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Calisher, Charles H. Emergencia persistente del dengue Persistent Emergente of Dengue Emerging Infectious Diseases, 2005; 11(5):738-739. www.cdc.gov/eid La enfermedad denominada fiebre del dengue (DF – en inglés; conocida también como break-bone fever, dandy fever [ las dos formas en inglés significan lo mismo: dengue en español] así como otros nombres), puede ser causada por cualquiera de los cuatro virus dentro de la familia de los virus Flavivirus, es decir, virus del dengue de los tipos 1-4 (DENV-1-4). La fiebre del dengue es una enfermedad de corta duración, no fatal, caracterizada por una aparición repentina de cefalea, dolor retroorbital y fiebre alta, dolor en las articulaciones y rash. Si bien usualmente es el caso la fiebre del dengue no complicada, el cuadro puede ser mucho más oscuro que ese. A través de un mecanismo conocido como acrecentamiento o aceleramiento inmune, las infecciones sucesivas con ciertos virus de dengue, preparan el terreno para una complicación mucho más seria, la fiebre del dengue hemorrágico (DHF en inglés) y el síndrome de shock del dengue, de modo que el tener una fiebre de dengue no complicada puede presagiar el dengue hemorrágico (1). El dengue hemorrágico se caracteriza por fiebre alta, permeabilidad capilar, sangramiento, hepatomegalia e insuficiencia circulatoria (síndrome de shock del dengue). En los casos ligeros o moderados, los signos y síntomas desaparecen después que desaparece la fiebre, pero en los casos severos el estado del paciente se deteriora repentinamente, disminuye la temperatura corporal y comienza a fallar el sistema circulatorio. El paciente puede caer rápidamente en shock y morir en un día o recuperarse rápido si se establece el tratamiento con líquidos (2). Los virus del dengue se transmiten de persona a persona o del mono al mono a través de la hembra del mosquito infectado del género Aedes. El mosquito adquiere el virus por la sangre de un ser humano infectado, el hospedero principal de amplificación de estos virus, o de un mono infectado. Los humanos circulan estos virus en la sangre (viremia) durante 7 a 10 días después de la infección, lo que permite tiempo suficiente al mosquito ( a menudo, muchos mosquitos), a que se alimente y llegue a infectarse. Después de un periodo de incubación intrínseco de una semana a 10 días, el mosquito es capaz de transmitir el virus a un nuevo hospedero mientras se alimenta de sangre. Durante las epidemias de dengue, los índices de ataque pueden ser del 80 al 90% en las personas susceptibles. Aunque no se reconoce usualmente, más de la mitad de las personas que se infectan con el virus del dengue, pueden ser asintomáticas lo que indicaría un informe sustancial deficiente de las infecciones. Esto abarca un número sustancial de personas que pueden haber estado activadas por una enfermedad más seria en una fecha posterior y no se percatan de su situación. La prevalencia global del dengue se ha incrementado sustancialmente de forma reciente. El dengue es endémico en ≥ 100 países en el Sudeste de Asia, África, el Pacífico Occidental, las Américas y la zona oriental del Mediterráneo (disponible en http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs117/en/) con casos importados, esencialmente turistas, personas de negocios y personal militar de viaje de cualquier lugar, ya sea reconocido o no ahí el dengue. Más de 2 billones de los aproximadamente 6.2 miles de millones de habitantes de este planeta, están en riesgo de adquirir el dengue y la Organización Mundial de la Salud ha estimado que “puede haber 50 millones de casos de infección por dengue en todo el mundo cada año” (disponible en http://www.oms.int/mediacentre/factsheet/fs117/en/). Sin embargo, esto es una relación falsa. Ya sea que haya 50 millones de infecciones por dengue (algunos con enfermedad, otros no) o que haya 50 millones de personas enfermas con dengue cada año. Las infecciones no son lo mismo que las enfermedades. La forma moderada de dengue es una molestia seria y a menudo es dolorosa para los que lo padecen. Sin embargo, el dengue hemorrágico es la mayor preocupación de la salud pública a nivel internacional. Antes de 1970, un total de 9 países