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Cuadernos Monograficos Psicobioquímica Número 3 ◊ 2014 FIBROMIALGIA Tratamiento farmacológico racional en la Fibromialgia. A. Collado y E. Solé Abordaje de la Fibromialgia en la práctica clínica. C. Alegre, M. López, S. Campos y M. Brat. Tratamiento psicológico del insomnio en la Fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico. M.P. Martínez, E. Miró y A.I. Sánchez. Psicobioquímica (estrés, ansiedad y depresión) en Fibromialgia. P.T. Sánchez, J.M. Sánchez, M. de Lamo y G. Peiró. Tratamiento psicofarmacológico de la Fibromialgia. S. Mayero De impotencia también se vive! M. Roca “Se manifiesta la invasión de la enfermedad con un escalofrío que es seguido de ansiedad y de calor; el pulso esta duro y frecuente, y las fuerzas abatidas." Manuel Hurtado de Mendoza. Compendio de la Nosografía Filosófica del Dr. Pinel. 1842. EDITA GI‐PBQC. Valencia. www.psicobioquimica.org Contacto: secretaria@psicobioquimica.org ISSN: 2254-917X ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica Obra donada al Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica. Autor: Carlos Codoñer Título: Tú sí puedes. Dimensiones: 42 x 29.5 cm. Procedimiento: Técnica Mixta sobre papel 350g. CUADERNOS MONOGRAFICOS DE PSICOBIOQUÍMICA GRUPO ESPAÑOL DE INVESTIGACIÓN COOPERATIVA EN PSICOBIOQUIMICA CLÍNICA COMITÉ EDITORIAL DIRECTORA: DRA. GEMA PEIRÓ. DEP. PSICOLOGÍA BÁSICA, CLÍNICA Y PSICOBIOLOGÍA. UNIV. JAUME I CASTELLÓN. COORDINADORA CIENTÍFICO – TÉCNICA: JULIA M. SÁNCHEZ. GRUPO DE PATOLOGÍA OXIDATIVA. DEP. BIOQUÍMICA Y BIOLOGÍA MOLECULAR. FACULTAD DE MEDICINA. UNIV. VALENCIA. INCLIVA, VALENCIA. COMITÉ DE REDACCIÓN MIGUEL DE LAMO. CENTRO DE DIAGNÓSTICO BIOMÉDICO. ANÁLISIS CLÍNICOS. CONSORCIO HOSPITAL GENERAL UNIVERSITARIO, VALENCIA. RUBÉN PALOMO. SERVICIO DE RADIOFÍSICA HOSPITALARIA. HOSP POLITÉCNICO Y UNIVERSITARIO LA FE, VALENCIA. LAURA ROVIRA. DEP. BIOLOGÍA CELULAR Y PARASITOLOGÍA, UNIV. VALENCIA. PEDRO T. SÁNCHEZ. UNIDAD DE PSICOLOGÍA CLÍNICA, DEP. HOSPITAL GENERAL UNIVERSITARIO, VALENCIA. ASESORES EN ONCOLOGÍA MÉDICA DR. CARLOS CAMPS. SERVICIO DE ONCOLOGÍA MÉDICA. CONSORCIO HOSPITAL GENERAL UNIVERSITARIO, VALENCIA. DR. JAIME SANZ ORTIZ. SERVICIO DE ONCOLOGÍA MÉDICA. HOSPITAL MARQUÉS DE VALLDECILLA, SANTANDER. DR. JUAN A. VIRIZUELA. SERVICIO DE ONCOLOGÍA MÉDICA. HOSPITAL UNIVERSITARIO VIRGEN MACARENA, SEVILLA. ASESOR EN REUMATOLOGÍA DR. CAYETANO ALEGRE DE MIQUEL. JEFE DE LA UNIDAD DE REUMATOLOGÍA DEL HOSPITAL VALL D’HEBRON DE BARCELONA. 1 Número en colaboración con ANAFIQ. ASOCIACIÓN DE NIÑOS Y AFECTADOS POR FIBROMIALGIA, SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA Y SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE. CUADERNOS MONOGRAFICOS DE PSICOBIOQUÍMICA GRUPO ESPAÑOL DE INVESTIGACIÓN COOPERATIVA EN PSICOBIOQUIMICA CLÍNICA NÚMERO 3 AÑO 2014 ÍNDICE CONTENIDO 1. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA. ANTONIO COLLADO Y EMILIA SOLÉ ........................................................................................................................................... 5 2. ABORDAJE DE LA FIBROMIALGIA EN PRÁCTICA CLÍNICA. CAYETANO ALEGRE, MIREIA LÓPEZ, SALVADOR CAMPOS, MERCE BRAT ................................................................................................. 27 3. TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DEL INSOMNIO EN LA FIBROMIALGIA Y OTROS SÍNDROMES DE DOLOR CRÓNICO. M. PILAR MARTÍNEZ, ELENA MIRÓ, ANA I. SÁNCHEZ ........................................... 39 4. PSICOBIOQUIMICA (ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN) EN FIBROMIALGIA. PEDRO T. SÁNCHEZ, JULIA M. SÁNCHEZ, MIGUEL DE LAMO, GEMA PEIRÓ ........................................................................ 55 5. TRATAMIENTO PSICOFARMACOLÓGICO DE LA FIBROMIALGIA. SARA MAYERO ....................... 69 6. DE IMPOTENCIA TAMBIÉN SE VIVE! MAMEN ROCA .................................................................. 75 3 CM de Psicobioquímica, 2014; 3: 5 - 25. ISSN:2254-917X TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA Antonio Collado, Emilia Solé Unidad de Fibromialgia Hospital Clínic de Barcelona Comité Científico Fundación FF E-mail: 37597esa@comb.cat RESUMEN La Fibromialgia es una condición crónica cuyos síntomas principales son el dolor extenso, sensación de fatiga o cansancio, alteraciones del descanso nocturno y síntomas sensoriales y emocionales. Sus características clínicas, los hallazgos neurofisiológicos, así como el conocimiento del funcionamiento del sistema nociceptivo y su comportamiento en esta enfermedad, han aportado nuevas posibilidades en el abordaje terapéutico. Diversos fármacos desarrollados con un mecanismo de acción diferencial, dirigidos a tratar el dolor neuropático, pueden ejercer una modulación de la actividad del sistema nociceptivo capaz de producir alivio donde otros fármacos han fracasado. Así, fármacos dirigidos a disminuir la excitabilidad del sistema, a través de los canales iónicos, y otros capaces de incrementar la actividad de las bioaminas implicadas en los procesos de inhibición nociceptiva, están siendo probados con beneficio en pacientes con Fibromialgia como se consigue en otros pacientes con dolor neuropático, y pueden conformar un perfil farmacológico neuromodulador más racional. PALABRAS CLAVE: Fibromialgia, Tratamiento, Farmacología, Estrategia Clínica. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 5 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA INTRODUCCIÓN En la actualidad, la Fibromialgia (FM) es entendida como una extensa alteración del Sistema Nociceptivo, que lleva al paciente a presentar dolor espontáneo, continuo y extenso, con una activación permanente de los sistemas de alerta (emocionales y neurovegetativos), así como un agotamiento de los mecanismos de control que desencadenan -en muchos casos- una dificultad en la adaptación. Las mediciones Neurofisiológicas1 o por Neuroimagen2-3, en los últimos años, han determinado que uno de los mecanismos esenciales fisiopatológicos de esta enfermedad es la Sensibilización Central mantenida del Sistema Nociceptivo4, aunque investigaciones más recientes evidencian que una Alteración en las Fibras Pequeñas específicas del Sistema Nociceptivo, compatible con una Polineuropatía de Fibra Pequeña con amplia distribución tisular, podría ser clave para explicar el dolor y otros síntomas sensoriales, así como los mecanismos de inducción y mantenimiento de la sensibilización central, que también explicaría parte de las manifestaciones clínicas de la enfermedad. La sensibilización central está asociada a un cambio transcripcional a nivel celular, que implica una alteración persistente bioquímica y molecular en los mecanismos de neurotransmisión que nuestro sistema nociceptivo utiliza. La medición de los cambios moleculares relacionados con el sistema nervioso en los pacientes con FM ha demostrado concentraciones elevadas en el líquido cefalorraquídeo de Sustancia P5,6, Factor de Crecimiento Neuronal7,8 y, más recientemente, Glutamato9, substancias que participan en el proceso de excitación y del sistema. Nuestro grupo de trabajo10, junto con otros autores11,12, ha corroborado -mediante Resonancia Espectroscópica- que las concentraciones de Glutamato están elevadas en condiciones basales en las zonas mediales del sistema nociceptivo con respecto a las personas sanas, en áreas coma la amígdala y el tálamo10, la ínsula11 y la Corteza Cingular12. Estos hallazgos son compatibles con los registros neurofisiológicos que ponen de manifiesto que la excitabilidad es una característica especial del sistema nociceptivo en estos pacientes13. Por otra parte, la medición de las substancias que se utilizan en el proceso de autorregulación e inhibición de las respuestas del sistema nociceptivo, y responsables de la modulación del dolor ha mostrado una disminución de las mismas. Así, Russell y cols14 observaron una disminución de Metaencefalina-Arg-Phe, MPHG (metabolito Norepinefrina) y precursores 5-HTRP y 5HIAA en el líquido cefalorraquídeo, o Foerster y cols15 una reducción de la concentración de gammahidroxibutirato en la ínsula de los pacientes con FM; lo que apoya un balance Excitación-Inhibición alterado en el cerebro de pacientes con FM. Este desequilibrio no es específico de esta enfermedad, ya que también ha sido observado en otros pacientes con dolor crónico por Neuropatía Diabética16. 6 A. Collado y E. Solé Dos hechos interesantes han sido demostrados mediante el estudio con Tomografía de Emisión de Positrones (PET). El primero es que los pacientes con FM presentan una disminución de la actividad dopaminérgica presináptica basal en algunas áreas cerebrales, con una falta de respuesta en los ganglios basales frente a la estimulación dolorosa17. Debe tenerse en cuenta que la dopamina participa en la modulación del dolor y en la supresión del dolor tónico18. El segundo es que también se ha observado una disminución en la disponibilidad de receptores opioides y en áreas pertenecientes al sistema nociceptivo19, lo que corrobora la disminución en la capacidad de los mecanismos de control del dolor y que podría explicar la falta de respuesta a este tipo de tratamiento. En los registros Neurofisiológicos también se demuestra la existencia de una disminución en las respuestas inhibitorias descendentes 20. Pero, sin duda, los hallazgos más fascinantes en estos pacientes se están produciendo recientemente, tras la exploración de las Fibras finas (Fibras C y A-delta) a nivel de los tejidos periféricos. Nuestro grupo de trabajo ha podido observar que hasta en el 70% de los pacientes con FM -diagnosticada por Criterios ACR 1990- se observan alteraciones espontáneas o tras su estimulación en el funcionamiento de las Fibras Finas o Pequeñas, explorando el nervio del tarso mediante microneurografía21. Estas alteraciones que cursan desde actividad espontánea, signos de sensibilización periférica o tiempos de latencia anómalos tras estimulación, son similares a las que encontramos en otros pacientes con Polineuropatías de Fibra Pequeña relacionada con causas conocidas (Citostáticos, Diabetes, etc.). Al mismo tiempo, diversos equipos de investigación en el último año, tras un análisis histopatológico de este tipo de Fibras a nivel cutáneo, han podido observar una disminución o pérdida significativa de las mismas hasta en el 50% de los pacientes22-25, cumpliendo criterios de neuropatía de fibra pequeña, trasladando por tanto, la lesión de esta enfermedad a nivel periférico y relacionando la actividad central mantenida del sistema nociceptivo con una lesión periférica de dichas fibras en estos pacientes. Teniendo en cuenta todos estos hallazgos, podemos decir que nos encontramos en el momento inicial para trasladar los tratamientos empíricos -o derivados de la propia experiencia clínica- utilizados en un tratamiento basado en la evidencia científica dirigido a la neuromodulación química racional de los pacientes con FM en el contexto de un dolor neuropático. Si recogemos las diferentes revisiones sistemáticas de la literatura realizadas en los últimos años, reflejadas en los diferentes documentos de consenso españoles26-29 e internacionales30-32,84, así como diferentes revisiones publicadas en la literatura por expertos33-41, podemos observar que se han ido utilizando diversos fármacos para el tratamiento de la FM que se apoyan en ensayos clínicos de calidad. En base al mecanismo de acción de estos fármacos y en términos de clasificación, podríamos resumir que se están utilizando fármacos dirigidos a: 1. Disminución de los Mecanismos Excitatorios del Sistema Nociceptivo, disminuyendo la capacidad de liberación de neurotransmisores excitatorios o de bloquear la acción sobre sus receptores de una forma antagonista, entre los cuales se encuentra disponibles actualmente para su utilización clínica algunos Inhibidores de los Canales Iónicos y algunos antagonistas de receptores excitatorios como el N-metil-D-aspartato (NMDA). http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 7 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA 2. Aumento de los Mecanismos Inhibitorios del Sistema Nociceptivo, o sea, a incrementar aquellas sustancias con acción en los mecanismos de inhibición descendente o estimular sus receptores con una acción agonista, entre los que se encuentran los Inhibidores de Recaptación de Noradrenalina, Serotonina y Dopamina, los Dopaminérgicos y los Gabaérgicos. FÁRMACOS QUE DISMINUYEN LOS MECANISMOS EXCITATORIOS Inhibidores de los Canales Iónicos: Actualmente hay un despliegue importante por encontrar fármacos que actúen sobre los diferentes canales de Calcio, Sodio, etc. y que sean capaces de reducir la excitabilidad neuronal del sistema nociceptivo, tanto en dolor neuropático periférico como central. Los primeros fármacos ensayados en Fibromialgia, han sido los Ligandos Alfa 2 de los Canales de Calcio: Pregabalina. La unión de este fármaco a la subunidad α2 en el canal de calcio voltaje dependiente disminuye la despolarización celular y reduce la liberación de neurotransmisores excitatorios, como el glutamato entre otros42. PREGABALINA: Se han realizado ensayos con un número mayor de pacientes y de mayor duración con Pregabalina43-49, con un efecto dosis-respuesta más relacionado. El primer ensayo clínico43 realizado sobre 529 pacientes randomizados y tratados durante 8 semanas con diversas dosis de Pregabalina frente a placebo, puso de manifiesto que se obtenía una reducción del dolor con la dosis de 300 y 450 mg/día con respecto a placebo. Se observó una reducción del dolor superior al 50% en el 29% de los pacientes tratados con 450 mg/día de Pregabalina frente al 13% en el grupo control. También mejoró significativamente la fatiga, el sueño y la calidad de vida, con escaso efecto sobre el número de puntos sensibles. Posteriormente, dos ensayos realizados en EEUU44-45 y uno en Europa, América Central, Canadá, Australia, India y Corea46, con mayor duración (1314 semanas) y sobre 748, 750 y 736 pacientes respectivamente, randomizados y con las mismas dosis, confirmó dichos resultados; no identificándose un beneficio superior a dosis más elevadas, siendo independiente del nivel de ansiedad o depresión, con aceptable perfil de seguridad y tolerabilidad, con mareos, somnolencia, cefaleas y aumento de peso, como efectos adversos más frecuentemente observados. En 2008 fue realizado un nuevo ensayo clínico controlado y aleatorizado (ECCA) de 6 meses de duración (n=1051) para evaluar la durabilidad del efecto del tratamiento y la posible pérdida de eficacia a los 6 meses de tratamiento47. En la 1ª fase del estudio (6 semanas), los pacientes fueron tratados con Pregabalina a dosis de 300-450 o 600mg/día. Los que respondieron al tratamiento (n=566) fueron randomizados a continuar con el tratamiento o a recibir placebo durante 26 semanas adicionales, al 8 A. Collado y E. Solé cabo de las cuales el grupo placebo obtuvo una mayor disminución de respuesta al tratamiento (61%) comparado con el grupo tratado con Pregabalina (32%). Otro ECCA [48] realizado de la extensión a 12 meses de tres estudios previos44, 45 y 47 , para evaluar el perfil de seguridad y tolerabilidad al tratamiento en 1206 pacientes, con dosis de entre 150 a 600 mg/día, dio como resultado que el perfil de efectos adversos y de seguridad se mantenía estable al cabo del año. También otro estudio post-hoc puso de manifiesto que los efectos positivos sobre los diferentes dominios clínicos en los pacientes con FM se mantienen a largo plazo49. Analizada la revisión, se concluye que la Pregabalina debe ser administrada a dosis progresivas para mejorar su tolerabilidad, ya que se pueden encontrar efectos indeseables como la sedación, mareo y aumento de peso, hasta un tercio de los casos, aunque la necesidad de retirada o abandono por este motivo sería en aproximadamente la mitad de los casos que presentan efectos adversos. Excepto en casos de conocida sensibilidad, que se podrían iniciar a dosis más bajas, se aconseja iniciar una dosis de 75 mg/día en dosis nocturna e incrementar semanalmente 75 mg, titulando cada 12 horas a partir de la segunda semana, hasta alcanzar 300 mg/día en cuatro semanas. Se podría retrasar el cambio de titulación si existen efectos adversos significativos, en busca de la tolerabilidad. Una vez alcanzada la dosis de 300 mg/día (150 mg/12 horas) se valorará si es respondedor (reducción del dolor > 30% del dolor), ajustando la dosis a 450 mg/día si es respondedor según efectos indeseables, o retirando el fármaco si no ha existido una respuesta clínica. En la mayor parte de los respondedores se mantiene el efecto con la toma de medicación a largo plazo. GABAPENTINA: Un fármaco con mecanismo poco conocido, con estructura similar al Acido hidroxiganmabutirato, relacionado clínicamente aunque no farmacologicamente con la pregabalina, ha sido probado en algunos pacientes con fibromialgia. La eficacia y la seguridad de este fármaco fue evaluada en un estudio donde 150 pacientes con FM eran tratados con Gabapentina versus placebo50, a una dosis media de 1800mg/día. A las 12 semanas se observó una reducción del dolor superior al 30% en un 51% de los pacientes que tomaban el fármaco versus el 31% de aquellos que tomaban placebo (p<0.014). La Gabapentina fue generalmente bien tolerada y los efectos secundarios más frecuentemente reportados en el grupo de pacientes tratados con el fármaco fueron sedación, mareos, vértigo y aumento de peso. Posteriormente una revisión Conchrane51 concluyó que no hay evidencia suficiente para extraer conclusiones sobre la eficacia y seguridad de la Gabapentina para el tratamiento de la FM. A partir de estos resultados, sería recomendable disponer de más estudios para confirmar el efecto del medicamento en la reducción del dolor. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 9 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA FÁRMACOS QUE REFUERZAN LOS MECANISMOS INHIBITORIOS MODULADORES DE LA CONCENTRACIÓN DE BIOAMINAS Inhibidores de la Recaptación de Noradrenalina, Serotonina, Dopamina Tricíclicos (ATC): Han sido los fármacos más utilizados y con mayor nivel de evidencia52-53. Aunque su mecanismo de acción fundamental es la recaptación de Noradrenalina y Serotonina, también se apunta un efecto sobre otros mecanismos, como es el bloqueo sobre los canales de sodio, receptores histaminérgicos, colinérgicos y N-metil-D-aspartato. El fármaco más utilizado es la Amitriptilina, a dosis de 25 a 50 mg/día, que se deben introducir progresivamente a partir de 10 mg por la noche e incrementar 5 mg/cada semana en una sola toma. Otros fármacos de esta familia que han sido menos utilizados y no han sido realizados ensayos clínicos controlados son Imipramina, Nortriptilina, Doxepin y Maprotilina. La Amitriptilina y otros tricíclicos mejoran el dolor, el sueño, la fatiga y la situación global del paciente con FM con un efecto moderado. Se deben tratar entre 2-3 pacientes para que uno de ellos presente una mejoría. Se obtiene una respuesta superior al 30% en el 25-45% de los casos, aunque faltan estudios a largo plazo. Su respuesta es poco predecible, la intolerancia a los efectos adversos -como la sequedad de boca y aumento de peso- son problemáticas para algunos pacientes. Algunos pacientes se pueden beneficiar algo más de la adición de un fármaco inhibidor puro de la recaptación de serotonina (IRSS) 54. Un fármaco de esta familia, con efectos principalmente sedantes, como la Ciclobenzaprina, ha sido probado55, con una mejora del descanso nocturno y leve reducción del dolor. La Ciclobenzaprina es un relajante muscular que tiene una estructura y acción similar a los ATC. Un metaanálisis sobre 5 ECCAs con un total de 392 pacientes y con una duración de entre 4 a 24 semanas demostró que el grupo de tratamiento presentaba mejoría moderada tanto en la reducción del dolor como en la mejoría del sueño respecto al grupo placebo55. Por otra parte un reciente ECCA56 con 36 pacientes demostró que el tratamiento con Ciclobenzaprina mejoraba el sueño tras 8 semanas de tratamiento. El tratamiento se suele empezar por 10mg antes de acostarse y se puede ir aumentando según tolerancia. INHIBIDORES DUALES DE LA RECAPTACIÓN SEROTONINA-NORADRENALINA (IRSN) Estos nuevos fármacos se han desarrollado con el objeto de evitar los posibles efectos adversos y centrarse más específicamente sobre la concentración de Noradrenalina y Serotonina. El primer fármaco disponible fue la Venlafaxina, que actúa como un Inhibidor Selectivo de la Serotonina por debajo de una dosis inferior a 150 mg/día y, por tanto, con menor efecto analgésico, actuando como un fármaco dual sobre Serotonina y Noradrenalina cuando se 10 A. Collado y E. Solé utiliza en dosis superiores a 225 mg/día. Algunos estudios abiertos han observado una mejoría en los pacientes con FM, pero no disponemos de ningún ensayo controlado. Más recientemente, la Duloxetina ha demostrado su efecto analgésico en dos ensayos clínicos a corto plazo (12 semanas) 57-58 y otro con un seguimiento