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PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 1 de 168 TEMA 52 : Valoración bioquímica de la función hepatobiliar. Enzimas, pigmentos y proteínas.Tipos de hepatopatías. Marcadores Valor semiológico y métodos de determinación. 1.-ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA El hígado se localiza en la región del hipocondrio derecho del abdomen (no sobrepasa el límite del reborde costal salvo en caso de hepatomegalia), llenando el espacio de la cúpula diafragmática, donde puede alcanzar hasta la quinta costilla, y se relaciona con el corazón a través del centro frénico, a la izquierda de la cava inferior. Su consistencia es blanda y depresible, y está recubierto por una cápsula fibrosa, sobre la cual se aplica el peritoneo, parte de la superficie del hígado (excepto en el área desnuda del hígado, que corresponde a su superficie postero-superior). Aspectos generales Forma: se compara con la mitad superior del ovoide horizontal, de gran extremo derecho, alargado transversalmente. Coloración: rojo pardo. Consistencia: friable (frágil). Está constituido por un parénquima, rodeado por una fina cápsula fibrosa, llamada cápsula de Glisson. Longitud: en el adulto mide aproximadamente 28 por 15 cm en sentido anteroposterior, y 8 cm de espesor a nivel del lóbulo derecho. Peso aproximado: 1555 g, aproximadamente. Está dividido en cuatro lóbulos: lóbulo derecho, situado a la derecha del ligamento falciforme; lóbulo izquierdo, extendido sobre el estómago y situado a la izquierda del ligamento falciforme; lóbulo cuadrado, visible solamente en la cara inferior del hígado; no se encuentra limitado por el surco umbilical a la izquierda, el lecho vesicular a la derecha y el hilio del hígado por detrás; lóbulo de Spiegel (lóbulo caudado), situado entre el borde posterior del hilio hepatico por delante, la vena cava por detrás. Clínicamente, y quirúrgicamente sobre todo, se emplea el concepto de segmento hepático, basándose en las divisiones arteriales y en el hecho de que haya pocas anastomosis entre segmentos. Si miramos por la cara anterosuperior del hígado, podemos distinguir de derecha a izquierda un segmento posterior, en el borde del lado derecho, seguido de un segmento anterior, un segmento medial y un segmento lateral que forma el límite izquierdo. 1 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 2 de 168 2 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 3 de 168 El hígado se relaciona principalmente con estructuras situadas al lado izquierdo del abdomen, muchas de las cuales dejan una impresión en la cara inferior del lóbulo derecho del hígado. Así, tenemos de atrás a delante la impresión cólica, la impresión duodenal, pegada a la fosa cística, y la impresión renal, menos marcada. En la cara inferior del lóbulo izquierdo están la impresión gástrica y la escotadura del esófago, en el borde posterior. El hígado también se relaciona anatómicamente con el diafragma y con el corazón. La base del hígado da entrada al hilio hepático, que no es sino la zona de entrada de la vena porta, la arteria hepática y la salida del conducto hepático. El omento (epiplón) menor (fijado en una prominencia de la cara inferior denominada tubérculo omental) reviste el fondo de los surcos de la base del hígado (surco del ligamento venoso, surco del ligamento redondo) y alcanza el borde posterior de la cara inferior, donde el peritoneo que lo recubre pasa a revestir el diafragma y la pared posterior, formando el ligamento hepatorrenal. Por delante, el peritoneo reviste la cara diafragmática hasta su límite superior, donde salta a revestir la cara abdominal del diafragma. Entre los dos repliegues de peritoneo que saltan de la superficie del hígado al diafragma, queda comprendida la cara desnuda del hígado, zona en la que el peritoneo no recubre la cápsula hepática. Por esta zona la cava inferior se relaciona con el hígado y recibe las venas hepáticas. En la cara diafragmática se encuentra el ligamento falciforme, el cual se extiende hasta alcanzar la zona umbilical. Por su borde libre corre el ligamento redondo del hígado (restos de la vena umbilical embrionaria). Este resto de la vena umbilical se une a las venas subcutáneas periumbilicales que irradian desde el ombligo, las cuales drenan en la vena ilíaca externa y finalmente en la cava inferior. En casos patológicos con hipertensión portal estas venas se dilatan, dando lugar al fenómeno de la cabeza de Medusa. El ligamento falciforme puede ser considerado como el resto del mesogastrio ventral (en la porción no desarrollada del septum transversum por la invasión embrionaria del brote duodenal) que se extiende por el mesogastrio ventral y que contribuye a la formación del hígado. Este ligamento, al llegar a la parte posterior de la cara diafragmática del hígado, se divide en dos hojas, dando lugar al ligamento coronario (límite superior del área desnuda del hígado). Cada una de estas hojas se dirige hacia cada uno de los bordes derecho e izquierdo del hígado, en donde se une a la hoja peritoneal de la cara visceral del hígado, que se refleja sobre el diafragma, formando los ligamentos triangulares derecho e izquierdo (éste último más definido que el derecho). La estructura del hígado va a seguir las divisiones de la vena portal. Tras la división de ramos segmentarios, las ramas de la vena porta, acompañadas de las de la arteria hepática y de las divisiones de los conductos hepáticos, se encuentran juntas en el espacio porta (vena interlobulillar, arteria interlobulillar y conductillos interlobulillares).HH Circulación sanguínea del hígado La circulación hepática es de naturaleza centrípeta y está formada por el sistema porta y la arteria hepática. El sistema porta constituye el 70-75 por ciento del flujo sanguíneo (15 ml/min) y contiene sangre poco oxigenada y rica en nutrientes proveniente del tracto gastrointestinal y del bazo. La circulación general depende de la arteria hepática, rama del tronco celíaco que contiene la sangre oxigenada (irrigación nutricia). Cada espacio porta se encuentra en la confluencia de los lobulillos hepáticos, que son formaciones más o menos hexagonales de células hepáticas y que posee en el centro la vena centrolobulillar, cuya confluencia da lugar a las venas hepáticas, que finalmente drenan en la vena cava inferior. Por lo tanto, la sangre rica en nutrientes de la absorción intestinal (vena porta) y en oxígeno (arteria hepática) se mezcla en los sinusoides hepáticos (espacios entre hepatocitos), para metabolizarlos y sintetizar las sales biliares. Fenómenos infecciosos, tóxicos e inflamatorios, entre otros, desestructuran los lobulillos hepáticos y los espacios porta, conduciendo a la hipertensión portal porque obstaculizan el flujo sanguíneo. En los últimos estudios acerca de los componentes del hígado se ha encontrado que éste tiene la capacidad de producir gastrina y ayudar al estómago en el vaciamiento gástrico, ya que posee un citocromo llamado AS*57. Este órgano es el principal productor de la urea, la que posteriormente es excretada en los riñones. 3 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 4 de 168 Drenaje linfático del hígado El drenaje linfático del hígado corre a cargo de vasos que desembocan en la vena cava inferior o en los ganglios hepáticos que siguen el recorrido inverso de la arteria hepática. Inervación del hígado El hígado recibe nervios del plexo solar, de los nervios neumogástrico izquierdo y derecho y también del frénico derecho, por medio del plexo diafragmático. El aporte nervioso también le viene del plexo celíaco que inerva al hepático, mezcla de fibras simpáticas y parasimpáticas. Estos nervios llegan al hígado junto a la arteria hepática. Segrega la bilis que queda almacenada en la vesicula biliar. Fisiología del hígado El hígado es un órgano o víscera presente en los vertebrados y en algunos otros animales; y es, a la vez, la glándula más voluminosa de la anatomía y una de las más importantes en cuanto a la actividad metabólica del organismo. Desempeña funciones únicas y vitales como la síntesis de proteínas plasmáticas, función desintoxicante, almacena vitaminas, glucógeno, entre otros para el buen funcionamiento de las defensas, etcétera. Además, es el responsable de eliminar de la sangre las sustancias que pueden resultar nocivas para el organismo, transformándolas en otras inocuas. El hígado desempeña múltiples funciones en el organismo como son: o o o o o o o o producción de bilis: el hígado excreta la bilis hacia la vía biliar, y de allí al duodeno. La bilis es necesaria para la digestión de los alimentos; metabolismo de los carbohidratos: la gluconeogénesis es la formación de glucosa a partir de ciertos aminoácidos, lactato y glicerol; la glucogenólisis es la fragmentación de glucógeno para liberar glucosa en la sangre; la glucogenogénesis es la síntesis de glucógeno a partir de glucosa; eliminación de insulina y de otras hormonas; metabolismo de los lípidos; síntesis de colesterol; producción de triglicéridos; síntesis de proteínas, como la albúmina y las lipoproteínas; síntesis de factores de coagulación como el fibrinógeno (I), la protrombina (II), la globulina aceleradora (V), proconvertina (VII), el factor antihemofílico B (IX) y el factor Stuart-Prower (X). desintoxicación de la sangre: neutralización de toxinas, la mayor parte de los fármacos y de la hemoglobina; transformación del amonio en urea; depósito de múltiples sustancias, como: glucosa en forma de glucógeno (un reservorio importante de aproximadamente 150 g); vitamina B12, hierro, cobre,... En el primer trimestre del embarazo, el hígado es el principal órgano de producción de glóbulos rojos en el feto. A partir de la semana 12 de la gestación, la médula ósea asume esta función. Histología hepática El tejido hepático es un tejido estable. Presenta una gran capacidad de regeneración en respuesta a estímulos externos, como lesiones o procesos tumorales. Sin embargo, las lesiones crónicas como el alcoholismo y las infecciones hepáticas implican una pérdida constante y prolongada del parénquima, sin la proliferación compensatoria necesaria. En consecuencia, el parénquima hepático es reemplazado por tejido fibroso y acúmulos de grasa, produciendo así cirrosis. El parénquima hepático está formado por: 4 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 5 de 168 lobulillos hepáticos: son subunidades irregularmente hexagonales formadas por láminas fenestradas de hepatocitos que se disponen en forma radiada en torno a una vena central o vena centrolobulillar, ubicada en el centro del lobulillo; espacios porta o tríadas: son áreas triangulares situadas en los ángulos de los lobulillos hepáticos, constituidas por un estroma conjuntivo laxo; contienen en su interior una rama de la arteria hepática, una rama de la vena porta, un capilar linfático y un conductillo biliar; la bilis producida por los hepatocitos se vierte en una red de canalículos dentro de las láminas de hepatocitos y fluye, en forma centrípeta al lobulillo, hacia los conductillos biliares de los espacios porta; sinusoides hepáticos: son capilares que se disponen entre las láminas de hepatocitos y donde confluyen, desde la periferia de los lobulillos, las ramas de la arteria hepática y de la vena porta; la sangre fluye desde las tríadas hasta la vena central, circulando en forma centrípeta; la pared de los sinusoides está formada por una capa discontinua de células endoteliales fenestradas, que carecen de membrana basal. En los sinusoides confluyen la circulación hepática y porta. Éstos drenan su contenido a la vena hepática central, de ésta a las venas hepáticas derecha e izquierda, y finalmente a la vena cava inferior. espacio de Disse: es un estrecho espacio perisinusoidal que se encuentra entre la pared de los sinusoides y las láminas de hepatocitos, ocupado por una red de fibras reticulares y plasma sanguíneo que baña libremente la superficie de los hepatocitos. En el espacio de Disse se produce el intercambio metabólico entre los hepatocitos y el plasma donde se forma la abundante linfa hepática. En este espacio también se encuentran células almacenadoras de grasa o células de Ito, de forma estrellada y con una función aún poco conocida. células de Kupffer: son macrófagos fijos pertenecientes al sistema fagocítico mononuclear que se encuentran adheridos al endotelio y que emiten sus prolongaciones hacia el espacio de Disse. Su función es fagocitar eritrocitos envejecidos y otros antígenos. Además actúan como células presentadoras de antígeno. Los hepatocitos constituyen alrededor del 80 por ciento de la población celular del tejido hepático. Son células poliédricas con 1 o 2 núcleos esféricos poliploides y un nucléolo prominente. Presentan el citoplasma acidófilo con cuerpos basófilos, y son muy ricos en orgánulos. Además, en su citoplasma contienen inclusiones de glucógeno y grasa. La membrana plasmática de los hepatocitos presenta un dominio sinusoidal con microvellosidades que mira hacia el espacio de Disse y un dominio lateral que mira hacia el hepatocito vecino. Las membranas plasmáticas de dos hepatocitos contiguos delimitan un canalículo donde será secretada la bilis. La presencia de múltiples orgánulos en el hepatocito se relaciona con sus múltiples funciones: la síntesis de proteínas (albúmina, fibrinógeno y lipoproteínas del plasma), el metabolismo de hidratos de carbono, la formación de bilis, el catabolismo de fármacos y tóxicos y el metabolismo de lípidos, purinas y gluconeogénesis. FISIOLOGÍA HEPATOBILIAR El hígado tiene una posición estratégica en la circulación; él es el primer órgano que contacta la sangre proveniente del intestino. Esto no sólo implica que la superficie hepática absorba nutrientes, toxinas y microorganismos derivados del intestino, sino que también sugiere el papel hepático en la secreción de compuestos en la luz intestinal. Se puede afirmar que el hígado actúa como una planta preparadora de lo que se va a liberar a otros órganos. Podemos precisar entonces que a este órgano le atañen tres tipos de funciones básicas que son: 1. Funciones vasculares (almacenamiento y filtración) 2. Funciones metabólicas 3. Funciones secretoras y excretoras encargadas de formar bilis. 1. Funciones vasculares. Las características vasculares del hígado, hacen posible que el mismo se comporte como un reservorio importante de sangre y además, que actúe como un filtro para la sangre procedente del intestino. Función de almacenamiento. El sistema vascular hepático funciona ofreciendo muy baja resistencia al flujo de sangre, especialmente cuando consideramos que 1,45 litro de sangre sigue este camino cada minuto. No obstante, hay ocasiones en que la resistencia al flujo de sangre por el hígado se incrementa, como ocurre en la cirrosis hepática, trastorno éste que se caracteriza por el desarrollo de tejido fibroso en la estructura hepática que da lugar a la destrucción de células parenquimatosas y a estrechamiento de los sinusoides por constricción fibrótica o incluso por bloqueo o destrucción total. Este trastorno aparece como consecuencia de alcoholismo. También es secundario a afecciones virales hepáticas y a procesos infecciosos de los conductos biliares. 5 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 6 de 168 Entre otras características vasculares, el hecho de que el hígado sea un órgano grande, venoso, con gran capacitancia, le permite formar parte de los grandes reservorios de sangre del organismo; ya que es capaz de almacenar el 10% del volumen total de sangre; de modo que puede albergar hasta un litro de sangre en casos en los que la volemia se vuelve excesiva y también le permite suplir sangre extra cuando la volemia disminuye. Función de filtración. Las superficies internas de todos los sinusoides hepáticos están cubiertas por un elevado número de células de Kupffer o macrófagos residentes en el hígado, cuya función consiste en fagocitar parásitos, virus, bacterias y macromoléculas (como inmunocomplejos y endotoxinas bacterianas) por endocitosis mediada por receptores. Por tanto, estas células constituyen una poderosa e importante barrera fagocítica para toxinas y microorganismos provenientes del intestino, de modo que cuando la sangre portal es derivada del hígado por anastomosis porto-cava, como ocurre en pacientes con cirrosis, se desarrolla endotoxinemia sistémica. La activación de las células de Kupffer resulta en un incremento de la producción de citoquinas cuyas señales actúan sobre otros tipos de células hepáticas. Las células de Kupffer tienen un importante papel en el procesamiento de antígenos durante la infección y la inflamación, iniciando la inmunidad mediada por células B y T. Además de las células de Kupffer, las células de PIT, que son células perisinusoidales equivalentes a grandes linfocitos granulares y células asesinas; tienen funciones similares y brindan protección contra infecciones virales. 6 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 7 de 168 2. Funciones metabólicas. Las funciones metabólicas hepáticas son llevadas a cabo por los hepatocitos, o sea por las células parenquimatosas, y pasaremos a discutir el papel del hígado en el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteinas específicamente. Metabolismo de los carbohidratos. Las funciones específicas del hígado en el metabolismo de los carbohidratos son: 1. 2. 3. 4. Almacenamiento de glucógeno. Conversión de galactosa y fructosa a glucosa. Gluconeogénesis. Formación de compuestos químicos importantes a partir de productos intermedios del metabolismo de los carbohidratos. El hígado es un órgano de particular importancia en el mantenimiento de concentraciones normales de glucosa en sangre. Cuando la concentración de glucosa se incrementa por encima de los valores normales, el exceso es removido por la vía de la síntesis de glucógeno, glicólisis y lipogénesis. Cuando se produce un déficit de glucosa en sangre, el hígado la libera por la vía de la glucógenolisis y gluconeogénesis. Entre los principales factores controladores de los cambios reversibles entre glucógenolisis/gluconeogénesis en la etapa postabsortiva a síntesis de glucógeno y glicólisis durante la absorción se encuentran: 1. 2. 3. 4. 5. Concentración de sustratos. Niveles de hormonas. Estado de hidratación hepatocelular. Inervación hepática. Heterogeneidad zonal de los hepatocitos. La síntesis de glucógeno es estimulada por un incremento de la concentración de glucosa en sangre portal, insulina y una estimulación parasimpática. 7 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 1. 2. 3. 4. 1. 2. 3. 4. 1. Página 8 de 168 La glucógenolisis es activada por el glucagón y la actividad de los nervios simpáticos, pero inhibida por un aumento de las concentraciones de glucosa. La glicólisis es activada por concentraciones altas de glucosa en sangre portal y por insulina, mientras que la gluconeogénesis es activada primariamente por el glucagón. Metabolismo de los lípidos. Aunque el metabolismo de las grasas puede ocurrir en casi todas las células de la economía, algunos aspectos del mismo se producen con mayor rapidez en el hígado que en las demás células. Las funciones específicas del hígado en el metabolismo de los lípidos son las siguientes: Un porcentaje elevado de beta-oxidación de ácidos grasos y formación de ácido acetoacético. Formación de la mayor parte de las lipoproteinas. Formación de cantidades considerables de colesterol y fosfolípidos. Conversión de grandes cantidades de carbohidratos y proteinas en grasas. Metabolismo proteínico. A pesar de que gran parte de los procesos metabólicos de carbohidratos y grasas ocurren en el hígado, el cuerpo probablemente pudiera prescindir de tales funciones hepáticas y sobrevivir. Por otra parte, el cuerpo no puede prescindir de los servicios del hígado en el metabolismo proteínico por más de unos días, sin que se produzca la muerte. Las funciones más importantes del hígado en dicho metabolismo son: Desaminación de aminoácidos. Formación de urea para suprimir el amoniaco de los líquidos corporales. Formación de aproximadamente el 90% de todas las proteinas plasmáticas. Interconversiones entre los diferentes aminoácidos y otros compuestos importantes para los procesos metabólicos de la economía. Otras funciones metabólicas. Almacenamiento de vitaminas. 8 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR Página 9 de 168 TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 2. Formación de sustancias que intervienen en el proceso de coagulación. Incluye fibrinógeno, protrombina, factores VII, IX y X. 3. Almacenamiento de hierro. 4. Eliminación o excreción de fármacos, hormonas y otras sustancias. 3. Funciones excretoras y secretoras encargadas de formar bilis. Una de las tantas funciones hepáticas es la formación y secreción de bilis. La bilis es una secreción acuosa que posee componentes orgánicos e inorgánicos cuya osmolaridad es semejante a la del plasma y normalmente un humano adulto secreta entre 600 y 1200 ml diarios. El hígado secreta bilis en dos etapas, en la etapa inicial los hepatocitos producen una secreción que contiene grandes cantidades de ácidos biliares, colesterol y otros constituyentes orgánicos que se vierten al canalículo biliar, de ahí fluye a conductos biliares terminales continuando por conductos biliares de tamaño progresivamente mayor, y finalmente hacia el conducto hepático y el colédoco, desde el cual se vacía directamente al duodeno o se desvía por el conducto cístico hacia la vesícula biliar. En el curso que sigue la bilis por estos conductos se produce la segunda etapa de la secreción, en la cual se añade una secreción adicional que consiste en una solución acuosa de sodio y bicarbonato secretada por las células epiteliales del sistema de drenaje biliar. Almacenamiento y concentración de bilis en la vesícula biliar. La bilis es secretada continuamente por los hepatocitos y se almacena en la vesícula, se mantiene almacenada hasta que se necesita en el duodeno. Como pueden secretarse hasta 1200 ml por día de bilis y la vesícula posee un volumen máximo entre 30 y 60 ml, se impone el papel de la mucosa de la vesícula en la reabsorción de agua, sodio, cloro y otros electrolitos, fundamentalmente a través de mecanismos de transporte activo de sodio por las células epiteliales que permiten concentrar, dentro de la vesícula, el resto de los constituyentes biliares tales como: sales biliares, colesterol, lecitina y bilirrubina. Esto explica las diferencias de concentración de los constituyentes biliares en la bilis hepática y en la bilis de la vesícula, que se muestran en la siguiente tabla: CONSTITUYENTES Agua BILIS HEPÁTICA BILIS DE LA VESÍCULA 97,5 g/% 92,0 g/% Sales biliares 1,1 g/% 6,0 g/% Bilirrubina 0,04 g/% 0,3 g/% Colesterol 0,1 g/% 0,3 - 9,9 g/% Ácidos grasos 0,12 g/% 0,3 - 1,2 g/% Lecitina 0,04 g/% 0,3 g/% Sodio 145 meq/l 130 meq/l Potasio 5 meq/l 12 meq/l Calcio 5 meq/l 23 meq/l Cloruros 100 meq/l 25 meq/l Bicarbonato 28 meq/l 10 meq/l Funciones de la bilis. 1.-Las sales biliares por su acción emulsificante facilitan la digestión de las grasas en el intestino e incrementan el transporte de lípidos a través de la mucosa intestinal. Por tanto, la ausencia de sales biliares perturba la digestión y absorción de líquidos y por consiguiente también se perturba la absorción de vitaminas liposolubles como son la A, D, E y K. Un déficit de vitamina K conlleva una deficiencia en la formación a nivel hepático de 9 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 10 de 168 diversos factores de la coagulación (protrombina, factores VII, IX y X) que generan grave alteración de dichas funciones. 2.-Constituye una vía de excreción para el colesterol y la bilirrubina, siendo esta última un pigmento tóxico para el organismo. 3.-Amortigua la acidez del quimo presente en el duodeno y favorece la formación de micelas para el transporte de lípidos, gracias a su contenido en bicarbonato. 4.-Tiene una función inmunológica, ya que permite el transporte de inmunoglobulina A a la mucosa intestinal. Por la importancia clínica que posee la excreción de bilirrubina por la bilis, se hace obligatorio discutirla con más detalle. Cuando los eritrocitos han terminado su vida promedio de 120 días y son demasiado frágiles para continuar en el sistema circulatorio, se rompen sus membranas y liberan hemoglobina que es fagocitada por el sistema de macrófagos tisulares, de modo tal, que la hemoglobina se desdobla en globina y grupo hem. Posteriormente el grupo hem se abre y produce hierro libre y una cadena de cuatro núcleos pirrólicos que constituye el sustrato a partir del cual se forman los pigmentos biliares; el primero que se forma se llama biliverdina, que se reduce con gran rapidez hasta bilirrubina libre, la cual se libera desde los macrófagos hacia el plasma. Una vez en el plasma la bilirrubina libre se combina con albúmina y de esa forma se transporta en sangre. Incluso cuando está unida a la albúmina, ésta sigue llamándose “bilirrubina libre”. En plazos de unas horas la bilirrubina libre se absorbe por la membrana de la célula hepática, y en este proceso se libera de la albúmina plasmática y se conjuga con otras sustancias. Aproximadamente el 80% lo hace con ácido glucurónico para formar glucuronido de bilirrubina, un 10% se conjuga con sulfato formando sulfato de bilirrubina y el 10% restante se conjuga con gran número de otras sustancias. En estas formas se excreta la bilirrubina desde los hepatocitos por un proceso de transporte activo hacia los canalículos biliares y por el resto de las vías biliares al intestino. Una vez en el intestino cerca de la mitad de la bilirrubina conjugada se convierte por acción bacteriana en urobilinógeno, parte del cual es reabsorbido por la mucosa intestinal hacia la sangre y reexcretado nuevamente por el hígado hacia el intestino, aunque aproximadamente un 5% es excretado por los riñones a la orina. Una vez expuesto el urobilinógeno al aire en la orina se oxida a urobilina y el que está presente en las heces se oxida a estercobilina; concluyendo de esta forma la excreción de bilirrubina en la bilis. Síntesis y Utilización de los Ácidos Biliares Los productos finales de la utilización del colesterol son los ácidos biliares, sintetizados en el hígado. La síntesis de ácidos biliares es uno de los mecanismos predominantes para la excreción de exceso del colesterol. Sin embargo, la excreción del colesterol bajo la forma de ácidos biliares es insuficiente para compensar el consumo excesivo de colesterol en la dieta. 10 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 11 de 168 Síntesis de los 2 ácidos biliares más importantes, ácido cólico y ácido quenodeoxicólico. La reacción catalizada por la 7α-hidroxilasa (CYP7A1) es el paso limitante en la síntesis de ácidos biliares. La conversión de 7α-hidroxicolesterol a ácidos biliares requiere varios pasos que no se indican en detalladamente en esta imagen. Solamente los cofactores relevantes necesarios para la síntesis se indican. Los ácidos biliares más abundantes de la bilis humana son el ácido quenodeoxicólico (45%) y el ácido cólico (el 31%). A estos se los llama ácidos biliares primarios. En el intestino los ácidos biliares primarios son utilizados por las bacterias y convertidos a los ácidos de biliares secundarios, identificados como el desoxicolato (del colato) y litocolato (del quenodeoxicolato). Los ácidos biliares primarios y secundarios son reabsorbidos por el intestino y llevados de nuevo al hígado por la circulación portal. 11 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 12 de 168 Estructuras del ácido cólico conjugado Dentro del hígado el grupo carboxilo de los ácidos biliares primarios y secundarios se conjuga vía un enlace de la amida a la glicina o taurina antes de ser re-secretados en los canalículos biliares. Estas reacciones de la conjugación producen gluco-conjugados y tauro-conjugados, respectivamente. Los canalículos biliares se unen con los ductos biliares, que entonces forman los conductos biliares. Los ácidos biliares son llevados desde el hígado a través de estos conductos a la vesícula biliar, donde se almacenan para su futuro uso. El destino final de los ácidos biliares es su secreción en el intestino, en donde ayudan en la emulsificación de los lípidos de la dieta. En el intestino se quitan los residuos de glicina y taurina y los ácidos biliares se excretan (solamente un pequeño porcentaje) o son reabsorbidos por el intestino y devueltos al hígado. Este proceso de la secreción del hígado a la vesícula biliar, a los intestinos y finalmente re-absorción se llama la circulación entero hepática. Regulación de la Síntesis de Ácidos Biliares Los ácidos biliares, en particular ácido chenodeoxycholic (CDCA) y ácido cólico (AC), puede regular la expresión de genes implicados en su síntesis, por lo tanto, la creación de un bucle de retroalimentación. El elucidación de esta vía de reglamentación se produjo como consecuencia de la el aislamiento de una clase de receptores de la llamada farnesoid X receptores, FXRs. El FXRs pertenecen a la superfamilia de receptores nucleares, que incluye la esteroides / receptor de la hormona tiroidea familia, así como los receptores del hígado X (LXRs), los receptores X retinoides (RXRs), y el proliferador de peroxisoma activados por los receptores (PPARs). Existen dos genes que codifican FXRs identificados como FXRα y FXRβ. En los seres humanos, por lo menos cuatro isoformas FXR han sido identificadas como derivados de la FXRα de genes como resultado de activación de los distintos promotores y la utilización del splicing alternativo; FXRα1, FXRα2, FXRα3, y FXRα4. El gen FXR también es conocido como el gen NR1H4 (subfamilia de receptores nucleares de 1, grupo H, miembro 4). La FXR los genes se expresan en niveles más altos en el intestino y el hígado. Al igual que todos los receptores de esta superfamilia, se une el ligando del receptor en el citoplasma y luego el complejo migra al núcleo y forma un heterodimer con otros miembros de la familia. FXR forma un heterodimer con los miembros de la RXR familia. Tras heterodimer formación del complejo se une a las secuencias de genes diana en respuesta a la hormona llamada elementos (HREs) lo que regula la expresión. Uno de los principales objetivo de FXR es el socio pequeño heterodimer (SHP) de genes. La activación de expresión por SHP FXR resultados en la inhibición de la transcripción de genes diana SHP. De importancia a síntesis de ácidos biliares, SHP reprime la expresión del colesterol 7-hidroxilasa gen (CYP7A1). CYP7A1 es la enzima que limita la velocidad en la síntesis de los ácidos biliares a partir del colesterol. En la tradición de la medicina ayurvédica, la resina que es recolectada por tocando el tronco de un árbol se llama guggul (o guggal). El colesterol reducción de la acción de la guggul Mukul árbol de la mirra (Commiphora mukul) de la India es que un componente lipídico de este extracto llamado guggulsterone (también llamado guggul lípidos) es un antagonista de FXR. Sin embargo, en Además de sus efectos sobre la función FXR, guggulsterone ha demostrado activar el receptor de pregnane X (PXR), que es otro miembro de la central nuclear superfamilia de los receptores. PXR es reconocido por los receptores de ácido lithocholic y otros ácidos biliares precursores. PXR activación conduce a la represión de la síntesis de ácidos biliares, debido a su física asociación con factor nuclear de hepatocitos 4α (HNF-4α) causantes de este factor de transcripción que no podrán asociarse con la co-activador transcripcional PGC-1α (PPARγ co-activador 1α), que en última instancia conduce a la pérdida de la activación del factor de transcripción CYP7A1. La expresión de otros genes implicados en la síntesis de ácidos biliares es también reguladas por FXR acción. La acción de FXR puede ser para inducir o reprimir la expresión de estos genes. Genes que son reprimidos, además de CYP7A1 incluir SREBP-1c, esteroles 12α-hidroxilasa (gen simbolo=CYP8B1), y transporte de solutos familia 10 (sodio / cotransportador familia de ácidos biliares), miembro 1 (gen simbolo=SLC10A1). Este + último gen es identificado como el Na -taurocholate cotransporting polipéptido (NTCP). Genes que, además de la SHP, åre inducido por el hígado FXR incluir la exportación de bombas de sales biliares (BSEP), multirresistencia proteína 3 (MDR3), y la resistencia a múltiples proteínas asociadas 2 (MRP2). Este último dos genes están involucrados en la exportación de compuestos orgánicos y se identificaron basada a su capacidad de transporte de drogas en las células de ese modo, permitir que las células para resistir los efectos de las drogas administradas. De las principales clínicas importancia es que muchos de estos genes diana FXR han 12 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 13 de 168 estado implicados en colestásica heredó varios trastornos hepáticos. Las mutaciones en BSEP y MDR3 åre asociados a colestasis intrahepática familiar tipo 2 y 3, respectivamente. En MRP2 mutaciones se asocian con síndrome de Dubin-Johnson una forma heredada de la hiperbilirrubinemia. Importancia Clínica de la Síntesis de los Ácidos Biliares Los ácidos biliares realizan cuatro funciones fisiológicas importantes: 1. su síntesis y subsiguiente excreción en las heces representan el único mecanismo significativo para la eliminación del exceso de colesterol. 