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FORMACIÓN CONTINUADA PARA FARMACÉUTICOS DE HOSPITAL V 1.2 EXTRAVASACIÓN DE CITOSTÁTICOS Javier Mateu de Antonio. Hospital del Mar (Barcelona) SUMARIO 1.2 1. INTRODUCCIÓN Definición Incidencia 2. MECANISMOS DE DAÑO TISULAR TRAS LA EXTRAVASACIÓN Compresión mecánica Hipertonicidad Toxicidad celular directa 3. CAPACIDAD AGRESIVA TISULAR DE LOS CITOSTÁTICOS TRAS SU EXTRAVASACIÓN No agresivos Irritantes Vesicantes 4. ETIOLOGÍA DE LA EXTRAVASACIÓN 5. FACTORES DE RIESGO Factores asociados con el paciente Factores anatómicos Factores fisiológicos Factores relacionados con la administración 6. PREVENCIÓN Vías periféricas Vías centrales y reservorios 7. CURSO CLÍNICO Inmediatamente después de la extravasación En horas En días En semanas A largo plazo 8. DIAGNÓSTICO Vías periféricas Vías centrales y reservorios 9. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL Reacciones de hipersensibilidad local Flebitis y tromboflebitis Fenómenos de recuerdo 10. TRATAMIENTO Tratamiento quirúrgico Cirugía radical temprana Lavado salino subcutáneo y liposucción 11. TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO Medidas generales Medidas inmediatas Medidas no inmediatas (1) 12. MEDIDAS ESPECIFICAS Antraciclinas y afines Antraciclinas liposomales Alcaloides de la vinca Epipodofilotoxinas Taxanos Derivados de platino Dacarbazina Mecloretamina Extravasaciones múltiples 13. TRATAMIENTOS ADICIONALES Fotoprotección Analgesia Antibioterapia 14. PROTOCOLO DE EXTRAVASACIÓN 15. BOTIQUÍN DE EXTRAVASACIÓN 16. TABLAS Tabla 1 - Clasificación de la agresividad tisular de los citostáticos tras su extravasación Tabla 2 - Medidas especificas en la extravasación de citostáticos 17. BIBLIOGRAFÍA 1. INTRODUCCIÓN La extravasación de citostáticos es una de las complicaciones mas graves que se pueden presentar durante la administración de estos fármacos (1). Puede resultar en consecuencias devastadoras para el paciente con afectación de la funcionalidad de la extremidad donde se ha producido y, en los casos más graves, incluso la amputación de dicha extremidad. Todo ello merma la calidad de vida del paciente oncológico, a la vez que puede empeorar su estado y dificultar su posterior tratamiento (2). Es, por tanto, fundamental el conocimiento de la toxicidad de los fármacos, los factores de riesgo, el tratamiento y la prevención de esta complicación para minimizar sus consecuencias. Definición Se define como la salida no intencionada de un fármaco citostático al espacio perivascular o subcutáneo durante su administración (1, 3). Las causas pueden ser tanto debidas a factores intrínsecos del vaso sanguíneo o como por el desplazamiento de la cánula o aguja fuera de la vena (2). Incidencia Su incidencia se ha valorado entre el 0, 1 y el 6 % (2), aunque se han llegado a reportar tasas tan altas como del 22% (3). En una de las primeras directrices de consenso publicadas sobre extravasaciones de citostáticos se documentaron 24 extravasaciones (0,7%) en 3258 tratamientos con fármacos vesicantes en 26 meses (4). En uno de los estudios prospectivos sobre extravasaciones que incluyó más pacientes, se detectaron 144 extravasaciones (0,8%) de 18.000 infusiones intravenosas de quimioterapia (5). En una encuesta retrospectiva con participación de 68 centros en Australia (6) se observó una incidencia de 15 extravasaciones (0,028%) en 53.673 administraciones intravenosas de alcaloides de la vinca excluida la vindesina. En otro estudio retrospectivo unicéntrico en el Anderson Cancer Center de Houston, la incidencia detectada fue de un 0.01% en un periodo de 6 años (7). Recientemente en Japón, se detectaron 10 extravasaciones (0.14%) en 7.059 administraciones de citostáticos (8). En España, un estudio realizado entre los años 2000 a 2003 en el Instituto Valenciano de Oncología, se detectaron 9 (0,41 % de los pacientes) casos de extravasación entre los 2.186 pacientes sometidos a quimioterapia (9). Hoy en día, la implantación cada vez más rutinaria de vías centrales y reservorios subcutáneos para la administración de la quimioterapia ha reducido posiblemente la incidencia de extravasaciones por vía periférica. Sin embargo, el uso de estos dispositivos intravenosos no descarta la posibilidad de extravasaciones (10). La incidencia de extravasaciones en este caso esta menos estudiada. Se ha evaluado retrospectivamente en 1.3% de los reservorios implantados en su uso a largo plazo (11), aunque otros autores elevan esta cifra al 0,3%-6% (12-14). En cuanto a la incidencia de extravasaciones por cada fármaco citostático por separado, no hay datos publicados a excepción de los ya comentados an45 3. CAPACIDAD AGRESIVA TISULAR DE LOS CITOSTÁTICOS TRAS SU EXTRAVASACIÓN teriormente sobre la administración de derivados de los alcaloides de la vinca (6). En un estudio encuesta durante 16 meses, se reportaron 162 extravasaciones en 310 centros australianos (15). El citostático más reportado fue fluorouracilo con el 50% de las extravasaciones y luego siguieron carboplatino y paclitaxel con el 8.6% cada uno, epirubicina 5,5%, cisplatino y etopósido 4,9% cada uno, citarabina 3,7%, metotrexato 1,8% y el resto de citostáticos en porcentajes menores. No se reportó en número de pacientes o perfusiones totales de cada citostático. totalmente los vasos sanguíneos locales y se instaura una hipoxia que a su vez puede provocar una isquemia. Esta isquemia dificulta el drenado del líquido extravasado y aumenta la hipoxia, estableciéndose así un círculo vicioso de daño tisular. En The National Extravasation Information Service británico (http://www.extravasation.org.uk), en su servicio en línea, entre febrero de 1999 y febrero de 2006 se recibieron unas 8100 comunicaciones voluntarias de extravasaciones de las cuales se analizaron 2000 comunicaciones escogidas al azar. El citostático más reportado fue fluorouracilo con el 27% y luego siguieron carboplatino 8,9%, cisplatino 7,9%, doxorubicina y etopósido con 6,6% cada uno, epirubicina 6,4%, paclitaxel 5,6% y el resto de citostáticos en porcentajes menores. Se produce edema local que provoca isquemia por compresión mecánica, hipoxia y daño tisular como en el caso anterior. Se clasifican según las referencias que haya de su acción toxica tisular local en tres grandes grupos: no agresivos, irritantes y vesicantes. Esta clasificación es solo orientativa. Se puede haber reportado distintos niveles de agresión tisular