Download Tromboembolismo Pulmonar Agudo Capitulo 33
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
CAPITULO 33 Tromboembolismo pulmonar agudo Autores (Authors) - Dr. Morales-Blanhir, Jaime Eduardo: Neumólogo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Ciudad de México. Jefe de Sección Circulación Pulmonar SMNyCT. - Dr. Carrillo Pérez, Diego Luis. Medicina Interna. Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán. Ciudad de México. - QFB. Rosas Romero, María de Jesús: Investigador en Ciencias Médicas. Instituto Nacional de Ciencias Médicas Salvador Zubirán. Ciudad de México. Correspondencia: Dr. Jaime Eduardo Morales Blanhir. Neumólogo. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Vasco de Quiroga Núm. 15 Col. Sección XVI. CP 14000. Tlalpan, México D.F. Correo electrónico: moralesjaime@usa.net INTRODUCCION El tromboembolismo pulmonar agudo se refiere a la obstrucción de la circulación pulmonar por material endógeno o exógeno que ha viajado hacia los pulmones siguiendo la trayectoria del torrente sanguíneo desde cualquier sitio del cuerpo. Los trombos en las extremidades inferiores (>90%) y superiores representan el tipo de material más común que emboliza a los pulmones, constituyendo así la trombosis venosa profunda (TVP) y el tromboembolismo pulmonar (TEP) la denominación de una misma entidad conocida como enfermedad tromboembólica venosa (ETV). La ETV representa la tercera causa de mortalidad después del infarto agudo del miocardio y del evento vascular cerebral, afectando aproximadamente 900´000 pacientes por año, y es responsable de 300´000 muertes por año en los Estados Unidos. Los factores pronósticos importantes de mortalidad en TEP son: la edad mayor a 70 años, cáncer, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hipotensión arterial sistólica, taquipnea e hipocinesia ventricular derecha por ecocardiografía. La incidencia actual es 1 caso por 1000 pacientes/año, incrementándose con la edad a 5 casos por 1000 pacientes/año en la octava década de la vida. Aproximadamente un 30% de los pacientes con ETV se presenta con TEP, el resto es TVP aislada. Hasta 50% de los pacientes con ETV no tienen factores de riesgo identificables denominándose entonces como primaria o idiopática. El resto de los casos se identifican factores conocidos como cirugía e inmovilización, representando así las causas secundarias. FACTORES DE RIESGO El primer paso, en la evaluación del paciente con sospecha de TEP es la identificación de factores de riesgo predisponentes. De acuerdo al riesgo relativo de presentar TEP, se dividen en tres grupos: débiles (RR <2), moderados (RR 2 a 9) y fuertes (RR >10), Tabla 1. Tabla 1. Factores de riesgo asociados a TEP Factores de riesgo fuertes (RR >10) Fractura de cadera o miembro pélvico Reemplazo de cadera o rodilla Cirugía mayor Trauma mayor Lesión de médula espinal Factores de riesgo moderados (RR 2-9) Cirugía artroscópica de rodilla Catéteres venosos centrales Quimioterapia Insuficiencia cardiaca o respiratoria crónica Tumores malignos Terapia anticonceptiva oral Evento vascular cerebral paralítico Embarazo/puerperio Embolismo previo Trombofilia Síndrome metabólico Factores de riesgo débiles (RR < 2) Reposo en cama por más de 3 días Reposo prolongado (viajes) Ancianos Obesidad Venas varicosas Embarazo/anteparto Tabaquismo Contaminación Adaptado Circulation 2003; (Suppl.1)107:I9-16, Lancet 2012; 379:1835-46 CUADRO CLINICO El cuadro clínico es completamente inespecífico, en ocasiones puede pasar completamente desapercibido por la falta de signos y síntomas. Sin embargo, en pacientes sin antecedente de enfermedad cardiopulmonar, se puede catalogar en tres grupos: a) síndrome de infarto pulmonar (dolor pleurítico, tos, hemoptisis) 65% casos, b) disnea aislada 22%, y c) colapso circulatorio 8%. En un estudio reciente EMPEROR, se demostró que el síntoma más frecuente es la disnea de reposo (50%), seguido de dolor tipo pleurítico (39%), disnea con ejercicio (27%), tos (23%), y síntomas