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2014 REVISTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA Ander Retolaza Balsategui. Cooperar para innovar. Mariasun Garay Arostegui, Verónica Pousa Rodríguez, Lucia Pérez Cabeza. La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma con la experiencia de recuperación de las personas con enfermedad mental grave. Patricia Insúa Cerretani, Marimar Lledó Sainz de Rozas. “Proyecto arRISKu MUGAN”. Materiales para la reducción de los riesgos asociados al consumo de drogas. José M. Villagrán, Ignacio Lara Ruiz-Granados, Francisco González-Saiz. El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: estudios empíricos y evaluación de la capacidad. Mercedes Serrano Miguel. “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental. David Lascorz Fierro, Eva Serrats Alabau, Bibiana Ruiz, Mª Jesús Córdoba, Joan Vegué Grilló. Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso Terapéutico-Rehabilitador. Fernando Lázaro Perlado, Elena Marín Díaz-Guardamino, Manuel Conde Rivas. Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: la amnesia epiléptica transitoria. A propósito de un caso. Jaime Gordo Sánchez. Pensamiento y límite en psicoanálisis. Álvaro Frías Ibáñez, Carolina Palma, Mireia Borrás, Judit Bonet, Carolina Becerra, Elena Aluco. Evaluación y tratamiento ambulatorio de la acumulación compulsiva en un paciente con patología del espectro psicótico. María Teresa Rosique, Carmen González de Vega, Teresa Sanz. Acompañamiento terapéutico: práctica y clínica en un hospital psiquiátrico. Javier Ramos García. Cuando despertó, la histeria todavía estaba allí. Globus hystericus en la hipermodernidad y relato de una psicoterapia. Juan Medrano. Boticarium. Kike. Historias de Algerión. PARA LEER ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA 123 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN Órgano de la A.E.N., fundada en 1924 Año 34, Julio - Septiembre, 2014 123 Junta Directiva AEN: Año 34, n.º 123. Julio - Septiembre, 2014 Director: Óscar Martínez Azumendi (Red de Salud Mental Bizkaia - Osakidetza, Bizkaia). Secretaria de Redacción: Nekane Sagasti Legarda (Hospital de Galdakao - Osakidetza, Bizkaia). Consejo de Redacción: Sergi Andrés Fradera (PIR Red de Salud Mental Bizkaia – Osakidetza, Bizkaia). Paz Arias García (CSM I. Gijón, Asturias). Alberto Fernández Liria (Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Madrid). Manuel Gómez Beneyto (Universidad de Valencia, Valencia). Irantzu González Llona (MIR Hospital de Basurto - Osakidetza, Bizkaia). Juan Francisco Jiménez Estévez (Hospital Universitario San Cecilio - Servicio Andaluz de Salud, Granada). Lola López Mondéjar (Psicoanalista. Escritora, Murcia). Iñaki Markez Alonso (Red de Salud Mental Bizkaia - Osakidetza, Bizkaia). Juan Medrano Albéniz (Salud Mental Álava - Osakidetza, Álava). Encarnación Mollejo Aparicio (Hospital Universitario del Sureste, Madrid). José Juan Uriarte Uriarte (Red de Salud Mental Bizkaia - Osakidetza, Bizkaia). Consejo Asesor: Yrjö O. Alanen (Finlandia); Tiburcio Angosto (Vigo); Víctor Aparicio (Oviedo); Enrique Baca (Madrid); Eduardo Balbo (Madrid); Germán Berrios (Reino Unido); José Miguel Caldas de Almeida (Portugal); Fernando Colina (Valladolid); Valentín Corcés (Madrid); Manuel Desviat (Madrid); Julián Espinosa (Madrid); Alberto Fernández Liria (Madrid); Juan Fernández Sanabria (Huelva); Ramón García (Valencia); José García González (Oviedo); Elena Garralda (Reino Unido); Onésimo González (Huelva); Manuel González de Chávez (Madrid); José Guimón (Bilbao) Rafael Huertas (Madrid); Nobuko Kobayashi (Japón); Alberto Lasa (Bilbao); Isaac Levav (Israel); Fernando Lolas Stepke (Chile); Fernando Marquínez (Bilbao); Odette Masson (Suiza); Federico Menéndez (La Coruña); Vicente Mira (Madrid); Marcos Pacheco de Toledo (Brasil); Tomás Palomo (Madrid); Francisco Pereña (Madrid); Pierre Pichot (Francia); Fabricio Potestad (Pamplona); Giuliana Prata (Italia); Luis Prieto (Madrid); Antonio Rey González (Valencia); Jaime Rodríguez Sacristán (Sevilla); Maria E. Ruiz de Velasco (México); Benedetto Saraceno (Italia); Jaime Szpilka (Madrid); J. Manuel Susperregui (Valladolid); Michele Tansella (Italia); G. H. Ten Horn (Holanda); Amalia Tesoro (Almería); Jorge Luis Tizón (Barcelona); J. Thierry Tremine (Francia); Ernesto Venturini (ltalia). Edita: Asociación Española de Neuropsiquiatría (www.aen.es). Magallanes, 1, sótano 2, local 4. 28015 Madrid, España. Tel. 636 725 599. Fax 918 473 182. correo-e aen@aen.es Página web: www.RevistaAEN.es Depósito legal: M. 17149-1981 ISSN: 0211-5735 Periodicidad: Trimestral / N.° ejemplares: 2.150 Maquetación: Cristina Díez Fernández Impresión: Imprenta Arenas. Ezequiel Aguirre 15. 48930 Las Arenas-Getxo (Bizkaia) Suscripción anual: incluido envíos (4 números): Socios: gratuita. No socios: España 100 € (la suscripción a la revista, si se acompaña de la hoja de solicitud de ingreso en la AEN, permite la incorporación plena como socio, con derecho al resto de publicaciones de la asociación y otros beneficios añadidos); Resto del mundo 120 €. Número suelto: 25 €. Suscripciones y números sueltos disponibles en: www.tienda-aen.es La Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría está incluida en los siguientes índices y bases de datos: Índice Médico Español (IME), Índice Bibliográfico Español en Ciencias de la Salud (IBECS), Índice Ciencias Sociales y Humanidades (ISOC), Centro Latinoamericano y del Caribe de Información en Ciencias de la Salud (BIREME/OPS/OMS), Latindex, Scientific Electronic Library Online (SciELO España), Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc), Dialnet, EBSCOhost, Plataforma Open Access de Revistas Científicas Electrónicas Españolas y Latinoamericanas - CSIC (e-revistas), Directory Open Access Journals (DOAJ), Psicodoc, Dulcinea, MEDicina en ESpañol (MEDES), Anuario de Publicaciones de Psicoterapia en Lengua Española - FEAP. Open Archives Initiative (OAI). Presidenta: Eudoxia Gay Pamos Vicepresidente: José Leal Rubio Secretario: José Carmona Calvo Vicesecretaria: Ana Moreno Pérez Tesorera: Amalia Tesoro Amate Director de Publicaciones: Óscar Martínez Azumendi Vocales: Natalia González Brito, Mikel Munárriz Ferrandis, Candela Santiago Alfaro. Presidentes de Asociaciones Autonómicas: Francisco del Río (Andaluza), Ana Martínez Calvo (Aragonesa), Paz Arias García (Asturiana), Catalina Sureda García (Balear), Francisco Rodríguez Pulido (Canaria), Deirdre Sierra Biddle (Cántabra), José María Redero San Román (Castellano-Leonesa), Juan A. Estévez Salinas (Castellano-Manchega), Francisco Villegas (Catalana), Alfonso García-Ordás (Extremeña), Iván de la Mata Ruiz (Madrileña), María José Lozano Semitiel (Murciana), Ana Sánchez Guerrero (Valenciana), Iñaki Markez Alonso (Vasco-Navarra). La REVISTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRIA es la publicación oficial de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) - Profesionales de Salud Mental. Dirigida a un público profesional en el ámbito de la salud mental, la Revista AEN considerará preferentemente para su publicación trabajos relacionados con la Psiquiatría, la Psicología y cualquier otro campo relacionado con la salud y enfermedad mental, recogiendo aportaciones de las ciencias médicas, psicológicas y sociales, básicas y aplicadas, así como desde otras áreas de la cultura que permitan entender mejor al ser humano y su funcionamiento desde una perspectiva no reduccionista. Sólo los autores son responsables de la opinión que libremente exponen en sus artículos. Los contenidos de la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría se encuentran bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 3.0 Unported por la que se puede compartir, copiar, distribuir, ejecutar y comunicar públicamente la obra, bajo las condiciones siguientes:- Atribución — Debe reconocer los créditos de la obra, es decir autoría y cita completa de su publicación, al menos la de su versión impresa. - No Comercial — No puede utilizar esta obra para fines comerciales. - Sin Obras Derivadas — No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra. Puede ampliarse esta información en http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/deed.es Para cualquier consulta sobre los números de esta revista, véase www.RevistaAEN.es Ilustraciones: Os sonos de Lucas Cranach. Fragmentos de un mural para una pared en una casa. María Carro Loos (mariaelchano@gmail.com). Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (123), 449-651. SUMARIO EDITORIAL Ander Retolaza Balsategui. Cooperar para innovar....................................................................... 451 ORIGINALES Y REVISIONES Mariasun Garay Arostegui, Verónica Pousa Rodríguez, Lucia Pérez Cabeza. La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma con la experiencia de recuperación de las personas con enfermedad mental grave ............................................................... 459 Patricia Insúa Cerretani, Marimar Lledó Sainz de Rozas. “Proyecto arRISKu MUGAN”: Materiales para la reducción de los riesgos asociados al consumo de drogas............................. 477 José M. Villagrán, Ignacio Lara Ruiz-Granados, Francisco González-Saiz. El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: estudios empíricos y evaluación de la capacidad.............................................................................................................................................. 491 Mercedes Serrano Miguel. “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental .............................................................................................................................. 507 David Lascorz Fierro, Eva Serrats Alabau, Bibiana Ruiz, Mª Jesús Córdoba, Joan Vegué Grilló. Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso Terapéutico-Rehabilitador .................................................................................................................................... 521 Fernando Lázaro Perlado, Elena Marín Díaz-Guardamino, Manuel Conde Rivas. Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: la amnesia epiléptica transitoria. A propósito de un caso .............. 539 Jaime Gordo Sánchez. Pensamiento y límite en psicoanálisis .................................................... 559 NOTAS CLÍNICAS Álvaro Frías Ibáñez, Carolina Palma, Mireia Borrás, Judit Bonet, Carolina Becerra, Elena Aluco. Evaluación y tratamiento ambulatorio de la acumulación compulsiva en un paciente con patología del espectro psicótico ................................................................................................................. 573 María Teresa Rosique, Carmen González de Vega, Teresa Sanz. Acompañamiento terapéutico: práctica y clínica en un hospital psiquiátrico ................................................................................. 583 Javier Ramos García. Cuando despertó, la histeria todavía estaba allí. Globus hystericus en la hipermodernidad y relato de una psicoterapia ............................................................................... 589 BOTICARIUM Juan Medrano. Boticarium .............................................................................................................. 599 MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES Kike, Historias de Algerión ......................................................................................................... 613 PARA LEER VV. AA., Libros ............................................................................................................................. 619 Juan Medrano, Documentos en la red .......................................................................................... 631 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN Manifiesto frente a la propuesta del gobierno de reforma del Código Penal. [2014]. La enfermedad mental no es delito ........................................................................................................................... 643 TABLE OF CONTENTS EDITORIAL Ander Retolaza Balsategui. Cooperate to innovate........................................................................ 451 ORIGINAL PAPERS AND REVIEWS Mariasun Garay Arostegui, Verónica Pousa Rodríguez, Lucia Pérez Cabeza. The relationship between self-reported cognitive functioning and self-stigma with the subjective recovery process in people with serious mental illness..................................................................................................... 459 Patricia Insúa Cerretani, Marimar Lledó Saínz de Rozas. “arRISKu MUGAN Project”: Materials aimed for reducing risks associated with drug use ........................................................................... 477 José M. Villagrán, Ignacio Lara Ruiz-Granados, Francisco González-Saiz. The shared decisionmaking process in the treatment of psychiatric patient: empirical studies and capacity assessment..................................................................................................................................... 491 Mercedes Serrano Miguel. Thinker’s Group: narratives and subjectivities around mental health ..... 507 David Lascorz Fierro, Eva Serrats Alabau, Bibiana Ruiz, Mª Jesús Córdoba, Joan Vegué Grilló. The residences for persons with Several Mental Disorder as a Therapeutic-Rehabilitation resource..... 521 Fernando Lázaro Perlado, Elena Marín Díaz-Guardamino, Manuel Conde Rivas. Clinical Neuropsychiatry of epilepsy: Transient epileptic amnesia. A case report................................. 539 Jaime Gordo Sánchez. Thought and limit in psychoanalysis...................................................... 559 CLINICAL CASE RECORDS Álvaro Frías Ibáñez, Carolina Palma, Mireia Borrás, Judit Bonet, Carolina Becerra, Elena Aluco. Evaluation and outpatient treatment of compulsive hoarding in a patient with psychotic spectrum disorder............................................................................................................................... 573 María Teresa Rosique, Carmen González de Vega, Teresa Sanz. Therapeutic accompainment: practice and clinic in a psychiatric hospital.................................................................................... 583 Javier Ramos García. Upon waking, hysteria was still there. Globus hystericus in hypermodernity and a psychotherapy case report ................................................................................................. 589 BOTICARIUM Juan Medrano. Boticarium .............................................................................................................. 599 ON THE VERGES OF PSYCHIATRY AND HUMANITIES Kike, Historias de Algerión ......................................................................................................... 613 FOR READING Books ........................................................................................................................................... 619 Juan Medrano, Documents on the Web ........................................................................................ 631 OFFICIAL ACTIONS Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (123), 451-455 doi: 10.4321/S0211-57352014000300001 EDITORIAL Cooperar para innovar. Ander Retolaza Balsategui El tiempo en el que vivimos es propicio para la venta de ideas de contrabando. Una de las más extendidas es la de que la confrontación competitiva es el elemento único o principal de toda mejora productiva. En última instancia, sería este factor, basado en la lucha por el predominio y la hegemonía, el que logra hacer triunfar a los proyectos mejores y más excelentes, arrinconando a las fórmulas obsoletas e incapaces de éxito. La sanidad, como bien sabemos, no es ajena a estos planteamientos. La salud mental tampoco. La idea de la superioridad universal de la lucha competitiva es inexacta y, como mínimo, está sobrevalorada incluso en el entorno de la empresa capitalista. La cooperación es tanto o más necesaria que la competencia. La industria del automóvil o la de la aviación son dos buenos ejemplos al respecto. Ambas están basadas en conglomerados o clústers cooperativos que se distribuyen o reparten aspectos del proceso productivo en aras a lograr una mayor eficiencia. Es cierto que también hay competencia, pero ésta se produce entre grandes asociados de empresas, no entre cada una de ellas y todas las demás. Son necesarias muchas iniciativas y elementos colaborativos para alcanzar la excelencia. No tiene sentido, por ejemplo, que un hospital se empeñe en competir con su sector asistencial de atención primaria en aras a mejorar la oferta comunitaria en salud. Este tipo de competencia solo serviría para arruinar el trabajo de ambos y favorecer a un tercero. Sin embargo, hay quien, probablemente de forma interesada, quiere llevarnos por ese camino. La sanidad moderna se basa en redes de asistencia. Conglomerados cooperativos diversificados con ofertas complementarias engarzadas entre sí como las piezas de un reloj. Más allá de la coordinación, la integración de servicios y programas es el futuro. En este ámbito la sanidad pública tiene una ventaja cultural -histórica- que no debemos desaprovechar. Hay que conseguir integrar servicios y ponerlos al alcance de nuestros pacientes. La mejor manera de salvar nuestro sistema sanitario público es organizar toda la atención desde la perspectiva de los usuarios y estructurar programas y servicios en torno a ellos, sus necesidades y las de sus familias (1). La competencia individualista es cara y poco resolutiva. A día de hoy tampoco es una alternativa para la sanidad privada. Frente a ella, un decidido planteamiento de salud pública permite una visión de la población a atender 452 EDITORIAL como un conjunto, ya que considera a los pacientes en su contexto económico y social. Esta visión proporciona, también, una mejor información sobre cualquier prevención posible (incluida la que deriva de la acción social) y permite visualizar los diferentes servicios y programas como piezas de un sistema. Además, facilita la eliminación de barreras para acceder a los servicios, favorece el trabajo en equipo y permite una perspectiva longitudinal, y no episódica, del trabajo asistencial. Finalmente, desde la perspectiva sanitaria pública, la relación coste/efectividad es considerada, de una manera socialmente más correcta, en términos poblacionales y no estrictamente individuales. La complejidad del actual conocimiento necesario para una buena praxis en el ámbito de la salud mental implica que diversos profesionales, desde diversas disciplinas, deben ejercer su tarea de una manera estructurada como un todo y debidamente coordinada. No existe una sola figura profesional o perfil de conocimiento único que se baste, por sí mismo, para dar cuenta del conjunto de prácticas necesarias para un adecuado desarrollo de la labor diagnóstica o terapéutica. Tampoco un lugar privilegiado al que le sea dado en exclusiva lo fundamental de esta tarea. A día de hoy se ha hecho evidente que es necesario organizar la praxis asistencial en una estructura reticular (una red de asistencia) en la que poder inscribir y poner en relación los distintos lugares, saberes, profesiones y prácticas indispensables para el ejercicio de una clínica ligada a un buen hacer. Allí donde es posible poner en marcha esta red, y -si la articulación de la misma logra ser funcional- debe de ponerse de manifiesto una mejora asistencial. También debe abrirse paso un nuevo campo para la innovación. En el ámbito de los trastornos mentales comunes es ya bastante importante la evidencia publicada en favor de la efectividad de los sistemas cooperativos de atención (2). También la de una adecuada organización escalonada de la asistencia, donde los asuntos más sencillos puedan ser respondidos de la manera más simple y natural posible y los más complejos con la respuesta específica del mejor nivel técnico. Se considera que hay tres aspectos a tener en cuenta en la búsqueda de una mejor eficiencia productiva: el primero es el incremento de la productividad de los operarios, que básicamente se consigue cuando éstos trabajan más y/o a menor precio; el segundo se basa en los avances tecnológicos y el último en las mejoras organizativas. Hace ya tiempo que los profesionales de la salud mental, como tantos otros, vivimos en un entorno de bajos salarios y empleo precario. Parece que, también los trabajadores sanitarios, somos competitivos, gracias a la devaluación interna presente en nuestro entorno. Un aspecto menos comentado de esta cuestión es que, una vez demostrada la efectividad del trabajo hecho por profesionales no médicos y sujetos a EDITORIAL 453 menores retribuciones, (como es el caso de la enfermería) se les acabará encargando a ellos una buena parte del trabajo que ahora mismo desarrollan los facultativos (3). En cuanto a las mejoras tecnológicas, Internet y el avance de las tecnologías de la información y comunicación han facilitado el desarrollo de sistemas de interconsulta a distancia, de alerta y seguimiento para aquellos pacientes que lo necesiten, así como de técnicas de psicoterapia on line o aplicaciones para móviles, algunas de las cuales ya tienen probada su efectividad. Aunque piedra de escándalo para algunos, este desarrollo era inevitable desde el momento en el que hay que poner la ayuda técnica al servicio de grandes sectores de población, donde una parte de la misma ni siquiera se acerca a los centros de salud a pesar de necesitar hacerlo. Pero, también y sobre todo, nos competen las reformas organizativas. No podemos seguir trabajando siempre de la misma forma y de una manera exclusivamente individualizada o especializada hasta el exceso. Estamos éticamente obligados a ofrecer a nuestros pacientes tratamientos efectivos y basados en evidencia y ésta -en la actualidad- apunta hacia la cooperación interprofesional y la integración de servicios. En el ámbito de los trastornos mentales comunes, la depresión constituye un ejemplo de libro al respecto y su caso está bien estudiado (4). Muchos especialistas en salud mental no acaban de asumir que el principal entorno asistencial en el que se observan y tratan los trastornos depresivos y otros trastornos mentales comunes es la Atención Primaria. Por otro lado, sabemos que este padecimiento afecta tanto a ciudadanos muy enfermos (depresiones graves) como a otros muy normales (trastornos adaptativos, depresiones leves) cuyos problemas se resuelven muchas veces de manera espontánea. Recordaremos, así, que en el caso de la depresión se dan varias e importantes circunstancias: -Su correcto abordaje afecta a estructuras hospitalarias y ambulatorias. -Afecta a áreas generalistas (Atención Primaria) tanto o más que a las especializadas (Salud Mental). -Requiere integrar procesos médicos generales y procesos centrados en los trastornos mentales (dada la frecuente comorbilidad de ambos). -Requiere integrar apoyo y ayuda social y socio-sanitaria con aspectos estrictamente sanitarios. -Requiere compaginar formación continuada y asistencia. Y finalmente requiere asesoría y apoyo desde la Salud Mental a la Atención Primaria. Hace falta más trabajo indirecto y de consultoría y menos asistencia directa a un gran grupo de pacientes. Hay que reconocer que, en la práctica realmente existente, los especialistas no tenemos mucho que ofrecer a gran parte de éstos o, cuando menos, no disponemos de tiempo y posibilidades reales de hacerlo con to- 454 EDITORIAL dos aquellos que, en teoría, lo precisarían. Muchos pacientes no consiguen acceder a tratamiento alguno. Hay una gran brecha entre la provisión de cuidados que debería ofertarse y la que realmente se produce. Los profesionales de la Salud Mental necesitamos una cura de humildad. Médicos de familia y enfermeras de Atención Primaria pueden ser tan efectivos o más que nosotros en el tratamiento de casos no graves. Por otro lado se acumulan pruebas que indican que ni los fármacos ni la psicoterapia reglada son más efectivos que el placebo en el tratamiento de las formas leves de depresión (5). Pero sí lo puede ser, por ejemplo, el ejercicio físico moderado (6). Y hay más: la consideración a fondo de la necesaria autonomía de las personas nos lleva, también, a pensar en quien acude a nosotros como un paciente activo y en la autoayuda como un objetivo deseable. Es preciso insistir: hay evidencia internacional cada vez más concluyente de que los modelos colaborativos e integrados son más eficientes (además de efectivos) en el tratamiento de los trastornos mentales comunes, especialmente en el ámbito de la depresión (2, 4). En las revisiones sistemáticas se vienen consensuando cuatro criterios para definir qué es un modelo colaborativo. En primer lugar debe haber un abordaje multiprofesional de los pacientes (que habitualmente incluye los niveles de Atención Primaria y especializada); en segundo lugar, debe haber un plan de manejo estructurado para la atención (un plan de atención integrado en sus diversos niveles); tercero, el seguimiento y evolución de los pacientes debe estar debidamente anotado y registrado estén donde estén estos pacientes; y, cuarto, deben de introducirse sistemas de mejora en la comunicación entre los profesionales. Son aspectos lógicos y, en teoría, sencillos de llevar a la práctica. Pero poco frecuentes de ver en la realidad asistencial que nos circunda. Todo apunta a que estamos en vísperas de una gran transformación en el área de los trastornos mentales comunes. Al menos ésta es muy necesaria y probablemente sobrevendrá, tanto por motivos de eficiencia económica como de equidad. Es más que probable que, en los próximos años, asistamos a cambios organizativos de envergadura en la asistencia pública a los trastornos de ansiedad y depresión, especialmente. Tenemos la oportunidad de influir y ser protagonistas de esos cambios en aras de promover un modelo más justo y eficiente. No lo desaprovechemos. También debemos recordar que todo ello debe de hacerse sin dejar de trabajar a diario con nuestros pacientes y con otros colegas que ejercen en servicios sanitarios o sociales. Hay que reconstruir y reformar el avión en pleno vuelo, sin que pierda sustentación y se venga abajo. Se trata de un reto de altura. EDITORIAL 455 Referencias (1) Thornicroft G, Tansella M. (2009) Better Mental Health Care. Cambridge University Press. (2) Archer J, Bower P, Gilbody S, Lovell K, Richards D, Gask L, Dickens C, Coventry P (2012). Collaborative Care for Depression and Anxiety Problems (Review). The Cochrane Library. Issue 10. (3) Casañas R, Catalán R, del Val JL, Real J, Valero S, Casas M (2012). Effectiveness of a psycho-educational group program for major depression in primary care: a randomized controlled trial BMC Psychiatry, 12: 230. (4) Gilbody S., Bower P (2011). Depression in primary care. Evidence and Practice. Cambridge University Press. (5) Barbui C, Cipriani A, Patel V, Ayuso-Mateos JL, Van Ommeren M (2011). Efficacy of antidepressants and benzodiazepines in minor depression: systematic review and meta-analysis. BJP., 198:11-16 (6) Conn, V S. (2010) Depressive Symptom Outcomes of Physical Activity Interventions: Meta-analysis Findings. Ann Behav Med. May; 39(2): 128–138. doi:10.1007/s12160-010-9172-x. ORIGINALES Y REVISIONES Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (123), 459-475. doi: 10.4321/S0211-57352014000300002 La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma con la experiencia de recuperación de las personas con enfermedad mental grave. The relationship between self-reported cognitive functioning and self-stigma with the subjective recovery process in people with serious mental illness. Mariasun Garay Arostegui a, Verónica Pousa Rodríguez b, Lucia Pérez Cabeza c. a Psicóloga clínica. Red de Salud Mental de Bizkaia. Osakidetza. España. bResidente de Psicología Clínica. Hospital Universitario de Basurto. Osakidetza. Bilbao, España. cPsiquiatra. Red de Salud Mental de Bizkaia. Osakidetza. España. Correspondencia: Mariasun Garay Arostegui (mariaasuncion.garayarostegui@osakidetza.net) Recibido: 10/09/2013; aceptado con modificaciones: 16/02/2014 RESUMEN: Se analizan las variables psicosociales intervinientes en el desarrollo del proceso de recuperación de las personas con trastorno mental grave focalizándose sobre aspectos subjetivos relacionados con la autopercepción. Se diseña un estudio descriptivo de series de casos transversales. La muestra está formada por 59 usuarios de dos Hospitales de Día de Salud Mental a los que se les aplicaron diversas escalas objetivas y subjetivas con el objetivo de revisar la interrelación entorno a la experiencia de recuperación; así se valoró su vivencia de recuperación, autoestigma, el insight cognitivo y la metacognición sobre el funcionamiento cognitivo y social, teniendo en cuenta los aspecto objetivables tales como aspectos clínicos, funcionales y sociales generales. Los resultados subrayan la importancia de factores perceptivos subjetivos y metacognitivos en el proceso personal de recuperación. Apuntan a la existencia de relaciones significativas entre el autoestigma y la recuperación. Se concluye que la sensación de estigma internalizado y la presencia de actividad psicótica redundan en una menor experiencia de recuperación. A su vez, las dificultades en las relaciones sociales y la percepción de quejas subjetivas sobre el funcionamiento cognitivo se asocian a una mayor sensación personal de autoestigma. Se considera la aplicación consecuente de estos hallazgos en el abordaje clínico. PALABRAS CLAVE: Esquizofrenia, recuperación, autoestigma, metacognición, insight cognitivo. ABSTRACT: In this study, we analyze the psychosocial variables involved in the development of the recovery process of people with severe mental disorders. This study aims to explore aspects related with subjective self-perception and the recovery process. The study had a descriptive cross sectorial design. The sample consisted of 59 participants recruited from two mental health day hospitals. Several objective and subjective scales were applied in order to review their relationship around the recovery experience, and to evaluated their experience of recovery, self-stigma, cognitive insight and metacognition on cognitive and social functioning. We also took into account objectified aspects such as clinical, functional and general social situation. The results underline the importance of subjective and metacognitive perceptual factors in the personal process of recovery. These results suggest the existence of a significant relationship between selfstigma and recovery. They conclude that the sense of internalized stigma and the presence of psychotic activity imply lower recovery experience. In turn, difficulties in social relations and the perception of subjective complaints of cognitive functioning are associated with greater personal sense of self-stigma. Finally we consider that these findings may be applied in the clinical management of people with severe mental disorder. KEY WORDS: Schizophrenia, recovery, self-stigma, metacognition, insight cognitive. 460 M. Garay, V. Pousa, L. Pérez ORIGINALES Y REVISIONES Introducción En los últimos años el abordaje de las personas con patología mental grave se ha orientado hacia el complejo y largo proceso de superación personal llevando consigo el incremento del análisis de los factores intervinientes en el mismo. El modelo defendido por Andresen et al. (2003) entiende la recuperación como la construcción personal de un proyecto de vida satisfactorio más allá de la evolución de sus síntomas o problemas. Son varios los componentes que intervienen en esta elaboración; el apreciar la esperanza y mantenerla, el restablecimiento de una identidad positiva, el encontrar un sentido a su existencia, y asumir el control sobre la enfermedad y la vida de uno (1, 2). Este trabajo se fundamenta en esta visión que recoge la perspectiva personal y se focaliza en valorar las percepciones subjetivas que subyacen a todo su entramado psicológico. Corrigan et al. defienden que la recuperación se asocia positivamente con medidas de vida exitosa tales como autoestima, empoderamiento y calidad de vida. También lo relaciona con el soporte social. Indica que tanto la calidad de vida como la recuperación correlacionan inversamente con la sintomatología y con la edad (3). Entre los factores que inciden en la recuperación personal se encuentra el estigma, tanto en su vertiente social como en su flanco más subjetivo, esto es, el estigma internalizado o autoestigma, aspecto este sobre el que en los últimos años ha aflorado un creciente interés. Se considera al estigma uno de los mayores obstáculos para la recuperación, dado que las consecuencias del autoestigma generan una pérdida de autoestima y autoeficacia que redunda finalmente en reticencias a la interacción (4). En un amplio estudio sobre el estigma en la comunidad de Madrid realizado por Muñoz et al. apreciaron que el aislamiento y el ocultamiento de la enfermedad se utilizan como estrategias ante el rechazo (5). El grupo que más ha aportado a la investigación sobre el estigma es el liderado por Patrick Corrigan que en distintas publicaciones ha ido proponiendo todo un modelo de funcionamiento del estigma internalizado. El Modelo Social-Cognitivo del Estigma internalizado (6) considera que el estigma internalizado se compone al igual que el estigma público de estereotipos, prejuicios y discriminación, destacando el papel de la identificación con el grupo estigmatizado. Las personas que sufren de enfermedad mental tienen prejuicios contra ellos mismos y tienden a estar de acuerdo con los estereotipos típicos que se asocian a la psicopatología. Explican que esta respuesta personal al estigma de la enfermedad mental se basa en las representaciones colectivas que actúan en esa situación, en la percepción de la legitimidad del estigma, y en la identificación de la persona con el grupo más grande de personas con enfermedad mental. En este contexto, queda patente la gran importancia del soporte social y grupo de referencia inmediato. La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma... ORIGINALES Y REVISIONES 461 Livingston y Boyd (7) realizan una de las revisiones internacionales más completas publicada hasta el momento sobre el estigma internalizado detectando que ninguna de las variables sociodemográficas estudiadas; sexo, edad, educación, empleo, estado civil, ingresos económicos y grupo étnico ha demostrado mantener una relación significativa con el estigma internalizado. Sin embargo, hallan que las variables psicosociales tales como esperanza, autoestima, empoderamiento, autoeficacia, calidad de vida, y variables sociales como apoyo social e integración social se relacionan significativamente y generalmente de manera inversa con el autoestigma. En relación a las variables psiquiátricas concluyen que hay una asociación negativa con la adherencia al tratamiento y positiva entre la severidad de los síntomas y el estigma internalizado. En Europa destaca el estudio GAMIAN-Europa (Global Alliance of Mental Illness Advocacy Networks) (8) que estudia los niveles de autoestigma, de resistencia al estigma y de discriminación percibida. Orientan a que las variables más relacionadas con el estigma internalizado son el autoestima/autoeficacia, empoderamiento, discriminación percibida, conocer y estar de acuerdo con el diagnóstico y un alto número de contactos sociales. Muñoz et al (9) plantean el Modelo Empírico Socio-Cognitivo Comportamental del estigma internalizado mostrando que las experiencias de discriminación tienen una relación positiva con el estigma internalizado y negativa con las expectativas de recuperación. Encuentran también que las expectativas de recuperación y el estigma internalizado modulan los resultados conductuales, tanto de funcionamiento social como de autonomía personal. Yanos et al (10, 11) exponen un modelo explicativo que profundiza en las relaciones entre el estigma internalizado, la recuperación y los resultados de las intervenciones. A los factores ya mencionados de sintomatología y autoestima incorporan la conciencia de enfermedad, desesperanza y el afrontamiento, apoyando la hipótesis de que el estigma internalizado aumenta los comportamientos evitativos y los síntomas depresivos. Varios trabajos avalan que la conciencia e interpretación de la enfermedad está relacionada con el autoestigma. La variedad de factores implicados en este proceso va generando una red compleja de interacciones y posibilidades que podría redundar en resultados paradójicos. Plantean que hay resultados contrapuestos respecto al peso de la conciencia de la enfermedad sobre la adherencia, la recuperación y la calidad de vida, y analizan lo que llaman “la paradoja del insight”, concluyendo que el insight acompañado de creencias autoestigmatizantes está relacionado con resultados negativos (12, 13). El reconocimiento de la enfermedad mental puede ser tanto una clave como un contratiempo para el proceso de la recuperación; es una llave hacia la recuperación en la medida que conduce al cumplimiento terapéutico y consecuente mejora clínica y social, pero la aceptación de la enfermedad 462 M. Garay, V. Pousa, L. Pérez ORIGINALES Y REVISIONES junto con la aceptación del estigma social asociado puede devenir en detrimento de la recuperación personal por su influencia en mermar la sensación de dignidad personal. Un análisis más matizado realizado por otros autores (14-15) concluye también que el autoestigma modera la asociación entre insight y los resultados, encontrando que los pacientes que tenían alto insight asociado con autoestigma alta tenían más sentimientos de desesperanza y peor funcionamiento social. Por otro lado, estos autores alertan que las personas que tienen un alto insight y alto autoestigma están en riesgo de sufrir experiencias de desmoralización, vivencia contrapuesta a la recuperación. Esta paradoja se resuelve analizando el impacto que tienen los significados que se da a la enfermedad. En el ámbito psiquiátrico se ha identificado el insight con la capacidad de reconocer que se padece una enfermedad, es decir, con la conciencia de enfermedad. Esta acepción de insight clínico comprende la percepción y aceptación de los trastornos y síntomas, sus consecuencias, la actitud hacia el tratamiento y el cumplimiento. Sin embargo, esta visión del insight no explica los mecanismos que subyacen a la vivencia de estas creencias. Beck et al. (16) proponen el enfoque de insight cognitivo ampliando el tradicional concepto de insight clínico. Ponen el énfasis en el “insight emocional”, que implica una suficiente comprensión para modificar creencias disfuncionales y la afectividad asociada así como las consecuencias conductuales de esas creencias, en contraposición al “insight intelectual” que se limita a la adecuada comprensión de los síntomas pero sin experimentar un cambio en el sistema delirante subyacente. En el “insight cognitivo” se acentuaría el mecanismo de evaluación y corrección de interpretaciones inadecuadas y creencias distorsionadas. El análisis de los componentes principales del constructo mostró una estructura de dos factores reconocibles como “autoreflexión”, relacionada con la capacidad y disposición a evaluar las propias producciones y la “autocerteza” referida a la sobreconfianza en la validez de las propias creencias. Riggs et al. (17) emprenden una de las investigaciones que más exhaustivamente estudia el insight cognitivo, tanto en población normal como en subtipos distintos de trastornos, concluyendo que el colectivo afectado con psicosis obtiene de manera significativa menores puntuaciones en autorreflexión e incrementadas en autocerteza respecto al colectivo normalizado. El funcionamiento cognitivo se encuentra habitualmente afectado en las personas diagnosticadas de esquizofrenia. En esta patología las áreas con mayor deterioro son principalmente la atención, la memoria, la velocidad de procesamiento y el funcionamiento ejecutivo. El deterioro cognitivo es uno de los principales predictores de funcionamiento psicosocial y parece tener una influjo importante en variables relevantes para el tratamiento como el insight y las estrategias de afrontamiento. En este sentido cabe destacar que la valoración subjetiva de los pacientes sobre su propio déficit, es decir, su percepción sobre los síntomas cognitivos La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma... ORIGINALES Y REVISIONES 463 constituye una variable relacionada con la calidad de vida y predice el deterioro sintomático. En su Modelo Teórico y Empírico del Insight Cognitivo Beck et al. sugieren una relación directa entre neurocognición e insight cognitivo encontrando que la memoria y el aprendizaje verbal están relacionados con la autocerteza, y la memoria de trabajo y función ejecutiva con la autorreflexión. Este modelo defiende que las limitaciones cognitivas referidas al déficit en el insight cognitivo, en el que se incluyen las quejas cognitivas, contribuyen al deterioro del insight clínico y al desarrollo de la productividad psicótica, orientado el pronóstico y los resultados en funcionamiento y calidad de vida. Plantean que ambos constructos, insight clínico y cognitivo se complementan. Los pacientes con mayor insight cognitivo son más propensos a vivir de manera independiente y a mantener una mejor calidad de vida, estando estos resultados también asociados con los síntomas. Este creciente interés en la última década por los aspectos subjetivos incluye el acercamiento a la metacognición. Existe un cierto acuerdo de que se trata de un proceso complejo y tridimensional que abarca la conciencia, monitorización (supervisión, control y regulación) y exploración de los procesos básicos. Las investigaciones sobre el insight clínico y metacognitivo o neuropsicológico son escasos y poco concluyentes, especialmente en lo referente a su relación mutua. El reconocimiento de la propia afectación cognitiva por parte de las personas con trastornos psicóticos juega un papel muy importante en los déficits residuales observados en las personas afectadas de esquizofrenia por su implicación en la adherencia a intervenciones de rehabilitación cognitiva y contribución en su funcionamiento general. Taste et al. (18) encuentran afinidad entre las quejas neurocognitivas y el insight cognitivo, de tal manera que el reconocimiento de dificultades cognitivas se relacionaba con una mayor tendencia a la autorreflexión y mayor crítica de la ideación extraña. No hay acuerdo en la literatura sobre la capacidad de las personas con trastornos psicóticos para concebir la dimensión de sus problemas cognitivos. Algunas investigaciones concluyen que las valoraciones subjetivas de los pacientes sobre sus habilidades cognitivas no corresponden con la evaluación objetivada mediante pruebas neuropsicológicas (19-23). Mientras que otros análisis avalan que sí existe autoreconocimiento de sus dificultades cognitivas (24-27). Esta divergencia de resultados podría ser debida a las diferencias metodológicas entre estudios dado que los instrumentos psicométricos empleados son dispares en extensión, exhaustividad e incluso en el contenido de lo analizado. Stip et al. (24) utilizan el SSTICS para valorar esta dimensión subjetiva y concluyen que hay correspondencia entre las quejas subjetivas y los déficits objetivados en el funcionamiento de atención y memoria, constituyendo una dimensión clínica importante del trastorno. Sugieren que los déficits cognitivos subjetivos son prevalentes en este trastorno y que pueden ser valorados de manera fiable. Defien- 464 M. Garay, V. Pousa, L. Pérez ORIGINALES Y REVISIONES den que las quejas subjetivas son un buen predictor de funcionamiento, adherencia a la medicación, empeoramiento de la sintomatología psicótica y reflejo del estado de bienestar. Junto a la mejoría de los síntomas, la prevención de recaídas y las discapacidades, la calidad de vida constituye una de las metas fundamentales en cualquier tipo de tratamiento. Aunque su delimitación conceptual no es siempre clara, se identifica más con la valoración subjetiva que la persona hace de su propia vida, en el contexto del sistema cultural en que vive y de sus expectativas e intereses personales El objetivo primordial de este trabajo es verificar la trascendencia de la percepción del paciente sobre sus procesos cognitivos y su relación con el proceso de recuperación, en especial valorando la preponderancia del autoestigma. Las revisiones aportadas encaminan a esperar que el peso del autoestigma en este proceso sea de gran importancia y de dirección inversa. Esto lleva a comprobar si se dan algunos resultados descritos en la bibliografía tales como explorar la relación entre el funcionamiento cognitivo objetivado y la percepción de cognición subjetiva y el insight cognitivo, la relación entre el insight cognitivo con el autoestigma y la recuperación. Se contempla el examinar de manera indirecta la relación entre calidad de vida y recuperación. Además de las variables sociodemográficas se tienen también en cuenta aspectos clínicos, funcionales y sociales, que aunque no son nucleares en nuestro examen interesa vislumbrar hacia donde apuntan y cómo quedan afectados. Material y Método Planteamos un diseño analítico descriptivo encaminado a explorar el tipo de asociaciones relacionales entre variables. El corte trasversal del estudio dificulta el proponer resultados concluyentes sobre posibles relaciones causales, aunque permite orientar la importancia predictiva de determinadas variables en el conocimiento del proceso de recuperación. Sujetos El análisis se llevó a cabo en dos hospitales de día de la Red de Salud Mental de Bizkaia del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza. La muestra estaba compuesta por 59 personas con diagnóstico de esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo que consintieron en participar en el mismo. En la tabla 1 se describe el perfil de la población valorada. La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma... ORIGINALES Y REVISIONES 465 Instrumentos Las variables sociodemográficas se analizaron mediante la información incluída en las historias clínicas de los casos incorporados. La valoración del estado global se llevó a cabo con la Escala HoNOS (Health of the Nation Outcome Scales). Se trata de un instrumento de medición desarrollado por la Unidad de Investigación del Royal College of Psychiatrists en el marco del Proyecto Health of the Nation del Departamento de Salud Británico, traducida y validada por Uriarte et al. (28). Está constituido por un conjunto de 12 escalas diseñadas para medir todo el rango general de problemas clínicos y comportamentales, de deterioro y sociales asociados a la enfermedad mental. La máxima puntuación posible es de 48; a mayor puntuación, mayor gravedad. La exploración neuropsicológica general del deterioro cognitivo objetivado se hizo mediante la Escala Breve para evaluar el Deterioro Cognitivo en Pacientes Psiquiátricos (Screen for Cognitive Impairment in Psychiatriy, SCIP) adaptada y validada (29). El SCIP proporciona una puntuación global de deterioro cognitivo objetivo mediante la evaluación del aprendizaje de palabras inmediato, memoria de trabajo, fluidez verbal, aprendizaje diferido y velocidad de procesamiento. La satisfacción con la calidad de vida se midió a través de la adaptación del EuroQol-5D, instrumento genérico de medición de la calidad de vida relacionada con la salud, empleándose únicamente la información cuantitativa del bienestar subjetivo global del paciente (0-100). Para el análisis del funcionamiento autónomo general de los pacientes a lo largo de un continuum de salud-enfermedad se usó la Escala de Evaluación de la Actividad Global (GAF) propuesta por la American Psychiatric Association. En cuanto a las escalas que evalúan los aspectos subjetivos y sus correspondientes constructos, se han administrado las siguientes: La valoración subjetiva de los síntomas psicóticos se realizó mediante la Escala Subjetiva para Investigar la Cognición en Esquizofrenia (SSTICS), en su traducción y adaptación de Soriano et al (30). Consta de 21 ítems sobre quejas cognitivas planteadas en el contexto de eventos diarios, divididos en los factores de dificultades relacionadas con la función ejecutiva, la memoria, la conciencia de esfuerzo, la vida diaria, la distracción y la vigilancia. La metacognición se estudió con la Escala de Metacognición Social para la Psicosis (GEOPTE). Empleamos únicamente la versión autoaplicada del paciente, compuesta de 15 ítems, 7 para funciones metacognitivas básicas y 8 para la metacognición social (31-32). El autoestigma experimentado se exploró con la adaptación de la Escala de Auto-Estigma (SS) de King realizada por Flores et al (33-34). Es una prueba de 28 ítems con una escala tipo likert que integra la discriminación, divulgación y aspectos positivos de la enfermedad mental. La subescala de discriminación contiene 466 M. Garay, V. Pousa, L. Pérez ORIGINALES Y REVISIONES reactivos que se refieren a las reacciones negativas de otras personas. La subescala de divulgación indaga sobre la vergüenza o el temor a divulgar o manejar la información acerca de la enfermedad para evitar la discriminación. Finalmente, la subescala de aspectos positivos determina cómo la gente acepta su enfermedad y muestra la forma en que los sujetos se perciben menos afectados por el estigma. A mayor puntuación total, mayor es el nivel de estigma internalizado, pues se invierten los items positivos. La medición subjetiva de la recuperación se llevó a cabo con la adaptación de la Recovery Assessment Scale (RAS-21), de la escala original de Corrigan et al. (35, 5). La escala se aproxima a la apreciación subjetiva de la recuperación a través de 24 items que han resultado del análisis factorial de la escala original que consta de 41 items. Los factores que conforman la escala son la confianza personal y esperanza, predisposición para pedir ayuda, orientación a la meta y al éxito, confianza en otros y no dominación por síntomas. Para una exploración del insight desde una aproximación cognitiva empleamos la adaptación y validación española de la Escala de Evaluación del Insight Cognitivo de Beck et al. (16, 36). Es una medida de autoregistro de 15 ítems que valora cómo los pacientes evalúan su propio juicio. Consta de dos dimensiones, Autoreflexión (9 ítems) y Autocerteza (6 ítems). Se obtiene así mismo un Índice compuesto de Insight Cognitivo como Reflexión-Certeza (IC=R-C) (resta de autocerteza a autoreflexión). Análisis estadístico Los datos se han procesado informáticamente mediante el paquete estadístico SPPSS, versión 20.0. En primer lugar, y con el objetivo de explorar las relaciones entre las variables se han utilizado los estadísticos Chi-cuadrado, t-student, ANOVA y correlaciones bivariadas (r de pearson o rho de Spearman) dependiendo de la naturaleza de las variables cuantitativas o cualitativas implicadas en la relación. Posteriormente se han complementado mediante la regresión lineal para analizar los factores asociados con las dos variables de mayor interés, la recuperación y el autoestigma, introduciendo en los modelos como variables predictoras aquéllas que en los análisis univariados habían mostrado alguna relación estadísticamente significativa con las variables criterio (recuperación y autoestigma). La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma... ORIGINALES Y REVISIONES 467 Resultados En la tabla 1 se muestran las características sociodemográficas de la muestra. Los resultados generales de medias y desviaciones típicas estadísticas obtenidas de las pruebas administradas se exponen en la tabla 2. En la tabla 3 se exponen los resultados correlacionales (Pearson) de las puntuaciones totales de las pruebas administradas. Tabla.1 Variables sociodemográficas Edad Media Sexo Estado civil Años de evolución Situación legal Alojamiento 43,64 años 80% hombres 85% solteros 90% >15 años 49% situación de protección jurídica 44% alojamiento protegido Tabla 2. Resultados de las Escalas Media D.t. Rango RAS-21. Escala de Recuperación 83,52 0,81 24-120 SS. Escala de autoestigma 52,54 16,32 0-112 SSTICS. Percepción de quejas cognitivas 26,88 15,00 0-84 EICB. Insight Cognitivo. Autorreflexión 13,29 5,32 0-27 EICB. Insight Cognitivo. Autocerteza 9,02 3,97 0-18 EUROQOL. Satisfacción Estado de Salud General 68,00 19,83 0-100 GEOPTE. Metacognición social 30,05 11,17 15-75 47,25 7,38 0-90 59,64 13,08 9,05 3,56 Variables subjetivadas Variables objetivadas GAF. Valoración de la Actividad Global SCIP. Screening cognitivo general HoNos Total. Estado general 0-48 468 M. Garay, V. Pousa, L. Pérez ORIGINALES Y REVISIONES Tabla3. Resultados correlacionales (pearson) entre las pruebas administradas 1. HONOS item 3 2. HONOS item 6 3. HONOS item 9 4. PT SCIP 5. PT GAF 6. PT SSTICS 7. PT GEOPTE 8. P. EICB Autorreflexión 9. P. EICB Autocerteza 10. PT SS King 11. PT RAS 12. PT Estado Hoy 1 2 3 4 1 ,100 -,082 -,116 -,211 -,234 -,111 -,280* -,054 -,039 ,117 -,083 1 ,164 -,025 -,185 ,015 -,096 -,073 ,254 -,121 -,327* ,220 1 ,021 -,044 ,082 ,266* -,072 ,162 ,281* -,331* ,073 1 -,154 ,021 ,080 -,135 -,008 ,144 -,202 -,041 5 6 1 ,034 1 -,020 ,647** ,237 ,289* ,035 -,104 -,088 ,406** -,019 -,193 ,039 -,337** 7 1 ,276* -,193 ,421** -,221 -,275* 8 9 10 1 ,143 1 ,162 -,146 1 -,137 -,014 -,367** -,025 ,092 -,348** 11 12 1 ,100 1 *. La correlación es significante al nivel 0,05 (bilateral). **. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). Variables sociodemográficas Recabados los resultados sociodemográficos encontramos que el sexo no se relaciona especialmente con ninguna variable a excepción del estado civil, siendo significativo el estatus de casada en las mujeres frente a los hombres, (rho= -0,402; p<0,05). En relación a las variables cronológicas, encontramos que la edad tiene una relación inversa con las puntuaciones en la escala GAF (r= -0,316; p<0,05) y la de autorreflexión (r= -0,317; p<0,05), y una relación inversa con mayores puntuaciones en el SCIP(r=-0,443; p<0,01). Las puntuaciones de la escala GAF se relacionan inversamente con la protección jurídica (rho= -0,501; p<0,01) y el soporte de alojamiento (rho= -0,300; p<0,05). Relación entre el funcionamiento cognitivo objetivo y la metacognición. En lo que atañe a la exploración del déficit cognitivo global no aparece relación entre los resultados de la SCIP con la SSTICS, ni con la GEOPTE. Sin embargo sí se muestra que subpruebas específicas del SCIP como la mejor fluidez (r=0,299; p<0,05) y habilidad visomotora (r=0,259; p<0,05) están relacionadas con una mejor tendencia a la autorreflexión. Las puntuaciones en la escala GEOPTE indican relaciones significativas de dirección positiva con la escala SSTICS y la escala SS, y negativas con la EUROQOL de tal manera que la mayor conciencia sobre las dificultades cognitivas propias y de interacción social, sale vinculada a la presencia de estigma internalizado y menor satisfacción con el estado de salud. De igual modo, los valores obtenidos en la escala SSTICS se relacionan inversamente con los obtenidos en la EUROQOL. La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma... ORIGINALES Y REVISIONES 469 Respecto a las puntuaciones en la escala EICB destaca la relación significativa de la subescala autorreflexión con el resto de variables subjetivas relacionadas con el examen del propio funcionamiento intelectivo, como el factor neurocognitivo de la escala GEOPTE y las quejas cognitivas de la escala SSTICS. No aparece relación con la puntuación global de la escala SS pero su subfactor de percepción de discriminación se relaciona positivamente con la autorreflexión (r=0,285; p<0,05). Respecto a las áreas que mide la HoNOS y su relación con las variables cognitivas, se aprecia que el consumo de tóxicos (ítem 3 de la escala HoNOS) se relaciona inversamente con la puntuación en autorreflexión, mientras que el ítem 9, referente a las relaciones sociales, se asocia significativa y positivamente con las puntuaciones en la escala GEOPTE. Variables asociadas con la experiencia de recuperación y con el autoestigma En los análisis univariados se pone de manifiesto que una menor puntuación en la escala RAS se asocia con puntuaciones más altas en la escala de autoestigma y con mayores puntuaciones en las áreas 6 y 9 de la HoNOS que hacen referencia a los problemas derivados de la presencia de delirios y alucinaciones y a los problemas en las relaciones sociales. Además, las puntuaciones en la escala RAS de recuperación se relacionan inversamente con el subfactor de presencia de déficit neurocognitivo de la escala GEOPTE (r=-0,280; p<0,05). No se aprecia relación entre los resultados de la escala RAS y la EICB de insight cognitivo. Por su parte, las puntuaciones en la escala SS que valora autoestigma aparecen vinculadas directamente con la escala SSTICS y GEOPTE, con significaciones a nivel de p<0,01. Mayores puntuaciones en la escala de autoestigma se asocian también a mayores problemas interpersonales de acuerdo a la valoración en el ítem 9 de la HoNOS, encontrándose una relación inversa con la puntuación obtenida en la escala de Calidad de Vida. Un análisis más exhaustivo a través de la regresión lineal señala dos factores que se asocian con mayores puntuaciones en la escala SS, es decir, con un mayor autoestigma: la puntuación en la escala SSTICS, percepción de dificultades cognitivas (β=0,385; T=3,269; p< 0,02) y el ítem 9 de la escala HONOS, los problemas en las relaciones sociales (β=0,25; T=2,119; p<0,03), que explican juntas el 22,7% de la varianza del autoestigma. Cuando se considera como variable criterio la puntuación en la escala de recuperación, la prueba de regresión lineal denota como variables predictivas al autoestigma (β= -0,412; T=-4,72; p<0,01) y la presencia de sintomatología psicótica (β=-0,376; T=-3,597; p<0,02), explicando el 27,4% de la varianza y mostrando que a mayor sintomatología productiva y estigma autopercibido, menor es la vivencia de recuperación. 