para un mismo fármaco y, por tanto, ser clasificado en grupos o subgrupos distintos según los autores.Una relación de los citostáticos clasificados según su agresividad tisular tras su extravasación se detalla en la Tabla 1. Este es un mecanismo que no suele estar presente en la extravasación de citostáticos, ya que las soluciones administradas suelen ser prácticamente isotónicas. Una excepción es posiblemente la administración de cisplatino en una solución de suero fisiológico con manitol, sulfato magnésico y cloruro sódico. Esta solución puede tener una osmolaridad teórica entre 500 y 700 mOsm/L según las proporciones usadas de cada componente, sin embargo el cisplatino no contribuye a este valor, si no que lo hacen el manitol y los electrolitos. No agresivos Se consideran aquellos fármacos de los que no hay constancia que su extravasación produzca daños. Esta clasificación se puede deber a que no se han publicado casos de extravasación para ese fármaco concreto y que por su mecanismo de acción o su grupo farmacológico no se ha asociado con daño tisular tras su extravasación, por ejemplo gemcitabina; o que se han publicado casos de extravasación que no han resultado en daño alguno, por ejemplo cladribina (17), metotrexato (18) y topotecán (19). Toxicidad celular directa Es el principal mecanismo de toxicidad de los citostáticos tras su extravasación. Los distintos fármacos ejercen su mecanismo de acción de manera local en el área afectada. Son de especial agresividad los citostáticos con unión al ADN. Irritantes Se consideran aquellos fármacos que causan una irritación local sin necrosis tisular generalmente asociada a dolor o sensación de quemazón local. Suelen haber estudios o casos que avalan esta clasificación, por ejemplo ciclofosfamida (20) e ifosfamida (21), aunque en algún fármaco esta se puede basar en la supuesta capacidad agresiva por su mecanismo de acción, al no haber casos reportados de su extravasa- 2. MECANISMOS DE DAÑO TISULAR TRAS LA EXTRAVASACIÓN En la extravasación se pueden presentan a la vez varios mecanismos de daño tisular que se potenciarán entre ellos. Se pueden diferenciar (16): Compresión mecánica Una vez se ha extravasado un cierto volumen de solución intravenosa, esta se infiltra en el tejido y aumenta la presión tisular. Esta sobrepresión colapsa parcial o Una vez extravasados, no todos los citostáticos tienen el mismo poder agresivo para los tejidos. Esta capacidad depende de su mecanismo de acción, lipofilia y afinidad por el ADN. Hipertonicidad Una vez se ha extravasado un cierto volumen de solución intravenosa hipertónica, el equilibrio entre los fluidos intracelular y extracelular se ve alterado: El fluido tiende a salir de la célula para compensar la hipertonicidad del espacio extracelular, produciendo una deshidratación celular. 46 ción. En este caso estaría los agentes alquilantes bendamustina y estramustina. Vesicantes Se consideran aquellos fármacos que frecuentemente se asocian a necrosis una vez extravasados. Estos a su vez se pueden subdividir en fármacos que se unen al ADN, con una acción tóxica más prolongada, y fármacos que no se unen al ADN, con una duración menor del efecto toxico (3, 22). Los citostáticos que se unen al ADN, como las antraciclinas, son inicialmente absorbidos por endocitolisis a nivel local causando la muerte directa de unas células. Estas células muertas al lisarse liberan los complejos citostático - ADN absorbidos. Las células circundantes captan de nuevo estos complejos y se inicia así un proceso local de liberación – captación que se prolonga mucho tiempo. Se pueden detectar altos niveles de citostático y sus metabolitos en los tejidos circundantes al lugar de la extravasación durante meses (2, 22). Los citostáticos que no se unen al ADN, como los alcaloides de la vinca o las epipodofilotoxinas, pueden eliminarse o metabolizarse en el tejido afectado, lo que limita su grado de lesión tisular (22). Caso aparte merece la extravasación de citostáticos asociados a radionúclidos como el ibrutumomab tiuxetán – itrio 90. En un caso reportado la extravasación de menos de 1 mL del radioinmunoterápico produjo una ulceración de 77 cm2 que tardó semanas en mejorar. Se consideró que el tejido dañado recibió una dosis de radiación de al menos 20–40 Gy, dosis en los márgenes de los que produce necrosis, unos 25 Gy (23). Este tipo de fármacos se deberían clasificar como vesicantes (23, 24). 47 4. ETIOLOGÍA DE LA EXTRAVASACIÓN La extravasación es una complicación iatrogénica inevitable en un cierto porcentaje de casos por las propias características de fragilidad venosa de los pacientes que reciben quimioterapia (25), aunque las causas concretas de una extravasación en vías periféricas pueden ser varias: • Venas de calibre pequeño: Las venas pequeñas tendrán concentraciones de fármaco más altas al ser perfundidas que las venas grandes con circulación rápida. La fisiología venosa se vera alterada y se podrá producir una extravasación más fácilmente (3). • Múltiples punciones. La realización de extracciones sanguíneas o cateterizaciones previas recientes en la extremidad donde se va a producir la infusión venosa de citostático puede facilitar la extravasación por la disrupción de la pared vascular. La extravasación se puede presentar incluso en un lugar distal al punto de inserción venoso (2). • Punción de la pared venosa opuesta al punto de inserción. Durante la inserción de la cánula se puede producir accidentalmente la rotura de la pared venosa opuesta al punto de inserción por la propia maniobra de punción (26). • Desplazamiento de la cánula. La movilidad de la extremidad donde se administre el citostático puede producir el desplazamiento de la cánula dentro de la vena y la rotura de la pared venosa. • Flujo retrogrado de la infusión a través del punto de inserción venosa (26). En casos de flujo venoso obstruido o sobrepresión de la infusión (bombas) puede producirse una salida de líquido venoso por el punto de venopunción. En cuanto a las vías centrales, catéteres y reservorios para la administración de quimioterapia, tampoco están exentos de la posibilidad de que se produzcan extravasaciones. En estos casos, las causas serian (13, 14, 22): Factores asociados con el paciente - Pacientes que no pueden comunicar bien sus sensaciones como niños, comatosos, con alteraciones psiquiátricas, con barrera idiomática, etc. (1, 2, 26) - Uso de bombas de perfusión. (1, 2) - Pacientes