como hemoptisis, angina, alteración del estado de alerta/ sincope se observan en menos del 10% de los casos. La exploración física por lo general es normal, el signo clínico más frecuente el edema unilateral de extremidad (24%), seguido de dificultad respiratoria (16%) y estertores (8%), Tabla 2. Tabla 2. Signos y síntomas en TEP (n= 1’880) Síntomas Disnea de reposo Dolor torácico (pleurítico) Disnea con ejercicio Tos Dolor torácico (subesternal) Dolor en abdomen superior Hemoptisis Síncope Signos Signos de TVP Dificultad respiratoria Fiebre (>38º C) Estertores Diaforesis 50% 39% 27% 23% 15% 11% 8% 6% 24% 16% 10% 8% 7% Adaptado J Am Coll Cardiol 2011; 57:700-6 PROBABILIDAD CLINICA DE TEP Debido a la expresión clínica inespecífica de TEP, es necesario para el diagnóstico identificar la probabilidad preprueba mediante modelos de predicción clínica, que incluyen los datos de la historia clínica, exploración física, presencia de factores de riesgo, y ausencia de diagnósticos alternativos que expliquen los signos y síntomas. Los más utilizados son el canadiense de Wells (Tabla 3) y el europeo de Geneva (Tabla 4), el primero validado para pacientes hospitalizados y el segundo para pacientes en el departamento de urgencias. El más utilizado es el modelo de Wells dicotomizado con un corte de 4 puntos, clasificando el resultado como probable e improbable. De acuerdo con un meta-análisis de los resultados de todas las reglas de predicción clínicas disponibles para la sospecha TEP, estas reglas tienen una exactitud similar, pero no son totalmente equivalentes. Deberá elegirse en base a la prevalencia local, tipo de pacientes (ambulatorios u hospitalizados) y tipo de ensayo de dímero D empleado. Tabla 3. Modelo clínico Wells, para determinar la probabilidad de tromboembolismo pulmonar Variable Puntos Síntomas y signos clínicos de TVP (edema y dolor en 3 piernas) Diagnóstico alternativo menos probable que TEP 3 Frecuencia cardíaca > 100 lpm 1.5 Cirugía o inmovilización en las 4 semanas previas 1.5 TEP / TVP previa 1.5 Hemoptisis 1 Malignidad (en tratamiento o paliación en los últimos 6 1 meses) Dicotomizado ≤ 4: TEP improbable > 4: TEP probable ≥ 6 puntos: Iniciar anticoagulación mientras se completa evaluación clínica diagnóstica. Probabilidad clínica Prevalencia de TEP <2 Baja 9% ≥7 Alta 68% 2-6 Intermedia 30% TEP: tromboembolismo pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda; lpm: latidos por minuto Adaptado Thromb Haemost 2000; 83: 416-20 Tabla 4. Modelo clínico Geneva, para determinar la probabilidad de tromboembolismo pulmonar Variable Factor de riesgo Edad > 65 años TEP o TVP previa Cirugía (bajo anestesia general) o fractura (extremidad inferior) en el mes previo Malignidad activa Síntomas Dolor unilateral de la pierna Hemoptisis Signos Frecuencia cardiaca 75-95 lpm Frecuencia cardiaca ≥ 95 lpm Dolor a la palpación profunda de la pierna o edema unilateral Probabilidad clínica Prevalencia de TEP 0-3 Baja 8% Puntos 4-10 Intermedia 28% 1 3 2 2 3 2 3 5 4 ≥11 Alta 74% TEP: tromboembolismo pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda; lpm: latidos por minuto Adaptado Ann Intern Med 2006; 144: 165-171 DIAGNOSTICO Los estudios de laboratorio no son de utilidad en el diagnóstico de TEP. Los resultados de gasometría arterial, electrocardiografía y radiografía de tórax tienen baja sensibilidad y especificidad para el mismo, por lo que no son incluidos en los modelos de predicción clínica. En la gasometría arterial usualmente se observa hipoxemia, hipocapnia, alcalosis respiratoria y gradiente alvéolo arterial incrementado debido a un aumento del espacio muerto alveolar. El 20% de los pacientes pueden tener una gasometría normal, una presión arterial de oxigeno (PaO2) normal, pero esto no descarta TEP. La radiografía de tórax por lo general es normal (40%) o presenta signos inespecíficos como atelectasias (17%), derrame pleural (16%), y rara vez los hallazgos radiográficos clásicos como el signo de Westermark (<1%), joroba de