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RESPUESTA INMUNOLÓGICA EN LA OBESIDAD Dra. María del Carmen Jiménez Martínez Dr. Fco Raúl Chávez Sánchez La obesidad es un problema de salud pública y generalmente esta asociada a otras enfermedades, como diabetes mellitus o enfermedades cardiacas, que incrementan significativamente la mortalidad asociada al aumento en el índice de masa corporal. El adipocito es la base celular de la obesidad, actualmente se le percibe como una glándula capaz de producir gran cantidad de péptidos y metabolitos asociados al control de la masa corporal, así como al control de la respuesta inmunitaria1 En este sentido, una de las moléculas que mayor investigación ha tenido en los últimos años y que esta involucrada en ambos sistemas es una proteína soluble llamada leptina1. El descubrimiento de la leptina (anteriormente proteína OB producto del gen ob) fue anticipado antes de que fuera aislada. Hace varios años se propuso que el balance de energía, en la forma de ingesta de comida vs gasto de energía, estaba fisiológicamente regulado; siendo el hipotálamo, el sitio de regulación de peso corporal. Existían tres hipótesis para explicar la función hipotálamica, la primera proponía que la temperatura corporal influenciaba directamente al núcleo ventromedial del hipotálamo para el control de la ingesta2; la segunda, se inclinaba por la cantidad de glucosa en plasma3; y la tercera, sugería que algún producto del metabolismo de los adipocitos que circulaba en sangre, interaccionaba con el hipotálamo4. Las dos primeras hipótesis fallaron en explicar con precisión como el peso corporal y el almacenamiento de grasas era regulado. La tercera se comprobó totalmente en 1994 cuando Zhang y cols. 5 demostraron la existencia de una molécula con esta función a la que se le nombró leptina, del griego leptos, que significa delgado. Estructuralmente, se trata de una proteína no glicosilada, constituida de 146 aminoácidos (aa) y con un peso molecular alrededor de 16 kDa. La proteína originalmente es un polipéptido de 167 aa, siendo los 21 primeros aa cortados como péptido señal. El producto del gen OB humano tiene un 85% de homología con la proteína equivalente en ratón. En ambos, ratón y humano, el gen OB esta compuesto por tres exones y dos intrones, lo que sugiere que esta proteína pudiera tener diversidad.6 . Esta diversidad en la estructura proteica podría estar implicada con alteraciones en su función, y consecuentemente en el desarrollo de obesidad, sin embargo hace falta más investigación al respecto para corroborar esta hipótesis. Para ejercer su función, necesita como toda molécula soluble, de la interacción con su receptor. Este último ha sido identificado como un polipéptido de 1140 aa. Se trata de una proteína transmembrana que cuenta con un dominio extracelular de 817 aa de longitud, uno transmembrana de 21 aa y otro intracitoplasmático de 302 aa, este último dominio, tiene secuencias de interacción con proteínas cinasas, involucradas con la activación celular. Los sitios anatómicos que expresan el receptor para leptina incluyen al tejido adiposo, al hipotálamo, corazón, testículos, plexos coroides, células β pancreáticas y células del sistema inmunitario, entre las que destacan monocitos, neutrófilos y linfocitos B.7 Las funciones biológicas de la leptina, están relacionadas con el control de la saciedad, ya que su ausencia causa hiperfagia y obesidad en los ratones deficientes del gen ob, además se ha observado que la leptina puede suprimir la alimentación y en consecuencia disminuir el incremento de la masa corporal. El sitio de acción del que más se conoce es el hipotálamo, al que llega a través de su paso por los plexos coroides, a través de receptores que no están asociados a señales de activación, facilitando únicamente el paso transmembrana, una vez en el líquido cerebro espinal llega a las estructuras vecinas por difusión. En el sistema nervisoso central (SNC) sus acciones incluyen al activación del sistema nervioso simpático, a través de la disminución del Neuropéptido Y en neuronas del núcleo arcuato, produciendo un incremento en la actividad simpática que tiene como resultado la producción de calor y disminución en la ingesta, ocasionando la pérdida de peso.8 La secreción de leptina por los adipocitos, es favorecida por la insulina producida en las células β pancreáticas