Download www.elsevier.es Volumen 74, septiembre
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
septiembre-octubre 2014 Volumen 74, Número 5. Volumen 74, septiembre-octubre de 2014, Número 5 Impreso ISSN: 2007-4085 COLEGIO DE PROFESIONISTAS, A.C. Editor Dr. José Guzmán Esquivel Co-editor Miguel Maldonado Ávila * ARTEMISA * SSALUD * LILACS * IMLA * PERIODICA-UNAM * IMBIOMED * LATINDEX • Evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida en pacientes con trastorno de vaciamiento vesical sometidos a terapia InterStim, Medtronic® • Estudio sobre percepción de la seguridad clínica de pacientes en diálisis • ¿Es la obesidad un factor predictor de agresividad en cáncer de próstata? • Frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis de pacientes con obesidad • Nefrectomía parcial laparoscópica de tumor renal derecho REVISTA MEXICANA DE UROLOGÍA • Satisfacción del paciente en hemodiálisis como criterio de calidad asistencial en enfermería • Neuromodulación sacra en niños: experiencia en Colombia • Adenocarcinoma de uraco: ¿qué tanto sabemos? • Priapismo de bajo flujo como manifestación inicial de leucemia mieloide crónica • Heminefrectomía laparoscópica transperitoneal de riñón en herradura • Tumor urotelial renal bilateral y tumor vesical urotelial, reporte de un caso de triple tumor sincrónico • Vapoenucleación prostática con láser Tulio (TuLEP): Técnica quirúrgica realizada en el Hospital Central Militar www.elsevier.es COLEGIO DE PROFESIONISTAS, A.C. FUNDADOR Dr. Aquilino Villanueva Arreola† EDITOR Dr. José Guzmán Esquivel Doctor en Ciencias Médicas CO-EDITOR Dr. Miguel Maldonado Ávila Maestro en Ciencias Médicas CONSEJO EDITORIAL Dr. Jorge Jaspersen Gastelum Dr. Jorge Gutiérrez Aceves Dr. Arturo Mendoza Valdez Dr. Hugo A. Manzanilla García Dr. Mariano Sotomayor Zavaleta Dr. Carlos Pacheco Gabhler Dr. José Efraín Flores Terrazas Dr. Julio C. Querol Zuñé Dr. José Arturo Rodríguez Rivera Dr. Luis Roberto Beas Sandoval COMITÉ DE ASESORES CIENTÍFICOS Maestro en Ciencias Médicas Cuauhtémoc Acoltzin Vidal Doctor en Ciencias de la Salud Víctor Figueroa Granados Doctor en Ciencias Fisiológicas Clemente Vásquez Jiménez Doctor en Ciencias Médicas Óscar Uribarren Berrueta Maestro en Ciencias Raúl Joya Cervera Doctora en Ciencias Luz Margarita Baltazar Hernández Doctor en Ciencias Iván Delgado Enciso Doctor en Ciencias Dr. Valery Melnikov Georgevitch Doctor en Medicina Clínica Dr. Herney Andrés García-Perdomo COMITÉ EDITORIAL INTERNACIONAL Dr. Paul A. Escovar Díaz Dr. Shlomo Raz Dra. Tania González León Dr. Anthony Atala Dr. Eloisio Alexandro da Silva Dr. Robert G. Ferrigni Dr. Paulo Cesar Rodrigues Palma REVISTA MEXICANA DE UROLOGIA, año 2014, número 5, septiembre-octubre, es una publicación bimestral editada por la Sociedad Mexicana de Urología, Colegio de Profesionistas, A.C., Edicio WTC, Montecito #38, Piso 25, Oc. 37, Col. Nápoles, Deleg. Benito Juárez. C.P. 03810 Tel. 90-00-33-85, Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2010-082713134900-102, Impreso ISSN: 0185-4542 otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Licitud de Título y Contenido No. 15129 otorgado por la Comisión Calicadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresión, arte, diseño, composición tipográca y proceso fotomecánico por Elsevier Masson Doyma México, S.A., Insurgentes Sur 1388 piso 8, Col. Actipan, C.P. 03230, Delegación Benito Juárez, México, D.F., Tel: (55) 55 24 49 20 Fax: (55) 55 24 04 68. Este número se terminó de imprimir el 30 de Septiembre de 2014, con un tiraje de 1,200 ejemplares, impresión tipo Offset en papel couché de 125 gr. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Revista Mexicana de Urología. COLEGIO DE PROFESIONISTAS, A.C. MESA DIRECTIVA 2013-2015 Presidente Dr. Mariano Jorge Sotomayor de Zavaleta Vicepresidente Dr. Jesús Torres Aguilar Secretario Dr. Melchor Castro Marín Tesorero Dr. Luis Fernando Quinzaños Sordo Secretario de Educación Secretario de Actas Editor Dr. Jesus Emmanuel Rosas Nava Dr. José Guzmán Esquivel Primer Vocal Co-Editor Dr. José Gadú Campos Salcedo Dr. Miguel Maldonado Avila Segundo Vocal Coordinación de Residentes Dr. Felipe Guzmán Hernández Dr. José Alberto Huante Pérez Dr. Carlos Martínez Arroyo Tercer Vocal Dr. Gabriel Catalán Quinto Comisario Editor WEB Dr. Arturo García Mora Dr. Francisco Tomás Rodríguez Covarrubias Carlos Murphy Sánchez Andrología Urología Pediátrica Historia y Filosofía Dr. Ricardo Alonso Castillejos Molina Dr. Gildardo Manzo Pérez Dr. Enrique Efrén Quintero García Uro-Oncología Neuro-Urología y Uro-Ginecología Endourología y Laparoscopia Dr. Joel Quintero Becerra Dr. Adrián Gutiérrez González Trasplante Dr. Carlos Enrique Méndez Probst Dr. Víctor Corona Montes Dr. Anel Rogelio Aragón Tovar Estudios Diagnósticos en Urología CAPÍTULOS Cirugía Reconstructiva Genitourinaria Dr. Julio César López Silvestre Dr. Miguel Rodríguez Esqueda VOCALES Sección Norte Sección Golfo de Cortés Sección Oriente Dr. Manuel Arnoldo Barrera Solís Dr. Rodolfo Favela Camacho Dr. Julio Cesar Querol Suñé Sección Noroeste Sección Occidente Sección Sur Dr. Hildebrando Barrios Garcia Dr. Carlos Arturo Muñoz Rangel Dr. Pedro Alfredo Patrón Sansor Coordinador Relaciones Internacionales Sección Noreste Sección Bajío Dr. Iván Alejandro Reyes García Dr. Salvador Guillermo Gállego Sales Sección Centro Norte Sección Centro Dr. Mauricio Casas Varela Dr. Omar Morales Ordaz Dr. José de Jesús Espinosa de los Monteros Falomir EDITORES PRECEDENTES Arturo Lara Rivas Jaime Woolrich Domínguez† Antonio Aparicio Sánchez-Covisa† Xavier Ibarra Esparza David Jiménez Velasco† Juan Maldonado Hernández† Elías Zonana Farca Gilberto Lozano Lozano† Francisco Castañeda Pérez† José Antonio Medina Rodríguez Sergio Martín del Campo Martínez† Enrique Shalkow Polakevitz† Álvaro Alias Álvarez Carlos Pacheco Gabhler Porfirio C. Estrada Arras Carlos Murphy Sánchez Luis Roberto Beas Sandoval • CONTENTS • SUMARIO ORIGINAL ARTICLES ARTÍCULOS ORIGINALES Urodynamic evaluation and quality of life comparison in patients with bladder voiding disorders that underwent Medtronic InterStim® therapy 259 J.J. Torres-Gómez, et al. Evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida en pacientes con trastorno de vaciamiento vesical sometidos a terapia InterStim, Medtronic® 259 J.J. Torres-Gómez, et al. Study on the dialysis patient’s perception of clinical safety 269 R.A. Martín Estudio sobre percepción de la seguridad clínica de pacientes en diálisis 269 R.A. Martín Is obesity a predictive factor for prostate cancer aggressiveness? 275 E. Linden-Castro, et al. ¿Es la obesidad un factor predictor de agresividad en cáncer de próstata? 275 E. Linden-Castro, et al. Frequency of lithiasis profile alterations in obese patients 281 M.B. Calao-Pérez, et al. Frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis de pacientes con obesidad 281 M.B. Calao-Pérez, et al. Laparoscopic partial nephrectomy of a right renal tumor 286 F.J. García-Salcido, et al. Nefrectomía parcial laparoscópica de tumor renal derecho 286 F.J. García-Salcido, et al. Hemodialysis patient satisfaction as a criterion of quality in nursing assistance 292 R.A. Martín Satisfacción del paciente en hemodiálisis como criterio de calidad asistencial en enfermería 292 R.A. Martín Sacral neuromodulation in children: Experience in Colombia 296 A.R. Lopera-Toro, et al. Neuromodulación sacra en niños: experiencia en Colombia A.R. Lopera-Toro, et al. REVIEW ARTICLE ARTÍCULO DE REVISIÓN Urachal carcinoma: What do we know? P. Cruz, et al. 301 Adenocarcinoma de uraco: ¿qué tanto sabemos? P. Cruz, et al. Editada por: Director General: 296 MASSON DOYMA MÉXICO, SA. Av. Insurgentes Sur 1388, Piso 8, Col. Actipan Del. Benito Juárez, CP 03230, México, D.F. Tels.: 5524-1069, 5524-4920, Fax: 5524-0468. Pedro Turbay Garrido 301 CLINICAL CASE Low-flow priapism as initial manifestation of chronic myeloid leukemia CASOS CLÍNICOS 308 O.A. Magaña-Bustamante, et al. Laparoscopic transperitoneal heminephrectomy of a horseshoe kidney 313 J.A. Castelán-Martínez, et al. Heminefrectomía laparoscópica transperitoneal de riñón en herradura 313 O.A. Magaña-Bustamante, et al. 318 L.R. Robles-Sainz, et al. Thulium laser vapoenucleation of the prostate (ThuVEP): Surgical technique performed at the Hospital Central Militar 308 O.A. Magaña-Bustamante, et al. O.A. Magaña-Bustamante, et al. Bilateral renal urothelial tumor and bladder urothelial tumor: A case report of three synchronous tumors Priapismo de bajo flujo como manifestación inicial de leucemia mieloide crónica Tumor urotelial renal bilateral y tumor vesical urotelial, reporte de un caso de triple tumor sincrónico 318 L.R. Robles-Sainz, et al. 323 Vapoenucleación prostática con láser Tulio (TuLEP): Técnica quirúrgica realizada en el Hospital Central Militar J.A. Castelán-Martínez, et al. 323 Rev Mex Urol. 2014;74(5):259---268 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida en pacientes con trastorno de vaciamiento vesical sometidos a terapia InterStim, Medtronic® J.J. Torres-Gómez a,b,∗ , J.G. Campos-Salcedo b , A. Sedano-Lozano a,b , J.J. Torres-Salazár a,b , S.C. Arreortua a,b , L.A. Méndoza-Álvarez b , J.C. López-Silvestre b , M.A. Zapata-Villalba b , C.E. Estrada-Carrasco b , C. Paredes-Calva b , H. Rosas-Hernández b , C. Díaz-Gómez b , E.I. Bravo-Castro a , J.A. Castelán-Martínez a y J.J.O. Islas-García a a b Residencia de Urología, Escuela Militar de Graduados de Sanidad, México D.F., México Servicio de Urología, Hospital Central Militar, México D.F., México Recibido el 17 de febrero de 2014; aceptado el 18 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 20 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Neuromodulación sacra; Calidad de vida; Incontinencia urinaria Resumen Antecedentes: Desde 1980 la terapia de neuroestimulación sacra ha demostrado ser una terapia válida y alternativa en el manejo de los trastornos miccionales por patología del tracto urinario bajo, siendo sus principales indicaciones la retención urinaria idiopática, la incontinencia de urgencia y la incontinencia fecal. En nuestro país sigue siendo una terapia novedosa y no se cuenta aún con estudios que evalúen esta eficacia en términos de calidad de vida o con parámetros cuantitativos. Objetivo del estudio: Establecer la eficacia de la terapia de neuroestimulación sacra tipo InterStim, Medtronic® , en el manejo de los pacientes con trastornos de vaciamiento vesical, efectuando un análisis urodinámico y de la calidad de vida comparativo previo y posterior al tratamiento, determinando los volúmenes miccionales, los períodos de incontinencia, la satisfacción del paciente y la calidad de vida. Material y métodos: Desde enero de 2010 hasta junio de 2013, en el Hospital Central Militar se realizó evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida mediante el empleo del instrumento SF-36 v2 (versión mexicana) e ICIQSF, en los pacientes que presentaron trastorno de vaciamiento vesical de etiología no obstructiva y que fueron refractarios a tratamiento médico. Resultados: Se incluyeron 10 pacientes en el estudio, bajo los siguientes diagnósticos: disinergia detrusor-esfínter, vejiga hiperactiva y retención urinaria no obstructiva, ubicados por género (2 masculinos y 8 femeninos). En la totalidad de los pacientes se presentó mejoría del 50% o superior durante la fase de prueba de la terapia de neuroestimulación, y se colocó fase definitiva con los siguientes resultados: se obtuvieron resultados equivalentes al 50-65% de mejoría en ∗ Autor para correspondencia. Hospital Central Militar. Blvd. Manuel Ávila Camacho SN Lomas de Sotelo, Av. Industria Militar y General Cabral, Del. Miguel Hidalgo, C.P. 11200, México, Distrito Federal. Teléfono: +01 55 57 31 00 extensión 1704. Correo electrónico: mdjaviertorres@hotmail.com (J.J. Torres-Gómez). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.001 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 260 J.J. Torres-Gómez et al los parámetros cualitativos de función física, función social y rol emocional, así como en las variables cuantitativas de volumen de vaciamiento, eficacia de vaciamiento y disminución de los períodos de incontinencia. Discusión: Como se ha establecido a nivel de la literatura mundial, nuestros resultados fueron similares en el efecto benéfico y la eficacia en la calidad de vida e incontinencia urinaria, respectivamente, y se reportan porcentajes de éxito mayores al 50% en el cese total de los episodios de incontinencia. Conclusiones: La neuromodulación mediante la estimulación del nervio sacro es una forma exitosa de tratamiento en los trastornos de vaciamiento vesical de etiología no obstructiva y refractaria al tratamiento médico, es segura, mínimamente invasiva y de fácil aplicación, y mejora la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, es necesario realizar estudios aleatorizados y que consideren parámetros objetivos (urodinámicos), así como las complicaciones posibles a mediano y largo plazo en este tipo de terapia. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. KEYWORDS Sacral neuromodulation; Quality of life; Urinary incontinence Urodynamic evaluation and quality of life comparison in patients with bladder voiding disorders that underwent Medtronic InterStim® therapy Abstract Background: Since 1980, sacral neuromodulation therapy has been shown to be a valid alternative therapy in the management of urinary disorders due to lower urinary tract pathology, and its primary indications are: idiopathic urinary retention, urge incontinence, and fecal incontinence. It is still considered a novel therapy in Mexico and there are no studies using quantitative parameters that evaluate its efficacy in terms of quality of life. Aims: To establish the efficacy of the Medtronic InterStim® sacral neuromodulation therapy in the management of patients with bladder voiding disorders through urodynamic and quality of life analyses before and after treatment. Urine volume, periods of incontinence, patient satisfaction, and quality of life were determined. Methods: A comparative urodynamic and quality of life evaluation was carried out using the SF36 v2 (Mexican version) and the ICIQSF instruments on patients presenting with nonobstructive bladder voiding disorders that were refractory to medical treatment. Results: Ten patients with the following diagnoses were included in the study: detrusor sphincter dyssynergia, overactive bladder, and nonobstructive urinary retention. Two of the patients were men and 8 were women. There was a 50% or greater improvement in all 10 patients during the test phase of the neuromodulation therapy and the definitive placement phase produced the following results: a 50-65% improvement in the qualitative parameters of physical function, social function, and emotional role, as well as in the quantitative variables of voiding volume, voiding efficacy, and reduced periods of incontinence. Discussion: Our results were similar to those established in the international literature in relation to the beneficial effect on quality of life and efficacy in urinary incontinence management; the literature reports success percentages in the complete cessation of incontinence episodes at above 50%. Conclusions: Neuromodulation through sacral nerve stimulation is a successful form of treatment of nonobstructive and medical treatment-refractory bladder voiding disorders. It is safe, minimally invasive, and easy to apply and it improves patient quality of life. Nevertheless, further randomized studies on this type of therapy need to be conducted that take into account objective parameters (urodynamics) and possible medium and long-term complications. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción La incontinencia urinaria es un problema de salud pública común. Se ha considerado que la prevalencia de incontinencia de urgencia, de la urgencia-frecuencia y de la retención urinaria en la población general varía de un 3.3 a un 8.2%, de mayor predominio en la población femenina1-3 . Esto resulta en limitaciones de la actividad diaria y de la calidad de vida; se ha estimado que cerca del 25% de las mujeres entre 15 y 64 años y más del 50% de las que son atendidas en un servicio de geriatría presentan incontinencia urinaria1,2 . Evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida en pacientes La Sociedad de Incontinencia Internacional (ICS) define la incontinencia urinaria como cualquier pérdida urinaria involuntaria1 . Las implicaciones sociales de la incontinencia urinaria incluyen baja autoestima, restricción de las actividades sociales, sexuales y depresión, y esto implica repercusiones económicas4,5 . También existen implicaciones secundarias en salud en relación, por ejemplo, con la retención urinaria, ya que por el incremento de la presión abdominal pueden condicionar reflujo urinario o infección renal, pobre manejo de líquidos y la necesidad de cateterismos repetidos (favoreciendo el riesgo de infecciones urinarias, litiasis y daño renal). Aunque el mecanismo de acción exacta aún es desconocido, se considera que la estimulación eléctrica de los nervios sacros puede activar en forma parcial la musculatura del piso pélvico; además, induce una modulación de las señales aferentes somáticas en la médula espinal, inhibiendo de esta forma los arcos reflejos urinarios de vaciamiento y de cierre del esfínter uretral, permitiendo un mejor vaciamiento urinario e inclusive el alivio de síntomas de urgencia al disminuir la contracción del esfínter urinario6,7 . En 1988 Schmidt describió las 3 fases de la neuromodulación sacra, que son: 1) la valoración de la integridad funcional de los nervios sacros mediante la colocación y estimulación de un electrodo; 2) la colocación de un cable de estimulación percutáneo temporal para realizar una fase de prueba; si el resultado es mejoría de 50% o más de los síntomas, del vaciamiento vesical o de la disminución de los cateterismos, se da inicio al paso, y 3) la colocación de un implante permanente8 . Desde 1998 se ha observado que la neuroestimulación sacra en los pacientes con diagnósticos de retención urinaria no obstructiva es un tratamiento eficaz que mejora el volumen de vaciamiento miccional, el dolor pélvico asociado, de fácil aplicación y que presenta una tasa baja de complicaciones1,2,7 . Aunque aprobado y ampliamente empleado ya en la Unión Europea y en Estados Unidos para padecimientos específicos como son retención urinaria crónica no obstructiva y refractaria, el síndrome de urgencia-frecuencia y la incontinencia de urgencia4 , en nuestro país e institución la terapia de neuromodulación sacra continúa siendo una terapia novedosa y los estudios nacionales son principalmente para la valoración de incontinencia fecal. Se reconoce ampliamente que la carga personal de una enfermedad no puede describirse totalmente por las medidas de estado de enfermedad, como por ejemplo: el tamaño del infarto, las metástasis tumorales o el volumen de espiración. Los factores psicosociales como dolor, aprehensión, movilidad restringida y otros deterioros funcionales, el llevar a cabo responsabilidades personales y familiares, y la disminución cognoscitiva, también deben ser incluidos. El área de la investigación que resultó de este reconocimiento ha sido denominada «Salud relacionada con la calidad de vida», y sirve para estudiar los diversos efectos que los padecimientos y sus tratamientos tienen en la vida del paciente y si en verdad se encuentra satisfecho o no después de su tratamiento5 . Puesto que la calidad de vida incluye la evaluación de elementos subjetivos, se requiere de un método de 261 medición válido, reproducible y confiable. Para la evaluación de este aspecto se empleó el instrumento SF-36, aprobado por el proyecto conocido como «Evaluación internacional de la calidad de vida» (IQOLA). Este relativamente breve y simple cuestionario contiene 36 preguntas que cubren 8 dominios de salud: funcionamiento físico, rol físico, dolor corporal, percepción general de salud, vitalidad, funcionamiento social, rol emocional y salud mental. Lo anterior es además registrado con 2 escalas de resumen: componente físico y componente mental4,5 . En 1999 este instrumento fue validado para su aplicación en la población mexicana, demostrando que es consistente con todos los supuestos de validez y confiabilidad en forma satisfactoria9 . Objetivo Establecer la eficacia de la terapia de neuroestimulación sacra, tipo InterStim, Medtronic® , en el manejo de los pacientes con trastornos de vaciamiento vesical, efectuando un análisis comparativo previo y posterior al tratamiento con un estudio urodinámico y de la calidad de vida, determinando los volúmenes miccionales y la escala de calidad de vida mediante el uso de un instrumento validado para su empleo en población mexicana. Material y métodos Desde el periodo de enero de 2010 hasta junio de 2013, en el servicio de urología del Hospital Central Militar se incluyó a la totalidad de pacientes masculinos y femeninos que tuvieran los siguientes criterios de inclusión: a) mayores de 15 y menores de 60 años de edad; b) que aceptaran su consentimiento válidamente informado; c) que tuvieran integridad anatómica y funcional del plexo sacro; d) que contaran con estudio de latencia de nervios pudendos y estudio urodinámico, y e) que presentaran un trastorno de vaciamiento vesical y que no correspondiera a etiología obstructiva o degenerativa. Así mismo se consideraron los siguientes criterios de exclusión: a) que no aceptaran ser sometidos al estudio; b) que presentaran mielomeningocele o malformaciones anatómicas que impidieran colocación del neuroestimulador sacro; c) aquellos cuyo trastorno miccional fuese por causa obstructiva, y d) aquellos que no cumplieran con criterios de inclusión. Se incluyeron como variables del estudio variables dependientes e independientes, como: A) la determinación del análisis cualitativo para el instrumento SF-36 v2 (versión mexicana); b) la determinación del resultado del análisis cuantitativo para el instrumento SF-36 v2(versión mexicana), y c) la determinación del análisis cualitativo para el instrumento ICIQSF(versión en español). Las variables dependientes fueron: a) edad; b) trastorno de vaciamiento vesical asociado, y c) las complicaciones posprocedimiento. Las objetivas, de acuerdo con la escala de Clavien Dindo, y las subjetivas incluyeron parámetros como dolor y falla en la respuesta al tratamiento. En relación a la calidad de vida, las variables cualitativas ordinales fueron: función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional, salud mental. En relación a los parámetros cuantitativos ordinales se consideró: a) capacidad vesical máxima; b) orina residual (porcentual); 262 Figura 1 derecho. J.J. Torres-Gómez et al Se observan los sitios de punción con aguja en los forámenes sacros bilaterales, así como la dilatación del tracto de lado c) volumen miccionado; d) orina residual; e) número de eventos de incontinencia urinaria por día, y f) número de cateterismos realizados al día. Los pacientes fueron captados mediante hoja de registro en la consulta externa de Urología y de pacientes hospitalizados en el Hospital Central Militar. A todos los pacientes se realizó historia clínica y exploración física, completando y necesitando en forma obligatoria los siguientes estudios: ultrasonido vesical pre y posmiccional, cistografía miccional, estudio urodinámico y latencia de nervios pudendos a fin de valorar la integridad funcional del plexo sacro. Cuando el paciente cumplió los criterios de inclusión, se tramitó la adquisición de la terapia de InterStim Medtronic® a fin del inicio de fase de prueba. Previo a su aplicación se realizaba aplicación de encuesta SF-36 v2(versión mexicana) en formato autoaplicado para la evaluación de la calidad de vida, diario miccional de una semana para la cuantificación de los episodios de incontinencia, instrumento ICIQSF(versión en español) para la medición de la severidad de la incontinencia. Una vez adquirido el equipo se aplicó la terapia en 2 fases: la primera de prueba y de duración de una semana, en la cual se consideraba como positiva si el paciente presentaba mejoría superior al 50% en calidad de vida, disminuía al 50% la frecuencia de los cateterismos o disminuía al 50% los eventos de incontinencia diarios. El procedimiento de fase de prueba se llevaba a cabo mediante la técnica de Schmidt y bajo anestesia local más sedación endovenosa con técnica estéril estricta, se realizaba la colocación de un electrodo en forma percutánea en los forámenes de S2-S4, en forma bilateral y mediante el auxilio de un arco en C para visualización de la ubicación del electrodo; se definió el lado a colocar del electrodo mediante la evaluación de la mejor respuesta a la estimulación eléctrica mediante la contracción anal y la flexión plantar del paciente, posteriormente conectando el electrodo a un cable de extensión y al estimulador externo. Durante la fase de prueba se realizó aplicación del diario miccional durante los 7 días, siendo considerada positiva y exitosa la fase de prueba con los criterios antes mencionados. Durante esta fase todos los pacientes se encontraron bajo cobertura antibiótica (cefalosporina de primera generación), y solo en los pacientes postrados en cama mediante cefalosporina de amplio espectro (tercera generación). En esta fase los pacientes foráneos fueron encamados los 7 días para vigilancia del dispositivo transitorio (evitar su movilización, tracción y mal funcionamiento) y con el objetivo de prevención de infección de la herida y neuroinfección. Los pacientes de área local se manejaron de forma ambulatoria, aunque se valoraron diariamente con los mismos objetivos. Una vez completada satisfactoriamente la fase de prueba se daba inicio a la fase definitiva de la terapia con la colocación del implante subcutáneo de la siguiente forma: bajo sedación endovenosa y anestesia local, con técnica estéril estricta, se realizaba la incisión supraglútea de aproximadamente 5 cm en forma transversa (fig. 1) y se realizaba el reservorio disecando la región subcutánea de 3 a 5 cm circunferencial a la herida; en este sitio se tunelizaba el cable de extensión desde el electrodo de anclaje hasta el reservorio, donde se conectaba el cable al neuroestimulador subcutáneo (implante) (figs. 2 y 3), se cerraba por planos y se colocaba apósito sobre la herida; se activaba la terapia de estimulación sacra hasta las 24 h del postoperatorio. Las fases de prueba se iniciaban con los siguientes parámetros de neuroestimulación sacra: 2 amplitud (voltaje, medido en volts) 210 ancho de pulso (milisegundos), 12 frecuencia (hertz), 1004 impedancia (Ohms), polaridad; se regulaba únicamente el voltaje en base a la mejor respuesta de neuroestimulación con la flexión plantar o contracción anal, y cuando el paciente no lo percibía como sensación nociceptiva. Durante la fase definitiva se aplicaron los instrumentos SF-36 v2 (versión autoaplicada y entrevista telefónica), ICIQSF y diario miccional a los 1, 3, 6, 9, 12 meses. Se realizó ultrasonido vesical pre y posmiccional a los 3, 6 y 12 meses de la fase definitiva, se realizó control biomédico durante consultas control a los 1, 3, 6, 9, 12 meses de su aplicación en forma conjunta con personal biomédico para ajustar parámetros de neuroestimulación a fin de mantener estimulación presente y sin causar efecto nociceptivo. Todos los instrumentos y procedimientos durante fase preoperatoria, de prueba y definitiva fueron aplicados por los autores del estudio. El vaciado de instrumentos fue realizado en sistemas de cómputo validados para análisis de las variables mediante Evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida en pacientes Figura 2 Con el auxilio de la fluoroscopia se guía la colocación del electrodo de anclaje. software específico y bajo licencia de Qualitymetrics de los instrumentos de evaluación empleados. Se realizó análisis comparativo mediante cálculo de medias, valores máximos, mínimos y desviaciones estándar. Durante la fase de prueba y definitiva las complicaciones fueron establecidas de acuerdo a la escala de Clavien Dindo para complicaciones quirúrgicas. Resultados Se incluyeron en el estudio un total de 10 pacientes, de los cuales el 100% obtuvieron una fase de prueba y el 100% avanzaron a una fase definitiva mediante el implante subcutáneo. Durante el periodo de tiempo del estudio fueron excluidos un total de 9 pacientes distribuidos de la siguiente forma: 4 por presentar patología de origen obstructivo, 3 por presentar sección medular completa y 2 por presentar mielopatía desmielinizante progresiva. La media de edad para los pacientes incluidos en el estudio fue de 51 años (31-69), distribuidos por géneros como 2 masculinos y 8 femeninos, agrupados también bajo los Figura 3 263 siguientes diagnósticos urológicos y urodinámicos: disinergia detrusor-esfínter (n=5), vejiga hiperactiva (n=3), retención urinaria no obstructiva (n=2) (tabla 1). Respecto a la latencia de nervios pudendos, se encontró una media de velocidad de conducción de 26 ms (9.2-49.8) y 24 ms (2.7-56.7) para el lado derecho e izquierdo, respectivamente (tabla 1). Se encontraron los siguientes valores de media para los parámetros de estimulación: Amplitud (voltaje) 2.74 volts (1-5), ancho de pulso 210 milisegundos (210), frecuencia 14.2 hz (14-16), impedancia 1004 ohms (1004), polaridad 2 positivo/1 negativo (positivo/negativo), en un 80% se estimuló raíz S3; también se realizó distribución en relación al lado estimulado de la siguiente forma: 80% (8) en lado izquierdo y 20% (2) en el lado derecho (tabla 2). De los sujetos incluidos en el estudio, el 100% (10) completaron el seguimiento a 6 meses. El análisis de los parámetros comparativos se realizó en la población total incluida en el estudio. Así mismo se realizó análisis separado por género y patologías (tabla 3). En la fase definitiva se coloca el neuromodulador en el reservorio subcutáneo. 3 femenino 2 masculino 3 femenino 2 femenino Sexo 115.3 533 283.4 2 2.9/4 1.5/2.6 3 Retención urinaria no obstructiva 3.4/2.2 5 Disinergia detrusor-esfínter Vejiga hiperactiva Amplitud volts (prueba/6 meses) n Patología 210/210 210/210 210/210 Ancho de pulso ms (prueba/6 meses) 44.7 53 40 15/16 14/11.3 14/13.6 0 6 4 1004/1004 1004/1004 1004/1004 13.6/16.3 24.4/19.5 36.3/35.7 2:1/2:1 2:1/2:1 2:1/2:1 S2 (1) S3 (1) S2 (1) S3 (4) S3 (3) Raíz estimulada Latencia de nervios pudendos (media en ms; der/izq) Polaridad positivo:negativo (prueba/6 meses) Cateterismo/día Impedancia Ohms (prueba/6 meses) Orina residual (media del %) Frecuencia Hertz (prueba/6meses) Capacidad vesical (media cc) Parámetros de neuroestimulación acorde a grupo de patologías 55 58 3 2 Tabla 2 45 5 Disinergia detrusor-esfínter Vejiga hiperactiva Retención urinaria no obstructiva Edad en años (media) n Características de la población estudiada Patología Tabla 1 Derecho (1; S3) Izquierdo (4) Derecho (1; S3) Izquierdo (2) Izquierdo (2) Lado estimulado 100 (3/3) 100 (2/2) 100 (5/5) Fase de prueba exitosa (% éxito) 264 J.J. Torres-Gómez et al 1/2 (50%) 3/3 (100%) 5/5 (100%) 80 8 11.8% 2 72 9 35.1% 3 65 13 53% 6 QoL SF-36 v2 ICIQ-SF Orina residual Cateterismo/día 6 meses 2 Retención urinaria no obstructiva 58 QoL SF-36 v2 ICIQ-SF Orina residual Cateterismo/día 3 Vejiga hiperactiva 55 6 meses 40 7 44.7% 0 82 2 40% 0 89 1 3.4 0 Disminución eficacia (1:5) Dolor en implante (2:5) Dolor extremidad (1:5) Choque eléctrico transitorio (1:5) Disminución eficacia (2:3) Dolor en sitio implante (1:3) Dolor en extremidad (1:3) Choque eléctrico transitorio (1:3) Disminución eficacia (1:2) Dolor en sitio de implante (1:2) 84 3 1.7% 0 76 6 20.6% 2 QoL SF-36 v2 ICIQ-SF Orina residual Cateterismo/día 5 Disinergia detrusoresfínter 45 6 meses 59 11 40.5% 4 Valor en fase definitiva (6 meses) Valor en fase de prueba Valor basal (previo a tratamiento) Medida de evaluación Seguimiento Edad (años) n Patología Tabla 3 Grupo de padecimientos y parámetros de evaluación pre y posterior a terapia de neuroestimulación sacra Complicaciones y eventos adversos Satisfacción Evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida en pacientes 265 En relación a los volúmenes miccionales, se reportó mejoría en volumen de vaciamiento, así como una disminución de la orina residual, determinado mediante mediciones ultrasonográficas, con estudio urodinámico previo que reportó mediante la cistometría media de volumen de capacidad vesical 282.9 cc y de orina residual (porcentual) 44.2% en forma previa al tratamiento de neuroestimulación (tabla 4). Respecto a la evaluación de calidad de vida mediante el instrumento SF-36 v2, se obtuvieron las siguientes medias para todos los rubros, reportados previo y después de tratamiento, con un valor final de la escala acorde a padecimientos: disinergia detrusor-esfinter: 59/84, vejiga hiperactiva: 40/89; retención urinaria no obstructiva: 65/80, con predominio de los rubros rol físico, dolor corporal y función social (tabla 5). Se efectuó un análisis de la severidad de la incontinencia urinaria mediante el instrumento ICIQ-SF con los siguientes valores: media de escala basal/fase de prueba y fase definitiva acorde al grupo de patologías de la siguiente manera: disinergia detrusor-esfínter (11/6/3), vejiga hiperactiva (7/2/1); retención urinaria no obstructiva (13/9/8) (tabla 4). Los episodios de incontinencia disminuyeron del periodo preoperatorio a los 6 meses de seguimiento acorde a lo reportado en las tablas 3 y 4, lo mismo que la frecuencia de cateterismos diarios, siendo notoria la mejoría en el grupo de vejiga hiperactiva (tablas 3 y 4). En relación con la incidencia de complicaciones, se encontró una tasa de reoperación de 0% y de retiro del dispositivo del 0%. Se reportaron las siguientes complicaciones postoperatorias y efectos adversos en relación a la terapia de neuroestimulación: pérdida de la eficacia, dolor en el sitio del implante, dolor en extremidad, choque eléctrico transitorio, presentando evento adverso 7/10 pacientes (70%). Ninguna de estas complicaciones fue objetiva y no se pudo clasificar dentro de la escala de Clavien-Dindo (tabla 6). La tasa de éxito o satisfacción en relación con el procedimiento realizado fue del 90%, y de estos el 100% afirmaron que recomendarían el procedimiento a un familiar o conocido (tabla 6). Un 40%(4/10) de los pacientes reportaron una pérdida temporal del efecto durante algún momento de la terapia de neuroestimulación sacra, que mejoró cuando se modificaron los parámetros de voltaje y frecuencia de la terapia. Discusión En relación con la población de estudio en nuestra investigación, esta representa un volumen casi del 2-5% de los pacientes que cuentan con trastorno de vaciamiento vesical, pero solo este porcentaje es el refractario al tratamiento médico. A diferencia de lo reportado en algunos estudios que mencionan falla en fase de prueba desde 35-50%, y en los cuales no se aprueba la fase definitiva, la totalidad de nuestros pacientes (100%) pudieron ingresar a una fase definitiva de la terapia de neuroestimulación. Consideramos que esto puede correlacionarse con el estudio eléctrico funcional de nervios pudendos realizado previo a su terapia10-12 . 