Hampton (<1%), elevación del hemidiafragma (2.5%). Su principal utilidad es excluir en pacientes sin enfermedad cardiopulmonar previa, padecimientos que simulan TEP como insuficiencia cardiaca, derrame pleural, neumonía, neumotórax, etc. El electrocardiograma es una herramienta poco útil, debido a la poca especificidad de los hallazgos y la dificultad de su interpretación en pacientes con enfermedad cardiovascular previa con trastornos de la conducción eléctrica. Los signos más frecuentes son la taquicardia sinusal y la inversión simétrica de la onda T especialmente en V1 a V4. El bloqueo completo de rama derecha es inusual, como resultado de la obstrucción de lecho vascular mayor o igual al 50%. El signo de McGin-White (S1, Q3, T3), sólo se presenta en alrededor del 15% de los pacientes con TEP. PRUEBAS DIAGNOSTICAS El dímero D es un producto de la degradación de enlaces de fibrina, su concentración se incrementa en pacientes con ETV. Cuando se determina incremento (> 500ug/L) mediante la prueba de inmunoensayo (ELISA) tiene una sensibilidad mayor 95%, su utilidad es en relación al alto valor predictivo negativo, excluyendo a pacientes con probabilidad baja e intermedia y pacientes con determinación improbable para TEP (≤ 4 puntos) si se utiliza el modelo de Wells dicotomizado. Con el dímero D se puede excluir hasta 30% de los pacientes, sin evaluación adicional, teniendo un riesgo de trombosis a tres meses de tan sólo 1%. Los falsos positivos se observan en pacientes mayores a 65 años, condiciones inflamatorias crónicas, neoplasia, hospitalización y embarazo. En pacientes con probabilidad preprueba baja, es posible diferir la necesidad de determinación de dímero D para descartar TEP, mediante la aplicación del Pulmonary Embolism Rule-Out Criteria, Tabla 5, con sensibilidad del 97% que confiere un alto valor predictivo negativo. Tabla 5. Pulmonary Embolism Rule-Out Criteria (PERC) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Edad menor a 50 años Frecuencia cardiaca < 100 lpm Saturación de oxígeno ≥ 95% No hemoptisis No empleo de terapia con estrógenos No antecedente de TVP o TEP No edema unilateral No cirugía o trauma en el último mes TEP: tromboembolismo pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda. Se descarta TEP, si el paciente con probabilidad baja cumple con todos los criterios. Adaptado Ann Emerg Med. 2012; 59(6):517-20. El ultrasonido por compresión (UC) y la venografía por tomografía han desplazado a la venografía como procedimiento diagnóstico de TVP, permitiendo excluir TEP si el resultado es negativo en un paciente con probabilidad baja o intermedia, bajo la premisa de que el 90% de los coágulos que ocasionan TEP provienen de las extremidades inferiores. Así también para pacientes con sospecha clínica de TEP, que cuentan con un ultrasonido por compresión positivo para TVP, es suficiente para establecer el diagnóstico, justificando el inicio de anticoagulación total sin estudios adicionales. La venografía por tomografía tiene una concordancia similar a la del UC en el diagnóstico de TVP, con la ventaja de que puede evaluar venas pélvicas y vena cava, es preferida en pacientes con obesidad mórbida, edema de extremidades inferiores y estados de bajo flujo en las extremidades como insuficiencia cardiaca o enfermedad arterial periférica. El gammagrama pulmonar de ventilación-perfusión (V/Q) fue durante muchos años el estudio de primera elección para el diagnóstico de TEP; sin embargo, actualmente ha sido desplazado por la angiotomografía, continua como estudio de elección en pacientes con deterioro de la función renal, alergia a material de contraste yodado y embarazo. Su principal utilidad son los resultados normales y de alta probabilidad, pues es capaz de descartar TEP con resultado de gammagrama normal por su sensibilidad de 98% y confirmar la presencia de TEP con un resultado de alta probabilidad (dos o más segmentos con defectos de perfusión) por su alta especificidad de 97% en pacientes con probabilidad