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Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. F or artículo de revisión Más dermatología. Actualidad y avances. Número 8 ci m a ón a da do ona i c c Sele c on t in u Lepra: ¿una enfermedad del pasado? Actividad acreditada por: COMISIÓN DE FORMACIÓN CONTINUADA DEL SISTEMA NACIONAL DE SALUD CONSELL CATALÀ DE FORMACIÓ MÈDICA CONTINUADA RESUMEN María RodríguezVázquez Especialista en Dermatología y Microbiología. Servicio de Dermatología. Hospital General Universitario de Albacete. La lepra es una infección humana muy extendida, endémica en lugares en los que el ser humano convive en situación de hacinamiento, escasa higiene y, con frecuencia, mala nutrición. La enfermedad afecta de forma predominante y característica la piel y el sistema nervioso. Las manifestaciones cutáneas son heterogéneas, y la agresión neurológica se circunscribe a neuropatías sensitivas, bien difusas, de predominio distal, bien segmentarias y asimétricas conocidas como multineuritis o mononeuritis múltiple. Palabras clave: lepra, granuloma, neuropatía, micobacteria, enfermedad de Hansen, mononeuritis múltiple, Mycobacterium leprae. ABSTRACT Leprosy is a very widespread human infection. It is endemic in places where there is overcrowding, poor hygiene and, often, bad nutrition. This disease typically affects the skin and nervous system. Skin lesions are heterogeneous and the neurological involvement usually takes the form of sensory neuropathies, either diffuse and mainly distal, or segmental and asymmetric, known as polyneuritis or multiple mononeuritis. Keywords: leprosy, granuloma, neuropathy, mycobacterium, Hansen’s disease, multiple mononeuritis, Mycobacterium leprae. José Manuel PardalFernández Especialista en Neurofisiología clínica. Unidad de Electromiografía Clínica. Hospital General Universitario de Albacete. 4 INTRODUCCIÓN La lepra es una de las enfermedades humanas más antiguas de las que tenemos noticias. Ya en 1873 Gerhard Armauer Hansen descubrió la bacteria responsable de la infección, Mycobacterium leprae. El desarrollo del conocimiento de la enfermedad y del nivel sociosanitario ha hecho que, en los últimos 300 años, se produzca una migración desde las zonas desarrolladas que históricamente fueron más afectadas, hacia el sur1-3. La inmigración está incrementando la enfermedad en el Primer Mundo. Presentamos los 3 casos nuevos diagnosticados en la provincia de Albacete en los últimos 3 años, dos indígenas y uno inmigrante sudamericano, y realizamos una revisión sobre el tema. Más Dermatol. 2009;8:4-12 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez-Vázquez M, et al. Lepra: ¿una enfermedad del pasado? CASOS CLÍNICOS Caso 1. Varón paraguayo de 14 años de edad. Presenta desde hace más de 5 años lesiones asintomáticas numulares blanquecinas en los brazos y, principalmente, en las piernas, diagnosticadas de pitiriasis alba, que mejoraron con emolientes. Hace 18 meses consulta por un empeoramiento de la enfermedad dermatológica. En la exploración se observan lesiones circinadas. Con el diagnóstico clínico de eritema anular centrífugo se realiza biopsia cutánea, en la que se identifican, mediante tinción de Ziehl-Neelsen, bacilos ácido-alcohol-resistentes (BAAR) en los histiocitos y en los tractos nerviosos (BAAR 3+ según el índice de Ridley). Se inicia tratamiento para lepra multibacilar (MB) y, a los 6 meses, el paciente desarrolla una leprorreacción tipo 1 (fig. 1). Se añaden corticoides orales, prednisona, en dosis de 1 mg/kg/día, que posteriormente se reduce hasta su suspensión al cabo de 6 meses con buena evolución. Figura 1. Aumento llamativo de las lesiones antiguas y aparición de nuevas, junto a edema de miembros. Caso 2. Varón de 78 años de edad que consulta en 2005 por la aparición de más de 6 lesiones asintomáticas, similares a las presentadas en otras ocasiones, además de trastorno sensitivo disestésico en los pies y trastorno de la marcha. En la exploración física se aprecian placas y nódulos infiltrados simétricos de 5-8 cm de diámetro eritematovioláceos sin componente superficial (fig. 2). En la biopsia cutánea, se observan agregados nodulares en la dermis reticular de tipo linfohistiocitario (peri- Más Dermatol. 