2. los ácidos biliares y los fosfolípidos solubilizan el colesterol en la bilis, de tal modo previenen la precipitación del colesterol en la vesícula biliar. 3. facilitan la digestión de triglicéridos dietéticos actuando como agentes emulsificadores que hacen a las grasas accesibles a las lipasas pancreáticas. 4. facilitan la absorción intestinal de vitaminas solubles en la grasa. En los últimos años nuevos conocimientos sobre la actividad biológica de los ácidos biliares se han dilucidado. Tras el aislamiento y la caracterización de la farnesoid X receptores (FXRs, véase más arriba), para que los ácidos biliares son los ligandos fisiológicos, la funciones de los ácidos biliares en la regulación de la homeostasis de la glucosa y de lípidos se ha comenzado a surgir. Como se indicó anteriormente, la unión de los ácidos biliares a FXRs resultados atenuados en la expresión de varios genes implicados en el total de ácidos biliares la homeostasis. Sin embargo, los genes implicados en el metabolismo de los ácidos biliares no son las únicas los que están regulados por FXR acción como consecuencia de la encuadernación de ácidos biliares. En el hígado, FXR se tiene conocimiento de regular la expresión de genes implicados en metabolismo de lipoproteínas (por ejemplo, apoC-II), el metabolismo de la glucosa (por ejemplo, PEPCK), y hepatoprotection (por ejemplo, CYP3A4, que fue originalmente identificado como nifedipino oxidasa; nifedipino ser miembro de los medicamentos bloqueadores de los canales de calcio). Además de sus funciones en la emulsificación de lípidos en el intestino y la activación de FXR, los ácidos biliares participar en varios de transducción de señales procesos a través de la activación de c-JUN-cinasa Nterminal (JNK), así como la mitógeno-activada proteína quinasa (MAPK) vía. Otros miembros de la central nuclear familia de receptores que son activados por los ácidos biliares son los pregnane X receptor (PXR), la androstane constitutiva del receptor (CAR), y el receptor de la vitamina D. Un adicionales del receptor activado en respuesta a los ácidos biliares que pueden tener implicaciones para el control de la obesidad es el Gproteína transmembrana junto bilis los receptores de ácido 1 (originalmente identificado como TGR5). La activación de TGR5 en marrón tejido adiposo en los resultados de activación de thermogenin (disociación de proteínas 1, UCP1) conduce a mayor gasto de energía. Así, cada vez es más claro que los ácidos biliares servir no sólo como funciones intestinales lípidos emulsionantes, sino como participantes importantes en numerosos bioquímicos y procesos fisiológicos. 13 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 14 de 168 2.-MAGNITUDES BIOQUÍMICAS PARA LA INVESTIGACIÓN DE ENFERMEDADES HEPATOBILIARES.VALORACIÓN BIOQUÍMICA HEPÁTICA Dentro de los denominados test de función hepática (TFH) se incluyen varios parámetros bioquímicos como son la aspartato aminotransferasa (AST), alanino aminotransferasa (ALT), gammaglutariltranspeptidasa (GGT), fosfatasa alcalina (FA), bilirrubina, albúmina y actividad de protrombina. Sin embargo, dicha terminología no es del todo exacta ya que de todos ellos, sólo los tres últimos miden la capacidad funcional del hígado, siendo los demás potenciales indicadores de daño hepático. Debido a la gran frecuencia con que dichos test son incluidos dentro de programas de screening, tanto de pacientes sintomáticos como asintomáticos, un problema habitual en la práctica clínica consiste en realizar una correcta interpretación de los resultados obtenidos. Para ello, en primer lugar hay que tener en cuenta que el rango de normalidad para cualquier test de laboratorio, se encuentra en el intervalo comprendido entre ± 2 desviaciones estándar en relación al valor medio obtenido a partir de una población sana de similares características. Según este criterio, hasta un 5 % de la población sana a la que se solicitan pruebas de función hepática presentan al menos un valor alterado. Por otra parte, unos resultados normales no excluyen con total seguridad la existencia de patología hepática. Dos ejemplos de ello son la hepatitis crónica por VHC en la que es característico la existencia de un patrón fluctuante en los valores de las transaminasas a lo largo del tiempo o bien la cirrosis avanzada donde podemos encontrar un perfil hepático dentro de los valores normales. En segundo lugar, los parámetros incluidos en dichos test no son órgano-específicos y pueden reflejar tanto patología hepática como a otros niveles. Así, podemos encontrar hiperbilirrubinemia aislada en casos de hemólisis , elevaciones de la fosfatasa alcalina sin otros parámetros hepáticos alterados en casos de patología ósea o elevaciones de la ALT tras ejercicio físico, patología muscular o hipotiroidismo (1,2). De todo esto se deduce, que una adecuada interpretación de los resultados de cualquier test de función hepática debe ir siempre precedida de una rigurosa historia clínica en la que se recojan los síntomas y signos que presenta el paciente , realizando especial hincapié en potenciales factores de riesgo sexual o parenteral (transfusión, consumo de drogas por vía parenteral, etc.), existencia de enfermadades concomitantes y consumo de alcohol, fármacos o productos de herboristería. En aquellos casos en los que encontremos datos clínicos que orienten hacia una determinada patología concreta se realizaran los test serólogicos y pruebas complementarias que permitan confirmar dicho diagnóstico. Sin embargo, en un porcentaje no despreciable de casos el paciente se encuentra asintomático y no existen datos en la anamnesis que nos permitan realizar un diagnóstico de presunción. Es en estas situaciones , en las que basándonos en las características de cada sujeto (sexo, edad, raza, patología concomitante ,etc…) y grado de alteración de los TFH deberemos plantearnos cual sería la conducta más apropiada desde un punto de vista coste-efectivo. Son numerosos los estudios realizados para conocer cuales son la causas más frecuentes de hepatopatía en pacientes asintomáticos con elevación de alguno de los test de función hepática. En la mayoría de los casos, tras completar el estudio mediante múltiples test serológicos y biopsia hepática la patología más frecuente encontrada fue la esteatosis hepática(hasta un 40%) existiendo un porcentaje no despreciable de casos (hasta 25% en algunos estudios) donde la biopsia no aportó ningún dato que orientara hacia un diagnostico etiológico concreto (3). A continuación se realiza una breve revisión sobre la conducta a seguir ante un paciente asintomático con alteración de los TFH. Desde un punto de vista conceptual los trastornos en la pruebas de función hepática se pueden dividir en dos grandes grupos: –Patrón citolítico: en el que predomina la elevación de la transaminasas. –Patrón colestásico: elevación preponderante de la fosfatasa alcalina, generalmente acompañado de aumento de la gammaglutariltranspeptidasa con o sin elevación de la bilirrubina. Debe tenerse muy en cuenta que ninguna de las llamadas pruebas de función hepática son totalmente específicas, ni valoran exclusivamente alguna de las funciones que desempeña el hígado, de tal forma que pueden encontrarse alteradas por trastornos o incluso circunstancias fisiológicas que atañen a otros órganos, sistemas o tejidos. También debe considerarse que la extirpación de grandes áreas del hígado no afecta de forma sustancial a muchas de las funciones que ejerce este órgano. De ello cabe deducir que las hepatopatías leves no van a poder ser detectadas por disfunciones importantes que se reflejen en grandes cambios de las pruebas usuales de laboratorio. En la tabla . se muestran las principales pruebas de laboratorio de interés en el diagnóstico de las hepatopatías. 14 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 15 de 168 sustratos séricos bilirrubina, hierro, amonio, ácidos biliares, colesterol, triglicéridos enzimas séricas ALT, AST, GGT, FAL, colinesterasa, glutamato-deshidrogenasa excreción de colorantes rosa de Bengala y bromosulfoftaleína coagulación proteínas plasmáticas lipoproteínas plasmáticas detección de antígenos y anticuerpos Tabla . Pruebas de laboratorio de interés en la evaluación de la función hepática 15 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 16 de 168 16 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 17 de 168 17 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 18 de 168 A continuación se exponen las magnitudes de laboratorio con mayor valor semiológico para el estudio de las enfermedades hepatobiliares. • Sustratos séricos: bilirrubina y amonio. • Enzimas séricas: aminotransferasas, fosfatasa alcalina, γ-glutamiltransferasa, colinesterasa. • Tiempo de protrombina • Proteínas plasmáticas: proteínas totales y albúmina • Detección de marcadores serológicos y ácidos nucleicos • Marcadores de fibrosis hepática • Marcadores de hepatitis autoinmune Las pruebas de laboratorio son usadas por los médicos para el diagnóstico, seguimiento, y pronóstico en pacientes con enfermedad hepática. Un número de factores, primariamente preanalíticos y analíticos, afectan la certeza de los resultados de las pruebas. Las principales características de cualquier prueba son su desvío y su imprecisión. El desvío es primariamente una característica analítica, por la cual los resultados reportados difieren del valor verdadero. La imprecisión, o falta de reproducibilidad, se debe tanto a factores fisiológicos como analíticos. En el estado basal, los resultados de las pruebas fluctúan en un individuo debido al azar y a la variación predecible; esto se denomina variación intraindividual. El grado de variación puede estar incrementado bajo ciertas condiciones, tales como ingesta de comida, hora del día, ejercicio, enfermedad aguda, u otras formas de estrés. En general, para muchas pruebas, hay también diferencias significativas de una persona a otra, lo que se denomina variación interindividual. La variación intraindividual, interindividual, y las causas analíticas de variación deben ser consideradas en la interpretación de los resultados de las pruebas de laboratorio como indicando un cambio en el estado de salud de un individuo. Las especificaciones para la realización de las pruebas sirven como una guía para el laboratorio del grado de variación analítica que permitirá al médico determinar con certeza el estado fisiológico de un individuo. Las especificaciones para la realización pueden ser establecidas por diferentes métodos, incluyendo (en orden decreciente de importancia) estudios médicos, datos de variación biológica, opiniones de médicos o de sociedades de profesionales, o datos de pruebas de aprovechamiento, o directivas gubernamentales . Los objetivos de la realización deben especificar la imprecisión aceptable, el desvío, y el error total (desvío + 1.65 * imprecisión). Cuando los objetivos son derivados de datos biológicos, el objetivo target para la imprecisión es menos de la mitad de la variación intraindividual para la prueba, mientras que el objetivo para el desvío es menor que un cuarto del promedio de la variación intraindividual (cv1) e interindividual (cvg), calculado 2 2 como 1/4 (cvi + cvg ) . La Tabla resume los datos publicados sobre las especificaciones de realización y de precisión en el laboratorio para pruebas relacionadas a la función y lesión hepáticas. Tabla . Especificaciones de realización y precisión para pruebas de hígado (porcentaje). 18 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 19 de 168 Intervalos de referencia A fin de determinar la probabilidad de que una enfermedad esté presente, los resultados de una prueba son típicamente comparados con valores obtenidos a partir de individuos sanos; el rango de tales resultados es denominado intervalo de referencia, en tanto que los extremos superior e inferior del intervalo son denominados límites de referencia superior e inferior, respectivamente. La mayoría de los laboratorios publica un único intervalo de referencia para casi todas las pruebas de laboratorio, definido como el intervalo central con el 95% de los resultados, obtenidos a partir de personas sanas. En muchos casos, hay factores reconocidos que pueden afectar los resultados de las pruebas sin indicar la presencia de enfermedad, particularmente cuando sólo es usado un intervalo de referencia. Para cada una de las pruebas de laboratorio listadas existen factores que afectan a los resultados y que son resumidos en tablas y figuras. Para algunas pruebas los límites de referencia son definidos por consecuencias en la salud; como ejemplos se incluyen los límites de referencia usados corrientemente para el colesterol y la glucosa en ayunas. El uso de límites de referencias basados en consecuencias. también requiere un alto grado de estandarización de la determinación entre laboratorios para asegurar que los resultados de todos los laboratorios tengan una relación similar con el límite superior del intervalo de referencia. Mientras datos de estudios acerca de la probabilidad de transmisión de infección luego de una transfusión sugieren que una consecuencia basada en el límite superior de referencia puede ser apropiada para ALT, no hay suficiente estandarización de las determinaciones ALT entre laboratorios para permitir el uso de tal aproximación. en la actualidad. No hay datos sobre límites de referencia basados en consecuencias para otras pruebas de función y lesión hepáticas. ALGORITMOS DIAGNÓSTICOS EN EL ESTUDIO DE LA ENFERMEDAD HEPÁTICA El estudio de los pacientes con enfermedad hepática debe dirigirse a establecer el diagnóstico etiológico, determinar la gravedad de la enfermedad (grado) y establecer el estadio de la enfermedad (estadificación). El diagnóstico etiológico debe centrarse en el tipo de enfermedad, por ejemplo lesión hepatocelular o colestásica. El grado se refiere a la valoración de la gravedad o actividad de la enfermedad: activa o inactiva, leve, moderada o grave. En la estadificación se estima el punto de la evolución natural en que se encuentra la enfermedad, si es aguda o crónica, precoz o tardía, precirrótica, cirrótica o terminal. 19 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 20 de 168 Diversas pruebas bioquímicas son útiles para estudiar y tratar a los pacientes con alteración de la función hepática. Estas pruebas pueden utilizarse para detectar la presencia de enfermedad hepática, distinguir algunos tipos de trastornos del hígado, valorar la magnitud de una lesión hepática conocida o vigilar la respuesta al tratamiento. Pero estas pruebas hepáticas tienen sus limitaciones, por ello para incrementar tanto la sensibilidad como la especificidad de las pruebas de laboratorio de detección de enfermedad hepática es preferible utilizarlas como una batería. Las más utilizadas en la práctica clínica son las pruebas de bilirrubina, aminotransferasas, fosfatasaalcalina, albúmina y tiempo de protrombina. Cuando más de una de estas pruebas es anormal o cuando la alteración persiste en determinaciones seriadas, la probabilidad de que exista una enfermedad hepática es elevada. Si todos los resultados son normales, la probabilidad de haber pasado por alto una enfermedad hepática oculta es baja . En cambio el patrón de las alteraciones de alguna de estas pruebas generalmente apunta a una enfermedad hepática hepatocelular o colestática y ayuda a decidir si la alteración es aguda o crónica y si hay cirrosis e insuficiencia hepática. Basándose en estos resultados se pueden solicitar pruebas diagnósticas adicionales. Otras pruebas de laboratorio de gran utilidad son determinación de glutamiltranspeptidasa, serología de hepatitis, marcadores autoinmunitarios, para diagnosticar cirrosis biliar primaria (anticuerpos antimitocondriales AMA), colangitis esclerosante (anticuerpo anticitoplasma neutrofílico perinuclear P-ANCA]), hepatitis autoinmunitaria (anticuerpos antinucleares, antimúsculo liso y antimicrosomas hepáticos-renales), etc. ESTRATEGIA DIAGNOSTICA Mediante la combinación de diversas pruebas bioquímicas se puede ayudar al reconocimiento y caracterización de la lesión hepática presente, aunque posteriormente deberá ser diagnosticada con mayor exactitud a través de otras pruebas más específicas. En la práctica clínica encontramos que: • El patrón bioquímico de las pruebas de la función hepática nos permite identificar los diferentes tipos de hepatitis aguda (tabla 10). • Las AMN y la ALP son las pruebas más usadas para la diferenciación de la enfermedad hepatocelular de la colestásica (figura 1). En la enfermedad hepatocelular, la actividad de la AST generalmente es > 3 veces el LSR y la de la ALP < 3 veces el LSR, en menos del 10% de los casos es > 3 veces el LSR. Mientras que en la enfermedad colestásica, la AST generalmente es < 3 veces el LSR y la ALP > 3 veces el LSR. • Ante un incremento de la ALP en el adulto (figura 2) es necesario confirmar que es de origen hepatobiliar, esto se puede conseguir mediante la actividad de la GGT, que aumenta de forma paralela a la ALP permitiéndonos diferenciar una enfermedad obstructiva del hígado de una etiología no hepatobiliar. • Niveles séricos normales de BT, AST y ALT con aumento de ALP (de origen hepático) sugieren obstrucción de un conducto hepático, enfermedad metastásica o infiltrativa del hígado. • Medidas seriadas del TP pueden ser usadas para diferenciar entre colestasis y enfermeda hepatocelular. En las hepatopatías colestásicas es frecuente el alargamiento del TP, que se corrige con la administración de vitamina K por vía parenteral, lo cual no ocurre en casos de disfunción hepatocelular. • La hiperbilirrubinemia aislada, sin alteración de las demás pruebas de función hepática, es típica de la enfermedad hemolítica o alteraciones aisladas del metabolismo de la bilirrubina . La presenciade bilirrubina en orina indica un aumento de la BD sérica y excluye la hemólisis como causa. Interpretación del panel hepático El primer paso en la evaluación de sospecha de disfunción hepática es determinar la presencia o ausencia de d año hepático; el segundo paso es decidir si el daño es necrosis celular oc olestasis; el tercer paso es identificar la enfermedad particular y el cuarto paso es determinar laseveridad [5]. A continuación se interpretan los resultados de las pruebas del panel de función hepática y su asociación con la clínica. Detección de enfermedad hepática En ausencia de cualquier sospecha clínica, la combinación de unos resultados normales de ALT, ALP, fosfatasa alcalina y bilirrubinas total y directa, prácticamente excluyen enfermedad hepática activa; por otro lado, la presencia de cualquier anormalidad en alguna de ellas, por ligera que sea, no excluye la enfermedad hepática 20 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 21 de 168 Si la historia clínica o el examen físico dan sospecha de disfunción hepática, los resultados del panel de función hepática dentro de los límites de referencia no excluyen enfermedad . Rara vez se encuentran pacientes asintomáticos cuando las aminotransferasas se encuentran con valores por encima de 1.000 UI/L. La bilirrubina total no es un indicador sensible de daño hepático . La ictericia clínica aparece cuando los valores séricos de bilirrubina total superan los 2,5 mg/ dL . La presencia de bilirrubina directa mayor de1 mg/dL en un lactante, siempre indica enfermedad . Aumentos de la fosfatasa alcalina preceden la aparición clínica de la ictericia . Necrosis celular versus colestasis La ALT y la AST son los indicadores más sensibles de necrosis celular . El daño de la membrana de los hepatocitos causa la salida de las aminotransferasas a la circulación, tienen alta sensibilidad pero son relativamente inespecíficas de daño hepatocelular, siendo la ALT más hepato-específica que la AST, ya que la mayor parte de su producción se limita al hígado, mientras la AST se produce además en tejidos como músculo cardiaco y esquelético, riñón y glóbulos rojos [36-38]. Actividad de las aminotransferasas marcadamente elevada, mayor de 10 veces los valores de referencia (mayor de 500 UI/L), con valores de fosfatasa alcalina menores de 3 veces los valores de referencia son sugestivos de necrosis celular en la hepatitis viral aguda [5, 32, 36, 39]. 21 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 22 de 168 Entre más alta sea la relación ALT/fosfatasa alcalina, más probable es el diagnóstico de necrosis celular aguda; hay excepciones, en la hepatitis aguda alcohólica tanto la ALT como la AST tienen generalmente menos de 10 veces los valores de referencia y en la colangitis ascendente causada por coledocolitiasis, la AST y la ALT pueden elevarse en mayor proporción que la fosfatasa alcalina . La fosfatasa alcalina es el mejor indicador de obstrucción biliar pero no diferencia colestasis intrahepática de extrahepática . En la obstrucción biliar (colestasis) puede observarse aumento de 3 a 10 veces los valores de referencia de fosfatasa alcalina, con aumento de las aminotrasferasas menos de 10 veces sus valores de referencia . Diagnóstico específico En la hepatitis viral aguda, la relación AST/ALT es usualmente menor de 1, mientras que en la hepatitis alcohólica aguda, la relación generalmente es mayor de 2 . En el daño hepático crónico por alcohol, la relación AST/ALT es usualmente mayor de 1, pero este patrón también es encontrado en otras variedades de daño hepático crónico, como son cirrosis, metástasis hepática y colestasis extra e intrahepática. En pacientes con cirrosis o hipertensión portal con una relación AST/ALT mayor de 3 sugiere cirrosis biliar primaria]. Valores de AST y ALT incrementados 30 a 50 veces los valores de referencia se presentan enla hepatitis viral aguda; valores marcadamente elevados (por ejemplo, mayores de 100 veceslos valores normales) son raros y sugieren hepatitis isquémica (por ejemplo por falla cardiaca),hepatitis tóxica (por ejemplo por tetracloruro de carbono o intoxicación por acetaminofén) o hepatitis por el virus herpes simplex . „„Valores marcadamente elevados (más de 100 veces los valores normales) de AST y ALT, acompañados de in crementos comparables de la LDH sugieren necrosis isquémica . „„Pequeños incrementos de AST con ALT normal aunque podrían ser causados por un daño hepático alcohólico oculto, usualmente se deben a una causa no hepática que elevan la AST „„Incrementos leves a moderados de ALT y AST son típicos del daño hepático crónico, valores en este rango con una relación AST/ALT menor de 1 ayudan a distinguir esteatohepatitis no alcohólica de la enfermedad hepática relacionada con el alcohol . „„Un aumento rápido de las aminotranferasas hasta valores muy altos (por ejemplo, mayoresde 600UI/L, y con frecuencia mayores de 2.000UI/L), seguido de una disminución brusca después de 12 a 72 horas es típico de obstrucción aguda del conducto biliar . „„Cuando los incrementos de AST/ALT se acompañan de proteínas totales aumentadas y albúmina disminuida se debe considerar la posibilidad de necrosis celular activa crónica, posiblemente por una hepatitis crónica autoinmune . „„Un predominio de fosfatasa alcalina (3 a 10 veces los valores normales) sobre ALT y AST (menos de 10 veces los valores normales), favorece el diagnóstico de colestasis, sobre todo si se acompaña de aumento de la bilirrubina total y de la directa (relación bilirrubina directa/bilirrubina total mayor de 40%). El patrón colestásico puede deberse a obstrucción extrahepáticao colestasis intrahepática difusa debido a drogas o a cirrosis biliar primaria . „„Un predominio de la fosfatasa alcalina (2 a 10 veces los valores de referencia) y de la LDHsobre las transaminasas con bilirrubina normal sugiere enfermedad intrahepática focal (porejemplo, metástasis, amiloidosis, absceso, linfoma, leucemia o enfermedad granulomatosa) . „„En el adulto hombre o mujer no embarazada el origen de una fosfatasa alcalina elevada se deriva del hígado o del hueso, cuando se acompaña de un aumento de la bilirrubina o de evidencia de enfermedad hepática, se confirma el origen hepático . „„La manera más práctica de diferenciar entre el origen hepático u óseo de una elevación de la Fosfatasa alcalina es realizando una determinación de la gammaglutamiltransferasa (GGT); enenfermedad hepática se incrementa en mayor proporción comparado con el límite superior normal, si por el contrario la GGT es normal o sólo ligeramente elevada la fuente de la fosfatasa alcalina es de origen óseo . „„Una relación GGT/fosfatasa alcalina mayor de 5 apoya la presencia de hepatopatía de origen alcohólico . „„Aumentos aislados de la fosfatasa alcalina, con el resto del panel hepático normal, generalmente tienen origen en una enfermedad ósea . „„Incrementos fisiológicos de la fosfatasa alcalina se encuentran en niños y adolescentes, en elt ercer trimestre del embarazo, en individuos del grupo sanguíneo O y B, y en individuos con fenotipo secretor después de una comida grasa . Incrementos de la bilirrubina total con una relación directa/total menor de 20%, indican hemólisis o 22 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 23 de 168 síndrome de Gilbert y en ambos casos la bilirrubina total es usualmente menor de 3a 4 mg/dL y rara vez mayor 6 mg/dL. „„Una relación de la bilirrubina directa/bilirrubina total entre 20% y 40% apoya la existencia de necrosis hepatocelular más que una obstrucción extrahepática o alteraciones del metabolismo de la bilirrubina, como son el síndrome de Dubin-Johnson y el síndrome de Rotor [3]. „„Relación bilirrubina directa/bilirrubina total entre 40% y 60% se produce cuando hay daño hepatocelular o colestasis extrahepática. „„Una relación bilirrubina directa/bilirrubina total mayor de 50% apoya la existencia de una colestasis e xtrahepática más que la existencia de daño hepatocelular. „„En la hemólisis no complicada, a excepción que ésta coexista con una enfermedad hepatobiliar, la bilirrubina total sérica no supera valores de 5 mg/dL. „„En general, en la ictericia hepatocelular el aumento del nivel sérico de la bilirrubina total es menor (menos de 10 mg/dL) que en los carcinomas periampulares (menor de 20 mg/dL) o en la colestasis intrahepática o extrahepática. „„Un aumento del nivel sérico de bilirrubina con fosfatasa alcalina normal sugiere hiperbilirrubinemias o estados hemolíticos constitucionales . „„Incrementos de la bilirrubina con elevación de la fracción directa ocurre tanto en necrosiscelular como en la colestasis y usualmente no son útiles para distinguir una de otra; sin embargo, en la obstrucción extrahepátic a las concentraciones de bilirrubina rara vez excedenl os 25 mg/dL (debido en parte por el equilibrio de la excreción renal y la conversión de la bilirrubina a otros metabolitos), mientras que en la necrosis celular aguda severa puedenpresentarse valores que exceden los 25 mg/dL (en parte debido a la insuficiencia renal y a la hemólisis concomitante) . Severidad de la enfermedad El panel de función hepática es de mayor utilidad como ayuda diagnóstica que como indicador de severidad de la enfermedad . La ALT y la AST son pobres indicadores de la severidad del daño hepático agudo, la bilirrubina total y la albúmina son más útiles en este contexto . Una AST que alcanza un pico de 1.000 a 9.000 UI/L y disminuye en un 50% al cabo de tres días, y hasta menos de 100 UI/L al cabo de 1 semana, sugiere hígado de shock con necrosis centrolobular, por ejemplo como consecuencia de una insuficiencia cardiaca congestiva, arritmias, sepsis o hemorragias gastrointestinales . La bilirrubina total no siempre refleja el grado de daño hepático. En hepatitis viral aguda, valores de bilirrubina total mayores de 25 mg/dL indican daño hepático severo . En la hepatitis alcohólica aguda una bilirrubina total mayor de 5 mg/dL indica un pronóstico pobre. En la enfermedad hepática crónica los valores de albúmina disminuyen con la progresión a la cirrosis . El mejor indicador de severidad de daño hepático celular es el tiempo de protombina (TP); un TP mayor de 3 segundos por encima del límite superior de referencia indica daño hepático severo . Un TP notablemente prolongado es un buen índice de lesión hepática grave en la hepatitis y cirrosis, además de presagiar el inicio de una cirrosis hepática fulminante . Índices pronósticos La valoración adecuada del pronóstico de vida en pacientes portadores de cirrosis es de gran relevancia clínica, en cuanto contribuye a tomar decisiones de manejo en diferentes escenarios clínicos tales como la indicación de cirugía, shunt portosistémico intrahepático transyugular (TIPS) o trasplante hepático. En los últimos cincuenta años se han desarrollado diversas herramientas clínicas con este propósito. Una de las más 26 conocidas y utilizadas es la escala de Child-Pugh, diseñada en 1964 por Child y Turcotte y posteriormente modificada por Pugh ( tabla 2) . Esta escala fue diseñada para evaluar la mortalidad asociada a la cirugía de transección de varices esofágicas, pero con el tiempo se extendió a la evaluación de mortalidad de pacientes cirróticos a 1–2 años de plazo, sin mediar cirugía. Esta clasificación tiene limitaciones, como la inclusión de dos variables cuya evaluación puede ser subjetiva, por lo que hace una década, investigadores de la Clínica Mayo en Estados Unidos desarrollaron el sistema de puntuación de MELD (model end-stage liver disease) 23 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 24 de 168 Tabla 2. Índices pronósticos usados en la practica clínica en cirrosis. Puntuación de Child-Pugh y mortalidad asociada 1 Punto 2 Puntos 3 Puntos Bilirrubina (mg/dl) <2 2-3 >3 Albúmina (g/dl) > 3,5 2,8-3,5 < 2,8 INR < 1,7 1,7-2,3 > 2,3 Ascitis Ausente Responde a diuréticos Ascitis refractaria Encefalopatía Ausente Grado I-II Grado III-IV La puntuación de Child-Pugh (5–15 puntos) es el resultado de la suma de la puntuación de cada una de las 5 variables. De esa forma se determina: Child A: 5–6 puntos; mortalidad 0% a 1 año y 15% a los 2 años; Child B: 7–9 puntos; mortalidad 20% a 1 año y 40% a los 2 años; Child C: 10–15 puntos; mortalidad 55% a 1 año y 65% a los 2 años. Las características de este índice y su amplio uso en la asignación de órganos para trasplante hepático han determinado que sea hoy considerada la mejor herramienta para estimar el pronóstico a corto plazo de pacientes con cirrosis El sistema MELD se desarrolló a partir del análisis de 231 pacientes cirróticos que fueron sometidos a la colocación de un TIPS. Mediante un riguroso análisis estadístico se derivó una fórmula para predecir la mortalidad asociada a la intervención basada en 3 variables objetivas: bilirrubina (mg/dl), creatinina (mg/dl) y tiempo de protrombina (INR). La puntuación de MELD se correlacionó con la mortalidad observada a los 3 meses en estos pacientes ( tabla 3) El índice MELD fue levemente modificado por la UNOS (United Network for Organ Sharing) para ser introducido oficialmente en el año 2002 como el método oficial de priorización de pacientes en lista de espera para trasplante hepático con donante cadavérico en Estados Unidos. De esta forma, se estableció una política de asignación de órganos basada en la gravedad del paciente y no en la antigüedad en la espera del órgano. Este índice se aplica hoy en día en muchas unidades de trasplante hepático. Tabla 3. Índice de M y mortalidad en la cirrosis Índice de M Mortalidad a los 3 meses <9 1,9% 10-19 6% 20-29 19% 30-39 52,3% > 40 71,3% MELD score = 9,57 Ln (creat, mg/dl) + 3,78 Ln (Bil, mg/dl) + 11,2 Ln (INR) + 6,43. Datos tomados de Wiesmar 29 R, et al . El índice MELD ha sido validado en diversas publicaciones de pacientes cirróticos de diversas etiologías y con diferente grado de gravedad. Todos los estudios han demostrado que el índice MELD es reproducible y con una excelente capacidad predictiva de la mortalidad de pacientes cirróticos ambulatorios y hospitalizados, tanto a los 3 meses como al año. Por otra parte, en un análisis retrospectivo de pacientes con puntuación de MELD igual o menor a 14 se determinó que éstos presentan una supervivencia sin trasplante igual o superior a su pronóstico al recibir un órgano. Por este motivo, se recomendó que fuesen candidatos a 29 trasplante los pacientes con puntuación de MELD superior a 15 . Una excepción a la priorización por puntuación de MELD la constituyen los pacientes que presentan un hepatocarcinoma con indicación de trasplante hepático. Monitorización de la enfermedad hepática Las determinaciones seriadas de las aminotransferasas revelan la actividad clínica de la enfermedad hepática . Un aumento aislado de GGT es una prueba de tamización y monitorización del alcoholismo. El aumento de GGT debido a alcohol o fármacos anticonvulsionantes no se acompaña de un aumento de la fosfatasa alcalina . 