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www.atheneum.doyma.es www.atheneum.es Club Virtual de Atención Primaria FORMACIÓN MÉDICA CONTINUADA EN ATENCIÓN PRIMARIA Programa de actualizacción en Medicina de Familia y Comunitaria Director Amando Martín Zurro Comité de Redacción Ramón Ciurana Misol Eva Comín Bertrán Roser Marquet Palomer Comité Directivo V. Thomas Mulet A. Casasa Plana A. Martín Zurro P. Díaz Castro J.L. Segú Juan Consejo Asesor Rogelio Altisent Trota Josep Mª Argimón Pallas Consuelo Arranz Gaite Mª Jesús Barros Gutiérrez Carme Batalla Martínez Begoña Bellas Beceiro Pablo Bonal Pitz Francesc Borrell Carrió Carme Borrell Thió José Bras Marquillas Carlos Brotons Cuixart José Miguel Bueno Ortiz Gerardo Bustos Lozano Eduardo Calvo Corbella Juan Francisco Cano Pérez Jesús Castillo Obeso Ángel Comas Fuentes José Luis Delgado Martín Jorge Doreste Alonso Carmen Fernández Alonso María Luisa Fernández Ferré Juan Ferrándiz Santos Mariano de la Figuera Von Wickmann Gonçal Foz Gil Aurelio Fuertes Martín José Galbe Sánchez-Ventura Francisca García de Blas Luis García Ortiz Agustín Gómez de la Cámara Tomás Gómez Gascón Ana Gorroñogoitia Iturbe Mª Santos Ichaso Hernández Rubio Zaragoza Barcelona Oviedo Pontevedra Barcelona Madrid Sevilla Barcelona Barcelona Barcelona Barcelona Alicante Madrid Madrid Barcelona Santander Oviedo Pontevedra S. Cruz de Tenerife Valladolid Barcelona Madrid Barcelona Barcelona Salamanca Zaragoza Madrid Salamanca Madrid Madrid Bilbao Madrid Yolanda Jarabo Crespo Josep Jiménez Villa Jacinta Landa Goñi José Lapetra Peralta Juan Manuel de León García José Mª Lobos Bejarano Alberto López García Franco Salvador Lou Arnal Esteban de Manuel Keenoy María Martín Rabadán Muro Miguel Melguizo Jiménez Francesc Molina Durán Antonio Monreal Hijar Josep Moreno Marín Mª Ángeles Ortiz Camúñez Antonio Pareja Bezares Julio Pascual González Juan José Pérez Valencia Joan Pericas Bosch Albert Planes Magriña José Antonio Prados Castillejo Daniel Prados Torres Asunción Prieto Orzanco Natividad Puche López Celia Quirós Bauset Luis de la Revilla Ahumada José Ramón Rodríguez Borges Roger Ruiz Moral Juan Antonio Sánchez Sánchez Pedro Serrano Aguilar Jorge Tizón García Antonio Trueba Castillo Concha Violán Fors Cuenca Barcelona Madrid Sevilla S. Cruz de Tenerife Madrid Madrid Zaragoza Granada Madrid Granada Murcia Zaragoza Alicante Sevilla P. de Mallorca Jaén S. Cruz de Tenerife Barcelona Barcelona Córdoba Málaga Madrid Madrid Cartagena Granada Las Palmas Córdoba Murcia S. Cruz de Tenerife Barcelona Logroño Madrid Travesera de Gracia, 17-21. Tel. 932 000 711 / 08021 Barcelona FMC - Formación Médica Continuada en Atención Primaria © Copyright 2002. Ediciones Doyma, S.L. Reservados todos los derechos. El contenido de la presente publicación no puede ser reproducido, ni transmitido por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética, ni registrado por ningún sistema de recuperación de información, en ninguna forma, ni por ningún medio, sin la previa autorización por escrito del titular de los derechos de explotación de la misma. FMC se distribuye exclusivamente entre los profesionales de la medicina Impreso en España por Bigsa. Depósito legal: B.- 34.068-93 Patología básica de ORL para el médico de atención primaria Coordinador Manuel López Amado Autores Manuel López Amado Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Especialista en Otorrinolaringología. Hospital Juan Canalejo. La Coruña. Guillermo Plaza Mayor Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Otorrinolaringología. Hospital Fundación Alcorcón. Madrid. Jaime Sanabria Brossart Doctor en Medicina y Cirugía. Especialista en Otorrinolaringología. Clínica Fundación Jiménez Díaz. Madrid. Patología básica de ORL para el médico de atención primaria Introducción 1 Paciente con rinitis 1 Paciente con hipoacusia 1 Clínica, diagnóstico y exploraciones complementarias Opciones terapéuticas Seguimiento Criterios de derivación Presentación clínica y diagnóstico Diagnóstico Tratamiento Seguimiento 3 3 3 3 1 3 3 3 Paciente con sinusitis 1 Presentación clínica y diagnóstico Tratamiento Seguimiento Criterios de derivación 3 3 3 3 Paciente con disfonía 1 Presentación clínica y diagnóstico Tratamiento Seguimiento Criterios de derivación 3 3 3 3 Paciente con amigdalitis 1 Presentación clínica y diagnóstico Tratamiento Seguimiento Criterios de derivación 3 3 3 3 Paciente con vértigo 1 Presentación clínica y diagnóstico Tratamiento Seguimiento Criterios de derivación 3 3 3 3 Paciente con otitis aguda 1 Clasificación y etiología Presentación clínica y diagnóstico Tratamiento Seguimiento y criterios de derivación 3 3 3 3 Paciente con parálisis facial periférica 1 Presentación clínica y diagnóstico Tratamiento Seguimiento Criterios de derivación 3 3 3 3 Niveles de evidencia Ia Ib IIa IIb III IV La evidencia proviene de metaanálisis de ensayos controlados aleatorios. La evidencia proviene de, al menos, un ensayo controlado aleatorio. La evidencia proviene de, al menos, un estudio controlado bien diseñado sin aleatorizar. La evidencia proviene de, al menos, un estudio casi experimental bien diseñado. Se refiere a la situación en la que la aplicación de una intervención está fuera del control de los investigadores, pero su efecto puede evaluarse. La evidencia proviene de estudios descriptivos no experimentales bien diseñados, como estudios comparativos, estudios de correlación o estudios de casos y controles. La evidencia proviene de documentos u opiniones de comités de expertos y/o experiencias clínicas de autoridades de prestigio. Grados de las recomendaciones A B C Requiere al menos un ensayo controlado aleatorio de alta calidad y consistencia sobre la que basar la recomendación concreta (niveles de evidencia Ia, Ib). Requiere disponer de estudios clínicos bien realizados pero no ensayos clínicos aleatorios sobre el tema de la recomendación (niveles de evidencia IIa, IIb, III). Requiere disponer de evidencia obtenida de documentos u opiniones de comités de expertos y/o experiencias clínicas de autoridades de prestigio. Indica la ausencia de estudios clínicos directamente aplicables y de alta calidad (nivel de evidencia IV). Tomado de: “US agency for Health Care Policy and Research”. En el texto se indica sólo el grado de la recomendación. FMC – Protocolos Patología básica de ORL para el médico de atención primaria Introducción Clínica, diagnóstico y exploraciones complementarias (fig. 1) La patología del área otorrinolaringológica (ORL) es una de las más frecuentes a las que se enfrenta el médico de familia en su labor diaria. En esta guía se recogen ocho situaciones que constituyen algunos de los principales escenarios clínicos que pueden presentarse en el ámbito de la atención primaria. Se ha evitado intencionadamente recoger síndromes determinados y enfermedades específicas fácilmente localizables en cualquier tratado clásico. Se hace especial hincapié en delimitar aquellos casos que pueden ser solventados por el médico de familia frente a las indicaciones de la derivación especializada. Paciente con hipoacusia La hipoacusia es el déficit de audición, y viene objetivado en decibelios (dB); se considera normal una audición entre 0 y 30 dB. Es una causa frecuente de incapacidad crónica y minusvalía, ya que afecta a más del 20% de la población adulta1-4. Es necesario diferenciar las hipoacusias neurosensoriales o de percepción (por afección de oído interno) de las de transmisión o de conducción (por alteraciones de oído externo o medio) y de las formas mixtas. Las hipoacusias neurosensoriales son las que producen mayor afección de la compresión verbal (mala inteligibilidad). Asimismo, resulta práctico establecer una escala de intensidad de la hipoacusia: leve (pérdida menor de 35 dB), moderada (pérdida entre 35 y 60 dB), profunda (pérdida entre 60 y 90 dB), y total, también conocida como cofosis (pérdida superior a 90 dB), esta gradación será fundamental a la hora de indicar tratamientos y establecer minusvalías4,5. Clínica La anamnesis clínica es un dato fundamental en el estudio de un paciente con hipoacusia evaluando una serie de características (uni o bilateralidad) y antecedentes (familiares, embarazo, parto, desarrollo infantil, alteraciones de la voz y del lenguaje, ingesta de ototóxicos y ambiente laboral). Asimismo permite la evaluación del comportamiento familiar, social y laboral para determinar su incapacidad y la existencia de otros síntomas asociados como: otalgia, otorrea, autofonía, sensación de taponamiento, acúfenos y mareos6-8. Diagnóstico – Otoscopia y acumetría: la otoscopia será necesaria para objetivar las enfermedades del oído externo, como tapones de cera, o del oído medio, como distintos tipos de otitis media. La acumetría, con diapasones de 500, 1.000 y 2.000 Hz, es una excelente prueba de cribado de hipoacusia que, además, ofrece una buena orientación acerca de si se trata de una hipoacusia transmisiva (Rinne negativo y Weber al lado afectado) o perceptiva (Rinne positivo y Weber al oído sano)9-13 (C). – Audiometría tonal: siempre es necesaria si se sospecha una hipoacusia. Consiste en la estimulación con sonidos a diferentes frecuencias (tonos puros) de los dos oídos para determinar el umbral auditivo (cifra de decibelios mínima percibida). Debe incluir la audiometría por vía aérea (aplicando los tonos en un auricular) y por vía ósea (sobre la mastoides), reflejando los resultados en una curva audiométrica1,14,15. Pruebas complementarias • Audiometría verbal: determina la compresión verbal (inteligibilidad), especialmente en la hipoacusia perceptiva, mediante una lista de 20 palabras. 