiano por volver sagrado lo profano. Esto implica la CONSAGRACION. Para poder lograrlo, esta consagración constará de tres etapas: Catequesis preparatoria a la Consagración; la Consagración misma y la post Consagración, donde están invitados a participar con nosotros, los hermanos del movimiento “la Misión por el amor de Dios en todo el mundo”, ellos nos acompañarán a dar seguimiento a nuestras comunidades más alejadas y a las periferias de nuestro territorio parroquial, con materiales catequéticos sencillos, oraciones y manifestaciones de piedad a María Santísima. Esta primera etapa consta de: seis orientaciones para la homilía que nos sirvan para trabajar los viernes y los sábados en nuestras eucaristías, Moniciones y peticiones para los cuatro domingos antes del 6 de noviembre, Oraciones Universales para cada día, durante nueve días, previo al evento, cuatro catequesis elaboradas en power point, una para cada semana y tres horas santas para que puedan desarrollarlo, los jueves, en sus comunidades y así sean reproducidas en sus pequeñas comunidades y sectores de la parroquia. La Consagración nos ayudara a llevar adelante la hermosa y desafiante tarea de la Misión Territorial, llegar a todas las periferias, siempre y cuando la conducción y el éxito de ésta, se encuentre en manos del Párroco, su vicario, religiosos y religiosas como parte integrante de su Equipo Parroquial de Animación Pastoral (EPAP) o del Rector de algún Templo, Colegio, Pastorales y Dimensiones o de los Asesores de Movimientos y sus equipos. La Consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, mira la realidad y nos ayuda a discernir lo que el Señor quiere en nuestro territorio o ambiente para salir a anunciarlo. Que este material que ponemos en sus manos pueda ayudarlos en su tarea de animación de las comunidades de las cuales ustedes son responsables. En el Corazón de Jesús y María. ■ Pbro. Rogelio Lozano Alcorta Director General Pbro. Daniel Vidales Brizuela Coordinador de Información Ing. Ricardo Galván Martínez Diseño Editorial UNA PUBLICACIÓN DE: NOVIEMBRE 2014 V I D A N U E VA ·3 Bula Quo Facilius; nace una nueva diócesis San Juan Pablo II fundó la Diócesis de Nuevo Laredo en un documento (bula) de nombre "Quo Facilius", que se llevó a ejecución el 10 de enero de 1990 llegando como primer obispo don ricardo watty urquidi, de feliz memoria. A continuación su traducción del texto original. Juan Pablo II Obispo, Siervo de los siervos de Dios, para perpetua memoria A fin de que la verdad del Evangelio se difundía más fácilmente y con provecho en las regiones de la República Mexicana, denominadas en el idioma patrio Nuevo León y Tamaulipas, Adolfo Suárez Rivera, Arzobispo de Monterrey y Sabás Magaña García, Obispo de Matamoros, después de haber consultado a la Conferencia Episcopal Mexicana, pidieron a la Sede Apostólica que se separan amplios territorios de sus respectivas circunscripciones eclesiásticas y que se erigiera una nueva Diócesis. Nos pues, para proveer al bien de las almas, habiendo escuchado la opinión del venerable hermano Jerónimo Prigione, Arzobispo titular de Lauriaco y Delegado Apostólico en la nación mexicana y, después de haber consultado a nuestros venerables hermanos los Señores Cardenales de la Santa Romana Iglesia y a los venerables hermanos Arzobispos encargados de los asuntos para la Congregación de los Obispos, asentimos a las súplicas. Por consiguiente, supliendo al consenso de los que tenían interés o consideraban tener interés DECRETAMOS lo que sigue: De la Arquidiócesis de Monterrey separamos los territorios de los territorios municipios civiles denominados Anáhuac, N.L., Bustamante, N.L., Lampazos, N.L., Parás, N.L., Sabinas Hidalgo, N.L., Vallecillo, N.L. y Villa Aldama, N.L., de la Diócesis de Matamoros separamos los territorios de los municipios civiles denominados Nuevo Laredo, Tam., Miguel Alemán, Tam., Mier, Tam., Guerrero, Tam. Y con los territorios así separados ERIGIMOS una nueva Diócesis que se llamará NUEVO LAREDO, circunscrita por los mismos confines que delimitan el presente los sobredichos municipios tomados en conjunto Establecemos la SEDE de esta Diócesis en la ciudad llamada Nuevo Laredo, cuyo templo parroquial dedicado al Espíritu Santo elevarnos al grado y a la dignidad de IGLESIA CATEDRAL igualándola en todo a las otras Iglesias Catedrales y poniendo su Obispo Ordinario pro tempore en turno al mismo nivel de los demás Obispos residenciales. Constituimos la nueva Diócesis sufragánea de la Iglesia Metropolitana de Monterrey y sometemos su Obispo al derecho metropolitano del Arzobispo de Monterrey pro tempore en turno. Determinamos que se erija el Colegio de Consultores que ayude al Obispo, y además que se provea al digno y conveniente sustento del mismo Obispo con los emolumentos de la Curia, con las donaciones de los fieles y con la porción que le tocara de la división de los bienes según el canon 122 de Código de Derecho Canónico que hasta ahora pertenecieron a las mesas episcopales llamadas, según el uso, “Mitras”, de Monterrey y de Matamoros. En lo que concierne a la erección del Seminario diocesano y a la formación de los sagrados alumnos, además de las Normas emanadas por la Congregación para la educación católica, cúmplanse las disposiciones del Derecho Común, finalmente, envíense al Pontificio Colegio Mexicano en Roma algunos seminaristas y sacerdotes, los unos para formarse en las disciplinas filosóficas y teológicas, los otros para profundizar las disciplinas sagradas. Con respecto a las otras disposiciones de los sagrados cánones acerca de las Diócesis obsérvense enteramente los mismos cánones. Una vez llevada a cabo la erección de la Diócesis de Nuevo Laredo, los sacerdotes coincidentes, adscritos a aquellas Diócesis en cuyo territorio tienen un oficio eclesiástico, los demás sacerdotes y seminaristas quedaran incardinados o serán incardinados en aquella Diócesis en cuyo territorio tiene su domicilio legítimo. Además las Curias de Monterrey y de Matamoros transmitan a la Diócesis de Nuevo Laredo los documentos y actas de la misma. Encomendamos al venerable hermano Jerónimo Prigione la ejecución de todo esto, a quien otorgamos las necesarias y oportunas facultades también de subdelegar a cualquier varón constituido en la dignidad eclesiástica, con la obligación de enviar a la Congregación de los Obispos un ejemplar auténtico del acta de la ejecución realizada. Lo que hemos ordenado por estas letras queremos que sea firme ahora y para siempre. Dado en Roma junto a San Pedro el día seis del mes de Noviembre en el año del Señor de mil novecientos ochenta y nueve, duodécimo de nuestro pontificado. + JUAN PABLO II Agustín Cardenal Casaroli Bernardin Cardenal Gantin Marcello Rossetti Ángel Lanzoni Secretario de Estado Prefecto de la Congregación de los Obispos Protonotario Apostólico Protonotario Apostólico 4 · VIDA N U E VA NOVIEMBRE 2014 NOVIEMBRE 2014 V I D A N U E VA ·5 Puntos esenciales para prepararse a la consagración. MISIÓN POR EL AMOR DE DIOS EN TODO EL MUNDO. INTRODUCCIÓN En la Sagrada Escritura encontramos que Dios habla de muchas maneras y en cada tiempo lo hace y lo sigue haciendo. Cada inspiración de Dios nos habla de su presencia a lo largo de estos 2000 años en nuestra Iglesia. En ocasiones las iniciativas de Dios vienen a través de los consagrados, otras veces viene del pueblo de Dios, es decir de los laicos y precisamente es aceptada por los sacerdotes, unos y otros preocupados por el rumbo que toma nuestra historia, donde las cosas que no veíamos antes, empezaron a ser tema de todos los días.