24 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 25 de 168 En la tabla 4 se enuncian las pruebas hepáticas más utilizadas, de acuerdo con la sospecha clínica . Otros exámenes de laboratorio En la práctica clínica rutinaria, la triada historia clínica, examen físico y panel hepático generalmente logra un re sultado adecuado desde el punto de vista diagnóstico. Ocasionalmente se requieren exámenes adicionales, algunos fácilmente disponibles en los laboratorios clínicos, otros requieren ser referidos a laboratorios especializados de muy alta complejidad 25 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 26 de 168 26 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 27 de 168 27 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 28 de 168 28 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 29 de 168 29 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 30 de 168 30 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 31 de 168 2.1 EXCRECIÓN DE COLORANTES En este tipo de pruebas se evalúa la función hepática por su capacidad de eliminar determinados colorantes de la circulación. Se han empleado el rosa de Bengala, bromosulfoftaleína (BSP) y verde de indocianina. En la actualidad son pruebas de escaso uso al poderse obtener una similar información con otras pruebas más sencillas. En la prueba de excreción de BSP, se administra el colorante por vía intravenosa y se mide su concentración en suero a los 45 minutos. Si la función hepática es normal y la circulación hepática adecuada, al cabo de este tiempo queda menos de un 5% del colorante administrado. El hígado capta activamente el colorante de la circulación, lo almacena temporalmente unido a proteínas, lo conjuga con glutatión y, finalmente, lo excreta en los canalículos biliares. La obtención de resultados normales elimina virtualmente cualquier grado significativo de afectación del parénquima hepático. No obstante, la gran sensibilidad de la prueba conlleva la existencia de un gran número de causas extrahepáticas de valores anormales. Las limitaciones de diversas pruebas bioquímicas llevaron a la búsqueda de estudios más sensibles y cuantitativos de la función hepática. Estas pruebas se realizan en centros de investigación especializados e 14 13 incluyen aclaramiento de antipirina, prueba de aire espirado de C-aminopirina y C- cafeína y capacidad de eliminación de galactosa. Estos métodos son costosos y laboriosos. Se necesitan ensayos clínicos bien diseñados para compararlos con las pruebas bioquímicas tradicionales para que puedan alcanzar una aceptación más amplia. 2.2 PROTEÍNAS PLASMÁTICAS Dado que muchas proteínas plasmáticas son sintetizadas en el hígado, su determinación constituye una ayuda en el diagnóstico de las enfermedades hepáticas. No obstante, debe tenerse presente que las variaciones en su concentración plasmática pueden también deberse a otras causas como: cambios en su catabolismo, expansión del plasma, excreción incrementada, etc. El nivel de albúmina sérica se considera un índice fidedigno de la gravedad y pronóstico en los enfermos hepáticos crónicos. El pronóstico es más desfavorable cuanto menor sea la concentración de albúmina. En los pacientes con enfermedad hepática aguda la albúmina sérica suele ser normal. En enfermos con cirrosis, hepatitis crónica activa y en algunos pacientes con ictericia obstructiva se encuentran niveles moderadamente elevados de globulinas. Dichos niveles han sido evaluados mediante diversas pruebas de floculación (cefalina, timol, oro coloidal, sulfato de zinc, sulfato de cadmio, etc.) bastante inespecíficas, y han sido prácticamente abandonadas. Hoy día se prefiere la electroforesis de las proteínas séricas (proteinograma) para demostrar alteraciones en la fracción globulínica. La fracción de las alfa 1globulinas aumenta en los primeros días de una hepatitis debido a los incrementos en las proteínas de fase aguda que contiene esta fracción. En los enfermos con cirrosis se observan cifras bajas. Las alfa2-globulinas suelen mostrar un descenso en las enfermedades que afectan al parénquima hepático, debido a la disminución de la síntesis de haptoglobina. La concentración de haptoglobina sérica resulta un buen índice para el pronóstico de la enfermedad hepática. En la hepatitis, la fracción Betaglobulina del proteinograma tiende a mostrar un ligero incremento, mientras que en los cirróticos tiende a estar disminuida. La fracción de las gammaglobulinas se eleva en las primeras semanas de la hepatitis (IgM, IgG) y luego desciende, excepto cuando evoluciona hacia la cronicidad o la cirrosis. En esta última, de origen alcohólico o tóxico, se encuentran también elevaciones de esta fracción debidas primordialmente a la IgA. Esta elevación ocasiona un característico solapamiento de las fracciones beta y gamma en el proteinograma. En la tabla se resumen las principales alteraciones proteicas observadas en la enfermedad hepática. 31 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 32 de 168 Concentración de albúmina en plasma Al sintetizarse únicamente en el hígado, las variaciones de la concentración de albúmina en plasma son un reflejo del funcionamiento hepático y de su capacidad de síntesis. En una enfermedad hepática aguda, esta concentración no se modifica, debido sobre todo a la semivida de la albúmina (aproximadamente 20 días). Sí disminuye, en cambio, en enfermedades crónicas, como la hepatitis crónica o la cirrosis alcohólica. Se ha cuestionado la información que aporta realmente esta magnitud bioquímica en la cirrosis, ya que es frecuente encontrar en pacientes cirróticos no hospitalizados valores de la concentración de albúmina en plasma dentro del intervalo fisiológico. Por otra parte, en pacientes con cirrosis y que hayan desarrollado ascitis, la albúmina recién sintetizada se reparte entre el plasma y el líquido ascítico, por lo que la concentración de albúmina en plasma puede no ser un buen indicador en estos casos de la función sintetizadora del hígado. No obstante, sigue siendo uno de los criterios utilizados en la valoración de la gravedad de una cirrosis. La presencia de concentraciones plasmáticas bajas de albúmina no es específica de la enfermedad hepática, ya que puede darse además a consecuencia de malabsorción, desnutrición, enfermedades renales o procesos neoplásicos. La albúmina es la más abundante de las proteínas plasmáticas y es producida por los hepatocitos. La velocidad de producción es dependiente de varios factores, incluyendo la provisión de aminoácidos, la presión oncótica del plasma, niveles de citoquinas inhibitorias (particularmente IL-6) y el número de hepatocitos funcionantes (. La vida media de la albúmina plasmática es normalmente de alrededor de 19-21 días. Las concentraciones de albúmina plasmática son bajas en los neonatos, típicamente de 28 a 44 g/L (2.8-4.4 g/dL). En la primera semana de vida, se alcanzan los valores del adulto de 37 a 50 g/L (3.7-5.0 g/dL), aumentando de 45 a 54 g/L (4.5-5.4 g/dL) a los 6 años y permaneciendo en estas concentraciones durante la juventud, antes de declinar a los valores típicos del adulto. No existen diferencias significativas en los límites de referencia entre hombres y mujeres . Valores incrementados de albúmina son típicamente debidos a hemoconcentración, causada, ya sea por deshidratación, uso de torniquete prolongado durante la recolección de la muestra, o evaporación de la misma. Las principales causas para valores disminuidos de albúmina incluyen pérdida de proteínas (síndrome nefrótico, quemaduras, enteropatía con pérdida de proteínas), un recambio incrementado de albúmina (estados catabólicos, glucocorticoides), disminución en la ingesta de proteínas (malnutrición, dietas muy bajas en proteínas), y enfermedad hepática. La albúmina plasmática está disminuida a veces en la hepatitis aguda, debido a su larga vida media, pero en la hepatitis crónica la albúmina gradualmente cae cuando la enfermedad progresa a la cirrosis. Las concentraciones de albúmina son un marcador de la descompensación y del pronóstico en la cirrosis. La albúmina es comúnmente medida por métodos colorimétricos, particularmente con verde de bromocresol y púrpura de bromocresol; actualmente, alrededor del 50% de los laboratorios usan alguno de estos métodos. Los métodos con verde de bromocresol pueden sobreestimar la albúmina , aunque las diferencias entre los dos métodos son pequeñas . El púrpura de bromocresol subestima la albúmina en la falla renal y en pacientes con un aumento de d-bilirrubina , tornando a este método inconveniente en pacientes con ictericia. No se recomienda la estimación de la albúmina a partir de electroforesis de proteínas debido a la sobreestimación significativa de la misma basada en una mayor unión del colorante . Y los inmunoensayos en plasma para albúmina están disponibles pero no son muy utilizados . Los objetivos de la performance para la determinación de albúmina basada en la variación biológica están típicamente alrededor del 4%, mientras que CLIA permite un error del 10%. El uso clínico de las determinaciones de albúmina para la enfermedad hepática está primariamente dirigido al reconocimiento de la 32 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 33 de 168 cirrosis, y a determinar su severidad; esto requiere cambios significativos de los límites de referencia. Datos de fuentes CAP indican que sólo el 2% de los laboratorios pueden lograr los límites de error basados en la variación biológica. La opinión del Comité es que los objetivos de CLÍA son adecuados para propósitos clínicos. "Tiempo de protrombina" El tiempo de protrombina (TP) mide el tiempo requerido para que el plasma coagule luego de la adición de Factor Tisular y fosfolípido; es afectado por cambios en la actividad de los factores X, VII, V, II (protrombina) y I (fibrinógeno). Todos estos factores son sintetizados en el hígado, y tres de ellos (II, VII y X) son activados por una enzima dependiente de vitamina K a través de la adición de un segundo grupo g-carboxilo sobre los residuos de ácido glutámico. La warfarina, un antagonista de la vitamina K, causa anticoagulación por inhibición de la g-carboxilación, produciendo factores incapaces de unir calcio y reduciendo su actividad. Los individuos con warfarina o con deficiencia de vitamina K sintetizan cantidades normales de los precursores de los factores de coagulación, pero en una forma inactiva denominada "proteínas inducidas por antagonistas de vitamina K (PIVKA)". Hay inmunoensayos disponibles para medir los PIVKA más abundantes, des-g-carboxi protrombina. El TP es relativamente insensible a la deficiencia de cualquier factor de coagulación individual; no hay aumento significativo hasta que las concentraciones caen por debajo del 10% de la concentración normal . El TP es comúnmente reportado en segundos y comparado con valores de referencia de pacientes. El tiempo requerido para que una muestra coagule está inversamente relacionado a la cantidad de Factor Tisular presente en los reactivos. Para minimizar la variación en TP entre reactivos con diferentes cantidades de Factor Tisular, se le asigna a cada uno un Índice de Sensibilidad Internacional (ISI); a menor cantidad de factor tisular, menor valor de ISI y más largo tiempo de protrombina. Para ajustar por diferencias en el ISI de reactivos, es utilizada la relación internacional normalizada (RIN); el valor se calcula como ISI RIN= (TP paciente / TP media control) El uso de reactivos con bajo ISI mejora la reproducibilidad de la medición del RIN, haciendo que el uso de reactivos con bajo ISI sea ideal para monitorear la terapia anticoagulante . El efecto del ISI es mucho mayor sobre el TP durante el uso de warfarina que en la enfermedad hepática, por eso el RIN no refleja exactamente la inhibición de la coagulación en la enfermedad hepática . Una muestra de un paciente que recibe warfarina tiene un TP de 20 s con reactivos de alto ISI y un TP de 40 s cuando se prueba con reactivos de bajo ISI, pero el RIN es esencialmente idéntico con ambos reactivos . El RIN, entonces, normaliza los resultados en un paciente con warfarina, a pesar de las diferencias en el ISI de los reactivos usados. En la enfermedad hepática, la disminución del ISI de los reactivos usados causa sólo un ligero aumento en el TP. Por ejemplo, una muestra de un paciente con enfermedad hepática tiene un TP de 20 s con reactivos de alto ISI, pero un TP de 23.6 s con reactivos de bajo ISI. Al contrario que en los pacientes con warfarina, en donde el RIN es virtualmente idéntico cuando se usan reactivos con diferente ISI, el RIN fue 2.90 con reactivos de alto ISI y 1,86 con reactivos de bajo ISI . Si se usan reactivos con bajo ISI, entonces el RIN desestima marcadamente la alteración del grado de coagulación en la enfermedad hepática. Una posible causa para la discrepancia en la utilidad del RIN entre el uso de warfarina y la enfermedad hepática es la marcada diferencia en las cantidades relativas de protrombina nativa versus la protrombina des-g-carboxilada presente en ambas condiciones. Los pacientes con warfarina o con déficit de vitamina K tienen una marcada elevación de la des-gamma-carboxi-protrombina y una disminución de la protrombina nativa, mientras que los pacientes con hepatitis aguda o cirrosis han disminuido la protrombina nativa con sólo una ligera elevación de la des-gprotrombina . Algunas preparaciones de Factor Tisular son inhibidas por la des-g-protrombina . En la hepatitis aguda isquémica y en la tóxica el TP tiene un aumento de más de 3 segundos que la media de la población pero en las hepatitis virales o alcohólicas raramente esté elevado más de 3 segundos. El TP a menudo está elevado en la ictericia obstructiva y puede responder a la administración parenteral de vitamina K. En la hepatitis crónica el TP está típicamente dentro de los límites de referencia pero aumenta a medida que progresa a cirrosis y está elevado en pacientes cirróticos . Otros factores que afectan el TP se resumen en la 33 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 34 de 168 Tabla Reactivos con el mismo ISI típicamente brindan diferentes resultados sobre diferentes instrumentos aun del mismo modelo . Además, cuando se usan reactivos de diferentes fabricantes con el mismo ISI, la misma muestra puede dar diferentes RINs (104). La reproducibilidad de los resultados del TP en laboratorios que usan el mismo instrumento y reactivos es del 3-8% cuando los tiempos de protrombina son prolongados; la variación es mayor para el RIN que para el tiempo de protrombina en sí mismo. Dentro de un laboratorio, la variación promedio en el RIN está estimada en un ± 10% . La diferencia en el TP entre laboratorios que usan diferentes reactivos puede ser marcada; en un estudio, la diferencia promedio fue de 20% . Recientemente, el uso de plasmas calibradores para determinar el ISI en cada laboratorio para sus propios instrumentos y reactivos, ha demostrado mejorar significativamente la reproducibilidad del RIN . Tabla . Factores que afectan el tiempo de protrombina. RECOMENDACIONES Debe usarse el TP (en segundos), más que el RIN, para expresar resultados del tiempo de protrombina en pacientes con enfermedad hepática; sin embargo, esto no estandariza resultados entre laboratorios . Se necesita investigación adicional sobre estandarización de reactivos y uso de índices derivados (porcentaje de actividad, RIN) en la enfermedad hepática ) 2.3 DETECCIÓN DE MARCADORES SEROLÓGICOS Y ÁCIDOS NUCLEICOS • MARCADORES DE HEPATITIS A Anticuerpos IgM frente al virus de la hepatitis A (VHA-IgM): Se utiliza en diagnóstico de infección aguda, manteniéndose positivo hasta los 3-6 meses. Anticuerpos IgG frente al virus de la hepatitis A (VHA-IgG): Su presencia demuestra contacto previo con el virus, actualmente se utiliza para estudios previos de vacunación y seroprevalencia. 34 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 35 de 168 Detección de VHA: La detección del virus en sangre o en heces se realiza mediante técnicas de microscopía electrónica o por PCR. Sólo se emplea en estudios de investigación, • MARCADORES DE HEPATITIS B Antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (HBsAg): También llamado antígeno de superficie o antígeno Australia. Aparece muy pronto después de la infección y se detecta en todas las fases de la misma incluyendo el período de incubación. Si la evolución es favorable desaparecerá paulatinamente por el contrario, su persistencia al cabo de 6-8 semanas o la ausencia de una disminución significativa en su título tras el primer mes de enfermedad son indicadores de mal pronóstico y evolución hacia cronicidad. Los pacientes en los que se detecta HBsAg en suero y no presentan nunca marcadores de replicación vírica ni signos de lesión hepática se conocen como “portadores sanos”. Anticuerpos frente al antígeno de superficie del virus de la hepatitis B (Anti-HBs): Indicador de recuperación de la enfermedad, aparece a los tres meses de evolución de enfermedad aguda. Confiere protección frente a la reinfección. Es el marcador utilizado para control y seguimiento de individuos vacunados Anticuerpos frente al antígeno core del virus de la hepatitis B (Anti-HBc): Existen dos tipos de anticuerpos los IgG y los IgM. Siendo este último el primero que aparece tras la infección, pero no sólo se detecta durante la fase aguda sino que ocasionalmente lo podemos encontrar en casos de enfermedad crónica, en fase replicativa del virus y con lesión hepática. Sistema “e”: HbeAg-AntiHBe: Existe una excelente correlación con la presencia de replicación viral, viremia y el HBeAg, por lo que su presencia en sangre ha de considerarse como marcador de alto nivel de infectividad. Por otra parte la aparición del anti-HBe en el curso de infección aguda indica generalmente buena evolución y baja infectividad del paciente. Para el diagnóstico de infección por el virus de la hepatitis B ya sea actual o pasada se debe solicitar el HBsAg, anti-HBs y anti-HBc. En el caso de infección aguda solicitaremos anti-HBc IgM. • MARCADORES DE HEPATITIS D Anti-VHD total: La presencia de IgG anti-VHD en un paciente portador del HBsAg refleja, casi invariablemente, infección crónica por ambos virus, lo que elimina el estudio de otros marcadores más específicos del virus como Antígeno Delta, o Anti-VHD IgM • MARCADORES DE HEPATITIS C Anticuerpos frente al virus de la hepatitis C (Anti-VHC): La presencia de anti-VHC en suero indica contacto previo con el virus, pero no es suficiente para establecer diagnóstico definitivo. Por otra parte, pacientes con inmunodeficiencias en la respuesta humoral y en pacientes en hemodiálisis, la negatividad para el anti-VHC no excluye totalmente de la infección, se deberán realizar pruebas confirmatorias. Los ensayos actuales para la detección del antígeno poseen altas sensibilidades y especificidades, utilizándose antígenos sintéticos o recombinantes. Anti-VHC confirmatorios: Se realizan mediante sistemas de inmunoblot que emplea distintos Ag adsorvidos sobre tiras de nitrocelulosa. La reactividad frente a dos ó más antígenos confirma la presencia de Ac frente al virus con un resultado confirmativo. En el caso de reactividad frente a un solo Ag da un resultado indeterminado. ARN-VHC: Mediante técnicas de amplificación genómica. Su positividad confirma la presencia de infección aguda o crónica. Técnicas de PCR a tiempo real permiten cuantificar la carga viral y detección de mutaciones. Genotipificación: Se basa en la amplificación del genoma mediante una PCR seguida de hibridación reversa en tira LiPA o en la secuenciación del amplicón. RECOMENDACIONES NACB 2000 • Utilizar la IgM anti-HAV para el diagnóstico de la infección aguda por virus de la Hepatitis A, la medició de anticuerpos totales se utilizará para valorar el estado inmune para HAV. • HBeAg y anti-HBe son útiles para monitorizar pacientes con positividad crónica HBsAg. La cuantificación del ADN viral se utilizará para monitorizar la respuesta al tratamiento antiviral. • Los test de screening EIA para anticuerpos HCV son adecuados para diagnóstico de infección actual por HVC o pasada en población con pacientes con alta prevalencia de la enfermedad. Para la confirmación de infección activa se utilizará ARN HCV. 35 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 36 de 168 2.4 DIAGNÓSTICO ENZIMÁTICO DE LAS HEPATOPATÍAS El diagnóstico precoz de las hepatopatías constituye una misión importante. Les hepatopatías agudas y crónicas son frecuentes en los países de clima templado y tropical. Las hepatopatías crónicas transcurren asintomáticas a menudo durante muchos años. También las hepatopatías agudas pueden ir acompañadas de molestias no características y permanecer ignoradas, como es el caso sobre todo de la hepatitis vírica anictérica. Junto a los agentes infecciosos, desempeñan un papel especial los parásitos, el alcohol, sustancias tóxicas, fármacos y enfermedades de las vías biliares. Asimismo pueden ser de importancia los factores constitucionales. La clasificación de las hepatopatías presenta dificultades considerables, sobre todo porque existen formas de transición. La clasificación de las enfermedades hepáticas se realiza generalmente por criterios morfológicos o etiológicos. Puesto que la etiología se desconoce con frecuencia y la morfología no siempre es fiable, debe tenerse además en cuenta la función hepática. Que la clasificación puede realizarse de diferentes maneras lo demuestra p. ej. la división de las hepatitis crónicas: la hepatitis crónica de hígado adiposo (hepatitis crónica alcohólico-tóxica) p. ej., puede incluirse entre las lesiones hepáticas tóxicas o (como la hepatitis crónica persistente o la crónica agresiva) entre las hepatitis crónicas. Para conseguir un diagnóstico fiable se recomienda, junto a una anamnesis exacta, una combinación de exámenes clínicos, de laboratorio, inmunológicos, en caso dado también morfológicos, radiológicos y de medicina nuclear. Para fines prácticos pueden aplicarse diversos exámenes químico-clínicos : - determinación de enzimas celulares, como AST, ALT, GLDH, LDH, - de enzimas ligadas a la membrana «indicadoras de colestasis», como y-GT y AP, - de enzimas específicas del plasma, como CHE, y enzimas de coagulación para la valoración del rendimiento sintético del hígado, - prueba de las funciones de metabolízación y eliminación, p. ej. mediante la determinación de bilirrubina o mediante la sobrecarga con bromosulftaleína, verde de indocianina o galactosa, - electroforesis y determinación de inmunoglobulinas para valorar los procesos inmunológicos, - búsqueda de agentes de infección, p. ej. con ayuda de la demostración del HBsAg (antígeno superficial del virus de la hepatitis B), - determinación de amoníaco, hierro, cobre, porfírinas, demostración de anticuerpos mitocondriales, de afetoproteína, etc. en determinados planteamientos. Además, la comprobación de urobilinógeno y bilirrubina en la orina con ayuda de tiras reactivas, da indicios sobre enfermedades hemolíticas o hepatobiliares. Qué exámenes se apliquen en cada caso aislado depende sobre todo del diagnóstico de sospecha y de los hallazgos patológicos ya existentes . Las determinaciones enzimáticas en suero para la búsqueda de enfermedades hepáticas, hacen posible el diagnóstico de casi todas. En la bibliografía médica se encuentran datos, en parte diferentes, sobre qué enzimas deben determinarse en caso de sospecha de hepatopatía. Se recomiedan determinaciones enzimáticas de ALT, y-GT y CHE. Estas tres enzimas son relativamente hepatoespecíficas, cada una de ellas indica un trastorno diferente de las células hepáticas, las tres pueden ser patológicas aisladamente . Este procedimiento presenta ventajas, ya que con valores normales de estas tres enzimas puede excluirse con más del 95% de probabilidad una hepatopatía inflamatoria o tóxica esencial, o una participación del hígado en otras enfermedades. Como se desprende de estos datos, para el diagnóstico y control de evolución de las enfermedades hepáticas, son mucho más importantes los patrones de enzimas, es decir, las determinaciones simultáneas de varias enzimas en suero, que la determinación de enzimas aisladas. El patrón enzimático o (caso de aplicación de parámetros diagnósticos adicionales, p. ej. determinación de bilirrubina en suero) el patrón funcional, son una ayuda indispensable en el diagnóstico y diagnóstico diferencial de las enfermedades del hígado . «Así como no existe una característica histológica absolutamente demostrativa de una hepatopatía - sólo el cuadro proporciona el diagnóstico - tampoco puede esperarse un dictamen amplio a partir de la determina ción de un solo parámetro bioquímico. Al igual que en la morfología, también en el diagnóstico funcional son decisivas las relaciones de las variaciones» [Schmidt, E. y Schmidt, F.W.: Ber. Ges. Inn. Med. 8: 261 (1972); en Z. ges. inn. Med. 28: No. 16 (1973) ]. Para el diagnóstico diferencial son especialmente valiosas las determinaciones de la actividad de las enzimas AST, ALT, y-GT, CHE, AP y GLDH . Si existe sospecha de una hepatopatía determinada, pueden realizarse determinaciones enzimáticas dirigidas. Por ejemplo, para la investigación de la hepatitis vírica aguda son imprescindibles las determinaciones de transaminasas, mientras que las determinaciones de y-GT son un excelente medio auxiliar para el reconocimiento de lesiones hepáticas tóxicas y para la supervisión de los alcohólicos . Particularidades del diagnóstico enzimático 36 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 37 de 168 La magnitud del aumento de actividad enzimática en el suero no corresponde a la gravedad de la lesión celular . En la hepatitis vírica que cursa sin complicaciones p. ej., la lesión de las células hepáticas aisladas es leve, pero su extensión grande, es decir, afecta a casi todas las células hepáticas, y por eso las enzimas celulares ALT y AST presentan valores elevados. Si tódaslas células del parénquima hepático pierden solamente una milésima de su contenido "por ej. de AST, el nivel de enzimas en el suero aumenta el doble aproximadamente de lo normal. La determinación de las enzimas celulares - se miden sobre todo la GDT y la GPT "aventaja en sénsibilidad diagnóstica a la mayoría de los métodos. Incluso las lesiones leves de las células hepáticas, que van acompañadas de trastornos de permeabilidad, pueden tener como consecuencia que aumenten las enzimas presentes en el citosol, como la AST y ALT. En las lesiones graves de las células hepáticas, con necrosis de las células parenquimatosás se encuentra también un aumento de la enzima puramente mitocondrial GLDH. También la AST presente en las mitocondrias y en el citosol aumenta entonces con mayor intensidad en comparación con la ALT, que se encuentra solamente en el citosol. En la mayoría de los casos de hepatitis vírica aguda existen lesiones leves, aunque extensas, de las células hepáticas.Las tránsamínasas aumentan sensiblemente, la ALT más que la AST, mientras que la GLDH aparece por lo general poco elevada. Por el contrario, en las lesiones graves de las células del parénquima hepático se observan valores elevados de GLDH, y la AST aumenta más que la ALT. Este patrón de enzimas aparece con la mayor intensidad en intoxicaciones por amanita o por hidrocarburos clorados, como el tetracloruro de carbono. En estas graves lesiones agudas de las células hepáticas, el patrón de enzimas en suero corresponde aproximadamente a la del hígado. En los trastornos de síntesis de las células hepática descienden en el suero las proteínas de secreción, entre las que se cuentan la colinesterasa y las enzimas de coagulación. Las lesiones graves y extensas de las células del parénquima hepático o la intensa disminución de células hepáticas tienen como consecuencia un claro descenso de la colinesterasa. Los valores reducidos de colinesterasa en suero, pueden estar también condicionados genéticamente . En estas personas hay que contar con una apnea prolongada al administrarles succinil-colina para conseguir una relajación muscular. Actividades reducidas de la colinesterasa sérica se encuentran además en las intoxicaciones agudas y crónicas con insecticidas alquilo-fosfatos y en la terapéutica con ciclofosfamida. Por el contrario, el descenso del valor de CHE durante el embarazo es fisiológico. El aumento de las llamadas enzimas indicadoras de colestasjs gamma GT, AP y Leucínaminopeptidasa, se basa probablemente en su formación multiplicada en los epitelios hepáticos y de Ias vías biliares y en el aumento simultáneo de la permeabilidad celular.La gamma GT, ligada a membrana, no sólo aparece elevada en la colestasis manifiesta histológicamente, sino también en lesiones hepáticas inflamatorias y tóxicas . El hallazgo patológico bioquímico más frecuente en las enfermedades del hígado y de las vías biliares es una y-GT elevada . Esta presenta valores patológicos en más del 90% de los casos. La AP puede aumentar también en osteopatías, enfermedades intestinales y en el hipertiroidismo, tras la exclusión de los cuales, los valores elevados de AP hacen pensar en ictericia obstructiva o lesiones hepáticas tóxicas. Las determinaciones de las enzimas indicadoras de colestasis, de las transaminasas, de la GLDH y sus relaciones entre sí constituyen un importante medio auxiliar para el diagnóstico diferencial de la ictericia, sobre todo para distinguir la hepatitis aguda de la ictericia obstructiva. Para ello son de decisiva importancia los exámenes precoces y los controles de evolución. El aumento de actividad enzimática en el suero no se produce solamente en las enfermedades hepáticas agudas y crónicas. En el curso del embarazo p. ej. aumentan los valores de AP y LAP, mientras que la y-GT permanece en los límites normales. Las lesiones tóxicas leves y las coreacciones del hígado en otras enfermedades pueden tener como consecuencia también valores enzimáticos elevados. A través de la determinación simultánea de y-GT, AST, ALT y CHE pueden también reconocerse lesiones hepáticas muy leves en más del 95% de los casos . Diferenciación de otras enfermedades Con frecuencia, los enfermos hepáticos no presentan síntomas o sólo los presentan en forma atípica. Para distinguir a los pacientes con enfermedades hepáticas crónicas de la gran mayoría de personas con dolencias equívocas, son imprescindibles las determinaciones de actividad enzimática . «La determinación de enzimas celulares en el suero es un indicador muy sensible de lesión hepática, y aventaja en sensibilidad a todos los demás métodos» [Vido, I., Schmidt, E. y Schmidt, F.W.: Klinikarzt 4: 129 (1975)]. Los resultados de exámenes morfológicos son importantes especialmente en las hepatopatías crónicas, pero deben valorarse siempre junto con los hallazgos de los exámenes clínicos y de laboratorio. El patrón funcional y la histología no coinciden siempre; sobre todo en las lesiones hepáticas tóxicas tienen una importancia decisiva los datos de la anamnesis y el patrón funcional . Si se determina