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Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-903X VOLUMEN 07 NÚMERO 2 MAYO - AGOSTO 2009 EDITOR RESPONSABLE COMITÉ EDITORIAL COMITÉ ASESOR Prof. Dra. Margarita Larralde Dra. María Eugenia Abad Rosalía Ballona Chambergo Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán y del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina Médico Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán y del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina (Perú) Francisco Bravo Puccio (Perú) Héctor Cáceres Ríos (Perú) Rosa Inés Castro Rodríguez (Perú) Dra. Andrea Bettina Cervini EDITOR ASOCIADO Dra. Paula Boggio Médico Asistente del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina Médico Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Garrahan, Buenos Aires, Argentina Dra. María del Carmen Boente Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital del Niño Jesús, Tucumán, Argentina Dra. Ana Giachetti de Pradier Dra. Silvia Pueyo Coordinadora del Área Dermatología, Hospital Materno Infantil de San Isidro, Buenos Aires, Argentina (Brasil) Tania Ferreira Cestari Carola Durán Mckinster (México) Francisco González Otero (Venezuela) Evelyne Halpert Ziskiend (Colombia) Dra. Begoña Gomar Médica Asistente del Servicio de Pediatría del Hospital de Especialidades Pediátricas "Omar Torrijos Herrera", Ciudad de Panamá, Panamá Dra. María Rosa Cordisco Médico Principal del Servicio de Dermatología del Hospital Garrahan, Buenos Aires, Argentina (Perú) Silmara Cestari (Brasil) Jefa de la Sección Dermatología Pediátrica, Departamento de Pediatría del Hospital Italiano Buenos Aires, Argentina EDITORES ASISTENTES José Catacora Cama María Isabel Herane (Chile) Juan Honeyman Mauro (Chile) Celia Moisés Alfaro (Perú) Zilda Najjar Prado de Oliveira (Brasil) Dra. Paula Luna Médico Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Churruca y del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina María de la Luz Orozco (México) Ramón Ruiz-Maldonado (México) Gadwyn Sánchez Félix (Perú) Andrea Santos Muñoz (Argentina) Prof. Dra. Viviana Parra Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Lagomaggiore, Mendoza, Argentina Enrique Úraga Pazmiño (Ecuador) Jairo Victoria Chaparro (Colombia) Dermatología Pediátrica Latinoamericana es la revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica de edición cuatrimestral, y su objetivo es difundir y promover los trabajos de investigación dermatológica pediátrica y otros artículos de divulgación del conocimiento de esta importante subespecialidad de la dermatología en el ámbito latinoamericano, dirigida a dermatólogos y pediatras latinoamericanos. Los artículos para publicación y la correspondencia serán recibidos exclusivamente por correo electrónico, debiendo ser dirigidos a la siguiente dirección: sladp.revista@gmail.com Todos los derechos son reservados, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en cualquier forma. (Copyright©): Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica, Arenales 2557, 1º A, (1425), CABA, Buenos Aires, Argentina Telefax: +54 11 4127-0264 / 4821-4407 / E-mail: sladp@sladp.org EDITOR ONLINE Paula Boggio / TRADUCCIÓN Paula Luna (Inglés) / Paula Boggio (Portugués) / REVISOR Lucila Carzoglio / PÁGINA WEB www.sladp.org PRODUCCIÓN GRÁFICA Y EDITORIAL Artes Gráficas Buschi S.A. , Ferré 2250/52 (C1437FUR), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Telefax: +54 11 4918-3035 / E-mail: artesgraficas@buschi.com.ar / Página web: www.buschi.com.ar Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-903X VOLUMEN 07 NÚMERO 2 MAYO - AGOSTO 2009 SLADP COMISIÓN DIRECTIVA 2009-2011 PRESIDENTE Prof. Dra. Silmarada Costa Pereira Cestari Brasil VICEPRESIDENTE Prof. Dra. Zilda Najjar Prado de Oliveira Brasil SECRETARIA GENERAL Dra. Maria Cecília M. Rivitti Machado Brasil VOCAL CIENTÍFICA Prof. Dra. Silvia Soutto Mayor Brasil TESORERA Prof. Dra. Selva María Helèné Brasil VOCAL DE RELACIONES INTERNACIONALES Prof. Dr. Francisco Gonzáles Otero Venezuela VOCAL DE ACCIÓN GREMIAL Prof. Dr. Félix Fich Chile VOLUMEN 07 NÚMERO 2 MAYO-AGOSTO 2009 EDITORIAL Comisión Directiva ......................................................................................................................................................................... 5 ARTÍCULO DE REVISIÓN Colagenopatías en la infancia María Soledad Zegpi, Rodrigo Hoyos-Bachiloglu .............................................................................................................................. 7 ARTÍCULOS ORIGINALES Mioquimia en hamartoma de músculo liso congénito: dos casos Silvia Moreno, Liliana Huczak, Marisel Garay, Gabriela Apréa ................................................................................. 15 Hemangioma hemosiderótico targetoide. Revisión a propósito de cuatro casos Noemí Correa, Betina Pagotto, Paula Boggio, María Eugenia Abad, Paula C. Luna, Cristina Corbella, Margarita Larralde ................................................................................................................................. 18 COMUNICACIÓN DE CASOS Escrofuloderma asociada a osteítis tuberculosa Gina Z. Serrano, Rosa I. Castro, Rosalía Ballona, Héctor Cáceres, Iris Kikushima, Rosario Torres, Felipe Velásquez, Manuel Moreno, Karla Ancí, Raquel Ruíz, Margarita Llontop .............................................. 22 Síndrome de Alagille: resolución de xantomas posterior a trasplante hepático Alejandro Olivera, Carla Castro, Ignacio Rébora, Javier Anaya, Raúl Valdez ..................................................... 27 Atrofoderma vermiculata unilateral: comunicación de un caso Oscar Pereda, Florencio Cortez ........................................................................................................................................... 31 HAGA SU DIAGNÓSTICO Lesión tumoral en superficie ungueal de hallux Valeria Migliazza, Diego Silva, Graciela Sánchez, Rebeca Rubinson ................................................................... 34 CORRELATO CLÍNICO-PATOLÓGICO Pápulas amarillentas asintomáticas faciales Norma Beatriz Primc, María Guadalupe Toloza, Raúl Asial, María del Carmen Boente ................................. 36 TERAPÉUTICA Rehabilitación odontológica en la displasia ectodérmica hipohidrótica Nancy Mendel, Julia Fuks, Teresa Levy ............................................................................................................................. 39 REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA María Eugenia Abad, Andrea B. Cervini ............................................................................................................................ 44 (',725,$/ Luego de tres años de dirigir la Sociedad de Dermatología Pediátrica Latinoamericana (SLADP), fue un gusto culminar dicho período con la realización, en abril del año en curso, del 5º Congreso Latinoamericano de Dermatología Pediátrica en la ciudad de San Pablo, Brasil. Éste, organizado por la Prof. Dra. Silmara Cestari y colaboradores, contó con la participación de 945 médicos entre Dermatólogos, Pediatras, Especialistas en Genética y Clínica General. Asimismo, hemos contado con reconocidos invitados internacionales como: Antonio Torrelo (España), Carlo Gelmetti (Italia), Daniele Marcoux (Canadá) y Mercedes Flórez (Estados Unidos). A lo largo del mismo se desarrollaron cuatro Conferencias Magistrales, seis Cursos, cinco Focus, dieciseis Simposios y cuatro Sesiones Especiales. Este congreso también ha sido la ocasión para el nombramiento oÀcial de la nueva Comisión Directiva de la SLADP por el período 2009-2011, siendo designada como Presidente la Prof. Dra. Silmara da Costa Pereira Cestari (Brasil) y como Vicepresidente la Prof. Dra. Zilda Najjar Prado de Oliveira (Brasil). Desde el comienzo de nuestra gestión, hemos inscripto 74 nuevos socios y realizado diversos eventos, congresos, reuniones y jornadas, encargándonos, a su vez, de actualizar y abrir nuevas secciones en la página web. Durante el 2007 se efectuaron las Jornadas Internacionales de Dermatología Pediátrica en Salta, Argentina y se llevó a cabo el Ancillary Meeting, teniendo como invitado especial al Dr. Lawrence Schachner (Estados Unidos). A lo largo del 2008 realizamos las III Jornadas de Dermatología Pediátrica y fuimos invitados como Sociedad Hermana para organizar un Simposio en el 10° Congreso Internacional de Dermatología, que tuvo lugar del 20 al 24 de mayo de 2009 en la ciudad de Praga, República Checa. La SLADP también participó con stands en varios congresos y reuniones: el XVI CILAD en la ciudad de Quito (Ecuador), el 4° Congreso Mundial de Dermatología llevado a cabo en la ciudad de Buenos Aires (Argentina) y el XXVI RADLA 2008 realizado en la ciudad de Curitiba (Brasil). Durante este último evento, se designaron a los nuevos responsables de la conducción de la revista Dermatología Pediátrica Latinoamericana. De esta manera, la Prof. Dra. Margarita Larralde, Editor Responsable, y la Dra. Paula Boggio, Editor Asociado, han tomado, junto a los nuevos Editores Asistentes y Comité Editorial, la responsabilidad de continuar con el trabajo realizado por el Dr. Héctor Cáceres Ríos y sus colaboradores. A modo de intensiÀcar y profundizar su labor han convocado también a un grupo de veinte especialistas de vasta experiencia de toda Latinoamérica para conformar el Comité Asesor. El principal objetivo de la revista es la promoción y difusión de trabajos de investigación y de otro tipo de artículos vinculados al estado actual de esta subespecialidad. Por ello, sostener y mejorar la calidad cientíÀca de las comunicaciones y trabajos presentados es uno de sus mayores desafíos. A principios de 2009, dicho esfuerzo y el nivel de la publicación han sido reconocidos por Bireme/ OPS/OMS: Dermatología Pediátrica Latinoamericana ha sido aceptada para su indización en la base de datos LILACS (Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud). Ésto ha constituido un paso signiÀcativo para el crecimiento de la revista, ya que esta base de datos ha sido creada para registrar y difundir la producción cientíÀca latinoamericana más importante en el área de salud. Hoy, con la publicación pronta a cumplir cinco años y a casi un año del comienzo de la gestión del nuevo equipo editorial, les proponemos a todos nuestros socios una participación activa en la misma, a los Ànes de aumentar aún más la calidad cientíÀca y visibilidad de nuestra revista. Los saluda atentamente, Comisión Directiva SLADP Período 2006-2009 5 $57Ë&8/2'(5(9,6,Ï1 Colagenopatías en la infancia María Soledad Zegpi1, Rodrigo Hoyos-Bachiloglu2 1 Departamento de Dermatología, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile 2 Servicio de Salud Metropolitano Oriente, Santiago, Chile Resumen Las enfermedades del tejido conectivo presentan baja frecuencia en la población pediátrica, pero, debido a las secuelas, la interferencia con el proceso normal del desarrollo y al hecho de que pueden representar una amenaza en la vida de nuestros pacientes, el diagnóstico adecuado y oportuno es de gran importancia. Es habitual que el dermatólogo se encuentre ante un paciente cuyas lesiones le recuerden a patologías del espectro autoinmune. Por ello, es necesario actualizar nuestros conocimientos en esa área. En esta revisión sintetizamos la información disponible hasta la actualidad sobre la historia natural de las enfermedades autoinmunes juveniles como el lupus eritematoso, la esclerodermia y la dermatomiositis. Palabras clave: dermatomiositis; esclerodermia; infancia; lupus eritematoso Abstract Juvenile connective tissue diseases present low frequency in the pediatric population, but because of the sequelae, the interference with the normal growth of the child and because they can threaten the life of the patients, making the correct diagnosis is of utter importance. It is common for the dermatologist to run into a patient whose cutaneous symptoms remind him of diseases from the autoimmune spectrum. Because of that, it is important to update our knowledge on this area. In this review we resume the current information available about the natural history of autoimmune diseases like juvenile lupus erythematosus, scleroderma and dermatomyositis. Key words: childhood; dermatomyositis; lupus erythematosus, scleroderma Introducción Las enfermedades autoinmunes conforman un espectro poco común de patologías en la infancia. Dado su carácter crónico y su capacidad de afectar a diversos sistemas de órganos, constituyen un grupo de enfermedades cuyo diagnóstico y tratamiento oportuno en las edades pediátricas es indispensable. Las colagenopatías, como el lupus eritematoso juvenil (LEJ), la esclerodermia juvenil (EJ) y la dermatomiositis juvenil (DMJ), pueden comenzar con alteraciones cutáneas. Por ello, los dermatólogos deben estar al tanto de la historia natural de estas enfermedades. En esta revisión sintetizamos el estado actual del conocimiento de la historia natural de las colagenopatías, centrándonos en el LEJ, la EJ y la DMJ. Correspondencia: María Soledad Zegpi Dermatología, Centro Médico San Joaquín, Av. Vicuña Mackenna 4686, Macul, Santiago, Chile CP: 7820436 E-mail: mszegpi@med.puc.cl Recibido: 24/06/2009 Aceptado: 30/10/2009 7 Colagenopatías en la infancia Desarrollo Lupus eritematoso juvenil El LEJ es una enfermedad autoinmune con un amplio espectro de manifestaciones, que van desde una forma cutánea benigna hasta una presentación con compromiso sistémico que puede llevar a la muerte. Se han descripto tres formas principales: lupus eritematoso cutáneo crónico (LECC), lupus eritematoso cutáneo subagudo (LECS) y lupus eritematoso sistémico (LES). El LECC es poco frecuente, con una incidencia menor al 2%.1 Este grupo incluye diversas formas clínicas como: el LE discoide crónico (LEDC), el LE hipertróÀco o verrucoso, la paniculitis lúpica (PL), el LE túmido, el LE pernio y el LE liquenoide, entre otros. La lesión característica del LEDC es una placa bien delimitada eritemato-violácea con taponamiento folicular, que evoluciona dejando un centro cicatricial atróÀco y telangiectásico. Suelen tener distribución simétrica, afectando áreas fotoexpuestas como el puente nasal, los pómulos, las orejas, el cuello, el tronco superior y el dorso de las extremidades superiores. El LE hipertróÀco se presenta con lesiones hiperqueratósicas, escamosas, sobreelevadas, de aspecto tumoral, situados comúnmente en la nariz, las orejas y el cuero cabelludo. Esta forma de LE no deja generalmente cicatrices. La PL involucra principalmente la dermis profunda y el tejido graso subcutáneo. Puede presentarse de forma aislada o acompañando al LEDC o LES.2 Tiende a presentar un curso crónico y recurrente, con lesiones nodulares y placas induradas. El LE túmido, uno de los más fotosensibles, se caracteriza por cursar con grandes placas eritematosas y edematosas en las zonas fotoexpuestas, generalmente sin taponamiento folicular ni cicatrices. Dichas placas pueden coalescer, formando lesiones anulares que recuerdan al LECS. El LE pernio presenta lesiones acrocianóticas en nariz, orejas, dorso de manos y pies, dedos, nudillos, rodillas y codos, que recuerdan a la perniosis. En la mitad de los casos, las lesiones cutáneas son el único indicio de la enfermedad y es posible una evolución a la forma sistémica.3 Generalmente empeora en invierno. El LE liquenoide se describe en pacientes de 3 a 48 años de edad, presenta lesiones lineales eritematosas, levemente sobreelevadas y escamosas, que siguen las líneas de Blaschko. No se ha asociado con la presencia de anticuerpos antinucleares (ANA) y no se ha descripto fotosensibilidad o evolución hacia el LES.4,5 La presentación y el curso crónico del LECC son similares en la población pediátrica y adulta. En la 8 infancia carece de un predominio