–como la violencia generalizada- y que ahora se nos ha hecho tan cotidiana y que se escucha cada vez con más frecuencia, como un grito desesperado: “¡que alguien haga algo!” y es aquí donde surge esta propuesta: “¿y nosotros que hacemos?” “¿que estamos haciendo por revertir esta situación? Los Obispos mexicanos en su carta pastoral “Del encuentro con Jesucristo a la solidaridad con todos” se preguntan si la Iglesia puede ser marginada en este momento de la historia y aún más, se preguntan con admiración ¿la Iglesia se puede automarginar en este momento de la historia? Nosotros estamos en un momento crucial de nuestra historia, porque tenemos la mejor arma que un humano pueda tener: la oración, el poder de la oración. Y la intervención de Dios en todas nuestras cosas cotidianas, en todos los actos de nuestra vida y es por ello que vimos en el horizonte: CONSAGRAR NUESTRA VIDA A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARIA. Iniciaría por el deseo de cambio de vida, en segundo lugar por dar lo mejor de nosotros a Dios y en tercer lugar, el esfuerzo cotidiano por volver sagrado lo profano, esto nos llevaría a la CONSAGRACION, sin desconocer tampoco que la misma consagración nos traería a un cambio de vida, dar lo mejor a Dios y a un ver el valor divino de lo humano. En cuanto a los sagrados corazones, el Papa Benedicto XVI tiene unas palabras maravillosas que nos ayudan a comprender mejor el amor de Dios a nosotros manifestado en los sagrados corazones. Dice el Papa que en el lenguaje bíblico, el «corazón» indica el centro de la persona, la sede de sus sentimientos y de sus intenciones. En el corazón del Redentor adoramos al amor de Dios por la humanidad, su voluntad de salvación universal, su infinita misericordia. El culto al Sagrado Corazón de Cristo significa, por tanto, adorar a ese Corazón que, después de habernos amado hasta el final, fue traspasado por una lanza y desde lo alto de la cruz derramó sangre y agua, manantial inagotable de vida nueva. El corazón que más se asemeja al de Cristo es, sin duda, el corazón de María, su Madre Inmaculada, y precisamente por este motivo la liturgia la presenta a nuestra veneración. Encomendemos a su Corazón Inmaculado, que contemplamos de manera particular, el mundo entero para que experimente el amor misericordioso de Dios y experimente la auténtica paz. CATEQUESIS PRINCIPAL SOBRE LA CONSAGRACIÓN 1. Recibirán el curso de la Catequesis Breve de la Consagración todas las personas que están al frente de las pastorales fundamentales y específicas, movimientos y grupos. 2. Dichas personas a su vez, de acuerdo con el Párroco, se convertirán en multiplicadores del curso de la catequesis, llevando la misma a toda la feligresía sin excepción, incluyendo todas sus capillas, barrios y la población más alejada. 3. Se hace necesario enfatizar, que para que la catequesis de la consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María pueda rendir los frutos esperados, se requiere la plena conscientización de la conversión personal, familiar, laboral y de todo el pueblo en general. Sólo así se podrá confiar en que ésta sea transformante y transformadora de todos los contextos de nuestra vida. Sólo así se podrá lograr la paz y la santificación de toda la sociedad. Sólo así se podrá lograr la paz y una vida digna y libre de violencia. Cuando hablamos del Corazón de Jesús y de María pensamos en Jesús y en María bajo el aspecto de la riqueza de la vida interior de ellos dos, especialmente en su amor hacia el Padre celestial y hacia nosotros, los hombres. La humanidad tiene necesidad, hoy más que nunca, de la bondad divina, del amor y de la piedad. Es lo que recibimos al consagrarnos a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y al vivir según la consagración. Consagraciones a los Sagrados Corazones 1º El Papa León XIII consagró en el año 1899 a toda la Iglesia y al mundo entero al Sacratísimo Corazón de Jesús. 2º El Papa Pío XII le consagró al Inmaculado Corazón de María toda la Iglesia y el mundo entero en el año 1942. 3º El Papa Juan Pablo II realizó esta consagración al Inmaculado Corazón de María en el año 1984 y en el 2000. Somos conscientes que vivimos días en que la confusión crece en el corazón de muchos creyentes. Como ovejas dispersas se mantienen en silencio a pesar de observar como la inmoralidad, la corrupción y la maldad aumentan cada día más en los pueblos, ciudades, países y alrededor del mundo. Muchos han comenzado a sentir la necesidad imperativa de hacer algo contra el mal que nos rodea, pero no saben qué hacer o cómo hacerlo. LA CONSAGRACIÓN A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESUS Y DE MARIA nos ofrece la herramienta que necesitamos y en la que podemos depender, ya que está basada en la historia de la Iglesia Católica y en las Sagradas Escrituras: Es la consagración personal y comunitaria. La consagración de todo lo que somos y lo que tenemos, reconociendo el señorío de Jesús en nuestras vidas y nuestra entrega total a la voluntad de Dios, por medio Corazón Inmaculado de Jesús y el Corazón Inmaculado de María, nuestra Madre. Entendiendo que dicha consagración nos debe llevar a la renuncia de todo aquello en nuestra vida que sea contrario a Dios. Cambiando nosotros primero, transformaremos nuestros contextos de vida y poco a poco, se logrará la transformación de una realidad social. ¿CUÁLES SON LAS RAZONES PARA HACER UNA CONSAGRACIÓN, YA SEA DE UN PAÍS, DE UNA CIUDAD O DE UNA PERSONA? Me consagro al SEÑOR, para hacer su voluntad donde quiera que esté, en la escuela, en el hogar, en el trabajo, o en cualquier parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde quiere que le sirva, y lo que El escoja para mí seguramente será lo mejor. Pero requiere que yo se lo diga, que yo le manifieste mi deseo de ser suyo y de realizar la plenitud de mi amor y voluntad por medio de la consagración que me lleve a un cambio y renuncia de todas aquellas cosas que no son de Dios o que puedo mejorar para gloria suya y beneficio de mi familia y la sociedad. ¿POR QUÉ DEBO CONSAGRARME AL SEÑOR? Porque yo muero a mis propios planes y aspiraciones ante la sublimidad 6 · VIDA NOVIEMBRE 2014 N U E VA del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y las tengo por basura para ganar a Cristo (Filip. 