y además de tener las acciones mencionadas, también induce la regulación negativa en la secreción de insulina, cerrando de esta manera un eje que regula la ingesta, la termogénesis y consumo de energía.9 (figura 1). FIGURA 1. Funciones biológicas de la leptina. Para detalles consúltese el texto. NPY-Neuropéptido Y; +, Favorece secreción; -, inhibe secreción; Disminución. (Referencias 1-9) , Aumento; , Las funciones biológicas de la leptina no sólo se encuentran dentro del ámbito de la fisiología, sino que recientemente se ha demostrado que también tiene un papel relevante en el control de la respuesta inmunitaria a través de sus acciones sobre leucocitos. ACTIVACION DE CELULAS DEL SISTEMA INMUNE A TRAVES DEL PRODUCTO DEL GEN OB Para entender las acciones de la leptina sobre el sistema inmunitario es necesario comprender la estructura de su receptor (OB-R), el cual es un miembro de la familia de los receptores de citocinas tipo I, las características de este tipo de receptores incluyen cuatro residuos de cisteínas, que predicen puentes disulfuro intracadena, además, tienen una secuencia de aminoácidos WSXWS (trp-ser-X-trp-ser) conservada cerca del dominio transmembrana, por último tienen un dominio de fibronectina III en forma de una hoja plegada β, que asemeja a una estructura similar a las estructuras de la superfamilia de las inmunogloblinas.10 En el dominio intracitoplasmático tienen regiones denominadas Box (Box 1/Box 2) que son regiones ricas en prolina (principalmente Box 1) y se encuentra involucrada en la interacción con tirosina-cinasas.11 (Tabla 1). La estructura primaria del OB-R tiene homologías con las subunidades de señalización de interleucina 6 (IL-6). IL-6 pertenece a una subfamilia de los receptores para citocinas de tipo I, que comparten una glicocoproteina de 130 kDa (gp 130) que contiene un total de seis módulos de fibronectina tipo III.12 Se han descrito seis variantes del OB-R, conocidos como OBRa, OBRb, OBRc, OBRd, OBRe y ORBf las formas cortas tienen un dominio intracitoplasmático pequeño de aproximadamente 34 aa y que no esta asociada con tirocina-cinasas, en tanto que la forma larga tiene un domino intracitoplasmático de 302 aa asociados a moléculas de la familia Janus tirosina-cinasas.13, 14 . Las formas cortas, se expresan en tejidos no inmunes, y tienen que ver con el transporte y la degradación de la leptina, en cambio la forma larga, se expresa en el hipotálamo, en las áreas responsables de secreción de neuropéptidos o neurotransmisores, que regulan el apetito, el peso corporal y la la masa ósea. Es de interés notar que OBRb, se expresa también en células endoteliales, células β del páncreas, células precursoras hematopoyéticas CD34+, monocitos/macrófagos y linfocitos T y B 14. La expresión de ORBb en las células T y B, indican el posible papel de la leptina en la activación y vías de señalización de las células del sistema inmune. Tabla 1. Características comunes de los receptores de citocinas tipo I Dominio Extracelular La vía de activación Dominio Intracitoplasmático Jak-STAT (Por sus siglas en Cuatro residuos de cisteina Regiones Box, ricas en inglés, Janus tyrosine kinases- conservados, relacionados prolina, asociadas con Signal con puentes disulfuro la interacción de Janus intracadena tirosina-cinasas Secuencia WSXWS conservada Módulos de Fibronectina tipo III Transducers and Activators of Transcription) es particularmente interesante porque explica un mecanismo de señalización rápidamente inducido desde la membrana hasta el núcleo. Posterior a la interacción con su receptor, existe un cambio en la conformación molecular del mismo, que permite que las Jak cinasas se activen y fosforilen a sus sustratos. Los sustratos mejor caracterizados son las proteinas STAT, las cuales son factores de transcripción latentes que se encuentran en el citosol y que una vez fosforilados se dimerizan y posteriormente se translocan al núcleo, donde modulan la expresión de genes, así que dependiendo del tipo de STAT o las combinación de STATs, será el tipo de citocina que será producido.14, 15 (Tabla 2)(Figura2) Tabla 2. STAT y citocinas producidas STAT Otra vía de activación que utilizan Citocina Stat 1 Factor estimulanteIFN-γ CSF-G.de colonias de granulocitos. GM-CSF.