femenino, presenta una baja incidencia de fotosensibilidad y tiene un comportamiento más agresivo.6 Si bien la probabilidad de que el LECC evolucione hacia la forma sistémica de la enfermedad es baja6, la población pediátrica tiene mayor riesgo de que esto ocurra. No obstante, todavía no se ha logrado identiÀcar los factores asociados a esta evolución. La primera línea de tratamiento en el LECC corresponde a los corticoides tópicos, pero, debido al uso prolongado, pueden presentarse efectos locales como la aparición de telangiectasias y atroÀa cutánea. Existe evidencia de que los inhibidores de la calcineurina constituirían una alternativa de tratamiento segura y eÀcaz en el LECC.7 El LECS afecta principalmente la piel y se asocia a la presencia de anticuerpos anti-Ro. El cuadro consiste en lesiones psoriasiformes o anulares policíclicas eritematosas que no dejan cicatrices, en zonas fotoexpuestas, asociadas a alteraciones de la pigmentación, telangiectasias y síntomas sistémicos leves. Se presenta generalmente en mujeres de edad media y su incidencia en la edad pediátrica es muy baja, aunque se han comunicado casos esporádicos. Por ello, es considerada una enfermedad del adulto que puede presentarse en la infancia.8-11 El LES es una enfermedad con compromiso multiorgánico y curso episódico, caracterizada por la inÁamación de los vasos sanguíneos y el tejido conectivo, y a su vez, por la presencia de autoanticuerpos, especialmente anti-ADN de doble cadena. Entre un 15 y un 20% de los pacientes con LES son diagnosticados durante la infancia.12 La presentación del LES juvenil es tan variada como en adultos e incluye afectación del estado general, Àebre, alopecia difusa, fatiga y retraso del crecimiento pondo-estatural.13 La edad media de su presentación en la infancia es de 12 años, expresándose generalmente después de los 8 años de edad.14 El diagnóstico de LES juvenil se basa en los criterios del Colegio Americano de Reumatología (ACR) para adultos15 y se necesitan cuatro de ellos, en forma secuencial o simultánea, para el diagnóstico. Los cuatro que corresponden a manifestaciones cutáneas son: rash malar, LEDC, fotosensibilidad y úlceras orales. Hiraki et al.16 han descripto las características de 256 pacientes con LES, siendo las manifestaciones más frecuentes al momento del diagnóstico: artritis (67%), rash malar (66%), nefritis (55%) y compromiso del sistema nervioso central (27%). Todos presentaron ANA positivos y los antiDNA fueron los anticuerpos especíÀcos encontrados con mayor frecuencia (84%), seguidos por los anti-Sm (48%). La manifestación hematológica más común al realizarse el diagnóstico fue la trombocitopenia (29%), mientras, durante la evolución de la Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 enfermedad, fue la linfopenia (36%). Las manifestaciones cutáneas son muy frecuentes al momento del diagnóstico del LES e incluyen:17 rash malar, reacciones de fotosensibilidad, lesiones vasculíticas con nódulos o ulceraciones, eritema palmar/plantar, fenómeno de Raynaud, eritema anular y, con menos frecuencia, LEDC. La exposición al sol puede reactivar la enfermedad sistémica y exacerbar las lesiones cutáneas, por lo que se recomienda a los pacientes evitar la exposición solar, usar fotoprotectores a diario, ropa de manga larga y sombrero. El tratamiento de los pacientes con LES es complejo y debería realizarse en conjunto con un Reumatólogo infantil. En los casos de LES leves, sin compromiso renal ni otros daños orgánicos importantes, se pueden iniciar antiinÁamatorios no esteroides en combinación con hidroxicloroquina (7mg/ kg/día, dosis máxima 400 mg/día). Existe evidencia de que el uso de dapsona18 podría ser útil en pacientes con LES cuya manifestación principal es cutánea. No obstante, frecuentemente es necesario el uso de corticoides en dosis bajas para lograr un control adecuado de la enfermedad. En un intento de disminuir el uso de corticoides es útil la combinación de éstos con azatioprina y micofenolato mofetil19, no así con metotrexato.20 La ciclofosfamida se reserva para casos con compromiso renal o del sistema nervioso. Esclerodermia juvenil La esclerodermia juvenil (EJ) es una enfermedad rara, caracterizada por grados variables de Àbrosis de la piel y de órganos internos, que se inicia antes de los 16 años. No existen datos precisos sobre la incidencia y la prevalencia de esta enfermedad, pero se estima que, en promedio, se inicia a los 8,8 años.21,22 Existen dos formas principales de EJ: una sistémica (EJS), caracterizada por la aparición de Àbrosis cutánea y visceral; y una localizada (EJL), que la mayoría de las veces es una enfermedad benigna, autolimitada, que se restringe a la piel y/o el tejido celular subcutáneo. La EJS se caracteriza por inÁamación, alteraciones vasculares y Àbrosis que afecta a la piel y órganos internos. Dada su baja frecuencia, su heterogeneidad clínica y la diÀcultad de diferenciarla de condiciones símil-EJ, ha sido difícil desarrollar criterios diagnósticos. Recientemente, el ACR, junto con la Sociedad Europea de Reumatología Pediátrica, desarrollaron criterios provisorios23 mucho más rigurosos que los utilizados en adultos. Para su diagnóstico se requiere la presencia de esclerosis cutánea proximal (criterio mayor), acompañado de, al menos, dos criterios menores: esclerodactilia, fenómeno de Raynaud, alteraciones en la capilaroscopía, úlceras digitales, disfagia, reÁujo gastroesofágico, arritmias, insuÀciencia cardíaca, crisis renal, hipertensión arterial de reciente comienzo, Àbrosis pulmonar, hipertensión pulmonar, neuropatía, síndrome del túnel carpiano, artritis, miositis y positividad para ANA o para anticuerpos selectivos de esclerodermia como anti-Scl70 o anticentrómero. La concomitancia de los criterios menores es necesaria para poder distinguir la EJS de cuadros como la progeria, la fasceítis eosinofílica o la morfea panesclerótica, que se maniÀestan durante la infancia y que tienen como signo cardinal la presencia de piel difusamente engrosada. Martini et al.24 describieron recientemente las alteraciones clínicas e inmunológicas de 153 pacientes con EJS. Entre ellos, un 11,1% presentaba un familiar de primer o segundo grado con historia de enfermedad autoinmune. Al diagnóstico, el síntoma más frecuente fue el fenómeno de Raynaud (75%), seguido por induración cutánea proximal (74%) y alteraciones en la capilaroscopía (25%). En el seguimiento de 3,9 años, el fenómeno de Raynaud continuó siendo la manifestación más frecuente (84%), mientras que la segunda fue la induración de la piel (76%). Otras manifestaciones cutáneas habituales fueron la esclerodactilia (66%), el edema (46%) y la calcinosis (19%). En cuanto al compromiso sistémico de la EJS, se ha comunicado, a partir de dos encuestas internacionales21,22, que después de la piel, el sistema afectado con mayor frecuencia es el gastrointestinal, seguido por los sistemas respiratorio, articular, cardiovascular, renal y muscular.25 El tratamiento de la EJS se basa en el de los adultos. Es complejo y debe ser realizado por el Reumatólogo infantil en conjunto con el Dermatólogo. Se fundamenta en el uso de corticoides orales en combinación con drogas como metotrexato, reservando el uso de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina para casos con compromiso de la circulación pulmonar y de la ciclofosfamida para aquellos con compromiso renal. La efectividad del tratamiento en la EJS no ha podido ser evaluada en tanto no se dispone de indicadores cutáneos validados para la población infantil. Además, los parámetros utilizados en la evaluación de la piel esclerodérmica en adultos no son extrapolables a la forma juvenil de la enfermedad, ya que los niños sanos pueden presentar valores elevados en el score de Rodnan26, un índice clínico de engrosamiento cutáneo, validado en adultos, que se ha utilizado como outcome primario en ensayos clínicos. La EJL o morfea comprende un grupo de condiciones distintas, caracterizadas por el engrosamiento de la piel debido a un aumento del depósito de colágeno. La EJL incluye varios subtipos como la morfea profunda, en placa (Figura 1), lineal (Figura 2) 9 Colagenopatías en la infancia Figura 1. Morfea en placa. y la forma en coup de sabre (ECDS) (Figura 3) que afecta la cara y la cabeza. Las placas superÀciales de morfea pueden ser relativamente benignas, pero la forma lineal tiende a comprometer no sólo la piel, sino también el tejido celular subcutáneo, muscular y óseo, provocando compromiso funcional y problemas cosméticos. Muchos niños desarrollan atroÀa severa de las extremidades, deformidades, contracturas y diferencias en la longitud de las extremidades. En la ECDS, el compromiso de las estructuras subyacentes puede causar hemiatroÀa de la cara y deformidad facial, además de compromiso cerebral y ocular. Al igual que con la EJS, no existen para la EJL criterios diagnósticos validados ni tampoco criterios uniformes para clasiÀcar los subtipos. Un estudio reciente27 que incluyó 750 niños comunicó que un 65% de ellos presentaba esclerodermia lineal, un 26% morfea en placa, un 7% morfea generalizada y un 2% morfea profunda. De los pacientes con la forma lineal, un 54% presentaba lesiones en tronco y/o extremidades, la mayoría con compromiso unilateral y 113 casos presentaban lesiones en cara o cabeza, de los cuales 99 tenían ECDS. Cabe destacar que este estudio describía 26 pacientes (23%) con una variedad mixta de la enfermedad que consistía en la combinación de: forma lineal con la forma en placa (20%), lineal con generalizada (2%) y lineal con profunda (1%). En una cohorte internacional24, la frecuencia hallada de autoanticuerpos positivos en pacientes con EJL fue: 42,3% ANA, 3,2% anti-Scl70, 0,5% anticentrómero, 4,2% anti-ADN de cadena simple, 16% factor reumatoideo (FR) y 12,6% anticuerpos anticardiolipinas. Ninguno de los pacientes en este estudio evolucionó hacia EJS o LES, ni presentó síntomas tromboembólicos, ni alteraciones de las pruebas de coagulación. Se ha sugerido que la forma localizada de EJ no 10 Figura 2. Morfea lineal. Figura 3. Morfea en “coupe de sabre”. siempre se limita a la piel. De hecho, en algunos pacientes con EJL, existe evidencia de compromiso de órganos internos, asociación con otras colagenopatías e incluso evolución hacia EJS, sobre todo en adultos. Zulian et al.28, con el objetivo de describir las características clínicas de pacientes con EJL que presentan manifestaciones extracutáneas, reclutaron 750 pacientes que fueron seguidos por 3 o 4 años, detectándose alteraciones extracutáneas en el 22,4% de los casos. Este estudio no encontró diferencias signiÀcativas en cuanto al sexo, la edad al momento del diagnóstico ni el subtipo de EJL entre el grupo que no presentaba y aquel que sí tenía manifestaciones extracutáneas. Dentro de éstas últimas, las alteraciones más frecuentes fueron articulares (47,72%), observándose la presencia de artritis con disminución del rango de movilidad y discrepancia en la longitud de las extremidades en un 12,1% de los casos. La mayoría de los pacientes (69%) presentaba el subtipo lineal de la enfer- Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 medad, seguido por morfea en placa (22%), morfea generalizada (5,5%) y morfea profunda (3,3%). No se halló relación entre el sitio de aparición de la lesión cutánea y la localización de la artritis, pero se describe una mayor incidencia de FR positivo en aquellos casos con compromiso articular. La segunda categoría más frecuente de las manifestaciones extracutáneas correspondió a la neurológica (4,4%) siendo más usual en pacientes con ECDS/síndrome de Parry-Romberg y más rara en aquellos con otros subtipos de EJL. Las manifestaciones neurológicas incluyeron principalmente convulsiones, cefalea de reciente comienzo, neuropatía periférica, alteraciones vasculares y vasculitis del sistema nervioso central. Otras alteraciones extracutáneas comunes fueron: vasculares (9,3%), oculares (8,3%), gastrointestinales (6,2%), respiratorias (2,6%), cardíacas (1%) y renales (1%). Los hallazgos oftalmológicos se presentaron casi exclusivamente en aquellos pacientes con ECDS/síndrome de Parry-Romberg, e incluyeron uveítis anterior, epiescleritis, glaucoma adquirido, xeroftalmía, queratitis, estrabismo, midriasis y papiledema. El compromiso multiorgánico se comunicó en 30 pacientes (4%), 24 de ellos presentaban morfea lineal y 6 en placa; de estos pacientes, uno desarrolló EJS a los 6 meses del diagnóstico de morfea lineal. En casi todos los casos con compromiso multiorgánico se presentó daño en sólo dos órganos y las asociaciones más frecuentes fueron compromiso articular/neurológico, ocular/neurológico y fenómeno de Raynaud/compromiso articular. El 92% de los pacientes que desarrolló compromiso multiorgánico lo hizo de forma posterior a la aparición de las lesiones cutáneas. Desde el punto de vista inmunológico, al momento del diagnóstico, los casos con manifestaciones extracutáneas presentaban con mayor frecuencia parámetros inÁamatorios elevados y positividad para ANA, mientras que aquellos con artritis presentaban con mayor frecuencia positividad para FR. No hubo una diferencia signiÀcativa entre ambos grupos de pacientes en cuanto a la positividad anticentrómero ni anti-Scl70, y tampoco se encontraron divergencias relevantes en los exámenes de laboratorio entre pacientes con una manifestación extracutánea única y aquellos con manifestaciones múltiples. El tratamiento de la EJL, al igual que el de la forma sistémica, no ha podido ser estandarizado y se extrapola desde la experiencia en adultos. El tratamiento dirigido a disminuir la inÁamación en etapas tempranas de la enfermedad es más exitoso que los intentos de disminuir la esclerosis en lesiones ya establecidas. Las lesiones activas pueden ser manejadas de forma tópica con corticoides de alta potencia para disminuir el componente inÁamatorio. Con la misma Ànalidad, se han utilizado inhibidores de la calcineurina obteniendo buenos resultados.29 Los pacientes con enfermedades potencialmente invalidantes, morfea lineal o morfea profunda requieren de un manejo agresivo, inicialmente con el uso de corticoides sistémicos (prednisona 1-2 mg/kg/día). En casos severos o rápidamente progresivos, se ha descripto la utilidad del uso combinado de corticoides con metotrexato.30-32 Dermatomiositis juvenil La dermatomiositis juvenil (DMJ) es una enfermedad inÁamatoria multisistémica rara, con una incidencia de 0,8 a 4,1 por millón de niños por año.33,34 Se caracteriza por sus manifestaciones clínicas heterogéneas, presentación antes de los 16 años y curso impredecible. El diagnóstico se basa en los criterios de Bohan y Peter:35 debilidad muscular simétrica proximal, elevación de enzimas musculares, registro electromiográÀco miopático, biopsia compatible y al menos una manifestación cutánea: rash heliotropo en la zona palpebral superior o pápulas de Gottron en la cara extensora de las articulaciones. Sólo dos tercios de los niños presentan elevaciones de la creatina quinasa (CPK), por lo que se deben evaluar también otras enzimas asociadas a miositis como aldolasa, transaminasas y deshidrogenasa del ácido láctico.36 Los pacientes con una manifestación cutánea y dos de los otros criterios presentan una DMJ probable; aquellos con una manifestación cutánea y tres de los otros criterios se diagnostican con una DMJ establecida. Las alteraciones dermatológicas de la DMJ son una manifestación importante, tanto como marcador de actividad como del daño derivado de ésta. Asimismo, producen una importante tasa de morbilidad y se asocian con un peor pronóstico. Hasta un 30% de los pacientes con DMJ puede presentar calcinosis37, principalmente en puntos de presión como codos, rodillas, dedos y glúteos. La calcinosis puede estar presente al momento del diagnóstico, pero generalmente se