3,8). El resultado es mi propia conversión y luchar mediante el propio testimonio de vida, por la conversión de todos aquellos que Dios ha puesto bajo mi cuidado: el esposo, la esposa, la familia, los compañeros de trabajo, etc. Total conversión: no es otra cosa que el cambio de nuestra vida anterior para vivir la vida según el Espíritu. que presente mi cuerpo como “un sacrificio vivo” a Él Porque le pertenezco. La Biblia dice: “¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que mora en vosotros, el cual tenéis de Dios y que no son vuestros? Pues habréis sido comprados por precio. Por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo” (1 Cor. 6, 19-20). Y continúa afirmando “Pues si vivimos, para el Señor vivimos; si morimos, para el Señor morimos. Así que ya sea que vivamos o que muramos, somos del Señor” (Rom. 14, 8). • Los sacrificios en el Antiguo Testamento eran símbolos del Señor Jesús. Por ejemplo, cuando se ofrecía un carnero como expiación por el pecado, era símbolo o figura del Señor Jesús muriendo en la cruz por nuestros pecados (Cfr. Lv. 5, 14-26). ¿Cuál fue el precio que el Señor Jesús pagó por mí? ¡Su propia sangre preciosa! Además afirma “Tened presente que habéis sido rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual heredasteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación” (1 Pe. 1, 18-19). El Señor Jesucristo me ha redimido: El es mi Señor y Amo: pertenezco a Él. Si le pertenezco al Señor es justo que me entregue a Él. La pregunta no es si pertenezco al Señor, sino si “¿he entregado al Señor lo que ya le pertenece?” La consagración es sencillamente reconocer que Cristo es mi dueño y decirle a El Señor, “soy tuyo por derecho, y deseo ser tuyo porque así lo decido y elijo”. ¿QUÉ SIGNIFICA LA CONSAGRACIÓN? Es dar mi vida a Dios para que El haga su voluntad en vez de la mía. Significa En el Antiguo Testamento se ofrecían animales. Desde luego que Dios no me pide poner mi cuerpo sobre un altar para ser sacrificado. En vez de eso, El pide que me convierta en “sacrificio vivo”. Eso quiere decir que El desea que yo viva para El. dondequiera que esté, en la escuela, en el hogar, en el trabajo, o en cualquier parte que me envíe. Dios es quien decide lo que quiere que yo haga y dónde quiere que le sirva, y lo que El escoja para mí seguramente será lo mejor. Veamos más acerca del significado de la consagración: Dios dice a Moisés: “Habla a los hijos de Israel y diles que cuando alguno de vosotros presente una ofrenda a Yahvé, ésta será del ganado vacuno u ovino. Si su ofrenda es holocausto del ganado vacuno, ofrecerá un macho sin defecto. Lo ofrecerá voluntariamente delante de Yahvé, a la entrada del tabernáculo de la reunión.” Esto nos dice que la consagración es “a Yahvé” y debe ser voluntaria. Dios no me obliga a que consagre mi vida a El. (Lev. 1, 2-3). LA CONSAGRACIÓN “ES AL SEÑOR” Cuando me consagro al Señor ¿quiere decir que estoy dando mi vida para convertirme en predicador o en misionero? Me consagro para ser ni predicador ni misionero. Me consagro al SEÑOR, para hacer su voluntad Una vez que un animal era colocado en el altar como un holocausto a Dios, ya no se quitaba. Era santo a Dios. La Biblia dice: “No se venderá ni se rescatará ninguna cosa que alguien haya dedicado por completo a Yahvé, de todo lo que posee, trátese de personas, de animales o de los campos de su posesión. Todo lo dedicado por completo será una cosa muy sagrada a Yahvé (Lv 27, 28). Una vez que yo haya consagrado mi vida a Dios ya no podré tomarla de nuevo. Dios espera que mi consagración a El sea una sola vez y para siempre. ¿Qué pasa si caigo en pecado? Quiere decir si pequé debo confesar mis pecados a Dios mediante el Sacramento de la Reconciliación, para que pueda gozarme después de la reconciliación, en la comunión. • Pero había otro sacrificio que no tenía nada que ver con el pecado. Este sacrificio se llamaba “holocausto” ¿Qué representaba el holocausto? (Cfr. Lv. 6, 1-6). Representaba al Señor Jesús ofreciendo su vida al Padre para hacer su voluntad. Este sacrificio era de gran valor para Dios y de él podemos aprender muchas cosas acerca de la consagración. LA CONSAGRACIÓN ES VOLUNTARIA LA CONSAGRACIÓN ES FINAL LA CONSAGRACIÓN ES CONTINUA LA CONSAGRACIÓN ES LA OFRENDA DE UNA VIDA ENTERA A DIOS Dios permitía que se usaran cuatro clases de animales como sacrificios en el holocausto. Los ricos llevaban un animal caro tal como un buey; los que eran menos ricos, llevaban una oveja y los que no podían comprar ninguno de éstos, llevaban palomas o tórtolas (Lv. 5,7; Lv. 12,8). Pero en cada caso, consistía en ofrecer una vida entera a Dios. Dios no podía aceptar menos que eso. ¿Qué nos dice esto acerca de la consagración? Nos dice que la consagración es ofrecer una vida entera a Dios. No puedo dar a Dios una parte de mi vida y guardar una parte para mí mismo. Esto no satisfaría a Dios, y tampoco me satisfaría a mí. Todo el gozo y la bendición en la vida cristiana dependen de que nosotros no retengamos nada de Dios. El holocausto era ofrecido a Dios cada mañana y cada tarde, día a día, continuamente. ¿Qué nos dice esto en cuanto a la consagración? Esto nos dice que nuestra consagración debe ser continua. Mi consagración se inicia con el hecho de entregarme al Señor, pero no termina ahí. Debo vivir continuamente mi consagración. Día a día me ofrezco al Señor para hacer su voluntad en lugar de la mía. Esto es lo que el Señor Jesús quiso decir cuando dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su cruz cada día y sígame” (Lc. 9, 23). EL MOTIVO DE LA CONSAGRACIÓN Yo sé que debo entregarme al Señor, pero ¿qué es lo que me hace desear hacerlo? El amor de Cristo. “El amor de Cristo nos apremia” (2 Cor. 5, 14). Cuando el amor de Cristo toca mi corazón, no puedo hacer más que postrarme ante El y ofrecerle toda mi vida. NOVIEMBRE 2014 V I D A N U E VA ·7 ¿CUAL ES EL PROPÓSITO DE LA CONSAGRACIÓN? lineamientos que nos marca el Magisterio de la Iglesia. El propósito de la consagración es que se haga la voluntad de Dios en mi vida. En realidad es el Señor Jesús quien hace la voluntad de Dios en mí. a santa Catalina Labouré, a los pastorcitos de Fátima, a santa Faustina Kowalska. ¿CUÁL ES EL RESULTADO DE LA CONSAGRACIÓN? En la Biblia y en el habla corriente de la gente, "el corazón" significa el centro de la persona y es el símbolo de su amor. Los Evangelios nos dicen cómo el Señor Jesús hizo la voluntad de su Padre cuando El vivió aquí en la tierra. El Libro de los Hechos nos cuenta cómo continuaba haciendo la voluntad de su Padre por medio de los Apóstoles y discípulos de esa época. Ahora el Señor Jesús quiere obrar mediante nosotros para hacer la voluntad de Dios. Para hacer eso, El necesita que le ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificio vivo. Que yo muero a mis propios planes y aspiraciones para someterlas y vivir haciendo sólo aquello que es voluntad de Dios. . El resultado es mi propia conversión y luchar, mediante el propio testimonio de vida, por la conversión de todos aquellos que Dios ha puesto bajo mi cuidado: el esposo, la esposa, la familia. Total conversión: es decir, cambio de nuestra vida anterior para vivir la vida según el Espíritu. El no vino al mundo para hacer su propia voluntad o para ser grande ante los ojos de los hombres. El vino para hacer la voluntad de su Padre. Aunque era Dios, se humilló a sí mismo y tomó la forma de siervo. Fue obediente a la voluntad