470 M. Garay, V. Pousa, L. Pérez ORIGINALES Y REVISIONES Discusion Analizados todos los datos, los hallazgos más sobresalientes destacan entorno a la variable recuperación y la variable autoestigma, siendo estas, junto a la variable metacognición social, las que más interacciones relacionales establecen. La interpretación de los resultados apunta a que el proceso de recuperación personal queda negativamente influenciado por la sensación de autoestigma y presencia de actividad productiva, estando también asociado con las dificultades relacionales y con aspectos subjetivos tales como la percepción y atribución que se hacen de las dificultades cognitivas. Se desprende que el autoestigma queda afectado fundamentalmente por la calidad de las relaciones sociales y por la sensación de tener dificultades cognitivas, lo que concuerda con las conclusiones planteadas en el estudio GAMIAN (8) y de Muñoz et al. (9). Se relaciona también con los problemas en metacognición social y con la escasa satisfacción con el estado general de salud. Destacar que las puntuaciones obtenidas en autoestigma son inferiores a las citadas en la literatura. Dada la escasez de referencias sobre resultados estratificados nos dificulta contrastar, establecer relaciones y justificar determinados hallazgos. No encontramos respaldo para relacionar ni el autoestigma y ni la recuperación con la autonomía personal objetivada. En este último sentido merecería la pena utilizar pruebas de valoración funcional más específicas y mediciones que contrasten y recojan la percepción de los pacientes sobre esta área. Deteniéndonos en el rendimiento cognitivo objetivo, no se encuentra concordancia entre lo referido subjetivamente por los usuarios y su rendimiento en pruebas objetivas estandarizadas. Unicamente se apunta que a mejor rendimiento en las tareas que evalúan flexibilidad cognitiva y velocidad de procesamiento, mayor es la habilidad de autorreflexión. Por tanto, se obtienen resultados similares a los referidos en la introducción (19-23). Estos desencuentros pueden ser explicados por varias razones; pudiera ser que el tamaño muestral y la especificidad del colectivo cribado; con problemática abigarrada y multivariada, muchos años de evolución, pueda estar influyendo en la ausencia de hallazgos en esta dirección. También esta circunstancia condiciona la extrapolación de estos resultados. Podemos atribuirlo también a condicionantes metodológicos ya apuntados en relación a los escasos estudios sobre las variables cognitivas subjetivas hechos con pruebas heterogéneas, y también atribuibles a la disparidad en las pruebas de detección del déficit objetivo. De hecho las pruebas de valoración neuropsicológica elegidas simplemente cubren un tanteo general del estado cognitivo por lo que no son sensibles ni muy específicas. Sería preciso establecer una batería de pruebas cognitivas más exhaustiva y diversa para profundizar en este sentido. Como tendencia de observación también se puede tener en cuenta que una de las áreas que La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma... ORIGINALES Y REVISIONES 471 no valora el SCIP es la función ejecutiva, aspecto ampliamente relacionado con el insight y por tanto, no solo con resultados funcionales sino también con subjetivos. No aparece ninguna relación significativa entre autocerteza y las funciones cognitivas valoradas por el SCIP, ni tampoco entre esta última y la metacognición social. Ello sugiere la existencia de otras variables moduladoras que estarían interviniendo en la percepción de la cognición social. Podría explicarse por un mecanismo de adaptación a su situación cotidiana ritualizada en el que se suplen y compensan o no precisan de habilidades cognitivas que aparecen deficitarias en las pruebas cognitivas que redundaría en no experimentar carencia de las mismas. Por tanto, se hace fundamental entender estos resultados de una manera ecológica y contextual, y explorar también la sensación subjetiva de autonomía personal. Para algunos investigadores estos resultados discordantes están ligados al hecho de que los sujetos de este colectivo presentan problemas relacionados con la conciencia de enfermedad o insight. En este análisis el insight clínico no ha sido valorado por lo que esta atribución no es defendible, pero sí se ha tenido en cuenta la elaboración que realizan sobre su propio pensamiento. En primer lugar, resulta relevante que sí se encuentra concordancia interna entre todas las pruebas que evalúan dimensiones subjetivas como metacognición básica, metacognición social, autorreflexión y quejas cognitivas. Es importante tener en cuenta este dato, ya que nos muestra que los resultados encontrados no son un artefacto metodológico sino que son un reflejo de una autopercepción coherente y estable. Queda respaldada la relación del insight cognitivo con el resto de variables autopercibidas, acordando con lo planteado inicialmente y avalando la consistencia de tales impresiones (18). A pesar de que parece que la sensación subjetiva respecto al rendimiento cognitivo es independiente de los resultados objetivos, hay asociación entre la alteración objetiva de las interacciones relacionales y la percepción de deterioro de las capacidades cognitivas sociales en ellas implicadas, pues la mayor dificultad relacional apreciada desde el juicio clínico y la deficitaria metacognición social salen vinculadas directamente. Siguiendo los datos aportados se comprueba la gran relevancia que en este análisis tiene la relación social. La importancia moduladora de las relaciones sociales ha aparecido altamente relacionada con el autoestigma, especialmente con la sensación de discriminación, apuntando a lo que plantea las tesis de Corrigan. En el planteamiento inicial de este estudio no se consideraba la variable social como un aspecto nodal y por ello no se valoró más que a través de la impresión clínica desde el ítem 9 de la escala HoNOs. Dada la trascendencia de este factor y los resultados obtenidos merecería tenerse en cuenta en posteriores investigaciones de una manera más central y valorada por pruebas más específicas, tanto objetivas como subjetivas. No se detecta asociación entre la satisfacción con el estado de salud y la recuperación, sin embargo el bienestar percibido sí se relaciona con la ausencia de 472 M. Garay, V. Pousa, L. Pérez ORIGINALES Y REVISIONES quejas subjetivas cognitivas y de deterioro social, y con la falta de estigma internalizado. Esto último está en consonancia con los resultados de Livinston y Boyd (7). Consideraciones para la práctica clínica Los resultados denotan la importancia crucial que tiene la percepción y atribuciones que realizan los pacientes sobre sus dificultades cognitivas como elementos clave para afectar a la internalización de determinadas ideas, sentirse estigmatizados y consecuentemente entorpecer su proceso de recuperación. Esto deriva en que, tal como lo defienden varios autores citados (10, 26), será preciso priorizar el abordaje de estos aspectos en la práctica clínica. Tal como defiende Kurvic et al. (37), la baja orientación a la recuperación y el autoestigma incrementado podrían socavar la alianza terapéutica independientemente del efecto perjudicial del pobre insight clínico, comprometiendo cualquier desarrollo terapéutico. En la mayoría de las entrevistas estructuradas asistenciales se obvia la valoración de la experiencia subjetiva, lo cual es preciso reconsiderar dado el ascendente que las variables subjetivas tienen como expresión de vivencias personales y como facilitadoras de la implicación en el proceso terapéutico. Es fundamental atender las variables subjetivas cognitivas relacionadas con la cognición social, el insight y el estigma internalizado para ayudar a encaminar el proceso de recuperación de una persona. Se considera que el insight cognitivo es un buen marcador para el pronóstico porque alude a la capacidad de reflexionar, pudiendo ser un indicador del insight emocional del que nos habla Beck, salvando la disociación entre lo que se aprende a contestar en relación con la enfermedad y lo que se siente realmente. El proceso de rehabilitación psicosocial deberá contemplar propulsar la red social de la persona como proveedora de grupo identitario de referencia y trasmisora de habilitación y cultura libre de estigmatización, con objeto de mejorar la autoestima, la autoeficacia y la calidad de vida. Esto atañe también al ámbito profesional en el que se desenvuelve, máxime cuando para muchas personas con enfermedad mental grave de larga evolución este suele ser el medio relacional con el que más interaccionan. Es por ello que se hace necesario revisar el nivel de orientación de los servicios hacia la recuperación y la actitud de los profesionales. Quedan significadas algunas de las facetas sobre las que es preciso focalizar la atención terapéutica con objeto de capacitar y contribuir a la superación del autoestigma para promover el camino hacia la recuperación. La relación entre la percepción subjetiva del funcionamiento cognitivo y el autoestigma... ORIGINALES Y REVISIONES 473 BIBLIOGRAFÍA (1) Andresen, R., Oades, L., & Caputi. The experience of recovery from schizophrenia: towards an empirically validated stage model. Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 2003; 37, 586–594. (2) Shepherd G, Boardman J.& Slade M. Haciendo de la recuperación una realidad. Sainsbury Centre for Mental Health, 2008. (3) Corrigan P.W. Recovery as a Psychological Construct. Community Mental Health Journal, 1999; Vol. 35, No. 3. 231-240. (4) Manrique Gálvez E., Bravo Alba F. Estigma y cognición social ; estrategias para promover el cambio personal y social. Revista de Psiquiatría y Salud Mental. Hermilio Valdizán, JulioDiciembre 2004; Vol. V. Nº2, pp 3-16. (5) Muñoz M., Pérez-Sants E., Crespo M., Guillén A.E. Estigma y enfermedad mental. Editorial complutense, 2009. (6) Corrigan P.W., Watson A. The Paradox of Self-Stigma and Mental Illness. Clinical Psychology: Science and Practice, March 2002; Volume 9, Issue 1, pages 35–53. 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Escuela Universitaria de Trabajo Social. VitoriaGasteiz, España. a Correspondencia: Patricia Insúa Cerretani (patricia.insua@ehu.es) Recibido: 13/08/2013; aceptado con modificaciones: 09/02/2014 RESUMEN: Introducción: El Proyecto “arRISKu MUGAN” ha sido diseñado por las autoras en 2010, desde el Servicio de Psicología Aplicada de la UPV/ EHU, con el apoyo de la Dirección de Drogodependencias del Gobierno Vasco, la MILDT1 y los municipios de Irun, Hondarribia, Oiartzun y Hendaya y basándose en las conclusiones del estudio “Consumo de alcohol y otras drogas a ambos lados del Bidasoa. Diagnóstico y propuestas de actuación” (1). Material y método: A través de una metodología de investigación-acción, se inicia un proceso de dinamización social, que más allá de realizar valoraciones consultivas, pretende crear grupos de trabajo que puedan tomar decisiones que afecten al espacio transfronterizo, y al consumo de alcohol y otras drogas en sus zonas de ocio y tiempo libre. En el proyecto se implican profesionales de la salud mental, jóvenes y hosteleros/as, con el objetivo de reducir los riesgos asociados al consumo de alcohol y otras drogas. Resultados: Se diseñaron materiales de prevención selectiva tanto en francés como castellano y euskera, para su distribución en bares y discotecas. Se trata de una colección de posavasos, que conforman un póster con un diseño tipo puzzle. Conclusiones: El proyecto se planteó como un plan de intervención a medio-largo plazo, con continuidad en el tiempo, lo que exige el compromiso de las Instituciones y los agentes sociales de la zona. Palabras clave: Prevención selectiva, Drogas de abuso, Reducción de riesgos, Participación social, Jóvenes. 1 ABSTRACT: Introduction: The “arRISKu MUGAN” project was designed by the authors, who are attached to the Psychology Applied Service of the UPV/EHU in 2010, with funding from the Drug Dependence Office of the Basque Government, MILDT and the municipalities of Irun, Hondarribia, Oiartzun and Hendaye, and it is based on the findings of the study “Consumption of alcohol and other drugs on both sides of the Bidasoa River. Diagnosis and proposals for action” (1). Material and method: Through the methodology of research-action, a process of social dynamization starts, which beyond realizing consultative valuations, it tries to create working groups that could take decisions that concern the cross-border space and the consumption of alcohol and other drugs, in their zones of leisure and free time. In the project there are involved professionals of mental health, young people and alcohol servers and owners, with the aim to reduce the risks associated with the consumption of alcohol and other drugs. Results: The selective prevention materials created were designed for their distribution in bars and nightclubs, and consist of a series of 9 beer mats with information in French, Spanish and Basque, on reducing the risks associated with the consumption of alcohol or other drugs. A full collection of these beer mats makes up a poster with a puzzle-type design. Conclusion: The project was conceived as a medium to long-term plan, with continuity over time, and needs the participation and involvement of the Institutions and the social partners in the area. Key words: Selective Prevention, Street Drugs, Risk and Harm Reduction, Social Participation, Young adult. Mission Interministérielle de lutte contre la drogue et les conduites addictives Agradecimientos Las autoras agradecen la colaboración de los dueños y trabajadores de Café Irún, Decibelia, Zona Límite, Street End, Bar Manolo, Cheers, The Corner y Truck que participaron en las reuniones de trabajo. Asimismo, agradecen a todos los profesionales de prevención y asistencia en drogodependencias de ambos lados de la frontera (Osakidetza / SVS, Bizia - Medícins du Monde, AGIPAD, Askagintza, ANPAAG4, ARIT, ZUBIA, Collège Irandatz, ARSA y Hôspital Inter Communal de la Côte Basque) que revisaron los materiales y a los y las jóvenes que realizaron los grupos de discusión. El diseño de los materiales fue financiado por diferentes Instituciones: el Gobierno Vasco (a través de la Dirección de Drogodependencias), la Mildt (a través de la Asociación Bizia-Medecins du Monde) y los Ayuntamientos de Irún, Hondarribia y Oiartzun, a través de un contrato con el Servicio de Psicología Aplicada de la UPV/EHU. 478 P. Insúa, M. Lledó ORIGINALES Y REVISIONES Introducción El estudio “Consumo de alcohol y otras drogas a ambos lados del Bidasoa. Diagnóstico y propuestas de actuación” (1), reveló que los espacios en los que con mayor frecuencia se realizan consumos de alcohol y otras drogas y las conductas de riesgo asociadas, son los lugares de ocio que habitualmente frecuenta la juventud (bares, discotecas, etc.), junto a las “lonjas” o “locales” en el País Vasco (2), y su equivalente en el Estado francés, los “garajes”. Estos son los lugares en los que, según las conclusiones de distintos estudios, se hacía necesaria una intervención preventiva y de reducción de los riesgos asociados al consumo (3-5). Asimismo, el trabajo realizado mostró que la información que maneja la población (tanto la joven que está de fiesta en dichos espacios, como la adulta –sus padres, madres, educadores, etc.–), dista muchas veces de estar basada en la evidencia científica, y se apoya en criterios morales a los que la juventud, en general, es refractaria (6-8). Esta realidad, no desconocida pero sí objetivada, es la justificación sobre la que se apoyó la realización de una serie de materiales preventivos y de reducción de los riesgos asociados al consumo de alcohol y otras drogas, basados en la evidencia científica, para jóvenes que alternan en dichos espacios de ocio. Partiendo de que los riesgos en el uso de drogas dependen de múltiples factores relacionados tanto con el estado de ánimo y el estado físico, como con la cantidad consumida, las mezclas realizadas, el lugar de consumo, etc. (9), y entendiendo que en cualquier consumo se asumen ciertos riesgos para la salud, se acordó dirigir la propuesta de reducir las consecuencias negativas del consumo de sustancias, tanto hacia las personas que consumen drogas, como hacia aquellas con las que éstas se relacionan en los espacios de ocio (8, 10-12). La idea es compartir momentos, tanto de diversión como de reducción de riesgos, y transmitir el mensaje de que si alguien no se cuida por sí mismo/a, puede hacerlo por su amigo/a, su novio/a, su compañero/a de viaje, buscando aumentar el apoyo y la comunicación entre los pares, siguiendo diferentes modelos de intervención comunitaria en salud (8, 13-15). Así, se pensó en el diseño y distribución de posavasos informativos en los locales en los que el consumo se realiza: bares de copas, discotecas, etc. En estos lugares se trabaja en conexión inmediata con jóvenes que consumen, por lo que también es importante la formación dirigida a propietarios y trabajadores/as de dichos locales (15, 6). Implementar el proyecto en un espacio fronterizo, en la frontera o muga (en euskera) entre el Estado español y francés, exige también que se tenga en cuenta el contexto cultural en el que se producen los consumos y los riesgos asociados a él. La persona al pasar la “muga”, está bajo otra Administración sanitaria, política, judicial, etc., y esta realidad, generalmente obviada por la cercanía y relaciones de “Proyecto arRISKu MUGAN”: Materiales para la reducción de los riesgos asociados... ORIGINALES Y REVISIONES 479 vecindad, supone diferentes consecuencias que deben ser señaladas y conocidas (17-18). Así, el proyecto “arRISKu MUGAN” surgió de la necesidad social de hacer frente a los riesgos asociados al consumo de drogas en los espacios de ocio transfronterizos, teniendo en cuenta las afinidades y diferencias políticas, culturales y sociales de la población objetivo de intervención. Esta característica es la que ha motivado e impulsado este proyecto y la que lo hace original y único. El nombre arRISKu MUGAN, ideado por las autoras, hace referencia al juego semántico que se deriva de ambas palabras en euskera y su traducción al español (“el riesgo en la frontera”/”en la frontera del riesgo”) y a la similitud ortográficofonética entre “riesgo”, “risk”, “risque” y “arrisku”, que hace que se comprenda en cualquiera de los idiomas que coexisten en este espacio. Los materiales se han diseñado para ser repartidos en castellano, euskera y francés, lo que da muestra de la complejidad cultural que el proyecto tuvo que tener en cuenta. A su vez, y como manera de evitar los mensajes directivos en los que la conducta es orientada desde arriba, este material pretende permitir la reflexión de la población destinataria, en la confianza de que reducir riesgos implica empoderamiento y responsabilidad en el autocuidado (8, 18). El proyecto “arRISKu MUGAN” se plantea como un proyecto de investigación-acción, considerando el desarrollo de un Modelo Lógico, un Plan general de implementación y diferentes planes de acción (1: “Participación activa del personal de hostelería”, (2: “Participación activa del grupo de jóvenes”, y 3: “Participación activa del grupo de profesionales expertos en drogodependencias”) (19-21), teniendo en cuenta que: a) Debe ser un proyecto con base comunitaria, en cuyo diseño participen hosteleros/as con locales de ocio y diversión, profesionales que intervienen en drogodependencias en el espacio transfronterizo, y jóvenes que alternan en los municipios de Irún, Hondarribia y Oiartzun. Éstos últimos serán, además, la población destinataria final. b) Estará basado en los principios de la Reducción de riesgos y daños asociados al consumo de drogas (5, 22). c) Los mensajes utilizados deben ser directos, concretos y basados en la evidencia científica, haciendo especial hincapié en conseguir mensajes que puedan generar debate entre los distintos grupos de personas y plantear el proyecto como una herramienta privilegiada para una campaña de comunicación más amplia. Despertar la curiosidad a través de un mensaje específico, es cada vez más difícil de lograr en la “sociedad de la atención” en la que vivimos. Por tanto, para conseguir captar la atención, los mensajes han de ser novedosos, originales, con capacidad de provocar y estimular el interés (23). 480 P. Insúa, M. Lledó ORIGINALES Y REVISIONES Teniendo en cuenta la cantidad de información disponible actualmente sobre el tema drogas-drogodependencias, es importante seleccionar los contenidos a transmitir, así como el método, de forma que la población objetivo no se vea saturada. Objetivos El objetivo general ha sido crear materiales de prevención selectiva para la reducción de los riesgos asociados al consumo de alcohol y otras drogas en los contextos festivos y de ocio a ambos lados del Bidasoa, para jóvenes, adecuados a la evidencia científica, que puedan ser posteriormente distribuidos en hostelería. Como objetivos específicos, el estudio se ha planteado: a) Impulsar el espacio transfronterizo, teniendo en cuenta su especificidad, como lugar estratégico para la prevención selectiva del consumo de alcohol y otras drogas. b) Promover la participación de todos los agentes sociales implicados en dicho espacio (hosteleros, jóvenes, y profesionales que intervienen en drogodependencias a ambos lados de la frontera), en el diseño y elaboración de los contenidos de los materiales, desde una metodología de trabajo comunitario. c) Crear un material común para la población joven de ambos lados de la frontera entre los Estados francés y español, rompiendo mitos transmitidos generacionalmente, de cara a unificar los mensajes de prevención selectiva y reducción de riesgos, y diseñar estrategias de acción conjuntas. Material y Método Una vez revisada la bibliografía sobre las intervenciones en contextos de ocio (10-12,18) y realizada la valoración de necesidades específicas (1), se eligió como elemento central de prevención selectiva, el posavasos, elemento habitual en hostelería y relacionado con la venta de alcohol, considerándolo el canal a través del cual se pretende establecer la relación entre el emisor y el destinatario. El hecho de que el personal de hostelería sea quien lo ofrecería junto con la bebida, convierte a este colectivo en parte activa en la transmisión de las ideas de prevención. Así, el acto se convierte en mensaje (24). Se planteó que cada posavasos hiciera referencia a un aspecto relacionado con los riesgos que se asumen al consumir, unido a referencias de la música y la “Proyecto arRISKu MUGAN”: Materiales para la reducción de los riesgos asociados... ORIGINALES Y REVISIONES 481 literatura española, euskalduna y francesa, que permitan inferir los significados que se pretende transmitir con la información científica. A través de esta forma de discurso analógico, se aumenta la potencia comunicativa, ya que la referencia literaria permite hacer llegar a la población lo que se dice y lo que no se dice, el texto y el contexto (25-26), a la vez que saca el discurso del consumo de drogas de lo marginal, legitimando que las personas compartan no sólo las drogas y la fiesta, sino también la cultura. En primer lugar, y como base para el trabajo definitivo, se realizó un primer borrador de los materiales (9 posavasos), previa revisión de la literatura sobre ocio nocturno y los últimos informes de la Comisión Clínica de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (27-31), con el fin de asegurar que los contenidos teóricos incluidos en cada uno de los posavasos, tuvieran la evidencia científica que los sustente. En la medida en que cada uno de los posavasos giraba en torno a un tema concreto (comorbilidad (32-33), agresividad ligada al consumo de drogas (30-31,34), riesgos asociados a la conducta sexual (35-36), efectos de las mezclas de sustancias (27-31), legalidad y uso de drogas a ambos lados de la frontera (37-38), etc.) se buscó el apoyo bibliográfico que sustentaba las afirmaciones que en ellos se vertían. Posteriormente, y teniendo en cuenta cada uno de los Planes de acción diseñados como componentes del Programa global, se encadenaron una serie de acciones para la coordinación del trabajo comunitario (19-20,39) tanto con representantes de hostelería, como con profesionales que intervienen en drogodependencias a ambos lados de la frontera, como con jóvenes que comparten espacios de ocio y tiempo libre en la zona transfronteriza. Para el Plan de acción 1: “Participación activa del personal de hostelería” y a través del contacto con representantes de las Asociaciones de hosteleros/as de la zona, se ha llegado a dueños, encargados y trabajadores de diferentes establecimientos de hostelería y de ocio nocturno, y se ha podido promover la concienciación frente al problema del consumo de alcohol y otras drogas, a pesar de la cierta disonancia cognitiva que se creaba al pensar en disminuir los riesgos del consumo entre quienes viven de la venta de alcohol. El trabajo ha partido de la necesidad de establecer y concretar las posibilidades realistas de hacer prevención y reducción de riesgos en estos locales, clarificando y consensuando el tipo de implicación al que se compromete cada uno/a a la hora de poner en marcha acciones concretas. Asimismo, y como forma de reforzar su participación y dar garantía al proyecto, se ofreció formación específica y asesoramiento continuado sobre el tema al personal de hostelería implicado. Estas personas, dueñas de establecimientos de ocio, actuaron como grupo de “expertos/as”, participando activamente en el proceso de diseño, creación y mejora de los materiales del Programa. Para el Plan de acción 2: “Participación activa del grupo de jóvenes” se organizaron diferentes grupos de discusión entre jóvenes que alternan en el espacio 482 P. Insúa, M. Lledó ORIGINALES Y REVISIONES transfronterizo, con el fin de evaluar los materiales elaborados, coordinados por alumnas del Practicum de la Facultad de Psicología de la UPV/EHU, supervisadas por las autoras. Los/as participantes han contribuido con sus opiniones a la mejora del formato y del lenguaje empleado. Para el Plan de acción 3: “Participación activa del grupo de profesionales expertos en drogodependencias” se invitó a participar a profesionales de la prevención y la atención a las drogodependencias de ambos lados de la frontera, tanto de Servicios públicos y concertados como de Asociaciones que, en Francia, llevan la mayor parte de la atención y la prevención en adicciones. Se organizaron diferentes grupos de trabajo, que permitieron validar el contenido científico incluido en los mensajes, introduciendo también propuestas de mejora. Resultados a) Del Plan de acción 1: “Participación activa del personal de hostelería” Si bien en un principio las personas que accedieron a participar en el proyecto, expresaron sus reservas con respecto al impacto de las campañas en la conducta de sus clientes, señalando que les parecía más adecuado trabajar en los Centros educativos, desde el trabajo grupal comprendieron la necesidad de su participación dentro de un proyecto más global. Se realizaron 3 grupos de trabajo de 3 horas de duración cada uno, con 10 dueños de bares de noche y discotecas de la zona, que han dado como resultado del proceso participativo, las siguientes sugerencias: a) Que el proyecto global se presente en algún macroevento musical, aunque no fuera en la zona transfronteriza, antes que en los bares y discotecas, de forma que se rompa la identificación entre bares/discotecas y consumo de drogas. b) Que se negocie algún tipo de beneficio no económico (por ejemplo, la presencia de taxis por las noches para evitar que se conduzcan coches particulares, la disposición de autobuses interurbanos por la noche, la ampliación (media hora más) de la hora de cierre por la noche, o las actuaciones discretas de los efectivos policiales en aparcamientos, locales y zonas de bares, disuasorias del consumo/ venta/etc. de sustancias, evitando los dispositivos “de película”). c) Que los contenidos de los posavasos no incluyan información lesiva para sus intereses económicos. El personal de hostelería recibió información básica acerca de los contenidos científicos, de cara a poder explicarlos a la clientela, en caso de ser consultados sobre los mismos. En este sentido, sus propuestas finales plantean: “Proyecto arRISKu MUGAN”: Materiales para la reducción de los riesgos asociados... ORIGINALES Y REVISIONES 483 1. Que se incluya en los posavasos una dirección de Internet desde la cual quien lo desee, pueda completar la información que presentan. 2. Que se incentive a quienes consulten la web, con el sorteo de un regalo apetecible (un teléfono móvil, una tableta, etc.). 3. Que se incorpore en algún posavasos, información sobre los riesgos del botellón, y sobre las ventajas de consumir dentro de los bares (seguridad, higiene, etc.). 4. Que otros comerciantes que venden alcohol y tabaco (supermercados, tiendas, estancos, etc.), participen también en el proyecto. Además, se plantea que los posavasos puedan estar plastificados, de manera que sean más funcionales en los locales, evitando que se estropeen si se mojan y aumentando su atractivo para ser coleccionados. Se propone incluir tarjetas de plástico de fidelización (tipo tarjeta de crédito), con el nombre del Programa de un lado y las frases literarias del otro, y en el color del posavasos en cuestión (ver tabla 1). Tabla 1. Criterios de mejora establecidos en el Plan de acción 1. a) b) c) d) e) f) Seis criterios de mejora establecidos por el grupo de hosteleros Evitar el estereotipo de que bares y discotecas son lugares asociados al consumo de drogas. Evitar que la información ofrecida sea lesiva para sus intereses económicos. Incluir beneficios no económicos como forma de incentivar la participación. Añadir una dirección web, a la cual acudir para completar la información. Promover el uso de esta información, a través de la entrada en un sorteo desde la propia web. Crear un sistema que haga visible la fidelización al proyecto. b)Del Plan de acción 2: “Participación activa del grupo de jóvenes” Se realizaron 3 grupos de discusión de 3 horas de duración cada uno de ellos, con 10 jóvenes cada uno y las aportaciones propuestas han tenido que ver, fundamentalmente, con la necesidad de simplificar el lenguaje utilizado manteniendo la información científica. La opinión general sobre el proyecto ha sido muy positiva. Los/as jóvenes, además, han propuesto la realización de un póster con los contenidos teóricos del reverso de los posavasos (no sólo de las caras que contienen las citas literarias), ya que ello permitiría leer todos los contenidos, y promoverlos como material coleccionable. Por otra parte, se ha sugerido que los posavasos se dejen al alcance de todas las personas, sin que tenga que ser el personal del bar el que lo facilite. Sus conclusiones más relevantes se señalan en la tabla 2 (ver tabla 2). 484 P. Insúa, M. Lledó ORIGINALES Y REVISIONES Tabla 2: Criterios de mejora establecidos en el Plan de acción 2. Siete criterios de mejora establecidos por el grupo de jóvenes a) b) c) d) e) f) g) Simplificar el lenguaje. Reducir la cantidad de texto. Introducir datos estadísticos de impacto realista. Incluir información más específica que general, en cuanto a las drogas y su consumo. Eliminar expresiones ambiguas. Evitar mensajes que puedan incitar al consumo, de forma no intencionada. Incluir información sobre los recursos existentes en caso de tener problemas con el consumo de drogas, así como en caso de buscar más información. c) Del Plan de acción 3: “Participación activa del grupo de profesionales expertos en drogodependencias” Se realizaron 4 grupos de trabajo de 4 horas de duración cada uno, con entre 15 y 21 profesionales, uno de los cuáles fue monográfico sobre los materiales diseñados. Entre las principales aportaciones recogidas en las reuniones realizadas con el grupo de profesionales expertos, se pueden señalar la pertinencia de ofrecer información complementaria a la ofrecida en lo posavasos, la utilización de un lenguaje cercano pero que no banalice la información científica, y la necesidad de destacar el teléfono de Emergencias, para que se recuerde dónde llamar en caso de necesidad (ver tabla 3). Tabla 3. Criterios de mejora establecidos en el Plan de acción 3. Ocho criterios de mejora establecidos por el grupo de profesionales a) b) c) d) e) f) g) h) Incluir la dirección de una página web asociada, en la que se pudiera encontrar información complementaria. Utilizar un lenguaje compartido con los/as jóvenes pero que no banalice la información científica. Editar los materiales en cada uno de los tres idiomas del espacio transfronterizo. Utilizar citas literarias propias de las diferentes culturas que conviven en el espacio transfronterizo y no traducirlas. Incluir el teléfono de Emergencias. Incluir en la página web asociada al proyecto, juegos, sorteos, concursos. Distribuir los posavasos de forma progresiva, asociando campañas municipales que refuercen los mensajes a nivel comunitario. Implicar a Centros comerciales y supermercados en la publicidad del proyecto. “Proyecto arRISKu MUGAN”: Materiales para la reducción de los riesgos asociados... ORIGINALES Y REVISIONES 485 Discusión El proyecto “arRISKu MUGAN”, está compuesto finalmente por 9 posavasos en español, euskera y francés con diferentes mensajes relacionados con los riesgos asociados con: a) conducir bajo los efectos del alcohol u otras drogas; b) la vulnerabilidad genética para la adicción; c) la mezcla de sustancias; d) las prácticas sexuales bajo el efecto del alcohol u otras drogas; e) la agresividad secundaria al consumo de drogas; f) la responsabilidad de los amigos/as en el abuso de sustancias; g) consumir alcohol u otras drogas como respuesta ante el estrés; h) la adicción en general; i) las consecuencias jurídicas derivadas del consumo de alcohol u otras drogas y sus diferencias en los dos Estados transfronterizos (ver figuras 1 y 2). Son muchas las posibilidades que ofrece este proyecto, resultado de un trabajo comunitario enfocado hacia la reducción de riesgos asociados al consumo de drogas, para la zona fronteriza del Bidasoa, por sus particularidades culturales, sociales y políticas. Se apoya en el fuerte interés que ha despertado el tema en todos los agentes sociales de la zona, y está respaldado por la alta motivación hacia su puesta en marcha, y por el contenido y el diseño de los materiales, de alta calidad, consensuado por todos los agentes comunitarios representativos. Se destaca la importancia de unir los materiales que se distribuyen en las zonas de ocio, con otros de acceso más íntimo y privado, como son las páginas web, en las 486 P. Insúa, M. Lledó ORIGINALES Y REVISIONES cuales cada persona puede detenerse en contenidos más específicos. Así, se valora la necesidad de que el material vaya asociado a una URL, desde la cual se pudiera acceder a más información. Dicha página web debería estimular a los/as jóvenes para aumentar sus conocimientos sobre las drogas y la reducción de los riesgos asociados a su consumo, basados en la evidencia científica, a través de dinámicas, juegos, concursos, sorteos, etc. Se valoró que la página web asociada debería ser la del Gobierno Vasco y por eso en el diseño final se incluyó la URL correspondiente. Desde la perspectiva comunitaria, los agentes sociales que han participado en la evaluación del material, deberían participar también de forma activa en el mantenimiento de dicha página web, por lo que se debería crear un mecanismo de valoración permanente de la misma. Este tipo de Programa se beneficiaría de una distribución progresiva de los materiales, ya que la aparición de los 9 posavasos de forma invasiva en los espacios de ocio y tiempo libre, implicaría perder información importante por saturación. Así se sugiere que la aparición de cada posavasos pudiera ir acompañada de algún acto público reflejado en la prensa local, la radio o la televisión, de forma que el mensaje llegue de forma más amplia a la población. Además, se considera interesante que desde cada municipio se pudieran realizar actividades concretas, con cada uno de los temas que se tratan en los posavasos, llevadas a cabo por técnicos de los Ayuntamientos participantes. “Proyecto arRISKu MUGAN”: Materiales para la reducción de los riesgos asociados... ORIGINALES Y REVISIONES 487 Los tres objetivos específicos que se plantearon en el proyecto ArRISKu MUGAN se han conseguido, y la evaluación realizada de cada uno de los Planes de acción (40) ha demostrado su adecuación y coherencia con el objetivo general. Asimismo, las consideraciones transversales para todos los programas de prevención de drogodependencias recomendadas por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA) en sus estándares de calidad (41), han sido tenidas en cuenta; de tal manera que se puede considerar al proyecto arRISKu MUGAN un proyecto sostenible, comunitario, que tiene en cuenta la formación de quienes participan en él, y que ha cuidado en todo su desarrollo cumplir con los principios éticos exigibles en la prevención de drogas. Las autoras no han podido ser artífices del lanzamiento público del programa y de la distribución de los posavasos en los bares y discotecas del espacio transfronterizo, al depender ambas acciones de Instituciones públicas ajenas a la Universidad. BIBLIOGRAFÍA (1) Insúa P, Lledó M. Consumo de alcohol y otras drogas en los contextos festivos a ambos lados del Bidasoa. Diagnóstico y propuestas de actuación. 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Villagrán (jmaria.villagran.sspa@juntadeandalucia.es) Recibido: 28/08/2013; aceptado: 09/02/2014 RESUMEN: Existe investigación empírica sobre experiencias de decisión compartida en salud mental, preferentemente en depresión y esquizofrenia, y algo menos en adicciones. La evidencia disponible a partir de los estudios llevados a cabo en los últimos años muestra que esta práctica mejora la calidad de las decisiones y parece efectiva en el proceso decisorio (aumenta el conocimiento y la participación, favorece una mayor congruencia con los valores y preferencias del paciente), aumentando, generalmente, la satisfacción del usuario. Sin embargo, existe escasa o mínima evidencia acerca de su eficacia sobre indicadores de resultados de salud. Uno de los elementos claves de los procesos de decisión compartida es la determinación de la capacidad del paciente para tomar la decisión clínica en cuestión. Se trata de un juicio clínico que posee un papel relevante en el difícil equilibrio entre autonomía y beneficencia/no maleficencia en la atención sanitaria. Así, una adecuada evaluación de la capacidad de tomar decisiones del paciente debe servir para proteger ambos principios y evitar dos tipos de errores: por un lado, el soslayar injustificadamente la autonomía del paciente para salvaguardar su bienestar; por otro, el injustificable respeto a su autonomía al precio de su bienestar. Palabras clave: toma de decisiones, psiquiatría, tratamiento, ética, capacidad. ABSTRACT: There is empirical research on shared decision making in mental health, above all in depression and schizophrenia, and somewhat less in addictions. Studies carried out in recent years produce evidence showing that it improves the quality of decisions and it seems to be effective in decision making (increased knowledge and participation, promotes greater consistency with the patient values and preferences), increasing user satisfaction mostly. However, there is tiny evidence of its effectiveness on health outcomes. One of the key elements of shared decision-making processes is the determination of the patient’s capacity to make the clinical decisions in question. This is an assessment that has a core role in the delicate balance between autonomy and beneficence / non-maleficence in health care. Thus, a proper assessment of the capacity of the patient to make decisions might be useful to protect both principles and to avoid two types of errors: first, to ignore unjustifiably the patient autonomy to safeguard their welfare, and secondly, the unwarranted respect for their autonomy for the price of their welfare. Key words: decision making, psychiatry, therapeutics, medication adherence, ethics, mental competency. 492 J.M. Villagrán, I. Lara, F. González-Saiz ORIGINALES Y REVISIONES 1. Estudios empíricos sobre la aplicación del proceso de decisión compartida (PDC) en salud mental. La práctica clínica suele implicar la instauración de un tratamiento individualizado tras un adecuado proceso diagnóstico. El momento previo a la intervención terapéutica supone la adopción de una o más decisiones en la que el paciente debe implicarse de forma activa. Se ha apuntado que los procesos de decisión compartida (PDC) en la atención sanitaria podrían constituir un nuevo y prometedor marco para configurar la relación médico-paciente del siglo XXI, una vez asumidas las críticas a la organización de la atención sanitaria actual y la subsiguiente desconfianza de los ciudadanos con la profesión médica. En los últimos años se han publicado exhaustivas revisiones sobre investigación sobre PDC y salud mental (1-2), especialmente en pacientes con trastornos depresivos y trastornos mentales graves (preferentemente, esquizofrénicos) y, en menor medida, en drogodependientes. A continuación se analizan los trabajos más relevantes. 1.1. Depresión Von Korff et al (3) compararon, en un ensayo aleatorizado, dos estrategias de intervención en pacientes depresivos atendidos en atención primaria que respondían a tratamiento inicial pero con alto riesgo de recaída. El programa de prevención de recaídas, de 12 meses de duración y que incluía, entre otros elementos, múltiples sesiones de PDC, produjo un mayor efecto, aunque de magnitud moderada, sobre los síntomas depresivos y, consecuentemente, sobre algunas medidas de discapacidad, pero no arrojó diferencias en tasas de recaídas al año con el grupo control de cuidados rutinarios. Loh et al (4), por su parte, realizaron un ensayo aleatorizado por clusters para estudiar el efecto de una intervención con PDC en más de 400 pacientes depresivos. Al cabo de las 6-8 semanas de seguimiento, el grupo de la intervención mostró una mayor participación en la toma de decisiones y una mayor satisfacción con la atención recibida que el grupo control. Sin embargo, no se encontraron diferencias en cuanto a la gravedad de los síntomas depresivos. 1.2. Adicciones Joosten et al, (5) llevaron a cabo un ensayo aleatorizado por clusters en el que estudiaron los efectos de una intervención que incluía PDC en 220 pacientes hospitalizados con dependencia a sustancias psicoactivas. Durante los 3 meses de seguimiento, el grupo de pacientes que recibió la intervención mostró una disminución significativa del consumo de sustancias y de la severidad de los síntomas psiquiátricos. El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: ... ORIGINALES Y REVISIONES 493 1.3. Esquizofrenia. A mediados de los 80, Bradford et al (6) publican un estudio en el que analizan el proceso de decisión en pacientes con trastornos mentales graves (preferentemente trastornos del ánimo, si bien ninguno diagnosticado de esquizofrenia). Concluyeron que una mayor severidad del trastorno se asociaba con mayor conflicto decisorio, menor nivel de confianza en la decisión, mayor nivel de irracionalidad en la decisión y mayor alteración del proceso de información. Bunn et al (7) publican un estudio en el que exploran el PDC en una muestra de 94 pacientes esquizofrénicos ambulatorios estabilizados, focalizado en la opción de continuar o no con el tratamiento antipsicótico depot. Previamente a la toma de decisión, se les proporcionó a los pacientes información sobre pros y contras de continuar o discontinuar esta pauta. El 87% (82 pacientes) de la muestra decidió continuar en la terapia, mientras que el 10% (9 pacientes) se mostró indeciso. Únicamente 3 pacientes decidieron dejar el tratamiento depot. Se compararon ambos grupos respecto del conflicto en la toma de decisión, la autoeficacia percibida sobre la misma, el apoyo emocional para tomarla y la percepción de los riesgos y beneficios, encontrándose diferencias significativas entre ambos grupos en el sentido de un mayor conflicto decisorio y una menor autoeficacia y apoyo emocional en la decisión, además de menores expectativas de hospitalización si se discontinuaba el tratamiento y menos expectativas de beneficios y mayores de efectos secundarios si continuaban con el tratamiento en los indecisos. A pesar de sus limitaciones (no existencia de grupo control, alta proporción de pacientes continuadores, posiblemente influida por el tipo de paciente), este estudio canadiense fue el primero en evaluar el PDC en pacientes esquizofrénicos. Malm et al (8), mediante un ensayo clínico aleatorizado con 84 pacientes esquizofrénicos ambulatorios, compararon dos programas terapéuticos basados en la comunidad. Al cabo de dos años, el programa que incluía entre sus intervenciones el PDC mejoraba significativamente la función social y producía una mayor satisfacción del usuario. Van Os et al (9) estudiaron la utilización de una intervención aislada, dirigida a pacientes esquizofrénicos y sus psiquiatras, que favorecía la decisión compartida (2-COM, listado de 20 necesidades comunes). Se aleatorizaron 134 pacientes esquizofrénicos entre un grupo que recibía el cuidado habitual y un grupo con esta intervención. Los que se asignaron a ésta, expresaron una mejoría estable en la comunicación médico-paciente y cambios inmediatos en el manejo de la medicación, en comparación con el grupo control. Hamann et al (10) publicaron el primer ensayo clínico aleatorizado sobre la aplicación del PDC en pacientes esquizofrénicos hospitalizados. Se comparó la aplicación de este modelo con el cuidado habitual en una muestra de 107 pacientes esquizofrénicos en fase aguda que habían sido hospitalizados en 12 unidades 494 J.M. Villagrán, I. Lara, F. González-Saiz ORIGINALES Y REVISIONES de hospitales estatales de Munich, Alemania. A todos los pacientes asignados el grupo PDC se les pudo aplicar el modelo. Los pacientes asignados a este grupo obtuvieron un mejor conocimiento de su enfermedad y una mayor implicación en la toma de decisiones que los del grupo control, aunque este último efecto fue disminuyendo con el tiempo. Así mismo, se mejoró la actitud hacia el tratamiento y se favoreció la participación en actividades de psicoeducación e intervenciones socioterapéuticas. El seguimiento de estos pacientes a los 6 y 18 meses tras el alta no arrojó diferencias entre los grupos en cuanto a cumplimiento con el tratamiento (en ambos fue pobre), aunque sí una tendencia favorable al grupo PDC en cuanto a tasa de rehospitalización. Curiosamente, aquellos pacientes con mayores expectativas de participación y mayor deseo de autonomía reingresaron más frecuentemente. Una posible explicación de los datos es que la intervención, administrada en una sola ocasión, “tan pronto como fue posible”, tuvo un efecto escasamente duradero y poco determinante en un tratamiento a largo plazo, mientras que una intervención con varias sesiones de refuerzo y una orientación especialmente a esos pacientes con altas expectativas de participación, podrían haber mejorado los resultados (11). En un ensayo aleatorizado por clusters, Priebe et al (12) estudiaron el uso de una intervención a través de ordenador (DIALOG) para estructurar las interacciones médico-paciente con respecto a la calidad de vida y las necesidades de cuidados cada 2 meses durante un año. Se aleatorizaron 134 clínicos de 6 países entre esta intervención y el tratamiento habitual y se incluyeron más de 500 pacientes esquizofrénicos o con trastornos relacionados. Los pacientes adscritos al grupo experimental expresaron una mayor calidad de vida subjetiva, un menor número de necesidades no cubiertas y una mayor satisfacción con el tratamiento en un año que los del grupo control. Recientemente, Hamann et al (13) realizaron un estudio en el que 61 pacientes esquizofrénicos ingresados en agudos fueron aleatorizados entre recibir entrenamiento en PDC o entrenamiento cognitivo. Los primeros mostraron mayor preferencia por participar y mayor deseo de responsabilizarse en las decisiones terapéuticas, lo que se mantuvo a los 6 meses. Por contra, se mostraron más escépticos ante el tratamiento y fueron percibidos por sus psiquiatras como “más problemáticos”. Finalmente, Woltmann et al (14) condujeron un diseño aleatorizado por clusters en el que evaluaron el uso de un sistema electrónico de apoyo a la decisión en tres unidades de salud mental comunitaria. Un total de 20 gestores de casos fueron asignados aleatoriamente entre el grupo de intervención y un grupo control con tratamiento habitual. Ochenta pacientes gestionados por ellos, en su mayoría esquizofrénicos o con trastornos afectivos graves, fueron asignados a los mismos grupos que sus gestores. Los gestores del grupo experimental se mostraron significativamente más satisfechos con el proceso de planificación de cuidados, mientras que El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: ... ORIGINALES Y REVISIONES 495 los usuarios de este grupo mostraron un mayor recuerdo del plan de cuidados tres días después de la sesión de planificación que los del grupo control. Sin embargo, entre los usuarios de uno y otro grupo no hubo diferencias significativas en cuanto a la satisfacción. Como conclusión, la evidencia disponible a partir de los estudios empíricos llevados a cabo en los últimos años, muestra que la aplicación de PDC en salud mental mejora la calidad de las decisiones y parece efectivo en el proceso decisorio. Específicamente aumenta el conocimiento y la participación, observándose una mayor congruencia con los valores y preferencias del paciente, así como una cierta satisfacción del usuario. Sin embargo, existe escasa o mínima evidencia acerca de su eficacia en medidas de resultados de salud, precisándose estudios a largo plazo que exploren esta relación (15). 2. La cuestión de la capacidad en la decisión compartida Uno de los elementos claves de los procesos de consentimiento informado y decisión compartida es la determinación de la capacidad del paciente para tomar la decisión clínica en cuestión. Se trata de un juicio que el clínico lleva a cabo a partir de datos de entrevistas exploratorias y que, como todo juicio clínico, tiene carácter inferencial, probabilístico. Este juicio del clínico posee un papel relevante en el difícil equilibrio entre autonomía y beneficencia/no maleficencia en la atención sanitaria. Así, una adecuada evaluación de la capacidad de tomar decisiones del paciente debe servir para proteger ambos principios y evitar dos tipos de errores: por un lado, el soslayar injustificadamente la autonomía del paciente para salvaguardar su bienestar; por otro, el injustificable respeto a su autonomía al precio de su bienestar (16). Es preciso distinguir entre capacidad legal o de derecho (competency en inglés) y capacidad natural o de hecho (capacity). La primera es un concepto jurídico que se refiere al reconocimiento legal de las aptitudes psicológicas de alguien para tomar una decisión y, por tanto, para desempeñar su autonomía moral. La segunda es un concepto psicológico que se refiere a dichas aptitudes psicológicas para tomar aquí y ahora la decisión. Calificamos de incapaz (de hecho) a aquella persona cuyas aptitudes psicológicas para tomar una decisión están alteradas aquí y ahora (y, por tanto, pierde, aunque sea transitoriamente, su capacidad de derecho) y de incapacitado (de derecho) a aquella persona cuya capacidad de derecho está abolida permanentemente (aunque no necesariamente de forma irreversible, ver infra) a partir de una sentencia judicial de incapacitación debida a la existencia de alguna alteración mental o cerebral que altera de forma habitual y no meramente 496 J.M. Villagrán, I. Lara, F. González-Saiz ORIGINALES Y REVISIONES circunstancial o episódica su capacidad de hecho (estados vegetativos permanentes, psicosis con gran deterioro cognitivo, demencias avanzadas) (17). Por principio, a toda persona mayor de edad en una situación clínica se le supone capacidad de hecho (y, por tanto, es susceptible de tomar parte en un proceso de decisión compartida) salvo que se demuestre lo contrario o exista previamente una sentencia de incapacitación. Por tanto, es la incapacidad lo que hay que demostrar y esto también es aplicable para los pacientes psiquiátricos, incluidos los afectados de trastornos mentales graves. La idea de que estos pacientes precisan una actitud paternalista y no son capaces de tomar decisiones clínicas no está justificada (18). Incluso en los casos de pacientes psiquiátricos incapacitados de derecho, es preciso determinar el grado de capacidad en un contexto dado para una decisión particular. A este respecto, la propia definición de capacidad legal, de derecho o de iure ha pasado, en los últimos años, de considerar la capacidad como una condición global, aplicable a cualquier contexto, a considerarla una condición más específica, restringida a contextos particulares de toma de decisiones (16). Así, mientras que un paciente capacitado de iure puede ser incapaz, en un momento dado, para tomar determinadas decisiones, lo contrario también podría darse (aunque sea menos frecuente), un incapacitado de iure podría ser capaz de tomar ciertas decisiones clínicas. Otra consecuencia de esta concepción de capacidad más restringida es que las categorías diagnósticas no pueden resolver la cuestión de la capacidad para tomar decisiones clínicas, ya que las habilidades funcionales que son relevantes para ésta (comprensión, apreciación, razonamiento, expresión de la elección) son lógicamente independientes de la mayor parte de aquéllas (18-19). En este sentido, la capacidad para tomar decisiones clínicas, entendida como la aptitud psicológica para evaluar la información recibida y comprender su relevancia y significado en el contexto del paciente, no es un fenómeno de todo o nada, sino un continuum que puede variar con cada paciente e, incluso, en distintos momentos en el mismo paciente (20). Ganzini et al (21-22) analizaron los errores más frecuentes entre profesionales a la hora de la evaluación de la capacidad para tomar decisiones sobre el tratamiento y apuntaron como el error más frecuente (y que precisaría una mayor atención pedagógica) la creencia de que si una persona muestra incapacidad para tomar un determinado tipo de decisión clínica, también será incapaz en todas las demás. Abundando en esto, señalan 10 mitos con respecto a la capacidad de tomar decisiones, que quedan recogidos en la Tabla 1. La evaluación de la capacidad para tomar decisiones de tratamiento en la situación clínica es una cuestión aún no resuelta (17). Aunque los médicos han realizado evaluaciones de la capacidad de los pacientes desde siempre, hasta la promulgación de la Ley 41/2002 en España (en especial sus artículos 5.3 y 9.3.a), no tenían soporte legal, lo que paradójicamente poseían los notarios en el Código El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: ... ORIGINALES Y REVISIONES 497 Civil desde hace lustros. La Ley 41/2002 otorga exclusivamente al médico responsable del paciente la responsabilidad de esta evaluación. Nótese que psicólogos o psiquiatras únicamente tendrían una función pericial en caso de que el médico responsable precisara de ayuda (17). Tabla 1. Diez mitos sobre la capacidad para tomar decisiones (22). Capacidad para tomar decisiones y competencia son los mismo. Se puede suponer la falta de capacidad para tomar decisiones cuando el paciente mantiene una opinión contraria a la del médico. No hay necesidad de evaluar la capacidad salvo si el paciente mantiene la opinión contraria a la del médico. La capacidad para tomar decisiones es un fenómeno de todo o nada. Alteración cognitiva es igual a falta de capacidad para tomar decisiones. La falta de la capacidad para tomar decisiones es una condición permanente. Aquellos pacientes a los que no se les ha proporcionado información relevante y consistente sobre sus tratamientos carecen de capacidad para tomar decisiones. Ningún paciente que padezca ciertos trastornos mentales tiene capacidad para tomar decisiones. Aquellos pacientes ingresados involuntariamente no poseen capacidad para tomar decisiones. Únicamente expertos en salud mental pueden evaluar la capacidad para tomar decisiones. La evaluación de la capacidad para tomar decisiones del paciente debe llevarse a cabo siempre que concurran una serie de circunstancias: cambio brusco de estado mental (ya sea por alteraciones psiquiátricas o médicas, metabólicas, neurológicas, intoxicaciones, etc); rechazo a tratamiento indicado escasamente argumentado; aceptación de tratamientos invasivos sin ponderación de riesgos o existencia de trastorno mental o neurológico conocido que pudiera alterar transitoriamente la capacidad de hecho. A esto se añade alguna otra situación específica como la elaboración o ejecución de directrices anticipadas, la participación en investigación clínica o, en los países en donde es legal, el suicidio asistido (16). 2.1. Criterios o estándares para la evaluación de la capacidad para tomar decisiones Tradicionalmente, en nuestro medio, la evaluación de la capacidad se ha realizado de facto mediante la aplicación del sentido común y una sucinta exploración cognitiva o psicopatológica. No han existido procedimientos estandarizados o herramientas desarrolladas para tal fin. Sin embargo, en otros países, como EEUU, ya desde finales de los 70 se establecieron una serie de criterios que, apenas modificados, han conformado los 4 estándares ampliamente aceptados para la evaluación de la capacidad para tomar decisiones de tratamiento, al menos desde su perspectiva psiquiátrica, y, además, la necesidad de tener en cuenta para ello el tipo de decisión 498 J.M. Villagrán, I. Lara, F. González-Saiz ORIGINALES Y REVISIONES en cuestión (23). Los estándares surgidos, en un primer momento, para la evaluación de la capacidad en el consentimiento para participar en investigación clínica (24) son: la capacidad para realizar y expresar una elección, la capacidad para comprender la información relevante, la capacidad para apreciar correctamente la situación y las posibles consecuencias de su decisión, y la capacidad para manejar racionalmente la información y las distintas opciones (25). A finales de los 80, desde la neurología, se señala que, además de las funciones psicológicas mencionadas, sería preciso evaluar el funcionamiento de los sustratos neurobiológicos subyacentes y apuntan una serie de áreas (atención, memoria, lenguaje, funciones ejecutivas, afectividad) que deberían ser evaluadas (26-27). Finalmente, distintos autores han abundado en la idea original de Roth et al (23) de que la capacidad se relaciona directamente con el tipo concreto de decisión que hay que tomar. Así, en decisiones clínicas complejas en donde la relación riesgo/beneficio no sea fácil de establecer, se precisará un nivel de capacidad más alto que en situaciones clínicas simples, donde el nivel de capacidad requerido podría ser más bajo. Es lo que Drane denominó escala móvil de capacidad (28-29), señalando que la determinación de la capacidad es asimétrica y, por tanto, no existe un punto de corte fijo sino que dependerá del nivel de dificultad de la decisión. Así, en decisiones de nivel I (baja dificultad), la mayoría de las personas serían consideradas capaces, mientras que en las de nivel III (alta complejidad), muchas serían incapaces. A pesar del indudable éxito de la propuesta de la escala móvil, existe un interesante debate sobre si la valoración de la complejidad de la situación dependiente de los clínicos es o no una forma subrepticia de reintroducir el paternalismo en la toma de decisiones (17, 30). 