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mayo-junio 2015 Volumen 75, Número 3. Volumen 75, mayo-junio de 2015, Número 3 Impreso ISSN: 0185-4542 COLEGIO DE PROFESIONISTAS, A.C. Editor Dr. José Guzmán Esquivel Co-editor Dr. Jesús Emmanuel Rosas Nava * ARTEMISA * SSALUD * LILACS * IMLA * PERIODICA-UNAM * IMBIOMED * LATINDEX REVISTA MEXICANA DE UROLOGÍA Cistograma miccional: se aprecia vejiga septada y reflujo vesicoureteral. pp 143 • Prevención cuaternaria • Validación de las tablas de Partin para cáncer de próstata en población mexicana • Complicaciones de la colocación de malla sintética vaginal para la incontinencia urinaria de esfuerzo • Indicaciones y resultados del tratamiento de litiasis renal única asintomática menor de 10 mm en adultos • Divertículo vesical congénito: causa de obstrucción al tracto urinario • Fístula arteriovenosa dural, lesión medular y disinergia vesicoesfinteriana • Nefrectomía bilateral laparoscópica pretrasplante. Presentación de 2 casos • Tumor renal izquierdo y tumor suprarrenal derecho: abordaje laparoscópico en el mismo tiempo quirúrgico • Tumor testicular de saco vitelino con metástasis a pleura: primer caso reportado en la literatura • Infarto renal agudo segmentario con resolución espontánea, reporte de un caso • Fístula escroto-cutánea como complicación de pancreatitis necrosante aguda • Adrenalectomía laparoscópica derecha por feocromocitoma • Cistoprostatectomía radical con conducto ileal. Técnica laparoscópica pura • Captaciones de 18F-fluorocolina en vértebras con afectación de enfermedad de Paget en pacientes con cáncer de próstata. A propósito de 2 casos Uro-TAC: muestra claramente divertículo vesical en cara posterior derecha de vejiga. pp 144 Divertículo paraureteral derecho y reflujo vesicoureteral GII. pp 144 www.elsevier.es COLEGIO DE PROFESIONISTAS, A.C. FUNDADOR Dr. Aquilino Villanueva Arreola† EDITOR Dr. José Guzmán Esquivel Doctor en Ciencias Médicas CO-EDITOR Dr. Jesús Emmanuel Rosas Nava Maestro en Ciencias Médicas CONSEJO EDITORIAL Dr. Jorge Jaspersen Gastelum, Hospital General de México OD., México, DF. Dr. Arturo Mendoza Valdés, Hospital Médica Sur, México, DF. Dr. Mariano Sotomayor de Zavaleta, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, México, DF. Dr. Jose Efraín Flores Terrazas, Hospital Central Militar, México, DF. Dr. Jorge Gutiérrez Aceves, Hospital Wake Forest Baptist Health, North Carolina EU. Dr. Hugo A. Manzanilla García, Hospital General de México OD., México, DF. Dr. Carlos Pacheco Galbhler, Hospital General Manuel Gea González, México, DF. Dr. Julio Querol Zuñe, Hospital Angeles Xalapa, Xalapa Ver. Dr. José Arturo Rodríguez Rivera, Hospital General de Occidente SA, Guadalajara, Jal. Dr. Luis Beas Sandoval, Hospital C. Unión, Colima, Col. COMITÉ DE ASESORES CIENTÍFICOS Dr. Francisco Rodríguez Covarrubias, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, México, DF. Dr. José Clemente Vásquez Jiménez, Centro Univesitario de Investigaciones Biomédicas, Colima, Col. Dr. Óscar Uribarren Berrueta, Hospital ISSSTE. Miguel Trejo Ochoa, Colima, Col. Dr. Raúl Joya Cervera, Hospital General Universitario, Colima, Col. Dra. Luz Margarita Baltazar Hernández, Facultad de Medicina Universidad de Colima, Colima, Col. Dr. Iván Delgado Enciso, Facultad de Medicina, Universidad de Colima, Colima, Col. Dr. Valery Melnikov, Facultad de Medicina, Universidad de Colima, Colima, Col. Dr. Herney Andrés García Perdomo, Universidad del Valle, Cali, Colombia COMITÉ EDITORIAL INTERNACIONAL Dr. Paul A. Escovar Díaz, Hospital Das Clinicas Universidade de Sao Paulo, Sao Paulo, Brasil Dr. Shlomo Raz, Medical Plaza Driveway Los Angeles, Los Ángeles, Cal. EU Dra. Tania Gonzalez León, Centro Nacional de Mínimo Acceso, La Habana, La Habana, Cuba Dr. Robert G. Ferrigni, Mayo Clinic Hospital, Phoenix, AZ, EU. Dr. Eloisio Alexandro Da Silva, Universidade do Estado do Rio do Janeiro, Rio de Janeiro, Brasil Dr. Paulo C. Rodríguez Palma, Unversidade do Campinas, Sao Paulo, Brasil Dr. Ian Thompson Jr., Cancer Therapy and Research Center, San, Antonio Tx. EU REVISTA MEXICANA DE UROLOGIA, año 2015, número 3, mayo-junio, es una publicación bimestral editada por la Sociedad Mexicana de Urología, Colegio de Profesionistas, A.C., Edi cio WTC, Montecito #38, Piso 25, O c. 37, Col. Nápoles, Deleg. Benito Juárez. C.P. 03810 Tel. 90-00-3 3-85, Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2010-082713134900-102, Impreso ISSN: 0185-4542 otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Licitud de Título y Contenido No. 15129 otorgado por la Comisión Califi cadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresión,arte, diseño, composición tipográca y proceso fotomecánico por Elsevier Masson Doyma México, S.A., Insurgentes Sur 1388 piso 8, Col. Actipan, C.P. 03230, Delegación Benito Juárez, México, D.F., Tel: (55) 55 24 49 20 Fax: (55) 55 24 04 68. Este número se imprimió con un tiraje de 1,200 ejemplares, impresión tipo Offset en papel couché de 125 gr. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Revista Mexicana de Urología. COLEGIO DE PROFESIONISTAS, A.C. MESA DIRECTIVA 2013-2015 Presidente Dr. Mariano Jorge Sotomayor de Zavaleta Vicepresidente Dr. Jesús Torres Aguilar Secretario Dr. Melchor Castro Marín Tesorero Dr. Luis Fernando Quinzaños Sordo Secretario de Educación Secretario de Actas Editor Dr. Jesús Emmanuel Rosas Nava Dr. José Guzmán Esquivel Primer Vocal Co-Editor Dr. José Gadú Campos Salcedo Dr. Jesús Emmanuel Rosas Nava Segundo Vocal Coordinación de Residentes Dr. Felipe Guzmán Hernández Dr. José Alberto Huante Pérez Dr. Carlos Martínez Arroyo Tercer Vocal Dr. Gabriel Catalán Quinto Comisario Editor WEB Dr. Arturo García Mora Dr. Francisco Tomás Rodríguez Covarrubias Carlos Murphy Sánchez Andrología Urología Pediátrica Historia y Filosofía Dr. Ricardo Alonso Castillejos Molina Dr. Gildardo Manzo Pérez Dr. Enrique Efrén Quintero García Uro-Oncología Neuro-Urología y Uro-Ginecología Endourología y Laparoscopia Dr. Joel Quintero Becerra Dr. Adrián Gutiérrez González Trasplante Dr. Carlos Enrique Méndez Probst Dr. Víctor Corona Montes Dr. Anel Rogelio Aragón Tovar Estudios Diagnósticos en Urología CAPÍTULOS Cirugía Reconstructiva Genitourinaria Dr. Julio César López Silvestre Dr. Miguel Rodríguez Esqueda VOCALES Sección Norte Sección Golfo de Cortés Sección Oriente Dr. Manuel Arnoldo Barrera Solís Dr. Rodolfo Favela Camacho Dr. Julio Cesar Querol Suñé Sección Noroeste Sección Occidente Sección Sur Dr. Hildebrando Barrios Garcia Dr. Carlos Arturo Muñoz Rangel Dr. Pedro Alfredo Patrón Sansor Coordinador Relaciones Internacionales Sección Noreste Sección Bajío Dr. Iván Alejandro Reyes García Dr. Salvador Guillermo Gállego Sales Sección Centro Norte Sección Centro Dr. Mauricio Casas Varela Dr. Omar Morales Ordaz Dr. José de Jesús Espinosa de los Monteros Falomir EDITORES PRECEDENTES Arturo Lara Rivas Jaime Woolrich Domínguez† Antonio Aparicio Sánchez-Covisa† Xavier Ibarra Esparza David Jiménez Velasco† Juan Maldonado Hernández† Elías Zonana Farca Gilberto Lozano Lozano† Francisco Castañeda Pérez† José Antonio Medina Rodríguez Sergio Martín del Campo Martínez† Enrique Shalkow Polakevitz† Álvaro Alias Álvarez Carlos Pacheco Gabhler Porfirio C. Estrada Arras Carlos Murphy Sánchez Luis Roberto Beas Sandoval • CONTENTS • SUMARIO EDITORIAL EDITORIAL 123 Quaternary prevention D.A. Villaseñor Chávez, et al. Prevención cuaternaria ORIGINAL ARTICLES ARTÍCULOS ORIGINALES Validation of the Partin tables for prostate cancer in the Mexican population 126 V. Cornejo-Dávila, et al. Validación de las tablas de Partin para cáncer de próstata en población mexicana 132 Complicaciones de la colocación de malla sintética vaginal para la incontinencia urinaria de esfuerzo E. Mayorga-Gómez, et al. E. Mayorga-Gómez, et al. REVIEW ARTICLE ARTÍCULO DE REVISIÓN Treatment indication and results for single asymptomatic kidney stones < 10 mm in adults 137 Indicaciones y resultados del tratamiento de litiasis renal única asintomática menor de 10 mm en adultos C.I. Villeda-Sandoval, et al. C.I. Villeda-Sandoval, et al. CLINICAL CASES CASOS CLÍNICOS Congenital bladder diverticulum: Cause of urinary tract obstruction 142 Á. Gurrola-Ortega, et al. Divertículo vesical congénito: causa de obstrucción al tracto urinario 132 137 142 Á. Gurrola-Ortega, et al. Dural arteriovenous fistula causing spinal cord injury and vesicosphincteric dyssynergia 146 R. Sierra-Labarta, et al. Fístula arteriovenosa dural, lesión medular y disinergia vesicoesfinteriana 146 R. Sierra-Labarta, et al. Pre-transplantation laparoscopic bilateral nephrectomy: Two cases 149 V.M. Pérez-Mazanares, et al. Nefrectomía bilateral laparoscópica pretrasplante. Presentación de 2 casos 149 V.M. Pérez-Mazanares, et al. Left renal tumor and right adrenal tumor: Laparoscopic approach in a single surgery J. Padilla-Piña, et al. Director General: 126 V. Cornejo-Dávila, et al. Complications of vaginal synthetic mesh placement for urinary incontinence Editada por: 123 D.A. Villaseñor Chávez, et al. 154 Tumor renal izquierdo y tumor suprarrenal derecho: abordaje laparoscópico en el mismo tiempo quirúrgico J. Padilla-Piña, et al. MASSON DOYMA MÉXICO, SA. Av. Insurgentes Sur 1388, Piso 8, Col. Actipan Del. Benito Juárez, CP 03230, México, D.F. Tels.: 5524-1069, 5524-4920, Fax: 5524-0468. Pedro Turbay Garrido 154 Testicular yolk sac tumor with metastasis to the pleura: First case reported in the literature 158 A. Zárate-Morales, et al. Acute segmental renal infarction with spontaneous resolution: A case report 162 167 Fístula escroto-cutánea como complicación de pancreatitis necrosante aguda 172 Adrenalectomía laparoscópica derecha por feocromocitoma 177 Cistoprostatectomía radical con conducto ileal. Técnica laparoscópica pura V.M. Pérez-Mazanares, et al. IMAGES IN UROLOGY IMÁGENES EN UROLOGÍA F-fluorocholine uptake into pagetic vertebrae in prostate cancer patients: 2 cases A. Martínez-Lorca, et al. 167 172 V.M. Pérez-Mazanares, et al. V.M. Pérez-Mazanares, et al. 18 162 C.A. Monterrosas-Minutti, et al. V.M. Pérez-Mazanares, et al. Radical cystoprostatectomy with ileal conduit using a purely laparoscopic technique Infarto renal agudo segmentario con resolución espontánea, reporte de un caso H. Becerra-Herrejón, et al. C.A. Monterrosas-Minutti, et al. Laparoscopic right adrenalectomy for pheochromocytoma 158 A. Zárate-Morales, et al. H. Becerra-Herrejón, et al. Cutaneous scrotal fistula as a complication of acute necrotizing pancreatitis Tumor testicular de saco vitelino con metástasis a pleura: primer caso reportado en la literatura 182 Captaciones de 18F-fluorocolina en vértebras con afectación de enfermedad de Paget en pacientes con cáncer de próstata. A propósito de 2 casos A. Martínez-Lorca, et al. 177 182 Rev Mex Urol. 2015;75(3):123---125 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx EDITORIAL Prevención cuaternaria Quaternary prevention Desde sus orígenes, el ser humano ha intentado explicarse el porqué de la vida y la muerte, basando los inicios de la práctica médica en 2 pilares: el empirismo y en una medicina mística, recurriendo a los dioses para intentar comprender lo inexplicable. A lo largo de la historia, desde los inicios de la medicina y remontándonos al origen mitológico de la misma, vemos cómo ha evolucionado esta, desde aquella medicina basada en la magia contra espíritus malignos, hasta lograr el inicio de la medicina científica con la aparición en Grecia de un personaje histórico, símbolo del médico ideal, Hipócrates. Logrando, posteriormente, la aplicación del método científico, siendo a partir de la segunda mitad del siglo xix en que la medicina científica se establece en forma definitiva como la corriente principal del conocimiento y la práctica médica1 . Vemos como en las últimas décadas, gracias al avance de la ciencia y la tecnología se han logrado impresionantes descubrimientos en el ámbito médico, que han llevado a la modernización de la medicina, convirtiéndola en una medicina centrada demasiado en los datos y en las mediciones hechas con máquinas, perdiendo poco a poco la relación humana médico-paciente. Se debe comprender que desde siempre el ser humano ha sido la figura central de la historia, por esta razón los médicos debemos entender que no hay nada más noble que proteger su salud y atender su enfermedad, en la búsqueda de este objetivo reluce el término «prevención». Desde siempre se ha dicho «prevenir es mejor que curar» y la existencia de enfermedades crónicas relacionadas con factores de riesgo causales, como los estilos de vida no saludables, ha llevado a que las actividades de prevención incrementen su importancia en la atención médica. Por lo tanto, es importante conocer a qué se refiere cada nivel de prevención, así tenemos: --- Prevención primaria: frente a las causas para evitar que aparezca la enfermedad. --- Prevención secundaria: frente a la enfermedad en sus fases precoces, para evitar su progresión. --- Prevención terciaria: en las enfermedades no reversibles se centra en la rehabilitación, previniendo la incapacidad; en enfermedades crónicas prolongando la supervivencia y en enfermedades reversibles disminuyendo la prevalencia de la enfermedad en la población. En los últimos años ha salido a la luz el concepto de prevención cuaternaria, propuesto en 1986 por el médico belga Marc Jamoulle, médico familiar, y en 1999 Wonca International Classification Committee (WIIC), acepta la definición propuesta por el autor2 , y ahora es ya un concepto extensamente reconocido, comprendido como una mirada crítica a las intervenciones médicas, que surge debido a la creciente capacidad de la medicina para producir más iatrogenia que nunca. Cuyo objetivo es evitar el sobrediagnóstico, el sobretratamiento y el sobrecribado en los pacientes, y disminuir la incidencia de iatrogenia. La prevención cuaternaria se define como «las medidas adoptadas para identificar a los pacientes en riesgo de un exceso de medicación, para protegerlo de una nueva invasión médica, y sugerirle solo intervenciones éticamente aceptables»3 en otras palabras es una serie de actividades que tiene como objetivo evitar, reducir y paliar el perjuicio provocado por la intervención médica. ¿Pero cuál es la importancia de conocer este concepto? La importancia radica en que desde siempre todos los esfuerzos en el área de la salud han sido encaminados a proteger la salud humana, por lo cual es inaceptable que las actividades de salud puedan llegar a ser motivo de daño. La prevención cuaternaria es muy compleja en una situación en la que el paciente tiene síntomas y quejas, y el médico no encuentra la enfermedad. En estas situaciones, para aplicar la prevención cuaternaria se requiere del enfoque individual al paciente, la buena comunicación, el equilibrio entre la búsqueda de procedimientos apropiados http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.05.001 2007-4085/© 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). 124 y la definición de procedimientos necesarios junto con la medicina basada en la evidencia, lo cual se convierte en una necesidad en el proceso de llevar el paciente a través de sistema de salud moderno4 . Ya sea por la crisis económica o porque empieza a haber conciencia social, lo cierto es que surge la ineludible necesidad de controlar el gasto, de cuestionar pruebas y diagnósticos costosos que no van a beneficiar al paciente, y de encontrar el balance adecuado entre el bien social y los deseos y preferencias individuales. Son llamativos los resultados de una encuesta realizada a 803 médicos franceses que opinan que solo el 72% de las pruebas y tratamientos que realizan están justificados. Y es un escándalo que sigan muriendo millones de personas por causas inmorales (hambre y enfermedades remediables) y que en los países menos desarrollados persista la brecha 10/90, en donde apenas el 10% de los recursos mundiales destinados a investigación en salud se dedica a las enfermedades responsables del 90% de la carga mundial de morbilidad, mientras que en EE.UU. se estima un gasto por medicalización de 77 billones de dólares en un año5 . Hay una creciente preocupación por la posibilidad de que la medicalización (proceso por el cual los problemas no médicos se definen y tratan como problemas médicos) está impulsando el aumento de los costos de atención de salud. En EE.UU., el gasto médico de condiciones medicalizadas se estima en aproximadamente $77 mil millones en 2005, un 3,9% del total de los gastos nacionales en atención de la salud. Esta estimación se basa en los costos directos asociados con 12 condiciones medicalizadas, por lo tanto no incluye todas las condiciones medicalizadas6 . Haciendo un enfoque en el área de urología hablemos del sobrediagnóstico y el sobretratamiento de cáncer de próstata. La Sociedad Americana contra el Cáncer recomienda que los varones asintomáticos que tienen al menos una esperanza de vida de 10 años tienen la oportunidad de tomar una decisión informada, con su médico de atención, acerca de la detección del cáncer de próstata después de recibir información sobre las incertidumbres, los riesgos y los beneficios potenciales asociados con la detección de cáncer de próstata. La prevención del cáncer de próstata no debería ocurrir sin un proceso de toma de decisiones informada. Los varones que tienen un riesgo medio deberían recibir esta información a partir de los 50 años de edad. Los varones en grupos de alto riesgo deben recibir esta información antes de los 50 años7 . A partir de la introducción en los años 80 de la determinación sérica de antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) como método de detección de cáncer de próstata y de la obtención de biopsias prostáticas, se ha visto un aumento de la incidencia anual del cáncer de próstata, en los años 80 era de alrededor de 69 casos/100.000 varones, en el año 2000 fue de 104 casos. En el caso del cáncer de próstata ahora sabemos que el cribado con PSA y tacto rectal produce graves perjuicios y no evita muertes. El porcentaje de tumores encontrados con enfermedad metastásica era del 20% antes de la popularización del test, sin embargo en los últimos años este porcentaje se ha reducido al 5%. En EE.UU., en la era pre-PSA, el cáncer de próstata era responsable del 9% de las muertes de los varones y, actualmente, es del 3%, esto significa que la detección EDITORIAL precoz de la enfermedad y su tratamiento, realmente reducen su tasa de mortalidad en, aproximadamente, un 6%; sin embrago se asume que la mayoría de los varones con cáncer de próstata diagnosticados en un cribado morirán por una causa ajena al cáncer8 . De esta forma se puede decir que la detección de cáncer de próstata no tiene un impacto significativo sobre la mortalidad global o la muerte por cáncer de próstata y que el cribado ayuda a diagnosticar el cáncer de próstata en una fase anterior, pero con el riesgo de efectos adversos del sobretratamiento9 . Estudios han estimado que el 22-42% de los casos de PCA detectados por cribado en EE.UU. se diagnostica en exceso10 . En EE.UU. se estima que el sobretratamiento de cáncer de próstata cuesta $15,308 USD más por paciente que la vigilancia activa, lo cual implica el seguimiento con PSA, biopsias y tratamiento definitivo si el cáncer progresa. El tratamiento definitivo incluye el costo del tratamiento y las complicaciones que puedan surgir. Extrapolado a nivel nacional, el costo neto acumulado de sobretratamiento en varones ≥ 66 años es de $32.000.000 MXN por año11 . Retomando el concepto de prevención cuaternaria, vemos que es también esencial en el fenómeno conocido como tráfico de enfermedad o comercialización de la enfermedad, que se refiere al esfuerzo que realizan las compañías farmacéuticas por llamar la atención sobre trastornos o enfermedades frecuentemente inofensivas con objeto de incrementar la venta de medicamentos mediante campañas publicitarias, visitadores médicos y estudios que intentan medicalizar cualquier afección. Fomentar este tipo de prevención y frenar las consecuencias del tráfico de enfermedad requiere el desarrollo de todo el potencial institucional para la prevención, así como voluntad personal a la moderación, implica ser crítico de nuestro trabajo, implica no ser dañino ni maligno, respetando el principio de justicia como gestores de los recursos públicos limitados y sentirnos responsables del costo social que resulta de las decisiones médicas. Para concluir, la prevención cuaternaria se ha convertido en un componente esencial del concepto de prevención en cualquier área médica y debe ser aplicada como herramienta de protección de salud y agregarse como otro nivel de atención en el escenario actual haciendo honor a la máxima atribuida al médico griego Hipócrates, «primum non nocere» «lo primero es no hacer daño». Bibliografía 1. Pérez Tamayo R. De la magia primitiva a la medicina moderna. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica; 1997. 2. Suarez Cuba MA. Prevención cuaternaria en medicina familiar/general. Rev Med La Paz. 2013;19:67---72. 3. Pandve HT. Quaternary prevention: Need of the hour. J Family Med Prim Care. 2014;3:309---10. 4. Baricević IZ, Botica MV, Renar IP. Quaternary prevention as a basis for rational approach to the patient in family practice. Lijec Vjesn. 2014;136:152---5. 5. Martínez González C, Riaño Galán I, Sánchez Jacob M, et al. Prevención cuaternaria. La contención como imperativo ético. An Pediatr. 2014;81, 396.e1-8. EDITORIAL 6. Conrad P, Mackie T, Mehrotra A. Estimating the costs of medicalization. Soc Sci Med. 2010;70:1943---7. 7. Wolf AM, Wender RC, Etzioni RB, et al., American Cancer Society Prostate Cancer Advisory Committee. American Cancer Society guideline for the early detection of prostate cancer: update 2010. CA Cancer J Clin. 2010;60:70---98. 8. García González R, Mayayo Dehesa T. Cancer de próstata: sobretratamiento y sobrediagnóstico. Arch Esp Urol. 2006;59: 563---9. 9. Djulbegovic M, Beyth RJ, Neuberger MM, et al. Screening for prostate cancer: Systematic review and meta-analysis of randomised controlled trials. BMJ. 2010;341:c4543. 10. Loeb S, Bjurlin MA, Nicholson J, et al. Overdiagnosis and overtreatment of prostate cancer. Eur Urol. 2014;65: 1046---55. 125 11. Chustecka Z. $32 Million: Cost of Overtreatment of Prostate Cancer. Medscape Medical News. 2013 [consultado 20 Abr 2015]. Disponible en: http://www.medscape.com/viewarticle/ 779223. a D.A. Villaseñor Chávez a,∗ y J. Guzmán Esquivel b Unidad de Investigación, Hospital General de Zona 1, Colima, Colima, México b Unidad de Investigación en Epidemiologia Clínica, Hospital General de Zona 1, Colima, Colima, México ∗ Autor para correspondencia. Correo electrónico: dorialy 5@hotmail.com (D.A. Villaseñor Chávez). Rev Mex Urol. 2015;75(3):126---131 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Validación de las tablas de Partin para cáncer de próstata en población mexicana V. Cornejo-Dávila ∗ , E. Mayorga-Gómez, M.A. Palmeros-Rodríguez, I. Uberetagoyena-Tello de Meneses, G. Garza-Sáinz, V. Osornio-Sánchez, L. Trujillo-Ortiz, E.J. Sedano-Basilio, D.A. Preciado-Estrella, J.A. Herrera-Muñoz, J. Gómez-Sánchez, C. Martínez-Arroyo, M. Cantellano-Orozco, G. Morales-Montor y C. Pacheco-Gahbler División de Urología, Hospital General «Dr. Manuel Gea González», S.S.A. , México, D.F., México Recibido el 1 de octubre de 2014; aceptado el 24 de marzo de 2015 Disponible en Internet el 10 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Tablas Partin; Cáncer de próstata; Validación; México Resumen Antecedentes: Las tablas de Partin ayudan a predecir el resultado de la pieza de la prostatectomía radical y decidir si el paciente se beneficiará del procedimiento. Dichos resultados se generaron en población estadounidense y se han validado en otros países. En México no existe ningún estudio que valide su uso en nuestra población. Objetivo: Validar la predicción realizada mediante tablas de Partin en pacientes mexicanos con cáncer de próstata localizado sometidos a prostatectomía radical en un hospital de la Ciudad de México. Material y métodos: Se revisaron 106 expedientes de pacientes a quienes se les realizó prostatectomía radical como tratamiento para el cáncer de próstata localizado en el periodo de enero de 2004 a junio de 2014 y se compararon mediante curvas ROC los resultados obtenidos con la cohorte de Partin de 2007 con las que se validaron las tablas actualizadas. Resultados: La distribución de resultado patológico fue extensión extraprostática 22.6%, vesículas seminales 12.3%, ganglios linfáticos 2.8% mientras que en la cohorte de Partin de 2007 la distribución fue extensión extraprostática 22%, vesículas seminales 3%, ganglios linfáticos 1%. Al hacer el análisis con curvas ROC la precisión para predecir los resultados fue de 64.6, 81.5 y 89% para extensión extraprostática, vesículas seminales y ganglios linfáticos respectivamente. Discusión: Los resultados obtenidos corroboran la utilidad de las tablas de Partin de 2007 para predecir resultados patológicos en los pacientes de nuestra institución, con cifras similares e incluso mayores a los estudios de validación en Norteamérica y Europa. ∗ Autor para correspondencia. Calzada de Tlalpan 4800 Colonia Sección XVI Delegación Tlalpan, México Distrito Federal. CP 14080. Teléfono: +4000 3000, Ext. 3298. Correo electrónico: cornejomd@gmail.com (V. Cornejo-Dávila). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.03.004 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Validación Partin en México 127 Conclusión: En pacientes sometidos a prostatectomía radical en nuestra institución la precisión global de las tablas de Partin es similar a la cohorte original de 2007. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). KEYWORDS Partin tables; Prostate cancer; Validation; Mexico Validation of the Partin tables for prostate cancer in the Mexican population Abstract Background: The Partin tables aid in predicting radical prostatectomy specimen results and in deciding whether a patient will benefit from the procedure. The results justifying the tables were from a United States population and have been validated in other countries. There are no studies in Mexico validating the use of these tables in the Mexican population. Aims: To validate the prediction of results through the use of Partin tables in Mexican patients with localized prostate cancer that underwent radical prostatectomy at a single hospital in Mexico City. Methods: One hundred and six case records were reviewed of patients that underwent radical prostatectomy as treatment for localized prostate cancer within the time frame of January 2004 to June 2014. For validation purposes, ROC curve results were compared with those of the 2007 Partin cohort. Results: The pathologic result distribution was extraprostatic extension 22.6%, seminal vesicle invasion 12.3%, and lymph node invasion 2.8%, whereas the distribution for the 2007 Partin cohort was extraprostatic extension 22%, seminal vesicle invasion 3%, and lymph node invasion 1%. The analysis of the ROC curves showed that the accuracy for predicting the results was 64.6, 81.5, and 89% for extraprostatic extension, seminal vesicle invasion, and lymph node invasion, respectively. Discussion: The results obtained corroborate the usefulness of the 2007 Partin tables for predicting the pathologic results in patients at our institution; our figures were similar and even higher than those of the validation studies in North America and Europe. Conclusions: The overall accuracy of the Partin tables in patients that underwent radical prostatectomy in our institution was similar to that of the original 2007 cohort. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Introducción La prostatectomía radical es el tratamiento que ofrece la mejor oportunidad de cura en pacientes con cáncer de próstata cuando la enfermedad está localizada; para determinar qué pacientes se beneficiarán de esta cirugía debe predecirse de forma precisa el estadio patológico. Existen numerosos nomogramas para predecir cáncer de próstata órgano-confinado, entre los cuales destaca el de Partin, propuesto en 1993, con actualizaciones en 1997, 2001 y la última en 2007, así como los de Kattan. Las actualizaciones se han debido a que el conocimiento respecto al cáncer de próstata se ha ido expandiendo y algunas situaciones han cambiado respecto a estadificación y distribución de estadios en la población1---9 . Las llamadas «tablas de Partin» representan un modelo predictivo del resultado del estadio patológico tras prostatectomía radical que toma en cuenta 3 variables preoperatorias: el nivel de antígeno prostático total, el estadio clínico y el resultado en la escala de Gleason de la biopsia prostática, basándose en resultados de una cohorte grande de pacientes. Las tablas originales de Partin se basaron en una cohorte de pacientes entre 1982 y 1991, 4 años más tarde se actualizaron con datos de 1982 a 1996; en 2001 se tomaron en cuenta datos de 1994 a 2000. En 2007, debido a que cada vez existían más pacientes diagnosticados con niveles más bajos de antígeno prostático, estadios no palpables y Gleason bien diferenciado, se actualizaron por última vez las tablas, considerando que los pacientes actuales eran diferentes a los empleados para las tablas previas. En esa actualización se emplearon datos obtenidos de 5,730 pacientes sometidos a prostatectomía radical entre 2000 y 2005 en el Instituto de Urología Brady en Johns Hopkins10 . Los resultados que justifican su uso se generaron en población estadounidense y ya se han validado en otras poblaciones diferentes a las que las originaron, tanto en Norte América como en Europa. En México no existe ningún estudio publicado que valide su uso en nuestra población, por lo que para poder emplear la predicción según tablas de Partin en nuestros pacientes, se debe realizar un estudio que corrobore que los resultados son aplicables. La validación externa es el estándar de oro para determinar la capacidad de las herramientas de estadificación para discriminar aquellos con el desenlace esperado de los que no 128 V. Cornejo-Dávila et al. lo tienen. Esta capacidad es cuantificable mediante el área bajo una curva ROC. Un área bajo la curva (AUC) de 0.5 o 50% indica que el modelo no tiene la habilidad para predecir el desenlace esperado y que genera predicciones aleatorias. La mayoría de los modelos predicen con una precisión de 70-80%. En el año 2000, Blute et al. validaron las tablas de 1997 en una población de 2,475 pacientes de la Clínica Mayo tratados con prostatectomía radical y linfadenectomía; el análisis de curvas ROC mostró una precisión de 76% para enfermedad órgano-confinada y 84% para ganglios linfáticos, ligeramente mayor que la cohorte de Partin de 1997 pero corroborando su aplicabilidad en otra población norteamericana11 . Graefen et al. realizaron una validación de las tablas de Partin de 2001 en un grupo de 1,298 pacientes entre 1992 y 2000 en Hamburgo, encontrando que mediante análisis de curvas ROC tenían un 81% de precisión para predecir órganoconfinado y 80% para predecir afección a ganglios linfáticos, por lo que podían emplearse para pacientes europeos o al menos alemanes12 . Naito et al. validaron las tablas de Partin de 2001 en una población de 1,188 pacientes japoneses entre 1997 y 2005, encontrando mediante curvas ROC un 69% para predecir enfermedad órgano-confinada y 79% para afección de ganglios linfáticos, así mismo propusieron un nomograma para pacientes japoneses empleando las mismas 3 variables preoperatorias el cual presentó áreas bajo la curva similares con 71% de precisión para órgano-confinado y 86% para enfermedad ganglionar13 . Eskicorapci et al. validaron las tablas de Partin de 2001 en Turquía, incluyendo 1,043 pacientes de diferentes centros y se realizó un análisis de curvas ROC, encontrando valores de precisión de 66, 73 y 75% para predecir enfermedad Tabla 1 órgano-confinada, invasión a vesículas seminales y a ganglios linfáticos, respectivamente14 . En México, Rojas et al. realizaron un estudio con la intención de validar el nomograma de Kattan para predecir recurrencia en los primeros 5 años tras prostatectomía radical, se incluyeron 77 pacientes de un solo centro y se concluyó que dicho nomograma tendía a sobrestimar el periodo libre de recurrencia en la población estudiada. Este es el único estudio previo con la intención de validar nomogramas de cáncer de próstata en nuestro país15 . Makarov, Partin et al. en 2007 actualizaron las tablas de Partin encontrando una distribución de estadio patológico de órgano-confinado de 73%, extensión extraprostática 22%, vesículas seminales 3% y ganglios linfáticos 1%, comparativamente con mayor frecuencia de pacientes con cáncer órgano-confinado que en las tablas previas, resultado de la llamada «migración de estadio» incrementando el número de pacientes con etapas más tempranas. Al hacer el análisis de regresión logística multivariable se corroboró que las 3 variables contribuían de forma significativa a la predicción y se modificaron algunas categorías de las mismas, generando solo 3 alternativas en el estadio clínico (T1c, T2a y T2b/T2c) y agregando la subdivisión en niveles de antígeno entre 0 y 2.5 ng/mL10 . Augustin et al. compararon las tablas de Partin de 1997, 2001 y 2007 en una población de 687 pacientes entre 2003 y 2008 tratados con prostatectomía radical en primera instancia con curvas ROC encontrando que las 3 tablas generan una predicción adecuada, sin existir una clara ventaja de la tabla de 200716 y posteriormente mediante un análisis de curva de decisión identificaron que para extensión extraprostática parecía favorecer al modelo de 2007, sin embargo de forma global no logró demostrar un beneficio Características de los pacientes de nuestra serie en comparación con la serie de Partin de 2007. NA: no aplicable Nuestra serie n= 106 (%) Partin n= 5730 (%) Valor de p Estadio clínico T1c T2a T2b/c 76 (71.7) 20 (18.9) 10 (9.4) 4419 (77.1) 998 (17.4) 313 (5.5) 0.190 0.693 0.079 Antígeno (ng/mL) 0-2.5 2.6-4.0 4.1-6.0 6.1-10.0 >10.0 0 (0) 5 (4.7) 17 (16) 41 (38.7) 43 (40.6) 452 (7.9) 946 (16.5) 1994 (34.8) 1671 (29.2) 667 (11.6) NA 0.001 0.000 0.033 0.000 Gleason de la biopsia 6 3+4=7 4+3=7 8-10 88 (83) 5 (4.7) 4 (3.8) 9 (8.5) 4402 (76.8) 816 (14.2) 348 (6.1) 164 (2.9) 0.132 0.005 0.318 0.002 Estadio patológico EE VS GL 24 (22.6) 13 (12.3) 3 (2.8) 1276 (22) 180 (3) 70 (1.0) 0.875 0.000 0.170 Validación Partin en México 129 neto en el uso de estas 3 tablas para la toma de decisiones clínicas17 . Objetivo Validar la predicción realizada mediante tablas de Partin en pacientes mexicanos con cáncer de próstata localizado sometidos a prostatectomía radical en un solo centro en la ciudad de México. periodo de enero de 2004 a junio de 2014, se excluyeron a los que no contaron con expediente completo y se compararon mediante curvas ROC los resultados obtenidos con la cohorte de Partin de 2007 con la que se validaron las tablas actualizadas. Se consideró una precisión adecuada mayor a 0.50 del área bajo la curva (AUC); entre más alto es el valor obtenido mayor es la capacidad para predecir el resultado de forma adecuada. Se empleó el programa SPSS v21.0 para realizar el análisis estadístico. Resultados Material y métodos Se revisaron 106 expedientes de pacientes a quienes se les realizó prostatectomía radical en nuestro hospital como tratamiento para el cáncer de próstata localizado durante el La edad promedio fue de 64 años, la mediana de antígeno prostático específico 8.8 ng/mL; el resto de las características de los pacientes se muestran en la tabla 1 La distribución de resultado patológico fue extensión extraprostática (EE) Curva ROC 1,0 0,8 0,8 0,6 0,6 Sensibilidad Sensibilidad Curva ROC 1,0 0,4 0,2 0,4 0,2 AUC: .775 AUC: .646 0,0 0,0 0,0 0,2 OC 0,6 0,8 1,0 0,0 0,2 EE 0,4 0,6 1,0 Curva ROC 1,0 0,8 0,6 0,6 Sensibilidad 0,8 0,4 0,4 0,2 0,2 AUC: .815 AUC: .890 0,0 0,0 0,0 VS 0,8 1 - especificidad Curva ROC 1,0 Sensibilidad 0,4 1 - especificidad 0,2 0,4 0,6 1 - especificidad 0,8 0,0 1,0 GL 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1 - especificidad Figura 1 Curvas ROC con áreas bajo la curva (AUC) para los estadios patológicos de nuestra serie. EE: extensión extraprostática; GL: ganglios linfáticos; OC: órgano confinado; VS: vesículas seminales. 130 V. Cornejo-Dávila et al. Tabla 2 Distribución de áreas bajo la curva para estadios patológicos de nuestra serie en comparación con otros estudios de validación de las tablas de Partin de 2007 Extensión extraprostática (%) Vesículas seminales (%) Ganglios linfáticos (%) Nuestra serie (México) Karakiewicz et al. (Norteamérica) Bhojani et al. (Francia) Bhojani et al. (Italia) 64.6 81.5 89 71 80 75 61 71 82 66 92 75 22.6%, vesículas seminales (VS) 12.3%, ganglios linfáticos (GL) 2.8% mientras que en la cohorte de Partin de 2007 la distribución fue EE 22%, VS 3%, GL 1% (tabla 1). Al hacer el análisis con curvas ROC la precisión para predecir los resultados fue de 64.6, 81.5 y 89% para EE, VS y GL respectivamente (fig. 1); estos resultados son similares a lo encontrado en otros estudios de validación en otras regiones (tabla 2). Discusión Karakiewicz et al. realizaron una validación de las nuevas tablas de Partin de 2007 en 1,838 hombres tratados con prostatectomía radical entre 2001 y 2005 en la Cleveland Clinic, se empleó análisis mediante curvas ROC encontrando cifras de precisión de 71, 80 y 75% para EE, VS y GL, corroborando su aplicabilidad en otro tipo de población norteamericana18 . Así mismo Bhojani et al. realizaron una validación de dichas tablas de 2007 en 1,064 pacientes europeos (franceses e italianos) provenientes de 2 centros de concentración; se encontraron predicciones de 61, 71 y 82% para EE, VS y GL en la cohorte francesa y 66, 92, 75% en la cohorte italiana, que al compararlas con la cohorte de Partin mostraron valores subóptimos de predicción al ajustarlos mediante diagramas de calibración, vinculado probablemente a las diferencias en las características de los pacientes incluidos en cada cohorte, lo cual enfatiza que estas herramientas predictivas deben validarse de forma externa para corroborar que las predicciones realizadas serán adecuadas en cada población de estudio19 . Nuestra serie tiene una distribución similar de estadios clínicos al compararla con la cohorte de Partin de 2007, sin embargo los niveles de antígeno preoperatorios tienden a ser más altos así como a tener una mayor prevalencia de Gleason de 8 o más, lo cual refleja el tipo de población que diagnosticamos con cáncer de próstata en nuestro país, donde el tamizaje con antígeno prostático y tacto rectal no se ha podido extender de forma óptima; finalmente en ambas series el estadio T1c y el puntaje de Gleason de 6 sigue siendo el más frecuente. A pesar de las diferencias mencionadas, la distribución de estadios patológicos es similar, solamente existe mayor prevalencia de invasión a vesículas seminales en nuestra serie. Al realizar el análisis mediante curvas ROC se encontraron áreas bajo la curva mayores a 0.5 para predecir todos los estadios patológicos, con cifras similares e incluso mayores a los estudios de validación en Norteamérica y Europa en algunos rubros, como se observa en la capacidad para predecir afección a ganglios linfáticos. Solamente en cuanto a extensión extraprostática no se alcanzó el 70% de predicción, situación similar a los estudios de Bhojani en población europea, que pueden reflejar las diferencias en poblaciones entre la cohorte de Partin y las de otras regiones. Estos resultados corroboran la utilidad de las tablas de Partin de 2007 para predecir resultados patológicos en los pacientes de nuestra institución, aunque se debe interpretar con precaución la presencia de extensión extraprostática en nuestros pacientes pues la predicción fue subóptima. Las limitaciones de nuestro estudio radican en el tamaño de muestra pequeño, lo cual podría ampliarse incorporando otros centros de concentración en nuestro país. Conclusiones En pacientes sometidos a prostatectomía radical en nuestra institución la precisión global de las tablas de Partin es similar a la cohorte original de 2007, por lo que pueden utilizarse en nuestro hospital para predecir los resultados patológicos en pacientes con cáncer de próstata localizado. Este es el primer estudio de este tipo publicado en población mexicana. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Agradecimientos A la Dra. Guadalupe Silvia García de La Torre, por sus enseñanzas, orientación y apoyo. Bibliografía 1. Partin AW, Yoo J, Carter HB, et al. 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Rev Mex Urol. 2015;75(3):132---136 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO ORIGINAL Complicaciones de la colocación de malla sintética vaginal para la incontinencia urinaria de esfuerzo E. Mayorga-Gómez a,∗ , J. Gómez-S. a , J.A. Herrera-M. a , D.A. Preciado-E. a , J.E. Sedano-B. a , L. Trujillo-O. a , V. Cornejo-D. a , M.A. Palmeros-R. a , I. Uberetagoyena-T. a , G. Garza-S. a , V. Osornio-S. a , C.I. Mendiburu-G. b , M. Cantellano-O. a , C. Martínez-A. a , J.G. Morales-M. a y C. Pacheco-G. a a b División de Urología, Hospital General Dr. Manuel Gea González, Servicio de Salud (SS), México, D. F., México División de Ginecología y Obstetricia, Hospital General Dr. Manuel Gea González, Servicio de Salud (SS), México, D. F., México Recibido el 1 de octubre de 2014; aceptado el 11 de marzo de 2015 Disponible en Internet el 16 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Incontinencia urinaria; Tratamiento; Complicaciones; Mallas Resumen Antecedentes: Las mallas para la incontinencia urinaria (IU) se han utilizado a pesar de la falta de evidencia de nivel i en la literatura para evaluar su seguridad y eficacia a largo plazo. Las complicaciones relacionadas con la malla provocaron una advertencia emitida por la FDA en 2008 y dejaron de ser consideradas eventos raros. Las complicaciones más comunes son la retención aguda de orina, sangrado, recurrencia o persistencia de la IU, erosión de uretra e infección de la malla. Objetivo: Conocer cuáles son las complicaciones derivadas del tratamiento quirúrgico de la IU femenina con la colocación de mallas suburetrales. Material y método: Se analizaron los pacientes con diagnóstico de IU operadas con cirugía antiincontinencia y colocación de malla vaginal del año 2007 al 2014. Se analizó las complicaciones derivadas de la colocación de malla y la recuperación de continencia. Resultados: A 58 pacientes se les colocó sling (cabestrillo) con malla sintética; edad promedio de 56 años. El 51% de las pacientes tenían IU de esfuerzo y el 49% IU mixta. Las complicaciones tempranas fueron: 4 pacientes con retención aguda de orina. Las complicaciones tardías: dolor uretral o vaginal (12.2%), dispareunia (20%) y extrusión de malla (10%) manejado con retiro de la misma, 2 de ellas requiriendo 2 procedimientos quirúrgicos. El 12% presentaron urgencia de novo, el 90.2% evolucionaron sin incontinencia, el 9.7% con IU postoperatoria y 2 pacientes sin mejoría. ∗ Autor para correspondencia. Antiguo camino a San Pedro mártir 187 B5-401, Chimalcoyoc, Tlapan, 14630. Distrito Federal. Teléfonos: +5591850321, 55731762. Correo electrónico: edgar mg18@hotmail.com (E. Mayorga-Gómez). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.03.001 2007-4085/© 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Complicaciones de la colocación de malla sintética vaginal para la incontinencia urinaria de esfuerzo 133 Discusión: Nuestra serie, aunque pequeña, muestra una baja tasa de complicaciones a largo plazo relacionadas con la malla en comparación con la mayoría de las series que muestran una tasa de reoperación de hasta > 70% y con múltiples casos de retiro de malla, por lo que en nuestra experiencia los slings suburetrales continúan siendo una opción adecuada en el manejo de la IU. Conclusiones: Los slings suburetrales son una opción segura y efectiva en el manejo de la IU. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). KEYWORDS Urinary incontinence; Treatment; Complications; Surgical meshes Complications of vaginal synthetic mesh placement for urinary incontinence Abstract Background: Surgical mesh has been used for treating urinary incontinence (UI) despite the lack of level i evidence in the literature evaluating its long-term safety and efficacy. Mesh-related complications were responsible for a warning issued by the FDA in 2008 and they stopped being considered rare events. The most common complications are acute urinary retention, bleeding, recurrence or persistence of UI, erosion of the urethra, and mesh infection. Aims: To determine the complications derived from surgical UI treatment with the placement of suburethral mesh in women. Material and method: Patients diagnosed with UI that underwent anti-incontinence surgery with the placement of vaginal mesh within the time frame of 2007 and 2014 were analyzed. Mesh placement complications and the recovery of continence were evaluated. Results: A synthetic mesh sling was placed in 58 patients with a mean age of 56 years. A total of 51% of the patients had stress urinary incontinence and 49% had mixed urinary incontinence. Early complications were: 4 patients with acute urine retention. Late complications were: urethral or vaginal pain (12.2%), dyspareunia (20%), and mesh extrusion (10%) that was managed through mesh removal; 2 of those patients required surgical procedures. Twelve percent of the patients presented with de novo urgency, 90.2% progressed with no incontinence, 9.7% presented with postoperative UI, and 2 patients had no improvement. Discussion: Although small, our case series showed a low long-term complication rate with the use of surgical mesh, compared with the majority of case series that demonstrate a reoperation rate > 70%, as well as numerous cases of mesh removal. Thus, it is our experience that suburethral slings continue to be an adequate UI management option. Conclusions: Suburethral slings are a safe and effective option in UI management. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Introducción La prevalencia de las alteraciones del piso pélvico, incluyendo el prolapso de órganos pélvicos (POP), incontinencia urinaria (IU) e incontinencia fecal, continúan incrementándose mientras la edad de la población mundial aumenta. El número de mujeres en EE. UU. con al menos una enfermedad del piso pélvico se estima que ronda los 28.1 millones1 . Una mujer tiene un riesgo estimado del 11% de ser sometida a una cirugía para corrección de incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) o POP, sin embargo, el porcentaje de mujeres que padecen IUE o POP es mucho mayor ya que la mayoría no busca tratamiento2---5 . Se espera que la cirugía para corrección del POP o IUE se incremente en un 45% en los próximos 30 años debido a la distribución demográfica de la población en la población occidental y al incremento en la prevalencia de la disfunción del piso pélvico con la edad6 . A pesar de haber sido descrito hace más de 100 años, el procedimiento de colocación de slings (cabestrillos) fue reintroducido en 1978, colocando una fascia de recto anterior debajo del cuello vesical para tratar la deficiencia intrínseca del esfínter7 . Pero a pesar de que los slings pubovaginales son altamente efectivos, se realizaron esfuerzos para tratar de eliminar la morbilidad relacionada con la resección del injerto fascial y minimizar las complicaciones quirúrgicas. En el afán de buscar procedimientos menos invasivos, a principios del 2000, la cirugía para corrección de POP e IUE cambió de un abordaje vaginal tradicional o abdominal hacia un abordaje vaginal extraperitoneal. Adicionalmente las mallas sintéticas empezaron a reemplazar los injertos autógenos de piel para proveer mayor duración que el tejido nativo. Las mallas para la IUE ganaron rápidamente popularidad a pesar de la falta de evidencia de nivel i en la literatura para evaluar su seguridad y eficacia a largo plazo8---10 . Aunque hay muchos estudios que demuestran que la reparación con malla puede tratar de manera efectiva la IUE y POP, esto fue de la mano con un 134 incremento similar en complicaciones relacionadas con la malla11,12 . Estas complicaciones derivaron en una advertencia emitida por la Administración de Alimentos y Fármacos (Food and Drug Administration) en 200813 , seguida por una segunda advertencia en julio de 2011, después de que el número de complicaciones alcanzaron las 3,874 y dejaron de ser consideradas eventos raros14 . Dentro de las complicaciones más comunes se encuentra la retención aguda de orina secundaria a la tensión excesiva de la malla sobre la uretra media, el sangrado por lesión del plexo venoso localizado a los 2 y 10 h de las manecillas del reloj del cuello vesical al pasar la malla durante la punción, la recurrencia o persistencia de la incontinencia urinaria y la erosión de la uretra e infección de la malla15---18 . En el 2007 se creó el registro mundial observacional de Tension Free Vaginal Tape (TVT) para tratar de obtener resultados del mundo «real» en el uso de los slings. En ese momento únicamente existían 2 estudios publicados con solo 24 pacientes y con seguimiento de 3 meses. Hasta un 30% de las mujeres manejadas con slings vaginales serán sometidas a procedimientos quirúrgicos adicionales por recurrencia de la incontinencia19 . Es por estos últimos acontecimientos y advertencias que decidimos investigar cuáles han sido nuestras complicaciones y tasas de reoperación en las pacientes operadas. Objetivo Conocer cuáles son las complicaciones derivadas del tratamiento quirúrgico de la IU femenina con la colocación de mallas suburetrales. Material y método Se realiza estudio observacional, descriptivo, retrospectivo y longitudinal revisando los registros clínicos de pacientes del Hospital General Dr. Manuel Gea González, a las cuales se les haya practicado una cirugía antiincontinencia con uso de malla sintética. Se analizaron la edad, tabaquismo, menopausia, índice de masa corporal, embarazos previos, número de partos vaginales, severidad de la IU, tipo de cirugía realizada, uso de kit prefabricado o de malla artesanal. Las complicaciones estudiadas fueron la presencia de extrusión o intrusión de la malla, dispareunia, infección de vías urinarias, retención aguda de orina, dolor pélvico, dolor en miembros pélvicos, presencia de IU de urgencia, urgencia de novo e IUE. Resultados Un total de 58 pacientes fueron operadas de algún procedimiento antiincontinencia en el periodo de 2008-2014. A todas ellas se les colocó un sling con malla sintética; con una edad promedio de 56 años (45-68 años). Treinta (51%) de las pacientes se presentaron con IUE y 28 (49%) mostraron IU mixta; ninguna paciente presentó IU de urgencia pura. El 50% de las pacientes presentaba IU moderada según la escala de Sandvik, el 40% incontinencia severa, el 5% incontinencia muy severa y el 5% incontinencia leve. Se realizaron 52 procedimientos TOT (90%) y 6 procedimientos (10%) TVT. En la tabla 1 se resume el resto de los parámetros epidemiológicos estudiados. E. Mayorga-Gómez et al. Tabla 1 Parámetros epidemiológicos estudiados Parámetro Número Porcentaje Edad Incontinencia urinaria de esfuerzo Incontinencia urinaria mixta Incontinencia leve Incontinencia moderada Incontinencia severa Incontinencia muy severa Sling TVT-O Sling TVT Tabaquismo Menopausia IMC Uso de malla artesanal 45-68 años 30 56 años 51% 28 49% 3 29 23 3 5% 50% 40% 5% 52 6 13 55 27-34 43 90% 10% 23% 95% 31 75% En la segunda columna se refleja el número de pacientes y en la tercera el porcentaje/media. Las complicaciones tempranas fueron: 4 pacientes (2.32%) presentaron retención aguda de orina en el postoperatorio inmediato, pero el 100% de los casos se resolvieron en la primera semana con el uso de sonda transuretral. No hubo ninguna otra complicación en el postoperatorio inmediato o mediato como hematomas, infección de las heridas, infección de vías urinarias. Dentro de las complicaciones tardías reportadas encontramos (tabla 2): dolor uretral o vaginal (12.2%), dispareunia (20%) y extrusión de malla (10%) manejada con retiro o incisión de la misma, 2 de ellas requiriendo 2 procedimientos quirúrgicos. El 12% presentaron urgencia de novo. El 90.2% evolucionaron sin incontinencia, el 9.7% con IU postoperatoria y 2 pacientes sin mejoría. Discusión Nuestra serie, aunque pequeña, muestra una baja tasa de complicaciones a largo plazo relacionadas con la malla en comparación con la mayoría de las series que muestran una tasa de reoperación de hasta > 70% y con múltiples casos de Tabla 2 Complicaciones reportadas Parámetro Número Porcentaje Hematoma o sangrado Retención aguda de orina Hematoma Infección de sitio quirúrgico Infección de vías urinarias Dolor uretral o vaginal Dispareunia Extrusión de la malla Intrusión de la malla Urgencia urinaria de novo Dolor en miembros pélvicos Retiro de malla Incisión de malla 0 4 0 0 0 7 11 8 0 --2.32 ------12.2 20 14 --12 --1.7 10 0 1 6 Complicaciones de la colocación de malla sintética vaginal para la incontinencia urinaria de esfuerzo retiro de malla, por lo que en nuestra experiencia los slings suburetrales continúan siendo una opción adecuada en el manejo de la IU. Kokanali et al. llevaron a cabo un estudio retrospectivo con 1,439 pacientes operadas con slings vaginales a un 39.3% de las cuales se les realizó TVT y a un 60.7% TOT. Sesenta y una pacientes (4.2%) en total tuvieron erosión de la malla; 41 (64.2%) después de TOT y 20 (32.8%) después de TVT tuvieron erosión de la malla en el periodo postoperatorio. La tasa de erosión fue del 4.7% en el grupo TOT y del 3.5% en el grupo TVT con diferencia significativa (p < 0.05). Los factores de riesgo asociados a la erosión de la malla fueron la edad, el índice de masa corporal, tabaquismo activo, estado menopáusico y diabetes mellitus. En el análisis univariado también se encontró que la longitud de la incisión vaginal > 2 cm, incisiones vaginales recurrentes, cirugía previa de POP o cirugía antiincontinencia previa fueron factores de riesgo20 . Guerrero et al. en cambio hicieron un estudio aleatorizado controlado utilizando 201 pacientes con IUE manejadas con sling TVT, sling con fascia de recto vaginal o Pelvicol. Setenta y dos de ellas fueron manejadas con TVT en las cuales tuvieron una tasa de éxito del 93% a un año, con una tasa de erosión de malla del 0% y sin complicaciones derivadas de la cirugía6 . Kennelly et al. realizaron un estudio para evaluar de manera prospectiva los slings vaginales para el tratamiento de IUE, encontrando una tasa de éxito del 90% a un año y las complicaciones reportadas fueron infección de vías urinarias (4.3%), estreñimiento (3.7%), retención aguda de orina temporal (3.2%), dispareunia (2.1%) y extrusión vaginal (1.6%)21 . Araco et al. llevaron a cabo un estudio para detectar los factores de riesgo asociados con la erosión de malla, hallando que las erosiones se presentaron en un 7% de los 460 pacientes analizados, y encontrando en el análisis que el índice de masa corporal > 30 incrementa el riesgo en 10.1 veces, el tabaquismo en 3.7 veces, y la edad mayor de 60 años en 2.2 veces22 . Schimpf et al. realizaron un metaanálisis y revisión sistemática de la literatura comparando las múltiples opciones quirúrgicas, y encontraron que la dispareunia se presentó en 0-1% de los slings retropúbicos y transobturador, que las tasas de erosión de malla se presentaron en el 1.4-2.7% con todas las técnicas, y que las complicaciones más frecuentes fueron las infecciones de vías urinarias (3.6-11%), las urgencias de novo (4.3-8.6%) y la retención aguda de orina (2.1-7.6%)23 . Nuestra tasa de extrusión de malla fue similar o un poco superior a la mayoría de los estudios publicados, sin embargo, la tasa de reoperaciones fue mucho menor lo cual puede significar que en otros países la indicación de reoperación de las pacientes son más amplias y no solo incluyen la extrusión de la malla, sino también la urgencia urinaria, los síntomas de almacenamiento o vaciamiento o las infecciones de vías urinarias de repetición así como la dispareunia, las cuales no representaron causas de reoperación en nuestra población y esto puede significar diferencias socioculturales. Conclusiones La tasa de éxito de la cirugía antiincontinencia con uso de malla sintética vía transvaginal tiene una alta tasa de éxito 135 con una tasa de complicaciones baja y una tasa de reoperación baja lo cual justifica aún su uso para la corrección de la IUE y mixta, por lo menos, mientras se descubren y aprueban nuevos materiales que disminuyan aún más las complicaciones derivadas del propio material. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Hakvoort RA, Dijkgraaf MG, Burger MP, et al. Predicting shortterm urinary retention after vaginal prolapse surgery. Neurourol Urodyn. 2009;28:225---8. 2. Olsen A, Smith V, Bergstrom J, et al. Epidemiology of surgically managed pelvic organ prolapse and urinary incontinence. Obstet Gynecol. 1997;89:501---6. 3. Smith F, Holman C, Moorin R, et al. 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Schimpf M, Rahn DD, Wheeler TL, et al. Sling surgery for stress urinary incontinence in women: A systematic review and metaanalysis. Am J Obstet Gynecol. 2014;211:e1---27. Rev Mex Urol. 2015;75(3):137---141 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx ARTÍCULO DE REVISIÓN Indicaciones y resultados del tratamiento de litiasis renal única asintomática menor de 10 mm en adultos C.I. Villeda-Sandoval y C.E. Méndez-Probst ∗ Departamento de Urología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, México, D.F., México Recibido el 28 de enero de 2014; aceptado el 4 de mayo de 2015 Disponible en Internet el 12 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Litiasis; Renal; Tratamiento KEYWORDS Lithiasis; Renal; Treatment Resumen Introducción: No existe evidencia de primer orden que permita emitir recomendaciones inapelables cuando se identifican litos únicos de pequeño tamaño, ya sea en pacientes asintomáticos o como litos residuales después de algún procedimiento invasivo. Objetivo: Describir la evidencia disponible sobre el pronóstico y tratamiento de litos únicos renales < 10 mm. Métodos: Revisión retrospectiva que incluyó las bases de datos PubMed, MEDLINE, IMBIOMED. Resultados: Se describe el tratamiento para 2 grupos: 1) litiasis renal única < 10 mm asintomática como hallazgo incidental o por escrutinio, y 2) litiasis renal residual única < 10 mm después de intervención terapéutica. Conclusiones: Los autores concluyen y recomiendan el tratamiento de litos renales asintomáticos siempre que tengan un diámetro ≥ 5 mm. Aquellos de menor tamaño deben ser vigilados al menos anualmente previa discusión con el paciente sobre el riesgo de eventos futuros. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Treatment indication and results for single asymptomatic kidney stones < 10 mm in adults Abstract Introduction: At present there is not enough evidence to support final recommendations when small, single kidney stones are identified, either in asymptomatic patients or as residual stone fragments after an invasive procedure. Aim: To describe the available evidence in relation to the prognosis and treatment of single kidney stones < 10 mm. ∗ Autor para correspondencia. Vasco de Quiroga 15, Col. Sección XVI, Tlalpan, C. P. 14000 México, D. F., México. Teléfono: +54870900, ext. 2145; fax: +54854380. Correo electrónico: probstmc@hotmail.com (C.E. Méndez-Probst). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.05.002 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). 138 C.I. Villeda-Sandoval, C.E. Méndez-Probst Methods: A retrospective review was carried out utilizing the PubMed, MEDLINE, and IMBIOMED databases. Results: The collected information was organized into 2 groups: 1) single asymptomatic kidney stones < 10 mm as an incidental finding or identified through screening, and 2) single residual kidney stones < 10 mm after a therapeutic intervention. Conclusions: The authors recommend treating asymptomatic kidney stones that have a diameter ≥ 5 mm. Smaller stones should be under yearly surveillance once the patient has been informed about the risk for future events. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Introducción ("urolithiasis" [MeSH Terms] OR "urolithiasis" [All Fields] OR ("urinary" [All La incidencia de litiasis urinaria se ha incrementado en las últimas décadas. En Estados Unidos se ha demostrado un incremento de 3.8 a 5.2% cuando se comparan los años 70 con el inicio de los 901 . En México, durante 1996 se identificó una prevalencia de 5.5% en la población de Yucatán2 , considerada zona endémica. La causa de un probable incremento en la prevalencia de litiasis urinaria en el mundo no está establecida. Se ha propuesto que el aumento de la temperatura global podría tener injerencia. Incluso se ha calculado el probable impacto del calentamiento global en la incidencia futura de litiasis urinaria, que se ha predicho de hasta un 30% para 20503 . Sin embargo, el uso de técnicas más sensibles que la placa simple de abdomen como el ultrasonido y, principalmente, la tomografía computarizada (TC)4 han contribuido a una mayor frecuencia de detección primaria de litiasis asintomática o de litos residuales después de algún procedimiento terapéutico. En décadas pasadas, el término litos clínicamente insignificantes fue utilizado para definir aquellos con menos de 5 mm y que se consideraban como de bajo riesgo para eventos sintomáticos o procedimientos ulteriores futuros5 . Sin embargo, en tiempo reciente se ha retado y rechazado este concepto. Desafortunadamente, no existe evidencia de primer orden que permita emitir recomendaciones inapelables cuando se identifican litos únicos de pequeño tamaño, ya sea en pacientes asintomáticos o como litos residuales después de algún procedimiento invasivo. Por lo anterior, el objetivo de este artículo es recopilar la evidencia disponible sobre el pronóstico y tratamiento de litos únicos renales de pequeño tamaño, donde los autores han acordado acotar el tema a aquellos con < 10 mm de diámetro mayor por ser los que originan mayor controversia terapéutica. Material y métodos Se realizó una revisión retrospectiva utilizando las bases de datos PubMed, MEDLINE e IMBIOMED, y que incluyó todos los artículos en idioma inglés o español sobre investigaciones llevadas a cabo con pacientes humanos, adultos, desde Fields] AND "lithiasis" [All Fields]) OR "urinary lithiasis" [All Fields]) AND calix [All Fields] AND (asymptomatic [All Fields] OR insignificant [All Fields]) Figura 1 datos. Criterios de búsqueda empleados en las bases de 1990 a 2013. La metodología de búsqueda se muestra en la figura 1. Se identificaron un total de 20 artículos y se realizó una revisión crítica narrativa de los trabajos identificados y se incluyeron a criterio de los autores como una revisión general de la literatura disponible. Resultados Para una mejor comprensión de la evidencia disponible se dividió la información en 2 grandes grupos: 1) litiasis renal única < 10 mm asintomática como hallazgo incidental o por escrutinio, y 2) litiasis renal residual única < 10 mm después de intervención terapéutica. Litiasis renal incidental asintomática Existen recomendaciones sobre el tratamiento forzoso de litiasis renal en pacientes con profesiones de alto riesgo, como pilotos, buzos o militares activos, incluso cuando se encuentran asintomáticos6 . En cualquier otra circunstancia sin indicación imperativa, la discusión sobre el tratamiento de litos asintomáticos se fundamenta en literatura que ha descrito la historia natural de los mismos. La mayor evidencia al respecto se concentra en estudios retrospectivos, no comparativos y con pobre control sobre el diámetro de la litiasis para su inclusión. Las series retrospectivas tienen descripciones heterogéneas sobre el comportamiento futuro de litos asintomáticos. Hübner y Porpaczy y Glowacki et al. revisaron retrospectivamente a 62 y 107 pacientes con litiasis renal asintomática y Tratamiento de litiasis renal menor de 10 cm un seguimiento de 88 y 31 meses, respectivamente. Encontraron que un 55-68% permanecieron estables, hasta un 32% tuvieron síntomas o progresión en diámetro, un 15-16% pasaron espontáneamente y un 40-53% requirieron alguna intervención7,8 . Cabe aclarar que el seguimiento se realizó antes del uso difundido de TC. Sin embargo, en una serie contemporánea de Koh et al. con un seguimiento de 46 meses a 50 pacientes se identificó un 45.9% de progresión, un 20% de paso espontáneo y un 7.1% de necesidad de intervención9 . A pesar de la diversidad de descripciones, es un hecho que menos del 40% de los litos asintomáticos identificados permanecen estables y el resto puede progresar, ocasionar síntomas o alguna intervención. Por otro lado, el tamaño del lito resulta útil para estratificar el riesgo de los pacientes. En los estudios de Koh et al. y Burgher et al. se demuestra que los litos menores de 45 mm de diámetro tienen mejor tasa de paso espontáneo, por lo que podrían suponer unos mejores candidatos para observación anual o semestral. La tasa de paso espontáneo fue de un 3.6% con litos < 5 mm vs. 28% con litos de mayor tamaño9,10 . La ubicación de los litos también influye sobre su historia natural. En el mismo estudio de Burgher et al. se describe que los litos ubicados en cáliz inferiores tuvieron una tasa de un 61% de crecimiento en diámetro frente al 47% de los cálices en ubicaciones superiores10 . En uno de los pocos estudios prospectivos disponibles se incluyeron 24 pacientes con litos de cáliz inferior en promedio de 8.8 mm. Durante el seguimiento promedio de 52 meses se identificó una progresión de tamaño de un 33%, y un 11% de necesidad de alguna intervención. El paso espontáneo de litos < 5 mm en ubicación de cáliz inferior fue de un 50%, para aquellos de 5 a 10 mm fue de un 16%, y ausente para los mayores de 10 mm11 . Con lo anterior se confirma que aquellos litos mejores candidatos a observación son los menores de 5 mm en cáliz inferior. Aquellos mayores de 5 mm y hasta 10 mm pueden observarse, siempre y cuando se explique al paciente el riesgo latente de progresión en tamaño, sintomatología o requerimiento de algún procedimiento. La metodología para el seguimiento de litos asintomáticos renales es controversial y tampoco existe en estudios controlados. Sin embargo, Inci et al. recomiendan realizar un seguimiento anual mediante interrogatorio y el uso de estudios de imagen anuales con TC y ultrasonido de manera intercalada11 . Existe escasa evidencia en estudios prospectivos y comparativos sobre litos renales < 10 mm, empero, destaca el trabajo de Keeley et al. En él se realizó una intervención aleatorizada para pacientes con litos menores de 15 mm que en más de un 75% incluyeron litos menores de 10 mm. Se lograron incluir 200 pacientes para análisis, los cuales fueron aleatorizados a litotricia extracorpórea (LEC) profiláctica frente a observación. Con un seguimiento de 22 meses en promedio no se identificó diferencia significativa en estado libre de litiasis ni en necesidad de procedimientos ulteriores. A pesar de que la muestra probablemente no contó con el poder estadístico suficiente, podemos intuir que el tratamiento profiláctico universal no debe ser garantizado en estos pacientes12 . 139 Fragmentos residuales después de una intervención terapéutica El término litos residuales clínicamente insignificantes se refiere a aquellos remanentes menores a 4 o 5 mm después de un procedimiento terapéutico, que no causan síntomas y no están relacionados a infección o componente de estruvita13 . La mayor cantidad de literatura se concentra en litos residuales posteriores a LEC, aunque también existen aquellos con evidencia después de una nefrolitotomía percutánea (NLP) y ureteroscopia (UCP). Rassweiler et al. hicieron una revisión de la literatura después de analizar trabajos que en conjunto representaban aproximadamente 14,000 pacientes. En ella se encontró que hasta un 55% de pacientes podrían permanecer asintomáticos con litos residuales clínicamente insignificantes y que cualquier tratamiento ulterior en pacientes asintomáticos debería ser considerado como sobretratamiento. En este trabajo se menciona que solo entre un 4 y un 25% requería algún procedimiento secundario, y en su mayoría sería LEC14 . Contraria a esta opinión en la década pasada, la evidencia más reciente contrapone el término lito residual clínicamente insignificante debido a que se ha reportado una evolución clínica poco favorable para este tipo de padecimiento. Por ejemplo, en el trabajo de El-Nahas et al. se incluyeron 154 pacientes con evidencia de litos asintomáticos menores de 5 mm después de LEC. El seguimiento promedio fue de 31 meses y en ese tiempo un 52.6% permaneció estable, sin embargo, solo un 13.6% fueron eliminados espontáneamente, un 33.8% aumentó su tamaño y un 48.7% requirió alguna intervención, principalmente una segunda LEC o tratamiento médico para cólico renoureteral15 . Osman et al. realizaron un estudio retrospectivo donde confirman que los litos residuales < 5 mm posterior a una NLP pueden requerir hasta en un tercio de los casos alguna intervención posterior por aumento de tamaño o sintomatología. Es importante recalcar la contemporaneidad de este estudio, ya que se utilizó TC en el seguimiento. Un dato a resaltar es que en su análisis identificaron que los litos < 3 mm podrían ser considerados como realmente clínicamente insignificantes, ya que no identificaron relación de los mismos con complicaciones o procedimientos ulteriores16 . A pesar de esta opinión aislada, la mayoría de los autores en trabajos recientes considera que el término clínicamente insignificante debe ser abandonado o, al menos, redefinido. Streem et al. identificaron en 160 pacientes con litos residuales post-LEC ≤ 4 mm una tasa de un 43% de necesidad de intervención durante un seguimiento prospectivo medio de 23 meses17 . Candau et al., en el mismo tenor, identificaron un 22% de pacientes con necesidad de tratamiento posterior con litos residuales del mismo tamaño post-LEC con un seguimiento promedio de 40 meses en un análisis retrospectivo18 . Es importante apuntar que la localización de los litos renales residuales < 5 mm post-LEC también se ha mencionado como un probable factor predictor. En el trabajo de Khaitan et al., se identificó que los litos residuales de pelvis tienen una tasa de paso espontáneo de un 53% con un seguimiento medio de 15 meses, mientras que los litos en 140 cálices fueron en su mayoría clínicamente significativos por requerir alguna intervención. De manera interesante, en este trabajo se analizó el papel del tratamiento metabólico cuando se identificaba alguna alteración; no se encontró diferencia significativa sobre el comportamiento de los litos residuales19 . Existe un solo estudio prospectivo y aleatorizado sobre el tratamiento de litos residuales post-LEC, con una segunda sesión de LEC. A pesar de tener una muestra reducida de 50 pacientes y un seguimiento con radiografía simple, sus resultados evidencian que el tratamiento sistemático de litos residuales puede beneficiar a los pacientes, ya que sí disminuyó la presencia de litos residuales frente al grupo de observación. Esta propuesta debe realizarse en el contexto de una discusión extensa con el paciente sobre riesgos y beneficios20 . En el mismo tenor debemos de resaltar que, probablemente, el uso de la TC ha permitido el diagnóstico más temprano de litiasis residual menor a 5 mm, ya que su sensibilidad es mayor a la de la radiografía simple. Esto podría permitir un seguimiento más fidedigno de litiasis residual, que ha mostrado una historia natural menos alentadora que otros reportes más antiguos. La vigilancia de litos residuales post-LEC es tema de controversia. En una reciente revisión se recomienda considerar seguimiento con estudios radiológicos cada 3, 6 o 12 meses. Los autores de este trabajo coinciden con la mencionada revisión en que el seguimiento óptimo debe ser en plazos de 6 meses debido a la evidencia de que en este intervalo se da el mayor porcentaje de paso de litos residuales21 . Aún no existe evidencia que justifique un rédito costo-beneficio con el uso de TC seriada para el seguimiento de estos pacientes, por lo que en nuestro servicio el control de litos residuales post-LEC se realiza con radiografía simple de abdomen generalmente. La vigilancia e historia natural de los litos residuales postNLP también ha sido descrita. En el estudio de Raman et al. se describe de manera retrospectiva a 42 pacientes con litos residuales de 3.1 mm en promedio después de NLP. Con un seguimiento semestral promedio de 32 meses el 43% de los pacientes tuvo un evento que requirió intervención. En un análisis multivariado, el tamaño mayor a 2 mm y la localización en la pelvis predijeron un mayor riesgo de eventos de intervención22 . En comparación con los fragmentos residuales post-LEC, aquellos residuos post-NLP parecieran tener más riesgo de provocar síntomas y requerir una intervención en el futuro. A consideración de los autores, esto puede explicarse debido a que los pacientes sometidos a NLP tienen condiciones anatómicas, metabólicas o funcionales que los ponen en mayor riesgo de progresión o persistencia de litiasis en comparación con aquellos sometidos a LEC de manera primaria. Aunque en menor medida, también existen reportes de litos renales residuales después de UCP/nefroscopia. En el trabajo de Rebuck et al. se describe a 51 pacientes con litos renales residuales < 5 mm que fueron seguidos en promedio 18 meses después de UCP. Se identificaron un 19.6% que requirieron intervención durante el seguimiento. En un análisis comparativo identificaron que la localización en cáliz medio o superior fue el único factor predictor de algún evento de intervención23 . Para los autores, este grupo de pacientes podrían agruparse junto con aquellos con C.I. Villeda-Sandoval, C.E. Méndez-Probst litos residuales post-LEC, probablemente por la cantidad de carga litiásica antes del procedimiento, y de igual manera parecieran tener menor riesgo de algún evento futuro en comparación con fragmentos residuales después de NLP. Acerca del tratamiento metabólico en pacientes con litos residuales después de una intervención, existe evidencia de mayor contundencia a favor del tratamiento activo. De igual manera, se sustenta el tratamiento para aquellos litos probablemente relacionados a infecciones urinarias. Existen estudios, como los de Soygür et al. y Kang et al., que demostraron que el tratamiento médico disminuye el riesgo de progresión y recurrencia de litos residuales, así como aumenta la tasa libre de lito durante el seguimiento24,25 . En la misma línea de pensamiento, los autores consideramos que el tratamiento médico beneficia claramente a los pacientes que han sido sometidos a alguna intervención frente a aquellos asintomáticos porque los primeros deben tener una enfermedad más agresiva frente a aquella ocasional en los pacientes con litos asintomáticos. Conclusiones Los autores concluyen y recomiendan el tratamiento de litos renales asintomáticos siempre que tengan un diámetro ≥ 5 mm. Aquellos de menor tamaño deben ser vigilados al menos anualmente previa discusión con el paciente sobre el riesgo de eventos futuros. En aquellos pacientes con litos renales residuales después de alguna intervención se concluye que la intención primaria es alcanzar un estado libre de litiasis total. Sin embargo, los pacientes con mayor riesgo son aquellos que fueron sometidos a NLP, dejando en un segundo grupo a los sometidos a UCP o LEC. En este último conjunto es posible discutir la vigilancia semestral en litos renales residuales menores de 5 mm. Acerca del tratamiento médico metabólico, debe utilizarse siempre en pacientes con litos residuales después de una intervención, y hasta el momento, no se justifica su empleo sistemático en litos asintomáticos. La TC es el mejor estudio para valorar estado libre de litiasis, aunque la radiografía simple aún podría utilizarse en pacientes seleccionados. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Stamatelou KK, Francis ME, Jones CA, et al. Time trends in reported prevalence of kidney stones in the United States: 19761994. Kidney Int. 2003;63:1817---23. 2. Medina-Escobedo M, Zaidi M, Real-de León E, et al. Urolithiasis prevalence and risk factors in Yucatan, Mexico. Salud Publica Mex. 2002;44:541---5. 3. 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Rev Mex Urol. 2015;75(3):142---145 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Divertículo vesical congénito: causa de obstrucción al tracto urinario Á. Gurrola-Ortega ∗ y R.A. Alba-Palacios Servicio de Cirugía General y de Cirugía Pediátrica, Hospital General de Cuernavaca José G. Parres, Secretaría de Salud del estado de Morelos, Cuernavaca, Morelos, México Recibido el 19 de enero de 2015; aceptado el 21 de abril de 2015 Disponible en Internet el 20 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Divertículo vesical; Urosepsis, Hidronefrosis; Ureterocele Resumen Se presenta el caso clínico de un paciente masculino de 2 meses de edad quien ingresa a servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital G. Parres por cuadro de urosepsis por enterococus. Con antecedente de cursar con hidronefrosis bilateral y vejiga distendida visto por ecografía. Se realiza derivación urinaria con sonda, y se envía a nuestra institución por uropatía obstructiva. Se realizan estudios de imagen para abordaje diagnóstico. El 29.09.09 se realiza cistograma miccional donde se observa vejiga septada que comunica directamente con la uretra y reflujo vesicoureteral derecho grado iii (GIII). Se solicita uro-TAC en la cual se observa divertículo vesical paraureteral derecho y reflujo vesicoureteral GII. Se decide realizar uretrocistoscopia donde se observa divertículo vesical en pared derecha muy grande, no se observa meato ureteral izquierdo. El 14.12.09 se realiza gammagrama renal que evidencia pieloectasia bilateral, ureterocele derecho, reflujo vesicoureteral bilateral GIII. Función de riñón derecho, 46.1 (41%) y función de riñón izquierdo, 66.2 (59%). El 15.02.10 se realiza resección de divertículo y reimplante ureteral derecho tipo Politano Leadbetter con reparación de piso vesical. El 04.05.10 en el cistograma miccional se observa vejiga de bordes irregulares con capacidad de 50 cc, cuello con adecuada apertura, sin reflujo y uretra permeable en todo su trayecto. A los 11 meses, paciente asintomático ya sin profilaxis. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). KEYWORDS Congenital bladder diverticulum: Cause of urinary tract obstruction Bladder diverticulum; Urosepsis, Hydronephrosis; Ureterocele Abstract The clinical case of a 2-month-old male infant is described herein. The patient was admitted to the Pediatric Surgery Service of the Hospital G. Parres with symptoms of urosepsis due to Enterococcus. His past history included bilateral hydronephrosis and an ultrasound study ∗ Autor para correspondencia. Hospital General de Cuernavaca José G Parres, Av. Domingo Diez S/N esquina con Dr. Gómez Azcarate, Colonia lomas de la selva. CP: 62270, Teléfono: +01 777 311 22 62. Correo electrónico: direccionhgparres@ssm.gob.mx (Á. Gurrola-Ortega). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.04.004 2007-4085/© 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Divertículo vesical congénito: causa de obstrucción al tracto urinario 143 revealed a distended bladder. A urinary diversion with catheter was performed and the patient was referred to our institution due to obstructive uropathy. Imaging studies were carried out for the diagnostic approach. A voiding cystogram was performed on 29.9.09 that showed a septate bladder communicating directly with the urethra and grade III vesicoureteral reflux. Computed tomography urography was ordered and revealed a right paraureteral bladder diverticulum and grade II vesicoureteral reflux. Urethrocystoscopy was performed and showed a very large bladder diverticulum at the right wall; the left ureteral meatus was not observed. A kidney scintigram done on 14.12.09 identified bilateral renal pelvis dilation, right ureterocele, and grade III bilateral vesicoureteral reflux. Kidney function was within normal limits: right kidney 46.1 (41%) and left kidney 66.2 (59%). The diverticulum was resected and a right Politano-Leadbetter ureteral reimplantation with bladder floor repair was performed on 15.02.10. A voiding cystogram carried out on 04.05.10 showed a bladder with irregular borders and a capacity of 50 cc, a neck with adequate opening, no reflux, and a permeable urethral tract. At 11 months the patient was asymptomatic and no longer undergoing antibiotic prophylaxis. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Presentación del caso Se presenta el caso de un paciente masculino de 2 meses de edad quien cuenta con siguientes antecedentes: madre de 32 años con antecedente de ingesta de quinolonas en el primer trimestre de gestación, así como consumo de cannabis en 2 ocasiones, con reporte de 2 ultrasonidos obstétricos en la semana 18.5 y 36.3 de gestación sin alteraciones. A los 7 días de vida extrauterina presenta vómito posprandial 2-3 veces al día acompañado de distensión abdominal, irritabilidad y dolor al evacuar, manejado con metoclopramida sin mejoría. Posteriormente, se añade micción en goteo con disminución de frecuencia y cantidad de la misma con aumento de volumen a nivel suprapúbico. El 11.09.09 se realiza USG abdominal ante sospecha de estenosis hipertrófica de píloro, donde se reporta una lesión ocupante a nivel de hipogastrio de forma redonda y componente quístico de 64.3 × 72.9 mm con desplazamiento hacia hemiabdomen izquierdo de etiología por determinar e hidronefrosis bilateral. El 12.09.09 se realiza un ultrasonido renal que reporta hidronefrosis bilateral con vejiga distendida con un volumen aproximado de 227 cc y presencia de sáculo posterior. Se realiza sondaje vesical por el médico y se envía a hospital de segundo nivel donde confirman por medio de ultrasonido el diagnóstico de hidronefrosis bilateral, además de engrosamiento de vejiga. Vejiga en forma de «8» septada con comunicación de 4 mm entre las 2. Se evalúa función renal la cual se reporta conservada con informe de creatinina sérica de 0.22. A su ingreso a esta unidad se diagnostica urosepsis por Enterobacter cloacae sensible a ceftazidima, administrándose tratamiento durante 8 días con remisión de la misma; además de cursar con anemia regenerativa la cual se maneja con sulfato ferroso. El 29.09.09 se realiza cistograma miccional donde se observa vejiga septada que comunica directamente con la uretra y reflujo vesicoureteral derecho grado iii (GIII) (fig. 1). Figura 1 Cistograma miccional: se aprecia vejiga septada y reflujo vesicoureteral. Por los hallazgos en estudio de imagen previo, se solicita uro-TAC en la cual se observa divertículo vesical paraureteral derecho y reflujo vesicoureteral GII (figs. 2 y 3); el paciente durante el estudio y posterior al mismo se encontró asintomático. El 05.11.09 se realizó uretrocistoscopia donde se ve divertículo derecho muy grande y no se observa meato ureteral izquierdo. El 14.12.09 se realiza gammagrafía renal donde se aprecia pielocalectasia bilateral, ureterocele derecho y reflujo vesicoureteral bilateral GIII. Función renal dentro de límites normales: riñón derecho, 46.1 (41%), y riñón izquierdo, 66.2 (59%). El 15.02.10 se lleva a cabo resección de divertículo y reimplante ureteral derecho tipo Politano Leadbetter con reparación de piso vesical. Hallazgos: divertículo de dos terceras partes de capacidad de la vejiga, se diseca y 144 Á. Gurrola-Ortega, R.A. Alba-Palacios negativos, leucocitos 0-1 por campo, bacterias escasas. QS urea 29 mg/100 ml. Cr 0.4 mg/100 ml. Revisión del caso Figura 2 Uro-TAC: muestra claramente divertículo vesical en cara posterior derecha de vejiga. Figura 3 Uro-TAC: se aprecia divertículo paraureteral derecho y reflujo vesicoureteral GII. reseca en su totalidad. Reimplante ureteral tipo Politano con túnel submucoso de 3 cm fijo a trígono, el cual se aprecia mal desarrollado, y derivación ureteral bilateral (contraabertura y derivación vesical) sin complicaciones. Se realiza el 09.03.10 ultrasonido renal que muestra riñones de grosor y ecogenicidad normales, pirámides prominentes, pelvicillas y cálices con dilatación moderada. Vejiga de contenido anecoico, muestra paredes de grosor normal con imagen lobular en ángulo derecho como seudodivertículo. El 04.05.10 el cistograma miccional muestra vejiga de bordes irregulares con capacidad de 50 cc, cuello con adecuada apertura, sin reflujo, y uretra permeable en todo su trayecto. El 08.07.10 (11 meses después) el paciente está asintomático sin profilaxis antibiótica con último reporte de EGO color amarillo transparente, densidad 1.021, pH5, nitritos Entre las causas más frecuentes de obstrucción del tracto urinario inferior en la salida de orina en infantes se encuentran alteraciones anatómicas como valvas uretrales posteriores (siendo esta la primera causa), estenosis de meato, estenosis de uretra, ausencia congénita de uretra y divertículo vesical1 . El divertículo vesical en una causa rara de alteración del tracto de salida, su incidencia es desconocida sin embargo se refiere que es del 0.7-1.7% (esto con el advenimiento de ecografía). En la historia del divertículo vesical se reportan casos desde 600 a. C en el Ayurveda: Sushruta Samhita e incluso se reportan presencia de litos vesicales. En 1750, Morgagne reporta saculaciones vesicales congénitas. En 1952 Hutch informa de la presencia de divertículo vesical asociado a localización del meato ureteral en pacientes parapléjicos y en 1961 lo reportan en pacientes sin alteraciones vesicales ni neurológicas1 , por lo que se empieza a clasificar como divertículo vesical primario y secundario, siendo este último relacionado con algunos síndromes (como síndrome de William) o iatrogenias (estenosis secundaria a procedimiento quirúrgico)2 . Dentro de las posibles teorías que dan origen al divertículo vesical se encuentran la hipoplasia de la capa muscular del músculo detrusor que ocasiona la «herniación» de la mucosa, así como el origen embriológico en la placa de Waldeyer donde la unión embriológica es más débil (uretero-submucoso con trígono vesical) o incluso hipoplasia del detrusor3 . Dentro de las causas secundarias se reporta que existe un incremento de la presión de vaciado que ocasiona distensión del músculo vesical y se ocasiona herniación de la mucosa. En relación con la situación con el meato ureteral, se puede diferenciar en posterolateral (10%) que se relaciona un 10% con reflujo vesicoureteral; y el resto paraureteral (90%). Si se encuentran múltiples divertículos generalmente está asociado a síndromes como el de Williams o síndrome EhlersDanlos1---3 . Generalmente son asintomáticos y se encuentran en hallazgos de estudios de imagen por cuadro de infecciones urinarias de repetición. Cuando son sintomáticos normalmente se presentan como cuadro de infecciones urinarias del tracto inferior, hematuria, dolor abdominal y/o en flanco derecho4 . El estudio de imagen de elección es el cistograma miccional con el que habrán de realizarse proyecciones oblicuas para identificar la presencia de contraste en la fase posmiccional; sin embargo, la ecografía también nos da evidencia de lesión ocupante vesical y datos de ureterohidronefrosis3,4---6 . El tratamiento es la escisión del divertículo, intra- o extravesical, abierta, por endoscopia, laparoscopia o laparoscopia más uretrocistoscopia5 . Con el tratamiento del reimplante no se ha visto mejoría por dejarlo a evolución como un reflujo vesicoureteral sin divertículo asociado. Divertículo vesical congénito: causa de obstrucción al tracto urinario 145 Responsabilidades éticas Bibliografía Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales. 1. Psutka SP, Cendron M. Bladder diverticula in children. J Pediatr Urol. 2013;9:129---38, http://dx.doi.org/10.1016/ j.jpurol.2012.02.013. 2. Bhat A, Bothra R, Bhat MP, et al. Congenital bladder diverticulum presenting as bladder outlet obstruction in infants and children. J Pediatr Urol. 2012;8:348---53, http://dx.doi.org/10.1016/ j.jpurol.2011.07.001. Publicación electrónica: 30 Ago 2011. 3. Ismail A, Hamad B, Kaabi AA, et al. Congenital bladder diverticula as a cause of bladder outlet obstruction in children. Eur J Pediatr Surg. 2011;21:345---7, http://dx.doi.org/10.1055/ s-0031-1279689. 4. Garat JM, Angerri O, Caffaratti J, et al. Primary congenital bladder diverticula in children. Urology. 2007;70:984---8. 5. Shukla AR, Bellah r, Canning D, et al. Giant bladder diverticula causing bladder outlet obstruction in children. J Urol. 2004;172:1977---9. 6. Juan YS, Li CC, Shen JT, et al. Laparoscopic bladder diverticulectomy for large bladder diveticulum: A case report. Kaohsiung J Med Sci. 2004;20:563---6. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Rev Mex Urol. 2015;75(3):146---148 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Fístula arteriovenosa dural, lesión medular y disinergia vesicoesfinteriana R. Sierra-Labarta a,∗ , A. Santamaría-Torroba b , C. Soler-González c , D. Sánchez-Zalabardo a , Á. de Pablo-Cárdenas a y J.A. Cuesta-Alcalá a a Servicio de Urología, Hospital Reina Sofía, Tudela Navarra, España Servicio de Rehabilitación, Hospital Reina Sofía, Tudela Navarra, España c Servicio de Psiquiatría, Hospital Miguel Servet, Zaragoza, España b Recibido el 25 de diciembre de 2014; aceptado el 1 de abril de 2015 Disponible en Internet el 12 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Fístula arteriovenosa dural; Lesión medular; Disinergia vesicoesfinteriana KEYWORDS Dural arteriovenous fistula; Spinal cord injury; Vesicosphincteric dyssynergia ∗ Resumen La fístula arteriovenosa dural es una patología infrecuente con repercusión neurológica cuya sospecha clínica es importante ya que su pronóstico depende de la rapidez con la que se instaure el tratamiento. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Dural arteriovenous fistula causing spinal cord injury and vesicosphincteric dyssynergia Abstract Dural arteriovenous fistula is a rare pathology with neurologic repercussions. Its clinical suspicion is important, given that its outcome depends upon the speed with which treatment is established. Not a congenital vascular malformation, but rather of acquired etiology, the fistula is made up of a ball of small arterial vessels located in the thickness of the dura mater of the dural sac. A 22-year-old man with an unremarkable past history came to the emergency service complaining of paresthesia in the left lower limb after a slight trauma 10 days before. Symptoms worsened after one month and a lumbar nuclear magnetic resonance scan revealed a high-flow paravertebral arteriovenous fistula with a trajectory and inclusion within the lumbar canal from L1 to L3. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Autor para correspondencia. Correo electrónico: roc.sierra@gmail.com (R. Sierra-Labarta). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.04.003 2007-4085/© 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Fístula arteriovenosa dural y disinergia vesicoesfinteriana 147 Introducción Las fístulas arteriovenosas con drenaje venoso perimedular se caracterizan en que sólo este drenaje tiene relación con la médula1 . De etiología adquirida, no siendo una malformación vascular congénita, la fístula está constituida por un ovillo de pequeños vasos arteriales ubicados en el espesor de la duramadre del saco dural. Irrigada por la rama meníngea de uno o dos troncos intercostales, lumbares o sacros, su repercusión patológica es debida a que su drenaje se realiza por la vena radiculomedular que invierte su flujo y se vacía al plexo venoso perimedular, siendo sobrecargado por la fístula dilatándose en todo su trayecto hasta alcanzar las venas de la fosa posterior. Todo ello produce una ectasia venosa en la médula espinal con edema e isquemia en toda su longitud hasta el nivel de vaciamiento2,3 , lo que es provocado por la ausencia de otras venas radiculomedulares en un nivel superior o inferior a la fístula que alivien esta situación, explicando así la larga extensión de la ectasia venosa perimedular. Presentamos un caso clínico de lesión medular secundaria a una fístula perimedular con repercusión sensitivo motora y de la vía urinaria. Caso clínico Varón de 22 años sin antecedentes previos de interés que acude al servicio de urgencias por referir sensación parestésica en extremidad inferior izquierda tras antecedente traumático leve hace 10 días. Se realiza radiografía lumbar con espacios discales conservados, y se remite al servicio de rehabilitación/unidad de raquis. El paciente relata leve clínica de urgencia miccional, incremento del dolor con ciertas posiciones y cese del mismo en reposo. No dolor, ni déficit motor ni sensitivo en extremidades inferiores. Signo de Lasègue bilateral negativo. No alteración esfinteriana. Figura 1 RNM lumbar con resultado de fístula arteriovenosa de alto flujo paravertebral con trayecto e inclusión dentro del canal lumbar desde L1 a L3. Figura 2 En esta imagen se puede identificar el proceso fistuloso que comprime el canal lumbar. Al mes presenta empeoramiento de los síntomas por lo que se solicita RNM lumbar con resultado de fístula arteriovenosa de alto flujo paravertebral con trayecto e inclusión dentro del canal lumbar desde L1 a L3 (figs. 1 y 2). Tras dicho resultado se deriva al paciente al servicio de angiología y cirugía vascular indicándose embolización de la malformación vascular raquídea irrigada por la arteria lumbar L2-L3 izquierda, rama muy hipertrófica de la aorta abdominal que drena dentro y fuera del canal raquídeo. Las varices del canal corresponden al plexo epidural posterolateral, se sitúan en el margen izquierdo y rechazan de forma acusada el saco dural hacia la derecha. A las pocas semanas, el paciente refiere empeoramiento de la deambulación, del dolor lumbar y de las extremidades inferiores, agravándose la clínica de incontinencia urinaria, urgencia miccional y dificultad de inicio de la micción, siendo por ello remitido al servicio de urología, realizándose estudio urodinámico en el que presenta una disminución de la capacidad vesical con contracciones no inhibidas a un volumen de 50 cc y una dificultad para la relajación esfinteriana con los intentos de micción, siendo el diagnóstico del estudio de vejiga hiperrefléxica con disinergia vesicoesfinteriana. 148 En ecografía abdominal no presenta alteraciones. Se pauta tratamiento con B3 agonistas y alfa bloqueantes, presentando mejoría de la clínica miccional tanto de la incontinencia urinaria como de la polaquiuria, persistiendo cierta resistencia al comenzar la micción, pero sin presentar residuos posmiccionales patológicos. Respecto a la fístula, precisa de 2 nuevas embolizaciones hasta conseguir el completo tratamiento de la misma. Actualmente, el paciente sigue estrechos controles periódicos encontrándose estable, con marcha paretoespástica con inestabilidad moderada y rigidez de tronco, y EEII sin estepaje y con discreta claudicación glútea izquierda. Discusión La vejiga neurógena puede ser de origen congénito o adquirido. Las causas más frecuentes del origen congénito son los disrafismos, el síndrome de regresión caudal y más infrecuentemente malformaciones como el síndrome de Arnold-Chiari o de Klippel-Feil. En el origen adquirido de la vejiga neurógena nos encontramos como causa más común los traumatismos del sistema nervioso central o periférico y las lesiones secundarias a afección posquirúrgica o yatrogénica. Entre las causas de disfunción vesicoesfinteriana neurógena posquirúrgica, se encuentran las lesiones secundarias a cirugía radical pélvica, las secuelas de la cirugía de hernia discal, así como las de la radioterapia4,5 . Frecuentemente también producen disinergia las enfermedades del sistema nervioso central o periférico, entre las que se encuentran la afección vascular, degenerativa, desmielinizante, infecciosa, metabólica, tumoral y la parálisis cerebral6,7 . La afección vascular medular es infrecuente en comparación con la enfermedad vascular cerebral, pero su identificación precoz es de gran importancia para minimizar el daño residual. Las lesiones isquémicas medulares pueden presentarse como una sección medular completa o como una compresión medular, de instauración menos fulminante8 . Dentro de la afección vascular no isquémica de la médula nos encontramos con los traumatismos, que pueden desarrollar un hematoma espinal intra o extradural, o intramedular generando un síndrome medular compresivo o intrínseco. También en la médula tienen origen malformaciones arteriovenosas y fístulas durales, en ocasiones con arquitectura compleja, que pueden manifestarse de forma aguda debido a una hemorrágica o más comúnmente como un proceso subagudo y parcialmente reversible en relación con procesos de congestión venosa o como un síndrome de claudicación medular. La resonancia nuclear magnética orienta al diagnóstico, pero es la arteriografía la prueba diagnóstica de elección de estas malformaciones vasculares y la embolización selectiva del ovillo vascular fistuloso hasta su vena de drenaje sin alcanzar la vena perimedular a la cual se vacía, la mejor opción terapéutica9 . En el caso de que la embolización no fuese posible se debe presentar recurrencias a la cirugía selectiva de la vena radículo-medular por la que R. Sierra-Labarta et al. drena la fístula respetando el resto de las venas dilatadas perimedulares que constituyen el único drenaje de la médula10 . Responsabilidades éticas Protección de personas y animales. Los autores declaran que los procedimientos seguidos se conformaron a las normas éticas del comité de experimentación humana responsable y de acuerdo con la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Kendall BE, Logue V. Spinal epidural angiomatous malformations draining into intrathecal veins. Neuroradiology. 1977;13:181---9. 2. Lv X, Yang X, Li Y, Jiang C, Wu Z. Dural arteriovenous fistula with spinal perimedullary venous drainage. Neurol India. 2011;59:899---902. 3. Henríquez MC. Fístula arteriovenosa dural raquídea con drenaje venoso perimedular. Rev Chil Radiol [online]. 2003;9:70---4. 4. Comarr AE. Urinary bladder disorders from spinal cord injury. Compr Ther. 1979;5:37---64. 5. Gómez Ruiz J, López López C. Vejiga Neuroǵena Adquirida no Traumática En: Disfuncioń vesicouretral Neuroǵena. ENE Ed Madrid: Tema monográfico LX Congreso Nacional de Urologiá; 1995. p. 35---43. 6. Burns AS, Rivas DA, Ditunno JF. The management of neurogenic bladder and sexual dysfunction after spinal cord injury. 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Salinas-González, R. Vega-Castro, J. Padilla-Piña, A. Zárate-Morales, M. Garcia-Diaz e I. Gerardo-Osuna Departamento de Urología, Hospital General del Estado de Sonora, SSA. Hermosillo, Sonora, México Recibido el 1 de octubre de 2014; aceptado el 20 de febrero de 2015 Disponible en Internet el 12 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Nefrectomía; Bilateral; Trasplante; Insuficiencia renal. KEYWORDS Nephrectomy; Bilateral; ∗ Resumen La laparoscopia se ha convertido en una alternativa práctica y aceptable para el tratamiento de las enfermedades urológicas quirúrgicas complejas. El trasplante renal es el tratamiento de elección en el paciente con insuficiencia renal terminal. Las indicaciones de nefrectomía pretrasplante son: enfermedad renal poliquística autosómica dominante, hipertensión refractaria, infecciones renales crónicas, diagnóstico o sospecha de cáncer renal o urotelial, urolitiasis, niveles persistentes de anticuerpos antimembrana basal glomerular, proteinuria significativa no controlada e hidronefrosis grados 4 o 5. Se presentan 2 casos de pacientes con enfermedad renal terminal con manejo en hemodiálisis, los cuales requieren nefrectomía bilateral previo al trasplante. En un caso se extrajeron las piezas ampliando la herida umbilical y en el otro caso, a través de herida Pfannestiel con tiempo quirúrgico: 280 y 235 min, respectivamente; sangrado transoperatorio: 250 ml y 155 ml, respectivamente; sin complicaciones. Estancia intrahospitalaria: 6 y 5 días, respectivamente. La nefrectomía pretrasplante es un procedimiento habitual en los servicios de trasplante renal, y la resolución de la misma con procedimientos mínimos invasivos, es la técnica ideal. Tratándose ambos casos de nefrectomía bilateral hace de gran relevancia las ventajas del procedimiento laparoscópico. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Pre-transplantation laparoscopic bilateral nephrectomy: Two cases Abstract Laparoscopy has become a practical and acceptable alternative for the treatment of urologic diseases that are surgically complex. Kidney transplantation is the treatment of choice in the patient with end-stage kidney disease. The pre-transplantation indications for Autor para correspondencia. Correo electrónico: dr.victorperez@hotmail.com (V.M. Pérez-Mazanares). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.02.007 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). 150 Transplant; Renal insufficiency. V.M. Pérez-Mazanares et al. nephrectomy are: autosomal dominant polycystic kidney disease, refractory hypertension, chronic renal infections, diagnosis or suspicion of renal or urothelial cancer, urolithiasis, persistent levels of anti-glomerular basement membrane antibodies, significant uncontrolled proteinuria, and grade 4 or 5 hydronephrosis. The cases are presented herein of 2 patients with end-stage kidney disease undergoing hemodialysis that required bilateral nephrectomy prior to the transplantation. In one case the specimens were extracted through the widening of the umbilical incision and in the other case through the Pfannenstiel incision. Surgery duration was 280 and 235 min, intraoperative blood loss was 250 and 155 ml, and hospital stay was 6 and 5 days, respectively. There were no complications. Pre-transplantation nephrectomy is a common procedure in the kidney transplantation services and the ideal technique for its resolution is with minimally invasive procedures. The advantages of the laparoscopic procedure were particularly relevant in the present cases of bilateral nephrectomy. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Introducción La cirugía laparoscópica ha venido desplazando a la cirugía abierta, convirtiéndose en una técnica con una seguridad que iguala a la cirugía abierta, en ocasiones con las ventajas de un mejor acceso a sitios poco alcanzables con la cirugía abierta1,2 . Se requiere de una gran destreza del cirujano entrenado para estos procedimientos; los cuales hoy en día se han distribuido de manera mundial, y que no solo los centros quirúrgicos del primer mundo pueden realizar. Son técnicas conocidas como mínimamente invasivas, las cuales tienen como ventajas un menor dolor postoperatorio, una recuperación quirúrgica más rápida, un menor tiempo de estancia hospitalaria, así como una reincorporación temprana a la actividad diaria2 . Las indicaciones de nefrectomía pretransplante son enfermedad renal poliquística autosómica dominante, hipertensión renovascular refractaria a medicamentos, infecciones renales crónicas, diagnóstico o sospecha de cáncer renal o urotelial, urolitiasis, niveles persistentes de anticuerpos antimembrana basal glomerular, proteinuria significativa no controlada e hidronefrosis grados 4 o 51,3---6 . Presentación de casos Se realizaron 2 nefrectomías laparoscópicas bilaterales pretransplante, el primer caso se trata de un varón de 33 años de edad, con antecedentes de tabaquismo una cajetilla diaria durante 5 años, alcoholismo durante los fines de semana hasta la embriaguez durante 5 años, toxicomanías a cocaína durante 5 años; todo ello suspendido hace 3 años. Apendicectomía hace 15 años y timpanoplastia izquierda hace 2 años. Dos semanas previas a nuestra valoración se realiza el diagnóstico de insuficiencia renal crónica agudizada, evidenciado por un cuadro de sangrado del tubo digestivo alto, por varices esofágicas. Bajo tratamiento con hemodiálisis, 3 sesiones por semana. Paciente neurológicamente integro, con palidez de piel y tegumentos, complexión delgada, IMC de 24, cardiopulmonar sin compromiso, abdomen con cicatriz de 6 cm en región de fosa ilíaca derecha, sin masas palpables a nivel abdominal, con extremidades sin edema, y con pulsos periféricos presentes y de buena intensidad. --- Datos de laboratorio: BH: Hb 10.9 g/dl; Htc 33.2%; plaquetas 376,000; leucocitos 9,200; neutrófilos 67%; tipo y RH O+ --- TP 12.4; INR 1.00; TTP 27.1 s --- QS: glucosa 97 mg/dl; creatinina 12.10 mg/dl; urea 173 mg/dl; BUN 81 mg/dl --- Electrolitos séricos: Na 140 mEq/L; K 5.87 mEq/l; Cl 92 mEq/l USG: ambos riñones con parénquima adelgazado mostrando riñón derecho con ectasia pielocalicial y dilatación ureteral proximal, y el izquierdo con importante ectasia pielocalicial sugestiva de bolsa hidronefrótica, sin embargo el uréter del mismo lado no se observa dilatado. Cistograma: placa simple de abdomen sin alteraciones. Placa de llenado con una capacidad vesical máxima de 450 ml, sin defectos de llenado con reflujo vesicoureteral bilateral, donde se evidencia nivel hídrico por debajo de la silueta renal izquierda correspondiente a bolsa hidronefrótica (fig. 1 Imagen 1). UROTAC: ambos riñones con presencia de cambios crónicos del parénquima renal, riñón izquierdo con ectasia pielocalicial bolsa hidronefrótica, sin evidencia de obstrucción por litos. El segundo caso se trata de una mujer de 38 años de edad, con diagnóstico de insuficiencia renal crónica terminal de 5 años de evolución, secundario a hipertensión arterial sistémica de 15 años de evolución, bajo tratamiento con hemodiálisis 3 sesiones por semana, anuria desde hace 5 años, 2 cesáreas la última hace 20 años, implante de senos Nefrectomía bilateral laparoscópica pretrasplante. Presentación de 2 casos 151 Figura 2 Cistograma de llenado, con presencia de medio de contraste renal bilateral predominio izquierdo. Figura 1 En el cistograma se identifica la presencia de reflujo vesicoureteral bilateral, donde se evidencia el nivel hídrico por debajo de la silueta renal izquierda correspondiente a la bolsa hidronefrótica. hace 6 años, posoperada de fístula arteriovenosa en brazo derecho y multitransfundida. A la exploración neurológicamente íntegra, con palidez de piel y tegumentos, complexión delgada con un IMC de 22.2 Kg/m2 , cardiopulmonar sin compromiso, abdomen plano, con hernia umbilical reductible de 0.5 cm, cicatriz suprapúbica tipo Pfannenstiel, sin megalias ni dolor. --- Datos de laboratorio: BH: Hb 9.2 g/dl; Htc 28.5%; plaquetas 215,000; leucocitos 8,100; neutrófilos 64.6%; tipo y RH A+ --- TP 13.3; INR 0.99; TTP 41.0 s --- QS: glucosa 86 mg/dl; creatinina 9.92 mg/dl; urea 116 mg/dl; BUN 54.2 mg/dl --- Electrolitos séricos: Na 138 mEq/l; K 5.71 meq/l; Cl 98 mEq/l USG: riñón derecho pequeño de 78 mm, con pérdida de la relación corteza médula con lesiones quísticas entre 7 y 15 mm; riñón izquierdo de 64 mm, con pérdida de la relación corteza médula, con quiste de 8.2 mm, vejiga no visible. Cistograma: con