2009;8:4-12 vascular, perianexial, perineural e intersticial) con algunas células gigantes multinucleadas. Mediante tinción de Ziehl-Neelsen se observan escasos BAAR, y sólo en la linfa lesional se detectan BAAR (2+). El paciente inicia tratamiento para lepra MB, con desaparición completa de las lesiones. Figura 2. Placas simétricas con lesiones nodulares en su interior, infiltradas eritematovioláceas, sin componente superficial, en ambos codos, región lumbar y glúteos. Caso 3. Varón indigente de 28 años, de raza gitana, sin antecedentes de interés, que es evaluado por primera vez en 2003 por cuadro de fiebre y lesiones nodulares eritematovioláceas en codos, rodillas, región lumbar y supraciliar derecha. La biopsia cutánea revela vasculitis granulomatosa. La enfermedad no se controla ni mejora con antiinflamatorios no esteroideos y corticoides orales, y el paciente presenta un cuadro grave, con importante malestar general, fiebre y múltiples brotes de lesiones nodulares con placas xeróticas mal delimitadas (fig. 3). En 2005 se realizan nuevas biopsias cutáneas, que son compatibles con lepra y leprorreacción tipo II (fig. 4). En todas las muestras tomadas se detectaron BAAR (4/5+). Se inicia tratamiento para lepra MB, y al cabo de 1 semana el paciente desarrolla hemólisis muy grave por sulfona, a pesar de tener niveles normales de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa. Se cambia la sulfona por ofloxacino, 400 mg/día, y se añade talidomida, 400 mg/día, con buena evolución. El paciente abandona el seguimiento, y en 2008 presenta un nuevo brote de leprorreacción tipo II. 5 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. artículo de revisión Lepra: ¿una enfermedad del pasado? En los 3 pacientes coincidió el mismo patrón neuropático determinado por el cuadro clínico, electroneurografía (ENG) y electromiografía (EMG): polineuropatía axonal sensitivomotora grave y difusa de predominio distal en miembros inferiores, y mononeuritis múltiple, con afectación entre moderada y grave de ambos cubitales en el codo y del peroneo derecho en la rodilla en el paciente del caso 2, y del peroneo en ambas rodillas en el paciente del caso 3. Figura 3. Grandes placas simétricas xeróticas —junto con múltiples nódulos de diferentes tamaños, eritematosos y dolorosos—, salpicadas por toda la superficie corporal. Figura 4. Con tinción de hematoxilina-eosina (× 40) se observa en la imagen superior un tracto nervioso longitudinal de la dermis con abundantes histiocitos de amplio citoplasma que lo engloban; en la imagen inferior, con tinción de Ziehl-Neelsen, se observan agregados de histiocitos con presencia de bacilos ácido-alcohol-resistentes. 6 MICROBIOLOGÍA Y EPIDEMIOLOGÍA La lepra es una enfermedad infectocontagiosa producida por Mycobacterium leprae, un bacilo recto o ligeramente incurvado grampositivo y, de forma característica, ácido-alcohol-resistente4. Al contrario de lo que se ha pensado, la lepra es muy contagiosa. Hay pruebas de que la infección ocurre con facilidad, aunque la patogenicidad de M. leprae es aparentemente muy baja. Por lo tanto, se entiende que la tasa de infección exceda con mucho la tasa de enfermedad. Se transmite a partir de pacientes con lepra MB no tratados o que han sufrido una recaída, por vía inhalatoria a través de gotitas expulsadas por la nariz y la boca (gotas de Flügge) en contactos estrechos y