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Volumen II - Número 3/2005 A.245714 Artrosis de la articulación glenohumeral Arthros DIRECTOR A. Rodríguez de la Serna Consultor de Reumatología. Servicio de Reumatología Hospital de la Santa Creu i Sant Pau Barcelona COMITÉ EDITORIAL Juan Majó Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Barcelona Enric Caceres Palou Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital del Mar. Barcelona Luis Munuera Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital La Paz. Madrid Gabriel Herrero-Beaumont Cuenca Jefe de Servicio de Reumatología. Fundación Jiménez Díaz. Madrid Federico Navarro Sarabia Jefe de Servicio de Reumatología. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla Pere Benito Ruiz Jefe de Servicio de Reumatología. Hospital del Mar. Barcelona Francisco Blanco García Jefe Clínico de Reumatología. Hospital Juan Canalejo. La Coruña Isidro Villanueva Investigador Clínico. Universidad de Arizona. Toucson. USA © 2005 P. Permanyer Mallorca, 310 - 08037 Barcelona Tel.: 93 207 59 20 Fax: 93 457 66 42 E-mail: permanyer@permanyer.com Dep. Legal: B-8.735/2004 Ref.: 227BC036 Impreso en papel totalmente libre de cloro Impresión: Comgrafic Este papel cumple los requisitos de ANSI/NISO Z39.48-1992 (R 1997) (Papel Permanente) Reservados todos los derechos. Sin contar con el consentimiento previo por escrito del editor, no podrá reproducirse ninguna parte de esta publicación, ni almacenarse en un soporte recuperable ni transmitirse, de ninguna manera o procedimiento, sea de forma electrónica, mecánica, fotocopiando, grabando o cualquier otro modo. La información que se facilita y las opiniones manifestadas no han implicado que los editores llevasen a cabo ningún tipo de verificación de los resultados, conclusiones y opiniones. Arthros Sumario Artrosis de la articulación glenohumeral Artículos de revisión 5 Artrosis de la articulación glenohumeral 17 Revisión clinicofarmacológica del condroitín sulfato Bibliografia comentada Primer documento consenso de la Sociedad Española de Reumatología sobre tratamiento farmacológico de la artrosis de rodilla Reumatol Clin 23 Identificación y características de las células madre mesenquimáticas (MSCs) en las membranas sinoviales osteoartríticas Ann Rheum Dis 27 Procedimientos estandarizados de trabajo del EULAR para la estipulación de recomendaciones Ann Rheum Dis 28 Tratamiento y gestión de la artritis inflamatoria en ancianos Ann Rheum Dis 30 La hipermovilidad en pacientes con espondilolistesis lumbar Ann Rheum Dis 31 La importancia de la historia versus el examen clínico en el diagnóstico del síndrome del túnel carpiano Ann Rheum Dis 32 Artículo de revisión Artrosis de la articulación glenohumeral J. ITARTE PUJALS RESUMEN La artrosis glenohumeral es una enfermedad degenerativa que se presenta con dolor difuso y mal definido alrededor del hombro y con pérdida progresiva de la función. Se caracteriza por pérdida del cartílago articular, esclerosis y endurecimiento del hueso subcondral, formación de osteofitos y, en fases muy avanzadas, un desgaste irregular de la superficie cartilaginosa de la glena escapular. Los estudios de imagen permiten verificar el diagnóstico. El estudio analítico puede proporcionar información adicional para descartar otras enfermedades inflamatorias. Los tratamientos varían según los estadios de la enfermedad. El tratamiento quirúrgico varía según la causa y el estadio de la enfermedad, incluyendo la artrodesis y la artroplastia. Siempre se aplicará un programa de fisioterapia asociada. Palabras clave: Artrosis glenohumeral. Artroplastia glenohumeral. Fisioterapia. Consultor II Jefe/Clínica – Unidad de patología del hombro Servicio de CAT Hospital de la Santa Creu i Sant Pau Barcelona Arthros 6 A B Figura 1. Artrosis glenohumeral. A: esquema. B: examen radiográfico donde puede observarse la pérdida de la interlínea articular, esclerosis subcondral y la formación de osteófitos marginales en el reborde inferior, tanto del cuello femoral como de la cavidad glenoidea. DEFINICIÓN ETIOLOGÍA La artrosis de la articulación glenohumeral es una enfermedad degenerativa, de presentación relativamente poco frecuente, que se caracterizada por la aparición de dolor difuso alrededor del hombro, mal definido y con pérdida progresiva de la función, en especial la flexión anterior y la rotación interna. La artrosis glenohumeral puede ser primaria (poco frecuente) o bien obedecer a causas secundarias, siendo las más frecuentes: traumatismos previos, fracasos tras reparaciones de inestabilidades, luxaciones recidivantes, necrosis avasculares de la cabeza humeral y roturas complejas del manguito de los rotadores. PATOGENIA DIAGNÓSTICO La sucesión de acontecimientos que se producen en la artrosis glenohumeral viene caracterizada por: pérdida del cartílago articular; esclerosis y endurecimiento del hueso subcondral; formación de osteófitos en los márgenes anterior e inferior de la cabeza humeral, del reborde glenoideo y de la corredera bicipital; quistes subcondrales y, en fases muy avanzadas, un desgaste irregular de la superficie cartilaginosa de la glena escapular (Fig. 1). En los estadios iniciales de la enfermedad, la sintomatología de la artrosis glenohumeral se caracteriza por un discreto dolor difuso, no bien localizado, que aparece con los esfuerzos y en los movimientos muy forzados, que no impide las actividades de la vida diaria y que permite el descanso nocturno. En fases más avanzadas, el dolor se hace persistente, con aumento de su intensidad a cual- Artrosis de la articulación glenohumeral A 7 B Figura 2. A: ejercicios pendulares. B: ejercicios asistidos desgravados. quier movimiento, irradiado hacia la zona lateral del brazo, de predominio nocturno, y que llega a impedir la conciliación del sueño. Asimismo, se acompaña de una limitación de la función, en especial los movimientos de rotación interna, abducción y flexión anterior. Finalmente aparecen crujidos con cualquier movimiento, y puede perderse la función de la articulación y convertirse en un hombro rígido. En cuanto a las exploraciones complementarias, el estudio radiográfico estándar permite verificar el diagnóstico. Para ello es preciso contar con proyecciones anteroposterior, axial y perfil escapular. Por lo que respecta a otras técnicas de imagen, la resonancia magnética (RM) puede ser muy útil cuando se sospeche una lesión concomitante del manguito de los rotadores, lo cual puede condicionar el tratamiento, tal como veremos más adelante. Finalmente, un estudio analítico complementario puede proporcionar información adicional en cuanto a descartar otras enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide. TRATAMIENTO En los estadios iniciales, el tratamiento recomendado consiste en hacer reposo y tomar antiinflamatorios no esteroides (AINE) para, una vez controlada la fase aguda del dolor, pasar a la realización de un programa de fisioterapia. Dicho programa consistirá en evitar la sobrecarga de la articulación y limitar aquellos movimientos que provocan un incremento del dolor, como llevar o levantar pesos. Asimismo, se aplicará electroterapia antiálgica con la iniciación de ejercicios pendulares, seguidos de ejercicios de estiramiento asistidos desgravados (Fig. 2). A medida que se va consiguiendo el control del dolor, se va instaurando progresivamente un programa de estiramiento articular activo, para conseguir recuperar la máxima excursión articular (Fig. 3). Si estas medidas no son suficientes, es aconsejable la realización de lavados articulares e infiltraciones con ácido hialurónico. En este aspecto, en lo referido a la artrosis glenohumeral, están contraindicadas las infiltraciones con corticoides de efecto retardado. En ocasiones, a pesar de que la articulación glenohumeral no es una articulación de carga, el desgaste articular está tan avanzado que se hace necesaria la intervención quirúrgica. En este sentido, la artroplastia del hombro puede ser el método más efectivo para aliviar el