de Dios, hasta en la propia muerte de cruz. Ahora Dios nos dice a nosotros: “Haya en ustedes esta manera de pensar que hubo también en Cristo Jesús” (Cfr. Filip 2,5). ¿CÓMO ME CONSAGRO A DIOS? ¿QUÉ BENDICIONES PODEMOS ESPERAR DESPUÉS DE LA CONSAGRACIÓN? Puedo también consagrar mi vida a Dios cuando en un momento de conocimiento interior, elijo libre y voluntariamente consagrarme a Dios. Al realizar esta consagración estoy eligiendo vivir la vida de la gracia, estoy eligiendo vivir los caminos de Dios y renunciando a todo pecado, vicio y acción que me aleje vivir la vida según el Evangelio y de acuerdo con los La humanidad tiene necesidad, hoy más que nunca, de la bondad divina, del amor y de la piedad. Es lo que recibimos al consagrarnos a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y al vivir según la consagración. EL SEÑOR JESUS ES NUESTRO EJEMPLO El Señor Jesús no tiene manos para hacer la obra de Dios aquí en la tierra, a excepción de nuestras manos. El no tiene pies para llevar el mensaje de Dios a los perdidos, excepto nuestros pies. No tiene labios para hablar a los hombres de la salvación de Dios excepto nuestros labios. Esa es la razón por la que la Biblia dice: “Así hermanos, os ruego, por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios” (Rom. 12,1). Dios no puede usar nada de la vida vieja o anterior. Sólo los que son “vivos de los muertos” pueden servirle. Es sólo cuando veo que he sido crucificado juntamente con Cristo, sepultado con El y resucitado con El, que puedo verdaderamente consagrar mi vida a Dios. (Rom. 6, 6). Cuando hablamos del Corazón de Jesús y de María pensamos en Jesús y en María bajo el aspecto de la riqueza de la vida interior de ellos dos, especialmente en su amor hacia el Padre celestial y hacia nosotros, los hombres. La bendición mayor está en encontrar la voluntad perfecta de Dios para mi vida. Dios tiene un trabajo y un proyecto para cada uno de sus hijos. Nos dice: “Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef. 2, 10). Cuando yo consagro mi vida a Dios El me puede mostrar el trabajo que tiene para mí. Mi mayor satisfacción llega cuando encuentro la voluntad de Dios para mi vida y la hago. Te recuerdo la parábola de los talentos, piensa en el gozo de encontrar al Señor en la gloria y oírle decir: “Bien, siervo bueno y fiel. En lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré. Entra en el reino de tu Señor” (Mt. 25, 21). ¿QUÉ ES LA CONSAGRACIÓN Y ENTREGA A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESUS Y DE MARÍA? Lo fundamental de la consagración es, conforme a la oración consagratoria, la renuncia al pecado, a la tentación del mal y a Satanás y la entrega incondicional al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María como respuesta al amor a nosotros a ellos dos. Con esta consagración se renueva y profundiza de manera consciente la consagración bautismal. ¿Por qué hablamos del “corazón” de Jesús y de María? En primer lugar, porque el Corazón de Jesús y el de María hacen referencia los decretos del Magisterio de la Iglesia y la liturgia (festividad del Sagrado Corazón de Jesús y memoria del Inmaculado Corazón de María). También Jesús y María se presentaron de esta manera en revelaciones especiales, por ejemplo a santa Margarita María de Alacoque, La imagen de los Sagrados Corazones nos habla del inconmensurable amor de ellos dos hacia la humanidad, hacia cada parroquia, hacia cada familia, hacia cada individuo. El amor de ellos hacia la humanidad pecadora se revela permanentemente, desde el nacimiento de Jesús en el establo de Belén hasta su muerte en la cruz en el Gólgota. El amor de ellos dos es tan extraordinario justamente porque Él fue crucificado y al pie de la cruz estuvo su madre María. Jesús y María, al demostrarnos su amor, quieren conducirnos hasta el amor desinteresado a Dios y al prójimo, lo cual es la base de la santidad a la que todos estamos llamados. Porque nos aman quieren salvar a la humanidad, que equivocó el camino. De esto nos hablan también los mensajes de Fátima. Es necesario creer en el amor de ellos dos, confiarles y entregárseles por completo. Cambiarán nuestros corazones para que empecemos a pensar, a obrar y a amar como ellos. Jesús le aseguró a Santa Margarita María de Alacoque que los cristianos que titubean, si adoran al Sagrado Corazón de Jesús, se tornarán fervientes y así podrán alcanzar rápidamente una gran perfección. ■ 8 · VIDA NOVIEMBRE 2014 N U E VA Oración de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María Yo ___________________________, me entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, le ofrezco mi persona y mi vida, mis acciones, mis dolores y sufrimientos, para que no desee hacer uso de ninguna parte de mi ser que no sea para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito inamovible, principalmente, ser completamente de Él, y hacer todas las cosas por amor a Él, al mismo tiempo renunciando con todo mi corazón a todo lo que no le sea agradable. Por lo tanto, te tomo, Sagrado Corazón como el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguridad de salvación, el remedio de mi debilidad e inconstancia, la expiación por todas las faltas de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte. Sé entonces, ¡Oh, Corazón de bondad! mi justificación ante Dios Padre y aleja de mí los golpes de su justa ira. ¡Oh, Corazón de amor! pongo toda mi confianza en Ti, ya que temo a todo por mi propia maldad y fragilidad, pero tengo esperanza de todas las cosas por tu bondad y generosidad. Aparta de mí todo lo que pueda disgustarte o que se resista a tu santa voluntad; permite que tu amor puro imprima tu imagen tan profundamente en mi corazón para que nunca pueda olvidarte o separarme de Ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en tu Corazón, porque en Ti deseo poner toda mi felicidad y gloria, viviendo y muriendo como tu esclavo. Amén. (Por Santa María Margarita) NOVIEMBRE 2014 V I D A N U E VA ·9 Yo __________________________ me consagro a tu Doloroso e Inmaculado Corazón, Hija amadísima del Padre Eterno; Dios te salve María, la Madre más admirable del Hijo; Dios te salve María, la más fiel Esposa del Espíritu Santo; Dios te salve María, la Madre más querida, Señora más amorosa, Reina más poderosa! Dios te salve María, mi alegría, mi gloria, mi corazón y mi alma. Tú eres toda mía por la misericordia de Dios, pero yo soy todo tuyo en justicia. Sin embargo, no te pertenezco lo suficiente y por eso, una vez más, como un esclavo que siempre le pertenece a su amo, me entrego completamente a ti, sin reservar nada para mí o para otros. Si tú todavía ves algo en mí que no se te haya entregado, por favor, tómalo ahora. Conviértete en la dueña completa de todas mis capacidades. Destruye en mí todo lo que no sea agradable a Dios. Erradícalo y hazlo nada. Implanta en mí todo lo que consideres bueno; mejóralo y haz que crezca en mí. Que la luz de tu fe disipe la obscuridad de mi mente. Que tu profunda humildad tome el lugar de mi orgullo. Que tu contemplación celestial ponga fin a las distracciones de mi imaginación errante. Que tu visión continua de Dios llene mi memoria con su presencia. Que el ardiente amor de tu Corazón inflame la frialdad del mío. Que tus virtudes tomen el lugar de mis pecados. Que tus méritos sean mi adorno y que compensen mi falta de mérito ante Dios. Finalmente, mi queridísima Madre, concédeme, si es posible, que no tenga ningún otro espíritu que el tuyo para conocer a Jesús y a su Divina Voluntad. Que no tenga otra alma que la tuya para alabar y glorificar al Señor. Que no tenga otro corazón más que el tuyo para amar a Dios pura y ardientemente como Tú lo amas. Amén, así sea, a todo lo que hiciste en la tierra; Amén, así sea, a todo lo que estás haciendo ahora en el Cielo. Amén, así sea, a todo lo que estás haciendo en mi alma. De esta manera, Tú y sólo Tú glorificarás a Jesús en mí durante toda mi vida y a través de la eternidad. Amén. (Por San Luis-Maria Grignion de Montfort) 10 · V I D A NOVIEMBRE 2014 N U E VA HOMILÍA EN EL XXV ANIVERSARIO DE LA PROMULGACIÓN DE LA BULA QUO FACILIUS POR LA QUE SE ERIGÍA LA NUEVA DIÓCESIS DE NUEVO LAREDO. 