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SALUS MILITIAE VOLUMEN 37 Enero - Diciembre 2012 NÚMERO 1 y 2 DEPÓSITO LEGAL pp 196602DF830 - ISSN. 0036 - 3642 EDITOR DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD DE LA FANB Cnel Dr. Carlos Oberto Machado. homenet@cantv.net DIRECTOR EDITORA ASISTENTE Dra. Ingrid Nass de Ledo. aledo@telcel.net.ve EDITOR FUNDADOR Cnel Dr. Fernando Rísquez I. Gral. Div. Carlos E. Gutierrez Mata. HOSPITAL MILITAR “DR. CARLOS ARVELO” DIRECTOR Cnel Dr. Earle Siso García. SUB-DIRECTOR MÉDICO HOSPIMIL EDITORES EMERITUS Cnel Dr. Guillermo J. Boggiano. Cnel Dr. Luis Martínez Iturriza. Cnel Dr. Oswaldo Zuloaga G. JEFE DE LA DIVISIÓN DE ADMINISTRACIÓN Y LOGÍSTICA HOSPIMIL DIAGRAMACIÓN E IMPRESIÓN Tcnel. Joan M. Angulo. Hacienda Creativa, C.A. Telf: (0212) 953.22.16 Mail: haciendacreativa@gmail.com Página Web: www.haciendacreativa.com.ve HOSPITAL MILITAR “DR. CARLOS ARVELO” Fax: 0212-462.50.55 / Oficina: 0212-406.14.51 Caracas-Venezuela DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD DE LA FANB HOSPITAL MILITAR “DR. CARLOS ARVELO” NORMAS GENERALES PARA PUBLICACIÓN EN LA REVISTA “SALUS MILITIAE” La Revista Salus Militiae es el órgano de divulgación científica del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” consta de: Directorio: Información del Comité Editorial de la Revista. Editorial: En el cual, los editores de la Revista, o por requerimiento de éstos, otra persona emitirá su opinión sobre un artículo en especial o sobre cualquier actividad relacionada con la salud de actualidad. Artículos Originales: Comprenden reportes completos de un trabajo investigativo ya sea en ciencias básicas o clínico. Debe contener estudios estadísticos. Casos Clínicos: Comprende reportes de casos clínicos acompañados del análisis y revisión de la literatura. Artículos de revisión: Comprende reportes de trabajos de revisión clínica, sin datos estadísticos pero acompañados de análisis, revisión de la literatura y conclusiones. De Interés general: Serán realizados por requerimiento del Comité Editorial e incluye revisión de temas de actualidad y de importancia clínica, conferencias de interés, deben estar acompañados de análisis y conclusiones, deberán ser preparados bajo las mismas normas que los artículos originales. Cartas al Editor: Comunicaciones breves, preguntas y controversias basados en el material publicado recientemente, máximo dos hojas y cinco referencias bibliográficas. Noticias: Incluye información sobre eventos científicos, reuniones, congresos, jornadas, etc. Deben ser enviados con tres meses de anticipación a la publicación del número correspondiente. Instrucciones para los autores: Se publicará en todos los números de la Revista, las indicaciones generales para la realización y entrega de manuscritos. Índice: Anualmente se publicará un índice de autores y artículos publicados del volumen que finaliza. II INSTRUCCIONES GENERALES PARA LOS AUTORES La Revista Salus Militiae es el órgano oficial de divulgación científica del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”, cuyo objetivo fundamental es la publicación de los trabajos presentados en los Coloquios Médicos Jornadas Científicas Nacionales, y abiertos a la comunidad Médica del país ya sean originales, de revisión, presentación de casos clínicos, descripción de técnicas o cartas al editor. NORMAS GENERALES DE PUBLICACIÓN Se aceptarán artículos inéditos relacionados con cualquier aspecto científico del ámbito médico. Los manuscritos deben ser enviados en CD, identificado en forma clara, el nombre del archivo (utilizar solamente formato de Word 2000 o superior) a P.B. oficina de Comisión de Coloquios Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”. Los artículos pasarán a ser propiedad intelectual de la Revista, una vez sean publicados. Debe dirigirse una carta solicitando la publicación de dicho manuscrito, la cual debe incluir: aceptación de todas las normas de publicación de la Revista; información acerca publicaciones previas del manuscrito, ya sea total o parcial, así como su envío a cualquier otra revista médica. Una declaración de relaciones financieras u otras que pudieran producir un conflicto de interés. Una declaración que refleje que el manuscrito ha sido leído y aprobado por todos los autores. El nombre, la dirección, el teléfono, fax y la dirección electrónica (e-mail) del autor responsable de comunicarse con los demás autores para la revisión del trabajo antes de su publicación. La Revista Salus Militiae se guía por los Requisitos Uniformes para Manuscritos enviados a Revistas Biomédicas del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas. Salus Militiae 2001; 26(1):5-16. Los trabajos serán mecanografiados en doble espacio, en una sola cara, sobre papel blanco bond base 20, tamaño carta, con márgenes de 2,5 cm a los lados. Se recomienda su división en: Resumen, Introducción, Métodos, Resultados, Discusión, Agradecimientos y Referencias. La primera página deberá contener exclusivamente el título del trabajo, nombre completo y dirección del autor (es), así como el cargo y la institución donde se desempeñan. Todas las páginas deben estar numeradas. Palabras Clave: Debajo del resumen se debe incluir de 3 a 10 palabras clave para ayudar a su indexación. Usar los términos de la lista de Términos Médicos (MeSH, siglas en inglés) del Index Medicus; si no hay un término adecuado en esa lista, usar un término común. Las figuras deberán ser dibujadas profesionalmente y fotografiadas, numerándose de acuerdo a como han sido citadas en el texto. Las fotografías y microfotografías deberán ser reproducidas nítidas en blanco y negro, el tamaño no será mayor de 20 x 25 cm (8x10 pulg.) No deberán montarse, llevarán una etiqueta en la parte posterior en la que se indique el número de la figura, el autor y la parte superior de la misma. Se indicará la magnificación de las microfotografías. Introducción: Establecer el propósito del artículo y resumir la justificación del estudio u observación. Las fotografías o las figuras no llevarán leyenda incorporada; ésta deberá ser señalada en hoja aparte, a doble espacio. Las tablas se enumerarán según sean citadas en el texto; llevarán un encabezamiento descriptivo. No se usarán líneas internas horizontales o verticales. Colocar materia explicativa y abreviaturas no estándares en notas al pie. El ordenamiento general de los manuscritos debe ser el siguiente: Título: breve, atractivo, preciso, honesto, concordante con la Nomenclatura Internacional de las Enfermedades (OMS), con un máximo de 12-15 palabras. Autores: nombres y apellidos; el primer lugar corresponderá al redactor del trabajo; el orden de los demás autores corresponderá con su contribución; al pie de la página aparecerá con un llamada (1, 2, 3...) el cargo principal de cada autor. Deberá incluir la dirección completa del autor principal y su dirección electrónica. Resumen: La segunda página debe contener: un resumen estructurado no mayor de 240 palabras, el propósito de la investigación, procedimientos básicos, hallazgos y conclusiones principales. El resumen debe ser realizado en español. Métodos: Describir claramente cómo se seleccionaron los sujetos de investigación, sus características, cómo y por qué se realizó el estudio en una manera particular. Cómo se recolectaron los datos. Identificar los métodos, equipos y procedimientos. Identificar y describir brevemente los métodos estadísticos. Resultados: Presentarlos en un secuencia lógica del texto, tablas e ilustraciones. Discusión: Enfatizar los aspectos nuevos e importantes del estudio y las conclusiones subsiguientes; implicaciones de sus hallazgos y limitaciones. Relacionar sus conclusiones con otros trabajos y con los objetivos del estudio. Agradecimientos: Enumerar todos los colaboradores que no llenen los criterios de autoría. Referencias: De acuerdo con los normas del ICMJE (noviembre 2003) Las referencias bibliográficas deben citarse en el texto, entre paréntesis y en números arábigos sucesivos. Numere los primeros seis autores seguidos de et al. Artículos en revistas: Nass de Ledo I, Marcano D, Quintero A R. Tumores del antro maxilar. Resultados con radioterapia. Rev Venez Oncol 2000; 12(1):9-18. Libros y monografías: Veronesi U. Cirugía oncológica 1era. Edición Buenos Aires (Argentina) Editorial Médica Panamericana S.A. 1991. Capítulo de un libro: Bernardello ET, Margossian J, Otero D, Muller G, Bustos J. El modelo de Gail. Hipótesis de riesgo y prevención. En: Hernández G. Bernardello ET, Pinotti J.A. Barros AC, editores. Tratamiento conservador en cáncer de mama. 1era. Edición. Caracas. Mc Graw-Hill Interamericana de Venezuela S.A.; 2001. p.18-24. III Material electrónico. Artículo de revista en formato electrónico. Morse SS. Factors in the emergence of infectious diseases. Emerg Infect Dis {serial online} 1995 Jan-Mar {cited 1996 Jun 5}; 1 (1): {24 screens}. Available from: URL: http://www.cdc.gov /neidod/EID/eid.htm Monografía en formato electrónico. CDI, clinical dermatology illustrated {monograph on CD-ROM}. Reeves JRT, Maibach H. CMEA Multimedia Group, producers. 2nd ed. Version 2.0. San Diego: CMEA; 1995 Archivo de computadora. Hemodynamics III: the ups and downs of hemodynamics {computer program}. Version 2.2. Orlando (FL): Computerized Educational Systems; 1993. Unidades. Se usa el sistema Internacional de unidades de medidas (SI) para las unidades y abreviaturas de unidades: s para segundos, min para minutos, h para hora, L para litro, m para metro. Salus Militae 2005;30(1): 47-68 Abreviaturas: Deben evitarse las abreviaturas o usarse lo menos posible. Si se van a usar, deben ser definidas cuando se mencionen por primera vez. No deben aparecer abreviaturas en el título, y si fuera posible tampoco en el resumen. IV Editorial Las publicaciones periódicas ante la Red de Redes Dra. Ingrid Nass de Ledo. La comunicación científica ha cambiado. Las publicaciones especializadas en medicina, por ejemplo, sufren el impacto del costo del papel, la disminución en los recursos para costearlas y lo que es peor: la indiferencia en las instituciones para mantenerlas, obviando la importancia de tener un medio impreso donde los integrantes de su comunidad hospitalaria publiquen sus experiencias y que este sea serio, arbitrado e indizado. Consideremos el impacto global que tiene Internet; solamente demos un paseo por la red de redes y descubramos la gran cantidad de páginas Web dedicadas a la divulgación y comunicación de trabajos e investigaciones científicas, amén de las dirigidas a pacientes y comunidades; si bien es cierto hay demasiada información conocida en el medio como “chatarra” existen otras páginas Web serias y de alto contenido científico que nos sirven de referencia y que al ser de rápido acceso desplazan al medio impreso. La velocidad y el poco tiempo que disponemos predominan en nuestra era. Las nuevas tecnologías nos permiten mostrar los contenidos propios de las revistas (imágenes, gráficas, tablas, etc.) y adaptarlos a los diferentes sistemas operativos que existen: laptop, tabletas, note book, en una forma más amigable y que pueden ser consultadas en cualquier sitio; es por ello que las revistas científicas tradicionales tienen casi todas dos formatos: el impreso y el digital, este último con el llamado “open access” o con un pago mínimo, son de gran utilidad; es así como el médico e investigador moderno, cargado de trabajo y que debe estar actualizado y en la mayoría de los casos no tiene recursos suficientes, prefiere la utilización del formato digital, el e-book, y la búsqueda en la red. ¿Hacia dónde vamos? ¿Desaparecerán las revistas impresas? Son las preguntas que nos debemos hacer ante la globalización de la información y el avance de la tecnología. Los que prefieren el medio impreso disfrutan de hojear una revista, conservarla, poder utilizarla donde no haya conexión a Internet o existan fallas de electricidad, los que les gusta la tecnología abogan por la rapidez, fácil acceso y hasta gratuidad de la información. El inexorable paso del tiempo será el encargado de definir esta dualidad. Mientras tanto, en nuestra revista sufrimos de otros males como son: la crisis económica, la apatía en respaldarnos y la ausencia de una generación de relevo responsable que trabaje por ella; es por ello que en este momento, mientras otras publicaciones deciden si van a papel o digital, nosotros lastimosamente nos estamos jugando nuestra existencia como medio de divulgación científica. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 3-6 Artículos Originales EVALUACIÓN ÍNDICE TOBILLO/BRAZO EN PACIENTES DIABÉTICOS, DE LA CONSULTA DE ENDOCRINOLOGÍA Y ENFERMEDADES METABÓLICAS Dra. Liliana Vera*, Dra. Sara Brito**, Dra. Andrea Carvajal*, Dra. Ana Miskiewicz***, Dra. María Ovalles*, Dra. Beatriz Contreras*, Dra. Mary Lares****. Resumen Evaluación índice tobillo/brazo en pacientes diabéticos de la consulta de endocrinología y enfermedades metabólicas. Vera L, Brito S, Carvajal A, Miskiewicks A, Ovalles M, Contreras B, Lares M. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 3-6. Objetivo: El índice tobillo/brazo es un método utilizado para evaluar enfermedad arterial periférica, implicada en 62 % de úlceras por pie diabético y 42 % de amputaciones. En este estudio se evalúa índice y factores de riesgo asociados en pacientes diabéticos que asisten a nuestra consulta. Materiales y Métodos: Se evaluaron 65 pacientes, 22 y 78 años de edad, investigando factores de riesgo cardiovascular, síntomas isquémicos en miembros inferiores, antropometría, control metabólico, cálculo del índice. Se definió enfermedad arterial periférica índice ≤ 0,9. Resultados: Edad 58,75 ± 12,55 años, 56,92 % sexo femenino, 43,07 % masculino, 95,38 % diabéticos tipo 2, 4,6 % tipo 1. 72,3 % tenían hipertensión, 33,84 % fumadores, 50 % sedentarios 49,23 % tenían dislipidemia. 53,84 % presentó índice tobillo/brazo ≤ 0,9, 10,7 % tenían diabetes ≥10 años de evolución, 57,1 % masculinos, 30,96 % ≥60 años. Factores de riesgo asociados, 57,14 % índice ≤ 0,9 tenía hipertensión arterial, 34,28 % fumadores, 45,71 % tenía dislipidemia. El 3,07 % presentó índice > 1,4, que sugiere rigidez arterial. Conclusiones: Frecuencia de enfermedad arterial periférica es elevada en pacientes diabéticos y aumenta con la edad. No se encontró relación con un mayor tiempo de evolución de enfermedad, a diferencia de lo encontrado en diferentes publicaciones. En cuanto a los factores de riesgo, se encontró una asociación entre la hipertensión y un menor índice, como era de esperarse, así como también, aunque en menor medida, se asoció el tabaquismo y dislipidemia. Palabras clave: Índice, tobillo, brazo, diabetes, riesgo, cardiovascular, enfermedad arterial, periférica. Introducción La enfermedad arterial periférica (EAP), es una manifestación importante de aterosclerosis sistémica (1). Una minoría de pacientes presenta síntomas típicos de EAP, como claudicación intermitente, úlceras o dolor en reposo, sin embargo, la EAP tanto sintomática como asintomática está asocia* Residente. ** Jefe del Departamento. *** Adjunto. ****Biólogo Departamento de Endocrinología y Enfermedades Metabólicas. Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”. Correspondencia: e-mail: lilianavera@hotmail.com da con riesgo aumentado de mortalidad cardiovascular (2,3). Se ha demostrado que los pacientes con EAP, aun sin antecedentes de infarto del miocardio o enfermedad vascular cerebral isquémica, tienen el mismo riesgo relativo de muerte por causa cardiovascular que los pacientes con historia de enfermedad coronaria o cerebro vascular (4). Es importante descartar EAP en pacientes con factores de riesgo cardiovascular, sin embargo, el examen físico, incluyendo evaluación de los pulsos no es suficientemente sensible para detectar EAP (5). El índice tobillo/brazo (ITB) es considerado un método sencillo, confiable y no invasivo para determinar la presencia y severidad de la EAP en extremidades 3 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 3-6 Evaluación índice tobillo/brazo ... inferiores, además permite la identificación tanto de pacientes sintomáticos como asintomáticos (6). La principal causa de EAP en extremidades inferiores es la aterosclerosis. Los factores de riesgo para aterosclerosis, tales como tabaquismo, diabetes, dislipidemia e hipertensión aumentan la probabilidad de desarrollar EAP en extremidades inferiores (6). Los pacientes de 50 años o mayores, con factores de riesgo para aterosclerosis, que presenten síntomas asociados a EAP, como claudicación, dolor isquémico en reposo y/o heridas que no sanan, se deben someter a revisión (6). Los individuos con EAP asintomática se deben identificar con un examen físico y calculando el ITB, para iniciar intervenciones terapéuticas que disminuyan el riesgo de infarto del miocardio, enfermedad cerebro vascular y muerte. En estos pacientes se recomienda dejar de fumar, disminución de lípidos y tratamiento adecuado de la diabetes e hipertensión, según las guías actuales. La terapia antiplaquetaria está indicada para individuos con EAP asintomática, para reducir el riesgo de eventos isquémicos cardiovasculares (6) . De acuerdo con las guías actuales de la American Heart Association (AHA), el ITB se define como la relación entre la presión sistólica más alta de las 2 arterias del tobillo de una extremidad (pedia o tibial posterior) y la presión sistólica más alta de los 2 brazos (6,7). Usualmente un ITB ≤ 0,9 es sugestivo de EAP, interpretándose los valores entre 0,9 y 0,4 como EAP de leve a moderada, y ≤ 0,4 severa (6). Sin embargo, las recomendaciones actuales de la AHA para calcular el ITB, no es ampliamente aceptada (7). Algunos autores realizan un promedio entre ambas presiones de los tobillos, otros recomiendan utilizar la menor de las presiones sistólicas para realizar el cálculo (7,10,11). Calcular el ITB utilizando la más alta de las presiones sistólicas de los tobillos parece subestimar la verdadera prevalencia de la EAP (7). La mayoría de los estudios recomiendan calcular el ITB en ambas piernas y luego tomar el valor menor como predictor de aterosclerosis generalizada (6, 7,11). Existe una relación inversa entre el ITB y la presencia tanto de enfermedad cardiovascular como cerebro vascular, así como con factores de riesgo 4 ateroscleróticos (7-9). Investigaciones recientes a demás revelan una fuerte correlación entre el ITB y eventos cardiovasculares (7). El ITB se considera un indicador de aterosclerosis generalizada (12). La diabetes aumenta de 2 a 4 veces la incidencia de EAP, en comparación con individuos no diabéticos (13). Entre los adultos mayores de 40 años en EE.UU, la prevalencia es de 9,5 % en diabéticos y 4,5 % en no diabéticos (14). De acuerdo con el consenso de la American Diabetes Association (ADA), se recomienda realizar el cálculo del ITB como despistaje en todos los diabéticos mayores de 50 años y en menores con factores de riesgo cardiovascular asociado o con más de 10 años de evolución de la enfermedad (15). La EAP está implicada en 62 % de las úlceras por pie diabético y 42 % de las amputaciones, por lo cual se considera de mucha importancia detectarla tempranamente para iniciar terapia oportuna