2.2. Instrumentos de evaluación de la capacidad Aunque el juicio clínico sigue siendo el “patrón oro” en la evaluación de la capacidad de un paciente para tomar decisiones relacionadas con el tratamiento (31), también sigue siendo idiosincrásico y, muchas veces, poco fiable (32), en lo que abunda la inexistencia de directrices internacionalmente aceptadas (33). Es por ello por lo que la utilización de instrumentos de evaluación de dicha capacidad como ayuda al juicio del clínico puede ser de suma importancia. Existen exhaustivas revisiones sobre las herramientas utilizadas en la evaluación de la capacidad, tanto en contextos investigadores como clínicos (31,34-35). Los instrumentos usados en la evaluación de la capacidad han sido de 3 tipos (17): tests neuropsicológicos (preferentemente el MMSE – Mini Mental State Examination (36), los protocolos específicos de evaluación de la capacidad (dirigidos a la evaluación en un contexto determinado, por ejemplo, en la terapia electroconvulsiva, CIS – Competence Interview Schedule, (37) o en la elaboración de directrices El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: ... ORIGINALES Y REVISIONES 499 anticipadas HCAT - Hopkins Competency Assessement Tool), (38) y los protocolos generales de evaluación (que incluyen los listados de preguntas o guiones de entrevistas, las viñetas estandarizadas y los protocolos propiamente dichos). Los principales protocolos propiamente dichos son: CCTI – Capacity to Consent to Treatment Instrument (32), CAT – Capacity Assessment Tool (39), HCAI – Hopemont Capacity Asessment Interview (40), DAM – Decision Assessment Measure (41), ACE - Aid to Capacity Evaluation (42), y, especialmente, MacCATMacArthur Competence Assessment Tool (43). Aunque el protocolo MacCAT (del que existen tres versiones, una para investigación – MacCAT-CR, otra para ámbitos forenses – MacCAT-CA, y finalmente la versión para tratamiento – Mac CAT-T, con adaptación española en Hernando et al, (44)) es el que posee mayor sustento empírico, otros instrumentos podrían tener ventajas según qué contextos (34-35). Por ejemplo, en una situación de evaluación o screening inicial, podrían ser más aconsejables ACE o HCAI, no así en una evaluación global, continuada o más exhaustiva, en donde el MacCAT-T sería de elección. Ante pacientes con enfermedades con graves alteraciones cognitivas, además del MacCAT-T (más en población psiquiátrica) podrían ser más útiles CCTI (en demencias) o HCAI (en contextos asistenciales de larga estancia), y en el contexto de la terapia electroconvulsiva, como se vio, el CIS. Todos los instrumentos tiene sus limitaciones (17, 31, 34), En primer lugar, la cuestión de su validez: la mayoría de estos instrumentos únicamente han sido testados una sola vez y con muestras pequeñas. Además, el “patrón oro” utilizado como comparador de referencia es la opinión de un clínico experimentado, opinión que se sabe que puede ser idiosincrásica. En segundo lugar, las propiedades psicométricas de los instrumentos son muy variables y la concordancia entre ellos poco concluyente, siendo mayor para el criterio de comprensión que para el de apreciación. Por otro lado, los déficits en comprensión y razonamiento tienen una alta correlación con los rendimientos detectados por los tests neuropsicológicos, lo cual no ocurre para los déficits en la apreciación y la expresión de la elección. 2.3. Evaluación de la capacidad en psiquiatría. La cuestión de la capacidad para tomar decisiones sobre el tratamiento se aplica, como hemos visto, entre otros, a los pacientes psiquiátricos. Estas consideraciones deben hacerse al tiempo que se aplica el marco legal que rige los ingresos y los tratamientos involuntarios (45). En Reino Unido, por ejemplo, coexisten la Mental Health Act de 1983 y la Mental Capacity Act de 2005, ambas enmendadas por la Mental Health Act de 2007. La primera establece un marco legal para el ingreso y el tratamiento involuntarios si existe una enfermedad mental y un riesgo para sí o para otros. La segunda establece un marco legal más amplio en el que se regula la toma de decisiones (incluidas las de tratamiento) en aquellas personas que 500 J.M. Villagrán, I. Lara, F. González-Saiz ORIGINALES Y REVISIONES no poseen capacidad para decidir. Mientras que la primera se preocupa principalmente de reducir el riesgo para sí u otros (principio de beneficencia), la segunda está orientada a favorecer que la persona tome sus propias decisiones y que éstas reflejen sus deseos y su mejor interés, obteniendo la atención menos coercitiva posible (principio de autonomía) (46). En España, de un modo similar pero con un grado de indefinición mucho mayor, los ingresos involuntarios están regulados por el artículo 763 de la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000. Este artículo se incluye en el capítulo II de la ley, titulado “De los procesos sobre la capacidad de las personas”, pero en el que únicamente se regulan los procedimientos judiciales para la declaración de incapaz de derecho. El artículo 763, sin embargo, versa sobre el “internamiento no voluntario por razones de trastorno psíquico”, y en él, nuevamente, se regulan los procedimientos para realizar un internamiento involuntario pero sin especificar los criterios que deben aplicarse por parte del facultativo, salvo que la persona “no esté en condiciones de decidirlo por sí”. Por su parte, la cuestión de la capacidad se incluye en La Ley 41/2002 Básica Reguladora de la Autonomía del Paciente, en su artículo 9 relativo a los límites del consentimiento informado, incluyendo la falta de capacidad de hecho y de derecho como supuestos en los que se puede aplicar el consentimiento por representación. La existencia de dos marcos legales de filosofías contrapuestas que intentan proveer de estructuras de decisión sustitutivas en relación a la atención sanitaria y el tratamiento genera dilemas éticos, pero también problemas prácticos (46). El hecho de que exista una legislación específica para ingresar y tratar contra su voluntad a los enfermos de patología mental (y no a los de patología física) es ya de por sí una fuente de discriminación y está insuficientemente justificada desde el punto de vista ético. Por otro lado, cuatro situaciones posibles podrían darse ante un eventual ingreso psiquiátrico: a) que el paciente sea capaz de hecho para tomar decisiones sobre su ingreso pero que, a pesar de ello, se le ingrese involuntariamente por aplicación del artículo 763 de la LEC; b) que el paciente sea incapaz de hecho pero que, a pesar de ello, se le ingrese de forma voluntaria; c) que el paciente sea capaz y voluntariamente acepte el ingreso; y d) que el paciente sea incapaz y se le ingrese involuntariamente. La frecuencia de cada tipo puede variar según los contextos sanitarios, pero algunos estudios (45,47) apuntan a que las situaciones más frecuentes son la “c” y la “d” (aproximadamente un tercio de los ingresos cada una). El otro tercio se repartiría entre las opciones “b” (entre un 24-39%) y la “a” (entre el 4-10%) (45, 47-48). Mientras que la situación “c” no generaría problemas, las otras son problemáticas, especialmente la “a” y la “b”. El porcentaje de ingresos psiquiátricos en unidades de agudos en los que el paciente es incapaz (opciones “b” y “d” de las anteriores) y evaluados específi- El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: ... ORIGINALES Y REVISIONES 501 camente mediante el MacCAT-T, suele oscilar según los estudios, entre el 29 y el 60% (47, 49-50), lo que supone un porcentaje algo superior que en los ingresos agudos de otras especialidades (entre el 25-40%) (49, 51). Generalmente las patologías que más contribuyen a este tipo de ingresos de incapaces son la manía y la esquizofrenia, siendo mucho menos frecuentes las depresiones y los trastornos de la personalidad (47). Los datos existentes apuntan a que únicamente uno de cada 4 pacientes incapaces son detectados por los facultativos al ingreso (49). Ante una situación como la “b”, un paciente incapaz de hecho pero al que se le ingresa de forma voluntaria, la mayor parte de las veces los clínicos se sitúan en una tierra de nadie: por un lado, en virtud de la Ley de Autonomía del paciente, habría que cuidar el que las decisiones que éste tome sean respetadas y se actúe en el mejor beneficio del paciente y de la forma menos coercitiva, pero por otro, en el caso que el clínico sospeche de la incapacidad del paciente para tomar decisiones como el rechazo al tratamiento, la no aplicación del artículo 763 y de sus garantías legales, puede llevar a la aplicación de prácticas meramente paternalistas y coercitivas. Los datos de los estudios empíricos reflejan esta percepción. Por ejemplo, en el estudio de Owen et al (45), los pacientes incapaces ingresados voluntariamente mostraron un mayor nivel de rechazo al tratamiento, coerción percibida, presiones para el tratamiento y una menor sensación de respeto por su opinión que los capaces ingresados voluntariamente. La situación “a” (paciente capaz para tomar decisiones pero ingresado involuntariamente) plantea un problema diferente. Aquí estamos ante la privación de libertad de una persona que padece un trastorno psíquico (esta situación no se puede dar ante una enfermedad física) que no tiene alterada su capacidad para decidir si quiere estar o no ingresado, si quiere o no tratamiento. En puridad, se trata de una contradicción en términos, ya que el propio artículo 763 de la LEC exige, ante el ingreso involuntario, además de la existencia del trastorno psíquico, que la persona “no esté en condiciones de decidirlo por sí”, lo que podría suponer la incapacidad. La interpretación alternativa, la más frecuente, es aplicar el 763 por otras razones distintas de la capacidad o incapacidad decisoria del paciente psiquiátrico, en particular, la protección social (riesgo de daño del paciente a sí o a otros). Aunque la ley española no lo explícita, sí lo hacen las leyes británicas y de otros países (46). Esto tiene importantes consecuencias. Por un lado, una definición laxa de trastorno psíquico podría hacer que numerosas pacientes capaces pudieran ser ingresados contra su voluntad mediante el artículo 763 (esto está ocurriendo con los denominados trastornos de personalidad –límites, disociales, en donde prima la consideración de orden social sobre la falta de capacidad) (52). Pero, además, únicamente a las personas capaces que padezcan un trastorno psíquico se les puede ingresar y tratar contra su voluntad, lo que introduce una patente discriminación con los enfermos físicos. 502 J.M. Villagrán, I. Lara, F. González-Saiz ORIGINALES Y REVISIONES La propia situación “d”, paciente psiquiátrico incapaz e ingresado involuntariamente, aunque legal, implica automáticamente la aplicación del artículo 763 (o de la Mental Health Act en Inglaterra y Gales), sin que el clínico tenga que atender a las garantías de consentimiento por representación incluidas en la Ley 41/2002 Básica de Autonomía del Paciente, adoptando la decisiones de tratamiento y de ingreso de forma unilateral y muchas veces francamente coercitiva, una vez autorizado el ingreso por la instancia judicial correspondiente. Aquí, como en el caso anterior, predomina el objetivo de protección social sobre la consideración de la capacidad decisoria del paciente, para justificar la aplicación de la atención involuntaria. ¿Existe alguna forma de superar esta situación? Algunos autores han propuesto la existencia de un solo marco unitario basado en la incapacidad de tomar decisiones (53). Así, la inevitable batalla entre autonomía y paternalismo tendría lugar en igualdad de condiciones, fuera cual fuese la fuente de incapacidad (esquizofrenia, demencia, intoxicación, coma) o la naturaleza del trastorno subyacente (mental o físico) (46). Sin embargo, esta propuesta no está exenta de dificultades. En primer lugar, se necesitaría una sólida definición de incapacidad, aplicable a todo tipo de trastornos, incluidos los psiquiátricos, y una evaluación de la misma ágil y factible en el contexto sanitario. La legislación sobre ingresos involuntarios está diseñada, fundamentalmente, para favorecer el tratamiento e ingresos urgentes, a la luz del objetivo principal de inmediata protección social. Por el contrario, el marco garantista del consentimiento por representación en incapaces tiene un tempo diferente, y el establecimiento de las salvaguardas de la privación de libertad son más numerosas y costosas (54), por lo que un marco unitario debería ser lo suficientemente flexible como para satisfacer ambas necesidades. Pero la principal dificultad es la voluntad política de los gobiernos para ceder el instrumento de control social que supone el ingreso involuntario, ya que, bajo el pretexto de la protección social y la alusión al “trastorno psíquico”, disponen de un elemento de detención preventiva que soslaya la exigencia de haber cometido un delito incluida en la Convención Europea de Derechos Humanos, aspectos que se diluirían si se diera un marco unitario basado en la incapacidad y el principio de no discriminación. Lo ocurrido en Gran Bretaña ilustra claramente esta cuestión: las sugerencias del Comité de Expertos de Inglaterra y Gales a finales de los 90 para reformar la Mental Health Act de 1983, vigente hasta entonces, se realizaron bajo la perspectiva del marco unitario, sugiriendo que en una primera fase, la determinación de incapacidad fuera necesaria. Esto nunca fue aceptado por el gobierno Laborista de entonces que pretendía una modificación en el sentido de ampliar el tipo de trastorno a los que aplicar la posibilidad de tratamiento compulsivo (46, 55). El proceso de decisión compartida en el tratamiento del paciente psiquiátrico: ... ORIGINALES Y REVISIONES 503 3. Resumen Los trabajos realizados hasta el momento sobre experiencias de decisión compartida en salud mental ponen de manifiesto una mejoría en aspectos como la calidad de las decisiones y la satisfacción de los usuarios, aunque son necesarios más trabajos para poder concluir que también mejoran los indicadores de resultados en salud. La determinación de la capacidad del paciente para tomar la decisión clínica resulta fundamental mantener el difícil pero necesario equilibrio entre autonomía y beneficencia/no maleficencia en la atención sanitaria. BIBLIOGRAFÍA (1) Simon D, Wills CE, Harter M. Shared decision-making in mental health. En: Edwards A, Elwyn G editors. Shared decision-making in health care: Achieving evidence-based patient choice. 2nd ed. Oxford: Oxford University Press, 2009; p. 269-276. (2) Duncan E, Best C, Hagen S. Shared decision making interventions for people with mental health conditions. Cochrane Database Syst Rev 2010, Issue 1. Art. No.: CD007297. 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Profesora asociada Departament de Treball Social i Serveis Socials, Universitat de Barcelona (UB), Barcelona, España. a Correspondencia: Mercedes Serrano Miguel (mercedes.serrano@ub.edu) Recibido: 15/10/2013; aceptado: 28/01/2014 RESUMEN: En los últimos años han comenzado a surgir algunas iniciativas dentro del ámbito del tratamiento y rehabilitación psicosocial de las personas con trastorno mental, orientadas a recoger la voz de los propios implicados, concederles un mayor protagonismo y emplear sus argumentos de forma práctica en la definición de su tratamiento. Dentro de estas nuevas prácticas se podría enmarcar la experiencia del “Grup de Pensadors”. Esta iniciativa parte de un grupo de profesionales de la “Fundació Congres Català de Salut Mental” y aglutina a profesionales, familiares y personas en tratamiento de salud mental en un mismo espacio dedicado al debate. Se trata de un lugar de intercambio de experiencias a la vez que generación de ideas. Su objetivo no es terapéutico en sí mismo pero si está orientado a la búsqueda y elaboración de propuestas que mejoren la atención y tratamiento de las personas que sufren una enfermedad mental. La experiencia del grupo pretende facilitar un espacio dónde los participantes puedan situarse en un plano horizontal, siendo considerados como expertos desde su propia vivencia y experiencia personal. El grupo se constituye además como plataforma de investigación con un carácter eminentemente cualitativo. La aplicación del método etnográfico dentro del grupo posibilita la observación de estas relaciones y la dificultad de su (re)elaboración fuera del ámbito clínico. Asimismo plantea un ejercicio de recuperación de las narrativas de los principales protagonistas implicados en el tratamiento en salud mental, los discursos utilizados y el análisis de los mismos. Palabras clave: salud mental, rehabilitación psicosocial, narrativas, participación social, investigación cualitativa. ABSTRACT: In recent years new initiatives have begun to emerge within the scope of treatment and psychosocial rehabilitation of people with mental diseases, aimed to collect the voice of the people involved, giving them a greater role and use their arguments in a practical way to define their treatment. The experience of “Grup de Pensadors” (Thinkers’ Group) could be framed within these new practices. This initiative is part of a group of professionals from the CCSM Foundation and puts together professionals, family and people in mental health treatment in one space devoted to discussion. This is a place to exchange experiences while generating ideas. Their goal is not therapeutic in itself but is aimed at finding and developing proposals to improve the care of persons suffering from mental illness. The group experience aims to provide a space where the discourse of all participants can be interpreted on a horizontal plane, being considered as experts from their own lives and personal experience. The group is also a research platform with a highly qualitative character. The application of ethnographic methods within the group enables the observation of these relationships and the difficulty of (re) development outside the clinical setting. It also presents a narrative recovery exercise of the main characters involved in the mental health treatment, the discourses used and the analysis thereof. Key words: health mental; psychosocial rehabilitation; narratives, social participation, qualitative research. 508 M. Serrano ORIGINALES Y REVISIONES “Només vivint, amb tot el risc i tota l’esperança reconduïm la vida”. M. Martí i Pol. “Temps d’interluni” La atención y rehabilitación en salud mental como punto de partida. El sistema actual de tratamiento de las enfermedades mentales en España y, especialmente del denominado Trastorno Mental Severo (TMS) (1), pasa por ser un modelo de atención basado fundamentalmente en la recuperación y rehabilitación psicosocial del enfermo como paradigma principal de trabajo. Resulta evidente, a día de hoy, el cambio de rumbo teórico y práctico en la atención actual a las personas con trastorno mental si se compara con los viejos tratamientos, los antiguos centros de internamiento y su (casi) única función como institución custodial. Sin duda, los procesos de reforma que se han formulado a lo largo de las últimas décadas han obtenido importantes resultados en cuanto a la mejora general de la asistencia y la calidad en los tratamientos empleados (1-3). Sin embargo, es necesario clarificar que este nuevo modelo ha mantenido hasta ahora la base de su eficacia principalmente, en el aumento del número de recursos existentes. Al respecto diferentes autores comenzaron a cuestionar, antes ya del inicio de la actual crisis económica, que la mejora en la calidad asistencial pasara únicamente por una ampliación en dicha inversión (4) y que el modelo de rehabilitación implementado hasta el momento no adoleciera de ciertos aspectos igualmente cuestionables no resolubles con un aumento del presupuesto (5). La estrategia de crear dispositivos de atención era y es necesaria pero parece que, a día de hoy no resulta totalmente útil por sí sola. El sistema de rehabilitación en salud mental construido hasta la actualidad en España, parece plantear en este sentido ciertas contradicciones. El riesgo principal es quizás el de establecerse como un sistema de tratamiento en el que los individuos atendidos se conviertan en meros receptores pasivos de recursos asistenciales pero sin disponer de las oportunidades suficientes para una integración social real (6). Martínez lo expresa así: “El campo de la rehabilitación psicosocial de las personas con trastorno mental grave viene unido en las sociedades de nuestro tiempo a una curiosa paradoja. Por un lado constituye una respuesta necesaria a los procesos de deshospitalización desarrollados en gran parte de los países europeos […] Por otro lado, sin embargo, parece requerir de un esfuerzo continuado para no reproducir en los nuevos dispositivos situaciones como la cronificación , el confinamiento y la exclusión social” (7). En este sentido, y siguiendo las reflexiones planteadas por José Leal (8-9), se ha de tener presente cómo la evolución de la asistencia en salud mental ha sido “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 509 un proceso que ha dependido en gran parte de la capacidad de adaptación y la predisposición al cambio de los propios profesionales implicados. Los procesos de reforma y desistitucionalización son aplicables a las instituciones en su conjunto, es decir, a los pacientes, pero también a aquellos que en ella trabajaban y que son los responsables de configurar con su actitud cotidiana y su talante una determinada manera de hacer, de tratar la enfermedad y a quien la padece. En la práctica, el trabajo directo con personas afectadas de un trastorno mental pasa inexcusablemente por el establecimiento de vínculos con la misma, vínculos orientados a la proporción de cuidados. Por lo tanto convendría que, esta proximidad y su intercambio de confianzas, estuviese sometida permanentemente a la reflexión ética de aquellos a los que las instituciones les han conferido la responsabilidad de llevar a cabo el tratamiento. “La reflexión ética es el fundamento de toda práctica que se lleve a cabo desde el convencimiento de que no todo vale por igual y que hay razones para escoger unos comportamientos y no otros. Esas razones son el fundamento del buen trato y, por consiguiente, del buen tratamiento. Porque la ayuda y la cura, aún bien fundamentada técnicamente, no es posible sin la impregnación de un modo humano de llevarla a cabo” (9). La relación entre los implicados es sin duda una herramienta de trabajo fundamental para llevar a cabo la ayuda y por lo tanto, las características de la misma determinarán el tipo de asistencia. Una relación jerarquizada entre los implicados (los afectados, familias y aquellos profesionales que les tratan) puede dificultar e incluso anular la comunicación, limitando al sujeto enfermo a una posición pasiva en la que difícilmente puede tomar ningún tipo de decisión sobre su tratamiento. Por contra, establecer como punto de partida la consideración del otro como ser experto propicia la creación de relaciones dialógicas y paritarias en las que los discursos son integrados y también rebatidos, lo que podría hacerlos más legítimos si cabe. En la práctica, resulta más o menos frecuente encontrar un discurso de reconocimiento que va en una sola dirección, esto es, desde los afectados hacia los profesionales. Sin embargo, el proceso inverso raras veces ocurre y cuando si se da, parece que difícilmente se verbaliza, en ocasiones debido a la propia presión estamental bajo la que trabajan muchos profesionales. La propuesta del trabajo que presento plantea la posibilidad de reconocimiento de los discursos también en un sentido inverso, es decir, desde los profesionales hacia los afectados, en un ejercicio que incluiría escucha y diálogo por ambas partes. Por todo ello convendría preguntarse si, para que la rehabilitación de personas con trastorno mental sea efectiva, sería necesario además de una red de recursos asistenciales suficientemente bien dotada y de calidad, el desarrollo de una cierta filosofía de trabajo que incluiría una reflexión ética continuada, llevada a la práctica por el conjunto de personas implicadas en la atención: profesionales que de forma directa trabajan con 510 M. Serrano ORIGINALES Y REVISIONES los usuarios, pero también gestores y legisladores. Esto es, que los profesionales implicados puedan adquirir en unos casos y consolidar en otros, una mentalidad de trabajo donde el individuo enfermo sea considerado un ciudadano con capacidad de decisión y parte activa de su tratamiento. De alguna manera, esta propuesta buscaría rescatar el discurso de los afectados de las connotaciones estigmatizantes de las que ha sido objeto durante años y normalizar su presencia en los ámbitos de tratamiento. Con este fin, es necesario que puedan crearse lugares o espacios de escucha social no orientados a la terapia sino al intercambio de saberes, al conocimiento mutuo entre los implicados y dónde puedan ser recogidos los diferentes discursos, los académicos y también los profanos, en un intento de mejora constante de la práctica asistencial. El “Grup de Pensadors”: un espacio de palabra y un lugar de (auto) reconocimiento. El “Grup de Pensadors”1 (en adelante GP) se constituyó en septiembre de 2010 a iniciativa de varios profesionales de la Fundació Congres Català de Salud Mental (FCCSM)2. La idea de partida consistía en organizar sesiones de reflexión en las que pudiesen participar personas diagnosticadas de un trastorno mental, familiares de afectados y diferentes profesionales de la red de atención en salud mental, en un número paritario. Las reuniones tenían como principal meta el crear un espacio de debate en el que intercambiar ideas acerca de aquello que a priori unía a los participantes: el sufrimiento mental y su tratamiento. Sin embargo, junto con la reflexión conjunta y las elaboraciones teóricas se planteaba además un objetivo de carácter práctico: recoger los materiales que allí se producían y elaborar con ellos propuestas de trabajo que, desde el punto de vista de los implicados, pudiesen contribuir a la mejora en la asistencia y tratamiento a las personas con una problemática en salud mental. La organización del grupo corrió a cargo de profesionales3 que fueron haciendo extensiva la convocatoria entre los recursos asistenciales a los que ellos tenían acceso. Los participantes surgieron así desde diferentes puntos del área metropolitana de 1 http://www.fccsm.net/grups-de-treball/gt-grup-de-pensadors/ 2 La FCCSM fue creada en el año 2000 en Barcelona por un grupo de profesionales de salud mental. Se trata de una “entitat independent i multidisciplinària que treballa per la millora de l’atenció i la promoció de la salut mental a partir del debat i la reflexió, la recerca i la sensibilització social, amb la participació de ciutadans, professionals i altres associacions” (http://www.fccsm.net/la-fundacio). Con respecto a los profesionales desde los que surgió la idea del GP hay que destacar al respecto, la figura de la Dra. Ángels Vives Belmonte, como precursora y alma máter del proyecto. 3 Los perfiles profesionales correspondían inicialmente a las siguientes áreas: antropología, enfermería, psicología, psiquiatría y trabajo social. “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 511 Barcelona. Las sesiones llevadas a cabo (reuniones quincenales de hora y media) se fueron estructurando en bloques de trabajo de siete sesiones cada uno y que han dado lugar a diferentes ediciones del grupo. La primera, de septiembre a diciembre de 2010 tuvo como tema de trabajo “La relación”. La segunda, realizada entre mayo y julio de 2011 trató “El ingreso psiquiátrico” y la tercera, desde octubre de 2011 hasta enero de 2012 ha centrado su debate en “La responsabilidad”. En los últimos meses el tema abordado ha sido “La familia”. El GP estaba conducido inicialmente por dos coordinadores cuya función básicamente era la de moderar el debate e introducir los turnos de palabra. Estas figuras han ido variando en las diversas ediciones y siempre la tarea era asumida por alguno de los profesionales. Después de un recorrido de más de un año, la propuesta se trasladó al resto de participantes con el fin de configurar una coordinación “triangular” que permitiese el protagonismo y la responsabilidad compartida entre los tres estamentos implicados. De esta forma actualmente la coordinación es responsabilidad en cada edición de un familiar, un usuario y un profesional simultáneamente que, de forma voluntaria, deciden asumir dicho cometido. El formato, aunque inicialmente podría resulta similar al de un grupo multifamiliar debido a la composición del mismo, presenta diferencias importantes en forma y contenido con respecto a ese tipo de grupos. En primer lugar el GP se constituye desde el principio como espacio de trabajo y de intercambio, dónde prevalece la horizontalidad y la desjerarquización en las relaciones. Se trata éste de un punto de partida imprescindible para la integración de todas las opiniones y propuestas que en él se vierten, necesarias para establecer un resultado final de consenso. Asimismo, a diferencia de espacios considerados de tratamiento, el GP no incide de forma prioritaria y unidireccional en aquellos aspectos que puramente tienen que ver con la enfermedad y sus síntomas. El GP se centra en tratar la experiencia del sujeto social que se encuentra próximo a la enfermedad, independientemente de cuál sea su rol en el ámbito clínico (persona diagnosticada, profesional o familiar), dando paso al intercambio de diferentes visiones y experiencias en torno al sufrimiento psíquico, teniendo como finalidad común el crear nuevas perspectivas de trabajo y por lo tanto nuevas formas de producir salud. Narrativas, subjetividades y un espacio de escucha social “en construcción”. Son escasos los espacios en los que la voz de las personas afectadas por una enfermedad mental y la de sus familiares sea recogida4 (10). En ocasiones podría 4 Quizás una posible excepción la encontramos en los denominados grupos de ayuda mutua (GAM) o las Asociaciones de Salud, dónde los profesionales tienen teóricamente una papel secundario y en los que el protagonismo lo adquieren fundamentalmente los participantes. 512 M. Serrano ORIGINALES Y REVISIONES pensarse que esto ocurre dentro de las historias clínicas. En dichos documentos, los profesionales de la salud recogen la palabra de los afectados pero “traducida” a su propia jerga profesional. En este proceso dicha palabra corre el riesgo de ser desconfigurada , mediatizada por la propia visión del clínico, el grado de tecnificación de su lenguaje y las influencias o condicionantes de su entorno profesional. La versión subjetiva del sufrimiento puede ser obviada de esta forma y con ella muchos de los aspectos biográficos, familiares, sociales y de otra índole que podría ser relevante conocer para la atención de la persona enferma. En el contexto clínico actual existe un tratamiento de la enfermedad, eso es indudable, sin embargo el enfoque del mismo parece priorizar más el control de los síntomas estrictamente biológicos y coloca en un segundo plano el abordaje de los aspectos biográficos y sociales5. En este sentido sería necesario valorar la necesidad de rescatar la palabra, la voz de los afectados y la posibilidad de su incorporación al proceso de tratamiento. Y para que este proceso de escucha se desarrolle, es necesario poner en marcha los espacios adecuados para ello. La creación de espacios de escucha social resulta necesaria para contrarrestar el peso de lo biológico y abordar la cuestión del tratamiento en su verdadera amplitud ya que existe la tendencia a situar la palabra de los afectados en un lugar desvalorizado, lejos de resultar influyente en su personal proceso terapéutico. Al acercarnos al discurso de aquellos que padecen una enfermedad mental es posible observar como éste se ve impregnado de la desconfianza y el sesgo propio que genera el estigma asociado a estas dolencias. “Existen pocas situaciones en las que la fuerza del etiquetamiento (labeling) y el estigma se auto-reproduzcan de tal manera que haga lo que haga o diga lo que diga el afectado todo estará siempre en su contra. Si afirma la locura, la reconoce. Si la niega, también la reconoce. Si su actitud es transgresora o simplemente cuestiona las normas sociales la interpretación más frecuentada será apelar a su trastorno de base. Si su actitud es completamente seguidista de estas mismas normas, la lectura más obvia será apelar a la pasividad derivada de su enfermedad. La circularidad interpretativa se ha convertido ya en una constante que es activada de forma acrítica y arreflexiva, como si las nosologías psiquiátricas no estuviesen sujetas a la provisionalidad de todo conocimiento. Las certezas profesionales, de escuelas, 5 Es interesante al respecto el caso de Pau (nombre ficticio) que asiste al GP desde octubre de 2011. Diagnosticado de esquizofrenia, Pau reconstruyó a través de su participación en las sesiones, una historia de vida en la que por motivos muy dolorosos para él, había entrado en conflicto con familiares muy próximos. La verbalización de su historia delante del grupo le proporcionó el empuje necesario para decidir relatarla ante los profesionales que habitualmente le trataban y con los que, hasta el momento, no había compartido estos aspectos de su pasado. La reacción de los profesionales (tanto el trabajador social como su psiquiatra) fue alarmista y desmesurada proponiendo un aumento de la medicación, un posible ingreso psiquiátrico y la consigna de abandonar la participación en el grupo. “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 513 de teorías, de modelos, etcétera, dificultan el diálogo entre los profesionales y entre éstos y sus usuarios. Además, adoptan a menudo la posición de la creencia, no de la ciencia, aunque simulen esta última mediante ese sistema de pensamiento que Habermas ha definido como cientifismo” (4). Al crear el GP el reto era poder poner en marcha un verdadero espacio de intercambio. Un lugar donde pudiesen integrarse todos los discursos, sin caer en esa tan temida circularidad interpretativa provocada por el estigma y algunos otros posibles errores de los que ya adolece el sistema de atención en salud mental. Es decir, favorecer la apertura frente al totalitarismo, horizontalidad frente a jerarquización, participación frente a aislamiento. La construcción del “Grup de Pensadors” discurre en esta línea. La primera sesión en la que participé, el grupo comenzaba a trabajar el tema de la responsabilidad. Para algunas de las personas que allí estábamos era nuestra primera vez y debíamos presentarnos. Sentados en círculo, en una disposición de simbólica igualdad, poco a poco fueron surgiendo las voces de los participantes: “Soy padre de un paciente”, “estoy diagnosticado de un trastorno mental”, “soy socio fundador de Radio Nikosia y artista plástico”, “esposa de un usuario de salud mental”, “psiquiatra y psicoanalista”, “dona, mare de dos fills usuaris”, “trabajadora social de un Servicio de Rehabilitación”… etc. Para algunos era importante también el lugar desde el que se había invitado a los presentes a participar: “He venido porque la convocatoria se ha hecho desde la Fundación CCSM y para mí eso es símbolo de progresismo” (Xavi). Más allá de posibles valoraciones ideológicas, el espacio en el que estábamos reunidos (la sede de la FCCSM), tenía una ventaja clara: se encontraba alejado de los circuitos asistenciales, lo que propiciaba la diferenciación con respecto a otro tipo de grupos con un objetivo clínico o terapéutico. El lugar, en su lejanía física y simbólica con respecto a los dispositivos de atención en salud mental ya existentes, favorecía así la adopción de un posicionamiento más libre por parte de cualquiera de los asistentes y facilitaba la expresión de opiniones, en muchos casos críticas, sobre los aspectos tratados6. Para otros, el GP ha significado un espacio en el que reconocer (se) la propia historia personal, en ocasiones con afirmaciones de fuerte carga emocional y simbólica y que demuestran una anticipación al rechazo social producido por un diagnóstico casi siempre estigmatizante: 6 Desde los profesionales impulsores del grupo se planteó la posibilidad de trasladar la sede de las reuniones desde la FCCSM a otros lugares externos de carácter comunitario (como podrían ser los Centros Cívicos, existentes en Barcelona). El objetivo sería el de consolidar la vertiente más normalizadora del GP, constituyendo espacios de reunión entre ciudadanos que quieran reflexionar y pensar en torno al tema de la salud mental. En la actualidad uno de los grupos se está desarrollando en un espacio de estas características. 514 M. Serrano ORIGINALES Y REVISIONES “Es la cuarta vez que menciono que mi hija tiene esquizofrenia, no me atrevo…incluso a la familia. La palabra esquizofrenia…igual no lo tengo asimilado del todo, creo que necesitaríamos más información”. (Milagros, su hija fue diagnosticada hace 8 años). El grupo adoptó como punto de partida en su tarea la consideración igualitaria de los participantes. La desjerarquización del planteamiento es algo que atrajo inicialmente a algunos de los asistentes y que expresaba de esta forma un miembro del GP: “Es la primera vez que veo, fuera de Radio Nikosia7, esta uniformidad entre las personas implicadas […] estoy harto de iniciativas pensadas para locos, pero sin contar con los locos” (Raúl). La premisa básica era considerar de forma igualitaria las aportaciones de cada unos de los participantes priorizando el intercambio de lo vivencial frente a los posibles saberes de tipo académico o formal. Los allí presentes eran considerados expertos en su día a día como padres, madres, terapeutas, enfermos mentales, locos8, enfermeras, trabajadores sociales, esposas, pareja…etc. Paulatinamente la horizontalidad entre los miembros del grupo se fue constatando como un aspecto del que se partía a nivel teórico pero que sin embargo, no resultaba sencillo lograr en la práctica. La jerarquización en las relaciones cotidianas entre afectados y profesionales marcó inevitablemente en el comienzo los discursos, a pesar del cambio de escenario. No siempre resulta sencillo abandonar estereotipos adquiridos que pueden impregnar el propio discurso, ni tampoco reconocer los propios errores de planteamiento de los que uno parte. La observación de estos comportamientos se ha podido constatar tanto en profesionales como usuarios y familiares. Estos dos últimos corren el especial riesgo de situarse en la posición del ser pasivo y desconocedor frente al saber “omnipotente” del profesional. Este hecho se ponía de manifiesto cuando en ocasiones, ciertos familiares orientaban sus preguntas a los profesionales presentes a modo de consulta clínica, obviando el formato real del grupo. En el caso de los profesionales, algunos de los presentes también expuso sus dificultades para cambiar de posición y ajustarse al nuevo rol de “pensador”. Sin duda, costaba ubicarse en un grupo en el que se encontraban con pacientes y familiares y en el que no actuaban como terapeutas. Se debería aclarar al respecto que, los parámetros propios de configuración y funcionamiento del grupo intentan 7 La asociación Cultural Radio Nikosia es una entidad sin ánimo de lucro, cuya junta directiva está formada por sus propios participantes. Es una de las primeras emisoras realizadas por personas que han sido diagnosticadas de problemas de salud mental y funciona como tal desde 2004 (http://radionikosia.org). 8 La utilización de las denominaciones loco y enfermo mental, originaron un interesante debate entre algunos de los miembros del grupo que mostraban sus preferencias por uno u otro término. La asignación de atributos más o menos peyorativos al primero y la consideración del segundo como un constructo de tipo biomédico (con el que muchos afectados no se identificaban) hicieron que los participantes tomaran posiciones frente a los términos e intentasen llegar a acuerdos sobre el concepto más adecuado a emplear. “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 515 facilitar que todos los participantes puedan posicionarse en lugares estratégicos diferentes de aquellos de los que cada uno parte, evitando así el instalarse en torno a posibles discursos totalitarios y homogeneizantes que anulen la diversidad y el intercambio. En este caso, el papel de los profesionales concretamente, puede ser entendido como el de “agentes activos”, como acompañantes en las decisiones, integrados en el proceso de desarrollo del GP desde una posición de complicidad (11). El termino horizontalidad y sus implicaciones originaron un debate en una de las sesiones poniéndose de manifiesto las diferentes percepciones que de esta cuestión tienen aquellos que utilizan los servicios de salud mental. “Para mí, el termino horizontalidad tiene que ver con el poder se los saberes. Si no hay horizontalidad, se impone el saber académico sobre el saber profano que acaba ninguneado. Habría que intentar que la palabra del profesional valiese tanto como la del profano, que se integrase. Aquí muchos tenemos experiencias de la locura en primera y tercera persona, y esa experiencia deberíamos recuperarla sin que tenga que pasar por ningún tamiz” (Raúl) “En el caso de la salud creo que es como en cualquier otro tema, voy al especialista porque él sabe lo que se ha de hacer. Si existe una relación de poder con el psiquiatra es porque la persona la acepta. No he sido paciente directo, soy madre, pero acepto los conocimientos del psiquiatra, no tengo complejo en decirlo” (Marisa). La experiencia del GP se asienta por lo tanto en la creación de un espacio de palabra donde la recogida de narrativas se constituye como eje principal del grupo, como elemento de construcción y crecimiento del mismo. El trasfondo es la visibilización de la voz del otro, un elemento clásico en el trabajo antropológico, pero también la resignificación identitaria de aquel que se expresa. Se busca así evitar esa especie de ubicuidad de la enfermedad (12) que impregna de significantes estigmatizantes la palabra de los afectados, impidiendo la dignificación de los discursos y su representación. Esta realidad se da a menudo también en la vivencia que los familiares (o cuidadores directos) tienen. En muchas ocasiones han sido relegados a posiciones subalternas que han desvirtuado sus discursos o sencillamente los han desvalorizado. Una (des) consideración que ha traspasado la frontera física del espacio asistencial para determinar de forma más o menos consciente la posición que ante la enfermedad y su tratamiento, toman muchos de ellos. “Creo que como madre, no estoy capacitada para hablar de lo que aquí se está diciendo” (Esther). En otras ocasiones, el discurso de los familiares ha servido sencillamente para acercarnos al sufrimiento adquirido a través de esa vivencia, al que se explicita y al que se intuye: 516 M. Serrano ORIGINALES Y REVISIONES “En el cas del meu fill, el diagnòstic va arribar quan estava a la Universitat...no sé si ja passava alguna cosa abans...però quan et fan un diagnòstic així sé et gela el cor. El van deixar ingressat...en aquest moments és molt difícil assumir responsabilitats. Avui en dia tampoc sé si ho he superat però sé que aquesta responsabilitat es tarda anys en assumir, no tenim ajuda” […] “en el meu cas vaig començar a llegir llibres, a buscar informació..., a mi em va donar per això...però el meu marit es va quedar assegut a casa i finalment va patir un infart i va morir.” (Carme). El GP puede por tanto, entenderse en sí mismo como puro objeto de estudio, como microespacio de reconstrucción de identidades que pueden servir de modelo y referencia a nivel externo. En este microespacio, un proceso de aprendizaje y reconocimiento mutuo en todas las direcciones ha ido marcando la marcha de las diferentes sesiones del grupo y lo ha hecho evolucionar, de forma que se han podido ir integrando todos los puntos de vista, por diferentes que resultasen en un principio. Angels Vives, psiquiatra impulsora del GP, afirma al respecto lo siguiente: “Este grupo nos permite a todos asumir nuevos roles, también a los profesionales. En el GP siento que me libero de la responsabilidad del ejercicio de la cura…para mí es un grupo que nos sana a todos. Nos sana de nuestro narcisismo, de nuestros miedos, de nuestras inseguridades…” De la antropología y su papel en una experiencia de participación en salud. En los últimos años la antropología y las ciencias sociales en general se han abierto un espacio propio en el ámbito de la salud. No sólo han podido aportar elementos de valoración y corporeización teórica ante las realidades estudiadas, también han posibilitado la aportación de herramientas propias del trabajo y metodología de investigación cualitativa, que han podido ser útiles en la intervención directa en problemáticas de salud. La etnografía puede servir inicialmente para recopilar y visualizar los discursos de sus informantes. En este sentido, la propia metodología de la disciplina antropológica posibilita la observación y la escucha del punto de vista del protagonista desde una perspectiva fenomenológica. Además, en los últimos años y dentro del ámbito de la salud mental concretamente, han surgido diferentes experiencias de colaboración y trabajo interdisciplinar que permiten hacernos una idea de la repercusión que también a nivel práctico puede tener el enfoque antropológico y de investigación cualitativa en salud (13-14)9. Dentro de estas experiencias sustentadas en una práctica entrelazada, es 9 Como ejemplos más importantes en el entorno más próximo encontramos el caso de Radio Nikosia fundamentalmente y el proyecto EMILIA entre otros (www.radionikosia.org y www.parcdesalutmar.cat/ projecteemilia/es respectivamente). Un ejemplo interesante desarrollado en Brasil es la Guia da Gestão Autônoma da Medicação (GAM) elaborada de forma conjunta entre investigadores de cuatro universidades públicas del país, bajo la coordinación de la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP) de São Paulo y con la participación de usuarios de salud mental. “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 517 dónde podríamos enmarcar el GP, una experiencia de escucha, pero también de acción. Sobre este descubrimiento de discursos y su repercusión en la práctica Correa escribe: “Es ya sabido que, frente a la biomedicina, que busca realidades psicopatológicas, significantes en la locura; la antropología intenta, a través de la etnografía, un acercamiento a los significados intrínsecos de los fenómenos sociales. Y en nuestro caso son esos significados los que pueden contribuir a desarrollar nuevas retóricas, nuevas praxis en el ámbito que tratamos” (15). El trabajo cotidiano en el GP ha dado pie a la creación de un espacio de resignificación de conceptos, de recopilación de palabras, donde los participantes han podido adquirir nuevos posicionamientos. El grupo, facilita además la desfragmentación de los discursos monológicos y unidireccionales permitiendo la reelaboración de los roles y el empoderamiento de los protagonistas. Este microcosmos de pensamiento y relación se ha convertido en una fuente de ideas y de aprendizajes al servicio de la práctica. El GP podría ser entendido así, como un espacio de investigación-acción participación donde técnicas propias de la investigación cualitativa han servido de base para la elaboración y el planteamiento de una posible nueva praxis profesional10. La experiencia constata la posibilidad de que ciencias sociales como la antropología puedan saltar la barrera de lo estrictamente teórico o descriptivo e instalarse en el espacio de la intervención como en este caso, mediante la interacción con los informantes y la interpretación hermenéutica de lo que se observa. Consideraciones finales. La experiencia del “Grup de Pensadors” se ha podido constituir como un nuevo espacio de interrelación y escucha social entre personas vinculadas, por una u otra vía, a la atención en salud mental. El desarrollo de las sesiones ha ido poniendo de manifiesto la necesaria creación de estos espacios de debate donde intercambiar experiencias, opiniones y también roles. Se han podido recoger discursos casi siempre invisibilizados y se ha facilitado la (re)construcción de identidades marcadas por el sufrimiento personal, el dolor frente al malestar del ser querido o, en el caso de los profesionales, la posible disconformidad frente a prácticas ajenas y la reelaboración o reflexión sobre las propias. El GP aspira a configurarse como un espacio estable de trabajo a través del que puedan surgir iniciativas de carácter práctico que mejoren la 10 En este sentido, se han llevado a cabo ya varias iniciativas que dan a entender la vertiente práctica del GP. Quizás la experiencia más relevante hasta el momento tiene que ver con la edición del grupo dedicada al “Ingreso Psiquiátrico”. En dicha edición, los participantes elaboraron y consensuaron un documento con propuestas para mejorar las condiciones en las que se llevan a cabo los ingresos psiquiátricos. La iniciativa ha trascendido por el momento hasta el Comité de Ética de la FCCSM y se continúa trabajando en ello para poder visibilizar y articular formalmente las peticiones incluidas en dicho documento. 518 M. Serrano ORIGINALES Y REVISIONES calidad de la asistencia en salud mental. Los argumentos allí esgrimidos podrían ser útiles a la hora de establecer nuevos criterios o revisar directrices de trabajo ya existentes. En este sentido, se han llevado a cabo diferentes iniciativas relacionadas tanto con la difusión del proyecto así como con la elaboración de propuestas de mejora en algunas situaciones concretas, como puede ser el ingreso psiquiátrico. Se pretende así, abrir nuevas vías de intervención más acordes con las necesidades reales de las personas atendidas en los Servicios de Salud Mental y una cultura de reflexión conjunta que facilite la participación real de los afectados. Espacios como el GP no están orientados a negar la necesidad del tratamiento (terapéutico y farmacológico) ni tampoco la labor de los dispositivos de atención en salud mental. Defienden su existencia pero a la vez, la necesidad de integrar en ellos los discursos y las aportaciones de los propios implicados tal como se ha apuntado ya desde organismos internacionales y desde la reflexión de los propios profesionales de nuestro país11 (16-17). Asimismo el GP plantea la cuestión de participación real de los afectados en el territorio de lo social, como protagonistas de su tratamiento, con la intención de constituir un verdadero sistema de rehabilitación psicosocial que permita la autentica integración social y comunitaria de aquellas personas diagnosticadas de una enfermedad mental. 11 La importancia de dicho reconocimiento ha sido avalada por diferentes organizaciones. Una muestra de ello es la declaración de Helsinki y el Plan de Acción en Salud Mental, firmada en Enero de 2005 durante la Conferencia Ministerial sobre Salud Mental coorganizada por la OMS y la Comisión Europea, donde una de las áreas abordadas fue la de “Reconocimiento del valor de la experiencia de los usuarios de los servicios y sus cuidadores”. En España, un reciente documento de la AEN (“Hacia una reformulación de la Rehabilitación Psicosocial”) ponía de manifiesto la necesidad de potenciar vías de participación de familias y usuarios en el enfoque de trabajo de los servicios de salud mental. “GRUP DE PENSADORS”: Narrativas y subjetividades en torno a la salud mental ORIGINALES Y REVISIONES 519 BIBLIOGRAFÍA (1) “Rehabilitación psicosocial del trastorno mental severo. Situación actual y recomendaciones”. Cuadernos técnicos AEN, nº 6, Madrid 2002. (2) Capellá Batista-Alentorn, A.: La reforma en Salud Mental en Cataluña: el modelo catalán. Rev. Asoc. Esp. 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Fundación Salud Mental CPB, Barcelona, España. eCentre Psicoteràpia Barcelona, Serveis de Salut Mental, Barcelona, España. a, b, c y d Correspondencia: David Lascorz Fierro (dlascorz@cpbssm.org) Recibido: 04/11/2013; aceptado: 29/03/2014 RESUMEN: Introducción: El desarrollo de lugares de vida para personas con TMG está significando un factor importante en la consolidación de la atención comunitaria en Salud Mental. Las residencias deben considerarse como un lugar de rehabilitación psicosocial, al modificar una situación psicosocial disfuncional que influye negativamente en la calidad de vida y en la integración social del paciente. En esta línea se plantea el presente estudio con El objetivo: de evaluar la evolución de los residentes ingresados en las residencias Roger de Llúria, Tres Pins y Begur, (gestionadas por la Fundación de Salud Mental CPB), en sus dos primeros años de ingreso y poder definir los aspectos de mejoría en los usuarios. Material y Método: La muestra inicial es de 88 personas (usuarios ingresados durante los años. (20092011). Se comparan las variaciones en el tiempo de ingreso psiquiátrico, la utilización de recursos de rehabilitación comunitaria, la estabilidad clínica, la realización de Actividades de la Vida Diaria (AVD) y la calidad de vida (desarrollo personal y social); tomando como valorares la información recogida durante el año anterior a su incorporación a la residencia y a los dos años de vinculación. Resultados y Conclusiones: Se puede afirmar que la estancia en las residencies favorece la estabilidad clínica del usuario, reduciendo el número de ingresos y su tiempo de estancia. El residente mejora en el funcionamiento general en las AVD, hábitos de salud y relaciones personales, recuperando su estatus de ciudadano, más activo y autónomo. La mejora en el ajuste social y ocupacional se refleja en el aumento de recursos de rehabilitación utilizados y la mayor participación en la vida comunitaria (tanto dentro como fuera de la residencia). Palabras clave: Trastorno Mental Grave, Programa Residencia, Valoración funcionalidad. ABSTRACT: Introduction: The development of housing places for people with SMD is becoming an important factor in the consolidation of community care in mental health. Residences should be considered as a psychosocial rehabilitation place, modifying a dysfunctional psychosocial situation that negatively affects quality of life and social integration of the patient. In this line arises the present study in order to assess the evolution of the residents admitted to Roger de Llúria, Begur and Tres Pins residences (managed by the Mental Health Foundation CPB) in its first two years of admission to the mental health centre and being able to define improvement aspects on users. Material and Method: From an initial sample of 88 residents (admitted during the years 2009-2011). Comparing the variations during the required time of psychiatric admission, use of community rehabilitation resources, clinical stability, performing ADLs and quality of life (social and personal), taking as values the collected information during the year preceding their incorporation into the residence and the two years of relationship. Results: We could affirm that staying at residences favours users’ clinical stability, reducing the number of admissions and their length of stay. The resident improves in ADLs functioning, health habits and personal relationships, regaining his citizenship status, more active and self-sufficient. The improvement in social and occupational residents adjustment is reflected in the increasing of rehabilitation resources used and a greater participation in community life (both inside and outside the residence). Key words: Severe mental illness, residential program, psychosocial function. 