alta. El inconveniente es la alta tasa de resultados con probabilidad intermedia o baja (75%), que no es diagnóstico ni descarta TEP, obligando a la necesidad de continuar abordaje diagnóstico. Además de no ser una opción diagnóstica en patologías como neumonía y broncoespasmo que pueden ocasionar defectos de perfusión, y en pacientes con radiografía de tórax con derrame pleural o infiltrados. El ecocardiograma tiene una sensibilidad de 60-70% para TEP. Su utilidad radica en la identificación de datos indirectos de TEP como son la dilatación ventricular (25%), hipertensión pulmonar y el gradiente sistólico de la válvula tricúspide que traducen sobrecarga de ventrículo derecho (VD). Sin embargo, estos hallazgos pueden observarse en pacientes con enfermedad cardiorrespiratoria previa. Los signos más importantes para el diagnóstico diferencial y como pronóstico, aún en presencia de enfermedad cardiorrespiratoria previa, son el signo de McConnell que consiste en hipocinesia de los tercios basal y medio de la pared libre del VD y el signo 60-60 que es un tiempo de aceleración de la tricúspide menor a 60ms en presencia de un gradiente sistólico tricúspideo mayor a 30 pero menor a 60mmHg. En pacientes con sospecha de TEP con inestabilidad hemodinámica, la ausencia de datos de sobrecarga o disfunción del VD descarta TEP como causa de la inestabilidad; por otra parte, permite descartar otras patologías como taponamiento pericárdico, disfunción valvular e infarto del miocardio. En pacientes sin inestabilidad hemodinámica, la utilidad del ecocardiograma es pronóstica, estratificando en riesgo intermedio o bajo. La angiotomografía computarizada es el estudio de elección para la valoración y diagnóstico de un paciente con sospecha de TEP, tiene una sensibilidad 83-90% y especificidad 90-96%, con capacidad de valorar hasta el nivel subsegmentario, con validez clínica similar a la angiografía pulmonar. Además es un buen método para diagnosticar TVP en pacientes obesos y/o edema de extremidades inferiores, con una concordancia 95% con el ultrasonido por compresión de extremidades inferiores. Permite además descartar condiciones que simulan TEP como derrame pleural, infiltrados alveolares, atelectasias. La angiografía pulmonar por resonancia magnética, es una prueba diagnóstica atractiva por la ausencia de radiación y en pacientes alérgicos a material de contraste yodado, con sensibilidad 92% y especificidad 96%. Sin embargo, debe ser utilizada en pacientes con contraindicación para las pruebas estándar y sólo en centros donde se cuente con la experiencia necesaria, porque se ha reportado que hasta en el 52% de los casos la técnica empleada es inadecuada (PIOPED III). La angiografía pulmonar es el estándar de oro para el diagnóstico de TEP, es un estudio invasivo, se reserva su uso a pacientes con pruebas no invasivas no concluyentes para TEP, o cuando se considera la realización de tratamiento endovascular. La única forma de establecer el diagnóstico es evaluar el estado de la circulación pulmonar mediante cualquier método invasivo o no-invasivo, Figura 1. La elección dependerá de la circunstancia clínica, disponibilidad, capacidad, experiencia y tecnología disponible. TEP: tromboembolismo pulmonar; TVP: trombosis venosa profunda; PERC: Pulmonary Embolism Rule-out Criteria. Figura 1. Algoritmo diagnóstico de TEP. ESTRATIFICACIÓN PRONÓSTICA Una vez establecido el diagnóstico de TEP, es necesario identificar al grupo de pacientes con bajo riesgo de muerte a corto plazo (intrahospitalaria o a 30 días) que puedan ser tratados de forma ambulatoria. Basado en la evidencia actual, el mejor método para calcular este riesgo es la puntuación Pulmonary Embolism Severity Index (PESI), el modelo permite la identificación de pacientes con bajo riesgo (clase 1 y 2) con una mortalidad a corto plazo <2%; alto riesgo (clase 3-5) que representa alrededor 5% de los episodios de TEP, con una mortalidad a corto plazo alrededor 15%, que requieren de tratamiento agresivo