tratados con depresores del sistema nervioso central como opiáceos, benzodiazepinas, altas dosis de metoclopramida, etc. (1, 26) - Inexperiencia del personal sanitario que administra la quimioterapia. (3, 26) Factores anatómicos - Pequeño diámetro venoso. (1, 3, 26) - Venas esclerosadas. (1, 3, 26) - Venas frágiles. (1, 3, 26) - Lugares de punción con poco panículo adiposo como el dorso de la mano (2, 26). La extravasación menos dañina es la que no se produce, por lo tanto las medidas más efectivas son las medidas preventivas. Estas están bien establecidas y se pueden resumir en: - Pocos puntos posibles de venopunción por factores quirúrgicos, alteraciones anatómicas, etc. (26). • Separación de catéter del cuerpo de reservorio. • Ruptura en el catéter de salida. Factores fisiológicos - Linfedema por mastectomía, amputación, etc. (1, 3, 26). Esto aumenta la presión venosa local. • Ruptura en la membrana del reservorio. • Compresión retrograda excesiva alrededor de la aguja atribuible a una película de fibrina en la punta del catéter u otra causa que obstruya el flujo de salida. - Procesos que cursan con alteraciones de la circulación como el síndrome de vena cava superior, síndrome de obstrucción venosa, edema, enfermedad de Raynaud, flebitis, etc. (1, 3, 26) • Penetración incompleta o nula de la aguja de inyección en la membrana del reservorio. - Neuropatía como puede ser el caso de diabéticos o pacientes ya tratados con alcaloides de la vinca. (3, 26) • Retracción espontánea de la punta de catéter de la vena subclavia. - Irradiación previa de la zona de punción. (3, 26) • Perforación de la vena donde se aloja el catéter. Factores relacionados con la administración - Uso de agujas de acero. (1, 2, 26) - Múltiples punciones (extracciones sanguineas, administraciones venosas previas, intentos de canulación previos, etc.) (1-3, 26). 5. FACTORES DE RIESGO Ciertos factores aumentan el riesgo de sufrir una extravasación. Se pueden clasificar en: - Perfusiones venosas de larga duración. (1, 2, 26) 48 - Venopunciones difíciles de monitorizar, como fosa antecubital, o tapadas por vendas o gasas. (26) - Uso de vías periféricas. (26) 6. PREVENCIÓN Vías periféricas - El personal que administra los citostáticos debe tener la suficiente experiencia y entrenamiento en ello, es decir debe ser personal especializado (1). - Los catéteres periféricos serán de pequeño calibre y deben evitarse las agujas con aletas o palomitas (1). - Se evitaran venas con problemas vasculares (1, 3, 22, 26). - El lugar de venopunción se elegirá en el siguiente orden de preferencia: antebrazo, dorso de la mano, muñeca y fosa de antecubital (3). - Se puede mejorar la canulación de la vena mejorando su distensión. Se puede usar una compresa caliente tópica, pidiendo al paciente abra y cierre la mano varias veces o con un esfingomanómetro en el brazo inflado a 40 - 50 mm Hg. (3) - La punción se iniciara por la parte distal de la vena (1). - La zona de venopunción ha de quedar siempre visible y no debe ser tapada por vendas o gasas. (1, 3, 22) - No usar cánulas de acero sino de teflón o plástico. (3, 22, 26) 49 - Previamente al inicio de la infusión, siempre se comprobará la presencia de retorno venoso con suero fisiológico o glucosado al 5%. (1, 3, 26) - El orden de administración de los citostáticos es un punto controvertido (1, 26), pero generalmente se recomienda empezar del más vesicante al menos (9, 22). Si son varios los vesicantes, el de menor volumen se administrará primero (26). - Se ha de lavar la vena antes y después de la administración de cada citostático con 20-100 ml de suero fisiológico o glucosado al 5% (1, 3, 22, 26). - Los citostáticos irritantes o vesicantes no deben administrarse mediante bombas de infusión cuando se infunden por vías periféricas (1, 26). - Se deberá observar frecuentemente la vía durante la infusión del citostático y, a la más mínima sospecha de extravasación, se parará la infusión y se cambiará de lugar de venopunción (1, 3, 22, 26). - Se instruirá al paciente para que comunique cualquier sensación extraña (quemazón, dolor o tumefacción) que sienta alrededor de la zona de punción (1, 3, 22, 26). - Se instruirá al paciente para que evite los movimientos bruscos de la extremidad canulada, ya que éstos pueden facilitar la extravasación (1, 26). Vías centrales y reservorios - En el caso de infusiones continuas de 24 o más horas de duración, o en el caso de pacientes con venopunciones dificultosas, la quimioterapia debe administrarse por un catéter venoso central o un reservorio implantable (1, 22). - Se aconseja la utilización de bombas de perfusión en la administración a través de catéteres venosos centrales (1). ma o palidez, hinchazón y/ o piel fría o caliente (2, 22). El dolor, a menudo citado como principal síntoma, no siempre está presente inicialmente en una extravasación. En los dos estudios prospectivos mas importantes sobre extravasaciónes de antraciclinas, el grupo de citostáticos considerado como el más agresivo tisular, sólo el 60% (28) y el 49% (29) respectivamente de los pacientes presentaron dolor inicialmente. Incluso altas concentraciones tisulares de doxorubicina tras la extravasación pueden ser indoloras (30). Sin embargo, la hinchazón y el eritema se presentan en proporciones superiores al 73% (28, 29). La presencia de una zona indurada podría indicar un mal pronóstico (16). La valoración inicial suele infraestimar el daño tisular que el paciente puede padecer, ya que este se desarrollará durante las próximas horas y días. - En el caso de reservorios, utilización de agujas de tamaño y longitud adecuados (13). - Como en el caso de las vías periféricas, el personal que administra los citostáticos debe tener la suficiente experiencia en su administración, pero además en el manejo de catéteres y reservorios (14). - La correcta colocación del catéter se debe verificar antes de cada administración con la comprobación del retorno venoso por la aspiración de sangre a su través (13, 14, 27). - Antes y después de administrar el citotóxico, se deber lavar el catéter o reservorio con suero fisiológico o glucosado durante al menos 5 minutos. (27) En horas Se presenta vasodilatación, aparece o aumenta el dolor y se hace mas intenso el eritema. Suele aparecer una zona edematosa que rodea al área afectada por la extravasación inicial (16). - Se debe observar atentamente el área del “bolsillo” del reservorio para detectar la aparición de cualquier hinchazón con la instilación inicial de suero fisiológico o glucosado (14). En días Hay trombosis capilar y extravasación de eritrocitos. Se mantienen el dolor, el eritema y la induración (16). Las biopsias precoces demuestran necrosis superficial epidérmica y de las glándulas ecrinas sin infiltrado inflamatorio acompañante, trombosis masiva de los vasos dérmicos superficiales y profundos, necrosis de los adipocitos subcutáneos pudo verse cercanos al septo, así como paniculitis de predominio septal, escasamente celular (9). - El paciente debe ser informado que en caso de dolor u otro malestar durante la administración debe comunicarlo al personal sanitario inmediatamente (14, 27). 