un patrón de enzimas compuesto por ALT, y-GT y CHE, puede abarcarse la mayoría de los pacientes con lesiones y enfermedades difusas del hígado. Por lo que respecta a los estados dolorosos agudos, aparte del cólico hepático pueden tener otras numerosas causas. También en el infarto de miocardio pueden aparecer dolores abdominales, por lo que son necesarios 37 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 38 de 168 electrocardiogramas con derivaciones precordiales. Además de la determinación de transaminasas, se recomienda la de la CK para el diagnóstico enzimático del infarto de miocardio y la de la amilasa para el diagnóstico de la pancreatitis aguda. Fig.Alteraciones enzimáticas.Se muestran los incrementos máximos expresados en forma de veces el valor superior del intervalo de referencia Concentración de colinesterasa La colinesterasa se sintetiza en el hígado y se halla fundamentalmente en el plasma. Su función biológica no está totalmente aclarada, si bien hidroliza diversos esteres de colina (acetilcolina, /3-metilcolina, butirilcolina) producidos de forma fisiológica. Se cree que estos compuestos inhiben la acción de la acetil-colinesterasa (EC 3.1.1.7), enzima de características similares, con especificidad para la acetilcolina, ubicada principalmente en las membranas pre y postsinápticas del sistema nervioso central y periférico. Existen múltiples variantes genéticas de la colinesterasa, procedentes de las distintas combinaciones de al menos 10 genes localizados en dos loci. Algunas de estas variantes conducen a una apnea prolongada en pacientes a los que se administra el relajante muscular succinilcolina, que provoca la despolarización de las fibras nerviosas y la inexcitabilidad del músculo esquelético durante unos minutos. La succinilcolina, o los compuestos análogos, es hidrolizada en su mayor parte por la enzima, excepto en pacientes con un cierto fenotipo, en los que el período de apnea se prolonga y requieren ventilación artificial. En pacientes con historia de apneas prolongadas durante el proceso anestésico o con familiares con una historia similar, debe realizarse la medición preoperatoria de la concentración de colinesterasa en plasma. La síntesis de colinesterasa es inhibida por una gran variedad de compuestos, en especial los organofosforados, presentes en numerosos pesticidas. La exposición crónica a estos productos disminuye la concentración de la enzima en plasma. También disminuye, aunque de forma moderada, por acción de fármacos inhibidores de su síntesis, como la fisostigmina o la neostigmina, y por tratamiento con anovulatorios o glucocorticoides. Una vez sintetizada en las células del parénquima hepático, la colinesterasa se libera al plasma, por lo que los cambios producidos en su concentración en plasma son un reflejo fiel de la capacidad de síntesis proteica del hígado, al igual que la concentración de albúmina en plasma o el "tiempo de protrombina". La concentración de colinesterasa en plasma está disminuida en las fases no iniciales de las hepatitis agudas, en las hepatitis crónicas, especialmente si evolucionan a cirrosis, y en las metástasis hepáticas, que disminuyen la capacidad de síntesis proteica del hígado. Su concentración en plasma puede aumentar de forma moderada con determinadas hiperlipoproteinemias, aunque este hecho no tiene valor semiológico. Determinación de la concentración de colinesterasa (CHE):en suero o plasma mediante el método mediante el método de Knedel y Böttger modificado con butirilcolina como sustrato 38 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 39 de 168 Espectrometría de absorción molecular. Lectura bicromática a 480 nm de longitud de onda primaria y 700 nm de secundaria. La CHE cataliza la reacción: S-Butiriltiocolina+ H 2O colinesterasa tiocolina + butirato Tiocolina + 5.5'-ditiobis(2nitrobenzoato) 2-nitro-5- mercaptobenzoato El aumento de la absorbancia, debido a la formación de 2-nitro-5-mercapto-benzoato es directamente proporcional a la actividad de la colinesterasa en la muestra. Concentración de ferroxidasa en plasma La ferroxidasa es una enzima que se sintetiza casi exclusivamente en el hígado. En su mayor parte se encuentra en el plasma, unida a la casi totalidad del cobre plasmático, aunque no ejerce un papel transportador de este metal. Se secreta a la bilis y, finalmente, al intestino delgado, donde parece ser que parte del cobre puede resorberse para ser reutilizado en la síntesis de la enzima. La ferroxidasa es una proteína de fase aguda. Su concentración en el plasma aumenta en los procesos inflamatorios o en las lesiones tisulares, debidos a infecciones, intervenciones quirúrgicas, etc. Aumenta también en la cirrosis biliar primaria, la hemocromatosis o cualquier proceso que produzca un bloqueo de su excreción a través de la bilis. Su concentración en el plasma disminuye en los estados de déficit nutricional de cobre y, de forma característica, en el 95% de los pacientes con la enfermedad de Wilson. Concentración de alanina-aminotransferasa y de aspartato-aminotransferasa en plasma Las aminotransferasas están presentes en la mayoría de los tejidos y muy especialmente en el hígado. Son enzimas intracelulares, cuyo papel biológico es la catalización de la interconversión de aminoácidos en alfa-oxoácidos mediante la transferencia de grupos amino. Su concentración en el plasma refleja la liberación debida a la renovación celular fisiológica o a lesión celular, aunque no haya alteración de las funciones hepáticas. Las mediciones de la concentración de aspartato-aminotransferasa y de la alanina-aminotransferasa en plasma son unas de las que más comúnmente se llevan a cabo en el estudio de las enfermedades hepáticas. La concentración de las dos enzimas en plasma se eleva muy intensamente (de 20 a 50 veces por encima del límite superior de referencia) en las hepatitis víricas o tóxicas. La cuantía de estas elevaciones no es proporcional a la extensión de la necrosis y por tanto no tiene valor pronóstico. Puede darse elevaciones menores en ciertas mononucleosis infecciosas o en procesos colestásicos intra o extrahepáticos. La concentración de las dos aminotransferasas en plasma se eleva moderadamente en las hepatitis alcohólicas o cirrosis alcohólicas, en las que es característico encontrar una concentración de aspartato-aminotransferasa superior, o incluso doble, a la de alaninaaminotransferasa. Elevaciones moderadas y una proporción similar de ambas aparecen también en las hepatitis activas crónicas y en las etapas avanzadas de carcinomas hepáticos. La razón por la que se presentan distintas proporciones relativas de ambas enzimas en el plasma, según el tipo de alteración hepática, es su distinto contenido celular. Los hepatocitos contienen más aspartato-aminotransferasa que alanina- aminotransferasa y, en la mayoría de las enfermedades hepáticas, la lesión de las membranas citoplasmática y mitocondrial lleva a un aumento relativamente mayor en plasma de la concentración de aspartato-aminotransferasa. Sin embargo, en el citoplasma celular predomina la alanina-aminotransferasa y, por lo tanto, en aquellas hepatopatías en las que se lesione primordialmente la membrana citoplasmática (hepatitis aguda, obstrucción biliar) se detecta un aumento superior de la concentración de alanina-aminotransferasa en plasma. Otra causa de esta desigualdad es la diferente velocidad de eliminación plasmática de las dos enzimas, más lenta para la alanina-aminotransferasa, con una semivida de 48 horas, frente a la de la aspartato-aminotransferasa, de 18 horas. El aumento de la concentración de las dos aminotransferasas en plasma puede ser una prueba indicadora de enfermedad hepática en una fase preictérica o quizá la única anomalía detectable, por ejemplo, en una hepatitis anictérica. Sin embargo, puede haber enfermedad hepática con concentraciones enzimáticas dentro de los intervalos de referencia, como en la hemocromatosis. Debido a su mayor especificidad diagnóstica, la medición de la concentración de alanina-aminotransferasa en plasma es más adecuada para el estudio de la lesión hepática que la de la aspartato-aminotransferasa, que puede elevarse además 39 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 40 de 168 en enfermedades del músculo esquelético, en el infarto agudo de miocardio, en enfermedades cerebrovasculares y en la hemodiálisis. La medición de las concentraciones de las dos enzimas es útil en el seguimiento del paciente una vez que se ha establecido el diagnóstico. Así, la disminución de estas concentraciones puede ser un signo de recuperación de la lesión hepática, mientras que en una necrosis hepática aguda debe ser interpretada como un signo de mal pronóstico, que indica la destrucción casi completa del parénquima hepático. Pueden observarse ligeros aumentos de la concentración de las dos aminotransferasas en plasma de individuos sanos con dieta rica en glucosa, después de la ingesta de alcohol o por tratamiento con opiáceos, salicilatos o ampicilina. La aspartato aminotransferasa (AST, también algunas veces denominada SGOT) y la alanin aminotransferasa (ALT, también a veces denominada SGPT) se encuentran ampliamente distribuidas en las células del cuerpo. AST se encuentra primariamente en corazón, hígado, músculo esquelético y riñón, mientras que ALT se encuentra primariamente en hígado y riñón, con cantidades menores en corazón y músculo esquelético. Las actividades de AST y ALT en hígado son aproximadamente 7.000 y 3.000 veces las actividades séricas, respectivamente . ALT es exclusivamente citoplasmática; tanto la forma mitocondrial como la citoplasmática de AST se encuentran en todas las células . La vida media de la AST total es 17±5 horas, mientras que la de ALT es 47±10 horas . La vida media de la AST mitocondrial promedia las 87 horas . En adultos, las actividades de AST y ALT son significativamente mayores en hombres que en mujeres, y los intervalos de referencia varían con la edad (Figura ) Figura . Efectos de la edad y el sexo sobre los límites de referencia superiores para ALT. El límite de referencia superior para hombres de 25-35 años es fijado en 1.0 unidades de valor relativo. Los límites superiores del intervalo de referencia para ALT aumentan desde la niñez hasta aproximadamente los 40 años de edad, con mayores aumentos en hombres que en mujeres; los límites superiores del intervalo de referencia son aproximadamente 10% mayores en hombres de 40 años que en los de 25 años. Luego de los 40 años, los límites superiores del intervalo de referencia de ALT nuevamente disminuyen, con una disminución más pronunciada en hombres que en mujeres. Datos tomados de la referencia 16. 40 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 41 de 168 Figura . Efectos de la edad y el sexo sobre los límites de referencia superiores para AST. El límite de referencia superior para hombres de 25-35 años es fijado en 1.0 unidades de valor relativo. Los límites superiores del intervalo de referencia para AST aumentan desde la niñez hasta la juventud, pero cambian relativamente poco con el aumento de la edad en adultos hasta poco después de los 60 años. En todas las edades excepto en la niñez y en la vejez; los límites superiores del intervalo de referencia para AST son aproximadamente 25-30% mayores en hombres que en mujeres. Datos tomados de la referencia 16. Hasta aproximadamente los 15 años de edad, la actividad de AST es ligeramente mayor que la de ALT, con un patrón inverso para la edad de 15 años para hombres, pero persistiendo hasta la edad de 20 años en mujeres . En adultos, la actividad de AST tiende a ser mas baja que la de ALT hasta alrededor de los 60 años, cuando ambas son groseramente iguales. Debido a que los límites de referencia superiores varían poco entre los 25 y 60 años no se necesita usar límites de referencia ajustados por la edad para esta población, que comprende a la mayoría de las personas con lesión hepática crónica. Límites de referencia separados se requieren para niños y ancianos; esto puede implicar esfuerzos en el orden nacional para obtener suficientes muestras de individuos sanos para determinar con certeza los límites de referencia. La enfermedad hepática es la causa más importante de aumento de la actividad de ALT y una causa común de aumento de actividad de AST. Hay otros factores distintos de la enfermedad hepática que afectan la actividad de AST y ALT; ellos se resumen en la Tabla . 41 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 42 de 168 Tabla . Factores que afectan la actividad de AST y ALT además de la lesión hepática. Inesperadamente, resultados anormales aparecen como normales en pruebas repetidas. En muchos tipos de enfermedad hepática, la actividad de ALT es mayor que la de AST; una excepción se ve en la hepatitis alcohólica. Las razones para la mayor actividad de AST en la hepatitis alcohólica parecen ser múltiples. El alcohol incrementa la actividad de AST mitocondrial en plasma, mientras que otras formas de hepatitis no lo hacen . La mayoría de las formas de injuria hepática disminuyen la actividad en los hepatocitos de las formas citosólica y mitocondrial de AST, pero el alcohol sólo disminuye la actividad de la forma citosólica . La deficiencia de piridoxina, común en los alcohólicos, disminuye la actividad de ALT , y el alcohol induce la liberación de AST mitocondrial desde las células sin daño celular visible . AST y ALT son típicamente medidas por su actividad catalítica ; ambas requieren 5'-fosfato de piridoxal (P-5'- 42 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 43 de 168 P) para la máxima actividad, aunque el efecto de la deficiencia de P-5'-P sobre la actividad de ALT es mayor que sobre la de AST . En caso de falla renal, las actividades de AST y ALT son significativamente menores que en individuos sanos, tal vez debido a los ligandos del suero para P-5'-P, dado que el P-5'-P total está elevado . Debido a las marcadas diferencias entre laboratorios, la estandarización de los métodos es una prioridad. En el ínterin, métodos alternativos para minimizar las diferencias entre laboratorios, tales como expresar los resultados como múltiplos del límite de referencia , han mostrado una disminución en la variación entre laboratorios . Los valores usuales para el error total en las mediciones de ALT son de 20% (CLIA). Los datos clínicos sobre los cuales se basan estos objetivos no están disponibles para la mayoría de las pruebas de laboratorio de evaluación hepática, con la excepción de ALT. Existen pocos datos sobre la variación biológica de ALT en hepatitis crónica, particularmente en Hepatitis C, aunque comúnmente se acepta que los resultados de ALT son altamente variables. En un estudio de 275 pacientes con infección por VHC confirmada, el coeficiente de variación intraindividual promedio fue 38%, aunque en un cuarto de los pacientes, fue menos que 23% (Dufour, observaciones no publicadas). Varios estudios han mostrado que el tratamiento de la infección crónica por VHC no se indica si ALT está dentro del rango de referencia. Así, la determinación de la certeza de ALT en el límite de referencia es crítica para el correcto tratamiento de pacientes con infecciones con VHC. El consenso de los autores y del AASLD Practice Guidelines Committee es que los criterios de performance para ALT deben ser definidos en los límites superiores de referencia, y que los objetivos actuales son inadecuados para uso clínico. Los datos en pacientes con ALT estable sugieren que se requiere un error total menor de 10% en los límites superiores de referencia para una detección exacta de pacientes que pueden beneficiarse con el tratamiento para VHC. Los datos actuales sobre la precisión intralaboratorio (Tabla ) sugieren que este objetivo no puede ser logrado por métodos corrientes. Es necesario desarrollar un programa de estandarización para determinaciones de ALT, similar al usado para CK-MB. Esto puede requerir el uso de otros métodos, tales como inmunoensayo, para lograr objetivo necesario en el error total para el manejo de pacientes con hepatitis crónica. Los objetivos de la performance para el error total en las medidas de actividad AST son 15-20%, ambos de acuerdo a los requerimientos CLÍA y basados en la variación biológica. Esto cumple con las necesidades de los médicos para el diagnóstico y el manejo de la enfermedad hepática (9). Dichos objetivos no son tan críticos para AST como para ALT; un menor porcentaje de resultados de AST son anormales en VHC crónica comparados con ALT (66% vs. 71%). AST es anormal (6%) mientras ALT es normal, excepto en la cirrosis o en el abuso de alcohol (Dufour, observaciones no publicadas). RECOMENDACIONES 43 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 44 de 168 Metodología Determinación de la alanina-aminotransferasa deshidrogenasa (ALT) mediante el método recomendado por la IFCC Espectrometría de absorción molecular. Lectura bicromática a 340 de longitud de onda primaria y 700 nm de secundaria. La GPT cataliza la reacción: GPT -oxoglutarato + L-alanina L-glutamato + piruvato LDH piruvato + NADH + H+ Lactato + NAD+ La velocidad de disminución de la absorbancia, debido a la desaparición del NADH, es directamente proporcional a la actividad de la GPT de la muestra. Espectrometría de absorción molecular. Lectura bicromática a 340 nm de longitud de onda primaria y 700 nm de secundaria. La GOT analiza la reacción: GOT -oxoglutarato + L-aspartato L-Glutamato + oxalacetato MDH oxalacetato + NADH + H+ L-malato + NAD+ Las disminución de la absorbancia, debida a la desaparición del NADH es directamente proporcional a la actividad de GOT en la muestra. Concentración de fosfatasa alcalina en plasma La fosfatasa alcalina es una enzima presente en la práctica totalidad de los tejidos corporales, principalmente en el epitelio intestinal (donde participa en el transporte de lípidos) y en los osteoblastos (donde interviene en el proceso de remodelación ósea), y también en la placenta (sobre todo en el tercer trimestre del embarazo) y en el hígado, donde se halla en las membranas de los sinusoides y canalículos. Por ello, aunque su papel biológico no es bien conocido, se le atribuye la participación en procesos de absorción y transporte. En un individuo sano, las formas enzimáticas halladas en el plasma proceden predominantemente del hígado y del hueso. Ante una concentración aumentada de fosfatasa alcalina en plasma puede considerarse la posibilidad de que la enzima provenga de tejidos no hepáticos. Para confirmar el origen hepatobiliar de la fosfatasa alcalina se puede medir la concentración de otras enzimas procedentes del tracto biliar, como la 5'-nucleotidasa o la y-glutamiltransferasa: una concentración elevada en plasma de cualquiera de las dos indica que la fosfatasa alcalina es de procedencia hepatobiliar y no ósea. No obstante, debe tenerse en cuenta que la concentración de 5'-nucleotidasa puede elevarse en el embarazo, mientras que la síntesis de y-glutamiltransferasa puede inducirse por diversos fármacos o por abuso de alcohol. La concentración de fosfatasa alcalina en plasma es la magnitud bioquímica con mayor sensibilidad diagnóstica para las colestasis. Cuando se produce una obstrucción hepatobiliar, se induce la síntesis enzimática en los hepatocitos adyacentes al canalículo biliar y se forma una mayor cantidad de fosfatasa alcalina, que pasa a los sinusoides. Este aumento se refleja en una concentración en plasma elevada. Las elevaciones más acusadas se dan en las obstrucciones extrahepáticas, ya sea por cálculos biliares o por cáncer de la cabeza del páncreas, en las que se alcanzan concentraciones más de 10 veces superiores al límite de referencia supe rior. La concentración en plasma disminuye después de retirar la obstrucción por medios quirúrgicos. En la colestasis intrahepática debida a infiltración neoplásica, cirrosis biliar primaria, clorpromacina, etc., las elevaciones de la concentración de esta enzima en plasma suelen ser menores, llegando sólo a triplicar los valores fisiológicos, y no necesariamente se acompañan de hiperbilirrubinemia, ya que la bilirrubina retenida a causa de una obstrucción local puede ser tomada por otras áreas indemnes del hígado y ser excretada normalmente. Las enfermedades que afectan al parénquima hepático, como la hepatitis infecciosa, no provocan una elevación de las concentraciones de la enzima en plasma si no se asocian con lesiones en los canalículos biliares o con estasis biliar, situación que se puede dar en los últimos estadios de la enfermedad. 44 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 45 de 168 Pueden producirse ligeras elevaciones de la concentración de fosfatasa alcalina hepática en plasma después de comidas grasas o bien, por enfermedades diversas, como diabetes, úlcera gástrica, etc. La fosfatasa alcalina (ALP), involucrada en el transporte de metabolitos a través de las membranacelulares, se encuentra en orden decreciente de abundancia en placenta, mucosa ileal, riñón, hueso e hígado. Las fosfatasas alcalinas de hueso, hígado y riñón comparten una estructura proteica común, codificada por el mismo gen ; difieren en su contenido en hidratos de carbono. La vida media de la isoenzima hepática es 3 días . La Figura ilustra cambios relacionados con la edad y el sexo en los límites de referencia superiores para fosfatasa alcalina. La interpretación de los resultados de fosfatasa alcalina usando poblaciones de referencia adecuadas es particularmente importante en niños; los límites de referencia difieren poco en los hombres y mujeres adultos entre las edades de 25 y 60 años. Luego de los sesenta años, los límites de referencia aumentan en las mujeres, aunque los estudios no han sido consistentemente evaluados para la presencia de osteoporosis, que puede incrementar la actividad de fosfatasa alcalina en suero. Se requieren rangos de referencia separados para niños y mujeres embarazadas. La colestasis estimula la síntesis de ALP por los hepatocitos; las sales biliares, los detergentes u otros agentes tensioactivos facilitan la liberación de ALP desde las membranas celulares . Otros factores que afectan la fosfatasa alcalina están resumidos en la Tabla . El método para ALP total de mayor uso es el método con p-nitrofenilfosfato como sustrato, método de Bowers, McComb and Kelly . Agentes complejantes tales como citrato, oxalato o EDTA unen cationes tales como zinc y magnesio, que son cofactores necesarios para la actividad de ALP, causando valores falsamente disminuidos, tan bajos como 0. La transfusión de sangre (que contenga citrato) causa disminución transitoria de la ALP a través de un mecanismo similar. La separación de las formas de ALP no específicas de tejido (hueso, hígado y riñón) es dificultosa debido a su similitud estructural; la electroforesis de alta resolución y el isoelectroenfoque son las técnicas más útiles. La ALP hueso-específica puede ser medida por inactivación por calor (un método pobre), por métodos inmunológicos y electroforéticos. Los inmunoensayos de ALP de hueso están ahora disponibles a partir de varias fuentes , y pueden ser usados para monitorizar los pacientes con enfermedad ósea. Debido a que hay concordancia entre aumentos de la fosfatasa alcalina de origen hepático y un incremento en la actividad de otras enzimas canaliculares tales como gindicación de una fuente hepática, pero no excluye que coexista una enfermedad ósea . En contraste a la mayoría de las enzimas, la variación intra individual en ALP es baja, estando ligeramente en promedio ligeramente sobre un 3% (Tabla I). El promedio corriente de la imprecisión entre laboratorios es de 5% y está próxima a las especificaciones recomendadas para la performance; un error total de 10-15% permitiría encontrar valores target del 12% basados en individuos sanos. El rango de error total especificado por CLIA del 30% parece demasiado amplio para uso clínico y debería ser más estrecho. 45 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 46 de 168 Figura . Efectos de la edad y el sexo sobre los límites de referencia superiores para fosfatasa alcalina. El límite de referencia superior para varones de 25 a 35 años de edad está fijado en 1.0 unidades de valor relativo. La fosfatasa alcalina es varias veces más alta en niños y adolescentes, alcanzando las actividades del adulto aproximadamente a los 25 años. Los valores son ligeramente mayores en hombres que en mujeres hasta los últimos años de vida. En los hombres adultos, los límites superiores del intervalo de referencia no cambian con la edad, mientras que en las mujeres los límites superiores del intervalo de referencia aumentan con la menopausia. Datos de la referencia 16. 46 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 47 de 168 Tabla . Factores que afectan la actividad de la fosfatasa alcalina además de la lesión hepática. RECOMENDACIONES Técnica Determinación espectrofotométrica de la actividad de la enzima sobre diferentes sustratos (4-nitrofenil-fosfato -4NPP-, fenolftaleína monofosfato, -naftilfosfato, etc.). El más recomendado es el 4-NPP. Metodología: La ALP cataliza la reacción: ALP p-nitrofenilfosfato + H2O fosfato + p-nitrofenol El aumento de la absorbancia, debido a la formación de p-nitrofenol (PNP) es directamente proporcional a la actividad de la ALP en la muestra. 47 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 48 de 168 Hay que tener en cuenta que la actividad plasmática es el resultado de la suma de la actividad de las diferentes isoenzimas, procedentes del hígado, hueso, tracto gastrointestinal, riñón, placenta y posibles tejidos tumorales. Las diferentes isoenzimas de la fosfatasa alcalina se pueden analizar separadamente mediante varios métodos: 1) análisis electroforético, 2) desnaturalización por calor o urea, 3) inhibición diferencial por sustancias químicas específicas, y 4) métodos inmunológicos. Específicamente, la fosfatasa alcalina ósea puede actualmente determinarse mediante enzimoinmunoensayo. Muestra Se precisa suero o plasma heparinizado, preferentemente en ayunas. Los anticoagulantes como el oxalato, citrato o EDTA, interfieren con la actividad de la enzima. El ensayo debe realizarse inmediatamente. Si la muestra ha sido congelada, precisa 18-24 horas a temperatura ambiente para conseguir la reactivación enzimática. La hemólisis produce interferencias. Valores normales y reproducibilidad Dependen de la técnica empleada; a menudo están en torno a 40-129 U/l, pero hay que tener en cuenta que varían con el sexo y la edad. Aumentan especialmente en los niños en crecimiento y durante el embarazo; también, aunque en menor medida, tras la menopausia. La actividad de la fosfatasa alcalina puede verse interferida por diferentes fármacos. Así, la teofilina y sus derivados, las sales de berilio y la penicilamina, inhiben la actividad de la enzima y, consecuentemente, disminuyen sus valores, mientras que el ácido valproico, la doxepina y las sales de magnesio provocan resultados por exceso. Las variabilidades intraensayo e interensayo son del 2 y 3,5 %, respectivamente. Concentración de y-glutamiltransferasa en plasma La y-glutamiltransferasa pertenece a un grupo de enzimas que catalizan la transferencia de aminoácidos de un péptido a otro. En particular, esta enzima participa en la reacción de transferencia del grupo y-glutamilo a un aceptor. La concentración de gamma-glutamiltransferasa en plasma se eleva especialmente en la ictericia obstructiva, la colecistitis o las enfermedades infiltrativas y más tempranamente que la de fosfatasa alcalina o la de 5'-nucleotidasa. A pesar de tener una mayor sensibilidad diagnóstica que éstas, su especificidad es menor, ya que su concentración en plasma aumenta también en otros tipos de lesión hepática (hepatitis infecciosa, hepatocarcinoma, esteatosis, etc.), aunque de forma más moderada. Generalmente, se reserva su medición para los casos en que se encuentra una concentración elevada de fosfatasa alcalina en plasma, para averiguar la procedencia de ésta, o bien en la enfermedad hepática de causa alcohólica. Puesto que el alcohol induce la formación microsómica de la enzima, la y-glutamiltransferasa se considera como el mejor marcador de alcoholismo, especialmente en los casos en que se ha desarrollado una enfermedad hepática. Su concentración en plasma desciende a las pocas semanas de abstinencia y se eleva al volver a beber, por lo que se utiliza esta medición en el seguimiento de pacientes alcohólicos crónicos sometidos a deshabituación. A pesar de ello, los valores absolutos de la concentración en plasma no se relacionan directamente con la cantidad de alcohol ingerido ni con la duración del alcoholismo. Debe tenerse en cuenta la existencia de pacientes con enfermedad de causa alcohólica y sin elevación de la concentración de esta enzima en plasma, así como su posible aumento en neoplasias no hepáticas. Además del alcohol, existen diversos fármacos que pueden inducir al síntesis de la y-glutamiltransferasa, como la fenitoína, el fenobarbital o la warfarina. La gamma glutamil transferasa (gGT), una enzima unida a membranas, está presente en orden decreciente de abundancia en el túbulo renal proximal, hígado, páncreas (ductos y células del acino), e intestino. La actividad de gGT en suero proviene principalmente del hígado. La vida media de gGT en humanos es aproximadamente de 7 a 10 días; en la injuria hepática asociada al alcohol, la vida media aumenta hasta 28 días, sugiriendo una disminución en el clearance. En la Figura se resumen diferencias relacionadas con la edad y el sexo en gGT. En los hombres adultos es adecuado un único rango de referencia entre las edades de 25 y 80 años. Aunque los límites superiores del intervalo de referencia son aproximadamente 2 veces mayores en aquellos que tienen ascendencia africana, no se provee comúnmente a los laboratorios información sobre características raciales; sería dificultoso para los laboratorios reportar valores con el intervalo de referencia apropiado basado en la raza. En las mujeres y niños, los límites superiores de referencia para gGT aumentan gradualmente con la edad, y son considerablemente más bajos que los encontrados en los hombres adultos. Se deben establecer límites de referencia separados para hombres y mujeres, y para diferentes rangos de edad en mujeres y niños. En niños esto requerirá probablemente un esfuerzo cooperativo de los laboratorios para obtener un número adecuado de muestras de niños sanos. La gGT es ligeramente más sensible que ALP en la enfermedad hepática obstructiva. La gGT aumenta en promedio 12 veces el límite superior de referencia en el 93-100% de pacientes con colestasis, mientras que ALP aumenta en promedio tres veces el límite de referencia superior en el 91% del mismo grupo . La gGT 48 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 49 de 168 parece aumentar en colestasis por los mismos mecanismos que aumenta la ALP . La gGT está aumentada en 80-95% de pacientes con alguna de las formas de hepatitis aguda . Se resumen en la Tabla Votros factores que afectan la actividad de gGT. Los pacientes con diabetes, hipertiroidismo, artritis reumatoidea y enfermedad pulmonar obstructiva a menudo tienen un incremento en gGT; las razones para estos hallazgos no se conocen bien. Luego del infarto agudo de miocardio, gGT puede permanecer anormal por semanas . Estos otros factores determinan un bajo valor predictivo de gGT (32%) para enfermedad hepática . El método de la Federación Internacional de Química Clínica descrito por Shaw es usado por la mayoría de los laboratorios. La precisión para actividades menores que la mitad del límite de referencia superior es aproximadamente del 10%; en el doble del límite de referencia superior, está próxima al 5%. Los objetivos de la performance para gGT se basan primariamente en la variación biológica, con límites de tolerancia del error total de aproximadamente 20%. Estos son adecuados para propósitos clínicos, dada la limitada utilidad clínica de las determinaciones de gGT. Figura . Efectos de la edad y el sexo sobre el límite de referencia superior para g-Glutamil Transferasa (GGT). El límite de referencia superior para hombres entre 25-35 años de edad es establecido como 1.0 unidades de valor relativo. Los límites de referencia superiores de GGT aumentan a lo largo de la vida, con el efecto más marcado en las mujeres que en los hombres. Antes de los 50 años, los límites superiores de referencia en los hombres son aproximadamente 25-40% mayores que en las mujeres, pero las diferencias disminuyen con el aumento de la edad. Datos de la referencia 16. 