de 6 meses59, observándose que dosis de 60 mg ó 120 mg son efectivas de forma moderada, obteniéndose una respuesta en el dolor superior al 30% en el 55% de los pacientes tratados versus el 33% obtenida en el grupo placebo. La respuesta es significativa independientemente de la presencia de depresión mayor. También hay que subrayar que los pocos hombres que se incluyeron en el primer estudio no obtuvieron respuesta significativa. El grado de tolerabilidad del fármaco es aceptable, siendo su principal efecto adverso las náuseas y, en algunos casos, el insomnio. Se recomienda iniciar a dosis bajas e ir progresando, suministrándolo por la mañana durante el desayuno. Posteriormente para evaluar la durabilidad del efecto del tratamiento y la posible pérdida de eficacia a más largo plazo se realizó un estudio de Fase III con 350 pacientes y 60 semanas de duración (8 semanas de estudio abierto y 52 semanas de estudio aleatorizado a doble ciego)60. En la primera fase los pacientes recibieron durante una semana 30 mg de Duloxetina al día y posteriormente 60 mg hasta cumplir las 8 semanas. Tras este periodo se les aleatorizaba a recibir 60 mg ó 120 mg al día. Durante la fase abierta se observó una mejoría significativa en el dolor y dicha mejoría persistió durante las 52 semanas de la fase de enmascaramiento. Asimismo el perfil de seguridad y tolerabilidad de la Duloxetina, tanto de 60 mg como de 120 mg, era similar al observado en otras entidades como el trastorno depresivo mayor y el dolor neuropático de origen diabético. Los efectos indeseables más frecuentemente reportados fueron náuseas, cefalea, insomnio, mareos, estreñimiento y boca seca. No hubo diferencias significativas en dichos efectos adversos entre los pacientes que tomaron 60 mg y los que tomaron 120 mg al día. Un hecho interesante publicado por Wuang F. et al [61] es que para los pacientes tratados con Duloxetina (60 mg/día, iniciando 30 mg/día la primera semana) y con una mejora del dolor >15% en la primera semana y >30% en la segunda semana, la probabilidad de respuesta a los 3 meses fue del 75%. Mientras que los pacientes con una mejoría del dolor <15% en la primera y segunda semana, la probabilidad de respuesta a los 3 meses fue del 86%. Este hecho indica que en la mayor parte de los casos la probabilidad de respuesta puede ser predecible en las primeras dos semanas de administración. El Minalcipran, otro IRNS no comercializado todavía en nuestro país, también ha demostrado beneficios en esta enfermedad62-64 a las 12 semanas. El grupo tratado con Milnacipran mostró mejoría del dolor y de la fatiga de manera significativa respecto al grupo tratado con placebo. Dichos beneficios fueron independientes del grado de severidad de la depresión, aunque había una ligera mejor respuesta en el grupo que no presentaba depresión mayor. Un estudio de mayor duración65 que incluía 888 pacientes durante 27 semanas -con un grado de retirada del 42%- observó una reducción del dolor superior al 30% (33% de los pacientes con FM versus el 17% de los controles), mejora de la impresión global del paciente y de la calidad de vida, con una dosis de 100 mg/día o 200 mg/día, manteniéndose esta respuesta durante más de 6 meses. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 11 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA El estudio de mayor duración realizado hasta el momento fue publicado en el año 201366. Se trata de la extensión de varios estudios previos dónde se ha evaluado la eficacia de Milnacipran a dosis de entre 100 y 200 mg al día. El objetivo principal del mismo fue evaluar la eficacia a largo plazo del fármaco (con una duración media aproximada del tratamiento de 4.5 años incluyendo ensayos previos y la extensión). La población diana fue el subgrupo de pacientes, que habían presentado una mejoría del dolor superior al 50% tras recibir tratamiento con Milnacipran a la dosis mínima de 100 mg al día. Dicha población fue randomizada a continuar recibiendo el tratamiento o a recibir placebo. Los resultados mostraron que al finalizar el estudio hubo más pacientes en el grupo placebo que perdieron la respuesta terapéutica respecto al grupo de tratamiento (64% versus 35%, p<0.001). En cuanto a los efectos adversos, los más frecuentes observados en los distintos estudios fueron la cefalea y la intolerancia gastrointestinal (náuseas, dolor abdominal, estreñimiento, etc). Se recomienda empezar con dosis de 50 mg por la mañana e ir aumentando progresivamente según respuesta clínica y tolerabilidad. OTROS RECAPTADORES DE BIOAMINAS Si bien el Tramadol es considerado como un opioide menor porque tiene un efecto sobre los receptores µ, éste representa sólo un tercio de su efecto analgésico, siendo el resto determinado por la capacidad sobre la recaptación de bioaminas (serotonina, noradrenalina) que posee. Algunos ensayos clínicos han demostrado un efecto analgésico moderado de este fármaco comparado con placebo, utilizándose solo o en combinación con paracetamol, como monoterapia o en algunos pacientes que tomaban un inhibidor selectivo de serotonina67-69. Desconocemos el efecto analgésico aditivo que pueda tener en pacientes que están siendo tratados con otros fármacos. AGONISTAS DE RECEPTORES INHIBITORIOS O REGULADORES DOPAMINÉRGICOS Un fármaco interesante, el Pramipexole, agonista dopaminérgico que actúa sobre los receptores D4, D3 y D2, ha sido probado en un ensayo clínico70 dirigido a pacientes con FM severa, que estaban tomando otras medicaciones concomitantemente, con una dosis única nocturna que se inició con 0,25 mg y se fue incrementando progresivamente hasta alcanzar 4,5 mg/noche en 14 semanas, valorándose la respuesta contra placebo. A las 14 semanas, se observó una disminución del dolor de un 36% en los pacientes que recibían el fármaco versus un 9% en el grupo control, obteniéndose una respuesta superior al 50% en la reducción del dolor en 42% de los pacientes tratados con respecto al 14% de la obtenida en el grupo placebo, mejorando también la fatiga y el estado global del paciente. No se han confirmado estas observaciones con otros estudios clínicos. 12 A. Collado y E. Solé GABAÉRGICOS La sal del Ganma-hidroxibutirato(GHB), Oxibato de Sodio, precursor del Ac. Gamma-Aminobutírico (GABA) y agonista del receptor específico para GHB y del receptor GABAb, ha despertado interés al comprobarse en un estudio randomizado controlado71 sobre una pequeña muestra de pacientes seleccionados con un trastorno del sueño determinado por polisomnografía, que se benefician mejorando no sólo la calidad del sueño sino también la fatiga y el número de puntos sensibles. Un ensayo Clínico realizado72 sobre 188 pacientes durante 8 semanas y un cumplimiento del 78%, ha demostrado un beneficio del dolor, calidad del sueño, rigidez matutina e impacto funcional, con un 31% de respondedores (mejoría> 30% en dolor, FIQ e Impresión global del paciente) con respecto al 11% de respuesta en el grupo placebo. Si se analiza la respuesta sólo con la variable dolor (mejoría> 30%), se observa un 41% de respondedores en el grupo tratado con respecto al 20% en el grupo placebo. Otro ensayo clínico73 más amplio de fase III realizado sobre 573 pacientes con FM en 108 centros de 8 países, comparando placebo con 4,5 gr/noche de Oxibato de Sodio (SXB) y 6 gr/noche de Oxibato de Sodio (SXB), observó mejoras significativas con el fármaco en el dolor, el sueño y otros síntomas asociados a la FM durante las 14 semanas que duró el ensayo. La proporción de sujetos con una reducción del dolor ≥30% fue 42.0% para SXB4.5 g/noche (p = 0,002) y un 51,4% para SXB6 g/noche (p <0,001) en comparación con 26,8% para el placebo. La calidad del sueño (escala de sueño Jenkins) mejoró en un 20% para SXB4.5 g/noche (p≤0.001) y 25% para SXB6 g/noche (p ≤ 0.001) en comparación con 0,5% para placebo. Los eventos adversos producidos en el 20-25% de pacientes fueron náuseas, mareos, vómitos, insomnio, ansiedad, somnolencia, fatiga, espasmos musculares y edema periférico. Una extension del estudio de forma abierta a largo plazo74 mostró que el perfil de seguridad de SXB en pacientes con FM fue similar a los observados en los de fase II y fase III, ensayos doble ciego, y que el tratamiento con SXB se asoció con mejoras clínicamente relevantes en el dolor y el funcionamiento; manteniéndose durante las 52 semanas de duración del estudio. El análisis de respuesta mostró que el 68,8% de los pacientes lograron una reducción de ≥ 30% en el dolor y 69,7% lograron una reducción ≥ 30% en la puntuación total del cuestionario de Impacto de la Fibromialgia (FIQ) al final del estudio. ANTAGONISTAS RECEPTORES NMDA Se generaron unas expectativas optimistas en el tratamiento de la Fibromialgia cuando, en 1995, se realizó un estudio piloto randomizado, cruzado y a doble ciego, en una muestra pequeña de pacientes con FM75, que demostraba que la infusión endovenosa de Ketamina (0,3 mg/Kg), un fármaco antagonista de los receptores NMDA activados por glutamato e implicados en la sensibilización, presentaba un efecto analgésico en más del 60% de los casos y muy superior a la administración EV de lidocaina o de Morfina, fármaco http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 13 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA este último con el que no se obtenían respuestas analgésicas. Hay que comentar que la administración de esta dosis producía efectos psicótropos significativos en más de la mitad de los casos. Posteriormente, Graven-Nielsen y cols76 observaban que la administración EV de Ketamina en los pacientes con FM producía no sólo una reducción del dolor, sino también del dolor referido tras la estimulación, y de los fenómenos de sumación temporal registrados electrofisiológicamente, confirmando así la posible implicación de los receptores NMDA en el dolor de los pacientes. A pesar de esto, seguimos sin tener un ensayo clínico de calidad en una muestra suficiente que nos indique el real ratio beneficio-tolerabilidad de este fármaco. Probablemente, su escasa disponibilidad cuando es administrado por vía oral y la corta duración del efecto analgésico cuando se administra por vía endovenosa son limitaciones importantes, aunque se sigue recurriendo a su administración en tandas en la práctica clínica en aquellos pacientes que acuden a los servicios de Anestesia. En este sentido, para la la práctica clínica es más interesante un estudio realizado por Cohen y cols77, que analizan el valor predictivo de la administración EV de 0,1 mg/Kg de Ketamina para obtener posteriormente también un efecto analgésico con la administración oral de otro fármaco bloqueador de los receptores NMDA, el Dextrometorfano, a dosis de 160 mg/día distribuido en tres tomas. El ensayo se realizó en 34 pacientes y se obtuvo una Sensibilidad del Test EV de Ketamina del 83%, una Especificidad del 86%, un Valor Predictivo positivo del 77%, y un Valor predictivo negativo del 91%. Si son confirmados dichos resultados en otros estudios, se podría establecer una estrategia analgésica más estable por esta vía. OTROS FÁRMACOS ANALGÉSICOS OPIOIDES MAYORES Aunque muchos pacientes con FM utilizan Opioides mayores durante su tratamiento, reflejado en una encuesta online realizada por Bennet et al78 sobre 2596 pacientes, donde se observa que entre el 20 y 40% de los pacientes toman Hidrocodona u Oxycodona en su tratamiento considerándola de utilidad, el uso generalizado de los opioides mayores para el tratamiento de los pacientes con FM es controvertido dado la ausencia de ECCAs que evalúen su eficacia para esta indicación. Un estudio de cohorte, prospectivo, de 2 años de duración, no evidenció ningún beneficio con el uso de los Opioides mayores, tanto en términos de mejoría del dolor como de la funcionalidad en los pacientes con FM79. Por otra parte, una revisión Cochrane del año 201480 concluye que no hay estudios relevantes sobre el papel de los Opioides para el tratamiento del dolor de los pacientes con FM. 14 A. Collado y E. Solé CANNABINOIDES: NABILONA En los últimos años se han producido avances en el desarrollo de fármacos basados en la planta Cannabis sativa o en moléculas sintéticas con una acción similar. Su uso es considerado como un paliativo para los síntomas de enfermedades neurológicas como la Esclerosis Múltiple, Glaucoma, consecuencias de tratamientos oncológicos, para tratar algún tipo de dolor crónico, para algunas enfermedades autoinmunes, etc. Su uso para tratar a los pacientes con FM ha sido evaluado en dos estudios con un análogo sintético del THC, la Nabilona81-82: el primero es un ensayo cruzado que incluye 29 pacientes tratados durante 2 semanas con Nabilona a dosis de 0.5 mg por la noche comparándola con Amitriptilina a dosis de 10-20 mg por la noche también durante dos semanas tras un periodo de lavado; Nabilona demostró ser superior a la Amitriptilina para reducir los problemas de sueño pero no para reducir el dolor o mejorar la calidad de vida. En el segundo estudio, de cuatro semanas de duración, los pacientes a los que se les administró Nabilona a dosis de entre 0.5 mg al día a 1 mg dos veces al día tuvieron mejoría significativa del dolor, de la ansiedad y la calidad de vida respecto a los pacientes que habían recibido placebo. En ambos estudios, los efectos indeseables más frecuentemente observados fueron vértigo, mareos, náuseas y sequedad de boca. De momento, a pesar de que la evidencia científica nos induce a pensar que el uso de los Cannabinoides podría ser beneficioso para tratar a los pacientes con FM, necesitamos tener más estudios, con más número de pacientes y de más duración para poder extraer conclusiones más robustas al respecto. Un ejemplo de lo dicho es que todavía no hay consenso sobre su uso en las diferentes guías internacionales publicadas; así como por ejemplo la guía Alemana83 no lo recomienda dado el riesgo potencial de abuso, la guía Canadiense84 da un leve recomendación en el caso de los pacientes con problemas de sueño. NALTREXONA La Naltrexona es conocido como antagonista opiáceo que actúa por competición específica con los receptores localizados en el SNC y periférico. Posee efecto antiinflamatorio por lo que se ha demostrado su efecto beneficioso en varias enfermedades, como la Enfermedad de Chron, la Esclerosis Múltiple y la Fibromialgia. Hay varias hipótesis sobre cuál es el mecanismo por el cual se produciría dicho efecto: antagonizando los receptores de las células inmunes, en concreto la microglía del SNC8586 o por el aumento compensador de la actividad opioide endógena tras el bloqueo opiode transitorio que realizaría la Naltrexona 87-88. En un estudio randomizado, cruzado, a doble ciego, con 31 pacientes con FM89, se demostró que dosis bajas de Naltrexona (3-4.5 mg al día) fue superior a placebo en términos de reducción de dolor (reducción del dolor del 28.8% en el grupo de tratamiento con Naltrexona versus 18% en el grupo placebo) y de mejoría del estado de http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 15 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA ánimo. No hubo diferencias entre los dos grupos para reducir la fatiga y los problemas del sueño. El nivel de tolerancia fue similar en los dos grupos. Los efectos indeseables más frecuentes fueron los sueños vividos y la cefalea (más frecuentes en el grupo de tratamiento) pero desaparecían al reducir la dosis de tratamiento. Se requieren estudios con grupos paralelos, con una muestra más amplia y de mayor duración para poder valorar la posible indicación de la Naltrexona para el tratamiento de la FM. ESTRATEGIA CLÍNICA EN EL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RECOMENDACIONES PRÁCTICAS A. Es importante establecer los Objetivos Terapéuticos con el paciente, de forma que puedan ser evaluados adecuadamente. B. La meta del tratamiento es mejorar el control de los síntomas, reduciendo su intensidad. Si la intensidad del dolor y otros síntomas es baja, podría ser suficiente con las medidas no farmacológicas. Se debe proponer medicación si la intensidad de los síntomas es moderada-alta. C. Revisar de forma exahustiva con el paciente experiencias pasadas con la medicación, discriminando dosis utilizadas, efectos adversos e intolerabilidad y falta de respuesta real. D. Informar al paciente sobre las Dos Vias Terapéuticas y proponer la Intención de Tratar. E. Informar al paciente sobre el concepto Respondedor (Parcial: Mejoría superior al 30% e inferior al 50%, Significativo: Mejoría superior al 50%) y No Respondedor (Mejoría inferior al 30% o no Mejoría). F. Informar al paciente sobre la necesidad de realizar un Test de Respuesta Farmacológica, alcanzando la ventana terapéutica en la titulación, con una duración aproximada de 2 a 6 semanas según el fármaco. G. Comenzar con dosis bajas e ir incrementándolas de forma gradual (hasta alcanzar la ventana terapéutica para cada fármaco, valorando entonces conseguir el efecto terapéutico alcanzado. Controlar la aparición de efectos secundarios y retirar el farmaco si son inaceptables o contraindicados. H. En los No Respondedores retirar el fármaco en pocos días y efectuar otro test de Respuesta por otra vía farmacológica. 16 A. Collado y E. Solé I. En los Respondedores Parciales, plantear la necesidad de reforzar el tratamiento farmacológico con la combinación de otro fármaco de mecanismo terapéutico diferenciado. J. En los Respondedores Significativos, mantener la monoterapia con el fármaco testado. K. La opciones más factibles en nuestro país, deben ser las siguientes: a. Iniciar Pregabalina, titulando hasta 300 mg/día en 4 semanas, valorando la respuesta a la 5ª semana y, si es respondedor y hay tolerabilidad, ajustar dosis a 450 mg/día, estabilizando dosis a las 6ª semana. b. Iniciar Duloxetina o Minalcipram, titulando hasta 60 mg/día o 100 mg/día respectivamente en dos semanas, valorando respuesta a la 4ª semana. c. Introducción de Amitriptilina 25-50 mg en dosis única 2-3 horas antes de acostarse. L. Si asocia Depresión, se debe considerar la necesidad de utilizar además un IRSS como: Fluoxetina (20-40 mg en dosis única por la mañana), Venlafaxina 150-225 mg/día, Desvenlafaxina 50-100 mg/día, Paroxetina 20-40 mg/día, etc, que es posible combinarlos con bajas dosis de Amitriptilina nocturna. En caso de que el paciente esté tomando Duloxetina 60 mg/día, debe considerarse la posibilidad de incrementar dosis hasta 120 mg/día. M. Si la respuesta es sólo parcial con Pregabalina, valorar la combinación con Amitriptilina o Duloxetina y viceversa. N. Después de obtener una buena respuesta posible y mantenerla a lo largo de 1 año, en algunos pacientes en los que las medidas e indicaciones no farmacológicas se cumplan regularmente, se podría planificar retiradas temporales de la medicación en forma de periodos vacacionales. O. Se puede utilizar complementariamente Tramadol como analgésico a dosis de 100-300 mg/día en los periodos de más dolor. Hay que tener en cuenta que, si se utilizan fármacos que incremantan la recaptación de serotonina, su combinación a dosis altas puede inducir un Síndrome Serotoninérgico en algunos casos. CONCLUSIÓN Como hemos podido constatar en esta revisión, el abanico neuroquímico implicado en los fenómenos de excitación y sensibilización nociceptiva, así como en los mecanismos reguladores, es amplio. La utilización de múltiples medicamentos en el tratamiento de la Fibromialgia es frecuente en la práctica clínica, probablemente basada en la necesidad de tratar diferentes dominios de la http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 17 TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO RACIONAL EN LA FIBROMIALGIA sintomatología del paciente (dolor, depresión, sueño, etc) y en la utilización aditiva de fármacos ante la insuficiente respuesta adquirida. Ante esta situación, deberíamos buscar algunas respuestas, en forma de ensayo clínico, que clarifiquen si la combinación de substancias con distinto mecanismo de acción proporciona un beneficio añadido a los pacientes en el control del dolor y el resto de síntomas, y cuál es el perfil terapéutico más beneficioso, mientras se exploran nuevas dianas en este complejo proceso. Una estrategia terapéutica neuro-moduladora racional podría ser la utilización de algún fármaco que disminuya los mecanismos excitatorios, como la Pregabalina, junto a la utilización de algún fármaco que potencie los mecanismos inhibitorios del sistema nociceptivo, como la Amitriptilina, Duloxetina o Minalcipran, utilizados con introducción progresiva o secuencial para minimizar los efectos adversos, sin dejar de tener presente que otros fármacos Dopaminérgicos o Gabaérgicos pueden aportar también beneficios. Mientras en Europa continuamos esperando la aceptación para la indicación de alguno de estos fármacos en el tratamiento de la Fibromialgia por parte de la European Medicines Agency (EMEA), siguiendo los pasos de otras agencias como la Food and Drug Administration (FDA) en United States of America, la necesaria utilización de una estrategia neuromoduladora racional en la práctica clínica de esta enfermedad sigue siendo evidente. 