frecuentes. También se ha descrito infección a través de lesiones cutáneas y, excepcionalmente, por picadura de insectos, contacto con armadillos infectados y excreción de bacilos a través de leche materna o transplacentaria5. Hasta el 95 % de los contactos presentan un sistema inmunitario intacto que los protegerá. Un pequeño porcentaje desarrollará, después de un período de incubación media de 310 años, por determinación genética, ciertos antígenos leucocitarios humanos (HLA) y condiciones sociosanitarias, formas paucibacilares (PB) y MB de la enfermedad. Los isotipos HLA-DR2 y HLA-DR3 están asociados con una respuesta protectora, mientras que los HLA-DQ1 se asocian con formas MB de lepra lepromatosa (LL)6. La prevalencia global mundial se estima entre 0,6 y 8 millones de individuos7,8. En España, según el Instituto Carlos III, en 2007 se declararon Más Dermatol. 2009;8:4-12 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez-Vázquez M, et al. Lepra: ¿una enfermedad del pasado? 19 casos, la mayor parte en Andalucía (5 casos), y en 2008, 17 casos, siendo Cataluña y Madrid las regiones con mayor número de casos nuevos (4 casos). En nuestro país estamos por debajo de 1 caso por 10.000 habitantes, que era el objetivo de salud para el año 2000 establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). CLASIFICACIÓN CLÍNICA DE LA LEPRA La lepra se clasifica sobre la base de criterios clínicos, bacteriológicos, inmunológicos e histopatológicos4. Entre los criterios clínicos, las afectaciones cutánea y neurológica son las más importantes. En 1962, Ridley y Jopling9 proponen definir el espectro de la enfermedad en relación con la respuesta inmunológica del individuo, oscilando entre el polo TT con buena respuesta inmunitaria y el LL de baja respuesta. Entre ambos se sitúan en el centro el tipo borderline/dimorfo tuberculoide (BT o DT), el borderline borderline o dimorfo dimorfo (BB/DD) y el borderline/dimorfo lepromatoso (BL o DL). Posteriormente, esta clasificación fue modificada, introduciéndose la categoría indeterminada (I). En 1982, la OMS recomendó una clasificación adicional más sencilla. Así, se propuso diferenciar a los pacientes en PB y MB. Enfermos MB serán los que presenten baciloscopia positiva en al menos un lugar, más de un tronco nervioso afectado y 6 lesiones cutáneas o más, y PB aquellos que no cumplan estos criterios. Una simplificación es la que considera al paciente con 6 lesiones cutáneas o más como MB, con 2-5 lesiones como PB, y al paciente con 1 lesión, PB con lesión única. Si hay duda, debe catalogarse al paciente como MB10. CLÍNICA DERMATOLÓGICA Por lo general, el comienzo es insidioso, y los pródromos son poco llamativos. En el 90 % de los casos, el primer síntoma es el entumecimiento, que el paciente pasa por alto. Más de dos tercios de los pacientes infectados pueden curarse espontáneamente, algunos permanecen en el mismo Más Dermatol. 2009;8:4-12 estado PB y progresan hacia las formas BT, BL y LL. El 80 % de los casos de lepra a escala mundial se concentra en los tipos TT, BB o indeterminada4,11,12. Lepra indeterminada (inicial, inespecífica o infantil). Supone el comienzo a partir del cual se desencadena, o no, la resistencia a la progresión de la enfermedad. Los pacientes que progresan hacia TT (resistencia prolongada y fuerte) lo hacen en un intervalo de tiempo menor (4 años) que los que progresan hacia LL o BB (10 años). Es una forma transitoria y, si el estado inmunológico es bueno, nunca desarrollarán otros síntomas. La clínica cutánea se caracteriza por la presencia de máculas normalmente hipopigmentadas, entre 4 y 11 cm, circulares u ovaladas, mal delimitadas, que se confunden con la piel normal circundante. La coloración es variable, aunque predomina la hipocromía. Si el borde es bien definido y hay pocas lesiones, se