- Factor estimulante de colonias granulocitos y monocitos. Stat 1 de y Stat 2 IFN-α y IFN-Interferon β los receptores de tipo I, es la vía de las Stat 3 Leptina kinases), particularmente p38 MAPK es Stat 3 IL-6, IL-11, CSF-G activada en presencia de leptina y esta Stat 3 y Stat 4 IL-12 vía también es activada en monocitos en Stat 5a y Stat 5b IL-3, IL-5, GM-CSF Stat 6 IL-4 e IL-13 MAP cinasas (Mitogen activated protein presencia de Factor de Necrosis Tumoral alfa (TNF-α)16 Estos datos son interesantes porque sugieren que la leptina regula las respuestas proinflamatorias al utilizar las mismas vías de activación que utilizan las citocinas proinflamatorias IL-6 y TNF-α por lo que algunos autores sugieren que la leptina es un agente endógeno de protección contra la posible toxicidad ejercida por el Factor Necrosis Tumoral17 Sin embargo el hecho del que el tejido adiposo tenga la capacidad de producir proteínas que regulan la ingesta de alimentos, y proteínas que regulan la respuesta inmunitaria, entre estas últimas destacan proteínas del complemento (Factor D, Factor B y C3), IL-6 y TNF-α. 18,19 hace que la obesidad sea considerada un proceso inflamatorio crónico, sistémico de “bajo grado”.18 Figura 2. Vía de señalización intracelular en receptores de citocinas de tipo I. Interacción Jak-STAT, con posterior dimerización de STAT fosforilado y su translocación a núcleo para iniciar la transcripción de genes. Jak.- Janus Kinasas. STAT.- Signal Transducer and Activator of Transcripción. (Referencias 1014) Citocinas proinflamtorias y su relación con enfermedades asociadas a la obesidad El tejido adiposo tiene la capacidad para producir mediadores solubles, (IL6 y TNF-α.) 20, que favorecen la respuesta inflamatoria, de ahí su nombre (citocinas proinflmatorias), pero cuando se presentan en exceso o en el curso inapropiado de una respuesta inmunitaria pueden causar daño al propio organismo. El TNF-α es el principal mediador en una respuesta de inflamación aguda y es el responsable de las complicaciones sistémicas en las infecciones severas. El TNF-α induce la expresión de selectinas, integrinas y moléculas de la superfamilia de las inmunoglobulinas en leucocitos y endotelio. Estas proteínas de membrana son moléculas de adhesión que facilitan el rodamiento, la activación y la pavimentación de los leucocitos sobre superficie endotelial, facilitando posteriormente la diapédesis y el reclutamiento de leucocitos a los sitios de lesión. El TNF-α también estimula a las células endoteliales y a los macrófagos para secretar citocinas (como IL-1, IL-6 y TNF-α) y quimiocinas (citocinas con propiedades quimiotácticas) que tienen la capacidad de inducir la migración direccional de los leucocitos, regular la adhesión celular, el tráfico y la activación de leucocitaria, así como el retorno al sitio de activación inicial (homing), incrementando aún más el reclutamiento celular.21 Las acciones del TNF-α en endotelio son críticas para la respuesta inflamatoria local, por el incremento en la densidad de moléculas de adhesión que favorecen la pavimentación leucocitaria y la adhesión plaquetaria. Las funciones del TNF-α explican la estrecha relación de la obesidad con enfermedades cardiacas,22 el proceso de daño es el siguiente (Figura 3): a) Daño endotelial: Se origina como consecuencia de un estado inflamatorio crónico, sistémico de bajo grado, que origina una lesión endotelial crónica, la cual se puede ver favorecida por otros factores que son sumatorios en el paciente obeso como hipertensión, tabaquismo, hiperlipidemia, diabetes, factores hemodinámicos, etc. El tejido endotelial dañado no puede producir cantidades normales de agentes vasodilatadores como oxido nítrico. 23 En el microambiente, se genera una mayor la concentración de citocinas proinflamatorias (TNF-α, IL-1 e IL-6), producidas ahora por los leucocitos infiltrantes (principalmente macrófagos), que promueven la unión de plaquetas al endotelio, así como la migración leucocitaria a la íntima del vaso24 Los macrófagos que invaden la pared liberan enzimas y radicales del oxígeno que incrementan el daño, causando oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL). La oxidación de las LDL resulta tóxica para las células endoteliales y esto genera la proliferación de la media del vaso, resultando en una vasocostricción anormal. Las LDL oxidadas son fagocitadas por los macrófagos, los que adquieren el nombre de células espumosas (foam cells). La producción de radicales libres continúa por lo que