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Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-9048 www.revista-sladp.com Artículo de revisión • Comunicación de casos • Haga su diagnóstico • Correlato clínico-patológico • Terapéutica • Revisión bibliográfica • Volumen 09 • Número 3 Septiembre/Diciembre 2011 www.andromaco.com Incluida en IMBIOMED: http://www.imbiomed.com Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-9048 Volumen 09 • Número 3 Septiembre/Diciembre 2011 SLADP Comisión Directiva 2011 • 2014 presidente Dr. Andrés Felipe Sanchez Rodríguez México vicepresidente Dra. Melania Mendoza Santana México secretaria general Dra. Helena Vidaurri de la Cruz México tesorera Dra. Dulce María Ortíz Solís México vocal de acciones científicas Dra. Margarita Larralde Argentina vocal de relaciones públicas Dra. Josaine Sanjines Bolivia vocal de acción gremial Dra. Evelyne Helpert Ziskiend Colombia Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-9048 Volumen 09 • Número 3 Septiembre / Diciembre 2011 CONTENIDO artículo de revisión 90 Esclerosis tuberculosa Paula Boggio, María Eugenia Abad, Margarita Larralde comunicación de casos Mononucleosis infecciosa 97 María Teresa López Villaescusa, María Rodríguez Vázquez, María Luisa Martínez Martínez, Cristina Faura Berruga, Lorenzo Juan Pérez García Síndrome de poliendocrinopatía autoinmune-candidiasis mucocutánea-distrofia ectodérmica (APECED): manifestaciones dermatológicas 100 Gabriela Pichichero, Fernando Bilbao Morino, Milena Arias, María Elsa Giovo, Juan Martín Chappuis, Karina Salvucci, Laura Sasia Discromatosis hereditaria universal: relato de un caso Rocío Marecos, Elisa Cubilla, Antonio Guzmán, Gloria Mendoza, Luís Celías haga su diagnóstico Nódulo doloroso en el piso de la boca 104 109 Lybeny Rivera, Paula Boggio, Margarita Larralde correlato clínico-patológico Rash eritematoso en un neonato 112 Margarita Larralde, Paula C. Luna, Cintia Vallarino, Anabel Pannizardi, Javier Solé terapéutica Vacuna contra el HPV: actualización 116 María Pía Boldrini, Betina Pagotto, Margarita Larralde revisión bibliográfica María Eugenia Abad, Paula Boggio 120 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Revista oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica ISSN 1812-9048 EDITOR RESPONSABLE Prof. Dra. Margarita Larralde • Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán y del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. EDITOR ASOCIADO Dra. Paula Boggio • Médica Asistente del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. EDITORES ASISTENTES Dra. María del Carmen Boente • Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital del Niño Jesús,Tucumán, Argentina. Dra. María Rosa Cordisco • Médica Consultora del Departamento de Pediatría del Hospital Italiano de Buenos Aires y Médica Consultora del Servicio de Dermatología del Hospital de Pediatría “Prof. Dr. J. P. Garrahan”. Dra. Silvia Pueyo • Coordinadora del Área Dermatología, Hospital Materno Infantil de San Isidro, Buenos Aires, Argentina. COMITÉ EDITORIAL Dra. María Eugenia Abad • Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán y del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. Dra. Andrea Bettina Cervini • Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital de Pediatría ”Prof. Dr. J. P. Garrahan“, Buenos Aires, Argentina. Dra. Ana Giachetti • Jefa de la Sección Dermatología Pediátrica, Departamento de Pediatría del Hospital Italiano, Buenos Aires, Argentina. Dra. Begoña Gomar • Médica Asistente del Servicio de Pediatría del Hospital de Especialidades Pediátricas “Omar Torrijos Herrera”,Ciudad de Panamá, Panamá. Dra. Paula Luna • Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán, Buenos Aires, Argentina. Prof. Dra. Viviana Parra • Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Lagomaggiore, Mendoza, Argentina. COMITÉ ASESOR • Rosalía Ballona Chambergo (Perú) • Francisco Bravo Puccio (Perú) • Héctor Cáceres Ríos (Perú) • Rosa Inés Castro Rodríguez (Perú) • José Catacora Cama (Perú) • Silmara Cestari (Brasil) • Tania Ferreira Cestari (Brasil) • María Cristina Corbella (Argentina) • Carola Durán-McKinster (México) • Francisco González Otero (Venezuela) • Evelyne Halpert Ziskiend (Colombia) • María Isabel Herane (Chile) • Juan Honeyman Mauro (Chile) • Celia Moisés Alfaro (Perú) • Zilda Najjar Prado de Oliveira (Brasil) • María de la Luz Orozco (México) • Ramón Ruiz-Maldonado (México) • Gadwyn Sánchez Félix (Perú) • Andrea Santos Muñoz (Argentina) • Enrique Úraga Pazmiño (Ecuador) • Jairo Victoria Chaparro (Colombia) Dermatología Pediátrica Latinoamericana es la revista ofiocial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica de edición cuatrimestral, y su objetivo es difundir y promover los trabajos de investigación dermatológica pediátrica y otros artículos de divulgación del conocimiento de esta importante subespecialidad de la dermatología en el ámbito latinoamericano, dirigida a dermatólogos y pediatras latinoamericanos. Los artículos para publicación y la correspondencia serán recibidos exclusivamente por correo electrónico, debiendo ser dirigidos a la siguiente dirección: sladp.revista@gmail.com. Todos los derechos son reservados, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en cualquier forma.(Copyright ©): Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica, Arenales 2557, 1º A, (1425), CABA, Buenos Aires, ArgentinaTelefax: +54 11 4127-0264 / 4821-4407 EDITOR ONLINE • Paula Boggio TRADUCCIÓN • Paula Luna (Inglés) / Paula Boggio (Portugués) REVISOR • Lucila Carzoglio PÁGINA WEB www.revista-sladp.com PRODUCCIÓN GRÁFICA Y EDITORIAL • Sandore B. Diseño de Gastón A. Del Popolo. Helguera 3722, CABA, Buenos Aires, Argentina. Tel: +54-11-6332-5956. E-mail: gdelpopolo@gmail.com Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 artículo de revisión Esclerosis tuberosa 90 Paula Boggio Sección Dermatología Pediátrica, Servicio de Dermatología del Hospital J. M. Ramos Mejía María Eugenia Abad Margarita larralde Sección Dermatología Pediátrica, Servicio de Dermatología del Hospital J.M. Ramos Mejía, Servicio de Dermatología, Hospital Alemán Buenos Aires, Argentina Resumen La esclerosis tuberosa es un cuadro sistémico, cuya característica principal es la presencia de hamartomas múltiples que afectan fundamentalmente la piel, el sistema nervioso central, los ojos, el corazón, los riñones, los pulmones y los huesos. Se transmite en forma autosómica dominante y ocurre por mutaciones en dos genes, TCS1 y TCS2, que codifican las proteínas hamartina y tuberina, respectivamente, y se comportan como supresores tumorales. Existen criterios diagnósticos mayores y menores bien establecidos para su reconocimiento y, por ser una genodermatosis compleja, requiere un manejo interdisciplinario. El dermatólogo tiene un rol importante en su reconocimiento, ya que varias de las manifestaciones clínicas tempranas son cutáneas. Palabras clave: angiofibroma; esclerosis tuberosa; EPILOIA. Abstract Tuberous sclerosis is a systemic disorder characterized by multiple hamartomas that mainly affect central nervous system, eyes, heart, kidneys, lungs and bones. It is inherited as an autosomal dominant trait and determined by the mutations of two genes, TCS1 and TCS2, that codify the proteins hamartine and tuberine respectively and are tumoral suppressor genes. Well established major and minor diagnostic criteria exist for its recognition. This is a complex genetic disease and patients need a multidisciplinary follow-up. Dermatologists have an important role in its recognition once several early manifestations are cutaneous. Key words: angiofibroma; EPILOIA; tuberous sclerosis. Dermatol Pediatr Lat. 2011; 9 (3): 90-6. INTRODUCCIÓN La esclerosis tuberosa (ET) o enfermedad de Bourneville es un cuadro hereditario sistémico, cuya característica principal es la presencia de hamartomas múltiples que afectan fundamentalmente la piel, el sistema nervioso central (SNC), los ojos, el 1-3 corazón, los riñones, los pulmones y los huesos. Correspondencia: Paula Boggio República de la India 3135, 3º A, CABA, Buenos Aires, Argentina CP: 1425 E-mail: paulaboggio@hotmail.com El acrónimo EPILOIA, con el que también se la conoce, hace referencia a la tríada clínica considerada característica de la enfermedad: EPIlepsy, LOw Intelligence y Adenoma sebaceum. No obs- tante, ésta se halla presente en menos de un tercio de los pacientes.3-5 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 artículo de revisión Esclerosis tuberosa Paula Boggio et al. DESARROLLO Epidemiología: La ET afecta a todas las razas y a ambos sexos por igual. Ocurre con una prevalencia aproximada de 1 por cada 5.800-30.000 habitantes.3-5 Genética: Su transmisión es autosómica dominante, con penetrancia y expresividad variables. Hasta un 50-70% de los casos de ET corresponde a mutaciones espontáneas.1-3,5 Según el gen mutado, se reconocen dos formas de la enfermedad: la ET1 (OMIM #191100), en la que el gen involucrado se denomina TSC1, mapea en 9q34.13 y codifica una proteína llamada hamartina o TSC1; y la ET2 (OMIM #613254), determinada por alteraciones en el TSC2, que se localiza en 16p13.3 y determina la síntesis de otra proteína llamada tuberina o TSC2. Entre el 70% y el 90% de los casos de ET ocurre por mutaciones en el TSC2, generalmente asociadas a formas más severas de la enfermedad.1-5 Al igual que en la neurofibromatosis, se ha descripto la existencia de mosaicismo en algunos individuos.7 En los casos de ET con quistes renales, se determinó la deleción simultánea de los genes contiguos TCS2 y PKD1, este último determinante de la poliquistosis renal de inicio temprano.6,8 Patogenia: Las proteínas hamartina y tuberina poseen un dominio Rap1-GTPasa que les permite actuar como reguladores negativos de RAP1, grupo de proteínas involucrado en la proliferación y diferenciación celulares. Interactúan a nivel celular y sinérgicamente se comportan como supresores tumorales, al inhibir la actividad del mTOR (mammalian target of rapamycin).5,9 Cuadro clínico: La presentación clínica de la ET es muy variable. Se presentan desde formas leves con manifestaciones limitadas a la piel hasta otras severas con compromiso parenquimatoso múltiple.1-3 A. Manifestaciones cutáneas:1-3 •Máculas hipopigmentadas: están presentes desde el nacimiento o aparecen poco tiempo después. Son máculas hipocrómicas de bordes regulares, con un tamaño que oscila entre escasos milímetros y varios centímetros. Su número es variable y tienen diferentes formas (ovaladas, lineales o las consideradas características de la ET llamadas lanceoladas o en “hoja de fresno”, que son ovales con un extremo redondeado y otro afilado) (Figuras 1 y 2). Están presentes en el 80-90% de los casos y en niños de piel muy clara pueden evidenciarse sólo mediante el examen con luz de Wood. No son patognomónicas, pero sí altamente sugestivas de ET.3,10 Figura 1. Figura 2. Figura 1: Máculas hipocrómicas en el dorso. Figura 2: Máculas hipocrómicas en el tronco. •Angiofibromas: antiguamente eran llamados adenomas sebáceos. Suelen presentarse alrededor de los 2 a 6 años de edad y continúan encontrándose hasta la pubertad. No obstante, las edades de presentación pueden variar desde el nacimiento hasta la adultez. Son hamartomas cutáneos que se presentan como pápulas cupuliformes rosadas o rojizas, a veces con telangiectasias superficiales. Tienen un diámetro de 1 a 10 mm y un número variable. Se distribuyen bilateral y simétricamente, con preferencia por los surcos nasolabia- 91 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 artículo de revisión Esclerosis tuberosa Paula Boggio et al. les, las mejillas y el mentón, aunque el resto del rostro también puede estar comprometido (Figuras 3, 4 y 5).8 Es raro que afecten la mucosa oral (dorso de lengua, encías, paladar o labios) (Figura 5).11,12 Histológicamente están constituidos por tejido conectivo y capilares sanguíneos. Se observan en el 65-90% de los pacientes con ET y son patognomónicos de esta entidad.3 Figura 3. cabelludo o pestañas y depresiones puntiformes 3 del esmalte dentario (pits). Estas últimas son más evidentes en los dientes permanentes y se observan en un 70-90% de los casos de ET.3,13 B. Manifestaciones sistémicas: B.1. Manifestaciones Neurológicas: La sintomatología neurológica está determinada por la presencia de tuberosidades, nódulos sube- Figura 4. Figura 5. Figura 3: Angiofibromas faciales. Figura 4: Angiofibromas faciales profusos. Figura 5: Angiofibromas faciales y angiofibroma gingival superior. •Nevosconectivos: conectivos: pueden estar presen•Nevos tes desde el nacimiento o surgir después. Son placas o nódulos fibrosos del color de la piel, rosado-amarillento o castaño, y de tamaño variable. Se observan más comúnmente en la zona lumbosacra (Figura 6) y, en ocasiones, presentan en su superficie depresiones puntiformes correspondientes a los ostium foliculares, un aspecto que les ha valido la denominación de placas shagreen.3,10 Histológicamente son nevos conectivos de fibras colágenas. •Placas fibrosas frontales: son conocidas también como tumor de Brooke (Figura 7). Se observan en un 20-40% de los casos de ET.3,10 •Fibromas peri o subungueales: también se denominan tumores de Koënen. Aparecen generalmente después de la pubertad. Son pápulas fibrosas y firmes, de 5 a 10 milímetros de diámetro, que surgen del lecho de la uña y producen distrofia variable de la lámina ungueal (Figuras 8, 9 y 10). Histológicamente son equivalentes a los angiofibromas faciales. Se observan en un 18-50% de los pacientes y son un hallazgo patognomónico de ET.3,10 •Máculas en confetti: son máculas hipocrómicas redondeadas, de 1 a 3 mm de diámetro, presentes en número variable, que se localizan generalmente en el área pretibial.3,10 •Otras alteraciones: máculas café con leche, acrocordones (Figura 11), poliosis de cuero pendimarios y/o astrocitomas o tumores subependimarios de células gigantes.3 Las tuberosidades son anomalías del desarrollo de la corteza cerebral (Figura 12). Histológicamente están constituidas por neuronas dismórficas, astrocitos