522 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES Introducción En la actualidad los programas residenciales para personas con Trastorno Mental Grave (TMG) son un tema de creciente interés en el marco de la atención comunitaria a la enfermedad mental y cada vez están más extendidos internacionalmente. Disponer de una vivienda digna y estable constituye una necesidad básica y esencial de cualquier ciudadano, incluidos aquellos con discapacidades psiquiátricas. En nuestro modelo social, se reconocen tres aspectos básicos para afirmar que una persona está plenamente integrada: vivienda, trabajo y ocio. Dentro de esta triple base, la vivienda es el punto de partida de la integración en tanto que la persona siente que pertenece y se identifica con la comunidad donde vive, salvaguardia de la privacidad; y para las personas con TMG, la plataforma desde donde se desarrollan sus objetivos de rehabilitación psicosocial (1). Para dar respuesta a la necesidad de un lugar para vivir a las personas con TMG existen diferentes recursos. Esta diversidad debe adaptarse a los distintos momentos y necesidades de soporte que precisa la persona, teniendo en cuenta las condiciones socioeconómicas, capacidades y nivel de autonomía en la realización de las actividades de la vida diaria (2). Si no se cuenta con un apropiado abanico de opciones de alojamiento y servicios residenciales en la comunidad, muchos de los esfuerzos de rehabilitación e integración de personas con TMG pueden verse seriamente limitados y obstaculizados. Es por ello que, la articulación de un sistema de servicios comunitarios, que pretenda atender e integrar de un modo lo más normalizado a dichas personas, debe priorizar y organizar una adecuada cobertura de sus necesidades de alojamiento y atención residencial (3). Las personas afectadas de TMG son individuos que se caracterizan por una serie de discapacidades y minusvalías que se ponen de relieve en un funcionamiento psicosocial deficiente y en la falta de cobertura social como compensación de sus dificultades. Los trastornos mentales graves dificultan o impiden el desarrollo de las capacidades funcionales del enfermo en relación a aspectos de la vida diaria, tales como higiene personal, autocuidado, autocontrol, relaciones interpersonales, interrelaciones sociales, aprendizaje, actividades recreativas y de ocio, trabajo, etc.; y que además dificultan el desarrollo de su autosuficiencia económica. Así mismo muchas de estas personas han estado hospitalizadas en algún momento de sus vidas, variando la duración según los casos (4). Muchas personas con TMG tienen dificultades para cubrir autónomamente sus necesidades de alojamiento y cuidado, aumentando el riesgo de marginación cuando carecen de apoyo familiar. La inadecuada cobertura del alojamiento contribuye a generar un conjunto de consecuencias negativas, tales como: un uso inadecuado de la atención hospitalaria, con un incremento del fenómeno de la puerta giratoria (al aumentar los reingresos hospitalarios) y una dificultad para la Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso... ORIGINALES Y REVISIONES 523 desinstitucionalización o externación, una sobrecarga de las familias, que se pueden desestructurar al verse sobrepasadas por el cuidado y convivencia con su familiar enfermo y el aumento del riesgo de situaciones de marginación al verse sin hogar. El carácter crónico de este tipo de trastornos debería entenderse en analogía a otras enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión, es decir, trastornos que, por el momento, no cuentan con posibilidades de curación, pero que, con el adecuado tratamiento y apoyo, pueden llevar una vida normalizada y autónoma. Históricamente el adjetivo “crónico” añadido al de esquizofrenia denotaba una evolución negativa hacia una situación de progresivo deterioro, pero en la actualidad, tras múltiples estudios, ya no hay base para seguir pronosticando una evolución negativa, suponiendo en muchos casos una mejoría progresiva tanto en su situación psicopatológica, como en su funcionamiento psicosocial. Hay cada vez más estudios empíricos que revelan que la recuperación de la esquizofrenia se puede dar, en el estado crónico, si se trata durante períodos prolongados de tiempo con servicios globales, bien coordinados y continuos. (5) El desarrollo de lugares de vida para personas con TMG está significando un factor importante en la consolidación de la atención comunitaria en Salud Mental, con la posibilidad de mantener a las persones más afectadas por su psicopatología en su entorno de vida habitual. Su objetivo es favorecer la permanencia y participación activa de los residentes en la vida social a través de la cobertura de un conjunto de necesidades básicas de la vida cotidiana como son la vivienda, la manutención, determinados cuidados básicos (higiene personal, autocuidados, toma de la medicación, organización de la vida cotidiana…), las relaciones interpersonales significativas y el soporte institucional en situaciones vividas como factores estresantes. Pero en las respuestas al problema de vivienda pera personas con TMG se dan importantes variaciones según los modelos de organización y planificación. De este modo podemos encontrar, según los países, hasta tres modelos diferenciados: modelo de continuum residencial (6-8), modelo de soporte residencial (1, 7-9) y modelo integrador (10). Cualquiera de las modalidades de vivienda, desde la más autónoma a la más asistida, debe responder a les necesidades reales del paciente, teniendo en cuenta sus discapacidades, sus habilidades, sus deseos y sus expectativas. Aunque en varios estudios se constata la relativa insuficiencia de los recursos residenciales para adecuarse a la gran complejidad de los perfiles de pacientes que hay que atender y sus diferentes niveles de necesidades (capacidad para la realización de Actividades de la Vida Diaria (AVD), funcionamiento social, inestabilidad psicopatológica, atención especializada a problemas de salud general) (11-12). Además de las propias diferencias de modelos también hay otros aspectos como la estructura del centro, la dotación de personal, mecanismos de gestión y dinámicas de funcionamiento interno, que pueden significar diferencias en los re- 524 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES sultados respecto la rehabilitación en las diferentes residencias. Existen diferentes visiones de cómo afrontar el problema: desde la rehabilitación o desde la segregación social o institución custodiada; según se enfatice la caracterización de sus residentes como “enfermos”, afectados por un problema de salud y susceptibles de atención sanitaria, o como un colectivo que vive una situación social desfavorable, priorizando su condición de ciudadano con múltiples dificultades (entre ellas las de salud) (13). Existe una dualidad entre las residencias como lugares de ’intervención terapéutica y rehabilitadoras” o simplemente “lugares de vida”. En Cataluña se están creando, desde el año 2000, residencias para personas con trastornos de salud mental como un servicio de la Administración Pública (Departament d’Acció Social), más cercano al modelo de “continuum residencial” con pisos con soporte, atención en el domicilio (PSALL) y las propias residencias, aunque no es un sistema del todo definido. A pesar de la diversificación estos últimos años de nuevos programas y dispositivos (PSI, PSALL, residencia), existe un número importante de pacientes que no están vinculados a un recurso adecuado. La mayoría de éstos permanecen en su domicilio, en condiciones clínicas y sociales de gran precariedad, evidenciándose un progresivo desgaste familiar y una necesidad de incrementar recursos para dar apoyo a las familias cuidadoras. Por un lado deberíamos agilizar el procedimiento de ingreso en los recursos existentes (residencia, PSALL), si bien este proceso no se ve favorecido por la importante lista de espera para acceder a las residencias de salud mental. Por otro lado, se detecta la necesidad de diseñar nuevos dispositivos de ámbito comunitario que den respuesta efectiva a los requerimientos de la población TMG (tratamiento asertivo comunitario; residencias con soporte sanitario; comunidad terapéutica rehabilitadora) (14). Desde la Fundación CPB Salut Mental actualmente se están gestionando tres “Llars-Residències”. Las residencias son instituciones que proporcionan un marco normalizado donde se abordan las diferentes problemáticas del individuo, posibilitando una actuación integral y global, no centrada en la institución sino en las necesidades del usuario. Sirviendo de alternativa a las instituciones totales (15). Aunque inicialmente no se concibe como lugar de tratamiento, el objetivo general de las “Llar-Residències” es favorecer y posibilitar la adquisición o recuperación del conjunto de habilidades y competencias necesarias para funcionar en la comunidad en las mejores condiciones de normalidad y calidad de vida, ofreciendo el seguimiento, apoyo y soporte social que cada persona precise. Así pues, aunque en el caso de Cataluña sean considerados administrativamente como recursos sociales, la necesidad de recursos residenciales para personas afectadas de TMG no se puede analizar únicamente desde una vertiente de déficit o problemática social y económica (dificultad para acceder a un lugar de vida), sino desde una visión mucho más amplia. Las residencias deben considerarse también como un lugar de rehabilitación psicosocial, entendida como los procesos de modi- Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso... ORIGINALES Y REVISIONES 525 ficación de una situación psicosocial disfuncional que influye negativamente en la calidad de vida y en la integración social del paciente. La rehabilitación psicosocial de las personas con TMS debe considerarse como un tratamiento, centrándose en la interacción entre la persona y su contexto y la activación de los recursos personales del individuo (16). En este línea se plantea realizar el presente estudio con el objetivo de valorar los cambios producidos en nuestros residentes durante los dos primeros años de ingreso en la residencia, comparando las variaciones producidas en el tiempo de ingreso psiquiátrico precisado, la utilización de recursos de rehabilitación comunitaria, la estabilidad clínica, la realización de AVD y la calidad de vida (desarrollo personal y social), tomando como valorares la información recogida durante el año anterior a su incorporación a la residencia y a los dos años de vinculación. El objetivo del presente estudio es evaluar la evolución de los residentes ingresados en las residencias Roger de Llúria, Tres Pins y Begur (gestionadas por la Fundación de Salud Mental CPB), en sus dos primeros años de ingreso en el centro y poder definir los aspectos de mejoría en los usuarios. Material y Método: El estudio se realiza a partir de una muestra inicial de 88 residentes, número de personas que han estado ingresadas en las tres residencias (Roger de Llúria, tres Pins y Begur) durante los años (2009-2011). Para medir la evolución de los residentes se toman como variables: • Escala ENAR-CPB (al ingreso y al segundo año de ingreso (tabla 1) • Actividad rehabilitadora habitual (antes de ingresar y a los dos años de ingreso). • Número y estancias de ingresos psiquiátricos (durante el año anterior al ingreso en la residencia y durante los años posteriores). Se recogen los datos de todas las variables para cada residente durante todo un año real, des de la fecha de ingreso del residente hasta los dos años de ingreso. El valor real del cambio producido al venir a vivir a una residencia se observa al comparar: - La reducción en el tiempo total de días ingresados. - La reducción en el valor total de la ENAR. - El aumento de la utilización de recursos rehabilitadores externos. También se estudia el cambio producido dependiendo de la procedencia y el diagnóstico de los residentes. 526 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES Tabla 1. Escala ENAR-CPB, de valoración de los niveles de atención residencial para personas con TMS ESTABILIDAD CLÍNICA (Valores:0-16) 1.- Duración del tiempo de No Hospitalización 2.- Cumplimiento en la toma de medicación prescrita 3.- Sintomatología y evolución reciente 4.- Frecuencia medicación extra DIMENSIÓN FÍSICA (Valores:0-16) 1.- Identificación y comunicación de signos y síntomas de alerta. 2.- ¿Es responsable del cumplimiento de las prescripciones médicas? 3.- Capacidad para asistir y realizar el seguimiento de su tratamiento (fuera de la atención específica en salud mental) 4.- Identificación de hábitos de vida saludable CAPACIDADES DE REALITZACIÓN AVD. (Valores:0-16) 1.- Capacidades básicas de independencia en los hábitos higiénicos y cuidado personal 2.- Cuidado del espacio personal. 3.- Cuidado del su aspecto físico. 4.- Planificación y realización de compras personales DESARROLLO PERSONAL Y SOCIAL Autonomía y autogobierno (Valores:0-16) 1.- Autocontrol y capacidad en el manejo de situaciones de estrés 2.- Capacidades básicas de adaptación: comprensión, atención, memoria, orientación, lenguaje, cálculo y juicio. 3.- Economía 4.- Capacidad para realizar gestiones administrativas personales Relaciones interpersonales (Valores:0-16) 1.- Relación Familiar 2.- Relaciones Sociales 3.- Respeto a las normas sociales, de “buena educación”, convivencia..., 4.- Habilidades sociales Bienestar personal e integración en el entorno social (Valores:0-16) 1.- Tiempo ocupado de forma organizada y planificada 2.- Horas diarias que acostumbra a pasar solo: en la habitación, caminando, escuchando música, radio, mirando TV... 3.- Utilización del tiempo libre. 4.- Capacidad para establecer objetivos según sus deseos y necesidades, y llevarlos a término. Opciones de respuesta de 0 a 4 (de menor a mayor necesidad de soporte). La Escala ENAR-CPB (17) Escala elaborada por el equipo asistencial de la residencia Roger de Llúria donde se valora los niveles de atención/dependencia en el colectivo de usuarios beneficiarios del programa residencial, que a su vez sirve como herramienta de valoración de la evolución de los residentes, mediante la observación estructurada retrospectiva por parte de los profesionales del centro. Los ítems quedan subdivididos en 6 apartados: 1.- dimensión física; 2.- dimensión clínica; 3.- AVD; 4.- autonomía y autogobierno; 5.- relaciones interpersonales; y 6.- bienestar personal e integración en el entorno. Cada uno con cuatro preguntas distintas. El valor intermedio por cada apartado sería de 0 a 16 puntos Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso... ORIGINALES Y REVISIONES 527 y el valor total de la Escala varía entre 0 a 96 puntos. A mayor puntuación mayor atención precisa el usuario. Para definir los conceptos de mejora o empeoramiento de la muestra se calcula el porcentaje de cambio entre el valor ENAR-CPB al ingreso y el valor a los dos años de ingreso y se considera que: más de un 25% es una mejora muy satisfactoria, entre un 10 y un 24,99% es una mejora razonable, entre un +/- 10% sin cambios significativos, i por debajo del 10% el residente ha empeorado. El análisis estadístico se realizó con el programa IBM-SPSS v.19, se evaluaron los descriptivos estadísticos para las variables estudiadas, utilizándose estadística paramétrica y utilizando la prueba T-Test para variables continuas y la Chi cuadrado para variables categoriales. Resultados Un total de 88 usuarios permanecieron ingresados durante los 2 años en los que se realizó el estudio (2009-2011), con una edad media de 46 años, de los cuales el 62,5 eran varones y el 37,5 mujeres. La tabla 2 describe las características sociodemográficas y clínicas de la muestra utilizada para llevar a cabo el presente estudio. Tabla 2. Datos socio-demográficos y diagnósticos Sexo y Edad: Hombres 62,5 %; Mujeres 37,5 %; Edad media: Promedio de edad: 51 años Promedio de edad de 44 años 46 años. (sd 8,6) Diagnostico Principal T. Psicótico T. Afectivo T. Personalidad T. Obsesivo 75% 17% 4,5% 3,5% La procedencia de los residentes (definida como el lugar habitual de vida antes de su ingreso en la residencia) Domicilio familiar 34% Domicilio particular (viven solos) 13% Programa Pisos con soporte 5% Traslados de otras residencias 14% Centros de Servicios Sociales 7% Ingreso hospitalario 27% (más de un año ingresados) 528 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES Cuando se analiza la evolución de los pacientes entre el año previo y al segundo año posterior al ingreso residencial se observa una reducción drástica del tiempo de ingreso en hospitales psiquiátricos una vez el paciente pasa a vivir a las residencias (grafico 1). En el año anterior un total de 42 pacientes precisaron 9.482 días de ingreso. Dos años después sólo 13 pacientes precisaron ingreso y estuvieron sólo un total de 382 días ingresados. Significando una reducción de 9.100 días. (Figura 1) Figura 1. Cambio en el tiempo de hospitalización Media entre días de ingreso y total de residentes (p >0,005) 10000 9.482 dias Año -1 (n=41 de 88) 0 382 dias Año +2 (n=13 de 88) Al comparar el valor total de la escala ENAR-CPB, en el momento de la valoración para el ingreso y a los dos años de ingreso en la residencia, se observa una mejoría global y estadísticamente significativa de 4,71 puntos de promedio, que significa un 13 % de mejora (figura 2). Según los diferentes sub-apartados de la Escala se aprecia que existe una mejoría generalizada en todos los apartados, siendo muy importante en estabilidad clínica (con una mejoría general de 77 puntos en el apartado 1 de la escala ENAR-CPB, que representa un 25% de mejoría), en autonomía en AVDs (donde se refleja una reducción de 60 puntos, un 15 % de mejoría, en el tercer apartado de la Escala ENAR-CPB) y bienestar personal (donde la mejora es de 105 puntos y representa un 14 % de mejoría en el sub-apartado seis de la escala ENAR-CPB). 529 Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso... ORIGINALES Y REVISIONES Figura 2 Variación en la Escala ENAR-CPB Según los sub-apartados Promedio de variación *(p >0,005) 40 35 30 36,73 * 31,97 25 Año -1 20 Año +2 15 10 5 4,28 *3,22 6,51 * 8,7 * 5,83 * 6,69 7,5 5,15 4,7 * 6,26 5,82 4,02 0 TOTAL E.Clínica At.Salud AVD Autonom. Relac.P Bienestar Según los criterios de mejora definidos en el presente estudio (porcentaje de cambio entre el valor ENAR-CPB al ingreso y a los dos años de ingreso), el 61,36% de la muestra ha mejorado, un 28,41% se queda igual y el 10,23% ha empeorado (figura 3). Figura 3 Variación en la Escala ENAR-CPB Según el valor porcentual de cambio 10,23% 28,41% Mejora sustancial Mejora moderada 28,41% Igual 32,95% Empeora 530 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES De los residentes que mejoran la gran mayoría lo hacen de forma moderada (menos de un10%) aunque se debe tener en cuenta el perfil de los usuarios, con una tendencia lógica a la cronicidad y el deterioro, por lo que los pequeños cambios también son importantes. No obstante hay algunas personas (28,41%) que llegan a mejorar sustancialmente, más del 25%. En la distribución del promedio de mejoría (reducción del valor total de la escala ENAR-CPB) según los diferentes diagnósticos, no muestran una variación significativa. Por lo que podríamos afirmar que no existe correlación entre la evolución de los casos y su diagnóstico. Aunque también debemos tener en cuenta que los casos ingresados en la residencia pasan por un proceso de valoración y aceptación, por lo que el perfil general (independientemente del diagnostico) es bastante similar. En la distribución del promedio de mejoría (reducción del valor total de la escala ENAR-CPB) según el origen de la demanda (figura 4), se observa que aquellos que mejoran más son los que provienen de pisos asistidos (con un 16,55% de mejora) y de hospitalización psiquiátrica (un 15,52% de mejora) así como, lógicamente, los que menor mejoría experimentan son los que provienen de otras residencias (con un 4,93% de mejora). El resto (domicilio o servicios sociales) se mueven en una mejora de un 10%, aproximadamente. Figura 4 Variación en la Escala ENAR-CPB Según la procedencia, en % de cambio 18 16,55 16 15,52 14 12 10 11,15 10,32 8 6 4,93 4 2 0 Domicilio Pisos Asist. Tras.Resid. Serv.Soc. H.Psiq. Por último, otro de los cambios más significativos que se observa es el aumento en la utilización de recursos externos (figura 5), generalmente en todos: Centro de Dia y Club social aumenta un 22,73%; en actividades culturales, formativas, deportivas o voluntariado, aumenta un 64,77%; y en actividades pre-labora- Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso... ORIGINALES Y REVISIONES 531 les aumenta un 5,68%. Sólo se ve reducida la utilización de recursos relacionados con la inserción laboral (aunque dicha reducción puede tener que ver con dos hechos: la pérdida significativa de trabajo experimentado por los CETs a causa de la crisis económica y que el hecho de cambiar de domicilio puede significar alejarse sustancialmente del lugar de trabajo de origen). Figura 5 Cambio general en la utilización de recursos de rehabilitación 90% 80,68% 80% 70% 60% 55,68% 50% 40% 32,95% 30% 20% 15,91% Año -1 10,23% 10% 4,55% 0% Centro de Día y Club Social Cursos, Pre-Laboral Ac.Cultural, Voluntariado 5,68%1,14% Año +2 Trabajo Discusión: Los resultados del presente estudio revelan cambios significativos en los usuarios de las residencias para TMG respecto a su situación antes de la incorporación en la residencia. Después de los 2 años de estancia se evidencia una mejora en su estabilidad clínica, en su autonomía para las actividades de la vida diaria y en su integración en el entorno; destacando una drástica reducción en el tiempo de ingreso y la mayor utilización de recursos de rehabilitación psicosocial. El resultado más destacado es la reducción de días de ingreso, que pasa de 9.482 a 382 días, (así como en el número de pacientes que lo precisan: de 42 a 13 usuarios). Este dato pone de manifiesto que cuando la disfuncionalidad social supera las posibilidades de los recursos sociales nos encontramos con un problema de inadecuada utilización de los recursos sanitarios de hospitalización, que deriva en un incremento del fenómeno de la puerta giratoria o en la dificultad de desinstitucionalización. Por lo que podríamos afirmar que dando una adecuada respuesta a los problemas de vivienda para personas con TMG se reduce la inadecuada utilización de recursos hospitalarios. 532 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES En la misma línea de la reducción de ingresos estaría la mejora en la estabilidad clínica de los residentes, siendo el apartado que muestra una mayor variación (que representa un 25% de cambio en el apartado 1 de la escala ENAR-CPB). De hecho diferentes estudios empíricos revelan que la recuperación de la esquizofrenia en estado crónico, se puede dar, si se trata durante un período largo de tiempo, con servicios globales, bien coordinados y atención continuada. (18-25). En el marco de la atención residencial esta mayor estabilidad se vería cimentada en dos aspectos concretos: el cumplimiento de la medicación pautada y la terapia institucional. Hace ya muchos años que se reconoce la eficacia de los psicofármacos en el tratamiento de los TMG (26), sin embargo, el incumplimiento de la medicación pautada sigue siendo un problema importante para muchos individuos que padecen estos trastornos (27). Obviamente, el no cumplimiento de la pauta médica impide la estabilización tanto a corto como a largo plazo así como el disponer de una calidad de vida global (28). La administración constante de los psicofármacos, ajustados a las dosis diseñadas para maximizar la eficacia, minimizan los efectos secundarios, y representa la precondición necesaria para conseguir un funcionamiento social y comunitario óptimo (29). El hecho que desde las residencias se realice un seguimiento exhaustivo del tratamiento farmacológico favorece el cumplimiento de este y a su vez la estabilidad clínica de los usuarios. En la misma línea, la coordinación continuada con el Centro de Salud Mental de la zona (reuniones mensuales dentro del programa TMS con DUE, TS y psiquiatras y puntualmente con el psiquiatra responsable siempre que se observa necesario) permite que el tratamiento sea flexible, de acuerdo con las necesidades del paciente. En las residencias gestionadas por la Fundación CPB Salut Mental la organización asistencial está orientada bajo los principios de la comunidad terapéutica de manera que el día a día del paciente en la institución resulte por sí mismo un instrumento terapéutico que permita reforzar sus capacidades sanas, ayudándole a dar forma a sus conflictos en su vida cotidiana, permitiéndole un contacto con sus propios afectos (emociones, deseos, miedos,...) que le sea tolerable, y fomentando la progresiva adquisición de autonomía y de responsabilidad, con una mejor adaptación general a la realidad. El equipo asistencial promueve que el colectivo de pacientes actúe en si mismo como agente terapéutico. De hecho tanto los espacios reglados (entrevistas, grupo terapéutico, asamblea, actividades comunitarias, talleres) como intersticiales (tiempo libre, no reglado) devienen también instrumentos de mediación. La intervención terapéutica se centra en facilitar un espacio de relación con los demás y de experiencias compartidas, en la resolución de los problemas que surgen en la vida diaria, y en la confrontación con la realidad mediante las interacciones personales y grupales, con un enfoque directivo, pero basado en la empatía, la comprensión y el refuerzo positivo, por parte del profesional (psicólogo/a, Trabajador/a Social, DUE o cuidadores). Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso... ORIGINALES Y REVISIONES 533 El encuentro intersubjetivo se considera vertebrador de la práctica asistencial y como herramienta terapéutica. Esta relación de ayuda es facilitadora de procesos terapéuticos si se trata de una relación emocional significativa, siendo esto posiblemente independiente de la técnica empleada y de la duración del proceso en sí, y que permite que el vínculo establecido con el profesional facilite, a través de la repetición y la reflexión conjunta de las emociones y vivencias, la modificación parcial de la representación interna del self (30). No nos centramos solamente en el examen de la conducta, sino que incorporamos el trabajo relacional y emocional. Los estudios que han analizado el papel que desempeña la psicoterapia en las vidas de las personas con TMG han evidenciado que la relación con sus psiquiatras, terapeutas y equipos de tratamiento es clave en la mejora (31-32). La terapia de apoyo se considera esencial como cimiento para la administración de todo tipo de tratamientos y para los cambios terapéuticos (33-34). La importancia que tiene la terapia de apoyo en el proceso de recuperación ha sido corroborada por algunos estudios aleatorizados y bien controlados de larga duración que han demostrado tasas reducidas de recidivas y un mejor funcionamiento social (35-36) Si algún aspecto es básico y primordial en los procesos rehabilitadores de las residencias ese es todo lo relacionado con las Actividades de la Vida Diaria (AVD). Al tratarse de actividades cotidianas realizadas en el entorno habitual, representan acontecimientos generalizados a todos los residentes y por consiguiente un espacio donde trabajar su autonomía. El resultado del presente trabajo refleja un 15% de cambio en el apartado 3 de la escala ENAR-CPB. Los residentes mejoran su autonomía en las AVD ya sea básicas (alimentación, higiene, vestir) o instrumentales (poner lavadoras, autogestión económica, organización de su espacio y pertenencias, uso de los medios de comunicación, manejo del transporte, tareas domesticas, realización de compras). Trabajar las AVD forma parte de la rehabilitación ofrecida des de la residencia, ocupando el cuidado personal el área mas destacada. La tarea de los profesionales es recuperar, instaurar y/o entrenar los diferentes hábitos y habilidades necesarios para la vida diaria –que serán diferentes para cada usuario- y asegurar luego el cumplimiento de las diferentes tareas del día o la semana solo mediante la supervisión más o menos intensiva. Entendemos que la realización de tales actividades tiene efectos rehabilitadores y preventivos del proceso hacia la cronicidad, y que la falta de implicación en las AVD tiende a fomentarlo, incrementarlo y acelerarlo. Otro cambio significativo es el incremento del uso de recursos de rehabilitación utilizados. Los usuarios se benefician de más recursos externos y más variados, que antes de vivir en una residencia (pasando de 52 a 130 recursos utilizados). Dato que correlaciona con la mejora en su integración en el entorno (tiempo ocupado, organización del tiempo libre y capacidad para establecer objetivos según sus deseos y necesidades), que representa una mejora del 14% en el apartado 5 de la escala ENAR-CPB. 534 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES Es bien conocido que el ajuste social y ocupacional resulta especialmente susceptible a la influencia de los síntomas negativos de la esquizofrenia, en parte porque los síntomas negativos suponen la inhibición o perdida de ciertas funciones normales de la persona, falta de interés, aburrimiento, apatía, incapacidad para experimentar placer, tendencia a la depresión, embotamiento afectivo, lenguaje y pensamiento empobrecido y perdida de habilidades sociales, que representan un déficit en la conducta interpersonal relativa a las expectativas sociales. A nivel empírico, los niveles de síntomas negativos se han correlacionado con el grado de discapacidad en el funcionamiento social y ocupacional en la esquizofrenia crónica (37-38). Así mismo se ha demostrado que la formación intensiva en habilidades sociales puede tener efectos duraderos y sustanciosos en la reducción de los síntomas negativos (39) y que mejora significativamente la competencia social (40). Otro estudio revela que la mitad de los enfermos mentales que viven en la comunidad no tienen más de una hora al día de actividad estructurada, y que este grupo obtiene una puntuación más baja que cualquier otro grupo en un test que evalúa los “objetivos en la vida”. Otro dato evidenciado es que los enfermos mentales crónicos se quejan más de aburrimiento que de sus síntomas psicóticos positivos (41). Nuestra sociedad reconoce tres ejes básicos para la integración social: la vivienda, el trabajo y el ocio; desde la residencia partimos de la consecución del primero para trabajar el desarrollo personal hacia la adquisición de los otros dos. Para este objetivo es básico trabajar la motivación del usuario en relación a la propia rehabilitación, orientarlo en la elección del su propio programa de rehabilitación, acompañarlo en su proceso de rehabilitación, favorecer el uso de recursos normalizados, fomentar la participación en actividades de ocio, y ayudarlo a estructurar y organizar su horario. Todo ello conlleva un aumento en la realización de actividades rehabilitadoras externas, mejorando el ajuste social y ocupacional y que el usuario se sientan más integrados en su entorno. En resumen podríamos afirmar que la estancia en las residencies favorece la estabilidad clínica del usuario, reduciendo el número de ingresos y su tiempo de estancia. Significa un ahorro del gasto sanitario a medio y probablemente a largo plazo, y un beneficio notable para la persona, dado que a menos recaídas, menor deterioro y menor dependencia. El residente mejora en el funcionamiento general en las AVD, hábitos de salud y relaciones personales, recuperando su estatus de ciudadano, más activo y autónomo. Se dignifica a la persona en tanto que se promueve que no se instale en la posición de enfermo pasivo (como paciente psiquiátrico), potenciando la participación en la vida comunitaria (tanto dentro como fuera de la residencia). En un sistema sanitario marcado por una concepción de curación más que al cuidado continuado y la mejora del funcionamiento, la atención psicosocial ha sido Las residencias para personas con Trastorno Mental Grave como un recurso... ORIGINALES Y REVISIONES 535 considerada como un aspecto secundario y de menor relevancia que el tratamiento psiquiátrico o la hospitalización. En el presente estudio se demuestra que las atenciones ofrecidas en las Llar-residencias también tienen una función terapéutica y de mejora clínica, siempre que su funcionamiento vaya más allá del meramente asilar (proporcionar alojamiento y comida) y cumplan con criterios de tratamiento institucional (42). Para que esto sea posible se debe primar los aspectos de rehabilitación y recuperación ante los meramente de custodia. Esto quiere decir destacar aspectos como la creación de un encuadre fiable y seguro, la flexibilidad y personalización del cuidado, la capacidad de decisión de los usuarios, la toma compartida de decisiones que afectan al colectivo, y la promoción de factores terapéuticos (43) como son la cohesión grupal, la instalación de esperanza, la universalidad y el altruismo, con el objetivo también de que los residentes puedan sentir calor de hogar y no solo que disponen de un techo. Para poder fomentar la autonomía en los residentes es fundamental que el modelo de funcionamiento de las residencias se asemeje lo menos posible al que podría denominar “de concepción hostelera u hospitalaria / asistencial” donde se fomenta la dependencia y la no implicación de los residentes. En cambio, conviene adoptar el un modelo que se puede asemejar al de “domicilio particular”, donde, dentro de las posibilidades propias de cada usuario, los residentes son responsables del mantenimiento general de la residencia, haciéndose cargo por ejemplo de la limpieza de espacios y pertenencias personales y comunes (más allá de que haya personal de limpieza que garantice la limpieza a fondo), ordenación de su espacio personal, limpieza y planchado de su ropa, realización de tareas domésticas (como poner la mesa, fregar platos, etc.), realización de gestiones, trámites y pequeñas compras (productos de higiene personal, etc.). Si realmente se desea una asistencia basada en un modelo comunitario, será necesario un soporte político decidido, entre otros menesteres, a garantizar, a través de políticas sociosanitarias flexibles, el acceso al alojamiento, pero teniendo en cuenta que este colectivo (TMG con necesidades de un lugar de vida) es muy heterogéneo y este alojamiento tendría que adecuarse a las diferentes necesidades de atención o capacidades de autonomía del paciente y contemplar diferentes tipologías: residencias con diferentes niveles de atención, pisos tutelados, pensiones sociales, incluso unidades de carácter socio-sanitario. Se debe ir articulando sistemas de atención y soporte comunitario cuyos pilares básicos se deben asentar en la colaboración entre el sistema sanitario a través de sus servicios de salud general y mental, unidades de hospitalización, hospitales de día y otros recursos y entre el sistema de servicios sociales, pero también de formación y empleo. 536 D. Lascorz, E. Serrats, B. Ruiz, M.J. Córdoba, J. Vegué ORIGINALES Y REVISIONES BIBLIOGRAFIA (1) Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipiente. Fòrum de Salut Mental, coordinación. Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipiente. Madrid: Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad y Consumo. Agència d’Avaluació de Tecnologia i Recerca Mèdiques; 2009. Guía de Práctica Clínica: AATRM. Nº 2006/05-2. (2) Modelo de Atención a personas con enfermedad mental grave. Documento de consenso. Madrid: IMSERSO. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales; 2006. (3) Goldman, H.H.; Gatozzi, A.A.; Tanbe, C.A. Defining and counting the chronically mentally ill. Hospital and Community Psychiatry 1981; p.32,22. (4) Stroul, B. Community Support Systems for Persons with Long-Term Mental Illness: A conceptual framework. Psychosocial Rehabilitation Journal. 1988; 12 (3) p.10-26. (5) R.P.. Liberman y A. 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Este cuadro clínico ha sido definido como “amnesia epiléptica transitoria”. Tras revisar la literatura, describimos las características de esta entidad nosológica con detalle. Caso clínico: Informamos de un caso de amnesia epiléptica transitoria en un varón de 58 años, con un diagnóstico previo de epilepsia y cuadro afectivo, que presenta episodios recurrentes y transitorios de amnesia mostrando el resto de sus funciones cognitivas preservadas. Durante los ataques se describen automatismos oro-alimentarios, breves ataques de estupor sin pérdida de consciencia ni desconexión con el medio. Conclusiones: La amnesia epiléptica transitoria es un subtipo de epilepsia del lóbulo temporal bien definido pero infradiagnosticado. En casos de pacientes que refieren únicamente problemas de memoria, sobre todo si son episodios de amnesia breves y recurrentes, y en aquéllos pacientes que refieran deficiencias en la memoria remota, la amnesia epiléptica transitoria debe ser considerada como una opción diagnóstica seria. El tratamiento con fármacos anticomiciales produce muy buenos resultados. Palabras clave: Amnesia. Epilepsia. Amnesia epiléptica transitoria. Amnesia epiléptica. Conflicto de intereses: Ninguno. ABSTRACT: Introduction: Memory problems are not uncommon in epileptic patients. A number of these patients show recurrent amnestic episodes and autobiographical memory problems. This clinical entity has been described as “transient epileptic amnesia”. We review the literature on this disorder describing in detail its clinical characteristics. Case report: We present the case of a 58 year old male, with a previous diagnosis of epilepsy and an affective disorder, who presents with witnessed recurrent episodes of transient amnesia without any other cognitive problems. During the attacks he showed oro-alimentary automatisms, brief episodes of stupor however maintaining consciousness and an adequate behaviour. Conclusions: Transient epileptic amnesia is a clearly defined subtype of temporal lobe epilepsy however underdiagnosed. In those patients whose only complaint is memory problems, especially if they present with brief recurrent episodes of amnesia, and in those who present with long-term memory problems, transient epileptic amnesia should be seriously considered as a diagnostic option. It responds very well to treatment with anti-epileptic drugs. Key words: Amnesia. Epilepsia. Transient epileptic amanesia. Epileptic amnesia. Conflict of interests: None declared. 540 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES Introducción Muchos pacientes epilépticos refieren problemas mnésicos, en especial aquéllos con epilepsia del lóbulo temporal (ELT). La amnesia epiléptica transitoria (AET), se describe inicialmente como un subtipo de epilepsia del lóbulo temporal, que se relaciona de manera muy estrecha con la memoria (1). La primera descripción de un episodio de AET, fue del neurólogo inglés John Hughlings-Jackson en 1888, quien describió el caso del Dr. Z, un médico que refería episodios oníricos que no podía recordar con posterioridad. Algunos de estos episodios eran precipitados por distintos estímulos (una voz, un pensamiento, algo leído, un recuerdo o actividades físicas como jugar al tenis). Durante estos episodios el Dr. Z capaz de comportarse correctamente, llegando incluso a diagnosticar adecuadamente un caso de neumonía lobar. La mayoría de estos episodios se acompañaban de automatismos oro-alimentarios sin alucinaciones. Un análisis pot-mortem de su cerebro desveló una lesión en el uncus izquierdo (2-3). Varios autores, desde la descripción inicial de Hughlings-Jackson, han propuesto que episodios de amnesia transitoria pueden ser la única manifestación clínica de epilepsia (4), en especial con el foco epileptógeno en el lóbulo temporal medial (5). No encontramos más referencia a la AET en la literatura, hasta que retrospectivamente, vemos que Hodges & Warlow (6), a partir de 153 pacientes que referían amnesia, identificaron una cohorte de 114 pacientes que cumplían criterios diagnósticos de amnesia global transitoria (AGT), de los que el 7% (8/114) desarrollaron epilepsia del lóbulo temporal. Estos pacientes que si bien mostraban breves episodios recurrentes de amnesia, presentaban una clínica atípica para la AGT. Pocos años después, Narinder Kapur (7), describe una serie de características clínicas en casos de amnesia asociada a la epilepsia también con una presentación atípica para la AGT. Opina que hay un cuerpo de evidencia suficiente para apoyar la existencia de la amnesia epiléptica transitoria, acuñando el término. Propone 4 subtipos diferentes de AET, basándose en las características de la amnesia que presentan los pacientes, que serán redefinidos en años posteriores e integrados en los déficits mnésicos interictales. Kapur, está de acuerdo con la teoría de Palmini (8) acerca de la disfunción temporal medial como causante del trastorno. Finalmente, el equipo de Adam Zeman determina los criterios diagnósticos del trastorno que se aceptan en la actualidad (5, 9). Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 541 Definición Las características de los problemas mnésicos que se observan en la ELT difieren del perfil clínico de la AET. La manifestación clínica característica de estos episodios recurrentes es la incapacidad del paciente para aprender nueva información, en ausencia de alteraciones en el resto de las funciones cognitivas y manteniendo la capacidad de una interacción con su entorno físico y social normal. Se postula que las crisis mnésicas son consecuencia de una activación en las estructuras temporales mediales sin activación isocortical. Además los pacientes refieren otros problemas de memoria interictales a saber, el olvido acelerado (OA) y pérdida de memoria autobiográfica (1, 5, 8, 10). Manifestaciones Clínicas: La AET aparece en al final de la edad adulta media o en la tercera edad. Es más frecuente en hombres que en mujeres (2:1). El cociente intelectual (CI) medio de los pacientes es de 118 (9). Si bien, la amnesia transitoria es el sello característico de éste trastorno, los episodios amnésicos “puros” ocurren sólo en una minoría (34%) de los casos (9). Los episodios muestran una amnesia mixta anterógrada y retrógrada, con algunos pacientes refiriendo el ser capaces de “acordarse de que no eran capaces de acordarse”, indicando que la amnesia anterógrada en algunos casos es incompleta. La mayoría de los episodios (74%), aunque no todos, aparecen al despertar (4). Habida cuenta que la actividad epiléptica está asociada a la actividad síncrona característica del sueño NREM, se postula que la transición del sueño a despertar actúa como desencadenante de la actividad epiléptica. Además, los ataques amnésicos al despertar pueden entenderse como un período de confusión postictal tras actividad epiléptica durante el sueño (1). Algunos se acompañan de otros signos de epilepsia como automatismos, alucinaciones olfatorias o breves ataques de estupor. (4, 5). Manifestaciones iniciales, prodrómicas de la AET pueden ser episodios de “amnesia focal retrógrada” y episodios aislados de pérdida de memoria autobiográfica con gradiente temporal, en ausencia de anomalías epileptógenas en el EEG (11). Las alucinaciones olfatorias, a menudo de naturaleza desagradable, son el signo clínico adicional de epilepsia que se refiere con mayor frecuencia (42%). Mientras que los automatismos (movimientos involuntarios intencionales) aparecen en un 40.6% de los pacientes, siendo los automatismos oro-alimentarios los más frecuentes, que a su vez se asocian con mayor frecuencia a un foco epileptógeno temporal hipocámpico que a uno frontal (1, 9). 542 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES Otra de las manifestaciones clínicas que pueden presentar éstos pacientes, en un 28.2%, son períodos de estupor que se asocian con el ataque amnésico. Se postula que son consecuencia de la propagación bilateral de la crisis ictal. Sin embargo, si aparece al principio del ataque amnésico, podría indicar que la disrupción de la memoria es un fenómeno postictal (1). En la serie de Butler (4) el 22% de los pacientes describieron una sensación de “flotar” o de nausea antes del ataque amnésico. Los ataques son de aparición súbita y se acompañan de preguntas que indican pérdida de memoria (“¿Dónde estoy?... ¿Qué estamos haciendo aquí?... ¿Qué día es hoy?), con la mitad de pacientes (50%) mostrando preguntas de repetición (1, 4-5). Por último, una manifestación clínica muy infrecuente de la AET, puede ser la anomia transitoria. Solamente hemos encontrado un caso clínico que describe anomia transitoria en un paciente con anomalías epileptiformes en el lóbulo temporal registradas en el EEG. Este paciente presentó dos episodios de anomia transitoria (para nombres propios de personas conocidas), en un período de 6 meses, con hiposmia en ausencia de otros problemas cognitivos o automatismos que respondió a terapia con lamotrigina (12). Además de lo descrito hasta ahora, los pacientes con AET, también pueden mostrar otros tipos de convulsiones que en su mayoría son crisis parciales complejas (21.3% de los casos), mientras que las convulsiones tónico-clónicas generalizadas se describen únicamente en el 3% de los casos (1). Los episodios de AET son recurrentes (una media de 12 al año), y generalmente cortos, con una duración de menos de una hora, pero pueden ser más largos, habiéndose descrito hasta de cuatro días. La mayoría de los pacientes con AET (96%) responden muy bien al tratamiento con dosis bajas de medicación anticomicial. Sin embargo, muchos pacientes continúan refiriendo problemas de memoria después del cese de los episodios de amnesia transitoria. (4), más adelante descritos como problemas de memoria remota y olvido acelerado. Debido a la complejidad del cuadro clínico, en ocasiones sin hallazgos significativos en estudios complementarios tanto de neuroimagen como electrofisiológicos, esta es una entidad nosológica que puede escapar a la atención del clínico. Por ende, el período de tiempo medio que se tarda en diagnosticar, desde su aparición, es de unos 21 meses (4). Adam Zeman y su equipo, definieron los criterios diagnósticos de la amnesia epiléptica transitoria de la siguiente manera (5). 1. Antecedentes de episodios recurrentes de amnesia transitoria observados por terceras personas. 2. Testigo fiable observa el resto de las funciones cognitivas intactas durante un los episodios. Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 543 3. Diagnostico de epilepsia avalado por uno o más de los siguientes: a.Registro compatible con actividad epileptiforme en el EEG. b.Aparición concurrente de otros signos clínicos de epilepsia (automatismos, alucinaciones olfatorias). c.Respuesta clara y contundente al tratamiento anticomicial. Además, los pacientes con AET pueden presentar otros trastornos de memoria interictales persistentes, que no se detectan en la valoración neuropsicométrica habitual, a saber: 1. El olvido acelerado, en días o semanas, de información de nueva adquisición. 2. Pérdida de memoria autobiográfica. 3. Dificultades en la memoria topográfica. Electroencefalograma (EEG) Los primeros estudios electroencefalográficos registraron descargas de ondas de punta bilaterales en los lóbulos temporales, registradas en electrodos mediobasales. Comprobaron que tanto la frecuencia de las descargas registradas en el EEG como la recurrencia de los episodios respondían favorablemente a terapia con fármacos antiepilépticos (13) Estudios posteriores con EEG convencional registran anomalías únicamente en el 37% de los pacientes, en su mayor parte en la región fronto-temporal, postulándose que éste porcentaje se puede aumentar si se realiza un EEG tras privación de sueño (9, 14). El 32% mostró cambios inespecíficos a ondas lentas y los registros fueron normales en el 31% de los pacientes (4). El mismo grupo de investigadores, analiza las anomalías en el EEG convencional agrupándolas en ictales o interictales con los siguientes resultados (1): EEG Interictal: Fue normal en el 19.4% de los casos. Algo que probablemente se deba a la falta de sensibilidad del EEG convencional para detectar descargas en el lóbulo temporal medial. El EEG detectó registros anómalos en el 43.6% de los pacientes (31.7% en el lado izquierdo, 12.2 % en el derecho y bilaterales en el 56.1%). En todos los casos en zonas temporales o fronto-temporales. El resto mostraron anomlías inespecíficas. EEG Ictal: Cuando ha quedado registrado (infrecuentemente como cabe esperar) todos los registros mostraron actividad epiléptica, bilateral en el 80% de los casos. Los episodios de amnesia fueron un fenómeno ictal en el 60 % de los casos siendo post-ictal en el 40% restante. 544 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES Neuroimagen En general, en la AET no se detectan alteraciones estructurales, pero cuando aparecen, únicamente en un 5.1% de los casos, están localizadas en los lóbulos temporales mediales (1). Diagnóstico Diferencial El diagnóstico diferencial incluye traumatismos craneoencefálicos, la amnesia global transitoria (AGT), los accidentes isquémicos transitorios, la migraña, la ingesta de tóxicos (alcohol y BZD), la encefalitis límbica y patología psiquiátrica. (4, 9, 15). Los déficits de memoria anterógrada que se describen en pacientes con AET, tanto verbal como visual, no muestran el perfil progresivo característico de un proceso neurodegenerativo. Además es reversible, en principio con medicación anti-epiléptica (16). La amnesia episódica en este grupo de pacientes (AET) tiene cierta similitud con la amnesia global transitoria (AGT). Sin embargo, puede distinguirse de ésta por su diferente presentación clínica [8), siendo la amnesia anterógrada total en la AGT, la recurrencia de los ataques (sólo un 5.8% en la AGT) y las anomalías en el EEG (13, 17). También nos ayuda a diferenciar la AET de la AGT, el hecho que los pacientes con AET conservan la noción de “self”, que se mantiene al utilizar la memoria semántica (datos de identidad personal), y no la memoria remota autobiográfica (18); y que algunos pacientes con AET, son “capaces de recordar que eran incapaces de recordar”, mostrando una amnesia anterógrada incompleta durante el ataque de AET (5). Neuropsicología Los pacientes con AET, experimentan episodios cortos y autolimitados de amnesia secundarios a actividad epiléptica probablemente en los lóbulos temporales mediales. A pesar de que estos episodios desaparecen una vez que comienzan terapia anticomicial, una proporción de pacientes continúa refiriendo problemas mnésicos (19). Estos déficits mnésicos interictales, también se observan en otras formas de epilepsia (14). Algunos refieren la rápida desaparición de recuerdos adquiridos recientemente, mientras que otros describen la pérdida de recuerdos de eventos importantes del pasado. Aun así, Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 545 estos pacientes obtienen resultados normales en pruebas de memoria anterógrada (19). Investigadores referentes en la materia, han detectado problemas de memoria interictales en hasta un 80.6% de los pacientes con AET (14): 1. Pérdida de memoria autobiográfica (35/50) 70%. 2. Olvido acelerado de memorias a largo plazo (25/50) 44%. 3. Déficits de memoria topográfica (18/50) 36%. La mayoría de los pacientes completaron test neuropsicológicos estándar de memoria con normalidad. Los resultados en pruebas de inteligencia general, lenguaje, función ejecutiva y percepción visuoespacial, no muestran diferencias estadísticamente significativas de las obtenidas por controles emparejados. Sin embargo, se detecta una deficiencia de rendimiento sutil pero significativa, al compararlos con controles emparejados (4, 9, 14). Esta leve deficiencia (1 desviación estándar), se correlaciona positivamente con el volumen de las estructuras del lóbulo temporal medial. Por otra parte es de resaltar que este rendimiento normal de los probandos en los test neuropsicológicos, contrasta con la sensación subjetiva de problemas mnésicos que refieren estos pacientes (5, 14). Los déficits mnésicos en la AET pueden ser anterógrados, retrógrados o mixtos. El grado de amnesia retrógrada que se experimenta varía con el individuo. Los pacientes con AET presentan déficits en la memoria episódica autobiográfica, memoria semántica (tanto para hechos personales como públicos y memoria anterógrada (2, 20). Los pacientes con AET también muestran leves deficiencias en tests de recuerdo diferido (delayed recall) tanto en la memoria verbal como visual y en la memoria de reconocimiento. Se puede detectar entonces una sutil disminución en el rendimiento interictal de la memoria (4). Por último, señalar que el aprendizaje utilizando la memoria de procedimiento es normal (21). Olvido Acelerado (OA) El olvido acelerado de memorias remotas (del inglés “accelerated long term forgetting”), fue descrito por primera vez en un paciente que era incapaz de recordar eventos autobiográficos o de actualidad que ocurrieron días o incluso horas antes de ser valorado. Se ha descrito en pacientes con epilepsia del lóbulo temporal además de pacientes con amnesia epiléptica transitoria (19). Poco se sabe sobre la retención mnésica tras los 30 minutos que valoran los test de memoria estándar. Sin embargo se ha detectado recientemente, en este tipo de pacientes, una forma de olvido que sólo se hace aparente tras largos períodos de tiempo (1). 546 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES No obstante, el OA no aparece en todos los casos de AET, habiéndose descrito casos de AET sin OA (22). Los pacientes que refieren OA, presentan neuropsicometrías y valoraciones psiquiátricas normales. Son capaces de un aprendizaje normal, pero presentan un olvido anormalmente rápido del material aprendido después de transcurridos 30 minutos (4, 23). Otro estudio que refuerza este concepto, demostró que los pacientes con AET y controles sanos muestran una capacidad de recuerdo similar para eventos hasta 24 horas después de éstos. Para intervalos de tiempo mayores se evidencia un OA en los sujetos con AET, al compararlos con los controles (21). Otros autores han demostrado, analizando el aprendizaje de una lista de palabras, que estos pacientes muestran un aprendizaje normal con un recuerdo dentro de límites normales después de una espera de 30 minutos. Sin embargo, el recuerdo es dramáticamente deficitario transcurridos períodos de tiempo más largos (14). El OA es menos evidente en test de memoria visual, afectando en mayor grado a la memoria verbal (23). Los pacientes con AET que presentan OA, se diferencian de controles emparejados en la proporción de olvido tardío; mientras que aquéllos que no presentan OA, se diferencian de sus controles solamente en el olvido de memorias recientes, y no de recuerdos más remotos (19). Memoria remota La memoria remota se define como aquéllos recuerdos codificados en el “pasado distante”, definido arbitrariamente como de más de un año de antigüedad. Incluye la memoria episódica (autobiográfica, que permite al sujeto revivir los eventos recordados) y la memoria semántica (datos, tanto de realidades personales como públicas (1, 20). La memoria autobiográfica se valora de varias maneras. Por un lado se puede utilizar la Autobiographical Memory Interview (AMI) (Entrevista de la Memoria Autobiográfica), en la que se pide al paciente que relate 3 episodios de 3 partes de su vida (era escolar, adulto joven y época reciente). También se puede utilizar el test de Galton-Crovitz, en el que se pide al paciente que relate una serie de de eventos de unos períodos de tiempo específicos (ej: 1975-1980, 2000-2005). De este modo, se puede esclarecer con más detalle por qué los pacientes continúan refiriendo problemas en la memoria remota a pesar de obtener resultados buenos o dentro de límites normales en pruebas de memoria anterógrada o incluso en la AMI (23). Otra forma de valorar alteraciones en la memoria remota se consigue usando fotografías con las que el paciente debiera estar bien familiarizado. Manes y su Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 547 equipo, en un estudio, utilizaron 31 fotografías del entorno cercano al paciente y valoraron su memoria autobiográfica preguntando al paciente “¿Quién” y “¿Cuándo?” al mostrar cada una de ellas. Comprobaron que las fotografías no evocaban recuerdo alguno. Repitieron la prueba a los 6 meses con los mismos resultados. Obteniendo resultados similares a otros estudios, estos investigadores comprobaron que el paciente era incapaz de recordar eventos de una parte importante de su vida. Sin embargo, su memoria anterógrada y su memoria semántica, tanto para eventos personales como de dominio público, estaban conservadas. Los autores concluyeron que los recuerdos autobiográficos más antiguos no se perdieron, bien al estar más “semantificados” o bien al tener una mayor representación cortical y así ser más resistentes a una posible fragmentación (23). Distintas teorías tratan de explicar cómo se forman los recuerdos remotos. El “modelo estándar” de consolidación de recuerdos propone que tanto la información autobiográfica como semántica se “independizan” del hipocampo tras consolidarse. Entonces, daño en el hipocampo debe causar un gradiente temporal en ambos componentes con mayor deficiencia para los recuerdos adquiridos remotamente. Por otra parte, la teoría “de trazos múltiples” propone que únicamente el componente semántico de la memoria remota es independiente del hipocampo en el tiempo. Así daño en el hipocampo conllevaría a déficits mnésicos episódicos extendidos en el tiempo, mientras que el gradiente temporal sólo se aplicaría a la memoria semántica. Sin embargo, estudios posteriores, lejos de aclarar la cuestión, han mostrado resultados no concluyentes (20). Los mismos autores (20), describen como los déficits de memoria autobiográfica abarcan todas las etapas de la vida del sujeto, sin mostrar un claro gradiente temporal, y que tanto los pacientes como los controles recuerdan más detalles recientes que remotos. Estos investigadores, también detectan déficits de la memoria semántica tanto personal como pública, aunque los déficits de memoria semántica personal son acentuados únicamente en la edad adulta media. Cabe preguntarse entonces, qué causa las alteraciones en la memoria remota. El perfil neuropsicológico de los pacientes con AET y déficits en la memoria, remota nos ayudan a entender cómo se producen éstos déficits mnésicos. Las alteraciones de memoria que presentan esto pacientes, podrían reflejar por un lado, fallos en la adquisición, en la codificación o en la consolidación de información; pero también es posible que se produzca una degradación de memorias ya establecidas o un fallo en la recuperación de recuerdos. El debate está abierto. Inicialmente, un grupo de investigadores referentes en la materia, postuló que la amnesia autobiográfica podría ser causada por problemas en la codificación de información debido a actividad epiléptica subclínica además de las consecuencias del olvido de información per se (23-24). Otro grupo de investigadores señala que la consolidación de la memoria es un proceso que se produce durante horas, días, semanas o incluso años. Por lo 548 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES tanto, la persistencia de quejas de problemas mnésicos a pesar de un rendimiento en pruebas de memoria estándar aparentemente normal, puede indicar déficits de consolidación a largo plazo. Por otra parte también se pueden deber a problemas en la adquisición de información, que puede pasar desapercibida si se examina el aprendizaje después de cortos períodos de tiempo (25). Sin embargo, el poder haber accedido a los recuerdos antes de que aparezca la AET, descartaría alteraciones en la adquisición y consolidación de información. Además si sabemos que esos recuerdos perdidos no se pueden recuperar ni con la ayuda de pistas, un problema en la recuperación de información también parece poco probable. Se debe concluir entonces que la degradación de información ya consolidada, la desaparición de las representaciones corticales de los recuerdos, es la causa más probable, a la que habría que sumar cierto grado de amnesia retrógrada secundaria al olvido acelerado (9, 23). Si bien es cierto que en algún caso aislado se ha descrito la recuperación de recuerdos, tras un episodio de déjà vu años después del cese de episodios de AET, lo que apoyaría una imposibilidad de acceder a ciertos recuerdos en vez de su destrucción; no está claro si los episodios de déjà vu son responsables directos de la recuperación de los recuerdos o producto del mismo proceso neural que facilita la recuperación de las memorias (26). Se postula entonces, que los déficits de memoria remota que se aprecian en la AET se deben a la presencia de actividad epileptiforme clínica o sub-clínica, que se propaga desde el lóbulo temporal medial por la “red de memoria autobiográfica episódica”, reiniciando conexiones neuronales y por ende interrumpiendo las representaciones de las memorias autobiográficas ya distribuidas. La observación de mayores déficits en la memoria autobiográfica que en la semántica en los pacientes con AET, junto con las sutiles alteraciones estructurales descritas por Butler [10), apoya la teoría de los múltiples trazos (20). Memoria topográfica Cerca de un tercio de los pacientes con AET, describen problemas a la hora de reconocer lugares bien conocidos o moverse por rutas con las que estaban bien familiarizados (9). Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 549 Anatomía patológica Estudios iniciales (7) proponen que la amnesia retrógrada es consecuencia de la participación de estructuras neocorticales y sustancia blanca del lóbulo temporal, quizás del polo temporal o de la circunvolución temporal inferior como la descrita en casos de amnesia retrógrada focal. Se han descrito lesiones focalizadas en los lóbulos temporales mediales, detectando en una minoría de pacientes tumores, angiomas cavernosos, aneurismas de la arteria coroidea, depósitos de hemosiderina y esclerosis del hipocampo. Ocasionalmente también pueden ser el resultado de ataques epilépticos en pacientes con procesos neurodegenerativos tipo demencia. Sin embargo, no se ha encontrado evidencia robusta que apoye el papel de le enfermedad cerebrovascular en esta patología (14, 27-28). Butlery su equipo (10) notifican una sutil pérdida de masa, sobre el 8% del total de masa hipocámpica, siendo esta más significativa en el cuerpo del hipocampo. Correlacionan los leves déficits de memoria anterógrada, con el grado de atrofia en el lóbulo temporal medial. Al igual que en pacientes con ELT, detectan un aumento en la cantidad de materia gris en la corteza temporal inferomedial. Un grupo de investigadores, hizo un seguimiento durante 8 años a un paciente con AET y OA, pudiendo completar un examen anatomo-patológico del cerebro. Únicamente se encontraron gliosis y pérdida neuronal en el hipocampo, regiones CA1, CA2, CA3 Y CA4; además de cambios isquémicos agudos. Concluyeron que los déficits de memoria interictales que mostró su paciente eran debidos a interferencias en el proceso de consolidación de la memoria, causados bien por una anomalía estructural en el hipocampo o bien por una anomalía fisiológica intermitente, de naturaleza epiléptica (subclínica) (19). Sin embargo, la pérdida de volumen en el hipocampo “per se” no se correlaciona con el rendimiento y resultados obtenidos en pruebas de memoria. Trabajos más recientes proponen que esto se debe a una posible reorganización, a modo de proceso compensatorio, de los procesos mnésicos al hemisferio contralateral (25). Esta teoría apoya la participación bilateral de los lóbulos temporales como condición necesaria para causar alteraciones de memoria en este grupo de pacientes. Etiología & Fisiopatología 1) Episodios amnésicos transitorios: eventos ictales o post-ictales. Además de las anomalías estructurales que se detectan ocasionalmente, la etiología de éste trastorno sigue sin conocerse con certeza. Se ha propuesto que, 550 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES habida cuenta que las estructuras que forman parte el lóbulo temporal medial son muy sensitivas a la hipoxia, la hipoxia cerebral de origen cardíaco pudiera ser la causa del trastorno, esta teoría no ha recibido un apoyo consistente. Estudios iniciales, proponen que la persistencia de la amnesia anterógrada tiene etiología vascular, que no se puede detectar con neuroimagen estructural, o apunta a una actividad ictal subclínica en un foco temporal (29). En cualquier caso, la etiología exacta de la AET está todavía por esclarecer (1). La semiología de los ataque mnésicos de la AET, apuntan a una disfunción temporal medial bilateral, como ya ha quedado establecido. Los autores sugieren, que en las crisis amnésicas puras, la actividad ictal se propaga de un hipocampo al otro via la comisura hipocámpica posterior sin afectar otras estructuras cerebrales (8, 10). Entendemos entonces la fisiopatología del trastorno como una crisis convulsiva limitada a los hipocampos, bilateral, propagándose de un hemisferio a otro por la comisura hipocámpica posterior. Habida cuenta que las memoria autobiográfica se puede codificar, tanto por representaciones verbales (hipocampo izquierdo) como visuales (no verbales) (hipocampo derecho), la amnesia autobiográfica ha de ser un fenómeno bilateral (30). Otros autores, apuntan a la posibilidad que en algunos casos, los episodios de AET pueden corresponder a episodios postictales, análogos a una parálisis de Todd mnésica (31-33). 2) Problemas mnésicos interictales. El lóbulo temporal medial tiene un papel importante tanto en el aprendizaje de nueva información como en el almacenamiento de recuerdos recientes, considerando las áreas isocorticales como depósito permanentes de recuerdos semánticos y autobiográficos. Así, pacientes con lesiones en el hipocampo muestran dificultades en aprendizaje de nueva información, para ambos tipos de memoria -información de eventos personales (autobiográfica) e información de datos (semántica)- pero pueden recuperar memorias adquiridas años antes. Por el contrario, pacientes con daño cortical únicamente muestran problemas a la hora de recuperar información ya aprendida, tanto autobiográfica como semántica, pero pueden aprender nueva información (23). Este grupo de investigadores, propone que la causa de la amnesia retrógrada que presenta el paciente, se debe a la degradación de las representaciones neocorticales, secundario a la actividad epiléptica recurrente en el lóbulo temporal. Aunque de forma no concluyente, apoyan la opinión de Kapur (7) que sostiene que episodios epilépticos recurrentes, repetidos, en los lóbulos temporales, pueden causar un déficit acumulado retrógrado (23). En un estudio más reciente (34) y utilizando RMN funcional demuestra que la memoria autobiográfica incluye varias áreas cerebrales diferentes la llamada “red Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 551 de memoria autobiográfica”. Esta incluye el hipocampo, la circunvolución parahipocámpica (CPH), los lóbulos temporales laterales, la corteza cíngular posterior, la unión temporoparietal, el cerebelo y algunas zonas de los lóbulos frontales incluyendo la corteza prefrontal medial. En este estudio, se comprueba que, en comparación a controles emparejados, los pacientes con AET hipoactivan la circunvolución parahipocámpica posterior (CPHp) derecha, más evidente para recuerdos de la vida adulta media y los últimos 5 años. También se detecta una conexión menos efectiva entre la CPHp derecha y la circunvolución mediotemporal derecha. Estos resultados son consitentes con una disfunción en el lóbulo temporal medial en la AET. La CPHp derecha se ha relacionado en múltiples ocasiones con la recolección de información contextual tanto en pacientes como en sujetos control. La diferencia en el patrón de activación entre los dos grupos, es la aquí descrita. Además el lóbulo temporal medial derecho se ha relacionado en distintos estudios con la “riqueza” con que se recuerdan episodios autobiográficos, se reconstruyen escenas (tanto en adultos jóvenes como mayores), y con la sensación con la que se reviven (34-36). Los mismos autores (34) constatan una conexión deficitaria entre la CPHp derecha y la circunvolución temporal media (CTM). Considerando que la CTM está involucrada en la memoria semántica y se ha asociado con la memoria autobiográfica, estos investigadores plantean la posibilidad que se encargue de integrar el conocimiento semántico con los recuerdos de eventos autobiográficos. Entonces podríamos entender que la conexión deficitaria entre la CPHp derecha y la CTM indicaría la imposibilidad de integrar la memoria semántica y los recuerdos de eventos autobiográficos (33). Este resultado, es compatible con estudios previos que demuestran deficiencias patentes en la memoria semántica, para eventos de dominio público, en pacientes con AET (20). Cabe entender entonces cómo una actividad epiléptica subclínica y recurrente, en el lóbulo temporal medial dificultaría la conexión entre la CPHp derecha y la CTM; lo que a su vez impediría la consolidación de recuerdos, en el caso del OA (36). En el caso de la memoria remota, la actividad epiléptica repetida, se propagaría desde al lóbulo temporal medial a otras áreas incluidas en la red de memoria autobiográfica, interfiriendo con las trazas de memoria autobiográfica (34). Además, trabajos recientes muestran que el contenido de los recuerdos afectados por el OA, es específico a la zona epileptógena. Se ha demostrado que pacientes con epilepsia del lóbulo temporal, y foco epiléptico en el lóbulo izquierdo, muestran OA más severo para material verbal que para material no verbal, al compararlos con controles. Si además se constatan anomalías estructurales en el hipocampo, los déficits de memoria se acentúan y extienden a material no verbal, memoria autobiográfica y tareas de reconocimiento, al igual que en aquéllos pacientes que presentan crisis convulsivas secundariamente generalizadas (25). 552 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES 3) El papel del hipocampo. Dentro del circuito neural aquí descrito, destaca el papel que juega el hipocampo puesto que es el nódulo central en el circuito de la memoria, y el lugar donde se producen las alteraciones patológicas causantes de muchos síndromes amnésicos. El hipocampo, recibe conexiones aferentes de casi todas las áreas de asociación noecorticales vía las cortezas peri-rrinal y parahipocámpica, a través de la corteza entorrinal y es de gran importancia en la memoria semántica (15). Se acepta que el hipocampo está en el centro de una red cerebral que se encarga de las conexiones necesarias para la consolidación, codificación y recolección de la memoria. La información mnésica se cree que se representa por un patrón espaciotemporal de de activación de grupos neuronales, conocidos como asambleas celulares (15). Una ruptura en la función local o remota de ésta red neuronal se puede ver en la enfermedad de Alzheimer, en la que se pueden ver cambios en la neuronas del área CA1 en estadíos tempranos de la enfermedad, y también en el daño hipocámpico generalizado (15). Queda entonces por determinar cómo el organismo responde a éstas modificaciones en las redes neurales responsables de nuestros recuerdos y memoria, cómo se reorganizan y qué mecanismos compensatorios se utilizan (15). Tratamiento Si bien todo clínico acepta que en la epilepsia no hay lugar para los ensayos terapeúticos, debido a las características especiales de este trastorno, y en ausencia de anomalías en el EEG y RMN, se acepta un diagnóstico de epilepsia si hay una respuesta favorable a los anticomiciales durante un seguimiento lo suficientemente largo (30). El tratamiento con medicación anti-comicial consigue un porcentaje de remisión del 88.5%. En aquellos pacientes que esto no se consigue, se disminuye la frecuencia de los ataques de manera patente (1). La opinión general es que los déficits de memoria retrógrada (autobiográfica) no responden a los fármacos anti-comiciales, sin embargo se ha logrado mejoría del OA en un caso de AET (37). Hay también comunicaciones de casos clínicos en los que se muestran casos de AET resistentes a tratamiento farmacológico, que responden a tratamiento quirúrgico (38- 39). Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 553 Caso Clínico Presentamos el caso de un varón de 58 años que ingresa en nuestra unidad de rehabilitación desde una unidad de subagudos con diagnóstico de Trastorno Esquizofrénico. Su único antecedente hasta los 54 años era una intervención de hernia discal lumbar. Es diestro para la escritura y precisa de corrección óptica para la lectura. Titulado en administración, ha desempeñado bien durante más de 30 años su labor de jefe administrativo en una empresa. Vive con su esposa y dos hijos menores de edad. Con 54 años sufre un episodio de mutismo y desconexión del medio con hipotonía. Se sospecha un origen epiléptico y se le remite al servicio de neurología, que tras el estudio lo cataloga de crisis parciales complejas. En el EEG inicial (con fotoestimulación y privación del sueño) no se reflejan los paroxismos, solo hay actividad de fondo con un ritmo alpha occipital a 9 Hz, sin signos irritativos ni de focalidad. Se inicia tratamiento con valproato sódico (no sabemos dosis y duración) con una respuesta prácticamente nula y, al repetirse los epsiodios, abandona la medicación y el seguimiento. La familia describe la persistencia de la clínica como episodios de mutismo y desconexión recurrentes, de frecuencia cada vez mayor. Cumplidos los 56 años, el paciente ingresa en el servicio de neurología por presentar un episodio súbito de disartria, parestesias en extremidad superior derecha, y desconexión del medio con movimientos masticatorios y fijación de la mirada. Se le realiza un nuevo EEG donde se aprecia una leve disfunción en la región temporal izquierda sobre una actividad de fondo normal. El TAC craneal, la RM y Angio-RM no evidenciaron cambios patológicos. Al alta el diagnóstico fue de Probable episodio de migraña con aura visual e hipercolesterolemia, pautándose tratamiento con valproato sódico (500 mg/día), atorvastatina (80 mg/día) y ácido acetilsalicílico (300 mg/día). En el seguimiento ambulatorio posterior se practica un SPECT donde se aprecia un mínimo defecto de perfusión en región temporoparietal del lado izquierdo. En la semana posterior al alta el paciente desaparece varias horas del domicilio. Le encuentran en su coche, aparcado en un arcén, en estado de mutismo acinético y sin respuesta a estímulos. Estudian el caso Medicina Interna y Neurología y no encuentran datos patológicos justificativos en las pruebas complementarias. Sí constatan una conflictiva importante a nivel laboral y relacional, sospechando un episodio de fuga disociativa. Piden entonces interconsulta a psiquiatría, siendo éste es el primer contacto del paciente con dicha especialidad. El diagnóstico del primer ingreso en la unidad de agudos de psiquiatría es catatonia a filiar. Presenta mutismo y ausencia de respuesta a estímulos persistente tras 7 días de tratamiento con diazepam (40 mg/día). Se decide administrar TEC (7 sesiones) e iniciar tratamiento antidepresivo con venlafaxina (150 mg/día). A 554 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES lo largo de las sesiones de TEC recupera el discurso espontáneo, pero persiste una dificultad en la expresión (anomia y palilalia), una amnesia lacunar completa del episodio, y una amnesia incompleta de eventos ocurridos en un periodo anterior más largo (de semanas). Tras el alta hospitalaria persisten los episodios de amnesia, con sensación de bloqueo a nivel motor y del lenguaje. Tiene dificultades para hacer una vida autónoma, incluyendo aspectos básicos del autocuidado, y aparece un cuadro secundario de angustia y ánimo bajo que motiva el segundo ingreso psiquiátrico, de varias semanas. Se describen entonces “episodios de ausencia con síntomas disociativos y amnesia posterior” que son etiquetados de conversivos, con recuperación parcial de la amnesia. Se modifica el tratamiento antidepresivo a escitalopram (20 mg/día), añadiendo clorazepato dipotásico (15 mg/día) y trazodona (100 mg/día). El diagnóstico al alta es amnesia disociativa. Un mes después precisa un tercer ingreso psiquiátrico por intensa angustia, desesperanza, ideación autolítica, persistencia de la clínica amnésica, y deterioro grave del funcionamiento global. Por la alta frecuencia de ingresos y el deterioro funcional se le deriva a la unidad de subagudos, donde se le diagnostica de trastorno esquizofrénico. Para ello se basan en la evolución tórpida, la falta de repuesta a la medicación y la ruptura biográfica, a pesar de la ausencia de clínica psicótica positiva. Le pautan olanzapina (20 mg/día) y ceden parcialmente la angustia y la ideación autolítica, persistendo los episodios de amnesia y cefaleas. La importante desestructuración que sufría el paciente en todos los ámbitos vitales motiva la derivación a la unidad de rehabilitación nuestro centro, donde se procede a revisar toda la historia al considerar que el diagnóstico hasta ese momento era impreciso. Constatamos que no existían antecedentes familiares de enfermedades psiquiátricas o neurológicas. El paciente es el quinto en la fratria de seis hermanos, su embarazo, parto y desarrollo madurativo fueron normales. Se escolarizó con 4 años, y describe una infancia “feliz y normal”, con buena rendimiento académico y funcionamiento social. El paciente describe los episodios amnésicos como momentos de “pérdida de consciencia” de minutos de duración sin un desencadenante identificado, con cefalea y estado de ensoñación posterior. Hay amnesia del episodio. La frecuencia inicialmente es mensual o semanal, pero con el tiempo llega a ser diaria. Verbaliza fallos en la memoria autobiográfica, incluyendo hechos concretos e importantes en la crianza de sus hijos, de la relación conyugal y otros eventos, lo cual es motivo de alarma para la familia. Ésta constata la existencia de una amnesia episódica recurrente. Según ellos en los episodios puede haber momentos de estupor, a menudo con automatismos motores masticatorios, pero no aprecian pérdida de consciencia y el resto de las funciones cognitivas parecen normales. Confirman la pérdida de Neuropsiquiatría clínica de la epilepsia: La amnesia epiléptica transitoria. A propósito de... ORIGINALES Y REVISIONES 555 memoria de los episodios y de los datos autobiográficos previos, así como la dificultad en la retención de recuerdos generados en los días y semanas posteriores (por ejemplo, durante los ingresos). A nivel psicopatológico solo se objetiva clínica compatible con un episodio depresivo mayor, que se interpreta como secundario al grave y progresivo deterioro. La evaluación neuropsicológica indica dificultades en la memoria prospectiva, sin problemas en las memorias inmediata y de trabajo. Tiene dificultades en la memoria a largo plazo visual y verbal, y dificultades para recuperar información de episodios pasados. No hay un deterioro cognitivo global (están preservados el lenguaje, las gnosias y las praxias). Destaca una marcada lentitud generalizada, en tareas con y sin componente motor, que podría explicarse por su cuadro afectivo. Aun así, las dificultades en la memoria a largo plazo no se explican por causas motivacionales, ya que el paciente se esforzó en realizar las pruebas. La conclusión es que estos hallazgos no se explican solo por la presencia de problemas psiquiátricos. En base a todo lo expuesto se plantea el diagnóstico de amnesia epiléptica transitoria, ya que consideramos cumplidos los criterios diagnósticos definidos para dicha dicha entidad. Como medida farmacológica inicial, y de cara a descartar un origen funcional de la clínica, se retira el tratamiento antipsicótico. Se pauta tratamiento antidepresivo con venlafaxina (225 mg/día), mirtazapina (30 mg/día) y aripiprazol (como potenciador antidepresivo, a dosis de 5 mg/día), y mejora significativamente la clínica afectiva en los primeros meses. Como persistían los paroxismos amnésicos tras la resolución del cuadro afectivo, y con la sospecha de un cuadro de amnesia epiléptica transitoria, se introduce tratamiento con levetiracetam a dosis crecientes (hasta 1500 mg/ 12 horas). Durante las primeras semanas de incremento presentó episodios aislados de amnesia, que no se han vuelto a registrar posteriormente durante 4 meses. El paciente, actualmente asintomático, continúa en el programa de rehabilitación psicosocial para la recuperación de un adecuado funcionamiento personal y reincorporación a su domicilio. Conclusiones La evidencia de la que se dispone en estos momentos, indica que la AET se entiende como un subtipo de epilepsia del lóbulo temporal, con entidad propia (9, 32). La AET se caracteriza por episodios breves y recurrentes de amnesia, que en ocasiones aparecen al despertar y se acompañan de otros signos clínicos que avalan 556 F. Lázaro, E. Marín, M. Conde ORIGINALES Y REVISIONES un diagnóstico de epilepsia, aunque no en todos los casos. Además, éstos pacientes presentan otros problemas mnésicos inter-ictales (olvido acelerado y déficits en la memoria remota) que también se observan en otros síndromes epilépticos. Es un fenómeno infradiagnosticado, puesto que el clínico puede, en un primer momento, no asociar los “lapsus de memoria” que refiere el paciente con la epilepsia, achacando los mismos a los efectos de la medicación anticomicial, o en pacientes de mayor edad al proceso natural de envejecimiento; sin indagar en la cuestión con mayor detenimiento (30). Cabe entender entonces cómo una alteración en el hipocampo, y una actividad epiléptica subclínica y recurrente, en el lóbulo temporal medial dificultaría la conexión entre la CPHp derecha y la CTM; lo que a su vez impediría la consolidación de recuerdos, en el caso del OA. En el caso de la memoria remota, la actividad epiléptica repetida, se propagaría desde al lóbulo temporal medial a otras áreas incluidas en la red de memoria autobiográfica, interfiriendo con las trazas de memoria autobiográfica (34). En casos de pacientes que refieren únicamente problemas de memoria, sobre todo si son episodios de amnesia breves y recurrentes, y en aquéllos pacientes que refieran deficiencias en la memoria remota y OA, la epilepsia debe ser considerada como una opción diagnóstica seria una vez descartadas las causas más comunes (1, 33). El tratamiento con fármacos anticomiciales produce muy buenos resultados (33). BIBLIOGRAFÍA (1) Butler, C.R., Zeman, A.Z. 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Doctor en Psicología-Psicoanalista, Profesor Departamento Psicología Clínica, Experimental y Social de la Universidad de Huelva, España. a Correspondencia: Jaime Gordo Sánchez (gordo@uhu.es) Recibido: 15/08/2013; aceptado: 29/03/2014 RESUMEN: El objetivo de este artículo es desarrollar una serie de líneas de reflexión que se articulan en torno a la cuestión del pensamiento en psicoanálisis. La idea central es que pensar en psicoanálisis es pensar sobre el límite y que ese pensar se ubica allí donde el propio pensamiento encuentra su límite. Para mostrar esto partiremos de dos dimensiones de la elaboración freudiana (el límite en el pensamiento de la capacidad asociativa y el límite en el pensamiento de la escena) para, a continuación, analizar la importancia del concepto de límite en el pensamiento y la conceptualización teórica en psicoanálisis. Es esta orientación del pensamiento hacia un límite que implica el psicoanálisis, la razón de su radicalidad y de su irreductible dificultad de formalización y transmisión. Palabras clave: Pensamiento, Límite, Psicoanálisis, Asociación Libre, Escena. ABSTRACT: The aim of this paper is to develop some lines of reflection that put together around the question of thinking in psychoanalysis. The central idea is that thinking in psychoanalysis is thinking about limit and that such thinking is there where the own thought finds its limit. To show this we’ll begin with two dimensions of the Freudian elaboration (the limit in the thinking of the associative capacity and the limit on the thinking of the scene) to continue with the analysis of the importance of the concept of limit in thought and the theoretical conceptualization in psychoanalysis. It is this approach of thinking towards a limit involving psychoanalysis, the reason of its radicalism and its irreducible difficulty of formalization and transmission. Key words: Thought, Limit, Psychoanalysis, Free association, Scene. Introducción Si es cierto, como afirma Green (1), que en psicoanálisis existe un modo original de racionalidad surgido de la experiencia práctica, cabría preguntarse qué hay de específico en la forma de producción de pensamiento del psicoanálisis: ¿Qué es pensar psicoanalíticamente? Evidentemente esta cuestión atañe al encuentro-desencuentro, entrecruzamiento, entre psicoanálisis y filosofía, que ha tenido en Lacan el nombre de antifilosofía. En realidad el psicoanálisis no puede desentenderse de la filosofía pero tampoco puede asociarse claramente a ella. Por otra parte, esta cuestión atañe también a la relación entre psicoanálisis y ciencias cognitivas aunque salta a la vista que hay una diferencia radical en la concepción de lo que es el pensamiento para las ciencias cognitivas y para el psicoanálisis. 560 J. Gordo ORIGINALES Y REVISIONES Consideramos que, si existe una característica definitoria de la razón analítica, esta es su radicalidad: el psicoanálisis es pensar en profundidad. Es esta radicalidad que lleva a confrontarse de continuo con un límite, la que nos permite convertir la cuestión del límite en objeto de reflexión e interrogación; e incluso poner este límite en el centro de todo. Pensar en psicoanálisis es pensar el límite. En ese sentido la cuestión del límite es un elemento ordenador de la pregunta sobre qué es pensar en psicoanálisis. Curiosamente es esta la apuesta filosófica de Eugenio Trias por él llamada razón fronteriza: poner en el centro de toda reflexión filosófica el límite que a esta siempre le sale al paso. Para Trias (2), el límite de lo pensable puesto en el centro es el reto que instiga y la salvaguarda que impide a la filosofía el desfondamiento en la nada. A la razón que se interroga por este límite la llama Trias “razón fronteriza”. Dicha razón se interroga por el límite que imposibilita al sujeto el conocimiento de sus causas. A esto él lo llama fundamento en falta. De esta condición fronteriza se desprende también una ética fronteriza donde el hombre hallaría su ser más precioso: la libertad. Pensamiento del límite de la capacidad asociativa. La cuestión del límite es rastreable en significativos puntos de la obra freudiana. En primer lugar se presenta a propósito de la asociación libre; Freud se confronta desde el comienzo de su recorrido con el hecho de que hay un límite en la capacidad asociativa. La asociación libre es, sin duda, el elemento central del descubrimiento freudiano. Se trata del instrumento, concepto, o método, desde el que poder pensar un sujeto descentrado que subvertirá radicalmente la concepción clásica del sujeto y conduce a un nuevo y específico tipo de racionalidad. Al fin y al cabo, la asociación libre, ¿lo es de la palabra o del pensamiento?: lo es de la palabra y del pensamiento; pues la puesta en marcha del método de la asociación libre introduce un cambio radical en lo que supone pensar. En primera instancia, produce una liberación del pensamiento que permite pasar de un pensamiento coagulado a la movilidad de las representaciones, pero además permite la radical apertura a lo nuevo orientado a un límite. Evidentemente el concepto clave para concebir este límite en la obra de Freud es el de “ombligo del sueño”. Se trata de un concepto que aparece en dos ocasiones en La interpretación de los sueños. La primera en el análisis del conocido sueño de “La inyección de Irma”, la segunda en el capitulo séptimo. Freud (3) presenta el sueño de “La inyección de Irma” en el capitulo segundo de La interpretación de los sueños, que lleva por título “El método de la interpre- Pensamiento y límite en psicoanálisis ORIGINALES Y REVISIONES 561 tación de los sueños. Análisis de un sueño paradigmático”. Este sueño es, como afirman E. Roudinesco y M. Plon (4), un mito del psicoanálisis porque contiene una especie de novela familiar de los orígenes y la historia del psicoanálisis. Tal vez por eso ha sido objeto de una ingente cantidad de estudios. El concepto de “ombligo del sueño” aparece en las asociaciones a los trozos consecutivos del sueño “La llevo hasta la ventana para mirar dentro de su garganta. Se muestra un poco renuente, como las mujeres que llevan dentadura postiza: pienso entre mí que en modo alguno tiene necesidad de ello.” (5) y “después la boca se abre bien”. Introduce Freud entonces una nota sobre el “ombligo del sueño”, los límites de la interpretación y el tema de las tres mujeres: Sospecho que la interpretación de este fragmento no avanzó lo suficiente para desentrañar todo su sentido oculto. Si quisiera proseguir la comparación de las tres mujeres, me llevaría muy lejos. Todo sueño tiene por lo menos un lugar en el cual es insondable, un ombligo por el que conecta con lo no conocido. Es importante considerar lo que se propone aquí como límite: tres mujeres y el misterio del embarazo, del nacimiento. En ese sentido, el término ombligo designa realmente un “resto” del primitivo vínculo con la madre, con lo femenino materno. Ese “resto” coincidiría en indagación freudiana con la imposibilidad de añadir palabras, con un límite en la capacidad asociativa. Tanto en el texto del sueño de “La inyección de Irma” como en las asociaciones al mismo, la presencia de referencias a lo femenino es masiva. Por otra parte, esto enigmático incumbe también a la búsqueda que el propio psicoanálisis supone. Aparece en este fragmento, algo que retorna sucesivamente en la obra de Freud: la cuestión de las tres mujeres marcada por un tono inquietante. Efectivamente, el tema de las tres mujeres, se repite reiteradamente en el sueño: 1-La primera serie de tres mujeres es aquella que aparece en el elemento que Freud considera el “ombligo del sueño”, en la que están presentes Irma, la amiga y la gobernanta -podemos pensar: la esposa, la hija, la madre-; 2-Las tres mujeres aparecen también en las asociaciones a Es probable que la jeringa no estuviera limpia: la esposa, Mathilde e Irma; 3-Finalmente en el sueño están presentes los nombres de las tres hijas de Freud: Mathilde, Sophie y Anna. Por lo demás, el número tres aparecerá también en el sueño bajo otras formas: en el número de los colegas que aparecen; en la historia judía del caldero; en la trimetilamina; en el número de años que cumple Martha Freud, etc. En nuestra opinión, es posible formular la hipótesis de que la presencia reiterada de este dígito puede tener que ver con el descubrimiento del complejo de Edipo, que está en ciernes; esa sería la solución. En el capitulo séptimo de La interpretación de los sueños, Freud (6) se refiere nuevamente al “ombligo del sueño”. Dicho capítulo es el apartado teórico del 562 J. Gordo ORIGINALES Y REVISIONES libro, con el que Freud se propone construir una estructura teórica que dé cuenta de su descubrimiento. Es la parte metapsicológica del texto. Lleva por título “Sobre la psicología de los procesos oníricos” y consta de seis subapartados. Es en el primero, “El olvido del sueño”, donde aparece una nueva utilización del término “ombligo del sueño”. Se trata de un punto de su elaboración donde se confronta con los límites de la elaboración metapsicológica. El problema que se plantea es el de esclarecer el sueño como hecho psíquico, de explicarlo en el sentido de conducirlo a lo conocido; pero no existe ningún conocimiento psicológico al que subordinar lo discernido a partir del examen psicológico de los sueños. Ésa es la tarea en la que se empeña en este capítulo que Freud considera como un viaje que desemboca en la oscuridad. Dicha terminología -adentrarse en la oscuridad, llevar lo conocido a lo no conocido-, parece marcada por el deseo y la imposibilidad de adentrarse en lo enigmático de los primeros vínculos con la madre. Freud empieza el capitulo con el relato de un sueño enigmático que, en principio, no se amoldaría a su hipótesis de que el sueño es una realización de deseos: el sueño “Niño que se abrasa”. Le fue referido por una paciente que, a su vez, lo había escuchado en una conferencia. Es en el primer apartado del mismo donde introduce nuevamente el término “ombligo del sueño”: Aún en los sueños mejor interpretados es preciso a menudo dejar un lugar en sombras, porque en la interpretación se observa que de ahí arranca una madeja de pensamientos oníricos que no se dejan desenredar, pero que tampoco han hecho otras contribuciones al contenido del sueño. Entonces ése es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. Los pensamientos oníricos con que nos topamos a raíz de la interpretación tienen que permanecer sin clausura alguna y desbandar en todas las direcciones dentro de la enmarañada red de nuestro mundo de pensamientos. Y desde un lugar más espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio. Indagando en esta definición hemos de decir que se trata de un lugar que se ha de dejar a menudo en sombras. Sería entonces un lugar oscuro, eso es, ajeno a la luz del sentido. Ése es el lugar en que el sueño se asienta en lo no conocido. Pero, al respecto, cabe evidentemente la pregunta de qué clase de “no conocido” es accesible a través de la escucha psicoanalítica. Que clase de no conocido se ofrece como límite a la indagación analítica. La reflexión en torno al límite de la asociación libre aparecerá también en el recorrido freudiano a propósito del concepto de “simbolismo”. Freud (7) analizará aquí el momento en que no es posible la asociación de ideas en torno a un sueño. Sólo en ese caso es pertinente el uso de una interpretación simbólica del mismo. Podríamos pensar que esta parálisis de las asociaciones es de distinto orden que la considerada a propósito del “ombligo del sueño”. La primera es una expresión de Pensamiento y límite en psicoanálisis ORIGINALES Y REVISIONES 563 la resistencia, la segunda es un límite propio de la estructura. Por otra parte, esta parálisis puede presentarse con efecto inquietante, así, en el último apartado del segundo capitulo de Lo siniestro (8), Freud considera el hecho de que se produzca efecto siniestro “…cuando un símbolo asume la plena operación y el significado de lo simbolizado”. La angustia que aquí se produce sería del mismo orden que la que aparece en el sueño de angustia. A partir de estas observaciones nos parece posible considerar que el “ombligo del sueño” es un límite de acceso a lo originario en el que coinciden, sin duda, varios planos. Para abordar esta cuestión, nos serviremos de un párrafo agregado al segundo apartado del mismo capitulo séptimo de La interpretación de los sueños, titulado “La regresión”, donde Freud (9) distingue tres modos de “regresión”: 1. Una regresión tópica, que consistiría en una reactivación de las huellas en el inconsciente. 2. Una regresión temporal, pues se trataría de una retrogresión a formaciones psíquicas más antiguas. 3. Una regresión formal, ya que los modos de figuración primitivos sustituyen a los habituales. Finalmente estos tres modos de regresión son, según Freud, uno sólo, y en la mayoría de los casos coinciden, pues lo más antiguo en el tiempo es a la vez lo más primitivo en sentido formal y lo más próximo al extremo perceptivo dentro de la tópica psíquica. Siguiendo esta forma de acercamiento a la cuestión de la “regresión”, consideramos que el límite al que apunta el “ombligo del sueño” coincide con tres límites en los tres planos temporal, formal y tópico: 1. El término ombligo, que remite al primer vínculo con la madre será lo primero en el plano temporal. 2. Este límite coincide también con lo primario en el aspecto formal: lo no asimilable, no reconocible en el orden del lenguaje. 3. Desde el punto de vista tópico sería lo reprimido originario. Se trata pues de un concepto que apunta al límite de lo originario ante el que Freud se detiene. En nuestra opinión, la indagación lacaniana presenta la posibilidad de ir más allá de este punto de inflexión de la conceptualización freudiana. Efectivamente, Lacan (10) dedica dos clases del Seminario II, “El Yo en la Teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica”, a analizar el sueño de “La inyección de Irma”. Para él, lo que Freud ve en la garganta de Irma es algo innombrable, una verdadera cabeza de la Medusa, lo Real como imposible. Según Lacan, lo que en este sueño se le revela a Freud, es el hecho de que la única palabra clave del sueño es la naturaleza misma de lo simbólico. Por otra parte, en la misma época, en que dicta estas dos clases, en su “Respuesta al comentario de Jean Hyppolite sobre la Verneinung de Freud” (11), recogerá del 564 J. Gordo ORIGINALES Y REVISIONES artículo de Freud “La negación” (1925), el término Bejahung para designar un momento mítico de simbolización primordial que daría cuenta de la entrada del sujeto en el lenguaje. En esta simbolización se produce un corte entre lo que será del orden de lo reprimido y lo que retornará desde lo Real que Lacan ejemplificará a través de un recuerdo de El Hombre de los Lobos (1918 [1914]). Se puede conceptualizar así un noreconocido que no será el que retorna desde lo reprimido. En nuestra opinión, es este límite al que apunta la conceptualización freudiana sobre el “ombligo del sueño”. Es interesante constatar el hecho de que el concepto de “ombligo del sueño” surge como el reverso de la confrontación con el límite de la indagación psicoanalítica y de la elaboración teórica metapsicológica. Efectivamente el sueño de la “Inyección de Irma” muestra a Freud ante el límite angustioso de su descubrimiento y la definición del “ombligo del sueño” se enmarca en el límite de la teorización metapsicológica desarrollada en el Capítulo VII de La Interpretación de los sueños. Retomaremos posteriormente esta cuestión. Pensamiento del límite en la conceptualizacion de la escena. Fue Lacan quien hizo prestar atención a la frase “eine anderer Schauplatz”, “el otro escenario”, tomada por Freud de Fechner y que Lacan (12) consideró un modo constituyente de la razón analítica. Freud utiliza también con frecuencia el término Szene desde el inicio de su obra en relación a la teoría de la seducción y posteriormente en relación a la “escena originaria” (Urszene). Es evidente que el pensamiento sobre la escena y la pregunta por su límite en la construcción de sujeto ha sido central en todo el recorrido freudiano y particularmente en lo que hace referencia a la “escena originaria”; ninguna fantasía se orienta al límite de lo conceptualizable del sujeto y la teorización en psicoanálisis como la escena originaria. El término alemán Urszene ha sido traducido al castellano por “escena originaria” o “escena primaria”, nosotros nos referiremos al término alemán Urszene con la expresión escena originaria, por considerarla más exacta. Seguimos, en este punto, a Laplanche (13), quién hace la misma elección para el idioma francés y considera que el término scene originaire establece un puente con otros términos que Freud consideró como originarios. Clásicamente (14) se ha considerado la “escena originaria” como la escena de relación sexual entre los padres, observada o supuesta basándose en ciertos indicios y fantaseada por el niño, quien la interpreta generalmente como un acto de violencia por parte del padre. Se trata de un concepto que se fue definiendo poco a poco en el progresivo desarrollo de la obra de Freud. Se pueden establecer una serie de etapas en el proceso de constitución del concepto. Pensamiento y límite en psicoanálisis ORIGINALES Y REVISIONES 565 En un primer momento, Freud plantea desde los primeros trabajos sobre la histeria, la importancia de la percepción del comercio sexual entre los padres como generadora de una excitación que se transforma en angustia. A la vez, el término Urszene, está presente en las cartas a Fliess aunque con acepciones distintas a la de escena de relación entre los padres. Posteriormente, el intercambio sexual entre los padres aparece espiado a través del oído y produce un efecto siniestro. En el proceso de construcción del concepto a partir de la publicación del artículo “Sobre las teorías sexuales infantiles”, marcado por el análisis del pequeño Hans, Freud (15) considerará que el coito entre los padres, interpretado por el niño como un acto sádico, es una de las construcciones teóricas que el niño se formula y que forman parte de las teorías sexuales infantiles; teorías con las que el niño responde, conforme a su propio funcionamiento psíquico, a preguntas fundamentales relacionadas con la sexualidad. A partir de 1915 (16) la “escena originaria” será considerada por Freud como una de las “fantasías originarias” (Urphantasien). Por otra parte, Freud atenderá en reiteradas ocasiones a las identificaciones que se producen en la observación del comercio sexual entre los padres. Pero donde será llevada hasta el paroxismo la reflexión en torno al límite de la escena originaria será en el historial de “El hombre de los Lobos”. Efectivamente, a partir del sueño que da título al caso, Freud (17) construye con gran exactitud y de modo obsesivo, casi delirante, una “escena originaria”, en la que se encontraría la causa de la neurosis infantil y que habría sido percibida a través de la mirada. En el camino aborda la presencia de la mirada en el sueño, en la escena originaria y en la construcción del sujeto. Freud describe en este paciente la existencia de una temprana curiosidad vehiculizada a través de la mirada que será un elemento nuclear en el sueño y en la “construcción” (Konstruktion) de la “escena originaria” que Freud hace a partir de ella. El mirar fijo de los lobos, se presenta así, como un elemento fundamental en la carga angustiosa del sueño. Por otra parte, Freud (18) nos dice que el paciente siempre había destacado dos aspectos del sueño que le provocaron la máxima impresión: “en primer lugar, el total reposo e inmovilidad de los lobos, y segundo, la tensa atención con que todos ellos lo miraban. También le parecía digno de notarse el duradero sentimiento de realidad efectiva en que desembocó el sueño.” El sentimiento de realidad indicaría que dentro del material latente del sueño hay algo que ocurrió en la realidad material. Freud se refiere a este suceso con el término “escena”. De este modo lleva las cosas a su terreno. A continuación señala las claves para descubrir dicha escena. La mirada es, en ese sentido, un elemento fundamental: “Tenía que llevarnos hasta el contenido de esta escena lo que el soñante destaca en el contenido manifiesto del sueño, a saber, los aspectos del mirar atento y de la inmovilidad.” La mirada está presente también en un síntoma fundamental del “Hombre de los Lobos”, relacionado con la escena 566 J. Gordo ORIGINALES Y REVISIONES originaria: el síntoma del enema. A partir de este síntoma y de los comentarios de Freud se comprende que hay una ligazón que une en este síntoma la pulsión escópica y la pulsión anal. El sujeto libera esfínteres y desaparece el velo. En este recorrido Freud parece llegar al límite de la conceptualización de la escena originaria del sujeto, de esa escena que parece dar un determinado tono a todo el escenario donde se representa el mundo imaginario, la escena encargada de montar el escenario. De este modo, como ya hemos afirmado en otro lugar (19), consideramos que la “escena originaria” resulta determinante en el intento de dar cuenta de un punto límite en la indagación sobre el nacimiento del sujeto. Por otra parte, es necesario señalar que este pensar el límite de la escena es llevado una vuelta de tuerca más por Lacan, pues gran parte de su indagación irá destinada a teorizar como está construida la escena dentro del escenario. Pensamiento del límite en la conceptualización teórica. Como anteriormente señalábamos existe una coincidencia entre el límite con el que se confronta la indagación psicoanalítica y el límite que sale al paso en la elaboración teórica en psicoanálisis. Se deriva esta coincidencia del hecho, muchas veces señalado, de que existe en la indagación freudiana una total coincidencia entre descubrimiento del objeto de estudio y elaboración del método de descubrimiento del mismo. De este modo, la cuestión del límite como elemento central del pensar en psicoanálisis se percibe también en la formalización teórica psicoanalítica. De entrada aquí hay que señalar la existencia de un punto de imposibilidad en el pensamiento psicoanalítico donde siempre hay un salto entre la teorización y el pensamiento en movimiento. El núcleo duro del edificio teórico en psicoanálisis, el edificio metapsicológico, es una muestra de ello. Por otra parte, este límite del pensamiento de la teoría produce una suerte de redoblamiento que hace que pensar la teoría sea pensar el proceso mismo de construcción de la teoría. Así, en “Psicopatología de la vida cotidiana”, cuando por primera vez se refiere Freud (20) en su obra a la metapsicología, nombra a la percepción endopsíquica como un proceso del pensamiento analítico y de su formalización desde percepciones profundas. El sujeto tendría una “percepción endopsíquca” de algunos fenómenos que él desconoce y que están presentes como conocimiento oscuro. Ese conocimiento se proyectaría al mundo exterior y se vería reflejado en una construcción de la realidad suprasensible”, que se correspondería con las grandes entidades metafísicas y mitológicas. La metapsicología vendría a Pensamiento y límite en psicoanálisis ORIGINALES Y REVISIONES 567 transformar esa realidad transcendente en “psicología del inconsciente”. Observamos, de este modo, desde el principio, una verdadera interrogación sobre lo que sería pensar psicoanalíticamente. La metapsicología, que puede ser definida como el conjunto de los elementos estructurales fundamentales de la teoría freudiana, se nos presenta tentándonos una y otra vez con el aspecto de un saber terminado y definitivo. Sin embargo, sería un saber muerto si no se entiende como un lugar de producción de pensamiento. Sabemos hasta que punto la elaboración de este proyecto le hizo a Freud confrontarse con lo imposible. Así, en 1898 (21) no duda en pedir permiso a Fliess para dar comienzo a tal empeño de nombrar y dar forma a esta su creación más problemática. Igualmente, cuando en 1915 se propone hacer una especie de compendio de metapsicología, se ve confrontado a la imposibilidad de concluirlo, calificando diez años más tarde ese ensayo de torso, de escultura sin terminar. Hay algo entonces en este edificio teórico que está en permanente estado de construcción y que sólo adquiere su verdadera fuerza en relación al objeto que intenta elaborar que no es otro que la cosa analítica misma. Efectivamente, en este interminable intento de dar cuenta de lo inelaborable de la cosa analítica, la metapsicología se presenta como una especie de punto límite; y al mismo tiempo, principio generador y, final terminado, del pensamiento psicoanalítico que tiraría de continuo anticipatoriamente hacia un imposible ideal de completud. Siendo a la vez un lugar de análisis del propio proceso de pensamiento analítico. Desde esta perspectiva, lo más interesante de la metapsicología no sería, entonces, su condición de sólido fundamento teórico, sino su disponibilidad como territorio de ensayo metodológico que ofrece la posibilidad de pensar. Así habría que entender, en nuestra opinión, la afirmación de Freud (22) en “Análisis terminable e interminable” cuando invoca a la bruja metapsicológica: “Sin un especular y un teorizar metapsicológicos- a punto estuve de decir fantasear- no se da aquí un solo paso adelante”. Con esta perspectiva resulta de muy limitado interés realizar un acercamiento meramente descriptivo a la metapsicología, y esto porque en ningún otro ámbito es tan grande el riesgo de caer en la construcción de un saber muerto y en ninguno se genera con tanta fuerza la tensión entre la existencia supuesta de un saber definitivo y establecido y la imposibilidad del mismo. Esto lo convierte, por el contrario, en un terreno privilegiado para la investigación en psicoanálisis y para el planteamiento de cuestiones centrales de la enseñanza y la metodología psicoanalítica. Consideramos que es una ineludible condición de un modo de pensar la teoría en psicoanálisis que esté viva y que ponga en juego el deseo de saber, la de permitir la emergencia de una mirada nueva, que tenga el efecto sorpresa generado por el retorno de lo reprimido. No puede presentarse como un saber establecido y defini- 568 J. Gordo ORIGINALES Y REVISIONES tivo, ni puede eludir en su esfuerzo por pensar la teoría una suerte de permanente redoblamiento sobre si mismo que lo exponga de continuo a la radicalidad de su objeto y a los puntos límite de su desarrollo conceptual. Esta radicalidad orientada a un límite está presente en la teorización sobre lo originario en Freud y es rastreable igualmente en el análisis de los tres elementos centrales de la metapsicología. Por supuesto la pulsión es ya considerada por Freud como un concepto límite entre lo psíquico y lo somático; esta se apoya en las zonas del cuerpo que hacen borde, que están sometidas a movimiento de apertura y cierre. Este aspecto limítrofe de la pulsión está presente, por otra parte, en su carácter fundador de lo originario de la formación del adentro y del afuera que Freud intenta conceptualizar en “Pulsiones y destinos de pulsión”. Por otra parte, la cuestión que más apunta a ciertos límites de lo originario en el desarrollo teórico de la pulsión, es la introducción de la compulsión a la repetición y la conceptualización de la pulsión de muerte desarrollada en “Más allá del principio del placer”. En cuanto a la represión hay que señalar de entrada que su conceptualización apunta directamente a la cuestión de lo originario como límite. Por su parte, el concepto central de Inconsciente, pone en juego una descripción espacial que hay que repensar en relación a la cuestión topológica, porque la metáfora espacial del adentro y el afuera se presenta como un límite a reconsiderar y así como decíamos antes que la pulsión se apoya en las zonas del cuerpo que hacen borde, habría que considerar el Inconsciente como una estructura topológica de borde. En este contexto, una cuestión central a considerar atañe a las formas de lectura y estudio del texto freudiano. Es necesario plantear de continuo la pregunta de qué es lo que tira de un texto, que produce las posibilidades de transferencia hacia el mismo. Creemos que es aquello que se orienta a los puntos límite, a la emergencia de lo Real: creo que el encuentro con lo Real hace resonar en uno la existencia de la falta y produce la transferencia con el texto. Hay que pensar, entonces, la formalización como límite y el límite como brújula en el que objeto de estudio y mirada se retroalimentan y atrapan, cuestionando el límite y apuntando hacia una transgresión, hacia un más allá y que produce una especie de continuo redoblamiento sobre sí mismo que lo transforma en su propio objeto. Tal vez este continuo redoblamiento sea una particularidad del pensar analítico mismo que se deriva o es acorde con el hecho de que lo que moviliza el trabajo analítico es un deseo que es una pregunta por el deseo con lo que eso tiene de circular, y por lo tanto de inagotable. En definitiva, el pensar en psicoanálisis es un verdadero movimiento del pensamiento hacia el límite, hacia su límite. Se trata efectivamente de un pensamiento que tiene como límite la pregunta por su propio límite. Un pensamiento que atrapa su propio movimiento. De nuestro recorrido se desprenden dos puntos claros de coincidencia con la concepción de la filosofía de Eugenio Trias. Por un lado, para Trias (23) lo que hace Pensamiento y límite en psicoanálisis ORIGINALES Y REVISIONES 569 posible la existencia del pensamiento en filosofía es lo impensable que traza un límite radical respecto al ser. Es eso lo que hace posible que el pensar piense. Aquí la coincidencia con la cuestión de lo Real lacaniano en el campo del psicoanálisis es evidente. Por otra parte, si el pensamiento en psicoanálisis es una continua reflexión de la pregunta sobre sí misma, igualmente la filosofía es, según Trias (24), una erótica reflexiva, reflexionada y reflexionante que concita una infinita capacidad de interrogación. En esta encrucijada se sitúa la dificultad de transmisión y formalización del psicoanálisis. Si en el pensamiento del psicoanálisis hay un permanente movimiento de pregunta sobre la pregunta, una constante retroalimentación que se expone a pensar todo, todo el tiempo; esto hace que de continuo también en el avance del pensamiento analítico hay un olvido de lo avanzado y que avanzar sea en gran parte olvidar lo avanzado. El efecto es entonces parecido al de una mirada producida por una lente donde de continuo el campo que cae bajo el efecto de la lente forma parte de la lente misma, de modo que se produce el efecto de que algo permanece estático cuando en realidad hay un movimiento continuo. Ese punto límite implica, como afirma Lacan (25), que el psicoanálisis sea intransmisible y que cada analista está obligado a reinventar el psicoanálisis. Quedan, no obstante, otras preguntas: ¿Qué significa reinventar?, ¿qué condiciones son necesarias para que algo nuevo nazca en el encuentro con lo imposible? BIBLIOGRAFÍA. (1) Green, A. El pensamiento clínico. Buenos Aires: Amorrortu, 2010, 12. (2) Trias, E. La razón fronteriza. Barcelona: Destino, 1999, 33. (3) Freud, S. La interpretación de los sueños. En obras completas V. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1993, 118. (4) Roudinesco, É y Plon, M. Diccionario de Psicoanálisis. Barcelona: Paidos, 1997, 550. (5) Freud, S. La interpretación de los sueños. En obras completas V. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1993, 132. Nota 18. (6) Freud, S. La interpretación de los sueños. En obras completas VI. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1997, 542. (7) Freud, S. Conferencias de introducción al psicoanálisis. En obras completas XV. 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Los pacientes con acumulación compulsiva primaria tienden a presentar escasa adherencia y respuesta al tratamiento conductual ambulatorio, desconociéndose el papel que la patología comórbida del espectro psicótico pudiera ejercer en su abordaje terapéutico. Así mismo, la valoración de su gravedad y evolución clínica suele hallarse limitada a autoinformes. CASO CLÍNICO. Se expone el caso de un varón de mediana edad, con antecedentes de acumulación compulsiva de 30 años de evolución, que desarrolló posteriormente un trastorno esquizoafectivo. Tras la implementación de psicoterapia conductual monitorizada en el domicilio por la pareja, se objetivó una remisión parcial de la acumulación compulsiva al cabo de 12 meses de tratamiento ambulatorio. CONCLUSIONES. El uso de fotografías constituye una herramienta evaluativa que permite determinar con mayor precisión el diagnóstico clínico y la evolución de los sujetos con acumulación compulsiva. La presencia de sintomatología negativa comórbida debe estimular la supervisión de las pautas psicoterapéuticas en el propio domicilio del paciente. Palabras Clave: acumulación compulsiva, psicosis, evaluación, tratamiento. ABSTRACT: Patients with primary compulsive hoarding normally have a poor adherence and response to outpatient behavioral treatment, not knowing the role that comorbid psychotic spectrum psychopathology could exercise in its therapeutic approach. Likewise, the assessment of its severity and clinical course is usually limited to self-reports. CASE REPORT. We describe the case of a middle-aged male with a 30 years evolution of compulsive hoarding, which subsequently developed schizoaffective disorder. After implementing behavioral therapy monitored at home by the couple, a partial remission of compulsive hoarding was obtained during 12 months of outpatient treatment. DISCUSSION. The use of photographs is an assessment tool for determining more accurately the clinical diagnosis and the evolution of patients with compulsive hoarding. The presence of comorbid negative symptoms should stimulate psychotherapeutic supervision in patient’s home. Key Words: obsessive hoarding, psychosis, evaluation, treatment. 