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Revista Colombiana de Cirugía Vascular JUNTA DIRECTIVA 2012-2014 ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE ANGIOLOGÍA Y CIRUGÍA VASCULAR Volumen 13 No. 1 · Marzo de 2013 · ISSN No. 0124-7018 Daniel Eduardo Indaburu Lizarralde Presidente EDITOR Juan Guillermo Barrera Carvajal Vicepresidente Giovanni García M. MACACV, FACS, MSVS, CELA, CVHH Wilson Cristóbal Ganem Fuentes Secretario Gabriel Fernando Mejía Villate Secretario suplente Luis Gerardo Cadavid Velásquez Fiscal médico Julio Naranjo Gálvez Tesorero Juan Agustín Varela Cubides Tesorero suplente Vocales principales Julieta Duque Botero Romualdo Fonseca Arrieta Juan Fernando Muñoz Meza Carlos Iván Reyes Suárez Adelma Sofia Hoyos Usta Vocales suplentes José Andrés Uribe Múnera Reinaldo Mario Carrillo Vilar Jorge Adalberto Marquez Rodríguez Camilo Espinel Ortiz Diego Rivera Arbeláez Ex presidentes Gabriel Bayona Afanador Rafael Humberto Garrido Solano Luis Felipe Gómez Isaza Ignacio Ucrós Díaz Alberto Muñoz Hoyos Rubén Villarreal Vargas Diego Fajardo Saavedra Giovanni García Martínez Rafael Riveros Dueñas Guillermo Poveda Rodríguez Jorge Ulloa Dominguéz Luis Orlando Rodríguez Charry Álvaro Murcia Gómez Camilo Cabrera Polanía Luis Gerardo Cadavid Gómez Alberto Villegas Hernández Bernardo Tirado Plata COmITé CIENTífICO EDITORIAl Fidel A. Cano R. Andrés Duque Luis G. Cadavid G. Alejandro Latorre Diego Fajardo S. Álvaro Murcia Aquiles González Alberto Muñoz H. Francisco Gómez P. Álvaro Sanabria Luis Alberto Marín Heinz Hiller Norman D. Pizano R. Ignacio Ucrós Rafael Riveros Dimas Badel Felipe Gómez I. Juan G. Barrera Ignacio Tobón A. Rubén Villarreal V. CONSUlTORES EN El EXTERIOR William Quiñones B. - USA Albrecht Krämer Sch - CHILE Gregorio A. Sicard - USA Arno Von Ristow - BRASIL Frank J. Criado - USA Luis A. Sánchez - USA Hugo A. Gelabert - USA David Feliciano - USA Luis M. Ferreira - ARGENTINA Eric R. Frykberg - USA Marcelo Cerezo - ARGENTINA Carlos Vaquero P. - ESPAÑA ASOCIACIÓN COLOMBIANA DE ANGIOLOGÍA Y CIRUGÍA VASCULAR Teléfonos: 637 80 46 - 317 668 60 91 www.asovascular.com info@asovascular.com Diseño diagramación e impresión Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas – JAVEGRAF El contenido conceptual de los artículos incluidos en la Revista es responsabilidad de los autores Técnica propia del tratamiento de safena interna insuficiente causada por perforante de tipo Hunter insuficiente CONTENIDO EDITORIAL Giovanni García Martínez ....................................................................................................................... 9 INDICACIONES A LOS AUTORES...................................................................................................... 11 ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN Calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos y su relación con la clasificación clínica CEAP Juliana Buitrago Jaramillo, Oriana Ibeth Rodríguez Flórez, Paola Andrea Rojas Pulgarín, Henry Alexander Ruiz Basto ............................................................................................................. 13 Opciones técnicas en la oclusión de la vena safena mayor con radiofrecuencia (closure fast) Juan Guillermo Barrera Carvajal, Camilo Espinel Ortiz, Adriana Sofía Murcia, Silvia Andrea Amado González ............................................................................................................... 25 Tratamiento híbrido de la incompetencia de safena mayor con espuma y radiofrecuencia: experiencia inicial Jorge Hernando Ulloa, Heinz Hiller, Samira Alí, Jairo Ramírez ......................................................... 29 REPORTE DE CASOS Disección aislada de la arteria iliaca común –Reporte de un caso y revisión de la literatura– José Andrés Uribe Múnera, Alejandro González Ospina, René Fernando Timarán Rodríguez, Claudia Paola Ordóñez Tello, Giovanni García Martínez .................................................................... 35 El problema del trauma poplíteo. Reporte de serie de casos Luis Alejandro Nieto Bonilla, Gabriel Fernando Mejía Villate, Luis Fernando García Valencia, Carlos Alberto Arias Páez, Eugenia López Salazar, Edison Peña Niño ............................................... 41 REVISIÓN DE TEMA Aneurismas para-anastomoticos (APP) Giovanni García Martínez, Walter Romero Espitia .............................................................................. Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 49 7 César Carmelino, Juan A. Flores, Reyna Boggiano 8 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Técnica propia del tratamiento de safena interna insuficiente causada por perforante de tipo Hunter insuficiente EDITOrIal Ley 100, 20 años después Desde que se promulgo la Ley de Seguridad Social en Salud en Colombia, se supo desde el comienzo que existían grandes inconvenientes para poner en funcionamiento dicha ley. Lo peor fue haber permitido la intermediación en su práctica práctica cotidiana por lo cual hubo una lucha de intereses económicos entre las más poderosas empresas promotoras de salud del país. Sin importar la calidad en la prestación de los servicios, ellas se blindaron para restringir los buenos servicios que debían prestar en especial los relacionados con aquellas enfermedades que se consideraban de alto costo. Aparecio la figura de la “tutela” como tabla de salvación para muchos enfermos, por muchos inconvenientes presentados, durante todos estos años, se ha planteado la necesidad de reformar la Ley 100. La Asociación Colombiana de Sociedades Ciéntificas ha estado muy activa en los últimos años, tratando de acompañar al gremio médico para lograr medidas sustanciales en la reforma que se ha venido proponiendo hace varios años. Por fin en Junio de este año es aprobada la Ley Estatutaria de la Salud, y faltando el control previo de la Corte Constitucional y la sanción presidencial, ya hay voces inconformes con esta reforma, además de conceptos desfavorables, por parte del mismo gobierno, la Dra. Sandra Morelli, Contralora de la República llamó la atención sobre un artículo, según el cual, si bien es cierto que debe existir en el país un plan integral para ofrecer servicios de salud a todos los colombianos, éste tiene que tener en cuenta la sostenibilidad fiscal, es decir, quedan dudas si entonces no se tienen los recursos económicos como se pretende garantizar la atención integral a todos los colombianos. Anota asi mismo, que no hay un sistema único de información, y sólo hasta ahora se va a realizar. El gobierno colombiano destina 45.5 billones de pesos para la atención de los colombianos en materia de salud. Hay una serie de activos que se han adquirido con la plata de la salud y aunque hay acciones para recuperarla y no se ha podido hacer. Por otro lado el Ministro de Salud, Alejandro Gaviria dice que los más importante es que se cree un plan integral que beneficie a todos los colombianos y se elimine el POS; se faculta al gobierno para reglamentar el costo de los medicamentos, y se mantiene lo dicho en la Ley 100 con respecto a que no se puede negar el servicio de urgencias, no parecen muy claros los cambios sustanciales que nos dice el gobierno, si no hay plata no habrá garantía. Lastima que no se haya eliminado la intermediación financiera en salud y con la intermediación laboral, que la misma Corte Constitucional ha declarado ilegal. Aún falta el control previo de la Corte Constitucional antes de pasar a sanción presidencial. Amanecerá y veremos. Editor Giovanni García Martínez Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 9 César Carmelino, Juan A. Flores, Reyna Boggiano 10 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Técnica propia del tratamiento de safena interna insuficiente causada por perforante de tipo Hunter insuficiente Indicaciones a los autores 1. La Revista Colombiana de CIRUGÍA VASCULAR es el órgano oficial de la Asociación Colombiana de Angiología y Cirugía Vascular, la cual publica artículos originales relacionados con la cirugía vascular, la angiología, el intervencionismo vascular y temas relacionados, previa aprobación del comité editorial, el cual puede realizar algunas modificaciones de forma con el fin de presentarlos convenientemente. 2. Los trabajos deben ser inéditos y suministrados con exclusividad a la “Revista Colombiana de CIRUGÍA VASCULAR”. Su reproducción total o parcial debe contar con la aprobación del editor, dando además crédito a la publicación original. 3. Los trabajos deben ser remitidos a la “Revista Colombiana de CIRUGÍA VASCULAR”. “Asociación Colombiana de Angiología y Cirugía Vascular”. Calle 2ª Sur No. 46 - 55 Cons. 529, Medellín Colombia. E-mail: yovayo@gmail.com o a info@ asovascular.com y entregados en original, tamaño carta, en papel blanco, empleando una sola cara de éste y a doble espacio, guardando un margen izquierdo de 4 cm y otro de 2 cm a la derecha; deben venir en CD, en el que se indiquen nombre del programa y versión. Su texto no debe exceder de 10 páginas, salvo para las revisiones del tema y para algunos trabajos especiales que serán estudiados por el comité editorial, quien autorizará su edición en una o varias publicaciones. Cada trabajo vendrá acompañado de una carta del autor principal en la que se exprese que ha sido leído y aprobado por todos los autores, e igualmente informar si ha sido sometido parcial o totalmente a estudio por parte de otra revista. El autor debe guardar copia de todo el material enviado. 4. Los trabajos se deben presentar divididos en secciones y de acuerdo con la siguiente secuencia: En la primera página: a. Título corto, claro y que refleje el contenido del mismo. En algunos casos se puede agregar un subtítulo con miras a aclarar algún concepto importante: b. Nombres completos del autor o autores, seguidos de uno o dos títulos académicos y de uno o dos cargos o dignidades; institución en la que se ha desarrollado el trabajo, ciudad y país. c. Palabras clave: 4 a 8 palabras o frases de 2 ó 3 palabras que ayuden a clasificar el artículo según los términos de la lista de encabezamiento de materia médica. d. El resumen no debe llevar más de 250 palabras como máximo y debe incluir introducción, métodos, resultados y conclusiones. En hoja aparte el mismo resumen debe ser escrito en inglés. e. El texto debe incluir introducción, material y métodos, resultados y discusión; las abreviaturas se deben explicar y limitar su uso. f. Agradecimientos: se incluirán contribuciones que necesiten agradecimiento, pero no justifiquen autoría, como el apoyo general dado por el director de un departamento. Otros ejemplos incluyen a consejeros científicos, revisores, recolectores de datos, mecanógrafos, etc. 5. Las referencias bibliográficas se enumeran de acuerdo con el orden de aparición y se escriben a doble espacio. a. En caso de revistas: apellidos o iniciales del nombre del autor y sus colaboradores (si son más de 5 pueden escribirse, después de los tres primeros, “et al.” o “y col.”); título completo del artículo; nombre de la revista abreviado según estilo del Index Medicus; año y mes de la publicación (este último en abreviatura de tres letras); volumen y número de la edición (este último entre paréntesis), páginas inicial y final. b. Para el uso de mayúsculas y puntuación, siga este ejemplo: Singh K. Lessells D, Adams C, et al: Presentation of endometriosis to general surgeon: a 10 years experience. Br J Surg 1995; 82: 1349-51. c. En caso de libros: apellidos e iniciales de los nombres de todos los autores; título del libro, Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 11 César Carmelino, Juan A. Flores, Reyna Boggiano edición, ciudad, casa editora, año de publicación. Ejemplo: Sherlock DS. Diseases of the liver and biliary system. 7th Ed. Oxford. Blackwell Scientific Publication, 1985. En caso de capítulos de libros: apellidos e iniciales de los nombres de los autores del capítulo, en el idioma original; autores o editores del libro, precedidos de la preposición En, o In cuando es en inglés: título del libro, edición, ciudad, casa editora, páginas inicial y final precedidas de una p minúscula. Ejemplo: Kurzer A, Agudelo G: Trauma de cabeza y cuello, facial y de tejidos blandos. En: Olarte F, Aristizábal H, Restrepo J, eds., CIRUGÍA, 1a. ed. Medellín, UdeA, 1983; pp. 311-2. 6. Las referencias bibliográficas deben anotarse mediante la inclusión en el texto, entre paréntesis, del número que corresponde al de la referencia transcrita al final. Cuando aquéllas incluyan dos o más números de éstos, irán separados por medio de comas; ej. (4, 8, 12). Si tales números son más de dos, pero consecutivos, sólo se anotarán el primero y el último de ellos, separados por un guión; ej. (4, 6, 10-18); o bien (12-19). 7. Las tablas y cuadros se denominan tablas, se presentarán en hojas separadas y deberán llevar numeración arábiga de acuerdo con el número de aparición y ojalá no excedan de 5 por cada trabajo. El título y leyenda correspondiente pueden estar en la parte inferior o superior de la tabla, y las notas, cuando las haya en la parte inferior. Para los símbolos y unidades, se acoge el Sistema Internacional de Unidades SI. Las abreviaturas y siglas sólo pueden usarse después de que la palabra o frase que representan haya sido escrita en forma 12 Revista Colombiana de Cirugía Vascular completa seguida por un paréntesis en el cual se transcribe la abreviatura o sigla correspondiente. Las fotografías, gráficas, dibujos y esquemas se denominan figuras: se enumeran según el orden de aparición y sus leyendas se escriben en la parte inferior, y se presentan en hojas separadas. Las fotografías clínicas, las radiografías, piezas quirúrgicas, biopsias, etc., ojalá no excedan de 5 por trabajo. Cuando se desee que se impriman fotografías en color, el costo correspondiente será cubierto por el autor. Todas las ilustraciones deben elaborarse profesionalmente y enumerarse con cifras arábigas. El diagrama o “algoritmo” se titulará en la parte superior como Diagrama de Variables o de Flujo. El comité editorial se reserva el derecho de limitar el número de figuras y tablas. 8. Se consideran novedades aquellos trabajos que contienen una revisión de los adelantos científicos recientes. 9. Las cartas al editor son comentarios cortos sobre algún material previamente publicado en la Revista Colombiana de CIRUGÍA VASCULAR, u opiniones personales que se consideren de interés inmediato para la medicina. 10. La revista no asume ninguna responsabilidad por las ideas expuestas por los autores, quienes son los responsables de las mismas. 11. Para referencias bibliográficas, la abreviatura de la Revista Colombiana de cirugía vascular es: Rev Col Cir Vasc. Artículo de Investigación Calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos y su relación con la clasificación clínica CEAP Juliana Buitrago Jaramillo*, Oriana Ibeth Rodríguez Flórez**, Paola Andrea Rojas Pulgarín**, Henry Alexander Ruiz Basto** Resumen Actualmente, en Colombia hay poca información sobre medición de la calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos pese a su alta prevalencia. Métodos. Se incluyeron pacientes con diagnóstico confirmado, a los cuales les fue aplicado el formato validado al español, Freiburger Lebensqualitats assessment questionnaire (FLQA), para medir calidad de vida y se buscó asociación con la severidad de la enfermedad según la clasificación CEAP. Resultados. Una queja frecuente fue el dolor en los miembros inferiores frecuentemente o siempre en la semana previa (44,6%). Más de un 20% mostró afección de las actividades de la vida diaria y fue importante la insatisfacción por el estado en que está su enfermedad (para nada satisfecho=20,1%). Cansancio frecuente o siempre refirieron casi la mitad de los pacientes (47,6%); pesadez y edema una tercera parte (32,8% y 30,4% respectivamente); sentirse acomplejado por tener venas visibles, un 34,3% y temor a una ruptura venosa, un 47,1%. En general, no se pudo encontrar una clara tendencia entre la clasificación CEAP componente clínico de la enfermedad y la afección de la calidad de vida en sus diferentes dimensiones. Se hallaron asociaciones significativas en algunos componentes de las dimensiones vida diaria, vida social, satisfacción, y problema venoso, pero no en la dimensión como tal. Conclusiones. Los desórdenes venosos crónicos sí afectan de manera importante la calidad de vida independiente de la severidad de la enfermedad, y más atención debería prestarse a las soluciones en el actual sistema de prestación de servicios de salud. Palabras clave: calidad de vida, calidad de vida relacionada con la salud, insuficiencia venosa, cuestionario. * ** Cirujana. Docente Universidad Tecnológica de Pereira, coordinadora Grupo de Investigación en Ciencias Quirúrgicas, UTP. Estudiantes programa Medicina, Universidad Tecnológica de Pereira. Vº 13 / Nº 1 / Bogotá, Colombia / 13-23 /Marzo / 2013 / ISSN 0124-7018 Juliana Buitrago Jaramillo, Oriana Ibeth Rodríguez Flórez, Paola Andrea Rojas Pulgarín, Henry Alexander Ruiz Basto Abstract Currently, in Colombia there is no information about measurement of quality of life in patients with chronic venous disorders despite high prevalence. Methods. Freiburger Lebensqualitats assessment questionnaire was applied to patients with confirmed diagnosis in order to measure quality of life and its association with clinical grading performed with CEAP classification. Results. A frequent