dolor y restaurar la función. La otra técnica quirúrgica recomendada es la artrodesis, aunque si bien estabiliza la articulación, reduce de manera considerable la función. Finalmente, la simple resección artroplástica puede proporcionar cierto grado de movilidad a la articulación, pero a expensas de alterar gravemente la estabilidad, por lo que hoy en día está formalmente contraindicada. Así pues, el tratamiento ideal de las artrosis glenohumerales avanzadas es la artroplastia. Sin embargo, antes de deci- Arthros 8 Figura 3. Ejercicios de estiramiento: adducción, abducción y rotación interna. dirnos por ella, debemos tener en cuenta ciertas consideraciones: – La artrosis es el principal problema del paciente? – El paciente es lo suficientemente inteligente para comprender el tipo de tratamiento que se le aplicará? – Que entienda y acepte los riesgos y alternativas. – Que existe un buen stock óseo y tendinoso que permita la intervención quirúrgica. – El cirujano debe tener experiencia en cirugía artroplástica del hombro. Dependiendo de la etiología de la artrosis glenohumeral, primaria o secundaria, siempre se plantea si la artroplastia debe ser parcial o A total. Por regla general, en las artrosis primarias, donde casi siempre acostumbran a estar simultáneamente afectadas las superficies cartilaginosas de la cabeza humeral y de la cavidad glenoidea, la artroplastia que se debe emplear será total, es decir, mediante la sustitución protésica de ambos componentes, el humeral y el glenoideo, mientras que en las artrosis secundarias la elección de uno u otro tipo de prótesis vendrá condicionada por el tipo de lesión que ha provocado la artrosis. En este sentido, los tres tipos de artrosis secundarias más frecuentes en los que puede practicarse la artroplastia son: la artrosis postraumática (fracturas, luxaciones, etc.), la que resulta de las necrosis óseas avasculares de la cabeza humeral y la que se desarrolla como consecuencia de una inestabilidad crónica por rotura total de la cofia de los rotadores. B Figura 4. Fractura luxación posterior de cabeza humeral o fractura de McLaughlin. A: esquema. B: imagen radiográfica. Artrosis de la articulación glenohumeral 9 A B Figura 5. Tratamiento quirúrgico de la fractura-luxación de McLaughlin, el cual consiste en la traslación y reinserción de la tuberosidad menor. A: esquema preoperatorio. B: esquema postoperatorio. A B C Figura 6. Artrosis postraumática de hombro tras una fractura-luxación de McLaughlin. A: reducción, traslación de la tuberosidad menor y fijación con aguja Kirchsner transacromial, para evitar la reproducción de la luxación. B: evolución a las seis semanas tras retirar la aguja de Kirchsner. Obsérvese la lisis de la tuberosidad, la subluxación posterior y la artrosis articular secundaria a la intervención. C: tratamiento definitivo mediante la sustitución por una artroplastia total. Artrosis secundaria postraumática Existen fracturas que por su complejidad o por la dificultad del tratamiento pueden evolucionar a una artrosis. Así, por ejemplo, la fracturaluxación posterior de hombro, conocida como A fractura de McLaughlin, consiste en una luxación posterior, con una fractura subcondral de la porción anterior de la cabeza humeral, denominada lesión de Hill-Sachs. Es una fractura de difícil diagnóstico por lo que muchas veces pasa desapercibida (Fig. 4). El gran defecto que B Figura 7. Vascularización de la cabeza humeral. A: esquema. B: preparación anatómica. Arthros 10 A B Figura 8. Necrosis avasculares de la cabeza humeral. A: parcial y limitada a la cabeza del húmero. B: grave, abarcando también la cavidad glenoidea. se produce en la porción anterior de la cabeza humeral propicia que tras la reducción, los mínimos movimientos de rotación interna permitan que el defecto de la cabeza humeral se apoye sobre la parte posterior de la glena escapular haciendo que se reproduzca la luxación. El tratamiento para este tipo de lesiones consiste en intentar cerrar el defecto óseo anterior de la cabeza humeral, mediante la traslación de la tuberosidad menor (troquiter) con la inserción del tendón del músculo subescapular (Fig. 5). Sin embargo, a pesar de realizar el tratamiento adecuado, no es infrecuente, sobre todo en A lesiones inveteradas, que la rigidez de partes blandas reproduzcan la tendencia a la subluxación posterior, llevando al hombro a una situación de artrosis grave postraumática que obligue a tener que colocar una artroplastia (Fig. 6). Artrosis secundaria a necrosis ósea avascular de la cabeza humeral La irrigación de la cabeza humeral fue descrita en 1990 por Gerber. En sus estudios observó que la vascularización principal se debe al arco arterial constituido por las arterias circunflejas, en las que la circunfleja an- B Figura 9. A: artroplastia parcial en una necrosis con glena preservada. B: artroplastia total con afectación de ambos componentes articulares. Artrosis de la articulación glenohumeral A 11 B Figura 10. Manguito de los rotadores. A: visión superior. B: visión posterior (adaptado de Netter). terior proporciona una rama, que es la arteria arcuata, que ascendiendo alrededor del tendón del bíceps pasa por la corredera bicipital e irriga la porción más central de la cabeza humeral (Fig. 7). Algunas necrosis parcelares tienen tendencia a autolimitarse, provocando poco dolor y manteniendo un arco funcional muy acepta- A ble. Sin embargo, existen otro tipo de necrosis, denominadas masivas, en las que existe una importante deformidad, tanto de la cabeza humeral como de la cavidad glenoidea, que ocasionan mucho dolor y una grave impotencia funcional (Fig. 8). En estos casos, la decisión de colocar una artroplastia parcial o total viene condicionada B Figura 11. A: lugar de inicio de la rotura del manguito. B: progresión de la rotura. A B Figura 12. A: progresión del desgarro de la cofia. B: inestabilidad superior de la cabeza humeral, al faltarle el techo de la misma. Arthros 12 A B Figura 13. A: esquema de la evolución de la rotura masiva de la cofia. B: imagen radiológica de una rotura masiva. Obsérvese el ascenso proximal de la cabeza del húmero. por la alteración de la cavidad glenoidea. Así, si la necrosis sólo afecta a la cabeza del húmero pero con integridad de la glena, la artroplastia será parcial, mientras que si ambos componentes óseos están alterados, la artroplastia será total (Fig. 9). Tanto en un caso como en otro, el manguito de los rotadores suele estar indemne. Artrosis secundaria a roturas masivas de la cofia rotadora La musculatura rotadora de la articulación del hombro está formada por los músculos supra- A espinoso, como elemento muscular más superior, subescapular por delante de la articulación y el infraespinoso y redondo menor por detrás de la misma (Fig. 10). Estos músculos se insertan alrededor de ambas tuberosidades mediante un tendón conjunto conocido como cofia rotadora. Actúan como centradores de la cabeza humeral respecto a la glena y a la vez, estabilizadores dinámicos, disminuyendo con su contracción el volumen de la cápsula articular Las roturas masivas de la cofia rotadora constituyen una enfermedad relativamente frecuente, de características degenerativas y que se B Figura 14. A: neocavidad entre glena y acromion. B: hemiartroplastia magnificada, adaptándose a la situación. Artrosis de la articulación glenohumeral 13 A B Figura 15. Bloqueo de la abducción. A: posición neutra. B: en abducción. Obsérvese que el troquiter impacta en el borde inferior del acromion. inicia fundamentalmente en la porción más anterior del supraespinoso (Fig. 11). jando al descubierto, en fases muy avanzadas, el tendón de la porción larga del bíceps que roza con la cara inferior del acromion. Si la rotura progresa (Fig. 12), va afectando a toda la anchura del supraespinoso, para posteriormente afectar al infraespinoso y al subescapular, de- A Estos cambios secundarios a la rotura masiva de la cofia se acompañan de inestabilidad gle- B Figura 16. Diseño de la prótesis CTA (cuff tear arthropaty). El