presupone buena resistencia y evolución hacia la forma TT, mientras que un número elevado orienta hacia LL. Las lesiones muestran predilección por mejillas, brazo, muslo y nalgas, y son raras en cuero cabelludo, palmas y plantas. La histopatología de las lesiones es inespecífica. La bacteriología es siempre negativa, y la lepromina es negativa o débilmente positiva. Lepra TT. Lo más característico de esta forma polar es el escaso número de lesiones, de bordes bien definidos y asimetría en la distribución. La lesión típica es la placa eritematosa, de gran tamaño y borde bien definido, que desciende con suavidad hasta el centro atrófico y plano de la placa. Las pápulas eritematosas, aisladas o agrupadas, suelen ser la única manifestación o pueden presentarse alrededor de otras lesiones tuberculoides. Los nódulos son sobreelevados, eritematovioláceos, habitualmente únicos y localizados, sobre todo en la cara. Todas las lesiones presentan disminución de sensibilidad, alopecia e hipohidrosis, que será tanto mayor cuanto más prolongado sea el tiempo de evolución. La histología característica es el granuloma tuberculoide, la baciloscopia 7 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. artículo de revisión Lepra: ¿una enfermedad del pasado? suele ser negativa y la prueba de la lepromina intensamente positiva. Lepra LL. Las lesiones cutáneas son numerosas, simétricas, mal definidas y con abundantes bacilos, la histología es típica, la prueba de la lepromina es negativa y la tendencia de la enfermedad es hacia el agravamiento progresivo. Es posible encontrar varias formas: LL macular, con máculas eritematosas mal definidas, de menor tamaño que las tuberculoides, numerosas, difusas, distribuidas por todo el cuerpo, con alteraciones en la exploración de la temperatura, e infiltraciones lepromatosas, con lesiones de mayor tamaño, de bordes a veces imprecisos. Estas últimas suelen localizarse en el dorso de la mano y en la cara, sobre todo en regiones ciliar, interciliar, malar y geniana, el labio superior, la nariz y el mentón. Se diferencian las de tipo difuso (facies leoninas), en placa y nodular, con los característicos lepromas, localizados en orejas, sienes, nariz, mentón, codos, manos, nalgas o rodillas, con anestesia y anhidrosis, que en ocasiones pueden ulcerarse. Las alteraciones del vello son características de la LL; así, es posible observar la madarosis típica definida por la caída parcial o completa del tercio externo de cejas. Lepra BB/DD. Es una forma de transición entre los dos polos principales, el TT y el LL. Las lesiones cutáneas son numerosas, en forma de placas rojizas irregulares, mal definidas, distribuidas como las de la LL, aunque sin la simetría de éstas, y la anestesia suele ser moderada. Habitualmente, la lepromina es negativa, y la baciloscopia, positiva. Lepra DT/BT. Las lesiones son semejantes a las de la TT, aunque más pequeñas, de bordes menos definidos, más numerosas; la pérdida de pelo en la zona lesional es menor y el engrosamiento de los nervios es menos acentuado. La baciloscopia es negativa, y la lepromina, positiva. Lepra DD/BB, lepra DL/BL. Las lesiones son numerosas y polimorfas, observándose máculas, pápulas, placas y nódulos. Con frecuencia falta la anestesia. La baciloscopia es muy positiva y la lepromina es negativa. 