desarrolla luego de 1 a 3 años y puede llevar a la aparición de úlceras cutáneas, disminución de los rangos articulares, dolor e inÁamación local. La presencia de calcinosis suele indicar un diagnóstico tardío, un inicio retrasado del tratamiento o un tratamiento insuÀciente. Cerca del 10% de los pacientes con DMJ puede desarrollar úlceras cutáneas. Su presencia suele predecir un curso severo de la enfermedad con debilidad persistente38, calcinosis extensa39 y mala respuesta al tratamiento.40 La capilaroscopía del lecho ungueal puede mostrar disminución de la densidad y dilatación de los capilares, ayudando a diferenciar la DMJ de otras 11 Colagenopatías en la infancia miopatías y a distinguirla de otras colagenopatías.41,42 McCann et al.43 estudiaron 175 niños con DMJ, la edad promedio al diagnóstico fue de 7,7 años y la media, desde el inicio de los síntomas hasta el diagnóstico, fue de 3 meses. Los hallazgos más frecuentes en el momento del diagnóstico fueron las manifestaciones cutáneas (88%) y la debilidad muscular (82%). Dieciocho pacientes no presentaron lesiones en piel al inicio, sólo 5 de ellos (3%) no las desarrollaron al cabo de los primeros 5 años de seguimiento y sólo 5 pacientes (3%) no presentaron debilidad muscular. Estos datos apoyan la hipótesis que, tanto la DMJ adermatítica como la DMJ amiopática, son un subtipo raro de la enfermedad.44 Las manifestaciones sistémicas de la DMJ (Àebre, fatiga, alopecia, descenso de peso, cefalea, irritabilidad, dolor torácico, dolor abdominal, diarrea, melena o hematuria) pueden encontrarse hasta en un 81% de los pacientes y los síntomas articulares hasta en un 66%. En cuanto al estudio de autoanticuerpos, un 56% fue positivo para ANA y un 13% para anti-ENA (antiRo, anti-La, anti-Sm, anti-RNP, anti-Scl70, anti-KV o anti-Jo1). El anti-Jo1, un marcador de DM en adultos, sólo fue positivo en dos pacientes de esta cohorte, en concordancia con la baja frecuencia descripta de este marcador en la DMJ.45 El tratamiento estándar consiste en dosis diarias altas de corticoides (prednisona 2 mg/kg/día) hasta lograr una mejoría clínica y de laboratorio evidente. Luego, hay que disminuir las dosis lentamente en un período de por lo menos 2 años.38 Debido a las dosis altas de corticoides utilizadas, muchos niños desarrollan efectos colaterales, por lo que se ha usado metotrexato (15 mg/m2 semanal oral o subcutáneo) como un fármaco ahorrador de corticoides desde el inicio del tratamiento.46,47 Un subgrupo de 36 pacientes con DMJ de la cohorte de McCann fue seguido prospectivamente durante 5 años desde el diagnóstico. Todos recibieron tratamiento con corticosteroides y un 36% de ellos recibió terapia combinada.43 Durante el primer año de seguimiento, 15 de ellos recibieron terapia combinada con metotrexato. Aquellos niños que recibieron desde el momento del diagnóstico terapia con metotrexato u otras drogas modiÀcadoras de enfermedad presentaron una mejoría más rápida de los síntomas cutáneos y la debilidad muscular. El tratamiento de los pacientes con DMJ se ha intensiÀcado desde que se demostró que un diagnóstico precoz asociado a un tratamiento agresivo puede prevenir la aparición de complicaciones y disminuir la tasa de morbimortalidad derivada de ésta.48 El tratamiento combinado solía reservarse para pacientes que presentaban efectos adversos importantes derivados de la terapia corticoidea o que no respondían 12 a ella. La tendencia actual es utilizar terapias combinadas en etapas tempranas de la historia natural de la enfermedad para reducir la dosis y duración del tratamiento con corticoides y también para lograr controlar la enfermedad de forma más rápida. Conclusión Las enfermedades del tejido conectivo constituyen un grupo heterogéneo y relativamente infrecuente de patologías, cuyo diagnóstico y tratamiento oportunos son vitales para asegurar una buena calidad de vida del paciente. El tratamiento de estas patologías debe ser interdisciplinario. Dermatólogos, Pediatras y Reumatólogos infantiles deben evaluar en conjunto qué tratamiento es el más adecuado en cada caso y minimizar así los efectos colaterales desagradables derivados de la terapia inmunosupresora crónica Referencias bibliográficas 1. Burch PR, Rowell NR. The sex and age distributions of chronic discoid lupus erythematosus in four countries. Possible aetiological and pathogenic significance. Acta Derm Venereol. 1968; 48:33-46. 2. Tuffanelli DL. Lupus erythematosus panniculitis (profundus). Arch Dermatol. 1971; 103:231-42. 3. Pramatarov KD. Chronic cutaneous lupus erythematosus: clinical spectrum. Clin Dermatol. 2004; 22:113-20. 4. Tada J, Arata J, Katayama H. 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Clin Pediatr (Phila). 1987; 26:561-6. 75$%$-225,*,1$/ Mioquimia en hamartoma de músculo liso congénito: dos casos Silvia Moreno1, Liliana Huczak2, Marisel Garay3, Gabriela Apréa4 1 Jefa de Servicio, 2,3,4 Médica Dermatóloga 1-4 Servicio de Dermatología del Hospital Pediátrico “Dr. Humberto Notti”, Mendoza, Argentina Resumen La mioquimia es un signo raro de presentación del hamartoma de músculo liso congénito. Este fenómeno resulta de la contracción espontánea, neuralmente inducida, de las fibras del músculo liso. Se presentan dos pacientes con mioquimia de comienzo neonatal como única manifestación de hamartoma de músculo liso congénito, uno de ellos asociado a tetralogía de Fallot. Palabras claves: hamartoma; mioquimia; músculo liso Abstract Myokymia is an unusual manifestation of congenital smooth muscle hamartoma. This phenomenon results from neurally induced spontaneous contraction of dermal smooth muscle. We report two cases of neonatal miokymia as unique signs of congenital smooth muscle hamartoma, one of them in association with Fallot´s tetralogy. Key words: hamartoma; miokymia; smooth muscle Introducción Serie de casos El hamartoma de músculo liso (HML) es una proliferación rara de Àbras musculares lisas, descripta por primera vez por Stokes en 1923.1 Esta entidad puede presentarse en forma congénita o adquirida. Existen diferentes formas clínicas, siendo las más comunes aquellas en parche o placa solitaria, con grado variable de hipertricosis e hiperpigmentación.2,3 Raramente el HML congénito (HMLC) puede presentarse en forma generalizada con extensos pliegues (bebé Michelin)4,5 o como pápulas foliculares. La mioquimia es una forma de presentación excepcional del HMLC.6 Se presentan dos casos de HMLC cuya manifestación clínica exclusiva fue la mioquimia. Primer caso: Niña de 3 semanas de vida, sin antecedentes familiares ni patológicos de relevancia. Fue traída a la consulta por presentar, desde su primer mes, crisis de movimientos vermiculares asintomáticos, de segundos de duración, en la región glútea y en ambos miembros inferiores. Clínicamente se manifestaban con áreas de “piel de naranja” que aparecían espontáneamente ante la fricción o ante cambios de temperatura (Figura 1). El estudio histológico de una biopsia cutánea de muslo izquierdo demostró bandas gruesas de tejido muscular liso, localizadas fundamentalmente en la dermis reticular. La epidermis suprayacente era de características normales (Figura 2). La intensidad y Correspondencia: Silvia Moreno Cerro Fundición 2845 (Mz4 C31), Barrio Dalvian, Mendoza, Argentina CP: 5500 E-mail:silviamoreno15@yahoo.com.ar Recibido: 18/10/2009 Aceptado: 15/11/2009 15 Mioquimia en hamartoma de músculo liso congénito: dos casos frecuencia de las crisis fueron disminuyendo hasta su desaparición a los 2 años de edad. Segundo caso: Varón de 2 meses de edad, con diagnóstico de tetralogía de Fallot. Presentaba desde el mes de vida episodios de ondulaciones asintomáticas y espontáneas, de muy corta duración y frecuencia variable, en ambos miembros inferiores. La piel del área afectada tenía aspecto irregular, sin hiperpigmentación ni hipertricosis asociadas (Figura 3). Estas manifestaciones fueron haciéndose menos evidentes con el tiempo hasta que desaparecieron al año de edad. El estudio anatomopatológico de una biopsia de piel de pierna derecha mostró la presencia de gruesas bandas de músculo liso asociadas a la vaina pilosa. Discusión El HMLC es considerado por la mayoría de los autores como una alteración rara del desarrollo embriológico, que compromete las Àbras del músculo erector del pelo.7 Sin embargo, existe la hipótesis de que esta condición corresponde a un hamartoma organoide de tejido conectivo en el que los tres componentes -músculo liso, Àbras nerviosas y pelo-, que actúan como una unidad funcional, resultan afectados durante la maduración fetal.8,9 La entidad se diagnostica generalmente en el período neonatal o en la infancia temprana. A pesar de que el HMLC parecería ser una patología común, no fueron publicados más de 60 casos.8,10 En ellos, se destaca un ligero predominio en el sexo masculino (60%). Las manifestaciones clínicas más frecuentes incluyen parches o placas asociadas a hipertricosis (85%) e hiperpigmentación (60%). Puede presentarse como forma localizada afectando principalmente muslos, piernas, tronco y raramente región mamaria y facial.11 Las formas extensas pueden constituir parte del síndrome de “bebé Michelin”.12 Para algunos autores, el HMLC podría también ser un extremo del espectro del nevo de Becker. De acuerdo a las variedades de presentación clínica, Gerdsen et al.13 han propuesto clasiÀcar al HMLC en: Tipo 1: HMLC clásico localizado Tipo 2: HMLC variante folicular en parches Tipo 3: HMLC múltiple Tipo 4: HMLC difuso La sobrelevación transitoria de la lesión y la piloerección inducida por el frote (pseudosigno de Darier) son hallazgos frecuentes en el HMLC.10 A pesar de que existen algunos HMLC que se maniÀestan con crisis de induración de la piel, la cual adopta aspecto de “piel de naranja”14, sólo dos casos pre16 Figura 1. Aspecto de empedrado en la piel de ambos miembros inferiores en pleno episodio de contracción. Figura 2. Gruesas bandas de tejido muscular liso en la dermis reticular (H&E, 40X). Figura 3. Miembros inferiores durante la crisis de mioquimia. Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 vios de mioquimia extendida, como manifestación de HMLC, han sido publicados en la literatura.6,15 El término mioquimia proviene del griego myo (músculo) + kymos (olas). Fue utilizado por Schultze en 189516 para categorizar a un tipo de movimiento ondulante, vermicular y continuo, relacionado a contracciones de la unidad motora o grupos de Àbras musculares. Desde entonces, se lo ha visto asociado a tirotoxicosis, hipoglucemia, esclerosis diseminada, miotonía, hiperhidrosis y otras enfermedades metabólicas e infecciosas.17 En la literatura dermatológica, el término mioquimia, en relación al HMLC, fue acuñado por Fine et al.15 y, desde entonces, sólo un caso adicional de mioquimia extensa ha sido publicado.6 Ambos se manifestaron con episodios de movimientos espontáneos, ondulantes y serpenteantes, observados bajo la piel, frecuentemente asintomáticos y de duración variable, que fueron interpretados como contracciones de las Àbras musculares lisas asociadas a las vainas pilosas. Nuestros pacientes presentaban manifestaciones clínicas casi idénticas a los casos publicados, ya que la mioquima era evidente en ambos miembros inferiores, cintura pelviana y parte inferior del abdomen. El varón presentaba la asociación con tetralogía de Fallot. En ambos niños los movimientos fueron disminuyendo en intensidad y frecuencia con la edad, siendo inaparentes hacia los 2 años de vida. Los estudios histopatológicos cutáneos mostraron los mismos hallazgos descriptos en las publicaciones mencionadas: la presencia característica de gruesas bandas de músculo liso asociadas a la vaina pilosa. Esta hipertroÀa del músculo pilar podría estar relacionada a una inestabilidad de la membrana neuronal periférica, pudiendo ser la responsable de los movimientos ondulantes característicos.6,15 En conclusión, la mioquimia es una forma muy rara de presentación del HMLC. Describimos dos nuevos casos que representarían el tercer y cuarto caso publicado en la literatura. J Dermatol. 1993; 129:60-8. 5. Schnur RE, Herzberg AJ, Spinner N, Kant JA, Magnusson M, McDonald-McGinn D, et al. Variability in the Michelin tire syndrome: a child with anomalies, smooth muscle hamartoma and familial paracentric inversion of chromosome 7q. 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La forma clásica (o targetoide) se presenta como una pápula pequeña, solitaria, violácea-amarronada, rodeada por una zona pálida y un anillo equimótico periférico. Existe controversia acerca del origen vascular capilar o linfático de este tumor, aunque estudios inmunohistoquímicos recientes avalan su naturaleza linfática. Presentamos cuatro casos pediátricos de hemangioma hemosiderótico targetoide con manifestaciones clínicas atípicas. Palabras clave: hemangioma hemosiderótico targetoide; hemangiomas “hobnail”; hemolinfangiomas; linfangiomas Abstract Targetoid hemosiderotic hemangioma, also known as hobnail hemangioma, is a benign vascular tumor that mainly affects the trunk and limbs. Its classical (or targetoid) appearance is that of a small, solitary, violaceus to brown papule surrounded by a pale halo and a peripheral equimotic ring. Controversy exists about the vascular capillary or lymphatic origin of this tumor; however, recent immuhistochemical studies support its lymphatic nature. We discuss four pediatric cases of targetoid hemosiderotic hemangioma with atypical presentation. Key words: hobnail hemangioma; targetoid hemosiderotic hemangioma; hemolymphangiomas; lymphangiomas Introducción El hemangioma hemosiderótico targetoide (HHT), conocido también como hobnail hemangioma, es un tumor vascular benigno adquirido. Tiene una incidencia similar en ambos sexos y la edad de presentación es entre los 5 y los 67 años, con una media de 32 años.1 Clínicamente, se presenta como una pápula o placa rojo-violácea o amarronada, solitaria, de tamaño variable, rodeada por una zona pálida y un anillo periférico equimótico externo.1 Predomina Correspondencia: Noemí Correa Penna 2060, Banfield, Buenos Aires, Argentina CP: 1828 E-mail: mimicorrea3@hotmail.com Recibido: 10/11/2009 Aceptado: 04/12/2009 18 en tronco y miembros aunque la localización facial también ha sido descripta.2 Son lesiones estables que, en su evolución, pueden sufrir cambios cíclicos en su morfología.1,2 Histológicamente se trata de una proliferación vascular, generalmente limitada a la dermis superÀcial y media, constituida por vasos tapizados por células endoteliales en clavo o tacha (hobnail).1-3 Existe controversia acerca del origen vascular capilar o linfático de este tumor, aunque estudios inmunohistoquímicos recientes avalan su naturaleza linfática.3 Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 El objetivo de este trabajo es describir las características clínico-patológicas de 4 HHT en pacientes pediátricos. Serie de casos Caso 1 Varón de 10 años de edad, con antecedentes personales de asma y convulsiones febriles, que consultó por presentar una lesión cutánea dolorosa en rodilla izquierda, de 2 años de evolución. La misma apareció luego de sufrir un traumatismo local mientras jugaba al fútbol. Al examen físico se observó una placa violácea, con superÀcie discretamente queratósica, rodeada por un halo castaño discreto, en la cara lateral externa de la rodilla izquierda (Figura 1). Refería la aparición de dolor al cabo de un ejercicio intenso y con el roce. El estudio histopatológico de una biopsia incisional de la lesión conÀrmó el diagnóstico de HHT. Caso 2 Paciente de 9 años de edad, de sexo masculino, sin antecedentes personales relevantes, que consultó por la presencia de una lesión asintomática localizada en la cara posterior de pierna derecha, de 3 años de evolución, con crecimiento progresivo. Clínicamente presentaba una placa eritemato-violácea, de 