grandes y un tipo celular único denominado células gigantes. Son de aparición precoz y han sido identificadas en fetos de hasta 20 semanas de edad gestacional. Persisten sin modificaciones durante toda la vida, no malignizan y pueden calcificarse (apareciendo entonces en las radiografías simples de cráneo) o sufrir degeneración quística.9,14 Los nódulos subependimarios son hamartomas asintomáticos que protruyen desde las paredes del tercer ventrículo y los ventrículos laterales (Figura 13).9,15 Los tumores subependimarios de células gigantes afectan aproximadamente a un 10% de los pacientes con ET. Si bien son benignos, al crecer producen obstrucción, hidrocefalia e hipertensión endocraneana, y pueden llevar a la muerte. Se presume que derivan de los nódulos subependimarios.9,16 Los síntomas neurológicos dependen del tipo, tamaño y localización de las lesiones previamente descriptas. Los más comunes son las convulsiones, presentes en más del 70-80% de los pacientes (virtualmente de cualquier tipo). Éstas son de inicio temprano en la infancia y en un 10-30% de los pacientes resultan refractarias al tratamiento mé- 92 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 93 artículo de revisión Esclerosis tuberosa Paula Boggio et al. 6 7 8 9 10 11 12 13 14 Figura 6: Nevo conectivo en dorso. Figura 7: Placa fibrosa frontal. Figura 8: Angiofibroma digital aislado. Figura 9: Angiofibromas en dedos de una mano (nótese aspecto en “dientes de ajo”) con distrofia ungueal. Figura 10: Angiofibromas exhuberantes en dedos de un pie. Figura 11: Numerosos acrocordones en cara posterior del cuello. Figura 12: Tuberosidades corticales. Figura 13: Nódulos subependimarios. Figura 14: Angiomiolipoma renal. dico (relacionadas con la presencia de tuberosidades cerebrales). Otras manifestaciones son el retraso del desarrollo y retardo mental, cuya gravedad está directamente relacionada con la precocidad de la aparición de las convulsiones. Aparecen en un 60-70% de los casos.9,14-16 B.2. Manifestaciones oculares: Los hamartomas retinianos se presentan con dos patrones morfológicos: lesiones planas amarillento-grisáceas o lesiones multinodulares rojizas. Se observan a cualquier edad, afectan del 50% al 76% de los pacientes con ET y son considerados patognomónicos de esta enfermedad. Otras alteraciones son: máculas hipopigmentadas del iris, hamartomas gliales del disco óptico, tumores pedunculados de la conjuntiva palpebral, engrosamientos de la conjuntiva bulbar, angiomas retinianos, colobomas del iris, cristalino o disco óptico.3,9 B.3. Manifestaciones cardíacas: Entre un 50% y 70% de los pacientes con ET puede presentar rabdomiomas cardíacos, únicos o múltiples, intracavitarios o intramurales. Estos se desa- rrollan intraútero entre las semanas 22 y 26 de gestación. En la mayoría de los casos son asintomáticos y, cuando se manifiestan clínicamente, lo hacen en el momento del nacimiento o en el período neonatal, con alteración de la función cardíaca por obstrucción mecánica o defectos de la conducción, pudiendo causar muerte súbita. Tienden a presentar regresión espontánea en la niñez o adolescencia, y se diagnostican por ecocardiografía.3,9,16,17 B.4. Manifestaciones renales: Los angiomiolipomas renales son la lesión renal más característica de la ET y se observan en un 55% a 75% de los casos (Figura 14). Son tumores benignos constituidos por vasos anómalos, músculo liso inmaduro y células adiposas. Suelen ser múltiples, pequeños y asintomáticos. Con el paso del tiempo pueden aumentar en tamaño y número, y dar complicaciones por sangrado o ruptura. Aparecen en la niñez o en la adultez.3,9 También se observan quistes renales epiteliales, aislados o asociados a los angiomiolipomas, en un Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 artículo de revisión Esclerosis tuberosa Paula Boggio et al. 20% de los hombres y 10% de mujeres con ET, siendo habitualmente asintomáticos.9 En un 2-3% de los casos de ET se constata la presencia de una poliquistosis renal hereditaria de transmisión autosómica dominante. Estos casos presentan sintomatología temprana, como hipertensión arterial, hematuria e insuficiencia renal, la cual llega a requerir trasplante.3,9,17 Además, en la ET pueden desarrollarse carcinomas renales -con una incidencia igual a la población general- a edades más tempranas que la habitual, incluso en la infancia. Una característica de estos tumores es la extrema heterogeneidad histopatológica.9,16 B.5. Manifestaciones pulmonares: Han sido descriptos tres tipos de afección pulmonar en la ET: hiperplasia neumocítica micronodular multifocal (condensaciones parenquimatosas radiológicas asintomáticas), quistes pulmonares únicos o múltiples, y raramente linfangioleiomiomatosis pulmonar. El compromiso pulmonar sintomático es más frecuente en mujeres y se manifiesta a partir de la tercera década de vida.3,9,16,18 B.6. Manifestaciones óseas: Pueden observarse quistes óseos (más frecuentes en las falanges), la formación de nuevo hueso subcortical y áreas de esclerosis.3,16 B.7. Otras manifestaciones: Se ha comunicado la presencia de pólipos hamartomatosos rectales en hasta el 75% de los pacientes con ET. Pueden desarrollarse hamartomas y poliposis a nivel del estómago, el intestino delgado y el colon. A nivel del hígado pueden hallarse quistes y angiomiolipomas en hasta un 24% de los pacientes con ET, típicamente asintomáticos. Estos tienen mayor prevalencia en mujeres. Raramente aparecen quistes pancreáticos, tiroideos o testiculares y pubertad precoz.3,9,16 Diagnóstico: La mayor parte de los pacientes son diagnosticados entre los 2 y 6 años de edad. Los criterios diagnósticos de ET actualmente considerados son:4,5,7,16,19 Criterios mayores: •Angiofibromas faciales •Fibromas ungueales o periungueales no traumáticos •Máculas hipocrómicas (≥ 3) •Nevo conectivo (placa shagreen) •Hamartomas retinianos nodulares múltiples •Tuberosidad cortical •Nódulo subependimario •Tumor subependimario de células gigantes •Rabdomioma cardíaco (único o múltiples) •Linfangioleiomiomatosis (cuando ésta ocurre junto con un angiomiolipoma renal, otros aspectos de la ET deben estar presentes antes de considerarla un diagnóstico definitivo, ya que el 60% de las mujeres con linfangioleiomiomatosis esporádica puede tener angiomiolipomas renales o en otros sitios) •Angiomiolipoma renal (igual observación que para la linfangioleiomiomatosis) Criterios menores: •Pits dentarios, múltiples y distribuidos al azar •Pólipos rectales hamartomatosos múltiples (de preferencia, confirmados histológicamente) Figura 16. •Quistes óseos (confirmados radiográficamente) •Líneas radiales de migración de la sustancia blanca (confirmadas radiográficamente) •Fibromas gingivales •Hamartomas extrarrenales •Mácula acrómica retiniana •Máculas hipocrómicas cutáneas en confetti •Quistes renales múltiples 4,5,9 El diagnóstico de ET se considera: •Definitivo: con 2 criterios mayores o 1 criterio mayor + 2 criterios menores •Probable: con 1 criterio mayor + 1 criterio menor •Posible: presencia sólo de 1 criterio mayor o ≥ 2 criterios menores Si bien en la mayor parte de los pacientes el diagnóstico de ET se puede establecer en base a los criterios clínicos, en la actualidad también es posible realizar el diagnóstico molecular. El estudio genético consigue identificar las mutaciones en aproximadamente el 75-80% de los pacientes afectados y resulta de utilidad en los casos de una ET posible para hacer el diagnóstico prenatal y el screening a los familiares de un individuo afectado.16 Diagnósticos diferenciales: Tomando en cuenta las principales lesiones cutáneas de la ET, interesa diferenciar: Por un lado, los angiofibromas del acné, los quistes de milium, las verrugas, los xantomas, los tumores y los hamartomas foliculares (tricoepiteliomas, tricodiscomas, triquilemomas, fibrofoliculomas).3 Por otro, las máculas hipopigmentadas de los nevos acrómicos o anémicos, el vitiligo, los mosaicismos pigmentarios, la incontinencia pigmenti y la neurofibromatosis tipo 1.3 94 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 artículo de revisión Esclerosis tuberosa Paula Boggio et al. Seguimiento: Si bien no hay guías estandarizadas de seguimiento o vigilancia de los pacientes con ET, se recomienda:9 -Tomografía computada (TC) / resonancia magnética (RM) cerebral: anualmente hasta los 21 años de edad y luego cada 3 años en todos los pacientes. Se continúa con la frecuencia anual en pacientes con tumores subependimarios de células gigantes en crecimiento. -Ecografía, TC o RM abdominal: cada 3 años en todos los pacientes y anualmente en pacientes con angiolipomas múltiples o solitarios en crecimiento. -Pruebas de función pulmonar: anualmente en pacientes con linfangioleiomiomatosis pulmonar. Tratamiento: Desde el punto de vista dermatológico, el tratamiento debe estar orientado a mejorar la desfiguración cosmética producida por los angiofibromas.3 La terapéutica clásica de los angiofibromas se basa en su destrucción, utilizando diferentes métodos: electrocoagulación, crioterapia, dermoabrasión o láseres ablativos (ésta última es la mejor alternativa). Es común la recidiva postratamiento.3,9 Recientemente se ha descripto el uso tópico de rapamicina (un inhibidor del mTOR) en el tratamiento de los angiofibromas faciales en pacientes con ET. En una publicación se describe el tratamiento exitoso de dichas lesiones cutáneas con rapamicina 1% en ungüento, obtenida a partir de tabletas o de una solución oral de rapamicina (1 mg/ml), aplicada 1 ó 2 veces por día. El único efecto colateral descripto fue irritación local. Se observó una disminución considerable del número y tamaño de los angiofibromas a las 10 semanas de 20 tratamiento. Dado que la rapamicina es una molécula grande y es dificultoso incorporarla a un ungüento que después sea fácilmente absorbible y, considerando que el tacrolimus es una molécula estructuralmente similar a la rapamicina, un grupo japonés desarrolló un ungüento de rapamicina al 0,2%, utilizando tacrolimus al 0,03% como vehículo. Lo indicaron en angiofibromas faciales 2 veces por día y, a los 3 meses, observaron una franca mejoría de las lesiones, con ausencia de efectos colaterales.21 . CONCLUSIÓN La ET es una genodermatosis con un espectro clínico extremadamente heterogéneo. El rol del dermatólogo es crucial en el diagnóstico temprano, ya que muchas de las manifestaciones precoces de la enfermedad son cutáneas. Los pacientes con ET deben ser manejados por un equipo multidisciplinario que incluya pediatra, dermatólogo, neurólogo, oftalmólogo, cardiólogo, neumonólogo, nefrólogo y genetista. Esto permitirá la detección precoz y un eventual tratamiento de las diversas manifestaciones sistémicas. Además, es conveniente brindar un asesoramiento genético apropiado, en tanto se puede realizar el diagnóstico genético prenatal y pre-implantacional. 95 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 artículo de revisión Esclerosis tuberosa Paula Boggio et al. 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J Child Neurol. 2000; 15:652-9. 20. Mutizwa MM, Berk DR, Anadkat MJ. Treatment of facial angiofibromas with topical application of oral rapamycin solution (1mgML(-1)) in two patients with tuberous sclerosis. Br J Dermatol. 2011; 165:922-3. 21. Wataya-Kaneda M, Tanaka M, Nakamura A, Matsumoto S, Katayama I. A topical combination of rapamycin and tacrolimus for the treatment of angiofibroma due to tuberous sclerosis complex (TSC): a pilot study of nine Japanese patients with TSC of different disease severity. Br J Dermatol. 2011; 165:912-6. 96 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Mononucleosis infecciosa 97 María Teresa López Villaescusa María Rodríguez Vázquez María Luisa Martínez Martínez Cristina Faura Berruga Lorenzo Juan Pérez García Servicio de Dermatología, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete Albacete, España Resumen La mononucleosis infecciosa debe sospecharse en pacientes que cursan un cuadro pseudogripal que evoluciona a una faringoamigdalitis inespecífica y aparición de lesiones cutáneas, que frecuentemente se confunde con una infección bacteriana. Su expresión en la piel da lugar a dos tipos de exantemas. El primero, de aparición temprana, polimorfo y que resuelve en pocos días y otro, llamado sinérgico, relacionado con la administración de antibióticos. Presentamos el caso de una paciente con mononucleosis infecciosa que desarrolló un exantema de tipo sinérgico. Palabras clave: exantemas; mononucleosis infecciosa; virus de Epstein-Barr Abstract Infectious mononucleosis should be suspected in patients who have flu-like symptoms which progress to nonspecific pharyngitis and skin lesions. It is usually confused with a bacterial infection. Expression in the skin gives rise to two types of exanthemas. The first one, earlyonset, polymorphous, and early-resolution. The other one, also called synergic, related to antibiotics. We report a case of a patient with an infectious mononucleosis and a synergic exanthema. Key words: Epstein-Barr virus; exanthemas; infectious mononucleosis Dermatol Pediatr Lat. 2011; 9 (3): 97-9. INTRODUCCIÓN La infección por el virus de Epstein-Barr puede presentarse con una clínica muy variada, algunas veces es asintomática o tiene síntomas poco específicos que, frecuentemente, se confunden con una infección bacteriana y, en otras ocasiones, puede dar lugar a una enfermedad de severidad y duración variables. CASO CLÍNICO Niña de 10 años, sin antecedentes personales ni familiares de interés, que acudió a urgencias por cuadro de astenia, fiebre de 38ºC y odinofagia de cinco días de evolución. Dada la sospecha de amigdalitis bacteriana, se pautó un tratamiento con amoxicilina vía oral (500 mg cada 8 horas). Cuatro días después, la paciente acudió a urgencias por la aparición de una erupción cutánea no pruriginosa en el tronco y las extremidades. En la exploración física se objetivó hipertrofia amigdalar con placas pultáceas, se palpaban adenopatías cervicales en la cadena posterior y se observaba un exantema morbiliforme máculopapuloso que afectaba el tronco (Figuras 