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© El Periódico de Catalunya. Todos los derechos reservados. Esta publicación es para uso exclusivamente personal y se prohíbe su reproducción, distribución, transformación y uso para press-clipping. 24 DOMINGO 17 DE AGOSTO DEL 2014 Conexión a internet: http://www.elperiodico.com Cosas de la vida SOCIEDAD Críticas a una decisión ministerial Los olvidados de la hepatitis C Los hepatólogos piden otro antiviral para tratar a unos 8.000 pacientes en riesgo IOLANDA MARMOL MADRID S us vidas corren riesgo y, por primera vez, existe un fármaco que puede curarles. Una pastilla al día entre 12 y 24 semanas y adiós a la hepatitis C. El problema es que está al otro lado del océano y el tratamiento cuesta 60.000 euros. Se trata del sofosbuvir, un antiviral de segunda generación patentado por los laboratorios Gilead en EEUU y comercializado bajo la marca Sovaldi. Es prácticamente la única posibilidad de sobrevivir que tienen un grupo de enfermos de hepatitis C, los pacientes más graves, que no pueden tratarse con el otro fármaco de nueva creación que acaba de comprar y sufraga el ministerio de Sanidad, el simeprevir, que es más barato (25.000 euros) pero que no se puede administrar a todos los pacientes. Los enfermos que sufren cirrosis, fibrosis, o tienen un bajo nivel de plaquetas no lo toleran, porque se trata combinado con ribavirina e interferón, cuyos efectos secundarios son devastadores para algunos pacientes. Dicen los especialistas que la hepatitis C es una gran desconocida y no existen cifras oficiales de cuántas personas pueden quedar al descubierto con la decisión del Ministerio de Sanidad de comprar un medicamento que solo es válido para los enfermos con genotipo 1 y 4, pero los hepatólogos calculan que unas 8.000 personas en España podrían estar en ese grupo. Enfermos y especialistas recibieron en enero la presentación del sofosbuvir como una bendición, y lo bautizaron como la penicilina del siglo XXI, puesto que su tasa de curación supera el 90% sin apenas efectos secundarios. En julio, el Gobierno confirmó que, de momento, no compra este antiviral. Hasta ahora, solo ha llegado a un acuerdo con otro laboratorio, Janssen, para adquirir simeprevir, disponible desde este mes de agosto. Lo que Sanidad presenta como medicamento estrella es también un jarro de agua fría para hepatólogos y miles de enfermos, que se quedan fuera, en el limbo. «Lo tienes en la punta de los dedos y no se Sanidad dice que negocia una rebaja del precio de 60.000 euros del fármaco lo puedes dar al paciente. Desde que sabemos que existe el sofosbuvir es un desgaste terrible, mirarles y explicarles que no», se desespera Teresa Casanovas, hepatóloga del hospital de Bellvitge. La frustración hunde a los especialistas, que quieren ser optimistas, pero se indignan. «El ministerio tiene que negociar. En Egipto han conseguido que Gilead les venda sofosbuvir a 600 euros. ¿Cómo no negocian mejor aquí?», lanza Remedios Giner, hepatóloga del hospital Arnau de Vilanova de Valencia, que la dolencia UNA PANDEMIA DESCONOCIDA UN MAL ASINTOMÁTICO J La hepatitis C es una enfermedad escondida porque más de la mitad de portadores lo ignora. No refleja síntomas durante largos años y ni siquiera es diagnosticada por los médicos de cabecera. Pero el virus está, y tras 20 o 40 años el paciente desarrolla cirrosis hepática o cáncer de hígado. Los especialistas saben que la mayor parte de los contagios se produjo entre los años 70 y 80, en transfusiones de sangre y pinchazos sin esterilización. TRASPLANTE DE HÍGADO J A pesar de la complejidad de contabilizarla, los hepatólogos cifran en 900.000 los afectados por hepatitis C en España, que ocasiona 10.000 muertes cada año y es responsable de la mitad de los 1.000 trasplantes de hígado que se hacen anualmente. En el mundo, la Organización Mundial de la Salud estima que hay 150 millones de afectados, de los cuales muere un millón al año. En España, la prevalencia de la enfermedad se sitúa en el 2,4% de la población, pero en países como Egipto alcanza al 18%. estos días ha de enfrentar a muchos pacientes y decirles que esperen. El problema son los que no se pueden esperar. Solo en Catalunya, según Casanovas, hay 600 pacientes que necesitan tratamiento con sofosbuvir urgente. Este año, Sanidad compró 300 dosis para uso