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Jefe de Redacción Chester Douglass, DMD, PhD, EE.UU. Profesor de Políticas de Salud Oral y Epidemiología, Facultad de Medicina Odontológica y Facultad de Salud Pública, Universidad de Harvard. Redactores asociados John J. Clarkson, BDS, PhD, Irlanda Saskia Estupiñan-Day, DDS, MPH, Organización Panamericana de la Salud, Washington D.C. Joan I. Gluch, RDH, PhD, EE.UU. Kevin Roach, BSc, DDS, FACD, Canadá Zhen-Kang Zhang, DDS, Hon. FDS, RCS, (Edin), China Consejo Asesor Internacional Per Axelsson, DDS, Odont. Dr., Suecia Irwin Mandel, DDS, EE.UU. Roy Page, DDS, PhD, EE.UU. Gregory Seymour, BDS, MDSc, PhD, MRCPath, Australia Control del tabaquismo en el consultorio odontológico El tabaquismo es un hábito peligroso. Está comprobado que reduce la duración de la vida e incrementa la incidencia de cáncer, enfermedad cardiaca isquémica, accidentes cardiovasculares, infarto de miocardio y enfermedad pulmonar crónica.1,2 Aproximadamente el 90% de todos los cánceres de pulmón se atribuyen al tabaco, y el índice de sobrevida a cinco años de los pacientes con cáncer de pulmón se sitúa entre 5% y 10%.1 Además de ser nocivo para la salud en general, el tabaquismo también afecta la salud oral. Se lo ha asociado con un mayor riesgo de cáncer oral, leucoplaquia, gingivitis ulcerante necrótica aguda, candidiasis oral, fracaso de implantes dentales y enfermedad periodontal, e interfiere con el resultado de las terapias periodontales quirúrgicas y no quirúrgicas.1,2 El tabaquismo da como resultado vasoconstricción periférica y, por lo tanto, mala cicatrización de heridas en la boca. 1 Por lo general, los fumadores tienen más placa que los no fumadores, pero este hecho puede estar relacionado con una mala higiene oral.1 Carecemos de evidencias importantes del efecto del cigarrillo sobre la incidencia de caries, si bien se ha sugerido que las alteraciones en el pH y la capacidad de buffer de la saliva pueden contribuir a su formación. 1 Finalmente, el tabaquismo causa decoloración de los dientes y restauraciones dentales, afecta los sentidos del olfato y del gusto, y frecuentemente causa halitosis.1 El uso de tabaco sin humo con frecuencia provoca pliegues en la mucosa oral y recesión gingival.1 El uso de ciertos subproductos del tabaco sin humo puede dar como resultado un aumento de cáncer oral, si bien los productos comúnmente usados en algunas partes del mundo –por ejemplo, Escandinavia-, parecen involucrar poco riesgo adicional.1,3 Obligaciones de los profesionales odontólogos Debido a las ramificaciones a largo plazo del uso de tabaco sobre la salud, tanto general como oral, los profesionales odontólogos tienen la obligación de alentar a sus pacientes a abandonar el cigarrillo.1,4,5 Las intervenciones de los profesionales de la salud sobre el tabaquismo son costoefectivas debido a la prevención de las enfermedades relacionadas.6 Los cálculos del porcentaje de dentistas que de rutina preguntan a sus pacientes si fuman varía entre 33% y 84%.3,5 Aún cuando se determine que son fumadores, la intervención de los profesionales odontólogos rara vez va más allá de un breve consejo de abandonar el hábito.5 Existen diversas barreras a la intervención de los dentistas e higienistas dentales en el hábito del tabaquismo de sus pacientes. Las más importantes entre estas barreras son la falta de conocimiento sobre cómo ayudar a los pacientes a abandonar el cigarrillo y la carencia de tiempo y retribución por dicha intervención.3,5 Otros obstáculos son la idea de que la intervención sobre el tabaquismo probablemente no tenga éxito, y que no es responsabilidad de los profesionales odontólogos.3,5 Los profesionales odontólogos tienen a su alcance oportunidades valiosas de influir en el hábito del tabaquismo durante los exámenes orales de rutina porque entran en contacto frecuente con fumadores que probablemente no buscan otro tipo de