reflujo vesicoureteral bilateral lado izquierdo grado iv y derecho grado ii (fig. 2). Se les realiza nefrectomía bilateral laparoscópica de manera programada como protocolo de trasplante renal de donante vivo. Se realiza procedimiento sin complicaciones. Se realizó en pacientes con diagnóstico de insuficiencia renal terminal, con indicación de nefrectomía pretransplante, para lo cual se decidió un abordaje laparoscópico por las ventajas mencionadas con anterioridad. Se utilizó el equipo de laparoscopia convencional del hospital, se colocan 2 trocares de 10 mm y uno de 5 mm por cada riñón, se utilizó LigaSure® , lente de 30◦ y grapadora para Hem-o-lok® , una bolsa recolectora. El paciente se coloca en posición decúbito lateral con flexión forzada colocando almohadillas a nivel costal y entrepierna y una dona en región cefálica; previamente anestesiado con anestesia general es fijado a mesa quirúrgica con cinta adhesiva a nivel de trocánter y de hombro; se realiza asepsia desde región torácica hasta pubis abarcando hasta región umbilical y parte media de espalda. Se realiza un abordaje transperitoneal con técnica de Hasson, el primer trocar de 10 mm para la óptica de 30◦ se coloca en posición umbilical, se insufla neumoperitoneo con 20 mmHg con CO2 y se colocan trocar de 10 mm a 10 cm del primero en sentido oblicuo dirigido hacia espina iliaca anterosuperior, y el tercer trocar en sentido oblicuo hacia la parte media de la décimo segunda costilla, a 12 cm de puerto umbilical. Se baja el neumoperitoneo a 12 mmHg. Se identifica el colon descendente y la fascia de Tlodt, la separación del colon permite ver adecuadamente la superficie anterior de la fascia de Gerota. En ambos lados se requiere la movilización completa del colon desde el ángulo hepático o esplénico hasta la fosa ilíaca con el propósito de exponer en forma completa el uréter (fig. 3). Se debe de identificar el uréter a nivel del cruce de los ilíacos. Se continúa con la disección del uréter, la parte central del mismo se localiza en el tejido adiposo retroperitoneal medial respecto al músculo de psoas. Durante la movilización proximal es frecuente encontrar la vena gonadal 152 V.M. Pérez-Mazanares et al. Toldectomía Figura 3 Disección laparoscópica de la fascia de Toldt. Figura 4 Identificación y disección de uréteres. primero que puede disecarse con el uréter. El uréter se encuentra por detrás de la vena gonadal y por delante de psoas. Una vez localizado el uréter se diseca dejando a la vista el músculo psoas disecándose de manera proximal para identificar el hilio renal. La disección del uréter continúa de manera proximal utilizando un irrigado-aspirador (fig. 4). Se seccionan los ligamentos superior y lateral de la fascia de Gerota. Una vez disecado el uréter se secciona lo más distal posible para poder ayudar a la tracción del riñón. Se continúa con la movilización del polo inferior. Una vez movilizado el uréter hasta la unión uretero-pélvica se introducen las pinzas por detrás de la fascia de Gerota y del polo inferior siguiendo la fascia del psoas, la pieza se desprende en dirección supero-lateral, y utilizando un irrigador-aspirador y LigaSure® se seccionan los ligamentos de la pared lateral inferior y posterior. Se diseca la arteria y vena renal con la ayuda de aspirador-irrigador, pinzas ángulo y electrocauterio hook (fig. 5). Se continúa con la ligadura de los vasos renales, la visualización de la vena renal se logra utilizando el extremo del irrigador-aspirador para disecar los planos individuales de linfáticos y tejido desde el polo inferior del riñón hacia Figura 5 Identificación y disección de vena y arteria renal. Figura 6 Ligadura y sección de la vena y arteria renal. el hilio renal, se diseca y liga con Hem-o-lok® la arteria y vena renal, y se seccionan de manera individual (fig. 6), se tracciona el polo inferior de manera lateral para poner en tensión el hilio renal, se puede identificar el hilio desplazándose en dirección cefálica a lo largo de la cara medial del uréter y la pelvis renal con ayuda de irrigador-aspirador. Se libera de todos sus bordes la unidad renal. Por último, se introduce una bolsa recolectora, en donde se coloca la pieza quirúrgica para posteriormente ser extraída por uno de los puertos de trabajo. Se coloca drenaje de Penrose hacia el lecho quirúrgico, y se dispone a reposicionar al paciente para continuar con el lado contralateral. Se reposiciona al paciente del lado contrario, cambiando la disposición de todo el material, requiriendo nuevo aseo del paciente como del equipo quirúrgico, excepto del instrumentista. Resultados A ambos casos se les realiza nefrectomía bilateral laparoscópica de manera programada como protocolo de trasplante renal. Se realizan los procedimientos sin complicaciones. Nefrectomía bilateral laparoscópica pretrasplante. Presentación de 2 casos Primer caso Tiempo quirúrgico de 280 min; sangrado transoperatorio de 250 ml, sin complicaciones; deambulando a los 2 días; tolerancia a la vía oral a las 72 h posquirúrgicas; tiempo de estancia intrahospitalaria de 6 días. Escala visual analógica de 0 con el uso de opioide débil 250 mg (tramadol) y AINE en 72 h. El paciente es dado de alta, hemodinámicamente estable, canalizando gases, afebril y tolerando la vía oral. Sin dolor abdominal o torácico. Con cita de control en consulta externa de urología para control posquirúrgico. El retiro de ambos drenajes se realiza durante la primera cita de consulta de seguimiento posquirúrgico que fue a los 10 días. Segundo caso Tiempo quirúrgico de 235 min; sangrado transoperatorio de 155 ml, sin complicaciones; deambulando a los 2 días; tolerancia a la vía oral a las 24 h posquirúrgica; tiempo de estancia intrahospitalaria de 5 días. Escala visual analógica de 0 con el uso de opioide débil 250 mg (tramadol) y AINE en 72 h. Paciente es dado de alta, hemodinámicamente estable, canalizando gases, afebril y tolerando la vía oral. Sin dolor abdominal o torácico. Con cita de control en consulta externa de urología para control posquirúrgico. El retiro de ambos drenajes se realiza durante la tercera cita de control a los 19 días posquirúrgicos por persistir productivos. Discusión La nefrectomía pretrasplante es un procedimiento habitual en los servicios de trasplante renal, y la resolución de la misma con procedimientos mínimos invasivos, es la técnica ideal7 . Tratándose ambos casos de nefrectomía bilateral hace de gran relevancia las ventajas del procedimiento laparoscópico. El manejo por laparoscopia de la nefrectomía bilateral pretrasplante es un procedimiento factible, seguro y 153 con los beneficios propios de los procedimientos mínimo invasivos. Además de contar con amplias ventajas sobre la cirugía abierta, con una baja morbimortalidad, que puede estar al alcance de cualquier centro de laparoscopia convencional con el entrenamiento pertinente. No tardando en ser considerado como el gold standard en este tipo de pacientes. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. López Verdugo JF, Alejandro Reyes García I, Castillo Chavira G, et al. Nefrectomíalaparoscópica bilateral pretrasplante: comunicación preliminar. Rev Mex Urol. 2005;65:303---6. 2. Desai PJ, Castle EP, Daley SM, et al. Bilaterallaparoscopic nephrectomy for significantly enlarged polycystic kidneys: A technique to optimize outcome in the largest of specimens. BJU Int. 2008;101:1019---23. 3. Kälble T, Alcaraz A, Budde K, Humke U, Karam G, Lucan M, et al. EAU guidelines on renal transplantation; 2010 [consultado 21 Ene 2011]. Disponible en: http://www.uroweb.org 4. Goldfarb DA. Etiology pathogenesis, and management of renal failure, capítulo 43. 10th edition Campbell Walsh Urology Publicación.; 2011. p. 1228---32. 5. Del Pozo Jiménez G, Lledó García E, Herranz Amo F, et al. [consultado 12 Oct 2014]. Disponible en: http://www.aeu.es/ aeu webs/aeu2013/verposter.aspx?Num=P-250 6. Damia OH, Vento R, Schiappapietra J. Nefrectomíabilateral simultánea pretrasplante renal por vía posterior. Rev Arg de Urologia y Nefrologia. 1985;51:9---10. 7. Octavio Castillo C, Sánchez-Salas R, Ivar Vidal M, et al. Nefrectomíaradical laparoscópica. Nuestra experiencia en 150 pacientes consecutivos. Rev Chil Cir. 2008;60:297---302. Rev Mex Urol. 2015;75(3):154---157 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Tumor renal izquierdo y tumor suprarrenal derecho: abordaje laparoscópico en el mismo tiempo quirúrgico J. Padilla-Piña ∗ , R.A. García-Vásquez, J. Arriaga-Aguilar, R. Vega-Castro, V.M. Pérez-Manzanares, A. Zárate-Morales, I. Gerardo-Osuna y M. Garcia-Díaz Servicio de Urología, Hospital General del Estado de Sonora SSA, Universidad De Sonora (Unison), Hermosillo, Sonora, México Recibido el 1 de octubre de 2014; aceptado el 20 de febrero de 2015 Disponible en Internet el 27 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Tumores sincrónicos; Mielolipoma; Laparoscopía; Nefrectomía; Adrenalectomía KEYWORDS Synchronous; Myelolipoma; Laparoscopy; Nephrectomy; Adrenalectomy ∗ Resumen Los tumores sincrónicos renales y suprarrenales son una enfermedad poco frecuente, y existen pocos casos reportados. El carcinoma de células claras es el tumor renal más frecuente, representando el 60% de todos los tumores renales. Los mielolipomas suprarrenales son neoplasias benignas, raras, consideradas inactivas hormonalmente, compuestas por tejido adiposo maduro y tejidos hematopoyéticos; tienen una incidencia del 2% con el advenimiento de las nuevas técnicas radiológicas. Ambos tumores de manera sincrónica tiene una incidencia del 0.8%. Reportamos el caso de un paciente con carcinoma renal de células claras izquierdo con mielolipoma suprarrenal derecho, el cual se resolvió quirúrgicamente de manera laparoscópica en el mismo evento quirúrgico. Se realizó nefrectomía laparoscópica izquierda más adrenalectomía laparoscópica derecha con tiempo quirúrgico total de 420 min, sangrado transoperatorio de 1,300 ml, sin complicaciones transoperatorias. Reporte histopatológico: carcinoma de células claras renales izquierdas pT3N0M0, Fuhrman grado 2 y mielolipoma suprarrenal derecho. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Left renal tumor and right adrenal tumor: Laparoscopic approach in a single surgery Abstract Synchronous renal and adrenal tumors are an infrequent pathology and there are very few reported cases. Clear cell carcinoma is the most frequent renal tumor, representing 60% of all renal tumors. Adrenal myelolipomas are rare benign neoplasias that are considered hormonally inactive. They are composed of mature fatty tissue and hematopoietic tissues and, with the advent of new radiologic techniques, their incidence is 2%. The synchronous presentation of these two tumors has an incidence of 0.8%. We present herein the case of a patient with left Autor para correspondencia. Correo electrónico: drpadillajose@gmail.com (J. Padilla-Piña). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.02.006 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Tumor renal izquierdo y tumor suprarrenal derecho: abordaje laparoscópico 155 clear cell renal cell carcinoma and right adrenal myelolipoma that was resolved laparoscopically in a single surgery. Left laparoscopic nephrectomy plus right laparoscopic adrenalectomy was performed. Total surgery duration was 420 min with an intraoperative blood loss of 1,300 ml; there were no intraoperative complications. The histopathologic report stated left clear cell renal cell carcinoma, pT3N0M0, Fuhrman 2, and right adrenal myelolipoma. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Introducción Los tumores sincrónicos renales y suprarrenales son una enfermedad poco frecuente, y existen pocos casos reportados en la actualidad. Se diagnostican hasta en un 25% en las autopsias a pacientes con carcinoma de células claras renal teniendo una incidencia de hasta el 0.8% en la población general1,2 . Los mielolipomas suprarrenales son neoplasias benignas, raras, consideradas inactivas, hormonalmente compuestas por tejido adiposo maduro y tejidos hematopoyéticos. Tiene una incidencia del 2% con el advenimiento de las nuevas técnicas radiológicas3 . El carcinoma de células claras es el tumor renal más frecuente con un 60%4 . A continuación se reporta un caso de un paciente con carcinoma de células claras izquierdo con mielolipoma suprarrenal derecho el cual se resolvió quirúrgicamente de manera laparoscópica. Caso clínico H A Varón de 44 años con antecedentes de tabaquismo y alcoholismo. Inició su padecimiento con hematuria macroscópica y dolor a nivel del flanco izquierdo. La TAC abdominopélvica muestra tumoración lobulada de 7 cm de diámetro dependiente del polo inferior del riñón izquierdo con algunas zonas de invasión a la grasa perinéfrica, con fascia de Gerota respetada (fig. 1); además, tumoración de contenido graso a nivel de la glándula suprarrenal derecha con diámetros de 6 cm con pequeña calcificación en relación con mielolipoma (fig. 2). La telerradiografía de tórax es normal y la valoración cardiovascular preoperatoria no contraindica el procedimiento quirúrgico. Se programa para nefrectomía laparoscópica izquierda más adrenalectomía laparoscópica derecha. Técnica quirúrgica Bajo anestesia general se colocó al paciente en posición de lumbotomía con el costado izquierdo hacia arriba. Se realiza incisión abdominal pararrectal derecha de 1 cm, se diseca de manera roma hasta la aponeurosis, se incide peritoneo parietal y se procede a colocación de trocar pararrectal con técnica de Hasson modificada; se introduce trocar de 10 mm pararrectal utilizado para la óptica, se insufla neumoperitoneo, se le coloca trocar de 10 mm subcostal izquierdo y trocar de 5 mm de trabajo en fosa ilíaca izquierda bajo L Figura 1 Tumor renal. visión directa. Se realizó disección de la fascia de Toldt con LigaSure® hasta completar la movilización del colon descendente y exposición de la capsula de Gerota. Se procede a la disección del uréter hasta su tercio medio donde se pinza corta y sella con LigaSure® ; se diseca riñón de su lecho hasta la exposición del hilio renal donde se identifican arteria y venas, las cuales se disecan por separado, se clipan con Hem-o-lok® y se cortan; se embolsa la pieza renal y se coloca en hueco pélvico. Se recoloca al paciente en posición de lumbotomía derecha. Se mantiene la óptica en el mismo lugar, se le introducen trocar subcostal en línea medio clavicular derecha de 10 mm y trocar de 5 mm en fosa ilíaca derecha bajo visión directa; se realiza toldectomía derecha y maniobra de Catell identificando unidad renal y tumoración suprarrenal. Se secciona el peritoneo visceral en el límite entre el polo superior renal y el tumor suprarrenal hasta exponer el plano muscular posterior se avanza hacia lateral y superior liberando la porción externa del tumor para facilitar su extracción. Se le diseca la glándula hacia medial levantándola con el aspirador-irrigador y con LigaSure® se le cortan los pequeños vasos provenientes del hilio renal hasta la exposición de la vena cava. Se 156 J. Padilla-Piña et al. Figura 2 Tumor suprarrenal. diseca y se clipa con Hem-o-lok® la vena suprarrenal, posteriormente se diseca el tejido que une la glándula al plano subhepático con LigaSure® . Se diseca el tumor en su totalidad, se coloca Surgicel® en el lecho quirúrgico con verificación de la hemostasia. Se embolsa la pieza adrenal, y se extraen ambas piezas quirúrgicas por incisión tipo Pfannenstiel y se da por terminado el procedimiento. Tiempo quirúrgico 420 min, sangrado transoperatorio de 1300 ml, sin complicaciones trans-operatorias, requirió la transfusión de un paquete globular. Toleró la vía oral al segundo día y al tercer día se dio de alta del servicio. Reporte histopatológico Riñón izquierdo de 310 g con masa tumoral de 6 cm y áreas hemorrágicas, blanquecinas concluyendo con adenocarcinoma de células claras con extensión a la grasa perirrenal (pT3N0M0, Fuhrman grado 2) y tumoración de glándula suprarrenal de 7 cm con aspecto de color café claro, con zonas de color naranja, además microscópicamente con proliferación de células mieloides en un patrón difuso, megacariocitos con tejido adiposo proliferante con núcleos libres de atipias, compatible con mielolipoma suprarrenal (fig. 3). Discusión Las tumoraciones sincrónicas suprarrenales y renales son poco frecuentes. Se documenta que aproximadamente entre el 80 y el 85% de las masas renales son debidas a carcinomas de células renales claras, y la detección de masas sincrónicas suprarrenales conjunto al CCR se consideran metastásicas más que una tumoración primaria5 . Se tiene otra perspectiva ya con los reportes de autopsias de pacientes con tumoraciones renales y suprarrenales asintomáticas mayores de 1 cm tienen una incidencia del 1.5 al 7% de los casos. Ya con el advenimiento de los avances en imagenología se puede realizar un diagnóstico certero y precoz de estas enfermedades lo cual en los próximos años se espere que aumente la prevalencia de la misma. En estudios publicados por Bahrami et al. se encontraron que la combinación de carcinomas de células claras con mielolipoma suprarrenal sincrónico es del 0.1%, siendo el más frecuente el adenoma cortical suprarrenal con un 19%5 . La TAC es considerada como el estudio con mayor sensibilidad para la detección de tumores con densidad grasa (---30 a ---100 UH), que generalmente muestra un tumor bien circunscrito en su cápsula, que puede o no tener calcificaciones con contornos irregulares o difusos. El mielolipoma en la mayoría de los reportes no tiene identificado predilección por sexo, aunque Han et al. reportaron una relación varón/mujer de 2/3, con una incidencia mayor entre la 5.a y 6.a década de la vida con predilección de 2.7 a 1 en relación al lado derecho6 . El origen del mielolipoma tiene varias teorías como restos embriológicos de la médula ósea, embolismo de células de la médula ósea, metaplasia de células corticales adrenales que han recobrado su potencialidad hematopoyético y, la más aceptada, debido a cambios metaplásicos en las células reticuloendoteliales de los capilares sanguíneos en respuesta a estímulos incluyendo necrosis, infección y estrés. El mielolipoma es habitualmente asintomático, y se presentan síntomas en tumores grandes o con hemorragias retroperitoneales. Cerca del 25% de los pacientes que padecen carcinoma de células claras renales al diagnóstico ya presentan metástasis a pulmón, hígado, linfáticos, hueso y la glándula suprarrenal como último lugar. En el caso de nuestro paciente que presenta tumoraciones primarias suprarrenal derecha y renal izquierda se decide el abordaje laparoscópico ya que se reporta que la supra adrenalectomía laparoscópica es el estándar de oro desde que se realizó por primera vez en 1992 disminuyendo considerablemente la estancia hospitalaria, dolor postoperatorio, convalecencia y resultados cosméticos7 . En el manejo de neoplasias suprarrenales y de acuerdo con la experiencia mundial se recomienda la cirugía para todas aquellas lesiones mayores de 6 cm, ya que un 35% de estos pacientes tendrán neoplasias malignas. Para los pacientes con neoplasias menores de 3.5 cm se recomienda la observación y para pacientes con tumores que van desde los 3.5 a 6 cm, el manejo es Tumor renal izquierdo y tumor suprarrenal derecho: abordaje laparoscópico 157 56,7 mm 65,6 mm 66.3 mm 61,6 mm 20 cr Figura 3 Tumor renal y suprarrenal histopatológico. controvertido y se recomienda el seguimiento radiológico semestral5,7 . En el caso de que se sospeche ampliamente de mielolipoma suprarrenal, y los estudios bioquímicos y de radiodiagnóstico así lo confirmen, otras indicaciones adicionales para su tratamiento quirúrgico serían la presencia de hipertensión arterial que se ha visto la involución de la misma posterior a la resección quirúrgica, tumores voluminosos que originen dolor o la posibilidad de hemorragias retroperitoneales espontáneas en grandes tumores3---5 . Los tumores de células claras renales representan el 3% de los tumores en los adultos. Es el tercero en frecuencia después del cáncer de próstata y cáncer de vejiga. Es el tumor de células claras más habitual, con un 60%. Afecta más frecuentemente a varones de raza negra, y en general por encima de los 40 años de edad. El hábito tabáquico, obesidad, IRCT e hipertensión son factores predisponentes. Se postula que se originan a partir de la célula epitelial de ducto contorneado proximal4,8 . En la actualidad, la nefrectomía radical laparoscópica también se considera el estándar de oro para implementarse en tumoraciones menores de 10 cm hasta un estadio T2b teniendo mejores resultados conforme a la pérdida de sangre, cosmético, estancia hospitalaria y morbilidad8 . En el caso de nuestro paciente se llevó un abordaje laparoscópico puro teniendo excelentes resultados. Conclusión El abordaje laparoscópico para una tumoración sincrónica renal y suprarrenal contralateral es un método seguro, que disminuye la estancia intrahospitalaria, tiempo quirúrgico, sangrado transoperatorio, morbimortalidad asociada, comparado con el abordaje abierto para cada uno de las enfermedades por separado, teniendo las ventajas de la cirugía de la mínima invasión. Financiación No se obtuvo ninguna financiación para este artículo. Conflicto de intereses Los autores no tienen ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. American Cancer Society. Cancer Facts & Figures 2014. Atlanta, Ga: American Cancer Society; 2014. 2. Pérez Martínez J, Llamas F, López Rubio E, et al. Mielolipoma suprarrenal gigante: hipertensión, insuficiencia renal y rotura espontánea. Nefrologia. 2006;26:132---5. 3. Martínez-Cornelio A, Hernández-Toriz N, Alvarado-Cabrero I, et al. Mielolipoma suprarenal, revisión de casos en México. Rev Mex Urol. 2008;68:334---40. 4. López JI, Ugalde A, Zhou M. Renal cell carcinomas with clear cells. Rev Esp Patol. 2008;41:169---82. 5. Bahrami A, Truong LD, Shen SS, et al. Synchronous renal and adrenal masses: An analysis of 80 cases. Ann Diagn Pathol. 2009;13:9---15. 6. Mahe E, El-Shinnawy I. A ‘‘tumour trifecta’’: Myelolipoma arising within an adrenocortical adenoma ipsilateral to a synchronous clear cell renal cell carcinoma. Malays J Pathol. 2010;32:123---8. 7. Chuan-Yu S, Yat-Faat H, Wei-Hong D, et al. Laparoscopic adrenalectomy for adrenal tumors. Int J Endocrinol. 2014;2014:241854. 8. Al-Aown A, Kallidonis P, Kontogiannis S, et al. Laparoscopic radical and partial nephrectomy: The clinical efficacy and acceptance of the techniques. Urol Ann. 2014;6:101-6. Rev Mex Urol. 2015;75(3):158---161 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Tumor testicular de saco vitelino con metástasis a pleura: primer caso reportado en la literatura A. Zárate-Morales ∗ , J. Arriaga-Aguilar, R.A. García-Vásquez, R. Vega-Castro, V.M. Pérez-Manzanares, J. Padilla-Piña, I. Gerardo-Osuna y M. García-Díaz Servicio de Urología, Hospital General del Estado de Sonora Dr. Ernesto Ramos Bours, Hermosillo, Sonora, México Recibido el 1 de octubre de 2014; aceptado el 20 de febrero de 2015 Disponible en Internet el 27 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Tumor de células germinales; Tumor testicular metastásico; Tumor de saco vitelino KEYWORDS Germ cell tumor; Metastatic testicular tumor; Yolk sac tumor Resumen El cáncer testicular es el tumor urológico maligno más común en hombres jóvenes. Más del 90% corresponden a tumores de células germinales. El objetivo del estudio es el reporte del primer caso de cáncer testicular de tumores de células germinales con metástasis a pleura. Paciente masculino de 21 años, inicia su padecimiento con dolor en hemitórax derecho; la radiografía de tórax presenta una radioopacidad en lóbulo medio de pulmón derecho y la tomografía de tórax detecta una masa intratorácica y extrapulmonar. La biopsia torácica guiada por ultrasonido muestra una masa sólida adosada a la pared torácica, con efecto de desplazamiento sobre la pleura, conocido como «efecto en cola de cometa». La biopsia fue positiva para lesión neoplásica maligna poco diferenciada de la pleura. A la exploración encontramos testículo derecho con tumoración en polo inferior el cual se corrobora por ultrasonido. Los marcadores tumorales solo con elevación de alfa-fetoproteína 295.87 ng/dL y deshidrogenasa láctica en 2,380 UI/L. En la tomografía de abdomen se identificó actividad ganglionar interaortocava. Realizamos orquiectomía radical derecha. Reporte patológico: tumor testicular de saco vitelino, pT1N2M1S2. En este caso se pudo comprobar que las metástasis fueron a nivel pleural, que lo ubica como una forma de diseminación excepcional. © 2015 Publicado por Masson Doyma México S.A. en nombre de Sociedad Mexicana de Urología. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Testicular yolk sac tumor with metastasis to the pleura: First case reported in the literature Abstract Testicular cancer is the most common malignant urologic tumor in young men. More than 90% are germ cell tumors. The aim of this study was to report the first case of germ cell tumor testicular cancer with metastasis to the pleura. ∗ Autor para correspondencia. Blvd. Luis Encinas s/n, Colonia Centro, C.P. 83000, Hermosillo, Son., México, Teléfono: +2592500, ext 2584 Celular: +52 662 275 13 09. Correo electrónico: alvaro zarate@gmail.com (A. Zárate-Morales). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.02.005 2007-4085/© 2015 Publicado por Masson Doyma México S.A. en nombre de Sociedad Mexicana de Urología. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Tumor testicular de saco vitelino con metástasis a pleura: primer caso reportado en la literatura 159 A 21-year-old man had disease onset with pain in the right hemithorax. The chest x-ray showed radio-opacity in the middle lobe of the right lung. A chest tomography scan detected an intrathoracic and extrapulmonary mass. Ultrasound-guided thoracic biopsy revealed a solid mass attached to the thoracic wall, displaced over the pleura, known as the ‘‘comet tail effect’’. The biopsy was positive for a poorly differentiated malignant neoplastic lesion of the pleura. Upon physical examination we encountered a right testis with a tumor at the lower pole; this was corroborated through ultrasound. In relation to tumor markers, only alpha-fetoprotein was elevated at 295.87 ng/dl and lactate dehydrogenase at 2,380 IU/l. An abdominal tomography scan identified interaortocaval lymph node activity. We performed a right radical orchiectomy and the pathology report was testicular yolk sac tumor, pT1N2M1S2. In our patient, metastasis at the level of the pleura was confirmed, making this a case with an exceptional form of spread. © 2015 Published by Masson Doyma México S.A. on behalf of Sociedad Mexicana de Urología. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Introducción El cáncer testicular es relativamente raro y comprende el 1% de los casos de cáncer en hombres. Es el tipo de tumor sólido más común en hombres de 15 a 34 años y representa el 1.2% de las neoplasias en México1---3 . El cáncer testicular es el tumor urológico maligno más común en hombres jóvenes. Más del 90% corresponden a tumores de células germinales (TCG), que se dividen en seminomatosos y no seminomatosos, a los que corresponden los subtipos histológicos como carcinoma embrionario, tumor de saco vitelino, teratoma y coriocarcinoma. Los tumores testiculares de saco vitelinos primarios no son comunes, y pueden presentarse de forma pura o ser un componente de los TCG mixtos. En los adultos los tumores de saco vitelino puros llegan a ser raros y pueden encontrarse como un componente de TCG mixtos2 . Las metástasis son comunes en los TCG. Aproximadamente un 10% de los pacientes presentan síntomas metastásicos, como dolor de espalda, tumoraciones en cuello y disnea, como síntomas iniciales4 . La mayoría de los TCG originan metástasis por vía linfática en un patrón característico, aunque el coriocarcinoma se disemina preferencialmente por vía hematógena3 . Los nódulos linfáticos retroperitoneales, particularmente, los nódulos linfáticos paraaórticos del lado izquierdo, y los nódulos linfáticos interaortocavos del lado derecho, son los sitios principales y más comunes de metástasis en los TCG5,6 . Presentación del caso Paciente masculino de 21 años, sin antecedentes relevantes de importancia. Comienza 3 semanas previas con dolor tipo punzante en hemitórax derecho de predominio nocturno, que fue aumentando de intensidad. A la exploración física, sin presentar ningún síndrome pleuropulmonar. Figura 1 Tumoración en el lóbulo medio del pulmón derecho. En la radiografía pulmonar presenta lesión pulmonar a nivel de lóbulo medio derecho (fig. 1). Se realizó tomografía torácica el mismo día que acude a valoración, con resultado de una masa derecha que tiene bordes obtusos y una clara interface de separación con la pleura (la cual no está engrosada y sin derrame) y el pulmón se encuentra por completo normal (fig. 2). No hay atelectasia, no hay nódulos o patrones intersticiales. Mediastino normal. No se puede descartar proceso neoproliferativo. El ultrasonido pulmonar realizado para la biopsia pulmonar evidencia una masa sólida, hipoecoica, adosada a la pared torácica, con un claro efecto de desplazamiento sobre la pleura, la cual brinda efecto en «cola de cometa» y en modo B se muestra desplazada (fig. 3). Se realizó biopsia percutánea con abordaje anterior con aguja 16 G de tumoración torácica, obteniendo un material 160 A. Zárate-Morales et al. En base a los hallazgos clínicos, los hallazgos de ultrasonido y marcadores tumorales, realizamos orquiectomía radical derecha. Solicitamos tomografía de abdomen, la cual reportó actividad ganglionar conglomerada retroperitoneal (interaortocava). El reporte de patología fue tumor de saco vitelino (1.5 cm) con componente fibroso e inflamación crónica con calcificaciones, sin invasión linfovascular. Paciente con diagnóstico de tumoración testicular de células germinales, con T1N2M1S2, estadio clínico IIIB con metástasis a pleura; se inicia tratamiento oncológico a base de quimioterapia con cisplatino y etopósido. Discusión Figura 2 Masa heterogénea en hemitórax derecho. semisólido, como pasta, que no se conformaba en cilindros, y probablemente necrosis. El resultado de la biopsia reportó tejido con neoplasia de células redondas y azules, asociada a necrosis extensa de tipo tumoral, citológico de masa intratorácica con detritus celulares, en una segunda revisión de la biopsia realizada, resultando positivo para lesión neoplásica maligna poco diferenciada. Al momento que realizamos la valoración por el hallazgo de la tumoración testicular, en la exploración física encontramos testículo derecho hipotrófico con tumoración en polo inferior pétrea de 1 cm aproximadamente, cordón espermático sin alteración, y con testículo izquierdo de forma, tamaño y consistencias normales. Los marcadores tumorales a su ingreso fueron: alfafetoproteína 295.87 ng/ml, gonadotropina coriónica humana 0, deshidrogenasa láctica 2,380 UI/ml. Marcadores tumorales posquirúrgicos (a los 8 días posquirúrgicos): alfa-fetoproteína 87.91 ng/ml, gonadotropina coriónica humana 0 y deshidrogenasa láctica 2,468 UI/ml. En el ultrasonido testicular se reportó tumoración testicular heterogénea, mal definida, con calcificaciones localizadas en polo inferior. La mayoría de los TCG presentan un patrón de diseminación metastásico predecible, lo que ha contribuido al gran éxito en su tratamiento. El patrón de diseminación más común es por vía linfática, que va desde el tumor primario hasta los ganglios linfáticos en retroperitoneo y subsecuentemente a sitios distantes, con excepción del coriocarcinoma que lo hace por vía hematógena. Las metástasis de los tumores de saco vitelino típicamente ocurren en los pulmones y nódulos linfáticos retroperitoneales7 . Presentamos el caso de un paciente con diagnóstico de cáncer testicular de tipo no seminomatoso variedad saco vitelino de forma pura, que comienza con síntomas respiratorios. Durante el abordaje diagnóstico detectamos radiográficamente una tumoración en hemitórax derecho aparentemente afectando parénquima pulmonar; durante la biopsia realizada guiada por ultrasonido se observan signos radiológicos de afección solamente pleural efecto en «cola de cometa» y por tomografía se descartó afección a nivel de parénquima pulmonar. Las técnicas radiológicas tienen un rol crucial en la estadificación inicial y en el seguimiento subsecuente de los pacientes con cáncer de testículo8 . La detección de metástasis pulmonares (nodulares o pulmonares) es una parte esencial para su revaloración9 . Las metástasis intratorácicas para los TCG no seminomatosos varían en un 20% con un rango del 17-25.1%8 Parece haber una diferencia significativa en el comportamiento de diseminación de las metástasis entre los seminomas y los TCG no seminomatosos a nivel pulmonar, siendo más frecuente y más variable en estos últimos10,11 . Realizamos una búsqueda de la literatura en la base de datos PUBMED, con los términos «tumor testicular», «tumor células germinales», «tumor testicular metástasis», «tumor de saco vitelino» y «cáncer testicular pleural» sin encontrar reportes de caso de TCG con metástasis a nivel pleural. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Figura 3 cometa». Se observa por ultrasonido signo en «cola de Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Tumor testicular de saco vitelino con metástasis a pleura: primer caso reportado en la literatura Bibliografía 1. SINAIS, SINAVE, DGE, SALUD. Perfil epidemiológico de los tumores malignos en México [consultado 1 Oct 2013]. Disponible en: http://www.epidemiologia.salud. gob.mx/doctos/infoepid/ publicaciones/2011/monografias/P EPI DE LOS TUMORES MALIGNOS Mexico.pdf 2. Cao D, Humphrey PA. Yolk sac tumor of the testis. J Urol. 2011;186:1475---6. 3. Tarrant WP, CzerniakF B.A., Guo CC. Relationship between primary and metastatic testicular germ cell tumors: A clinicopathologic analysis of 100 cases. Hum Pathol. 2013;44:2220---6. 4. Richie JP, Graeme SS. Neoplasms of the testis. En: Wein AJ, Kavoussi LR, Novick AC, et al., editores. Campbell-Walsh urology. 9th ed Philadelphia: Saunders; 2007. p. 893---935. 5. Donohue JP, Zachary JM, Maynard BR. Distribution of nodal metastases in nonseminomatous testis cancer. J Urol. 1982;128:315---20. 161 6. Ray B, Hajdu SI, Whitmore WF Jr. Distribution of retroperitoneal lymph node metastases in testicular germinal tumors. Cancer. 1974;33:340---8. 7. Stephenson AJ. Neoplasms of the testis. En: McDougal WS, Wein AJ, Kavoussi LR, et al., editores. Campbell-Walsh urology. 11th ed. Philadelphia: Elsevier; 2011. p. 834---70. 8. White PM, Adamson DJA, Howard GCW, et al. Imaging of the thorax in the management of germ cell testicular tumours. Clin Radiol. 1999;54:207---11. 9. Mead G. Testis. En: Price P, Sikora K, editores. Treatment of cancer. London: Chapman and Hall; 1995. p. 627---45. 10. MacVicar D. Staging of testicular germ cell tumours. Clin Radiol. 1993;47:149---58. 11. Council Royal College of Radiologists. The use of computed tomography in the initial investigation of common malignancies. London: Royal College of Radiologists; 1994. p. 25-25. Rev Mex Urol. 2015;75(3):162---166 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Infarto renal agudo segmentario con resolución espontánea, reporte de un caso H. Becerra-Herrejón ∗ , L.M. Álvarez-Tovar y G.J. Sedano-Valencia Servicio de Urología, Hospital Regional Valentín Gómez Farías, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Zapopan, Jalisco, México Recibido el 5 de febrero de 2015; aceptado el 20 de febrero de 2015 Disponible en Internet el 12 de junio de 2015 PALABRAS CLAVE Infarto renal segmentario; Infarto renal agudo KEYWORDS Segmental renal infarction; Acute renal infarction ∗ Resumen El infarto renal agudo es una entidad raramente detectada en la práctica clínica. El diagnóstico es frecuentemente retrasado o se pierde debido a la rareza de la enfermedad y a su presentación clínica poco específica que generalmente simula una litiasis. Hasta un 70% de los pacientes tienen historia de riesgo tromboembólico elevado. Desde que la tomografía contrastada se convirtió en la modalidad de imagen de elección para evaluar varias condiciones abdominales agudas, tal vez ahora pueda ser descubierto un infarto renal no sospechado. Presentación del caso: Femenino de 67 años con antecedente de hipertensión arterial y una arritmia cardiaca no especificada, sin tratamiento. Acude a urgencias por dolor abdominal y en flanco derecho. En la tomografía se encuentra un infarto renal segmentario del riñón derecho que afecta su cara anterior y polo superior. Al día siguiente se pasa a angiografía selectiva con posibilidad de angioplastia para permeabilizar el vaso por vía percutánea, donde se observa reperfusión espontánea de la arteria segmentaria ocluida. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Acute segmental renal infarction with spontaneous resolution: A case report Abstract Acute renal infarction is an entity that is rarely detected in clinical practice. Diagnosis is frequently delayed or missed due to the rareness of the disease and its nonspecific clinical presentation that generally simulates lithiasis. Up to 70% of the patients have a history of elevated thromboembolism risk. Since contrast-enhanced tomography has become the imaging modality of choice for evaluating various acute abdominal conditions, perhaps now, unsuspected renal infarction will be discovered. Autor para correspondencia. Av. Americas 203, Col. El Capullo, Zapopan Jalisco, CP 45100, Teléfono: +3335089276. Correo electrónico: habidb@gmail.com (H. Becerra-Herrejón). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.02.004 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Infarto renal agudo segmentario con resolución espontánea, reporte de un caso 163 Case report: A 67-year-old woman with a past history of high blood pressure and nonspecific untreated cardiac arrhythmia came to the emergency department complaining of abdominal pain in the right flank. The tomography scan revealed segmental renal infarction of the right kidney affecting the anterior surface and the upper pole. The next day she had selective angiography with the possibility of undergoing percutaneous angioplasty to permeabilize the vessel, but instead, spontaneous reperfusion of the occluded segmental artery was observed. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Introducción El infarto renal agudo es raramente detectado en la práctica clínica debido a la rareza de la enfermedad y a su presentación clínica poco específica1 que frecuentemente puede simular una litiasis2 . El infarto renal usualmente ocurre en la sexta a octava décadas de la vida2 . La mayoría de los pacientes tienen historia de riesgo tromboembólico elevado1 y muchos han tenido un evento embolico previo3 . En el infarto renal completo puede haber una pérdida significativa de función renal si la arteria renal se encuentra involucrada, pero la oclusión de una arteria segmentaria puede comprometer la perfusión de un quinto a un tercio del riñón4 . Caso clínico Paciente femenino de 67 años con antecedente de hipertensión arterial de 20 años de diagnóstico, controlada y arritmia cardiaca no especificada, sin tratamiento. Acude a urgencias por dolor abdominal de 3 días de evolución, localizado en flanco derecho, irradiado a ingle ipsilateral y a espalda, de inicio súbito, intenso, acompañado de náuseas y diaforesis. A la exploración física no se encuentran datos relevantes. En los análisis de laboratorio destaca leucocitosis de 22,000 con neutrofilia y deshidrogenasa láctica (DHL) de 1,422. En urgencias se controla el dolor y se le realiza una tomografía simple y contrastada, encontrando nefromegalia derecha, con adecuada relación corteza-médula; no se observan masas sólidas, quísticas, litos o dilatación (fig. 1). En la fase angiográfica, en arteria renal derecha con una zona de oclusión que afecta a las arterias segmentarias superiores y anteriores, ocasionando un defecto de perfusión del 60% (fig. 2). En la fase nefrográfica hay franca zona de hipocaptación en el riñón derecho en su cara anterior y hacia el polo superior (figs. 3 y 4). Posteriormente se le realiza un ecocardiograma donde se logra documentar fibrilación auricular y doble lesión mitral, estenosis leve e insuficiencia moderada. Al día siguiente se pasa a angiografía selectiva con posibilidad de angioplastia para permeabilizar el vaso por vía percutánea, donde se observa arteria segmentaria superior con la presencia de un trombo que ocluye parcialmente la luz del vaso, pero que no limita el flujo anterógrado; se observa reperfusión espontánea de la arteria segmentaria ocluida (fig. 5). Figura 1 Tomografía en corte axial donde se aprecia el defecto de captación del parénquima renal derecho. Figura 2 En corte coronal se identifica el defecto de captación del riñón izquierdo en su porción latero-superior. Discusión El infarto renal agudo es una entidad raramente detectada en la práctica clínica. El diagnóstico es frecuentemente retrasado o se pierde debido a la rareza de la enfermedad y a su presentación clínica poco específica. Reportes previos han documentado hasta un doble de prevalencia de 164 H. Becerra-Herrejón et al. Figura 3 rior. Defecto de perfusión segmentario anterior y supe- Figura 4 rior. Defecto de perfusión segmentario anterior y supe- Figura 5 Angiografía con trombo en segmentaria superior. infarto en el riñón izquierdo, pero Korzets et al. encontraron una prevalencia similar entre ambos riñones1 . Un estudio de autopsias ha reportado una incidencia de hasta un 0.48%. El infarto renal usualmente ocurre en la sexta a octava décadas de la vida2 . Hasta un 70% de los pacientes tienen historia de riesgo tromboembólico elevado1 . Las principales enfermedades cardiovasculares que presentan mayor riesgo para desarrollar un infarto renal son la hipertensión arterial (64%), fibrilación auricular (50%), enfermedad coronaria (36%), falla cardiaca congestiva (23%) y la estenosis mitral reumática (23%)2 . La mayoría de los pacientes han tenido un evento embolico previo, y se ha encontrado que muchos de estos pacientes se encuentran recibiendo terapia anticoagulante con un INR subterapéutico3 . Esta condición puede ser una importante causa de pérdida renal y, cuando no se ha diagnosticado previamente, puede apuntar a una enfermedad cardiovascular subyacente2 . En los casos de infarto renal idiopático, el origen del émbolo renal en la mayoría de los pacientes sin patología cardiaca permanece siendo desconocido. El émbolo se puede originar de la pared aortica más que de las cavidades cardiacas. Se ha observado una alta incidencia de trombofilia y/o hiperhomocisteinemia hereditarias como un factor que pudiera contribuir5 . Se han reportado otros factores como posibles etiologías; el daño renal inducido por cocaína es una entidad bien documentada, sin embargo, el infarto renal secundario al uso de cocaína no es una entidad bien conocida6 . En el infarto renal completo puede haber una pérdida significativa de función renal si la arteria renal se encuentra involucrada, sin embargo, el impacto clínico en la función renal del infarto segmentario es menos comprendido2 . Se considera que la hipoxia, que resulta de un desequilibrio entre el aporte de oxígeno y la demanda del mismo, tiene un papel importante en la patogénesis y progresión de la enfermedad renal. A pesar de la importancia de la hipoxia, poco se sabe acerca de las consecuencias de una reducción local de la tensión de oxígeno tisular, y de la extensión y la operación de las respuestas adaptativas en diferentes zonas anatómicas en el riñón. La isquemia renal completa, aunque es un modelo establecido para falla renal, es de utilidad limitada para evaluar la respuesta a la hipoxia regional, la cual es diferente a la hipoxia uniforme4 . La ligadura de una rama de la arteria renal compromete la perfusión de un quinto a un tercio del riñón e induce cambios característicos en la morfología con diferencias respecto al tiempo y el lugar de la isquemia. Con relación al tiempo, los cambios morfológicos pueden ser divididos en: una fase temprana (1-6 h), donde las células del parénquima parecen estar aun viables; una fase intermedia (1-3 días) donde el daño tisular ya está establecido; y una fase tardía (más de 3 días) donde se hace evidente la reparación y remodelación tisular. En términos de diferencias respecto al sitio, se hace aparente la distinción de 3 zonas paralelas al eje corticomedular del riñón después de un día: (1) necrosis tubular en el centro del infarto, (2) una zona en el borde del infarto entre el área de necrosis tubular y el tejido normal, con una variedad de alteraciones celulares y (3) tejido preservado normal. Presumiblemente, el nivel de oxígeno al cual las células tubulares son dañadas es variable a lo largo de la nefrona4 . Infarto renal agudo segmentario con resolución espontánea, reporte de un caso Los infartos grandes crean un gradiente de oxígeno perpendicular al eje corticomedular del riñón. Se desarrollan diferentes niveles de daño tisular a través de este gradiente y evocan complejas reacciones celulares y mecanismos de reparación. Mientras que la necrosis franca ocurre rápidamente en el centro del infarto, una banda de tejido aparece en el borde del área de aporte de la arteria infartada después de un día, donde las células son objeto de un daño hipóxico subletal. Una comparación entre el centro del infarto y la zona del borde hace pensar que hay un gran potencial de regeneración tubular después del daño hipóxico4 . Se ha encontrado que hasta un 61% de los pacientes continúan con una función renal normal en el seguimiento después del infarto3 . Desde que la tomografía contrastada se convirtió en la modalidad de imagen de elección para evaluar varias condiciones abdominales agudas, puede ser esta la primera instancia en que un infarto renal no sospechado puede ser descubierto. Clínicamente se manifiesta generalmente como dolor en el flanco, severo, persistente, refractario a tratamiento médico, en ocasiones simulando un cólico renoureteral1 . Otras presentaciones incluyen también náuseas o vómito (46%) y fiebre (27%). Todas las presentaciones clínicas son altamente variables y pueden imitar una litiasis2 . Pequeños infartos pueden cursar asintomáticos y solo manifestarse con fatiga. Hallazgos positivos incluyen fiebre, dolor abdominal e hipertensión de reciente aparición. El examen general de orina puede revelar hematuria microscópica, proteinuria, pero también puede dar resultados normales. Es común la elevación de la DHL sérica, la proteína C reactiva y las aminotransferasas, siendo la DHL el marcador probablemente más útil, aunque no específico7 . La leucocitosis se observa en un 50% de los pacientes, la elevación de la DHL es consistente en todos los pacientes, hasta 6.48 veces su límite superior normal2 . En los pacientes con infarto renal, la angiotomografía generalmente es el estudio de imagen inicial, pero el diagnóstico definitivo se hace con la angiografía2 . La angiografía renal es diagnóstica en el 100% de los casos. Otras técnicas diagnósticas incluyen la gammagrafía renal, que es anormal en el 97% de los casos; la tomografía con contraste intravenoso, que puede ser diagnóstica en un 80% de los casos; y el ultrasonido, que es positivo en solo un 11%3 . El ultrasonido renal no es lo suficientemente sensible7 y no puede diagnosticar ni excluir un infarto renal agudo ya que no hay cambios específicos en el riñón infartado2 . En la tomografía, en particular, un infarto renal puede confundirse con una enfermedad maligna7 . Clínicamente se puede diferenciar el infarto total y el segmentario con estudios de imagen o una prueba nuclear de perfusión renal2 . Los hallazgos radiológicos en el infarto renal dependen tanto de la extensión como del tiempo de evolución del infarto. Estos hallazgos siguen paralelamente a los cambios fisiopatológicos que ocurren después de la oclusión arterial aguda. Después de una hora de la oclusión de una arteria arcuata o interlobular, se ve un área triangular hiperémica con su ápex apuntando a la médula y su base paralela a la región subcapsular. Después de 7 días de la oclusión el infarto se comienza a encoger. A los 28 días hay una depresión pronunciada en su superficie. A medida que el infarto se va reduciendo, el área central necrosada colapsa, mientras 165 que en la periferia ocurre una regeneración y organización. La calcificación tubular comienza desde los 3 días después del infarto, persistiendo durante la siguiente semana y es más notorio en los túbulos cercanos a la superficie de del riñón8 . La tomografía contrastada es la técnica no invasiva estándar para visualizar un infarto renal. El hallazgo clásico es una zona en forma de cuña de densidad disminuida periférica, sin realce. Los hallazgos tomográficos han sido descritos por Suzer et al.9 en una serie de 37 casos. El hallazgo más común fue un área hipoatenuada con un efecto de masa asociado, en el 32% de los casos, seguido del signo del borde cortical en el 19%. El signo del borde cortical en un nefrograma representa una opacificación de un borde de nefronas funcionales, irrigada por colaterales capsulares, rodeando un riñón que de otra manera no es funcional8 . No han sido establecidas guías de tratamiento aún, sin embargo, la terapia anticoagulante temprana parece ser benéfica, la terapia trombolítica es mejor si se usa de manera temprana (90-180 min del inicio del cuadro) mientras que el tejido renal isquémico se beneficia de la reperfusión. Se ha encontraron una tendencia a una mejoría de la función renal en los grupos de diagnóstico temprano frente a los de diagnóstico tardío. El tratamiento conservador ha sido más favorable que el tratamiento quirúrgico, el cual debe reservarse para pacientes con riñón solitario o trombos bilaterales2 . En cuanto al pronóstico para la función renal, se han analizado las cifras de azoados en pacientes con infarto renal, encontrando en el seguimiento a largo plazo una creatinina sérica normal, o con una elevación no mayor del 25% en el 88% de los pacientes, por lo que se recomienda que estos pacientes deben ser seguidos a largo plazo con estudios funcionales más que con monitorización de la creatinina sérica10 . También se ha analizado la incidencia de hipertensión arterial posterior al infarto; en un estudio de 55 casos de pacientes con infarto renal, 25 pacientes tenían historia de hipertensión de larga evolución y 30 comenzaron con hipertensión aguda. En el seguimiento se observó que los pacientes con hipertensión aguda en el momento del infarto renal tuvieron una mayor tendencia a normalizar sus cifras tensionales basales que los pacientes con hipertensión de larga evolución. En el seguimiento a largo plazo, los pacientes no tuvieron cambios significativos en la tasa de filtración glomerular. Concluyen que un paciente con infarto renal que comienza con hipertensión aguda tiene un pronóstico favorable en cuanto a cifras tensionales a largo plazo11 . En el caso de nuestra paciente, se presenta clínicamente imitando un cólico renoureteral derecho, sin embargo, por el antecedente de arritmia cardiaca y DHL con una marcada elevación, se decide pedir una tomografía de abdomen, como estudio de elección para el diagnóstico de litiasis, y además, se solicita una fase contrastada para corroborar la sospecha clínica. Los hallazgos de laboratorio y de imagen se corresponden con lo descrito en la literatura. La paciente no recibió terapia trombolítica, y se decidió por la reperfusión percutánea porque se contaba con unidad de hemodinamia equipada disponible. No encontramos casos de reperfusión espontánea reportados en la literatura, y recomendamos seguir las recomendaciones internacionales e iniciar terapia trombolítica si no se cuenta con sala de hemodinamia disponible como en este caso. 166 H. Becerra-Herrejón et al. Conclusión Bibliografía Un paciente con riesgo tromboembólico elevado, que presente dolor en flanco no explicado por otras causas debe levantar las sospechas de infarto renal; en estas circunstancias, la hematuria, la leucocitosis y la elevación de DHL sérica apoyan de forma importante el diagnóstico1 . 1. Korzets Z, Plotkin E, Bernheim J, et al. The clinical spectrum of renal infarction. IMAJ. 2002;4:781---4. 2. Chu PL, Wei YF, Huang JW, et al. Clinical characteristics of patients with segmental renal infarction. Nephrology. 2006;11:336---40. 3. Hazanov N, Somin M, Attali M, et al. Acute renal embolism: Forty-four cases of renal infarction in patients with atrial fibrillation. Medicine. 2004;83:292---9. 4. 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Blood pressure and renal outcomes in patients with kidney infarction and hypertension. J Hypertens. 