Download Analizar la exclusión social para acompañar en los procesos de
Document related concepts
Transcript
ANALIZAR LA EXCLUSIÓN SOCIAL PARA ACOMPAÑAR EN LOS PROCESOS DE INCLUSIÓN SOCIAL Autores: Esther Raya Diez (esther.raya@unirioja) Universidad de la Rioja Manuel Hernández Pedreño (manuel@um.es) Universidad de Murcia. Resumen En este trabajo se desarrolla una herramienta para el estudio y análisis de la exclusión social, a partir del uso de indicadores sociales y su aplicación en el proceso de acompañamiento en los procesos de inclusión social. La herramienta parte de la conceptualización del carácter multidimensional y dinámico de la exclusión social. En primer lugar, se define el concepto de exclusión social utilizado y sus principales características, así como su aplicación a diferentes metodologías (cualitativas y cuantitativas), ya sean de corte transversal o longitudinal. A continuación, se presentan los resultados obtenidos en dos trabajos donde se ha analizado la exclusión a partir del establecimiento de indicadores. Después, se explicita la utilidad de las herramientas utilizadas en sendos estudios, desde el punto de vista del conocimiento de la realidad y desde la intervención social. Y, finalmente, se aboga por una mayor imbricación entre Sociología Analítica y Trabajo Social, con el fin de mejorar los procesos de trabajo con las personas. Palabras clave: exclusión social, procesos de inclusión, itinerarios de inserción, herramienta de diagnóstico, intervención social 1. Introducción Las Ciencias Sociales en general y la Sociología y el Trabajo Social en particular desarrollan su objeto de estudio e intervención construyendo el conocimiento sobre bases movedizas. A pesar de la profusión de estudios realizados en los últimos años en torno al concepto de exclusión social, todavía nos encontramos con dificultades para utilizar un concepto unívoco entre los diferentes actores que participan en la gestión de las políticas públicas y programas sociales e incluso entre los investigadores de lo social. En los últimos años se han realizado numerosos trabajos en torno al concepto de exclusión, que han permitido desarrollar estudios empíricos sobre la población afectada por problemas de exclusión social. Desde el enfoque de la Política por evidencias (Evidende Based Aproach) resulta esencial definir y delimitar los indicadores que aporten información suficiente sobre una determinada realidad para intervenir en ella. Este enfoque se ha desarrollado ampliamente en otros ámbitos del conocimiento, como la medicina o la enfermería, y, en menor medida en Sociología y Trabajo Social. 1 En este sentido, consideramos esencial el papel de la Sociología Analítica que no se limita a estudiar los fenómenos complejos, sino que busca los mecanismos causales que explican su aparición, y todo ello, con el objetivo, desde el Trabajo Social, de intervenir en la realidad social para mejorarla, no solo con buenas intenciones sino sobre todo con instrumentos analíticos contrastados y validados. El objetivo de nuestro trabajo es presentar una herramienta de estudio de la exclusión social a través del uso de indicadores sociales y su aplicación en el proceso de acompañamiento en los procesos de inclusión social. La herramienta parte de la conceptualización del carácter multidimensional y dinámico de la exclusión social. Por ende, la aproximación a este fenómeno debe ser sensible a tales aspectos. En primer lugar, se define el concepto de exclusión social utilizado y sus principales características, así como su aplicación a diferentes metodologías (cualitativas y cuantitativas), ya sean de corte transversal o longitudinal. En segundo lugar, se presentan los resultados obtenidos en dos trabajos donde se ha analizado la exclusión a partir del establecimiento de los indicadores. El realizado en el País Vasco por la Federación Sartu a través del Observatorio de procesos de exclusión y de incorporación social y el del Observatorio de la Exclusión Social de la Universidad de Murcia (OES), llevado a cabo en la Región de Murcia. En ambos estudios se definen los ámbitos vitales considerados y los indicadores utilizados; se describe la metodología utilizada para la aproximación a la realidad social objeto de estudio y se presentan los principales resultados obtenidos. En tercer lugar, se explicita la utilidad de las herramientas utilizadas en sendos estudios, desde el punto de vista del conocimiento de la realidad y de la intervención social en la misma. Finalmente, se aboga por una mayor imbricación entre Sociología Analítica y Trabajo Social, con el fin de mejorar los procesos de trabajo con las personas. 2. El concepto de exclusión social y su operatividad Se atribuye el acuñamiento del concepto exclusión social al francés René Lenoir en su obra “Les Exclus: un Français sur dix” (1975), donde estimaba que uno de cada diez franceses podía considerarse excluido, identificando incluso los grupos sociales en cuestión (Tezanos 1999: 52; Raya, 2006: 20; Subirats, 2006: 30). La influencia de la Unión Europea en la generalización del concepto de exclusión social ha sido subrayada por numerosos investigadores sociales, así como la primera aparición del término en 1989 en el II Programa Europeo de Lucha contra la Pobreza (Renes, 1993; Subirats y Gomà, 2003; Moreno, 2000; Arriba, 2002; Raya, 2005; Tezanos, 1999; Abrahamson, 1997). 2 La Unión Europea impulsó el debate sobre la pobreza y las nuevas formas de desigualdad social. Desde finales de los años ochenta y principios de los noventa la Comisión Europea se planteó como objetivo establecer una dimensión social para la política de la Unión Europea, mediante el impulso del debate, la acción y la investigación de la pobreza (Subirats y Gomà, 2003: 21). No obstante, no será hasta 1991 cuando se fije el término exclusión social en el “Programa de la Comunidad Europea para la integración económica y social de los grupos menos favorecidos” (Pobreza 3) y las indicaciones del Observatorio de Políticas Nacionales de Lucha Contra la Exclusión Social (Subirats y Gomà, 2003: 22). Progresivamente, el término exclusión social se va consolidando en documentos como el Libro Verde y el Libro Blanco (Comisión Europea, 1993 y 1994, respectivamente). En el primero se enfatiza el carácter estructural de los procesos de exclusión social. El segundo caracteriza a la exclusión social por su dinamicidad y multidimensionalidad; destacando su conexión, no sólo con las situaciones de desempleo y rentas insuficientes, sino con los problemas de vivienda, los niveles y oportunidades educativas, la salud, la discriminación, la ciudadanía y la