y prevenir complicaciones (11). No existen estudios clínicos donde se realice el cálculo del ITB en pacientes diabéticos de nuestra región, por lo tanto nuestro objetivo es evaluar el ITB en pacientes diabéticos que asisten a la consulta de Endocrinología y Enfermedades Metabólicas del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” y correlacionarlo con el tiempo de evolución de la enfermedad, edad del paciente, control metabólico y coexistencia de factores de riesgo asociados a aterosclerosis como tabaquismo, hipertensión arterial, dislipidemia. Método Se evaluaron 65 pacientes diabéticos que acuden a la consulta de Endocrinología y Enfermedades Metabólicas en el Hospital “Dr. Carlos Arvelo”, y se les realizó una historia clínica para detectar factores de riesgo de aterosclerosis, como tabaquismo, hipertensión arterial (HTA), antecedente de enfermedad arterial periférica, coronaria o enfermedad cerebro vascular. Se les tomó muestra para analizar glicemia basal, Hb A1c y perfil lipídico. Se interrogó acerca de la presencia de síntomas isquémicos en miembros inferiores como claudicación y dolor en reposo. Se realizó un examen físico exhaustivo, incluyendo inspección de la piel de ambos miembros inferiores en busca de signos como piel brillante, fría y seca, cornificación de las uñas, au- Dra. Liliana Vera y col. sencia de vello, cambios de coloración, así como la presencia de úlceras. A todos los pacientes se les realizó el cálculo del ITB utilizando Doppler n*100, para cada pierna dividiendo la presión sistólica obtenida en el tobillo, tanto de la arteria tibial posterior como de la pedia, entre la presión sistólica del brazo correspondiente. Luego de calcular el índice en cada pierna se tomó el valor menor como total. Se utilizó el valor del ITB ≤ 0,9 como criterio diagnóstico de EAP de acuerdo con lo establecido por las guías de la American Heart Association (AHA) y el American College of Cardiology (ACC). Este punto de corte tiene una sensibilidad de 95 % y una especificidad de 99 % para detectar estenosis arterial en las extremidades inferiores. El ITB ≥ 1,4 sugiere rigidez arterial. Los datos fueron analizados utilizando el programa SPSS® versión 15.0. Las variables continuas se expresan como el promedio ± desviación estándar y las variables categóricas como porcentaje. Resultados El 53,84 % de los pacientes presentó EAP, diagnosticada por la presencia de ITB ≤ 0,9, siendo el promedio del valor del ITB de 0,9 ± 0,25, el promedio de edad fue 53,38 ± 13,01 años, el 56,92 % eran del sexo femenino, el 95,38 % eran diabéticos tipo 2, 4,6 % tipo 1, y el 73,84 % de toda la población tenía diabetes de más de 10 años de evolución. Del total de los pacientes, el 55,38 % tenía más de 60 años de edad, y de éstos, el 30,76 % presentó ITB ≤ 0,9 y el 1,53 % ITB ≥1,4. En cuanto al tiempo de evolución de la enfermedad, sólo el 10,7 % tenía Diabetes Mellitus de más de 10 años de evolución y el 43,07 % menos de 10 años. Con respecto a los antecedentes el 10,76% tenía enfermedad arterial coronaria (EAC) y el 4,6 % enfermedad vascular cerebral (EVC). El 72,3 % tenía hipertensión arterial (HTA), el 33,84 % eran fumadores. El promedio del índice de masa corporal (IMC) fue de 29,42 ± 5,92 kg/m2. Entre los pacientes con ITB ≤0,9, los factores de riesgo cardiovascular asociados con mayor frecuencia se encuentra en primer lugar la HTA en un Salus Militiae 2012;37 (1 y 2):3-6 57,14 %, seguido de dislipidemia en un 45,71 % y por último el tabaquismo en un 34,28 %. El 18,46 % refirió claudicación, el 30,76 % presentó dolor en reposo, 15,38 % piel brillante, el 9,23 % piel fría, 20 % presentó cornificación de las uñas, 3,07 % presentó úlcera y el 46,15 % presentó ausencia de vello, siendo éste último el síntoma más frecuente. Al examen físico 29,23% de los pacientes presentó disminución de los pulsos pedios y tibial posterior. El promedio de glicemia basal fue 177 ± 110 mg/dL, glicemia post-prandial 163 ± 57,09 mg/dL, colesterol total 200,68 ± 91,50 mg/dL, HDL 40,38 ± 13,13 mg/dL, LDL 97,31 ± 32,37 mg/dL, Hb A1c fue 7,43 ± 2,05%. Discusión La prevalencia de EAP en la población general es variada (1,3,6). La diabetes aumenta el riesgo de EAP 2 a 4 veces (13). En nuestro estudio se evaluaron 65 pacientes, de los cuales 35 (53,84 %) presentó EAP diagnosticada con un ITB ≤ 0,9, la cual es más frecuente en pacientes masculinos y mayores de 60 años, y se corresponde a lo observado en otros estudios realizados a nivel mundial (2,3). La Diabetes Mellitus aumenta el riesgo de EAP, y éste aumenta con la edad y con el tiempo de evolución de la enfermedad (13). Por esto la recomendación de la ADA de calcular el ITB en todos los pacientes diabéticos mayores de 50 años, o en menores pero con factores de riesgo o con mayor tiempo de evolución (15). En nuestro estudio no se observó ésta relación con el tiempo de evolución de la enfermedad. Sólo el 3,07 % presentó ITB >1,4, lo que sugiere rigidez arterial (6). Como hemos descrito, el cálculo del ITB es útil para diagnosticar la presencia de EAP en pacientes sintomáticos y asintomáticos, por lo que evaluamos la presencia de síntomas isquémicos. En los pacientes con ITB alterado se observaron los siguientes síntomas en orden de frecuencia: ausencia de vello, disminución de los pulsos pedio y tibial posterior, dolor, claudicación, cornificación de uñas, piel brillante, piel fría y úlceras de pie diabético. 5 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 3-6 Evaluación índice tobillo/brazo ... Con respecto a los factores de riesgo asociados, hubo una mayor prevalencia de HTA entre los pacientes evaluados (72,3 %), el 33,84 % eran fumadores, el 10,76 % tenía enfermedad arterial coronaria (EAC) y el 4,6 % enfermedad vascular cerebral (EVC). Entre los pacientes con ITB ≤ 0,9 el factor de riesgo asociado con mayor frecuencia fue la HTA, lo cual coincide otros estudios realizados (7,8) . En nuestro estudio se confirmó la alta frecuencia de EAP en pacientes con Diabetes Mellitus, lo cual resalta la importancia de realizar despistaje de forma rutinaria para iniciar tratamiento y prevenir las complicaciones como úlceras de pie diabético y posteriores amputaciones, que disminuyen la calidad de vida de nuestros pacientes. El cálculo del ITB es un método sencillo, confiable y no invasivo, útil para determinar presencia y severidad de EAP y permite identificar pacientes sintomáticos y asintomáticos, esto hace de éste el método de elección para hacer despistaje de EAP, iniciar tratamiento precozmente y educar al paciente con respecto a las modificaciones del estilo de vida como dejar de fumar, iniciar actividad física y mantener un control metabólico óptimo. La frecuencia de EAP es elevada en pacientes diabéticos y aumenta con la edad. Es de suma importancia el diagnóstico de ésta ya que es un factor de riesgo cardiovascular independiente. Referencias 1. Hiatt WR. Medical treatment of peripheral arterial disease and claudicating. N Engl J Med. 2001;344:1608-1621. 2. Selvin E, Erlinger TP. Prevalence of and risk factors for peripheral arterial disease in the United States: Results from the National Health and Nutrition Examination Survey, 19992000. Circulation. 2004;110:738-743. 3. Murabito JM, Evans JC, Nieto K, Larson MG, Levy D, Wilson PW. Prevalence and clinical correlates of peripheral arterial disease in the Framingham Off spring Study. Am Heart J. 2002;143:961-965. 4. Newman AB, Shemanski L, Manolio TA, Cushman M, Mittel¬mark M, Polak JF, et al. Ankle-arm index as a predictor of cardiovascular disease and mortality in the Cardiovascular Health Study. The Cardiovascular Health Study Group. Arterioscler Thromb Vasc Biol. 1999;19:538-545. 5. Khan NA, Rahim SA, Anand SS, Simel DL, Panju A. Does the clinical examination predict lower extremity peripheral arterial disease? JAMA. 2006;295:536-546. 6 6. Hirsch AT, Haskal ZJ, Hertzer NR, Bakal CW, Creager MA, Halperin JL, et al. ACC/AHA 2005 practice guidelines for the management of patients with peripheral arterial disease (lower extremity, renal, mesenteric, and abdominal aortic): A collaborative report from the American Association for Vascular Surgery/Society for Vascular Surgery, Society for Cardiovascular Angiography and Interventions, Society for Vascular Medicine and Biology, Society of Interventional Radiology, and the ACC/AHA Task Force on Practice Guidelines (Writing Committee to Develop Guidelines for the Management of Patients With Peripheral Arterial Disease): endorsed by the American Association of Cardiovascular and Pulmonary Rehabilitation; National Heart, Lung, and Blood Institute; Society for Vascular Nursing; TransAtlantic Inter-Society Consensus; and Vascular Disease Foundation. Circulation. 2006;113:463-654. 7. Espinola-Klein C, Rupprecht HJ, Bickel CH, Lackner K, Savvidis S, Messow C, et al. Different Calculations of AnkleBrachial Index and Their Impact on Cardiovascular Risk Prediction. Circulation. 2008;118:961-967. 8. Lamina C, Meisinger C, Heid IM, Lowel H, Rantner B, Koenig W, et al. Association of ankle-brachial index and plaques in the carotid and femoral arteries with cardiovascular events and total mortality in a population-based study with 13 years of follow-up. Eur Heart J. 2006;27:2580 -2587. 9. Fowkes FG, Low LP, Tuta S, Kozak J. Ankle-brachial index and extent of atherothrombosis in 8891 patients with or at risk of vascular disease: Results of the international AGATHA study. Eur Heart J. 2006;27:1861-1867. 10. Schröder F, Diehm N, Kareem S, Ames M, Pira A, Zwettler U, et al. Modified calculation of ankle-brachial pressure index is far more sensitive in the detection of peripheral arterial disease. J Vasc Surg. 2006;44:531-536. 11. McDermott MM, Criqui MH, Liu K, Guralnik JM, Greenland P, Martin GJ, et al. Lower ankle/brachial index, as calculated by averaging the dorsalis pedis and posterior tibial arterial pressures, and association with leg functioning in peripheral arterial disease. J Vasc Surg. 2000;32:1164-1171. 12. Newman AB, Siscovick DS, Manolio TA, Polak J, Fried LP, Borhani NO, et al. Ankle-arm index as a marker of atherosclerosis in the Cardiovascular Health Study. Cardiovascular Heart Study (CHS) Collaborative Research Group. Circulation. 1993; 88:837-845. 13. Mukherjee D. Peripheral and cerebrovascular atherosclerotic disease in diabetes mellitus. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab. 2009;23:335-345. 14. Gregg EW, Sorlie P, Paulose-Ram R, Gu Q, Eberhardt MS, Wolz M, et al. 1999-2000 national health and nutrition examination survey. Prevalence of lower extremity disease in the US adult population ≥ 40 years of age with and without diabetes: 1999-2000 national health and nutrition examination survey. Diabetes Care. 2004;27:1591-1597. 15. [No authors list]. Standards of Medical Care in Diabetes 2012. Diabetes Care.2012;35(Suppl 1):S11-63. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 7-10 Artículos Originales SIGNOS CLÍNICOS DE TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA Y UBICACIÓN DEL TROMBO POR ECOGRAFÍA DOPPLER Dra. Laura López*, Dra. Florángel Salazar*, Dra. Raquel Gutiérrez*, Dr. Álvaro Lima*, Dr. José Torres*, Dra. Angélica Vivas*, Dr. José Ayala**, Dra. Cristina López** Resumen López L, Salazar F, Gutiérrez R, Lima Á, Torres J, Vivas A, Ayala J, López C. Signos clínicos de trombosis venosa profunda y ubicación del trombo por ecografía Doppler. Salus Militiae 2012;37(1 y 2): 7-10. La enfermedad tromboembólica venosa es un proceso potencialmente mortal, la presencia de un trombo que habitualmente está compuesto por: fibrina, plaquetas y hematíes más la respuesta inflamatoria que lo acompaña es lo que se conoce como trombosis, podemos definir la Trombosis Venosa Profunda (TVP) de miembros inferiores como la formación de un trombo que bloquea parcial o totalmente la circulación de la sangre venosa. La embolia pulmonar representa un fenómeno biológico complejo que incluye la generación de un trombo en el interior de una vena y su posterior embolización en el territorio arterial pulmonar produciendo obstrucción parcial o total de este. Objetivo: Determinar la sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y negativo de los signos semiológicos de trombosis venosa profunda proximal y distal de miembros inferiores. Pacientes y método: estudio retrospectivo, descriptivo, representado por 60 pacientes que acudieron al Departamento de Medicina Interna del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” de Caracas durante el periodo comprendido entre mayo de 2011 y mayo de 2012. Resultados y conclusiones: Los signos semiológicos para TVP son mucho más sensibles para TVP distales que proximales. El signo más sensible para TVP proximal y distal fue Homans 75% y 93% respectivamente. TVP proximal el signo de Louvel fue el más específico 81% pero el menos sensible 7%. En la TVP distal el signo de Louvel fue el más específico 92,86% pero el menos sensible 18%. Palabras clave: Trombosis venosa profunda, ecografía dúplex, signos clínicos. Introducción La enfermedad tromboembólica venosa es una enfermedad grave y potencialmente mortal. La unión de la fibrina, plaquetas, hematíes y activación de la cascada inflamatoria son las causantes de la formación del trombo (1). Se define trombosis venosa profunda (TVP) de miembros inferiores, la formación de un trombo que bloquea parcial o totalmente la circulación de la sangre venosa (2). * Médico Residente, Departamento de Medicina Interna, Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”, Caracas. Venezuela. ** Médico Especialista, Departamento de Medicina Interna, Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”, Caracas. Venezuela El sustrato fisiopatológico que explica este fenómeno es la triada de Virchow dado por daño endotelial, éstasis venoso y estado de hipercoagulabilidad favoreciendo la activación y adhesividad plaquetaria, activando la cascada de la coagulación, disminuyendo el sistema fibrinolítico y provocando el desequilibrio entre factores agregantes y antiagregantes (3). La incidencia en Estados Unidos de Norte América es de 9 casos por 10.000 hab/año, en Europa es de 18 casos por 10.000 hab/año. En Venezuela 24.000 casos anuales con prevalencia de 30-40 % en pacientes hospitalizados (4). 7 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 7-10 Signos clínicos de trombosis venosa profunda... Entre los factores de riesgo para TVP se encuentran: la edad, neoplasias, inmovilización, trombofilias, estados de hipercoagulabilidad, embarazo, puerperio anticonceptivos orales, esteroides, insuficiencia cardiaca, lupus eritematoso sistémico, obesidad, tabaquismo, hiperlipidemia e hipertensión arterial (5). Existen signos clínicos para el diagnóstico de la TVP de miembros inferiores tanto proximal como distal como son: la ingurgitación venosa, hipersensibilidad local, signos de Pratt, Louvel, Bancroft Moses, Lisker y Homans, que tienen sensibilidad variable de 35-97% y especificidad de 39-88%. Motivo por el cual, se requiere de la confirmación imagenológica para la ubicación del trombo, utilizando la ecografía Duplex venosa con sensibilidad de 89% y especificidad 86% para TVP (6) . El riesgo de tromboembolismo pulmonar en las trombosis venosas profundas proximales es 30% más probable que en los trombos distales, por lo que el diagnóstico clínico e imagenológico temprano de la ubicación del trombo ayudará a la disminución de las complicaciones (7,8). Es importante conocer la ubicación del trombo en las TVP de miembros inferiores ya que según su localización distal o proximal el riesgo de complicaciones, como la embolización al territorio pulmonar, es menor o mayor respectivamente, para ésto nos orientamos con los signos clínicos y confirmamos con la ecografía venosa Doppler. Entonces, ¿existirá relación entre los signos clínicos de TVP y la ubicación del trombo por ecografía Doppler? Objetivo general Determinar la sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y negativo de los signos semiológicos de trombosis venosa profunda proximal y distal de miembros inferiores. Objetivos específicos 1. Determinar los signos clínicos positivos de trombosis venosa profunda en un paciente con impresión diagnóstica de TVP. 8 2. Realizar ecografía venosa determinar la ubicación del trombo. Doppler y 3. Determinar la sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo (VPP) y, el valor predictivo negativo (VPN) de cada signo semiológico. Tipo de Estudio Estudio retrospectivo, descriptivo, que evaluó 60 pacientes que acudieron al Departamento de Emergencia de Adultos y/ o Consulta Externa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” de Caracas durante el periodo comprendido entre mayo de 2011 y mayo de 2012. Población y Muestra Estará representada por 60 pacientes. Que cumplieron con los criterios de inclusión. La selección de la muestra se realizará de forma aleatoria simple. Procedimiento y Técnica Se realizó el análisis sistemático en las historias médicas del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”, de aquellos pacientes que ingresaron al Departamento de Medicina Interna en el periodo comprendido entre mayo de 2011 a mayo de 2012. Se tomaron los datos del examen físico de los miembros inferiores, signos semiológicos de TVP presentes al momento de la evaluación y las conclusiones del eco Doppler de miembros inferiores. Se dividió la población de estudio en 2 grupos: a. Pacientes con TVP proximales, cuyos trombos se ubicaron entre la vena ilíaca común hasta la vena femoral. b. Pacientes con TVP distales, en el que el trombo se ubicó en la vena poplítea y por debajo de esta. En los pacientes de cada grupo se correlacionaran los signos clínicos positivos y la ubicación del trombo por ecografía Doppler. Dra. Laura López y col. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 7-10 Criterios de inclusión 1. Paciente con diagnóstico reciente de TVP, confirmada por ecografía venosa Doppler. 2. Edades comprendidas entre los 18 a 80 años de edad. Criterios de exclusión 1. Pacientes con sospecha clínica de tromboembolismo pulmonar. 2. Pacientes con antecedentes de trombosis venosa profunda en miembros inferiores. 3. Pacientes embarazadas. Análisis Estadístico Se construyó una tabla de contingencia de dos por dos para posteriormente calcular la sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo. Figura 1. Signos semiológicos en TVP proximal. el signo de Homans (58%). La presencia o ausencia de los signos semiológicos para TVP distal se observa en la figura 2. Resultados y Discusión Se estudiaron 60 pacientes, de los cuales 28 se encontraron en el grupo de TVP proximal y 32 pacientes en el grupo de TVP distal con características demográficas similares. Con respecto al grupo con TVP proximal, la mayor sensibilidad la obtuvo el signo de Homans (75%), el valor predictivo positivo mayor fue para el signo de Homans (41%). La menor sensibilidad fue para el signo de Louvel y la dilatación de las venas pretibiales (7%) y, mayor especificidad 81% y el valor predictivo positivo menor fue para el signo de Pratt (20%). La presencia o ausencia de los signos semiológicos para TVP proximal se observa en la figura 1. Con respecto al grupo de pacientes con TVP distal, el signo de mayor sensibilidad fue Homans (93%), con un valor predictivo positivo para el signo de Pratt de 79%. La menor sensibilidad la obtuvo el signo de Louvel (18%) pero con una mayor especificidad (92%), y el valor predictivo positivo menor fue para Figura 2. Signos semiológicos en TVP distal. Conclusiones Los signos semiológicos para trombosis venosa profunda son mucho más sensibles para la TVP distales que para las proximales. Con respecto a las TVP proximales el signo más sensible fue de Homans (75%), igualmente el signo de mayor valor predictivo positivo fue Homans (41%). El signo de Louvel fue el más específico (81%), pero el menos sensible (7%). Con respecto a las TVP distales, el signo más sensible fue el de Homans (93%), el signo con mayor valor predictivo positivo fue el de Pratt (79%). Mientras que el signo de Louvel fue el menos sensible 18%. 