atención médica.1 El reconocimiento de los signos del uso de tabaco durante el examen oral puede facilitar el inicio de una conversación con el paciente sobre los efectos del tabaquismo. Los ensayos clínicos han demostrado que la intervención de los profesionales odontólogos ayuda a los pacientes a abandonar el cigarrillo, con índices de abandono del hábito del 10% al 44% en la mayoría de los ensayos, dependiendo del grado de asistencia proporcionado.5 Cómo ayudar a los pacientes a abandonar el cigarrillo Mayores conocimientos sobre cómo ayudar a los pacientes a abandonar el cigarrillo probablemente alentarían la intervención de más profesionales odontólogos. Para ayudar a los clínicos, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos ha formulado una guía sobre práctica clínica para tratar el uso y la dependencia del tabaco.6 La guía completa, una rápida referencia orientativa para clínicos y un folleto para los pacientes está disponible en www.surgeongeneral.gov/tobacco.7 La guía describe los cinco pasos principales de la intervención clínica para ayudar a los pacientes a dejar de fumar, también conocida como las “Cinco A”: (en inglés) preguntar, asesorar, evaluar, ayudar y acordar (Tabla 1).6 Los tres primeros pasos— preguntar sobre el uso de tabaco, asesorar a los usuarios de tabaco para que abandonen el hábito, y evaluar la voluntad del paciente de hacerlo— se pueden realizar durante el curso de una visita clínica de rutina y requieren relativamente poco tiempo, esfuerzo y educación. Si un fumador está dispuesto a tratar de abandonar el hábito, los próximos pasos son: proporcionar asistencia práctica para alcanzar la meta, y acordar un seguimiento para alentar y generar responsabilidad. Esta estrategia se diseñó para que demande tres minutos o menos del tiempo de un clínico; las intervenciones de tres minutos pueden aumentar significativamente el índice de éxito de los intentos por dejar de fumar.6 Mediante el uso de las Cinco A como guía y tomando en consideración las limitaciones sobre sus ingresos, los profesionales odontólogos deberían evaluar en qué medida están dispuestos a intervenir -y tienen posibilidades de hacerlo- en la dependencia del tabaco.4 Todos los consultorios dentales deberían por lo menos monitorear a sus pacientes en cuanto al uso del tabaco y aconsejar a los fumadores que abandonen el hábito. 4 Los profesionales odontólogos pueden implementar por cuenta propia los servicios para abandonar el cigarrillo, derivar a los pacientes a servicios especiales disponibles en la comunidad, o alentar la provisión de dichos servicios por parte de otros profesionales de la salud u organismos sanitarios.4 Como mínimo, los profesionales odontólogos deberían poder orientar a los pacientes hacia información que los pueda ayudar en sus intentos por dejar el cigarrillo.4 Además del asesoramiento y el apoyo social, las ayudas farmacológicas resultan seguras y efectivas para aumentar la probabilidad de lograr el éxito en el intento por abandonar el hábito (Tabla 2).2,5,8 La terapia de reemplazo de nicotina está diseñada para satisfacer el deseo del fumador de nicotina sin usar productos de tabaco.8 En EE.UU. y Canadá los chicles y parches de nicotina son de venta libre 6,8 Adicionalmente, se puede recurrir a inhaladores y rociadores nasales de nicotina.6 La medicación antidepresiva bupropión también está indicada para abandonar el hábito.6,8 Esta droga puede tener beneficios especiales, ya que los pacientes deprimidos generalmente tienen menores índices de éxito cuando tratan de abandonar el cigarrillo, y algunas personas no deprimidas se pueden deprimir mientras intentan abandonar el hábito.9 Después de una capacitación adecuada o consulta con el médico clínico del paciente, los dentistas pueden prescribir farmacoterapia para dejar de fumar.2,5 Naturalmente se deberán tomar en consideración las contraindicaciones a dicha terapia y las potenciales