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140 Años de Publicación Continua AÑO (VOL) 140 Nº 10 octubre 2012 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN • Detección de virus linfotrópico de células T humano-I/II en pacientes con enfermedades de transmisión sexual de Santiago. de Hualpén. 5º objetivo del Milenio. del cáncer de mama. su relación con riesgo de déficit atencional/hiperactividad. corazón de rata. sedentarias, pre-diabéticas con sobrepeso u obesidad. atención médica de urgencia del Área Metropolitana. • Asociación entre polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares de la comuna • El cambio del perfil epidemiológico de la mortalidad materna en Chile dificultará el cumplimiento del • Influencia del estado nutricional, niveles hormonales séricos e historia familiar de cáncer en el desarrollo • La presión arterial es un importante marcador de ateroesclerosis subclínica en niños. • Variación de alelos del gen receptor de dopamina DRD4 en escolares chilenos de diferente origen étnico y • Efecto del ejercicio agudo sobre la expresión del receptor tipo Toll-4 y los mecanismos inflamatorios en • Efectos del ejercicio físico de alta intensidad y sobrecarga en parámetros de salud metabólica en mujeres • Perfil de riesgo de pacientes adultos sometidos a traslado secundario por móviles avanzados del sistema de CASOS CLÍNICOS • Linfangiectasia renal unilateral. Caso clínico. • Encefalopatía posterior reversible como primera manifestación del Síndrome de Guillain-Barré. • Neoplasia blástica de células dendríticas plasmocitoides. Caso clínico. ARTÍCULOS DE REVISIÓN • Aplicación de la capacidad bactericida del cobre en la práctica médica. • Actualización en lupus neuro-psiquiátrico con énfasis en déficit cognitivo. • Glomerulopatía colapsante. ARTÍCULOS ESPECIALES • Consentimiento informado en la nueva ley de derechos de los pacientes. • Trasplante de órganos, una mirada desde el judaísmo en el siglo XXI. documentos • Declaración de la Academia Chilena de Medicina sobre la contaminación atmosférica de Santiago. Historia de la Medicina • El papiro de Edwin Smith y su trascendencia médica y odontológica. Rev Med Chile 140 (10), 2012: 1233-1370, RMCHAW ISSN 0034-9887 Revista MÉDICA de Chile 140 años de publicación continua A Ñ O ( V O L ) 1 4 0 - N º 1 0 - octubre 2 0 1 2 Publicación oficial de la Sociedad Médica de Santiago, de sus Sociedades Filiales, de sus Capítulos y Sociedades Afiliadas en Regiones ©2012, Sociedad Médica de Santiago. No part of this publication may be reproduced, displayed, or transmitted in any form or by any means, electronic or mechanical, including photocopying or by any information storage or retrieval system, without the prior written permission from the Editors. Una versión electrónica de la Revista Médica de Chile se publica en el sitio web www.scielo.cl del Programa SciELO Chile, de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT). An electronic version of Revista Médica de Chile is published in the web site www.scielo.cl by the Programa SciELO Chile of CONICYT, Chile. Sociedad Médica de Santiago Sociedad Chilena de Medicina Interna Fundada en 1869 Directorio de la Sociedad Médica de Santiago PRESIDENTE Dr. Guillermo Acuña Leiva VICEPRESIDENTE Dr. Jorge Vega Stieb PAST PRESIDENTE Dr. Héctor Ugalde Prieto SECRETARIA Dra. Carolina Herrera Contreras TESORERO Dr. Walter Passalacqua Rivanera Directores Jorge Alfaro Lucero Walter Passalacqua Rivanera Marta Aliste Silva Jacqueline Pefaur Penna Gloria Briones Bilbao Claudio Puebla Arredondo Sylvia Echávarri Vesperinas Juan Eduardo Sánchez Valenzuela Ricardo Estela Petit Tomás Sepúlveda Arévalo Marylucy Gálvez Arias Sebastián Valderrama Chang Gilberto González Vicente Jesús Véliz López Carolina Herrera Contreras Rodrigo Zapata Larraín Marcelo Llancaqueo Valeri Sociedades Filiales Sociedad Chilena de Alergia e Inmunología Sociedad Chilena de Biología y Medicina Nuclear Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias Sociedad Chilena de Gastroenterología Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile Sociedad Chilena de Hematología Sociedad Chilena de Hipertensión Arterial Sociedad Chilena de Infectología Sociedad Chilena de Inmunología Sociedad Chilena de Medicina Intensiva Sociedad Chilena de Nefrología Asociación Chilena de Nutrición Clínica Sociedad Chilena de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía Sociedad Chilena de Osteología y Metabolismo Mineral Sociedad Chilena de Parasitología Sociedad Chilena de Reumatología Sociedad Chilena de Trasplantes Revista Médica de Chile (Rev Med Chile) Fundada en 1872 por los Drs. Germán Schneider, Rodulfo A. Philippi, Alfonso Thévenot, Adolfo Murillo, Pablo Zorrilla y Adolfo Valderrama. Editor Editor Emérito Humberto Reyes B. Alejandro Goic G. Editor de Resúmenes en inglés Daniel Bunout B. Editores Asociados Max Andresen H. Joaquín Palma H. Secretaria Ximena Quinteros F. International Advisory Committee Dame Marcela Contreras, MD, London, UK Felipe C Cabello, MD, Valhalla, NY, USA Luis R Espinoza, MD, New Orleans, LA, USA Dr. Arturo Evangelista M, Barcelona, España Richard V Lee, MD, Buffalo, NY, USA Dr. Julián Panés, Barcelona, España Jorge Rakela, MD, Scottsdale, AZ, USA Dr. Moisés Selman L, México DF, México Comité Editorial Asesor Cecilia Albala B. Miriam Alvo A. Fernando Araya D. Marco Arrese J. Eugenio Arteaga U. Carmen Paz Astete A. Carmen Gloria Aylwin H. Francisco Barriga C. Paula Bedregal G. Leandro Biagini A. Gisella Borzone T. Javier Brahm B. Lucía Bronfman F. María Elena Cabrera C. Fernando Cassorla G. Silvia Castillo T. José Castro O. Iván Caviedes S. Fanny Cortés M. Miguel Cuchacovich T. Hernán Chamorro B. Sara Chernilo S. Orlando Díaz P. Karin D’Ottone M. Alberto Dougnac L. Alejandro Fajuri N. Carlos Fardella B. Alejandra Fernández V. Marcela Ferrés G. Gustavo Figueroa C. Fernando Florenzano U. Carlos Fuentealba P. Homero Gac E. Jaime Godoy F. Fernando González F. Sergio González B. Mauricio Guivernau B. Christel Hanne A. Sandra Hirsch B. Enrique Jadresic M. Liliana Jadue H. Jorge Jalil M. Jaime Labarca L. Luz María Letelier S. Alberto Maiz G. Pedro Paulo Marín L. Loreto Massardo V. Diego Mezzano A. Sergio Mezzano A. Rodrigo Moreno B. Manuel Moreno G. Fernando Munizaga C. Patricia Muñoz C. del V. Sergio Muñoz N. Alfonso Olmos C. Miguel O’Ryan G. Karin Papapietro V. Jaime Pereira G. Juan Carlos Prieto D. Enrique Reynolds H. Iván Roa E. Juan Carlos Roa St. José Adolfo Rodríguez P. Roque Sáenz F. Isabel Segovia D. Eduardo Talesnik G. Paola Toche P. Olivia Trucco A. Mario Uribe M. Gonzalo Valdivia C. Jorge Valenzuela E. Raúl Valenzuela M. José Luis Vukasovic R. Eduardo Wainstein G. Nelson Wohllk G. Marcelo Wolff R. Ricardo Zalaquett S. Rodrigo Zapata L. RMCHAW, ISSN 0034-9887 Revista Médica de Chile (Rev Med Chile) Publicada mensualmente, desde 1872, por la Sociedad Médica de Santiago. Published monthly, since 1872, by Sociedad Médica de Santiago (Chilean Society of Internal Medicine) La Revista Médica de Chile somete los manuscritos recibidos a revisión por pares. Está incluida en las principales bases de datos del área biomédica y otras: Revista Médica de Chile is a peer reviewed journal, indexed in major biomedical and other databases: Index Medicus/ MEDLINE/ National Library of Medicine; Current Contents/ Clinical Medicine; Science Citation Index; LILACS/ Literatura Latino-Americana y del Caribe en Ciencias de la Salud; Chemical Abstracts; Current Citations (Computer File); Index Veterinarius; Nutrition Abstracts and Reviews, Series A: Human & Experimental; SciSearch (Online Database); Social Sciences Citation Index (Select Cov) La REVISTA MÉDICA DE CHILE publica trabajos originales sobre temas de interés médico y de Ciencias Biomédicas, dando preferencia a los relacionados con la Medicina Interna y sus especialidades derivadas. Los trabajos deben enviarse directamente a la REVISTA MÉDICA DE CHILE, Bernarda Morín 488, Providencia, Santiago y deben ceñirse a las normas que aparecen como Instrucciones a los Autores, en los números de enero y julio de cada año y se publican, permanentemente, en www.scielo.cl. La revista se reserva el derecho de hacer modificaciones de forma al texto original. Los trabajos que cumplan con los requisitos formales, serán sometidos a arbitraje por expertos. La nómina de árbitros consultados se publica una vez al año, en Crónica. El Comité Editorial Asesor está constituido por árbitros a quienes se consulta, además, para decisiones editoriales mayores. Valor de Suscripciones Sin costo para los Socios de la Sociedad Médica de Santiago. El valor de la suscripción anual es de $ 220.000 para médicos No Socios de la Sociedad Médica de Santiago y $ 22.000 cada número. El valor para Instituciones es de $ 242.000. A los estudiantes de medicina se les concede una tarifa especial de $ 95.000 por la suscripción anual y de $ 9.500 cada número. Todos los valores incluyen IVA. Toda suscripción deberá hacerse mediante pago adelantado a la Dirección de la Revista. Para los suscriptores extranjeros el valor es de US$ 240 vía aérea en Sudamérica y de US$ 260 vía aérea a Europa. Cambio de dirección: Todo cambio de dirección deberá comunicarse oportunamente. La Revista no se responsabiliza por la pérdida de ejemplares debido al no cumplimiento de esta disposición. Dirección postal (mailing address): Bernarda Morín 488, Providencia; Casilla 168, Correo 55, Santiago, Chile. Teléfono: 56[2] 753 5520. E-mail: revmedchile@smschile.cl Versión electrónica en: http://www.scielo.cl y www.smschile.cl ISSN 0717-6163 Producción: Editorial IKU Ltda. Tel/Fax (2) 212 63 84. E-mail: mcristina@editorialiku.cl Los autores y avisadores son responsables por el contenido científico y los puntos de vista expresados, los cuales no necesariamente coinciden con los de los Editores o de la Sociedad Médica de Santiago. Contributors and advertisers are responsible for the scientific content and the views expressed, which are not necessarily those of the Editors or the Sociedad Médica de Santiago. CONTENIDO / contents Artículos de Investigación / Research Articles Detección de virus linfotrópico de células T humano-I/II en pacientes con enfermedades de transmisión sexual de Santiago. Human T-lymphotropic virus I/II detection in Chilean patients from Sexually Transmitted Diseases clinics. David Sanhueza, Eugenio Ramírez, Nelson Navarrete, Ester Santander, María Luisa Garmendia, María José Martínez ............................................................................................................................................................ 1239 Asociación entre polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares de la comuna de Hualpén. Association between adiponectin gene polymorphisms and obesity in school age children from Hualpén, Chile. Gloria Orellana, Jorge Sapunar, Katia Sáez, Claudio Aguayo, Carlos Calvo, Claudia Radojkovic, Benilde Riffo, Andrea Gleisner, Sylvia Asenjo, Natalia Ulloa .................................................................................................................. 1245 El cambio del perfil epidemiológico de la mortalidad materna en Chile dificultará el cumplimiento del 5º objetivo del Milenio. The change in the epidemiological profile of maternal mortality in Chile will hinder the fulfillment of the Millennium 5th goal. Enrique Donoso S., Jorge Carvajal C. ................................................................................................................................ 1253 Influencia del estado nutricional, niveles hormonales séricos e historia familiar de cáncer en el desarrollo del cáncer de mama. Influence of nutritional status, hormones serum levels, and family history on breast cancer development. Emilio González Jiménez, Pedro A. García López, Jacqueline Schmidt Río-Valle, Carmen Valenza .......................... 1263 La presión arterial es un importante marcador de ateroesclerosis subclínica en niños. Association of carotid intima media thickness with blood pressure and HDL cholesterol in children. Pilar Arnaiz, Luis Villarroel, Salesa Barja, Iván Godoy, Berta Cassis, Angélica Domínguez, Oscar Castillo, Marcelo Farías, Jacqueline Carvajal, Ana Cristina Tinoco, Francisco Mardones . ........................................................ 1268 Variación de alelos del gen receptor de dopamina DRD4 en escolares chilenos de diferente origen étnico y su relación con riesgo de déficit atencional/hiperactividad. DRD4 dopamine receptor alleles in Chilean students of different ethnic origin and its relation with the risk for attention deficit/hyperactivity disorder. Paula Rothhammer, Liza Paz Lagos, Yolanda Espinosa-Parrilla, Francisco Aboitiz, Francisco Rothhammer .......... 1276 Efecto del ejercicio agudo sobre la expresión del receptor tipo Toll-4 y los mecanismos inflamatorios en corazón de rata. Effect of an acute exercise bout on Toll-like receptor 4 and inflammatory mechanisms in rat heart. Carlos Cristi-Montero, Pilar Sánchez-Collado, Christiano Veneroso, María José Cuevas, Javier González-Gallego . . 1282 Efectos del ejercicio físico de alta intensidad y sobrecarga en parámetros de salud metabólica en mujeres sedentarias, pre-diabéticas con sobrepeso u obesidad. Effect of sprint interval training and resistance exercise on metabolic markers in overweight women. Cristian Álvarez, Rodrigo Ramírez, Marcelo Flores, Cecil Zúñiga, Carlos A. Celis-Morales . ...................................... 1289 Perfil de riesgo de pacientes adultos sometidos a traslado secundario por móviles avanzados del sistema de atención médica de urgencia del Área Metropolitana. Risk assessment of critical patients requiring ambulance transfers. Marie Jesie Carrillo B., María Teresa Urrutia S. . ............................................................................................................. 1297 Perfil clínico-epidemiológico de pacientes con endocarditis infecciosa, período 2003-2010 en el hospital de Temuco, Chile. Profile of patients with infective endocarditis admitted to a Chilean regional hospital. Benjamín Stockins, Victor Neira, Alejandro Paredes, Carlos Castillo, Andrés Troncoso .............................................. 1304 Casos Clínicos / Case Reports Linfangiectasia renal unilateral. Caso clínico. Unilateral renal limphangiectasia. Report of one case. Jorge Vega, Mario Santamarina ......................................................................................................................................... 1312 1237 CONTENIDO / contents Encefalopatía posterior reversible como primera manifestación del Síndrome de Guillain-Barré. Posterior reversible encephalopathy as the first manifestation of Guillain-Barré syndrome. Report of one case. Sergio Urrutia L., Eduardo Venegas P., Cristián Figueroa V., Catalina Carrizo C. ...................................................... 1316 Neoplasia blástica de células dendríticas plasmocitoides. Caso clínico. Blastic plasmocytoid dendritic cell neoplasm. Report of one case. Oscar Tapia E., Sandra Kam C., Patricio Rifo L., Miguel Villaseca H. . ......................................................................... 1321 Artículos de Revisión / Review Articles Aplicación de la capacidad bactericida del cobre en la práctica médica. Application of copper bactericidal properties in medical practice. Valeria Prado J., Roberto Vidal A., Claudia Durán T. ..................................................................................................... 1325 Actualización en lupus neuro-psiquiátrico con énfasis en déficit cognitivo. An update on neuropsychiatric lupus with emphasis in cognitive dysfunction. Tomás León, Carla Henríquez, Jorge Calderón, Loreto Massardo .................................................................................. 1333 Glomerulopatía colapsante. Collapsing glomerulopathy. Juan Carlos Said, Luz María Letelier, Alejandro González, Cristóbal Escobillana, Raúl Pisano ................................ 1342 Artículos Especiales / Special Articles Consentimiento informado en la nueva ley de derechos de los pacientes. Informed consent in the patients´ rights law. Rodolfo Figueroa G. ............................................................................................................................................................. 1347 Trasplante de órganos, una mirada desde el judaísmo en el siglo XXI. The point of view of Judaism on organ donation. Nicole Grossman K., Javiera Herrera V., Lorna Luco C. .................................................................................................. 1352 Documentos / Documents Declaración de la Academia Chilena de Medicina sobre la contaminación atmosférica de Santiago. Declaration of the Chilean Academy of Medicine on atmosferic pollution in Santiago. ............................................ 1355 Historia de la Medicina / History of Medicine El papiro de Edwin Smith y su trascendencia médica y odontológica. The Edwin Smith papyrus in the history of medicine. Alex Vargas, Marcelo López, Claudio Lillo, María Josefina Vargas ................................................................................ 1357 Crónica / Medical News La investigación en salud: más allá de la ayuda internacional. Research in public health: Beyond international collaboration. Giorgio Solimano C. . ........................................................................................................................................................... 1363 Cartas al Editor / Letters to the Editor Síndrome del recomendado. The recommended patient syndrome. Pablo Young, Bárbara C. Finn, María L. O´Farrell, María E. Ceballos, Julio E. Bruetman . ....................................... 1365 Modafinilo, internet y redes sociales: potencial uso en la vigilancia en salud. Modafinil, internet and social networks: it’s use in health surveillance. Rodrigo M. Carrillo-Larco .................................................................................................................................................. 1367 Integrando la irradiación parcial acelerada de la mama en la práctica clínica. Integrating accelerated partial breast irradiation into clinical practice. Claudio Sole, Felipe A. Calvo .............................................................................................................................................. 1369 1238 Artículos de Investigación Rev Med Chile 2012; 140: 1239-1244 Detección de virus linfotrópico de células T humano-I/II en pacientes con enfermedades de transmisión sexual de Santiago David Sanhueza1,a, Eugenio Ramírez1,b, Nelson Navarrete2, Ester Santander3, María Luisa Garmendia4, María José Martínez1 Human T-lymphotropic virus I/II detection in Chilean patients from Sexually Transmitted Diseases clinics Background: The human T-lymphotropic virus I (HTLV-I) causes spastic paraparesis and adult T-cell leukemia/lymphoma. It can be sexually transmitted and is highly prevalent in Central and South America. Aim: To study HTLV-I/II prevalence in serum samples obtained from two Sexually Transmitted Diseases (STD) clinics. Material and Methods: Two hundred serum samples were randomly chosen from two reference STD centers of Santiago. The presence of specific HTLV I/II antibodies was detected by indirect immunofluorescence. Results: The analyzed samples came from participants aged 14 to 70 years. Forty nine percent were women and 76% were heterosexual. Only one of the 200 samples was positive (0.5%) and it came from a 70 year-old woman, housewife, with a stable single partner, a history of recurrent genital ulcers, VDRL (-) and positive serology for herpes simplex virus. Conclusions: The prevalence of HTLV-I found in this group is similar to that demonstrated in other populations in Chile, except for aboriginal populations, and similar to international STD studies. Our data is consistent with the low transmissibility by sexual contact. (Rev Med Chile 2012; 140: 1239-1244). Key words: Human T-lymphotropic virus 1; Human T-lymphotropic virus 2; Sexually transmitted diseases; Seroepidemiologic studies. E l virus linfotrópico humano tipo I (HTLVI) descubierto en 19801 se ha relacionado a diferentes enfermedades, tales como leucemia/linfoma de células T, paraparesia espástica tropical, uveítis, y dermatitis infectiva2, mientras que el virus linfotrópico humano tipo II (HTLVII) descubierto en 1982, podría estar relacionado a cuadros neurológicos que presentan síntomas similares a la paraparesia espástica tropical y a la neuropatía atáxica tropical3. El riesgo global de desarrollar una patología durante la vida de un paciente infectado con HTLV-I es de 10%4. Ambos pertenecen a la familia Retroviridae, subfamilia 1 Programa de Virología, Instituto de Ciencias Biomédicas (I.C.B.M.), Facultad de Medicina, Universidad de Chile. 2 Centro de ETS, Hospital Barros Luco Trudeau. 3 Centro de ETS, Hospital San José. Santiago, Chile. 4 Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos, Universidad de Chile. a Estudiante de Medicina, Programa Ayudante Alumno, Escuela de Medicina, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. b Bioquímico. Trabajo Financiado por Programa de Virología, I.C.B.M., Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Recibido el 13 de octubre de 2011, aceptado el 30 de mayo de 2012 Correspondencia a: Dra. María José Martínez G. Programa de Virología, I.C.B.M, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Independencia 1027, Santiago de Chile. Teléfono 9786317 Fax 9786124 E-mail mmartine@med. uchile.cl Oncovirinae, con capacidad de transcripción reversa de su genoma a ADN y de inserción en el cromosoma de la célula infectada5. La distribución geográfica del HTLV-I es clara, siendo más prevalente en el sudeste de Japón, varios países de Sudáfrica Subsahariana, Centro y Sudamérica y áreas localizadas de Irán y Melanesia6. Debido a su patogenia, que requiere de un largo período de tiempo para expresarse clínicamente, sólo existe un valor estimado de 15 a 20 millones de infectados en el mundo7. El patrón de prevalencia según sexo y edad varía entre los distintos países, sugiriendo distintas dinámicas de transmisión8. Por otra 1239 Artículos de Investigación HTLV-I/II en pacientes con enfermedades de transmisión sexual - D. Sanhueza et al parte, la epidemiología de HTLV-II no está clara debido al bajo número de casos clínicos reportados, lo que dificulta los estudios de prevalencia3. La transmisión del HTLV-I puede ocurrir por tres vías: madre-hijo en especial por la leche materna, vía sanguínea a través de transfusiones o agujas contaminadas y por transmisión sexual4. A diferencia de otros integrantes de la familia viral, como el HIV, el HTLV-I es menos infeccioso y su transmisión suele requerir el contacto directo entre células9. La transmisión vía sexual ocurre de manera inadvertida para el paciente y existe una mayor prevalencia en mujeres, debido al mayor éxito de transmisión del hombre hacia la mujer, dada su fuerte asociación con las células que lo transmiten10. Es así como las experiencias clínicas demuestran que la transmisión del virus en matrimonios, requiere de una exposición prolongada por varios años para que ésta ocurra10,11. El riesgo de transmisión entre parejas discordantes aumenta a mayor edad, títulos serológicos elevados y presencia de anticuerpos anti proteína tax viral en el hombre8. Si bien no se dispone de una terapéutica efectiva ni de vacuna contra HTLV-I, la pesquisa de pacientes infectados permitiría tratar las enfermedades neoplásicas, inflamatorias y complicaciones infecciosas que se asocian a este virus, como también identificar a los familiares cercanos contagiados12. Gran parte de los estudios de seroprevalencia de esta infección a nivel mundial se han realizado en bancos de sangre, existiendo escasa información sobre pacientes vulnerables de adquirir enfermedades de transmisión sexual (ETS). Algunos reportes en Sud América han sugerido que HTLVI podría ser común en estos pacientes de riesgo, incluyendo pacientes HIV+. Sin embargo, los datos sobre factores de riesgo son contradictorios8. En Chile, los primeros casos de paraparesia espástica fueron descritos en 198913,14 y posteriormente en 1991 se estudiaron donantes de banco de sangre, en los cuales se encontró una seroprevalencia de 0,73%15. La cepa identificada en nuestro país es la cosmopolita, perteneciente al sub grupo Transcontinental16. Entre los años 2009 y 2010 se realizó la Encuesta Nacional de Salud, en la cual se estudiaron infecciones potencialmente transmisibles por vía parenteral, demostrándose una prevalencia de infectados con HTLV-I/II de 0,5% en población general17. 1240 Considerando que no se ha investigado el comportamiento de la infección por HTLV-I en pacientes chilenos consultantes a centros de referencia de ETS, nuestro interés fue estudiar la prevalencia de esta infección en pacientes con patologías de transmisión sexual. Material y Métodos Se realizó un estudio de seroprevalencia utilizando 200 muestras de sueros almacenados y mantenidos en alícuotas originales a -80°C de la seroteca del Programa de Virología. Estos fueron obtenidos de manera aleatoria entre pacientes consultantes a los centros de referencia de ETS de los Hospitales Barros Luco Trudeau y San José, para un estudio previo de infecciones virales, que contó con la aprobación de los Comités de Ética respectivos. Para la determinación de anticuerpos anti-HTLV-I/II se realizó un ensayo de inmunofluorescencia indirecta (IFI) en el Instituto de Salud Pública (ISP). Esta técnica se basa en la unión de los anticuerpos específicos para los antígenos de HTLV-I/II expresados en la superficie y citoplasma de las células linfoblastoídeas T humanas MT-218,19. Se usó como control negativo para cada una de las muestras, células no infectadas con HTLV-I, que no expresan antígenos virales. Las muestras y los sueros controles (positivos y negativos) fueron diluidos 1/10 en PBS. Se agregó 15 μl de la dilución de cada control y muestra a un pocillo con células MT-2 y otro con K-562, incubando en una cámara húmeda a 37° C durante 30 min. Luego se lavó por 5 min con PBS. Las células se incubaron, durante 30 min en cámara húmeda a 37° C, con 15 μl de una dilución 1/600 de anti-inmunoglobulina humana conjugada con isotiocianato de fluoresceína y solución de azul de Evans 0,001%. Las láminas con frotis de células fueron lavadas por 5 min con PBS y secadas. A cada frotis de células se agregaron 5 μl de medio de montaje Fluoprep (bioMérieux, catálogo 75521) y cubierta con cubreobjetos. La reacción se observó mediante un microscopio de epifluorescencia. De la seroteca analizada, se contó con datos generales sociodemográficos del grupo estudiado: edad, género, estado civil, orientación sexual, utilización de condón y ocupación, y con los resultados de los estudios serológicos previos (VDRL, HBV, HIV, HSV-2). Estos datos habían sido obtenidos Rev Med Chile 2012; 140: 1239-1244 Artículos de Investigación HTLV-I/II en pacientes con enfermedades de transmisión sexual - D. Sanhueza et al de las fichas clínicas y vaciados en una base de datos numerada que se creó para este efecto, manteniendo la confidencialidad y el anonimato de cada paciente, por lo que al momento de realizar el presente estudio, no era posible la identificación de cada paciente. El análisis estadístico incluyó medidas de frecuencia y de resumen, según correspondiera. Se utilizó el software estadístico SPSS. Resultados Las muestras analizadas provenían de 200 pacientes controlados por distintos diagnósticos en los centros de referencia de ETS (Tabla 1). El análisis serológico resultó en 1/200 muestras positivas para HTLV-I/II, lo que dio una seroprevalencia de 0,5%. Esta muestra correspondió a una paciente de sexo femenino de 70 años, dueña de casa, heterosexual y con pareja estable. Fue ingresada en el grupo de otros diagnósticos clínicos, por el antecedente anamnéstico de lesiones genitales. Tabla 1. Frecuencia de los diagnósticos clínicos en los pacientes estudiados Diagnóstico clínico n Sífilis Sífilis + condiloma Sífilis + trabajadora sexual 46 2 1 HIV HIV + sífilis HIV + condiloma HIV + sífilis + condiloma HIV + sífilis + uretritis HIV + gonorrea 29 3 4 1 1 1 Condilomas 33 Trabajadora sexual 20 Contacto de paciente ETS 19 Conducta de riesgo 13 Otros 11 Gonorrea 5 Herpes genital Herpes genital + condilomas 3 1 Uretritis 3 Sin registro 4 Total Rev Med Chile 2012; 140: 1239-1244 200 De los estudios serológicos consignados, la pacientes era VDRL (-), anticuerpos anti HSV-2 (+) y rechazó realizarse examen para el HIV. El 49% de los pacientes estudiados fueron mujeres y de éstas la mitad eran dueñas de casa. Sólo una era VIH (+). La mediana de edad de las pacientes femeninas fue de 33 años (14 a 70 años). El 47% de las mujeres consultantes era menor de 40 años y sólo el 3% era mayor de 60 años. El 99% se declaraba heterosexual y 32% tenía pareja única estable. De este grupo que declaraba pareja única estable, ninguna utilizaba condón. Del total de mujeres estudiadas, 3 tenían antecedente de herpes genital, 8 de sífilis y 23 de condilomas acuminados. Discusión En este primer estudio chileno de seroprevalencia de infección por HTLV-I/II en pacientes con ETS, no encontramos diferencia con la reportada en población general chilena17 y es similar a la reportada en otros grupos que han sido estudiados en nuestro país, excluyendo aquellos que corresponden a etnias originarias15,20,21. A pesar que ésta es una infección viral que se contagia por vía sexual, no se demuestra un aumento de su prevalencia en grupos altamente expuestos a ETS. Posiblemente este hecho sería consecuencia de la baja prevalencia en la población general y de la baja transmisibilidad de este virus, como se ha demostrado en estudios de seguimiento a parejas sexuales estables, las que requieren de un largo período de tiempo de exposición al contagio con una pareja infectada10. Las características sociodemográficas del caso positivo identificado en el presente estudio son concordantes con ello10. Habitualmente los pacientes consultantes a centros de ETS tienen el antecedente de múltiples parejas sexuales y ocasionalmente mantienen una pareja única y estable en el tiempo, por lo que no estarían más expuestos a la infección por HTLV-I/II que la población general22. Sin embargo, en trabajadoras sexuales este punto es contradictorio, puesto que se han relacionado seroprevalencias más altas con el mayor número de parejas sexuales12. Posiblemente factores como la frecuencia en la utilización de condón en forma rutinaria y el rango de cantidad de parejas sexuales en la vida, jueguen roles importantes entre los distintos grupos que se han estudiado. 1241 Artículos de Investigación HTLV-I/II en pacientes con enfermedades de transmisión sexual - D. Sanhueza et al Tabla 2. Prevalencias de infección por HTLV I/II en grupos de pacientes con ETS y de alto riesgo Países n Población estudiada Virus Europa Inglaterra (23) 850 Mujeres consultantes al Central London sexuallity transmitted disease Pacientes consultantes a centros de ETS (italianos y no europeos) HTLV-1/2 0 HTLV-1 0,6 Mujeres atendidas en una clínica de ETS Pacientes consultantes a una clínica de ETS Pacientes asistentes a una clínica de ETS y receptores de transfusiones Pacientes de una clínica de ETS HTLV-1/2 HTLV-1 HTLV-1/2 1,6 5,7 0,05 HTLV-1 2,8 Trabajadoras sexuales Homosexuales Pacientes de una clínica de ETS Trabajadoras sexuales Lima Trabajadoras sexuales Callao y Loreto Hombres que tienen sexo con hombres Prostitutas de Santiago HTLV-1/2 HTLV-1/2 HTLV-1/2 HTLV-1 HTLV-1 HTLV-1 HTLV-1 Italia (24) 1.457 Centroamérica Costa Rica (25) Jamaica (26) Cuba (27) 436 1.977 3.774 Rep. Dominicana (28) Sudamérica Argentina (29) Perú (12) Chile (20) 494 613 682 400 966 467 2.656 502 En las escasas publicaciones referentes a pacientes con ETS o de alto riesgo, a nivel mundial, (Tabla 2) no se ha identificado una asociación epidemiológica constante con otros agentes de enfermedades sexuales. En el presente estudio, la paciente infectada con HTLV-I/II probablemente tenía un herpes genital recurrente dada la anamnesis y la serología positiva. Si bien se ha establecido que la infección por virus herpes simplex es un factor de riesgo importante para la adquisición y transmisión del HIV30,31, no existen estudios que lo demuestren para el HTLV I/II. Sin embargo, es posible que también se facilite la transmisión de HTLV-I/II en pacientes con herpes genital, dado que el virus herpes simplex tipo 2 (HSV-2) causa úlceras clínicas o erosiones subclínicas que aumentan el reclutamiento de LTCD4+, como también lo han sugerido otros autores8,30,32-34. Del grupo estudiado, aproximadamente 20% de las muestras correspondían a pacientes HIV positivos. Sin embargo, ninguna de ellas resultó positiva para HTLV-I/II. Posiblemente ampliando el número de casos estudiados se podría observar coinfecciones por ambos retrovirus, situación que es de interés epidemiológico dado las diferencias patogénicas entre ambos virus. En nuestro país no 1242 Prevalencia (%) 2 0,4 1 17,6 21,8 2,0 0,8 hay estudios publicados sobre este tema35. Con respecto a los datos internacionales de pacientes consultantes de centros de ETS, nuestra situación epidemiológica es muy similar a la reportada en Italia y población homosexual argentina, pero inferior a la prevalencia encontrada en Perú y Centroamérica (con la sola excepción de Cuba). Centroamérica tiene una elevada prevalencia de infección por HTLV I/II, por lo que resulta concordante que los pacientes de alto riesgo de transmisión sexual o con ETS, presenten cifras similares6. Sin embargo, esta situación es dispar en el Perú, en los múltiples grupos de alto riesgo estudiados en ese país, entre los cuales se incluyen ampliamente las trabajadoras sexuales, a diferencia de nuestro estudio12. Considerando las seroprevalencias para HTLV-I/II encontradas en los diferentes grupos que han sido analizados en nuestro país, muy superiores a HIV (0,21%) y HBV (0,15%)17, y el aumento en el intercambio comercial y la consecuente migración creciente de las poblaciones sudamericanas, planteamos que los datos nacionales justifican la vigilancia epidemiológica de grupos en riesgo, como pudieran ser las embarazadas y los inmunosuprimidos, así como también mantener Rev Med Chile 2012; 140: 1239-1244 Artículos de Investigación HTLV-I/II en pacientes con enfermedades de transmisión sexual - D. Sanhueza et al el tamizaje de HTLV-I/II en los bancos de sangre. Referencias 1. Poiesz B, Ruscetti F, Gazdar A, Bunn P, Minna J, Gallo R. Detection and isolation of type C retrovirus particles from fresh and cultured lymphocytes of a patient with cutaneous T-cell lymphoma. Proc Natl Acad Sci 1980; 77 (12): 7415-9. 2. Vásquez P. HTLV-I (Human T- cell lymphotropic virus), algo que decir?. Rev Chil Infectol 2003; 20 (suppl1): S34-S37. 3. Lowis G, Sheremata W, Minagar A. Epidemiologic features of HTLV-II: Serologic and Molecular Evidence. Ann Epidemiol 2002; 12 (1): 46-66. 4. Verdonck C, González E, Van Dooren S, Vandamme A, Vanhan G, Gotuzzo E. Human T-lymphotropic virus 1: recent knowledge about an ancient infection. Lancet Inf Dis 2007; 7: 266-81. 5. Karpas A. Human retroviruses in leukemia and AIDS: reflection on their discovery, biology and epidemiology. Biol Rev 2004; 79: 911-33. 6. Carneiro-Proietti A, Catalán-Soares B, Castro-Costa C, Murphy E, Sabino E, Hisada M, et al. HTLV in the Americas: challenges and perspectives. Rev Panam Salud Pública 2006; 19 (1): 44-53. 7. 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Rev Med Chile 2012; 140: 1239-1244 Artículos de Investigación Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252 Asociación entre polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares de la comuna de Hualpén Gloria Orellana1,a, Jorge Sapunar4,d, Katia Sáez2,b, Claudio Aguayo1,c, Carlos Calvo1,c, Claudia Radojkovic1,c, Benilde Riffo1,e, Andrea Gleisner3, Sylvia Asenjo3, Natalia Ulloa1,c,e Association between adiponectin gene polymorphisms and obesity in school age children from Hualpén, Chile Background: Several genetic polymorphisms of adiponectin have been associated to metabolic diseases as obesity and co-morbidities. Aim: To investigate if there are associations between +45TG, +276GT, -11,377CG y -11,391GA adiponectin SNPs (single nucleotide polymorphism) with obesity in a Chilean children population. Material and Methods: A case-control study was performed in 241 obese and 126 normal weight children (7-11 years old) from the urban community of Hualpén, Biobío region. Children were classified as normal or obese, according to age and gender-specific percentiles defined by Center for Disease Control and Prevention (CDC). The analysis of serum markers was carried out using commercial kits. Adiponectin polymorphisms were determined through a High Resolution Melting (HRM)-enabled real time PCR and by DNA fragment sequencing. Results: The observed allelic frequencies of the studied SNPs were over 11%. The 11,377CG polymorphism was associated with a high risk of obesity, calculated by the additive inheritance model (odds ratio = 1.389, 95% confidence interval: 1.001-1.929, p = 0.049). Conclusions: Obese school children of the Biobío Region, have an increased risk of carrying the susceptibility allele polymorphism 11377CG of adiponectin gene. (Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252). Key words: apM-1 protein; Child; Obesity; Polymorphisms, Single Nucleotide. E l aumento en la prevalencia de la obesidad infanto-juvenil es uno de los problemas de salud pública más alarmante que enfrenta la humanidad1,2. En Chile la prevalencia del exceso de peso (obesidad más sobrepeso) en niños menores de 6 años alcanzó 32,3% en el año 20103,4. Existen evidencias que demuestran que la obesidad aumenta el riesgo de padecer trastornos metabólicos como insulino-resistencia5,6, intolerancia a la glucosa2,5 y dislipidemias2,7. También se asocia con la aparición temprana de hiperten- 1 Departamento de Bioquímica Clínica e Inmunológica, Facultad de Farmacia. 2 Departamento de Estadística, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. 3 Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad de Concepción, Concepción, Chile. 4 CIGES, Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera, Temuco, Chile. a Estudiante Programa de Magíster en Bioquímica Clínica e Inmunológica, Universidad de Concepción, Chile. b PhD en Estadística. c PhD en Ciencias. d Msc en Epidemiología Clínica. e Msc en Bioquímica Clínica e Inmunología. Financiado por: Proyecto INNOVA CHILE N° 07CN131SN-196 Recibido el 27 de mayo de 2011, aceptado el 28 de mayo de 2012, Correspondencia a: Dra. Natalia Ulloa Muñoz PhD Departamento Bioquímica clínica e Inmunología, Facultad de Farmacia, Barrio Universitario S/N Fono: 41-2203539/412204439 Fax: 41-2207086 E-mail: nulloa@udec.cl sión2,7, diabetes mellitus 2 (DM2)2,4,5,7, eventos cardiovasculares2, hígado graso no alcohólico6, apnea obstructiva6 y asma7. La adiponectina es una proteína producida por el adipocito durante su diferenciación4,8, que ejerce efectos metabólicos favorables tales como aumentar la sensibilidad a la insulina, inhibir la inflamación y la aterogénesis4,9,10. Estos efectos biológicos son mediados por la unión de esta adipoquina a dos tipos de receptores: ADIPOR1 presente en el músculo esquelético y cuya activación aumenta 1245 Artículos de Investigación Polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares - G. Orellana et al la captación de glucosa y la beta-oxidación de los ácidos grasos y ADIPOR2 presente en hígado y cuya activación reduce la gluconeogénesis10. El gen de la adiponectina (AdipoQ) está localizado en el cromosoma 3q27. Estudios de barrido del genoma humano indican que éste corresponde a un locus de susceptibilidad para enfermedades cardiometabólicas. De esta forma se ha demostrado la asociación de polimorfismos genéticos de la adiponectina con obesidad, DM 2 y eventos cardiovasculares11,12. El polimorfismo +276GT (Intrón 2) se asocia con un aumento de los niveles de insulina plasmática, HOMA-IR y obesidad tanto en población adulta11,13,16,17 como en población infantil18. El polimorfismo -11,377CG (Región promotora de AdipoQ) está asociado con aumento de la glicemia, insulinemia y disminución de la adiponectina plasmática en niños14,17,19 y adultos13,20,21. El polimorfismo +45TG (Exón 2 de AdipoQ) se ha asociado con riesgo de insulino resistencia y obesidad en población adulta española, alemana, danesa y sueca11,13,15,16,21 y en población infantil se ha relacionado con mayor nivel de glicemia, insulina, HOMA-IR (homeostatic model assessmentinsulin) e hipo-adiponectinemia19. Finalmente, el polimorfismo -11,391GA ha sido asociado con mayor nivel de insulina plasmática y HOMA-IR en niños19 y con riesgo de DM2 en adultos17,22. El objetivo de este estudio fue establecer si existe asociación entre la presencia de los polimorfismos +45TG (rs2241766), +276GT (rs15010299), -11.377CG (rs266729), -11,391GA (rs17300539) y el estado nutricional (Obeso/no obeso) de escolares pertenecientes a escuelas municipales de la comuna urbana de Hualpén, Región del Biobío, Chile. entre 7 y 11 años, residentes de la comuna urbana de Hualpén, Región del Biobío, Chile. Los sujetos fueron elegidos aleatoriamente a partir de un universo de 2.918 niños pertenecientes a escuelas municipales de Hualpén. Se excluyeron niños con diabetes mellitus tipo 1, disfunción tiroidea, disfunción suprarrenal u obesidad sindrómica. Los padres de los niños incluidos en este estudio firmaron un acta de consentimiento informado, de acuerdo a la declaración internacional de Helsinki sobre principios éticos para la investigación médica23. El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética de la Dirección de Investigación de la Universidad de Concepción. Material y Método Análisis de laboratorio Metabolitos Los análisis de metabolitos circulantes fueron realizados a partir de una muestra de 4 ml de sangre venosa tomada entre la 8.00 AM y 10.00 AM, se exigió un ayuno mínimo de 4 h, orinar 30 min antes del examen y no haber realizado ejercicio físico en las 24 h previas. Las mediciones de indicadores lipídicos y glucídicos circulantes fueron realizadas usando kits comerciales (Cobas C11Roche, Indianápolis IN, USA). La insulina y adiponectina fueron medidas utilizando kit de Diseño Considerando que los polimorfismos genéticos (Variables de exposición) son condiciones pre-existentes al estado nutricional (Variable de respuesta), nos pareció adecuado un diseño de casos y controles. Población de estudio Se reclutaron 241 niños obesos (casos) y 126 niños de peso normal (controles), con edades 1246 Antropometría y composición corporal El índice de masa corporal (IMC) fue expresado en (kg/m2). La talla fue medida a cada niño sin calzado, usando un estadiómetro marca Seca, modelo 208 con una precisión de 0,1 cm. Para la medición del peso y la composición corporal se usó un impedanciómetro marca Tanita, modelo TBF-300, con una precisión de 0,1 kg. Los niños fueron clasificados como normopeso (IMC ≥ 5th y < 85th percentil) u obeso (IMC > 95th percentil) según la escala de percentiles definida por el CDC24 y de acuerdo a la Norma Técnica de Evaluación Nutricional de niños y niñas de 6 a 18 años del Ministerio de Salud25. Los niños fueron pesados en blusa o camisa, descalzos, sin portar objetos metálicos. La composición corporal fue medida con sistema de dos electrodos, pie a pie, con una frecuencia de 50 kHz, según las indicaciones del fabricante. El perímetro de la cintura fue medido pasando por borde superior de la cresta iliaca (a la altura del ombligo) con una cinta métrica no distensible, marca Seca, modelo 201, precisión de 0,1 cm. Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252 Artículos de Investigación Polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares - G. Orellana et al ELISA comerciales (Linco Research, Missouri, USA) en un lector de placas de ELISA, Synergy 2 (Biotek, Vermont VT, USA). El índice HOMAIR fue calculado a partir de las concentraciones basales de glucosa e insulina según ha sido previamente definido26. Genotipificación Para la genotipificación de los polimorfismos del gen de la adiponectina se obtuvo ADN gnómico a partir de la fracción de leucocitos de sangre total utilizando un kit de extracción de genómico QIAamp DNA Blood Mini Kit (Quiagen GmbH, Hilden, Germany) según el protocolo del fabricante. Los polimorfismos +45TG y +276GT fueron determinados utilizando la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) en tiempo real. La amplificación por PCR fue realizada en un volumen total de 25 ml en un termociclador Rotor-Gene 6000 realtime PCR (Corbett Research, Sydney, Australia) y la mezcla de reacción contenía 100 ng de DNA genómico para SNP +276GT y 75 ng de DNA genómico para SNP +45TG. Además esta mezcla contenía 3,0 mM MgCl2, 0,2 mM dNTP, 200 nM partidores, 1,5 mM tinción fluorescente Eva green, y 0,5 U Taq DNA polimerasa Platinum (Quantace, Taunton, USA). La amplificación se realizó usando partidores específicos para cada polimorfismos. Para SNP +45TG se usaron los partidores, sentido 5’-TGGACGGAGTCCTTTGTAGG-3’ y antisentido 5’-TTGAGTCGTGGTTTCCTGGT-3’; y para SNP +276GT se usaron los partidores, sentido 5’-TCATCCTTGGAAGACCAAACC-3’ y antisentido 5’-TTCTCACCCTTCTCACCAGG-3’. La reacción de amplificación fue llevada a cabo mediante el siguiente protocolo: 95 °C por 10 min, luego 40 ciclos de denaturación a 95 °C por 15 s, annealing por 10 s a 59 °C y una extensión final a 72 °C por 10 min. El análisis de HRM fue realizado entre 60 ºC y 90 ºC, con una tasa de incrementos de temperatura de 0,1 ºC/s para cada ensayo. Los datos de fluorescencia fueron adquiridos al final de cada etapa de annealing durante cada ciclo de PCR. Las curvas de HRM fueron realizadas usando el módulo del equipo. Cada genotipo fue identificado examinando gráficas de las curvas de melting diferenciales. Para este efecto se analizaron los tres genotipos posibles (ancestral, heterocigoto, homocigoto), previamente identificados mediante análisis de secuenciación. De esta forma se Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252 identificaron las curvas de melting con genotipo conocido (patrones) y las curvas problema fueron analizadas y comparadas en su similitud con las curvas patrones, aceptándose una similitud con 95% de confianza o superior. Para confirmar la amplificación de un único producto PCR, al final de la reacción, el producto fue analizado usando un gel de agarosa al 1%. El tamaño de los productos esperados fueron de 161pb y 188pb para los SNP +45TG y +276GT respectivamente. Los polimorfismos -11,377CG y -11,391GA ambos pertenecientes al promotor del gen fueron enviados a secuenciar al Departamento de Ecología, Facultad de Ciencias Biológicas, Pontificia Universidad Católica de Chile. Estadística Los análisis estadísticos fueron realizados con el Software estadístico SAS (SAS, versión 9.1-release Institute, Cary, NC). Previo a cada análisis los datos fueron sometidos a análisis de distribución usando el test Shapiro-Wilk. Las variables continuas fueron analizadas mediante test de t de Student. Si la variable no presentó una distribución normal la comparación entre grupos se realizó mediante el test de Mann-Whitney para dos grupos. Los resultados se expresaron para todos los analitos como promedio ± desviación estándar y como mediana y sus respectivos rangos intercuartílicos. Las significancias estadísticas se calcularon de acuerdo al test indicado para cada tipo de distribución. Las variables categóricas fueron representadas como porcentajes y analizadas mediante test de 2 con 2 grados de libertad. Con la finalidad de confirmar si los genotipos se ajustaron al equilibrio de Hardy-Weinberg se aplicó el test de bondad de ajuste de 2. La magnitud de la asociación de cada polimorfismo de AdipoQ con el estado nutricional (obesidad/no obesidad) fue estimada mediante regresión logística y expresada como OR. El error de muestreo de expresó como el intervalo de confianza (IC 95%). La asociación entre los niveles de adiponectina y los polimorfismos genéticos de AdipoQ fue analizada mediante regresión lineal. Ajustes para potenciales variables confundentes fueron aplicadas cuando se consideró apropiado. Los valores fueron expresados como promedios ± desviación estándar (DE) y para todos los análisis, el nivel de significación fue definido como p < 0,05. 1247 Artículos de Investigación Polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares - G. Orellana et al Resultados Caracterización de la población Las características antropométricas y bioquímicas de la muestra según sexo y condición nutricional se describen en la Tabla 1. El nivel sérico promedio de adiponectina y de colesterol HDL fueron significativamente menores en mujeres y varones obesos que en sus pares eutróficos. En contraste los niveles séricos de triglicéridos e insulina basal así como HOMA-IR y la razón Tg/HDL promedios fueron significativamente mayores en sujetos obesos que en eutróficos. Frecuencias alélicas Las frecuencias alélicas de los cuatro polimorfismos del gen de la adiponectina según estado nutricional se presentan en la Tabla 2. Las frecuencias alélicas de los polimorfismos +45TG, +276GT y -11,391GA no presentaron diferencias significativas entre los individuos normopeso y obesos. Sin embargo, el polimorfismo -11,377CG Tabla 1. Características bioquímicas y antropométricas basales Parámetro Normopeso Promedio (DE) Obeso Mediana (Q1-Q3) Promedio (DE) Mediana (Q1-Q3) p Masculino Edad (años) †† 8,5 IMC (kg/m2) †† 16,9 Puntaje z-IMC†† Circunferencia cintura (cm)† Porcentaje de grasa (%)†† (1,4) (1) 8,4 (7,2-9,7) 8,6 16,7 (16,2-17,5) 23,8 (1,5) (3) 0,4 (0,3) 0,5 (0,2-0,7) 2,1 (0,3) 59,4 (4,6) 58,6 (55,5-62) 77,8 (8,6) 17,8 (3,2) 18 (15,5-19,6) 32,9 (6,6) 8,7 (7,4-9,7) n.s. 23,4 (21,7-25,1) < 0,0001 2,1 77 32,5 (1,9-2,3) < 0,0001 (72-81,8) < 0,0001 (27,6-36,7) < 0,0001 Colesterol Total (mg/dL-1) †† 181 (38) 174 (153-195) 185 (33) 184 (163-208) Colesterol-LDL (mg/dL-1)† 108 (29) 110 (86-125) 114 (27) 114 (94-130) n.s. Colesterol-HDL (mg/dL-1)† 59 (13) 57 (52-67) 50 (10) 50 (43-55) < 0,0001 Triglicéridos (mg/dL-1) †† 76 (27) 70 (56-88) 125 (76) 109 (72-154) < 0,0001 Glicemia basal (mg/dL-1)† 90 (8) 90 (84-96) 91 (8) 90 (84-97) n.s. n.s. Insulina basal (mU/mL ) 4,6 (3,2) 3,8 (2,4-5,4) 8,6 (4,9) 7,6 (5,2-10,7) < 0,0001 HOMA-IR†† 1,1 (0,8) 0,8 (0,5-1,3) 1,9 (1,1) 1,7 (1,2-2,4) < 0,0001 -1 †† Adiponectina (μg/mL-1) †† Tg/HDL†† 17 1,4 (7) (0,6) 15 1,2 (11-21) (1-1,5) 14 2,8 (6) 13 (2,4) 2,1 (10-16) (1,3-3,5) < 0,0001 0,0006 Femenino Edad (años) †† 8,5 (1,5) 8,5 (7,1-9,6) IMC (kg/m2) †† 17,2 (1,2) 17,1 (16,3-18) Puntaje z-IMC†† Circunferencia cintura (cm)†† Porcentaje de grasa (%)† 0,5 62 21,1 (0,4) 0,5 (0,3-0,7) (6,3) 61,5 (56,1-67) (5,9) 21,2 (16,9-24,6) 8,5 24 (1,4) 8,6 (7,2-9,7) n.s. (2,7) 23,8 (22,2-25,3) < 0,0001 2 (0,3) 2 78,8 (8,7) 79 36,4 (4,6) 36,5 (1,8-2,2) < 0,0001 (72-84) < 0,0001 (33,4-38,9) < 0,0001 Colesterol Total (mg/dL-1) †† 182 (34) 177 (159-198) 184 (37) 178 (160-205) Colesterol LDL (mg/dL-1) †† 106 (27) 105 (83-124) 109 (31) 104 (87-122) n.s. Colesterol HDL (mg/dL-1) † 56 (13) 56 (47-64) 47 (11) 46 (39-55) < 0,0001 101 (48) 92 (63-128) 139 (73) 123 (85-175) < 0,0001 86 (7) 86 (82-91) 87 (10) 87 (80-92) Triglicéridos (mg/dL-1) †† Glicemia (mg/dL-1) † Insulina (mU/mL-1) †† HOMA-IR†† Adiponectina (μg/mL-1) †† Tg/HDL †† 5,7 1,2 17 2 (4,5) (1) (6) (1,3) 4,5 0,9 16 1,7 (2,7-6,7) (0,6-1,4) (13-21) (1,1-2,3) 10,5 (8,3) 2,2 (1,6) 13 3,4 (5) 8,4 1,8 13 (2,7) 2,7 n.s. n.s. (5,1-13,5) < 0,0001 (1,1-2,9) < 0,0001 (10-15) (1,7-4,4) < 0,0001 < 0,0001 DE: Desviación Estándar, Q1-Q3: Quartil 1 - Quartil 3. †test t de Student. ††test Mann-Whitney. 