complain was pain in lower extremities frequently or always in the (44,6%). More than 20% showed negative impact on activities of daily living and it was important dissatisfaction because of state of disease (not at all satisfied=20,1%). Frequent tiredness or always was reported by half of patients (47,6%); heaviness and edema, a third (32,8% y 30,4% respectively); feel self-conscious because of having visible veins, 34,3% fear of venous rupture, 47,1%. Demonstrable association between CEAP classification and quality of life impact could not be seen. There were significant associations in some components of daily life, social life, satisfaction and venous problems, but not in the dimension as a whole. Conclusions. Chronic venous disorders do affect quality of life in an important way, despite of severity of disease. More attention should be paid to the solutions in the health system. Key words: quality of life, health related quality of life, venous insufficiency, questionnaire. Introducción Los desórdenes venosos crónicos (DVC) son la entidad flebológica más prevalente en todo el mundo. Afectan, sin discriminar, a personas de ambos géneros, diferentes razas, situadas en ubicaciones geográficas opuestas e inmersas en diversos contextos socioculturales y su incremento en relación directa con la edad está ampliamente demostrado. La historia natural de los DVC se caracteriza por cronicidad, recidivas y recaídas, comprometiendo las actividades de la vida diaria, bienestar del paciente, y calidad de vida durante todo su tiempo de vida (1); por su alta morbilidad y complicaciones potencialmente mortales, impacta también el presupuesto destinado a cubrir los problemas de salud, de tal manera, que en algunos países europeos, se calcula que hasta un 2% del presupuesto total, se invierte en el tratamiento de la enfermedad (2). Pese a su alta prevalencia, morbilidad y costos, el efecto sobre la función diaria y la calidad de vida, está pobremente documentado en diferentes comunidades y especialmente, en referencia a las perspectivas y consideraciones que los pacientes tienen sobre su problema. Adicionalmente, los síntomas y quejas varían a través 14 Revista Colombiana de Cirugía Vascular del espectro de condiciones que el término “desórdenes venosos crónicos”, incluye. Porque la apreciación e impacto sobre las dimensiones incluidas en la definición de calidad de vida, por parte de los pacientes cambia culturalmente, vale la pena medir y reportar este impacto en comunidades específicas y entender cuáles son las dimensiones más afectadas, para luego definir el papel de la terapia, médica, quirúrgica, física, un tratamiento que sea clínicamente importante de acuerdo con las perspectivas del paciente y no necesariamente o exclusivamente, del médico tratante; principalmente, si consideramos que terapias tales como los flebotónicos y las medias de compresión no están cubiertas por los servicios de salud pública. Los tratamientos empleados para los DVC, no necesariamente se correlacionan con los síntomas, motivo de consulta o la clasificación clínica y es una recomendación actual, que los resultados de los diversos tratamientos sean evaluados en términos de afección de la calidad de vida o modificación de esa afección, con miras a tener un punto de comparación estándar entre estudios similares; no obstante, la afección de la calidad de vida en sus diversas dimensiones y su asociación con la clasificación clínica permanece escasamente documentada. Calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos y su relación con la clasificación clínica CEAP Este estudio tuvo como meta principal evaluar el impacto de los DVC sobre la calidad de vida, en una población con el diagnóstico confirmado y su relación con la severidad de la enfermedad de acuerdo con la clasificación clínica CEAP. Material y métodos Este es un estudio observacional transversal de corte analítico, en el cual se incluyó una población de 204 pacientes, provenientes de un centro de referencia de cirugía vascular periférica, con diagnóstico de DVC confirmado por un especialista en cirugía vascular periférica y estadificados según la clasificación CEAP, a los que se les evaluó el impacto que su enfermedad tenía sobre la calidad de vida y sus diferentes dimensiones y se analizó si había correlación entre este impacto y la severidad de la enfermedad. La muestra Se incluyó una muestra por conveniencia de pacientes consecutivos que se presentaron consultando por DVC, que fueran mayores de 18 años y aceptaran participar. Se excluyeron los pacientes que presentaban concomitantemente enfermedad arterial obstructiva crónica de MMII demostrada por índice tobillo-brazo < 0.9, ausencia de pulsos distales, o clasificados con este diagnóstico como Fontaine II, III y IV y aquellos con artrosis y neuropatía de MMII incapacitante. Aspectos éticos Este estudio fue aprobado por el comité de ética de la institución a la que pertenecían los pacientes. La totalidad de los participantes aceptó hacerlo previo consentimiento informado. El instrumento Se empleó la versión validada al español colombiano, del formato Freiburger Lebensqualitats assessment questionnaire (FLQA) (3), el cual es un instrumento específico para evaluar calidad de vida en pacientes con problemas venosos (4). La aplicación del instrumento se realizó mediante una entrevista previo consentimiento informado del paciente. El instrumento FLQA validado consta de 8 dimensiones que son: molestias físicas, vida diaria, vida social, estado de salud mental, tratamiento de su problema venoso, satisfacción, problema venoso y úlcera venosa. Severidad de la enfermedad Para evaluar la severidad de la enfermedad se empleó la clasificación CEAP (5), en su componente clínico, independiente del hallazgo funcional, aunque a la gran mayoría se le había practicado ultrasonografía venosa de MMII, la cual se registró y correlacionó; los elementos etiológicos y patofisiológicos de la clasificación no fueron registrados. También se registraron datos sociodemográficos. Para comparar con la afectación de la calidad de vida, se tomó la extremidad con mayor severidad de la enfermedad por paciente. Aspectos estadísticos La información fue recolectada en una base de datos de Excell y los resultados fueron analizados en el paquete estadístico STATA 8.0. Los datos fueron expresados en medias ± desviación estándar y rangos. Se buscó asociación entre variables empleando comparación de medias, con chi cuadrado y se tomó como estadísticamente significativa una p<0,05. Resultados La muestra La muestra estuvo constituida por 204 pacientes. El rango de edad estuvo comprendido entre los 35 y los 90 años, con una media de 63 años (desviación estándar=10,7). La gran mayoría de pacientes eran mujeres (88,2%), pertenecían al estrato socioeconómico 3 (42,7%) y residían en el área urbana (92,2%); casi la mitad de los pacientes, eran casados (46,6%) y en el sistema de salud, pertenecían al régimen contributivo el 98,5%. Clasificación clínica de los desórdenes venosos crónicos (CEAP) Dentro de la muestra de pacientes y al clasificar según el componente clínico de la clasificación CEAP, había pacientes en todos los rangos de severidad, pero tanto en miembro inferior derecho como en miembro inferior izquierdo la mayoría pertenecían al CEAP 2 y 3 (figura 1). En la tabla 1 puede verse la distribución de la severidad de la enfermedad de acuerdo con edad y género de los pacientes. Para efectos del análisis, se tomó el CEAP mayor de los dos MMII, el cual se encontró distribuido con adecuada representación para todas las categorías, excepto para los CEAP 1 que solamente fueron el 4,4% del total (figura 2). Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 15 Juliana Buitrago Jaramillo, Oriana Ibeth Rodríguez Flórez, Paola Andrea Rojas Pulgarín, Henry Alexander Ruiz Basto C E A P PORCENTAJE Figura 1. Severidad de los DVC en una muestra de pacientes de un centro de referencia en Cirugía Vascular Periférica y de acuerdo con la extremidad afectada. Figura 2. Distribución de la severidad de los DVC por paciente, tomando la extremidad más afectada, en una muestra de pacientes de un centro de referencia de cirugía vascular periférica. Tabla 1 Clasificación clínica CEAP de una muestra de pacientes con diagnóstico confirmado de DVC, y su distribución por género y edad. CEAP Clasificación CEAP. componente clínico Variables CEAP 1 CEAP 2 CEAP 3 CEAP 4 CEAP 5 CEAP 6 Género n n % n n % n % n % % % Total n % Hombre 2 8,3 8 33,3 1 4,2 3 12,5 3 12,5 7 29,2 24 11,8 Mujer 7 3,9 46 25,6 51 28,3 20 11,1 23 12,8 33 18,3 180 88,2 Total 9 4,4 54 26,5 52 25,5 23 11,3 26 12,7 40 19,6 204 100 < 50 años 1 4,4 5 21,7 10 43,5 1 4,3 0 0 6 26,1 23 11,3 50-60 años 4 6,9 21 36,2 9 15.5 8 13,8 8 13,8 8 13,8 58 28,4 61-70 años 3 4,3 17 23,9 17 23,9 10 14,1 9 12,7 15 21,1 71 34,8 71-80 años 1 2,3 9 20,9 13 20,2 2 4,7 8 18,6 10 23,3 43 21,1 >80 años 0 0 2 22,2 3 33,3 2 22,3 1 11,1 1 11,1 9 4,4 Total 9 4,4 54 26,5 52 25,5 23 11,3 26 12,7 40 19,6 204 100 p 0,18 Edad Ultrasonografía En 89,3% de los pacientes a los que se les realizó Ultrasonografía de MMII, se pudo demostrar insuficiencia de vena safena mayor, o de vena safena menor o de perforantes. Además, se encontró una asociación significativa estadísticamente entre la clasificación CEAP y la presencia de reflujo en el sistema superficial o de perforantes (p<0,001). A excepción de las pacientes clínicamente CEAP1, en los cuales no se encontró reflujo, en las demás categorías, la mayoría de los pacientes presentaban reflujo así: CEAP2:93%, CEAP3:88,9%, CEAP4:95,2%, CEAP5:95,7% y CEAP6:93,6%. 16 Revista Colombiana de Cirugía Vascular 0,381 Calidad de vida según el FLQA validado al español Se empleó el formato Freiburger Lebensqualitats Assessment Questionnaire (FLQA) validado al español de Colombia. El formato consta de 8 dimensiones que son: molestias físicas, vida diaria, vida social, estado de salud mental, tratamiento del problema venoso, satisfacción, problema venoso y úlcera venosa. Cada una de estas dimensiones contempla varios aspectos (ver formato anexo). Para las dimensiones molestias físicas, vida diaria, vida social, estado de salud mental, problema venoso y úlcera venosa las opciones fueron Calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos y su relación con la clasificación clínica CEAP 1=Nunca, 2=Rara vez, 3=Algunas veces, 4=Frecuentemente y 5=Siempre. Para las dimensiones tratamiento del problema venoso y satisfacción las opciones fueron 1=Para nada, 2=A veces, 3=Moderadamente, 4=Mucho y 5=Muchísimo. Las quejas más frecuentes de todo el formato fueron el dolor en los MMII siempre en la semana previa (30,4%) y la insatisfacción por el estado en que está su enfermedad (para nada satisfecho=20,1%). Dimensión molestias físicas La dimensión en general tuvo una media de 2,18 (DS 0,36). De los siete aspectos explorados en esta dimensión, una tercera parte de los pacientes refirieron presentar dolor en las piernas frecuentemente (14,2%) o siempre (30,4%). Menos del 10% de los pacientes refirieron siempre haber experimentado los otros síntomas como problemas respiratorios o para dormir, sensación de debilidad, cefalea y sensación urente en piel. Al evaluar las preguntas dependiendo de la severidad de la enfermedad se encontró que en todos los estadios de severidad se refirió dolor, y el más alto promedio de la dimensión fue expresado por los pacientes clasificados como CEAP1 (X=3,7 DS=1,71). y CEAP6 (X=3,5 DS=1,1). Al evaluar si había alguna asociación entre las molestias físicas y la clasificación CEAP no se encontró ninguna variable estadísticamente significativa. Incluso se encontró que los pacientes CEAP 1 fueron los que más frecuentemente presentaron problemas para dormir y cefalea, pero sin que hubiese una asociación estadísticamente significativa. Dimensión vida diaria En esta dimensión que exploró problemas para realizar compras y otras actividades, incluidos los quehaceres en la casa y las actividades en tiempo libre se encontró que más del 20% de los pacientes manifestaron tener problemas (23,5%), no poder realizar los deberes en la casa en forma adecuada (25%) o estar limitados en sus actividades de tiempo libre (23%) frecuentemente o siempre. Los puntajes de mayor afección se presentaron en los grupos CEAP6 (X=2,8 DS=1,37) en los tres aspectos examinados. Al evaluar su relación con la clasificación CEAP únicamente mostró asociación significativa el aspecto de “los deberes en la casa o en el trabajo no pueden ser realizados en forma adecuada” con una p=0,048. Dimensión vida social Esta dimensión exploró aspectos tales como el contacto con los demás, la relación de pareja o estar retraído; más del 60% de los pacientes manifestaron nunca tener afección en ninguno de los tres aspectos explorados; sin embargo, el puntaje de mayor afección en todas las opciones estuvo originado en pacientes CEAP6, es decir, los pacientes con úlcera venosa en forma significativa en relación con los pacientes sin úlcera (p<0,001). Se halló significancia en la limitación al contacto con los demás (p=0,034) cuando se miraron los aspectos en forma individual y su relación con la severidad de la enfermedad. Estado de salud mental En esta dimensión se realizaron preguntas acerca de si se estaba estresado, de mal genio, preocupado, exhausto, fatigado, impotente, o por el contrario se estaba calmado, con energía, y activo. No se encontró ninguna tendencia en esta dimensión de acuerdo con la severidad de la enfermedad, en donde incluso los pacientes CEAP1 reportaron estar estresados con mayor frecuencia que los demás. Dimensión satisfacción Un importante porcentaje de pacientes manifestó estar muy insatisfecho con el estado en que está su enfermedad (20,1%). Hubo una clara diferencia en la forma como los pacientes estuvieron satisfechos con sus amigos (p=0,018) y con su salud en general (p=0,081) dependiendo de la severidad de la enfermedad. En la dimensión en general, no se pudo identificar una tendencia entre severidad y satisfacción. El grupo más insatisfecho con el estado de su enfermedad fueron los pacientes clasificados como CEAP3, pero no hubo diferencias significativas. Dimensión problema venoso Evaluó los aspectos relacionados con cansancio, pesadez, edema, complejo por tener venas visibles y temor a una ruptura venosa. Cansancio frecuente o siempre refirieron casi la mitad de los pacientes (47,6%); pesadez y edema una tercera parte (32,8% y 30,4% respectivamente); sentirse acomplejado por tener venas visibles, un 34,3% y temor a una ruptura venosa, un 47,1%. En esta dimensión hubo relación significativa entre la severidad y la pesadez (p=0,027) y la severidad y el edema (p=0,016). Los pacientes CEAP1 manifestaron estar más Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 17 Juliana Buitrago Jaramillo, Oriana Ibeth Rodríguez Flórez, Paola Andrea Rojas Pulgarín, Henry Alexander Ruiz Basto Tabla 2. Consolidado de la encuesta aplicando el FLQA para calidad de vida en una muestra de pacientes con DVC. FLQA para evaluar calidad de vida en pacientes con DVC Molestias físicas Dolor en las piernas Problemas respiratorios Sensación de debilidad Problemas para dormir Dolores de cabeza Sensación de ardor en la piel Sensación de dolor en la piel Las siguientes preguntas se relacionan con su bienestar físico. Con qué frecuencia ha notado usted en la semana previa Nunca Raras veces Algunas veces Frecuentemente Siempre n 53 14 46 29 62 % 26 6,9 22,6 14,2 30,4 n 171 15 12 6 0 % 83,8 7,3 5,9 2,9 0 n 114 26 44 14 6 % 55,9 12,7 21,6 6,9 2,9 n 105 20 46 21 12 % 51,4 9,8 22,6 10,3 5,9 n 114 36 38 14 1 % 56,2 17,7 18,7 6,9 0,5 n 106 9 46 27 16 % 52 4,4 22,6 13,2 7,8 n 112 4 45 24 19 % 54,9 1,96 22,1 11,8 9,3 Las siguientes preguntas hacen referencia a su vida diaria Vida diaria Tengo problemas al realizar compras y otras actividades prácticas Mis deberes en la casa o en el trabajo no pueden ser realizados de una forma adecuada Las actividades de mi tiempo libre son limitadas debido a mi enfermedad Nunca Raras veces Algunas veces Frecuentemente Siempre n 95 16 45 41 7 % 46,6 7,8 22,1 20,1 3,4 n 93 22 38 44 7 % 45,6 10,8 18,6 21,6 3,4 n 85 26 46 37 10 % 41,7 12,8 22,5 18,1 4,9 Las siguientes preguntas hacen referencia a su vida social y familiar en la semana pasada Vida social El contacto con los demás fue limitado Tuve problemas con mi pareja o mi familia Pasa menos tiempo con otras personas, está retraído 18 Nunca Raras veces Algunas veces Frecuentemente Siempre n 139 13 28 22 2 % 68,1 6,4 13,7 10,8 1 n 172 13 12 1 0 % 84,3 6,4 5,9 3,4 0 n 140 13 33 15 3 % 68,6 6,4 16,2 7,3 1,5 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos y su relación con la clasificación clínica CEAP Estado de salud mental Estresado e irritado De mal genio Preocupado Con energía Exhausto o agotado Activo, con resistencia, con aguante Fatigado Desamparado, impotente, imposibilitado, o desvalido Tranquilo, calmado Tratamiento de su problema venoso Estresante El tratamiento consume mucho tiempo Requiero ayuda de otros para seguir el tratamiento Las siguientes preguntas están relacionadas a su salud mental. Con qué frecuencia en la última semana se ha sentido Nunca Raras veces Algunas veces Frecuentemente Siempre n 76 25 57 32 14 % 37,3 12,2 27,9 15,7 6,9 n 103 17 53 26 5 % 50,5 8,3 26 12,7 2,5 n 49 25 56 52 22 % 24 12,2 27,5 25,5 10,8 n 5 26 39 93 41 % 2,5 12,7 19,1 45,6 20,1 n 45 75 49 30 5 % 22 36,8 24 14,7 2,5 n 5 23 50 89 37 % 2,5 11,3 24,5 43,6 18,1 n 48 72 63 