integración (Moreno, 2000: 52). De esta forma, la Comisión Europea toma conciencia de la necesidad de superar la visión economicista de la pobreza y, a pesar de convivir durante un tiempo ambos conceptos, como ha señalado Abrahamson (1997: 131), la tendencia es a la sustitución por el de exclusión social. Esta renovación progresiva, desde finales de los años ochenta y principios de los noventa, ha producido abundantes aportaciones sobre la distinción o similitud de ambos conceptos. Una de las más referidas diferenciaciones entre pobreza y exclusión social es la realizada por Tezanos (1999:32). El concepto de exclusión matiza al de pobreza, al destacar la multidimensionalidad de ámbitos vitales afectados por el proceso de exclusión, frente a la variable económica utilizada como única referencia en el concepto de pobreza. La exclusión no es sólo la falta de recursos económicos, estar por debajo de la media (o mediana) de los ingresos de un territorio; la exclusión es una falta de participación en lo social con consecuencias en términos de salud, vivienda, educación, relaciones sociales. La situación de exclusión social tampoco es equivalente a la de marginación. Mientras que ésta última connota una ruptura cultural con el grupo social más amplio, la exclusión social se produce dentro de la sociedad, siendo uno de sus rasgos característicos la invisibilidad, tanto de quien la padece como de quien la produce (Estivill 2003, Zubero 2003). Estar excluido significa no contar, y ahí radica la dificultad para el empoderamiento de quienes se sitúan en los márgenes de la integración. 3 Entre las muchas definiciones del concepto de exclusión, destacamos la que la define como una acumulación de procesos concluyentes con rupturas sucesivas que, arrancando del corazón de la economía, la política y la sociedad, van alejando e “interiorizando” a personas, grupos, comunidades y territorios respecto a los centros de poder, los recursos y los valores dominantes (Estivill, 2003:20). Por tanto, aunque en el lenguaje cotidiano se utilicen todos estos términos a modo de sinónimo, y en la práctica podamos aceptar que, en términos generales, están relacionados entre sí. De tal modo, que sea frecuente escuchar opiniones como “las personas en situación de exclusión social viven en la pobreza”; “los pobres están marginados”; u otras similares. Debemos señalar que desde un punto de vista técnico y profesional para el Trabajo Social cada uno de los conceptos implica situaciones claramente diferenciadas que requieren políticas y metodologías de intervención acordes con la naturaleza de las mismas. De ahí la necesidad de profundizar en diseños conceptuales y metodológicos que permitan operativizar conceptos complejos con la finalidad del estudio de la realidad y de la intervención en la misma. El primer paso es definir y consensuar el concepto de exclusión, qué entendemos por ello, puesto que como señalará Karsz, “Las situaciones que pueden ser clasificadas en esta categoría [exclusión social] parecen no tener fin: entre la exclusión del sentimiento amoroso y la exclusión del poder, todo es posible…” (Karsz, 2004:153). Tras varios años de políticas europeas y planes nacionales de inclusión social, parece haber cierto consenso en torno al concepto, pero todavía sigue siendo resbaladizo, puesto que cuanto más ambiguo sea más posibilidades hay de justificar desde el punto de vista de las políticas sociales que todo lo que se haga vale para el objetivo de inclusión. Sin embargo, desde el punto de vista técnico, es necesario disponer de criterios objetivos para determinar el alcance de la intervención. La generalización de la expresión “exclusión social” y su creciente uso en la definición de políticas sociales ha fomentado los esfuerzos por dotar a este concepto de mayor precisión. Los elementos comunes que presentan la mayor parte de las aproximaciones realizadas (Subirats, 2004 y 2005; Cabrera, 1998; Raya, 2006; Laparra y otros, 2007; Hernández Pedreño, 2008a; García Luque y Hernández Pedreño, 2011) la caracterizan como un fenómeno estructural, dinámico, multifactorial, multidimensional y heterogéneo, que incluye un componente individual y que es abordable desde las políticas públicas. a) La exclusión social es un fenómeno estructural. La exclusión es entendida como un fenómeno que acontece por causas estructurales y no meramente individuales o causales, es decir, por las transformaciones económicas y sociales que vienen caracterizando a las sociedades del conocimiento. Estos cambios han minado la capacidad integradora de la sociedad, cuestio4 nando la completa ciudadanía. Principalmente los cambios en el mercado de trabajo, en la familia, en las relaciones sociales y en los niveles de cobertura del Estado del Bienestar (Subirats y Gomà, 2003: 19; Laparra y otros, 2007: 30; Tezanos, 1999: 31; Hernández Pedreño, 2008a). En consecuencia, la exclusión social es el resultado de una determinada estructura social, política, cultural y económica. Por tanto, es relativa, depende del contexto. Como han señalado diversos autores (Tezanos, 2001: 204 y Bauman, 2000: 11), el significado y las consecuencias de ser pobre o excluido son distintos según cada contexto específico; es decir, según el contenido social que se de a la pobreza y a la exclusión social en un espacio-tiempo determinado. b) La exclusión social es un proceso. Muchas voces han destacado el carácter dinámico y no estático de la exclusión (Castel, 1992 y 1995; Subirats, 2005 y 2006; Estivill, 2003; Moriña Díez, 2007; Laparra y otros, 2007; Raya, 2006; Hernández Pedreño, 2010). La exclusión social es un proceso, es una trayectoria social y personal; es un conjunto de procesos, más que una situación estable. No afecta a grupos predeterminados concretos, sino que afecta de modo cambiante a colectivos y personas en función de su ecuación individual de vulnerabilidad respecto a las dinámicas sociales de riesgo y marginación, situándose en un continuo exclusiónintegración. La exclusión es un proceso dinámico que conduce a los sujetos por diferentes estadios, por tanto, existen diferentes grados de exclusión (vulnerabilidad, precarización, exclusión leve, moderada o grave). Se trata de un itinerario que tiene un principio y un final y en el que se pasa por fases distintas, si bien no lineales (inicio, recuperación, deterioro, cronificación,…). La ubicación en una fase u otra vendrá determinada por el ritmo e intensidad de la acumulación de desventajas sociales, entendida ésta como un alejamiento de las situaciones de integración. Una de las concepciones más referidas sobre este proceso es la desarrollada por Castel (1997), a partir de su análisis sobre la “metamorfosis de la cuestión social”. Según el autor, la quiebra del modelo de integración social, basado en el empleo asalariado y en las relaciones de solidaridad familiares y comunitarias, ha conllevado la generación de tres espacios sociales diferenciados. Para Castel (1992, 1995, 2004) estos espacios sociales surgen de la combinación de los ejes integración-exclusión laboral e integración-exclusión en el entorno social, en los que se distribuyen los riesgos de exclusión de forma desigual. Los tres espacios posibles de organización social son: una zona de integración (donde trabajo y relaciones son fuertes), una zona de vulnerabilidad (caracterizada por una precariedad en relación con el trabajo y por una 5 fragilidad de los soportes relacionales) y una zona de exclusión (de gran marginalidad, de desafiliación, en la que se mueven los más desfavorecidos). Esta graduación propuesta por Castel ha sido empleada en varios estudios en España en diferentes comunidades autónomas: Andalucía, Asturias, Cantabria (Pérez Yruela et at, 2002, 2004 y 2008), Región de Murcia (Hernández Pedreño, 2008b). Otras investigaciones proponen graduaciones diferentes, como la realizada por el VI Informe FOESSA (Renes, 2008), en donde clasifica los diferentes espacios sociales en cuatro: integración, integración precaria, exclusión moderada y exclusión severa. Por su lado, el Observatorio de procesos de exclusión y de incorporación social del País Vasco (Raya, 2002) se centra más en la exclusión proponiendo cuatro espacios: no exclusión, exclusión leve, exclusión moderada y exclusión grave. Sea cual sea el criterio elegido para el análisis de la exclusión social, es claro que esta característica dinámica dificulta su medición, pues requiere el empleo de indicadores dinámicos y no sólo de medidas estáticas (Hernández Pedreño, 2008a; Serrano, Benito y Hernández, 2011); así como la preferencia por estudios longitudinales y no solo transversales. c) La exclusión social es multifactorial y multidimensional. En la exclusión social convergen múltiples factores interrelacionados entre sí (Tezanos, 1999; Brugué, Gomà y Subirats, 2002; Subirats, 2005; Raya, 2006 y 2010; Hernández Pedreño, 2008a y 2010;). La exclusión social no se puede explicar en función de una sola causa ni desde una única esfera vital, todo lo contrario, se trata de un cúmulo de circunstancias interrelacionadas entre sí. Los factores de exclusión afectan a diferentes ámbitos vitales, por lo que se dice que la exclusión social es multidimensional. En este sentido han sido determinantes en España las aportaciones realizadas por Subirats y colaboradores (Brugué, Gomà y Subirats, 2002; Subirats y Gomà, 2003; Subirats, 2004; y Subirats, 2005), destacando siete dimensiones de la exclusión social (económica, laboral, formativa, socio-sanitaria, residencial, relacional y participativa). La definición de las áreas vitales en las que pueden tener incidencia los procesos de exclusión es determinante para avanzar en su estudio y compresión. Estos siete ámbitos han sido consensuados por un gran número de investigadores españoles en un trabajo conjunto (Laparra y otros, 2007) y se han visto ratificados en la práctica, empleándose en el VI Informe FOESSA de 2008 (Renes, 2008). No obstante, es preciso señalar que varios de los autores mencionados incorporan en el análisis de la exclusión social, además de las siete dimensiones, los cuatro ejes de desigualdad social (el género, la edad, la raza/étnia y la clase social), que como es lógico van a condicionar la situación de cada persona en los distintos ámbitos contemplados. 6 d) La exclusión social es un fenómeno heterogéneo. La multifactorialidad y la multidimensionalidad de la exclusión conllevan que sea un proceso muy heterogéneo que afecta a muchos y diversos grupos; sobre todo, entendida como proceso, que puede ser continuado en el tiempo desde una o varias áreas vitales. Varios estudios han destacado los principales grupos de riesgo de exclusión social: Gaviria, Laparra y Aguilar (1995: 170-186); Brugué, Gomà y Subirats (2002: 15); Fundación Luis Vives (2007: 31); Renes (2008); Hernández Pedreño (2008b). De ellos se desprende que son muchos los colectivos que acumulan desventajas sociales, lo que confirma la heterogeneidad de la exclusión, así como los distintos criterios de clasificación y denominación de las personas que la viven. e) La exclusión social es abordable desde las políticas públicas. La exclusión social no debe entenderse como una realidad fatalista e irremediable en las sociedades más avanzadas. Cada sociedad es responsable de sus riesgos de exclusión, de sus déficits de inclusividad, de la gestión de su bienestar social. Como han señalado Subirats y Gomà (2003: 30), la exclusión social es susceptible de ser abordada con medidas colectivas y desde la práctica institucional. Al ser un fenómeno estructural, es posible abordarlo de forma estratégica, a través de políticas efectivas que promuevan las prácticas de inclusión, ya que en muchos casos la exclusión social es consecuencia de políticas ineficaces (Moriña Díez, 2007: 15). A partir de actuaciones integrales que repercutan en los diferentes ámbitos (laboral, formativo, económico o social) y en los múltiples colectivos, se puede reducir la cantidad e intensidad de la vulnerabilidad. f) La exclusión social tiene un factor subjetivo/individual/personal. La exclusión social es un proceso personal y, por tanto, no se puede obviar la incidencia de ciertos factores individuales relacionados con la subjetividad y la atribución de sentido a la propia situación de precariedad, vulnerabilidad o exclusión. Diversos autores corroboran la necesidad de tener en cuenta los factores personales a la hora de explicar los procesos de exclusión (Laparra y otros, 2007: 47; Raya, 2006: 33; López-Aranguren, 2005: 193). Ante situaciones de riesgo, precarización o vulnerabilidad el sujeto actúa según los recursos personales (posición social, estudios, vivienda, estado civil,…) por lo que no van a existir dos trayectorias de exclusión idénticas. La exclusión es un proceso personal, único; aunque los estudios cualitativos desvelan puntos comunes en los itinerarios de exclusión, al analizar distintos casos mediante el empleo de las historias de vida (Pérez Yruela, Rodríguez Cabrero y Trujillo Carmona, 2002; Pérez Yruela, Sáez Méndez y Trujillo Carmona, 2004; Subirats, 2006). 