1248 Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252 Artículos de Investigación Polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares - G. Orellana et al Tabla 2. Frecuencias de los genotipos, según estado nutricional +45TG +276GT -11,377CG -11,391GA Ancestral % (n) Heterocigoto % (n) Homocigoto % (n) Normopeso 69 (88) 31 (39) 0 (0) Obeso 75 (178) 26 (62) 0 (1) Normopeso 67 (85) 18 (23) 15 (19) Obeso 66 (159) 16 (39) 18 (43) Normopeso 76 (97) 20 (25) Obeso 75 (181) 6 (15) Normopeso 72 (92) 27 (34) 1 (1) Obeso 78 (189) 21 (51) 0 (1) mostró una frecuencia alélica del alelo G (alelo menor), que resultó ser significativamente superior en niños obesos de ambos sexos, comparados con los de peso normal (p < 0,0001). Asociación entre polimorfismos del gen de la adiponectina y obesidad Con la finalidad de estimar el riesgo de obesidad para cada polimorfismo, se confirmó el cumplimiento del equilibrio de Hardy-Weinberg. Posteriormente, se calcularon los ORs (IC 95%) según los modelos de herencia codominante, recesivo y aditivo. Este análisis para el polimorfismo -11,377CC se muestra en la Tabla 3, donde se aprecia que la presencia de este polimorfismo se asocia con un mayor riesgo de obesidad. No se encontró asociación entre las otras variantes genéticas analizadas y el estado nutricional. Asociación entre la concentración de adiponectina plasmática y polimorfismos del gen La Figura 1 muestra la asociación entre la concentración plasmática de adiponectina y los polimorfismos del gen para cada estado nutricional. En la mayoría de los casos la obesidad se asoció a una reducción significativa de las concentraciones de adiponectina. En el caso de polimorfismos +276GT, se observa que la adición de un Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252 4 (5) p 0,458 0,742 < 0,0001 19 (45) 0,420 Tabla 3. Análisis del polimorfismo -11,377CG del gen de la adiponectina en relación a la obesidad con diferentes modelos de herencia Modelo Genotipo Codominante CC Recesivo Aditivo OR (95% CI) p 1,00 CG 0,297 (0,148 - 0,598) 0,0007 GG 4,773 (1,834 - 12,423) 0,0014 CC-CG 1,00 GG 5,585 (2,157 - 14,460) 0,0004 CC 1,00 CC-CG- GG 1,389 (1,001 - 1,929) 0,0496 alelo de riesgo se asocia con reducción de los niveles circulantes de adiponectina, sin embargo, tal reducción no alcanza significancia estadística dentro de un mismo estado nutricional. En el caso del polimorfismo -11,377CG ocurre algo parecido pero sólo en condición de obesidad. Las variantes genéticas +45TG y -11,391GA no modifican el efecto de la condición de obesidad sobre el nivel sérico de adiponectina. Discusión La obesidad infantil se asocia a un elevado riesgo de perpetuar la condición de obesidad en la vida adulta y constituye un factor de riesgo independiente para el desarrollo de trastornos metabólicos como resistencia a la insulina y dislipidemias o enfermedades como hipertensión arterial, DM2 y eventos cardiovasculares1. 1249 Artículos de Investigación Polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares - G. Orellana et al Figura 1. Concentraciones plasmáticas de adiponectina, según polimorfismo genético (ancestral, heterocigoto u homocigoto para la variante genética respectiva) y estado nutricional de los escolares (NP = normopeso y Ob = obeso). Las diferencia estadísticamente significativas se señalan con la siguiente simbología: *p < 0,05, **p < 0,01 y ***p < 0,001. El tejido adiposo es un importante órgano endocrino que secreta hormonas conocidas como adipoquinas9. La adiponectina es la adipoquina secretada en mayor cantidad por el tejido adiposo4,8. Al igual que otros estudios4,14, encontramos que la concentración sérica de adiponectina es significativamente inferior en niños obesos de ambos sexos. Nuestros resultados sugieren que dos variantes genéticas del gen de la adiponectina (+276GT y -11,377CG) potenciarían la reducción de la concentración sérica de adiponectina relacionada con el peso, aunque sin alcanzar significación estadística. El hecho de que otros autores hayan demostrado que las variantes +276GT y -11,377CG se asocian con una menor concentración sérica de adiponectina17,20 podría atribuirse a un mayor tamaño muestral o una edad más avanzada de la muestra. El mecanismo por el cual el polimorfismo -11,377CG, ubicado en la región promotora del gen, se asocia con menor concentración sérica de adiponectina debería estar relacionado con la menor actividad transcripcional del promotor 1250 que contiene la variante genética, según ha sido reportado por otros autores12,14, 28. En el presente estudio, realizado en niños de Hualpén, región del Biobío, se comunica por primera vez la asociación entre el polimorfismo -11.377CG con obesidad, en población chilena. La frecuencia del polimorfismo fue 38,8% mayor en niños obesos que en eutróficos (OR 1,389 IC 95% 1,001-1,929 p = 0,0496) según el modelo aditivo. Bouatia-Naji et al.14 determinaron que el polimorfismo -11,377CG era 24% más frecuente en niños franceses con obesidad extrema (OR 1,24 IC 95% 1,03-1,50 p = 0,025) según el modelo dominante. Los OR calculados por los modelos codominante y recesivo fueron de 4,773 (IC 95% 1,834-12,423 p = 0,0007) y 5,585 (IC 95% 2,15714,460 p = 0,0004) respectivamente. Este resultado es relevante ya que la etiología de la obesidad es multifactorial y la expresión del fenotipo obeso responde a complejas interacciones entre genes y medio ambiente. Recientemente, el consorcio GWAS identificó 8 loci con mutaciones puntuales asociadas ampliamente con obesidad, sin embar- Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252 Artículos de Investigación Polimorfismos del gen de adiponectina y estado nutricional en escolares - G. Orellana et al go, ninguno de estos locus corresponde al gen de la adiponectina27. Esto puede significar que la asociación del polimorfismo -11.377CG con obesidad está restringida sólo a determinadas poblaciones, entre ellas la población chilena estudiada, con una carga genética predominantemente amerindia, como lo sugieren algunos estudios29,30. El significado metabólico expresado en niveles de insulina plasmática no manifestó diferencias entre ambos grupos (resultados no mostrados), sin embargo, hay que considerar que la población analizada tiene una edad promedio de alrededor de 8,5 años, edad en la cual pudieran existir otros mecanismos de compensación y por otra parte, variables confundentes como el estado puberal heterogéneo, entre otras. Aunque no encontramos que los polimorfismos +45TG, +276GT y -11,391GA se asocien a un mayor riesgo de obesidad, la frecuencia de los alelos menores de esta variantes fue considerable (≥ 11%) (Tabla 2). Otros autores han demostrado frecuencia alélicas similares para los polimorfismo -11,394, -11,391GA, +276GT y +45TG en niños franceses y polacos caucásicos14,22. El hecho de que los polimorfismos 45TG, +276GT sean prevalentes en nuestra población adquiere relevancia si se considera que muchos estudios han revelado asociación entre estos polimorfismos y un mayor riesgo de insulino resistencia y DM211,13,17,18,19. El pequeño tamaño de la muestra estudiada limita el poder estadístico de nuestro estudio. Por otra parte, sólo se analizaron dos polimorfismos de la región promotora (-11391A/G y -11377C/G), omitiendo el polimorfismo -11426A/G que se expresa con una frecuencia mayor que 1,5%12. En conclusión, esta investigación demostró que niños escolares obesos de la Región del Biobío, tienen un riesgo aumentado de portar el alelo de susceptibilidad del polimorfismo -11377 C/G del gen de la adiponectina. También se concluye que existe una importante frecuencia alélica de los polimorfismos +45TG, +276GT, que se han asociado en múltiples estudios con mayor riesgo de diabetes mellitus 2 y eventos cardiovasculares. Referencias 1. 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Clin Chim Acta 2010; 411: 444-7. Rev Med Chile 2012; 140: 1245-1252 Artículos de Investigación Rev Med Chile 2012; 140: 1253-1262 El cambio del perfil epidemiológico de la mortalidad materna en Chile dificultará el cumplimiento del 5º objetivo del Milenio Enrique Donoso S., Jorge A. Carvajal C. The change in the epidemiological profile of maternal mortality in Chile will hinder the fulfillment of the Millennium 5th goal Background: The death of women during pregnancy, childbirth or puerperium, remains a serious public health problem worldwide. Chile is committed to comply with the Millennium 5th Goal of reducing maternal mortality to 9.9/100,000 live births in 2015. Aim: To analyze trends in maternal mortality in Chile during 20002009. Material and Methods: A descriptive population analysis using raw data obtained from the yearbooks of the National Institute of Statistics of Chile. Maternal mortality, causes of death and age of the dead mothers were evaluated. The causes of maternal death were classified according to the tenth revision of International Classification of Diseases. Trend studies were performed using Pearson correlation analysis. Results: In the studied period there were no significant changes in maternal mortality and fertility. The five major causes of maternal death were concurrent diseases, hypertension, abortion, obstetric embolism and postpartum hemorrhage. Mortality associated with concurrent illness showed a significant upward trend (r = 0.656, p = 0.035). Abortion associated mortality had a significant downward trend (r = -0.712, p = 0.023). The group of women 40 years and older significantly increased its birth rate (r = 0.930, p < 0.001), this group showed the highest maternal mortality, especially in association with concurrent diseases. Conclusions: The increased birth rate occurring in women over 40 years old and its larger maternal mortality rate, probably will hinder the fulfillment of the Millennium 5th goal in Chile. L a muerte de la mujer durante el embarazo, parto o puerperio, sigue siendo un grave problema mundial de salud pública, especialmente en los países en desarrollo1,2. Desde mediados del siglo XX, se han efectuado compromisos a nivel regional y mundial3, destinados a reducir las muertes maternas, entre otros objetivos sanitarios y sociales. El último de estos compromisos, es liderado por las Naciones Unidas, denominado “Objetivos de Desarrollo del Milenio”4, que establece en su 5º objetivo reducir la mortalidad materna en 75% para el período 1990-2015. División de Obstetricia y Ginecología, Unidad de Medicina Materno-Fetal, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile. Recibido el 26 de diciembre de 2011, aceptado el 29 de mayo de 2012. Correspondencia a: Dr. Enrique Donoso S. Lira 85, 5º piso. Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile. Teléfono: (56-2) 6863034 E-mail: edonoso@med. puc.cl En 1960, Chile, presentaba una mortalidad materna de 299/100.000 nacidos vivos, una de las más altas de la Región de las Américas5. En esa época, la primera causa de muerte materna eran las complicaciones del aborto, alcanzando a un tercio del total de las muertes6. A partir de esa década, la introducción de los métodos anticonceptivos permitió a la mujer chilena un mejor control de su fecundidad, llevando a la reducción de las muertes maternas por aborto5,7. El continuo desarrollo social, económico y sanitario del país, permitió reducir la mortalidad materna en más de 50% en 1253 Artículos de Investigación Mortalidad materna en Chile no cambia entre los años 2000-2009 - E. Donoso et al el período 1990-2000, especialmente por la reducción significativa de las muertes maternas atribuibles a aborto, hipertensión arterial y sepsis puerperal8, cumpliendo con el Plan de Acción Regional para la Reducción de la Mortalidad Materna en las Américas9. Ese logro hizo muy promisorio el cumplimiento del 5º objetivo del Milenio, de ahí que el Gobierno de Chile estableció dentro de los objetivos sanitarios para la década (2000-2010) una mortalidad materna de 12/100.000 nacidos vivos al 201010 y de 9,9/100.000 nacidos vivos al 20154. El objetivo de este estudio es analizar la tendencia de la mortalidad materna en Chile en el período 2000-2009 y los factores epidemiológicos que pudieran estar involucrados en el cumplimiento del 5º objetivo del Milenio. Materiales y Método Se diseñó un estudio observacional y descriptivo para analizar la mortalidad materna en Chile entre los años 2000 y 2009. Las variables evaluadas fueron la razón de mortalidad materna (RMM), las causas de muerte, la edad de las madres fallecidas y la natalidad expresada en el número de nacidos vivos (nv). Los datos brutos se obtuvieron de los anuarios de estadísticas vitales publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile11. Se definió muerte materna al fallecimiento de la mujer durante el embarazo, parto o puerperio, por causas propias de la gestación o agravadas por esta, excluidas las causas accidentales e incidentales. La RMM se expresó como el número de muertes maternas por 100.000 nv. La RMM por año de ocurrencia y causa de muerte, se calculó en relación al número de nacidos vivos corregidos (nacidos vivos inscritos en el año de nacimiento, más los inscritos en los primeros tres meses del año siguiente). La natalidad y RMM según edad materna se analizó en relación a los nacidos vivos inscritos en el año de nacimiento. Para su análisis, las causas de muerte materna se clasificaron según la décima revisión de la Clasificación Estadística Internacional de 1254 Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (CIE 10), contenidas entre los códigos O00-O9912. Para el análisis por causas de muerte, el código O99 fue definido como enfermedades concurrentes, que corresponde a todas las afecciones que son agravadas por el embarazo, excepto las que afectan directamente al feto, las enfermedades infecciosas o parasitarias, las causas externas y las que tienen codificación específica12. La tendencia y las fluctuaciones de las variables se estudiaron respectivamente por medio del análisis de correlación de Pearson (2 colas) y el porcentaje de cambio acumulado. Se estableció como nivel de significación estadística un valor p < 0,05. Resultados En el período 2000-2009, se registró un total de 2.419.834 nacidos vivos corregidos, 431 muertes maternas y una RMM promedio de 17,8/100.000 nv (Tabla 1). No hubo cambios significativos en la tendencia de la RMM (r= -0,030; p = 0,934), de las muertes maternas (r = -0,052; p = 0,888) y del número de nacimientos (r = + 0,013; p = 0,971), con un aumento acumulado de la RMM de 0,23%, de las muertes maternas de 0,49% y de la natalidad de 0,79%. La distribución por rangos de edad materna de la natalidad mostró que 15,9% correspondió a menores de 20 años, el 68,2% a mujeres entre 20-34 años y 15,9% a mujeres de 35 o más años (Tabla 2). No hubo cambios Tabla 1. Número de muertes maternas, nacidos vivos corregidos y razón de mortalidad materna, Chile 2000-2009 Año Muertes maternas (n) Nacidos vivos corregidos (n) Mortalidad materna (x 100.000 nv) 19,43 2000 49 252.155 2001 45 248.651 18,10 2002 42 241.027 17,43 2003 30 236.223 12,70 2004 42 232.588 18,06 2005 48 232.092 20,68 2006 47 233.104 20,16 2007 44 242.054 18,18 2008 41 248.366 16,51 2009 43 253.574 16,96 431 2.419.834 17,81 2000-2009 Rev Med Chile 2012; 140: 1253-1262 Artículos de Investigación Mortalidad materna en Chile no cambia entre los años 2000-2009 - E. Donoso et al significativos en la tendencia de la natalidad en todos los rangos de edad, con excepción de las mujeres de 40 o más años que presentaron una tendencia ascendente y significativa (r = 0,930; p < 0,001). Tabla 2. Análisis de la tendencia de la natalidad, Chile 2000-2009 Edad (años) < 15 Nacidos vivos n (%) 10.176 (0,4) r= Valor p -0,372 0,290* 15-19 371.967 (15,5) 0,252 0,482* 20-24 559.289 (23,3) 0,410 0,239* 25-29 576.205 (24,0) -0,370 0,292* 30-34 501.767 (20,9) -0,378 0,281* 35-39 296.461 (12,4) 0,347 0,327* ≥ 40 84.345 (3,5) 0,930 0,001 *No significativo. r: coeficiente de correlación de Pearson (2 colas). Las causas de muerte materna con más de 15 casos fueron: 115 muertes (26,7%) por enfermedades maternas concurrentes (código O99); 105 muertes (24,4%) por hipertensión arterial (códigos O10-O16); 38 muertes (8,8%) por aborto (códigos O03-O06); 21 muertes (4,9%) por embolia obstétrica (código O88), 20 muertes (4,6%) por hemorragia posparto (código O72), 20 muertes (4,6%) por embarazo ectópico (código O00) y 16 muertes (3,7%) por sepsis puerperal (código O85) (Tabla 3). Las primeras dos causas fueron responsables de 51,1% del total de muertes maternas. La RMM para las primeras 7 causas de muerte materna fueron: enfermedades concurrentes 4,8/100.000 nv, hipertensión arterial 4,3/100.000 nv, aborto 1,6/100.000 nv, embolia obstétrica 0,9/100.000 nv, hemorragia posparto 0,8/100.000 nv, embarazo ectópico 0,8/100.000 nv y sepsis puerperal 0,7/100.000 nv. La tendencia de la RMM por enfermedades concurrentes (r = 0,656; p = 0,035) fue ascen- Tabla 3. Muertes maternas según causas (CIE 10), Chile 2000-2009 Código Causas n O00-O08 Embarazo terminado en aborto 59 O00 Embarazo ectópico 20 O01 Mola hidatidiforme 1 O02 Otros productos anormales de la concepción 2 O03 Aborto espontáneo 4 O04 Aborto médico 1 O05 Otro aborto 1 O06 Aborto no especificado O08 Complicaciones consecutivas al aborto, al embarazo ectópico y al embarazo molar O10-O16 Edema, proteinuria y trastornos hipertensivos en el embarazo, el parto y el puerperio O10 Hipertensión preexistente que complica el embarazo, parto y el puerperio O11 Trastornos hipertensivos preexistentes, con proteinuria agregada O13 Hipertensión gestacional (inducida por el embarazo) sin proteinuria significativa 29 1 105 3 1 11 O14 Hipertensión gestacional (inducida por el embarazo) con proteinuria significativa 38 O15 Eclampsia 49 O16 Hipertensión materna no especificada 3 O20-O29 Otros trastornos maternos relacionados principalmente con el embarazo O21 Vómitos excesivos en el embarazo 1 O22 Complicaciones venosas en el embarazo 3 O23 Infección de las vías genitourinarias en el embarazo 2 O24 Diabetes mellitus 6 O26 Atención a la madre por otras complicaciones principalmente relacionadas con el embarazo 9 Rev Med Chile 2012; 140: 1253-1262 21 1255 Artículos de Investigación Mortalidad materna en Chile no cambia entre los años 2000-2009 - E. Donoso et al Tabla 3. Muertes maternas según causas (CIE 10), Chile 2000-2009 (continuación) Código Causas n O30-O48 14 O41 O44 O45 Atención materna relacionada con el feto y la cavidad amniótica y con posibles problemas del parto Otros trastornos del líquido amniótico y de las membranas Placenta previa Desprendimiento prematuro de la placenta (abruptio placentae) O60-O75 O62 O66 O67 O71 O72 O75 Complicaciones del trabajo de parto y del parto Anormalidades de la dinámica del trabajo de parto Otras obstrucciones del trabajo de parto Trabajo de parto y parto complicados por hemorragia intraparto, no clasificados en otra parte Otro trauma obstétrico Hemorragia posparto Otras complicaciones del trabajo de parto y del parto, no clasificadas en otra parte 49 10 1 1 5 20 12 O80-O84 O82 Parto Parto único por cesárea O85-O92 O85 O86 O87 O88 O89 O90 Complicaciones principalmente relacionadas con el puerperio Sepsis puerperal Otras infecciones puerperales Complicaciones venosas en el puerperio Embolia obstétrica Complicaciones de la anestesia durante el puerperio Complicaciones del puerperio, no clasificadas en otra parte O94-O99 O95 O96 Otras afecciones obstétricas no clasificadas en otra parte Muerte obstétrica de causa no especificada Muerte materna debida a cualquier causa obstétrica que ocurre después de los 42 días pero antes de 1 año del parto Enfermedades maternas infecciosas y parasitarias clasificables en otra parte pero que complican el embarazo, el parto y el puerperio Otras enfermedades maternas clasificables en otra parte, pero que complican el embarazo, parto y el puerperio 133 5 3 Total 431 O98 O99 O00-O99 dente y significativa, mientras que la tendencia de la RMM por aborto (r = -0,712; p = 0,023) fue significativamente descendente. No hubo cambios significativos en la tendencia de la RMM por hipertensión arterial (r = -0,186; p = 0,273) y embolia obstétrica (r = 0,182; p = 0,351). No se efectuó análisis de tendencia para hemorragia posparto, embarazo ectópico y sepsis puerperal por presentar 20 o menos casos de muertes en el período estudiado. La RMM por rangos de edad mostró una tendencia ascendente a mayor edad materna, con punto de quiebre desde los 35 años (Figura 1). La mayor RMM correspondió a las mujeres de 1256 7 6 1 2 2 48 16 2 3 21 2 4 10 115 45-49 años (104,9/100.000 nv) y la menor a las adolescentes menores de 15 años (9,8/100.000 nv). La mortalidad materna en mujeres menores de 35 años fue inferior a 20/100.000 nv. Del total de muertes maternas, el 10% (43/431 muertes) correspondió a menores de 20 años, el 54,5% (235/431 muertes) a mujeres entre 20-34 años y el 35,5% (153/431 muertes) a mujeres de 35 o más años. No se registraron muertes maternas en mujeres de 50 o más años y sólo 1 muerte en menores de 15 años. La RMM de las 7 primeras causas de muerte según rangos de edad, mostró que la edad materna de 40 o más años fue un correlativo importante en la mayoría de las causas de muerte, principalmente Rev Med Chile 2012; 140: 1253-1262 Artículos de Investigación Mortalidad materna en Chile no cambia entre los años 2000-2009 - E. Donoso et al Figura 1. Tendencia de la mortalidad materna según rangos de edad, Chile 2000-2009. Tabla 4. Razón de mortalidad materna (x 100.000 nv) según rangos de edad de las principales causas de muerte materna, Chile 2000-2009 Edad (años) Enfermedades concurrentes (n: 115) Hipertensión arterial (n: 105) Aborto (n: 38) Embolia obstétrica (n: 21) Hemorragia posparto (n: 20) Embarazo ectópico (n: 20) Sepsis puerperal (n: 16) < 15 --- 9,83 --- --- --- --- --- 15-19 2,69 4,03 1,61 0,54 0,27 --- 0,27 20-24 4,65 3,04 0,36 0,54 0,36 0,36 0,36 25-29 2,78 4,17 2,43 0,52 0,69 0,69 0,87 30-34 4,19 3,79 0,80 0,80 1,00 1,40 0,80 35-39 7,08 7,76 3,37 2,70 1,35 2,36 1,01 ≥ 40 24,90 7,11 2,37 1,19 4,74 --- 1,19 en la asociación con enfermedades concurrentes que alcanzó una RMM de 24,9/100.000 nv (Tabla 4). Discusión Durante el período 2000-2009, Chile no logró reducir la tendencia de la mortalidad materna, lo que dificulta el cumplimiento del 5º objetivo del Milenio. Esto se debe al cambio del perfil epidemiológico y demográfico de la población obstétrica chilena, caracterizado por una natalidad general sin cambios, por el aumento significativo Rev Med Chile 2012; 140: 1253-1262 de los nacimientos en mujeres de 40 o más años y del aumento de las muertes maternas por enfermedades concurrentes. El control poblacional de la fecundidad y el espaciamiento de los embarazos, son una de las principales estrategias para lograr el descenso de la morbilidad13,14 y mortalidad materna de un país15,16, porque permiten una menor exposición al riesgo de enfermar o morir, por causas inherentes al proceso reproductivo, como también por reducir las muertes por aborto inseguro17. Por el contrario, en Chile, en el período 2000-2009 el 31,8% de los nacimientos proviene de población obstétrica de alto riesgo materno y perinatal (adolescentes y 1257 Artículos de Investigación Mortalidad materna en Chile no cambia entre los años 2000-2009 - E. Donoso et al mujeres > 35 años), que en conjunto contribuyeron con el 45,5% (196/431) de las muertes maternas del período, sugiriendo una mala estrategia nacional de control de la fecundidad. Previamente comunicamos el envejecimiento de la mujer chilena en edad fértil (período 19902004), con un aumento de 65,4% de la población de mujeres de 40-44 años y de su fecundidad en 51,7%18. Adicionalmente demostramos el alto riesgo materno y perinatal en mujeres de 40 o más años, con mortalidad materna de 142,8/100.000 nv y con un riesgo 7,13 veces mayor de muerte materna comparadas con mujeres de 20-34 años19. También en España, se informó del aumento de la mortalidad materna asociada a la edad materna avanzada y a la postergación del embarazo, con aumento de la mortalidad materna de 20% en 2005 respecto a 199620. Informes poblacionales de Europa y Estados Unidos de Norteamérica, confirman que el aumento de la edad materna es un factor emergente de riesgo demográfico para mortalidad materna21-25. En esta investigación reportamos que en Chile, en el período 2000-2009, el 51,1% de las muertes maternas se concentraron en las enfermedades maternas concurrentes y en las asociadas a hipertensión arterial, por lo que las estrategias destinadas a la reducción de la mortalidad materna para cumplir con el 5º objetivo del Milenio deben estar destinadas especialmente al control de estas dos causas. Previamente reportamos que en el período 1990-2000, la tendencia de la RMM por enfermedades concurrentes no presentó cambios significativos, siendo la principal causa de muerte materna en mujeres de 40 o más años, con una RMM de 15,3/100.000 nv8, mientras que en el período 2000-2009, la RMM en estas mujeres aumentó a 24,9/100.000 nv. Las enfermedades concurrentes fueron la primera causa de muerte materna en el período 2000-2009, lo que puede explicarse por el aumento significativo de la natalidad en mujeres de 40 o más años y al envejecimiento de la mujer chilena en edad fértil. Sugerimos como estrategias para la reducción de las muertes maternas por enfermedades concurrentes, el control de la fecundidad y el consejo reproductivo pregestacional en estas mujeres. La hipertensión arterial fue la segunda causa de muerte materna en el período 2000-2009; 46,7% de ellas debidas a eclampsia, revelando un inade1258 cuado control prenatal y manejo intrahospitalario, especialmente cuando la cobertura nacional del control prenatal y la atención profesional del parto superan el 90 y 99% respectivamente10. Las estrategias para la reducción de las muertes maternas asociadas a hipertensión arterial son el control de la fecundidad en mujeres en edades reproductivas extremas, como también la permanente capacitación de los profesionales para el correcto diagnóstico y tratamiento de esta patología. El aborto fue la tercera causa de muerte materna en el período 2000-2009; siendo la única de las principales causas que presentó una tendencia descendente significativa en el período estudiado. En el período anterior 1990-20008, también observamos una reducción en el número de muertes por aborto, probablemente en relación con el descenso significativo de la natalidad, lo que no sucedió en el período 2000-2009. La estrategia para continuar el descenso de la mortalidad materna por aborto es el control de la fecundidad, especialmente en grupos de mujeres de alto riesgo de recurrir al aborto inseguro26. Es posible que concurra a explicar la baja mortalidad materna por aborto, el uso de métodos abortivos de menor morbilidad y mortalidad, como es el misoprostol, del cual desconocemos su prevalencia de utilización. Según cifras del Ministerio de Salud en el año 2008, hubo 248.366 nacidos vivos y 33.428 egresos por aborto, de los cuales 11.070 (33,1%) fueron calificados como “no especificados” (código O06) que muy posiblemente correspondan a abortos inducidos27, cifra muy inferior a los 160.000 abortos inducidos anuales estimados para Chile28. Es necesario destacar un estudio reciente que en base a un modelo epidemiológico, válido y reproducible, estimó que en Chile en 2008, sólo el 10,6% de los egresos por aborto, corresponderían a complicaciones por aborto inducido29. Es importante resaltar que en la actualidad el riesgo absoluto de morir por aborto en Chile es de 0,046/100.000 mujeres de 15-49 años (1 en 2.000.000 mujeres de 15-49 años)30, como también que la legislación promulgada en 1989 y que prohíbe toda causal de aborto no ha influido en la tendencia de la mortalidad materna por aborto inseguro como ha sido sugerido31. La embolia obstétrica fue la cuarta causa de muerte materna en el período 2000-2009, con una RMM (0,9/100.000 nv) similar a lo reportado en Estados Unidos de Norteamérica (1,0/100.000 nv)32, Canadá (0,5/100.000 nv)33 y Reino Unido34. Rev Med Chile 2012; 140: 1253-1262 Artículos de Investigación Mortalidad materna en Chile no cambia entre los años 2000-2009 - E. Donoso et al El aumento de la embolia obstétrica en Chile puede deberse a un mejor diagnóstico de la complicación, como también al envejecimiento poblacional de la mujer chilena en edad fértil18, dada su asociación con la edad materna avanzada35-38. La principal estrategia para la prevención del trombo-embolismo es el uso de heparina en mujeres con factores de riesgo37, sopesando el riesgo de trombosis versus el riesgo de complicaciones hemorrágicas por heparina, que puede alcanzar al 2% de las pacientes tratadas39. La hemorragia del posparto fue la quinta causa de muerte materna en el período 2000-2009. En décadas anteriores a 1990 esta importante causa de muerte se vinculaba a la gran multiparidad y a la atención del parto por personal sin capacitación para resolver esta complicación. Actualmente, la gran multiparidad es inferior al 4%11 y los partos son asistidos institucionalmente casi en su totalidad por profesionales10. Es posible que la alta incidencia de operación cesárea en el país (rango: 27-83%)40, haya impedido la reducción de la mortalidad materna por hemorragia del posparto. La hemorragia severa del posparto tiene para parto vaginal una prevalencia de 2,94% (IC 95% 2,823,07) y para cesárea de 6,38% (IC 95% 5,45-7,31)41, por lo que es importante establecer políticas conducentes a reducir la operación cesárea. La muerte materna por embarazo ectópico comparte el quinto lugar con la hemorragia del posparto. La RMM por esta causa (0,8/100.000 nv) duplica a la de Estados Unidos de Norteamérica (0,4/100.000 nv)32. En 2008 hubo 3.543 egresos por embarazo ectópico27 y 3 muertes maternas (0,08%), con una prevalencia ~12,6/1.000 embarazos, similar a Canadá que en el período 2004-2005 fue de 11,9/1.000 embarazos, con frecuencia que aumenta a partir de los 35 años42. Lo anterior es consistente con lo ocurrido en Chile, en que la RMM más alta por embarazo ectópico correspondió al rango de edad materna entre 35-39 años (2,4/100.000 nv). La muerte materna por sepsis puerperal fue la sexta causa (0,7/100.000 nv), siendo menor que la RMM que reportamos en el período 19902000 (1,7/100.000 nv)8. La menor RMM del actual período es posible que sea el resultado de la atención intrahospitalaria y profesional de 99% de los partos10, y del uso amplio de antibióticos profilácticos en situaciones de alto riesgo de infección puerperal, como son la operación cesárea Rev Med Chile 2012; 140: 1253-1262 y la rotura prematura de las membranas ovulares. En Chile, a diferencia de otros países, la mortalidad materna en adolescentes menores de 15 años no presenta diferencias significativas comparadas con adultas de 20-34 años (OR = 1,56; IC95%: 0,50 a 4,31; p = 0,372), mientras que en adolescentes de 15-19 años la mortalidad materna es significativamente menor (OR = 0,72; IC95%: 0,56 a 0,92; p < 0,008)43. Pese a lo anterior, debemos reflexionar si debemos aceptar la muerte de niñas madres y las estrategias destinadas al retraso del inicio de la vida sexual. En el período 2000-2009, el 15,9% de los nacimientos correspondieron a niñas menores de 20 años, con mortalidad materna de 11,3/100.000 nacidos vivos (43 muertes), inferior al promedio nacional, pero que corresponde al 10% del total de muertes maternas del período. Es evidente que hay que fortalecer las estrategias establecidas en las políticas públicas sanitarias y educacionales vigentes, destinadas a retrasar el inicio de la vida sexual, como también las destinadas a prevenir el embarazo no deseado, que en las adolescentes significa además, el abandono de su educación y la perpetuación de la pobreza. Por las razones anteriores debemos considerar como evitable la muerte materna producto del embarazo adolescente. Chile es el país latinoamericano con menor mortalidad materna44, como consecuencia de su desarrollo social, económico y sanitario30. Los factores causales de muerte materna en Chile en la década 2000-2009, son diferentes a los presentados para América Latina y el Caribe por el grupo de trabajo integrado por representantes de WHO, UNFPA, World Bank y otros (hipertensión arterial 25,7%, hemorragia 20,8%, parto obstruido 13,4%, aborto 12% y sepsis puerperal 7,7%), y con mayor similitud a la de países desarrollados (hipertensión arterial 16,1%, embolia 14,9%, causas indirectas 14,4%, hemorragia 13,4% y aborto 8,2%)45. Chile comparte el compromiso mundial de reducir la RMM en 75% (9,9/100.000 nv) para el período 1990-2015 (Quinto Objetivo del Milenio), lamentablemente nuestro análisis muestra que estamos lejos de la meta. Recientemente el Gobierno de Chile ha dado a conocer los objetivos sanitarios de la década 2011-202046, invitando a los equipos de salud a su logro; desafortunadamente, la normativa del Ministerio de Salud no indica ninguna estrategia orientada a reducir la mortalidad materna. De acuerdo a nuestros resultados proponemos 1259 Artículos de Investigación Mortalidad materna en Chile no cambia entre los años 2000-2009 - E. Donoso et al algunas sugerencias que debieran estar contenidas en un programa Ministerial para la Reducción de la Mortalidad Materna: • Reducción de la natalidad en adolescentes, con programas efectivos de educación en sexualidad y prevención del embarazo. • Adecuado consejo pregestacional a mujeres de 40 o más años. • Adecuado consejo pregestacional a mujeres con enfermedades crónicas. • Capacitación en planificación familiar a médicos internistas y de subespecialidades. • Educación continua de matronas, enfermeras matronas y médicos generales, en identificación del alto riesgo obstétrico y su derivación oportuna al nivel secundario o terciario. • Actualización cada 5 años de las Guías Clínicas Ministeriales Materno-Perinatal. • Comité Ministerial de auditoría mensual de las muertes maternas. • Incorporar en el certificado de defunción la sección Muerte Materna, etnia y nacionalidad de los fallecidos. • Notificación obligatoria de los casos de near miss47. • Desmunicipalizar los programas de salud reproductiva. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Conclusiones El aumento de la natalidad en mujeres en edad materna avanzada, grupo con una creciente tasa de mortalidad por enfermedades concurrentes, dificultará el cumplimiento del 5º objetivo del Milenio. Las estrategias para lograr ese objetivo deben centrarse en el control de la fecundidad de las mujeres con enfermedades crónicas y en el manejo del síndrome hipertensivo del embarazo, responsables de 51,1% de las muertes maternas en Chile, ambas estrechamente asociadas al embarazo en edad materna avanzada. Referencias 1. Countdown Coverage Writing Group; Countdown to 2015 Core Group, Bryce J, Daelmans B, Dwivedi A, Fauveau V, Lawn JE, Mason E, Newby H, Shankar A, Starrs A, Wardlaw T. Countdown to 2015 for maternal, newborn, and child survival: the 2008 report on tracking coverage of interventions. Lancet 2008; 371: 1247-58. 1260 11. 12. 13. 14. 15. Hill K, Thomas K, AbouZahar C, Walter N, Say L, Inoue M, Suzuki E, on behalf of the Maternal Mortality Working Group. 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Material and Methods: Retrospective data was collected from clinical records of 524 women diagnosed with breast cancer in a Spanish hospital. Results: There was a positive association between estrogen, progesterone and prolactin serum levels and body mass index. The elevations in hormone levels occurred earlier in life among women with a family history of breast cancer. A two way ANOVA found a significant association between progesterone and prolactin levels with the age at diagnosis of breast cancer. Conclusions: Extreme serum levels of these hormones appear to be related to the early development of breast cancer, which in turn is influenced by the existence of a family history of cancer among those women with normal or average hormone levels. D iferentes estudios han intentado verificar una posible relación entre la obesidad y el desarrollo precoz de ciertos tipos de cáncer como el de mama1. En el caso de los tumores malignos de mama, la existencia o no de antecedentes familiares de cáncer de mama, constituye un factor relevante a tener en cuenta2,3. Así, según datos del estudio desarrollado por Lancaster (2005)4, hasta 18% de las mujeres obesas con cáncer de mama tenían antecedentes familiares de este tipo de cáncer. De acuerdo con Maheu y cols (2008)5 y Qiu y cols (2010)6 serían las mutaciones de los genes BRCA-1 y BRCA-2 las responsables de gran parte de los casos con patrón hereditario familiar. 1 Departamento de Enfermería. Facultad de Enfermería (Campus Melilla). 2 Departamento de Estadística e I.O. Facultad de Ciencias. 3 Departamento de Enfermería. Facultad de Ciencias de la Salud. 4 Departamento de Fisioterapia. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Granada. España. Recibido el 23 de diciembre de 2011, aceptado el 3 de junio de 2012. Correspondencia a: Dr. Emilio González Jiménez Departamento de Enfermería Facultad de Enfermería Campus de Melilla (Universidad de Granada) C/ Santander Nº 1 - CP: (52071) Melilla (España) E-mail: emigoji@ugr.es No obstante, los desórdenes metabólicos y hormonales secundarios a estados de obesidad parecen ser los responsables últimos del incremento en la prevalencia de neoplasias mamarias malignas en mujeres obesas7,8. Según esto y de acuerdo con Veronesi y cols (2005)9, el incremento de adiposidad corporal tan necesario para la llegada de la primera regla así como la elevación de los niveles hormonales que de ello resultan, van a constituir factores de riesgo cruciales para el desarrollo precoz de cáncer de mama entre mujeres. En este sentido, el riesgo de padecer cáncer de mama se multiplica para aquellas mujeres que a edades tempranas se muestran obesas10. Con respecto a la acción de dichas hormonas, 1263 Artículos de Investigación Estado nutricional, niveles hormonales séricos e historia familiar en cáncer de mama - E. González Jiménez et al se ha descrito una asociación estadísticamente significativa entre niveles séricos elevados de estrógenos en mujeres obesas y el desarrollo precoz del cáncer de mama11. Si bien, existen controversias sobre si esta misma cuestión sucede de igual forma con hormonas como la prolactina o la progesterona12,13. Las mujeres obesas poseen un riesgo mayor de padecer cáncer de mama después de la menopausia comparado con aquellas mujeres no obesas14. Esto parece tener su explicación en los altos niveles de estrógenos circulantes en las mujeres obesas14. En aquellas mujeres obesas posmenopáusicas los niveles de estrógenos son entre 50-100% más elevados que entre las mujeres delgadas15. No debemos olvidar que antes de la menopausia, los ovarios son la fuente principal de estrógenos aunque también el tejido adiposo. Después de la menopausia, los ovarios dejan de producir estrógenos convirtiéndose pues el tejido adiposo en la principal fuente de esta hormona. Luego aquellos tejidos que como el parénquima mamario son muy sensibles a los estrógenos, quedan expuestos a un mayor estímulo hormonal en las mujeres obesas16. Esta circunstancia lleva a un riesgo mayor de desarrollar una neoplasia y en su caso a un crecimiento más rápido de tumores hormono-dependientes, fundamentalmente de los estrógenos, progesterona y prolactina17. Teniendo en consideración todo lo anterior, el objetivo de este trabajo fue comprobar la existencia de una relación significativa entre el estado nutricional de las pacientes, sus niveles séricos de estrógenos, progesterona y prolactina, la existencia o no de antecedentes familiares de cáncer de mama y cómo todo ello influye en un desarrollo precoz del cáncer de mama. Objetivo El objetivo de este trabajo fue comprobar la existencia de una relación significativa entre el estado nutricional de las pacientes, sus niveles séricos hormonales (estrógenos, prolactina y progesterona), edad de diagnóstico y la existencia o no de antecedentes familiares de cáncer de mama. Muestra La muestra estaba compuesta por 524 pacientes de sexo femenino, diagnosticadas y tratadas de cáncer de mama en el Hospital Universitario “San Cecilio” de Granada, durante el período de enero 1264 de 2009 a septiembre de 2010. Metodología Se llevó a cabo una recogida de datos retrospectiva de todas y cada una de las pacientes por medio de una revisión minuciosa de su historia clínica. El análisis posterior de los datos fue realizado con el programa informático R (versión 2.13.2)18. Resultados En relación con las hormonas analizadas (Figura 1), los niveles de estrógenos circulantes mantienen una relación estrecha con el estado nutricional de las pacientes, esto es, a medida que las pacientes se hacían obesas, los niveles séricos de estrógenos se elevaban. Asimismo, la existencia de antecedentes familiares de cáncer resultó ser un factor implicado, esto es, los niveles séricos de estrógenos se elevaban más tempranamente en edad entre las pacientes que presentaban antecedentes familiares de cáncer de mama. Si bien, las mayores diferencias se encontraron en el grupo de mujeres con obesidad mórbida, con unos niveles circulantes de estrógenos muy elevados a cortas edades así como una edad de diagnóstico del tumor temprana. Respecto de la variable progesterona, los resultados muestran que sus valores séricos se incrementaban en estados de obesidad y obesidad mórbida. Al igual que con los estrógenos, los niveles de progesterona eran más elevados a edades más tempranas entre el colectivo de pacientes con antecedentes familiares de cáncer de mama. Finalmente, en el caso de la hormona prolactina, sus valores se incrementaban a medida que las pacientes se hacían obesas, siendo especialmente temprana en edad su elevación entre el grupo con antecedentes familiares de cáncer. Mediante un análisis ANOVA a dos vías con los factores obesidad (pacientes no obesas, obesas y obesas mórbidas), historia familiar de cáncer (pacientes sin antecedentes familiares de cáncer y con antecedentes), y para las variables respuesta (edad de diagnóstico, estradiol, progesterona y prolactina no se encontraron interacciones en los factores para edad de diagnóstico (F = 1,1615; p = 0,313818) y estradiol (F = 1,7653; p = 0,1722) y sí para progesterona (F = 5,0122; p = 0,006984) y prolactina (F = 3,9377; p = 0,02008). Ahora bien, para el factor obesidad, todas las categorías Rev Med Chile 2012; 140: 1263-1267 Artículos de Investigación Estado nutricional, niveles hormonales séricos e historia familiar en cáncer de mama - E. González Jiménez et al contempladas mostraron diferencias estadísticamente significativas, salvo para la variable edad de diagnóstico, en cuyo caso, el nivel de significación sería atribuible al grupo de obesas mórbidas. Asimismo, para esta variable se observan diferencias en el factor historia familiar de cáncer. Para el resto de variables, el factor historia no resultó ser significativo, como cabía esperar. Estos resultados se muestran en la Tabla 1. Discusión Figura 1. Correlación entre estado nutricional, edad de diagnóstico, niveles séricos hormonales y antecedentes familiares o no para cáncer de mama. De acuerdo con nuestros resultados, niveles elevados de estas hormonas en mujeres con obesidad y obesidad mórbida se asocian a una edad más temprana de diagnóstico de cáncer mamario. Estos resultados contrastan con los obtenidos en otros estudios en los que no se encontró una asociación entre el estado nutricional de las pacientes, los niveles hormonales y en consecuencia una edad de diagnóstico más temprana19,20,21. Otros autores como Perks et al., 201122; Bradlow et al., 201123 y McTiernan et al., 200624, coinciden al encontrar una asociación directa y significativa entre la obesidad, niveles séricos hormonales y un desarrollo Tabla 1. Variables analizadas y niveles de significación Historia familiar de cáncer No obesas Obesas Obesidad mórbida Sí 54,1 (13,7) 57,2 (12,3) 33,3 (3,6) No 60,5 (14,0) 60,8 (14,5) 32,1 (5,3) Sí 18,2 (6,1) 45,3 (2,9) 70,0 (9,2) No 17,2 (2,8) 45,8 (2,6) 71,4 (7,5) Sí 0,41 (0,11) 0,77 (0,09) 1,32 (0,15) No 0,38 (0,09) 0,78 (0,09) 1,40 (0,08) Sí 19,4 (3,1) 36,6 (1,9) 56,1 (10,5) No 19,4 (2,9) 36,7 (2,1) 59,4 (9,1) Rev Med Chile 2012; 140: 1263-1267 Respuesta Factor obesidad Factor historia Edad de diagnóstico F = 1788,1 p < 0,0001 F = 9,9464 p = 0,0017 Estradiol F = 3518,9 p < 0,0001 F = 0,7893 p = 0,3747 Progesterona F = 1788,1 p < 0,0001 F = 2,1178 p = 0,1462 Prolactina F = 2003,0 p < 0,0001 F = 1,1392 p = 0,2863 1265 Artículos de Investigación Estado nutricional, niveles hormonales séricos e historia familiar en cáncer de mama - E. González Jiménez et al precoz del cáncer mamario. Esta relación podría tener su explicación en la teoría por la cual se concede fundamentalmente a los estrógenos una potencial capacidad carcinogénica a través de la continua estimulación del crecimiento tisular mamario24. Luego el efecto de la obesidad sobre el desarrollo cada vez más precoz de cáncer de mama en mujeres, podría tener su fundamento en el subsiguiente incremento de hormonas circulantes, especialmente de estradiol25. Que la obesidad constituye un factor de riesgo estrechamente relacionado con la edad de diagnóstico del cáncer de mama supone un hecho que trasciende de otros factores como pueden ser la existencia o no de antecedentes familiares para cáncer de mama. No obstante, en este estudio los antecedentes familiares de cáncer considerados, fueron únicamente los de primer grado. Si bien, a pesar de la indudable importancia del componente genético en esta neoplasia, en nuestro estudio resultaron ser la obesidad y los niveles elevados de prolactina, progesterona y estrógenos fundamentalmente, los factores más implicados en el desarrollo precoz del cáncer de mama26. En cualquier caso, y con independencia de los hallazgos descritos resulta indispensable continuar profundizando y analizando las múltiples causas y factores de potencial implicación en el cáncer de mama. Referencias 1. Amaral P, Miguel R, Mehdad A, Cruz C, MonteiroGrillo I, Camilo M, et al. Body fat and poor diet in breast cancer women. Nutr Hosp 2010; 25 (3): 456-61. 2. Alhurishi S, Lim JN, Potrata B, West R. Factors influencing late presentation for breast cancer in the middle East: a systematic review. Asian Pac J Cancer Prev 2011; 12 (6): 1597-600. 3. Razif SM, Sulaiman S, Hanie SS, Aina EN, Rohaizak M, Fuad I, et al. 