19 2 % 23,5 35,3 30,9 9,3 1 n 131 17 39 15 2 % 64,2 8,3 19,1 7,4 1 n 3 23 50 85 43 % 1,5 11,3 24,5 41,7 21 Si usted tuvo problemas venosos y recibió tratamiento durante la semana anterior, ¿cómo fue esa experiencia con relación al tratamiento? Para nada A veces Moderadamente Mucho Muchísimo NO aplica n 44 18 17 23 25 77 % 34,6 8,8 8,3 11,3 12,3 37,7 n 47 25 22 27 6 77 % 23 12,3 10,8 13,2 2,9 37,8 n 80 19 9 16 3 77 % 39,2 9,3 4,4 7,8 1,5 37,8 Qué tan satisfecho estuvo usted durante la semana pasada con… Satisfacción Las actividades que desarrolló en su tiempo libre Sus amigos Para Nada Algo Moderadamente Mucho Muchísimo n 5 22 101 62 14 % 2,4 10,8 49,5 30,4 6,9 n 4 12 80 97 11 % 2 5,9 39,2 47,5 5,4 Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 19 Juliana Buitrago Jaramillo, Oriana Ibeth Rodríguez Flórez, Paola Andrea Rojas Pulgarín, Henry Alexander Ruiz Basto Qué tan satisfecho estuvo usted durante la semana pasada con… Satisfacción Su bienestar físico Su capacidad de contribuir y ser útil Su salud en general El estado en que está su enfermedad Para Nada Moderadamente Algo Mucho Muchísimo n 9 20 113 56 6 % 4,4 9,8 55,4 27,5 2,9 n 5 14 70 94 21 % 2,4 6,9 34,3 46,1 10,3 n 8 31 108 53 4 % 3,9 15,2 52,9 26 2 n 41 49 67 32 15 % 20,1 24 32,8 15,7 7,4 Con qué frecuencia la semana pasada sintió… Problema venoso Cansancio en las piernas Pesadez en las piernas Hinchazón en las piernas/pies Complejo por tener venas visibles Temor de que se le rompiera una vena Nunca Rara vez Algunas veces Frecuentemente Siempre n 48 20 39 42 55 % 23,5 9,8 19,1 20,6 27 n 82 14 41 36 31 % 40,2 6,9 20,1 17,6 15,2 n 77 22 43 31 31 % 37,7 10,8 21,1 15,2 15,2 n 99 13 22 41 29 % 48,5 6,4 10,8 20,1 14,2 n 59 14 35 63 33 % 28,9 6,8 17,2 30,9 16,2 Con qué frecuencia la semana pasada… Úlcera venosa Sintió mal olor en la úlcera Presentó secreción molesta Afectó su vida y desempeño sexual Piquiña en las piernas 20 Nunca Rara vez Algunas veces Frecuentemente Siempre NO aplica n 29 3 0 4 1 167 % 14,2 1,5 0 1,9 0,5 81,9 n 17 3 6 9 2 167 % 8,3 1,5 2,9 4,4 1 81,9 n 14 6 4 10 3 167 % 6,9 2,9 1,9 4,9 1,5 81,9 n 7 3 9 9 9 167 % 3,4 1,5 4,4 4,4 4,4 81,9 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos y su relación con la clasificación clínica CEAP frecuentemente acomplejados por tener venas visibles, pero no hubo significancia. Cansancio, pesadez y temor a la varicorragia fueron los aspectos que se presentaron con mayor frecuencia, aunque no hubo tendencia por grupos de severidad de la enfermedad. En general, no se pudo encontrar una clara tendencia entre la clasificación CEAP componente clínico de la enfermedad y la afección de la calidad de vida en sus diferentes dimensiones. Se hallaron asociaciones significativas en algunos componentes de las dimensiones vida diaria, vida social, satisfacción, y problema venoso, pero no en la dimensión como tal. Discusión La medición de la afección de la calidad de vida relacionada con la salud ha ganado sustancial interés en las últimas décadas. Numerosos instrumentos genéricos y específicos están siendo validados a los diferentes idiomas y contextos socioculturales, especialmente porque hay la recomendación de que los diferentes tratamientos sean evaluados en términos de su impacto sobre la calidad de vida, con la finalidad de que los resultados sean más comparables (6). Sin embargo, la literatura sobre la manera cómo los desórdenes venosos crónicos afectan la calidad de vida en diferentes contextos socioculturales es escasa y aún más escasa es la evaluación de la correlación entre la severidad de la enfermedad y la afección de la calidad de vida, paso obligado antes de evaluar si el tratamiento en verdad produjo un cambio en la calidad de vida del paciente. Los instrumentos específicos son populares por su alta sensibilidad (6). Este estudio empleó un instrumento validado, específico para la enfermedad venosa, con la finalidad de identificar los principales componentes afectados dependiendo del grado de severidad de la enfermedad, algo que en Colombia no se había realizado previamente. Estudios previos han demostrado que la calidad de vida se ve afectada en pacientes con “venas varicosas” (7-9); no obstante, los demás componentes de severidad del problema según la clasificación CEAP en su componente clínico parece estar insuficientemente explorada, pese a su relevancia. De otro lado, es importante entender las quejas y síntomas del paciente a diferencia de la mirada objetiva del médico tratante, porque parecen no correlacionarse adecuadamente. Un estudio piloto Italiano, involucró 104 pacientes que fueron evaluados empleando el formato genérico SF-36, y los específicos CIVIQ-2, Euro-QoL 5D y la escala análoga visual encontrando un perfil normal para los pacientes CEAP 1 y 2, una peor calidad de vida en pacientes CEAP 3 para ítems físicos, dolor y salud en general, una peor calidad de vida para los pacientes CEAP 4, incluyendo los ítems físicos, de salud mental y emocionales, así como para los CEAP 5 y 6 para los ítems físicos, de funcionamiento y salud general. No encontraron una tendencia en relación a mayor severidad, mayor lesión a la calidad de vida, pues por ejemplo los pacientes CEAP 4 tuvieron mejores ítems físicos y emocionales (10). Concluyen afección de la calidad de vida desde que se inicia el edema, en contradicción a nuestros hallazgos, en los que los pacientes CEAP 2 si mostraron afección importante de la calidad de vida y al compararlos con otros estados de severidad en múltiples aspectos en los que no hubo diferencias significativas entre la clasificación CEAP y la afección de la calidad de vida. En nuestro estudio, se empleó un formato diferente, pero también específico, conteniendo ítems similares; sin embargo, no se pudo encontrar tampoco una tendencia sostenida entre la severidad de la enfermedad y la lesión de las diferentes dimensiones en términos generales. Nuestros hallazgos para los ítems físicos, el dolor, los problemas de funcionamiento y la salud en general coinciden en mostrarse afectados en los diferentes estadios de severidad de la enfermedad. No obstante, no encontramos afecciones en la salud mental como las descritas en este estudio italiano. En 2003, Kaplan et al. (11) realizaron un estudio en la población de San Diego incluyendo 2404 sujetos y lograron demostrar afección de la calidad de vida en sus componentes físicos pero no en los mentales, tal como el hallazgo de la presente investigación. Desafortunadamente, Kaplan et al. No emplearon la clasificación CEAP sino una evaluación visual y ultrasonográfica de severidad, que no es estándar y que no permite comparaciones con el estudio actual. Adicionalmente, emplearon el instrumento genérico SF-36, pero se correlacionó con los hallazgos de este estudio realizado con un instrumento específico. Un estudio realizado en Brasil (12) empleando el formato genérico SF-36 encontró correlación entre las características física y funcionales y la clasificación CEAP, aunque para efectos del análisis y por una muestra pequeña (n=50) los autores dividieron la clasificación CEAP en dos grupos: Grupo 1=CEAP1, 2 Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 21 Juliana Buitrago Jaramillo, Oriana Ibeth Rodríguez Flórez, Paola Andrea Rojas Pulgarín, Henry Alexander Ruiz Basto y 3 y Grupo 2=CEAP 4, 5 y 6. Pese a esto demuestra alteraciones físicas y funcionales tal como las demostradas en nuestro estudio. El más reciente estudio publicado con 561 pacientes empleó diversos formatos entre genéricos y específicos (SF-36, EuroQoL 5D, Aberdeen Varicose Vein Questionnaire) y evaluaron su asociación con la severidad de la enfermedad mediante la clasificación CEAP y el índice de severidad clínica venosa (VCSS). Los pacientes CEAP1 fueron tomados como grupo control. Encontraron una fuerte y significativa correlación entre la severidad de la enfermedad y la calidad de vida. El impacto se demostró en los componentes físicos, funcionales, la salud en general y la vitalidad. Los pacientes CEAP1 no tuvieron demostrable afección de calidad de vida cuando se compararon con los CEAP0. Tampoco encontraron apreciable diferencia entre los CEAP 2, 3 y 4 al igual que en nuestro estudio. Sí demostraron un efecto negativo de las “venas varicosas” al igual que lo hallado en nuestro estudio, incluso comparable a los pacientes con úlcera venosa, destacando la necesidad de intervención en este grupo. En concordancia con el estudio anterior, los pacientes CEAP 2 tenían alteraciones predominantemente físicas más que mentales. Las dimensiones mentales podrían estar más estrechamente asociadas al componente estético; sin embargo, de destacar en nuestros hallazgos, que los pacientes CEAP 1 no mostraron alteraciones significativas en sus ítems mentales, pero sí, definitivamente, evidenciaron una afección de la calidad de vida en los ítems físicos y funcionales, incluido el dolor que para esta categoría específica fue reportado en un 55,6% como siempre presente en la semana previa. Es claro que no hay un consenso en todos los aspectos, posiblemente porque no hay un instrumento que permita evaluar los grados de severidad en forma linear y comparativa con la calidad de vida y que permita estandarizaciones. Tampoco hay correlación entre la presencia o ausencia de síntomas y el grado de severidad de la enfermedad para la mayoría de los que están incluidos dentro de los formatos de calidad de vida, incluso los específicos. La afección en la dimensión “vida social” no está mencionada en los estudios publicados en forma específica, pero esta investigación evidenció un deterioro importante en los pacientes con úlcera venosa. 22 Revista Colombiana de Cirugía Vascular En conclusión, los desórdenes venosos crónicos sí afectan la calidad de vida en forma importante. En nuestro medio, los pacientes CEAP 1 tienen reales molestias físicas que deben ser estudiadas más a fondo y los servicios de prestación de salud y los médicos deberíamos poder escuchar mucho más a un paciente y dar respuesta a sus necesidades, aunque al examen físico lo único que se vean sean telangiectasias. El dolor es el síntoma predominante en todas las categorías y solo por esta razón los desórdenes venosos crónicos con su altísima prevalencia, deberían tener prioridad en las agendas de salud. Así mismo, deberían replantearse los tratamientos que se encuentran cubiertos por el plan obligatorio de salud, toda vez que el tratamiento de oro de los desórdenes venosos crónicos, las medias de compresión, y que los flebotónicos, de importancia en el manejo del dolor y del edema, no se encuentran cubiertos. Este estudio logró demostrar el impacto, que sobre la calidad de vida, tienen los desórdenes venosos crónicos, independiente de la severidad de la enfermedad y no logró encontrar una relación entre la severidad y mayor afección de la calidad de vida, destacando el hecho de que menor severidad de la enfermedad no necesariamente significa menor afección de la calidad de vida del paciente. Bibliografía 1. Herber OR, Schnepp W, Rieger MA. A systematic review on the impact of leg ulceration on patients quality of life, Health and Quality of Life Outcomes, Health and Quality of Life Outcomes. 2007,5:44. 2. Ruckley CV. Socioeconomic impact of chronic venous insufficiency and leg ulcers. Angiology. 1997;48:67-69. 3. Bastidas GF, Buitrago J, Lagos M, Martínez JW, Lasso VM, Marín C, Melo EM, Ramírez N. Validación al español de un instrumento para medir la calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos. Rev Col Cir Vasc. 2011;11(2):11-22. 4. Augustin M, Lange S, Wenninger K, Seidenglanz K, Amon U, Zschocke I. Validation of a comprehensive Freiburg Life Quality Assessment (FLQA) core questionnaire and development of a threshold system. Eur J Dermatol. 2004;14:107-113. 5. Poter JM, Moneta GL. Reporting standards in venous disease: an update. International Consensus Committee on Chronic Venous Disease. J Vasc Surg. 1995;21:635. 6. Carradice D, Mazari FA, Samuel N, Allgar V, Hatfield J, and Chetter IC. Modelling the effect of venous disease on quality of life. British Journal of Surgery. 2011;98:1089-1098. 7. Garratt AM, MacDonald LM, Ruta DA, Russell IT, Buckingham JK, Krukowski ZH. Towards measurement Calidad de vida en pacientes con desórdenes venosos crónicos y su relación con la clasificación clínica CEAP of outcome for patients with varicose veins. Qual Health Care. 1993;2:5-10. 8. Smith JJ, Garratt AM, Guest M, Greenhalgh RM, Davies AH. Evaluating and improving health-related quality of life in patients with varicose veins. J Vasc Surg. 1999;30:710-719. 9. Garratt AM, Ruta DA, Abdalla MI, Russell IT. Responsiveness of the SF-36 and a condition-specific measure of health for patients with varicose veins. Qual Life Res. 1996;5:223-234. 10. Andreozzi GM, Cordova R, Scomparin MA, Martini R, D’Eri A, Andreozzi F. Quality of life in chronic venous insufficiency. An Italian pilot study of the Triveneto Region. International Angiology. 2005;24(3):272-277. 11. Kaplan RM, Criqui MH, Denenberg JO, Bergan J, Fronek A. Quality of life in patients with chronic venous disease: San Diego population study. Journal of Vasc Surg . 2003;37(5):1047-1053. 12. Moura RM, Gonçalves GS, Navarro TP, Britto RR, Dias RC. Relationship between quality of life and the CEAP clinical classification in chronic venous disease. Correlação entre classificação clínica CEAP e qualidade de vida na doença venosa crónica. Rev Bras Fisioter São Carlos. 2010;14(2):99-105. Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 23 Artículo de Investigación Opciones técnicas en la oclusión de la vena safena mayor con radiofrecuencia (closure fast) Juan Guillermo Barrera Carvajal*, Camilo Espinel Ortiz**, Adriana Sofía Murcia***, Silvia Andrea Amado González**** Resumen Introducción: Las nuevas técnicas de oclusión endovenosa de la vena safena mayor se han posicionado en el mundo como alternativas equiparables a la safenectomía “stripping” en el tratamiento de la insuficiencia venosa. Nuestra institución ha acumulado experiencia en los últimos dos años con el uso de la oclusión endovascular con radiofrecuencia como manejo de la insuficiencia de la safena mayor, implementando opciones técnicas que incluyen la venodisección de la safena mayor, su punción percutánea o el avance retrógrado del catéter a través del cayado de la safena seccionada. Objetivo: Presentar los resultados del manejo endovascular de la insuficiencia de la vena safena mayor, describir las modalidades técnicas implementadas y resaltar sus beneficios. Materiales y métodos: Se presenta un estudio retrospectivo descriptivo de una serie de casos desde febrero de 2011 hasta enero de 2013 con descripción de las variables demográficas y los resultados quirúrgicos en términos de técnica quirúrgica utilizada, duración del procedimiento, complicaciones, reinicio de las actividades cotidianas y dolor posoperatorio. Todos los pacientes fueron llevados a cirugía bajo técnica anestésica regional o general a criterio del anestesiólogo, manteniendo el mismo protocolo que la institución cumple para cirugía convencional de várices, aclarando que se adiciona técnica de tumescencia perisafena sin anestésico para cirugía de radiofrecuencia. En todos los pacientes se realizó ligadura alta del cayado y sus colaterales. Las diferentes opciones técnicas según las condiciones particulares de cada paciente, son, primero: venodisección infrapatelar de safena interna en tercio proximal de pierna para punción y avance de catéter de radiofrecuencia; segundo: punción percutánea guiada por dúplex color de safena mayor en tercio proximal de la pierna para avance de catéter de radiofrecuencia por técnica de Seldinger; tercero: cayadectomía con avance retrógrado de catéter desde la ingle hacia distal en la pierna a través de vena safena mayor, evitando acceso infrapatelar. * ** *** **** Jefe Servicio de Cirugía Vascular y Endovascular. Fundación Cardiovascular de Colombia. Cirujano vascular y endovascular. Fundación Cardiovascular de Colombia. Médica asistente. Departamento Cirugía. Fundación Cardiovascular de Colombia. Médica S.S.O. Servicio Cirugía Vascular. Fundación Cardiovascular de Colombia. Vº 13 / Nº 1 / Bogotá, Colombia / 25-28 /Marzo / 2013 / ISSN 0124-7018 Juan Guillermo Barrera Carvajal, Camilo Espinel Ortiz, Adriana Sofía Murcia, Silvia Andrea Amado González Resultados: Se llevaron a cirugía 26 pacientes con un promedio de edad de 56 años (35-82), de los cuales 21 eran mujeres (76%). La técnica quirúrgica utilizada, según se describe en materiales, fue: primera 4 pacientes (15%), segunda 19 pacientes (73%) y tercera 3 pacientes (11%). La duración promedio de las cirugías fue de 54 minutos (45-65). El tiempo promedio necesario para el reinicio de las actividades cotidianas fue de 2 días (1-3). El dolor posoperatorio inmediato fue clasificado por los pacientes como leve (2/10) en la escala visual análoga. No se presentaron complicaciones en el posoperatorio inmediato. Reingresaron 3 pacientes (11%), dos al primer día posoperatorio por cefalea y náuseas menores, el tercer paciente al día octavo día posoperatorio por infección de sitio operatorio que se trató con antibióticos sin secuelas. Conclusión: La oclusión endovenosa de la vena safena mayor con radiofrecuencia (closure fast) es un método seguro, efectivo y de baja morbilidad. Se describen varias opciones de acceso y avance de catéter a través de la vena safena mayor, en el tratamiento de la insuficiencia venosa superficial de la