con trombólisis o embolectomía quirúrgica o mediante cateterismo. En forma reciente fue validado este modelo simplificado, determinándose alto riesgo con la presencia de al menos una variable, Tabla 6. En pacientes con bajo riesgo de muerte a corto plazo, los marcadores de disfunción del ventrículo derecho mediante ecocardiografía y/o elevación del péptido natriurético cerebral (BNP) o pro-BNP; elevación del marcador de daño miocárdico troponinas T o I, pueden refinar la estratificación pronóstica, sin embargo, su adición en relación a costobeneficio está aún por definirse. Tabla 6. Estratificación pronóstica en TEP Pulmonary Embolism Severity Index (PESI)* Puntos Edad >80 años Género masculino Historia cáncer Insuficiencia cardiaca Enfermedad pulmonar crónica Frecuencia cardiaca ≥ 110 lpm Presión arterial sistólica < 100mmHg Frecuencia respiratoria ≥30 rpm Temperatura < 36º C Alteración estado alerta Saturación arterial oxígeno < 90% Edad en años + 10 + 30 + 10 + 10 + 20 + 30 + 20 + 20 + 60 + 20 Simplified Pulmonary Embolism Severity Index (PESI)** Puntos Edad > 80 años Historia cáncer Insuficiencia cardiaca o enfermedad pulmonar crónica Frecuencia cardiaca ≥ 110 lpm Presión arterial sistólica < 100mmHg Saturación arterial oxígeno < 90% +1 +1 +1 +1 +1 +1 * Mortalidad a 30 días. Clase 1= ≤ 65 (0%); Clase 2= 66-85 (1%); Clase 3= 86-105 (3.1%); Clase 4= 106-125 (10.4%); Clase 5= > 125 (24.4%). **Pacientes con puntaje de 0 son considerados de bajo riesgo; puntaje ≥1 son de alto riesgo. Adaptado Am J Respir Crit Care Med. 2005; 172(8):1041-6; Arch Intern Med. 2010; 170(15):1383-9. TRATAMIENTO El tratamiento con anticoagulación debe iniciarse desde la sospecha clínica alta para TEP (Wells ≥ 6 puntos) y suspenderse en caso de excluirse el diagnóstico.El tratamiento de TEP de alto riesgo debe ser trombólisis, en el caso de bajo riesgo de mortalidad a corto plazo, tiene tres fases: la fase inicial, la fase de mantenimiento temprana y la de prevención secundaria a largo plazo, Tabla 7. En la fase inicial se recomienda el empleo de terapia anticoagulante parenteral preferentemente con heparinas de bajo peso molecular (HBPM), fondaparinux o terapia anticoagulante oral con rivaroxaban, sobre heparina no fraccionada. Las ventajas de las HBPM y el fondaparinux, es la administración en dosis fijas subcutáneas en base al peso del paciente y la no necesidad de monitorización en la mayoría de los casos. La fase de mantenimiento temprano tiene una duración de 3 meses pudiéndose emplear rivaroxaban o antagonistas de vitamina K con metas de INR entre 2-3, previo traslape de anticoagulación con HBPM y fondaparinux de por lo menos 5 días desde su inicio y hasta alcanzar una cifra de INR de 2.0, por lo menos 2 días. En el caso de elegirse la terapia anticoagulante oral con rivaroxaban como tratamiento en la fase inicial, este continuará hasta cumplirse el tiempo necesario de anticoagulación, por lo general será de 3 meses (fase de mantenimiento temprano). La necesidad de continuar con terapéutica anticoagulante más de 3 meses (prevención secundaria a largo plazo) se establecerá de forma individual para cada paciente, en relación a la concentración de dímero D elevada al mes posterior de la suspensión de tratamiento anticoagulante o a la presencia de trombo residual en las extremidades inferiores, que confiere un alto riesgo de recurrencia justificando el tratamiento anticoagulante de forma indefinida. Tabla 7. Tratamiento de TEP Enoxaparina(Clexane®) Nadroparina(Fraxiparine®) Dalteparina (Fragmin®) Bemiparina (Heporax®) Fondaparinux (Arixtra®) Fase inicial (≥ 5días) 1mg/kg/ SC cada 12 h o 1.5mg/kg/SC cada 24h 85.5U/kg/ SC cada 12h o 171U/kg/SC cada 24h 100U/kg/SC cada 12h o 200U/kg/ SC cada 24h 115U/kg/SC cada 24hrs <50kg: 5mg/SC/24h 50-100kg: 7.5mg/SC/24h >100kg:10mg/SC/24h Rivaroxaban (Xarelto®) 15mg/VO/12hrs (3 semanas), y posteriormente 20mg/VO/24h Heparina no fraccionada Bolo inicial 80U/kg o 5000UI Infusión continua 18U/kg (TTP 1.5 -2.5 veces/control) Fase de mantenimiento temprano (3 meses) Antagonistas vitamina K INR 2.0-3.0 Rivaroxaban (Xarelto®) 20mg/VO/24h Prevención secundaria a largo plazo (Tiempo indefinido) Antagonistas vitamina K INR 2.0-3.0 Rivaroxaban (Xarelto ®) 20mg/VO/24h (estudiado hasta un periodo de 12 meses) LECTURAS RECOMENDADAS 1. Goldhaber SZ, Bounameaux H. Pulmonary embolism and deep vein thrombosis. Lancet 2012;379(9828):1835-46. 