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Recibido el 28 de diciembre de 2011, aceptado el 30 de mayo de 2012. Correspondencia a: Dr. Francisco Mardones Santander Marcoleta 434, Santiago. Código Postal: 833-0073 Teléfono: 354 6898. E mail: mardones@med. puc.cl o fmardons@uc.cl L Association of carotid intima media thickness with blood pressure and HDL cholesterol in children Background: Cardiovascular risk factors must be controlled since childhood. Aim: To assess the association of carotid intima media thickness (CIMT) with the components of the metabolic syndrome in Children. Material and Methods: Cross sectional assessment of 299 children aged 11.5 ± 0.9 years (58% women) with and without metabolic syndrome components. Anthropometric parameters and blood pressure were measured and a blood sample was obtained to measure blood glucose and lipids. CIMT was measured using high resolution ultrasound. Results: Ninety three percent of children were post puberal, 64% were overweight and 25% had metabolic syndrome. Mean and maximum CIMT correlated with systolic blood pressure (r = 0.21 and 0.21 respectively p < 0.01). Children with a CIMT over the 75th percentile had higher blood pressure and lower HDL cholesterol. A stepwise logistic regression accepted both variables as predictors of CIMT with odds ratios for mean CIMT of 1.46 (1.19-1-79) and 0.81 (0.7-0.94) per five units of change, respectively. Conclusions: In this group of children systolic blood pressure and HDL cholesterol are associated to CIMT. (Rev Med Chile 2012; 140: 1268-1275). Key words: Blood pressure; Carotid Intima-Media thickness; Child; Cholesterol HDL. a prevalencia de las enfermedades crónicas no trasmisibles aumenta en el mundo debido principalmente a la transición nutricional. El sobrepeso y la obesidad constituyen el principal problema y están vinculados, incluso en la edad pediátrica, con síndrome metabólico (SM) y desarrollo de ateroesclerosis subclínica1,2. La prevalencia de obesidad en Chile según la encuesta de salud 2009-2010 comparada con la del 2003 tuvo un incrementó de 61% a 64,5% en la población mayor de 15 años3,4. La prevalencia nacional de obesidad en menores de 6 años es 1268 9,7%, mientras que en los escolares de primer año de básico (6-8 años de edad) aumenta a 23,1%5,6. La enfermedad cardiovascular (ECV) constituye la primera causa de muerte a nivel mundial2. En Chile ocupa también el primer lugar en adultos con 25,8%1. La obesidad en la niñez tiene un amplio rango de complicaciones serias y aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular temprana y muerte precoz en la edad adulta7,8. Contribuye desde la niñez a una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular del adulto, tales como hiper- Artículos de Investigación Presión arterial y ateroesclerosis subclínica en niños - P. Arnaiz et al tensión, dislipidemia y alteración del metabolismo de la glucosa9,10. Se propone que la exposición a estos factores de riesgo cardiovascular desde la edad temprana induce cambios en las arterias que contribuyen al desarrollo de la ateroesclerosis en la edad adulta joven11,12. Junto a la obesidad central, representada por la circunferencia de cintura, esos factores constituyen el llamado SM que en adultos predispone al desarrollo de ECV y diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Para los niños no existe consenso para diagnosticar SM y existen varias definiciones, siendo el criterio de Cook S. et al uno de los más utilizados13. Los componentes del SM han aumentado también en población pediátrica, con presentación precoz del SM14. La medición del grosor íntimo-medial carotideo, en inglés “carotid intima-media-thickness (CIMT)”, a través del ultrasonido de alta resolución, ha demostrado ser un excelente método no invasivo, seguro y capaz de detectar cambios estructurales como engrosamiento a nivel de las arterias carótidas y predecir futuras enfermedades coronarias e infarto de miocardio en la adultez temprana15. Una revisión reciente de la literatura señala que en niños o adolescentes con factores de riesgo cardiovascular marcados, como hipertensión arterial y dislipidemia severa, o con diabetes mellitus tipo 1, presentan aumento del CIMT16. En Chile existen pocos estudios de medición del CIMT tanto en niños como en adultos. En el año 2009 se describió que dos o más componentes del SM presentaban una tendencia no significativa a mayor CIMT17. El objetivo del presente estudio fue determinar la asociación de los componentes del SM con el aumento del CIMT en una muestra seleccionada de niños y adolescentes escolares chilenos. Material y Método La muestra de 299 niños para este estudio provino de una población de 2.174 escolares de quinto y sexto básico, estudiada transversalmente durante 2009 y 2010 en 14 de las 20 escuelas municipalizadas de la comuna de Puente Alto, participantes del proyecto Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) regular Nº1090594. Se buscó la presencia Rev Med Chile 2012; 140: 1268-1275 de cada uno de los cinco componentes del SM, comparándolos con un subgrupo sin la presencia de los mismos o grupo control. La prevalencia de obesidad y SM en los 2.174 escolares fue de 14,7% y 7,6%, respectivamente. En el grupo inicial, una enfermera universitaria y una nutricionista realizaron la evaluación de los niños en cada escuela en horario matinal y se verificó el estado de salud de la semana precedente. Se realizó una encuesta respecto de la ausencia de antecedente de trastornos del metabolismo glucídico, dislipidemias, hipertensión, enfermedades metabólicas, infecciones o terapia farmacológica recientes y de enfermedad cardiovascular familiar. Se solicitó ayuno de 12 h y los padres o sus representantes firmaron un formulario de consentimiento informado y los niños/niñas mayores de 12 años un formulario de asentimiento informado; estas dos firmas fueron solicitadas nuevamente en esta nueva etapa del proyecto. El estudio fue aprobado por las comisiones de ética de la Escuela de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, y del proyecto FONDECYT. Se midió peso y estatura en balanza de palanca con estadiómetro, marca Seca®, con el niño descalzo, con ropa liviana, descontado el peso promedio de ésta y promediándose tres mediciones. Se calculó índice de masa corporal (IMC = Peso en kg/Talla2 en m) expresados en percentiles con referencia a CDC-NCHS 200018. Se catalogó el estado nutricional según percentil de IMC de la misma referencia internacional; eutrofia: 5 al 84, sobrepeso: 85 al 94, obesidad: ≥ 95 y desnutrición: < 5. Se midió perímetro de cintura (PC) con cinta métrica inextensible, sobre el borde lateralsuperior del ilion derecho, en línea medio-axilar, al final de una espiración, según norma internacional y se promediaron tres mediciones19; se clasificaron como alterados a aquellos con percentil ≥ 90 de la misma referencia. Se midió presión arterial con un equipo Dynamap Pro 100, Criticon, según norma internacional y se clasificó como alterada de acuerdo a percentil ≥ 90 de la misma referencia20. La maduración sexual se evaluó según estadios de Tanner mediante un auto-reporte voluntario y privado del estado puberal, con observación de fotos estandarizadas de desarrollo mamario en niñas y genital en hombres, ambas más vello púbico21. Se obtuvieron muestras de sangre venosa, para determinación de lípidos (test enzimático colorimétrico) y glicemia (método Gluco-quant, 1269 Artículos de Investigación Presión arterial y ateroesclerosis subclínica en niños - P. Arnaiz et al Glucosa/ Hexoquinasa, Roche Diagnostics GmbH, Manheim). Para definir SM se utilizó la recomendación de Cook S. et al13, la que considera la presencia de al menos tres componentes de los cinco siguientes: obesidad abdominal representada por la PC ≥ percentil 9019, presión arterial sistólica (PAS) o presión arterial diastólica (PAD) ≥ percentil 9020, colesterol HDL (CHDL) ≤ 40 mg/dl, triglicéridos (TG) ≥ 110 mg/dL y glicemia ≥ 100 mg/ dL. Una vez evaluados los 2.174 alumnos, se reevaluaron en el Laboratorio de Cardiología de la Pontificia Universidad Católica de Chile donde se repitieron las mediciones antropométricas y de laboratorio. También se realizó la medición del CIMT con el método de ultrasonografía vascular de alta frecuencia, basado en un consenso y protocolo internacional, con un equipo ultrasonográfico Phillips LII-3 IE33 y con un transductor linear múltiple-frecuencia 3 a 11 MHz: el valor del CIMT medio y máximo registrado para el análisis estadístico, corresponde al promedio de 6 mediciones del CIMT medio y CIMT máximo, con 3 mediciones en cada carótida22. La selección del percentil 75 como punto de corte para clasificar tentativamente el CIMT medio y máximo alterado, permitió analizar con regresión logística la posible influencia sobre este de los componentes del SM. Se seleccionaron 299 niños, de nivel socioeconómico bajo. Con esta cifra se obtiene el tamaño muestral necesario para realizar una regresión logística paso-a-paso con cinco variables relativas a los componentes del SM (PC, CHDL, TG, PAS-PAD y GLI) y tres variables demográficas (sexo, edad y estado nutricional) con la variable dependiente dicotómica que selecciona 25% de los casos como posiblemente dañados (CIMT ≥ percentil 75 medio y máximo)23. Los niños que tuvieron la presencia individual o combinada de cada uno de los cinco componentes (PC, CHDL, TG, PAS-PAD y GLI), fueron seleccionados al azar desde la población antes indicada, buscando tener una presencia similar de cada uno de ellos. También se seleccionó al azar un grupo control de 20 sujetos para estimar los promedios de la mayoría de los componentes del SM (excepto TG) con un margen de error de 10% con una confianza estadística de 95%. Para describir variables numéricas se usó promedio y desviación estándar o mediana y rango, según la naturaleza de la variable. Las 1270 variables categóricas se presentan como número de casos y porcentaje. Se utilizó test t de Student para muestras independientes para comparación de promedios y test 2 de Pearson para comparación de proporciones. Para identificar variables asociadas en forma conjunta con CIMT medio o máximo ≥ percentil 75, se usaron modelos de regresión logística paso-a-paso. Se reportan también las razones de chances, en inglés odds ratio (OR), y sus intervalos de confianza al 95% (IC 95%), para los efectos significativos en los modelos estimados. Para todos los análisis se usó el programa SPSS 17.0 Se aceptó como significativo todo valor p ≤ 0,05. Resultados La muestra del estudio estuvo compuesta por 299 niños con edad promedio de 11,5 ± 0,9 años (rango 10-15 años), 58% mujeres, 93% púberes, y 64% con exceso de peso quienes presentaron 31% de sobrepeso y 33% obesidad. La proporción de niños obesos fue 37,6% mientas que en niñas fue de 31% (p: 0,05); otras categorías de estado nutricional no tuvieron diferencias. La proporción o frecuencia de cada componente del SM en la muestra estudiada fue: PC: 56,51%, CHDL: 46,49%, TG: 42,81%, PAS: 12,37%, y GLI: 1,33%. Con respecto a la distribución de los componentes del SM: 19% no cumplió con ninguno, 30% con uno, 26% con dos, 22% con tres y 3% con cuatro. Es decir, 25% presentaron SM (Figura 1); 29,3% de las niñas presentaron SM mientras que en los niños llegó a 19,2% (p: 0,01). En la Tabla 1 se muestran los promedios de edad y de las características antropométricas de acuerdo a sexo, sin encontrarse diferencias significativas entre niños y niñas. También se presentan los valores promedios de los componentes del SM y del CIMT según sexo. En los niños los valores estuvieron dentro de rangos normales pero significativamente mayores para glicemia y CHDL con respecto a las niñas, mientras que en ellas los TG fueron mayores y ligeramente fuera de rango considerado como normal para la edad. En la Tabla 2 se presenta una asociación positiva entre percentil de CIMT percentil ≥ 75 con la agregación de componentes del SM; la mayor proporción de escolares con CIMT medio ≥ percentil 75 se encuentra en aquellos con 1-2 y luego 3-4 Rev Med Chile 2012; 140: 1268-1275 Artículos de Investigación Presión arterial y ateroesclerosis subclínica en niños - P. Arnaiz et al Figura 1. Distribución de los 299 niños según número de componentes del SM. Tabla 1. Características (promedios ± DE) antropométricas y componentes del SM y del CIMT según sexo Variable Total (n = 299) Mujeres (n = 174) Hombres (n = 125) Valor p Edad (años) 11,5 ± 1,0 11,5 ± 0,9 11,6 ± 1,0 Ns Peso (kg) 53,3 ± 13,0 54,1 ± 13,0 52,2 ± 13,7 Ns Talla (cm) 151,4 ± 7,0 151,7 ± 6,6 151,2 ± 8,3 Ns IMC (kg/m2) 23,0 ± 5,0 23,3 ± 4,6 22,6 ± 4,6 Ns 1,1 ± 1,0 1,1 ± 0,9 1,06 ± 1,1 Ns PC (cm) z-IMC 83,43 ± 12,5 83,89 ± 12,0 82,78 ± 13,3 Ns GLI (mg/dl) 84,10 ± 7,6 83,20 ± 6,4 85,36 ± 8,9 0,01 CHDL (mg/dl) 43,19 ± 10,7 41,78 ± 10,1 45,16 ± 11,4 0,007 TG (mg/dl) 113,99 ± 73,8 124,3 ± 76,2 99,64 ± 68,1 0,004 PAS (mmHg) 111,56 ± 7,1 111,9 ± 7,0 111,1 ± 7,2 ns 55,92 ± 6,6 55,8 ± 6,7 56,2 ± 6,5 PAD (mmHg) ns IMTC medio 0,440 ± 0,027 0,439 ± 0,026 0,442 ± 0,029 ns IMTC máximo 0,451 ± 0,031 0,450 ± 0,030 0,452 ± 0,033 ns Tabla 2. Número de componentes de SM según CIMT medio < o ≥ percentil 75 (p = 0,03) Número de componentes < Percentil 75 n % ≥ percentil 75 n % Total 0 51 87,93 7 12,07 58 1-2 120 71,29 46 27,71 166 3-4 52 69,33 23 30,67 75 Total 223 76 299 Rev Med Chile 2012; 140: 1268-1275 componentes del SM, destacando que el aumento fue discreto en el grupo de 3 y más componentes (p: 0,03). En el caso de la asociación de CIMT máximo ≥ percentil 75 con la agregación de componentes del SM, el resultado fue similar. Las asociaciones univariadas del CIMT medio y máximo fueron significativas solamente para PAS, con valores de r de Pearson: 0,208 y 0,213; sus valores p fueron 0,0003 y 0,0002, respectivamente. Con respecto a la posible asociación de los promedios de los componentes del SM con el aumento de CIMT medio ≥ percentil 75, se observó que tuvieron diferencias estadísticamente significativas solamente para PAS y CHDL (Tabla 3). Una situación similar se presentó para el aumento de CIMT máximo ≥ percentil 75. El modelo de regresión logística paso-a-paso se ajustó para explicar la variable de respuesta CIMT medio ≥ percentil 75, usando como explicatorias las variables sexo, edad, estado nutricional, PC, CHDL, TG, PAS y PAD (Tabla 4). En este modelo, ingresó en el primer paso la variable PAS y la segunda variable en ingresar fue CHDL. El OR (95% IC) calculado para el aumento en 5 mm de Hg de PAS, controlado por CHDL, fue 1,46 (1,19-1,79). El OR (95% IC) calculado para la disminución en 5 mg/dL de CHDL, controlado por PAS, fue 0,81 (0,70-0,94). En el modelo de regresión logística para CIMT máximo ≥ percentil 75 como variable de respuesta, los valores de beta estimado y de error estándar fueron similares a la Tabla 4. Las Figuras 2 y 3 muestran la relación de estos dos valores de OR con los componentes del SM seleccionados, ambos para CIMT medio ≥ percentil 75. Discusión 1271 Artículos de Investigación Presión arterial y ateroesclerosis subclínica en niños - P. Arnaiz et al < Percentil 75 ≥ Percentil 75 Valor p (n = 223) (n = 76) PC (cm) 83,02 ± 12,18 84,60 ± 13,54 ns GLI (mg/dL) 84,29 ± 6,89 83,55 ± 9,54 ns CHDL (mg/dL) 44,24 ± 10,86 40,13 ± 9,80 0,004 TG (mg/dL) 111,66 ± 76,68 120,83 ± 64,61 ns PAS (mmHg) 110,66 ± 7,11 114,21 ± 6,37 0,0001 PAD (mmHg) 55,63 ± 6,64 57,01 ± 6,47 ns Tabla 4. Regresión logística paso-a-paso del CIMT medio ≥ percentil 75 con las variables que ingresaron al modelo Factor PAS CHDL Estimación Error estándar 0,0757 0,0206 13,586 < 0,001 -0,0417 0,0145 8,278 0,004 2 Valor p Odds ratio ± IC95% Variables 35 30 25 20 15 10 5 0 1272 5 10 15 ∆PAS 20 25 30 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 0,0 En este estudio se analizó la relación que existe entre cada uno de los componentes del SM y el aumento del CIMT en niños con alta prevalencia de sobrepeso y obesidad. En esta muestra el valor promedio fue mayor en las niñas para TG y menor para CHDL con respecto a los niños, hecho que también ha sido comentado por la literatura para este rango etario y se ha observado independientemente del estado nutricional, variando posteriormente con el avance de la pubertad24. La intención de obtener cinco grupos similares en cuanto a número de sujetos, no fue lograda porque muchos casos con el diagnóstico inicial de PAS y de GLI en la primera etapa del estudio, no eran confirmados en el segundo examen, aumentando de esta manera la proporción de casos sin la presencia de algún componente del SM (19%); este último es el sexto grupo o control que se planificó inicialmente con 20 sujetos y luego llegó a 57 casos. Los segundos exámenes eran realizados en un ambiente más controlado y ello explica que PAS y GLI llegaran sólo a 12,4% y 1,3%, respectivamente, mientras que hubo una relativamente alta proporción de sujetos con presencia de PC, CHDL y TG. Los pocos casos con 0 Figura 2. Odds Ratio de CIMT medio ≥ percentil 75, por cada 5 unidades de aumento de PAS (∆PAS), con intervalo de confianza al 95%. Odds ratio ± IC95% Tabla 3. Relación entre CIMT medio < o ≥ percentil 75 con los componentes del SM (promedios ± DE) 0 5 10 15 ∆CHDL 20 25 30 Figura 3. Odds Ratio de CIMT medio ≥ percentil 75, por cada 5 unidades de disminución de CHDL (∆CHDL), con intervalo de confianza al 95%. GLI no tuvieron significación estadística en la mayoría de los análisis. La sola presencia de uno o dos componentes del SM fue suficiente para mostrar cambios importantes en la proporción de casos con CIMT alterados (Tabla 2). Los promedios de los componentes con CIMT alterado en la tabla 3 también fueron significativos sólo para dos componentes (PAS y CHDL), lo que coincide con los resultados centrales de este estudio, donde la regresión logística, paso a paso, seleccionó los mismos dos componentes del SM con OR significativo. Nuestro estudio confirma observaciones previas que indican que la ateroesclerosis anátomo-patológica comienza en la infancia como enfermedad subclínica25. La sumatoria de factores de riesgo cardiovascular, incluyen- Rev Med Chile 2012; 140: 1268-1275 Artículos de Investigación Presión arterial y ateroesclerosis subclínica en niños - P. Arnaiz et al do el CHDL bajo en la infancia se ha asociado con alteraciones del CIMT14,16,26-29. La obesidad, según IMC, en nuestro estudio no se asoció con incremento de CIMT, a diferencia de otros estudios mencionados en el párrafo anterior. El PC tampoco se asoció aunque se ha demostrado su habilidad diagnóstica para el riesgo cardiovascular en niños y adultos30-32. Para ambos casos es posible que con un tamaño muestral mayor se relacionen con CIMT. Nuestros resultados apuntan a que el CIMT ≥ percentil 75 sería un punto de corte adecuado para catalogar como anormal o normal al CIMT en niños. Proponemos a PAS y CHDL como predictores de riesgo de ateroesclerosis subclínica en los niños. Estos hallazgos deben confirmarse con un seguimiento de estos niños para certificar que el daño endotelial, representado por el aumento del CIMT y su relación con la sumatoria de estos predictores, se mantiene o se modifica en el tiempo. La medición con técnicas adecuadas y estandarizadas del CIMT está disponible en la última década y por tanto, no existe una cohorte de niños seguidos por más de ese tiempo con esta técnica33. En adultos chilenos se demostró que la PAS también se asociaba significativamente con aumento del CIMT34, siendo el presente estudio el primero en demostrarlo en niños. Este estudio tiene como fortaleza que está basado en una muestra que concentra los factores de riesgo del SM, partiendo de un estudio más amplio cuyos primeros resultados ya han sido publicados35,36. Este diseño se demostró conveniente para obtener la frecuencia necesaria de componentes del SM, con una muestra total suficiente para poder realizar regresión logística. Otra de las fortalezas de este estudio es confirmar en niños la importancia de medir la PA, según lo establecido por la práctica clínica pediátrica actual. A pesar de lo anterior, la agencia privada que orienta la práctica clínica en los Estados Unidos de Norteamérica ha señalado que en niños y adolecentes no ha mostrado todavía evidencia suficiente como para recomendar su uso rutinario; sin embargo, la opinión de la misma agencia es recomendar fuertemente su uso en adultos de 18 años y más37. Ello sugiere que con nuevos estudios se llegará a la misma recomendación en niños menores de 18 años. Sin embargo, la conclusión de esta agencia privada para estos últimos, no concuerda con las recomendaciones Rev Med Chile 2012; 140: 1268-1275 de la Academia Americana de Pediatría, sobre la necesidad imperiosa de medir la presión arterial a todo niño mayor de 3 años para detección oportuna de hipertensión arterial20; nuestro grupo ha demostrado que esta recomendación es especialmente válida cuando hay antecedentes familiares de hipertensión arterial38. El presente estudio y otros de seguimiento de cohortes, están corroborando la intuición que es indispensable medir la PA y el CHDL a los niños y adolescentes en los controles de salud28,29; esos estudios de cohorte han encontrado asociaciones con el PC aumentado y PAS en el primer caso y con CHDL disminuido en el segundo. Una posible debilidad en nuestros resultados está referida a que un porcentaje de casos diagnosticados como PAS alterada inicialmente no fueran confirmados en el segundo examen. Ello confirma la necesidad de cumplir las recomendaciones internacionales, que incluyen el reposo necesario y la presencia de un ambiente tranquilo, más la determinación de tres mediciones que luego se promedian20. La práctica de ellas mejoró durante el trascurso del estudio original permitiendo que en esta muestra se seleccionaran correctamente los casos con PAS alterada. Referencias 1. Mardones F, Velasco N, Rozowski J, et al. Obesidad ¿Qué podemos hacer? Una mirada desde la salud pública. Ediciones Universidad Católica. Santiago, Chile: Salesianos Impresores; 2009. 2. Organización Mundial de la Salud. Diet, nutrition and the prevention of chronic diseases. WHO technical report series 916. Ginebra: OMS; 2003. 3. Ministerio de Salud, Chile [Internet]. Santiago: Encuesta de Salud 2009-2010 [Último acceso: 7 de julio de 2011]. Disponible en: http://www.minsal.gob.cl/portal/ docs/page/minsalcl/g_home/submenu_portada_2011/ ens2010.pdf 4. Ministerio de Salud, Chile [Internet]. 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Instituto de Alta Investigación (IAI), Universidad de Tarapacá, Arica 1001236, Chile Tel.: (56-058) 205 073 Fax: (56-058)-230 334 E-mail: frothham@med. uchile.cl E Paula Rothhammer1, Liza Paz Lagos2, Yolanda Espinosa-Parrilla2,3, Francisco Aboitiz1, Francisco Rothhammer2,4,5 DRD4 dopamine receptor alleles in Chilean students of different ethnic origin and its relation with the risk for attention deficit/hyperactivity disorder Background: Worldwide diversity of alleles of D4 receptor gene (DRD4), linked to attention deficit hyperactivity disorder (ADHD), is mostly the result of length and single nucleotide polymorphisms in a 48-bp tandem repeat (VNTR). Alleles containing from two (2R) to eleven (11R) repeats have been identified. The most common are 4R, 7R and 2R. Aim: To study the association of ADHD risk with DRD4 genotypes in Chilean students. Subjects and Methods: ADHD risk data were obtained through the abbreviated Conner’s Scale for School Teachers in 66 Aymara children (11 cases and 55 controls), 91 Rapa-Nui children (60 cases ad 31 controls) and 96 children from a mixed urban population from Santiago (51 cases and 45 controls). DNA extracted from saliva was amplified by polymerase chain reaction (PCR) to genotype the DRD4 VNTR. Results: The distribution of DRD4 alleles reveals that, beneath the 4R allele, 7R exhibits the second highest frequencies in Aymara and Santiago children. In Polynesian children, 2R ranks after 4R. A statistically significant association between ADHD risk and 2R/4R genotype was identified in Polynesian children (p < 0.05; odds ratio = 3.7). Conclusions: Different DRD4 genotypes are associated with ADHD phenotype in Chilean populations, probably as a consequence of their initial colonization history. (Rev Med Chile 2012; 140: 1276-1281). Key words: Attention deficit disorder with hyperactivity; Child; Dopamine D4; Receptors. l trastorno de déficit atencional/hiperactividad (TDAH) es una condición de alta prevalencia en numerosas poblaciones a nivel mundial que se caracteriza por un patrón persistente de falta de atención y/o hiperactividadimpulsividad. Investigaciones relacionadas con el TDAH son de particular importancia debido a su relación con conductas que inciden en el rendimiento escolar y la posibilidad de ser és1276 tas tratadas si se diagnostican tempranamente. El TDAH se ha asociado con alelos del gen del receptor de dopamina DRD4, ubicado cerca del telómero del cromosoma 11p15.51-4. La diversidad genética encontrada en este gen es principalmente el resultado de la longitud y de la presencia de polimorfismos de nucleótido único (SNP) en una repetición de 48pb en tándem (VNTR), ubicada en el exón III. Alelos de DRD4 conteniendo entre Artículos de Investigación Gen receptor de dopamina DRD4 en déficit atencional/hiperactividad - P. Rothhammer et al dos (2R) y once (11R) repeticiones con frecuencias que varían considerablemente a nivel mundial se han descrito. El alelo 4R presenta la frecuencia media global más elevada (64%), seguido por el alelo 7R (media global del 20%), siendo su frecuencia relativamente baja en Europa, casi ausente en Asia y muy alta en América. El tercer alelo más común es 2R (media global de 8%), mostrando frecuencias bajas en América (3%), valores ligeramente más altos en Europa (10%) y frecuencias moderadamente altas en Asia y en el Pacífico (18%)5. Estos tres alelos representan más de 90% de la variación genética global observada para DRD4 siendo 4R/7R el genotipo que otorga mayor predisposición en América y Europa y 2R/4R en Asia2-5. Según estimaciones basadas en comparaciones intra-alélicas en 18 posiciones de alta heterocigosidad en el gen DRD4, el alelo más frecuente, 4R, seria entre 5 y 10 veces más antiguo que 7R, el cual habría surgido probablemente por mutación de 4R hace unos 40.000-50.000 años. El alelo 2 R, en cambio, habría surgido más tarde por un simple evento de recombinación / mutación de 4R y 7R6,7. Los diversos alelos de DRD4 presentan diferentes capacidades para reducir los niveles de adenosín monofosfato cíclico (AMPc), siendo 4R el más eficiente, seguido de 2R y 7R8. Por otro lado, los receptores DRD4 actuarían como inhibidores de la activación neuronal en la corteza pre-frontal9,10 planteándose una posible relación funcional que implicaría la existencia de una ventaja selectiva de los heterocigotos 4R/7R y 2R/7R11. La distribución geográfica y la importancia funcional de los alelos 2R y 7R han dado origen a una reciente polémica metodológica tanto sobre la validez de una posible asociación de 2R con TDAH en poblaciones asiáticas en las que 7R es casi inexistente, como en la forma en la que los diferentes alelos de DRD4 deben ser clasificados con el fin de obtener resultados significativos y asociaciones genéticas reproducibles11,12. En un trabajo previo13 realizado a nivel poblacional informamos sobre la asociación entre riesgo de TDAH y genotipos de DRD4 en escolares chilenos con diferente origen genético. Este trabajo tiene por objetivo validar nuestros resultados anteriores realizando un análisis a nivel individual. La variación interpoblacional en la asociación de alelos de DRD4 con un fenotipo similar (TDAH), podría tener relevancia para comprender las bases funcionales del TDAH. Rev Med Chile 2012; 140: 1276-1281 Material y Método Como parte de un estudio previo sobre aspectos genéticos de TDAH13, se obtuvieron estimadores de riesgo de TDAH en escolares chilenos de origen aymara, de origen Rapa-Nui y de la población mixta de Santiago de Chile mediante la aplicación por parte de maestros de escuela del cuestionario de conducta de Conners para profesores14. Este cuestionario que utiliza criterios del manual estadístico de diagnóstico DSM-IV, se aplicó para puntuar el riesgo total de TDAH. De acuerdo a la experiencia lograda por nuestro grupo de trabajo15, el puntaje de 15 fue elegido como punto de corte para ser clasificado un sujeto de estudio como caso. Para la tipificación genética se utilizó un método no invasivo aislando ADN genómico a partir de saliva utilizando el kit “Oragene®•DNA sample collection kit (DNA Genotek, Ontario, Canada)” según el protocol de extracción manual de ADN proporcionado por el fabricante. Los genotipos para el polimorfismo VNTR del locus DRD4 se determinaron mediante la técnica de amplificación por reacción en cadena de la polimerasa (PCR) utilizando cebadores previamente descritos15 y 10% DMSO. Tras un primer paso de incubación a 94 °C durante 2 min, se realizaron 35 ciclos de PCR (95 °C durante 30 s, 61 °C durante 30 s y 72 °C durante 1 min 30 s) y 5 min a 72 ºC de extensión final. La determinación de los genotipos se realizó directamente a partir de la visualización de los productos de PCR separados durante 6 h a 40 V en un gel de agarosa al 2% y posteriormente teñidos con GelRedTM (Biotium, Hayward, Estados Unidos de Norteamérica). La significación entre las diferencias en los estimadores de riesgo de TDAH y el grado de asociación con los genotipos de DRD4 se determinó mediante 2. La razón de verosimilitud (“Odds Ratio”, OR) se estimó siguiendo el método tradicional descrito por Woolf, 195616 y Haldane, 195617. Como consecuencia de las dificultades en la obtención de muestras en lugares apartados y grupos poblacionales reducidos, el número de individuos analizado es en algunos casos relativamente pequeño, condición que podría haber incidido en la significación estadística de algunas comparaciones. Este trabajo se inscribe dentro de una línea de investigación iniciada hace más de una década a 1277 Artículos de Investigación Gen receptor de dopamina DRD4 en déficit atencional/hiperactividad - P. Rothhammer et al y, en consecuencia, el estudio de asociación se realizó agrupando ambos géneros en un mismo grupo. En cuanto al riesgo de TDAH, 8,33% de los escolares de origen aymara, 9,73% de los escolares de Santiago de Chile y 20,79% de los escolares de origen Rapa-Nui tuvieron puntajes iguales o superiores a 15 siendo considerados como casos. Los demás escolares se consideraron controles. Las diferencias entre los estimadores de riesgo de TDAH resultaron ser significativas ( 2 = 23,38 p = 0,0001). Los genotipos para el VNTR de DRD4 de los escolares aymara, de Santiago de Chile y Rapa-Nui se muestran en la Tabla 1. No se encontró asociación genética entre el VNTR de DRD4 y riesgo de TDAH en los escolares aymara. En el caso través de una colaboración entre el Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile y el Programa de Genética Humana del ICBM de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, habiéndose realizado el muestreo poblacional durante distintas fases del estudio. Los protocolos fueron aprobados por el Comité de Ética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y están de acuerdo con las normas establecidas en la declaración de Helsinki de 1964. Resultados La distribución de la muestra total según género no resultó ser significativamente diferente Tabla 1. Asociación entre el riesgo a TDAH y los genotipos de DRD4 en escolares chilenos Tabla 1a. Escolares Aymara de los Andes 2R/4R 3R/4R 4R/4R 4R/6R 4R/7R 6R/7R 7R/7R TDAH 0,00 0,18 0,36 0,09 0,18 0,00 0,18 N 0 2 4 1 2 0 2 Controles 0,18 0,18 0,31 0,09 0,34 0,02 N 1 1 Total 0,12 0,03 N 1 3 17 5 0,22 19 0,06 21 6 11 0,32 21 11 0,20 1 0,09 Total 55 0,02 1 13 66 Tabla 1b. Escolares Rapa-Nui de Isla de Pascua 2R/2R 2R/3R 2R/4R 3R/3R 3R/4R 4R/4R 4R/5R 4R/7R 5R/7R 7R/7R TDAH 0,12 0,03 0,28 0,05 0,05 0,30 0,02 0,10 0,02 0,02 N 7 3 3 3 1 6 1 1 0,03 0,07 0,00 0,10 1 2 0 3 0,02 0,09 0,01 0,04 2 8 1 4 17 18 Controles 0,13 0,00 0,10 0,07 0,16 N 4 0 3 2 5 Total 0,12 0,03 0,22 0,06 0,09 5 8 N 11 3 20 0,36 11 0,32 29 Total 60 31 91 Tabla 1c. Escolares de Santiago de Chile 2R/4R 2R/7R TDAH 0,08 0,02 N 4 1 Controles 0,09 0,02 N 4 1 Total 0,08 0,02 N 8 2 1278 4R/4R 4R/5R 4R/6R 0,51 0,02 0,10 1 5 0,04 0,11 0,20 0,00 2 5 9 0 0,03 0,10 0,23 0,01 26 0,53 24 0,52 50 3 10 4R/7R 7R/7R 0,25 0,02 13 22 1 1 Total 51 45 96 Rev Med Chile 2012; 140: 1276-1281 Artículos de Investigación Gen receptor de dopamina DRD4 en déficit atencional/hiperactividad - P. Rothhammer et al de los escolares de Santiago de Chile, se observó una tendencia estadísticamente no significativa a la asociación entre riesgo de TDAH y el genotipo 4R/7R. En cambio, se encontró una asociación entre riesgo de TDAH y el genotipo 2R/4R (p < 0,05, OR = 3,7) en escolares Rapa-Nui. La frecuencia relativamente alta de 2R en escolares Rapa-Nui concuerda con resultados obtenidos previamente en poblaciones polinésicas específicamente en los habitantes de Samoa y Micronesia5. Discusión Nuestros resultados muestran diferencias significativas entre las estimaciones de riesgo de TDAH obtenidas en escolares chilenos de diferente origen genético y geográfico, mostrando los escolares Rapa-Nui el puntaje más elevado. Puntajes altos de riesgo de TDAH se asocian de manera estadísticamente significativa al genotipo 2R/4R en este grupo (OR = 3,7), no alcanzando niveles de significación estadística la asociación con 4R/7R. Este resultado replica una tendencia observada en Asia18. En los escolares aymara, el genotipo 4R/7R presenta una frecuencia relativamente alta, aunque no está vinculado al riesgo de TDAH; en cambio el genotipo 2R/4R presenta una frecuencia muy baja. En los escolares de Santiago de Chile, 2R/4R y 4R/7R están presentes en baja frecuencia y 4R/7R muestra una tendencia no significativa a estar asociado con riesgo de TDAH. El alelo 4R es el más común en las tres poblaciones estudiadas (Tabla 2), seguido por 7R en escolares aymaras y poblaciones urbanas y por 2R en estudiantes Rapa-Nui. Es posible que la selección natural haya actuado sobre el gen DRD4, incrementando la frecuen- cia del alelo 7R durante el desplazamiento, hace 40.000 años, de los primeros humanos modernos desde África hacia Europa y Asia, como resultado de una mayor capacidad de 7R para reducir los niveles de adenosín monofosfato cíclico (AMPc) y en consecuencia aumentar el comportamiento impulsivo de los portadores7. Hemos señalado que 2R apareció después de 7R y presenta una respuesta intermedia al AMPc, entre 4R y 7R. Teóricamente esta característica funcional podría haber sido aún más ventajosa que aquella otorgada a los portadores de 7R, lo que explicaría una mayor frecuencia del alelo 2R y una menor frecuencia el alelo 7R en Asia oriental y meridional. Recientemente se ha demostrado que en niños chinos Han el alelo 2R se asocia a TDAH18 y, el caso de individuos coreanos y filipinos, 2R se ha asociado al rasgo de temperamento de búsqueda de novedad (novelty seeking) que ha sido a menudo relacionado con el TDAH11. Por otra parte, la frecuencia de 2R en sujetos chinos con TDAH aumenta de una manera parecida al incremento que se observa para el alelo 7R en casos europeos de TDAH18. Sin duda, la gran diferencia en la frecuencia de 7R entre poblaciones asiáticas y amerindias5 es intrigante tomando en consideración que América se pobló a partir de Asia. De acuerdo con nuestros estudios, la frecuencia del alelo 7R en las poblaciones aymara es alta (27-38%) pero inferior a la media mundial que se ha publicado para poblaciones amerindias (48%), cuyo cálculo incluye, principalmente, poblaciones no andinas de América del Sur5. En consecuencia, la diferencia de frecuencia del alelo 7R que se observa entre las poblaciones de Asia y América podría haber sido inicialmente mucho más pequeña. La ocurrencia durante la colonización de América Tabla 2. Alelos del VNTR de DRD4 en escolares de los Andes, Isla de Pascua y Santiago de Chile Andes Isla de Pascua Santiago 2R 3R 4R 5R 6R 7R N Casos 0,00 0,09 0,59 0,00 0,04 0,27 11 Controles 0,01 0,01 0,54 0,00 0,05 0,38 55 Casos 0.28 0,10 0,53 0,02 0,00 0,07 60 Controles 0,18 0,14 0,53 0,02 0,00 0,13 31 Casos 0,05 0,00 0,74 0,01 0,05 0,15 51 Controles 0,05 0,00 0,76 0,02 0,06 0,11 45 Rev Med Chile 2012; 140: 1276-1281 1279 Artículos de Investigación Gen receptor de dopamina DRD4 en déficit atencional/hiperactividad - P. Rothhammer et al de efecto fundador no se puede tampoco excluir como explicación adicional. En efecto, recientemente se han analizado los patrones de diversidad genética en el ADN nuclear y ADN mitocondrial entre poblaciones americanas originarias; dichos estudios evidencian una historia demográfica heterogénea en América del Sur, con poblaciones andinas que divergen antes y con tamaños efectivos mayores19,20. Hemos señalado previamente que Isla de Pascua fue poblada a partir de Asia alrededor del año 2000 A.P., unos 11.500 años más tarde que América21. Este tiempo es suficiente como para que tuvieran lugar cambios significativos en las frecuencias génicas de DRD4. Concluyendo, los niños aymara no demuestran presentar una asociación entre alelos del gen DRD4 y riesgo deTDAH. Los niños Rapa-Nui podrían tener un riesgo más alto de TDAH debido a la presencia de ciertos alelos menos frecuentes o ausentes en otras poblaciones chilenas, como el alelo R2. Este alelo confiere un mayor riesgo de TDAH que R7 en poblaciones asiáticas a partir de las cuales se originaron los Rapa-Nui. Los escolares de Santiago presentan una asociación entre 4R/7R y riesgo de TDAH, pero esta no alcanza significación estadística, Sin embargo, hemos señalado que el TDAH tiene un componente genético alto1 y que el gen DRD4 ha sido predominantemente vinculado a su etiología. Es entonces de interés que en distintas poblaciones chilenas diferentes alelos del gen DRD4 se encuentran asociados al mismo fenotipo (TDAH). Este hallazgo podría tener consecuencias para el tratamiento del TDAH debido a que los alelos implicados son funcionalmente diferentes. Agradecimientos: Agradecemos a los profesores de los colegios de Isla de Pascua, Región de Arica-Parinacota y Región Metropolitana por su entusiasta y desinteresada participación en el presente estudio. Agradecemos también a D. Comas, M. Vallé, C.E. Gómez y H. Henríquez por su apoyo técnico y científico y a los revisores anónimos que contribuyeron a mejorar este manuscrito. Este trabajo ha sido financiado a través de fondos otorgados por los Proyecto Fondecyt # 1080219, el Convenio de Desempeño UTA/Mecesup 2 y el programa de la Unión Europea “European Union Seventh Framework Programme” (PIOFGA-2009-236836). 1280 Referencias 1. Faraone SV, Perlis DH, Doyle AE, Smoller JW, Goralnick JJ, Holmgren MA, et al. Molecular genetics of attention deficit/hyperactivity disorder. Biol Psychiatry 2005; 57 (11): 1313-23. 2. LaHoste GJ, Swanson JM, Wigal SB, Glabe C, Wigal T, King N, et al. Dopamine D4 receptor gene polymorphism is associated with attention deficit hyperactivity disorder. Mol Psychiatry 1996; 1 (2): 121-4. 3. Swanson JM, Flodman P, Kennedy J, Spence MA, Moyzis R, Schuck S, et al. Dopamine genes and ADHD. Neurosci Behav Rev 2000; 24 (1): 21-5. 4. Faraone SV, Doyle AE, Mick E, Biederman J. Metaanalysis of the association between the 7-repeat of the dopamine D (4) receptor gene and attention deficit hyperactivity disorder. 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Ann Hum Genet 2009; 73 (5): 540-9. 1281 Artículos de Investigación Rev Med Chile 2012; 140: 1282-1288 Efecto del ejercicio agudo sobre la expresión del receptor tipo Toll-4 y los mecanismos inflamatorios en corazón de rata Carlos Cristi-Montero1,2,a, Pilar Sánchez-Collado1,b, Christiano Veneroso1,c, María José Cuevas1,d, Javier González-Gallego1,e Instituto de Biomedicina (IBIOMED) Universidad de León, España. 2 Universidad Viña del Mar, Chile. a Profesor de Educación Física, PhD. b Farmacéutica, PhD. c Profesor de Educación Física. PhD. d Bióloga. PhD. e Médico y Biólogo. MD PhD. 1 Recibido el 12 de octubre de 2011, aceptado el 5 de junio de 2012 Correspondencia a: Prof. Dr. Carlos Cristi Montero. Universidad Viña del Mar. Chile. Agua Santa 7055, sector Rodelillo, Viña del Mar. E-mail: uvmcristi@yahoo.es L Effect of an acute exercise bout on Toll-like receptor 4 and inflammatory mechanisms in rat heart Background: Toll like receptor 4 (TLR-4) is a protein located in the cell membrane with an important function in the immune response of the organism. Its activation decreases heart contractility and activates nuclear transcription factor kappa B (NF- B).This in turn, increases the synthesis of different pro-inflammatory cytokines and the inducible enzyme nitric oxide (iNOS), which plays an important role in the inflammatory processes when nitric oxide production is enhanced. Aim: To determine if, after one session of acute exercise, expression of TLR-4 and iNOS, and activation of NF- B are induced in rat cardiac tissue. Material and Methods: Exercise and control groups of eight male Wistar rats each, were studied. The exercise group was subjected to an acute exercise bout lasting one hour. After the exercise, the heart was excised to measure the expression of iNOS and TLR-4 genes by quantitative polymerase chain reaction, NF- B activation by electrophoretic mobility shift assay (EMSA) and p50 by Western blot. Results: After exercise, there was an increase in TLR-4 and of iNOS mRNA levels (+46.7 and +74.3% respectively). NF- B activation and the nuclear expression of its p50 subunit also increased significantly (+240 and +306% respectively). Conclusions: Increased expression of TLR4 following a session of acute exercise may contribute to the activation of the NF- B signaling route, promoting the synthesis of nitric oxide, which could influence negatively the cardiac response to high intensity physical exercise. (Rev Med Chile 2012; 140: 1282-1288). Key words: Excercise; Nitric oxide synthase Type II; Rat; Toll-Like receptor 4. as enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte a nivel mundial1. También es ampliamente conocido el efecto cardioprotector, y las recomendaciones mínimas que debe tener un programa de ejercicio físico para lograr beneficios sobre diversas enfermedades2, influyendo de esta manera en la disminución tanto de la morbilidad como de la mortalidad de la población3. No obstante, los efectos sobre la salud 1282 de una sesión aguda de ejercicio de alta intensidad no han sido tan extensamente estudiados. La evidencia sugiere que el ejercicio prolongado e intenso causa una disfunción transitoria del miocardio, reduciendo la función tanto sistólica como diastólica4. De hecho, el ejercicio agudo se asocia con un incremento en los biomarcadores de daño miocárdico: troponinas cardiacas y pétido natriurético tipo B, tanto en atletas de élite como Artículos de Investigación Ejercicio agudo y receptor Toll-4 en corazón de rata - C. Cristi-Montero et al en sujetos que practican deporte recreacional5. Por tanto, realizar este tipo de ejercicio podría actuar como detonante en ciertos acontecimientos no deseados, como infarto agudo de miocardio y muerte súbita en individuos susceptibles6. La razón por la que sujetos aparentemente sanos y sin signos de enfermedad miocárdica muestran concentraciones elevadas de estos biomarcadores no está totalmente establecida. No obstante, está demostrado que, incrementos en los contenidos de citoquinas proinflamatorias modulan fuertemente la función cardiaca y pueden inducir daño en los cardiomiocitos7. Los receptores tipo Toll (TLRs) son proteínas de transmembrana que desempeñan un papel importante en la respuesta inmune del organismo8, estando también presumiblemente involucradas en diferentes aspectos de la respuesta inflamatoria mediante el reconocimiento de ligandos endógenos producidos durante la inflamación, incluso en ausencia de infección9. Uno de los TLRs mejor caracterizados, el TLR-4, se encuentra presente en células del sistema inmune pero también en adipocitos, hepatocitos y miocitos10. Su activación parece disminuir la contractilidad del corazón a través del factor nuclear kappaB (NF- B)11, tras la activación de sus subunidades p50 y p65 que, al translocarse al núcleo, inducen la síntesis de diversas citoquinas y enzimas proinflamatorias como la óxido nítrico sintasa inducible (iNOS)11. Esta enzima, al incrementar exageradamente la producción de óxido nítrico, juega un importante papel en la producción tanto de mediadores proinflamatorios, como en la apoptosis celular de cardiomiocitos12. Hasta el momento no existe ninguna investigación sobre la expresión de TLR-4 en tejido cardiaco tras una sesión de ejercicio agudo. Por tanto, el objetivo del presente estudio fue examinar si existe un aumento en la expresión génica de ARNm del receptor TLR-4, la activación de NFB y la expresión de la actividad enzimática iNOS tras la realización de un protocolo de ejercicio físico agudo, en el corazón de ratas. Material y Métodos Animales y procedimientos experimentales Los experimentos fueron realizados siguiendo los principios rectores para la investigación con animales13. Ratas macho raza Wistar (Charles Rev Med Chile 2012; 140: 1282-1288 River, Barcelona) fueron alojadas en un ambiente controlado con ciclos diarios de 12 h de luz/oscuridad, temperatura ambiente de 22°C y comida (Panlab, Barcelona, España) y agua ad libitum. Se dividieron en 2 grupos: 8 ratas en el grupo con ejercicio (peso corporal: 206 ± 10 g y peso del corazón 0,73 ± 0,04 g) y 8 en el grupo control (peso corporal: 216 ± 6 g y peso del corazón: 0,75 ± 0,04 g). Protocolo de ejercicio El protocolo de ejercicio comenzó con un breve período de familiarización de 10 min a una velocidad de 8 m/min. Posteriormente, los animales fueron sometidos a una sesión aguda de ejercicio consistente en una carrera de una hora de duración, sobre un tapiz rodante (Letica, L18706; Letica, Barcelona, España) con 10% de inclinación sobre una superficie horizontal y una velocidad constante de 25 m/min14. Procedimiento quirúrgico y recogida de muestras Tras dos horas de reposo post-esfuerzo, se procedió a la disección quirúrgica de los animales para la obtención del corazón. Para ello fueron previamente anestesiados, vía intraperitoneal, con pentobarbital sódico (50 mg/kg de peso corporal), manteniendo una temperatura aproximada de 37ºC para evitar los efectos negativos de la hipotermia. La intervención comenzó con la disección de la arteria carótida izquierda, introduciendo en ella un catéter con anticoagulante y procediéndose a la exanguinación del animal como método de eutanasia. Posteriormente, se extrajo el corazón, que fue inmediatamente sumergido en nitrógeno líquido y almacenado a -80ºC para su posterior análisis. Retrotranscripción-Amplificación cuantitativa del ARN mediante PCR a tiempo real (RT-PCR) La expresión de ARNm de los genes iNOS y TLR-4 se cuantificó mediante RT-PCR15, utilizando el gen hipoxantina fosforibosil transferasa (HPRT) como control interno. El ARN total del músculo cardiaco fue aislado con el kit SV Total RNA Isolation System (Promega, Inc., Madison, WI) y cuantificado en un espectrofotómetro Nanodrop (ND-1000, Nanodrop, USA)16. El ADN genómico residual se eliminó tras incubación con DNasa-I libre de RNasas (Ambion Inc., USA). 1283 Artículos de Investigación Ejercicio agudo y receptor Toll-4 en corazón de rata - C. Cristi-Montero et al El ADN complementario (ADNc) se sintetizó a partir de 2 mg de ARN utilizando el Kit HighCapacity cDNA Archive (Applied Biosystems, Foster City, CA) y fue amplificado con TaqMan Universal PCR Master Mix (Applied Biosystems). Tanto las sondas y “primers” TaqMan específicos para TLR4 (acceso a Genbank nº AF057025.1 y Rn00569848-m1), iNOS (acceso a Genbank nº X76881.1 y Rn00561646-m1) y HPRT (acceso a Genbank nº X62085.1 y Rn01527840-m1) se obtuvieron de TaqMan1 Assays on-Demand Gene, (Applied Biosystems). Los cambios relativos en los niveles de expresión génica se determinaron usando el método del 2-∆∆CT como previamente se ha descrito17. Ensayo de Movilidad Electroforética (EMSA) Para estudiar la activación de NF- B18 se obtuvieron extractos nucleares homogenizando 50 mg de tejido cardiaco en 2 ml de tampón A [10 mM Hepes NaOH (pH 7,9), 1,5 mM MgCl2, 10 mM KCl, 1 mM DTT, 1 mM PMSF] con Nonidet 0,1%. Tras 15-60 min de incubación en hielo, las muestras se centrifugaron 10 min a 1.000 xg a 4ºC, descartándose el sobrenadante. El pellet se resuspendió en 2 ml de tampón A sin Nonidet, posteriormente se agitó vigorosamente y se centrifugó durante 10 min a 1.000 xg a 4ºC. Al pellet resultante se le añadieron 50 μl de tampón B [20 mM Hepes-NaOH (pH 7,9), 25% glicerol, 420 mM NaCl, 1,5 mM MgCl2, 0,2 mM EDTA (pH 8), 0,5 mM DTT, 0,5 mM PMSF]. Posteriormente, se incubó en hielo durante 30 min y se centrifugó a 4ºC durante 15-30 min a 14.000 xg para recoger el sobrenadante que se almacenó a -80ºC hasta su posterior análisis. La concentración de proteínas se cuantificó mediante la técnica de Bradford19. Para la realización del EMSA se utilizó un método consistente en la separación electroforética del complejo NFB y una sonda específica de ADN marcada radioactivamente. Para el marcaje de la sonda se utilizó un oligonucleótido de doble cadena (5´-AGT TGA GGG GAC TTT CCC AGG C-3´) obtenido de Promega (Madison, USA) marcado con -32P (ATP) y T4 PNK (polinucleotido kinasa)18. La sonda marcada fue almacenada a -20ºC durante un máximo de 15 días. La reacción de unión al ADN fue realizada mediante la incubación de 25 μg de extractos nucleares, 5 μl de buffer [10 mM Tris/HCl, 40 1284 mM NaCl, 1 mM EDTA y glicerol 4%, pH 7,5], 1 μg Poli (dI-dC) y H2O estéril hasta completar un volumen total de 25 μl. Después de 15 min en hielo, 2 μl del oligonucleótido marcado fue añadido a la mezcla, incubándose 20 min a temperatura ambiente. Con el fin de verificar que los resultados del EMSA no se deben a uniones inespecíficas, se llevaron a cabo experimentos de competición utilizando un control negativo o sonda fría, que contiene todos los reactivos excepto la muestra y una muestra de tejido cardiaco + un competidor no específico (sonda NC). Para la sonda NC se usó un oligonucleótido con una secuencia diferente a la secuencia citada anteriormente, en este caso el oligonucleótido SP1 (Promega Corporation, Madison, USA). Las muestras se sometieron a electroforesis a través de un gel de poliacrilamida al 6% durante 90 min a 150 V a 4ºC. El gel se desecó al vacío (80ºC) y se introdujo en una casete hermética con una película de alta sensibilidad (Amersham Pharmacia, Piscataway, USA), incubándose a -80ºC, 7 días. Tras el revelado de la película se realizó la cuantificación de las bandas en el densitómetro de imagen Scion Image (Maryland, USA). Western blot Para el análisis por Western blot20,21 de p50, en extractos nucleares, se utilizaron 75 μg de proteína. Las proteínas fueron separadas por electroforesis en un gel de poliacrilamida (12%) y posteriormente transferidas a una membrana de PVDF. Para bloquear la unión no específica, se preincubó la membrana durante 30 min a 37ºC en una solución de bloqueo (PBS-Tween, 4% de leche desnatada). La membrana fue incubada toda la noche a 4ºC con el anticuerpo específico para p50 (50 kDa) (Cell Signaling Technology, Beverly, USA). La detección de las proteínas se realizó por quimioluminiscencia (ECL; Amersham, Buckinghamshire, UK). Para visualizar las bandas proteicas en las membranas, estas fueron puestas en un casete con una película de rayos X (Hyperfilm ECL; Amersham Pharmacia, Uppsala, Sweden) y cuantificadas utilizando el Scion Image. La expresión proteica fue normalizada a través de la expresión de GAPDH (36 kDa) (Sigma, St. Louis, USA). Estadística La media y el error estándar de la misma Rev Med Chile 2012; 140: 1282-1288 Artículos de Investigación Ejercicio agudo y receptor Toll-4 en corazón de rata - C. Cristi-Montero et al Figura 1. Contenidos de ARNm de TLR-4 e iNOS medidos a través de la técnica RT-PCR en tejido cardiaco de ratas sometidas a un protocolo de ejercicio físico agudo. Valores medios ± E.E.M (n = 16).*p = 0,032 (TLR-4) y p = 0,017 (iNOS) respecto a control. (E.E.M) fueron calculados para todos los datos del estudio. Para las comparaciones entre los grupos, se utilizó una prueba t para grupos no pareados (MannWhitney test). Un valor de p < 0,05 fue considerado significativo. El tratamiento estadístico se realizó con el software GraphPad Prism (GraphPad Software, Inc., San Diego, CA) para MAC. Resultados Figura 2. Activación de NF- B medida a través de la técnica EMSA en tejido cardiaco de ratas sometidas a un protocolo de ejercicio físico agudo. C: Control, E: Ejercicio. Valores medios ± E.E.M. (n = 16).*p = 0,008 respecto a control. Tras someter a las ratas al protocolo de ejercicio agudo, se observó que el ARNm de TLR-4 e iNOS, medido a través de la técnica RT-PCR, se incrementaba de manera significativa en 46,7% (p = 0,0032) y 74,3% (p = 0,0017) respectivamente, al ser comparados con el grupo control (Figura 1). Además, la activación de NF- B, medida en extractos nucleares de tejido cardiaco a través de la técnica EMSA, aumentó en 195% (p = 0,008) (Figura 2). También se observó un incremento significativo de 306% (p = 0,001) en la expresión de la subunidad p50 nuclear, medida por Western blot (Figura 3). Discusión El ejercicio físico está considerado como una herramienta complementaria al tratamiento de diversas afecciones cardiacas y como medio de prevención de las mismas. Esta protección podría estar relacionada con la ruta del TLR-4, ya que se ha demostrado que el ejercicio realizado de manera regular disminuye la activación de dicho receptor. Además, en ratones con Rev Med Chile 2012; 140: 1282-1288 Figura 3. Expresión nuclear de p50 medida a través de la técnica Western blot en tejido cardiaco de ratas sometidas a un protocolo de ejercicio físico agudo. C: Control, E: Ejercicio. Valores medios ± E.E.M. (n = 16).*p = 0,001 respecto a control. 1285 Artículos de Investigación Ejercicio agudo y receptor Toll-4 en corazón de rata - C. Cristi-Montero et al déficit (inducido) de TLR-4 se ha demostrado una menor inflamación y una disminución en el tamaño del infarto22. Sin embargo, nuestros datos sugieren que, la realización de un esfuerzo agudo en animales sin entrenamiento previo, incrementa significativamente los contenidos de ARNm de TLR-4 en el corazón; obteniéndose una información aún no documentada en la literatura científica. Los resultados obtenidos concuerdan con aquellos que pusieron de manifiesto que, tras una única sesión extenuante de ejercicio aeróbico, se incrementaban significativamente los contenidos de TLR-4 en monocitos humanos23. Por el contrario, otros autores han demostrado que un programa de entrenamiento físico previo puede disminuir la expresión de TLR-4 en el cerebro de ratas en respuesta a un daño por isquemia/ reperfusión24. Se ha especulado que la activación de TLR-4 podría dar lugar a un incremento de los procesos inflamatorios, lo que podría estar asociado con efectos potencialmente perjudiciales para el normal funcionamiento del corazón. Esta hipótesis podría estar avalada por varios estudios. Primero, la activación de diversas citoquinas pro inflamatorias a través del eje TLR-4 y NFB ha sido demostrada en pacientes con infarto de miocardio, fallo cardiaco y angina inestable25. Además, se ha propuesto que los TLRs podrían estar involucrados en la relación entre el estilo de vida sedentario con el desarrollo y progresión de enfermedades como la aterosclerosis, fallo cardiaco, enfermedad coronaria, etc26, siendo TLR-4 un componente clave en la respuesta innata en el corazón infartado27. Las vías de señalización que culminan en la activación de NF-kB, incluida la vía del TLR-4, se han relacionado con diversos procesos patológicos en el miocardio, incluyendo el aumento de citoquinas proinflamatorias en el cardiomiocito, daño por isquemia/reperfusión, hipertrofia y apoptosis28. Actualmente, se está estudiando el NF- B como diana terapéutica a nivel molecular29, debido principalmente a que se ha demostrado que mantener un bajo nivel de activación de este factor de transcripción generaría cardioprotección30. Por tanto, el ejercicio físico regular y no el ejercicio físico agudo de alta intensidad, como queda demostrado en este estudio, podría ser un medio para lograrlo. TLR-4 podría postularse como una proteína con un importante papel en la activación 1286 de dicha vía de señalización en el corazón, al igual que sucede en otros órganos o tejidos. Así, estudios previos han puesto de manifiesto que, tras la realización de un ejercicio físico extenuante se evidencia un incremento en los contenidos de citoquinas proinflamatorias en el tejido adiposo de ratas. Este efecto parece estar mediado por la vía de señalización del TLR-4 y conduce a la activación del NF- B31. Otras investigaciones, utilizando un inhibidor específico del TLR-4, el eritoran, concluyeron que la vía TLR4/NF- B participa en el daño miocárdico durante un modelo de estrés crónico32. Por tanto, se debe recalcar que, una carga de trabajo físico agudo podría ser altamente perjudicial para quienes no estén adaptados a este tipo de esfuerzo o quienes posean alguna afección cardiaca. No obstante, en el presente estudio, el papel del TLR-4 sobre la respuesta inflamatoria es especulativo y debería confirmarse con la utilización de inhibidores específicos del TLR-4 o de alguna de las proteínas implicadas en la vía de señalización de dicho receptor. Por otro lado, los resultados obtenidos sobre la activación del factor de transcripción NF- B e iNOS en el tejido cardiaco de ratas son similares a los observados por otros autores11,14. Dichos estudios se llevaron a cabo utilizando el mismo protocolo de ejercicio agudo que se ha usado en la presente investigación. El análisis realizado por EMSA reveló una clara activación del NF- B en ratas sometidas a ejercicio agudo. Esta mayor traslocación del factor de transcripción fue coincidente con el aumento de la subunidad p50 en núcleos y con la expresión incrementada del ARNm de iNOS. También es importante destacar que está ampliamente demostrado que el incremento de la síntesis de óxido nítrico, produce peroxinitrito, un radical que se ha postulado como uno de los mayores responsables en la muerte celular en este tipo de tejido esquelético33. En todas estas investigaciones además se pone de manifiesto que un aumento en los niveles de inflamación incrementa el daño celular en el tejido cardiaco. Por tanto, el ejercicio físico agudo sería responsable de la pérdida de la homeostasis cardiaca, basándose en los cambios observados en los niveles de estrés oxidativo, daño y apoptosis en cardiomiocitos detectados34. Finalmente, podemos concluir que la mayor expresión de TLR-4 tras el ejercicio agudo parece contribuir a la activación NF- B, promoviéndose así la transcripción de NOS, lo que podría in- Rev Med Chile 2012; 140: 1282-1288 Artículos de Investigación Ejercicio agudo y receptor Toll-4 en corazón de rata - C. Cristi-Montero et al fluenciar negativamente la respuesta cardiaca al esfuerzo físico de alta intensidad. No obstante, es indispensable seguir investigando en esta materia y contrastar los datos obtenidos en el presente estudio con la utilización de inhibidores específicos del TLR-4, debiéndose analizar igualmente una variedad más amplia de proteínas mediadoras de la vía de señalización que une TLR-4, NF- B e inflamación. Además, también sería necesario utilizar diferentes protocolos de ejercicio físico, principalmente programas de entrenamiento, con el fin de profundizar en los efectos del ejercicio físico sobre los mecanismos moleculares implicados en la activación del TLR-4 en este órgano fundamental para la vida. Agradecimientos: Se agradece a “Beca Presidente de la República de Chile” por el patrocinio brindado al doctorando Carlos Cristi Montero, para la realización de este estudio. Referencias 1. Arquer A, Elosua R, Marrugat J. Actividad física y estrés oxidativo. Apunts Med Esport 2010; 45: 31-40. 