9 FMC – Protocolos Hipoacusia Otoscopia normal Tapón de cera Otitis externa Otitis media Otoscopia anormal No ORL Rinne negativo Weber al lado afectado Rinne positivo Weber al lado sano H. transmisiva H. perceptiva Hipoacusia súbita urgente ORL ORL Exploración audiológica Tratamiento médico IV Historia Trauma acústico sonoro Ototóxicos Timpanograma plano Edad. Simetría Otitis media serosa Prebiacusia Vértigo Ausencia de reflejo estapedial Enfermedad de Ménière Otosclerosis Otoscopia anormal Otitis media crónica Colesteatoma Audioprótesis Sin adaptación Bilateral profunda Cirugía Estapedotomía Miringoplastia Timpanoplastia Sin ganancia auditiva Implante coclear (excepcionalmente) Figura 1. Algoritmo diagnóstico y terapéutico de la hipoacusia. • Impedanciometría (timpanometría y reflejo estapedial): prueba objetiva y rápida, muy útil en los niños. Es de gran interés en el estudio de hipoacusias 10 transmisivas (siempre que la membrana timpánica esté íntegra) verificando el estado de motilidad del sistema timpanoosicular (el timpanograma plano in- FMC – Protocolos dica una mala ventilación, y un reflejo estapedial invertido sugiere otosclerosis). • Otoemisiones acústicas: prueba de cribado de la hipoacusia neonatal16, también aplicable al estudio fisiopatológico de las hipoacusias en general, basada en la respuesta de la célula ciliada a los estímulos sonoros. Opciones terapéuticas Una vez que la hipoacusia se ha detectado, evaluado y cuantificado (en decibelios), se deben plantear las diversas opciones terapéuticas posibles en función del tipo de hipoacusia1,17: Hipoacusias transmisivas En estos casos existe con frecuencia a la posibilidad de realizar tratamientos médicos y/o quirúrgicos, mediante cirugía funcional auditiva, en función del tipo de enfermedad y lesión de la cadena timpanosicular existente. – Otitis media aguda. Tratamiento médico con antibióticos orales. – Otitis media serosa. Tratamiento médico con antihistamínicos vasoconstrictores nasales, asociados o no con esteroides, mucolíticos o antibióticos. En casos rebeldes se practicará cirugía (paracentesis timpánica o inserción de drenajes timpánicos) asociada con la adenoidectomía en los niños. – Secuela postotítica (perforación timpánica) colesteatomatosa o no. Tratamiento quirúrgico mediante miringoplastia (cierre de la perforación timpánica). – Otitis crónica simple o colesteatomatosa. Cirugía mediante timpanoplastia (limpieza de mastoides y caja timpánica), asociada si es posible con reconstrucción del sistema timpanoosicular (prótesis auditivas o remodelación de huesecillos). – Otosclerosis (fijación del estribo). Tratamiento quirúrgico mediante estapedectomía o estapedotomía (retirada del estribo defectuoso e interposición de prótesis auditiva entre yunque y fosa oval). Hipoacusias perceptivas En estos casos no suele ser posible realizar tratamientos médicos y/o quirúrgicos que garanticen la recuperación de la función auditiva; entonces la audioprótesis (audífono) es el principal tratamiento reparador. Se utiliza para la presbiacusia, el traumatismo acústico sonoro u ototóxicos y la enfermedad de Ménière. Una excepción importante es la hipoacusia súbita (hipoacusia perceptiva que comienza en menos de 48 h), ya que es susceptible de tratamiento médico intensivo con esteroides y/o vasodilatadores de forma intravenosa (C), por lo que debe considerarse una urgencia médica (similar a un infarto de la arteria laberíntica)18. Otra excepción, también poco frecuente, son los neurinomas del acústico, neoplasias benignas causantes de hipoacusia neurosensorial, susceptibles de tratamiento quirúrgico. Cuando no es posible la cirugía reconstructiva de la audición las audioprótesis constituyen la opción más solicitada, y se establecerán según dos criterios: la gravedad de la hipoacusia (generalmente cuando el umbral es mayor de 50 dB) y la actividad sociolaboral del paciente (no hay una edad mínima ni una actividad necesaria para portar un audífono), de forma que su prescripción deberá ser individualizada y consensuada con el propio paciente y su familia. Existen audioprótesis de tipo retroauricular e intraauriculares (intracanal), así como con dispositivos analógicos o digitales; las indicaciones son individualizadas. Sólo los pocos casos que no se pueden adaptar a éstas, por su avanzada hipoacusia (cofosis) o por dificultades anatómicas (malformaciones o tumores) serán susceptibles de los implantes auditivos. A diferencia de las audioprótesis (simples amplificadores de la onda sonora), los implantes, tanto los cocleares como los de tronco cerebral, son dispositivos que deben ser implantados mediante intervención quirúrgica y se basan en la transformación de la onda sonora en una señal eléctrica que es conducida a la cóclea o al tronco cerebral para su recepción e interpretación. Sus indicaciones se restringen a las hipoacusias profundas, sobre todo a las infantiles congénitas o posmeningíticas. Seguimiento Los pacientes con hipoacusia moderada o intensa que hayan precisado adaptación audioprotésica deberán seguir revisiones periódicas con un otorrinolaringólogo cada 12-24 meses. En casos intervenidos de estapedotomía o timpanoplastia, los controles clínicos por el especialista serán más frecuentes, cada 4-6 meses, al menos durante los primeros 5 años. Criterios de derivación El médico de atención primaria es fundamental en la detección de la hipoacusia. Una vez comprobada su 11 FMC – Protocolos existencia, su tipo y su gradación, está indicado derivar, por vía ordinaria, para continuar estudio, todos los casos de hipoacusia infantil y aquellos de hipoacusia adulta que no se resuelven con el tratamiento etiológico inicial (tapón de cera, otitis medias agudas, etc.). En el caso de sospecha de hipoacusia súbita, está indicada la derivación de forma urgente a un centro hospitalario que disponga de ORL de guardia19. Paciente con vértigo Es una sensación ilusoria de desplazamiento del individuo con respecto al medio o del medio con respecto al individuo. Debe diferenciarse siempre del mareo (una sensación mal definida) y de desequilibrio (pérdida de la capacidad para mantener la sustentación en la proyección del centro de gravedad del individuo). Debemos distinguir inicialmente el vértigo periférico (VP; por alteraciones del oído interno o nervio vestibular) del central (VC; debido a lesiones de vías o centros superiores)20. Presentación clínica y diagnóstico (fig. 2) Anamnesis Los VP presentan síntomas vegetativos intensos y pueden asociarse con clínica auditiva sin pérdida de conciencia. Los VC suelen acompañarse de déficit del sistema nervioso central21. Dentro de los vértigos periféricos destacan22: – Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): el más frecuente. Consiste en vértigo que dura unos segundos en relación con movimientos de cabeza o cervicales (p. ej., girarse en la cama). – Enfermedad de Ménière: clásica tríada (no siempre completa) de vértigo intenso que dura horas o días más acúfeno más hipoacusia. – Neuronitis vestibular: vértigo sin clínica auditiva inicialmente intenso que mejora de forma espontánea hasta la curación en un período de semanas. – Otras causas más infrecuentes de vértigo periférico son: cervicoartrosis (disfunciones propioceptivas en la musculatura del cuello que provocan alteraciones del reflejo vestíbulo espinal)23, neurinoma del acústico, fármacos y traumatismos. 