49 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 50 de 168 Tabla . Factores que afectan la gGT aparte de la lesión hepática. RECOMENDACIONES Determinación de la concentración de gamma- glutamiltransferasa (GGT) en suero o plasma mediante el método de Szasz et al. (1974) modificado La GGT cataliza la reacción: L- -glutamil-3-carboxi-4-nitroanilida + glicilglicina L- -glutamil-glicilglicina + 5 amino-2-nitrobenzoato El aumento de la absorbancia, debido a la formación de 5 amino-2-nitrobenzoato es directamente proporcional a la actividad de la GGT en la muestra. Concentración de 5 '-nucleotidasa en plasma La 5'-nucleotidasa en una fosfatasa ubicada en la membrana citoplasmática de las células de los canalículos biliares, que actúa sobre los nucleósidos 5'-fosfato, liberando fosfato. Su concentración en plasma se modifica en las mismas situaciones que la de la fosfatasa alcalina, alcanzado sus valores más altos en las obstrucciones intra o extrahepáticas y las lesiones infiltrativas del hígado y valore más moderados en las enfermedades hepatocelulares, como las hepatitis infecciosas. 50 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 51 de 168 La sensibilidad diagnóstica de la medición de la concentración de 5'-nucleotidasa en plasma en estos casos es menor que la de la fosfatasa alcalina, pero su especificidad es mayor, al no verse alterada la concentración de esta última en las enfermedades óseas. La medición de la concentración de 5'-nucleotidasa en plasma puede ser de utilidad en los niños, ya que sustituye a la medición de la concentración de fosfatasa alcalina en plasma, generalmente muy elevada debido al crecimiento óseo. También se ha utilizado esta medición en combinación con la de gamma-glutamil-transferasa en el seguimiento de enfermos sometidos a quimioterapia contra neoplasias hepáticas, ya que, a diferencia de la yglutamiltransferasa, la síntesis de 5'-nucleotidasa no es inducida por fármacos. 2.5 OTROS Concentración de alfa-fetoproteína en plasma La alfa-fetoproteína es una alfaglobulina que se sintetiza normalmente en grandes cantidades en las células del hígado embrionario. En la mayoría de los individuos con carcinomas hepáticos se encuentran en el plasma concentraciones elevadas de esta proteína. La medición de su concentración en plasma es útil para confirmar una sospecha de carcinoma, así como para controlar la respuesta a la terapéutica y detectar las recidivas. A pesar de ello, tiene un valor diagnóstico limitado, puesto que hasta un 30% de los pacientes con carcinoma hepático no presenta concentración elevada de alfafetoproteína y es frecuente su detección en la mayoría de las enfermedades hepáticas, agudas o crónicas, en las que se da un cierto grado de regeneración celular. No obstante, estas elevaciones son moderadas, mientras que elevaciones superiores a 20 veces los valores fisiológicos son exclusivos del carcinoma hepático. Magnitudes bioquímicas para la detección de la fíbrosis hepática La presencia de fibrosis y cirrosis hepática se evalúa por medio de una biopsia. Este método presenta las desventajas de ser cruento, conllevar una probabilidad de error o incertidumbre en la obtención de una muestra adecuada y no proporcionar una información dinámica del proceso de fibrogénesis, útil para establecer un pronóstico. Actualmente se están experimentando nuevos métodos bioquímicos, incruentos, basados en la medición de la concentración en plasma de productos de degradación de las proteínas de la matriz extracelular o de las membranas básales. Se ha estudiado especialmente el péptido aminoterminal del procolágeno tipo III, que procede del procesamiento extracelular del procolágeno tipo III nuevamente sintetizado. Su concentración en plasma es proporcional a la actividad fibrogénica del momento y no a la extensión que ha alcanzado la fibrosis. Esta propiedad puede ser útil para ayudar a distinguir la hepatitis crónica activa, con concentraciones de este compuesto aumentadas en plasma, de la hepatitis crónica persistente, con concentraciones bajas, a la vez que puede proporcionar un pronóstico en pacientes con enfermedad alcohólica crónica. Las concentraciones de laminina, una glucoproteína de las membranas básales, y ácido hialurónico en plasma, también son indicadores de fibrosis, además de hipertensión portal. Estas y otras magnitudes estudiadas, como las concentraciones de procolágeno-prolina-dioxigenasa, enzima limitante de la síntesis del colágeno, o de aminaoxidasa (flavinífera) (EC 1.4.3.4) en plasma, presentan problemas de inespecificidad tisular, por lo que su utilización es por el momento mayoritaria-mente experimental. Amoníaco (NH3) El amoníaco es producto del metabolismo de los aminoácidos, primariamente se depura a través de la síntesis de urea en el hígado. En pacientes con cirrosis, el Helicobacter pylori en el estómago, parece ser una fuente importante de amoníaco . En la enfermedad hepática, el aumento de NH3 es un signo típico de lesión hepática. Pueden observarse concentraciones altas en los casos de deficiencias de enzimas del ciclo de la urea , Síndrome de Reye , y con encefalopatía hepática aguda o crónica . Leves incrementos plasmáticos de NH 3 se observan en pacientes con hepatitis crónica, proporcionalmente a la extensión de la enfermedad . Está controvertido el uso de NH4 para monitoreo de pacientes con encefalopatía; algunos estudios han mostrado una buena correlación entre las concentraciones de amoníaco y el grado de encefalopatía , mientras que otros lo han negado . El NH3 parece mejorar el efecto del ácido gamma-aminobutírico (GABA) así como incrementar los receptores para las benzodiazepinas : ambos han sido implicados en la patogénesis de la encefalopatía hepática. Por otro lado, las características clínicas observadas en personas con hiperamoniemia aislada no son idénticas a las de la encefalopatía hepática . En la Tabla se resumen otros factores que afectan al NH3. En las muestras, debe separarse el plasma de las células dentro de la primera hora de obtención; en pacientes 51 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 52 de 168 con enfermedad hepática es ideal la separación dentro de los quince minutos . Varios métodos han sido usados para medir el amoníaco ; los ensayos enzimáticos han sido los más empleados. Un fabricante usa tecnología en placas Tabla . Factores que afectan el amoníaco además de la lesión hepática. RECOMENDACIONES NACB 2000 •La medición del amoniaco plasmático para el diagnóstico o monitorización de encefalopatía hepática no se recomienda como rutina en pacientes con enfermedad hepática aguda o crónica. • Para medidas más seguras debe usarse sangre arterial. • El plasma debe separarse de las células dentro de los 15 minutos desde la obtención de la muestra. Concentración de ácidos biliares en plasma La concentración de ácidos biliares en plasma depende de su absorción intestinal y de la eficiencia en la captación y reexcreción hepáticas. El aumento de la concentración de ácidos biliares en plasma puede reflejar un fallo en la excreción biliar, con la posterior regurgitación al plasma de la bilis, o bien una enfermedad hepática asociada a una baja capacidad de los hepatocitos de extraer del plasma los ácidos biliares resorbidos en el intestino. Puede deberse también a la existencia de una circulación colateral, que hace que la sangre portal no alcance directamente al hígado. En la mayoría de los pacientes con enfermedad hepática crónica o colestasis biliar, por cálculos biliares, carcinoma hepático, etc., se produce una disminución de la llegada de ácidos biliares al duodeno y los ácidos biliares retenidos en el hígado pueden pasar al plasma, aumentando allí su concentración. No obstante, pueden darse alteraciones de la circulación enterohepática sin que se modifique visiblemente la concentración de ácidos biliares en plasma. En estos casos, aunque disminuye su captación y, por lo tanto, su reexcreción en el hígado, este déficit puede compensarse por un aumento de la síntesis. En general, la medición de la concentración de ácidos biliares en plasma posee poca sensibilidad diagnóstica para las colestasis, aunque su sensibilidad es mayor para las hepatopatías crónicas. Puede medirse la concentración de ácidos biliares en plasma en ayunas o posprandialmente. La medición posprandial puede proporcionar una mayor sensibilidad diagnóstica a la prueba debido al estímulo en la secreción biliar, 52 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 53 de 168 producido por el alimento. Se ha utilizado también la medición de la proporción de ácidos trihidroxilados (cólico) frente a ácidos dihidroxilados (quenodesoxicólico). Una proporción mayor de los primeros indica una capacidad hepática de hidroxilación correcta y una deshidroxilación intestinal disminuida, y, por tanto, sugiere una ictericia obstructiva primaria. Una proporción menor, corresponde a una enfermedad de tipo hepatocelular, en la que los mecanismos de rehidroxilación de los ácidos procedentes de la circulación enterohepática están afectados. Bilirrubina y urobilinógeno en orina En los individuos normales no debe detectarse bilirrubina ni urobilinógeno en la orina. Cuando hay una elevación de la bilirrubina conjugada en sangre, entonces se puede filtrar por el riñón y aparecer en orina, con lo que esta puede tomar un color oscuro anaranjado, constituye, por tanto, una prueba indirecta para determinar un incremento de las concentraciones de BD, ya que en la orina solo se excreta la bilirrubina conjugada. Un incremento del urobilinógeno en orina ocurre siempre que haya un descenso de la función hepatocelular o un exceso de urobilinógeno en el tracto gastrointestinal que exceda la capacidad del hígado para excretarlo; ejemplos de tales condiciones son una hepatitis viral, cirrosis, y hemólisis. La bilirrubinuria en ausencia de uribilinógeno suele indicar una obstrucción en la vía biliar. La presencia de bilirrubina y urobilinógeno en orina se puede detectar de forma fácil cualitativamente empleando tiras reactivas. Sin embargo, se requiere un espécimen de orina reciente porque la bilirrubina es muy inestable cuando se expone a la luz y a TA. En caso de que la determinación tenga que ser retrasada, la orina deberá ser protegida de la luz y almacenada en refrigerador a 2- 8ºC durante un tiempo no superior a 24 horas. 53 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 54 de 168 2.6 LESIÓN HEPÁTICA AGUDA Diagnóstico La lesión hepática aguda puede reconocerse por la presencia de ictericia o síntomas inespecí- ficos de enfermedad aguda acompañada del incremento en las actividades de aminotransferasas, AST y/o ALT. Se estima que un 80% de las personas con hepatitis viral aguda no son diagnosti- cados clínicamente, aunque en algunos casos se puede detectar por un incremento de AST en el contexto de una sintomatología inespecífica o inexistente. Con el descenso en la incidencia de la hepatitis viral aguda, se están encontrando otras enfer- medades hepáticas como causantes del incremento de las actividades de AST/ALT. Hasta un 25% de aquellos con AST > 10 veces el limite superior de referencia pueden tener pueden tener como causa una obstrucción. La distribución de la bilirrubina directa como porcentaje de la bilirrubina total, es similar en la lesión hepática aguda y en la ictericia obstructiva. Los mejores valores discriminantes para reconocer la lesión hepática aguda parecen ser: AST 200 U/L (sensibilidad 91%, especificidad 95%) ALT 300 U/L (sensibilidad 96%, especificidad 94%) En la hepatitis alcohólica no complicada, los valores de AST y ALT no son casi nunca superiores a 10 veces el valor de referencia, la ratio AST/ALT es superior a 2 en el 80%, la ALP aumentada en el 20%, y la ictericia en el 60-70% de los casos. La frecuencia de la ictericia en pacientes con hepatitis viral aguda difiere según la edad y el agente etiológico. Es rara en niños con hepatitis viral y cuando está presente es menos severa que en adultos. Incidencia de ictericia en adultos: 70% hepatitis A, 33-55% hepatitis B y 20-33% hepa- titis aguda C. Marcadores de severidad La hepatitis viral aguda A y B son habitualmente enfermedades autolimitadas y la mayoría de pacientes se recuperan completamente. En aquellos con hepatitis aguda tipo C, el 85% desarro- llan infección crónica. Raramente la lesión hepática aguda causa lesión hepática severa o fallo hepático agudo. Las pruebas deberían poder identificar los pacientes con elevado riesgo de fallo hepático agudo. La AST está mas relacionada con la etiología de la lesión hepática que con su severidad. Existe una débil correlación entre las actividades de las aminotransferasas y la bilirrubina en la hepatitis viral y ninguna en la lesión hepática isquémica. Las actividades máximas de las aminotransferasas no se relacionan con el pronóstico y pueden descender a pesar del empeoramiento clínico del paciente. El tiempo de protrombina (TP) es el mejor indicador del pronóstico del paciente. Un tiempo supe- rior a 4 segundos al del control o superior a 20 segundos, o un INR > 6.5 identifica a los pacientes con un riesgo elevado de muerte. En la hepatitis alcohólica un tiempo de protrombina superior a 5 segundos el control, bilirrubina > 25 mg/dl o albúmina < 2.5 g/dL, y edad superior a 55 años, predice una probabilidad de muerte del 90%. En la hepatitis isquémica o tóxica, la prolongación del tiempo de protrombina es frecuente en las fases tempranas después de la lesión, alcanzando el pico a las 24-36 horas para volver rápidamente a la normalidad. En la lesión hepática por paracetamol, un aumento marcado del TP no indica por si mismo proba- bilidad de fallo hepático, pero si lo indicaría un incremento persistente o un valor en aumento 4 días después de la ingestión. El pico de la bilirrubina no es un buen indicador de pronóstico en la mayoría de las formas de lesión hepática. La bilirrubina total > 15 mg/dl o el TP>3 segundos por fuera del límite de referencia en pacientes con hepatitis viral indica una lesión hepática severa y obliga a una monitorización estrecha de la encefalopatía. 54 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 55 de 168 Diagnóstico diferencial La evaluación inicial de pacientes con lesión hepática aguda debe recoger una historia completa de ingesta de medicamentos y/o drogas y determinación de anticuerpos para hepatitis A, B y C mediante el panel: IgM antiHAV e IgM anti-HBc, HBsAg y anti- HCV. La mayoría de reacciones hepáticas a fármacos se dan en los primeros 3-4 meses del inicio del tratamiento, (en ocasiones pueden manifestarse hasta 12 meses después, y en otros hacerse evidente días y hasta meses después del cese de su administración) por lo que se debe averiguar lo que el paciente ha tomado hasta 1 año antes. La prueba diagnóstica de elección para la infección aguda el virus de la hepatitis A, los anti- cuerpos IgM antiHAV, desaparecen en 4-6 meses, mientras que los anticuerpos totales persisten durante toda la vida y se encuentran en un elevado porcentaje de la población. Debido a este corto periodo de transmisibilidad, el diagnóstico de una infección aguda por el virus A debe hacerse tan pronto como sea posible después de su presentación clínica, idealmente en las primeras 48 horas, para permitir el tratamiento con globulina inmune en los individuos expuestos. Los anticuerpos IgM anti-HBc y el HBsAg son las pruebas mas fiables en la infección aguda por el virus B; los anticuerpos IgG (y con ello los totales) anti-HBc persisten durante muchos años. Otros marcadores virales HBV y anticuerpos no son de utilidad en el diagnóstico de la infección aguda por el virus B. No existe actualmente diagnóstico definitivo de la hepatitis C aguda, debido a que los anti-HCV y el HCV-RNA se pueden presentar en ambas infecciones, agudas y crónicas. El anti-HCV (EIA-2) se detecta solo en el 57% de casos de hepatitis aguda al tiempo que el incremento de la actividad enzimática, mientras que el RNA del virus C es positivo, en el 15%, aunque de forma intermitente. En el momento del debut clínico, el 80-90% de los casos tienen anticuerpos anti-HCV detectables. Los patrones que podrían hacernos sospechar un diagnóstico de hepatitis aguda por virus C son: antiHCV negativo, y RNA HCV positivo o anti-HCV que evoluciona desde negativo a positivo en un periodo corto. La búsqueda de anticuerpos al virus de la hepatitis D (anti-HDV) para la detección de la infección por el virus delta, se debería limitar a los pacientes con HBsAg positivo particularmente si se acom- pañan de hepatitis aguda severa, factores de alto riesgo (drogas de abuso intravenoso o hemo- filia), o un patrón bifásico de la enfermedad. Si un paciente con hepatitis crónica B se sobreinfecta con hepatitis D, puede aparecer un cuadro clínico de lesión hepática aguda severa y fallo hepático. 55 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 56 de 168 Manejo de pacientes sin una causa evidente de lesión hepática aguda LESIÓN HEPÁTICA ISQUÉMICA Y TÓXICA: Los valores de AST o ALT 100 veces superior a la normalidad son raros en las hepatitis virales, pero frecuentes en la ingestión de medicamentos (especialmente paracetamol) y en la lesión isqué- mica hepática. En la lesión hepática inducida por paracetamol el pico de AST es superior a 3000 U/L en el 90% de los casos, un valor que casi nunca se ve en la hepatitis viral aguda. La lesión hepática isquémica ó tóxica es la causa de más del 90% de los casos de lesión hepá- tica con una actividad de AST > 3000 U/L, alcanzando típicamente junto a ALT un pico (a menudo en las 24 primeras horas del ingreso, siendo la actividad de AST inicialmente mas elevada que la de ALT) Después de alcanzado el pico, las actividades de ambas descienden rápidamente (AST puede disminuir incluso más del 50%, y hacerlo más rápidamente debido a su vida media más corta), alcanzado valores casi normales una media de 7 días después de la lesión. El tiempo de protrombina es superior a 4 segundos al margen de referencia en el 90% de los casos y desciende rápidamente después que se ha alcanzado el pico de AST. La bilirrubina es inferior a 2 mg /dl en el 80% de casos en ambos tipos. La actividad de la LDH es a menudo más elevada que la de AST en el momento de su debut, mientras que en la hepatitis viral aguda solo en el 55% con valores medios solo ligeramente por fuera del margen de referencia. La cocaina pocas veces puede causar lesión hepática, cuando se da, normalmente es en pacientes con hipotensión. OTRAS CAUSAS: La enfermedad de Wilson y la hepatitis autoimune raramente pueden presentarse como lesión hepática aguda. Varios virus aparte de los agentes clásicos (HAV, HBV, HCV, y hepatitis E) se han asociado con hepatitis incluyendo herpesvirus, citomegalovirus, enterovirus, coronavirus, reovirus (en neonatos), adenovirus, parvovirus B6 (en poblaciones pediátricas), virus varicela-zóster y virus Epstein Barr. Sífilis, leptospirosis, y toxoplasmosis también pueden causar lesión hepática, así como muchos otros agentes infecciosos menos comunes. De forma muy rara, otras patologías, incluyendo linfoma, síndrome de Budd-Chiari, enfermedad venooclusiva, se pueden presentar como un cuadro de lesión hepática aguda. En general la lesión hepática asociada a estas etiologías o bien no es usual o está asociada con un síndrome específico, la mayoría tienen signos y síntomas que sugieren un agente etiológico en particular como causa. El diagnóstico específico de infección por otros agentes causales, se debe investigar cuando la etiología permanece desconocida después de excluir las causas más habituales y está indicado clínicamente establecer un diagnóstico específico. La sobreinfección con otros virus hepáticos puede ocurrir en pacientes con otras formas de lesión hepática, por ejemplo pacientes con hepatitis crónica C y hepatitis alcohólica se pueden infectar por un virus A o B y desarrollar una hepatitis aguda como resultado de la infección superpuesta. 56 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 57 de 168 Monitorización AMINOTRANSFERASAS Las actividades de las aminotransferasas tienden a incrementarse y alcanzar el pico en el punto más álgido de la ictericia para descender de forma gradual. En la hepatitis A se da un segundo incremento enzimático en el 5-10% de los casos antes del retorno a los valores basales, asociándose con RNA del virus A circulante y partículas virales en las heces, que indican la posibilidad de transmisión de la infección. En la hepatitis tóxica e isquémica, los valores de AST y ALT descienden rápidamente después de alcanzar el pico de actividad. En todas las formas de lesión hepática, este descenso ocurre con el restablecimiento y con la necrosis masiva, haciendo de la actividad enzimática un pobre indicador de la recuperación. Una vez las aminotransferasas han mostrado un patrón de descenso consistente, han de moni- torizarse hasta que el paciente se ha recuperado clínicamente. En la hepatitis B o C, el retorno de las aminotransferasas a la normalidad no es un signo fiable de recuperación (pueden ser normales y persistir la infección). BILIRRUBINA El pico de la bilirrubina es más tardío que el de las aminotranferasas, (una semana o incluso más), para luego -bilirrubina, alcanzando a menudo el 70-80% de la bilirrubina total. No es usual en la hepatitis viral encontrar valores de 15-20 mg/dL (solamente en un 10-20% de las hepatitis virales se alcanzan valores pico de 15 mg/dL y en un 4% de 20 mg/dL), los valores más elevados se ven en la hepatitis B. La ictericia permanece más de 6 semanas en el 34% de casos de adultos con hepatitis B, pero solo en el 15% de otras formas de hepatitis viral. La bilirrubina conjugada está incrementada de forma prolongada particularmente en la hepatitis A (infrecuente en la forma tóxica o isquémica) no significando un pronóstico peor. Una vez la bili- rrubina ha iniciado su descenso, no existe razón para su monitorización continua, a menos que exista un empeoramiento clínico de la ictericia. PRUEBAS DE COAGULACIÓN El incremento del tiempo de protrombina es un hallazgo común en las formas de lesión hepática tóxica o isquémica, a menudo con resultados superiores a 15 seg o 4 seg superiores al margen de referencia antes de que rápidamente vuelvan a la normalidad. No existen datos de cómo estos incrementos afectan el pronóstico de la lesión hepática isquémica, pero son un marcador de seve- ridad en la hepatitis viral o alcohólica. 57 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 58 de 168 2.6.1 -ALGORITMO DE ACTUACIÓN ANTE UN SUJETO CON HIPERTRANSAMINASEMIA Y SIN SÍNTOMAS. Etiología de las elevaciones benignas de ALT y AST con predominio de ALT Las causas de las elevaciones benignas de las AMN, < de 5 veces el LSR, con predominio de la ALT y que afectan al hígado se exponen en la tabla 2. La hepatitis viral crónica es una de las causas más comunes de la elevación de las enzimas hepáticas. La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) afecta alrededor del 2% de la población española y puede ser diagnosticada serológicamente mediante la detección en suero de anticuerpo frente al VHC. La infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB), definida por positividad de los anticuerpos frente al VHB durante al menos 6 meses, también es una causa muy frecuente de la elevación de las AMN. La mayoría de los medicamentos han sido asociados a elevaciones séricas de las AMN, aunque algunos de ellos causan elevaciones con más frecuencia que otros (tabla 3). La esteatosis hepática o la infiltración grasa del hígado con o sin inflamación asociada, puede ser un causa frecuente en la elevación benigna de la actividad de las AMN, sin embargo, la actual prevalencia en la población general no ha sido definida, en parte, porque la esteatosis hepática no alcohólica es asintomática en el 48-100% de los pacientes. La hemocromatosis hereditaria debe ser considerada ante la presencia de elevaciones benignas de las AMN ya que es una de las enfermedades hereditarias más frecuente en la población caucásica. La hepatitis autoinmune también puede ser causa de elevaciones benignas de las AMN, ocurre con una prevalencia de 1:6000 a 1:7000 y tiene una mayor predisposición para el género femenino. Las hepatitis víricas agudas A, B. C, D, o E, virus de Epstein-Barr o citomegalovirus, pueden causar elevaciones séricas variables de las AMN, aún antes de que los signos clínicos y síntomas de la enfermedad aparezcan, pudiendo alcanzar niveles muy superiores a 5 veces el LSR. Un pico de la actividad ocurre entre el 7-12 día, luego decrece gradualmente, alcanzando los valores normales durante la tercera o quinta semana si la recuperación es buena. En los pacientes con elevación de ALT de origen desconocido, los niveles de ceruloplasmina y de alfa1antitripsina pueden ser medidos para detectar, respectivamente, la enfermedad de Wilson y la deficiencia de alfa1-antitripsina. La enfermedad celiaca también puede ser causa de la hipertransaminasemia. Si las AMN, después de una estrategia apropiada que incluya modificación del estilo de vida, de los factores de riesgo (perdida de peso, ejercicio, retirar la medicación hepatotóxica, control de diabetes y de hiperlipemias) permanecen elevadas más de 6-12 meses, se recomienda la realización de una biopsia hepática para confirmar el diagnóstico y evaluar la presencia de fibrosis o cirrosis. Etiología de las elevaciones benignas de ALT y AST con predominio de AST El consumo de alcohol es una causa común de la elevación sérica de las AMN. La cantidad de alcohol y el tiempo de consumo son factores importantes para el desarrollo de la enfermedad. El alcohol se relaciona con la lesión hepática incluyendo esteatosis hepática, hepatitis y es la causa más frecuente de cirrosis en el mundo occidental. En la hepatitis alcohólica, los niveles de ALT son habitualmente menores que los de AST, el cociente AST/ALT suele ser > 2, las razones para la mayor actividad de AST son: • El alcohol incrementa la actividad de AST mitocondrial en plasma, mientras que otras formas de hepatitis no lo hacen. • La mayoría de las formas de lesión hepática disminuyen la actividad de las formas citosólica y 58 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 59 de 168 mitocondrial de AST, pero el alcohol solo disminuye la actividad de la forma citosólica. • La deficiencia de piridoxina, común en los alcohólicos, disminuye la actividad de ALT. • El alcohol induce la liberación de AST mitocondrial desde las células sin daño celular visible. En la cirrosis se identifica un aumento de AST mayor que el de ALT, que dependiendo del estado cirrótico pueden alcanzar 4 veces el LSR, sugiriendo un cociente AST/ALT > 3 una cirrosis biliar primaria. En individuos con carcinoma primario o metástico del hígado se encuentran elevaciones de AST y ALT entre 5-10 veces el LSR, con AST usualmente mayor que la ALT, pero son a menudo normales en los estados tempranos de la infiltración maligna del hígado Diversas causas no hepáticas pueden presentar también elevaciones séricas benignas de la AST o menos comúnmente de la ALT Etiología de las elevaciones de ALT y AST en un rango severo La elevación de las AMN en un rango moderado, 5-15 veces el LSR, abarca un amplio espectro de enfermedades hepáticas, por lo que limita el diagnóstico diferencial. Las elevaciones de las AMN > 15 veces el LSR (tabla 4) indican mayor daño hepatocelular o necrosis, aunque elevaciones transitorias de este grado también puedan ocurrir en la obstrucción biliar. Las drogas que inducen hepatoxicidad pueden dar lugar a marcadas elevaciones de las AMN. Así, la sobredosis de acetaminofeno en la mayoría de los casos induce a un fallo hepático fulminante, siendo los pacientes con consumo significativo de alcohol más susceptibles. El acetominofeno en la sangre puede ser indetectable si el paciente recibe atención médica por primera vez, pasadas las 24 horas de la sobredosis. El daño hepatocelular empeora durante las primeras 72 horas, pero a continuación puede mejorar espontáneamente debido a la regeneración de los hepatocitos. Sin embargo, en pacientes con acidosis metabólica, TP muy alargado o creatinina sérica > 3,4 mg/dL, la mortalidad es muy elevada y puede ser necesario un trasplante hepático. Algunos de los virus hepatotrópicos (A-E) pueden causar hepatitis aguda caracterizada por marcada elevación de las AMN. La hepatitis autoinmune y la enfermedad de Wilson también pueden presentarse con severa elevación de la AST y ALT. Las hepatitis isquémicas deben ser tenidas en cuenta, pues cuándo el hígado por determinadas circunstancias deja de recibir sangre (hipotensión, sepsis, arritmias cardíacas, infarto de miocardio, hemorragia) las células hepáticas pueden sufrir daño y pueden causar marcadas elevaciones de las AMN. En la obstrucción biliar aguda por litiasis es frecuente encontrar niveles séricos de AMN >10 veces el LSR que descienden en pocos días, mientras que en la hepatitis vírica el descenso de las AMN dura varias semanas. 59 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 60 de 168 La práctica cada vez más extendida de exámenes de salud en sujetos sanos, junto con la automatización en los análisis básicos del laboratorio, que incluyen de forma rutinaria la determinación de múltiples parámetros bioquímicos, están favoreciendo la detección de enfermedades en etapas presintomáticas. El hallazgo de unas cifras por encima del valor normal de las transaminasas alanina-aminotransferasa (ALAT) y aspartatoaminotransferasa (ASAT) o hipertransaminasemia, puede ser el único indicio de la presencia de una enfermedad hepática en un sujeto asintomático. Aunque ambas enzimas están presentes en diferentes 60 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 61 de 168 concentraciones en otros tejidos, su elevación en plasma es un indicador muy sensible de la existencia de daño hepatocelular. Hasta la fecha no se dispone de estudios prospectivos controlados a largo plazo que describan la historia natural de una potencial enfermedad hepática en ese tipo de pacientes. Tampoco se cuenta con análisis de coste-eficacia acerca de la evaluación de sujetos asintomáticos con hipertransaminasemia. Por estas razones, las recomendaciones en cuanto al seguimiento han de extraerse de estudios que evalúan poblaciones poco homogéneas y además con resultados algo dispares . Sin embargo, no hay que olvidar que el diagnóstico precoz y el tratamiento de algunas de las enfermedades hepáticas más frecuentes pueden prevenir la progresión a un estadio terminal de la enfermedad, por lo que parece razonable profundizar en la etiología de dicha alteración una vez que se ha conocido. El primer paso en la valoración de un paciente con hipertransaminasemia y sin síntomas es repetir el análisis para confirmar los resultados. Si las cifras de transaminasas se han normalizado, no es necesario continuar con el estudio. Si los resultados permanecen alterados está indicado comenzar la valoración . Una discreta elevación (menos de dos veces el valor normal) puede no tener importancia clínica si las principales enfermedades han sido descartadas, incluso puede no ser anormal. No hay que perder de vista que el rango establecido para cualquier prueba de laboratorio es el valor medio obtenido en sujetos presumiblemente sanos ± 2DE, por lo que aproximadamente el 2,5% de la población sana tiene transaminasas por encima del límite superior establecido. La evaluación inicial debe de incluir una historia clínica detallada en la que se recojan minuciosamente los antecedentes familiares y posibles factores de riesgo de hepatopatía, el consumo de alcohol, el uso de fármacos incluyendo vitaminas, hierbas y otros preparados y cualquier síntoma de enfermedad hepática. Debe de realizarse también una exploración física completa buscando específicamente signos de hepatopatía. Si surgen datos que orienten a una determinada patología, las siguientes exploraciones deben de ir encaminadas a establecer ese diagnóstico. La utilización de algoritmos está indicada fundamentalmente cuando no existen datos clínicos que apoyen un diagnóstico o cuando una sospecha diagnóstica no ha podido confirmarse. Las causas más frecuentes de enfermedad hepática en este contexto pueden ser excluidas mediante estudios serológicos no invasivos . En ausencia de resultados concluyentes la decisión de continuar con estudios más agresivos o hacer un seguimiento evolutivo dependerá de cada situación clínica. A continuación se describen las patologías que con mayor frecuencia corresponden con esta situación y los exámenes de laboratorio que en cada caso permiten confirmarlas. 