2. Pedersen BK, Saltin B. Evidence for prescribing exercise as therapy in chronic disease. Scand J Med Sci Sports 2006; 16: 3-63. 3. Löllgen H, Bockenhoff A, Knapp G. Physical activity and all-cause mortality: an updated meta-analysis with different intensity categories. Int J Sports Med 2009; 30: 213-24. 4. Boyd JH, Mathur S, Wang Y, Bateman RM, Walley KR. 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Rev Med Chile 2012; 140: 1282-1288 Artículos de Investigación Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296 Efectos del ejercicio físico de alta intensidad y sobrecarga en parámetros de salud metabólica en mujeres sedentarias, pre-diabéticas con sobrepeso u obesidad Cristian Álvarez1,a, Rodrigo Ramírez2,b, Marcelo Flores3,4,c, Cecil Zúñiga5,d, Carlos A. Celis-Morales6,e Effect of sprint interval training and resistance exercise on metabolic markers in overweight women Background: Physical activity is associated with an improvement in cardiovascular health, however there is a paucity of information about the effects of sprint interval training on individuals with high metabolic risk. Aim: To determine the effects of three exercise programs on anthropometric and metabolic markers in overweight, sedentary and prediabetic women. Material and Methods: Forty three women were ascribed to four groups matched by body mass index and body fat: high intensity intervals (HIT, n = 12), resistance (R, n = 8), combined group (HIT +R, n = 10) and control group (CG, n = 13). Participants completed 12 weeks of exercise intervention. Body mass index, waist circumference, percentage of fat mass measured by impedanciometry, blood pressure, fasting glucose, insulin and homeostasis model assessment for insulin resistance (HOMAIR) and fitness assessed using the two km walk test were measured at baseline and after the training period. Results: No changes in anthropometric and body composition variables were observed. However, in HIT and R groups, significant reductions were observed on fasting glucose (5.4 and 16.6% respectively), insulin (18.6 and 43.4% respectively) and HOMAIR (24.1 and 55.4% respectively), 72 hours after the intervention. No significant changes were found for the observed values in the combined and control groups. Conclusions: HIT and resistance training improve glycemic control and insulin sensitivity in females with a high metabolic risk. (Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296). Key words: Exercise; Insulin Resistance; Obesity; Sedentary Lifestyle. E l sobrepeso y la obesidad son estados que se asocian al desarrollo de insulino resistencia (IR), diabetes tipo 2 (DT2) y enfermedad cardiovascular (ECV)1-3. Adicionalmente, el sedentarismo ha sido señalado como otro factor relevante en el aumento de estas patologías3-5. En 1 Centro de Salud Familiar de Los Lagos. Centro de Promoción de Salud de la mujer, Región de Los Ríos, Chile. 2 Departamento de Ciencias de la Actividad Física, Universidad de Los Lagos, Osorno, Chile. 3 Unidad de Kinesiología, Hospital de Carabineros de Chile, Santiago, Chile. 4 Departamento de Fisiología, Universidad de Melbourne, Australia. 5 Departamento de Educación Física, Universidad San Sebastián, Región de Los Ríos, Chile. 6 Centro de Investigación en Nutrición Humana, Instituto de Investigación en Envejecimiento y Salud. Universidad de Newcastle. Inglaterra. Reino Unido. a Profesor de Educación Física, MSc. Entrenamiento Deportivo. b Profesor de Educación Física, MSc. Fisiología del Ejercicio. c Kinesiólogo, MSc. Fisiología del Ejercicio. d Kinesiólogo, MSc. Educación, ISAK nivel III. e Doctor en Ciencias Cardiovasculares y Biomédicas (PhD). Financiamiento: Proyecto financiado por el concurso de Fondos de Investigación Internos, Universidad de Los Lagos, Osorno, Chile, otorgado a Ramírez R y Alvarez C. No se declaran conflicto de intereses entre las fuentes de financiamiento y el presente estudio. Recibido el 6 de marzo de 2012, aceptado el 8 de junio de 2012. Correspondencia a Dr. Carlos Celis Morales, Biomedical Research Building Campus for Ageing and Vitality Newcastle Upon Tyne, NE4 5PL. UK Fono: +44(0)191 248 1141 Email: carlos.celis@newcastle.ac.uk Chile, 93% de las mujeres son sedentarias y 64% presentan sobrepeso u obesidad y actualmente las ECV constituyen la principal causa de muerte en el país6,7. A pesar de la asociación entre la práctica de actividad física (AF) y la reducción de ECV8, los 1289 Artículos de Investigación Ejercicio físico en mujeres con riesgo metabólico - C. Álvarez et al niveles de AF permanecen bajos en la población9. Esto ha llevado a proponer nuevas recomendaciones de AF para población adulta, que reducen los tradicionales 150 min de AF por semana a 20 min de AF de mayor intensidad y con menor duración (ej. 3 veces por semana)10,11. Este cambio podría ser un importante paso para incrementar los niveles de AF, ya que la falta de tiempo ha sido identificada como una de las principales barreras para la práctica de AF en la población adulta12. Sin embargo, en relación a los efectos de esta nueva práctica de AF en personas con riesgo metabólico es limitada. Teniendo en cuenta los niveles de sedentarismo, obesidad, DT2 y ECV en Chile, se hace necesario diseñar, y evaluar otros modelos de AF, que sean factibles de implementarse en servicios y programas de salud locales a lo largo del país. Por ende, el objetivo de este trabajo fue evaluar el impacto de 3 programas de AF sobre parámetros antropométricos y de salud cardiovascular en mujeres sedentarias, pre-diabéticas y con sobrepeso. Material y Métodos Participantes Cuarenta y tres mujeres participaron en el estudio (n = 43), las cuales fueron reclutadas en el Centro de Salud Familiar de Los Lagos (CESFAM), Región de Los Ríos, Chile. El diseño del estudio corresponde a un estudio experimental con muestreo aleatorio simple. Los participantes fueron distribuidos en cuatro grupos: programa de intervalos (PI), programa de sobrecarga (PS), programa mixto (PI+PS) y grupo control (GC). La asignación de los participantes en cada grupo fue pareada según IMC y % masa grasa. El tamaño de la muestra se estimó utilizando cambios observados en insulina plasmática (delta = 2,16 mU/l; d.s = 1,38) en un grupo intervenido con diferentes programas de ejercicio físico13. Un total de 9 participantes por grupo otorga una potencia de 80% y un de 0,05. Los criterios de inclusión fueron: a) ser sedentaria (ejercicio ≤ 30 min/semana), b) IMC > 25,0 kg/m2, c) nivel de glicemia 100 a ≤ 125 mg/dl14. Los criterios de exclusión fueron: a) antecedentes de enfermedad ósteo-articular, isquémica, arritmias, taquicardias y/o enfermedad pulmonar obstructiva crónica; b) con tratamiento farmacológico para alteraciones metabólicas. Este estudio se realizó 1290 considerando la Declaración de Helsinki y fue aprobado por los comités de ética del CESFAM Los Lagos, Osorno, Chile. Todos los participantes dieron su consentimiento informado por escrito previo a la intervención. Procedimientos Se determinó peso corporal, masa grasa (MG) y masa muscular (MM), utilizando una balanza digital de bioimpedancia de pies y manos (OMRON®, Modelo HBF-INT). La talla se midió con un tallímetro de 0,1 cm de precisión (Health o Meter®, USA). El IMC se calculó dividiendo el peso corporal por la talla elevada al cuadrado (kg/m2) y sobrepeso fue definido como IMC > 25 kg/m2. El perímetro de cintura se midió justo por encima de la línea de la cresta ilíaca15 con una cinta inextensible y precisión de 0,1 cm (Hoechstmass®, West Germany 1-150 cm). La presión arterial se determinó con un monitor digital (OMRON, modelo HEM-742INT). Cada participante permaneció en posición sentado al menos 15 min previos a la medición, reportándose únicamente la media de tres mediciones. Se obtuvieron muestras de sangre en ayunas (4 ml) entre las 8:00 AM y 11:00 AM (Pre intervención, 24 h y 72 h Post intervención). Glicemia se determinó con método enzimático (Trinder, Genzyme Diagnostics, Canada) e insulina fue determinada mediante RIA (DPC, Los Angeles, CA). Insulino resistencia se determinó con HOMAIR 16. Se aplicó el test UKK para determinar la capacidad de traslación bípeda17. Cuestionarios sociodemográfico y de salud fueron aplicados para determinar edad, antecedentes de tratamiento farmacológico, historia familiar de enfermedades señaladas en los criterios de inclusión y exclusión. Diseño de los programas de intervención Programas de Ejercicio físico intervalado (PI): consistió en realizar carreras y pausas de recuperación de manera intervalada hasta completar un volumen de 20 min de AF por día y 2 veces por semana. En cada sesión los participantes completaron 7 intervalos de carreras de alta intensidad (> 85% de la frecuencia cardiaca máxima (220 Edad). Cada intervalo tuvo una duración de 20 s y se incrementó en 2 s (10%) cada 2 semanas, mientras que el intervalo de recuperación de 120 s, disminuyó en 5 s (~4%) cada 2 semanas (Tabla 1). Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296 Artículos de Investigación Ejercicio físico en mujeres con riesgo metabólico - C. Álvarez et al Tabla 1. Descripción de los protocolos de ejercicio físico utilizados en la intervención PI (n = 12) PS (n = 8) PI + PS (n = 10) Intensidad 100% FCM “Hasta la fatiga” 100% FCM + Fatiga Duración Intervalo (s) 20 a 30 - 20 a 30 Número de Intervalos 7 - 7 Recuperación (s) 120 a 150 120 120 a 150 Método de Recuperación Caminando Estática Estática Volumen (min/día) 20 45 20-45 Volumen (min/sem) 60 90 150 Frecuencia (días/sem) 3 2 5 Equipamiento necesario - Barras y pesos libres Barras y pesos libres Grupos de intervención son descritos como: Programa de Intervalos (PI), Programa de Sobrecarga (PS), Grupo combinado (PI+PS), Grupo Control (GC). Frecuencia cardiaca Máxima (FCM). Programa de Ejercicio físico de sobrecarga (PS): consistió en realizar 5 ejercicios diferentes de sobrecarga (sentadilla, flexo-extensión de bíceps, flexo-extensiones de tobillo, flexo-extensión de hombros y flexo-extensiones de codo). Cada ejercicio se realizó durante 1 minuto (alcanzando el fallo muscular) y se repitió 3 veces por sesión, con pausas de 2 min de recuperación entre cada serie18 (Tabla 1). Programa de Ejercicio físico combinado (PI+PS): consistió en realizar ambos programas de ejercicios en días no consecutivos, realizando un total de 5 días de ejercicio físico a la semana (Tabla 1). Dieta, Actividad Física y Adherencia Se instruyó a todos los participantes no cambiar su dieta y patrones de AF durante el transcurso de la intervención. La adherencia presentada por los tres grupos fue PI (85%), PS (95%) y PI+PS (74%). Estadística Los datos son presentados como media ± desviación estándar. Se aplicó el test de Shapiro-Wilk para determinar si las variables correspondían a una distribución normal. Diferencias entre Pre y Post intervención se determinaron con test de t de Student para muestras relacionadas. Para determinar si existían diferencias significativas en variables cuantitativas entre los cuatro grupos Pre intervención se aplicó análisis ANOVA de dos Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296 vías y para determinar diferencias entre pre-test, post-test 24 h y post-test 72 h se aplicó ANOVA de una vía, el test Bonferoni fue utilizado para detectar donde se encontraban estas diferencias. Los análisis fueron ajustados a edad y adherencia al programa de intervención. Todos los análisis fueron realizados en SPSS (versión 19). El nivel de significación aceptado fue p < 0,05. Resultados En la Tabla 2 se describen las variables antropométricas estratificadas por programa de AF Pre y Post intervención. La edad y características antropométricas (peso, talla, IMC, perímetro de cintura y % de masa grasa) de los participantes no presentaron diferencias significativas entre grupos previo a la intervención. En relación a las variables metabólicas (Tabla 3), la presión arterial sistólica presentó diferencias entre los grupos previo a la intervención (p < 0,001), siendo significativamente mayor en el grupo PI en comparación al grupo PI+PS y al grupo control. No obstante, la presión arterial diastólica, test cardio-respiratorio UKK, glicemia, insulinemia y HOMAIR no presentaron diferencias significativas entre grupos previo a la intervención (Tabla 2). Posterior a 12 semanas de intervención las variables antropométricas no mostraron cambios significativos entre los grupos intervenidos. En el test UKK de condición cardio-respiratoria, los 1291 Artículos de Investigación Ejercicio físico en mujeres con riesgo metabólico - C. Álvarez et al Tabla 2. Características antropométricas y de condición física de los participantes Pre y Post intervención estratificado por grupo Variable Test PIa (n = 12) PSb (n = 8) PI + PSc (n = 10) GCd (n = 13) Pinteracción Edad (años) Pre 39,2 ± 9,5 33,9 ± 9,3 43,3 ±8,1 40,1 ± 11,4 0,255 Talla (m) Pre Post p(Pre-Post) 1,55 ± 0,05 1,55 ± 0,04 p = 0,978 1,58 ± 0,05 1,58 ± 0,05 p = 0,999 1,55 ± 0,04 1,54 ± 0,04 p = 0,997 1,57 ± 0,05 1,57 ± 0,03 p = 0,998 0,417 Peso (kg) Pre Post p(Pre-Post) 70,3 ± 6,6 69,7 ± 6,7 p = 0,832 74,6 ± 17,9 74,6 ± 16,8 p = 0,999 69,8 ± 7,4 69,2 ± 7,5 p = 0,853 69,8 ± 10,5 70,2 ± 10,5 p = 0,920 0,917 IMC (kg/m2) Pre Post p(Pre-Post) 29,3 ± 3,3 29,1 ± 3,2 p = 0,893 29,4 ± 5,5 29,4 ± 5,1 p = 0,996 29,1 ± 2,9 28,8 ± 2,9 p = 0,834 28,3 ± 3,5 28,5 ± 3,4 p = 0,891 0,915 P.Cintura (cm) Pre Post p(Pre-Post) 101,1 ± 6,4 98,5 ± 6,7 p = 0,319 100,6 ± 15,5 98,5 ± 14,5 p = 0,789 98,2 ± 5,7 94,5 ± 6,3 p = 0,089 95,7 ± 9,2 96,6 ± 9,2 p = 0,802 0,540 Masa grasa (%) Pre Post p(Pre-Post) 44,0 ± 3,9 44,2 ± 3,6 p = 0,877 43,1 ± 5,6 42,5 ± 5,8 p = 0,851 43,5 ± 4,2 43,0 ± 5,2 p = 0,800 42,9 ± 4,9 43,7 ± 6,5 p = 0,722 0,898 21,9 ± 1,1 21,3 ± 0,8 20,2 ± 0,9 21,6± 0,9 Pre 20,2 ± 1,03 20,4 ± 1,0 18,5 ± 0,9 21,1 ± 0,8 0,129 Post p = 0,0008 p = 0,066 p = 0,0009 p = 0,391 p(Pre-Post) Datos presentados como media ± Desviación estándar. Grupos de intervención son descritos como: Programa de Intervalos (PI), Programa de Sobrecarga (PS), Grupo combinado (PI+PS), Grupo Control (GC). Pinteracción fue calculado con 2-way ANOVA para determinar si existían diferencias significativas entre grupos Pre-intervención. Diferencias significativas entre Pre y Post intervención fueron determinadas con t-test para muestras pareadas. Los análisis fueron ajustados por edad y asistencia al programa Nivel de significancia fue aceptado a p < 0,05. Test UKK (min) Figura 1. Cambios en Glicemia y HOMAIR posterior a 12 semanas de intervención. Datos presentados como media ± error típico de la media. Gráficos a y c muestran los niveles de glicemia e insulino resistencia pre intervención, 24 h y 72 h post intervención. Gráficos b y d muestran el % de reducción promedio (Post72h-Pre) en glicemia y HOMAIR post intervención. Grupos son señalados como (PI: Programa de Intervalos, PS: Programa de Sobrecarga, PI + PS: Grupo combinado y GC: Grupo Control). Diferencias significativas entre pre, 24 h post y 72 h post fueron determinadas con ANOVA de una vía. Los modelos fueron ajustados por edad y asistencia al programa. Valores de significancia son señalados como *p < 0,05, **p < 0,01. 1292 Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296 Artículos de Investigación Ejercicio físico en mujeres con riesgo metabólico - C. Álvarez et al Tabla 3. Características metabólicas de los participantes Pre y Post intervención estratificado por grupo Variable Test PIa (n = 12) PSb (n = 8) PI + PSc (n = 10) GCd (n = 13) Pinteracción PAS (mm/Hg) Pre Post p(Pre-Post) 138,5 ± 17,1c,d 125,5 ± 11,9 p = 0,043 124,1 ± 8,6 116,5 ± 16,1 p = 0,258 117,4 ± 12,9a 113,4 ± 10,2 p = 0,453 120,1±10,2a 121,1 ± 7,6 p = 0,763 0,001 PAD (mm/Hg) Pre Post p(Pre-Post) 81,9 ± 9,7 76,6 ± 9,0 p = 0,183 80 ± 17,2 74,1 ± 6,3 p= 0,379 70,2 ± 12,9 68,1 ± 10,5 p = 0,696 Glicemia (mg/dl) Pre Post 24hr p(Pre-Post 24hr) Post 72hr p(Pre-Post 24hr) 102,1 ± 9,2 95,2 ± 12,8 p = 0,011 96,5 ± 12,7 p = 0,024 100,3 ± 12,8 92,8 ± 9,6 p = 0,019 93,8 ± 5,6 p = 0,038 Pre Post 24hr p(Pre-Post 24hr) Post 72hr p(Pre-Post 24hr) 4,67 ± 3,1 4,03 ± 5,1 p = 0,189 3,80 ± 2,8 p = 0,041 Pre Post 24hr p(Pre-Post 24hr) Post 72hr p(Pre-Post 24hr) 1,20 ± 0,8 1,09 ± 1,2 p = 0,190 0,91 ± 0,7 p = 0,037 Insulina (mU/ml) HOMAIR 74,4 ± 10,1 75,4 ± 9,1 p = 0,776 0,148 101,2 ± 5,2 96,7 ± 4,3 p = 0,369 97,1 ± 6,1 p = 0,088 102,3 ± 8,7 103,1 ± 9,3 p = 0,830 103,4 ± 8,8 p = 0,756 0,646 4,86 ± 4,6 4,28 ± 4,1 p = 0,196 2,75 ± 0,9 p = 0,002 4,53 ± 4,8 4,30 ± 5,0 p = 0,530 4,01 ± 4,1 p = 0,192 3,60 ± 1,6 3,70 ± 1,7 p = 0,879 3,75 ± 1,6 p = 0,824 0,855 1,28 ± 1,4 1,01 ± 1,1 p = 0,184 0,57 ± 0,2 p = 0,009 1,12 ± 1,2 1,06 ± 1,0 p = 0,321 0,99 ± 1,1 p = 0,056 0,88 ± 0,4 0,92 ± 0,4 p = 0,823 0,93 ± 0,4 p = 0,790 0,824 Datos presentados como promedio ± Desviación estándar. Grupos de intervención son descritos como: Programa de Intervalos (PI), Programa de Sobrecarga (PS), Grupo combinado (PI+PS), Grupo Control (GC). Pinteracción fue calculado con 2-way ANOVA para determinar si existían diferencias significativas entre grupos Pre-intervención. Diferencias significativas entre Pre y Post intervención fueron determinadas con t-test para muestras pareadas y 1-way ANOVA se utilizó para determinar diferencias en glicemia, insulina y HOMAIR. Los análisis fueron ajustados por edad y asistencia al programa. Nivel de significancia fue aceptado a p < 0,05. grupos PI y PI+PS redujeron significativamente el tiempo utilizado para recorrer 2 km luego de las 12 semanas de intervención (p < 0,001), pero no los grupos PS y GC. La presión arterial sistólica presentó una reducción significativa Post intervención sólo en el grupo PI (p = 0,043). Los marcadores metabólicos de glicemia, insulinemia y HOMAIR fueron medidos 24 h y 72 h post intervención. La glicemia muestra una reducción significativa de 6,7% en el grupo PI (p = 0,011) y 7,4% en el grupo PS (p = 0,019), pero no en el grupo PI+PS y GC a 24 h Post intervención. No se encontraron reducciones significativas en insulina y HOMAIR a 24 h Post intervención en ninguno de los grupos. No obstante, estas variables presentaron una reducción significativa a 72 h Post intervención en los grupos PI y PS, pero no en el grupo PI+PS y GC. La magnitud de estas reducciones fueron de 5,4% y 6,5% en los niveles de glicemia, 18,6% y 43,4% en insulinemia, 24,1% y 55,4% en HOMAIR en el Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296 grupo PI y PS, respectivamente. El % promedio de las reducciones (delta 24 y 72 h Post intervención) son presentados en la Figura 1. Discusión Los resultados de este estudio señalan que la aplicación de programas de AF de mayor intensidad, como lo son los programas PI y PS, son herramientas eficaces para la reducción de los niveles de IR en mujeres sedentarias, pre-diabéticas y con niveles de sobrepeso. También es importante destacar que el diseño de programas de AF de menor duración puede ser usado como estrategia para incrementar la práctica y adherencia a programas de AF en personas adultas con riesgo metabólico, lo cual es una necesidad considerando la realidad nacional en relación a los altos niveles de sedentarismo (~93%), sobrepeso u obesidad (~64%) y prevalencia de diabetes (~9%) en mujeres6, 7. Las intervenciones propuestas en esta investi1293 Artículos de Investigación Ejercicio físico en mujeres con riesgo metabólico - C. Álvarez et al gación no produjeron cambios en IMC, perímetro de cintura y % de masa grasa en ninguno de los 3 grupos intervenidos. Nuestros resultados concuerdan con estudios previos donde programas similares de AF en mujeres obesas no produjeron cambios significativos en adiposidad19,20. Estos resultados podrían explicarse por el corto período de intervención. Aunque no se detectaron cambios en marcadores de adiposidad en nuestro estudio, los programas de AF propuestos redujeron significativamente los niveles de glicemia post intervención. El control glicémico es un factor importante dentro del tratamiento de la DT2 y se asocia a complicaciones vasculares en pacientes diabéticos21. Este estudio reportó una reducción promedio de 6,1% y 6,9% en los niveles de glicemia post intervención en el grupo PI y PS, respectivamente. Estos cambios fueron menores a los reportados por Little y cols19, quienes reportaron una reducción de 13% posterior a 6 sesiones de (PI) durante 2 semanas de intervención. Reducciones similares en glicemia (15,6%) fueron reportadas por Cauza y cols22, después de una intervención con ejercicios de PS. Esta diferencia en la reducción de glicemia podría estar explicada por el tipo de pacientes intervenidos, ya que ambos estudios intervinieron a pacientes diabéticos y como se ha señalado anteriormente los beneficios de la AF son mayores en personas con riesgo metabólico (sobrepeso, sedentarios y diabéticos)23,24. Las reducciones promedio en insulinemia (PI ~16%; PS ~27,6) y HOMAIR (PI ~17%; PS ~38), reflejan los beneficios vasculares asociados a la aplicación de ejercicios de PI y PS en mujeres con riesgo metabólico. Dichas reducciones tienen importantes implicancias clínicas debido a la asociación entre IR y el incremento en los niveles de mortalidad atribuidos a ECV25. La reducción en insulinemia y HOMAIR reportadas en nuestro estudio son similares a los beneficios obtenidos con programas de entrenamiento tradicionales, donde 150-300 min por semana de ejercicio aeróbico (65% del VO2MAX) reduce en 22% los niveles de insulinemia y mejora en 32% la sensibilidad a la insulina, después de 7 semanas de entrenamiento en mujeres con sobrepeso y antecedentes familiares de diabetes26. No obstante es importante destacar que la mayor reducción en HOMAIR asociada al grupo PS en comparación al grupo PI podría explicarse por diferencias en el volumen y tiempo 1294 de entrenamiento en nuestro estudio (Tabla 1). Similarmente, la falta de adherencia al programa podría ser uno de los factores que podría explicar los cambios no significativos en el grupo PI+PS. Sin embargo, es importante destacar que los tres programas presentan una clara tendencia a reducir glicemia y resistencia a la insulina. Los potenciales mecanismos mediante el cual programas de PI o PS mejoran el control glicémico y sensibilidad a la insulina resultan interesantes al considerar que no hubo cambios en las variables de composición corporal. Se ha reportado recientemente que programas de intervalo de 4 repeticiones de 30 s, producen un gasto energético mínimo de ~40-80 kcal pero sin embargo, reducen el glicógeno muscular entre 30% y 45% mediante la vía metabólica de AMPK que juega un rol primordial en la translocación de GLUT4 y consumo de glucosa a nivel muscular27. Interesantemente el nivel de reducción en el glicógeno muscular inducido por 4 repeticiones de 30 s de ejercicios de PI, es similar a lo inducido por una sesión de 90 min de ejercicio aeróbico de intensidad moderada28. Adicionalmente, otro mecanismo que podría explicar la reducción en IR es la adaptación muscular a los programas de entrenamiento. Se ha reportado que pacientes diabéticos o con riesgo metabólico presentan una reducida capacidad de oxidación mitocondrial,29 y que intervenciones similares a las propuestas en nuestro estudio, incrementan la capacidad de oxidación mitocondrial tanto en sujetos sanos30 como con riesgo metabólico31. Adicionalmente se detectaron cambios en presión arterial sistólica (PAS) en el grupo de intervalos, esto podría explicarse debido a que el grupo PI presentaba niveles más elevados de PAS que los otros grupos Pre intervención. Los mecanismos mediante los cuales los ejercicios PI reducen la PAS no han sido completamente elucidados, pero es posible que estén mediados por una reducción del control vascular del sistema nervioso simpático32 y a los mecanismos de vasodilatación asociados a un incremento en la producción de óxido nítrico por el endotelio33. Es importante destacar algunas fortalezas del presente estudio, como lo fue parear según IMC y niveles de masa grasa los grupos intervenidos. Adicionalmente el diseño de los programas de ejercicio se realizó considerando protocolos de simple aplicación, y factibles de ser replicados en otros CESFAM a nivel nacional. Finalmente, Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296 Artículos de Investigación Ejercicio físico en mujeres con riesgo metabólico - C. Álvarez et al se consideraron técnicas estandarizadas para la medición de parámetros antropométricos y metabólicos. No obstante, es importante mencionar potenciales limitaciones en el diseño del estudio que deberían ser consideraras en futuras investigaciones. Dentro de las limitaciones se encuentra el control de la ingesta calórica durante la intervención, ya que los cambios detectados en marcadores metabólicos pudieron ser afectados por cambios en patrones alimenticios, no obstante, se instruyó constantemente a los participantes no modificar su alimentación. Similarmente, no se controlaron objetivamente los niveles de actividad física durante la intervención, sin embargo, se enfatizó la no realización de actividad física fuera de los programas de intervención. Otra limitación fue la distribución de edad en los grupos, la edad promedio fue mayor en el grupo PS lo cual podría explicar por qué dicho programa presenta mayores reducciones, no obstante, la edad fue ajustada en los modelos estadísticos y no se detectaron diferencias en la magnitud y dirección de los resultados. Finalmente, la adherencia a los programas de intervenciones es otro factor de confusión, por ende los análisis fueron ajustados por nivel de asistencia. En conclusión, los programas PI y PS son alternativas efectivas para la reducción de insulino resistencia en mujeres sedentarias, pre-diabéticas y con sobrepeso. El tiempo total de ejercicio requerido por semana para producir beneficios a nivel metabólico fue de 60 min en el grupo PI y 90 min en el grupo PS, que representan 40% y 60%, respectivamente, de las recomendaciones tradicionales de AF (150 min x semana)10. Considerando que la falta de tiempo ha sido una de las principales justificaciones para la no práctica de actividad física, creemos que esta estrategia de reducir el tiempo de ejercicio podría ser una alternativa viable para incrementar la adherencia a programas de intervención. Los programas de ejercicio presentados en esta investigación evidencian que implementar programas de menor duración en los Centros de Salud Familiar a nivel nacional es una herramienta de prescripción alternativa, fácil de implementar y eficaz en la reducción de riesgo cardiovascular asociado a la resistencia a la insulina en pacientes con riesgo metabólico. Agradecimientos: A todos los participantes, por su compromiso con el programa. A Carmen Rev Med Chile 2012; 140: 1289-1296 Gloria Flores, Directora CESFAM Los Lagos y a Leslie Ruiz, Coordinadora del Programa de Promoción de la Salud, del CESFAM, por su gestión administrativa en el proyecto. Referencias 1. McLaughlin T, Allison G, Abbasi F, Lamendola C, Reaven G. Prevalence of insulin resistance and associated cardiovascular disease risk factors among normal weight, overweight, and obese individuals. Metabolism. 2004; 53 (4): 495-9. 2. Reaven GM. Insulin resistance: the link between obesity and cardiovascular disease. Med Clin North Am. 2011; 95 (5): 875-92. 3. Celis-Morales CA, Pérez-Bravo F, Ibanes L, Sanzana R, Hormazabal E, Ulloa N, et al. Insulin resistance in Chileans of European and indigenous descent: evidence for an ethnicity x environment interaction. PloS One. 2011; 6 (9): e24690. 4. Proper KI, Singh AS, van Mechelen W, Chinapaw MJM. Sedentary behaviors and health outcomes among adults: a systematic review of prospective studies. 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Material and Methods: Cross sectional study including 432 adults undergoing secondary transfers using SAMU between January 1 and June 30 2010. Demographic, biomedical, hemodynamic and transfer data were obtained. Cardiopulmonary arrests (CPR) and an increase in the Rapid Emergency Medicine Score (REMS) scale, were considered as outcome variables. Results: CPR occurred in 6.4% of the study population and was significantly associated with the initial REMS score and the need for hemodynamic and ventilator support. The initial REMS score was a good predictor of the final REMS score. The final REMS was significantly associated with the presence of comorbidities and the need for hemodynamic and ventilator support. Conclusions: REMS is a useful scale to assess the risk profile of critical patients requiring transfers between hospitals. (Rev Med Chile 2012; 140: 1297-1303). Key words: Ambulances; Emergency medical services; Risk assessment. L a necesidad sanitaria de trasladar pacientes, desde un centro hospitalario a otro, denominada traslado secundario, es una actividad realizada en diversos sistemas de salud. En Chile, el Sistema de Atención Médica de Urgencia (SAMU), como entidad dependiente del Ministerio de Salud, ha enfrentado los requerimientos de la población organizándose para realizar el transporte de pacientes, donde los más críticos son realizados por ambulancias denominadas “avanzadas”1-4. El traslado secundario, se ha descrito como una actividad que no presenta gran diversidad de causas siendo la mayoría de ellas suplir la falta de recursos humanos o tecnológicos para una 1 Escuela de Enfermería, Pontificia Universidad Católica de Chile. 2 Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU). a Enfermera Matrona, Magíster en Enfermería. b Enfermera Matrona, PhD Recibido el 16 de diciembre de 2011, aceptado el 13 de junio de 2012. Correspondencia a: Marie Jesie Carrillo. Enfermera Matrona, Instructor, Escuela de Enfermería, Pontificia Universidad Católica de Chile. Av. Vicuña Mackenna 4860, Macul, Santiago, Chile Teléfono: (56-2) 35458373547015 E-mail: mcarrilb@uc.cl. adecuada atención del paciente5. La decisión de transportar un paciente en estado crítico se basa en una evaluación de los beneficios potenciales del transporte y los posibles riesgos del traslado. Estas decisiones tienen como fin llegar a centros sanitarios que permitan asistencia adicional, ya sea técnica, cognitiva, o de procedimiento, que no se encuentra disponible en el centro de salud de origen6. En Estados Unidos de Norteamérica ha sido esencial la regulación del traslado de paciente en estado crítico; desde 1986 a través de las Sociedades Americanas de Cuidados Críticos y de Tratamiento de Emergencia Médica, se han generado normas sobre las responsabilidades de los miembros del equipo de ambulancias, las que 1297 Artículos de Investigación Perfil de riesgo de pacientes transportados por ambulancia avanzada - M. J. Carrillo et al incluyen evaluación del paciente previo a la iniciación del transporte, con el objetivo de garantizar la seguridad de éste durante el traslado7. Actualmente, las sociedades americanas, en conjunto con los colegios profesionales de cuidados críticos, establecen la necesidad de determinar los riesgos y los beneficios para el paciente que va a ser sometido a un traslado secundario. La Comisión de Acreditación del Sistema de Transporte Médico, estipula dentro de las normas Norteamericanas la evaluación de la condición hemodinámica del paciente como la primera actividad a realizar previo al traslado8. Estas normas son utilizadas en diversos países europeos, que exigen una evaluación estricta de los beneficios potenciales del traslado a un centro de salud versus los potenciales riesgos que adquirirá el paciente, teniendo como objetivo mejorar el pronóstico de éste9-11. Utilizar sistemas de clasificación de gravedad, permite identificar grupos de pacientes complejos que requieren un nivel de cuidado mayor durante el traslado12. Los factores que aumentan el riesgo del paciente trasladado se han organizado en base a tres aspectos: Riesgos del transporte, Características biomédicas del paciente, Evaluación del estado de gravedad13. Los riesgos del transporte se basan en cambios bruscos de movimiento (aceleración y desacelaración), detectados por sensores propioceptivos y barorreceptores que desencadenan respuestas correctoras reflejas13, movilizar a un paciente conlleva efectos hemodinámicos, que provocan redistribución transitoria de la sangre y otros fluidos, pudiendo ocasionar alteraciones como el aumento de presión venosa central y de la presión intracraneana14. Evaluar el riesgo del traslado secundario requiere conocer la duración de éste para determinar alteraciones fisiopatológicas provocadas por los movimientos del transporte terrestre. Dentro de las características biomédicas, la comorbilidad siempre influye en el pronóstico de gravedad del paciente15, proporcionando un sustrato orgánico que favorece la instalación de nuevas enfermedades, lo que genera una condición de desventaja orgánica16. La edad y el género, son condiciones que se relacionan con diversas patologías, un estudio canadiense analizó las diferencias de género y edad en relación a morbimortalidad, concluyendo; en los pacientes mayores de 50 años las mujeres presentan menos probabilidad que los hombres a 1298 ser admitidos en la UCI, pero cuando se hospitalizan, presentan más probabilidad de morir que los hombres17. Otro aspecto a evaluar en el paciente trasladado es el apoyo hemodinámico y ventilatorio requerido durante el transporte, definidos como factores de riesgo durante el traslado según diversas publicaciones18-22. Diversas escalas e índices pronósticos de mortalidad han sido desarrolladas para lograr cuantificar objetivamente la gravedad del paciente crítico y estimar la probabilidad de muerte que presenta según su estado clínico23,24. Para simplificar las escalas de gravedad, se han validado “scores” de evaluación rápidos, que no requieren exámenes. Estos “scores” han resultado muy útiles en la evaluación de pacientes que requieren un traslado secundario, dada la necesidad de una valoración rápida del estado de gravedad del paciente25-27. El año 2004, se creó el Rapid Emergency Medicine Score (REMS) el que evalúa 6 parámetros28, con un rango de puntuación de cada variable de 0-4, excepto para la edad, que es de 0 a 6, clasificando al paciente en alto riesgo (sobre 13 puntos), intermedio (entre 6 y 13 puntos), bajo riesgo (bajo 6 puntos). Los puntos de cohorte se determinaron por el momento en que se genera aumento de mortalidad, donde el paciente que cae en alto riesgo presenta un riesgo de mortalidad entre un 17 a 20%29. Posteriormente, se validó el REMS para la evaluación de los pacientes en estado crítico que requieren de un traslado, en diversos países11,28,29. El objetivo de esta investigación es la obtención de un perfil de riesgo de los pacientes sometidos a traslado secundario, que permita estratificar grupos de gravedad y disponer de indicadores de calidad de atención con el propósito de mejorar el modelo de gestión en red de los servicios de salud, con énfasis en la estandarización, aumentando la eficiencia, eficacia y efectividad en la resolución de los problemas de salud. Material y Método Se realizó un estudio analítico, observacional de corte transversal en un universo que considera todos los pacientes mayores de 15 años sometidos a trasladados secundarios desde hospitales de alta complejidad tipo III y IV, por ambulancia avanzada de los móviles SAMU del área Metropolitana, Rev Med Chile 2012; 140: 1297-1303 Artículos de Investigación Perfil de riesgo de pacientes transportados por ambulancia avanzada - M. J. Carrillo et al entre el 1º de enero al 30 de junio de 2010. Con 95% de confianza se obtuvo una muestra aleatoria de 432 casos. Se recogieron datos demográficos (edad, género), biomédicos (comorbilidad), hemodinámicos (apoyo hemodinámico y ventilatorio) y del traslado (duración del traslado). Se consideró como variable resultado la presencia de PCR durante el traslado y el aumento de la escala de gravedad REMS. El estudio recibió la aprobación del Comité de Ética de la Escuela de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se realizaron estadísticas descriptivas para las variables categóricas y continuas. Para establecer diferencias entre variables categóricas se aplicó prueba de 2. Para la comparación de grupos se aplicaron las pruebas t de Student, test Mann-Whitney y ANOVA. Para determinar la correlación entre las variables, la prueba de Pearson. Se elaboraron modelos de regresión logística para determinar las variables asociadas a la presencia de PCR. El análisis de los datos fue por medio del programa estadístico SPSS 18.0. Se consideró significativo un valor p < 0,05 Resultados La prevalencia de PCR durante el transporte fue de 6,4%. El promedio de edad de los pacientes trasladados fue de 57 ± 19 años, siendo 42,8% de la muestra de sexo femenino. La edad del usuario no mostró diferencias significativas el comparar el grupo de pacientes con y sin PCR, sin embargo, el sexo femenino presentó una prevalencia mayor en el grupo con PCR. El promedio de tiempo de traslado fue en el grupo total de 44 ± 28 min (valor p = NS). La existencia de comorbilidad no presentó diferencias significativas entre los grupos, sin embargo, el apoyo hemodinámico (drogas vasoactivas) y apoyo ventilatorio (bolsa manual), fueron significativamente más altos en el grupo de pacientes que presentaron PCR durante el transporte. En relación al REMS inicial (al momento de inicio del traslado) las diferencias fueron significativas entre ambos grupos, señalando un mayor puntaje en aquellos pacientes que desarrollaron un PCR durante el traslado (Tabla 1). El impacto del traslado se midió mediante el REMS al momento de llegar al hospital de referencia (REMS final). La presencia de comorbilidad y el apoyo hemodinámico y ventilatorio, fueron significativamente más altos en el REMS de riesgo intermedio y alto (Tabla 2). Al analizar el REMS inicial versus el final se pueden observar diferencias significativas entre ambos, mostrando que en la mayoría de los casos el REMS sube su categoría. Al analizar la correlación entre el REMS inicial y el final se observó que a mayor índice inicial, mayor es el final (r = 0,78, p ≤ 0,001) (Figura 1). Finalmente, se realizó un análisis de regresión logística con adición de variables una a una para predecir la ocurrencia de PCR durante el traslado. El modelo propuesto permite estudiar el efecto conjunto de la exposición a distintos factores, Tabla 1. Características de los pacientes incluidos en el estudio Edad (años) Género femenino Duración traslado (min) Co-morbilidad Con PCR (n = 27) Sin PCR (n = 405) Total (n = 432) Valor p 51 ± 18 57 ± 19 57 ± 19 NS 61,5% 40,4% 42,8% 0,035* 47 ± 33 46 ± 32 44 ± 28 NS 58,7% NS 52% 58% Apoyo hemodinámico 80,8% 27,4% 28,9% 0,0001* Apoyo ventilatorio 80,8% 26,9% 29,7% 0,0001* REMS inicial - Bajo - Intermedio - Alto 11,5% 53,8% 34,6% 63,6% 35,4% 1,1% 61% 36% 3% 0,0001* *Valor p significativo. Rev Med Chile 2012; 140: 1297-1303 1299 Artículos de Investigación Perfil de riesgo de pacientes transportados por ambulancia avanzada - M. J. Carrillo et al Tabla 2. Factores asociados al aumento del REMS final REMS final Intermedio (%) Bajo (%) Alto (%) Valor p Femenino 24 55 21 Co-morbilidad 45,1a 62,5b 60,3ab 0,009* Apoyo hemodinámico 19,3a 27,1a 59,2b < 0,0001* 30 b 76,3c < 0,0001* 43 ± 24 46 ± 30 Apoyo ventilatorio 0,9 Duración del traslado (min) a 47 ± 32 REMS inicial - Bajo - Intermedio - Alto 46,5 1,4 -- 51 50,6 -- 2,5 39 100 NS NS 0,0001* * Valor p significativo. a,b,ab,cLos grupos de REM que tienen letras diferentes presentan diferencias estadísticamente significativas (p < 0,05), mientras que los que contengan la misma letra no son estadísticamente significativas las diferencias. Así, para Co-morbilidad se tiene que el porcentaje de Co-morbilidad es significativamente inferior en el grupo con REM Bajo que en el grupo con REM Intermedio mientras que el grupo con REM alta está en una posición intermedia que no alcanza a ser significativamente de ninguno de los otros dos grupos. La necesidad de Apoyo Ventilatorio es significativamente diferente entre cualquier par de grupos de REM, es menor en el grupo con REM bajo que en el grupo con REM intermedio, que a su vez es menor que en el grupo con REM alto. Figura 1. Correlación de Pearson entre REMS inicial y REMS final. REMS 1: REMS inicial. REMS 2: REMS final. Tabla 3. Modelo de regresión logística para predecir PCR durante el traslado Valor p IC 95% l. sup. l. inf. controlando el efecto de variables de confusión. Las tres variables que ingresaron al modelo y que por lo tanto, explican el PCR fueron género femenino, REMS (niveles intermedio y alto) y apoyo hemodinámico (Tabla 3). Variables en la ecuación OR Género (femenino) 3,7 0,014* 1,3 10,2 Apoyo hemodinámico 6,5 0,0001* 2,2 19 Discusión Uno de los aspectos más importantes del presente estudio es que es el primero realizado en Chile que reporta el perfil de riesgo de los REMS inicial: Intermedio 6,6 0,004* 1,8 24 Alto 115 0,0001* 20 679 * Valor p < 0,05. 1300 Rev Med Chile 2012; 140: 1297-1303 Artículos de Investigación Perfil de riesgo de pacientes transportados por ambulancia avanzada - M. J. Carrillo et al pacientes trasladados e identifica las variables predictoras del PCR durante el traslado. La principal debilidad es que el estudio considera sólo los eventos adversos ocurridos durante el traslado, no considerando aquellos que se producen durante la hospitalización posterior. En relación al género de los pacientes trasladados, los resultados señalan la misma tendencia que mostró un estudio canadiense, el que además concluyó que las mujeres cuando se hospitalizan presentan más probabilidad de morir que los hombres17. La presente investigación, mostró que en el género femenino la prevalencia de PCR durante el traslado es mayor que en el sexo masculino. La comorbilidad, influye en el pronóstico de gravedad de un paciente15,16. A pesar que el presente estudio no señala asociación entre comorbilidad y PCR durante el transporte, si mostró asociación con el REMS al final del traslado, siendo mayores los porcentajes de comorbilidad en los REMS de tipo intermedio y alto. Por lo anterior se puede señalar que la comorbilidad puede no asociarse a la aparición de un evento adverso inmediato como el PCR, pero si se asocia a un aumento de la gravedad medido por el REMS. Lo descrito muestra la necesidad de realizar estudios que analicen la mortalidad intrahospitalaria de los pacientes que fueron sometidos a traslado secundario, lo que permitirá contar con un perfil de riesgo más completo para poder gestionar mayores recursos según el perfil. Con respecto al REMS se destaca que 50% de los grupos de REMS bajo e intermedio subieron de nivel de gravedad, lo que resulta interesante de analizar si se considera que el objetivo principal del traslado secundario es mejorar el pronóstico del paciente11. Al respecto, un estudio español comparó el REMS al inicio del traslado secundario y al final de éste, no obteniendo variaciones11, sin embargo, en ese estudio, a diferencia de este, 100% de los traslados se iniciaron con REMS bajos. En la actual investigación, 53,5% de los pacientes con REMS bajo al inicio del traslado aumentaron su REMS al final de este, lo que muestra una gran variación en el riesgo del paciente, lo que permite concluir que el traslado secundario de la población estudiada aumenta su riesgo de mortalidad en el mayor porcentaje de los casos. En relación a los factores asociados a un aumento del REMS como son el apoyo hemodinámico y el apoyo ventilatorio, son resultados Rev Med Chile 2012; 140: 1297-1303 previamente reportados en estudios de Sociedades de Cuidados Intensivos internacionales6,19-22, quienes señalan a ambas variables como factores de riesgo al momento de trasladar a un paciente. El 100% de los traslados de la actual investigación se realizó con ventilación a presión positiva usando bolsa manual, en cambio los traslados de los estudios internacionales fueron con ventilación mecánica, esto podría explicar en algún aspecto el aumento del REMS al final del traslado y la asociación del apoyo ventilatorio con la ocurrencia de PCR dentro de la investigación. Al asociar el REMS final con la duración del transporte no se encontraron diferencias significativas. Pareciera que la presencia de carreteras y realizar la investigación en la capital de Chile, región con alto porcentaje de pavimentación de calles y señalética, favorece un traslado con menos complicaciones. Estos resultados concuerdan con investigaciones españolas, mexicanas y Sociedades Médicas de pacientes críticos11,13,22,25. El presente estudio concluyó que a mayor REMS inicial mayor es la probabilidad de la presencia de PCR durante el transporte, por ende, iniciar el traslado de un paciente con REMS intermedio o alto, requiere de evaluaciones constantes que permitan identificar los recursos necesarios para prevenir la ocurrencia de PCR. Estudios sobre transporte secundario no refieren la ocurrencia de PCR, sólo existen publicaciones de traslados intrahospitalarios que mencionan el PCR como un evento adverso medible. Durante el año 2010, la Sociedad Europea de Medicina Intensiva, además de variados estudios internacionales, identifica al PCR como un evento adverso de los traslados intrahospitalarios de pacientes críticos, con una tasa que va entre 0,34% a 1,6%13,30-34. El único evento adverso que se pudo medir en nuestro estudio fue la presencia de PCR durante el transporte, el que tuvo una tasa de 6,4%. Generar un perfil de riesgo, requiere del análisis de los diversos eventos adversos que se generan en relación al paciente, a la organización del transporte y los aspectos técnicos, humanos y colectivos13, se debe incluir no sólo las complicaciones inmediatas, sino también las mediatas y tardías de los pacientes trasladados, dentro de las cuales se encuentra la mortalidad intrahospitalaria posterior al transporte. El aumento del REMS implica un aumento de la mortalidad intrahospitalaria28,29, pudiendo 1301 Artículos de Investigación Perfil de riesgo de pacientes transportados por ambulancia avanzada - M. J. Carrillo et al resultar una escala útil para medir complicaciones inmediatas, mediatas y tardías del paciente trasladado. Una de las interrogantes planteadas al comienzo del estudio fue si la gravedad de un paciente podría determinarse por medio del REMS, sin embargo, los parámetros que incluye el REMS estuvieron disponibles en 92,6% de los casos estudiados, lo que demuestra su factibilidad de aplicación en la realidad nacional. El REMS desarrollado en el contexto pre-hospitalario fue un predictor de PCR en los pacientes, independiente de la edad, diagnóstico de traslado y comorbilidad, por lo que serían necesarias investigaciones nacionales que asocien la gravedad con la mortalidad intrahospitalaria. Agradecimientos: Las autoras agradecen al Profesor Oslando Padilla P, por su valioso apoyo en el análisis estadístico de los datos. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Ministerio de Salud (MINSAL). [Internet] Misión y Visión 2011. [consultado 10 de junio de 2011]. Disponible en: http://www.minsal.gob.cl/portal/url/page/ minsalcl/g_conozcanos/g_mision_vision/presentacion_mision_vision.html. Sanhueza H. 