1A y 1B), el Correspondencia: María Teresa López Villaescusa Servicio de Dermatología, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete C/Hermanos Falcó nº 37 Albacete, España CP: 02006 E-mail: lopezvillaescusa@hotmail.com Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Mononucleosis infecciosa María Teresa López Villaescusa et al. Figura 1A. Figura 1B. Figuras 1A y 1B: Exantema morbiliforme, máculo-papuloso, que afecta el tronco y el tercio proximal de las extremidades. tercio proximal de las extremidades y la cara. No tenía compromiso palmo-plantar y no se palpaba esplenomegalia. El resto de la exploración física fue anodina. La analítica mostró, como únicos hallazgos significativos, 13.870/ml leucocitos con linfocitosis (7.830/ml linfocitos) y elevación de la GOT de 287 U/l. Debido a la sospecha de mononucleosis infecciosa (MI), se solicitó la prueba rápida para determinar anticuerpos heterófilos (reacción de Paul-Bunnell) y ésta resultó positiva. Además, se realizó el estudio serológico de infección por virus de Epstein-Barr (VEB), el cual que mostró positividad para la inmunoglobulina M (IgM) contra la cápside viral del VEB. Con estos datos, se estableció el diagnóstico de MI por VEB. COMENTARIO La MI es un síndrome caracterizado por la tríada clásica de fiebre, adenopatías cervicales y amigdalitis, debido a la primoinfección por el VEB. Mayoritariamente se presenta en adolescentes y adultos jóvenes, mientras que en la edad infantil es menos frecuente. La infección se transmite por el contacto de secreciones de personas asintomáticas que diseminan el virus. El período de incubación oscila entre los 10 y 15 días. En la mayoría de los casos la primoinfección suele ser asintomática, aunque en menos del 50% de los casos se manifiesta con el cuadro clínico característico de MI. La clínica se inicia con un cuadro prodrómico consistente en astenia, cefalea, adenopatías, febrícula y odinofagia, que luego da lugar a un cuadro de faringoamigdalitis inespecífica, difícil de distinguir de una infección estreptocócica. La misma cursa con petequias, placas pultáceas e incluso imágenes necróticas en la superficie amigdalar. Las adenopatías generalmente afectan a la cadena cervical posterior y son dolorosas, aunque también pueden detectarse a otros niveles, incluso puede haber esplenomegalia.1 La fiebre está presente en el 99% de los casos y tiene una duración de 1 a 2 semanas. Las alteraciones hepáticas están presentes en el 60% de los casos y suelen consistir en moderados aumentos de las cifras de transaminasas y de fosfatasa alcalina, sin elevación de la bilirrubina. Su sustrato anatomopatológico es una necrosis leve de los hepatocitos con predominio de células mononucleares. Otras complicaciones poco frecuentes son la anemia hemolítica autoinmune, la trombocitopenia y la rotura esplénica en casos de esplenomegalia.2 La expresión en la piel da lugar a dos tipos de exantemas.3 El primero es un exantema de aparición temprana, polimorfo o petequial, que se acompaña de enantema. Tiene tendencia a coalescer y evoluciona aproximadamente en 2 días, dejando hiperpigmentación residual. El segundo es un exantema de aparición más tardía, que presenta mayor gravedad y duración. Se caracteriza por ser morbiliforme, de características máculo-papuloso 98 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Mononucleosis infecciosa María Teresa López Villaescusa et al. o de aspecto urticarial, y tiende a confluir en el tronco, presentando una extensión centrífuga. Con frecuencia hay afectación palmo-plantar y puede ser pruriginoso.4 Este segundo tipo de exantema, también llamado sinérgico, se ha relacionado con la administración de antibióticos beta-lactámicos. Las lesiones comienzan entre los días 3 y 10 tras el inicio del fármaco, como en el caso de nuestra paciente. El uso de estos medicamentos aumenta la frecuencia de erupciones cutáneas hasta en un 80%, aunque también el rash puede aparecer con la administración de quinolonas, macrólidos y otros antibióticos.5-7 Las lesiones tienden a desaparecer a los 7 días aproximadamente. Como sustrato fisiopatogénico del mismo se propone el desarrollo de una reacción de hipersensibilidad de tipo III, transitoria, que consiste en la formación de inmunocomplejos anticuerpo-antibiótico circulantes y activación del complemento. Es característico que no deje hipersensibilidad posterior al fármaco inductor.8 El diagnóstico serológico de la MI suele realizarse por determinación positiva de IgM específica frente a VEB, indicadora de infección reciente o activa, o por conversión serológica de IgG, más específica pero tardía. La IgM no suele estar presente hasta una semana después del inicio de los síntomas de la enfermedad y puede permanecer positiva hasta un año después de la infección viral.9,10 El diagnóstico diferencial se hace con la toxicodermia secundaria a fármacos y con otras infecciones que también cursan con un síndrome mononucleósido, entre ellas las producidas por citomegalovirus, Toxoplasma gondii, adenovirus, primoinfección por VIH e infecciones por herpes virus humano tipo 6 (VHH6), así como el sarampión y la escarlatina.11 Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento es sintomático, con analgésicos (paracetamol) o antiinflamatorios no esteroideos para controlar la fiebre y la odinofagia. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Santiago Sánchez-Mateos JL, García Millán C, Aboín González S, Pérez Carmona L, Harto Castaño A, Jaén Olasolo P. Erupción cutánea tras toma de amoxicilina en paciente con fiebre y odinofagia. Rev Clin Esp. 2008; 208:471-3. 2. Galán Gutiérrez M, Moreno Jiménez JC. 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Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Síndrome de poliendocrinopatía autoinmune - candidiasis mucocutánea - distrofia ectodérmica: manifestaciones dermatológicas 100 Gabriela Pichichero Jefa de Servicio de Dermatología del Hospital Infantil Fernando Bilbao Morino Médico Dermatólogo del Servicio de Dermatología del Hospital Infantil Milena Arias Médica Residente de Clínica Pediátrica del Hospital Infantil María Elsa Giovo Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital de Niños de la Santísima Trinidad y de la División de Dermatología del Hospital Materno Natal Juan Martín Chappuis Médico Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital Materno Neonatal Karina Salvucci Jefa del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Infantil Laura Saisa Médica Alergista del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital Infantil Córdoba, Argentina Resumen El síndrome de poliendocrinopatía autoinmune - candidiasis mucocutánea crónica - distrofia ectodérmica (APECED) es una enfermedad rara, de origen genético, caracterizada por fallos endocrinológicos de origen autoinmune, candidiasis mucocutánea crónica y defectos ectodérmicos. Se describe un caso en una niña de 10 años con las manifestaciones dermatológicas características de este síndrome. Palabras clave: APECED; candidiasis mucocutánea crónica; distrofia ectodérmica; poliendocrinopatía autoinmune Abstract Autoimmune polyendocrinopathy - chronic mucocutaneous candidiasis - ectodermal dystrophy syndrome (APECED) is a rare genetic disease, characterized by autoimmune endocrine disorders, chronic mucocutaneous candidiasis and ectodermal disorders. We herein describe a case in a 10-year-old girl with the characteristics dermatological manifestations of this syndrome. Key words: APECED; autoimmune polyendocrinopathy; chronic mucocutaneous candidiasis; ectodermal dystrophy Dermatol Pediatr Lat. 2011; 9 (3): 100-3. Correspondencia: Gabriela Pichichero General Tomás Guido 2154, Ciudad de Córdoba, Córdoba, Argentina CP: 5000 E-mail: drapichichero@hotmail.com Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Síndrome APECED Gabriela Pichichero et al. INTRODUCCIÓN El síndrome de poliendocrinopatía autoinmune, candidiasis mucocutánea crónica y distrofia ectodérmica (APECED), también llamado síndrome poliglandular autoinmune, es una enfermedad rara, autosómica recesiva, descripta por Ahonen en 1985. El gen mutado en esta entidad se denomina AIRE (regulador autoinmunitario) y está localizado en el cromosoma 21q 22.3.1-3 Este síndrome se caracteriza por la presencia de al menos dos de los tres componentes principales: enfermedad de Addison, hipoparatiroidismo y candidiasis mucocutánea crónica. Durante la evolución pueden sumarse nuevas expresiones autoinmunitarias.4-6 dades y fueron todos negativos. A los 10 años fue intervenida quirúrgicamente por perforación corneal bilateral debido a su queratopatía crónica. Al examen físico dermatógico se observa xerosis y palidez generalizadas. Se aprecia también acrocianosis, hipocratismo digital y uñas en vidrio de reloj como consecuencia de la patología respiratoria coexistente (Figura 1). En los pulgares de ambas CASO CLÍNICO Paciente de sexo femenino, de 10 años de edad, producto de un primer embarazo de padres no consanguíneos, con antecedente de una hermana fallecida a los 3 años por causa desconocida. A los 6 meses de vida la niña presentó muguet en mucosa gingival, lengua y paladar, sin respuesta a los antimicóticos habituales, persistiendo este cuadro con exacerbaciones ocasionales. A partir de los 5 años manifestó diferentes enfermedades autoinmunitarias que se resumen en el Cuadro 1. La paciente, además, desarrolló bronquiCuadro 1. Manifestaciones autoinmunitarias y edad de presentación en nuestra paciente. Edad de presentación Manifestaciones autoinmunitarias 6 meses •Candidiasis mucocutánea crónica 5 años •Hipoparatiroidismo 7 años •Enfermedad de Addison •Anemia perniciosa •Enfermedad celíaca •Queratopatía (queratoconjuntivitis seca) ectasias pulmonares con insuficiencia respiratoria restrictiva, insuficiencia tricuspídea leve sin repercusión hemodinámica, nefrocalcinosis y onicodistrofia. Esta última se interpretó como manifestación de distrofia ectodérmica, ya que se efectuaron estudios micológicos en reiteradas oportuni- Figura 1. Hipocratismo digital y distrofia ungueal. manos y en los dedos índice, medio y anular derechos, presenta marcada hiperqueratosis ungueal (Figura 1). En el cuero cabelludo, se constatan áreas difusas con descamación y costras blanquecinas adherentes, que aglutinan el cabello (Figura 2A), y placas eritematocostrosas redondeadas a nivel frontal (Figura 2B). En mucosa oral, queilitis angular y seudomembranas blanquecinas adherentes en lengua, paladar y mucosa yugal (Figura 3). El diagnóstico de síndrome APECED se confirmó Figura 2A. Áreas difusas de cuero cabelludo con costras blanquecinas adherentes. 101 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Síndrome APECED Gabriela Pichichero et al. un tipo de inmunodeficiencia primaria con manifestaciones de autoinmunidad orgánica, que se 4-8 resumen en el Cuadro 2. La prevalencia de la enfermedad varía según los grupos estudiados, describiéndose más frecuentemente en Finlandia (donde se calcula una prevalencia de aproximadamente un caso en 25.000 habitantes), en la isla de Cerdeña (un caso en 14.500 habitantes) y en Noruega (un caso en 90.000 habitantes).1,9 Cuadro 2. APECED: manifestaciones clínicas. Figura 2B. Placas eritematocostrosas frontales. mediante estudio de genética molecular, realizado en el laboratorio especializado del Hospital Garrahan de Buenos Aires, que informó presencia de una mutación en aparente estado homocigota en el exón 8 del gen AIRE CTG(L) 323x373. INSUFICIENCIAS POLIGLANDULARES: Paratiroides: Hipoparatiroidismo* Corteza adrenal: Enfermedad de Addison* Tiroides: Hipotiroidismo* Gónadas: Hipogonadismo Celulas B páncreas: Diabetes tipo I Celulas parietales gástricas: Anemia perniciosa* CANDIDIASIS MUCOCUTÁNEA CRÓNICA* DISTROFIA ECTODÉRMICA: Esmalte dental y uñas* OTRAS: alopecia areata, vitiligo, queratopatía*, vasculitis, hepatitis, síndrome de malabsorción* Figura 3. Muguet y queilitis angular. La paciente es controlada periódicamente por un equipo multidisciplinario conformado por pediatra, endocrinólogo, dermatólogo, inmunólogo, oftalmólogo, gastroenterólogo y psicólogo. Recibe tratamiento hormonal sustitutivo, vitamina B12, dieta libre de gluten, antibioticoprofilaxis para vías respiratorias, ketoconazol vía oral, lágrimas artificiales y fotoprotección ocular y dérmica, y ungüentos con ácido salicílico al 10% para el compromiso ungueal y de cuero cabelludo. COMENTARIO La poliendocrinopatía autoinmune o APECED es *Entidades presentes en nuestro paciente. Es una enfermedad genética causada por mutaciones en el gen AIRE (regulador autoinmune), el que se localiza en el cromosoma 21q22.3 y codifica una proteína que juega un papel muy importante en la regulación de la transcripción y en el proceso tímico de inducción y mantenimiento de la auto-tolerancia. Si existe pérdida de la auto-tolerancia frente a antígenos órgano-específicos, se desarrollarán autoanticuerpos frente a diferentes órganos y en consecuencia, el síndrome autoinmune. Este gen se expresa en células epiteliales de la médula tímica, monocitos, macrófagos y células dendríticas. Además, la asociación del mismo con los filamentos intermedios de las células epidérmicas y queratinocitos foliculares muy probablemente esté relacionado con las anormalidades ectodérmicas del síndrome APECED.1-3 102 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Síndrome APECED Gabriela Pichichero et al. Una característica relevante es la existencia en suero de niveles elevados de autoanticuerpos que reaccionan específicamente contra los órganos endocrinos y su aparición habitualmente precede a las manifestaciones clínicas.1 Esta enfermedad puede presentar una gran variabilidad fenotípica, donde formas atípicas y oligosintomáticas pueden reconocerse. Cuando sólo se presenta 1 de los 3 criterios diagnósticos mayores, es importante investigar otras manifestaciones clínicas asociadas (digestivas, endocrinas, cutáneas, oftalmológicas, etc.).8 En el pronóstico influyen diferentes factores: genéticos (mutaciones del gen AIRE y HLA), hormonales (sexo) y ambientales (infecciones).10 En un estudio realizado en 2008 por el servicio de Dermatología y Endocrinología pediátrica del Hospital de Niños de Dublín (Irlanda) en 18 pacientes con APECED, se observó la presentación de candidiasis mucocutánea crónica como primera manifestación de la enfermedad en el 100% de la serie, al igual que en nuestro caso. Además, refieren la presencia de onicomicosis en el 72% de los casos y de vitiligo y alopecia en el 33,5%. Estas últimas expresiones no se evidenciaron aún en nuestra paciente.9 El rol del dermatólogo es importante ya que el reconocimiento de las manifestaciones cutáneas de esta patología puede ser el primer índice de sospecha para arribar al diagnóstico de la enfermedad. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Fernández-Recio JM, Chavez-Álvarez AJ, Rodriguez-Nevado IM, Fernández-Durán D, Luna-López V. Nail abnormalities and cutaneous lesions. An Med Interna. 2006; 23:605-6. An Med Int. 2006; 23: 12. 2. Kumar V, Pedroza LA, Mace EM, Seeholzer S, Cotsarelis G, Condino-Neto A, et al. The autoimmune regulator (AIRE, which is defective in autoimmune polyendocrinopathy-candidiasis-ectodermal dystrophy patients, is expressed in human epidermal and follicular keratinocytes and associates with the intermediate filament protein cytokeratin 17. Am J Pathol. 2011; 178:893-8. 3. Heino M, Peterson P, Kudoh J, Shimizu N, Antonarakis SE, Scott HS, Krohn K. APECED mutations in the autoimmune regulator (AIRE) gene. 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Collins SM, Dominguez M, Ilmarinen T, Costigan C, Irvine AD. Dermatological manifestations of autoimmune polyendocrinopathycandisiasis-ectodermal dystrophy syndrome. Br J Dermatol. 2006; 154:1088-93. 103 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Discromatosis hereditaria universal: relato de un caso 104 Rocío Marecos Residente de Dermatología Elisa Cubilla Jefa del Servicio de Dermatología Antonio Guzmán Coordinador de enseñanza del Posgrado de Dermatología de la UniversidadCatólica de Asunción Gloria mendoza Dermatopatóloga Luís Celías Residente de Dermatología Servicio de Dermatología, Hospital Central Instituto de Previsión Social, Asunción, Paraguay Resumen Comunicamos un caso de discromatosis hereditaria universal (DHU) en una paciente adolescente de 12 años de edad, que acude a la consulta por múltiples máculas hipo e hiperpigmentadas, asintomáticas y de distribución universal, con un patrón reticulado. Las lesiones aparecieron y fueron aumentando en número desde los 3 meses de edad, sin otro hallazgo patológico. Realizamos, además, una breve revisión de la literatura sobre el tema. Palabras clave: discromatosis hereditaria universal Abstract We report a case of dyschromatosis universalis hereditaria (DUH) in a 12 years old female with chief complain of asymptomatic, multiple hypopigmented and hyperpigmented macules, with reticulate pattern, involving almost the entire body, of many years of duration. The literature regarding this topic is also discussed. Key words: dyschromatosis universalis hereditaria Dermatol Pediatr Lat. 2011; 9 (3): 104-8. INTRODUCCIÓN La discromatosis hereditaria universal (DHU), descripta en Japón en el año 1933 por Ichikawa e Hiraga, es una rara genodermatosis pigmentaria de herencia autosómica dominante. El gen afectado se encuentra en el cromosoma 6q24.2 y 6q25.2. Su patogenia se basa en un desorden de la actividad de los melanocitos, vinculado con una alteración en la velocidad de síntesis de los melanosomas y no con su número.1,2 La dermatosis está constituida por máculas hipo e hiperpigmentadas de distribución universal. El diagnóstico se realiza por la clínica y se confirma con una biopsia cutánea. La histopatología revela una disminución del pigmento melánico en la capa basal de la epidermis en las lesiones maculares hipopigmentadas y un aumento del pigmento melánico a nivel de las máculas hiperpigmentadas. No posee tratamiento específico.3,4 Correspondencia: Rocío María Marecos Tte. Cnel. López Viveros 765 (casi Tte. Rivas), Asunción, Paraguay CP:1732 E-mail: rociomarecos@hotmail.com Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Discromatosis hereditaria universal Rocio María Marecos et al. CASO CLÍNICO Presentamos a una paciente preadolescente, de sexo femenino, remitida a nuestro servicio por sospecha diagnóstica de síndrome LEOPARD. Es de raza mestiza, tiene 12 años de edad y ha nacido de un parto vaginal eutócico, luego de un embarazo sin incidentes. Sus padres no son consanguíneos. No refiere antecedentes personales ni familiares de interés. Acude a la consulta externa de nuestro hospital por presentar manchas en la piel de varios años de evolución. Al examen físico se observa una dermatosis de distribución generalizada (Figura 1), que respeta las mucosas y afecta la cabeza, el cuello, el tronco y las extremidades Figura 2. Máculas hipo e hiperpigmentadas, afectando tronco y miembros. sos tamaños (3-10 mm de diámetro), y aspecto moteado. Los pelos y las uñas son normales. Su afección se inició aproximadamente a los 3 meses de edad y los diagnósticos presuntivos que se plantearon fueron: síndrome LEOPARD, DHU, discromatosis simétrica hereditaria, enfermedad de Dowling-Degos y acropigmentación reticulada de Kitamura. La paciente presenta hasta el momento un crecimiento y un desarrollo normales. En los exámenes de laboratorio no se constatan alte- Figura 1. Máculas hipo e hiperpigmentadas de distribución universal. (Figura 2), incluyendo las palmas y las plantas (Figura 3). Está constituida por múltiples máculas asintomáticas, hipo e hiperpigmentadas, de diver- Figura 3. Afectación de palmas. 105 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Discromatosis hereditaria universal Rocio María Marecos et al. raciones ostensibles. Se realizó un screening buscando afectación de órganos, pero tanto la radiografía de tórax y el electrocardiograma como la ecocardiografía y la ecografía abdominal y de vías urinarias fueron normales. Se realizaron dos tomas biópsicas de piel del tronco (con punch de 3 mm), la primera de una mácula hiperpigmentada y la segunda de una mácula hipopigmentada. Como dato de interés se observó, en el estudio histopatológico, en la primera muestra, un aumento del pigmento melánico a nivel del estrato basal y espinoso (Figura 4) y, en la segunda biopsia, una disminución del pigmento (Figura 5). Figura 4. Aumento del pigmento melánico en la capa basal, dentro de los melanocitos y queratinocitos basales y espinosos (PAS, X100). Se comentaron los resultados con la paciente así como la dificultad para su tratamiento. Se realizó asesoramiento genético y psicológico a la paciente y sus padres. Figura 5. Disminución del pigmento melánico (PAS, X100) COMENTARIO La DHU fue descripta en Japón en el año 19331 por 2 Ichikawa e Hiraga , pero también se ha comunicado en otros países, como República de la India, Arabia Saudita, Túnez y en algunos de Europa y Sudamérica.3 Se trata de una rara genodermatosis pigmentaria, de herencia autosómica dominante, cuyo gen responsable mapea en el cromosoma 6q24.2 y 6q25.2. La alteración patogénica consiste principalmente en un desorden a nivel de la función de los melanocitos, en el cual existe un aumento o disminución en la velocidad de síntesis de los melanosomas. No se trata de un desorden en el número de melanocitos, ni tampoco hay afectación de otros órganos y sistemas.4 Clínicamente se caracteriza por presentar máculas hiper e hipopigmentadas, asintomáticas y de forma irregular, que adoptan un patrón reticular. Por lo general, aparecen en los primeros meses de vida, pero existen casos de aparición tardía, en la adolescencia o incluso en la edad adulta. De acuerdo a la distribución de las lesiones, se han descrito dos grandes tipos de discromatosis: la simétrica hereditaria, que es una forma localizada a nivel de las zonas acrales (también llamada acropigmentación de Dohi), y la DHU, con un patrón amplio que afecta casi todo el cuerpo.5 Se han publicado varios estudios genéticos que indican que estos cuadros son la expresión cutánea de enfermedades diferentes sin ninguna relación entre sí.6,7 Por lo general, en la DHU las palmas, las plantas y los anexos están respetados.5 Existe un caso descripto con afectación capilar, en el que las zonas de hipopigmentación estaban cubiertas de pelos hipopigmentados y las zonas de hiperpigmentación tenían pelos hiperpigmentados.8 La histopatología típicamente muestra un aumento y una disminución de la melanina contenida en la capa basal de la epidermis, dependiendo del tipo de lesión macular biopsiada (hiper o hipopigmentada). Ocasionalmente se observa incontinencia pigmentaria.3 Se han comunicado casos asociados a otras genodermatosis, como la enfermedad de DowlingDegos, el albinismo ocular y la esclerosis tuberosa.6,9 El diagnóstico diferencial de la DHU se realiza con la discromatosis simétrica hereditaria o acropigmentación de Dohi, la enfermedad de Dowling-Degos, la enfermedad de Galli-Galli, la acropigmentación reticulada de Kitamura, el xerodema pigmentoso, la radiodermitis crónica, la amiloidosis cutánea, el síndrome LEOPARD, el síndrome de Westerhof (las máculas son congénitas) y los síndromes poiquilodermatosos. En el Cuadro 1 se citan puntualmente las diferencias clínicas entre al- 106 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Discromatosis hereditaria universal Rocio María Marecos et al. Cuadro 1. Principales diagnósticos diferenciales de la DHU. Acropigmentación reticulada de Kitamura Enfermedad de Dowling-Degos Enfermedad de Galli-Galli DHU DSH Herencia AD -Herencia AD -Variante acantolítica de EDD Herencia AD Herencia AD Herencia AD Adultos jóvenes Adultez tardía Niñez temprana Niñez temprana Niñez temprana Máculas hipo e hiperpigmentadas con patrón reticular, pápulas Máculas hiperpigmentadas, patrón reticular, pápulas Máculas hiperpigmentadas, atróficas, símil efélides Máculas hipo e hiperpigmentadas con patrón reticular Máculas hipo e hiperpigmentadas con patrón reticular Áreas flexurales, tronco, miembros Pliegues del cuello, inframamario, cubital y poplíteo y dorso de manos Cuello y dorso de manos Generalizado, cabeza, tronco y miembros Rostro y dorso de manos y pies DHU: discromatosis hereditaria universal; DSH: discromatosis simétrica hereditaria; AD: autosómimco dominante. Modificado de: Wu YH, Lin YC. Generalized Dowling-Degos disease. J Am Acad Dermatol. 2007;57:327-34. algunas de estas entidades.10,11 No existe un tratamiento específico ni tampoco se ha descripto la resolución espontánea de las lesiones.12 En la literatura se menciona un caso tratado con el láser Alexandrita Q-switched, que tuvo una importante mejoría de las lesiones hiperpigmentadas. Se recomienda un seguimiento periódico del paciente.13 Presentamos este caso por tratarse de una entidad rara, poco conocida y frecuentemente subdiagnosticada, que en nuestra experiencia fue remitida con diagnóstico de síndrome LEOPARD. Esta genodermatosis pigmentaria cursa sin afectación sistémica, no posee tratamiento específico y no pone en peligro la vida del paciente. Se debe indicar asesoramiento genético a los padres. 107 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 comunicación de casos Discromatosis hereditaria universal Rocio María Marecos et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. 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Editorial Panamericana, Buenos Aires; 2009: 639-40. 12. Aliagaoglu C, Atasoy M, Yildirim U, Erdem T, Erdem C, Engin RI. Generalized dyspigmentation on the body. Clin Exp Dermatol. 2009; 34:737-8. 13. Nogita T, Mitsuhashi Y, Takeo C, Tsuboi R. Removal of facial and labial lentigines in dyschromatosis universalis hereditaria with Q-switched alexandrite laser. J Am Acad Dermatol. 2011; 65:e61-3. 108 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 haga su diagnóstico Nódulo doloroso en el piso de la boca 109 Lybeny Rivera Médica Residente de Dermatología, Universidad de Chile, Santiago de Chile, Chile Paula Boggio Médica Asistente del Servicio de Dermatología del Hospital J.M. Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina Margarita Larralde Jefa de la sección Dermatología Pediátrica del Servicio de Dermatología del Hospital Ramos Mejía y Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán, Buenos Aires, Argentina Buenos Aires, Argentina CASO CLÍNICO Paciente de 9 años de edad, de sexo femenino, sin antecedentes patológicos personales ni familiares relevantes, que es traída a la consulta por presentar un aumento de volumen recurrente en el piso de la boca al que se le asocia dolor persistente en las últimas 24 horas. Al examen físico se observa un nódulo redondeado amarillento, cubierto por mucosa oral levemente eritematosa y surcada por telangiectasias, de aproximadamente 1 cm de diámetro, ubicado en el lado izquierdo del piso de boca. El mismo es de consistencia firme y doloroso a la palpación. Se detecta también una adenopatía submaxilar ipsilateral también dolorosa (Figura 1). Se procedió a la extirpación quirúrgica de la tumoración intraoral. Figura 1. Nódulo amarillento doloroso en lado izquierdo del piso de la boca, de aproximadamente 1 cm de diámetro. Correspondencia: Margarita Larralde Acevedo 1070, Banfield, Buenos Aires, Argentina CP:1828 E-mail: doctoralarralde@gmail.com Diagnóstico: Litiasis de glándula salival submandibular COMENTARIO La litiasis de las glándulas salivales o sialolitiasis consiste en el desarrollo de cálculos en las glándulas o sus conductos. En la niñez y adolescencia su ocurrencia es muy poco frecuente.1,2 Es más común la afectación de las glándulas submandibulares y raro el compromiso de la parótida y la glándula sublingual.2 La etiopatogenia de la sialolitiasis no está dilucidada. Se ha postulado que resultaría del depósito de sales de calcio alrededor de detritus orgánicos acumulados en el lumen de los conductos1,2, del aumento de bicarbonato de la saliva (que favorecería la precipitación de fosfato cálcico) o del reflujo de bacterias o restos alimentarios desde la boca.2 Clínicamente se presenta como un nódulo o tumor en la zona glandular afectada (en el piso de la boca en el caso de la glándula submandibular, como fue el caso de nuestra paciente) acompañado de dolor de intensidad variable, que aparece inmediatamente antes o durante las comidas.3 Si la obstrucción causada por la litiasis no cede puede ocasionar inflamación glandular secundaria y si se asocia infección bacteriana, el dolor se torna persistente y aparecen adenopatías, fiebre y secreción purulenta a nivel del sitio afectado en la cavidad oral. Dermatol Pediatr Lat. 2011; 9 (3): 109-11 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 haga su diagnóstico Nódulo en piso de boca Lybeny Rivera et al. El diagnóstico es eminentemente clínico pero, en ocasiones, puede requerir una o varias de las siguientes estudios de imágenes: radiografía oclusal u oblicua (útil en el estudio de las litiasis radioopacas, que corresponden al 60-80% y tiene amplia disponibilidad), ecotomografía transcutánea (útil en la detección de cálculos radiotransparentes, es operador dependiente y no permite explorar bien el conducto), tomografía axial computada, resonancia magnética nuclear (permite mayor resolución de partes blandas pero habitualmente es menos accesible y es más costosa).2 La sialolitiasis clínicamente evidente en el piso de la boca tiene un diagnóstico diferencial amplio, abarcando desde trastornos del desarrollo y afecciones inflamatorio/obstructivas, hasta procesos neoplásicos.4 Los trastornos del desarrollo incluyen los quistes dermoides, branquiales, gastrointestinales heterotópicos y del conducto tirogloso. Pueden ser aparentes a edades tempranas, pero a diferencia de nuestra paciente, tienen un curso generalmente silente y tienen otra consistencia. Los trastornos inflamatorios incluyen infecciones virales, bacterianas y sialoadenitis de diversa etiología (enfermedad por arañazo de gato, tuberculosis, sialoadenitis por estenosis ductal congénita)3. A diferencia de lo que observamos en nuestra paciente, generalmente se acompañan de fiebre y decaimiento. Otro diagnóstico a considerar es la ránula, provocada por retención mucosa. Es frecuente en los niños pero a diferencia de nuestra paciente, tiene consistencia blanda y puede existir la historia de trauma y curso recurrente.4 Los trastornos neoplásicos de las glándulas salivales son infrecuentes y más áun en los niños. Sin embargo, si aparecen son generalmente malignos.4 Característicamente se adhieren a estructuras adyacentes, pueden invadir nervios y vasos y no asocian dolor en relación a las comidas.4 Incluyen el carcinoma mucoepidermoide, carcinoma quís- tico adenoideo y carcinoma de células acinares. Las neoplasias benignas de las glándulas salivales incluyen al adenoma pleomórfico y monomórfico. Las de origen mesenquimático también deben considerarse en el diagnóstico diferencial y son 4 lipomas, neurilemomas o leomiomas. El tratamiento de la sialolitiasis varía de acuerdo a la presentación clínica. En la etapa aguda se aconseja calor local, ingesta de líquido abundante, secretagogos (jugo de limón), antiinflamatorios y en caso de infección, agregar antibióticos.2 Esto puede conducir a la expulsión espontánea de cálculos pequeños. Posteriormente están indicadas las opciones de tratamiento definitivo. En los niños, la sialolitiasis submandibular se ubica más frecuentemente en el extremo distal del conducto de Whar3 tonFigura y tiende 1B.a ser pequeña (menos de 1 cm) , lo que facilita su abordaje intraoral y la extirpación quirúrgica (por método tradicional o endoscópica).5 La sialoendoscopía sería hoy en día el método de elección, ya que por una parte evalúa los conductos salivales (evidencia litiasis y/o estenosis) y por otra, permite realizar en forma inmediata la terapéutica.6,7 En niños es probadamente efectiva y en ocasiones puede realizarse sólo con anestesia local.8 La litotripsia extracorpórea es más cara, requiere anestesia general y puede necesitar varias sesiones, suele utilizarse en caso de cálculos múltiples.8 Algunos autores aconsejan que sea seguida por una sialoendoscopía, para retirar cualquier fragmento litiásico que pueda en un futuro causar la recidiva del cuadro.8 En cualquier caso se aconseja intentar conservar la glándula para así no alterar la función salival.3 La extirpación quirúrgica glandular estaría indicada solamente en algunos casos de sialolitiasis refractaria a otras modalidades terapéuticas, recurrente o litiasis dentro de la propia glándula.2 110 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 haga su diagnóstico Nódulo en piso de boca Lybeny Rivera et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Dias PF, Kuchler EC, Janini ME, Maia LC. Uncommon localization of a sialolith in a child's frenum. J Dent Child. 2009; 76:161-4. 2. Lozano Blasco J, López Segura N, Bonet Alcaina M, Herrero Pérez S, Seidel Padilla V, García-Algar O. Expulsión espontánea de un cálculo salival submandibular. An Pediatr (Barc). 2003; 59:393-5. 3. Chung MK, Jeong HS, Ko MH, Cho HJ, Ryu NG, Cho DY, et al. Pediatric sialolithiasis: what is different from adult sialolithiasis? Int J Pediatr Otorhinolaryngol. 2007; 71:787-91. 4. Parara E, Christopoulos P, Tosios K, Paravalou I, Vourlakou C, Alexandridis K. A sweeling of the floor of the mouth. Oral Surg Oral Med Oral Pathol Oral Radiol Endod. 2010; 109:12-6. 5. Woo SH, Jang JY, Park GY, Jeong HS. Long-term outcomes of intraoral submandibular stone removal in children as compared with adults. Laryngoscope. 2009; 119:116-20. 6. 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Septiembre/Diciembre 2011 correlato clínico-patológico Rash eritematoso en un neonato 112 Margarita Larralde Paula Carolina Luna Cintia Vallarino Anabel Pannizardi Javier Solé Servicio de Dermatología, Hospital Alemán José Casas Servicio de Anatomía Patológica, Hospital Alemán Buenos Aires, Argentina PRESENTACIÓN DEL CASO Paciente de sexo masculino, de 11 días de vida, recién nacido (RN) de término, por cesárea, con peso adecuado para la edad gestacional y alimentado a pecho exclusivamente que fue traído a la consulta por la presencia de un rash generalizado que predominaba en el tronco. Consistía en máculo-placas eritematosas y coalescentes, de 72 h de evolución, algunas con pápulas eritematosas distribuidas en su superficie, acompañadas de otras pápulas foliculares aisladas (Figuras 1, 2 y 3). El paciente se encontraba en excelente estado general. Como antecedentes relevantes, la madre refería que, al momento del nacimiento, el niño había Figura 1. Lesiones eritematosas generalizadas, comprometiendo tronco, brazos y cara. Figura 2. Detalle de las lesiones papulosas en el tronco. presentado algunas lesiones de aspecto pustuloso y otras hiperpigmentadas en la cara que habían resuelto espontáneamente. Por otro lado, la madre -que había recibido ketorolac vía oral para el manejo del dolor posquirúrgico durante las 48 h posteriores al parto- presentaba una erupción pruriginosa de pocos días de evolución, que consistía en pápulas y vesículas asentadas sobre una base eritematosa en zonas fotoexpuestas (escote y brazos) (Figura 4). Dadas las características clínicas de las lesiones del RN y el antecedente materno del uso de fármacos, se decidió tomar una biopsia de las lesiones de ambos pacientes. El estudio histopatológico de la muestra cutánea del neonato reveló edema e infiltrado linfocitario Dermatol Pediatr Lat. 2011; 9 (3): 112-5. Correspondencia: Margarita Larralde Acevedo 1070, Banfield, Buenos Aires, Argentina CP:1828 E-mail: doctoralarralde@gmail.com Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 correlato clínico-patológico Rash eritematoso en un neonato Margarita Larralde et al. 3 4 5 6 7 Figura 3: lesiones foliculares aisladas. Figura 4: Lesiones en la madre: placa eritematosa con pápulo-pústulas en su superficie. Figura 5: Histopatología de la lesión cutánea del RN: vista panorámica (H&E, 40X). Figura 6: Histopatología de la lesión cutánea del RN: detalle del infiltrado eosinofílico perifolicular (H&E, 100X). Figura 7: Resolución completa de las lesiones del RN. perivascular e intersticial, con abundantes eosinófilos agrupados a predominio perifolicular y vasodilatación capilar y venular (Figuras 5 y 6). Dichos hallazgos se interpretaron como compatibles con eritema tóxico neonatal (ETN). El estudio histopatológico de la piel de la madre reveló alteraciones compatibles con farmacodermia. La erupción del RN resolvió espontáneamente en menos de una semana (Figura 7), mientras que la madre fue medicada con corticoides tópicos y presentó una buena respuesta. Las dermatosis del RN y su madre fueron interpretados como ETN y farmacodermia, respectivamente. DISCUSIÓN El ETN es una patología frecuente en el período neonatal, tanto es así que algunos autores lo consideran un cambio fisiológico del RN. Según distintos estudios, su incidencia varía entre 1 2 un 20,6% y un 43,7%. No tiene predilección por sexo, raza, etnia, ni época del año.3 Los únicos factores que se consideran relevantes en la aparición de las lesiones son: la edad gestacional y el peso al nacer, ya que la incidencia es mucho mayor en neonatos de término y con un peso al nacimiento mayor de 2.500 gr.4 Lo más común es que se inicie al segundo día de vida, pero puede aparecer hasta dos semanas más tarde.5 Si bien se han planteado múltiples hipótesis, su etiología es desconocida. A mediados del 1700 se consideraba que el ETN era secundario al meconio que permanecía en la piel luego de un primer baño deficiente, mientras que en 1963 se postuló que se debía a una excesiva preocupación por la limpieza en la remoción del vérnix caseoso. Asimismo se ha planteado la teoría de que podría ser secundario a la absorción de enterotoxinas y también se consideró la posibilidad de que ocurriera por un mecanismo alérgico, adjudicándosele un rol alergénico a las secreciones vaginales, las leches maternizadas, los medicamentos tomados por la madre durante el embarazo y las toxinas ambientales, entre otras. No obstante, ninguna de estas teorías está unánimemente aceptada.3 Dado que los cultivos en medios habituales no han 113 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 correlato clínico-patológico Rash eritematoso en un neonato Margarita Larralde et al. logrado demostrar ningún germen patógeno en las lesiones cutáneas del ETN, la responsabilidad de un microorganismo en la generación de esta patología fue desestimada. En la actualidad, gracias al advenimiento de técnicas de laboratorio más modernas, se ha hallado la presencia de numerosos mediadores inflamatorios en las lesiones (IL-1 alfa y beta, IL-8, acuaporinas y sintetasas del óxido nítrico 1, 2 y 3, entre otros)6, que han replanteando la posibilidad de que el cuadro se deba a un germen que actúa no por acción directa sino a través de la activación del sistema inmune. En 2005 se pudo comprobar, mediante microscopía electrónica de barrido y transmisión, la presencia de microorganismos en el epitelio folicular y dentro del infiltrado inflamatorio perifolicular, por lo que en el presente se considera que el ETN es secundario a un ataque agudo y transitorio de la microflora comensal que penetra en la piel de los neonatos a través de los folículos pilosos.7 Clínicamente se caracteriza por la aparición, alrededor del segundo día de vida, de pápulas eritematosas que coalescen formando placas con micropápulas foliculares en su superficie y en la periferia (variante eritemato-papulosa) u ocasionalmente con pústulas (variante pustulosa), que resuelven espontáneamente en 2 ó 4 días.3 Las lesiones se distribuyen por todo el tegumento, comprometiendo principalmente la cara, el tronco y los muslos, y tienden a respetar palmas, plantas y región genital.7 En algunas oportunidades este rash puede coexistir (o suceder en el tiempo) con lesiones de melanosis pustulosa transitoria (MPT) y, en este caso, se lo denomina “pustulosis neonatal estéril transitoria”.8 En los cuadros típicos el diagnóstico es clínico, pero en aquellos pocos casos donde las lesiones son menos características o la historia clínica presenta algún hallazgo fuera de lo esperado (fiebre o antecedentes de ingesta de fármacos, entre otros) pueden requerirse estudios complementarios. En primer lugar, cuando las lesiones son pustulosas, puede ser de gran ayuda un frotis de la lesión que mostrará más de un 50% de eosinófilos (incluso en algunas oportunidades puede llegar a ser el 90% 4 de la celularidad). Además, puede requerirse la realización de un hemograma, cultivos para hongos y bacterias y serologías virales (para descartar infecciones herpéticas). Por último, puede realizarse también una biopsia de la lesión para estudio histopatológico. Los hallazgos histopatológicos varían según el tipo de lesión biopsiada. Las placas eritematosas muestran edema con un infiltrado eosinofílico difuso y perivascular4, mientras que las pápulas evidencian una leve hiperqueratosis y un intenso infiltrado eosinofílico comprometiendo principalmente la unidad pilosebácea en forma superficial (con respeto del istmo y el segmento inferior).9 Las glándulas ecrinas y los ductos están fuertemente afectados.10 Por su parte, la biopsia de las pústulas muestra colecciones subcórneas o intraepidérmicas que suelen estar asociadas a un orificio pilosebáceo. Los diagnósticos diferenciales a considerar dependen de la presentación clínica del ETN. Cuando las lesiones son pustulosas, debe diferenciárselo de cuadros como la foliculitis eosinofílica, el acné neonatal, la histiocitosis congénita y la incontinencia pigmenti así como de cuadros infecciosos como la candidiasis neonatal, infecciones herpéticas e infecciones bacterianas (Staphylococco, Streptococco, Listeria monocitogenes, Haemophilus, Klebsiella, etc).4 Cuando se manifiesta con máculas eritemato-edematosas debe diferenciárselo de la urticaria anular del lactante, el lupus neonatal o distintos tipos de farmacodermias como fue el caso de nuestro paciente. Dado su curso autoinvolutivo, el ETN no requiere tratamiento. 114 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 correlato clínico-patológico Rash eritematoso en un neonato Margarita Larralde et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Nanda A, Kaur S, Bhakoo ON, Dhall K. Survey of cutaneous lesions in Indian newborns. Pediatr Dermatol. 