7 Los factores individuales inciden en la salud de las personas, en sus habilidades cognitivas y en su rendimiento escolar, todo ello además está determinado por su posición en el mercado de trabajo. En definitiva, como señala López-Aranguren (2005: 193), en el ámbito personal son muchas las variables que comportan riesgo de exclusión social (minusvalías, discapacidades, enfermedades físicas y mentales, adicciones de diverso tipo), en tanto que la buena salud y la percepción por otros de cualidades socialmente estimadas son variables de integración. Además del avance conceptual, en los últimos veinte años, diferentes autores han avanzado en operativizar el concepto de exclusión, lo que ha permitido pasar de la representación conceptual a dimensiones empíricamente observables. Estudiar la exclusión social, y por tanto intervenir con este sector de población, requiere tener en cuenta todos los aspectos esenciales del mismo. En España se cuenta ya con un relevante número de investigaciones sobre exclusión social, realizadas con metodologías diversas (cuantitativa, cualitativa y mixta), lo que ha supuesto un importante avance en el conocimiento de este fenómeno social y en su medición (Hernández Pedreño, 2010). En este sentido, queremos destacar en este trabajo dos experiencias investigadoras que permiten captar la interrelación de los distintos aspectos que caracterizan la exclusión social. Se trata de los estudios realizados por dos instituciones regionales: por un lado, el Observatorio de Procesos de Exclusión y de Incorporación Social del País Vasco (Raya, 2002) y por otro, el Observatorio de la Exclusión Social de la Universidad de Murcia en la Región de Murcia (Hernández Pedreño, 2008b). 3. Herramientas para el estudio de la exclusión social de dos observatorios regionales. 3.1. El Observatorio de procesos de exclusión e incorporación social del País Vasco El Observatorio de procesos de exclusión e incorporación social del País Vasco se creó en el año 2002, de forma pionera en España. La iniciativa surgió de la Federación Sartu, entidad del tercer sector que trabaja en la Comunidad Autónoma Vasca, con la finalidad de promover la incorporación social y laboral de personas en situación o riesgo de exclusión. El Observatorio se estructuró en torno a tres áreas o ejes de actuación: a) eje de trayectorias de incorporación social; b) eje de proyectos de incorporación social; c) intercambio de información y buenas prácticas. Nos interesa especialmente el primero de ellos, centrado en los procesos de incorporación de las personas en situación de exclusión. Los objetivos del eje de trayectorias se definieron en los siguientes términos: -Comparar la evolución de la posición social de las personas entrevistas, con relación a un sistema de indicadores de exclusión social a lo largo del periodo de estudio. 8 -Identificar las trayectorias de incorporación social desarrolladas por la población objeto de estudio, estableciendo itinerarios tipo, de acuerdo a la posición social inicial, la movilización de recursos sociales y personales y la posición social final. -Explorar los elementos presentes en los procesos de incorporación social, prestando especial atención a la participación en programas de incorporación social. Desde el punto de vista metodológico se optó por un estudio longitudinal mediante la técnica de panel, por un periodo de cuatro años, a una muestra representativa de personas usuarias de servicios de la Federación Sartu1. El estudio de las trayectorias se centra en dos cuestiones el proceso de incorporación y la posición social de las personas, medida en diferentes momentos, aunque fundamentalmente al inicio y al final del periodo. Atendiendo al carácter multidimensional de la exclusión, se creó una batería de indicadores, a partir de la revisión bibliográfica de estudios anteriores, avanzando un paso más, en un doble sentido. Por un lado, se estructuran los siete ámbitos vitales en un gradiente exclusión- integración, generando la variable posición social, y por otro lado, se interrelacionan entre sí, pudiendo identificar las diferentes combinaciones de situaciones de exclusión grave, moderada, leve o no-exclusión. Tabla 1. Indicadores exclusión-integración y su graduación social. Observatorio de procesos de exclusión e incorporación social Intensidad Ambitos vitales Empleo Primer nivel Situación mica Vivienda econó- Exclusión Grave Exclusión mercado laboral Carencia gastos básicos Exclusión acceso a vivienda Exclusión Moderada Acceso precario Dificultades con gastos básicos Precariedad y gasto excesivo en vivienda Exclusión Leve Exclusión empleo estable Dificultades con otros gastos Privación de equipamientos básicos Deficiente cualificación Cronicidad por Exclusión acceso Precariedad por Salud carencia de red a la salud salud social Carencia o conCarencia o conCarencia o conflictividad de Integración social flictividad relaflictividad de red alguna de las y familiar ciones primarias de apoyo dimensiones anteriores Conductas delicti- Conductas asocia- Conductas delictiRelación social vas o asociales y les o conflicto vas, asociales o conflicto familiar familiar conflicto familiar Fuente: Observatorio de procesos de exclusión e incorporación social, Federación Sartu. Desescolarización Acceso limitado Segundo nivel Educación 1 Universo de estudio lo componían 2.477 personas, por lo cual la muestra debería ser de 333 (asumiendo p=0.90 y q=0,10) con un nivel de confianza de 95% y un error muestras de 3%. Para prevenir el riesgo de erosión de la muestra se incrementó en el primer año, asumiendo una pérdida anual de muestra del 25%) 9 La batería de indicadores se puede ver de forma resumida en la Tabla 1 de doble entrada. En las filas aparecen los ámbitos vitales relacionados con la exclusión, dando mayor peso a los relacionados con dimensiones estructurales de la exclusión (ingresos, empleo, educación, vivienda); y en las columnas se recoge en el grado de intensidad según los diferentes indicadores. Con estos indicadores se creó una encuesta cerrada que recogía información suficiente sobre todos los aspectos. La recogida de información se realizó mediante cuestionario a un grupo de personas vinculadas a los servicios sociales y se analiza su posición social en función de un sistema de puntuaciones creado ad hoc, con el fin de establecer la intensidad de la situación de exclusión. 