safena mayor, ninguna de las tres opciones técnicas afecta el tiempo quirúrgico del procedimiento y han sido planteadas como viables a criterio del cirujano. Esta técnica permite a los pacientes el rápido reinicio de sus actividades laborales y es equiparable a las técnicas convencionales existentes con menor dolor y menor incapacidad. Palabras clave: insuficiencia venosa, oclusión por catéter, tratamiento de radiofrecuencia pulsada. Abstract Introduction. The latest techniques for intravascular ablation of the great saphenous vein have arisen as new techniques comparable to the varicose vein stripping for the treatment of venous insufficiency. In the tast two years, our institution has gathered experience in radiofrecuency intravascular ablation for the management of great saphenous vein insufficiency, applying other techniques that include the vein dissection of the internal saphenous vein, its percutaneous puncture, or the retrograde advance of the catheter through the arch of the dissected saphenous vein. Objectives: Presented the results of the intravascular management for great saphenous vein insufficiency, describe the implemented techniques, and acknowlegde its benefits. Materials and methods: Descriptive restrospective study of a case series registered within february 2011 and january 2013, taking into account demographic variables and surgical results in terms of the technique used, duration of the procedure, complications, daily activities initiation, and postoperative pain, All the patients underwent the procedure with regional or general anesthesia based on the anesthsiologist concept, guarantying the same institutional protocol for surgical management of varicose disease in combination with peri-saphenous tumescent technique for radiofrecuency surgery. Ligature of the saphenous arch and collaterals was performed in all the patients. The technical options depending of the individual characteristics of each patient are: first, infrapatellar vein dissection of the proximal portion of the internal saphenous vein to advance the radiofrecuency catheter; second, percutaneous duplex-guided puncture of the proximal portion of the internal saphenous vein to advance the radiofrecuency catheter by Seldinger technique; thirt, arch disecction with retrograde advance of the catheter from the groin to the leg distally through the internal saphenous vein, avoiding an infrapateller access. Results: A total of 26 patients underwent surgical procedure, with an average age of 56 years (35-82), 21 of them were women (76%), The surgical techniques used, as described above, were: first technique in 3 patients (11%). The average duration of the procedures was 54 minutes (45-65). Average time required before initiation of daily activities was 2 days (1-3). The inmediate postoperative pain was classified as “mild” (2/10 - visual analogue scale). No complications were presented in the immediate postoperative period. 3 patients were readmitted (11%), 2 of them in the first postoperative day due to minor headache and nausea; the third patient arrived on the eighth postoperative day due to surgical site infection that was treated with antibiotic and without consequences. Conclusion: The intravascular radiofrecuency ablation of the great saphenous vein (Closure fast) is a save, effective, and low-morbidity method. Multiple access and catheter advancing techniques have been 26 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Opciones técnicas en la oclusión de la vena safena mayor con radiofrecuencia (closure fast) described for the treatment of superficial venous insufficiency of the great saphenous vein. None of them has showed changes in the procedure duration and have been raised as viable based on the surgeon concept. This technique has allowed a fast initiation of daily activities after the procedure, and is comparable to the existing conventional techniques, with less pain and less incapacity. Key words: venous insufficiency, catheter ablation, pulsed radiofrequency treatment. Introducción La insuficiencia venosa es la enfermedad vascular más común, alcanzando una alta prevalencia en la población colombiana, con tendencia al ascenso, teniendo en cuenta el incremento en factores de riesgo como sobrepeso, obesidad y exposición a terapias hormonales. En nuestra consulta se presentan con altísima frecuencia pacientes en edad laboral en busca de manejo para enfermedad varicosa, siendo de gran importancia el tiempo de incapacidad y el reinicio de la vida cotidiana. La técnica usual hasta hace algunos años era la safenovaricectomía, que implica la ligadura proximal y distal de safena mayor y la escisión de venas varicosas, con posterior stripping (extracción de safena mayor mediante flebótomo). La aparición de oclusión por radiofrecuencia abre una ventana de posibilidades de manejo endovascular para la enfermedad varicosa, evitando el stripping, pues logra mediante temperaturas moderadas la obliteración de la safena mayor que implica menor morbilidad dada por hematomas y lesión de nervio safeno, riesgo de infección y disminuye el tiempo de reinicio de actividades laborales. En nuestra Institución realizamos la cirugía abierta y endovascular. En este artículo presentamos la experiencia de dos años en oclusión por radiofrecuencia, tres opciones técnicas y la evolución posoperatoria. Objetivo Presentar los resultados del manejo endovascular de la insuficiencia de la vena safena mayor, describir las modalidades técnicas implementadas y resaltar sus beneficios. Materiales y métodos Se presenta un estudio retrospectivo descriptivo de una serie de casos desde febrero de 2011 hasta enero de 2013. Todos los pacientes fueron llevados a cirugía bajo técnica anestésica regional o general a criterio del anestesiólogo, manteniendo el mismo protocolo que la institución cumple para cirugía convencional de várices (a todos se les realizó previamente dúplex color confirmando encontrarse entre 3 y 6 de la clasificación CEAP (clínica, etiológica, anatómica y patológica), aclarando que se adiciona técnica de tumescencia perisafena sin anestésico para cirugía de radiofrecuencia. En todos los pacientes se realizó ligadura alta del cayado y sus colaterales. Las diferentes opciones técnicas según las condiciones particulares de cada paciente, son, primero: venodisección infrapatelar de safena interna en tercio proximal de pierna para punción y avance de catéter de radiofrecuencia; segundo: punción percutánea guiada por dúplex color de safena interna en tercio proximal de la pierna para avance de catéter de radiofrecuencia por técnica de Seldinger; tercero: cayadectomía con avance retrógrado de catéter desde la ingle hacia distal en la pierna a través de vena safena interna, evitando acceso infrapatelar. Resultados Se operaron 26 pacientes, de los cuales 21 eran mujeres (80%). El promedio de edad de las mujeres fue 58 años (35-80) y de los hombres de 59 años (35-82). Trece pacientes (50%) tenían índice de masa corporal mayor de 25. En cuanto a las intervenciones quirúrgicas previas, solamente siete mujeres tenían antecedente de varicectomía de la misma extremidad y/o contralateral, o safenovaricectomía contralateral. Siete pacientes (27%) refirieron antecedentes familiares de enfermedad varicosa de miembros inferiores. 85% de las mujeres habían tenido al menos una gestación y 66% de estas en el rango de uno a tres embarazos. Dos mujeres (9%) habían recibido terapia anticonceptiva hormonal. Según las técnicas quirúrgicas descritas en métodos, y utilizadas en este grupo, en 4 pacientes (15%) se decidió la primera técnica, en 19 pacientes (73%) la segunda y en 3 pacientes (11%) la tercera. Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 27 Juan Guillermo Barrera Carvajal, Camilo Espinel Ortiz, Adriana Sofía Murcia, Silvia Andrea Amado González La duración promedio de la cirugía fue de 54 minutos (45-65). En un paciente se realizó oclusión bilateral por radiofrecuencia sin complicaciones. Una paciente fue hospitalizada por dos días para monitoreo hemodinámico por hipotensión intraoperatoria de difícil control. Se presentaron 3 reingresos (11%), dos de ellos al día siguiente del procedimiento, uno por cefalea y otro por náuseas menores; el tercero consultó a los 16 días posteriores al egreso por dolor leve a moderado de sitio operatorio que se manejó adecuadamente con analgésicos. Un paciente presentó celulitis en la extremidad intervenida que se trató satisfactoriamente con antibioticoterapia oral de forma ambulatoria. El tiempo promedio necesario para el reinicio de las actividades cotidianas fue de 2 días (1-3). El dolor posoperatorio inmediato fue clasificado por los pacientes como leve (2/10) en la escala visual análoga. Discusión La insuficiencia venosa crónica de miembros inferiores es una patología frecuente con síntomas persistentes hasta generar incapacidad y secuelas en la población laboralmente activa. La depuración de la técnica quirúrgica en la cirugía convencional ha mejorado la calidad de vida de estos pacientes, pero aun preocupan la incapacidad laboral prolongada y las secuelas definitivas, como neuropatía infrapatelar, hematoma calcificado y edema persistente como consecuencia de la safenectomía. Las nuevas técnicas de oclusión de la safena interna han logrado contrarrestar las consecuencias anteriormente descritas, disminuyendo el dolor, el edema y la neuropatía posoperatoria, permitiendo acortar el tiempo de espera para la incorporación a las actividades cotidianas. Nuestro grupo quirúrgico, ante la falta de evidencia a largo plazo, sigue realizando la ligadura alta del cayado de la safena con ligadura selectiva de colaterales para prevenir la reproducción de las várices por remanentes persistentes que se vuelven insuficientes, además disminuimos el riesgo de progresión del trombo luego de la oclusión al sistema profundo al haber seccionado previamente la safena a este nivel. La competencia en ultrasonografía ha permitido desarrollar alternativas técnicas para el paso del catéter de radiofrecuencia, por lo que ya no realizamos venodisección de la safena mayor en pierna, sino punción 28 Revista Colombiana de Cirugía Vascular percutánea guiada por dúplex color y por técnica de Seldinger, paso de guía, introductor y catéter. El hecho de tener disecada la vena safena mayor en el cayado ha permitido el avance retrógrado del catéter, el cual se logra a través de las válvulas insuficientes evitando la punción infrapatelar. La técnica de oclusión con radiofrecuencia es segura, genera mínima incomodidad y por lo tanto incapacidad al paciente. El entrenamiento por parte del cirujano vascular periférico en técnicas de ultrasonografía es fundamental para un adecuado uso de esta tecnología. Por tanto, se requiere la realización de estudios aleatorizados para cada técnica que permitan evaluar su impacto en cuanto a tiempo quirúrgico, dolor posoperatorio y reincorporación a la vida laboral. Conclusión La oclusión endovenosa de la vena safena mayor con radiofrecuencia (closure fast) es un método seguro, efectivo y de baja morbilidad en nuestra institución. Se describen varias opciones de acceso y avance del catéter a través de la vena safena mayor, que no afectan el tiempo quirúrgico del procedimiento y han sido planteadas como viables a criterio del cirujano. Esta técnica permite a los pacientes el rápido reinicio de sus actividades laborales y es equiparable a las técnicas convencionales existentes con menor dolor y menor incapacidad. Las complicaciones descritas guardan mayor relación con el proceso de anestesia que con el procedimiento quirúrgico propio. Bibliografía 1. Bustamante Y, Ramírez G. Comparación de varicosafenectomía convencional vs. ablación endovascular con radiofrecuencia. Rev Col Cir Vasc. 2012;12(2):8-22. 2. Zúñiga JM, Hingorani A, Ascher E, et al. Short-term outcome analysis of radiofrequency ablation using Closure Plus vs. ClosureFast catheters in the treatment of incompetent great saphenous vein. J Vasc Surg. 2012 Apr;55(4):1048-1051. 3. Lohr J, Kulwicki A. Radiofrequency ablation: evolution of a treatment. Semin Vasc Surg. 2010 Jun;23(2):90-100. 4. Gloviczki P, Comerota AJ, Dalsing MC, et al. The care of patients with varicose veins and associated chronic venous diseases: clinical practice guidelines of the Society for Vascular Surgery and the American Venous Forum. J Vasc Surg. 2011 May;53(5 Suppl):2S-48S. Artículo de Investigación Tratamiento híbrido de la incompetencia de safena mayor con espuma y radiofrecuencia: experiencia inicial Jorge Hernando Ulloa, MD, FACS*, Heinz Hiller, MD, FRCS**, Samira Alí, MD***, Jairo Ramírez, MD, FACS**** Resumen Marco teórico: En el tratamiento de la incompetencia de la safena mayor (SM) la radiofrecuencia (RF) y el láser se han asociado a neuralgia y otras complicaciones debido a extensión de la lesión térmica. Estas técnicas requieren anestesia tumescente y tienen una desventaja mayor frente al manejo de troncos tortuosos debido a la rigidez del catéter y fibras. La escleroterapia con espuma abre un nuevo horizonte en el tratamiento de venas más complejas, alcanzando sin dolor las dilataciones epifasciales; pero existe preocupación acerca de si esta técnica en el manejo troncular, eleva la posibilidad de una reapertura de la unión safenofemoral (USF). Nuestro grupo desarrolló un abordaje que une los beneficios de la oclusión térmica y la escleroespuma. Métodos: Se incluyeron 46 pacientes con clasificación CEAP de C2-C4, 39 mujeres, edad media: 58.4 con incompetencia y tortuosidad de la SM documentado por ecografía dúplex. El manejo híbrido se realizó mediante acceso percutáneo ecoasistido de la SM con el catéter corto de RF VNUS ClosureFAST, 2 cm distal a la USF y bajo anestesia infiltrativa, se llevó a cabo la oclusión térmica de la USF y SM subyacente. Previo a la extracción del catéter, se inyectaron 8 cc de espuma de Cloruro de Lapidio al 1% en todos los casos (tasa de preparación con técnica de Tessari de 4:1). En todos los casos se utilizó como agente gaseoso una mezcla fisiológica especialmente preparada para este fin de 70% CO2 y 30% O2. Se realizó masaje hacia distal con el transductor lineal para esparcir uniformemente la espuma. El seguimiento se llevó a cabo durante 6 meses e incluyó dúplex de segmento tratado para establecer la oclusión de la SM y USF. * ** *** **** Cirujano vascular. Fundación Santa Fe de Bogotá. Profesor de Cirugía Vascular. Universidad del Bosque. Bogotá, Colombia. Cirujano vascular. Clínica del Rosario. Medellín, Colombia. Cirujano vascular. Clínica Centro Fundación Cardiotorácica. Barranquilla, Colombia. Jefe de Cirugía Vascular. Fundación Santa Fe de Bogotá. Profesor de Cirugía Vascular. Universidad de los Andes. Bogotá, Colombia. Vº 13 / Nº 1 / Bogotá, Colombia / 29-34 /Marzo / 2013 / ISSN 0124-7018 Jorge Hernando Ulloa, Heinz Hiller, Samira Alí, Jairo Ramírez Resultados: 44 pacientes completaron el seguimiento. Hubo 2 pérdidas de registro por emigración a otras zonas de difícil seguimiento. No se presentaron complicaciones mayores. Siete pacientes reportaron dolor en el área inguinal en el posoperatorio inmediato. Dos pacientes presentaron flebitis superficial en la pierna que requirió microtrombectomía. 41 pacientes se les detectó oclusión de la SM y USF al sexto mes posoperatorio y 3 requirieron una segunda dosis de espuma en el segmento recanalizado. Conclusiones: Este es un reporte preliminar de un procedimiento híbrido que involucra el uso de energía térmica para ocluir completamente la USF y tratar en el mismo tiempo quirúrgico la SM y dilataciones epifasciales asociadas, sin la necesidad de utilizar energía térmica en el tronco safeno o el uso de flebectomía complementaria. Este procedimiento combina lo mejor de las dos técnicas, minimizando sus desventajas y potenciando sus ventajas. La tasa de oclusión parece prometedora pero un mayor seguimiento es necesario para poder establecer su verdadero alcance. Palabras clave: várices, espuma, safena, radiofrecuencia. Abstract Background: Treating of Great saphenous vein (GSV) incompetence, radiofrequency (RF) and LASER have been associated to neuralgia and other complications due to the extension of the thermal injury. These techniques require anesthesia and have a major disadvantage in the management of tortuous trunks due to the stiffness of the catheter. Foam sclerotherapy opened a new trend in the treatment of larger veins, painlessly reaching varicosities, but the treatment of the GSV, raises the possibility of a quick reopening of the saphenofemoral junction (SFJ). Our group developed an approach that merges the benefits of thermal injury and foam sclerotherapy. Methods: 46 patients classified as C2-C4 (CEAP classification), 39 female, mean age: 58.4 with incompetence and tortuosity of GSV where included in this study. Two patients were lost during follow-up. Hybrid procedure was performed using ultrasound guided percutaneous access of GSV with a new short RF catheter (VNUS Closure FAST) distal to the SFJ under local anesthesia. Thermal occlusion of the saphenofemoral junction (SFJ) and GSV subjacent segment was achieved. Just before retrieving the device, we injected 8cc of Lapidium Chloride foam1% (Sklerol, ICV Pharma, Colombia), using physiologic gas (70%CO2/30%O2); a gentle massage was done with the transducer to spread the foam distally. Duplex ultrasound was carried out to assess GSV and SFJ occlusion; follow-up completed 6 months. Results: 44 patients completed the follow-up period. There were no major complications. Seven patients reported pain in the groin area immediately after the procedure. Two cases presented with superficial phlebitis in the calf due to lack of compression and required microthrombectomy. 