61 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 62 de 168 Fig. . Algoritmo de actuación ante un sujeto con hipertransaminasemia y sin síntomas. ASAT: aspartato aminotransferasa; ALAT: alaninaaminotransferasa; γ -GT: gammaglutamiltransferasa; VHC: virus C de la hepatitis; VHB: virus B de la hepatitis; HBsAg: antígeno de superficie; antiHBs y antiHBc: anticuerpos frente al antígeno de superficie y el core; ANA: anticuerpos antinucleares; ASMA: anticuerpos antimúsculo liso; antiLKM: anticuerpos anticromosomas de hígado y riñón; DM: diabetes mellitus; VN: valor mormal; PCR: reacción en cadena de la polimerasa. 62 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 63 de 168 Abuso de alcohol El diagnóstico de hepatopatía por abuso de alcohol puede resultar difícil debido a que algunos pacientes ocultan información sobre la cantidad de etanol que ingieren. El hallazgo de una relación entre ASAT y ALAT de al menos 2:1 apoya este origen . Si además se acompaña de un aumento en las cifras de γglutamiltransferasa (GGT) de dos veces su valor, el índice de sospecha aumenta. Medicamentos Resulta esencial revisar de manera minuciosa toda la medicación que ha tomado el paciente incluyendo preparados de hierbas y cualquier otra sustancia. Casi cualquier fármaco puede producir hepatotoxicidad siendo los más frecuentes los antiinflamatorios no esteroideos, antibióticos, antiepilépticos, hipolipidemiantes y tuberculostáticos. Aunque lo habitual es que las alteraciones analíticas ocurran dentro de los dos primeros meses desde el inicio del tratamiento, esto no siempre es así y ante la presencia de un aumento de las transaminasas está indicado retirar toda la medicación que no sea esencial para el paciente monitorizando la función hepática. Hepatitis crónica vírica La infección crónica por el virus C de la hepatitis es muy frecuente y su presencia puede confirmarse mediante la determinación de anticuerpos frente al virus. Dada la alta sensibilidad de este análisis (92%-97%) su positividad suele ser suficiente para establecer el diagnóstico. Ocasionalmente hay que recurrir a la determinación del ARN del virus. La infección crónica por el virus B de la hepatitis debe descartarse inicialmente mediante la determinación del antígeno de superficie (HBsAg), y los anticuerpos frente al antígeno de superficie y el core (antiHBs y antiHBc). Un resultado positivo del HBsAg y del antiHBc indican la presencia de infección y obligan a continuar el estudio para determinar si existe replicación vírica. En los pacientes con resultados positivos para la infección por el virus B y/o C de la hepatitis habrá que considerar la realización de una biopsia hepática y la posibilidad de recibir tratamiento. Hepatitis autoinmune La hepatitis autoinmune ocurre fundamentalmente en mujeres en la edad media de la vida. Debe sospecharse ante la presencia de hipertransaminasemia asociada a hipergammaglobulinemia. La positividad de los anticuerpos antinucleares, antimúsculo liso y antimicrosomas de hígado y riñón, y la ausencia de otros marcadores de hepatopatía apoyan el diagnóstico. La realización de una biopsia hepática es esencial para establecer el diagnóstico definitivo. Hemocromatosis La hemocromatosis hereditaria es una de las enfermedades genéticas más frecuentes y hay que tenerla presente ante todo paciente con hipertransaminasemia de origen no filiado. Para su diagnóstico hay que conocer inicialmente el hierro sérico y la capacidad de fijación del hierro con el objeto de determinar el índice de saturación (hierro sérico/capacidad total de fijación). Un índice de saturación mayor del 45% sugiere la presencia de hemocromatosis que debe de confirmarse mediante la determinación del índice de hierro hepático en una biopsia. Hoy día se conocen algunas de las mutaciones más frecuentes del gen HFE que causan la enfermedad y su análisis resulta útil tanto en el estudio del paciente como de sus familiares. Esteatosis hepática y esteatohepatitis no alcohólica La esteatosis hepática y la esteatohepatitis no alcohólica son dos entidades cuya prevalencia no está bien 9 establecida, que cursan con elevaciones discretas de las transaminasas . Con frecuencia se asocian a otros factores como obesidad, hiperlipidemia o diabetes mellitus. No existen en la actualidad estudios serológicos que confirmen el diagnóstico, por lo que es necesario excluir otras formas de enfermedad hepática antes de establecer este diagnóstico. La ecografía hepática puede demostrar la infiltración grasa del hígado, pero el diagnóstico de esteatohepatitis sólo puede establecerse por los hallazgos de la histología. 63 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 64 de 168 La enfermedad de Wilson y el déficit de alfa1-antitripsina son causas menos frecuentes de hipertransaminasemia. La cuantificación en sangre de la ceruloplasmina y de la alfa 1-antitripsina permiten inicialmente descartar la presencia de cada una de ellas. Causas no hepáticas Recientemente se ha reconocido que la enfermedad celíaca puede ser causa de una hipertransaminasemia crónica . La determinación de anticuerpos antigliadina y antiendomisio pueden ser útiles para el despistaje de esta entidad. Una elevación de transaminasas, fundamentalmente de ALAT, puede aparecer en enfermedades de otros órganos como el músculo. La presencia de niveles aumentados de creatín fosfoquinasa y aldolasa permiten confirmar este origen cuando las enfermedades hepáticas más frecuentes han sido descartadas. Si a pesar de todos estos estudios la causa de la hipertransaminasemia continúa sin conocerse podría estar indicada la realización de una biopsia hepática. Si los niveles de transaminasas están por debajo de dos veces el valor normal y se desconoce la causa de la hepatopatía se recomienda continuar con vigilancia exclusivamente. Ahora bien, si los niveles de transaminasas están persistentemente por encima de dos veces el valor normal, se aconseja practicar una biopsia hepática cuyo resultado es poco probable que permita un diagnóstico de certeza, pero puede excluir la presencia de una enfermedad hepática grave . 64 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 65 de 168 2.7 ESTUDIO DE DAÑO HEPÁTICO AGUDO El daño hepático puede ser reconocido por la presencia de ictericia o síntomas no específicos de la enfermedad acompañada de elevación de AST y/o ALT. Los valores mejor discriminantes para reconocer daño hepático agudo son 200 U/L para AST (sensibilidad del 91 % y especificidad del 95 %) y 300 U/L para ALT (sensibilidad del 96 % y especificidad del 94 %). En hepatitis alcohólica no complicada, los valores de AST y ALT casi nunca son mayores a 10 veces el límite de referencia superior. La relación AST/ALT es mayor a 2 en el 80 % de los casos y la ALP está elevada en un 20 % de los casos. RECOMENDACIONES NACB 2000 • El daño hepático agudo puede ser diagnosticado por ALT mayor a 10 veces su límite superior del intervalo de referencia y la fosfatasa alcalina en menos de 3 veces dicho límite. • La bilirrubina directa es necesaria para descartar causas de aumento de la bilirrubina total tales como hemólisis, pero no diferencia el daño hepático de la ictericia obstructiva. 65 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 66 de 168 66 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 67 de 168 EN PACIENTE FEBRIL Las transaminasas o aminotransferasas catalizan la transferencia del grupo alfa-amino del aspartato (aspartato aminotransferasa [AST] o glutámico oxalacético [GOT]) o la alanina (alanina aminotransferasa [ALT] o glutámico pirúvica [GPT]) al grupo alfa-ceto del cetoglutarato. La ALT se encuentra sobre todo en el citoplasma de los hepatocitos, mientras que la AST además de en el hígado, a nivel mitocondrial y en menor medida en el citoplasma, también se encuentra en el músculo cardíaco y esquelético, el riñón, el encéfalo, el páncreas y las 1 células sanguíneas . Las concentraciones séricas normales de ambas son proporcionales al índice de masa corporal, pero los 1 valores en condiciones normales oscilan entre 30–40 UI/l . El cociente entre la concentración sérica de ambas aminotransferasas AST/ALT, en condiciones normales, es menor a 1. La hipertransaminasemia o elevación sérica de los valores de ALT y/o AST es un fenómeno inespecífico con escaso valor diagnóstico si se considera de manera aislada. Sin embargo puede orientar hacia la existencia de una lesión o necrosis hepática (elevaciones aisladas de ALT o combinadas con AST) o extrahepática (elevaciones desproporcionadas o aisladas de la AST sérica, por ejemplo, infarto de miocardio, rabdomiolisis, actividad física vigorosa, hemolisis, etc.). Aunque el grado de elevación no se correlaciona con la gravedad histológica y tampoco es fiable para predecir la evolución de una hepatopatía, sí puede proporcionar importantes pistas diagnósticas cuando se considera conjuntamente con la clínica del paciente, el resto de determinaciones bioquímicas del perfil hepático (enzimas de colestasis fosfatasa alcalina [FA] y gamma glutaril transpeptidasa [GGT]) y pruebas de función hepática (concentración plasmática de albúmina y bilirrubina y tiempo de protrombina), la evolución temporal de 1. and 2. la elevación y la relación entre ambas transaminasas . Aparte de su utilidad diagnóstica, sus concentraciones pueden emplearse para la monitorización de la actividad de la enfermedad hepática, así como su respuesta al tratamiento, con escasas excepciones; así, la concentración de AST y ALT guarda una mala correlación con los hallazgos biópsicos en casos de hepatitis crónica por virus C y en cirrosis hepática; por el contrario, en casos de necrosis hepática masiva, las concentraciones de transaminasas pueden disminuir dado que la lesión hepática es tal que apenas se mantiene actividad enzimática. Síndrome febril en un paciente con elevación aguda de transaminasas La elevación aguda de los niveles séricos de aminotransferasas es un hecho frecuente en la práctica clínica. Si además se añade la presencia de fiebre, se han de considerar primariamente causas hepáticas o de las vías biliares, sin olvidar la posibilidad de cuadros de localización extrahepática que pueden afectar secundariamente 3 a la función hepática (tabla 1). Tabla 1. 67 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 68 de 168 Se considera que un paciente presenta elevación aguda de transaminasas cuando el proceso que lo provoca no supera los 6 meses de duración. Aunque de manera general sugiere la existencia de un proceso de reciente 2 instauración, también puede ser la primera manifestación de una patología crónica subyacente . El proceso diagnóstico para aclarar el origen se lleva a cabo mediante los siguientes pasos (fig. 1 Fig. 1. Algoritmo diagnóstico en un enfermo con elevación aguda de las transaminasas y fiebre. ALT: alanina aminotransferasa; Rx: radiografía; TC: tomografía computadorizada; VHS: virus del herpes simple. Anamnesis y exploración clínica Primero, se ha de realizar una historia clínica detallada que incluya factores de riesgo para hepatitis víricas, consumo de alcohol, fármacos, hierbas medicinales o setas, antecedentes de patología hepática o biliar, trastornos autoinmunes o inmunosupresión (incluyendo el síndrome de inmunodeficiencia adquirida), así como viajes recientes, adicción a drogas por vía parenteral o consumo de drogas ilícitas (cocaína, éxtasis, etc.), relaciones sexuales de riesgo, antecedentes de transfusión sanguínea y embarazo. La enfermedad actual y la exploración clínica pueden poner de manifiesto síntomas o signos de enfermedad hepática o de otros órganos que orienten hacia un origen extrahepático de la fiebre. Pruebas complementarias iniciales Se realizará un hemograma, estudio de coagulación, bioquímica básica sérica y estudio sistemático de orina. El hemograma puede demostrar la presencia de leucocitosis con desviación izquierda propia de infecciones bacterianas o, por el contrario, la presencia de leucopenia y/o plaquetopenia más típica de infecciones virales o de situaciones de sepsis grave. Se valorará el patrón de elevación de transaminasas (elevación de ALT y/o AST), la magnitud y el cociente entre ambas, así como su asociación o no con la alteración de enzimas de colestasis, bilirrubina, protrombina, láctico deshidrogenasa (LDH) y/o creatincinasa (CK), etc. La magnitud de la elevación de las transaminasas es importante desde el punto de vista diagnóstico, ya que permite dividir las alteraciones en: leves cuando la cifra de ALT es menor de 5 veces el límite superior de la normalidad o inferior a 250 UI/l, moderada si está entre 5 y 15 veces o entre 250–1.000 UI/l e intensa cuando 4 es superior a 15 veces o superior a 1.000 UI/l . Pacientes con fiebre e intensa elevación de transaminasas En este grupo se consideran fundamentalmente dos entidades: hepatitis vírica aguda (sobre todo por virus de 5 la hepatitis A y E y hepatitis herpéticas en inmunodeprimidos y embarazadas) y la hepatitis tóxica por fármacos (paracetamol, halotano, etc.) o toxinas (Amanita phalloides). Otras causas posibles, aunque no siempre cursan con fiebre, son la esteatosis aguda del embarazo cuando evoluciona a insuficiencia hepática, la hepatitis isquémica (por ejemplo, shock séptico) y la obstrucción biliar aguda. Pacientes con fiebre y elevación leve-moderada de transaminasas En este apartado se engloban la mayoría de las enfermedades, que a su vez se clasificarán en causas hepáticas y extrahepáticas. Causas hepáticas primarias. Dentro de las causas hepáticas primarias destacan la hepatitis alcohólica (en ella, típicamente, el cociente AST/ALT es mayor de 2), la colangitis/colecistitis, absceso piógeno o amebiano, hepatitis virales por virus hepatotropos (sobre todo virus de la hepatitis B y C) y no hepatotropos (citomegalovirus [CMV], virus de Epstein-Barr [VEB], virus del herpes simple [VHS I y II], virus de la varicela zoster [VVZ], Coxackie B, adenovirus, sarampión, rubéola, ECHO y virus exóticos como el dengue o Ebola), hepatitis tóxicas (hierbas) o medicamentosas (tuberculostáticos, tratamiento antirretroviral, antifúngicos, anticonvulsivantes, estatinas, antibacterianos, antiinflamatorios no esteroideos, etc.) y hepatocarcinoma. Causas extrahepáticas. Las causas extrahepáticas se dividen a su vez en: 1.Enfermedades infecciosas bacterianas como la neumonía por Streptococcus pneumoniae, Legionella o Mycoplasma y bacteriemia/sepsis prácticamente por cualquier germen. Otras infecciones a considerar son la tuberculosis, brucelosis, listeriosis, sífilis, fiebre Q y enfermedad de Lyme. 2.Infecciones por parásitos como hidatidosis, leishmaniasis, toxoplasmosis, malaria, esquistosomiasis y fasciolasis. 3.Enfermedades inflamatorias no infecciosas como la arteritis de la temporal, enfermedad de Still del adulto, lupus eritematoso sistémico, poliarteritis nodosa clásica, hepatitis granulomatosas y sarcoidosis. 4Enfermedades neoplásicas, como el linfoma de Hodgkin y no Hodgkin y enfermedad hepática metastásica. 5.Enfermedades musculares, sin que exista hepatopatía, con elevaciones fundamentalmente de AST. En estos casos la determinación de la creatininfosfoquinasa (CPK), aldolasa y 5´nucleotidasa son de gran ayuda. 6.Hemolisis aguda, con elevaciones fundamentalmente de AST. La elevación concomitante de LDH, la hiperbilirrubinemia a expensas de bilirrubina no conjugada, junto a un incremento de reticulocitos y una disminución de la haptoglobina sérica orientan al diagnóstico. 7.Miscelánea (enfermedad de Graves-Basedow, enfermedad de Addison). 68 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 69 de 168 Otras pruebas complementarias Una vez agrupadas las causas, además de la analítica básica, indicada previamente, se realizarán: 1.Dos tandas de hemocultivos, sobre todo en casos con sospecha de infección bacteriana. 2.Frotis en sangre periférica: presencia de linfocitos activados o granulocitosis tóxica, alteración de los hematíes (esquistocitos, esferocitos, etc.). 3.Detección de antígenos/anticuerpos de virus hepatotropos, fundamentalmente virus de la hepatitis A, B y C. Pruebas de imagen. Se practicará una ecografía abdominal y si procede una radiografía de tórax según datos de la historia clínica. La ecografía abdominal permite excluir causas focales hepáticas (abscesos, neoplasias primarias o metastásicas) y/o de la vía biliar (colangitis/colecistitis). El estudio de imagen puede completarse con una tomografía computadorizada (TC) abdominopélvica, una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) o una colangiorresonancia en función de los hallazgos previos. Si los estudios anteriores resultaran negativos o no concluyentes, y en función de los antecedentes recogidos en la historia clínica, se procederá a la realización de otros marcadores de infección vírica, como la determinación de ARN del virus de la hepatitis C (VHC), detección de anticuerpos frente al virus de la hepatitis D (en caso de positividad para el antígeno de superficie del virus de la hepatitis B [VHB]) y frente a otros agentes como CMV, VEB, VHS I y II, Coxiella burnetti (fiebre Q), Brucella, etc. Debe considerarse también la posibilidad de una hepatitis autoinmune y solicitar los autoanticuerpos pertinentes. Puede ser necesario el estudio de bacilos ácido alcohol resistentes en sangre, orina o esputo, así como el cultivo de micobacterias o la búsqueda de parásitos ante la sospecha clínica de las mismas. Nunca debe olvidarse la posibilidad de hepatopatías tóxicas o medicamentosas. Otras pruebas de imagen a valorar serán el ecocardiograma y la TC torácica. 3 Tras estas exploraciones, se diagnostican más del 90% de los pacientes . Sin embargo, algunas enfermedades infecciosas, enfermedades neoplásicas y del tejido conectivo-vascular o hepatitis no aclaradas pueden plantear a menudo dificultades diagnósticas que hacen necesario recurrir a la realización de una biopsia hepática para determinar la etiología. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL HEPATITIS AGUDA Es importante tras la exploración física del paciente y una detallada historia clínica, realizar una analítica de estudio de función hepático básico, si este perfil se encuentra alterado, según los marcadores bioquímicos se puede orientar el diagnóstico más hacia un patrón de daño hepatocelular con transaminasas elevadas o colestásico con marcadores de colestasis elevados como la fosfatasa alcalina y la γ-glutamiltransferasa (Figura ). Las causas más frecuentes de daño hepático agudo son hepatitis viral, hepatitis alcohólica, daño tóxico, y daño isquémico. A menudo es posible sospechar del tipo de agente causante a partir de un patrón bioquímico (Tabla 4). Una vez orientado hacia un patrón se solicitaría la siguiente batería de pruebas: • Hepatitis viral: Hepatitis A (IgM anti-HVA), Hepatitis B (IgM anti-HBc y HBs Ag), Hepatitis C (anti-HVC), la búsqueda de anticuerpos frente la hepatitis D, se debe limitar a los pacientes con HBsAg positivos, acompañándose de una hepatitis aguda severa y factores de riesgo como abuso de drogas intravenosas o hemofilia. • En cuanto a la hepatitis alcohólica se observará una prolongación del tiempo de protrombina, una relación AST/ALT superior a 2 y la γ-GT elevada. • En las lesiones hepáticas isquémicas o tóxicas en más de un 90 % encontramos una actividad de la AST por encima de 3000 U/L, alcanzando junto con la ALT un pico, después estos niveles disminuirán paulatinamente hasta alcanzar valores casi normales a los 7 días. Otra característica de esta lesión es el aumento por encima de 5 segundos del TP, de forma transitoria. 69 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 70 de 168 70 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 71 de 168 2.8.-LESIÓN HEPÁTICA CRÓNICA La lesión hepática crónica es un transtorno relativamente frecuente, que aparentemente presenta pocos síntomas pero tiene un riesgo significativo de morbilidad y mortalidad a largo plazo. Anatomopatológicamente se define por el establecimiento de necrosis hepática e inflamación, acompañada de fibrosis. La lesión hepática crónica, la mayoría de las veces resultado de una infección viral, puede progresar a cirrosis (15-20% en el caso de HCV crónica) y predispone al hepatocarcinoma. Las tasas de prevalencia de la infección por el virus de la hepatitis C varían según las diferentes áreas, pero en algunas es endémica la infección por el virus B. En niños la prevalencia por el virus B está descendiendo en algunas zonas debido a la vacunación. Tabla 20. Recomendaciones para el diagnostico de lesión hepática crónica Aunque la definición de lesión hepática crónica por el incremento de ALT esté ampliamente acep- tada, el 1550% de pacientes con hepatitis crónica C, pueden tener ALT normal persistentemente (o fluctuar entre normal y anormal). La mayoría de pacientes con ALT normales de forma persistente pueden tener evidencia histoló- gica de lesión crónica en la biopsia, pero en general tienen inflamación ligera, menos fibrosis y una tasa mas baja de progresión a fibrosis que los pacientes con hepatitis C e incremento de ALT, no estando recomendado el tratamiento de estos pacientes. Aunque se necesitan más estudios a largo plazo, parece que con la definición clínica propuesta no se perderían un número significativo de pacientes que lograrían beneficio del tratamiento. No siempre es posible distinguir la forma aguda de la forma crónica de lesión hepática. La mayoría de pacientes con hepatitis crónica C (la forma más común de lesión hepática crónica) tiene valores de ALT de una a cuatro veces el margen superior de referencia. 71 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 72 de 168 Pero aproximadamente, en un 5% de casos, el pico de ALT puede ser superior a 10 veces el límites superior de referencia, asociado a ictericia, en un patrón similar al visto en la lesión hepá- tica aguda, siendo necesarias en tales casos pruebas adicionales para descartar otra causa de lesión hepática aguda. Screening Lesión Hepática Crónica El screening de la población general para descartar lesión hepática crónica no debe limitarse a personas con elevado riesgo, incluyendo a aquellos con historia familiar de enfermedades genéticas conocidas con afectación hepática, o factores de riesgo de infección vírica crónica. Los factores de riesgo de hepatitis viral crónica pueden ser drogas de abuso parenteral, hemo- diálisis, transfusión de sangre o transplante anterior a 1992, trabajadores sanitarios no vacunados (HBV), receptores de factores de coagulación producidos antes de 1987, nacidos de madres con hepatitis crónica B, ó C. Como posibles factores: piercing o tatuajes, múltiples parejas sexuales, trabajadores sanitarios (HCV), contactos de personas HCV positivas. La enzima ALT es considerablemente mas elevada que la AST en todas las causas de lesión hepática crónica excepto en la alcohólica, (AST puede ser normal en un número substancial de casos) y ALT puede ser normal en pacientes con cirrosis, y AST estar aumentada. La bilirrubina total, la bilirrubina directa y ALP son normales en casi todos los pacientes y no son útiles en el screening. Si nos encontramos ALT elevada en un examen de rutina, se debe repetir la determinación de ALT antes de efectuar otras pruebas diagnósticas. Solo en una minoría de pacientes con un valor aislado de ALT elevado, se diagnosticará patología hepática. En estos pacientes y en aquellos que en una o dos ocasiones se encuentran valores una o dos veces el margen superior del límite de referencia, lo mas probable es que tengan un incremento transitorio no atribuible a enfermedad. Aproximadamente el 30% de pacientes con lesión hepática crónica atribuible a HCV tienen activi- dades ALT inferiores a dos veces el margen superior de referencia. Debido a que la ALT se encuentra también en el músculo esquelético, investigar si es debida a ejercicio muscular y considerar la soli- citud de una determinación de CK para descartar el origen muscular de esta ALT aumentada. En pacientes con factores de riesgo de hepatitis crónica B o C, como la determinación de ALT no identificará a todos los individuos infectados, este screening se llevará a cabo mediante la deter- minación de HBsAg y antiHCV. Los portadores crónicos de HBV tienen típicamente ALT normales y un 15-30% de los pacientes con infección crónica HCV tienen ALT persistente o intermitentemente normal. Sin embargo la probabilidad de encontrar un resultado normal disminuye conforme aumentamos la frecuencia de su determinación. Debido a que el 15-25% de pacientes con anti-HCV no tienen viremia detectable, se les ha de determinar RNA HCV cualitativamente para identificar a aquellas con infección persistente (éste puede estar transitoriamente presente en los estadios iniciales de la infección). Si el paciente tiene ALT persistentemente elevada y anti-HCV positivo, pero el RNA HCV negativo, se repetirá la determinación. Tabla 21. Recomendaciones para el Screening de lesión hepática crónica 72 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 73 de 168 Diagnóstico diferencial Si la historia clínica sugiere abuso de alcohol, y/o la actividad de la AST es más elevada que la de la ALT (de forma específica si es más del doble) el diagnóstico más probable es hepatitis alco- hólica. Ninguna otra forma de lesión hepática crónica ocasiona que la AST sea más elevada que ALT (a menos que se desarrolle cirrosis). Aunque en la mayoría de casos la lesión hepática crónica esta causada por virus, drogas o alcohol, varias enfermedades más pueden producir lesión hepática crónica. No se necesitan más pruebas adicionales si la evaluación inicial concuerda con el diagnóstico de hepatitis B, C o alcohólica. La prescripción de medicamentos puede ocasionar ALT persistentemente elevada, las más frecuentes: sulfonamidas, fármacos hipocolesterolemiantes e isoniazida. En los pacientes con ALT incrementada, marcadores virales negativos e historia de ingesta de fármacos negativa, incluir en el estudio causas menos frecuentes de lesión hepática crónica como esteatosis hepática no alcohólica, hemocromatosis, enf. de Wilson, anemia hemolítica autoinmune, cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante y deficiencia de alfa-1-antitripsina. Manejo de pacientes sin causa evidente de Lesión Hepática Crónica 1- ESTEATOHEPATITIS NO ALCOHÓLICA (EHNA) La esteatosis hepática no alcohólica es una enfermedad hepática crónica histológicamente similar a la hepatitis alcohólica sin historia de abuso de alcohol. Es la causa más frecuente lesión hepática crónica aparte de la producida por virus y alcohol y la causa más frecuente de cirrosis crip- togénetica. Aunque se presenta más frecuentemente en mujeres en edad media con obesidad y/o diabetes, también puede darse en hombres y pacientes sin estos factores de riesgo. 73 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 74 de 168 En los pacientes con esteatosis hepática no alcohólica se observan comúnmente perfiles lipí- dicos anormales (aunque perfiles normales no deben hacernos descartar esta enfermedad) Difiere de la hepatitis alcohólica en que la actividad ALT es más elevada que la AST (excepción hecha de los pacientes con cirrosis). La pérdida de peso puede causar una reducción significativa en los niveles de ALT (se vio en un estudio que una reducción del 1% en el peso podría disminuir hasta un 8,1% la actividad ALT) 2- HEMOCROMATOSIS La hemocromatosis hereditaria es un trastorno del metabolismo del hierro, que causa sobrecarga férrica progresiva de las células parenquimatosas del hígado, páncreas, corazón y otros órganos, lo que en último término resulta en insuficiencia funcional. Se transmite por herencia autosómica recesiva y la mayoría de los casos están producidos por una mutación en el gen HFE localizado en el cromosoma 6. Se han identificado dos mutaciones en el gen HFE en pacientes con hemocromatosis: la C282Y y la H63D. En nuestro medio, aproxi- madamente el 90% son homozigotos para la mutación C282Y, un 5% presenta ambas mutaciones (heterocigoto), en el 5% restante no se asocia a mutación HFE. El incremento del índice de saturación de la transferrina por encima del 45% es el indicador más sensible de sobrecarga férrica y por lo tanto la anomalía fenotípica más precoz de la HH. Este índice se calcula dividiendo la sideremia entre la transferrina y multiplicando por 100. 3- ENFERMEDAD DE WILSON Enfermedad congénita de transmisión autosómica recesiva, se caracteriza por la acumulación de cobre en el organismo, especialmente en el hígado y en el cerebro. Aparece como consecuencia de la excreción biliar de cobre. El gen defectuoso responsable de la enfermedad se localiza en el cromosoma 13. Puede presentarse como enfermedad hepática, alteraciones neurológicas o síntomas psiquiátricos casi siempre antes de los 40 años. La afectación hepática presenta un espectro que va desde la hepatitis crónica a la cirrosis hepática. Más del 90% de pacientes tienen niveles bajos de ceruloplasmina sérica (<20 mg/dl) y consi- guientemente cupremia baja (< 80 mg/dl), pero también presentan valores bajos del 10-20% de los heterocigotos para la enfermedad de Wilson, algunos pacientes con hepatopatías avanzadas de cualquier etiología, y los que presentan malabsorción intestinal o malnutrición. Valores falsamente normales se dan en embarazo, administración de estrógenos e infamación aguda. Otros hallazgos esperables en la enfermedad de Wilson incluyen cobre libre sérico incrementado, descenso del cobre sérico total, excreción de cobre urinario aumentado, aunque pueden dar lugar a interpretaciones erróneas en esta enfermedad. 74 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 4- Página 75 de 168 HEPATITIS AUTOINMUNE La hepatitis autoinmune, es responsable de hasta el 18% de casos de hepatitis crónica no atri- buible a virus o alcohol. Se han descrito varios tipos: Tipo 1, se encuentra primariamente en mujeres jóvenes y de mediana edad, es la forma más frecuente, se asocia con elevados títulos de anticuerpos antinucleares (ANA) y/o anticuerpos anti-músculo liso (ASMA). Tipo 2, se ve primariamente en niños, frecuente en Europa occidental pero infrecuente en USA, se asocia a anticuerpos microsomales al riñón e hígado (LKM), pero raramente con ANA o ASMA positivos, pueden tener infección HCV. Tipo 3, también visto en mujeres jóvenes, se suele asociar con enfermedades autoinmunes sistémicas. La mayoría de afectadas no presentan ANA, ASMA, o anticuerpos antimicrosomas hepáticos, pero si anticuerpos al antígeno hepático soluble. Se han definido los criterios de diagnóstico y un sistema de puntuación mediante un panel inter- nacional. Los hallazgos clásicos incluyen; incremento de amonitransferasas, mínimo o nulo incremento de ALP, hipergammaglobulinemia policlonal (mínimo 1,5 veces el límite superior de referencia), ninguna evidencia de infección viral, factores de riesgo de exposición viral o exposición a fármacos o alcohol junto a anticuerpos antinucleares (ANA) o anticuerpos antimúsculo liso (ASMA) positivos (mínimo 1/80). Aproximadamente el 40% de pacientes HCV positivos tienen ANA o ASMA positivos a bajos títulos, que también se dan utilizando EIA-2 y en un 20% utilizando EIA de tercera generación. Estos anticuerpos falsamente positivos, desaparecen con un tratamiento adecuado. En los casos equívocos utilizar el RNA HCV. 5- CIRROSIS BILIAR PRIMARIA (CBP) Y COLANGITIS ESCLEROSANTE PRIMARIA (CEP) Ambas entidades son enfermedades autoinmunes que causan la destrucción de los conductos biliares. Característicamente ocasionan incremento en la ALP y GGT; también pueden imitar hepatitis crónica con incrementos en AST y ALT. La cirrosis biliar primaria se asocia con la destrucción de los conductos biliares intrahepáticos, en ocasiones con otra patología autoinmune, concretamente el Síndrome de Sjögren (hasta el 80% de casos). 