2 cm de diámetro mayor, con numerosas pápulovesículas en su superÀcie, rodeada de un discreto anillo castaño (Figuras 2A y B). Se realizó una biopsia de piel por punch, que informó hallazgos histopatológicos vinculables con HHT. Debido al crecimiento progresivo y al aumento del dolor local, se realizó la escisión quirúrgica de la lesión. El estudio histopatológico de la pieza quirúrgica informó hemolinfangioma superÀcial y profundo. Figura 1. Caso 1: tumor violáceo en cara externa de rodilla. Figura 2. Caso 2: A. tumor eritemato-violáceo en cara posterior de pierna. Caso 3 Paciente de 16 años de edad, de sexo masculino, con antecedente de granulomas piógenos en cuero cabelludo, que presentó numerosas vésico-pápulas eritemato-violáceas, algunas con tendencia a conÁuir, sobre la escápula izquierda, de 6 años de evolución (Figura 3). Las lesiones asentaban sobre la cicatriz de extirpación de un quiste. El estudio histopatológico de la biopsia de la lesión, realizada por punch, informó HHT. Figura 2. Caso 2: B. detalle de las vesículas en su super¿cie. Caso 4 Varón de 10 años de edad, que no reÀrió antecedentes patológicos de importancia. Consultó por la presencia de una lesión cutánea asintomática, en cara anterior de pierna izquierda de 2 años de evolución. Al examen físico se evidenció una placa ovalada violácea, con discretas pápulas purpúricas en su superÀcie y un tenue anillo castaño periférico (Figura 4). El examen histopatológico de una biopsia incisional mostró la presencia de numerosos vasos 19 Hemangioma hemosiderótico targetoide. Revisión a propósito de cuatro casos de paredes Ànas en la dermis superÀcial y media, tapizados por células endoteliales hobnail (Figura 5). Se apreciaban también vasos angulados que, a nivel de la dermis media, disecaban los haces de colágeno y, a su vez, moderada extravasación eritrocitaria (Figura 6). Con dichos hallazgos se conÀrmó el diagnóstico de HHT. Discusión El HHT fue descripto originalmente por Santa Cruz y Aaronburg en 1988.4 La mayoría de los pacientes exhibe la forma típica “targetoide”, que se describe como una lesión pequeña, solitaria, que consiste en una pápula central violáceo-amarronada rodeada por una zona pálida y un anillo equimótico periférico que puede expandirse o desaparecer. Es la presencia de estos anillos lo que le da la denominación de targetoide, aunque no siempre son evidentes, por eso el término hobnail hemangioma (que hace alusión a sus características histológicas) fue propuesto para describir la variante no targetoide del hemangioma hemosiderótico.2 Los diagnósticos diferenciales clínicos del HHT son: nevo melanocítico, dermatoÀbroma, sarcoma de Kaposi, angioqueratoma5, hemangioma y reacción a picaduras.1,2 Por la general, el HHT es una lesión asintomática, aunque hay casos en los que se presenta asociado a dolor, como fueron los casos de dos de nuestros pacientes.1 Histológicamente el HHT se caracteriza por presentar una proliferación vascular, generalmente conÀnada a la dermis superÀcial y media, caracterizada por un crecimiento bifásico. En la zona central de la lesión se observan, en la dermis superÀcial, canales vasculares dilatados, de paredes delgadas, tapizados por células endoteliales en clavo que protruyen hacia la luz vascular; al extenderse hacia la dermis media y profunda, los espacios vasculares se tornan irregulares, angulados, con forma de hendidura, disecando las Àbras colágenas.1,6 Otros hallazgos frecuentes son depósitos de hemosiderina, extravasación de eritrocitos, inÀltrado de células inÁamatorias, trombos intravasculares y edema.7 El HHT forma parte de un grupo de lesiones vasculares que se componen casi exclusivamente de células endoteliales hobnail y que incluyen a: el hemangioendotelioma retiforme, el angioendotelioma maligno endovascular (también llamado tumor de Dabska) y el angiosarcoma cutáneo y de partes blandas.8 Otros diagnósticos diferenciales histológicos a considerar son el sarcoma de Kaposi en estadio de parche, angioqueratomas, linfangiomas e hiperplasia 20 Figura 3. Caso 3: pápulo-vesículas eritematosas con tendencia a confluir alrededor de cicatriz previa. Figura 4. Caso 4: placa violácea en cara anterior de pierna. Figura 5. 9asos dilatados en dermis super¿cial tapi]ados por células en clavo (H&E, 10X). angiolinfoide con eosinoÀlia.1 Para aclarar la controversia acerca de la naturaleza vascular o linfática del HHT, Franke et al. estudiaron 10 HHT con inmunomarcación con el Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 Los hallazgos clínico-patológicos en nuestra serie de pacientes avalan la hipótesis de algunos autores que el HHT es una lesión de origen linfático y que probablemente debiera considerarse dentro del espectro clínico de los hemolinfangiomas. Referencias bibliográficas Figura 6. Vasos más profundos, angulados, disecando haces del colégeno en dermis media (H&E, 40X). anticuerpo monoclonal D2-40 -especíÀco para células endoteliales linfáticas- la cual resultó positiva en todos los casos. En todos ellos la marcación para CD31 también fue positiva, mientras que el CD34 y la actina de los pericitos fueron negativas.3,4,7 En base a estos hallazgos se sugiere un origen linfático del HHT.3,4,7 Se han propuesto múltiples causas para explicar el origen del HHT, como: traumatismos aislados sobre hemangioma o linfagioma preexistentes, roce continuo e inÁuencia de estrógenos y progesterona actuando como hormonas vasoactivas.9 En uno de los pacientes (caso 1) de la serie presentada existía el antecedente de traumatismo local y en otro (caso 3) el de una intervención quirúrgica previa en la zona de aparición de las lesiones. Los HHT son lesiones estables, aunque se ha descripto un caso con regresión total sin secuelas al cabo de 3 meses10 y otro con involución y posterior recurrencia.2 También se han comunicado formas familiares de HHT.1 El tratamiento deÀnitivo es la escisión quirúrgica de la lesión.2 Se comunica en la literatura la utilidad de la dermatoscopía para demostrar los cambios morfológicos cíclicos del HHT y diferenciarlo de las entidades que se plantean dentro de los diagnósticos diferenciales.4,11 El interés de este trabajo es describir 4 casos pediátricos de HHT conÀrmados histológicamente: 3 fueron lesiones no targetoides y 1 tenía el aspecto clásico de un hemolinfangioma. Destacamos además, que el caso 2 tuvo hallazgos histopatológicos en una biopsia incisional de HHT mientras que el estudio posterior de la pieza operatoria reveló un hemolinfangioma; y el caso 3 que presentaba aspecto clínico característico de hemangiolinfangioma, tuvo diagnóstico histopatológico de HHT. 1. 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Clin Exp Dermatol. 2005; 30:672-6. 21 &2081,&$&,Ï1'(&$626 Escrofuloderma asociada a osteítis tuberculosa Gina Serrano1, Rosa I. Castro2, Rosalía Ballona2, Héctor Cáceres2, Iris Kikushima2, Rosario Torres2, Felipe Velásquez2, Manuel Moreno1, Karla Ancí3, Raquel Ruíz4, Margarita Llontop5 1 Médico Residente de Dermatología, Hospital Daniel Alcides Carrión, Callao, Lima, Perú 2 Médico Asistente de Dermatología, Instituto Nacional de Salud del Niño, Lima, Perú 3 Médico Residente de Dermatología, Hospital Regional Honorio Delgado, Arequipa, Perú 4 Médico Residente de Dermatología, Hospital Guillermo Almenara Irigoyen, Lima, Perú 5 Médico Residente de Pediatría, Hospital Nacional Cayetano Heredia, Lima, Perú Resumen La escrofuloderma es una forma de tuberculosis cutánea que resulta de la extensión directa a la piel de un foco tuberculoso contiguo (linfático u óseo), con frecuente fistulización y evolución crónica, pudiendo ocurrir curación espontánea que deja cicatriz retráctil. Se presenta el caso de un paciente varón de 7 años de edad, que presenta dos úlceras en la pared torácica izquierda con un aumento del volumen torácico del mismo lado de 7 meses de evolución; recibe tratamientos antibióticos múltiples y curaciones sin mejoría. En la radiografía de tórax se evidencia compromiso de pleura y arcos costales izquierdos, que es compatible con osteítis tuberculosa. Se realiza biopsia de piel, observándose granulomas tuberculoides con necrosis caseosa y coloración Ziehl Neelsen positiva para BAAR. Inicia tratamiento con tuberculostáticos obteniendo una mejoría clínica evidente. A las 8 semanas de iniciado el tratamiento, se obtiene cultivo positivo para Mycobacterium tuberculosis. Palabras clave: escrofuloderma; tuberculosis cutánea; úlcera torácica Abstract The scrofuloderma is a form of cutaneous tuberculosis that results of the extension of a contiguous tuberculous focus (lymphatic or bone) to the skin, with frequent fistulization and chronic evolution; spontaneous healing may occur in some cases leaving a scar. We present the case of a 7 years old male patient who complained of two ulcers with deformation of the thoracic wall that started 7 months previous to the diagnosis. He received multiple antibiotic treatments without improvement. The chest radiograph showed left pleura and costal arches involvement. Skin biopsy showed the presence of tuberculoid granulomas with caseous necrosis, and Ziehl Neelsen staining was positive for BAAR. The patient received tuberculostatic treatment and had clinical improvement. After 8 weeks of treatment, the culture resulted positive for Mycobacterium tuberculosis. Key words: cutaneous tuberculosis; scrofuloderma; thoracic ulcer Introducción La escrofuloderma es una de las formas clínicas más frecuentes de tuberculosis cutánea, que resulCorrespondencia: Gina Serrano G. Pasaje Mar Adriático 160, Urb. Benjamín Doig, La Perla, Callao, Perú CP: Callao 4 E-mail: gina.zsg@gmail.com Recibido: 20/06/2009 Aceptado: 20/10/2009 22 ta de la extensión de un foco tuberculoso contiguo (linfático u óseo) a la piel, con frecuente Àstulización y evolución crónica. Puede ocurrir curación espontánea. Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 Caso clínico Paciente varón de 7 años, procedente de Chorrillos, Lima, Perú. Diez meses previos a la consulta sufre una contusión en la cara lateral izquierda del tórax. Tres meses más tarde presenta una mácula eritemato-violácea en el lugar del trauma, la cual evoluciona a nódulo que luego se absceda y drena una secreción purulenta, dejando una úlcera que aumenta de tamaño en forma progresiva. Un mes después, presenta otra lesión de características similares en la región infraescapular izquierda. Recibe múltiples tratamientos antibióticos y curaciones, pero las lesiones persisten y aumentan de tamaño. A esto se agrega dolor torácico, aumento de volumen y aparición de circulación colateral alrededor de las úlceras, produciéndose asimetría del tórax. Dentro de los antecedentes personales, la madre reÀere inmunizaciones completas (datos que no pueden corroborarse en tanto el paciente no tiene cartilla de vacunación) y su desarrollo psicomotor es normal. Presenta una disminución del apetito y pérdida de peso de 4 kg en los últimos meses. Entre los antecedentes epidemiológicos se rescata que el paciente tuvo dos años atrás contacto durante un mes con un tosedor crónico y que la madre presenta tos crónica desde un mes antes a la hospitalización del niño. Examen físico: estado general regular, eutróÀco para su edad, sin distrés respiratorio (SaO2 94%), afebril. Pestañas alargadas (signo de Margarita Gauthier) (Figura 1).Tórax: asimétrico, presenta una tumoración mal delimitada, sin aumento de temperatura local, muy dolorosa, de 25 x 15 cm, que abarca la cara lateral y dorsal del hemitórax izquierdo, con circulación colateral marcada. Sobre dicha tumoración se observan dos úlceras, la mayor de 12 x 7 cm y la otra de 7 cm de diámetro; ambas de bordes bien deÀnidos, socavados y violáceos (Figuras 2A y 2B). El lecho de las úlceras presenta tejido de granulación friable con escasa secreción blanquecina tipo caseosa (más evidente en la úlcera mayor) (Figura 3) y dolor intenso a la palpación. Aparato respiratorio: murmullo vesicular presente en ambos campos pulmonares, leve disminución de la entrada de aire en la base del hemitórax izquierdo. Aparato locomotor: leve aumento de volumen en codo izquierdo, indoloro, con limitación a la extensión. Piel de hombros: no se evidencia cicatriz de vacuna con BCG. Resto del examen sin alteraciones. Exámenes auxiliares: hemograma: glóbulos blancos 13.500/mm3 (neutróÀlos: 79%, linfocitos 20%), plaquetas: 300.000/mm3; hemoglobina 8,3 g/dL, glu- Figura 1. Pestañas alargadas. A B Figura 2. A. Hemitóra[ i]quierdo con presencia de dos úlceras. B. Asimetría torácica con aumento de volumen y úlcera. Figura 3. Úlcera torácica con tejido de granulación y material caseoso. Se observa circulación colateral perilesional. cemia, uremia, creatininemia y LDH: valores normales; perÀl hepático: normal, VSG: 60 mm/1°hora, PCR: 5,5 mg/dL, PPD: 17 mm (Figura 4), ELISA para VIH: no reactivo; cultivos de tejido de úlcera para bacterias y hongos: negativos. Coloración de Ziehl 23 Escrofuloderma asociada a osteítis tuberculosa Neelsen en esputo inducido, jugo gástrico y secreción de úlcera, en tres oportunidades: negativos. Radiografía de tórax: disminución de la transparencia del campo pulmonar izquierdo con predominio de la base, obturación del seno costrofrénico izquierdo, reacción pleural yuxtaparietal izquierda. A nivel de los arcos costales izquierdos se aprecia acortamiento del cuarto arco costal con lesión osteolítica en su segmento anterior y lesiones osteolíticas extensas con fractura patológica del noveno y décimo arco costal con reacción perióstica. El séptimo y octavo arco están menos comprometidos (Figuras 5A y 5B). Tomografía de tórax: áreas osteolíticas en arcos costales y engrosamiento de la pared torácica (Figura 6). Biopsia piel: reacción granulomatosa tuberculoide con necrosis caseosa, coloración Ziehl Neelsen: presencia de colonias de BAAR (Figuras 7A, 7B y 7C). Se inicia tratamiento tuberculostático (isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etambutol), con evolución clínica favorable. Luego de 6 semanas de iniciado el tratamiento, el cultivo para micobacterias es positivo para Mycobacterium tuberculosis. de todas las formas de TBC: 107,7/100.000 habitantes).1 En Perú (Trujillo), se comunicó una incidencia hospitalaria de TC de 0,16%, siendo el eritema indurado la forma clínica más frecuente (41,7%), seguido de la escrofuloderma (33,3%), el lupus vulgar (11,1%), la tuberculosis verrucosa cutis (5,6%) y el eritema nodoso (8,3%).11 Ésto también se observa en otros países de habla hispana.12,13 La TBC es causada por bacterias pertenecientes al complejo Mycobacterium tuberculosis, que incluye las siguientes especies: M. tuberculosis, M. bovis, M. bovis Comentario La tuberculosis (TBC) es una enfermedad infectocontagiosa producida por el Mycobacterium tuberculosis, un bacilo ácido alcohol resistente.1 En las últimas décadas se observó en países en vías de desarrollo una reemergencia de casos de TBC, incluyendo las formas cutáneas, especialmente en áreas con alta incidencia de infección por VIH y TBC multidrogorresistente.2 Aproximadamente, 1,32 millones de pacientes VIH negativos (19,7/100.000 habitantes) fallecieron de TBC en el 2007 y se registraron 456.000 muertes adicionales por TBC en población VIH positiva.3 La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que hubo 9,27 millones de nuevos casos en el 2007 (139/100.000 habitantes), comparados con los 9,24 millones de nuevos casos (140/100.000 habitantes) en 2006. En América la incidencia fue de 39/100.000 habitantes para el año 2005.4 La OMS ha publicado una incidencia de TBC para niños <15 años: en India 12%, Congo 3,2%, China 2,1%, Brasil 0,7%, Rusia 0,1%.3 La TBC cutánea (TC), no obstante, es infrecuente y representa tan solo el 1 al 4% de las formas extrapulmonares.3,5-8 En niños, la presencia de TC es un problema de salud pública, llegando a representar, en algunos lugares con pobreza extrema, el 1,5% de los casos de tuberculosis extrapulmonar (India).9 En el Perú, las tasas de morbilidad e incidencia anual de TBC tendieron a disminuir (tasa de morbilidad en el año 2004: 124,4/100.000 habitantes; tasa de incidencia 24 Figura 4. PPD positiva 17 mm. A B Figura 5. A y B: Radiografía de tórax con disminución de transparencia de pulmón y compromiso de arcos costales. Figura 6. Tomografía de tórax: compromiso de arco costal y pared torácica. Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 A C B D fuloderma (segunda forma más frecuente de TC). El niño presentó varias úlceras con un marcado aumento del volumen de hemitórax izquierdo asociado a circulación colateral (que en un principio nos obligó a pensar en la asociación con un proceso neoformativo maligno), las que posiblemente fueron secundarias a una osteítis tuberculosa costal. Luego de iniciado el tratamiento tuberculostático, se evidenció mejoría franca, tanto de las lesiones torácicas así como en el estado general del paciente. E Figura 7. A. Granuloma tuberculoide con necrosis caseosa (H&E, 5X). B. Áreas de necrosis con presencia de células gigantes (Àecha) (H&E, 10X). C. Célula gigante de tipo célula Langhans (H&E, 40X). D y E. Coloración de Ziehl Neelsen: BAAR positivo. variedad BCG, M. africanum, M. microti y M. canetti. La mayoría de casos de TC es causada por M. tuberculosis.14-16,17,18 La TC presenta un amplio espectro clínico que, al igual que en otras enfermedades infecciosas, está determinado por la interrelación entre el M. tuberculosis, los diversos factores dependientes del huésped (estado inmunitario) y el ambiente (contexto socioeconómico, entre otros).2,9,13,19,20 La escrofuloderma, también denominada tuberculosis gomosa21,22, es la forma más frecuente de TC después del eritema indurado de Bazin.11 Integra, junto con el goma tuberculoso y el pseudomicetoma, el grupo de las TBC colicuativas, que consisten en formas de TBC que forman abscesos fríos con tendencia a la evacuación espontánea. Se caracteriza por el compromiso de la piel a partir de un proceso tuberculoso subyacente, preferentemente ganglionar. Otros focos menos frecuentes son: hueso, articulaciones, epidídimo y glándula lagrimal. Afecta preferentemente a niños, adolescentes y ancianos. Se localiza habitualmente en la región cervical por afectación de los ganglios regionales y suele ser unilateral.5,13,22,23 En el caso de nuestro paciente, la placa radiográÀca muestra compromiso de pleura y arcos costales. Estos cambios sugieren una pleuritis crónica y osteítis especíÀca, con lo cual deducimos que, inicialmente, hubo un compromiso tuberculoso a nivel pulmonar con afección pleural secundaria que luego comprometió los arcos costales y que se mantuvo en un estado latente hasta que el paciente tuvo la contusión torácica izquierda. Ésto habría facilitado su posterior extensión hacia la piel. Como conclusión, se presenta el caso de un paciente pediátrico con diagnóstico Ànal de escro- Referencias bibliográficas 1. Ramos-e-Silva M, Ribeiro MC. Infecciones por micobacterias. Bolognia JL JJ, Rapini RP. Dermatología. 1° ed. Elsevier, Madrid, 2004:1152-7. 2. Barbagallo J, Tager P, Ingleton R, Hirsch RJ, Weinberg JM. Cutaneous tuberculosis: diagnosis and treatment. 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Palabras clave: síndrome de Alagille; trasplante hepático; xantomas, Abstract The Alagille syndrome is one of the most common inherited disorders causing chronic liver disease during childhood. Clinically, it is characterized by the presence of neonatal cholestasis. Cutaneous manifestations include jaundice, pruritus and widespread xanthomas during early childhood. We report a girl with Alagille syndrome diagnosis, who required liver transplantation and describe the evolution of the xanthomas after the hepatic transplantation. Key words: Alagille syndrome; hepatic transplantation; xanthomas Introducción El síndrome de Alagille (SA), también denominado atresia biliar intrahepática, hipoplasia biliar intrahepática o displasia arteriohepática, se caracteriza por la ausencia o reducción del número de conductos biliares interlobulillares en las tríadas portales, con ramas portales y arteriales hepáticas conservadas.1 Su incidencia se estima en 1 cada 70.000 recién nacidos vivos, sin preferencia de sexo. Es transmitido en forma autosómica dominante, con expresión variable.2 El gen involucrado en el SA ha sido locali- zado en el cromosoma 20p12.3 El hallazgo ocasional de deleciones cromosómicas sugiere que pertenecería al síndrome de deleciones de genes contiguos. Recientemente se ha identiÀcado que el SA estaría causado por mutaciones en el gen JAG1, el homólogo humano al JAGGED1 en murinos, que codiÀca un ligando de la vía de señalización del NOTCH1. La interacción celular JAGGED/NOTCH sería crítica en la diferenciación de células fetales durante el desarrollo temprano.4,5 Se ha detectado un amplio espectro de mutaciones del JAG1 incluyendo: deleciones completas, truncado de proteínas, splicing y Correspondencia: Alejandro Daniel Olivera Av. San Juan 2834, Dpto. 2, CABA, Buenos Aires, Argentina CP: 1232 E-mail:aollivera@cas.austral.edu.ar Recibido: 24/07/2009 Aceptado: 01/11/2009 27 Síndrome de Alagille: resolución de xantomas posterior a trasplante hepático mutaciones silentes. Sin embargo, no se ha encontrado relación entre el fenotipo clínico y las alteraciones genotípicas halladas.6 Clínicamente se caracteriza por presentar manifestaciones en los siguientes órganos y sistemas: compromiso hepático (colestasis intrahepática neonatal), facies característica (frente amplia, ojos hundidos, hipertelorismo, raíz nasal larga y recta, y mandíbula poco desarrollada), anomalías oculares (embriotoxon posterior, pigmentaciones retinianas), compromiso cardiovascular (estenosis pulmonar) y malformaciones óseas (anormalidades de los arcos vertebrales).7 La colestasis asociada al SA puede ser extremadamente severa, pudiendo desencadenar fallo hepático y Ànalizar en cirrosis. Entre el 10 y 20% de los pacientes con SA presenta signos de enfermedad hepática terminal y requiere trasplante hepático.8 Sin embargo, es diÀcultoso establecer criterios claros de trasplante hepático en niños con SA, dada la variedad del espectro sintomático y del compromiso multisistémico. Por ejemplo, en la actualidad también son candidatos a trasplante aquellos niños con síntomas que deterioran la calidad de vida, como la hipercolesterolemia severa y/o el retardo del crecimiento, pero que no desarrollan falla hepática terminal.9 Presentamos una niña con diagnóstico de SA que requirió trasplante hepático por su enfermedad de base y describimos la evolución particular de los xantomas posterior al mismo. do placas en pliegues inguinales y otros agrupados en forma lineal a nivel de pliegues cubitales, huecos poplíteos y dorso de manos y pies (Figuras 1 y 2). En algunos se observaban excoriaciones y costras hemáticas secundarias al intenso prurito. A través del estudio histológico de las lesiones cutáneas se conÀrmó el diagnóstico de xantomas. Los parámetros de laboratorio antes del trasplante fueron: bilirrubina total 12,48 mg/dl, bilirrubina directa 11,31 mg/dl, glutamato oxalacetato transaminasa 222 UI/l, glutamato piruvato transaminasa 187 UI/l, fosfatasa alcalina 1.128 UI/l, gamaglutamil transferasa 439 UI/l, colesterol total 1.081 mg/dl y triglicéridos 273 mg/dl. El deterioro progresivo de la función hepática motivó la realización de un trasplante hepático de donante vivo relacionado. A las 48 horas del trasplante, los valores de laboratorio alterados descendieron drásticamente, determinándose colesterol 179 mg/dl y triglicéridos 167 mg/dl. Los xantomas fueron desapareciendo en forma paulatina en el transcurso de los seis meses posteriores a la intervención (Figuras 3 y 4). Caso clínico Se trata de una niña de 16 meses de edad al momento de la consulta, recién nacida de término (40 semanas), de bajo peso para la edad gestacional (2.500 gr), producto de un embarazo controlado, hija de padres no consanguíneos y sin antecedentes familiares relevantes. Comenzó a los 2 meses de vida con ictericia, coluria y acolia, asociadas a hepatomegalia y retraso del crecimiento. Otros hallazgos fueron la presencia de facies peculiar, estenosis de las arterias pulmonares, embriotoxon posterior bilateral y falta de cierre de los arcos posteriores vertebrales a nivel lumbar. En la biopsia hepática se observó una reducción del número de conductos biliares interlobulillares con ramas portales y arteriales hepáticas conservadas que conÀrmó el diagnóstico de atresia biliar intrahepática. Al examen físico se evidenciaba ictericia generalizada, xerosis marcada y alopecia difusa de cuero cabelludo. Además, presentaba múltiples xantomas tuberosos distribuidos en cara, tronco y extremidades; xantomas eruptivos que se agminaban forman28 Figura 1. Xantomas tuberosos en dorso de manos sobre articulaciones interfalángicas. En algunos se observan excoriaciones y costras hemáticas secundarias al prurito intenso. Figura 2. Xantomas eruptivos agrupados en forma lineal a nivel de los pliegues en el dorso de los pies. Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 A pesar de haber sufrido rechazo agudo moderado-severo al mes del trasplante, la niña no presentó recrudecimiento de los xantomas ni del prurito. Actualmente se encuentra en tratamiento con tacrolimus 1 mg/día y clínicamente no se observan xantomas ni prurito. Su curva de crecimiento pondoestatural se encuentra en franco aumento y los valores del lipidograma son normales. Comentario El SA presenta numerosas manifestaciones cutáneas relacionadas con la colestasis y la consecuente malabsorción. Entre los signos cutáneos más frecuentes podemos mencionar: ictericia, xerosis, excoriaciones y liqueniÀcación secundarias al prurito intenso, alopecia y xantomas.10,11 Todos estos hallazgos descriptos en la literatura fueron encontrados en nuestra paciente. Los xantomas están presentes en el 30% de los pacientes con SA y en más del 90% de aquellos que requieren trasplante hepático.12 Están producidos por la colestasis crónica y la hipercolesterolemia secundaria, correlacionándose con los niveles de colesterol plasmático. Éstos suelen encontrarse en las superÀcies extensoras de manos y pies, huecos poplíteos, pliegues inguinales, codos, rodillas, glúteos y pabellones auriculares.11 La edad media de aparición de los xantomas se encuentra entre el año y los 2 años de vida, aunque pueden aparecer hasta los 10 años.Tienden a desaparecer espontáneamente junto con el descenso de los niveles de colesterol después de los 5 a 7 años de edad o en los meses posteriores al trasplante hepático.12,13 Sin embargo, en los niños con compromiso más severo de la enfermedad pueden persistir si no media el trasplante.14 Tanto el prurito como los xantomas desÀgurantes son manifestaciones generalmente refractarias al tratamiento médico y reducen marcadamente la calidad de vida de los niños con SA. Estos síntomas son indicación de trasplante hepático, a pesar que sólo el 20% de estos pacientes desarrolla cirrosis y estadios terminales de enfermedad hepática.15 La sobrevida a los 10 años en pacientes con SA no trasplantados fue peor en aquellos casos que presentaron colestasis neonatal temprana, xantomas cutáneos o en los que requirieron cirugía correctiva de Kasai, esto analizado como variables dependientes.16 Por ello, y dado que mejora signiÀcativamente el resultado del trasplante, en la actualidad, las indicaciones de trasplante hepático se extienden a los casos con enfermedad hepática sintomática, aún en la ausencia de cirrosis.9 El trasplante hepático no solamente resuelve en Figura 3. Resolución de los xantomas en el dorso de las manos, 2 meses luego del trasplante. Figura 4. Resolución de los xantomas en el dorso de los pies, 2 meses luego del trasplante. forma completa la colestasis y sus síntomas asociados: el prurito, la hipercolesterolemia y los xantomas; sino que, a su vez, mejora considerablemente la calidad de vida de estos pacientes.1 Inclusive, debe considerarse en estos enfermos un riesgo mayor a desarrollar aterosclerosis y enfermedad coronaria a largo plazo. Hay casos publicados de SA en los que los niveles elevados de colesterol total y LDL se asociaron con el desarrollo de placas de ateroma en arterias coronarias y aorta.17 La expectativa de vida a 20 años, en la década del ochenta, era del 75% para todos los niños con SA, 80% para aquellos que no habían recibido trasplante y 60% para los que lo habían requerido.8 Actualmente, la sobrevida de los pacientes con SA post trasplante es del 90% al año y del 80% a los 5 años de vida.18 29 Síndrome de Alagille: resolución de xantomas posterior a trasplante hepático La respuesta al transplante en nuestro caso fue excelente: hubo una disminución de los xantomas a los pocos días de realizado el mismo y una resolución completa en el transcurso de los 6 meses. El reconocimiento de las lesiones cutáneas del SA en un niño con falla hepática facilita el diagnóstico temprano. Es preciso informar a los padres acerca de la desaparición de los xantomas con el transcurso del tiempo o con el trasplante hepático, siendo la resolución -en el segundo caso- completa y más rápida. Referencias bibliográficas 1. Alagille D, Odièvre M, Gautier M, Dommergues JP. Hepatic ductular hypoplasia associated with characteristic facies, vertebral malformations, retarded physical, mental, and sexual development, and cardiac murmur. J Pediatr. 1975; 86:63-71. 2. Elmslie FV, Vivian AJ, Gardiner H, Hall C, Mowat AP, Winter RM. Alagille syndrome: family studies. J Med Genet. 1995; 32:264-8. 3. Schnittger S, Höfers C, Heidemann P, Beermann F, Hansmann I. Molecular and cytogenetic analysis of an interstitial 20p deletion associated with syndromic intrahepatic ductular hypoplasia (Alagille syndrome). Hum Genet. 1989; 83:239-44. 4. Oda T, Elkahloun AG, Pike BL, Okajima K, Krantz ID, Genin A, et al. Mutations in the human Jagged1 gene are responsible for Alagille syndrome. 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Cardona J, Houssin D, Gauthier F, Devictor D, Losay J, Hadchouel M, Bernard O. Liver transplantation in children with Alagille syndrome: a study of twelve cases. Transplantation. 1995; 60:339-42. 11. Garcia MA, Ramonet M, Ciocca M, Cabrera H, Lapunzina P, Alvarez E, de Davila MT. Alagille syndrome: cutaneous manifestations in 38 children. Pediatr Dermatol. 2005; 22:11-4. 12. Weston CF, Burton JL. Xanthomas in WatsonAlagille syndrome. J Am Acad Dermatol. 1987; 16:1117-21. 13. Buckley DA, Higgins EM, du Vivier AW. Resolution of xanthomas in Alagille syndrome after liver transplantation. Pediatr Dermatol. 1998; 15:199-202. 14. Schwarzenberg SJ, Grothe RM, Sharp HL, Snover DC, Freese D. Long-term complications of arteriohepatic dysplasia. Am J Med. 1992; 93:171-6. 15. Emerick KM, Whitington PF. Partial external biliary diversion for intractable pruritus and xanthomas in Alagille syndrome. Hepatology. 2002; 35:1501-6. 16. Lykavieris P, Hadchouel M, Chardot C, Bernard O. Outcome of liver disease in children with Alagille syndrome: a study of 163 patients. Gut. 2001; 49:431-5. 17. Englert C, Grabhorn E, Burdelski M, Ganschow R. Liver transplantation in children with Alagille syndrome: indications and outcome. Pediatr Transplant. 2006; 10:154-8. 