Download Revista_SPP_-_R_-_20.. - Sociedad Peruana de Pediatría
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Revista Peruana de Pediatría Publicación Oficial de la Sociedad Peruana de Pediatría La Revista Peruana de Pediatría, publicación oficial de difusión científica de la Sociedad Peruana de Pediatría desde 1942, tiene como objetivo la publicación de la producción científica en el contexto pediátrico en todas las áreas, especialmente en trabajos de investigación con el fin de contribuir a mejorar la calidad de atención del paciente pediátrico en el país. Además propicia el intercambio de información con entidades similares en el país y en el extranjero, a fin de promover el avance y la aplicación de la investigación en salud. Los artículos son arbitrados por pares. Está prohibida la reproducción total o parcial de los artículos publicados en esta revista, solo se hará mediante autorización del Consejo Editorial. El contenido de cada artículo es de responsabilidad exclusiva del autor o autores y no compromete la opinión de la revista. Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 ISSN 1993-6826 FUNDADOR Dr. Carlos Krumdieck Evin DIRECTOR HONORARIO Dr. Manuel Ytahashi Córdova DIRECTOR Dr. Rafael Gustin García Médico Pediatra del Grupo Pediátrico. Profesor de Pediatría de la Facultad de Medicina Alberto Hurtado Universidad Peruana Cayetano Heredia. COMITÉ EDITORIAL Dr. Luis Huicho Oriundo Médico Pediatra del Instituto Nacional de Salud del Niño. Magister y Doctor en Medicina. Profesor de Pediatría de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Universidad Peruana Cayetano Heredia. Dra. Theresa Ochoa Woodell Médico Infectólogo Pediatra. Profesor Auxiliar de Pediatría de la Facultad de Medicina Alberto Hurtado Universidad Peruana Cayetano Heredia. Profesor Asociado de Epidemiología en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas Houston. Dr. Miguel Chávez Pastor Médico Endocrinólogo Pediatra y Genetista del Instituto Nacional de Salud del Niño. Profesor Asociado del Departamento Académico de Ciencias Morfológicas de la Facultad de Medicina Alberto Hurtado Universidad Peruana Cayetano Heredia. Dra. Virginia Garycochea Cannon Médico Pediatra del Instituto Nacional de Salud del Niño. Profesor Auxilar de Pediatría de la Facultad de Medicina Alberto Hurtado Universidad Peruana Cayetano Heredia. Dr. Carlos Álamo Solís Médico Pediatra del Instituto Nacional de Salud del Niño. Maestría en Medicina. Profesor de Pediatría en la Universidad de San Martín de Porres. Jefe de la Unidad de Diseño y Elaboración de Proyectos de Investigación del Instituto Nacional de Salud del Niño. Dr. Raúl Rojas Galarza Médico Pediatra del Instituto Nacional de Salud del Niño. Magister en Salud Pública con Mención en Gestión Hospitalaria. Auditor Médico. Diplomatura en Salud Ocupacional y Seguridad en el Trabajo. Docente del Diplomado de Auditoría Médica Basada en la Evidencia (Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas). Revisor Cochrane. Miembro del Critical Appraisal Skills Programme (CASP) - Perú. Dr. Daniel Torres Vela Médico Pediatra del Instituto Nacional de Salud del Niño.Maestría en Salud Pública. Secretario del Comité de Bioética Clínico del Instituto Nacional de Salud del Niño. Dr. Carlos Gonzáles Saravia Médico Pediatra del Instituto nacional de Salud del Niño. Magister en Nutrición Clínica. Miembro del Comité de Evaluación, Monitoreo y Asesoría de Proyectos de Investigación y Asesor en Valoración y Elaboración de Guías de Práctica Clínica del Instituto Nacional de Salud del Niño. COMITÉ HONORARIO Dr. Melitón Arce Rodríguez Dr. Alejandro Castro Franco Dr. Carlos Manuel Díaz Rodríguez Dra. Rosa Elvira Jiménez La Rosa Dra. Rebeca Kuniyoshi Kiyan Dr. Eduardo Balbín Luna Victoria Dr. Roberto Rivero Quiroz Dra. Lidia Hernández Barba COMITÉ CONSULTIVO Dra. Nelly Valenzuela Espejo Médico Pediatra Nefróloga. Magíster en Salud Pública Universidad Nacional Federico Villarreal. Dirección Dr. José Tantaleán Da Fieno Médico Pediatra Intensivista del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN). Magíster en Medicina Universidad Nacional Federico Villarreal. Dra. Elsa Chea Woo Médico Pediatra. Magíster en Medicina Universidad Peruana Cayetano Heredia. Dra. Angela Castillo Vilela Médico Pediatra del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen. Magíster en Medicina. Dr. Juan Francisco Rivera Medina Médico Pediatra Gastroenterólogo del Instituto Nacional de Salud del Niño. Magister en Nutrición Infantil. Los Geranios 151, Lince. Lima 14, Perú. Teléfono: 51-1-4411570 Telefax: 51-1-4226397 E-mail publicaciones@pediatriaperu.org secretaria@pediatriaperu.org Sitio Web http://www.pediatriaperu.org Distribución Gratuita a nivel nacional Frecuencia Trimestral Tiraje 1000 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2007-01985 SOCIEDAD PERUANA DE PEDIATRÍA CARGOS DIRECTIVOS JUNTA DIRECTIVA Presidente Vicepresidente Secretaria General Secretario de Actas Tesorero Secretaria de Acción Científica Pro Secretarios de Acción Científica Secretario de Publicaciones y Biblioteca Vocales de Ética y Calificación Profesional Past-Presidenta Secretaria de Filiales Dr. José Alberto Tantaleán Da Fieno Dra.Sarah María Vega Sanchez Dr. Abel Hernán Salinas Rivas Dr. Oscar Alfredo Aller Fernandini Dr. José Luis Wong Mayuri Dra.Claudia María Ugarte Taboada Dra.María Esther Castillo Díaz Dr. Mario Humberto Encinas Arana Dr. Rafael Gustin García Dra.Angela Castillo Vilela Dra.Carmen Manuela Risco Denegri Dra.Giovanna Alida Punis Reyes Dra.Carmen Rosa Maldonado Faverón Dr. Ildauro Aguirre Sosa COORDINADORES DE CAPÍTULOS Capítulo de Alergia e Inmunología Capítulo de Cardiología Capítulo de Endocrinología Capítulo de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Capítulo de Infectología Capítulo de Medicina del Adolescente Capítulo de Neumología Capítulo de Neonatología Capítulo de Neuropediatría Capítulo de Pediatría Ambulatoria Capítulo de Oncología Capítulo de Terapia Intensiva Capítulo de Pediatría Social Dr. José Gereda Solari Dra.María Lapoint Montes Dra.Cecilia Bonilla Suárez Dra.Janetliz Cucho Jurado Dra.Olguita Del Aguila Del Aguila Dra.Rosario Del Solar Ponce Dra. Lucrecia Monsante Carrillo Dra.Carmen Dávila Aliaga Dra. Inés Caro Kahn Dra.Emma Obeso Ledesma Dra. Clara Pérez Samitier Dra.Rosa Arana Sunohara Dra. María Del Carmen Calle Dávila FILIALES Arequipa Ayacucho Cajamarca Chiclayo Chimbote Cusco Huancayo Ica Iquitos Juliaca Piura Tacna Tarapoto Trujillo Ucayali Dra. Maritza Ramos Medina Dr. Juan Rondinelli Zaga Dr. Rubén Alvarado Revoredo Dra. Carmen Gutiérrez Gutiérrez Dra. Carmen Ormaeche Macassi Dr. Jimmy Borja Castro Dr. Fernando Gonzáles Vivas Dr. Otto Chuy Castro Dr. Jhonny Flores Chávez Dra. Licelly Aguilar Zuñiga Dr. Ricardo Olea Zapata Dra. Lourdes Lombardi Bacigalupo Dra. Mirtha Huayanca Navarro Dra. Herminia Lázaro Rodriguez Dr. Óscar Mendoza Sevilla Revista Peruana de Pediatría Publicación Oficial de la Sociedad Peruana de Pediatría Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 ISSN 1993-6826 Contenido Pág. Editorial La investigación en el país y en la universidad: una política de estado que no podemos esperar más. Luis Huicho Oriundo 59 Trabajos originalES Características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con cuerpos extraños en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. Alexis Ormeño, Ángel Florián. 62 Estrategias de manejo del conducto arterioso permeable en prematuros elegidos por los neonatólogos en unidades de cuidados intensivos neonatales de Lima durante el 2012. Melissa Campos De la Cruz , Kelly Cantaro Silva . 73 Preeclampsia como factor asociado al desarrollo de retinopatía en prematuros de muy bajo peso al nacer nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre Enero 2005 y Diciembre 2011. Mirtha Gayoso, Susan Genaro, Sofía Sáenz, Dora V. Webb, María Luz Rospigliosi, Fabiola Rivera. 84 Creencias sobre salud infantil en madres de una población rural de Arequipa y de la consulta pediátrica de un hospital de Lima. Zaira Castañeda Amado, Noelia Guillén Mendoza, Carolina Llerena Luna, Lisbeth Antezana Nuñez, Daniel Guillén Pinto. 95 Correlación entre la práctica habitual del baño y las complicaciones del resfriado común en niños de 12 a 24 meses durante el invierno del 2011 en el Hospital Daniel Alcides Carrión de Tacna, Perú. Julio César Neyra Pinto. 105 CASO CLÍNICO Neumonía Redonda: Reporte de un caso Julissa Angulo Barranca, Guillermo Bernaola Aponte. 112 TEMA DE REVISIÓN Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. Marcy Salazar Zegarra, David Huanca Payehuanca. 116 rEGLAMENTO DE PUBLICACIóN 132 Revista Peruana de Pediatría Publicación Oficial de la Sociedad Peruana de Pediatría Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 ISSN 1993-6826 CONTENT Pág. Editorial Reserch in the country and the university: a state policy that we can not expect more. Luis Huicho Oriundo 59 ORIGINAL ARTICLES Clinical and epidemiological characteristics of patients seen with foreign bodies in the digestive tract at the Instituto Nacional de Salud del Niño from January 2009 through December 2011. Alexis Ormeño, Ángel Florián. 62 Management strategies of patent ductus arteriosus in preterm chosen by neonatologists in neonatal intensive care units in Lima diring 2012. Melissa Campos De la Cruz, Kelly Cantaro Silva. 73 Preeclampsia as an associated factor to the development of retinopathy of prematurity in very low birth weight infants born at the National Hospital Cayetano Heredia between January 2005 and December 2011. Mirtha Gayoso, Susan Genaro, Sofía Sáenz, Dora V. Webb, María Luz Rospigliosi, Fabiola Rivera. 84 Beliefs about child health in mothers from a rural population in Arequipa and pediatric outpatient clinic of a hospital in Lima. Zaira Castañeda Amado, Noelia Guillén Mendoza, Carolina Llerena Luna, Lisbeth Antezana Nuñez, Daniel Guillén Pinto. 95 Correlation between having a bath daily and the common cold complications in children 12 to 24 months old during the winter of 2011 in Hospital Daniel Alcides Carrion of Tacna, Perú. Julio César Neyra Pinto. 105 CASe report Round Pneumonia: A case report Julissa Angulo Barranca, Guillermo Bernaola Aponte. 112 review topic Attention Deficit Hyperactivity Disorder in Pediatrics: Clinical Guidelines of the Pediatric Neurology Unit of the National Hospital Edgardo Rebagliati Martins, Lima. Marcy Salazar Zegarra, David Huanca Payehuanca. 116 PUBLICATION GUIDELINES 132 58 Editorial 59 La investigación en el país y en la universidad: una política de estado que no podemos esperar más. El país atraviesa por un ciclo sostenido de crecimiento económico y comprensiblemente, existe entre nosotros un sentimiento de optimismo generalizado con respecto al futuro. Sin embargo, hay voces que advierten insistentemente de la necesidad de ser realistas y de evitar falsas complacencias. Nos hablan de la urgencia de desprendernos del paradigma de país exportador de materias primas que nos caracteriza y dar paso a un proceso de industrialización, de promoción de la creatividad y de la innovación, para lo cual inevitablemente hay que conceder real importancia a la inversión sostenida en el recurso humano, en todos sus niveles y en todas sus etapas de vida. Hay quienes señalan que es el lamentable estado del sector público, burocrático y mediocre, el que atenta contra un crecimiento sostenido que nos pueda llevar de manera firme e irreversible a un derrotero de país desarrollado. En estos días se discute la necesidad de una reforma de este sector, con el objetivo de hacerlo más eficiente, promoviendo la meritocracia. Sin duda, soltar las trabas persistentes en este sector y promover una carrera pública basada en la excelencia es una reforma fundamental que no puede esperar. Sin embargo, no es menos cierto que esta reforma legal tiene que estar acompañada de la promoción activa del capital humano. Si no forjamos generaciones nuevas de ciudadanos conscientes de sus derechos y sus deberes, creativos e innovadores, que hayan tenido las oportunidades de desarrollar todo su potencial humano e intelectual, cualquier reforma será insuficiente. La historia nos recuerda una y otra vez que no hay civilización floreciente en la que no se haya promovido activamente el desarrollo de las ciencias, la filosofía y las artes. Empero, en nuestros tiempos, pareciera que aquellos que tienen las riendas del país perciben a éstas como aspectos accesorios, que incluso se pueden alquilar en el extranjero. Nada más falso y peligroso. Promover las ciencias, la filosofía y las artes permite el desarrollo de la creatividad de las personas, abre el camino para la generación de conocimiento y tecnología. Sin embargo, es una inversión cuyos frutos hay que esperar con paciencia. Lograr que este mensaje sea adoptado entusiastamente por todos los sectores, incluyendo a los que toman decisiones políticas, al sector privado y a la ciudadanía, es una tarea importante, que requiere una prédica y un ejemplo persistentes, dondequiera que uno lleve a cabo sus actividades diariamente. En lo que concierne al campo de la salud, la investigación es ciertamente indispensable, tanto desde la perspectiva clínica, que tiene que ver con los pacientes individuales, como desde la perspectiva de la epidemiología y la salud pública, que tienen que ver más bien con la salud de poblaciones enteras. En el caso de la medicina clínica, fortalece las decisiones clínicas y permite practicar y enseñar una medicina de mejor calidad, más eficiente y más humana. Para ello es importante estar al tanto de la producción científica global, pero es tanto o más importante generar conocimiento propio, basado en los problemas clínicos que se enfrenta cotidianamente en nuestro medio. Este tipo de práctica y enseñanza de las ciencias de la salud nos hace mejores profesionales. Desafortunadamente, hemos prestado más atención al consumo de la literatura científica mundial, lo cual sin duda es bueno, pero no hemos enfatizado lo suficiente en la necesidad de generar conocimiento propio. En el área de la epidemiología y la salud pública, la investigación es fundamental para brindar un soporte adecuado a decisiones que afectan millones de vidas. Aquellos que toman decisiones sobre políticas públicas en la salud requieren de insumos basados en sólida evidencia científica. Y son los investigadores quienes tienen que generarla y proveérsela. De lo contrario, se pueden tomar decisiones equivocadas o tardías, en desmedro de incontables vidas humanas. Por ejemplo, la polémica actual sobre la necesidad de implementar la vacunación de los recién nacidos y de las gestantes contra la tos ferina o la necesidad de implementar la vacuna antipolio parenteral en lugar de la oral son apenas dos ejemplos en los que la investigación tiene mucho que aportar para mostrar el costo, la efectividad y el impacto de una u otra decisión. Pero es claro que no basta con generar el conocimiento a través de la investigación. Hay que aprender el lenguaje y el estilo adecuados para transferir de manera convincente los mensajes claves a aquellos que debieran hacer uso de dicho conocimiento para aplicarlo en el desarrollo e implementación de políticas públicas que resulten en un real y mensurable efecto positivo en la calidad de vida y de salud de la población. 60 En el terreno de la salud del niño, además de las investigaciones clínicas y epidemiológicas dirigidas a las diferentes etapas que conciernen tradicionalmente a la pediatría, la percepción de que el ser humano es consecuencia de una serie de experiencias cotidianas acumulativas que se inician antes de la concepción y continúan a todo lo largo del ciclo vital, le ha conferido a la pediatría renovados aires y una oportunidad única de contribuir a la vida y a la salud de los individuos y de las poblaciones con la generación de conocimiento clave sobre los determinantes precoces del estado de salud posterior, del desarrollo intelectual y la productividad social y sobre los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas y mentales en etapas posteriores de la vida. TAhora, como probablemente pocas veces o nunca antes en la historia más reciente de nuestro país, estamos en inmejorable situación para impulsar un proyecto nacional que cuide con entereza y lucidez a sus ciudadanos, que invierta en ellos, que les ofrezca condiciones óptimas de vida, que les provea de una educación de calidad y no la penosa caricatura de ella que se imparte dondequiera que miremos, desde la educación inicial hasta la universitaria. Requerimos políticas de estado para invertir agresivamente en investigación, innovación, ciencia y tecnología, pero también en el desarrollo de las humanidades y las artes. Por lo menos igual o mayor lucidez requerimos de aquellos que dirigen las universidades. No podemos ser complacientes con la penosa situación en la que se encuentran crónicamente. En las aulas universitarias se mira a menudo, con displicencia y hasta con cierto desprecio las actividades de investigación, tanto entre los docentes como entre los estudiantes. Eso debe cambiar y sin más demora. En ello se juega en buena medida nuestro futuro como nación. Dr. Luis Huicho Oriundo Profesor de Pediatría, Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Universidad Peruana Cayetano Heredia Jefe del Servicio de Medicina C, Instituto Nacional de Salud del Niño, Lima, Perú Correo Electrónico: lhuicho@gmail.com 61 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 62 TRABAJOS ORIGINALES Características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con cuerpos extraños en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. Clinical and epidemiological characteristics of patients seen with foreign bodies in the digestive tract at the Instituto Nacional de Salud del Niño from January 2009 through December 2011. Alexis Ormeño1, Ángel Florián2 RESUMEN Introducción: La ingesta de cuerpos extraños (C.E.) es cada vez más frecuentemente reportada en la práctica médica habitual, constituyendo la segunda indicación de endoscopía digestiva alta de emergencia en pediatría después de la hemorragia digestiva. Objetivo: Describir las características clínicas epidemiológicas de los pacientes atendidos con CE en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. Métodos: Se revisaron las historias clínicas de 148 pacientes con C.E. en vía digestiva atendidos entre el 01 de Enero del 2009 y el 31 de Diciembre del 2011 en el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) y que cumplieron los criterios de inclusión. Para el análisis estadístico se utilizó el paquete estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) v. 19 para Windows. Resultados: El grupo etáreo más afectado fue el de 6 meses a 3 años (70,9% de casos), con un ligero predominio del sexo masculino. En el 16,9% de casos se reportaron maniobras previas de extracción sin éxito y en el 75,7% de casos la extracción se realizó luego de 24 horas. Se reportó mas frecuentemente vómitos, sialorrea y disfagia cuando el C.E. se alojó en el esófago y la extracción endoscópica se realizó en el 76,4% de casos. Los C.E. más frecuentemente ingeridos fueron monedas y baterías de disco y se presentaron complicaciones en el 29,1%, siendo más frecuentes las úlceras y erosiones en la mucosa digestiva. El 16,2% de pacientes requirió hospitalización. Conclusiones: El grupo etáreo más frecuentemente afectado fue el de 6 meses a 3 años, la extracción vía endoscópica se realizó en la mayoría de pacientes, el C.E. más comúnmente ingerido fue moneda y la localización más frecuente fue esófago superior. Las complicaciones más frecuentes fueron úlceras y erosiones en la mucosa digestiva. Palabras Clave: Cuerpo, extraño, niños, gastrointestinal. SUMMARY Introduction: The ingestion of foreign bodies (FB) is more and more frequently reported in medical (1) (2) Médico Pediatra Residente de Segundo Año de la Subespecialidad de Gastroenterología Pediátrica en el Instituto de Salud del Niño Médico Asistente del Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Instituto Nacional de Salud del Niño practice, constituting the second indication of upper endoscopy in pediatric emergency after gastrointestinal bleeding. Objective: To describe the clinical and epidemiological characteristics of patients treated with EC in the digestive tract at the Instituto Nacional de Salud del Niño from January 2009 to December 2011. Alexis Ormeño, Ángel Florián. Methods: We reviewed the medical records of 148 patients with CE in digestive tract treated between January 1, 2009 and December 31, 2011 at the Instituto Nacional de Salud del Niño who met the inclusion criteria. For statistical analysis we used SPSS (Statistical Package for Social Sciences) v. 19 for Windows. Results: The age group most affected was from 6 months to 3 years, with a slight male predominance. In 16.9% of cases were reported prior extraction maneuvers without success and in 75.7% of cases the extraction was performed after 24 hours. Most frequently reported vomiting, drooling and dysphagia when the FB lodged in the esophagus. The endoscopic removal was performed in 76.4% of cases and FB most frequently found were coins and disc batteries. Complications occurred in 29.1%, being more frequent ulcers and erosions in the gastrointestinal mucosa. Hospitalization was required in 16.2% of patients. Conclusions: The most frequently affected age group was 6 months to 3 years, endoscopic removal was performed in most patients, CE most commonly ingested was coins and the most frequent location was the upper esophagus. The most frequent complications were ulcers and erosions in the gastrointestinal mucosa. Key Words: Foreign body, children, gastrointestinal. INTRODUCCIóN La ingestión y/o aspiración de cuerpos extraños (CE) en la edad pediátrica son accidentes que se observan con frecuencia, a pesar de las recomendaciones que habitualmente se realizan. (1-3) Cualquier objeto infrecuente en el aparato digestivo podría ser considerado un CE, sin embargo se consideran cuerpos extraños, a aquellos que poseen potencial lesivo o son insólitos en esta localización.(4) La ingesta de CE es ante todo un problema pediátrico ya que más del 80% de los casos ocurren en niños, y la incidencia máxima ocurre entre los 6 meses y los de 3 años de edad. (5) Los niños pueden deglutir gran variedad de objetos que suelen pasar a través del tracto gastrointestinal sin complicaciones. En los niños mayores generalmente es accidental (6), aunque también los niños y adolescentes con retraso mental o alteraciones psiquiátricas constituyen un grupo de riesgo. Felizmente, entre el 80 y el 90 % de los CE que llegan al estómago se expulsan espontáneamente, 63 aunque el 10 y el 20 % requieren extracción endoscópica, y el 1 % intervención quirúrgica. (7) El objetivo del presente estudio es describir las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con CE en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. Si bien es cierto existe ya literatura al respecto, existe escasez de datos estadísticos en población pediátrica en nuestro país. MATERIAL Y METODOS Se procedió a revisar las historias clínicas de todos los pacientes atendidos por ingesta de C.E en el Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) durante el período de estudio y se llenó una ficha de recolección con datos sobre edad, sexo, factores de riesgo, tiempo de evolución, manifestaciones clínicas, hallazgos radiológicos, tipo de cuerpo extraño, localización y complicaciones ya sea producto de la extracción o por efecto del cuerpo extraño en sí. Este estudio, aprobado por el Comité de Ética del INSN, se realizó durante un período de 24 meses comprendidos desde Enero del 2009 a Diciembre del 2011. Se excluyeron aquellos casos en los que no se llegó a identificar el cuerpo extraño, ya sea mediante estudio de imágenes, o por endoscopia digestiva y aquellos atendidos por Consultorio Externo, con el antecedente de ingesta de cuerpo extraño. Para el análisis estadístico se usó el paquete estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) v. 19 para Windows. Se realizó análisis descriptivos en frecuencia de presentación, porcentajes, promedios, gráficos circulares y de barras. RESULTADOS Se reportaron 186 egresos de pacientes con el diagnostico de C.E. en vía digestiva. Se excluyeron 38 casos (20,4%) por no encontrarse su historia clínica y no cumplir criterios de inclusión, ingresando finalmente al estudio 148 casos. La edad de los pacientes osciló entre 6 meses y 16 años, con una mayor frecuencia en el grupo etáreo de 6 meses a tres años con 105 casos (70.9%) (Gráfico Nº 1). Se atendieron 79 varones (53.4%) y 69 mujeres (46.6%). Características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con cuerpos extraños en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. 64 Grafico Nº 1. Casos de Cuerpo Extraño en Vía Digestiva según grupo etáreo. INSN 2009- 2011 30.0 25.0 25.0 21.6 20.0 15.5 15.0 10.0 12.2 10.1 8.8 % casos 6.8 5.0 0.0 <1a 1a 2a 3a 4a 5a >5a Como antecedentes relevantes en el 16.9% de casos hubieron maniobras previas de extracción, en el 2% trastornos psiquiátricos y en el 1.4% alteración estructural de la vía digestiva (1 postoperado de atresia esofágica y 1 estenosis esofágica post ingesta de cáustico) (Grafico Nº 2) Grafico N° 2. Características Intrínsecas de pacientes con Cuerpo Extraño en Vía Digestiva. INSN 2099 - 2011 80.0 60.0 40.0 20.0 % casos Alterac. Estr uctura l Digesti va Trast, psiquia tricos Maniob ras previas de extr ac. Ningun a 0.0 El tiempo de evolución fue hasta 48 horas post ingesta del C.E. en 73 (65,2%), 6 (66,6%), 3 (42,9%) y 9 (69,3%) casos si se localizó en esófago superior, medio, inferior y estomago respectivamente. El C.E. en Intestino delgado y grueso el tiempo de evolución fue 3 días a más en el 50% y 100% de casos respectivamente (Tabla Nº 1). Tabla N° 1. Tiempo de evolución según localización del C.E. INSN 2009 -2011. Tiempo de evolución Esófago sup Esófago medio <24 horas 1-2 días 3-4 días >= 5 días 25 (22,3%) 48 (42,9%) 23 (20,5%) 16 (14,3%) 4 (44,4%) 2 (22,2%) 2 (22,2%) 1 (11,1%) Localización Esófago inf Estomago 1 (14,3%) 2 (28,6%) 1 (14,3%) 3 (42,9%) 4 (30,8%) 5 (38,5%) 1 (7,7%) 3 (23,1%) Int. Delgado Int. Grueso 2 (33,3%) 1 (16,7%) 1 (16,7%) 2 (33,3%) 0 0 0 1 (100%) Veintiún pacientes (14.2%) cursaron asintomáticos al ingreso. El 33.1% de casos curso con vómitos, el 27% con disfagia y el 26.4% con sialorrea como manifestaciones mas frecuentes. (Gráfico Nº 3). En Alexis Ormeño, Ángel Florián. 65 pacientes con C.E. esofágico se reportó vómitos en el 17,2% de casos, disfagia en el 16,7%, sialorrea en el 16,3% y rechazo a alimentos en el 9,6%. En C.E. en estómago se reportó vómitos en 30% de casos y nauseas y dolor abdominal en 20% cada uno y en C.E. en intestino se reportaron nauseas, vómitos y dolor abdominal en 22,2% de casos. Grafico N° Nº 3. 3. Manisfestaciones con Cuerpo Cuerpo extraño Extrañoen en Grafico ManifestacionesClínicas clinicasde de pacientes pacientes con Vía INSN - 2011 viaDigestiva. digestiva. INSN2099 2009-2011. 0.0 5.0 10.0 15.0 20.0 25.0 30.0 35.0 % casos El total de pacientes tuvieron estudios radiológicos, demostrando un C.E. radio opaco en 138 pacientes (93.2%) y en el resto no se logró documentar la presencia de C.E. por este método. La vía de eliminación fue endoscópica en 113 casos (76.4%), espontánea en 25 casos (16.9%), con Sonda Foley en 4 casos (2.7%), con pinza bajo visión directa en 2 casos (1.4%) y quirúrgica en 4 casos (2.7%). (Gráfico Nº 4) Grafico Nº N° 4. 4.Via Víade deeliminacion eliminaciónde deCuerpo Cuerpoextraño Extrañoen envía Vía Grafico Digestiva. INSN INSN2009-2011 2009 - 2011 digestiva. 2.7 1.4 16.9 2.7 Espontane a Son da Fol ey 76.4 End oscop ia Qui rurgica Pinza visio n d irecta Se realizó endoscopía digestiva bajo anestesia general en 138 pacientes, pero sólo en 113 se logró extraer el C.E. por este método; en 18 pacientes no se logró encontrar el C.E., en 4 casos se ubicó el C.E. pero fue imposible extraerlo, siendo finalmente necesaria la extracción quirúrgica y en 3 casos el C.E. se empujó desde el esófago al estómago para finalmente ser eliminados espontáneamente. El C.E. más frecuente fue moneda en un 52.7% de casos, en el 33% objetos afilados (aretes lo más frecuente, seguido de juguetes afilados, tachuelas, alfileres, agujas, huesos, imperdibles, huesos, etc.), en el 14.9% baterías de disco, magnetos y alimentos en el 2% de casos cada uno y en un 6.1% otros como huachas metálicas, anillos, fichas de plástico, canicas, etc.). Gráfico Nº 5. Características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con cuerpos extraños en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. 66 En 5 pacientes se evidenció la ingesta de múltiples C.E., siendo en tres de ellos 2 monedas juntas, en uno 2 baterías de disco y en uno de ellos una moneda y una batería de botón. Grafico Nº 5 Tipo de Cuerpo Extraño en Via Vía Digestiva. INSN 2009 - 2011. 