12 Dentro de los vértigos centrales se encuentran22: – Insuficiencia vertebrobasilar: pueden asociarse con drop-attack (caídas bruscas al suelo por compresión de la arteria vertebral). – Accidentes cerebrovasculares. – Esclerosis múltiple. – Tumores de fosa posterior. – Algunos fármacos y traumatismos pueden provocar también vértigo central. Exploración física – La base de ésta es la exploración del nistagmo24 (movimiento ocular que tiene una fase rápida, que lo define, y una fase lenta). El nistagmo periférico es característicamente horizontorrotatorio, bate hacia el lado funcionante, aumenta de intensidad al dirigir la mirada hacia la fase rápida y se inhibe con la fijación de la mirada en un punto. La presencia de nistagmo vertical, nistagmos diferentes en cada ojo o nistagmo sin clínica de vértigo acompañante sugieren la presencia de un vértigo central. Ante la sospecha de VPPB se realizará maniobra de Hallpike que es diagnóstica, y no se precisan ninguna otra prueba complementaria (C). – Otoscopia para descartar datos de infección (que sugiera laberintitis), colesteatoma (fístula laberíntica), tumores, tapón de cerumen impactado o datos de fractura de la base del cráneo (típico “escalón” en el marco timpánico). – Exploración neurológica25: pares craneales, análisis de fuerza y sensibilidad, y test de función cerebelosa (prueba de dedo-nariz, movimientos alternantes, etc.) para descartar la presencia de enfermedad central. Además se debe explorar el test de Romberg, la marcha y la prueba de los índices o del señalamiento de Barany (todos con desviación hacia el lado enfermo en la enfermedad vestibular). – Exploraciones complementarias26: no se precisan en la valoración inicial (C). Tratamiento Vértigo agudo (tratamiento de crisis)27 Reposo en cama, posición inmóvil y luz tenue. Se emplean los siguientes fármacos (solos o combinados): – Dimenhidrato: 50 mg i.v. cada 6-8 h, utilidad demostrada en estudios controlados28 (A). FMC – Protocolos Mareo Desequilibrio Vértigo Otoscopia Exploración neurológica Periférico Clínica vegetativa Posible clínica auditiva Central Poca repercusión clínica Posible clínica neurológica Nistagmo vertical Nistagmo no congruente No agotable Diferente en cada ojo Nistagmo horizontorrotativo Hacia el lado funcionante Agotable ↑con mirada hace fase rápida VPPB Hallpicke + Ménière Neuronitis Cervicoartrosis Fármacos Traumatismo Neurinoma Insuficiencia vertebrobasilar ACV Esclerosis Tumores Fármacos Traumatismo Figura 2. Diagnóstico del paciente con vértigo. – Tietilpiperazina: un supositorio cada 8 o 12 h para el vértigo intenso. – Diazepam: 5-10 mg v.o. para disminuir la excitación del paciente. – Metoclopramida: una ampolla i.m. o i.v. cada 8 o 12 h; añadir si persisten las náuseas o los vómitos. Todos estos fármacos son sedantes vestibulares potentes y deben retirarse lo antes posible (idealmente al segundo o tercer día). El VPPB no se trata con fármacos, y el paciente debe realizar ejercicios de rehabilitación vestibular o ser referido al especialista para que se le practiquen maniobras liberadoras que permiten la curación instantánea en el 90% de los casos29-31 (B). vestibulares más suaves, vasodilatadores u otros fármacos, si bien su eficacia es controvertida. Los más empleados son: betahistina33, piracetam-dihidroergocristina, extracto de Ginkgo biloba34, nimodipino o tetrazepam. En general, no está indicado el tratamiento prolongado más de un mes con estos fármacos (C). Seguimiento La evolución del cuadro es crucial para el diagnóstico diferencial. Por ello revaluaremos al paciente a los pocos días y luego semanalmente, durante el primer mes. Si está disponible, la reeducación vestibular debe indicarse en todos los déficit vestibulares permanentes26. Vértigo crónico La mayoría de las veces no se podrá realizar el tratamiento etiológico, y el sintomático se basa en potenciar los mecanismos de rehabilitación vestibular y de adaptación del sistema nervioso central al déficit vestibular mediante la rehabilitación vestibular, si está disponible. En cualquier caso se debe estimular al paciente para que realice estimulación de su motilidad (A)32. Se pueden asociar, además, sedantes Criterios de derivación Debe derivarse al otorrinolaringólogo de forma ordinaria a todo paciente con vértigo recidivante o persistente. La exploración cocleovestibular instrumental debe realizarse (no inicialmente) en pacientes con sospecha de neuronitis, enfermedad de Ménière, vértigo recurrente y diagnósticos poco claros26. 13 FMC – Protocolos Si existen sospechas de enfermedad central (vértigo asociado con afección neurológica), infección o tumor, o en caso de crisis que no ceda tras 12-24 h de tratamiento, se remitirá de forma urgente. En el VPPB, si se va a tratar con maniobras liberadoras, la derivación será preferente. Paciente con otitis aguda Clasificación y etiología La otitis aguda es la inflamación aguda del oído externo y/o medio, que se manifiesta de forma habitual por otalgia y, en algunas ocasiones, por hipoacusia y otorrea35. Desde el punto de vista anatómico y clínico35-39, se diferencian en: Otitis externa: Infección situada en el CAE: – Difusa, cuya causa más frecuente es Pseudomonas aeruginosa. – Circunscrita (furúnculo), cuya causa más frecuente es Staphylococcus aureus. – Otomicosis (otitis externa difusa micótica): las especies de hongos implicadas con más frecuencia son Aspergillus y Candida. Otitis media aguda (OMA): Infección de la cavidad timpánica del oído medio con existencia de un exudado purulento en ella. Los gérmenes más frecuentes son Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis. Presentación clínica y diagnóstico (fig. 3) El síntoma fundamental en la otitis aguda es el dolor, la otalgia, que puede asociarse o no a hipoacusia u otorrea40-42. El diagnóstico se apoyará fundamentalmente en la otoscopia. Distinguimos39,42: – Otitis externa difusa. Proceso infeccioso que afecta a toda la piel del CAE y que puede extenderse al pabellón auricular. Suele haber factores predisponentes como las erosiones producidas por el rascado o la limpieza del CAE con bastoncillos de algodón o el 14 baño en piscinas o playas (otitis de piscinas). El síntoma inicial puede ser prurito, seguido de otalgia intensa que se exacerba con movimientos masticatorios y con la manipulación del trago y el pabellón (signo del trago positivo). La otoscopia, que suele ser dolorosa, demuestra un edema importante del CAE, que puede llegar a ocluirse casi por completo, presencia de otorrea serosa y levemente purulenta, y es frecuente no poder visualizar el tímpano. – Otitis externa circunscrita (furúnculo del oído externo). Asociada con la infección de una glándula sebácea del tercio externo piloso del CAE. Cursa con otalgia intensa, y en la otoscopia se aprecia el furúnculo en el CAE. – Otomicosis (otitis externa difusa micótica). La infección por hongos de la piel del CAE puede desarrollarse como una infección primaria o sobreinfectar una otitis bacteriana. Como factores predisponentes destacan: la entrada de agua en el CAE, la excesiva seudohigiene, con ausencia de cerumen, el eccema ótico y el empleo prolongado de antibióticos y corticoides locales. Cursa con prurito y otorrea pastosa purulenta, y sin embargo la otalgia es moderada. En la otoscopia se aprecian las hifas de color blanquecino o negruzco. La otorrea cremosa y blanquecina es provocada por Candida albicans; en cambio, Aspergillus crece en cepas aisladas de color amarillo o negruzco. – Otitis media aguda (OMA). Es la otitis con cuadro clínico más espectacular, ya que es muy dolorosa. El cuadro es precedido o se instaura en el curso de una infección de vías respiratorias altas. El cuadro clínico puede variar desde otalgia discreta con hiperemia timpánica de pocas horas de duración, hasta un cuadro febril con afección del estado general. El síntoma principal es el dolor intenso y punzante que puede intensificarse hasta producirse la rotura del tímpano, con salida del material purulento almacenado (otorrea y otorragia) y alivio de los síntomas. La otorrea puede ser en ocasiones el único síntoma; otros son hipoacusia o acúfeno. A veces aparece mareo e incluso parálisis facial periférica, sobre todo en niños, por presentar una mayor incidencia de dehiscencias óseas en el acueducto de Falopio. La otoscopia pone de manifiesto un aumento de vascularización de mango de martillo y en la periferia del tímpano en las fases iniciales; posteriormente, el tímpano aparece hiperémico y opaco, con abombamiento de la pars tensa; finalmente, puede observarse una perforación timpánica con otorrea purulenta a través de ella. Hay dos cuadros más característicos, que cursan con formación de algunas vesículas hemorrágicas sobre la membrana timpánica: la otitis gripal (virus de la gripe) y la miringitis bullosa (Mycoplasma). FMC – Protocolos Otalgia Otalgia referida Otoscopia Anormal Cavidad oral: aftas Odontología: cordales Articulación temporomandibular Parótida: tumores Faringe y laringe: cáncer Normal Neuralgias Ramsay-Hunt sin vesículas Otalgia Trago positivo Otalgia→Otorrea Trago positivo (en niños) Edema CAE Otorrea Tímpano hiperémico Tímpano a tensión Perforación timpánica Otitis externa difusa Otitis media aguda Otalgia Trago positivo Furúnculo en CAE Prurito Otorrea y poca otalgia Furúnculo del oído Edema AE Otorrea con hifas Otomicosis Tratamiento tópico Tratamiento oral Gentamicina-dexametasona Ciprofloxacino-dexametasona ¿Amoxicilina, amoxicilina-ácido clavulánico, cefuroxina axetilo? + Descongestionantes nasales Tratamiento oral Cloxacilina Amoxicilina-ácido clavulánico Tratamiento tópico ORL Limpieza de otorrea Limpieza de otomicosis Casos resistentes Complicaciones Antifúngicos Si otorrea, asociar tratamiento tópico ORL Gentamicina-dexametasona Ciprofloxacino-dexametasona Figura 3. Algoritmo diagnóstico y terapéutico de la otalgia y la otitis aguda. 