266 Tabla 4 J.J. Torres-Gómez et al Evaluación de incontinencia urinaria con diario miccional e instrumento ICIQ-SF Patología n Episodios de incontinencia al día (basal) Episodios incontinencia al día (6 meses) Número cateterismos al día (basal) Número cateterismos al día (6 meses) Valor escala ICIQ-SF (basal) Valor escala ICIQ-SF (prueba) Valor escala ICIQ-SF (6 meses) Disinergia detrusoresfínter Vejiga hiperactiva Retención urinaria no obstructiva 5 4 1 4 0 11 6 3 3 2 4 6 0 2 0 6 0 2 7 13 2 9 1 8 Tabla 5 Evaluación de calidad de vida SF-36 v2 (antes/después de tratamiento)con reporte por rubros y valor escala final Patología n Función física Rol físico Rol emocional Disinergia detrusor-esfínter Vejiga hiperactiva Retención urinaria no obstructiva 5 69/98 52/93 45/64 3 2 37/100 72/87 12/100 37/100 16/100 83/83 Dolor corporal Vitalidad Salud general Función social Salud mental Valor final 48/92 66/70 58/76 59/86 71/78 59/84 36/92 100/92 62/70 50/60 52/79 38/68 50/94 75/75 52/76 70/78 40/89 65/80 Respecto a la técnica empleada para la colocación de la terapia y el electrodo de anclaje, encontramos que casi en la totalidad fue posible colocar el electrodo en la raíz S3, solo siendo necesario en 2 casos la colocación en S2, debido a que no se obtuvo respuesta sensitiva ni motora en S3 en ninguno de los 2 lados. Encontramos que la mejoría de síntomas y de la calidad de vida se mantiene durante la fase de prueba y definitiva hasta en 6 meses, y en algunos casos hasta superior a un año. En la incidencia de complicaciones postoperatorias se encontraron, como las más frecuentes, el dolor en el sitio del implante, la disminución y falta de respuesta a la terapia de neuroestimulación en algún momento del tratamiento y el dolor en la extremidad, aunque ----a diferencia también de lo reportado en otras series---- no se ha presentado como complicación la necesidad de reintervención para revisión del dispositivo o extracción del mismo por complicaciones. Se ha presentado una tasa de infección nula en relación con la intervención quirúrgica en sus fases de prueba o definitiva. No existieron hallazgos en relación a lesión permanente o muerte13-15 . Tabla 6 Patología En relación con el análisis por género, en el grupo masculino el número escaso de casos (2) y la diferencia en diagnósticos hacen difícil su comparación. Se intentó realizar un estudio urodinámico comparativo, pero debido al implante subcutáneo esto no fue posible por los artefactos que se producen por la estimulación eléctrica, por lo cual solo se realizó el análisis comparativo cistométrico mediante ultrasonograma. Se decidió el reporte de las complicaciones con la escala de Clavien Dindo a fin de estandarizar las complicaciones en caso de ulteriores estudios. Sin embargo, los eventos adversos reportados son de carácter subjetivo y no pueden ser clasificados acorde a esta escala. El único parámetro a considerar pudiera ser la infección, que se ubicaría en una complicación grado i. Sin embargo, la tasa de infección fue nula. Similar a lo reportado en grandes series, la tasa de satisfacción fue muy alta (90%), a pesar de las complicaciones frecuentes, y el 100% de estos pacientes lo recomendarían a un familiar o amigo, o volverían a realizarse el procedimiento16,17 . Eventos adversos y complicaciones postoperatorias y secundarias a Terapia de Neuroestimulación Sacra n Pérdida de eficacia Disinergia 5 detrusoresfínter Vejiga hiperactiva 3 Retención urinaria 2 no obstructiva Disfunción intestinal Dolor en Dolor sitio extremidad implante Disfunción de equipo Choque eléctrico transitorio Algún grado Satisfacción de Clavien con equipo Dindo 1/5 0/5 2/5 1/5 0/5 1/5 0/5 5/5 (100%) 2/3 1/2 0/3 0/2 1/3 1/2 1/3 0/2 0/3 0/2 1/3 0/2 0/3 0/2 3/3 (100%) 1/2 (50%) Evaluación urodinámica y comparativa de la calidad de vida en pacientes El seguimiento de los pacientes creemos que fue adecuado. Durante cada uno de los controles se realizó evaluación también por personal técnico de Medtronic para monitorizar los parámetros eléctricos de la terapia, y cuando se observó alguna afección de la calidad de vida, se percibió la falta de respuesta a la terapia o se incrementó la necesidad de cateterismos y aumentó la frecuencia de episodios de incontinencia se realizaron ajustes del voltaje hasta la satisfacción del paciente y previniendo el estímulo nociceptivo. Sin embargo, el seguimiento también deberá ser individualizado con relación a la patología de base, así como a la presencia de factores de riesgo de otra patología o a decisión del médico tratante18,19 . Consideramos que el enfoque del tratamiento deberá cumplir con el objetivo no solamente de proporcionar la resolución de los síntomas, sino también el vaciamiento vesical para prevenir infecciones, mejorar la calidad de vida de los pacientes inclusive para disminuir costos por las terapias médicas o quirúrgicas, y es necesario que se realicen estudios aleatorizados, controlados, que comparen diferentes tratamientos inclusive que incluyan un estudio costo-beneficio a fin determinar cuál pudiera ser la mejor terapia. Estos estudios deberán ser llevados a largo plazo a fin de verificar su consistencia en resultados. La batería del estimulador tiene un vida estimada entre 5 a 10 años dependiendo del uso, por lo cual uno también deberá considerar que podrá ser necesario en algún momento la colocación de un nuevo implante, el retiro o el cambio del previo20,21 . Con estos resultados consideramos que es una terapia válida de tratamiento para estas patologías, es reproducible, con el entrenamiento del equipo quirúrgico principalmente médico es fácil de realizar, puede ser accesible y mejora la calidad de vida de los pacientes, favorece el vaciamiento vesical y proporciona un alto índice de satisfacción en los pacientes. Conclusiones Se concluyó que esta técnica puede ser accesible y fácil de realizar, dependiendo de las características de cada institución y de los apoyos logísticos con los que esta cuente. Sin embargo, aún más importante es el papel de la selección de los pacientes, tomando en cuenta que la patología no debe obedecer a origen obstructivo o neurogénico progresivo, que debe ser empleada solo en pacientes refractarios al tratamiento médico, que condiciona beneficio significativo en la calidad de vida, en los parámetros de vaciamiento y en los síntomas de urgencia-frecuencia, disminuyendo los períodos de incontinencia y de cateterismos, con una tasa elevada de satisfacción en los pacientes. Aún no se puede definir esta técnica como la mejor, ya que faltan estudios prospectivos, controlados y aleatorizados para proporcionar una evidencia de mejor nivel. Así mismo hacen falta estudios donde puedan compararse con otras terapias que han sido usadas en pacientes refractarios como la toxina botulínica, por ejemplo para definir cuál es la mejor opción. Inclusive deberían tomarse en cuenta estudios de costo-beneficio, especialmente porque el costo puede en ocasiones ser uno de los factores que indican el tratamiento más apropiado. 267 Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Schreiner L, Thais G. Stimulation for urinary incontinence in women. A systematic review. BJU. 2013;39:454---64. 2. Shaker HS, Hassouna M. Sacral root neuromodulation in idiopathic nonobstructive chronic urinary retention. J Urol. 1998;159:1476---8. 3. Kessler T, La Framboise D, Trelle S, et al. Sacral neuromodulation for neurogenic lower urinary tract dysfunction: Systematic review and meta-analysis. J Eur Uro. 2010;024: 865---74. 4. Garratt A, Schmidt L, Mackintosh A, et al. Quality of life measurement: Bibliographic study of patient assessed health outcome measures. BMJ. 2002;324:1417. 5. Pons E, Castro D, Carbonell C, et al. Comparison between the ‘‘ICIQ-UI Short Form’’ Questionnaire and the ‘‘King’s Health Questionnaire’’ as assessment tools of urinary incontinence among women. Actas Urol Esp. 2007;31:502---10. 6. Velarde-Jurado E, Ávila-Figueroa C. Evaluación de la calidad de vida. Salud Publica Mex. 2002;44:349---61. 7. Brazzelli M, Murray A, Fraser C. Efficacy and safety of sacral nerve stimulation for urinary urge incontinence: A systematic review. J Urol. 2006;175:835---41. 8. Schmidt RA. Application of neurostimulation in urology. Neurourol Urodyn. 1988;7:585---92. 9. Zúñiga MA, Carrillo-Jiménez GT, Fos PJ, et al. Evaluación del estado de salud con la Encuesta SF-36: resultados preliminares en México. Salud Publica Mex. 1999;41: 110---8. 10. Shaker HS, Hassouna M. Sacral nerve root neuromodulation: An effective treatment for refractory urge incontinence. J Urol. 1998;159:1516. 11. Chaabane W, Guillotreau J, Castel-Lacanal E, et al. Sacral neuromodulation for treating neurogenic bladder dysfunction: Clinical and urodynamic study. Neurourol Urodyn. 2011;30:547---50. 12. Capellano F, Bertapelle P, Spinelli M, et al. Quality of life assessment in patients who undergo sacral neuromodulation implantation for urge incontinence: An additional tool for evaluating outcome. J Urol. 2001;166:2277---80. 13. Herbison G, Arnold E. Sacral neuromodulation with implanted devices for urinary storage and voiding dysfunction in adults. Cochrane Database Syst Rev. 2009:4202. 14. Kastler C, Ballanger P, et al. Sacral neuromodulation with InterStim system: Results from the national French register. Prog Urol. 2011;21:209---17. 15. Ven Kerrebroeck P, Van Voskkuilen A, Heesakkers P, et al. Results of sacral neuromodulation therapy for urinary voiding dysfunction outcomes of a prospective, worldwide clinical study. J Urol. 2007;178:2029---34. 16. Wallace P, Lane F, Noblett K, et al. Sacral nerve neuromodulation in patients with underlying neurologic disease. Am J Obstet Gynecol. 2007;197:961---5. 17. Carone R, Bertapelle P, Zanollo A, et al. Sacral neuromodulation in neurogenic lower urinary tract dysfunctions: Results of a multicenter study group. Urodinamica. 1999. 268 18. Hohenfellner M, Humke J, Hampel C, et al. Chronic sacral neuromodulation for treatment of neurogenic bladder dysfunction: Longterm results with unilateral implants. Urology. 2001;58:887---92. 19. Lavano A, Volpentesta G, Aloisi M, et al. Use of chronic sacral nerve stimulation in neurological voiding disorders. J Neurosurg Sci. 2004;48:157---9. J.J. Torres-Gómez et al 20. Sutherland S, Lavers A, Carlson A, et al. Sacral nerve stimulation for voiding dysfunction: One institution’s 11-year experience. Neurourol Urodyn. 2007;26:19---28. 21. Jonas U, Fowler C, Chancellor M. Efficacy of sacral nerve stimulation for urinary retention: Results of 18 months after implantation. J Urol. 2001;165:15---9. Rev Mex Urol. 2014;74(5):269---274 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Estudio sobre percepción de la seguridad clínica de pacientes en diálisis R.A. Martín Diplomada en Enfermería por la Universidad de Córdoba, 2001 - Especialista en Salud Mental, 2008-2009, Córdoba, España Recibido el 8 de junio de 2014; aceptado el 20 de agosto de 2014 Disponible en Internet el 22 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Seguridad clínica; Diálisis; Encuesta; Promoción de la salud Resumen Introducción: La importancia de la calidad y la seguridad para los pacientes renales es fundamental para la calidad de vida de los mismos, siendo responsabilidad de los profesionales sanitarios. Objetivos: Evaluar la percepción de seguridad clínica en hemodiálisis percibida por los pacientes y, con ello, la importancia de una comunicación bidireccional entre paciente y personal sanitario. Material y método: Se realizó un estudio descriptivo observacional transversal a todos los pacientes en diálisis seleccionados intencionalmente, mediante una encuesta de seguridad clínica de elaboración propia. Se proporcionaron 45 cuestionarios, de los cuales se analizaron 27 encuestas (tasa de respuesta del 22%), con el programa estadístico SPSS 18.0. Resultados: El 65% eran hombres y el 45% mujeres. Edades comprendidas entre 18 y 82 años. Al evaluar los datos de la encuesta observamos que el 48.14% de los pacientes temen sufrir un posible error médico. El 74.07% refieren estar satisfechos con la atención sanitaria. Al analizar las respuestas del test de conocimientos de la patología, observamos que hay un notable desconocimiento del significado del Thrill (el 70.37% de los pacientes desconocen este dato y la evaluación de su funcionamiento). Conclusiones: La seguridad clínica suscita interés y preocupación entre los pacientes. La falta de información o el desconocimiento, debido a que la mayoría de los pacientes son de edad avanzada, y la barrera idiomática de algunos pacientes dificultan una educación sanitaria efectiva y eficaz de la patología. Hacer hincapié en la importancia de promover la educación para la salud de esta enfermedad. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Correo electrónico: raquelalbamartin@satse.es http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.08.001 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 270 KEYWORDS Clinical safety; Dialysis; Survey; Health promotion R.A. Martín Study on the dialysis patient’s perception of clinical safety Abstract Background: Treatment quality and safety for renal patients is essential for their quality of life and is the important responsibility of the health professional. Aims: To evaluate the perception of clinical safety in relation to dialysis as perceived by the patients, along with the importance of two-way communication between the patient and healthcare personnel. Methods: A cross-sectional, observational, descriptive study was conducted on all dialysis patients intentionally selected through a clinical safety survey developed by the authors. Fortyfive questionnaires were given out, of which 27 were analyzed (22% response rate) using the SPSS 18.0 statistical program. Results: Sixty-five percent of the participants were men and 45% were women and the age range was from 18 to 82 years. The evaluated data showed that 48.14% of the patients feared a possible medical error in their treatment. A total of 74.07% of the patients expressed satisfaction with their healthcare. Upon analyzing the responses to the section on knowledge of the pathology, there was an important lack of understanding of the meaning of ‘‘thrill’’ (70.37% of the patients did not know what it was or how it was assessed). Conclusions: Clinical safety is an aspect of patient interest and concern. There is a lack of awareness or information due to the fact that the majority of the patients are older adults, and there is also a language barrier with respect to some of these patients, all of which adds to the difficulty of having effective and efficacious healthcare education about this pathology. The promotion of healthcare education in these patients is very important. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción El actual paradigma de la medicina pone en el centro del sistema de salud el principio de autonomía del paciente como condición esencial para la validez de los actos médicos, desde el punto de vista ético. Con la irrupción del modelo de autonomía en la práctica médica se inicia lo que se viene denominando «la superación del paradigma paternalista». La autonomía se ha convertido en el «principio por defecto» también de toda la bioética, y como fundamentación filosófica se ha señalado el concepto de autonomía kantiano. Sin embargo, Ruiz Callejón afirma que «el concepto de autonomía en bioética ni es unívoco ni se corresponde con el concepto kantiano»1 . En la actualidad nos hallamos ante un nuevo paternalismo, mucho más peligroso: «la medicalización de la vida»2 . El papel asignado al paciente en su relación con los profesionales sanitarios ha ido cambiando conforme el desarrollo socioeconómico. El nivel de vida y el régimen de libertades y derechos del ciudadano ha evolucionado3 . El cambio de actitud y el entorno sociocultural afectan a ambos integrantes del binomio: los pacientes están ahora más educados, son más activos y ejercen su autonomía intensamente; están más orientados a obtener información de fuentes diferentes al médico, y muy probablemente ejerzan un juicio independiente a la opinión del médico, lo cual se apega a su autonomía4 . La comunicación bidireccional y la información adecuada e interactiva constituyen el eje sobre el que gravita la percepción de seguridad del paciente. La correcta gestión de la incertidumbre en la relación paciente-profesional mejora la seguridad, construye un entorno de confianza y genera satisfacción en el paciente2 . Por otro lado, la valoración enfermera es una herramienta esencial en urología. Es la valoración comprensiva e integral y la técnica diagnóstica que se ocupa de detectar y cuantificar todos los problemas que afectan a la esfera médica, funcional, mental y social de los pacientes5---7 . Es dinámica, ya que se realiza repetidas veces a lo largo del tiempo, para constatar la evolución del paciente y evaluar las medidas terapéuticas aplicadas. Su objetivo es elaborar un plan integral, individualizado, diagnóstico, terapéutico y de seguimiento, que conlleva la utilización racional y coordinada de los recursos disponibles en la comunidad5---7 . La enfermedad renal crónica (ERC) representa, al igual que otras enfermedades crónicas, un importante problema de salud pública, tanto por su elevada incidencia y prevalencia, como por su importante morbimortalidad y coste socioeconómico8 . En el año 2005 alrededor de 40.00 personas en España estaban en tratamiento renal sustitutivo. Sin embargo, la ERC es mucho más prevalente en estadios más precoces, en los que sigue presentando un mal pronóstico, tanto por el riesgo aumentado de fallecimiento precoz de causa cardiovascular, como por el riesgo de progresión a la necesidad de tratamiento renal sustitutivo9 . Los objetivos terapéuticos están dirigidos a reducir y tratar las complicaciones asociadas a la insuficiencia renal (IR), principal temor del paciente hemodializado, y preparar de forma adecuada, y con suficiente antelación, el tratamiento sustitutivo de la función renal. Estudio sobre percepción de la seguridad clínica de pacientes en diálisis Por todo lo expuesto anteriormente, se justifica la realización del estudio de investigación que presentamos. Objetivos General 271 Resultados 0.7 0.6 0.5 0.4 Evaluar la percepción de seguridad clínica en la diálisis percibida por los pacientes. Específicos 0.3 0.2 0.1 1 Valorar la importancia del nivel de conocimientos acerca de su patología. 2 Manejar el cuidado de la fístula arteriovenosa interna (FAVI) y del catéter venoso central (CVC). 3 Conocer sus temores ante las posibles complicaciones del tratamiento. 4 Estudiar la importancia de la comunicación bidireccional entre paciente y personal sanitario. Figura 1 La gráfica muestra en la primera barra la respuesta afirmativa sobre seguridad clínica, que corresponde al 62.9%, y la segunda barra muestra la respuesta negativa, del 37.03%. Material y método comunicación entre el personal sanitario y el paciente. También se recogió el nivel de conocimientos de los pacientes. Periodo de estudio El presente estudio se ha realizado entre los meses de febrero y marzo de 2014. Diseño Estudio observacional descriptivo, de corte transversal a todos los pacientes en hemodiálisis. Ámbito Unidad de diálisis del Hospital General de Córdoba. Se informó a los pacientes sobre el objetivo del estudio, solicitando su consentimiento informado4 , previo a la entrega de una encuesta; se facilitó la información e instrucciones necesarias para su correcta cumplimentación. Las encuestas se han realizado directamente a los pacientes, garantizando en todo momento el anonimato. De los 68 pacientes en tratamiento con diálisis de dicho hospital, solo hemos podido evaluar 27 cuestionarios, puesto que el resto de pacientes mostraron problemas de barrera idiomática para responder al mismo. Instrumento de evaluación Para la medición de la seguridad percibida por el paciente se utilizó una encuesta de opinión de seguridad y promoción clínica (Anexo 1) de elaboración propia, en cuya elaboración participó el gabinete de calidad del Hospital Reina Sofía. La encuesta consta de 5 ítems sobre seguridad clínica y 15 ítems sobre conocimientos de la patología de base, con opciones de respuesta cerrada (Sí o No) y preguntas abiertas, en los que se aborda la percepción de los errores en la asistencia sanitaria, así como la información y la 0.0 Informados correctamente por su especialista Análisis estadístico Una vez recogidos los cuestionarios, toda la información se introdujo en una base de datos ad hoc, volcando estos datos en el programa estadístico SPSS 18.0. Se realizó un análisis descriptivo de la frecuencia y media de respuesta en cada una de las preguntas. Resultados Se entregaron 45 cuestionarios, de los que se recogieron 27 (tasa de respuesta del 22%) y en los cuales el 65% de los pacientes eran hombres y el 45% mujeres, de edades comprendidas entre 28 y 82 años. Al preguntar a los pacientes si estaban informados correctamente por su especialista, en la encuesta de seguridad clínica el 62.9% respondió Sí y el 37.03% No (fig. 1). En cuanto al miedo a padecer un posible error médico, el 51.8% respondió Sí y el 48.14%, No (fig. 2). Efectos adversos inesperados: Sí un 40.74% y No un 59.25% (fig. 3). Preguntar dudas o preocupaciones respecto a las complicaciones de su enfermedad: Sí 74.07% (anemia, hipertensión arterial e infecciones resultan las más temidas por nuestros usuarios) y No 11.1%. Satisfacción con el servicio y atención sanitaria: Sí 74.07% y No 25.93% (fig. 4). Las respuestas del test de conocimientos del tratamiento y patología fueron: Conocimientos de la IRA-IRC (insuficiencia renal agudainsuficiencia renal crónica): el 51.8% respondió Sí y el 48.14%, No. Precauciones a tener en cuenta con la FAVI: un 98.29% Sí las conocían y un 2.7%, No. Palpación del Thrill: 29.62% Sí y 70.37% No (fig. 5). Conocimiento sobre el peso seco: 59.25% Sí y 40.74% No. Complicaciones de la ingesta intra-diálisis: 77.7% Sí y 22.2% No. Síntomas de hipotensión: 74.07% Sí y 25.92% No. Cuidados del CVC: 66.6% Sí y 33.3% No. Conoce horas y flujos de la diálisis: 66.6% Sí y 33.3% No. 272 R.A. Martín Test de conocimientos: desconocen thrill Resultados 0.6 80,00% 70,00% 60,00% 0.5 50,00% 40,00% 0.4 70,37% 70,37% 30,00% 20,00% 10,00% 0.3 29,62% 0,00% Sí 0.2 No Thrill Figura 5 Cuando se preguntó sobre la capacidad de poder palpar el Thrill, el 29.62% respondió que Sí lo palpaba y el 70.37%, que No. 0.1 0.0 Miedo a padecer un posible error médico Figura 2 La gráfica muestra en la primera barra la respuesta afirmativa al miedo a padecer un posible error médico. El 51.8% respondió Sí y el 48.14%, No. Resultados 0,45 Discusión 0,4 0,35 0,3 0,25 0,2 0,15 0,1 0,05 0 Efectos adversos inesperados Figura 3 Efectos adversos inesperados: la primera barra representa los que Sí presentaron los efectos, con el 40.74%, y la segunda barra los que No presentaron efectos adversos, con el 59.25%. Resultados 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0% Medicación a tomar: 59.25% Sí y 40.74% No. Conocimientos de alimentos ricos en Ca, P, K: 55.5% Sí y 44.4% No. En caso de sangrado y hemorragia, cómo actuar: 88.8% Sí y 11.1% No. Si no consigue palpar el Thrill, qué deben hacer: 37.03% Sí y 59.25% No. Cuando se moja el CVC, qué hacer: 70.37% Sí y 29.62% No. Condición de ser diabético: 48.14% Sí y 51.85% No. Sí No Sí Satisfaccíon conel servicio No Satisfaccion con el servicio Figura 4 Al preguntar sobre satisfacción con el servicio y atención sanitaria respondieron Sí el 74.07% y No el 25.93%. El concepto de seguridad de los pacientes como componente clave de la calidad, se originó en el mundo de la industria y de los servicios, y se ha ido introduciendo y adaptando durante los años noventa a la realidad del sector de la salud de los países desarrollados. Hoy día forma parte de las estrategias de calidad de muchos países. El Ministerio de Sanidad y Consumo, al reconocer esta realidad, ha realizado una línea de trabajo estratégica sobre la seguridad del paciente que está en consonancia con la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recientemente anunció la puesta en marcha de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente10---12 . Por otro lado, en las últimas décadas el perfil del paciente con IRC está cambiando. Nos encontramos con pacientes mayores de edad con escasas posibilidades de un trasplante renal y múltiples patologías. Por lo tanto, hay una importante demanda asistencial13,14 . Así, se han puesto en marcha programas de vigilancia y detección de ERC, y se han redactado guías de práctica clínica en las que se recomienda hacer un estudio a las personas mayores de 60 años o con hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares9 . En un estudio poblacional noruego con un seguimiento de 8 años (HUNT II) se confirmó la utilidad de estudiar a personas de edad superior a 55 años, o con hipertensión/diabetes, el cual permitió identificar al 93.2% de los pacientes con enfermedad renal crónica, con un número de pacientes a estudiar de 8.7 por paciente diagnosticado10 . En cambio, el desarrollo de la consulta de enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) se sitúa en la década de los noventa con desigual participación enfermera, y en algunos casos surgieron antes las consultas de enfermería pre-diálisis que las médicas, casi siempre al amparo de la diálisis peritoneal. La incorporación del personal de enfermería en este Estudio sobre percepción de la seguridad clínica de pacientes en diálisis tipo de consultas ha sido lenta y deficiente, de hecho no en todas existe14 . Las guías de práctica clínica recomiendan remitir a nefrología a todos los pacientes con ERCA independientemente de la edad, ya que son los pacientes con más riesgo de enfermedad cardiovascular y de muerte, además de beneficiarse del tratamiento de las principales complicaciones asociadas a la insuficiencia renal12,18 . En nuestro estudio, la anemia, la hipertensión arterial y las infecciones son, principalmente, las más temidas por nuestros usuarios en más del 74% de los casos19 . Destacar que las encuestas nos ayudan a la hora de elaborar posibles estrategias de mejora sanitaria, sin olvidarnos de que la seguridad clínica y la promoción de la salud son aspectos ligados a la calidad asistencial15 . En cuanto a nuestros hallazgos, en las preguntas de seguridad, el 65% de los pacientes muestran estar informados por su nefrólogo y haber sido respondidas sus dudas o preocupaciones, y un 93% de los pacientes manifiestan estar satisfechos con el personal sanitario (médicos y enfermeros), hallazgos que coinciden con los resultados encontrados en otros estudios16,17 , lo cual demuestra la eficacia de la comunicación bidireccional. Sin embargo, en comparación con la encuesta de promoción de la salud hay algunas diferencias en cuanto al conocimiento de la patología: nuestros pacientes desconocen el significado de enfermedad renal crónica. Por este motivo, haciendo uso de la educación para la salud, se les explicó el proceso en una terminología menos técnica: que «si ellos estaban conectados a una máquina donde se filtra toda la sangre, era porque sus riñones no funcionaban adecuadamente». De este modo sí entendieron la importancia de la hemodiálisis como tratamiento de su patología. Otro hallazgo importante fue el desconocimiento del Thrill o, en su defecto, de su palpación. Para concluir añadiremos que: 1 La seguridad clínica es un tema de interés y que preocupa a los pacientes en tratamiento con hemodiálisis. 2 En cuanto a la comunicación y trato sanitario, hay una clara satisfacción con el servicio de los pacientes encuestados. 3 Promoción de la salud en el paciente con IRC: destacar que existe un mayor porcentaje de desconocimiento en cuanto a la enfermedad e importancia del concepto Thrill, dato significativo a valorar. Propuestas de líneas futuras de investigación Reforzar la educación sanitaria del paciente concerniente a su terapia y a los cuidados y autocuidados que requiere, por ser un paciente crónico, e implicar más al mismo en el conocimiento de su patología. Asimismo, comprobar las mejoras previstas en el servicio de hemodiálisis. Limitaciones Hemos encontrado como limitación un problema de barrera idiomática (pacientes mayores de edad, musulmanes sin estudios que no hablan español) y, por ello, ha resultado complicado pasar las encuestas. Del mismo modo, varios pacientes han tenido que ser excluidos del estudio debido a 273 que dicho problema de comunicación ha hecho imposible la comprensión de las preguntas que componían el cuestionario. Por otro lado, el hecho de contar con un tamaño muestral demasiado pequeño dificulta la inferencia de los resultados, del mismo modo que su selección intencional crea un sesgo aleatorio. Nuestra experiencia El hecho de prevenir es importante desde el punto de vista de seguridad en salud pública y de economía del sistema sanitario, puesto que se pueden evitar numerosas complicaciones en este tipo de patologías. También consideramos oportuna en esta lucha la participación de las instituciones sanitarias para fomentar hábitos de vida saludables, incluyendo la participación y el modelo adecuado familiar por ambas partes. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Agradecimientos A todo el equipo que ha colaborado en este trabajo, y en especial a todos los profesionales que hacen posible el avance de nuestra Enfermería y a quienes nos ayudan a divulgar nuestros conocimientos. Gracias de corazón. Anexo 1. ENCUESTA DE OPINIÓN SOBRE SEGURIDAD CLÍNICA Para responder marque con una X la respuesta que mejor refleje su opinión. Ejemplo: ¿Le preocupa sufrir un error médico? Responda Sí o No. 1 ¿Está correctamente informado por su nefrólogo y el personal sanitario sobre su tratamiento? Sí No 2 ¿Le preocupa sufrir un error médico? Sí No 3 ¿Ha tenido algún efecto adverso inesperado o complicaciones por el tratamiento? Sí NoEn caso de ser afirmativa su respuesta, explique cuáles de producen más temor: 4 ¿Ha podido preguntar a su enfermero-médico sus dudas o preocupaciones? Sí No 5 ¿Está contento con el servicio, la atención sanitaria, médicos-enfermeros? Sí No TEST NIVEL DE CONOCIMIENTOS DE LA PATOLOGÍA Marque con una X la respuesta que mejor refleje su opinión. Ejemplo: ¿Sabe que es la IRA? Responda Sí o No. 274 1 ¿Sabe qué es la IRA-IRC? Sí No. Explíquelo 2 ¿Conoce el procedimiento para detectar si su FAVI está funcionando? Sí No 3 Con la FAVI hay que tener precauciones. ¿Le han explicado cuáles son? Sí No 4 El peso seco en el paciente dializado es un dato importante para el buen control de la patología. ¿Es consciente de este dato? Sí No 5 ¿Sabe dónde tiene que palparse el Thrill? Sí No 6 ¿Sabía que la ingesta intradiálisis tiene complicaciones? Sí No 7 ¿Conoce los síntomas de la hipotensión? Sí No 8 ¿Conoce los cuidados del CVC en casa? Sí No 9 ¿Le han informado porque usted tiene unas horas y un flujo determinado? Sí No 10 ¿Está familiarizado con los alimentos que contienen P, K, Ca? Sí No 11 ¿Sabe qué alimentos puede tomar en diálisis y cuáles no? Sí No 12 En caso de sangrado por el punto de punción en casa ¿sabe cómo detener la hemorragia? Sí No 13 Si el Thrill no lo siente ¿conoce qué debe hacer? Sí No 14 Si el apósito del CVC se moja ¿sabe lo que tiene que hacer? Sí No 15 ¿Es usted diabético? Sí No Muchas gracias por el tiempo dedicado. Que pase un buen día Bibliografía 1. Aibar Remón C. La percepción del riesgo: del paciente informado al paciente consecuente. Seguridad Clínica Monografía Humanitas. 2004;8:43---57 [consultado 4 Ago 2014]. Disponible en: http://www.fundacionmhm.org/pdf/Mono8/ Articulos/articulos3.pdf 2. Ruiz Callejón E. El principio de autonomía y la salud del último hombre. Themata Revista de Filosofía. 2007:39. 3. Mira JJ. El paciente competente, una alternativa al paternalismo. Fundación Medicina y Humanidades Monografías Humanitas Seguridad Clínica. 2005;8:111. R.A. Martín 4. Ley 41/2000 de 14 de noviembre, Básica Reguladora de la Autonomía del Paciente y de Derechos y Obligaciones en Materia de Información y Documentación clínica. Boletín Oficial del Estado (BOE), 2002. 5. NANDA Internacional. Diagnósticos enfermeros: definiciones y clasificación. Madrid: Elsevier; 2011. 6. Clasificación de Resultados de Enfermería (NOC). Madrid: Elsevier; 2006. 7. Clasificación de Intervenciones (NIC). Madrid: Elsevier; 2006. 8. Eknoyan G, Lameire N, Barsoum R, et al. The burden of kidney disease: Improving global outcomes. Kidney Int. 2004;66:1310---4. 9. Levey AS, Eckardt KU, Ysukamoto Y, et al. Definition and classification of chronic kidney disease. A position statement from kidney disease: Improving global outcomes (KDIGO). Kidney Int. 2005;67:2089---100. 10. Hallan SI, Dahl K, Oien CH, et al. Screening strategies for chronic kidney disease in the general population: Follow-up of cross sectional health survey. BMJ. 2006;333:1047---50. 11. Salgado E. Prólogo. Rev Calidad Asistencial. 2005;20:49---50. 