2% 2% Moned as 6% Bateria s 22% Obj eto s afilados 53% 15% Magne tos Alimen tos Otros En cuanto a la localización del C.E. al momento del diagnóstico en el 75,7% de casos fue en esófago superior seguido del estomago en el 8.8%. En el 6.1% de casos se ubicó en esófago medio, en el 4.7% en esófago inferior, en el 4.1% de casos e intestino delgado y en el 0.7% en intestino grueso. Gráfico Nº 6. La vía de eliminación según localización del C.E. se presenta en Tabla Nº 2. Grafico 6. Localización Cuerpo Extraño Grafico Nº N° 6. Localizacion dede Cuerpo Extraño en en ViaVía Digestiva. INSN. 2009-2011 Digestiva. INSN 2009 - 2011 80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 % casos 30.0 20.0 10.0 Inte st. Gru eso Inte st. Delgad o Esto ma go Esofago inferior Esofago medio Esofago superio r 0.0 Alexis Ormeño, Ángel Florián. 67 Tabla N° 2. Vía de eliminación según localización del C.E. INSN 2009 - 2011. Localización Vía de eliminación Esófago sup Esófago medio Esófago inf Estomago Int. Delgado Int. Grueso Espontánea 4 (16%) 5 (20%) 3 (12%) 8 (32%) 5 (20%) 0 Sonda Foley 4 (100%) 0 0 0 0 0 Endoscopia 101 (89,4%) 4 (3.5%) 4 (3.5%) 4 (3.5%) 0 0 Quirúrgica 1 (25%) 0 0 1 (25%) 1 (25%) 1 (25%) Pinza bajo visión 2 (100%) 0 0 0 0 0 Como complicaciones se reportó úlcera en la mucosa digestiva en el 22.3% de casos, erosiones de mucosa en 3.4%, perforación de tubo digestivo en 2.7%, estenosis en 2%, mediastinitis en el 1.4% y fístula en 0.7%. Grafico Nº 7. Además 24 pacientes (16.2%) requirieron hospitalización (mayor a 24 horas). N° 7. 7. Com Complicaciones de pacientes pacientescon conC.E. Cuerpo Extraño en Vía Grafico Nº plicaciones de en via digestiva. INSN 2009-2011 Digestiva. INSN 2009 - 2011 80.0 60.0 40.0 % casos Fístula Mediastinitis Este nosis Per fora ció n Ero sión Úlce ra 0.0 Ningun a 20.0 Si se tiene en cuenta la presencia de complicaciones y la necesidad de hospitalización, no hubo diferencias en cuanto a sexo para ambas condiciones. Según el tiempo de evolución la mayor presencia de complicaciones la tuvo el grupo de más de 5 días y según el tipo de C.E. los que ingirieron baterías de botón tuvo la mayor tasa de complicaciones, seguida por la ingesta de C.E, afilados. Tabla Nº 3. Características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con cuerpos extraños en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. 68 Tabla N’ 3. Características de los casos según presencia de complicaciones y necesidad de hospitalización (>1 día). INSN 2009-2011. Complicaciones Característica Hospitalización (>24h) Nº % Nº % masculino 22 51.2 11 13.9 femenino 21 48.8 13 18.8 <1 a 8 61.5 3 23.1 1a 11 34.4 10 31.3 2a 8 21.6 4 10.8 3a 5 21.7 2 8.7 4a 7 46.7 2 13.3 5a 0 0 0 0 > 5a 4 22.2 3 16.7 <24 horas 11 30.6 5 13.9 1-2 días 14 24.1 7 12.1 3-4 días 7 25 4 14.3 5 días + 11 42.3 8 30.8 moneda 10 12.8 5 6.4 batería 19 86.4 13 59.1 objetos afilados 12 36.4 5 15.2 magneto 1 33.3 0 0 alimentos 0 0 0 0 otros 1 11.1 1 11.1 Esófago sup. 35 32.3 18 16.1 Esófago medio 1 11.1 0 0 Esófago inf. 2 28.6 0 0 Estomago 3 23.1 9 30.8 Int. Delgado 1 16.7 1 16.7 Int. Grueso 1 100 1 100 Sexo Edad Tiempo de evolución Tipo de CE Localización Alexis Ormeño, Ángel Florián. DISCUSION La ingesta de cuerpos extraños es primariamente un problema pediátrico, más del 80% de casos ocurre en niños y la gran mayoría ocurre en menores de 3 años. Los niños, sin embargo, ingieren diferentes tipos de cuerpos extraños que los adultos y por diferentes razones (accidental vs. intencional) condicionando diferencias en las técnicas de remoción y sus complicaciones. La ingestión de C.E. es un problema de salud mundial, pero el tipo de C.E, ingerido puede variar según la región geográfica. (5) El grupo etáreo más afectado fue el de 6 meses a tres años de edad (70,9%), también reportado en otras series aunque en menor porcentaje de casos (54%)(5,8,9,10), sin descartar el grupo de escolares como se observó en nuestra serie con un 12,2% de casos. Se tuvo una razón hombre:mujer de 1.14:1 similar a lo reportado por Silva y colaboradores(11). Muy importante a tener en cuenta en estos pacientes antecedentes como: ingesta de cáusticos, enfermedades esofágicas congénitas (atresia esofágica), intervenciones quirúrgicas previas en esófago, enfermedades psiquiátricas, pertenencia a reformatorios o centros penitenciarios y la profesión paterna (carpinteros).(8) Harries y Frost reportan un caso de obstrucción por restos alimenticios en un paciente con antecedentes de atresia esofágica intervenido durante el período neonatal.(12) O´Sullivan reporta un total de 36 pacientes psiquiátricos que ingirieron cuerpos extraños,(13) y en otras series se reportó hasta un 22% de antecedentes psiquiátricos en pacientes con cuerpos extraños ingeridos. Ospina reportó que los antecedentes relevantes para el cuadro clínico fueron cirugía esofágica (por atresia en 2 pacientes), uno con secuelas de quemadura por cáusticos y otros dos con problemas del aprendizaje, es decir que el 12% tenía algún antecedente de importancia para la obstrucción y el restante 88% no tenía antecedentes relevantes.(14) En nuestra serie en el 16.9% de casos hubieron maniobras previas de extracción (uso de fonda Foley, endoscopía digestiva alta, intento de extracción digital y colonoscopía, todas ellas sin éxito). Este dato no reportado en otras series revisadas hace notar la necesidad de contar con un protocolo de atención de estos pacientes para definir adecuadamente la vía de eliminación del C.E. En el 2% de casos se reportó trastornos psiquiátricos y en el 1.4% alteración estructural de la vía digestiva (1 postoperado de atresia esofágica y 1 estenosis esofágica post ingesta de cáustico). En cuanto al tiempo de evolución Botto reporto en su serie que fueron atendidos en el primer día 69 el 69% de los casos de ingestión, 16,6% entre le 2 y 15 día, 6% entre los días 16 y 30 y un 7% después de los 30 días.(15) Ospina reportó que el tiempo de evolución entre el momento de la ingesta y la extracción del cuerpo extraño estuvo entre 6 horas y 1 semana.(14) En nuestra serie en el 63,5% de casos el C.E. fue extraído dentro de las 48 horas de ingesta y en el 24,3% de casos fue dentro de las 24 horas. Si tenemos en cuenta la localización, en el caso del C.E. alojado en la vía digestiva superior (esófago y estomago) en la mayoría de casos la extracción se realizó dentro de las 48 horas y cuando el C.E. se alojo en el intestino delgado o grueso, el tiempo de evolución fue mayor ya que se esperó la eliminación espontánea del mismo antes del alta. Botto reportó que en su serie, en 11 pacientes se reportó episodios de sofocación, en 61% de caso se presento disfagia y un niño con asfixia ingreso en paro cardiorrespiratorio con el C.E. en supraglotis.(15) Ospina encontró que el 100% de los pacientes presentaba disfagia, 78% (33 pacientes) tenían sialorrea, se documentó en el 59% (25 casos) el dolor o llanto persistente, tos en 5 pacientes, la fiebre y la rectorragia fueron registradas de forma individual en dos pacientes, esta última en un caso particular de un lactante con ingestión de cuerpo extraño que posterior a la observación se obstruyó en recto.(14) Chien Hen reportó que en pacientes con C.E: en el esófago, 84% de pacientes tuvieron síntomas incluyendo odinofagia, tos, sialorrea, irritabilidad, nauseas y vómitos. En pacientes con C.E. en estómago, 48% tuvieron síntomas como nauseas, vómitos y dolor abdominal.(16) En nuestra serie en pacientes con C.E. en esófago el 93,3% tuvieron síntomas, siendo los más frecuentes vómitos, sialorrea y disfagia. En el caso de pacientes con C.E. en estómago y en intestino delgado, el 90% y el 77,8% respectivamente tuvieron síntomas y en ambos casos los síntomas más frecuentes fueron dolor abdominal, nauseas y vómitos. Los hallazgos radiológicos de los estudios cervicales y de tórax son de utilidad para el diagnóstico y ubicación del objeto (17,18) sin embargo, según la literatura sólo un 65% de los mismos son radio opacos (19,20), en nuestra serie el 93.2% tenía esta característica, razón por la cual la endoscopía digestiva adquiere un valor diagnóstico y terapéutico relevante. En el presente estudio el 76,4% de C.E. fueron extraídos vía endoscópica, siendo esta tasa claramente superior en comparación con los datos sugeridos en la Guía de la Sociedad Americana 70 Características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con cuerpos extraños en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. de Endoscopía Gastrointestinal en que se sugiere que sólo el 10-20% de C.E. pueden ser retirados endoscópicamente.(9) El 16,9% de C.E. fueron eliminados en forma espontánea, con sonda Foley en el 2,7% y por cirugía en el 2,7% de casos, lo cual difiere a lo reportado por Lee y colaboradores en su serie con eliminación espontánea en el 58,2% de casos, vía endoscópica en 40,2%, y con cirugía abierta en el 1,6% de casos. (21) Se han reportado la ingestión de una gran variedad de cuerpos extraños como: monedas, partes de juguetes, canicas, alfileres, tachuelas, semillas y menos frecuentemente huesos de pollo y espinas de pescado. (8) Cheng y Tam reportaron que los objetos más comúnmente ingeridos fueron monedas (49%) y espinas de pescado (29%).(22) En nuestra serie las monedas fueron los objetos más comúnmente ingeridos en el 52,7% de casos, seguido por batería de disco en un 14,9% de casos. La incidencia de ingesta de baterías de disco ha aumentado durante los últimos años debido a que los niños usan cada vez mas juguetes electrónicos que usan estos dispositivos.(23) La presencia de estos cuerpos extraños en el estómago generan un dilema en el manejo entre una observación expectante esperando la progresión a través del tubo digestivo y la extracción endoscópica urgente, ya que las baterías presentan el riesgo de necrosis por presión directa sobre la pared gástrica y contienen sustancias corrosivas que podrían causar erosión o necrosis de la mucosa.(8,20) En nuestra serie en 5 pacientes (2,68%) se reportó ingesta de múltiples cuerpos extraños, siendo en todos los casos metálicos (monedas y baterías de disco). En la edad pediátrica la literatura reporta que generalmente los cuerpos extraños al momento del diagnóstico se encuentran alojados en el estómago 60%, un 20% queda en esófago y un 11% en intestino delgado.(8) Sin embargo, en nuestra serie, en el 86,5% de los casos se encontraron en esófago, siendo ubicado en tercio superior en el 75,7%, hallazgo similar a lo reportado por Ospina y otros investigadores. (14,24,25,26,27,28,29,30,31) Esto puede ser explicado por el alto porcentaje de pacientes de tres años y menores (70,9%), en los cuales las dimensiones esofágicas favorecen la retención de los C.E. en este segmento del tubo digestivo. Si se tiene en cuenta la vía de eliminación según localización del C.E., de los que se eliminaron espontáneamente el 32% estuvo alojado en estómago. De los 4 casos en que la extracción fue quirúrgica, 3 fueron baterías de botón (1 en esófago, 1 en estómago y 1 en duodeno) en las cuales se intentó previamente la extracción endoscópica sin éxito y en 1 caso fue una pinza de cejas alojada en el recto. Esto es explicable teniendo en cuenta los mecanismos de injuria de las baterías de disco en la mucosa del tubo digestivo, lo cual hace necesaria su extracción inmediata mediante endoscopia, cuando es posible, o incluso mediante cirugía, como en nuestra serie. En la Susy Safe database, el 36% de los niños requirió hospitalización prolongada.(32) En nuestra serie sólo el 16.2% de los casos necesito hospitalización mayor a 24 horas. En la gran serie de casos, las complicaciones más comúnmente observados fueron infecciones no neumónicas (6,7%), neumonía (6,4%), asma (3,1%) y perforación (2,9%).(32) En nuestra serie, las complicaciones se observaron en el 29,1% de los casos, siendo lo más frecuente la presencia de úlcera en la mucosa digestiva en el 22,3% de casos y erosiones en el 2,3%. La perforación del tubo digestivo en nuestra serie se presentó en frecuencia similar a lo reportado en la literatura. En el grupo etáreo menor de un año se vio con más frecuencia la presencia de complicaciones (61.5%), seguido por el grupo de 4 años en el cual de los 7 casos, 4 ingirieron objetos afilados, 2 ingirieron monedas y 1 batería de botón. En cuanto al tipo de C.E. la literatura reporta que las monedas se asociaron con un riesgo elevado de complicaciones y hospitalización, mientras que las baterías se asociaron con un mayor riesgo de complicaciones, y alfileres, agujas y clavos con un mayor riesgo de hospitalización.(33) En nuestra serie la ingesta de baterías de botón y los objetos afilados, así como el tiempo de evolución mayor a 5 días, se asociaron a mayor presencia de complicaciones y necesidad de hospitalización. Si se tiene en cuenta la localización, en nuestra serie, el mayor número de complicaciones se observó cuando el C.E. se alojó en esófago superior e inferior seguido del estómago. En el 77,7% y en el 85,8% de casos el tiempo de evolución de C.E. alojados en el tercio superior e inferior del esófago respectivamente fue de más de 24 horas condicionando mayor tiempo de contacto entre el cuerpo extraño y la mucosa favoreciendo de esta manera la presencia de complicaciones. Además la mayor tasa de hospitalizaciones se observó cuando el C.E. se alojó en estómago: esto debido a que un importante 32% de C.E. eliminados espontáneamente se alojaron inicialmente en estómago y permanecieron hospitalizados hasta constatar la eliminación. Alexis Ormeño, Ángel Florián. 71 CONCLUSIONES El grupo etáreo en el cual se reportó más frecuentemente ingesta de C.E. fue el de 6 meses a tres años. En un importante porcentaje de casos se tuvo el antecedente de maniobras previas de extracción del C.E. sin éxito, lo cual denota la necesidad de contar con protocolos de atención para estos pacientes. Según la localización en el caso de C.E. en esófago los síntomas mas frecuentes fueron vómitos, sialorrea y disfagia. La extracción vía endoscópica se realizó en la mayoría de pacientes, a diferencia de otras series. El C.E. más comúnmente ingerido fue moneda seguido por batería de disco, cada vez mas frecuentemente reportada en las distintas series. Los C.E. se alojaron más frecuentemente en el esófago principalmente en el tercio superior. Requirió hospitalización el 16,2% de casos y se presentaron complicaciones en el 29,1%, siendo más frecuentemente reportadas úlceras y erosiones en la mucosa digestiva. Las complicaciones se presentaron más frecuentemente en los pacientes menores de 1 año, con la ingesta de baterías de botón y objetos afilados, cuando el C.E. se alojó en el esófago superior y cuando el tiempo de evolución fue mayor a 5 días. RECOMENDACIONES Establecer un protocolo de atención de casos de C.E. en vía digestiva, estableciendo claramente los niveles de atención para realizar la referencia oportuna y sobre todo definir la vía de eliminación más adecuada de acuerdo al tipo de C.E. Diseñar estudios prospectivos nacionales para establecer factores de riesgo para presencia de complicaciones y factores predictores para vía de eliminación según localización inicial, tipo de cuerpo extraño, tamaño, etc. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Tong MC, Ying SY, Van Hasselt CA. Nasal foreign in children. Int. J. Pediatr Otorhinolaringol 1996; 35(3): 207. 2. Lauren D. Foreign Bodies of the Airway and Esophagus. Pediatric Laringology. In Cummings Otolaryngology - Head and Neck Surgery. Editorial Masson 2010; 2935-43. 3. Hughes CA, Baroody FM, Marsh BR. Pediatric tracheobronquial foreign bodies: historical review from the John Hopkins Hospital. Ann Otol Rhinol Laryngol 1996; 105(7): 555. 4. Maluenda C, VareaV, Bodas A. Ingesta de cuerpos extraños. En Protocolos de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica. España Edit Ergon S.A. 2010; 131-4. 5. Kay M, Wyllie R. Pediatric Foreign Bodies and Their Management. Current Gastroenterology Reports 2005, 7: 212–218. 6. Messner AH. Pitfalls in the diagnosis of aerodigestive tract foreign bodies. Clin Pediatr Phila 1998; 37(6): 359-65. 7. Byrne WJ. Cuerpos extraños, bezoares e ingestión de cáustico. Clin Endosc North Am 1994; 1: 103- 24. 8. Arana A, Hauser B, Hachimi-Idrissi S, Vandenplas Y. Management of ingested foreign bodies in childhood and review of the literature. Eur J Pediatr 2001; 160: 468–72. 9. Eisen GM, Baron TH, Dominitz JA, Faigel DO, Goldstein JL, Guideline for the management of ingested foreign bodies. Gastrointest Endosc 2002 ;55: 802–6. 10.Chaves DM, Ishioka S, Felix VN. Removal of a foreign body from the upper gastrointestinal tract with a flexible endoscope: a prospective study. Endoscopy 2004; 36: 887–92. 11.Chacon FS, Ballali S, Passali D, Cuestas G, Epidemiology of foreign bodies injuries in Ecuador: A first look based on a single centre experience. International Journal of Pediatric Otorhinolaryngology 2011; 75(6): 854–857. 12.Harries PG, Frost RA. Foreign body impaction arising in adulthood: A result of neonatal repair of tracheooesophageal. Ann R Coll Surg Engl 1996; 78(3): 217-220. 13.O‘Sullivan ST, Reardon CM, McGreal GT, Hehir 72 Características clínicas y epidemiológicas de los pacientes atendidos con cuerpos extraños en vía digestiva en el Instituto Nacional de Salud del Niño desde Enero del 2009 hasta Diciembre del 2011. DJ, Kirwan WO, Brady MP. Deliberate ingestion of foreign bodies by institutionalized psychiatric hospital patients and prison inmates. In J Med Sci 1996; 165(4): 294-296. 14.Ospina J, Posada ME. Cuerpos extraños en tracto gastrointestinal en niños. Rev Col Gastroenterol 2008; 23 (3): 233. 15.Botto H, Zanetta A, Nieto M, Rodríguez H, Tiscornia C. Cuerpos extraños en las vías aérea y digestiva. Medicina Infantil 1997; 4: 166. 16.Lin CH, Chen AC, Tsai JD, Wei SH, Hsueh KC, Lin WC. Endoscopic removal of foreign Bodies in children. Kaohsiung J Med Sci September 2007, 23(9): 445. 17.edesco FJ. Endoscopic removal of foreign bodies using fiberoptic instruments. South Med J 1977; 70: 991-994. 18.Brady PG, Johnson WF. Removal of foreign bodies: The flexible fiberoptic endoscope. South Med J 1977; 70: 702-704. 19.Daza W, Sanchez E, Urueña M. Urgencias pediátricas: Cuerpos extraños en el tracto digestivo alto. Temas pediátricos 2008; 25(1): 52-56. 20.Lin H, Lee S, Chu H, Chang W, Chao Y, Hsieh T. Emergency endoscopic management of dietary foreign bodies in the esophagus. American journal of emergency medicine 2007; 25: 662-665. 21.Lee JH, Lee JS, Kim MJ, Choe YH. Initial Location Determines Spontaneous Passage of Foreign Bodies From the Gastrointestinal Tract in Children. Pediatric Emergency Care 2011; 27 (4): 284-89. 22.Cheng W, Tam PK. Foreign-body ingestion in children: experience with 1265 cases. J Pediatr Surg 1999;34: 1472–6. 23.Antoniou D, Christopoulos-Geroulanos G. Management of foreign body ingestion and food bolus impaction in children: a retrospective analysis of 675 cases. The Turkish Journal of Pediatrics 2011; 53: 381-387. Correspondencia: 24.Yoza M, Páucar P, Pita L, Vesco E, Soriano C, Velásquez H. Cuerpo extraño en esófago: Experiencia de dos años en el HNERM. Enfermedades del Aparato Digestivo 1998; 1(4): 9-11. 25.Guzmán F., Morales J, Chacín Z. Evaluación, diagnostico y manejo de los cuerpos extraños en esófago en pacientes pediátricos. Experiencia en el hospital Universitario de Maracaibo. Archivos venezolanos de puericultura y pediatria. 2001; 64(3): 148-154. 26.Pokharel R, Adhikari P, Bhusal CL, Guragain RP. Oesophageal foreign bodies in children. J Nepal Med Assoc 2008; 47(172): 186-8. 27.Lakdhar-Idrissi M, Hida M. L’ingestion de corps e´tranger chez l’enfant : a` propos de 105 cas. Archives de Pe´diatrie 2011;18: 856-862. 28.Rybojad B, Niedzielska G, Niedzielski A, RudnickaDrozak E, Rybojad P. Esophageal Foreign Bodies in Pediatric Patients: A Thirteen-Year Retrospective Study. Scientific World Journal. 2012; 20: 1-6. 29.Barber GB, Peppercorn MA, Ehrlich CE. Esophageal foreign body perforation: Report of an unusual case and review of the literature. Am J Gastroenterol 1984; 79: 509-511. 30.Karloo M. Caustic ingestion and foreign bodies in the gastrointestinal system. Curr Opin Pediatr 1998; 10(5): 16-22. 31.Simic MA, Budakov BM. Fatal upper esophageal hemorrhage caused by a previously ingested chicken bone: case report.Am J Forensic Med Pathol 1998; 19: 166-8.. 32.Gregori D., The Susy Safe Project, A web-based registry of foreign bodies injuries in children, Int. J. Pediatr. Otorhinolaryngol 2006; 70: 1663–1664. 33.Gregori D. Ingested foreign bodies causing complications and requiring hospitalization in European children: Results from the ESFBI study. Pediatrics International 2010; 52: 26–32. Dr. Ángel Florián Servicio de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición del Instituto Nacional de Salud del Niño Av. Brasil 600 – Breña, Lima - Perú Correo electrónico: alexisojulca@yahoo.es alexisojulca@gmail.com angelflorianlino@yahoo.com.mx Recibido: 09.04.13 Aceptado: 10.05.13 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 73 Estrategias de manejo del conducto arterioso permeable en prematuros elegidos por los neonatólogos en unidades de cuidados intensivos neonatales de Lima durante el 2012. Management strategies of patent ductus arteriosus in preterm chosen by neonatologists in neonatal intensive care units in Lima diring 2012. Melissa Campos De la Cruz 1, Kelly Cantaro Silva 1 RESUMEN Objetivo: Describir las estrategias de manejo del conducto arterioso permeable en prematuros elegidos por los neonatólogos de las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales de Lima. Materiales y Métodos: Estudio de corte transversal y observacional. Una encuesta anónima e individual se aplicó entre los neonatólogos que ejercen en Unidades de Cuidados Intensivos de Lima. Resultados: Participaron 11 Unidades de Cuidados Intensivos, que incluyó a 166 neonatólogos (92,7% del total). Los residentes de neonatología representaron el 10,24% de la población total. El 56,02% de los encuestados respondió que contaba con un protocolo en su unidad operativa. La estrategia de manejo elegida más utilizada fue la guiada por ecocardiografía, tanto en neonatos ≤ 28 semanas de edad y un peso ≤ 1000g (53,61%) como en neonatos ≥ 29 semanas de edad y un peso > 1000g (51,81%). El medicamento de elección fue el ibuprofeno oral en un 55,42%, mientras que la indometacina endovenosa se prefirió en 43,37%. Un 68,67% considera derivar a cirugía luego de fallar el 2° curso de tratamiento. Los factores externos influyentes en el manejo son disponibilidad de ecocardiografía (67.47%) y acceso al medicamento (65.66%). Conclusiones: La decisión del manejo va a depender de la experiencia individual de cada neonatólogo y de las limitaciones de la institución. En ambos de los escenarios planteados, tanto en neonatos ≤ 28 semanas y/o con un peso ≤ 1000g., como en neonatos ≥ 29 semanas y/o con un peso > 1000g., la estrategia preferida es la guiada por ecocardiografía. La escasez del medicamento estándar y los diferentes esquemas, han determinado variabilidad en el manejo lo que refleja la falta de consenso. Los factores más limitantes en las UCI de Lima son la disponibilidad del medicamento y el acceso a ecocardiografía. Palabras Clave: Estrategias de manejo, conducto arterioso permeable, Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales. SUMMARY Objective: : Describe the management strategies chosen for patent ductus arteriosus in premature newborns by neonatologists in Neonatal Intensive Care Units of Lima. Materials and methods: A cross-sectional observational study. An anonymous individual quiz applied between neonatologists practicing in Intensive Care Units of Lima. Results: We considered 11 Neonatal Intensive Care Units comprised by 166 neonatologists (92.7% of surveyed). Neonatology residents imply the 10.24% of the total population of respondents. The 56.02% answered that had a protocol in (1) Médico Cirujano. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú. its operational unit. About the management strategy used in newborns ≤ 28 weeks of age and weighing ≤ 1000g, a 53.61% chose ultrasoundguided strategy. The management strategy used in newborns ≥ 29 weeks of age and weighing> 1000g, the 51.81% opted for ultrasound-guided. 55.42% of respondents chose oral ibuprofen as first medication choice, while 43.37% selected intravenous indomethacin. The 68.67% considered derive to surgery after missing on 2nd course of treatment. The more influential external factors in the management strategy to use are the echocardiography accessibility (67.47%) and the availability of the drug (65.66%). Conclusions: The management decision will depend on the individual experience of each 74 neonatologist and the limitations of the institution. In both of the scenarios presented, newborns ≤ 28 weeks and / or weighing ≤ 1000g such as newborns ≥ 29 weeks and / or weighing> 1000g the chosen strategy is guided by echocardiography. The standard drug shortages and different schemes have determined the variety in the management reflecting the lack of consensus. The most limiting factors in ICUs in Lima are drug availability and access to echocardiography. Key words: Management strategies, patent ductus arteriosus, Neonatal Intensive Care Unit. INTRODUCCIÓN La incidencia global del conducto arterioso permeable (CAP) en recién nacidos prematuros es del 50-70%1, en el caso de recién nacidos prematuros de menos de 34 semanas de gestación se ha estimado que ocurre en el 53% y en aquellos con menos de 26 semanas es mayor a 65 %. Mientras que el CAP en los recién nacidos prematuros de extremado bajo peso (< 1.000 g) afecta a aproximadamente el 80% y en aquellos con peso al nacer inferior a 1.750 g es menor se menciona en la literatura alrededor de 45 %2,3. Cada vez que el CAP es sospechado o confirmado, son dos preguntas importantes que se plantean (1) Cómo tratar y (2) Cuándo tratar. Al respecto, se han realizado estudios donde se describen diversas estrategias de manejo.4 Sin embargo, a pesar de casi tres décadas de investigación, hay un intenso debate sobre el tratamiento del CAP en prematuros. Está descrito como tratamiento farmacológico estándar a la indometacina endovenosa, con reportes de hasta 90% de éxito en el cierre ductal.4 El ibuprofeno endovenoso es una alternativa, teniendo un efecto similar a la indometacina endovenosa, para el cierre del ductus5. En el Perú, por una limitación al acceso de indometacina e ibuprofeno endovenosos, se utiliza como opción el ibuprofeno vía oral.6 Frente a las controversias en las estrategias de manejo, la finalidad del estudio fue identificar los manejos utilizados como tratamiento para CAP en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales de diversos establecimientos de Lima para posteriormente describir las variaciones entre las diferentes unidades de servicio, así como entre neonatólogos de un mismo servicio. Melissa Campos De la Cruz, Kelly Cantaro Silva . MATERIALES Y METODOS La población fue escogida en los centros hospitalarios de tercer y cuarto nivel que cuentan con Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales de Lima. Se contactaron a nueve centros hospitalarios del Ministerio de Salud (Hospital Nacional General Dos de Mayo, Hospital Nacional Cayetano Heredia, Hospital Nacional Hipólito Unánue, Hospital Nacional Arzobispo Loayza, Hospital Nacional Docente Madre Niño San Bartolomé, Hospital Nacional Daniel Alcides Carrión, Hospital María Auxiliadora, Hospital Nacional Santa Rosa e Instituto Nacional Materno Perinatal) y a tres centros pertenecientes al Seguro Social de EsSalud ( Hospital Nivel IV Guillermo Almenara Irigoyen, Hospital Nivel IV Edgardo Rebagliati Martins y Hospital Nivel IV Alberto Sabogal Sologuren). Los neonatólogos y residentes de neonatología fueron identificados por el directorio proporcionado por cada centro hospitalario desde enero del 2013 hasta marzo del 2013. El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, considerando los lineamientos científicos y éticos, el balance riesgo/beneficio, la calificación del equipo investigador, la confidencialidad de los datos, entre otros. Se diseñó una encuesta anónima, utilizándose como referencia la encuesta aplicada en el estudio de Hoellering et al., 6 la cual fue traducida en dos instituciones diferentes: el Instituto Cultural Peruano Norteamericano y el Centro de Idiomas de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Se realizó una validación de contenido mediante juicio de expertos, por parte de cinco médicos especialistas en el tema conformado por 2 cardiólogos pediatras y 3 neonatólogos. La encuesta consta de siete preguntas que son detalladas en la Tabla 1, en algunas preguntas se consideró más de una respuesta. Respecto a la recolección de datos, en su mayoría y bajo petición expresa de los médicos, se dejó la encuesta y fue recogida luego de algunas horas. En otras ocasiones se realizó la encuesta de forma inmediata, mientras que 6 médicos la realizaron vía correo electrónico. Cabe detallar los conceptos referentes a las estrategias de manejo que se encuentran incluidos en la encuesta. La conducta expectante se basa en no administrar tratamiento farmacológico, pero incluye medidas como soporte ventilatorio, restricción hídrica y tratamiento de condiciones asociadas. El tratamiento profiláctico es el iniciado dentro de las primeras 24 horas de forma Estrategias de manejo del conducto arterioso permeable en prematuros elegidos por los neonatólogos en unidades de cuidados intensivos neonatales de Lima durante el 2012. preventiva en pacientes sin diagnóstico, pero con alta probabilidad de tener CAP. El