8 CLÍNICA NEUROLÓGICA La presencia de daño nervioso temprano es la norma, incluso sin dermopatía. La expresividad es variable y constituye la principal causa de morbilidad, así como de gran parte de las deformidades y disfunciones. La presencia de bacilos en el nervio no implica necesariamente déficit clínico e, incluso, la pérdida de hasta un tercio de los axones no provoca síntomas. Existe la posibilidad de una forma pura neurítica sin lesiones en la piel. El nervio es un refugio y reservorio para el bacilo y lo protege del ataque inmunológico. El bacilo penetra a través de vasos cercanos a axones no mielinizados sin perineuro, sobre todo en la dermis superficial. A partir de ahí se produce una diseminación proximal a través de la célula de Schwann. En el polo TT, con mayor actividad inmunológica, la destrucción de nervios por granulomas inflamatorios es localizada, con apenas microorganismos detectables, mientras que en el polo LL la inflamación es mínima y la proliferación de bacilos muy poco controlable. Las formas BB comparten características de ambos tipos. La neuropatía asienta en dos localizaciones: la piel y los troncos nerviosos propiamente. La «neuropatía cutánea» de la dermis es consecuencia de invasión directa primero y de reacciones inmunológicas más adelante. La enfermedad se inicia en nervios de gran diámetro en zonas acras de baja temperatura relativa, entre 27 y 30 °C, que suelen coincidir con prominencias óseas, lo que facilita los traumatismos y, por lo tanto, la aparición de mononeuropatías. La presencia de varias mononeuropatías, simultáneas o progresivas, caracteriza a la mononeuritis múltiple. Con la evolución, en especial en las formas LL, aparecerá otro proceso neuropático, la polineuropatía axonal bilateral simétrica distal13,14. El sistema nervioso central nunca es afectado. La exploración debe realizarse haciendo hincapié en los diferentes tipos de sensibilidades, térmica, algésica, táctil, artrocinética-posicional y vibratoria, en la valoración de la fuerza y del trofismo muscular, así como en la investigación de los défi- Más Dermatol. 2009;8:4-12 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez-Vázquez M, et al. Lepra: ¿una enfermedad del pasado? cits neurovegetativos, todo ello dirigido a precisar el tipo de neuropatía que en ese momento presenta el paciente. Debe buscarse la hipertrofia de troncos nerviosos: en el canal epitrocleoolecraneano para el nervio cubital, por debajo del ligamento anular del carpo para el nervio mediano, en el canal de torsión o en la tabaquera anatómica para el radial, por detrás de la cabeza del peroné para el peroneo, por detrás del maléolo interno para el tibial posterior y por detrás del pabellón auricular para el auricular mayor. En pacientes infectados de larga evolución pueden encontrarse contracturas de los dedos con mano en garra, acortamiento de los dedos, úlcera del talón, ptosis, ectropión con apariencia de máscara, alteraciones tróficas con ulceraciones, alteraciones de la queratinización, mal perforante plantar y reabsorción ósea de los dedos, respetando los metacarpianos. Otras afectaciones diferentes de la cutánea o neurológica. Las manifestaciones oculares se producen habitualmente en la LL, afectándose sobre todo el polo anterior. Las mucosas de la boca, la nariz y la garganta pueden presentar infiltraciones lepromatosas y nódulos. Puede haber manifestaciones musculoesqueléticas primarias o secundarias a neuropatía, así como orquitis y disfunción testicular y, en casos avanzados, adenopatías y organomegalias. LEPRORREACCIONES Son procesos sintomáticos agudos, responsables de casi toda la invalidez que produce la lepra. Aparecen en el 25 % de los enfermos no tratados y en el 50 % de los tratados15. La intensidad y la duración de ambas leprorreacciones son muy variables. Tipo I. Afecta al espectro dimorfo, especialmente a los pacientes BL y BB y, menos, a los BT. Es el resultado de la exacerbación de la inmunidad celular que aumenta la inflamación de lesiones existentes, a veces con ulceración, además de inducir la aparición de nuevas lesiones. Produce malestar general, febrícula, astenia, ano- Más Dermatol. 