2. Anderson FA Jr, Spencer FA. Risk factors for venous thromboembolism. Circulation. 2003; 107(23 Suppl 1):I9-16. 3. Pollack CV, Schreiber D, Goldhaber SZ, Slattery D, Fanikos J, O'Neil BJ, et al. Clinical characteristics, management, and outcomes of patients diagnosed with acute pulmonary embolism in the emergency department: initial report of EMPEROR (Multicenter Emergency Medicine Pulmonary Embolism in the Real World Registry). J Am Coll Cardiol 2011; 57(6):700-6. 4. Wells PS, Anderson DR, Rodger M, Ginsberg JS, Kearon C, Gent M, Turpie AG, et al. Derivation of a simple clinical model to categorize patients probability of pulmonary embolism: increasing the models utility with the SimpliRED D-dimer. Thromb Haemost 2000; 83(3):416-20. 5. Le Gal G, Righini M, Roy PM, Sanchez O, Aujesky D, Bounameaux H, Perrier A. Prediction of pulmonary embolism in the emergency department: the revised Geneva score. Ann Intern Med 2006; 144(3):165-71. 6. Singh B, Parsaik AK, Agarwal D, Surana A, Mascarenhas SS, Chandra S. Diagnostic accuracy of pulmonary embolism rule-out criteria: a systematic review and metaanalysis. Ann Emerg Med 2012; 59(6):517-20. 7. Stein PD, Chenevert TL, Fowler SE, Goodman LR, Gottschalk A, Hales CA, et al; PIOPED III (Prospective Investigation of Pulmonary Embolism Diagnosis III) Investigators. Gadolinium-enhanced magnetic resonance angiography for pulmonary embolism: a multicenter prospective study (PIOPED III). Ann Intern Med. 2010;152(7):434-43 8. Aujesky D, Obrosky DS, Stone RA, Auble TE, Perrier A, Cornuz J, Roy PM, et al. Derivation and validation of a prognostic model for pulmonary embolism. Am J Respir Crit Care Med 2005;172(8):1041-6. 9. Jiménez D, Aujesky D, Moores L, Gómez V, Lobo JL, Uresandi F, Otero R, et al; RIETE Investigators. Simplification of the pulmonary embolism severity index for prognostication in patients with acute symptomatic pulmonary embolism. Arch Intern Med. 2010; 170(15):1383-9. 10. Aujesky D, Roy PM, Verschuren F, Righini M, Osterwalder J, Egloff M, Renaud B, et al. Outpatient versus inpatient treatment for patients with acute pulmonary embolism: an international, open-label, randomised, non-inferiority trial. Lancet. 2011;378(9785):41-8. 11. Coutance G, Cauderlier E, Ehtisham J, Hamon M, Hamon M. The prognostic value of markers of right ventricular dysfunction in pulmonary embolism: a meta-analysis. Crit Care 2011; 15(2):R103. 12. Geersing GJ, Oudega R, Hoes AW, Moons KG. Managing pulmonary embolism using prognostic models: future concepts for primary care. CMAJ. 2012;184(3):305-10. 13. Torbicki A, Perrier A, Konstantinides S, Agnelli G, Galié N, Pruszczyk P, Bengel F, et al; ESC Committee for Practice Guidelines (CPG). Guidelines on the diagnosis and management of acute pulmonary embolism: the Task Force for the Diagnosis and Management of Acute Pulmonary Embolism of the European Society of Cardiology (ESC). Eur Heart J. 2008;29(18):2276-315. 14. Agnelli G, Becattini C. Acute pulmonary embolism. N Engl J Med. 2010;363(3):266-74. 15. Kearon C, Akl EA, Comerota AJ, Prandoni P, Bounameaux H, Goldhaber SZ, Nelson ME, et al; American College of Chest Physicians. Antithrombotic therapy for VTE disease: Antithrombotic Therapy and Prevention of Thrombosis, 9th ed: American College of Chest Physicians Evidence-Based Clinical Practice Guidelines. Chest 2012; 141(2 Suppl):e19S-94S. 16. EINSTEIN–PE Investigators, Büller HR, Prins MH, Lensin AW, Decousus H, Jacobson BF, Minar E, Chlumsky J, et al. Oral rivaroxaban for the treatment of symptomatic pulmonary embolism. N Engl J Med 2012; 366(14):1287-97.