manejo guiado por ecocardiografía implica un control seriado a un prematuro asintomático, iniciándose tratamiento si se evidencian criterios ecocardiográficos de descompensación.5 El tratamiento sintomático se describe como aquel que se realiza en prematuros con presencia de signos clínicos claros.7 Respecto al tratamiento quirúrgico, la necesidad de la cirugía es variable, se encuentra en un rango de 8 -14% y es indicada tras el fallo al tratamiento médico o contraindicaciones para el mismo. Los datos obtenidos del estudio fueron ingresados a la base de datos Excel y tabulados en dos ocasiones por una misma persona de tal manera que se identifique y corrija oportunamente cualquier discordancia en los registros. Todos los registros, fueron codificados y guardados por cada investigador principal, evitando así cualquier modificación en las encuestas que fueron entregadas. Las distribuciones de frecuencia y las medidas descriptivas, fueron tabuladas para todas y cada una de las variables del estudio según corresponda. Todos los datos fueron analizados usando el paquete estadístico STATAtm versión 11.0 (Statacorp, Texas, USA). RESULTADOS Durante el proceso de recolección de datos de un total de 12 instituciones, una se negó a participar debido a problemas a nivel logístico y administrativos, por lo cual sólo se consideró 11 de las unidades operativas, que incluyen 3 hospitales pertenecientes al Seguro Social de Salud (ESSALUD) y 8 que pertenecen al Ministerio de Salud (MINSA). Se obtuvo un total de 166 respuestas de 179 encuestas, correspondiendo a una tasa de 92, 7% de encuestados (Tabla 2). Las tasas varían dentro de un rango del 80,9% al 100% de encuestados en cada unidad hospitalaria. Seis de los centros encuestados son centros docentes, que cuentan con residentes de neonatología, quienes representan el 10,24% de la población total de encuestados. El 56,02% respondió que contaban con un protocolo en su unidad operativa. Sin embargo cada institución presentó discordancia respecto a la existencia de un protocolo (Fig.1). Seis estrategias de manejo fueron planteadas para 2 escenarios distintos: En neonatos ≤ 28 semanas de edad y/o un peso ≤ 1000g y neonatos ≥ 29 semanas de edad y/o un peso > 1000g. En el primer escenario, la estrategia guiada por ecocardiografía es la más utilizada por los encuestados (53,61%), seguida de la estrategia 75 sintomática (28,31%), en menor porcentaje la estrategia profiláctica (15,06%) y conducta expectante (15,06%). Ningún encuestado eligió la estrategia quirúrgica como terapia inicial. El 12,04% del total de encuestados eligió las estrategias guiada por ecografía y sintomática de forma simultánea (Fig.2).grupos estudiados. La estrategia de manejo guiada por ecocardiografía, es utilizada por los residentes en un 94,12% en comparación a los asistentes con 48,99% (p: 0,00), evidenciándose significancia estadística únicamente en esta estrategia. En la mayoría de hospitales (6), la estrategia guiada por ecocardiografía fue la más utilizada, en 3 hospitales se prefirió la estrategia sintomática, finalmente tanto la estrategia de manejo expectante como la profiláctica fueron elegidas por 1 hospital cada una (Fig.3). Las estrategias de manejo elegidas en neonatos ≥ 29 semanas de edad y/o un peso > 1000g. en su mayoría fueron la guiada por ecocardiografía (51,81%) y sintomática (36,75%), y en menor porcentaje la estrategia expectante (22,29%) y profiláctica (3,61%); la opción por la estrategia quirúrgica fue prácticamente nula; y un 12,04% eligió de forma simultánea las estrategias guiada por ecocardiografía y sintomática (Fig. 4). Para este escenario, la mayoría de los hospitales (4) eligieron la estrategia guiada por ecocardiografía, 3 optaron por la estrategia de manejo expectante y 2, por la estrategia de manejo sintomática; en 2 hospitales las preferencias fueron compartidas entre la estrategia guiada por ecocardiografía y la sintomática (Fig. 5). El 87,95% de los encuestados sólo utiliza un medicamento en su institución para el manejo de CAP, mientras el 6,02% refirió que utilizaba dos medicamentos para el manejo respectivo. También se encontró que el 6.02%, no utiliza tratamiento farmacológico. Ninguno consideró un tratamiento médico alterno a los planteados. Un 43,37% de los encuestados tiene como medicamento de elección la indometacina endovenosa, mientras que un 55,42% eligió al ibuprofeno oral y el 1,2% prefirió ibuprofeno endovenoso (Fig. 6). De los neonatólogos que tienen como medicamento de elección la indometacina endovenosa, el 47,22% prefirió el esquema N°3 (0,2 mg/Kg. 0,1 mg/Kg. 0,1 mg/Kg cada 12 horas por 3 dosis), el 40,27% prefirió el esquema N°2 (0,2 mg/Kg 24 horas por 3 días), el 6,94% de ellos prefirió otros esquemas, mientras que un 5,55% prefirió el esquema N°1 (0,1 mg/Kg 24 horas por 5 días). Melissa Campos De la Cruz, Kelly Cantaro Silva . 76 TABLA 1. Encuesta del estudio PREGUNTA OPCIONES 1. Su servicio cuenta con Protocolo de Manejo del CAP en prematuros 2. En su servicio, ¿Qué estrategia de manejo inicial utilizaría Ud. según cada escenario?* 3. En su servicio, ¿Qué medicamento utiliza Ud. para el tratamiento farmacológico para el CAP?* Indometacina Endovenosa Ibuprofeno Oral Ibuprofeno Endovenoso Otros 4. De ser Indometacina, ¿En qué dosis?* 0.1mg/Kg 24 horas por 5 días. Si o No ≤ 28s y/o ≤ 1000gr Expectante Profiláctico Por ecocardiografía Sintomático Quirúrgico Otros ≥ 29 s y/o > 1000gr Expectante Profiláctico Por ecocardiografía Sintomático Quirúrgico Otros 0.2mg/Kg 24 horas por 3 días. 0.3mg/Kg, 0.1 mg/Kg. 0.1 mg/Kg cada 12 horas. (Tres dosis en total) 5. De ser Ibuprofeno, ¿En qué dosis?* Otros Endovenoso 10 - 5 - 5 mg/Kg Otros 6. En su servicio, ¿Bajo qué circunstancias es derivado a ligadura quirúrgica?* Oral 10 - 5 - 5 mg/Kg Otros Terapia Inicial Falla al tratamiento médico 1 curso Falla al tratamiento médico 2 cursos. Tratamiento farmacológico contraindicado Nunca 7. En su servicio, ¿Cuál cree Ud. que es el factor externo que ha determinado la estrategia de manejo utilizada? Puede marcar más de una alternativa. Literatura reciente Costo del medicamento Disponibilidad del medicamento Cardiólogo Disponible Ecocardiografía Disponible Cirujano Cardiovascular Disponible Otros Estrategias de manejo del conducto arterioso permeable en prematuros elegidos por los neonatólogos en unidades de cuidados intensivos neonatales de Lima durante el 2012. TABLA 2. Total de encuestados por unidad operativa HOSPITAL N° 1 N° DE ENCUESTADOS 27 PORCENTAJE* (%) 16,27% PORCENTAJE DE RESPUESTA** (%) 96,55% HOSPITAL N° 2 26 15,66% 92,86% HOSPITAL N° 3 17 10,24% 80,99% HOSPITAL N° 4 14 8,43% 82,35% HOSPITAL N° 5 14 8,43% 87,56% HOSPITAL N° 6 14 8,43% 93,36% HOSPITAL N° 7 12 7,23% 100% HOSPITAL N° 8 12 7,23% 85,72% UNIDAD OPERATIVA HOSPITAL N° 9 11 6,63% 100% HOSPITAL N° 10 10 6,02% 100% HOSPITAL N° 11 9 5,42% 100% TOTAL 166 100% --- *Hace referencia al porcentaje que corresponde cada unidad operativa con respecto al total. ** Hace referencia al porcentaje de respuesta por hospital. FIGURA 1. Variación del protocolo por centro encuestado FIGURA 2. Estrategia de manejo en neonatos ≤ 28 sem. y peso ≤ 1000 gr. 60.00% 53.61% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 28.31% 15.06% 15.06% 10.00% 0.00% GUIADA POR SINTOMÁTICA EXPECTANTE PROFILÁCTICA ECO 0.60% 0.00% OTRAS QUIRÚRGICA 77 Melissa Campos De la Cruz, Kelly Cantaro Silva . 78 FIGURA 3. Variación por centro encuestado en el manejo de CAP en neonatos ≤ 28 sem. y peso ≤ 1000 gr. FIGURA 4. Estrategia de manejo en neonatos ≥ 29 sem. y peso > 1000 gr. 60.00% 51.81% 50.00% 40.00% 36.75% 30.00% 22.29% 20.00% 10.00% 0.00% 3.61% 0.60% GUIADA POR SINTOMÁTICA EXPECTANTE PROFILÁCTICA QUIRÚRGICA ECO 0.00% OTRAS FIGURA 5. Variación por unidad operativa en el manejo de CAP en neonatos ≥ 29 sem. y peso >1000 gr. 90.00% 80.00% 70.00% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 20.00% 10.00% 0.00% EXPECTANTE PROFILÁCTICA GUIADA POR ECO SINTOMÁTICA Estrategias de manejo del conducto arterioso permeable en prematuros elegidos por los neonatólogos en unidades de cuidados intensivos neonatales de Lima durante el 2012. 79 FIGURA 6. Medicamento de elección El 100% de los encuestados que tienen como medicamento de elección al ibuprofeno endovenoso prefirió el esquema: 10 mg/Kg, 5mg/ Kg, 5mg/Kg dosis cada 24 horas por 3 dosis. En el caso de los neonatólogos que optaron por el ibuprofeno oral como medicamento de elección, un 97,82% prefirió el esquema: 10 mg/Kg, 5mg/Kg, 5mg/Kg dosis cada 24 horas por 3 dosis, mientras que el sólo el 2,17% eligió otros esquemas. Un 84,34% de los encuestados sugirió que el paciente deberá ser derivado a cirugía por una sola condición; 15,66% consideró necesarias dos condiciones: la falla al 2° curso de tratamiento y contraindicación del mismo. El 68,67% considera derivar a cirugía luego de fallar en el 2° curso de tratamiento; 18,67%, cuando hay contraindicación en el tratamiento farmacológico; 17,47% luego de fallar en el 1° curso de tratamiento, un 9,04% nunca deriva a cirugía, el 1,81% lo considera como terapia inicial (Fig. 7). Para los encuestados, existen dos factores externos predominantes que influyen sobre el manejo a utilizar: disponibilidad a la ecocardiografía (67.47%) y acceso al medicamento (65.66%), mientras que las menos comunes son: el costo del medicamento (12.65%), la presencia de un cirujano cardiovascular (23.49%), la presencia del cardiólogo (27.71%) y la literatura (37.35%). Además, uno de los encuestados, consideró que una adecuada gestión institucional, sería un factor determinante (Fig.8). DISCUSIÓN Este estudio muestra una alta tasa de respuesta (92,7%), lo que refleja el interés por los encuestados para identificar las estrategias utilizadas en nuestro país para el CAP. En el 100% de las unidades operativas, los neonatólogos a cargo del servicio refieren la presencia de un consenso sobre el manejo de FIGURA 7. Motivos para derivación a cirugía 80.00% 70.00% 68.67% 60.00% 50.00% 40.00% 30.00% 18.67% 20.00% 17.47% 9.04% 10.00% 1.81% 0.00% Falla en el 2do. Curso de Tto. Tto. Farmacológico Contraindicado Falla en el 1er. Curso de Tto. Nunca Terapia Inicial Melissa Campos De la Cruz, Kelly Cantaro Silva . 80 FIGURA 8. Factores externos determinantes Otros Costo del Medicamento 0.60% 12.65% Cirujano Disponible Cardiológo Disponible Literatura Reciente Disponibilidad del Medicamento Ecocardiografía Disponible 23.49% 27.71% 37.35% 65.66% 67.47% 0.00% 10.00% 20.00% 30.00% 40.00% 50.00% 60.00% 70.00% 80.00% esta patología. En la mayoría de los casos, éste se encontraba en forma de un documento escrito (protocolo), mientras que en las demás se sugirió la existencia de un acuerdo verbal. Respecto a la encuesta realizada el 56,02% de los encuestados respondió afirmativamente sobre la presencia de un protocolo de manejo en su unidad operativa, no obstante, se evidencia discordancia en cada uno de los centros encuestados (Fig.1), lo que reflejaría la falta de consenso intra-institucional, que ya ha sido descrita en estudios similares.6 Esto plantea diversas hipótesis como la inexistencia de protocolo, la falta de actualización o una pobre difusión del mismo. Por lo que se deduce que la estrategia de manejo es elegida de forma individual y dependiendo de las experiencias de cada neonatólogo, así como de las limitaciones de cada institución. En el primer escenario descrito: Neonatos ≤ 28 semanas de edad y/o un peso ≤ 1000g, encontramos que el manejo guiado por ecocardiografía es la estrategia más usada, seguida por la sintomática y por último, con un mismo porcentaje de aceptación, las estrategias expectante y profiláctica. La estrategia profiláctica se asocia a centros encuestados con acceso a indometacina endovenosa, cuyo uso ha demostrado reducción significativa de la hemorragia intraventricular en prematuros5. Es importante recalcar, que el uso de ecocardiografía fue descrito en 10 hospitales; de los cuales, sólo tres poseen el ecocardiógrafo destinado a neonatos y con una disponibilidad de 24 horas. Se describe en países del primer mundo la preferencia del manejo expectante (35%), seguido del manejo guiado por ecocardiografía (33%).6 Cabe resaltar que la estrategia considerada “expectante” por el primer mundo implica un diagnostico ecocardiográfico con un equipo adecuado para esta población, además cuentan con mayor acceso y desarrollo de las medidas de soporte. Mientras que “nuestro manejo expectante”, en su mayoría, no implica un diagnóstico ecocardiográfico y las medidas de soporte son limitadas, razón por la cual hay mayor preferencia al tratamiento guiado por ecocardiografía. La elección de la conducta expectante, como fue el caso del Hospital N°3 (64,71%), se debe principalmente al pobre acceso a ecocardiografía y a la limitación al medicamento estándar. La estrategia de manejo guiada por ecocardiografía es utilizada por los residentes en un 94,12%, lo que demostraría que en la actualidad los neonatólogos en formación presentan mayor entrenamiento y capacitación en esta área, por consecuente, preferirían este manejo. Estrategias de manejo del conducto arterioso permeable en prematuros elegidos por los neonatólogos en unidades de cuidados intensivos neonatales de Lima durante el 2012. En el segundo escenario descrito: neonatos ≥ 29 semanas de edad y/o un peso > 1000g, se evidencia una preferencia hacia el manejo guiado por ecocardiografía (51,81%) y el sintomático (36,75%), y en menor porcentaje la estrategia expectante (22,29%) y profiláctica (3,61%). Estos resultados ratifican lo mencionado en el primer escenario, sin embargo se evidencia un aumento de la estrategia expectante y a su vez una disminución de la profiláctica, lo que corrobora lo mencionado en la literatura, que a mayor edad gestacional y mayor peso, existe un aumento en la tasa de cierre del CAP frente a un manejo expectante.4 En otros estudios para este escenario se prefiere considerablemente una conducta expectante.8 El ibuprofeno oral fue el medicamento de mayor elección (55,42%), seguido de la indometacina endovenosa (43,37%). Estudios realizados en otros países, tienen a la indometacina endovenosa como medicamento de elección9, sin embargo, esto no es factible en nuestro medio debido a la poca disponibilidad de este medicamento. Un 6,02% no utiliza tratamiento médico, apoyado en un manejo expectante. No se consideró el uso de otro medicamento, a pesar de estar descrito en la literatura el uso de otros antiinflamatorios no esteroideos.5 Se describe el uso de indometacina endovenosa en 4 establecimientos, tanto MINSA como EsSalud. Se encontró preferencia en el esquema de 0,2 mg/Kg. 0,1 mg/Kg. 0,1 mg/Kg cada 12 horas por 3 dosis (47,22%), apoyado en la bibliografía que refiere un menor tiempo de exposición al medicamento para evitar efectos colaterales del mismo. Sin embargo, se observa variedad respecto la elección de los esquemas, el 40,27% prefirió el esquema: 0,2 mg/Kg 24 horas por 3 días; 5,55% prefirió el esquema: 0,1 mg/Kg 24 horas por 5 días y el 6,94% de ellos prefirió otros esquemas. En estudios realizados en otros países se describe una preferencia al tratamiento con cursos prolongados (4 ó más), sin embargo estos no han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre un curso largo o corto de indometacina4, 6. Inferimos que la elección del esquema de tratamiento es determinado por los neonatólogos tomando en cuenta el tiempo de vida, la sintomatología presentada, la diuresis tras la primera dosis y/o si el tratamiento es profiláctico o sintomático. Todos los encuestados que eligieron el ibuprofeno endovenoso (1,22%) utilizan el esquema 10 mg/ Kg, 5mg/Kg, 5mg/Kg dosis cada 24 horas por 3 81 dosis. Respecto al ibuprofeno oral, el 97,82% prefirió el esquema: 10 mg/Kg, 5mg/Kg, 5mg/Kg dosis cada 24 horas por 3 dosis. El uso de ibuprofeno oral a las mismas dosis que en la pauta endovenosa para el tratamiento del CAP constituye una alternativa de fácil administración y alta disponibilidad en nuestro medio, sin embargo no existe evidencia suficiente para comparar su efectividad en el manejo de esta patología.10, 11 El 2,18% de los que prefirieron ibuprofeno vía oral eligió el esquema 18 mg/Kg, 9 mg/Kg, 9 mg/Kg dosis cada 24 horas por 3 dosis, este tratamiento está poco descrito en la literatura y es aplicado en pacientes de 108 a 180 horas de vida.11 Respecto a la derivación a cierre quirúrgico del CAP, el 68,67% la considera luego de fallar en el 2° curso de tratamiento y 18,67% cuando hay contraindicación del tratamiento farmacológico, esto es ratificado en estudios en otros países. Se consideran otras alternativas a este manejo debido a que el tratamiento está limitado a la presencia de cirujano cardiopediatra, al compromiso hemodinámico del paciente y a su evolución.8 La mayoría de los centros encuestados consideran como factores determinantes para la elección del manejo la disponibilidad del medicamento y el acceso a ecocardiografía, al considerarlos esenciales para el diagnóstico y tratamiento.12 Las limitaciones de cada centro encuestado se ven reflejadas en los otros factores, sin embargo el costo del medicamento tiene poco porcentaje de significancia para determinar la estrategia utilizada (Fig.8), esto se explica dado que el medicamento estándar no es accesible en nuestro país, por lo tanto no es comercializado, quedando postergado el costo como un factor determinante.13 Tanto durante el proceso de traducción como en el proceso de validación se buscó la aproximación más exacta con la encuesta base, con la finalidad de comparar las estrategias usadas en nuestro país con aquellas utilizadas en el primer mundo. Cabe resaltar que la encuesta no buscaba el detalle sino reconocer la primera intención de tratamiento frente a los escenarios ya descritos, esto generó dificultades para algunos neonatólogos respecto a la estrategia de manejo a elegir, ya que factores relacionados como el estado hemodinámico, un diagnóstico establecido y/o el tiempo de vida del paciente, no estaban bien precisados. Finalmente, se evidenció que ciertos conceptos no estaban adecuadamente definidos por lo neonatólogos, como fue el caso de las definiciones de algunas estrategias, lo que implicaría la necesidad de Melissa Campos De la Cruz, Kelly Cantaro Silva . 82 capacitación y actualización de conceptos en relación al manejo. CONCLUSIONES Se concluyó que la decisión del manejo depende de la experiencia individual de cada neonatólogo y de las limitaciones de la institución. En ambos de los escenarios planteados, tanto en neonatos ≤ 28 semanas y/o con un peso ≤ 1000g, como en neonatos ≥ 29 semanas y/o con un peso > 1000g, la estrategia preferida es la guiada por ecocardiografía. Existe preferencia a iniciar el tratamiento frente a un compromiso ecocardiográfico importante o descompensación del cuadro clínico. La escasez del medicamento estándar y los diferentes esquemas, han determinado variabilidad en el manejo lo que refleja la falta de consenso. Los factores más limitantes en las UCI neonatales de Lima respecto a la estrategia de manejo a utilizar son la disponibilidad del medicamento y el acceso a ecocardiografía. AGRADECIMIENTOS Agradecemos a la Dra. María Luz Rospigliosi López, Dra. Doris Guzmán Cháve , Profesor Wilfredo Mormontoy Laurel, Dr. Cesar Loza Munarriz, y Dr. Javier Loza Herrera, por la asesoría en la realización del presente estudio. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Cordero L, Nankervis CA, Gardner D, Giannone PJ. The effect of indomethacin tocolysis on the postnatal response of the ductus arteriosus to indomethacin in extremely low birth weight infants. J Perinatol. 2007; 27:22-7. 2. Lee HC, Silverman N, Hintz SR. Diagnosis of patent ductus arteriosus by a neonatologist with a compact, portable ultrasound machine. J Perinatol. 2007; 27:291-6. 3. Costeloe K, Hennessy E, Gibson AT, Marlow N, Wilkinson AR. The Epicure study: Outcomes to discharge from hospital for infants born at the threshold of viability. Pediatrics. 2000; 106:659-71. 4. Clyman RI, Chorne N. Patent ductus arteriosus: evidence for and against treatment. J Pediatr 2007; 150:216-9. 5. Primer consenso clínico del SIBEN: Enfoque diagnóstico y terapéutico del ductus arterioso permeable en recién nacidos pretérmino. Sociedad Iberoamericana de Neonatología. 2008. An Pediatr (Barc). 2008; 69 (5): 454-81. 6. Hoellering A. B. The management of patent ductus arteriosus in Australia and New Zealand. Journal of Paediatrics and Child Health. April 2009, vol. /is. 45/4(204-209), 1034-4810; 1440-1754. 7. Van Overmeire B, Smets K, Lecoutere D. A comparison of ibuprofen and indomethacin for closure of patent ductus arteriosus. N Engl J Med. 2000; 343:674-81. 8. Benitz W. E. Treatment of persistant patent ductus arteriosus in preterm infants: time to accept the null hypothesis? Journal of Perinatology (2010) 30, 241 – 252. 9. Hermes-DeSantis ER., Clyman RI. Patent ductus arteriosus: pathophysiology and management. J Perinatol. 2006; 26, S14-S18. 10.Costta Olivera, R. G. Eficacia del uso profiláctico del Ibuprofeno por vía oral en el cierre del ductus arterioso persistente. Lima; s.n.; 2008. 42 h. tab. 11.Supapannachart S., Limrungsikul A., Khowsathit P. Oral ibuprofen and indomethacin for treatment of PDA in premature infants. J Med Assoc Thai. 2002 Nov. 12.Van Overmeire B, Chemtob S. The pharmacologic closure of the patent ductus arteriosus. Semin Fetal Neonatal Med. 2005 Apr; 10(2):177-184. 13.Torres Santos, J. E. Manejo médico-quirúrgico del ductus arterioso persistente en recién nacidos prematuros del Hospital Cayetano Heredia 19971998. Lima; s.n; 2000. Correspondencia: Melissa Campos De la Cruz Av. Brasil N°727. Dpto. 801., Jesús María. Lima – Perú. Teléfono: (01)657- 2608 / 943418256 Correo electrónico: melissa.campos@upch.pe. Recibido: 16.04.13 Aceptado: 15.06.13 83 84 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 Preeclampsia como factor asociado al desarrollo de retinopatía en prematuros de muy bajo peso al nacer nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre Enero 2005 y Diciembre 2011. Preeclampsia as an associated factor to the development of retinopathy of prematurity in very low birth weight infants born at the National Hospital Cayetano Heredia between January 2005 and December 2011. Mirtha Gayoso1, Susan Genaro1, Sofía Sáenz1, Dora V. Webb2, María Luz Rospigliosi2, Fabiola Rivera2 RESUMEN Objetivo: Determinar si la preeclampsia es un factor asociado al desarrollo de retinopatía de la prematuridad (ROP). Material y métodos: Estudio de cohorte retrospectiva de recién nacidos prematuros con peso menor a 1500g nacidos en el Hospital Cayetano Heredia entre enero 2005 y diciembre 2011. Se estudiaron factores asociados a ROP en el análisis bivariado y como factores confusores en el modelo de regresión logística. Resultados: Fueron elegibles para la cohorte 258 pacientes. La edad gestacional media fue de 30.92 ± 2.92 semanas y el peso promedio de 1170.39 ± 252 gramos. De ellos, 96 (37%) tenían antecedente de preeclampsia materna y 162 (63%) no lo tenían. Se encontró una incidencia de ROP de 313 por cada 1000 nacidos vivos (31.3%). La incidencia de ROP en recién nacidos (RN) de madres preeclámpticas fue de 282 por cada 1000 nacidos vivos (28.2%) y en las que no tenían antecedente de preeclampsia fue 329 por cada 1000 nacidos vivos (32.9%). El riesgo relativo para el antecedente de preeclampsia fue de 1.28 con IC 95%: 0.68 – 2.43 y un valor de p no significativo (p = 0.448). Conclusiones: No se encontró asociación estadísticamente significativa entre el antecedente materno de preeclampsia y el desarrollo de retinopatía de la prematuridad en este estudio. Palabras Clave: preeclampsia, prematuro, retinopatía de la prematuridad, muy bajo peso SUMMARY Objective: To determine if preeclampsia is an associated factor to the occurrence of retinopathy of prematurity (ROP) in very low birth weight infants. Materials and methods: A retrospective cohort study of very low birth weight infants born in Hospital Cayetano Heredia between January 2005 and December 2011. The associated factors where analyzed by the bivariate analysis and as confounding factors in a logistic regression model. Results: Two hundred fifty eight infants were eligible for the cohort. Mean gestational age was 30.92 ± 2.92 weeks and mean birth weight 1170.39 ± 252 grams. From the total, 96 (37%) had maternal history of preeclampsia and 162 (63%) did not. An incidence of ROP of 313 per 1,000 live births (31.3%) was found. The incidence (1) (2) Médico-Cirujano, Universidad Peruana Cayetano Heredia Pediatra Neonatóloga del Hospital Nacional Cayetano Heredia of ROP in newborns of preeclamptic mothers was 282 per 1000 live births (28.2%) and in those with no history of preeclampsia was 329 per 1000 live births (32.9%). The relative risk for a history of preeclampsia was 1.28 with 95% CI 0.68 – 2.43 and a p value with no statistical significance (p = 0.448). Conclusions: There was no statistically significant association between a history of maternal preeclampsia and the development of retinopathy of prematurity in this study. Keywords: Preeclampsia, premature, retinopathy of prematurity, very low birth weight INTRODUCCIÓN Los avances tecnológicos y terapéuticos han mejorado en las últimas dos décadas, aumentando la supervivencia de los recién nacidos prematuros (RNPT) con muy bajo peso al nacer (peso ≤1500g), población que constituye entre el 1 al 5% de los Mirtha Gayoso, Susan Genaro, Sofía Sáenz, Dora V. Webb, María Luz Rospigliosi, Fabiola Rivera. nacidos vivos. Para mejorar su calidad de vida se requiere de profesionales entrenados en los cuidados neonatales inmediatos, así como un diagnóstico y seguimiento adecuado de las principales patologías que acontecen. (1, 2, 3, 4, 5) Entre ellas, la retinopatía de la prematuridad (ROP) surge como una de las enfermedades de mayor importancia debido a que constituye una de las principales causas de ceguera en esta población. (6, 7) El Grupo NEOCOSUR en el período 2001-2007 registra 29% de ROP en RNPT con peso menor a 1500g (8). En nuestro país existen pocos estudios acerca de la incidencia de esta patología, siendo 31.1% la encontrada por J. Reyes en el Hospital Nacional Cayetano Heredia y hasta 70.6% a nivel nacional (9, 10, 11, 12). Tanto la incidencia como la severidad de ROP guardan relación con el peso y edad gestacional, así como con otros factores postnatales como las transfusiones sanguíneas, ventilación asistida por más de una semana, el Síndrome de Dificultad Respiratoria (SDR), el uso de oxigenoterapia, entre otros (13, 14, 15). Así también existen otros factores prenatales poco estudiados como la preeclampsia. La preeclampsia es un desorden multisistémico con una incidencia de hasta 7.5% a nivel mundial (16). En el Hospital Nacional Cayetano Heredia, en el periodo 2005-2011 se encontró una incidencia del 6.4%, de los cuales 19.5% de madres con preeclampsia tuvieron recién nacidos pretérmino(17). Existe evidencia a nivel de mundial de asociación entre ROP y preeclampsia, aunque los resultados de los múltiples estudios aún son controversiales (18, 19, 20, 21, 22.). La fisiopatología no está del todo dilucidada, la alteración de los factores angiogénicos, la inflamación, el estrés oxidativo y la consecuente hipoxia retinal estarían involucrados. (18) Gotsch et al (19) reportó que preeclampsia podía constituir un factor protector para ROP porque al ser un estado antiangiogénico, disminuye la proliferación vascular observada en ROP. De igual manera, Fortes Filho et al (20) encontró que la preeclampsia materna redujo no sólo el desarrollo de ROP sino la necesidad de tratamiento en estos pacientes. Resultados similares fueron encontrados por Xiau et al (21) con significativa disminución del riesgo de ROP; el riesgo relativo general para preeclampsia fue de 0.66 con un IC al 95% [0.50–0.87]. 85 Por el contrario, se han publicado estudios que relacionan la preeclampsia como factor de riesgo para ROP. Hilal Ozkan, et al (18) encontraron que la incidencia de ROP en niños nacidos de madres preeclámpticas fue de 40.5%, significativamente mayor a la incidencia en madres normotensas (22.4%), con un odd ratio (OR) de 1.78, IC [0.661.9]. Además, Zayed et al. (22) determinó que los niños con ROP tenían más probabilidad de tener madres con hipertensión gestacional. No se cuenta con estudios retrospectivos, menos aún prospectivos a nivel nacional que relacionen preeclampsia con ROP. Por tal motivo, el objetivo primario de este estudio es determinar si la preeclampsia es un factor asociado al desarrollo de ROP en prematuros menores de 1500g hospitalizados. Además, como objetivos secundarios se describirán la incidencia de ROP en recién nacidos de madres con preeclampsia y sin preeclampsia, asimismo las características epidemiológicas y la severidad de ROP en estos recién nacidos. MATERIAL Y MÉTODOS Este es un estudio observacional analítico de tipo cohorte retrospectiva que se realizó en prematuros de muy bajo peso, nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre enero 2005 y diciembre 2011. Los datos de estos menores fueron extraídos de la base analítica institucional, previa aceptación del Jefe del Servicio y la Coordinadora de la Base. La información fue recogida en fichas para luego ser analizada. Se incluyeron a todos los RNPT (EG ≤ 36 semanas) de muy bajo peso (peso ≤ 1500g), nacidos en el HNCH entre las fechas consignadas, resultando un total de 387 niños. De estos, 97 (25%) fallecieron antes de ser evaluados, por lo que no pudieron ser incluidos en el estudio. De los que sobrevivieron, aquellos sin evaluación oftalmológica, sin registro de antecedentes maternos y sin diagnóstico materno confirmado de preeclampsia fueron excluidos, resultando 258 pacientes, los cuales fueron ingresados a la cohorte (ver Gráfico 1). Se contó en total con un 11.03% de pérdidas. 