2009;8:4-12 rexia, edemas y, de modo muy característico, neuropatía, que puede desencadenar secuelas permanentes. Tipo II/eritema nudoso leproso (ENL). Suele aparecer a los 6 meses del inicio del tratamiento en las formas LL y BL, aunque en el 25-30 % de los casos aparecen en pacientes no tratados. Se relaciona con casos muy bacilíferos en los que se producen reacciones antígeno-anticuerpo con formación de inmunocomplejos, que desencadenan un fenómeno de Arthus multifocal. El 30 % de los casos presentan ENL en el momento del diagnóstico, y el 41 % durante el primer año de la politerapia farmacológica. Lo más característico es la gran afectación del estado general, con cefalea, dolores musculares y fiebre. Puede asociarse también con lesión neural, artritis, iridociclitis y epididimitis. La expresión de la clínica dermatológica dependerá de la profundidad a la que se localicen los fenómenos vasculíticos en la lesión histológica. Si la vasculitis es superficial, las lesiones recuerdan al eritema polimorfo y si, por el contrario, es muy profunda, en la hipodermis aparece un cuadro clínico muy intenso con lesiones necróticas (fenómeno de Lucio). DIAGNÓSTICO El diagnóstico de lepra debe sospecharse en pacientes procedentes de zonas endémicas, con lesiones cutáneas compatibles y síntomas y signos clínicos de neuropatía periférica11,12. Las lesiones dermatológicas con frecuencia son poco expresivas. Los déficits neurológicos son de predominio sensitivo, focales y más habitualmente distales. La demostración de BAAR en los estudios bacteriológicos de las tomas de las lesiones y de la biopsia cutáneas es el hallazgo concluyente. Hipoanestesia e hipodistermia. Hay que buscar las neuropatías que se han descrito en el apartado de clínica neurológica. Si aún así persisten dudas y es factible su realización, pueden llevarse a cabo la prueba de la histamina, con ausencia del eritema secundario de la triple reacción de Lewis en la piel lesional, y la prueba de la metilcolina/pilocarpi- 9 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. artículo de revisión Lepra: ¿una enfermedad del pasado? na, que demuestra la ausencia de sudación en las lesiones leprosas. En el diagnóstico de lepra LL o BL, la prueba de mayor importancia es la demostración del BAAR en extensiones de lesiones cutáneas. No hay protocolos definidos, pero se requieren al menos 6 muestras por paciente, sin incluir las de moco nasal. Se toma la linfa del lóbulo de los pabellones auriculares izquierdo y derecho, en dos lesiones si son máculas en la zona periférica de actividad; si sólo hay una lesión, en dos lugares periféricos de ella; si hay muchas, se eligen las últimas en aparecer; si son nódulos, se obtiene la linfa en el medio de la lesión y, por último, la linfa de los codos. Si no hay lesiones, se toma linfa de los codos y las rodillas. El índice bacteriano determinado a partir de la tinción hística indica el número de bacilos existentes en una preparación (escala de Ridley). El estudio histológico debe hacerse desde el borde activo hacia el centro de la lesión. Si no hay lesiones cutáneas, la biopsia se realiza en el área de déficits sensitivos, tomando ampliamente la hipodermis. Se puede encontrar: un infiltrado inflamatorio simple, constituido por linfocitos y, a veces, por histiocitos y fibroblastos, situados alrededor de vasos, nervios y glándulas de la piel (esta histología es inespecífica) y un infiltrado granulomatoso, que en el caso de la LL está formado por histiocitos cargados de BAAR, aislados o en globis, denominados células espumosas de Virchow, situados en la dermis y separados de la epidermis por una zona clara bien definida. En el caso de la TT, son granulomas de células epitelioides entre los que se observa alguna célula gigante. Se extiende hacia la epidermis sin que se interponga entre ambos una zona clara. Por último, puede realizarse la prueba de Mitsuda o de la lepromina para determinar el estado inmunológico. No es