1989; 6:39-42. 2. 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Ramos Mejía” Buenos Aires, Argentina Resumen La infección genital por HPV (Human Papillomavirus) representa la enfermedad de transmisión sexual más común a nivel mundial, con una incidencia generalmente mayor entre los 20 y los 30 años de edad. Dentro de las entidades clínicas provocadas y/o asociadas al HPV, el cáncer de cuello uterino es el que recobra mayor importancia, debido a su alta prevalencia y sus elevadas tasas de morbi-mortalidad, principalmente en los países en vía de desarrollo. Como prevención primaria, la vacuna contra el HPV es efectiva y segura, y su inclusión en el calendario oficial de vacunación representa una intervención importante en la salud pública, ya que si bien no brinda una protección directa contra todos los subtipos de HPV, está dirigida específicamente contra aquellos que tienen mayor potencial oncogénico (genotipos 16 y18) y además provee protección cruzada contra otros subtipos. El examen físico ginecológico, la citología cervical y la colposcopia continúan siendo los principales métodos de prevención secundaria, diagnóstico y tratamiento para el HPV. El objetivo de este trabajo es realizar un análisis de la bibliografía disponible sobre el tema y de los resultados hasta ahora obtenidos, en tanto creemos que esta información es fundamental para asesorar a nuestros pacientes. Palabras clave: HPV; prevención; vacuna Abstract HPV (Human Papillomavirus) genital infection represents the most common sexual transmitted disease worldwide, with major incidence in women between 20 and 30 years. Cervix cancer is the most important clinical entity caused/associated with HPV, with high prevalence and mortality rate, especially in developing countries. HPV vaccine is effective and secure as primary prevention. Its inclusion in the official vaccination calendar constitutes an important intervention in public health problems. Although it does not confer direct protection against all the HPV subtypes, it is specifically directed against those who have higher oncogenic risk (genotypes 16 and 18) and is capable to induce crossed protection against other subtypes. Gynecological examination, PAP smears test and colposcopy remain the main methods of secondary prevention, diagnosis and treatment of HPV infection. The aim of this article is to review updated bibliography on this topic, in order to be able to give advice to our patients. Key words: HPV; prevention; vaccine Dermatol Pediatr Lat. 2011; 9 (3): 116-9. Correspondencia: maría Pía Boldrini J. M. Pizzarro 872, Córdoba Capital, Córdoba, Argentina CP: 5000 E-mail: mpboldrini@hotmail.com Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 terapéutica Vacuna contra el HPV María Pía Boldrini et al. INTRODUCCIÓN DESARROLLO Las manifestaciones clínicas de la infección por HPV incluyen desde verrugas genitales y papilomatosis respiratoria recurrente hasta cáncer de cérvix, vulva, vagina, ano, pene y orofaringe. 1,2 La relación entre el HPV y el cáncer cervical fue sugerida por primera vez en 1970.3 Sin embargo, numerosos estudios epidemiológicos a nivel mundial establecen que la infección genital por HPV es un factor necesario, pero no suficiente para el desarrollo del carcinoma cervical, pudiendo producir infecciones asintomáticas sin implicancia clínica. El genotipo viral es uno de los factores de riesgo que determina la progresión maligna de lesiones cervicales. Más de 40 tipos distintos de HPV han sido identificados en el tracto anogenital humano. Estos pueden clasificarse en dos grupos: los “de bajo riesgo oncogénico” (HPV-BR), que se encuentran en condilomas acuminados y neoplasias intraepiteliales de bajo grado con un riesgo mínimo de progresión maligna (principalmente los tipos 6, 11 y 42) y los “de alto riesgo oncogénico” (HPV-AR), presentes en neoplasias intraepiteliales de alto grado e invasivas (principalmente los tipos 16, 18, 31 y 45).4 El cáncer cervical continúa siendo un problema importante en la salud mundial, a pesar de ser altamente prevenible. Según los informes del proyecto GLOBOCAN de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC),en el año 2008 se registraron 530.000 nuevos casos y 280.000 muertes por cáncer cervical, representando éste el tercer cáncer femenino más frecuente a nivel mundial.5 Más del 85% de la tasa global y el 88% de la mortalidad global por cáncer cervical en el mundo ocurre en países en vías de desarrollo, donde la enfermedad representa el segundo cáncer más frecuente en la población femenina. Si bien su incidencia ha disminuido a nivel mundial, en muchas regiones de África, América Latina y Asia del Sur todavía persisten tasas elevadas.6 En el caso del Caribe y Latinoamérica, ambas se presentan como zonas de alto riesgo, con una incidencia de 23,5/100.000 habitantes7 y una tasa de mortalidad de 10,8/100.000 habitantes, y puntualmente en la Argentina, se diagnostican por año alrededor de 3.000 casos nuevos de cáncer de cuello de útero y cerca de 1.800 mujeres mueren por esta causa.8 La infección persistente por HPV puede resultar en lesiones pre-neoplásicas, neoplasias cervicales intraepiteliales (CIN) -que incluyen 3 subtipos de acuerdo al criterio histopatológico-, adenocarcinoma in situ (AIS) o cáncer cervical invasivo. En los últimos años, se han desarrollado vacunas adyuvantes, no infecciosas, para reducir la tasa de infección por HPV y enfermedades relacionadas. Estas vacunas contienen partículas semejantes al virus (en inglés VLPs), constituidas por la cápsula viral vacía (sin ADN en su interior), de los tipos 16, 18, 6 y 11 de HPV (tetravalente: Gardasil®, Merck) y de los tipos 16 y 18 de HPV (bivalente: Cervarix®, GlaxoSmithKline). El huésped produce anticuerpos neutralizantes en respuesta a la proteína L1 de la cápside, la cual es diferente en los distintos tipos de HPV.7,9 La respuesta inmune del huésped a la infección natural por HPV es tanto humoral como celular. Si bien la respuesta humoral es específica, se caracteriza por ser lenta y débil. A diferencia de ésta, la respuesta celular es inespecífica, sin embargo, la mayoría de las lesiones clínicas remiten o resuelven gracias a la respuesta inmunológica mediada por células.10 En contraste, la vacuna para el HPV induce una respuesta inmunitaria celular fuerte y duradera.11 Debido a que la vacuna recombinante disponible en la actualidad no contiene ADN, no es infectiva ni tampoco carcinogénica.9 En el 2006 y 2009, a partir de la aprobación del uso de las vacunas tetravalente y bivalente para el HPV por parte de la “Food & Drug Administration” (FDA), las reacciones en la comunidad médica y el público en general han sido diversas. Mientras en los primeros años predominaba el entusiamo, a medida que se fue implementando la vacuna comenzaron a surgir controversias. Los Sistemas de Comunicaciones de Eventos Adversos de Vacunas de USA (en inglés: VAERS) llevaron a cabo un estudio completo de los eventos adversos posinmunización entre junio de 2006 y diciembre de 2008.12 Hubo 54 comunicaciones de eventos adversos por 100.000 dosis de vacunas distribuidas, esto es una tasa similar a las de otras vacunas. Sin embargo, la incidencia de tasas de síncopes y trombosis venosas fueron desproporcionalmente elevadas. Al respecto, es importante destacar que las tasas de estos dos sucesos son más frecuentes en mujeres jóvenes, principalmente si utilizan anticonceptivos orales, que en la población general. Además, hubo 32 casos de muerte, pero sin causalidad clara, por lo que esta 117 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 terapéutica Vacuna contra el HPV María Pía Boldrini et al. información debería ser interpretada con precaución. La vacunación está contraindicada en personas con hipersensibilidad conocida o antecedentes de reacciones alérgicas graves a la vacuna o a la levadura, y también en aquellas que presentan trastornos hemorrágicos.12 Se han realizado varios estudios de perfil económico dirigidos a analizar la relación costo-efectividad de la inclusión de la vacuna como medida preventiva primaria en países con diferentes niveles de ingreso, como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. Aunque las metodologías y escenarios utilizados fueron diversos, los resultados en todos los estudios reflejaron un costoefectividad alto, secundario al precio de la vacuna. Actualmente a las vacunas se las considera efectivas y seguras para prevenir la infección por los genotipos 16 y 18 de HPV relacionados con lesiones CIN2+ (CIN2, CIN3 y AIS) y también para proveer protección cruzada contra los genotipos 31, 33, 45, 52 y 58.7 Por este motivo, en el último tiempo se han incluido estas vacunas en los programas oficiales de inmunización de varios países. En la Argentina fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) en abril del 2011 y está indicada en niñas de 11 años, preferentemente antes del inicio de las relaciones sexuales.13 •¿A quiénes se indica la vacuna? En general, se recomienda la vacunación a mujeres de 9 a 26 años; no obstante, se pueden vacunar todas las mujeres desde los 9 hasta los 45 años, ya que la infección puede producirse a cualquier edad y más de una vez (con el mismo genotipo o con otro). En algunos países, se recomienda en hombres desde los 11 hasta los 26 años. •¿Cómo se administra? El programa actual incluye una serie de tres dosis administradas a los 0, 2, y 6 meses, a través de una inyección intramuscular, preferentemente en el músculo deltoides. El intervalo de dosificación mínima es de 4 semanas entre la primera y segunda dosis, y de 12 semanas entre la segunda y la tercera dosis.14 •¿Es indistinto el uso de la vacuna bivalente o tetravalente? Las dos vacunas se consideran efectivas; no obstante, como utilizan adyuvantes distintos con mecanismos específicos para la inmunogenicidad, se recomienda utilizar la misma vacuna para las tres dosis. •Si la paciente presenta lesiones por HPV, ¿se recomienda aplicar la vacuna? Hay que recordar que existen muchos genotipos virales involucrados y que la vacuna no sólo brinda protección contra los de alto poder oncogénico, sino que, además, otorga protección cruzada con15 tra otros subtipos. •¿Puede aplicarse junto a otras vacunas? No se ha demostrado interferencia en la respuesta inmunitaria cuando se aplica con otras vacunas. •¿Qué sucede en el embarazo? No es obligatorio solicitar el test de embarazo antes de la vacunación; sin embargo, ambas vacunas han sido asignadas como categoría B, por lo que no se recomienda la aplicación de ninguna de las dos vacunas si se sabe que la destinataria está embarazada. En caso de embarazo, se recomienda finalizar la serie de dosis faltantes luego del parto.9 CONCLUSIÓN Los programas de salud dirigidos a la prevención de enfermedades sexualmente transmisibles y la realización de campañas masivas en las que se aplican técnicas de tamizaje o “screening” (como la citología cervical o test de Papanicolao, así como también la colposcopia) continúan siendo la forma más efectiva de prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer cervical. Si bien implican un costo elevado para los presupuestos en salud de cada país, las vacunas contra el HPV se consideran seguras y efectivas para la prevención primaria del cáncer cervical. Los programas de inmunización aún enfrentan muchos desafíos, ya que a pesar de tener una efectividad conocida, todavía existen tasas bajas de inmunización, debido a que la vacunación contra el HPV conlleva temas relacionados con la sexualidad de los adolescentes, la autonomía de los padres y el costo del producto. Sólo el seguimiento de cohortes de pacientes vacunados durante un período de tiempo prolongado podrá demostrar cuáles serán los resultados reales en el futuro. 118 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 terapéutica Vacuna contra el HPV María Pía Boldrini et al. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Chaturvedi AK, Engels EA, Pfeiffer RM, Hernandez BY, Xiao W, Kim E, et al. Human papillomavirus and rising oropharyngeal cancer incidence in the United States. J Clin Oncol. 2011; 29:4294-301. 2. World Health Organization. WHO/ICO Information Centre on Human Papilloma Virus (HPV) and Cervical Cancer. 2010 Summary Report. www.who.int/hpvcentre. [consulta: 12 de noviembre de 2012]. 3. zur Hausen H. Condylomata acuminata and human genital cancer. Cancer Res. 1976; 36:794. 4. Sijvarger CC, González JV, Prieto A, Messmer AG, Mallimaci MC, Alonio VL, et al. Epidemiología de la infección cervical por virus Papiloma humano en Ushuaia, Argentina. Rev Argent Microbiol. 2006; 38:19-24. 5. WHO. GLOBOCAN. Lyon, France: World Health Organization; 2008. Available at: http:// globocan.iarc.fr/. [consulta: 12 de noviembre de 2012] 6. Pierce Campbell CM, Curado MP, Harlow SD, Soliman AS. Variation of cervical cancer incidence in Latin America and The Caribbean. Rev Panam Salud Publica. 2012; 31:492-8. 7. Rey-Ares L, Ciapponi A, Pichon-Riviere A Efficacy and safety of human papilloma virus vaccine in cervical cancer prevention: systematic review and meta-analysis. Arch Argent Pediatr. 2012; 110:483-9. 8. Ministerio de Salud de la Nación. Programa de prevención de cáncer cérvico-uterino, 2008. 9. Jin XW, Lipold L, Sikon A, Rome E. Human papillomavirus vaccine: safe, effective, underused. Cleve Clin J Med. 2013; 80:49-60. 10. Wang SS, Hildesheim A. Chapter 5: Viral and host factors in human papillomavirus persistence and progression. J Natl Cancer Inst Monogr. 2003; 31:35-40. 11. Harro CD, Pang YY, Roden RB, Hildesheim A, Wang Z, Reynolds MJ, et al. Safety and immunogenicity trial in adult volunteers of a human papillomavirus 16 L1 virus-like particle vaccine. J Natl Cancer Inst. 2001; 93:284-92. 12. Slade BA, Leidel L, Vellozzi C, Woo EJ, Hua W, Sutherland A, et al. Postlicensure safety surveillance for quadrivalent human papillomavirus recombinant vaccine. JAMA. 2009; 302:750-7. 13. Disposición 2769 – 11, Anmat, Abril 2011. 