86 Preeclampsia como factor asociado al desarrollo de retinopatía en prematuros de muy bajo peso al nacer, nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre Enero 2005 y Diciembre 2011. Gráfico 1. Diagrama de participantes del estudio. La población fue agrupada en expuestos y no expuestos; siendo los expuestos aquellos RNPT de muy bajo peso de madre con diagnóstico de preeclampsia, y los no expuestos, los RNPT de muy bajo peso de madre sin diagnóstico de preeclampsia. Se consideró como variables categóricas al sexo, adecuación: pequeño para edad gestacional (PEG, <p10), adecuado para edad gestacional (AEG, p10 – p90) y grande para edad gestacional (GEG, >p10); uso de CPAP o ventilación mecánica, diagnóstico y severidad de ROP y antecedente materno de preeclampsia. Además, se consideraron también aquellas variables que de acuerdo a estudios previos han sido identificadas como factores de riesgo para el desarrollo de ROP: ventilación asistida por más de una semana, transfusión sanguínea, antecedente de hemorragia intraventricular, uso de corticoides, uso de surfactante, Síndrome de Dificultad Respiratoria, uso de oxígeno suplementario y la presencia de sepsis temprana y tardía. Como variables continuas, se consideró edad gestacional, peso al nacer (1000g – 1500g y <1000g), tiempo de oxígeno suplementario, tiempo de soporte ventilatorio y número de veces que recibieron transfusión sanguínea. El diagnóstico de ROP fue realizado a las 4 semanas de vida o a las 34 semanas de edad corregida haciendo uso de la Clasificación Internacional de Retinopatía de la Prematuridad (ICROP). Asimismo, se diagnosticó preeclampsia en aquellas madres con PA ≥140/90 en dos tomas separadas por lo menos 4-6 horas con proteinuria mayor o igual a 300mg en 24 horas, después de las 20 semanas de edad gestacional, sin antecedente previo de hipertensión arterial. Se elaboró una Tabla de codificación para cada una de las variables y se ingresaron los datos codificados en el programa Microsoft Excel 2010 de los 258 pacientes elegibles para la cohorte. Luego, se procesaron los datos en el programa estadístico STATA, realizando un análisis bivariado para comparar la asociación entre las variables y el desarrollo de ROP. Se utilizó la prueba de chi cuadrado para las variables categóricas y la prueba de U de Mann Whitney y t de student para las variables continuas, de acuerdo a la normalidad de la distribución. Mirtha Gayoso, Susan Genaro, Sofía Sáenz, Dora V. Webb, María Luz Rospigliosi, Fabiola Rivera. Finalmente, se realizó el modelo de regresión logística múltiple para las variables confusoras y su respectiva prueba de colinealidad, obteniendo un riesgo relativo (RR) con intervalos de confianza al 95%. Los valores de p<0.05 fue considerado estadísticamente significativo. El protocolo del estudio fue aprobado por el Comité institucional de Ética de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (código SIDISI 0000060984, año 2013). RESULTADOS La cohorte estuvo constituida por 258 pacientes, de ellos 125 (48.45%) fueron varones y 133 (51.55%) de sexo femenino. La edad gestacional media fue de 30.92 ± 2.92 semanas y el peso promedio fue de 1170.39 ± 252 gramos. Se encontró que 28.29% correspondía a extremadamente bajo peso al nacer (<1000g) y un 71.71% a muy bajo peso al nacer (1000 – 1500g), de estos, un 49.61% eran pequeño para edad gestacional (PEG) y un 50.39% adecuado para edad gestacional (AEG). De los 258 niños, 85 (32.95%) tenían antecedente positivo de preeclampsia materna y 173 (67.05%) negativo. (Tabla 1) La presencia de PEG fue más frecuente en hijos de madres con preeclampsia (62.35% vs 43.35%; p=0.004). (Tabla 2). Del total de pacientes, 68 (26.36%) tuvieron antecedente de hemorragia intraventricular (HIV) (Tabla 3). De los pacientes sin antecedente de preeclampsia 52 (30.1%) presentó HIV, en su mayoría de grado II (34.6%) seguida de grado III (32.7%) (Tabla 4). De los pacientes con antecedente de preeclampsia, 16 (18.8%) presentó HIV, de grado I en su mayoría (43.8%). El 17% de los pacientes no logró ser evaluado para esta patología. En cuanto a la retinopatía de la prematuridad, se encontró una incidencia de ROP de 314 por cada 1000 nacidos vivos (31.4%). La incidencia de ROP en RN de madres preeclámpticas fue de 282 por cada 1000 NV (28.2%) y en las que no tenían antecedente de preeclampsia fue 329 por cada 1000 NV (32.9%) (Tabla N°2). Del total, se halló 50.6% con estadío I, 29.6% con estadío II y 19.8% estadío III, ninguno presentó estadío IV o V de ROP. Para ambos grupos el estadío I fue el más frecuente (66.67% y 43.86% respectivamente) (Tabla 5). En el análisis bivariado (Tabla 6 y Tabla 7), se observó que aquellos prematuros con ROP tuvieron una edad gestacional media de 30.1 ± 2.8 semanas, menor en comparación con aquellos sin ROP, (p=0.0013). El peso al nacer también resultó ser menor en aquellos con ROP, con una media de 1049.6 ± 242.3 gramos y un p<0.001. Asimismo, el tiempo de oxígeno suplementario 87 fue mayor en aquellos con ROP, con una media de 42.8 ± 41 días, similar al tiempo de soporte ventilatorio con una media de 23.8 ± 26.0 días, ambos estadísticamente significativos; y el número de transfusiones sanguíneas fue mayor en aquellos con ROP, con una media de 4.1 ± 4.5 transfusiones, también significativo. De esta manera se determinó que un menor peso, el uso de CPAP o ventilación mecánica, un mayor tiempo de soporte ventilatorio y el antecedente de transfusión sanguínea constituyen factores de riesgo para ROP. Para todas estas variables se encontró riesgo relativo (RR) de más de 1.87 y p <0.05 (Tabla N°6 y Tabla N°7). El riesgo relativo para el antecedente de preeclampsia fue de 0.85 con IC 95%: 0.57 – 1.27 y un valor de p no significativo (p = 0.443). En el modelo de regresión logística (Tabla 8), se encontró asociación estadísticamente significativa entre el peso al nacer y el tiempo de empleo de oxígeno suplementario con el desarrollo de ROP, con un p˂ 0.01 para ambos. Se calculó el RR para peso al nacer resultando en 0.99 con un IC 95% [0.997 – 0.999] y el RR para empleo de oxígeno suplementario resultando en 1.02 con un IC 95% [1.01 – 1.03]. Después de aplicar el modelo de regresión logística a preeclampsia se obtuvo un RR de 1.28 con IC 95% [0.68 – 2.43] con p=0.448. DISCUSIÓN La incidencia de ROP en los prematuros de muy bajo peso fue de 31.4%, similar a lo registrado en Latinoamérica por el grupo NEOCOSUR, en el que se encontró 29% de ROP, y a nivel institucional en el Perú por J. Reyes quien encontró una incidencia de 311 por cada 1000 nacidos con peso menor a 2000 g. y 432 por cada 1000 nacidos con peso menor a 1500 g. (12) Los factores postnatales encontrados en nuestro estudio como el menor peso al nacer, un mayor tiempo de uso de oxígeno suplementario, el antecedente de uso de CPAP o ventilación mecánica, el tiempo de uso de soporte ventilatorio mayor a siete días y el antecedente de transfusiones sanguíneas son factores de riesgo para ROP que han sido establecidos en varios de los estudios de retinopatía en la literatura a nivel mundial. (13, 14, 15) Por su parte, la preeclampsia materna es un factor prenatal responsable de la morbimortalidad en 88 Preeclampsia como factor asociado al desarrollo de retinopatía en prematuros de muy bajo peso al nacer, nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre Enero 2005 y Diciembre 2011. TABLA 1. Características demográficas Características demográficas Edad Gestacional (semanas) Peso al nacer (gramos) Peso 1000-1500 Peso menor 1000 Sexo Femenino Masculino Adecuación AEG PEG Antecedente preeclampsia Ausente Presente Uso de corticoides prenatales Utilizó corticoides prenatales No utilizó corticoides prenatales Uso surfactante Utilizó surfactante No utilizó surfactante Uso de CPAP/Ventilación mecánica Ausente Presente Tiempo de oxígeno suplementario (días) Tiempo de soporte ventilatorio (días) Tiempo de soporte ventilatorio menor 7 días Tiempo de soporte ventilatorio mayor 7 días SDR Ausente Presente Sepsis temprana Ausente Presente Sepsis Tardía Ausente Presente Hemorragia intraventricular Ausente Presente No evaluado Transfusión sanguínea ROP Ausente Presente n = 258 30.91 ± 2.92 1170 ± 252.41 185 (71.71%) 73 (28.29%) 133 (51.55%) 125 (48.45%) 130 (50.39%) 128(49.61%) 173 (67.05%) 85 (32.95%) 256 (99.22%) 2 (0.78%) 129 (50%) 129 (50%) 60 (23.26%) 198 (76.74%) 23.5 ± 33.8 13.35 ± 23.48 163 (63.18%) 95 (36.82%) 77 (29.84%) 181 (70.16%) 253 (98.06%) 5 (1.94%) 180 (69.77%) 78 (30.23%) 146 (56.59%) 68 (26.36%) 44 (17.05%) 177 (68.6%) 81 (31.4%) Mirtha Gayoso, Susan Genaro, Sofía Sáenz, Dora V. Webb, María Luz Rospigliosi, Fabiola Rivera. 89 TABLA 2. Características poblacionales Edad Gestacional (semanas) Peso al nacer (gramos) Peso 1000-1500 Peso menor 1000 Sexo Femenino Masculino Adecuación AEG PEG Uso surfactante Utilizó surfactante No utilizó surfactante Uso de CPAP/Ventilación mecánica Ausente Presente Tiempo de oxígeno suplementario (días) Tiempo de soporte ventilatorio (días) Tiempo de soporte ventilatorio menor 7 días Tiempo de soporte ventilatorio mayor 7 días SDR Ausente Presente Sepsis temprana Ausente Presente Sepsis Tardía Ausente Presente Transfusión sanguínea Ausente Presente ROP Ausente Presente Preeclampsia Ausencia (n= 173) Presencia (n=85) 30.46 ± 3.01 31.84 ± 2.5 1148.58 ± 246.97 1214.76 ± 258.95 120 64.86% 65 35.14% 53 72.60% 20 27.40% p 0.0003 0.02 0.234 87 86 65.41% 68.80% 46 39 34.59% 31.20% 0.563 98 75 75.38% 58.59% 32 53 24.62% 41.41% 0.004 95 78 73.64% 60.47% 34 51 26.36% 39.53% 0.024 58.33% 69.70% 28.6 ± 38.11 16.5 ± 26.81 102 62.58% 25 60 41.67% 30.30% 13.12 ± 18.91 6.95 ± 12.38 61 37.42% 0.101 71 74.74% 24 25.26% 49 124 63.64% 68.51% 28 57 36.36% 31.49% 0.446 171 2 67.59% 40% 82 3 32.41% 60% 0.194 114 59 63.33% 75.64% 66 19 36.67% 24.36% 0.053 61 112 55.96% 75.17% 48 37 44.04% 24.83% 0.001 116 57 65.54% 70.37% 61 24 34.46% 29.63% 0.443 35 138 0.006 0.012 0.045 Preeclampsia como factor asociado al desarrollo de retinopatía en prematuros de muy bajo peso al nacer, nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre Enero 2005 y Diciembre 2011. 90 TABLA 3. Frecuencia de Hemorragia Intraventricular (HIV) Preeclampsia Hemorragia intraventricular (HIV) Ausencia Presencia No evaluado Ausencia Presencia TOTAL 94 52 27 173 52 16 17 85 146 68 44 258 TABLA 4. Frecuencia de grados de severidad de Hemorragia Intraventricular (HIV) Preeclampsia Hemorragia intraventricular (HIV) Ausencia Presencia No evaluado Ausencia Presencia TOTAL 94 52 27 173 52 16 17 85 146 68 44 258 TABLA 5. Frecuencia de estadíos de ROP Preeclampsia Severidad ROP (estadíos) I II III IV V TOTAL Ausente n (%) Presente n (%) 25 (43.86%) 18 (31.58%) 14 (24.56%) 0 (0%) 0 (0%) 57 (100%) 16 (66.67%) 6 (25.00%) 2 (8.33%) 0 (0%) 0 (0%) 24 (100%) TOTAL 41 (50.62%) 24 (29.63%) 16 (19.75%) 0 (0%) 0 (0%) 81 (100%) Mirtha Gayoso, Susan Genaro, Sofía Sáenz, Dora V. Webb, María Luz Rospigliosi, Fabiola Rivera. 91 TABLA 6. Análisis bivariado de los factores asociados a ROP Retinopatía de la prematuridad ausente (n=177) presente (n=81) Riesgo Relativo (RR) Intervalo Confianza 95% p N % n % 39 42 29.32% 33.60% 94 83 70.68% 66.40% 1.14 0.79 - 1-64 0.459 43 23.24% 142 76.76% 2.23 1.59 - 3.15 Peso menor de 1000g Adecuación Adecuado para edad gestacional 38 52.05% 35 47.95% < 0.001 44 33.85% 86 66.15% 0.85 0.59 - 1-22 0.393 Pequeño para edad gestacional 37 28.91% 91 71.09% 51 30 39.53% 23.26% 78 99 60.47% 76.74% 0.58 0.4 - 0.85 0.005 Ausente Presente Tiempo de Soporte ventilatorio 8 73 13.33% 36.87% 52 125 86.67% 63.13% 2.765 1.41 - 5.4 0.001 Menor de 7 días 30 18.40% 133 81.60% 2.91 2.00 - 4.23 Mayor de 7 días Sindrome de distrés respiratorio 51 53.68% 44 46.32% < 0.001 Ausente Presente Sepsis temprana Ausente Presente Sepsis tardía Ausente Presente Transfusión sanguínea Ausente 15 66 19.48% 36.46% 62 115 80.52% 63.54% 1.87 1.14 - 3.06 0.007 78 3 30.83% 60.00% 175 2 69.17% 40% 1.94 0.92 - 4.07 0.164 50 31 27.78% 39.74% 130 47 72.22% 60.26% 1.43 0.99 - 2.05 0.057 18 16.51% 91 83.49% 2.56 1.61 - 4.06 Presente 63 42.28% 86 57.72% < 0.001 Sexo Femenino Masculino Peso Peso entre 1000g y 1500g Uso de surfactante Utilizó surfactante No utilizó surfactante Uso de CPAP o ventilación mecánica 92 Preeclampsia como factor asociado al desarrollo de retinopatía en prematuros de muy bajo peso al nacer, nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre Enero 2005 y Diciembre 2011. TABLA 7. Análisis bivariado de los factores asociados a ROP Edad gestacional (semanas) Peso al nacer (gramos) Tiempo de oxígeno suplementario (días) Tiempo de soporte ventilatorio (días) Número de veces de transfusión sanguínea (número de veces) Retinopatía de la prematuridad Presente Ausente 30.06 ± 2.83 31.31 ± 2.88 1049.62 ± 242.31 1225.64 ± 237.82 42.83 ± 40.94 14.64 ± 25.29 23.82 ± 26.01 8.55 ± 20.59 4.11 ± 4.48 1.60 ± 2.59 p 0.0013 < 0.001 < 0.002 < 0.003 < 0.004 TABLA 8. Modelo de Regresión Logística de los Factores asociados a ROP ROP Error estándar z Antecedente Preeclampsia 0.42 0.76 0.448 Tiempo de oxígeno suplementario Peso al nacer 1.02 0.99 0.004 0.006 4.16 -3.02 0 0.003 prematuros de muy bajo peso. A nivel mundial se ha demostrado asociación entre esta patología y el desarrollo de ROP, pero con resultados controversiales; siendo aquellos que sostienen que es un factor protector, estudios con mayor número de pacientes y mejor diseñados. Hilal Ozkan et al (18) encontraron, en un estudio prospectivo que incluía a recién nacidos menores de 32 semanas, que la preeclampsia podría asociarse al desarrollo de ROP. En dicho estudio se encontró que la incidencia de ROP en recién nacidos de madres con preeclampsia (40.5%) fue significativamente mayor comparada con aquellos nacidos de madres normotensas (22.4%) (P=0.0001). Sin embargo, al observar las características demográficas de sus grupos de estudio encontramos que el peso al nacer del grupo de hijos de madres preeclámpticas es significativamente menor (1380 g ± 400 vs. 1695 g ± 530) (p=0.02); y tras realizar el modelo de regresión logística se halla un OR para preeclampsia de 1.78 con IC [0.66 – 1.90] con un p=0.04. Es decir, que si bien la preeclampsia podría asociarse al desarrollo de ROP por ser más frecuente en este grupo, estadísticamente no constituye un factor de riesgo pues en la regresión logística el OR hallado pasa por la unidad y esto se podría atribuir a la diferencia de pesos entre ambos grupos. En cambio, Fortes Filho et al, en una cohorte prospectiva que incluyó a 324 recién nacidos con peso ≤ 1500 g. y ≤ 32 semanas, concluye que la preeclampsia disminuye el riesgo de desarrollar ROP severa y de cualquier estadío. En este estudio, luego P ˃| z| Odds Ratio 1.28 IC 95% 0.6755237 2.429134 1.010754 - 1.030206 0.9968611 0.9993324 del análisis univariado se encontró que cualquier estadío de ROP estuvo asociado a un menor uso de corticoides antenatales, a menor preeclampsia materna (p<.001) e hipertensión esencial. De las variables que incluyeron en el modelo de regresión logística múltiple, se encontró que una menor edad gestacional y la transfusiones sanguíneas eran factores de riesgo significativos mientras que la preeclampsia (OR = 0.4, IC 95% [0.2 – 0.8] con p=0.12), y el uso de corticoides antenatales redujeron el riesgo de ROP en 60% y 54%, respectivamente. Este estudio posee una población similar a la nuestra mas no describe las características de cada uno de los grupos de estudio, por lo que no es posible establecer comparaciones. Asimismo, en el estudio multicéntrico realizado por Xiau et al (21) que incluyó 25 473 RNPT, se estudió la asociación entre preeclampsia y ROP. Luego del análisis de regresión logística múltiple se encontró que la preeclampsia estuvo asociada a una reducción del riesgo de desarrollo de ROP, con un OR de 0.66; IC 95% [0.50 – 0.87] para todos los pretérminos. En el estudio no se cuenta con una descripción detallada de las características poblacionales, como son peso y edad gestacional, lo que no permite determinar si ambas poblaciones son similares para poder extrapolar sus datos. Asimismo, se desconocen los OR del resto de factores que contribuyen al desarrollo de ROP. En nuestro estudio, no se encontró asociación significativa entre preeclampsia y el desarrollo de ROP, ni como factor de riesgo ni como factor protector; pues Mirtha Gayoso, Susan Genaro, Sofía Sáenz, Dora V. Webb, María Luz Rospigliosi, Fabiola Rivera. el RR hallado fue de 1.28 con IC 95% [0.68 – 2.43] con un p no significativo (p=0.448), a diferencia de otros factores que sí están establecidos como tal. Sin embargo, nuestro trabajo describe las características de la población de estudio en total y de cada brazo (hijos de madre con preeclampsia y sin preeclampsia), encontrándose diferencias significativas en las variables de peso, edad gestacional, adecuación (encontrándose mayor porcentaje de PEG en hijos de madres con preeclampsia), tiempo de oxígeno, tiempo de soporte ventilatorio y antecedente de transfusiones sanguíneas, las cuales se encuentran como variables confusoras también en la literatura mundial, cuyo efecto se intenta reducir en el modelo de regresión logística. A nivel nacional, el estudio de Reyes et al describe las características de la población en el Hospital Nacional Cayetano Heredia, encontrando en el análisis univariado como factores asociados a ROP, el síndrome de dificultad respiratoria (RR=1.57 con IC = 1.08 – 2.28) y el uso de surfactante (RR=2.02 con IC = 1.4 – 2.89); y en el análisis multivariado por regresión logística se encontró que el peso menor a 1250 g (OR=2.95 IC 1.34 – 6.51) y el uso de surfactante son factores de riesgo independientes para ROP. Siendo el uso de surfactante un factor que difiere a nuestro estudio pues no encontramos asociación significativa con esta variable. Así también en nuestro estudio no se halló estadios IV y V de severidad de ROP, y se encontró que el estadio I fue el más frecuente (50.6%) siendo este estadio más frecuente en el grupo de RN de madres con preeclampsia. Sin embargo debido a la diferencia marcada entre el número y porcentaje en cada brazo, no se pudo realizar el análisis estadístico correspondiente. CONCLUSIONES No se encontró asociación significativa entre preeclampsia y el desarrollo de ROP, ni como factor de riesgo ni como factor protector; pues el RR hallado fue de 1.28 con IC 95% [0.68 – 2.43] con p=0.448. Se encontró diferencias significativas en las variables de peso, edad gestacional, adecuación (encontrándose mayor porcentaje de PEG en hijos de madres con preeclampsia), tiempo de 93 uso de oxígeno, tiempo de soporte ventilatorio y antecedente de transfusiones sanguíneas. En el modelo de regresión logística se encontró asociación estadísticamente significativa entre el peso al nacer y el tiempo de empleo de oxígeno suplementario con el desarrollo de ROP, constituyendo ambos factores de riesgo para su desarrollo, también establecidos en diversos estudios. No se reportó estadíos IV y V de severidad de ROP, y se encontró que el estadió I fue el más frecuente (50.6%) siendo este estadío más frecuente en el grupo de recién nacidos de madres con preeclampsia. RECOMENDACIONES Se sugiere la realización de estudios prospectivos multicéntricos y/o de mayor tamaño muestral que permitan establecer de forma más precisa la asociación entre preeclampsia y ROP. Asimismo debido a los múltiples factores de riesgo encontrados dejamos abierta la posibilidad de realizarse en estudios futuros un modelo predictor de ROP que nos permita acercarnos a la probabilidad de desarrollar esta patología que cada vez se hace más frecuente, sobre todo en países en vías de desarrollo en los que se registra un aumento de la supervivencia de estos prematuros con muy bajo peso al nacer. Se debe destacar la importancia de la evaluación oftalmológica oportuna en los prematuros de muy bajo peso al nacer debido a la alta incidencia de retinopatía que presentan, en especial en aquellos, que resultan ser también en elevado porcentaje, sometidos a oxigenoterapia, CPAP y/o ventilación mecánica por constituir factores de riesgo independientes para el desarrollo de esta patología. 94 Preeclampsia como factor asociado al desarrollo de retinopatía en prematuros de muy bajo peso al nacer, nacidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia entre Enero 2005 y Diciembre 2011. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Sarmiento Y, Crespo A et al. Análisis de morbilidad y mortalidad en recién nacidos con peso inferior a 1500g Rev Cubana Pediatr v.81 Ciudad de la Habana sep-dic 2009. 2. Llanos A, Grupo Hospital Sotero del Rio. Morbilidad y mortalidad del recién nacido menor de 1500g. Arch PediatrUrug 2008; 79(1): 76-85. 3. Santesteban E , Rodriguez A et al. Mortalidad y morbilidad de neonatos de muy bajo peso asistidos en el País de Vasco y Navarra (2001-2006): estudio de base poblacional AnPediatr (Barc). 2012; 77(5): 317-322. 4. Saldaña-Estrada M, Pineda-Barahona E. Mortalidad en neonatos con peso menor de 1500 gramos en el servicio de recién nacidos en el hospital de especialidades del instituto hondureño de seguridad social, RevMed Post UNAH Vol. 7 N°1 Enero-Abril 2002. 5. Oliveros M, Chirinos J. Prematuridad: epidemiología, morbilidad y mortalidad perinatal. Pronóstico y desarrollo a largo plazo. Rev Per GinecolObstet. 2008; 54: 7-10. 6. Oduntan AO. Prevalence and causes of low visión and blindness worldwide S AfrOptom 2005; 64 (2): 44-54. 7. Gilbert C. Retinopathy of prematurity: A global perspective of the epidemics, population of babies at risk and implications for control; Early Human Development (2008) 84: 77-82. 8. Lomuto C, Galina L et al. Epidemiología de la retinopatía del prematuro en servicios públicos de la Argentina durante 2008. Arch Argent Pediatr 2010;108(1):24-30. 9. Iyo Solar L. Retinopatía del prematuro en recién nacidos de peso menor a 1500 g. en el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen entre 19951998. [Tesis Bachiller]. Lima: Biblioteca Central, Universidad Peruana Caytano Heredia;1999. 10.Roca J. Retinopatía de la prematuridad: estudio de factores de riesgo en el Instituto Materno Perinatal de Lima. Rev.peru.oftalmol 1999; 23(2):5-8. 11.Doig J, Chafloque A et al. Incidencia de retinopatía de la prematuridad y su evolución en niños sobrevivientes de muy bajo peso al nacer egresados del Instituto Especializado Materno Perinatal de Lima. Rev.peru.pediatr.2007; 60(2): 88-92. 12.Reyes J. Características clínicas, demográficas y factores asociados de retinopatía en recién nacidos prematuros con peso menor a 2000 gramos diagnosticados en el Hospital Nacional Cayetano Heredia de. 2005 al 2010. Rev.peru.pediatr.2012; 65(1):14-20. 13.Seiberth V, Linderkamp O Risk factors in retinopathy of prematurity. a multivariate statistical analysis. Ophthalmologica. 2000;214(2):131. 14.Lad EM, Hernandez-Boussard et al. Incidence of retinopathy of prematurity in the United States: 1997 through 2005. Am J Ophthalmol. 2009;148(3):451. 15.Kaempf JW, Kaempf AJ et al. Hyperglycemia, insulin and slower growth velocity may increase the risk of retinopathy of prematurity. J Perinatol. 2011 Apr;31(4):251-7. Epub 2011 Jan 13. 16.Wallis AB, SaftlasAFet al. Secular trends in the rates of preeclampsia, eclampsia, and gestational hypertension, United States, 1987-2004. Am J Hypertens. 2008 May;21(5):521-6. Epub 2008 Mar 13. 17.Base de datos Servicio Ginecología Hospital Nacional Cayetano Heredia 18.HilalOzkan et al. Maternal preeclampsia is associated with an increased risk of retinopathy of prematurity. J Perinatal Med 39 (2011): 523-527 19.Gotsch F, Romero R et al. Preeclampsia and smallfor-gestational age are associated with decreased concentrations of a factor involved in angiogenesis: solubleTie-2. J Matern Fetal Neonatal Med 2008;21:389-402. 20.Joa˜ o Borges Fortes Filho, et al. Maternal Preeclampsia protects preterm infants against severe Retinopathy of Prematurity. J Pediatr 2011;158:372-6. 21.Xiao Dan Yu, D. Ware Branch et al. Preeclampsia and Retinopathy of Prematurity in Preterm Births. Pediatrics 2012; 130; e101; originally published online June 4, 2012. 22.Zayed et al. New-Onset Maternal Gestational Hypertension and Risk of retinopathy of Prematurity. IOVS, October 2010; 51(10):4983-4987. Correspondencia: Susan Genaro Saldaña Servicio de Neonatología. Hospital Nacional Cayetano Heredia Teléfono: 4820402, 994334898 Correo electrónico: susan_vgs@hotmail.com Recibido: 13.03.13 Aceptado: 27.05.13 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 95 Creencias sobre salud infantil en madres de una población rural de Arequipa y de la consulta pediátrica de un hospital de Lima. Beliefs about child health in mothers from a rural population in Arequipa and pediatric outpatient clinic of a hospital in Lima. Zaira Castañeda Amado 1, Noelia Guillén Mendoza 1, Carolina Llerena Luna1, Lisbeth Antezana Nuñez1, Daniel Guillén Pinto 2 RESUMEN Objetivo: Determinar la frecuencia de las creencias sobre salud infantil entre las madres del distrito de Lari - Arequipa y de las madres de los niños atendidos en el Hospital Nacional Cayetano Heredia de Lima (HNCH). Material y métodos: Se aplicó una encuesta a una población no aleatorizada de madres mayores de 18 años, del distrito de Lari y del HNCH, entre enero y julio de 2011. Los datos fueron analizados usando Statistical Package of the Social Sciences SPSS Inc. versión 19.0. Resultados: Se realizaron 134 encuestas en el distrito de Lari y 210 encuestas en el HNCH. La creencia más frecuente fue “El frío puede entrar por los pies desnudos y causar resfrío” con un 92.9% de promedio ponderado. En Lari, cinco creencias se encontraron en más del 80% de la población y quince en más del 50%. En el HNCH, solo una creencia fue predominante en más del 80% de la población y nueve en más del 50%. Conclusiones: : Las creencias en ambas poblaciones fueron muy frecuentes. La población de madres de Lari- Arequipa presentó mayor frecuencia de creencias que la población de madres de la consulta de Pediatría del HNCH. El grado de instrucción fue la variable más frecuentemente asociada a alguna creencia en ambas poblaciones. Palabras Clave: Creencias, conocimientos, salud infantil, frío, parásitos, eruptivas, niños. SUMMARY Objective: To determine the frequency of children's health beliefs among mothers in the district of Lari - Arequipa and mothers of children treated at the Hospital Nacional Cayetano Heredia (HNCH). Materials and methods: A survey was applied to a non-randomized population of mothers over 18 years old from Lari’s district and HNCH, between January and July 2011. Data was analyzed using Statistical Package of the Social Sciences SPSS Inc., version 19.0 for Windows. Results: 134 surveys were conducted in the district of Lari, and 210 at HNCH. The most frequent belief in the study was “The cold can get in through your feet and cause the flu” with 92.9% of weighted average. In Lari, five beliefs were found in over 80% of the population and fifteen in 50% of them, unlike (1) (2) Estudiante de Medicina de la Universidad Peruana Cayetano Heredia Médico Neurólogo Pediatra, Profesor Principal de Pediatría de la Universidad Peruana Cayetano Heredia what happened at HNCH where only one belief was found in more than 80% of the population and nine in 50% of them. Conclusions: Beliefs were very common in both populations. The population of mothers from LariArequipa had a higher frequency of beliefs than the population of mothers at the HNCH. The education level was the most frequently associated variable to beliefs in both populations. Keywords: Beliefs, knowledge, children’s health, children. INTRODUCCIÓN Tal vez la mejor forma de entender las creencias sobre la salud infantil es considerándolas como conceptos o conocimientos derivados de la experiencia que tienen los padres con las enfermedades o trastornos que afectan a los niños; a través del tiempo estas experiencias que se trasmiten de generación en generación son consideradas como verdades. En el contexto general una creencia es un enunciado supuestamente lógico en base a una experiencia, 96 Zaira Castañeda Amado, Noelia Guillén Mendoza, Carolina Llerena Luna, Lisbeth Antezana Nuñez, Daniel Guillén Pinto. que puede ser relacionado a diferentes aspectos de la vida y que al ser tomados como verdades pueden constituir verdaderos dogmas. El Perú, país multicultural, ha adquirido creencias que han llegado a formar parte de una relación de sincretismo con la medicina natural, basada en el conocimiento de propiedades que tienen algunos productos minerales, vegetales o animales que brinda la naturaleza. Las madres hacen uso de estas prácticas tradicionales y caseras frutos del quehacer cotidiano; las cuales muchas veces pueden ser beneficiosas o inocuas, pero también perjudiciales y hasta lesivas cuando