15 FMC – Protocolos TABLA 1. Esquema terapéutico de la otitis aguda según etiología Tratamiento Tópico General Furúnculo del conducto No Otitis externa difusa Otomicosis Gotas Limpieza y aspiraciones Gotas antifúngicas Gotas sólo si hay otorrea Cloxacilina Antiinflamatorio Ciprofloxacino en casos graves Otitis media aguda Pruebas complementarias No son necesarias; sólo en casos de ausencia de respuesta al tratamiento puede ser útil realizar cultivos de los exudados del CAE (C). La paracentesis timpánica no es necesaria para el diagnóstico etiológico habitual de la OMA (C)43. La radiografía simple de oído no tiene ninguna indicación en el tratamiento de las otitis agudas. Ante la sospecha de una complicación debe valorarse la necesidad de una tomografía axial computarizada (TAC) en el ámbito hospitalario (C)44. Tratamiento (tabla 1) Medidas generales44-46 – No mojar, taponar ni manipular el oído afectado con bastoncillos, u otros elementos. – Aplicar calor local seco para reducir el dolor. – El tratamiento del dolor debe basarse en antiinflamatorios no esteroides (AINE), como ibuprofeno o naproxeno, y analgésicos, como paracetamol o codeína. – Si existe otorrea, aplicar gotas con antibióticos tópicos (aminoglucósidos, ciprofloxacino asociado o no con corticoides). – Si no hay otorrea, generalmente no es necesario ni conveniente aplicar gotas (C). Otitis externa difusa El tratamiento tópico con colirios que incluyen un antibiótico (aminoglucósidos como la gentamicina, quinolonas como el ciprofloxacino, o polimixina y sulfamidas) asociado con un corticoide (generalmente dexametasona) es el tratamiento más costeefectivo, con buenos resultados en la mayoría de 16 Itraconazol en casos especiales Antibiótico por vía oral Descongestionante nasal los casos en menos de 10 días de tratamiento (3 gotas/8 h/7-10 días)45,47,48. En casos de edema importante del conducto, además de la limpieza de las secreciones, se pueden aplicar las gotas a través un trozo de gasa. Sólo está indicado el tratamiento antibiótico sistémico en otitis externas recurrentes, persistentes o graves: ciprofloxacino en adultos (250-750 mg/12 h/7-10 días). Furúnculo del oído El tratamiento tópico no es efectivo. Debe instaurarse tratamiento antibiótico oral frente a S. aureus, mediante cloxacilina (500 mg/6-8 h/7-10 días) o amoxicilina-ácido clavulánico (500 mg/8 h/7 días). El drenaje quirúrgico se reserva para casos resistentes. Otitis externa difusa micótica (otomicosis) El tratamiento más coste-efectivo es la aplicación de antifúngicos tópicos, en forma de gotas o vaporizador, como clotrimazol, bifonazol, ciclopirox-olamina, etc. La duración del tratamiento debe ser prolongada, de 15-30 días. La aspiración de secreciones es necesaria para el éxito terapéutico por lo que conviene la derivación especializada (salvo en casos leves). Se considerará asociar un antifúngico oral (itraconazol, 200 mg/día/15 días) en pacientes inmunodeprimidos y en casos resistentes. Otitis media aguda Tiene un alto porcentaje de curación espontánea (60-80%), y no existe evidencia de que el tratamiento antibiótico evite las complicaciones, pese a lo generalizado de su empleo. En España los gérmenes causantes de la OMA son muy resistentes a los betalactámicos (el 40% S. FMC – Protocolos pneumoniae), en general por mecanismos distintos de las betalactamasas; un 12% de los casos tratados se deberían a S. pneumoniae resistente y un 5% a cepas resistentes de H. influenzae43. Dado que la curación espontánea es menos frecuente para las otitis debidas a S. pneumoniae y a que éste es el principal causante en nuestro entorno, el tratamiento empírico, durante 7-10 días, deberá dirigirse contra éste (C), y son adecuados46: – Primera elección: amoxicilina a dosis altas (4060 mg/kg/día), amoxicilina-ácido clavulánico (40 mg/kg/día) o cefuroxima axetilo (10 mg/kg/día). – Segunda elección: macrólidos como azitromicina o claritromicina, otras cefalosporinas, como cefpodoxima o cefprozilo. Si hay otorrea, además de otalgia, debida a perforación timpánica, es necesario asociar un tratamiento tópico, el mismo que en la otitis externa49-51. Los vasoconstrictores nasales y los antihistamínicos reducirán los síntomas acompañantes (congestión nasal y rinorrea), pero no se ha demostrado que alteren la resolución de la OMA. Actitud ante una otalgia con otoscopia normal La causa más frecuente de otalgia es la otalgia referida43. Se deberá realizar: – Exploración de cavidad oral: evaluar aftas y úlceras gingivobucales. – Exploración odontológica: evaluar impactación molar o desarrollo cordal. – Exploración temporomandibular: la otalgia aumenta durante la masticación y existe dolor o chasquido al palpar la articulación. – Exploración parotídea: para descartar enfermedad tumoral local. – Exploración otorrinolaringológica completa: para descartar enfermedad tumoral en faringe y laringe, especialmente en fumadores y bebedores. Cuando toda la exploración es normal, deben descartarse dos cuadros más: – Síndrome de Ramsay-Hunt: en ocasiones el primer y único síntoma es la otalgia. – Neuralgias: dolores muy intensos, de carácter lancinante, de aparición súbita y breve, en descargas, con irradiación a la hemicara o hemicabeza correspondiente. Seguimiento y criterios de derivación Una vez instaurado tratamiento empírico, tópico u oral, las otitis agudas deben ser revisadas a los 10-15 días, para comprobar la mejoría clínica y otoscópica. Los pacientes con otitis aguda pueden ser tratados en atención primaria, y no es necesario derivarlos al especialista otorrinolaringólogo, excepto en aquellos casos en que fracase el tratamiento, aparezcan complicaciones locales o sistémicas o cuando sea preciso una limpieza microscópica del oído afectado, lo que es más frecuente en las otomicosis y otitis externas difusas que en la OMA. Paciente con parálisis facial periférica Disminución parcial o completa de la motilidad voluntaria de la cara. Es la lesión nerviosa periférica más frecuente, y la mayoría de las parálisis faciales son periféricas. Entre las causas de parálisis facial periférica, la más frecuente (casi el 85% de algunas series) es la idiopática (llamada parálisis de Bell, de Antoni o a frigore), que hoy día se relaciona con una infección por herpes virus. La segunda causa en frecuencia está constituida por los traumatismos. Otras causas más raras son enfermedades del propio nervio (como tumores o herpes zoster), tumores de regiones vecinas, enfermedades generales (sarcoidosis, diabetes, panarteritis nudosa), etcétera52,53. Presentación clínica y diagnóstico (fig. 4) Anamnesis Debe investigarse la presencia de antecedentes o síntomas que orienten a alguna de las causas frecuentes: exposición al frío o proceso gripal (parálisis idiopática), traumatismos, cirugía, infecciones de oído, hipoacusia con acúfenos (neurinoma del acústico), etc. También se preguntará por la secuencia de aparición de la clínica. Se tendrá en cuenta la posibilidad de formas especiales de parálisis como la enfermedad de Lyme (fiebre, artritis y parálisis) o síndrome de Melkersson-Rosenthal (parálisis recurrente, lengua escrotal y edema facial)54. 