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Correspondencia a: Dr. Benjamín Stockins Departamento. de Medicina Interna Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera Manuel Montt 112, Temuco. L Profile of patients with infective endocarditis admitted to a Chilean regional hospital Background: Mortality due to infective endocarditis (IE) in Chile is close to 30%. Aim: To report the experience with patients admitted with the diagnosis of IE in a regional tertiary hospital. Material and Methods: Retrospective study of 107 patients aged 50 ± 16 years (75% males) discharged with a definitive diagnosis of IE according to modified DUKE criteria, between years 2003 and 2010. Demographic variables, severity scores, clinical characteristics, bacteriology and hospital evolution were recorded. Results: Fifty nine percent of patients had concomitant cardiovascular problems. APACHE II and Sequential Organ Failure Assessment (SOFA) scores on admission were 8.4 ± 4.7 and 2.7 ± 2.8 respectively. Native valves were affected in 91% of cases (aortic and mitral valves in 62% and 50% of cases respectively). Prosthetic valves were affected in 9.3% of cases. Rheumatic heart disease was the predominant primary lesion in 10% of patients. Antibiotics were used in 45.1% before blood cultures were performed. In 68% of patients blood cultures were positive. S. viridans (30.8%), S.aureus (18.6%) and coagulase negative Streptocicci (5.6%) were the identified microorganisms. Intensive care unit admission was required in 48% of patients. Renal, heart and neurological deterioration was observed in 53, 34 and 14% of patients, respectively. Twenty percent of patients developed systemic embolism and 37% required heart surgery. Mean hospital stay was 28.3 ± 19.1 days and 27% of patients died. Conclusions: In this series of patients, IE has a high mortality. Most patients studied were admitted in bad conditions. (Rev Med Chile 2012; 140: 1304-1311). Key words: Echocardiography; Endocarditis, bacterial; Hospital mortality; Prognosis. a endocarditis infecciosa (EI) es una afección grave, que afecta al endocardio, especialmente a nivel valvular y que requiere de sospecha diagnóstica y tratamiento precoz por su alta morbi-mortalidad1. Tiene variadas formas de presentación y evolución, caracterizadas por un compromiso multiorgánico, dado por la agresividad del agente infeccioso causante2. Característicamente existe formación de vegetaciones en la superficie de las válvulas cardíacas 1304 y más infrecuentemente en las cuerdas tendíneas, pared de cavidades y defectos interventriculares. Los agentes más frecuentes son el estreptococo viridans y el estafilococo3, pero en forma progresiva se describen nuevos gérmenes. El origen del foco infeccioso o una maniobra causal no se identifican en la mayor parte de los pacientes4. La incidencia en la población general permanece entre 1,7 a 6,2 por 100.000 habitantes/año en Europa y Estados Unidos de Norteamérica5. Artículos de Investigación Endocarditis infecciosa en Temuco, Chile - B. Stockins et al Estudios chilenos muestran una incidencia de 2-3 casos por 100.000 habitantes/ año, siendo una afección prevalente, con elevada morbilidad y una mortalidad que asciende a 25% en las series extranjeras y a 29% en Chile6. La terapia antibiótica tiene un rol crucial en el control y la eliminación de los gérmenes del organismo y del aparato cardiovascular. A pesar de esto, se requiere frecuentemente de la cirugía tanto para corregir la hemodinamia consecuente al daño valvular, como para erradicar el foco infeccioso7. Su desenlace sin tratamiento antibiótico es fatal en prácticamente todos los casos. El presente trabajo presenta la realidad y el estado actual de esta patología en un centro terciario de referencia a nivel regional. Material y Método Revisamos el banco de datos del Centro Cardiovascular del Hospital de Temuco en el período 2003-2010. Se identificaron 107 pacientes (100%) egresados con diagnóstico de EI según criterios de Duke modificados definitivos2,8. La Tabla 1 muestra las variables medidas que comprenden datos demográficos, patología de base, capacidad funcional, severidad del cuadro al ingreso, medida por puntaje APACHE II (Acute Physiology And Chronic Health Evaluation) y SOFA (Sepsis-related Organ Failure Assessment). Asimismo, el compromiso valvular, uso de antibióticos, necesidad de cirugía, válvula comprometida, manejo intensivo, falla sistémica, presencia de embolías, resultado de cultivos, días de hospitalización y condición al egreso. Los pacientes fueron tratados en salas de Medicina Interna y Unidades de Paciente Crítico y los esquemas de tratamiento antibiótico fueron los recomendados por normas nacionales e internacionales3. Se consideró como origen reumático el tener el antecedente de la enfermedad o la presencia de un componente de estenosis en la válvula mitral. Los datos fueron registrados en una planilla Epi Info® versión 3.3.2. El análisis Rev Med Chile 2012; 140: 1304-1311 Tabla 1. Variables estudiadas Variables demográficas • Procedencia • Sexo • Edad • Antecedentes cardiovasculares • Antecedentes no cardiovasculares Datos al ingreso hospital • Diagnósticos • Estadía en hospital de origen, días, uso de antibióticos hospital de origen • Toma de hemocultivos, resultados, sensibilidad y resistencia • Días de antibioterapia • Recuento de leucocitos al ingreso • Capacidad funcional al ingreso • APACHE y SOFA al ingreso • FC, PAM, T° al ingreso Hallazgos ecocardiográficos • Realización de ecocardiograma trans-esofágico • Realización de ecocardiograma trans-torácico • Válvulas comprometidas: aorta, mitral, tricúspide, pulmonar • Prótesis valvular • Fracción de eyección • Descripción ecocardiograma (vegetaciones, insuficiencias, perforaciones, abscesos) Datos de hospitalización • Uso de drogas vasoactivas, días • Soporte renal agudo, días • Conexión a ventilación mecánica, días • Fenómenos embólicos, días de aparición • Peores valores de: PAFi, creatininemia, fosfatasas alcalinas, GOT, GPT, bili total • Compromiso sistémico: falla renal, falla cardiovascular grave, SDRA, falla hepática, acidosis, deterioro neurológico • Diagnóstico de infección ingreso unidad CV: sepsis, sepsis severa, shock séptico, falla orgánica múltiple • Requerimiento de UTI o UCI, días de estadía • Realización de cirugía, motivo indicación de cirugía, días de espera cirugía, antibioterapia previa cirugía • Días de hospitalización • Fallecimiento y causas estadístico fue hecho en Stata® 9.0. Resultados Características de la población Durante el período 2003-2010, 107 pacientes cumplieron con los criterios de Duke definitivos de EI. Sus características se presentan en la Tabla 2. El 66,2% de 1305 Artículos de Investigación Endocarditis infecciosa en Temuco, Chile - B. Stockins et al los pacientes se presentó con fiebre asociada a un soplo cardíaco. En más del 90% de los pacientes la endocarditis se asentó sobre una válvula nativa. En el resto fue en una válvula protésica y en un caso, en un cortocircuito cardíaco. No hubo compromiso del endocardio parietal y en un caso la etiología fue relacionada a drogadicción endovenosa. El 42,6% de los pacientes presentaba al ingreso insuficiencia cardíaca en CF III o IV. El 28,9% de los pacientes procedía de hospitales periféricos, con una estadía media de 8 días en dichos centros. El 45,1% usó antibióticos previo a la toma de hemocultivos. Ningún paciente tuvo el antecedente de una maniobra susceptible de provocar bacteremia, sin embargo en 11 pacientes se diagnosticaron focos infecciosos concomitantes al ingreso: Seis casos con neumonia, una sacroileítis, un absceso cutáneo, un absceso dental, y dos infecciones del tracto urinario. Compromiso valvular y microbiología La Figura1 muestra la distribución según compromiso cardiaco, predominando las válvulas aórtica y mitral. En 23 pacientes hubo compromiso de más de una válvula (21,4%). Las infecciones de válvulas protésicas fueron tardías en la mayoría de los casos (más de un año tras la cirugía). El paciente con antecedentes de drogadicción tuvo compromiso de la válvula pulmonar. En 68,3% de los pacientes se aisló germen, predominando el S. viridans y S. aureus (Tabla 3). Hubo un caso de Kingella Kingae y uno de Actinomyces. Frecuencia (%) Ecocardiografía Todos los pacientes fueron sometidos a ecocardiografía transtorácica y sus hallazgos fueron: 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Variable Sexo masculino 74,7% Edad (años) 49,9 ± 16,4 Procedencia urbana 73,8% Comorbilidades • HTA • DM tipo 2 • Enfermedad reumática inactiva • IRC en hemodiálisis 41,1% 16,8% 10,2% 3,7% ICC CF II-III ingreso 74,5% Compromiso válvula nativa 90,6% HTA = Hipertensión arterial. DM = Diabetes mellitus. IRC = Insuficiencia renal crónica. ICC = Insuficiencia cardíaca congestiva. Tabla 3. Microorganismos aislados Microorganismos aislados Frecuencia (%) Estreptoco viridans 30,8% Estafilococo aureus 18,6% Otros 13,3% Estafilococo coagulasa (-) 5,6% Hemocultivos negativos 31,7% - - - - - Vegetaciones valvulares: 74,7%. Ruptura valvular: 9,3%. Abscesos: 6,5%. Perforaciones valvulares: 4,6%. Leak en válvulas protésicas: 3,7%. Se realizó ecocardiografía transesofágica en el 38,9% de los casos. En la mayor parte de ellos fue 61,6% 49,5% 9,3% Aórtica 1306 Tabla 2. Descripción de la población en estudio Mitral V. protésica 4,6% Tricuspídea 3,7% Pulmonar 3,7% Cortocircuitos Figura 1. Compromiso cardíaco . Rev Med Chile 2012; 140: 1304-1311 Artículos de Investigación Endocarditis infecciosa en Temuco, Chile - B. Stockins et al por no tener un diagnóstico concluyente con la ecocardiografía transtorácica, existir un ecocardiograma de superficie negativo, para excluir complicaciones y para completar el estudio. El ecocadiograma transesofágico aportó 18,7% de vegetaciones así como 4,7% de abscesos no diagnosticados 53,2% 60 50 40 30 20 10 0 33,6% 14,0% Falla renal Falla Deterioro cardiovascular neurológico grave 10,2% Eventos embólicos El 19,6% (n = 21) de los pacientes presentó fenómenos cardioembólicos, los que aparecieron a los 4,8 días desde el ingreso, siendo los accidentes cerebrovasculares los más frecuentes (66,6%) (Figura 3). Falla hepática Figura 2. Compromiso sistémico. 9,5% 4% ACV 19,0% Extremidades 66,6% Renal Otros Figura 3. Eventos embólicos (n = 21). Tabla 4. Condición de egreso Variable Fallecidos Vivos p Sexo masculino 19(65,5 %) 61(78,2 %) 0,13 Edad (años) 55,2 ± 2,3 47, 9 ± 1,9 0,04 FE ingreso I-II 9(31,0 %) 38(49,3 %) 0,001 11, 4 ± 5,8 6,6 ± 3,6 0,001 4,7 ± 3,8 1,9 ± 2,0 0,001 23(63,8 %) 13(36,1 %) < 0,001 APACHE II* SOFA** Falla cardiovascular SDRA*** 30(76,9 %) 9(23,0 %) < 0,001 Días hospitalización 17,3 ± 13,1 32,4 ± 19,5 0,002 Acidosis metabólica 15(65,2 %) 8(34,7%) < 0,001 *Acute Physiology And Chronic Health Evaluation. **Sepsis-related Organ Failure Assessment. ***Síndrome distrés respiratorio agudo Rev Med Chile 2012; 140: 1304-1311 con el eco transtoráxico. Complicaciones sistémicas La falla renal fue la más frecuente (Figura 2) y 8,4% requirió de diálisis aguda. En segundo lugar estuvo la insuficiencia cardíaca grave. El 37,3% de los pacientes requirió cirugía, efectuándose principalmente recambio valvular, cuyo motivo fue una insuficiencia aórtica o mitral agudas. La mediana de espera de cirugía fue de 9 días. La mortalidad quirúrgica fue de 27,5%, destacando que la gran mayoría de estos pacientes se encontraban en CF III-IV previo a la intervención. Evolución hospitalaria La media de tiempo de hospitalización fue de 28,3 ± 19,1 días. El 47,6% de los pacientes debió ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos. El 21,5% de los pacientes cursó con acidosis metabólica importante, 36,4% requirió conexión a ventilación mecánica, con un promedio de 5,9 días, 45,7% requirió apoyo con drogas vasoactivas, con una mediana de uso de 4 días y 27,1% desarrolló una sepsis severa. El 18,6% de los pacientes presentó algún tipo de infección asociada a la atención intrahospitalaria, siendo la más frecuente la infección del tracto urinario. Veintinueve fallecieron durante su estadía hospitalaria, lo que ocurrió a los 17,3 ± 13,1 días, siendo su causa principal un shock cardiogénico. La mortalidad global de la serie fue de 27,1%. Los pacientes que tuvieron sólo tratamiento médico fallecieron en el 30,1% y los sometidos a tratamiento quirúrgico en el 25,6%. La Tabla 4 muestra las características de los pacientes fallecidos comparados con los que sobrevivieron. Los fallecidos 1307 Artículos de Investigación Endocarditis infecciosa en Temuco, Chile - B. Stockins et al eran principalmente de sexo masculino, de mayor edad (55,2 ± 2,3 años vs 47,9 ± 1,9 en los pacientes vivos). Los scores de gravedad como la capacidad funcional, el APACHE II y SOFA se asociaron a un peor pronóstico. Los pacientes que fallecieron presentaron igualmente mayor falla cardiovascular, acidosis metabólica y Síndrome de Distrés Respiratorio del adulto, alcanzando significancia estadística en comparación a los pacientes vivos. La letalidad por s.viridans fue de 30% y la por estafilococo de 36%. Discusión Tras las publicaciones de Oyonarte et al en los años 20036 y 20089, ésta constituye una de las mayores series de pacientes con EI reportadas en Chile. Aún cuando su información está circunscrita fundamentalmente a pacientes de la Región de la Araucanía, puede representar la de otros centros de derivación del país. Cabe destacar que el 71,1% de los pacientes eran procedentes de Temuco, mientras que el 28,9% provenía de las restantes comunas de la IX Región. Ello permite estimar una incidencia aproximada de 1,8 casos por cada 100.00 habitantes por año (considerando una población regional de 850.000 habitantes), similar a lo reportado en el pasado en la ciudad de Santiago6. La existencia de casi 30% de pacientes de origen rural puede influir en el retraso del diagnóstico, la microbiología aislada, la instauración de tratamiento y el pronóstico posterior. La capacidad funcional al ingreso fue II-III en el 74,5% y el puntaje APACHE II de 8,4 ± 4,7. La edad fue de 49,9 ± 16,4 años, correspondiendo el 74,7% a sexo masculino. En general, la edad y el sexo tienen un impacto en la incidencia de EI. Más de la mitad de todos los casos de EI en los Estados Unidos de Norteamérica y Europa se producen en pacientes mayores de 60 años, y la edad media ha aumentado durante los últimos 40 años11. Esta tendencia se debe probablemente a la disminución de la incidencia de la enfermedad reumática5, como un factor de riesgo para EI, y a la creciente proporción de adultos mayores que desarrollan enfermedad valvular degenerativa12. El promedio de edad en Chile y en nuestra serie ha sido claramente menor, probablemente por la persistencia de un mayor número de pacientes con daño reumático, muchas veces sin diagnóstico 1308 de certeza. Los hombres predominan en la mayoría de las series, con una proporción hombre-mujer que va desde 3:2 a 9:1; y una incidencia en los hombres entre 8,6 a 12,7 casos por 100.000 años-persona, destacando un aumento en el grupo de mujeres de 1,4 a 6,7 casos por 100.000 años-persona en las últimas tres décadas13. El 58,7% presentó comorbilidad cardiovascular, principalmente hipertensión arterial, en el 41,1% de los casos. El 16,4% presentaba DM, lo cual está descrito como un factor independiente de mortalidad intrahospitalaria en pacientes con EI14. Respecto a la enfermedad reumática, ésta alcanzó al 10,2% en nuestra serie. En el Estudio Cooperativo Nacional de Endocarditis Infecciosa (ECNEI) se reportó una incidencia de 25,3% de origen valvular reumático6 en los primeros 321 pacientes publicados (1998-2002), a lo que posteriormente se sumaron 185 pacientes correspondientes al período 2003-2006; completando un total de 506 pacientes, con una prevalencia final de 21,6%30. Esto reafirma la tendencia decreciente de esta patología en el tiempo5, así como la diferencia de los criterios diagnósticos para daño valvular reumática, que fueron bastante restringidos en nuestro caso . Válvula afectada El compromiso en válvula nativa fue de 90,7%. La válvula preferentemente afectada fue la aórtica (61%) seguida de la válvula mitral (49,5%), coincidiendo con otras series al respecto15,16. El número de endocarditis protésicas es cada vez mayor; así lo demuestra un estudio realizado por Braun et al17, donde alcanza un 28%, mientras que en nuestra casuística se presentó en el 9,3% de los casos. EI sobre válvula protésica se desarrolla en 1 a 4% de los pacientes en el primer año tras la cirugía y posteriormente en aproximadamente 1% por año18. Hemocultivos En el 68,3% de los pacientes se logró aislar germen en los hemocultivos, lo cual es mayor a otras series nacionales 19. Esto destaca la importancia de contar con un óptimo laboratorio con cultivos automatizados. Parte del número de cultivos negativos obtenidos pudiese explicarse por el inicio de antibióticos previo a la toma de muestras en el 45,1% de los casos. Tornos, en el registro europeo, reporta obtención de Rev Med Chile 2012; 140: 1304-1311 Artículos de Investigación Endocarditis infecciosa en Temuco, Chile - B. Stockins et al hemocultivos positivos en el 71% de sus pacientes antes iniciar tratamiento antibiótico16. Series norteamericanas describen negatividad en sus cultivos entre 3-7% Esto varía ampliamente de acuerdo a la población estudiada y al país en cuestión, con números disímiles que van del 12 al 56%20,21. Ecocardiograma Constituye un pilar en el diagnóstico de la EI y está incorporado en los elementos a medir en los criterios de Duke. con valores de especificidad mayores a 95% y de sensibilidad cercanos al 70%. En nuestra serie el ecocardiograma transtorácico fue positivo para la presencia de vegetaciones en casi el 75% de los pacientes y permitió identificar complicaciones intracavitarias en una cifra significativa de ellos. El examen transesofágico fue el complemento diagnóstico, permitiendo diagnosticar un mayor número de vegetaciones y de abscesos. La longitud de las vegetaciones valvulares en la ecocardiografía transtorácica, ha sido reportada como un fuerte predictor de nuevos eventos embólicos y mortalidad22. Microorganismos involucrados La microbiología ha ido variando en la frecuencia de los microorganismos aislados en las últimas décadas23, apreciándose un aumento en la incidencia de cepas estafilocócicas, bacilos gram negativos y gram positivos en diferentes series, incluidas algunas nacionales, lo que agrava el pronóstico de la enfermedad. The International Collaboration on Endocarditis-Prospective Cohort Study identificó la microbiología en 2.781 pacientes de 58 centros en 25 países24. Los estafilococos fueron el agente etiológico en 744 de 1779 (42%) y los estreptococos en 712 (40%). En dicha cohorte la mayoría de los pacientes tuvo EI sobre válvula nativa (72%) y un 23% fue asociado a atención de salud25. En nuestra serie, al considerar sólo los cultivos positivos, estos corresponden a S. viridans (45%), S. aureus (27,2%) y S. coagulasa negativo (8,2%). El cultivo de otros gérmenes fue excepcional, lo que puede atribuirse a la dificultad en sus cultivos más que a su ausencia como germen etiológico. Complicaciones y cirugía Una complicación frecuente de la EI es la acen- Rev Med Chile 2012; 140: 1304-1311 tuación del daño valvular que lleva a insuficiencia cardíaca, alteraciones de la conducción, embolías a distancia y a la muerte26. El 37,3% de los pacientes tuvo indicación quirúrgica, cuyo motivo principal fue la insuficiencia aórtica o mitral aguda con falla cardiaca aguda. En el registro ECNEI las principales causas de cirugía fueron complicaciones intracardiacas, insuficiencia cardiaca e infección persistente6. Actualmente, la tendencia general respecto a la indicación quirúrgica tiende a ser cada vez más precoz y en mayor número de casos, llegando a cifras de 50% de los pacientes en algunas series internacionales27. En esta serie las complicaciones más frecuentes fueron: renal 53,2% (con necesidad de diálisis en 8,7% del total de pacientes), cardiaca 33,6%, deterioro neurológico 14,0%, hepática 10,2%. EL 19,6% presentó fenómenos embólicos, ocurridos en una media de 4,8 días desde el diagnóstico, siendo la mayoría de tipo cerebrovascular. Letalidad El 27,1% de nuestros pacientes falleció durante la estadía hospitalaria, la mayoría secundario a shock cardiogénico. Oyonarte y cols, el año 2003 describieron la mortalidad hospitalaria en alrededor de 29%6, similar a lo descrito a nivel internacional con números que oscilan entre el 9,6 y 26%10,28,29. En general la mortalidad tanto en EI en válvula nativa como en válvula protésica, está determinada por embolías al sistema nervioso central y/o deterioro hemodinámico. La mortalidad de la afección según el tipo de gérmenes que la producen llega a: 4-16% para estreptococo viridans; 15-25% para el enterococo, 25-47% para el estafilococo aureus y sobre el 50% cuando el agente infeccioso causal es la pseudomona aeruginosa, enterobacteriacias u hongos1. Cabe destacar la importancia de la infección por estafilococo aureus, por presentar mayor riesgo de: muerte (20 vs 12%), presencia de eventos embólicos (60 vs 31%), eventos de sistema nervioso central (20 vs 13%) comparado con aquellos con infección por microorganismos diferentes, según los datos del ICE-MD (The International Collaboration on Endocarditis-Merged Database25,30. En nuestra serie el estafilococo tuvo una letalidad de 36%, por encima de un 30% para el caso del estreptococo viridans. La ausencia de cultivo de germen no significó un riesgo de muerte diferente (33%). 1309 Artículos de Investigación Endocarditis infecciosa en Temuco, Chile - B. Stockins et al Pronóstico La literatura describe a la neumonia nosocomial, la edad avanzada, a los inmunocomprometidos, los diabéticos, el score APACHE II, la inestabilildad hemodinámica, alteración del estado mental y falla renal como predictores significativos de mortalidad31. En nuestra serie los criterios de gravedad como la capacidad funcional y los índices de severidad APACHE II y SOFA fueron predictores de un mal pronóstico. 4. 5. 6. Conclusión Se trata de una serie con un diagnóstico bien caracterizado que retrata la dificultad de un diagnóstico más precoz, vital para mejorar el pronóstico y con pacientes que ingresan ya en condiciones muy graves. Respecto a limitaciones de éste, podemos mencionar la falta de seguimiento a largo plazo, debido principalmente a dificultades en el acceso por ruralidad, lo cual además influye en muchos de los factores mencionados anteriormente. 7. 8. 9. Referencias 1. 2 3. Mylonakis E, Calderwood SB. Infective endocarditis in adults. N Engl J Med 2001; 345 (18): 1318-30. .Wilson W, Taubert KA, Gewitz M, Lockhart PB, Baddour LM, Levison M, et al. 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Recibido el 14 de marzo de 2012, aceptado el 10 de mayo de 2012. Correspondencia a: Dr. Jorge Vega. 5 Norte 1035, Viña del Mar. Fono: 56-32-2974237. Fax: 56-32-2970050. E-mail: jvegastieb@gmail. com Linfangiectasia renal unilateral. Caso clínico Jorge Vega1,2,3, Mario Santamarina4 Unilateral renal limphangiectasia. Report of one case Renal lymphangiectasia is a rare disorder characterized by the presence of cystic masses in renal parenchyma, renal sinus or perinephric space. This condition, congenital or acquired, is probably caused by an alteration of renal lymphatic drainage to retroperitoneal lymph ducts. We report a 48-year-old woman, who consulted in the emergency room due to left flank pain and microscopic hematuria. Blood pressure and renal function were normal. A CT scan showed a multilocular cystic mass in the left renal sinus without alterations in the renal parenchyma. Renal lymphangiomatosis was diagnosed. The pain subsided with analgesics and did not recur. Annual clinical and ultrasound follow-up was suggested. (Rev Med Chile 2012; 140: 1312-1315). Key words: Hematuria; Hydronephrosis; Lymphangiomatosis. L a linfangiectasia es una entidad en que existe dilatación de los conductos linfáticos generándose cavidades ocupadas por un contenido líquido correspondiente a linfa. Sus localizaciones más frecuentes son el cuello (70%) y la axila (20%)1. La linfangiectasia renal (LFR) es de muy baja frecuencia y puede confundirse con otras patologías quísticas del riñón2. La LFR ha sido descrita con diversos nombres como: linfangioma renal, linfangiectasia peri-pélvica, enfermedad poliquística del seno renal, higroma renal y linfangiectasia renal peripélvica multiquística. Se cree que ocurre por una alteración de la comunicación entre los conductos linfáticos renales y los linfáticos retroperitoneales1. Comunicamos el caso de una mujer con LFR unilateral, en que esta alteración se descubrió incidentalmente en el estudio de un dolor abdominal asociado a hematuria microscópica. vicio de urgencia por dolor abdominal localizado en el flanco izquierdo. El examen de orina mostró 7-10 hematíes por campo, leucocitos 4-6 por campo y ausencia de bacterias. Nitrógeno ureico 21,8 mg/dl, creatinina plasmática 0,59 mg/dl, clearance de creatinina de 24 h 109,7 ml/min/1.73m2 y proteinuria de 24 h negativa. Electrolitos plasmáticos normales, glicemia 89 mg/dl, proteína C reactiva < 5 mg/L (VN: 0,10-8,2). Hematocrito 40,3%, hemoglobina 13,8 g/dl, leucocitos 7.400 mm3, plaquetas 283.000 mm3 y VHS 1 mm/h. Por el dolor y la hematuria se efectuó un scanner de abdomen que mostró una masa quística multilocular en el hilio del riñón izquierdo, que protruye hacia el retroperitoneo y que no se realzaba con el uso del medio de contraste (Figura 1). Se diagnosticó un linfangioma quístico renal izquierdo. Como desapareció el dolor con terapia analgésica, se decidió no intervenir y continuar una observación anual. Caso clínico Discusión Mujer de 48 años, portadora de una válvula aórtica bicúspide con una leve insuficiencia, acné rosácea y colecistectomizada. Consultó en el ser- La LFR es un trastorno muy poco frecuente y benigno, considerado como una malformación del desarrollo de los linfáticos renales3-5. Puede 1312 Casos Clínicos Linfangiectasia renal - J. Vega et al Figura 1. Linfangiectasia renal izquierda. Imágenes de tomografía computarizada con contraste endovenoso. Imágenes axiales (A y B) y reconstrucción coronal oblicua (C) donde se evidencia la presencia de formación hipodensa quística (flechas blancas grandes), sin realce, de paredes finas y superficie lobulada a nivel del seno renal izquierdo con extensión al espacio perirrenal. Engloban la pelvis renal (flechas blancas pequeñas en A y B) y los cálices (flechas negras en C). Rizq: riñón izquierdo; VRI: vena renal izquierda. ser congénita o adquirida. Excepcionalmente se han comunicado casos familiares6. El conocimiento que se tiene de esta afección está basado en publicaciones de casos aislados o de series de casos pequeñas. Habitualmente es bilateral (90%) pero puede presentarse en un solo riñón y excepcionalmente sólo en una parte de un riñón4,7,8. Afecta a ambos sexos por igual y puede diagnosticarse a cualquier edad desde el nacimiento a la ancianidad8-10. La fisiopatología de LFR se desconoce. Los conductos linfáticos intrarrenales, de la cápsula renal y de los tejidos perinéfricos drenan a los linfáticos del seno renal y éstos a los linfáticos peri-aórticos, peri-cavos e inter-cavo-aórticos1. Se piensa que cuando existe una falla en el drenaje del seno renal a los linfáticos del retroperitoneo se produce ectasia en el sistema linfático perirrenal, peripélvico e intrarrenal con la formación de quistes linfáticos9. Si se dilatan los pequeños linfáticos intrarrenales, los riñones pueden aumentar significativamente de volumen y ser palpables, especialmente en niños. La dilatación de los conductos linfáticos peri-pélvicos y peri-renales pueden visualizarse como masas quísticas en la ecografía, scanner y resonancia magnética3,11. Su diagnóstico diferencial es con la enfermedad renal poliquística (autosómica dominante en adultos, autosómica recesiva en niños), hidronefrosis, quistes simples parapiélicos, enfermedad de von Hippel-Lindau Rev Med Chile 2012; 140: 1312-1315 y esclerosis tuberosa, urinoma, linfoma, absceso, lipomatosis del seno renal, hematoma perirrenal, displasia multiquística, nefroma quístico multilocular y nefroblastomatosis1,4,12. La mayoría de las veces la LFR se descubre incidentalmente al efectuar imágenes de abdomen por otras causas3,11. Otras veces se descubre durante el estudio de pacientes con dolor abdominal inespecífico, dolor en flancos, hematuria macroscópica, hematuria microscópica, proteinuria, fiebre, baja de peso, fatigabilidad, hipertensión arterial, masa palpable en flancos, distensión abdominal, ascitis, edema de extremidades inferiores, eritrocitosis y excepcionalmente quiluria3,7,11. En esta paciente la asociación de dolor en el flanco y hematuria microscópica hicieron sospechar una litiasis renal, descubriéndose incidentalmente la LFR. Habitualmente la función renal es normal pero hay casos comunicados de insuficiencia renal, originada en la compresión del parénquima renal o por uropatía obstructiva13. Las complicaciones son raras. Se han descrito hemorragias de los quistes, trombosis de venas renales, hipertensión arterial dependiente de renina, por compresión de las arterias renales (riñón de Page), ascitis, atrofia renal por compresión extrínseca por las masas quísticas y edema de extremidades inferiores por compresión de la vena cava inferior4,6,11,14. El embarazo puede originar un aumento de volumen de la colección perirrenal y acompañarse de pre-eclampsia6. 1313 Casos Clínicos Linfangiectasia renal - J. Vega et al La ecotomografía frecuentemente muestra colecciones perirrenales uniloculares o multiloculares con septos y ecos en su interior, como también colecciones parapiélicas. Ambos hallazgos pueden coexistir o aparecer en forma individual14,15. El scanner muestra colecciones hipodensas (que varían entre 0 y 15 unidades Hounsfield) perirrenales y en el seno renal, que no se refuerzan con el medio de contraste15. Las imágenes tardías frecuentemente muestran aplanamiento de la pelvis y cálices por los quistes en el seno renal15. La corteza renal habitualmente es normal pero puede estar adelgazada debido a compresión por los quistes15,16. También, el riñón o el uréter pueden ser desplazados de su ubicación por grandes quistes perirenales17. La RM muestra colecciones hipointensas en T1 e hiperintensas en T215. En los casos asintomáticos la LFR no requiere tratamiento. Cuando los quistes son muy sintomáticos puede efectuarse un drenaje percutáneo, aunque se reproducen rápidamente11. El líquido obtenido comúnmente no es quiloso como en el conducto torácico, dado que los linfáticos renales no tienen comunicación con los linfáticos mesentéricos, tiene pocas células (predominantemente linfocitos), es rico en proteínas y en renina15,18. Puede efectuarse también la “marsupialización” al peritoneo11. Intentar resecarlos es muy dificultoso y habitualmente se producen lesiones que obligan a una nefrectomía11,12. También se ha comunicado la injección de sustancias esclerosantes como alcohol y bleomicina2. Las biopsias renales o de los riñones obtenidos en las nefrectomías muestran glomérulos y túbulos normales, en el intersticio en cambio, hay espacios tapizados por una delgada capa de células endoteliales en el parénquima, que con inmunohistoquímica su positividad para el factor VIII permiten diferenciarlo de un recubrimiento epitelial. También hay quistes en los senos renales y/o tejido perirrenal, a menudo septados y a veces con signos de hemorragia. Las paredes de los quistes como sus septos corresponden a tejido fibroso, linfático, músculo liso y vasos sanguíneos12,16,19. Hay escasa información sobre la evolución a largo plazo de la LFR. Existe una comunicación de regresión espontánea en un neonato, de la exacerbación durante un embarazo en 2 pacientes y de la atrofia de un riñón en un adulto joven6,18,20. En general se recomienda el seguimiento a largo plazo, ya que ocasionalmente la función renal puede deteriorarse17. 1314 Comunicamos este caso con el objeto de que esta patología sea incorporada en el diagnóstico diferencial de las lesiones quísticas renales. Su desconocimiento puede hacer que se diagnostique erróneamente una enfermedad renal poliquística, patología que tiene frecuentemente una evolución hacia la falla renal. La Linfangiectasia renal, por el contrario, parece tener un buen pronóstico. Referencias 1. Mejía Restrepo J, López Amaya JE, Aldana Sepúlveda N, Uribe Vélez M, Massaro M. Renal lymphangiectasia: MDCT and MR findings. Rev Colom Radiol 2011; 22: 3272-80. 2. Hakeem A, Gojwari TA, Reyaz S, Rasool S, Shafi H, Mufti S. Urology Annals 2010; 2: 26-8. 3. Magu S, Agarwal S, Dalaal SK. 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Sin fuente de apoyo financiero Recibido el 14 de marzo de 2011, aceptado el 17 de mayo de 2012. Correspondencia a: Dr. Sergio Urrutia Lagos. E-mail: drsergiourrutia@ gmail.com E Posterior reversible encephalopathy as the first manifestation of Guillain-Barré syndrome. Report of one case We report a 56 year old male hypertensive, who presented with a posterior reversible encephalopathy syndrome (PRES) as an initial manifestation of Guillain-Barré syndrome (GBS). His first symptoms were right hemiparesis and hemihypoesthesia, followed by headache, dizziness, dysarthria and a general feeling of discomfort. On the third day, flaccid tetraparesis, impairment of consciousness, epileptic seizures and respiratory failure appeared, along with severe hypertension. Cerebral Magnetic Resonance Imaging showed the characteristic PRES lesions. Cerebrospinal fluid analyses revealed albumin-cytological dissociation and nerve conduction studies showed an axonal demyelinating polyradiculoneuropathy, which confirmed the diagnosis of GBS. Treatment with intravenous immunoglobulin was given together with antihypertensive therapy and mechanical ventilation, achieving an important clinical and imaging remission of PRES, but maintaining tetraparesis during the hospitalization. Twelve months after discharge and regular motor rehabilitation, the patient achieved complete autonomy on the activities of daily living. It has been postulated that the autonomic failure and the elevation of circulating pro-inflammatory cytokines in GBS may be the cause of a breach in the blood-brain barrier, thus causing PRES, that can completely remit with an adequate management. (Rev Med Chile 2012; 140: 1316-1320). Key words: Guillain-Barré syndrome; Hypertensive encephalopathy; Posterior leukoencephalopathy syndrome. l síndrome de encefalopatía posterior reversible (SEPR), también denominado encefalopatía por hiperperfusión, comúnmente se manifiesta con cefalea, vómitos, trastorno de conciencia, alteraciones visuales, crisis epilépticas y paresia de extremidades. Descrito por primera vez en 19961, es una entidad clínico-radiológica poco frecuente, que se debe a una pérdida de la autorregulación circulatoria cerebral asociado a una disfunción endotelial, generalmente secundaria a una crisis de hipertensión arterial (HTA). También se ha relacionado con eclampsia, trasplante de órganos, enfermedades autoinmunes, falla renal 1316 aguda, terapia inmunosupresora e inmunoglobulina intravenosa (IgIV), entre otras2. La resonancia nuclear magnética (RNM) muestra lesiones preferentemente en regiones cerebrales posteriores, hiperintensas en secuencias T2 e isointensas o hipointensas en imágenes ponderadas en difusión, con aumento del coeficiente de difusión aparente, hallazgos compatibles con edema vasogénico3. La corrección oportuna del factor causal produce la regresión total de los síntomas y de las lesiones cerebrales, salvo cuando existe edema citotóxico capaz de producir un daño irreversible. Por otra parte, el síndrome de Guillain-Barré Casos Clínicos Encefalopatía posterior reversible asociada al síndrome de Guillain-Barré - S. Urrutia et al (SGB) puede cursar con complicaciones autonómicas como HTA, taquicardia sinusal, hipotensión postural y cambios electrocardiográficos. También pueden ocurrir otras complicaciones graves como taquiarritmias o bradiarritmias con paro cardiaco4. Existen pocos reportes de casos que muestren una asociación entre SEPR y SGB. A continuación presentamos un paciente que desarrolló ambos cuadros clínicos. Caso clínico Hombre de 56 años de edad con antecedente de HTA bien controlada en monoterapia, inició su cuadro clínico con pérdida de fuerza en su mano derecha y dificultad para diferenciar los cambios de temperatura del agua de la llave. En pocas horas el déficit motor progresó hacia una paresia facio-braquio-crural derecha leve, que no le impidió continuar con sus actividades habituales. Al día siguiente se agregó cefalea, mareos, disartria y compromiso del estado general. A partir del tercer día refirió debilidad muscular de ambas piernas, que evolucionó en forma progresiva y ascendente, afectando sus cuatro extremidades e impidiendo la marcha al sexto día de evolución. En esta primera semana controló diariamente su presión arterial, documentando cifras cercanas a los 200/100 mmHg. Consultó en su hospital local, donde presentó compromiso cuantitativo de conciencia y una crisis epiléptica versiva. Debido a este empeoramiento clínico fue trasladado a nuestra institución cursando una falla respiratoria. Al ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos y conectado a ventilación mecánica, se registró presión arterial 220/90 mmHg, frecuencia cardiaca 80 x min, temperatura axilar 37°C y glicemia capilar 110 mg/dl. El examen físico general no mostró hallazgos patológicos. El examen neurológico reveló una tetraparesia fláccida, arreflexia osteotendínea global, reflejos plantares flexores, respuesta al dolor simétrica y reflejos troncoencefálicos preservados. Destacó en la bioquímica plasmática una creatinkinasa total (CKt) de 677, con función renal, función hepática y electrolitos plasmáticos en rangos normales. La RNM de cerebro en secuencia FLAIR mostró lesiones hiperintensas bilaterales sobre regiones parieto-occipitales y frontales, sugerentes de edema vasogénico (Figura 1A). El estudio del líquido cefalorraquídeo (LCR) mostró proteínas elevadas en 169 mg/dl, con citología y glucosa normales. Posteriormente, la neuroconducción (NC) de cuatro extremidades evidenció ausencia de ondas F y de conducción sensitiva global, potenciales motores compuestos de baja amplitud y velocidades muy disminuidas, A B Figura 1. RNM de cerebro, cortes axiales en secuencia FLAIR: (A) Lesiones hiperintensas de predominio subcortical en regiones parieto-occipitales y frontales, compatibles con edema vasogénico, hallazgo característico del SEPR (B) Resolución total de las lesiones cinco meses después. Rev Med Chile 2012; 140: 1316-1320 1317 Casos Clínicos Encefalopatía posterior reversible asociada al síndrome de Guillain-Barré - S. Urrutia et al con algunos elementos de bloqueo de conducción nerviosa (Figura 2), hallazgos que son compatibles con una polirradiculoneuropatía desmielinizante y axonal severa. El tratamiento del SGB se realizó con IgIV en dosis de 0,4 g/kg/día durante 5 días. Como terapia antihipertensiva se utilizó labetalol endovenoso en infusión continua, con el objetivo de lograr cifras menores a 140/90 mmHg, en un descenso paulatino no mayor al 20% diario, meta lograda al finalizar la primera semana. Durante la etapa aguda de la enfermedad, su evolución global fue satisfactoria, otorgándose el alta luego de 40 días de hospitalización. El examen neurológico de ese momento mostraba una tetraparesia de predominio distal, con plejía de pies y manos. Luego de 12 meses de rehabilitación ambulatoria, su déficit motor mejoró satisfactoriamente, logrando la independencia total en sus actividades de la vida diaria. El examen neurológico detallado sólo exhibió una discreta paresia de la flexo-extensión de ortejos y pies, con una leve hiperreflexia osteotendínea braquiocrural derecha. La RNM cerebral de control mostró una regresión completa de las lesiones antes señaladas (Figura 1B). Por otra parte, mantiene nuevamente un buen control de la HTA con su fármaco habitual. Discusión Nuestro paciente reúne las características principales de un SEPR1 y de un SGB5. Por una parte, el desarrollo de alteraciones sensitivo-motoras de un hemicuerpo, seguido por cefalea, mareos, decaimiento, disartria, trastorno de conciencia y crisis epiléptica versiva, hicieron pensar en un compromiso encefálico. Estos síntomas, asociados al registro de crisis hipertensivas y a los hallazgos característicos en la RNM cerebral, permitieron hacer el diagnóstico definitivo de un SEPR. La expresión de síntomas focales en nuestro paciente, sería explicada por la distribución asimétrica de las lesiones vistas en la RNM cerebral, especialmente a nivel de los lóbulos frontales. Otros síntomas globales, como el compromiso de conciencia, estarían determinados no sólo por la presencia de edema vasogénico bihemisférico, si no también por el trastorno metabólico cerebral difuso observado en esta patología, independiente de la carga lesional en la RNM10. 1318 Figura 2. Conducción motora del nervio cubital izquierdo mostrando latencia distal prolongada, baja amplitud de la respuesta M, reducción de la velocidad de conducción, con dispersión y caída de la amplitud del potencial motor compuesto en las estimulaciones proximales, compatibles con fenómenos de bloqueo de conducción. Por otra parte, la aparición de una debilidad muscular ascendente que en pocos días evolucionó a una tetraparesia fláccida arrefléctica, con compromiso de músculos ventilatorios e indemnidad de troncoencéfalo, fundamentaron el diagnóstico clínico de un SGB y el inicio del tratamiento con IgIV. El LCR con disociación albúmino-citológica y posteriormente la neuroconducción con hallazgos característicos, respaldaron el diagnóstico6. La elevación de CKt en rango leve, es un hallazgo habitual en esta patología7. Desde la descripción inicial del SEPR, realizada por Hinchey en el año 19961, se han propuesto como mecanismos patogénicos la pérdida en la autorregulación circulatoria cerebral y la disfunción endotelial. En la mayoría de los casos, ocurre una crisis hipertensiva que sobrepasa los mecanismos de autorregulación, provocando un estado de hiperperfusión cerebral que conlleva al quiebre de la barrera hematoencefálica, dando como resultado la salida forzada de elementos intravasculares hacia el parénquima cerebral, lo que se conoce como edema hidrostático, un tipo específico de edema vasogénico. A su vez, en los casos donde no hay crisis hipertensiva, se sugiere que son toxinas circulantes las que provocan un daño endotelial directo y el consecuente edema vasogénico1,8. Es llamativo observar, que las lesiones ocasionadas en el SEPR ocurren principalmente sobre Rev Med Chile 2012; 140: 1316-1320 Casos Clínicos Encefalopatía posterior reversible asociada al síndrome de Guillain-Barré - S. Urrutia et al regiones cerebrales posteriores, lo que probablemente se deba a la menor inervación simpática adrenérgica encontrada en las arterias de circulación posterior, lo cual las haría más vulnerables a las alteraciones antes mencionadas9. En la mayoría de los casos de SGB, es posible detectar algún grado de compromiso autonómico, así el 61% de los pacientes desarrolla una HTA transitoria entre los días 2 y 21 de su evolución10. A través de este mecanismo, podría ocurrir una hiperperfusión cerebral capaz de producir el quiebre en la barrera hematoencefálica y así ocasionar un SEPR. Se ha logrado encontrar niveles elevados de catecolaminas urinarias en el momento de mayor compromiso motor del SGB11,12, lo que apoyaría esta base etiopatogénica. Además, es posible encontrar en el SGB un exceso de citoquinas proinflamatorias circulantes13, las que favorecerían también la pérdida de la autorregulación circulatoria cerebral14. A pesar de la relación existente, son escasos los pacientes que desarrollan un SEPR como complicación de un SGB. Algunas publicaciones muestran pacientes que debutaron con un SGB, y que luego de ser tratados con IgIV desarrollaron el SEPR15,16, atribuyendo a este fármaco un factor de riesgo para desarrollar HTA. Otras, por el contrario, muestran pacientes que cursaron con el SEPR antes de recibir cualquier tratamiento dirigido al SGB11,17-20, lo que sugirió la existencia de un vínculo directo entre ambas patologías independiente del uso de fármacos. En este grupo encontramos quienes desarrollaron el SEPR previo a las manifestaciones clásicas del SGB17-19, teniendo en común debutar con una encefalopatía, registrar HTA severa al inicio de los síntomas, tener lesiones típicas de un SEPR en la RNM, desarrollar un SBG a los pocos días de evolución y lograr una regresión completa de ambos cuadros luego de ser tratados con IgIV y fármacos antihipertensivos. Nuestro paciente comparte con ellos, similares aspectos clínico-radiológicos y una excelente respuesta a tratamiento. El hecho de desarrollar una elevación severa y sostenida de las cifras tensionales, siendo un paciente que mantiene un control crónico satisfactorio de su HTA con monoterapia, y que una vez tratados el SEPR y el SGB logra retomar con éxito su tratamiento basal, nos hace postular que el factor gatillante de este descontrol fue el compromiso autonómico del SGB. Rev Med Chile 2012; 140: 1316-1320 Esta comunicación estimula a mantenerse alerta a las complicaciones neurológicas poco frecuentes de la HTA, además a no olvidar que el compromiso autonómico de un SGB puede ser de tal magnitud como para desencadenar un SEPR, cuadro grave y potencialmente letal, pero capaz de revertir en forma completa con un manejo oportuno. Referencias 1. Hinchey J, Chaves C, Appignani B, Breen J, Pao L, Wang A, et al. A reversible posterior leukoencephalopathy syndrome. N Engl J Med 1996; 334: 494-500. 2. Bartynski WS. Posterior Reversible Encephalopathy Syndrome, Part 1: Fundamental Imaging and Clinical Features. Am J Neuroradiol 2008; 29: 1036-42. 3. Lamy C, Oppenheim C, Meder JF, Mas JL. Neuroimaging in posterior reversible encephalopathy syndrome. J Neuroimaging 2004; 14: 89-96. 4. Flachenecker P, Wermuth P, Hartung HP, Reiners K. Quantitative assessment of cardiovascular autonomic function in Guillain-Barré syndrome. Ann Neurol 1997; 42: 171-9. 5. 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The patient has been treated with four cycles of cyclophosphamide-doxorubicin-vincristine-prednisone, obtaining a partial remission of the lesions. (Rev Med Chile 2012; 140: 1321-1324). Key words: Induction chemotherapy; Lymphoproliferative disorders; Trophoblastic neoplasms. L a neoplasia blástica de células dendríticas plasmocitoides (NBCDP) es una infrecuente entidad clínico-patológica, de comportamiento agresivo y desfavorable pronóstico1-5. Esta neoplasia corresponde a tan sólo 0,7% de todos los linfomas cutáneos primarios, afectando más frecuentemente a sujetos de edad avanzada (promedio 65 años) y en una relación hombre/ mujer de 3:1. El compromiso cutáneo representa la manifestación clínica más común; reportándose esta afectación hasta en 90% de los pacientes, y constituyendo en ocasiones la única manifestación detectable. Si bien en un primer momento la neoplasia puede estar limitada a la piel, la progresión de la enfermedad con compromiso de otros órganos se observa en casi todos los pacientes1-7. Dado lo infrecuente de esta entidad, comunicamos los aspectos clínicos y morfológicos de un caso diagnosticado en la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital Hernán Henríquez Aravena de Temuco. Caso clínico Paciente de sexo masculino, de 74 años y antecedentes de hipertensión arterial en tratamiento. 1 Departamento de Anatomía Patológica. Facultad de Medicina. Universidad de La Frontera. Temuco, Chile. 2 Scientific and Technological Bioresource Nucleus (BIOREN). 3 Hospital Hernán Henríquez Aravena. a Residente Dermatología, Pontificia Universidad Católica de Chile. Recibido el 29 de septiembre de 2011, aceptado el 12 de junio de 2012. Correspondencia a: Dr. Oscar Tapia E. Departamento de Anatomía Patológica, Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera Manuel Montt 112. Fono: 045-296530. Código Postal 478-1176. Temuco, Chile E-mail: otescalona@gmail. com Consultó por múltiples lesiones en piel del tronco de 15 días de evolución. El examen clínico constató múltiples placas y nódulos eritematovioláceos, no dolorosos ni pruriginosos, que fluctuaban entre 0,3 y 5 cm, ubicados principalmente en tronco (Figura 1). No se constataron linfoadenopatías ni visceromegalias. El hemograma mostró leucopenia (leucocitos: 3.600/mm3 [basófilos: 1,1%, eosinófilos: 2,1%, neutrófilos: 56,9%, linfocitos: 33,2%, monocitos: 6,7%], hematocrito: 46%, hemoglobina: 15,8 g/dL, plaquetas: 445.000 mm3, VHS: 5 mm/h); pruebas hepáticas y función renal normales. El estudio anátomo-patológico de las lesiones demostró fragmento de piel con denso infiltrado nodular dermo-hipodérmico, compuesto por células de tamaño mediano y aspecto inmaduro, con núcleos irregulares, nucléolos inconspicuos, citoplasma escaso y sin gránulos azurófilos. No se observó epidermotropismo, necrosis ni angioinvasión. La inmunohistoquímica resultó positiva para CD56, CD4, CD 123, CD45, CD43, y TdT; mientras que CD3, CD45RO, CD20, CD79a, CD5, CD117 y MPO resultaron negativos (Figura 2). Los hallazgos clínicos e histopatológicos fueron concluyentes con una NBCDP. 1321 Casos Clínicos Neoplasia blástica de células dendríticas plasmocitoides - O. Tapia et al Figura 1. Figura 2. A (40x, H-E), B (100x, H-E), C (400x H-E). Denso infiltrado nodular dérmico, compuesto por células de tamaño mediano, con núcleos de forma irregular, cromatina dispersa y citoplasma escaso, en partes de disposición perianexial (B). No se observa epidermotropismo, necrosis ni angioinvasión. D, E y F. Estudio inmunohistoquímico positivo para CD56, CD4 y CD123. 1322 Rev Med Chile 2012; 140: 1321-1324 Casos Clínicos Neoplasia blástica de células dendríticas plasmocitoides - O. Tapia et al El estudio de etapificación con tomografía computada (TC) de cuello, tórax y abdomen mostró adenopatías peritraqueales y carinales de hasta 1,2 cm. No se evidenció compromiso de médula ósea en la biopsia de cresta iliaca. En la actualidad luego de transcurridos 5 meses, el paciente se encuentra en 4º ciclo de ciclofosfamida-doxorubicina-vincristina-prednisona (CHOP) con regresión parcial de las lesiones cutáneas. Discusión La NBCDP constituye una infrecuente entidad clínico-patológica, que representa tan sólo 0,7% de todos los linfomas cutáneos primarios e incorporada con este nombre en la última clasificación de la WHO-EORTC para linfomas cutáneos1-3,5.. Esta neoplasia fue reportada por primera vez en 1994 por Adachi et al8, demostrando el estudio inmunohistoquímico expresión de CD56 y CD4 en las células tumorales, denominándose por tanto, en las clasificaciones vigentes de esos años linfoma NK blástico, debido al probable origen en células NK, al expresar las células tumorales el antígeno CD56; sin embargo, el hecho de que la positividad de CD4 no es un hallazgo típico de células NK sumado a que CD56 no es un marcador específico de estas células, resultó para algunos autores problemático asumir ese origen9,10. Es por ello que el French Study Group sobre linfomas cutáneos prefirió denominarlo neoplasia hematodérmica CD4+/CD56+ agranular, demostrando el año 2001 Chaperot et al11, mediante citometría de flujo y estudios funcionales, que las células tumorales expresaban igualmente CD123 y TCL1, marcadores específicos de células dendríticas plasmacitoides (CDP) o células dendríticas tipo 2, considerándola a partir de entonces como la célula precursora de esta neoplasia1-3,5,7,12. Esta enfermedad se presenta habitualmente en adultos con un promedio de edad de 65 años, con escasos reportes en niños; afectando a hombres y mujeres en una proporción de 3:1. Las lesiones cutáneas se presentan en la totalidad de los pacientes en el transcurso de la enfermedad, constituyendo en 94% la manifestación clínica inicial y observándose como única manifestación en 57% de los sujetos. Característicamente, las lesiones iniciales consisten en un nódulo solita- Rev Med Chile 2012; 140: 1321-1324 rio, eritematoso o violáceo, localizado en 50% de los casos en tronco o extremidades, apareciendo nuevas lesiones conforme avanza la enfermedad, pudiendo ser nódulos, áreas o placas equimóticas, con descamación fina y en ocasiones ulceradas, que miden milímetros a varios centímetros de diámetro. El caso reportado afectó a un hombre de 74 años, presentándose clínicamente con múltiples lesiones cutáneas ubicadas principalmente en tronco, a pesar de la corta evolución clínica referida por el paciente. Es igualmente frecuente durante la evolución de la enfermedad el compromiso ganglionar linfático (40%-50%) y de médula ósea y sangre periférica (60-90%), sin embargo, al momento del diagnóstico estos hallazgos están ausentes en 70% y 77% de los casos respectivamente. Esplenomegalia (20%) y leucemia fulminante (5-25%) por su parte son hallazgos poco frecuentes2,3,5,7,13-15. En nuestro paciente se demostró por TC compromiso de linfonodos peritraqueales y carinales; sin evidenciarse afectación de la médula ósea en la biopsia por punción. El estudio anátomo-patológico de las lesiones cutáneas demuestra un denso infiltrado monomorfo nodular, dérmico y del tejido celular subcutáneo, compuesto por células de aspecto inmaduro y tamaño mediano, con núcleos de forma irregular, cromatina dispersa y nucléolos ausentes o poco definidos. El citoplasma es escaso y agranular. Son frecuentes las figuras mitóticas y habitualmente no se observa epidermotropismo, necrosis ni angioinvasión. Las células tumorales son inmunofenotípicamente positivas para CD4, CD56, CD123 y TCL1; estos dos últimos marcadores son los que respaldan su origen en CDP, el CD68 en tanto resulta positivo en 50% de los casos. Por el contrario, marcadores para diferenciación linfoide (B y T) y mielomonocítica son característicamente negativos2,5,16,17. Esta neoplasia presenta un curso agresivo y donde a pesar del tratamiento con quimio y/o radioterapia los resultados son sombríos. Si bien en 75% de los pacientes tratados se produce una buena respuesta inicial, con regresión e incluso desaparición de la enfermedad; en los meses siguientes 90% presenta recaídas, siendo el promedio de supervivencia desde el diagnóstico 14 meses (10-40 meses). Cabe mencionar que actualmente no existe un tratamiento estandarizado para esta enfermedad; siendo la mayoría de los casos reportados tratados con CHOP y en menor 1323 Casos Clínicos Neoplasia blástica de células dendríticas plasmocitoides - O. Tapia et al proporción quimioterapia asociada a radioterapia y trasplante de médula ósea. En el presente caso, luego de 5 meses de seguimiento y 4 ciclos de CHOP, observamos una regresión parcial de las lesiones cutáneas. Cabe mencionar que algunos autores han asociado la edad del paciente al momento del diagnóstico con el pronóstico, así sujetos menores y mayores de 40 años presentan promedios de supervivencia de 38 y 10 meses respectivamente2,3,7,16,18. En resumen, la NBCDP es una entidad infrecuente y reciente dentro de los linfomas cutáneos primarios, de comportamiento biológico agresivo y pronóstico desfavorable, que afecta más frecuentemente a hombres de edad avanzada, debiendo ser considerada dentro de los diagnósticos diferenciales de otras leucemias y linfomas que afectan la piel. 8. 