18 A. Collado y E. Solé BIBLIOGRAFÍA 1. Price DD and Staud R. Neurobiology of Fibromyalgia Syndrome. J Rheumatol 2005;32 Suppl 75:22-28. 2. Williams DA, Gracely RH. Biology and therapy of fibromyalgia. Functional magnetic resonance imaging findings in fibromyalgia. Arthritis Res Ther 2006;8:224. 3. Deus J, Pujol J, Bofill J and cols. Resonancia Magnética Funcional de la respuesta cerebral al dolor en pacientes con diagnóstico de Fibromialgia. Psiq Biol. 2006;13(2):39-46. 4. Yunus MB. The Concept of central Sensitivity Syndromes. 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Una vez ya establecido el diagnóstico, clasificamos la enfermedad en diversos grupos que nos ayudaran a orientar la terapia más conveniente. En la discusión comentamos que se trata de un síndrome multidisciplinar complejo exigiendo conocimientos, al médico que lo controla, de áreas muy diversas: mecanismos del dolor, trastornos del sueño, psicología familiar, neuroinmunología, etc. Comentamos también el gasto sanitario que supone, la importancia del médico de familia, de enfermería, del psicólogo y del ejercicio físico. PALABRAS CLAVE: Fibromialgia, Valoración de los síntomas, Clasificación por grupos, Tratamiento por grupos, Especialidades médicas http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 27 ABORDAJE DE LA FIBROMIALGIA EN LA PRÁCTICA CLÍNICA INTRODUCCIÓN La prevalencia del dolor crónico se cifra en más de un 30% de la población; si nos referimos en concreto a la fibromialgia (FM) (dolor crónico de más de tres meses y generalizado) se ha establecido en un 2,73% de la población, según un estudio epidemiológico de la Sociedad Española de Reumatología1. Otro estudio, realizado por nosotros, con diferente metodología, valoraba la presencia de fibromialgia en un 6% en mujeres y un 2% en hombres en Cataluña. Esta alta prevalencia hace que las FM sean un 12% de las consultas del Médico de familia (MFiC) y un 20% del reumatólogo de área, y en nuestro caso, al ser una unidad de referencia en Fibromialgia (FM) son aproximadamente del 50%. ¿Por qué en Reumatología nos hemos hecho cargo de esta entidad compleja, multisintomática y multiorgánica? Porque el síntoma dominante del paciente es el dolor, principalmente osteoarticular. Cuando el síntoma no se domina con los medios de primera línea, es lógico que el MFiC reenvíe al paciente al médico internista del aparato locomotor (reumatólogo) para profundizar en las posibles etiologías. Enfrentarse al dolor crónico generalizado (DCG), por su frecuencia y por la diversidad de etiologías, exige clasificar, esto llevó a la Academia Americana de Reumatología a analizar el DCG de etiología no precisa, dando lugar a los criterios de 1990 de clasificación de la FM. De este análisis se detectó un grupo de pacientes con características homogéneas abriendo el campo al estudio clínico, etiológico y terapéutico de la FM1-2. Por tanto, no hablamos de una enfermedad con un determinado factor etiológico que condiciona la sintomatología, sino de una agrupación de síntomas y/o signos: un síndrome. Esto facilita entendernos y saber de qué estamos hablando cuando usamos el término de fibromialgia. Esta etiqueta ha ayudado a investigadores, clínicos y a pacientes a poder definir con una palabra su proceso aunque no lo resuelve. El interés del estudio de la FM es apasionante por la complejidad de los diversos mecanismos y sistemas implicados en la generalización del dolor y sus síntomas principales: la fatiga, el sueño no reparador o el trastorno cognitivo. Desde la autoinmunidad, por presentar frecuentemente los ANAs ligeramente elevados, detectándose desequilibrios entre la citoquinas proinflamatorias y las antiinflamatorias; pasando por las alteraciones del eje del estrés, principalmente del cortisol; la neuromodulación a nivel de vías descendentes y el aumento de la sustancia P; las alteraciones funcionales del SNC con áreas de captación al estímulo doloroso diferentes de la población control, con atrofia del área de materia gris; hasta las alteraciones del nervio periférico, de la fibra fina y la importancia que puede ser que tengan la glía y los astrocitos. 28 C. Alegre et al. Se ha podido comprobar que existe una agregación familiar, pues el riesgo de padecer la enfermedad entre los familiares de pacientes con FM es de 8.5 veces mayor que en otras poblaciones3. Se han encontrado niveles elevados de ciertos agentes nociceptivos (amplificadores de las señales del dolor), como la presencia de niveles incrementados en el líquido cefalorraquídeo de 4 sustancia P, favoreciendo la transmisión de estímulos dolorosos . También están en desarrollo varios modelos biológicos que sugieren que existe un proceso de desregulación entre el SNC y el autonómico (SNA), poniéndose de manifiesto mediante alteraciones en la variabilidad de la frecuencia cardíaca, trastorno del ritmo intestinal, sudoración, etc. Estas alteraciones serian superponibles a la disfunción que se cree que existe sobre el eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), provocando anomalías del ritmo diurno con niveles elevados de cortisol en sangre y una respuesta pobre al estrés fisiológico, causando ansiedad5. Estos hallazgos se han determinado de forma objetiva mediante técnicas de neuroimagen como la tomografía computarizada por emisión de fotón simple (SPECT) y la tomografía por emisión de positrones (PET), detectando anomalías estructurales y disminución del flujo cerebral en áreas frontales y dorsolaterales de ambos hemisferios, en el tálamo, cabeza del núcleo caudado, cortex parietal superior y tegmento pontino inferior, que apoyarían los modelos neuroquímicos6. Los estudios actuales nos llevan a definir la FM como un complejo síndrome de dolor central y periférico que causan y mantienen un amplio abanico de síntomas que la caracterizan7-11. La sensibilización central se puede manifestar de múltiples modos como el síndrome de fatiga crónica (SFC), la intolerancia a productos químicos u ondas electro-magnéticas y otros que irán apareciendo, todos ellos con una prevalencia muy inferior a la FM. En mi opinión añadir etiquetas a estos enfermos no nos es de ayuda, ya que desagrupa, rompe la homogeneización conseguida con los criterios clasificatorios de 19902. Añadir el diagnostico de SFC a una FM no ayuda ni a su tratamiento, ni a su pronóstico ni a la investigación sobre el proceso; únicamente puede tener relevancia en aspectos administrativos a fin de conseguir las reivindicaciones de las ayudas que necesitan. Es discutible si a un paciente con otra enfermedad que pueda ocasionar DCG como un lupus o una artritis reumatoide, el añadir la etiqueta de FM por presentar hiperalgesia, alodinia, fatiga y alteración del sueño, le beneficia o no. En ocasiones estos síntomas harán que el médico hipertrate la enfermedad de base, por lo que ser conocedor de la existencia de una FM nos hará más prudentes. Otra forma de enfocarlo es considerar que estos síntomas son propios de la enfermedad inflamatoria, de hecho la interleucina 6, que es un punto clave en el proceso inflamatorio de la Artritis Reumatoide, actúa sobre el sueño, la fatiga y el eje del estrés12-14. Como reumatólogo clínico, desde que acabé los estudios de la especialidad, atendía cualquier proceso que afectaba al aparato locomotor: articular, músculo-tendinoso o autoinmune, siendo los principales motivos de consulta: “me duele”, “se me hincha”, “se me deforma”, o “no puedo”. El dolor crónico ocupaba más del 20% de la consulta, eso me llevó a profundizar en ese tema y ya en el 1992 junto con la Dra. Yoldi15 publicamos nuestro primer artículo de revisión sobre la fibromialgia. Ahora, a un año de mi jubilación como responsable de la unidad de fibromialgia en el Hospital Universitario del Valle Hebron, me parece oportuno aprovechar la oportunidad que me brinda la editorial de esta revista para explicar nuestro quehacer. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 29 ABORDAJE DE LA FIBROMIALGIA EN LA PRÁCTICA CLÍNICA HISTORIA Y EXPLORACIÓN Las características del dolor de la fibromialgia no acostumbran a cuadrar en la dicotomía clásica de dolor neuropático o dolor nociceptivo, en ocasiones explican síntomas como quemazón, disestesias, parestesias, dolor al roce, etc. sumado a dolor lancinante, de herida o al movimiento. El paciente introduce la visita con un "me duele todo", con ganas de resumir, de concluir: “con eso lo he dicho todo". Puede que el amplio y largo camino que ha realizado por su línea de atención sanitaria le lleve a ello, pero es más probable que tenga dificultades de explicar la naturaleza y características de un malestar que ni el mismo comprende. La localización no es articular, tampoco es propiamente muscular (de ahí que sea inapropiado el nombre de fibromialgia) ni radicular; no hay mecanismos que alivien ni que empeoren: no hay un precipitante claro ni un ritmo. Es importante el análisis de los antecedentes del paciente: - La existencia de otros enfermos con FM en su entorno familiar - Los procesos infecciosos, especialmente los víricos: por ejemplo una síndrome post-polio es difícilmente distinguible16 - Los traumatismos psíquicos o físicos: La alta prevalencia de FM después de un latigazo cervical, 17,18 de haber sufrido abusos sexuales en la infancia o en duelos mal asimilados Es relevante, también, la encuesta laboral, posición en el trabajo, el tipo de trabajo, en cadena, repetitivo, múltiples y diversos puntos de atención, responsabilidad, formación adecuada al puesto, etc. Revisamos los antecedentes y sintomatología por aparatos y sistemas, siendo los síntomas principales el dolor, la fatiga, el sueño no reparador y alteraciones cognitivas. Además pueden presentar numerosos síntomas de difícil explicación fisiopatológica como puede ser el colon irritable, cefaleas, inestabilidad y otros pueden orientarnos hacia una patología asociada como puede ser la presencia de Raynaud, intolerancia al sol, alopecia, urticaria, que obligan a descartar una enfermedad autoinmune. La exploración física es el principal instrumento que utilizamos para el diagnóstico diferencial con especial atención a la presencia de signos inflamatorios articulares, limitación o crujidos, poliadenopatías, bocio, alteraciones de la sensibilidad, fuerza o reflejos osteotendinosos y los reflejos cutáneos plantares como screening de las enfermedades desmielinizantes. Para valorar la FM observamos la hiperalgesia mediante la presión de los puntos tender clásicos y la alodinia a través de la sensibilidad a la presión del manguito que se utiliza para medir la tensión arterial; ambos datos nos ayudan a medir la eficacia del plan terapéutico establecido. La presencia de más de 11 o menos puntos ya no condiciona el diagnóstico según los criterios de la ACR del 201019. Otros datos que recopilamos, sin valor diagnóstico pero expresivo de la actividad del proceso: la 30 C. Alegre et al. presencia o no de dermografismo, el dolor al pellizco rodado de la piel de las regiones dorsal y lumbar, la presencia o no de dolor en los puntos control. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS Con la idea de realizar exclusivamente las pruebas necesarias para el diagnóstico diferencial, acostumbramos a seguir lo propuesto por el documento de consenso de la Sociedad Española de Reumatología del 2006 20: • Para análisis del malestar general solicitamos la VSG, proteínas totales, función renal y hepática. • Para análisis de la fatiga: hemograma, TSH, CKs, serología Hepatitis C • Para análisis del dolor articular: VSG, PCR, FR, ANA • Otros datos que valoramos su incorporación en el protocolo son el proteinograma, el Calcidiol y la LDH. Como pruebas de imagen, habitualmente, no solicitamos ninguna exceptuando que si la fatiga es el síntoma predominante realizamos una Rx de tórax y si las maniobras físicas de las sacroilíacas son positivas una Rx de las mismas. Otros documentos consenso valoran solicitar otras pruebas de laboratorio como la función del eje hipófiso-suprarrenal, indicadores del metabolismo del calcio, estudio de niveles de vitamina B12, folato, hierro, o valoraciones con test especiales en función de los factores de riesgo y/o condiciones co-mórbidas del paciente21. Más reciente que el documento de la SER es el protocolo de la sociedad canadiense que recomienda, según el caso, la realización de Resonancia Magnética y Tomografía Computerizada en los pacientes con clínica neurológica, test de la marcha basculante si se sospecha de hipotensión ortostática antes de prescribir determinada medicación, estudios de sueño si se sospecha de un desorden que pudiera ser tratable, y Electromiograma o Electroencefalograma en función de los hallazgos obtenidos22. DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN Hasta finales del 2012 utilizábamos para el diagnóstico los criterios de clasificación publicados por la ACR en 1990. Progresivamente hemos ido dejando de contar, no de explorar, los puntos tender y vamos valorando más los síntomas considerados como principales: Fatiga, alteración cognitiva y trastorno del sueño, así como la presencia de múltiples síntomas asociados, así pues, http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 31 ABORDAJE DE LA FIBROMIALGIA EN LA PRÁCTICA CLÍNICA actualmente aplicamos los criterios del ACR-2010 19, principalmente por el punto que se refiere a la ausencia de otras entidades que puedan explicar el dolor generalizado. Por ejemplo: en casos que el paciente sufre hepatitis C, LES, AR, esclerosis múltiple, depresión mayor o es bipolar no añadimos la etiqueta de FM. Hay situaciones límite: el dolor y la fatiga crónica se acompaña habitualmente con signos de tristeza o depresión, la diabetes con afectación neurológica, el hipotiroidismo mal controlado o enfermedades en remisión. Una vez diagnosticada la FM procedemos a clasificar y evaluar: la intensidad del dolor la evaluamos mediante la escala EVA de dolor, la hiperalgesia por los puntos tender y la alodinia mediante el esfingomanómetro23, la fatiga mediante un EVA y el parámetro vitalidad del cuestionario SF-36, en ocasiones cuando la fatiga es el síntoma principal utilizamos el cuestionario 24 MFI, el catastrofismo mediante el cuestionario validado de Garcia Campayo , el impacto funcional mediante el FIQ-r 25 , la ansiedad y depresión mediante el HAD26 y la psicopatología general 27 (Ansiedad, depresión, somatización y disfunción social) mediante el GHQ . Mediante los resultados de estos cuestionarios clasificamos la FM en 3 subgrupos siguiendo la clasificación de Giesecke: los que predomina la depresión (grupo I) , en los que la somatización es la característica predominante (grupo II) y los que no tienen asociado psicopatología (grupo III) 28. En 29 nuestra experiencia el 20.6% corresponden a la Tipo I, 68.3% al tipo II y 10.9% al tipo III . El FIQ-r, los EVAs de dolor y fatiga y el SF-36 son los que más nos ayudan a evaluar la eficacia del tratamiento pautado. Los agentes sociales, abogados y evaluadores de la incapacidad laboral, por medio de los pacientes, requieren que definamos un grado de gravedad o de incapacidad. Hay editoriales y artículos de opinión que califican la FM según el resultado del FIQ: leve menos de un 50%, moderada entre 50 y 75% y severa más de un 75%, pero no hay ningún estudio que relacione este cuestionario con la capacidad laboral o con el pronóstico de la enfermedad. El valor del FIQ varía según el momento clínico y los agravantes que padece el paciente no siendo un dato estable, por lo que nosotros no establecemos una categoría o grado alguno. ORIENTACIÓN TERAPÉUTICA El tratamiento siempre tiene tres ramas: la medicamentosa, la física y la personal, todas ellas adaptadas a las características personales y sociales de cada paciente y dependiendo del tipo de FM, si es una FM del grupo I donde predomina la depresión utilizaremos de base los antidepresivos duales (IRNS), si predomina el síndrome funcional somatomorfo los tratamientos tienen poca eficacia, acostumbran a presentar numerosos efectos adversos y/o secundarios, por ello evitamos los opioides siendo el tratamiento indicado la psicoterapia, si son del grupo III nos decantaremos por el tratamiento analgésico y del sueño. Al ser los síntomas múltiples y diversos escogemos el que más afecta al paciente y el que nos es más fácil de dominar, casi siempre la calidad del sueño. La amitriptilina a dosis bajas acostumbra a ser 32 C. Alegre et al. el primer tratamiento recomendado30, ayuda a mejorar el dolor y consigue un sueño de mejor calidad. Aunque los síntomas son múltiples, evitamos la polifarmacia en la mayor medida posible ya que la frecuencia de efectos adversos es mayor que en la población general. El ejercicio físico es clave, existiendo múltiples trabajos que lo avalan, no siendo importante el tipo de ejercicio sino la constancia en realizarlo, quizás parte de su eficacia podría atribuirse a la socialización que implica o el aumento de la autoestima que supone poderlo llevar a cabo, ya que en la FM no se detecta atrofia muscular ni pérdida de fuerza aunque sí pérdida de capacidad para la realización de una actividad. Recomendamos baile por ser variado, no repetitivo, puede realizarse en cualquier lugar, no tiene un tiempo determinado, no aumentamos la fatiga de vestirse y desvestirse. El área en que se trabaja menos en el tratamiento es el soporte social y psicológico: nos reunimos con la pareja y explicamos la naturaleza de la enfermedad, las dificultades de la vida diaria, la relación de pareja, las dificultades laborales, la dificultades cognitivas, todo ello queda corto ya que el entorno puede ser difícil y se nos escapa de las posibilidades desde el despacho de la consulta. El departamento de Salud de Cataluña31 constituyó diversas unidades distribuidas por toda la autonomía para la asistencia de la FM, estas debían estar soportadas por 14 especialidades diferentes, en nuestra opinión solo son necesarios el médico responsable y experto en fibromialgia, enfermería, psicología clínica y asistente social. EVOLUCIÓN La FM es una enfermedad discapacitante con una evolución variable según el grado de afección del paciente y las circunstancias del entorno. Los datos recogidos hasta el momento señalan que la duración media de los síntomas es de unos 15 años pero hay pocas publicaciones que hayan valorado el estado de los pacientes pasados tantos años desde diagnóstico. En una cohorte de 132 pacientes afectos de FM de más de 10 años de evolución la mayoría presentaban un empeoramiento de su enfermedad (63.9%), con persistencia de los síntomas principales como son el dolor, fatiga y alteraciones del sueño. En el 6,1% de los pacientes la enfermedad se mantuvo igual, el 28% mejoró y un 0,7% presentó remisión de los síntomas. En este estudio no se encontraron diferencias del estado de salud entre las pacientes que dejaron de trabajar y las que mantuvieron su actividad laboral32. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 33 ABORDAJE DE LA FIBROMIALGIA EN LA PRÁCTICA CLÍNICA DISCUSIÓN El desconocimiento o la negación de la FM complican su abordaje, hace que el paciente recorra diversas especialidades y encarece enormemente el coste sanitario sin ninguna eficacia. El coste de la asistencia de una FM en el hospital es similar a una Artritis Reumatoide sin cuantificar el tratamiento, siendo el mayor gasto aquel ocasionado por las pruebas complementarias, principalmente las de imagen, resultando el coste en nuestro medio de 1.104€/paciente/año 33. ¿Qué especialidad médica debería estudiar a estos pacientes? No se trata de una enfermedad psíquica por lo que el psiquiatra no tiene un papel especifico; sí el psicólogo, ya que los trastornos de personalidad y conducta así como el encuadre de las emociones es un punto crucial en el tratamiento. Tampoco es ámbito de las clínicas del dolor ya que el síndrome no es solo dolor, las terapias invasivas no tiene papel y los opioides mayores no se han demostrado eficaces. La FM no tiene un déficit funcional articular o neurológico por lo que la rehabilitación no es una pieza del tratamiento, sí la fisioterapia para mantener la actividad y enseñar la función física más eficaz y menos dolorosa. Habitualmente estos pacientes son estudiados por el reumatólogo, que su campo de estudio son las enfermedades inflamatorias y autoinmunes y algunos nos hemos centrado en el dolor crónico: Lumbalgia, artrosis, FM. Es posible que progresivamente la atención de estos pacientes se desplace al neurólogo, las evidencias de afectación central y periférica cada vez son más contundentes. Papel relevante tiene enfermería, tanto para el seguimiento, como en las múltiples consultas telefónicas que evitan visitas repetidas y visitas en urgencias, una demostración de esto es el programa de paciente experto de gran eficacia34. El MFiC es la piedra angular del seguimiento de estos pacientes tal como concluyen los documentos de consenso y guías terapéuticas consultadas 20,22,35,36. Las asociaciones de pacientes tiene gran relevancia ya que es una fuerza mayor para conseguir recursos de las administraciones públicas como por ejemplo la iniciativa popular que llevó a cabo la votación de una ley en el parlamento catalán para la organización de la asistencia sanitaria y la creación 14 unidades distribuidas por la autonomía, la fuerza del paciente "impaciente" como describe Edwin Silverman37 puede ser de gran ayuda para este tipo de enfermedades muy globales. Las líneas de investigación sobre medicamentos no parecen tener un futuro claro, ya que la EMA (Asociación Europea del Medicamento) no acepta el concepto de fibromialgia y por lo tanto no aprueba ningún medicamento con esa indicación. CONCLUSIÓN La FM es un síndrome complejo que obliga a profundizar en múltiples campos como el neurológico, el autoinmune, el endocrino, el psicológico y el social, por lo que se necesita una amplitud de miras enorme y no ceñido a una especialidad en concreto. 