no son utilizados adecuadamente. En ocasiones, las creencias “erróneas” pueden crear conflictos entre el conocimiento científico y los hábitos de los padres de familia, e incluso relacionarse con el aumento de la morbilidad y mortalidad infantil. Por otro lado, la falta de una educación adecuada en salud ha provocado en las poblaciones populares y marginales un mayor apego por sus creencias; estableciendo una preferencia a la desinformación en temas de salud infantil (4). Conocer el comportamiento de las creencias es de vital importancia para el desarrollo de la prevención y atención en salud infantil. Esta motivación ya ha sido explorada en algunos estudios en a nivel Latinoamericano como Nacional en ambientes urbanos y rurales. A nivel nacional Tardillo y Vila (5) realizaron en el 2010 un estudio titulado “Conocimientos y Creencias sobre Meningitis en padres de Familia Residentes de las localidades que Conformas la Micro Red de salud de Peralvillo, Huaral.” cuyo objetivo fue determinar el nivel de conocimientos y creencias sobre meningitis en los padres de familia de dicha población urbano-rural. El estudio fue de tipo observacional, descriptivo y transversal aplicando una encuesta validada a 200 padres de familia. Se encontró que un 56% de la población tenía un conocimiento nulo sobre la meningitis y sólo un 12.5% tubo un conocimiento óptimo. La mayoría de la población refirió que la meningitis era causada por la fiebre; y sobre la punción lubar, la creencia más común fue que produce invalidez. En el extranjero, Algazy-Bayley (6) realizó un estudio en Uruguay en 1990 titulado “Creencias populares en Pediatría” con el propósito de investigar las creencias más comunes en una población urbana de madres del Hospital Pereira Rossel mediante una encuesta realizada fuera de situación de enfermedad de sus hijos. El 74% de las madres revelaron poseer creencias en relación con el uso de hierbas o yuyos, enfermedades tales como “empacho” y “mal de ojo” y recurrir regularmente al curandero. En dicha población la existencia de creencias se relacionó con el nivel de instrucción materna y no guardó relación con la zona o el barrio de procedencia ni con la clase social del núcleo familiar. El objetivo de este estudio fue determinar la frecuencia de las creencias relacionadas con la salud infantil en dos poblaciones geográfica y culturalmente diferentes, una costeña y otra serrana. MATERIALES Y MÉTODOS Se realizó un estudio observacional y transversal, en la población de madres de familia de niños que se atienden en el Hospital Nacional Cayetano Heredia de Lima (HNCH), y de madres de familia del distrito de Lari (DL), provincia de Caylloma, en Arequipa (3405 msnm). El único criterio de inclusión fue que las madres sean mayores de edad y que no presenten discapacidad mental para entender las preguntas de la encuesta. Se incluyeron quechua hablantes con ayuda de traductor. En todos los casos se pidió consentimiento informado verbal. La encuesta fue elaborada bajo un proceso estructurado, para el cual fueron invitados 10 pediatras con amplia experiencia a quienes se les pidió nombrar las 10 creencias de salud infantil más frecuentes que a su criterio consideraran. Con estos datos se construyó una encuesta encabezada con datos demográficos que incluyo las 20 primeras creencias consideradas por los expertos, para ser aplicada en forma anónima. Se realizó un piloto para corregir las expresiones lingüísticas. En Lari el estudio se desarrolló en enero del 2011, bajo la modalidad de visita domiciliaria con alumnos voluntarios de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). En el HNCH, el estudio se realizó en el mes de julio del mismo año, aplicándose la encuesta a la población materna que acudió a la consulta ambulatoria pediátrica, en este caso las madres de familia fueron seleccionadas por conveniencia. Los datos recogidos fueron analizados usando con el paquete estadístico Statistical Package of the Social Sciences (SPSS Inc.), versión 19.0 para Windows. RESULTADOS La población total de madres encuestadas fue de 344, siendo 210 en el HNCH y 134 en el distrito de Lari. Se observaron diferencias Creencias sobre salud infantil en madres de una población rural de Arequipa y de la consulta pediátrica de un hospital de Lima. entre las características demográficas de cada población (Ver Tabla 1). Destaca que la mayoría de las madres del distrito de Lari no cuentan con estudios escolares completos o 97 son analfabetas, fueron mayores de 35 años y multíparas. En ambos grupos el tiempo de residencia fue mayor de 10 años en el mismo domicilio. Tabla 1. Características demográficas de las madres del distrito de Lari - Arequipa y del Hospital Nacional Cayetano Heredia de Lima Variable Edad Grado de instrucción Número de hijos Tiempo de residencia Características Demográficas HNCH (%) (N=210) Lari (%) (N=134) Menor de 20 años 11.5 5.2 De 20 a 30 años 54.3 28.4 Mayor de 35 años 34.1 66.4 Analfabetas - secundaria incompleta 30.4 78.4 Secundaria Completa o Superior incompleto 33.8 20.1 Superior completo 35.7 1.5 1 hijo 30.4 21.6 De 2 a 3 hijos 33.8 21.6 Más de 3 hijos 35.7 56.7 Menor de 5 años 16.5 6.0 De 5 a 10 años 10.7 11.2 Mayor de 10 años 72.8 82.8 La creencia más frecuente en el estudio fue “El frío puede entrar por los pies desnudos y causar resfrío” con un 92.9% de promedio ponderado. Sin embargo en Lari, la creencia más frecuente, en 94%, “Las agüitas de anís o manzanilla sirven para prevenir los cólicos en bebés” (Ver tabla 2). Cabe resaltar que en el distrito Lari, hay cinco creencias que se encontraron en más del 80% de la población, a diferencia de la población del HNCH, donde solo una creencia fue predominante mayor. (Ver tabla 3). 98 Zaira Castañeda Amado, Noelia Guillén Mendoza, Carolina Llerena Luna, Lisbeth Antezana Nuñez, Daniel Guillén Pinto. Tabla 2. Frecuencia de las creencias en salud infantil en el Hospital Nacional Cayetano Heredia y en el distrito de Lari-Arequipa Creencias sobre salud infantil en madres de una población rural de Arequipa y de la consulta pediátrica de un hospital de Lima. 99 Tabla 3. Comparación de las creencias de salud infantil más frecuentes en Hospital Nacional Cayetano Heredia y en el distrito de Lari-Arequipa Creencia HNCH (%) Lari (%) El frío puede entrar por los pies desnudos y causar resfrío. 92.8 93.3 Las agüitas de anís o manzanilla sirven para prevenir los cólicos en bebés. 57.2 94.0 El abrigo evita que el niño se resfríe 59.1 88.8 La cólera o la angustia de la madre se pasan por la leche materna al bebé. 56.3 88.1 Los niños que comen muchos dulces pueden tener lombrices. 58.7 82.1 La fiebre alta puede producir meningitis o infección al cerebro. 65.9 59.0 Las vitaminas estimulan apetito en los niños, 63.9 58.2 En el HNCH, se observó fuerte asociación entre el grado de instrucción y la creencia “Se debe envolver al bebé para evitar las piernas chuecas” (p=0.000), entre “El niño que tose, siempre debe tomar jarabe para cortar la tos” (p=0.01) y “Sacar líquido de la columna vertebral puede causar daño o parálisis” (p=0.016). (Ver tabla 4). En el distrito de Lari, existe mayor asociación significativa entre “Se debe envolver al bebé para evitar las piernas chuecas” con la edad (p=0), el número de hijos (p=0) y el grado de instrucción (p=0.001). (Ver tabla 5) Tabla 4. Asociaciones entre creencias y variables demográficas halladas en las madres del Hospital Nacional Cayetano Heredia Creencia Criterio de asociación La fiebre alta puede producir meningitis o infección al cerebro Grado de instrucción Las sopas son buenos alimentos para iniciar la alimentación de los Grado de instrucción bebés Sacar líquido de la columna vertebral puede causar daño o parálisis Tiempo de residencia Las vitaminas estimulan el apetito de los niños Grado de instrucción Lavar la ropa enfría la leche materna y causa cólico en el bebé. Grado de instrucción El niño con fiebre siempre debe recibir antibióticos. Grado de instrucción El niño que tose, siempre debe tomar jarabe para cortar la tos. Grado de instrucción Se debe envolver al bebé para evitar las piernas chuecas. Grado de instrucción Los líquidos calientes curan la tos y la diarrea. Grado de instrucción El niño con varicela no debe bañarse. Edad (p) 0.037 0.030 0.016 0.037 0.009 0.044 0.001 0.000 0.002 0.026 100 Zaira Castañeda Amado, Noelia Guillén Mendoza, Carolina Llerena Luna, Lisbeth Antezana Nuñez, Daniel Guillén Pinto. Tabla 5. Asociaciones entre creencias y variables demográficas halladas en las madres de Lari- Arequipa Creencia La salida o erupción de los primeros dientes causa fiebre El frío puede entrar por los pies desnudos y causar resfrío. Se debe envolver al bebé para evitar las piernas chuecas. Los líquidos calientes curan la tos y la diarrea. Los inhaladores usados contra el asma causan adicción. El niño con varicela no debe bañarse. Nota: Las Tabla 5 y 6 Muestran los datos categorizados en forma dicotómica. Para edad: menores y mayores de 35 años. Para grado de instrucción: sin educación superior completa y con educación superior completa. Para el número de hijos: menor o igual de 3 hijos y más de 3 hijos. Y para tiempo de residencia: menos de 10 años y más de 10 años. DISCUSION Las creencias podrían fácilmente ser catalogadas como supersticiones o ser atribuidas a la ignorancia; sin embargo, se considera que han sido el resultado de factores trascendentales que ocurrieron en el proceso de culturalización. Existen varios tipos de creencias, muchas de ellas determinadas por la ignorancia y el misticismo, otras apoyadas por el empirismo de varias generaciones. La medicina popular peruana es el resultado de una combinación de creencias con el conocimiento de las propiedades curativas de ciertas plantas que varían de región en región. Este estudio se desarrolló en dos tipos de población, una costeña y otra serrana. En ambas poblaciones fueron frecuentes las creencias relacionadas con el frío como causa de enfermedad en los niños, destacando con amplia mayoría la creencia que “el frío entra por los pies y causa resfrío”. En esta aseveración hay dos conceptos interesantes, el primero que el frío puede pasar preferentemente por los pies y el segundo que el resfrío sea secundario a esta frialdad. El origen de este concepto data en América Latina desde tiempos pre-coloniales, en base a una concepción dicotómica entre el frío y el calor, siendo que la enfermedad se produce por el desequilibrio Criterio de asociación Grado de instrucción Número de hijos Edad Número de hijos P 0.044 0.011 0.000 0.000 Grado de instrucción 0.001 Tiempo de residencia 0.037 Número de hijos Tiempo de residencia Número de hijos Edad 0.040 0.011 0.011 0.039 entre ambos elementos. En el siglo XVI, este pensamiento fue académicamente aceptado por la medicina española, basada en el conocimiento de culturas más antiguas como la griega y la hindú (7), así fue derivando en la clasificación de las enfermedades, según su etiología, tratamiento y la categorización de los alimentos en “fríos y calientes” (7); considerando al resfrío entre las enfermedades frías de causa no necesariamente infecciosa y por tanto debían tratarse y prevenirse con terapias y elementos cálidos (8). No obstante, se sabe que entre el frío y el resfrío hay una relación fisiopatológica. En las grandes altitudes, las infecciones respiratorias son muy frecuentes y graves en los meses de invierno, llegándose con frecuencia a temperaturas bajo 0º C (9), comportamiento diferente con las poblaciones de los polos, tal vez por algún factor inmunológico. Según H. Quiroz, el frío y los cambios bruscos de temperatura incrementan la virulencia de los gérmenes respiratorios, se producen cambios en los reflejos de la mucosa nasal, con pérdida temporal de la resistencia de los tejidos lo que permite la invasión de microorganismos presentes en las vías aéreas (10). En este estudio los resultados obtenidos indican indirectamente que las madres no tienen el concepto del microorganismo como agente causal, de allí la tendencia a abrigar exageradamente a los niños en los meses fríos. Sería interesante investigar si el abrigo disminuye ostensiblemente las infecciones respiratorias. Siendo el agua un elemento frío, se considera una contraindicación para todas las enfermedades febriles, infecciosas, eruptivas (11). Tradicionalmente Creencias sobre salud infantil en madres de una población rural de Arequipa y de la consulta pediátrica de un hospital de Lima. las madres perciben un posible empeoramiento del cuadro clínico al bañar a los niños con varicela (11). Sin embargo, la falta de higiene realmente promueve la sobreinfección de las lesiones con gérmenes grampositivos de la piel y exacerba el prurito (11). Recientemente se ha publicado un caso de miasis por Cochliomyia hominivorax (12) en una niña que no fue aseada por este motivo. La creencia que “el niño que tose, siempre debe recibir antibióticos” se encontró en la mitad de ambas poblaciones. Probablemente este concepto ha sido adoptado en los últimos cien años con el desarrollo de los antibióticos y su éxito en la cura de los niños con neumonía. Según Buñuel y colaboradores, al existir dificultad para distinguir entre la infección bacteriana, viral o un proceso inflamatorio, los médicos optan por prescribir antibióticos, a veces en forma exagerada (13). Esta actitud reiterativa promueve que las madres crean que ante todos los casos de “niño con tos” deban administrarse antibióticos. Nuevamente, el concepto poco conocido de “microorganismo”, refuerza la creencia. Un gran porcentaje de madres de Cayetano y de Lari (65.9% y 59.0% respectivamente) creen que “la fiebre alta puede causar meningitis o infección al cerebro”. Se destaca el mayor nivel de esta creencia, en comparación con investigaciones anteriores. Flores (2000) encontró la creencia en un 38% de padres de familia, también en el HNCH (14) , Castro et al. (2007) la encontraron en un 47.5 % en los padres de familia los establecimiento de salud de Lima Norte (15), Tardillo y Vila (2010), realizaron un estudio en 200 padres de familia de la micro-red de salud Peralvillo-Huaral, aplicando una encuesta validada mediante entrevista y encontraron que el 73.2% creían que la causa de la meningitis era la fiebre (5). Sobre esto, Milla en el 2011, refirió el término “Fobia a la fiebre”, usado para describir la preocupación y ansiedad excesivas ante la fiebre (16). Respecto a la lactancia materna, existen varias creencias por las que se afectaría la producción y la salud del bebé. Lo cierto es que la leche materna se produce por un reflejo entre el amamantamiento y el sistema nervioso central (hipotálamo), donde se sintetizan las hormonas y factores de liberación que estimulan las glándulas mamarias. Diferentes fuentes indican que el estrés y la angustia disminuye la cantidad de oxitocina, por tanto afecta producción de la leche (17). Esta idea fortalece la creencia que la madre, dentro de su angustia, transmite sustancias negativas que afectan la digestión del niño. (18) No hay referencias bibliográficas respecto a esta creencia, pero los expertos la refieren como una de 101 las más frecuentes. Como se ha observado, también es una creencia popular que la leche se suspenda por efecto de antibióticos; sin embargo, no se halló ninguna fuente que pruebe dicha causalidad. Hernández et al; mencionan que la mayoría de los fármacos anti-infecciosos, entre antibióticos, antivirales y antiparasitarios, tienen poco efecto sobre la calidad o cantidad de la leche, o sobre la salud o bienestar del lactante. Su uso es excepcionalmente contraindicado en lactancia y, en todo caso, se justifica sólo con el consejo profesional. (19) Sobre la relación entre el enfriamiento de la leche materna provocando cólicos en el bebé y lavar la ropa , Hurtado (2011), propone que el cuadro no corresponde al enfriamiento de la leche, sino a que la mamá tiene una infección respiratoria alta y contagia a su niño; recordando que la leche, al igual que todos los fluidos corporales, siempre se mantiene a la temperatura corporal (20). De igual forma, Hibah et al. (2009) señalan que es común la creencia que el dolor abdominal de la madre puede transmitirse al bebé a través de la leche materna y provocar cólicos (21). Por otra parte, en nuestro medio resalta el predominio de la medicina alternativa, basada en el empleo de plantas en forma de mates o infusiones (22). Sobre esto se observó un alto porcentaje de madres que usan “agüitas” de manzanilla o anís para la prevención de cólicos en bebés. La manzanilla (Chamaemelum nobile) contiene sustancias químicas que poseen acción antiinflamatoria y antiespasmódica tanto en su aplicación local como por vía oral; mientras que el anís (Pimpinella anisum) tiene propiedades expectorantes, carminativo, aperitivo y tónico estomacal (23).Se debe resaltar que es posible que en el estudio, la madres no hayan considerado la diferencia entre prevención y tratamiento. En relación a la creencia “los niños que comen muchos dulces pueden tener lombrices”, la frecuencia es mayor en las madres de LariArequipa (82.0%) que en HNCH (58.7%). Hay una concepción popular que asocia la costumbre de consumir en exceso algún producto (como los dulces), con la generación de lombrices semejantes a éste, lo que induciría al enfermo a consumirlo todavía más (24). Este mito nace por los malos hábitos de higiene, puesto que los dulces no son portadores de parásitos, sino que suelen entrar en contacto con superficies contaminadas, como las manos, durante su ingesta (24). A pesar de que se tiene esa creencia, existe un conocimiento adquirido vía el médico o los medios de comunicación (25), lo que explicaría en menor 102 Zaira Castañeda Amado, Noelia Guillén Mendoza, Carolina Llerena Luna, Lisbeth Antezana Nuñez, Daniel Guillén Pinto. porcentaje en las madres del HNCH. Es así que la prevención debe estar orientada a la causa real, de manera que se promueva una mejor higiene y lavado de manos (25). A su vez, sobre la creencia “las vitaminas estimulan el apetito en el niño”, aproximadamente la mitad de las madres en ambas poblaciones (63.9% en HNCH y 58.2% en Lari-Arequipa) estuvieron de acuerdo con ello. Es desde el siglo XVIII, que el concepto de vitaminas se arraigó en la población, ya que cuando las personas pasaban grandes periodos de desnutrición severa, conocido como “Avitaminosis”, se producían severos cuadros de encefalopatías y compromiso neurológico (26). Sin embargo, con el paso del tiempo, las propiedades de las vitaminas se han desvirtuado, contribuyendo con la idea de que constituyen una panacea (27). Por último, en relación a las demás creencias, se debe mencionar que estas no fueron analizadsas debido a que no se encontraban en más del 50% de la población de Lari-Arequipa, ni e la consultad externa del HNCH. Posteriormente, se calculó la asociación entre las variables demográficas de ambas poblaciones y las creencias por separado (ver resultados, tabla 4 y 5). En Cayetano, las asociaciones más fuertes fueron entre el grado de instrucción y “El niño que tose siempre tiene que tomar jarabe para la tos”, “Se debe envolver al bebé para evitar las piernas chuecas” y “Los líquidos calientes curan la tos y la diarrea”. Con esto se concluye que a menor nivel educativo existe una mayor frecuencia de creencias; lo que resalta el rol de la educación en la prevención y promoción de las enfermedades. De modo semejante, se realizó el cálculo para la población de Lari-Arequipa. Las variables que mostraron mayor asociación con las creencias fueron la edad, el grado de instrucción y el número de hijos, lo que demuestra que dicha población rural cuenta con más factores determinantes en la persistencia de las creencias, probablemente debido a la facilidad con la que dichas creencias se transmiten en las generaciones, mientras que la presencia de un médico que sustente o niegue las bases de dichas creencias, es casi nula. En la misma línea, se debe resaltar que en ambas poblaciones, la variable de mayor presencia en la asociación fue el grado de instrucción; mientras que el tiempo de residencia no mostró ser un factor asociado significativamente a las creencias. Entre las limitaciones del presente estudio se puede mencionar el no haber calculado el número de muestra para la población de HNCH lo que afectó la equidad de la proporción de ambas poblaciones. Sin embargo, el uso de porcentajes por separado en el análisis ayudó a que este factor no dificulte la comprensión de los resultados. En vista de los resultados, se recomienda que en futuros estudios se analice el número de creencias por persona, lo cual serviría para conocer la densidad de las creencias en la población e identificar a las personas más susceptibles. Por último se recomienda también que se analice la fuente de adquisición de la creencia, ya que permite conocer el grado de influencia de la sociedad sobre la persona, y así enfocar una intervención. CONCLUSIONES Se demuestra que las creencias son frecuentes y que han variado en las poblaciones de LariArequipa y consulta externa de pediatría del Hospital Nacional Cayetano Heredia. La población de Lari-Arequipa tiene mayor frecuencia de creencias que la consulta externa de pediatría del Hospital Nacional Cayetano Heredia. La creencia más frecuente en ambas poblaciones fue “El frío entra por los pies y puede causar resfrío” con una frecuencia promedio de 92.8%. Las variables demográficas que mostraron la mayor asociación significativa en la población de Lari-Arequipa fueron: el grado de instrucción, la edad y el número de hijos. La variable demográfica que mostró la mayor asociación significativa en la población de la consulta externa de pediatría del Hospital Nacional Cayetano Heredia fue el grado de instrucción. Creencias sobre salud infantil en madres de una población rural de Arequipa y de la consulta pediátrica de un hospital de Lima. 103 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. De Guzmán L, Necesidad y utilidad de las creencias. In editor. Palabras y Creencias: Ensayo Crítico Acerca de la Comunicación Humana y de las creencias. Murcia: Compobell S.L.; 1995. pp.32-3 2. Martin G, Magia, religión y poder Los cultos afroamericano. Nueva Sociedad 1986; 82:157-170 3. Eliade M Historia de las Creencias y de las ideas religiosas: de la edad de piedra a los misterios de Eleusis. Francia: Payot & Rivages; 1976. 4. Acosta M, Alegría L, Cajiao GE, Llano Am, Valencia C, Zuluaga P. Creencias populares sobre el autocuidado durante el puerperio en las instituciones de salud del nivel 1. Colombia médica 1997; 28(1):42-50 5. Tardillo Mejía L E, Vila Miranda. Conocimientos y creencias sobre meningitis en padres de familia residentes de las localidades que conforman la Micro-Red de Salud de Peralvillo- Huaral.[Tesis de grado]. Facultad de Medicina, Universidad Peruana Cayetano Heredia; Perú. 2010 6. Algazi-Bayley I. Creencias populares en pediatríaInvestigación a nivel hospitalario. Rev Med Uruguay, 1990; 6: 23-33 7. Ghidinelli A, El sistema de ideas sobre la enfermedad en Mesoamérica. Rev. Medica. Hondur 1984; 52(4):237-248. 8. Idoyaga A, El simbolismo de lo cálido y lo frío. Reflexiones sobre el daño, la prevención y la terapia entre los criollos de San Juan (Argentina), Mitológicas 1999; 14:7-27. 9. Ministerio De Empleo Y Seguridad Social. Enciclopedia de la OIT|Instituto Nacional de seguridad e higiene en el trabajo. [homepage on the Internet]. 2010 [cited 2012 Jul 5]. Available from: Gobierno de España, Web site: http://http:// www.insht.es/portal/site/Insht/menuitem.html 10.H. Quiroz, C. Roxana. Conocimientos y su relación con las prácticas de las madres de niños menores de cinco años sobre la Prevención de las Infecciones Respiratorias agudas en el C.S. Max Arias Schereiber: octubre - noviembre. [Tesis para Bachiller de Enfermería] Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Peru. 2002 11.Abarca, K. Varicela: indicaciones actuales del tratamiento y prevención. Rev Chil Infect 2004; 21 (supl 1): S20-S23 12.Heizenreder B, Fernández R, Kulinka L.D. Un caso de miasis humana por Cochliomyia hominivorax (dipteral: calliphoridae) asociado a varicela en Villa Ángela, provincia del Chaco, Argentina. Revista de Posgrado de VIa Cátedra de Medicina. N! 192-Abril 2009 13.Buñuel, J.C. Fortea E. Cortés R. B. Vila C. Blanch F. Estany M. Utilización adecuada de antibióticos en atención primaria: ¿sabemos qué piensan los padres?. An Pediatr (Barc) 2004; 61 (4): 298-304 14.Flores Ortega. Y G. Evaluación de conocimientos, creencias y prácticas relacionadas a la meningitis en padres de familia que acuden al HNCH para una atención pediátrica.[Tesis]. Universidad Peruana Cayetano Heredia. 2000 15.Castro A, Revatta L, Ruelas B. Conocimientos y Creencias sobre Meningitis en Padres de Familia que Acuden a Establecimientos de Salud en Lima Norte. Tesis para Título de Médico Cirujano. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú. 2007. 16.Milla M, Wong JL. Conocimientos, actitudes y preferencias de los padres en tratamiento de fiebre de los niños atendidos en el Hospital de Policía. Rev. Perú. Pediatr. 64 (2). 2011. Pag. 1 -8. 17.E. Stitou C, Ribas M. Cómo influye el estrés materno durante el embarazo psicopatología futura del feto. (Tesina en internet). Disponible en : http://psicologiamribasibiza. com/app/download/5784813631/ Tesina+estr%C3%A9s+materno.pdf [Consulta: 05 ago 2012] 18.Valdizán H & Maldonado A La Medicina Popular Peruana Contribución al "Folk-lore" médico del Perú. Lima: Facsimilar; 1922. 19.Hernández MT, Paricio JM, Pernán J, et al. Uso de antibióticos y lactancia materna. Rev Esp Quimioter 2009; 22(4):180-189 20.Hurtado, J.M. Enfermedades diarreicas agudas por el mal manejo de alimentos de los centros infantiles de la policía nacional, tesis de diploma superior en gerencia y calidad en servicios de Salud. UTPL, Quito 2011. Pp. 68 21.Hibah O. Lama E. Livia W. Cultural beliefs that may discourage breastfeeding among Lebanese women: a qualitative analysis. 2009 22.Gutiérrez D, Turcio M. Creencias, actitudes y prácticas de las madres sobre la Enfermedad Diarreica Aguda en niños menores de dos años, en la comunidad de San Marcos Ocotopeque – Honduras. [en línea] 2004. [Citado Setiembre 2004]. [23 pantallas]. Disponible en: URL: http:// www.minsa.gob.ni/bns/tesis_sp/10.pdf 23.Anaya MJ, Musayón CA, Ontón EI. Conocimiento sobre el uso de plantas medicinales en los poblados del distrito de Picsi (Chiclayo- Lambayeque). Tesis de licenciatura en enfermería- UPCH 1997 24.Universidad De Antioquía. Mitos alrededor de los parásitos. [homepage on the Internet]. 2010 [cited 2012 Jul 13]. Available from: Universidad 104 Zaira Castañeda Amado, Noelia Guillén Mendoza, Carolina Llerena Luna, Lisbeth Antezana Nuñez, Daniel Guillén Pinto. de Antioquía, Web site: http://www.udea.edu.co/ portal/page/portal/BibliotecaPortal/DetalleNoticia/ progSalud?p_id=14311849&p_siteid=419 25.Osorio RM Entender y atender la enfermedad: los saberes maternos frente a los padecimientos infantiles. México: CIESAS; 2001 26.Jaramillo J. Historia y Filosofía de la medicina. Costa Rica. Editorial Universidad de Costa Rica. 2005. Pag. 105 27.De la Torre J. Pediatría Accesible: Guía para el cuidado del niño. 10° edición. Editorial XXI. México. 1987. P 143 – 144 Correspondencia: Daniel Guillén Pinto Servicio de Especialidades Pediátricas, Hospital Nacional Cayetano Heredia Av. Honorio Delgado 430. San Martín de Porres. Lima - Perú Correo electrónico: dguillepinto@gmail.com Recibido: 03.05.13 Aceptado: 19.06.19 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 105 Correlación entre la práctica habitual del baño y las complicaciones del resfriado común en niños de 12 a 24 meses durante el invierno del 2011 en el Hospital Daniel Alcides Carrión de Tacna, Perú. Correlation between having a bath daily and the common cold complications in children 12 to 24 months old during the winter of 2011 in Hospital Daniel Alcides Carrion of Tacna, Perú. Julio César Neyra Pinto (1) RESUMEN El resfrío común es una enfermedad frecuente en niños. En nuestro medio, se deja de bañar al niño cuando está resfriado, con la creencia de que se recuperará pronto y no ocurrirán complicaciones. Objetivo: Determinar en niños con resfrío común si existe correlación entre la práctica habitual del baño y la aparición de complicaciones posteriormente. Métodos: Se ingresaron al estudio niños de 12 a 24 meses con resfrío común de uno a dos días de evolución, en dos grupos: aquellos con práctica habitual del baño y aquellos que no fueron bañados. Se realizó un examen médico de ingreso y otro de control dentro de los 5 a 10 días posteriores a la inclusión en el estudio, para establecer las complicaciones. Resultados: Fueron tomados en cuenta 77 niños, 40 de ellos no fueron bañados. No se encontró una mayor frecuencia de complicaciones en niños resfriados cuyas madres les bañaron habitualmente. Conclusión: La práctica habitual del baño en niños con resfrío común no se relaciona con una mayor frecuencia de complicaciones. Palabras clave: Resfrío común, resfriado, complicaciones, baño, bañar, infantes. SUMMARY The common cold is a widespread disease, mainly in children. There are concerns in giving a bath when a baby is ill. Peruvian folklore prohibits bathing when infant is ill and it is a popular belief that bathing a sick child will complicate his (her) common cold. Objective: The aim of this study is to show the correlation between the bathing practice and the complications of children with a common cold. Methods: Sample was composed by children aged 12 to 24 months with the common cold illness within first 48 hours of its evolution. There were two groups: those given a bath daily and those whose mothers decided not to bath them. (1) Médico Pediatra, Egresado de Salud Pública. Asistente del Servicio de Pediatría del Hospital Daniel Alcides Carrión de Tacna, Perú. Results: 77 children were enrolled, 40 of them were not bathed. Results did not show a higher frequency of complications in those children whose mothers bathed them habitually. Conclusion: The habitual bathing practice is not associated with a higher frequency of complications in children with a common cold. Key Words: common cold, complications, bathing, giving a bath, infants Introducción Las infecciones respiratorias altas en niños, son la primera causa de morbilidad infantil de todo el orbe, siendo el resfriado común el motivo de consulta más frecuente en pediatría. Se caracteriza por síntomas nasales (rinorrea, obstrucción nasal, estornudos), acompañados de malestar general, fiebre y que se autolimita en una semana. Una de las preguntas más frecuentes que las madres plantean durante la consulta pediátrica es si pueden bañar a sus hijos cuando están resfriados. La gran mayoría cree que la práctica habitual del baño no es conveniente Julio César Neyra Pinto. 