75 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 76 de 168 En casi todos los pacientes con CBP encontramos como marcador autoinmune la presencia de anticuerpos antimitocondriales (AMA), el anticuerpo está dirigido contra el complejo piruvato deshi- drogenasa (llamado tipo M2 del AMA) y en particular a la hidroxilipoamida-acetiltransferasa (E2) y la proteína de unión (E3). UN 5-10% de pacientes presentan a la vez características de cirrosis biliar primaria y hepatitis autoinmune. La cirrosis biliar primaria se puede detectar en individuos asintomáticos mediante valores elevados de ALP, en la mitad de los casos por incrementos en AST y ALT. La colangitis esclerosante primaria se asocia con daño tanto a los conductos biliares intrahepá- ticos como extrahepáticos, estando el 70% de los casos asociado a enfermedad inflamatoria intes- tinal (enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa). En 2/3 de los casos se encuentran anticuerpos anticitoplasma de neutrófilo perinuclear. ANA y ASMA presentan positividad hasta en el 70% de los casos. 6- DEFICIENCIA DE ALFA-1-ANTITRIPSINA La alfa1 antitripsina es el inhibidor de proteasa más importante y su deficiencia es de origen congénito. El gen para la alfa-1-antitripsina se localiza en el cromosoma 14. La deficiencia mas importante implica homozigosis para la variante Z, llamada Pi (para proteasa inhibidor) ZZ, que se asocia con enfisema y hepatitis neonatal, habiéndose publicado lesión hepática crónica con cirrosis y HCC. Casi todos los neonatos con PiZZ muestran evidencia de lesión hepática al nacimiento que habitualmente se resuelve a los 12 años. En adultos el 50% de los individuos PiZZ positivos desarrollan cirrosis y el 31% desarrollan HCC. También se ve un exceso de heterocigotos PiZ entre los pacientes remitidos a transplante hepático, sobre todo entre los pacientes con cirrosis criptogenética. Hay evidencia que la deficiencia de alfa1antitripsina o la heterozigosidad para el fenotipo PiZ puede no causar directamente enfermedad hepática, pero incrementar la susceptibilidad al daño hepático por otros agentes, especialmente virus. Debido a que la alfa 1 antitripsina en un reactante de fase aguda, las concentraciones pueden ser falsamente normales en infección o inflamación, y falsamente disminuidas en la malnutrición, estados de pérdida de proteínas y enfermedad hepática en estadios finales. 76 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 7- Página 77 de 168 OTROS VIRUS Se ha sugerido la posibilidad de que otros dos virus estén involucrados en la patogénesis de la hepatitis crónica: hepatitis G (HGV) y el virus TT (TTV), miembros de la familia flavivirus, se pueden transmitir por transfusión. Hasta la fecha, la evidencia sugiere que la infección por ambos virus es frecuente, pero no existe una indicación clara del papel que puedan tener en la lesión hepática. Monitorización Aunque la enzima ALT es la determinación de laboratorio más utilizada para la monitorización de la lesión hepática, existen considerables fluctuaciones en el tiempo en las actividades enzimáticas, particularmente en la infección crónica. Es importante medir repetidamente la ALT en la hepatitis HCV crónica antes de concluir definiti- vamente que es normal. Aproximadamente el 10% de portadores crónicos (infección por virus B y ALT normal) mostrarán durante el seguimiento aumento de ALT, por lo que se valorará de forma periódica,aunque inicial- mente fuera normal. En HBV y HCV crónicas, el aclaramiento de los marcadores virales, es el método más fidedigno para detectar la resolución de la infección. En estudios a largo plazo de pacientes con hepatitis B no tratados, se detecta que un pequeño porcentaje de ellos aclaran los antígenos virales de forma espontánea. Los pacientes con marcadores HBeAg negativo junto a anti-HBs y anti-HBe positivo, puede indicar, bien el comienzo del aclaramiento del virus del organismo, o bien la integración del DNA del virus B en el huésped y la pérdida de la habilidad para formar virus replicantes. También indica la integración del DNA, en aquellos que el HBsAg permanece positivo. En el tratamiento del HBV, la probabilidad del aclaramiento viral está relacionada con la actividad base de la ALT; los pacientes con actividad ALT aumentada tienen mas probabilidad de responder que aquellos con actividad inicial normal. El éxito del tratamiento está asociado a la pérdida del DNA HBV, HBsAg y HBeAg. La utilización del DNA HBV, HBeAg y HBsAg pueden ser útiles en la monitorización de los pacientes con HBV crónica, ya que ninguno por si solo da evidencia inequívoca del aclaramiento viral. Actualmente se recomienda tratamiento antiviral para pacientes con infección crónica HCV, con ALT incrementada y cambios de grado superior a inflamación en la biopsia. La terapia actual disponible más efectiva es la combinación de interferon y ribavirina. Se han encontrado 5 factores útiles en la predicción de la respuesta de una terapia efectiva de 24 semanas de duración. Factores favorables: Genotipo 2 o 3, Carga viral < mediana (3.5 x 106 copias /ml), sexo femenino, edad < 40 años, sin fibrosis o solo fibrosis portal. Y como factores desfavorables: Genotipo 1, 4, 5, 6, carga viral > mediana, sexo masculino, edad: 40 años o supe- rior, fibrosis septal o más severa. El resto de pacientes se deben tratar durante 48 semanas. El mejor indicador del aclaramiento viral es la ausencia persistente del RNA del HCV (determi- nada por análisis cuantitativos RNA HCV). 77 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 78 de 168 La ausencia de RNA HCV 6 meses después de haber completado el tratamiento está asociada con una probabilidad < 10% de recurrencia de la viremia. Una disminución de la carga viral en ausencia de aclaramiento no es evidencia favorable de trata- miento exitoso. La frecuencia óptima de monitorización de laboratorio en los pacientes con hepatitis crónica C no está determinada. The Europen Association for the Study of the Liver recomienda que se efectúe cada 6 meses hemograma completo y determinación de enzimas hepáticos en pacientes no tratados. Las complicaciones mayores del tratamiento con interferon son la depresión, trombocitopenia e hipotiroidismo, mientras que la anemia hemolítica es la complicación mayor del tratamiento con ribavirina. Esta misma asociación recomienda efectuar hemograma completo semanalmente durante las primeras 4 semanas del tratamiento y determinaciones regulares con posterioridad, así como determinación de TSH cada 6 meses durante el tratamiento. Cirrosis La hepatitis crónica se clasifica histológicamente según la actividad inflamatoria y el grado de fibrosis y la extensión de la fibrosis se relaciona con la probabilidad de desarrollar cirrosis. Las acti- vidades enzimáticas no reflejan la severidad de la fibrosis, uno de los factores mayores del pronós- tico, y en el mejor de los casos existe una débil correlación entre la actividad plasmática de la ALT, las concentraciones de RNA y la actividad histológica (en la HCV crónica). La cirrosis se asocia con la deposición de proteínas en el hígado como colágeno, laminina, elas- tina, fibronectina, metaloproteasas y sus inhibidores; enzimas producidas en la síntesis del colá- geno y proteoglicanos. 78 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 79 de 168 Se han efectuado numerosos estudios de concentraciones plasmáticas de las proteínas de la fibrosis y sus precursores habiendo mostrado una débil correlación entre sus concentraciones y la extensión de la fibrosis. Se han valorado también la ratio AST/ALT (aumenta con la progresión de la fibrosis por probable disminución de la producción de ALT en el hígado lesionado), trombocitopenia, tiempo de protrom- bina aumentado, albúmina como marcador de severidad y alfa-fetoproteína. Hepatocarcinoma Es una complicación tardía y seria de la lesión hepática crónica, particularmente de la cirrosis causada por hepatitis B, hepatitis C y hemocromatosis. Raramente se observa en HCV crónica y en portadores asintomáticos del virus B sin cirrosis. La detección de tumores pequeños ofrece el potencial curativo de una resección y con ello la consideración del screening. La práctica actual sugiere la cuantificación de alfa-fetoproteína y ecografía hepática cada 6 meses. 2.8.1-PROTOCOLO DIAGNÓSTICO ANTE ELEVACIÓN CRÓNICA DE TRANSAMINASAS La cuantificación de transaminasas (alanina aminotransferasa/ aspartato transaminasa [ALT/AST]) y otras enzimas hepáticas (fosfatasa alcalina [FA]/ gammaglutamiltransferasa [GGT]) se incluye de forma sistemática en el estudio de pacientes con sospecha de patología hepática, aunque cada vez con más frecuencia se solicitan en pacientes con manifestaciones clínicas no hepáticas, e incluso con molestias leves e inespecíficas. Estos hechos llevan al escenario habitual en las consultas de Atención Primaria de pacientes asintomáticos con una elevación de las enzimas hepáticas. Se ha estimado que las alteraciones de la bioquímica hepática pueden ocurrir entre un 1 y 4% de la población 1 asintomática . Por el elevado número de personas que van a presentar esta alteración la aproximación diagnóstica a la que se deben someter debe cumplir unos requisitos de calidad y coste-efectividad. ¿Qué es normal y qué es anormal en la determinación de las enzimas hepáticas? 79 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 80 de 168 La definición de "normal" se determina como el valor medio de un grupo de individuos sanos ± 2 desviaciones estándar. Esto implica que un 2,5% de la población normal podrá presentar elevaciones de las transaminasas. Existen situaciones fisiológicas que pueden alterar los niveles de transaminanas, como la edad, el sexo, el grupo sanguíneo o el estado postprandial, y circunstancias no patológicas, como el ejercicio físico extenuante. Por otra parte, la población de pacientes con una determinada enfermedad tiene una distribución binomial de sus parámetros de laboratorio, haciendo que individuos afectados por la enfermedad presenten valores analíticos incluidos dentro del rango normal. Una cifra de transaminasas normales no excluye una enfermedad hepática subyacente; de hecho la hepatitis crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) provoca fluctuaciones en los valores de las transaminasas a lo largo del tiempo. Por lo tanto la interpretación del valor bioquímico de las enzimas hepáticas debe hacerse en función del contexto clínico del paciente. Dentro de este grupo por su mayor prevalencia se deberían descartar en primer lugar hepatotoxicidad por fármacos, hepatopatías virales, hepatopatía alcohólica hemocromatosis hereditaria y esteatohepatitis no alcohólica. Como consecuencia del envejecimiento progresivo de la población y de la exposición a nuevos fármacos, la incidencia de hepatotoxicidad está aumentando en los últimos años(4). Se estima que se diagnostican aproximadamente un 10% de los casos reales. Esto es debido a que en muchas ocasiones el paciente se encuentra asintomático, no existen pruebas diagnósticas específicas y a que prácticamente cualquier fármaco puede ser potencialmente hepatotóxico. Por tanto, ante un paciente polimedicado con elevación de transaminasas se debe retirar cualquier fármaco que no sea imprescindible para el paciente. En caso contrario, se intentará sustituir por otro con menor potencial hepatotóxico y si esto no fuera posible se debe valorar de forma individualizada el riesgo –beneficio que supone en cada caso continuar o suspender el fármaco. Si se opta por continuar el tratamiento se debe llevar a cabo un estrecha vigilancia del paciente realizando controles analíticos periódicos. Si la elevación de transaminasas es mantenida y /o progresiva en el tiempo se debería retirar el fármaco debido al riesgo aumentado que presentan estos pacientes para desarrollar un fallo hepático fulminante. El consumo excesivo de alcohol continúa siendo hoy en día una de las principales causas de hepatopatía en nuestro medio debido en gran parte a su disponibilidad y accesibilidad, a una legislación permisiva sobre su consumo y a condiciones culturales. La relación del alcoholismo con el hígado graso fue des- crita por primera vez por Addison en 1836. Desde entonces, son numerosos los estudios epidemiológicos que han puesto de manifiesto una clara relación entre el consumo excesivo de alcohol y el desarrollo de cirrosis. En la mayoría de los casos, el diagnóstico de abuso de alcohol puede ser complicado ya que los pacientes lo niegan. Por tanto, en estos casos es fundamental realizar un adecuado interrogatorio a familiares o personas del entorno del paciente. Se considera consumo excesivo de alcohol aquel superior a 40gr/día en mujeres y 60 gr/día en hombres en los últimos seis meses. Para calcular la cantidad de alcohol se aplica la siguiente fórmula: (Volumen (cm3) x graduación de la bebida alcohólica x 0,8)/100 Tanto la cantidad como el tiempo de consumo son variables fundamentales en cuanto al riesgo de desarrollar lesión hepática. El espectro de lesión es amplio e incluye desde esteatosis hepática, cuya frecuencia asciende al 90-100% de los bebedores severos, hepatitis aguda alcohólica 10-35% o cirro- sis en el 8-10% de los casos. Hay que tener en cuenta que se trata de un proceso dinámico y que por tanto en un mismo paciente pueden darse los tres tipos de lesión simultáneamente. No obstante, existen una serie de parámetros bioquímicos relacionados con el consumo excesivo de alcohol que nos pueden permitir establecer una elevada sospecha de hepatopatía alcohólica. Un cociente GOT/GPT > 2 es altamente sugerente de daño hepático por alcohol. Los niveles de GOT rara vez son superiores a 300 UI/ml. Sin embargo, estos hallazgos no son patognomónicos para esta patología y también se han descrito en algunos casos de esteatohepatitis no alcohólica o en pacientes con infección crónica por VHC en estadío cirrótico. Otros marcadores bioquímicos característicos aunque no específicos alcoholismo son la elevación de la GGT > 2, hipertrigliceridemia, hiperuricemia, y la macrocitosis con un VCM < 100 m3. La infección crónica por los virus de la hepatitis B y C constituyen hoy en día una de las principales causas de hepatopatía crónica en nuestro medio. En ambos casos son patologías paucisíntomáticas por lo que constituyen una causa fre- cuente de elevación asintomática de trsansaminasas. Se estima que aproximadamente entre un 1% y un 2% de la población española se encuentra infectada por el virus de la hepatitis C (VHC) y entre un 0,1-2% son portadores del VHB. En ambos casos es frecuente que exista un ligero predominio en la elevación de la GPT sobre la GOT. Por tanto, a todo paciente con elevación asintomática de transaminasas se le debe interrogar sobre potenciales factores de riesgo sexual o parenteral para adquisición de hepatitis C o hepatitis B. 80 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 81 de 168 Aproximación inicial al diagnóstico de las alteraciones en la bioquímica hepática Cuando se detecta una alteración analítica el médico debe responder a tres preguntas básicas para la 2 adecuada interpretación . ¿Dónde? Las alteraciones de la bioquímica hepática varían según el área geográfica y la etnia del paciente. En un estudio realizado entre 19.877 reclutas sanos de las Fuerzas Aéreas norteamericanas sólo se detectaron 99 casos de elevaciones de la ALT (0,5%), llegando a un diagnóstico etiológico exclusivamente en el 12%. Las 3 causas fueron hepatitis virales (B y C), hepatitis autoinmune, colelitiasis e infecciones gastrointestinales . Por el contrario, en otro estudio realizado en 151 pacientes de un centro terciario con leve-moderada hipertransaminasemia, una biopsia hepática mostraba que el 42% tenían esteatosis o esteatohepatitis no 81 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 82 de 168 alcohólica, el 15,3% hepatitis crónica por VHC, el 8% datos de hepatitis alcohólica, el 1,3% hepatitis 4 autoinmune o cirrosis biliar primaria y en un 24% no se llegaba a conocer la causa . ¿Cuándo? La edad de presentación de la hipertransaminasemia puede orientar hacia el origen de la misma. El diagnóstico durante la adolescencia obliga a descartar una enfermedad de Wilson, mientras que en la edad adulta deben buscarse hepatitis víricas o la enfermedad grasa del hígado no alcohólica. En la toxicidad por un fármaco o sustancia química la relación temporal entre su exposición y la aparición de la elevación es fundamental. ¿Cómo? Es la pregunta más importante, ya que nos permitirá clasificar las alteraciones de las transaminasas en grupos y facilitar la aproximación diagnóstica. La alteración de las enzimas hepáticas puede deberse a elevaciones en las denominadas enzimas de citólisis o daño hepatocelular (AST y ALT) o también estar asociadas a elevaciones en las enzimas de colestasis (FA y GGT). Estas elevaciones podrán ser leves, moderadas o graves y seguir un curso fluctuante o progresivo. La evaluación inicial de las alteraciones de la bioquímica hepática debe basarse en una historia clínica detallada, en la que se incluirán los antecedentes familiares de enfermedades hepáticas, factores de riesgo para hepatitis vírica, exposiciones ocupacionales, antecedentes personales de trastornos autoinmunes, comorbilidades como obesidad, hiperlipemia, diabetes mellitus, consumo de alcohol, de fármacos y de productos de herboristería. Evaluación de las alteraciones en las enzimas de citólisis (hipertransaminasemia) La hipertransaminasemia hace referencia a la elevación de la ALT y la AST. La ALT tiene una localización hepatocitaria exclusivamente citoplásmica, mientras que la AST se distribuye fundamentalmente a nivel mitocondrial, y en menor medida en el citoplasma. Esta diferente ubicación justificará distintos patrones analíticos que orientarán hacia un origen u otro de la hipetransaminasemia. La elevación de las enzimas de citólisis es leve cuando la cifra de transaminasas es menor de 5 veces el límite 5 alto de la normalidad, moderada si está entre 5 y 15 veces o grave cuando es superior a 15 veces . Sólo se comentará la conducta a seguir frente a las elevaciones leves-moderadas, ya que son las que tienen un curso crónico. La hipertrensaminasemia superior a 15 veces el límite de la normalidad suele estar relacionada con las hepatitis agudas. Las causas que deberán evaluarse ante una elevación persistente (más de 6 meses) y leve-moderada de las transaminasas se resumen en la tabla 1. 82 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 83 de 168 Por su mayor prevalencia las primeras causas a descartar serían la hepatotoxicidad farmacológica, las hepatitis virales, el consumo excesivo de alcohol, la hemocromatosis hereditaria y la esteatohepatitis no alcohólica. Hepatotoxicidad farmacológica La mayoría de los fármacos tiene un potencial hepatotóxico. En un paciente polimedicado que presente una hipertransaminasemia deben suspenderse todos los fármacos que no sean esenciales y monitorizar la respuesta hepática. Si uno de los fármacos esencial para el paciente fuera el potencial causante de la elevación se debería modificar por otro alternativo. Si no existiera esa alternativa debería mantenerse el fármaco y monitorizar el perfil bioquímico. Si la alteración se mantuviera en el tiempo o se incrementara el fármaco deberá suspenderse. Consumo excesivo de alcohol Es una de las principales causas de hepatopatía en nuestro medio. En las hepatitis alcohólicas el cociente AST:ALT es mayor de 2; esto se explica por dos mecanismos: los pacientes con una dependencia del alcohol tienen una actividad deficiente de la 5´ piridoxal fosfatasa, que es cofactor de la ALT y AST, que afecta con mayor intensidad a la ALT que a la AST; además el alcohol favorece la liberación del AST mitocondrial. Datos de laboratorio La determinación directa de etanol en sangre, aliento, saliva u orina es fácil de realizar y altamente específica. 4 Por tanto, se podría utilizar para el despistaje o el seguimiento de pacientes en tratamiento de deshabituación . Sin embargo, con ello sólo se detecta el consumo agudo de alcohol, por lo que deben combinarse estas determinaciones con la historia o signos clínicos para obtener conclusiones sobre el hábito de consumo. Algunas determinaciones de laboratorio pueden ayudar a identificar a un paciente con un consumo excesivo de alcohol. Los marcadores indirectos, como la gamma-glutamil transpeptidasa (GGT) o el volumen corpuscular 3. and 4. medio (vCM) , aunque pueden tener utilidad en ciertos casos, carecen de la sensibilidad y especificidad necesaria, y lo mismo sucede con otros parámetros, como las transaminasas, la fosfatasa alcalina, el colesterol 5 o los triglicéridos . 83 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 84 de 168 La transferrina deficiente en carbohidratos ha sido uno de los parámetros más estudiados para estimar el consumo de alcohol, posiblemente debido a la existencia de un método comercial para su determinación. Se altera con un consumo prolongado, de forma que puede elevarse significativamente con un consumo de 40– 70 g/día durante al menos una semana. Su determinación no se afecta significativamente por la presencia de una enfermedad hepática, por lo que es más específica que los parámetros descritos previamente. Sin embargo, dada su escasa sensibilidad no sería una herramienta adecuada para el screening del abuso de 3. and 4. alcohol, aunque sí podría ser útil en el seguimiento durante el tratamiento de deshabituación . Debido a la falta de precisión de los parámetros mencionados, durante los últimos años la investigación se ha centrado en los metabolitos del etanol como biomarcadores del consumo de alcohol. Entre los metabolitos que se pueden medir en diferentes muestras biológicas (etilsulfato, esteres etilo de ácidos grasos, metanol), el más 4 ampliamente estudiado ha sido el etilglucurónido , cuya utilidad se ha evaluado tanto en el paciente alcohólico como en el seguimiento de los pacientes sometidos a un trasplante hepático por una hepatopatía alcohólica. Además de presentar una mayor sensibilidad y especificidad que otros marcadores, puede detectarse en orina hasta 80 horas después de la eliminación del etanol del organismo, y es detectable tras la ingesta de pequeñas 6 cantidades de alcohol . Además, también se puede determinar la concentración de etilglucurónido en otros tejidos, como en muestras de cabello, lo que proporciona información sobre el consumo de alcohol durante un 5 largo período de tiempo de forma retrospectiva . Hepatitis crónicas por el virus de la hepatitis C y B Son una de las causas más frecuentes de hipertransaminasemia. Se estima que entre un 1 y 2% de la 6 población española está infectada por el VHC, y entre el 0,1 y el 2% son portadores del VHB . Los pacientes con hepatitis virales presentan el cociente AST:ALT menor de 1, salvo que la enfermedad hepática progrese y desarrolle fibrosis. En la cirrosis la AST puede volver a superar la cifra de ALT debido a un incremento del daño hepático mitocondrial y al menor aclaramiento hepático de la AST. La primera prueba que se debe realizar para confirmar una infección por VHC es la presencia de anticuerpos anti-VHC mediante test de ELISA que presenta una sensibilidad del 92- 97%. La positividad del anticuerpo de VHC en pacientes con factores de riesgo es suficiente para establecer el diagnóstico de hepatitis crónica por VHC. En estos casos el siguiente paso consiste en determinar la existencia de replicación viral mediante PCR-VHC, así como el genotipo viral y biopsia hepática para poder plantear la indicación de tratamiento. Dado que el test de ELISA presenta falsos positivos, en pacientes sin factores de riesgo un resultado positivo debe ser tomado con cautela y confirmado mediante otras pruebas como el inmunoblot (RIBA o similares) o mediante la determinación de RNA-VHC. Por el contrario en algunos casos como son pacientes inmunosuprimidos el test puede presentar falsos negativos. De este modo, si la sospecha es alta para infección por VHC se debe confirmar el resultado mediante una determinación cualitativa de RNA-VHC. La probabilidad pretest para hepatitis B se encuentra aumentada entre pacientes con factores de riesgo sexual y/o parenteral, así como en sujetos procedentes de áreas de eleva- da endemicidad como el sudeste asiático, Afica Subsahariana o China. Para realizar el diagnóstico de infección por VHB, en primer lugar se debe confirmar la positividad al Ag HBs. La persistencia del mismo más de 6 meses permite establecer el diagnóstico de infección crónica del VHB (5,6). A continuación se deberá determinar si el virus se encuentra en fase replicativa. Los marcadores serológicos que nos van a permitir conocer dicha condición son el Ag HBe (en el caso de la cepa salvaje) y la presencia de DNA-VHB en suero (en el caso de mutantes precore ). Existen diferentes métodos para determinar el DNA-VHB sérico; si se utilizan métodos poco sensibles como la hibridación molecular, se pueden obtener resultados falsos negativos mientras que por el contrario, técnicas muy sensibles como la reacción en cadena de la polimerasa, pueden ofrecer resulta- dos falsos positivos en portadores del VHB en los que la replicación del VHB no tiene repercusión clínica. Actualmente se consideran subsidiarios de tratamiento aquellos portadores con niveles de viremia > 105 copias/ml (6). La positividad para el Ac HBs indica inmunidad frente al VHB por lo que deben buscarse otras causas que expliquen la elevación de transaminasas en ese paciente. Por último, la positividad del Ag HBs con Ag HBe negativo y DNA-VHB negativo nos indica que el paciente es portador sano del VHB, situación que no justificaría una elevación de transaminasas por lo que deben buscarse otras causas. Hemocromatosis hereditaria 84 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 85 de 168 Es una de las enfermedades metabólicas de causa genética más frecuentes. Tiene un patrón de herencia autosómico recesivo y se debe a la presencia de dos mutaciones (C282Y/ H63D) en el gen HFE del cromosoma 6. La sospecha inicial se basará en una elevación de los niveles de ferritina sérica y de hierro, junto con un índice de saturación de la transferrina mayor del 45%. Se trata de una de las enfermedades genéticas más fre-cuentes con un patrón de transmisión autosómico recesivo. En la mayoría de los casos se asocia a una mutación en el gen de la hemocromatosis denominado HFE que se localiza en el brazo corto del cromosoma 6. Se han identificado dos mutaciones del gen HFE en pacientes con HH: La C282Y (sustitución de cisteína por tirosina en el aminoácido 282) y la H63D (sus- titución de histidina por aspartato en el aminoácido 63). En nuestro medio el 90% de los casos de HH son homocigotos para la mutación C282Y,el 5% son heterocigotos compuestos (C282Y/H63D) y el 5% restante de los casos son HH no asociadas a mutaciones del HFE. Como consecuencia de estas alteraciones tiene lugar una mayor absorción intestinal de hierro que finalmente conduce a una sobrecarga férrica progresiva en las células parenquimatosas del hígado, páncreas, corazón y otros órganos. Ante la sospecha de HH ,el primer test que se debe realizar es el índice de saturación de transferrina (IST) por ser el índi- ce analítico más sensible de sobrecarga férrica y la anomalía fenotípica mas precoz de HH. Un IST > 45% asociado o no a elevación de los niveles de ferritina es indicativo de sobrecarga férrica y obliga a realizar estudio genético para descartar HH. La ferritina es la proteína que permite el almacenamiento de hierro en los tejidos. Su incremento no es tan precoz como el IST por lo que puede ser normal en sujetos jóvenes. La determinación de ferritina puede utilizarse en pacientes homocigotos para la mutación C282Y/C282Y como marcador no invasivo de cirrosis. Así, la probabilidad de cirrosis en pacientes con niveles de ferritina < 1000 ng/ml es práctica- mente nula mientras que hasta un 50% de los que presentan niveles por encima de 1000 ng/ml serán cirróticos. La hepatitis autoinmune (HAI) es otra patología que puede dar lugar a un aumento moderado de transaminasas(7,8). Se trata de una hepatopatía inflamatoria crónica y progresiva, de causa desconocida, cuya patogenia se atribuye a una reacción inmune frente a antígenos hepatocelulares. El hallazgo histológico característico es una hepatitis de la interfase e infiltrado inflamatorio portal a expensas principalmente de células plamáticas (9). En las áreas donde la enfermedad presenta una mayor prevalencia como es el norte de Europa, se estima que aproximadamente 16,9 de cada 100.000 habitantes presentan la enfermedad (10) con un claro predominio femenino (3,6:1) por lo que debe ser uno de los diagnósticos a tener en cuenta en mujeres con aumento de transaminasas, especialmente si presentan otras patologías autoinmunes asociadas. Dejada a su libre evolución, es una hepatopatía potencialmente grave y de mal pronóstico. Así, pacientes que padecen una forma grave de la enfermedad la tasa de mortalidad alcanza el 40% a los 6 meses del diagnóstico(9)y de los supervivientes hasta un 40% desarrollarán cirrosis(11). Enfermedad grasa del hígado no alcohólica La esteatohepatitis no alcoholica (EHNA) es probablemante una de las causas más frecuentes de elevación levemoderada de transaminasas en pacientes asintomáticos. Se caracteriza por la existencia de infiltración grasa con o sin inflamación asociada, en pacientes que no presentan un consumo de alcohol que justifique dicho hallazgos. Los hallazgos encontrados en tejido hepático de pacientes con EHNA a los que se realiza una biopsia hepática pueden consistir en esteatosis simple, con depósito de macrovesículas de grasa en el citiplasma de los hepatocitos fundamentalmente a nivel centrolobulillar, esteatohepatitis con degeneración balonizante de los hepatocitos e infiltrado inflamatorio polimorfonuclear y grados variables de fibrosis o incluso cirrosis establecida. Su verdadera prevalencia en la población todavía no está bien establecida(12) debido en gran parte a que casi la mitad de los pacientes que la padecen se encuentran asintomáticos. Si bien la etiología y los mecanismos que intervienen en la aparición de la enfermedad no son bien conocidos, se han podido identificar una serie de factores de riesgo como son la obesidad, sexo femenino, diabetes e hiperlipidemia cuya presencia favorece la aparición de lesiones propias de EHNA. No obstante, la ausencia de dichos factores de riesgo no excluye el diagnóstico. Así, en series más recientes se ha podido comprobar que en hasta el 45% de los casos no existe ningún factor de riesgo predisponente (13). La ausencia de test serológicos específicos para esta entidad hace que para establecer el diagnóstico sea necesario excluir otras causas de hepatopatía como son virus, enefermedades metabólicas, fármacos y fundamentalmente alcohol. El diagnóstico será más probable en aquellas situaciones en las que el paciente se encuentra asintomático, 85 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 86 de 168 existen uno o varios de los factores de riesgo antes mencionados con elevación predominante de la ALT y la ecografía abdominal muestre un hígado hiperecogénico con sombra acústica posterior. Sin embargo, la realización de una biopsia hepática es necesaria tanto para confirmar el diagnóstico de EHNA como para poder establecer el pronóstico que tiene la enfermedad en cada caso. Constituye la principal causa de elevación crónica de transaminasas. El espectro clínico abarca desde la simple esteatosis simple hasta la cirrosis pasando por la esteatohepatitis. Su diagnóstico se basa en la exclusión de otras causas de hepatopatía y la presencia de factores de riesgo (enfermedades asociadas al síndrome metabólico). El cociente AST:ALT suele ser menor de 1 y en la ecografía se demuestran signos sugestivos de esteatosis hepática. La biopsia hepática permite confirmar el diagnóstico. Hepatopatías autoinmunes En este apartado se incluyen la hepatitis autoinmune, que es una enfermedad sobre todo de mujeres de edad media. El diagnóstico se basa en la presencia de autoanticuerpos positivos (anticuerpos antinucleares [ANA], AntiLKM o antimúsculo liso), elevación de IgG y una biopsia compatible. La cirrosis biliar primaria es una enfermedad colestática, y por tanto en la que predomina el aumento de las enzimas indicadoras de colestasis, pero también cursa con un incremento moderado de las transaminasas. El diagnóstico se basa en la positividad 7 de los anticuerpos antimitocondriales (AMA), el aumento de la IgM y los hallazgos de la biopsia hepática . Para el diagnóstico de HAI se han propuesto una serie de criterios que incluyen la exclusión de otras posibles causas de lesión hepatocelular como tóxicos, VHC, VHB, VHD o enfermerdades metabólicas (hemocromatosis , enfermedad de Wilson y déficit de alfa-1-antitripsina) así como la presencia de una serie de marcadores serológicos que, si bien no son específicos de la enfermadad, en su conjunto acompañados de una biopsia compatible permiten establecer el diagnóstico de esta enfermedad (Tabla I). Las características principales que definen a la HAI son títulos de anticuerpos antinucleares (ANA) > 1:40 e hiper- gammaglobulinemia policlonal, fundamentalmente a expensas de la IgG. Otros autoanticuerpos que también se asocian a esta patología son los animúsculo liso (SMA), antimicroso- males hígado-riñón tipo 1 (anti-LKM1), anti-LC1, anti-LP o anti-SLA. Dentro de los criterios diagnósticos se incluyen parámetros histológicos por lo que ante un paciente con sospecha de hepatitis autoinmune se recomienda la realización de biopsia hepática Por último, la esteatohepatitis no alcoholica (EHNA) es probablemante una de las causas más frecuentes de elevación leve- moderada de transaminasas en pacientes asintomáticos. Se caracteriza por la existencia de infiltración grasa con o sin inflamación asociada, en pacientes que no presentan un consumo de alcohol que justifique dicho hallazgos. Los hallazgos encontrados en tejido hepático de pacientes con EHNA a los que se realiza una biopsia hepática pueden consistir en esteatosis simple, con depósito de macrovesículas de grasa en el citoplasma de los hepatocitos fundamentalmente a nivel centrolobulillar, esteatohepatitis con degeneración balonizante de los hepatocitos e infiltrado inflamatorio polimorfonuclear y grados variables de fibrosis o incluso cirrosis establecida. Su verdadera prevalencia en la población todavía no está bien establecida(12) debido en gran parte a que casi la mitad de los pacientes que la padecen se encuentran asintomáticos. Si bien la etiología y los mecanismos que intervienen en la aparición de la enfermedad no son bien conocidos, se han podido identificar una serie de factores de riesgo como son la obesidad, sexo femenino, diabetes e hiperlipidemia cuya presencia favorece la aparición de lesiones propias de EHNA. No obstante, la ausencia de dichos factores de riesgo no excluye el diagnóstico. Así, en series más recientes se ha podido comprobar que en hasta el 45% de los casos no existe ningún factor de riesgo predisponente (13). La ausencia de test serológicos específicos para esta entidad hace que para establecer el diagnóstico sea necesario excluir otras causas de hepatopatía como son virus, enefermedades metabólicas, fármacos y fundamentalmente alcohol. El diagnóstico será más probable en aquellas situaciones en las que el paciente se encuentra asintomático, existen uno o varios de los factores de riesgo antes mencionados con elevación predominante de la ALT y la ecografía abdominal muestre un hígado hiperecogénico con sombra acústica posterior. Sin embargo, la realización de una biopsia hepática es necesaria tanto para confirmar el diagnóstico de EHNA como para poder establecer el pronóstico que tiene la enfermedad en cada caso. Enfermedad de Wilson Es un trastorno hereditario autosómico recesivo que suele manifestarse entre los 5 y 25 años, y que asocia síntomas neurológicos y hepáticos. Para su diagnóstico se detectarán unos niveles de ceruloplasmina bajos en más del 80% de los casos, una cupremia baja y una cupruria de 24 horas elevada.. 