7. CURSO CLÍNICO Una vez extravasado el citostático podemos distinguir varias fases secuenciales: Inmediatamente después de la extravasación El paciente puede presentar alguno o varios síntomas en la zona de administración como son dolor, picor o quemazón, erite- En semanas Se presenta esclerosis del área afectada con distintos grados de dolor, atrofia cutánea y si el daño es más grave, la ulceración afectará a todas las capas de la dermis (16). El daño tisular 50 está directamente relacionado con el volumen extravasado y con la concentración del citostático (16, 27). Las úlceras además son fácilmente colonizables por microorganismos predominantemente gram-positivos (16), aunque también pueden ser colonizadas por Pseudomonas sp (2). Si no se desarrolla una ulcera, puede aparecer una zona edematosa o indurada que persiste largo tiempo y que suele hiperpigmentarse (16). A largo plazo La ulceración puede acabar extendiéndose y afectando a la fascia, los tendones y el periostio (22). En los casos más graves y localizados en zonas de flexión se puede perder la movilidad total o parcialmente con contracturas, distrofia y dolor intenso (16). Estas ulceras no curan espontáneamente, especialmente en los casos de vesicantes que se unen al ADN y puede ser necesaria el injerto de tejido o en el peor de los escenarios la amputación de la extremidad (2, 16, 22). Los estudios histológicos de las úlceras a los 2 - 3 meses después de la extravasación observan que los vasos sanguíneos en el borde del tejido dañado son permeables. La epidermis es hipertrófica y la presencia de células inflamatorias es escasa. La aparición de miofibroblastos y fibroblastos esta muy retrasada en comparación a lesiones de otro origen y además estos presentan daños crónicos. Todo ello indica una lesión directa celular por parte del citostático más que una reacción inflamatoria local, lo que justificaría que el tratamiento de una extravasación no incluya corticoides (25, 31-33). La zona afectada por una extravasación puede además tener el riesgo de desarrollar una neoplasia local a largo plazo (34, 35). 8. DIAGNÓSTICO El diagnóstico de una extravasación no es 51 fácil, ya que a menudo no se manifiesta inicialmente de forma clara (2). Se suele basar en manifestaciones clínicas (22). Vías periféricas Los síntomas iniciales suelen ser una sensación de quemazón, picor o dolor, aunque como se ha comentado anteriormente, si esta sensación no se presenta no excluye la posibilidad de una extravasación. La hinchazón y el eritema suelen estar presentes a menudo al inicio de una extravasación (2). También se puede sospechar una extravasación cuando repentinamente se observa una disminución de la velocidad de flujo de la infusión o no hay retorno venoso a través de la cánula, aunque en algunos casos puede la infusión no presenten ninguna alteración (2, 26). En los casos dudosos, se pueden aplicar un torniquete proximal al punto de inyección y si la infusión continúa, es probable que se esté extravasando (2). Vías centrales y reservorios A diferencia de la extravasación por vía periférica, en el caso de vías centrales, el principal síntoma es el dolor generalmente torácico, seguido de fiebre y leucocitosis (10, 12). El diagnóstico generalmente se efectúa por radiografía con contraste a través de la vía o reservorio o por tomografía axial computerizada (10, 12, 14). 9. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL Algunos fenómenos locales asociados a la administración de citostáticos pueden confundirse inicialmente con una extravasación. tático diferente al inicialmente extravasado, por ejemplo doxorubicina y mitoxantrona (42). Reacciones de hipersensibilidad local Es una reacción que se puede producir con bastantes citostáticos. En el caso de doxorubicina se ha descrito que puede ocurrir hasta en el 3% de sus infusiones (2, 16, 26). Se conocen como “flare reactions” en terminología anglosajona o erupciones cutáneas. También se han presentado en otras antraciclinas, asparaginasa, bleomicina, melfalán, trimetexato y cisplatino (16). Cursan con eritema, urticaria, prurito e incluso dolor en la zona proximal al lugar de venopunción. Suelen desaparecer en poco tiempo, entre media hora y un día, una vez se ha parado la administración y “lavado” la vena (2, 16, 26). 10. TRATAMIENTO Se han propuesto, estudiado y descrito muchos tratamientos para las extravasaciones de citostáticos por vía periférica, pero básicamente podemos agruparlos dos grandes tipos según el abordaje terapéutico empleado, quirúrgico y no quirúrgico. Además se pueden considerar tratamientos adicionales en el caso de las complicaciones de las extravasaciones (43). Caso aparte merecen las extravasaciones por vías centrales y reservorios subcutáneos. En este momento no existe un consenso claro de cuales son las medidas a aplicar una vez detectada la extravasación, ya que el número de casos descritos es todavía bajo (10). Mientras no se refiera lo contrario, las recomendaciones siguientes son para las extravasaciones por vías periféricas. Flebitis y tromboflebitis Suelen cursar asociadas a dolor local y vasospasmo (2, 16). Se ha descrito especialmente en la administración de bisantreno, carmustina, mecloretamina, dacarbazina, dactinomicina, daunorubicina, doxorubicina, mitomicina y vinblastina (2). El vasospasmo dificulta el flujo de la infusión y esto aumenta a su vez el riesgo de extravasación (2). Tratamiento quirúrgico Es el propuesto principalmente por cirujanos plásticos. Posiblemente es el tratamiento de elección en el caso de extravasaciones por vía central (12) aunque se desconoce cual es el momento adecuado para intervenir y posiblemente se debería esperar a que cursen tórpidamente (10). Fenómenos de recuerdo Son