3.2. El Observatorio de la Exclusión Social de la UMU (OES) en la Región de Murcia El origen del OES de la Universidad de Murcia es una iniciativa conjunta de la Plataforma contra la Exclusión Social y la Universidad de Murcia en 2005. La finalidad del observatorio es llenar el vacío existente en el estudio de la exclusión social, profundizando en el conocimiento de las distintas realidades de exclusión en el ámbito de la Región de Murcia, y promover la investigación, la divulgación y el debate sobre los procesos sociales y las distintas intervenciones de lucha contra la pobreza y la exclusión social. Dichos objetivos se llevan a cabo mediante el desarrollo de tres grandes proyectos o áreas de trabajo: a) El Seminario Permanente; b) El Centro de Recursos y c) El Centro de Investigación, que tiene como finalidad llevar a cabo investigaciones, proyectos e informes sobre la exclusión social de la Región de Murcia. Desde esta área se solicita un proyecto de I+D a la Fundación Séneca de la Región de Murcia, proyecto realizado durante 2007-2008 y publicado con el título Exclusión social en la Región de Murcia. Aproximación cuantitativa y cualitativa (Hernández Pedreño, 2008a). Este proyecto sirvió para consolidar la metodología de trabajo del observatorio, que se puede dividir en dos herramientas complementarias de aproximación a la realidad social de la exclusión en la Región: a) El Registro de Usuarios de ONG colaboradoras del OES. b) El análisis de las trayectorias de exclusión social de los usuarios de servicios de apoyo social en la Región de Murcia. a) El Registro de usuarios de ONGs del OES se implanta en 2007 y su objetivo es la obtención de los perfiles sociales de las personas en riesgo/situación de exclusión en la Región de Murcia; su ubicación, según las distintas dimensiones de la exclusión, en los tres espacios sociales de integración, vulnerabilidad y exclusión; así como su evolución en el tiempo. 10 El Registro de Usuarios de ONG se basa en una Ficha común de usuario que cumplimentan las ONGs colaboradoras del OES y que fue diseñada conjuntamente entre miembros de la Universidad de Murcia y representantes de las ONGs colaboradoras. La principal ventaja de cumplimentar una ficha común en las ONG es la posibilidad de agregar los datos de todas ellas. Los principios que rigen la confección de la ficha común fueron: utilizar como base el cuestionario empleado en la encuesta de Personas sin Hogar del INE en 2005, con el fin de poder comparar los resultados de ambos estudios; recoger información de los distintos colectivos usuarios de las ONG; hacer sencilla su cumplimentación por parte de los técnicos o voluntarios de las ONG, procurando que fuera clara y, a la vez, no demasiado extensa; y, sobre todo, incluir aspectos del mayor número de dimensiones o áreas vitales de exclusión que fuera posible (ingresos, trabajo, educación, salud, vivienda, relaciones sociales y participación). La estructura del cuestionario se divide en ocho bloques, que incluyen las siguientes cuestiones en cada dimensión: -Datos de identificación personal: edad y sexo. -Dimensión participación: país de procedencia. -Dimensión relacional: estado civil y personas a su cargo. -Dimensión formativa: nivel de estudios alcanzado. -Dimensión ingresos: volumen total de ingresos mensuales. -Dimensión laboral: situación laboral y fuente principal de ingresos. -Dimensión vivienda: residencia habitual. -Dimensión salud: consumo de alcohol y de drogas, y padecer enfermedad física/psíquica. Aunque la mayoría de preguntas son objetivas, las relacionadas con la salud (física y psíquica) de los usuarios deben ser contestadas según la observación de la persona que cumplimenta la ficha, que habitualmente es un técnico o voluntario de la ONG. Las fichas se recogen periódicamente a través de varios procedimientos, principalmente a través de una base de datos virtual. Las dieciséis ONGs que vienen proporcionado sus datos de usuarios ofrecen servicios de muy diversa índole (acogida, asesoramiento, inserción laboral, entre otros) y a grupos sociales en precariedad/exclusión de distinto perfil (personas sin hogar, mujeres, familias, inmigrantes, por ejemplo). Como zona de actuación, predomina el municipio de Murcia, si bien varias de ellas prestan servicios a escala regional. 11 Es necesario matizar, no obstante, las siguientes limitaciones del Registro de Usuarios del observatorio para obtener una completa visión del perfil de las personas en situación de vulnerabilidad o exclusión social en la Región de Murcia: -No recoge a los usuarios de los centros públicos, ni se aplica en el total de las ONG de la Región de Murcia. -Hay formas de exclusión cuyos sujetos no son usuarios de los centros de apoyo social, sean públicos o privados. -La ficha no puede recoger aspectos subjetivos o personales de la exclusión (cómo se vive o cómo se llega a ella), metas sólo alcanzables a partir de metodologías cualitativas, como la entrevista en profundidad o la historia de vida. La explotación y depuración de duplicidades de usuarios de todas la fichas recogidas se realiza anualmente. Actualmente se está realizando el análisis longitudinal (2007-2012), especialmente de la duplicidad de los sujetos como usuarios –ya sea en el mismo centro o en centros distintos–, que permitirá realizar un seguimiento de los usuarios y estudiar los itinerarios seguidos por las distintas ONGs. Por último, cabe decir que también se realiza anualmente una clasificación de los usuarios en los tres espacios sociales definidos por Castel (1997) –integración, vulnerabilidad y exclusión– y en cada una de las siete dimensiones. La graduación de estos tres espacios se lleva a cabo teniendo en cuenta diversos estudios revisados por Esther Raya Díez (2006), así como los avances en este campo realizados por los miembros del OES. No obstante, se considera que la graduación realizada puede ser útil para aproximarnos a la influencia y casuística de las distintas áreas vitales de exclusión, según el perfil de los usuarios. Los criterios seguidos en la graduación se pueden contemplar en la Tabla 2, junto a los empleados en la segunda herramienta de análisis, es decir la perspectiva cualitativa. b) La segunda herramienta metodológica de análisis de la exclusión social del OES es cualitativa, ya que a través de entrevistas biográficas e historias de vida se estudian los procesos e itinerarios de exclusión social de un relevante número de usuarios de los servicios de apoyo social en la Región de Murcia. Por tanto, el objetivo de esta herramienta es analizar el proceso en sí que conduce a la exclusión social (sus etapas, los recursos que se tienen/pierden, los puntos críticos o puntos de inflexión, etc.) a partir de la experiencia de distintos itinerarios vitales de sujetos que viven, o han vivido, en situación de exclusión. En cuanto a las entrevistas biográficas a las personas en situación de exclusión social, se han realizado 24, teniendo en cuenta los perfiles sociales obtenidos en el Registro de Usuarios. No obstante, no se ha seguido un criterio de proporcionalidad