34 C. Alegre et al. En el abordaje de la FM lo crucial es el diagnóstico diferencial de otros procesos que puedan ocasionar sintomatología similar y posteriormente la categorización del tipo de FM a fin de orientar la terapia más eficaz evitando la sobremedicalización. Con la ayuda de mis colaboradores, he intentado resumir nuestra experiencia de 25 años asumiendo enfermos con fibromialgia. BIBLIOGRAFÍA 1. Carmona L, Ballina J, Gabriel R, Laffon A. The burden of musculoskeletal diseases in the general population of Spain: results from a national survey. Ann Rheum Dis 2001; 60(11):1040-5. 2. Wolfe F, Smythe HA, Yunus MB, Bennett RM, Bombardier C, Goldenberg DL et al. The American College of Rheumatology 1990 Criteria for the Classification of Fibromyalgia. Report of the Multicenter Criteria Committee. Arthritis Rheum 1990; 33(2):160-72. 3. Arnold LM, Hudson JI, Hess EV, Ware AE, Fritz DA, Auchenbach MB et al. Family study of fibromyalgia. Arthritis Rheum 2004; 50(3):944-52. 4. Russell IJ. 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ISSN:2254-917X TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DEL INSOMNIO EN LA FIBROMIALGIA Y OTROS SÍNDROMES DE DOLOR CRÓNICO M. Pilar Martínez, Elena Miró y Ana I. Sánchez Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico, Universidad de Granada E-mail: mnarvaez@ugr.es RESUMEN Los avances recientes en la fisiopatología de la fibromialgia (FM) subrayan la influencia del sueño en las manifestaciones clínicas de este síndrome. Desde esta perspectiva se sugiere incorporar al abordaje de la FM estrategias para tratar las alteraciones del sueño. En esta revisión se analizan los estudios que han aplicado la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) o la terapia combinada para el insomnio y el dolor (TCC-ID) a síndromes de dolor crónico, y que figuran en las bases de datos MEDLINE, PsycINFO, SCOPUS y Cochrane Library en el período 2000-2014. La revisión revela que la TCC-I y la TCC-ID son eficaces para mejorar el sueño, y aunque sus efectos son menos potentes en la severidad del dolor, también mejoran otros aspectos como la interferencia del dolor o el estado de ánimo. Aunque la terapia combinada parece prometedora es necesaria mayor investigación sobre sus beneficios potenciales en la FM. PALABRAS CLAVE: Dolor, Fibromialgia, Insomnio, Terapia Cognitivo-Conductual, Revisión. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 39 Tratamiento psicológico del insomnio en la fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico INTRODUCCIÓN De acuerdo con las recientes variables diagnósticas propuestas por el American College of Rheumatology1 la fibromialgia (FM) se caracteriza por la presencia de dolor generalizado acompañado de síntomas cognitivos, fatiga, sueño no reparador, y otras molestias somáticas. La etiología de este síndrome no está completamente determinada, si bien la evidencia sugiere la existencia de anomalías en el procesamiento del dolor a nivel del sistema nervioso central que hace que la persona experimente más dolor del que cabría esperar por el input nociceptivo existente (consultar revisión2). Diversos factores de naturaleza muy dispar pueden participar en la modulación de la experiencia del dolor, entre los que figuran los factores psicológicos. Así, se ha planteado que variables cognitivoafectivas como la catastrofización, el miedo o la hipervigilancia del dolor pueden contribuir a exacerbar el dolor y dificultar la adaptación en los síndromes crónicos de dolor músculo-esquelético, incluida la FM (consultar revisión3). Aunque todavía no se dispone de un tratamiento definitivo para la FM, se considera que un abordaje multidisciplinar que incluya farmacoterapia, ejercicio físico y terapia psicológica puede mejorar algunas de sus manifestaciones clínicas. Respecto al tratamiento farmacológico diversos estudios de revisión han evidenciado la utilidad de la amitriptilina4, la pregabalina5, la duloxetina4,6 y 6 el milnacipran . En cuanto al ejercicio físico las revisiones sistemáticas han puesto de manifiesto los 7,8 beneficios clínicos de los ejercicios aeróbicos y el entrenamiento en fortalecimiento . Respecto al tratamiento psicológico, la mayor parte de los estudios se han centrado en la potencial utilidad de la terapia cognitivo-conductual (TCC), si bien los resultados no han sido siempre coincidentes. Aunque algunas revisiones indican que la TCC como única modalidad de tratamiento no ofrece ventajas claras sobre los programas de intervención educativos y/o de ejercicio físico9, otras revisiones han mostrado 10 que la TCC es superior a otras formas de terapia psicológica en la reducción del dolor , y que produce mayores efectos beneficiosos que las condiciones de control en el dolor, la fatiga, el estado de ánimo negativo, las limitaciones funcionales, y la auto-eficacia, aunque no logra mejorar de manera significativa los problemas de sueño11. Posiblemente estos hallazgos dispares han hecho que las principales directrices para el manejo de la FM basadas en la evidencia consideren de forma diferente 12 13 el valor de la TCC: la American Pain Society y la Canadian Pain Society otorgan un elevado grado de recomendación a esta terapia, la Association of the Scientific Medical Societies in Germany 14 ofrece 15 una recomendación abierta, y la European League Against Rheumatism sólo establece una débil recomendación para la TCC. En España, el documento de consenso interdisciplinar para el tratamiento de la FM recomienda la TCC específicamente para los pacientes con niveles elevados de catastrofismo16. En los últimos años diversas líneas de investigación han comenzado a subrayar cada vez más la influencia del sueño en los síndromes de dolor crónico, incluida la FM. Se ha sugerido que las alteraciones del sueño contribuyen a disminuir la función inhibitoria sensorial del sistema nervioso central en la percepción de estímulos nocivos17,18. 40 MP. Martínez et al. Los estudios polisomnográficos han mostrado que a nivel de continuidad y arquitectura del sueño los pacientes con FM presentan menor tiempo total de sueño, más despertares y arousals, mayor latencia de inicio del sueño y de la fase de sueño MOR (movimientos oculares rápidos), aumento de los cambios de fase, y reducción del porcentaje de sueño lento (consultar revisión19). Estos problemas de sueño pueden llegar a ser incluso más molestos que el propio dolor, observándose que después de la rigidez y la fatiga, el sueño no reparador es el tercer síntoma que más pacientes con FM experimentan con alta intensidad, situándose el dolor en cuarta posición20. Además, se ha informado que el 44,4% de los pacientes con FM sufre con frecuencia insomnio y el 62,9- 65,7% 21 considera que su sueño no es suficientemente reparador/profundo . Entre el dolor y el sueño parece existir una relación recíproca, de tal modo que el dolor puede dificultar la consecución de un sueño de calidad y a su vez la dificultad para dormir puede intensificar el dolor. En este sentido diversos estudios han revelado que los problemas de sueño pueden influir en el dolor pero también en otras manifestaciones clínicas como la fatiga, el estado de ánimo, y el funcionamiento diario. Por ejemplo, a través de diarios y/o auto-informes se ha observado que en pacientes con FM el dolor y la calidad de sueño del día previo predice la fatiga del día siguiente22, que el sueño inadecuado tiene una repercusión acumulativa en el afecto negativo e impide la recuperación afectiva de los días con alta 23 tasa de sucesos de vida desagradables , y que la calidad del sueño (y la auto-eficacia para afrontar el 24 dolor) median la relación entre el dolor y el malestar emocional . Asimismo, se ha constatado que los pacientes con FM con déficits objetivos de sueño muestran niveles más altos de dolor, consideran que su sueño es peor, e informan de más síntomas depresivos y mayor impacto negativo de la enfermedad sobre el funcionamiento que aquellos sin tales déficits de sueño25. Nótese que, además, los problemas de sueño de los pacientes con FM pueden ser de gran relevancia para la comunidad ya que aquellos con uno, dos o más síntomas de sueño conllevan más costos directos e indirectos que aquellos sin ningún síntoma de sueño26. Asumiendo que el sueño puede tener una contribución destacada en la persistencia y/o exacerbación del dolor, algunos grupos de investigación han empezado a prestar una creciente atención al tratamiento de las alteraciones del sueño en los síndromes de dolor músculo-esquelético crónico. El interés por esta temática queda patente en tres recientes revisiones27-29 sobre los estudios que han analizado la eficacia de la TCC centrada en el insomnio (TCC-I) y de la forma híbrida de TCC centrada en el insomnio y en el dolor (TCC-ID) en condiciones de dolor crónico. Aunque estas revisiones han recogido valiosas reflexiones sobre el tema, han omitido algunos estudios relevantes que pueden ayudar a perfilar algo más las conclusiones sobre la aplicación de estas modalidades de TCC. Tomando como referencia las revisiones mencionadas, el presente estudio pretende actualizar el estado de conocimientos sobre la utilidad clínica de la TCC-I y la TCC-ID en la FM y en otros síndromes de dolor crónico. De manera específica en esta revisión nos planteamos: 1. Examinar los cambios producidos por la TCC-I y la TCC-ID en el sueño. 2. Examinar los cambios producidos por la TCC-I y la TCC-ID en el dolor y en otros síntomas relevantes como la fatiga y el estado de ánimo. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 41 Tratamiento psicológico del insomnio en la fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico MÉTODO Se llevó a cabo una exhaustiva búsqueda bibliográfica en las bases de datos MEDLINE, PsycINFO, SCOPUS y Cochrane Library en el período comprendido entre Enero de 2000 y Julio de 2014. Los términos utilizados para la búsqueda fueron: (cognitive-behavioral therapy) AND (insomnia) AND (fibromyalgia OR arthritis OR chronic pain OR musculoskeletal pain). Se seleccionaron los estudios que cumplieron los siguientes criterios: 1. Haber utilizado un diseño de ensayo controlado aletorizado en el que la TCC-I/TCC-ID hubiese sido comparada con otra condición (p.ej., lista de espera, tratamiento médico usual, otra forma de terapia psicológica). 2. Estar publicado en una revista científica con proceso de revisión por pares y estar escrito en inglés o español. 3. Haber considerado pacientes adultos (mayores de 18 años) con síndromes de dolor crónico no maligno e insomnio (según los criterios diagnósticos estándar) tuvieran o no otras condiciones médicas y/o psicológicas comórbidas. Para determinar la magnitud de la superioridad de la TCC-I y la TCC-I/D frente a las condiciones control en el post-tratamiento, se calculó el tamaño del efecto (d) con el Practical Meta-Analysis Effect Size Calculator (http://www.campbellcollaboration.org/resources/effect_size_input.php). Este cómputo se realizó a partir de las puntuaciones medias (desviaciones típicas) recogidas en los artículos analizados. Se consideraron 0,20, 0,50 y 0,80 tamaños del efecto pequeño, medio y grande, respectivamente30. RESULTADOS La búsqueda bibliográfica realizada permitió identificar 183 registros (MEDLINE=41, PsycINFO=26, SCOPUS=107, y Cochrane Library=9). Después de la eliminación de los registros duplicados (n=88), los 95 registros restantes fueron examinados en base a los criterios de inclusión, siendo seleccionados 17 artículos sobre intervención cognitivo-conductual del insomnio en el dolor crónico. La autoría de estos trabajos se concentra en varios grupos de investigación: el grupo de Currie de la University of Ottawa (Canadá); el grupo de Edinger de la Duke University (Estados Unidos); el grupo de McCurry, Rybarczyk, Vitiello y Von Korff de la University of Washington, la Virginia Commonwealth University, la University of Washington, y el Group Health Research Institute (Estados Unidos), respectivamente; el grupo de Pigeon y Jungquist de la University of Rochester (Estados Unidos); el grupo de Tang de la Keele University (Reino Unido); y el grupo de Martínez, Miró y Sánchez de la Universidad de Granada (España). 42 MP. Martínez et al. La TCC-I y la TCC-ID son paquetes multicomponentes, estructurados, de tiempo limitado, y que enfatizan el papel activo del paciente en el proceso. La TCC-I pretende dotar al paciente de habilidades cognitivas, afectivas y conductuales para un mejor afrontamiento de sus problemas para conciliar el sueño. La TCC-ID extiende los objetivos anteriores al afrontamiento del dolor. En la Tabla 1 se presentan los principales contenidos de la TCC-I31 y la TCC-ID32. Tabla 1. Componentes de la TCC-I31 y de la TCC-ID32 aplicadas a pacientes con FM. TCC-I Psicoeducación. Información sobre la FM, el sueño (funciones, fases, efectos de la privación de sueño, etc.) y la relación entre dolor y sueño. Identificación de los problemas de sueño y de los factores (hiperactivación, pensamientos disfuncionales, horarios irregulares, etc.) que contribuyen al insomnio. Presentación del programa de tratamiento, y énfasis en el papel activo del paciente a lo largo del proceso. Higiene de sueño. Análisis y modificación de los diversos factores medioambientales (ruido, luz, temperatura, mobiliario, etc.) y estilos de vida (dieta, ejercicio, fármacos, consumo de café y otros estimulantes, etc.) que pueden afectar a la calidad del sueño. Restricción del sueño. Se examina el tiempo en cama y el tiempo de sueño y se calcula la eficiencia del sueño. Se reduce el tiempo en cama al tiempo de sueño (mínimo 4,5h/día en cama). A medida que la eficiencia del sueño mejora se incrementa el tiempo en cama 20 min. cada 3-4 días hasta alcanzar las horas de sueño deseables. Control de estímulos. Reforzar la asociación entre el sueño y las condiciones bajo las que normalmente se produce, eliminando las conductas que interfieren en el sueño. Se instruye al paciente en una serie de pautas (p.ej., acostarse sólo cuando tenga sueño, levantarse a los 15 min. si no se ha dormido, establecer rutinas que indiquen la proximidad de la hora de dormir, etc.) Técnicas de relajación. Entrenamiento en respiración abdominal, relajación pasiva e imaginación temática. Estas técnicas facilitan la reducción de la activación fisiológica/emocional que perjudica la conciliación del sueño. Terapia cognitiva. Información sobre la relación entre pensamientos, emociones y conductas. Profundizar en el conocimiento de los pensamientos negativos implicados en el insomnio. Aprender a identificar los propios pensamientos que interfieren en el sueño. Terapia cognitiva (cuestionamiento y experimentos conductuales) para las creencias erróneas sobre las causas y consecuencias del insomnio, las expectativas sobre el sueño, la falta de control sobre el sueño y los hábitos de sueño. Prevención de recaídas. Repaso e integración de las distintas técnicas aprendidas. Preparar al paciente para que sea capaz de mantener los logros terapéuticos y pueda resolver posibles contratiempos futuros. Planificar los seguimientos. TCC-ID Psicoeducación. Además de los contenidos recogidos en la TCC-I se aborda la influencia de los factores psicológicos (estado emocional, estilo atribucional, focalización atencional, estrategias de afrontamiento, etc.) en el aumento/reducción del dolor. Higiene de sueño. El contenido es el mismo que en la TCC-I. Restricción del sueño. El contenido es el mismo que en la TCC-I. Control de estímulos. El contenido es el mismo que en la TCC-I. Técnicas de relajación. El contenido es el mismo que en la TCC-I. Programación y ritmo de actividades. Información sobre los ciclos perjudiciales de actividad-descanso (excesivamente activo o excesivamente pasivo). Aprender a combinar de forma equilibrada la actividad y el descanso: pautas específicas en función del patrón predominante. Mejorar la forma de distribuir el tiempo. Introducir en la rutina diaria actividades agradables. Habilidades de comunicación. Importancia de la comunicación para el bienestar personal y familiar. Identificar el estilo (pasivo, agresivo o asertivo) con el que el paciente se relaciona con los demás. Entrenamiento en pautas asertivas de comunicación para pedir favores, rechazar peticiones, y solicitar cambios de conducta que faciliten la colaboración de los demás y evite la sobrecarga de demandas. Entrenamiento en solución de problemas. Conocer los fundamentos del entrenamiento en solución de problemas para dar mejor respuesta a las situaciones de conflicto en la convivencia familiar. Descripción y práctica de las distintas fases del procedimiento de resolución de problemas (orientación hacia el problema, formulación del problema, generación de alternativas, toma de decisiones, y aplicación de la solución escogida) a situaciones de conflicto. Terapia cognitiva. Además de los contenidos recogidos en la TCC-I se contempla la identificación y modificación de los pensamientos disfuncionales sobre el dolor (p. ej., creer que el dolor tiene una naturaleza maligna, tener expectativas desajustadas sobre el tratamiento, pensar que se tiene poca capacidad para afrontar el dolor, etc.). Prevención de recaídas. El contenido es el mismo que en la TCC-I. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 43 Tratamiento psicológico del insomnio en la fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico 1. ESTUDIOS SOBRE LA EFICACIA DE LA TCC-I Se identificaron 10 estudios que han examinado la eficacia de la TCC-I en muestras de dolor crónico, de ellos 4 se han realizado en muestras de FM33-36 y 6 en muestras con otras condiciones 37-42 crónicas de dolor músculo-esquelético características de estos estudios. . En la Tabla 2 se presenta una síntesis de las Tabla 2. Características de los estudios que han aplicado TCC-I en síndromes de dolor crónico. Notaa. Se recogen los datos del estudio más amplio; ANT-I=Attentional Network Test-Interaction; BDI=Inventario de Depresión de Beck; BPI=Inventario de Dolor Breve; CPSS=Escala de Auto-eficacia del Dolor Crónico; CS=Calidad de sueño; D=Despertar; DBAS=Escala de Creencias y Actitudes Disfuncionales sobre el Sueño; ES=Eficiencia del sueño; ESS=Escala de Somnolencia de Epworth; FIQ=Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia; GDS=Escala de Depresión Geriátrica; HADS=Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria; I=Insomnio; ISDD=Inicio del sueño después del despertar; ISI=Índice de Severidad del Insomnio; ISQ=Cuestionario de Síntomas de Insomnio; LIS=Latencia de inicio del sueño; MFI=Inventario de Fatiga Multidimensional; MPI=Inventario de Dolor Multidimensional; MPQ=Cuestionario de Dolor de McGill; MQS=Escala de Cuantificación de la Medicación; PCS=Escala de Catastrofización del Dolor; PDI=Índice de Discapacidad del Dolor; POMS=Perfil de Estado de Ánimo; PSG=Polisomnografía; PSQI=Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh; RMDQ=Cuestionario de Discapacidad de Roland y Morris; SCL-90-R=Listado de 90 Síntomas Revisado; SF-36=Cuestionario de Salud, versión de 36 ítems; SII=Índice de Deterioro del Sueño; SIP=Perfil de Impacto de la Enfermedad; SSES=Escala de Auto-eficacia del Sueño; TC=Tiempo en cama; TTD=Tiempo total de despertar; TTS=Tiempo total de sueño. El primer estudio documentado es el de Currie et al.37, realizado con pacientes con diversas condiciones de dolor crónico (dolor de espalda, cuello, en las extremidades inferiores o en el área pélvica) que fueron asignados a TCC-I (n=32) o a una condición control de lista de espera/autoobservación (n=28). En el post-tratamiento el grupo de TCC-I mostró menor latencia de inicio del sueño e inicio del sueño después de despertar, y mayor eficiencia del sueño y calidad del sueño que 44 MP. Martínez et al. el grupo control, manteniéndose estas mejorías a los 3 meses de seguimiento. El 16% de los pacientes del grupo de TCC-I (vs. 0% en el grupo control) cumplieron todos los criterios indicativos de un buen sueño (latencia de inicio de sueño/inicio del sueño después de despertar<30 min., eficiencia del sueño>85%, e Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh, PSQI<6). La TCC-I, frente al grupo control, redujo el nivel de actividad motora nocturna en el post-tratamiento pero los cambios se desvanecieron en el seguimiento. La TCC-I no difirió de la condición control en severidad del dolor, depresión y consumo de medicación. En un estudio posterior Currie et al.38 usaron el Índice de Cambio Fiable y los criterios de sueño normal para evaluar las mejorías individuales, observando que entre el 6% y el 20% de los pacientes que recibieron TCC-I se recuperaron completamente de sus problemas de sueño. Además constataron que los pacientes que mejoraron su calidad de sueño con esta terapia presentaron mayor auto-eficacia del sueño y menor depresión y discapacidad que los que no mejoraron su calidad de sueño. Edinger et al.33 en pacientes con FM compararon la TCC-I (n=18), la higiene del sueño (HS) (n=18) y el cuidado médico habitual (CMH) (n=11) en el pre y post-tratamiento y a los 6 meses de seguimiento. Tras la intervención y en el seguimiento el grupo de TCC-I mostró menor latencia de inicio del sueño y tiempo total de despertar, y mayor eficiencia del sueño que el grupo de CMH; sin embargo, el grupo de HS no difirió de los otros dos grupos en estos parámetros del sueño. Además, los grupos de TCC-I e HS presentaron menos insomnio que el grupo de CMH. El 57% de los participantes en la TCC-I (vs. 17% en HS y 0% en CMH) cumplieron los criterios de mejora subjetiva del sueño (tiempo total de sueño≥6,5h, tiempo total de despertar<60 min. y eficiencia del sueño≥85%). Los grupos de TCC-I e HS mostraron mayor salud mental que el grupo de CMH, el grupo de TCC-I mejor estado de ánimo que el grupo de CMH, y el grupo de HS menos dolor que el grupo de CMH. La TCC-I no logró mejorías superiores en el dolor frente a las otras dos condiciones. Rybarczyk et al.39 en pacientes con diversas patologías médicas (osteoartritis, enfermedad de arteria coronaria o enfermedad pulmonar obstructiva crónica) compararon la TCC-I (n=46) frente a un entrenamiento en manejo del estrés y bienestar (EMEB) (n=46). Los resultados específicos del grupo de osteoartritis (TCC-I, n=23 y EMEB, n=28) se presentaron en el estudio posterior de Vitiello et al.40. Tras la intervención los pacientes en el grupo de TCC-I redujeron la latencia de inicio del sueño e inicio del sueño después de despertar y aumentaron la eficiencia del sueño, manteniendo estas mejorías al año de seguimiento; sin embargo la reducción del dolor identificada en el posttratamiento, desapareció en el seguimiento, y la depresión no experimentó mejorías. En el grupo de EMEB no se produjeron cambios en ninguna de las medidas consideradas. Jungquist et al.41 en pacientes con dolor crónico (dolor de cuello o de espalda) examinaron la eficacia de la TCC-I (n=19) frente a una condición control de contacto/medición (n=9). Tras la intervención y comparado con la condición control, el grupo de TCC-I mostró menor latencia de inicio del sueño, inicio del sueño después de despertar, número de despertares e insomnio, y mayor eficiencia del sueño. El 42% de los participantes de la TCC-I (vs. 11% del grupo control) lograron normalizar su sueño (latencia de inicio del sueño/inicio de sueño después de despertar <15 min.). Además, la TCC-I produjo mayor disminución de la interferencia del dolor que el grupo control, aunque ambos grupos no difirieron en otros aspectos del dolor ni en depresión. En un estudio posterior Jungquist et al.42 informaron que la mejoría del sueño conseguida con la TCC-I proseguía al menos a los 6 meses de seguimiento a pesar de la persistencia de niveles moderados/severos de dolor. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 45 Tratamiento psicológico del insomnio en la fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico Los estudios más recientes sobre la TCC-I aplicada en pacientes FM34-36 han sido llevados a 35 cabo por nuestro grupo de investigación. En el estudio de Miró et al. se examinó el efecto de la TCC-I (n=16) frente a la HS (n=15) sobre el funcionamiento cognitivo utilizando el Test ANT-I (Attentional Network Test-Interaction), una prueba que evalúa mediante un software informático la eficiencia e interacción de las tres redes atencionales (alerta, orientación y función ejecutiva). En el post-tratamiento el grupo que recibió TCC-I mostró, además de una mejoría del sueño y una tendencia positiva en el funcionamiento diario, mayor mejoría de la alerta y de la función ejecutiva que el grupo de HS. En el estudio de Sánchez et al.36 se comparó el efecto de la TCC-I (n=13) y la HS (n=13) en los parámetros del sueño mediante polisomnografía (PSG). Tras la intervención el grupo de TCC-I redujo el tiempo en cama, el porcentaje de despertares, y el tiempo de sueño ligero, y aumentó la eficiencia del sueño y el tiempo de sueño profundo, cambios que no se evidenciaron en el grupo de HS. En el estudio de Martínez et al.34 se comparó la TCC-I (n=30) y la HS (n=29) en el pre y post-tratamiento y a los 3 y 6 meses de seguimiento con cuestionarios de auto-informe. El grupo de TCC-I en el post-tratamiento mostró mayor calidad subjetiva de sueño y eficiencia habitual de sueño, y menos trastornos del sueño que el grupo de HS. El 33,33-36,66% de los pacientes de TCC-I (vs. 7,40-25,92% de HS) reunió algún criterio de mejoría subjetiva de sueño (tiempo total de despertar<60 min., tiempo total de sueño≥6,5h o eficiencia del sueño≥85%). Según el Índice de Cambio Fiable, el 87% de los participantes de TCC-I (vs. 45% de HS) logró cambios clínicamente significativos en el PSQI. Además, tras la intervención el grupo de TCC-I mostró menos severidad del dolor, fatiga, catastrofización del dolor, depresión e impacto de la FM, y mayor auto-eficacia en el manejo del dolor que el grupo de HS. En general, las mejorías producidas por la TCC-I se mantuvieron en los seguimientos. ESTUDIOS SOBRE LA EFICACIA DE LA TCC-ID Se identificaron 7 estudios que han examinado la eficacia de la TCC-ID en pacientes con dolor crónico, realizados todos ellos con muestras de pacientes con dolor no fibromiálgico43-49. En la Tabla 3 se presenta una síntesis de las características de estos estudios. Pigeon et al.45 y Tang et al.46 han conducido los primeros estudios piloto sobre la bondad clínica 45 de la TCC-ID. En el estudio de Pigeon et al. con pacientes con dolor crónico (dolor en la columna vertebral, los hombros, las caderas o las extremidades) compararon la TCC-ID (n=6), la TCC-I (n=6), la TCC-D (n=5), y una condición control de lista de espera (n=4). En el post-tratamiento se observó que la TCC-ID y la TCC-I redujeron más el insomnio y la depresión que la condición control, el mayor efecto sobre el insomnio fue producido por la TCC-ID mientras que el mayor efecto sobre el dolor (severidad e interferencia) fue producido por la TCC-D. La TCC-ID no fue superior a la condición control en otros parámetros de sueño ni en dolor y fatiga. 46 MP. Martínez et al. Tabla 3. Características de los estudios que han aplicado TCC-ID en síndromes de dolor crónico. Notaa. Se recogen los datos del estudio más amplio; ACPS=Arousal cognitivo pre-sueño; AIMS-2=Escala de Medida del Impacto de la Artritis, versión 2; APSQ=Cuestionario de Ansiedad y Preocupación por el Sueño; ARS=Ansiedad relacionada con el sueño; BPI=Inventario de Dolor Breve; CESDS-R=Escala de Depresión del Centro para los Estudios Epidemiológicos-Revisada; CIPS=Escala de Catastrofización en el Dolor; CRS=Creencias relacionadas con el sueño; DBAS-dolor=Escala de Creencias de Sueño Específicas de Dolor; DBAS-10=Escala de Creencias y Actitudes Disfuncionales sobre el Sueño, versión de 10 ítems; DBAS-16=Escala de Creencias y Actitudes Disfuncionales sobre el Sueño, versión de 16 ítems; ES=Eficiencia del sueño; ESS=Escala de Somnolencia de Epworth; FFS=Escala de Fatiga de Flinders; FOSQ10=Cuestionario de Resultados Funcionales del Sueño, versión de 10 ítems; GCPS=Escala de Dolor Crónico Graduada; GDS=Escala de Depresión Geriátrica; HADS=Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria; I=Insomnio; ISDD=Inicio del sueño después del despertar; ISI=Índice de Severidad del Insomnio; LIS=Latencia de inicio del sueño; MFI=Inventario de Fatiga Multidimensional; MPI=Inventario de Dolor Multidimensional; MQS-III=Escala de Cuantificación de la Medicación; PCS=Escala de Catastrofización del Dolor; PDI=Índice de Discapacidad del Dolor; PSAS=Escala de Arousal Pre-sueño; PSPS=Escala de Auto-percepción del Dolor; PSQI=Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh; TSK=Escala de Kinesiofobia de Tampa; TTS=Tiempo total de sueño; 3MS=Examen del Estado Mental Modificado. 46 Tang et al. en pacientes con condiciones de dolor crónico heterogéneas (dolor músculoesquelético, osteoartritis, artritis reumatoide, síndrome de dolor regional complejo, dolor de cabeza o FM) compararon la TCC-ID (n=10) frente a un control de monitorización de síntomas (n=10). Tras la intervención en el grupo de TCC-ID se observó un mayor descenso de la latencia de inicio del sueño, el inicio de sueño después de despertar, el insomnio, la ansiedad relacionada con el sueño, las creencias disfuncionales sobre el sueño, y el arousal cognitivo pre-sueño, y un mayor aumento del tiempo total de sueño y de la eficiencia del sueño que en el grupo control. El patrón de resultados con la actigrafía fue similar. El 65% de los participantes en la TCC-ID cumplieron los criterios de mejora subjetiva del sueño (cambio en el Inventario de Severidad del Insomnio ≥8,4, eficiencia del sueño≥85%, latencia de inicio del sueño/inicio del sueño después de despertar<30 min.). Asimismo, el grupo de TCC-ID presentó mejorías superiores en interferencia y catastrofización del dolor, fatiga y depresión frente al grupo control. Los principales cambios logrados por la TCC-ID se mantuvieron transcurridos 1 y 6 meses de seguimiento. La investigación más amplia realizada hasta la fecha es la del grupo de McCurry, Rybarczyk, Vitiello y Von Korff, que han examinado en 367 pacientes con osteoartritis la eficacia de la TCC-ID (n=122), la TCC-D (n=122) y un grupo control de educación (n=123) en el pre y post-tratamiento y a los http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 47 Tratamiento psicológico del insomnio en la fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico 9 y 18 meses de seguimiento. Los detalles sobre el diseño del estudio y los predictores de la participación en el estudio fueron presentados en dos estudios previos43,49, y los resultados de los 44,47,48 . En el post-tratamiento y a los 9 meses de tratamientos en otros tres informes posteriores seguimiento, el grupo de TCC-ID redujo el insomnio más que los grupos de TCC-D y de educación, y los grupos de TCC-ID y de TCC-D aumentaron la eficiencia del sueño más que el grupo de educación; sin embargo, las tres condiciones de tratamiento no difirieron en severidad del dolor ni en síntomas de artritis47. En contraposición a estos hallazgos, en el seguimiento a los 18 meses no se evidenciaron 44 diferencias entre las tres condiciones de tratamiento en variables de sueño . No obstante, en este estudio se informó que los participantes con niveles más elevados de insomnio y dolor en la línea base presentaron mayor mejoría del dolor en la TCC-ID en comparación con la TCC-D, y mayor mejoría (aunque no significativa) del insomnio y la eficiencia del sueño en la TCC-ID que en la condición de educación. En otro estudio con esta muestra considerando conjuntamente las tres condiciones de tratamiento, se informó que los pacientes que mejoraban su sueño (reducción≥30% en el Índice de Severidad del Insomnio entre el pre y el post-tratamiento) presentaban más mejorías a largo plazo (a los 9 y 18 meses de seguimiento) en medidas de sueño (insomnio, calidad de sueño, y creencias disfuncionales sobre el sueño), severidad del dolor, fatiga, síntomas de artritis y miedo al movimiento48. TAMAÑO DEL EFECTO DE LA TCC-I Y LA TCC-ID En la Tabla 4 se presentan los datos sobre el tamaño del efecto de la TCC-I y la TCC-ID en comparación con otras condiciones de tratamiento. En una valoración general de los estudios se constata que, como era de esperar, la dimensión en la que la TCC-I/TCC-ID produce mayor magnitud del efecto frente a otras condiciones de tratamiento (no TCC) es en el insomnio (d entre 1,89 y 6,58), seguido de la eficiencia del sueño (d entre 0,75 y 2,85) y la latencia de inicio del sueño (d entre 0,36 y 2,94). La calidad de sueño sólo fue informada por dos grupos de investigación34,37, mostrando un tamaño del efecto medio/grande (d=0,61 y d=1,13) y el tiempo de sueño profundo sólo se incluyó en un estudio36 evidenciando un tamaño del efecto medio (d=0,71). En cuanto al dolor, el tamaño del efecto fue medio/grande tanto en la dimensión de severidad (d entre 0,51 y 0,86) como en la dimensión de interferencia (d entre 0,67 y 1,34), alcanzando un tamaño del efecto medio en las dimensiones de catastrofización del dolor (d=0,62 y d=0,73) y auto-eficacia del dolor (d=0,65). Respecto al estado de ánimo, el tamaño del efecto osciló entre pequeño y grande (d entre 0,41 y 8,24). 48 MP. Martínez et al. Tabla 4. Tamaño del efecto en el post-tratamiento de la TCC-I y la TCC-ID vs. otras condiciones de tratamiento en síndromes de dolor crónico. Nota. (a) TCC-I vs. Lista de espera/auto-observación; (b) TCC-I vs. Cuidado médico habitual; (c) TCC-I vs. Higiene de sueño; (d) TCC-I vs. Manejo del estrés y bienestar; (e) TCC-I vs. Contacto/medición; (f) TCC-I vs. Higiene del sueño; (g) TCC-ID vs. Lista de espera; (h) TCC-ID vs. TCC-I; (i) TCC-ID vs. TCC-D; (j) TCC-ID vs. Monitorización de síntomas; (k) TCC-ID vs. Educación (se incluye el tamaño del efecto informado en el estudio de Vitiello et al., 2013); (l) TCC-ID vs. TCC-D (se incluye el tamaño del efecto informado en el estudio de Vitiello et al., 2013); A=Actigrafía; BDI=Inventario de Depresión de Beck; BPI=Inventario de Dolor Breve; CESDS-R=Escala de Depresión del Centro para los Estudios Epidemiológicos-Revisada; CIPS=Escala de Catastrofización en el Dolor; CPSS=Escala de Auto-eficacia del Dolor Crónico; Ds=Diario de sueño; FIQ=Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia; GCPS=Escala de Dolor Crónico Graduada; GDS=Escala de Depresión Geriátrica; HADS=Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria; ISI=Índice de Severidad del Insomnio; ISQ=Cuestionario de Síntomas de Insomnio; MPI=Inventario de Dolor Multidimensional; MPQ=Cuestionario de Dolor de McGill; PCS=Escala de Catastrofización del Dolor; PDI=Índice de Discapacidad del Dolor; PSG=Polisomnografía; PSQI=Índice de Calidad de Sueño de Pittsburgh; SCL-90-R=Listado de 90 Síntomas Revisado; SF-36=Cuestionario de Salud, versión de 36 ítems. † Favorable a la condición de comparación, aunque la tendencia se invierte a favor de la TCC-I en el seguimiento. § Favorable a la condición de comparación. Tomando en conjunto los estudios que han examinado la eficacia de la TCC-I frente a otras condiciones de tratamiento en la FM33-36 se evidencia que, en general, el tamaño del efecto en las variables de sueño (latencia de inicio del sueño, eficiencia del sueño, tiempo de sueño profundo, calidad de sueño, e insomnio) es favorable a la TCC-I y oscila entre medio y grande, dependiendo de la variable y el procedimiento de evaluación. Asimismo, en general se observaron tamaños del efecto variables a favor de la TCC-I en diversos parámetros de dolor (severidad, interferencia, catastrofización y auto-eficacia) y depresión, si bien en el estudio de Edinger et al.33 se utilizó la puntuación total del Cuestionario de Dolor de McGuill y del Inventario de Dolor Breve, lo que dificulta el establecimiento de conclusiones claras sobre el efecto en dimensiones específicas del dolor. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 49 Tratamiento psicológico del insomnio en la fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico DISCUSIÓN De acuerdo con la presente revisión, se han identificado 17 estudios sobre TCC-I/TCC-ID aplicada a síndromes de dolor crónico. Aunque con ciertas limitaciones, en general, son estudios de notable calidad metodológica, que han utilizado cuidadosos procedimientos de selección de la muestra, instrumentos de evaluación fiables, terapias estructuradas, y adecuado análisis de los datos. A tenor de los hallazgos recogidos en estos estudios cabe concluir que la TCC ha sido aplicada con razonable éxito a los procesos psicológicos asociados al sueño, tanto en la FM como en otros síndromes de dolor crónico. Aunque los resultados no son siempre coincidentes, en general, parece constatarse que los pacientes que reciben TCC-I logran no sólo tener un sueño más reparador, figurando entre los parámetros sensibles al cambio la latencia de inicio del sueño, la eficiencia del sueño, la calidad del sueño y el insomnio, sino que, además, ven mejoradas algunas otras facetas de su bienestar como la interferencia que el dolor genera en el funcionamiento diario, la valoración catastrofista del dolor, la eficacia percibida para manejar el dolor, la fatiga, el estado de ánimo y el funcionamiento cognitivo. Este tipo de intervención resulta de ayuda para muchos pacientes, sin embargo no todos ellos consiguen normalizar su patrón de sueño, siendo además limitadas las mejorías en la severidad del dolor. La modalidad combinada de TCC-ID también permite obtener beneficios clínicos destacados en diversas condiciones de dolor crónico (aunque no se ha examinado aún su eficacia en la FM). Así, y aunque los resultados no siempre coinciden, esta modalidad híbrida permite mejorar el sueño en parámetros como latencia de inicio del sueño, eficiencia del sueño, insomnio, creencias disfuncionales sobre el sueño, arousal cognitivo pre-sueño, y ansiedad relacionada con el sueño. Además, su impacto positivo también se deja sentir en variables como interferencia y catastrofización del dolor y sintomatología depresiva. Sin embargo, la TCC-ID tampoco consigue la remisión del insomnio en todos los pacientes y su capacidad para mitigar la severidad del dolor es modesta. Por otra parte y atendiendo al tamaño del efecto, tanto la TCC-I como la TCC-ID frente a otras condiciones de tratamiento (no TCC) parecen lograr, aunque con excepciones, magnitudes del efecto tendentes a grandes en la modificación de las variables de sueño y tendentes a pequeñas/medias en las medidas de dolor y depresión. En síntesis, estos resultados evidencian la contribución de ambas modalidades de TCC en el bienestar de los pacientes con dolor músculo-esquelético crónico. No obstante, parece constatarse que, aunque el sueño pueda tener una influencia destacada en el origen/mantenimiento del dolor, revertir la alteración de sueño cronificada no es fácil y ambas terapias sólo permiten modificar algunas dimensiones del dolor. Si bien los resultados sobre la eficacia de la TCC-ID son prometedores, se requiere más investigación que permita dilucidar en el contexto terapéutico los efectos sinérgicos entre el sueño y el dolor, el posible papel modulador en la eficacia de esta modalidad híbrida de otras variables (p. ej., presencia de un trastorno psicológico severo o un estilo de personalidad caracterizado por elevado neuroticismo), la potencial superioridad de esta forma combinada frente a la TCC-I y la TCC-D (implementadas por separado) y su aplicabilidad a otras condiciones de dolor como la FM. Los ensayos examinados presentan algunas diferencias a nivel metodológico que pueden limitar el alcance de su valoración conjunta. La mayoría de estos estudios han sido realizados con muestras heterogéneas de dolor crónico y de osteoartritis y tan solo 4 estudios con muestras de FM33-36. Aunque la mayoría de ellos han incluido muestras mixtas de hombres y mujeres de mediana edad 50 MP. Martínez et al. (M=45-51,30 años), los estudios con pacientes con osteoartritis40,44,47,48 han sido realizados en 34-36 han pacientes más mayores, y la mayor parte de los estudios realizados en pacientes con FM incluido exclusivamente mujeres. Además, el tamaño muestral ha sido muy variado oscilando entre 445 47 6 pacientes y 122-123 pacientes por condición de tratamiento. Los instrumentos de evaluación del sueño también han resultado dispares, y aunque casi todos los estudios utilizaron diarios, cuestionarios y actigrafía, tan sólo uno de ellos informó de los cambios en parámetros de sueño mediante PSG36. Además, los cuestionarios empleados para la valoración del dolor y otras dimensiones de bienestar no fueron los mismos en todos los estudios, y ninguno de ellos evaluó los cambios en el dolor a través de un algómetro de presión. También se detectan divergencias respecto del tratamiento ya que algunos estudios utilizaron un formato individual y otros un formato grupal, existiendo amplias variaciones en la duración de la terapia (entre 4 sesiones46 y 10 sesiones45), y habiendo incluido condiciones control de comparación con diferentes grados de componentes activos (lista de espera, higiene del sueño, manejo del estrés, etc.). Asimismo, los estudios han contemplado diversos períodos temporales para la evaluación de los cambios (sin seguimiento en algunos estudios35,36,41,45, y hasta 18 meses de seguimiento en otros44,48), y criterios parcialmente diferentes para el establecimiento de la mejoría clínica. Aunque en conjunto los estudios analizados apuntan resultados positivos para el paciente con dolor crónico e insomnio crónico comórbido, todavía existen algunas lagunas que la investigación futura tendría que dilucidar. Por ejemplo, ¿qué componentes de la TCC-I y la TCC-ID constituyen los principales agentes del cambio?, ¿cómo reforzar las mejorías clínicas que posibilitan estas terapias?, ¿qué pacientes (atendiendo a su perfil clínico y personal) pueden beneficiarse más de este tipo de ayuda psicológica?, ¿con qué otras intervenciones específicas (tipo/dosis de compuesto farmacológico y ejercicio físico) podemos combinar la TCC-I/TCC-ID para maximizar la ayuda ofertada al paciente por los equipos multidisciplinares?. Todo ello ha de venir acompañado de mayor investigación sobre la función de las alteraciones del sueño en la etiopatogenia de la FM. La respuesta a estos y otros interrogantes permitirá comprender mejor las complejas relaciones entre el sueño y el dolor y esclarecer el lugar que pueden ocupar estas modalidades de TCC en el alivio del sufrimiento de la persona con FM. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 51 Tratamiento psicológico del insomnio en la fibromialgia y otros síndromes de dolor crónico BIBLIOGRAFÍA 1. Wolfe F, Clauw DJ, Fitzcharles MA, Goldenberg DL, Katz RS, Mease P, et al. The American College of Rheumatology preliminary diagnostic criteria for fibromyalgia and measurement of symptom severity. Arthritis Care Res 2010; 62(5): 600-10. 2. Clauw DJ. Fibromyalgia: A clinical review. JAMA 2014; 311(15):1547-55. 3. Leeuw M, Goossens ME, Linton SJ, Crombez G, Boersma K, Vlaeyen JW. The fear-avoidance model of musculoskeletal pain: Current state of scientific evidence. 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ISSN:2254-917X PSICOBIOQUIMICA (ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN) EN FIBROMIALGIA. Pedro T. Sánchez 1,5, Julia M. Sánchez 2,5, Miguel de Lamo 3,5, Gema Peiró 4,5. 1 Unidad Psicología Clínica, Departamento Hospital General Universitario de Valencia. 2 Departamento de Bioquímica y Biología Molecular. Facultad de Medicina. Universidad de Valencia. INCLIVA. 3 Servicio de Análisis Clínicos. Centro de Diagnóstico Biomédico Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. 4 Departamento de Psicología Clínica. Universidad Jaume I de Castellón. 5 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquimica Clínica E-mail: sanchez_pedher@gva.es RESUMEN La Fibromialgia (FM) es una entidad clínica de causa desconocida sobre la que no hay un consenso global. Cada nuevo hallazgo consolida que tratamos con un trastorno de la modulación de los mecanismos de dolor del sistema nervioso central. Desde la perspectiva Psicobioquímica la asociación entre el estado de ánimo (estrés, ansiedad y depresión) y la FM nos presenta tres explicaciones o hipótesis: El Dolor como causa del estado de ánimo observado. El estado de ánimo está implicado en la generación del dolor. O el estado de ánimo y el dolor son debidos a la disfunción de otros procesos centrales comunes. En el presente trabajo, intentamos mostrar la complejidad de los mecanismos subyacentes a la interacción que observamos en la FM. PALABRAS CLAVE: Fibromialgia, Psicobioquímica, Estrés, Ansiedad, Depresión. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 55 Psicobioquimica (Estrés, Ansiedad y Depresión) en Fibromialgia. INTRODUCCIÓN La Fibromialgia (FM) es una entidad clínica o síndrome caracterizado por dolor persistente y rigidez de intensidad variable en los músculos, tendones y tejidos blandos, junto a un amplio rango de síntomas somáticos, fatiga, jaquecas o migrañas, parestesias, insomnio; y psicológicos como dificultades de atención y memoria, estrés, ansiedad y depresión. Las causas de la fibromialgia son desconocidas. Ciertos factores han sido relacionados en la literatura con este síndrome: Acontecimientos estresantes o traumáticos, lesiones recurrentes, una respuesta anormal al dolor, alteraciones del sueño, o procesos infecciosos. Muestra una elevada comorbilidad con otras enfermedades reumatológicas: Artritis reumatoide, Lupus eritematoso sistémico o Espondilitis anquilosante (artritis espinal). Así como con el Hipotiroidismo y con el Síndrome de Intestino Irritable. Con estas características su incidencia en las consultas de salud mental es muy elevada, posiblemente pueden representar hasta el 8% de las pacientes en tratamiento. Es evidente que a nivel clínico no hay consenso total sobre esta patología catalogándose todavía en algunos contextos como psicosomática o psíquica1-2. Sin embargo, cada nuevo hallazgo consolida la visión de que se trata de un trastorno de la modulación de los mecanismos de dolor del sistema nervioso central3. Aunque a día de hoy seguimos sin identificar la causa y los mecanismos patogénicos concretos que actúan en la FM. Desde la perspectiva Psicobioquímica la asociación entre el estado de ánimo (estrés, ansiedad y depresión) y la FM nos presenta tres explicaciones o hipótesis: El Dolor como causa del estado de ánimo observado. El estado de ánimo está implicado en la generación del dolor. O el estado de ánimo y el dolor son debidos a la disfunción de otros procesos centrales comunes. En la última década hemos trabajado en la relación existente entre las enfermedades y los estados de ánimo. Iniciamos nuestra andadura estudiando el papel de los mensajeros paracrinos (histamina, serotonina, citosinas...) en los trastornos funcionales digestivos, y como el estrés puede incidir en el establecimiento de un bucle bidireccional de conexión entre el cerebro y los mastocitos desencadenando un mecanismo capaz de vincular el estado emocional con la patología intestinal. Véase Figura 1 a. a En este esquema presentado en un poster en 2001, podemos apreciar como las estructuras cerebrales (corteza cerebral, hipotálamo, amígdala y bulbo) se conectan a los Sistemas Efectores Intestinales a través del Sistema Nervioso Central, del Sistema Nervioso Entérico, y de mensajeros paracrinos Histamina, Serotonina, citocinas. Y como a través de las neuronas sensoriales que conforman la vía aferente los Sistemas Efectores Intestinales se conectan con las estructuras cerebrales proporcionando información propioceptiva, quedando así cerrado el circuito de información gastrointestinal. 56 PT. Sánchez et al. Figura 1. Esquema Circular relación SNC y SNE. Asumimos como premisa inicial de nuestro trabajo que los procesos psíquicos (estrés, ansiedad, depresión) tienen un sustrato biológico4 – 8 y que su interacción con la enfermedad (puede afectar al estado de salud y ser afectado por este) está basada en la bidireccionalidad y en la complejidad. La FM por sus características y abordaje entra plenamente en la noción de complejidad. El concepto de complejidad, desarrollado desde la década de 1940 por la sistémica (Teoría General de Sistemas y Cibernética) nos remite a la noción de la persona, como un conjunto de http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 57 Psicobioquimica (Estrés, Ansiedad y Depresión) en Fibromialgia. sistemas interrelacionados que presentan propiedades que no se pueden deducir del análisis individualizado de cada uno de sus componentes. En palabras del filósofo Edgar Morín, el ser humano es un sistema abierto conectado a su entorno, con el que establece mecanismos de comunicación e intercambio. Y es en esta interacción con el ambiente (epigenética) donde creemos que debemos buscar las claves de la patogenia y desarrollo de la FM. En los últimos años, se acumulan los datos que muestran la complejidad de la interacción entre el Sistema Nervioso Central, Sistema Nervioso Autónomo, Sistema Inmunológico, Sistema Endocrino, Sistema Digestivo … y como tanto los procesos fisiológicos (inflamatorios, isquemia, apoptosis, neoplasia, desequilibrios nutricionales etc.) como los psicológicos (estrés crónico, depresión) pueden desencadenar una cascada de efectos. De todos los procesos citados la inflamación es sin duda el más estudiado y del que existen más evidencias sobre su interacción con el estrés y la depresión. En el presente trabajo, desde una perspectiva psicobioquímica, intentaremos mostrar de manera muy resumida la complejidad de los mecanismos subyacentes a la interacción que observamos en la FM. ESTRÉS, ANSIEDAD Y DEPRESIÓN. El estrés, la ansiedad y la depresión comparten vías fisiológicas y bioquímicas, tal y como exponemos a continuación. Desde el punto de vista anatómico el Sistema Nervioso (SN) puede ser dividido en Sistema Nervioso Central (SNC) que incluye el encéfalo y la médula espinal y el Sistema Nervioso Periférico (SNP) formado por los nervios. Desde una perspectiva funcional el SN puede dividirse en SN Somático (SNS) formado por el conjunto de neuronas que regulan las funciones voluntarias en el organismo y el SN Autónomo (SNA) formado por el conjunto de neuronas que regulan las funciones involuntarias. El SNA, se divide en dos ramas básicamente antagónicas, la rama simpática (activación) y parasimpática (inhibición). Selye denominó estrés a un conjunto de alteraciones fisiológicas que postuló eran consecuencia de la activación conjunta del eje Simpático - Adreno – Medular (SAM) y del eje Hipotalámico – Pituitario – Adrenal (HPA). Este mecanismo adaptativo reacciona ante la exposición a cualquier vivencia amenazante (sea de origen psíquico, físico, o parte de un proceso fisiológico), involucrando inicialmente al Hipotálamo que integra la información procedente de las vías sensoriales y viscerales activando dos rutas paralelas: el eje SAM y el eje HPA, que generan la liberación de adrenalina, noradrenalina y cortisol con el fin de proveer energía con el propósito de hacer frente a las demandas externas. El eje SAM se inicia cuando las neuronas preganglionares simpáticas de la médula espinal reciben información procedente del hipotálamo activando la Rama Simpática e inhibiendo la Rama Parasimpática, esta activación genera cambios dirigidos a preparar al cuerpo para el esfuerzo físico sostenido y la toma de decisiones. La activación de las neuronas postganglionares simpáticas produce la liberación de Noradrenalina que es segregada a nivel de la médula suprarrenal y en estructuras cerebrales: hipotálamo, sistema límbico, hipocampo y córtex cerebral. Por otra parte, las neuronas preganglionares simpáticas activan la médula de las glándulas adrenales liberando la circulación de 58 PT. Sánchez et al. Adrenalina y, en menor medida, Noradrenalina, generando un incremento de los niveles plasmáticos de glucosa y de ácidos grasos; también se incrementa la producción de tiroxina, mientras que se produce una disminución de los niveles de insulina, estrógenos y testosterona, e inhibición de la secreción de prolactina. Paralelamente el Eje HPA se inicia a partir de la activación del Núcleo Paraventricular del Hipotálamo y tiene como objetivo mantener los parámetros de esfuerzo y atención. Las neuronas del núcleo paraventricular segregan, a través de los vasos portales a la Adenohipófisis, la Hormona Liberadora de Corticotropina (CRH). La CRH y otras hormonas relacionadas entran en el sistema circulatorio que une el hipotálamo con la pituitaria anterior, y activando la pituitaria, se libera corticotropina (ACTH) y en menor medida β-endorfina. Por otra parte, la activación de la Neurohipófisis por las neuronas magnocelulares del hipotálamo genera la segregación de Vasopresina y Oxitocina que potenciarán el efecto de la CRH. Una vez secretada la Corticotropina en el flujo sanguíneo estimula la producción y liberación de Glucocorticoides (cortisol y corticosterona) y mineralocorticoides por parte de las Glándulas Adrenales. Existe evidencia experimental y clínica que relaciona los cambios en los ejes HPA y SAM con modificaciones en el sistema inmune y de los neurotransmisores del tipo amina (dopamina, serotonina, noradrenalina) que son importantes en el proceso de retroalimentación. Véase Figura 2. Las hormonas del estrés pueden ejercer su efecto sobre el sistema inmunitario porque casi todas las células del mismo tienen receptores específicos para las hormonas de los ejes HPA y SAM. La modulación del sistema inmune se produce también indirectamente a través de la desregulación del equilibrio que imperar en la producción de citocinas proinflamatorias. La comunicación entre el sistema nervioso central (SNC) y el inmunológico es bidireccional a través del mecanismo circular que hemos expuesto en el esquema. Por ejemplo, la interleucina 1 (IL-1) provoca la síntesis de hormona estimulante de la síntesis de corticotropina (CRH) por el hipotálamo, induciéndose por consiguiente la síntesis de más hormonas del estrés y la desregulación del sistema inmunitario. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 59 Psicobioquimica (Estrés, Ansiedad y Depresión) en Fibromialgia. Figura 2. Esquema circular del estrés. Los trastornos de ansiedad en los modelos actuales se relacionan estructuralmente con el sistema límbico coordinado por la amígdala (a través de receptores noradrenérgicos, 60 PT. Sánchez et al. benzodiacepínicos y serotoninérgicos) y el locus ceruleus (que puede tener un efecto inhibitorio por receptores GABA-benzodiacepínicos y serotoninérgicos y un efecto activador por el péptido intestinal vasoactivo, la CRH, la substancia P y la acetilcolina). La desregulación de la neurotransmisión inhibitoria GABA y la hiperactivación del sistema noradrenérgico se ha documentado en varios trastornos de ansiedad. La hiperactividad del sistema límbico observada en los trastornos de ansiedad podría ser el resultado de un proceso de disminución de neurotransmisión inhibitoria (γ-aminobutírico-ácido GABA), de un proceso de aumento de la neurotransmisión excitatoria (glutamato), o de una combinación de estos dos procesos9. En los cuadros depresivos se postula asimismo una relación fisiológica con el sistema límbico, la corteza prefrontal ventromedial y temporal, partes de la corteza parietal inferior, el tálamo y áreas ventrales de los ganglios basales y del mesencéfalo. A nivel bioquímico la complejidad del cuadro mantiene abierta numerosas hipótesis implicando en su patogenia a las monoaminas, serotonina, norepinefrina y dopamina10, a los neurotransmisores glutamato (excitatorio) y GABA (inhibitorio), al estrés (disfunción del eje HPA), al sistema inmunológico a través de las citocinas proinflamatorias11, y al Factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF)12. En pacientes con depresión como hemos comentado se ha encontrado la existencia de un perfil bioquímico a nivel endocrino e inmunológico similar al observado en el estrés. De hecho hay datos de que el estrés puede jugar un rol importante en el desencadenamiento y evolución de los trastornos depresivos. En este sentido, se ha señalado que los glucocorticoides se encuentran entre los principales mediadores de los efectos inmunosupresores generados por los estresores13-14, pudiendo ejercer también su acción en el cerebro atravesando la barrera hematoencefálica. En la actualidad se asume que el estrés, la depresión y la inflamación son procesos capaces de activar y modificar el equilibrio sistémico de las citocinas proinflamatorias que independientemente de su origen, correlacionan con cambios cuantitaivos en los niveles de Noradrenalina, Serotonina, Dopamina, Cortisol, Hormona Liberadora de Corticotropina (CRH) y Corticotropina (ACTH), de la Hormona Liberadora de Gonadotropina (GnRH) y de la actividad de las llamadas Células Asesinas Naturales (Natural Killer cells o NK). La complejidad de las interacciones bioquímicas, la existencia de una red múltiples vías neurobiológicas, y su bidireccionalidad, hacen realmente difícil poder identificar la causa o causas y los mecanismos patogénicos concretos que inician o mantienen la relación entre el estado de salud y el estado emocional. ESTRÉS, ANSIEDAD, DEPRESIÓN Y FIBROMIALGIA. El estrés, la ansiedad y la depresión presentan en la actualidad una alta prevalencia entre la población general. A la hora de cuantificar su incidencia y prevalencia, nos encontramos con la dificultad de la utilización de diferentes metodologías y criterios15. Por tanto, los resultados publicados siempre debemos considerarlos aproximados. En nuestro país, siguiendo los resultados del estudio ESEMeD-España16, encontramos que el trastorno mental más frecuente es el episodio depresivo mayor (que tiene un 3,9% de prevalencia x año y un 10,5% de prevalencia x vida. Como grupo de http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 61 Psicobioquimica (Estrés, Ansiedad y Depresión) en Fibromialgia. Trastornos los T. de ansiedad son ligeramente más frecuentes que los depresivos según los datos de prevalencia x año (6,2 frente a 4,3%), aunque esta relación se invierte en la prevalencia x vida (9,3 frente a 11,4%). Por otra parte, este estudio constata que la prevalencia en mujeres de la mayoría de los trastornos de ansiedad y depresivos es más del doble que la de los varones. Y mucho mayor prevalencia x año en pacientes con discapacidad (15,8% en trastornos depresivos y 9% en trastornos de ansiedad) 16. En nuestra experiencia los pacientes con patologías crónicas con dolor como síntoma central suelen presentar comorbilidad con trastornos ansioso- depresivos. Concretamente en la FM, los trastornos de ansiedad se presentan con una comorbilidad que se puede establecer en una horquilla entre el 40% y 70%17- 19, y alrededor del 30% de los pacientes con FM presentan de forma coexistente ansiedad y depresión20. Respecto a la comorbilidad de FM con trastornos depresivos encontramos según los diferentes trabajos publicados una horquilla de entre el 20% y el 80% de los pacientes19,2122 . Esta comorbilidad plantea para diversos autores la necesidad de valorar que la FM compartiera vínculos fisiopatológicos tanto con la ansiedad como con la depresión22- 23. Uno de los puentes teóricos redundantemente citados para relacionar Estrés y Depresión está sustentado en los procesos inflamatorios y de forma concreta en la actividad de las interleucinas proinflamatorias. En los modelos actuales sobre el funcionamiento de las citocinas se otorga a las interleucinas proinflamatorias la capacidad de interactúar con los Sistemas Endocrino, Noradrenérgico, Serotoninérgico y Dopaminérgico. Por otra parte, el estrés, la depresión y la inflamación son capaces de activar y modificar el equilibrio sistémico de las citocinas. Así un incremento de las interleucinas proinflamatorias (IL-1, IL-6, TNFα), independientemente de su origen, correlaciona con incrementos en la Noradrenalina, Serotonina, Dopamina, Cortisol, Hormona Liberadora de Corticotropina (CRH) y Corticotropina (ACTH), junto con un descenso de la Hormona Liberadora de Gonadotropina (GnRH) y de la actividad de las llamadas Células Asesinas Naturales (Natural Killer cells o NK). Durante la última década se han investigado numerosos biomarcadores en la búsqueda de entender los mecanismos que subyacen en la FM presentamos algunos de los resultados publicados lo exponemos en la siguiente tabla 1. 