106 para la salud de sus hijos (1). Se plantea la pregunta si existe correlación entre la práctica habitual del baño y la frecuencia de complicaciones del resfrío común en los niños de 12 a 24 meses, durante el invierno. No existen reportes en la literatura médica nacional respecto a esta cuestión específica. En el caso del presente estudio, se refiere exclusivamente al baño común y sus efectos en los niños resfriados, durante la época de invierno. 4. Infantes con malformaciones a nivel otorrinolaringológico, con hipertrofia de adenoides, cardiopatía, asma, bronquiectasia, fibrosis quística, Síndrome Down, Síndrome Turner, parálisis cerebral, insuficiencia renal y/o en diálisis, con inmunodeficiencia congénita y/o adquirida, con desnutrición severa tipo marasmo o kwashiorkor, sin vacunas completas. MATERIALES Y MÉTODOS El tipo de la investigación corresponde a un estudio de cohortes prospectivo, y aplicativo. La muestra es por conveniencia. Se realizaron las evaluaciones médicas por el pediatra investigador principal en los ambientes de emergencia y consultorio externo del Hospital III Daniel Alcides Carrión de Tacna. Se clasificaron en 2 grupos: aquellos niños con resfrío común a quienes sus madres los bañaban habitualmente, y aquellos niños con resfrío común a quienes sus madres no los bañaron durante el curso de la enfermedad. Se citaron a las madres para que acudan con su niño a su segundo control, el cual se dio desde el quinto al décimo día de la enfermedad. En el segundo control se realizaron nuevamente un examen médico, especialmente enfocado en descubrir las complicaciones del resfrío, aquellas previamente definidas. Los hallazgos se llenaron en la ficha correspondiente. Criterios de Inclusión Infantes de 12 a 24 meses, de ambos sexos, con vacunas completas, previamente sanos y sin ninguna medicación en la semana anterior. El diagnóstico de ingreso debe ser resfrío común, y el curso de su enfermedad no debe haber avanzado más allá de las 48 horas. Criterios de exclusión 1. Aquellos infantes con enfermedad diferente del resfrío común: laringitis aguda, neumonía, asma, amigdalitis, otitis media purulenta. 2. Infantes cuyos padres son fumadores. 3. Antecedente de prematuridad y/o displasia broncopulmonar. Caracterización de las variables: Variable Indicadores Práctica habitual del baño Sí No Complicaciones del resfrío Otitis media común Sinusitis Broncoespasmo En base a la información tomada del año 2010, se determinó la población infantil de 12 a 24 meses adscrita al Hospital III Daniel Alcides Carrión de Tacna, sumando un total 653 pacientes. Se calculó el tamaño muestral considerando un nivel de confianza del 95% (error tipo I), poder del estudio del 90% (error tipo II), relación de cohortes de 1:1 y la presencia de complicaciones del resfrío común reportada en la literatura médica (17, 18, 19) que es del 33% (en la fórmula corresponde a P2). Bajo estos parámetros, el tamaño mínimo estimado correspondió a 62 personas, 31 expuestos y 31 no expuestos. La muestra se seleccionó de manera aleatoria, Escala de medición Nominal Nominal según acudían al servicio. Se distribuyeron también convenientemente, si la madre optaba por bañarlo se fomentaba dicha conducta; si la madre decidía no bañarlo también se confirmaba su posición. El manejo estadístico de los datos recolectados fue través del programa SPSS versión 18. Los datos crudos se trasladaron desde las fichas de percepción hacia una base de datos SPSS. RESULTADOS Durante el periodo de estudio, a finales de agosto 2011 se pudo conseguir un poco más que el número mínimo requerido de pacientes, siendo 77 en total. Correlación entre la práctica habitual del baño y las complicaciones del resfriado común; en niños de 12 a 24 meses durante el invierno del 2011 en el hospital Daniel Alcides Carrión de Tacna, Perú. 107 Gráfico 1. Histograma de distribución de la muestra según la edad en meses. Gráfico 2. Gráfico de sectores que muestra la distribución de la muestra por género. Gráfico 3. Gráfico que muestra la distribución de la muestra según la práctica habitual del baño. Julio César Neyra Pinto. 108 Cuadro 1. Tiempo de enfermedad al momento del ingreso y al momento del control. Días de enfermedad al ingreso Estadísticos Media Desviación típica Días de enfermedad al control 1,30 7,47 0,461 1,767 En el cuadro número 1 se puede ver que al momento de ingresar al estudio los infantes estudiados tenían en promedio 1.3 días de enfermedad con una desviación típica de 0.461. Se puede ver también que el 100% de los infantes estudiados fueron reevaluados en promedio el día 7.5 de enfermedad con una desviación típica de 1.767. Gráfico 4. Gráfico de sectores que muestra la distribución porcentual de las complicaciones respiratorias en los pacientes resfriados. Gráfico 5. Gráfico de barras que compara el número de complicaciones respiratorias encontradas en infantes resfriados según la práctica habitual del baño (sin diferencia estadística significativa). Podemos apreciar que de la muestra estudiada, el 27,3% de los niños resfriados sufrió una complicación respiratoria. Cuadro 2. Relación entre la práctica habitual del baño y las complicaciones respiratorias de infantes con resfrío común. Tabla de contingencia Baño Complicación No Sí Total Sí 28 9 37 No 28 12 40 56 21 77 Total Siendo el Chi Cuadrado (ᵪ2) de Pearson igual a 0,312 y el valor de p igual a 0,576. Es decir no hay diferencia estadística. Cuadro 3. Relación entre la práctica habitual del baño y las complicaciones respiratorias específicas de los infantes con resfrío común. Tabla de contingencia Baño Total Sí No Complicaciones respiratorias – disgregados. Sin complicación 28 28 56 Otitis media Sinusitis aguda aguda 5 1 3 4 8 5 Obstrucción bronquial aguda 3 5 8 Total 37 40 77 Correlación entre la práctica habitual del baño y las complicaciones del resfriado común; en niños de 12 a 24 meses durante el invierno del 2011 en el hospital Daniel Alcides Carrión de Tacna, Perú. Siendo el Chi Cuadrado de Pearson igual a 2,687 y el valor de p igual a 0,442. es decir no hay diferencia estadística. DISCUSIÓN Popularmente se cree que la exposición al frío provoca el resfrío común, y la investigación médica ha intentado demostrarlo. Eccles y col. realizaron una investigación en la cual se postuló la hipótesis de que el enfriamiento agudo de los pies provocaría síntomas de resfriado común. Aleatoriamente escogieron a 180 voluntarios sanos en dos grupos, uno con y otro sin enfriamiento. A todos los sujetos se les preguntó sobre síntomas de resfriado antes e inmediatamente después de someterlos al procedimiento, debiendo responder dos veces al día durante cuatro a cinco días. Sus resultados mostraron que 13 de 90 sujetos que sufrieron enfriamiento se enfermaron con resfrío, comparado con 5 de 90 del otro grupo. (2) Otro estudio no experimental y más antiguo, del Dr. Drettner hecho en Suecia, con estudiantes universitarios voluntarios, demostró que no había asociación entre la sensación de frío en las manos y los pies–que fue más frecuente en mujeres- y la incidencia de la enfermedad. (3) Como se dijo anteriormente, a pesar de ser una pregunta muy frecuente de parte de las madres, si deben bañara o no a su menor hijo, no existen investigaciones similares al presente trabajo para poder comparar nuestros resultados. Sin embargo, en Japón se realizó un estudio (4), algo relacionado, pero no igual. Fue dirigido por Masanobu Okayama en 1994, quien investigó las decisiones que los pediatras japoneses tomaron en lo concerniente a si se debe bañar a un niño con resfriado común. Recordemos que el baño habitual en Japón es muy importante e incluso tiene un contexto espiritual en su cultura. Generalmente se sumergen hasta el cuello y las temperaturas son tan altas como de 40 grados centígrados, para después en una etapa posterior mojarse con agua fría. (5) Un total de 269 pediatras (tasa de respuesta 55%), el 88% permiten que a un niño resfriado bañarse. El 5% lo permitía sin ninguna condición. Las principales condiciones que debían cumplirse para permitir el baño por estos pediatras eran "sin fiebre" (72%), “no está en una condición física grave” (27%). De los 31 pediatras (12%) que respondieron que un niño con resfriado no debería bañarse, el 61% estaban preocupados por el bienestar físico del niño. Sin embargo, el 29% no aportó pruebas de apoyo. Podemos apreciar que los criterios de juicio de los pediatras japonesas 109 sobre el baño de un niño con resfriado estarían relacionados con los posibles efectos del baño sobre su condición física. Por otra parte, en nuestro medio donde el baño se da temperado y tibio generalmente, el aumento de la temperatura rectal, las tasas de sudoración cutánea, y elevación de la frecuencia cardiaca y presión arterial no se verían afectadas en los 5 a 10 minutos de duración, además que los infantes no se sumergen hasta el cuello como lo hacen los japoneses. A estas temperaturas del agua, el baño no afectaría la condición física del paciente (6) . El baño no siempre afecta a las condiciones físicas y sí es posible que un niño con resfriado común pueda bañarse con seguridad bajo las condiciones apropiadas(7,8). Como se ha mostrado claramente en los resultados, la práctica habitual del baño en infantes resfriados no se relaciona con una mayor frecuencia de complicaciones. En el caso de los infantes que fueron bañados, el 24,3% presentaron complicaciones en comparación al 30% de aquellos infantes quienes no fueron bañados a lo largo de la semana. En este punto es muy importante aclarar que el diagnóstico de resfrío común se ha basado en el examen físico del investigador. El agente etiológico viral no ha sido especificado. Sin embargo la frecuencia de complicaciones va acorde con lo publicado en otros estudios que sí determinaron etiología viral específica. (17,18,19) Otra observación al presente trabajo sería la subjetividad de la información brindada por las madres y las sutiles diferencias que cada una de ellas imprime al baño particular de su menor hijo(a) no se supervisado como se ha efectuado el baño, cuanto tiempo ha durado y en que condiciones lo han hecho, sin embargo sí se ha orientado a las madres respecto a la temperatura del agua, el uso de la tina, el ambiente cerrado y la duración de 5 a 10 minutos. CONCLUSIONES En el invierno del 2011, en los infantes de 12 a 24 meses con resfrío común -quienes fueron atendidos en el hospital Daniel Alcides Carrión de Tacna- la práctica habitual del baño no está relacionada con una mayor ocurrencia de complicaciones respiratorias. RECOMENDACIONES La recomendación médica es que el baño habitual es recomendable independientemente del estado de salud del niño, como una práctica necesaria de higiene y que no representa un riesgo para la salud del niño. Julio César Neyra Pinto. 110 AGRADECIMIENTOS A las madres y sus hijos asegurados, quienes participaron e hicieron posible el estudio. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Gutiérrez, L. (2010). Creencias de las madres de niños entre 2 y 5 años acerca del tratamiento de las infecciones respiratorias agudas en el Puesto de Salud San Antonio-Ate, 2009. Tesis de grado, Licenciada en Enfermería, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú. 2. Eccles R and Johnson C. Acute cooling of the feet and the onset of common cold symptoms. Family Practice 2005; 22: 608–613. 3. Drettner B. The sensation of cold in relation to the incidence of the common cold in male and female students, Uppsala, Sweden. Acta Otolaryngol. 1962; 55:356-364 4. Okayama M, Igarashi M, Ohno S, Hashimoto A, and Kajii E. Japanese pediatricians’ judgment on the appropriateness of bathing for children with colds. Family Practice 2000; 17:334-336. 5. Smith, B; Yamamoto, Y. Bathing Japanese Style. En: Gibbs-Smith publishesr (Eds) The Japanese Bath. Cap. 9; (pp 51-55) 1ra Ed. Hong Kong. 6. Kawahara Y, Nagata M, Niimi Y, Miwa Ch, Iwase S. Effects of bath water and bathroom temperatures on human thermoregulatory function and thermal perception during half-body bathing in Winter. Elsevier Ergonomics Book series, volume 3, 2005, pages 171-176. 7. Kiyoko K, Tadakatsu O, Yutaka T, Kazuyo T, Yoshihiko S, Kenichi N. Effects of the Thermal Conditions of the Dressing Room and Bathroom on Physiological Responses during Bathing. Applied Human Science. 1996; 15:19-24. 8. Nobuko H, Furong N, Yutaka T. Effects of Room Temperature on Physiological and Subjective Responses during Whole-body Bathing, Half-body Bathing and Showering. Journal Phys Ant Applied Human Sc. 2002; 21:277-283. 9. Pfeiffer W. A Multicultural Approach to the Patient Who Has a Common Cold. Pediatr. Rev. 2005; 26:170-175. 10.OMS. Estadísticas sanitarias mundiales 2010. Recuperado de http://www.who.int/whosis/ whostat/2010/es/index.html el 9/06/2011. 11.Gwaltney J, Hendley O, Patrie J. Symptom Severity Patterns in Experimental Common Colds and Their Usefulness in Timing Onset of Illness in Natural Colds. Clinical Infectious Diseases 2003; 36:714– 23. 12.Pappas D, Hendley O. Transmissions of colds. In: Eccles R, Weber O. Editors. Birkhaüser Advances Infectious Disease. (2009) Germany. pp 197-210. 13.Perdikidis L, Bonillo A. Las medidas físicas son efectivas para reducir la propagación de los virus respiratorios. Evid Pediatr. 2009; 5: 83. 14.Hendley O, Gwaltney J. Mechanisms of transmission of rhinovirus infections. Epidemiol. Rev. 1988; 10:242-58. 15.Gwaltney J, Phillips D, Miller D, Riker D. Computed tomographic study of the common cold. N Engl J Med 1994; 330:25-30. 16.Clement P, Fisher B. Rhinosinusitis, En Shah Samir (Ed) Pediatric Practice Infectious Disease. Cap. 30, pp 257-274. The McGraw-Hill Companies, 2009. 17.Miller K, Lu X, Erdman D, Poehling A, Zhu Y, Griffin M, et al. Rhinovirus-Associated Hospitalizations in Young Children. The Journal of Infectious Diseases 2007; 195:773-781. 18.Chonmaitree T, Revai K, Grady J, Clos A, Patel A, et al. Viral upper respiratory tract infection and otitis media complication in young children. Clinical Infectious Diseases 2008; 46:815-823. 19.Alper C, Winther B, Mandell E, Hendley JO, Doyle W. Rate of concurrent otitis media in upper respiratory tract infections with specific viruses. Arch Otolaryngol Head Neck Surg. 2009; 135(1):1721. 20.Adam P, Stiffman M, Blake R. aclinical trial of hypertonic saline nasal spray in subjects with the common cold. Arch Fam Med. 1998; 7:39-43. 21.Kawakita K, Sichidou T, et al. Preventive and curative effects of acupuncture on the common cold: a multicentre randomized controlled trial in Japan. Complementary Therapies in Medicine. 2004; 12(4):181-188. 22.Grüber C, Riesberg A, Mansmann U, Knipschild P, Wahn U, Bühring M. The effect of hydrotherapy on the incidence of common cold episodes in children: a randomized clinical trial. Eur J Pediatr. 2003; 162(3):168-76. 23.Pach D, Knöchel B, Lüdtke R, Wruck K, Willich S, Witt C. Visiting a sauna: does inhaling hot dry air reduce common cold symptoms? A randomized controlled trial. MJA 2010; 193: 730-734. 24.Paul I, Beiler J, McMonagle A, et al. Effect of honey, dextromethorphan and no treatment on nocturnal cough and sleep quality for coughing children and their parents. Arch Pediatr Adolesc Med. 2007; 161(12):1140-1146. Correlación entre la práctica habitual del baño y las complicaciones del resfriado común; en niños de 12 a 24 meses durante el invierno del 2011 en el hospital Daniel Alcides Carrión de Tacna, Perú. 25.Yakoot M, Salem A. Efficacy and safety of a multiherbal formula with vitamin c and zinc (immunax) in the management of the common cold. International Journal of General Medicine. 2011; 4:45-51. 26.Paul I, Beiler J, King T, Clapp E, Vallati J. Vapor Rub, Petrolatum, and No Treatment for children with nocturnal cough and cold symptoms. Pediatrics 2010; 126:1092-1099. 27.Barret B. et al. Placebo effects and the common cold: a randomized controlled trial. Ann Fam Med 2011; 312-322. 28.Van Driel M, Del Mar C. Interventions to prevent transmission of the common cold. In: Eccles R, Weber O. Editors. Birkhaüser Advances Infectious Disease. (2009) Germany. pp 211-220. 29.Hill, Zelee., Kirkwood, Betty and Edmond, Karen. (2004). Family and community practices that promote child survival, growth and development: A review of the evidence. Geneva: World Health Organization. 30.Núñez Irwin. Los baños. En: MIRBERT SAC Eds. Hidroterapia: técnicas, aplicaciones y ejercicios. Lima, 2008; pp 40-43. 31.Zacherle BJ, Silver DS: Hot tub folliculitis: A clinical syndrome. West J Med 1982; 137:191-194. 32.Nechay and J.B.P. Stephenson, Bath-induced paroxysmal disorders in infancy, Eur J Paediatr Neurol 13 (2009), 203–208. 33.Ichikawa M. Mortality from unintentional injuries in Japan, 1899–1998. Am J Public Health 2001; 91:1615–16. 34.Kuroki T, Ishihara T, Ito K, Kura F. BathwaterAssociated cases of legionellosis in Japan, with a special focus on legionella concentrations in water. Jpn J Infect Dis. 2009; 62:201-205. 35.Chibaa T, Yamauchia M, Nishidaa N, Kanekob T, Yoshizakib K, Yoshioka N. Risk factors of sudden death in the Japanese hot bath in the senior population. Forensic Science International 149 (2005) 151–158. 36.Huamaní J. Atlas de heladas. Servicio nacional de meteorología e hidrología del Perú (SENAMHI). Lima, Perú; 2005. 37.Gordis Leon. Sample size. En: Elsevier-Saunders, Epidemiology, 3rd ed. USA 2004. pp 131-135. 38.García Romero y col. Tamaño de una muestra. En: McGraw Hill interamericana, Metodología de la investigación en salud. México 1999. pp 97-103. 39.Barret B, Haraban B, Brown D, Zhan Z, Brown R. Sufficiently important difference for the common cold : severity reduction. Ann Fam Med 2007; 5:216-223. DOI: 10.1370/afm.698. 40.Moreno, M. (2003). Percepciones y prácticas del manejo y uso del agua y su relación con la salud de los niños. Análisis de experiencias en familias con diferentes tipos de abastecimiento de agua. Parte baja de la cuenca del río Lurín. Tesis de grado, Magíster en Ciencias Sociales, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Ecuador. 41.Sánchez A. Informe Técnico: Evolución de la pobreza al 2010. En: INEI - Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO): 2001-2010. Lima mayo 2011. Correspondencia: Julio César Neyra Pinto Urbanización Los Nardos, Calle Los Corales 219, Tacna Teléfono: 052-31446- 959152873. Correo electrónico: jneyrapinto@gmail.com Recibido: 01.06.12 Aceptado: 25.06.13 111 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 112 CASO CLÍNICO Neumonía Redonda: Reporte de un caso Round Pneumonia: A case report Julissa Angulo Barranca1, Guillermo Bernaola Aponte2 Resumen La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) puede ser definida clínicamente como la presencia de signos y síntomas de neumonía en un niño previamente sano, debido a una infección que ha sido adquirida fuera del hospital. La neumonía redonda se caracteriza por una consolidación esférica en la radiografía de tórax y suele confundirse con una masa pulmonar. La neumonía redonda se observa usualmente en niños y por lo general como resultado de una infección bacteriana. El diagnóstico de neumonía redonda se basa en la radiografía de tórax y los hallazgos clínicos, y es tratada con antibióticos y terapia de soporte. Reportamos un niño de 5 años, que ingresa al hospital Suárez-Angamos con historia de vómitos, dolor abdominal, fiebre y tos esporádica, en la radiografía de tórax se observa una imagen radiopaca redonda en el 1/3 medio del hemitorax izquierdo. Palabras Clave: Neumonía redonda, niños SUMMARY Community acquired pneumonia can be defined clinically as the presence of signs and symptoms of pneumonia in a previously healthy child due to an infection which has been acquired outside hospital. Round Pneumonia is characterized with spherical consolidation on chest radiograph and usually confused whit pulmonary mass. Round pneumonia is usually seen in children, and it is often caused by bacterial infection. The diagnosis of round pneumonia is based on chest radiograph and clinical findings, and is treated with antibiotics and supportive therapy. We report a 5 year old boy, who was admitted to Suarez-Angamos hospital with a history of vomiting, abdominal pain, fever and sporadic cough, and round opacity on chest radiograph found in the left mid zone. Key Words: Round pneumonia, children Introducción La neumonía redonda es una consolidación redonda solitaria con o sin linfoadenopatía hiliar en la radiografía de tórax, que se encuentra 1 2 Médico Pediatra, Hospital III Suárez – Angamos Essalud Médico Neumólogo Pediatra, Hospital III Suárez – Angamos Essalud predominantemente en las porciones posteriores, siendo la distribución múltiple, rara. La neumonía bacteriana en niños debe ser considerada cuando hay fiebre persistente o repetitiva mayor de 38.5ºC acompañada de aumento de la frecuencia respiratoria(1). La neumonía redonda suele presentarse en los niños pero también puede ser visto en los adultos. El agente etiológico más frecuente ha sido el Streptococo pneumoniae, además, la Klebsiella pneumoniae, Haemophilus influenzae tipo “b”, Mycobacterium tuberculosis, Coxiella burnetti y coranovirus . (2)(3) Una opacidad redonda en los adultos es sospechosa de malignidad, mientras que en los niños, es probable que represente un proceso benigno. En un niño con síntomas agudos y signos de neumonía y una opacidad redonda en la radiografía de tórax, el diagnóstico más probable es de neumonía redonda. Sin embargo, uno tiene que estar al tanto de otras patologías que pueden presentar una apariencia de imagen similar. (4) La neumonía redonda se manifiesta inicialmente con taquipnea, tos y malestar general, seguida de una enfermedad febril aguda. Los síntomas menos comunes son vómitos, dolor abdominal y dolor en el pecho. (5) Julissa Angulo Barranca, Guillermo Bernaola Aponte. 113 CASO CLÍNICO Paciente de sexo masculino de 5 años que ingresa por el servicio de emergencia el Hospital III Suárez Angamos, presentando fiebre, vómitos, dolor abdominal, cefalea y tos. Inicia su enfermedad 2 semanas antes, caracterizado por tos seca esporádica, 12 horas antes del ingreso presenta, de forma súbita y progresiva, fiebre, vómitos biliosos y tos seca esporádica, por lo que es admitido en sala de observación pediátrica donde, durante las primeras horas de evolución, presenta discreto dolor a nivel de la región posterior del hemitórax izquierdo. Al examen el paciente se encuentra, despierto, colaborador, activo y conectado con su entorno; piel con turgencia disminuida mucosas orales secas, relleno capilar de 2”, signo de pliegue negativo. Las funciones vitales de ingreso fueron: FC: 120 x’, FR: 26 x’, SatO2: 98% y temperatura axilar de 39°C. El examen del aparato respiratorio muestra un tórax simétrico, con amplexación y vibraciones vocales normales, y timpánico; a la auscultación el murmullo vesicular pasa rudo en ambos campos pulmonares y presenta un tiempo espiratorio prolongado. En el hemograma inicial se reportaron leucocitos, 45,340 /mm3, con 83% de segmentados y 4% de abastonados, y la proteína C reactiva fue de 11.55 mg/dl. En la radiografía de tórax frontal, se evidencia una imagen radiopaca redonda de 2cm de diámetro en el lóbulo inferior izquierdo (imagen 1). IMAGEN 1: La radiografía frontal de tórax muestra una imagen radiopaca homogénea redondeada a nivel del lóbulo inferior izquierdo. IMAGEN 2: En la tomografía axial computarizada de tórax se observa una imagen hiperdensa redondeada a nivel del segmento VI del pulmón izquierdo. Así mismo, en la tomografía axial computarizada de tórax se evidenció un proceso inflamatorio parenquimal localizado en el segmento VI del pulmón izquierdo (imagen 2). Se diagnostica neumonía redonda y se indica tratamiento antibiótico respectivo. Luego del tratamiento, el paciente presenta evolución clínica y radiológica favorable evidenciándose remisión de la imagen redondeada en la radiografía de control (imagen 3). IMAGEN 3: La radiografía a las 4 semanas muestra remisión completa de la imagen redondeada. DISCUSION El término de neumonía redonda fue dado en la literatura radiológica a mediados de 1954 (6), cuando se describió la presencia de neumonía con apariencia radiológica de masa en 21 infantes. Aunque su mecanismo fisiopatológico no está completamente entendido, la presencia de una 114 formación incompleta de los poros de Khon y de los canales de Lambert hace que el proceso exudativo alveolar no se extienda a través de los alvéolos adyacentes de una manera centrífuga, lo cual, asociado a unos alvéolos pequeños y compactos, retarda aún más la progresión (7). Esta hipótesis tiene su aplicabilidad en la población pediátrica, donde se ve con mayor frecuencia este patrón.(8) (9). La edad de nuestro paciente fue de 5 años; lo cual coincide con el grupo etario reportado en una serie de 109 niños con neumonía redonda descrito por Kim y Donnelly, donde el 75% eran menores de 8 años de edad y el 90% eran menores de 12 años y la edad media fue de 5 años. La localización más frecuente de la neumonía redonda es en los lóbulos inferiores, como se evidencia, en una serie de treinta niños diagnosticados con neumonía, sin embargo en dicho trabajo se reporta al lóbulo inferior derecho como el más frecuentemente afectado(10), a diferencia del caso que reportamos, en el cual la lesión se encontraba en el lóbulo inferior izquierdo. Nos parece importante señalar también que los síntomas iniciales en nuestro paciente, fueron vómitos, fiebre y dolor abdominal, contrario a lo señalado en una serie de reporte casos de neumonía redonda en niños donde la predominancia de síntomas iniciales fue Neumonía Redonda: Reporte de un caso taquipnea, taquicardia y fiebre (3). A pesar de su apariencia inusual, se reporta la resolución radiológica de la neumonía redonda después de 8 a 10 semanas de tratamiento con antibióticos (11), en nuestro paciente, luego del tratamiento antibiótico de 10 días se consiguió la resolución de la imagen radiológica (imagen 3). Dentro del diagnóstico diferencial se debe considerar, a los niños portadores de nódulo o masa solitaria pulmonar como absceso, granulomas, malformaciones congénitas (quistes broncogénicos, malformaciones arteriovenosas, secuestro pulmonar) o neoplasia como hamartomas, blastoma pulmonar o metástasis (tumor de Wilms, osteosarcoma) (9). Ante un caso sugerente de neumonía redonda, una conducta valida es iniciar el tratamiento y hacer seguimiento con radiografía de tórax, reservando la tomografía sólo para casos de duda diagnóstica o para casos que no haya resolución radiológica luego del tratamiento. El pronóstico de la neumonía redonda en niños, es bueno con el diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado. Julissa Angulo Barranca, Guillermo Bernaola Aponte. 115 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. British Thoracic Society of Standards of Care Committee. BTS Guidelines for the Management of Community Acquired Pneumonia in Childhood. Thorax 2002; 57:1-24. 2. Niño Tovar MA, Gonzales Díaz CP, Prada Bonilla MR, Gonzales Díaz M. Infecciones pulmonares en niños. Pediatría 2003; 38, 2. 3. Rose RW. Ward BH. Spherical pneumonias in children simulating pulmonary and mediastinal masses. Radiology 1973; 106(1): 179-83. 4. Blickman J. Radiología Pediátrica. Madrid: Mosby, 1995: 29-34. 5. Wagner AL. Szaburio M. Hazlett KS, Wagner SG. Radiologic manifestations of round pneumonia in adults, ARJ Am J Roentegneol 1998; 170(3): 723 -26. 6. Díaz H, Uehara J. Neumonía redonda. Revista Peruana de Radiología 1999, 3, 7. Correspondencia: 7. Moreno Ruiz NL. Diagnóstico diferencial de las masas pulmonares: neumonía redonda. Revista Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia 2011; 59 (1):42-45. 8. Zylberman M, Cordova E, Farace G, Round pneumonia in Adults, an inusual presentation of lung parenchymal infection. Clin Pulm Med. 2006; 13(4): 229-31. 