17 FMC – Protocolos Parálisis facial Central Frente indemne Lesiones neurales Periférica Hemifacies completa Otoscopia Normal Anormal Ramsay-Hunt Colesteatoma Otitis aguda Traumatismo Tumor de oído Palpación parotídea Parotiditis Tumor Anormal Normal Bell Neurinoma Enfermedad de Lyme Melkersson-Rosenthal Figura 4. Protocolo diagnóstico de parálisis facial en atención primaria. Exploración física Exploraciones complementarias El diagnóstico de parálisis facial es obvio. El primer paso será diferenciar una parálisis periférica de una central (supranuclear); en esta última sólo existe afección motora del territorio facial superior (frente y párpados) y no del inferior (comisura labial). Posteriormente, se descartarán otras causas antes de establecer la sospecha de parálisis de Bell, entidad nosológica propia de etiología viral y patogenia inmunomediada. El diagnóstico se realiza mediante una exploración física que incluye evaluación de los otros pares craneales, la otoscopia (que puede evidenciar vesículas en el conducto en el síndrome de RamsayHunt, datos de infección, colesteatoma, sospecha de fractura o carcinoma de oído), palpación parotídea para descartar presencia de parotiditis o tumores que compriman el nervio. También es recomendable valorar las otras funciones no motoras del nervio facial (gusto, lagrimeo, salivación y contracción del músculo del estribo)55 y siempre se debe establecer el grado de parálisis de cada territorio (frontal, párpados y comisura) para conocer la evolución del cuadro56. No se precisan en la valoración inicial y se reservan al especialista (radiología, serología de Borrelia, anticuerpos). Los tests eléctricos permiten predecir el pronóstico de la parálisis y deben de realizarse entre los días 3 y 14; es aconsejable realizarlos en todos los casos para una detección temprana de la axonotmesis (lesiones graves con alto índice de secuelas) cuando la evolución no sea satisfactoria57,58 (B). 18 Tratamiento Sólo indicado en atención primaria el tratamiento de la parálisis idiopática. El tratamiento debe ser lo más temprano posible ya que influye en su éxito y no está indicado tratar parálisis con más de 3 semanas de evolución59 (C); éste incluye: – Corticoides60,61 (A): prednisona (1 mg por kg de peso) durante 5-7 días con reducción progresiva de la FMC – Protocolos dosis hasta la completa suspensión en otros 5-7 días (total, 10-14 días). Una alternativa es el deflazacort, que parece relacionarse con una incidencia algo menor de efectos secundarios, pero que tiene un mayor coste. Se valorará el empleo de protectores gástricos (misoprostol, cimetidina, omeprazol o derivados), especialmente si el paciente presenta antecedentes de padecimientos gastroduodenales y en ancianos. – Proteccción ocular: oclusión con parche o esparadrapo de papel al menos durante las 8-12 h nocturnas. Pomada epitelizante aplicada cada 12 h y soluciones humidificantes (lágrimas artificiales) al menos cada 2 h durante el día. Estas maniobras deben realizarse mientras el cierre palpebral no sea completo53. – Antivirales: hoy parece probado que la asociación de prednisona con aciclovir (400 mg cinco veces al día, 10 días) es superior al tratamiento sólo con corticoides62 (B). Una alternativa es el empleo de valaciclovir por ser más barato y poseer una posología más cómoda. Su empleo, sin embargo, no se ha generalizado debido a su coste. – Otros fármacos: se han empleado varios, en especial vitaminas complejo B, pero no se ha demostrado su utilidad por lo que no están indicados53 (C). – Fisioterapia: importante por su valor psicológico. La estimulación eléctrica está contraindicada53,59. La rehabilitación neuromuscular ha demostrado su beneficio en el tratamiento de las secuelas63. Paciente con rinitis En sentido estricto rinitis indica inflamación de la nariz, que suele manifestarse por uno o más de los siguientes síntomas: rinorrea, estornudos, prurito nasal, irritación, congestión, obstrucción nasal o alteraciones del olfato64. Se clasifican en: alérgicas, no alérgicas y las provocadas por cambios estructurales (tabla 1)64-66. Presentación clínica y diagnóstico (fig. 5) Clínica Lo que unifica tan diversas situaciones es una serie de síntomas comunes67,68: Es inexcusable revisar al paciente en al menos dos ocasiones durante la primera semana para valorar la evolución del cuadro y la necesidad de referir al paciente para la realización de test eléctricos, si éstos están disponibles. – Obstrucción nasal (insuficiencia respiratoria nasal [IRN]) es el síntoma más habitual. Si se presenta de forma aislada se debe descartar la causa estructural o la toma de medicamentos. – Rinorrea (moqueo nasal): puede ser acuosa (hidrorrea), mucosa o mucopurulenta. Aparece en rinitis alérgicas e inflamatorias, poliposis nasosinusal y con la presencia de cuerpos extraños (causa de rinorrea unilateral). – Estornudos: en las alérgicas es típica su presentación en salvas. Puede ocurrir también en las no alérgicas. – Prurito nasal: sugestivo de alergia. Puede asociarse con prurito ótico, ocular, etcétera. – Alteraciones del olfato (hiposmia, anosmia). Criterios de derivación A continuación se describen los patrones que definen los cuadros más comunes (tabla 2): Deben derivarse de forma urgente al hospital los pacientes con sospecha de parálisis central y las periféricas de repetición si son ipsilaterales. Los pacientes que presentan una parálisis facial periférica idiopática incompleta tienen un pronóstico excelente, por lo que si existe mejoría no necesitarían ser derivados. Las parálisis periféricas idiopáticas completas, las que no evolucionan satisfactoriamente durante la primera semana y las que se sospecha que no son idiopáticas precisan asimismo valoración preferente por ORL. – Rinitis alérgica: se caracteriza por obstrucción, rinorrea, salvas de estornudos y prurito, puede presentar síntomas todo el año (perenne), sólo en determinadas épocas (estacional) o relacionados con el lugar de trabajo (profesional). – Dentro de las inflamatorias destacan las infecciosas (p. ej., catarro común), la rinitis eosinofílica no alérgica y la atrófica. Entre las rinitis no inflamatorias se prestará especial atención a la vasomotora y a la producida por medicamentos (se debe interrogar siempre acerca de su toma). – Las rinitis estructurales se manifiestan predomi- Seguimiento 19 FMC – Protocolos Paciente con clínica y exploración compatible con rinitis (alguno de los siguientes: rinorrea, estornudos, prurito nasal, irritación, congestión, obstrucción nasal, alteraciones del olfato) Existe alguno de los siguientes (B): – Evolución prolongada clínica – Complicaciones (otitis media, sinusitis, poliposis) – Alteración importante calidad de vida – Tratamiento inicial inefectivo – Sospecha de alteración estructural Consulta a otorrinolaringólogo Sí No Tratamiento tópico (+ oral) (B) Medidas control ambiental (B) No ¿Respuesta satisfactoria? Sí Seguimiento periódico No No Sí ¿Buen control? ¿Existe uno de los siguientes? – Antecedentes de asma bronquial – Rinitis alérgica resistente a tratamiento inicial Sí Consulta a alergólogo Figura 5. nantemente con obstrucción. Diagnóstico69 Anamnesis Se valorarán la presentación, la cronicidad, la estacionalidad de los síntomas, la respuesta a la medicación, las enfermedades asociadas, la exposición ocupacional, el análisis ambiental, los factores predisponentes y el impacto de síntomas sobre la calidad de vida. Exploración física 20 – Rinoscopia: comprobar el estado de la mucosa nasal (en la rinitis alérgica es típicamente blanco-violácea; en las otras inflamatorias suele ser congestiva y rojiza), el tipo de rinorrea y descartar la presencia de alteraciones estructurales de las fosas. En caso de no disponer de rinoscopio se elevará la punta de la nariz hacia atrás con el dedo índice para entrever la forma del septum, los cornetes y la presencia de pólipos. – Inspección ocular: buscando signos de conjuntivitis, epífora o dacriocistitis. Exploraciones complementarias En general no están indicadas en el ámbito de la atención primaria y si se precisa su realización se debe de considerar la necesidad de derivación. Son pruebas útiles en determinadas situaciones69 (B): FMC – Protocolos TABLA 2. Clasificación de rinitis y sus características clínicas TABLA 3. Medidas básicas de control ambiental en pacientes con rinitis alérgica Rinitis alérgica: Obstrucción nasal, rinorrea, estornudos (salvas) y prurito. Según la presentación: Estacional (polinosis) Perenne Ocupacional (panaderos, industria farmacéutica, cuidadores laboratorio, tostaderos, etc.) 1. Evite todo aquello que pueda acumular polvo (moquetas, tapices, cortinas gruesas) 2. Pase regularmente un aspirador potente provisto de filtros adecuados