41 patients had their GSV and SFJ occluded at 6 months demonstrated by duplex ultrasound and 3 required a second foam dose. Conclusions: This is a preliminary report of a hybrid procedure that involves use of thermal energy to completely occlude the SFJ and treat at the same time the GSV and associated varicosities, without the need for further thermal usage of the venous trunk or the use of phlebectomy. This hybrid procedure combines the best of this two techniques, minimizing their disadvantages and potentiating their advantages. The occlusion rate seems promising but further studies should evaluate it´s effectiveness in time. Key words: varicose veins, foam, saphenous vein, radiofrequency. 30 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Tratamiento híbrido de la incompetencia de safena mayor con espuma y radiofrecuencia: experiencia inicial Introducción La cirugía venosa ha sufrido una transformación dramática en los últimos 15 años, dejando ya de lado la tradicional varicosafenectomía, cuyos lineamientos ya pronto cumplirán 100 años (9). A finales del siglo pasado, aparecen novedosas técnicas endoluminales basadas en la oclusión térmica, mediante el uso de radiofrecuencia (RF) y láser, que excluyen de la circulación al tronco venoso afectado sin necesidad de incisiones, tornando el procedimiento quirúrgico en un procedimiento mínimamente invasivo (4, 18). Estas nuevas técnicas abren la frontera del tratamiento de la enfermedad venosa que venía estable por mucho tiempo y comienzan a aparecer otros métodos como la espuma esclerosante, inyección de cianoacrilato en la unión safeno femoral o vapor de agua que a través de un catéter introducido ecográficamente que genera una lesión química resultando en un sellamiento de la luz (7, 16, 26). Al haber una menor manipulación de tejidos y un menor traumatismo, baja la respuesta angiogénica posintervención reduciendo la posibilidad de recidiva, que en los procedimientos quirúrgicos muestran tasas que superan el 50% de los casos a 5 años (17, 21). Al mismo tiempo, el carácter ambulatorio de las intervenciones endovasculares reduce los costos y favorece un pronto retorno a las actividades diarias del paciente al disminuir drásticamente la morbilidad (10). infrageniculares donde es mayor la presencia de derivaciones de la insuficiencia a uno o varios plexos epifasciales de la pierna (14, 31). Es en estos casos donde la espuma esclerosante tiene un papel importante. Esta herramienta ha evolucionado desde la escleroterapia tradicional con líquido a una nueva forma farmacéutica que propone ventajas en vasos más grandes que las telangiectasias, ofreciendo una independencia entre el diámetro del vaso y la concentración del esclerosante (35, 30). Esto ha permitido que la escleroespuma pueda ser utilizada como una herramienta terapéutica en grandes troncos (1, 2). La literatura científica muestra resultados interesantes al respecto, aunque continúa la duda de si este manejo es suficiente y no presentará una recidiva alta al ser comparada con una técnica un poco más agresiva como es la RF que altera la media y adventicia mediante la termo-obliteración (8, 20). Nuestro grupo ha venido trabajando desde la aparición de las técnicas de oclusión térmicas ecoasistidas y de oclusión química a finales del siglo XX. Un raciocinio interesante nos permite asociar fácilmente las ventajas de las dos técnicas para maximizar su efecto. En este estudio se presenta nuestra experiencia con RF y escleroespuma en un mismo tiempo de intervención. La oclusión térmica de la USF y la SM, inmediatamente subyacente, seguido de una inyección ecoasistida por la misma vía en el resto de SM y plexos epifasciales asociados, permite concebir una oclusión más efectiva del tronco safeno afectado, sin la utilización de anestesia tumescente en la fascia safena o la transmisión de energía térmica al tronco de la SM que potencialmente pueda afectar estructuras nerviosas adyacentes o añadir incomodidad al procedimiento (11, 5, 6, 27, 29, 34). La dificultad de franquear tortuosidades o segmentos muy dilatados del vaso, son fácilmente manejables con la espuma esclerosante que se aplica mediante paso por el mismo catéter, previo a su extracción de la luz. La espuma actúa independiente del diámetro del vaso, y no repara en la presencia de tortuosidades, las cuales son llenadas sin dificultad con una sola inyección (33, 28, 7). El láser y la RF son los métodos más populares dentro de las técnicas endoluminales y se establecen como el estándar de manejo para la incompetencia de safena según el American Venous Forum (22) y la Sociedad de Cirugía Vascular Alemana. Sin embargo, el catéter o la fibra óptica que se utilizan para transmitir la energía térmica, presentan un grado de rigidez que no permite una fácil navegabilidad en zonas de tortuosidad. Adicionalmente si el tronco safeno muestra una dilatación importante la temperatura a utilizar debe variar y la tasa de oclusión tiende a bajar (23, 24, 32). Materiales y métodos En nuestra experiencia es muy frecuente encontrar troncos safenos que presentan tortuosidades o grandes dilataciones, sobre todo en pacientes que consultan tardíamente, requiriendo un segundo y hasta tercer acceso ecoasistido para poderlas franquear. En casos más severos se utiliza la flebectomía ambulatoria como complemento terapéutico, sobre todo en los segmentos Durante el primer semestre de 2012 se incluyeron 46 pacientes en el estudio de casos. Los criterios de inclusión fueron edad entre los 25 y los 80 años, de ambos géneros, con capacidad de firmar el consentimiento informado. Los criterios de exclusión fueron pacientes con cirugía de venas previa, uso de anticoagulantes orales, pacientes con trombosis venosa profunda previa, Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 31 Jorge Hernando Ulloa, Heinz Hiller, Samira Alí, Jairo Ramírez con trauma en las piernas, y pacientes con ausencia de reflujo venoso o dilatación en la SM. El estudio se documentó de forma prospectiva durante 6 meses para cada paciente. El seguimiento ecográfico en consulta se dio a las dos semanas, 3 meses y a los 6 meses. Adicionalmente se anotaron todas las complicaciones presentadas. Este estudio es de carácter prospectivo y de serie de casos por lo cual solo se realizó análisis de frecuencias y de presentación de complicaciones caso por caso. El procedimiento se realizó de la misma manera en los 46 pacientes. Mediante el uso de la técnica descrita por Seldinger y bajo anestesia local se canaliza la SF a nivel de la rodilla con un introductor 7 F, para evitar lesionar el nervio safeno que emerge a este nivel. El catéter de RF se avanza ecográficamente hasta un punto 2 cm distal a la USF. Luego se coloca anestesia tumescente alrededor de la SM mediante guía ecográfica hasta lograr aislar la SM en todo su recorrido, utilizando la técnica de vena flotante de Bergan. Se aplica la oclusión térmica como es descrita por el fabricante, en el trayecto canalizado. Previo al retiro del introductor se infiltra el resto de la SM con 8 cc de Sklerol al 1% en forma de espuma, y se esparce la misma hacia distal para lograr una penetración en la SM distal y sus tributarias. Al final se retira el introductor, se coloca micropore en el sitio de la punción y se le coloca al paciente una media elastocompresiva clase II, la cual deben utilizar por 48 horas continuas. Adicionalmente a los pacientes se les pido deambular por 20 minutos posteriores al tratamiento al procedimiento y realizar su vida normalmente sin guardar reposo. Se realizó seguimiento ecográfico realizado por el mismo cirujano que intervino al paciente, a la segunda semana del posoperatorio, tercer y sexto mes. La finalidad de este seguimiento, era verificar la presencia o no de oclusión de la unión safenofemoral y de la safena mayor tratada. Resultados Se reclutaron 46 pacientes, obteniéndose registro completo del seguimiento en 44. Se perdieron dos pacientes por dificultad en realizar los controles pues viajaron fuera de la zona de seguimiento. 32 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Se reportaron dos casos de dolor inguinal y del trayecto safeno en muslo, que ameritó manejo con analgésico intramuscular no esteroideo en forma de monodosis, a los 2 y 3 días del tratamiento respectivamente. Se presentó en la primera visita de seguimiento, siete casos de flebitis superficial dada por dolor no incapacitante, eritema y tumoración sobre plexos epifasciales de cara medial de la pierna en todos los casos, que requirieron trombectomía en consultorio. 41 pacientes mostraron oclusión de la safena mayor y de la unión safenofemoral al sexto mes de realizado el procedimiento. 3 casos requirieron un segundo procedimiento solo con espuma en similar forma que la realizada en el procedimiento primario, sin utilización de radiofrecuencia. Discusión La radiofrecuencia ha demostrado ser un excelente método en el tratamiento de la enfermedad venosa troncular (15). Su principio, afín a otras técnicas termoablativas, ofrece la seguridad de una fácil obliteración de la luz de la safena mayor. Entre sus desventajas presenta una indiscriminada quemadura de la adventicia y eventualmente de las estructuras nerviosas adyacentes, dado que requiere anestesia tumescente o de cualquier otro tipo (25). Hay que recordar que a la íntima venosa no posee inervación y por lo tanto, la presencia de dolor se explica por alteración de la capa más externa del vaso, un efecto no deseado por el cirujano vascular. Los costos, aunque en descenso, siguen siendo un ítem a considerar en nuestro medio. Los estudios comparativos muestran a la radiofrecuencia tan o mejor que la cirugía convencional; al ser una técnica endoluminal, el concepto de neoflebogénesis se anula y por lo tanto la recidiva debería ser mínima, lo que la ha posicionado a este procedimiento como el estándar de oro en el manejo de la enfermedad troncular por el American Venous Forum (22). Por otro lado, la espuma esclerosante, un método sumamente costo-efectivo al alcance del paciente de nuestro medio, ha mostrado un resurgir en el manejo de la enfermedad troncular, presentándose como una alternativa a otras costosas técnicas endoluminales (3). Las posibles complicaciones trombóticas y embólicas, así como la liberación de factores endoteliales inflamatorios, son su mayor desventaja (12). Debe ser manejada con suma precaución y por manos capacitadas para solventar cualquier complicación que se pueda Tratamiento híbrido de la incompetencia de safena mayor con espuma y radiofrecuencia: experiencia inicial presentar, enfatizando nosotros que es una técnica de uso privativo y exclusivo del cirujano vascular. El uso de gases fisiológicos ha mostrado una sustancial reducción en las reacciones adversas presentadas después de estas sesiones, razón por la cual, nuestro grupo utiliza una mezcla especial de CO2/O2 en una proporción de 70%/30% que ha minimizado los fosfenos, tos, opresión torácica y otros fenómenos que se presentaban más frecuentemente con aire ambiente (19). En la actualidad está en curso un análisis de interleukina-6 y PCR para determinar objetivamente esta apreciación. La sinergia de estas dos técnicas, oclusión térmica de la safena mayor con radiofrecuencia, tratando de garantizar de este modo un sellamiento de la unión safenofemoral, aunando la capacidad de desplazamiento de la espuma esclerosante en la afluentes tortuosas y dilatadas donde el paso de un catéter se hace engorroso y sin sentido, permite que se realice en un solo tiempo y sin perder el carácter de mínima invasión y carácter ambulatorio que busca hoy en día el paciente. Sigue siendo un motivo de incomodidad el dolor posoperatorio de la radiofrecuencia que, pese a que es sustancialmente menor al presentado con otras técnicas endoluminales de oclusión térmica, amerita revisión. La flebitis, por su parte, es una variable a tener en cuenta en el manejo de espuma esclerosante, muy dependiente del uso y calidad de la media elastocompresiva, encontrando nuestro grupo una mayor adherencia al tratamiento y por lo tanto una menor tasa de complicaciones, al utilizarse soportes de gradiente de presión de clase II, hasta el muslo y de microfibra, muy tolerables en un país predominantemente cálido y con una mayor facilidad de colocación más acorde con la fisiomorfología de la colombiana promedio, de baja estatura y cadera y muslo próvido. Una tasa de oclusión del 93% a los 6 meses, es sumamente racional y deseable; obviamente, un seguimiento tan corto no es premonitorio de persistencia de esta cifra a 5 ó 10 años, obligándonos como grupo académico a continuar reportando responsable y verazmente el seguimiento futuro. Tampoco nos impacienta la presencia de un 6,8% de no oclusión que requiere una segunda sesión ambulatoria y en consultorio de microespuma esclerosante ecoasistida. Este es un procedimiento fácilmente planteable al paciente y muy tolerable. La oclusión después de este procedimiento se demuestra con una imagen hipoecóica intraluminal en la safena mayor, con presencia de ecos heterogéneos después de la segunda semana de realizado el procedimiento, no dolorosa a la maniobra de compresión sobre el vaso y sin presencia de flujo al análisis color. La unión de estas dos técnicas endoluminales ecoasistidas, aportan un margen de seguridad mayor al cirujano vascular y una tasa de oclusión alta. Es necesario continuar con el seguimiento y determinar en una seria más extensa, si vale la pena esta asociación. Bibliografía 1. Abstracts from the 2012 American Venous Forum Annual Meeting Ulloa JH. 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Reporte de casos Disección aislada de la arteria iliaca común –Reporte de un caso y revisión de la literatura– José Andrés Uribe Múnera*, Alejandro González Ospina**, René Fernando Timarán Rodríguez*, Claudia Paola Ordóñez Tello***, Giovanni García Martínez**** Resumen La disección de la aorta abdominal con extensión hacia las arterias iliacas comunes es un evento frecuente, por el contrario la de la arteria iliaca común o sus ramas, en forma aislada, es una entidad de aparición inusual (1). Se presenta un caso de disección aislada de la arteria ilíaca común con dilatación aneurismática secundaria y extensión a la iliaca interna homolateral que tuvimos en nuestra institución. Se reporta el tratamiento ofrecido y se hace una revisión sobre el tema. Palabras clave: disección, aislada, arteria iliaca, diagnóstico y tratamiento.s. Abstract The abdominal aortie disecction with extension to comun iliac arteries is a frequently event, but in the comun iliac artery or its branches, in separate form, it is an entity of rare presentation. Is presented a case of comun iliac artery disecction with extension to ipsilateral internal iliac artery how a singular clinical case that we had in our institution. It is reported the management made and it is presented a review about this topic. Key words: disecction, aislada, iliac artery, diagnóstic and tratamiento. * Profesor de cirugía vascular. Universidad de Antioquia. Cirujano vascular. Hospital Universitario de San Vicente Fundación. Miembro activo de la ACACV. ** Residente de tercer año cirugía general. Universidad de Antioquia. *** Cirujano vascular. Hospital Universitario de San Vicente Fundación. Miembro activo de la ACACV. **** Profesor y jefe de cirugía vascular. Universidad de Antioquia. Hospital Universitario de San Vicente Fundación. Miembro activo de la ACACV. Institución: Servicio de cirugía vascular. Universidad de Antioquia y Hospital Universitario de San Vicente Fundación. Correspondencia: jaum0366@gmail.com Vº 13 / Nº 1 / Bogotá, Colombia / 35-40 /Marzo / 2013 / ISSN 0124-7018 José Andrés Uribe Múnera, Alejandro González Ospina, René Fernando Timarán Rodríguez, et al. Descripción del caso En el servicio de Cirugía Vascular del Hospital Universitario de San Vicente Fundación y de la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia, se prestó atención a una paciente de sexo femenino, de 54 años de edad, quien consultó por 6 días de dolor continuo, progresivo en hipocondrio y flanco derechos, irradiado al dorso y al hombro del mismo lado, asociado a vómito alimentario en varias oportunidades. Había presentado esta sintomatología en otras ocasiones. No refería trauma previo u otro factor desencadenante. Negaba la presencia de claudicación, dolor en las ingles o en los genitales, tabaquismo, enfermedades del colágeno u otra alteración. Como positivo, solo litiasis de las vías urinarias altas, hipertensión arterial de fácil manejo, e histerectomía abdominal por hemorragia uterina anormal. Como hallazgos al examen físico: dolor a la palpación del hipocondrio derecho, sin signos de irritación peritoneal. En forma incidental se encontró una masa pulsátil de 2-3 cm de diámetro, no dolorosa en fosa iliaca derecha. No hubo trastornos en las amilasas séricas, las pruebas hepáticas, los reactantes de fase aguda, el estudio hematológico ni en el parcial de orina. La ecografía abdominal descartó alteraciones hepatobiliares, mientras la endoscopia digestiva superior reportó una gastritis crónica antral. En la tomografía contrastada de abdomen se demostró una litiasis pequeña calicial derecha y otros tres cálculos intraparenquimatosos renales izquierda. Como hallazgo incidental se encontró una disección crónica de la arteria iliaca común derecha en sus dos tercios inferiores que llegaba hasta su bifurcación sin precisar si se extendía a sus ramas y con dilatación aneurismática asociada de 18 mm de diámetro. La aorta tenía 18 mm de diámetro sin lesiones, iliaca común izquierda sana de 9 mm de diámetro (Figura 1). No hubo otros hallazgos anormales en Figura 1a Figura 1b Figura 1c Figura 1d Figura 1. Imágenes tomográficas, identificación de disección de arteria ilíaca derecha, con diámetro similar al de la aorta. 