574 A. Frías, C. Palma, M. Borrás, J. Bonet, C. Becerra, E. Aluco NOTAS CLÍNICAS Introducción La acumulación compulsiva primaria constituye una psicopatología que reviste notable gravedad tanto desde el punto de vista psicopatológico como funcional (1). Tras una intensa década de investigación nosológica acerca de este constructo, se dispone finalmente de unos criterios operativos recogidos en la DSM-V 2013 (2) con las siguientes características: A) Dificultad persistente para deshacerse o separarse de las pertenencias personales, incluso aquéllas de valor aparentemente inútil o limitado, debido a la angustia y/o indecisión asociada a la intensa necesidad de guardarlas. B) El resultado de los síntomas es la acumulación de una gran cantidad de posesiones que llegan a llenar y saturar la casa, el lugar de trabajo u otros entornos personales (p.e. oficinas, vehículos, patios), llegando a dificultar el uso normal del espacio. Si están despejadas estas áreas vitales, es sólo debido a los esfuerzos de los demás (p.e. miembros de la familia, autoridades). C) Los síntomas provocan un malestar clínicamente significativo o deterioro en áreas sociales, ocupacionales, u otras importantes áreas de funcionamiento (incluido el mantenimiento de un ambiente seguro para uno mismo y los otros). D) Los síntomas de acumulación no se deben a una enfermedad médica (p.e. daño cerebral, enfermedad cerebrovascular). E) Los síntomas de acumulación no se limitan a los síntomas de otro trastorno mental (p.e. acumulación de obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, la falta de motivación en el trastorno depresivo mayor, los delirios en la esquizofrenia u otro trastorno psicótico, etc.). Aunque no se indiquen como tal en los criterios diagnósticos referidos, dos de las características más idiosincrásicas de estos pacientes son la falta de insight y/o la presencia de rasgos esquizotípicos de la personalidad (3-4), cualidades que comportan con frecuencia que no busquen tratamiento, que éste no resulte eficaz o bien que minimicen la severidad de su psicopatología (5). En dicho contexto, el clínico que aborda a nivel ambulatorio a un sujeto con acumulación compulsiva primaria se enfrenta a un doble reto. Por un lado, determinar con la mayor verosimilitud la gravedad de esta sintomatología y, por otro, ofrecer un encuadre psicoterapéutico que incremente la probabilidad de que la intervención resulte eficaz. Motivo de Consulta Paciente varón de 50 años que acude al centro de salud mental de área por iniciativa de su pareja para valoración psicopatológica por irritabilidad y conflictividad en domicilio familiar durante los meses previos. Evaluación y tratamiento ambulatorio de la acumulación compulsiva en un paciente con... NOTAS CLÍNICAS 575 Historia del Problema Según señala su pareja, el paciente inició 8 meses antes alteraciones de conducta en el hogar y vecindario, manifestando irritabilidad, soliloquios y suspicacia antes terceros (p.e. “mi mujer me quiere quitar los hijos”, “los vecinos la están ayudando”). A los 2 meses de debutar esta psicopatología, deciden asistir a terapia de pareja en centro privado, en cuyo seguimiento se observa adicionalmente pérdida de la distancia interpersonal, aumento de la actividad dirigida a objetivos/metas (incluyendo incremento de la acumulación compulsiva premórbida), ideación megalomaníaca (p.e. tener su propia empresa de mantenimiento), disminución de las horas de sueño (2-3 horas), verborrea y falta de conciencia de enfermedad. Según señala su mujer, la psicopatología descrita remitió de manera progresiva y espontánea a los 7 meses de debutar el cuadro clínico. Antecedentes Personales Nacimiento a término y sin incidencias. Desarrollo puerperal normal. Personalidad premórbida extravertida y afable, sin identificarse a través de terceros informantes posible presencia de rasgos de la personalidad esquizotípicos u obsesivo-compulsivos. Escolarización primaria finalizada, con trabajo estable en una empresa de mantenimiento posteriormente. Casado desde la adultez temprana, con dos hijos fruto de esta relación. Socialización preservada. No problemas somáticos relevantes. No antecedentes por consumo de tóxicos. Desde la adolescencia tardía, el paciente también presenta acumulación compulsiva de objetos que compra, recoge de la calle o hurta en el trabajo (p.e. herramientas, publicidad, material de papelería, utensilios de limpieza), distribuyéndolos en varias estancias de la casa, principalmente el trastero (figura 1). No refiere otros antecedentes psicopatológicos de la esfera obsesivo-compulsiva, ni episodios previos de naturaleza afectiva. Antecedentes Psiquiátricos familiares Familiar de primer grado con posible acumulación compulsiva sin seguimiento terapéutico. 576 A. Frías, C. Palma, M. Borrás, J. Bonet, C. Becerra, E. Aluco NOTAS CLÍNICAS Figura 1. Acumulación compulsiva antes de iniciar el tratamiento conductual (junio 2012, Álvaro Frías) Exploración Clínica Durante la primera entrevista se hallaba consciente. Orientado en tiempo, lugar y persona. Higiene preservada. Contacto parcialmente sintónico. Hipoprosexia. Discurso espontáneo y bien estructurado morfosintácticamente, con moderada presión del habla. No se objetivan alteraciones en el contenido del pensamiento. Niega sintomatología en la esfera sensoperceptiva. Humor apático, hiporreactivo, con tendencia al aislamiento e hipobulia. No alteraciones en el sueño ni la alimentación. Acumulación compulsiva primaria de naturaleza egosintónica, minimizada en cuanto a su severidad y disfuncionalidad (la mujer comenta que ésta ocupa gran parte de la planta inferior de la casa, dedicándole una parte sustancial del tiempo que antes destinaba a los hijos y amistades). No realizaba crítica del episodio psicótico señalado. Diagnóstico Diferencial Se plantea la sintomatología referida como: Trastorno esquizoafectivo, subtipo bipolar. Trastorno obsesivo-compulsivo, con poca conciencia de enfermedad. F25.0 F42.8 Evaluación y tratamiento ambulatorio de la acumulación compulsiva en un paciente con... NOTAS CLÍNICAS 577 Se descarta la acumulación simple o no patológica, dada la repercusión funcional relevante y crónica a nivel laboral (robo de objetos), familiar (conflictos con pareja y menor dedicación a los hijos) y social (aislamiento progresivo). Así mismo, se descarta diagnóstico de esquizofrenia dada la presencia de sintomatología maniforme franca constatada por informantes cercanos al paciente. Se considera el diagnóstico de trastorno esquizoafectivo por el solapamiento de clínica psicótica y afectiva de más de 6 meses de evolución, sin que ésta sea secundaria a ninguna condición médica o consumo de sustancias. Tratamiento y Evolución Durante los 12 primeros meses de seguimiento en nuestra unidad, el paciente no presentó recaída de la sintomatología maniforme ni positiva referida. Destacaba notable pérdida de funcionalidad psicosocial derivada de hipobulia, apatía e hipoprosexia, comportando aislamiento social, distanciamiento conyugal y pérdida del empleo. Se realizó exploración neurológica complementaria (TAC, RMN, EEG, analítica general), sin hallazgos de interés. En cuanto a las intervenciones implementadas, ha mantenido adherencia a tratamiento psicofarmacológico con risperidona 1mg/día y carbonato de litio 400mg/día durante los primeros 13 meses de seguimiento psicofarmacológico. El tratamiento psicológico durante los primeros 12 meses de psicoterapia ha consistido en sesiones de periodicidad mensual (45 min./sesión), tanto en formato individual como de pareja. El objetivo principal ha sido la reducción de la acumulación compulsiva. Las intervenciones efectuadas han sido las propias de la terapia cognitivo-conductual, principalmente exposición con prevención de respuesta tanto para las posesiones de las que debía desprenderse como para las que tenía que evitar recoger. Previo a ello, el paciente efectuó un listado de los objetos acumulados, categorizándolos por orden de importancia y/o valencia emocional (ropa, peluches, papeles, utensilios, etc.). La retirada de enseres respetó esa jerarquía de exposición con el fin de exponerle a niveles de ansiedad tolerables a cada momento del proceso de intervención. A la par, se trabajó adicionalmente los sentimientos de pérdida (duelo) cuando retiraba un objeto de casa que poseía una connotación emocional con alto valor simbiótico (p.e. ropa de su infancia y adolescencia). Adicionalmente, se realizó psicoeducación con la pareja con el fin de poder monitorizar el cumplimiento de las tareas para casa. A través de este tratamiento, se consiguió una reducción parcial de dicha psicopatología durante los primeros 12 meses (figura 2). Por una parte, se desprendió de una proporción significativa de utensilios y papeles, ocupando el resto de los mismos un menor número de metros cuadrados y con un 578 A. Frías, C. Palma, M. Borrás, J. Bonet, C. Becerra, E. Aluco NOTAS CLÍNICAS mayor orden y distribución. La retirada de objetos más relevantes (p.e. ropa) está siendo más lenta y selectiva. Figura 2. Acumulación compulsiva tras 12 meses de tratamiento conductual (junio 2013, Álvaro Frías) Conclusiones La acumulación compulsiva primaria constituye una psicopatología tradicionalmente asociada al trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), entidad clínica donde se ha categorizado como una dimensión o subtipo del mismo (6). A lo largo de la última década, se han emprendido numerosos estudios que han cuestionado este planteamiento, propugnándose su estatus como una entidad clínica independiente que adicionalmente presentaría elevada comorbilidad con otras patologías mentales, principalmente el TOC (7-,8). De hecho, una de las cualidades que distingue la conducta acumuladora primaria de las obsesiones/compulsiones propias del TOC es su carácter egosintónico, acercándose más a la idea sobrevalorada que a la idea intrusiva per se (9). A partir de este mayor grado de egosintonía puede explicarse la menor adherencia al tratamiento y conciencia de enfermedad entre este grupo de pacientes. En conjunto, estas cualidades fenomenológicas alejan claramente al TOC de la acumulación compulsiva (10). En el ámbito de la comorbilidad, se ca- Evaluación y tratamiento ambulatorio de la acumulación compulsiva en un paciente con... NOTAS CLÍNICAS 579 rece además de estudios que hayan evaluado la co-ocurrencia de trastornos psicóticos (esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo) en esta población, a pesar de haberse constatado una alta prevalencia de rasgos esquizotípicos de la personalidad en sujetos con acumulación compulsiva (3). A nivel etiopatogénico, la asociación específica entre acumulación compulsiva y trastornos psicóticos dista de ser un fenómeno estudiado empíricamente, si bien numerosas investigaciones han postulado diversos mecanismos explicativos de naturaleza neurobiológica en relación a la comorbilidad entre psicosis y TOC en general (11). En el ámbito evaluativo, el clínico que atiende a un paciente con acumulación compulsiva primaria en un marco ambulatorio se enfrenta al reto de valorar a un sujeto que no suele acudir por iniciativa propia a tratamiento, siendo derivados con frecuencia bajo presión familiar o por los servicios sociales de área (5). La información recogida del propio implicado tiende a minimizar la gravedad de la acumulación compulsiva, pudiendo ésta justificarse en márgenes clínicamente no significativos (3). Este hecho obliga a disponer de una metodología complementaria a la entrevista clínica estándar, la cual posibilite objetivar con mayor precisión el alcance y severidad de esta psicopatología tanto a nivel transversal como longitudinal. En relación a ello, se ha postulado el uso de fotografías como herramienta adicional (12), resaltando el presente caso la utilidad de este procedimiento tanto en la evaluación previa al tratamiento como en la determinación de la potencial mejoría durante o tras el mismo. Así mismo, el uso de fotografías puede ser un reforzador positivo para el paciente, pudiendo evidenciar los cambios cualitativos que resultan más difíciles de calibrar en el día a día. La constatación de estas diferencias también puede incrementar la conciencia de enfermedad acerca del trastorno, muchas veces normalizado por el paciente antes de acceder a realizar tratamiento psicológico. En el plano interventivo, los sujetos con acumulación compulsiva primaria suelen presentar una baja adherencia y respuesta al tratamiento conductual ambulatorio, hecho que se ve acrecentado ante la dificultad para monitorizar su grado de participación a lo largo del proceso terapéutico, incluyendo el cumplimiento de las tareas prescritas para casa (13-14). Pese a que diversos ensayos abiertos señalan la idoneidad de incorporar sesiones de terapia de conducta en el domicilio del paciente (15-16), la dificultad para extrapolar este encuadre a la práctica clínica del Sistema Nacional de Salud obliga a adoptar medidas alternativas para optimizar la eficacia de la intervención psicológica. En dicho contexto, se dispone de algunos estudios piloto que plantean el uso de soportes telemáticos (17) o bien visitas domiciliarias realizadas por un asistente social (18). En cuanto al papel del núcleo familiar, se carece de investigaciones que hayan evaluado intervenciones de naturaleza sistémica, en gran medida porque estos pacientes suelen estar solteros y/o vivir solos (19). Independientemente del procedimiento, el caso descrito apoya la necesidad de implementar con estos sujetos un tratamiento ambulatorio con una 580 A. Frías, C. Palma, M. Borrás, J. Bonet, C. Becerra, E. Aluco NOTAS CLÍNICAS supervisión periódica, sobre todo si presentan sintomatología negativa y/o depresiva comórbida que interfiera en su capacidad de volición. En conclusión, los sujetos con acumulación compulsiva primaria constituyen un subgrupo de pacientes que presentan unas características idiosincrásicas a la hora de ser evaluados y tratados a nivel ambulatorio. Por un lado, se precisa una metodología más objetiva para calibrar su gravedad y evolución, siendo el empleo de fotografías una herramienta promisoria. Por otro lado, requiere un encuadre terapéutico con monitorización inter-sesiones de las pautas psicoterapéuticas prescritas para casa, siendo necesario el empleo de figuras terapéuticas auxiliares. Por último, son preceptivas investigaciones empíricas para poder determinar el influjo de los trastornos del espectro psicótico en su curso y abordaje terapéutico. BIBLIOGRAFÍA (1) Saxena S, Ayers CR, Maidment KM, Vapnik T, Wetherell JL, Bystritsky A. Quality of life and functional impairment in compulsive hoarding. J Psychiatr Res 2011; 45: 475-80. (2) American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.). Washington, DC: Author, 2013. (3) Frost RO, Steketee G, Williams LF, Warren R. Mood, personality disorder symptoms and disability in obsessive compulsive hoarders: a comparison with clinical and nonclinical controls. Behav Res Ther 2000; 38: 1071–81. (4) De Berardis D, Campanella D, Gambi F, Sepede G, Salini G, Carano A. 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J Psychiatr Res. 2012; 46: 724-32. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (123), 583-587 doi: 10.4321/S0211-57352014000300010 Acompañamiento terapéutico: práctica y clínica en un hospital psiquiátrico. Therapeutic accompainment: practice and clinic in a psychiatric hospital. María Teresa Rosique a, Carmen González de Vega b, Teresa Sanz c. a Residente de Psicología, Hospital Dr. Rodríguez Lafora, Madrid, España. b Psicóloga Clínica, Centro de Salud Mental de Hortaleza, Madrid, España. c Profesora Titular. Dpto. de Ps. Básica II, Facultad de Psicología, UNED, España. Correspondencia: María Teresa Rosique (m.rosique@madrid.uned.es) Recibido: 04/11/2013; aceptado con modificaciones: 29/03/2014 RESUMEN: Partiendo de la teoría, técnica y práctica del Acompañamiento Terapéutico en el presente artículo se va a abordar un caso de la planta de larga estancia de un hospital psiquiátrico. Allí se instaura, dentro de una estrategia más amplia de trabajo multidisciplinar y psicosocial, un programa de Acompañamientos para pacientes con trastorno mental grave, concretamente para trastornos psicóticos y afectivos. En el Caso M se trabaja en coordinación con su familia con el objetivo último de que pueda retomar su autonomía y ser dada el alta. Tras un año de Acompañamiento Terapéutico se aprecia una pronunciada mejoría, tanto a nivel funcional como social. Palabras Clave: Acompañamiento Terapéutico, hospital psiquiátrico, trastorno mental grave. ABSTRACT: In this article one case is going to be addressed from the theory, technique and practice of the Therapeutic Accompaniment. The program has been established within a plant of long stay of a psychiatric hospital, inside a more wide strategy of multidisciplinary work. The target population of the program are patients with a severe chronic mentally illness, particularly with psychotic and affective disorders. In the Case M the work has been made in coordination with the family in order to be able to return the autonomy and be discharged from the hospital. After a year of Therapeutic Accompaniments an improvement can be appreciated at functional and social levels. Key Words: Therapeutic Accompaniment, psychiatric hospital, severe mental illness. Introducción. Genéricamente podría definirse el acompañamiento terapéutico (AT) como una práctica sociocomunitaria con funciones rehabilitadoras que suele emplearse como técnica complementaria dentro de estrategias multidisciplinarias de intervención. En este sentido, su principal escenario es la calle, entendida como contexto cotidiano y considerando que ahí emergerán menos resistencias, dado que se intenta evitar cualquier tipo de artificialidad terapéutica e institucionalización como consecuencia del ingreso prolongado. El AT surgió en la década de los sesenta en Argentina como una alternativa y reacción a la internación cerrada y la marginación social consecuente. Poco a poco 584 M. T. Rosique, C. González, T. Sanz NOTAS CLÍNICAS se ha ido expandiendo a otros ámbitos (educativos, asistenciales, judiciales…), buscando favorecer la integración social, la resocialización, la toma de contacto con el exterior y potenciando el desarrollo de la autonomía del paciente (1). En cuanto al marco teórico de referencia del AT hoy en día se mantiene cierta precariedad. Parte de un enfoque psicoanalítico, de la teoría de relaciones objetales, concretamente algunos autores extrapolaron las ideas de Winnicott (2) respecto a la experiencia paradójica del infante de estar solo en presencia de la madre; este concepto se retoma ya que se trataría de crear “un espacio en donde el sujeto tenga la posibilidad de elegir, de planificar, de proponer, de decidir qué hacer con esos momentos libres que tiene dentro de la institución, estimulando el deseo personal y grupal” (3), aspectos que van desapareciendo con la rutina de la institución. En este sentido, se describe la tarea del acompañante y el vínculo afectivo como la de “escuchar su palabra real o simbólica para acompañarlo en su deseo” (4) y “mostrar al paciente, in situ, las diferentes formas de actuar y reaccionar frente a las vicisitudes de la vida cotidiana” (5). En definitiva, el apoyo, la contención y el sostén cobran gran relevancia en el presente contexto por lo que se hace imprescindible la creación de un espacio de confianza y clima de seguridad. Además de estos elementos, se debe hacer referencia a la importancia del encuadre, configurado a su vez por “tres ejes organizadores: el espacio, el tiempo y la actitud mental y conductual del acompañante” (6). Hemos pretendido dar unas pinceladas sobre el AT, sin olvidar que es una técnica que debe encuadrarse dentro del trabajo más amplio de un equipo multiprofesional que atienda todas las necesidades del paciente pero que, a su vez, pretende “desinstitucionalizarlo”. Se va a presentar un caso clínico abordado desde un programa de AT llevado a cabo en una institución psiquiátrica pública. Semanalmente y durante doce meses se realizaron los sucesivos acompañamientos oscilando entre hora y media y tres horas de duración, y con unos objetivos fijados previamente que variaban según la evolución observada. Caso clínico. M es una mujer de 66 años ingresada hace 7 años en una planta de rehabilitación a través de su Centro de Salud Mental en donde realizaba seguimiento regular desde hacía más de dos décadas. Nace en una pequeña localidad y es la tercera de seis hermanos. Su madre fallece cuando tiene 12 años y se hace cargo de las tareas del hogar. Con 18 años contrae matrimonio y a los 24 y 28 años tiene sus a dos hijas. Tras el primer nacimiento aparece la primera descompensación maniaca cargada de sintomatología delirante Acompañamiento terapéutico: práctica y clínica en un hospital psiquiátrico NOTAS CLÍNICAS 585 de perjuicio respecto a su marido, precisando ser ingresada, y es diagnosticada de psicosis maniaco-depresiva y cuadro psicótico puerperal. Permanece asintomática siete años, tras los que sufre numerosos ingresos por episodios maníacos y de agresividad contra sus familiares. Ha recibido múltiples tratamientos farmacológicos, con estabilizadores del ánimo y antidepresivos, que se han mostrado poco eficaces. Antes del ingreso en la planta de cuidados psiquiátricos prolongados convivía con su hija y su marido, que refieren que resultaba complicada su contención y la convivencia en el medio familiar. Intervención. Tras tres años de su ingreso en la planta de rehabilitación, es reubicada en la unidad de larga estancia dado que los objetivos de su plan individual de rehabilitación no han sido alcanzados, en cuanto a estabilización de su psicopatología (concretamente reducción de la clínica maniaca y episodios agresivos), instauración de rutinas y compromisos, potenciación de su autonomía, establecimiento de relaciones sociales y afectivas para superar su aislamiento e inhibición y, en definitiva, para lograr su vuelta al entorno familiar. En la planta de larga estancia empeora su sintomatología permaneciendo durante meses mutista, sin expresividad facial ni visual y con miedo al contacto físico en la habitación de observación. La preocupación del equipo por el retroceso de M y la cronicidad e irreversibilidad a la que apunta el caso lleva a proponer su derivación al programa de AT del hospital planteándonos los objetivos siguientes: generalizar la rehabilitación a contextos naturales en un clima contenedor pudiendo salir del recinto, crear un vínculo afectivo y un espacio relacional seguro en el que pueda ser autónoma, promover habilidades sociales e instrumentales de la vida diaria y aumentar la conciencia de sus responsabilidades para evitar el aislamiento. Si bien inicialmente se muestra receptiva al acompañamiento, manifestando cierta alegría y deseo de salir del recinto hospitalario, enseguida afloran sus ansiedades y miedos más profundos que manifiesta a través de conductas como a rechazo al terapeuta, a cruzar el puente en la salida del hospital, al autobús, al ascensor, a pedir la merienda, a quedarse sin dinero y, desgraciadamente, a no poder volver al hospital, único lugar que le brinda un sentimiento de seguridad y confianza. Una vez analizadas sus conductas y vuelto a replantear el tipo de acompañamiento que precisa M, se decide pautar cuidadosamente todas las intervenciones, realizando un reencuadre de los espacios y tiempos: pasear por la planta, por los alrededores del hospital, reducir el tiempo de acompañamiento y ampliar su frecuencia. Asimismo, se solicita la colaboración de la familia; el marido, tras una amarga retahíla de re- 586 M. T. Rosique, C. González, T. Sanz NOTAS CLÍNICAS proches, ambivalencias entre ayudar y el temor a la recaída, decide incorporarse al programa y acudir en algún acompañamiento. Resultados. M es un claro modelo de la necesidad de respetar los espacios y los tiempos en esta práctica. Se intentó calmar su ansiedad remarcando que los AT serían intrahospitalarios y se respetaría sus tiempos de adaptación, pues al pasear por la ciudad surgen las comentadas resistencias. Tras permanecer unos meses por la unidad y pasear por el recinto, paulatinamente se empezaron a dar paseos entorno al hospital y por la ciudad en compañía de su marido con el fin de que en un futuro pudiera volver a su hogar y saberse desenvolver. Mientras que al inicio mostraba un nulo contacto con lo emocional y lo corporal, ciñéndose a hablar sobre temas de la institución, la comida, los grupos, los profesionales, pasados ocho meses de acompañamientos M pasa de tolerar la presencia del terapeuta a valorarle y esperarle. Además comienza a expresar algunos de sus sentimientos “me quiero ir del hospital, ya me encuentro mejor, llevo mucho tiempo y quiero estar con mi familia…”, para con el tiempo llegar a afirmar “quizá ellos tengan miedo de que me ponga mal, yo también lo tengo, pero aquí no puedo quedarme toda la vida…”. A los diez meses M empieza a realizar breves visitas a su casa (lo que llevaba siete años sin hacer), dos meses más tarde permanece cuatro días en su hogar y actualmente acude periódicamente los fines de semana. Paralelamente comienza a responsabilizarse de distintas tareas del hogar, del cuidado de sus hijas y nietos, de la toma de medicación y, en definitiva, de su proyecto vital: poder volver a su hogar. Tras un año de vínculo terapéutico a través del AT en los que el tratamiento farmacológico se ha mantenido constante, se han podido observar modificaciones destacables en el comportamiento de M en lo que respecta a superar sus propios miedos, en la relación activa con el terapeuta, en la convivencia con su entorno familiar desde donde se percibe una mejoría y buena integración, lo que ha conllevado una estabilización de su sintomatología. Discusión En palabras de Dozza (7) “muchas veces uno trabaja en el psiquiátrico y dice: aquí no es posible hacer un trabajo de inserción social, porque no nos dejan salir con los pacientes. Pero eso no es necesariamente cierto; porque si se tiene Acompañamiento terapéutico: práctica y clínica en un hospital psiquiátrico NOTAS CLÍNICAS 587 en cuenta que lo social es un espacio vincular, incluso dentro del psiquiátrico es posible realizar una labor de inserción social. Haciéndonos eco de esta afirmación, si bien éramos conscientes de las limitaciones que supone trabajar con pacientes ingresados durante las 24 horas en instituciones psiquiátricas y, por ello, imbuidos en el propio sistema, cuando nos planteamos la intervención que acabamos de describir, lo hicimos desde la incertidumbre de si aún era posible recuperar de alguna forma a una paciente que presentaba un retroceso, que pensamos, estaba en parte vinculado a la hospitalización, así como desde la ilusión de intentar una nueva intervención terapéutica dando una nueva luz al caso a través de los AT. Tal y como hemos expuesto la cronicidad del caso que nos ocupa el deterioro y aislamiento subsecuente, nos ha llevado a plantearnos esta intervención con el fin de establecer un vínculo afectivo y una presencia institucional no intrusiva para impulsar el proyecto vital, las necesidades y los deseos de una paciente con psicosis maníaco-depresiva con una larga institucionalización. Con el AT se ha podido aprovechar el espacio de M adecuándolo a sus necesidades y a su momento lo que le ha permitido compartir sus deseos y hacerse cargo de sus proyectos vitales. No podemos acabar sin destacar que se han logrado recuperar capacidades tales como la expresión afectiva y el deseo de vinculación que se hallaban camufladas bajo el manto de las tan arraigadas rutinas de la institución que provocan que se vayan sutil y paulatinamente debilitando las potencialidades del paciente de ingreso prolongado. BIBLIOGRAFÍA: (1) Saiz, J. y Chévez, A. La intervención Socio-Comunitaria en Sujetos con Trastorno Mental Grave y Crónico: Modelos Teóricos y Consideraciones Prácticas. Revista de Intervención Psicosocial, 2009; 18 (Suppl 1): 75-88. (2) Winnicott, D.W. The Capacity to be Alone. International Journal of Psychoanalysis 1958; 39: 416-20. (3) Suárez, M. y Palleiro, L. El espacio de paseos en Hospital de Día. Ponencia presentada en I Jornadas Salud Mental y Derechos Humanos, Paraná, Brasil, 2009. (4) Merchán, E. Acompañamiento a personas con demencia en una vivienda compartida de mayores. Área 3. Cuadernos de Temas Grupales e Institucionales 1999, 7: 4-13. (5) Kuras de Mauer, S. y Resnizky, S. Acompañantes Terapéuticos. Actualización teóricoclínica. Buenos Aires: Letra Viva, 2003. (6) García de Bustamante, E. El acompañamiento terapéutico. En C. Escudero y P. Balanza (Coords.), Manual del Residente en Psicología Clínica, (pp 309-316). Madrid: Asociación Española de Neuropsiquiatría, 2012. (7) Dozza de Mendonça, L. Lo social es un lugar que no existe: reflexiones desde el acompañamiento terapéutico de pacientes psicóticos. Infocop 1999, 72: 51-4. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (123), 589-595 doi: 10.4321/S0211-57352014000300011 Cuando despertó, la histeria todavía estaba allí. Globus hystericus en la hipermodernidad y relato de una psicoterapia. Upon waking, hysteria was still there. Globus hystericus in hypermodernity and a psychotherapy case report. Javier Ramos García a. Psicólogo Clínico. Unidad de Psicoterapias Hospital 12 de Octubre. AGCPSM Hospital 12 de Octubre, Madrid, España. a Correspondencia: Javier Ramos García (jramospsic@hotmail.com) Recibido: 31/07/2013; aceptado: 26/12/2013 RESUMEN: La histeria, inmortal e irreductible, habituada a declararse una y otra vez en rebeldía cuando intenta ser ninguneada y expulsada de las nosografías contemporáneas, se ha mostrado siempre fugaz y proteica, capaz de evolucionar en sus expresiones clínicas y de adaptarse con brillantez a los cambiantes escenarios culturales con que se ha topado a lo largo de la historia. Así, resulta poco probable que la modernidad líquida en la que ha triunfado la fibromialgia asista a espectaculares ataques “à la Sapêtrière”. Y, sin embargo, siguen apareciendo en ocasiones llamativos y deliciosamente anticuados cuadros como el bolo histérico que presentamos y que suscita el abordaje psicoterapéutico del que se da cuenta a continuación. Palabras Clave: Histeria, conversión, globus hystericus, psicoterapia. ABSTRACT: Hysteria, immortal and elusive, has since forever tended to insurrection against the stablished order, specially when contemporary nosographies have tried to ignore and throw it out. Shooting and protean, it has shown the ability to evolve and adapt itself to changing cultural settings throughout history. Thus, it is strange that in liquid modernity, in which fibromyalgia reigns, severe attacks “à la Salpêtrière” happen. Nevertheless, delicious oldfashioned syndromes like globus hystericus show up in clinical settings, and they provoke psychotherapeutic approaches like the one described bellow. Key Words: Hysteria, conversion, globus hystericus, psychotherapy. Histeria fin de siglo (XIX). Lucien Israël (1), uno de los más delicados y dedicados estudiosos de la histeria del pasado siglo, recomendaba acudir a las extraordinarias descripciones del Diccionario Enciclopédico de Ciencias Médicas inaugurado por Dechambre en 1864 para apreciar en toda su riqueza la semiología histérica. En la entrada “Hystérie”, redactada por Grasset en 1899 (2), el autor subraya cómo “la fugacidad de los síntomas coloca a la histeria en un lugar aparte, aun dentro de las demás neurosis”; se extiende al detallar las características de una histeria común (hysteria minor) que anticipa la histeria de angustia de Freud (3); y nos conduce al apartado dedicado a los “fenómenos fijos” o “síntomas al margen de los ataques” para dibujar la 590 J. Ramos NOTAS CLÍNICAS noción de globus hystericus, la sensación de bolo, tan frecuente como fenómeno histérico que Briquet decía haberla encontrado en 370 de 400 casos estudiados. Bolo que tomaba muchas veces la forma de “sensación de que se ha tragado un cuerpo extraño y que ha quedado parado en la faringe, que no se puede hacer que suba ni que baje”. Y que podía acompañarse, también en el tubo digestivo, de “convulsiones parciales como los vómitos”, algunas veces “incoercibles”. Centro de Salud Mental de Carabanchel, Madrid, en la segunda década del siglo XXI. Atiendo por primera vez a E en los primeros días del año 2012. Con 47 años, casada, con dos hijos cercanos a la veintena, se presenta como una mujer atractiva, de aspecto muy cuidado, perfecta en su apariencia física (1), en su peinado, en su vestido, y también en su discurso, sereno y preciso: contenido en lo emocional (aunque a veces las lágrimas se deslicen silenciosas por su rostro) y claro en lo narrativo, evocador de la resignada belle indifférence. Su relato, con una prosodia tenue, desgrana las circunstancias en que, unos meses antes, durante las vacaciones de Semana Santa, hace su aparición el síntoma que se constituye en su motivo de consulta: la sensación muy vívida y desagradable de “tener en la garganta algo muy parecido a una pelota de tenis”. Estaba en Londres, con su marido y sus hijos, en un viaje “que a ella no le apetecía haber hecho”. Allí, una noche, su marido y su hijo varón, de 23 años, se fueron a ver un partido de fútbol, mientras que la paciente y su hija, de 18, optaron por salir a cenar. Recuerda que ya estaba inquieta porque no le gustaba el barrio en el que estaba el restaurante. Era muy oscuro y le daba miedo. La cena le sentó mal, y amaneció con la referida molestia en la garganta. A partir de ahí, con una sostenida dificultad para tragar y con constantes problemas digestivos, inicia un tormentoso peregrinaje médico que pasa por un momento álgido de angustia durante el verano -cuando teme padecer un cáncer u otra enfermedad grave- y que culmina con la derivación a Salud Mental desde la hipótesis de que sus síntomas puedan explicarse como una histeria de conversión. Hipótesis que no resulta descabellada a una paciente que, atónita, se desespera con el hecho de que los médicos no sean capaces de ver nada a pesar de la infinidad de pruebas realizadas y que sufre hasta el punto de fantasear con que un cirujano avezado pudiese introducir algún utensilio quirúrgico para extraerle “esa especie de bola de pelo”. Cuando despertó, la histeria todavía estaba allí. Globus hystericus en la... NOTAS CLÍNICAS 591 Itinerario clínico. El primer contacto de la paciente con Salud Mental tiene lugar en 2000, en la urgencia de un hospital general, al que llega con una crisis de angustia que se acompaña de componentes agorafóbicos y sensación de desorientación espacial y temporal (en la exploración no acierta a decir cuántos años tiene o dónde vive). En esos momentos la paciente narra lo siguiente: Unos diez años antes, su madre le revela que no es su madre biológica, sino que la había adoptado siendo pequeña, y le pide que mantenga en secreto esta información de cara a otros familiares o amigos, alegando que nunca se sabe cómo puede reaccionar la gente ante revelaciones de este tipo. La paciente hizo una suerte de negación de este relato, poniéndolo en duda, pese a lo cual sufrió varios episodios de angustia que remitieron espontáneamente. No volvió a pensar en ello, hasta el año 2000, cuando una serie de trámites familiares conllevan que solicite en un Registro su partida de nacimiento. Al ver plasmado en un documento oficial la evidencia de la falsedad de la que había creído siempre que era su filiación, su equilibrio mental se quiebra y se sumerge en una crisis de angustia. “Sus padres eran otros, su lugar de nacimiento era otro; ni siquiera su nombre era el mismo”. Empezó a vomitar de una forma incontenible, hasta el punto de requerir un ingreso hospitalario. Se desencadena después la clínica ansiosa, en forma de crisis, iniciando a partir de ahí tratamiento psiquiátrico y psicológico (en clave conductual) “que la ayudó mucho” en un principio, pese a que le disgustaba verse “etiquetada” por una terapeuta que “se centraba en exceso en las técnicas de relajación y muy poco en otras cosas importantes de su vida”. “Estuvo años tomando tranquilizantes” que sólo fue dejando cuando “se vio ya lo suficientemente fuerte”, hacia 2006… Pese a ello, los episodios de pánico reaparecen con prontitud y facilidad, sin que exista una posibilidad clara de delimitar los precipitantes. Retoma el contacto con Salud Mental en 2008, reinstaurándose una pauta farmacológica que irá variando sin cesar -como consecuencia de la dificultad para acceder a una mejoría real- y reabriéndose un abordaje psicoterapéutico que tampoco resulta ya tan exitoso como antaño. Los síntomas de ansiedad, no obstante, parecen ir remitiendo, hasta que irrumpe durante las referidas vacaciones familiares “esa sensación de tenaza en la garganta”, esa “bola de pelo” que le impide tragar y condiciona toda su vida. Retrato subjetivo de su biografía. Hija única, relata una estupenda infancia, muy feliz a pesar de la trágica muerte de su padre cuando ella tenía 3 años. Aquejada con frecuencia de amigdalitis, 592 J. Ramos NOTAS CLÍNICAS los médicos recomendaban a la familia pasar los períodos estivales en la sierra. Un verano, tras un día dedicado al baño en una presa, su padre, del que tiene muchos recuerdos y al que define como “firme” pero también “risueño y tranquilo”, sufre una trombosis. Recuerda con horror el viaje hasta Madrid en ambulancia, el aullido de las sirenas que durante años no va a soportar escuchar. Se traslada a una ciudad del Sur peninsular con su madre, que es descrita como “la mejor persona que ha conocido”, cariñosa y generosa, capaz de hacer sentir a la paciente la persona más importante de su vida, “con autoridad y mano de seda”. Se establecen en casa de una tía de la paciente durante tres años que E recuerda, a pesar de la orfandad, como maravillosos; por el clima relacional reinante y por la excelente sintonía vivida con sus primas, a las que aún hoy, pese a los años y la distancia, sigue muy apegada. Y también pese a que todos (excepto ella misma) sabían que era adoptada. Regresan a Madrid cuando E tiene 6 años. Su madre trabajaba como peluquera, y la desbordaban los encargos, “vivía esclavizada peinando”. Ésa es la razón por la que la paciente, estudiosa y brillante, renuncia a la Universidad para hacer un curso de secretariado. “Había que hacer algo rápido, que permitiese encontrar un trabajo y ayudar en casa”. A los 15 años conoce al que será su marido. Le resultó interesante: “callado, sensato, tranquilo, ubicado, metódico”. Al año, se aburrió, rompió con él, pasó una temporada “muy loca”, saliendo mucho. Después quiso volver a la tranquilidad, y retomó la relación con él. Ella trabajaba mucho, en una firma de artículos de lujo, desarrollando una actividad profesional intensa y gratificante que no sólo le va a permitir “retirar” a su madre de su penoso empleo, sino disfrutar de las múltiples fiestas y eventos sociales que formaban parte de su actividad laboral. Un mundo que termina por abandonar al casarse, en una dolorosa renuncia que narra impasible y que asume con el fin de evitar los constantes conflictos que se generaban con su pareja, que fue siempre un hombre muy celoso. Se casa con 23 años, y su matrimonio resultará frustrante e insatisfactorio ya desde el viaje de bodas. “Hubo mucho sexo, pero también mucha frialdad e indiferencia, y muy poco cariño”. La pareja se instala en la casa de la madre de la paciente, cuya salud era muy precaria ya en ese momento, y con la que el marido de E chocaba constantemente. El ambiente era irrespirable y la paciente, profundamente decepcionada por el trato que recibía en su matrimonio, decide romper a los 6 meses de la boda. Pone las maletas de su pareja en la puerta totalmente decidida a la ruptura. Al descubrir poco tiempo después que está embarazada, resuelve reanudar la relación desde el planteamiento irrenunciable de no querer ofrecer a su hijo una vida sin padre, como la que a ella le tocó vivir. Con su madre enferma, con la llegada de los hijos, con la renuncia a su carrera profesional y a su vocación artística y creativa, su existencia y su identidad se despliegan y se agotan casi en exclusiva desde el lugar de cuidadora, lo que le Cuando despertó, la histeria todavía estaba allí. Globus hystericus en la... NOTAS CLÍNICAS 593 permite canalizar un carácter afectivo y cariñoso que –como termina por reconocer con amargura- ha perdido con el paso de los años y las decepciones: “se ha cansado de dar y de no recibir”. Digerir lo que no se puede tragar: Pensando significaciones y liberando emociones desde una postura mentalizante (4-5). Si bien al acercarnos a la histeria nos acompaña siempre la idea freudiana del poder curativo de un proceso en el que ciertos contenidos mentales devienen conscientes al tiempo que tiene lugar una abreacción emocional (6), y si no resulta concebible renunciar a la idea clásica de que el síntoma puede disolverse al ser dotado de un sentido que procede de la escucha del terapeuta (7), nuestra forma de abordar el sufrimiento conversivo en las desbordadas consultas del siglo XXI se ve impregnada también por las líneas trazadas por autores como Fiorini (8) en la segunda mitad del siglo XX, y por los desarrollos psicoterapéuticos contemporáneos, en los que la de la Teoría del Apego (9) se articula con conceptos tales como el de capacidad de mentalización (10) para enriquecer la idea de que el soma recibe y transmite casi siempre lo que no puede expresarse con palabras (11) y para consolidar la concepción de psicoterapia como proceso mentalizante. Es decir, para pensar la psicoterapia como un trabajo en pos de una conexión creciente con la propia subjetividad; de potenciación de la posibilidad de pensar acerca de los sentimientos; de re-conversión de los síntomas -que se presentan como cuerpos extraños- en elementos propios de lo psicológico y que pueden ser por tanto integrados en el caudal saludable del funcionamiento mental. Bowlby (12) insiste en que la primera tarea del terapeuta es la de proveer al paciente de una base segura desde la cual éste pueda explorar los múltiples aspectos desdichados y dolorosos de su vida, pasados y presentes. Y ése es nuestro propósito inicial a fin de que E pueda asomarse por encima de la pantalla del síntoma para acercarse a los duelos acumulados a lo largo de su vida; para que pueda atreverse a investigar datos velados de su historia; para que pueda afrontar la frustración con la que vive su relación conyugal y su renuncia a aspectos existenciales muy relevantes para ella. Así a lo largo de 18 sesiones que tienen lugar cada tres semanas aproximadamente y que se extienden a lo largo de poco más de un año. Indefectiblemente, cada sesión se inicia con una pormenorizada descripción de su clínica digestiva, de su curso, de lo infructuoso de los remedios farmacológicos que se le pautan, de los muy molestos efectos secundarios que tales remedios le generan. Y de la desesperación que todo esto le supone. Requiere de mucha paciencia y tenacidad y de un sostenido esfuerzo sacar a la paciente del formato de 594 J. Ramos NOTAS CLÍNICAS consulta psiquiátrica, traer a la paciente a su vida, a sus relaciones, a sus recuerdos, a su mundo psíquico. Restar protagonismo al organismo enfermo para que se imponga en la escena el sujeto hablante (15). Y es así como puede hablar de su historia, reescrita tantas veces. Es así como puede, repentinamente, a través de fotos y de conversaciones familiares, tomar conciencia de que su padre (insólitamente parecido en lo físico al hijo de la paciente) sí era su padre biológico. Y recomponer entonces un rompecabezas en el que su madre adoptiva aceptó por alguna razón asumirla como hija cuando su marido había tenido a esa niña con otra mujer. ¿Es entonces ella el fruto de una traición? ¿Cómo es posible que su madre adoptiva la amase tanto cuando ella encarnaba el engaño de su marido? Es así también como puede acceder al desencanto que atraviesa su propio matrimonio. “Ha tenido todo lo material: perfumes, vestidos, coches, tarjetas del El Corte Inglés. Pero muchas carencias, mucho desdén, mucho desamor, mucha soledad. Vive en esa contradicción desde hace muchos años, cansada ya de reclamar”. Durante el curso, en la pareja cada uno hace su vida. Él dedicado a su trabajo, y ella a sus cursos, a sus actividades. Pero las vacaciones de verano son terribles. Frías… Hace tres años fue la última vez que habló con franqueza con su marido, le imploró un cambio de actitud, ante lo cual él se mostró distante, negador y desconcertado. Ella terminó llorando sola en un banco en la calle. Súbitamente recuerda un hecho relevante acaecido poco antes del viaje a Londres que sirve de escenario a la irrupción del síntoma. Una de sus primas, a la que le une una estrecha relación y que es una figura muy importante para ella, se va casar, finalmente, con su pareja de siempre. Para la paciente es muy importante acudir. De hecho su prima le pide que sea la madrina. Y va. Sola. Una vez más. Su marido se excusa en el trabajo que todo lo llena, cuestionando además, desde la descalificación, el hecho de que E asuma ese nivel de implicación cuando su prima no es realmente su prima, ya que no es de su misma sangre. Tras la boda, a los 15 días, el marido de esta prima fallece repentinamente de un infarto. Desmadejada, la paciente va, también sola, al funeral y al entierro. Llora amargamente al hablar de todo esto, revelando (con un toque inevitablemente seductor) que en ningún otro sitio puede hablar de estas cosas. Sale descompuesta. En la siguiente cita me comunica el llamativo desbloqueo que tiene lugar poco después de nuestro último y movilizador encuentro. Se produce una potente liberación emocional, y el síntoma desaparece casi por completo, aunque las molestias, atenuadas, retornan algunos días después. Sin embargo, el sometimiento a su propia exigencia de perfección, de insatisfacción, de alienación en el deseo del otro, queda socavado en el inicio de un camino que se inicia y que no parece ya tener retorno; un trayecto que la conduce a contactar con un creciente deseo de libertad y rebelión (plasmado en bellos sue- Cuando despertó, la histeria todavía estaba allí. Globus hystericus en la... NOTAS CLÍNICAS 595 ños que la paciente trae a consulta); de dejar de tragar, de digerir la posibilidad de negarse a ese constante complacer al otro. Incluso si ese otro es el terapeuta, como demuestra al declinar la posibilidad de seguirme en el traslado al que nos vemos obligados cuando el CSM se reubica en una nueva dirección lejana a su domicilio. La paciente se va de alta. La bola de pelo se ha disuelto. La histeria, como estructura fundamental sigue ahí, pero en el caso de E, el síntoma cede; el globus hystericus se retira. Bibliografía (1) Israël L. La jouissance de l’hystérique; 1974. (Trad. Cast. El goce de la histérica. Buenos Aires: Argonauta; 1979). (2) Grasset J. “Hystérie”. En Dechambre A y Lereboullet L (Dirs.). Dictionnaire Encyclopédique des Sciences Médicales. Paris: Asselin et Houzeau/G. Masson; 1889. Recogido en VV. AA. La histeria antes de Freud. Madrid: Edición de los Alienistas del Pisuerga; 2010. (3) Laplanche J, Pontalis J-B. 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Por último, alguna de las fuentes no cumple el estricto requisito de ser revisada por pares, pero se trata de publicaciones de cierto prestigio que divulgan revisiones de valor, o de informaciones periodísticas o recensiones de interés informativo porque desarrollan y resumen artículos que no pueden leerse en su integridad por el momento en Internet. Para consultar alguna de las fuentes el lector interesado deberá registrarse, un trámite que se realiza en muy poco tiempo, no compromete a nada y permite el acceso autónomo a la revista en el futuro. Antipsicóticos En los últimos meses han aparecido algunas noticias impactantes en torno a uno de los antpsicóticos más populares y comercialmente más exitosos. La revista australiana Medicines Safety Update recoge una modificación en la ficha técnica de la quetiapina en Australia que por el riesgo de prolongación del intervalo QTc y la aparición subsiguiente de arritmias ventriculares, recomienda evitar el tratamiento concomitante con fármacos que pueden potenciar este efecto. Además, la precaución debe ser mayor en pacientes ancianos y se extiende a productos como antiarrítmicos clase IA (como disopiramida), antiarrítmicos clase III (como amiodarona y sotalol), antipsicóticos (como ziprasidona, clorpromazina y haloperidol), antibióticos (como eritromicina) y otros como citalopram, pentamidina y metadona (1). La modificación se ha dado a conocer en el número de febrero de la revista; en España, la ficha técnica del producto, revisada en enero de 2014, no incluye estas cautelas. Por su parte, la FDA, pocos meses antes, había recogido en la ficha técnica del producto el riesgo de pancreatitis con quetiapina (2) y de rabdomiolisis con quetiapina de liberación prolongada (3). Por último, confirmando hallazgos previos ya recogidos en esta sección, Srivastava y colaboradores, presentan una serie de casos de abuso de quetiapina en pacientes de consultas externas hospitalarias, en este caso en la India (4). La clozapina es un medicamento en cuyo metabolismo juega un papel esencial la isozima CYP1A2, del que el tabaco es un potente inductor. Un caso clínico permite a Smith y colaboradoras (5) exponer las peculiaridades de la inducción enzimática y sus repercusiones en pacientes en tratamiento con clozapina. También a propósito de este fármaco, traemos a colación un artículo que describe cómo mejoró la monitorización de parámetros metabólicos en pacientes con clozapina con la introducción de un protocolo (6). Fazel y colaboradores (7) han estudiado datos de 82.647 pacientes suecos que tomaron antipsicóticos y estabilizadores del humor, así como sus diagnósticos psiquiátricos y las con- 600 denas en el periodo 2006—09. Tras comparar la tasa de criminalidad violenta en los pacientes en los momentos en que tenían prescritos estos fármacos y en la época en la que no los tomaban y analizar los datos de los pacientes en el registro nacional de delitos, observan una reducción de delitos del 45% en los que tomaron antipsicóticos y del 24% en los que recibieron estabilizadores del humor. Aplicando análisis más detallados que consideran variables como cualquier tipo de delito, delito relacionado con drogas, delito leve y arresto violento, se mantiene una reducción de los delitos entre el 22 y el 29% en los que tomaron antipsicóticos, siendo más notable en los que tomaban dosis altas o recibían depot. Por terminar con secundarismos “de grupo” (o más o menos “de grupo), cabe destacar un trabajo acerca de las estrategias posibles para el abordaje de la disquinesia tardía (8). Y en relación con un efecto adverso al que se presta ahora más atención, Mizuno y colaboradores presentan en un artículo aún no editado en papel en el momento de escribir esta reseña, un trabajo sobre estrategias para contrarrestar el síndrome metabólico inducido por antipsicóticos, en el que se concluye que la metformina es el tratamiento de primera elección en pacientes con ganancia ponderal en los que no han funcionado las medidas dietéticas y no es viable el cambio de producto (9). Antidepresivos Destacamos una serie de alertas, alarmas y avisos sobre efectos secundarismos. Por ejemplo, de nuevo nos remitimos a la revista australiana Medicines Safety Update, que comenta 21 casos comunicados de síndrome serotoninérgico con duloxetina en monoterapia en los que el cuadro se produjo incluso a dosis de 30 mg/d (10). Un efecto secundario controvertido es el de la inducción de arritmias ventriculares J. Medrano BOTICARIUM por parte del citalopram y escitalopram, que ha merecido un cambio en las fichas técnicas de los productos (11, 12). Pues bien: El pasado mes de junio, el American Journal of Psychiatry publicó un estudio de Zivin y colaboradores en el que se cuestionaba la significación clínica de la capacidad arritmogénica del citalopram (13). Meses después, la FDA respondía en un comentario en la misma revista (accesible solo para suscriptores) que la metodología utilizada en el artículo original no podía detectar la presencia de arritmias potencialmente letales, por lo que insistía en que no deben superarse los 30 mg/d (14). Para quien esté interesado en seguir la controversia, Vabren Watts comenta en Psychiatric News la valoración de un especialista que afirma que el estudio de Zivin se centró en pacientes especialmente sanos desde el punto de vista físico, lo que impide detectar el riesgo real del producto a dosis altas. También sostiene que puesto que se ha observado que una muerte súbita por cada 667 pacientes/año expuestos a antipsicóticos, debería evaluarse el estado de salud física de los pacientes previamente a la prescripción de cualquier psicofármaco (15). Otro trabajo que contribuye a la idea de que el citalopram es un fármaco potencialmente peligroso es un artículo recientemente publicado en el que se comunica una prolongación del intervalo QTc en pacientes ancianos con demencia (16). Los datos, por cierto, provienen de un ensayo en el que este antidepresivo fue eficaz para reducir trastornos conductuales en pacientes con Alzheimer en los que se había descartado la presencia de depresión (17). Siguiendo con secundarismos de los antidepresivos, un estudio reciente ha encontrado una asociación entre dosis altas iniciales de antidepresivos y la autoagresión en niños y adolescentes (18). Los mismos autores encuentran en un trabajo que no hay diferencia entre el riesgo asociado a los ISRS y el que se asocia a los denominados “duales” (19). Boticarium BOTICARIUM Un detalle curioso: Hace cerca de un año la FDA aprobó para su uso en los sofocos perimenopáusicos un medicamento que contiene 7,5 mg de paroxetina, a pesar de que el comité que tenía que enjuiciarlo decidió por una diferencia de 10 votos frente a 4, que no debía ser comercializado al no encontrarlo suficientemente efectivo, como en su momento se recogió en la prensa generalista española (29). Recientemente, en el New England Journal of Medicine, Orleans y colaboradores han vuelto sobre la cuestión, ofreciendo argumentos para justificar la aparentemente chocante decisión de la agencia (21). Para cerrar este apartado, un detalle entrañable. La AEMPS ha comunicado recientemente el restablecimiento del suministro de Tofranil 10 mg, 60 comprimidos y Tofranil 25 mg, 50 comprimidos. El más camp de los antidepresivos cabalga de nuevo. Ansiolíticos Si le añadimos al emparentado grupo de los hipnóticos, he aquí a la familia de medicamentos más empleada en España, según un estudio de Vicente Sánchez y colaboradores, que encuentra que el empleo de estos productos fue de 56,7 DDD/1.000 hab/día en el año 2000 y 82,9 DDD/1.000 hab/día en el año 2011, lo que supone un incremento del 46,1% en el período a estudio, por encima de lo que se ha registrado en otros países europeos. Para demostrarlo, los autores nos indican que acotando los datos al periodo 2003-2010, el incremento del consumo de estos fármacos fue en España del 34,3%, frente al 24,0% en Portugal o el 4,0% en Italia. Otros países, como Francia, incluso redujeron su uso (6,1%). Con unas DDD/1.000 hab/día de 20,5 y 15,6 en 2011, respectivamente, lorazepam y alprazolam fueron los ansiolíticos más consumidos, en tanto que lormetazepam lo fue en el grupo de los hipnóticos (18,3 DDD/1.000 hab/día 601 en 2011). El análisis por productos demostró que en términos relativos, lormetazepam y zolpidem fueron los hipnóticos que más incrementaron su uso (103,3% y 85,1%, respectivamente) mientras que lorazepam e hidroxicina lo fueron entre los ansiolíticos (75,1% y 72,8%, respectivamente) (23). Si en el grupo de los antipsicóticos parecía que la quetiapina había sido marcada en corto por las agencias y los autores, en el de los ansiolíticos e hipnóticos, el que parece bajo vigilancia es el zolpidem. En el pasado la FDA recomendó reducir la dosis de este hipnótico en mujeres y prestar atención a la sedación matinal, propuesta a la que posteriormente se sumó la agencia canadiense de salud (24). Más recientemente, la AEMPS ha emitido una nota informativa en este sentido recogiendo las recomendaciones del Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia Europeo-PRAC), que ha revisado los datos de eficacia y seguridad de zolpidem, después de que se haya sabido de numerosos casos de alteraciones en la capacidad de atención y concentración, incluyendo parasomnias (sonambulismo), así como de efectos sobre la atención en la conducción de vehículos, incluyendo accidentes de tráfico, todo ello en la mañana siguiente de la toma del medicamento (25). Para terminar de vapulear al producto, Raza y colaboradores comentan las alucinaciones y distorsiones visuales por zolpidem a partir de un caso clínico (26). Dos artículos aparentemente contrapuestos: Ekström y colaboradores, en el British Medical Journal, publican un estudio que concluye que los opiáceos a dosis bajas con o sin benzodiazepinas no incrementan la mortalidad, aunque sí lo hacen dosis más altas (27). Por su parte, Weich y colaboradores, en la misma publicación, encuentran un exceso de muertes entre las personas que han tomado estos fármacos. La asociación persiste de forma acusada después de eliminar otros factores que puedan justificarla (28). 