12. Guías SEN. Guías de práctica clínica en diálisis peritoneal. En: Ayuso D, Grande RF. La gestión de Enfermería y los servicios generales en las organizaciones sanitarias. Ed. Díaz de Santos 2006: 527-55. Disponible en: http://www.senefro. org/modules.php?name=webstructure&idwebstructure=418 13. Tena Tamayo C, Sánchez González JM. Medicina asertiva: una propuesta contra la medicina defensiva. Ginecol Obstet Mex. 2005;73:553---9. 14. Sáez Rodríguez L, Pérez Paz MJ, Valiño Pazos C, et al. Análisis y evaluación de la enfermera referente del paciente en hemodiálisis. Rev Soc Esp Enferm Nefrol. 2009;12:92---6. 15. Mira JJ, Aranaz J, Rodríguez-Marín J, et al. SERVQHOS: Un cuestionario para evaluar la calidad percibida de la asistencia hospitalaria. Medicina Preventiva. 1998;4:12---8. 16. Mira JJ, Aranaz J. La satisfacción del paciente como una medida del resultado de la atención sanitaria. Med Clin (Barc). 2000;114:26---33. 17. Hernández Meca ME, Ochando García A, Mora Canales J, et al. Satisfacción del paciente en una unidad de hemodiálisis: Objetivo de la calidad asistencial en enfermería. Rev Soc Esp Enferm Nefrol. 2005;8:90---6. 18. Márquez Benítez J. Guía del paciente renal. EDTNA ERCA J. 1999;25:42---4. 19. Ministerio de Sanidad y Consumo, SEH-LEHA. Manejo diagnóstico y seguimiento del hipertenso. En: Control de la hipertensión arterial en España. Madrid: IDEPSA; 1996. p. 31---7. Rev Mex Urol. 2014;74(5):275---280 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL ¿Es la obesidad un factor predictor de agresividad en cáncer de próstata? E. Linden-Castro ∗ , M. Pelayo-Nieto, A. Alias-Melgar, D. Perez-Grovas, J. Ramírez-Pedraza, J. Morales-Covarrubias, R. Cortez-Betancourt, F. Carreño-de la Rosa y E. Neave-Sanchez Departamento de Urología, Centro Médico Nacional «20 de Noviembre», México D.F. , México Recibido el 16 de octubre de 2013; aceptado el 18 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 21 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Cáncer de próstata; Alto riesgo; Obesidad; Índice de masa corporal; Gleason Resumen Objetivo: Describir la relación entre la obesidad y la agresividad en cáncer de próstata (CaP) en población mexicana. Materiales y métodos: Se obtuvieron datos de manera retrospectiva del expediente electrónico de 167 pacientes de CaP. Se agruparon por índice de masa corporal (IMC), edad, Gleason, estadio clínico (EC), y por grupos de acuerdo a la clasificación D’Amico. Se correlacionaron las variables (IMC, antígeno prostático específico [PSA], EC, Gleason) y se analizaron usando modelos estadísticos. Resultados: Se analizaron 167 pacientes con CaP con una edad promedio de 69.4 años, PSA pre-biopsia promedio de 25.36 ng/ml, el 45, el 22.75 y el 5.3% presentaron sobrepeso, obesidad grado i y obesidad grado ii, respectivamente; el 25.7% dentro de su peso. Gleason 6: 41.91%, de los que el 47.9% se clasificó como cT1c. El 11.37, el 23.95 y el 64.67% fueron clasificados por D’Amico como riesgo bajo, intermedio y alto, respectivamente. Aquellos con un IMC > 25 kg/m2 presentaron un mayor riesgo de CaP de alto riesgo (OR: 1.027), p = 0.46, y aquellos con un IMC > 25 kg/m2 presentaron mayor riesgo de Gleason 8-10 (OR: 1.310), p = 0.23. Encontramos una relación entre el IMC > 25 kg/m2 y PSA < 20 ng/ml (OR: 1.14), p = 0.36. Así, la relación de IMC > 25 kg/m2 y PSA > 20 ng/ml se encontró una asociación negativa (OR: 0.87), p = 0.35. Identificamos que realmente no existe una diferencia significativa entre IMC y EC cT (OR: 0.89), p = 0.15. Conclusiones: Los pacientes obesos tienen un riesgo mayor de CaP de agresivo. Estos presentaron un PSA más bajo, y los pacientes con sobrepeso y obesidad presentaron un Gleason mayor. ∗ Autor para correspondencia. Félix Cuevas 540, Del Valle, Benito Juárez, C.P. 03100, Ciudad de México, D.F. Tel.:éfono: +01 (55) 5200 5003 extensión 14263. Correo electrónico: eall9@hotmail.com (E. Linden-Castro). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.005 2007-4085/© 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 276 E. Linden-Castro et al Esto nos permitirá tomar mejores decisiones preventivas y terapéuticas en hombres con CaP con sobrepeso y obesidad. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. KEYWORDS Prostate cancer; High risk; Obesity; Body mass index; Gleason score Is obesity a predictive factor for prostate cancer aggressiveness? Abstract Aims: To describe the relation between obesity and prostate cancer (CaP) aggressiveness in a Mexican population. Methods: Data was collected retrospectively from the electronic medical files of 167 patients with CaP. They were grouped according to body mass index (BMI), age, Gleason score, clinical stage, and D’Amico classification. The variables were correlated (BMI, prostate-specific antigen [PSA], clinical stage, Gleason score) and were analyzed using statistical models. Results: A total of 167 patients with CaP were studied. The mean age was 69.4 years and mean pre-biopsy PSA was 25.36 ng/m. Overweight was present as Grade I and Grade II obesity in 45% and 22.75% of the patients, respectively, and 25.7% were within their normal weight range. A total of 41.9% of the patients had a Gleason score of 6 and 47.9% of the tumors were classified as stage cT1c. According to the D’Amico classification, 11.37% of the patients were considered at low risk for aggressive CaP, 23.95% at intermediate risk, and 64.67% were at high risk. Those patients with a BMI > 25 kg/m2 presented with a greater risk for high-risk CaP (OR 1.027; P = .46) and those with a BMI > 25 kg/m2 had a greater risk for a Gleason score of 8-10 (OR 1.310; P = .23). We identified a relation between BMI > 25 kg/m2 and PSA < 20 ng/mL (OR 1.14; P = .36) and a negative association between BMI > 25 kg/m2 and PSA > 20 ng/mL (OR 0.87; P = .35). No significant difference was found between BMI and clinical stage (OR 0.89; P = 0.15). Conclusions: Obese patients are at a higher risk for aggressive CaP; they presented with a lower PSA and the overweight and obese patients had a higher Gleason score. These data will enable us to make better preventive and therapeutic decisions in overweight and obese men with CaP. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción La obesidad es un problema mayor de salud pública. El 32.8% de la población mexicana la padece, y el 67.2% de los adultos mayores de 40 años tienen sobrepeso u obesidad, de acuerdo con un estudio realizado en julio del 2013 por la FAO. En países industrializados como Estados Unidos actualmente el 70% de los adultos mayores de 40 años tienen sobrepeso y el 30% son obesos1---2 . La obesidad es el segundo factor de riesgo para tumores sólidos, solo después del tabaco, y se asocia con un tercio de las muertes relacionadas con cáncer en 20123 . También se relaciona con un aumento en la mortalidad de todos los tipos de tumores, incluido el cáncer de próstata (CaP)4 . La incidencia de CaP tuvo un aumento del 2% anual desde 1995 hasta 2001; actualmente existe un estimado de 241,174 casos nuevos CaP diagnosticados en 2012, los cuales representan el 29% de casos nuevos de cáncer en varones, con una mortalidad en 2012 que representó 28,170 muertes4 . La relación de CaP y obesidad es controversial; algunos estudios muestran una disminución de CaP en población obesa, mientras que otros sugieren una relación con CaP de alto grado y enfermedad fatal5 . Una posible teoría que explica esto es la presencia de niveles más bajos de testosterona, lo que provoca niveles bajos de antígeno prostático específico (PSA), así como la hemodilución de este, teniendo como resultado una detección menor de CaP en población obesa6 . Numerosos estudios han sugerido que la obesidad constituye un obstáculo en el cribado del cáncer en general, y los pacientes obesos pueden presentar una enfermedad localmente avanzada oculta mientras los niveles de PSA permanecen relativamente bajos (fig. 1). Un Figura 1 Obesidad y CaP. Explicación de las condiciones relacionadas a mal pronóstico. ¿Es la obesidad un factor predictor de agresividad en cáncer de próstata? estudio de cohorte con 5,041 hombres con CaP clínicamente localizado (Davies et al.) demostró que los obesos son tratados incluso de manera más agresiva que los no obesos (80% vs 71, p < 0.01), y que la elección del tratamiento puede variar dependiendo del grado de obesidad6,7 . En este contexto nosotros estudiamos una cohorte para corroborar estos hallazgos. Nuestro objetivo es examinar la relación entre el índice de masa corporal (IMC), el CaP de alto riesgo, el nivel de PSA pre-biopsia, la suma de Gleason y el estadio clínico (EC) en hombres con diagnóstico de CaP obtenido por biopsia transrectal (BTRP) en el Centro Médico Nacional «20 de Noviembre». Estudiamos la relación entre IMC (sobrepeso, obesidad y obesidad severa) y CaP de alto riesgo, así como una relación inversa entre PSA prebiopsia e IMC, y también una relación directa entre el EC, la suma de Gleason y D’Amico y el IMC de manera independiente. Materiales y métodos Durante el periodo comprendido entre marzo de 2011 a julio de 2012 se obtuvieron datos de manera retrospectiva del expediente electrónico a través del sistema integral de administración hospitalaria (SIAH 2.0) en el Centro Médico Nacional «20 de Noviembre». Se incluyeron 167 pacientes varones con diagnóstico de CaP obtenido a través de BTRP guiada por ultrasonido, obtenidas con el protocolo de toma de biopsias de nuestro hospital y revisadas por el servicio de anatomopatología del CMN «20 de Noviembre». Tomando en consideración las variables de IMC (calculado con el peso en kilogramos dividido entre la altura en metros al cuadrado [kg/m2 ]), se agruparon de la siguiente manera: peso normal 18.5-24.9 kg/m2 , sobrepeso 25.0-29.9 kg/m2 (nos referiremos a este grupo de pacientes con sobrepeso agrupándolos en obesos, a menos de que se describa lo contrario), obesidad grado i 20-34.9 kg/m2 , obesidad grado ii > 35 kg/m2 (adaptado WHO-2004)8 , PSA pre-biopsia, EC, suma de Gleason. Se agrupó a los pacientes por edad (40-60,61-80, > 80 años), suma de Gleason (6, 7 y 8-10), PSA (2-4 ng/ml, 4.1-10 ng/ml, > 10-20 ng/ml, > 20 ng/ml), EC (cT1c, cT2a-b-c y T3 N0 M0) usando los criterios de D’Amico correspondiente a bajo riesgo (Gleason 6, cT1c-cT2a, PSA ≤ 10 ng/ml), riesgo intermedio (Gleason 7, cT2b, PSA >10 ng/ml-≤ 20 ng/ml) y alto riesgo (Gleason 8-10, cT2c-cT3a, PSA >20 ng/ml) (tabla 1). No se incluyeron los pacientes que presentaron PSA > 100 ng/ml, con antecedente oncológico (otro primario) o que recibieron algún tratamiento hormonal antes de la BTRP (análogos de GNRH, antagonista de GNRH, antiandrógenos esteroideos o no esteroideo), variantes histológicas diferentes a adenocarcinoma de próstata, cT4 o con evidencia clínica de actividad tumoral metastásica (p. ej., dolor óseo) y pacientes clasificados con suma de Gleason < 5. Se correlacionaron las variables antes mencionadas, utilizando las siguientes pruebas: correlación p, Chi cuadrado, Fisher’s test. El análisis estadístico se realizó con GraphPad Prism 6.0 y IBM SPSS statistics 19. Resultados Se analizaron 167 pacientes con CaP con una edad promedio de 69.4 (52-91) años. La media del valor de PSA pre-biopsia fue de 25.36 ng/ml (2-85). El 45% de los pacientes tenían Tabla 1 277 Características clínicas Características clínicas Total (n = 167) % Edad 40-60 61-80 > 80 32 122 13 19.16 73.06 7.78 IMC (kg/m2 ) Peso normal (18.5-24.9) Sobrepeso (25.0-29.9) Obesidad I (30.0-39.9) Obesidad II (35.0-39.9) 43 77 38 9 25.74 46.13 22.75 5.38 Diabetes Sí No 61 106 36.53 63.47 PSA (ng/ml) 2.0-4.0 4.1-< 10 10.1-< 20 > 20 4 43 49 71 2.25 25.78 29.39 42.58 Suma de Gleason 6 7 8-10 70 46 51 41.91 27.54 30.55 Estadio clínico cT1c cT2 cT3 80 67 20 47.90 40.13 11.97 Riesgo D’Amico Bajo Intermedio Alto 19 40 108 11.37 23.96 64.67 sobrepeso, el 22.75% obesidad grado i y el 5.3% presentaban obesidad grado ii; el 25.7% se encontraban dentro de su peso. El 41.91% presentaban Gleason 6 (3 + 3) y el 47.9% se clasificaron como cT1c. También se incluyeron pacientes diabéticos (36.0%) y no diabéticos (63.47%), aunque esto no fue tomado en cuenta al momento del análisis. Una vez que se realizó la estratificación por criterios D’Amico, el 11.37, el 23.95 y el 64.67% fueron clasificados como riesgo bajo, intermedio y alto, respectivamente (tabla 1). Al estratificar a los pacientes de acuerdo al IMC, observamos que, aquellos pacientes con un IMC >i25 kg/m2 tenían un riesgo mayor para CaP de alto riesgo (OR: 1.027; IC 95%: 0.49-2.125), p = 0.46 (fig. 2). Al evaluar los pacientes con un IMC > 25 kg/m2 y Gleason 8-10, presentaron un riesgo ligeramente mayor (OR: 1.310; IC 95%: 0.62-2.73), p = 0.23 (fig. 3); encontramos una relación inversa en entre el IMC > 25 kg/m2 y la presentación de PSA < 20 ng/ml (OR: 1.14; IC 95%: 0.62-1.36), p = 0.36 (fig. 3). Así, al evaluar a pacientes con IMC > 25 kg/m2 y PSA > 20 ng/ml se encontró una asociación negativa (OR: 0.87; IC 95%: 0.50-1.76), p = 0.35 (fig. 3). Al clasificar a los pacientes por EC cT identificamos que no existe una diferencia significativa entre IMC y EC cT (OR: 0.89, IC 95%: 0.221.8), p = 0.15 (fig. 3), lo que podría estar en relación con la dificultad de establecer el diagnóstico al momento de realizar el tacto rectal en pacientes obesos, como se ha 278 E. Linden-Castro et al Figura 2 Índice de masa corporal y CaP de alto riesgo. Figura 3 Índice de masa corporal y factores de riesgo. mencionado de manera anecdótica. De manera global, al analizar el IMC encontramos resultados que parecen indicar aumento de riesgo en la severidad de la enfermedad a pesar de ser una asociación débil, pero como se mencionó antes confiere cierto riesgo. Discusión El riesgo de CaP y obesidad se ha evaluado en varios estudios, mostrando resultados mixtos9---12 . Veierod et al.9 , Engeland et al.10 , Andersson et al.11 y Putnam et al.12 han demostrado un aumento en el riesgo de CaP en pacientes con sobrepeso y obesidad, aunque algunas de estas asociaciones fueron débiles. Sin embargo, otros estudios prospectivos realizados por Schuurman et al.13 , Macinnis et al.14 , Nilsen et al.15 y Rodríguez et al.16 no encontraron correlación entre CaP y un IMC elevado, a diferencia de nuestro estudio, donde sí encontramos una asociación positiva (OR: 1.027; IC 95%: 0.78-1.30), p = 0.46. Recientemente un estudio realizado por Giovannucci et al.17 encontró una relación inversa entre obesidad y riesgo de CaP, pero solo para aquellos hombres < 60 años o aquellos con antecedentes familiares de CaP en primer grado. Debido a estos resultados conflictivos, Macinnis et al.14 realizaron un metaanálisis con una población de 55,521 pacientes, tomando en cuenta variables independientes; IMC > 25 kg/m2 se relacionó con un aumento en el riesgo de CaP (RR: 1.05; IC 95%: 1.01-1.08) por cada aumento de 5 kg/m2 . Tomando en cuenta aquellos estudios que reportaran resultados por estadio de enfermedad, la relación fue mayor para aquellos con enfermedad localmente avanzada que en aquellos con enfermedad clínicamente localizada (RR: 1.11; IC 95%: 1.01-1.23, y(RR: 0.96; IC 95%: 0.89-1.03, respectivamente). La cintura como variable independiente mostró un resultado positivo (RR 1.05; IC 95%: 1.02-1.09) por cada 10 cm de incremento, pero la evidencia fue menor para el peso (RR: 1.01; IC 95%: 0.97-1.04). Estos resultados indican una asociación débil pero aun así un riesgo mayor CaP en pacientes obesos, particularmente para aquellos con enfermedad localmente avanzada14 . La mayoría de los estudios reportados examinaban de manera global al CaP, sin diferenciar en estadio o grado. Cuando se examina de manera individual por estadio y grado surge un patrón interesante, y específicamente 3 estudios prospectivos han mostrado resultados similares. El primero, realizado por Freedland et al., demostró en 69,991 varones que el IMC se asocia de manera inversa con CaP de bajo riesgo (RR: 0.84; IC 95%: 0.66-1.06), pero mostró una correlación positiva en CaP de alto riesgo (RR: 1.22; IC 95%: 0.96-1.55) y riesgo de enfermedad metastásica o CaP fatal (RR: 1.54; IC 95%: 1.06-2.23). Un dato interesante fue que en aquellos pacientes que perdieron 5 kg comparado con aquellos que se mantuvieron en su peso se identificó una disminución de riesgo de CaP de alto riesgo (RR: 0.58; IC 95%: 0.42-0.79)18---20 . Sin embargo, Gong et al., en el PCLT en 10,258 varones que se sometieron a BTRP, al comparar hombres con IMC < 25 con hombres obesos con IMC > 30 encontraron una reducción del 18% de CaP de bajo grado (Gleason < 7) (OR: 0.82; IC 95%: 0.69-0.98) y un 29% de riesgo de CaP de alto grado (Gleason > 7) (OR: 1.29; IC 95%: 1.01-1.67) en los pacientes con IMC > 30, o alternativamente un 78% de riesgo de CaP con Gleason 8-10 (OR 1.78; IC 95%: 1.10-2.87) en los mismos pacientes21 . Esto sugiere que la obesidad se asocia con un riesgo menor de enfermedad de bajo grado pero con un riesgo de enfermedad de alto grado o de enfermedad avanzada. Pueden existir varias razones que hagan la detección de CaP en pacientes obesos más difícil: se ha documentado que los hombres obesos tienden a realizarse menos cribados que los varones no obesos; sin embargo, estudios recientes realizados por Scales et al.21 en 57,827 hombres mayores de 40 años demostraron que los hombres obesos se realizaron con más frecuencia el PSA que aquellos con peso normal (62.1% vs 56.1%, p < 0.001), así como la mayoría de los hombres obesos tenían al menos un PSA el año previo (44.2% vs 38.2%, p < 0.001). Después de realizar un análisis sociodemográfico arrojaron los mismos resultados: los hombres obesos se realizaron el PSA con mayor frecuencia (OR: 1.46; IC 95%: 1.33-1.61) y tenían al menos un PSA un año previo, que aquellos hombres con peso normal (OR: 1.42; IC 95%: 1.30-1.55)21 . Se reporta de manera anecdótica que la realización del tacto rectal en estos pacientes es más difícil que en los no obesos, lo que podría conducir directamente a una tasa menor de diagnóstico de CaP, lo que podría explicar en nuestro estudio la relación con CaP y EC elevado (OR: 0.67; IC 95%: 0.271.67)5 . En tercer lugar, numerosos reportes muestran que el nivel de PSA presenta niveles inferiores en pacientes obesos que en pacientes no obesos. Aunque un estudio reciente realizado por Hutterer et al.22 en 616 pacientes no muestra tal asociación, una posible explicación a esto es el nivel de PSA con una media de 1.0 ng/ml, un promedio de IMC de 25.8 (p = 0.3). Freedland et al.23 no encontraron asociación entre IMC y el PSA en varones que se someten a prostatectomía radical. Otro factor relacionado al riesgo de CaP ¿Es la obesidad un factor predictor de agresividad en cáncer de próstata? Figura 4 de CaP. Mecanismos relacionados con obesidad y agresividad avanzado en hombres obesos se ha sugerido que es la presencia de niveles bajos de PSA; existen varias teorías, y una posibilidad es que los hombres obesos tienen niveles bajos de testosterona, provocando una disminución en la producción de PSA, debido a que la producción de este se encuentra sometida al control androgénico, y el PSA que se libera y pasa al suero se encuentra probablemente hemodiluido por un mayor volumen circulante, provocando niveles bajos de este24 . Pero independientemente de estas posibles explicaciones, los hombres obesos pueden tener niveles bajos de PSA y subsecuentemente menos probabilidad de someterse a BTRP, llevando a su vez a menos detección de cáncer (fig. 4). Sin embargo, el hecho de que algunos estudios demuestren resultados mixtos, con predominio de que la obesidad se asocia a una disminución de CaP de bajo grado y un riesgo aumentado de presentar CaP de alto riesgo, sugiere que aún existen algunos factores biológicos que no son completamente entendidos. Se han propuesto 3 mecanismos para explicar la asociación de CaP y obesidad25 . El eje IGF-1/insulina ha sido implicado en la tumorogénesis, y el CaP no es la excepción. La hiperinsulinemia inducida por la dieta ha demostrado que produce un crecimiento acelerado del tumor en modelos animales, y las células de CaP comúnmente expresan este tipo de receptores, sugiriendo que podría tener un efecto en varones con CaP a través de este mecanismo25 . Un estudio realizado por Cox et al.26 demuestra que los niveles elevados de péptido C se correlacionan con concentraciones elevadas de insulina, lo que se traduce en un riesgo mayor de mortalidad en pacientes con CaP. La obesidad y la hiperinsulinemia se relaciona con niveles de IGF-1 circulantes elevados, lo cual es un factor patogénico reconocido en varios tipos de tumores. Los niveles de IGF-1 han sido ligados en un reciente metaanálisis realizado por Renehan et al.27 , en que se encontró un mayor riesgo de presentar CaP (RR: 1.49; IC 95%: 1.14-1.95) en pacientes con IGF-1 elevados. Sin embargo, en el estudio más grande hasta la fecha, realizado por Rowlands et al.28 y que incluye 110,000 pacientes, tomando solo como variable el PSA no se encontró una relación con niveles de IGF-1 elevados (RR: 0.99; 279 IC 95%: 0.93-1.04), p = 0.62. Una posible explicación a estos resultado contrastantes con el IGF-1 es que tal vez juegue un rol en la progresión a enfermedades clínicamente palpables. En relación a esto, puede ser que el IGF-1 se encuentre asociado a CaP de alto grado y tumores agresivos, y no a tumores indolentes que solo son detectados a través del PSA (fig. 1). La obesidad se relaciona con niveles bajos de andrógenos. Estos juegan un papel importante en el crecimiento y desarrollo prostático, pero existe un gran debate en la influencia de los andrógenos y el CaP. Roddam et al.29 no encontraron en su metaanálisis una relación causal entre los niveles de hormonas endógenas y el riesgo de CaP (RR: 0.86; IC 95%: 0.75-0.98), p = 0.01. Morgentaler30 demostró que los varones de mayor edad presentan CaP agresivo, y estos hombres tienden a tener niveles de testosterona bajos. A pesar de todos estos resultados, el mecanismo preciso por lo cual ocurre esto aún es desconocido. La obesidad produce inflamación subclínica crónica mediada a través de adipocinas. La leptina se encuentra elevada en pacientes obesos y produce una actividad pro-tumoral, la cual afecta a las líneas celulares del CaP, induciendo proliferación, inhibiendo la apoptosis e incrementando la migración de estas. En contraste con esto, la adiponectina se encuentra disminuida de manera importante en pacientes con CaP metastásico versus aquellos con CaP localizado. Un estudio prospectivo realizado por Li et al.31 demostró que niveles elevados de adiponectina predisponen a un menor riesgo de presentar CaP de alto grado (RR: 0.25; IC 95%: 0.070.87, p = 0.02), así como a una menor mortalidad (RR: 0.39; IC 95%: 0.17-0.85), p = 0.02. La obesidad se encuentra asociada a la elevación de varias interleucinas, en especial la interleucina-6, cuya fuente principal de producción es el tejido adiposo. Las células de CaP producen interleucina6 y expresan su receptor, permitiendo que respondan de una manera pleiotrópica, proinflamatoria y de manera autocrina en pacientes con CaP, y se ha llegado a establecer una relación con la progresión de la enfermedad. Existen un sinnúmero de alteraciones metabólicas en relación con la obesidad y el CaP, y hay un gran trabajo por hacer para dilucidar por completo el vínculo entre obesidad y CaP32---33 . Conclusión La asociación epidemiológica entre obesidad y CaP, en particular CaP agresivo, es un tema muy interesante debido a la importancia y relevancia de ambas enfermedades y al gran número de hombres afectados. Más allá de la edad, de la historia familiar y de la raza existen pocos factores de riesgo bien establecidos para CaP. Es por eso que la identificación de algunas características en los pacientes obesos con CaP podría ser importante para determinar qué pacientes podrían presentar un CaP más agresivo. En el presente estudio pudimos identificar una relación entre sobrepeso y obesidad con el riesgo de CaP agresivo (D’Amico alto riesgo). Los pacientes con sobrepeso y obesidad tienen un PSA más bajo que aquellos pacientes con peso normal, lo que explica un retraso en el diagnóstico y presentarse de inicio una enfermedad más avanzada. Observamos que los pacientes con sobrepeso y obesidad tienden a tener un Gleason mayor, y a su vez estos pacientes presentan más comorbilidades asociadas, lo que puede empeorar el pronóstico de forma 280 independiente. Nuestro estudio no se encuentra libre de limitaciones, ya que no todos nuestros resultados fueron estadísticamente significativos. Encontramos un aumento sutil entre CaP agresivo e IMC elevado, por lo que sugerimos que deben realizarse más estudios prospectivos para validar estos resultados. Al paso del tiempo, tendremos un mejor entendimiento etiológico de los mecanismos ligados al CaP agresivo y la obesidad, lo que nos permitirá tomar mejores decisiones preventivas y terapéuticas en todos los hombres con CaP con sobrepeso y obesidad. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de interés Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Culp S, Porter M. The effect of obesity and lower serum prostatespecific antigen levels on prostate-cancer screening results in American men. BJU Int. 2009;104:1457---61. 2. Fontaine KR, Heo M, Allison DB. Obesity and prostate cancers creening in the USA. Pub Health. 2005;119:694---8. 3. American Cancer Society. Cancer Facts and Figures. Atlanta: American Cancer Society; 2012. 4. Buschemeyer WC 3rd, Freedland SJ. Obesity and prostate cancer: Epidemiology and clinical implications. Eur Urol. 2007;52:331---43. 5. Price MM, Hamilton RJ, Robertson CN, et al. Body mass index, prostate-specific antigen, and digital rectal examination findings among participants in a prostate cancer screening clinic. Urology. 2008;71:787---91. 6. Davies BJ, Walsh TJ, Ross PL, et al. Effect of BMI on primary treatment of prostate cancer. Urology. 2008;72:406---11. 7. Baillargeon J, Pollock BH, Kristal AR, et al. The association of body mass index and prostate-specific antigen in a populationbased study. Cancer. 2005;103:1092---5. 8. WHO Expert Consultation. Appropriate body-mass index for Asian populations and its implications for policy and intervention strategies. Lancet. 2004;363:157---63. 9. Veierod MB, Laake P, Thelle DS. Dietary fat intake and risk of prostate cancer: a prospective study of 25,708 Norwegian men. Int J Cancer. 1997;73:634---8. 10. Engeland A, Tretli S, Bjorge T. Height, body mass index, and prostate cancer: A follow-up of 950000 Norwegian men. Br J Cancer. 2003;89:1237---42. 11. Andersson SO, Wolk A, Bergstrom R, et al. Body size and prostate cancer: A 20-year follow-up study among 135,006 Swedish construction workers. J Natl Cancer Inst. 1997;89:385---9. 12. Putnam SD, Cerhan JR, Parker AS, et al. Lifestyle and anthropometric risk factors for prostate cancer in a cohort of Iowa men. Ann Epidemiol. 2000;10:361---9. 13. Schuurman AG, Goldbohm RA, Dorant E, et al. Anthropometry in relation to prostate cancer risk in the Netherlands Cohort Study. Am J Epidemiol. 2000;151:541---9. 14. Macinnis RJ, English DR. Body size and composition and prostate cancer risk: Systematic review and meta-regression analysis. Cancer Causes Control. 2006;17:989---1003. E. Linden-Castro et al 15. Nilsen TI, Vatten LJ. Anthropometry and prostate cancer risk: A prospective study of 22,248 Norwegian men. Cancer Causes Control. 1999;10:269---75. 16. Rodriguez C, Freedland SJ, Deka A, et al. Body mass index, weight change, and risk of prostate cancer in the Cancer Prevention Study II Nutrition Cohort. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2007;16:63---9. 17. Giovannucci E, Rimm EB, Stampfer MJ, et al. Height, body weight, and risk of prostate cancer. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 1997;6:557---63. 18. Rodriguez C, Freedland SJ, Deka A, et al. Body massindex, weight change, and risk of prostate cancer in the Cancer Prevention Study II Nutrition Cohort. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2007;16:63---9. 19. Wright ME, Chang SC, Schatzkin A, et al. Prospective study of adiposity and weight change in relation to prostate cancer incidence and mortality. Cancer. 2007;109:675---84. 20. Gong Z, Neuhouser ML, Goodman PJ, et al. Obesity,diabetes, and risk of prostate cancer: results from the prostate cancer prevention trial. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2006;15: 1977---83. 21. Scales CD Jr, Curtis LH, Norris RD, et al. Relationship between body mass index and prostate cancer screening in the United States. J Urol. 2007;177:493---8. 22. Hutterer G, Perrotte P, Gallina A, et al. Body mass index does not predict prostate-specific antigen or percent free prostatespecific antigen in men undergoing prostate cancer screening. Eur J Cancer. 2007;43:1180---7. 23. Freedland SJ, Humphreys EB, Mangold LA, et al. Time to prostate specific antigen recurrence after radical prostatectomy and risk of prostate cáncer specific mortality. J Uro. 2006;176:1404---8. 24. Banez LL, Hamilton RJ, Vollmer RT, et al. Canhemodilution explain the lower PSA concentrations among obese men? Presented at the American Urological Association 2007 Annual Meeting. 2007. 25. Roberts DL, Dive C, Renehan AG. Biological mechanisms linking obesity and cancer risk: New perspectives. Annu Rev Med. 2010;61:301---16. 26. Cox ME, Gleave ME, Zakikhani M, et al. Insulin receptor expression by human prostate cancers. Prostate. 2009;69: 33---40. 27. Renehan AG, Zwahlen M, Minder C, et al. Insulin-like growth factor (IGF)-I IGF binding protein-3, and cancer risk: Systematic review and meta-regression analysis. Lancet. 2004;363: 1346---53. 28. Rowlands MA, Gunnell D, Harris R, et al. Circulating insulin-like growth factor peptides and prostate cancer risk: A systematic review and meta-analysis. Int J Cancer. 2009;124: 2416---29. 29. Roddam AW, Allen NE, Appleby P, et al. Endogenous sex hormones and prostate cancer: A collaborative analysis of 18 prospective studies. J Natl Cancer Inst. 2008;100: 170---83. 30. Morgentaler A. Testosterone and prostate cancer: An historical perspective on a modern myth. Eur Urol. 2006;50:935---9. 31. Li H, Stampfer MJ, Mucci L, et al. A 25-year prospective study of plasma adiponectin and leptin concentrations and prostate cáncer risk and survival. Clin Chem. 2010;56:34---43. 32. Hsing AW, Chua S Jr, Gao YT, et al. Prostate cancer risk and serum levels of insulin and leptin: A population-based study. J Natl Cancer Inst. 2001;93:783---9. 33. Saglam K, Aydur E, Yilmaz M, et al. Leptin influences cellular differentiation and progression in prostate cancer. J Urol. 2003;169:1308---11. Rev Mex Urol. 2014;74(5):281---285 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis de pacientes con obesidad M.B. Calao-Pérez, C.I. Villeda Sandoval, A. Gómez-Conzatti, G. Cortés-Aguilar, A.B. Enríquez-González y F. Rodríguez-Covarrubias ∗ Departamento de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición «Salvador Zubirán», México D.F., México Recibido el 17 de octubre de 2013; aceptado el 18 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 22 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Obesidad; Litiasis; Perfil de litiasis Resumen Introducción: Uno de los principales problemas urológicos presentes en los pacientes con obesidad es la urolitiasis. Aunque existen múltiples mecanismos por los que esta relación puede explicarse, hoy en día existe escasa información sobre la relación entre obesidad mórbida (IMC > 35 kg/m2 ) y superobesidad (IMC > 50 kg/m2 ) con el riesgo de formación de litiasis renal y sus posibles consecuencias. Objetivo: Evaluar la frecuencia de alteraciones presentes en el perfil de litiasis de pacientes con obesidad, obesidad mórbida y superobesidad. Métodos: Se diseñó un estudio transversal donde se invitó a pacientes con seguimiento en la consulta de obesidad del Programa de Atención a Pacientes con Obesidad (PAPO) del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) a evaluar la frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis. Se obtuvieron variables demográficas y clínicas, y se solicitó un perfil de litiasis completo pre y poscarga. Los pacientes fueron clasificados en 3 grupos dependiendo de su IMC y se analizaron las variables alteradas en el perfil de litiasis. Resultados: Se invitó a 96 pacientes del PAPO, de los cuales 24 aceptaron entrar al estudio. La media de edad fue de 40.1 ± 10.5 años, peso de 124.9 ± 31.9 kg, talla de 163.9 ± 10.3 cm e IMC 46.9 ± 11.2 kg/m2 . Nuestro análisis encontró que el 83% de los pacientes tuvo al menos una alteración en el perfil de litiasis, siendo el grupo de obesidad mórbida el que demostró mayor cantidad de anormalidades en el perfil de litiasis. Conclusión: Se identificó una alta frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis en pacientes con obesidad. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. ∗ Autor para correspondencia: Departamento de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Vasco de Quiroga 15, Col. Sección XVI, Tlalpan 14000, México, Distrito Federal. Teléfono: +52 55 54870900, extensión 7252. Correo electrónico: frodriguez.covarrubias@gmail.com (F. Rodríguez-Covarrubias). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.006 2007-4085/© 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 282 KEYWORDS Obesity; Lithiasis; Lithiasis profile M.B. Calao-Pérez et al Frequency of lithiasis profile alterations in obese patients Abstract Background: Urolithiasis is one of the main urologic problems present in obese patients. Even though there are multiple mechanisms by which this relation can be explained, there is currently little information on the relation between both morbid obesity (BMI > 35 kg/m2 ) and super obesity (BMI > 50 kg/m2 ) and the risk for developing renal lithiasis and its possible consequences. Aims: To evaluate the alterations in the lithiasis profile of patients with obesity, morbid obesity, and super obesity. Methods: A cross-sectional study was designed in which patients in the obesity consultation follow-up of the Medical Attention for Patients with Obesity Program (PAPO for its Spanish initials) of the Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) were invited to participate in the evaluation of lithiasis profile alteration frequency. Demographic and clinical variables were obtained and a pre-stone burden and post-stone burden lithiasis profile was requested. The patients were classified into 3 groups in accordance with their BMI and the altered variables of the lithiasis profile were analyzed. Results: Ninety-six patients enrolled in the PAPO were invited to participate in the study and 24 of them accepted. The mean age was 40.1 ± 10.5 years, mean weight was 124.9 ± 31.9 kg, mean height was 163.9 ± 10.3 cm, and mean BMI was 46.9 ± 11.2 kg/m2 . Our analysis revealed that 83% of the patients had at least one alteration in their lithiasis profile, and the morbid obesity group had the greatest number of lithiasis profile abnormalities. Conclusions: A high frequency of alterations in the lithiasis profile was identified in patients presenting with obesity. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción Objetivo del estudio La obesidad es la enfermedad definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un índice de masa corporal (IMC) > 30 kg/m2 . En la actualidad esta patología ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, por lo que hoy se estima que el 65% de la población vive en países donde la obesidad y el sobrepeso (IMC 25-30 kg/m2 ) causan más muertes que la desnutrición. Este número de muertes se ha calculado en un mínimo de 2,6 millones, y principalmente se producen a causa de sus complicaciones. Adicionalmente, aunque esta patología fue considerada un problema confinado a países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en países de ingresos bajos y medianos1,2 . En 2008, la OMS reportó más de 1.4 billones de personas > 20 años con sobrepeso. De estos, 200 millones de hombres y cerca de 300 millones de mujeres eran obesas, lo que corresponde al 35% de los adultos con sobrepeso, y al 11% obesos3 . En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del año 2006 reportó una prevalencia de obesidad en mujeres del 34.4%, y del 23.5% en hombres4 . Uno de los principales problemas urológicos presentes en los pacientes con obesidad es la urolitiasis, y aunque existen múltiples mecanismos por los que esta relación puede explicarse, hoy en día existe escasa información sobre la relación entre obesidad mórbida (IMC > 35 kg/m2 ) y superobesidad (IMC > 50 kg/m2 ) con el riesgo de formación de litiasis renal y sus posibles consecuencias. Evaluar la frecuencia de alteraciones presentes en el perfil de litiasis de pacientes con obesidad, obesidad mórbida y superobesidad. Material y métodos Se diseñó un estudio transversal donde se invitó a pacientes con seguimiento en la consulta de obesidad del Programa de Atención a Pacientes con Obesidad (PAPO) del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) para ser evaluados y descartar o confirmar el riesgo para presentación de urolitiasis. El criterio de inclusión fue ser paciente con obesidad, obesidad mórbida y superobesidad del PAPO. Los criterios de exclusión fueron: pacientes con historia de urolitiasis manifestada clínicamente, historia de malabsorción intestinal, anomalías anatómicas del tracto urinario superior (favorecedores de formación de litiasis), litiasis secundaria a infecciones urinarias de repetición y pacientes con hiperparatiroidismo primario. El criterio de eliminación fue no aceptar participar en el estudio. Los pacientes del PAPO recibieron una dieta de 1200-1500 kcal, con una distribución porcentual de macronutrientes: 50% hidratos de carbono, 20% proteínas y 30% grasas, y con restricción de azúcares simples, grasas saturadas (< 10%), grasas poliinsaturadas (< 10%), monoinsaturadas (< 7%) y sodio (< 2 g al día). Se obtuvieron variables demográficas y clínicas, y se solicitó solo un perfil de litiasis completo al momento de la Frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis de pacientes con obesidad Tabla 1 283 Variables analizadas Grupo por IMC Obeso (n = 5) Total de pacientes (n = 24) Mórbido (n = 13) Superobeso (n = 6) Media Desviación estándar Media Desviación estándar Media Desviación estándar Media Desviación estándar Variables séricas Sodio Potasio Cloro CO2 Calcio Fosforo Ácido úrico Creatinina 139 4.3 108 25 9.7 3.4 4.6 0.78 4 0.3 3 1 1.1 0.6 2.6 0.19 137 4.2 108 25 9.3 3.9 6.9 0.84 4 0.3 3 2 0.2 0.6 1.1 0.16 139 3.8 107 26 9.0 3.7 8.1 0.71 3 0.6 2 1 0.4 0.6 3.3 0.26 138 4.1 107 25 9.3 3.8 6.8 0.79 3 0.4 3 2 0.5 0.6 2.3 0.19 Variables urinarias Sodio Potasio Calcio Fósforo Ácido úrico Creatinina Oxalatos Citratos Volumen 169 68 207 802 615 1447 25.2 584 1675 27 20 189 356 257 710 10.5 42 550 222 76 194 828 731 1559 43.5 563 1802 57 24 104 438 357 652 14.7 361 446 217 56 92 553 745 1447 32.8 284 2127 79 26 48 226 307 660 20.0 322 917 211 69 169 743 711 1502 36.9 508 1845 60 24 114 379 313 622 16.6 333 601 Variables poscarga Calcio Fósforo Volumen urinario Calcio urinario Fósforo urinario Creatinina urinaria 9.3 3.2 2125 259.3 561 1348 1.1 0.1 723 222.6 254 610 9.4 3.9 1838 321.2 657 1578 0.5 0.9 515 159.9 401 713 9.0 3.5 1754 83.8 332 1232 0.5 0.5 695 74.8 143 629 9.3 3.7 1907 254.0 563 1454 0.6 0.7 591 176.2 343 650 inclusión, el cual constó de los siguientes valores precarga: Na sérico, K sérico, Cl sérico, CO2 total en suero, Ca sérico, P sérico, ácido úrico sérico (AUs), creatinina sérica, volumen urinario de 24 h, Na urinario, K urinario, Ca urinario 24 h (CaU), P urinario (PU), ácido úrico urinario (U), creatinina en orina, oxalatos en orina (Oxa), citratos en orina (Cit), además de los valores poscarga, que incluyeron Ca sérico, P sérico, volumen urinario 24 h, Ca urinario (CaUP), P urinario (PUP), creatinina urinaria. El estudio fue evaluado y aprobado por el Comité de Ética de INCMNSZ. Se planeó un análisis estadístico descriptivo con categorización de los participantes en 3 grupos, clasificándolos de acuerdo al IMC en: obesos (O) (IMC: 30-34.9 kg/m2 ), obesidad mórbida (OM) (IMC: 35-49.9 kg/m2 ) y superobesidad (SO) (IMC: ≥ 50 kg/m2 ). se les realizó un perfil de litiasis precarga y poscarga de calcio. La media de edad fue de 40.1 ± 10.5 años, peso de 124.9 ± 31.9 kg, talla de 163.9 ± 10.3 cm e IMC de 46.9 ± 11.2 kg/m2 . Se identificaron las siguientes comorbilidades: 12 pacientes con diabetes mellitus tipo 2, 16 pacientes con hipertensión arterial sistémica, 8 pacientes con dislipidemia, 11 pacientes con síndrome de apnea obstructiva del sueño. Las variables analizadas por grupos se observan en la tabla 1. Del total de pacientes, 20 (83%) tuvieron al menos una alteración en los componentes del perfil. Las alteraciones encontradas en cada uno de los grupos y en el total de la muestra se describen en la tabla 2. Discusión Resultados Se invitó a 96 pacientes del PAPO, de los cuales solo 24 aceptaron entrar al estudio. Posterior al interrogatorio de comorbilidades y descarte de criterios de exclusión, La urolitiasis es una enfermedad común en los países en desarrollo, con una incidencia anual de 1/1,000 personas/año y una prevalencia mundial de alrededor de 2-20%5-7 . El pico de presentación de la urolitiasis se da en la tercera década de la vida, y para alrededor de los 70 años el 11% de los 284 Tabla 2 M.B. Calao-Pérez et al Alteraciones en el perfil de litiasis por grupo Grupo AUs CaU PU U Oxa Cit CaUP PUP Obesidad (n = 5) Obesidad mórbida (n = 13) Superobesidad (n = 6) Total (n = 24) 1 8 4 13 1 1 0 2 1 4 0 5 1 6 4 11 0 4 1 5 0 4 5 9 2 6 0 8 0 4 0 4 hombres y el 5.6% de mujeres habrán tenido por lo menos un episodio de nefrolitiasis sintomática8 . Existe una correlación positiva entre la urolitiasis y múltiples comorbilidades, tales como malabsorción intestinal, cirugía digestiva y bariátrica, gota, sarcoidosis, acidosis tubular renal, inmovilización, hipertiroidismo, hiperparatiroidismo, mieloma múltiple, hipercalciuria, anomalías renales, medicamentos, deshidratación, alimentación, historia familiar, etc.8 . Asimismo, múltiples estudios han demostrado asociación entre obesidad y presencia de urolitiasis (principalmente de oxalato cálcico)9-12 . La relación entre obesidad y litiasis renal puede explicarse por alguna de las siguientes alteraciones que se han descrito en la literatura: elevación de la excreción renal de sodio, calcio, citrato y ácido úrico; disminución del pH urinario, y en algunos estudios, la falta de producción de citrato9,11,13 . Sumado a esto, un mayor IMC, un mayor peso basal, una circunferencia de cintura más larga y el aumento ponderal han sido asociados de manera independiente con el incremento del riesgo de formación de litiasis renal12 . Además, el consumo de sustancias litogénicas como los azúcares refinados, la disminución del consumo de agua, la dieta rica en calcio y oxalato y alimentos ricos en purinas constituyen otros factores relacionados con la formación de nefrolitiasis en pacientes obesos. En nuestro estudio, analizando a los pacientes de cada grupo de manera individual se pudo evidenciar un mayor número de alteraciones en los pacientes con OM y SO. Entre los principales valores alterados en pacientes con OM se encontraron: ácido úrico sérico, fósforo urinario, ácido úrico urinario, oxalato urinario, citrato urinario, calcio urinario poscarga y fósforo urinario poscarga, mientras que los pacientes con SO presentaron principalmente alteraciones en los valores de ácido úrico sérico, ácido úrico urinario y citrato urinario. Por otra parte, analizando los datos obtenidos por grupo (media) se observaron alteraciones solo en los pacientes con SO. Los principales cambios encontrados fueron elevación de ácido úrico sérico, reducción de citrato en orina y fósforo urinario (este último en menor cantidad que en comparación a los otros grupos). De esta manera, nuestro análisis encontró que el 83% de los pacientes en nuestro estudio tuvo al menos una alteración en el perfil de litiasis, siendo el grupo de OM el que demostró mayor cantidad de anormalidades en el perfil de litiasis, posiblemente por nuestro número limitado de pacientes SO. Adicionalmente se observó una mayor prevalencia de alteraciones en los niveles de ácido úrico séricos y urinarios. Si bien esta situación contrasta con algunos reportes en la literatura, donde se indica que la obesidad se relaciona principalmente con litiasis por oxalato cálcico, Taylor y Curhan9 sugieren que la mayor incidencia de presentar nefrolitiasis en pacientes obesos es dada por el aumento de ácido úrico. Por otro lado, aunque nuestro grupo de pacientes presentó disminución en el citrato urinario, la literatura no ha demostrado correlación entre la hipocitraturia aislada y la formación de litiasis. Por esta razón se recomienda que la evaluación clínica en los pacientes obesos con litiasis no se enfoque únicamente en el nivel de citrato urinario. Además, en los pacientes con OM se observó alterado el fósforo urinario pre y poscarga, así como también el calcio poscarga, situación que concuerda con los hallazgos descritos por Najeeb et al.14 . También es importante mencionar que se ha observado que los hábitos alimentarios tienen una mayor influencia que el peso como riesgo de formación de urolitiasis, por lo que el cambio en este hábito podría ser prometedor para nuestros pacientes como prevención13 . Taylor et al. reportaron que el consumo de una dieta DASH (enfoques dietéticos para reducir la hipertensión) está asociado con una disminución marcada del riesgo de nefrolitiasis a través del incremento de volumen urinario y del contenido de citrato15,16 . Aunado a esto, un estudio en una población italiana con hipercalciuria que recibió una dieta estricta valorando los niveles de proteínas de origen animal, sodio, oxalato y calcio, encontró una reducción en la formación de litos de casi el 50% a 5 años, comparado a una dieta con menores niveles de calcio y oxalato. Sin embargo, otro estudio estadounidense valoró una dieta con una menor ingesta de proteínas animales sin encontrar una reducción de la recurrencia de litiasis en un periodo de 4.5 años, aunque el cumplimiento de la dieta era pobre y no hubo restricción en el consumo de sodio17,18 . Una dieta baja en sodio puede disminuir la excreción de calcio y oxalato de manera significativa, pero la información acerca del efecto de la restricción de sodio de manera aislada en la dieta y la recurrencia de litiasis es poca8 . Nuestros pacientes estuvieron dentro de un régimen dietético estricto; a pesar de ello, los pacientes del grupo OM presentaron hiperoxaluria y alteraciones en niveles de ácido úrico. En la actualidad el manejo de la obesidad no está enfocado a una valoración del riesgo de nefrolitiasis y sus posibles consecuencias a largo plazo (principalmente insuficiencia renal crónica), por lo que debe implementarse, como parte de la evaluación multidisciplinaria del paciente con obesidad, la evaluación urológica. Conclusión Se identificó una alta frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis en pacientes con obesidad. Se requiere una evaluación urológica estrecha en estos casos, ya que el riesgo Frecuencia de alteraciones en el perfil de litiasis de pacientes con obesidad a largo plazo de urolitiasis es alto. Son necesarios estudios longitudinales que ayuden a precisar la relación entre grado de obesidad y urolitiasis. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Organización Mundial de la Salud. Obesidad y sobrepeso. Nota descriptiva N.◦ 311. Agosto de 2014. Disponible en: http:// www.who.int/features/obesity/es/ 2. Seitz C, Fajkovic H. Epidemiological gender-specific aspects in urolitiasis. World J Urol. 2013;31:1087---92. 3. World Health Organization. Obesity and overweight. Fact sheet N◦ 311. Updated August 2014. Available from: http://www.who. int/mediacentre/factsheets/fs311/en/ 4. INEGI. Mujeres y Hombres en México. 11.a ed. Aguascalientes: Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática; 2008. 5. Buchholz NP, Abbas F, Afzal M, et al. The prevalence of silent kidney stones ---- an ultrasonographic screening study. J Pak Med Assoc. 2003;53:24---5. 6. Indridason OS, Birgisson S, Edvardsson VO, et al. Epidemiology of kidney stones in Iceland: A population-based study. Scand J Urol Nephrol. 2006;40:215---20. 285 7. Soucie JM, Thun MJ, Coates RJ, et al. Demographic and geographic variability of kidney stones in the United States. Kidney Int. 1994;46:893---9. 8. Worcester E, Coe F. Calcium kidney stones. N Engl J Med. 2010;363:954---63. 9. Taylor EN, Curhan GC. Body size and 24-hour urine composition. Am J Kidney Dis. 2006;48:905---15. 10. Maalouf NM, Sakhaee K, Parks JH, et al. Association of urinary pH body weight in nephrolithiasis. Kidney Int. 2004;65:1422---5. 11. Siener R, Glatz S, Nicolay C, et al. The role of overweight and obesity in calcium oxalate stone formation. Obes Res. 2004;12:106---13. 12. Taylor EN, Stampfer MJ, Curhan GC. Obesity, weight gain, and the risk of kidney stones. JAMA. 2005;293:455---62. 13. Wrobel BM, Schubert G, Hörmann M, et al. Overweight and obesity: Risk factors in calcium oxalate stone disease? Adv Urol. 2012;2012:438707. 14. Najeeb Q, Masood I, Bhaskar N, et al. Effect of BMI and urinary pH on urolitiasis and its composition. Saudi J Kidney Dis Transpl. 2013;24:60---6. 15. Yasui T, Okada A, Hamamoto S, et al. The association between the incidence of urolithiasis and nutrition base on Japanese National Health and Nutrition Surveys. Urolithiasis. 2013;41:217---24. 16. Taylor EN, Stampfer MJ, Mount DB, et al. DASH-style diet and 24-hour urine composition. Clin J Am Soc Nephrol. 2010;5: 2315---22. 17. Borghi L, Schianchi T, Meschi T, et al. Comparison of two diets for the prevention of recurrent stones in idiopathic hipercalciuria. N Engl J Med. 2002;346:77---84. 18. Hiatt RA, Ettinger B, Caan B, et al. Randomized controlled trial of a low animal protein, high fiber diet in the prevention of recurrent calcium oxalate kidney stones. Am J Epidemiol. 1996;144:25---33. Rev Mex Urol. 2014;74(5):286---291 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Nefrectomía parcial laparoscópica de tumor renal derecho F.J. García-Salcido ∗ , E.L. Muñoz-Ibarra, A.J. Camacho-Castro, G. Garza-Sainz, E. Mayorga-Gomez, V. Osornio-Sanchez, V. Cornejo-Davila, M.A. Palmeros-Rodriguez, I. Uberetagoyena-Tello de Meneses, A.O. Ibarra-Ordoñez, L. Trujillo-Ortiz, J.E. Sedano-Basilio, C. Martinez-Arroyo, M. Cantellano-Orozco, J.G. Morales-Montor y C. Pacheco-Gahbler División de Urología, Hospital General «Dr. Manuel Gea González», Secretaría de Salud, México D.F., México Recibido el 16 de octubre de 2013; aceptado el 18 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 20 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Nefrectomía parcial; Cáncer renal; Laparoscopia Resumen Antecedentes: La nefrectomía parcial laparoscópica se encuentra en incremento como una técnica mínimamente invasiva alternativa a la nefrectomía parcial abierta, sobre todo en pacientes con tumores en estadio i. Pacientes y métodos: Hombre de 49 años de edad el cual cuenta con antecedente de litiasis renal bilateral manejado con litotricia extracorpórea, al cual se le encuentra como hallazgo en urotomografía de tumor renal dependiente del polo superior del riñón derecho el cual reforzaba en la fase arterial más de 20 unidades Hounsfield de aproximadamente 3 × 4 cm. Resultados: En la exploración física, abdomen plano blando, con presencia de ruidos peristálticos de características normales, sin dolor a la palpación; no se palpan organomegalias abdominales. Sus exámenes de laboratorio son: Hb 15, Hto 44%, leucocitos 13.2, plaquetas 171, glucosa 120, BUN 8.7, creatinina 1.12, albúmina 4.5, DHL 141, fosfatasa alcalina 103, BT 0.6, BI 0.5, BD 0.1, Tp 13.1, TTp 28.8. Se realiza nefrectomía parcial laparoscópica, encontrándose 2 arterias renales como variante anatómica, tumor renal derecho de 5 × 4 cm dependiente del polo superior, con un tiempo de isquemia caliente de 28 min, 200 ml de sangrado transoperatorio y 2 h de tiempo quirúrgico. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. ∗ Autor para correspondencia. Hospital General «Dr. Manuel Gea González», Secretaría de Salud, Calzada de Tlalpan 4800, Col Seccion XVI 14080, México Distrito Federal. Teléfono: +55-41-86-26-87. Correo electrónico: franciscojaviersal@hotmail.com (F.J. García-Salcido). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.007 2007-4085/© 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Nefrectomía parcial laparoscópica de tumor renal derecho KEYWORDS Partial nephrectomy; Renal cancer; Laparoscopy 287 Laparoscopic partial nephrectomy of a right renal tumor Abstract Background: Laparoscopic partial nephrectomy (LPN) is on the rise as an alternative minimally invasive technique to open partial nephrectomy (OPN), especially in patients with stage 1 tumors. Patient and methods: A 49-year-old man had a past history of bilateral renal lithiasis managed with extracorporeal lithotripsy. Urotomography study identified a renal tumor that was dependent on the upper pole of the right kidney; when enhanced in the arterial phase it was approximately 3 × 4 cm in size with 20 Hounsfield units. Results: Physical examination revealed a soft, flat abdomen with normal peristaltic noises that was painless upon palpation; no abdominal organomegaly was palpated. Laboratory test results were: Hb 15; Hct 44%; leukocytes 13.2, platelets 171; glucose 120; BUN 8.7; creatinine: 1.12; albumin 4.5; LDH 141; alkaline phosphatase 103; TB 0.6; IB 0.5; DB 0.1; PT 13.1; and PTT 28.8. Laparoscopic partial nephrectomy was performed revealing the anatomic variant of 2 renal arteries, a right 5 × 4 cm renal tumor dependent on the upper pole, warm ischemia time of 28 min, 200 mL intraoperative blood loss, and surgery duration of 2 h. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Antecedentes La incidencia del carcinoma de células renales se ha incrementado desde un 2.3 a un 4.3% cada año desde 1970, resultando en más de 35,000 nuevos casos y más de 12,000 muertes solo en el último año1,2 . Actualmente más del 60% de los tumores renales son detectados de manera incidental3 . Las masas renales detectadas de manera incidental son más pequeñas y tienen menos probabilidad de metastatizar4 . Las indicaciones absolutas para realizar cirugía preservadora de nefronas (CPN) incluyen la presencia de tumor en riñón solitario o tumores renales bilaterales; las indicaciones relativas incluyen enfermedades renales preexistentes y condiciones médicas que pueden predisponer a enfermedad renal como diabetes, hipertensión y enfermedades vasculares ateroescleróticas. Los tumores multifocales asociados con síndromes genéticos son también considerados una indicación relativa para CPN. Las guías de la asociación americana de urología sugieren que la CPN debe realizarse de manera estandarizada en los tumores T1a, y cuando se compara con la nefrectomía radical no existe una diferencia en la mortalidad cáncer específica a 5 años. La sobrevida general de recurrencia local en diversos estudios es del 0 al 10%, y cuando se toman en cuenta tumores < 4 cm es del 1 al 3%5 . Los resultados favorables de estudios en pacientes con tumores pT1b sugieren que la CPN debe realizarse en estos pacientes cuando es factible. Crepel et al.6 demostraron en un estudio que involucro a 5,141 pacientes, de los cuales 275 (5.4%) eran T1b, que la mortalidad cáncer específica a 5 años de la nefrectomía parcial comparada con la nefrectomía radical era de 91.4% vs 95.3% (p = 0.2). Existen varias opciones de cirugía preservadoras de nefronas para realizar el tratamiento de las masas renales pequeñas. La nefrectomía parcial abierta (NPA) tiene excelentes resultados oncológicos y funcionales a 10 años y más allá7,8 . La experiencia en la nefrectomía parcial laparoscópica (NPL) se ha incrementado en la última década, con un incremento en el número de centros que la realizan y que gradualmente han extendido sus indicaciones. La NPL ha emergido como una alternativa a la NPA con excelentes resultados a 5 años9,10 . Lane y Gill11 realizaron un estudio comparativo en pacientes sometidos a NPL vs NPA de seguimiento a 7 años en pacientes T1 (7 cm o menos), encontrando una supervivencia libre de metástasis a 7 años del 90.9% vs 94.8%, respectivamente, y una supervivencia cáncer específica de 96.9% vs 97.7%, sin significación estadística en ambos casos. Además, tras el incremento en experiencia en procedimientos mínimamente invasivos las tasas de complicación son equiparables a las de la NPA, con el beneficio de la disminución del dolor postoperatorio y una disminución en la estancia hospitalaria. En un estudio comparativo de 1,800 pacientes sometidos a NPA y NPL, la NPL se asoció a menor tiempo operatorio, una menor estancia hospitalaria, así como una menor pérdida sanguínea transoperatoria, aunque las tasas de transfusión no fueron estadísticamente significativas12, ; solamente se observó un mayor tiempo de isquemia y más complicaciones posquirúrgicas. Los escenarios complejos de la nefrectomía parcial, como son: localización central del tumor, tumor en un riñón solitario, un tumor predominantemente quístico y una enfermedad multifocal, probablemente son mejor manejados con una técnica abierta por la mayoría de los cirujanos. Sin embargo, actualmente estas situaciones se encuentra en cambio y son resueltas de manera exitosa en las manos de cirujanos laparoscopistas experimentados13-15 . Caso clínico Hombre de 49 años con antecedente de litiasis renal bilateral manejada con litotripsia extracorpórea con ondas de choque hace 5 y 10 años fuera de nuestra institución con resolución completa, encontrándose como hallazgo en 288 F.J. García-Salcido et al Figura 1 Tumor renal derecho que refuerza en fase arterial de urotomografía. tomografía computarizada de seguimiento la presencia de un tumor renal derecho dependiente del polo superior de aproximadamente 3 a 4 cm con densidades de 40 unidades Hounsfield y reforzamiento en la fase arterial mayor de 20 unidades Hounsfield (figs. 1 y 2). En la exploración física los signos vitales se hallaban dentro de parámetros normales, con buen estado hídrico, cardiopulmonar sin alteraciones, abdomen plano blando depresible no doloroso con ruidos peristálticos presentes de características normales; no se palpan organomegalias ni refiere dolor a la palpación del abdomen ni datos de irritación peritoneal; genitales externos masculinos, ambos testículos en bolsas escrotales de tamaño y consistencia normal, extremidades sin compromiso motor ni sensitivo. En sus exámenes de laboratorio: Hb 15, Hto 44%, leucocitos 13.2, plaquetas 171, glucosa 120, BUN 8.7, creatinina 1.12, albúmina 4.5, DHL 141, fosfatasa alcalina 103, BT 0.6, BI 0.5, BD 0.1, Tp 13.1, TTp 28.8. En la radiografía de tórax no hay evidencia de lesiones o alteraciones. Descripción del procedimiento Con el paciente en posición de semidecúbito lateral izquierdo se realiza abordaje mediante la colocación de 4 puertos de laparoscopia (umbilical, subxifoideo, subcostal y en línea medioclavicular) para introducir cámara, separador hepático y como puertos de trabajo, respectivamente. Se inicia el procedimiento realizando el descenso del colon a través de la apertura de la fascia de Toldt para acceder a la fascia de Gerota. Una vez identificada la unidad renal se ubica el uréter derecho, procediendo a realizar control vascular del hilio, encontrándose como variante anatómica la presencia de 2 arterias renales y 2 venas renales. Se procede a realizar isquemia caliente mediante la colocación de ligas vasculares en ambas arterias, durando 28 min la misma (fig. 3). Se realiza enucleación completa (fig. 4) de tumor de aproximadamente 5 × 4 cm, confinado al polo superior del riñón derecho, sin complicaciones, aplicando hemostasia en lecho quirúrgico y nudo de afrontamiento de bordes sobre material hemostático. Para asegurar ausencia de hemorragia se aplica sellador de fibrina (Veryplast® ) sobre el lecho quirúrgico (fig. 5). Colocamos drenaje tipo Penrose dirigido a lecho quirúrgico y se extrae la pieza quirúrgica a través del puerto colocado en la línea medioclavicular, sin complicaciones. El tiempo quirúrgico total fue de 2 h y media, otorgándose un sangrado transoperatorio de 200 ml El reporte de patología evidenció un carcinoma papilar renal de 5 × 4 × 3 cm tipo i, con bordes quirúrgicos positivos (fig. 6), lo cual sitúa al paciente como un estadio clínico i (T1bNxM0). Discusión La nefrectomía radical propuesta inicialmente por Robson ha sido reemplazada con el tiempo por alternativas menos radicales, incluyendo la CPN y la cirugía mínimamente invasiva en los pacientes apropiados9 . En la práctica contemporánea la NPA se ha convertido en el gold standard de las Nefrectomía parcial laparoscópica de tumor renal derecho 289 Spin: – 0 Tilt: 0 Figura 2 Corte coronal de urotomografía evidenciando tumor renal dependiente del polo superior del riñón derecho. masas renales pequeñas y únicas, con resultados oncológicos similares y mejoría en la función renal comparada con la nefrectomía radical16,17 . Los resultados de diversos estudios avalan que tanto la NPA como la NPL tienen resultados oncológicos y funcionales comparables; un menor tiempo quirúrgico y de estancia hospitalaria son las ventajas de realizar este procedimiento mediante un abordaje mínimamente invasivo18 . Se ha demostrado que la presencia de márgenes quirúrgicos positivos es similar cuando se desarrolla este tipo de procedimientos por vía laparoscópica o en procedimiento abierto12 . Así mismo, la supervivencia libre de recurrencia a 5 años no es estadísticamente significativa, como tampoco la supervivencia cáncer especifica ni la supervivencia general en aquellos pacientes que presentan márgenes quirúrgicos positivos de los que tienen márgenes negativos19 . Figura 3 Isquemia mediante ligas vasculares en 2 arterias renales derechas. Figura 4 Enucleación completa con fulguración a nivel de lecho quirúrgico. 290 F.J. García-Salcido et al Conclusiones La nefrectomía parcial es el estándar de manejo en los tumores corticales que son susceptibles de realizar este abordaje. El uso de la laparoscopia o la técnica abierta se debe determinar en base a las características individuales del paciente y del tumor, así como a la experiencia del cirujano. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía Figura 5 Figura 6 Aplicación de fibrina a lecho quirúrgico. Imagen macroscópica del tumor renal. 1. Chow WH, Devesa SS, Warren JL, et al. Rising incidence of renal cell cancer in the United States. JAMA. 1999;281:1628. 2. Jemal A, Murray T, Ward E, et al. Cancer statistics, 2005. CA Cancer J Clin. 2005;55:10. 3. Janzen NK, Kim HL, Figlin RA, et al. Surveillance after radical or partial nephrectomy for localized renal cell carcinoma and management of recurrent disease. Urol Clin North Am. 2003;30:843. 4. Patard JJ, Dorey FJ, Cindolo L, et al. Symptoms as well as tumor size provide prognostic information on patients with localized renal tumors. J Urol. 2004;172:2167. 5. Belldegrun A, Tsui KH, Dekernion JB. Efficacy of nephron sparing surgery for renal cell carcinoma: Analysis base on the new 1997 tumor-node-metastasis staging system. J Clin Oncol. 1999;17:2868---75. 6. Crepel M, Jeldres C, Peorrotte P, et al. Nephron sparing surgery is equally effective for radical nephrectomy for T1BN0M0 renal cell carcinoma: A population based assessment. Urology. 2010;75:271---5. 7. Herr HW. Partial nephrectomy for unilateral renal carcinoma and a normal contralateral kidney: 10-year followup. J Urol. 1999;161:33. 8. Fergany AF, Hafez KS, Novick AC. Long-term results of nephron sparing surgery for localized renal cell carcinoma: 10-year followup. J Urol. 2000;163:442. 9. Lane BR, Gill IS. 5-Year outcomes of laparoscopic partial nephrectomy. J Urol. 2007;177:70. 10. Allaf ME, Bhayani SB, Rogers C, et al. Laparoscopic partial nephrectomy: Evaluation of long-term oncological outcome. J Urol. 2004;172:871. 11. Lane BR, Gill IS. 7-Year oncological outcomes after laparoscopic and open partial nephrectomy. J Urol. 2010;183:473---9. 12. Gill IS, Kavoussi LR, Lane BR, et al. Comparison of 1,800 laparoscopic and open partial nephrectomies for single renal tumors. J Urol. 2007;178:41---6. 13. Gill IS, Colombo JR Jr, Frank I, et al. Laparoscopic partial nephrectomy for hilar tumors. J Urol. 2005;174:850---3. 14. Frank I, Colombo JR Jr, Rubinstein M, et al. Laparoscopic partial nephrectomy for centrally located renal tumors. J Urol. 2006;175 3 Pt 1:849---52. 15. Dulabon LM, Kaouk JH, Haber GP, et al. Multi institutional analysis of robotic partial nephrectomy for hilar versus nonhilar lesions in 446 consecutive cases. Eur Urol. 2011;59: 325---30. Nefrectomía parcial laparoscópica de tumor renal derecho 16. Lau WK, Torres VE, Blute ML, et al. Matched comparison of radical nephrectomy vs nephron- sparing surgery in patients with unilateral renal cell carcinoma and a normal contralateral kidney. Mayo Clin Proc. 2000;75:1236. 17. McKiernan J, Simmons R, Katz J, et al. Natural history of chronic renal insufficiency after partial and radical nephrectomy. Urology. 2002;59:816. 291 18. Marszalek M, Meixl H, Polajnar M, et al. Laparoscopic and open partial nephrectomy: A matched-pair comparison of 200 patients. Eur Urol. 2009;55:1171---8. 19. Kheterpal E, Samir ST. Partial nephrectomy: Contemporary outcomes candidate selection, and surgical approach. Urol Clin North Am. 2012;39:199---210. Rev Mex Urol. 2014;74(5):292---295 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Satisfacción del paciente en hemodiálisis como criterio de calidad asistencial en enfermería R.A. Martín Diplomada en Enfermería por la Universidad de Córdoba, 2001, Córdoba, España Recibido el 6 de septiembre de 2014; aceptado el 8 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 15 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Hemodiálisis; Satisfacción; Paciente; Seguridad; Calidad; Cuidados KEYWORDS Hemodialysis; Satisfaction; Patient; Safety; Resumen Introducción: Las enfermeras de hemodiálisis tenemos un papel fundamental en el cuidado y la seguridad del paciente crónico, por lo que es importante prestar cuidados de calidad. Objetivos: Evaluar el grado de satisfacción del paciente con la labor que realiza la enfermera en hemodiálisis, y determinar en base a los resultados qué estamos haciendo bien y en qué necesitamos mejorar. Metodología: Se realiza un estudio observacional, descriptivo y trasversal a 70 pacientes crónicos que acuden a hemodiálisis en nuestro centro durante el mes de agosto de 2014. Se administró el cuestionario SERVQHOS modificado para nuestro fin; cada ítem puntuó en una escala tipo Likert (del 1 al 5 según el grado de satisfacción). Para el análisis de los datos sociodemográficos se utilizó el programa SPSS v.21. Resultados: Los resultados obtenidos indican que la mayoría de los pacientes evalúan positivamente el trabajo de la enfermera, excepto en los apartados referentes a la información sobre dieta y medicación, que es donde los pacientes se muestran insatisfechos. No se observó correlación entre variables sociodemográficas y el grado de satisfacción. Conclusiones: Podemos concluir que el análisis de la satisfacción del paciente es muy útil para diseñar una estrategia de mejora en la asistencia enfermera y prestar cuidados de calidad. Los cuidados de calidad son determinantes para la seguridad del paciente. Numerosos estudios demuestran que calidad y seguridad están íntimamente relacionadas. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Hemodialysis patient satisfaction as a criterion of quality in nursing assistance Abstract Background: Hemodialysis nurses play a fundamental role in the care and safety of the chronic patient and therefore the provision of quality care is essential. Aims: To evaluate the degree of the patient’s satisfaction with nursing care during hemodialysis, and based on the results, to determine what is being done well and what needs to be improved. Correo electrónico: raquelalbamartin@satse.es http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.008 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Satisfacción del paciente en hemodiálisis como criterio de calidad asistencial en enfermería Quality; Care 293 Methods: A cross-sectional, descriptive, observational study was conducted on 70 chronic patients coming for hemodialysis in our center during the month of August 2014. The modified SERVQHOS questionnaire was applied for the purpose of our study; each item was scored on a Likert scale (from 1 to 5, depending on the degree of satisfaction). The SPSS version 21 program was used for the sociodemographic data. Results: The study results indicated that the majority of patients evaluated the work of the nurse positively, with the exception of the sections referring to the information about diet and medication, in which they showed dissatisfaction. There was no correlation between the sociodemographic variables and the degree of satisfaction. Conclusions: We conclude that the analysis of patient satisfaction is very useful for designing an improvement strategy in nursing assistance and the provision of quality care. Patient safety is determined by quality care and numerous studies show that quality and safety are closely related. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Antecedentes Criterios de selección La insuficiencia renal crónica (IRC) es una enfermedad que afecta de manera global a la vida de las personas que la padecen, ya que se encuentran sometidas a un estricto tratamiento: dieta, restricción de líquidos, medicación, técnicas dolorosas por las punciones, etc. Esto obliga a modificar sus hábitos de vida e implica exigencias que repercuten en el estado bio-psico-social del paciente1 . El conocimiento acerca de su enfermedad ----manejo de la dieta, medicación, solución de posibles complicaciones---- es sumamente importante para el mantenimiento de su salud, y por tanto para su seguridad. Las enfermeras de hemodiálisis tenemos un papel fundamental en el cuidado y la seguridad del paciente crónico, ya que ejercemos funciones de tratamiento (sesiones de hemodiálisis), educación sanitaria (dieta, medicación, cuidados del acceso vascular, actuación ante posibles complicaciones) y/o apoyo psicológico2,3 . Por otro lado, el incesante desarrollo de la medicina ha mejorado la supervivencia de los pacientes con IRC, y el concepto de calidad supera los aspectos técnicos para incorporar aquellos relacionados con la calidad percibida por los usuarios. En la actualidad la medida de la satisfacción de los pacientes es uno de los métodos más utilizados para evaluar la calidad de la atención prestada4 . Es importante, por tanto, evaluar cómo estamos haciendo nuestro trabajo. Para ello realizamos valoraciones periódicamente a nuestros pacientes; revisamos objetivos del plan de cuidados y su consecución o no. Pero no solo eso es determinante, y por eso hemos querido analizar en este trabajo «cómo perciben nuestros pacientes la función de la enfermera en hemodiálisis y si están o no satisfechos con nuestra labor». Se excluyeron del estudio los pacientes que llevaban menos de 3 meses en diálisis, así como los que presentaban algún deterioro cognitivo. Material y método Muestra El número total de pacientes crónicos es de 80, de los cuales 2 fallecieron durante el proceso, 4 fueron excluidos por llevar menos de 3 meses en tratamiento de hemodiálisis y, por último, otros 4 presentaban deterioro cognitivo moderado. Instrumentos Como instrumento de medida utilizamos el cuestionario SERVQHOS3 sobre la calidad percibida de la atención hospitalaria validado por Mira J.J y modificado a través de discusión por el personal enfermero de la unidad: eliminamos alguna pregunta que carecía de sentido para nuestro trabajo y se incluyeron 2 preguntas específicas relativas a la dieta y a la medicación. El cuestionario resultante consta de 14 ítems que se responden en una escala tipo Likert, desde 1 (nada satisfecho) a 5 (muy satisfecho). Se incluye además la recogida de datos sociodemográficos (edad, sexo, estudios realizados, actividad actual y tiempo de permanencia en hemodiálisis). Análisis estadístico Para el análisis de los datos demográficos se usó el programa SPSS v.21. Variables Diseño Realizamos un estudio observacional, descriptivo, transversal a todos los pacientes de hemodiálisis con tratamiento crónico del hospital Reina Sofía de Córdoba (España) durante el mes de agosto de 2014. Los ítems valorados fueron: amabilidad del personal, apariencia del personal, comprensión de sus necesidades, confianza y seguridad, disposición para la ayuda, interés por cumplir promesas, preparación del personal, trato personalizado, interés por solucionar problemas, información a 294 familiares, información referente a la medicación, información referente a la dieta, rapidez de respuesta e interés del personal. Procedimiento Los cuestionarios fueron administrados por la enfermera responsable en sus respectivos turnos y recogidos en el turno siguiente, previo consentimiento e información sobre los objetivos del mismo; algunos pacientes precisaron la ayuda del algún familiar para contestarlos. Resultados De los 70 cuestionarios entregados, 65 fueron correctamente rellenados, lo que supone un 81.25% de la población a estudio (o muestra), obteniéndose una tasa de respuesta del 92.85%. Los resultados referentes a las variables socioculturales que hemos estudiado son las siguientes: de los pacientes encuestados, un 61.5% eran hombres y un 38.5% eran mujeres, con una edad media de 60.94 años y un tiempo medio en diálisis de 58.31 meses. La distribución resultante por nivel de estudios es la siguiente: un 26.20% sin estudios, un 50.80% con estudios básicos, un 19% con estudios superiores y un 4.60% con estudios universitarios. Respecto a la distribución según la situación laboral obtenemos: un 89.2% jubilado, un 3.1% trabajando, un 3.1% de baja laboral, otro 3.1% estudiando y un 1.5% en situación de desempleo. En relación con el cuestionario de satisfacción administrado, los resultados son los siguientes: 1. A la pregunta sobre la amabilidad y la apariencia del personal de enfermería, el 61.53% de los pacientes respondieron que estaban muy satisfechos, el 30.76% que estaban bastante satisfechos y solo el 7.69% estaban satisfechos; ningún paciente valoró como poco o muy poco satisfechos. 2. Respecto a la comprensión de necesidades, el 27.68% de los pacientes estaban muy satisfechos, el 38.46% bastante satisfechos, el 29.23% satisfechos y el 4.61% estaban poco satisfechos. 3. En cuanto a la confianza y seguridad que les transmitía el personal de enfermería, el 76.9% estaban muy satisfechos, el 15.38% bastante satisfechos, el 4.61% satisfechos y solo el 3.07% estaban poco o muy poco satisfechos. 4. Respecto a la disposición para la ayuda e interés para cumplir promesas que muestran los enfermeros en la unidad de diálisis, el 33.84% de los pacientes se muestran muy satisfechos, el 46.15% bastante satisfechos, el 16.92% satisfechos y el 3.07 poco satisfechos. 5. Sobre la preparación del personal de enfermería (haciendo referencia al personal habitual), el 55.38% estaban muy satisfechos, el 43.07% bastante satisfechos, y el 1.53% muy poco satisfechos. 6. En referencia al trato personalizado que ofrece y el interés del personal de la unidad, el 32.30% estaban muy satisfechos, el 35.65% bastante satisfechos, el 30.76% satisfechos y el 1.53% muy poco satisfechos. R.A. Martín 7. A la pregunta sobre el interés por solucionar problemas y la rapidez de respuesta, el 46.5% se muestran muy satisfechos, el 44.61% bastante satisfechos, el 4.61% satisfechos y el 4.61% poco satisfechos. 8. En el apartado referente a la información opinaron lo siguiente: • En referencia a la información a los familiares, el 76.92% se muestran satisfechos, frente al 23.76% que se muestran poco satisfechos. • Respecto a la información sobre la dieta, el 15.38% se muestran muy o bastante satisfechos, el 23.07% satisfechos, el 56.92% poco satisfechos y el 4.61% muy poco satisfechos. • En cuanto a los resultados referentes a la información sobre la medicación, el 9.23% se muestra bastante satisfechos, el 15.38% satisfechos, el 70.76% poco satisfechos y el 4.61% muy poco satisfechos. Discusión Cuando nos planteamos este trabajo, nos marcamos 2 objetivos claros: evaluar el grado de satisfacción del paciente con el trabajo que realiza la enfermera en hemodiálisis, y determinar en función de los resultados qué estamos haciendo bien y en qué debemos mejorar1 . Los resultados del cuestionario de satisfacción reflejan que la mayoría de los pacientes se muestran muy satisfechos o bastante satisfechos en la mayoría de los aspectos relacionados con el trabajo de la enfermera: consideran que las enfermeras son amables, tienen buena apariencia, comprenden sus necesidades, les transmiten confianza y seguridad, están capacitadas para su trabajo y les dan un trato personalizado. La mayoría también piensa que se interesan por ellos y tienen interés por solucionar los problemas que surgen durante el trabajo, con buena rapidez de respuesta, además de estar interesadas en ayudarles4 . Los aspectos en los que los pacientes se muestran más insatisfechos están relacionados con la información; respecto a la información a familiares, la mayoría se encuentra satisfecho y un pequeño porcentaje insatisfecho, aunque rara vez la familia solicita información, y por ello esto no parece significativo. El mayor grado de insatisfacción lo encontramos en la información que aportamos respecto a dieta y a la medicación, donde la mayoría de los pacientes se encuentran poco satisfechos, coincidiendo con otros estudios realizados con anterioridad4,5 . Por lo tanto, será en este sentido donde debamos esforzarnos más, revisar el contenido de la información relativa a la dieta y a la medicación, y asegurarnos que asimilan los conocimientos. No observamos correlación significativa entre las variables sociodemográficas y el grado de satisfacción, aunque las personas de mayor edad (más de 65 años) son las que se encuentran más satisfechas. Conocer qué esperan nuestros pacientes de nosotros y satisfacer sus expectativas nos lleva a prestar cuidados enfermeros de calidad, y es innegable que los cuidados de calidad son determinantes para la seguridad del paciente. Satisfacción del paciente en hemodiálisis como criterio de calidad asistencial en enfermería 295 Propuestas de líneas futuras de investigación Agradecimientos Sería interesante profundizar en el tema, utilizando técnicas de medida cualitativa, como entrevistas, grupos focales, etc. A todo el equipo que ha colaborado en este trabajo, y en especial a todos los profesionales que hacen posible el avance de nuestra Enfermería y a quienes nos ayudan a divulgar nuestros conocimientos. Gracias de corazón. Conclusión Podemos concluir que el análisis de la satisfacción del paciente es muy útil para diseñar una estrategia de mejora en la asistencia sanitaria. Es preciso preguntar y escuchar a nuestros pacientes para conocer lo que realmente esperan de nosotros y centrar así nuestra asistencia, no solo para cubrir sus necesidades, sino también para satisfacer sus expectativas, atendiendo así al individuo como un ser bio-psico-social, garantizando así unos cuidados de máxima calidad. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses La autora declara no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Sáez Rodríguez L, Pérez Paz MJ, Valiño Pazos C, et al. Análisis y evaluación de la enfermera referente del paciente en hemodiálisis. Rev Soc Esp Enferm Nefrol. 2009;12. 2. Salamanca Castro AB. El aeiou de la investigación en enfermería. Madrid: FUDEN; 2013. 3. Mira JJ, Aranaz J, Rodríguez-Marín J, et al. SERVQHOS: Un cuestionario para evaluar la calidad percibida de la asistencia hospitalaria. Medicina Preventiva. 1998;4:12---8. 4. Mira JJ, Aranaz J. La satisfacción del paciente como una medida del resultado de la atención sanitaria. Med Clin (Barc). 2000;114:26---33. 5. Hernández Meca ME, Ochando García A, Mora Canales J, et al. Satisfacción del paciente en una unidad de hemodiálisis: Objetivo de la calidad asistencial en enfermería. Rev Soc Esp Enferm Nefrol. 2005;8. Rev Mex Urol. 2014;74(5):296---300 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Neuromodulación sacra en niños: experiencia en Colombia A.R. Lopera-Toro a,∗ , L.M. Serna-Higuita b , J.F. Nieto-Ríos b , A.K. Serrano-Gayubo c y J.C. Castaño-Botero d a Departamento de Urología, Universidad CES, Medellín, Colombia Departamento de Nefrología, Hospital Pablo Tobón Uribe, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia c Departamento de Nefrología, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia d Departamento de Urología, Hospital Pablo Tobón Uribe, Medellín, Colombia b Recibido el 22 de abril de 2014; aceptado el 22 de agosto de 2014 Disponible en Internet el 20 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Neuromodulación sacra; Eliminación disfuncional; Trastornos gastrointestinales; Calidad de vida ∗ Resumen Introducción: La neuromodulación existe como tratamiento de los síndromes de eliminación disfuncional desde 1997. Sin embargo, sus aplicaciones en la población pediátrica solo aparecieron 10 años más tarde, y desde entonces varias series han reportado la utilidad de Interstim® en el manejo de los trastornos funcionales tanto urinarios como gastrointestinales. Metodología: Estudio retrospectivo, donde presentamos la experiencia que actualmente se tiene en el manejo de niños con diversos trastornos funcionales tanto miccionales como gastrointestinales, que no han tenido respuesta con el manejo médico y en quienes la neuromodulación es la única opción de tratamiento. Resultados: Se realizó implantación del dispositivo Interstim® en 9 niños, entre los años 2008 y 2013, con un seguimiento promedio de 6 meses. Dicho procedimiento fue realizado por un solo urólogo. Se valoraron las indicaciones del dispositivo, los tratamientos fallidos recibidos previamente, el comportamiento urodinámico de cada uno de los pacientes, y se realizaron cuestionamientos sobre su impacto en la calidad de vida. El desenlace primario fue valorar la mejoría de los síntomas que motivaron la implantación. Discusión: La neuromodulación en niños mediante el estímulo de raíces sacras es un procedimiento seguro y efectivo en pacientes bien seleccionados y realizado por personal adecuadamente capacitado. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Autor para correspondencia. Correo electrónico: ramilopera@hotmail.com (A.R. Lopera-Toro). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.08.002 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Neuromodulación sacra en niños: experiencia en Colombia KEYWORDS Sacral neuromodulation; Dysfunctional elimination; Gastrointestinal disorders; Quality of life 297 Sacral neuromodulation in children: Experience in Colombia Abstract introduction: Neuromodulation has been a treatment for dysfunctional elimination syndromes since 1997. Nevertheless, its applications in the pediatric population appeared 10 years later. Since then, various series have reported on the usefulness of Interstim® therapy in the management of both urinary and gastrointestinal functional disorders. Methodology: Through a retrospective study, we presented our current experience in the management of different urinary and gastrointestinal functional disorders in children that have not responded to medical treatment and for whom neuromodulation is the only treatment option. Results: The Interstim® device was implanted in 9 children within the time frame of 2008 and 2013, with a mean follow-up period of 6 months. The procedure was performed by one urologist. Indications for having the device implantation, failed prior treatments, and the urodynamic behavior of each of the patients were evaluated and interrogations on the impact on quality of life were conducted. The primary aim was to evaluate the improvement of the symptoms that were the motivation for the implantation. Discussion: Neuromodulation in children through sacral root stimulation is a safe and effective procedure when performed on well-selected patients by adequately trained personnel. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción Las alteraciones del vaciamiento vesical y de la evacuación fecal son síntomas encontrados comúnmente en la población pediátrica1 . Estos pacientes, cuando inician la etapa escolar, son sometidos frecuentemente a aislamiento social por parte de sus familias y cuidadores, creando un círculo vicioso que aumenta los hábitos retentores y las complicaciones físicas y psicológicas secundarias. Por otro lado, los tratamientos utilizados en la actualidad ofrecen una respuesta poco satisfactoria2 . En las últimas décadas se han venido desarrollado nuevas modalidades terapéuticas con el objetivo de restablecer la función vesical e intestinal con resultados prometedores; entre ella la estimulación sacra, técnica que utiliza la estimulación eléctrica de diversas vías neurológicas sacras para lograr una respuesta inmediata (neuroestimulación) o modificar un patrón de transmisión existente (neuromodulación)3 . La neuromodulación sacra fue aprobada por la Food and Drug Administration en 1997 para su uso en el manejo de los síntomas de disfunción del tracto urinario bajo4 . Desde sus comienzos los beneficios fueron descritos solo para la población adulta, quienes presentaban un franco alivio sintomático5 . Sin embargo, sus aplicaciones en la población pediátrica solo aparecieron 10 años más tarde, y desde entonces varias series han reportado la utilidad de Interstim® en el manejo de los trastornos funcionales de la micción, con evidencia de mejoría adicional de los síntomas gastrointestinales como el estreñimiento o la incontinencia fecal, y explicado esto por el hecho de que estos órganos comparten el mismo origen embriológico endodérmico y su inervación deriva del plexo sacro pélvico6 , por lo que el alivio de uno se refleja en el otro, y viceversa. Los escasos datos sobre neuroestimulación en niños con disfunciones miccionales refractarios a terapia farmacológica y conductual muestran una eficacia y seguridad similares a las de los adultos7 . En nuestro país no existen reportes sobre uso de esta terapia en la población pediátrica. Este estudio tiene como objetivo realizar una descripción clínica y respuesta terapéutica de 9 pacientes pediátricos con disfunción miccional y/o alteraciones en la evacuación intestinal refractarios al tratamiento médico, a quienes se les implantó un neuromodulador sacro durante el período 2010-2013. Metodología Estudio descriptivo retrospectivo que se realizó en el Hospital Pablo Tobón Uribe, en Medellín, Colombia. Se incluyeron los pacientes con diagnóstico de trastornos funcionales tanto miccionales como gastrointestinales, los cuales fueron refractarios a las terapias convencionales y en quien la neuromodulación fue la única opción de tratamiento. La implantación del Interstim® es una técnica que consiste en la implantación de un electrodo a través de un foramen del sacro, comúnmente S3, bajo visión fluoroscópica, confirmando la posición adecuada con electroestimulación (visualización de la respuesta motora: contracción anal y flexión del primer dedo del pie ipsilateral)8 . Los ajustes posteriores de los valores del impulso estimulador se realizan con un dispositivo de programación electrónica externo en un período de prueba durante el cual el médico busca encontrar una configuración óptima9 . Luego de 15 días de prueba, si la respuesta es exitosa, se implantó el generador en forma permanente en un bolsillo subcutáneo del glúteo mayor10 . Todos los datos se obtuvieron de las historias clínicas y se registraron en una base de datos en Excel. Se describieron 298 Tabla 1 ID 1 2 3 4 5 6 7 8 9 A.R. Lopera-Toro et al Características basales población estudiada Sexo Hombre Hombre Hombre Mujer Hombre Mujer Mujer Hombre Hombre Edad 11 14 12 15 11 16 11 10 12 Diagnóstico Tratamientos previos recibidos Vejiga neurogénica Incontinencia fecal posradioterapia Síndrome de Hinman Vejiga nurogénica Sindrome de Ochoa Vejiga neurogénica Síndrome de Hinman Síndrome de Hinman Detrusor hiperactivo AC TB CLI X X X X X X X X X X X X X X X X X BF DU X X X X Ac: anticolinérgicos; BF: biofeedback; CLI: cateterismos limpios intermitentes; DU: dilatación uretral; TB: toxina botulínica. variables como la edad, el género, la indicación del procedimiento, los hallazgos urodinámicos, la urgencia urinaria, la incontinencia urinaria y fecal, la enuresis, el estreñimiento, las infecciones urinarias, las complicaciones y su manejo, los tratamientos previos recibidos, la mejoría de los síntomas, y se valoró la calidad de vida, mediante la indagación telefónica a los pacientes y sus familias, preguntando si repetirían el procedimiento y si su estado de salud se encontraba mejor, igual o peor. Para el análisis estadístico se utilizó el software SPSS (versión 18). Los datos se analizaron exclusivamente con estadística descriptiva, número absoluto y porcentaje para las características cualitativas y con rango para las cuantitativas. Este estudio cuenta con la aprobación del comité de ética del Hospital Pablo Tobón Uribe. Además, se siguieron las normas sobre aspectos éticos de la investigación en seres humanos contenidas en la Resolución 008430 de 1993 del Ministerio de Protección Social de la República de Colombia. Los investigadores se comprometieron a respetar la confidencialidad y la privacidad de la información contenida en los registros clínicos. Este trabajo no implicó intervenciones en la población de estudio (evaluación física directa, pruebas de laboratorio o aplicación de tratamiento), por lo que no confirió riesgos a los participantes. Resultados Durante el periodo comprendido entre 2010 y 2013 se realizó implantación del dispositivo Interstim® en 9 pacientes pediátricos. La distribución por sexo fueron 6 hombres y 3 mujeres, con rangos de edad comprendidos entre 10 y 16 años (mediana 12 años, p25-75 = 11-14,5). Dicho procedimiento fue realizado por un único urólogo en un sala de procedimientos, con sedación y asistido por anestesiología; algunas características basales se encuentran en la tabla 1. Los pacientes tuvieron un seguimiento promedio de 11 meses (2-24 meses). Todos los pacientes presentaron algún grado de alteración en la valoración urodinámica (tabla 2). Antes de la implantación del Interstim® 6 pacientes presentaban urgencia urinaria, 5 estreñimiento, 4 incontinencia urinaria de urgencia, 3 enuresis, y un paciente presentaba incontinencia fecal como parte de la sintomatología que motivó la implantación del Interstim® . En 4 pacientes se reportó historia de infecciones urinarias de repetición, Tabla 2 Hallazgos reportados en la urodinamia ID Hallazgo en la urodinamia 1 Flujo miccional disminuido, micción descompensada, detrusor hiperactivo, disinergia detrusor esfínter, obstrucción funcional del tracto urinario inferior 2 3 4 5 6 7 8 9 Micción descompensada no coordinada, vejiga estable de baja capacidad, datos urodinámicos de obstrucción funcional del tracto urinario inferior, no afectación de la contractilidad Pseudodisinergia detrusor esfinteriana, obstrucción funcional del tracto urinario inferior, no afectación de la contractilidad del detrusor Vejiga estable, acomodación disminuida, sin disinergia detrusor esfinteriana, RVU IV pasivo secundario, con obstrucción del tracto urinario inferior Micción descompensada, no coordinada, vejiga estable, hiposensible de gran capacidad, obstrucción del tracto inferior, presión del detrusor 62 cm agua Capacidad vesical 217 ml, vejiga trabeculada, múltiples divertículos, RVU IV izquierdo, micción descompensada, disinergia detrusor esfinteriana, vaciamiento incompleto Flujo miccional normal, micción compensada y coordinada, hiperactividad del detrusor que condiciona incontinencia urinaria de urgencia Vejiga hiperactiva idiopática, incontinencia urinaria de urgencia aunque esta no fue la principal motivación para implantarlos. Todos los pacientes habían recibido previamente múltiples tratamientos (tabla 1), sin mejoría alguna, razón por la cual se consideraron buenos candidatos a la neuromodulación. Al evaluar la respuesta al neuroestimulador, el 100% de los pacientes tuvieron una primera fase de implantación exitosa y ninguno presentó complicaciones derivadas de la misma. En la segunda fase 3 pacientes presentaron complicaciones, como rechazo del implante, rotura y desplazamiento del electrodo; el manejo de ellos fue retirada del implante, cambio y recolocación del electrodo, Neuromodulación sacra en niños: experiencia en Colombia Tabla 3 299 Incidencia y respuesta luego de colocación del Interstim® en una cohorte de 9 pacientes Casos, n (%) Urgencia Estreñimiento Incontinencia urinaria Infecciones urinarias recurrentes Enuresis Incontinencia fecal 6 5 4 4 3 1 (66.7) (55.5) (44) (44) (33.3) (11.1) respectivamente. Durante el seguimiento solo un paciente no mejoró en la totalidad de los síntomas gastrointestinales, pero sí mejoró en los demás síntomas de urgencia, incontinencia y enuresis (tabla 3). Ningún paciente presentó infección urinaria luego del procedimiento. De los 9 pacientes se logró contactar telefónicamente con 5 de ellos, y de acuerdo con la evolución de cada uno de ellos, las madres aceptaron que repetirían el procedimiento a sus hijos (n = 5), y de igual forma todos se sienten mejor luego del procedimiento. Discusión Este es el primer trabajo realizado en Colombia sobre neuromodulación en niños, y a pesar de ser una serie pequeña, los resultados obtenidos son bastante satisfactorios, pues reflejan que este procedimiento realizado en niños con indicaciones precisas y por personal bien capacitado es seguro, efectivo y permite mejorar la calidad de vida de los pacientes. La neuroestimulación sacra inicialmente fue utilizada en población adulta con trastornos de urgencia, frecuencia urinaria y obstrucciones vesicales funcionales; indicaciones que de hecho fueron las más encontradas en este trabajo. Sin embargo, hoy en día la neuromodulación tiene muchas más indicaciones, y sus beneficios se han extendido al tratamiento de patologías de difícil manejo como la cistitis intersticial, los síndromes pélvicos dolorosos y la incontinencia fecal11 . Cada vez son más comunes las investigaciones y los usos de la neuromodulación con resultados exitosos en niños. De esta forma, varios autores han mostrado resultados exitosos con la estimulación pudenda o de S3, con la neuroestimulación de raíces sacras anteriores, con la estimulación percutánea del nervio tibial posterior y, por supuesto, con la implantación del dispositivo Interstim® 7,12,13 . Groen et al.14 reportan su experiencia de más de 15 años en 18 niños con seguimiento entre 28 y 43 meses, y observan buenos resultados a corto plazo hasta en el 78% de los casos; en el largo plazo los pacientes y sus familias manifiestan estar satisfechos en el 73% de los casos. En la serie de Haddad et al.1 , con 33 pacientes, las indicaciones de los pacientes para neuromodulación fueron muy similares a las de nuestra serie, y en ellos se reporta un aumento en la capacidad vesical de aproximadamente 13 ml, y la mejoría de los síntomas urinarios fue del 81 y del 78% para los síntomas gastrointestinales. Varias series de casos recogidas por Baeten2 muestran resultados exitosos en el manejo de estreñimiento crónico en pacientes pediátricos en el 73% de los casos con neuromodulación sacra percutánea. Roth et al.15 reportan Mejoría, n (%) 6 4 4 4 3 1 (100) (80) (100) (100) (100) (100) No mejoría, n (%) --1 (20) --------- la experiencia con 20 pacientes pediátricos con síndrome de disfunción miccional, en quienes se encuentra mejoría de la incontinencia urinaria, urgencia, frecuencia, enuresis y constipación con el uso del Interstim® en el y el 71% de los casos, respectivamente. Los síndromes de eliminación disfuncional se pueden presentar con uno y varios síntomas, incluyendo incontinencia urinaria y fecal, enuresis, infecciones del tracto urinario, retención urinaria, constipación, frecuencia urinaria, urgencia miccional, dolor y disconfort vesical5 . En este trabajo se evidenció que nunca los síntomas son únicos, sino que por el contrario los síntomas se mezclan formando un cortejo sintomático. El 100% de los niños de nuestra serie tenían fallas en tratamiento médicos previos; por lo tanto, la neuromodulación se convierte en el eslabón final de la escala terapéutica para dichos pacientes, lo cual implica una responsabilidad grande para el equipo de médicos tratantes, pues en ellos recae la confianza de una familia entera. Se considera el eslabón final porque se interviene de forma directa en el eje neuronal que regula el funcionamiento de los órganos afectados, y es así como se alivian los síntomas mediante la neuromodulación directa de las raíces sacras que modulan los reflejos del plexo pélvico y las raíces nerviosas pudendas que inervan la vejiga, el piso pélvico y el recto16 . El mecanismo exacto de la neuromodulación no se conoce, pero existen varias teorías que explican sus resultados beneficiosos. El estímulo eléctrico modula las vías reflejas implicadas en el vaciamiento y el llenado vesical y/o resetean los umbrales neuronales necesarios para crear los potenciales de acción17 . La efectividad de este tratamiento se ha propuesto como mínimo en un 30%; sin embargo, existen series, como la de Humphreys et al.5 , con 23 pacientes, que reportan alivio de los síntomas en un 68%. En este sentido, nuestra serie, a pesar de ser corta, reporta una mejoría en el 100%, aunque con un seguimiento relativamente corto. Roth et al.15 reportan la mejoría o la resolución de síntomas, como incontinencia urinaria, enuresis, urgencia, frecuencia, retención y constipación, entre el 25 y el 89% en los pacientes tratados con neuromodulación. Podría considerarse que la tasa de fracaso o complicaciones severas en nuestra serie es baja, pues de 3 pacientes que presentaron complicaciones en la segunda fase del procedimiento, 2 fueron tratados exitosamente mediante el cambio y la recolocación del electrodo, y tan solo un paciente requirió explantación del dispositivo, porcentaje que consideramos alentador si se compara con la serie de Roth et al.15 , con 20 pacientes, donde a pesar de su resultado exitoso, 2 de los 20 pacientes requirieron retiro del dispositivo aproximadamente a los 20 meses de tratamiento. Nuestra serie solo posee un paciente con espina bífida, con 300 excelente evolución si se tiene en cuenta que en esta población los resultados no parecen ser alentadores, como lo demuestran Guys et al.18 con más de 30 pacientes, en los que tan solo un paciente presentó mejoría completa de los síntomas. Recientemente fue publicado un estudio clínico multicéntrico, controlado y aleatorizado sobre el uso del dispositivo Interstim® en 33 pacientes mayores de 5 años con incontinencia urinaria secundaria a vejiga neurogénica y/o incontinencia fecal debido a malformaciones congénitas anorrectales. Los resultados demostraron respuesta clínica significativamente mejor en los pacientes en quienes se activó el dispositivo frente a los que permaneció apagado (71% vs 21%, p = 0.001), siendo mayor en la incontinencia urinaria que en la fecal, aunque con altas tasas de éxito (81% vs 24%, p = 0.001, y 78% vs 17%, p = 0.001, respectivamente)1 . Este estudio tiene como limitantes que es una revisión retrospectiva, de un número pequeño de pacientes, con un tiempo corto de seguimiento, y que es la experiencia de un único urólogo en un solo centro de referencia. Sin embargo, confiamos en aumentar nuestra experiencia con un mayor número de casos y de esta forma presentar posteriormente una casuística mayor. Conclusiones Podemos concluir que esta técnica es pionera en el país y abre el camino a los médicos que manejan las disfunciones fecales y miccionales en la población pediátrica, para la utilización de otras estrategias de tratamiento, optimizando así los 2 extremos actuales, el farmacológico y el quirúrgico, con una adecuada relación entre eficacia, seguridad y costeefectividad y mejorando el confort y la calidad de vida del paciente9 . Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Haddad M, Besson R, Aubert D, et al. Sacral neuromodulation in children with urinary and fecal incontinence: A multicenter, open label, randomized, crossover study. J Urol. 2010;184:696---701. A.R. Lopera-Toro et al 2. Baeten CGMI. Status of sacral neuromodulation for refractory constipation. Colorectal Dis. 2011;2 Suppl 13:19---22. 3. Van Balken MR, Vergunst H, Bemelmans BLH. The use of electrical devices for the treatment of bladder dysfunction: A review of methods. J Urol. 2004;172:846---51. 4. De Gennaro M, Capitanucci ML, Mosiello G, et al. Current state of nerve stimulation technique for lower urinary tract dysfunction in children. J Urol. 2011;185:1571---7. 5. Humphreys MR, Vandersteen DR, Slezak JM, et al. Preliminary results of sacral neuromodulation in 23 children. J Urol. 2006;176:2227---31. 6. McGee SM, Routh JC, Granberg CF, et al. Sacral neuromodulation in children with dysfunctional elimination syndrome: Description of incisionless first stage and second stage without fluoroscopy. Urology. 2009;73:641---4, discussion 644. 7. Hoebeke P, Renson C, Petillon L, et al. Percutaneous electrical nerve stimulation in children with therapy resistant nonneuropathic bladder sphincter dysfunction: A pilot study. J Urol. 2002;168:2605---7, discussion 2607-8. 8. Bani-Hani AH, Vandersteen DR, Reinberg YE. Neuromodulation in pediatrics. Urol Clin North Am. 2005;32:101---7 [consultado 19 Feb 2014]. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/ pubmed/15698882. 9. Spinelli M, Sievert K-D. Latest technologic and surgical developments in using InterStim Therapy for sacral neuromodulation: Impact on treatment success and safety. Eur Urol. 2008;54:1287---96 [consultado 22 Ene 2014]. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18336992. 