compasivo en toda España, pero los criterios para acceder son tan limitados que miles de personas siguen viendo cómo se consume el tiempo. Luis es uno de los pacientes que vive contrarreloj. Es médico y se contagió operando en un hospital. Su hepatitis le ha hecho desarrollar cirrosis y un hepatocarcinoma. Se levanta cada día dispuesto a luchar para vivir y ver crecer a sus nietos, pero a ratos le puede la indignación. «Y si encuentran entonces la cura contra el sida o el cáncer, ¿qué hacen? ¿Van a decir que no tienen dinero? Es una locura que la sanidad funcione como un circuito de comercio y rentabilidades», se lamenta. Negociación es una palabra que no gusta en el Ministerio de Sanidad. Fuentes del departamento de Ana Mato insisten en que las conversaciones con los laboratorios para conseguir que rebajen el precio inicial de 60.000 euros no son una negociación sino «reuniones permanentes para conseguir el equilibrio que a ambas partes puede convenir». Estas «reuniones» continuarán en los próximos meses, según ha confirmado Sanidad a este diario para buscar un precio «asumible, caro o barato, pero asumible». ¿Hay motivos para el optimismo? El hepatólogo Jaume Bosch, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, quiere creerlo. «Viene un periodo de incertidumbre, de tres o cuatro meses. Es una angustia, pero espero que sea cuestión de pocas semanas porque el ministerio conoce el problema y van a negociar la posibilidad de financiarlo», pronostica Bosch. Según él, el hecho de que otros laboratorios estén terminando de desarrollar fármacos similares ejerce como palanca de presión para bajar el precio. Mientras, 8.000 personas pasan el verano soñando, reloj en mano. H SANIDAD NO NEGOCIA / el testimonio de los afectados © El Periódico de Catalunya. Todos los derechos reservados. Esta publicación es para uso exclusivamente personal y se prohíbe su reproducción, distribución, transformación y uso para press-clipping. 25 DOMINGO 17 DE AGOSTO DEL 2014 INMIGRACIÓN 3Agredida en Tánger TEMPORADA ‘BOLETAIRE’ 3Primeras setas una activista española R P. 26 en las cotas altas del Pirineo R P. 29 LLL MIGUEL LORENZO FRANCISCO JORGE 3 ENFERMO DE HEPATITIS C. 52 AÑOS. MONTCADA (VALENCIA) «Nos dejan tirados tras ver la luz» –¿Cómo se infectó de hepatitis C? –Me operaron del menisco en la misma clínica en que operaba el doctor Maeso [el anestesista valenciano condenado a 1.933 años de prisión por infectar premeditadamente a 275 pacientes]. Como soy donante de sangre, al año siguiente me lo detectaron en el análisis, pero después de haber donado muchas veces. A saber a cuánta gente pude haber infectado yo con esas donaciones. –Para usted no es solución el antiviral que ha comprado Sanidad. –Porque es interferón. Ya he recibido tres tratamientos, no me cura y me causa unos efectos secundarios RICARD FADRIQUE terribles. El último tratamiento lo tuve que dejar. Gripe, fiebres, mareos, cansancio y me desbarató el tiroides. Una pesadilla que aguanta toda la familia y luego no sirve para nada. Te machaca. –¿Tenía esperanzas de que compraran sofosbuvir, el que le salvaría? –Sí, claro. La última vez que visité a la hepatóloga me esperaba con una sonrisa, y me dijo que habían encontrado un tratamiento sin interferón. Yo esperaba que en la próxima consulta me lo recetaran. –¿Qué remedio le queda? –Hace tiempo que tengo cirrosis he- pática. Necesitaría la larga un trasplante, que seguro que resulta mucho más caro que el medicamento que no quieren comprar porque cuesta demasiado. Y como yo, miles de enfermos. La vida del españolito no vale nada, nos dejan tirados en la estacada después de ver la luz. «Necesitaría a la larga un trasplante, mucho más caro que el medicamento que no quieren comprar» –¿Qué pediría? –El tratamiento. Yo quiero recuperarme y también quiero volver a trabajar. Cúrenme para que vuelva al mercado laboral y pueda devolver lo que me han dado, cotizando, trabajando. Si no lo hacen, en poco tiempo terminaré siendo un parásito del país. H PEDRO SANTAMARÍA 3 ENFERMO DE HEPATITIS C. 62 AÑOS. MARTORELL «Me siento abandonado» –Usted no puede tratarse con simeprevir, el antiviral que ha comprado Sanidad. ¿Cómo se siente? –Mal, me siento abandonado, porque nos han abandonado. Estábamos esperando desde enero. Entonces nos dijeron que unos laboratorios habían creado el sofosbuvir que