interacciones fármaco-fármaco antes de recomendar farmacoterapia a los pacientes.2,6,8 Si un paciente no desea dejar de fumar, se recomienda una intervención motivacional sobre la base de las “Cinco R”: (en inglés) relevancia, riesgos, recompensas, impedimentos y repetición.6 Brevemente, se le debe pedir al paciente que indique la relevancia que tiene para él/ella abandonar el cigarrillo, las consecuencias negativas del hábito, los beneficios de abandonarlo, y los obstáculos que impiden hacerlo. El clínico puede ampliar las respuestas del paciente, recalcar puntos relevantes para la situación personal del mismo, o sugerir maneras de superar las barreras que impiden el abandono del hábito. Se deberá repetir la intervención motivacional en cada contacto con el paciente.6 Al tratar con pacientes que hayan abandonado el cigarrillo recientemente, los profesionales odontólogos deberán reforzar la decisión del paciente, analizar los beneficios que aporta el abandono del hábito, y ofrecer asistencia ante cualquier dificultad que experimente el paciente.6 Cuando se trata de abandonar el cigarrillo, los profesionales odontólogos pueden generar una diferencia. Tratan a los fumadores a diario, pueden reconocer fácilmente los efectos del cigarrillo sobre la salud oral, y tienen la oportunidad de alentar a los fumadores a abandonar el hábito. Si los dentistas e higienistas dentales se ven imposibilitados de comprometer el tiempo y los recursos para una intervención completa relacionada con el abandono del cigarrillo, se los insta a derivar a los pacientes a servicios especializados. Reduciendo la prevalencia del uso de tabaco, los dentistas pueden mejorar la salud tanto oral como general de sus pacientes. Referencias 1. Johnson NW, Bain CA, EU-Working Group on Tobacco and Oral Health. Tobacco and oral disease. Br Dent J 2000;189(4):200-206. 2. Sandhu HS. A practical guide to tobacco cessation in dental offices. J Can Dent Assoc 2001;67(3):153-157. 3. Helgason AR, Lund KE, Adolfsson J, Axelsson S. Tobacco prevention in Swedish dental care. Community Dent Oral Epidemiol 2003;31:378-385. 4. Monaghan N. What is the role of dentists in smoking cessation? Br Dent J 2002;193(11):611- 612. 5. Warnakulasuriya S. Effectiveness of tobacco counseling in the dental office. J Dent Educ 2002;66(9):1079-1087. 6. US Public Health Service. A clinical practice guideline for treating tobacco use and dependence. A US Public Health Service Report. JAMA 2000;283(24):3244-3254. 7. Tobacco Cessation Guideline 2003.www.surgeongeneral.gov/tobacco/default.htm.(Accessed 1 Dec 2003). 8. Lavelle C, Birek C, Scott DA. Are nicotine replacement strategies to facilitate smoking cessation safe? J Can Dent Assoc 2003;69(9):592-597. 9. Kinnunen T, Nordstrom B. Smoking cessation in individuals with depression. In: Palmer KJ, ed. Smoking Cessation. Hong Kong: ADIS International Limited; 2000. pp. 35-48. ¿Puede dar resultado en la práctica privada la prevención basada en el riesgo? En los últimos años se ha recomendado la evaluación del riesgo y el manejo de la enfermedad en el consultorio privado como manera de orientar el tipo y cantidad adecuada de servicios proporcionados a ciertos pacientes para la prevención de caries y enfermedad periodontal. La prevención basada en el riesgo no es un concepto nuevo pero, si se la aplica ¿puede dar resultado en los consultorios odontológicos? La aplicación exitosa de la prevención basada en el riesgo en este campo depende de dos supuestos: 1) que se identifique a los pacientes de mayor riesgo; y 2) que una vez identificados reciban la terapia preventiva adecuada. A fin de evaluar sus posibilidades, Bader y colegas1 iniciaron un estudio para evaluar las estrategias de prevención basada en el riesgo en la práctica odontológica privada. Se obtuvo información sobre 813 pacientes adultos, examinados durante un período de 6 meses en 15 consultorios odontológicos. Para