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SD 40 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN 2002: vol. 6, núm. 3, pp. 40-42 Caso clínico Púrpura trombocitopénica inmune crónica en una niña de 21 meses con síndrome de Down M.T. Toll Hospital de Sant Joan de Déu. Barcelona. Correspondencia Dra. M. Teresa Toll Costa Hospital de Sant Joan de Déu Pg. de Sant Joan de Déu, 2 08950 Esplugues de Llobregat e-mail: ttoll@hsjdbcn.org Artículo recibido el: 29.10.02 Resumen Se presenta el caso de una niña de 21 meses de edad con síndrome de Down que tiene una trombocitopenia inmune (PTI) crónica. En este caso se manifestó por una púrpura petequial de un mes de evolución y una plaquetopenia (10×109/L). Se instauró un tratamiento con prednisona vía oral durante tres semanas. Al quinto mes apareció un cuadro infeccioso y dermatológico con plaquetopenia (20×109/L) y aumento de transaminasas secundario a una mononucleosis infecciosa. Solucionada la infección, la niña continúa con un nivel de plaquetas de 30-50×109/L. No se ha descrito una mayor frecuencia de PTI en este síndrome. Palabras clave. Mononucleosis infecciosa. Plaquetopenia. Síndrome de Down. Trombocitopenia inmune crónica. 21-Month-Old Down Syndrome Girl with Chronic Immune Thrombocytopenic Purpura Summary This case concerns a 21-month-old girl Down syndrome who has chronic immune thrombocytopenic purpura (ITP). She presented with a onemonth history of petechial purpura and a low platelet count (10×109/L). Oral prednisone was given for three weeks. By the fifth months she had sings of infection and a skin condition together with a low platelet count (20×109/L) and raised transaminase levels due to infectious mononucleosis. Even after the infection was over, the girl’s platelet count remained at 30-50×109/L. Higher rates of ITP have not been described for Down syndrome. Keywords. Chronic immune trombocytopenic purpura. Down syndrome. Infectious mononucleosis. Thrombocytopenia. Caso clínico Se presenta el caso de una niña de 21 meses de edad que ingresó en el Hospital Sant Joan de Déu (Barcelona) para el estudio de una púrpura petequial de un mes de evolución y de una plaquetopenia (10×109/L) detectada casualmente en un análisis ordinario preoperatorio para exéresis de un nevus localizado en una extremidad inferior. Antecedentes personales: se trata de la segunda hija de un matrimonio sano que no tiene antecedentes de consanguinidad. El parto de la niña fue a las 37 semanas mediante cesárea. Se detectó un oligoamnios durante el embarazo. Su peso al nacer fue de 2.100 g. En la exploración pediátrica neonatal se detectó la presencia de un fenotipo síndrome de Down. También se observaron crisis de apnea en SD 2002: vol. 6, núm. 3, pp. 40-42 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN Figura 1. Sangre periférica. Ausencia de plaquetas. Limfocitos estimulados. el período neonatal y la persistencia de un ductus arteriosus que no precisó tratamiento. En el período de lactante presentó varios cuadros urticariformes generalizados, desde los pocos meses de vida, que no estaban relacionados con la alimentación. Destacan los frecuentes cuadros infecciosos de vías respiratorias altas. Exploración física: la niña presenta un buen estado general, con una buena coloración de piel y mucosas. En la inspección se observan petequias diseminadas por el tronco y en las zonas de presión. No presentaba sangrado por las mucosas. En la palpación abdominal se detecta un reborde hepático. La auscultación cardiorrespiratoria fue normal. Pruebas complementarias: los análisis practicados aportan los siguientes datos: hematología: hematíes 3,9×1012/L; Hb 13,2 g/dL, hematocrito 38,1%; VCM 98 fl; leucocitos 5,2×109/L. Fórmula leucocitaria: linfocitos 52%, monocitos 8%, neutrófilos 38%, eosinófilos 2%; plaquetas 10×109/L. El frotis de sangre periférica mostraba plaquetas escasas, algunas de tamaño grande y linfocitos reactivos. En el estudio no se apreciaban fórmulas inmaduras (Fig. 1). El test de Coombs directo fue negativo. Se realizó un aspirado medular en el que se observó una médula hipercelular con hiperplasia de la serie megacariocítica y con normalidad en las otras series (Fig. 2). Bioquímica: ALT 65 UI/L, AST 54UI/L, proteína C reactiva< 4,7 mg/L, LDH 604 UI/L; la glucosa, urea y creatinina eran normales. El estudio del hierro, así como el ácido fólico y vitamina B12 fueron asimismo normales. 