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Boletín oficial de Lugares de trabajo sin drogas
Septiembre 2015 Vol. 14 No. 9
DFW en Español
Publicado por el Council on Alcohol and Drugs
Tel (404) 223-2486 | Fax (866) 786-9811 | www.LiveDrugFree.org
Los jóvenes de los Estados Unidos están siendo sometidos a mensajes prodrogas a través de los medios
de comunicación tradicionales y las redes sociales.
Hay famosos que se jactan y bromean abiertamente
por su consumo de drogas, y programas de televisión
que otorgan carisma al estilo de vida con consumo de
drogas. Añádase a esto la intensa presión de los compañeros para consumir drogas que todos los adolescentes sufren, y es obvio por qué a tantos padres les
preocupa que sus hijos se conviertan en adictos.
El Boletín de formación para empleados de este mes
presenta respuestas a algunas de las preguntas que los
padres se están haciendo.
P: ¿Cómo puedo contrarrestar los mensajes prodrogas de la cultura de hoy y mantener a mi hijo
al margen de la droga?
R: Hable con sus hijos sobr e el consumo de dr ogas,
no dé por sentado que saben cuál es su postura sobre
el tema. Establezca reglas y consecuencias claras y
constantes para el consumo de alcohol u otras drogas
y luego aplique esas reglas. Planifique tiempo en familia de forma frecuente y regular; un sentido de unidad y objetivos compartidos refuerzan los lazos de su
familia. Permanezca atento, curioso, interesado, y
participe en la vida de sus hijos adolescentes; encuentre maneras de iniciar conversaciones incluso si parece que no quieren hablar. Manténgase relacionado
con los padres de los amigos de sus hijos y compruebe regularmente actividades, eventos y otros planes.
P: ¿Qué hago si sospecho que hay consumo de
drogas en la escuela de mi hijo o en fiestas tras las
clases?
R: Dése cuenta de que el consumo de dr ogas sí
sucede en las escuelas. Colabore con la escuela a
través de la asociación de padres de alumnos y con
otros padres / cuidadores para establecer un reglamento sin alcohol u otras drogas para fiestas, vacaciones y otras actividades, y que requiera que los participantes firmen un acuerdo. Permita la asistencia únicamente a las fiestas donde el reglamento esté en vigor
y se aplique. Informe a la escuela o a la policía local
cuando descubra información sobre el consumo de
alcohol y otras drogas. Aparezca por sorpresa en las
fiestas junto con otros padres para asegurarse de que
todo el mundo esté actuando de una manera segura.
P: ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a hacer frente a
la presión de sus compañeros para que consuma
drogas?
El uso de cigarrillos electrónicos suele conllevar el
consumo de otro tipo de
sustancias también.
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R: Dé a sus adolescentes una “salida” para evitar
situaciones peligrosas. Sea usted la excusa de por qué
no pueden drogarse (“No puedo drogarme, mis padres
me hacen controles de drogas”). Ofrézcase para recogerles tras una fiesta, sin preguntas. No se emborrache ni se drogue delante de sus hijos. Si toma alcohol,
no lo haga delante de sus hijos; si no puede evitarlo,
déles ejemplo de un consumo responsable de alcohol.
P: ¿Qué debo hacer si mi hijo consume drogas?
R: No pida explicaciones a su hijo acerca del alcohol u otras drogas mientras esté bajo su influencia.
Espere hasta que esté sobrio. No justifique el consumo de su hijo; por ejemplo, no escriba notas para
encubrir las tardanzas o ausencias injustificadas a
clase. Si cubre a la persona que abusa, prolongará el
problema. No asuma la responsabilidad del alcoholismo de su hijo u otros problemas con las drogas; es
deber del cuidador o de los padres obtener ayuda para
ellos. Que su hijo después acepte la ayuda o no está
fuera de su control.
P: ¿Qué pasa si mi hijo tiene un comportamiento
abusivo?
R: No acepte como nor mal el compor tamiento de
un adolescente borracho o que abusa de las drogas. Su
hijo debe tratarlo a usted y a su hogar con respeto. Por
ejemplo, no tolere ninguna amenaza de violencia,
llame a las autoridades.
P: ¿Cómo debo reaccionar si confirmo que mi hijo
toma drogas?
R: No impor tune ni gr ite a su hijo acer ca del alcohol u otras drogas. Puede que esto simplemente le
dé una razón más para consumirlas. Tampoco solucione el caos y los aprietos que ocasione su hijo. El
sentir el dolor de las consecuencias puede ser un factor de motivación para el cambio. Es importante que
usted no deje que el comportamiento de su hijo influya en su propio comportamiento. No considere que su
hijo carece de fuerza de voluntad ni lo acuse de ello.
La adicción es una enfermedad. Se necesita ayuda
profesional para recuperarse.
P: ¿Qué pasa si mi hijo se enoja conmigo o amenaza con marcharse si le pido que deje de tomar drogas?
R: No suponga que su hijo no le quier e por la for ma en que actúa. Dése cuenta de que hace falta ayuda
profesional para su hijo y para usted y su familia.