por muebles y colchones 3. Quite el polvo con un paño húmedo 4. Lave las sábanas semanalmente con agua caliente a 60 ºC 5. Ventile la casa diariamente 6. Evite, en lo posible, la presencia en el hogar de animales de pelo o pluma 7. Evite la humedad en el interior de la vivienda 8. Puede ser útil colocar fundas especiales en colchones y almohadas 9. Use colchones de espuma o material acrílico (poliuretano), evitando la lana, las plumas o el miraguano 10. Puede ser útil emplear un acaricida que permita reducir la cantidad de ácaros en el hogar Rinitis no alérgica Inflamatorias Infecciosas: virales, bacterianas y fúngicas Intrínsecas Eosinofílicas: NARES (eosinófilos en moco nasal, poliposis nasal y asociación frecuente con asma intrínseca) Basofílicas Atróficas (atrofia mucosa nasal con sensación de obstrucción) Mastocitosis Poliposis nasal No inflamatorias Rinitis vasomotora (colinérgica): congestión nasal y rinorrea sin alteración histológica Medicamentosa Tópicos: vasoconstrictores (privismo) Sistémicos: hipotensores, AINE, IECA, estrogenos, drogas (cocaína, alcohol) Endocrina: hipotiroidismo, embarazo, goteo del anciano Por alteraciones estructurales (anatómicas): Atresia de coanas, desviación y perforación de tabique, hipertrofia de cornetes, adenoides, tumores, cuerpos extraños alérgica es el prick test (colocación en la cara anterior del antebrazo de una gota del alergeno y punción con una lanceta que produzca una perforación en la piel inferior a 1 mm). Con esta prueba se puede estudiar la sensibilización a diversos alergenos. Los resultados deben de interpretarse siempre a la luz de la historia clínica69. No se considera útil la determinación sistemática del recuento de eosinófilos (la eosinofilia no es patrimonio de alergia ni su ausencia la excluye), ni la determinación de IgE total (aunque oriente a la etilogía atópica66)69,73 (B). Otras: defectos del moco, discinesia ciliar, inmunodeficiencias, enfermedades granulomatosas Tratamiento NARES: rinitis eosinofílica no alérgica; AINE: antiinflamatorios no esteroides; IECA: inhibidores de la enzima conversiva de la angiotensina. – Ante la sospecha de causas estructurales se deben practicar endoscopia nasal, que permite visualizar la parte posterior de la nariz y el cavum (rinofaringe)70, y radiografía (proyección de Cadwell para visualizar el septum y los senos, y lateral de cuello para el cavum)71. – Citología nasal: diferencia la rinitis alérgica y la eosinofílica no alérgica de las otras72. – Pruebas alérgicas: basadas en la determinación de anticuerpos IgE específicos. La prueba más sencilla, económica y útil en el diagnóstico de la rinitis En rinitis estructurales y asociadas con causas sistémicas se indica tratamiento etiológico. La cirugía alivia las IRN de causa mecánica y se emplea también en situaciones asociadas (poliposis, sinusitis recurrentes, etcétera)74 (B). En la rinitis alérgica (y fundamentalmente en la perenne) son vitales las medidas de desalergenización y de control ambiental (tabla 3) para disminuir la exposición al alergeno responsable. En el caso de las perennes se tratará de disminuir la concentración de ácaros u otros alergenos domésticos (mascotas, hongos, etcétera), y en las estacionales se luchará contra pólenes y hongos. En la rinitis profesional se pautarán medidas de protección del trabajador y control75 (B)76. También es importante evitar algunos medicamen- 21 FMC – Protocolos tos que empeoran la rinitis (C): vasoconstrictores tópicos, algunos antihipertensivos (reserpínicos, alfa metildopa, bloqueadores beta, inhibidores de la enzima conversiva de la angiotensina [IECA]) progestágenos, aspirina (y AINE en general), clorpromazina, cocaína, alcohol y tabaco. La foliculitis del vestíbulo puede complicarse con la presencia de una tromboflebitis del seno cavernoso, por lo que su tratamiento debe ser agresivo mediante antibióticos. En la mayoría de los casos de rinitis será preciso establecer un tratamiento farmacológico: Fármacos tópicos – Vasoconstrictores (nafazolina, oximetazolina, fenilefrina): indicados en rinitis agudas. Sólo deben emplearse 3-4 días para evitar el “efecto rebote”; exigen precaución en hipertensos77. No hay diferencias significativas entre preparados. – Lubricantes (suero fisiológico, preparados de agua marina): indicados siempre que la mucosa nasal esté seca y para vehiculizar el moco. – Corticoides: más útiles si predomina la obstrucción (rinitis alérgica, vasomotora, poliposis y sinusitis crónica). Tardan 15 días en iniciar el efecto. Los fundamentales son budesonida, mometasona y fluticasona78, todos ellos a dosis única diaria, durante períodos de al menos 3 semanas. Son la base del tratamiento farmacológico de las rinitis alérgicas79 (B). No se han encontrado diferencias significativas entre los diferentes preparados80. – Antihistamínicos (azelastina y levocabastatina): indicados en rinitis alérgica. Son de efecto rápido y se emplean en dos dosis (cada 12 h). – Anticolinérgicos (bromuro de ipatropio): útiles en rinorrea (sobre todo rinitis perenne y vasomotora)81,82 (B). – Cromoglicato disódico y nedocromilo sódico: en rinitis alérgica con IgE elevada83. Poco usados hoy día (B). Fármacos sistémicos – Vasoconstrictores orales (seudoefedrina): son menos peligrosos que los tópicos y suelen estar asociados a un antihistamínico (no se deben usar durante más de 7 días). – Antihistamínicos: los de primera generación provocan más somnolencia pero pueden estar indicados en algunos casos. Los de segunda generación (loratadina, cetirizina, ebastina, fexofenadina, mizolastina, etc.) se emplean hoy con más frecuencia y son útiles en rinorrea y prurito, pero no para la obs- 22 trucción nasal82,84 (B). Es preciso recordar que pueden producir sedación (menos patente que los de primera generación), prolongación del intervalo QT en el ECG (astemizol, terfenadina), interación con macrólidos y antifúngicos, y hepatopatías85. – Corticoides orales: en pautas cortas se indican en casos refractarios o poliposis. En general, no deben usarse nunca por vía parenteral en las rinitis. – Inmunoterapia: efectiva en rinitis alérgica. Indicada en pacientes con síntomas intensos que no se controlan con otro tratamiento69 (B). – Inhibidores de cisteinil-leucotrienos: teóricamente utiles en la obstrucción nasal, pero no existen evidencias que justifiquen su empleo (C). Seguimiento En las rinitis agudas puede considerarse curado el paciente al cesar la sintomatología, pero las formas crónicas deben ser seguidas toda la vida. En las rinitis alérgicas estacionales se planificarán las visitas antes de las épocas “críticas” (habitualmente primavera y otoño) para valorar el inicio del tratamiento. Criterios de derivación69,86 Se indicará derivación al otorrinolaringólogo en: a) IRN obstructiva (por vía normal, salvo sospecha de tumor [epistaxis, trabajador de la madera, exploración sugestiva, etc.] en que se hará derivación preferente); b) rinitis crónicas sin control adecuado con el tratamiento inicial o si la clínica interfiere en la vida del paciente, y c) sospecha de complicaciones: sinusitis recurrente o crónica, otitis media serosa o poliposis nasal. En las rinitis alérgicas está indicada la derivación al alergólogo si existen síntomas perennes con control deficiente o asociación con asma o hiperreactividad bronquial. Paciente con sinusitis La sinusitis es la inflamación de la mucosa de los senos paranasales, y habitualmente sucede tras una rinitis, al afectarse el drenaje de los mismos. Por ello, para su descripción, suele emplearse el término rinosinusitis87,88. En el adulto, el seno que se afecta con más frecuencia es el maxilar, seguido de etmoidal, el frontal FMC – Protocolos y el esfenoidal. En los niños son más frecuentes las sinusitis etmoidales por que el resto de los senos no se desarrollan hasta pasados los 6 años de vida87. Cronológicamente se diferencia la sinusitis aguda (cuando dura menos de 3 semanas) de las subagudas y crónicas (superior a las 12 semanas)87,88. La mayoría de las sinusitis agudas diagnosticadas en el medio ambulatorio es de origen viral88, y su distinción clínica de las bacterianas es difícil89; éstas están provocadas fundamentalmente por Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae90. En las crónicas deben considerarse también otros patógenos, como los anaerobios, Staphylococcus aureus y los hongos oportunistas91. – Sinusitis aguda: cursa con rinorrea, congestión nasal y dolor facial (típicamente cefalea que se modifica con cambios posturales y/o tos). La clínica de las sinusitis bacterianas agudas es muy similar a la de las virales92. Es característico de sobreinfección bacteriana: la existencia de clínica más de una semana con dolor a la presión de la fosa canina y zonas frontal o periorbitaria89, la ausencia de respuesta a los tratamientos descongestivos nasales habituales93,94 y la presencia de rinorrea purulenta. – Sinusitis crónica: la sintomatología suele ser más insidiosa. Diagnóstico (fig. 6)87,88,92 – Exploración física. Con la rinoscopia se valoran las características de la rinorrea y la morfología de las fosas, y es suficiente para el diagnóstico de las sinusitis agudas. Para el diagnóstico de la sinusitis crónica resulta imprescindible la endoscopia Presentación clínica y diagnóstico Clínica Sinusitis Aguda (< 3 semanas) Sospecha clínica si Dolor en fosa canina/frontal Rinorrea purulenta (B) ¿Complicaciones? No precisa radiografía de senos ni cultivo (B) Leve No antibióticos (B) Sólo tratamiento sintomático Crónica (> 12 semanas) ORL Preferente si unilateral Endoscopia nasal (C) Exudado/cultivo de meato medio TAC nasosinusal Grave Antibióticos 14 días: Amoxicilina (A) Macrólidos/quinolonas (B) Tratamiento sintomático (C) Antibióticos > 1 mes Esteroides tópicos (C) Repetir dos-tres veces Cirugía endoscópica sinusal (B) Figura 6. 