cada paciente se completó un formulario de riesgo periodontal y de caries en cada visita, se codificaron los datos para mantener el anonimato, y se entregaron por vía electrónica. Se obtuvieron datos de las siguientes áreas principales (más una categoría denominada “Otros”): Indicadores de riesgo de caries: Múltiples restauraciones, múltiples lesiones cariosas, mala higiene oral, superficies radiculares expuestas, estado/ antecedentes en cuanto a flúor, bajo flujo salival, aparatos de ortodoncia y nivel elevado de Streptococcus mutans. Tratamientos preventivos para caries planificados: Asesoramiento sobre higiene oral/ dieta, flúor tópico, visitas más frecuentes para realizar profilaxis, prescripción de crema dental/ enjuague con flúor, prescripción de enjuague bucal antimicrobiano, enjuague con flúor de venta libre, crema dental con fosfato de calcio, y barniz de flúor. Indicadores de riesgo de enfermedad periodontal: Profundidad de las bolsas, sangrado al sondaje, mala higiene oral, inflamación persistente, pérdida de inserción, tabaquismo, mayor profundidad de las bolsas, y diabetes. Tratamientos periodontales preventivos planificados: Programas de visitas más frecuentes, elementos para la higiene/ mayor educación, enjuague bucal antimicrobiano, crema dental antimicrobiana, y derivación. Según la cantidad de indicadores de riesgo de cada paciente, se los categorizó en grupos de alto o moderado riesgo. De los 813 pacientes, 4% se consideró de alto riesgo y 29% de riesgo moderado de caries; de manera similar, 7% tenía alto riesgo y 30% riesgo moderado de enfermedad periodontal. Se calculó la cantidad de tratamientos planificados para cada nivel de riesgo; la figura muestra que, en general, los pacientes clasificados como de mayor riesgo recibieron más tratamiento relacionado con la enfermedad que los pacientes con riesgo moderado. Más aún, comparando pacientes de alto y moderado riesgo con pacientes de riesgo bajo, los datos históricos de las historias clínicas del año anterior mostraron una significativa diferencia en la cantidad de procedimientos de restauración realizados para caries (1,62 versus 1,04, p = 0,006) y en la cantidad media de procedimientos realizados de tratamiento periodontal (0,67 versus 0,01, p < 0,001). Los datos también señalaron limitaciones en la identificación del riesgo y tratamientos planificados. Se señaló la ventaja de aclarar los criterios usados para evaluar el riesgo moderado de caries y, con respecto al tratamiento planificado para adultos con riesgo elevado de desarrollar caries, se recomendó un mayor uso de flúor y visitas más frecuentes. En general, sobre la base de este estudio piloto, Bader y colegas arribaron a la conclusión de que resulta factible la prevención formal basada en el riesgo en la práctica odontológica privada. Los números futuros de Oral Care Report analizarán este tema en mayor detalle. Referencias 1. Bader JD, Shugars DA, Kennedy JE, Hayden WJ, Jr., Baker S. A pilot study of risk-based prevention in private practice. JADA 2003; 134(9):1195-1202. Uso de marcadores inflamatorios para determinar el riesgo de enfermedades periodontales Las enfermedades periodontales provienen de un cuadro bacteriano en los tejidos que rodean a los dientes, que dispara una respuesta inflamatoria subgingival local. Las enfermedades periodontales avanzadas, que afectan aproximadamente a 20% de la población adulta en los Estados Unidos, pueden causar la destrucción irreversible del tejido periodontal y la pérdida de dientes. Se realiza el diagnóstico de periodontitis cuando existe evidencia de pérdida de inserción entre el diente y los tejidos de soporte, profundización de la bolsa entre la raíz del diente y los tejidos de soporte y/o pérdida ósea visible en la radiografía. Marcadores de riesgo en FCG Los mediadores inflamatorios presentes en el fluido crevicular gingival (FCG) se pueden medir y usar para evaluar el