14. López Marti MG, Irigoyen M, Arbeter A. Nueva vacuna contra el HPV (Human Papillomavirus=Papiloma Virus Humano). Arch Argent Pediatr. 2007; 105:260-1. 15. Witis S. Prevención del cáncer de cuello uterino: vacunación preventiva contra el virus del papiloma humano. En: Lewitan G. Ginecología de niñas y adolescentes. Diagnóstico, tratamiento y prevención. 1º ed. Journal, Buenos Aires, 2013:221-26. 119 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 revisión bibliográfica 120 María Eugenia Abad Médica Asistente del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía y del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán Paula Boggio Médica Asistente del Sector Dermatología Pediátrica del Hospital Ramos Mejía Buenos Aires, Argentina 1. Ausencia de diferencias clínicas y dermatoscópicas entre nevos melanocíticos congénitos y no congénitos en una cohorte de niños de 2 años de edad. Stinco G, Argenziano G, Favot T, Valent F, Patrone P. Br J Dermatol. 2011; 165:1303-7. Los nevos melanocíticos congénitos (NMC) son aquellos que están presentes desde el nacimiento. Algunos, llamados nevos melanocíticos congénitos tardíos (NMCT), se tornan clínicamente aparentes luego del nacimiento, durante los primeros años de vida. El número de nevos en un individuo continúa aumentando debido a la aparición de nevos melanocíticos adquiridos (NMA). En este trabajo, los autores analizan los aspectos clínicos y dermatoscópicos de todos los nevos melanocíticos (NM) presentes en una población de niños de 2 años de edad y buscan establecer si existen diferencias entre los NM presentes al momento del nacimiento (NMN) y aquellos que aparecieron después de dicho evento y hasta los 2 años de vida (NMP). Para ello realizan un estudio observacional no randomizado en el que incluyen un total de 133 NM de 103 niños, de entre 21 y 26 meses de vida, analizados clínica y dermatoscópicamente. Entre los resultados observan que: el 76% de los niños tiene 1 NM, el 20% tiene 2 NM, el 3% tiene 3 NM y el 1% tiene 4 NM. Del total de NM analizados en este trabajo, 76 son NMN y 57 NMP. Desde el punto de vista clínico, los autores encuentran una asociación estadísticamente significativa entre los nevos de mayor diámetro y los NMN, y además establecen que estos últimos tienen bordes policíclicos con mayor frecuencia que los NMP. En relación con los patrones dermatoscópicos predominantes, estos fueron: globular en el 51% de los NMN y el 58% de los NMP y reticular en el 28% de los NMN y el 14% de los NMP. Destacan que el número de NM presentes en los primeros dos años de vida es pequeño y que más de la mitad se encuentra desde el nacimiento. Asimismo, resaltan que se hallan distribuidos por toda la superficie cutánea y que, si bien los NMN son de mayor tamaño que los NMP, la mayoría tiene un tamaño pequeño. Los autores no encuentran ninguna diferencia en los aspectos dermatoscópicos entre ambos grupos de nevos y comunican que los patrones predominantemente encontrados son el globular y el reticular. Finalmente, concluyen que no identifican criterios definidos para diagnosticar un NMC y distinguir entre aquellos de aparición tardía (NMCT) y los adquiridos (NMA). 2. Tratamiento de angiofibromas faciales con la aplicación tópica de la solución de rapamicina oral (1 mg/ml) en dos pacientes con esclerosis tuberosa. Mutizwa M, Berk D, Anadkat M. Br J Dermatol. 2011; 165: 922-3. La esclerosis tuberosa (ET) es una enfermedad multiorgánica de herencia autosómica dominante causada por mutaciones en los genes TSC1 y TSC2, que codifican la síntesis de las proteínas supresoras tumorales hamartina y tuberina. Estas proteínas, en condiciones normales, inhiben la actividad del mTOR (mammalian target of rapamycin). Las mutaciones en la hamartina y la tuberina resultan en una pérdida de la inhibición del mTOR, promoviendo el desarrollo de tumores en múltiples órganos. A pesar de que las manifestaciones cutáneas de esta enfermedad son benignas, pueden causar importante desfiguración cosmética, particularmente en el caso de los angiofibromas faciales (AF). Hasta la actualidad, el tratamiento de los AF se ha limitado a técnicas quirúrgicas destructivas. La rapamicina es un inhibidor del mTOR, por lo que suprime el crecimiento tumoral. Ésta, por vía oral, induce la regresión tanto de los tumores viscerales relacionados con la ET como de los AF. En comunicaciones recientes se describe el tratamiento exitoso de AF en pacientes portadores de ET con rapamicina 1% en ungüento, obtenido a partir de tabletas o solución de rapamicina. Los autores presentan 2 pacientes de sexo femenino con ET y antecedente de tratamiento de sus AF con láser ablativo, sin resolución de los mismos. Se les indicó la aplicación de la solución oral Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 revisión bibliográfica María Eugenia Abad / Paula Boggio de rapamicina (1mg/ml), disponible comercialmente, dos veces por día. Dado que presentaron importante irritación, la aplicaron finalmente sólo una vez por día. A las 10 semanas de tratamiento, se objetivó una mejoría importante tanto en el tamaño como en el número de sus AF. Los niveles séricos de rapamicina fueron indetectables a las 10 semanas de tratamiento. En un caso, además, se trató tópicamente con la misma solución un nevo conectivo, sin notar ningún cambio. Los autores concluyen que, a pesar de que la evidencia aportada por estos casos es anecdótica, mientras no contemos con los resultados de los ensayos randomizados y controlados que se están realizando para investigar la indicación de rapamicina tópica en estos casos, la solución oral de rapamicina (1 mg/ml) disponible comercialmente es una opción terapéutica simple, segura y eficaz para el tratamiento de los AF en los pacientes con ET. 3. Propranolol vs. corticoides para los hemangiomas infantiles. Análisis retrospectivo multicéntrico. Price CJ, Lattouf C, Baum B, McLeod M, Schachner LA, Duarte AM, Connelly EA. Arch Dermatol. 2011; 147:1371-6. Hasta hace poco tiempo, el tratamiento de elección de los hemangiomas infantiles (HI) eran los corticoides orales, pero a partir del 2008 varias comunicaciones demostraron la efectividad del propranolol en la terapéutica de los HI. El objetivo de este estudio fue evaluar la efectividad y seguridad del propranolol en el tratamiento de los HI, así como también determinar su superioridad sobre los corticoides orales. Los autores diseñaron un estudio multicéntrico y retrospectivo, en el que incluyeron 110 pacientes con HI que fueron tratados con propranolol o corticoides orales. El porcentaje de aclaramiento de los HI fue determinado mediante la observación de fotografías seriadas y la evaluación clínica (alto, ancho y espesor) de las lesiones, dividiendo a los pacientes en 2 grupos según su respuesta terapéutica: los pacientes que alcanzaron un aclaramiento del 75% o más de sus HI y los que lograron un aclaramiento menor al 75% de la lesión. Los pacientes de la rama propranolol recibieron inicialmente 0,5 mg/kg/día durante 3 días, luego 1 mg/kg/día durante otros 3 días y finalmente alcanzaron la dosis de 2 mg/kg/día, siempre dividida en 2 tomas diarias. Los pacientes tratados con corticoides orales recibieron prednisolona a una dosis de 2 a 4 mg/kg/día, siendo la mayoría de ellos tratados con 4 mg/kg/día. Según los resultados obtenidos, la duración media del tratamiento fue de 7,9 meses (3,5 - 14 meses) para el grupo propranolol y de 5,2 meses (2,5 - 8 meses) para el grupo que recibió corticoides orales. Cincuenta y seis de los 68 pacientes de la rama propranolol (82%) lograron un aclaramiento igual o mayor al 75%, comparado con los 12 de los 42 pacientes de la rama corticoides orales que lograron igual resultado (29%) (P<0,01). En el grupo tratado con propranolol los efectos adversos fueron mínimos: un paciente tuvo hipoglucemia y 2 pacientes presentaron una erupción cutánea inespecífica, no relacionada con el tratamiento. Todos los niños de la rama corticoides presentaron efectos adversos (P<0,01): el 100% tuvo fascies cushingoide, 4 presentaron reflujo gastroesofágico, 2 hipertensión arterial y un paciente desarrolló una hemorragia arterial severa, secundaria a una ulceración que erosionó la arteria carótida externa y requirió intervención quirúrgica de urgencia. AdeFiguraefecto 2. más, cada adverso de los siguientes se presentó en un paciente: hirsutismo, falla de crecimiento, poco aumento de peso, hipercolesterolemia y cicatriz asociada a retracción del labio con deterioro funcional. En 2 de los 68 casos tratados con propranolol se observó recaída al suspender la administración de la droga, pero ambos respondieron favorablemente ante su reintroducción. Ocho pacientes de la rama propranolol (12%) y 12 pacientes de la rama corticoides orales (29%) requirieron derivación al cirujano (P<0,01). Loa autores concluyen que el tratamiento con propranolol en los HI es más efectivo en el aclaramiento de las lesiones, tiene mejor tolerancia, efectos adversos mínimos y requiere menor derivación quirúrgica al finalizar el tratamiento. Los autores consideran que el tratamiento con propranolol es superior al tradicional abordaje de primera línea con corticoides orales y proponen, entonces, que el propranolol sea considerado un agente de primera línea en el tratamiento de los HI dada su eficacia y seguridad. 4. Combinación tópica de rapamicina y tacrolimus en el tratamiento de angiofibromas faciales en esclerosis tuberosa: un estudio piloto en 9 pacientes japoneses con esclerosis tuberosa con diferente nivel de severidad. 121 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 revisión bibliográfica María Eugenia Abad / Paula Boggio Wataya-Kaneda M, Tanaka M, Nakamura A, Matsumoto S, Katayama I. Br J Dermatol. 2011; 165:912-6. Ho N, Pope E, Weinstein M, Greenberg S, Webster C, Krafchik BR. Br J Dermatol. 2011; 165:626-32. Las mutaciones en los genes TSC1 y TSC2 que se producen en el complejo esclerosis tuberosa (CET) dan lugar a defectos en las proteínas hamartina y tuberina, provocando desregulaciones en la vía de señalización mTOR (mammalian target of rapamycin). La rapamicina es un inhibibor de mTOR y ha demostrado ser eficaz en el tratamiento, en forma tópica, de los angiofibromas faciales (AF). Dado que es una molécula grande, es dificultoso incorporarla a un ungüento que sea luego fácilmente absorbible. El tacrolimus es una molécula estructuralmente similar a la rapamicina y ambas se unen a la proteína 12 ligadora de FK (FK-binding protein 12 FKBP12) en forma competitiva. El complejo tacrolimus-FKBP12 funciona como un inhibidor de la calcineurina, mientras que el complejo rapamicina-FKBP12 funciona como un inhibidor de mTOR. Los autores desarrollaron un ungüento de rapamicina al 0,2%, asociando Rapamune® con tacrolimus 0,03% usado como vehículo. Incluyeron en este estudio a 9 pacientes con diagnóstico de CET, 3 varones y 6 mujeres, con edades entre los 6 y 46 años. Se trataron los AF simétricos en forma comparativa, usando en la hemicara izquierda rapamicina 0,2%/tacrolimus 0,03% y en la derecha sólo tacrolimus 0,03%, 2 veces por día durante 3 meses. En todos los pacientes se realizaron estudios hematológicos y bioquímicos antes y después del tratamiento. Se estudió también el nivel de rapamicina sérica al final del tratamiento. Los sujetos fueron evaluados mediante un score para valorar el eritema, espesor y tamaño de la pápula en las semanas 0, 2, 6 y 12 del tratamiento. Al final del mismo, todos los scores mejoraron significativamente en los AF tratados con rapamicina 0,2%/tacrolimus 0,03%, comparado con los tratados solamente con tacrolimus 0,03%. No se presentaron efectos adversos y los niveles séricos de rapamicina fueron indetectables. Los autores concluyen que la aplicación tópica del ungüento de rapamicina/tacrolimus es una herramienta terapéutica útil y segura para el tratamiento de los AF relacionados con el CET. El tratamiento del vitiligo sigue siendo un desafío. Las opciones terapéuticas incluyen corticoides tópicos y sistémicos, inhibidores tópicos de la calcineurina, calcipotriol tópico, fototerapia, láser excimer y tratamientos quirúrgicos. Uno de los medicamentos más utilizados en la infancia son los corticoides tópicos, pero una limitante es la posibilidad de desarrollar efectos adversos asociados con el uso a largo plazo. Los inhibidores tópicos de la calcineurina se presentan como una alternativa eficaz y segura en el tratamiento del vitiligo en la infancia. El objetivo del presente estudio fue evaluar la eficacia y seguridad del propionato de clobetasol 0,05% (PC 0,05%) y del tacrolimus 0,1% (T 0,1%), comparándolos entre ellos y con placebo. Los autores diseñaron un estudio prospectivo, doble ciego, randomizado y placebo-control, en el que incluyeron pacientes de 2 a 16 años de edad con un vitiligo que comprometía el 20% o menos de la Figura 2. superficie corporal, luego de un período de washout de 8 semanas. Los casos, evaluados entre junio de 2004 y junio de 2006, se dividieron en 2 subgrupos, facial (n=55) y no facial (n=45), y fueron randomizados en 3 ramas: 1) PC 0,05% durante los 2 primeros meses de tratamiento, seguido con un vehículo inactivo durante los siguientes 2 meses y nuevamente PC 0,05% en los últimos 2 meses de estudio; 2) tacrolimus 0,1% durante 6 meses; y 3) vehículo inactivo como placebo durante 6 meses. Se les indicó que se aplicaran una fina capa sobre las zona a tratar (facial o no facial) 2 veces por día durante los 6 meses que duró el estudio. Se definió como una repigmentación exitosa a la mejoría objetivable mayor del 50%, comparando las fotografías tomadas al inicio y a los 2, 4 y 6 meses de iniciado el estudio. Como resultados los autores observaron que, entre los pacientes con vitiligo facial, el 58% de los tratados con PC 0,05% y el 58% de los tratados con T 0,1% respondieron satisfactoriamente, logrando una repigmentación completa el 22% del grupo PC 0,05% y el 11% del grupo T 0,1%; mientras que en el grupo de vitiligo no facial el 39% de los tratados con PC 0,05% y el 23% de los tratados con T 0,1% respondieron satisfactoriamente (P=0,30), logrando una repigmentación completa el 13% del grupo PC 0,05% y el 10% de los tratados con T 0,1%. En ambos grupos las lesiones faciales respondieron 5. Estudio doble ciego, randomizado y placebocontrol de tacrolimus 0,1% tópico vs. propionato de clobetasol 0,05% en vitiligo de la infancia. 