6 DE NOVIEMBRE DEL 2014. “Aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón”. A mada Iglesia de Nuevo Laredo, sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, seminaristas y laicos, todos muy queridos en Cristo nuestro Señor. “Donde dos o más se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”. Esta tarde el Poliforum La fe se convierte en nuestra Catedral, hoy Jesucristo está en el Poliforum. Estamos viviendo en esta Eucaristía un momento de gracia extraordinario, pues no sólo hacemos recuerdo nostálgico del pasado de hace 25 años, cuando con gran alegría se recibió la noticia de que el Papa Juan Pablo II, ahora santo, había firmado la bula Quo Facilius, con la que decretaba el nacimiento de esta Diócesis de Nuevo Laredo, sino que nos manifestamos como cuerpo de Cristo vivo, que mira al futuro y renueva su alianza con el Señor. Todos y cada uno de nosotros ha sido consagrado al Señor desde el día de su bautismo. La mayoría de nosotros reafirmamos la consagración bautismal, el día que recibimos el sacramento de la confirmación. Algunos y algunas de nosotros han reafirmado su consagración emitiendo los votos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia. Algunos más reafirmamos nuestra consagración bautismal mediante el sacramento del orden. Bien entendido el sacramento del matrimonio, también debe ser el momento en el que un hombre y una mujer se unen por Cristo, con Él y en Él, reafirmando como pareja su compromiso bautismal y fundando una Iglesia doméstica. Pero entonces, ¿de qué se trata lo que hoy vamos a hacer, si ya todos estamos consagrados? Hoy hacemos algo nuevo, hoy se trata de celebrar nuestras bodas de plata como Iglesia diocesana, con un corazón renovado. Se trata de compartir la MISIÓN POR EL AMOR DE DIOS EN EL MUNDO, con la que jefes de estado y gobernantes de distintos niveles, han consagrado a los sagrados corazones de Jesús y de María, sus pueblos, ciudades, estados y naciones, porque han reconocido la gran falta que está haciendo Dios en el mundo de hoy, lleno de inmoralidad, de corrupción y de maldad. Nosotros, como pueblo de Dios que peregrina en estas tierras, queremos hacer todos juntos, y en nombre de cada uno de los habitantes de nuestros municipios de Tamaulipas y Nuevo León, una consagración a Dios, que esperamos trascienda y permanezca, y se traduzca en frutos de justicia, paz y desarrollo integral para todos, desde la caridad cristiana. En la primera lectura, tomada del libro del Deuteronomio, hemos escuchado como Moisés le recordaba al pueblo de Dios, en el antiguo testamento, que ellos eran un pueblo consagrado a Dios, elegido por Dios para ser su pueblo entre todos los pueblos. Es decir, que el pueblo de Dios estaba llamado a tener un comportamiento singular que lo distinguiera de los demás pueblos. Moisés amonestaba al pueblo diciéndole: “Guarda, pues, los mandamientos, preceptos y leyes que yo te mando hoy poner en práctica”. NOVIEMBRE 2014 En nuestros tiempos, aquí y ahora, casi todos los pobladores de nuestra Diócesis han recibido el bautismo, lo cual nos convierte en miembros del pueblo santo de Dios. Si todos viviéramos como cristianos, estas tierras deberían ser prácticamente el paraíso terrenal, pero qué lejos estamos e esa realidad. Qué pocos son los bautizados que se saben y se sienten pueblo de Dios. Cuántos son los bautizados que están lejos de la Iglesia y que viven su religión en forma aislada, y en un modo peculiar, acercándose muy poco a los sacramentos y a la vida de la comunidad eclesial. Peor aún, cuántos son los bautizados que viven totalmente como paganos, entre inmoralidades y corrupción y hasta cometiendo crímenes abominables. Los que aquí estamos reunidos, somos un grupo de católicos, conscientes de ser pueblo de Dios, conscientes de ser bautizados y conscientes de todo lo que significa y todo lo que implica ser bautizados. Nosotros hemos conocido la alegría del evangelio y estamos preocupados por encender el mismo fuego de gozo en los corazones de todos los bautizados que viven a nuestro alrededor. Nos preguntamos como Iglesia qué podemos hacer para cumplir la misión de contagiar la alegría del evangelio a toda la sociedad. En nuestro plan de pastoral no nos resignamos a la pequeña porción de fieles que abarrotan nuestros templos, porque sabemos que fuera de ellos quedan muchísimos más bautizados que no se han acercado, y en nuestro corazón están todos, y en nuestra intención está el atraerlos a todos para que experimenten el valor del encuentro con el otro e inicien la vivencia integradora de pequeños grupos en las parroquias, para descubrir los valores del Reino en la fraternidad, como corresponde a la primera etapa de nuestro plan diocesano de pastoral. La primera fase nuestro plan contempla, para todos los bautizados, promover diversas experiencias de encuentro entre personas, para V I D A N U E VA acercarnos al otro superando el aislamiento y la indiferencia, reconocer sus valores y tener la oportunidad de sentir que pertenecemos a un pueblo y a esta región, con el fin de llegar a caminar juntos hacia el Reino. En la segunda fase nuestro plan contempla, para todos los bautizados, reconciliarnos unos con otros, para descubrir el gozo de ser hermanos y empezar a compartir en solidaridad los bienes materiales y espirituales, con el fin de llegar a ser familia de Dios y ser germen de su Reino. Encontrarnos, reconciliarnos, vivir en fraternidad, es algo que sólo puede suceder desde la caridad, sin el amor esto es imposible. En la segunda lectura escuchamos lo que el apóstol San Juan decía a los cristianos de su tiempo y sigue diciendo a los cristianos de hoy: “Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor”. Nos hemos preparado a la celebración de las bodas de plata fortaleciendo la virtud de la esperanza. Ahora queremos que el año 2015 sea en nuestra Diócesis el año de la caridad. Esta caridad se manifestará, sí, en obras a favor de los pobres, los enfermos, los presos, los migrantes, pero no podemos descuidar la necesaria caridad que nos