diagnóstica, pero ayuda a la clasificación al valorar la respuesta frente al bacilo. Cada vez se realiza menos, porque no siempre se dispone de ella en nuestro medio. Si se confirma el diagnóstico, el paciente debe ser remitido a neurología, otorrinolaringología, reumatología y oftalmología, con el fin de descartar 10 afectaciones en otros sistemas. Debe hacerse hincapié en la epidemiología y descartar la existencia de otros familiares afectos, ya que se cree que la transmisión se produce principalmente entre miembros de una misma familia. Los niños son mucho más sensibles a la infección, por lo que la transmisión de la enfermedad en la comunidad es alta. Se trata por supuesto de una enfermedad de declaración obligatoria. Nuevas técnicas diagnósticas en la lepra. Dado que M. leprae no puede cultivarse in vitro y que la tinción de BAAR es inespecífica y no sensible, se han tratado de aportar nuevas pruebas. Hay varias pruebas de reciente aparición que no se utilizan de forma sistemática: prueba de absorción de anticuerpos antilepra fluorescentes (FLA-Abs), similar a la prueba de absorción de anticuerpos treponémicos fluorescentes (FTA-Abs), reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que permite detectar incluso un pequeño número de bacilos en fases iniciales, tanto en muestras de piel como de linfa. Los antígenos-anticuerpos más interesantes son los glucolípidos de la pared, principalmente el glucolípido fenólico I (PGL-I). Se pueden medir los anticuerpos en orina mediante ELISA con fines diagnósticos y terapéuticos. Es simple y tiene una especificidad del 100 %, aunque la sensibilidad varía: 92 % para LL, 56 % para BL y 18 % para BT. Parece tener gran potencial para evaluar recaídas y fallos en el tratamiento, pero no para evaluar contactos. NEUROFISIOLOGÍA CLÍNICA La ENG y la EMG presentan especial interés en pacientes con escasa o nula clínica dermatológica, en aquellos en los que coinciden otras causas de neuropatía o para diferenciar reacciones y complicaciones del tratamiento. Permiten precisar intensidad, topografía, mecanismo fisiopatológico y signos de desnervación y reinervación; esto último reviste interés pronóstico, dado que determina el momento evolutivo de la neuropatía. El hallazgo habitual en períodos iniciales o poco activos es la desmielinización focal, en especial en la mononeuritis múltiple, mientras que en fases ya Más Dermatol. 2009;8:4-12 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Rodríguez-Vázquez M, et al. Lepra: ¿una enfermedad del pasado? Tabla 1. Tratamiento de la lepra multibacilar y paucibacilar y de las formas de lepra especiales Tipo Posología (1er (meses) 100 mg DAP 6 50 mg CLOF 100 mg DAP 12 6 600 mg RIF 100 mg DAP MB 600 mg RIF 300 mg CLOF 100 mg DAP PB 450 mg RIF 50 mg DAP 50 mg DAP MB 450 mg RIF 150 mg CLOF 50 mg DAP 50 mg CLOF en días alternos 50 mg DAP Única lesión en la piel sin afectación del sistema nervioso RIF Tiempo 1/día (días 2-28) PB Adulto Niños 10-14 años 1/mes día del mes) 12 600 mg RIF 400 mg OFLOX 100 mg MINOC MB Intolerancia a algún CLOF fármaco de la politerapia PB DAP MB Observaciones Menores de 10 años: dosis ajustada al peso Dosis única 50 mg CLOF 100 mg MINOC 400 mg OFLOX 50 mg CLOF 100 mg MINOC 400 mg OFLOX 6 Seguir 18 meses: 50 mg CLOF + 400 mg OFLOX o 100 mg MINOC DIARIO 600 mg RIF 400 mg OFLOX 100 mg MINOC Mensual RIF, diaria OFLOX y MINOC 24 Se rechaza por hiperpigmentación (reconocimiento social) 600 mg RIF 50 CLOF 50 mg CLOF 6 Cualquier otra pauta sin DAP Cambiar por ofloxacino 400 mg/día Embarazadas Los mismos esquemas que para el adulto – Exacerbación de la enfermedad y riesgo de leprorreacciones – Anticonceptivos orales: influyen en la RIF y viceversa – Lactancia: pueden excretarse pequeñas dosis VIH Los mismos esquemas que para el adulto No interaccionan con