se siguen oxidando LDL, así como dañando la pared endotelial.25 En este momento, hay una gran cantidad de factores de crecimiento, angiotensina II, factor de crecimiento de fibroblastos, factor de crecimiento derivado de plaquetas en la lesión, que favorecen la disminución en la luz del vaso al promover el crecimiento de células musculares en la íntima y depósito de colágeno, formando una placa fibrosa. Esta placa hace totalmente disfuncional al endotelio y puede ser tan grande como para ocluir la luz vascular26. Si la placa continúa desarrollándose se puede ulcerar o romper, favoreciendo la adherencia plaquetaria y el inicio de la cascada de coagulación formando rápidamente un trombo que ocluirá por completo el vaso dando lugar a isquemia e infarto. Es importante mencionar que el control en la dieta puede prevenir el avance en la formación de la placa ateromatosa. Figura 3. Progresión del daño endotelial en individuos obesos con inflamación crónica de bajo grado. TNF.- Tumor Necrosis Factor. IL- Interleucina, LDL.- Low density lipoprotein. Detalles en texto. (Referencias 2126) El TNF-α también actúa en hipotálamo induciendo fiebre, a través del incremento en la síntesis de prostaglandinas locales producción de proteínas de fase aguda como 27 En hígado, induce la proteínas del complemento, proteínas de la cascada de la coagulación y fibrinógeno y proteína c reactiva, esta última se ha demostrado elevada en adultos obesos lo que apoya la teoría de una inflamación sistémica crónica durante la obesidad 28 . La diabetes mellitus tipo II (DM-II) también ha sido otra enfermedad asociada a la obesidad, se caracteriza por una falla progresiva de las células β pancreáticas, asociada a resistencia a la insulina normal de la glucosa34. que impide el metabolismo Algunos autores sugieren que la inflamación crónica explica el progreso y mantenimiento de la DM-II pues han demostrado elevación en plasma de proteína C reactiva , IL-6 y TNF-α asociándolos con resistencia a la insulina29 Estos estudios epidemiológicos correlacionan con modelos animales, donde se ha observado cambios en la homeostasis de glucosa en respuesta a IL630 . En humanos la administración exógena de IL-6 causa hiperglicemia dosisdependiente, así como incremento en el glucacón circulante 31 . Por otra parte al TNF-α se le ha asociado con resistencia a la insulina, esta citocina induce la síntesis de SOCS-3 (Suprpressor of Cytokine Signaling), que son proteínas inhibidoras de señales de citocinas, en este sentido, TNF inhibe la activación de STAT 5b inducido por insulina, disminuyendo la fosforilación de los IRS-1 (Insulin Receptor Substrate 1) y su asociación con una subunidad de fosfatidilinositol-3cinasa, estos datos experimentales sugieren una vía de resistencia a la insulina a través de la inhibición de la tirosina-cinsa inducida por insulina32 . Regulación de la respuesta inflamatoria por productos del adipocito. Se conoce desde hace varios años que una inyección de TNF-α en animales causa anorexia aguda, pérdida de peso, catabolismo intenso de músculos y tejido adiposo. Sin embargo se ha observado que el tratamiento prolongado con bajas dosis de TNF ocasiona tolerancia.33 Este mecanismo de tolerancia se encuentra mediado por una red de mensajeros químicos que integra citocinas y hormonas que previenen al organismo de las consecuencias dañinas de las reacciones inflamatorias, un nuevo mediador anti-inflamatorio propuesto es la leptina. La leptina es uno de los mediadores que son comunes tanto al sistema inmune como al sistema neuroendocrino. El papel de la leptina en el sistema endocrino es más evidente en condiciones como el ayuno, en que la producción de la leptina por el tejido adiposo disminuye de manera importante, o en relación a la producción de hormonas sexuales. La testosterona reduce la secreción de leptina, mientras que los estrógenos incrementan su producción. La respuesta inmune innata y la leptina. Habíamos mencionado anteriormente que la leptina podría tener funciones inmunoreguladoras, esta función ha sido sugerida por el hecho de que la aplicación exógena de leptina es capaz de revertir los efectos deletéreos de TNF-α en ratones deficientes genéticamente de leptina35, el mecanismo es el siguiente: El TNF-α activa el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, el cual disminuye la respuesta inflamatoria a través de los