36 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Disección aislada de la arteria iliaca común. -Reporte de un caso y revisión de la literatura- dicha tomografía. Una vez mejoró de su sintomatología, se decidió corregir por vía abierta las alteraciones que se encontraron en la arteria iliaca común derecha, dado su riesgo potencial de ruptura y muerte secundaria, pero entendiendo que no era la causa de su sintomatología. En cirugía, realizada el 04/05/2011 por abordaje extraperitoneal en flanco y fosa iliaca, derechas, se tuvo como hallazgos: disección crónica de la arteria iliaca común derecha que iniciaba a 2 cm de su origen, pero con dilatación aneurismática de la misma en toda su longitud (20 mm de diámetro) y con extensión de dicha disección a la arteria iliaca interna homolateral. Los diámetros de la iliaca externa derecha, aorta e iliaca común izquierda fueron de 8 mm, 20 mm y 10 mm, en forma respectiva, y no presentaban ninguna anomalía macroscópica. Se realizó resección de la arteria iliaca común derecha, remplazo con prótesis de dacrón (8 mm x 15 cm) desde el origen en la aorta en forma lateroterminal y distal a la externa, terminoterminal, y ligadura de la hipogástrica derecha. No hubo complicaciones tempranas de importancia, se da de alta al noveno día postoperatorio. El estudio histopatológico del espécimen quirúrgico reporto solo ateroesclerosis. Durante el seguimiento ambulatorio no ha presentado manifestaciones clínicas relacionadas con su motivo de consulta, con las alteraciones vasculares descritas ni con la cirugía practicada. Una angiotomografía de control (con multidetectores), un año después de la intervención, no evidencia alteraciones en la aorta o Figura 2a las ilíacas, excepto la ligadura de la hipogástrica derecha, como se había reportado previamente (Figura 2). Discusión La disección de las arterias periféricas es infrecuente. Los casos que se reportan comprometen la mayoría de las veces las arterias renales, coronarias o esplácnicas. Los casos que comprometen las arterias por debajo de la bifurcación aórtica son escasos o anecdóticos. Entre las causas de estos, tenemos: el trauma por agentes externos (2-4), microtraumas repetitivos asociados al ejercicio (5-7), ateroesclerosis (1, 8, 9), displasia fibromuscular (10, 11), enfermedades del colágeno (12), trasplantes viscerales (por la manipulación de las arterias iliacas durante el implante) (13-16), lesiones iatrogénicas asociadas al diagnóstico y la intervención endovascular, o mucho menos frecuente por cirugías abiertas (17). Ocasionalmente, se puede ver sobreposición de causas como por ejemplo un trauma en un paciente con aterosclerosis previa. En algunos casos, a pesar de realizar múltiples investigaciones, no se logra identificar los factores predisponentes o el agente etiológico (18-20). La mayoría de información disponible sobre la disección aislada de la arteria iliaca común, o de la externa, proviene de reportes de casos o de pequeñas series, lo que hace difícil tener datos claros sobre su epidemiolo- Figura 2b Figura 2. Angiotomografía tomada un año después de la corrección de la disección. En la 2a se observa una reconstrucción multiplanar y en la 2b una reconstrucción 3D. No hay evidencia de nuevas disecciones. Se visualiza exclusión de la arteria iliaca interna derecha dada la ligadura quirúrgica a nivel de su origen. Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 37 José Andrés Uribe Múnera, Alejandro González Ospina, René Fernando Timarán Rodríguez, et al. gía, presentación clínica, diagnóstico, y en especial del tratamiento. Generalmente, este tipo de lesiones tienden a presentar manifestaciones clínicas. Debido al efecto estenótico u oclusivo que produce la disección sobre el flujo sanguíneo, puede haber isquemia aguda o crónica de la extremidad, donde el síntoma cardinal sería el dolor de reposo o la claudicación. También, la disección tiene el potencial de ocasionar una dilatación progresiva de la arteria, cuya manifestación sería dolor abdominal y/o lumbar. O, la disección por sí misma o la dilatación aneurismática, conllevar a ruptura de la arteria con abdomen agudo y/o choque hipovolémico como manifestación secundaria (19-21). El caso que se presenta no tenía manifestaciones clínicas asociadas a la disección, se consideró como un hallazgo incidental durante el estudio de su dolor abdominal. El tratamiento propuesto, la mayoría de las veces, en los casos o series disponibles en la literatura, apunta a la intervención, por vía endovascular o quirúrgica, haciendo terapia expectante o vigilante, solo en algunos pacientes muy seleccionados (tabla 1) (1, 2, 4, 6-9, 12, 13, 17-19, 20-22-25). Tabla 1 Reporte de casos y series sobre disección de arteria iliaca común en orden cronológico de aparición Autor Etiología Edad (años) Hallazgos clínicos Tratamiento Resultados Seguimiento Herskowitz et al22, 1990 Trauma 31 Pulsos periféricos disminuidos Médico Sin complicaciones 2 meses Declemy S et al1, 1991 Aterosclerosis 52 Claudicación intermitente Quirúrgico NR NR Merkus JW et al13, 1992 Trasplante renal 33 Insuficiencia renal crónica Quirúrgico Estenosis y oclusion 16 años Sanad ML et al25, 1998 Cirugía 62 Isquemia aguda Quirúrgico Sin complicaciones 7 dias Bosio PM et al24, 1998 Posparto 39 Choque por ruptura Quirúrgico Sin complicaciones 1 año Lyden SP2, 2001 Trauma 44 Isquemia aguda Endovascular (Stent) Muerte por lesión en SNC 6 dias Teh LG et al6, 2003 Ejercicio 60 Claudicación Endovascular (stent) Sin complicaciones 2 meses Honjo O et al9, 2004 Displasia fibromuscular 30 Choque por ruptura Quirúrgico Muerte Muerte intraoperatoria Savolainen H et al7, 2004 Ejercicio 42 Isquemia aguda Quirúrgico Diseccion contralateral y de aorta 6 meses Onal B et al21, 2005 21 (65.6%) aterosclerosis 11 (34.4%) iatrogenia Todos sintomáticos Endovascular Permeabilidad primaria: 1 año 97% 2 años 90% 3-55 meses Kwak HS et al18, 2006 NR 39 Dolor Endovascular (Stent) Sin complicaciones 2 años Kwon SH et al19, 2006 NR 51 Claudicacion Endovascular (Stent) Sin complicaciones 6 meses Teebken OE et al4, 2008 Trauma 18 Shock Quirúrgico Sin complicaciones 3 meses Penn DE et al12, 2008 Ehlers-Danlos 20 Dolor Médico NR NR Lee AD et al , 2011 NR 61 Isquemia aguda Endovascular (Stent) NR NR Stone PA et al17, 2011 Post EVAR 77 Hallazgo en EVAR Endovascular (Stent) Sin complicaciones 1 mes Gao F et al8, 2012 Aterosclerosis 59 Dolor Endovascular (EVAR) Sin complicaciones 3 meses 20 Mediana 63 NR: no reportada, EVAR (endovascular aneurysms repair): reparación endovascular del aneurisma de aorta abdominal 38 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Disección aislada de la arteria iliaca común. -Reporte de un caso y revisión de la literatura- El tratamiento no intervencionista se ha ofrecido a pacientes que presentan un riesgo alto de morbilidad y/o mortalidad asociado a la terapia endovascular o quirúrgica, o en quienes prima el tratamiento de otras lesiones sobre las periféricas. También, en pacientes con disecciones bilaterales, generalmente se ofrece inicialmente terapéutica a una de ellas, y en un tiempo posterior a la otra. El tratamiento expectante debe incluir el control de los factores de riesgo o de aquellos que permitan la progresión de la lesión y/o faciliten la dilatación aneurismática de la arteria (12, 22). En los reportes de la literatura, hasta mediados de los años noventa, se realizó tratamiento quirúrgico a las disecciones de la arteria iliaca, dada la poca experiencia que se tenía con el abordaje endovascular. Posteriormente, aparecen informes sobre la corrección por esta vía. Debido a lo reciente de este tipo de intervención, no existen datos sobre sus resultados a largo plazo, lo cual es un problema, pues muchos de los pacientes con esta entidad presentan una esperanza de vida larga. Además, la población afectada representa un porcentaje importante que es productiva económicamente, o algunos de ellos son atletas o personas muy activas físicamente, lo que hace que la localización de estos dispositivos endovasculares origine un estrés continuo sobre los materiales, fatiga y falla de los mismos. Debido a todo esto, no es posible predecir el comportamiento a largo plazo, en términos de durabilidad, permeabilidad y seguridad para el paciente con este tipo de terapia. Hay varios reportes en la literatura sobre la intervención endovascular en esta entidad, con seguimientos inferiores a 3 años, que demuestran beneficios en muchos casos individuales, en términos de control de los síntomas, de revascularización exitosa, y permeabilidad adecuada en los controles radiológicos (21, 23). La serie más grande presenta 30 pacientes sintomáticos con 32 lesiones arteriales, 65,6% de origen aterosclerótico y el resto, iatrogénico. La mayoría fueron del sexo masculino (96%), con una mediana de la edad de 63 años, y con la hipertensión arterial, el tabaquismo y la diabetes mellitus como los factores de riesgo más frecuentes. El 59% de las lesiones se presentaron en la arteria iliaca común, el resto en la externa. Todos se trataron exitosamente por vía endovascular con stent desnudos. No hubo complicaciones asociadas al procedimiento y en el seguimiento a 1 y 2 años, la permeabilidad primaria de la reconstrucción fue del 97 y 90%, respectivamente (21). También, hay muchos reportes sobre casos aislados con buenos resultados a corto y mediano plazo (2, 6, 8, 17-20). Con respecto al manejo quirúrgico, se han descrito abordajes tanto transperitoneales como extraperitoneales con muy buenos resultados a corto, mediano y largo plazo, en términos de complicaciones, permeablidad del injerto y supervivencia del paciente (1, 4, 7, 9, 13, 24, 25). Los primeros, se utilizan en casos de cirugía urgente o cuando se requiere la aproximación a otras estructuras intraabdominales por alguna indicación específica (incluida la aorta abdominal) (11, 24). La mayoría de casos no urgentes, se han abordado en forma exitosa por vía retroperitoneal, así la disección se extienda proximalmente, dado que generalmente no se requiere intervención a dicho nivel. Los procedimientos utilizados son: endarterectomía, con o sin angioplastia, o la resección y el remplazo del segmento comprometido con injertos sintéticos. Los injertos venosos autólogos se han descrito en forma anecdótica, dada la discrepancia de calibres entre los vasos iliacos y la vena safena mayor. Por ejemplo, Teebken y colaboradores, prefirieron el uso de vena safena mayor para la sustitución del segmento resecado (4, 10). Se puede realizar cambio de una estrategia terapéutica a otra, cuando falla la que se ha escogido. Cook y colaboradores reportan el caso de un paciente que fue llevado a angioplastia percutánea transluminal, pero por una posible dilatación de la falsa luz, tuvieron que realizar una corrección de la disección con resección de la misma y remplazo con un injerto (23). Teh y colaboradores, presentan el caso de un receptor de un trasplante renal que fue llevado a endarterectomía por disección de la arteria iliaca externa. No fue posible restaurar el flujo de manera adecuada a la extremidad y al riñón trasplantado. Se tuvo que recurrir a un stent el cual se avanzó desde la iliaca contralateral, logrando superar el problema (6). En la paciente que se presenta se optó por la corrección quirúrgica con base a: la edad, buena clase funcional, la ausencia de comorbilidades concurrentes importantes, a excepción de la hipertensión arterial, y los hallazgos anatómicos. La dilatación aneurismática de la iliaca común, con diámetro similar al de la aorta, hubiera implicado la instalación de una endoprótesis aórtica bifurcada, finalizando en la iliaca común a la izquierda y en la externa a la derecha, para poder excluir la disección de la arteria hipogástrica del lado afectado. La intervención realizada fue segura y eficaz en la corrección de las anomalías descritas, ha tenido buenos resultados en el tiempo, y permitirá disminuir las complicaciones asociadas futuras, basados en los Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 39 José Andrés Uribe Múnera, Alejandro González Ospina, René Fernando Timarán Rodríguez, et al. resultados de cirugías similares que se hacen para alteraciones obstructivas y/o aneurismáticas en los sectores aórtico y/o iliaco. 13. Merkus JW, Dun GC, Reinaerts HH, Huysmans FT. Iliac artery dissection after renal transplantation. Nephrol Dial Transplant. 1992;7(12):1242-1245. 14. Esteban RJ, Sánchez D, González F, Bravo JA, Asensio C. 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El trauma poplíteo en particular se presenta como un reto por la dificultad técnica que puede llevar a la pérdida de la extremidad generando gran morbilidad. Métodos: Se realizó una revisión retrospectiva de una serie de casos de trauma poplíteo intervenidos inicialmente en un 2º. nivel y remitidos para cirugía vascular a un centro de referencia de trauma militar. Se realiza una descripción de los casos clínicos y una revisión del protocolo de manejo en estos pacientes. Resultados: En el primer paciente se presenta una fractura abierta y gran avulsión de tejidos blandos. Se diagnostica con arteriografía intraoperatoria, trauma poplíteo. Se realiza derivación femoro-poplítea. El paciente evoluciona con un sangrado al 6 día por dehiscencia de la anastomosis y en relación a infección del injerto vascular. Finalmente debe amputarse. Los dos casos restantes fueron previamente intervenidos en otra institución y tenían indicación de fasciotomía la cual se realizó de manera incompleta llevándolos a desarrollar síndrome compartimental con secuelas irreversibles. El primero de ellos requirió amputación. El segundo caso terminó con anestesia total de la extremidad. Conclusión: El trauma poplíteo es un reto para el cirujano vascular. Dependiendo del tipo de lesión, se debe realizar un tratamiento oportuno y completo previniendo así complicaciones como el síndrome compartimental. Procedimientos como la arteriografía intraoperatoria, el lavado exhaustivo de las heridas y las fasciotomías deben estar siempre presentes en la mente del cirujano al enfrentarse a este tipo de trauma. Palabras clave: Trauma poplíteo, lesión vascular, fasciotomías, abordaje quirúrgico poplíteo. * ** Cirugía Vascular y Angiología. UMNG - Hospital Militar Central. Residente Cirugía Vascular y Angiología. UMNG - Hospital Militar Central. Institución: Hospital Militar Central - Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá. Vº 13 / Nº 1 / Bogotá, Colombia / 41-48 /Marzo / 2013 / ISSN 0124-7018 Luis Alejandro Nieto Bonilla, Gabriel Fernando Mejía Villate, Luis Fernando García Valencia, et al. Abstract Background: The scene of trauma represent a surgical series of challenges that can carry a mistake in any experienced surgeon. The popliteal trauma in particular is presented as a surgical challenge for the technical difficulty that can lead to limb loss causing significant morbidity. Materials and methods: We conducted a retrospective review of a series of popliteal trauma cases initially operated on a 2 level hospital and then referred for vascular surgery in a 4 level center for military trauma. We describe the clinical cases and make a review of the management protocol for these patients. Results: One patient has an open fracture and large avulsion of soft tissue. In the surgery has diagnosis by arteriography of popliteal trauma. Is performed femoro-popliteal bypass. The patient develops a bleeding complication 6 days for anastomotic leakage in relation to vascular graft infection. Finally it should be amputee. The two remaining cases were previously operated in another institution and had an indication of fasciotomy, which was performed incompletely leading them to develop compartment syndrome with irreversible consequences. The first patient was amputee. The second case resulted in anesthesia of the limb. Conclusions: The popliteal trauma is a challenge for any vascular surgeon. Depending on the type of injury should receive a prompt and complete treatment thus preventing complications such as compartment syndrome. Procedures such as intraoperative angiography, thorough washing of the wounds and fasciotomies should be always on the mind of the surgeon always with this type of trauma. Key words: Compartimental syndrome, fasciotomy, popliteal trauma, shunt, bypass fempop, saphena, military trauma, high energy trauma, one shot arteriography. Introducción Presentación de casos clínicos El trauma en general trata de una serie de retos quirúrgicos que pueden desencadenar el error en cualquier cirujano experimentado, dependiendo de las circunstancias. El trauma poplíteo en particular puede ofrecer escenarios donde la oportunidad de error es apremiante, inclusive en manos experimentadas, y el error en estos casos lleva inexorablemente, en la mayoría de ellos, a la pérdida de la extremidad, lo