9. Restrepo R, Palani R,Matapathi UM, Wu YY. Imaging of round pneumonia and mimics in children. Pediatr Radiol. 2010; 40(12):1931-40. 10.Fretzayas A, Moustaki M, Alexopoulou E, Liapi O, Nicolaidon P, Priftis KN. Observations in febrile children with round air space opacities. Pediatr Int. 2010; 52(3): 444-6. 11.Yarar C, Kocak A, Evim M. A Child Who Presenting With a Round Pneumonia. The Medical Journal of Kocatepe 2006; 6:71-73. 12.Celebi S, Hacimustafaoglu M. Round Pneumonia in children. Indian J Pediatric 2008; 75 (5):523-5. Dra. Julissa Angulo Barranca Hospital III Suárez – Angamos. Essalud Av. Angamos Este 261, Miraflores, Lima - Perú Correo electrónico: solmaria337@gmail.com Recibido: 03.04.13 Aceptado: 15.05.13 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 116 TEMAS DE REVISIÓN Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, Lima. Attention Deficit Hyperactivity Disorder in Pediatrics: Clinical Guidelines of the Pediatric Neurology Unit of the National Hospital Edgardo Rebagliati Martins, Lima. Marcy Salazar Zegarra 1, David Huanca Payehuanca2 Resumen El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un desorden neurobiológico complejo cuyos síntomas, hiperactividad, impulsividad y déficit de atención aparecen en la infancia ocasionando serios problemas en las áreas cognitiva, social, emocional y académica. Tanto el diagnóstico precoz como el tratamiento oportuno garantizan un pronóstico a largo plazo más favorable a niños y adolescentes que padecen este trastorno. Palabras clave: hiperactividad, desatención, niño SUMMARY Attention deficit hyperactivity disorder (ADHD) is a complex neurobiological disorder whose symptoms hyperactivity, impulsivity and attention deficit appear in childhood, causing serious problems in the cognitive, social, emotional and academic areas. Both, early diagnosis and timely treatment, ensures a long-term prognosis more favorable to children and adolescents with this disorder. Key Words: hyperactivity, inattention, child introducción Con cierta frecuencia, se observa en las escuelas y consultorios médicos niños que son muy movidos y desatentos, impulsivos y con pobre autocontrol, lo que les ocasiona bajo rendimiento escolar y problemas de relación con sus padres, profesores y compañeros. Médico Psiquiatra, Residente de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins 2 Médico Neurólogo Pediatra, Jefe del Servicio de Pediatría Especializada del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. 1 Los Protocolos y/o Guías de Diagnóstico Clínico y Tratamiento de un servicio son documentos Técnicos Normativos de Gestión que permiten orientar y ordenar las acciones de la atención médica que desarrolla el personal profesional del servicio, propendiendo a una normalización, racionalización del uso de recursos y mejora continua en la calidad de la atención médica que se desarrolla en el servicio; así como contribuir a la consecución de los objetivos institucionales. En los últimos años se han publicado diversas guías basadas en evidencias sobre el TDAH. En la Unidad de Neuropediatría se realizó una revisión y adecuación de esas publicaciones y el presente artículo forma parte de la Guía Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad a ser usada en el Servicio de Pediatría Especializada. DEFINICION El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un desorden conductual neurobiológico heterogéneo y frecuente, caracterizado por una forma inapropiada del individuo para inhibir su Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. conducta (impulsividad), realizar actividades dirigidas a objetivos (desatención) o regular el nivel de actividad (hiperactividad) que se presenta durante el desarrollo (1-7). El padecer de TDAH no significa que tenga enfermedad neurológica (5). En términos generales, el TDAH persiste a lo largo de la vida generando dificultades significativas en la adolescencia y adultez, las cuales pueden incluir una persistencia del mismo desorden y/o agregarse otros problemas como trastornos de personalidad, dificultades sociales y emocionales, abuso de sustancias, desempleo, etc. (4, 6, 8, 9). Los síntomas emergen en la niñez temprana y continúan presentes en la adultez hasta en un 70% de los casos (1, 2, 7). CLASIFICACIÓN De acuerdo a la mixtura de los síntomas según el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales 4° edición texto revisado (dsm iv-tr) (10), este trastorno se puede clasificar en: TDAH-I: Predominante déficit de atención. Debe cumplir 6 de los 9 ítems de conductas de desatención del DSM IV-TR (10). TDAH-HI: Predominante hiperactividadimpulsividad. Sus síntomas se presentan a una edad más temprana que el anterior tipo (11). Debe cumplir 6 de los 9 ítems de conductas impulsivas/ hiperactivas del DSM IV-TR (10). TDAH-C: Se combinan los tipos I y HI. Debe cumplir 6 de los 9 ítems de conductas inatentas y 6 de los 9 ítems de las conductas impulsivas/hiperactivas, del DSM IV-TR (10). Los trastornos hipercinéticos descritos en el CIE 10 se refieren a este tipo de TDAH (3), sin embargo este diagnóstico es más rígido e incluye a personas con alteraciones y síntomas más severos (4). De acuerdo a la severidad de los síntomas, el TDAH en los niños se puede clasificar en: Moderado: Cuando los síntomas de hiperactividadimpulsividad y/o desatención o los tres juntos aparecen en múltiples escenarios (hogar, escuela, reuniones sociales), están asociados con una alteración moderada en las esferas psicológicas o sociales y además comprometen severamente el rendimiento académico (4, 12). Severo: Corresponde al diagnóstico del CIE 10 de trastorno hipercinético. Aparecen al mismo tiempo la hiperactividad-impulsividad y desatención, que no sólo comprometen el rendimiento académico del niño, sino que también generan serias alteraciones en las esferas psicológicas y sociales, como por ejemplo en la relación con sus pares y familia, asimismo se presentan sentimientos de baja autoestima, desarrollo de problemas de 117 conducta, depresión, etc. (4, 12). En adolescentes la severidad es similar a la de los niños, pero es necesario evaluar también alteraciones en el área ocupacional, la habilidad para conducir vehículos, el realizar compras o tareas del hogar, el hacer y mantener amigos, así como la capacidad para mantener relaciones cercanas (4). DIAGNÓSTICO Generalidades: El diagnóstico de TDAH es usualmente complicado y frecuentemente de naturaleza subjetiva (11, 13) . Requiere una evaluación clínica que tenga como objetivo buscar niños con los síntomas principales de desatención, hiperactividad e impulsividad y aquellos cuyos comportamientos sean lo suficientemente severos y persistentes como para causar alteraciones funcionales (2, 11) . El diagnóstico sólo debe ser realizado por un psiquiatra, neurólogo, pediatra u otro personal de salud con experiencia en TDAH (4, 5, 12). No existe una prueba única que permita establecer el diagnóstico de TDAH (2, 9, 11, 13). Tampoco está indicado el realizar exámenes de laboratorio de rutina para establecer el diagnóstico de TDAH (Nivel de evidencia: Fuerte; Fuerza de la recomendación Fuerte) (6). Asimismo, si los antecedentes personales son normales, no está indicado realizar pruebas neurológicas o de laboratorio (Fuerza de la recomendación: no indicado) (14). Aunque muchos niños tengan un comportamiento hiperactivo, impulsivo o inatento, sólo el nivel de severidad y el grado de alteración funcional, así como una evaluación exhaustiva acerca de otras causas que puedan estar ocasionando estas conductas nos permitirán definir qué niños reúnen los criterios diagnósticos y deban seguir tratamiento (2, 3). Actualmente se considera que en toda evaluación del estado mental a un niño o adolescente se debe realizar un screening específico para TDAH preguntando acerca de sus tres síntomas cardinales. Ello se debe realizar sin importar la queja principal por la que traen al niño (Fuerza de la recomendación: estándar mínimo) (14). La identificación de este trastorno se basa habitualmente en un diagnóstico clínico de acuerdo al DSM IV-TR. La evaluación de un paciente con sospecha de TDAH depende de la observación directa, entrevistas a los padres (Grado de recomendación D) (7), entrevistas a profesores, escalas de comportamiento, cuestionarios, pruebas psicoeducacionales y 118 Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. la evaluación médica (4-6, 9, 12, 13). La evaluación del desarrollo psicomotor del niño debe mostrar las dificultades que haya presentado de manera cronológica (Nivel de evidencia 2+, Grado de recomendación C) (7). Asimismo es importante la evaluación de comorbilidades psiquiátricas y los antecedentes familiares y sociales del niño o adolescente (Fuerza de la recomendación: estándar mínimo) (7, 14). Las escalas de comportamiento son útiles en la evaluación clínica de los pacientes con TDAH (Nivel de evidencia: Fuerte; Fuerza de la recomendación Fuerte), pero no deben ser usadas exclusivamente para el diagnóstico (Nivel de evidencia: Fuerte; Fuerza de la recomendación Fuerte) (3, 5, 6, 12). El uso de las escalas de los profesores es una opción cuando se evalúa a niños con TDAH (Nivel de evidencia: Fuerte; Fuerza de la recomendación Fuerte), pero tampoco se recomienda su uso exclusivo para el diagnóstico (Nivel de evidencia: Fuerte; Fuerza de la recomendación Fuerte) (6) Las pruebas psicológicas y neuropsicológicas no deben ser realizadas de manera rutinaria en el diagnóstico de TDAH, pero deben ser realizadas si la historia previa del paciente muestra un nivel cognitivo bajo o un rendimiento educativo inadecuado en las áreas de comunicación o matemáticas (Fuerza de la recomendación: Opcional) (14). Problemas comúnmente asociados a TDAH: Es bastante frecuente que los niños con TDAH presenten otras alteraciones del desarrollo o problemas mentales no específicos como desobediencia, tics motores, disturbios del sueño, variaciones del ánimo, agresión, el ser impopular con sus pares, rabietas o pataletas, torpeza motriz, problemas de aprendizaje e inmadurez del lenguaje (4, 5, 7, 11, 13, 15). Todos estos problemas no deben ser utilizados para el diagnóstico puesto que esta sintomatología podría corresponder a otras causas (5). Sin embargo, la evaluación de estas comorbilidades debe ser parte del proceso diagnóstico del niño con TDAH (Nivel de evidencia: Fuerte; Fuerza de la recomendación Fuerte) (6). Así, el médico tratante debe evaluar y descartar la presencia de otras enfermedades psiquiátricas (Fuerza de la recomendación Estándar mínimo) (14). El rango de comorbilidades descritas en niños con TDAH incluyen: Trastorno oposicionista-desafiante (30-60%), trastornos del ánimo incluyendo depresión (18-60%) y ansiedad (23-34%) así como trastornos del aprendizaje (10-90%) (6, 7, 11, 13, 14, 16). Entre el 25-75% de los adolescentes con TDAH también cumplen criterios diagnósticos del trastorno oposicionista-desafiante o trastorno de conducta, lo cual incrementa la dificultad de tratar a estos adolescentes. Estudios a largo plazo revelan que existe un riesgo incrementado para presentar en el futuro trastorno de personalidad antisocial. Las altas tasas de comorbilidades hacen que el manejo adecuado de estos desórdenes sea parte importante del tratamiento de los adolescentes con TDAH (7-9, 11). Manifestaciones clínicas: El TDAH es un trastorno que habitualmente se evidencia entre los 2 y 4 años de edad (15). Sin embargo la edad media en la que se presenta el primer síntoma es al año de edad y la edad media en la que ya se observan alteraciones funcionales es 3.5 años (11). Por otra parte hay que tener en cuenta que aunque la aparición de los síntomas ocurre antes de los 6 años de edad, el diagnóstico habitualmente no se realiza hasta que el niño va al colegio (17). También es importante recordar que los síntomas de TDAH varían con la edad y el nivel de desarrollo del niño (2). Si el comportamiento de un niño entre los 6 y 12 años presenta alteraciones significativas en más de un escenario, el especialista debe iniciar el proceso diagnóstico (Nivel de evidencia: Buena; Fuerza de la recomendación Fuerte) (1, 2, 6). El especialista debe recabar la información necesaria para valorar si el niño cumple con los criterios para TDAH del DSM IV-TR (Nivel de evidencia: Buena; Fuerza de la recomendación Fuerte) (6) (ANEXO 1), los cuales deben durar como mínimo 6 meses, algunos deben estar presentes antes de los 7 años (1, 3, 4, 7, 11, 12, 16), deben estar presentes en al menos dos escenarios (hogar y escuela) y deben afectar de manera negativa el funcionamiento en la escuela y/o situaciones sociales (Nivel de evidencia: Buena; Fuerza de la recomendación Fuerte) (6). La evidencia de esta sintomatología debe ser obtenida directamente de la profesora del colegio y el médico debe evaluar las observaciones de los profesores o de otros trabajadores del colegio (Nivel de evidencia: Buena; Fuerza de la recomendación Fuerte) (3, 6). Asimismo, hay que recordar que estos síntomas usualmente empeoran en situaciones que requieren atención sostenida o esfuerzo mental y ocurren con más probabilidad en actividades grupales. Los signos se minimizan cuando la situación provee reforzamiento inmediato o novedad o cuando está altamente supervisado, como en los videojuegos o en las visitas al doctor (1). Es importante también Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. definir si existe otra causa que explique mejor los síntomas de TDAH, como violencia familiar, falta de sueño, alteraciones sensoriales, epilepsia o una educación inapropiada (2). Es necesario considerar las variaciones del desarrollo y las conductas hiperactivas/impulsivas de acuerdo al grupo etáreo (ANEXO 2): Pre-escolares: Durante la etapa pre-escolar muchos niños son desatentos, hiperactivos o impulsivos. En esta edad resulta bastante difícil distinguir cuáles son los niveles apropiados de actividad física y tiempo de atención y muchos pre-escolares que tienen el diagnóstico de TDAH (50%) ya no lo tienen en edades más avanzadas. El grado, duración y el nivel de afectación permiten distinguir a aquellos niños que con mayor probabilidad tendrán un patrón de conducta compatible con TDAH (2, 17). Escolares: Conforme el niño ingresa a la primaria, los niveles de actividad declinan y se espera que los niveles y tiempos de duración de la atención sean más prolongados. De igual modo, su capacidad para completar tareas individualmente y trabajar en equipo con sus pares debe mejorar. Por otra parte, aún se espera que sean por momentos impulsivos. Los profesores y padres de niños con TDAH pueden manifestar su preocupación acerca de las conductas de riesgo del niño y su poca capacidad para permanecer atentos en las clases (2). Adolescentes: Durante esta etapa aumenta la demanda de habilidades de organización, manejo del tiempo y de grandes cantidades de información. Algunos adolescentes con TDAH, especialmente los del tipo inatento, pueden no tener un diagnóstico hasta la secundaria, si es que no existiera una alteración funcional significativa. Sin embargo, el diagnóstico de TDAH debe ser considerado si un adolescente interrumpe más a menudo en clase, incrementa sus problemas académicos, se involucra en actividades riesgosas o se vuelve oposicionista conforme las exigencias académicas se incrementan (2, 8). Las manifestaciones clínicas en este grupo etáreo se caracterizan por menor hiperactividad y mayor relevancia de los problemas académicos. Asimismo, los adolescentes con TDAH se muestran emocionalmente inmaduros, con emotividad excesiva en diferentes situaciones, se frustran con facilidad y son irritables (8). Diagnóstico diferencial: El diagnóstico diferencial de TDAH incluye condiciones médicas, desórdenes genéticos, problemas neurológicos y trastornos del desarrollo (ANEXO 3), los cuales podrían manifestar síntomas 119 como desatención, impulsividad e hiperactividad. Aunque el DSM IV-TR excluye los trastornos globales del desarrollo, los niños que tienen estos problemas pueden presentar síntomas de desatención, hiperactividad o impulsividad que son consistentes con TDAH y pueden ser tratados según los estándares terapéuticos aceptados para TDAH (2). Muchas de estas patologías también pueden ser consideradas comorbilidades (1). TRATAMIENTO Los pacientes con TDAH requieren una atención integral que involucra las áreas de índole personal, social, educacional y ocupacional (4, 5, 12). El médico debe establecer un programa de tratamiento que considere al TDAH como una condición crónica (Nivel de evidencia: Buena; Fuerza de la recomendación Fuerte) (2, 18). Y deben ser tanto el paciente, sus padres, el médico, así como el personal del colegio quienes deben especificar los objetivos del tratamiento (Nivel de evidencia: Buena; Fuerza de la recomendación Fuerte) (18). Asimismo el médico debe recomendar el tratamiento farmacológico (Nivel de evidencia: Fuerte) y/o la terapia de conducta (Nivel de evidencia: Aceptable) para lograr los objetivos del tratamiento (Fuerza de la recomendación Fuerte) (18). Manejo de acuerdo a niveles de atención: No se debe realizar un screening en las enfermerías del colegio. Sin embargo, los niños y adolescentes con problemas de conducta sugestivos de TDAH pueden ser referidos por sus escuelas a programas de educación y entrenamiento. El diagnóstico de TDAH así como el inicio del tratamiento farmacológico se realiza en el segundo nivel de atención (3-5, 12). Cuando un niño o adolescente presenta problemas de conducta sugerentes de TDAH y ello le genera un impacto negativo en su vida familiar, el médico o profesional de salud del primer nivel de atención (pediatras, psicólogos educacionales, trabajadores sociales) debe recomendar a los padres que acudan a programas de educación y entrenamiento en TDAH (aún cuando no haya un diagnóstico establecido) y el niño o adolescente debe ser observado por 10 semanas. Si el problema de conducta persiste, el paciente debe ser referido a un segundo nivel de atención (psiquiatra infantil o neurólogo pediatra especialista en TDAH). Cuando las alteraciones funcionales en la vida del niño o adolescente son severas, éste debe ser referido inmediatamente al segundo nivel de atención (4, 5, 12) (ANEXO 4). 120 Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. Recomendaciones generales: Se debe instaurar una dieta balanceada y ejercicios regulares, así como adecuadas horas de sueño (4, 5, 11, 12) . La eliminación de colorantes artificiales no está recomendada como medida general de tratamiento en niños con TDAH. Todas aquellas comidas o bebidas que parezcan influenciar la conducta hiperactiva deben ser observadas de manera cercana. Si se evidencia una clara relación entre comidas, bebidas y la alteración de la conducta, se debe referir a un nutricionista para que evalúe el caso y sólo se suprimirán estos alimentos con la participación del nutricionista, médico, padres y el niño. No se recomienda suplementar la dieta con ácidos grasos (4, 5, 7, 12). Se recomienda medir el hierro sérico y la ferritina y dar tratamiento cuando sea necesario (Nivel de evidencia 1++, Recomendación de buena práctica clínica) (7). Pre-escolares: La primera línea en el tratamiento son los programas de educación y entrenamiento para padres o cuidadores (Nivel de evidencia: B) (15), así como el entrenamiento en la conducta del niño (Nivel de evidencia: B) (15). La modificación de la dieta mencionada en el acápite anterior también ha demostrado eficacia en este grupo etáreo (Nivel de evidencia: B), sin embargo otras terapias alternativas como la suplementación de la dieta con vitaminas y minerales, la estimulación vestibular y los masajes han demostrado un Nivel de evidencia: C (15). Si el niño requiere mayor tratamiento debe ser referido a un segundo nivel de atención (3-5, 12). No se recomienda tratamiento farmacológico en niños pre-escolares (3-5, 12). Pero de requerirlo, se podría usar el metilfenidato por su mejor efectividad y tolerabilidad a corto y largo plazo (Nivel de evidencia: A) (15). Y aunque no haya sido aprobado por la FDA en niños menores de 6 años, su uso puede ser legal y éticamente aceptado, pero se hace obligatoria la firma del consentimiento informado por parte de los padres (17). En pre-escolares con síntomas severos, el uso de la medicación tiene como objetivo evitar que el niño se lastime, sufra el rechazo de sus pares, minimizar los efectos a largo plazo de tal rechazo y reducir la disfunción familiar asociada. Los niños con síntomas leves de TDAH no son candidatos al uso de fármacos (17). La eficacia y seguridad de otros fármacos aparte del metilfenidato en niños pre-escolares tienen un Nivel de evidencia: C (15). Escolares y adolescentes con alteraciones moderadas: La primera línea en el tratamiento son los programas de educación y entrenamiento para padres o cuidadores. Los escolares deben acudir a terapias de apoyo psicológico grupal (terapia cognitivoconductual y mejoramiento de habilidades sociales), mientras que los adolescentes deben acudir a terapias de apoyo psicológico individuales, sobre todo si el adolescente rechaza las terapias grupales o éstas no son efectivas. En el caso de los adolescentes mayores, se considera que las terapias psicológicas son más efectivas que los programas de educación y entrenamiento para los padres o cuidadores (3-5, 12). No está indicado el tratamiento farmacológico como primera línea en este grupo de pacientes, a menos que las medidas iniciales sean inefectivas en el plazo de 10 semanas (3-5, 12). Escolares y adolescentes con TDAH severo: Los fármacos son la primera línea de tratamiento en este grupo (4, 5, 7, 12, 14, 17), los cuales se deben continuar mientras sean clínicamente efectivos (Fuerza de la recomendación: Estándar mínimo) (14) . Asimismo, los padres deben acudir a programas de educación y entrenamiento. Si un paciente de este grupo rechaza la medicación y los programas de educación y entrenamiento demuestran ser efectivos, el médico debe evaluar la posibilidad de que se trate de un diagnóstico diferencial y desarrollar un plan de trabajo para descartarlo. Pero si el paciente rechaza la medicación y los programas de educación y entrenamiento no funcionan, el médico está en la obligación de volver a discutir la posibilidad de iniciar el tratamiento farmacológico, remarcando sus beneficios en este grupo de pacientes y sugerir una terapia psicológica (3-5, 12). En niños y adolescentes que además de TDAH presenten síntomas del trastorno oposicionistadesafiante, se recomienda utilizar fármacos así como terapia cognitivo-conductual (Grado de recomendación A) (7). Asimismo, se recomienda utilizar dicha terapia combinada, cuando además de TDAH se presenten síntomas de ansiedad (Grado de recomendación B) (7). En todos los casos, una vez hecho el diagnóstico de TDAH, el médico tratante y los padres deben explicar a los profesores del niño el diagnóstico, tratamiento a implementar y los objetivos Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. que se pretenden lograr (4, 5, 12). Los niños con TDAH requieren un programa de intervención individualizado en el colegio, que incluya técnicas de modificación del comportamiento y técnicas pedagógicas (Grado de recomendación A) (7). Programas de educación y entrenamiento para padres o cuidadores: Los programas de educación y entrenamiento para padres o cuidadores pueden ser llevados de manera grupal o individual, de acuerdo a las características particulares de cada familia. Se recomienda que estos programas deban (4, 5, 12): Estar estructurados y tengan un plan curricular basado en principios de la teoría del aprendizaje social. Incluir estrategias de mejoramiento de las relaciones interpersonales. Ofrecer un número suficiente de sesiones, para maximizar los posibles beneficios para los participantes (8 a 12 sesiones). Permitir a los padres identificar los objetivos del programa. Incorporar entre sesiones juegos de roles así como tareas para la casa, para lograr que las nuevas conductas aprendidas se difundan en el hogar. Evaluación previa al tratamiento farmacológico: Es importante que previo al inicio del tratamiento farmacológico se realicen mediciones de peso, talla y se evalúen los siguientes parámetros (3): Examen mental. Historia clínica y examen físico que incluya: Búsqueda de síntomas cardiovasculares y síncope, frecuencia cardiaca y presión arterial, historia familiar de enfermedad cardiaca y examen completo del sistema cardiovascular. Electrocardiograma, si hay historia previa o historia familiar de enfermedad cardiaca grave, de muerte súbita en parientes jóvenes o hallazgos anormales en el examen físico del sistema cardiovascular. Evaluación de riesgo de mal uso (que la medicación sea entregada a terceros) o abuso de sustancias. Los psicoestimulantes no deben ser la primera línea de tratamiento en niños con anormalidades cardiacas o con historia familiar de enfermedades cardiacas (Grado de recomendación D) (7). Consejería previa al tratamiento farmacológico: Es importante que tanto los padres, profesores y niños de acuerdo a su edad, comprendan el por qué del uso de la medicación. Los objetivos de la consejería previa al tratamiento son (19): 121 Explicar detalles de la medicación a los padres: Los efectos beneficiosos y efectos negativos. Explicar detalles de la medicación a los niños y adolescentes: Razones para iniciar el tratamiento y explicar que es el médico y no los padres quienes controlan el tratamiento. Explicar los procedimientos del tratamiento: Elección de los fármacos y dosis, frecuencia de seguimiento, información necesaria para monitorizar la conducta del paciente y las respuestas esperadas. Elección del fármaco: De acuerdo a ciertos factores como la presencia de comorbilidades, efectos adversos y la preferencia del paciente, se pueden recomendar estimulantes y no estimulantes (Fuerza de la recomendación: A) (9), como metilfenidato, atomoxetina o dexanfetamina (1, 4, 5, 12). Todos los fármacos que se usan de primera línea en TDAH están aprobados por la FDA a partir de los 6 años de edad, a excepción de las anfetaminas que podrían ser utilizadas a partir de los 3 años (17). El tratamiento inicial se debe realizar con un fármaco aprobado por la FDA (Fuerza de la recomendación: Estándar mínimo) (14). Cuando la decisión ha sido tomada, se debe considerar lo siguiente (4, 5, 12): Metilfenidato para TDAH sin comorbilidades significativas. Metilfenidato para TDAH con desorden de conducta. Atomoxetina cuando hayan tics o síndrome de La Tourette, trastorno de ansiedad, mal uso o abuso de estimulantes. Atomoxetina si el metilfenidato ha sido inefectivo en dosis máximas toleradas o el paciente es intolerante a dosis bajas o moderadas de metilfenidato. Se deben preferir las presentaciones de liberación prolongada. Alternativamente las presentaciones de liberación inmediata se deben considerar cuando se requieran regímenes más flexibles o en la titulación inicial para determinar la dosis adecuada (4, 5, 12). No se recomienda el uso de antipsicóticos en el tratamiento de niños con TDAH (1, 4, 5, 7, 12). Metilfenidato: Las dosis iniciales deben ser tituladas hasta por 4 a 6 semanas (4, 5, 12, 19, 20). El de liberación inmediata se puede iniciar con 2.5 mg, 2 ó 3 veces al día y el de liberación prolongada una vez en la mañana (1, 4, 5, 12, 19, 20). 