9 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 7-10 Signos clínicos de trombosis venosa profunda... Referencias 1. Botella F. Reflexiones sobre la enfermedad tromboembólic venosa. An Med Interna. Madrid 2003; 20: 447-450. 2. Schulman S. Clive K, Ajay K. K, Patrick M, Sebastian S, Dabigatran versus Warfarin in the Treatment of Acute Venous Thromboembolism. N Engl J Med 361;24: 2342-52 2010. 3. LeBlond R, Brown D, De Gowin R, Examen diagnóstico. Editorial Mc GrawHill. 9na edición. México 2008. 4. López. JA, Kearon C, Lee AYY. Deep Venous thrombosis. Hematology Am Soc Hematol Educ Program 2004;439-456. 5. Consenso venezolano de enfermedad trombo embólica venosa. Medicina interna (caracas) vol 17-3-2001;4. 6. Meissner M, Zierler B, Bergelin R. Coagulation, fibrinolysis and recanalization after acute deep venous thrombosis J Vasc Surg 2002;35:278-285. 7. Becantti C. Agnelli G. Pathogenisis of venous thromembolismo. Curr Opin pulm Med 2002;8:360-364. 8. Hirsh J. Pulmonary embolism in the elderly. Cardiol Clin 1991; 9:457-474. 10 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 11-13 Artículos de Revisión CIRUGÍAS DE CORRECCIÓN URINARIA DE ESFUERZO DE INCONTINENCIA Dra. María Angélica Dolcet A. *, Dr. Víctor Manuel Ayala H. *, Dra. Susana Contreras **, Dr. Jackson Arias ** Resumen Dolcet M, Ayala VM, Contreras S, Arias J. Cirugías de corrección de incontinencia urinaria de esfuerzo. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2):11-13. Objetivo: La cirugía de corrección de incontinencia urinaria de esfuerzo asociada o no a corrección de prolapso genital, mediante mallas y cinchas suburetrales es cada vez más frecuente, mostrando buenos resultados a 3, 5 y 7 años. El objetivo es establecer las características epidemiológicas, tratamiento quirúrgico y complicaciones de las pacientes que fueron intervenidas por la Unidad de Piso Pélvico adscrita al Servicio de Ginecología del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” de Caracas, desde junio de 2009 a enero de 2012. Método: Se diseñó un estudio retrospectivo observacional de tipo transversal, mediante la revisión de los archivos de la Unidad de Piso Pélvico, se clasificaron a las pacientes operadas de acuerdo a la edad, antecedentes de gestas, menopausia y terapia hormonal, diagnóstico, procedimiento quirúrgico, tiempo quirúrgico, escala visual análoga posoperatoria y complicaciones. Resultados: Se operaron 58 pacientes, con una edad promedio de 60,33 años, el 86,21 % (50 pacientes) eran posmenopaúsicas, el 5,17 % (3 pacientes) recibieron terapia hormonal. El 70,69 % con incontinencia tipo II (41 pacientes), de las cuales el 79,31 % (46 pacientes) tenían prolapso genital, principalmente estadio II-III (36 pacientes). Todas las pacientes recibieron tratamiento de suspensión con cinchas y/o mallas. La duración de la cirugía fue de 69,63 minutos en promedio. La tasa de complicaciones fue de 15,51 % con 9 complicaciones. Conclusiones: La cirugía de la incontinencia de esfuerzo con sistemas de suspensión ha revelado excelentes resultados, y una tasa de complicación no infrecuente. Palabras clave: Incontinencia, urinaria, cinchas suburetrales, prolapso, genital. Introducción En todo el mundo la incontinencia urinaria (IU) es un problema común que afecta entre el 17 % al 45 % de las mujeres adultas, reflejándose muchas veces en un deterioro de su vida social (1). La incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) constituye una causa habitual de consulta en las mujeres, su prevalencia es extensa y creciente: 20-30% en la vida adulta joven, 30-40% en la edad media y 30-50% en mujeres mayores (2). El tratamiento * Ginecólogo obstetra ** Residente de Ginecología y Obstetricia Departamento de Ginecología Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”, Caracas – Venezuela Correspondencia: angelicadolcet@hotmail.com. quirúrgico de la IUE femenina ha variado con el correr del tiempo. Diversas técnicas quirúrgicas han sido utilizadas, modificadas y perfeccionadas, siendo las más destacadas las intervenciones supra púbicas. En nuestra experiencia contamos con la técnica de Marshall Marchetti realizada hasta 1984, técnica de Stamey 1985, técnica de Raz 1987, técnica de Burch 1989 al presente (3). La comprensión de los conceptos fisiopatológicos de la IUE ha mejorado consistentemente en la última década y sus aplicaciones han llevado al desarrollo de algunas técnicas quirúrgicas. En la última década, las cinchas sub-uretrales se han convertido en el procedimiento de elección para la corrección quirúrgica de la mayor parte de los tipos 11 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 11-13 Cirugías de corrección de incontinencia urinaria... de IU, utilizando materiales autólogos, aloplásticos y sintéticos. Pétros y col., propusieron la cincha vaginal libre de tensión (TVT). Esta teoría plantea que una cincha en la uretra media puede estabilizar la uretra durante el esfuerzo sin modificar la movilidad cérvico uretral (4). Los resultados a largo plazo (cinco años) reportados con la utilización del TVT indican una curación en el entorno de 83,5 %. Entre las complicaciones registradas con la utilización del TVT, se destacan las lesiones viscerales y vasculares, tan raras como peligrosas, e inclusive mortales. La complicación más común con TVT es la perforación vesical, que de acuerdo con recientes informes puede llegar hasta 23 % (3). Aún así, el abordaje retro-púbico con cincha TVT sigue siendo el “Gold Standard” para el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo (5). En el 2001 la vía trans-obturatriz (TOT) fue desarrollada en Francia por Delorme como una alternativa potencialmente segura. Varios estudios desde entonces han demostrado eficacia similar y menos complicaciones. Una ventaja propuesta por la cincha trans-obturatriz es que ocupa una posición anatómica transversa más natural que la cincha retro-púbica, la cual posee una posición sagital. En la actualidad, las cinchas sub-uretrales libres de tensión son de uso popular y han demostrado ser efectivas en cuanto a morbilidad y continencia a largo plazo, convirtiendo a esta técnica en un recurso de primera elección (6). Método Se diseñó un estudio retrospectivo observacional de cohorte transversal para la revisión de los archivos de la Unidad de Piso Pélvico adscrita al Servicio de Ginecología del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”; con el fin de establecer las características de las pacientes operadas de IUE, desde junio 2009 hasta enero 2012. g. h. Dolor postquirúrgico (EVA) Complicaciones El análisis estadístico fue del tipo descriptivo, para lo cual se utilizó el programa Excel® de Microsoft. Resultados 58 pacientes fueron operadas por presentar IUE; con una media de edad de 60,33 años, con edades comprendidas entre 43 y 84 años de edad; con un 36,21 % (21 pacientes) en el grupo etario comprendido de 50 a 59 años de edad y un 31,03 % (18 pacientes) en el grupo etario de 60 a 69 años de edad. 50 pacientes (86,21 %) se encontraban en menopausia y sólo 3 pacientes (5,17 %) recibían terapia hormonal. Al clasificarlos en relación a la IUE, 41 pacientes (70,69 %) con IUE tipo II y solo 1 paciente con IUE tipo III. Por la clasificación POP-Q, 20 pacientes (34,48 %) se encontraban en estadio estadio III y 16 pacientes (27,59 %) en estadio II. El tratamiento quirúrgico para la corrección de la IUE en todas las pacientes implicó el uso de cinchas de abordaje trans-obturatriz, con un tiempo promedio de cirugía de 58 minutos, de los cuales 21 pacientes (36,36 %) se intervinieron en menos de 31 minutos, 18 (30,91 %) pacientes entre 31 y 60 minutos y 19 (32,7 3%) con tiempo mayor de 60 minutos. En relación a la medición del dolor con la escala visual análoga (EVA), 52 pacientes (89,66 %) refirieron dolor leve (EVA 0-3 cm) y una sola paciente presentó dolor severo, no coincidiendo con la aparición de complicaciones (Figura 1). Se utilizó una planilla de recolección de datos, en la cual se incluyeron los datos clínicos del paciente, las características del acto operatorio y su evolución; mediante la determinación de las siguientes variables: a.Edad b. Menopausia c. Terapia hormonal d. Diagnóstico de ingreso e. Procedimiento quirúrgico realizado f. Tiempo quirúrgico 12 n = 58 Figura 1. Dolor posoperatorio en pacientes operadas por IUE, clasificadas en base a la EVA Dra. María Angélica Dolcet y col Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 11-13 Referencias 1. Palma P, Dambros M, Kobelinsky M. Incontinencia urinaria femenina. En: Palma P, Dávila H, editores. Uro-Ginecología. Caracas: Imprenta Negrín Central; 2006.p.13-19. 2. Bogardo J, Diaz C, Sepúlveda L, Rubio G, Hidalgo F. Cirugía de incontinencia tipo cincha sub-uretral en pacientes con cirugía ginecológica y/o de incontinencia previa. Rev Chil Urol. 2004;69(1):35-37. 3. Briozzo L, Rodríguez F, Pons J. Polypropylene hernia mesh for urinary stress incontinence. Int J Gynaecol Obstet. 2006;93(1):62-63. 4. Palma P, Riccetto C, Fraga R, Martins M, Reges R, de Oliveira M, et al. Long term follow-up of the tendinous urethral support: An anatomical approach for stress urinary incontinence. Actas Urol Esp. 2007;31(7):759-763. 5. Cho MK, Kim CH, Kang WD, Kim JW, Kim SM, Kim YH. Complications following outside-in and inside-out trans-obturator-tape procedures with concomitant gynecologic operations. Chonnam Med J .2011;47:165-169. 6. Vidal MI, Bogado J, Calderón D, Peñaloza F, Revello D, Castillo F. Cincha de prolene sub-uretral por vía trans-obturatriz en pacientes obesas: Experiencia del Hospital del Salvador. Rev Chil Urol. 2008;73(1):28-32. 7. Sánchez AJ, Lomanto M A. Cintas libres de tensión transobturadoras. En: Sánchez AJ, editor. Incontinencia urinaria femenina y disfunciones del piso pélvico. 2a edición. Bogotá. Distribuna Editorial Médica; 2012. 13 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 14-16 Artículos de Revisión EVALUACIÓN DEL TRATAMIENTO ONCOLÓGICO PARA EL CÁNCER RENAL METASTÁSICO PERÍODO 2005- 2010 Carmen Umbría*, José Medina**, Karen Kubicek**, Luisa González**, Gladys Montilla***, José Betancourt***, Rosadelca Blanco***. Resumen Umbría C, Medina J, Kubicek K, González L, Montilla G, Betancourt J, Blanco R. Evaluación del tratamiento oncológico para el cáncer renal metastásico, período 2005-2010. Salus Militiae 2012; 37 (1 y 2): 14-16. Objetivo: Revisar respuesta al tratamiento oncológico para estadio IV, en primera, segunda y tercera línea en pacientes sin terapias previas o progresión a otras líneas, desde diciembre 2005- diciembre 2010. Método: 54 pacientes, promedio edad 57 años, relación sexo masculino: femenino: 1,59: 1 y 34 (6 3%) a 20 (37 %), De los 54 pacientes, ingresaron como estadio I 15 (28 %), II 12 (22 %), III 10 (19 %) IV 17(31 %). Tipo histológico más frecuente células claras 41 (76 %). Resultados: Órgano infiltrado o Metastasico más frecuente: pulmón 12 (36 %). Los pacientes en estadio l - III (11) fueron adicionados a tratamiento por recaída de enfermedad, tomándose un total de 28 (52 %) al sumar 17 estadio IV de inicio de los 54 totales. Los 28 con progresión o recaída a otras líneas ahora serán el 100 % de este sub-grupo. Se trataron 15 (54 %) con Sunitinib dosis 50 mg VO OD por 4 semanas, primera o segunda línea luego de Interferon o Interleukina. Pacientes tratados con Tensirolimus 25 mg EV semanal, fueron 9/28 (32 %) en primera línea con pobre pronóstico, luego de progresar a un estadio mayor en controles ambulatorios. La toxicidad fue dermatológica, endocrinológica y gastrointestinal. Conclusiones: Tratados con Sunitinib: 15 (54 %) se obtuvo una supervivencia libre de progresión 9,7 meses y 14,3 meses de supervivencia global, los pacientes con Tensirolimus, la supervivencia libre de progresión 4,5 meses y 7,3 meses la global. Palabras Clave: Cáncer, renal, intervalo libre, progresión, supervivencia global, Sunitinib, Tensirolimus, metástasis, pronóstico. Introducción El cáncer renal, es una enfermedad oncológica que es diagnosticada en más del 70 % cuando se encuentra en etapa avanzada, es recomendable que las personas o pacientes, se realicen cronológicamente exámenes de pesquisa para lograr un diagnóstico precoz. Debido a la situación anatómica de los riñones, y en los casos donde logra intervenirse quirúrgicamente en estadios * Jefe del Departamento ** Adjunto Especialista *** Residente de posgrado en Oncología Médica. Departamento de Terapéutica Oncológica en el Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” Caracas. Venezuela. e-mail:carmenumbria@hotmail.com 14 locales I, II o III deben ser controlados por el urólogo, cirujano y/o oncólogo clínico hasta 20 años después de su resección (1). Las recaídas locales y a distancia, pueden verse después de un largo período, y cuando son metastásicas son de muy mal pronóstico a pesar de que actualmente se cuenta con más herramientas terapéuticas (2), las respuestas al tratamiento son inciertas, o dependen del blanco molecular de cada célula y de cada individuo, estas puede ser independientes, o sensibles según las características congénitas y/o genéticas, es por eso que los factores biológicos cada día cobran más importancia en el ámbito terapéutico de esta patología (3). Dra. Carmen Umbría y col. Método Para realizar la presente investigación, nos dedicamos a revisar las historias clínicas de pacientes ingresados al Departamento con el diagnóstico de cáncer renal entre el período diciembre 2005 a diciembre 2010. Para determinar cuántos pacientes fueron admitidos por esta causa, y luego nos enfocamos en los pacientes de estadio IV o metastásicos. Tomando en cuenta la data, acerca del: sexo, edad, tipo histológico, estadio clínico, órgano (s) metastásico(s) afectados, tratamiento (s) recibidos, tiempo de tratamiento, las respuestas a la terapia, para determinar la supervivencia libre de progresión (SLP) y supervivencia global (SG). La toxicidad o efectos adversos al tratamiento reportados en la historia clínica, así como también la conducta ante estos eventos. Resultados Desde el período diciembre 2005 a diciembre 2010, se ingresaron al Departamento 54 pacientes (100 %) en todos los estadios, desde el I al IV, promedio de edad fue 57 años, fueron: sexo masculino 34 (63 %) y femeninas 20 (37 %) con una relación 1,58: 1. El número de pacientes en relación al estadio fue: estadio l 15 pacientes (28 %), estadio ll 12 pacientes (22 %), estadio lll 10 pacientes (19 %), estadio IV 17 pacientes (31 %). Con respecto al tipo histológico más frecuente fue el de células claras con 41 (76 %), seguido por células cromófobas 5 (9,3 %), sarcomatoide con menos 20 %: 02 (3,7 %), células transicionales 3(6 %), papilares 1 (1,3 %) y renal inespecífico 2 (3,7 %). Encontramos que el órgano infiltrado o metastásico más frecuente fue pulmón 12 (36 %), huesos 10 (31 %), suprarrenales 5 (15 %), encéfalo 4 (12 %), e hígado 2 (6 %). En el grupo de los pacientes en estadio l al III (11 pacientes) fueron adicionados a tratamiento por recaída de la enfermedad a tratamiento para enfermedad para avanzada, tomándose un total de 28 pacientes (52 %) al sumar 17 estadio IV de inicio de los 54 totales, que estaban en controles ambulatorios, en ese período 2005-2010. Dentro de este grupo, hubo pacientes a los que se colocó 2 y 3 líneas, por progresión e igualmente fueron Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 14-16 tiempos tomando en cuenta para calcular la SLP, dejando en claro que el número de pacientes con cáncer renal metastásico para el período diciembre 2005-diciembre 2010 fue de 28 pacientes (52 %) Dentro de este grupo de pacientes (28) que ahora será el 100 % de este sub-grupo, se trataron en primera y segunda línea, 15 pacientes (54 %) con Sunitinib a dosis de 50 mg VO OD por 04 semanas y 02 semanas de descanso (1). En la primera línea o segunda línea luego de interferon o interleukina, que inicialmente eran metastásicos tratados en 2005-2006 y 2007, pues para este momento no se había aprobado el uso de los inhibidores VEGF (sorafenib, sunitinib, bevacizumab), tampoco temsirolimus, everolimus ni pazopanib (2). En cuanto a los eventos adversos por sunitinib, los reportados en las historias clínicas fueron: afecciones de la piel y mucosas 7, astenia 6, hematológicas 5, trastornos digestivos y náuseas 3, dislipidemias 3, mucositis 3, HTA 2, cardiopatías 1, diarrea 1. Las acciones tomadas con respecto a los trastornos endocrinológicos, sobre todo se basan en evitar que estos sucedan. Discusión En nuestro trabajo, de revisión acerca de la evaluación del tratamiento indicado desde el año 2005 en el Departamento, para los pacientes con cáncer renal de recaída una vez diagnosticados en estadios I, II, III a órganos como pulmones, hígado, huesos y cerebro entre otros, o los pacientes debutando con estadio IV desde ese año (2005) utilizando medicamentos ya aprobados por FDA y EMEA desde el año 2002 (4). Conocidos los antineoplásicos y sus efectos colaterales en los pacientes previa aprobación. Se debe solicitar previo a iniciar el tratamiento, los perfiles químicos, tiroideos, renales, y electrolitos y de esta manera, ciclo a ciclo en los controles ambulatorios, ir detectando los cambios en cifras de manera importante. Hubo 2 pacientes a los cuales tuvo que reducirse la dosis en 25 % y luego en 50 % por elevación de triglicéridos, astenia grado III y se observaron, para luego restituir el tratamiento a las dosis origi- 15 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 14-16 Evaluación del tratamiento oncológico... nales. Ambos pacientes superaron el cuadro clínico y lograron retornar el tratamiento (3,4). Con respecto, a los pacientes tratados con tensirolimus a 25 mg EV semanal de los 28 metastásicos, fueron tratados 9 pacientes (32 %) en primera línea con pobre pronóstico o luego de progresar a un estadio I a lll en sus controles ambulatorios. Así como también, a esquema de segunda línea al progresar se cambió a otro antitumoral (5). Los eventos adversos más frecuentes fueron: hipertrigliceridemia 4 pacientes, astenia 4 pacientes, hematológicos (anemia y trombocitopenia) 2, hiperglucemia 3, diarrea 3, hipoalbuminemia 2 pacientes, cefalea 2 pacientes. Los efectos posteriores fueron documentados en las historias, una vez reportados por los pacientes (6). Las medidas tomadas con el paciente, fueron de acuerdo al grado de su presentación y en casos de elevación de las cifras a más de 2,5 veces, se decidía a monitorear y suspender por intervalo de dos semanas la aplicación (7,8). Como ocurrió con un paciente que presentó un síndrome de desgaste orgánico por hipofosfatemia, hipertrigliceridemia. Para los pacientes tratados con sunitinib 15 (54 %) se obtuvo una SLP en 9,7 meses y 14,3 meses de SG, en el período de 5 años, para los pacientes tratados con torisel, la SLP 4,5 meses y 7,3 meses de SG. Referencias 1. Choueiri TK, Plantade A, Elson P, Negrier S, Ravaud A, Oudard S, et al. 