aumento de la superficie articular permite el incremento del movimiento de abducción. A: aspecto de la prótesis. B: esquema que muestra que, cuando se realiza la abducción del brazo, no existe roce subacromial. C: resultado radiográfico. A B Figura 17. Artroplastia biarticular. El movimiento más importante se produce a través de las superficies articulares de los componentes protésicos. A: componentes de la prótesis. B: resultado radiográfico. Arthros 14 A B Figura 18. Artroplastia total invertida. A: componentes de la prótesis. B: aspecto radiográfico. nohumeral (luxación superior), disminución del cartílago articular, colapso de la cabeza humeral y erosión acromial (Fig. 13). En 1981, McCarty describió un trastorno que denominó «hombro de Milwaukee», caracterizado por una rotura completa de la cofia rotadora con artritis articular que acontecía principalmente en mujeres ancianas. El estudio del líquido sinovial mostraba la presencia de cristales de fosfato cálcico y enzimas proteolíticas. Sea cual sea la causa, traumática o inflamatoria, lo cierto es que nos encontramos con unas entidades que desembocan en lo mismo, aunque no queda demostrado que una rotura progresiva de la cofia pueda provocar las alteraciones metabólicas que describió McCarty. rosidad mayor y aumenta la superficie articular (Fig. 16). Otro tipo de implante indicado en esta enfermedad es la artroplastia parcial biarticular, en la que la presencia de dos superficies móviles, una subacromial que se articula con la arcada ósea subacromial-cavidad glenoidea y la otra que se articula con la superficie inferior de la anterior, permite una mayor movilidad (Fig. 17). Finalmente, en los últimos años se vienen utilizando las artroplastias totales invertidas. Las características de las artroplastias invertidas consisten en la sustitución de ambos componentes articulares con la particularidad de que en la glena se coloca un componente esférico y en la cabeza humeral se coloca un componente cóncavo. La subluxación superior de la cabeza humeral en este trastorno aconseja no colocar artroplastias totales, ya que la presión excéntrica entre cabeza humeral protésica y glena protésica puede llevar fácilmente a aflojamientos asépticos del componente glenoideo. La estabilidad articular viene determinada por la tensión que el músculo deltoides establece entre ambos componentes protésicos (Fig. 18). Hemiartroplastia magnificada, para intentar adaptarse a la cavidad existente entre acromion y glena (Fig. 14). BIBLIOGRAFÍA En algunas ocasiones, dada la deformidad de la cabeza humeral, se produce en el movimiento de abducción un bloqueo de la misma por roce de la tuberosidad mayor (troquiter) con el acromion (Fig. 15). Para evitar este roce subacromial y por consiguiente obtener mucha mayor abducción, se rediseñó la cabeza protésica, dotándola de una prolongación externa que recubre la tube- Bigliani LU, Weinstein DM, Glasgow MT, Pollok RG, Flatow EL. Glenohumeral arthroplasty for arthritis after instability surgery. J Shoulder Elbow Surg 1995;4:87-94. Bradley TE, Kadakia NR, Aziz Boulahia A, et al. A comparison of hemiarthroplasty and total shoulder arthroplasty in the treatment of primari glenohumeral osteoarthritis: Results of a multicenter study. J Shoulder Elbow Surg 2003;12:207-13. Cofield RH, Frankle MA, Zuckerman JD. Humeral replacement for glenohumeral arthritis. Semin Arthroplasty 1995;6: 214-21. Field LD, Dines DM, Zabinski SJ, Warren RF. 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MÖLLER PARERA RESUMEN El condroitín sulfato (CS) es un fármaco de acción sintomática lenta de demostrada eficacia para el tratamiento de la artrosis. Un total de nueve estudios clínicos han demostrado su superioridad frente al placebo y frente al diclofenaco sódico (DS) en la reducción del dolor y mejora de la incapacidad funcional. Las ventajas que este nuevo fármaco aporta al tratamiento actual son su eficacia sobre los síntomas de la artrosis, su excelente perfil de seguridad (su tolerancia es equivalente a la de placebo y no presenta interacciones a metabólicas), el mantenimiento de su efecto hasta dos o tres meses después de la supresión del tratamiento (efecto remanente o carryover) y un ahorro en términos de farmacoeconomía por la reducción de terapias concomitantes. Asimismo, recientes estudios ponen de manifiesto la posibilidad de que el CS pueda incidir directamente sobre el proceso de la enfermedad, retrasando su progresión. Estas características convierten al CS en un fármaco indicado para el tratamiento de la artrosis. Palabras clave: Condroitín sulfato. Artrosis. SYSADOA. Especialista en Reumatología, Instituto Poal de Reumatología, Barcelona Arthros 18 INTRODUCCIÓN Clínicamente, la artrosis se manifiesta con dolor y limitación de la movilidad de las articulaciones afectadas. De ahí que se hayan utilizado siempre analgésicos y/o antiinflamatorios para su tratamiento sintomático. Desde hace muchos años, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y el paracetamol se han considerado un tratamiento de elección en las artrosis clínicamente sintomáticas. No obstante, los problemas de seguridad, especialmente gastrointestinales, renales y/o hepáticos contribuyen a restringir el uso de los AINE, sobre todo en tratamientos prolongados y/o en ancianos, dada la elevada incidencia de efectos adversos que presentan1. La investigación realizada en farmacología básica y clínica ha permitido en los últimos años cambiar sustancialmente el escenario terapéutico en la artrosis. Esto se debe a la aparición de algunos compuestos que están demostrando efectos beneficiosos sobre el cartílago articular y el proceso artrósico. De entre estas moléculas cabe destacar algunos fármacos de acción sintomática lenta (SYSADOA) como el condroitín sulfato (CS), el sulfato de glucosamina , la diacereína y el ácido hialurónico. El CS pertenece al grupo de los SYSADOA, caracterizados por presentar una eficacia sobre los síntomas similar a la de los AINE, que empieza de forma gradual pero se prolonga durante más tiempo incluso después de la supresión del tratamiento (efecto persistente o carry over). Asimismo se trata de productos de una gran seguridad. Los estudios clínicos en pacientes artrósicos demuestran que el tratamiento con CS produce una disminución o desaparición de los síntomas de la enfermedad artrósica, como el dolor y la impotencia funcional, y consigue mejorar el movimiento de las articulaciones afectadas, con un efecto que perdura durante dos o tres meses. Dado que se trata de un fármaco de acción sintomática lenta, el inicio del efecto se observa al cabo de dos o tres semanas de tratamiento, aunque eventualmente alcanza la misma eficacia que los antiinflamatorios. PROPIEDADES FARMACOCINÉTICAS La biodisponibilidad oral de CS oscila entre el 15 y el 24% de la dosis administrada oralmente. En el hombre, CS presenta afinidad por el tejido articular2. El hígado, los riñones y otros órganos participan en la despolimerización de CS. Este no es metabolizado por enzimas del citocromo P-450, hecho de gran trascendencia clínica, ya que implica que CS no presenta interacciones metabólicas con otros medicamentos, aspecto este especialmente importante en pacientes de la tercera edad polimedicados. La vía de eliminación de CS y de los derivados despolimerizados más importante es el riñón. La cinética de CS es de primer orden hasta dosis de 3.000 mg, lo que implica que no se acumula en el organismo hasta esa dosis. MECANISMOS DE ACCIÓN El CS debe su efecto a diferentes niveles de acción, entre los que destacan la estimulación de la síntesis de proteoglucanos y ácido hialurónico y una actividad antiinflamatoria sobre los componentes celulares de la inflamación. Además inhibe la síntesis de enzimas proteolíticas (estromelisina, colagenasa, elastasa, proteoglicanasa, fosfolipasa A2, N-acetilglucosaminidasa, etc.) y otras sustancias que pueden dañar el cartílago como radicales libres y óxido nítrico2-4. EVIDENCIAS CLÍNICAS Para determinar la eficacia del CS en