los llamados “recall phenomenon” en inglés. Se trata de reacciones locales de toxicidad, llegando incluso a la necrosis, en áreas que contienen cantidades subletales de fármaco retenidas tras la extravasación en algún ciclo anterior cuando se vuelve a administrar el citostático, incluso por una vía diferente. Se han descrito para cisplatino (36), docetaxel (9), doxorubicina (16, 26), doxorubicina liposomal pegilada (37), epirubicina (5, 38), mitomicina (16) y paclitaxel (16, 26, 39-41). También se ha descrito con la administración de un citos- El tratamiento quirúrgico a su vez se podría subdividir en dos tipos: Cirugía radical temprana Se ha propuesto para extravasaciones de citostáticos vesicantes que se unen al ADN (antraciclinas) por la agresividad tisular que presentan en zonas especialmente susceptibles de presentar necrosis como son el dorso de la mano, la muñeca o la fosa antecubital. Se pro52 cede a una escisión amplia de la zona afectada por la extravasación y la reconstrucción con un injerto de tejido del propio paciente. Este procedimiento quirúrgico tendría que ser efectuado lo más tempranamente posible, incluso dentro de las primeras 24 horas tras la extravasación (44-47). Su principal problema es delimitar el área afectada por la extravasación, ya que los injertos cutáneos presentan una alta tasa de fallos en una zona que aun contenga citostático infiltrado. Se han propuesto, por tanto, distintas técnicas para poder delimitar el área a escindir (48-51). Hoy en día, el desbridamiento quirúrgico radical queda restringido a pacientes que evolucionan mal o que hayan desarrollado una ulcera después de tratamiento más conservador (2, 3, 22, 27). Lavado salino subcutáneo y liposucción Se conoce como técnica “flush-out” o “washout” y fue descrita inicialmente por un equipo de cirugía plástica londinense (52, 53). La técnica debe ser llevada a cabo lo más tempranamente posible después de la extravasación. Se realiza bajo anestesia local o general. En la zona de extravasación y alrededor de ella se inyectan 1500 unidades de hialuronidasa diluidas con 10 mL de suero fisiológico. Luego se realizan cuatro pequeñas incisiones alrededor de la zona de la lesión de extravasación. Por el espacio subcutáneo debajo del área de extravasación y a través de una de las incisiones se infunde suero fisiológico con una cánula de inyección de punta cerrada y agujeros laterales del tipo usado para inyecciones rápidas antes de una liposucción. El acúmulo de líquido subcutáneo infundido sale por las restantes incisiones o es retirado con la propia cánula. Se puede realizar una liposuc53 ción local si es necesario. Se suelen pasar volúmenes grandes de suero, hasta 500 mL repartidos en alícuotas de 20 – 30 mL para lavar minuciosamente el tejido. Después del lavado subcutáneo se aplica una gasa empapada en povidona yodada en la herida y se venda. La extremidad se mantendrá levantada durante 24 horas. Las incisiones no se suturan para permitir que se cierren espontáneamente. En pacientes gravemente debilitados, por ejemplo los neutropénicos, seria recomendable el uso de una profilaxis antibiótica (52-56). El uso de esta técnica se ha descrito también para extravasaciones de fármacos necrosantes no citostáticos (57-59). La técnica esta inicialmente descrita para el dorso de la mano y del pie (52, 56). En otras áreas puede ser más difícil su aplicación. Se necesita personal experto para realizarla y su tasa de éxito (89%) es algo inferior a los tratamientos no quirúrgicos (98%-100%). 11. TRATAMIENTO NO QUIRÚRGICO Hoy en día es el tratamiento de elección ya que ha demostrado ser muy efectivo y poco iatrogénico. Se compone de dos tipos de medidas, unas generales que se aplicaran en todos los casos y unas específicas que son distintas para cada citostático o grupo de citostáticos. Medidas generales Son medidas no farmacológicas que se aplican en todos los casos de extravasación de citostáticos vesicantes e irritantes (1). Seria aconsejable también hacer un seguimiento de cualquier extravasación Medidas no inmediatas (1) aunque sea de citostáticos no agresivos (60) y aplicar estas medidas. Las medida generales se dividen a su vez en medidas inmediatas y medidas no inmediatas. 1. Elevar la extremidad afectada a un nivel superior al del corazón. 2. No aplicar ningún tipo de presión en la zona. Evitar vendajes. 3. Valorar y documentar los signos y síntomas del paciente, la cantidad extravasada, las intervenciones efectuadas y el tiempo transcurrido entre las mismas. 4. Informar al paciente. 5. Higiene del área de extravasación: medidas higiénicas habituales con suavidad, si no presenta necrosis. 6. Si la evolución no es satisfactoria y con posible afectación de estructuras profundas especialmente si la zona afectada es el dorso de la mano o se presentan alteraciones que impidan el movimiento de la extremidad será necesaria la valoración por parte de un cirujano plástico o un traumatólogo. Medidas inmediatas Son las medidas que se aplican en todos los casos inmediatamente que se detecta una extravasación (1): 1. Para la infusión del fármaco citostático. La dosis restante se administrará por otra vía y, preferiblemente, en otra extremidad. Esta medida es aplicable también para extravasaciones por vía central (10). 2. Aspirar a través de la vía 5-10 ml de sangre con la finalidad de extraer la máxima cantidad posible de fármaco extravasado. Esta medida es aplicable también por vía central intentando aspirar la máxima cantidad de extravasado posible (10, 12). 3. Extraer la vía de administración. Esta medida es aplicable también por vía central (10, 12). 4. En el caso de formación de una ampolla con fármaco extravasado en su interior se extraerá su contenido. La aspiración del tejido subcutáneo es un procedimiento doloroso e inefectivo en otros casos. 5. Localizar el “botiquín de extravasación” y, atender a las instrucciones referentes al fármaco extravasado. 6. Se contactará con el médico responsable del paciente, o en su ausencia, con el médico de guardia y con el farmacéutico, médico o enfermera responsable del protocolo de extravasaciones. 12. MEDIDAS ESPECIFICAS Como su nombre indica son específicas para cada citostático o grupo de citostáticos, aunque no todos los fármacos tienen una recomendación especifica en este apartado. Se pueden dividir en medidas farmacológicas, generalmente la aplicación de un fármaco o sustancia local o sistémica para contrarrestar el efecto del citostático extravasado (”antídoto) y medidas físicas, generalmente la aplicación de frío o calor seco local. Un resumen de las medidas específicas se presenta en la tabla 2. 