estadística, sino de representativi12 dad, diferenciando al máximo las posibles casuísticas. El guión de la entrevista se ha estructurado en ocho bloques: los siete primeros correspondientes a la situación del entrevistado en las siete dimensiones de la exclusión (ingresos, trabajo, salud, educación, vivienda, relaciones sociofamiliares y participación); el octavo bloque se refería a la evolución de la situación personal del entrevistado. La captación de las personas entrevistadas se realizó a través de técnicos de centros de apoyo social (ONGs y Ayuntamientos). En cuanto a las historias de vida, se han realizado 12 y la búsqueda y selección de los informantes se han seguido criterios similares a los entrevistados, en cuanto a representatividad de los perfiles seleccionados y la búsqueda de informantes clave. El tipo de historia de vida realizada ha sido el de relatos en paralelo, es decir, de individuos que no se conocen entre sí, aunque comparten una determinada situación de vulnerabilidad o de exclusión social. El guión seguido durante las entrevistas abarcaba toda la vida del sujeto, si bien estructurada inicialmente en tres grandes etapas: infancia/juventud, madurez y vejez. Es posible analizar, no sólo las trayectorias vitales de los sujetos a los que se realizó su relato de vida, sino también las de los entrevistados, debido a la inclusión en la entrevista de un bloque de preguntas sobre la evolución de la situación personal. Así, con ambas técnicas se analiza la acumulación de desventajas sociales que se produce en el tiempo y se relaciona con determinados acontecimientos o cambios en la vida de una persona. La mayor acumulación de situaciones de desventaja o riesgo social se produce en los denominados puntos críticos o de inflexión. Los momentos críticos obtenidos en el caso de los entrevistados se han encontrado de nuevo, y en gran medida, en las personas a las que se realizó su historia de vida. La mayoría de dimensiones de la exclusión social estaban muy relacionadas, lo cual dificulta en algunos casos determinar qué ámbito se deterioraba antes en el tiempo. En muchos de los casos analizados, la acumulación progresiva de desventajas sociales conlleva la ubicación en la exclusión social, en otros en la vulnerabilidad y en los menos suponía un ascenso, en general, hacia la vulnerabilidad, desde la exclusión. La información recabada con ambas técnicas ha sido determinante para seleccionar los hechos significativos en el proceso de inclusión-exclusión de los 36 casos en su conjunto; haciendo más fácil la valoración del grado de exclusión que estas condiciones implicaban, procurando tener en cuenta qué niveles de carencias o problemas podían considerarse de integración, vulnerabilidad o exclusión. En definitiva, con la definición de momentos críticos realizada, y partiendo del hecho de que una persona ha de encontrarse dentro de un espacio social determinado por su estatus en gran parte de las siete dimensiones analíticas, se han confeccionado a tal fin una clasificación en 13 nueve trayectorias “tipo” en los que se puede incluir los itinerarios de exclusión-integración de cada uno de los 36 sujetos entrevistados/biografiados. A modo de ejemplo, en la Figura 1 se ofrece la trayectoria vital de uno de los usuarios entrevistados. En este gráfico se observan las diferentes etapas vitales, los puntos de inflexión y el posicionamiento social del sujeto en cada espacio social a través de su itinerario vital. Figura 1. Ejemplo de representación gráfica de trayectorias de exclusión-inclusión Fuente: Elaboración propia a partir de datos del OES. La representación gráfica de las trayectorias vitales se ha realizado siguiendo el denominado Diagrama de Lexis, que permite relacionar mediante el eje de abscisas y ordenadas los tres espacios sociales con el calendario o edad de un sujeto. Este tipo de gráficos han sido utilizados para el estudio de trayectorias vitales en diversos grupos sociales (Hernández Pedreño, 1999) y en particular en colectivos en riesgo de exclusión (Pérez Yruela y otros, 2002 y 2004). En las tablas 2 y 3 se incluyen los indicadores empleados en la graduación en las siete dimensiones, seguido en las dos fuentes de análisis empleadas. Tabla 2. Indicadores de graduación en las dimensiones laboral, ingresos, educación y vivienda, comunes al Registro de usuarios y a entrevistas e historias de vida Laboral Ingresos Integración Con empleo o jubilado Más de 600€ Vulnerabilidad Trabajo irregular o en situación de invalidez Entre 401 y 600€ Estudios primarios Exclusión Parado o en busca de primer empleo Menos 400€ Sin estudios de Educación Estudios secundarios o universitarios Fuente: Observatorio de la exclusión social. Universidad de Murcia. 14 Residencial Vivienda en propiedad o alquiler -Pensión -Albergue -Piso/casa de acogida -En la calle -Chabola -Piso/casa ocupado Tabla 3. Indicadores de graduación en las dimensiones relaciones sociofamiliares, salud y participación diferentes en el Registro de usuarios y en entrevistas e historias de vida. Herramienta Integración Vulnerabilidad Exclusión Relaciones sociofamiliares -Casado/con pareja sin personas a su cargo -Casado/con pareja, con personas a su cargo y con apoyo familiar Salud Nunca han consumido alcohol ni droga, ni padece enfermedad psíquica ni física Entrevistas e Historias de vida Alto grado de relación con su entorno socio-familiar Carecer de enfermedad o adicciones Carecer de limitaciones en derechos sociales Registro de usuarios de ONGs -Casado/con pareja, con personas a cargo sin apoyo familiar -Soltero/Viudos/Separados/ Divorciados sin personas a cargo -Soltero/Viudos/Separados/ Divorciados con personas a su cargo y con apoyo familiar Consume alcohol o drogas ocasionalmente o padece enfermedad física Extranjeros comunitarios Entrevistas e Historias de vida Escasa relación con su entorno socio-familiar Registro de usuarios de ONGs -Soltero/Viudos/Separados/ Divorciados con personas a su cargo y sin apoyo familiar Registro de usuarios de ONGs Entrevistas e Ausencia de relación con su Historias de entorno socio-familiar vida Fuente: Observatorio de la exclusión social. Universidad de Murcia. Tener enfermedad leve o en proceso de deshabituación Consume alcohol o drogas diariamente o padecer enfermedad psíquica Padecer enfermedad grave o adicciones Participación Españoles Leve limitación de derechos sociales Extranjeros extracomunitarios Alta limitación de derechos sociales En la tabla 2 se incluyen las dimensiones que tienen criterios comunes en las dos herramientas empleadas y en la tabla 3 se diferencias los indicadores según la técnica de recogida de información empleada: Registro de Usuarios o Entrevista/Historia de vida. Por último, decir que en 2013 se van a realizar de nuevo las historias de vida a los 12 biografiados, con el fin analizar la evolución de sus trayectorias desde 2008, contemplando así los efectos de la actual crisis económica en los procesos de exclusión. 