el tratamiento sintomático de la artrosis se han realizado varios estudios clínicos. A continuación se resumen las evidencias clínicas disponibles con CS. Se ha realizado un estudio clínico aleatorio, multicéntrico, a doble ciego, con 146 pacientes con artrosis de rodilla de seis meses de duración, comparando diclofenaco sódico (DS) tomado durante 30 días frente a CS tomado durante 90 días5. Los resultados de este estudio se resumen en la figura 1. Teniendo en cuenta únicamente las medidas de dolor y funcionales a los 30 días de tratamiento, puede concluirse que CS disminuye el dolor espontáneo con la misma eficacia que DS. Sin embargo, a los 30 días de tratamiento, el efecto de CS sobre el dolor a la carga y sobre el índice de Lequesne es inferior al alcanzado con DS. Artrosis de la articulación glenohumeral 19 �� �� ������������������� ���������� ���������� ���������� ���������� �� �� ��������������� �� �� � � � � � � � � ����� ���������� ���� ����� ����� ���� ������ �� �������� ������������������������������� Figura 1. Efecto antiálgico y funcional de diclofenaco sódico, 150 mg diarios durante 30 días, y de condroitín sulfato, 1.200 mg durante 90 días, medidos a los 30, 45, 60 y 90 días. A partir del día 45 de estudio, el efecto de CS fue semejante al del DS. No obstante, durante los meses cuarto, quinto y sexto, cuando los pacientes sólo tomaron PBO, el efecto disminuyó significativamente en el grupo DS mientras que el grupo CS mantuvo su efecto positivo. Al cabo de los 6 meses, la puntuación en el grupo CS fue el 64,4% inferior a los valores iniciales y la de DS el 29,7%. Otro estudio6 ha definido las características de la respuesta de CS durante y después de su administración, tomando como referencia el efecto de 150 mg de DS. Para este fin, se evaluaron varios ensayos clínicos aleatorios, a doble ciego, controlados con placebo que incluían a pacientes con artrosis de rodilla. El efecto de CS sobre el estatus funcional (índice de Lequesne), el dolor espontáneo (escala visual analógica [EVA] de Huskisson) y el dolor a la carga se evaluaron utilizando el modelo Emáx. Esta metodología permite predecir el efecto máximo obtenible (Emáx) y el tiempo requerido para obtener el 50% de la Emáx (T50). Los resultados de este estudio (Tabla 1) sugieren que la respuesta más favorable prevista en pacientes con artrosis de rodilla que han recibido 800 mg/día de CS durante 90 días es ligeramente superior a la prevista para DS, aunque el CS tarda el doble en conseguir el efecto más favorable. No obstante, el efecto remanente del CS persiste el doble que el de DS. En total, nueve estudios clínicos, aleatorios, a doble ciego, han comparado el efecto de CS al del placebo en pacientes con artrosis de rodilla y dedos, tratados durante períodos que oscilaron entre 3 y 36 meses. Los resultados de todos los ensayos clínicos coinciden en concluir que CS es más eficaz (aproximadamente el 50%; p < 0,05) que el placebo en reducir el dolor espontáneo, aumentar la capa- Arthros 20 Tabla 1. Parámetros farmacódinámicos previstos para condroitín sulfato administrado en dosis de 1.200 mg/día durante 90 días y de diclofenaco sódico administrado en dosis de 150 mg/día durante 30 días en pacientes con artrosis de rodilla Condroitín diclofenaco Sulfato sódico Índice de Lequesne E0 (puntuación) Emáx (puntuación) Emáx/E0 (× 100) T50 (días) 7,8 ± 0,4 6,4 82% 33 79 ± 0,4 5,7 72% 16 EVA de Huskisson E0 (mm) Emáx (mm) Emáx/E0 (× 100) T50 (días) 5,4 ± 1,9 56 99% 35 56,7 ± 2,2 43 76% 22 Dolor a la carga E0 (puntuación) Emáx (puntuación) Emáx /E0 (× 100) T50 (días) 2.5 ± 0.1 2,5 100% 36 2,5 ± 0,1 1,9 74% 18 EVA: escala visual analógica. Datos de Morreale, et al. cidad funcional, disminuir la ingesta de medicación de rescate y en la valoración global del paciente y el investigador. Asimismo, un metaanálisis7 recoge los datos de siete estudios clínicos suficientemente homogéneos como para ser analizados conjuntamente. Un total de 703 pacientes fueron incluidos en estos ensayos clínicos, 372 tratados con CS y 331 con placebo. El efecto de CS sobre el dolor espontáneo y sobre la capacidad funcional fue significativamente superior al del placebo a partir de los cuatro meses. Las evaluaciones realizadas por los pacientes y los médicos demuestran que el tratamiento con CS es superior al placebo. Finalmente, los pacientes tratados con CS tomaron significativamente menos medicación de rescate que los pacientes que recibieron placebo. Además se destaca que los efectos adversos fueron leves y más elevados en los grupos que recibían placebo que CS. Paralelamente a estos estudios se han presentado recientemente datos de cinco nuevos ensayos clínicos (que han incluido a un total de 736 pacientes) en los que se concluye que CS parece retrasar la progresión de la lesión articular además de reducir el dolor y mejorar la movilidad de la articulación afectada. Se ha puesto de manifiesto dicha posibilidad en tres estudios clínicos realizados por Uebelhart, et al.8-10 en artrosis de rodilla y dos llevados a cabo por Verbruggen, et al.11-12 en pacientes con artrosis de dedos. El grupo de Uebelhart ha realizado dos estudios que incluyeron 42 y 110 pacientes, respectivamente, afectados de artrosis de rodilla de un año de duración y un estudio en 300 pacientes de dos años de duración comparativos con placebo. La valoración de la eficacia de CS como S/DMOAD se realizó a través de radiografía midiendo el espacio articular de la rodilla mediante analizador automático digitalizado y mediante marcadores bioquímicos de hueso y cartílago. En todos ellos se observó que el tratamiento con CS se asociaba a una estabilización del espacio articular, mientras que el grupo de pacientes tratados con placebo presentaba un estrechamiento del espacio articular. En cuanto a las evidencias obtenidas en la artrosis de dedos, se estudiaron 119 y 165 pacientes en sendos estudios clínicos durante tres años. La valoración de la eficacia de CS como S/DMOAD en los estudios de Verbruggen, et al. se realizó mediante un sistema de puntuación numérica según la evolución anatómica de la artrosis de dedos medido mediante roentgenografías posteroanteriores de las articulaciones interfalángicas y metacarpofalángicas de los dedos. Los resultados radiológicos obtenidos al final de ambos estudios clínicos indicaron que en los pacientes tratados con CS la Artrosis de la articulación glenohumeral artrosis fue menos progresiva y, además, menos pacientes del grupo CS desarrollaron artrosis erosiva. Recientemente, el CS ha sido clasificado por la Liga Europea Reumatológica (EULAR) dentro de la categoría 1A de máxima eficacia y seguridad13. A su vez, la Guía de práctica clínica en artrosis de rodilla, de reciente publicación, también hace mención de CS donde aparece clasificado con la categoría más alta en cuanto a eficacia y seguridad 1A14. CONCLUSIÓN En definitiva y basados en la evidencia disponible se puede concluir que el CS es una herramienta terapéutica de utilidad para el tratamiento de la artrosis. Destaca el hecho de que los estudios de farmacovigilancia en Europa y durante más de diez años no han revelado ningún efecto adverso importante como resultado de su utilización. BIBLIOGRAFÍA 1. Richy F, et al. Time dependent risk of gastrointestinal complications induced by non-steroidal anti-inflammatory drug use: a consensus statement using a meta-analytic approach. Ann Rheum Dis 2004;63:759-66. 21 2. Ronca F, Palmieri L, Panicucci P, Ronca G. Anti-inflammatory activity of chondroitin sulfate. Presented in the Congress OARS 97, Singapur, 7-9 de June 1997 (sym.5, p. 69). Osteoarthr Cartilage 1998;6 Suppl A;14-21. 3. Blanco F. Condroitín sulfato, sulfato de glucosamina y ácido hialurónico: mecanismos de acción. Condroprotección dic. 2002 4. Nacher M, Monfort J, Montell E, Vila J, Vergés J, Benito P. Chondroitin sulfate (CS) and hyaluronic acid (HA) (500-730kDa) inhibit stromelysin synthesis (MMP-3) in human chondrocytes. Ann Rheum Dis 2004;Suppl 371:FRI0422. 