antirretrovirales TBC + lepra Los mismos esquemas que para el adulto La dosis de RIF es la utilizada en TBC CLOF: clofacimina; DAP: dapsona; MB: lepra multibacilar; MINOC: minociclina; OFLOX: ofloxacino; PB: lepra paucibacilar; RIF: rifampicina; TBC: tuberculosis; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. evolucionadas es la degeneración axonal secundaria. La neuropatía más habitual en la lepra es la lesión cubital en codo16, presente en prácticamente todos los afectados. TRATAMIENTO Es fundamental clasificar adecuadamente al paciente como PB o MB según los criterios mencionados Más Dermatol. 2009;8:4-12 en el apartado clasificación clínica de la lepra. Un grupo de estudio de la OMS recomendó, en 1981, la politerapia farmacológica con tres medicamentos, dapsona, rifampicina y clofacimina17, con la que se destruye al patógeno desde la primera toma y conduce a la curación. La politerapia es segura y eficaz y puede utilizarse de modo sencillo y práctico. Existen recomendaciones generales: nunca 11 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. artículo de revisión Lepra: ¿una enfermedad del pasado? Tabla 2. Tratamiento de las leprorreacciones 0,5-1 mg/kg /día PRED Tipo I LEPRORREACCIÓN* No se suspenderá el tratamiento antileproso (300 mg CLOF, sustituye o disminuye dosis de PRED) VARIOS MESES DISMINUIR la dosis lenta y progresivamente: 10 mg/2-3 semanas. En 2-3 meses alcanzar dosis de 15-20 mg/día El tratamiento durante meses evita el daño del sistema nervioso y las recurrencias TAL es inefectiva Aguda Tipo II (ENL) AINE, analgésicos, medidas físicas 150-500 mg TAL (CLOF 300 mg/día CLOF + PRED oral) Intentar retirar TAL en 1 mes Mujeres fértiles: nunca TAL (se emplea corticoterapia, como en tipo I) Crónica: 6 meses * Últimamente se han comunicado mejorías de las leprorreacciones con pentoxifilina, colchicina, zafirlukast, ciclosporina y, principalmente, azatriopina. CLOF: clofacimina; ENL: eritema nudoso leproso; PRED: prednisona o prednisolona; TAL: talidomida. debe usarse monoterapia para evitar resistencias (50 % de los pacientes tratados sólo con dapsona desarrollan resistencias a los 10 años), ni empezarse el tratamiento con dosis bajas para aumentar progresivamente la dosis y, si existen dudas sobre el tipo de lepra, es mejor realizar tratamiento como en la forma MB. En la tabla 1 se resumen los diferentes tratamientos. El tratamiento según la OMS tiene pocos efectos adversos; los más frecuentes son los cutáneos relacionados con la clofacimina, en concreto xerosis e hiperpigmentación. Tratamiento de las leprorreacciones. Se debe iniciar tratamiento adecuado lo más pronto posible para evitar la afectación neurológica (tabla 2). Por último, cabe destacar que no hay vacuna ni quimioprofilaxis específica o eficaz contra la lepra. El único método de prevención hasta la fecha es la detección temprana y el rápido inicio de politerapia farmacológica. BIBLIOGRAFÍA 1. Seventh expert committee on leprosy, Geneva, 26 May–3 June 1997. Working paper prepared by Ji Baohong in collaboration with the WHO Action Programme for the Elimination of Leprosy. Ginebra, World Health Organization, 1997. (Documento no publicado WHO/LEP/EC/WP/97.1 disponible en http://whqlibdoc.who.int/hq/1997/WHO_LEP_EC_WP_97.1.pdf) 2. A guide to leprosy control, 2.a ed. Genève: World Health Organization; 1988. p. 27-8. 12 3. WHO: expert committee on leprosy. World Health Organ Tech Rep Ser. 1998;874:1-43. 4. Fernández JL, Rangel Mayoral JF, Liso Rubio FJ. Revisión de la enfermedad de Hansen. Farm Hosp (Madrid) 2004;2:123-9. 5. Brandsma JW, Bizuneh E, Temam F, Naafs B. Mycobacterial infections causing cutaneous disease; or how is leprosy transmitted? Lepr Rev. 2008;79(2):196-8. 6. Ranque B, Alter A, Schurr E, Abel L, Alcais A. 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