4. Herramientas y aplicaciones para la intervención social Una de las carencias acusadas por los trabajadores/as sociales es el grado de ambigüedad existente en la aplicación de la legislación en materia de renta básica, particularmente respecto a la delimitación del concepto de exclusión y con ello de los criterios para establecer el acceso /denegación de la prestación (Piñero, 2012). Unido a ello, está la dificultad para demostrar la validez del proceso de intervención desarrollado con personas que suman carencias múltiples y de difícil inserción máxime en un contexto de recursos escasos como el actual. Por ello es necesario disponer de herramientas técnicas que faciliten el trabajo del profesional en los diferentes momentos del proceso de intervención. La aplicación de una escala, como 15 las presentadas en el apartado anterior, permiten obtener, por un lado, estadísticas descriptivas para caracterizar el perfil sociodemográfico del colectivo de estudio/ intervención; y, por otro lado, una medida de la intensidad de la exclusión respecto a cada uno de los ámbitos vitales y para la globalidad a nivel de individuo (o grupo familiar) y de colectivo, pudiendo aprehender la multidimensionalidad del fenómeno objeto de estudio. Más allá del uso de las herramientas en los contextos concretos de la realización de los estudios anteriormente presentados, hay que destacar cómo, desde diferentes equipos profesionales, se ha valorado el interés por adaptarla a su contexto de intervención social. Este es el caso concreto del Equipo de Trabajo de los profesionales de la Prestación Canaria de Inserción, que en el año 2010, por iniciativa técnica, constituyen un grupo de trabajo en el seno del Colegio profesional, para “crecer como profesionales y mejorar su intervención” (Piñero, 2010:4). Este equipo tras la revisión bibliográfica y documental sobre la materia, concluye que “ los ámbitos básicos a valorar para determinar y llevar a cabo un diagnóstico de la exclusión social son el económico, laboral, vivienda, educación, salud y relaciones sociales,” y se decantan por el instrumento elaborado por Raya (2010), al considerar que ofrece “ mayores ventajasy cualidades para las y los profesionales del trabajo social que actúan en el ámbito específico de la PCI” (Prestación Canaria de Inserción) (Piñero, 2010:18). 5. Reflexiones finales Una de las consecuencias del Estado de las Autonomías y de la configuración de la política social en España es la descentralización. Esta característica que, permite la adaptación de las políticas al territorio, implica en muchos casos, como el tema que nos ocupa, la actuación parcelada de los profesionales. Cada Comunidad Autónoma ha legislado en materia de inserción social, y cada equipo técnico está trabajando con sus metodologías propias, sin generar sistemas de información unificados. Consideramos que es momento de avanzar de forma coordinada en la elaboración de instrumentos técnicos constratados con la intervención en la realidad sobre esta materia, con el fin de diseñar y consensuar una herramienta al servicio del análisis y de la intervención social. A modo de cierre, se resumen a continuación una serie de reflexiones y propuestas de debate , que a la luz del trabajo realizado en estos años, en las experiencias expuestas más arriba consideramos deberían abordarse en los próximos años, con el fin de avanzar, tanto en operativizar el concepto de exclusión social, como en su aplicación a la intervención social. a) Es importante seguir avanzando en la sistematización de la graduación social, procurando complementar la teoría existente con las aplicaciones que se están realizando en la intervención social. Así, se propone avanzar en los siguientes aspectos: 16 • ¿Cuántos espacios sociales se contemplan? • ¿Qué espacios • ¿Cómo sociales serían? se delimitan y definen los espacios sociales?: ¿Qué es integración, vulnerabili- dad, exclusión? o ¿Qué es exclusión leve, moderada o grave? ¿se pueden unificar los conceptos operativos para la intervención social? • ¿Cuántas • dimensiones se analizan? (dos, seis, siete) ¿Cuáles son las prioritarias? En la graduación global del usuario, ¿Tienen igual valor todas las dimensiones implicadas? • ¿Qué indicadores • ¿Cada emplear para medir? cuánto tiempo se debe medir?¿en qué momentos del proceso de intervención so- cial? b) En cuanto a los itinerarios y procesos, tanto desde la conceptualización como desde la intervención, también proponemos continuar avanzando en los siguientes aspectos: • Importancia del origen social del usuario en su trayectoria global (“mochila personal”). • Relevancia • Detectar del tiempo en cada espacio social (cronificación, inestabilidad,…) la cronificación en vulnerabilidad, exclusión o alternativamente en ambos, sus causas, los recursos de apoyo,… • Puntos críticos o de inflexión más frecuentes: ¿Qué problemas y en qué dimensión? ¿Qué origina o inicia un punto de inflexión? • Relevancia de los factores de riesgo y de apoyo social (recursos personales). • Importancia del contexto social de referencia (local, regional, nacional,…) c) También es preciso evaluar los puntos fuertes y débiles de cada técnica aplicada en la construcción de la herramienta, con el fin de minimizar los aspectos que la debilitan, ya sea ésta de corte cuantitativo o cualitativo: Por último, desde el punto de vista de la intervención social interesa no sólo conocer el número de personas en situación de pobreza y/o exclusión social, sino cómo atenderlas; qué tipo de actuaciones son más adecuadas; qué resultados se obtiene de la intervención efectuada. En este nivel todavía hay un gran camino por recorrer en la investigación desde el Trabajo Social. Este tipo de herramientas resulta de utilidad para aplicarlo en el marco de los procesos de intervención social con el objetivo no sólo de conocer los procesos de exclusión y de incorporación social sino sobre todo para visibilizar los logros obtenidos en el proceso de trabajo con la persona, tanto en la evaluación (o devolución) hacia la misma persona como hacia la administración y la sociedad. En la sociedad de la información y el conocimiento no resulta suficiente con justificar los procesos de intervención social con buena voluntad o buen saber de los pro17 fesionales. Hay que mostrar con evidencia el