54 El uso de otras sustancias como acido ascórbico, antiinflamatorios no esteroides locales, bicarbonato sódico, corticosteroides, edetato tetrasódico, propranolol, sulfadiazina argéntica, son medidas no probadas y deberían evitarse para no producir mas daño del que se pretende evitar (2, 43, 60). Antraciclinas y afines Son considerados los citostáticos más agresivos una vez extravasados y de los que se dispone de más estudios y casos reportados. No existe prácticamente ninguna experiencia con extravasaciones de amsacrina ni de idarubicina (16). Medidas farmacológicas. Hasta hace poco, la medida farmacológica empleada en su extravasación era la aplicación de dimetilsulfóxido (DMSO) a partir de diversos estudios abiertos que habían dado muy buenos resultados (>99%) (5, 28, 61). Su aplicación es tópica a una concentración del 90-99%, 4 gotas por cada 10 cm2 de superficie cutánea cada 8 horas en el doble del área afectada, dejándola secar al aire sin vendajes, durante 7-14 días (5, 28, 61). El DMSO es una substancia no registrada como medicamento, de olor característico, de fácil penetración cutánea y potente acción neutralizante de radicales libres (5). Su toxicidad en general es baja presentando principalmente una sensación transitoria de quemazón local y el olor característico de la sustancia en el aliento por su absorción transcutánea (5, 61) Se han descrito también casos de moderada toxicidad cutánea con la posología anterior con la aparición local de dolor, eritema, ampollas o descamación local (62, 63) En los últimos años, se ha estudiado la utilización de dexrazoxano (Savene®) como tratamiento de la extravasación de antraciclinas. El régimen propuesto es dexrazoxano intravenoso administrado en una perfusión de 1-2 horas una vez al día durante tres días consecutivos con las siguientes dosis diarias: 1000, 1000 y 500 mg/ m2. Para pacientes con una superficie corporal superior a 2 m2, la dosis individual no debe exceder los 2000 mg. La inyección se administra en el brazo contralateral al de la extravasación. 55 La primera dosis debe de ser administrada antes de 6 horas después de la extravasación, y las próximas dos dosis a las 24 y 48 h (29). Ha sido registrado recientemente como único fármaco para esta indicación por la FDA (64), por la EMEA (65) y también en nuestro país (http://www.emea.europa. eu/humandocs/PDFs/EPAR/savene/H682-Pl-es.pdf). Se ha demostrado la eficacia (>98%) de dexrazoxano en 2 ensayos clínicos multicéntricos abiertos que incluyeron 54 pacientes con extravasación grave de antraciclinas confirmada por biopsia, a diferencia de estudios anteriores. Se ha usado anecdóticamente en una extravasación múltiple incluyendo epirubicina por vía central (66) o en una de doxorubicina por vía central con la posterior administración de factor estimulante de colonias de granulocitos-macrófagos (GM-CSF) (67) No se debe utilizar DMSO en los pacientes en los que se administra desrazoxano. Recientemente The Nacional Extravasation Information Service británico ha propuesto su uso en extravasaciones de volumen >5 mL donde el diagnóstico de extravasación está claro, extravasaciones de gran volumen (> 10 ML) o sospecha de extravasación donde una antraciclina sea el fármaco causante más probable y en extravasaciones a través de una central o una vía central de acceso periférico (Position Statement on dexrazoxane in the Treatment of Anthracycline Extravasation (http://www.extravasation.org.uk/Dexrazoxane.htm). El dexrazoxano es una bisdioxopiperazina de gran penetración celular y que una vez hidrolizado es un quelante análogo al EDTA. Inicialmente fue considerado como un citostático pero su potencial antineoplásico fue insuficiente para el desarrollo en este campo. Durante su estudio se evidenció como un protector contra la cardiotoxicidad de las antraciclinas y ha sido comercializado durante varios años para esta indicación (65). Sus efectos adversos en los estudios sobre extravasaciones (29) incluyeron nauseas (18%), reacciones locales en el punto de inyección (14%), infección de heridas (10%), flebitis (7,5%) y vómitos (7,5%). También se presentaron alteraciones graves (grado IV) pero transitorias en parámetros de laboratorio como neutropenia (23,8%), leucopenia (20%), transaminitis (6,2%), aumento de creatinina (1,3%) e hiponatremia (1,3%). caso han causado necrosis (70). Sin embargo, el número de casos de extravasación reportados es inferior al de antraciclinas convencionales y se dispone de menos experiencia. Medidas farmacológicas. Ser ha propuesto a partir de estudios en animales la inyección local de hialuronidasa (22, 77), pero no ha habido casos reportados en humanos de su efectividad. Medidas farmacológicas. Existen limitadas experiencias en la aplicación de DMSO en estos casos (16, 71). Tampoco hay mucha experiencia (un caso) de la administración de dexrazoxano (29). Medidas físicas. Se ha propuesto la aplicación de calor seco local (16, 22). La hipertermia puede reducir la citotoxicidad del etopósido (78, 79), pero no ha sido reportado su uso en extravasaciones. Medidas físicas. La sola aplicación de frío local durante 20 minutos cuatro veces al día por 72 horas ya se demostró muy útil en reducir la toxicidad post-extravasación (25, 69). Posteriormente el uso combinado de frío local durante una hora repetido cada 8 horas durante tres días mas la aplicación de DMSO en la posología antes descrita se ha demostrado altamente efectivo en la reducción de la toxicidad de extravasaciones de antraciclinas (5, 61). Este régimen ha sido el recomendado hasta hace poco (1). No existe experiencia del uso combinado de frío y dexrazoxano, los elementos refrigerantes deben retirarse del área al menos 15 minutos antes de la administración del Savene® ya que el frío podría interferir con la difusión tisular del fármaco e impedir su acción protectora (67). Alcaloides de la vinca Son considerados vesicantes, aunque su capacidad agresiva tisular es algo menor que las antraciclinas al no unirse al ADN (22). Medidas físicas. La aplicación de frío local durante varios días ha presentado resultados positivos en varios casos (72, 73). La aplicación de calor estaría contraindicada, ya que puede aumentar la citotoxicidad de la antraciclinas liposomal (74). Medidas