lleve a todos a encontrarnos, a reconciliarnos y a convivir como hermanos unos con otros. Dios nos creó a su imagen y semejanza. Dios es amor, y nos creó por amor y para amar. Amando somos plenamente humanos y, al mismo tiempo, amando nos asemejamos a nuestro Creador. Jesús nos dijo que el amor a Dios por sobre todas las cosas y el amor al prójimo como a nosotros mismos son los mandamientos que resumen toda la ley. En ese sentido decía san Agustín: “Ama y haz lo que quieras”. Todo pecado es una falta de amor. Para nuestros primeros padres, Adán y Eva, comer la fruta prohibida, por motivo de soberbia, significaba amarse a sí mismos despreciando el amor de Dios. Para Caín asesinar a su hermano Abel, significaba haberlo asesinado antes en su corazón, movido por su envidia, y su falta de amor. El amor de Dios nos hará superar nuestros egoísmos. Consagrarnos a los sagrados corazones de Jesús y de María, significa conectarnos a la energía del amor de Dios. Pero esta conexión debe ser un ejercicio diario. Si hoy me conecto, hoy amo. Si luego me desconecto, pronto dejaré de amar, porque amaré sólo a los que me amen y eso sólo mientras no me fallen. Nuestra capacidad de amar se nutre en el amor de Dios. En Dios encontraremos siempre razones nuevas para seguir amando. Si sólo basamos el amor en meras razones humanas, éstas tarde o temprano nos han de faltar. Hoy nos ha dicho Jesús: “Vengan a mí todos… aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”. De Él sólo de Él podemos aprender. Pero también de María aprendemos, porque nos conduce a Él, diciéndonos “hagan lo que Él les diga”. También de María aprendemos, porque su fiat, su sí incondicional, es muestra de un corazón cien por ciento identificado con el sí de su Hijo, obediente al Padre. En el corazón de Jesús encontramos descanso para nuestras fatigas, aprendizaje para nuestra mansedumbre y humildad, fortaleza para nuestra debilidad en el amor. Cuando se reencuentran los que fueron compañeros en una misma buena escuela 20 años después, o 30 o 40 años después, nos asombramos por el parecido que tienen nuestras formas de pensar, y por la coincidencia en tantos criterios y valores. Pues resulta que todos nosotros hemos sido educados en las mismas aulas, que son los corazones de Jesús y de María, y ahí el Maestro interior ha sido el Espíritu Santo. Cómo no poner el corazón de María junto al corazón de Jesús, si en el vientre de María se forjó el corazón del Mesías, y desde ahí los dos corazones sonaban al unísono. Cómo no unir estos corazones, si durante 30 años en Nazaret Jesús tuvo · 11 ahí su aula y pudo experimentar los sentimientos maternos de María, y ella a su vez experimentó los sentimientos filiales del su Hijo divino. Estos dos corazones latieron intensamente en Belén y en la cruz, y cuando Jesús ascendió a los cielos, dejó el corazón de su Madre latiendo en medio de sus discípulos. Queridos hermanos y hermanas, hagamos esta consagración todos juntos, pero hagámosla llenos de fe y esperanza. Creamos que convirtiéndonos a diario, cada uno de nosotros, con la gracia de Dios, podremos transformar nuestros ambientes. Esperemos con alegría los cielos nuevos y la tierra nueva, convencidos de que la obra es de Dios. Hagamos esta consagración en nombre propio, pero también en nombre de nuestra familia, en nombre de los compañeros de trabajo, en nombre de nuestros vecinos, en nombre de todos nuestros pueblos y ciudades. Consagremos a los que nos gobiernan, para que no les falte la sabiduría que procede de lo alto; consagremos a los policías y militares, para que conserven siempre un corazón auténticamente humano; consagremos a quienes se dedican al crimen, para que se conviertan de corazón; consagremos a los enfermos, para que hallen consuelo y fortaleza en su enfermedad; consagremos a los presos, para que descubran y vivan la libertad de los hijos de Dios; consagremos a los migrantes, para que lleguen sanos y salvos a su destino; consagremos a los niños, adolescentes y jóvenes, para que no sean pervertidos en su corazón, y mantengan su fe en los altos ideales; consagremos a los esposos, para que perseveren fieles y alegres en su unión matrimonial; consagremos a las familias, para que se mantengan en la unidad. Consagrémonos todos nosotros, a los sagrados corazones de Jesús y de María, para una vida santa que atraiga a los alejados a la alegría del evangelio. ¡Iglesia de Nuevo Laredo, sé fiel a tu Señor. Amén! ■ 12 · V I D A NOVIEMBRE 2014 N U E VA ¡Iglesia de Nuevo Laredo, sé fiel a tu Señor ! reflexión de hora santa semanal. consagración a los sagrados corazones. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO Creemos en ti, Padre porque el amor viene de ti, y cuando amamos sabemos que te conocemos, porque tú eres amor. (Padre Nuestro, Ave María, Gloria) Creemos en ti, Jesucristo porque queremos aprender de ti, que eres manso y humilde de corazón. (Padre Nuestro, Ave María, Gloria) Creemos en ti, Espíritu Santo porque nos ayudas a cumplir los mandamientos, preceptos y leyes que nos manda el Padre a poner en práctica. (Padre Nuestro, Ave María, Gloria) ORACIÓN: Padre: haz que nos revistamos con las virtudes del Corazón de Jesús y nos encendamos con el amor que inflama el Corazón maternal de María, para que, consagrados y configurados a tu Hijo, merezcamos ser partícipes de la redención eterna. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Adoración personal MONICIÓN: El mandamiento del amor, nos lleva a aprender de Jesús, el manso y humilde de corazón. LECTURA DE LA PALABRA DE DIOS Del evangelio según san Mateo: En aquel tiempo, Jesús exclamó: Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien. El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. Palabra del Señor. Oración Personal. 1. Como pueblo de Dios que peregrina en estas tierras, queremos hacer todos juntos, y en nombre de cada uno de los habitantes de nuestros municipios de Tamaulipas y Nuevo León, una consagración a Dios, que esperamos trascienda y permanezca, y se traduzca en frutos de justicia, paz y desarrollo integral para todos, desde la caridad cristiana. En nuestros tiempos, aquí y ahora, casi todos los pobladores de nuestra Diócesis han recibido el bautismo, lo cual nos convierte en miembros del pueblo santo de Dios. Si todos viviéramos como cristianos, estas tierras deberían ser prácticamente el paraíso terrenal, pero qué lejos estamos de esa realidad. Qué pocos son los bautizados que se saben y se sienten pueblo de Dios. Cuántos son los bautizados que están lejos de la Iglesia y que viven su religión en forma aislada, y en un modo peculiar, acercándose muy poco a los sacramentos y a la vida de la comunidad eclesial. Peor aún, cuántos son los bautizados que viven totalmente como paganos, entre inmoralidades y corrupción y hasta cometiendo crímenes abominables. Oración Personal. 