nos puede curar, llevamos medio año esperando a que lo aprueben. Y ahora compran el simeprevir, que es más barato pero no cura a todos. –¿Qué reacción ha visto en su hepatólogo? –Los hepatólogos están frustrados, dolidos, porque existe el medicamento y no se lo pueden dar a sus EL PERIÓDICO –Hay pacientes que han llegado a hipotecar sus casas para comprar el tratamiento con sofosbuvir. ¿Qué opinión le merece? –Llevo cuatro años sin poder trabajar. Tengo dos hijos. ¿Qué hago? ¿Hipoteco a todo el mundo? No quiero dejar a mis hijos hipotecados o embargados por un banco porque su padre se compró un tratamiento contra la hepatitis. No les puedo hacer eso. pacientes porque Sanidad elige otro más barato. Es impensable que antepongan el ahorro a salvar vidas. –¿Sabe que hay pacientes que han ido a EEUU a comprar sofosbuvir? –Entonces es como siempre. El que tenga dinero se podrá curar, y el que no, ¿qué? ¿Se muere? Si el Gobierno no tiene dinero para salvar vidas, que lo busque, que lo pida. Es lamentable que se amparen en la crisis para no dar un medicamento. Otros países han negociado y dan el tratamiento más barato. ¡Que negocien! –Los especialistas y los afectados se quejan de la poca concienciación social que hay de la hepatitis. –Claro, porque es una enfermedad oculta. Primero, un enorme porcentaje de infectados ni siquiera lo sabe. No hay información, no se hacen campañas con recursos, como las del cáncer de mama o el sida. Es una patata caliente. «No hay interés en divulgar la enfermedad y no hay campañas con recursos como las del cáncer de mama» –Quizá es porque durante largo tiempo se asoció a un concepto acusatorio de «mala vida» por los contagios entre heroinómanos y homosexuales. –Cada uno puede elegir la forma de vida que considere, pero es un mito falso. Hay muchísima gente contagiada por transfusiones hechas durante operaciones quirúrgicas y también por practicantes que reutilizaban agujas, incluso en el dentista ha habido contagios. Eso son solo leyendas. –¿Cómo se enteró usted? –Tuve una úlcera de estómago y me hicieron una transfusión de sangre en el hospital de Martorell, ahí me contagiaron. Entonces no se conocía todavía la hepatitis C y la llamaban «no A no B». H ANTONIO MEDINA 3 ENFERMO DE HEPATITIS C. 51 AÑOS. MATARÓ «Se me acaba el tiempo» –¿Cómo se siente cuando el Gobierno compra un nuevo fármaco para combatir la hepatitis C con el que usted no puede tratarse? –Parece que lo haga el enemigo, no me lo podía creer. No hay tanta gente que necesite el tratamiento con sofosbuvir, lo deberían haber comprado ya. Ahora nos dicen que están negociando... –¿Cree que llegará a tiempo? –La gente se está muriendo, va cayendo, cada día cae alguien y se podía evitar con el tratamiento. Entiendo que es caro, pero hay gente que lo necesita urgentemente. No estamos hablando de un constipado. –Sanidad dice que el simeprevir que ha comprado resuelve buena parte de los casos y que sigue negociando el precio del sofosbuvir. –Nos venden el simeprevir como el milagro del siglo, pero no es el mejor medicamento para todos los enfermos. Muchos nos quedamos sin alternativas. –¿Un sueño que se derrumba? –Sí, ahora es desesperante cada día que pasa, es querer y no poder. Sabes que es una bomba de relojería. A mí se me acaba el tiempo y la bomba reventará. No sé cuándo y eso crea un sufrimiento que no se puede explicar. A mí no me queda demasiado, –¿Es pesimista? –Estoy resignado. A mí no me da miedo morirme, pero me angustia que habiendo tratamiento no nos lo den. Cuando no existía ninguna cura, lo asumías, pero ahora que sabemos que existe es una angustia espantosa. «Cuando no existía ninguna cura, lo asumías, pero ahora que sabemos que existe es una angustia espantosa» veo a mi familia, a mi mujer y claro… Yo lo llevo como puedo, pero ella… Verla sufrir así es un dolor insoportable. Nos están dejando morir. ¡No hay derecho! –¿Cómo se contagió? –Me diagnosticaron la hepatitis en la mili, pero estoy contagiado desde mucho antes, probablemente por un practicante cuando yo era solo un niño. En aquella época se reutilizaban las jeringuillas y apenas se esterilizaba nada. Era un nido de contagios. –¿Puede trabajar? -No, no trabajo. Para mí se ha acabado. Ojalá pudiese encontrarme bien y volver a trabajar. Pero estoy en fase 4, tengo todo el cuadro completo. Y no me queda tiempo. H