farmacológicas. La administración local de hialuronidasa se ha reportado como efectiva en las extravasaciones de vinblastina, vincristina y vinorelbina (75) y un análogo a la hialuronidasa, la condroitinsulfatasa, en una caso de extravasación de vindesina (76). La dosificación seria hialuronidasa 250 UI diluidas en 6 mL de suero fisiológico administradas en 6 punciones subcutáneas alrededor de la zona afectada (75). Medidas físicas. Se ha propuesto la aplicación de calor seco local, pero la experiencia clínica esta poco documentada (16). Aun así, es la medida física actualmente recomendada (1, 3, 16, 22, 26). Se aplica calor seco local durante 30 minutos tras la hialuronidasa (1) o 15 minutos cada 6 horas por dos días (26) o varias veces durante 24 horas (3). Antraciclinas liposomales La extravasación de antraciclinas liposomales parece ser menos agresiva que la de los correspondientes fármacos sin vehiculizar por liposomas. Se las ha clasificado como irritantes (3, 26), aunque en algún Epipodofilotoxinas Han sido clasificados como irritantes (1, 3, 16, 26) o como vesicantes (22), aunque no hay casos reportados en humanos. 56 Taxanos Paclitaxel ha sido clasificado como vesicante (3, 16, 22, 27) porque en la mayoría de casos su extravasación ha resultado en necrosis (33, 41, 80-82). Docetaxel ha sido clasificado como irritante (16, 26) porque la mayoría de casos reportados no han presentado necrosis (83-87), aunque algunos autores lo clasifican como vesicante (22, 27). Medidas farmacológicas. En los casos de extravasaciones de paclitaxel, la hialuronidasa ha sido propuesta como la medida farmacológica a utilizar, a partir de los resultados obtenidos en modelos murinos (41) y en pequeñas series de extravasaciones en humanos (82). Las dosis utilizadas fueron 250 UI diluidas en 6 mL de suero fisiológico inyectados subcutáneamente alrededor de la zona afectada (82). La aplicación de estas podría reducir el tiempo de curación frente a la no aplicación de ninguna medida (16). En los casos de extravasaciones de docetaxel, se ha utilizado la hialuronidasa en las mismas dosis que en el caso de paclitaxel (82). También se utilizó en un caso DMSO, aunque los propios autores dudaron de su eficacia (85). Medidas físicas. En el caso de paclitaxel, la aplicación de frío o calor local no resultó en ningún beneficio en un modelo murino (41). En humanos, el uso de frío local parece que ha sido efectivo en resolver los síntomas de una extravasación (41). 57 El uso de frío no debería de ser concomitante con el uso de hialuronidasa pues se podría retrasar la curación (41). La aplicación de calor estaría contraindicada (41). car al aire sin vendajes, durante 7 – 14 días (5). En el mismo estudio, se aplico también este régimen a las extravasaciones de carboplatino (5 pacientes) (5). En el caso de docetaxel, no existe un consenso en la aplicación de frío aunque se ha aplicado junto al DMSO en un caso (85). La aplicación de calor local parece contraproducente (16). En el caso de oxaliplatino, su tratamiento farmacológico no esta definido actualmente (16, 63). Derivados de platino Cisplatino ha sido considerado mayoritariamente como vesicante (1, 22, 26), aunque parece que esta efecto seria dependiente de la concentración y del volumen extravasado. A concentraciones inferiores a 0,4 mg/mL seria considerado irritante (16), al igual que en volúmenes extravasados inferiores a 20 mL (26). Carboplatino es considerado como irritante (1, 3, 16, 22) aunque solo hay un caso de toxicidad descrito hasta la fecha (88). Oxaliplatino es considerado como, al menos, irritante (16, 22, 89-93). Medidas farmacológicas. No hay un tratamiento farmacológico común para la extravasación de los tres derivados del platino. La recomendaciones para las extravasaciones de cisplatino incluían la administración subcutánea de tiosulfato sódico 1/6 M (1, 22, 77), pero hasta la fecha no hay casos ni estudios que describan el resultado de tal abordaje terapéutico. El único tratamiento estudiado (37 pacientes) es el mismo protocolo que para la extravasación de antraciclinas, DMSO tópico a una concentración del 90-99%, 4 gotas por cada 10 cm2 de superficie cutánea cada 8 horas en el doble del área afectada, dejándolo se- tamiento. El dilema surge porque algunos vesicantes tienen antídotos diferentes y tratamiento físico opuesto. En un caso de extravasación múltiple de epirubicina, vincristina, ifosfamida y mesna por vía central descubierta semanas después del último ciclo administrado, se trató a la paciente durante 14 días con DMSO y frío local en la zona del cuello afectada por necrosis. No quedaron secuelas, aunque tardó 4 semanas en curar (94). En un caso de extravasación doble de vincristina y doxorubicina por vía periférica, la aplicación tópica de DMSO 90% y la administración subcutánea local de un análogo a la hialuronidasa, sin la aplicación de ninguna medida física adicional resulto efectiva en prevenir la toxicidad local (95). Una infusión accidental del epirubicina y fluorouracilo en mediastino tras la perforación de la vena cava produjo una intensa reacción durante 24 horas. La administración de corticoides no evitó las secuelas posteriores, una moderada disfunción esofágica (96). En otra extravasación de epirubicina y ciclofosfamida a través de un reservorio, se administró dexrazoxano. La paciente sufrió un empiema y un engrosamiento pleural que hubo de ser tratado quirúrgicamente, pero se recobró sin problemas (66). Medidas físicas. En los casos de extravasaciones de cisplatino o carboplatino, el protocolo que acompaña a la aplicación de DMSO incluye la aplicación de frío local durante 1 hora repetido cada 8 horas durante tres días (5). En el caso de oxaliplatino, la aplicación de frío local podría propiciar la aparición de neuropatía periférica (93). Se ha propuesto el uso de calor local (93), pero no hay casos descritos de su uso. Dacarbazina Es considerada como irritante (1, 3, 26). No hay estudios en humanos de las medidas a tomar tras su extravasación. En animales el único tratamiento efectivo fue tiosulfato sódico, la aplicación de otras medidas farmacológicas o físicas aumento su capacidad ulcerativa (16). A la vista de estos casos, en estos momentos no se pueden deducir unas pautas claras de actuación en los casos de extravasaciones múltiples. Mecloretamina Es considerada vesicante (1, 3, 26). Actualmente esta en desuso. Se ha propuesto como medida farmacológica la administración local de tiosulfato sódico a partir de su utilidad modelos animales(1, 3, 22, 77). En humanos solo se ha utilizado en un caso de administración intramuscular accidental con buen resultado (77). 