62 PT. Sánchez et al. Tabla 1. Posibles Biomarcadores de FM. Marcador Muestra Tamaño Serotonina Suero 20 FM; 20 Control Neuropeptido Y Suero 51FM; 15 Control Interleucina IL8 Suero 20FM; 80 Control Interleucinas Meta-análisis IL1RA, IL6, IL8 suero Interleucina IL-8, IL-10, TNFα Interleucina IL-6, TNFα Plasma 80FM; 45 Control Suero 64FM; 25 Control cita Significativamente más bajos que 24 los controles Significativamente más alto que los 25 controles Significativamente más alto en FM Significativamente más altas las 26 27 tres en FM Significativamente más alto en FM 28 IL6 Significativamente más alto en FM, TNFα Significativamente más 29 bajos que los controles Factor Neutrófico derivado del 643FM; 301 Control Niveles Suero Cerebro BDNF 41FM; 45 Control 30 30FM; 30 Control 31 Significativamente más alto en FM 30, 31 63FM; 38 Control 32 Significativamente más bajos que 68FM; 46 Control 33 los controles Suero 32FM; 29 Control Significativamente más alto en FM 34 Suero Plasma 25FM; 20 Control Significativamente más alto en FM 35 Suero Plasma 25FM; 20 Control Orina 29FM; 29 Control Cortisol Orina 24 h. 47FM; 58 Control Cortisol Saliva α - amilasa Saliva Cortisol Hormona del Crecimiento GH. Suero 32, 33 IL-8, Proteina C reactiva, Cortisol, Noradrenalina CRH, ACTH, Serotonina Noradrenalina, Adrenalina, Dopamina Significativamente más bajos que 35 los controles Significativamente más bajos que 36 los controles Significativamente más bajos que 37 los controles 29FM; 29 Control 38 Significativamente más bajos que 29FM; 27 Control 39 los controles 554FM; 100 Control Significativamente más alto en FM http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 38,39 40 63 Psicobioquimica (Estrés, Ansiedad y Depresión) en Fibromialgia. La presencia en la FM de disfunciones de los ejes SAM y HPA se ha descrito consistentemente por diversos grupos de investigadores, entre los resultados cabe destacar una reducción de los niveles de serotonina, noradrenalina y dopamina, y un incremento de la sustancia P y del neuropéptido Y considerados clave en el dolor41-44. No debemos olvidar que la relación entre el Estrés y el Dolor muestra un parámetro circular donde los niveles del estrés y dolor se retroalimentan al utilizar vías comunes. El estrés como un amplificador del dolor, se produce especialmente entre los pacientes que presentan una mayor hipersensibilidad y activación, o con un umbral incrementado de reactividad frente a los estímulos. Una posibilidad complementaria es valorar el dolor crónico como un potente estímulo estresor, generador de sintomatología y de comorbilidad psicopatológica. Los procesos bioquímicos implicados en esta relación son numerosos aunque destacan las hormonas inducidas por emociones negativas catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), la adenocorticotropa (ACTH), o el cortisol. Otra relación puede establecerse entre los procesos inflamatorios y la amplificación de la sensibilidad al dolor. Aunque existen diferentes vías posibles se han resaltado cambios en el sistema inmunológico, así las citocinas proinflamatorias aumentan la actividad en las rutas nociceptivas y pueden causar sensibilización al activar la liberación de otras citocinas y mediadores clásicos de la hiperalgesia, como prostanoides, aminas simpatomiméticas, endotelina o glutamato. Esta sensibilización neuronal ocurre tanto centralmente como en la periferia. También se ha señalado el papel de la Hormona del Crecimiento (GH) en la modulación central del dolor45-47. Los datos acumulados en los últimos años sugieren que la aparición de trastornos de ansiedad y/o trastornos depresivos forman parte de la comorbilidad de las patologías crónicas de dolor48. A MODO DE CONCLUSIÓN. Aún nos queda bastante para entender completamente la complejidad de los mecanismos que generan la fisiopatología y el desarrollo de la FM y su relación con la comorbilidad psicobioquímuca. La hipótesis más consolidada en la actualidad la caracteriza como una sensibilización del Sistema Nervioso Central con una amplificación de la percepción del dolor, fruto de una combinación de las interacciones entre factores de estrés, neurotransmisores, hormonas, sistema inmune, sistema Endocrino y la rama Simpática del SN Autónomo, pero podría ser más compleja. Solamente avanzaremos en la medida que se pueda dedicar tiempo y esfuerzos a la investigación multidisciplinar. Desde nuestra perspectiva las líneas futuras de investigación en las patologías de dolor crónico y concretamente de la FM pasan por: • Desentrañar el papel de los factores genéticos en la iniciación, mantenimiento, y el agravamiento del dolor crónico. 64 PT. Sánchez et al. • Clarificar el papel de cada uno de los componentes bioquímicos (neurotransmisores…) y sus receptores, en el proceso del dolor crónico. • Profundizar en la complejidad dinámica de las vías psico-neuro-inmuno-endocrino del dolor crónico. Y en la cascada de cambios bidireccionales (inter e intracelulares) que se producen. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 65 Psicobioquimica (Estrés, Ansiedad y Depresión) en Fibromialgia. BIBLIOGRAFÍA 1. Bornhauser N, Csef H. Nuevas enfermedades ¿del alma? Reflexiones psicosomáticas a propósito de algunas analogías estructurales entre síndrome de fatiga crónica, fibromialgia y sensitividad química múltiple. Rev Chil Neuro-Psiquiat (2005); 43: 41-50. 2. Barrera MI, Cortes JF, Guerrero H, Aguirre A. La Fibromialgia: ¿Un síndrome somático funcional o una nueva conceptualización de la histeria?. Salud Mental (2005); 28: 41 – 50. 3. Rivera J, Alegre C, Ballina FJ, Carbonell J, Carmona L, Castel B, Collado A, Esteve JJ, Martinez FG, Tornero J, Vallejo MA, Vidal J.. Documento de consenso de la sociedad Española de Reumatología sobre la fibromialgia. Reumatol Clin. 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En Europa no existe aún indicación para el tratamiento de la misma, por lo que los fármacos sólo pueden administrarse cuando hay que tratar los síntomas para los que están aprobados, no siendo estos, la mayoría de las veces, los más relevantes para los pacientes. Entre ellos, los más utilizados, de acuerdo a la Guía propuesta por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad del gobierno de España se encuentran los ISRS, la pregabalina, ciclobenzaprina y algunos analgésicos, estos últimos en politerapia. PALABRAS CLAVE: Fibromialgia, Revisión, Psicofarmacología. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 69 Tratamiento Psicofarmacológico de la Fibromialgia. INTRODUCCIÓN La terapia farmacológica no es la panacea para el cuidado de los pacientes con fibromialgia, recomendándose por parte de numerosos estudios el uso limitado de medicación para centrarse en estrategias no farmacológicas. Los hallazgos sugieren que la mayoría de las medicaciones pueden mejorar el dolor entre un 30-50% en los pacientes que la reciben1. La FDA americana ha aprobado la indicación de tres fármacos para el tratamiento de la fibromialgia: dos antidepresivos inhibidores duales de serotonina y norepinefrina (duloxetina y minalcipram) y un fármaco anticonvulsivante (pregabalina). Estos tres fármacos, a día de hoy se consideran como el tratamiento de primera línea de la fibromialgia. En la Unión Europea , dado que no existe aún ninguna indicación en ese aspecto los fármacos sólo pueden administrarse cuando hay que tratar los síntomas para los que están aprobados, no siendo estos, la mayoría de las veces, los más relevantes para los pacientes. Como tratamientos de segunda línea se han propuesto la ciclobenzaprina, otros antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina (fluoxetina y paroxetina) y tramadol combinado o no con acetaminofeno. Otras drogas como la nabilona y la quetiapina se encuentran en fase experimental a día de hoy2. A continuación, se exponen las diferentes alternativas farmacológicas empleadas para el tratamiento de la fibromialgia (Tabla 1), basadas en la Guía Clínica, publicada por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad del Gobierno de España3. Tabla 1. Resumen de intervenciones según el grado de recomendación. Grado de Tratamiento recomendación A Amitriptilina, duloxetina, ciclobenzaprina, pregabalina. Psicoterapia+/- ejercicio aeróbico B Fluoxetina, tramadol (con o sin paracetamol) Ejercicio aeróbico. 70 C Gabapentina, pramipexol, oxibato sódico, hormona del crecimiento o nabilona. D Glucocorticoides, AINEs, opioides mayores, ketamina, lidocaína y cannabis. S. Mayero PSICOFÁRMACOS. ANTIDEPRESIVOS: Amitriptilina: es uno de los fármacos más estudiados, realizándose numerosos ensayos clínicos para comprobar su eficacia. En ellos se objetiva que el efecto analgésico se produce en torno a dosis de 25-50 mg al día, reduciendo el dolor, la fatiga y la depresión y mejorando la calidad del sueño4-6. Duloxetina: se ha demostrado su eficacia frente a placebo en dosis de 60 mg al día en relación con mejoría en el dolor, calidad del sueño, estado de ánimo y funcionalidad de los 7-9 pacientes . Fluoxetina: en este caso los hallazgos acerca de su eficacia son controvertidos, no 10 encontrándose evidencia clara de mejoría en calidad de vida de los pacientes . OTROS: Benzodiacepinas: así como con los antidepresivos, principalmente los tricíclicos existe evidencia de mejoría en las alteraciones del sueño, muy frecuentes en estos pacientes11. Ciclobenzaprina: relajante muscular similar a la amitriptilina, ha demostrado eficacia a corto plazo en alivio del dolor y fatiga, e incluso en la calidad el sueño. Dichas ventajas se han observado en un rango de dosis variables entre 10-40 mg al día, siendo recomendable, por su efecto sedativo, la administración nocturna12. Pregabalina: se trata de un análogo de ácido gamma amino butírico, en un inicio planteado como antiepiléptico y empleado, a día de hoy como tratamiento en el dolor neuropático, el Trastorno de Ansiedad Generalizada. Ha demostrado, en diversos estudios, reducir el dolor, mejorar el sueño y la calidad de vida, siendo, uno de los fármacos aprobados para la fibromialgia. En los ensayos clínicos se han planteado dosis en torno a 350-400 mg al día, iniciándose en la clínica a menores cantidades según la tolerancia y respuesta de cada paciente13-15. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 71 Psicobioquimica (Estrés, Ansiedad y Depresión) en Fibromialgia. ANALGÉSICOS. Existe controversia en cuanto al tratamiento con analgésicos en la fibromialgia. Tramadol: fármaco agonista de receptores opioides e inhibidor en la recaptación de serotonina y noradrenalina. Se ha demostrado en tres ensayos clínicos, su superioridad en el manejo del dolor frente a placebo, en uno de ellos en combinación con paracetamol. La dosis recomendada en este caso es de 37,5 mg al día16-17. Paracetamol: es el fármaco más utilizado, y, aunque no se ha mostrado su eficacia se considera razonable su utilización por su tolerancia y seguridad18-19. ANTIINFLAMATORIOS. AINES: se han estudiado el ibuprofeno y el naproxeno, no encontrándose evidencia de su eficacia en el tratamiento de la fibromialgia. Aun así, pueden ser útiles como coadyuvantes, administrándose a bajas dosis y de forma limitada junto a antidepresivos tricíclicos, benzodiacepinas o ciclobenzaprina20. Glucocorticoides: no se recomienda su uso, ya que no se disponen de datos acerca de su eficacia, y ante los efectos secundarios frecuentes con su administración21. OTROS. Existen fármacos que han demostrado su eficacia en al menos un ensayo clínico, que aún no se consideran en el tratamiento de la fibromialgia. Entre ellos se encuentran: gabapentina22, el 23 24 25 pramipexol , el oxibato sódico , la hormona del crecimiento 26 o la nabilona , no recomendándose actualmente por guía clínica su uso en la práctica habitual , a la espera de nuevos estudios. 72 S. Mayero BIBLIOGRAFÍA 1. Goldenberg, D.L., Fibromyalgia syndrome a decade later: what have we learned? 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Lane, Preference for nonsteroidal antiinflammatory drugs over acetaminophen by rheumatic disease patients: a survey of 1,799 patients with osteoarthritis, rheumatoid arthritis, and fibromyalgia. Arthritis Rheum, 2000. 43(2): p. 378-85. 19. Bennett, R.M., et al., An internet survey of 2,596 people with fibromyalgia. BMC Musculoskelet Disord, 2007. 8: p. 27. 20. Rao, S.G. and R.M. Bennett, Pharmacological therapies in fibromyalgia. Best Pract Res Clin Rheumatol, 2003. 17(4): p. 611-27. 21. Clark, S., E. Tindall, and R.M. Bennett, A double blind crossover trial of prednisone versus placebo in the treatment of fibrositis. J Rheumatol, 1985. 12(5): p. 980-3. 22. Arnold, L.M., et al., Gabapentin in the treatment of fibromyalgia: a randomized, double-blind, placebo-controlled, multicenter trial. Arthritis Rheum, 2007. 56(4): p. 1336-44. 23. Holman, A.J. and R.R. 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Correspondencia. anafiq@hotmail.com Y de incomprensión, y de desesperanza y de olvido… Ésta es nuestra visión, la de los enfermos que vivimos y lidiamos a diario con la enfermedad; Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y/o Sensibilidad Química Múltiple. ¿Quién se va a hacer cargo de nuestros problemas?, ¿quién los solucionará?, ¿quién adivinará, de una vez, qué es lo que nos pasa?, y lo más importante, ¿por qué nos pasa?, ¿quién podrá curar o aliviar nuestro dolor?, pero no el físico sino el de nuestra alma, ¿quién cicatrizará las heridas que la enfermedad nos produce día tras día?, y ¿quién nos devolverá la dignidad?, la que nos ha quitado el constante sufrimiento que acapara nuestra cotidianeidad; y en definitiva, ¿quién nos dará sosiego y paz?. ¿Cuánto más vamos a tener que aguantar nuestra insostenible situación?, ¿cuántos enfermos más tendrán que ser relegados a la marginación, a la soledad, encarcelados en sus casas, en sus habitaciones, en sus lechos?, ¿cuántos enfermos más tendrán que continuar sometidos a la indiferencia de los que le rodean o de los que deben atenderles?, ¿cuántos más deberán permanecer en sus cárceles particulares, condenados de por vida, sin derecho a libertad condicional? ¿No tenemos derecho a ser liberados de nuestra pena, de nuestra lacra, como cualquier otro enfermo?, es que ¿no tenemos derecho a vivir dignamente?, ¿por qué no?, acaso ¿no somos personas? ¿Por qué debemos justificarnos siempre, explicarnos siempre?, ¿por qué debemos aguantar la indiferencia, la desatención o la despreocupación? Y, como no, ¿qué futuro les espera a los niños que ya las padecen o tienen síntomas?, tal vez deban crecer conviviendo con la indiferencia, con la frustración, con la discriminación y con el abandono. ¡Menudo porvenir! Sinceramente, ¡me parece muy cruel!, ¡inhumano!, incluso. Acaso, ¿estamos siendo castigados?, pues no comprendo por qué. Lo sé, son muchas preguntas sin respuesta, al menos por el momento, pero a los enfermos nos queda el derecho a la pataleta, el derecho a protestar, a exigir… Quizás sea lo único que subsiste para algunos de nosotros. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 75 DE IMPOTENCIA TAMBIÉN SE VIVE! Probablemente a estas alturas alguien ya haya dejado de leer, pero para los que permanezcan, me gustaría explicarles cómo podemos vislumbrar algo de esperanza, algo de positividad, algo de alegría a este deplorable panorama que he planteado y que responde a la realidad de la mayoría de afectados por Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y/o Sensibilidad Química Múltiple. Como enferma y Presidenta de una Asociación (ANAFIQ)1 que nació con vocación de “lucha”, de consuelo, de amparo y con el firme propósito de prestar apoyo y ayuda a los niños, adolescentes y a todos aquellos que padecen Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y Sensibilidad Química Múltiple, así como a los cónyuges, parejas, parientes, amigos y resto de la familia, que sufre las consecuencias de estas enfermedades, no sólo en el ámbito físico sino también psicológico y neurológico; he sucumbido alguna vez ante el hastío, siento también esa desilusión, e incluso el fracaso, pero es mi deber y mi voluntad, continuar con la labor que emprendimos hace ya casi cuatro años; debe ser así, tenemos que intentar cambiar, mejorar el statu quo de todos estos seres humanos. Opino que es necesario actuar ya, desde ANAFIQ creemos que ya es hora de “hacer algo” por los enfermos y por estas familias excluidas de los beneficios que deberían corresponderles. ¡Lo necesitan...son reales, existen, son VISIBLES! Somos muchos ya, casi un millón y medio de personas en España, según el último estudio EPISER de 20012, aunque “ha llovido un poco” desde entonces, sólo en cuanto a la Fibromialgia, con respecto al resto de patologías citadas, no se dispone de cifras fiables, existen aproximaciones que pueden darnos a entender que en cuanto al Síndrome de Fatiga Crónica existe un afectación del 2% de la población e igualmente con la Sensibilidad Química Múltiple, lo que nos hace pensar que no se engloban en el elenco de enfermedades raras; realmente no tenemos datos actualizados y realizados con parámetros consensuados de diagnóstico y tratamiento. En cuanto a la prevalencia en menores de edad, no disponemos de información suficiente que permita hacernos cargo de la situación, pero teniendo en cuenta que estudios de prevalencia de Fibromialgia realizados en otros países occidentales, afectaría entre un 2 y un 20% de la población infantil3, lo que permitiría afirmar que aproximadamente un millón de niños la padece, es más algunos autores citados afirman que el índice de afectación es mayor que en adultos. Pero “aún estamos muy verdes”, se trata de estudios aislados y no consensuados con la comunidad científica, aunque supongan un avance notable en el conocimiento y desarrollo de estas enfermedades. Creo que “a estas alturas” ya tenemos superada creencias ancestrales y hoy en día sabemos que la Fibromialgia no es sólo dolor, el Síndrome de Fatiga Crónica no es sólo cansancio y la Sensibilidad Química Múltiple no es ninguna alergia. Pero ahondando con mayor profundidad en la “llaga”, ¿qué consecuencias concretas tienen estas patologías para los enfermos y su entorno?, ¿y para la sociedad? Incuestionablemente el impacto en la vida de estas personas es innegable. En este sentido podemos afirmar brevemente las siguientes premisas: 76 M. Roca • Un porcentaje muy elevado de los afectados, según afirman expertos acreditados, debe abandonar su puesto de trabajo, con lo que la disminución de ingresos familiares es notable, pasando a constituir una carga más para la sociedad, pues ya no somos productivos. • Al resultar estas enfermedades crónicas e incurables, y en ausencia de tratamientos efectivos y específicos, muchos enfermos se ven obligados a acudir a terapias no farmacológicas y no reguladas, por lo que corren el riesgo de ser estafados, perjudicados y empeorados. Aun así, algunos aseguran que ciertos tratamientos les resultan favorables, pero han de costearlos los propios enfermos o sus familias. • La disminución en su calidad de vida es notable y, como antes afirmaba, el enfermo se ve condenado de por vida, sin solución de continuidad. • Tampoco resultamos acreedores de ayudas económicas para sostener a la familia, o para acceder a medios alternativos paliativos de los síntomas, o a asistencia domiciliaria. Y en la mayoría de los casos conseguir el reconocimiento de incapacidad laboral y la consiguiente invalidez, es prácticamente imposible; es necesario citar el “atrevimiento” alemán en cuanto a la Sensibilidad Química Múltiple, con la consideración de enfermedad física y la admisión de criterios que justifican el reconocimiento de la incapacidad funcional para aquellos que la padecen4. • A todo ello se une el padecimiento de las enfermedades comórbidas (concomitantes) y de los efectos secundarios del tratamiento farmacológico. • No existen normas ni legislación alguna que regule, ampare y reconozca derechos a los enfermos, con la inseguridad jurídica que ello genera. • Tampoco existen protocolos diagnósticos, de diagnóstico diferencial y de tratamiento consensuados que sean utilizados en todo el territorio español, poseyendo sólo en algunas Comunidades Autónomas ciertas medidas de actuación. Los comúnmente aceptados en la Unión Europea son los criterios de diagnosis y tratamiento del ACR (Colegio Americano de Reumatología)5 y otras entidades de reconocido prestigio, y en constante evolución; sin embargo muchos de nuestros médicos no los conocen o mantienen los que están ya obsoletos. España aprobó en 20116 unos criterios consensuados de diagnóstico y tratamiento para Fibromialgia y Sensibilidad Química Múltiple, pero no resultan de obligado cumplimiento, ni los conocen en todos los centros hospitalarios y sanitarios del país, con lo que “de poco sirven”. Aunque la doctrina es abundante7 y propone nuevos métodos de tratamiento, no es unánime. http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 77 DE IMPOTENCIA TAMBIÉN SE VIVE! • En este sentido, y descartado el origen psicógeno de estas enfermedades por la mayoría de la doctrina científica internacional, todavía desconocemos la etiología de las mismas, ni tan siquiera pruebas fisiológicas que demuestren su existencia, lo cual agrava la incredulidad que antes citaba y la dificultad diagnóstica. Aunque estoy plenamente convencida de que “quien busca encuentra”, y de que “quien sabe, sabe”, puesto que ciertos parámetros físicos, funcionales, sanguíneos, etc. pueden amparar un dictamen fiable. Esta teoría viene avalada por diversos estudios que apuntan a una causa física de la Fibromialgia en concreto8. • Aunque la OMS9 considera la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica como enfermedades con entidad propia, la dificultad diagnóstica que se plantea en nuestro país es enorme, no así en cuanto a la Sensibilidad Química Múltiple; sin embargo, en mi humilde opinión, ello se debe a la ausencia de recursos y la falta de formación de los profesionales sanitarios que han de ejercer esta tarea. Aún no existe en España un elenco importante, en cuanto a número, de profesionales especializados en estas patologías, es más, muchos todavía las desconocen o la rechazan, relegando a los enfermos a la culpa, la depresión o cualquier otra descalificación. • A nivel social, resultan enfermedades desprestigiadas por el uso peyorativo que se ha hecho de ellas, resultando reservadas a los “fingidores”. • Todo lo expuesto supone un desgaste familiar considerable. Lo cierto es que, a pesar de ciertos avances científicos en estas materias, todavía no disponemos de ninguna prueba orgánica que pueda explicar la causa de los síntomas; y, en mi opinión, esto es crucial para la solución de las cuestiones que planteaba al inicio. ¿Qué pasa con los menores afectados?, ¿cómo les repercute en sus vidas el padecimiento de una de estas tres patologías, o de algunos de sus síntomas?: Si en adultos ya es difícil la situación, en menores “no digamos”, pues el desconocimiento por parte de pediatras, psicólogos, educadores, etc. es enorme, lo que supone un retraso en el diagnóstico y en el inicio de tratamientos paliativos, esenciales para disminuir los efectos de estas patologías. Y ello a pesar de que, recientemente en 2013, el Colegio Americano de Reumatología reconoce la existencia, al menos de la Fibromialgia, en menores3. 