Hable con un consejero escolar, médico de familia o
terapeuta. Haga que su hijo sea evaluado por un
Para ayudarnos a combatir el abuso de sustancias, visite www.LiveDrugFree.org y haga clic en “Donar”
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trastorno por consumo de sustancias, o plantéese
solicitar una intervención profesional. Considere la
posibilidad de asistir a las reuniones de Al-Anon o
Nar-Anon para obtener apoyo para usted mismo
mientras haga frente al consumo de su hijo.
P: Si mi hijo es adicto, ¿podrá dejar las drogas
algún día?
R: ¡Sí! A tr avés de los avances científicos, sabemos más que nunca acerca de cómo actúan las drogas en el cerebro. También sabemos que la adicción
puede ser tratada con éxito para ayudar a los jóvenes a que dejen de abusar de las drogas y lleven una
vida productiva. Pero es crucial una intervención
temprana, la primera vez que surjan signos de consumo de drogas por parte de su hijo; no espere a que
se vuelva adicto antes de buscar ayuda. No obstante, si un adolescente ya es adicto, el tratamiento
debe ser el paso inmediato.
P: ¿No “saldrá de ello” mi hijo y dejará él solo
de tomar drogas?
R: No si es adicto. El consumo r epetido de dr ogas altera el cerebro. Los estudios de imágenes cerebrales de personas con adicción a las drogas
muestran cambios en las áreas del cerebro que son
cruciales para el juicio, la toma de decisiones, el
aprendizaje y la memoria, y el control de la conducta. Dejarlo es difícil, incluso para aquellos que se
sienten preparados para ello. Dése cuenta de que la
incapacidad para dejar de consumir drogas no es un
fracaso moral, sino una enfermedad que debe ser
tratada.
P: ¿Qué le sucederá a mi hijo si comienza el tratamiento?
R: Una vez que una per sona está en tr atamiento,
ya sea como paciente externo o interno, el personal
y el establecimiento comenzarán a trabajar para
inculcarle un sentimiento de esperanza. La esperanza es fundamental para la recuperación. Los pacientes entrantes serán estabilizados médica y emocionalmente. Algunos tendrán que pasar por un síndrome de abstinencia físico. También debe tener lugar
una retirada mental. Por lo general, estas etapas
iniciales de abstinencia son monitoreadas de cerca
por un equipo de médicos y enfermeras al menos
durante las primeras veinticuatro horas. Una vez
que los pacientes llegan a un estado de calma en el
que pueden pensar con más claridad, y sin los efectos de las sustancias, se les da el espacio y el tiempo
necesarios para obtener una visión realista de su
vida. Se les proporciona un ambiente de tratamiento. Es mejor si se adopta un enfoque holístico en
equipo y se evalúan todos los aspectos de la vida
del paciente: físicos, emocionales, espirituales, sociales e intelectuales. Esta información, que incluye
el historial de consumo de sustancias, se combina
para formar un perfil de paciente y un plan de
recuperación individualizado. Se abordan cuestiones clave tales como la baja autoestima, la ansiedad y el dolor. Algunos pacientes pueden tener
problemas coexistentes, como la depresión clínica
o un historial de abuso sexual que es necesario
abordar también. El tipo de tratamiento varía; pero
tanto si se trata de un paciente interno como de
uno externo, el tratamiento suele consistir en momentos a solas con un consejero y el apoyo de un
grupo de pacientes. El grupo suele estar diversificado, con algunos pacientes que han avanzado
mucho en su recuperación, otros que empiezan a
avanzar, y los nuevos, que a menudo se muestran
escépticos. En este entorno, el grupo de compañeros se convierte en un elemento terapéutico fundamental
P: ¿Cuál es el primer paso si averiguo que mi
hijo está consumiendo drogas?
R: Puede empezar por llevar a su hijo a un médico, quien puede detectar signos de consumo de
drogas y otras condiciones de salud relacionadas.
Quizá desee preguntar al médico de su hijo de
antemano si no le importaría hacer un análisis de
drogas con las herramientas de evaluación estándar y transferirlo a un proveedor de tratamiento
adecuado. De lo contrario, pida una recomendación a otro médico experto en estos temas. También puede ponerse en contacto con un especialista
en adicciones directamente. Hay 3.500 profesionales certificados por la junta médica que se especializan en la adicción en los Estados Unidos
P: ¿Qué tipo de análisis hará el doctor?
R: El médico le har á a su hijo una ser ie de preguntas sobre el consumo de alcohol y drogas, y los
comportamientos de riesgo asociados (como manejar bajo la influencia o ir en el vehículo con
conductores que han estado consumiendo drogas o
alcohol). El médico también podría hacer un análisis de orina y / o de sangre para detectar drogas.
Esta evaluación le ayudará al médico a determinar
el grado de consumo de drogas de un adolescente
(si existe) y si es necesario ofrecerle un programa
de tratamiento.
P: ¿Cómo encuentro el centro de tratamiento
adecuado?
R: Si usted o su médico especialista decide que
su hijo puede beneficiarse del tratamiento de abuso de sustancias, hay muchas opciones disponibles. Puede empezar por ponerse en contacto con
el servicio de localizador de tratamientos del gobierno llamando al 1-800-662-HELP (4357) o
consultando el sitio web:
http://findtreatment.samhsa.gov/
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