glucocorticoides. Tanto la leptina como los glucocorticoides ejercen una regulación sobre el eje para prevenir las consecuencias de la respuesta inflamatoria. Además los glucocorticoides elevan también la concentración de leptina y esta ejerce su función sobre el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal alterando los niveles de glucocorticoides circulantes. La leptina induce la liberación de la propiomelanocortina (POMC), la cual dará origen a MSH (Hormona estimulante de melanocitos) y a ACTH (Hormona adrenocorticotrópica), teniendo ambas hormonas, efectos inhibitorios sobre la respuesta inflamatoria. Además la activación de este eje regula negativamente la producción de TNF-α.18 (Figura 4) Figura 4. Regulación de la respuesta inflamatoria. OB-R.Receptor de leptina, POMC.Proopiomelanocortina, ACTH.- Hormona adrenocorticotropica, MSH.- Hormona estimulante de melanocitos En la respuesta inmune innata la leptina promueve la activación de la fagocitosis en los macrófagos, la liberación de leucotrieno B4 (LTB4), ciclooxigenasa 2 (COX2), óxido nítrico, y citocinas proinflamatorias. La leptina puede inducir la quimiotaxis de neutrófilos e inducir la liberación de radicales libres del oxígeno (anión superóxido y peróxido de hidrógeno). También de manera indirecta incrementa la producción del TNF-α. En relación a las células NK, se ha demostrado que la leptina participa en los mecanismos de desarrollo y activación, tanto in vivo como in vitro. Es probable que también sea responsable de mantener la población de las células NK a nivel periférico 14. Recientemente se ha descrito que la leptina estimula la producción de la hormona del crecimiento por las células mononucleares de sangre periférica, por medio de las vías de la activación de la proteína cinasa C (PKC) y del óxido nítrico. Este es de gran importancia en la homeostasis de la respuesta inmune, dado que esta citocina-hormona tiene marcada influencia en el control, sobrevivencia y proliferación de las células inmunes 14. Leptina y respuesta inmune adaptativa. Los efectos de la leptina sobre la respuesta inmune adaptativa, se ha investigado en torno los linfocitos T cooperadores (T CD4+), La leptina muestra diversos efectos en la proliferación y producción de citocinas tanto en linfocitos T vírgenes (CD45RA+) como en linfocitos T de memoria (CD45RO+), ambas poblaciones expresan el gen ORBb. En los linfocitos T vírgenes, la leptina promueve la producción de IL-2, mientras que muestra mínimos efectos en la proliferación de los linfocitos T de memoria. La leptina incrementa la expresión de las moléculas de adhesión VLA2 (CD49b/CD29) e ICAM1 (CD54), posiblemente por acción del IFN-γ. Un hallazgo interesente que apoya el papel de la leptina en la respuesta inmune adaptativa se ha demostrado en los ratones ob/ob, en los cuales hay atrofia del timo. De igual manera la deprivación aguda del aporte calórico, lleva a una disminución importante de la leptina, acompañada con una disminución de la hipersensibilidad retardada (mediada por linfocitos T). En estos modelos se ha visto que la reposición de la leptina reduce la tasa de apoptosis de las células T en la corteza del timo 14. Otros datos interesantes están en relación con el metabolismo de la glucosa. Hay que recordar la homología de la leptina con las citocinas 1L-3, IL-7 e IL-15, que promueven la toma y metabolismo de la glucosa en los linfocitos; por lo que sería de esperarse un efecto similar de la leptina. En este órden, se sabe que la leptina induce la sobreexpresión de transportadores de la glucosa (GLUT1 y GLUT4) en los linfocitos 14. En relación a la supervivencia de los linfocitos los efectos a favor de esta por la leptina, se debe a que esta induce la expresión de las proteínas antiapoptóticas BCL-2 y BCL-xL. 14 La leptina favorece una respuesta de tipo Th1. En deficiencias del receptor en ratones ob/ob, hay una producción de citocinas tipo Th2 (IL-4 e IL-10). Resulta llamativo que la leptina juegue un papel importante en el desrrollo de la diabetes autoinmune, en ratones no obesos-diabéticos, la administración de leptina acelera el desrrollo de la diabetes, con una producción local de IFN-γ. En humanos las mutaciones OB son raras , la frecuencia en obesos se estima en el orden de 1/250. estos individuos se caracterizan por hiperfagia, obesidad, hipogonadismo hipotalámico, incremento en la