13. TRATAMIENTOS ADICIONALES Fotoprotección Se han descrito casos de fototoxicidad en zonas afectadas por una extravasación de dacarbazina, fluorouracilo y mitomicina.(1), Extravasaciones múltiples Son poco frecuentes, pero la implicación de múltiples citostáticos hace difícil su tra- Analgesia Muchas extravasaciones, sobre todo de vesi58 cantes, cursan con intenso dolor local. Habrá que establecer pautas analgésicas sistémicas adecuadas en estos casos. Es preferible el uso de pautas fijas a las condicionales (1). Antibioterapia En los casos de descamación cutánea o de franca necrosis, se deberá valorar el uso de antibioterapia sistémica ya que existe un alto riesgo de infección, especialmente por microorganismos gram-positivos (1), aunque no hay que descartar la presencia de Pseudomonas sp (2). 14. PROTOCOLO DE EXTRAVASACIÓN La necesidad de un protocolo de tratamiento de las extravasaciones de citostáticos y su estandarización ha sido puesta de manifiesto repetidamente (1, 60) y se ha mostrado como una medida efectiva en reducir el numero de extravasaciones y su gravedad (8). Es fundamental, por lo tanto, la confección de un protocolo de extravasaciones de fármacos citostáticos actualizado que contenga todas las líneas de actuación, donde se expliquen las medidas a tomar y los pasos a seguir, la documentación a cumplimentar de de forma clara para poder minimizar los daños ante esta complicación. 15. BOTIQUÍN DE EXTRAVASACIÓN La disponibilidad de un botiquín es básica para ofrecer una respuesta inmediata y correcta frente a una extravasación de forma que se facilite la labor del personal sanitario. El botiquín debe contener todos los antídotos (medidas farmacológicas), junto con el material necesario para su administración, así como el material para las medidas físicas. Estará ubicado en los controles de enfermería de las unidades donde se administren citostáticos. El servicio de farmacia deberá reponer los utilizados (1). 59 16. TABLAS TABLA 1 - Clasificación de la agresividad tisular de los citostáticos tras su extravasación TABLA 2 – Medidas especificas en la extravasación de citostáticos Vesicantes Irritantes No agresivos Citostáticos Condiciones Medidas farmacológicas Medidas físicas Amsacrina Bleomicina* Asparaginasa Antraciclinas y afines Bendamustina* Carboplatino Bortezomib Cisplatino > 0.4 mg/mL Carmustina* Citarabina Ciclofosfamida Cladribina Dimetilsulfóxido (DMSO) 90-99% tópico, 4 gotas/10 cm2 de superficie cutánea cada 8 h en el doble del área afectada durante 7 – 14días. Dejar secar al aire sin vendajes. Frío local durante 1 hora repetido cada 8 h durante 3 días tras la aplicación de DMSO. Dactinomicina Extravasación confirmada de volumen < 5 mL o sospecha de extravasación de volumen <10 mL Daunorubicina Cisplatino < 0.4 mg/mL Fludarabina Doxorubicina Dacarbazina Irinotecan Epirubicina Daunorubicina liposomal Metotrexate Antraciclinas liposomales Doxorubicina liposomal Daunorubicina liposomal DMSO 90-99% tópico, 4 gotas/10 cm2 de superficie cutánea cada 8 h en el doble del área afectada durante 7 – 14 días. Dejar secar al aire sin vendajes. Frío local durante 1 hora repetido cada 8 h durante 3 días tras la aplicación de DMSO. Estramustina* Docetaxel Pegaspargasa Fotemustina* Doxorubicina liposomal Pemetrexed Ibrutumomab tiuxetan – Itrio 90 Estreptozocina* Pentostatina Alcaloides de la vinca Vinblastina Vincristina Vindesina Vinorelbina Hilauronidasa 250 UI en 6 ml de suero fisiológico administradas en 6 punciones subcutáneas alrededor de la zona afectada Calor moderado seco local durante 30 min. tras la hialuronidasa. Alternativamente 15 min. cada 6 h por dos días Idarubicina Etoposido fosfato Raltitrexed Mecloretamina Fluorouracilo Epipodofilotoxinas Etopósido Tenipósido Mitomicina Gemcitabina Hilauronidasa 250 UI en 6 mL de suero fisiológico administradas en 6 punciones subcutáneas alrededor de la zona afectada* Ninguna Topotecan Mitoxantrona Ifosfamida Melfalan* Vinblastina Oxaliplatino Hilauronidasa 250 UI en 6 ml de suero fisiológico administradas en 6 punciones subcutáneas alrededor de la zona afectada Ninguna Paclitaxel Taxanos Paclitaxel Docetaxel Vincristina Teniposido* Vindesina Tiotepa* DMSO 90-99% tópico, 4 gotas/10 cm2 de superficie cutánea cada 8 h en el doble del área afectada durante 7 – 14 días. Dejar secar al aire sin vendajes. Frío local durante 1 hora repetido cada 8 h durante 3 días tras la aplicación de DMSO. Dacarbazina Tiosulfato sódico 1/6 M administradas en 6 punciones subcutáneas alrededor de la zona afectada* Ninguna Fotoprotección del área afectada Mecloretamina Tiosulfato sódico 1/6 M administradas en 6 punciones subcutáneas alrededor de la zona afectada* Ninguna Fotoprotección del área afectada DMSO 90-99% tópico, 4 gotas/10 cm2 de superficie cutánea cada 8 h en el doble del área afectada durante 7 – 14 días. Dejar secar al aire sin vendajes. Frío local durante 1 hora repetido cada 8 h durante tres días tras la aplicación de DMSO. Fotoprotección del área afectada Derivados del Pt Cisplatino Carboplatino Sólo en extravasaciones de cisplatino (> 0,4 mg/mL) o carboplatino Vinorelbina * Clasificación según su mecanismo de acción, sin casos o estudios reportados. TABLA 2 – Medidas especificas en la extravasación de citostáticos Citostáticos Condiciones Medidas farmacológicas Medidas físicas Medidas adicionales Antraciclinas y afines Doxorubicina Daunorubicina Epirubicina Idarubicina Mitomicina Mitoxantrona Amsacrina Indicado para el tratamiento de la extravasación de antraciclinas Dexrazoxano IV en Ninguna perfusión de 1 - 2 h una vez al día durante 3 días en el brazo contralateral. Dosis diarias: 1000, 1000, y 500 mg/m2. 1º dosis de 6 horas de la extravasación, luego a las 24 y 48 h. Fotoprotección en el caso de mitomicina Fluorouracilo 60 En casos graves Medidas adicionales * Estudios o casos solo en animales. 61 17. BIBLIOGRAFIA 1.Mateu J, Massó-Muniesa J, Clopés A, Òdena E, Trullàs M. 11.Vescia S, Baumgartner AK, Jacobs VR, Kiechle-Bahat Consideraciones en el manejo de la extravasación M, Rody A, Loibl S, et al. de citostáticos. Management of venous port systems in oncology: Farm Hosp. 1997;21:187-94. a review of current evidence. 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