9. 10. 11. 12. Referencias 1. Slater DN. The new World Health OrganizationEuropean Organization for Research and Treatment of Cancer classification for cutaneous lymphomas: a practical marriage of two giants. Br J Dermatol 2005; 153: 874-80. 2. Petrella T, Bagot M, Willemze R, Beylot-Barry M, Vergier B, Delaunay M, et al. Blastic NK-cell lymphomas (agranular CD4+CD56+ hematodermic neoplasms): a review. 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In recent years, laboratory assays and clinical studies have revealed that surfaces of metallic copper or its alloys, containing at least 70% copper, eliminate in a few hours several pathogenic organisms including bacterial strains associated with nosocomial infections, influenza virus, HIV, and fungi such as Candida albicans. In March 2008, the American Environmental Protection Agency (EPA), supported by scientific evidence gathered to date, registered copper as the first and only metal with antimicrobial properties. We herein review certain mechanisms proposed for the antibacterial, antiviral and antifungal activity of copper. We also discuss in vitro and clinical efficacy studies developed world wide and in Chile, focusing on bactericidal activity of copper surface areas in comparison to materials typically used in hospital environments such as stainless steel and polymers. Scientific evidence gathered to date, consistently shows that the use of copper surface areas in high contact critical points in hospitals, significantly reduces environmental bacterial load. This is associated with a decreased risk of pathogen transmission to patients and represents therefore an interesting complement to infection control programs. (Rev Med Chile 2012; 140: 1325-1332). Key words: Anti-infective agents; Chile; Outpatient clinics, hospital. E l cobre ha acompañado a la humanidad desde sus inicios, ya que es uno de los metales que, en bajas concentraciones, son esenciales para el metabolismo de las células animales y vegetales. Sus propiedades para prevenir infecciones eran reconocidas desde la antigüedad. A comienzos del siglo XX, previo a la era antibiótica, diferentes compuestos químicos de cobre fueron utilizados en el tratamiento de patologías infecciosas, como impétigo, tuberculosis y sífilis1. En la última década se ha revitalizado el concepto del cobre como antimicrobiano, se han realizado estudios de laboratorio y a nivel clínico para demostrar su eficacia, por lo cual en los próximos años se espera que el cobre se integre a la infraestructura hospitalaria como un elemento 1 Programa de Microbiología, Instituto de Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Chile. Santiago, Chile. a PhD. b Tecnólogo Médico, Magister en Ciencias. Trabajo recibido el 4 de septiembre de 2012, por invitación de los Editores. Los autores R. Vidal y C. Durán declararon no tener conflictos de intereses en este manuscrito. La Dra. V. Prado recibió un subsidio de investigación de CORFO/ INNOVA-CODELCO. Correspondencia a: Dra. Valeria Prado Facultad de Medicina, Universidad de Chile Av. Independencia 1027, Santiago, Chile. E-mail: vprado@med. uchile.cl de ayuda en la lucha contra las infecciones. Para Chile, principal productor de cobre en el mundo, es un tema de alto interés. En este artículo se revisarán las evidencias disponibles. Presencia del cobre en la actividad humana El cobre, junto con el oro, fueron los primeros metales utilizados por el hombre, actividad que se inició hace más de 9.000 años. En la actualidad el consumo de cobre a nivel mundial es del orden de 18 millones de toneladas anuales (2,6 kg per cápita, estimando una población mundial de 6.800 millones). Este uso solamente es superado por el hierro y el aluminio (WBMS, 2008, Oficina Mundial de estadística del metal). 1325 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Actividad bactericida del cobre en medicina - V. Prado et al En la vida cotidiana son conocidas y apreciadas algunas características del cobre que facilitan el funcionamiento de las sociedades modernas, entre ellas su capacidad de ser un buen conductor de la electricidad y buen conductor térmico; por ello el cobre tiene un amplio uso en áreas industriales relacionadas con fabricación de automóviles, climatización, en la tecnología informática y de telecomunicaciones, etc. El uso y demanda del cobre es un buen indicador del nivel de crecimiento y desarrollo de los países y las estadísticas indican que en épocas de crisis económicas su consumo decrece2,3. Otra aplicación ampliamente conocida, es su uso en las cañerías que transportan el agua de consumo para preservar su calidad sanitaria. Desde la antigüedad eran conocidas en forma empírica estas propiedades higiénicas que hoy sabemos responden a las propiedades antimicrobianas del cobre. Civilizaciones como los griegos, romanos, egipcios, aztecas y mayas, utilizaban el cobre en la fabricación de vasijas para preservar agua y alimentos, como también en la fabricación de instrumentos quirúrgicos y en la curación de heridas. En el siglo XVII se descubrió la capacidad del cobre para combatir plagas en la agricultura, específicamente para controlar infecciones por hongos en plantaciones de trigo. Hoy en día están disponibles en el mercado diferentes pesticidas que contienen cobre en diversas formulaciones químicas, los cuales se utilizan en agricultura. También existen pinturas con cobre usadas en embarcaciones para evitar adherencia de microorganismos y, secundariamente, crustáceos. Evidencias de la capacidad antimicrobiana del cobre 1. Actividad antibacteriana del cobre A pesar de contar con experiencias empíricas, solamente en los últimos años se han realizado investigaciones científicas que han permitido documentar las propiedades antimicrobianas del cobre y fomentar su uso en la práctica médica. Diversos investigadores han demostrado, utilizando los criterios exigidos por la EPA (Environmental Protection Agency), que superficies de cobre o sus aleaciones son capaces de eliminar en horas 99,9% de bacterias patógenas, entre ellas Staphylococcus aureus resistente a meticilina 1326 (SAMR), Escherichia coli O157:H7, Pseudomonas aeruginosa, Enterobacter aerogenes, Listeria monocytogenes, Salmonella entérica, Campylobacter jejuni, Legionella pneumophila, Clostridium difficile y Mycobacterium tuberculosis4-8. Resultados consistentes, bajo las condiciones establecidas por la EPA, demuestran la efectividad del cobre en la eliminación de bacterias patógenas a temperatura ambiente, a diferencia del acero inoxidable. En estos estudios el cobre eliminó de manera rápida el SAMR en 90 min, mientras que con el acero inoxidable no se observó disminución en la concentración bacteriana después de 6 h (360 min). En la aleación de bronce, que contiene 80% de cobre, el SAMR fue completamente eliminado en 270 min. Otro estudio, con cepas de SAMR, evaluó el efecto antimicrobiano del cobre en las superficies comunes del ambiente hospitalario comparándolo con el acero inoxidable y algunos polímeros como el AgION® o Microban®, en donde la efectividad del cobre fue validada al demostrar una reducción en las Unidades Formadoras de Colonias (UFC) de siete órdenes de magnitud en 75 min, mientras que se observó una pequeña reducción en las otras superficies después de 6 h. Una revisión exhaustiva de la literatura mostró que otros materiales utilizados, exceptuando el cobre, no presentan de manera confiable esta propiedad antimicrobiana en superficies disponibles comercialmente4,5. Experimentos con cepas de Pseudomonas aeruginosa han mostrado un efecto sinérgico entre cationes de cobre, Cu2+ y desinfectantes de amonio cuaternario, para ejercer acción bactericida sobre este patógeno que tiene especial habilidad para sobrevivir en ambientes con baja concentración de nutrientes y un mínimo de humedad, por lo cual coloniza con frecuencia a catéteres y diversos equipos médicos9. Evidencias de laboratorio documentan la eficacia del cobre para eliminar esporas y formas vegetativas de Clostridium difficile, patógeno hospitalario asociado a brotes de IIH con elevada mortalidad. Estos estudios mostraron eliminación de esporas después de 24 h de exposición a cobre metálico y otro estudio muestra que este efecto ocurre a partir de los 30 min para las formas vegetativas y a las 3 h para las esporas, aún en presencia de materia orgánica10,11. Es importante destacar que el efecto bactericida de las superficies de cobre se relaciona Rev Med Chile 2012; 140: 1325-1332 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Actividad bactericida del cobre en medicina - V. Prado et al directamente con la concentración, siendo el efecto máximo para el cobre metálico (99,9%) y se mantiene en aleaciones que contengan al menos 70% de cobre. Con el respaldo de la evidencia científica acumulada, el 25 de marzo de 2008, la EPA registró al cobre como el primer y único metal con propiedades antibacterianas, autorizando la difusión de conceptos importantes, entre ellos que “las superficies de cobre eliminan 99,9% de los patógenos bacterianos después de 2 h de exposición” y certificando que superficies de cobre metálico y sus aleaciones son antimicrobianos naturales, poseen eficacia antimicrobiana de larga duración, tienen un efecto autodesinfectante y son superiores a otros revestimientos disponibles en el mercado. Este registro autoriza el uso de superficies de cobre en ambientes hospitalarios. Adicionalmente, estudios de laboratorio realizados por nuestro grupo han demostrado que superficies de cobre, además de matar bacterias por contacto directo, impiden la adherencia e inhiben la multiplicación de cepas clínicas de los principales agentes asociados a infecciones intrahospitalarias, entre ellos SAMR, Klebsiella pneumoniae multiresistente, y Acinetobacter baumanii multiresistente, a diferencia de lo observado en superficies de acero inoxidable, en las cuales las bacterias se adhieren en forma rápida y muy eficiente (Prado V, enviado a publicar). Mecanismos involucrados en la actividad bactericida del cobre El mecanismo íntimo que explica la actividad antibacteriana del cobre no está totalmente dilucidado. Un elemento crucial en la actividad antibacteriana es la capacidad del cobre para ceder y aceptar electrones en un proceso continuo. Algunos estudios sugieren que el cobre, en concentraciones elevadas, tiene un efecto tóxico sobre las bacterias debido a la liberación de radicales de hidroperóxido, los iones de cobre potencialmente podrían sustituir iones esenciales para el metabolismo bacteriano como el hierro, interfiriendo inicialmente con la función de la membrana celular y luego a nivel del citoplasma alterando la síntesis proteica, ya sea inhibiendo la formación de proteínas o provocando la síntesis de proteínas disfuncionales, alterando la actividad de enzimas esenciales para el metabolismo bacteriano12,13. En la Tabla 1 se describe una secuencia de Rev Med Chile 2012; 140: 1325-1332 eventos en la actividad bactericida. Otros estudios sugieren que el cobre puede ejercer un efecto bacteriostático o bactericida, dependiendo de su concentración en el medio12. De acuerdo a nuestras observaciones en cepas clínicas productoras de biopelículas, el cobre es capaz, además, de inhibir la formación de estas comunidades multicelulares que se rodean de polímeros extracelulares, que facilitan la adherencia y colonización de superficies (Prado V, enviado a publicar). 2. Actividad antiviral del cobre El cobre también ha demostrado capacidad para destruir virus de gran importancia médica, entre ellos virus influenza A y virus de inmunodeficiencia humana, VIH, en concentraciones tan bajas como 0,16 a 1,6 mM. La elaboración de filtros con óxido de cobre ha permitido eliminar en forma eficiente el riesgo de transmisión de VIH a través de fluidos14. Los mecanismos involucrados en la actividad antiviral son la inactivación de una enzima proteasa importante para la replicación viral y daño a nivel de la envoltura fosfolipídica14-16. 3. Actividad antifúngica del cobre Diferentes especies de hongos, entre ellas Candida albicans, patógeno importante en pacientes inmunodeprimidos, son inhibidas en su crecimiento y luego destruidas, en contacto con superficies de cobre. Estudios recientes indican que la actividad antifúngica ocurre mediante un proceso complejo denominado “muerte por contacto” en el cual se produce fundamentalmente un daño a la membrana citoplasmática, que se depolariza; no está claro si el daño afecta a las proteínas o los lípidos de la membrana. Esto facilita la entrada de Tabla 1. Secuencia propuesta para eliminación de bacterias en superficies de cobre 1. Iones de cobre se desprenden de superficies de cobre, penetran a la célula bacteriana y causan daño a la membrana citoplasmática 2. Ruptura de la membrana citoplasmática favorece entrada de iones cobre, esto conduce a disfunción de la membrana y aumento del estrés oxidativo 3. A nivel de citoplasma se produce alteración de la síntesis proteica y daño funcional de enzimas esenciales 4. Muerte celular y degradación del ADN bacteriano 1327 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Actividad bactericida del cobre en medicina - V. Prado et al iones de cobre a la célula, amplificando el daño y secundariamente se produce un aumento en el estrés oxidativo, sin apreciar daño aparente del ADN de estas células17. Importancia de las infecciones intrahospitalarias (IIH) Las infecciones intrahospitalarias (IIH) representan un problema serio a nivel mundial, ya que tienen graves consecuencias para los pacientes, tanto en morbilidad como letalidad. El riesgo de adquirir una IIH se estima en 4,5% de todas las hospitalizaciones y pueden tener diferente severidad, desde infección de una herida operatoria, infección del tracto urinario, septicemia, a neumonía. La mortalidad puede alcanzar hasta 27% en pacientes de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI)18. Los factores de riesgo se relacionan con los procedimientos complejos hoy en día utilizados para manejar pacientes críticos y la mayor sobrevida de pacientes con enfermedades graves (Tabla 2). El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos de Norteamérica (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) estima que cada año se producen más de dos millones de infecciones intrahospitalarias en los Estados Unidos de Norteamérica, ocasionando alrededor de 90 mil muertes, con un costo de US$ 4,5 a 5,0 mil millones por año18. Por otra parte, un estudio independiente realizado por un periódico en el año 2002 evaluó datos de 5.810 hospitales registrados en los Estados Unidos de Norteamérica, encontrando que la mortalidad por esta causa era de 103.000, 14% superior que la informada por Tabla 2. Factores de riesgo para adquirir infecciones intrahospitalarias Enfermedades de base, no controladas Inmunosupresión Procedimientos invasivos el CDC18,19. Un aspecto adicional que dificulta el tratamiento de las IIH es el hecho que la mayoría de ellas son causadas por bacterias resistentes a múltiples antimicrobianos (multiresistentes) tales como el Staphylococcus aureus meticilino resistente (SAMR), Klebsiella pneumoniae productora de betalactamasa de espectro extendido, (BLEE), Acinetobacter spp multiresistente y el Enterococcus resistente a vancomicina (VRE). Dentro del arsenal terapéutico disponible, las opciones para el manejo de estas infecciones son limitadas y es preocupante observar que existe escasa actividad en investigación y desarrollo de nuevas moléculas antimicrobianas capaces de eludir los mecanismos de resistencia de estos patógenos. Es necesario contar con nuevas estrategias. Situación de las IIH en Chile Chile cuenta con un programa de control de infecciones bien establecido y la tasa de infecciones asociadas a la atención de salud es uno de los parámetros importantes para establecer la acreditación de los hospitales. Sin embargo, es un problema vigente que afecta en forma importante los costos en salud. Un estudio realizado en 2003 en hospitales públicos estimó en 70.000 los casos anuales de infecciones intrahospitalarias, las cuales prolongaban la estadía de los pacientes en un promedio de 10 días y aumentaba el uso de antibióticos en los pacientes afectados en dos a cuatro veces, con el consiguiente aumento en los costos de atención21. Las tasas de incidencia son variables y las últimas cifras del Ministerio de Salud (MINSAL) indican que las tasas de neumonía en pacientes con ventilación mecánica fluctúan entre 4 y 19 por 1000 días de ventilación mecánica, las infecciones del tracto urinario de origen hospitalario tienen tasas entre 5 y 6 por 1.000 días de catéter urinario permanente y las bacteremias fluctúan entre 2,4 y 3,6 por 1.000 días de exposición a procedimientos invasivos. http://www.redsalud.gov.cl/archivos/ infeccionesintrahospitalarias2007.pdf Presencia de cuerpos extraños Hospitalización en UCI Estadía prolongada en el hospital Colonización por patógenos 1328 ¿Cuál es la dinámica de la transmisión de patógenos dentro del hospital? El primer evento es el surgimiento de un Rev Med Chile 2012; 140: 1325-1332 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Actividad bactericida del cobre en medicina - V. Prado et al microorganismo con ventajas biológicas, el cual se selecciona por su capacidad de sobrevivir en un ambiente adverso en el cual la presión de los antibióticos es importante, por lo que los patógenos nosocomiales presentan frecuentemente multiresistencia. Otro factor que ayuda a la supervivencia es la capacidad de producir biopelículas que les permiten adherirse a diferentes superficies y protegerse de amenazas externas. Hay evidencias que muestran que SAMR puede permanecer por períodos de 7 días a 7 meses en superficies, Acinetobacter spp entre 3 días a 5 meses, Enterococcus spp de 5 días a 4 meses y Clostridium difficile hasta por 5 meses22. Por su parte, los virus, aunque menos resistentes a condiciones ambientales, pueden persistir hasta 2 días en el caso del virus influenza, 7 días el norovirus y 2 meses el rotavirus22. Una vez adaptados al ambiente hospitalario ocurre el segundo paso, que es la interacción con los pacientes, de la cual puede resultar una colonización o una infección. En los pacientes estos patógenos se multiplican y se eliminan al ambiente contaminando superficies, telas o equipos médicos. A partir de estos reservorios los microrganismos pueden transmitirse de paciente a paciente, del personal sanitario o visitantes a los pacientes, principalmente mediante las manos o equipos médicos23,24. Estos fenómenos explicarían la aparición esporádica de infecciones intrahospitalarias o de brotes. El CDC ha publicado una guía para el control de las infecciones nosocomiales y ha recomendado el lavado de manos como la primera línea defensiva para minimizar la contaminación cruzada y las infecciones. Del mismo modo, recomienda regular la desinfección de equipos médicos que poseen superficies de contacto, especialmente aquellos en contacto directo con los pacientes. Sin embargo, todos los esfuerzos han resultado insuficientes18,25,26. A diferencia de estas prácticas de higiene intensivas, las superficies de cobre tienen un efecto auto-desinfectante que se mantiene en el tiempo. Las superficies de contacto en las instalaciones del ambiente hospitalario, como manillas de puertas, placas de metal para empujar las puertas, barandas de camas, llaves del agua, porta suero y otros, han sido identificadas como reservorios y fuente de diseminación de agentes patógenos24,27. Aunque los elementos de limpieza y desin- Rev Med Chile 2012; 140: 1325-1332 fectantes recomendados pueden eliminar estos microorganismos, frecuentemente debido a las fisuras y rugosidad de las superficies, los productos de limpieza no logran penetrar al sitio donde se refugian estos organismos. Los materiales usados frecuentemente en infraestructura hospitalaria, como el acero inoxidable, no tienen la propiedad intrínseca del cobre para eliminar la contaminación microbiana. Superficies de cobre en el ambiente hospitalario Demostrada en el laboratorio la capacidad bactericida del cobre, el próximo paso fue evaluar si esta característica se mantenía en la vida real de ambientes clínicos. Los resultados de estudios clínicos son muy alentadores. En un hospital de Birmingham, Inglaterra, se desarrolló un estudio durante 10 semanas, en el cual se intervinieron superficies en baños (asientos y tapas de WC) y manillas de puertas, que fueron reemplazadas por aleaciones de cobre (latón, aleación de cobre y zinc, 60-70%). En este servicio clínico se mantuvieron objetos con superficies de plástico, aluminio o cromo. A las 5 semanas se intercambiaron los objetos. Se realizaron cultivos de las superficies y los resultados mostraron que la mediana de los recuentos de bacterias en las superficies de aleaciones de cobre fueron 90-100% menores que los recuentos de las superficies controles y patógenos como Staphylococcus aureus sensible a meticilina, Enterococcus resistente a vancomicina y Escherichia coli, fueron aislados solamente desde las superficies controles. Es interesante que el estudio microbiológico en este ensayo se realizó después de 6 meses de instaladas las superficies de cobre, mostrando que esta capacidad bactericida no se pierde en el tiempo28. Otro estudio más reciente de este grupo, en que se reemplazaron 14 objetos dentro del hospital y se realizaron recuentos bacterianos durante 24 semanas, muestra resultados similares, con reducción significativa de la carga bacteriana en 8 de los 14 objetos analizados 29. En Sudáfrica se realizó un estudio en un centro de atención primaria rural. Se escogieron superficies de alto contacto, como escritorios, armarios y alféizares de las ventanas. Se tomaron muestras durante 6 meses y se observó una reducción global de 71% de la carga bacteriana en las superficies 1329 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Actividad bactericida del cobre en medicina - V. Prado et al con cobre30. En un hospital de Hamburgo en Alemania, se realizaron estudios similares en servicios de Oncología y Geriatría. En este ensayo se reemplazaron manillas de puertas e interruptores en salas de pacientes, salas de espera de visitas, y sitios de descanso del personal, manteniéndose el sistema de limpieza de rutina. Se realizaron cultivos diarios de las superficies durante 32 semanas, al cabo de este tiempo los recuentos de bacterias aerobias en las superficies con cobre se redujeron en 63% promedio con relación a los controles, aluminio en las manillas y plástico en los interruptores. La reducción fue significativa en las manillas, los objetos con mayor carga bacteriana31. Nuestro grupo participó en un estudio multicéntrico, realizado en 2009-2010 en un hospital de Nueva York, dos hospitales de Charleston, en Carolina del Sur y el Hospital del Cobre de Calama. En el hospital de Calama se intervino en las Salas UCI, reemplazando superficies de alto contacto como barandas y manillas de camas, mesa del paciente, portasuero y apoya brazo de la silla de visitantes, por superficies de cobre metálico (99,9%) o aleaciones. Se realizaron cultivos de bacterias aerobias durante 30 semanas, observando reducciones significativas en los recuentos promedios en todos los objetos de cobre (reducciones entre 49 y 92%) (V. Prado et al. 14th International Congress on Infectious Diseases, Miami, Florida, USA, 9-12 Figura 1. Porcentaje de reducción del recuento bacteriano total promedio por cada superficie de contacto en salas UCI con cobre, durante 30 semanas en el Hospital del Cobre de Calama. Reducción de bacterias viables (promedio de recuento de bacterias aerobias durante 30 semanas) en 6 superficies cubiertas con cobre o aleaciones en salas UCI del Hospital del Cobre de Calama. La mayor reducción se observó en barandas de camas (91%) y apoya brazos de sillas de visitantes (92%). Figura 2. Imagen de una Sala de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital del Cobre de Calama, en la cual se intervinieron 6 tipos de superficies con cobre: barandas y manillas de la cama, portasuero, mesa del paciente, apoya brazo de la silla de visitantes y lápiz del monitor. 1330 Rev Med Chile 2012; 140: 1325-1332 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Actividad bactericida del cobre en medicina - V. Prado et al Marzo, 2010) (Figura 1, Figura 2). Conclusión El cobre un elemento esencial para la vida humana, ha acompañado a la humanidad a través de los tiempos participando en diferentes áreas de su desarrollo, ayudando a mejorar la atención médica y la calidad de vida. Un concepto que se agrega es el reconocimiento de las propiedades antimicrobianas. La aplicación del cobre o aleaciones, en superficies de contacto en el ambiente hospitalario ha demostrado ser eficiente para reducir la carga bacteriana ambiental, cualidad que se mantiene en el tiempo, lo cual significa menor riesgo de transmisión de patógenos a los pacientes y se debería considerar un complemento interesante junto a otras medidas de control de infecciones. 10. 11. 12. 13. 14. Referencias 1. Grass G, Rensing C, Solioz M. Metallic copper as an antimicrobial surface. Appl Environ Microbiol 2011; 77: 1541-7. 2. Lagos G, Henríquez H. Tendencias y desafíos que influencian el uso del cobre.2004. www.procobre.org. 3. Lagos G, Henríquez H. Escenarios para la demanda y oferta de cobre en el siglo XXI. 2000. www.editec.cl 4. Noyce JO, Michels H, Keevil CW. Potential use of copper surfaces to reduce survival of epidemic meticillinresistant Staphylococcus aureus in the healthcare environment. 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Rev Med Chile 2012; 140: 1325-1332 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Rev Med Chile 2012; 140: 1333-1341 Actualización en lupus neuro-psiquiátrico con énfasis en déficit cognitivo Tomás León, Carla Henríqueza, Jorge Calderón, Loreto Massardo An update on neuropsychiatric lupus with emphasis in cognitive dysfunction Patients with systemic lupus erythematosus (SLE) suffer from a number of neuropsychiatric (NP) symptoms throughout their disease affecting them both physically and psychologically. We review herein the nomenclature and case definitions for neuropsychiatric lupus syndromes proposed by the American College of Rheumatology in 1999. We emphasize cognitive dysfunction and discuss etiological hypotheses, especially those related to the presence of antineuronal autoantibodies. (Rev Med Chile 2012; 140: 1333-1341). Key words: Autoantibodies; Lupus erythematosus systemic; Neurobehavioral manifestations. E l lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad multisistémica inflamatoria autoinmune de etiología desconocida, que afecta especialmente a mujeres entre los 15 y 50 años de edad. La supervivencia de los pacientes con LES ha mejorado notablemente en las últimas décadas1, poniendo de manifiesto la necesidad de comprender mejor los síntomas neuro-psiquiátricos (NP) del LES, entre los que se encuentra el déficit cognitivo, ya que favorece el sufrimiento del enfermo y su entorno2,3. El objetivo de esta revisión es realizar una puesta al día en diagnóstico y etiopatogenia del lupus neuro-psiquiátrico (LESNP), con énfasis en el déficit cognitivo. El LES es considerado el prototipo de enfermedad autoinmune, se caracteriza por la producción de una variedad de autoanticuerpos y depósito de complejos inmunes que fijan complemento, lo que resulta en inflamación y daño tisular. Los tejidos afectados más estudiados son la piel y el riñón, pero el LES tiene un gran espectro de otras manifestaciones clínicas, como las neurológicas y psiquiátricas4. La presencia de ciertos autoanticuerpos en el suero se asocia a subtipos clínicos de enfermedad, sugiriendo que estos autoanticuerpos participarían en la patogénesis. Son ejemplos de posibles asociaciones: anticuerpos anti-DNA Departamentos de Inmunología Clínica y Reumatología y Psiquiatría. Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile. a Enfermera Universitaria. Recibido el 29 de septiembre de 2011, aceptado el 17 de marzo de 2012. Correspondencia a: Dra Loreto Massardo. Marcoleta 350, Santiago, Chile +56 2 3543078 +56 9 2996934 E-mail: massardo@net. puc.cl con nefritis lúpica; anti-Ro con bloqueo cardiaco fetal, foto-sensibilidad y lesiones cutáneas; antifosfolípidos (AFL) con trombosis y compromiso neurológico; y anti proteína P ribosomal (anti-P) con psicosis lúpica3. Las manifestaciones del LESNP son bien reconocidas. Hace más de cien años, el Dr. Moritz Kaposi describió que “cambios mentales” podían acompañar el curso clínico de los pacientes con LES. Tradicionalmente, se han dividido en focales y generalizadas, siendo las primeras relacionadas con lesiones isquémicas por vasculopatía no necesariamente inflamatoria o trombosis, como ocurre con los estados de hipercoagulabilidad, y las segundas a la acción de diferentes tipos de autoanticuerpos antineuronales y otros5-7. Los estudios iniciales reportaron una gran variabilidad en la prevalencia de las manifestaciones psiquiátricas del lupus. Por ejemplo, Wekking revisó 21 estudios realizados entre los años 1969 y 1991 y encontró que la prevalencia variaba entre 17% y 71%. El trastorno observado con mayor frecuencia fue la depresión, que se reportó entre 2% y 54% de los enfermos. Estas diferencias se atribuyeron a la diversidad en los instrumentos utilizados para la detección de depresión8. Para dirimir la controversia y aunar criterios 1333 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Lupus neuro-psiquiátrico con déficit cognitivo - T. León et al de estudio, en el año 1999 el American College of Rheumatology (ACR) encargó a una comisión ad hoc de expertos el desarrollo de una nomenclatura que uniformara y estandarizara la descripción de los síndromes NP en lupus. El comité describió un total de 19 síndromes psiquiátricos y neurológicos del sistema nervioso central (SNC), periférico y autónomo que se observan en pacientes con lupus. Estos son: meningitis aséptica, enfermedad cerebro-vascular, síndrome desmielinizante, cefalea, corea, mielopatía, convulsiones, delirium, trastorno de ansiedad, déficit cognitivo, trastorno del ánimo, psicosis, lesión del nervio periférico, el síndrome Guillain-Barré, trastornos autonómicos, mononeuropatía, miastenia gravis, neuropatía craneal y plexopatía4. Sin embargo, aun usando esta clasificación común que unifica y define criterios de clínica, laboratorio e imágenes o pruebas psicológicas para cada síndrome, no se dio respuesta a cuál es la prevalencia del LESNP, ya que esta varió de 37% a 91% en 6 estudios que la utilizaron, incluyendo el nuestro9-14. Entre todas las manifestaciones, los trastornos del ánimo y ansiosos y el déficit cognitivo fueron los más comunes (Tabla 1). En el año 2008, Sánchez-Guerrero et al, propusieron un nuevo esquema de clasificación pato-anatómico, considerando la variabilidad clínica del LESNP según las posibles etiopatoge- Tabla 1. Frecuencia en porcentajes de las manifestaciones de LESNP en 6 estudios que utilizaron los 19 criterios ACR 1999 Manifestaciones de LESNP Finlandia Texas Londres y Cagliari Canadá Alburquerque Santiago Referencia 9 10 12 13 11 14 Numero de pacientes estudiados 46 128 323 111 75 83 Años de duración de lupus 14 8 11 10. 8 5 Frecuencia de LUPUS NP en % 91 80 57 37 95 42 Frecuencia de cada manifestación en % % % % % % % Trastornos del ánimo 44 51 17 16 57 29 Trastornos ansiosos 13 24 7 1 21 16 Disfunción cognitiva 80 79 11 3 55 7* Estado confusional agudo 7 0 4 5 35 6 Cefalea lúpica 54 57 24 28 72 3 Enfermedad cerebro-vascular 15 2 18 5 12 5 Psicosis 0 5 8 3 12 3 Síndrome desmielinizante 2 0 1 3 4 1 Mononeuropatia 0 8 2 0 1 1 Meningitis aséptica 2 0 0 1 1 0 Convulsiones 9 16 8 2 1 0 Corea 2 1 1 0 51 0 Mielopatía 0 4 1 1 7 0 Miastenia gravis 2 0 5 0 1 0 Neuropatía par craneano 7 2 2 4 0 0 Polineuropatía 28 22 3 2 1 0 Guillain Barré 0 0 1 0 0 0 *En el estudio de Santiago 2011 se consideró como déficit cognitivo sólo a los casos graves. **No se encontró plexopatía ni trastorno autonómico en ninguno de los 6 estudios. 1334 Rev Med Chile 2012; 140: 1333-1341 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Lupus neuro-psiquiátrico con déficit cognitivo - T. León et al nias, en el que se agrupan las manifestaciones en: 1) Centrales del parénquima cerebral (deterioro cognitivo no debido a micro infartos, trastornos del ánimo, psicosis, trastorno “confusional” agudo y cefalea no vascular): este grupo es el predominante en los estudios clínicos y su etiopatogenia estaría potencialmente ligada a los autoanticuerpos; 2) Vasculares: segundo en frecuencia y con una patogenia atribuible a lesiones isquémicas por vasculopatía (no necesariamente inflamatoria) y/o trombosis; 3) Del sistema nervioso periférico: es el menos frecuente, su patogenia es mixta por autoanticuerpos y por alteraciones vasculares15. En nuestro país, en el año 1985 Grisanti et al describieron 20 pacientes con manifestaciones de LESNP, planteando una diferencia entre las manifestaciones vasculares y las difusas16. En 1994, nuestro grupo estudió la supervivencia de 218 enfermos con LES, con 5 años de duración de la enfermedad en promedio, 20% había presentado convulsiones o psicosis17. Recientemente, describimos una prevalencia de 42% de LESNP en 83 mujeres con LES (Tabla 1), 21% presentaba depresión mayor no relacionada con la actividad lúpica14. Otro motivo de controversia es la atribución de manifestaciones NP al LES. Según Hanly et al, las manifestaciones NP atribuibles a LES como enfermedad autoinmune serían sólo de 31%7,18,19. En un extremo se encuentran las convulsiones y la psicosis lúpica, que son manifestaciones claramente atribuibles al LES, tanto que forman parte de los criterios de clasificación diagnóstica de LES del ACR20, y si bien son poco frecuentes, se suelen presentar con enfermedad activa21,22. Al contrario, los síndromes NP como trastornos de ánimo y ansiosos, cefalea, y el déficit en el rendimiento cognitivo son atribuibles al lupus con más dificultad, pues pudiera ser coincidencia de dos enfermedades comunes, y además porque se observan con independencia de la actividad de la enfermedad7,9,10,14,23,24. Déficit cognitivo en LES Los pacientes con LES con frecuencia se quejan de “dificultades en la memoria”. Sin embargo, en estos pacientes aún no está claro que las dificultades se centren en la memoria, sino en procesos de atención y concentración, síntomas que se Rev Med Chile 2012; 140: 1333-1341 desarrollan en forma insidiosa e independiente de la actividad de la enfermedad o del uso de medicamentos y no pueden explicarse únicamente sobre la base de, por ejemplo, la coexistencia de AFL en suero25. El ACR define el déficit cognitivo como un déficit en uno o más de los siguientes dominios de la cognición: atención simple, atención compleja, memoria, procesamiento visual, lenguaje, razonamiento y resolución de problemas, y función ejecutiva4. Mikdashi et al26 en el año 2007 hicieron una propuesta de criterios de medición neuro-cognitiva utilizables en evaluación de la respuesta a intervenciones terapéuticas. La frecuencia de déficit cognitivo en LES varió entre 27% y 61% en 25 estudios, posiblemente por el uso de diferentes escalas de medición, definiciones de déficit y selección de pacientes y controles. Petri et al demostraron que el trastorno cognitivo se presentó en el primer año del lupus en 111 enfermos, comparado con 79 sanos, ajustado por edad, sexo, educación; lo que no estuvo influenciado por el uso de prednisona27, pero sí es explicable por la presencia de depresión28. Aunque varios estudios de déficit cognitivo en LES no revelan un patrón definido, éstos sugieren que el déficit abarca dificultades en pruebas que evalúan los dominios de atención, memoria reciente, velocidad de procesamiento de la información y memoria de trabajo, y procesamiento espacial29,30. Ainiala et al encontraron déficit cognitivo significativo en 11 de 46 LES versus 2 de 46 controles pareados por edad y sexo; el déficit cognitivo era más pronunciado en velocidad de procesamiento de la información, atención compleja y memoria9, patrón similar al de la esclerosis múltiple31. Se ha especulado que el déficit cognitivo en LES tendría un patrón de tipo subcortical, más parecido a la enfermedad de Huntington que al patrón cortical de la Enfermedad de Alzheimer29. Etiopatogenia del LESNP Papel de la barrera hemato-encefálica El origen de muchas de las manifestaciones del LESNP es desconocido, aunque probablemente es multifactorial. Los mecanismos inmunopatogénicos y de autoanticuerpos pueden tener un papel relevante, en especial aquellos en los que se involucre daño a la barrera hemato-encefálica (BHE). Las células endoteliales de la microcirculación del 1335 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Lupus neuro-psiquiátrico con déficit cognitivo - T. León et al cerebro forman una barrera impenetrable para el paso de anticuerpos; sin embargo, la integridad de la BHE puede ser afectada como resultado de infecciones (lipopolisacáridos), hipertensión o conductas como el estrés (epinefrina) o consumo de tabaco32,33. Esta permeabilidad pudiera producirse en áreas localizadas en el cerebro, y la manifestación depender del área expuesta a la acción de los anticuerpos25. Estos mecanismos pueden determinar la penetración crónica de autoanticuerpos mediante pequeñas filtraciones, y explicar que el déficit cognitivo se haya observado en momentos en que el LES parece clínicamente inactivo. Autoanticuerpos en LESNP Se han descrito numerosos autoanticuerpos en el suero de pacientes con LES, para algunos se conoce su antígeno y su posible mecanismo de acción3. En el LESNP, sólo unos pocos se han asociado con manifestaciones clínicas, estos tres por su importancia se presentan a continuación: AFL: cuyo blanco son autoantígenos dependientes de fosfolípidos. Están presentes en alrededor de 20% a 40% de los pacientes con LES, aunque menos de la mitad presenta clínica de “Síndrome antifosfolipido”34. En el cerebro, se han asociado con daño focal cerebral secundario a trombosis, déficit cognitivo35-37, demencia, convulsiones, corea y otras manifestaciones del SNC como mielitis transversa. Es interesante que no todas estén relacionadas claramente con trombosis35-37. Anti-NMDAR: los anticuerpos contra la subunidad NR2 del receptor de glutamato N-metil D aspartato (NMDAR), reconocido por un subgrupo de anticuerpos anti-DNA. La frecuencia va de 10% a 30%38-40. Juegan un papel en alteraciones conductuales relacionadas con fallas de memoria en modelos animales41, sin embargo, no se dispone hasta ahora de información que apoye esta hipótesis en humanos38,40,42. Su presencia en el líquido céfalo raquídeo (LCR) sería más importante en términos etiopatogénicos que en el suero43. Anti-P: dirigidos contra tres antígenos ribosomales: P0, P1 y P2 que comparten un epítopo común de 22 aminoácidos en su carboxilo terminal. Se encuentran de 5% a 13% de los pacientes con LES. Son específicos de LES, y se han relacionado con LESNP en globo (psicosis lúpica y trastornos depresivos), pero con una potencia predictora débil21,34,44-48. Recientemente, Matus et 1336 al, trabajando en nuestro laboratorio, identificaron un autoanticuerpo proveniente de una paciente con psicosis lúpica dirigido contra un antígeno P ubicado en la superficie neuronal (llamado NSPA por sus siglas en inglés), reconocido por autoanticuerpos anti-P49. Otros autoanticuerpos: varios otros fueron descritos entre los años 2007 y 2011, seis de ellos se revisan a continuación: Anticuerpo anti inhibidor alfa de la disociación de la guanidina difosfato, abundante en las neuronas y necesario para la liberación de neurotrasmisores, al que se le atribuye una relación con la psicosis lúpica50. Anticuerpo antigangliósido M1, que fue relacionado con déficit cognitivo en LES infantil51. Anticuerpos antineuronales, cuyo antígeno blanco son proteínas de superficie neuronales, se describieron en 13 de 17 enfermos con LES con compromiso del SNC versus 1 de 27 LES sin compromiso del SNC52. Anticuerpos antitubulina fueron descritos en 50% de LESNP grave versus 20% de LESNP leve53. Anticuerpos IgG dirigidos contra antígenos cerebrales contenidos en los microtúbulos neuronales (MAP-2B, triosafosfato isomerasa y septina 7) fueron encontrados en el suero de 16 sujetos con LESNP54. Niveles elevados del antígeno del anticuerpo antineurofilamento internectina, que se ha asociado con daño cognitivo experimental en ratones, fue descrito en pacientes LESNP55. Otros factores en la etiología Además, los síntomas de LESNP se han asociado con la presencia de niveles elevados de proteínas inflamatorias interferón e interleuquina 6 (IL-6) en suero y en LCR56-58. Su presencia en LCR podría significar un peor pronóstico del los síntomas NP59. Algunos pacientes con LESNP presentan niveles significativamente más altos del inhibidor de activación del plasminógeno en LCR, lo que pudiera alterar la fibrinólisis y de este modo aumentar el daño vascular60. Por otro lado, se ha buscado una etiología viral que pudiese explicar el comienzo de la reacción inflamatoria, por ejemplo, una asociación se describió entre niveles de IgM contra rubéola en sangre con psicosis o depresión61. Niveles elevados de un “factor neurotrópico cerebral” en el suero se asociarían con síntomas psiquiátricos, pero no neurológicos, en pacientes LESNP, y que serían Rev Med Chile 2012; 140: 1333-1341 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Lupus neuro-psiquiátrico con déficit cognitivo - T. León et al concordantes con la magnitud de la enfermedad62. Otro hallazgo son niveles altos de S100B, una proteína relacionada al metabolismo del calcio, en sangre y LCR de pacientes con LESNP, especialmente en aquellos con daño cerebral orgánico, accidente vascular encefálico, convulsiones o psicosis; sin conocerse su función en la etiopatogenia de estas manifestaciones63. También se encontró que al existir daño en la BHE, el riesgo de psicosis post-corticoides aumentaba significativamente33. Exámenes diagnósticos en suero En Chile, en laboratorios especializados es posible pesquisar anticoagulante lúpico por técnicas de coagulación, medir niveles de anticardiolipinas y de anti-beta 2 glicoproteina I por técnicas ELISA comercial. Anti-P se mide por ELISA comercial que se confirma por inmunoblot y anti-NSPA se detecta por inmunoblot. Sin embargo, la correlación con los hallazgos clínicos NP en el paciente individual y la interpretación son difíciles48. Por otra parte, hay diferencias entre los niveles de anticuerpos de una misma persona según el sitio de medición: suero o LCR43,64. Por otro lado, la cuantificación de una elevación de IL-6 en LCR podría ser diagnóstica de LESNP, con una sensibilidad de 87% y una especificidad de 93%, una vez descartada la posibilidad de una meningitis58,65. Imágenes diagnósticas La principal finalidad de los estudios diagnósticos de imágenes en LESNP es que permiten establecer el diagnóstico diferencial con otras lesiones que potencialmente afectan al cerebro, como abscesos, hematomas o accidentes cerebrovasculares, esto es especialmente importante en pacientes en uso de inmunosupresores, con trastornos de coagulación o trombocitopenias o hipertensión. Por largo tiempo se han buscado patrones que permitan diferenciar pacientes con LESNP de los pacientes sin LESNP; en el LESNP se ha descrito que la resonancia nuclear magnética (RNM) es normal o se observan imágenes focales, pequeñas, hiper intensas en T2 en la sustancia blanca periventricular y subcortical, ubicadas usualmente en la región frontal, con mala correlación clínica, ya que también se observan en LES no NP. La combinación de RNM con estudios funcionales de tomografía computarizada por emisión de fotones individuales o SPECT pareciera tener mayor sensibilidad para detectar Rev Med Chile 2012; 140: 1333-1341 compromiso del SNC por lupus, tanto en la forma difusa como en la focal66. En pacientes con LESNP se encontró una baja perfusión en el lóbulo frontal al utilizar SPECT y la intensidad de esta lesión se correlacionó con mayor déficit cognitivo67. En lo que respecta a la RNM funcional se ha observado una mayor activación frontoparietal en tareas de memoria, posiblemente por reclutar más vías neuronales por defecto de las originales68, y alteraciones en la sustancia blanca del cuerpo calloso en pacientes LESNP69,70 o un adelgazamiento de la sustancia gris cortical y subcortical71,72. No se encontró asociación en la disfunción endotelial cerebral cuantificada a través de Eco Doppler22,73, ni en histograma de transferencia magnética74. Recomendaciones de terapia Como se establece en las guías del año 2010 de la liga europea “The European League Against Rheumatism” las manifestaciones NP en LES debieran ser primeramente evaluadas y tratadas como en los pacientes sin LES. Una vez realizada la exclusión de las causas no relacionadas con LESNP, el uso de corticoesteroides e inmunosupresores (como azatioprina o ciclofosfamida) están indicados en las manifestaciones autoinmunes inflamatorias de LESNP, como son el estado confusional agudo, meningitis aséptica, mielitis, psicosis, y neuropatías de par craneano y las periféricas. La terapia anticoagulante o antiplaquetaria está indicada para tratamiento y prevención de la enfermedad cerebro-vascular relacionada con AFL. Sin embargo, se carece de un buen nivel de evidencia de las recomendaciones de terapia en LESNP75. Conclusiones Las manifestaciones del LESNP comprometen la calidad de vida, el empleo y posiblemente la supervivencia de pacientes con LES76. El déficit cognitivo es una manifestación frecuente y posiblemente menos reconocida en nuestro medio, y es importante discriminar si éste se produce como un epifenómeno de otras variables como depresión y ansiedad, uso de fármacos y gravedad de la enfermedad, o si más bien responde a un efecto directo del LES sobre estructuras cerebrales a través de los 1337 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Lupus neuro-psiquiátrico con déficit cognitivo - T. León et al mecanismos etiopatogénicos descritos. En otras palabras, se requiere diferenciar las manifestaciones propias del LES de los síntomas y signos dados por el tratamiento o sus complicaciones, o por las situaciones psicosociales que acompañan el tener una enfermedad inflamatoria crónica grave. En los mecanismos etiopatogénicos se postula que un daño en la BHE permite que se pongan en contacto autoanticuerpos circulantes dirigidos contra antígenos neuronales con sus antígenos, lo que pudiera desencadenar procesos inflamatorios en el SNC que se traduzcan en síntomas. Actualmente, los autoanticuerpos que están siendo estudiados en déficit cognitivo son los AFL, anti MMDAR y el anti-P/ NSPA. Estimular la investigación en LESNP permitirá un mejor diagnóstico, establecer factores de riesgo y de pronósticos y esperamos que esto conduzca a un tratamiento más adecuado de estos pacientes. Agradecimientos: Manuscrito financiado por proyectos FONDECYT #1085283 y #1110849. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Vasudevan A, Krishnamurthy AN. Changing worldwide epidemiology of systemic lupus erythematosus. Rheumatic Disease Clin North Am 2010; 36 (1): 1-13. Karassa FB, Ioannidis JP, Boki KA, Touloumi G, Argyropoulou MI, Strigaris KA, et al. 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Universidad de Chile, Santiago, Chile. 2 Departamento de Medicina Interna y Unidad Docente Asociada Hospital Dr. Sótero del Río, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. 3 Servicio de Nefrologia, Hospital Dr. Sótero del Río, Santiago, Chile. 