23 FMC – Protocolos nasal95, exploración que resulta muy útil en la evaluación de los pacientes que sólo presentan tos crónica y/o rinorrea posterior96 y permite demostrar la presencia de rinorrea, congestión de la mucosa, edema de cornetes y descartar poliposis97 (C). – Exploraciones complementarias: • La transiluminación del seno maxilar y la ecografía se han empleado para orientar el diagnóstico, pero hoy día han caído en desuso93. • La punción del seno maxilar para el diagnóstico microbiológico no está indicada en la sinusitis aguda, y se reserva para las complicaciones (orbitarias o intracraneales) que debe tratar el especialista87,98 (C). En las sinusitis crónicas es útil la toma de exudados y cultivos nasales procedentes del meato medio, bajo control endoscópico99. • La radiografía simple de senos paranasales (proyección de Waters)100 presenta muchos falsos positivos y negativos, por lo que no se recomienda su realización sistemática87,88,94 en el diagnóstico de la sinusitis aguda maxilar87,88,101, pero sí ante la sospecha de sinusitis frontal aguda102 (B). • La TAC tampoco es necesaria en las sinusitis agudas, salvo ante sospecha de complicaciones, por su elevado porcentaje de falsos positivos89,103 (C). La TAC es necesaria en la evaluación de las sinusitis crónicas87,88,95,104 para valorar la neumatización de las celdas y la permeabilidad de los complejos osteomeatales. También resulta fundamental para la planificación preoperatoria92,96,105. Tratamiento106,107 Sinusitis agudas – Tratamiento antibiótico. Su empleo reduce la incidencia de sinusitis crónica y los cambios irreversibles en la mucosa nasal y paranasal87,88,108, pero favorece la inducción de resistencias y no se ha demostrado acortamiento de la clínica en ensayos frente a placebo109. A través de metaanálisis recientes se ha confirmado que un 70% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 57-79%) de los síntomas de las sinusitis se resuelve de forma espontánea en 14 días, y no es relevante el papel de los antibióticos110, que deben reservarse para casos con síntomas intensos o de duración prolongada88,101 (A). No existe un único antibiótico ideal101 y pueden emplearse betalactámicos (amoxicilina, amoxicilina-ácido clavulánico), cefalosporinas (cefuroxima), macró- 24 lidos (claritromicina o azitromicina) y fluoroquinolonas (levofloxacino). La amoxicilina, a dosis de 500 mg cada 8 h, sigue siendo de primera elección por su precio y la ausencia de efectos secundarios, aunque deben considerarse las resistencias de la zona, sobre todo para Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae87,88 (A). En alérgicos a la penicilina se emplearán macrólidos (claritromicina, 500 mg cada 12 h) o quinolonas (levofloxacino, 500 mg cada 12 h) (B). Se recomienda una duración de media del tratamiento de 14 días, o de 7 días más que la duración de la clínica101. – Tratamiento sintomático. Aunque en diferentes ensayos aleatorizados no se ha demostrado de forma concluyente su eficacia101 se recomienda su uso en sinusitis de sintomatología moderada87,88,98 (C), mediante: a) tratamiento descongestionante nasal, tópico u oral, asociado o no con antihistamínicos H1, durante 5 o 10 días; b) tratamiento mucolítico e hidratante, durante 5 o 10 días, y c) tratamiento AINE, basado en pautas cortas de naproxeno o ibuprofeno (a dosis de 600 mg cada 6 h). Sinusitis crónicas Deben ser tratadas por el especialista108. Los antibióticos irán dirigidos a determinados gérmenes confirmados mediante cultivos88 y es frecuente tener que recurrir a prolongados y repetidos cursos de antibióticos87. El uso de esteroides tópicos en las sinusitis crónicas está indicado98 tanto en casos con poliposis nasosinusal87 (B) como en el tratamiento de las reagudizaciones de la sinusitis crónica, en este caso asociado con antibióticos orales111 (A). Cuando no existe mejoría con tratamiento médico o si se presentan complicaciones se indica el tratamiento quirúrgico, actualmente mediante cirugía endoscópica sinusal92 (B). Seguimiento Para la sinusitis aguda, tras instaurar tratamiento, el seguimiento se realizará a los 15-20 días. Para la sinusitis crónica, las revisiones deberán ser mensuales. Criterios de derivación – Sinusitis aguda resistente a tratamiento antibiótico. Sinusitis aguda recidivante. – Si se sospecha de celulitis orbitaria, mucocele o FMC – Protocolos complicación intracraneal, se debe proceder a derivación urgente. – Sinusitis crónica (de más de 3 meses de evolución) que no mejora con esteroides tópicos y/o antibióticos. Sinusitis crónica unilateral. fuerzo vocal o con un cuadro de vías respiratorias (generalmente debido a virus113). – Disfonía crónica: si persiste durante más de 15-20 días. Puede deberse a un problema orgánico o funcional y deben ser evaluadas por un especialista de ORL114. Clasificación etiológica115 Paciente con disfonía La disfonía o voz anormal se puede considerar cuando es distinta de las voces de otras personas del mismo sexo, similar edad y grupo cultural, porque llama negativamente la atención o porque es distinta de lo que se espera112. Presentación clínica y diagnóstico Clasificación clínica – Disfonía aguda: habitualmente asociada con es- – Disfonías orgánicas: congénitas o adquiridas; pueden tener un origen traumático, inflamatorio, neoplásico, endocrinológico, neurológico, posquirúrgico, etcétera – Disfonías funcionales: por causas habituales como hipo/hiperfunción, o psicógenas, por neurosis, conflictos psicosexuales, ficción, etcétera. Diagnóstico En la mayoría de los casos de disfonía tanto aguda como crónica basta con realizar la historia clínica y la exploración otorrinolaringológica básica (la rinoscopia anterior y la orofaringoscopia se deben realizar antes de la laringoscopia indirecta, que es la base del diagnóstico116) (fig. 7). Cuando la exploración es dificultosa o los hallazgos no son claros es preciso enviar al especialista para realizar nasofibrolarin- Disfonía Aguda (< 3 semanas) Crónica (> 12 semanas) Preferente si factores de riesgo Con cuadro inflamatorio simultáneo del resto de la vía respiratoria Leve No antibióticos (B) Sólo tratamiento sintomático ¿Complicaciones? Grave Antibióticos 7-14 días: Amoxicilina (A) Macrólidos/quinolonas (B) Tratamiento sintomático (C) ORL Laringoscopia indirecta Endoscopia laríngea Si lesión orgánica y factores de riesgo Microcirugía endolaríngea Figura 7. 