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Resumen Torres J, Vivas A, Astudillo H, Lima A, Oberto C. Una década de Tuberculosis: estudio clínico epidemiológico en el Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” entre los años 20012010. Salus Militiae 2012; 37 (1 y 2): 17-20. La tuberculosis sigue siendo un problema de salud pública para las Américas en el siglo XXI, especialmente en Venezuela, donde las estadísticas oficiales muestran un discreto repunte en nuevos casos, principalmente asociados a estratos socioeconómicos bajos. Las presentaciones clínico-epidemiológicas evidenciadas en el Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” en la primera década de este siglo aparentan poca correspondencia con el comportamiento previo de esta patología. Objetivo: el presente trabajo tiene como objetivo una revisión clínico epidemiológico de la tuberculosis en el Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” entre los años 2001 -2010. Se realiza un estudio descriptivo, retrospectivo, monocéntrico con revisión de historias clínicas de los pacientes hospitalizados en el centro asistencial durante el periodo señalado en búsqueda de múltiples variables asociadas con la transmisión, comportamiento, tratamiento y evolución de la tuberculosis. Resultados: se evidenciaron 602 casos, correspondiendo en un 60,3% a casos de tuberculosis pulmonar, mientras que 39,7% correspondieron a la forma extrapulmonar, en cualquiera de sus presentaciones. Predominó entre las edades de 18 a 45 años, con relación hombre mujer 2:1. El 51% de los pacientes eran fumadores y en 7,4% coexistió la coinfección con VIH. El diagnóstico fue realizado principalmente por Baciloscopia y PPD. Conclusiones: La tuberculosis en nuestro Centro presentó características similares clinicoepidemiológicas a las reportadas internacionalmente; sin embargo, se muestra la tendencia a invertir la relación entre la presentación de la tuberculosis pulmonar de las presentaciones extrapulmonares. Palabras Clave: Tuberculosis, clínico-epidemiológico, tuberculosis pulmonar, tuberculosis extrapulmonar. Introducción La tuberculosis (TBC) representa entrado el siglo XXI, una de las tareas pendientes en salud pública heredadas de los siglos pasados, no solo por lo inalcanzable que ha sido su erradicación a más de cien años de haberse identificado su agente etiológico por parte de Robert Koch y, de la descripción del mecanismo de transmisión, sino por representar * Residente Dpto. de Medicina Interna, Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” (HMCA). Dirección electrónica: drjftorres@hotmail.com **Jefe del Dpto. de Medicina Interna, HMCA. una de las enfermedades reemergentes en la últimas décadas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el año 2012 más de 8,6 millones de personas padecieron esta patología que originó más de 1,3 millones de muertes en todo el mundo (1) y, aunque la tendencia mundial muestra una constante evidencia hacia el descenso, en las últimas décadas se ha evidenciado una desaceleración de éste, correspondiendo básicamente a países asiáticos y del África subsahariana este retroceso que impide alcanzar las metas establecidas del milenio: evitar la transmisión para el 2015 (1,2). 17 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 17-20 Una década de tuberculosis: Estudio clínico epidemiológico ... En Venezuela, según cifras oficiales durante la primera mitad de la década en revisión la TBC presentó tendencia franca al ascenso, alcanzando su punto máximo en el año 2005 (6.048 casos), para luego mantener un descenso continuo hasta cerrar en el año 2010 con la cifra más baja reportada en la década (3.414 casos); sin embargo, estadísticas no oficiales basadas en la revisión del Programa Nacional Integrado de Control de Tuberculosis publicado por Fuentes et al. demuestran poca variabilidad en el número total de los casos durante la década en estudio y en algunos casos duplica las cifras oficiales (3). La primoinfección y posterior padecimiento de TBC se encuentra mediada por distintos factores medioambientales y/o inherentes al paciente, lo que a su vez permite la expresión en dos vertientes según el área de localización: pulmonar (TBCP) y extrapulmonar (TBCEP) (4). Múltiples investigaciones demuestran factores de asociación entre la presentación pulmonar y procesos patológicos o de riesgo que afectan dicha función (tabaquismo, exposición laboral, etc.). y porcentajes en cada caso. La tabla de frecuencia para los grupos etarios fue realizada con el programa estadístico SPSS ® ver 20. Resultados Durante el periodo de estudio se evidenciaron 602 casos hospitalizados en nuestro centro asistencial, todos ellos con diagnóstico de caso nuevo de TBC, correspondiendo en un 60,3% a casos de TBCP, mientras que 39,7% correspondieron a TBCEP en cualquiera de sus presentaciones. Por otro lado la ubicación pleural fue la que predominó en las TBCEP. Por otro lado, la presentación extrapulmonar cobra una alta incidencia en los pacientes con estados de inmunosupresión o en regiones geográficas con alta resistencia a drogas antituberculosas (5). Las características de los pacientes hospitalizados en el Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” con los diagnósticos de tuberculosis están poco documentadas, por lo que el presente estudio tiene como objetivo la revisión de las múltiples variables asociadas con la transmisión, comportamiento, tratamiento y evolución de la TBC en dicha institución. Pacientes y método Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo, observacional y monocéntrico con revisión de historias clínicas de los pacientes hospitalizados en el centro asistencial durante el periodo enero 2001 y diciembre 2010 , que presentaran dentro de sus diagnósticos finales el de TBC en cualquiera de sus presentaciones y cuya evolución hubiese sido satisfactoria al punto de permitir el egreso del paciente vivo. La definición de tuberculosis se estableció según la norma venezolana del Programa Nacional Integrado para el Control de la Tuberculosis 2006 (6) con la respectiva clasificación según el Clasificador Internacional de Enfermedades CIE-10. Los datos categóricos fueron presentados en tablas y figuras, expresados en sus números absolutos 18 Tabla 1. Características poblacionales de los pacientes hospitalizados con tuberculosis. Dr. José Torres y col. (Tabla 1) Dos terceras partes de los pacientes hospitalizados tenían edades comprendidas entre los 18 a 45 años, siendo predominantemente del sexo masculino (2:1). Solo el 24% correspondieron a personal activo de la Fuerza Armada y, el Distrito Capital junto con el estado Miranda agrupó al 71,4 % de los individuos. Una vez hospitalizados el Departamento de Neumonología y Cirugía de Tórax estuvo a cargo de 61% de los casos. El 51% de los pacientes describieron algún tipo de hábito tabáquico, mientras que las enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes mellitus se presentó en 1 de cada cinco registros. La coinfeccion de TBC con el virus de inmunodeficiencia humana se evidenció en 7,4% de los pacientes. En cuanto al diagnóstico, 75,8% se realizaron dentro de la institución, siendo la baciloscopia junto con el PPD los métodos predominantes para el diagnóstico y evidenciando en un 15,8% de los casos la no confirmación del mismo. El 98,6% de los pacientes recibieron tratamiento sin lograr evidenciar especificación en el registro de 52% de los casos. (Tabla 2) Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 17-20 Tabla 2. Métodos paraclínicos positivos para el diagnóstico de TBC. Discusión En la lucha contra la tuberculosis, muchas de las estrategias establecidas han demostrado sin duda surtir efecto, hasta el punto de revertir en algunos lugares la tendencia ascendente a la transmisión y muerte por TBC. En nuestro país la adopción de políticas sanitarias durante la mitad del siglo pasado permitió retroceder a esta patología que se ubicaba dentro de los primeros puestos de morbilidad (actualmente posición 19 entre las primeras causas); sin embargo, la ausencia de vigilancia, pesquisa y tratamiento adecuado, aunado al deficit de políticas sociosanitarias efectivas en la última década, ha llevado al estancamiento e inclusive, repunte en nuestro país de esta patología. (Figura 1) Figura 1. Morbilidad y mortalidad por tuberculosis en el HMCA y en Venezuela entre 2001 – 2010. 19 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 17-20 Una década de tuberculosis: Estudio clínico epidemiológico ... Lo evidenciado en los registros del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” no dista de lo demostrado nacionalmente en cuanto a la tendencia al alza de hospitalización de pacientes con TBC, para esto pueden mediar múltiples factores: desde la existencia real de nuevos casos hasta la efectividad de los programas de pesquisas ejecutados por las instituciones nacionales que conlleva a más pacientes diagnosticados, sin olvidar el posicionamiento que como institución de referencia nacional tiene esta sede. Pese a lo que pudiera especularse inicialmente un alto porcentaje de los pacientes tratados y hospitalizados en el centro asistencial correspondieron a personal no vinculado a la Fuerza Armada, lo que aunado al colapso de otros centros de salud cercanos puede justificar el incremento evidenciado en los últimos años. Venezuela se enfrentó a un cambio de la estructura sanitaria desde el año 2002 con la integración de la red alterna al sistema tradicional, denominada “Barrio Adentro” y esto llevó a la apertura del hospital militar a todo público a partir del año 2003, la cual se hizo progresiva, primero como un centro de referencia para la red primaria y luego como centro de recepción directa de este tipo de pacientes. La ausencia de estudios similares en la red hospitalaria local imposibilitan la similitud de datos regionales comparables en cuanto a prevalencia de factores de asociación; sin embargo, las distribuciones correspondientes a TBCP y TBC asociada a inmunosupresión son similares a las descritas por la OMS para el resto de las Américas (7,8) igual la asociación entre factores de riesgo y enfermedades preexistentes; sin embargo, la casuística hospitalaria evidencia una relación de TBCEP cuatro veces mayor a la casuística internacional y dos veces mayor a la casuística regional (9). (Tabla 3) Es importante resaltar, la tendencia al final de la década en estudio a la hospitalización de pacientes que ameritan el cuarto nivel de atención, con la atención de enfermos menos complejos por la red asistencial primaria. Por otro lado nuestro estudio no considera a aquellos pacientes fallecidos durante la hospitalización. Finalmente la necesidad de bases de datos confiables surge como prioridad para el establecimiento de políticas, con impacto masivo en el pro de alcanzar la meta en la erradicación de esta enfermedad. Referencias 1. Global Tuberculosis Report 2013. World Health Organization. Disponible en http://apps.who.int/iris/bitstre am/10665/91355/1/9789241564656_eng.pdf Consultado Octubre 2013. 2. Objetivo de desarrollo del milenio. Informe de 2011. Organización de las Naciones Unidas. Disponible en http://www. un.org/es/millenniumgoals/pdf/11-31342%28S%29MDG_ Report_2011_Book_LR.pdf consultado Octubre 2013. 3. Fuentes Z., Maldonado A., España M., Torres Z., Guilarte A. Tendencia epidemiológica de la tuberculosis extrapulmonar en Venezuela y el Distrito Capital durante el periodo 2000 – 2009. Pulmon. 2013; 7: 23 – 38. 4. Lin JN, Lai CH, Chen YH., Risk factors for extra-pulmonary tuberculosis compared to pulmonary tuberculosis. Int J Tuberc Lung Dis. 2009 May;13(5):620-5. 5. João Cláudio Barroso Pereira Análise comparativa entre tuberculides e tuberculose extrapulmonar – Uma outra face do Mycobacterium tuberculosis. Revista portuguesa de pneumologia. 2008 Jun; 3: 391 – 407. 6. Guilarte A, España M, Mendez R, Vasquez A. Norma Oficial Venezolana del Programa Nacional Integrado de Control de la Tuberculosis. Caracas. MPPS 2006. 7. Leeds IL, Magee MJ, Kurbatova EV, del Rio C, Blumberg HM, Leonard MK, Kraft CS. Site of extrapulmonary tuberculosis is associated with HIV infection. Clin Infect Dis. 2012 Jul;55(1):75-81. 8. Christian Mauricio Rojas, Sonia Lorena Villegas, Hildegard María Piñeros, Características clínicas, epidemiológicas y microbiológicas de una cohorte de pacientes con tuberculosis pulmonar en Cali, Colombia.Biomedica 2010;30:482-91. 9. María Victoria Méndez La Tuberculosis Pulmonar: Pasado, Presente y Futuro en Venezuela. Salus Dic 2011; 15 (3): 6067. Tabla 3. Relación de Tuberculosis Pulmonar y Extrapulmonar. 20 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 21-23 Casos Clínicos AMIGDALITIS AGUDA POR EPSTEIN-BARR Dr. José R Batista*, Dra. Ana R Sánchez*, Dr. Osmar Polanco *, Dra. María De Freitas*, Dr. Héctor A Marcano,* Dra. Amalia Mora. ** Resumen Batista J, Sánchez A, Polanco O, De Freitas M, Marcano H, Mora A. Amigdalitis aguda por Epstein Barr. Salus Militiae 2012; 37 (1 y 2): 21-23. Objetivo: El virus de Epstein-Barr es un virus DNA, cuyo único huésped conocido es el hombre, al que infecta por vía oro faríngea. La primoinfección generalmente es asintomática o cursa como una mononucleosis infecciosa que se caracteriza por fiebre, adenopatías, esplenomegalia y compromiso del anillo de Waldeyer. El diagnóstico infección aguda suele ser clínico y serológico, aunque el virus también puede detectarse en los tejidos mediante inmunohistoquímica o por técnicas de biología molecular, la incidencia de casos de mononucleosis en personas de 10 -19 años es de 6-8 casos por 1 000 por año, la incidencia en menores de 10 años y mayores de 30 años es menor de 1 caso por 1 000 personas por año. Método: Se presenta un caso de preescolar masculino de 6 años de edad quien es referido a nuestro Servicio por presentar fiebre 39°C, odinofagia de 4 días de evolución y aumento de volumen de la región cervical bilateral con diagnóstico de absceso amigdalino bilateral. Resultados: Examen físico: amígdalas palatinas IV/IV con pseudomembrana blanquecina, edema de la úvula y congestión de la mucosa oral, glóbulos blancos 29,9 neutrófilos 29,7 %, linfocitos 53,7 %. Eco abdominal reporta esplenomegalia, IGM Epstein Barr 1,3 ue/mL se ingresa con diagnóstico de amigdalitis aguda por Epstein Barr. Conclusiones: La mayoría de las infecciones en niños frecuentemente son sub diagnosticadas aumentando la morbimortalidad por un manejo inapropiado, favoreciendo así la aparición de múltiples casos y las complicaciones secundaria a esta patología. Palabras Clave: Epstein-Barr, amigdalitis, infección, anticuerpos, serología. Introducción El virus de Epstein-Barr (VEB) , es un virus DNA, cuyo único huésped conocido es el hombre, infectando por vía orofaringe (1). La primoinfección generalmente es asintomática o cursa como una infección sistémica que afecta al tejido linfoide causando hipertrofia en todo el organismo. Se caracteriza por fiebre, adenopatías, esplenomegalia y compromiso del anillo de Waldeyer (2) . La incidencia en menores de 10 años y mayores de 30 años es menor de 1 caso por cada Trabajo ganador primer premio cartel quirúrgico XLIX Coloquios Médicos 2012. Departamento de Otorrinolaringología. Hospital Militar ˝ Dr. Carlos Arvelo ˝ * Médicos Residentes ** Médico Adjunto e-mail:batista1679@gmail.com. Tel: 0212 421-9220 / 0212 406-1261 1000 personas por año (3). La mononucleosis infecciosa (MI) tiene una distribución mundial. Son más frecuentes al inicio de la infancia y en los adultos de nivel socioeconómico bajo con nivel de higiene deficiente (4). La MI se transmite por contacto directo a través de la saliva, es contagiosa en período sintomático y en fase asintomático. La amigdalitis por VEB se presenta en 7 % de la amigdalitis vírica se manifiesta con odinofagia y disfagia intensa, fiebre, cefalea y adenopatías cervicales, axilares e inguinales, en orofaringe, amígdalas hipertróficas cubierta por una pseudo-membrana blanquecina grisácea resistente (5). Diagnóstico se realiza por clínica y la confirmación del virus por monopot, anticuerpo heterófilos IgM y IgG de cápside viral para Epstein –Barr, linfocitosis y esplenomegalia. 21 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2):21-23 Amigdalitis aguda por Epstein-Barr Diagnóstico diferencial con amigdalitis bacteriana, citomegalovirus, rubeola y toxoplasmosis. Las complicaciones como: rotura esplénica espontánea, afección del sistema nervioso central y la sobre infección bacteriana; sólo el 1 % de los pacientes fallece por esta complicaciones (6). Caso clínico Se presenta caso de preescolar masculino de 6 años de edad quien es referido a nuestro Servicio por presentar fiebre 39°C, odinofagia y disfagia intensa a líquido de 4 días de evolución, además, aumento de volumen de la región cervical bilateral y dolor abdominal de leve intensidad con diagnóstico de “absceso peri-amigdalino bilateral”, se ingresa paciente en conjunto con el Servicio de Pediatría con diagnóstico de amigdalitis aguda por Epstein Barr a precisar. Examen físico: paciente consciente que luce agudamente enfermo con deshidratación moderada, febril 39°C, amígdalas palatinas IV/ IV con pseudo-membrana blanquecina, edema de la úvula y congestión de la mucosa oral (Figuras 1 y 2). Figura 1 y 2: Antes del tratamiento. Se realizan paraclínicos que reportan: Hb:12,7 g/dL, glóbulos blancos 29 900, neutrófilos 29,7 % , linfocitos 53,7 %, AST 148.UI/L, ALT 202. UI/L, PCR. 9,9 mg/L. RX tórax: DLN, Eco abdominal (Figura 3) reportó: esplenomegalia, serología VDRL: no reactivo, VIH: negativo, IgM para Epstein Barr 1,3 UE/mL. Tratamiento: reposo absoluto, esteroides sistémico 0,5 mg/kg por 3 dosis, hidratación y analgésico. Paciente evoluciona satisfactoriamente, egresando al sexto día de su hospitalización con controles hematológico y perfil hepático normal (Figura 4 y 5). 22 Figura 3: Ecosonograma abdominal: esplenomegalia. Figura 4 y 5: Después del tratamiento. Discusión La amigdalitis aguda por virus de Epstein Barr, corresponde al grupo de afecciones virales específicas, las cuales son poco frecuentes. Esta patología en su mayoría son asintomáticas (3). En niños frecuentemente son sub-diagnosticadas aumentando el uso indiscriminado de antibióticos y la morbi-mortalidad por un manejo inapropiado, favoreciendo así la aparición de múltiples casos y las complicaciones secundaria a esta patología (1). El manejo es ambulatorio en el 95 % de los casos y un 5 % requieren hospitalización por compromiso de la vía aérea superior, dolor abdominal y cuando se sospecha de complicaciones como: rotura esplénica espontánea, afección del sistema nervioso central y la sobre infección bacteriana, solo el 1 % de los pacientes fallece por estas complicaciones (6). El tratamiento consiste, en medidas de sostén con reposo y analgésicos. El uso de esteroides sistémico está indicado en pacientes con compromiso de la vía aérea superior por 2 a 3 días, el uso de aciclovir no ha reportado efecto clínico significativo (5). Dr. José R Batista y col. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 21-23 Referencias 1. Basterra AJ, García AR, Latorre ZE. En: Tratado de otorrinolaringología y patología cérvico- facial. Basterra Aj, editor. Patología infecciosa de las amígdalas palatina. España: editorial Elsevier;2009. p.485- 487. 2. Johannsen EC, Kaye KM. Epstein-Barr virus (infectious mononucleosis, Epstein-Barr virus–associated malignant diseases, and other diseases). En: Mandell GL, Bennett JE, Dolin R, editores. Principles and Practice of Infectious Diseases. 7th edición. Filadelfia, EE.UU: Elsevier Churchill Livingstone; 2009.p.139. 3. Shnayder Y, Lee K, Bernstein J. En: Shnayder Y, editor. Diagnóstico y Tratamiento en otorrinolaringología cirugía de cabeza y cuello. 2a edición. Manual Moderno; 2007.p.333337. 4. Harrison T. Principios de medicina interna. En: Harrison T, editor. Infecciones causada por el virus de Epstein-Barr, mononucleosis infecciosa. 16a edición . España: McGraw-Hill 2009. P.1307-1310. 5. Tynell E, Aurelius E, Brandell A, Julander I, Wood M, Yao QY, et al: Aciclovir and prednisolone treatment of acute infectious mononucleosis: A multicenter, double blind, placebo-controlled study . J Infect Dis. 1996;174 (2):324-331. 6. Roca GR. En: Roca G, editor. Medicina interna. Mononucleosis infecciosa 4a edición. Ciencias Médicas; 2002.p.537545. 23 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 24-26 Casos Clínicos LEISHMANIASIS NASAL SIN FRONTERA Dr. José R Batista *, Dra. Ana Sánchez *, Dr. Osmar Polanco *, Dra. María De Freitas *, Dra. Angélica García **, Dra. María Guzmán.*** Resumen Batista J, Sánchez A, Polanco O, De Freitas M, García A, Guzmán M. Leishmaniasis nasal sin frontera. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 24-26. Leishmaniasis es una enfermedad zoonótica causada por un protozoo del género Leishmania y transmitida por insectos del género Phlebotomus. Es endémica, en Venezuela, la Leishmaniasis tegumentaria americana ha sido reportada en todo el territorio nacional. Se reportan 2 500 a 3 mil nuevos casos por año, más frecuente en sexo masculino en zona rural, aunque se han reportado casos en zonas urbanas de Caracas. El diagnóstico se hace por la sospecha clínica, biopsia a través de la cual se identifica el parásito, intradermorreacción de Montenegro o Leishmanina y serología de inmunofluorescencia indirecta. Reportamos 6 casos de leishmaniasis nasal con lesiones irreversibles y resistencia al glucantime en 2 casos, traspasando la frontera de nuestro arsenal terapéutico por lo que se acude al uso de Anfotericina B como última opción. En vista de la baja sospecha clínica de esta patología hay que buscar una mejor alternativa diagnóstica y terapéutica en nuestro medio. Palabras Clave: Leishmaniasis, Phlebotomus , zoonótica, enfermedad, endémica. Introducción Leishmaniasis es una enfermedad zoonótica causada por un protozoo del género Leishmania y transmitida por insectos del género Phlebotomus, es una parasitosis que realiza parte de su ciclo biológico en el vector en forma flagelada o promastigote y en los fagocitos mono-nucleares de los huéspedes vertebrados en forma de amastigotes (1) . Es endémica en 88 países, la población en riego es de 350 millones. La prevalencia mundial es de 12 a 14 millones de pacientes y la incidencia es de 400 000 nuevos casos por años. En Venezuela la leishmaniasis tegumentaria americana ha sido reportada en todo el territorio nacional (2). Se reportan 2500 a 3 mil nuevos casos por año, es más frecuente en sexo masculino en zona rural, aunque en los últimos años se han reportado * Residente Departamento de Otorrinolaringología. ** Adjunto Departamento de Otorrinolaringología. ***Adjunto Departamento de Infectología. e-mail:batista1679@gmail.com. Tel: 0212 421-9220 /0212 406-1261 24 casos en zonas urbanas de Caracas. La forma clínica más frecuente es la leishmaniasis cutánea localizada 98,3 % de los casos. Le sigue la leishmaniasis cutánea mucosa, 1 %, la cutánea intermedia 0,4 % y la cutánea difusa 0,1 % (2). Las indicaciones terapéutica son diferentes de un tipo de leishmaniasis a la otra, apreciándose también diversos grados de sensibilidad al tratamiento, es así que la leishmaniasis visceral es muy sensible a los antimoniales, en cambio existe una resistencia extrema en la leishmaniasis cutánea mucosa. De todos los antimoniales el más efectivo e irremplazable es el Glucantime®, que en solo 15 días muestra un cambio notable en las lesiones del paciente (3). A nivel cutáneo se tienen altos índices de respuesta adecuada reflejada en la curación de la enfermedad que oscila entre el 90- 95% de los casos (4). Hoy en día en la práctica diaria se observa un aumento de la resistencia de leishmaniasis cutánea mucosa (nasal) a los fármacos de primera línea se incluyen los fármacos basados en antimonio pentavalente tales como estibogluconato sódico Dr. José R. Batista y col. (Pentostam®) usado principalmente en Europa y el antimoniato de N-metilglucamina (Glucantime®) en el nuevo mundo, considerándose equivalentes en términos de eficacia clínica, efectos secundarios, farmacocinética y mecanismos de acción y de segunda línea se encuentran el isotionato de pentamidina, la anfotericina B, la paramomicina y la miltefosina. La Anfotericina B es el fármaco de elección en la leishmaniasis visceral en regiones en las que se presenta alta resistencia al tratamiento con estibogluconato sódico como en regiones de India y de las leishmaniasis recidivantes, reactivadas permaneciendo estos pacientes con grandes defectos anatómicos y funcionales. Método Objetivo General Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 24-26 Métodos de evaluación de los pacientes: a todos los pacientes con clínica de perforación septal, epistaxis sin antecedente de traumatismo, cirugía ni uso de cocaína se procedió a realizar endoscopia nasal rígida con óptica de 0º, y tomografía axial computarizada (TAC) de senos paranasales (Figura 1), biopsia del área de la lesión, cultivo, serología y intradermorreacción de Montenegro, a los pacientes positivos para leishmaniasis se realizó hematología completa, química sanguínea, valoración por cardiología, dermatología y valoración por el Servicio de Infectología el cual realizó el tratamiento con el fármaco apropiado. A todos los pacientes se les realiza biopsia de mucosa nasal e inmunofluorescencia indirecta a los 3 meses después del tratamiento. Hallazgos Anatómicos Identificar los pacientes con diagnóstico de leishmaniasis nasal resistente al tratamiento. Objetivos Específicos 1. Clasificar los pacientes de acuerdo al tipo de tratamiento. 2. Organizar los pacientes de acuerdo al área geográfica. Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en el cual se evaluaron 410 pacientes adultos, que asistieron a la consulta de rinología durante el período diciembre 2010 a diciembre 2011. Población: 410 pacientes. Muestra: 6 pacientes. Los datos se obtuvieron de las historias clínicas de la Unidad de Rinología del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”. Variables: edad, sexo, procedencia, hábitos tóxicos (uso de cocaína), tiempo de evolución, tipo de tratamiento. Criterio de inclusión: pacientes con diagnóstico de leishmaniasis nasal. Criterio de exclusión: pacientes en los cuales no se logró realizar el diagnóstico de leishmaniasis. Figura 1 25 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 24-26 Leishmaniasis nasal sin frontera... Resultados La baja sospecha clínica de la leishmaniasis cutáneo-mucosa nasal a pesar de ser un país endémico hace que el diagnóstico sea muy tardío, produciendo el parásito graves defectos anatómicos, funcionales y estéticos en nuestros pacientes. Además, mientras más precoz es el inicio del tratamiento mejor es el pronóstico. En este estudio se confirma que los pacientes resistente al Glucantime® fueron los que tenían mayor tiempo de evolución, aumentando el índice de resistencia para los fármacos de primera y segunda línea pasando la frontera del nuestro arsenal terapéutico. Existen numerosos estudios sobre el manejo de la leishmaniasis cutáneo-mucosa y del grado de resistencia al Glucantime® en diferentes vías de administración. Hasta el momento no se conoce el uso del Glucantime® intra-lesional en la mucosa nasal, quizá sea el nuevo horizonte para el manejo de esta patología en dermatología existe bastante experiencia con Glucantime® intralesional en piel con buenos resultados. 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J Clin Microbiol. 1994;32(9):2246-2252. 26 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 27-33 Casos Clínicos ECTASIA Y ANEURISMA CORONARIO EN UN PACIENTE CON HIV: REPORTE DE UN CASO Y REVISIÓN DE LA LITERATURA Dr. Ery Romero *, Dr. Rafael Matamoros **, Dr. Rafael Rodríguez **, Dr. Hemerson Fuentes **, Dr. Guillermo Lara **, Dr. Julio Altamirano *, Dr. Tulio Pulgar *, Dr. Simón Tovar ***. Resumen Romero E, Matamoros R, Rodríguez R, Fuentes H, Lara G, Altamirano J, Pulgar T, Tovar S. Ectasia y aneurisma coronario en un paciente con HIV: reporte de un caso y revisión de la literatura. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 27-33. La enfermedad aneurismática coronaria o ectasias y dilataciones de segmentos coronarios, son hallazgos típicamente incidentales en los estudios angiográficos. Aunque no está claramente establecida la etiología, muchas series describen como factor más común la aterosclerosis coronaria, pero también procesos infecciosos e inmunológicos entre los que se encuentra el Virus de Inmunodeficiencia Humana HIV (1) . En los pacientes infectados por HIV el compromiso cardiovascular está mediado por los efectos directos del virus, la respuesta inmunológica del huésped y la Terapia Antirretroviral Altamente Efectiva (TARVAE), el tratamiento antirretroviral produce supresión de la replicación del virus reduciendo el riesgo de enfermedad cardiovascular, pero también se asocia con toxicidad variable que puede incluir alteraciones lipídicas, inflamación e injuria vascular (2). Se revisa el caso de un paciente con HIV y ectasia de las arterias coronarias, exponemos y discutimos las consideraciones clínicas, diagnósticas y terapéuticas de esta rara afección Palabras Clave: aterosclerosis, aneurismas coronarios, ectasia coronaria, VIH/SIDA, Terapia antirretroviral, TARVAE. Introducción La enfermedad aneurismática coronaria (EAC) se define como la presencia de dilataciones localizadas o difusas del lumen coronario y que excede en 1,5 veces el diámetro de las arterias adyacentes (3-6) , a su vez, la ectasia coronaria se conoce como la dilatación difusa de un vaso arterial coronario que compromete como mínimo 50% de la longitud total del mismo. Es una patología de prevalencia baja con índices de 0,2% a 10% en diferentes series de estudios angiográficos (3,5,7-9) y observada con mayor frecuencia en hombres que en mujeres, es más frecuente el compromiso de la coronaria derecha, seguida por la descendente anterior o la circunfleja, * Médico Cardiólogo residente del Laboratorio de Hemodinamia y Cardiología Intervencionista (LHCI) Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” (HMCA). ** Médico Cardiólogo Adjunto, LHCI, HMCA. *** Medico Cardiólogo Jefe, LHCI, HMCA. y son raros los compromisos del tronco principal de la coronaria izquierda o de tres vasos (10,11). Las primeras referencias de la enfermedad son atribuidas a Morgagni en estudios anatomopatológicos de 1761 (6) y posteriormente por Bougon en 1812 (12), siendo Munker y Col. En 1958 quienes reportaron el primer caso mediante angiografía coronaria, desde entonces se han realizado múltiples avances sobre la fisiopatología de las dilataciones coronarias (3,4,7,13-16). La primera descripción de enfermedad arterial coronaria relacionada a la TARVAE fue hecha en 1998 por Henry y col., en 2 pacientes menores de 45 años que recibían inhibidores de proteasas (17); a partir de entonces, varios estudios retrospectivos y también de cohorte se han realizado con el fin de establecer la verdadera asociación y prevalencia de enfermedad aterosclerótica. El 50% de los aneurismas arteriales coronarios se produce por 27 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 27-33 Ectasia y Aneurisma coronario en un paciente con HIV... Tabla 1. Clasificación de la enfermedad aneurismática coronaria aterosclerosis, siendo esta la causa más frecuente (11) . Por las grandes similitudes histopatológicas con la ateroesclerosis se considera una variedad de la enfermedad arterial coronaria aterosclerótica (3,6), en la cual hay degradación del colágeno y de las fibras de elastina con disrupción de la lámina elástica interna y externa (3). Otra hipótesis menciona la disfunción de la pared endotelial secundaria a pérdida de sus componentes musculoelásticos y depósitos de células grasas; se postula también que la EAC es el resultado de la remodelación arterial en respuesta al crecimiento de la placa local (3); otra hipótesis menciona la sobreexpresión del sistema de las metaloproteinasas (3,4) las cuales producen proteólisis de las proteínas de la matriz extracelular que conduce a la remodelación arterial, y factores que permiten esta sobreexpresión: lipoproteínas, proteína C reactiva (PCR), factor de crecimiento del endotelio vascular, leucotrienos, sistema renina angiotensina, homocisteína y óxido nítrico. Los pacientes con EAC tienen altos niveles de IL-6 lo cual podría orientar hacia un proceso inflamatorio dentro de su fisiopatología (10,18). La principal causa de EAC en el mundo occidental es la ateroesclerosis, (8,14,15), mientras que en países orientales la enfermedad de Kawasaki ocupa el primer lugar con una incidencia total de 20% a 30% junto con los congénitos y por otro lado con una incidencia de 30% los aneurismas en pacientes consumidores de cocaína (11). 28 Causas de enfermedad aneurismática coronaria. Virales: HIV, Epstein-Barr, relacionadas a tóxicos o fármacos: inhibidores de proteasas, anfetaminas, nitritos. (3,15,20,21). Vasculitis: Poliarteritis nodosa, Enfermedad de Kawasaki, Arteritis de Takayasu, Enfermedad de Behçet. Enfermedades del tejido conectivo: lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, escleroderma, espondilitis anquilosante, defectos hereditarios del colágeno: Sindrome de Marfan, Sindrome Ehlers Danlos, Teleangiectasia hereditaria hemorrágica. Infecciones Bacterianas: C. pneumoniae. Micóticas, Espiroquetas: sífilis, posterior a intervenciones coronarias: angioplastia con balón, implantación de stent, aterectomía coronaria direccional, braquiterapia. Usuarios de cocaína (3,6,12,22). Clasificación. La clasificación de la enfermedad aneurismática se puede realizar teniendo en cuenta varias características de la lesión, según el diámetro de la luz, la forma y localización de la dilatación (Tabla 1). HIV y ectasia coronaria. Se estima que en todo el mundo viven aproximadamente 34 millones de personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH/HIV). Esta Dr. Ery Romero y col. pandemia se ha propagado a todos los continentes y países representando la infección más importante en la historia de la humanidad (23). En los pacientes infectados por el HIV el compromiso cardiovascular está mediado por los factores de riesgo tradicionales sumados a los efectos del virus y a la terapia antirretroviral (2). Para evaluar la interrelación entre HIV y patología cardiovascular debemos analizar: los efectos del virus sobre el aparato cardiovascular, la toxicidad de la terapia antirretroviral y la respuesta del huésped. Las proteínas asociadas al HIV (Gp120 y Tat) son tóxicas para las células cardíacas y vasculares. El tono del músculo liso vascular se reduce en la primer semana después de la infección sugiriendo que la disfunción vascular precede el desarrollo de una inmunodeficiencia significativa, este efecto parece estar mediado por la desregulación del óxido nítrico endotelial y por la vasodilatación inducida por prostaciclinas (24,25), El curso de la enfermedad vascular puede acelerarse en pacientes con infección por HIV por la aterogénesis estimulada por monocitos-macrófagos. La inflamación vascular puede ser multifactorial y deberse a la inducción inmunológica por el HIV y a la exposición a una variedad de xenoantígenos (HIV- 1, agentes infecciosos - CMV - y drogas) (26). En los pacientes que llevan más de 5 años de tratamiento la alteración de la dilatación de la arteria braquial mediada por flujo se asoció a la exposición de los inhibidores de la proteasa y la alteración de las lipoproteínas y la glucosa. Los modelos experimentales sugieren distintos mecanismos por los cuales los inhibidores de las proteasas (IP) inducen disfunción endotelial: parecen estar mediados por una disminución de la producción o liberación de óxido nítrico, por disminución de expresión de la enzima óxido nítrico sintetasa endotelial y aumento de las especies reactivas de oxígeno (27). Los mecanismos mediante los cuales la terapia antirretroviral (TARVAE) puede afectar el sistema vascular son: disfunción endotelial, aumento de la permeabilidad endotelial, aumento del estrés oxidativo, aumento de células mononucleares de adhesión, Insulinoresistencia, acumulación de lípidos en la pared vascular, persistencia de la activación inmune e inflamatoria, alteración de la respuesta a la injuria vascular, lipodistrofia asociada a la TARVAE que lleva a desorden Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 27-33 metabólico, inflamación sistémica y reducción de la adiponectina circulante (28). Esto muestra la complejidad de la competencia de los riesgos de la replicación versus la TARVAE. Manifestaciones clínicas La expresión clínica de la enfermedad arterial coronaria en el paciente VIH difiere discretamente. La edad de presentación oscila entre 40 y 50 años (29,30), esto es 10 años menos que en el paciente no VIH positivo (30). La presentación clínica de la enfermedad aneurismática comprende desde la ausencia completa de síntomas, hasta el síndrome coronario agudo, incluyendo presentaciones atípicas de dolor torácico; esta variedad de manifestaciones clínicas depende de la extensión y severidad de la enfermedad (3), además la ectasia coronaria predispone en mayor grado al espasmo, isquemia inducida por el ejercicio, trombosis, disección o ruptura (4,7,13). Diagnóstico Comúnmente la EAC es un hallazgo incidental de la angiografía coronaria (13); sin embargo, es considerado el estándar de oro para el diagnóstico (3); se ha demostrado en diferentes series que la arteria más afectada en la EAC es la coronaria derecha y en menor grado la coronaria izquierda (5,10); el ultrasonido intravascular es otra técnica que al igual que la angiografía tiene alta sensibilidad para el diagnóstico, sin embargo, son técnicas diagnósticas invasivas. Dentro de las modalidades no invasivas se encuentran la tomografía, la resonancia magnética (RMN) y el ecocardiograma transtorácico. Tratamiento