resultado de la intervención y para ello es necesario partir de conceptos, indicadores y variables precisas, que permitan demostrar con datos el resultado obtenido e identificar las lagunas y carencias. Además, es preciso que el diseño de la herramienta sea de fácil aplicación para el profesional, que le permita ubicar a la persona sin realizar complejas operaciones estadísticas o matemáticas. Bibliografía Abrahamson, P. (1997) “Exclusión social en Europa: ¿vino viejo en odres nuevos? en L. Moreno. Unión Europea y Estado del Bienestar, Madrid, CSIC. Arriba, A. (2002) “El concepto de exclusión en política social” en Unidad de Políticas Comparadas. CSIC, Documento de Trabajo 02-01. http://www.iesam.csic. es/doctrab2/dt0201.pdf. Bauman, Z. (2000) Trabajo, consumismo y nuevos pobres, Barcelona, Gedisa. Brugué, Q., Gomà, R. y Subirats, J. (2002) “De la pobreza a la exclusión social. Nuevos retos para las políticas públicas” en Revista Internacional de Sociología, 33, 7-45. Cabrera, P. (1998) Huéspedes del aire. Sociología de las personas sin hogar en Madrid, Madrid, Universidad Pontificia de Comillas. Castel, R. (1992) “La inserción y los nuevos retos de las intervenciones sociales” en F. Álvarez Uría (ed.) Marginación e inserción, Madrid, Endymion. Castel, R. (1995) “De la exclusión como estado a la vulnerabilidad como proceso” en Archipiélago, 21, 27-36. Castel, R. (1997) Metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado, Buenos Aires, Paidós. Castel, R. (2004) “Encuadre de la exclusión” en En S. Karsz La exclusión: bordeando sus fronteras. Definiciones y matices, Barcelona, Gedisa. Comisión Europea (1993) Libro Verde. Política social europea. Opciones para la Unión. Dirección General de Empleo, Relaciones Laborales y Asuntos sociales, Bruselas, OOPECCOM(93) 551. Comisión Europea (1994) Libro Blanco. La Política Social Europea. Un paso adelante. Dirección General de Empleo, Relaciones Laborales y Asuntos sociales, Bruselas, OOPEC-COM (94) 333. Estivill, J. (2003) Panorama de lucha contra la exclusión social: conceptos y estrategias, Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo. Fundación Luís Vives (2007) Documento provisional para el debate 1. Cuestiones y restos claves en la inclusión, Madrid, Fundación Luís Vives. 18 García Luque, O. y Hernández Pedreño, M. (2011) “De la pobreza a la exclusión social. Una aproximación teórica” en F. Martínez Carrasco-Pleite y M. Ibarra Mateos La Mixteca Poblana. De la vulnerabilidad al bienestar, Murcia, Editum. Gaviria, M., Laparra, M. y Aguilar, M. (1995) “Aproximación teórica al concepto de exclusión. En F. Álvarez Uría y Otros. Desigualdad y pobreza hoy, Madrid, Talasa. Hernández Pedreño, M. (2008a) “Pobreza y exclusión social en las sociedades del conocimiento” en M. Hernández Pedreño (coord.) Exclusión social y desigualdad, Murcia, Editum. Hernández Pedreño, M. (dir.) (2008b) Exclusión social en la Región de Murcia, Murcia, Editum. Hernández Pedreño, M.) (2010) “El estudio de la pobreza y la exclusión social. Aproximación cuantitativa y cualitativa” en Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 69, 25-46. INE (2005) Encuesta sobre personas sin hogar, Madrid, INE. Kars (2004) La exclusión: bordeando sus fronteras. Definiciones y matices, Barcelona, Gedisa. Laparra, M. y Aguilar, M. (1999) “Tendencias de la exclusión y de las políticas de integración en España” en J. F. Tezanos (ed.) Tendencias en desigualdad y exclusión social. Tercer foro sobre tendencias sociales, Madrid, Sistema. Laparra, M. et al. (2007) “Una propuesta de consenso sobre el concepto de exclusión social. Implicaciones metodológicas” en Revista española del Tercer Sector, 5, 15-57. López-Aranguren, E. (2005) Problemas sociales. Desigualdad, pobreza y exclusión, Madrid, Biblioteca Nueva. Moreno, L. (2000) Ciudadanos precarios, la última red de protección social, Barcelona, Ariel. Moriña Díez, A. (2007) La exclusión social: análisis y propuestas para su intervención, Madrid, Fundación Alternativas. Pérez Yruela, M., Rodríguez Cabrero, G. y Trujillo Carmona, M. (2004) Pobreza y exclusión social en el Principado de Asturias, Córdoba, CSIC-IESA. Pérez Yruela, M., et al. (2002) Pobreza y exclusión social en Andalucía, Córdoba, CSICIESA. Pérez Yruela, M. et al. (2004) Pobreza y exclusión social en el Principado de Asturias, Córdoba, CSIC-IESA. Pérez Yruela, M., et al. (2008) Pobreza y exclusión social en Cantabria, Córdoba, CSICIESA. 19 Piñero, (2012) Primer Informe Trimestral, Grupo de Trabajo de la Prestación Canaria de Inserción, en http://www.profesionalesdelapci.org/index.html, (visto 29/4/2013) Raya, E. (2002) Trayectorias de incorporación social, I Informe del Observatorio de procesos de exclusión e incorporación social, Federación Sartu Raya, E. (2005) “Categorías sociales y personas en situación de exclusión. Una aproximación desde el País Vasco” en Cuadernos de Relaciones Laborales, 23-2, 247-267. Raya, E. (2006) Indicadores de exclusión social. Una aproximación al estudio aplicado de la exclusión social, Bilbao, Universidad del País Vasco. Raya, E. (2010) “Aplicaciones de una herramienta para el diagnóstico y la investigación en exclusión social” en Documentos de trabajo social. Revista de trabajo y acción social, 48, 117-136. Renes, V. (1993) Luchar contra la pobreza hoy, Madrid, HOAC. Renes, V. (coord.) (2008) VI Informe sobre exclusión social y desarrollo social en España, Madrid, Cáritas-Fundación FOESSA. Serrano Rodríguez, I; Benito Martínez, J. y Hernández Pedreño, M. (2011) “El papel de los observatorios en el conocimiento de los procesos de exclusión social” en Zerbitzuan. Revista de servicios sociales, 50, 57-69. Subirats, J. y Gomà, R. (dir.) (2003) Un paso más hacia la inclusión social. Generación de conocimiento, políticas y prácticas para la inclusión social. Plataforma de ONGs de Acción Social, en http://plataformaongs. org/ upload /88/94/ un_paso_mas_hacia_la_inclusion_ social .pdf Subirats, J. (dir.) (2004) Pobreza y exclusión social. Un análisis de la realidad española y europea en Colección Estudios sociales nº 16, Barcelona, Fundación La Caixa. Subirats, J. (dir.) (2005) Análisis de los factores de exclusión social, Fundación BBVA, en http://w3.grupobbva.com/TLFBBindex_pub.jsp. Tezanos, J. F. (1999) “Tendencias de dualización y exclusión social en las sociedades avanzadas. Un marco para el análisis”en J. F. Tezanos (ed.) Tendencias en desigualdad y exclusión social. Tercer foro sobre tendencias sociales, Madrid, Sistema. Tezanos, J. F. (2001) La sociedad dividida. Estructura de clases y desigualdades en las sociedades tecnológicas avanzadas, Madrid, Biblioteca Nueva. 20