riesgo de desarrollar periodontitis.1 Varios estudios examinaron los niveles de mediadores inflamatorios en pacientes con enfermedad periodontal. Por ejemplo, se ha demostrado que los niveles de prostaglandina E2 e interleukina-1 en FCG están significativamente elevados en pacientes con periodontitis comparados con controles y pacientes con gingivitis.1 También se ha demostrado que varios tratamientos periodontales reducen los niveles de prostaglandina E2 en FCG. En la Tabla aparece una lista de marcadores inflamatorios que potencialmente se podrían utilizar para determinar el nivel de riesgo de desarrollar enfermedad periodontal. Además, si bien no son mediadores inflamatorios, se liberan al FCG durante la reabsorción ósea proteínas específicas del hueso tales como osteonectina, fosfoproteína ósea, osteocalcina y telopéptidos de colágeno tipo 1, que también pueden servir como marcadores potenciales de enfermedades periodontales.2 Selección de sitios para la evaluación de FCG La obtención de FCG es un procedimiento mínimamente invasivo. Los sitios para obtener FCG y evaluar los mediadores inflamatorios variaron entre estudios que examinaron los niveles en pacientes con enfermedad periodontal. Por lo general, se seleccionaron uno o dos sitios por cuadrante. Un estudio, sin embargo, encontró que los mediadores inflamatorios de FCG prostaglandina E2 e interleukina-1 aumentaron durante el estudio de 6 meses en pacientes con periodontitis, tanto en sitios con pérdida ósea como en sitios estables sin pérdida ósea. 1 El hallazgo de que los sitios estables también exhiben altos niveles de mediadores inflamatorios probablemente se deba al hecho de que estos sitios fueron muestreados en pacientes que tienen también sitios con progresión de la enfermedad. De hecho, durante la progresión de la enfermedad se liberan mediadores inflamatorios en todos los sitios de la boca, incluidos aquellos con o sin pérdida ósea. Este estudio también encontró que los niveles de diferentes mediadores de FCG estaban altamente correlacionados. Es decir, cuanto mayor fuera el nivel de prostaglandina E2, mayor sería el nivel de interleukina-1 en el mismo paciente. Este hallazgo tiene sentido considerando que las células dentro de los tejidos gingivales puede sintetizar prostaglandina E2 via interleukina-1, y viceversa. Tomados en conjunto, estos hallazgos sugieren que la totalidad de la boca resulta afectada por la enfermedad periodontal, y no sólo unos pocos sitios. Estos hallazgos tienen implicancias importantes en la selección de sitios para obtener FCG dentro de la boca; sugieren que se deberían seleccionar varios sitios independientemente de que presenten o no pérdida ósea. La condición de salud periodontal del paciente se puede basar entonces en los niveles promedio en FCG de mediadores inflamatorios de todos los sitios muestreados. Si bien el uso de los kits de tests diagnósticos disponibles es cada vez más simple, son relativamente caros, lo cual limita su uso más masivo. También resulta problemático elegir el marcador más apropiado porque se desconoce cuál predice mejor las enfermedades periodontales. Además los marcadores pueden evaluar distintas etapas de periodontitis; más específicamente, algunos marcadores pueden medir la etapa inflamatoria aguda inicial, en tanto que otros pueden reflejar la fase inflamatoria crónica posterior. Un uso más difundido de tests diagnósticos predictivos sería útil para prevenir la enfermedad destructiva y/o progresiva, tratar sitios específicos antes de que se produzca un daño irreversible, y monitorear el tratamiento periodontal.2 En el próximo número de Oral Care Report se hará una revisión de las herramientas para la evaluación del riesgo objetivo. Referencias 1. Champagne CM, Buchanan W, Reddy MS, Preisser JS, Beck JD, Offenbacher S. Potential for gingival crevice fluid measures as predictors of risk for periodontal diseases.Periodontol 2000 2003;31:167180. 