El ímpetu para manejar esta entidad se centra en las complicaciones asociadas con estas lesiones; las más comunes incluyen angina, infarto de miocardio y muerte súbita. Otros eventos adversos incluyen trombosis, tromboembolismo, formación de fístula arteriovenosa, vasoespasmo y ruptura (31) . Estas complicaciones que en parte pueden ser asociadas al flujo turbulento en los aneurismas, también pueden tener relación con enfermedad ateroesclerótica subyacente. Se ha postulado que 29 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 27-33 Ectasia y Aneurisma coronario en un paciente con HIV... estos pacientes con angina experimentan un empeoramiento paradójico de la isquemia, después del uso de nitratos, probablemente por mecanismo de robo coronario en la entidad descrita como “coronariopatía dilatada” (32). El uso de medicamentos que disminuyen la agregación plaquetaria como aspirina y/o clopidogrel (4,6) se basa en las recomendaciones descritas para su utilización (después de síndrome coronario agudo, intervencionismo, prevención primaria o secundaria). Sin embargo, cuando el diagnóstico es incidental (angiografía previa a intervención cardiaca), con un curso asintomático de la enfermedad, se recomienda antiagregación simple (con aspirina o en caso de alergia, con clopidogrel) (5,6). Por otro lado, la presencia de angina inestable o infarto de miocardio, recomienda el uso de terapia dual con aspirina más clopidogrel; sin embargo, la asociación con anticoagulación se basa en reportes de casos o análisis de subgrupos, y no hay estudios que avalen su uso (5,6,31). A manera de recomendación de expertos, se considera que la terapia dual está indicada durante un año post síndrome coronario agudo sin elevación del ST y un año después de intervención percutánea con stent. El uso de warfarina como terapia triple se reserva para los casos donde hay bajo riesgo hemorrágico, continuando después de suspender el clopidogrel, con ASA más warfarina por tiempo no definido (32). En los casos post infarto con elevación del ST trombolizados y que no son intervenidos con stent, se recomienda terapia dual por 15 días y posteriormente aspirina más warfarina por tiempo indefinido (33). Como se dijo anteriormente, estas recomendaciones se deben individualizar a cada paciente. El asociar al manejo, betabloqueadores y/o bloqueantes de los canales de calcio (4) que disminuyan velocidad del flujo arterial, es individual para cada caso y sobre esto no hay una recomendación específica que avale o contraindique su uso. En estatinas, que proporcionan estabilidad de la placa ateroesclerótica, nuevamente se reserva para cada caso según la indicación. Para pacientes con lesiones obstructivas coexistentes y síntomas o signos de isquemia significativa a pesar de la terapia médica, la revascularización coronaria percutánea o quirúrgica puede, de manera segura 30 y efectiva, restaurar la perfusión miocárdica normal (10) ; además se puede considerar también la ligadura o resección quirúrgica y así prevenir complicaciones (18) . En relación al tratamiento del HIV La TARVAE consta de 4 clases de drogas antirretrovirales: a) los inhibidores nucleósidos de la transcriptasa reversa (INTR), b) los inhibidores no nucleósidos de la transcriptasa reversa (INNTR), c) los inhibidores de las proteasas (IP) y por último d) los inhibidores de la fusión a la membrana celular (34,35). En Venezuela se comercializan 6 INTR: didanosina, lamivudina, stavudina, zidovudina, abacabir y las combinaciones abacabir-zidovudina-lamivudina y zidovudina-lamivudina-tenofovir; solo 2 INNTR están disponibles: neviparina y efavirenz y existen 8 IP en el mercado: saquinavir, indinavir, ritonavir, fosamprenavir, lopinavir, atazanavir, darunavir y la combinación lopinavir/ ritonavir (36). Pronóstico. El pronóstico de la EAC depende tanto del tamaño del aneurisma como de la presencia de enfermedad obstructiva coexistente (21). La tasa de mortalidad de pacientes con EAC que recibieron tratamiento médico fue del 13% a los 3 años (6) Caso clínico. Se trata de paciente masculino de 47 años de edad, con diagnóstico de HIV desde hace 5 años en tratamiento antirretroviral (ritonavir), además dislipidemia mixta, tratada con estatina, acudió a este centro por angina estable de esfuerzo clase II (SCC), fue evaluado en la consulta de cardiología donde se le realizaron los siguientes paraclínicos: ECG muestra trastorno de repolarización precoz (variante de la normalidad) y signos de hipertrofia ventricular izquierda (figura 1), radiografía de tórax, donde se observó crecimiento de silueta cardiaca sugestivo de hipertrofia ventricular izquierda y aortoesclerosis (figura 2), ecocardiograma con evidencia de hipocinesia en cara inferior y septum anterior en su segmento basal y medio con Fracción de Eyección ventricular Izquierda (FEVI): 50%; además se solicitó una prueba de esfuerzo con protocolo de BRUCE, que reportó positiva al 85% de frecuencia cardiaca estimada para la edad, da- Dr. Ery Romero y col. dos por infradesnivel del segmento ST >2 mm en cara inferior y lateral, al 1er min de la 3era etapa, por lo cual se solicitó cateterismo cardiaco (figuras 3-5), para el momento del procedimiento con carga viral de linfocitos TCD4+ ≤ 100 células/ml, y ajustándose a las medidas de bioseguridad del personal dentro del laboratorio reportando lo siguiente: tronco coronario izquierdo (TCI) de buen calibre sin lesiones significativas, Arteria descendente anterior (ADA) ectásica desde su segmento proximal con enfermedad arterial obstructiva no significativa 40% después de la segunda arteria diagonal, con flujo TIMI 2, distalmente la ADA es delgada con enfermedad difusa. La segunda arteria diagonal (ADx) es ectásica en todo trayecto siendo el resto de sus homologas de pequeño calibre con enfermedad difusa y lesiones no significativas. La arteria circunfleja (ACx) ectásica junto con la 1era rama obtusa marginal (OM), presentan lesiones no significativas y un flujo TIMI 2. Arteria coronaria derecha (ACD) ectásica en todo su trayecto al igual que sus ramas presenta flujo TIMI 2. Ventriculografía: ventrículo izquierdo con hipocinesia inferior, presión diastólica final del ventrículo izquierdo (PDFVI: 18 mmHg), FEVI: 55%, sin gradiente transvalvular aórtico. En virtud de los hallazgos y considerando que en este caso la sintomatología isquémica es por flujo lento (flujo TIMI 2) se decide optimizar el tratamiento médico con: aspirina más warfarina hasta alcanzar niveles de INR entre 2-3, además se indica estatinas y calcio antagonistas, en relación al tratamiento antirretroviral se mantuvo por recomendaciones de su médico inmunólogo. Figura 1. Electrocardiograma de 12 derivaciones, muestra trastornos de repolarización con HVI. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 27-33 Figura 2. Radiografía de tórax PA, muestra aortoesclerosis Figura 3. Coronariografia: coronaria derecha. Proyección OAD 30°. Figura 4. Coronariografia: coronaria izquierda. Proyección OAI 55° / craneal 20°. 31 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 27-33 Ectasia y Aneurisma coronario en un paciente con HIV... 5. Bermúdez EP, Palop RL, Martínez IL, Sánchez RC, Sáez PC, Carreras RR, et al. Ectasia coronaria: prevalencia, características clínicas y angiográficas. Rev Esp Cardiol 2003;56: 473-479. 6. Satran A, Bart BA, Henry CR, Murad MB, Talukdar S, Satran D, et al. Increased Prevalence of Coronary Artery Aneurysms Among Cocaine Users. Circulation 2005;111:24242429. 7. Kosar F, Sincer I, Aksoy Y, Ozerol l. Elevated plasma homocysteine levels in patients with isolated coronary artery ectasia. Coron Artery Dis 2006,17:23-27. Figura 5. Coronariografia: coronaria izquierda. Proyección OAI 50° / caudal 30°. Conclusiones Gracias a la terapia antirretroviral actualmente los pacientes con VIH viven más tiempo, pero esto supone un aumento en la ocurrencia de enfermedad cardiovascular, por todas las consideraciones hechas al respecto, esto constituye un hecho importante si tenemos presente que se ubica como la principal causa de muerte en el mundo. En vista de todo lo planteado creemos que es oportuno estratificar a estos individuos como un subgrupo de riesgo así como lo son los pacientes diabéticos, nefrópatas etc., de tal manera que deban recibir tratamiento para la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular y así retrasar o evitar la aparición de eventos cardiacos y cerebrales que causen la muerte o deterioren la calidad de vida. Referencias 1. Aly MH, Department of Medicine, Non-invasive Cardiac Unit, Farwania Hospital, Kuwait Medical Journal 2008, 40 (1): 5963. 2. Carpentier A, Patterson B, Uffelman K, et al. 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Se trata de paciente de sexo masculino, de 15 años de edad, quien ingresó al Departamento de Emergencia del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”, por presentar disminución de la fuerza muscular y parestesias en miembros superiores e inferiores, al examen neurológico como datos patológicos positivos: fuerza muscular: cuadriparesia desproporcional a predominio proximal, reflejos osteotendinosos: 0/IV, sensibilidad superficial y profunda conservada, resto del examen físico general sin alteraciones, se realizaron múltiples estudios especiales de líquido cefalorraquídeo y perfil inmunológico, se inició tratamiento con inmunoglobulinas por 5 sesiones. Durante su hospitalización, el paciente presentó dos recidivas con deterioro de la fuerza muscular 0/5, disfonía y dificultad respiratoria, fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos, donde permaneció en tratamiento con prednisona 50 mg al día V.O. agregándose 7 sesiones de plasmaféresis sin respuesta adecuada a la misma, por lo que se colocó nuevamente tratamiento con inmunoglobulinas 20 g al día E.V. lográndose una evolución satisfactoria del paciente. Palabras clave: Polineuropatía, inmunoglobulinas, desmielinizante. Introducción La polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica (PDIC) por deficiencia congénita de C3 es una neuropatía periférica mixta, predominantemente motora, desmielinizante, inflamatoria, de comienzo insidioso, evolución crónica y etiología autoinmune. Se ha denominado también polineuropatía desmielinizante inmune crónica, polirradiculoneuropatía inflamatoria crónica, polineuropatía inflamatoria desmielinizante crónica, polineuropatía recurrente, polineuropatía dependiente de esteroides y neuritis hipertrófica. (1) * Médico Residente, Dpto. de Neurología y Neurocirugía, Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”. (HMCA) Telef. 0414-917-2578. Correo:wellingtoneuro@hotmail.com ** Médico Adjunto, Dpto de Neurología y Neurocirugía, HMCA. 34 La incidencia mundial es de 0,15 por 100.000 habitantes, y la prevalencia es de 1 a 1,9 por 100.000 habitantes, con una mortalidad del 3% y, deja secuelas en el 60% de los casos; de ellas, el 20% de tipo invalidante. La PDIC puede aparecer a cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 30 y los 50 años. Se han comunicado casos con inicio en la infancia e incluso formas congénitas con remisión espontánea, aunque es poco frecuente, la proporción hombre/mujer es de 2 a 1. (2,3) Tiene un comienzo insidioso con debilidad muscular simétrica, fundamentalmente proximal, calambres, parestesias en las extremidades Dr. Wellington Ramírez y col. con predominio de las inferiores, donde suelen comenzar los síntomas. Resulta infrecuente la afección de pares craneales (el VII par lo es en mayor medida). Puede existir atrofia muscular, fasciculaciones, hay disminución o pérdida de los reflejos osteotendinosos, engrosamiento de nervios y temblor intencional. (3) Puede evolucionar de varias formas: progresiva crónica, estacionaria, con empeoramiento escalonado y con recaídas. (3) Existen diferentes formas de presentación de la enfermedad, entre las que podemos citar: – Variantes temporales: polineuropatía desmielinizante inflamatoria subaguda, que progresa en 4-8 semanas. – Variantes relacionadas con enfermedades concurrentes: infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH), linfoma, mieloma osteoesclerótico, síndrome de Evans (anemia hemolítica y trombocitopenia), gammapatías monoclonales, hepatitis crónica activa, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad del tejido conectivo, trasplante de órganos y de médula ósea, síndrome nefrótico, diabetes mellitus (DM), neuropatías hereditarias, tirotoxicosis, pénfigo vulgar, neoplasias y esclerosis múltiple (EM). – Variantes por distribución: neuropatía motora multifocal, y neuropatía desmielinizante adquirida multifocal motora y sensitiva (o síndrome de Lewis-Sunner). Se discute actualmente si son formas clínicas de la PDIC o si son entidades independientes. – Otras formas: forma infantil, forma axonal, forma sensitiva pura, neuritis braquial idiopática, forma motora pura y PDIC con manifestaciones autonómicas. (2-4) Fisiopatología de la PDIC La fisiopatología exacta está mucho menos establecida que en el síndrome de Guillain-Barré, ya que los factores que desencadenan la PDIC, no se Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 34-37 han podido establecer con exactitud. Se conoce que se produce una respuesta inmune con producción de anticuerpos del tipo IgG e IgM que actúan contra los gangliósidos GM1, GD1a, GD1b, GT1b, LM1, sulfátidos y ß-tubulinas del citoesqueleto. Se produce una lisis focal de la mielina, originada por productos de activación del complemento, participación de linfocitos T CD4 y CD8, con acción de linfocinas proinflamatorias, como citocinas, interleucinas 1 y 6, interferón γ y macrófagos. Los estudios neurofisiológicos son uno de los pilares en el diagnóstico de la PDIC, más concretamente el estudio de conducción nerviosa periférica (ECNP) y la onda F. Los criterios electrofisiológicos postulados por la Academia Americana de Neurología en 1991 son los siguientes: – Velocidad de conducción nerviosa (VCN) disminuida al menos en dos nervios motores < 70-80% del límite inferior de normalidad. – Latencia distal prolongada en dos o más nervios >125-150% del límite superior de normalidad. – Bloqueo parcial de conducción: aumento de la caída de amplitud pico-pico > 20% con dispersión <15% o dispersión temporal anormal en uno o más nervios (aumento de la caída de amplitud pico-pico > 20% con dispersión > 15%). – Alteración de la onda F: ausencia o prolongación en dos o más nervios >120-150% del limite superior de normalidad. – Enlentecimiento de la VCN sensitiva <80% del límite inferior de normalidad. – Ausencia de reflejo H. Descripción del caso Se trata de paciente de sexo masculino, de 15 años de edad, procedente y residente del Estado Vargas, quien ingresa a la emergencia del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” de Caracas, por presen- 35 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 34-37 Polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica... tar disminución de la fuerza y parestesias en miembros superiores e inferiores. Antecedente mórbido de síndrome Guillain-Barre hace aproximadamente 45 días. dL, proteínas 115 mg/dL, CMV, Herpes, EB, serología para hongos negativos, HIV y VDRL negativos. Se inicia esquema con inmunoglobulinas por 5 sesiones y se solicitan estudios especiales. Fue hospitalizado en el Departamento de Pediatría de ese centro de salud. Al examen físico se encontraba en condiciones generales estables. Electroforesis de proteínas en suero: albumina 68,3 (VN: 55,8-66,1) alfa1: 7,9 (VN: 2,9-4,9). Aspirado de medula ósea: marcadores monoclonales sin criterios para trastornos hemato-oncológico. Cardiovascular: Ruidos cardíacos rítmicos, primer y segundo ruido presente, no R3 ni R4, sin soplos, pulsos carotídeos y periféricos presentes y simétricos. Respiratorio: Tórax simétrico, normoexpansible, ruidos respiratorios presentes en ambos campos pulmonares sin agregados. Pruebas inmunológicas Myelin IgG Antibody, IFA negativo; Parvovirus B19 (IgG-IgM) negativo, ANA, ANTI-ds-DNA, ENA negativos, CH-50 18,76% (VN: 51-150), C3: 61,6 mg/dl (VN: 90-180). Extremidades: Eutrófica, simétricas y sin edema. Durante la investigación clínica, el paciente presentó dos recidivas con deterioro de fuerza la muscular 0/5, disfonía y dificultad respiratoria, fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos, donde permaneció en tratamiento con prednisona 50 mg al día V.O. agregándose 7 sesiones de plasmaféresis, sin respuesta adecuada a la misma, se indicó nuevamente inmunoglobulinas en dosis de 20 g al día E.V. Neurológico: Alerta, consciente, orientado en tiempo, espacio y persona, lenguaje fluente y coherente, nervios craneales: pupilas isocóricas y fotoreactivas a la luz, fuerza muscular: cuadriparesia desproporcional a predominio proximal (hombros 4+/5, braquial 3/5, muñeca y mano 2/5, rodilla 3/5, tobillo 2/5) tono muscular eutónico, reflejos osteotendinosos: 0/IV, sensibilidad superficial y profunda conservada, no signos meníngeos, cerebelosos o de hipertensión endocraneana. Permaneció 3 meses hospitalizado con cambios progresivos en el examen neurológico, típico de afectación de motoneurona inferior y de las vías de la sensibilidad, la fuerza muscular: cuadriparesia proporcional a 1/5 global, tono muscular hipotónico, trofismo asimetría multisegmentaria en miembros superiores e inferiores a predominio distal, reflejos osteotendinosos: 0/IV, Sensibilidad superficial parestesias e hipoestesia difusa en miembros inferiores. (Figura 1) Abdomen: Plano, peristalsis presente, blando, depresible, no doloroso a la palpación, sin visceromegalias, ruidos hidroaéreos presentes. En vista de presentar dicho cuadro, con recidiva tan reciente, se decidió hospitalizar con el objetivo investigar la causa, de dicho cuadro neurológico; durante el mismo, se realizaron múltiples estudios, entre ellos: La EMG reportó: latencia proximal y distal del peroneo común enlentecidas, velocidad de conducción enlentecidas, denervación con abundantes fibrilaciones y ondas positivas en músculos explorados, actividad de inserción prolongada. El LCR reportó: líquido límpido, densidad 1010, células 3 (2PMN y 1MN) Pandy +, glucosa 60 mg/ 36 Figura 1. Polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica Dr. Wellington Ramírez y col. Recibió terapia respiratoria, y fueron interconsultados los Departamentos de Medicina Física y Rehabilitación, Inmunología, Hematología y a la cabeza del Departamento de Neurología y Neurocirugía, lográndose una evolución satisfactoria del paciente y su posterior egreso y monitoreo cada 21 días. Discusión La PDIC, es de etiología autoinmune, la deficiencia congénita del constituyente 3 del Complemento (C3) es rara, expresándose clínicamente como un defecto de la inmunidad humoral, principalmente con infecciones recurrentes. La deficiencia de C3, se transmite de forma autosómico recesiva, cuyo gen se ha encontrado en el cromosoma 19 (4). C3 es la principal opsonina y la molécula central más importante del sistema del Complemento. Es activada tanto por la vía clásica como de lectina y por la vía alternativa, y a su vez los productos de su activación median la opsonización, actividad anafiláctica y la activación de los compuestos efectores finales del Complemento. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 34-37 paciente debido a la complejidad de esta enfermedad, repetición de estos durante periodos breves, ya que no se dispone de mediciones clínicas claras que orienten a cuándo repetir el uso de inmunoglobulinas o plasmaféresis. Referencias 1. Hernández A. Polineuropatía desmielinizante inflamatoria crónica. Aspectos clínicos y electrofisiológicos. Acta Neurol Colomb 2012;28:202-212). 2. Gelfand EW. Mechanisms of Disease Intravenous Immune Globulin in Autoimmune and Inflammatory Diseases. N Engl J Med 2012; 367:2015-2025. 3. Patwa H, Chaudhry V, Katzberg H et al. Evidence-based guideline: Intravenous immunoglobulin in the treatment of neuromuscular disorders: Report of the Therapeutics and Technology Assessment Subcommittee of the American Academy of Neurology. 2012;78;1009. 4. Adams R, Rooper AH. Enfermedades Neuromusculares. En: McGraw-Hill (eds.) Principios de Neurología. 9º ed.: Manual Moderno; 2011. p1327. 5. Toro J, Sanz M. Enfermedades Neuromusculares. En: Manual Moderno (eds.) Neurología; 2010. p337. En algunas investigaciones se ha mostrado un beneficio a corto plazo en estos pacientes de grandes dosis de inmunoglobulinas 2 g/kg en goteo dividido de cuatro a cinco días, otros responden al uso de plasmaféresis 250 mL/kg de plasma de cuatro a seis sesiones, inmunosupresores a altas dosis, como: prednisona 80 mg/d V.O. y, azatioprina 3 mg/ kg/d por 3 meses V.O. Si las medidas mencionadas son insatisfactorias, cabe agregar ciclofosfamida, micofenolato u otros inmunosupresores similares. (5) Conclusión Diversos estudios indican que en la PDIC están implicados tanto mecanismos de inmunidad celular como humoral. Los marcadores inmunopatológicos de esta entidad son: la presencia de linfocitos T sensibilizados, invasión de la mielina por macrófagos, activación de complemento y, presencia de autoanticuerpos. Uno de los problemas más difíciles, es la respuesta al tratamiento, ya que esta depende de cada 37 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 38-40 Casos Clínicos QUISTE ÓSEO ANEURISMÁTICO SACRO: A PROPÓSITO DE UN CASO Dr. Miguel Ángel Dopico**, Dra. Márgaret Mateo*, Dr. Miguel Ángel Espinal L.*, Dr. Wellington Ramírez*. Resumen Dopico MA, Mateo M, Espinal MA, Ramírez W. Quiste óseo aneurismático sacro: a propósito de un caso. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2):38-40. El quiste óseo aneurismático es una lesión quística expansiva, que afecta más frecuentemente a las personas en la segunda década de la vida; es una rara lesión benigna principalmente de las metáfisis de los huesos largos, la localización sacra es la más frecuente dentro del ámbito neuroquirúrgico, su frecuencia es de 1-6% de los tumores óseos primarios. La incidencia en el sexo femenino es de 2:1 con relación al sexo masculino. Su origen es desconocido. El término “aneurismático” hace referencia a su característico aspecto radiológico en pompas de jabón. Comprende alrededor de un 14-20 % de todos los tumores que compromenten la columna vertebral. Se presenta el caso de una paciente, de 12 años de edad que consultó por dolor lumbar de moderada intensidad de carácter opresivo que gradualmente se fue intensificando y posteriormente se trasladó a ambos miembros inferiores seguido de aumento de volumen y posteriormente paraparesia. En la exploración la paciente presentaba una tumoración sacra subcutánea sólida, dolorosa y adherida a planos profundos, de aproximadamente 4 x 6 cm. Se realizaron estudios de imágenes cuyos hallazgos revelaron una lesión osteolítica sacra que comprometía casi todo el espesor del sacro. La RMN lumbo sacra corroboró la lesión hiperintensa que involucraba el sacro. Fue llevada a quirófano donde se extirpó por medio de una resección total en bloque una lesión bilobulada quística llena de trabéculas ocupadas de restos hemáticos. El estudio histopatológico reportó células fusiformes y células gigantes multinucleadas con imágenes de mitosis sin atipias, compatible con un quiste óseo aneurismático sacro. Se revisa la bibliografía y se discute el presente caso. Palabras clave: Quiste óseo, aneurismático, neoplasia ósea. Introducción El quiste óseo aneurismático es una lesión quística expansiva que afecta más frecuentemente a las personas en su segunda década de vida (1); es una rara lesión benigna principalmente de la metáfisis de los huesos largos. La localización sacra es la más frecuente dentro del ámbito neuroquirúrgico. Jaffe y Lichtenstein en 1942 hicieron la primera descripción clínica (2), cuya frecuencia es de 1-6% de los tumores óseos primarios y la incidencia en el sexo femenino es de 2:1 con relación al sexo masculino. Su origen es desconocido (3). * Médico residente, Departamento de Neurología y Neurocirugía del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”. Teléfono: 0414-110-5407 ** Médico especialista en Neurocirugía. 38 El término “aneurismático” hace referencia a su característico aspecto radiológico en pompas de jabón (4). Comprende alrededor de un 14-20 % de todos los tumores que comprometen la columna vertebral (5). Resumen del caso Se presenta el caso de una paciente, de 12 años de edad que consultó por dolor lumbar de moderada intensidad, de carácter opresivo y que gradualmente se fue intensificando y posteriormente se ubicó en ambos miembros inferiores, seguido de aumento de volumen, y posteriormente presentó paraparesia. Acude a centro de salud de su localidad, donde indicaron tratamiento sintomático y, por la persistencia de la sintomatología decide consultar a nuestro centro. Dr. Miguel Ángel Dopico y col. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 38-40 En la exploración de la paciente se evidenció una tumoración sacra sólida, subcutánea, dolorosa y adherida a planos profundos, de aproximadamente 4 x 6 cm. Sus signos vitales fueron: tensión arterial 115/72 mmHg, frecuencia cardíaca 65 lpm y frecuencia respiratoria de 14 rpm. Fenotípicamente no existía ninguna alteración antropométrica, al examen cardio respiratorio no se encontraron datos relevantes y en el neurológico encontramos una paciente consciente y orientada en las tres esferas del sensorio, lenguaje claro y fluido, fuerza muscular 5/5 con reflejos osteotendinosos 2/4 global y simétrico, sensibilidad superficial y profunda conservada. Pupilas isocóricas y normorreactivas a la luz, sin signos meníngeos ni cerebelosos presentes. Se realizaron estudios de imágenes cuyos hallazgos revelaron: en la TAC sacra axial y sagital, lesión osteolítica (figura 1 y 2); así mismo, se le realizó tomografía axial computarizada helicoidal con reconstrucción 3D que demostró una lesión redondeada, bilobulada, osteolítica con respecto al hueso que comprometía casi todo el espesor del sacro (figura 3). La RMN lumbo sacra corroboró la lesión hiperintensa que involucraba el sacro (figura 4). Figura 2. TAC región sacra, LOE retrosacra. (Proyección sagital). Figura 3. TAC helicoidal con reconstrucción 3D. Figura 1. TAC región sacra, LOE retrosacra. (Proyección axial). 39 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 38-40 Quiste óseo aneurismático sacro... podemos encontrar son las parestesias, afectación neurológica y trastornos esfinterianos. La valoración y resolución de las opciones terapéuticas de esta entidad reviste hoy en día tema de discusión sobre la cual no hay consenso, debido a las múltiples modalidades que se pueden aplicar, el rol del diagnóstico prequirúrgico de sospecha con neuroimagen, es determinar de que efectivamente se trata de una lesión no maligna, aunque radiológicamente tiene la apariencia de un tumor (8). Figura 4. RMN región sacra. La escisión total de la lesión es una opción rápida y segura que puede llevarse a cabo en nuestro medio. Rápido y eficaz con bajo grado de morbilidad que puede asociar con embolización previa para disminuir el sangrado y el aporte vascular nutricio. Referencias Fue llevada al quirófano donde se le extirpó dicha lesión, por medio de una resección total en bloque. Se extrajo una lesión bilobulada, quística y llena de trabéculas ocupadas por restos hemáticos. En el postoperatorio la paciente presentó trastornos esfinterianos y mejoría de la paresia crural. El estudio histopatológico de la lesión extirpada reportó: células fusiformes y células gigantes multinucleadas con imágenes de mitosis sin atipias, compatible con un quiste óseo aneurismático sacro. Discusión El quiste óseo aneurismático se presenta en ocasiones como una hiperplasia más que como un tumor, por lo que muestra tendencia a evolucionar hacia la madurez, aunque de hecho esta evolución es variable. Algunos quistes dejan de desarrollarse, incluso de manera espontánea y muy raramente, curan espontáneamente o después de una simple biopsia; otros, en cambio son extremadamente agresivos y continúan desarrollándose hasta alcanzar dimensiones monstruosas (6). Clínicamente suelen manifestarse como una masa o tumoración palpable y dolorosa de varios meses de evolución, sin cambios aparentes al examen de la piel (7). Otros síntomas que 40 1. www.emedicine.medscape.com/article/1254784-overview. 2. www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1870818/pdf/procrsmed00264-0026.pdf. 3. Roos, J. et al col. Diagnostic imaging. Spine. 2nd ed. Canadá Amisrys; 2004. 4. Navas-García, M. et al col. Quiste óseo aneurismático frontal.Caso clínico y revisión de la bibliografía. Rev Neurol 2011; 52 (6): 349-354. 5. Rosales Olivares, L. et al col. Quiste óseo aneurismático de la columna. Reporte de un caso. Cir Ciruj 2006;74:377-380. 6. Rodriguez-Garciar, R. Quiste óseo aneurismático gigante de la columna vertebral. Revista de la facultad de medicina de la UNAM noviembre – diciembre 2003; volumen 46 (6): 218221. 7. Clavel Escribano, M. Quiste óseo aneurismático del hueso frontal. Revista de Neurocirugía (Asturias) 2001;12 (2): 166169. 8. Vascones Fabre, J. et al col. Quiste óseo aneurismático sacro gigante. Revista chilena de neurocirugía. 2008; 3: 63-68. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 41-43 Comunicaciones Breves PLASMOCITOMA INTRACRANEAL COMPLICADO CON ABSCESO EPIDURAL, A PROPÓSITO DE UN CASO Dr. Miguel Espinal*, Dra. Margaret De Espinal*, Dra. Andris Mejía*, Dr. Germán Corredor** Resumen Espinal M, De Espinal M, Mejía A, Corredor G. Plasmocitoma intracraneal complicado con absceso epidural, a propósito de un caso. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 41-43. Introducción: El plasmocitoma es una neoplasia maligna originada de las células plasmáticas en la cual hay una producción anormal y continua de anticuerpos monoclonales; representan menos del 1 % de los tumores de cabeza y cuello. Caso clínico: Se presenta la paciente, femenina de 42 años que presentó 15 días previo a su ingreso cefalea holocraneal, fiebre y astenia, Se realizan estudios de imágenes cuyos hallazgos revelan imagen hipodensa frontal parietal derecho con edema perilesional, presentando deterioro neurológico al 2 día de ingreso por lo cual es llevada a quirófano realizando drenaje de absceso epidural y poda de tumor fronto parietal derecho cuyo reporte patológico reveló plasmocitoma. Discusión: La incidencia de esta patología es menor al 1%, y solo se han reportado menos de 30 casos a nivel mundial. El diagnóstico del plasmocitoma solitario es histológico. Son neoplasias de células plasmáticas secretoras de inmunoglobulinas, generalmente Ig A, Ig G o de una de las cadenas ligeras, la radioterapia es el tratamiento de elección de esta patología. Conclusión: El mieloma solitario es una patología intracraneal inusual que debe sospecharse aun en ausencia de lesiones múltiples u osteolíticas. Palabras Clave: Plasmocitoma, mieloma solitario y tumor intracraneal. Introducción El plasmocitoma solitario es una neoplasia maligna originada de las células plasmáticas en la cual hay una producción anormal y continua de anticuerpos monoclonales; representan menos del 1 % de los tumores de cabeza y cuello. La primera descripción fue realizada por French en 1947. Pueden aparecer en cualquier lugar donde exista formaciones del sistema retículo endotelial. La presencia de plasmocitomas intracraneales solitarios es conocida en la literatura fundamentalmente por publicación de casos. Se trata de tumores raros cuya imagen ra* Médico Residente de posgrado de Neurocirugía. Departamento de Neurología y Neurocirugía, Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” Caracas. Venezuela. ** Médico Adjunto. e-mail: espinal2004@gmail.com. diológica es poco característica, dando lugar a subdiagnóstico o interpretación errónea. Para algunos autores conforma junto al mieloma múltiple y al plasmocitoma extramedular el espectro de una misma enfermedad. Sin embargo, otros afirman que estas lesiones representan entidades bien definidas las cuales responden favorablemente a la cirugía seguida de radioterapia y que acarrean un mejor pronóstico que las discrasias diseminadas de células plasmáticas. Resumen del caso clínico Se presenta el caso de una paciente de 42 años con antecedentes personales de enucleación bilateral de los globos oculares a los 7 años de edad por traumatismo facial, que presentó 15 días previo a su ingreso cefalea holocraneal, fiebre y astenia, asocia- 41 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 41-43 Plasmocitoma intracraneal complicado... do a secreción purulenta en ambas regiones orbitarias. El examen físico no reveló ningún dato positivo, los exámenes de laboratorio reflejaron aumento de los reactantes de fase aguda, leucocitosis a predominio de polimorfonucleares, los estudios tomográficos cerebrales mostraron una imagen hipodensa fronto parietal derecha con edema perilesional en la cual se observaba integridad de la calota craneal. Figura 2. TAC de cráneo post drenaje y excéresis tumoral. Figura 3. TAC de cráneo post drenaje y excéresis tumoral. La electroforesis de proteína, el aspirado de médula ósea, así como la proteína de Bence-Jones resultaron negativos. Figura 4 Figura 1. TAC de cráneo previa al drenaje y excéresis tumoral Se instaura tratamiento antimicrobiano con vancomicina, ceftriaxona y metronidazol, pero a pesar de las medidas médicas, la misma presentó deterioro neurológico llegando al estupor al 2 día de ingreso, por lo cual es llevada a quirófano realizándose drenaje de absceso epidural que se extendía hasta el seno frontal, tras la apertura de la duramadre se constató tejido blanquecino renitente intraparenquimatoso que infiltraba el lóbulo frontal, el cual se extrajo. La paciente mejoró su déficit neurológico y se mantuvo con la terapia por 6 semanas, logrando normalizar los reactantes de fase aguda, no se aisló ningún germen del material purulento obtenido, los estudios de imágenes post operatorios reflejan la mejoría clínica constatada, Figuras 2 y 3. 42 Figura 4. Electroforesis de proteína sérica Dr. Miguel Espinal y col. El estudio anatomopatológico reportó lesión de aspecto tumoral constituida predominantemente por células plasmáticas con mínima atipia y otras células inflamatorias. La paciente se mantiene asintomática en control por nuestro Departamento y por el Departamento de Hemato-oncología, en espera de tratamiento radioterápico adyuvante. Discusión La incidencia del plasmocitoma intracraneal es menor al 1%, y solo se han reportado menos de 30 casos en la literatura médica mundial (1,2). El diagnóstico del plasmocitoma solitario es histológico. Es una neoplasia de células plasmáticas secretoras de inmunoglobulinas, generalmente Ig A, Ig G o de una de las cadenas ligeras, la radioterapia es el tratamiento de elección de esta patología (2,3). Afectan al sexo masculino predominantemente con una proporción de 4 a 1 entre los 50 y 60 años de edad, aun cuando en nuestro caso fue del sexo femenino. No se le conoce factor predisponente. (4) Otros casos están descritos en columna vertebral, huesos largos, costillas, esternón y clavículas (5,6). Los Plasmocitomas solitarios se clasifican en óseo y extramedular, pueden originarse de la duramadre y la localización puramente intraparenquimatosa es excepcional (7). Las localizaciones intracraneales son diversas: fosa posterior, hipotálamo, convexidad, tentorio, tubérculo sellar, ángulo ponto-cerebeloso, frontal, temporal, parasellar, sagital, etc. Harper y colaboradores reportaron un aumento anormal de proteínas en el LCR. (8) Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 41-43 Conclusión El mieloma solitario es una patología intracraneal inusual, que debe sospecharse aun en ausencia de lesiones múltiples u osteolíticas, no solo en afectaciones extradurales o extramedulares. La clínica, radiología y hallazgos patológicos, son los puntales del diagnóstico en ausencia de datos paraclinicos que revelen la gammapatia monoclonal. De allí deriva la actitud terapéutica específica. La radioterapia sigue siendo un tratamiento eficaz. Referencias 1. Eum JH, Jeibmann A, Wiesmann W, Paulus W, Ebel H. Multiple myeloma manifesting as an intraventricular brain tumor. J Neurosurg. 2009;110:737-739. 2. Tirado I, De Oña J, Amat E. Plasmocitoma extramedular solitario de laringe. A propósito de un caso. Acta Otorrinolaring Esp. 1995; 46(1):63-69. 3. Greenberg MS. Handbook of neurosurgery. 6 ed. New York: Thieme, 2006: 514-5. 4. Was MK, Yun KJ, Omar RA. Extramedullary plasmacytomas of the head and neck. Otolaryngol Head Neck Surg. 1993;109(5):877-885. 5. Krivoy S, González JE, Céspedes G, Walter I. Plasmocitoma solitario de la hoz del cerebro. Gac Méd Caracas. 1975;83(10-12):929-941 6. Holland J, Trenkner DA, Wasserman TH, Fineberg B. Plasmacytoma-treatment results and conversion tomyeloma. Cancer. 1992;69:1513-1517. 7. French, J. Plasmacytoma of the hypothalamus: clinical pathological report of a case. J Neuropathol Exp Neurol. 1947;6:265-270. 8. Harper, L et al. Intracranial extension and spontaneus hemorrhage of sphenoid plasmacytoma. Neurosurgery. 1987;20 :619-623. 