5. Morreale, et al. Comparison of the antiiinflammatory efficacy of chondroitin sulfate and diclofenac sodium in patients with knee osteoarthritis. J Rheumatol 1996; 23:1385-91. 6. du Souich P, Vergés J. Simple approach to predict Emax when plasma concentrations are not available or are dissociated from the effect, as illustrated with chondroitin sulfate data. Clin Pharmacol Ther 2001;70(1): 5-9. 7. Leeb F, et al. A meta-analysis of chondroitin sulfate in the treatment of osteoarthritis. J Rheumatol 2000;27:205-11. 8. Uebelhart D, Thonar EJMA, Delmas PD, Chantraine A, Vignon E. Effects of oral chondroitin sulfate on the progression of knee osteoarthritis: a pilot study. Osteoarthr Cartilage 1998;6 Suppl A:39-46. 9. Uebelhart D, Malaise M, Marcolongo R, et al. Oral chondroitin 4&6 sulfate in knee osteoarthritis: Effects of a cyclic administration over one year. Ann Rheum Dis Abstracts 1999; 288:1229. 10. Michel B, Vignon E, de Vatharie F, et al. Oral chondroitin sulfate in knee OA patients: radiographic outcomes of a 2-year prospective study. Osteoarthr Cartilage 2001;9 Suppl B:LA2. 11. Verbruggen G, Goemaere S, Veys EM. Chondroitin sulfate: S/ DMOAD (structure/disease modifying anti-osteoarthritis drug) in the treatment of finger joint OA. Osteoarthr Cartilage 1998;6 Suppl A); 37-8. 12. Verbruggen G, et al. Systems to assess the progression of finger joint osteoarthritis and the effects of disease modifying osteoarthritis drugs. Clin Rheum 2002;21:231-41. 13. Jordan KM, et al. EULAR Recommendations 2003: an evidence based approach to the management of knee osteoarthritis: Report of a Task Force of the Standing Committee for International Clinical Studies Including Therapeutic Trials (ESCISIT). Ann Rheum Dis 2003;62(12):1145-55. 14. Blanco FJ, Hernández A, Trigueros JA, et al. Guía de práctica clínica en artrosis de rodilla. Instituto UPSA del Dolor, 2003;71-2. Bibliografía comentada En el número 1/2005 de la revista Arthros publicamos un artículo de revisión sobre las Guías Europeas en el Tratamiento de la Artrosis. Justamente, coincidiendo con la elaboración del número actual de Arthros, se publica en el número 1 de la nueva revista oficial de la Sociedad Española de Reumatología (SER), Reumatología Clínica, un artículo especial sobre el documento de consenso de la SER sobre el tratamiento de la artrosis de rodilla, señalando especialmente la metodología seguida para la elaboración del mismo y las conclusiones que sobre la utilidad del condroitín sulfato en la artrosis de rodilla se extraen del citado artículo. First consensus document of the Spanish Rheumatology Society on the pharmacological treatment of arthrosis of the knee Primer documento consenso de la Sociedad Española de Reumatología sobre tratamiento farmacológico de la artrosis de rodilla Panel de expertos de la SER Reumatol Clin 2005;1:38-48 La artrosis es una enfermedad que se produce por una alteración inicial en el cartílago hialino, que es el cartílago que forma parte de las articulaciones, favorece el deslizamiento de las superficies articulares y evita el rozamiento en las mismas. Tiene como característica fundamental el carecer de inervación (no posee nervios) y, por lo tanto, es insensible y no duele. El dolor en la artrosis, que, por otro lado, es el principal síntoma de la misma, no se produce hasta que se alteran otras estructuras de la articulación, que sí son sensibles, como el hueso que se encuentra debajo del cartílago y por eso se llama hueso subcondral, la cápsula articular o la membrana sinovial, pero para cuando eso ocurre la artrosis ya suele estar algo avanzada. La primera consecuencia que se desprende de todo ello es que no podemos establecer un tratamiento preventivo ni temprano en la artrosis. Lo que sí podemos hacer es actuar sobre los factores que predisponen a la aparición de la artrosis, y ahora conocemos cuáles son estos tres factores en nuestro medio: edad mayor de 55 años, sexo femenino, y obesidad o sobrepeso. Sobre la edad directamente no podemos actuar, pero sí podemos, a partir de los 55 años, evitar la sobreutilización de las articulaciones, especialmente de las articulaciones de carga como las rodillas. Y ¿cómo podemos hacerlo? Pues evitando al máximo el subir o bajar escaleras, llevar pesos, sentarnos en mala posición, caminar por terrenos irregulares, etc. Igualmente, evitar el sobrepeso y la obesidad es mandatario no sólo contra la artrosis, sino como medida de salud general. También, es importante conservar un buen tono muscular, pues la musculatura es la base de la estabilización de las articulaciones, por lo cual mantenerse en forma y evitar el sedentarismo son adecuadas medidas de prevención. Es bastante frecuente que junto con la artrosis se presenten otros problemas de salud; es lo que se conoce en el momento actual como «comorbi- 24 lidad» y, entre estos problemas, hay que destacar: el aumento del colesterol, la hipertensión arterial, el aumento de las cifras de ácido úrico en sangre y los trastornos circulatorios. A todos conviene prestarles atención y tenerlos muy presentes, pues frecuentemente cada uno de ellos requiere un tratamiento con medicación específica y puede existir interferencia entre los diferentes fármacos utilizados (la denominada «polifarmacia»). El tratamiento de la artrosis ya establecida debe realizarse a dos niveles distintos: por un lado, el tratamiento del dolor y de la capacidad funcional; y, por otro, el tratamiento de la enfermedad y las complicaciones. El tratamiento del dolor es principalmente farmacológico, sobre la base de medicamentos analgésicos puros, o analgésicos y antiinflamatorios a la vez. Los analgésicos puros son los más frecuentemente utilizados y se emplean para calmar el dolor cuando éste se presenta con los movimientos, principalmente al caminar en la artrosis de las rodillas y las caderas, y al caminar y estar de pie en la artrosis de la columna. El más utilizado y ampliamente recomendado es el paracetamol. Muchas personas se quejan de que el paracetamol no les produce ningún beneficio y, con frecuencia, estas personas lo utilizan en dosis insuficiente por temor a algún efecto no deseado, con lo cual corren igualmente el riesgo de presentar el efecto adverso y no obtienen ningún beneficio. Los antiinflamatorios, denominados antiinflamatorios no esteroideos, para diferenciarlos de la cortisona, que también tiene efectos antiinflamatorios y que no estaría indicada en el tratamiento del dolor de la artrosis, se utilizan basándose en su efecto fundamentalmente analgésico y no en el antiinflamatorio, ya que la intensidad de la inflamación en la artrosis suele ser muy pequeña y, a menudo, sin manifestaciones clínicas. Existe, finalmente, la posibilidad de que con ninguno de estos tratamientos se consiga vencer el dolor, en cuyo caso hay que recurrir a analgésicos de mayor potencia, como son los derivados de la morfina. Aunque hace unos años esto era una cosa impensable, en la actualidad, los nuevos fármacos con estas propiedades están permitiendo que los mismos se puedan utilizar para Arthros tratar el dolor de la artrosis, sin que aparezcan efectos perjudiciales de importancia ni, como se creía anteriormente, se produzca ningún peligro de adicción. Junto con la mejoría del dolor se consigue el otro efecto beneficioso perseguido que es la mejoría de la función y, por tanto, de realizar una actividad normal y, a la vez, mejorar y mantener el tono muscular. A veces, para tratar el dolor se recurre a medidas locales, que se llevan a cabo en las Unidades de Tratamientos Locales de los Servicios de Reumatología y consisten en actuar directamente sobre la articulación enferma, con lavados articulares e infiltraciones de medicamentos en lugar de tomarlos por vía general. El tratamiento de la enfermedad se refiere a las pautas terapéuticas que están dirigidas a frenar la progresión de la artrosis y a curar las complicaciones que de ella se derivan. Así, algunos medicamentos, como el condroitín sulfato, el sulfato de glucosamina y la diacereína, parece que son capaces de retrasar la progresión de la enfermedad. Otro tratamiento utilizado por vía local en forma de infiltraciones, llamado ácido hialurónico, también se ha probado que retrasa la enfermedad y mejora la calidad del cartílago. Las complicaciones de la artrosis se dan generalmente a causa de la deformación y la destrucción de la articulación enferma y, cuando esto ocurre, se necesita recurrir a la cirugía. Así como en tiempos pasados esto podía representar una pérdida total de la función, la moderna Cirugía Ortopédica, con el desarrollo de la implantación de prótesis ha resuelto la gran mayoría de estos problemas y, si la enfermedad está lo suficientemente avanzada para que ya no exista posibilidad de tratamiento, o los tratamientos disponibles no se pueden aplicar por existir contraindicaciones formales a los mismos, se debe recurrir a la operación. Sobre la base de estos datos preliminares, se realizó el documento de consenso, aplicando la siguiente metodología: 1. Reunión de un grupo de expertos determinados por la SER, estructurando la forma de realizar una encuesta de 10 preguntas sobre el tratamiento de la artrosis de rodilla. 