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Hermanas Dominicas de Springfield, Illinois Sacred Heart Convent 1237 West Monroe Street Springfield, Illinois 62704 28 de Abril de 2012 Mis queridas hermanas, Son las vísperas de la fiesta de Santa Catalina de Siena. Mañana recordamos los Jubileos de las hermanas que viven en la casa matriz.. ¡Grandes son las preparativas, y magnífico será el día¡ En la luz de los pronunciamientos recientes de parte de la Congregación de la Doctrina de la FE (CDF) sobre una Evaluación Doctrinal de la Conferencia del Liderazgo de Religiosas, necesitamos celebrar. Merecemos celebrar. Y seguiremos celebrando las maravillas que Dios realiza por medio de nosotras y a favor de nosotras. Me parece muy apropiada que celebremos en la fiesta de nuestra Catalina, por recordar que ella perseveró aferradamente en su llamada y, a pesar de toda oposición, hizo posible las reformas necesarias en la Iglesia que tanto amaba. Estas han sido unas semanas inquietantes y me pregunto ¿Cómo están ustedes? La noticia de la evaluación de parte de la Congregación de la Doctrina de la Fe (CDF) y otros acontecimientos relativos a la Iglesia enviaron ondas de proporciones sísmicas por todo el mundo y por todos nuestros corazones. Me hace recordar el poema de Christopher Fry, “El Sueño de los Presos” El corazón humano puede extenderse hacia los extremos de Dios. Oscuros y fríos que estemos, Ya no es el invierno. La miseria congelada de siglos ya se rompe, se quiebra, y comienza a moverse; El trueno es el trueno de los témpanos, El deshielo, la inundación, la Primavera advenediza. Gracias a Dios que vivimos ahora cuando el error Nos encara de todos lados, Y nunca nos deja hasta que tomemos El paso más largo del alma nunca antes hecho. Los asuntos ya son tamaño del alma. La empresa es Adentrarnos en Dios De veras, los asuntos ya son tamaño del alma. Nuestra empresa es de adentrarnos en Dios. Durante los últimos días me ha frecuentado la historia de la mujer sirofenicia contada en el Evangelio de Marcos. Su imagen ha interrumpido mis sueños y me ha acompañado durante los días. Siempre he apreciado su encuentro con Jesús pero ahora me pregunté ¿por qué invadía el espacio de mis oraciones? Después de sentarme con ella, por fin me ocurrió que su encuentro con Jesús era del tamaño del alma como nuestra situación ahora. En su historia reconozco la onda de proporción sísmica que causó a Jesús a expander el sentido de su misión. Jesús y la mujer sirofenicia vivían en dos mundos muy diferentes. Ella era de los gentiles, muy posiblemente educada y rica. Jesús, como sabemos, era judío. Según las tradiciones judías, los gentiles eran impuros e indignos de la redención de Dios. En la frontera entre Galilea y la región del Tiro y Sidón se sentían las tensiones religiosas, económicas y sociales. Ese lugar de grandes conflictos culturales llegó a ser el lugar del encuentro entre Jesús y la mujer, cada uno representando un lado de la frontera. ¿Cómo pasó que Jesús y aquella mujer se encontrarían en un lugar tan ajeno a Jesús? Marcos nos cuenta que Jesús había cruzado la frontera de Tiro y Sidón para escaparse. Jesús salió de allí y fue a las fronteras del país de Tiro. Entró en una casa y no quería que nadie lo supiera, pero no logró pasar inadvertida. (Mc 7, 24) Aunque en su día los medios de comunicación social actuaban con bastante lentitud, la mujer sirofenicia escuchó de él (v. 25). Preocupada de conseguir la sanación de su hija, ella cruzó la frontera cultura y fue a Jesús. La mujer pagana pidió la ayuda de Jesús, un judío. ¡Nunca oído! ¡Chocante! ¡Un acto inédito causante de escándalo y crítica! Yo siempre encuentra chocante la respuesta negativa dura e inmediata de Jesús. Espera que se hayan saciado los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perritos. (v 27) Con esta respuesta Jesús pone en claro que su misión es para la casa de Israel. Ahora, imagínense todo lo que si hubiera perdido si la historia habría terminado allí. ¿Dónde estaríamos ahora si la mujer hubiera desanimada? El encanto de esta historia es que no se termina allí. Con respeto y firmeza la mujer dio voz a su verdad. Señor, debajo de la mesa los perritos comen las migajas que dejan caer los hijos. (v 28) Jesús la escuchó y pensó de nuevo. Ahora los dos habían cruzado fronteras. Ella, la pagana, tenía fe en Jesús. El, el judío, extendió la misión divina para incluir a los gentiles. Es una cosa que la hija se quedó sana pero es otra cosa de proporción sísmica, que la misión divina quebrantó la frontera. No me atrevo imaginar los resultados de la evaluación de parte del CDF, pero creo que voy a quedarme con esta historia de la cruce de fronteras. Creo que la evaluación es un acontecimiento de proporciones sísmicas. Pido a Dios por el coraje y la perseverancia insistente de la mujer sirofencia. Pido que pueda escuchar como lo hizo Jesús, con un corazón enfocado en la misión de Dios. Pido también que mi corazón, lo suyo, y el de nuestra Iglesia puedan extenderse hacia los extremos de Dios. De veras, los asuntos son del tamaño del alma. Nuestra empresa se queda de adentrarnos en Dios. Bendiciones para ustedes, mis hermanas,