602 Para concluir, una referencia a un efecto secundario “nuevo” en un producto “viejo”, algo a lo que tras la experiencia de la toridazina y las arritmias o el tetrazepam y la toxicidad dermatológica vamos a tener que irnos acostumbrando. Hace no mucho, el clobazam, una benzodiacepina con más de 25 años de carrera en nuestro mercado, era presentado como un antiepiléptico novedoso en los EEUU. Pues bien, a los pocos meses de su autorización, la FDA ha publicado una alerta (29) sobre casos de Stevens-Johnson y Necrolisis Epidérmica Tóxica observados en pacientes que han tomado clobazam. El riesgo, mayor en las ocho primeras semanas de tratamiento y cuando se reinicia su toma después de haber suspendido el fármaco, ha motivado que se modifique la ficha técnica del producto. Reguladores del humor Si cerrábamos el apartado anterior con los riesgos dermatológicos del clobazam, abrimos el de este nuevo grupo con los de la lamotrigina, pero más específicamente con la posibilidad de reintroducir el producto después de que haya aparecido un rash. Serrani Azcurra analiza los resultados de la reintroducción del producto después de haberse producido rash cutáneo benigno en un primer curso de tratamiento, y concluye que volver a tratar con el fármaco es una opción viable, pero debe realizarse con más precauciones después de un rash con uno o dos signos de seriedad potencial. Para los casos con más signos de gravedad no existen en la bibliografía datos fiables acerca de la seguridad de la reintroducción del fármaco, que debería evitarse por lo tanto en las primeras semanas tras rash inicial (30). Si hay un fármaco complejo de usar por sus interacciones, ese es, sin duda, la carbamazepina. Para los amantes de tablas apretadas y los examinadores con cierto toque sádico, aportamos que la FDA (31) ha añadido a sus J. Medrano BOTICARIUM interacciones la capacidad de reducir los niveles de mianserina, sertralina y buprenorfina, que se suman a las que el producto tiene con aripiprazol (si se añade carbamazepina se produce un hipercatabolismo del antipsicótico que haría necesario doblar la dosis), ciclofosfamida, lapatinib y temsirolimus tacrolimus. La misma nota plantea el riesgo de reacciones dermatológicas graves por hipersensibilidad en portadores del HLA-A*3101. Tampoco va a la zaga en materia de uso complicado el ácido valproico, del que la FDA nos informa, por una parte, de la posibilidad de daño hepático potencialmente fatal en pacientes tratados con el producto y sus derivados en los primeros seis meses de tratamiento, por lo que se recomienda monitorización hepática previa al tratamiento y en los seis primeros meses del mismo (32). También en relación con el valproico, la FDA ha alertado de que el uso conjunto con topiramato puede aumentar el riesgo de hiperamonemia, y recomienda que los pacientes contacten con un centro sanitario si experimentan oligohidrosis o hipertermia (33). Respecto del topiramato, por cierto, hay que citar el caso de un paciente que desarrolló un glaucoma de ángulo bilateral durante el tratamiento con este fármaco (34) que, en Psiquiatría y hoy por hoy, es un caso paradigmático de prescripción fuera de indicación. No se trata, dicho sea de paso, del primer caso de este efecto adverso. Por último, otro viejo rockero: el litio. Carter y colaboradores, revisan la conveniencia de una dosis única nocturna de litio, que recomiendan para preservar el riñón, indicándola en pacientes que inician el tratamiento, una vez se consiga la estabilización de niveles (35). Fármacos usados en adicciones Robinson y colaboradores revisan en Current Psychiatry los fármacos aprobados por la FDA (incluida la naltrexona), así como Boticarium 603 BOTICARIUM algunos otros utilizados fuera de indicación. Una aportación útil y concisa, aunque el americanocentrismo del artículo hace que falten medicamentos europeos como la cianamida o el próximo a comercializarse nalmefene (36). Hablando de la naltrexona, la FDA recoge la posibilidad de que el tratamiento con este producto se asocie a depresión y comportamientos suicidas, aunque no ha podido establecerse una relación causal (37). Finalmente, Mocking y colaboradores encuentran que en voluntarios sanos no fumadores el uso a corto plazo de vareniclina no produce sesgos cognitivos negativos ni impulsividad, lo que a su entender refuerza la impresión de que el fármaco no es depresógeno ni se asocia a riesgo de suicidio, mientras que por otra parte y como aspecto positivo puede potenciar la función cognitiva (38). Fármacos usados en el TDAH Neuropsychopharmacology recoge dos trabajos relacionados con la seguridad a largo plazo de las anfetaminas y el metilfenidato. Gill y colaboradores describen un estudio con primates no humanos (monos Rhesus) en el que concluyen que el tratamiento crónico con metilfenidato de liberación prolongada no altera los sistemas dopaminérgicos ni incrementa la vulnerabilidad al abuso (autoadministración) de cocaína (39). Por su parte, Soto y colaboradores (40), también tras estudiar el efecto, en este caso de metilfenidato y anfetaminas, en monos Rhesus, informan de que a niveles terapéuticos estos fármacos no producen alteraciones fisiológicas o cognitivo – conductuales. Los trabajos se acompañan de un editorial de Volkow (41) comentando sus hallazgos. Por su parte, como viene siendo una constante en esta reseña, recogemos novedades comunicadas por la FDA en relación con este grupo de fármacos. Una nota de la agencia estadounidense advierte de la posibilidad de aparición de priapismo durante tratamientos con metilfenidato, aunque aclara que es muy poco frecuente (42). La misma fuente señala que el mismo efecto secundario puede producirse con atomoxetina. Y respecto de este último fármaco, la FDA ha informado (43) de una mayor incidencia de una amplia gama de secundarismos en los metabolizadores lentos a nivel de CYP2D6, con un riesgo relativo en relación con metabolizadores rápidos que supone grosso modo duplicar o triplicar el de estos últimos. Los efectos secundarios recogidos, en todo caso, no representan en principio una amenaza para la vida. Benzamidas sustituidas y anecdotario Hace unos meses, el fabricante de la metoclopramida divulgó una carta (44), accesible a través de la web de la AEMPS, en la que notificaba la desaparición de algunas presentaciones y la modificación de concentración de otras, al tiempo que daba recomendaciones sobre la administración intravenosa del fármaco, con el fin de minimizar los riesgos neurológicos y cardiovasculares. Una vez más sorprende que se tomen medidas tan firmes con fármacos de dilatada presencia en el mercado, ya que hace pensar que clínicos, farmacovigilantes y reguladores han estado décadas en la Inopia, sin percibir efectos secundarios que ahora se presentan como graves. La metoclopramida data de hace unos 50 años y fue el compuesto a partir del cual nacieron otros como la sulpirida, con la que comparte algunos secundarismos (distonías agudas en particular), como han tenido ocasión de verificar casi todos, si no todos los clínicos. Tal vez debieran saber, con orgullo, que siguen los pasos de quien lo fue el primero que lo notó: nada menos que Pierre Deniker. Y también deberían saber que esa observación dio pie a toda una clase de psicofármacos: la de las benzamidas sustituidas. 604 Los primeros años de la historia de la Psicofarmacología están repletos de episodios curiosos, incluso chuscos. A finales de la década de los 50, la compañía Delagrange se propuso sintetizar un fármaco para contrarrestar diversos problemas digestivos. Para ello se fijó en la ortocloroprocainamida, un producto benzamídico que se usaba en la radiología digestiva y que aparentemente favorecía la apertura del píloro, al tiempo que ralentizaba los movimientos intestinales. Estas propiedades sugerían que si se pudiera depurar tal vez podría obtenerse un fármaco antiemético o un producto eficaz para lo que hoy llamamos colon irritable. Trasteando con el núcleo benzamídico, en 1961 pudieron sintetizar la metoclopramida (el conocido Primperán), que convertido rápidamente en un éxito comercial, pasó a utilizarse en todo tipo de marcos... incluidos los hospitales psiquiátricos. En uno de ellos, Deniker, uno de los codescubridores de la clorpromazina, cayó en la cuenta de que en algunos pacientes que no tomaban neurolépticos el nuevo fármaco producía efectos extrapiramidales. Como por entonces se creía que la inducción de estos secundarismos era una condición sine qua non de todo neuroléptico, esto sugería que tal vez se hubiera sintetizado, sin quererlo, un fármaco utilizable en la psicosis (45). Avisada por Deniker, la compañía elaboró nuevos fármacos benzamídicos, seleccionando uno de ellos, la sulpirida, como posible neuroléptico. Tras los correspondientes estudios se confirmó su capacidad antipsicótica, pero el fármaco tenía otras características un tanto chocantes. En modelos animales no inducía catalepsia con la facilidad de los otros neurolépticos, y además ofrecía un menor riesgo de desarrollo de diskinesias tardías. Por si fuera poco, se observó que a dosis bajas era eficaz en estados ansioso – depresivos, con lo que la sulpirida inició una exitosa carrera como el fármaco “largactílico” o de amplísimo espectro que es en la actualidad, como lo J. Medrano BOTICARIUM prueba que en España su ficha técnica proclama la utilidad de su presentación de 50 mg en “depresión, enuresis, neurosis, trastornos de conducta en niños, trastornos psicóticos y psiconeuróticos, úlcera gástrica o duodenal, vértigos y mareos” (46), mientras que la de 200 mg es útil también en la esquizofrenia pero no se recomienda en las úlceras pépticas (47). La sulpirida es un fármaco notable no sólo por sus múltiples usos, sino por su mecanismo de acción, que lo convierte en el neuroléptico más selectivamente antagonista de los receptores D2, algo que, si seguimos la más pura ortodoxia de la hipótesis de los receptores dopaminérgicos, debería convertirle en el producto con mayor riesgo de efectos extrapiramidales, y ya hemos visto que su perfil no se caracteriza por ello. También tiene interés constatar que el fármaco irrumpió en el mercado antes de que la hipótesis citada hiciera fortuna en Neurociencias, por lo que llama la atención que la idea se consolidara a pesar de que existía un fármaco que demostraba netamente su falsedad. El motivo, curiosamente, es comercial. Por diversos motivos, Delagrange no pudo introducir la sulpirida en el mercado norteamericano, lo cual, para el producto y a efectos prácticos, resultó ser como si no existiera ante los ojos de los científicos... Nada tiene de extraño que, por ejemplo, que mis profesores de Farmacología, seguidores de la entonces considerada Biblia de la Psicofarmacología, “el” Goodman & Gillman, ni me lo describieran. La opacidad mediático – científica de la sulpirida, por lo tanto, rescató la hipótesis dopaminérgica. Con el paso del tiempo las benzamidas ofrecieron nuevos productos a la Psicofarmacología: toda una serie de “pridas” para uso como “procinéticos”; la tiaprida, un producto que se quiso introducir como ansiolítico y que al igual que la sulpirida es imposible encontrar en los tratados oficiales por no haber llegado al mercado norteamericano; la remoxiprida, un antipsicótico prometedor que hubo Boticarium BOTICARIUM de retirarse al aparecer anemias aplásicas; la moclobemida, que inauguró con escasa repercusión el grupo de los antidepresivos IMAO A reversibles (RIMA); y la amisulprida. Este último producto, tiene muchas similitudes con la sulpirida, ya que comparten la menor acción extrapiramidal, la elevada selectividad antidopaminérgica y la acción antidepresiva. No quedan ahí las semejanzas, ya que se dice que la amisulprida es útil a dosis altas para los síntomas positivos y a dosis bajas para los síntomas negativos, un argumento promocional similar al que servía para promocionar a la sulpirida hace unos 25 años, lo que cuando se comercializó la amisulprida daba a sus “literaturas” un cierto toque de déjà vu. Y, como su predecesora, la amisulprida no ha irrumpido aún en el mercado norteamericano. Este último rasgo, sin embargo, no ha impedido que la bibliografía estadounidense haya recogido algunos rasgos del producto que hacen algo más que contradecir las teorías al uso sobre lo que es un “atípico” y la fundamentación neuroquímica de este grupo, especialmente la supuesta importancia del efecto directo sobre el sistema serotoninérgico (48, 49). A pesar de todo, la amisulprida desea pasar por “atípico”, en esta época en que tan en boga está el concepto, aunque cada vez está menos claro qué quiere decir ese palabro. Leutch y colaboradores lo consideran un “atípico raro” (unusual atypical), todo un concepto novedoso ante al que uno no le queda más remedio que quitarse el sombrero (50). Eso sí: hay que reconocer que el empeño por pasarlo por atípico, además de una considerable “actualización” de su precio en el momento de su lanzamiento, si tomamos como referencia el de su predecesora sulpirida, le acarreó el importante efecto colateral de verse sometido a visados de inspección de farmacia al igual que el resto de los llamados “atípicos”. Otra anécdota curiosa de los primeros años de la Psicofarmacología es la que contaba hace unos años Bailly-Salin en 605 L’Information Psychiatrique. Resulta que al de un año de la introducción de la clorpromazina, tuvo lugar en algunos hospitales de Francia una curiosa epidemia de dermatitis eczematosa y conjuntivitis de la que se culpó al nuevo fármaco. El cuadro no afectaba a los pacientes que recibían el producto, sino a las enfermeras que atendían a los pacientes, en especial a quienes dispensaban el fármaco. Las crónicas de la época sostenían que las gotas eran más perniciosas que las pastillas, y que a veces se podían observar estos cuadros en enfermeras que no habían tenido ningún contacto con la clorpromazina, por lo que se sospechó una transmisión aérea de un cuadro que, por sus características, tenía aspecto de ser alérgico. Los responsables de los centros pusieron pronto manos a la obra: dotaron a las enfermeras de guantes y gafas de motorista y contactaron con el laboratorio que, estupefacto, revisó los excipientes y concluyó que no era responsabilidad del preparado. Y tan pronto como vino, la epidemia desapareció, quedando inexplicada, pero no inexplicable, ya que el autor conjetura que pudo ser un fenómeno psicosomático. Buen observador en tanto que clínico, se percató de que las enfermeras más afectadas eran las más devotamente entregadas a los pacientes en la época preneuroléptica. Para estas personas, nos dice, el advenimiento de los fármacos suponía un giro radical a su forma de realizar y concebir su trabajo, por lo que, se diría en castellano, la clorpromazina les sacó ampollas. Una vez adaptadas, el fenómeno psico-somático-socioprofesional desapareció (51). Los tiempos han cambiado. La Psiquiatría no es ya relacional, sino farmacológica, por lo que en nuestros días lo que sería verdaderamente rupturista sería perder el eje directivo de la botica, algo que, desde luego, afectaría más a los prescriptores que a la enfermería. Confiemos en con que la posible limitación de la prescripción de “atípicos” no nos salgan ampollas a quienes tanto los recetamos. 606 BIBLIOGRAFÍA: Quetiapine and QTc prolonga(1) tion. Medicines Safety Update 2014; 5 (1), February 2014. 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KIKE 13-05-2014 Dentro de uno de los bosques más densos de Europa, la Selva Negra, muy adentro, existe otro bosque dentro de otro más. Su nombre es Algerión. Ningún humano ha conseguido encontrarlo, después de siglos de búsqueda. El motivo es que todo Algerión está incrustado en una piedra de diminutas dimensiones, dentro de un pedregal cubierto de musgo, a orillas del riachuelo más discreto del bosque. Es decir, por tratar de ser más preciso, que Algerión es ultra-microscópico aunque en su interior haya también muchas especies en común con las terrestres (insectos, frutas...). La vida en el microbosque es tranquila, feliz y muy rica en todos los aspectos. Sus habitantes principales, los más comparables a los seres humanos, son los algerioritas. De prominentes narices, muy peludos y manos fuertes, son de carácter afable y están muy orgullosos de no hacer la guerra, que es algo de lo que han oído hablar alguna vez a algún sabio anciano y que no saben muy bien de qué se trata exactamente. Por eso, y por sonar a tostón, no dedican mucho tiempo a pensar en ello… El objetivo de un algeriorita medio que se precie es casarse, tener entre tres y diez hijos y dedicarse todo el día a la comida como si de una religión se tratase. En pensamiento y obra. ¿Qué podía ser mejor que comerse un “mega pudding” de queso de libélula bien esponjoso al caer una tarde de verano, con los pies dentro del agua fresca del río, viendo a los más pequeños jugar o comer y chuparse los dedos, con la legendaria glotonería de los algerioritas? El musgalino era uno de los productos básicos en la dieta de los duendes algerioritas: como golosina, como alimento muy nutritivo y como néctar festivo. El agua de musgo, una vez destilada convenientemente y aromatizada con el jugo de ciertos tallos dulces, era la bebida más apreciada para ellos. Se subía un poco a la cabeza, pero nunca hasta el punto de perder la alegría ni las buenas maneras. Era, además de un excelente licor para todas las edades, un sanísimo alimento que no dañaba la salud, sino todo lo contrario. 1 Texto del Taller de Escritura Creativa del Hospital de Zamudio (Red de Salud Mental Bizkaia - Osakidetza), coordinado por Mª Dolores López de Lacalle y María García-Puente. 614 Kike MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES Con aquellas narices, el oler la comida justo antes de comerla era el mejor reconstituyente para el espíritu. El Día del Supremo Algeriorita, con las familias compartiendo en la mesa el tradicional asado de mariposas azules, bien regado por grandes cantidades de musgalino, era algo digno de vivirse. La política en Algerión era mínima. Alguien siempre de fiar (y qué algeriorita no lo era, ya que la falta de honestidad no era algo conocido en el país) esperaba que surgiese un problema (cosa rara) para solucionarlo. Y nada más: sin jerarquías y por turnos, año tras año. Para los habitantes de Algerión, el lema fundamental era: “el algeriorita que opte por vivir mal (haciendo cosas malas para él mismo o para los demás) es un perfecto imbécil”. Y ser imbécil era lo peor que podía ser un hijo de Algerión. Pocos casos se recuerdan (dado lo ridículo que resulta ser imbécil). Uno que trajo mucha cola y se suele poner como ejemplo es el Galandriel y la biofruta robada. A nadie le faltaba un buen ejemplar de árbol de esos en el jardín, para disfrutar de sus múltiples cualidades: médicas, gastronómicas y mágicas. Pues sólo al bobo de Galandriel, solamente por un absurdo impulso travieso, se le ocurrió invadir el jardín de su vecino Zoltar para coger una biofruta, amparado en la oscuridad, rasgándose los pantalones en la torpe huida. Por supuesto, el árbol, que servía bien a su dueño, se lo dijo a Zoltar pero éste no le acusó en público. Ya tenía bastante con aparecer como un imbécil ante un algeriorita. ¿Para qué robar si todos tenían lo mismo para vivir sin codiciar otras cosas o bastaba con pedirlo por favor? Bobadas como la de Galandriel era perder, además de las buenas maneras, un tiempo que podía servir para cosas más interesantes, como por ejemplo corte- jar a tu algeriorita favorita con un deslumbrante paseo aéreo a lomos de tu libélula último modelo sobre el Gran Lago de las Aguas Doradas. Esta anécdota es muy descriptiva acerca de cómo vivían y sentían los habitantes de Algerión, de su marcado sentido de la ética y de su constante empeño en vivir en paz, sin problemas. Lo verdaderamente complicado era mantenerse así y no caer en errores que podrían poner en peligro el delicado equilibrio de Algerión. De su sociedad y de ellos mismos. Confiaban tanto en pasar desapercibidos por su tamaño que nunca pensaban en ser atacados… o destruidos. De hecho, por no tener, no tenían ni ejército. Y las armas que podían encontrarse en su comunidad tenían una utilidad puramente culinaria. Jamás un algeriorita pincharía a otro con un cuchillo destinado a trinchar un buen asado. Dejar todo lo bueno que ofrecía un buena comilona, sobre todo para hacer daño, era una idea horripilante. Una locura absoluta. O sea, que entre matar, morir o comer, la elección estaba fuera de toda duda. Era una simple cuestión de lógica. Y hasta aquí nuestra primera incursión en el secreto mundo de Algerión. En otras ocasiones, querido lector, os contaré cómo la maldad puede instalarse dentro de una sociedad para intentar corromperla desde su interior. Desgraciadamente, es algo que puede suceder también en mundos que parecen perfectos. Hablaremos pues de héroes y villanos. La historia de Algerión, desde que se fundó hace ya 825 años, no ha sido todo lo bucólica que podría uno imaginar o deducir de su estilo de vida, descrito muy someramente en el capítulo anterior. Ese envidiable pulso vital como pueblo solo se alteró una vez, en 795. Fue por un ataque incontrolable de curiosidad sufrido por la Historias de Algerión MÁRGENES DE LA PSIQUIATRÍA Y HUMANIDADES princesa Ópalo, la menor de las tres hijas del buen monarca Tristán I, quizá el rey más querido en toda la historia. Sucedió lo siguiente: Normalmente, los algerioritas nunca son feos. Si su belleza no es tan evidente, queda compensada por una cualidad algo más destacada y el algeriorita en cuestión quedaba satisfecho. Por ejemplo, la princesa Ópalo tenía una hermosa nariz, realmente hermosa, en verdad. sólo que a juicio de su dueña debería sobresalir un centímetro menos de su rostro angelical. Pero ese terminar en punta, no sólo no le robaba atractivo a su rostro sino que le aportaba un toque majestuoso a la vez que dulce. Todo Algerión consideraba a Ópalo, seguramente en gran medida por esa peculiaridad, como a la más bella de la casa real (y eso que las otras dos princesas eran también deslumbrantes). Sin embargo, no había nada que la convenciese de que era real. Tanto fue así que dejó el calor y la seguridad de palacio para visitar a la misteriosa Lady Black para pedirle consejo. La bruja odiaba a su hermano el rey y, engañando a la 615 ingenua Ópalo, le hizo tomar un brebaje que le disminuyó de tamaño hasta volverse invisible. Y así desapareció la más brillante de todas las criaturas de Algerión. A partir de entonces, todos los habitantes del país aprendieron a ver la belleza de una persona, fuese más o menos evidente. Perder la alegría por creerse más o menos feos físicamente era una solemne estupidez. A partir de la desaparición de Ópalo, se convirtió en ley: “No hay nadie feo en Algerión ni lo habrá jamás. Y sólo un habitante de Algerión puede declarar el nivel de belleza de otro algeriorita. Por lo tanto, tema zanjado: TODOS GUAPOS”. La felicidad volvió al país. El rey Tristán lloró un tiempo por las esquinas del palacio pero, poco a poco, su pueblo y su familia le hicieron recuperar la risa de marfil de siempre. Así se perdió a una princesa y se recuperó a un rey, aunque este no se rindió en la búsqueda de la preciosa Ópalo. Pero eso será otra historia surgida de la minúscula grandeza de ese reino llamado Algerión… PARA LEER LIBROS David Simón Lorda, Chus Gómez Rodríguez, Alcira Cibeira Vázquez y Olga Vllasante (Editores). Razón, locura y sociedad. Una mirada desde el siglo XXI. (Mariano Hernández Monsalve). Alexandr Herzen. Doctor Krupov. (Alberto Fernández Liria). Giorgio Nardone. Psicotrampas. (Fernando Mansilla Izquierdo). Francisco Pereña. De la angustia al afecto: un recorrido clínico. (Piedad Ruiz). DOCUMENTOS EN LA RED Varios. (Juan Medrano). Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (123), 619-636 619 PARA LEER LIBROS David Simón Lorda, Chus Gómez Rodríguez, Alcira Cibeira Vázquez Y Olga Villasante (Editores). Razón, locura y sociedad. Una mirada desde el siglo XXI. Asociación Española de Neuropsiquiatría. Madrid, 2013. 608 pp. Esta publicación da cuenta de las ponencias presentadas en las IX Jornadas de la Sección de Historia de la AEN, organizadas conjuntamente con la Asociación Galega de Saùde Mental. Y más allá de proporcionarnos unos contenidos de máximo interés, este libro cumple otros propósitos muy importantes, como el ser ocasión de encuentro y trabajo interdisciplinar (clínicos de lo psi, historiadores, sociólogos ), e inter-generacional, puesto que ahí encontramos a maestros, padres y “hermanos mayores” de la historia de la psiquiatría española (José Luis Peset, Luis Montiel, Emilio Gónzalez, Antonio Rey, Enric Jordá, Pedro Marset, Josep M Comelles, Cándido Polo, Valentín Corcés, Federico Menéndez, Tiburcio Angosto, Ramón Esteban, David Simón, Óscar Martínez Azumendi Olga Villasante, Iñaki Márquez, Chus Gómez, Alcira Cibeira...) y una generosa presencia de los más jóvenes, muchos de ellos con tesis doctorales en marcha sobre este ámbito histórico, y otros varios con sus tesis ya leídas. Y por si fuera poco, pone en evidencia también la excelente sinergia que resulta de poner en común la sabia de la AGSM y de la AEN. Todo ello nos proporciona los mejores augurios en momentos tan necesitados de buenas noticias del mundo asociativo. La mirada que informa el libro no es en absoluto monocular, sino que es resultado de una colección de miradas heterogéneas, que focalizan su atención en temáticas muy variadas, la variedad está también en el ángulo de cada mirada y las lentes de quien lo mira, resultando una rica miscelánea de las distintas perspectivas con que puede leerse la Historia. Dividido en ocho secciones y un anexo, cada una de ellas podría ser por sí misma una monografía. Para dar idea de la variedad y riqueza de esta publicación baste señalar que cuenta con la participación de 78 autores de las más diversas disciplinas y áreas del saber, incluyendo algunos autores portugueses. El libro abre con una primera sección sobre “literatura y psiquiatría” que se inicia con un original estudio sobre “La función paterna en el Quijote”, por parte de Valentín Corcés, y se cierra con una sección de tres capítulos, a cargo de Emilio González, Luis Montiel y José luis Peset, que recoge las intervenciones de la sesión de homenaje al profesor Delfín García Guerra, que fuera primer catedrático de Historia de la Medicina en Galicia (1996) Aunque de forma necesariamente muy esquemática, vayamos viendo las distintas secciones La primera, sobre “Literatura y psiquiatría”, en el capítulo que abre, “La función paterna en el Quijote”, nos hace notar el autor la falta de referencia de cualquier rastro sobre la genealogía del caballero manchego para, haciendo palanca en esta ausencia, señalar muy acertadamente, con toda claridad, la diferencia entre paternidad biológica y función paterna, de la que se ocupa profusamente (función paterna- función de corte, estructurante, en la segunda parte del Quijote, identificando buena parte de esa funciones ejercidas por el bachiller Sansón Carrasco-Caballero de los Espejos-Caballero de la Blanca Luna, que “se introduce en el imaginario de D Quijote como figura paterna primero, como elemento normativo y , posteriormente como padre castrador”… avatares de la función paterna. 620 Más adelante, otros autores retoman el hilo conductor cervantino, para ocuparse de “Sustancias narcóticas y alucinógenas en los textos cervantinos”, proporcionándonos un texto muy bien documentado y sumamente interesante sobre los saberes médicos de la época y las referencias a los distintos remedios – ya fueran en su versión científica (contando con el imprescindible “Diascórides”), ya en la mágica (el famoso bálsamo de Fierabrás entre otros), así como sustancias alucinógenas-venenos de brujas, pócimas venenosas y agentes psicotrópicos, entre los que incluyen el aún no popular tabaco, al que atribuyen propiedades contra la fatiga intelectual. Otros dos capítulos se dedican a la narrativa de Gustavo Adolfo Bécquer, analizando las mitologías becquerianas, entre las que sobresale la del Ánima, a la vez que nos acercan una particular mirada a la literatura a través de la denominada psicología imaginal, metodología de James Hilman de gran interés para quien quiera adentrarse a navegar por esos mares de la literatura y psiquiatría, para lo que nos proporcionan buenas referencia. El instinto de muerte en Novoa Santos, lejos de reproducir las propuestas freudianas (qué mas quisiera el propio Freud que haber podido conjugar saudade como nostalgia da terra; el destino del tánatos hubiera sido muy distinto, sin duda), nos acerca a una visión muy personal del gran galeno. Con aproximaciones a la buena muerte, derecho a disponer de la propia vida, a la muerte decidida que, de no tener noticia de cuándo y por quién fueron escritas, muy bien podrían atribuirse a cualquier colega contemporáneo Y la interesante capítulo sobre “enfermos y sanadores en la obra de Cunqieiro” ( en gallego), a quien, según nos propone el autor, debiéramos considerar colega, habida cuenta de que fue “fillo de bo boticario,zoólogo e gran botánico”. PARA LEER La segunda sección está dedicada a “ Holocausto, memoria, medicina y psiquiatría en el nazismo”, que bien podría ser uno de los textos de lectura imprescindible para todos los residentes de las especialidades de la salud mental y lo psico. Aunque a día de hoy nos parezca que ya está todo dicho sobre el Holocausto, sabemos que a la vez quedan tantas cosas aún por decir…. Más allá de recopilación y síntesis de los horrores, no tiene desperdicio su epígrafe 7 de este capítulo: ¿ Qué se puede aprender utilizando el ejemplo de la colaboración de los médicos con el nazismo? ¿ Qué se debe enseñar?, imprescindible para cualquier reflexión sobre la ética de la equidad y del uso prudente-democrático de las nuevas tecnologías; y los riesgos del abuso de la medicina, tan cercanos, tan cotidianos tan olvidados. Las secciones tercera (Razón, locura y ciencia psiquiátrica), al igual que nos pasará con la quinta, son de lectura deliciosa, un pequeño festín intelectual, por esa particular capacidad que tiene la Historia de acercarnos aconteceres inauditos, a veces pintorescos, o extraordinarios que proporcionan el contraste frente a lo cotidiano, lo convencional Imposible resumir en unos párrafos tanta información, me limito a una referencias básicas a lo que podrá encontrar el lector. Así, en los trece capítulos que integran esta sección, nos sorprenderemos con los hallazgos y propuestas de Francisco López de Villalobos y la perspectiva clínica en el siglo XVI, en la Corte del Rey Católico, y su ingeniosa descripción de las “Las tres grandes”; a saber: la gran parlería, la gran porfía y la gran risa; o con los controvertidos avatares de la Cataluña de los siglos XVII-XIX en la construcción de la transición conceptual de “la locura como exceso a la locura como enfermedad”; o el no menos interesante trabajo del colega portugués de la Universidad do Minho, en Braga, que nos pone al tanto de “los Sucesos y miserias de un concepto psiquiátrico en el PARA LEER Portugal del siglo XIX”, refiriéndose al concepto de degeneración, para lo que tiene en cuenta el conspto pessoano: como “un retorno a un estado indiferenciado”. En esta misma sección nos encontramos con las “Pseudoalucinacones de Víctor Kandinsky”, de la segunda mitad del siglo XIX, a quien se considera uno de los fundadores de la psiquiatría rusa, de quien teníamos alguna noticia por algún artículo sobre este psiquiatra y su obra en la Revista de la AEN y de quien, nos fascina el que la fuente de información principal para estas perspicaces descripciones psicopatológicas fuera ¡¡¡¡su propia experiencia psicótica!!!, convirtiéndose así en un precursor del interés actual por los relatos en primera persona sobre experiencias psicóticas, entre los que también psiquiatras y psicólogos que cuentan con esa experiencia en sus propia persona se están prestando a hacer este tipo de aportaciones verdaderamente extraordinarias. Sin cambiar de sección, en la siguiente estación seguimos en territorios del Este, con un capítulo sobre “ La larga noche de la neurociencia soviética bajo el estalinismo”, cuyo título nos anuncia la perspectiva con que se aborda ese infausto periodo. Continuando en esta sección nos enteraremos de las aportaciones de Jaime Vera al Diccionario Enciclopédico HispanoAmericano introduciendo la voz Alcoholismo, para encontrarnos poco después absortos en debates conceptuales en torno a “La feminización de la locura: aproximación histórica al concepto de distimia. Reflexiones en torno a su uso como etiqueta diagnóstica”, donde señalan los efectos destructores que el orden social androgénico, que la propia psiquiatría ha contribuido a generar y mantener, ha tenido para la salud mental de las mujeres , y animan a estudiar la historia de la psiquiatría desde la perspectiva de género. Aún esta misma sección nos acerca los contextos limitantes “…de la investigación científica en España en la primera mitad del 621 siglo XX”, usando como paradigma la vida y obra de un psiquiatra del prestigio de Ramón Alberca, que dirigió el hospital psiquiátrico de Murcia en 1928 y poco después fue también catedrático en Valencia y que, más allá de sus indudables aportaciones, es ejemplo de la pérdida del potencial científico que produjo la Guerra Civil y la eterna postguerra. Y “ La marginación de los científicos en el franquismo”, valiéndose aquí de la referencia a quien le sucedió en la dirección del psiquiátrico de Murcia, Luis Valenciano Gayá, con cuya trayectoria se ilustran los avatares de la llamada generación dispersa. Nos encontramos después con un buen trabajo sobre uno de los casos fundacionales de la Psiquiatría Forense moderna: análisis psicopatológico y legal del homicidio perpetrado por dos adolescentes de “buenas familias”, Leopold y Loeb en el Chicago de los años 20, que abre el debate sobre la responsabilidad penal de las personas con “trastorno de personalidad”, que como bien sabemos sigue siendo de total actualidad. Y le sigue otro del máximo interés también sobre la “Paranoia reformadora”, en el que nos presentan las controversias teóricas, psicopatológicas y antropologico-culturales, en torno a la vida de Olympique de Gouges, “la gran olvidada” , la “amazona de la pluma”, que fue “acusada” de “histerismo revolucionario”, “paranoia reformatoria” “feminismo aberrante” y otras lindezas del estilo, y su ubicación en los particulares valores post-revolucionarios que dieron con ella en la guillotina, en 1793, mientras proclamaba “Hijos de la patria, vengareis mi muerte”. Tras otro capítulo (esta vez en inglés) en el que nos informan de la buena aceptación y difusión de uso del Haloperidol en Portugal desde que estuvo disponible en la década de los 50. Se cierra la sección sacando a relucir la llegada de los métodos anestésicos a la Galicia de principios de siglo XX, que hizo acto de presencia en la 622 Odontología gallega, incluyendo la hipnosis, la cocaína y otros anestésicos. Continúa con otra bien cuidada sección sobre la “instituciones psiquiátricas”, área de conocimiento más divulgada y trabajada en nuestro contexto AEN y que reúne ocho capítulos con aportaciones originales: Se inicia con un capítulo sobre “De visita por los manicomios con la prensa escrita y gráfica de finales del XIX y principios de XX”, que revisa documentos clave de denuncia (como los producidos por Lafora, o por Ruiz Maya) y pasa revista a una amplia documentación que da cuenta de la visión grotesca, los chistes, la agresividad, las disputas y acusaciones de laicidad, de clericalismo y anticlericalismo al hilo de las denuncias o informaciones cargadas de intencionalidad ideológica más o menos burda, o los avatares del cura Galeote, asesino confeso del obispo de Madrid-Alcalá, y los debates en torno a la condición de locos o presos, con resonancias de actualidad. Se aborda a continuación la profesionalización de la enfermería psiquiátrica en la Segunda República, la edición del manual del enfermero, de 1930; las acusaciones de intrusismo por los practicantes hacia los nuevos enfermeros especialistas (los inevitables gremialismos siempre por medio ), que antecedieron en tantas décadas al reciente EIR de salud mental. Le sigue, un estudio que aborda la “Comparativa entre las “mujeres” y las “señoras” ingresadas en el hospital Sagrado Corazón de Málaga , concluyendo en que existían escasas diferencias en las terapias que se proporcionaban a unas y otras, si bien, no encuentran respuesta a que se proporcionara maliaterapia en muy escasas ocasiones a las “señoras” atendidas en lo privado frente a las “mujeres” atendidas en la Beneficencia; y a la inversa con la indicación de hidroterapia. A continuación, nos acercan a la historia de las instituciones y la asistencia psiquiátrica en PARA LEER Portugal a través del “Ferreira”, fundado en 1883, que es considerada la primera institución fundada con Objetivos de asistencia psiquiátrica específica, y nos informan de aspectos como la existencia de terapia ocupacional, el trabajo agropecuario y cómo eran también lugar de vida para algunos desde la primera infancia (refiriendo ingresos producidos a los 3, 6, 11 años de edad) Se dedican luego tres capítulos a distintos aspectos de la historia del manicomio de Leganés, que incluyen “Degeneracionismo y escritura”, en tiempos en fue dirigido por José Salas y Vaca, “Cartas y dibujos” (“las letras de la locura”) en el periodo 1839-52, y los avatares de mismo durante la dirección de Manuel Peraita (1944-49) que lo modernizó, montando laboratorios, quirófano, rayos X y talleres de laborterapia. Y cierra la sección con nueva mirada a historias de Galicia, que se posa esta vez sobre los balnearios de Galicia: Tratamientos de hidroterapia en el manicomio de Conxo (de 1890 a 1917), mientras que gran cantidad de pacientes aquejados de problemas neuróticos y psicosomáticos acuden a los balnearios, que forman ya una amplia red en Galicia. La alternancia abre la puerta a continuación a otra colección de capítulos, a cual más interesante, articulados en torno a “Cultura, razón, locura sociedad”, que constituyen la quinta sección del libro. Se inicia trayendo a colación las peripecias de una sorprendente publicación periódica, “La psiquis, periódico del bello sexo” (Valencia ,1840). Una empresa proto-feminista llevada a cabo por hombres”, un semanario pensado para (pero no por) las mujeres, que llegó a editar 30 números de forma regular. Refleja el esbozo de lo que podríamos considerar un controvertido combinado de proto-feminismo de aire renovador y costumbrismo condescendiente con las tradiciones conservadoras, que cerró sin previo aviso, y sin saber por PARA LEER qué, y no tuvo continuidad en aquellos momentos. Le sigue “Los demonios de Loudin” , “probablemente el caso más famoso de posesión diabólica que se conoce”, que tuvo lugar en 1634 en la localidad francesa de Loudon….. afectó a monjas ursulinas , supuestamente hechizadas por el padre Urbain Grandier, quien fue acusado de brujería y condenado a morir en la hoguera. La otra protagonista de esta historia, la madre Juana de los Ángeles, mereció una monografía por Gabriel Legué y Gilles de la Tourette, y es bien conocida en la AEN por su reedición en castellano en 2001. En aras a la obligada concisión de esta reseña, de “La espiritada de Moeche”, no diremos ahora más que se trata probablemente de una caso de “corpo aberto” (dispuesto a recibir al espíritu de un extraño, a menudo un difunto que escoge un cuerpo para hablar y manifestarse), presentada en 1925 por una joven de 22 años, labriega e hija de un labrador que también había sido “santero” que mereció análisis en distintos foros y desde distintas perspectivas, incluida la psicopatológica. A continuación se nos hace partícipes (en texto escrito en galego del perfil biográfico y profesional, y de la tragedia del “galleguista” Antón Moreda, psiquiatra que vivió en sus propias carnes las duras condiciones del internamiento psiquiátrico, que se prolongó cuarenta años hasta su muerte en 2010, y para el que se reclama rehabilitar su nombre y su trayectoria; se le brinda homenaje y se propone el proyecto de la Biblioteca Antón Moreda para el nuevo hospital Xeral Calde. Esta sección del libro aún alberga otros dos capítulos sobre “La psiquiatría y su reflejo cinematográfico en España durante la transición (1975-1982” e “(idem)… la dictadura franquista (1939-1975)”, que ilustran muy bien tanto los avatares de la censura, como el modo en que el cine reflejó (y contribuyó a propiciar) los cambios en la mentalidad, en el imaginario 623 social sobre la enfermedad mental, la persona que lo sufre y los contextos familiares, socales e institucionales en que se manifiesta. El capítulo final de la sección, “Tras la pista de Daniel Urdanieta Vierge (de Compostela y Conxo a la Salpêtriére pasando por el Quijote)”, que nos permite acceder a la trayectoria vital y profesional de este “Maestro ilustrador”, pintor y acuarelista de finales del siglo XIX. La sección sobre “Guerra Civil, memoria histórica y salud mental” se abre con el capítulo “1937. Episodios nacionales: asesinatos en el psiquiátrico de Valdediós”, tan desgarrador por los sucesos que evoca como bien documentado, refiriendo el asesinato de enfermos y personal de ese hospital el 27 de octubre de 1937. El artículo concluye recordando la necesidad de no confundir amnistía con amnesia, y afirmando que “memoria incluyente y enfoque psicosocial son rutas hacia la reconciliación y no repetición”. Esta sección incluye otros dos capítulos también muy bien documentados que muestran los efectos del contexto bélico: a) en una dimensión institucional – en el manicomio Santa Isabel de Leganés-, y b) en una dimensión más personal (Guerra Civil y locura en Galicia. Narrativas de Francisco y de su padre), que en la presentación en vivo en la Jornada de la Sección en Ourense se acompañó de un video, con la consiguiente vitalización del relato. Para ir finalizando, la séptima sección dirige la mirada sobre reformas psiquiátricas en España. Se presenta proporcionando incluyendo un capítulo elaborado desde una perspectiva global -“Tradición y cambio en la atención a la salud mental en Galicia y en España (1970-2012)-, otro que presenta una un visión crítica desde la experiencia andaluza (“Andalucía. La culminación de la contrarreforma…entre polvos y lodos”) , y otros cuatro sobre aspectos más recientes y controvertidos de la situación asistencial en Galicia: “Ga- 624 licia: del traslado a la reforma”, “El hospital psiquiátrico de Castro: particularidades de la reforma psiquiátrica en el siglo XXI”, “La psiquiatría de Lugo: desde el hospital psiquiátrico hasta la actualidad”; “ 15-F”-. Valorados en su conjunto, reflejan muy bien los claroscuros de los procesos de reforma psiquiátrica y de la atención a la salud mental en España, y los polos entre los que se dirimen las lecturas inevitablemente controvertidas que podamos hacer de los años de reformas y de las perspectivas actuales en futuro inmediato – entre el pragmatismo gestor, el economicismo y la ética de una clínica fundada en contexto intersubjetivo, social y cultural. La última sección recoge las intervenciones dedicadas al homenaje al profesor Delfín García Guerra. Esta última sección es un cierre que representa la mejor versión de algunos de nuestros valores más queridos – reconocimiento, gratitud, amistad - , además de darnos a conocer a este colega a quienes no teníamos noticia previa de él, de su persona ni de su trayectoria. Nos sitúa Emilio González en su persona, lugar y tiempo con una alusión a la tesis doctoral de Delfín García en su texto “El Hospital Real de Santiago”: “Las piedras tantas veces pisadas….” Y una presentación de las respuestas a entrevista en SISO en 1997 que da pie a que se narre, se autobiografía. Le sigue un precioso alegato evocador con pe en La montaña mágica, a cargo de Luis Montiel, que nos señala la importancia de las experiencias de muerte para vivir. Citando a Hillman nos recuerda que “..pues así como los tejidos corporales se renuevan el alma se regenera a través de las experiencias de muerte” “la muerte de los otros significa que nuestra vida continúa … y que sigue adelante para participar en otras muertes..antes de conocer por fin la nuestra”. El libro cierra con un breve capitulo del maestro José Luis Peset glosando alguna de las obras más relevantes de Delfín García, particularmente las escritas con Víctor PARA LEER Álvarez Antuña sobre EL mal de la rosa, la pelagra, lepra asturiensis; o sobre los orígenes de la asistencia psiquiátrica en Asturias. Y ya, como anexo y festín final, un reportaje fotográfico de algunos momentos de las Jornadas que contribuyen a resaltar el carácter personal y asociativo del encuentro Mariano Hernández Monsalve Alexandr Herzen. Doctor Krupov. Ardicia Editorial. Madrid, 2014. 112 pp. Herzen fue probablemente el mejor representante del exilio romántico ruso. Propugnó una suerte de revolución populista que le pareció que podía ser protagonizada por las masas campesinas. En sus recorridos europeos fue compañero de otros escritores exiliados rusos como Turguénev u Ogarev y de revolucionarios como Bakunin o Marx, con quienes departió, debatió y compartió, y a los que acogió, financió y publicó cuando fue necesario. Con ellos vivió la primavera de las revoluciones que conmovieron Europa en 1848. De su vida, desmesurada, tormentosa y a su modo ejemplar, han dado fe el prolífico Carr y recientemente, en nuestro país, en un entretenido volumen con resonancias de Stefan Zweig, Enrique López Viejo (1), que también prologa la obra que comentamos. La muerte le alcanzó sin darle tiempo, por unos meses, a ser testigo del nuevo estallido revolucionario que dio lugar a la Comuna de París. Dejó unos escritos autobiográficos que han sido publicados en castellano (2). Entre sus admiradores declarados figura Lev Tolstói. Doctor Krupov es un escrito de poco más de cuarenta páginas en el que –en una maniobra que siglo y medio después hubiéramos podido tildar de borgiana– Herzen se transmuta PARA LEER en el doctor Krupov para compartir con los lectores algunas de las ideas contenidas en su supuesta gran obra Psiquiatría comparada. Lo que probablemente pretendía Herzen con este artificio literario era hablar de la sociedad desde la perspectiva que puede dar el contacto con las personas a las que llamamos locas – algo, por cierto, que los psiquiatras parecemos empeñados en dejar de hacer desde que la Década del Cerebro nos envenenó la mente–. Quizás, sin quererlo, hizo algo más. Por lo pronto, nos dejó una especie de retrato robot de la Psiquiatría y de los prejuicios sobre la locura y quienes la encarnan del momento. Pero además, y aquí no cabe imaginar que actuara sin intención, esbozó una especie de programa para una antipsiquiatría o psiquiatría crítica que no vio la luz porque, al fin y al cabo, el doctor Krupov era un personaje de ficción y el verdadero autor, a los 35 años, estaba preparándose para salir al exilio mientras el texto pasaba de la censura zarista a las galeradas. El doctor Krupov dedica las teorías que resume en este breve texto “…a los médicos abnegados que sacrifican su tiempo a la triste ocupación de tratar y visitar a quienes padecen enfermedades mentales”. Y comienza su exposición, no con los fundamentos de sus ideas, sino con una historia –la suya propia– que nos permite contemplar cómo surge en el Krupov niño la vocación de médico dedicado a la Psiquiatría. El niño Krupov estudia en el seminario y contempla con sorpresa el comportamiento despiadado de niños y adultos con uno de los hijos del sacristán, que padece lo que hoy llamaríamos una discapacidad intelectual, con el que desarrolla una estrecha amistad. “En su familia le despreciaban y se avergonzaban de él. Los niños campesinos también se burlaban de él, e incluso los hombres adultos le sometían a todo tipo de ofensas y agravios diciendo «Al mentecato no hay que 625 ofenderle, el mentecato es una criatura de Dios»” Este trato parece suscitar una extraña unanimidad: “… sólo los perros le trataban con humanidad”. Aunque también es verdad que, al referirse a algún incidente concreto, Krupov admite: “… las mujeres estaban de parte de Levka y le daban galletas, kvas y braga y, a veces, le decían palabras afables. Sutilmente, las mujeres y las chicas, oprimidas por el poder patriarcal de maridos y padres, compadecían al inocente muchacho acosado” El joven seminarista intenta aplicar sus recién adquiridos conocimientos de Retórica para escribir con sus observaciones un fallido “Discurso sobre el trato impío que la gente dispensa a los tontos de nacimiento”. Pero es observando a su amigo dormido, y preguntándose si es efectivamente feo –no se lo parece–, cuando surge en él la idea que va a guiar primero la vocación –y luego la obra– del doctor Krupov. “¿Por qué la gente que le rodeaba suponía que era mejor que él? (…) «porque el resto son chiflados, pero lo son a su modo y les molesta que Levka sea tonto a su manera, no a la de ellos»” En definitiva: “El motivo de todas las persecuciones de Levka es que era tonto de una manera especial, y los otros eran tontos sin más…” En la facultad de Medicina fue el adjunto de Veterinaria el que introdujo en la Psiquiatría señalándole que ésta “…enseña que todas las enfermedades mentales son un desajuste corporal. Enseña, por tanto, que sin el cuerpo, sin su cubierta de barro, el alma estaría siempre sana”. De allí Krupov pasa a hacer sus propias observaciones en el manicomio, donde se confirman sus primeras impresiones de la locura y ensaya –con humildad, con curiosidad– for- 626 mas de acercarse a quienes la padecen diferentes de las que pone en práctica el jefe de la institución. De sus observaciones, concluye: “Es imposible negar a estos locos un alto sentido político, como resulta igualmente imposible negar la locura de la gente; y sólo la de los que se consideran a sí mismos sanos (cuanto más locos, más contentos consigo mismos), sino también la de los que son tomados como tales por los demás” Para demostrar esto nos ofrece su sugerente listado de “indicios principales de las facultades mentales”, consistentes en: a) “La conciencia incorrecta e involuntaria de los elementos circundantes b) La obstinación patológica, empeñada en conservar esta conciencia incluso con daño evidente para el enfermo; y de aquí c) El esfuerzo torpe y constante por conseguir objetivos poco importantes, y el descuido de los verdaderos objetivos” Tal descripción hubiera sido compartida por buena parte de los psiquiatras de su tiempo y del nuestro. Lo que hace Krupov –y no los otros– es extraer las consecuencias que se derivan de la aplicación de esos criterios al comportamiento de determinadas figuras sociales. Elude hablar del ejército y nos remite para más información al capítulo sobre “martemanía” de su Psiquiatría Comparada. Estudia las similitudes y diferencias entre dos instituciones como son el manicomio y el tribunal médico municipal (que resultan diferenciarse, sobre todo, por la forma en que se ingresa en una y otra, porque ambas acaban ejerciendo su efecto sobre sus integrantes de un modo semejante). Ello le permite ensayar sobre los afectados por la segunda fórmulas que han demostrado ser útiles con quienes lo han sido por la primera: “Cuando comprendí que los funcionarios (…) tienen una afección específica del cerebro, me empezaron a desagradar todas esas PARA LEER revistas de historietas llenas de chistes sobre ellos” De ellos llega a decir: “Les resultaba visiblemente penoso estar sanos y, hasta tal punto añoraban la locura que se curaban de las facultades mentales con diferentes bebidas alcohólicas” Estos hallazgos le llevan a extender sus observaciones a “otros habitantes de la ciudad” que se desenvuelven en un contexto en el que: “… en una ciudad de cinco mil habitantes (…) trescientos estaban sumidos en un penoso aburrimiento por falta de trabajo y cuatro mil setecientos estaban sumidos en una penosa actividad por falta de descanso. Aquellos que trabajaban día y noche no ganaban nada y aquellos que no hacían nada ganaban mucho sin cesar” El doctor Krupov nos ilustra con la narración de algunos excelentes “casos clínicos” de su entorno. Pero no se detiene allí. Desde esta perspectiva, revisa la Historia, que “no es otra cosa que la narración coherente de la locura crónica tribal (genérica) y de su lenta curación (cabe esperar que dentro de tres mil años habrá dos o tres locuras menos”, o los conocimientos de antropología que resultan de la lectura de los grandes libros de viajes. En su “suplemento explicativo” final, el doctor Krupov –adelantándose con ello a Laing y Esterson (3) y a Bateson y compañía (4)– da cuenta de cómo “al igual que el bebé de Matrenka –uno de sus “casos clínicos”–, en mayor o menor medida, cada individuo, desde temprana edad y con la ayuda de sus padres y de la familia, se inicia poco a poco en el ambiente de la locura circundante (…) Toda nuestra vida y todos nuestros actos están hechos a medida de esta atmósfera, como las disparatadas formas de los ictiosauros y de los mastodontes fuero modeladas conforme a la atmósfera primitiva del globo terráqueo”. PARA LEER Por fin, se pregunta: “...tú que llevas tantos años dedicándote a la Psiquiatría histórica; ¿cuál es entonces el fruto de tus trabajos?” Y, adelantándose a los constructivistas, se responde: “En primer lugar, la verdad; en segundo lugar, el punto de vista; en tercer lugar, no he dicho ni mucho menos todo, solo he insinuado, señalado, mostrado ligeramente” Luego se marca el siguiente párrafo, precursor de mi admirada Joanna Moncrieff (5, 6): “Tenemos ya valiosas observaciones a propósito de la posibilidad de mejorar químicamente y modificar la parte espiritual (…). Así por ejemplo, la aplicación conveniente del tratamiento con champán predispone al individuo a la amistad, al valor, al sentimiento de alegría o a los abrazos desbocados. El borgoña, aunque actúa exactamente de la misma manera (…) produce un efecto absolutamente distinto: el individuo se vuelve lúgubre, insociable, más dado a los celos que al amor, más al arrepentimiento que al deleite, más al llanto por los pecados de este mundo que a la indulgencia.” Un texto que no debería ser ignorado por nadie que comparta con el doctor Krupov la curiosidad y el interés por la locura, y el recelo por todo lo que se da por razonable. BIBLIOGRAFÍA (1) López Viejo E. Tres rusos muy rusos: Herzen, Bakunin y Kropotkin. Santa Cruz de Tenerife: Melusina; 2008. (2) Herzen A. El pasado y las ideas. Barcelona: El Aleph; 2013. (3) Ronald D. Laing, Esterson A. Sanity, Madness and the Family (Trad cast: Locura, cordura y familia. México: Fondo de Cultura Económica, 1967). London: Tavistock Publications; 1964. 627 (4) Bateson G. Steps to an ecology of mind (Trad cast: Pasos hacia una ecología de la mente. Buenos Aires: Carlos Lohlé 1976). New York: Chandler; 1972. (5) Moncrieff J. The myth of the chemical cure: A critique of psychiatric drug treatment. Basingstoke: Palgrave Macmillian; 2008. (6) Moncrieff J. A straight talking introduction to psychiatric drugs (Trad cast: Hablando claro: una introducción a los fármacos psiquiátricos, Barcelona: Herder, 2013). Herefordshire: PCCS books; 2009. Alberto Fernández Liria Giorgio Nardone. Psicotrampas. Paidós. Barcelona, 2014. 125 pp. Afirma Nardone que existen tantos malestares psicológicos como se puedan inventar, sin embargo cada uno de estos malestares tiene una solución. Las maneras de actor negativas son fruto de “psicotrampas”, y para cada sufrimiento psicológico existe una vía de salida “psicosolución”. El ser humano es igual de bueno para construir las “psicotrampas” como para construir “psicosoluciones”. El ser humano tiene capacidad para crearse dificultades o auténticas patologías y al mismo tiempo tiene capacidad para efectuar cambios tanto imprevistos como extraordinarios. La actitud desastrosa del ser humano en la vida tiene su correspondencia en la propiedad de transformar los limites en recursos y los problemas en solución. Esta mágica transformación tiene que ser guiada por un “experto” capaz de hacer vivir lo que se define como “experiencia emocional correctiva” o un cambio de perspectiva, que lleva a realizar el cambio. El trabajo de investigación-intervención 628 tiene como finalidad el poner a punto protocolos de intervención específicos para trastornos psicológicos y comportamentales como por ejemplo; ataque de pánico, obsesiones, compulsiones, manías, depresión, anorexia, bulimia, trastornos sexuales, etc. En la base de cada uno de estos trastornos hay una combinación de diferentes psicotrampas puestas en práctica, y reiteradas en el tiempo llevan a la construcción del trastorno. Las psicosoluciones o las estrategias terapéuticas capaces de guiar a los pacientes a superar su trastorno han sido técnicas y estratagemas terapéuticas dirigidas a interrumpir el circulo vicioso patológico sostenido y mantenido por los guiones de las psicotrampas. Es decir, es la solución la que explica el funcionamiento del problema a resolver, y la replicabilidad de la estrategia terapéutica a todos los sujetos que presentan la misma patología, verifica su eficacia además de demostrar el funcionamiento del trastorno, porque nada puede crearse de la nada (Ex nihilo nihil fit). Las modalidades de pensamiento fruto de percepciones, convicciones y creencias cuando se aplican de un modo rígido llevan a la construcción primero de psicotrampas y más tarde de patologías psíquicas y comportamentales. Para cada una de las “psicotrampas del pensamiento” corresponde una “psicosolución”, que en muchos de los casos podría ser definida como “psicoprevención”, ya que se trata de indicaciones sobre como evitar cavar la fosa bajo nuestros pies para después caer dentro. Posteriormente se tratarán las “psicotrampas de la acción” donde las “psicosoluciones” tienen que ver con los modos de salir de la trampa. Para guiar a los pacientes a una plena y duradera curación, se llevan a cabo las tácticas, las maniobras y las estrategias del Modelo de Terapia Breve Estratégica, para reestructurar las percepciones, cambiar los pensamientos y las acciones. PARA LEER Este libro ameno y didáctico es una obra más del prolífico Giorgio Nardone, autor de casi una treintena de libros, máximo exponente de los investigadores de la Escuela de Palo Alto. Es internacionalmente reconocido como uno de los más creativos y rigurosos estudiosos y terapeutas en virtud de sus innovadores y eficaces modelos de Terapia Breve Estratégica y Problem Solving Estratégico. Fernando Mansilla Izquierdo Francisco Pereña. De la angustia al afecto: un recorrido clínico. Ed. Síntesis. Madrid, 2013. 