4 Departamento de Anatomía Patológica, Hospital San Juan de Dios, Santiago, Chile. a Residente Medicina Interna, Universidad de Chile. Recibido el 25 de enero de 2011, aceptado el 17 de marzo de 2012. Correspondencia a: Dr. Juan Carlos Said E-mail: jcsaid@uc.cl. E Glomerulopatía colapsante Juan Carlos Said1,a, Luz María Letelier2, Alejandro González2, Cristóbal Escobillana3, Raúl Pisano4 Collapsing glomerulopathy Collapsing glomerulopathy is a cause of nephrotic syndrome with massive proteinuria secondary to podocyte proliferation and glomerular collapse. It is characterized by an almost inevitable progression to end stage renal failure, poor response to treatment and high post-transplant recurrence. Its frequency has increased in recent years due to its common association with Human Immunodeficiency Virus (HIV) infection and the growing recognition of new etiologic agents such as drugs and parvovirus B19. Therefore, it is a disease of growing interest for clinicians. The aim of this review is to update the clinical presentation, diagnosis, pathogenesis and therapeutic alternatives of this disease. (Rev Med Chile 2012; 140: 1342-1346). Key words: Glomerulopathies; HIV; Parvovirus. l término “glomerulopatía colapsante” (GC), fue utilizado inicialmente por Weiss en 1986, al reportar 6 pacientes, que cursaron con síndrome nefrótico (SN), insuficiencia renal rápidamente progresiva y colapso glomerular, todo ello bajo el sugerente título: ‘‘¿Una nueva entidad clinicopatológica?”1. Por otra parte, en la misma década, comenzaron a reportarse casos de una nefropatía de similares características a la descrita por Weiss, pero asociada la infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH)2. De ahí en adelante, se agregarían diferentes agentes como potenciales causas, todo lo cual llevaría a plantear esta nueva entidad como una probable vía final común a diferentes noxas. La GC es una enfermedad proliferativa definida por el colapso segmentario o global de la membrana basal glomerular, asociada a hipertrofia e hiperplasia de los podocitos y a enfermedad tubulointersticial severa. Fue descrita en los años setenta como “glomeruloesclerosis focal y segmentaria maligna”, dada su rápida progresión a la insuficiencia renal terminal (IRT)3. Aunque era una causa poco frecuente de IRT, su prevalencia ha ido en aumento en los últimos años, tanto en forma absoluta, como en proporción respecto al total de causas de IRT. De hecho, su frecuencia ha aumentado en los centros de referencia 1342 de biopsias renales, reportándose en un estudio retrospectivo realizado en México, entre 1985 y 1995, 15% de GC en biopsias descritas como glomerulopatía focal y segmentaria4, similar al 10% reportado en Estados Unidos de Norteamérica5, lo cual probablemente se relaciona con un mayor índice de sospecha, mayor número de biopsias y lógicamente, la expansión de la pandemia del SIDA6. En Chile, se han reportado casos, pero no existen datos de su prevalencia7. En la Pontificia Universidad Católica de Chile, centro de referencia nacional en biopsias renales, la GC en su forma pura (VIH y no VIH) sigue siendo infrecuente en la casuística de biopsias, con 0 a 1 caso por año aproximadamente de un promedio de 400 biopsias renales/año, lo cual podría deberse al bajo índice de sospecha por parte de los clínicos y a una subutilización de la biopsia renal en los casos de síndrome nefrótico (Comunicación no publicada. Servicio de Anatomía Patológica, Pontificia Universidad Católica de Chile). En los Estados Unidos de Norteamérica se estima en 3,5% a 6,9% de los pacientes VIH positivos, con una fuerte predilección racial2,8. Una serie de 102 pacientes con CG no asociada a VIH, mostró que 50% de los pacientes eran de origen africano, 33% blancos, 10% hispánicos y 7% otras ARTÍCULOS DE REVISIÓN Glomerulopatía colapsante - J. C. Said et al razas, lo cual podría traducir cierta predisposición genética9. En los Estados Unidos de Norteamérica, en personas de raza negra entre 20 y 64 años, es la tercera causa de IRT luego de diabetes e hipertensión10. El objetivo de esta revisión es describir y actualizar las formas más frecuentes de presentación de la GC, la etiopatogenia y las herramientas diagnósticas y terapéuticas desde una perspectiva clínica. Diagnóstico y etiología La GC debe considerarse dentro del diagnóstico diferencial de todo paciente con SN. Clínicamente se caracteriza por proteinuria en rango nefrótico (mayor a 3,5 g en 24 h), asociado a lipiduria y edema, sin hematuria ni hipertensión. En general cursa con proteinuria masiva (mayor a 10 g, en 24 h) y rápida evolución a IRT11. El estudio de estos pacientes debe incluir exámenes básicos de función renal (nitrógeno ureico y creatinina en sangre), perfil lipídico, hemograma, orina completa y proteinuria 24 h, asociado según sospecha clínica, al estudio etiológico habitual de un SN, buscando descartar diabetes, mieloma múltiple y patologías autoinmunes, entre otras. En el examen de orina, la presencia de lipiduria y cilindros granulares es común a otras causas de SN, pero destaca la presencia de proteinuria masiva, rasgo distintivo en relación a la glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GFS) y otras causas de SN. Aunque la GC es una enfermedad de causa desconocida, se asocia a diversas patologías o fármacos, que deben considerarse dentro del estudio diagnóstico. Se describe primordialmente asociada a VIH12, especialmente en pacientes con mal control y bajo recuento de CD4, sin embargo, también ha sido reportada como parte de una infección aguda o en pacientes con carga viral indetectable10. Se ha asociado también con otras enfermedades infecciosas como parvovirus B1912 y menos frecuentemente con citomegalovirus, HTLV-111, virus hepatitis C13 y tuberculosis14. Además se la ha asociado a algunas enfermedades autoinmunes como lupus y enfermedad de Still15. En forma más esporádica, se reporta asociación con algunos medicamentos como interferon Alfa16 y bifosfonatos pero en el caso de estos últimos, sólo cuando son usados en dosis supraterapéuticas17. En frecuencia decreciente se ha descrito en pacientes Rev Med Chile 2012; 140: 1342-1346 post trasplante renal, asociado a neoplasias y de origen genético, siendo en todos los grupos más común entre población afroamericana, excepto en los relacionados a fármacos y en post trasplante donde se reportan más casos en población blanca18. Dado lo anterior, debe realizarse una anamnesis completa, que incluya dirigidamente búsqueda de factores de riesgo para enfermedades de trasmisión sexual y síntomas asociados a patologías autoinmunes. Se debe también indagar exhaustivamente en el uso de fármacos, con o sin prescripción médica y antecedentes familiares y raciales. Finalmente, como en todo SN, sin causa evidente, la biopsia renal resulta imprescindible para certificar el diagnóstico y establecer el pronóstico. Patología Los hallazgos morfológicos más relevantes de esta entidad se observan tanto a nivel de los glomérulos, como a nivel tubular. En tinción de plata se observa un colapso capilar, con hiperplasia, hipertrofia y desarrollo de pseudocrescentes que ocupan el espacio de Bowman9. Con microscopía electrónica, a nivel glomerular se evidencia la proliferación podocitaria y la pérdida de los procesos secundarios. Lo anterior, debido a desregulación de los mecanismos de diferenciación, evidenciados por la pérdida de marcadores inmunohistoquimícos clásicos del podocito, como el WT-1, y la adquisición de marcadores previamente inexistentes, como el CD68. Dicha proliferación, que puede ser global o segmentaria, lleva eventualmente al colapso del asa capilar, al alterarse la capacidad por parte de los procesos podocitarios de ofrecer un soporte adecuado a la membrana basal capilar subyacente. Esta se retrae y repliega sobre sí misma, produciendo un colapso parcial o total del ovillo, hacia el hilio glomerular con ensanchamiento del espacio de Bowman. Al colapsar el glomérulo, manifestado por fibrosis cicatricial, se observan cambios degenerativos y regenerativos micro quísticos tubulares6. Del punto de vista morfológico, en un principio se clasificó como una variante de la GFS, concepto introducido por Detwiler et al, en 199419. Sin embargo, la presencia de algunas características contrapuestas entre ambas patologías ha puesto en duda esta clasificación. Así, mientras la prolifera1343 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Glomerulopatía colapsante - J. C. Said et al ción podocitaria caracteriza a la GC, la podocitopenia se relaciona con la GFS. En forma paralela, mientras en la GFS se han descrito mejorías con el implante de células madre o “stem cells” en modelos experimentales, la GC revierte en modelos experimentales con inhibidores de la proliferación. Todo lo anterior ha llevado a plantear que podría tratarse de una entidad nosológica distinta y no sólo una variante de GFS. Patogenia Aunque la patogenia de la GC es aún desconocida, ya que no ha sido posible encontrar un mediador común que sea el factor desencadenante de todas las GCs20, la evidencia sugiere que la injuria primaria al podocito llevaría a una alteración del ciclo celular con una reversión hacia un patrón más inmaduro y la subsecuente proliferación podocitaria. La asociación con patologías y agentes tan disímiles tendría en común la alteración de la homeostasis del sistema inmune, más específicamente, los linfocitos helper Tipo I, que ya se han asociado a otras patologías del parénquima renal9. El posible componente genético de esta patología, se infiere de su alta frecuencia en población de raza negra y de la descripción de series con manifiesta agregación familiar21. Por otra parte, aun cuando se asocia a VIH y/o raza negra, destaca un reporte de pacientes caucásicos VIH negativos en tratamiento por cáncer de mama o mieloma (sin nefropatía asociada a mieloma), con pamidronato en dosis mayores a las aprobadas por la FDA17, que desarrollaron GC. En estos casos se ha planteado como fisiopatología un malfuncionamiento mitocondrial, avalado en la detección de una proteína mitocondrial prenyltransferasa-like en modelo de ratones KD/KD que desarrollan siempre la enfermedad. Esta hipótesis podría explicar la toxicidad por los bifosfonatos, ya que también se asociarían con una injuria a nivel mitocondrial22, sin embargo, permanece aún sin explicación, cómo se produce la reacción podocitaria frente a este mal funcionamiento mitocondrial17. Por otra parte, la asociación con infecciones ha hecho plantear un efecto tóxico directo, por ejemplo, asociado a la infección por VIH o un efecto citopático indirecto mediado por citoquinas inflamatorias. 1344 Tratamiento y pronóstico La terapia puede dividirse en tres: el manejo general de un paciente con SN, las terapias específicas en caso de identificarse un agente etiológico y las terapias dirigidas a la GC propiamente tal sin agente etiológico identificado. 1. Medidas generales Se recomienda el uso inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) como elemento esencial en el control de la proteinuria, basado en estudios de cohorte prospectivos con GC asociada a VIH, que muestran una disminución de la progresión de la enfermedad asociado a uso de IECA23,24. En forma paralela, debe considerarse un control óptimo de la presión arterial, uso de espironolactona y manejo de la dislipidemia como formas probadas de enlentecer el deterioro de la función renal en paciente con SN, aun cuando la evidencia de su efectividad para la GC en particular es escasa. 2. Con agente etiológico identificado Debe iniciarse la terapia específica para la patología identificada. En la GC asociada a VIH, la evidencia, derivada de estudios observacionales, sugiere que el tratamiento es fundamentalmente el de la enfermedad de base mediante terapia antirretroviral (TARV). Así, los casos de IRT asociada a VIH aumentaron en Estados Unidos de Norteamérica progresivamente previo a la incorporación de TARV, para finalmente estabilizarse y declinar con la incorporación de TARV25. Más evidencia indirecta, se ha obtenido de estudios como SMART, donde el uso intermitente de TARV según nivel de CD4 comparado con uso continuo, se asoció a mayor incidencia de IRT26. Dado lo anterior, y tomando en cuenta la imposibilidad ética de hacer estudios aleatorios que incorporen pacientes a TARV o placebo, se recomienda el uso de TARV independiente de la carga viral y el nivel de CD4 en todos los pacientes con GC asociada a VIH10. El uso de corticoides se encuentra avalado por diversos estudios observacionales, sin embargo, continúa siendo un tratamiento de segunda línea reservado para el subgrupo de pacientes que no responden a TARV. Se recomienda en dosis de 1 mg por kg por dos meses titulando luego a la baja por dos meses27. Se han descrito casos de remisión completa de Rev Med Chile 2012; 140: 1342-1346 ARTÍCULOS DE REVISIÓN Glomerulopatía colapsante - J. C. Said et al la GC luego de tratar dirigidamente la patología asociada (Ej.: tuberculosis, mieloma, parvovirus B19)15,28. En el caso de GC relacionada con parvovirus B19, el tratamiento -basado en reporte de casos- parece ser el uso de inmunoglobulinas endovenosas. Todo lo anterior enfatiza la importancia de buscar exhaustivamente etiologías de base tratables, especialmente infecciosas, para no dar un tratamiento inmunosupresor, a quien probablemente se beneficie de un tratamiento potenciador del sistema inmune como las inmunoglobulinas29. 3. Sin agente etiológico identificado En pacientes en los cuales no se identifica un agente causal, series retrospectivas que evalúan diferentes combinaciones de ciclofosfamida, ciclosporina y corticoides30, han mostrado que la enfermedad es relativamente resistente al tratamiento inmunosupresor, con una baja tasa de remisión de la enfermedad renal y progresión frecuente a la IRT. Sin embargo, existen incluso en Chile, casos de pacientes que habrían tenido remisión con lisinopril y esteroides sintéticos con un seguimiento a 3 años7. Inmunomoduladores como el rituximab están en experimentación en otras podocitopatías y podrían llegar a ser de utilidad en las GC31. Dado lo anterior, en pacientes con GC sin ninguna asociación a enfermedad infecciosa luego de realizado un estudio exhaustivo, es razonable realizar una prueba terapéutica con corticoides. Finalmente, se cuenta con el transplante renal como última opción, lo cual sin embargo, se complica por la posibilidad de recurrencia en el órgano transplantado18. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Conclusiones La GC es una causa de SN de muy mal pronóstico. La expansión del VIH y el reconocimiento de nuevos agentes etiológicos la han convertido en una patología de interés creciente para el clínico, quien deberá sospecharla frente a SN con proteinuria masiva y confirmarla con biopsia renal. En el futuro, queda por dilucidar la etiopatogenia de la enfermedad, más allá de sus múltiples asociaciones, con una vía común que vincule a todos los causantes de GC. Lo anterior, es de esperar, llevará al desarrollo de nuevas terapias basadas en la evidencia y al reconocimiento del carácter distintivo de esta enfermedad. Rev Med Chile 2012; 140: 1342-1346 11. 12. 13. 14. Weiss MA, Daquioag E, Margolin EG, Pollak VE. Nephrotic syndrome, progressive irreversible renal failure, and glomerular “collapse”: a new clinicopathologic entity? Am J Kidney Dis 1986; 7: 20-8. Rao TK, Filippone EJ, Nicastri AD, Landesman SH, Frank E, Chen CK, et al. Associated focal and segmental glomerulosclerosis in the acquired immunodeficiency syndrome. N Engl J Med 1984; 310: 619-73. Brown CB, Cameron JS, Turner DR, Chantler C, Ogg CS, Williams DG, et al. Focal segmental glomerulosclerosis with rapid decline in renal function (“malignant FSGS”). Clin Nephrol 1978; 10: 51-61. Ávila Casado MC. Glomerulopatía colapsante: Una nueva entidad asociada a síndrome nefrótico e insuficiencia renal Terminal. Rev Invest Clín 1999; 51 (6): 367-73. 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Longterm renal survival in HIVassociated nephropathy with angiotensin-converting enzyme inhibition. Kidney Int 2003; 64 (4): 1462-71. 1346 24. Yahaya I, Uthman AO, Uthman MM. Interventions for HIV-associated nephropathy. Cochrane Database Syst Rev 2009; 7 (4): CD007183. 25. National Institutes of Health, National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. U.S. Renal Data System (USRDS) Annual Data Report. Bethesda, 2001. http://www.usrds.org 26. Lundgren JD, Babiker A, El-Sadr W, Emery S, Grund B; Neaton JD, et al. Inferior clinical outcome of the CD4 (+) cell count guided antiretroviral treatment interruption strategy in the SMART study: Role of CD4 (+) cell counts and HIV RNA levels during follow-up. J Infect Dis 2008; 197 (8): 1145-55. 27. Eustace JA, Nuermberger E, Choi M, Scheel PJ Jr, Moore R, Briggs WA. Cohort study of the treatment of severe HIV-associated nephropathy with corticosteroids. Kidney Int 2000; 58 (3): 1253-60. 28. Shah S, Cavenagh J, Sheaf M, Thuraisingham RC. Remission of Collapsing Focal Segmental Glomerulosclerosis Following Chemotherapy for Myeloma. Am J Kidney Dis 2004; 43 (2): 10-2. 29. Moudgil A, Shidban H, Nast CC, Bagga A, Aswad S, Graham SL, et al. Parvovirus B19 infection-related complications in renal transplant recipients: treatment with intravenous immunoglobulin. Transplantation 1997; 64: 1847-50. 30. Stokes MB, Valeri AM, Markowitz GS, D’Agati VD. Cellular focal segmental glomerulosclerosis: Clinical and pathologic features. Kidney Int 2006; 70: 1783-92. 31. Marasà M, Kopp JB. Monoclonal antibodies for podocytopathies: rationale and clinical responses. Nat Rev Nephrol 2009; 5: 337-48. Rev Med Chile 2012; 140: 1342-1346 Artículo Especial Rev Med Chile 2012; 140: 1347-1351 Consentimiento informado en la nueva ley de derechos de los pacientes Rodolfo Figueroa G.a Informed consent in the patients´ rights law The new regulation of patients´ rights creates the right to informed consent, which allows accepting or refusing any medical treatment. Also, the patient has the right to be appropriately informed about a variety of aspects determined by the law. Patient´s autonomy has limits. Artificial acceleration of death, euthanasia or assisted suicide are not permitted. The problem is that the law does not define those situations. The law provides the intervention of Ethics Committees when the doctor considers that the patient exposes himself to severe harm or the risk of death which would be avoided. This intervention impinges on patient´s autonomy. Patients have the right to request discharge and medical facilities could discharge patients against their will if they do not accept medical recommendations. These limitations on autonomy should be explained because the law apparently makes the distinction between killing, letting die and the Double Effect Doctrine. There is plenty of literature questioning the validity of both. The law fails to regulate part of the medical practice, regarding life and death decisions. A lack of consensus could explain this omission. Doctors have a right to conscientious objection to some patient’s requests. (Rev Med Chile 2012; 140: 1347-1351). Key words: Ethics Committees; Euthanasia; Informed Consent. E l 24 de abril de 2012 se publicó en el Diario Oficial la ley Nº 20.584 que regula los derechos y deberes de los pacientes. Sin embargo, esta ley entrará en vigencia el 1 de octubre de 20121. Esta ley regula el consentimiento informado del paciente, proporcionándole autonomía para decidir a qué procedimientos médicos pueda someterse. La ley regula también el derecho a obtener la información necesaria para poder prestar el consentimiento. Junto con ello, la ley establece limitaciones a esta autonomía, prohibiendo la aceleración artificial de la muerte, la eutanasia y el auxilio al suicidio. En este trabajo se explica la normativa sobre el consentimiento informado y se discuten los límites al mismo. Regulación legal del consentimiento informado 1. El consentimiento informado de los pacientes 1.1. La norma general Facultad de Derecho, Universidad Diego Portales. Santiago de Chile. a Abogado, doctor y magíster en derecho, profesor de la Universidad Diego Portales. Santiago, Chile. Recibido el 2 de abril de 2012, aceptado el 4 de junio de 2012. Correspondencia a: Profesor Rodolfo Figueroa G., Facultad de Derecho, Universidad Diego Portales. República 105. Santiago. Fax: 6762625. E-mail: rodolfo.figueroa@ udp.cl La ley reconoce expresamente en el artículo 14 el derecho de los pacientes al consentimiento informado: “Toda persona tiene derecho a otorgar o denegar su voluntad para someterse a cualquier procedimiento o tratamiento vinculado a su atención de salud, con las limitaciones establecidas en el artículo 16”2. El paciente tiene un derecho a aceptar o rechazar cualquier tipo de tratamiento de salud que le concierna, con limitaciones que veremos más adelante. La ley agrega que el consentimiento debe ser ejercido en forma libre, voluntaria, expresa e informada2. Para que sea efectivo, la ley exige que el profesional proporcione al paciente información oportuna, adecuada, suficiente y comprensible2,3. Esta información debe abarcar su estado de salud, el posible diagnóstico de su enfermedad, alternativas de tratamiento disponibles y los riesgos que puedan representar, el pronóstico esperado y el proceso del postoperatorio previsible3. Si no fuere 1347 Artículo Especial Consentimiento informado y derechos de los pacientes - R. Figueroa posible entregar esta información al paciente, debe ser facilitada a su representante legal o a la persona bajo cuyo cuidado se encuentre3. En cuanto a las formalidades, el consentimiento se presta de manera verbal. Sin embargo, debe constar por escrito en la ficha clínica en los siguientes casos: intervenciones quirúrgicas, procedimientos diagnósticos y terapéuticos invasivos y, en general, en casos de procedimientos que impliquen un riesgo relevante y conocido para la salud del individuo4. Junto con ello, la ley presume que el paciente ha recibido la información pertinente cuando su firma conste en el documento que explique el procedimiento a que va a someterse4. Ahora bien, la ley contempla tres hipótesis en las cuales se puede ejecutar procedimientos sin contar con la voluntad del paciente o su apoderado: • Cuando la falta de intervención implique un riesgo para la salud pública. • Cuando la intervención médica inmediata sea necesaria para prevenir riesgo vital o secuela funcional grave y el paciente no pueda manifestar su voluntad por su condición de salud. • Cuando el paciente esté incapacitado para consentir5. 1.2. La limitación al consentimiento informado El artículo 14 establece tres limitaciones a la voluntad del paciente: “En ningún caso el rechazo a tratamientos podrá tener como objetivo la aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el auxilio al suicidio”4. El derecho del paciente no incluye la aceleración artificial de la muerte, la eutanasia o el auxilio al suicidio. El problema es que la ley no define esas situaciones. 2. El consentimiento informado en los enfermos terminales La ley dedica un acápite6 a los pacientes que estén en condición terminal. Estos pacientes tienen derecho a decidir y rechazar cualquier tratamiento que tenga como efecto prolongar artificialmente su vida7. La ley reitera la prohibición de acelerar artificialmente la muerte. Esta regulación no es distinta de la que vimos en el artículo 14 pues el enfermo terminal tiene el mismo derecho que los demás pacientes. Además, el derecho a rechazar tratamientos que prolonguen 1348 artificialmente su vida (el denominado encarnizamiento terapéutico) se puede entender comprendido en el artículo 14. La ley indica que este derecho no afecta la mantención de las medidas de soporte ordinario aunque la ley no define cuáles son las medidas ordinarias y las extraordinarias. Finalmente, la ley repite dos exigencias que están señaladas en normas precedentes: el deber de proporcionar información completa y comprensible, y la improcedencia del derecho a consentir cuando esté en riesgo la salud pública. 3. El consentimiento informado y los Comités de Ética La ley ha previsto la intervención de Comités de Ética en una serie de casos, incluyendo aquellos en que el paciente ejerza su derecho de autonomía. Señala la ley que el profesional tratante debe solicitar la opinión del Comité cuando estime que la decisión del paciente lo “…expone a graves daños a su salud o al riesgo de morir, que serían evitables prudencialmente siguiendo los tratamientos indicados…”8. También está previsto recurrir al Comité si el paciente rechaza “…la insistencia en la indicación de los tratamientos o la limitación del esfuerzo terapéutico…”8. La intervención del Comité limita el derecho de autonomía del paciente pues, si este decide algo que expone su salud a consecuencias graves, el médico está obligado a consultar al Comité en vez de acceder a los requerimientos del paciente de inmediato. La ley se encarga de precisar que el Comité de Ética no adopta decisiones, al señalar que su pronunciamiento reviste solamente el carácter de recomendación8. Además, la ley libera a los integrantes del Comité de toda responsabilidad civil o penal respecto de lo que eventualmente pudiere suceder al paciente8. Lo complicado es que la ley no dice nada sobre la responsabilidad del médico tratante. Finalmente, la ley agrega que las personas que no estén de acuerdo con la opinión del Comité pueden recurrir a las Cortes de Apelaciones ejerciendo la Acción de Protección prevista en el artículo 20 de la Constitución8. 4. Alta voluntaria y forzosa La ley dispone que el paciente tiene derecho a pedir el alta voluntaria cuando desee no ser tratado, quiera interrumpir el tratamiento o se niegue Rev Med Chile 2012; 140: 1347-1351 Artículo Especial Consentimiento informado y derechos de los pacientes - R. Figueroa a cumplir las prescripciones médicas9. Como contrapartida, la ley otorga al establecimiento de salud la facultad de decretar el alta forzosa del paciente ante las mismas circunstancias9. La ley no entrega mayores precisiones acerca de este derecho del establecimiento de salud. Sólo indica que lo puede ejercer cuando el paciente desee no ser tratado, quiera interrumpir el tratamiento o se niegue a cumplir las prescripciones médicas. Por tanto, se produce aquí una situación que puede anular el derecho del paciente al consentimiento informado pues si el paciente se niega a un procedimiento, el establecimiento puede darlo de alta forzosamente. 5. Objeción en conciencia y consentimiento informado La ley confiere al profesional de la salud un derecho de objeción en conciencia. Si el profesional no está de acuerdo con la decisión manifestada por el paciente, puede decidir no continuar como responsable del tratamiento8. Este derecho se podría entender comprendido dentro del derecho constitucional que tienen todas las personas a la libertad de conciencia10. Sin embargo, eso podría ser objeto de disputa, de modo que resulta mejor que la ley lo reconozca expresamente. Ahora bien, la ley se ha encargado de proteger al paciente. En efecto, la ley dispone que si el profesional desea ejercer este derecho, debe asegurar que el cuidado del paciente sea asumido por otro profesional calificado. La nueva normativa sobre el derecho del paciente al consentimiento informado y sus limitaciones 1. El derecho al consentimiento informado es un derecho de autonomía. Esto queda claro del título del párrafo 6º: “De la autonomía de las personas en su atención de salud.” Como se ha visto, este derecho de autonomía se encuentra limitado de varias maneras: a) La ley no permite acelerar artificialmente la muerte, la eutanasia ni el auxilio al suicidio. b) Incluso en aquellas conductas que sí están permitidas por la ley, la voluntad del paciente puede quedar anulada en varios casos: c) En casos graves es obligatoria la intervención Rev Med Chile 2012; 140: 1347-1351 del Comité de Ética, de modo que el médico no puede acceder de inmediato al requerimiento del paciente. d) En casos menos graves, la intervención del Comité de Ética queda a discreción del médico8, de modo que también puede negarse a acceder a la voluntad del paciente. e) El establecimiento de salud puede decretar alta forzosa en vez de someterse a la voluntad del paciente. f) El derecho del médico a la objeción de conciencia también podría hipotéticamente funcionar como un límite a la libertad del paciente. El paciente podría inhibirse de ejercer su derecho si sabe que el médico puede renunciar a seguir tratándolo y él no quiere perderlo. Por tanto, las situaciones señaladas permiten concluir que el paciente no tiene un derecho fuerte de autonomía que deba siempre ser respetado por el médico o el establecimiento de salud. 2. La ley tiene problemas de imprecisión respecto a los límites al derecho de autonomía. a) La ley prohíbe la eutanasia pero no define ese concepto. El problema es que existe discusión sobre qué es eutanasia. Goic11, Beca12, Ugarte13, Rodríguez14 y Vivanco15 sostienen que desconectar a un paciente de un ventilador mecánico no constituye eutanasia. En cambio, Foot16 y Gruzalski17 creen que es una forma de eutanasia pasiva y Hopkins18 defiende que es eutanasia activa pues desconectar es una acción. b) El artículo 14 prohíbe acelerar artificialmente la muerte. Desconectar de un ventilador ¿puede considerarse una intervención (es decir, algo artificial) que acelera la muerte? Quizá algunos médicos estimen que no, pero los jueces pueden pensar que sí. En consecuencia, se puede generar un problema. c) El artículo 14 prohíbe el auxilio al suicidio. Puede ser problemático identificar esta situación. Por ejemplo, si un paciente prefiere morir rechazando un tratamiento que lo salvaría y el Comité de Ética y su médico tratante lo respaldan, ¿no es eso ayudar al paciente a morirse? La conclusión es que la ley no es precisa y los médicos pueden razonablemente pensar que la ley no aclara sus responsabilidades. Como vimos, sólo el Comité de Ética está libre de responsabilidad. 1349 Artículo Especial Consentimiento informado y derechos de los pacientes - R. Figueroa 3. La limitación a la autonomía del paciente y a su derecho al consentimiento informado puede explicarse porque la ley aparentemente asume la distinción entre matar y dejar morir y la doctrina del doble efecto, tal como lo hace numerosa doctrina nacional, según se ha demostrado en otra parte19. Es por eso que si el paciente lo desea, se permite desconectarlo pero no inyectarle una droga para matarlo aunque él lo pida (eutanasia). El primer caso se permite porque consiste en dejar morir en tanto el segundo se prohíbe porque consiste en matar. De igual manera, se permite hacer una cosa que pueda causar la muerte (inyectar sedación) pero no otra que tenga igual resultado (inyección de droga para matar: eutanasia), si la intención en el primer caso era aliviar el sufrimiento, bajo la doctrina del doble efecto. El problema es que existe abundante literatura que cuestiona la validez de la distinción entre matar y dejar morir, como Rachels20, Foot16, Gruzalski17, Hopkins18 y Dworkin21 y también la utilidad de la doctrina del doble efecto, como Foot22, Thomson23, Davis24, McIntyre25, Scanlon26, Hart27 y Kamm28. Estos argumentos se han desarrollado en otra parte19, de modo que no cabe repetirlos. Por tanto, es posible pensar que la nueva ley limita severamente la autonomía de los pacientes sobre bases que puedan estar equivocadas o, al menos, ser objetables. 4. Puede estimarse que la ley falla en un doble sentido. Por una parte, porque limita la autonomía de las personas de una manera que pueda estimarse, al menos, discutible. Por otra, porque no regula un aspecto crítico de la práctica de la medicina que consiste en que, en ocasiones, los médicos deben adoptar decisiones de vida y muerte. Como hemos visto, la ley no permite tomar estas decisiones. Por tanto, parece que la ley no está muy clara y decidida sobre cómo regular la disponibilidad de la vida humana. ¿A qué se puede deber esto? Es posible que en nuestra idiosincrasia no tengamos resuelto sobre los casos en que podemos disponer de la vida humana. Esto se puede advertir en los sucesivos cambios que experimentó esta ley durante su tramitación. Esos cambios revelan que no había posturas claras y dominantes. De hecho, algunos de esos cambios fueron súbitos y descuidados. Un ejemplo es el testamento vital. Esta institución estaba prevista en el proyecto de ley en el artículo 18. A último minuto, sin explicación, 1350 se eliminó el testamento vital, pero esa sección de la ley se sigue llamando “Del estado de salud terminal y la voluntad manifestada previamente” aunque la voluntad manifestada previamente ya no está regulada por la ley. Estas consideraciones permiten pensar que es posible que esta ley sea objeto de revisiones en algún futuro cercano. Conclusiones 1. El paciente tiene derecho a un consentimiento informado, que le permite rechazar cualquier tratamiento médico. Para ejercer este derecho, el paciente debe recibir información completa y oportuna. Sin embargo, el paciente no tiene derecho a acelerar artificialmente la muerte, exigir eutanasia o el auxilio al suicidio. 2. El paciente terminal tiene derecho a oponerse a medidas que prolonguen artificialmente su vida. Se le aplican las limitaciones antes señaladas. 3. Está prevista la intervención de un Comité de Ética cuando el médico estime que la decisión manifestada por el paciente lo expone a graves daños a su salud o al riesgo de morir, que serían evitables prudencialmente, o cuando el paciente rechace la insistencia en la indicación de los tratamientos o la limitación del esfuerzo terapéutico. 4. El médico tiene derecho a la objeción en conciencia frente a los requerimientos del paciente. 5. El paciente tiene derecho a solicitar el alta voluntaria en caso de que no esté de acuerdo con el equipo médico y, por su parte, el establecimiento de salud también tiene la facultad de decretar el alta forzosa del paciente si este no desea cumplir las prescripciones médicas. 6. La ley establece expresamente que se prohíbe la aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el auxilio al suicidio. El problema es que esta ley no define esas hipótesis, de modo que podría estimarse, por ejemplo, que la desconexión de un ventilador mecánico constituye una conducta prohibida. 7. Las diversas limitaciones que la ley pone a la autonomía del paciente se podrían explicar porque la ley parece asumir la distinción entre matar y dejar morir y la doctrina del doble efecto, en circunstancias que existe abundante literatura que cuestiona la validez de ambas. Rev Med Chile 2012; 140: 1347-1351 Artículo Especial Consentimiento informado y derechos de los pacientes - R. Figueroa 8. La ley no regula una parte de la práctica médica, que consiste en adoptar decisiones de vida y muerte. Es posible que esto ocurra porque no exista acuerdo en nuestro medio sobre cuando disponer de la vida de las personas. Esto se puede apreciar en los diversos y repentinos cambios que sufrió esta ley durante su tramitación. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. Artículo transitorio. Ley N° 20.584. Diario Oficial, República de Chile. Artículo 14. Artículo 10. Artículo 14. Artículo 15. Parágrafo 2. “Del estado de salud terminal y la voluntad manifestada previamente.” Artículo 16. Artículo 17. Artículo 18. Artículo 19 nº 6 de la Constitución. Goic A. Apuntes sobre la Eutanasia. Rev Med Chile 2005; 133: 371-5. Beca JP, Ortiz A, Solar S. Derecho a Morir. Rev Med Chile 2005; 133: 601-6. Ugarte JJ. El derecho a la vida y la Constitución. Rev Chil Derecho 2006; 33: 509-27. Rev Med Chile 2012; 140: 1347-1351 14. Rodríguez E. La eutanasia y sus argumentos. 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Tel: 5760711 E-mail: lornamuriel@gmail. com Nicole Grossman K.1,a, Javiera Herrera V.1,b, Lorna Luco C.1 The point of view of Judaism on organ donation Organ transplantation frequently constitutes a source of public concern. Dealing with such a complex medical problems requires a process of recognition of the different attitudes that social groups have toward organ transplantation attitudes which might vary accordingly to cultural and religious diversity. Judaism is the focus of this review. Our objective is to contribute to the knowledge that Chilean health professionals have about the Jewish point of view on organ transplantation. The supreme value of life is a premise of Judaism, so saving a life should precede the enforcement of certain Old Testament’s prohibitions. However, it is difficult and misleading to attempt to define a unique point of view-even though there is an overwhelming majority who are in favor of organ donation-because different theological interpretations and recommendations are continuously in debate. We conclude that the mainstream Jewish position is not significantly different from the contemporary Western thought, even though a minority in Judaism is opposed to cadaveric organ donation. (Rev Med Chile 2012; 140: 1352-1354"). Key words: Brain death; Judaism, brain; Organ Transplantation. Quién salva una vida, salva al mundo entero. E Tratado Sanhedrín 37a, Talmud. l trasplante de órganos es un tema siempre vigente que no deja indiferente a nadie. El promedio mundial de donantes de órganos fue de 15 donantes por millón de habitantes. En España, esta tasa es de 32 donantes por millón1. En Chile, la tasa de donación de órganos en el año 2009 fue de 6,5 donantes por millón de habitantes, y en el 2010 disminuyó a 5,42. Esto podría reflejar que existe poca conciencia, escaso interés, o simplemente desinformación del tema en nuestra sociedad. Esta cifra es la menor registrada desde el año 1998. La información entregada por el Instituto de Salud Pública a la Corporación del Trasplante en Chile, indica que existen actualmente 1.818 personas en espera de un órgano, 15% son menores de 15 años. Alrededor de 40 de ellos, se transformarán en pacientes de prioridad nacional cada año3. La actitud social frente al tema, tanto de la población en general como de profesionales de la salud, varía de acuerdo a las diferentes culturas y 1352 creencias. Es por ello que se necesita comprender los distintos conceptos sobre salud-enfermedad de las personas originarias de distintas culturas que conviven en nuestro país, para saber cómo abordar los problemas más complejos en relación a tratamientos médicos. El judaísmo es una religión con más de 3.000 años de antigüedad que se basa en la Torá Escrita (Antiguo Testamento) y en la Torá Oral, conocida como Talmud (transcripción de la tradición oral), que fue entregada a Moisés en el Sinaí, y que a su vez, explica la Torá Escrita. A través de una revisión analizaremos la postura de la religión judía, en relación a los trasplantes de órganos, de la que se conoce muy poco en Chile, con el fin de contribuir a su mejor comprensión por parte de los profesionales de la salud y de la sociedad en general. Desmitificación de la no donación Aunque existe una percepción generalizada de que el judaísmo es contrario a la donación de órganos, ésta no es la realidad. En 1990 la Asam- Artículo Especial Donación de órganos desde el judaísmo - N. Grossman et al blea Rabínica Ortodoxa de Estados Unidos de Norteamérica adoptó una resolución en la cual motiva a todos los judíos a que sean donantes de tejidos y órganos, firmando y llevando consigo tarjetas de identificación en las que se afirme su decisión de ser donantes en caso de fallecer4. En el judaísmo, los trasplantes de corazón, pulmón, riñón, hígado y otros órganos vitales no solamente están permitidos, sino que son considerados como parte de un mandato basado en el valor supremo de la vida humana5. Esto ilustra la importancia que le da el judaísmo a la vida por sobre todas las cosas. Sin embargo, dado que no existe una posición única y jerárquica como en otras religiones, algunas corrientes del judaísmo son aún reacias a la donación de órganos, en base al argumento de la resurrección de los cuerpos. El pueblo judío está esperando la llegada del Mesías, momento en el cual todas las almas resucitarán y serán parte de esa época mesiánica. Es por ello, que estos sectores minoritarios consideran que cuando llegue ese momento sus cuerpos no estarían completos. Sin embargo, el Rabino Dr. Mordechai Halperin, Director del Falk Schlesinger Institute for Medical-Halachical Research, responde que el donante no cambia su status para el momento de la resurrección cuando llegue el Mesías y aún más, que el donar un órgano para salvar una vida llega incluso a ser considerado un precepto. Así, aunque existan distintas líneas de pensamiento en el judaísmo, todas comparten el enunciado: “Quién salva una vida, salva al mundo entero”. Según esta posición, la donación de órganos sería una “Mitzvá” (un mandamiento o precepto). De acuerdo a este precepto habría tres prohibiciones bíblicas referentes al cadáver, las cuales podrían llevar a pensar que la donación de órganos debiese estar prohibida: “Nivul Hamet”, que es la prohibición de la mutilación innecesaria de un cadáver; “Halanat Hamet”, que prohíbe retrasar el entierro de un cuerpo; y “Hanaát Hamet”, que prohíbe obtener algún beneficio de un cadáver6. Estas prohibiciones cuidan el respeto y dignidad de los cadáveres, porque ellos alguna vez fueron portadores de una vida y de su alma. Sin embargo, la mayoría de los Rabinos están de acuerdo en que es más importante aplicar “Pikuach Nefesh” (Salvación del Alma), que respetar estas prohibiciones, ya que el trasplante de órganos salva vidas y, por ende, se está cumpliendo una “Mitzvá” mayor y se está dando un mayor respeto Rev Med Chile 2012; 140: 1352-1354 y dignidad al cuerpo humano. Donación de órganos en pacientes vivos En Chile, la Ley N° 20.413 de Donaciones en su artículo cuarto7, señala que la donación de órganos por donante vivo sólo se permitirá en personas capaces mayores de dieciocho años y debe ser idealmente un donante relacionado, con el fin de evitar el comercio de órganos. El judaísmo, en relación al trasplante de órganos con donante vivo, señala que es tan importante evaluar los riesgos del donante como el estado del receptor. Por ejemplo, el trasplante de médula ósea conlleva sólo un riesgo mínimo para el donante y por ende está permitido8. Es también importante considerar si el paciente aún está a tiempo de recibir el órgano y por lo tanto, utilizar este criterio al momento de realizar el trasplante. La escasez de órganos ha planteado en diversos países un debate acerca de la donación altruista de órganos a pacientes no relacionados, con la ventaja de aumentar la donación de órganos para trasplante, aunque existe la duda de que surjan formas de compensación o venta de órganos. Existe un programa llamado “Kidney Mitzvah” en Estados Unidos de Norteamérica e Israel que busca judíos que quieran donar uno de sus riñones a pacientes judíos no relacionados que lo necesiten. Este programa trabaja a su vez con la organización estadounidense “National Kidney Registry”. Donación de órganos y muerte encefálica Por consenso general y apoyado por la legislación vigente en Chile, los órganos para la donación son extraídos una vez certificada la muerte encefálica, mediante las pruebas diagnósticas correspondientes. Esta condición se define como la abolición total e irreversible de la función de todo el encéfalo, incluido el tronco encefálico9. La declaración de muerte encefálica debe ser segura e inequívoca y para esto existen protocolos, a nivel nacional, que se aplican con la mayor rigurosidad frente al donante presunto. Para el judaísmo, la discusión primordial es la declaración de la muerte y los criterios que determinan que una persona ha fallecido. Hay un debate rabínico en el Talmud referente a la definición de muerte. La pregunta central en esta discusión es en qué momento una persona es declarada muerta. 1353 Artículo Especial Donación de órganos desde el judaísmo - N. Grossman et al Una opinión tradicional señala la muerte como el cese de la respiración y la otra lo hace respecto al cese irreversible del latido cardiaco. La pregunta central es si la ley judía considera viva o muerta a una persona con muerte encefálica cuyo corazón sigue latiendo y que está conectada a ventilación mecánica. Si la “Halajá” (ley judía) considera a esta persona como viva, la extracción de sus órganos estaría necesariamente prohibida. Algunos rabinos consideran que mientras haya muerte encefálica pero el corazón siga latiendo, esa persona está aún viva y se estaría produciendo su muerte al extraer sus órganos. En cambio otros señalan que la muerte encefálica define la muerte del individuo, ya que a esta le seguirá inevitablemente el paro cardio-respiratorio10. Es importante mencionar esto, ya que si la definición de muerte encefálica fuese sólo por estímulos de corteza, no caería dentro de la definición de muerte, ya que no llevaría al inevitable cese de la respiración. La “Sociedad Halájica de donación de Órganos” (HODS), cuya misión es aumentar la donación de órganos de parte de los judíos a la población general señala que cuando el paciente deja de respirar, y aunque su corazón siga latiendo, éste será considerado muerto. El criterio de esta última opinión que es adoptada por la mayoría de las comunidades judías tanto ortodoxas como conservadoras, lleva a permitir la donación de órganos dentro del judaísmo actualmente. En síntesis, existe un debate rabínico referente a la muerte encefálica y a la extracción de órganos. Una premisa de la opción judía es el valor supremo de la vida y es por esto que salvar una vida se antepone al respeto de ciertas prohibiciones contenidas en el Antiguo Testamento. Sin embargo, es complicado y equívoco intentar definir una línea única por cuanto existen diversas interpretaciones teológicas y recomendaciones. Si bien una minoría en el judaísmo se opone a la donación de órganos de cadáver, la posición judía mayoritaria no difiere significativamente del pensamiento occidental contemporáneo y está a favor de la donación. La Torá dice “Hazte de un maestro, adquiere para ti un amigo y juzga a toda persona para bien”11. Es por eso que la postura que se tendrá frente a la donación de órganos, dependerá de la línea del Rabino que guíe a la persona en su conducción religiosa, debiendo en caso necesario, ser asesorado por un rabino experto en el tema. Es importante destacar el conocimiento de 1354 otras culturas y religiones con objeto de lograr un adecuado “procuramiento” de órganos, respetando todas las creencias. Esto debe ser parte del proceso educativo que se debería entregar a los profesionales y a la comunidad en general. Es imperativo que las familias discutan su posición con respecto a ser donante o no y que los cercanos de un donante presunto conozcan y respeten su voluntad al momento de decidir sobre la donación de órganos, a pesar de la modificación legal reciente, que establece en nuestro país la donación presunta. Referencias 1. Organización Nacional de Trasplantes [Internet]. España: Organización Nacional de Trasplantes. [Acceso 6 de mayo de 2011]. Disponible en: http://www.ont.es/ infesp/ Memorias/Memoria_Donantes_2010.pdf 2. Corporación del Trasplante [Internet]. Santiago: Corporación Nacional del Trasplante [actualizada el 4 de marzo de 2011, acceso 4 de marzo de 2011]. Disponible en: http:// www.trasplante.cl/estadisticas/2010/resumen/02.php 3. Corporación del Trasplante [Internet]. Santiago: Corporación Nacional del Trasplante [actualizada el 4 de marzo de 2011, acceso 4 de marzo de 2011]. Disponible en: http://www.trasplante.cl 4. The United Synagogue of Conservative Judaism [Internet]. New York: United Synagogue of Conservative Judaism. [Acceso 9 de marzo de 2011]. Resolution of Organ and Tissue Donation (1997). Disponible en: http://www.uscj.org/Organ_ and_Tissue_Don6706.html 5. Rosner F. Contemporary Byomedical Ethical Issues and Jewish Law. Jersey City: KTAV Publishing House, Inc.; 2007. p. 138. 6. Halachic Organ Donor Society [Internet]. Halachic Organ Donor Society. [Acceso 3 de diciembre de 2010]. Disponible en: http://www.hods.org/English/h-issues/ issues.asp 7. Ley N° 20413-modifica la Ley N° 19.451, con el fin de determinar quiénes pueden ser considerados donantes de órganos y la forma en que pueden manifestar su voluntad. 8. Abraham A. The comprehensive guide to Medical Halachah. Jerusalem: Feldheim Publishers; 1996. p. 178-92. 9. Flores JC, Pérez M, Thambo S, Valdivieso A. Muerte encefálica bioética y trasplante de órganos. Rev Med Chile 2004; 132 (1): 109-18. 10. The Dr. Falk Schlesinger Institute for Medical-Halachical Research. Jewish Medical Ethics. Vol 1. Jerusalem, Halpering M, Fink D, Glick S. Jerusalem: 2004. p. 367427. Rev Med Chile 2012; 140: 1352-1354 DOCUMENTOS Rev Med Chile 2012; 140: 1355-1356 Declaración de la Academia Chilena de Medicina sobre la contaminación atmosférica de Santiago Declaration of the Chilean Academy of Medicine on atmosferic pollution in Santiago 1. La contaminación atmosférica de Santiago representa un serio problema de salud pública que afecta masivamente a la población. Esto ha venido siendo denunciado por la comunidad médica nacional desde hace más de cincuenta años. En efecto, en 1958, el Presidente de la Comisión de Investigaciones sobre Contaminaciones Atmosféricas de Estados Unidos de Norteamérica advirtió a los especialistas chilenos que Santiago estaba ya más contaminado que Nueva York, Filadelfia y otras ciudades americanas de mayor tamaño y grado de industrialización y en 1969 se publicaron los primeros estudios nacionales sobre este tema (Romero H. Bol Academia de Medicina 1969; Oyanguren H et al: Rev Med Chile 1972 y 1979). El daño que producen los contaminantes atmosféricos, sean material particulado o gases tóxicos, no se limita a los pulmones, que son su puerta de entrada, sino que compromete a todo el organismo. 2. Las condiciones geográficas y meteorológicas de Santiago dificultan el recambio de su aire y favorecen la acumulación de contaminantes en su atmósfera. La progresiva expansión de la ciudad tiende a agravar el problema. Pero, además de Santiago, ya han sido declaradas zonas saturadas las ciudades de Tocopilla, Puchuncaví-Ventanas, Rancagua, Talca, Temuco y Osorno y, si hubiera mediciones suficientes, lo estarían Curicó, Chillán, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique. 3. Como no es factible modificar las condiciones topográficas y climatológicas de las ciudades, a fin de controlar el nivel de contaminación sólo cabe disminuir las emisiones de contaminantes, sean sus fuentes móviles o fijas. Esto requiere de investigaciones específicas que precisen cuáles son los principales contaminantes y sus fuentes de emisión en cada ciudad 4. Santiago está expuesto casi permanentemente a niveles elevados de polución aérea, constituida en otoño e invierno predominantemente por material particulado (PM10 y PM2,5), el que sistemáticamente excede la norma y es responsable de episodios críticos de contaminación. En tanto que en primavera y verano aumenta la concentración de oxidantes fotoquímicos, como el ozono, que sobrepasa frecuentemente las normas nacionales vigentes sobre la calidad del aire. Otros contaminantes que se elevan en el aire de Santiago son los hidrocarburos aromáticos policíclicos como componentes del material particulado y otros gases tóxicos, como el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno, sales y metales. En otros lugares, especialmente en las zonas mineras e industriales, hay aumento de partículas y de anhídrido sulfuroso. 5. La red de monitoreo de la calidad del aire de Santiago y los periódicos inventarios de emisión han sido un importante avance en la cuantificación del problema e identificación de las principales fuentes de emisión. Sin embargo, es necesario perfeccionar esta red, extendiéndola y agregando la medición de otros contaminantes como los hidrocarburos aromáticos policíclicos, los metales y el ruido. 6. La contaminación atmosférica afecta la salud de las personas produciendo efectos agudos, ocasionados por concentraciones elevadas de partículas y gases que actuando por períodos cortos irritan las mucosas, favoreciendo infecciones y agravando enfermedades crónicas, pudiendo incluso llevar a la muerte. La conta1355 DOCUMENTOS Contaminación atmosférica de Santiago minación atmosférica transitoria, incluyendo el ruido, puede aumentar, además, la presión arterial y tener efectos psíquicos como irritabilidad, aumento de la agresividad y fatigabilidad física y mental. La contaminación del aire también puede ocasionar aumento de la incidencia y gravedad de enfermedades respiratorias y cardiovasculares crónicas. Además, hay efectos diferidos de la contaminación ambiental, como mutagénesis y carcinogénesis, que pueden presentarse mucho tiempo después del cese de la exposición y extenderse a futuras generaciones. 7. El efecto a corto y mediano plazo de los contaminantes está determinado fundamentalmente por la dosis efectiva, que es el producto de tres factores: tiempo de exposición, concentración aérea del contaminante y ventilación pulmonar. En episodios críticos se recomienda evitar el ejercicio físico para no aumentar la ventilación pulmonar, mantenerse en espacios cerrados y reducir la contaminación intra domiciliaria. 8. La contaminación intra domiciliaria depende de la infiltración de los agentes atmosféricos, sumados a la emisión de otros generados en el ambiente del domicilio, como el humo del tabaco y de los diversos artefactos contaminantes del hogar. Si no se controla la contaminación intra domiciliaria, ésta puede exceder a la atmosférica. 9. Grupos particularmente vulnerables a la contaminación atmosférica y que, por ende, requieren de protección especial son los menores de cinco años de edad, los enfermos cardiopulmonares crónicos, las embarazadas, así como los senescentes, población esta última en franco aumento. 10.La contaminación ambiental nos concierne a 1356 todos. Su solución dependerá de la voluntad política de las autoridades y del compromiso de toda la comunidad para aceptar y contribuir a las medidas para controlarla. Lamentablemente, es evidente que en esto hay poderosos intereses creados a los que hay que enfrentar en aras del bien común. La Academia Chilena de Medicina reconoce que en Chile ha habido progresos en la lucha contra la contaminación ambiental, como es la institucionalidad sobre el tema, los avances en transporte público y privado, el desarrollo de carreteras urbanas, la instalación y aumento de las redes de monitoreo, los controles de las fuentes fijas, la imposición de normas más exigentes, la introducción del gas natural y otras regulaciones. Pero, todo lo anterior es insuficiente y urge intensificar las acciones contra esta desgracia que recae sobre toda la población. Las medidas contra la contaminación atmosférica son sobradamente conocidas. Es urgente continuar en la senda trazada por el “Plan de prevención y descontaminación” puesto en marcha el año 1996, año en que Santiago fue declarada “zona saturada” y seguir rigurosamente los sucesivos y perfeccionados planes posteriores. A juicio de la Academia Chilena de Medicina urge promover más investigaciones científicas y apoyar a los grupos de investigadores que se ocupan de este importante tema. Es, también, preciso hacer el máximo esfuerzo para que la comunidad tome cabal conciencia de la gravedad de la contaminación del aire en nuestras ciudades, para que participe y exija sin vacilaciones la primacía del bienestar de las personas sobre cualquier interés particular. Santiago de Chile, 05 de septiembre de 2012 Rev Med Chile 2012; 140: 1355-1356 HISTORIA DE LA MEDICINA Rev Med Chile 2012; 140: 1357-1362 El papiro de Edwin Smith y su trascendencia médica y odontológica Alex Vargas1,a, Marcelo López2,b, Claudio Lillo3,c, María Josefina Vargas4,a The Edwin Smith papyrus in the history of medicine The historical bases of occidental medicine precede the Hippocratic corpus. Between the third and first millennium B.C. Egyptian medicine developed a model of medical practice that was a reference horizon for other Mediterranean cultures. There are a great number of papyri of that time, which gathered the medical and surgical skills and that are matter of study. The Edwin Smith papyrus (PES) is one of them. We analyzed the PES in its historical context, its history, its structure and its medical and dental significance. Finally, we analyzed the relevance of PES as a sign of a change in the medicine study method in the ancient Egypt. PES is an insight into how medicine was practiced in ancient Egypt. Historically, it is also the first medical document based on objective observations, excluding all magical and religious perceptions, as well as the underlying cultural framework. The similarity between the current clinical method and that described in the Smith papyrus, strongly suggests the idea that part of the origin of medicine, can be found in ancient Egypt. (Rev Med Chile 2012; 140: 1357-1362). Key words: Chronology as topic; History of Medicine, ancient. L a historia de la práctica y saber médicos en Occidente suelen remitirnos a un origen que se circunscribe al complejo de culturas que existieron en el Mediterráneo y, en forma particular, a la medicina hipocrática. Sustentada en la concepción de la physis, la base racional de la medicina griega se convirtió en un sistema canónico que, con una serie de añadidos posteriores, gozó de cierta legitimidad hasta los albores de la sociedad industrial. No obstante, es interesante mencionar que, desde una perspectiva histórico-médica que enfatiza el perfil racional del acto médico, las bases históricas de la medicina occidental preceden al corpus hipocrático. Específicamente, hablamos de la medicina egipcia que fue capaz de elaborar entre los milenios tercero y primero a.C. un modelo de práctica médica que en gran medida se constituyó en horizonte de referencia para otras culturas 1 Departamento de Cirugía Oncológica y Maxilofacial. 