susceptibilidad a infecciones de tipo oportunista con una disminución de los linfocitos T CD4+, especialmente los CD45RA+, incremento en la producción de TGF-β, y una disminución en la producción del IFN-γ. En humanos la administración de leptina recombinante, revierte las anormalidades inmunológicas. En cambio un incremento en los niveles de la leptina circulante, se le ha asociado con estado inflamatorio crónico, tales como endometriosis pélvica, hepatitis no alcohólica, inflamación pulmonar crónica, nefritis crónica, síndrome de Behcet, enfermedad de Graves, diabetes tipo I y artritis reumatoide. La relación entre la leptina y estos estados patológicos no es del todo clara, pero intriga el hecho de que una disminución importante o deprivación de la ingesta de alimentos, mejoran las manifestaciones de estas condiciones inflamatorias. Por ejemplo en la artritis reumatoide el ayuno con la consiguiente disminución de la leptina circulante, desencadena una respuesta de tipo Th2, hay que recordar que en los procesos autoinmunes hay una actividad tipo Th1 14. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES En los últimos años la obesidad ha pasado de ser un enfermedad por exceso en la ingesta calórica a una entidad patológica con características propias36. Desde el punto de vista molecular, resulta relevante la propuesta de que el tejido adiposo tenga la capacidad para producir una proteína que regule la saciedad y la respuesta inflamatoria37 y que una ausencia de la misma, ya sea por tolerancia o por alguna mutación puntual en la proteína, origine un incremento en el índice de masa corporal y un estado inflamatorio sistémico que es observable durante las enfermedades asociadas a la obesidad38. Sin embargo, tenemos que aceptar que esto no es totalmente cierto para el cien por ciento de los pacientes obesos39 ni tampoco permite explicar otras alteraciones inmunológicas asociadas a la obesidad, como la relación asma-paciente obeso. En el asma del obeso, el estado inflamatorio crónico sistémico colabora para favorecer la hiperreactividad bronquial, pero no explica el desequilibrio TH1 vs TH2, ya que para que sea generado el asma, debe de haber un predominio en las citocinas IL-4 e IL-5 que se asocian a alta producción de IgE y eosinofilia, respectivamente, y que son las moléculas reguladoras características del asma40. Se ha sugerido que el TNF-α puede inducir la síntesis de RNAm para IL-4, pero este dato no es suficiente para explicar el predominio de la respuesta TH2 en ciertos sujetos obesos que tienen asma40, ya que es la inducción local de TNF y no la sistémica, la que podría estar relacionada con la síntesis de RNAm. Por lo pronto existen explicaciones fisiológicas que podrían sugerir un desequilibrio TH2, los cambios hormonales durante la obesidad hacen que la androstenediona sufra una aromatización que la convierte en estrona, mientras que la testosterona cambia a estrógeno dentro del tejido adiposo42, esto favorece un cambio en el patrón de citocinas, pues los estrógenos modulan la respuesta inmunológica hacia TH243, este desequilibrio inmunológico es más evidente en mujeres asmáticas durante las fases del ciclo menstrual.43 Todas estas observaciones ejemplifican algunos de los hallazgos encontrados en pacientes obesos asmáticos, pero tampoco son válidas para la mayoría de ellos. Los datos anteriores sugieren que las alteraciones inmunológicas encontradas durante la obesidad se encuentran en una fase muy temprana de investigación, pero al menos, lo poco que se conoce sobre la respuesta inmunitaria durante la obesidad permite establecer medidas terapéuticas preventivas para evitar las complicaciones asociadas a la obesidad mencionadas en esta revisión. Finalmente, a pesar de los numerosos estudios sobre el papel biológico de la leptina, todavía muchos aspectos moleculares y celulares son aun oscuros. Sin embargo esta dualidad de la leptina en la nutrición y en la respuesta inmune, en particular con la autorreactiva, la hacen un candidato importante como agente inmunoterapéutico . BIBLIOGRAFÍA 1. Gregoire F, Smas C, Sook H. Understanding Adipocyte Differentiation. Physiol Rev 1998; 78(3):783-809. 2. Brobeck JR. Nature of satiety signals. Am J Clin Nutr 1975; 28(8): 806-807. 3. Mayer J. Some aspects of the problem of regulation of food intake and obesity. 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