2. Eley BM, Cox SW. Advances in periodontal diagnosis 10. Potential markers of bone resorption. Br Dent J 1998;184(10):489-492. ¿La pérdida de dientes afecta la dieta? Como la función primaria de los dientes es la masticación,1,2 la pérdida de dientes puede reducir la capacidad masticatoria y generar cambios perjudiciales en la selección de alimentos. Esto, a su vez, puede incrementar el riesgo de enfermedades sistémicas específicas, ya que la dieta y ciertos estados de salud, como la salud cardiovascular, están relacionados. Por ejemplo, un aumento del colesterol y las grasas saturadas en la dieta, y una disminución de las fibras elevan el riesgo de enfermedad cardiaca.3 Dado que gran parte de la población tiene dientes faltantes, la pérdida de dientes puede tener un impacto significativo sobre los riesgos para la salud. En uno de los estudios más extensos que investiga la relación entre pérdida de dientes y dieta, se recogieron datos sobre la condición dental y los alimentos e ingesta de nutrientes de más 49.000 profesionales masculinos.2 La figura muestra la relación entre los índices seleccionados de dieta y la cantidad de dientes de los participantes del estudio. Los valores obtenidos para aquellos con 25 a 32 dientes representan el 100% contra el que se comparan otras medidas. Los valores correspondientes se enumeran debajo del eje X. Como no se pueden incluir todas las medidas en el gráfico, las que se informan en el texto pero no aparecen en el gráfico, se indican mediante una notación “dne” (datos no exhibidos). Luego de ajustar en función de edad, tabaquismo, ejercicio y profesión, se encontró que la ingesta de vegetales, fibra dietaria (dne), fibra cruda y caroteno fue significativamente menor, en tanto que la ingesta de calorías totales, colesterol (dne) y grasa (dne) fue significativamente más elevada (p < 0,005) en participantes edéntulos comparados con participantes con 25 dientes o más. No hubo diferencias significativas en la ingesta de vitamina C (dne) o fruta cuando se consideró la ingesta de jugos de fruta (dne). Sin embargo, al excluirlos, un análisis ulterior mostró que existía una diferencia significativa en los alimentos difíciles de masticar, tales como manzanas, peras y zanahorias entre los participantes dentados y los edéntulos. En un estudio de seguimiento con la misma cohorte de hombres profesionales, se efectuaron los análisis longitudinales entre la pérdida de dientes y el consumo de alimentos y nutrientes específicos.1 Se encontró que, a lo largo de un período de ocho años, los participantes sin pérdida de dientes tenían mayores reducciones en la ingesta diaria de grasas saturadas, colesterol y vitamina B12, y mayores aumentos en la ingesta diaria de fibra, caroteno y frutas, comparados con los participantes con pérdida de dientes. Además, los sujetos que habían perdido cinco o más dientes tenían significativamente más probabilidad (p < 0,005) de dejar de comer manzanas, peras y zanahorias comparados con sujetos que habían perdido cuatro dientes o menos. Estos estudios brindan la mejor evidencia a la fecha de una asociación entre pérdida de dientes y cambio en la dieta, y sugieren que es aconsejable incorporar una evaluación dietaria y recomendaciones sobre nutrición a las visitas odontológicas de los pacientes con pérdidas de dientes para evitar los riesgos de una mala dieta sobre la salud. Referencias 1. Hung HC, Willett W, Ascherio A, Rosner BA, Rimm E, Joshipura KJ. Tooth loss and dietary intake. JADA 2003;134(9):1185-1192. 2. Joshipura KJ, Willett WC, Douglass CW. The impact of edentulousness on food and nutrient intake. JADA 1996;127(4):459-467. 