122 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre/Diciembre 2011 revisión bibliográfica María Eugenia Abad / Paula Boggio más rápidamente. Hubo una diferencia significativa en la respuesta entre el grupo PC 0,05% y la rama placebo (P<0,0001) y entre los tratados con T 0,1% y el grupo placebo (P=0,0004). Siete de los pacientes de la rama placebo presentaron algún grado de repigmentación a nivel facial y el 2,4% tuvo una repigmentación espontánea. No hubo efectos adversos significativos en ningún grupo. Los autores concluyen que tanto el PC 0,05% usado en forma intermitente como el T 0,1% utilizado en forma continua tienen efectos similares en la población pediátrica con vitiligo facial y extrafacial. Figura 2. 123 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre / Diciembre 2011 reglamento de publicación La revista Dermatología Pediátrica Latinoamericana es la publicación oficial de la Sociedad Latinoamericana de Dermatología Pediátrica (SLADP), encargada de difundir y promover el conocimiento de esta importante subespecialidad de la Dermatología en el ámbito latinoamericano. POLÍTICA EDITORIAL Dermatología Pediátrica Latinoamericana considera para la publicación de sus artículos las reglas establecidas por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas, las cuales pueden hallarse en su texto original en inglés en el sitio www.icmje.org Dermatología Pediátrica Latinoamericana publica artículos originales e inéditos sobre la especialidad. La sumisión de un manuscrito implica la aceptación de que su contenido es material no publicado, excepto en la forma de resúmenes o comunicaciones en sociedades o reuniones científicas y que no ha sido enviado simultáneamente para otra publicación. El idioma de publicación es el español. Se aceptarán artículos en portugués e inglés, los cuales serán traducidos al español. Todos los artículos recibidos serán objeto de revisión por los integrantes del comité editorial y, cuando fuere necesario, por uno o dos revisores externos. Los editores y el comité editorial notificarán al autor responsable sobre la aceptación (con o sin correcciones y cambios) o sobre el rechazo del manuscrito en el plazo de un mes desde la recepción del trabajo; siendo las decisiones de los editores inapelables. Los editores se reservan el derecho de rechazar artículos por razones científicas y/o técnicas: ya sea porque no se ajustan al reglamento de publicación o porque no poseen un mínimo nivel de calidad aceptable. En los casos en que se considere conveniente, por razones de diagramación, podrán efectuar reducciones o modificaciones del texto y/o del material gráfico así como correcciones de estilo sin afectar los conceptos o conclusiones del manuscrito. A su vez, decidirán el momento de publicación de dicho artículo. Los manuscritos aceptados para su publicación se tornan propiedad de la SLADP y no podrán ser publicados en otro lugar sin consentimiento de los editores. El material aceptado para publicación es editado y las pruebas son enviadas a los autores para su revisión final. Las mismas deben ser devueltas en el plazo de 72 horas, caso contrario se asumirá la aceptación de dicha prueba por parte de los autores. La responsabilidad por el contenido total de los trabajos editados corresponde exclusivamente a los autores. FORMATO DEL MANUSCRITO El manuscrito completo debe ser procesado en MS Word, fuente Arial número 12 y con interlineado doble en todas sus páginas. Los márgenes superior e inferior se establecerán en 3 cm y los laterales en 2,5 cm. Las páginas deben numerarse en forma correlativa y el número de página debe aparecer en el margen superior derecho. Se aceptarán sólo los manuscritos enviados, vía electrónica, a la Secretaría de Redacción: sladp.revista@gmail.com Cada manuscrito debe constar del siguiente orden: Página de Título. Debe detallarse en ella el tipo de artículo del que se trata; el título completo del artículo (en español, que no exceda 45 caracteres con espacios incluidos) y un título abreviado para cabeza de página; el nombre completo de los autores y su filiación institucional; el nombre completo, dirección postal, dirección electrónica y teléfono/fax del autor encargado de recibir la correspondencia; agradecimientos de soporte financiero si lo hubiere; y declaración de conflicto de intereses. Resumen. No deberá superar las 200/250 palabras e incluirá el trabajo resumido en sus aspectos importantes. El resumen será estructurado sólo para los trabajos enviados para la sección “Trabajos de Investigación”. Éste debe contener: Introducción, Materiales y métodos, Resultados y Discusión. Debe acompañarse de un resumen equivalente en inglés. Debajo del resumen/abstract los autores deben proveer entre 3 y 5 palabras clave/key words, es decir, palabras representativas del tema tratado en el texto. Éstas deben aparecer por orden alfabético y deben estar listadas en Bireme "Health Science Descriptors" disponible en: http://decs.bvs.br/ o en 'Medical Subject Headings/Mesh' (MeSH) del Index Medicus disponible en: www.nlm.nih.gov/meshhome.html Texto. Éste debe ir en la secuencia convencional, con variaciones según el tipo de trabajo: Introducción-Caso clínico-Comentario o IntroducciónMateriales y métodos-Resultados-Discusión; Agradecimientos; Referencias bibliográficas; Tablas/ Cuadros y/o Gráficos; y Figuras (leyendas de las figuras). Todas las tablas, cuadros y figuras deben ser citados en el orden de aparición en el texto, numerándolos de manera secuencial. 124 Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre / Diciembre 2011 125 reglamento de publicación Referencias bibliográficas. Las citas bibliográficas deben ser numeradas consecutivamente, en números arábigos en superíndice, en el orden en que se las menciona por primera vez en el texto, al final de la frase o párrafo en el que se las alude. Las referencias consecutivas serán separadas por un guión (p. ej.1-7) y las no correlativas por comas (p. ej.3,11,25). Se incluirán todos los autores cuando sean seis o menos; si fueran más, el sexto será seguido de la expresión “et al.” (y otros) o “y cols.” (y colaboradores) según corresponda. La referencia citada deberá seguir las normas y formato del “Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals” (estilo Vancouver). Los títulos de las revistas deben abreviarse según el estilo usado en el Index Medicus (disponible en: www.nlm.nih.gov/tsd/serials/lsiou.html). Todas las referencias deben ser verificadas por los autores. a) Artículos en revistas: Apellido e inicial del nombre del o de los autores separados por comas. Título completo del artículo en su idioma original. Nombre de la revista en que apareció. Año de publicación, volumen de la revista, página inicial y final del artículo. Ej: Nico MM, Park JH, Lourenço SV. Mucocele in pediatric patients: analysis of 36 children. Pediatr Dermatol. 2008; 25:308-11. b)Capítulos en libros: Apellido e inicial del nombre del o de los autores del capítulo separados por comas. Título del capítulo. Apellido e inicial del nombre del o de los autores del libro separados por comas. Título del libro. Editorial, lugar y año. Páginas. Ej. Eichenfield L, Larralde M. Neonatal skin and skin disorders. En: Schachner LA, Hansen RC, eds. Pediatric Dermatology. Mosby, Edinburgh, 2003: pp. 205-62. c)Revistas electrónicas: Apellido e inicial del nombre del o de los autores separados por comas. Título completo del trabajo. [Tipo de soporte], nombre de la revista, fecha de publicación, <disponibilidad y acceso>, [fecha de consulta], número normatizado (ISSN o ISBN). Ej: Browning JC, Levy ML. Argyria attributed to silvadene application in a patient with dystrophic epidermolysis bullosa. [En línea], Dermatology Online Journal, abril de 2008, vol.14, nro4, 9. http://dermatology.cdlib.org/144/ped_derm/arygy ria/browning.html, [consulta: 8 de julio de 2008], ISSN 1087-2108. Tablas, cuadros y gráficos. Las tablas (que muestran resultados numéricos y valores comparativos permitiendo el análisis estadístico de los mismos) y los cuadros (que muestran información del texto en forma tabulada, sin análisis estadístico) deben ser escritos a doble espacio, en hojas separadas y numerados consecutivamente dentro del texto. Las tablas, cuadros y gráficos deben llevar sus respectivos números y títulos. Todas las abreviaturas utilizadas deben ser explicadas al pie de la página. No se aceptarán fotografías de cuadros ni reducciones. Leyendas de figuras. Cada figura debe tener su correspondiente leyenda escrita a doble espacio, en una hoja separada. Cada leyenda debe ser numerada con un número arábigo correspondiente a la ilustración como aparece en el texto (p. ej. Figura 1). En las leyendas de las microfotografías de estudios histopatológicos deben consignarse el método de tinción y el aumento o magnificación de las mismas. En los casos de fotos clínicas en donde se puede reconocer la identidad del paciente se debe contar con el consentimiento firmado por el paciente o su representante legal autorizando la publicación de la misma. Figuras. Se aceptarán sólo fotografías digitales. Las mismas deben tener un tamaño mínimo de 8 cm de ancho, 300 dpi de resolución y cada una debe enviarse como archivo individual con su nombre correspondiente, en formatos JPEG o TIFF. TIPOS DE TRABAJOS 1.Artículos de revisión Página título; Resumen (hasta 250 palabras); Texto: organizado en Introducción, Desarrollo y Conclusión; Referencias bibliográficas (hasta 100); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 6); Figuras (hasta 10). Extensión: hasta 33.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 2.Trabajos de investigación Página título; Resumen estructurado: Introducción, Materiales y métodos, Resultados, Discusión (hasta 250 palabras); Texto: organizado en Introducción (se resumen las bases para el estudio u observación y se presentan el/los objetivo/s del trabajo); Materiales y métodos (deben incluirse: a. selección de la población de estudio, b. métodos, aparatos y/o procedimientos, c. detalles del protocolo usado cuando se trate de estudios clínicos, d. guías o normas éticas seguidas y e. descripción de métodos estadísticos); Resultados (presentados en una secuencia lógica y sin repetición en el texto de las informaciones presentadas en tablas/cuadros/gráficos); Discusión (se resaltan los aspectos Dermatología Pediátrica Latinoamericana Volumen 09 • Número 3. Septiembre / Diciembre 2011 reglamento de publicación dros/gráficos); Discusión (se resaltan los aspectos importantes del estudio, las conclusiones de ellos derivadas y su relación con los objetivos planteados); Referencias bibliográficas (hasta 50); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 4), Figuras (hasta 8). Extensión: hasta 22.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 3.Trabajos originales Página título; Resumen (hasta 200 palabras); Texto: organizado en Introducción, Serie de casos y Discusión; Referencias bibliográficas (hasta 50); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 2); Figuras (hasta 8). Extensión: hasta 22.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 4.Comunicación de casos Página título; Resumen (hasta 200 palabras); Texto: organizado en Introducción, Caso clínico y Comentario; Referencias bibliográficas (hasta 30); Figuras (hasta 6). Extensión: hasta 11.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas). 5.Haga su diagnóstico Página título (el título no debe mencionar el diagnóstico); Texto: organizado en Caso clínico, Diagnóstico y Comentario; Referencias bibliográficas (hasta 10); Figuras (hasta 6). Extensión: hasta 11.000 caracteres con espacios (considerando página título, texto y referencias bibliográficas). 6.Correlato clínico-patológico Página título (el título debe hacer referencia a la/s lesión/es, obviando el diagnóstico); Texto: organizado en Presentación del caso (presentando hallazgos clínicos e histopatológicos y diagnóstico) y Discusión; Referencias bibliográficas (hasta 20); Fi- guras (6 en total: 3 clínicas y 3 histopatológicas). Extensión: hasta 16.000 caracteres con espacios (considerando página título, texto y referencias bibliográficas). 7.Terapéutica Página título; Resumen (hasta 250 palabras); Texto: organizado en Introducción, Desarrollo y Conclusión; Referencias bibliográficas (hasta 60); Tablas, cuadros y/o gráficos (hasta 4); Figuras (hasta 4). Extensión: hasta 27.000 caracteres con espacios (considerando página título, resumen, texto y referencias bibliográficas) UNIDADES DE MEDIDAS Y ABREVIATURAS Se recomienda usar pesos y medidas del Sistema Internacional de Unidades (SI), disponible en: http://physics.nist.gov/cuu/Units/units.html. Las temperaturas deben ser expresadas en grados Celsius (°C). Las medidas de presión arterial deben aparecer en milímetros de mercurio (mmHg). A su vez, los medicamentos deben ir con el nombre genérico o denominación común internacional. La gramática y la sintaxis deben corresponder al español. Cuando fuera necesario el uso de abreviaturas, siglas y/o símbolos, éstas deben seguir las recomendaciones del “Council of Biology Editors Style”. No deben ser usadas abreviaturas en el Título. La primera vez que se use una abreviatura o sigla irá precedida del término completo, salvo que se trate de una unidad de medida estándar. COPYRIGHT Todo trabajo deberá acompañarse del correspondiente formulario de Copyright firmado por el autor principal, sin el cual no se procederá a su publicación definitiva. Dicho formulario se encuentra disponible en la página web de la SLADP: www.sladp-online.org El mismo deberá ser enviado por alguno de los siguientes medios: Correo postal: Editores Dermatología Pediátrica Latinoamericana Arenales 2557, 1º A, (CP1425), CABA, Buenos Aires, Argentina Fax: +54 11 41270264/48214407 E-mail: sladp.revista@gmail.com 126