43 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 44-47 Comunicaciones Breves CATETERISMO CARDIACO DIAGNÓSTICO Y TERAPÉUTICO: EXPERIENCIA EN EL SERVICIO DE HEMODINAMIA DE FUNDACARDIN, ENERO 2005 - DICIEMBRE 2011. Dra. Theanny Brito M *, Dra. Mairellys Leidenz *, Dra. Ana López *, Dr. Richard Medina *, Dra. Yohadrys Larez *, Dra. Angélica Gil Sol *, Dra. Katiuska Manchego **, Dr. Daniel López **, Dr. Luis M Chirinos **, Dra. María Capecchi ***, Dra. Elida Cabrera ‡ Resumen Brito T, Leidenz M, López A, Medina R, Larez Y, Gil Sol A, Manchego K, López D, Chirinos L, Capecchi M, Cabrera E. Cateterismo cardiaco diagnóstico y terapéutico: experiencia en el Servicio de Hemodinamia de Fundacardin, enero 2005 - diciembre 2011. Salus Militiae 2012; 37 (1 y 2): 44-47 Introducción: La hemodinamia intervencionista en las cardiopatías congénitas ha presentado una importante evolución y ha significado una clara alternativa, en ocasiones a la cirugía. Objetivo general: presentar la experiencia en cateterismo cardiaco diagnóstico y Terapéutico, en pacientes con cardiopatía congénita en el periodo de enero de 2005 a Diciembre 2011. Pacientes y métodos: Estudio retrospectivo y descriptivo. Se revisaron historias clínicas de pacientes del Servicio de Hemodinamia de FUNDACARDIN (Fundación de cardiología integral) a los cuales se les realizó intervencionismo cardiaco. Resultados: de 1.338 procedimientos de intervencionismo cardiaco el 60 % (807) correspondió a el sexo femenino y un 40% (536) al masculino, la edad más frecuente fue de 2 a 6 años correspondiendo a un 26,7% (358). Las cardiopatías congénita más frecuentes fueron: PCA 32,58% (436), seguida de CIA 15,53 % (208), CIV 11,71 % (157) y estenosis valvular pulmonar 11,61% (155). Los estudios diagnósticos representaron el 33,55 % (449) y terapéutico 66,14% (885) que incluyeron colocación de Amplatzer 353, Nit ocludder 189 y valvuloplastia 149 entre otros. Conclusión: el tratamiento percutáneo de numerosas cardiopatías congénitas es posible y altamente eficaz, el poder corregir las lesiones intracardiacas sin cirugía constituye la gran ventaja del cateterismo evitando así, los riesgos e inconvenientes de la cirugía convencional. Palabras Clave: Cateterismo cardiaco, cardiopatías congénitas. Introducción El cateterismo cardíaco consiste en la introducción de un catéter (sonda radiopaca) por las venas o arterias de la región inguinal, del cuello o de los brazos hasta el corazón; una vez situado se inyecta a través del catéter una sustancia radiopaca que visualiza perfectamente el interior del corazón (angiografía cardíaca) y permite al cardiólogo diag* Médico Residente de Cardiología Infantil, Fundación de Cardiología Integral, FUNDACARDIN, Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”. dra_britomota@hotmail.es / drabritomota@gmail.com ** Adjunto de Cardiología Infantil”, FUNDACARDIN. *** Jefe Departamento de Cardiología, FUNDACARDIN. ‡ Jefe Departamento de Hemodinamia, FUNDACARDIN. 44 nosticar las malformaciones cardíacas. Este es el cateterismo habitual o cateterismo diagnóstico. (1-3) En la actualidad el cateterismo se usa cada vez menos por la utilidad diagnóstica de otros métodos menos agresivos como la ecocardiografía Doppler, resonancia magnética, TAC helicoidal. Sí es cada vez más frecuente su uso, para tratar o corregir las cardiopatías (cateterismo terapéutico o intervencionismo) evitando la intervención quirúrgica. El cateterismo terapéutico se inició hace ya 30 años con técnicas muy conocidas como la Atrioseptostomía de Rashkind realizada por primera vez Dra. Theanny Brito M y col. en 1965 que consiste en rasgar el septo interatrial creando artificialmente una comunicación interatrial (CIA) con un catéter balón y que es esencial para que sobrevivan niños con ciertas cardiopatías como la transposición de grandes vasos o el procedimiento de extracción de elementos extraños intracardíacos como trozos de catéteres, dispositivos, etc. que se realizó por vez primera en 1967 (2-5). A partir de entonces y cada año aparecen nuevas técnicas que van aplicándose con creciente éxito y que sustituyen y desplazan al tratamiento quirúrgico hasta que en un futuro la mayoría de las cardiopatías puedan ser tratadas adecuadamente sin cirugía. (1) Si bien en las décadas del 50 al 70 el cateterismo cardiaco estuvo dirigido esencialmente a los procedimientos, indicados más arriba; es a partir de 1980 que la cateterización es usada como recurso terapéutico. Desde 1990 esta nueva versión tecnológica se conoce como “Cardiología Intervencionista”. (1,2) Es un procedimiento invasivo utilizando catéteres y otros dispositivos, donde se puede tratar por dentro de los mismos vasos (vía endovascular) algunas enfermedades cardiacas entre sus formas, la angioplastia convencional o primaria con implante de Stent (medicado o no), la valvuloplastia mitral, aórtica, implante de válvula aórtica percutánea, la umbilicación septal con alcohol, cierre de orificios de origen congénito como la comunicación inter auricular (CIA), la interventricular (CIV) y la persistencia del conducto arterioso (PCA) con dispositivos de cierre, ablación de haz anómalos, implante de marcapasos, resincronizadores y desfibriladores. (1-5) Se realiza en la sala o laboratorio de hemodinamia, que es una sala donde se encuentra el equipo de rayos X el cual que se utilizan para capturar las imágenes, se utiliza para ello contraste iodado, se necesitan accesos arteriales o venosos (1,4). El tiempo del estudio es variable oscilando entre 40 min a 1 h para el diagnóstico y, 1 a 2 h para los terapéuticos, al terminar se retiran los catéteres y la cánula arterial y se realiza compresión del área de punción por un periodo de 30 min, para evitar sangramientos. (1,4) Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 44-47 En estos procedimientos se pueden presentar complicaciones, aunque estas se presentan en una minoría y son bien tolerados por la gran mayoría de los pacientes. Se pueden presentar complicaciones tanto mayores como menores. Las complicaciones mayores son de muy baja frecuencia entre ellas: infarto de miocardio menos del 1 %, ECV menos del 0,8 % y muerte 0,05 a 0,1%, otras pueden ser insuficiencia cardiaca y sangramientos mayores; las complicaciones menores como: sangramiento, hematomas, equimosis, pseudoaneurismas, que están alrededor del 1% para el cateterismo diagnóstico y discretamente mayor para el terapéutico. (1,3,4) El cateterismo cardiaco es un procedimiento seguro el cual ofrece a los pacientes un diagnóstico certero, un tratamiento eficaz de corta estadía hospitalaria, rápida recuperación y de bajo costo en comparación con una intervención. Objetivo general Presentar la experiencia en el cateterismo cardiaco diagnóstico y terapéutico, en pacientes con cardiopatía congénita en el periodo de enero de 2005 a diciembre de 2011. Pacientes y Método Estudio retrospectivo y descriptivo. Se revisaron historias clínicas de pacientes del Servicio de Hemodinamia de FUNDACARDIN a los cuales se les realizó intervencionismo cardiaco. Resultados De 1.338 procedimientos de intervencionismo cardiaco el 60 % (807) correspondió a el sexo femenino y un 40% (536) al masculino (figura 1), la edad más frecuente estuvo entre los 2 a 6 años correspondiendo a un 26,7% (358) (figura 2). Las cardiopatías congénitas más frecuentes fueron PCA 32,58% (436), seguida de CIA 15,53 % (208), CIV 11,71 % (157) y estenosis valvular pulmonar 11,61% (155) (figura 3). Los estudios diagnóstico representaron el 33,55 % (449) y terapéutico el 66,14% (885) que incluyeron colocación de Amplatzer 353, Nit ocludder 189 y valvuloplastia 149 entre otros. (figuras 4 y 5) 45 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2):44-47 Cateterismo cardiaco diagnóstico y terapéutico.. Figura 4. Distribución de pacientes según el tipo de cateterismo y el año. Figura 1. Distribución de pacientes según sexo. Figura 5. Distribución de pacientes según procedimiento realizado. Conclusión Figura 2. Distribución de pacientes según grupo etario. Figura 3. Distribución de pacientes por patología. 46 El tratamiento percutáneo de numerosas cardiopatías congénitas es posible y altamente eficaz; es un gran avance el poder corregir las lesiones intracardiacas sin cirugía lo que constituye una gran ventaja del cateterismo evitando así, los riesgos, inconvenientes y altos costos de la cirugía convencional, tanto para el paciente como hospitalario. (1,5) El cateterismo terapéutico ha reemplazado a la cirugía convencional en el tratamiento de cardiopatías congénitas y como alternativa en el tratamiento de algunas lesiones (2,4,5). Se encuentran en fase de experimentación clínica nuevas técnicas y dispositivos con resultados preliminares esperanzadores. Los perfeccionamientos futuros en técnicas y materiales auguran un brillante porvenir a este tipo de terapéutica, con lo que se garantizarán buenos resultados a un menor costo y menor morbimortalidad. (1,5) Dra. Theanny Brito M y col. Hay que tener en cuenta que estos procedimientos son invasivos y pueden presentarse complicaciones, aunque en muy raras ocasiones y estos son bien tolerados por la gran mayoría de los pacientes. (1,3,4) En nuestro estudio coincidiendo con estudios realizados tanto a nivel nacional como internacional, podemos observar el gran número de pacientes a quien se le pudo ofrecer una terapéutica segura y eficaz, con un tiempo de recuperación mínimo y con resultados excelentes, ya que en nuestro estudio no se presentaron complicaciones mayores, nuestros pacientes permanecieron un promedio de 48 a 72 h de estada hospitalaria disminuyendo con esto los altos costos para nuestra Fundación, fueron egresados en buenas condiciones generales, con medicación vía oral y citados para ser evaluados nuevamente por consulta externa en un periodo de 15 días y pudimos verificar que todos se encontraban en condiciones satisfactorias. Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 44-47 Referencias 1. Khambadkaone, S et al. Interventional Techniques. En: Elservier (ed.) Paediatric Cardiology. 3ra ed. Estados Unidos de América; 2010. p291-312 2. Park, MK. Procedimientos invasivos. En: Mosby, Inc. (ed.) Cardiología Pediátrica. 5 ed. Barcelona, España; 2008. p108-115 3. Seshadri N, Onald Moore J. Heart ‘ Diseases. En: Marban libros (ed.) Manual of cardio-vascular medicine. 6 ed. Estados Unidos de América; 2006. p1839-2349 4. García Fernández MA, Zamorano J. Procedimientos en ecocardiografía. 1 ed. Madrid. Mc. Graw-Hill Interamericana; 2004 5. Kreutzer J. Cateterismo Inervencionista en niños. En McGraw-Hill Interamericana (ed.) Cardiología Pediátrica. Colombia: 2003. p. 170-186. Por lo que podemos concluir por la experiencia en nuestro Servicio, que el cateterismo cardiaco es un procedimiento seguro, el cual ofrece a los pacientes un diagnóstico certero, un tratamiento eficaz de corta estadía hospitalaria, rápida recuperación y de bajo costo en comparación con una intervención convencional. 47 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 48-50 De Interés General SALUS MILITIAE Dra. Ingrid Nass de Ledo. Salus Militiae es la revista de Sanidad del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo” los que trabajan en él han aprendido en el transcurso de estos años a quererla y a saber divulgar y respetar su importancia; quizás la definición que aparece en la propia revista incrustada en las normas generales de publicación es la que resume su creación e inclusión en la literatura médica nacional y latinoamericana, citémosla textualmente: “Salus Militiae es el órgano de divulgación científica de Sanidad de las FFAA y del Hospital Militar “Dr. Carlos Arvelo”, su publicación fue autorizada por el Ministerio de la Defensa el 28-07-1965 mediante resolución EE-001073. La inclusión en ASEREME (Asociación de Revistas Biomédicas Venezolanas) y la Organización Internacional de Normalización de Publicaciones Científicas (ISSN-0036-3642) IMLA Y LILACS/ CD-ROM le da una relevancia considerable en el ámbito de las publicaciones nacionales”. Nuestra revista nace de aquel primer Coloquio Médico que se celebró en 1964 siendo el Dr. Fernando Rísquez I su Editor Fundador y quien le dio su nombre “SALUS MILITIAE” que traducida del latín significa “Salud Militares” (1) el Dr. Rísquez fue su Editor Principal hasta el año de 1977. En el primer volumen se hizo una historia de cada Departamento del Hospital y se señalaron las metas a alcanzar por cada una de las especialidades que conformaban el Hospital Central de las FFAA de aquel entonces; en el siguiente volumen se publicaron los trabajos más destacados producidos en aquellos primeros Coloquios de carácter íntimo; en los siguientes volúmenes la revista se ha caracterizado por su alto “índice de potencialidad “es decir por su fuente de innumerables artículos generados en nuestras Jornadas Científicas Nacionales (Coloquios Médicos) y los producidos en los diferentes Hospitales del área metropolitana y del resto del país, quienes se sienten dispuestos a colaborar con el único Hospital de Venezuela que tiene cincuenta años consecutivos realizando sus Jornadas Científicas. 48 Es imprescindible al recordar la historia de la revista nombrar al Dr. Luis Martínez I (nuestro Editor Emérito) quien también fue co-fundador de la misma y su Editor Principal desde el año de 1977 hasta 1990, el Dr. Martínez I se caracterizó por su perseverante labor en pro de nuestra publicación llevándola a ocupar un espacio importante dentro de la literatura médica nacional, ese lugar lo hemos conservado hasta nuestros días quienes desde el comité editorial continuamos con sus enseñanzas y ejemplo. También mencionaremos con orgullo a la señora Blanca Rojas de Kiss Secretaria de la revista desde el año de 1980, quien con su apoyo incondicional, motivación y trabajo continuo llevado en la mayoría de las ocasiones a traspasar la barrera de la eficiencia ha hecho posible que nuestra revista esté al día. Salus Militiae es de color amarillo el mismo que identifica a nuestra profesión, en su portada tiene un escudo descrito por el Dr. Luis Martínez I de la siguiente manera: es de forma cuadrilonga con la punta redondeada por su origen hispánico en proporción largo/ancho 6/5 terciado en palo, es decir dividido en tres partes o campos iguales por dos líneas paralelas, a los lados los lambequines representan telas en forma de hojas de acanto, debajo de la punta una cinta de papel o de pergamino (la divisa) con nuestra consigna, en el centro del escudo y llegando hasta los flancos la base y la punta se encuentra el Esculapio (Asclepio) (símbolo de la Medicina). Asclepio hijo de Apolo y Corónides criado por el centauro Quirón quien le enseñó el arte de curar enfermos, Asclepio llegó a tener tal habilidad que podía resucitar a los muertos, Zeus (Júpiter) lo fulminó con un rayo por sugerencia del Dios del Averno, asi se evitaría que rompiera el equilibrio del mundo. Zeus lo eternizó en el cielo en la constelación boreal de Serpentario y su estrella Alfa (1-3). Es oportuno recordar que el Caduceo (bastón de Apolo) tiene las alas que representan al Dios Mercurio (Hermes) mensajero de los Dioses, porque se dice que Apolo le cambió su bastón de pastor a Hermes por la lira, luego de Salus Militiae 2011;37 (1 y 2): 48-50 una disputa en donde el árbitro fue el Dios Zeus padre de ambos; este símbolo con dos serpientes lo usaban los antiguos griegos, lo llevaban los Heraldos y los embajadores como distintivo de su oficio y como marca de inviolabilidad personal porque era el símbolo de Hermes. El Esculapio alegoría de la medicina tiene una serpiente en recuerdo de Asclepio, las serpientes eran consideradas como el “renacer de la vida” porque cambiaban su piel y se consideraban como un símbolo longevo de los vínculos religiosos con la profundidad terrestre; el uso de esta figura quimérica fue olvidado durante muchos años hasta que el médico Thomas Linacre (1460- 1524) profesor de la universidad de Oxford, traductor de los tratados médicos griegos y médico de cámara de Enrique VIII (1491-1547) de la dinastía Tudor, lo utilizó en su sello personal con dos serpientes, a Enrique VIII le agradó tanto que ordenó que fuera obligatorio su uso por todos los médicos en la Inglaterra de sus tiempos, coincide este mandato del rey con la fundación del Royal College of Physisians (23-09-1518) de quien Linacre fue el primer presidente, de allí en adelante se difundió el uso del símbolo en los pueblos anglosajones y es el símbolo de sanidad en los EE.UU. Cierto es que el Caduceo con dos serpientes como aparece en nuestra portada, también lo utilizan los farmacéuticos y comerciantes, pero difiere del nuestro en sus orígenes, ellos son seguidores de “Hermes” (hijo de Zeus y de Maya la más joven de las pléyades) y los médicos lo somos de Apolo (hijo de Zeus y Leto, gemelo de la Diosa Artemisa) padre de Asclepio (4). Asclepio tuvo dos hijos varones: Macaón (el cirujano) poseedor de los dones de la habilidad y la destreza, y Podalirio (el internista) ambos aparecen en la Ilíada como héroes y médicos militares. Asclepio además de su asistente el enano Telésforo tuvo como colaboradoras a sus cinco hijas, nacidas de su esposa Epíone (La sanadora del dolor): Higia (higiene) Panacea (Farmacia) Yaso, Eglé y Aceso (curación). En los templos de sanación sus seguidores: los Asclepíades, practicaban una medicina religiosa “sin empirismo” en ocasiones interpretando los sueños, anotando sus observaciones en las “estelas” quizás las primeras historias médicas. La medicina de Asclepio y sus seguidores era integral, la practicaban por igual sus Sacerdotes y los Laicos (Periodeutas). Seguidor de esos ejemplos y consultante de las “estelas” fue Hipócrates lo hacía en el templo de Cos, después de él los médicos Laicos, Andariegos o Periodeutas llegaron a tener un ejercicio médico de carácter científico. Se dice que Galeno también sacó provecho de las lecturas de las “estelas” (2-4). La devoción de los griegos por Asclepio se tradujo en sus prácticas higiénicas, en los cuidados del alma y del cuerpo y en la suntuosidad de los templos destinados al Dios. Salus Militiae en su portada rinde culto a la historia de la Medicina. En el transcurso de los años la revista ha tenido dos presentaciones diferentes: hasta el año 1980, tenía un tamaño de 23 cm x 15,5 cm, hoy es de tamaño carta; nuestra revista también ha pasado por períodos “en los que su publicación no fue regular ” por una suma de factores que no vale la pena enumerar que con gran esfuerzo y orgullo se han logrado superar. En estos años de publicación de Salus Militiae la seriedad y el entusiasmo inicial se han mantenido en la medida en que se han ido incorporando miembros de nuevas generaciones, este entusiasmo es lo que ha hecho posible su calidad y continuidad histórica. Te invito amigo que me lees, a que reflexiones sobre nuestra historia, a que contemples nuestra portada y a que sientas el justo sentido del orgullo cuando se nos insta en los Coloquios “a presentar para publicar.” Salus Militiae es un estímulo para aquellos médicos internos, residentes y especialistas que trabajan con tesón en pro de una mejor Medicina para nuestros pacientes y el país. Grupo editorial de Salus Militiae a través de los años Editores Principales Dr. Fernando Rísquez Iribarren. (Editor Fundador, 1965-1971) Dr. Víctor Paredes M. (1971-1972) Dr. Luis Martínez Iturriza. (Editor Eméritus, 1972-1989) Dr. Oswaldo Zuloaga González. (Editor Eméritus, 1990-2003) Dr. Carlos Oberto M. (2003 hasta la presente fecha) 49 Salus Militiae 2012;37 (1 y 2): 48-50 Editores Asociados Dr. Luis Martínez I. (1966-1972) Dr. Víctor Paredes M. (1969-1970) Dr. Alberto Silva. (1970-1972) Dr. Oswaldo Zuloaga G. (1986- 1989) Dr. Federico Capriles S. (1987) Dr. Carlos Oberto Machado. (1988- 2002) Dr. Ciro Gaona Yáñez. (1988-2000) Dra. Ingrid Nass de Ledo. (1994 hasta la presente fecha) Dr. Guillermo Boggiano. (2001-2003) Dra. Virginia Salazar. (2007-2008) 50 Secretarias Sra. Elizabeth Roa Marlet. (1969-1970) Sra. Lucrecia Núñez G. (1972-1974) Sra. María Sol de París. (desde 1974-Bibliotecaria hasta 1979) Blanca Rojas de Kiss. (1980-1994) Referencias 1. Martínez IL. Nuestra portada (editorial).Salus Militiae 1989;14:3. 2. Historia de la Medicina. En: Zúñiga Cisneros M, editor. Caracas-Madrid: Ediciones Edime; 1960.p.109-126. 3. Pierre Grimal. Diccionario de la Mitología Griega y Romana. Barcelona, España: Ediciones Paidos; 1965. Asclepio: p.55566. 4. Pollak K. La medicina. En. Polak K, editor. Barcelona, España: Plaza y Janés; 1970.p. 109-148.