2. Los revisores de la SER buscaron las respuestas bibliográficas de evidencia a las pre- Artrosis de la articulación glenohumeral guntas planteadas por los expertos, según la metodología estandarizada para este tipo de revisiones. 3. Reunión nuevamente del grupo de expertos para analizar la información aportada y elaboración de un borrador del documento. 4. Presentación de este borrador en un foro abierto para la discusión. 5. Debate interno hasta confeccionar el documento definitivo. 6. Valoración externa del documento por dos expertos nominados por la SER. 7. Publicación del contenido final en Reumatología Clínica. 25 treatment of osteoarthritis. J Rheumatol 2000;27: 205-11. Si bien hace referencia a la imposibilidad de generalizar los resultados de este informe, lo cierto es que en los siete estudios que valora se aprecia una disminución estadísticamente significativa en el consumo de AINE y analgésicos. Nivel de la evidencia 1 a. C. ¿Es eficaz el CS en el control de la progresión radiológica? Recomendación: el CS puede retardar la pérdida del espacio articular femorotibial en la artrosis de rodilla. Grado de recomendación A. Preguntas sobre el tratamiento farmacológico con condroitín sulfato A. ¿Es eficaz el CS en el control de los síntomas? Recomendación: el CS es un fármaco eficaz para el control del dolor y en la mejoría funcional de pacientes afectados por artrosis de rodilla. Grado de recomendación A. Evidencia para la recomendación a partir de la revisión de tres metaanálisis: Evidencia para la recomendación. Este aspecto se analiza en dos publicaciones –estudios de calidad excelente y Jadad 4– y en un abstract para la artrosis de rodilla: Uebelhart D, Mabise M, Marcolengo R, et al. Intermittent treatment of knee osteoarthritis with oral chondroitin sulafate: a one-year randomised, doble-blind, multicenter study versus placebo. Osteoarthritis Cartilage 2004;12:269-76. Towheed TE. Published meta-analysis of pharmacological therapies for osteoarthritis. Osteoarthritis Cartilage 2002:11:836-7. Uebelhart D, Thonar EJ, Delmas PD, Chantraine A, Vignon E. Effects of oral chondroitin sulfate on the progression of knee osteoarthritis a pilot study. Osteoarthritis Cartilage 1998;6 Suppl A:39-46. McAlindon TE, La Valley MP, Gulin JP, Felson DT. Glucosamine and chondroitin for treatment of osteoarthritis: a quality assessment and metaanalysis. JAMA 2000;283:1469-75. Michel BA, Stucki G, Haenselmann H, et al. Retardation of knee joint space narrowing through chondroitin 4 & 6 sulfate. N.º abstract: 82 (ACR 2003). Leeb BF, Schweitzer H, Montag K, Smolen JS. A meta-analysis of chondroitin sulfate in the treatment of osteoarthritis. J Rheumatol 2000; 27:205-11. Por otra parte, en un ensayo se analizan las posibles desviaciones por la técnica empleada a la hora de hacer las radiografías. Por lo tanto, estos grados de recomendación y el nivel de evidencia serían aplicables sólo en los casos de pacientes con características similares a los de dicho ensayo clínico. B. ¿Reduce el CS las necesidades de analgésicos o de AINE? Recomendación: el CS ha demostrado reducir las necesidades de analgésicos o AINE. Grado de recomendación A. Evidencia para la recomendación. Este aspecto se valora específicamente en el metaanálisis: Leeb BF,Schweitzer H, Montag K, Smolen JS. A meta-analysis of chondroitin sulfate in the Nivel de evidencia 1b. D. ¿Es eficaz el CS en el control de la evolución hacia la prótesis de rodilla? Recomendación: no hay evidencia de que el CS sea capaz de reducir el número de pacientes que precisan una artroplastia. No es posible aportar ningún tipo de recomendación. 26 Arthros Comentario: como único dato que puede introducir un sesgo en las conclusiones finales, es de destacar que, en este tipo de elaboración de documentos, en el punto 6 de la metodología, la valoración por expertos externa suele incluir a especialistas diferentes de la especialidad en cuestión, así como alguna persona no médica, para mejorar el entendimiento y la redacción del documento, y la visión auténticamente externa de una persona no familiarizada con el tema, habiéndose realizado en este caso por dos médicos reumatólogos. Igualmente, podría ser interesante incluir en esta revisión externa a otros especialistas no reumatólogos del aparato locomotor. Artrosis de la articulación glenohumeral 27 Identification and characterisation of mesenchymal stem cells (MSCs) in osteoarthritic synovial membranes Identificación y características de las células madre mesenquimáticas (MSCs) en las membranas sinoviales osteoartríticas Gimeno MJ, Sánchez MJ, Blanco FJ Ann Rheum Dis 2005;64(Suppl III):149 Background: Human mesenchymal stem cells (MSCs) are present in most of the tissue matrix, taking part in their regeneration when injury or damage occurred. The aim of this study was to investigate the presence of cells with pluripotential characteristics in synovial membranes from osteoarthritic (OA) patients, and its capacity to differentiate to chondrocytes. Methods: Synovial membranes (n = 8) from OA patients were digested with collagenase. Isolated cells were cultured with DMEM, 20% FBS and FGFb10 ng/ml. Cells from second subculture were used to carried-out phenotypic characterisation experiments (flow cytometry analysis with eleven monoclonal antibodies) and chondrogenic differentiation experiments (micropellet cultured in chondrogenic medium). Chondrogenic differentiation of cells was assessment by quantification of cartilage extracellular matrix components by following techniques: Safranin O, Toluidine Blue and Alcian Blue stains to detect proteoglycans, and immunohistochemistry to detect type I and II collagen. Results: Flow cytometry analyses showed that in our population more than 90% of cells were positive for MSC markers: CD29 (95%), CD44 (90%), CD73 (95%), CD90 (98%). Cells were negative for hematopoietic markers (CD11b, CD34 y CD45). Furthermore, cells showed positive stain to multipotent markers such as CD117 (c-kit) (98%), CD166 (74%) and STRO-1 (88%); and to quiescent satellite cells like PAX-7 (35%). The micropellet analyses showed that the culture of these cells with TGF beta-3 for 2 and 3 weeks, stimulate proteoglycan and collagen type II synthesis, both molecules are characteristic of hyaline articular cartilage. Conclusions: In this work, we demonstrate the presence of a cellular population with MSC characteristics in synovial tissue from OA patients. As MSC takes part in reparative processes of adult tissues, these cells could play an important role in OA pathogenesis and treatment. Citation: Ann Rheum Dis 2005;64Suppl III:149. Date: Thursday, June 9, 2005. Session Info: Cartilage in bone biology and pathophysiology. Comentario: Esta presentación destaca la importancia de la investigación básica en los avances del conocimiento de la artrosis, llevada además a cabo por un grupo