18. Maldini G, Torri E, Lucianetti A, Guizzetti M, Pinelli D, Bertani A, et al. Orthotopic liver transplantation for Alagille syndrome. Transplant Proc. 2005; 37:1174-6. &2081,&$&,Ï1'(&$626 Atrofoderma vermiculata unilateral: comunicación de un caso Oscar Pereda1, Florencio Cortez2 Médico Residente de Dermatología 2 Médico Asistente 1,2 Servicio de Dermatología del Hospital Nacional Daniel A. Carrión, Lima, Perú 1 Resumen Se describe un caso de atrofoderma vermiculata, en una niña de 14 años, de presentación unilateral. Se trata de un desorden raro el que, después de un proceso inflamatorio folicular, deja como secuela cicatrices deprimidas en patrón reticulado. Es una enfermedad autosómica dominante y actualmente se la considera dentro de los trastornos de la queratinización folicular. Palabras clave: atrofoderma vermiculata; queratosis pilaris atrófica; uleritema ofriógenes; unilateral Abstract We hereby report a case of unilateral atrophoderma vermiculatum in a 14 years old girl. This is a rare disorder that after a follicular inflammatory process leaves deppressed scar with a reticulated pattern. It is an autosomal dominant disease, currently classified within follicular keratinization disorders. Key words: atrophoderma vermiculatum; keratosis pilaris atrophicans; ulerythema ophryogenes; unilateral Introducción Caso clínico Atrofoderma vermiculata (AV) es un desorden autosómico dominante1 caracterizado por depresiones foliculares atróÀcas que conÁuyen adoptando un patrón reticulado, localizadas en las mejillas, con diposición generalmente bilateral. Fue descripto originalmente en 1894 por Unna como uleritema ofriogenes.2 (QODDFWXDOLGDGVHORFODVLILFDGHQWURGHORVWUDV WRUQRVGHODTXHUDWLQL]DFLyQFRPRXQDYDULDQWHGH ODTXHUDWRVLVSLODULVDWUyILFDFRPRVHSUHILHUHGHVLJ QDUDOXOHULWHPDRIULRJHQHV Se han descripto casos esporádicos de AV3,4 y, raramente, algunos de presentación clínica unilateral.2,5-7 1LxD GH DxRV VLQ DQWHFHGHQWHV SHUVRQDOHV GH DFQp TXHUDWRVLV SLODU R XOHULWHPD RIULyJHQHV 1R H[LVWHQ DQWHFHGHQWHV IDPLOLDUHV GH OHVLRQHV VLPLOD UHV5HILHUHHQIHUPHGDGGHDxRVGHHYROXFLyQFRQ LQLFLRLQVLGLRVR\FXUVRSURJUHVLYR/DSDFLHQWHQRWD FLFDWULFHVGHSULPLGDVDVLQWRPiWLFDVHQODPHMLOODL] TXLHUGDTXHKDQDXPHQWDGROHQWD\SURJUHVLYDPHQ WH GXUDQWH XQ DxR$O LQWHUURJDWRULR GLULJLGR QLHJD KLVWRULDGHOHVLRQHVLQIODPDWRULDVSUHYLDVDVtFRPRHO XVRGHDOJ~QWUDWDPLHQWRWySLFR $O H[DPHQ ItVLFR GHUPDWROyJLFR VH HYLGHQFLDQ GHSUHVLRQHVSRFRSURIXQGDVPHQRUHVDPPGH Correspondencia: Oscar Pereda Calle Los Nazcas 380 A, Dpto 501, San Miguel, Lima, Perú CP: LIMA 32 E-mail: oscararturo_p@hotmail.com Recibido: 20/06/2009 Aceptado: 20/10/2009 31 Atrofoderma vermiculata unilateral GLiPHWUR YDULDEOH HQWUH D PP FRQ WHQGHQFLD DFRQIOXLUHQSDWUyQUHWLFXODGRDGRSWDQGRDVSHFWR GHSDQDOGHDEHMDVORFDOL]DGDVHQODPHMLOODL]TXLHUGD )LJXUD Figura 1. Mejilla izquierda: depresiones poco profundas y de diámetro variable, confluyendo en un patrón reticulado. Figura 2. Atrofia epidérmica con pigmentación de capa basal (H&E, 40X). El estudio anatomopatológico de piel muestra una epidermis ligeramente atróÀca, pigmentación de la capa basal, dermis con leve inÀltrado perivascular y ligero edema del colágeno, y glándulas sebáceas escasas (Figura 2). (QEDVHDODFRUUHODFLyQFOtQLFDSDWROyJLFD\KD ELHQGRGHVFDUWDGRRWUDVSRVLEOHVFDXVDVVHOOHJyDO GLDJQyVWLFRGH$96HUHFRPHQGyIRWRSURWHFFLyQ\ XVRGHHPROLHQWHVWySLFRVPDQWHQLpQGRVHHVWDEOHV ODVOHVLRQHV Comentario /D$9VHGHVFULEHHQFRPXQLFDFLRQHVDLVODGDV\HQ ODPD\RUtDGHpVWDVPXHVWUDXQSDWUyQGHKHUHQFLD DXWRVyPLFRGRPLQDQWHVLHQGRVLPLODUODDIHFWDFLyQ HQ KRPEUHV \ PXMHUHV 6H RULJLQD SRU TXHUD WLQL]DFLyQDQRUPDOGHIROtFXORVSLORVHEiFHRVDFRP SDxDGDGHFLHUWRJUDGRGHLQIODPDFLyQSHULIROLFXODU TXHOOHYDDODDWURILDGHODGHUPLV/DPD\RUtDGHORV FDVRVGHVFULSWRVVRQGHSUHVHQWDFLyQVLPpWULFD 32 /DIRUPDXQLODWHUDOGHVFULSWDSRGUtDGHEHUVHDDOJX QDIRUPDGHPRVDLFLVPRVRPiWLFRTXHDFRPSDxDD ODVHQIHUPHGDGHVDXWRVyPLFDVGRPLQDQWHV /DHQIHUPHGDGVHLQLFLDHQWUHORV\ORVDxRV GH HGDG (Q XQ SULPHU PRPHQWR VH SUHVHQWD FRQ HULWHPD\WDSRQHVIROLFXODUHVHQODVPHMLOODVTXHOXH JR VHUiQ ORV TXH GHMHQ GHSUHVLRQHV DWUyILFDV TXH FRQIOXLUiQHQXQSDWUyQUHWLFXODGR$SHVDUGHVHU XQD DIHFFLyQ SULQFLSDOPHQWH FRVPpWLFD HQ DOJXQRV FDVRVSXHGHOOHYDUDSUREOHPDVVRFLDOHV\HPRFLR QDOHV (O GLDJQyVWLFR GLIHUHQFLDO VH WLHQH TXH UHD OL]DU FRQ RWURV WLSRV GH TXHUDWRVLV SLODULV DWUyILFD HVSHFLDOPHQWHHOXOHULWHPDRIULyJHQHV TXHVHSUH VHQWD HQ OD SDUWH ODWHUDO GH ODV FHMDV FRQ HULWHPD SiSXODVIROLFXODUHV\DORSHFLD$VLPLVPRHOFORURDFQp SXHGHGHMDUFRPRVHFXHODOHVLRQHVVLPLODUHVD$9 En cuanto al tratamiento, se describe el uso de retinoides tópicos, emolientes, corticoides tópicos e intralesionales o queratolíticos.4 Para casos estacionarios se pueden utilizar: dermoabrasión, rellenos con colágeno, láser erbium o CO2.9,10 En aquellos casos que no responden a los tratamientos citados, así como en los que son desÀgurantes, se han usado los reWinoides sistémicos como la isotretinoína.1 Cabe resaltar que en todos los casos se recomienda el uso de fotoprotección.9,10 Nuestra paciente niega haber presentado previamente pápulas foliculares inÁamatorias y/o queratósicas en las mejillas y en la zona de atroÀa reticulada, aunque en algunas comunicaciones, se ha descripto que dichas lesiones pueden anteceder al desarrollo de la AV.4,11 Por tratarse de lesiones sutiles, posiblemente sean subdiagnosticadas con frecuencia. (O FDVR GH$9 DTXt FRPXQLFDGR VH GHVWDFD SRU ODSUHVHQWDFLyQXQLODWHUDOeVWDHVH[WUHPDGDPHQWH UDUD\DTXHDODIHFKDVHKDQSXEOLFDGRDLVODGRVFD VRVVLPLODUHV Referencias bibliográficas 1. Weightman W. A case of atrophoderma vermiculatum responding to isotretinoin. Clin Exp Dermatol. 1998; 23:89-91. 2. Jayaraman M, Somasundaram V. Unilateral atrophoderma vermiculatum. Indian J Dermatol Venereol Leprol. 1996; 62:320-1. 3. Callaway SR, Lesher JL Jr. Keratosis pilaris atrophicans: case series and review. Pediatr Dermatol. 2004; 21:14-7. 4. Frosch PJ, Brumage MR, Schuster-Pavlovic C, Bersch A. Atrophoderma vermiculatum. Case reports and review. J Am Acad Dermatol. 1988; 18:538-42. 5. Rozum LT, Mehregan AH, Johnson SA. Folliculitis ulerythematosa reticulata. A case with unilateral lesion. Arch Dermatol. 1972; 106:388-9. 6. Hsu S, Nikko A. Unilateral atrophic skin lesion with features of atrophoderma vermiculatum: a variant Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 of the epidermal nevus syndrome? 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Clin Exp Dermatol. 1998; 23:89-91. 33 +$*$68',$*1Ï67,&2 Lesión tumoral en superÀcie ungueal de hallux Valeria Migliazza1, Diego Silva2, Graciela Sánchez3, Rebeca Rubinson4 1 Médica Dermatóloga 2 Médico Concurrente 3° año Carrera de Especialista en Dermatología Clínica 3 Médica Dermatopatóloga 4 Médica Dermatóloga Pediatra de planta 1-4 Servicio de Dermatología, Hospital Zubizarreta, Buenos Aires, Argentina Caso clínico Paciente de 15 años de edad, de sexo femenino, nacida en la provincia de Tucumán, Argentina. Presenta una lesión tumoral exofítica en la superÀcie ungueal del hallux izquierdo, que abarca toda la zona de apoyo de la lámina ungueal, de consistencia dura, cuyo centro presenta una ulceración de fondo eritematoso, brillante y limpio, de 4 meses de evolución, acompañada por episodios frecuentes de sangrado y dolor intenso (Figura 1). ReÀere que la lesión se inició con una mácula blanquecina subungueal que fue creciendo y provocando la onicodistroÀa. No existen antecedentes clínicos personales ni familiares de importancia. Se solicitan placas radiográÀcas en proyecciones dorso-plantar y lateral del hallux afectado en hiperextensión, en las cuales se halla una excrecencia ósea radiolúcida en el extremo distal y dorsal de la falange distal, que tiene igual densidad que la falange comprometida y posee márgenes deÀnidos. Se realiza biopsia quirúrgica excisional como método terapéutico. El hallazgo histológico de la muestra revela: lesión en dermis profunda constituida por trabéculas óseas con depósitos de calcio y focos de actividad osteoblástica (Figura 2), revestida por epidermis hiperqueratósica. Correspondencia: Valeria E. Migliazza Oyarvide San Benito de Palermo 1671, 6º A, CABA, Buenos Aires, Argentina CP: 1426 E-mail: vmigliazza@yahoo.com.ar Recibido: 02/03/2009 Aceptado: 22/09/2009 34 Figura 1. Lesión tumoral en superficie ungueal de hallux con onicodistrofia secundaria. Figura 2. Dermis con trabéculas óseas y focos de actividad osteoblástica (H&E, 100X). Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 Diagnóstico: Exostosis subungueal Comentario La exostosis subungueal (ES) es una tumoración benigna, que se observa como un nódulo Àbroso y óseo bajo el extremo distal de la uña, formada por una excrecencia ósea y rodeada de una cápsula Àbrocartilaginosa. Se la conoce también como exostosis de Dupuytren por ser el primero en describir esta entidad en 1947. Aparece con mayor frecuencia en la falange distal del primer dedo del pie, pero puede afectar a los otros dedos y excepcionalmente a los de las manos.1, 2 Si bien puede presentarse a cualquier edad, se observa más frecuentemente entre la primer y tercer década de vida y principalmente en pacientes de sexo femenino.3 Su etiología es desconocida, aunque se postulan diferentes hipótesis para explicarla. Entre ellas, se ha considerado a la ES como una forma frustra de exostosis múltiple hereditaria y también ha sido concebida como una malformación originada en restos de cartílago bajo el periostio de la falange. No obstante, la hipótesis más aceptada se sustenta en la ocurrencia de fenómenos traumáticos frecuentes causados por la hiperextensión de la falange distal, que provocan un crecimiento reactivo que da lugar a una periostitis o a una formación cartilaginosa que representa un pequeño osteocondroma.1-4 Clínicamente se presenta como una lesión tumoral única, subungueal o periungueal. Al inicio puede producir sólo un cambio de coloración de la lámina ungueal, aunque, más tarde, puede desplazarla y deformarla, provocando desde onicólisis, onicodistroÀa y fragilidad, hasta su desprendimiento total, dejando expuesta la tumoración. En relación a las lesiones con localización periungueal, la compresión del tejido local tiende a la formación de granulomas piógenos con mayor frecuencia.3-5 El síntoma principal es el dolor y puede observarse sangrado ante mínimos traumatismos. El diagnóstico se basa en tres pilares: Dolor digital Tumoración sub o periungular con deformidad ungueal Hallazgos radiológicos1,3,4 En relación a las imágenes radiológicas que deÀnen la ES, éstas muestran una tumoración que inicialmente es radiolúcida por su conformación Àbrosa o Àbrocartilaginosa; pero, una vez bien establecida dicha lesión, se observa una excrecencia de hueso de estructura reticular sin corteza deÀnida. Los diagnósticos diferenciales a tener en cuenta son: verruga subungueal, granuloma piógeno, glomangioma, carcinoma espinocelular del lecho ungueal, melanoma, encondroma, queratoacantoma y tumores de Koënen (especialmente en pacientes pediátricos).5,6 No existe documentación sobre la posibilidad de transformación maligna a condrosarcoma, como sucede en otros tumores de las falanges que simulan ES.6 El tratamiento de elección de la ES es la extirpación quirúrgica por técnica de exostectomía subungueal, con incisión mínima, bajo bloqueo digital y con anestesia local inÀltrativa. Se comunicaron recidivas dentro del primer año de realizada la cirugía en aproximadamente el 10% de los casos.7 Referencias bibliográficas 1. Sauceda Fuentes E, Laterza AM, Tamayo L, Ruiz Maldonado R. Exostosis subungueal en pacientes pediátricos. Dermatol Rev Mex. 1988; 32:15-8. 2. Multhopp-Stephens H, Walling AK. Subungual (Dupuytren’s) exostosis. J Pediatr Orthop. 1995; 15:582-4. 3. Webber JM, Miller MV. 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Curr Podiatr Med. 1991; 40:10-5. 35 &255(/$72&/Ë1,&23$72/Ï*,&2 Pápulas amarillentas asintomáticas faciales Norma Beatriz Primc1, María Guadalupe Toloza2, Raúl Asial3, María del Carmen Boente4 1 Médica Dermatóloga del Hospital del Niño Jesús 2 Médica Residente 3º año de Dermatología 3 Médico Anatomopatólogo 4 Jefa del Servicio de Dermatología 1-4 Servicio de Dermatología, Hospital del Niño Jesús, Tucumán, Argentina Presentación del caso Paciente de sexo masculino y 10 meses de edad, procedente de España, que ingresó a la unidad de cuidados intensivos con diagnóstico de síndrome urémico hemolítico y necesidad de diálisis peritoneal. Se realizó interconsulta al servicio de Dermatología con diagnóstico presuntivo de verrugas planas faciales. Al examen físico dermatológico se observaron pápulas redondeadas, de color piel a pardo-amarillentas, de aproximadamente 2 a 3 mm de diámetro, localizadas en la región frontal y las mejillas, sin compromiso mucoso (Figura 1). No se encontraron otras manifestaciones sistémicas. No existían antecedentes familiares de importancia. Los estudios de laboratorio mostraron anemia hemolítica microangiopática, trombocitopenia y parámetros correspondientes a la insuÀciencia renal aguda propia del síndrome. Se realizó biopsia por sacabocados de una pápula y la histopatología, al microscopio óptico con tinción de hematoxilina y eosina, mostró la epidermis sin alteraciones y en la dermis superÀcial una proliferación de histiocitos (Figuras 2 y 3). La inmunohistoquímica demostró histiocitos positivos para el anticuerpo monoclonal CD68 y negativos para S100. No se realizó microscopía electrónica. En base a estos hallazgos clínico-patológicos se diagnosticó: histiocitosis cefálica benigna (HCB). Discusión Los síndromes histiocíticos representan un grupo Correspondencia: Norma Beatriz Primc Lídoro Quinteros 265, San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina CP: 4000 E-mail: nbprimc@hotmail.com Recibido: 09/09/2009 Aceptado: 20/10/2009 36 de enfermedades que resultan de una proliferación de células llamadas histiocitos. El término histiocito incluye células de la serie monocítico-macrofágica y células de Langerhans; ambas presentadoras y procesadoras de antígenos, que derivan de células progenitoras de la médula ósea CD34+. En 1987, la Sociedad del Histiocito propuso una clasiÀcación de los síndromes histiocíticos cimentada en 3 clases: clase I: histiocitosis a células de Langerhans (HCL); clase II: histiocitosis del sistema mononuclear-fagocítico no Langerhans (no-Langerhans); clase III: histiocitosis malignas.1-4 Respecto a las histiocitosis a células no-Langerhans, Zelger et al.5 propusieron un concepto uniÀcador del sistema monocítico-macrofágico, que presenta varias características histológicas - debido a la inÁuencia de citoquinas - y las clasiÀcaron de acuerdo al tipo celular histiocítico predominante en: mononuclear (vacuolada, xantomatizada, ahusada y oncocítica) y/o multinuclear (Touton, apariencia en vidrio esmerilado, Langhans y cuerpo extraño). El patrón de histiocitos vacuolados es la variante mononuclear observada con mayor frecuencia en la HCB, el xantogranuloma juvenil (XGJ) y el histiocitoma eruptivo generalizado (HEG).5 La HCB es una histiocitosis a células no-Langerhans poco frecuente, descripta por primera vez en el año 1971 por Gianotti et al. Su etiopatogenia es desconocida, afecta ambos sexos por igual, siendo su edad de comienzo promedio de 15 meses. El 45% de los casos ocurre en niños menores de 6 meses.6, 7 Jih et al.6, en una revisión de la literatura inglesa Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 sobre HCB, encontraron un total de 39 casos comunicados; en estos pacientes la erupción ocurrió primero en la cara o la cabeza, siendo las mejillas el sitio más común (22%), seguido por los párpados (13%), la frente (13%) y las orejas (10%). Las extremidades, las nalgas y el área pubiana pueden estar involucradas en forma tardía. Las mucosas y las superÀcies acrales estaban respetadas en todos los casos y no hubo compromiso visceral en dichos pacientes.6-8 Las características clínicas en nuestro paciente son similares a los casos previamente descriptos: presenta las lesiones iniciales en la frente y las mejillas y respeta las mucosas y las vísceras. Goodman y Barret9 reÀeren que Gianotti et al. han descripto tres patrones histológicos de la HCB: a. dérmico papilar, b. difuso y c. liquenoide. En el patrón dérmico papilar, la forma más común, el inÀltrado es bien deÀnido y se halla próximo a la epidermis; los histiocitos son pleomórÀcos con