122 Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. Atomoxetina: Para aquellos que pesen hasta 70 Kg se deben dar dosis iniciales de 0.5 mg/Kg, las cuales serán incrementadas en una semana hasta 1.2 mg/Kg/día. Para aquellos que pesen más de 70 Kg. se debe iniciar con 40 mg y la dosis de mantenimiento será de 80 mg/día. Puede darse en una dosis diaria o se puede dividir en dos dosis para minimizar los efectos adversos (4, 5, 12). Si un paciente con TDAH tiene muy buena respuesta con estos fármacos y presenta además una normalización en su funcionamiento académico, familiar y social, se dice que el tratamiento es satisfactorio por sí mismo (Fuerza de la recomendación: Opcional) (14). Si un paciente no tiene una respuesta del todo satisfactoria a los fármacos y además presenta alguna comorbilidad o sufre algún estrés emocional, el tratamiento psicosocial aunado a la medicación a menudo es beneficioso. (Fuerza de la recomendación: Guía clínica) (14). Pobre respuesta al tratamiento: Si hay una pobre respuesta al tratamiento farmacológico y no farmacológico se requiere una revisión del caso, reconsiderar el diagnóstico, evaluar la adherencia al tratamiento y la presencia de comorbilidades (Nivel de evidencia: Débil; Fuerza de la recomendación Fuerte) (4, 5, 12, 18). Las opciones que quedan entonces son: Dar dosis más altas de los fármacos, tratamientos psicológicos alternativos o referir a especialistas de tercer nivel para un tratamiento superespecializado con drogas no autorizadas por la FDA. (Fuerza de la recomendación: Guía clínica) (2, 4, 5, 12, 14). Dosis elevadas (4, 5, 12): Metilfenidato: 0.7 mg/Kg por dosis, 3 veces al día o una dosis total diaria de 2.1 mg/Kg (hasta un máximo de 90 mg/día) para la presentación de liberación inmediata o su equivalente en la presentación de liberación prolongada (19, 20). Atomoxetina: 1.8 mg/Kg/día (hasta un máximo de 120 mg/día). La dexanfetamina debe ser considerada como una opción en pacientes que no responden a las dosis máximas toleradas de atomoxetina y metilfenidato (4, 5, 12) . Dexanfetamina: Dosis iniciales que se pueden dar son 2.5 mg, 2 veces al día o 5 mg una sola vez y deben ser monitorizadas por 4 a 6 semanas (14). Dosis máximas diarias son de 20 mg/día. En algunos pacientes se puede requerir ocasionalmente hasta 40 mg/día (1, 4, 5, 12, 19, 20). Si el paciente no responde a estos 3 medicamentos debe ser referido a un especialista del tercer nivel para recibir medicamentos no aprobados por la FDA. Entre los medicamentos de segunda línea se encuentran: El bupropion y la imipramina (Fuerza de la recomendación: B) (9) así como el modafinilo (7). Como posibles tratamientos adyuvantes: Clonidina (Grado de recomendación C) (7) y guanfacina (Fuerza de la recomendación: D) (9). El uso de medicamentos no autorizados para TDAH sólo debe ser realizado en servicios superespecializados. Asimismo, otro de los objetivos por los cuales se refiere a un paciente al tercer nivel de atención es para recibir una combinación de tratamientos, que incluya también tratamientos psicológicos para los padres (4, 5, 12). Culminación de la medicación: La culminación de la medicación debe realizarse basándose en la respuesta clínica del paciente durante la etapa en que recibe la medicación, en la cual es monitorizado de manera cercana. Durante el tratamiento frecuentemente los pacientes suelen olvidar algunas dosis de la medicación. Si los síntomas de TDAH reaparecen inmediatamente, se dice que el paciente aún no está listo para quedarse sin la medicación. Sin embargo, una vez que las dosis olvidadas no representan un deterioro en la conducta del paciente, se puede planear la retirada de los fármacos de manera paulatina, durante periodos que se caractericen por ser menos estresantes (vacaciones). Si al menos durante 2 semanas sin tratamiento no se presentan problemas, se puede intentar suspender la medicación por periodos más largos, pero la observación cercana de la conducta del paciente debe continuar hasta por un año antes de decidir el retiro indefinido de estos fármacos (19). Monitorización de efectos adversos: El médico debe monitorizar periódicamente al niño con TDAH para evaluar no sólo el cumplimiento de los objetivos terapéuticos sino para evaluar también los efectos adversos, obteniendo información de los padres, profesores y del niño (Nivel de evidencia: Aceptable; Fuerza de la recomendación: Fuerte) (18). Talla (Fuerza de la recomendación: Estándar mínimo) (14): Medir cada 6 meses. Si se afecta de manera significativa se debe considerar un descanso del fármaco en las vacaciones del Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. colegio para permitir que el niño alcance la talla esperada para su edad. Efecto adverso causado por metilfenidato, atomoxetina y dexanfetamina. Peso (Fuerza de la recomendación: Estándar mínimo) (14): Medir cada 3 a 6 meses después del inicio del tratamiento y luego cada 6 meses. Estrategias para manejar la reducción del peso o la disminución en la ganancia ponderal incluyen: Tomar la medicación con o después de los alimentos y no antes, comer snacks o comidas adicionales temprano por las mañanas o tarde por las noches cuando los efectos estimulantes hayan pasado. Obtener consejo nutricional y alimentarse con comidas con alto porcentaje calórico pero de buen valor nutricional. Efecto adverso causado por metilfenidato, atomoxetina y dexanfetamina. Función cardiaca y presión arterial: Monitorizar la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Las taquicardias permanentes durante el reposo, las arritmias o presión sistólica mayor al percentil 95 medidos en dos o más ocasiones deben conllevar a la reducción de las dosis y a la referencia inmediata al médico. Efecto adverso causado por metilfenidato, atomoxetina y dexanfetamina. Sistema reproductivo y función sexual: Evaluar la presencia de dismenorrea, disfunción eréctil o eyaculatoria. Efecto adverso causado por atomoxetina. Convulsiones: Si se exacerban en un paciente epiléptico o aparecen de novo, se debe discontinuar el metilfenidato o la atomoxetina inmediatamente. Se puede considerar la dexanfetamina pero previa consulta con un médico de atención terciaria. Tics: Considerar si los tics están relacionados al uso de estimulantes y si la alteración funcional que provocan sobrepasa los beneficios. Efecto adverso causado por Metilfenidato o Dexanfetamina. Síntomas psicóticos (delusiones, alucinaciones): Retirar el tratamiento y completar el estudio psiquiátrico Efecto adverso causado por Metilfenidato o Dexanfetamina. Considerar dar atomoxetina antes que los otros. Síntomas de ansiedad incluido el pánico: Cuando los síntomas son exacerbados por los estimulantes, se deben usar dosis más bajas de los estimulantes o combinarlos con antidepresivos que sirven para tratar la ansiedad. Efecto adverso causado por Metilfenidato o Dexanfetamina. Agitación, irritabilidad, pensamiento suicida y autolesiones: Observación cercana, especialmente durante el inicio del tratamiento o después del 123 cambio de una dosis. Advertir a los padres acerca del potencial riesgo de pensamiento suicida y autolesiones con atomoxetina. Mal uso o abuso de drogas: Evaluar el potencial mal uso o abuso de la medicación, que puede aparecer en situaciones de grandes cambios en la vida del niño o adolescente o con la edad. Efecto adverso causado por Metilfenidato o Dexanfetamina. De preferencia se debe rotar a metilfenidato o atomoxetina de liberación prolongada. 124 Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Miller KJ, Castellanos FX. Attention deficit/hyperactivity disorders. Pediatr Rev. 1998 Nov;19(11):373-84. 2. Floet AM, Scheiner C, Grossman L. Attention-deficit/ hyperactivity disorder. Pediatr Rev. 2010 Feb;31(2):5669. 3. Atkinson M, Hollis C. NICE guideline: attention deficit hyperactivity disorder. Arch Dis Child Educ Pract Ed. 2010 Feb;95(1):24-7. 4. National Collaborating Centre for Mental Health. Attention deficit hyperactivity disorder. Londres: National Institute for Health and Clinical Excellence; 2008. Available from: www.nice.org.uk/CG072. 5. National Collaborating Centre for Mental Health RCoPRaTU. Attention deficit hyperactivity disorder [Book]. London: The British Psychological Society, The Royal College of Psychiatrists; 2009. 6. Homer CJ. Clinical practice guideline: diagnosis and evaluation of the child with attention-deficit/hyperactivity disorder. American Academy of Pediatrics. Pediatrics. 2000 May;105(5):1158-70. 7. Network SIG. Management of attention deficit and hyperkinetic disorders in children and young people. London2009. 8. Wolraich ML. Attention-Deficit Hyperactivity Disorder Among Adolescents A Review of the Diagnosis, Treatment, and Clinical Implications. Pediatrics. 2005;115:1733-47. 9. Nutt DJ, Fone K, Asherson P, Bramble D, Hill P, Matthews K, et al. Evidence-based guidelines for management of attention-deficit/hyperactivity disorder in adolescents in transition to adult services and in adults: recommendations from the British Association for Psychopharmacology. J Psychopharmacol. 2007 Jan;21(1):10-41. 10.American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders TR (DSM-IVTR). Washington, DC: APA; 2000. 11.Voeller KKS. Attention-Deficit Hyperactivity Disorder. J Child Neurol. 2004;10(10):798-814. 12.National Collaborating Centre for Mental Health. Attention deficit hyperactivity disorder: Diagnosis and management of ADHD in children, young people and adults. London: National Institute for Health and Clinical Excellence; 2008. 13.Purdie N. A Review of the Research on Interventions for Attention Deficit Hyperactivity Disorder: What Works Best? Review of Educational Research. 2002;72(1):6199. 14.Pliszka S. Practice parameter for the assessment and treatment of children and adolescents with attentiondeficit/hyperactivity disorder. J Am Acad Child Adolesc Psychiatry. 2007 Jul;46(7):894-921. 15.Ghuman JK, Arnold LE, Anthony BJ. Psychopharmacological and other treatments in preschool children with attention-deficit/hyperactivity disorder: current evidence and practice. J Child Adolesc Psychopharmacol. 2008 Oct;18(5):413-47. 16.Furman LM. Attention-Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD): Does New Research Support Old Concepts? J Child Neurol. 2008;23:774-84. 17.Davis DW, Williams PG. Attention deficit/hyperactivity disorder in preschool-age children: issues and concerns. Clin Pediatr (Phila). 2011 Feb;50(2):144-52. 18.Perrin JM. Clinical practice guideline: treatment of the school-aged child with attention-deficit/hyperactivity disorder. Pediatrics. 2001 Oct;108(4):1033-44. 19.Wender EH. Managing stimulant medication for attention-deficit/hyperactivity disorder. Pediatr Rev. 2001 Jun;22(6):183-90. 20.Wender EH. Managing stimulant medication for attention-deficit/hyperactivity disorder: an update. Pediatr Rev. 2002 Jul;23(7):234-6. Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. ANEXOS A. Cualquiera 1 ó 2 125 ANEXO 1 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE TDAH (10) 1. Seis o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo. Desatención 1. A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades. 2. A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en actividades lúdicas. 3. A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente. 4. A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargo u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a una comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones). 5. A menudo tiene dificultad para organizar tareas y actividades. 6. A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos). 7. A menudo extravía objetos necesarios para actividades o tareas (como juguetes, lápices, libros, trabajos escolares o herramientas). 8. A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes. 9. A menudo es descuidado en las actividades diarias. 2. Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo. Hiperactividad 1. A menudo mueve en exceso las manos o los pies, o se remueve en el asiento. 2. A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en las que es inapropiado hacerlo. 3. A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en las que es inapropiado hacerlo (en los adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud). 4. A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio. 5. A menudo “está en marcha” o actúa como si “tuviera un motor”. 6. A menudo habla en exceso. Impulsividad 7. A menudo precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas. 8. A menudo tiene dificultades para guardar turno. 9. A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (se entromete en conversaciones o juegos). B.Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o de desatención que causaban alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad. C.Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más ambientes (la escuela o la casa). D.Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la actividad social, académico o laboral. E.Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico y no se explican mejor por la presencia de otro trastorno mental (trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad, trastorno disociativo, o trastorno de personalidad). 126 Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. ANEXO 2 VARIACIONES NORMALES DEL DESARROLLO: CONDUCTAS IMPULSIVAS/HIPERACTIVAS Y DESATENTAS (6) VARIACIÓN HIPERACTIVA/IMPULSIVA El infante y preescolar es normalmente muy activo e impulsivo y puede necesitar supervisión constante para evitar lastimarse. Su actividad constante puede ser estresante para los adultos, quienes suelen no tener la energía o paciencia para tolerar dicho comportamiento. Durante la escuela y adolescencia la actividad puede ser elevada en juegos y de manera habitual pueden ocurrir comportamientos impulsivos. Ello ocurre preferentemente en situaciones de exigencia del grupo. Altos niveles de conductas hiperactivas/impulsivas no indican que exista un problema o trastorno siempre y cuando no provoquen una alteración académica, familiar o social. Presentaciones comunes del desarrollo: Niñez temprana: El niño corre en círculos, no se detiene para descansar, puede darse golpes con objetos o con la gente y pregunta constantemente. Escolares: El niño juega de modo activo por largos periodos. Puede hacer cosas impulsivas, particularmente cuando se encuentra excitado. Adolescencia: El adolescente se compromete con actividades sociales por largos periodos y puede involucrarse en comportamientos riesgosos con el grupo. VARIACIÓN DESATENTA El niño pequeño tendrá un nivel de atención corto que se incrementará conforme madure. La desatención debe ser apropiada para el nivel de desarrollo del niño y no causa ninguna alteración. Presentaciones comunes del desarrollo: Niñez temprana: El preescolar tiene dificultades en atender, a menos que sea breve, una historia de cuentos o una tarea tranquila como pintar o dibujar. Escolares: El niño puede no lograr persistir en actividades muy largas que no sean de su agrado, como leer un libro, hacer la tarea o realizar ejercicios que requieran concentración como limpiar su cuarto. Adolescencia: El adolescente se distrae fácilmente en tareas que no desea realizar. Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. ANEXO 3 TRASTORNOS COEXISTENTES Y DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL TDAH (2) TRASTORNOS DEL DESARROLLO Trastornos del lenguaje Dificultades en el aprendizaje Retraso mental Trastorno del espectro autista Trastorno de coordinación del desarrollo ENFERMEDADES MÉDICAS Intoxicación con plomo Anemia Reacción adversa a medicamentos Crisis convulsivas Abuso de sustancias Déficit sensoriales Prematuridad Síndrome alcohólico fetal Síndrome de La Tourette Apnea del sueño DESÓRDENES GENÉTICOS Síndrome de Klinefelter Síndrome de X frágil Síndrome de Turner Síndrome de delección de 22q11.2 Síndrome de Williams Neurofibromatosis I Errores innatos del metabolismo TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS Trastorno de adaptación Trastornos de ansiedad Trastorno reactivo del apego Trastornos del ánimo Trastorno oposicionista-desafiante Trastorno de estrés post-traumático 127 128 Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. ANEXO 4 FLUJOGRAMA DE MANEJO DE ACUERDO A NIVELES DE ATENCIÓN (12) Niño o adolescente con sospecha de TDAH Primer nivel de atención Identificado en el colegio Alteraciones leves y moderadas Programas de educación y entrenamiento para padres o cuidadores por 10 semanas Si las alteraciones persisten Segundo nivel de atención • Atención especializada • Diagnóstico de TDAH Manejo y tratamiento farmacológico Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. 129 ANEXO 5 MEDICINA BASADA EN LA EVIDENCIA En el presente artículo se usaron los siguientes niveles de evidencia y grado/fuerza de las recomendaciones: Nivel de evidencia (6, 18) Fuerte: Existe evidencia satisfactoria, por lo general de nivel 1 (meta-análisis o ensayos clínicos randomizados y controlados) que sustenta la recomendación. Bueno: Evidencias de nivel 2 (ensayos clínicos bien diseñados y controlados aunque no randomizados). Aceptable: Existe pobre evidencia y hallazgos inconsistentes. Deben ser sometidas a la aprobación del grupo de consenso. Débil: Existe muy pobre evidencia. Evidencia empírica pobre o no sistemática. Fuerza de las recomendaciones (6, 18) Fuerte: Basadas en evidencia científica de alta calidad o de un fuerte consenso de los expertos (si no hay evidencia científica de alta calidad). Aceptable o Débil: Basadas en una calidad científica menor o información limitada y con el consenso de expertos. Opción clínica: Intervenciones para las cuales no se encuentra evidencia que vaya a favor o en contra y que pueden o no pueden ser implementadas, dependiendo del criterio clínico del médico tratante. Evidencia y grados de recomendación (7) Nivel de evidencia 1++: Meta-análisis, revisiones sistemáticas de ensayos clínicos controlados aleatorizados de alta calidad o ensayos clínicos controlados aleatorizados con muy bajo riesgo de tener sesgos. 1+: Meta-análisis, revisiones sistemáticas o ensayos clínicos controlados aleatorizados bien realizados con bajo riesgo de tener sesgos. 1-: Meta-análisis, revisiones sistemáticas o ensayos clínicos controlados aleatorizados con alto riesgo de tener sesgos. 2++: Revisiones sistemáticas o estudios de casos y controles o de cohortes de alta calidad. Estudios de casos y controles o de cohortes con muy bajo riesgo de confusión o de tener sesgos y una alta probabilidad de que la relación sea causal. 2+: Estudios de casos y controles o de cohortes bien realizados con bajo riesgo de confusión o de tener sesgos y probabilidad de que la relación sea causal. 2-: Estudios de casos y controles o de cohortes con alto riesgo de confusión o de tener sesgos y un riesgo significativo de que la relación no sea causal. 3: Estudios no analíticos como reporte de casos o serie de casos. 4: Opinión de expertos. Grado de recomendación El grado de recomendación se relaciona con la fortaleza de la evidencia en la cual se basa la recomendación. No refleja la importancia clínica de la recomendación. A: Por lo menos un meta-análisis, revisión sistemática o ensayo clínico controlado aleatorizado catalogado como 1++ y directamente aplicable a la población objetivo. O evidencia catalogada como 1+, directamente aplicable a la población objetivo y que demuestre una total consistencia en los resultados. 130 Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad en Pediatría: Guía de Práctica Clínica de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. B: Evidencia que incluya estudios catalogados como 2++ y directamente aplicables a la población objetivo y que demuestren una total consistencia en los resultados. O evidencia extrapolada de los estudios catalogados como 1++ o 1+. C: Evidencia que incluya estudios catalogados como 2+ y directamente aplicables a la población objetivo y que demuestren una total consistencia en los resultados. O evidencia extrapolada de los estudios catalogados como 2++. D: Nivel de evidencia 3 ó 4 o evidencia extrapolada de estudios catalogados como 2+. Recomendaciones de buena práctica clínica Mejor práctica recomendada, basándose en la experiencia clínica del grupo que elaboró la guía. Niveles de evidencia y fortaleza de las recomendaciones (9) Niveles de evidencia: Ia: Evidencia de meta-análisis de ensayos clínicos controlados aleatorizados. Ib: Evidencia de al menos un ensayo clínico controlado aleatorizado IIa: Evidencia de al menos un estudio controlado sin aleatorización. IIb: Evidencia de al menos otro tipo de estudios cuasi-experimentales. III: Evidencia de estudios descriptivos no experimentales. IV: Evidencia de un comité de expertos y/o de la experiencia de autoridades reconocidas en el tema. Niveles de evidencia para relaciones observacionales: I: Evidencia de grandes muestras representativas de la población. II: Evidencia de pequeñas muestras de la población, bien diseñadas pero no necesariamente representativas. III: Evidencia de estudios no significativos, reporte de casos. IV: Evidencia de un comité de expertos y/o de la experiencia de autoridades reconocidas en el tema. Fuerza de la recomendación: A: Directamente basado en nivel de la evidencia I. B: Directamente basado en nivel de evidencia II o extrapolada del nivel de evidencia I. C: Directamente basado en nivel de evidencia III o extrapolada del nivel de evidencia II. D: Directamente basado en nivel de evidencia IV o extrapolada del nivel de evidencia III. S: Cuidado clínico estándar. Marcy Salazar Zegarra , David Huanca Payehuanca. 131 Fuerza de la evidencia y de las recomendaciones (14) Fuerza de la evidencia: Ensayos clínicos controlados aleatorizados: lLos sujetos del estudio se asignan aleatoriamente en dos o más tratamientos. Ensayos controlados: Estudios en los cuales los sujetos son asignados de manera no aleatoria en dos o más tratamientos. Ensayos no controlados: Estudios en los cuales los sujetos son asignados en un solo tratamiento. Reporte de casos. Fuerza de las recomendaciones: Estándar mínimo: Recomendaciones basadas en evidencia empírica rigurosa y/o fuerte consenso clínico. Los estándares mínimos se deben aplicar en más del 95% de las veces. Guía clínica: Recomendaciones basadas en evidencia empírica fuerte y/o fuerte consenso clínico. Se deben aplicar en el 75% de las veces. Opcional: Recomendaciones basadas en la evidencia empírica emergente o en la opinión clínica, pero que no cuentan con evidencia empírica fuerte y/o consenso clínico. No indicado: Prácticas que son consideradas inefectivas o contraindicadas. Nivel de evidencia (15) A: Si el tratamiento demostraba una diferencia significativa en niños pre-escolares con TDAH, con un diagnóstico establecido de acuerdo al DSM IV-TR, en por lo menos dos ensayos clínicos controlados aleatorizados o en dos series de casos con diseño experimental aleatorizado que comparase el tratamiento activo versus placebo. B: Si el tratamiento demostraba una diferencia significativa en niños pre-escolares con TDAH, con un diagnóstico establecido de acuerdo al DSM IV-TR, en por lo menos un ensayo clínico controlado aleatorizado, dos o más ensayos clínicos controlados aleatorizados con resultados mixtos o en una serie de caso con diseño experimental aleatorizado que comparase el tratamiento activo versus placebo. C: Si el tratamiento se basaba en ensayos clínicos no controlados, reporte de casos, revisión retrospectiva de historias o de opiniones de expertos. Correspondencia: : Dr. David Huanca Payehuanca Servicio de Pediatría Especializada del Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins. Av. Rebagliati 490, Jesús María, Lima – Perú Correo electrónico: mksalazarz@gmail.com dhuancap@gmail.com Recibido: 26/06/2011 Aceptado: 15/06/2013 Rev. peru. pediatr. 66 (2) 2013 132 Reglamento de publicación 1. DE LA REVISTA La Revista Peruana de Pediatría es la publicación oficial de la Sociedad Peruana de Pediatría, destinado a divulgar y propagar los conocimientos sobre Medicina Preventiva y Asistencial entre los médicos pediatras y profesionales interesados. Dicha acción la ejerce a través de la publicación de trabajos científicos de sus asociados y profesionales médicos no asociados, nacionales e internacionales, que por su calidad y rigor científico merezcan su publicación para ser difundidos dentro y fuera del país. 2. DE LAS SECCIONES DE LA REVISTA La Revista Peruana de Pediatría cuenta con las siguientes secciones: 2.1. EDITORIAL Destinada a aspectos doctrinarios de la Sociedad Peruana de Pediatría o a temas que por su trascendencia y actualidad requieren su publicación. 2.2. TRABAJOS ORIGINALES Comprende la sección de trabajos originales e inéditos de las diversas áreas de la Pediatría o ciencias afines. No excederá de 15 páginas. Para considerar su publicación deben reunir los siguientes requisitos: El título debe estar en español e inglés. • • • • • • • RESUMEN: En el que se expondrá en forma precisa la esencia del trabajo y deberá incluir los siguientes subtítulos: Objetivo, Material y métodos, Resultados y Conclusiones, y tendrá su respectiva traducción al inglés, la cual no deberá exceder las 200 palabras. Al final se escribirán las palabras clave en número no mayor de cinco (http://www.nlm.nih.gov). INTRODUCCIÓN: Que incluye la exposición de motivos del trabajo y una breve referencia de la literatura, que debe ser clara, explícita y concisa. MATERIAL Y MÉTODOS: Se describen las características del material empleado en el trabajo y la metodología usada en el estudio en forma concreta y precisa. RESULTADOS: Deberán ser de carácter objetivo, con el análisis estadístico en los casos pertinentes, sin interpretación personal y serán acompañados de las tablas y/o figuras respectivas (figuras, radiografías, fotografías). DISCUSIÓN: Comprenderá la interpretación de los resultados comparándolos con los trabajos realizados por otros autores y las conclusiones que se derivan de ello cuando sea apropiado. AGRADECIMIENTOS (si viene al caso). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Se harán de acuerdo a las Normas de Vancouver y serán presentadas en el orden como aparecen en el texto. Todas las referencias deberán estar citadas ya sea en el texto o en las ilustraciones con un número arábigo entre paréntesis, en superíndice. Estas llamadas de cita precedidas de un espacio, se colocan antes del punto, coma u otro signo de puntuación. El máximo de referencias bibliográficas permitidas es de 40. 2.3. TEMAS DE REVISIÓN Son trabajos de actualizaciones sobre temas de la especialidad, en particular de trabajos originales o académicos o médico–quirúrgicos, no excederá de 12 páginas. Deberá acompañarse de un resumen con su respectiva traducción en inglés y palabras clave no más de 200 palabras. 2.4. CASOS O REPORTES CLÍNICOS Se considera para su publicación únicamente aquellos casos que signifiquen interés diagnóstico, anomalía de evolución, rareza de observación, evidente interés por la respuesta terapéutica. Deberá acompañarse de un resumen con su respectiva traducción en inglés y palabras clave. No excederá de 6 páginas. Se tomarán en cuenta los siguientes puntos: a) Introducción b) Reporte del caso clínico c) Comentario c) Bibliografía 2.5. SALUD MENTAL Se publicarán artículos sobre algún aspecto de salud mental del niño y el adolescente. No excederá de 4 páginas. Deberá acompañarse de un resumen con su respectiva traducción en inglés y palabras clave. 2.6. ÉTICA Se considera en esta sección algún tema de interés sobre ética médica. No excederá de 3 páginas. 2.7. CULTURAL Se consideran para esta sección artículos de interés en el área cultural. No excederá de 3 páginas. 3. NORMAS PARA SU PUBLICACIÓN Se refiere a los aspectos generales de los trabajos. 3.1. Los trabajos se reciben en el local de la Sociedad Peruana de Pediatría: Calle Los Geranios Nº 151, Urb. Jardín, Lince, Lima 14 – Perú; de lunes a viernes de 10 a.m. a 5 p.m. Teléfono Nº 4226397, correo electrónico: pediatria@rednextel.com.pe. Al entregar el trabajo recibirá una constancia de recepción. 3.2. El artículo debe estar acompañado por una Carta de Presentación dirigida al presidente del Comité de Publicaciones solicitando la evaluación de dicho artículo para su publicación y debe certificarse mediante una Declaración Jurada que no ha sido publicado en otra revista y estar firmada por el autor y coautores. 3.3. La Revista Peruana de Pediatría acepta la solicitud de publicación de contribuciones nacionales y extranjeras de la especialidad siempre que se ajusten a los requerimientos del presente Reglamento. 3.4. La Revista Peruana de Pediatría se reserva el derecho de aceptar los trabajos que se presenten y de solicitar las modificaciones que considere necesarias para poder cumplir con las exigencias de la publicación. 3.5. La publicación de trabajos en la Revista Peruana de Pediatría, en sus diferentes secciones, no obliga necesariamente a solidarizarse con las opiniones vertidas por él o los autores. 3.6. Los trabajos presentados para su publicación en la revista son evaluados por árbitros externos. 3.7. El trabajo deberá enviarse en original impreso y en forma electrónica debidamente grabado en un disquete o CD en el programa Word para Windows 97 o posterior, letra Arial, tamaño de fuente 10 puntos, espacio sencillo. 3.8. El artículo debe usar el Sistema Internacional de Medidas. 3.9. Las ilustraciones (tablas, figuras, fotografías y otros documentos similares) no excederán de 10 y deben estar insertadas dentro del artículo en Word, con el título correspondiente y en el orden de aparición, con letra tipo oración. Ejemplo: Tabla 1. Índices de salud. 3.9.1 Las tablas, gráficas, radiografías, fotografías, etc., deben tener un título breve y claro, escrito en letra arial y serán numeradas según el orden de llamada que aparece en el texto. Precisar número de fuente en negrita. Ejemplo: Tabla 1. Letalidad de acuerdo al grado de hemorragia intraventricular. 3.9.2 Las tablas y las ilustraciones serán considerados para el entendimiento del texto y no deberán ser reiterativos entre sí o con relación al texto (no trace líneas horizontales ni verticales en el interior de los cuadros). 3.9.3Las figuras, radiografías, fotografías, etc. deben tener leyenda. 3.9.4Las publicaciones de reproducciones a color deben consultarse con el director responsable. 3.10.En la primera página del trabajo debe anotarse. Título: breve, que represente el contenido del articulo, en español y en inglés. Nombre y los dos apellidos del autor y coautores. Grado académico y afiliación institucional. Nombre del Departamento y/o institución en que se realizó el trabajo. Dirección del autor, adonde se le dirigirá la correspondencia, así como teléfono y dirección de correo electrónico. 3.11.Los autores que hayan presentado artículos recibirán una carta de la Secretaría de Comité de Publicación y Biblioteca, señalando la “aceptación” o “no aceptación” de dichos trabajos en un plazo máximo de 60 días. Los originales de los trabajos no aceptados serán remitidos con la carta de “no aceptación”. 3.12.Una vez aceptado y publicado el artículo, los derechos pertenecen a la Revista Peruana de Pediatría, y serán reproducidos por terceros sólo con la autorización correspondiente.