español. Los tratamientos del futuro estarán encaminados más a conseguir una buena reparación, que no sólo a evitar la presencia del daño, especialmente en enfermedades como la artrosis, donde el diagnóstico temprano será difícil de conseguir. La presencia de células pluripotenciales en la membrana sinovial de los pacientes con artrosis indica que el organismo de una forma natural ya está intentando realizar este proceso reparativo, y que la función del médico será probablemente encausar la misma y conseguir su potenciación natural. Arthros 28 EULAR standardized operating procedures for elaborating recommendations Procedimientos estandarizados de trabajo del EULAR para la estipulación de recomendaciones Dougados M Ann Rheum Dis 2005;64(Suppl III):19 Several arguments prompted the EULAR Executive Committee to propose operating procedures for elaborating recommendations for management of musculoskeletal disorders. The first group of arguments are related to the usefulness of recommendations. The dramatic, constant and rapid information related to different fields of musculoskeletal disorders makes difficult for a single rheumatologist to be aware of all the recent advances. Such recommendations provided by a scientific task force facilitates the discrimination of these recent advances. The second group of arguments are related to the usefulness of European recommendations. One of the objective of EULAR is to facilitate the uniformization of optimal management of musculoskeletal disorders across the different European countries. The third group of arguments are related to the usefulness of procedures for elaborating recommendations. It is the objective of EULAR to provide recommendations based on an Evidence Based Medicine (EBM.) approach. However, using this strict approach, the impact of the proposed recommendations might be of low magnitude since difficult to be understood (for example, most of the rheumatologists are not able to evaluate the clinical relevance of a treatment modality based only on the presentation of its effect size). In order to resolve this question without proposing recommendations based only on experts’ opinions, procedures allowing an optimal combination of an EBM and experts’ opinion have been elaborated, such procedures allows also to get an European representativity and an uniformization of the elaboration process, the presentation and the dissemination of the recommendations across different disorders such as osteoarthritis, early rheumatoid arthritis, gout, ankylosing spondylitis. Citation: Ann Rheum Dis 2005;64 Suppl III:19. Date: Thursday, June 9, 2005. Session Info: EULAR 2005 recommendations for management of musculo-skeletal disorders. Artrosis de la articulación glenohumeral 29 Comentario: Esta presentación oficial por un miembro destacado del Comité de Educación de EULAR, como es el Profesor Dougados, viene a resaltar un problema común en la práctica clínica habitual de los especialistas del aparato locomotor, como la toma de decisiones diagnósticas o terapéuticas teniendo en cuenta solamente las recomendaciones de la medicina basada en la evidencia, especialmente en aquellas circunstancias en las que tal evidencia no existe o es poco consistente, derivando en la clásica opción determinada por la medicina basada en la experiencia. La EULAR elabora de forma periódica unas recomendaciones, que encarga a un panel de expertos que tienen en cuenta ambas posibilidades: evidencia y experiencia. En la presente revisión se destacan los argumentos sobre los cuales dichos expertos elaboran sus recomendaciones: – Avances recientes y puesta al día de diagnóstico y tratamiento. – Propuesta de recomendaciones europeas, para estandarizar en lo posible las actitudes de diferentes especialistas del aparato locomotor. – Propuestas basadas en la evidencia. Un ejemplo de esta metodología es el presentado anteriormente para el tratamiento de la artrosis de rodilla por la SER. Arthros 30 Managing inflammatory arthritis in the older person Tratamiento y gestión de la artritis inflamatoria en ancianos Hay EM Ann Rheum Dis 2005;64(Suppl III):49 The management of inflammatory arthritis in older people presents the clinician with particular challenges. Diagnosis is often overlooked or difficult in the presence of other more common joint problems such as osteoarthritis. Older peopple often perceive joint problems as an inevitable part of the aging process and do not seek medical attention. It is not easy to detect synovitis from inflammatory arthritis in joints already sffected by osteoarthritis.Older people may have little functional reserve because of comorbid conditions –either musculoskeletal or affecting other systems such as cardiovascular or respiratory– making prompt diagnosis and treatment imperative to maintain independence. A holistic approach to management is essential, with input from the whole multidisciplinary team. An early referral from primary care to a rheuma- tology consultant is essential to facilitate prompt use of disease modifying antirheumatic drugs, supplemented by judicious use of intramuscular steroids to maintain mobility in the early stages. Specialist nurses can support patients by providing education, monitoring and advice advise about medication, coping strategies and activity. Input from physiotherapists and occupational therapists is crucial not only to provide specific treatment and advice relating to inflammatory joint disease, but also to take a wider view such as assessing risk of falls, avoiding social isolation and so on. Citation: Ann Rheum Dis 2005;64 Suppl III:49. Date: Saturday, June 11, 2005. Session Info: Rheumatological care of the elderly. Comentario: Con el aumento constante de la longevidad en la población, cada vez es más frecuente la presencia de artritis de inicio o de brotes de artritis en pacientes añosos. Los especialistas del aparato locomotor (cirujanos ortopedas y traumatólogos, rehabilitadores y reumatólogos) necesitan permanecer actualizados y familiarizados con el tratamiento de estos pacientes. Así mismo, por las especiales características de estos, en su tratamiento se necesita el apoyo de enfermeras y fisioterapeutas, que conozcan estas características diferenciales. El médico de cabecera necesita así mismo conocer la presencia de estos problemas y no retener ni retrasar el envío de los mismos al especialista confundiéndolo con un proceso no inflamatorio. Toda esta problemática fue planteada y se recoge en el abstract de esta presentación oficial del congreso. Artrosis de la articulación glenohumeral 31 Hipermobility in patients with lumbar spondylolisthesis La hipermovilidad en pacientes con espondilolistesis lumbar Sendur OF, Gurer G, Ay C Ann Rheum Dis 2005;64(Suppl III):386 Background: Spondylolisthesis occurs when one vertebra slips forward on the adjacent vertebrae. Joint hypermobility is a condition characterized by excessive range of motion in joints and has been linked to some kind of musculoskeletal pain and osteoarthritis which may be developed in the future. Objectives: The aim of this study was to ivestigate hiperlaxity in the patients with lumbar spondylolistesis. Methods: 29 patients who were determined lumbar spondylolistesis enrolled in this study. Lumbar spondylolistesis was diagnosed on the lateral view of the spine x-rays and graded. Beighton Scoring System was used for hypermobility. The patients which were determined Beighton score 4 and more were defined as hypermobility. Results: Subjects were 28 women and 1 men. Mean of age was 51.17±11.07 years, beighton score was 4.07±1.71. Grade 1 spondylolisthesis in 21 (72.41%), grade 2 spondylolisthesis in 8 (27.59%) and hypermobility in 20 (69%) of all patients were determined. Conclusion: Hypermobility in very high ratio in patients with lumbar spondilolisthesis was found in this study. Hipermobility may be important a cause leading to spondylolisthesis. Citation: Ann Rheum Dis 2005;64 Suppl III:386. Date: Friday, June 10, 2005. Session Info: Mechanical musculoskeletal problems. Sports medicine. Comentario: La espondilolistesis es una causa frecuente de consulta tanto a nivel de traumatología como de reumatología, aunque si aparece en personas jóvenes, se debe relacionar con alteraciones de hipermovilidad (síndrome de hiperlaxitud). Raramente se valora este síndrome cuando aparece en personas mayores. El presente estudio valora la relación entre espondilolistesis lumbar y la presencia de síndrome de hipermovilidad, en una población mayoritariamente de mujeres (28/1), con una edad media de 51 años, y observa que la presencia de hipermovilidad era la causa más frecuente que conducía a la listesis. En 21 casos existía una espondilolistesis grado I (72%) y en 8 grado II (28%), y en todas ellas se cumplían los criterios de hipermovilidad (Beighton Scoring System) con un nivel medio de 4. La conclusión es que independientemente de la edad, y especialmente en la población femenina, se hace obligado descartar la presencia de hipermovilidad en las pacientes que presenten espondilolistesis lumbar. Arthros 32 The value of history versus examination in the diagnosis of carpal tunnel syndrome La importancia de la historia versus el examen clínico en el diagnóstico del síndrome del túnel carpiano Shah P, O’Donnell M, Dodds W, Halsey J, Bukhar M Ann Rheum Dis 2005;64(Suppl III):255 Background: Carpal tunnel syndrome (CTS) is a common condition referred to secondary musculoskeletal services. Clinical suspicion is commonly based on a suggestive history of paraesthesia in a median nerve distribution, nocturnal exacerbation of symptoms and examination findings such as a positive Tinel’s sign and Phalen’s test. However, the correlation between clinical features and neurophysiological tests is not well established. Little is known about which clinical features best predict positive result on sensory or motor nerve conduction studies (NCS). Objectives: To identify clinical predictors of a positive nerve conduction test in suspected carpal tunnel syndrome. Methods: We used data from the Morecambe Bay musculoskeletal audit that included referrals to rheumatology and orthopaedics from 1st of August 2001 to 30th June 2002. Patients referred with a suspected CTS had their case notes reviewed at least 18 months from initial presentation. A positive nerve conduction was considered evidence of CTS. The predictors of a motor and sensory delay in those attending nerve conduction was ascertained using logistic regression. Predictors examined included age, gender, distribution of parasthesia, nocturnal parasthesia and a positive Tinel’s sign or Phalen’s test in addition to any finding of wrist abnormalities. Age was divided into tertiles of less than 49 years old, 49-59 years old and older than 60 years at referral. Results: 255 of the referrals in the audit period were for suspected CTS. Case notes were available for 237 patients (93.3%), of whom 140(59%) had NCS. Sensory delay was found in 92 (65.3%) and motor delay was found in 83 (58.9%). 155 (65%) of patients were female and the median age was 53 years (range 24-91 years). The commonest clinical feature recorded in the case notes was a positive Phalen’s sign (72% of patients) followed by nocturnal parasthesia (71% of patients). Bilateral symptoms were found in 52% and a positive Tinel’s sign was found in 48% of patients. Thenar wasting and wrist abnormalities were only found in 20 and 19% of patients respectively. The most common wrist abnormality was osteoarthritis. Significant predictors of a sensory delay were the highest tertile of age (OR 5.1; 95%CI: 2.0,13.6), nocturnal parasthesia (OR 2.5; 95%CI 1.1,5.6) and wrist abnormalities (OR 3.3; 95%CI 1.2, 9.2). Significant predictors of a motor delay were both tertiles of age compared to the lower tertile (OR 3.6; 95%CI 1.5,8.4; and OR 7.9; 95%CI 3.1,20.2 respectively) and wrist abnormalities (OR 3.5; 95%CI 1.5,9.3). Tinel’s sign and Phalen’s test did not predict motor or sensory abnormalities. Conclusion: Age at presentation to secondary care was the strongest predictor of an abnormal NCS, followed by clinical documentation of wrist abnormalities. Nocturnal parasthesia was a significant predictor sensory delay. The examination findings of Tinel’s sign and Phalen’s test did not show any predictive value in this cohort. An accurate symptom history thus appears to be more valuable than traditionally used examination findings at predicting conduction delay on NCS. Citation: Ann Rheum Dis 2005;64 Suppl III:255. Date: Thursday, June 9, 2005. Session Info: Myopathies and soft tissue diseases. Artrosis de la articulación glenohumeral 33 Comentario: El estudio evalúa la presentación del síndrome del túnel carpiano (STC) en un grupo de pacientes (255) referidos de las consultas de reumatólogos y traumatólogos y cirujanos ortopédicos. Está en consonancia con lo que se observa en la práctica clínica, donde a menudo los síntomas no se correlacionan con la positividad de las pruebas de conducción nerviosa en cuanto a la gravedad y evolución del síndrome. Los autores destacan el valor que la historia clínica y la exploración tienen en consonancia con la gravedad del STC y por lo tanto con la actitud terapéutica que se deriva (tratamiento conservador versus cirugía temprana). El dato que más se relaciona con la presencia de trastornos de conducción motora es la edad de presentación (tercera década de la vida) junto con alteraciones evidentes en la exploración de la muñeca (preferentemente osteoartritis) Así mismo la presencia de parestesias nocturnas es un dato valorable de gravedad. La presencia de un signo de Tinell y de Phalen positivo no se relacionó sin embargo con las alteraciones de la conducción. La elevada prevalencia de este síndrome y el número importante de intervenciones que genera inducen a que este estudio debe ser corroborado y evaluado en nuestro medio. La historia clínica detallada aparece como el índice predictor de gravedad más seguro. Fisiopatología de la artrosis: del condrocito a la comunicación intercelular El presente estudio busca caracterizar y comparar la capacidad funcional y la incapacidad en los pacientes con artrosis de las manos, sintomáticos, y con afectación diferente entre IF y TPM, ya que habitualmente son valorados de forma diferente en los ensayos clínicos. Es el primer estudio que realiza esta comparación entre estos 2 grupos, ya que existe la impresión clínica de que la artrosis TPM es más incapacitante que la que afecta a las IF. Usando los mismos parámetros que en el estudio actual, los autores habían observado previamente que los pacientes con artritis reumatoide poseen el mismo grado de incapacidad en las manos que los pacientes con artrosis, aunque sí presentaban los primeros un grado mayor de dolor (J Rheumatol 1996;26:1167; Osteoarthritis Cart 2001;9:570). Los resultados presentados y las conclusiones del estudio permiten establecer que no existen diferencias entre ambos grupos de pacientes con artrosis, y, por lo tanto, es un error establecer 33 comparaciones separadas entre los mismos en los ensayos clínicos. Asimismo, permite reafirmar la necesidad de realizar estudios comparativos para todas las variables observadas en la clínica, y, como en la mayoría de las ocasiones, las “impresiones” clínicas no se corresponden con la realidad, como es el caso actual de la percepción de que la afectación de la TPM es más incapacitante y sintomática que la de las IF. Finalmente, y aunque no se deriva directamente de este estudio, sino de otros previos de los mismos autores y utilizando las mismas herramientas de valoración, es importante señalar la importancia clínica y social de la artrosis cuando afecta a las manos –ya que la mayoría de las veces es tomada sólo como un problema estético, no solamente por médicos generalistas sino también por los especialistas del aparato locomotor, incluyendo reumatólogos, traumatólogos y rehabilitadores–, y cómo el grado de incapacidad que produce es similar al de la artritis reumatoide.