citoplasma eosinofílico e hipercromático, algunas veces con núcleo indentado y nucléolo prominente; hay linfocitos dispersos y pocos eosinóÀlos. En el patrón difuso, las células son redondas, regulares y con escaso citoplasma; y el inÀltrado está disperso en toda la dermis. En el patrón liquenoide, las células histiocíticas son pequeñas y están mezcladas con linfocitos pequeños y diversas células espumosas.7,9 Histológicamente, la HCB muestra hallazgos superpuestos con la HEG y el XGJ. En los estudios inmunohistoquímicos, las células histiocíticas muestran tinción positiva para el factor XIIIa, OKM1 y Leu-3; mientras que son negativas para marcadores de células de Langerhans como CD1a y S100. Los estudios ultraestructurales muestran en el citoplasma de estos histiocitos vesículas recubiertas, estructuras símil-desmosomas y cuerpos en forma de coma o vermiformes. Destacamos que estos hallazgos especíÀcos son característicos pero no patognomónicos de la HCB. La ausencia de gránulos de Birbeck en la HCB es típica, así como en las restantes histiocitosis a células no-Langerhans.9 En nuestro paciente el examen histopatológico reveló un inÀltrado histiocitario siguiendo el patrón dérmico papilar. Los histiocitos presentaron citoplasma escaso y moderado pleomorÀsmo nuclear. Con respecto a la inmunohistoquímica, ésta mostró tinción positiva para CD68 y negativa para S100, pudiéndose, de esta manera, conÀrmar el diagnóstico de HCB. Algunos de los diagnósticos diferenciales clínicos a considerar incluyen: verrugas planas, HCL, urticaria pigmentosa, forma micronodular del XGJ y la HEG.6, 7,9 Nuestro paciente tuvo a su ingreso un diagnóstico erróneo de verrugas planas faciales, conÀrmándose por histopatología que se trataba de una HCB. La HCL puede presentarse como una erupción papu- Figura 1. Múltiples pápulas rojo-amarronadas localizadas en frente, párpados y mejillas. Figura 2. Moderado infiltrado en dermis superficial, predominantemente perivascular, constituido por histiocitos (H&E, 40X). lar sobre el cuero cabelludo y el tronco, pero las lesiones son usualmente más Áoridas y pleomórÀcas con pápulas, escamas, costras y petequias. Además, 37 Pápulas amarillentas asintomáticas faciales proceso neoplásico. La conducta frente a esta entidad debe ser expectante, ya que la resolución espontánea de las lesiones es lo habitual. Sin embargo, hay casos descriptos en la literatura en que la HCB ha evolucionado a otras formas de histiocitosis a células no-Langerhans, por lo que se sugiere el seguimiento a largo plazo.5, 7 Para concluir, consideramos importante la sospecha clínica y la conÀrmación histológica e inmunohistoquímica de todo paciente que presente lesiones papulares asintomáticas faciales sugestivas de HCB a Àn de realizar su correcto diagnóstico y seguimiento. Figura 3. Dermis superficial con presencia de infiltrado perivascular histiocitario. Histiocitos de citoplasma escaso y núcleo pleomórfico (H&E, 100X). los pacientes suelen tener otros síntomas sistémicos como Àebre, malestar y falla multiorgánica. Histoquímicamente, las células de las HCL se tiñen positivamente para S100 y CD1a y ultraestructuralmente presentan gránulos de Birbeck. Las lesiones de urticaria pigmentosa presentan a la fricción signo de Darier positivo e histológicamente se observa un inÀltrado de mastocitos. Las lesiones en la forma micronodular del XGJ son siempre pápulo-nodulares y pueden diseminarse por todo el cuerpo con compromiso ocular ocasional. En esta entidad, el examen histopatológico muestra células gigantes multinucleadas de Touton y células espumosas que, a la inmunohistoquímica, son positivas para CD68, HAM56 y factor XIIIa y negativas para S100 y CD1a; y ultraestructuralmente se observan gotas lipídicas. La HEG ocurre principalmente en adultos, pero ocasionalmente afecta a niños. Se diferencia clínicamente de la HCB porque las lesiones son diseminadas y puede haber compromiso mucoso; inmunohistoquímicamente los histiocitos son positivos para CD68 y negativos para S100 y CD1a; y ultraestructuralmente presentan cuerpos citoplasmáticos densos, ocasionalmente cuerpos vermiformes y cuerpos laminados concéntricos.6,7,9,10 Zelger et al.11 consideran que la HCB, perteneciente al grupo de las histiocitosis a células no-Langerhans, puede presentar superposición clínica, histológica, inmunohistoquímica y ultraestructural con las otras entidades de este grupo. Por lo tanto, estos autores proponen que la HCB representa una forma abortiva de XGJ o que corresponde a una expresión morfológica diferente de la misma enfermedad.6,7 También se ha sugerido que la HCB representa una forma localizada de HEG, considerando que ésta última raramente se presenta en niños.6,7,12 El curso habitualmente benigno de las histiocitosis a células no-Langerhans, tal como el de la HCB, es indicativo de un proceso reactivo más que de un 38 Referencias bibliográficas 1. Caputo R, Marzano AV, Passoni E, Berti E. Unusual variants of non-Langerhans cell histiocytoses. J Am Acad Dermatol. 2007; 57:1031-45. 2. Newman B, Hu W, Nigro K, Gillian AC. Aggressive histiocytic disorders that can involve the skin. J Am Acad Dermatol. 2007; 56:302-16. 3. Rodriguez-Jurado R, Duran-McKinster C, Ruiz-Maldonado R. Benign cephalic histiocytosis progressing into juvenile xanthogranuloma: a non-Langerhans cell histiocytosis transforming under the influence of a virus? 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La más frecuente es la displasia ectodérmica hipohidrótica, que presenta la tríada de: hipohidrosis, hipotricosis y alteraciones dentarias. La disminución de la cantidad de piezas dentarias, al igual que las anomalías en la forma de las mismas (dientes conoides), son relevantes para el diagnóstico y tratamiento odontológico. La rehabilitación debería comenzar a edades tempranas, alrededor de los 3 años. Consiste en reponer las piezas dentarias ausentes con prótesis de acrílico, las cuales deben renovarse periódicamente. De esta manera, se logra aumentar la dimensión vertical, regular las funciones foniátricas y masticatorias, mejorando así la dicción y la autoestima de los pacientes. Para ello, es de fundamental importancia el rol del dentista pediatra en el manejo interdisciplinario del niño afectado. Cuando finalice la etapa de crecimiento, se optará por el tratamiento definitivo más adecuado. Palabras clave: displasia ectodérmica hipohidrótica; oligodoncia; rehabilitación protética Abstract Ectodermal dysplasia is a heterogeneous group of congenital disorders. Hypohidrotic ectodermal dysplasia is the most common type. It is characterized by the triad of signs comprising hypohidrosis, hypotrichosis and dental abnormalities. The lack of teeth and conical or pointed teeth are important for diagnosis and clinical management. Treatment should be started as soon as possible. Early placement of partial or full dentures is commonly recommended from the age of three years. Removable protheses must be periodically modified. Prosthodontic rehabilitation is fundamental in these situations, attempting to provide a functional and aesthetic solution and to control the vertical dimension, which will improve patient’s diction and self-steem. For these reasons it is important to consider the role of the paediatric dentist in interdisciplinary management of the affected child. At the time the patient finishes growing, the possibility of definite treatment should be considered. Key words: hypohidrotic ectodermal dysplasia; oligodontia; prosthodontic rehabilitation Introducción El término displasia ectodérmica (DE) engloba a un grupo heterogéneo de trastornos congénitos, los cuales comparten una alteración de la organización celular en al menos dos tejidos derivados de la capa embrionaria ectodérmica.1 Se conocen más de 170 condiciones clasiÀcadas como displasias ectodérmicas.2 La displasia ectodérmica hipohidrótica (DEH) o síndrome de Christ-Siemens-Touraine es un tras- Correspondencia: Julia Fuks Hipólito Yrigoyen 4926, Dpto 2, CABA, Buenos Aires, Argentina CP:1824 E-mail:juliafuks@hotmail.com Recibido: 19/10/2009 Aceptado: 30/11/2009 39 Rehabilitación odontológica en la displasia ectodérmica hipohidrótica torno genético que se caracteriza por hipohidrosis (ausencia o reducción en la sudoración), hipotricosis y alteraciones dentarias. Está asociada a la mutación de una de de las siguientes proteínas codiÀcadas por los genes respectivos:2 Ectodisplasina-A1 (Eda-A1); Receptor de la Ectodisplasina-A1 (Edar-A1); Ectodisplasina-A2 (Eda-A2); Receptor de la Ectodisplasina-A2 (Edar-A2); Modulador esencial NF-KB (NEMO) Comúnmente afecta a varones (90%) con una herencia recesiva ligada al cromosoma X, aunque existen otras formas de transmisión como las autosómicas dominantes y recesivas.1,3 Las mujeres son portadoras con poca expresión de la enfermedad.2 Es un desorden relativamente raro, con una frecuencia que varía entre 1:10.000 y 1:100.000 niños nacidos vivos.1,3 Aunque el diagnóstico es fundamentalmente clínico, basado en la tríada de hipohidrosis, hipotricosis e hipodoncia, se puede complementar realizando una biopsia cutánea de la frente o de las palmas y plantas, en la cual se demuestra disminución o ausencia de glándulas sudoríparas.1 La disminución de la cantidad de piezas dentarias es de gran interés a la hora de diagnosticar las DEH, sospechándose esta entidad cuando existe una ausencia congénita de 6 o más piezas, excluyendo los terceros molares. Afecta tanto a la dentición primaria como a la permanente.También es muy frecuente en estos pacientes el hallazgo de anomalías en la forma de los dientes, erupción retardada e inclusiones dentarias.3 Las progenitoras de los pacientes afectados pueden presentar también alteraciones dentarias, generalmente agenesias en grado variable.4,5 En este trabajo se describe la rehabilitación odontológica en la DEH. Manifestaciones bucales Las manifestaciones bucales más frecuentes son alteraciones de número y de forma dentaria. Alteraciones de número: es importante diferenciar cada una de las siguientes anomalías: hipodoncia, oligodoncia o anodoncia. Hipodoncia: se reÀere a la condición donde hay ausencia de una o pocas piezas dentarias. Oligodoncia: usualmente describe ausencia de 6 o más piezas dentarias. Anodoncia: ausencia total de piezas dentarias.8 Por lo tanto, oligodoncia es lo que se observa generalmente en este síndrome. Alteraciones de forma: los dientes del sector anterior, cuando están presentes, tienen forma cónica o de clavija (Figura 1).5 La ausencia de piezas dentarias y, por consiguiente, la disminución de los rebordes alveolares produce pérdida de la dimensión vertical, esto es, la distancia subnasal-mentoniana, lo cual acentúa el aspecto o facies senil (característica de estos pacientes), acompañado por labios prominentes y pliegues pericomisurales (Figuras 2 A y B). El crecimiento de los huesos maxilares es normal, sin embargo, se ven menos desarrollados por las ausencias dentarias y la alteración de algunas funciones como la masticación. El niño adquiere de esta manera hábitos orales dis- Desarrollo Figura 1. Diente conoide. Los pacientes con DEH presentan una facies patognomónica caracterizada por: grado variable de hipoplasia medio facial, depresión del puente nasal, pómulos anchos, prominencia frontal, orejas de implantación baja y desplazadas hacia adelante, labio superior corto y Àno; y labio inferior grueso y evertido.1,2,6,7 La piel es delicada, translúcida y lisa. Habitualmente hay áreas de hiperpigmentación y Ànas arrugas lineales alrededor de los ojos y la boca. Hay sequedad de piel y mucosas debido a una disminución del número y de la actividad de glándulas lagrimales, salivales y sudoríparas, siendo la afección de estas últimas la de mayor riesgo y relevancia.1 40 A Figura 2. Facies senil. A: frente, B: perfil. B Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 funcionales como interposición lingual y alteraciones en la fonación, deglución y masticación. La disminución en la secreción de las glándulas salivales y los ocasionales defectos estructurales del esmalte (hipoplasia e hipomineralización) son factores de riesgo de caries.1,3 Sin embargo, la existencia de espacios entre las piezas dentarias reduce la probabilidad de retención de placa bacteriana y, por lo tanto, de caries.8 Diagnóstico El diagnóstico de DEH es inicialmente clínico. Dentro de las pruebas complementarias, la radiografía panorámica nos permite observar el tamaño y la forma de los maxilares, el estado de las piezas dentarias presentes en la boca, el grado de reabsorción radicular de la dentición primaria, los gérmenes de las piezas permanentes que aún no han erupcionado, los retrasos en la erupción, las formas dentarias anómalas y las inclusiones dentarias, entre otros (Figura 3). En función de ello, se planiÀca la rehabilitación y se prevee el tratamiento futuro. Rehabilitación odontológica El seguimiento odontológico individualizado es de especial importancia, adaptando las diferentes terapias al período de desarrollo del niño. Cuanto más precoz es el diagnóstico, más exitoso será el tratamiento. Se requiere un control multidisciplinario, previniendo las complicaciones.6 Se considera de gran importancia iniciar el tratamiento protésico lo antes posible: por un lado, para limitar la reabsorción de los procesos alveolares y, por otro, para minimizar el impacto psicológico y emocional que la falta de dientes puede ocasionar en la vida de relación.3 En los pacientes que no reciben rehabilitación odontológica, las anomalías craneofaciales se incrementan con la edad9, con tendencia a un promentonismo y a una rotación anterior de la mandíbula.10 Alrededor de los 3 años de edad se completa la dentición primaria, por lo que se considera oportuno realizar la rehabilitación a partir de Figura 3. Radiografía panorámica. esta edad, siempre que el niño esté debidamente motivado.4,7,11 Una vez realizado el examen clínico y radiográÀco, se inicia el tratamiento, comenzando con la rehabilitación morfológica de los dientes conoides para devolverles no sólo su estética y su correcta funcionalidad, sino también como una ayuda para la retención de la prótesis. Para ello se utilizan coronas de celuloide y resinas compuestas fotopolimerizables.12 Luego se procede a confeccionar la prótesis superior e inferior de modo de reponer las piezas dentarias ausentes. Las mismas deben ser renovadas periódicamente, para ir adaptándolas al proceso de crecimiento y desarrollo del niño y a la erupción de las nuevas piezas dentarias.4 Se toman impresiones con alginato para obtener modelos de estudio con mordida de cera y luego, se toman modelos de trabajo para elaborar las placas base de registro con rodetes de cera, logrando la retención en los molares presentes con retenedores Adams o con retenedores simples en los dientes anteriores. La prótesis superior debe estar libre de acrílico en la zona correspondiente a las rugas palatinas. De esta manera, se favorecerá, en una etapa posterior, la rehabilitación de la posición lingual en reposo. Una vez realizadas las pruebas de dichas placas, se articulan los dientes para probarlos en la boca del paciente. Posteriormente se procede a tomar las impresiones deÀnitivas y se envía al laboratorio para su procesado Ànal. Por último, se colocan las prótesis, se ajustan los retenedores para lograr una perfecta adaptación y se controla la estabilidad oclusal (Figuras 4, 5 y 6). Se instruye al paciente y a los padres sobre los cuidados de las prótesis y se dan indicaciones para el uso y limpieza de las mismas. Se hacen revisiones periódicas, aproximadamente cada 6 meses, en las que se controla la higiene bucal, se aplica gel de Áúor tópico y se realizan pequeños ajustes y adaptaciones en las prótesis.3,13 Una vez instaladas, el niño es derivado inmediatamente a fonoaudiología para regular las funciones de la