25 FMC – Protocolos goscopia. En las disfonías crónicas el tratamiento está reservado al especialista y puede ser de utilidad la exploración de la función vocal mediante instrumentos más complejos (laringoestroboscopia, análisis vocal informatizado, etcétera). Tratamiento Disfonía aguda minúscula En cuadros asociados con procesos de vías respiratorias virales, el tratamiento será reposo general y vocal, antitérmicos y la supresión de irritantes113 (alcohol, tabaco, humos, etc.). Sólo si existe elevada sospecha de sobreinfección bacteriana se asociará un antibiótico, especialmente en ancianos, fumadores e inmunosuprimidos. Si hay fenómeno de hipersecreción, son aconsejables los mucolíticos e hidratación, durante un máximo de 5 o 10 días. Se añadirá también un AINE, basado en pautas cortas de naproxeno o ibuprofeno (a dosis de 600 mg cada 8 h). Si se asocia disnea aguda con el cuadro de disfonía aguda se debe trasladar al paciente al medio hospitalario y administrar corticoides sistémicos e inhalados117. Si el cuadro se debe a abuso vocal el tratamiento debe ser reposo general y vocal, y puede ser beneficioso el uso de antiinflamatorios, tanto esteroides como no esteroides, para disminuir el edema (naproxeno o ibuprofeno, a dosis de 600 mg cada 8 h; o bien prednisona, 1 mg/kg peso/día en pauta corta descendente). Disfonía crónica minúscula El tratamiento de las disfonías orgánicas es multidisciplinario: médico, quirúrgico y de rehabilitación foniátrica118,119. Las disfonías funcionales pueden tener tres mecanismos causales: uso incorrecto de la voz, inadaptaciones vocales y alteraciones psicoemocionales120. En ellas está indicada la rehabilitación foniátrica121, que ha demostrado su eficacia122 (A). El médico de familia debe insistir en las pautas de higiene vocal, ya que han demostrado beneficio para reducir los efectos de conductas vocales abusivas o erróneas123. Las normas básicas incluyen124-126: forma regular y sin fumar. – Controlar la voz cuando se está enojado. – Comer lentamente y masticando, evitando alcohol, licores, gaseosas y bebidas frías. – Dormir suficientemente y con regularidad. – La calefacción central puede resecar las mucosas de las vías aéreas. – Protegerse de las temperaturas extremas. – Evitar conversar en ambientes ruidosos (induce a forzar la voz). Seguimiento En la disfonía aguda, tras instaurar tratamiento, el seguimiento se hará a la semana. Criterios de derivación – Disfonía aguda resistente al tratamiento. Disfonía aguda recidivante. – Si se acompaña de disnea moderada o intensa, se procederá a derivación urgente. – Disfonía crónica de larga evolución derivación normal. En casos de menor evolución y/o si existen factores de riesgo asociados, la derivación será preferente. Paciente con amigdalitis Dentro de las inflamaciones del anillo linfático de Waldeyer, la afección de las amígdalas palatinas se denomina amigdalitis y la de la amígdala faríngea o lingual, adenoiditis o amigdalitis lingual127. Debido a su etiopatogenia común, se empleará el término conjunto de infecciones faringoamigdalinas agudas (IFAA). Presentación clínica y diagnóstico Presentación clínica (fig. 8) – Evitar toser de forma brusca, aclarar la voz o carraspear. – Hablar en tono suave, sin tensionar los músculos del cuello, la laringe y los hombros. – Hablar con adecuada intensidad y buen ritmo. – Mantener una buena salud, realizando ejercicio de 26 Las IFAA pueden presentarse de dos formas clínicas principales: – Amigdalitis eritematosa o catarral (40-80%): etiología viral (gripe, parainfluenza, adenovirus o rinovi- FMC – Protocolos Paciente con clínica y exploración compatible con amigdalitis aguda (alguno de los siguientes: fiebre, “placas”, odinofagia, disfagia, congestión mucosa faringoamigdalar, tos, adenopatías) ¿Existe alguno de los siguientes? Evolución prolongada clínica Complicaciones de amigdalitis (abscesos locales) Alteración importante calidad de vida Tratamiento inicial inefectivo Recurrencia previas Sí Consulta a otorrinolaringólogo No Mala respuesta Reposo y tratamiento con AINE, si hay placas o sospecha de infección bacteriana tomar un cultivo y asociar amoxicilina-ácido clavulánico Revisar cultivo y ajustar antibiograma No ¿Respuesta satisfactoria? Sí Seguimiento Alta No Sí ¿Buen control? Figura 8. rus). Sin predominio estacional. Clínica de inicio gradual de odinofagia y fiebre no muy elevada, sin exudado amigdalar; se puede acompañar de tos, cefalea y rinorrea, y aspecto faringoamigdalino hiperémico difuso. – Amigdalitis bacteriana o supurativa: etiología mayoritariamente bacteriana (sobre todo estreptococo betahemolítico) y con menos frecuencia viral128. Cursa con un comienzo brusco, malestar general, escalofríos, cefalea, fiebre elevada (> 39 °C), odinofagia, adenopatías cervicales, con frecuencia dolorosas, y aspecto faringoamigdalino eritematopultáceo. Existen otras formas clínicas especiales de infección amigdalar aguda, como: a) la amigdalitis de Plaut-Vincent, que está causada por especies de Fusobacterium asociadas con espiroquetas129, que producen una ulceración cubierta por una seudomembrana fibri- nopurulenta de color grisáceo, suele ser unilateral y asociada a estomatitis, y acompañada de adenopatía satélite, y b) la mononucleosis infecciosa, que es una infección viral por virus de Epstein-Barr que provoca amigdalitis ulceronecrótica acompañada de adenopatías, aunque este virus también puede desarrollar IFAA en ausencia de un cuadro de mononucleosis infecciosa, especialmente en los adultos jóvenes130. La amigdalitis lingual es típica en amigdalectomizados, ya que la amígdala de la base de la lengua sustituye en sus funciones a las extirpadas amígdalas palatinas. La clínica es de odinofagia y para el diagnóstico se requiere exploración con espejillo laríngeo131. Métodos diagnósticos y exploraciones complementarias 27 FMC – Protocolos El diagnóstico debe basarse en la exploración orofaringoscópica simple y en el correcto interrogatorio al paciente132. La principal duda diagnóstica es si nos encontramos ante una infección bacteriana o viral, cara a indicar tratamiento antibiótico. Se plantea el dilema de iniciar el tratamiento o confirmar el diagnóstico mediante pruebas complementarias que tardan cierto tiempo en dar resultados133. Los diagnósticos microbiológicos individualizados sólo se solicitarán en casos de sospecha de infección de pre- sentación atípica (C). Tratamiento En amigdalitis catarrales, se prescribirá reposo, analgésicos-antipiréticos y AINE131. En amigdalitis bacterianas la penicilina es un tratamiento adecuado134,135, preferiblemente usando al menos dos dosis al día, ya que los tratamientos de dosis única han demostrado ser inferiores136 (B). Se ha encontrado persistencia de estreptococos betahemolíticos del grupo A en la faringe, tras tratamiento con penicilina, en el 25% de los casos137; por ello se recomiendan antibióticos con sustancias inhibidoras de las betalactamasas (p. ej., amoxicilina-ácido clavulánico)138. Las cefalosporinas (p. ej., cefaclor139 y cefuroxima140) y los macrólidos son también una alternativa válida (B). En la mononucleosis infecciosa se deberá evitar la amoxicilina por la posibilidad de provocar erupción cutánea141. El tratamiento se basa en corticoides, analgésicos, AINE y antimicrobianos para la sobreinfección bacteriana. Complicaciones de las amigdalitis Las complicaciones generales (glomerulonefritis, carditis, etc.) son hoy día excepcionales142,143. La complicación local más frecuente es el absceso periamigdalino, localizado entre la cápsula amigdalar y el constrictor superior de la faringe. Se producen en el transcurso de una amigdalitis bacteriana en la que aparece odinofagia, sialorrea por disfagia, trismo, fetidez y rinolalia. En la exploración se observa desplazamiento de la amígdala hacia la línea media por el flemón con tumefacción y edema del pilar amigdalino anterior y paladar blando. El diagnóstico lo confirma la punción-aspiración del exudado purulento144. El tratamiento se basa en incisión, punción y/o drenaje del absceso145 asociado la mayoría de las veces con ingreso hospitalario y tratamiento intravenoso. Posteriormente se 28 debe plantear amigdalectomía por el riesgo de recidivas146,147 (B). Tratamiento de la amigdalitis de repetición (crónica) En la amigdalitis crónica148 no existe paralelismo entre el tamaño de las amígdalas y su papel patógeno, y el tratamiento es preferiblemente quirúrgico. Los límites entre amigdalitis y faringitis crónicas y parestesias faríngeas son a veces ambiguos. Seguimiento Las amigdalitis agudas pueden considerarse curadas al cesar la sintomatología. La reaparición de síntomas debe alertar acerca de la presencia de complicaciones. En la amigdalitis crónica se recomiendan revisiones periódicas en los cambios estacionales. Criterios de derivación En la amigdalitis agudas, ante la falta de respuesta al tratamiento, se indicará derivación preferente. Si existe sospecha de complicación o disfagia total se procederá a la derivación urgente. En las amigdalitis crónicas o recurrentes, sobre todo si la clínica interfiere de forma significativa en la vida del paciente, está indicada la derivación vía normal. Bibliografía Hipoacusia 1. Vallejo Valdezate LA, Gil-Carcedo Sañudo E, Gil-Carcedo García LM. Exploración básica de la audición. En: Gil-Carcedo García LM. Exploración general en ORL. Barcelona: Masson, 2000; p. 19-39. 2. 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