2. Los que aquí estamos reunidos, somos un grupo de católicos, conscientes de ser pueblo de Dios, conscientes de ser bautizados y conscientes de todo lo que significa y todo lo que implica ser bautizados. Nosotros hemos conocido la alegría del evangelio y estamos preocupados por encender el mismo fuego de gozo en los corazones de todos los bautizados que viven a nuestro alrededor. Nos preguntamos como Iglesia qué podemos hacer para cumplir la misión de contagiar la alegría del evangelio a toda la sociedad. En nuestro plan de pastoral no nos resignamos a la pequeña porción de fieles que abarrotan nuestros templos, porque sabemos que fuera de ellos quedan muchísimos más bautizados que no se han acercado, y en nuestro corazón están todos, y en nuestra intención está el atraerlos a todos para que experimenten el valor del encuentro con el otro e inicien la vivencia integradora de pequeños grupos en las parroquias, para descubrir los valores del Reino en la fraternidad, como corresponde a la primera etapa de nuestro plan diocesano de pastoral. Encontrarnos, reconciliarnos, vivir en fraternidad, es algo que sólo puede suceder desde la caridad, sin el amor esto es imposible. Nos hemos preparado a la celebración de las bodas de plata fortaleciendo la virtud de la esperanza. Ahora queremos que el año 2015 sea en nuestra Diócesis el año de la caridad. Oración Personal. 3. Dios nos creó a su imagen y semejanza. Dios es amor, y nos creó por amor y para amar. Amando somos plenamente humanos y, al mismo tiempo, amando nos asemejamos a nuestro Creador. Jesús nos dijo que el amor a Dios por sobre todas las cosas y el amor al prójimo como a nosotros mismos son los mandamientos que resumen toda la ley. Todo pecado es una falta de amor. Para nuestros primeros padres, Adán y Eva, comer la fruta prohibida, por motivo de soberbia, significaba amarse a sí mismos despreciando el amor de Dios. Para Caín asesinar a su hermano Abel, significaba haberlo asesinado antes en su corazón, movido por su envidia, y su falta de amor. El amor de Dios nos hará superar nuestros egoísmos. Consagrarnos a los sagrados corazones de Jesús y de María, significa conectarnos a la energía del amor de Dios. Pero esta conexión debe ser un ejercicio diario. Si hoy me conecto, hoy amo. Si luego me desconecto, pronto dejaré de amar, porque amaré sólo a los que me amen y eso sólo mientras no me fallen. Nuestra capacidad de amar se nutre en el amor de Dios. En Dios encontraremos siempre razones nuevas para seguir amando. Si sólo basamos el amor en meras razones humanas, éstas tarde o temprano nos han de faltar. Oración Personal. 4. Jesús, hoy nos vuelve a decir: “Vengan a mí todos… aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón”. De Él sólo de Él podemos aprender. Pero también de María aprendemos, porque nos conduce a Él, diciéndonos “hagan lo que Él les diga”. También de María aprendemos, porque su “fiat”, su sí incondicional, es muestra de un corazón cien por ciento identificado con el sí de su Hijo, obediente al Padre. En el corazón de Jesús encontramos descanso para nuestras fatigas, aprendizaje para nuestra NOVIEMBRE 2014 mansedumbre y humildad, fortaleza para nuestra debilidad en el amor. Cuando se reencuentran los que fueron compañeros en una misma buena escuela 20 años después, o 30 o 40 años después, nos asombramos por el parecido que tienen nuestras formas de pensar, y por la coincidencia en tantos criterios y valores. Pues resulta que todos nosotros hemos sido educados en las mismas aulas, que son los corazones de Jesús y de María, y ahí el Maestro interior ha sido el Espíritu Santo. Oración Personal. 5. Cómo no poner el corazón de María junto al corazón de Jesús, si en el vientre de María se forjó el corazón del Mesías, y desde ahí los dos corazones sonaban al unísono. Cómo no unir estos corazones, si durante 30 años en Nazaret Jesús tuvo ahí su aula y pudo experimentar los sentimientos maternos de María, y ella a su vez experimentó los sentimientos filiales de su Hijo divino. Estos dos corazones latieron intensamente en Belén y en la cruz, y cuando Jesús ascendió a los cielos, dejó el corazón de su Madre latiendo en medio de sus discípulos. Hermanos y hermanas, hagamos esta consagración todos juntos, pero hagámosla llenos de fe y esperanza. Creamos que convirtiéndonos a diario, cada uno de nosotros, con la gracia de Dios, podremos transformar nuestros ambientes. Esperemos con alegría los cielos nuevos y la tierra nueva, convencidos de que la obra es de Dios. Hagamos esta consagración en nombre propio, pero también en nombre de nuestra familia, en nombre de los compañeros de trabajo, en nombre de nuestros vecinos, en nombre de todos nuestros pueblos y ciudades. Consagremos a los que nos gobiernan, para que no les falte la sabiduría que pro-cede de lo alto; consagremos a los policías y militares, para que conserven siempre un corazón auténticamente humano; consagremos a quienes se dedican al crimen, para que se con-viertan de corazón; consagremos a los enfermos, para que hallen consuelo y fortaleza en su V I D A N U E VA enfermedad; consagremos a los presos, para que descubran y vivan la libertad de los hijos de Dios; consagremos a los migrantes, para que lleguen sanos y salvos a su destino; consagremos a los niños, adolescentes y jóvenes, para que no sean pervertidos en su corazón, y mantengan su fe en los altos ideales; consagremos a los esposos, para que perseveren fieles y alegres en su unión matrimonial; consagremos a las familias, para que se mantengan en la unidad. Consagrémonos todos nosotros, a los sagrados corazones de Jesús y de María, para una vida santa que atraiga a los alejados a la alegría del evangelio. ¡Iglesia de Nuevo Laredo, sé fiel a tu Señor. Amén! Oración Personal. ORACIÓN UNIVERSAL Unidos a los S a g r a d o s Corazones de Jesús y de María, pidamos al Señor que escuche nuestra oración, diciendo: R/ Que nuestro corazón se inflame de tu amor. Concede al Papa Francisco y a nuestro obispo Gustavo y demás obispos un corazón ardiente, semejante al de Jesús y María, para anunciar el Evangelio a todos los pueblos. Oremos Concede a nuestra Diócesis, en su aniversario XXV, por el amor a los Sagrados Corazones, tu Espíritu Santo, para que anuncie el Evangelio a los que no conocen a tu Hijo. Oremos Concede a nuestros presbíteros, diáconos, religiosos, que los Sagrados Corazones de Jesús y María acreciente en ellos el celo por tu palabra y la extensión de tu reino. Oremos Concede los matrimonios de nuestra Diócesis, ser modelo para sus hijos de amor a tu Iglesia y a la humanidad y testigos de fidelidad, fruto de la consagración a los sagrados corazones. Oremos. Concede a nuestros seminaristas, jóvenes, adolescentes y niños, la perseverancia en la iglesia y sean instrumento para que el Señor llame a muchos jóvenes, enamorados de Jesús y de María, a su servicio. Oremos. Concede a nuestros gobernantes, tu ayuda a través de los Sagrados Corazones, para que puedan establecer entre los pueblos relaciones de amor, de concordia y de paz. Oremos Concede a quienes nos hemos reunido en esta hora eucarística, ser capaces de vivir la consagración, retomando las cualidades propias de Jesús y María y encontrando en sus Sagrados Corazones la intimidad c o n t i g o , viviendo el servicio y amor al prójimo. Oremos Padre santo, concédenos palpar tu amor obteniendo los bienes que te hemos pedido. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. 6. Señor, Yo _______ entrego y consagro al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo, mi persona y mi vida, mis acciones, mis dolores y sufrimientos, para que no deseé hacer uso de ninguna parte de mi ser que no sea para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón. Este es mi propósito inamovible, principalmente, ser completa-mente de Él y hacer todas las cosas por amor a Él, al mismo tiempo renunciando con todo mi corazón a todo lo que no le sea agradable. Por · 13 lo tanto te tomo, Sagrado Corazón, como el único objeto de mi amor, el guardián de mi vida, mi seguridad de salvación, el remedio de mi debilidad e inconstancia, la expiación por todas las faltas de mi vida y mi refugio seguro a la hora de la muerte. Sé entonces, ¡oh, Corazón de Bondad!, mi justificación ante Dios Padre, y aleja de mí los golpes de su justa ira. ¡Oh, Corazón de amor!, pongo toda mi confianza en Ti, ya que temo a todo por mi propia maldad y fragilidad, pero tengo esperanza de todas las cosas por tu bondad y generosidad. Aparta de mí todo lo que pueda disgustarte o que resista a Tu santa voluntad. Permite que Tu amor puro imprima Tu imagen profundamente en mi corazón para que nunca pueda olvidarte o separarme de Ti. Que yo obtenga de tu amada bondad la gracia de tener mi nombre escrito en Tu Corazón, porque en Ti deseo poner toda mi felicidad y gloria, viviendo y muriendo como Tu esclavo. Amén. BENDICIÓN Les diste Señor, el pan del cielo. Que contiene en sí todo deleite OREMOS: Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. /Amén. ACLAMACIONES: *Bendito sea Dios. *Bendito sea su santo nombre. *Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. *Bendito sea el nombre de Jesús. *Bendito sea su sacratísimo Corazón. *Bendita sea su preciosísima Sangre. *Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar. *Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. *Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima. *Bendita sea su santa e inmaculada Concepción. *Bendita sea su gloriosa Asunción. *Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre. *Bendito sea San José, su castísimo esposo. *Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos. Amén. 14 · V I D A N U E VA NOVIEMBRE 2014 NOVIEMBRE 2014 ¿Para qué sirve mi diezmo? T u diezmo es para la Iglesia, la cual somo todos. Algunas de las tareas y actividades que como Iglesia podemos realizar en conjunto gracias a tu diezmo son la de llevar a cabo acciones de; actividades pastorales, ayuda a sacerdotes enfermos o ancianos, colaboración con parroquias necesitadas, preparación de sacerdotes y mas... Recuerda, este 29 de noviembre y durante 2015, tu Iglesia que es de ti y para ti, cuenta contigo. V I D A N U E VA · 15 16 · V I D A NOVIEMBRE 2014 N U E VA MISAS EN NUEVO LAREDO DECANATO SANTO NIÑO SAN ANTONIO DE PADUA 2 de Abril. No. 7931. Col. Buenavista. 710-03-56 7:00 a.m.9:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m. DIOS PADRE PROVIDENTE Calle Huasteca No. 1050. Col. Francisco Villa. 726-35-67 8:00 a.m. y 1:00 p.m. LOS SAGRADOS CORAZONES Perú No.3115. Col. Juárez 714-80-20 8 a.m. 10 a.m. 12 p.m. 2 p.m. 6:30 p.m. RECTORÍA SAN PABLO Lauro Del Villar s/n. Esq. con Arquitectos. Col. Solidaridad No. 2. 459-53-86 12:00 p.m. CUASI PARROQUIA SANTO TORIBIO ROMO Río Lerma No. 78. Fraccionamiento Campanario. 736-73-88 7:00 p.m. NTRA. SEÑORA DE SAN JUAN José De Escandón No. 1119. Sector Centro. 712-17-47 7:30 a.m. 10 a.m. 12 p.m. y 7 p.m. SAN PEDRO APÓSTOL Zihuatanejo Sur No. 201. Col. La Joya. 710-09-55 7:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m. DECANATO ESPÍRITU SANTO NUESTRA SEÑORA DE LA PAZ Madero No. 2819. Sector Centro. 712-38-33 9:30 a.m. 11 a.m. 12 p.m. 6 p.m. y 7 p.m. NTRA. SEÑORA DE LOS DOLORES Medellin 7302. Col. del Maestro. 749-87-07 8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m. NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN Justo Sierra No. 1616. Col. Viveros. 714-52-57 9 a.m. 12 p.m. 2 p.m. y 7 p.m. NTRA. SEÑORA DEL REFUGIO Gral. Cedillo No. 9011. Col. Vol. y Trabajo III. 724-36-25 9:00 a.m. 10:30 a.m. y 7:00 p.m. SAN MARTÍN DE PORRES Tamaulipas No. 1910. Col. Guerrero. 714-15-86 7 a.m. 9:30 a.m. 12 p.m. y 7 p.m. SANTA RITA DE CASSIA Prometeo Esq. Boulevard Progreso No. 820. Col. Reservas Territoriales. 727-09-81 6:30 a.m. 10:00 a.m. y 12:00 p.m. PARROQUIA DEL SANTO NIÑO Ocampo No. 209. Sector Centro. Tel. 712-03-82 9 a.m. 12 p.m. y 6 p.m. SAN JOSÉ Canales No. 1001. Col. Victoria. 712-81-45 9:00 a.m. 11:00 a.m. y 7:00 p.m. ¿Dónde hay... Misa? DIRECTORIO DE MISAS EN NUEVO LAREDO diocesisnuevolaredo.org/directorio/ Información de misas, párrocos, direcciones, horarios de oficinas y más. SAN ANTONIO MA. CLARET Malincheños y Fundadores. Col. Mier y Terán. 714-43-03 9:00 a.m. 11:00 a.m. 1:00 p.m. y 7:00 p.m. SEMINARIO Pino Suárez No. 1455. Col. Victoria. 712-24-09 10:00 a.m. DECANATO GUADALUPE NTRA. SEÑORA DE GUADALUPE Canales No. 4750. Col. Hidalgo. 712-20-24 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m. CRISTO REY Pino Suárez No. 7407. Col. Buenavista. 710-00-64 8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:00 p.m. LA SANTÍSIMA TRINIDAD Canales No. 5715. Col. Hidalgo. 712-50-23 7:00 a.m. 9:00 a.m. 11:00 a.m. y 7:00 p.m. DECANATO SAN JOSÉ OBRERO SAN JOSÉ OBRERO Perú No. 5708. Col. Palacios. 710-92-01 8:00 a.m. 10:00 a.m y 6:00 p.m.. SAN GERARDO Josefa Ortiz De Domínguez No. 2616. Col. Mirador. 710-70-88 8:00 a.m. 10:00 a.m. 1:00 p.m. y 7:00 p.m. NTRA. SRA. DE LA ENCARNACIÓN Ave. Jesús Guajardo No. 1735. Col. A. Villarreal G. 724-41-34 9:00 a.m. y 7:30 p.m. SAN JUAN BOSCO Privada 28A. No. 410. Entre Carlos Rojos y Valdez Reyna. Col. Nueva Era. 724-47-44 8:00 a.m. 10:00 a.m. 3:00 p.m. y 7:00 p.m. MARÍA AUXILIADORA Día Del Trabajo No. 419. Col. Arnulfo Tejada Lara. 131-21-30 8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 7:30 p.m. CATEDRAL DEL ESPÍRITU SANTO Veracruz No. 2531. Col. Madero. 711-56-00 10 a.m.11:30 a.m. 1 p.m. 3:30 p.m. 6 p.m. y 7 p.m. LA SAGRADA FAMILIA Veracruz No. 3515. Col. Jardín. 714-14-95 10:30 a.m. 12:00 p.m. 6:00 p.m. y 7:00 p.m. SAN FRANCISCO DE ASÍS Lincoln No. 4412. Col. San Rafael. 10:00 a.m. 12:00 p.m. 7:00 p.m. (en horario de invierno la de 7 p.m. pasa a 5 p.m.) LA SANTA CRUZ Ayuntamiento Sur No. 44. Col. Infonavit. 714-77-60 8:00 a.m. 10:00 a.m. 12:00 p.m. y 6:30 p.m. RECTORÍA CORPUS CHRISTI J.J. Austin No. 10B. Col. Fundadores No. 2. 10:00 a.m. 5:00 p.m. (hasta mayo). SAN ISIDRO LABRADOR Díaz Ordaz No. 5935. Col. Concordia. 717-14-65 10:30 a.m. y 6:00 p.m. SAN JUDAS TADEO Prol. Guerrero No. 7821. Col. Benito Juárez. Fovissste. 717-14-00 10:00 a.m. 1:00 p.m. 3:00 p.m. y 7:00 p.m. SAN FELIPE DE JESÚS Coahuila No. 422. Col. Enrique Cárdenas Glz. 718-01-44 9:00 a.m. 11:30 a.m. y 7:00 p.m. CUASI PARROQUIA SAN JUAN DIEGO Tulipan No. 315. Col. Primavera Km 14. 10 a.m. 1 p.m. NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ Sierra De California No. 202.Fraccionamiento Colinas Del Sur. 718-05-11 10:00 a.m. 12:00 p.m. 2:00 p.m. y 6:00 p.m.