masticación, la deglución y la fonación, además de lograr un equilibrio muscular entre la lengua, los labios y los músculos buccinadores. Esta rehabilitación es muy importante, ya que el equilibrio funcional favorece el desarrollo armónico de los maxilares. Se debe tener en cuenta que las prótesis deberán ser reemplazadas a medida que el niño crezca y erupcionen las piezas permanentes. A largo plazo, existe la opción de rehabilitar a estos pacientes con prótesis sobre implantes. Normalmente, éstos se colocan una vez que el período de crecimiento haya Ànalizado.8,12 Si bien se puede 41 Rehabilitación odontológica en la displasia ectodérmica hipohidrótica indicar tratamiento de Ortodoncia para reubicar las piezas dentarias y así facilitar la rehabilitación deÀnitiva, hay que tener especial cuidado ya que pueden ocasionar reabsorción radicular, siendo de peor pronóstico en las piezas conoides.8,12 Figura 4. Paladar duro sin prótesis. pacienes con DEH: en general, casi todos parecen estar de acuerdo en recomendar la utilización de prótesis removibles en las primeras etapas del crecimiento que permitan establecer una nueva dimensión vertical o relaciones intermaxilares, y regular sus funciones masticatorias y foniátricas. Así, se experimentaría una singular mejoría en su dicción y autoestima para, posteriormente y siempre que sea posible, optar por prótesis Àjas provisionales, a la espera de que el paciente Ànalice el crecimiento y se pueda contar con una situación más estable y predecible de modo de poder plantear tratamientos con implantes.14 Desde nuestra experiencia, la utilización de prótesis parciales de acrílico es una alternativa interesante y práctica, que permite de una manera relativamente fácil, aceptable, rápida y económica dar una solución a la estética, funcionalidad y rehabilitación oral de estos pacientes. Ésta posibilita una mejor vida de relación y una óptima integración social a la vez que nos permite una estimulación de los procesos alveolares para un tratamiento deÀnitivo posterior. Es fundamental el aporte de la psicología para la orientación familiar, el manejo del comportamiento del niño y la adecuación de la situación odontológica a las capacidades del paciente. Referencias bibliográficas Figura 5. Aspecto de la prótesis Figura 6. Facies del paciente con prótesis. Conclusión Diferentes autores han planteado distintas posibilidades de rehabilitación odontológica en los 42 1. Araníbar LD, Lay-Son GR, Sanz PC, Castillo ST. Displasia ectodérmica hipohidrótica, caso clínico y revisión de la literatura. Rev Chil Pediatr. 2005; 76:166-72. 2. Paller AS, Mancini AJ. Disorders of hairs and nails. En: Paller AS, Mancini AJ, eds. Hurwitz Clinical Pediatric Dermatology. 3° ed. Elsevier Saunders, China, 2006:152-5. 3. Pipa Vallejo A, López-Arranz Monje E, González García M. Tratamiento odontológico en la displasia ectodérmica: actualización. Av Odontoestomatol. 2006; 22:171-6. 4. Mortier K, Wackens G. Ectodermal dysplasia anhidrotic. [En línea], Orphanet Encyclopedia, 2004. http://www.orpha.net/data/patho/GB/uk-ectodermal-dysplasia-anhidrotic.pdf [consulta: 15 de octubre de 2009]. 5. Crawford P, Aldred M, Clarke A. 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Proponen una nueva nomenclatura de estos cuadros bajo el nombre de desorden crónico activo por infección por el virus de Epstein-Barr (CAEBV) y los dividen en: aquellos que provienen de las células B (CAEBV B-cell-type, Linfoma de células grandes B de los ancianos asociado a EBV y Granulomatosis linfomatoidea) y aquellos que provienen de las células T (CAEB T-cell/NK; Hidroa vacciniforme (HV), Linfoma símil HV; Hipersensibilidad severa a las picaduras de insectos; y Desorden linfoproliferativo de células T EBV+). Por último, se intenta categorizar a los mismos para facilitar futuros estudios clínicos y biológicos de estos desórdenes. 2. Enfoque clínico y terapéutico del acné infantil: actualización. Antoniou C, Dessinioti C, Stratigos AJ, Katsambas AD. Pediatr Dermatol. 2009; 26:373-80. Los autores realizan una actualización de los distintos tipos de acné que se presentan en la infancia: neonatal, infantil, media infancia y prepuberal, dependiendo de la edad de presentación. Hacen hincapié en la etiología, las manifestaciones clínicas y los diagnósticos diferenciales, como así también en las opciones terapéuticas más adecuadas para cada grupo. Concluyen que la presencia de acné en la infancia puede ser un signo indicativo de aparición de un 44 acné más severo durante la adolescencia. También destacan la importancia de descartar la presencia de hiperandrogenismo en los casos severos o recalcitrantes de acné. Por último, se discuten las indicaciones y contraindicaciones de las tetraciclinas y la isotretinoína en este grupo etario. 3. Terapia sistémica para dermatitis atópica en niños. Ricci G, Dondi A, Patrizi A, Masi M. Drugs. 2009; 69:297-306. La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inÁamatoria común de la infancia que puede ocasionar serios trastornos al paciente y a su familia. La mayoría de los pacientes con DA requiere únicamente medicación tópica (corticoides y/o inhibidores de la calcineurina). Sin embargo, un pequeño subgrupo de niños con DA moderada o severa requiere tratamiento sistémico. Los autores realizan una revisión exhaustiva de las distintas opciones de tratamiento sistémico para la DA haciendo hincapié en su eÀcacia (de acuerdo a las publicaciones existentes) y en los efectos adversos que pueden presentarse con el uso de cada una de ellas. Proponen a la ciclosporina y a los corticoides sistémicos como drogas de primera elección. Otras opciones terapéuticas que describen son la azatioprina, interferón gamma, gamaglobulina intravenosa e inÁiximab. También hacen referencia a las comunicaciones recientes sobre el tratamiento de la DA con micofenolato mofetil, efalizumab y omalizumab. 4. Análisis retrospectivo de 32 pacientes pediátricos con síndrome de hipersensibilidad a los anticonvulsivantes (ACHSS). Newell BD, Moinfar M, Mancini AJ, Nopper AJ. Pediatr Dermatol. 2009; 26:536-46. El objetivo de este trabajo fue la revisión retrospectiva de las manifestaciones clínicas y de laboratorio, Dermatol Pediatr Lat Vol 7 Nº 2, 2009 las complicaciones, las drogas involucradas, el tratamiento y la evolución de 32 niños con diagnóstico de ACHSS evaluados en dos centros hospitalarios. Obtuvieron los siguientes resultados: las drogas responsables del cuadro fueron, por orden de frecuencia, la fenitoína, la carbamacepina, el fenobarbital, la lamotrigina y la oxcarbamacepina. La edad media de aparición fue de 8,9 años.Todos los pacientes se presentaron con Àebre y exantema, acompañados de linfoadenopatía en el 83% de los casos. Las alteraciones de laboratorio más frecuentes fueron la presencia de eosinoÀlia, linfocitos atípicos y elevación de las enzimas hepáticas. El compromiso renal y pulmonar estuvo presente en el 15% de los pacientes. La primera elección terapéutica para el tratamiento de esta enfermedad fueron los corticoides sistémicos; mientras que en el 16% de los pacientes se indicó gamaglobulina intravenosa. No se registraron muertes en esta serie de pacientes. Los autores concluyen que dicho desorden, potencialmente fatal, es una entidad clínica especíÀca que puede ocurrir en pacientes bajo tratamiento con anticonvulsivantes. El compromiso múltisistémico (hepático, hematológico, pulmonar y renal) es frecuente. En cuanto al tratamiento, si bien es muy variado, las distintas publicaciones concluyen que los corticoides sistémicos son la droga de primera elección. 5. Granulomas piógenos tratados con imiquimod en 10 niños. Tritton SM, Smith S, Wong LC, Zagarella S, Fischer G. Pediatr Dermatol. 2009; 26:269-72. Los tratamientos tradicionales para los granulomas piógenos incluyen extirpación quirúrgica, electrocoagulación, crioterapia y láser. Las complicaciones relacionadas con estas modalidades terapéuticas son la cicatrización y las secuelas pigmentarias. La tasa de recurrencia varía del 3,6% al 10%. El objetivo de este estudio fue demostrar la eÀcacia y seguridad del imiquimod 5% para el tratamiento de los granulomas piógenos. Los autores reclutaron 10 pacientes, con edades comprendidas entre los 6 meses y los 12 años (media: 2,5 años), con granulomas piógenos localizados en cara, de un tamaño de 3 a 6 mm de diámetro y con un tiempo de evolución medio de 10,8 semanas. Se les indicó aplicar imiquimod 5% (Aldara®, 3M) en cada lesión una vez por día, dos o tres veces por semana, dependiendo de la respuesta clínica. Los pacientes fueron evaluados al inicio del tratamiento y luego semanal o bisemanalmente, hasta la resolución de las lesiones o hasta un máximo de 5 meses. En cada visita se evaluó la presencia de efectos adversos cutáneos como prurito, eritema, quemazón o erosión, y de manifestaciones sistémicas relacionadas al interferón como Àebre, cefaleas y mialgias. En todos los pacientes se observó eritema, necrosis severa en 2 casos y sobreinfección bacteriana en un sujeto. En todos los casos la evolución fue buena, con resolución de las lesiones con necrosis. En 3 casos la involución fue completa, 5 casos resolvieron dejando una pequeña mácula o pápula eritematosa o blanquecina residual, un paciente continuaba aplicando la medicación al momento de la publicación y el restante requirió extirpación quirúrgica luego de 5 meses de tratamiento. No se presentaron efectos adversos sistémicos y no hubo recurrencias en un tiempo de seguimiento promedio de 9,6 meses. Los autores concluyeron que el imiquimod 5% es una opción terapéutica segura y efectiva para el tratamiento de los granulomas piógenos y recomiendan comenzar con un régimen de 3 veces por semana y, de haber buena tolerancia, incrementar la dosis a una aplicación diaria. El tratamiento puede prolongarse durante 2 meses, aplicándolo hasta una semana después de la resolución clínica de las lesiones. 6. Síndrome Whim: enfermedad con inmunodeficiencia congénita. Kawai T, Malech HL. Curr Opin Hematol. 2009; 16:20-6. El síndrome de WHIM (Warts: verrugas, Hypogammaglobulinemia: hipogamaglobulinemia, Infections: infecciones y Myelokathexis: mielocatexis) se caracteriza por una susceptibilidad a las infecciones por el virus del papiloma humano (HPV), que clínicamente se maniÀesta con verrugas y carcinomas. Además, se acompaña de hipogamaglobulinemia, mielocatexis (hiperplasia mieloide con apoptosis), neutropenia, linfopenia de estirpe B e infecciones recurrentes. La mayoría de los pacientes con síndrome de WHIM presenta una deleción del carbono terminal intracelular del receptor de quemoquinas CXCR4. Los leucocitos de estos pacientes presentan una mayor respuesta a CXCL12, el ligando de CXCR4. Una mayor actividad de CXCR4 retrasa la liberación de los neutróÀlos maduros de la médula ósea, resultando en neutropenia y apoptosis de los neutróÀlos retenidos en la médula ósea. Los autores encontraron 2 pacientes con síndrome de WHIM sin mutaciones detectables del CXCR4, pero cuyas células eran hiperreactivas a CXCL12, lo cual sugiere que existiría más de una alteración genética determinante de esta entidad. 45 Revisión bibliográfica 7. Búsquedas en la base de datos LILACS puede mejorar las revisiones sistemáticas en dermatología. Manriquez JJ. Arch Dermatol 2009; 145:947-8. Las revisiones sistemáticas bien realizadas deberían analizar todos los artículos posibles para proporcionar la mejor evidencia disponible. Sin embargo, algunas revisiones limitan su búsqueda a unas pocas bases de datos, principalmente escritas en inglés y publicadas en revistas editadas en países desarrollados. La base de datos LILACS es una fuente subutilizada de estudios publicados en las revistas indizadas provenientes de Latinoamérica y el Caribe. En este trabajo el autor se propuso evaluar si la inclusión en la búsqueda de LILACS mejora la calidad de las revisiones sistemáticas en Dermatología. El autor evaluó las 44 revisiones (25 del Grupo de piel Cochrane y 19 de una muestra de revisiones no Cochrane) publicadas entre el 2002 y 2007 en cuatro de las revistas dermatológicas de mayor impacto: Journal of the American Academy of Dermatology, Archives of Dermatology, Journal of Investigative Dermatology y British Journal of Dermatology. Se utilizó LILACS para buscar estudios clínicos randomizados que coincidieran con los criterios de inclusión de cada revisión analizada. Tres de las revisiones del grupo Cochrane incluyeron una búsqueda en LILACS, por lo que fueron excluidas del análisis. Ocho de 41 revisiones (20%) estaban restringidas al idioma inglés. La búsqueda en LILACS fue: positiva en 12/41 revisiones (29%) en tanto se encontró al menos un estudio clínico randomizado que se ajustaba a los criterios de inclusión en la revisión, negativa en 15/41 revisiones (37%) y no concluyente en 14/41 revisiones (34%), ya que al menos un estudio se ajustó a los criterios de inclusión, pero no era randomizado. De las 12 revisiones positivas (4 Cochrane y 8 no Cochrane), sólo una incluía el artículo identiÀcado mediante la búsqueda en LILACS. En las 11 revisiones restantes, la búsqueda en LILACS identiÀcó nuevos artículos adecuados para incluirlos en la misma, pero no citados por los autores. En conclusión, el uso de LILACS puede aumentar el número de estudios que potencialmente pueden ser incluidos en las revisiones sistemáticas. 46 8. Valor predictivo de las manchas café con leche en la consulta inicial en el diagnóstico de la neurofibromatosis tipo 1. Nunley KS, Gao F, Albers AC, Bayliss SJ, Gutmann DH. Arch Dermatol. 2009; 145:883-7 El objetivo de este trabajo es evaluar la utilidad predictiva del número y la morfología de las máculas café con leche (MCL) para establecer el diagnóstico de neuroÀbromatosis 1 (NF1). Se realizó un estudio retrospectivo de los pacientes evaluados entre el 2002 y 2007 en un centro de tercer nivel de NF1 (Hospital de Niños de St. Louis). Se incluyeron 110 pacientes que presentaban MCL sin otras características diagnósticas de NF1. El número medio de MCL en la evaluación inicial fue de 6, con una edad media de 33 meses. La edad media en la última evaluación fue de 76,5 meses.Treinta y cuatro niños cumplieron los criterios diagnósticos durante el período evaluado, 32 antes de los 6 años y 2 después de los 6 años. El número medio de MCL en la evaluación inicial de los niños diagnosticados con NF1 fue de 11,8, esto es, un número signiÀcativamente mayor que el de los niños que no presentaron NF1 (4,6 MCL). Los autores concluyen que la mayoría de los pacientes que presenta 6 o más MCL inicialmente cumplirá los criterios diagnósticos para NF1 típicamente alrededor de los 6 años de vida, y que esta posibilidad aumenta cuanto mayor es el número de MCL. REGLAMENTO DE PUBLICACIÓN na Dermatología Pediátrica Latinoamerica- institucional; la correspondencia ro Dermatol Pediatr Lat Vol 6 Nº 3, 2008 autor encargado de recibir soporte financieconflicto de intereses Resumen. Dermatología Pediátrica Latinoamericana Dermatología Pediátrica Latinoamericana Texto. Referencias bibliográficas. Cada manuscrito debe constar del siguiente orden: Página de Título. tículo título completo título abreviado el nombre completo de los autores tipo de ar- filiación Reglamento de publicación Tablas, cuadros y gráficos. Leyendas de figuras. Figuras. Tipos de trabajos Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica (SLADP) Lo invitamos a navegar por… www.sladp.org Material informativo (QODFHVDSiJLQDVZHEGHRWUDVVRFLHGDGHVDILQHV 1RWLILFDFLyQGHFXUVRV\FRQJUHVRV 1RWLILFDFLyQVREUHGLVSRQLELOLGDGGHEHFDV ,QIRUPDFLyQVREUHUHXQLRQHVGHOD6/$'3 0DSDGHVRFLRV Material didáctico +DJDVXGLDJQyVWLFR &XHOJXHVXVWUDEDMRVSRVWHUV 3UHVHQWDFLRQHVHQSRZHUSRLQW $UWtFXORUHFRPHQGDGRGHOPHV PARA APRENDER, INNOVAR Y CRECER Vencimiento presentación de resúmenes: 12 de febrero de 2010 www.radlaargentina2010.com.ar