41 Estudio inmunológico: en la población linfoide se observó: linfocitos B, 12%; linfocitos T, 73%; linfocitos T4, 36%; linfocitos T8, 40%; linfocitos T4 absolutos, 972/mm3. Inmunoglobulina (Ig) G 6.280 mg/L, IgA 267 mg/L, IgM 519 mg/L e IgE< 2 KUI/L. Serología vírica: se estudiaron el antígeno de superficie VHB, que fue negativo; también resultaron negativos los anticuerpos (Ac) anti-VHC, Ac IgM anti-VHA, Ac IgM anti Epstein-Barr, Ac IgG anticitomegalovirus, Ac IgM anticitomegalovirus, IgG antiparvovirus B19 e IgM antiparvovirus B19. Marcadores de la celiaquia: los Ac antitransglutaminasa tisular y Ac antiendomisio IgA fueron negativos. Hormonas: FT4 (libre), 12,4 pmol/L (9,125,0), T3 2,70 nmol/L (0,63-3,90), TSH 5,02 mU/L (0,3-4,5), anti-TPO< 10 IU/L (<35), antitiroglobulina< 20 IU/mL (<40). Con los resultados analíticos obtenidos y la exploración clínica realizada se llegó al diagnóstico de púrpura trombocitopénica inmune. Evolución A la niña se le instauró un tratamiento con prednisona vía oral en una dosis de 2 mg/kg/día durante un período de tres semanas y fue seguida en régimen ambulatorio. La respuesta inicial fue buena, con un aumento en la cifra de plaquetas a los 15 días (165×109/L) y persistencia de las cifras normales después de haber retirado los corticoides y hasta los cuatro meses del diagnóstico. Figura 2. Médula ósea. Hipoplasia de Megacariocitos. SD 42 REVISTA MÉDICA INTERNACIONAL SOBRE EL SÍNDROME DE DOWN Al quinto mes del primer episodio, y coincidiendo con un cuadro infeccioso de vías respiratorias altas, apareció un exantema y también petequias, presentando un descenso en la cifra de plaquetas, que llegó a 20×109/L, con un aumento de las transaminasas (ALT 980 UI/L y AST 583 UI/L). En el análisis realizado a la paciente se objetivó positividad para los Ac IgM anti EpsteinBarr, y se llegó a la conclusión de que se trataba de un cuadro de mononucleosis infecciosa. Al haber una escasa clínica hemorrágica se adoptó una conducta expectante, de manera que no se aplicó tratamiento, sólo controles ambulatorios. Al cabo de dos meses se normalizaron las cifras de transaminasas, pero persistió la plaquetopenia, que se ha mantenido hasta la actualidad, variando entre 30 y 50×109/L. La diátesis hemorrágica que presenta es moderada, sin sangrado por mucosas en ninguna ocasión, por lo que no ha requerido tratamiento con corticoides ni con gammaglobulinas. La niña en estos meses de evolución ha seguido con procesos respiratorios acompañados de fiebre e imágenes radiológicas anómalas; en dos ocasiones se detectó un infiltrado parahiliar derecho y de lóbulo medio, con buena respuesta al tratamiento. Discusión La púrpura trombocitopénica inmune (PTI) es una enfermedad caracterizada por la presentación aguda de un síndrome purpúrico debido a una trombocitopenia periférica. Se da en niños que carecen de antecedentes de patología que explique dicha citopenia. La presentación de PTI en la edad pediátrica es relativamente frecuente y es consecuencia de un desequilibrio en la respuesta inmune. Por algunos mecanismos desconocidos, hay una producción de anticuerpos antiplaquetarios, en general IgG frente a algunas glicoproteínas de la membrana plaquetaria, o una reacción Ag-Ac con depósito sobre la membrana una vez unido el anticuerpo a la membrana de las células del sistema mononuclear fagocítico; esto se da particularmente en el bazo, que capta las plaquetas y provocan su destrucción. A pesar de ser una 2002: vol. 6, núm. 3, pp. 40-42 entidad muy estudiada, se desconoce el mecanismo por el cual el sistema inmune inicia la producción de anticuerpos contra sus plaquetas autólogas [1]. La edad más frecuente de presentación de la PTI aguda se sitúa entre los 2 y 5 años de edad; no hay diferencia entre ambos sexos y en la mayoría de los casos su aparición va precedida de un cuadro vírico, generalmente no etiquetado. No se ha descrito una mayor incidencia en niños con síndrome de Down. En el 80-90% de los niños el episodio es transitorio y remite en pocas semanas. La persistencia de este cuadro más allá de los seis meses constituye la PTI crónica, en la que hay que descartar que no se acompañe de otros procesos autoinmunes. La especial predisposición de las personas con síndrome de Down a fenómenos autoinmunes [2] puede ser un factor explicativo o contributivo de la cronicidad de la PTI en la paciente que se comenta. El tratamiento es controvertido, pero en general sólo precisa terapia cuando aparecen los sangrados por mucosas, o cuando la cifra de plaquetas desciende por debajo de 15×109/L [3]. Las hemorragias con riesgo vital tienen una baja incidencia (<1%). En el caso de la niña que se describe, dada la persistencia de la plaquetopenia más allá del año del inicio, debe clasificarse como una púrpura trombocitopénica inmune crónica. Los resultados de los estudios biológicos realizados permiten afirmar que la niña está afecta de una inmunodeficiencia u otro proceso autoinmune, pero es preciso realizar reconocimientos para ver la evolución del proceso hematológico y evaluar posibles factores causales o predisponentes. Bibliografía 1. Medeiros D, Buchanan GR. Current controversies in the management of idiophatic thrombocytopenic purpura during childhood. Pediatr Clin N Am 1996; 43: 757-72. 2. Rogers PT, Coleman M. Atención médica en el síndrome de Down. Barcelona: Fundació Catalana Síndrome de Down; 1994. 3. Monteagudo E, Molina J. Tratamiento de la púrpura trombocitopénica en la infancia. An Esp Pediatr 2000; 52 (Supl 5): 434-47.