2006;24:1649---54. Responsabilidades éticas Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Financiación No se recibió patrocinio para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Rev Mex Urol. 2015;75(3):167---171 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Fístula escroto-cutánea como complicación de pancreatitis necrosante aguda C.A. Monterrosas-Minutti ∗ , J. Becerra-Cárdenas, J.C. Solis-Escobedo, J. Guerrero-Nuño, B.O. Manzo-Pérez, D.A. Varela-Figueroa, E.A. Chávez-Solis, J.C. Morales-Fonseca, O.A. Magaña-Bustamante, M.R. Martínez-Murillo, G.F. Vargas-Martínez y J.C. Morales-Mondragón Servicio de Urología. Hospital Civil Viejo de Guadalajara Fray Antonio Alcalde, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jalisco, México Recibido el 15 de octubre de 2013; aceptado el 25 de junio de 2014 Disponible en Internet el 23 de mayo de 2015 PALABRAS CLAVE Pancreatitis necróticohemorrágica; Fístula escroto-cutánea; Hidrocele de origen pancreático ∗ Resumen La pancreatitis aguda es una enfermedad inflamatoria que presenta un curso benigno y autolimitado, con una mortalidad del 1%, sin embargo, del 20-25% de los pacientes pueden desarrollar un curso agresivo de la enfermedad, con aumento en la mortalidad de hasta un 30%. Aquellos pacientes que sobreviven son susceptibles a presentar una serie de complicaciones locorregionales y a distancia, predominantemente colecciones pancreáticas, necrosis pancreática organizada, abscesos y seudoquistes pancreáticos, además de complicaciones poco comunes y escasamente reportadas, incluido el tracto genitourinario, donde el escroto se encuentra involucrado en forma de hidrocele secundario al acúmulo de fluido rico en enzimas pancreáticas, cuya acción principal consiste en la necrosis grasa de tejido blando escrotal, que puede ser difícil de diferenciar de un cuadro de escroto agudo, y de este modo, realizar manejos quirúrgicos innecesarios que aumentan la morbimortalidad en estos pacientes. Se presenta reporte de caso y revisión de la literatura de hidrocele de origen pancreático secundario a pancreatitis necroticohemorrágica por ingesta etílica en paciente masculino de 23 años de edad, así como fístula escroto-cutánea, entidad patológica sumamente rara, no reportada en la literatura hasta el momento. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. Autor para correspondencia. La Ronda n.o 14, Fraccionamiento Citala, Zapópan, Jalisco, México. C.P. 44606. Teléfono: 3314191967. Correo electrónico: drcamm@hotmail.com (C.A. Monterrosas-Minutti). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.04.002 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Todos los derechos reservados. 168 KEYWORDS Hemorrhagic necrotic pancreatitis; Cutaneous scrotal fistula; Pancreatic hydrocele C.A. Monterrosas-Minutti et al. Cutaneous scrotal fistula as a complication of acute necrotizing pancreatitis Abstract Acute pancreatitis is an inflammatory disease that usually presents as a benign and self-limited pathology, with a 1% mortality rate. Nevertheless, 20-25% of the patients can develop an aggressive form of the disease, with an increase in mortality of up to 30%. Those patients that survive are susceptible to presenting with a series of locoregional and distant complications, mainly pancreatic collections, organized pancreatic necrosis, and pancreatic abscesses and pseudocysts. They can also present with less common and little-reported complications affecting the genitourinary tract, involving the scrotum in the form of hydrocele secondary to the accumulation of pancreatic enzyme-rich fluid whose main action is fat necrosis of the scrotal soft tissue. This can be difficult to differentiate from symptoms of acute scrotum, resulting in unnecessary surgical management that increases patient morbidity and mortality. Accompanied by a literature review related to the case reported on herein, this article describes a 23-year-old man with a pancreatic hydrocele secondary to hemorrhagic necrotic pancreatitis due to alcohol ingestion. He also developed a cutaneous scrotal fistula, an extremely rare complication of this pathology that is unreported in the literature. © 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. All rights reserved. Introducción La pancreatitis aguda representa una enfermedad inflamatoria en un páncreas previamente sano, generalmente con curso benigno y con mortalidad del 1%. El 20-25% de los pacientes pueden desarrollar un curso agresivo de la enfermedad, con evidencia de falla orgánica múltiple clasificándose como una pancreatitis severa de acuerdo a la clasificación de Atlanta de 19921 , con una mortalidad del 730%2 . Son múltiples las etiologías de dicha enfermedad, en un 80-90% postingesta etílica o secundaria a colelitiasis, un 10% idiopática y el resto por otras causas2 destacando hipertrigliceridemia, anomalías anatómicas ductales, fármacos, trauma3 , origen iatrogénico (CPRE) o por hipercalcemia. Aquellos pacientes que sobreviven el episodio agudo pueden presentar complicaciones subsecuentes esperadas como colecciones pancreáticas, necrosis pancreática organizada, abscesos y seudoquistes pancreáticos considerando la necrosis pancreática como indicador predictivo de dichas complicaciones. La presencia de hidroceles como complicación de pancreatitis es una entidad rara con pocos casos reportados en la literatura, debido a su baja incidencia o a su escaso reconocimiento por parte de los servicios médicos. El objetivo de este reporte es describir el caso de un paciente de 23 años de edad con pancreatitis necroticohemorrágica, hidrocele pancreático y fístula escroto-cutánea, y hacer una revisión de la literatura. ictericia. Acude a hospital de segundo nivel en donde se le realiza LAPE por abdomen agudo, encontrándose datos de pancreatitis necroticohemorrágica. Únicamente se le colocan drenajes tipo penrose y se le envía a nuestra unidad hospitalaria, ingresando a UCI con Hb 7.8, GB 20 mil, Ptl 273, creatinina 3.6, urea 201, glucemia 292, BT 2.7, BD 1.2, BI 1.5, PCR 36.7, DHL 2066, amilasa 36 y lipasa 5,840; tomográficamente con Balthazar D (figs. 1 y 2), asociado a presencia de líquido retroperitoneal izquierdo que se dirige en dirección descendente hasta llegar a cavidad escrotal a través de canal inguinal ipsilateral (figs. 3---5). Se inicia manejo integral del paciente, sin embargo 5 días después de su ingreso, se documenta aumento de volumen escrotal izquierdo, con cambio de coloración y temperatura; se nos interconsulta y se corrobora hallazgo asociado a salida espontánea de material café achocolatado, sanguinolento, inodoro escaso (fig. 6), decidiéndose debido a inestabilidad del paciente y mediante el uso de anestesia local incisión Presentación del caso Paciente masculino de 23 años de edad quien 3 meses antes de su ingreso tras ingesta etílica comienza con epigastralgia intensa, tipo urente, intermitente, localizada, que disminuye parcialmente y se exacerba 10 semanas después del inicio del padecimiento actual asociada a intolerancia a la vía oral, fiebre, astenia, adinamia, dificultad respiratoria e Figura 1 Colección liquida peripacreática y flegmon. Fístula escroto-cutánea como complicación de pancreatitis necrosante aguda Figura 2 Colección semilíquida que se extiende hacia retroperitoneo, respetando grasa perirenal. 169 Figura 4 Corte axial a nivel de pelvis, mostrando la colección e infiltrado de lado izquierdo. Figura 5 Infiltración de escroto izquierdo. Discusión Figura 3 Extensión del proceso infeccioso hacia retroperitoneo y zona escrotal lado izquierdo. de rafé y drenaje escrotal izquierdo, obteniéndose 450 cc de material de características antes mencionadas (fig. 7), con teste macroscópicamente normal, con zonas de necrosis de pared escrotal (fig. 8), y se documenta permeabilidad de canal inguinal, colocándose drenaje tipo penrose, que se mantiene durante 2 días, drenando aproximadamente 600 cc de líquido anteriormente mencionado, siendo un total de 1,050 cc. El líquido escrotal obtenido reportaba lipasa de 1,834 con cultivo negativo de dicho material. Se deteriora el estado clínico del paciente, presenta falla orgánica múltiple y finalmente fallece. La incidencia de pancreatitis aguda varia de 5 a 80 por 100,000 habitantes por año en países industrializados, con una edad media de presentación de 53 años, con un egreso hospitalario promedio de 7 días en casos no complicados, con resolución espontánea del cuadro4 . Llama la atención en este reporte de caso la edad del paciente adulto joven, de solo 23 años, con un episodio subagudo fulminante y complicaciones poco comunes. Las etiologías más frecuentes son el alcoholismo cuya acción principal se lleva a cabo por formación de esteres y aldehídos que generan toxicidad directa sobre las células acinares pancreáticas4 ; además de colelitiasis que complicada con coledocolitiasis genera un efecto directo de válvula unidireccional sobre los conductos pancreáticos. En nuestro caso, el alcoholismo fue el desencadenante de dicho cuadro clínico. El ataque agudo de pancreatitis puede dividirse en: leve, el 80% de los casos, sin evidencia tomográfica de necrosis parenquimatosa, con mínima o sin falla orgánica múltiple, con recuperación temprana sin complicaciones; y severo, con pancreatitis necrosante, en el 20% de los pacientes, con evidencia tomográfica de necrosis parenquimatosa, con manifestaciones sistémicas de falla orgánica múltiple, curso 170 C.A. Monterrosas-Minutti et al. Figura 8 tal. Figura 6 Se aprecia gran edema, hiperemia de escroto, por extensión. Figura 7 Se realiza incisión escrotal para drenaje de absceso. clínico prolongado, elevada morbimortalidad, con mortalidad del 10-23%5 , la cual se eleva hasta en un 53% en pacientes mayores de 80 años, secundario a enfermedades cronicodegenerativas concomitantes6 . La pancreatitis aguda severa representa un problema médico importante asociado a morbimortalidad significante, en relación con las complicaciones de la misma7 . Las Tejido necrótico obtenido de la desbridación escro- complicaciones abdominales ocurren predominantemente entre la segunda y quinta semana, y dichas complicaciones se observan en los grados D y E de acuerdo a la clasificación de Balthazar. La pancreatitis aguda puede asociarse con una variedad de complicaciones locorregionales causadas por la interacción de los fluidos pancreáticos con estructuras locales. El 57% de los pacientes con pancreatitis aguda presentan colecciones líquidas: el 39% tienen involucradas 2 áreas y el 33% con 3 o más áreas involucradas. Las colecciones líquidas con elevados niveles de enzimas pancreáticas están asociadas con disrupción del conducto pancreático y en pacientes con pancreatitis crónicas8 , y eventualmente forman seudoquistes pancreáticos, ascitis, derrame pleural e hidroceles9 , complicaciones de las cuales nuestro paciente presentaba derrame pleural izquierdo, el cual se manifestó clínicamente con dificultad respiratoria, además del hidrocele ya mencionado. Dentro de las complicaciones más comunes se encuentra la formación de absceso pancreático, que se forma algunas semanas después de iniciar el ataque agudo, raramente durante la segunda semana, y se debe sospechar en todo paciente con dolor, hipertermia persistente a pesar de manejo médico estándar, náuseas, vómitos y en ocasiones masa palpable10 . Cuando el fluido peripancreático inicial no se reabsorbe tiende a organizarse, formándose un seudoquiste pancreático, generalmente encontrado hacia la cuarta semana del proceso inicial, con resolución espontánea de hasta un 40%; sin embargo puede mantenerse estable hasta durante 12 semanas. En el 18-50% de los casos se han reportado complicaciones como hemorragia, rotura o infección del mismo. La inflamación escrotal es una rara complicación de la pancreatitis aguda, se piensa que es resultado de necrosis grasa de tejido blando del escroto secundario al efecto destructivo de fluido pancreático11 , que finalmente por digestión tisular puede condicionar la formación de fístula escroto cutánea para drenaje del material acumulado. El involucramiento del sistema genitourinario, especialmente el escroto, es una rara complicación de la pancreatitis. El primer caso reportado fue en 197911 , y hasta la fecha son pocos los reportes publicados en la literatura Fístula escroto-cutánea como complicación de pancreatitis necrosante aguda Tabla 1 Reportes de caso en la literatura Autor Año Babalich AK, et al. Lee et al. Nazar et al. Atiq et al. Liu et al. Kim et al. 1979 2004 2007 2008 2008 2011 (tabla 1), debiéndose hacer mención de que no existe ningún informe de fístula escroto-cutánea por este padecimiento hasta el momento. Anatómicamente hay una interconexión entre espacio pararrenal anterior izquierdo con extensión inferior hacia tejido pélvico extraperitoneal y posteriormente involucra el saco escrotal11 . Embriológicamente existen 2 estructuras de suma importancia en la formación del canal inguinal: el gobernaculum y el proceso vaginal peritoneal. En los hombres el gobernaculum testicular forma el escroto y contribuye al descenso testicular hacia el escroto; y el proceso vaginalis peritoneal, un pliegue tubular peritoneal, se invagina en el canal inguinal y finaliza en el escroto11 . Puede existir afección uni- o bilateral, y clínicamente es indistinguible de otras lesiones escrotales11 , llegando incluso a simular torsión testicular, infarto escrotal y hernia inguinal incarcerada12 , que se manejan innecesariamente mediante exploración quirúrgica, aumentando la morbimortalidad del paciente. Clínicamente los signos de Cullen y Grey Turner nos pueden orientar a un diagnóstico de pancreatitis necroticohermorrágica como parte de las manifestaciones asociadas a esta entidad patológica12 . Llama la atención que en otros reportes por esta enfermedad la manifestación escrotal se manifiesta al tercer, cuarto, quinto, sexto y décimo días13 respectivamente, en ningún caso con un curso prolongado a diferencia del caso presentado en este artículo, que se presenta posterior a 10 semanas de haberse iniciado el padecimiento. Por lo tanto, es importante que nos concienciemos para considerar esta rara complicación de un proceso patológico extragenital, que contribuya a la sospecha diagnóstica en el manejo de estos pacientes, y que ayude en el manejo integral de la pancreatitis aguda severa. Conclusión El hidrocele secundario a pancreatitis necroticohemorrágica puede presentarse como una rara complicación en cualquier momento durante la evolución de dicha enfermedad, resultado del acúmulo de líquido pancreático drenado hacia el retroperitoneo y por gravedad hacia la cavidad escrotal; sin 171 embargo, es sumamente raro que exista una fístula escrotocutánea, por la acción de las enzimas pancreáticas que culminan con digestión del tejido escrotal, y que hasta el momento no ha sido reportada en la literatura. La presentación clínica de esta complicación es difícil de diferenciar de otros cuadros de escroto agudo, requiriendo incluso exploración quirúrgica innecesaria, por lo que es importante tener conocimiento de esta complicación potencial para un oportuno diagnóstico y manejo, y de este modo disminuir la morbimortalidad en estos pacientes Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Bibliografía 1. Balthazar WJ. Acute pancreatitis: Assessment of severity with clinical and ct evaluation. Radiology. 2002;223:603---13. 2. Hayden P, Wyncoll D. Severe acute pancreatitis. J Anesth Crit Care. 2008;19:1---7. 3. Haney JC, Pappas TN. Necrotizing pancreatitis: Diagnosis and management. Surg Clin N Am. 2007;87:1431---46. 4. Abela JE, Carter CR. Acute pancreatitis---a review. Surgery. 2010;28:205---11. 5. Lenhart DK, Balthazar EJ. MDCT of acute mild (nonnecrotizing) pancreatitis: Abdominal complications and fate fluid collections. AJR Am J Roentgenol. 2008;190:643---9. 6. Somasekar K, Foulkes R, Morris-Stiff G, et al. Acute pancreatitis in the elderly: can we perform better? Surgeon. 2011;9:305---8. 7. Ross A, Gluck M, Irani S, et al. Combined endoscopic and percutaneous drainage of organized pancreatic necrosis. Gastrointest Endosc. 2010;71:79---84. 8. Lee AD, Abraham DT, Agarwal S, et al. 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Rev Mex Urol. 2015;75(3):172---176 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Adrenalectomía laparoscópica derecha por feocromocitoma V.M. Pérez-Mazanares ∗ , J. Arriaga-Aguilar, R.A. García-Vásquez, J.A. Solís-Rodríguez, F. Salinas-González, R. Vega-Castro, J. Padilla-Piña, A. Zárate-Morales, M. Garcia-Diaz e I. Gerardo-Osuna Departamento de Urología, Hospital General del Estado de Sonora, Secretaría de Salud, Hermosillo, Sonora, México Recibido el 1 de octubre de 2014; aceptado el 24 de marzo de 2015 Disponible en Internet el 29 de mayo de 2015 PALABRAS CLAVE Adrenalectomía laparoscópica; Feocromocitoma ∗ Resumen A nivel mundial han surgido varias preocupaciones y controversias respecto a las adrenalectomías laparoscópicas realizadas en tumores malignos que ponen en cuestión la eficacia y efectividad del procedimiento; sin embargo, no es así en la adrenalectomía laparoscópica en las masas suprarrenales benignas que es considerada el «gold estándar» en el tratamiento. Se presenta el caso de un paciente femenino de 39 años de edad con antecedentes de hipertensión arterial sistémica de reciente diagnóstico de difícil control, referida desde endocrinología con el diagnóstico de tumoración suprarrenal derecha. Metanefrinas totales en orina de 24 h: 5,844 g/24 h (rango 36-203 g/24 h); catecolaminas totales en orina de 24 h: 289 g/24 h. La TAC muestra masa ocupante en glándula suprarrenal derecha, de 8 cm de diámetro, de aspecto tumoral, sólida, ovalada e hipodensa, sin calcificaciones, con leve reforzamiento al contraste y áreas de menor atenuación en su interior que sugieren necrosis. Se realiza adrenalectomía derecha laparoscópica. Tiempo quirúrgico: 195 min. Sangrado transquirúrgico: 450 ml; la pieza quirúrgica se extrajo por herida de 5 cm en fosa iliaca derecha. Estancia hospitalaria 3 días. El estudio histopatológico reportó feocromocitoma. El resultado quirúrgico es equiparable a la cirugía abierta, sumándole los beneficios de la cirugía de mínima invasión. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Autor para correspondencia. Avenida de los Duraznos #11 Colonia Fuentes del Mesquital, CP 83240, Tel.:éfono: +662 156 21 85. Correo electrónico: dr.victorperez@hotmail.com (V.M. Pérez-Mazanares). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.03.003 2007-4085/© 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Adrenalectomía laparoscópica derecha por feocromocitoma KEYWORDS Laparoscopic adrenalectomy; Pheochromocytoma 173 Laparoscopic right adrenalectomy for pheochromocytoma Abstract Various concerns and controversies have emerged worldwide with respect to laparoscopic adrenalectomy performed on malignancies that have called into question the efficacy and effectiveness of the procedure. Nevertheless, laparoscopic adrenalectomy is considered the gold standard of treatment when performed on benign adrenal masses. A 39-year-old woman had a past history of recently diagnosed and difficult-to-control high blood pressure and was referred by the endocrinology service with the diagnosis of a right adrenal gland tumor. Total metanephrines in 24-h urine were 5,844 g/24 h (range: 36-203 g/24 h) and total catecholamines in 24-h urine were 289 g/24 h. A computed axial tomography scan showed an 8 cm occupying mass on the right adrenal gland with a tumoral aspect that was solid, oval-shaped, and hypodense; it had no calcifications, slight contrast enhancement, and less attenuated areas in its interior suggesting necrosis. A laparoscopic right adrenalectomy was performed. Surgery duration was 195 min, intraoperative blood loss was 450 ml, the surgical specimen was extracted through an approximately 7 cm-long wound in the right iliac fossa, and hospital stay was 3 days. The histopathologic study reported pheochromocytoma. The surgical result was comparable to that of open surgery, with the added benefits of minimally invasive surgery. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Introducción Los tumores suprarrenales son mejor conocidos como incidentalomas por encontrarse en el 3-5% de las tomografías realizadas por otra índole. La gran mayoría de las masas adrenales son benignas y no funcionantes y representan el 80%; sin embargo hay que distinguirlas de tumores metastásicos provenientes de otros órganos, principalmente cáncer de mama, pulmón, riñón o linfoma; y el 5% representa los tumores malignos primarios1 . Son tumores que tienen la misma frecuencia en hombres que en mujeres, y la incidencia aumenta como en la mayoría de los cánceres con la edad; son pocos los que se presentan antes de la tercera década de la vida2 . Su patogénesis al parecer está relacionada con factores como la diabetes, la obesidad y antecedentes familiares de tumores suprarrenales1,2 . El diagnóstico de cualquier lesión suprarrenal se realiza con la sospecha clínica, la medición de mineralocorticoides, glucocorticoides, estrógenos, andrógenos y catecolaminas tanto en sangre como en orina. A pesar de que hasta el 95% de las lesiones suprarrenales son benignas y no funcionantes, se deben de realizar estudios hormonales completos con la finalidad de descartar un proceso maligno o un tumor funcionante que genere las diferentes manifestaciones clínicas como síndrome de Cushing, tumor feminizante, tumor virilizante, aldosteronoma y feocromocitoma3,4 . Radiológicamente se considera que un tumor benigno corresponde a un tumor que en ecografía, tomografía o resonancia magnética sea menor de 4 cm, esté bien delimitado y sea homogéneo; mientras que con características contrarias son considerados malignos o metastásicos3,4 . Desde la primera descripción de la adrenalectomía laparoscópica realizada por Gargner en 1992 se conocen las ventajas en comparación con la cirugía abierta, siendo 7 años después (en 1999) considerada el gold estándar en el tratamiento de las lesiones suprarrenales benignas; sin embargo, con los avances en la mejora de las técnicas laparoscópicas esta se está realizando para lesiones malignas y metastásicas de la glándula suprarrenal1,2 . La adrenalectomía laparoscópica se lleva a cabo tanto en tumores suprarrenales primarios (benignos o malignos) como en lesiones metastásicas: si las lesiones son francamente malignas se puede realizar si el tumor está confinado en un órgano sin evidencia de invasión local y neoplasia que involucre la vena adrenal. Si los tumores miden más de 6-7 cm es difícil realizar una cirugía radical, sin embargo esta se puede hacer dependiendo de las características del paciente y de la habilidad del cirujano. Las indicaciones de adrenalectomía en lesiones metastásicas incluyen una razón curativa en caso de lesión adrenal metastásica solitaria y como diagnóstico en sospecha de metástasis adrenal sin localizar foco primario1---6 . Las contraindicaciones para adrenalectomía laparoscópica son enfermedad cardiovascular o broncopulmonar severa, procedimiento quirúrgico previo en abdomen superior en región de la suprarrenal afectada, y las propias de la enfermedad como lesiones malignas mayores de 6 cm con compromiso del pedículo vascular adrenal y tejidos circundantes1---3 . Presentación del caso Paciente femenino de 39 años de edad con antecedentes de hipertensión arterial sistémica de reciente diagnóstico en mal control con antihipertensivos orales, trombocitosis esencial, con cirugías previas por oclusión tubárica bilateral hace 15 años con recanalización hace 5 meses, menarca a las 12 años, 4 gestas y 4 partos, acude referida de la consulta de endocrinología con el diagnóstico de tumoración 174 Figura 1 TAC de abdomen contrastada. Corte alto, lesiones hepáticas. suprarrenal derecha. Paciente consiente, alerta, cooperadora, bien hidratada con adecuada coloración de piel y tegumentos; cabeza sin hallazgos, tórax normolíneo con adecuada entrada y salida de aire con campos pulmonares limpios, bien ventilados sin agregados, ruidos cardiacos rítmicos aumentados de frecuencia, buena intensidad, abdomen plano, sin cicatrices, peristalsis presente, no palpación de masas abdominales, no doloroso. Extremidades integras. Resultados de laboratorios prequirúrgicos: Hb 9.5 g/dl; Hto 31.9%; plaquetas 605,000; leucocitos 9.6. Química sanguínea con una glucosa central de 106 mg/dl, urea de 33 mg/dl, creatinina 0.79 mg/dl, TP 12.3 seg y TTP 23.7 seg con un INR de 0.91 Metanefrinas totales en orina de 24 h: 5,844 g/24 h (rango 36-203 g/24 h); catecolaminas totales en orina de 24 h: 289 g/24 h. El estudio tomográfico reporta en retroperitoneo masa ocupante, de aspecto tumoral, sólida, ovalada e hipodensa, sin calcificaciones, con leve reforzamiento al contraste y áreas de menor atenuación en su interior que sugieren necrosis, de contornos lobulados, de 8 cm de diámetro, situada en proyección de la glándula suprarrenal derecha que invade la vena cava inferior, la cual persiste con defecto de llenado en la fase tardía (figs. 1---3); el resto de las estructuras con características tomográficas normales, sin evidencia de adenomegalias ni otras masas retroperitoneales. Probable carcinoma adrenocortical. Tenemos una masa suprarrenal, con leve reforzamiento al contraste, con necrosis central e hipertensión; además de metanefrinas en orina elevadas lo que nos conduce al diagnóstico de feocromocitoma. Se decide realizar adrenalectomía derecha laparoscópica; la paciente se hospitaliza 5 días previos al procedimiento quirúrgico para una adecuada preparación prequirúrgica en cuanto a cifras tensionales y precarga hídrica. Mantiene cifras tensionales prequirúrgicas de 160/95 mmHg a pesar del manejo con prazosin 1 mg/8 h y atenolol 50 mg/12 h. Se inicia procedimiento en una adecuada posición decúbito lateral izquierdo; se colocan 3 trocares, uno de 10 mm paraumbilical derecho, 2 trocares más uno de 10 mm en hipocondrio derecho en línea axilar V.M. Pérez-Mazanares et al. Figura 2 TAC de abdomen contrastada. Se identifica la lesión suprarrenal. Figura 3 TAC contrastada con corte más alto, donde se identifica con claridad la lesión suprrarrenal. Figura 4 Posición del paciente para ser intervenido. Adrenalectomía laparoscópica derecha por feocromocitoma 175 Separación de la tumoración suprarrenal del polo renal Identificación de la tumoración adrenal Figura 5 Tumoración suprarrenal. Figura 7 Separación renal. la glándula del polo superior renal (fig. 7); la disección de todos sus bordes con ligasure puede controlar los vasos arteriales pequeños y las venas adrenales secundarias. Una vez realizada la adrenalectomía derecha, la pieza quirúrgica es depositada en una bolsa extractora y, realizando una incisión de 7 cm de longitud aproximada en región de fosa iliaca derecha a nivel del trocar colocado en la zona, es extraída antes de la retirada de los trocares bajo visión directa; se termina el procedimiento cerrando por planos dicha incisión y cerrando si es posible los orificios de los trocares de 10 mm. Resultados Figura 6 Clipaje metálico de vena suprarrenal y sección con tijera laparoscópica. anterior y otro de a nivel de fosa iliaca derecha de 5 mm en línea axilar anterior (fig. 4); se insufla neumoperitoneo con 12 mmHg, se realiza maniobra de Catel con ligasure, se secciona el ligamento triangular hepático para una mejor movilización del hígado y obtener una mejor visualización del área quirúrgica; se ubica tumoración suprarrenal derecha la cual puede estar visible por debajo del peritoneo parietal posterior (fig. 5); el primer paso del procedimiento es incidir de manera longitudinal el peritoneo parietal de manera lateral a la vena cava inferior y esta incisión se prolonga de manera caudal hasta poder visualizar la vena renal en unión con la vena cava, además esta maniobra también ayuda a separar mejor el hígado de la tumoración adrenal; durante la disección la vena principal adrenal derecha se localiza y se liga con clips metálicos utilizando 2 clips de manera proximal a la vena cava y uno más de manera más lateral; una vez clipada la vena se secciona con tijera endoscópica (fig. 6). Una vez seccionada la vena adrenal, el espacio entre la pared lateral de la vena cava y la grasa periadrenal se abre para buscar entre estas el músculo psoas; se crea fácilmente un plano avascular entre la glándula adrenal y el músculo psoas, rodeando la glándula de tejido fibrograso, donde se encuentra la división de Tiempo quirúrgico de 195 min con sangrado transquirúrgico de 450 ml. Se le trasfunde un concentrado eritrocitario. El primer día postoperatorio con constantes vitales normales: FC 78 lpm, FR 18 rpm, TA 97/60 mmHg (por lo que suspenden las dosis de antihipertensivos), temperatura 36 ◦ C, con una diuresis de 85.2 ml/h con abdomen con heridas por trocares limpias, peristalsis presente, con un gasto por blake de 65 ml serohemático, con control de hemograma: leucocitos 14.3, neutrófilos 85.7%, Hb 9.9 g/dl, Hto 31.4%, plaquetas 562,000. Química sanguínea: glucosa 69 mg/dl, Urea 16 mg/dl, BUN 7 mg/dl, creatinina 0.69 mg/dl, electrólitos séricos normales. Se inicia vía oral y deambulación Segundo día de postoperado con 110/70 mmHg ya sin consumo de antihipertensivos, diuresis de 83.3 ml/h, gasto por blake de 30 ml serohemático, heridas limpias; tolerando vía oral, con adecuado control del dolor, deambulando; por adecuada evolución se decide alta con drenaje el cual se retira a los 7 días del postoperatorio con un gasto escaso seroso; asintomática. TA 110/70 mmHg. Discusión Son claras las ventajas de la adrenalectomía laparoscópica en comparación con la cirugía abierta, y por eso ya lleva 15 años establecida como el gold estándar para la tumoración suprarrenal. Sin embargo, con el avance de los instrumentos laparoscópicos, el refinamiento de la técnica quirúrgica, así como las habilidades del cirujano, se han 176 ido incrementando las indicaciones para realizar el procedimiento quirúrgico prácticamente en cualquier masa suprarrenal independiente de su etiología y muchas veces de su tamaño. El tamaño tumoral no es una limitación para realizar el procedimiento de manera laparoscópica. Sin embargo está directamente relacionado con la habilidad y experiencia del cirujano. El resultado quirúrgico es equiparable al de la cirugía abierta, sumándole los beneficios de la cirugía de mínima invasión. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Agradecimientos Al Dr. Minor Cordero Bautista, MA, y a la Dra. Irazú Pérez Moreno, R2, del Servicio de Patología del Hospital General del Estado de Sonora. V.M. Pérez-Mazanares et al. Anexo. Material adicional Se puede consultar material adicional a este artículo en su versión electrónica disponible en doi:10.1016/j.uromx. 2015.03.003. Bibliografía 1. Gagner M. Laparoscopic adrenalectomy in Cushings syndrome and pheochromocytoma. N Engl J Med. 1992;327:1033. 2. Smith CD. Laparoscopic adrenalectomy: New gold standard. World J Surg. 1999;23:389. 3. Fariña Pérez LA. Adrenalectomía laparoscópica. Actas Urol Esp. 2006;30:510---2. 4. Muguerza JM. Adrenalectomía laparoscópica. Técnica transabdominal lateral paso a paso y análisis de 41 pacientes consecutivos. Arch Esp Urol. 2011;64:186---94. 5. Rosales Bordes A, Salvador Bayarri J, Villavicencio Mavrich H, et al. Adrenalectomía laparoscópica. Arch Esp Urol. 2002;55:748---55. 6. Castillo CO. Adrenalectomía laparoscópica: lecciones aprendidas en 110 procedimientos consecutivos. Rev Chil Santiago Chile. 2006;58:175---80. Rev Mex Urol. 2015;75(3):177---181 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx CASO CLÍNICO Cistoprostatectomía radical con conducto ileal. Técnica laparoscópica pura V.M. Pérez-Mazanares ∗ , J. Arriaga-Aguilar, R.A. García-Vásquez, J.A. Solís-Rodríguez, F. Salinas-González, R. Vega-Castro, J. Padilla-Piña, A. Zárate-Morales, M. Garcia-Diaz e I. Gerardo-Osuna Departamento de Urología, Hospital General del Estado de Sonora, Secretaría de Salud, Hermosillo, Sonora, México Recibido el 1 de octubre de 2014; aceptado el 24 de marzo de 2015 Disponible en Internet el 30 de mayo de 2015 PALABRAS CLAVE Cistectomía radical laparoscópica; Conducto ileal; Tumor vesical ∗ Resumen La cistectomía radical es el tratamiento quirúrgico de elección para los carcinomas de vejiga músculo infiltrantes no metastásicos y para los tumores vesicales de alto grado. Con los avances en las técnicas laparoscópicas este procedimiento se puede realizar totalmente intracorpóreo, equiparándose los resultados con su análogo de la técnica abierta. Paciente masculino de 40 años con múltiples ingresos a urgencias durante los últimos 3 meses, por hematuria macroscópica; antecedente de tabaquismo crónico intenso. TAC con lesión que condiciona engrosamiento de pared lateral izquierda y piso vesical, sin infiltrar tejidos adyacentes, con adenomegalias regionales, sin metástasis a distancia. La biopsia por cistoscopia reportó cáncer in situ en ambas paredes vesicales y fondo. Se realiza cistoprostatectomía radical más conducto ileal, mediante técnica laparoscópica pura intracorpórea. Tiempo quirúrgico: 389 min; sangrado transoperatorio: 1,200 ml; sin complicaciones; y la estancia hospitalaria: 15 días. Reporte histopatológico: carcinoma urotelial papilar de alto grado con penetración a la muscular propia y tejido adiposo microscópico adyacente; pT3aN2M0. La cistoprostatectomía radical laparoscópica con conducto ileal es una opción factible en el contexto clínico adecuado. Se requiere experiencia en cirugía de mínima invasión y seguimiento de caso para enriquecer la casuística y conocer sus resultados a largo plazo. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/4.0/). Autor para correspondencia. Avenida de los Duraznos #11 Colonia Fuentes del Mesquital, CP 83240, Teléfono: +662 156 21 85. Correo electrónico: dr.victorperez@hotmail.com (V.M. Pérez-Mazanares). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.03.002 2007-4085/© 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). 178 KEYWORDS Laparoscopic radical cystectomy; Ileal conduit; Bladder tumor V.M. Pérez-Mazanares et al. Radical cystoprostatectomy with ileal conduit using a purely laparoscopic technique Abstract Radical cystectomy is the surgical treatment of choice for non-metastatic muscleinvading bladder carcinomas and for high-grade bladder tumors. With the advances made in laparoscopic techniques, this procedure can be performed completely intracorporeally, with similar results to those of open surgery. A 40-year-old man was admitted to the emergency service on numerous occasions within the last 3 months due to gross hematuria. He had a past history of chronic heavy smoking. A computed axial tomography scan revealed a lesion conditioning thickening of the left lateral bladder wall and the bladder floor, with no adjacent tissue invasion, regional lymph nodes, or distant metastases. Cystoscopy biopsy reported cancer in situ in both bladder walls and the fundus. Radical cystoprostatectomy plus ileal conduit was performed through the completely intracorporeal laparoscopic technique. Surgery duration was 389 min, intraoperative bleeding was 1,200 ml, there were no complications, and hospital stay was 15 days. The histopathologic study reported high-grade papillary urothelial carcinoma with penetration into the muscularis propria and adjacent adipose tissue, pT3aN2M0. Laparoscopic radical cystoprostatectomy with ileal conduit is a feasible option in the adequate clinical context. It requires experience in minimally invasive surgery and patient follow-up to increase the number of cases and to know the long-term results. © 2015 Sociedad Mexicana de Urología. Published by Masson Doyma México S.A. This is an open access article under the CC BY-NC-ND license (http://creativecommons.org/licenses/ by-nc-nd/4.0/). Introducción El carcinoma urotelial de vejiga es la segunda neoplasia maligna más frecuente del aparato genitourinario y representa aproximadamente el 1-3% de todos los tumores diagnosticados. Su prevalencia es de 3 a 5 veces mayor en los hombres y la incidencia aumenta después de los 50 años de edad. Es la quinta causa principal de muerte por cáncer en los pacientes mayores1---3 . De los factores para su desarrollo, la interacción entre la genética y el medio ambiente es la hipótesis más aceptada. Los factores exógenos son tabaquismo y el contacto con las aminas aromáticas y nitrosaminas. Otros agentes menos directamente relacionados son consumo de café, los edulcorantes artificiales, los analgésicos, la radioterapia y la quimioterapia. Los procesos inflamatorios crónicos, las piedras y divertículos vesicales son también factores de riesgo, especialmente para los tumores epidermoides2,4 . Las indicaciones de cistectomía radical son: carcinoma in situ, tumor con invasión de la lámina propia de alto grado de diferenciación, tumor con invasión de la muscular superficial o profunda, e invasión de tejidos perivesicales; asimismo puede evaluarse la cistectomía cuando compromete estructuras vecinas. La cistectomía radical en el hombre consiste en la eliminación de un bloqueo de la vejiga, próstata, vesículas seminales y conducto deferente proximal. En las mujeres, la operación es una evisceración pélvica anterior e incluye la extirpación de la vejiga, el útero, las trompas de Falopio, los ovarios y la pared anterior de la vagina. En el hombre, la retirada de la uretra está indicada cuando los márgenes quirúrgicos son positivos o hay infiltración neoplásica de la uretra en el parénquima prostático; y en la mujer, cuando el tumor está en el cuello de la vejiga o la uretra. La linfadenectomía pélvica bilateral ampliada, que implica la extirpación de los ganglios linfáticos localizados en las fosas obturadoras, la arteria ilíaca externa, interna y común, se recomienda en el momento de la cistectomía a fin de mejorar el estudio y promover una posible acción terapéutica en los casos de presencia de micrometástasis ganglionares5,6 . Gracias al desarrollo y al acúmulo de experiencia en el abordaje laparoscópico, durante la última década se ha conseguido depurar el procedimiento, y se han adquirido las destrezas necesarias para realizar la cistectomía radical laparoscópica, obteniéndose resultados oncológicos y funcionales superponibles a su homónimo a cielo abierto7,8 , con teóricas ventajas para el paciente durante el postoperatorio si se comparan ambos procedimientos. Entre las ventajas de este procedimiento frente a la cirugía convencional figuran la realización de incisiones de menor tamaño con la consecuente reducción del dolor y necesidad de analgesia postoperatoria, la disminución del sangrado y tasa de transfusión de hemoderivados durante el desarrollo de la intervención, la posibilidad de una disección más precisa por disponer de mayor aumento a la hora de visualizar las estructuras anatómicas y una menor estancia hospitalaria con reincorporación a la actividad habitual del paciente de un modo precoz9---12 . Presentación del caso Paciente masculino de 40 años con antecedentes de alcoholismo desde los 15 años consumiendo 5 l de cerveza los fines de semana, sin más antecedentes. Hematuria intermitente de 3 meses de evolución. En el momento de la exploración está alerta, cooperador, con adecuada coloración de piel y tegumentos, de complexión obesa, cardiorrespiratorio sin compromiso, Cistoprostatectomía radical con conducto ileal. Técnica laparoscópica pura 179 Figura 1 Imagen donde se señalan los sitios de colocación de los puertos de trabajo. Figura 4 Figura 2 TAC de abdomen contrastada donde se aprecia infiltración tumoral en vejiga. Figura 3 TAC contrastada donde se aprecia proximidad del tumor a zona prostática. abdomen sin palparse masas, sin dolor, Giordano negativo, sin edema. Resultados de laboratorio prequirúrgicos: Hb 14.5; Hto 43.6; plaquetas 240,000; leucocitos 9.5. Química sanguínea con una glucosa central de 106 mg/dl, urea de 25 mg/dl, creatinina 0.80 mg/dl, TP 15.2 seg y TTP 26.8 seg con un INR de 0.91. Examen general de orina con hematuria macroscópica, leucocituria, nitritos negativos, sin bacterias. Fascia de Denonvilliers. El estudio tomográfico reporta datos de Ca de vejiga con masa que condiciona engrosamiento de la pared lateral izquierda y piso de la vejiga, sin infiltrar los tejidos blandos adyacentes, sin adenomegalias regionales ni metástasis a distancia (figs. 2 y 3). Se realiza cistoscopia en la cual se evidencia masa ocupante en mucosa vesical dependiente de piso y pared lateral izquierda, donde se toman biopsias que reportan: fragmento de mucosa vesical con carcinoma in situ y áreas de infiltración al tejido subepitelial en los cortes del trígono, pared lateral derecha, pared lateral izquierda y fondo; fragmentos de mucosa vesical de domo con focos de hemorragia reciente; fragmento de uretra con glándulas submucosa. Es un paciente joven con cáncer vesical tomográficamente T2bN0M0, en buenas condiciones físicas, con niveles de azoados normales; se decide realizar cistoprostatectomía radical laparoscópica con neovejiga ortotópica con sigmoides. El paciente es hospitalizado el día previo al procedimiento quirúrgico, y comienza la preparación intestinal con solución oral evacuante así como enemas de limpieza; colocación de catéter central triple luz para un manejo estricto de líquidos y sobrecarga de líquidos previo al procedimiento. Antibioticoterapia intravenosa con ertapenem (1 g/iv/24 h). Se realiza profilaxis antitrombótica con heparina de bajo peso molecular (40 mg/sc) 12 h antes del comienzo de la intervención. Después de medianoche, el paciente suspende toda ingesta por vía oral. Se inicia procedimiento en una adecuada posición decúbito dorsal con Trendelenburg forzado y colocación de trocares con técnica de Hason en el puerto umbilical de 10 mm, puerto de 10 mm en fosa ilíaca derecha, flanco derecho de 5 mm, fosa ilíaca izquierda de 5 mm y flanco izquierdo de 5 mm (fig. 1), se insufla neumoperitoneo con 12 mmHg. Se inicia disección del espacio retrovesical. Una vez liberadas las adherencias a nivel parietocólico izquierdo, se realiza una incisión con trayecto horizontal sobre el peritoneo a nivel del fondo de saco recto-vesical (fondo de saco de Douglas). A este nivel y mediante disección roma, se progresa en sentido distal hacia el ápex prostático, seccionando la hoja posterior de la fascia de Denonvilliers y avanzando entre la grasa prerrectal a las vesículas seminales (fig. 4). La vascularización de las vesículas seminales se identifica lateralmente y mediante 180 V.M. Pérez-Mazanares et al. Figura 5 Espacio de Retzius. Figura 6 Pedículos vesicales. ligasure se realiza hemostasia de las mismas. El conducto deferente se secciona a nivel del anillo inguinal interno y se retrae hacia la línea media para acceder al espacio obturatriz. Este paso conviene diferirlo al máximo posible para evitar la caída de la pieza sobre las zonas de trabajo. Se libera de forma roma el espacio de Retzius para acceder a la faceta anterior de la próstata. En este punto, el peritoneo parietal anterior se incide lateral a las arterias umbilicales, desde el ombligo hasta el anillo inguinal. De este modo, el espacio prevesical aparece completamente abierto y la vejiga disecada de la pared abdominal anterior (fig. 5). Una vez seccionados los vasos seminales, se genera un espacio entre la vejiga-próstata y recto, cuyas paredes laterales se encuentran conformadas por los pedículos fibrovasculares vesicales y prostáticos (fig. 6). A continuación, posterior a desarrollar el espacio de Retzius y con acceso a la faceta anterior de la próstata, se desarrolla un plano mediante disección roma en dirección apical hasta visualizar la fascia endopélvica unida a la próstata. Una vez completada la disección posterior y anterior quedan delimitados los pedículos vesicales, definidos por su inicio a nivel de la arteria vesical superior. A partir de este momento se realiza coagulación y sección de todas las ramas vasculares (vesical superior, inferior y vesico-prostáticas) empleando para ello la pinza bipolar (ligasure). Posteriormente se diseca de manera proximal hasta la ubicación del uréter por encima de su cruce con los vasos ilíacos, continuándose hasta liberarlo totalmente y seccionarlo cerca de su segmento intramural, tomando la precaución de poner un Hem-o-Lock en el extremo de la pieza para prevenir fuga de orina, así como en el extremo proximal de cada uréter. El último centímetro de uréter se reseca para estudio histopatológico. Al estar realizando la disección del uréter a nivel del cruce de los ilíacos se evidencia la presencia de múltiples linfonodos de hasta 2 cm de diámetro, por lo que se cambia el plan quirúrgico y se decide realizar conducto ileal. Continuándose con la linfadenectomía. Linfadenectomía. Se realiza tras la exéresis de la pieza del hueco pélvico. Se inicia a nivel de la vena ilíaca externa en su borde medial y continúa en sentido caudal hasta la posición del anillo femoral y cranealmente por encima de la bifurcación ilíaca. Debe extirparse el tejido situado sobre ambos vasos ilíacos. La disección ganglionar se extiende a los ganglios linfáticos de la ilíaca común, y luego a los ganglios presacros y paraaórticos. Lateralmente se debe identificar el nervio genitofemoral y medial e inferiormente el nervio obturatriz, que sirven de límites para la disección. Realización de conducto ileal. Se toman 30 cm de íleon terminal a 20 cm de la válvula ileocecal identificando una arcada vascular óptima que no comprometa la irrigación del segmento de intestino a desfuncionalizar. Se desfuncionaliza este segmento entre 2 endoGIA lineal de 75 mm y la continuidad del tránsito intestinal se restablece empleando una anastomosis latero-lateral grapada con endoGIA lineal de 75 mm. Anastomosis uretero-intestinal. Se realiza cateterizando ambos uréteres con stents ureterales, extremo abierto de 70 cm de largo. Se fija mucosa ureteral con mucosa intestinal con Vicryl 3/0. Estos catéteres se exteriorizan a través de la pared anterior de la bolsa ileal y de la pared abdominal anterior por contraincisión. Se prosigue ampliando la incisión del puerto de trabajo en fosa ilíaca derecha por donde se extrae pieza quirúrgica previamente embolsada con bolsa confeccionada por el equipo quirúrgico y por el mismo sitio de la incisión se realiza estoma madurado en extremo distal de conducto ileal, dando por terminado el procedimiento quirúrgico. Resultados Tiempo quirúrgico: 389 min; sangrado transoperatorio: 1,200 ml; se le transfundieron 2 paquetes globulares; sin complicaciones. El primer día postoperatorio con constantes vitales normales: FC 100 lpm, FR 18 rpm, TA 130/80 mmHg, temperatura 36 ◦ C, con una diuresis de 95.8 ml/h con abdomen con heridas por trocares limpias, peristalsis presente, con un gasto por blake de 150 ml serohemático, con control de hemograma (leucocitos 17.4, neutrófilos 88.8%, Hb 10.8 g/dl, Hto 32.5%, plaquetas 283,000). QS: glucosa 284 mg/dl, urea 48 mg/dl, BUN 22 mg/dl, creatinina 2.12 mg/dl, electrólitos séricos normales. Segundo día de postoperatorio con 110/70 mm/Hg, diuresis de 83.3 ml/h, gasto por drenaje blake de 30 ml serohemático, heridas limpias; con adecuado control del dolor. Se inicia vía oral Cistoprostatectomía radical con conducto ileal. Técnica laparoscópica pura al quinto día de postoperado y es egresado de la unidad de terapia intermedia. Al noveno día de postoperatorio empieza la deambulación, y por adecuada evolución se decide dar el alta a los 15 días posquirúrgicos; asintomático. Resultado histopatológico a los 21 días posteriores del procedimiento: carcinoma urotelial papilar de alto grado en toda su mucosa con penetración a la muscular propia y tejido adiposo adyacente y la presencia de 3 ganglios, el mayor de 2 cm. T3aN2M0. Discusión A pesar de las dificultades técnicas de este procedimiento, tanto de manera abierta como laparoscópica, el resultado quirúrgico de este caso ha sido alentador, con los beneficios propios de los procedimientos de la cirugía de mínima invasión. La cistoprostatectomía radical laparoscópica con conducto ileal es una opción factible en el contexto clínico adecuado. Se requiere experiencia en cirugía de mínima invasión y seguimiento de caso para enriquecer la casuística y conocer sus resultados a largo plazo. Financiación No se recibió patrocinio de ningún tipo para llevar a cabo este artículo. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses. Agradecimientos Al Dr. Roberto de León Caballero, jefe del Departamento, y al Dr. Alberto Ibarra Moedano, R1, del Servicio de Patología del Hospital General del Estado de Sonora. 181 Bibliografía 1. Pisani P, Parkin DM, Bray F. 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Rev Mex Urol. 2015;75(3):182---184 ÓRGANO OFICIAL DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE UROLOGÍA www.elsevier.es/uromx IMÁGENES EN UROLOGÍA Captaciones de 18 F-fluorocolina en vértebras con afectación de enfermedad de Paget en pacientes con cáncer de próstata. A propósito de 2 casos 18 F-fluorocholine uptake into pagetic vertebrae in prostate cancer patients: 2 cases A. Martínez-Lorca ∗ , S. Rodado-Marina, I. Hernández-Pérez, Y. Ramirez-Escalante, S. Rizkallal-Monzon y M.D. Marin-Ferrer Servicio de Medicina Nuclear, Hospital Universitario La Paz, Madrid, España Varón de 70 años diagnosticado en marzo de 2014 de adenocarcinoma de próstata, Gleason 8 (4 + 4) con TC abdominal que mostraba cambios degenerativos en L2/L3 y en la gammagrafía ósea dudosa captación en columna cervical. Como estudio de estadificación inicial para descartar afectación a distancia se realizó estudio con 18 F-fluorocolina PET-TC (18 F-FCH PET-TC), objetivándose a nivel prostático un depósito focal de 18 F-FCH más expresivo en porción posterior de Figura 1 Cortes transaxiales de 18 F-FCH PET-TC de estadificación inicial. Incremento de 18 F-FCH de acusada intensidad en la práctica totalidad de C2 que muestra en TC importante alteración de la matriz ósea. ∗ Autor para correspondencia. Servicio de Medicina Nuclear Paseo de la Castellana, 261, 28046 Madrid, Tel.: 917 27 7563; móvil: +679732928. Correo electrónico: Albertoml85@yahoo.es (A. Martínez-Lorca). http://dx.doi.org/10.1016/j.uromx.2015.02.003 2007-4085/© 2014 Sociedad Mexicana de Urología. Publicado por Masson Doyma México S.A. Este es un artículo Open Access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). Captaciones de 18 F-fluorocolina en vértebras con afectación de enfermedad lóbulo prostático izquierdo, relacionado con patología tumoral. A nivel óseo se identificó un depósito de gran intensidad en la práctica totalidad de C2 mostrando en TC importante alteración de la matriz ósea (fig. 1), que podría ser compatible con tejido tumoral viable. Asimismo se visualizaron importantes cambios degenerativos en L2/L3 sin incremento significativo del radiofármaco. Ante la sospecha de afectación ósea metastásica en C2, el paciente fue remitido a Oncología Radioterápica, donde aportó resultados de TC y RM cervicales previos, de diciembre de 2010, realizadas en otro centro en los que por su alteración del tamaño y aumento de la densidad y cambio de señal, respectivamente, concluían como primera posibilidad enfermedad de Paget en todos los componentes de C2. Varón de 61 años diagnosticado en 2009 de adenocarcinoma de próstata, Gleason 8 (4 + 4), tratado mediante prostatectomía radical, en situación de recidiva bioquímica con cifras de PSA en aumento y lesiones sospechosas visualizadas en gammagrafía ósea de febrero de 2014 (fig. 2) en L4/L5 y tercio distal de fémur derecho. Para confirmar dichas lesiones se realizó estudio con 18 F-FCH PET-TC objetivándose en L4 incremento de acusada intensidad con importante alteración de la matriz ósea y afectación de todo el cuerpo vertebral (fig. 3). Ante estos hallazgos, se recomendó descartar enfermedad de Paget. Al paciente se le realizó una TC en la que se visualizaba una marcada alteración de la densidad ósea con afectación de todo el cuerpo vertebral L4 en probable relación con enfermedad de Paget. La enfermedad de Paget es un proceso que afecta al proceso de remodelación ósea en el que se produce un aumento del mismo y por tanto mayor neoformación ósea, siendo este un hueso con alteración de su tamaño, más vascularizado y más débil, con una afectación típica de varones (3:2), occidentales y por encima de los 50 años1 . La captación de 18 F-FDG en la enfermedad de Paget es conocida, sin embargo el incremento de captación por 11 C/18 F-colina puede ser variable. En el trabajo de García et al2 en el que se compara la captación de 11 C-colina y 18 F-FDG en pacientes con elevación del PSA en cáncer de próstata se presenta un caso de enfermedad de Paget con captación de 18 F-FDG en hueso iliaco sin captación de 11 C-colina. Sin embargo, otros autores (Nanni y Fanti, y Giovacchini et al.)1,3 presentan casos de pacientes con cáncer de 183 Figura 2 Gammagrafía ósea 99m Tc-HDP de cuerpo completo con irregular distribución del radiofármaco a nivel de raquis con foco de captación de acusada intensidad a nivel de L4/L5 así como aumento de reacción osteogénica en tercio distal de fémur derecho. próstata con captación de 11 C-colina en enfermedad de Paget, tanto monostótica como poliostótica. En conclusión, los casos clínicos presentados ponen de manifiesto la necesidad de tener en cuenta la captación de 18 F-colina para la enfermedad de Paget en pacientes con cáncer de próstata. Figura 3 Cortes transaxiales de 18 F-FCH PET-TC. L4 con incremento de 18 F-FCH de moderada intensidad e importante alteración de la densidad ósea de la práctica totalidad del cuerpo vertebral en la TC. 184 Responsabilidades éticas Protección de personas y animales. Los autores declaran que los procedimientos seguidos se conformaron a las normas éticas del comité de experimentación humana responsable y de acuerdo con la Asociación Médica Mundial y la Declaración de Helsinki. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores han obtenido el consentimiento informado de los A. Martínez-Lorca et al. pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia. Bibliografía 1. Nanni C, Fanti S. PET-CT: Rare findings and diseases. Berlin Heidelberg.: Springer-Verlag; 2012. p. 125---36. 2. Garcia JR, Soler M, Blanch MA, et al. PET/TAC con 11 C-Colina y 18 F-FDG en pacientes con elevación de PSA tras tratamiento radical de un cáncer de próstata. Rev Esp Med Nucl. 2009;28: 95---100. 3. Giovacchini G, Samanes AM, Messa C, et al. Increased C-11 choline uptake in pagetic bone in a patient with coexisting skeletal metastases from prostate cancer. Clin Nucl Med. 2008;33:797---8.