cual, teniendo en cuenta la población joven que afecta, es devastador en términos del individuo y en términos de la sociedad donde ese individuo trabaja y produce. Caso 1. La intención de este escrito es describir los principales errores en el manejo del trauma poplíteo que se reciben en un centro de referencia de trauma militar, además de describir los derroteros exactos con los que se realizan dichas intervenciones en nuestro servicio. Pensamos en mencionar desde lo evidente hasta lo que realizamos como protocolo dentro de nuestro servicio, en forma particular. Paciente de 32 años que en accidente de tránsito sufre trauma contundente en miembro inferior izquierdo, en calidad de conductor de moto. Es recibido en centro de segundo nivel donde se documenta fractura abierta III C, con gran avulsión de tejidos blandos, afectando principalmente el tercio distal del muslo. Se remite a cuarto nivel con manejo dado por afrontamiento parcial de la gran avulsión descrita en el muslo, llegando a dicho centro 12 horas después del evento. Al ingreso llega con una extremidad con llenado capilar adecuado, normotérmica, pero sin pulsos y con un doppler inicial por radiología que menciona: “flujo trifásico por tibial anterior”. Ortopedia pasa al paciente para estabilización de la fractura y se llama intraoperatoriamente a cirugía vascular dado que con la movilización de la extremidad, la pierna se tornaba por momentos moteada y con livideces. A la valoración se encuentra un muslo severamente afectado por la avulsión descrita, siendo posible llegar muy fácilmente a los vasos poplíteos por el mismo sitio 42 Revista Colombiana de Cirugía Vascular El problema del trauma poplíteo. Reporte de serie de casos de la fractura abierta, sin requerir disecciones amplias, se encuentra también una herida sucia, con escaso material extraño, propio del sitio del trauma (fibras vegetales y tierra). Se realiza disección proximal y se toma arteriografía intraoperatoria con los resultados de la figura 1, donde se evidencia amputación del flujo de la arteria poplítea en segunda porción, en relación al punto de fractura. Caso 2. Paciente de 19 años de edad, soldado profesional, que en combate, recibe herida de arteria y vena poplítea izquierdas, a las 6 horas es intervenido enuna institución de segundo nivel, por un cirujano vascular que le realiza una reconstrucción de 4 cm de segunda porción de arteria poplítea con vena autóloga invertida de extremidad ipsilateral (en el cuello de pie estaba la incisión de la safenectomía), y realiza dos fasciotomías, la mayor de ellas de 4 cm. Se hospitaliza en el sitio donde realizan la intervención y allí permanece durante 3 días, donde evoluciona con isquemia de la extremidad. Se remite al 4 día a nuestro servicio. Al ingreso es valorado por el servicio de vascular, quienes encuentran extremidad hipotérmica con escasas livideces y llenado capilar distal de 2 segundos, con dolor intenso en pierna, hipoestesias generalizadas que no son posible definir adecuadamente como anestesia en bota, pero con pie caído. Dada la expectativa tan grande de la familia con relación al salvamento de la extremidad, y a que tenía llenado capilar distal, se decidió no plantear de entrada la amputación, y se llevó a exploración quirúrgica, con la idea de una probable amputación temprana. Figura 1. Arteriografía intraoperatoria. Oclusión de arteria poplítea 2a porción en relación a fractura de fémur. Se decide realizar un puente femoropoplíteo desde el Hunter hasta la tercera porción de poplítea con vena autóloga invertida, de extremidad contralateral. Con adecuada permeabilidad y pulsos distales luego del procedimiento, se realiza lavado con 6000 cc de solución salina normal (SSN) tibia, y materiales bactericidas, además se realizan fasciostomías amplias de los cuatro compartimentos de la extremidad, y se pasa a plan de lavados cada 2 días. Al sexto día POP, el paciente realiza dehiscencia de anastomosis proximal, con sangrado severo, que se interpreta como infección del injerto; en una primera oportunidad se rehace la anastomosis, pero a las 8 horas realiza nuevo sangrado severo, que obliga a la ligadura de la arteria, y a las 48 horas requiere amputación supracondílea. En cirugía se encuentra síndrome compartimental instaurado, con necrosis muscular de todos los compartimentos, con injerto vascular trombosado y redundante; se interconsulta intraoperatoriamente al servicio de prótesis y amputados del hospital, y se decide realizar fasciotomías y realizar amputación a las 24 horas, una vez el paciente autoriza la realización del mismo. Caso 3. Paciente de 32 años de edad, soldado profesional, quien recibe herida por proyectil de alta velocidad, en combate, con orificio de entrada en tercio distal y cara interna del muslo izquierdo, sin salida; es operado en una institución de segundo nivel, realizándose injerto autólogo invertido con vena safena mayor contra lateral, remplazando segmento de 5 cm de arteria poplítea en segunda porción. Se realizaron fasciotomías pequeñas (ver figura 1), y se suturó sitio de entrada del proyectil; luego de cirugía se remite paciente, llegando al servicio 10 horas después del procedimiento. No hubo compromiso óseo. A la llegada se encuentra paciente con extremidad perfundida, dolorosa, y con compromiso neurológico Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 43 Luis Alejandro Nieto Bonilla, Gabriel Fernando Mejía Villate, Luis Fernando García Valencia, et al. parcial, aumento de presiones de compartimentos musculares, y con fasciotomías francamente incompletas, con herniación de músculos por sitios de incisiones. Se decide llevar a cirugía para corrección de síndrome compartimental y revisión de injertos vasculares. Se encuentra injerto permeable con venas poplíteas ligadas, y safena mayor indemne, se completan fasciotomías, y se colocan bolsas de fasciostomías según protocolo del servicio. 3. El desconocimiento de donde tomar los injertos de vena. 4. La idea de solucionar la disrupción de la arteria poplítea en el sitio exacto de la lesión, que en la mayoría de los casos es la segunda porción de la poplítea, haciendo que el acceso sea mucho más difícil, y sometiendo al paciente a mayor daño de tejidos de movimiento vitales para la rehabilitación, solo en el abordaje. 5. El no realizar adecuados lavados en las heridas que lo ameritan, dado el tiempo prolongado de traslado. 6. El desconocimiento de la posibilidad e realizar “shunts” como medidas de control de daños. 7. En un caso se observó sutura de piel de herida de tiro de fusil, con bordes quemados y necróticos, por parte de cirujano general, lo que evidencia un desconocimiento grande acerca del trauma de proyectil de arma de fuego de alta velocidad. Figura 2. Ingreso. Obsérvese sutura de piel de herida de fusil, y “minifasciotomías” La evolución es adecuada, con buena perfusión distal. Tolera el cierre de fasciostomías con la ayuda de sistema VAC. Finalmente queda con compromiso neurológico dado por pie caído e hipoestesias en bota, con propiocepción parcialmente conservada. Discusión Es muy importante entender el problema del trauma poplíteo como el compromiso de un punto muy crítico de la circulación, tanto arterial como venosa, que muy fácilmente puede comprometer la viabilidad de la extremidad. En esta serie de cosas de nuestro actuar cotidiano, hemos querido evidenciar las oportunidades de error más comúnmente observadas, las cuales enumeramos a continuación: 1. Demasiado tiempo en los traslados de los pacientes. 2. El concepto de muchos cirujanos acerca de la posibilidad de realizar fasciotomías pequeñas, quizá pensando en las implicaciones estéticas. 44 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Hacemos énfasis en el manejo de las fasciotomías por parte del cirujano general y de muchos cirujanos vasculares de experiencia, donde observamos una preocupación importante por las heridas pequeñas, las cuales más del 90% de los casos con compromiso de arteria y de vena, con tiempos de evolución entre 4 ó más horas, han llevado a la pérdida de la extremidad. Anatómicamente la zona poplítea es un puente entre dos estructuras, que como tal, infiere un punto frágil en cuanto a circulación se refiere, y más si se está manejando traumas de alta energía. Allí la colateralidad arterial y venosa presenta una “cintura”, que hace especialmente vulnerable a la pierna, de allí que los síndromes compartimentales se presenten por excelencia en los compartimentos de la pierna, mucho más que en otras regiones de la anatomía. Esta es la razón según la cual muchos cirujanos de trauma aconsejamos el uso de fasciotomías en forma liberal, casi profiláctica. En este punto anotamos que muchas escuelas han tendido a abandonar este concepto, dada la diferencia de la cantidad de energía de un caso a otro, y a que se trata de centros donde se aprecia trauma civil más que el militar, o trauma cerrado más que el penetrante. Creemos que nuestra realidad es lo suficientemente contundente como para seguir con nuestra recomen- El problema del trauma poplíteo. Reporte de serie de casos dación inicial de fasciotomías amplias, realizadas liberalmente. Un ítem relevante es la preocupación de los cirujanos tratantes acerca de heridas pequeñas en trauma, en particular cuando se trata de la realización de fasciotomías; en todos los casos se observó fasciotomías en una sola cara de la pierna con heridas pequeñas y con la liberación solo de un compartimento, en todos los casos solo se liberó el compartimento posterior en forma muy corta y parcial. Especulamos que se trata de un concepto exagerado de consideraciones estéticas sobre las exigencias fisiológicas del control de un síndrome de compartimento. Siempre hay que tener en cuenta que se trata de una cirugía de salvamento de extremidad. heridas por onda explosiva y con cargas múltiples requieren indispensablemente, además de la misma agresividad en el manejo, de arteriografías, en muchos casos, intraoperatorias (one shot). También se observa una preocupación por los reparos en la segunda porción de los vasos poplíteos afectados, con una disección muy amplia del área anexa a la segunda porción de la arteria poplítea, con daño en algunos casos de estructuras de inserción vitales para la rápida y adecuada rehabilitación del movimiento de péndulo de la pierna, esencial para la deambulación. Propuesta de protocolo de manejo 1. El trauma que no es penetrante requiere de un manejo simultáneo con ortopedia, esto es, en el mismo acto operatorio, sea que se haga primero la fijación, y luego el puente, o viceversa, siempre en el marco fisiológico de un paciente que tolere el procedimiento, y con la clara idea de individualizar cada caso. Cuando esta no es la condición preferimos realizar “shunt” de la lesión, llevar a un proceso de reanimación en el contexto de la cirugía de control de daños, y posteriormente realizar el manejo definitivo. 2. El trauma penetrante debe clasificarse según la cantidad de energía que haya transmitido a los tejidos, es claro que un trauma cortopunzante es un lado del espectro que probablemente se escape a los derroteros fijos de esta revisión. De otro lado se tienen las heridas por proyectiles de arma de fuego, los cuales varían ampliamente según el ámbito en que ocurran los hechos. En el plano civil, las velocidades máximas de los proyectiles no sobrepasaran los 500 metros por segundo, lo que supone una mayor posibilidad de sobrevida de la extremidad. Las heridas por armas de cañones largos infieren una gran cantidad de energía transferida a los tejidos, lo que supone mayor agresividad en el manejo. Las Figura 3. Arteriografía de única inyección 3. Pare el problema técnico del reparo en segunda porción de poplítea, proponemos tratarlo, sin necesidad de manejo en el sitio exacto de la lesión, especialmente cuando se trata de proyectiles de alta velocidad, pues la destrucción del sitio supone desvitalización importante de los tejidos blandos que soportan el contexto de una revascularización, aumentando las posibilidades de fallo de la anastomosis por infección, o porque físicamente no hay cómo cubrirla. Es por esto que preferimos realizar puentes, construyendo una revascularización desde el canal de Hunter hasta la tercera porción de la poplítea. 4. Es claro que el injerto ideal es aquel que se realiza con vena safena mayor contralateral, por lo general tomada del muslo contralateral, pues este sitio en donde se encuentra, por lo general, safenas de tamaño relativamente adecuado para resolver la lesión. Enfáticamente sugerimos “NUNCA”, tomar safena mayor de la misma extremidad, pues esta estructura es vital para el drenaje venoso de una extremidad Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 45 Luis Alejandro Nieto Bonilla, Gabriel Fernando Mejía Villate, Luis Fernando García Valencia, et al. con un trauma tan comprometedor como el vascular poplíteo, y muy probablemente es un seguro frente a la resolución de un síndrome compartimental. es allí donde se producen la mayoría de las lesiones por pie caído, dado que es un sitio anatómicamente muy “atrapable”, situación que lo hace muy vulnerable al aumento de presión. Los compartimentos posteriores se deben liberar ampliamente desde sus perspectivas medial y externa. Algunos cirujanos del servicio quedan tranquilos cuando sus dedos se tocan desde una herida a la otra; sin embargo, no lo recomendamos en primera instancia, dados los sangrados venosos extensos que esta maniobra produce. El objetivo de las incisiones, no es abrir la piel solamente, es disecar e incidir sobre las aponeurosis externas de los paquetes musculares, teniendo un especial cuidado de no lesionar el tronco venoso safeno mayor, y el nervio safeno al realizar la disección y los cortes. Figura 4. Marcas de toma de injerto Safeno en paciente sin trauma. 5. Para la realización de las anastomosis tanto proximal como la distal, recomendamos la forma latero terminal y término lateral, esto con el fin de preservar la mayor colateralidad posible. Figura 6. Fasciotomía que toleró cierre, primera intención. Figura 5. Anastomosis lateral, distal al Hunter. 6. La mención más importante de este artículo debe hacerse frente a la forma de realizar las fasciotomías. Una vez terminada la revascularización, es el momento para abrir ampliamente la piel, tomando como ejes inferiores los maléolos, y llevando las heridas longitudinales a lo largo de TODA la pierna. Debe haber plena seguridad en la identificación de la división del compartimento anterior y el posterior, en las heridas externas, liberando adecuadamente el paquete muscular del compartimento anterior, pues 46 Revista Colombiana de Cirugía Vascular 7. Recomendamos ampliamente el uso de las fasciostomías, esto es el cubrimiento de las heridas de fasciotomías con bolsas de viaflex, a semejanza de las laparostomías, sin dejar de mencionar que esta técnica paisa, creada por el doctor Salinas cirujano cardiovascular y de trauma del Hospital San Vicente de Paúl en Medellín, es una de las técnicas más brillantes para el cuidado de estos pacientes, pues permite espaciar un poco los lavados, además que crea condiciones adecuadas para la granulación de las heridas, esto pensando en cierres de segunda intención, o por medio de injertos de piel, o también con la ayuda de sistemas de succión tipo VAC. 8. El uso de shunts, debe estar siempre en la mente de quienes manejan politraumatismos con compromiso fisiológico extremo, esto es, pacientes politransfundidos, en acidosis metabólica profunda o disfunción El problema del trauma poplíteo. Reporte de serie de casos ácidobase severa, siempre enmarcados en el plan de lavados extremos de las heridas abiertas, y con cubrimiento adecuado de las estructuras vasculares expuestas ya sea por la disección quirúrgica, como por el trauma mismo. Estos cortocircuitos, pueden dar una perfusión aceptable hasta por 12 horas luego del evento, lo cual puede cubrir los largos tiempos de traslado en forma apenas aceptable. También nos parece una decisión aceptable cuando el cirujano no se siente con capacidad de realizar adecuadamente una anastomosis, sea por falta de insumos, o por falta de experiencia en la realización de la misma, pues al llegar al centro de tercer nivel, si llega con el resto de manejo propuesto adecuadamente hecho, tendremos una extremidad no sometida a isquemias extensas, y con compartimentos adecuadamente liberados, haciendo mucho más fácil el manejo definitivo, tanto de reanimación como el quirúrgico. Conclusión Los derroteros del tratamiento quirúrgico del trauma de vasos poplíteos, son tan claros como básicos, y no tienen elementos nuevos, es menester que cualquier cirujano que esté en primera línea de manejo, los conozca y los aplique con celeridad y seguridad; cualquier cambio en la técnica debe realizarse basado en una muy sólida experiencia, lo cual no suele ser muy común, por lo que sugerimos ser tan agresivos como ortodoxos a la hora de su manejo. Solo de esta manera podemos tener una mayor oportunidad de éxito en un campo tan minado como el que tocamos. 7. Armstrong K, Sfeir R, et al. politleal, vascular injuries and war: Are Beirut And New Orleans similar? J Trauma. 1988;28:836-839. 8. Ashworth EM, Dalsin MC, et al. Lower extremiti vascular trauma a comprehensive aggressive approach. J Trauma. 1988;28: 329-336. 9. Feliciano DV, Herskowitz K, et al. Management of vascular injuries in the lower extremities. J Trauma. 1988;28:319-328. 