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Juan 1.35-51 Introducción: Bien dicen por ahí, que la mejor publicidad es la que se hace “de boca en boca”. Las empresas gastan millones en este rubro pero muchas veces no corresponde a la realidad. Pero cuando los consumidores recomiendan algo después de haberlo probado o usado, tiene entonces un valor agregado. La fe cristiana se ha transmitido los últimos dos mil años de esa manera, de “boca en boca” por la experiencia que cada uno ha tenido con el Señor. ____________________________________________________________________________________ V.35-37 Los discípulos. Los evangelios relatan que el Bautista tenía discípulos que le seguían, sin embargo, como hemos mencionado anteriormente, el objetivo de Juan fue guiar a toda persona a Cristo. Cuando estos dos discípulos oyeron a Juan decir: He aquí el Cordero de Dios, siguieron a Jesús, pero seguramente que Juan les motivó a hacerlo. V.38-39 ¿Que buscan?.La pregunta de Jesús: ¿qué buscan? hubiera sobrado pues él mismo sabía cuál era su interés; pero el Señor a pesar de conocer lo que necesitamos, o lo que buscamos, siempre espera que se lo expresemos. Ver Lc.11:9, 18:35; Jn.16:24; Mr.5:25;. La invitación a quedarse con él aquel día no fue desaprovechada por estos nuevos discípulos. Esto nos enseña que todo aquel que se acerca a Dios, nunca es rechazado. Jn.6.37 V.40-42 Andrés fue uno de los doce apóstoles. El otro discípulo del que no se da su nombre es quizás Juan, el autor del evangelio que a través de todo el libro se refiere a sí mismo en tercera persona para omitir su nombre. Su interés es que Jesús sea el centro de atención. Andrés fue y trajo a Pedro (piedra) y lo presentó a Jesús. El hecho de que le cambiara el nombre es porque expresaba que en un futuro llegaría a ser un hombre de firme carácter (asunto del que carecía), líder de los apóstoles y columna espiritual de la Iglesia en sus inicios. Dios transformaría el carácter de este hombre en los años siguientes, de la misma manera que lo hace con el nuestro en la medida que le conocemos y permitimos que opere los cambios necesarios en nuestro corazón. Nadie que camina con El sinceramente sigue siendo el mismo. V.43-44 Un viaje de más de 100 kms fue desde el jordán hasta la ribera norte del mar de Galilea. ¿El objetivo? Encontrar a Felipe quien sería también uno de los doce apóstoles. Lo mismo hizo Jesús cuando fue a encontrarse con el Gadareno (Mr.5.1-20); o cuando quiso pasar por Samaria para encontrarse con la Samaritana (Jn.4.1-42). Jesús nunca deja pasar una oportunidad para encontrarse con nosotros. Nos llama, nos busca y va a donde estemos para llevarnos de regreso a casa (Lc.15.1-7) V.45-48 Uno llamó a otro y otro a otro más, y la cadena nunca ha terminado. Este fue el caso de Felipe y Natanael, quién primeramente pone en duda que de Nazareth (un pueblito de poca importancia) pudiera salir algo bueno. Pero la respuesta de Felipe es ven y ve, cerciórate tú mismo. Y de eso se trata, que cada quien viva la experiencia de conocer a Jesús. El nos conoce, así como conocía a Natanael; nos ve tal cual somos con virtudes y defectos, pero lo maravilloso es que traza para cada uno un destino y un propósito tanto para la vida, como para la muerte. Leer en casa Salmo 139:1-18 acerca de este tema. V.49-51 Cuesta arriba. Natanael quedó sorprendido por la omnisciencia de Jesús y exclamó: Tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel; pero Jesús cimentaría esta verdad aún más profundo en su corazón en los años por venir al responder que cosas mayores vería. En nuestro caminar con Dios todo es cuesta arriba, creciendo, madurando, experimentando y así formando en nuestro corazón una convicción más profunda de su realidad. ¿Estás apenas caminando con Cristo? ¿Tienes muchos años haciéndolo? No importa; Dios siempre tendrá algo mayor para ti con lo cual sorprenderte y cautivarte. 1 Co.2.9 El cielo abierto. A partir de ese día el cielo se ha abierto a los hombres. Dios bendice (tal como lo prometió a Abraham) a todas las familias de la tierra por medio de su Hijo Jesús. La figura aquí es de una escalera o puente que es Cristo mismo, y conecta el cielo a la tierra. La puerta está abierta y el único camino es El.