informaron epidemias de dengue hemorrágico; hacia 1995, más de cuatro veces el número, informaron tales brotes. La mayoría de estos países se encuentran en el Sudeste Asiático y el Pacifico Occidental, pero con la diseminación a nivel mundial de todos los tipos de dengue, esta enfermedad amenaza a los residentes de las zonas del trópico y del subtrópico, de forma predominante en las áreas urbanas y semiurbanas. En el 2001, ≥ 600,000 casos de dengue se informaron en las Américas, de los cuales 15,000 eran casos de dengue hemorrágico, más que el doble del número de casos del mismo en esas regiones en el año 1995 (disponible en http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs117/en/). En el 2001, sólo en Brasil, se informaron casi 400,000 casos incluyendo 670 casos de dengue hemorrágico. No sólo la distribución geográfica de la diseminación del dengue, sino que se está reconociendo también la seriedad de sus complicaciones (disponible en http://www.cdc.gov/search.do?action=search&query Text=dengue). Un estimado de 500,000 personas con dengue hemorrágico requiere hospitalización cada año, una parte sustancial de los cuales son niños. Lamentablemente, el dengue hemorrágico es la causa principal de hospitalización y muerte de niños en diversos países asiáticos. Los índices de mortalidad de casos pueden exceder el 20%, están por lo general en 2.5%, pero pueden reducirse a menos de un 1% con el reconocimiento rápido y el tratamiento adecuado. En los países que están preparados contra el dengue y sus complicaciones, están disponibles los servicios de diagnóstico. Somos capaces de llevar la secuencia de estos virus y establecer su origen y determinantes de la evolución. Podemos controlar hasta cierto grado, los mosquitos vectores (Aedes aegypti y Ae. Albopictus). Son bastante sofisticados nuestros conocimientos de la fisiopatología del dengue hemorrágico (2,3). Se dispone de una vasta bibliografía acerca de estos virus y las enfermedades que ellos causan. ¿Por qué entonces continúa propagándose el dengue? Si no podemos erradicar el dengue (y su vector el Aedes aegypti) de la población de las islas, de dónde podemos erradicarlo?. La política y los fondos mal dirigidos, como siempre, tienen algo que ver con esto, pero la situación es mucho más complicada que eso. A menos que la transmisión transovárica (el paso del virus del mosquito hembra a la larva a través del huevo), sea mucho más importante que lo que parece ser, otros mecanismos están en juego. Se han preparado vacunas univalentes contra estos virus, pero las autoridades de la salud están en su mayor parte, renuentes (justificadamente) a utilizar tales vacunas, porque tienen el potencial para estimular la producción de anticuerpos lo que activaría a los vacunados con respecto al dengue hemorrágico mediante el acrecentamiento o aceleramiento inmune. Por fortuna, enfoques novedosos (creación de mosquitos incompetentes), la elaboración de modernas vacunas tetravalentes y el desarrollo de virus quiméricos para vacunas (4), con el uso de enfoques clásicos así como moleculares, estarán pronto disponibles y no se cejará en prometer los medios que necesitamos para eliminar o erradicar este azote de la humanidad. Esta publicación de Enfermedades Infecciosas Emergentes abarca algunas informaciones importantes acerca del dengue y sus complicaciones clínicas, diagnóstico del dengue y epidemiología del mismo. Esto se adiciona de forma considerable al registro científico. El Doctor Calisher es profesor de microbiología en el Laboratorio de enfermedades infecciosas y transmitidas por artrópodos de la Universidad del estado de Colorado. Sus intereses abarcan los arbovirus y las enfermedades que ellos causan, la biología de los vectores artrópodos de los virus, los virus transmitidos por roedores y las enfermedades que ellos causan, así como la epidemiología de los virus. Dirección para la correspondencia: Charles H.Calisher, Laboratorio de enfermedades infecciosas y transmitidas por artrópodos, departamento de Microbiología, Inmunología y Patología, Colegio de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas, Universidad del estado de Colorado, Fort Collins, CO 80523, Estados Unidos; fax: 970-491-8323; e-mail: calisher@cybercell.net