78 M. Roca A menudo son tachados de “vagos”, “fingidores” y a sus padres de “exagerados”, “paranoicos” o “hipocondriacos”; se les ignora en espera de que crezcan y se desarrolle la enfermedad por completo, perdiendo un “tiempo precioso” dado que el diagnóstico precoz es decisivo, según avalan prestigiosos estudios10. Sentenciados, por tanto, a padecer la enfermedad. Debido a los efectos de la enfermedad, estos niños se ven obligados a no poder “llevar una vida normal” como niños que son, ni en su esfera personal ni en el ámbito educativo (ausencias constantes a sus clases, imposibilidad de realizar ejercicios, exclusión de vida social…). Los padres, en este sentido, tienen una carga problemática de importancia, tanto si son ellos también están afectados o no: les inundan las dudas acerca de si sus hijos “fingen o no”, de cómo cuidarles, de cómo sostener económicamente los gastos añadidos a la enfermedad (cuidadores especializados, métodos alternativos de mejora de los síntomas no cubiertos por “la Seguridad Social” (servicio público sanitario), profesionales cualificados para la educación de sus hijos, y un largo etcétera); a ello se une la impotencia de la falta de apoyo social (incredulidad), jurídico (ausencia de medidas laborales o permisos para cuidar de sus hijos, y de normas que regulen la situación de estos menores), económico (ausencia de subvenciones o ayudas), sanitario (incredulidad y falta de formación de los profesionales implicados); además, hay que tener en cuenta que necesitan apoyo psicológico para poder sobrellevar o aceptar esta pesada “losa”. En definitiva, que ¡necesitan ayuda ya! Se ha descubierto, según acreditados estudios, que existe un componente genético elevado, lo que supone que muchos de los niños afectados han heredado la enfermedad de sus progenitores. Las cifras varían entre un 10% y un 80% de probabilidad de padecer la enfermedad11, cuando los padres están aquejados de alguna patología reumatológica. Los datos no son concluyentes, pero pueden acercarnos a una dolorosa realidad, la de que en la misma familia existan varios miembros enfermos. ¿Qué podemos hacer? A mi juicio, y como medidas de primer orden, debería plantearse la situación desde un punto de vista amplio, con una mentalidad extrovertida, abierta a nuevas posibilidades, valorando los avances realizados en otros países de nuestro entorno o “allende los mares” (E.E.U.U. por ejemplo) y regulando asimismo normas unificadoras que solucionen las dificultades de los afectados y que aúnen criterios diagnósticos y de tratamiento. La postura que planteo supone una mayor seguridad jurídica para los afectados, su entorno y para la sociedad, puesto http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 79 DE IMPOTENCIA TAMBIÉN SE VIVE! que sobre esta base se puede construir un sistema más equitativo, más justo y que “da pie” a la realización de estudios más prácticos, certeros y adecuados a la realidad. Desde ANAFIQ planteamos además las siguientes propuestas: a) La protección integral de las familias afectadas por las tres enfermedades descritas, procurando el interés de cada uno de sus miembros en cuanto a las necesidades creadas por el padecimiento de las patologías antedichas, con especial atención a los menores y su cuidado; defensa y reconocimiento legislativo de los derechos de los afectados y sus familiares, con mayor incidencia en los menores de edad. b) La divulgación de la existencia de la enfermedad, fundamentalmente en la infancia, de cara a la información, solidarización y concienciación social. c) El fomento de la formación e instrucción de los profesionales de cualquier área que intervienen en la prevención, diagnóstico y tratamiento de los enfermos adolecidos por las patologías descritas, con especial atención a los menores. Un diagnóstico temprano en menores de edad es crucial, puede evitar la mejora en la calidad de vida de los niños afectados e incluso el desarrollo de estas patologías en la edad adulta, así lo demuestran diversos estudios científicos acreditados12. d) El apoyo e impulso a la investigación relacionada con las enfermedades antedichas, con la finalidad de avanzar en un conocimiento más profundo de las mismas, mejorar los tratamientos existentes, inducir protocolos de actuación y/o erradicar la enfermedad. Para lo cual, ANAFIQ, promueve ensayos o estudios científicos con entidades públicas o privadas, de reconocido prestigio. En este sentido, gracias a iniciativas como las de D. Pedro Sánchez, Psicólogo y Presidente del Grupo de Investigación PSICOBIOQUIMICA13, y a su trabajo, en constante desarrollo, podemos obtener algo de fe. e) Propulsar la relación con instituciones públicas o privadas de cara a mejorar la calidad de vida de los afectados por estas enfermedades, guiándoles y aportando soluciones concretas y efectivas a estos problemas. Para finalizar, me gustaría agradecer a todos los que han confiado en el trabajo que realizamos desde ANAFIQ y continúan apoyando nuestra causa. Despedirme con la esperanza de que la felicidad inunde las vidas de tantas familias afectadas y enfermos, y que los niños aquejados tengan un futuro prometedor. “La esperanza es lo último que se pierde”. Un abrazo suave. En Valencia a 17 de septiembre de 2014. 80 M. Roca NOTAS 1. ANAFIQ (Asociación de Niños y Afectados por Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónica y Sensibilidad Química Múltiple). 2. Sociedad Española de Reumatología (SER). Estudio EPISER. Prevalencia e impacto de las enfermedades reumáticas en la población adulta española. Madrid: Sociedad Española de Reumatología. 2001. 3. SEPEAP. Pediatría Integral. J.C. López Robledillo. Unidad de Reumatología Pediátrica. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús. 2013. Madrid. Síndrome del dolor musculoesquelético en la edad pediátrica. http://www.pediatriaintegral.es/numeros-anteriores/publicacion-2013-01/sindromedel-dolor-musculoesqueletico-en-la-edad-pediatrica/#. REVIEW Reumatismo, 2012; 64 (4): 230-237. D. Buskila (Soroka Medical Center, Beer, Sheva, Israel), J. Ablin (Tel Aviv Sourasky Medical Center, Israel). Pediatric fibromialgia. http://reumatismo.org/index.php/reuma/article/download/reumatismo.2012.230/568. 4. Chemical Sensitivity Network. 2008. http://www.csn-deutschland.de/. 5. Para la Fibromialgia: ACR (American College of Rheumatology). 2013. http://www.rheumatology.org/Practice/Clinical/Patients/Diseases_And_Conditions/La_Fibromial gia/; para el Síndrome de Fatiga Crónica. 2011. Criterios de Consenso Internacional. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1365-2796.2011.02428.x/abstract; para la Sensibilidad Química Múltiple: criterios de consenso. BARTHA, L. et al. Multiple Chemical Sensitivity: a 1999 Consensus. Arch. Environ. Health. 1999; 54: 147-149. 6. Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. 2011. Manual de directrices sobre diagnóstico y tratamiento de Fibromialgia, http://www.msssi.gob.es/profesionales/prestacionesSanitarias/publicaciones/docs/fibromialgia. pdf; Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. 2011. Documento de consenso sobre Sensibilidad Química Múltiple, http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/SQM_documento_de_c onsenso_30nov2011.pdf. 7. Environ Health Perspect. Sep 2003; 111(12): 1498–1504. PMCID: PMC1241653. Pamela Reed Gibson, Amy Nicole-Marie Elms, and Lisa Ann Ruding. Perceived treatment efficacy for conventional and alternative therapies reported by persons with multiple chemical sensitivity. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1241653/. 8. Revista PubMed, de la Biblioteca Nacional de Medicina de EEEUU. 2013. Dolor Med. 2013 Jun; 14 (6): 895-915. doi: 10.1111 / pme.12139. Epub 2013 20 de mayo. Albrecht PJ 1, Hou Q , http://www.psicobioquimica.org/fibromialgia_ fibromialgia_1.html ©Copyright 2014 Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquímica Clínica 81 DE IMPOTENCIA TAMBIÉN SE VIVE! Argoff CE , Piso JR , Wymer JP , Arroz FL. Excessive peptidergic sensory innervation of cutaneous arteriole-venule shunts (AVS) in the palmar glabrous skin of fibromyalgia patients: implications for widespread deep tissue pain and fatigue: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23691965. Véase también el comentario del Sr. Robert Cabré Guixé: 2013. Nuevo estudio ratifica que existen causas biológicas en la Fibromialgia. http://robertcabre.com/2013/08/08/nuevo-estudio-ratificaque-existen-causas-biologicas-en-la-fibromialgia/. 9. OMS. Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE10). La Fibromialgia fue reconocida como enfermedad en 1992 y clasificada con el código M79.7. El Síndrome de Fatiga Crónica fue reconocido como enfermedad en 1996 y clasificado con el código G93.3. La OMS todavía en la actualidad no ha reconocido la Sensibilidad Química Múltiple como enfermedad. 10. Revista Biorritmes. Revista de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica. 2010. Dra. Violant Poca Dias. Servicio de Reumatología Clínica CIMA (Barcelona), Jefe Asistencial. La Fibromialgia en niños y adolescentes. http://www.biorritmes.com/la-fibromialgia-en-ninos-y-adolescentes/. 11. Institut Ferran de Reumatología. http://www.institutferran.org/fibromialgia.htm. 2014. Fibromialgia (FM): 12. Arthritis Care & Research. Volume 65, Issue 3, Article first published online: 26 FEB 2013. Susmita Kashikar-Zuck. Stacy R. Flowers, Daniel strotman, Soumitri Sil, Tracy V. Ting and Kenneth N. Schikler. Physical Activity Monitoring in Adolescents with Juvenile Fibromyalgia: Findings From a Clinical Trial of Cognitive–Behavioral Therapy. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/acr.21849/pdf. Conclusiones a destacar: “combining CBT with interventions to increase physical activity may enhance treatment effects”. Revista Intramed.net. 2011. Linda Thrasybule. La terapia conductual alivia la fibromialgia infantil. http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=73816. Arthritis Rheum. 2008 Oct 15;59(10):1399-406. doi: 10.1002/art.24115. Stephens S1, Feldman BM, Bradley N, Schneiderman J, Wright V, Singh-Grewal D, Lefebvre A, Benseler SM, Cameron B, Laxer R, O'Brien C, Schneider R, Silverman E, Spiegel L, Stinson J, Tyrrell PN, Whitney K, Tse SM. Feasibility and effectiveness of an aerobic exercise program in children with fibromyalgia: results of a randomized controlled pilot trial. Conclusiones: “It is feasible to conduct an exercise intervention trial in children with FM. Children with FM tolerate moderate-intensity exercise without exacerbation of their disease. Significant improvements in physical function, FM symptoms, QOL, and pain were demonstrated in both exercise groups; the aerobics group performed better in several measures compared with the qigong group”. http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18821656. 13. http://www.psicobioquimica.org/ 82 ¿ Que es Improasistencia ?. Improasistencia es una Asociación sin ánimo de lucro que desde el año 2.005, realiza su labor de acompañamiento y mejora de estado de ánimo en el paciente y acompañante, en las áreas de Oncología, Cardiología, Enfermedades Infecciosos y Mentales graves. ¿ Que es Improasistencia para el Paciente ?. Es una innovadora terapia basada en la unión de la técnica teatral de Improvisación y la asistencia médica dirigida a pacientes hospitalizados y acompañantes. Es ayudar a vivir con la enfermedad y no en contra de ella. Proponer no imponer. Es crear momentos de alegría y cariño. Crear una parada en el tiempo del pensamiento negativo del paciente Escuchar, hablar, intercambiar opiniones con humor. Ayudarle a cambiar de actitud frente a la enfermedad, de negativo a positivo. Entenderle y respetarle más allá de sus ideas políticas y religiosas. Algo innovador y sorprendente y bien recibido. Improasistencia en el Hospital. El Improasistente, forma parte del equipo multidisciplinar con lo que visita a los pacientes se determina bajo la supervisión del equipo médico, de enfermería, Psicólogo, y el supervisor de planta. La visita a cada Hospital se realiza una vez por semana en horario de 9 a 13 horas. El equipo de cada hospital consta de 2 Improasistentes. ¿ Quienes son los Improasistentes ?. El equipo actual de Improasistentes, consta de 3 profesionales y 6 voluntarios. Los Improasistentes son formados por la Asociación mediante cursos y prácticas que se realizan en los Hospitales, siempre bajo la supervisión de un profesional. ¿ En que Hospitales estamos actualmente ?. Hospital Arnau de Vilanova ( Oncología, Cardiología, Infecciosos ). Hospital La Fe Campanar ( Cuidados Paliativos ). Hospital La Fe Nueva ( Oncología ). Hospital IVO ( Oncología ). Hospital Padre Jofré ( Hospital de día y Taller de Teatro ). Hospital Psiquiátrico de Betera ( Taller de teatro y Danza para los internos ). Hospital de Manises ( Oncología ). Hospital de Mislata ( Cuidados Paliativos ). ¿ Que más puede aportar Improasistencia ? Los profesionales de Improasistencia, además de realizar su servicio en los hospitales y formar a sus voluntarios, realiza Cursos específicos a profesionales de la Sanidad. Cursos de Comunicación, Como dar malas noticias, Respiro psicológico etc. Adaptando también los cursos a las necesidades que se nos requiera. Más información y donativos : www.improasistencia.org NORMAS DE PUBLICACIÓN PARA LOS AUTORES La Revista Cuadernos Monográficos de Psicobioquímica publica artículos de carácter básico o aplicado que contribuyan al conocimiento de un tema específico en cualquier ámbito clínico de la salud humana, incluyendo abordajes desde la Psicología, Biología, Química, Bioquímica, Radiofisica, Farmacia y Medicina. Aunque la revista publica preferentemente revisiones o actualizaciones encargados directamente por el comité editorial a especialistas de reconocido prestigio. Y trabajos de investigación realizados por los miembros del GI-PBQC. Acepta considerar para su posible publicación, artículos de investigación originales, estudios de caso o informes breves de investigación. También serán consideradas las reflexiones sobre el tema designado en cada número en forma de Cartas al Director. Los manuscritos deberán de ser inéditos y no haber sido presentados simultáneamente a otra revista. Se asume que todos los autores han dado su conformidad expresa para la valoración y difusión del trabajo. Una vez aceptado para su publicación, los derechos quedarán en copropiedad de Cuadernos Monográficos de Psicobioquimica y los autores, que podrán utilizar su material parcial o totalmente citando la procedencia. Las opiniones expresadas en los trabajos son responsabilidad exclusiva de los autores. Las actividades descritas en los trabajos publicados se ajustarán a los criterios bioéticos de la declaración de Helsinki. Los autores asumen la responsabilidad de obtener el permiso cuando deseen reproducir parte de material (figuras, etc.) procedente de otras publicaciones. El envío del manuscrito debe hacerse mediante email, adjuntando una copia del manuscrito en archivo de Word o PDF. Todos los manuscritos deben enviarse a secretaria@psicobioquimica.org desde donde se confirmará en el menor plazo posible la recepción del artículo, asignándoles un código. El proceso de revisión del artículo implica a 2 revisores. La evaluación será doblemente anónima (para el revisor y para el autor). Los revisores enviarán una valoración sobre el manuscrito, aconsejando o no su publicación. El comité editorial enviará al autor responsable un email sobre la decisión editorial en el menor tiempo posible. El Consejo de Redacción se reserva el derecho a rechazar los trabajos que no considere apropiados y de proponer modificaciones cuando lo considere necesario. Asimismo, no se hace responsable del material rechazado una vez comunicada esta decisión a los autores. Los trabajos remitidos a los autores para la introducción de modificaciones deben ser devueltos a la redacción de la revista en el plazo de 15 días; en caso contrario, el Consejo de Redacción no garantiza su publicación. En la publicación on-line del artículo figurarán las fechas de recepción y de aceptación definitiva del manuscrito. En toda la correspondencia generada durante el proceso de corrección, debe hacerse constar el código asignado al trabajo. El manuscrito debe estar escrito en castellano. Aunque la dirección de la Revista puede considerar por su interés originales en otros idiomas, reservándose el derecho la Revista a incluir una traducción al castellano. La presentación del manuscrito debe ordenarse según el siguiente formato: título del trabajo; nombre y apellido/s de los autores ; Institución, departamento y cargo si procede; email del autor responsable para la correspondencia; Resumen no superior a 150 palabras; palabras clave (entre 3 y 8). El texto del manuscrito, deberá estar dividido en secciones (por ejemplo: introducción, método, resultados, discusión, y referencias). Las tablas y las figuras se incluirán en el texto tal como irán en la publicación. Las referencias bibliográficas irán numeradas correlativamente según su aparición en el texto, identificándolas mediante superindice. Se recomienda que las referencias bibliográficas sean escritas cuidadosamente, la redacción recomienda el formato Vancouver. COLABORA CON NOSOTROS Aportanos tus sugerencias, tus inquietudes y tus opiniones. Creemos en la colaboración y en la cooperación para conseguir logros comunes.El Grupo de Investigación está abierto a reflexionar y estudiar cualquier sugerencia que se nos haga. Animate y Escribenos a nuestro email: secretaria@psicobioquimica.org. El Grupo de Investigación establece relaciones de actuación con otras Asociaciones o Colectivos con fines comunes, entre los que destacan las asociaciones de pacientes, otras sociedades científicas, y grupos de investigación del ámbito de la Salud Humana, nacionales o internacionales, basadas en el intercambio de información, en la colaboración y en la cooperación. ASOCIACIONES CON LAS QUE MANTENEMOS RELACIÓN EN LA ACTUALIDAD: Sociedad Española de Oncología Médica. Improasistencia ANAFIQ. GRUPOS DE INVESTIGACIÓN CON LOS QUE MANTENEMOS COLABORACIÓN CIENTÍFICA EN LA ACTUALIDAD: Laboratorio de Neurociencia Social Cognitiva de la Universidad de Valencia.. Grupo de Investigación en Emoción y Psicofisiología de la Universidad Jaume I de Castellón. AYUDANOS A FINANCIAR LOS PROYECTOS Las donaciones independientemente de su cuantía nos ayudan a mantener la independencia de nuestra actividad científica y son un indicador de la valoración social de nuestra labor. • Cualquier persona física o jurídica puede realizar donaciones a: Proyectos concretos de Investigación; Líneas de Investigación o a la propia Asociación. • Cada uno de los Proyectos de Investigación expuestos serán presupuestados. La Asociación se compromete a iniciar el Proyecto cuando obtenga el presupuesto. • Cada una de las Líneas de Investigación no tienen un límite presupuestario. • Las donaciones recibidas y no ligadas a un Proyecto o Línea de Investigación concreto se consideraran a disposición de la Asociación para el desarrollo de sus fines y actividades indistintamente de investigación, formación, y divulgación. SI DONAS: Hasta 25 € eres nuestro MICROMECENAS y aparecerás mencionado como micromecenas en nuestra web (si quieres) durante 1 año ligado al proyecto o línea de investigación que prefieras. De 25 € hasta 50€, eres nuestro MICROMECENAS, y además de lo anterior, te enviaremos si quieres 1 copia numerada de una de las obras que forman parte de la portada de nuestros Números de los Cuadernos Monográficos de Psicobioquímica. De 50 € hasta 150 €, eres nuestro MICROMECENAS, y además de lo anterior, aparecerás mencionado como MICROMECENAS en nuestro siguiente número de la revista Cuadernos Monográficos de Psicobioquímica. De 150 € hasta 300 €, eres nuestro MECENAS, y además de lo anterior, aparecerás mencionado como MECENAS en nuestros siguientes 3 números de la revista Cuadernos Monográficos de Psicobioquímica. De 300 € hasta 500 €, eres nuestro MECENAS, y además de lo anterior, te invitaremos a una actividad organizada por la Asociación. De 500 € en adelante, eres nuestro PATROCINADOR, y además de todo lo anterior, te invitaremos como patrocinador a una actividad organizada por la Asociación y te enviaremos una de las obras originales donadas por los autores a la Asociación utilizada en la Portada de nuestros Números de los Cuadernos Monográficos de Psicobioquímica. Grupo Español de Investigación Cooperativa en Psicobioquimica Clínica IBAN ES84 2038-6172-13-6000005323