3. Willett WC. Diet and health: What should we eat? Science 1994;264(5158):532-537. Informe sobre la salud en el mundo 2003 Chester W. Douglass, DMD, PhD La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de publicar un amplio informe sobre el Programa de Salud Oral Global de la OMS. El mismo incluye diversos cuadros y enfermedades orales, y es notable porque presenta una política marco que describe estrategias para la prevención de enfermedades orales, y prioridades para acciones globales referidas a salud oral. El informe tiene algunas sorpresas; una de ellas es la prevalencia de la enfermedad periodontal en el mundo. Existe la creencia muy difundida que EE.UU. tiene los estándares más elevados de higiene oral y, por lo tanto, el nivel más bajo de enfermedad periodontal del mundo, ciertamente en comparación con los países del tercer mundo. Sin embargo, observando los porcentajes medios de las personas de 35 a 44 años de edad en el Índice Periodontal de Necesidad de Tratamiento Periodontal (Figura 1) vemos que las Américas, que incluyen EE.UU. y Canadá, tienen el porcentaje más elevado de adultos de edad mediana con periodontitis severa (score 4) y periodontitis (score 3). En contraste, datos de las regiones de África, el Mediterráneo Oriental, Europa, el Sudeste Asiático y el Pacífico Occidental de la OMS también muestran índices menores de periodontitis severa, entre 5 y 15 por ciento de la población, y una prevalencia menor de periodontitis (score 3). Se informó que aproximadamente dos tercios de los norteamericanos de 35 a 44 años de edad muestreados habían tenido periodontitis o periodontitis avanzada, comparados con las regiones de África, Mediterráneo Oriental y Europa del sistema de perfil de países de la OMS, que señalan que menos de la mitad de la población de 35 a 44 años tiene periodontitis o periodontitis avanzada. Este informe sobre la prevalencia de la enfermedad periodontal parece contradecir la visión convencionalmente aceptada de que la salud oral en EE.UU. es superior a la de los países europeos y en desarrollo. Y es difícil aventar este hallazgo aduciendo que es resultado del método de medición, ya que se usó la misma metodología de la OMS en todas las regiones que participaron en su programa de perfil de área. El informe además muestra que en sujetos de 12 años las caries están disminuyendo en los países desarrollados, pero aumentando en los países en desarrollo (Figura 2). Si bien este panorama es congruente con informes previos, es inquietante cuando se considera que la mayoría de los chicos del mundo viven en los países en desarrollo. El Informe sobre la salud en el mundo 2003 del Programa de Salud Oral Global de la OMS es un aporte notable a nuestra comprensión de la salud oral en el mundo, las tendencias referidas a enfermedades orales, y las prioridades y acciones globales para mejorar la salud oral. Se deberá felicitar al Dr. Poul Erik Petersen por la recopilación y publicación de este excelente informe. Referencias Petersen, PE. The World Oral Health Report 2003: Continuous improvement of oral health in the 21st century—the approach of the WHO Global Health Programme. Community Dent Oral Epiodemiol 2003;31 (Suppl. 1):3-24. La única crema dental que adhiere un ingrediente antibacteriano a los dientes para brindar 12 horas de protección. Colgate© Total® es radicalmente diferente a las otras cremas dentales. Su fórmula exclusiva protege durante 12 horas, incluso después de comer y beber. 1,2 Sólo Colgate© Total® ha probado clínicamente brindar 12 horas de protección contra: Gingivitis (reducción de 28%-88%)2 Cálculo (reducción de hasta 55%)2 Placa (reducción de 11%-59%)1 Mal aliento (reducción de 24%)2 Además, proporciona prevención efectiva contra caries, 1 y blanqueado de los dientes clínicamente probado.1 Por lo tanto, no sorprende que Colgate© Total® sea la crema dental número 1 recomendada con mayor frecuencia por los profesionales odontólogos. Referencias Petersen, PE. The World Oral Health Report 2003: Continuous improvement of oral health in the 21st century—the approach of the WHO Global Health Programme. Community Dent Oral Epiodemiol 2003;31 (Suppl. 1):3-24