10. Feliciano et al. Extraanatomic bypass for peripheral arterial injuries. Am J Surg. 1990. 11. Peck JJ, Eatsmann AB, popliteal vascular trauma: a communitiy experience. Arch Surg. 1990;125:1339-1334. 12. Cargile. JS III, Hunt GF, Acute trauma of the femoral artery and vein. J Trauma. 1992;32:364. 13. Padberg FT, Rubelowsky JJ. Infrapopliteal arterial injurie prompt revascularization affords optimal limb salvage. J Vasc Surg. 1992;16:877-885. 14. 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Los APA a diferencia de la reparación electiva abierta, se asocian con una alta morbilidad y mortalidad perioperatorias. Esta revisión presenta los cambios, las causas, diagnóstico y la manejo de esta entidad. Palabras claves: aneurismas, pseudoaneurisma, aneurisma para-anastomótico, endoprótesis. Sumary The risk of para-anastomotic aneurysms (PPA) are rupture, bleeding and erosion into surrounding structures of the affected vessel. Because of its low incidence, few symptoms and the late development, the are PPA unlike open elective repair these aneurysms is associated with high perioperative morbidity and mortality. This review presents the changes, causes, diagnostic and management of this entity. Key words: aneurysm, pseudoaneurysm, para-anastomotic aneurysm, endogratf. * ** Cirujano Vascular y endovascular. Profesor y jefe de Cirugía Vascular. Universidad de Antioquia. Hospital San Vicente de Paúl. Medellín. Residente de cirugía general. Universidad de Antioquia. Medellín. Vº 13 / Nº 1 / Bogotá, Colombia / 49-55 /Marzo / 2013 / ISSN 0124-7018 Giovanni García Martínez, Walter Romero Espitia Introducción Los aneurismas para-anastomoticos (APA) comprenden los verdaderos y falsos aneurisma que pueden desarrollarse prácticamente en cualquier momento después de la reconstrucción vascular abierta para la enfermedad aneurismática u oclusiva. Desde el uso de la primera prótesis aórtica en 1952, transcurrieron 4 años para que Claytor et al, reportaran el primer caso de aneurismas para-anastomoticos (APP), asumiéndose en un principio factores relacionados con los materiales usados para las reparaciones y posteriormente detalles degenerativos, técnicos, inflamatorios y mecánicos (1, 2, 3). Estos aneurismas presentan una incidencia baja y a veces poco reportada por tratarse de una complicación tardía, además los síntomas que, la gran mayoría, pasan desapercibidos y se diagnostican incidentalmente en el seguimiento postoperatorio de los pacientes. Al momento no existen guías de manejo y cada paciente debe ser individualizado, ya sea para tratamiento abierto o endovascular. En estas circunstancias el tratamiento endovascular podría ofrecer ventajas potenciales. Incidencia La incidencia de APA ha cambiando a través de la historia; en el pasado fue de 3-24%, pero en la época actual, posterior al empleo de nuevos materiales de suturas e injertos, la incidencia es de 1,4 - 4%. Los sitios más frecuentes afectados son la arteria femoral con 13,6%, la aorta abdominal 4,8% y la arteria iliaca 3%. En las series de Plate, Kalman, Van Den Akker y Edwars ( 4,5) se puede observar que los psedoaneurismas son más frecuentes que los verdaderos aneurismas paranastomóticos. Complicaciones Dentro de las complicaciones mas frecuentes están la ruptura y el sangrado agudo, la trombosis, los embolismos, efectos de masa, la erosión a estructura adyacentes y, en el caso de aneurismas gigantes, la coagulopatia de consumo. Patogénesis Estas lesiones ocurren exclusivamente entre el injerto protésico y una arteria nativa. En el principio de la era vascular, hasta finales de los años 60s, la primera causa se relacionaba con la disrupción del material de sutura pues el mas frecuente usado en esa época era la seda. 50 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Con la aparición de materiales no absorbibles monofilamentosos y con mayor fuerza tensil como el nylon, el polietileno y el polipropileno esta situación, cambió (1,4,5) Entre los principales factores relacionados se encuentran: degeneración de la pared arterial, hipertensión, el uso activo de cigarrillo, desproporción entre injerto vascular y la arteria nativa, fuerzas a lo largo de la línea de sutura, fatiga vibratoria de la anastomosis y la infeccion (3,5,6,7). Uno de los factores más importantes y que más influye es la infección. En el estudio de Ylonen, el uso activo de cigarrillo e infección en el sitio operatorio inguinal, se asoció a un riesgo relativo de 5,38 (IC 95% CI: 1,62-17,90) y 9,04 (IC 95% CI: 2,76 a 29,26) respectivamente (6). La infección es uno de los principales factores, encontrándose gérmnes en cultivos de injertos, al momento de su retiro, en el 60% de ellos, siendo mas frecuentes el stafilococo coagulasa negativo, S. aureus meticilino resistente, Enteroccocus y P. auroginosa. (5,8) En el estudio de Downs et al, se extrajeron 26 injertos de pacientes con APA, se les realizó estudios morfológicos, histológicos y de microscopia electrónica. Aunque no habían casos con clínica de infección, en 20 casos por medio de microscopia electrónica, se documentó la presencia de bacterias. (7). En la degeneración de la pared arterial, parece que ocurre una reducción y posterior ausencia de fibras en la capa media, remplazo de las células musculares por tejido conectivo fibroso; este parece ser el mecanismo relacionado con la formación de aneurismas verdaderos (5). Dentro de los errores técnicos se encuentran la escasa incorporación de la pared arterial sana en la linea de sutura, tensión del injerto, el inadecuado uso de los materiales, tamaño de la sutura y el agarre inadvertido de la sutura con las pinzas o el portaagujas. El estrés mecánico parece estar relacionado con el tipo de material, PFTE y Dacrón; cuando ocurre dilatación del injerto este puede trasmitir tensión a la línea de sutura y en el caso de anastomosis, el ángulo que se forma entre la anastomosis latero - terminal (3,5). La hipertensión, el cigarrillo y la hiperlipidemia son factores importantes en el desarrollo de la ateroesclerosis; ésta puede facilitar la falla de la anastomosis con efectos locales sobre la integridad de la pared de la arteria nativa. La anticogulación puede complicar la evolución postoperatoria por la formación de hematomas. Procesos Aneurismas para-anastomoticos (APP) inflamatorios sistémicos como la enfermedad de Behcet pueden complicar la evolución postoperatoria, con la formación de APP entre un 30 y 50% de los pacientes, a causa de una vasculitis crónica y fragilidad de la pared arterial. Entre otras, hay que tener en cuenta la alteración de tejidos conectivos como en el Ehler Danlos (3,5). Diagnóstico Dependiendo de su localización, los APA pueden ser asintomáticos, a veces se diagnóstican incidentalmente en seguimientos postoperatorios, como el caso de masas palpables en la región femoral. Demarche y colaboradores encontraron que de 142 de aneurismas femorales, el 64% fueron masas pulsátiles asintomáticas, 19% presentaron isquemia aguda, 9% masas inguinales dolorosas y 7% hemorragia aguda (9). Imaginología Entre los estudios más solicitados, se encuentran la ultrasonografia, la tomografía computarizada (TC), la arteriografía y la resonancia magnética (RM). La angiotomografia parece ser la mejor ayuda diagnóstica, pues define la extensión de la APP, determina la relación con los vasos viscerales, identifica lesiones oclusivas de los vasos viscerales, identifica signos de infección. Después del período postoperatorio temprano, la persistencia o expansión de tejido blando alrededor del injerto, la presencia de líquido y gas, son los hallazgos clásicos de infección del injerto, con una sensibilidad de 94% y especificidad del 85% (10). El único estudio que compara los diferentes métodos de diagnóstico imaginológico fue realizado por Bastounis et al, donde la sensibilidad de todos los métodos fue del 100% y la especificidad fue del 74,2% para el ultrasonido, el 59,8% para la TC no contrastada, 85,4% para la TC contratada y el 99% para la angiografías con sustracción digital. El doppler color y la RM fueron 100% específicas para descartar aneurismas aórticos anastomóticas, en una comparación de la precisión, el costo estimado, la seguridad y la disponibilidad de cada método en el que el color Doppler parecía ser el método diagnóstico de elección para identificar los aneurismas aórticos anastomóticas después de la reparación de aneurisma aórtico abdominal (11). La arteriografía ha venido en desuso, no es confiable debido a su incapacidad para identificar aneurismas anastomóticos oscurecidos por trombos y porque métodos no invasivos permiten evaluar con mayor precisión el tamaño del aneurismas, y su principal uso parece estar relegado al manejo endovascular (3). Tratamiento Actualmente no existen guías de manejos y al momento de decidir un tratamiento este debe ser individualizado y se debe tener en cuenta el tamaño, localización, estado funcional del paciente, verificar si se trata de un aneurisma verdadero o un pseudoaneurisma y si se está en presencia de un proceso infeccioso. APP de la aorta abdominal Son más comunes los verdaderos en el caso de patología aneurismática y más frecuentes los pseudoaneurismas en el caso de enfermedad oclusiva (1,2,3). Ocurren hasta en un 2% de los paciente con injerto aórtico y se manifiestan con dolor de espalda, ruptura, hemorragia, trombosis, embolismo y erosiones a estructuras adyacentes como al duodeno o la vena cava (3,5). Dentro de las recomendaciones que se tienen en el seguimiento postoperatorio de reparaciones de aneurismas de la aorta abdominal el ultrasonido dúplex color y la tomografía computarizada son de utilidad, en intervalos regulares a los 5, 10 y 15 años, dado lo tardío de la aparición de los APA (12). Las indicaciones de intervención se describen en la figura 1. Se debe tener en la cuenta que aquellos APA sintomáticos y que tengan infección, deberán ser tratados ya sea por métodos quirúrgicos convencionales o endovasculares. Aneurismas para-anastomoticos AP sintomáticos Intervenir todos AP asintomáticos AP infectados Intervenir todos Aneurismas verdaderos Pseudoaneurismas Criterios de intervención aneurismas primario de aorta infrarenal Intervenir todos Figura 1. Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 51 Giovanni García Martínez, Walter Romero Espitia La primera opción sigue siendo la quirúrgica abierta, para ello y existen principalmente dos abordajes. El primer abordaje es el transabdominal con rotación visceral medial (figura 2), este abordaje es más familiar para la mayoría de cirujanos, proporciona un acceso adecuado para el pinzamiento aórtico supracelíaco, suprarrenal o infrarenal. Su principal desventaja son las adherencias presentes en cirugía previas. El segundo abordaje es el retroperitoneal (figura 3), preferible cuando se busca un control supra celíaco o suprarrenal, evita las adherencias en el caso de abdómenes hostiles, teniendo como desventaja el abordaje limitado para la disección de la arteria iliaca derecha y la arteria renal derecha. Cuando nos enfrentamos a un APA verdadero se siguen los mismos principios que para un aneurisma primario, con control proximal y distal, resección del segmento aneurismático y anastomosis termino - terminal entre arteria nativa y el injerto vascular (figura 4). En el caso de pseudoaneurismas el control proximal y distal es necesario, posterior apertura del saco aneurismático y se puede reparar la línea de sutura o remplazo del injerto (Figura 5) (3,5). Figura 2. Abordaje transabdominal. Figura 4. Corrección con resección y anastomosis término-terminal. 52 Revista Colombiana de Cirugía Vascular Figura 3. Abordaje retroperitoneal. Aneurismas para-anastomoticos (APP) Figura 5. Apertura de seudoaneurismas, pinzamiento y control. Tratamiento endovascular de APP de la aorta abdominal como los presentados en la tabla 1, muestran la baja mortalidad del procedimiento. La principal desventaja es la no posibilidad de realizar estudios microbiológicos. Aunque el tratamiento endovascular ha venido ganando auge, sigue siendo por ahora ,una alternativa al tratamiento abierto. Lindblay et al, en 1996 presentaron el primer caso de utilización eficaz de una técnica endovascular para el tratamiento de un aneurisma anastomótico aórtico (13). Actualmente, la bibliografía disponible sobre este tema sigue siendo escasa y muchos de estos estudios son pequeñas series de casos. Aun así los resultados en los últimos 20 años han sido alentadores, como en el estudio de Sachdev y col, 53 pacientes fueron llevados a reparación de APP de la aorta abdominal y la arterias iliacas, encontrándose una tasa de éxito del 98%, se identificaron endofugas en 6 pacientes y la mortalidad global, en un seguimiento de 18 meses, fue del 49% y se asoció significativamente con la edad en el momento del tratamiento endovascular (P = 0,03) (14). Otros estudios El tratamiento sigue los mismos principios de la reparación endovascular de aneurismas de la aorta infrarenal, teniendo una adecuada zona proximal y distal de aterrizaje y un cuello mínimo de 1 cm en la aorta abdominal y los vasos iliacos. En el caso de APA aislados, una extensión simple puede ser colocada transfemoralmente. Si se trata de aneurismas distales, como condición, el injerto proximal no debe estar demasiado dilatado para permitir adecuado sellamiento proximal con un injerto bifurcado, dejado justo debajo de las arterias renales y extendiéndose en cada arteria ilíaca más allá del APA. En el caso de una zona de aterrizaje demasiado corta o con compromiso de vasos viscerales y renales las opciones incluirían endoprotesis fenestradas o la técnica de chimenea (3,13,16). Tabla 1 Resultados de reparación endovascular de AP de la aorta abdominal Año Pacientes (n) Éxito (%) Mortalidad (n/total (%)) Complicaciones (n/total (%)) Morissey 2001 28 97 1 4 Lagana 2007 21 100 0 1 Piffaretti 2007 19 100 0 1 Van Herwaarden 2004 14 100 0 2 Autor Volumen 13 Nº 1 - Marzo de 2013 53 Giovanni García Martínez, Walter Romero Espitia APA de la arteria femoral Estos representan el 80% de los APA en cirugía vascular y comprometen del 1,5 al 3% de todas las anastomosis femorales. La mayoría de los casos se diagnostican como una masa pulsátil asintomática en el 44% de los casos, menos de 10% requieren intervención quirúrgica. del aneurisma, desbridamiento del área perinjerto y revascularización extraanatómica, evitando la zona infectada es el tratamiento de elección (figura 7). El manejo endovascular no es una opción, ya que seria a través de la articulación de la cadera (5,18). Estos deben ser controlados hasta que tienen una tasa de crecimiento significativa o el tamaño es de 2,5 cm. Si son pequeños (<2,5 cm) y asintomáticos, son objeto de tratamiento conservador con controles periódicos con ecografía; se considera que son candidatos para la cirugía cuando produzcan síntomas. Los APA infectados siempre deben ser corregidos quirúrgicamente acompañados de un tratamiento con antibióticos (18). En el caso de APA libre de la infección, el tratamiento es la resección del aneurisma con anastomosis termino - terminal con revascularización proximal y distal (figura 6). En el caso de APP infectados la resección Figura 7. Revascularización extra-anatómica. Figura 6. Resección de APA y reconstrucción vascular. APA de la arteria iliaca Esta también puede encontrarse de manera incidental en el seguimiento postoperatorio, pueden erosionar el intestino delgado, el colon ,diferente a los de la aorta abdominal que lo hacer al duodeno. La compresión de la vena ilíaca puede conducir a edemas de las extremidades inferiores o a trombosis venosa profunda, también la reacción desmoplásica alrededor de la anastomosis puede provocar la obstrucción ureteral y la hidronefrosis. 54 Revista Colombiana de Cirugía Vascular La indicación para la reparación incluyen la presencia de síntomas, la presencia de complicaciones y un tamaño de 2,5 a 3 cm. Se puede realizar tratamiento endovascular, siguiendo los principios de la reparación de aneurismas primarios. No existe contraindicación para la embolización de la arteria ilíaca interna y en el caso de ruptura , podría ser manejado según la experiencia del cirujano. Aneurismas para-anastomoticos (APP) Conclusiones Los APA son una complicación de baja incidencia, pero de elevada complejidad y mortalidad. Muchas veces diagnosticado en forma incidental. El mejor método para evaluar su localización, extensión, infección y planeamiento quirúrgico es la TC. Dentro de los posibles tratamientos, sigue siendo el abierto o convencional, como el estándar, pero en casos seleccionados en que la cirugía abierta represente un riesgo elevado, el tratamiento endovascular de los APA aorto iliacos no infectados es factible. infections involving the femoral artery. J Vasc Surg. 2013 Mar;57(3):700-5. 9. Demarche M, Waltregny D, van Damme H, Limet R. Femoral anastomotic aneurysms: pathogenic factors, clinical presentations and treatment. A study of 142 cases. Cardiovasc Surg. 1999 Apr;7(3):315-22. 10. Orton DF, LeVeen RF, Saigh JA, Culp WC, Fidler JL, et al. Aortic prosthetic graft infections: radiologic manifestations and implications for management. Radiographics. 2000 Jul-Aug;20(4):977-93. 11. Bastounis E, Georgopoulos S, Maltezos C, Balas P. The validity of current vascular imaging methods in the evaluation of aortic anastomotic aneurysms developing after abdominal aortic aneurysm repair.Ann Vasc Surg. 1996 Nov;10(6):537-45. 12. F.L. 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