2 Programa de Estudios Humanísticos. 3 Carrera de Odontología. 4 Unidad de Odontología, Centro Médico San Joaquín, Red de Salud UC, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile. a Cirujano-Dentista. b Historiador. c Alumno de la Carrera de Odontología Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. Recibido el 22 de noviembre de 2011, aceptado el 1 de marzo de 2012. Correspondencia a: Dr. Alex Vargas Av. Apoquindo Nº 3990. Of. 1101. Las Condes. CP: 7550112 Santiago-Chile. Teléfono: 56-2-204.1813 E-mail: avardix@gmail.com mediterráneas (Creta, Grecia), de África (Etiopía y Libia) y Asia central. Ahora, es parte del debate histórico determinar los niveles de racionalismo que nutrieron la medicina que se desarrolló en el Nilo de los faraones. Algunos historiadores, como Roy Porter, sostienen que el conjunto de conocimientos médicos egipcio fue un híbrido que reunió componentes empíricos junto a creencias mágico-religiosas1. En la misma línea, Paul Ghalioungui, afirma que desde una perspectiva general la medicina egipcia, y conforme a las fuentes que se manejan, muchas de ellas “débiles e inciertas”, reviste aspecto mágico, pero, a la vez, cuenta con “un fondo válido de conocimiento y práctica serios”2. No obstante, otros investigadores son más enfáticos al sostener que el antiguo Egipto fue la cuna del “pensamiento analítico médico” y que ahí se hallan las raíces médicas de Occidente, o al menos su base práctica3. 1357 HISTORIA DE LA MEDICINA El papiro de Edwin Smith - A. Vargas et al Con todo, la serie de papiros, que reunió a modo de enciclopedia los saberes y prácticas en torno a diagnóstico, técnicas quirúrgicas y farmacopea; constituye una fuente para conocer históricamente una fase de la gestación de la medicina occidental y su racionalismo científico. Y, precisamente, una de las fuentes que permite sostener la visión racionalista es el papiro de Smith. Historia del papiro El papiro lleva el nombre de Edwin Smith (1822-1906) (Figura 1), que nació en Connecticut y se destacó por ser un aventurero traficante de antigüedades. Tempranamente se interesó en la egiptología, estudiando su idioma tanto en Londres como en París. A principios de 1858 se trasladó a Luxor, ciudad egipcia edificada sobre las ruinas de Tebas, que fuera la capital del Imperio Nuevo del antiguo Egipto en el siglo XVI a.C4. Fue en esta ciudad, en 1862, donde Smith adquirió el papiro de las manos de Mustafá Aga, un negociante nativo, quien malintencionadamente lo había partido en dos partes. Smith se dio el trabajo de juntar ambos trozos guiándose por sus símbolos, elementos y estructura, e intentó infructuosamente traducirlo. Smith siempre supo de la gran importancia del papiro reconociéndolo como un tratado de medicina, sin embargo, nunca lo publicó5. No fue hasta su muerte en 1906 que le dejó el papiro a su hija, quien lo donó a la Sociedad de Historia de Nueva York. En 1920, la traducción del papiro fue encargada a James Henry Breasted (1865-1953) (Figura 2), quien se desempeñaba en esa época como director del Instituto de Estudios Orientales de la Universidad de Chicago. Breasted se ocupó durante varios años de la traducción y edición del papiro junto al Dr. Arno B. Luckhardt, profesor de Fisiología de la misma institución y amante de la historia de la medicina, aportando sus conocimientos en los términos médicos presentes en el texto. Actualmente, el papiro se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, disponible en versión digital y con aportes de una nueva traducción encargada al egiptólogo James P. Allen6. 1358 Figura 1. Edwin Smith. Pintura al óleo realizada por Francesco Anelli, de la colección de la New York Historical Society. Tomado de González Fisher R, Flores P. El Papiro Quirúrgico de Edwin Smith. An Med Asoc Med Hosp, 2005. 50 (1): p. 43-8. (5) Figura 2. James Henry Breasted. Tomada del portal web Philosophy of Science Portal (http://philosophyofscienceportal. blogspot.com/2010/07/james-henry-breastedone-of-giants-in. html. Consultado el 21 de noviembre de 2011). Figura 3. Extracto del Papiro de Edwin Smih. Tomado de la Versión digital en Turning the Pages. Disponible en http://archive. nlm.nih.gov. [Consultado el 13 de noviembre de 2011]. Rev Med Chile 2012; 140: 1357-1362 HISTORIA DE LA MEDICINA El papiro de Edwin Smith - A. Vargas et al El Papiro de Edwin Smith (Figura 3) data del 1600 a.C. pero se cree es copia de un papiro mucho más antiguo, quizás del 3000 a.C., el cual podría corresponder al “Libro Secreto del Médico”. Breasted propuso la hipótesis de que el autor del texto original podría ser el mismo Imhotep (2600 a.C.) quien fuera un gran arquitecto, médico, sacerdote, astrónomo, escriba, consejero y científico egipcio que vivió en la misma fecha en que probablemente fue escrito el papiro original. Sin embargo, el hecho de que este papiro sea de carácter objetivo y científico y carente de oraciones, conjuros y prescripciones fantasiosas, hace rechazar esta idea, ya que Imhotep era particularmente religioso. Quien haya sido el autor del papiro original utilizó términos arcaicos propios de la época, los cuales son aclarados como nota al margen o “glosas” por otro autor, probablemente médico. La copia del texto original fue realizada en el 1600 a.C. por un autor desconocido y es el texto que se conoce como Papiro de Edwin Smith. Esta copia está inconclusa y con varios errores, lo que hace suponer que este segundo autor no era médico7. Está escrito en segunda persona singular, es decir, con el pronombre “Tú”, lo que hace suponer que el papiro era un instructivo de cirugía utilizado por los cirujanos egipcios en su rutina diaria o un libro de enseñanza de los cirujanos egipcios hacia sus alumnos. Esto último debido a la gran cantidad de información que éste contiene –lo que dificulta su transmisión oral–, además de las notas y comentarios al margen, que pueden corresponder a las discusiones y debates que hayan tenido profesores con alumnos. También puede corresponder a un cuaderno de apuntes de estudiantes de medicina y cirugía. Su estructura El papiro (Figura 3) mide entre 32,5 y 33 centímetros de alto, medida característica de los rollos de la época de los imperios medio y antiguo; y 4,68 metros de largo. Sin embargo, se cree podría llegar a medir 5 metros debido a que una columna está perdida. Consta de 21 columnas, 17 por la parte anterior (recto) y 4,5 por la parte posterior (verso). La escritura utilizada son rúbricas, diferenciando con tinta roja las conclusiones y con tinta negra el inicio de cada caso. Las 17 columnas de la parte anterior corres- Rev Med Chile 2012; 140: 1357-1362 ponden al tratado quirúrgico propiamente tal. Consta de 48 casos ordenados topográficamente según la ubicación de la lesión en sentido céfalo caudal. En cada grupo las lesiones están ordenadas según la severidad de la lesión en orden creciente. Cada lesión está estructurada comenzando con un título, luego un examen, un diagnóstico, un tratamiento y finalmente un comentario y glosas. El Título identifica la ubicación y órganos afectados por la lesión; el Examen corresponde enteramente a semiología, es decir, inspección, palpación, auscultación y en algunos casos tomar el olor de la lesión, además de lo relatado por el paciente. Sigue el Diagnóstico que, repitiendo el enunciado del título de la lesión, decide si esa lesión será tratada, no tratada o se luchará por ella. Luego, el Tratamiento da una solución objetiva y no mágica a la lesión, lo que diferencia a este papiro de muchos otros que resuelven los casos con hechicerías y conjuros. Finalmente, están las Glosas y Comentarios, que son principalmente la explicación de terminología que en el papiro se llama “antigua”, lo que respalda la teoría de que el papiro original data de una fecha mucho más anterior. Trascendencia Médica y Odontológica Los aportes del Papiro de Edwin Smith a la medicina y odontología son variados y muy valiosos. En él se observa el nacimiento del quehacer científico en la medicina antigua. Se fundamenta en la observación, recolección y clasificación de los hechos y en la aplicación de un proceso mental inductivo, además de consistir en el primer tratado de cirugía conocido7. En él se destaca el uso de la semiología para el estudio de las enfermedades, metodología emergente y poco practicada en esa época (Tabla 1). La sistemática utilizada en el papiro se asemeja bastante a la utilizada actualmente, tanto en lo referente a la anamnesis como al plan de tratamiento y al tratamiento propiamente tal. En los párrafos del papiro fue donde primero se usaron las palabras cerebro, meninges, suturas craneanas y líquido céfalo raquídeo, constituyendo las bases de la primera nomenclatura anatómica. El símil que es utilizado por el cirujano para describir las circunvoluciones y giros del cerebro es “el aspecto que ofrece una sustancia corrugada similar a la del cobre fundido”. En varios casos expuestos, nota las pulsaciones y el aleteo que son 1359 HISTORIA DE LA MEDICINA El papiro de Edwin Smith - A. Vargas et al Tabla 1. Esquema semiológico utilizado en el Papiro de Edwin Smith 1. Título: Se identifica la zona lesionada y órganos afectados 2. Examen: a.Interrogatorio: La historia de los síntomas, las respuestas dadas por el paciente, las manifestaciones dolorosas b.Inspección: Observa las lesiones, nota los cambios de color o de expresión de la cara, signos olfatorios 3. Palpación: Usa una fórmula introductoria: "Si tú examinases a un hombre que tenga…", "Tú deberías explorar su herida" 4. Ordena realizar pruebas especiales: levantar la cara, dirigir selectivamente la mirada, estirar las piernas 5. Diagnóstico: Utiliza formatos preestablecidos 6. Establece la conducta a seguir: De acuerdo con la gravedad del padecimiento. "El punto decisivo" 7. Tratamiento: a.Exclusivamente mecánico o quirúrgico (3 casos) b.Combinación de tratamiento quirúrgico con el uso externo de medicamentos (20 casos) Tabla 2. Caso seis: Una herida abierta con fractura complicada, conminuta del cráneo y con ruptura de las membranas meníngeas Título: Instrucciones relativas a una herida a su cabeza, la cual penetra hasta el hueso y deja expuesto al cerebro contenido en su cráneo Examen: Si tú examinases un hombre que presenta una herida abierta en su cabeza, la cual penetra hasta el hueso, en relación con un golpe recibido en su cráneo (el cual) expone al cerebro de su cráneo, tú deberás palpar su herida. Si tú encuentras que ese golpe dado a su cráneo, (expone como) esas arrugas (está corrugado) y adopta la forma del cobre fundido y percibes algo dentro que pulsa y aletea bajo tus dedos, como ocurre en el sitio débil de la corona del niño (la fontanela), la cual cuando se cierra ya no presenta esa pulsación ni ese aleteo sino hasta (cuando) el cráneo de su paciente se presenta abierto, y él sangra por sus fosas nasales y él sufre de rigidez de su cuello Diagnóstico: Tú deberás decir "es un padecimiento que no debe ser tratado" 9. Utiliza por primera vez el adhesivo y la sutura quirúrgica Tratamiento: Tú deberás untar la herida con grasa. Tú no deberás vendarla; tú no aplicaras dos cintas adhesivas: hasta que tú sepas que él ha alcanzado el punto decisivo percibidos por el dedo del cirujano. Aparentemente, es un signo que indica que no hay una situación de tensión intracraneana (Tabla 2). Por primera vez, se destaca con tal importancia el sistema nervioso central y el cerebro como órgano rector de las funciones corporales. Se menciona la relación entre cerebro, médula espinal y las consecuencias producidas por daño a estas estructuras, atribuyéndose la parálisis de las extremidades inferiores a lesiones cerebrales, estableciéndose la relación entre la localización de la lesión craneal y el lado del cuerpo involucrado y observándose daños motores y sensoriales en las lesiones por compresión de las vértebras cervicales3. En las heridas donde se involucran las meninges o el cerebro se observa la irritación meníngea en forma de “anquilosamiento” del cuello o la incapacidad de los pacientes de “mirar sus hombros”. Por regla general, se describe el sangrado de los oídos y de las fosas nasales acompañando a las fracturas de cráneo y el modo de andar “arrastrando los pies” después de un daño cerebral. Estudia la función cardiovascular mediante la palpación del pulso y el recuento de las pulsaciones para evaluar la respuesta del organismo y se describen buenos conocimientos sobre función gástrica, vejiga, sistema cardiovascular y aspectos neuroquirúrgicos8. Se relatan casos de heridas, fracturas, luxaciones, úlceras, tumores y abscesos y sus consecuencias, así como también describe por primera vez los métodos de reducción de fractura y luxación y los procedimientos para su contención. Cabe destacar dentro del papiro la dislocación de la mandíbula, cuya reducción se describe de manera idéntica a como se realiza actualmente, constituyendo un gran aporte a la historia del quehacer odontológico (Tabla 3). Postula por primera vez el uso de adhesivo, sutura quirúrgica y cauterización como métodos de sinéresis. Y a diferencia de los remedios mágicos utilizados en la época, en el papiro se utiliza por primera vez el salicilato como analgésico y agente antiinflamatorio. 8. Uso exclusivo de medicamentos externos (19 casos) 1360 Rev Med Chile 2012; 140: 1357-1362 HISTORIA DE LA MEDICINA El papiro de Edwin Smith - A. Vargas et al Tabla 3. Caso 25: Dislocación de la mandíbula Título: Instrucciones con respecto a una dislocación de mandíbula Examen: Si usted examina un hombre con la mandíbula dislocada, debe ver si puede abrirle la boca y si también puede cerrársela. Debe colocar sus pulgares sobre los extremos de las dos ramas mandibulares dentro de la boca y sus dos pinzas (dos grupos de dedos) debajo de la barbilla y debe hacerlas retroceder hasta lograr que descansen en su lugar Diagnóstico: En relación con él usted debe decir que la dislocación de la mandíbula es una dolencia que trataré Tratamiento: Usted debe vendarlo con ymrn* y miel todos los días hasta lograr su recuperación *Se desconoce la naturaleza del medicamento aplicado ymrw habiéndose especulado que podría tratarse de un medicamento mineral que podría actuar como desinfectante7. La carne fresca es el vendaje usual para el primer día, quizás por su valor hemostático. Después se aplican los calmantes y las sustancias protectoras y tanto el calor como el frío se utilizan en condiciones indicadas por la lógica8. El uso de apósitos médicos se observa por primera vez en este documento. En veintidós casos del papiro se utilizó una combinación de grasa con miel a modo de ungüento y en 17 de estos casos también se utilizó gasa. Se cree que este vendaje podría tratar de evitar la contaminación producida por las moscas9. En el papiro también se comienza a trabajar el concepto que ahora conocemos como plan de tratamiento, en el sentido de que ante un determinado problema, en el papiro se plantean tres diferentes opciones para tratar al enfermo, eligiendo aquella que proporcione mejores opciones de recuperación y en relación a los materiales disponibles: La primera alternativa se refiere al tratamiento exclusivamente mecánico o quirúrgico (tres casos descritos en el papiro), para los cuales se describe el uso de torundas, hisopos de lino, vendas de lino, algún tipo de tela adhesiva, suturas quirúrgicas y cauterización (descritas por primera vez en la literatura médica) y entablillados, muletas y soportes para mantener al paciente en posición erecta. La segunda opción de tratamiento es la combinación del quirúrgico con el uso externo de Rev Med Chile 2012; 140: 1357-1362 medicamentos (20 casos). Y la tercera opción es la utilización de medicamentos externos (19 casos). Como una parte final del tratamiento –y no en todos los casos–, se menciona de manera sistemática una serie de cláusulas de temporalidad, que se relacionan directamente con la condición del enfermo, y son tres: a) hasta que se recupere; b) hasta que el período de su enfermedad pase; y, c) hasta que alcance un punto decisivo. La relevancia del papiro de Edwin Smith La pregunta es, ¿habrá tenido alguna influencia la medicina egipcia en el posterior desarrollo de la medicina grecorromana? Ampliamente difundida se encuentra la idea de que las bases de la medicina tal como la conocemos hoy en día fueron establecidas durante el período grecorromano. Esto se ve apoyado en la gran cantidad de registros que se tienen de estas civilizaciones. No se ha considerado demasiado el desarrollo de la medicina egipcia como un avance importante, puesto que regularmente se ha pensado que esta tenía un origen netamente mágico-religioso. Los conocimientos de los egipcios acerca de la anatomía humana no se comparan con el posterior desarrollo que se alcanzó en esta disciplina. Esto debido probablemente al valor sacro que se le atribuía a los muertos en esta época y al poco contacto que se mantuvo por mucho tiempo con otras culturas. Se ha pensado que la gran diferencia que había entre los conocimientos que se tenían en el antiguo Egipto y el posterior avance que presentó la medicina grecorromana hace la gran diferencia entre ellas, y es por esto que la medicina egipcia no se puede considerar relevante. Sin embargo, es importante notar que la mayor parte de los documentos de esta época se perdieron o bien fueron quemados junto con la gran biblioteca de Alejandría. En adición a esto, sabemos que los conocimientos han cambiado durante la historia y siguen cambiando aceleradamente en el campo de la salud. El hecho que marca el comienzo de la práctica médica es un cambio en el método. El estudio de la medicina en el antiguo Egipto (como se muestra en el papiro de Smith) se vuelve riguroso y se independiza de los fenómenos sobrenaturales. 1361 HISTORIA DE LA MEDICINA El papiro de Edwin Smith - A. Vargas et al Los hallazgos médicos se tornan el resultado de una observación sistemática, el conocimiento se vuelve empírico. El inicio en la medicina como hoy la conocemos no comienza por la acumulación suficiente de conocimientos, sino con la incorporación del método científico a su estudio. Conclusión La importancia del papiro de Smith es por una parte la de ilustrarnos acerca de cómo pudo haberse practicado la medicina en el antiguo Egipto, pero lo más relevante es que constituye el primer documento de carácter médico, en la historia, que refleja un estudio basado en la observación objetiva, en el que se excluyen todas las percepciones mágico-religiosas, así como el marco cultural propio. La teoría de que los conocimientos de la medicina egipcia fueron traspasados a Grecia, y pudieron ser importantes para el desarrollo de la posterior medicina hipocrática, se hace más fuerte cuando encontramos referencias a la medicina egipcia tanto en La Odisea de Homero (s. VIII a.C.), así como en la historia de Heródoto (484-425 a.C.) que incluso describe las distintas especialidades que existían10. La semejanza que existe entre el actual método clínico y lo descrito en el papiro de Smith, hace pensar fuertemente en la idea de que el origen de la medicina, o al menos un esbozo de ella, pudo haberse encontrado en el antiguo Egipto 1362 Referencias 1. Porter R. The Greatest Benefit to Mankind: a medical history of humanity. New York: Editorial Norton & Company; 1998. pp. 831. 2. Ghalioungui P. La medicina del Egipto faraónico. En: Lain Entralgo, P. Editor, Historia Universal de la Medicina. Barcelona, España: Salvat Editores; 1972. p. 124. 3. Stiefel M, Shaner A, Shaefer S. The Edwin Smith Papyrus: the birth of analytical thinking in medicine and Otolaryngology. Laryngoscope 2006; 116 (2): 182-8. 4. López Espinosa JA. Una rareza bibliográfica universal: el Papiro médico de Edwin Smith. ACIMED 2002; 10 (3): 9-10. Disponible en www.scielo.sld.cu [Consultado el 12 de octubre de 2011]. 5. González Fisher R, Flores P. El Papiro Quirúrgico de Edwin Smith. An Med Asoc Med Hosp 2005; 50 (1): 43-8. 6. The Edwin Smith Papyrus. Versión digital en Turning the Pages. Disponible en http://archive.nlm.nih.gov [Consultado el 13 de noviembre de 2011]. 7. Puigbo JJ. El papiro de Edwin Smith y la civilización egipcia. Gac Méd Caracas 2002; 110 (3): 378-85. 8. Krivoy A, Krivoy J, Krivoy M. Aspectos neuroquirúrgicos parciales del Papiro de Edwin Smith. Gac Med Caracas 2002; 110 (3): 386-91. 9. Puigbo JJ. El Papiro de Edwin Smith “Una obra maestra de la medicina del antiguo Egipto”. Traducción del libro del Prof. J. Breasted. Gac Med Caracas 2002; 110 (2): 253-75. 10. Nunn JF. La Medicina del Antiguo Egipto. México: Editorial Fondo de Cultura Económico; México. pp 288. Rev Med Chile 2012; 140: 1357-1362 Crónica Rev Med Chile 2012; 140: 1363-1364 La investigación en salud: más allá de la ayuda internacional Research in public health: Beyond international collaboration En un mundo donde la desigualdad y la falta de participación quedan cada vez más de manifiesto y cuestionan las bases del modelo político, social y económico, también se ha venido revisando el paradigma bajo el cual las naciones desarrolladas han entregado la tradicional “ayuda” a los países de menor desarrollo. Es con esa mirada que se efectuó en abril de este año, en Sudáfrica, el Foro 2012 “Más allá de la ayuda... Investigación e Innovación como factores clave para la salud, la equidad y desarrollo”1. Este encuentro internacional fue una oportunidad para “ajustar” esa visión, ya que las fronteras entre “norte” y “sur” y entre países de bajos, medianos y altos ingresos están desapareciendo. El diálogo se centró en abordar las capacidades existentes y potenciales de los países de ingresos bajos y medianos (PIBM) y de las economías emergentes, para abordar estos temas y encauzar una nueva forma de relacionamiento más allá de la “ayuda”. A su vez, se discutió cómo profundizar la colaboración global para apoyar la investigación e innovación, concentrándose en la transferencia de capacidades en un entorno multisectorial en el que se enfaticen las soluciones y se generen “alianzas”. Los países de mayor desarrollo, cruzados por sus propias dificultades y por la convicción de que los efectos ya no se circunscriben a las fronteras territoriales, están urgiendo a las naciones tercermundistas a tomar las riendas de su destino y no esperar todo del apoyo internacional. Por ende, urge abordar el tema desde una perspectiva innovadora, colaborativa y participativa donde los recursos, cada vez menores, sean mejor utilizados. El Foro 2012 Al Foro 2012 asistimos alrededor de 500 participantes: representantes de gobiernos, de instituciones de investigación y de la academia, los negocios, las empresas sociales, organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales, donantes y financistas. El encuentro resultó motivador para reflexionar sobre el gran desafío para los países de bajos y medianos ingresos, de mejorar la capacidad de investigación y de innovación para contribuir a resolver los problemas de salud en sus países y a nivel global. Sin embargo, la urgencia de propiciar la investigación hoy no sólo afecta a estas naciones. Tal como acaban de reconocer las Academias Nacionales de Ciencias, Medicina e Ingeniería de Estados Unidos de Norteamérica, en un reciente documento elaborado a requerimiento del Congreso Federal, la investigación en ese país sufre una fuerte crisis2. El informe llama a fortalecer la asociación entre universidades, gobierno federal, estados, filantropía e industria y, por sobre todo, se pide a los políticos tomar decisiones fundamentales que permitan a Estados Unidos de Norteamérica recuperar terreno en la generación de conocimientos mediante la investigación científica, la innovación y la educación de sus ciudadanos. Lo que demuestra cuán global y grave es la situación y la urgencia de enfrentarla. En el Foro quedó en evidencia que mientras los PIBM son el hogar de algunas de las economías de mayor crecimiento, el acceso a la salud y la calidad de vida para muchos de sus habitantes siguen siendo deficientes (carga de enfermedades, salud de los trabajadores y gestión de los sistemas de salud). A su vez, se demostró que, a diferencia de lo que se cree comúnmente, los gobiernos de estos países son los principales financistas de la investigación. Sin embargo, como el apoyo externo se usa para fomentar colaboraciones y suplementar salarios, entre otros, este tiende a determinar qué se investiga, lo que, a menudo, no está vinculado a las prioridades de los países receptores de ayuda. Colaboración Sur-Sur El Foro recomendó que los PIBM asuman una mayor responsabilidad sobre su capacidad de establecer una real colaboración frente a los proveedores de fondos internacionales y mejoren la gestión de los proyectos. Como parte de ello, se planteó que los gobiernos deben establecer sus propias prioridades para investigar, crear carreras e instituciones de investigación confiables, y proporcionar adecuados incentivos para la innovación. También se sugirió que los países busquen colaboradores entre sus vecinos y sean más que la suma de las partes, compartiendo (y poniendo en común) los recursos y el conocimiento de experiencias vitales. Al respecto, y previo a este evento, se realizó, en Panamá la 2ª Conferencia Latinoamericana sobre Investigación e Innovación para la Salud. En ella se 1363 Crónica demostró que los recursos para la investigación en los países de la región, aún no alcanzan al 2% del presupuesto en salud, como establecen diversos lineamientos internacionales. Por ello, los asistentes propusieron crear mecanismos que ayuden a articular las políticas de salud con las agendas de investigación, y que estas se enmarquen en las políticas regionales y globales de desarrollo e innovación. Destacaron, a su vez, que la investigación en salud debe estar estrechamente articulada con las prioridades nacionales y son los ministerios de salud quienes deben conducirla. Pero la dificultad de llevar esto a la práctica es enorme y como botón de muestra me refiero al caso chileno. En nuestro país existe sólo un fondo nacional para financiar investigación en salud -FONIS-3 y sólo alrededor del 10 por ciento de los proyectos que postulan a él es aprobado. El estudio “Estado del arte de la investigación en salud pública en Chile, 1989-2009”4, del cual soy coautor, plantea que para la comunidad investigadora nacional el financiamiento sigue siendo la principal limitante para su labor, ya que se compite por fondos únicos y los presupuestos son insuficientes. A ello se asocian las bajas remuneraciones y la necesidad de realizar otros trabajos, con perjuicio de la calidad de su quehacer como investigadores. En este encuentro se analizó también la existencia de fondos mixtos de investigación en países de la región; sin embargo, se desconoce el impacto que estos estudios han tenido en la solución de problemas de salud prioritarios. Por esta razón, se indicó que las actuales instancias de cooperación, como el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica y República Dominicana (COMISCA), el Sistema Mesoamericano de Salud Pública y UNASUR, entre otras, en asociación con la comunidad académica, deben hacer más visibles los esfuerzos de investigación, informando sus resultados a los tomadores de decisión y a la población en general. Con respecto al Foro 2012, este destaca que la comunidad internacional debe seguir apoyando los esfuerzos para hacer de los recursos humanos para la investigación en salud un componente clave de las agendas de investigación e innovación 1364 a nivel mundial y nacional. Esto es esencial para una investigación que genere soluciones propias. También es importante adoptar un enfoque multisectorial para planificar la formación de investigadores. El encuentro, además, resaltó la importancia de los nuevos medios y tecnologías de comunicación para compensar la falta de infraestructura y recursos; así, la colaboración virtual, el intercambio de datos y el uso de tecnología móvil para llegar a áreas remotas se encuentran entre las iniciativas interesantes, especialmente en países de alta ruralidad. El adecuado financiamiento sigue siendo un desafío clave en la época del “Más allá de la ayuda”, aunque temas como inversiones del sector privado, capital de riesgo, garantías de préstamos por parte de bancos de desarrollo, entre otros mecanismos, no fueron explorados suficientemente, siendo necesario hacerlo en un futuro próximo. En consecuencia, será necesario que el próximo encuentro sea planteado claramente como el establecimiento de “Una alianza del Sur con los principales socios del Norte”. Dr. Giorgio Solimano C. Director del Programa de Salud Global, Escuela de Salud Pública. Facultad de Medicina de la Universidad de Chile Referencias 1. El Foro se llevó a cabo entre el 24 y 26 de abril de 2012, organizado conjuntamente por el Grupo COHRED (Council for Health Research and Development), el Ministerio de Ciencia y Tecnología y el Ministerio de Salud de la República de Sudáfrica. www.forum2012.org 2. El documento se encuentra en http://www.nap.edu/ catalog.php?record_id=13299 3. El Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud entregó $956.829.000 en 2011. 4. El documento se encuentra en: http://www.saludpublica. uchile.cl/home/images/publicaciones/investigacion en_salud_pública/Estado_del_arte_de_la_Investigacion_en_sp.pdf Rev Med Chile 2012; 140: 1363-1364 CARTA AL EDITOR Rev Med Chile 2012; 140: 1365-1366 Síndrome del recomendado The recommended patient syndrome Sr. Editor: En el año 2002, el grupo de Sanz Rubiales publicaron un artículo recordando un cuadro llamado “Síndrome del Recomendado”, que se produce cuando se pretende llevar a cabo una atención más esmerada y personalizada, en personas de mayor renombre o que han sido recomendados por motivos de posición social, fama, parentesco, etc. En estos casos aparecen complicaciones no habituales e imprevistas, muchas de ellas difíciles de explicar1. El término es muy utilizado en España, desconociéndose su origen. Su incidencia es incierta pero posiblemente más común de lo que uno cree1,2. Dentro de sus causas están la solicitud de una atención especial por parte de los pacientes, el mal empleo de recursos, la mala calidad en el registro de datos, una fragmentación de la historia clínica, ausencia de liderazgo en el personal sanitario, exceso de estudios diagnósticos, omisión de estudios habituales y un tratamiento inadecuado. Los pacientes rechazan incluirse en la “rutina” de la práctica habitual. Las propias características del paciente, con el interés y el esmero que provocan, hacen que los sucesos que en otros enfermos se asumirían como “normales” (retrasos, olvidos, extravíos, problemas de comunicación) en este caso se vean agrandados, como un “efecto lupa”, y se sientan más relevantes. En cuanto a la utilización de los recursos, se atiende a estos pacientes fuera del lugar y horario habitual (en el pasillo, en la guardia, etc.), sin disponibilidad de los recursos habituales y sin registro en la historia clínica. Las citaciones para consultas y estudios complementarios se realizan de palabra, con lo que queda a la memoria y buena voluntad de los pacientes. Se sale de la rutina habitual, lo que puede llevar a omitir pasos importantes para la orientación diagnóstica y el tratamiento. Si precisa hospitalización, se busca una sala de mayor comodidad, pero no de acuerdo a la complejidad del paciente. En cuanto al accionar médico, falta una dirección explícita en la conducta clínica. No se identifica un responsable último. A esto se añade una mayor sensación de sentirse observado, “examinado” por parte del paciente y de otros colegas. Intervienen, opinan, colaboran y, en más de una ocasión, dirigen el tratamiento varios médicos de manera simultánea. Unos por obligación, otros por motivo de relaciones familiares o de prestigio, algunos por solicitud del paciente o la familia y un buen número por el mero deseo de colaborar. Se desglosa la patología y diferentes especialistas manejan cada uno de estos problemas. Con frecuencia no hay una comunicación adecuada, falta una persona de referencia y, con ello, una orientación común. Las líneas de actuación son variadas e incluso contradictorias, porque se marcan al ritmo de la inspiración de los médicos, fuera de los protocolos habituales. Esto es a menudo algo que critica el refrán: “Un médico, cura; dos, dudan; tres, muerte segura”. La atención se deja en manos de facultativos de mayor prestigio y antigüedad. Es conocido que en algunos profesionales de renombre, sus conocimientos clínicos o prestigio se deben al tiempo dedicado a trabajos de investigación (clínica y/o básica), docencia y formación. Adquieren mayor validez las “consultas de pasillo” en las que otro médico, sin necesidad de comprometerse, opina ante un caso clínico que se le plantea. Sin embargo, estos comentarios pueden aportar una visión sesgada, ya que quien los pronuncia desconoce al paciente y no asume responsabilidades directas. Otros médicos que deberían colaborar en el diagnóstico y/o en el tratamiento, limitan su participación para evitar equivocarse y ser juzgados por colegas. El médico con parentesco con el paciente asume de manera inconsciente, tanto por su parte como por parte del resto del personal sanitario, el papel de médico de referencia y es a él a quien se explican las actitudes y de quien se solicita la toma de decisiones. En cuanto a los estudios diagnósticos, existe falta de información sobre los antecedentes personales y la exploración física, en ocasiones incluso sobre datos básicos (alergias, medicación habitual, etc.). Los estudios complementarios solicitados pueden no ser los más indicados. Se pueden encontrar dos tendencias: por una parte, la de evitar estudios agresivos, con la intención de no incomodar al paciente; por otra parte, tender a pruebas diagnósticas cruentas no justificadas. La reiteración de estudios facilita que se encuentren falsos positivos y que, de acuerdo con estos resultados, se instauren nuevos tratamientos. Se emplean opciones terapéuticas múltiples, a veces sin una línea clara, con intención de cubrir 1365 CARTA AL EDITOR todos los problemas del paciente. El empleo de técnicas novedosas y sofisticadas se interpreta como una muestra de excelencia, en estas técnicas se tiene menos experiencia y pueden no haber demostrado aún un beneficio relevante. Cuando estos tratamientos producen resultados no esperados, aparece un nuevo problema, que es la falta de experiencia en estas complicaciones. En caso de duda se tiende a tratar antes que a “esperar y ver”. La indicación de los tratamientos médicos o quirúrgicos, se adapta al principio de “más es mejor”, que defiende actitudes más agresivas. Para prevenir la aparición del “síndrome del recomendado”, hay que realizar desde el primer día una anamnesis y exploración física completa (no se debe obviar esta exploración por un falso pudor o por respeto). Archivar en la historia una copia de todos los estudios complementarios y de los comentarios sobre la evolución clínica. Respetar el orden de los horarios y citaciones. Identificar quien es el médico que dirige o supervisa el tratamiento, que sea el punto de referencia (para el paciente, para la familia y para el resto de los médicos), que unifique y aplique un criterio común. Mantener los mismos criterios de prudencia de cara a los estudios diagnósticos y a los tratamientos que se emplean con los demás pacientes. Solicitar la opinión de especialistas no vinculados con el caso, para que den una valoración no condicionada de los resultados de determinadas pruebas diagnósticas. La mejor prevención de este síndrome es el 1366 estudio, que permite tener conocimientos clínicos sólidos, e intentar mantener líneas de conducta habituales, la “sana rutina”, no apartándose de la frase “el orden supera a la brillantez”, que ayuda a sacar adelante la labor clínica de cada día. Pablo Young1, Bárbara C. Finn1, María L. O´Farrell2, María E. Ceballos1, Julio E. Bruetman1 1 Servicio de Clínica Médica, Hospital Británico de Buenos Aires, 2Servicio de Clínica Médica, Cooperativa Médica, Concepción del Uruguay, Entre Ríos. República Argentina Referencias 1. Sanz Rubiales A, del Valle Rivero ML, Flores Pérez LA, Hernansanz de la Calle S, García Recio C, López-Lara Martín F. Síndrome del paciente recomendado. An Med Interna (Madrid) 2002; 19: 430-3. 2. Hernández Rodríguez MD, Gea Fernández P, Medina Vargas L, Melgar García AC, Sánchez Pinilla M. Hipertensión arterial dentro del síndrome del recomendado. Hipertensión 2002; 19: 327-8. Correspondencia a: Dr. Pablo Young, Hospital Británico. Perdriel 74 (1280) Buenos Aires, Argentina. Tel 5411 43096400 Fax 5411 43043393. E-mail: pabloyoung2003@yahoo.com.ar Rev Med Chile 2012; 140: 1365-1366 CARTA AL EDITOR Rev Med Chile 2012; 140: 1367-1368 Modafinilo, internet y redes sociales: potencial uso en la vigilancia en salud Modafinil, internet and social networks: it’s use in health surveillance Sr. Editor El modafinilo es un psicoestimulante prescrito generalmente para pacientes con narcolepsia o apnea del sueño. Además, se le ha adjudicado ser un potenciador de la función cognitiva1. Esta última propiedad motiva su consumo por parte de estudiantes universitarios y de ciencias de la salud2 quienes, además, consumen otras sustancias, por motivos académicos o para disminuir las horas de sueño3. El uso de la Internet ha aumentado en los últimos años. Los estudiantes universitarios la utilizan con fines recreativos o para hacer búsquedas en conocidos “motores de búsqueda”, por ejemplo Google.cl, utilizado en Chile por personas entre 18 y 24 años de edad (http://www.alexa.com/siteinfo/ google.cl). Por otro lado, la popularidad de las redes sociales es amplia y, en Chile, Facebook es la más importante, mientras que Twitter queda en un tercer lugar (El Crecimiento de Redes Sociales en América Latina - comScore.com). Google Insights (www.google.com/insights/ search) es una herramienta que permite visualizar los patrones de búsqueda sobre un término. La Figura 1 muestra el informe de Google Insights correspondiente a Perú, Chile y Argentina, para el término “Modafinilo”. Es claro que el número de búsquedas en el Perú ha aumentado drásticamente en el año 2012, mientras que el patrón en Chile es irregular a lo largo de varios años. En Argentina, se ve que desde el año 2008 ha habido fluctuaciones. Facebook, por su parte, tiene usuarios que han creado páginas dedicadas al modafinilo, en las que se leen comentarios de jóvenes, posiblemente consumidores, quienes recomiendan su uso, sosteniendo estar satisfechos con los resultados que experimentaron; otras páginas incluso facilitan su venta. Publicaciones con elogios hacia el modafinilo, también se encuentran en Twitter. Los jóvenes son los que utilizan más la Internet y las redes sociales. Es evidente que existen sustancias y comportamientos que pueden ser peligrosos para su salud y éstos se pueden adquirir a través del “ciberespacio”. En tal sentido, las herramientas estadísticas que ofrecen la Internet y las redes sociales, pueden ser útiles para la vigilancia en temas de salud. Existen evidencias de su uso como fuente de información para la vigilancia epidemiológica4,5 y sobre el consumo de productos farmacéuticos6. Así mismo, pueden servir de base para investigaciones. Este pudo ser el caso de Argentina, en donde al año siguiente de un pico en el patrón de búsqueda sobre modafinilo, se realizó una investigación sobre su consumo en estudiantes de medicina2. Si bien los datos estadísticos que ofrecen la In- Figura 1. Patrón de la búsqueda del término “Modafinilo”, en tres países de la región, desde el año 2004. Fuente: www. google.com/insights/search 1367 CARTA AL EDITOR ternet o las redes sociales, pueden interpretarse de diferente manera y posiblemente sean más representativos para algunos grupos etarios, se les debe incluir en estudios para evaluar su factibilidad de uso en la salud pública y determinar cuáles son sus limitaciones. Por ejemplo, el errante patrón para Chile, mostrado en la Figura, se podría deber a una alta prevalencia de enfermedades para las que el modafinilo es también prescrito. En cualquiera de los supuestos, el patrón de búsqueda para este término puede dar información relevante. Modafinilo es usado por estudiantes de medicina2, quienes además utilizan la Internet y acceden a las redes sociales; por lo tanto, las herramientas que estos espacios ofrecen son útiles para la vigilancia de posibles comportamientos de riesgo. Sin embargo, se les debe explorar más detalladamente, para darles un uso preciso. Rodrigo M. Carrillo-Larco Facultad de Medicina “Alberto Hurtado”, Universidad Peruana Cayetano Heredia; Lima, Perú. a Estudiante de Medicina. 1,a 1 Referencias 1. Kim D. Practical use and risk of modafinil, a novel waking drug. Environ Health Toxicol 2012; 27: e2012007. 2. 3. 4. 5. 6. Mazzoglio Y, Nabar MJ, Algieri RD, Dogliotti CB, Gazzotti AM, Jiménez-Villarruel HN, et al. Utilización de sustancias psicoactivas en alumnos de anatomía y su implicación en el aprendizaje. Educación Médica 2011; 14: 129-32. Barón L, Botero-Henao K, Castaño-Castrillón JJ, Castillo-Chang K, Díaz-Corrales J, Echevarri-Uribe JS, et al. Prevalencia y factores asociados al consumo de anfetaminas, en estudiantes del Programa de Medicina de la Universidad de Manizales (Colombia), 2010. Revista Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia 2011; 59: 201-14. Chew C, Eysenbach G. Pandemics in the age of Twitter: content analysis of Tweets during the 2009 H1N1 outbreak. PLoS One 2010; 5 (11): e14118. Althouse BM, Ng YY, Cummings DA. Prediction of dengue incidence using search query surveillance. PLoS Negl Trop Dis 2011; 5 (8): e1258. Schuster NM, Rogers MA, McMahon LF. Using search engine query data to track pharmaceutical utilization: a study of statins. Am J Manag Care 2010; 16 (8): e215-9. Correspondencia a: Sr. Rodrigo M. Carrillo Larco. Av. 28 de Julio 818, Miraflores; Lima, Perú. Telef. 2420665. E-mail: rodrigo.carrillo@upch.pe Fuente de financiamiento: manuscrito autofinanciado. Conflicto de Intereses: ninguno fe de erratas En el Artículo de Investigación “Comparación de la efectividad de la ligadura vs esclerosis endoscópica en pacientes con sangrado de várices esofágicas en el Hospital Hernán Henríquez de Temuco: estudio de cohortes comparativas”, de los autores Eddy Ríos, Armando Sierralta, Marigraciela Abarzúa, Joaquín Bastías, María Inés Barra, 1368 publicado en Rev Med Chile 2012; 140: 713-8, debe agregarse en la filiación del primer autor: “Eddy Ríos es un doctorado de la Universitat Autònoma de Barcelona, España”. En el mismo artículo, en la Discusión, pág. 717, primer párrafo, líneas 20-21, Dice “al no poder coger” Debe decir: “al no poder escoger”. Rev Med Chile 2012; 140: 1367-1368 CARTA AL EDITOR Rev Med Chile 2012; 140: 1369-1370 Integrando la irradiación parcial acelerada de la mama en la práctica clínica Integrating accelerated partial breast irradiation into clinical practice Sr. Editor: El uso de la irradiación parcial acelerada de la mama (IPAM) en lugar de la irradiación total de la mama (ITM) para la terapia conservadora de la mama (TCM) es un área de investigación clínica intensa1. El debate se ha mantenido generalmente en ambientes especializados, pero la divulgación de esta modalidad terapéutica a la comunidad médica no especialista y al público general requiere que esta discusión se extienda a publicaciones de amplia cobertura en la comunidad médica general. Con la ITM se irradia la mama completa y la radioterapia se administra a lo largo de varias semanas. Con la IPAM, por el contrario, la radiación se centra en el área de mayor riesgo de recidiva tumoral -la zona vecina a la cavidad de tumorectomía- y todo el curso de radioterapia se completa en días. La IPAM se puede realizar mediante radioterapia conformada 3D, irradiación intraoperatoria (RIO) [electrones de un acelerador lineal o fotones de un equipo de ortovoltage (KeV)], braquiterapia por medio de catéteres implantados en el intersticio, que se colocan durante o después de la intervención en la porción de la mama centrada alrededor de la cavidad de tumorectomía, o utilizando el sistema que conlleva la inserción de un catéter con globo en la punta. Recientemente, se ha aplicado IPAM con radioterapia de intensidad modulada (IMRT), arcoterapia y tomoterapia1. A pesar de no haber aún evidencia generalizada en resultados de estudios prospectivos y con asignación al azar, durante la última década la IPAM se ha instalado en la práctica clínica, adaptando y personalizando su indicación con criterios de eficiencia oncológica y socio-sanitarios. Publicaciones recientes la han calificado como un procedimiento seguro, con buenos resultados cosméticos y que ofrece, debido a la reducción del tiempo total de tratamiento, una mayor oportunidad de acceso terapéutico1. No se han publicado aún estudios clínicos con un adecuado número de pacientes y seguimiento. Sólo se ha publicado un pequeño ensayo con un seguimiento que se podría considerar adecuado (mediana = 66 meses), mostrando equivalencia en control local al comparar ITM con IPAM por medio del sistema de braquiterapia (braqui-IPAM). Este ensayo presenta limitaciones, entre las que destaca el número limitado de pacientes (la n = 130 pacientes por brazo de tratamiento), que no permite demostrar la no inferioridad de un tratamiento sobre otro2. El estudio fase III TARGIT-A (n = 2.232) recientemente reportó un control local similar entre ITM y RIO-IPAM (kv), pero esta publicación ha sido fuertemente criticada debido a su corta mediana de seguimiento (2 años), y la inclusión de pacientes de bajo riesgo que recibieron también tratamiento adyuvante (quimioterapia y/o la terapia hormonal)3. A pesar de que aún no disponemos de un adecuado nivel de evidencia (Nivel A), el uso de sistemas de braquiterapia como técnica de IPAM ha aumentado en los Estados Unidos de Norteamérica. de prácticamente 0 % en 2000 a 13 % en 20074 y desde entonces su indicación ha progresado rápidamente. Para intentar normar el empleo de la IPAM en la práctica clínica, se han publicado guías acordadas mediante consenso de expertos, para la selección de pacientes candidatos a tales procedimientos (GEC-ESTRO y ASTRO), principalmente basados en categorizar factores de riesgo de recidiva local. Estas directrices no están basadas en un adecuado nivel de evidencia5. Numerosos ensayos clínicos aleatorios fase III en curso, con miles de pacientes, probablemente permitirán orientar mejor nuestras decisiones terapéuticas (NSABP-B39, RAPID, ELIOT), que en el contexto oncológico de presente y futuro deben tender a personalizar la decisión y ejecución radioterápica. En el escenario de la cirugía conservadora de mama es conocido que complicaciones quirúrgicas como el hematoma, la infección y el absceso empeoran el resultado cosmético4. En un análisis reciente que utilizó la base de datos del sistema de facturación de asistencia médica estadounidense, fueron comparados 85.783 pacientes tratados con cirugía conservadora más radioterapia externa total a mama con 6.952 pacientes tratados con braqui-IPAM6. En esta cohorte la técnica braqui-IPAM se asoció con peor preservación mamaria a largo plazo y una mayor frecuencia de complicaciones postoperatorias (p. Ej. mastitis, absceso, cicatrización, fístula, hematoma etc.), sin diferencia en la supervivencia. Además, se reportaron más complicaciones tardías en la cohorte de 1369 CARTA AL EDITOR IPAM (p. ej: fractura de costilla, dolor mamario y necrosis grasa). Sólo un aumento limitado de neumonitis actínica fue observado en la cohorte de pacientes ITM. Aunque este estudio presenta limitaciones (p. ej. no dan información sobre la anatomía patológica, sólo se presentan las tasas de mastectomía sin mencionar las tasas de recidiva local), refleja los resultados de la práctica clínica en un gran número de pacientes, y contiene por lo tanto, un mensaje importante en relación a la exigencia que requiere introducir la IPAM en la práctica. Recientemente R. Orecchia presentó los resultados del estudio ELIOT que compara ITM con RIO-IPAM (electrones) en la 8ª Conferencia Europea de Cáncer Mamario (Viena) y en el 31º Congreso Europeo de la Sociedad de Radioterapia Oncológica (Barcelona). Con una mediana de seguimiento de 5 años, se reportó una tasa muy baja de recidiva local en el brazo de ITM (0,7%), mientras que la tasa fue 7 veces mayor en el grupo de IPAM. Una observación inesperada mostró además que la tasa de recidiva local anual en el brazo de IPAM sigue en aumento, sugiriendo que con un mayor seguimiento estos resultados podrían empeorar5. En conclusión, la IPAM no debe instaurarse prematuramente en la práctica clínica. Debemos esperar un número de años suficiente para poder evaluar adecuadamente los resultados a largo plazo en control local, supervivencia y efectos secundarios. Claudio V. Sole, M.D., Ph.D.c1,2,3, Felipe A. Calvo M.D., Ph.D2,3. 1 Departamento de Oncología-Radioterapia, Instituto de Radiomedicina. Santiago, Chile. 2 Departamento de Oncología, Hospital General Universitario Gregorio Marañón. 3 Escuela de Medicina, Universidad Complutense, Madrid, España. 1370 Referencias 1. Fearmonti RM, Vicini FA, Pawlik TM, Kuerer HM. Integrating partial breast irradiation into surgical practice and clinical trials. Surg Clin North Am 2007; 87 (2): 485-98. 2. Polgár C, Fodor J, Major T, Németh G, Lövey K, Orosz Z, et al. Breast-conserving treatment with partial or whole breast irradiation for low-risk invasive breast carcinoma -5-year results of a randomized trial. Int J Radiat Oncol Biol Phys 2007; 69: 694-702. 3. Vaidya JS, Joseph DJ, Tobias JS, Bulsara M, Wenz F, Saunders C, et al. Targeted intraoperative radiotherapy versus whole breast radiotherapy for breast cancer (TARGIT-A trial): an international, prospective, randomised, non-inferiority phase 3 trial. Lancet 2010; 376: 91-102. 4. Barnett GC, Wilkinson JS, Moody AM, Wilson CB, Twyman N, Wishart GC, et al. The Cambridge Breast Intensity modulated Radiotherapy Trial: patient and treatment related factors that influence late toxicity. Clin Oncol (R Coll Radiol) 2011; 23: 662-73. 5. Bartelink H, Bourgier C, Elkhuizen P. Has partial breast irradiation by IORT or brachytherapy been prematurely introduced into the clinic? Radiother Oncol 2012 Aug 2. [Epub ahead of print]. 6. Smith GL, Xu Y, Buchholz TA, Giordano SH, Jiang J, Shih YC, et al. Association between treatment with brachytherapy vs whole-breast irradiation and subsequent mastectomy, complications, and survival among older women with invasive breast cancer. JAMA 2012; 307: 1827-37. Correspondencia a: Dr. Claudio V. Sole. Av. Américo Vespucio Norte 1314, Vitacura, Santiago, Chile. Tel: 34-91-683128482. E-mail: cvsole@uc.cl. Los autores declaran no tener conflictos de intereses en el presente documento. Rev Med Chile 2012; 140: 1369-1370