10. Leng WW, Chancellor MB. How sacral nerve stimulation neuromodulation works. Urol Clin North Am. 2005;32:11---8 [consultado 25 Ene 2014]. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih. gov/pubmed/15698871. 11. Daneshgari F, Moy ML. Current indications for neuromodulation. Urol Clin North Am. 2005;32:37---40. 12. Hoebeke P, van Laecke E, Everaert K, et al. Transcutaneous neuromodulation for the urge syndrome in children: A pilot study. J Urol. 2001;166:2416---9. 13. Tanagho EA. Neuromodulation in the management of voiding dysfunction in children. J Urol. 1992;148 2 Pt 2:655---7. 14. Groen L-A, Hoebeke P, Loret N, et al. Sacral neuromodulation with an implantable pulse generator in children with lower urinary tract symptoms: 15-year experience. J Urol. 2012;188:1313---7. 15. Roth TJ, Vandersteen DR, Hollatz P, et al. Sacral neuromodulation for the dysfunctional elimination syndrome: A single center experience with 20 children. Jorunal Urol. 2008;180:306---11. 16. Malaguti S, Spinelli M, Giardiello G, et al. Neurophysiological evidence may predict the outcome of sacral neuromodulation. J Urol. 2003;170 6 Pt 1:2323---6. 17. Koldewijn EL, Rosier PF, Meuleman EJ, et al. Predictors of success with neuromodulation in lower urinary tract dysfunction: Results of trial stimulation in 100 patients. J Urol. 1994;152 6 Pt 1:2071---5. 18. Guys JM, Haddad M, Planche D, et al. Sacral neuromodulation for neurogenic bladder dysfunction in children. J Urol. 2004;172:1673---6. Rev Mex Urol. 2014;74(5):301---307 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO DE REVISIÓN Adenocarcinoma de uraco: ¿qué tanto sabemos? P. Cruz ∗ , M. Ramírez, I. Iborra, J. Rubio, F. Pinto, A. Gómez-Ferrer, A. Collado, J.L. Domínguez, J. Casanova, J.V. Ricós, J.L. Monrós y E. Solsona Servicio de Urología, Instituto Valenciano de Oncología, Valencia, España Recibido el 22 de julio de 2014; aceptado el 18 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 20 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Adenocarcinoma; Vejiga; Uraco Resumen Introducción: El uraco es un remanente embriológico del alantoides. El carcinoma de uraco es una entidad rara, con solo 400 casos descritos en la literatura. La incidencia de este tumor no se conoce debido a su baja frecuencia. El protocolo de estudio y tratamiento ideal no está estrictamente definido. Objetivo: Nuestro objetivo es mostrar y comparar los resultados de 5 series publicadas sobre adenocarcinoma de uraco para comprender la mejor ruta diagnóstica así como el óptimo tratamiento de estos tumores. Hasta la fecha sabemos poco de esta patología, salvo que la cistectomía parcial con exéresis completa del uraco está recomendada como estrategia quirúrgica de inicio. Por este motivo nos planteamos hacer una revisión de la literatura para conocer la etiopatogenia, la clínica y el mejor abordaje terapéutico de esta infrecuente estirpe tumoral. Método: Se realizó una búsqueda de series sobre adenocarcinoma de uraco en los últimos 10 años en PubMed y MDConsult. Se seleccionaron trabajos en español, inglés y francés y se excluyeron reportes de casos. En total se seleccionaron 5 series y se realizó una revisión. Resultados: La mayoría de los tumores de uraco son adenocarcinomas. El diagnóstico definitivo se obtiene mediante análisis histopatológico; la tomografía y la ecografía son útiles y complementarias. El cuadro clínico se caracteriza por hematuria y una masa pélvica palpable en la mayoría de los pacientes. El sistema de estadificación más utilizado es el propuesto por Sheldon. La mayoría de los casos se diagnostican en estadios tardíos, ya que las manifestaciones no aparecen hasta entonces. El tratamiento de elección es la cistectomía parcial con resección en bloque del ombligo y uraco. La radioterapia se puede usar en casos de enfermedad localmente avanzada con resultados en el 30%, mientras que la quimioterapia basada en cisplatino y 5-fluorouracilo puede utilizarse de forma neo y/o adyuvante y como tratamiento de la enfermedad diseminada. La supervivencia en enfermedad metastásica es de alrededor de un año. ∗ Autor para correspondencia. Servicio de Urología, Fundación Instituto Valenciano de Oncología. Camino Santa Teresa 1055, Centro de Especialidades Quirúrgicas, Consultorio 1174. Magdalena Contreras, México D.F. C.P. 10700. Teléfono: +5652 11 57 y 5652 27 02. Correo electrónico: patricio cruzgar@yahoo.com.mx (P. Cruz). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.002 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 302 P. Cruz et al Conclusiones: De ser posible siempre se deberá intentar la exéresis del tumor mediante cistectomía parcial y umbilectomía en bloque, junto con linfadenectomía extendida. Aún no existe un esquema de quimioterapia definitivo, aunque se han buscado diferentes combinaciones. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. KEYWORDS Adenocarcinoma; Bladder; Urachus Urachal carcinoma: What do we know? Abstract Background: The urachus is an embryonic remnant of the allantois. Urachal carcinoma is a rare entity, with only 400 cases described in the literature. The incidence of this tumor is not known due to its low frequency, and its study protocol and ideal treatment are not strictly defined. Aims: Our aim was to show and compare the results of 5 published series on adenocarcinoma of the urachus in order to understand the best diagnostic course and optimum treatment for these tumors. At present, very little is known of this pathology, except that partial cystectomy with complete exeresis of the urachus is recommended as the initial surgical strategy. We therefore decided to carry out a review of the literature in order to know the etiopathogenesis, clinical manifestations, and best therapeutic approach with respect to this rare tumor. Methods: A search of the PubMed and MDConsult databases covering the last 10 years was carried out for series that have analyzed adenocarcinoma of the urachus. Studies in Spanish, English, and French were selected, excluding case reports. A total of 5 series were selected and reviewed. Results: The majority of urachal tumors are adenocarcinomas. The definitive diagnosis is made through histopathologic analysis, with tomography and ultrasound being useful complementary studies. Clinical symptoms are characterized by haematuria and a palpable pelvic mass in the majority of patients. The most widely used staging system is that proposed by Sheldon. The majority of cases are diagnosed in late stages because the manifestations do not appear until then. The treatment of choice is partial cystectomy with en bloc resection of the urachus and umbilicus. Radiotherapy may be used in cases of locally advanced disease, with results in 30% of the patients. Chemotherapy based on cisplatin and 5-fluorouracile can be used as neoadjuvant and/or adjuvant therapy and as treatment for disseminated disease. Survival of the patient with metastatic disease is about one year. Conclusions: Whenever possible, complete exeresis of the tumor should be attempted through partial cystectomy and en bloc resection of the urachus and umbilectomy, together with extended lymph node dissection. Despite the search for different combinations, a definitive chemotherapy regimen has yet to be established. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción Begg describió el carcinoma de uraco en 1931 por primera vez1 . Debido a su baja frecuencia, hoy en día el adenocarcinoma de uraco no es una patología contemplada en las guías clínicas norteamericanas o europeas. Hasta la fecha sabemos poco de esta patología, salvo que la cistectomía parcial con exéresis completa del uraco está recomendada como estrategia quirúrgica de inicio. Por este motivo nos planteamos hacer una revisión de la literatura para conocer la etiopatogenia, la clínica y el mejor abordaje terapéutico de esta infrecuente estirpe tumoral. Actualmente no existe un protocolo terapéutico que muestre cuál es la forma más adecuada para abordar y tratar a este tipo de tumor. Con la información que se cuenta hasta el momento se pueden hacer estimaciones acerca de los resultados. Sin embargo, es importante consolidar los datos y resultados que se obtienen en cada caso con la intención de establecer principios de tratamiento. Método Se realizó una búsqueda en la base de datos Pubmed® según los términos «Urinary Bladder Neoplasms» [Mesh] AND urachal carcinoma. Se excluyen los trabajos de lengua diferente a la inglesa, francesa o española y los casos clínicos aislados. Se seleccionaron un total de 5 trabajos, sobre los que se redactó el presente artículo. Embriología El uraco es un remanente embriológico del alantoides que se identifica como una estructura o cordón fibroso que va del Adenocarcinoma de uraco: ¿qué tanto sabemos? ombligo a la cúpula vesical y que normalmente se encuentra obliterado a partir del nacimiento, convirtiéndose en el ligamento umbilical. Durante la embriogénesis, el uraco se forma cuando la cloaca se divide en su parte anterior en el seno urogenital, que posteriormente se transformará en la vejiga y los órganos sexuales, y en la parte posterior formando el recto. Conforme crece el feto, la vejiga desciende hacia la cavidad pélvica guiada por esta estructura, que se obliterará creando el ligamento uracal o uraco2---5 . El uraco está compuesto por 3 capas: urotelio, tejido conectivo y una capa externa de tejido muscular liso. El proceso maligno puede iniciarse en cualquiera de estas estructuras y su origen puede ser mesenquimatoso o epitelial3 . Hasta en un tercio de los adultos el uraco puede no estar obliterado después del nacimiento y persistir en forma de quiste o como un conducto que comunica el ombligo con la vejiga5 . Los tumores de uraco se pueden definir estrictamente como adenocarcinomas vesicales que se originan del remanente uracal6 . Epidemiología El carcinoma de uraco en su mayoría es un subtipo histológico del adenocarcinoma vesical que corresponde a menos del 1% de todos los tumores vesicales y hasta al 35% de los adenocarcinomas vesicales4 . Los tumores de uraco son en su mayoría adenocarcinomas7 . Debido a su baja frecuencia, la incidencia es difícil de calcular. El carcinoma de uraco se presenta con mayor frecuencia en hombres de edad media, entre la 5.a y 6.a décadas de la vida2 . No existen factores de riesgo identificados para el desarrollo de estos tumores, y se ha descartado la posibilidad de que un uraco permeable sea factor predisponente para la aparición de carcinoma uracal. A diferencia de los tumores uroteliales, el tabaquismo y la exposición a sustancias químicas no se han relacionado con este cáncer. Existen menos de 400 casos reportados en la literatura desde su primera descripción en 1931, y la conducta diagnóstica y terapéutica ideal aún es poco clara. Clasificación histopatológica De acuerdo con una serie de la Clínica Mayo, los adenocarcinomas son el tipo histológico más frecuente en los tumores de uraco, alcanzando el 90%. De los adenocarcinomas, un 63.6% son productores de mucina, también llamados entéricos, y el 4.5% pueden presentar componente de células transicionales, o bien un patrón mixto microcítico, de células transicionales y adenocarcinoma en un 2.2%. El 4% son uroteliales puros, el 4% sarcomatosos y hasta en el 2% de los casos pueden ser indiferenciados7 . Con base en esta información, los tumores de uraco podrían tratarse de acuerdo con su origen con una respuesta más favorable a los esquemas de quimioterapia para cada estirpe histológica. El origen histológico de estos tumores se atribuye a 2 teorías propuestas. La primera sugiere la presencia de remanentes embriológicos de origen entérico que persisten en la cloaca durante el desarrollo embrional. La segunda propone un origen metaplásico a partir de cistitis glandularis 303 que se puede presentar incluso en vías urinarias altas o en vejigas extróficas, aun cuando el epitelio urotelial sea normal2,4 . Clínica Debido a su curso silente, con frecuencia los tumores de uraco se encuentran en un estadio avanzado en el momento de diagnosticarse. Esto se atribuye a que la infiltración neoplásica avanza desde un origen extravesical hacia la vejiga, y no es hasta que logra infiltrarla totalmente que se manifiesta clínicamente. La hematuria (microscópica o macroscópica) es el síntoma predominante, y se observa hasta en el 85%. Otros signos y síntomas que pueden aparecer son el dolor en la región periumbilical en el 8.5%, secreción fétida o sanguinolenta por el ombligo, una masa palpable en el 17%, secreción mucosa por uretra en el 17%, infecciones urinarias de repetición o síntomas urinarios irritativos y obstructivos1,8 . En ocasiones los síntomas pueden ser suficientemente sugestivos o sospechosos de un tumor de uraco; a pesar de esto, existen otros casos en los que el diagnóstico definitivo puede llegar a ser muy complejo. Diagnóstico En el estudio cistoscópico, el hallazgo más frecuente es el de una masa tumoral localizada en la cúpula vesical o en la pared anterior (91.5%). Estas localizaciones son altamente sugestivas de un origen uracal. Los tumores pueden ser macroscópicamente polipoides o ulcerados. Los estudios de imagen más útiles para el diagnóstico inicial de estos tumores son la tomografía axial computarizada con contraste, la resonancia magnética nuclear y el ultrasonido. El hallazgo tomográfico más frecuente es la presencia de calcificaciones intravesicales, y se observa hasta en el 70%9 . En la cistografía se pueden encontrar defectos de llenado o calcificaciones en la cúpula vesical. La citología urinaria es positiva en el 38% aproximadamente8 . Cuando el origen de estos tumores es entérico, puede existir elevación del antígeno carcinoembrionario. También se ha visto aumento de los niveles del Ca 19-9 y del Ca-125 en algunos pacientes; sin embargo, estos no se consideran útiles para el diagnóstico o seguimiento10 . El uso de tinciones histológicas ayuda en ocasiones al diagnóstico patológico definitivo. En la serie de Gopalan et al.3 las tinciones inmunohistoquímicas con marcadores para citoqueratina 20 (CK20) y el gen CDX-2 fueron positivas en el 100% de tumores de uraco, mientras que citoqueratina 7 (CK7) fue positivo en el 50%. En un análisis inmunohistoquímico realizado de 39 adenocarcinomas de uraco se observaron diferentes niveles de expresión para los siguientes marcadores inmunohistoquímicos: p63 (3%), CK7 (50%), CK20 (100%), gen CDX2 (85%), catenina- nuclear (6%), claudina-18 (53%) y Reg IV (85%)11,12 . La utilidad de las pruebas inmunohistoquímicas permite diferenciar un adenocarcinoma de origen colónico de uno vesical, ya que, de acuerdo con Wang et al.13 , la expresión de la catenina-  nuclear es específica para los adenocarcinomas colorrectales, mientras que la expresión de CK20 se da en el 100% de los adenocarcinomas de uraco. 304 P. Cruz et al Tabla 1 Criterios diagnósticos alternos para diagnóstico de cáncer de uraco según el M.D. Anderson Cancer Center 1. Localización en el domo vesical o en la línea media de la vejiga 2. Clara delimitación del tumor y el urotelio sano Criterios que apoyan el diagnóstico Histología de origen entérico Ausencia de displasia urotelial Ausencia de cistitis quística o cistitis Ausencia de adenocarcinoma primario en algún otro órgano Fuente: Siefker-Radtke2,16 . Tabla 2 I II Clasificación de Sheldon para tumores de uraco Sin invasión por debajo de la mucosa uracal Invasión confinada al uraco III A B C D Extensión local Vejiga Pared abdominal Peritoneo Otros órganos A B Metástasis Ganglios regionales A distancia IV Estadificación y factores pronósticos La identificación de factores clínicos y patológicos, como la localización del tumor, la delimitación del mismo con urotelio sano y la ausencia de otro adenocarcinoma localizado en algún otro sitio que se pudiera diseminar a la vejiga, son hechos importantes al momento de realizar el diagnóstico14 . Inicialmente, Sheldon et al.4 y Mostofi et al.15 establecieron los criterios diagnósticos para el carcinoma de uraco. Estos criterios han sido cuestionados, ya que no siempre es posible cumplir con todos ellos, aun cuando los hallazgos sugieran un carcinoma de uraco. Es por esto que siempre que se encuentre un adenocarcinoma vesical por vía endoscópica, con un origen poco claro, es necesario descartar un posible carcinoma de uraco. El M.D. Anderson Cancer Center ha utilizado criterios diagnósticos más prácticos basándose en los previos16 (tabla 1) y también ha propuesto que el hallazgo patológico de cistitis quística en el tumor, displasia urotelial o una histología más clásica de cáncer urotelial deban hacer pensar en un tumor diferente a uno de uraco2 . Aunque no existe ningún sistema validado para la estadificación de estos tumores, el más conocido es el propuesto por Sheldon (tabla 2)2,4,7 . La clasificación TNM, que se utiliza para estadificar los tumores vesicales, no siempre es de utilidad para muchos centros debido a que los tumores de uraco tienen su origen en una localización extravesical y la infiltración hacia la vejiga se da de forma secundaria o incluso puede llegar a estar ausente. Otras clasificaciones que han sido propuestas son la de Ontario17 y la de la Clínica Mayo (tabla 3)8 . Desgraciadamente, la gran mayoría de estos tumores son diagnosticados en estadios III/IV, ya que los síntomas Tabla 3 Clasificación de la Clínica Mayo Estadio I Estadio II Estadio III Estadio IV Tumores confinados al uraco y/o a la vejiga Tumores que infiltran de uraco a vejiga o viceversa Tumores que infiltran los ganglios regionales Tumores que infiltran ganglios a distancia o metástasis comienzan a manifestarse una vez que el tumor se encuentra avanzado. El grado de diferenciación ha sido motivo de controversia, ya que, de acuerdo con Pinthus et al.17 , la supervivencia cáncer-específica a 5 años es del 90% en aquellos pacientes con tumores bien diferenciados tratados con cirugía, mientras que los pacientes que se encuentran en un estadio IIIc-IIId, es decir, con tumores poco diferenciados, tienen un riesgo más alto de recaída únicamente con el tratamiento quirúrgico10,18 . Johnson et al.14 , por su parte, concluyeron que ni el tipo histológico (adenocarcinoma coloide vs adenocarcinoma entérico), ni el grado de diferenciación ni la presencia o ausencia de células en anillo de sello se correlacionan con el pronóstico. Ashley et al.8 observaron que los factores que se correlacionaban con una menor supervivencia eran los márgenes quirúrgicos positivos, el alto grado, la presencia de ganglios, las metástasis al diagnóstico, el estadio avanzado, la cirugía sin inclusión del ombligo y el tratamiento inicial con radioterapia. En este estudio, los factores relacionados significativamente con la supervivencia fueron el estadio, el grado de diferenciación y el estado de los márgenes tumorales. En el estudio de la Clínica Mayo se utilizó la clasificación TNM para tumores vesicales, y obtuvieron la supervivencia específica de cada estadio. La supervivencia por estadios fue la siguiente: estadio i (> 10 años), estadio ii (7.5 años), estadio iii (1-2 años) y estadio iv (< 2 años)7 . Tratamiento Hoy en día, el tratamiento de elección es la cistectomía parcial con resección completa del uraco y el ombligo en bloque. En distintos estudios se ha visto que la supervivencia con la cistectomía parcial es semejante a la de la cirugía radical, por lo que el manejo deberá ser siempre con la intención de preservar la vejiga8,19,20 . Este tipo de resección permite hacer una exéresis en bloque del complejo ombligo-uraco-vejiga. La resección incompleta del uraco o del ombligo da origen a una mayor posibilidad de recidiva. En aquellos casos en que no es factible alcanzar márgenes negativos con la cistectomía parcial deberá hacerse una cistectomía radical. La radioterapia se ha utilizado en casos con márgenes positivos, o bien en los casos irresecables quirúrgicamente. En estos últimos la supervivencia media es únicamente de 19.5 meses7 . En la actualidad no hay evidencia que apoye la radioterapia o la quimioterapia como la mejor opción de tratamiento adyuvante8 . La presencia de micrometástasis empeora significativamente el pronóstico, por lo que se hace necesaria la 65 24 49 66 42 Meeks. (2013)21 1979-2011 Gopalan et al. (2009)3 1984-2005 Molina et al (2007)7 1950-2003 Ashley et al. (2006)8 1951-2004 SiefkerRadtke et al. (2003)10 1985-2001 NE Adenocarcinoma (100%) Adenocarcinoma puro (89.7%) Adenocarcinoma productor de mucina (63%) Adenocarcinoma + urotelial (4.5%) Adenocarcinoma (54%) Adenocarcinoma variante entérica (37.5%) Adenocarcinoma (95%) Histología Hematuria (82%) Dolor suprapúbico (24%) Síntomas miccionales (12%) NE Hematuria (85%) Mucinuria (17%) Masa palpable (17%) Hematuria (58%) Hematuria (75%) Síntoma principal NE Masa visible (82%) Masa en domo (91.5%) Masa en domo (100%) NE Hallazgo cistoscópico Linfadenectomía CP (66%) CR (17%) Umbilectomía (54%) CP (70%) CR (21%) Umbilectomía (54%) EBRT (9%) 54% N+ 14% NE CP + umbilectomíaNE + RB (91.5%) CR (8.5%) CP + umbilec79% tomía + RB n + 16% (77%) LDN (79%) CP ± LDN 58.3% pélvica (37.5%) CP + umbilectomía + RB ± LDN (45.8%) CR (8.3%) Tratamiento inicial Hueso (50%) Pulmón (46%) Hígado (27%) Columna (23%) Ganglios (19%) 59% Pulmón (50%) Ganglios (46%) Hueso (30%) Intestino (30%) Cerebro (20%) A distancia (37.5%) NE Metástasis III: 64% IVa: 12% IVb: 17% (Mayo) I: 42% II: 29% III: 9% IV: 20% I: 0% II: 8.3% IIIa: 33% IIIb: 45.8% IIIc: 4.1% IVa: 4.1% IVb: 4.1% NE NE Estadio 12.5% NE Rt 17% 5FU + Leu + Gem + Cis (6) 5-FU + IFN + Cis (3) MVAC (5) Paclitaxel (5) Ifosfamida (1) 10/49 (20.5%) 20.5% 5-FU (2) 5-FU + Cis (1) 5FU + Lom + Vin (1) Taxol + Cis (2) Plat + Eto + MVAC (3) Cisplatino (100%) Paclitaxel (50%) Doxorubicina (33%) 25% NE Quimioterapia adyuvante 40% a 5 años 49% a 5 años I/II: 10.8 años IV: 1.3 años (TNM) 71% a 43 meses 10% a 5 años Supervivencia Cis: cisplatino; CP: cistectomía parcial; CR: cistectomía radical; EBRT: radioterapia de haz externo; Eto: etopósido; LDN: linfadenectomía; Lom: lomustina; MVAC: metotrexato, vinblastina, doxorubicina y cisplatino; N+: linfadenectomía positiva; NE: no especificado; Plat: platino; RB: resección en bloque; Vin: vincristina. Pacientes (n) Compendio de datos de los 5 estudios Publicación Tabla 4 Adenocarcinoma de uraco: ¿qué tanto sabemos? 305 306 linfadenectomía pélvica por su importante valor pronóstico y terapéutico. El papel de la linfadenectomía es importante, ya que se ha visto que la presencia de micrometástasis ganglionares conlleva cifras de supervivencia menores a 25 meses posteriores al diagnóstico. El principal sitio de drenaje del uraco son los ganglios de las venas y arterias iliacas externas. Por este motivo, la extensión de la linfadenectomía debe ser la misma que para una cistectomía radical habitual, es decir, la exéresis de iliacos comunes, iliacos externos e internos, obturadores y presacros. Siefker-Radtke et al. encontraron que la presencia de adenopatías positivas se correlaciona con la supervivencia, por lo que se debe considerar la linfadenectomía extendida en todos los casos16,20 . En los pacientes con ganglios sospechosos en los estudios de imagen puede plantearse la posibilidad de quimioterapia neoadyuvante, aunque la evidencia a este respecto es escasa2 . Con lo antes mencionado, el tratamiento adyuvante con quimioterapia es imprescindible en todos los casos con ganglios regionales positivos21 . En la serie de Molina et al.7 , 49 pacientes recibieron tratamiento con quimioterapia en casos localmente avanzados o metastásicos. Utilizaron distintos esquemas de quimioterapia, como 5-fluorouracilo (5-FU); 5-FU y cisplatino; 5-FU, lomustina y vincristina; taxol y cisplatino; platino y etopósido, y MVAC solo o en combinación con radioterapia. La mayor supervivencia se observó con la combinación de 5-FU, lomustina y vincristina, con un periodo de enfermedad estable de 22 meses en un solo paciente. El 71% de los pacientes con un régimen con platino observaron respuesta parcial o enfermedad estable. La radioterapia en combinación con la quimioterapia mostró una media de supervivencia de 21 meses. Ashley et al.8 administraron quimioterapia adyuvante basada en cisplatino al 100% de los pacientes con ganglios positivos o márgenes positivos, paclitaxel en el 50% y doxorubicina en el 33%. No encontraron ninguna diferencia significativa en la supervivencia cáncer-específica con el uso de alguna quimioterapia adyuvante. Desafortunadamente, las series, tanto de quimioterapia adyuvante como terapéutica, tienen un número de casos muy limitado, los esquemas terapéuticos son muy variables y no aportan ningún nivel de evidencia. Al momento, parece que los esquemas para tratar este tipo de tumores deberían incluir taxanos y los regímenes empleados en tumores gastrointestinales. En la tabla 4 se muestran los datos resumidos de los 5 estudios en los que basamos esta revisión. En el M.D. Anderson Cancer Center se ha llevado a cabo un estudio en fase ii para tratar con 5-fluorouracilo, leucovorin, gemcitabina y cisplatino (Gem-FLP) a pacientes con adenocarcinoma vesical y de uraco metastásicos, donde la supervivencia media es de 24 meses comparada con los 12 meses de otras series2 . Si estos resultados se confirman podrían convertir este esquema en el tratamiento estándar de esta enfermedad. Pronóstico En general, la agresividad de estos tumores es característica y la supervivencia posterior al tratamiento no es muy P. Cruz et al alentadora. La supervivencia a 5 años es del 40 al 49% según distintas series7,10,11,22 . Henley et al.19 observaron una supervivencia global del 43% a 5 años en 34 pacientes que fueron tratados con cistectomía parcial y umbilectomía radical. En el trabajo de Ashley et al.8 la mediana de tiempo de aparición de recidivas locales fue de 4.8 meses. Estas recidivas en pacientes que han sido operados aparecen en la pelvis, la vejiga y la pared abdominal3,7 . En más del 50% de los casos se presentan metástasis. Las metástasis están presentes en el momento del diagnóstico inicial en el 30% de los pacientes y se localizan comúnmente en ganglios iliacos externos (que corresponden al sitio principal de drenaje linfático del uraco), hueso, pulmón y peritoneo. Los pacientes que presentan metástasis tienen una supervivencia cáncer-específica menor a un año11 . Con la información del estudio de la Clínica Mayo, con 42 pacientes y un seguimiento medio de 62 meses se observó una diferencia en la supervivencia global de 12 años en enfermedad en estadios tempranos vs 1.7 años en enfermedad avanzada. En la misma serie se observó que los pacientes en estadios i/ii tienen una supervivencia de 10.8 años (IC 95%, 6.9 a 12 años) comparado con una media de supervivencia de 1.3 años en aquellos con enfermedad metastásica (IC 95%, 1.1 a 1.9 años). De acuerdo con la serie presentada por el M.D. Anderson Cancer Center, la supervivencia global media observada en 42 pacientes con carcinoma de uraco fue de 42 meses con un seguimiento medio de 49 meses, con un 40% de sobrevivientes a los 5 años. De estos 42 pacientes, el 17% presentaban metástasis al momento del diagnóstico. De los que recibieron manejo quirúrgico, el 84% tenían enfermedad localmente avanzada con afectación de la vejiga, pared abdominal u órganos adyacentes (iii) y el 16% presentaban afectación ganglionar al momento de la cirugía (iv). La extensión del cáncer, la afectación ganglionar y la positividad de márgenes correlacionó significativamente con la supervivencia. En esta serie, el tiempo medio de progresión fue de 29 meses. Los sitios de metástasis más comunes fueron hueso (50%), columna (23%), pulmón (46%), hígado (27%), ganglios (19%) y cerebro (19%). El tiempo medio hasta la aparición de las metástasis fue de 24 meses. El tiempo promedio de supervivencia tras el diagnóstico de metástasis fue de 29 meses (2 a 100 meses). La supervivencia no se relacionó con el sitio de metástasis10 . De los pacientes que presentaron enfermedad metastásica (26 pacientes), 20 recibieron quimioterapia de rescate con una supervivencia de 20 meses a partir del primer ciclo. La mayoría de los pacientes que respondieron recibieron 5-fluorouracilo y cisplatino. Conclusión El carcinoma de uraco es una entidad infrecuente, de la cual aún se conoce poco sobre su comportamiento y tratamiento ideal. El cuadro clínico debe hacer sospechar la posibilidad de un tumor de estas características, y el manejo deberá ser agresivo y oportuno para lograr una supervivencia prolongada. En todo caso, se deberá intentar la exéresis del tumor mediante cistectomía parcial y umbilectomía en bloque, junto con linfadenectomía extendida. Aún no existe un Adenocarcinoma de uraco: ¿qué tanto sabemos? esquema de quimioterapia definitivo, aunque el que mejores resultados ha dado es la combinación de 5-fluorouracilo con cisplatino y taxanos. Consideramos importante continuar reportando casos y el análisis de series para en un futuro poder protocolizar la conducta en estos casos. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Begg RC. The urachus: Its anatomy, histology and development. J Anat. 1930;64:170---83. 2. Siefker-Radkte A. Urachal adenocarcinoma: A clinician’s guide for treatment. Sem Onc. 2012;39:619---24. 3. Gopalan A, Sharp DS, Fine SW, et al. Urachal carcinoma. Am J Surg Pathol. 2009;33:659---68. 4. Sheldon CA, Clayman RV, Gonzalez R, et al. Malignant urachal lesions. J Urol. 1984;131:1. 5. Schubert GE, Pavkovic MB, Bethke-Bedurftig BA. Tubular urachal remnants in adult bladders. J Urol. 1982;127:40---2. 6. Reuter V. The Urothelial Tract: Renal Pelvis, Ureter, Urinary Bladder and Urethra. Philadelphia: Lippincott Williams and Wilkins; 2004. p. 2062---3. 7. Molina JR, Quevedo JF, Furth AF, et al. Predictors of survival from urachal cancer. A Mayo Clinic study of 49 cases. Cancer. 2007;110:2434---40. 8. Ashley RA, Inman BA, Sebo TJ, et al. Urachal carcinoma: Clinicopathologic features and long term outcomes of an aggressive malignancy. Cancer. 2006;107:712---20. 307 9. Thali-Schwab CM, Woodward PJ, Wagner BJ. Computed tomographic appearance of urachal adenocarcinomas: Review of 25 cases. Eur Radiol. 2005;15:79. 10. Siefker-Radtke AO, Gee J, Shen Y, et al. Multimodality management of urachal carcinoma: The M.D. Anderson experience. J Urol. 2003;169:1295---8. 11. Peugniez C, Ghoneim T, Leroy X. Les cancers de l’ouraque. Bull Cancer. 2013;100:509---17. 12. Paner GP, McKenney JK, Barkan GA, et al. Immunohistochemical analysis in a morphologic spectrum of urachal epithelial neoplasms: Diagnostic implications and pitfalls. Am J Surg Pathol. 2011;35:787---98. 13. Wang HL, Lu DW, Yerian LM, et al. Immunohistochemical distinction between primary adenocarcinoma of the bladder and secondary colorectal adenocarcinoma. Am J Surg Pathol. 2001;25:1380---7. 14. Johnson DE, Hodge GB, Abdul Karim FW, et al. Urachal carcinoma. Urology. 1985;26:218. 15. Mostofi FK, Thomson RV, Dean AL Jr. Mucous adenocarcinoma of the urinary bladder. Cancer. 1955;8:741---58. 16. Siefker-Radtke AO. Urachal carcinoma: Surgical and chemotherapeutic options. Expert Rev Anticancer Ther. 2006;6: 1715---21. 17. Pinthus JH, Haddad R, Trachenberg J, et al. Population based survival data on urachal tumors. J Urol. 2006;175: 2042---7. 18. Herr HW, Bochner BH, Sharp D, et al. Urachal carcinoma: Contemporary surgical outcomes. J Urol. 2007;178: 74---8. 19. Henley DR, Farrow GM, Zincke H. Urachal cancer: Role of conservative surgery. Urology. 1993;42:635---9. 20. Herr HW. Urachal carcinoma: The case for extended partial cystectomy. J Urol. 1994;151:365---6. 21. Meeks JJ, Herr HW, Bernstein M, et al. Preoperative accuracy of diagnostic evaluation of the urachal mass. J Urol. 2013;189:1260---2. 22. Wright JL, Porter MP, Li CI, et al. Differences in survival among patients with urachal and nonurachal adenocarcinomas of the bladder. Cancer. 2006;107:721---8. Rev Mex Urol. 2014;74(5):308---312 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Priapismo de bajo flujo como manifestación inicial de leucemia mieloide crónica O.A. Magaña-Bustamante ∗ , J. Becerra-Cardenas, G. Chavez-Delgado, M. Segura-Ortega, E.A. Chavez-Solis, C.A. Monterrosas-Minutti y G.F. Vargas-Martínez Servicio de Urología, Hospital Civil de Guadalajara «Fray Antonio Alcalde», Guadalajara, México Recibido el 2 de septiembre de 2014; aceptado el 19 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 20 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Priapismo; Priapismo secundario a leucemia; Priapismo como presentación inicial de leucemia mieloide KEYWORDS Priapism; Priapism secondary to leukemia; Priapism as initial presentation of myeloid leukemia Resumen El priapismo es una emergencia urológica, descrita por Hinman en 1914, definida como erección dolorosa y persistente mayor a 4 h sin relación a estímulos sexuales, la cual no sevresuelve con la eyaculación. Nuestro objetivo fue la presentación de caso y revisión de la literatura. Masculino de 32 años de edad, el cual presenta historia de erección de 24 h de evolución, antecedente de alcoholismo, tabaquismo y cocaína, última ingesta hace 48 h. Se realiza aspiración con aguja fina e irrigación de cuerpos cavernosos, la cual no es exitosa, seguido por un procedimiento de Winter con respuesta parcial y gasometría con patrón isquémico persistente. Realizamos procedimiento de Al-Ghorab con completa detumescencia, encontrando evidencia gasométrica de cortocircuito arteriovenoso. El hemograma revela leucemia mieloide aguda. A pesar de existencia de guías clínicas para manejo de priapismo secundario a leucemia, la eficacia depende del tiempo de instauración del priapismo. La pronta restauración del flujo sanguíneo, independientemente de la etiología del priapismo, es mandatorio para evitar el daño isquémico y secuelas. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Low-flow priapism as initial manifestation of chronic myeloid leukemia Abstract Priapism is a urologic emergency described by Hinman in 1914 and is defined as a painful erection without sexual stimuli lasting more than 4 hours and not resolved by ejaculation. Our aim was to present a case and to carry out a review of the literature. A 32-year-old man presented with an erection of 24-hour progression. He had a history of alcoholism, smoking, and cocaine use, having ingested the latter 48 hours prior. Fine needle aspiration and irrigation of the corpora cavernosa were carried out without success, followed by a Winter procedure ∗ Autor para correspondencia. Calle Fray Antonio de Segovia 531 Interior 11, Colonia Universitaria Guadalajara, Jalisco, México, CP 44840. Teléfono: +3334931177. Correo electrónico: mabo860527@gmail.com (O.A. Magaña-Bustamante). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.003 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Priapismo de bajo flujo como manifestación inicial de leucemia mieloide crónica 309 with partial response, and gasometry with a persistent ischemic pattern. The Al-Ghorab procedure with complete detumescence was performed finding gasometric evidence of arterial/venous short circuit. Hemogram revealed acute myeloid leukemia. Despite the existence of clinical guidelines for the management of priapism secondary to leukemia, efficacy depends on the instauration time of the priapism. Rapid restoration of the blood flow, regardless of the etiology of the priapism, is mandatory for preventing ischemic damage and sequelae. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Antecedentes La palabra priapismo proviene del griego priapus, dios afligido por un falo en erección desde el nacimiento. El priapismo fue descrito por primera vez en 1914 por Hinman como una trombosis de las venas del cuerpo cavernoso; esta hipótesis fue ampliada por su hijo, quien describió sangre oscura y viscosa en los cuerpos de un pene con priapismo, sugiriendo estasis vascular y una reducción del retorno venoso explicando en parte la fisiopatología del priapismo1 . El priapismo es definido como la erección involuntaria, dolorosa y persistente de más de 4 h, la cual no tiene relación con estímulo sexual y no se resuelve con la eyaculación. Clasificado principalmente como de bajo flujo (venooclusivo o isquémico) y de alto flujo (arterial o no isquémico), en el 3050% de los casos es idiopático. Las opciones terapéuticas y la urgencia con que deben ser aplicadas difieren en cada tipo de priapismo, por lo que es fundamental su diferenciación (tabla 1). El priapismo puede ocurrir a cualquier edad y se identifican 2 picos principales: de los 5-10 años, principalmente en la raza negra en asociación a anemia de células falciformes, y el segundo pico entre los 20-50 años, el 64% de origen idiopático y solo el 20% relacionados con trastornos hematológicos concomitantes, de los cuales hasta el 50% de los casos se relacionan con leucemia. Se han descrito 4 distintos mecanismos: a) congestión venosa de los cuerpos cavernosos secundario a compresión mecánica de las venas abdominales por esplenomegalia; b) depósito o aglutinación de células leucémicas en los cuerpos cavernosos y venas dorsales del pene; c) infiltración de nervios sacros por células leucémicas, y d) infiltración del sistema nervioso central2 . Objetivo Presentación de caso de priapismo de bajo flujo como manifestación inicial de leucemia mieloide crónica, su manejo y evolución, así como una revisión de la literatura actual acerca del diagnóstico y manejo de estos pacientes. Presentación de caso Paciente masculino de 32 años el cual acude al departamento de urgencias por presentar erección dolorosa y persistente de más de 24 h de evolución. Antecedentes: tabaquismo 10 cigarrillos/día por 10 años, alcoholismo semanal hasta la embriaguez, marihuana y cocaína por 10 años, último consumo de cocaína 48 h previo al cuadro clínico, resto negado. A la exploración física destaca palidez mucotegumentaria, abdomen plano, con esplenomegalia de 10 cm por debajo del reborde costal, no dolorosa, genitales con pene en erección, doloroso a la palpación, glande flácido con disminución de la sensibilidad. Laboratorio: Hb 10.5 g/dl, Hto 32%, WBC 92,1 miles/ml, PLT 529 miles/ml, TP 13.2 s, TTPa 27.9 s; se realiza toma de gasometría peneana, Figura 1 A) Imagen de microscopia de la médula ósea a la tinción de Giemsa la cual muestra excesiva celularidad de la serie granulocítica. B) La magnificación con aceite de inmersión muestra el predominio de hiperplasia mieloide. 310 Tabla 1 O.A. Magaña-Bustamante et al Causas de priapismo Idiopático o primario Secundario 1. Alteraciones hematológicas • Anemia de células falciformes • Leucemia • Trombocitopenia • Trombocitemia • Otras (mieloma múltiple, talasemia, policitemia, anemia hemolítica congénita no esferocítica) 2. Disfunciones neurológicas • Esclerosis múltiple • Tabes dorsal • Hernia discal • Mielitis transversa • Rotura de aneurisma intracraneal • Traumatismo cerebral o medular • Enfermedades urológicas (fimosis, condiloma acuminado, uretritis, prostatitis. . .) 3. Medicamentos y drogas • Inyección intracavernosa de fármacos vasoactivos: papaverina, antagonistas alfa (fenoxibenzamina, fentolamina, nicergolina), PG E1 • Psicofármacos: fenotiacinas, trazodona, clonazepam • Antihipertensivos: prazosina, guanetidina, hidralazina • Anticoagulantes • Anestésicos • Miscelánea: labetalol, tolbutamida, andrógenos, HCG, corticoides, alcohol, marihuana 4. Causas locales • Traumatismos perineales y/o peneanos • Neoplasias • Inflamaciones urogenitales Los leucocitos y una porcion de eritrocitos y plaquetas son removidos Plasma y remanente celular son retenidos. La sangre es centrifugada en un separador celular. Bomba Calentador La sangre es recolectada en una bolsa de donacion regular. Infusion de la sangre procesada a traves de un cateter antecubital. Extraccion de 1-1.5l de sangre en la fosa antecubital. Figura 2 féresis. Representación esquemática del proceso de leuco- sangre hiperviscosa, lográndose la remisión completa de la erección y el alivio sintomático el paciente. La gasometría de control muestra pH 7.4, PCO2 35 mmHg, PO2 54 mmHg, HCO3 21.7 mmol/l, sat 88%, con lo cual se infiere una muestra de sangre mixta correspondiente al cortocircuito arteriovenoso (tabla 2). Ante la sospecha de un síndrome mielodisplásico se consulta con el servicio de hematología, quienes realizan biopsia por aspiración de médula ósea, reportándose excesiva celularidad de la serie granulocítica sugestiva de una leucemia granulocítica en fase crónica (fig. 2), iniciando tratamiento con hidroxiurea e imatinib. El paciente evoluciona favorablemente sin nuevos episodios de priapismo, por lo que es egresado al séptimo día (figs. 3 y 4). Durante su seguimiento el paciente refiere afectación de la función eréctil con un puntaje del IIFE-5 de 12 puntos (fig. 5). 5. Enfermedades infecciosas • Tularemia • Hidrofobia • Parotiditis • Ricketsiosis 6. Trastornos metabólicos • Enfermedades de Fabri • Amiloidosis • Diabetes tipo 1 Fuente: Paladino2 . obteniendo muestra sanguínea de aspecto oscuro y espesa, no apta para determinación de gases. Se inicia hidratación intravenosa, manejo analgésico con antiinflamatorios no esteroideos, y bajo bloqueo dorsal del pene se realiza irrigación de cuerpos cavernosos con solución de fenilefrina 10 mg/l mediante aguja fina sin observar adecuada respuesta, por lo que se realiza procedimiento de Winter obteniendo alivio del dolor y detumescencia parcial del pene. Durante las primeras 4 h de estancia hospitalaria el paciente presenta recurrencia del priapismo asociado a dolor importante, por lo que se decide realizar la derivación quirúrgica caverno-esponjosa distal (Al-Ghorab) (fig. 1), encontrando cuerpos cavernosos con abundantes coágulos y Figura 3 Evolución del paciente posterior al retiro de la sonda transuretral al segundo día de la cirugía. Priapismo de bajo flujo como manifestación inicial de leucemia mieloide crónica 311 Figura 4 Evolución del paciente al décimo día posquirúrgico; el glande del paciente muestra una pequeña escara en el sitio de incisión a través de la cual se realizó el abordaje de los cuerpos cavernosos. Figura 5 Se muestra la evolución del paciente Tercera semana del posquirúrgico; ha cicatrizado completamente y solo se aprecia una leve depresión del glande. Tabla 2 Resultados del análisis de gases de la sangre de cuerpos cavernosos en priapismo isquémico Fuente Priapismo isquémico (cuerpos cavernosos) Sangre arterial normal Sangre venosa mixta PO2 (mmHg) PCO2 (mmHg) PH < 30 > 60 < 7.25 > 90 < 40 7.4 40 50 7.35 Fuente: Rodgers et al.1 Adaptado de las guías de la Asociación Americana de Urología (Montague et al., 2003). Discusión Ponniah et al.3 reportan un caso de priapismo asociado con leucemia, con manejo exitoso mediante leucoféresis (fig. 1); sin embargo, dicho paciente no presentaba una urgencia como tal, ya que el priapismo había remitido inicialmente mediante la aspiración de los cuerpos cavernosos, por lo que el daño isquémico no era una prioridad a resolver, y la función eréctil del paciente no se vio afectada por dicho manejo. Levey et al.4 mencionan en su revisión diversos fármacos para la prevención de priapismo recurrente, desde los adrenérgicos orales, intracavernosos, hasta la manipulación androgénica con inhibidores de la 5-alfa reductasa e incluso agonistas LH/GnRH, haciendo mención también de los inhibidores de la 5-fosfodiesterasa, específicamente el tadalafilo, explicando su efecto inhibidor agotando el óxido nítrico y por tanto evitando nuevos episodios de priapismo. Pero estos fármacos son solo útiles una vez que remitió el patrón isquémico de la gasometría de cuerpos cavernosos. En otro reporte de caso, Allue López y Garcia de Jalon Martínez5 presentan un paciente con priapismo secundario a leucemia mieloide crónica, el cual manejaron mediante irrigación de cuerpos cavernosos con una solución de fenilefrina 10 mg/l en solución fisiológica obteniendo la flacidez del pene, y con una función eréctil normal durante su 312 O.A. Magaña-Bustamante et al Sospechade priapismo como presentacion de lmc Paso 1 Paso 2: simultaneamente Hidratacion • A) bh cada 6h. Halopurinol • B) simpaticomimeticos. • C) anticoagulacion. • D) hielo, analgesicos Hidroxicarbamida Consulta: • urologia. • hematologia. • afersis. Quimioterapia inhibidor tirokinasa Leucoferesis para lograr reduccion repida De leucocitos. Medidas urologicas: 1. Aspiracion de cuerpos cavernosos. 2. Simpaticomimeticos intracavernosos. 3. Derivacion de cuerpos cavernosos. el manejo del priapismo en los pacientes con leucemia (fig. 6)7 . En nuestro caso se estableció un tratamiento escalonado más invasivo, ya que el paciente presentaba una erección de más de 24 h, fracasaron las medidas conservadoras y el patrón isquémico persistía en la gasometría, por lo que se optó por la derivación caverno-esponjosa distal (Al-Ghorab), a lo cual el paciente durante su seguimiento refiere repercusión en la calidad y duración de la erección (figs. 3 y 4). En estos casos, según refiere la literatura, se debe optar por una prótesis peneana, la cual se propuso al paciente una vez terminase el tratamiento prioritario de la leucemia; incluso mediante medidas conservadoras la fístula arteriovenosa puede llegar a cerrar, con lo cual el paciente recupera la función eréctil normal2 . El paciente a más de un año del procedimiento niega episodios de priapismo; actualmente presenta una calidad de erecciones satisfactoria, con un puntaje de 22 puntos en la escala IIEF-5. 4. Protesis peneana. Financiación Figura 6 Algoritmo para el tratamiento del priapismo en pacientes con leucemia mieloide crónica. seguimiento. Sin embargo, este paciente se manejó dentro de las primeras 10 h de aparición de la erección. Chang et al.6 , en su reporte de caso, mencionan en su revisión la variabilidad en la tasa de éxito en el manejo del priapismo con medidas conservadoras como la aspiración e irrigación de cuerpos cavernosos; así mismo remarcan la necesidad de la derivación cavernosa en los priapismos que han persistido más de 24-48 h debido a la imperiosa necesidad de establecer el flujo venoso y restablecer un flujo arterial normal hacia el cuerpo cavernoso. Conclusiones El objetivo prioritario en el manejo del priapismo de bajo flujo, independientemente de la etiología, es la derivación de la sangre estancada en los cuerpos cavernosos con el fin de evitar la lesión isquémica y fibrosis que llevan invariablemente a la disfunción eréctil permanente. Como hemos observado, el priapismo raramente es una manifestación inicial de la leucemia mieloide crónica, ya que solo se encuentra reporte de casos en la literatura. Así mismo, a pesar de un adecuado tratamiento se ha reportado con tasa de impotencia del 35-60%, la cual va en relación con el tiempo de evolución previo al establecimiento de un tratamiento efectivo. En el año 2012 la revista británica de hematología publicó un algoritmo práctico para Los autores no recibieron ningún patrocinio para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener conflicto de intereses. Bibliografía 1. Rodgers R, Latif Z, Copland M. How I manage priapism in chronic myeloid leukaemia patient. Brit J Haematol. 2012;158:155---64. 2. Paladino N. Priapismo en pediatría: presentación inicial de una leucemia mieloide crónica. Arch Argent Pediatr. 2011;109:e104---8. 3. Ponniah AT, Brown C, Taylor P. Priapism secondary to leukaemia: Effective management with prompt leukapheresis. Int J Urol. 2004;11:809---10. 4. Levey H, Kutlu O, Bivalacqua T. Medical management of ischemic stuttering priapism: A contemporary review of the literature. Asian J Androl. 2012;14:156---63. 5. Allue López M, Garcia de Jalon Martínez A. Priapismo como presentación inicial de leucemia mieloide crónica. Actas Urol Esp. 2004;28:387---9. 6. Chang MW, Tang CC, Chang SS, et al. Priapism-a rare presentation in chronic myeloid leukaemia: Case report and review of the literature. Chang Gung Med J. 2003;26:288---92. 7. Chisick L, Seftel M, Kumar R. Algorithm for initial management of priapism in chronic myeloid leukemia. Brit J Haematol. 2012;159:237---55. Rev Mex Urol. 2014;74(5):313---317 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Heminefrectomía laparoscópica transperitoneal de riñón en herradura O.A. Magaña-Bustamante, J. Becerra-Cardenas, O.E. Almanzor-Gonzalez ∗ , M. Segura-Ortega y G.F. Vargas-Martínez Servicio de Urología, Hospital Civil de Guadalajara «Fray Antonio Alcalde», Guadalajara, México Recibido el 2 de septiembre de 2014; aceptado el 18 de septiembre de 2014 Disponible en Internet el 20 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Riñón en herradura; Heminefrectomía laparoscópica; Hidronefrosis de riñón en herradura KEYWORDS Horseshoe kidney; Laparoscopic heminephrectomy; Hydronephrosis in horseshoe kidney Resumen El riñón en herradura es la anomalía de fusión renal más común, y se caracteriza por la presencia de un riñón a cada lado de la línea media con la fusión de sus polos inferiores mediante un istmo fibroso. Comúnmente está asociado a estenosis de la unión ureteropiélica, que ocasiona obstrucción, infecciones y desarrollo de litiasis. Nuestro objetivo fue la presentación de caso y revisión de la literatura: mujer de 69 años la cual acude por presentar dolor en flanco izquierdo e infecciones de tracto urinario de repetición, detectando incidentalmente riñón en herradura con hidronefrosis izquierda secundaria a lito coraliforme; gammagrama DTPA confirma exclusión renal izquierda. Realizamos heminefrectomía izquierda vía laparoscópica transperitoneal sin complicaciones, siendo egresada la paciente al segundo día postoperatorio. Las variaciones anatómicas suponen un reto para el cirujano; varios autores han demostrado que el abordaje laparoscópico urológico es efectivo y equivalente al manejo quirúrgico abierto tradicional, y dependiendo de la habilidad del cirujano se han usado diversos abordajes. El abordaje laparoscópico transperitoneal puede ser utilizado con gran éxito; la apropiada identificación de las variaciones anatómicas por imagen es crucial para el éxito de la cirugía. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Laparoscopic transperitoneal heminephrectomy of a horseshoe kidney Abstract Introduction: Horseshoe kidney is the most common renal fusion anomaly and is characterized by the presence of a kidney on each side of the midline, with their lower poles fused through a fibrous isthmus. It is commonly associated with pyeloureteral junction stricture, causing obstruction, infections, and the development of lithiasis. Our aim was to present a case report ∗ Autor para correspondencia. Calle Fray Antonio de Segovia 531 Interior 11, Colonia Universitaria Guadalajara, Jalisco, México, CP 44840. Teléfono: +3334931177. Correo electrónico: Octavioalmanzor@gmail.com (O.E. Almanzor-Gonzalez). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.09.004 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 314 O.A. Magaña-Bustamante et al and review of the literature. A 69-year-old woman sought medical attention for pain in the left flank and recurrent urinary tract infections. A horseshoe kidney was incidentally detected with left hydronephrosis secondary to a staghorn stone. A nonfunctioning left kidney was confirmed through DTPA scintigraphy. We performed a laparoscopic transperitoneal left heminephrectomy with no complications and the patient was released on the second postoperative day. Anatomic variations are a challenge for the surgeon. Several authors have shown that the urologic laparoscopic approach is effective and equivalent to traditional open surgery. Different approaches have been used, depending on the skill of the surgeon. The transperitoneal laparoscopic approach can be used with excellent results; the appropriate identification through imaging studies of the anatomic variations is crucial for the success of the surgery. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción El riñón en herradura es la anomalía congénita más común en el riñón; ocurre en 0.25% de la población (1 en 400 personas), la mayoría cursa asintomática y es detectada incidentalmente en otros estudios de rutina. Los síntomas son típicamente relacionados a hidronefrosis, infección o formación de cálculos, que puede ocurrir en hasta dos tercios de los pacientes debido a la inserción alta del uréter y la estenosis de la unión ureteropiélica1 . La característica de un riñón en herradura es la presencia de un riñón a cada lado de la línea media con la fusión de sus polos inferiores mediante un istmo fibroso usualmente por debajo de la arteria mesentérica inferior, con el istmo anterior a los grandes vasos; raramente puede estar entre la cava y la aorta, o incluso detrás de ambas2 . La nefrectomía laparoscópica es una alternativa a la clásica nefrectomía abierta, presentando algunas ventajas en la visualización de la vasculatura renal como fue descrita por primera vez por Reidl en 19953 . Objetivo Presentación de caso y revisión de la literatura al respecto. Figura 1 La tomografía simple de abdomen muestra hidronefrosis de predominio izquierda con lito coraliforme y disminución del parénquima renal, además de estenosis de la unión ureteropiélica bilateral. Heminefrectomía laparoscópica transperitoneal de riñón en herradura Figura 2 Se muestra uréter clipado y disecado en dirección cefálica hacia la pelvis renal. 315 Figura 3 . Identificación de istmo renal (flecha negra), con la vena cava anterior (flecha azul) y la aorta en la cara posterior. Material y métodos Presentamos el caso de mujer de 69 años, la cual consulta por dolor en flanco izquierdo e historia de infecciones urinarias de repetición. El estudio tomográfico mostró marcada hidronefrosis de riñón izquierdo con presencia de lito coraliforme y estenosis ureteropiélica, además de riñón en herradura (fig. 1); el gammagrama renal con DTPA muestra flujo plasmático renal efectivo de 31 ml/min (izquierdo 7.9 ml/min; derecho 23.1 ml/min). Se confirma la exclusión renal izquierda, por lo que se programa nefrectomía. Se ingresa a la paciente la mañana del día de la cirugía siendo intervenida en el turno vespertino, bajo anestesia general previa colocación de catéter epidural inerte; se posiciona la paciente en decúbito lateral derecho a 40◦ , se induce neumoperitoneo a 15 mmHg con aguja Veress, introduciendo puerto de visión con trocar de 10 mm supraumbilical, segundo puerto de 10 mm en fosa iliaca y otro más de 5 mm subcostal izquierdo, se realiza reflexión del hemicolon izquierdo por toda la línea de Toldt, liberando los ligamento esplenocólico y renocólico mediante energía monopolar simple. Posteriormente se localiza uréter a nivel del cruce con vasos iliacos (fig. 2), continuando su disección en dirección cefálica hasta la pelvis renal, encontrando a su vez el istmo renal en posición entre la aorta y la vena cava (fig. 3). Se continúa la liberación del riñón en su porción superior y posterior, visualizando así los vasos renales e identificando las ramas arterial y venosa que se dirigen hacia el istmo (fig. 4), las cuales se clipan con Hem-o-lok proximal y distal cortando entre ambos, permitiendo visualizar la arteria renal en la parte posterior; de la misma forma se coloca 2 Hem-o-lok proximal y uno distal para vena y arteria por separado cortando entre ambas (fig. 5), lo que permite la movilización del riñón, el cual continúa fijo únicamente por su istmo, observando claramente la porción ahora isquémica y además atrófica por el proceso obstructivo crónico(fig. 6). Se secciona el istmo con energía monopolar simple, respetando el parénquima sano (fig. 7), y posteriormente la pieza es colocada dentro de una bolsa para pieza quirúrgica. Se coloca drenaje tipo Penrose en sitio de la resección, extrayéndolo por el puerto de la fosa iliaca. Se extrae el riñón por el puerto umbilical, extendiendo la incisión y cerrando Figura 4 Identificación de la vena renal (flecha azul) con una rama que drena el istmo (flecha amarilla). Figura 5 Complejo vascular clipado y cortado. 316 O.A. Magaña-Bustamante et al Discusión Figura 6 Se aprecia el istmo visto desde su cara posterior, la aorta al fondo y una línea que se aprecia avascular (flecha) sobre la cual se inicia la sección del istmo con energía monopolar. la aponeurosis de los puertos con sutura absorbible y piel con monofilamento no absorbible, concluyendo el procedimiento en aproximadamente 120 min, con un sangrado cuantificado de 400 cc. Resultados La paciente egresa de quirófano con bomba de analgesia peridural a base de buprenorfina refiriendo 2 puntos en la escala visual análoga del dolor. Se restablece la vía oral con líquidos por la noche y comienza la deambulación a la mañana siguiente. Por la tarde del día siguiente a la cirugía se ha tolerado la vía oral completamente, niega dolor y el drenaje ha gastado menos de 20 ml de aspecto seroso, y retiramos el catéter epidural. Se retira el drenaje y la paciente es egresada a la mañana siguiente, acudiendo a revisión a los 7 días con química sanguínea de control sin deterioro de la función renal. Las variaciones anatómicas suponen un reto para el cirujano. Varios autores han demostrado que el abordaje laparoscópico urológico es efectivo y equivalente al manejo quirúrgico abierto tradicional, y dependiendo de la habilidad del cirujano, se han usado diversos abordajes. Yohannes y Dinlenc3 reportan 2 casos de heminefrectomía en riñón en herradura de forma laparoscópica vía transperitoneal, ambos del hemirriñón izquierdo, por exclusión funcional por obstrucción ureteropiélica, realizando la incisión del istmo con engrapadora (hasta 3 cargas de grapas) previo al control vascular, argumentando mejor visualización de la vasculatura aberrante y la extracción de las piezas quirúrgicas por el mismo puerto de 10 mm previa morcelación intracavitaria de la pieza, con un tiempo promedio de 3 h y un sangrado estimado de 150 cc. Khan y Myatt2 realizan el reporte de una heminefrectomía laparoscópica del hemirriñón izquierdo secundaria también a estenosis UP, igualmente con un abordaje laparoscópico transperitoneal pero con 5 puertos: 10 mm lateral al ombligo acompañado de 2 más de 5 mm a arriba y debajo de la cámara pararectales y 2 más de 12 mm en la línea axilar anterior superior e inferior utilizando un autorretractor, manejando el istmo mediante bisturí armónico y colocación de un Hem-o-Lok de 15 mm, extrayendo la pieza por el puerto más inferior extendiendo la incisión, con un tiempo quirúrgico de 180 min y sangrado estimado de 200 cc. Tanto Fukumoto y Ohtoshi4 como Lee y Yu5 reportan la heminefrectomía laparoscópica con un abordaje retroperitoneal colocando el puerto de visión en la punta de la 12.a costilla, usando un balón dilatador crean el espacio retroperitoneal donde se trabajara, seguido de 3 puertos de 12 mm a nivel de la línea axilar anterior, otro en la línea axilar posterior y uno más en la axilar media (fig. 7). Los segundos autores varían en la utilización de puertos de menor calibre, ya que su centro hospitalario cuenta con disector ultrasónico y morcelador, permitiendo la extracción de la pieza por el puerto de 12 mm inicialmente usado para la óptica. Sausville y Chason6 reportan un caso muy similar al nuestro de un riñón en herradura con lito coraliforme izquierdo y pielonefritis granulomatosa, y hacen hincapié en la dificultad técnica que superpone la inflamación regional y el manejo de las adherencias mediante bisturí armónico, manejando el uréter y los vasos con endoGIA vascular; de la misma forma el istmo se reporta delgado y fibroso, por lo que solo requirió la sección previa aplicación de una línea de grapas vasculares GIA, retirando la pieza dentro de una endobag con un tiempo promedio de 307 min y un sangrado estimado de 100 cc. Conclusiones Figura 7 Istmo ya seccionado (flecha azul) sin evidencia de sangrado, aorta en la parte posterior (flecha amarilla). A pesar de que se ha descrito el abordaje laparoscópico retroperitoneal, con sus respectivas ventajas como la disminución de adherencias y la mejor visualización de la vasculatura desde la porción posterior del riñón, dicho abordaje implica una mayor experiencia y habilidad para mantener limitado el neumoperitoneo a la cavidad retroperitoneal, prolongando el tiempo quirúrgico y sacrificando Heminefrectomía laparoscópica transperitoneal de riñón en herradura espacio para la manipulación quirúrgica, sin mencionar el aumento en los costos por los insumos necesarios no siempre disponibles en todas las instituciones. Por tanto, el abordaje laparoscópico transperitoneal es una alternativa en el manejo de las enfermedades benignas del riñón en herradura que se está convirtiendo en el estándar de tratamiento, dejando la cirugía abierta como una indicación obsoleta conforme los urólogos se han ido familiarizando con la cirugía laparoscópica. El manejo del istmo renal debe individualizarse en cada caso dependiendo de su irrigación y de su grosor, pudiéndose manejar mediante sección simple con energía monopolar en casos de riñones atróficos, hasta requerir incluso la aplicación de varias líneas de grapas vasculares o incluso algunos dispositivos de coagulación, como el bisturí ultrasónico o de microondas. Financiación Los autores no recibieron ningún patrocinio para llevar a cabo este artículo. 317 Conflicto de intereses Los autores declaran no tener conflicto de intereses. Bibliografía 1. Santosh K, Saurabh Sudhir C. Laparoscopic heminephrectomy in nonfunctioning right moiety of a horseshoe kidney: Technical challenges and method to deal with. J Nat Sci Biol Med. 2014;5:491---4. 2. Khan A, Myatt A. Laparoscopic heminephrectomy of a horseshoe kidney. JSLS. 2011;15:415---20. 3. Yohannes P, Dinlenc C. Laparoscopic heminephrectomy for benign disease of the horseshoe kidney. JSLS. 2002;6:381---4. 4. Fukumoto R, Ohtoshi T. A case report: Retroperitoneoscopic nephrectomy for a giant hydronephrosis of a horseshoe kidney. Hinyokika Kiyo. 2009;55:615---8. 5. Lee YS, Yu HS. Retroperitoneoscopic partial nephrectomy in a horseshoe kidney. Korean J Urol. 2011;52:795---7. 6. Sausville J, Chason J. Laparoscopic heminephrectomy in a horseshoe kidney affected by xanthogranulomatous pyelonephritis. JSLS. 2009;13:462---4. Rev Mex Urol. 2014;74(5):318---322 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Tumor urotelial renal bilateral y tumor vesical urotelial, reporte de un caso de triple tumor sincrónico L.R. Robles-Sainz a,∗ , F.R. Zamora-Varela a , F. Minakata-Ochoa a y A. Álvarez-Álvarez b a b Servicio de Urología, Hospital Regional «Dr. Valentín Gómez Farías», ISSSTE, Guadalajara, Jalisco, México Servicio de Anatomía Patología, Hospital San Javier, Guadalajara, Jalisco, México Recibido el 11 de enero de 2014; aceptado el 14 de julio de 2014 Disponible en Internet el 20 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Tumor renal urotelial; Tumor urotelial sincrónico; Triple tumor urotelial ∗ Resumen Aproximadamente el 5% de los tumores uroteliales ocurren en riñón y uréter. Este tipo de tumores, a pesar de su homología con los tumores uroteliales vesicales, presentan ciertas características que los convierten en un reto diagnóstico y terapéutico, además de presentar ciertas singularidades, como su asociación con el uso de fenacetina y una fuerte asociación a la obstrucción del tracto urinario superior. Los tumores uroteliales presentan un alto polimorfismo genético que altera la expresión del ADN y hace más propenso al huésped a los cambios ambientales que pueden contribuir en gran medida al desarrollo de tumores uroteliales de diferentes grados de agresividad y comportamiento clínico. Nuestro objetivo fue la revisión y el reporte de un caso utilizando la base informática Medline para identificar la epidemiologia, la incidencia y los factores de riesgo de los tumores uroteliales. Masculino de 66 años, con antecedente de tabaquismo a razón de 40 tabacos diarios durante 40 años. Presentó cuadro de hematuria total con coágulos de varios meses de evolución, intermitente, sin dolor. Sometido a ultrasonido, se visualiza tumor pediculado vesical único de 2 cm y vejiga de alta capacidad. Se somete a resección transuretral de vejiga, con reporte histopatológico de tumor de células transicionales de alto grado. Al rastreo del tracto urinario superior mediante urotomografía se visualiza tumor sólido de pelvis y polo superior en riñón derecho y riñón izquierdo, con lesión en pelvis renal que se confirma mediante urografía excretora. Se realiza resección de tumor izquierdo por abordaje percutáneo, y nefroureterectomía derecha, con reporte histopatológico de tumor urotelial renal bilateral de bajo grado izquierdo y alto grado derecho. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Autor para correspondencia. Compostela 1991 int 6, Colonia Chapultepec Country CP 44620, Guadalajara Jal. Teléfono: +01 (33) 13828447. Correo electrónico: lerolink@gmail.com (L.R. Robles-Sainz). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.07.001 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Tumor urotelial renal bilateral y tumor vesical urotelial KEYWORDS Urothelial renal tumor; Synchronous urothelial tumor; Triple urothelial tumor 319 Bilateral renal urothelial tumor and bladder urothelial tumor: A case report of three synchronous tumors Abstract Approximately 5% of urothelial tumors occur in the kidney and ureter. Despite their homology with bladder urothelial neoplasms, these types of tumors present with certain characteristics that make them a diagnostic and therapeutic challenge. They have certain singularities, such as their association with phenacetin use and a strong association with upper urinary tract obstruction. Urothelial tumors present with a high genetic polymorphism that alters DNA expression and makes the host more susceptible to the environmental changes that may largely contribute to the development of urothelial tumors with different levels of aggressiveness and clinical behavior. The aim of this article was to report a case and carry out a review utilizing the Medline database for identifying urothelial tumor epidemiology, incidence, and risk factors. A 66-year-old man with a past history of smoking 40 cigarettes a day for 40 years presented with intermittent and painless total hematuria with coagulates over a period of several months. An ultrasound study revealed a solitary pedunculated 2 cm bladder tumor and a large capacity bladder. The patient underwent transurethral resection of the bladder and the histopathologic study reported a high-grade transitional cell tumor. Computed tomography urography of the upper urinary tract identified a solid tumor in both the renal pelvis and upper pole of the right kidney and a lesion in the renal pelvis of the left kidney, confirmed by excretory urography. Percutaneous resection of the left tumor and right nephroureterectomy were performed, with a histopathologic report of bilateral urothelial renal tumor, the left one low-grade and the 2 right ones high-grade. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción Las neoplasias uroteliales del riñón y uréter (tracto urinario alto) son poco comunes, sumando aproximadamente el 5% de todos los tumores epiteliales del tracto urinario. Los tumores uroteliales del sistema pielocalicial suman del 4 al 15% de las neoplasias uroteliales primarias de riñón en Estados Unidos1 , con una incidencia de 1-2 casos por 100,000 habitantes en países occidentalizados2 . La presentación bilateral es rara, con incidencia entre el 1 al 5%, y en el 1 al 3% se presentan de forma metacrónica3---5 . Son más comunes en hombres, con pico de presentación entre la sexta y séptima décadas de la vida, con edad media al diagnóstico de 65 años, y parece afectar más a la raza blanca, sin encontrar predilección por algún lado específico1 . Presentación del caso Masculino de 66 años de edad, con antecedente de tabaquismo importante a razón de 40 tabacos/día durante 40 años, con índice tabáquico de 29, el cual acude a consulta por presentar cuadro de hematuria macroscópica, total, con coágulos, de varios meses de evolución, sin dolor. A la exploración física abdominal no se palpa masa abdominal. Se le realizó ultrasonido en consultorio, visualizando tumor pediculado izquierdo de aproximadamente 2 cm. En el riñón derecho se visualiza seno renal y polo superior heterogéneo con imágenes sugestivas de dilatación, por lo que se solicitan laboratorios, reportando hemoglobina: 14.7, Hct: 45.5, plaquetas: 377, leucocitos: 8.6, glucosa: 82, urea: 32, creatinina: 1.1, pruebas de función hepática, perfil proteico, electrólitos séricos y tiempos de coagulación sin alteraciones; examen de orina: 4-6 leucocitos por campo, más de 100 eritrocitos por campo, 50% dismórficos, bacterias escasas, nitritos negativos. Se somete a estudio urotomográfico, encontrando tumor sólido de polo superior en el riñón derecho, y el riñón izquierdo con defecto de llenado pélvico (fig. 1). Se somete a cistoscopia + pielografía bilateral, donde se encuentra tumor pediculado, arborescente retromeatal izquierdo, y se reseca con reporte patológico de carcinoma de células transicionales de vejiga de alto grado, sin ser músculo invasor (fig. 2). En la pielografía izquierda se visualiza defecto de llenado, el cual se reseca mediante abordaje percutáneo (figs. 3 y 4), con diagnóstico patológico de tumor de células transicionales de bajo grado, sin invasión a la lámina propia. Posteriormente se somete, previa recuperación, a nefroureterectomía con rodete vesical derecho (fig. 5), con reporte histopatológico de carcinoma de células transicionales de alto grado (WHO/ISUP) de sistema colector, abarcando el polo superior, con uréter libre de neoplasia, con borde renal superior libre de tumor a 0.6 cm del margen, sin permeación linfovascular, predominando el aspecto histopatológico de tumor sólido de células uroteliales con pleomorfismo marcado, anisocariosis severa, con nucléolo vidente y más de 10 mitosis por 10 campos de gran aumento. 320 L.R. Robles-Sainz et al Figura 3 llenado. En la pielografía izquierda se visualiza defecto de Figura 1 La imagen de la tomografía muestra un tumor sólido de polo superior del riñón derecho y defecto de llenado a nivel de pelvis del riñón izquierdo. Discusión La formación de tumores uroteliales altos se explica por la llamada teoría del desarrollo clonal, donde se han encontrado 2 hipótesis: • La hipótesis del cambio de campo, que considera agentes mutagénicos en la orina en contacto con el urotelio transformando células en diferentes sitios e induciendo el desarrollo de clones tumorales. • La hipótesis de la implantación y siembra intraluminal, que soporta el desarrollo clonal de tumores multifocales: múltiples sitios y recurrencias se explicarían por la migración dentro de la luz y no por la siembra urinaria. Figura 2 Durante la cistoscopia realizada se identifica tumor pediculado, arborescente, posterior al meato ureteral izquierdo. Figura 4 Resección del defecto de llenado mediante abordaje percutáneo. Figura 5 Pieza patológica producto de nefroureterectomía con rodete vesical. Tumor urotelial renal bilateral y tumor vesical urotelial Múltiples estudios genéticos soportan el origen clonal: el análisis de la mutación del gen p53 y los patrones de cambios genéticos han establecido la naturaleza clonal de los tumores uroteliales sincrónicos. La inestabilidad genética juega un rol muy importante en la carcinogénesis humana. En la inestabilidad microsatelital un alelo gana o pierde repetidas unidades y se somete a cambios somáticos en longitud y solo puede ser detectado si muchas células son afectadas por el mismo cambio; esto es un indicador de expansión clonal de la neoplasia2 . Se determinaron múltiples marcadores microsatelitales en orina específicos para carcinoma urotelial del tracto urinario superior investigando 77 marcadores de 25 regiones, donde se encontró una sensibilidad del 80% utilizando un panel específico de 13 marcadores para neoplasias uroteliales del tracto urinario superior (D9S195, D18S67, GSN, D1S162, D8S261, D3S1300, D21S1436, D16S310, D3S1307, FABP2, D11S907, D15S1007 y D13S13)4 . El polimorfismo genético se define como la presencia de diferentes secuencias de alelos de un solo gen ligado a variaciones en la constitución del ADN, y la susceptibilidad se refiere al incremento del riesgo conferido por uno o varios polimorfismos (tipos de alelos) de un gen dado2 . Se ha establecido claramente que el tabaquismo juega un rol muy importante en los tumores uroteliales, siendo el principal factor de riesgo, y su relación es dependiente de la dosis, sumando entre el 25 y el 60% en países industrializados y entre el 5 y el 25% en procesos industriales. Los principales responsables son las aminas aromáticas (naftilamina y bencidina) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos. Los tumores pueden aparecer entre los 15 a los 40 años posteriores a la exposición2 . Otro factor de riesgo descrito es la nefropatía por analgésicos, específicamente que contengan fenacetina, la cual se asocia a necrosis papilar renal, esclerosis capilar y neoplasias uroteliales, siendo responsable de hasta el 24% de las mismas5 . Pacientes con nefropatía endémica descrita en los países balcánicos (Rumanía y Bulgaria) tienen una frecuencia mucho mayor de neoplasias del tracto urinario superior, con edad media de presentación entre la tercera y quinta década de la vida, con presentación bilateral en el 10% de los casos, con evolución en la mayoría de las ocasiones a enfermedad renal crónica terminal. La implicación de la hierba china en las neoplasias del tracto urinario superior es de reciente descubrimiento e implicación, y se ha recomendado mucho por los herbalistas por sus propiedades para bajar de peso. Se describieron efectos causados por el ácido aristolóquico (constituyente de la planta Aristolochia), el cual se intercala en el ADN produciendo la ruptura y subsecuente degradación del sistema enzimático microsomal renal y fibrosis cuando su ingesta es prolongada1,2 . En ciertas regiones de Taiwán se ha descrito la enfermedad del píe negro, una enfermedad vascular periférica por la exposición al arsénico, existiendo una incidencia inusualmente alta, se cree, por la ingesta de este tipo de compuestos en el agua; además de la asociación de ciertos síndromes, incluyendo el carcinoma colorrectal hereditario sin poliposis (síndrome de Lynch tipo ii) y el síndrome de Muir-Torre1 . De forma reciente se han descrito neoplasias del tracto urinario superior asociadas a inmunosupresores, sobre todo en pacientes portadores de trasplante renal, presentando una incidencia del 2.2%6 . 321 Los síntomas clínicos secundarios a tumores del tracto superior por los cuales se busca atención médica son hematuria macroscópica (80%), dolor en flanco (20%) y/o masa abdominal palpable (10%), pudiendo ocurrir hidronefrosis secundaria a la obstrucción. La evaluación de estos pacientes consiste en una historia clínica y exploración detallada, seguida de un análisis de orina, citología urinaria, imágenes del tracto urinario superior y cistoscopia1 . La urografía excretora se ha utilizado de forma rutinaria para la evaluación del sistema colector renal y uréter, aunque no es lo ideal, y por su falta de sensibilidad falla en la detección de hasta el 40% de las neoplasias del tracto urinario superior. La urotomografía, sin embargo, posee la habilidad de adquirir sets de imágenes colimadas de cortes finos y la posibilidad de realizar imágenes tridimensionales de excelente calidad del sistema urinario superior. Aunque la apariencia urotomográfica no puede ser utilizada para predecir el patrón de crecimiento tumoral o grado, la multifocalidad de este tipo de tumores requiere la evaluación completa del tracto urinario en pacientes de alto riesgo7 . La detección de carcinoma urotelial utilizando detector convencional varía desde el 68 hasta el 83% asociado a carcinoma in situ, y los carcinomas uroteliales son los que cuentan con la tasa de detección más baja, inclusive para tomografía computada multidetector en fase arterial, nefrogénica y excretora8 . Anatómicamente el músculo liso que cubre el tracto urinario superior, especialmente la pelvis renal, es mucho más delgado que la vejiga, por lo que los tumores pueden ser confinados al órgano mucho menos tiempo en relación a la misma, y en lesiones que se someten a ablación existe menos tejido sano para asegurar un margen quirúrgico limpio, siendo estos tumores, en comparación con los vesicales, de mayor grado y estadio. Son invasivos hasta en un 77%, de los cuales el 62% invaden músculo y 86% fueron de moderado a alto grado, aunque no se han demostrado diferencias en el comportamiento tumoral respecto al tracto urinario superior vs vesical realizando balance por grado y estadio, sugiriendo una posibilidad amplia de manejo endoscópico similar a la vesical cuando esta es posible9 . A la nefroureterectomía los tumores de pelvis tuvieron una T y N más avanzados comparado con los tumores ureterales; sin embargo, el ajuste de grado y estadio no fue un factor predictor independiente de mortalidad específica por cáncer10 . La clasificación patológica utilizada es similar a la clasificación de tumores uroteliales vesicales propuesta por la WHO/ISUP (tabla 1). La citología requiere manipulación, anestesia y control fluoroscópico, teniendo una precisión del 78%, aunque la modalidad diagnóstica más precisa es la ureteroscopia con toma de biopsia, existiendo buena correlación entre el estadio y el grado tumoral, aunque el estadio es el factor pronóstico más importante en tumores del tracto urinario superior, con una supervivencia estimada a 5 años del 73.6% para pTa y pT1 y del 14.7% para pT3 y pT41 . La nefroureterectomía con rodete vesical continúa siendo el tratamiento de elección para tumores uroteliales del tracto urinario superior a pesar del advenimiento de técnicas ahorradoras de nefronas; aun así, el grado y el estadio son los factores pronósticos más importantes, documentando otros, como la multiplicidad, la cirugía y la localización del tumor, que pueden afectar la supervivencia. Los tumores avanzados y el estadio de enfermedad 322 Tabla 1 Clasificación de las neoplasias uroteliales de riñón y uréter Neoplasia papilar Papiloma invertido Papiloma Neoplasia urotelial papilar de bajo potencial de malignidad Carcinoma urotelial papilar Bajo grado Alto grado Lesiones «planas» Displasia urotelial Carcinoma in situ Carcinoma urotelial invasivo Convencional Con diferenciación aberrante (escamoso, glandular, células pequeñas, neuroendocrino) Carcinoma de células en huso (sarcomatoide) Coriocarcinoma Otro (en nidos, micropapilar, microquístico, linfoepitelial, plasmocitoide) renal crónica son significativamente asociados con un peor pronóstico11 . Se han reportado resultados oncológicos similares en pacientes tratados con tumores sincrónicos bilaterales bajo manejo quirúrgico en 5 a 10 años comparados con pacientes con tumores uroteliales unilaterales, con peores resultados en tumores mayores a 7 cm o pacientes con enfermedad renal crónica en estadio iii o mayor, donde se prefiere la realización de cirugía ahorradora de nefronas5,12 . Conclusión Las neoplasias del tracto urinario superior e inferior comparten diferentes patrones histológicos y clínicos, aunque las diferencias incluyen tratamientos más agresivos y su asociación con nefropatías tubulointersticiales. Sin embargo, el tratamiento se limita a la naturaleza de la enfermedad, con alto riesgo de multifocalidad y recurrencia, lo que conlleva un riesgo la realización de cirugía ahorradora de nefrona, aunque se mantiene opcional en pacientes con riñones únicos anatómicos o funcionales o la presencia concomitante de enfermedad renal crónica, tomando en cuenta la alta asociación de lesiones con bajo potencial de malignidad1 . L.R. Robles-Sainz et al Financiación No se recibió patrocinio para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Genega E, Porter C. Urothelial neoplasms of the kidney and ureter: An epidemiologic, pathologic, and clinical review. Am J Clin Pathol. 2002;117 Suppl 1:S36---48. 2. Roupret M. Anatomical location of urothelial carcinomas of the urinary tract leads to perspectives of specific treatment. Future Oncol. 2007;3:595---9. 3. Holmäng S, Johansson S. Bilateral metachronous ureteral and renal pelvic carcinomas: incidence, clinical presentation, histopathology, treatment and outcome. J Urol. 2006;175: 69---73. 4. Ho CL, Tzai TS, Chen JC, et al. The molecular signature for urothelial carcinoma of the upper urinary tract. J Urol. 2008;179:1155---9. 5. Holmang S, Johansson S. Synchronous bilateral ureteral and renal pelvic carcinomas: Incidence, etiology, treatment, and outcome. Cancer. 2004;101:741---7. 6. Nakazawa R, Miyano S, Sasaki H, et al. Synchronous bilateral urothelial cancer in a kidney recipient. Int J Urol. 2011;18:847---50. 7. Caoili EM, Cohan RH, Inampudi P, Ellis JH, Shah RB, Faerber GJ, et al. MDCT urography of upper tract urothelial neoplasms. AJR Am J Roentgenol. 2005;184:1873---81. 8. Wang LJ, Wong YC, Ng KF, et al. Tumor characteristics of urothelial carcinoma on multidetector computerized tomography urography. J Urol. 2010;183:2154---60. 9. Catto J, Yates D, Rehman I, et al. Behavior of urothelial carcinoma with respect to anatomical location. J Urol. 2007;177:1715---20. 10. Hendrik I, Claudio J. Location of the primary tumor is not an independent predictor of cancer specific mortality in patients with upper urinary tract urothelial carcinoma. J Urol. 2009;182:2177---81. 11. Li WM, Li CC, Ke HL, et al. The prognostic predictors of primary ureteral transitional cell carcinoma after radical nephroureterectomy. J Urol. 2009;182:451---8. 12. Simmons MN, Brandina R, Hernandez AV, et al. Surgical management of bilateral synchronous kidney tumors: Functional and oncological outcomes. J Urol. 2010;184: 865---72. Rev Mex Urol. 2014;74(5):323---328 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Vapoenucleación prostática con láser Tulio (TuLEP): Técnica quirúrgica realizada en el Hospital Central Militar J.A. Castelán-Martínez a,∗ , J.G. Campos-Salcedo b , H. Rosas-Hernández c , J.C. López-Silvestre c , M.A. Zapata-Villalba c , C.E. Estrada-Carrasco c , C. Díaz-Gómez c , J.J. Torres-Gómez a , E.I. Bravo-Castro a , J.J.O. Islas-García a y J. Aguilar-Colmenero a a Residente de Especialidad en Urología, Escuela Militar de Graduados de Sanidad, México D.F., México Jefe del Servicio de Urología, Hospital Central Militar, México D.F., México c Adscrito del servicio de Urología, Hospital Central Militar, México D.F., México b Recibido el 16 de octubre de 2013; aceptado el 17 de julio de 2014 Disponible en Internet el 15 de noviembre de 2014 PALABRAS CLAVE Vapoenucleaciòn prostática; Láser Tulio; TuLEP Resumen En la última década, el desarrollo de la tecnología láser ha jugado un papel importante como alternativa a la resección transuretral de próstata y la prostatectomía retropúbica para el tratamiento quirúrgico de la hiperplasia prostática. Actualmente es posible realizar diversos procedimientos para el manejo quirúrgico de la próstata con cada uno de los tipos de láser disponibles (láser diodo, Holmium:YAG, Thulium:YAG), como son: vaporización, resección, enucleación y vapoenucleación. La técnica de vapoenucleación prostática con láser Tulio fue introducida en 2005 y tiene como característica principal emitir la energía en forma continua, a diferencia del láser Holmium, que lo realiza en forma de pulsos, lo cual permite la vaporización del tejido prostático, favoreciendo una completa enucleación del adenoma prostático en menor tiempo y con menor riesgo de sangrado. Se presenta el caso de un paciente masculino de la octava década de la vida, diabético, portador de sonda uretral durante 3 meses por retención aguda de orina refractaria a tratamiento médico combinado con alfabloqueo e inhibidores de 5-alfa reductasa. Se realiza ultrasonido transrectal de próstata, obteniendo un volumen prostático de aproximadamente 140 cc, con antígeno prostático específico de 3.76 ng/ml y tacto rectal no sospechoso de malignidad, por lo cual se decide manejo quirúrgico mediante vapoenucleación prostática con láser Tulio. Se utilizó un equipo de láser Tulio VELA XL® de 120 W, con fibra de 600 m sobre un resectoscopio con flujo continuo 26Fr para la vapoenucleación, utilizando solución salina para irrigación y una unidad morceladora para extraer el tejido enucleado. Se ∗ Autor para correspondencia. Residente del Servicio de Urología, Hospital Central Militar. Blvd. Manuel Ávila Camacho SN Lomas de Sotelo, Av. Industria Militar y General Cabral, Del. Miguel Hidalgo, C.P. 11200, México, Distrito Federal. Teléfono: +01 55 57 31 00 extensión 1535, 5546130637. Correo electrónico: mcaj6@yahoo.com (J.A. Castelán-Martínez). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2014.07.002 2007-4085/© 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 324 J.A. Castelán-Martínez et al realizó el procedimiento en un tiempo total aproximado de 120 min, un tiempo efectivo de uso del láser de 47 min, con una energía máxima de 40 W, extrayendo un total de 106 g. El paciente no presentó sangrado importante en el transoperatorio ni en el postoperatorio, manteniendo irrigación vesical continua durante 18 h, retirando sonda uretral a las 32 h y siendo egresado a las 48 h sin complicaciones. La técnica de vapoenucleación prostática con láser Tulio es una alternativa importante a la resección transuretral de la próstata y la prostatectomía retropúbica. Tiene la ventaja de poder ser realizada independientemente del volumen prostático, logrando la resección de una mayor cantidad de adenoma, con menor probabilidad de complicaciones trans y postoperatorias y con resultados similares. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. KEYWORDS Vapoenucleation of the prostate; Thulium laser; ThuVEP Thulium laser vapoenucleation of the prostate (ThuVEP): Surgical technique performed at the Hospital Central Militar Abstract Over the last decade, the development of laser technology has played an important role in providing an alternative to transurethral resection of the prostate and retropubic prostatectomy for the surgical treatment of prostatic hyperplasia. It is currently possible to carry out diverse procedures for surgical prostate management with each type of laser available (diode, Holmium:YAG, Thulium:YAG lasers), such as vaporization, resection, enucleation, and vapoenucleation. The technique of Thulium laser vapoenucleation was introduced in 2005 and, in contrast to the Holmium laser that emits energy in pulses, its main characteristic is the emission of continuous energy, enabling the vaporization of prostate tissue and thus favoring a complete enucleation of the prostatic adenoma in less time and with less risk for bleeding. A diabetic man in the eighth decade of life had a urethral catheter for 3 months due to acute urinary retention that was refractory to medical combination treatment with an alpha-blocker and 5-alpha- reductase inhibitors. Transrectal ultrasound of the prostate revealed a prostatic volume of approximately 140 cc, the prostate-specific antigen value was 3.76 ng/mL, and digital rectal examination produced no suspicion of malignancy. Therefore, surgical management through Thulium laser vapoenucleation was decided upon. The Thulium laser equipment used was the 120 W VELA XL® with a 600 m fiber on a 26 Fr continuous flow resectoscope for the vapoenucleation. Saline solution was used for irrigation and a morcellation unit was employed for extracting the enucleated tissue. The procedure was carried out in a total of approximately 120 min, the effective time of laser use was 47 min at a maximum energy of 40 W, and a total of 106 g of tissue was extracted. There was no significant intraoperative or postoperative bleeding, continuous bladder irrigation was maintained for 18 h, and the urethral catheter was removed 32 h after the procedure. The patient was released from the hospital 48 h after the surgery, with no complications. The technique of Thulium laser vapoenucleation of the prostate is an important alternative to transurethral resection of the prostate and retropubic prostatectomy. It has similar results to those 2 procedure, with the advantage that it can be performed regardless of prostate volume, resecting a larger quantity of adenoma with a lower probability of intraoperative and postoperative complications. © 2013 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción Actualmente la resección transuretral de próstata (RTUP) y la prostatectomía abierta son considerados los tratamientos de elección para el manejo quirúrgico de la sintomatología urinaria del tracto inferior secundaria a hiperplasia prostática obstructiva1,2 . Sin embargo, cada uno de estos procedimientos se asocia con morbilidad importante. Mientras para RTUP la morbilidad es baja con próstatas de volumen pequeño, esta se incrementa significativamente con volúmenes mayores3 . Para el manejo quirúrgico de las próstatas de mayor volumen la cirugía abierta es el abordaje de elección, aunque tiene complicaciones importantes4,5 . En la última década, la cirugía endoscópica láser ha tenido un rol importante como alternativa para el manejo quirúrgico de la hiperplasia prostática6 . Varios tipos de láser han sido introducidos en la práctica clínica durante estos años, como el láser Diodo, Holmio Ytrio-aluminio garnet (Ho:YAG) y Tulio (Tm:YAG)6,7 . Este tipo de cirugías transuretrales con láser necesitan irrigación con solución salina 0.9%, lo cual elimina el riesgo de hiponatremia hipervolémica (síndrome post-RTUP), la Vapoenucleación prostática con láser Tulio en el hospital central militar cual es una complicación probable de la RTUP reportada en algunas series3 . También ofrecen la ventaja de disminuir el riesgo de sangrado y la posibilidad de tratar a los pacientes con discrasias sanguíneas o con tratamiento anticoagulante8 . En 1994, Gilling et al.9,10 presentaron el uso del láser Holmio (Ho:YAG) para la resección o enucleación de la próstata, reduciendo las complicaciones en el tratamiento de la hiperplasia prostática. Aunque su seguridad y su eficacia son bien conocidas, el láser Holmio tiene algunas limitaciones, como el daño térmico a la zona de contacto, el cual es alrededor de 400-500 m de profundidad. El láser Tulio es un nuevo láser quirúrgico que fue utilizado por primera vez en la práctica clínica en 2005, con opción de modalidad de onda continua o de pulsos, variando en su longitud de onda de 1.75 a 2.22 m. Lo anterior ofrece algunas ventajas sobre el láser Holmio, incluyendo una mejor calidad del haz del láser, una incisión más precisa y la opción de operar en modo de onda continua o en pulsos, logrando una mejor coagulación y vaporización del tejido prostático, permitiendo remover casi completamente el adenoma prostático11 . Es una técnica eficaz y segura para el manejo quirúrgico de próstatas con grandes volúmenes, con menores comorbilidades y riesgo de sangrado que la prostatectomía abierta8 . Material y método Se presenta el caso de un paciente masculino de la octava década de la vida, diabético, portador de sonda uretral durante 3 meses por retención aguda de orina refractaria a tratamiento médico combinado con alfabloqueo e inhibidores de 5-alfa reductasa. Se realiza ultrasonido transrectal de próstata obteniendo un volumen prostático de aproximadamente 140 cc, con antígeno prostático específico de 3.76 ng/ml y tacto rectal no sospechoso de malignidad, por lo cual se programa para manejo quirúrgico mediante vapoenucleación prostática con láser Tulio. Equipo Se utilizó un equipo láser de 1.9-m Thulium:YAG Laser (VELA XLTM 120 W, StarMedTec, Starnberg, Alemania) en una energía de 40 W. La energía láser fue aplicada mediante una fibra reutilizable de 600 nm. Para la endoscopia y enucleación se utilizó resectoscopio 26 Fr de flujo continuo, con una adaptación para el uso de la fibra láser de 600 nm y una lente de 30 grados conectada a una cámara endoscópica. Se utilizó solución salina para la irrigación continua. Se utilizó un morcelador mecánico Versacut (LumenisTM ) para la morcelación del adenoma prostático, con pieza de mano y cuchillas sobre un nefroscopio 26 Fr (Karl Storz GmbH, Tuttlingen, Alemania) conectado a un equipo de succión. Técnica quirúrgica El paciente es colocado en posición de litotomía, previa asepsia y antisepsia, con vestido quirúrgico. Se instila gel en meato uretral y se introduce el resectoscopio 26 Fr, a fin de realizar uretrocistoscopia, observando ambos lóbulos 325 GYRUS ACMI Figura 1 Incisión a nivel de las 5 y las 7 del reloj. Se realiza incisión en el radio de las 5 y las 7 del reloj, iniciando a nivel del cuello vesical hasta la marca a nivel de verum montanum, profundizando posteriormente la incisión hasta la cápsula prostática. prostáticos coaptantes y presencia de lóbulo medio, identificando ambos meatos ureterales. Se adapta la fibra láser en el resectoscopio y se fija para que el extremo permanezca en el campo visual del cirujano. Se debe mantener una irrigación continua y drenaje. Se identifica la posición del cuello vesical, del verum montanum y del esfínter uretral externo. Se inicia el procedimiento marcando el límite distal mediante una incisiòn supramontanal y, previa identificación del esfinter, se extiende en forma de U invertida hasta el tercio distal del verum montanum. En primer lugar se enuclea el lóbulo medio, realizando una incisión en la posición de las 5 del reloj desde el cuello vesical hasta el límite marcado a nivel del verum montanum, profundizando la fotovaporización del tejido hasta la cápsula prostática, la cual se identifica como una capa blanquecina con vasos superficiales. Se realiza el mismo procedimiento en el radio de las 7 del reloj (fig. 1). Posteriormente se inicia la disección del lóbulo medio de manera retrógrada con un movimiento pendular por debajo, apoyado con la fotovaporización láser para mantener adecuada hemostasia, separándolo de la cápsula prostática hasta enuclearlo y desplazado hacia la vejiga (fig. 2). Posteriormente se marca un límite de disección apical a nivel del radio de las 12, previa identificación del esfínter y por delante del mismo, extendiéndose hacia ambos lados, realizando una incisión en el radio mencionado desde el cuello vesical hasta el límite distal (figs. 3 y 4). Se realiza la enucleación de los lóbulos laterales por separado. Se inicia con el lóbulo lateral izquierdo, realizando una incisión en la mucosa del lóbulo prostático mencionado, primero a nivel del ápex y posteriormente hacia el cuello vesical, en el techo y hacia el suelo del lóculo. Se profundiza la disección hasta la cápsula quirúrgica, disecando el 326 J.A. Castelán-Martínez et al GYRUS ACMI GYRUS ACMI Figura 2 Enucleación del lóbulo medio. Se realiza enucleación del lóbulo medio de forma retrógrada, tomando como límite de profundidad la cápsula quirúrgica, utilizando el láser para vaporizar y realizar coagulación. Figura 4 Límite apical en el radio de las 12. Límite de disección apical en el radio de las 12, previa identificación del esfínter y por delante del mismo, extendiéndose hacia ambos lados. Posteriormente se realiza una incisión en el radio mencionado desde el cuello vesical hasta el límite distal. adenoma hasta hacer coincidir ambos extremos en movimientos que van del radio de las 12 hacia las 2 y de las 6 en sentido contrario hacia las 4, realizando hemostasia de los vasos sangrantes con fotovaporización, completando posteriormente la enucleación del lóbulo y liberándolo hacia la vejiga (figs. 5-7). Se realiza mismo procedimiento con el lóbulo prostático derecho, verificando la adecuada hemostasia. La cirugía se realizó en un tiempo total de 130 min, con un tiempo efectivo de uso del láser de 47 min, tiempo de enucleación de 90 min, utilizando 40 W de energía. Se cambian instrumentos de trabajo, introduciendo el morcelador adaptado al nefroscopio. Se realizó la morcelación de los lóbulos prostáticos liberados hacia la vejiga, la cual se debe mantener completamente distendida para evitar una lesión, obteniendo mediante succión una cantidad de tejido de aproximadamente 106 g (fig. 8). Se colocó sonda de 3 vías de hematuria con fijación normal, manteniendo con irrigación vesical continua durante 18 h, se retiró la sonda uretral GYRUS ACMI GYRUS ACMI Figura 3 Liberación del lóbulo medio. Se libera el lóbulo medio a la vejiga, observando adecuada hemostasia. Figura 5 Incisión en el radio de las 12. Se realiza una incisión en el radio de las 12, desde el cuello vesical hasta el límite distal marcado previamente. Vapoenucleación prostática con láser Tulio en el hospital central militar GYRUS ACMI Figura 6 Vapoenucleación de lóbulo lateral izquierdo. Se realiza enucleación del lóbulo lateral izquierdo, con apoyo de la vaporización y coagulación con el láser, tomando como límite la cápsula quirúrgica, logrando una adecuada visión de la misma para evitar perforación. a las 36 h y el paciente fue egresado del hospital a las 48 h de la cirugía sin complicaciones. Discusión El láser Tulio fue introducido para su aplicación en urología desde 2005, surgiendo posteriormente la técnica de GYRUS ACMI Figura 7 Vapoenucleación de lóbulo lateral derecho. Con la misma técnica utilizada para el lóbulo izquierdo, se realiza enucleación del lóbulo lateral derecho, liberando ambos lóbulos hacia la vejiga. 327 GYRUS ACMI Figura 8 Morcelación. Se realiza morcelación de tejido prostático enucleado con la vejiga distendida para evitar lesiones. vapoenucleación prostática11 . Desde entonces se han comprobado sus ventajas con respecto a otras técnicas utilizadas para el manejo quirúrgico de la hiperplasia prostática, entre ellas el uso de longitud de onda de 1.9 m que permite una mejor absorción de la radiación por el agua (cromóforo), logrando un corte del tejido más eficaz12 . La emisión de energía se realiza de manera continua, lo cual se traduce en una mejor coagulación y hemostasia, siendo posible realizar el procedimiento incluso en pacientes con coagulopatías o en tratamiento mediante anticoagulación. También se ha propuesto que el láser Tulio produce menor lesión térmica en el tejido, produciendo carbonización en una superficie menor de 50 m12 . En nuestro paciente en particular se obtuvieron aproximadamente 106 g de tejido en 120 min, logrando una adecuada visualización con sangrado mínimo, con lo cual corroboramos lo descrito en la literatura sobre la capacidad de esta técnica de obtener grandes cantidades de tejido en menor tiempo en comparación con la resección transuretral de próstata y con menor sangrado, principalmente cuando se trata de próstatas con volúmenes grandes12,13 . El uso de irrigación con solución salina permite evitar el riesgo de hiponatremia dilucional. En comparación con la técnica quirúrgica abierta, considerada el estándar de oro para el manejo quirúrgico de próstatas con adenomas mayores de 80 g, la cantidad de tejido obtenido es comparable, mientras que las complicaciones y la estancia hospitalaria se ha demostrado que son menores13 . La enucleación prostática es una técnica que surge como alternativa para intentar combinar la efectividad de la cirugía abierta con la menor morbilidad de la técnica transuretral14 . En base a lo anterior surge la vapoenucleación prostática con láser Tulio como una alternativa importante a la resección transuretral de la próstata y la prostatectomía retropúbica. Tiene la ventaja de poder 328 ser realizada independientemente del volumen prostático, logrando la resección de una mayor cantidad de adenoma, con menor probabilidad de complicaciones trans y postoperatorias y con resultados similares, por lo cual decidimos presentar la técnica quirúrgica realizada en el Hospital Central Militar para difundirla, tomando como base la técnica original y combinándola con la experiencia personal que se tiene en enucleación prostática con láser Holmium. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Rassweiler J, Teber D, Kuntz RM, et al. Complications of transurethral resection of the prostate (TURP)----incidence, management and prevention. Eur Urol. 2005;50:969. 2. Tubaro A, de Nunzio C. The current role of open surgery in BPH. EAU-EBU Update Series. 2006;4:191. 3. Reich O, Gratzke C, Bachmann A, et al. Morbidity, mortality and early outcome of transurethral resection of the prostate: A prospective multicenter evaluation of 10,654 patients. Urology Section of the Bavarian Working Group for Quality Assurance. J Urol. 2008;180:246. J.A. Castelán-Martínez et al 4. Gratzke C, Schlenker B, Seitz M, et al. Complications and early postoperative outcome after open prostatectomy in patients with benign prostatic enlargement: Results of a prospective multicenter study. J Urol. 2007;177:1419. 5. Adam C, Hofstetter A, Deubner J, et al. Retropubic transvesical prostatectomy for significant prostatic enlargement must remain a standard part of urology training. Scand J Urol Nephrol. 2004;38:472. 6. Kuntz RM. Current role of lasers in the treatment of benign prostatic hyperplasia (BPH). Eur Urol. 2006;49:961---9. 7. Muschter R. Laser therapy for benign prostate hyperplasia. Aktuelle Urol. 2008;39:359---68. 8. Herrmann TR, Bach T, Imkamp F, et al. Thulium laser enucleation of the prostate (ThuLEP): Transurethral anatomical prostatectomy with laser support. Introduction of a novel technique for the treatment of benign prostatic obstruction. World J Urol. 2010;28:45---51. 9. Gilling PJ, Cass CB, Malcolm AR, et al. Combination holmium and Nd:YAG laser ablation of the prostate: Initial clinical experience. J Endourol. 1995;9:151---3. 10. Gilling PJ, Cass CB, Cresswell MD<ET-AL. The use of the holmium laser in the treatment of benign prostatic hyperplasia. J Endourol. 1996;10:459---61. 11. Fried NM, Murray KE. High-power thulium fiber laser ablation of urinary tissues at 1.94 m. J Endourol. 2005;19:25---31. 12. Xia S-J, Zhuo J, Sun X-W, et al. Thulium laser versus standard transurethral resection of the prostate: A randomized prospective trial. Eur Urol. 2008;53:382---90. 13. Bach T, Netsch C, Pohlmann L, et al. Thulium:YAG vapoenucleation in large volume prostates. J Urol. 2011;186:2323---7. 14. Bach T, Muschter R. Operative therapy of benign prostatic hyperplasia: Enucleation procedures (HoLEP and ThuVEP). Urologe. 2013;52:345---9.