163 pp. Desde que publicó su primer libro La pulsión y la culpa (2001) hasta el último El melancólico y el creyente (2012), Francisco Pereña ha realizado un recorrido clínico alrededor de los conceptos que Freud consideró al final de su vida sus descubrimientos: la pulsión y el inconsciente, ya que la clínica del sujeto que Pereña propone tiene su particularidad precisamente en la relación entre ambos. Como él mismo señala en el prólogo, este recorrido ha tenido como principal objetivo recuperar estos descubrimientos separándolos de los desarrollos más especulativos del propio Freud. Para ello, ha vuelto una y otra vez en sus libros a los orígenes del concepto de pulsión en Freud y a lo que él denomina su primera intuición: el concepto de “asistencia ajena”, que entiende como la presencia del otro en el cuerpo y la alteración que esto supone en el organismo humano, siendo la angustia traumática su afectación fundamental. Ahora, dicho recorrido culmina en este libro con una aportación inédita que liga este modo de entender la pulsión con la formulación freudiana de la represión como “transformación del afecto”, en el marco del cambio decisivo en PARA LEER la obra freudiana que supuso la angustia como causa de la represión. La represión ya no es, por tanto, mera contención, sino un trabajo de elaboración que constituye la actividad inconsciente. Pero la actividad inconsciente no se puede pensar al margen del vínculo con el otro, un vínculo que afecta y que permite dar cuenta de la pulsión como la vida psíquica misma y no como un agregado a lo instintivo. Lejos de la concepción biológica, incluso cosmológica de la pulsión en Freud, lejos de la exigencia clínica de los autores postfreudianos de desentenderse de esta concepción y, por tanto, de la pulsión, Pereña afirma que la desregulación instintiva, resultado de la larga indefensión y desamparo del humano, conlleva que la angustia sea el afecto fundamental y que la clave diagnóstica y terapéutica se encuentre entonces en el modo en el que la angustia se transforma en afecto a través de la inscripción de la pulsión como demanda inconsciente. Por tanto, cómo se articulen las modalidades de demanda al otro podrá permitir que “el otro no sea sólo, a la vez que referencia vital fundamental, objeto persecutorio a abatir” (p. 110). Por otro lado, esta inscripción no viene dada, ni es definitiva, sino que es una actividad inconsciente constante. Es decir, que el conflicto psíquico, inherente a nuestra relación con los otros, implica que los modos particulares del sentir y del temer que el sujeto manifiesta en el síntoma se renueven sin cesar y que la elaboración de la repetición sintomática seauna posibilidad para la angustia, en el sentido de Kierkegaard. Dicho de otro modo, “el deseo como límite interno de la pulsión se opone al temor persecutorio que alimenta la capacidad destructiva de la pulsión” (p.78). En su libro El hombre sin argumento (2002),el autor ya situaba la agresividad, junto con la represión y la sublimación, como un destino de la pulsión que esclarecía la aportación freudiana al respecto, entendiendo por destinos los modos 629 de tratar la angustia. En este libro la agresividad como respuesta inmediata responde a la dificultad de elaboración o dificultad para “articular la demanda de tal modo que se pueda establecer alguna relación entre lo que se quiere y lo que se teme” (p. 120). Las distintas formulaciones de Pereña esparcidas en su obra señalan al deseo como el motor que hace del vínculo afectivo una fuente libidinal, siendo que tanto el deseo como el amor requieren conservar al otro en su ausencia y en su incertidumbre (p.44), frente al intento de aseguramiento y certeza que convierte, por el contrario, la vida del sujeto y la vida del grupo en una organización persecutoria en la que el miedo y la violencia se dan cita (p.123). Véanse sus libros De la violencia a la crueldad (2004) o Cuerpo y agresividad (2011). ¿Por qué esta aportación es inédita en la clínica psicoanalítica? Existen tres corrientes teóricas postfreudianas fundamentales que introdujeron un cambio de paradigma que el propio autor examina en su prólogo y que ampliamos para responder a esta pregunta: 1.- El kleinismo y el lacanismo que toman la pulsión de muerte freudiana (el mayor exponente de la contradictoria concepción biologicista y mística de la pulsión) como eje importante de sus tesis. Klein redefine la naturaleza de la pulsión incluyendo objetos humanos en las fantasías inconscientes, pero se trata de objetos predeterminados de acuerdo a patrones constitucionales. Esto condujo la clínica al callejón sin salida de interpretaciones doctrinarias delirantes. (Sería Spitz quien demostraría que el objeto como objeto libidinal no está predeterminado, sino que es una creación en la que el otro es un “organizador psíquico”). Por su parte, Lacan subraya la falta de objeto de la pulsión abriendo así un campo teórico sobre el deseo, pero en sus formulaciones sobre el “goce” reintroduce el dualismo pulsional al articular la libido y la pulsión de muerte, ignorando, como nos plan- 630 tea Pereña, que el conflicto psíquico no es entre pulsiones sustantivas, sino entre el sujeto y el otro. 2.- Los teóricos de las relaciones de objeto, representados por Winnicott, se desentendieron del concepto de pulsión freudiana al cuestionar el origen de la agresividad a partir de la pulsión de muerte y no a partir de las experiencias tempranas del sujeto en la relación con los otros. Sin embargo, al alejarse del concepto de pulsión, abandonan la noción de conflicto psíquico en aras del ideal del “ambiente facilitador”. Ahora bien, estas tesis junto con la de Fairbairn acerca de que la libido busca el objeto cuestionan la afirmación clásica freudiana de que la libido busca el placer, produciendo un cambio de paradigma en la clínica: la motivación de todo impulso humano no es la mera gratificación que utiliza al otro como medio para un fin, sino que la conexión con el otro es un fin en sí mismo. Otras teorías como la del apego de Bowlby y las más recientes sobre el análisis interpersonal encuentran ahí su inspiración. 3.- Por su parte, la Egopsychologie, sin abandonar la concepción freudiana de pulsión se centró en los procesos de formación del yo y en el análisis de las defensas. Pero tanto la vertiente adaptativa de Hartmann con sus nociones sobre la “autonomía del yo” y “el potencial yoico sin conflictos” o los estudios sobre el narcisismo de Kohut que toman la distinción entre “verdadero self y falso self”, a pesar de tratarse de aportaciones importantes y fecundas se alejan del conflicto psíquico en aras de situar los límites de cierta “normalidad”. Si partimos de la alteración pulsional, la normalidad es una ficción terapéutica y la clínica y la doctrina no se entienden entre sí. PARA LEER Todas ellas plantean el desarrollo y las relaciones intersubjetivas como claves teóricas. Lo intrapsíquico freudiano no puede entenderse sin lo intersubjetivo, pero de alguna manera se alinean de un lado o de otro. Por ello, la tesis de F. Pereña sobre la inscripción de la pulsión como demanda inconsciente es realmente una aportación clínica porque sitúa la dialéctica sujeto-objeto y sujeto-otro como el Faktum pulsional mismo, es decir, como el acontecer que funda la subjetividad y que “carece de ley o norma al ser enteramente singular” (p.59). En las aportaciones de estos autores postfreudianos tuvo una importancia capital la clínica infantil, cuyos supuestos teóricos se habían construido por fuera de ésta, así como la clínica de patologías no estrictamente neuróticas, incluida la psicosis. Todas ellas no encontraban en la concepción freudiana de la pulsión un modo de inteligibilidad. Por eso el recorrido clínico que se anuncia en el título de este libro desarrolla sus tesis alrededor de temas como: “Los criterios epistemológicos que han dirigido el desarrollo en la psicopatología infantil”, “Sobre el asunto de la responsabilidad de los padres: responsabilidad, culpa y aceptación” o “Escisión, denegación y disociación”, “El sueño y la alucinación”, “La alucinación, el delirio y el dicho psicótico”, etc. Por último, el capítulo sobre “La dificultad diagnóstica en psicopatología: causa o trastorno” se aleja de los modelos estructurales rígidos y obliga a pensar que esta dificultad “proviene de la imposibilidad de una etiología conforme a la ley causal universal y necesaria”. Piedad Ruiz 631 PARA LEER DOCUMENTOS EN LA RED • Bioética Asociación de Bioética Fundamental y Clínica En su web se expone que la Bioética ha de ser entendida como una ética civil, no es solo materia de conocimiento, sino talante. No es una moda oportunista sino ayuda en los modos de ser y de actuar, sobre todo en las profesiones sanitarias. Incorpora el ámbito de los valores en la toma de decisiones, acerca de los problemas éticos de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud. Su enfoque debe ser plural, crítico y racional, aceptando el hecho pluricreencial de nuestro mundo contemporáneo. Se enmarca en un terreno distinto, aunque no distante, del ordenamiento jurídico, la deontología profesional y las creencias religiosas. Debiera evitar los sectarismos de cualquier tipo, ya sean ideológicos, laicistas o confesionales, huyendo de dogmatismos y buscando el diálogo respetuoso entre todos los afectados. Distribuyen un boletín al que es posible suscribirse. Web: http://www.asociacionbioetica.com/ inicio Suscripción: http://www.asociacionbioetica.com/registro-boletin Observatorio de Bioética y Derecho de la UB Portal web puesto en marcha por el OBD de la Universidad de Barcelona para resolver las dudas acerca de temas bioéticos relacionados con el avance de la tecnología. Se divide en tres grandes bloques: reproducción humana asistida e investigación; adolescencia, salud sexual y reproductiva, y documentos de últimas voluntades. Cada uno de ellos dispone de información suficiente para que el usuario conozca las implicaciones éticas, jurídicas y médicas que pueden tener sus decisiones. El objetivo es que el paciente esté mejor informado y, por tanto, pueda tomar las decisiones que le afecten de manera más responsable. http://www.libertadparadecidir.es/ • Derechos Humanos La escucha y el interés superior del menor Informe monográfico de la institución del Defensor del Pueblo que revela deficiencias en el procedimiento de escucha de los niños y adolescentes y pide que se adopten medidas como garantizar su acceso a la justicia gratuita al margen de la renta que tengan sus padres, cuando quieran hacer valer su parecer en los tribunales. http://www.defensordelpueblo.es/es/Documentacion/Publicaciones/monografico/Documentacion/menores_justicia_2014.pdf Torture in Healthcare Settings: Reflections on the Special Rapporteur on Torture’s 2013 Thematic Report – Sobre la tortura en el marco sanitario En marzo de 2013 el comisionado especial sobre Tortura de Naciones Unidas presentó su informe temático, centrado en formas de abuso que tienen lugar en el marco sanitario y que “pueden traspasar el umbral de maltrato y ser equivalentes a la tortura, al trato inhumano o degradante o al castigo”. El informe identificaba las políticas que favorecen estas actuaciones y entre ellas citaba el ingreso involuntario. Frente al informe, la American Psychiatric Association ha elaborado un contrainforme que cuestiona las aseveraciones del anterior. 632 Informe temático: http://antitorture.org/ wp-content/uploads/2013/03/A.HRC_.22.53_ English_Thematic_Healthcare.pdf Contrainforme: http://antitorture.org/wpcontent/uploads/2014/03/PDF_Torture_in_ Healthcare_Publication.pdf ECRE: European Council on Refugees and Exiles Alianza paneuropea de 82 ONGs orientadas a la protección de refugiados, solicitantes de asilo y desplazados así como a la promoción de sus derechos. Entre ellas figuran las españolas ACCEM (Acción Comisión Católica Española de Migración: http://www.accem. es/es), CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado: http://www.cear.es/), Rescate (http://ongrescate.uni.me/) y la Cruz Roja Española (http://www.cruzroja.es/portada/). En su web, ECRE proclama como misión promover el establecimiento de políticas de asilo en Europa justas y acordes con las leyes internacionales sobre Derechos Humanos. Publica y distribuye un boletín semanal al que es posible suscribirse de manera gratuita. http://ecre.org/ Manifiesto frente a la Propuesta de Reforma del Código Penal El día 13 de Mayo, en la Jornada del Parlamento Andaluz, se presentó el “Manifiesto frente a la propuesta del Gobierno de Reforma del Código Penal”, elaborado por FEAFESAndalucía y el Observatorio de la Salud Mental de Andalucía. El manifiesto, que cuenta con el respaldo del Defensor del Pueblo Andaluz, ha sido firmado por diversas entidades sociales y profesionales (estas últimas, tanto asistenciales como jurídicas). http://www.aen.es/images/manifiesto_ contra_reforma_codigo_penal.pdf La realidad del estigma social Estudio realizado por Fedeafes (Federa- PARA LEER ción de Euskadi de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental) sobre la realidad del estigma social entre las personas con enfermedad mental en la Comunidad Autónoma vasca. Se trata de un trabajo basado en la reflexión de cerca de 200 personas, entre afectados y profesionales de diversos sectores, que tiene como objetivo es avanzar en la inclusión social y participación normalizada en la comunidad de las personas con problemas de salud mental. Para ello, el estudio evidencia las consecuencias e implicaciones que el estigma social tiene en la vida diaria de estas personas y de sus familias, en sus distintas dimensiones de calidad de vida y en todos los ámbitos de participación y desarrollo en la comunidad. Asimismo, aporta propuestas de actuación para superar esta situación. http://www.fedeafes.org/wp-content/ uploads/2014/03/FEDEAFES_Estigma-Social-en-Euskadi_entre-las-personas-con-enfermedad-mental_estudio2013_web-reducido.pdf Dos años de reforma sanitaria: más vidas humanas en riesgo Informe de Médicos del Mundo en el que se refleja que el desarrollo del Real DecretoLey 16/2012 por parte de los gobiernos autonómicos ha sido “muy heterogéneo y descoordinado”, lo que ha contribuido a “hacer más profundas las desigualdades en salud”. En particular, la organización ha constatado más de 1.000 casos documentados de personas que han sufrido algún tipo de vulneración al derecho a la salud desde que entrara en vigor la reforma sanitaria del Gobierno hace dos años, la mayoría inmigrantes en situación irregular o sin papeles. http://www.medicosdelmundo.org/ index.php/mod.documentos/mem.desc a rg a r / f i c h e r o . d o c u m e n t o s _ I m p a c to-Reforma-Sanitaria-Medicos-delMundo_3ec0bdf9%232E%23pdf 633 PARA LEER Los efectos de dos años de aplicación del RD Ley 16/2012 Documento de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública que critica el RD por estimar que ha generado problemas sin aportar soluciones http://www.fadsp.org/index.php/samplesites/manifiestos/792-la-sanidad-publica-dosanos-despues-los-efectos-de-dos-anos-deaplicacion-del-rd-ley-16-2012 yores y centros de día, que persigue limitar al máximo el uso de sujeciones. Fundación María Wolff http://www.mariawolff.org/ Acreditación: http://www.mariawolff.org/_ pdf/Folleto%20Acreditaci%C3%B3n%20 Cuidados%20Demencia%20Sin%20Sujeciones.pdf Declaración de Granada por la salud de las personas migrantes y minorías étnicas Dada a conocer en el marco del 5º Congreso Europeo de Migrantes, Minorías Étnicas y Salud, encuentro que reunió a más de 350 profesionales de Salud Pública de instituciones como Naciones Unidas, Consejo de Europa, Comisión Europea o Centro Europeo de Prevención de Enfermedades. La declaración afirma que “en este preciso momento en el que muchos países europeos están aplicando políticas de austeridad, resulta especialmente importante que la comunidad de salud pública defienda a los más pobres y débiles. Entre ellos destacan muchas personas migrantes, quienes por diferentes razones se encuentran ahora mismo en condiciones más vulnerables” http://www.actasanitaria.com/wp-content/ uploads/2014/04/declaraciondegranada.pdf • Salud Laboral Fundación Maria Wolff Institución que promueve la investigación clínica en las demencias en todas sus manifestaciones. Desde 1994 se centra en Terapias No Farmacológicas aplicadas en recursos sociosanitarios como centros de día y residencias. Junto con la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias, CEAFA, la Fundación ha creado la Acreditación en el Cuidado de Demencias sin Sujeciones, de carácter estatal y orientado a residencias de ma- Valoración y propuestas ante el Proyecto de Ley de Mutuas Laborales Documento de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública en el que se posiciona contra el proyecto exponiendo sus razones para hacerlo. http://www.fadsp.org/index.php/samplesites/notas-de-prensa/760-valoracion-y-propuestas-ante-el-proyecto-de-ley-de-mutuaslaborales Prevención del acoso laboral Con la creciente preocupación por el acoso laboral van apareciendo publicaciones orientadas a facilitar información a empresarios y trabajadores sobre las nefastas consecuencias de los comportamientos acosadores tanto para las personas acosadas como para la organización que los tolera y de las medidas preventivas que pueden adoptarse para solventar el problema. Un ejemplo es este documento, que procede de las autoridades competentes de la provincia canadiense de Columbia Británica y fue publicado en setiembre de 2013. http://www2.worksafebc.com/pdfs/Bullying/BK137.pdf Aspectos económicos de la promoción de la salud mental en el trabajo Informe de la Agencia Ejecutiva para la Salud y los Consumidores (Executive Agen- 634 cy for Health and Consumers), una institución dependiente de la Unión Europea, que resume los datos disponibles sobre las tendencias en salud mental y su relación con el trabajo, el impacto económico de los trastornos mentales, la promoción de la salud mental y el papel de los sistemas sanitarios y de asistencia social. Como conclusión, el impacto económico de los programas de promoción de la salud mental es claramente positivo, especialmente cuando se orientan hace las personas que han padecido algún tipo de trastorno mental. http://ec.europa.eu/health/mental_health/ docs/matrix_economic_analysis_mh_promotion_en.pdf Informe de fiscalización de la incapacidad temporal por las entidades del sistema de la Seguridad Social Aprobado por el Pleno del Tribunal de Cuentas, este informe se refiere a las actuaciones realizadas por estas entidades durante el ejercicio 2011, sin perjuicio de que se han empleado los datos de ejercicios anteriores o posteriores que se han considerado oportunos para el cumplimiento de los objetivos fijados en la fiscalización. http://www.tcu.es/repositorio/ad7d34ec0c9a-4b3f-87a6-571b12ddd4c6/I1027.pdf • Adicciones Encuesta Escolar sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias (ESTUDES 2012-13) Encuesta realizada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas sobre una muestra de 27.500 estudiantes de entre 14 a 18 años, de 750 institutos o centros de formación profesional públicos y privados de toda España. Se lleva a cabo cada dos años desde 1994. Según esta última encuesta, el PARA LEER consumo de alcohol entre los escolares de entre 14 y 18 años ha aumentado en los últimos dos años. http://www.pnsd.msc.es/Categoria2/observa/pdf/PresentESTUDES2012_2013.pdf Consumo de alcohol en España Informe monográfico que presenta los resultados sobre consumo de alcohol de la Encuesta Nacional de Salud ENSE 2011/12. Aporta datos sobre la frecuencia de consumo alcohol, la cantidad ingerida de los distintos tipos de alcohol en una semana tipo, el uso medio diario en gramos de alcohol puro, la edad de inicio del consumo regular de bebidas alcohólicas y la frecuencia de consumo intensivo, todo ello en la población residente en España de 15 y más años de edad. http://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/encuestaNacional/encuestaNac2011/informesMonograficos/ ENSE2011_12_MONOGRAFICO_1_ALCOHOL.pdf Informe europeo sobre las drogas Elaborado por el Observatorio Europeo de las Drogas y accesible en castellano, muestra que España se mantiene, junto con Reino Unido y Francia, como líder de la UE en consumo de cocaína y cannabis entre los jóvenes, aunque el uso de estas sustancias tiende a disminuir desde el máximo alcanzado en 2008. Versión en castellano: http://www.emcdda. europa.eu/attachements.cfm/att_228272_ES_ TDAT14001ESN.pdf • Salud mental en prisión Restricciones en el acceso a los tratamientos de la Hepatitis C. Vulneración del derecho a la salud de las personas presas Informe de la Asociación Pro Derechos 635 PARA LEER Humanos de Andalucía (ADPHA) que denuncia la vulneración del Derecho Humano a la salud de las personas presas, presentado como queja al Defensor del Pueblo Andaluz. http://www.apdha.org/media/INFORME_ TRATAM_HEPATITIS_marzo2014.pdf The Treatment of Persons with Mental Illness in Prisons and Jails: A State Survey / El tratamiento de las personas con enfermedad mental en establecimientos penitenciarios de los EEUU: Encuesta por estados Informe de reciente aparición, elaborado por el Treatment Advocacy Center (http:// www.treatmentadvocacycenter.org/), que aporta datos escalofriantes: El número de personas con trastorno mental grave en establecimientos penitenciarios sobrepasa en los EE.UU. los 350.000 (207.000 en prisiones estatales y 149.000 en cárceles de condados), lo que multiplica por 10 el número de pacientes de los hospitales psiquiátricos estatales (35.000). En 44 de los 50 estados, la institución psiquiátrica más grande, a juzgar por el número de personas con enfermedad mental que aloja, es en realidad un establecimiento penitenciario. http://www.tacreports.org/storage/documents/treatment-behind-bars/treatment-behind-bars.pdf Comentario al Bradley Report En 2009 se publicó en el Reino Unido el Bradley Report sobre personas con enfermedad mental o discapacidad intelectual en el sistema penal. En el momento actual Lord Bradley preside una comisión independiente que revisa y considera los progresos obtenidos y la manera en que pueden desarrollarse sus propuestas y recomendaciones en la situación socioeconómica de crisis. El Centre for Mental Health ha elaborado un documento comentando áreas insuficientemente desarrolladas en el informe original. En el que pre- sentamos se analizan las necesidades de los adultos jóvenes (18-24 años) en contacto con los servicios de salud mental y/o discapacidad intelectual y el sistema penal. Bradley Report: http://www.centreformentalhealth.org.uk/pdfs/Bradley_report_2009. pdf Comentario: http://www.centreformentalhealth.org.uk/pdfs/Bradley_ Commission_briefing2_youngadults. pdf?utm_source=Centre+for+Mental+Heal th+e-bulletin&utm_campaign=046acd3165Winter_email_bulletin12_2_2013&utm_ medium=email&utm_term=0_c0ac5acb39046acd3165-83675261 La atención sociosanitaria a la salud mental de las personas privadas de libertad en la CAPV Informe del Ararteko (Defensor del Pueblo de la Comunidad Autónoma Vasca) que se plantea como un conjunto de recomendaciones tras la transferencia de las competencias en sanidad penitenciaria al Gobierno Vasco. http://www.ararteko.net/RecursosWeb/ DOCUMENTOS/1/0_3339_3.pdf • Farmacología Carta de servicios de la AEMPS El BOE del 4 de marzo publicó una resolución de la Subsecretaría del Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad que aprueba la actualización Carta de servicios de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Este documento explica a ciudadanos y usuarios los servicios que tiene encomendados la agencia, los derechos que les asisten en relación con estos servicios y los compromisos de calidad para conseguir la mejora de los servicios públicos que presta atendiendo a las deman- 636 PARA LEER das de los ciudadanos y usuarios, tomando como base el Real Decreto 951/2005, de 29 de julio. Existe un tríptico digitalizado que resume estos contenidos. Resolución: http://www.boe.es/diario_ boe/txt.php?id=BOE-A-2014-2376 Carta de servicios: http://www.aemps. Juan Medrano NOVEDADES EDITORIALES EN www.tienda-aen.es AEN (eds.), La formación de alud mental en España, 287-72-4 E, R. HERRERA VALENCIA, ental de la población re- N (eds.), Crimen y locura, Asociación Española de Neuropsiquiatría C ISBN: 978-84-95287-71-7 ,!7I 4J5-cih bh! promoción de la participación y autonomía en Salud Mental La pragmática de la institución psicoanalítica en la sociedad actual E. RIVAS PADILLA, La s instituciones de Salud ESCUDERO NARS (eds.), ados y el trabajo en red das tras la reforma psi- LUQUE (eds.), Psicos psicóticos, 2006. el discurso psicótico, 2006. RIVAS PADILLA (eds.), nálisis en la sociedad de AE N Asociación Española I. GONZÁLEZ LLONA 13. EZ RODRÍGUEZ, A. CIBEIRA (eds.), Razón, locura y la historia desde el siglo Profesionales de Salud Mental Neuropsiquiatría GUÍA PARTISAM TEORÍA Y PRÁCTICA PSICOANALÍTICA DE LAS PSICOSIS La pragmática de la institución psicoanalítica en la sociedad actual de C U A D E R N O S A. E. N. ESTUDIOS / 53 T É C N I C O S 21/05/14 12:46 8. 9. 10. 11. 12. 13. 15. 16. 17. 19. 20. 53 , 17 6. 7. 14. promoción de la participación y autonomía en Salud Mental I, D. SIMOND (eds.), Grupos ¿Qué son, cómo funcion?, 2013. 5. GUÍA PARTISAM rd.), Vida laboral, estrés 1. 2. 3. 4. 18. A. E. N. / ESTUDIOS NAL (eds.), Salud mental, 08. stornos mentales comuón, 2009. . FERNÁNDEZ LIRIA, P. lencia y salud mental. as institucional, estruc009. NORIEGA (eds.), Gestión 2009. VAS PADILLA (eds.), El psin lo político, 2009. . SAGASTI, O. VILLASANTE a nuestros días. Contrila psiquiatría, 2011. eds.), Acciones de Salud 12. oord.), Los trastornos nfancia y adolescencia, ENRIQUE RIVAS PADILLA y ANTONIO CEVERINO DOMÍNGUEZ (Editores) TEORÍA Y PRÁCTICA PSICOANALÍTICA DE LAS PSICOSIS egistro de casos de esqui5. UALDE y J. M. BERTOLÍN psiquiatría en España QUE gob.es/laAEMPS/cartaDeServicios/docs/ Carta-de-servicios-AEMPS-2014-2017.pdf Tríptico: http://www.aemps.gob.es/laAEMPS/cartaDeServicios/docs/Triptico-carta-de-servicios-AEMPS-2014-2017.pdf 21. 22. 23. 24. 25. ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA ESTUDIOS 26. 27. 28. ción de España, ISBN: 978-84-95287-69-4 DAVID SIMÓN LORDA, CHUS GÓMEZ RODRÍGUEZ, ALCIRA CIBEIRA VÁZQUEZ y OLGA VILLASANTE (Editores) ,!7I 4J5-cihgje! ALENCIA, ción re- locura, e esqui- RAZÓN, LOCURA Y SOCIEDAD. UNA MIRADA ERTOLÍN España A LA HISTORIA DESDE EL SIGLO XXI LA, La e Salud (eds.), en red ma psi- Psico6. o, 2006. (eds.), edad de mental, comu- RIA, P. mental. estruc- RAZÓN, LOCURA Y SOCIEDAD. UNA MIRADA A LA HISTORIA DESDE EL SIGLO XXI. El psi9. ASANTE Contri011. e Salud A. E. N. / ESTUDIOS estrés LLONA CIBEIRA ocura y el siglo Grupos funcio- A. E. N. ESTUDIOS / 51 ción de España, 51 ISBN: 978-84-95287-69-4 ción re- locura, e esqui- RAZÓN, LOCURA Y SOCIEDAD. UNA MIRADA ERTOLÍN España A LA HISTORIA DESDE EL SIGLO XXI LA, La e Salud (eds.), en red ma psi- Psico6. o, 2006. (eds.), edad de mental, comu- RIA, P. mental. estruc- O home que chegou a ser feliz en vida (Castelao) ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA ESTUDIOS DAVID SIMÓN LORDA, CHUS GÓMEZ RODRÍGUEZ, ALCIRA CIBEIRA VÁZQUEZ y OLGA VILLASANTE (Editores) ,!7I 4J5-cihgje! ALENCIA, RAZÓN, LOCURA Y SOCIEDAD. UNA MIRADA A LA HISTORIA DESDE EL SIGLO XXI. Gestión ASANTE Contri011. e Salud A. E. N. / ESTUDIOS estrés LLONA CIBEIRA ocura y el siglo Grupos funcio- A. E. N. ESTUDIOS / 51 51 13. M q 14. A I « 15. P s t 16. C i 17. V c 18. J s 19. A B t 20. R a 21. J l c 22. C 23. F 2 24. F 25. E t 26. F n 27. T y 28. C t Colec 1. M d 2. A 3. S 1 4. T m 5. V p 6. J 7. J l 8. J R d 9. R 1 10. C c 11. A c 12. R D El psi9. tornos encia, 1. M d 2. A 3. S 1 4. T m 5. V p 6. J 7. J l 8. J R d 9. R 1 10. C c 11. A c 12. R D Gestión tornos encia, Colec O home que chegou a ser feliz en vida (Castelao) ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA ESTUDIOS 10/10/13 12:28 13. M q 14. A I « 15. P s t 16. C i 17. V c 18. J s 19. A B t 20. R a 21. J l c 22. C 23. F 2 24. F 25. E t 26. F n 27. T y 28. C t 293 (293) 293 LEER (293) PARA 638 LIBROS LIBROS LIBROS DE LA A.E.N. LIBROS DE LA A.E.N. (Disponibles a la venta en www.tienda-aen.es) Estudios Estudios 1. M. GONZÁLEZ CHÁVEZ (ed.), La transformación de la asistencia psiquiátrica, 1980. , F.CBHÁVEZ ERMEJO (eds.), 1980. 2. M. A. 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Psicoanálisis, malestar la cultura», 1992. , II y III Jornadas de la Sección de , J. en FRÈRE , A. GONZÁLEZ GÓMEZ 14. A. INGALA, R.«El 15. Psicoanálisis, P. SANROMÁN V«El ILLALÓN (ed.), sobre salud mental y ley. Malos tratos a menores, malestar enJornadas la cultura», 1992. tratos aVmujeres, y divorcios, 1993. 15. malos P. SANROMÁN ILLALÓNseparaciones (ed.), Jornadas sobre salud mental y ley. Malos tratos a menores, 16. malos C. F. Rtratos OJEROa , T. SUÁREZseparaciones (eds.), Psicosis de la infancia mujeres, y divorcios, 1993. y la adolescencia, 1993. (ed.), Evaluación en salud mental, 1993.1993. 17. 16. V. C. A F.PARICIO ROJEROB , ASAURI T. SUÁREZ (eds.), Psicosisdedeservicios la infancia y la adolescencia, AS HESSE A. TESORO MATE (eds.),de Mujer y salud mental. Mitos 1993. y realidades, 1993. 18. B,ASAURI (ed.),AEvaluación servicios en salud mental, 17. J. V. M APARICIO ERNÁNDEZ LIRIA , M. AHMATE ERNÁNDEZ ONSALVE , B. mental. RODRÍGUEZ VEGA (eds.), Psicote19. J. A.MFAS HESSE, A. TESORO (eds.),M Mujer y salud Mitos y realidades, 1993. 18. rapias en el sector público: marco para la integración, 1997. VEGA (eds.), PsicoteLIRIA , M. Hun ERNÁNDEZ MONSALVE , B. RODRÍGUEZ 19. A. FERNÁNDEZ 20. R. GÓMEZ (ed.), Grupos terapéuticos y asistencia1997. pública, 1997. (agotado) rapias en elESTEBAN sector público: un marco para la integración, RUBIO (ed.),(ed.), Equipos e instituciones deysalud (mental), salud1997. (mental) de equipos 21. R. J. LGEAL 20. ÓMEZ ESTEBAN Grupos terapéuticos asistencia pública, e instituciones, 1997.Equipos e instituciones de salud (mental), salud (mental) de equipos 21. J. LEAL RUBIO (ed.), 22. eC.instituciones, POLO, Crónica del manicomio, 1999. 1997. (ed.), y praxis1999. psiquiátrica, 2000. 23. 22. F. C. SPANTANDER OLO, Crónica delÉtica manicomio, IVAS (ed.), (ed.), La psicosis la comunidad, 2000. 24. Ética yenpraxis psiquiátrica, 2000. 23. F. R SANTANDER ONZÁLEZ COMELLES Psiquiatría 25. F. E. R GIVAS (ed.),, J. LaM. psicosis en la(eds.), comunidad, 2000.transcultural, 24. (agotado) 2000. , I. ,MJ.UÑOZ C. LLOR, (eds.), P. MARSET , PsicoanálisisenEspaña(1893-1968), 26. ONZÁLEZ M. C, OMELLES Psiquiatría transcultural, 2000. (agotado) 2000. 25. F. E. C GARLES NGOSTO RODRÍGUEZ , D., P.SIMÓN (eds.), Setenta y cinco años de historia de2000. la psi27. F. T. C AARLES , I., A. MUÑOZ , C. LLOR MARSET , PsicoanálisisenEspaña(1893-1968), 26. 2001. , A. RODRÍGUEZ, D. SIMÓN (eds.), Setenta y cinco años de historia de la psi27. quiatría, T. ANGOSTO 28. quiatría, C. GISBERT (ed.), Rehabilitación psicosocial y tratamiento integral del trastorno mental, 2003. 2001. SPINO, (ed.), B. OLABARRÍA (eds.), La formación de los profesionales de la salud mental en 29. C. A. G EISBERT 28. Rehabilitación psicosocial y tratamiento integral del trastorno mental, 2003. España, 2003. , B. OLABARRÍA (eds.), La formación de los profesionales de la salud mental en 29. A. ESPINO 30. España, M. HERNÁNDEZ MONSALVE, R. 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Salud mental en el mundo: problemas y prioridades en poblaciones de bajos ingresos. 1995. (agotado) 2. La Psicología Clínica en los Servicios Públicos. 2000. 3. La Asociación Española de Neuropsiquiatría y la situación de los enfermos mentales. 2000. 4. Hacia una atención comunitaria de salud mental de calidad. 2000. (agotado) 5. Formación especializada en salud mental. 2000. 6. Rehabilitación Psicosocial del enfermo mental severo. Situación actual y recomendaciones. 2002. (agotado) 7. Observatorio de Salud Mental de la AEN: Análisis de la situación de la atención a la salud mental en las Comunidades Autónomas a diciembre de 2005. 2007. 8. Consenso sobre la promoción de la salud mental, prevención del trastorno mental y dismi nución del estigma de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. 2007. / Spanish Asso ciation of Neuropsychiatry 2007 Consensus on the Promotion of Mental Health, the Pre vention of Mental Illness and the Reduction of Stigma. 2007. 640 PARA LEER 9. El ejercicio profesional del Psicólogo Clínico en el Sistema Nacional de Salud. 2008. 10. Consenso sobre Atención Temprana a la Psicosis de la AEN. 2009. 11. Escuela de Salud Mental de la AEN. 2009. 12. Grupo de trabajo de la Asociación Española de Neuropsiquiatría sobre Hospitales de Día. 2009. 13. Situación de la Enfermería de Salud Mental en el Sistema Nacional de Salud. 2009. 14. Informe sobre la salud mental de niños y adolescentes. 2010. 15. Observatorio de Salud Mental 2010 de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. 2011. 16. Hacia una reformulación de la Rehabilitación Psicosocial. 2012. 17. Guía PARTISAM. Promoción de la participación y autonomía en Salud Mental. Historia 1. Jacques Ferrand, Melancolía erótica, 1996. (agotado) 2. Robert Burton, Anatomía de la melancolía I, 1997. (agotado) 3. Anselm von Feuerbach, Gaspar Hauser, 1997. (agotado) 4. Robert Burton, Anatomía de la melancolía II, 1998. (agotado) 5. Robert Gaupp, El caso Wagner, 1998. 6. Gerolamo Cardano, El libro de los sueños, 1999. 7. Emil Kraepelin, Cien años de Psiquiatría, 1999. 8. Étienne Esquirol, Sobre las pasiones. Joseph Daquin, Filosofía de la locura, 2000. 9. Tomaso Garzoni, El teatro de los cerebros. El hospital de los locos incurables, 2000. 10.Juana de los Ángeles, Autobiografía, 2001. 11.François Leuret, El tratamiento moral de la locura, 2001. 12.Robert Burton, Anatomía de la melancolía III, 2002. (agotado) 13.Laurent Joubert, Tratado de la risa, 2002. 14.Samuel-Auguste Tissot, El onanismo, 2003. 15. Daniel Paul Schreber, Sucesos memorables de un enfermo de los nervios, 2003. (agotado) 16.Raymond Queneau, En los confines de las tinieblas. Los locos literarios, 2004. (agotado) 17.Timothy Bright, Un tratado de melancolía, 2004. 18. Cicerón, Conversaciones en Túsculo, 2005. 19. Diderot (ed.), Mente y cuerpo en la Enciclopedia, 2005. 20.Marsilio Ficino, Tres libros sobre la vida. Luigi Cornaro, De la vida sobria, 2006. 21.Patrick Declerck, Los náufragos, 2006. 22. Giovan Battista della Porta, Fisiognomía I, 2007. 23.John Donne, Biathanatos, 2007. 24. Giovan Battista della Porta, Fisiognomía II, 2008. 25.Edgard Zilsel, El genio, 2008. 26.Gladys Swain, Diálogo con el insensato, 2009. 27. José Luis Peset, Las melancolías de Sancho. Humores y pasiones entre Huarte y Pinel, 2010. 28.André Du Laurens, De las enfermedades melancólicas. Jourdain Guibelet, Del humor melancólico, 2011. Tienda AEN www.tienda-aen.es PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN Manifiesto frente a la propuesta del gobierno de reforma del Código Penal. [2014]. La enfermedad mental no es delito. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (123), 643-645 643 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN MANIFIESTO FRENTE A LA PROPUESTA DEL GOBIERNO DE REFORMA DEL CODIGO PENAL. [2014] LA ENFERMEDAD MENTAL NO ES DELITO El observatorio de Salud Mental de Andalucía impulsado por la Federación Andaluza de Familiares y Personas con enfermedad mental promueve este MANIFIESTO La reforma del Código Penal que propone el Gobierno de Rajoy supone un ataque grave y frontal a los derechos de las personas con enfermedad mental 1 de cada 4 personas padecerá a lo largo de su vida un problema de salud mental. La mayoría de ellas pueden recuperarse y alcanzar niveles razonables de funcionalidad e integración social si se les provee de medios sanitarios y sociales en un clima social menos negativo generado por el estigma y la discriminación que sufren; los prejuicios sociales ancestrales todavía presentes son, desgraciadamente, efectivos para bloquear, en ocasiones, su recuperación, su integración social y el ejercicio de su derechos de ciudadanía. En un momento en el que la Convención de la ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad se ha propuesto erradicar todas las formas de discriminación hacia este colectivo, al que pertenecen las personas con enfermedad mental, el Gobierno propone una Reforma del Código Penal que supone la violación más grave y frontal a los derechos fundamentales de este vulnerable colectivo en las últimas décadas. ARGUMENTOS CIENTÍFICOS, JURÍDICOS, SANITARIOS Y SOCIALES Y RAZONES DE HUMANIDAD Y JUSTICIA SOCIAL. Defendemos a las personas con enfermedad mental frente a la reforma del Código Penal. PELIGROSIDAD: LA REFORMA ASOCIA REITERADAMENTE LA ENFERMEDAD MENTAL CON PELIGROSIDAD. Ningún estudio científico avala la asociación del concepto subjetivo de “peligrosidad” con las personas con enfermedad mental. No existen procedimientos que permitan prever de antemano la comisión de un hecho delictivo por una persona afectada por un problema de salud mental; como no los hay para la mayoría de las personas que pueden cometer un delito, tengan o no una enfermedad mental. ESTIGMA: Toda la reforma se sustenta en el estigma y los prejuicios relativos a sus supuestas incurabilidad y peligrosidad, vinculada esta última a la violencia, cuando la comisión de actos delictivos de carácter violento por parte de personas con este tipo 644 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN de problemas afecta a una clara minoría de las mismas, en conjunto, las personas con trastorno mental grave cometen, proporcionalmente, menos delitos que la población general. Se trata pues de ideas completamente erróneas y desfasadas pero que siguen estando asentadas desgraciadamente en muchas personas de nuestra sociedad. VULNERA LA CONVENCIÓN DE LA ONU: Discrimina clara y sistemáticamente a las personas con trastorno mental por razón de su diagnóstico, lo que resulta contrario a la Convención ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmada y ratificada por España y de obligado cumplimiento desde el 3 de mayo de 2008. CADENA PERPETUA: ESTABLECE MEDIDAS DE SEGURIDAD PRORROGABLES SIN LÍMITE DE PLAZOS. Se abre la posibilidad de que una persona con problemas de salud mental que haya cometido un delito, independientemente de la gravedad de éste o de su estado de salud, pueda ser internada de manera indefinida a través de la figura de las medidas de seguridad prorrogables, sin establecer un límite. PREJUICIOS: EL SISTEMA JUDICIAL TENDRÁ QUE PREDECIR EL RIESGO IMAGINARIO DE FUTUROS DELITOS. Privará de libertad a un ciudadano por la mera suposición de que pueda cometer un delito en el futuro por su diagnóstico, atentando contra los derechos humanos y siendo claramente inconstitucional. Asimismo, se podrá establecer una medida de libertad vigilada, restringiendo de nuevo “preventivamente” la libertad en función de riesgos imaginarios nunca comprobables; retrocediendo así a la Ley “Vagos y maleantes” o de “peligrosidad social”. INSEGURIDAD JURÍDICA: GENERADA EN EL ÁMBITO JUDICIAL, SANITARIO Y SOCIAL. No detalla cuándo, cómo, ni dónde se hará la evaluación para determinar si se debe prorrogar la medida de seguridad o no. La decisión recaerá en los jueces y magistrados que deberán basarse en un juicio preventivo de peligrosidad futura, difícil de realizar con fundamento científico, y que comprometerá a los profesionales del ámbito de lo social y lo sanitario al tener que firmar informes sanitarios y sociales basados en hipótesis que no se pueden confirmar a priori. DISCRIMINACIÓN: SANCIONARÁN DE FORMA MÁS GRAVE QUE A UNA PERSONA QUE NO SUFRA UN PROBLEMA DE SALUD MENTAL. Las faltas desaparecerán y algunas se convierten en delitos leves, generando desigualdad de trato por el mero hecho de padecer una enfermedad y contribuirá a incrementar la estigmatización. Así, una persona afectada por un trastorno mental que haya realizado un hecho delictivo calificado como leve, como una agresión que no provoque lesiones de consideración o alteraciones leves del orden público, será tratada como si hubiera cometido un delito. CONTRA LA RECUPERACIÓN Y A LA REINSERCIÓN SOCIAL: Disminuirán exponencialmente las posibilidades de recuperación de las personas con trastorno mental. Con la retención involuntaria prolongada en centros cerrados se agravará considerablemente su patología y se dificultará su reinserción social. Por contra, 645 PÁGINAS DE LA ASOCIACIÓN para prevenir la cronificación y complicación de los problemas de salud mental son necesarios los mecanismos de atención sanitaria y social en comunidad. Así, el Gobierno debería centrar sus esfuerzos en adoptar medidas que sirvan para facilitar la prevención, la rehabilitación y la reinserción social del colectivo. ANTIECONÓMICA Y ANTISOCIAL: GENERARÁ MÁS GASTO AL ESTADO Y MÁS SUFRIMIENTO A LAS PERSONAS. Es una reforma injusta, ineficaz y que generará más gasto para las administraciones públicas sumado al sufrimiento de las personas ya que, al no fomentar la prevención ni la rehabilitación ni la inclusión social de las personas con enfermedad mental que hayan podido cometer algún hecho delictivo, se gastarán más recursos durante más tiempo y se les impedirá contribuir a la sociedad al no permitirles vivir en comunidad. Frente a esta reforma ANTISOCIAL; sustentada en el ESTIGMA, la DISCRIMINACIÓN, los PREJUICIOS y en un concepto desfasado de PELIGROSIDAD; que atenta contra la CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA Y LA CONVENCIÓN DE LA ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad a través del establecimiento de la figura de la CADENA PERPETUA generando una grave INSEGURIDAD JURÍDICA; contraria a la RECUPERACIÓN Y LA REINSERCIÓN SOCIAL de las personas con enfermedad mental; los firmantes de este MANIFIESTO defendemos el respeto a la DIGNIDAD y a la LIBERTAD de las personas afectadas por un problema de salud mental bajo un modelo que garantice la SEGURIDAD JURÍDICA y esté orientado a la INTEGRACIÓN SOCIAL y la RECUPERACIÓN como cualquier otra persona merece, las personas con enfermedad mental son CIUDADANOS Y CIUDADANAS CON PLENOS DERECHOS…o es que son DIFERENTES. Sevilla a 13 de mayo de 2014 Entidades Firmantes: Asociación Andaluza de Neuropsiquiatría Asociación Española de Neuropsiquiatría Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales Cermi –Andalucía Escuela Andaluza de Salud Pública Fundación Pública Andaluza para la integración Social de Personas con Enfermedad Mental (Faisem) Federación Andaluza de Asociaciones de Usuarios de Salud Mental “En Primera Persona” Federación Andaluza de Familiares y personas con Enfermedad Mental (Feafes-Andalucía) Foro Andaluz de Bienestar Mental Programa de Salud Mental (Sas) Unión Progresista de Fiscales 647 Normas para la presentación de manuscritos. La REVISTA DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRIA es la publicación oficial de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) - Profesionales de Salud Mental. Dirigida a un público profesional en el ámbito de la salud mental, la Revista AEN considerará preferentemente para su publicación trabajos relacionados con la Psiquiatría, la Psicología y cualquier otro campo relacionado con la salud y enfermedad mental, recogiendo aportaciones de las ciencias médicas, psicológicas y sociales, básicas y aplicadas, así como desde otras áreas de la cultura que permitan entender mejor al ser humano y su funcionamiento desde una perspectiva no reduccionista. Los trabajos serán originales e inéditos y no podrán estar sometidos a consideración simultáneamente en otra revista o publicación. Los autores deben describir cualquier relación financiera que tengan y que pudiera dar lugar a un conflicto de intereses en relación con el artículo publicado. 1) La Revista consta de las siguientes secciones: Originales. Trabajos de investigación o reflexión sobre etiología, epidemiología, clínica, diagnóstico, pronóstico y tratamiento. La extensión máxima recomendada del texto es de 20 páginas (Din A4) de 30 líneas de 60-70 pulsaciones (6.000 palabras, sin incluir resumen, tablas y bibliografía) y se admitirán hasta seis figuras y seis tablas. Es aconsejable que el número de firmantes no sea superior a seis. Originales breves. En esta sección se considerarán los trabajos de investigación o reflexión que por sus características especiales (series con número reducido de observaciones, trabajos de investigación con objetivo y resultados muy concretos, estudios epidemiológicos descriptivos, entre otros) pueden ser publicados en forma más abreviada y rápida. Estos trabajos deberán tener una extensión máxima de 6 páginas (Din A4) de 30 líneas de texto, hasta 10 referencias bibliográficas y no más de dos ilustraciones. El número máximo de firmantes será de seis. Cada trabajo deberá estructurarse como un artículo original. Notas clínicas. Descripción de uno o más casos clínicos que supongan una aportación importante al conocimiento de la patología o de otros aspectos del proceso. La extensión máxima del texto será de 6 páginas (Din A4) de 30 líneas y se admitirán hasta dos figuras y dos tablas. Es aconsejable que el número de firmantes no sea superior a seis y que no haya más de 20 referencias bibliográficas. Deseablemente los autores deberían contar con el consentimiento de las personas a quienes se haga referencia en el trabajo, y en todo caso modificar la información suministrada de forma que las personas y sus circunstancias resulten irreconocibles. Revisiones. Puestas al día de un problema de relevancia biológica, psicológica o social, desde el punto de vista clínico o asistencial, mediante la aportación de la necesaria bibliografía para este cometido. La extensión recomendada es la misma que para los artículos originales. El resumen no estructurado de los trabajos de esta sección deberá ser lo más escueto posible (de unas 150 palabras), pero fluido en su lectura y concluyente del tema en cuestión. Cartas. Con esta sección se pretende fomentar y estimular el coloquio y la discusión entre los profesionales lectores de la Revista. La sección se divide en “Cartas científicas”, trabajos que contienen nuevos estudios que pueden exponerse de forma abreviada, y “Cartas al Editor”, donde los lectores pueden expresar su opinión argumentada, conforme o disconforme, de una publicación reciente, así como sobre un tema que consideren importante por su actualidad. Tienen preferencia en esta Sección aquellas cartas que hagan referencia a trabajos publicados en el último número y aquellas que aporten opiniones, observaciones o experiencias que por sus características puedan ser resumidas en un breve texto. La extensión de la carta no sobrepasará las 750 palabras. La Revista se reserva el derecho de acortar el texto, ya sea por 648 haber sobrepasado la extensión establecida o por reiteraciones que afecten a la fluidez de su lectura. Editoriales. Esta sección es habitualmente por encargo. Sin embargo, el comité editorial puede considerar para su publicación y someter al proceso de revisión trabajos no solicitados, para lo que conviene establecer un previo acuerdo. Márgenes de la psiquiatría y humanidades. Sección en la que tienen cabida trabajos con diferentes formatos al estándar de los “originales y revisiones” (actualizaciones, entrevistas, reseñas…), o bien abordan temas tangenciales a la salud mental (especialmente culturales o relacionados con las humanidades). Dadas sus características particulares, difícilmente se pueden ajustar a unos requisitos editoriales determinados. Aunque aconsejable, no es imprescindible incluir resumen ni palabras clave, recomendándose tomar de forma orientativa el resto de indicaciones dadas para los trabajos originales, especialmente en relación con la extensión y citas bibliográficas si se utilizan. Otras secciones. La Revista puede incluir otras secciones, tales como Crítica de Libros, Informes, Páginas de la Asociación u otras. Estas secciones son habitualmente encomendadas por el Comité Editorial, aunque también pueden considerarse para su publicación trabajos no solicitados. 2. Presentación y estructura de los trabajos. La presentación de los trabajos se hará en archivos electrónicos compatibles con el procesador de textos Word. El texto irá formateado para su impresión en hojas DIN A4 (210 x 297 mm) a doble espacio (30 líneas). Las hojas irán numeradas correlativamente en la parte inferior derecha. Cada parte del manuscrito empezará una página en el siguiente orden: Primera página. Incluirá en este mismo orden: título del artículo, nombre completo y uno o los dos apellidos de los autores, nombre completo y dirección del centro de trabajo, dirección postal, telefax, dirección de correo electrónico y otras especificaciones cuando se considere necesario. Segunda página. En ella se precisará el tipo de trabajo que se trata (por ejemplo: estudio descriptivo o experimental, revisión de la literatura, discusión teórica...). Posteriormente incluirá para los trabajos originales: 1) Título (en español e inglés). 2) Resumen en español e inglés con una extensión de 250 palabras aproximadamente, estructurado en los siguientes apartados: Introducción, Material (o Pacientes) y método, Resultados y Conclusiones. Para las revisiones y los originales breves el resumen, en español e inglés, será de aproximadamente 150 palabras, sin estructurar. 3) De 3 a 10 palabras clave en español e inglés; obtenidas a partir del Medical Subject Headings (MeSH) del índex Medicus/ Medline de la National Library of Medicine de Estados Unidos, disponible en: <http://www. nlm.nih.gov/mesh/meshhome.html> y traducidas al español desde la web disponible en: <http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm> Texto. Se recomienda la redacción del texto en impersonal. Conviene dividir claramente los trabajos en apartados, y en el caso de los originales es de desear que el esquema general sea el siguiente: Introducción, Pacientes (Sujetos)/ Clínica o Material y Método, Resultados y Discusión. 1) Título. 2) Introducción. Será breve y debe proporcionar sólo la explicación necesaria para que el lector pueda comprender el texto que sigue a continuación. No debe contener tablas ni figuras. Debe incluir un último párrafo en el que se exponga de forma clara el/los objetivo/s del trabajo. 3) Pacientes (Sujetos) o Material y Métodos. En este apartado se indican el centro donde se ha realizado el experimento o la investigación, el período de duración, las características de la serie estudiada, el criterio de selección empleado y las técnicas utilizadas. Se han de describir con detalle los métodos estadísticos. 4) Resultados. Relatan, no interpretan, las observaciones efectuadas con el método empleado. Estos datos se expondrán en el texto con el complemento de las tablas y figuras. 5) Discusión. Los autores tienen que exponer sus propias opiniones sobre el tema. Destacan 649 aquí: 1) el significado y la aplicación práctica de los resultados; 2) las consideraciones sobre una posible inconsistencia de la metodología y las razones por las cuales pueden ser válidos los resultados; 3) la relación con publicaciones similares y comparación entre las áreas de acuerdo y desacuerdo, y 4) las indicaciones y directrices para futuras investigaciones. 6) Agradecimiento. Cuando se considere necesario se citará a las personas, centros o entidades que hayan colaborado o apoyado la realización del trabajo. Si existen implicaciones comerciales también deben figurar en este apartado. Notas a pie de página. En caso de utilizarse notas al pie, estas serán las mínimas imprescindibles para la mejor comprensión del texto, computándose sus contenidos en el cálculo final de la extensión del trabajo. Las llamadas a las notas en el cuerpo del artículo irán referenciadas con números volados (superíndice). En caso de que la nota incluya una cita bibliográfica, esta se incluirá también al final del trabajo, siguiendo inexcusablemente las normas que se darán más adelante para las “referencias bibliográficas” (cita según Normas de Vancouver, identificada en el texto con número entre paréntesis según orden de citación). Ejemplo: “…murió en su celda del monasterio5 (3)” (el 5 haría referencia a la nota incluida a pie de página, mientras que el (3) sería la cita bibliográfica incluida al final). Iconografía. 1) En caso de incluirse fotografías, estas serán de buena calidad y omitiendo las que no contribuyan a una mejor comprensión del texto. Se remitirán en archivos fotográficos electrónicos, con una resolución de 300 puntos pulgada. Se procurará en lo posible evitar la identificación de los enfermos, en cualquier caso se deberá disponer de su permiso por escrito. 2) Las gráficas (hasta un máximo de seis) se realizarán con ordenador y deberán ser de alta calidad. Se tendrán en cuenta las mismas normas del apartado 4 para las fotografías. Las fotografías y gráficas irán numeradas de manera correlativa y conjunta, como las figuras. 3) Las tablas se presentarán en hojas aparte que incluirán: a) numeración de la tabla con números arábigos; b) enunciado (título) correspondiente, y c) una sola tabla por hoja. Se procurará que sean claras y sin rectificaciones; las siglas y abreviaturas se acompañarán siempre de una nota explicativa al pie. Si una tabla ocupa más de un folio se repetirán los encabezamientos en la hoja siguiente. La Revista admitirá tablas que ocupen hasta un máximo de una página impresa. Cuando se haya efectuado un estudio estadístico se indicará a pie de tabla la técnica empleada y el nivel de significación, si no se hubiera incluido en el texto de la tabla. Referencias bibliográficas. Se presentarán según el orden de aparición en el texto con la correspondiente numeración correlativa. En el artículo constará la numeración de la cita entre paréntesis, adaptándose el resto a los «Requisitos de uniformidad para manuscritos presentados para publicación en revistas biomédicas» elaborados por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (Normas de Vancouver) disponible en: <http:// www.icmje.org>. Los nombres de las revistas deben abreviarse de acuerdo con el estilo usado en el Index Medicus/Medline y cuyo listado está disponible en: <http://www.nlm.nih.gov/tsd/serials/lji. html>. Es aconsejable evitar el uso de frases imprecisas como referencias bibliográficas y no pueden emplearse como tales «observaciones no publicadas» ni «comunicación personal», pero sí pueden citarse entre paréntesis dentro del texto. Las referencias bibliográficas deben comprobarse por comparación con los documentos originales, indicando siempre las páginas inicial y final de la cita. Solo de forma extraordinaria, como puede ser en el caso de algunos trabajos en el campo de las humanidades, se aceptarán trabajos que no sigan las normas de Vancouver y que incluyan la bibliografía y otras referencias en forma de notas a pie de página. A continuación se dan unos ejemplos de formatos de citas bibliográficas: • Revista 1) Artículo ordinario. Relacionar todos los autores si son seis o menos; si son siete o más, relacionar los seis primeros y añadir la expresión «et al» después de una coma. Nieto E, Vieta E, Cirera E. Intentos de suicidio en pacientes con enfermedad orgánica. Med Clin (Barc) 1992;98:61821. 650 Soriano V, Aguado L., Fernández JL, Granada L., Pineda JA, Valls F, et al. Estudio multicéntrico de la prevalencia de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana tipo 2 en España (1990). Med Clin (Barc) 1991;98:771-4. 2) Autor corporativo. Grupo de Trabajo DUP España. Estudio multicéntrico sobre el uso de medicamentos durante el embarazo en España (IV). Los fármacos utilizados durante la lactancia Med Clin (Barc) 1992;98:726-30. 3) No se indica el nombre del autor. Coffee drinking and cancer of the pancreas [editorial]. BMJ 1981;283:628. 4) Suplemento de un volumen. Magni F, Rossoni G, Berti F. BN-52021 protects guinea pigs from heart anaphylaxis. Pharmacol Res Commun 1988;20(Suppl 5):75-8. 5) Suplemento de un número. Garfios G, Cole JO, Haskell D, Marby D, Paine SS, Moore P. The natural history of tardive dyskinesia. J Clin Psychopharmacol 1988;8(4 Suppl):31 S-7S. 6) Número sin volumen. Baumeister AA. Origins and control of stereotyped movements Monogr Am Assoc Ment Defic 1978;(3):352-84. 7) Indicación del tipo de artículo. Cárdenes M, Artiles J, Arkuch A, Suárez S. Hipotermia asociada a eritromicina [carta]. Med Clin (Barc) 1992;98:715-6. Fuhrman SA, Joiner KA. Binding of the third component of complement C3 by Toxoplasma gondii [abstract]. Clin Res 1987;35:475A. 8) Trabajo en prensa. González JA, Bueno E, Panizo C. Estudio de la reacción antígeno-anticuerpo en enfermedades exantemáticas [en prensa]. Med Clin (Barc). • Libros y otras monografías 9) Autores personales. Colson JH, Armour WJ. Sports injuries and their treatment. 2nd ed. London: S Paul, 1986. 10) Directores o compiladores como autores. Diener HC, Wilkinson M, editors. Drug-induced headache. New York: Springer-Verlag, 1988. 11) Capítulo de un libro. Weinstein L, Swartz MN. Pathologic properties of invading microorganisms. En: Sodeman WA Jr, Sodeman WA, editors. Pathologic physiology: mechanisms of disease. Philadelphia: Saunders, 1974; p. 457-72. 12) Actas de reuniones. Vivian VL, editor. Child abuse and neglect: a medica) community response. Proceedings of First AMA Nacional Conference on Child abuse and neglect; 1984, March 30-31; Chicago. Chicago: American Medical Association, 1985. • Material electrónico 13) Artículo de revista en formato electrónico Morse SS. Factors in the emergence of infectious diseases. Emerg Infect Dis [revista electrónica] 1995;1(1) [consultado OS-06-1996]: Disponible en: http://www.cdc.gov/ncidod/EID/eid.htm 14) Monograflas en formato electrónico CDI, clinical dermatology illustrated [monografía en CDROM]. Reeves JRT, Maibach H. CMEA Multimedia Group, producers. 2nd ed. Version 2.0. San Diego: CMEA; 1995. 3. Remisión y aceptación del manuscrito. Los trabajos se presentarán exclusivamente en formato electrónico. Para ello, el autor enviará un correo electrónico a redaccion@revistaaen.es con el manuscrito estructurado tal y como se describe arriba. Añadirá una carta de presentación donde se solicite su examen, exponiéndose claramente que el trabajo no ha sido publicado previamente, que todos los autores están de acuerdo en su contenido y que ceden los derechos de publicación a la Revista AEN. Es necesario adjuntar las adecuadas autorizaciones para la reproducción de material ya publicado. Salvo algunos trabajos en los apartados especiales, que podrán ser excepcionalmente aceptados por el Comité de Redacción, los manuscritos se someterán a revisión al menos por dos pares ciegos, siendo el listado de lectores publicado anualmente en las páginas de la revista. En caso de discrepancia manifiesta entre los dos revisores, la decisión final quedará a criterio del Comité de Redacción. En cualquier caso, esta se justificará oportunamente a los autores. Siempre que se sugiera efectuar modificaciones en los artículos, los autores deberán remitir, junto a la nueva versión del artículo, una carta en la que se expongan de forma detallada las modificaciones realizadas. Por cada artículo publicado, se enviarán dos ejemplares de la revista al primer autor, pudiendo encargarse más ejemplares, a cargo de los autores, a través de www.tienda-aen.es. 651 SOLICITUD DE INGRESO EN LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE NEUROPSIQUIATRÍA D. profesional de la Salud Mental, con título de y con domicilio en PoblaciónD.P. Provincia Teléfono:Email: Centro de trabajo: Dirección Centro: Población: Provincia SOLICITA: Su ingreso en la Asociación Española de Neuropsiquiatría y en la Asociación integrada en la A. E. N. de la Autonomía correspondiente, para lo cual es propuesto por los Miembros: D.Firma: D.Firma: Fecha: de de Esta solicitud deberá ser aprobada por la Junta de Gobierno y ratificada en la Asamblea General de socios. La suscripción de la Revista de la AEN está incluida en la cuota de Asociado. DATOS BANCARIOS: BANCO/CAJA DE AHORROS: E S ENTIDAD CÓDIGO CUENTA CLIENTE SUCURSAL D. C. Nº CUENTA CÓDIGO IBAN FIRMA SOLICITANTE * La solicitud puede ser también realizada a través de www.aen.es