86 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 87 de 168 La enfermedad de Wilson es un trastorno hereditario con patrón autosómico recesivo que se caracteriza por el acúmulo de grandes cantidades de cobre en el organismo, especialmente en el hígado y cerebro. Apoyan el diagnóstico la existencia de niveles disminuidos de ceruloplasmina en sangre(< 20 mg/dl), cupremia baja (< 80 mg/dl) y excreción aumentada de cobre en orina(> 100 mg/dl/24 horas) así como la presencia del anillo de Kayser- Fleischer. La prueba diagnóstica más específica es la determinación de la concentración hepática de cobre que en los individuos con enfermedad de Wilson es superior a 250 mg/g. Déficit de alfa1-antitripsina Es otra enfermedad hereditaria que se caracteriza por la asociación de afectación hepática y pulmonar (enfisema). Se diagnostica al observar unos niveles bajos de alfa1-antitripsina y el estudio genético de los genotipos. El déficit de alfa-1-antitripsina se deberá descartar en individuos con hepatopatía de causa no filiada espacialmente si existe patología pulmonar asociada como enfisema. La primera determinación a realizar es un proteinograma que puede mostrar reducción de la fracción alfa 1-globulina. En este caso se realizará una determinación cuantitativa. En aquellos casos en los que se detecten niveles disminuidos se deberá investigar el fenotipo. El riesgo de desarrollar enfermedad hepática es especial- mente elevado para los individuos homocigotos para el fenotipo Pi ZZ aunque los heterocigotos Pi MZ, Pi SZ y Pi PZ tam- bién presentan mayor riesgo. Por último se debe recordar que las transaminasas, especialmente la AST, tienen una amplia distribución por otros tejidos y que en ciertas enfermedades no hepáticas se pueden producir elevaciones aisladas de la AST. 9 Entre estas enfermedades se encuentran la celiaca, las hemólisis, las miopatías o las enfermedades tiroideas . En la figura 1 se muestra el algoritmo diagnóstico modificado recomendado por la Asociación Americana de Gastroenterología frente a un patrón analítico de daño hepatocelular, y en la figura 2 el proceso diagnóstico ante un patrón bioquímico de colestasis. 8 Fig. 1. Algoritmo diagnóstico ante una elevación crónica de transaminasas. Modificado de Goessling W et al . ALT: alanina aminotransferasa; ANA: anticuerpos antinucleares; antiLKM: anticuerpos antimicrosomales de 87 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 88 de 168 hígado y riñón; AST: aspartato aminotransferasa; FA: fosfatasa alcalina; GGT: gamma glutamil transpeptidasa; IST: índice de saturación de transferrina; RMN: resonancia magnética nuclear; TAC: tomografía axial computarizada; VHA: virus de la hepatitis A; VHB: virus de la hepatitis B; VHC: virus de la hepatitis C. 5 Fig. 2. Algoritmo diagnóstico ante un patrón bioquímico de colestasis. Modificado de Green RM et al . ALT: alanina aminotransferasa; AMA: anticuerpos antimitocondriales; AST: aspartato aminotransferasa; CPRE: colangiopancreatografía retrógrada endoscópica; CPRM: colangiopancreatografía por resonancia magnética; GGT: gamma glutamil transpeptidasa. *Ver figura 1. Conclusiones La interpretación y evaluación adecuada de las alteraciones en el perfil hepático tiene importantes implicaciones en el cuidado de los pacientes y en el ámbito económico de la salud. La aproximación inicial debe basarse en una historia clínica detallada, una exploración física minuciosa y la eliminación de aquellos fármacos potencialmente tóxicos. Si persiste la alteración debe realizarse una primera batería de exploraciones analíticas y serológicas, que nos permitan diagnosticar las enfermedades hepáticas más prevalentes. Si éstas son negativas deben aplicarse otras técnicas diagnósticas para descartar enfermedades inmunológicas, metabólicas u otras menos comunes. 88 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 89 de 168 Fig. 1. Algoritmo de diagnóstico diferencial ante la hipertransaminasemia prolongada. AMA: anticuerpos antimitocondriales; ANA: anticuerpos antinucleares; ASMA: anticuerpos antimúsculo liso; AST: aspartato aminotransferasa; AT: antitripsina; CK: creatincinasa; CMV: citomegalovirus; EHA: enfermedad hepática inducida por alcohol; EHNA: esteatohepatitis no alcohólica; IMC: índice de masa corporal; LKM1: anticuerpos antimicrosoma de hígado y riñón tipo 1; UDVP: uso de drogas vía parenteral; VEB: virus de Epstein Barr; VHB: virus de hepatitis B; VHC: virus de hepatitis C. 89 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 90 de 168 2.9 EL LABORATORIO EN LA INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA (IHA ) Introducción. Conceptos clave Deterioro severo y agudo de la función hepática, secundaria a una necrosis masiva o submasiva de los hepatocitos, que conlleva la aparición de encefalopatía hepática en las primeras ocho semanas y coagulopatía, en un hígado previamente sano. Cursa con elevada mortalidad (60-90%) y se trata de una emergencia médica en la que la actitud en las doce primeras horas del ingreso resulta crucial. Abordaje desde el laboratorio a) Etiología Las causas más frecuentes de insuficiencia hepática aguda se reflejan en la tabla 1. b) Clínica La clínica del fallo hepático fulminante es común a todas las etiologías y secundaria al fallo de las funciones de síntesis y metabolización hepáticas, salvo algunos síntomas iniciales en hepatitis víricas o en los antecedentes de exposición a tóxicos. Se caracteriza principalmente por ictericia, coagulopatía grave, encefalopatía y fétor hepático, junto con alteraciones bioquímicas y analíticas. Para el diagnóstico de este síndrome hay que descartar la existencia de una hepatopatía crónica previa. - Manifestaciones hepáticas y digestivas: a) Ictericia: Suele ser el síntoma de presentación y se desarrolla antes de la encefalopatía. Cursa con incremento de la bilirrubina directa (BD), coluria y acolia. La cifra máxima de bilirrubina (BT) en sangre tiene valor pronóstico. b) Encefalopatía hepática: El momento de inicio de la encefalopatía es el factor de referencia que se ha utilizado para la definición y clasificación del fallo hepático agudo, teniendo además implicaciones pronósticas. Se presentará con mayor detalle en la sección dedicada exclusivamente para ella. c) Manifestaciones digestivas iniciales: Vómitos, anorexia, dolor abdominal y ascitis (diagnóstico por ecografía). d) Hepatomegalia: variable. Suele encontrarse en metabolopatías y en el síndrome de Budd- Chiari, pero está ausente en caso de hepatitis virales o tóxicas. Por el contrario, en estos casos se puede encontrar una disminución del tamaño hepático que constituye un síntoma de mal pronóstico. e) Fétor hepático: aparece en caso de deterioro importante en la función hepática. Se caracteriza por un olor dulzón en el aliento, consecuencia de la acumulación de mercaptanos que se eliminan parcialmente por esta vía. 90 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 91 de 168 f) Hipertensión portal - Otras manifestaciones y complicaciones a) Edema cerebral: es una complicación frecuente y una de las principales causas de muerte en estos pacientes, estando asociada normalmente con un grado avanzado de encefalopatía hepática. b) Insuficiencia renal y síndrome hepato-renal: en 50-75% pacientes; constituye un signo de mal pronóstico. c) Respiratorias: insuficiencia respiratoria y edema pulmonar. d) Cardiovasculares: Hipotensión arterial (hemorragias, infecciones y vasodilatación sistémica) y arritmias. e) Complicaciones infecciosas: por alteración en los mecanismos de defensa (déficit marcado del complemento). Son causa frecuente de mortalidad. Encefalopatía hepática (EH) Introducción. Conceptos clave La EH es una alteración funcional y reversible del sistema nervioso central que aparece como complicación en pacientes con enfermedades hepáticas agudas o crónicas (cirrosis hepática), ocasionada por la incapacidad del hígado de metabolizar sustancias tóxicas cerebrales endógenas o exógenas. El cuadro clínico característico comprende una gran variedad de trastornos neuropsicológicos: cambios en el estado mental, que van desde euforia o alteraciones en el sueño hasta el coma, y alteraciones neuromusculares, que ocasionan incoordinación, alteraciones en la escritura hasta llegar incluso a posturas de descerebración. Puede aparece de manera fluctuante o continuada. Se considera reversible, al menos en la mayoría de sus manifestaciones. Abordaje desde el laboratorio a) Etiología El hígado normal evita el paso a la circulación sistémica de los agentes tóxicos ingeridos y de los productos de degradación del metabolismo bacteriano intestinal. Los factores que predisponen a la encefalopatía hepática son la insuficiencia hepatocelular y el escape de la sangre procedente del intestino al hígado por la existencia de circulación colateral o shunts, tanto en pacientes con cirrosis hepática como sin ella. Es debida a la creación de conexiones porto-sistémicas quirúrgicas o espontáneas, como en los casos de colocación de un shunt transyugular intrahepático porto-sistémico (del inglés, TIPS). También se produce en pacientes con fallo hepático agudo sin circulación colateral. Aún no se conoce bien el mecanismo exacto de la encefalopatía. La falta de depuración ocasiona la llegada al cerebro de sustancias capaces de alterar su función al no ser eliminadas por el hígado, entre ellas el amoniaco. El amoniaco es producido por la digestión de las proteínas por la flora intestinal y por el catabolismo muscular y es excretado por el riñón en forma de urea. También podrían tener un papel los fenoles, ácidos grasos de cadena corta, mercaptanos, aminoácidos aromáticos, benzodiacepinas endógenas y acido γ-aminobutírico. Entre los factores desencadenantes se encuentran los recogidos en la tabla 2. 91 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 92 de 168 b) Clínica La presentación clínica más frecuente consiste en un deterioro cognitivo-conductual, apareciendo somnolencia, bradipsiquia, bradilalia, alteración del patrón sueño-vigilia, pudiendo llegar en estadíos finales incluso al coma. También pueden verse afectadas otras funciones cerebrales como la motora, ocasionando incoordinación e incluso una paraparesia espástica, hasta llegar a una postura de descerebración. El inicio en algunos casos puede ser agudo, horas o días, motivado por algún factor desencadenante. En este caso se puede recuperar sin secuelas. En otros la instauración es crónica, bien continua o con episodios recurrentes. Debe valorarse la situación del paciente e identificar lo antes posible los factores desencadenantes o precipitantes y corregirlos. 92 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 93 de 168 93 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 94 de 168 94 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 95 de 168 3.-HEPATITIS AUTOINMUNES La detección de autoanticuerpos en el plasma de pacientes afectos de diversa patología hepática ha permitido identificar y diferenciar entre sí a un conjunto creciente de enfermedades en los últimos años. Las diferentes hepatitis autoinmunes, la cirrosis biliar primaria y la colangitis esclerosante primaria constituyen, en la actualidad, los ejemplos mejor conocidos de hepatopatías autoinmunes. Este avance continúa desarrollándose y está permitiendo el uso de pautas terapéuticas cada vez más precisas y eficaces. Ello es debido, de una parte, a su especificidad diagnóstica, como en el caso de los anticuerpos antimitocondriales (AMA) o los anticuerpos contra el antígeno microsomal hepático y renal y, de otra, a su utilidad pronóstica en la monitorización de la enfermedad. Además, la asociación de dos o más autoanticuerpos que se produce en algunos casos está permitiendo una mejor definición de cada una de ellas, llegándose hoy día a diferenciar hasta tres tipos de hepatitis de carácter autoinmune. Sin embargo, la naturaleza de los autoantígenos reconocidos por los autoanticuerpos presentes en las diferentes enfermedades autoinmunes del hígado no parece estar relacionada entre sí, y entre ellos existen componentes de sistemas enzimáticos, citocromos, o proteínas del núcleo celular de presencia ubicua en la naturaleza. Hasta el presente, no se ha podido demostrar que en los pacientes que presentan tales autoanticuerpos, los autoantígenos, cuando se conocen, presenten alteraciones estructurales y/o conformacionales que justifiquen la presencia de esos autoanticuerpos. Por otra parte, en la mayoría de los casos se trata de componentes intracelulares, lo que dificulta aun más la comprensión de las causas que los hacen accesibles al sistema inmune. Sumando complejidad al problema, se encuentran factores como la diferente edad de aparición de las distintas patologías, que va desde la infancia hasta edades avanzadas de la vida. La preferencia por el sexo femenino, que en el caso de la cirrosis biliar primaria llega a ser casi absoluta, dificulta aun más la compresión de las causas, no tanto el de los posibles mecanismos inmunopatogénicos, que conducen a la aparición de la enfermedad. Así mismo, diferentes polimorfismos en algunos genes o en sus promotores se asocian con mayor frecuencia a estas enfermedades, y parecen predisponer a algunas de estas patologías. Finalmente, en la mayoría de los casos se ignora aun si los autoanticuerpos, tan útiles para el diagnóstico inicial y en algunos casos diferencial de las enfermedades autoinmunes hepáticas, desempeñan algún papel en su patogenia. HEPATITIS AUTOINMUNE La hepatitis autoinmune es una enfermedad inflamatoria crónica del hígado, progresiva, poco común, heterogénea y de etiología desconocida, asociada con el haplotipo HLA-DR3 o -DR4. Tiene una preponderancia femenina y puede presentarse a cualquier edad. Generalmente, el comienzo de la enfermedad es insidioso y de síntomas inespecíficos, aunque de forma ocasional la presentación puede ser severa simulando un episodio de hepatitis viral. La historia natural de la enfermedad tiene un mal pronóstico, con frecuente insuficiencia hepática y progresión a cirrosis, si bien, responde al tratamiento inmunosupresor en la mayoría de los casos. La histología hepática no es patognomónica de hepatitis autoinmune, y no se dispone en la actualidad de una sencilla prueba serológica suficientemente específica para su diagnóstico como en el caso de la hepatitis viral. Además, tampoco existe un único autoanticuerpo diagnóstico y específico como los autoanticuerpos mitocondriales en la cirrosis biliar primaria. Entre los datos de laboratorio destaca la hipergamma-globulinemia, la presencia de autoanticuerpos órgano y no-órgano específicos, y el incremento de las aminotransferasas en suero. Los mecanismos patogénicos que llevan a la pérdida de tolerancia frente a los autoantígenos específicos hepáticos y que conducen a la autoreactividad no son bien conocidos en la actualidad, si bien algunas evidencias apoyan la existencia de una predisposición genética a la enfermedad y la posible relación con defectos severos en el control inmunológico de la autorreactividad, así como la presencia de factores desencadenantes, tales como la infección viral hepatotrófica (virus de las hepatitis A, B y C, virus del sarampión o virus de la inmuno-deficiencia humana) o reacción a drogas hepatotóxicas en individuos susceptibles. Se ha propuesto el mimetismo molecular como mecanismo inmunopatogénico más probable, pero no existen datos concluyentes al respecto. El mecanismo efector del daño inmunológico hepático implica a linfocitos T, B y células accesorias. La culminación es un ataque organizado sobre el hepatocito o sobre las células epiteliales biliares, que probablemente involucra más a autoanticuerpos reactivos contra antígenos hepáticos específicos expresados sobre la superficie del hepatocito que a la citotoxicidad mediada por células T frente a los mismos. En el caso de la hepatitis autoinmune tipo 1, aun no se conocen con precisión los autoantígenos específicos involucrados en la reactividad de las células T. En el caso de la tipo 2, aunque se conoce el autoantígeno diana, que es el citocromo P-450 2D6, aún no ha sido integrado en un claro esquema patogénico. 95 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 96 de 168 Etiopatogenia Los mecanismos que utiliza el sistema inmunológico para desencadenar el proceso y lesionar la célula hepática no son bien conocidos aunque es evidente la importancia de factores genéticos y agentes predisponentes. Se han identificado alelos cuya presencia se correlaciona con susceptibilidad a padecer la enfermedad y también con expresión y la severidad del proceso. Así, el HLA-DR3 se asocia a personas jóvenes y enfermedades más agresivas, mientras que el HLA-DR4 se asocia a pacientes de mayor edad y curso más favorable. El mecanismo patogénico principal es la pérdida de tolerancia del sistema inmunológico frente a los propios 96 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 97 de 168 tejidos. La alteración inmunológica estaría centrada en los linfocitos T, CD4 positivos, induciendo a una respuesta inmunológica celular y la producción de anticuerpos en contra de determinados autoantígenos. Como agentes desencadenantes se señalan factores exógenos físicos, químicos o biológicos como son los medicamentos, bacterias, o virus, entre otros. Entre los virus que han sido relacionados con los procesos autoinmunes, se encuentran los de la hepatitis A, B, C y del sarampión y entre los medicamentos, están la hidralazina, isoniacida, nitrofurantoina y la minociclina. Uno de los mecanismos involucrados es la formación de nuevos antígenos debido a la alteración provocada por los elementos exógenos sobre los componentes celulares que, al ser modificados no son reconocidos como propios. Otro posible mecanismo es el mimetismo molecular, basado en que los agentes biológicos como los virus, poseen en su estructura componentes semejantes a los presentados por las células del propio individuo, de tal forma que una respuesta inmunológica dirigida contra el virus, provoca también lesión tisular en el individuo por reacción cruzada. Así, esto puede ocurrir debido a la existencia de epítopes antigénicos compartidos con el virus de la hepatitis C y una enzima del citocromoP, la P450 II D6, que es el antígeno diana de los anticuerpos anti-LKM, en el caso de la HAI tipo 2. La marcada heterogeneidad de la hepatitis autoinmune respecto a las características de presentación, severidad de la enfermedad y respuesta a la terapia, ha llevado a múltiples propuestas de clasificación de la misma basándose principalmente en parámetros inmunológicos. Así, en 1992 la Asociación Internacional para el Estudio del Hígado (SIGLES), estableció una serie de criterios descriptivos y puntuables (sexo, datos de laboratorio y otros factores etiológicos y genéticos). La suma de dichos criterios permite clasificar a los pacientes como hepatitis autoinmune definitiva (si la puntuación resultante es superior a 15) o hepatitis autoinmune probable (de 10 a 15 puntos). Los aspectos histológicos del hígado se introdujeron en este sistema en 1998, en el que se incluyeron además, y entre otros, la historia previa de tratamientos con determinados fármacos, o la presencia de anticuerpos mitocondriales. Diagnóstico Es más común en mujeres (70-90%), con una distribución de aparición en dos picos. El primer pico, entre las edades de 15 y 24, y un segundo pico, entre los 45 a 54 años. Por lo general, la enfermedad es más severa en pacientes jóvenes. En la mayoría de los pacientes, el comienzo del cuadro es inespecífico presentando malestar general, hiporexia y fatiga. Alrededor del 30%presenta sintomatología aguda severa, semejante a la de hepatitis viral aguda, pudiendo evolucionar hacia una insuficiencia hepática fulminante. Un 10% de los pacientes pueden estar asintomáticos en el momento del diagnóstico y por otra parte, un porcentaje entre el 30 al 80% de los pacientes, ya han progresado a cirrosis cuando son diagnosticados. Muchos de los pacientes tienen evidencia de otros trastornos autoinmunes asociados, como el síndrome de Sjögren, artritis y anemia hemolítica autoinmune. Los hallazgos más frecuentes al examen físico inicial son la ictericia (48-86%), hepatomegalia (67-86%), esplenomegalia (49-54%). Puede resultar difícil evidenciar la HAI ya que no existe una prueba específica para su diagnóstico, como sucede con los marcadores virales específicos para cada virus hepatotrópico o con los anticuerpos antimitocondriales para la CBP. Histología Las alteraciones histológicas son las propias de una hepatitis crónica, con especial relevancia la necrosis periportal o de interfase, piecemeal, con infiltrado linfoplasmocitario, con o sin necrosis en puente porto-portal o porto-central. La disposición de los hepatocitos periportales, afectados en forma de rosetas, y la presencia de numerosas células plasmáticas inclinan al diagnóstico histológico de la HAI. Los hallazgos en contra del diagnóstico de HAI son las alteraciones de los conductos biliares típicos de cirrosis biliar primaria o de pericolangitis, como se presentan en la CEP y se distingue de la CBP por la falta de afectación de la membrana basal ductal. Al igual que en hepatitis crónica de otras etiologías, la evaluación histológica comprende el análisis por separado de la actividad necrótica e inflamatoria según los distintos grados de actividad y de la fibrosis según los distintos estadíos establecidos. La actividad se establece en base a la presencia y magnitud de necrosis de interfase, periportal-piecemeal, en leve, moderada y severa. La fibrosis en leve con expansión portal, moderada si hay extensión periportal, severa y cirrosis con fibrosis y nódulos de regeneración. Bioquímica Los niveles elevados de aminotransferasas (AST/ALT) y bilirrubina reflejan la actividad del proceso inflamatorio hepático y descienden rápidamente como respuesta al tratamiento con esteroides. La fosfatasa alcalina (ALP) puede estar normal o ligeramente elevada, los niveles de bilirrubina y ALP se encuentran ligeramente elevados en el 80% de los pacientes y la gammaglutamiltransferasa (GGT) pueden estar elevada pero su significación no esta clara. La concentración de albúmina por debajo de 3 gr/dl se presenta en el 75% de los pacientes y la hipergammaglobulinemia es característica, generalmente de isotipo IgG policlonal con IgA normal y ligera elevación de la IgM, aunque también puede encontrarse la HAI con cifras normales de inmunoglobulinas e incluso con hipogammaglobulinemia. También, algunos pacientes presentan niveles bajos de C4. Hay que señalar que cifras bajas de aminotransferasas, bilirrubina o IgG no indican una afectación leve, ni excluyen el proceso. 97 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 98 de 168 Criterios diagnósticos y de clasificación El Grupo Internacional para el estudio de la Hepatitis Autoinmune (GIHA) en 1992 recomendó una serie de criterios para el diagnóstico que fueron actualizados en 1999. Para ello, el GIHA ha establecido un sistema de puntuación para el diagnóstico de la HAI con la finalidad de ayudar al diagnóstico en casos difíciles, o cuando se requiere una evaluación más objetiva. Se diseñó un sistema para ser utilizado junto con los criterios descriptivos que consiste en dar un valor numérico, positivo o negativo, a una serie de criterios clínicos, de laboratorio e histológicos, cuya suma permite establecer el diagnóstico como definitivo o probable (Tabla 1). El sistema de puntuación propuesto considera los datos clínicos, bioquímicos, inmunológicos e histológicos, así como, la respuesta al tratamiento con corticoides. El diagnóstico en pacientes no tratados se considera como definitivo si se obtiene una puntuación mayor de 15 puntos y probable si la puntuación está entre 10 y 15 puntos. Si los pacientes están con tratamiento inmunosupresor el diagnóstico es definitivo si la puntuación es mayor a 17 puntos y probable si está entre 10 y 17 puntos (Tabla2) En la última revisión de los criterios se consideró como diagnóstico definitivo o cierto cuando un paciente presenta las siguientes características: - Patrón bioquímico con elevación de las aminotransferasas, especialmente, si la ALP no se encuentra elevada y con concentraciones de alfa1-antitripsina, cobre y ceruloplasmina dentro del rango de normalidad . - Inmunoglobulinas séricas totales o IgG en concentraciones mayores a 1,5 veces el límite superior normal. - Presencia de autoanticuerpos con positividad para antinucleares, anti-músculo liso o anti LKM-1 a títulos superiores a 1/80. - Marcadores virales negativos para infección por virus de la hepatitis A, B y C y para CMV y VEB - Descartar hepatotoxicidad por alcohol o fármacos y el tratamiento reciente con fármacos hepatotóxicos o hemoderivados - Biopsia hepática con hepatitis de interfase, inflamación y necrosis de hepatocitos periportales con disrupción de la lámina limitante, de moderada a severa intensidad, con o sin hepatitis lobulillar. Sin lesión de conductos biliares, o granulomas bien definidos o ausencia de lesiones histológicas sugestivos de otras etiologías. La respuesta al tratamiento con corticosteroides puede apoyar un diagnóstico de sospecha o pasar un diagnóstico de probable a definitivo si se asocia a colestasis. Por ello, los pacientes que presenten una cirrosis activa sin presencia de autoanticuerpos, son catalogados como cirrosis criptogénica y la respuesta al tratamiento con esteroides puede ser la única indicación de que la enfermedad de base es una HAI. 98 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 99 de 168 99 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 100 de 168 Diagnóstico diferencial de la HAI La HAI debe diferenciarse de otras hepatitis crónicas como pueden ser las hepatopatías víricas y toxicas por alcohol o fármacos . Los marcadores virales para la hepatitis B y C nos permiten identificar los pacientes con hepatitis crónica viral de manera relativamente fácil. Aunque en algunas ocasiones, el diagnóstico diferencial 100 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 101 de 168 entre la hepatitis por virus C y HAI tipo 2 puede crear problemas debido a la presencia de anti-LKM en las dos entidades y referente a la hepatitis toxica por fármacos, algunos medicamentos como minociclina, nitrofurantoina o propiltiouracilo pueden provocar inflamación hepática con características difíciles de distinguir de la HAI. Las hepatopatías por deposito también deben ser tenidas en cuenta en el momento del diagnóstico diferencial. La ceruloplasmina sérica permite detectar a los pacientes con Enfermedad de Wilson y la deficiencia de alfa1antitripsina se puede detectar por los niveles bajos de la enzima en suero. La hemocromatosis se detectará mediante la determinación de la ferritina y el índice de saturación de la transferrina en el suero. La biopsia hepática constituye un elemento importante en el diagnóstico diferencial de estas afecciones. 101 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 102 de 168 De acuerdo al patrón de autoanticuerpos identificado, la hepatitis autoinmune se puede clasificar en 102 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 103 de 168 tres subgrupos inmunológicos: Hepatitis autoinmune tipo 1: Es el tipo más frecuente, 80 % de los casos. Afecta principalmente a mujeres entre 20 y 40 años. Cuando se asocia al haplotipo HLA-DR3 su comienzo es generalmente antes de los 30 años, y son más frecuentes los brotes agudos y la progresión a cirrosis. Cuando se asocia a HLA-DR4 su comienzo es más tardío, después de los 30 años. Se caracteriza inmunológicamente por la presencia de autoanticuerpos contra el músculo liso (ASMA) y/o anticuerpos antinucleares (ANA), principalmente. También pueden estar presentes los anticuerpos contra el citoplasma de neutrófilos (ANCA) con patrón perinuclear (pANCA). Hepatitis autoinmune tipo 2: Representa un 20 % de los casos. Afecta principalmente a niños entre 2 y 14 años que presentan generalmente altas concentraciones de bilirrubina y aminotransferasas en suero y desarrollan una enfermedad más severa que los pacientes tipo 1. Se asocia a HLA-DQ2, siendo su asociación con HLA-DR3 más débil que en el tipo 1. La progresión a cirrosis es mas frecuente en éste grupo de enfermos que en los tipo 1. Inmunológicamente se caracteriza por la presencia de anticuerpos contra el antígeno microsomal hepático y renal (LKM tipo1 principalmente o LKM tipo 3) y/o anticuerpos contra la proteína citosólica hepática 1 (LC1). Hepatitis autoinmune tipo 3: Se caracteriza por la presencia de autoanticuerpos contra el antígeno soluble hepático (SLA) o de anticuerpos contra el hígado - páncreas (LP) que en realidad reconocen el mismo antígeno (SLA/LP). Dado que los pacientes con hepatitis autoinmune tipo 1 y aquellos que sólo presentan anticuerpos contra SLA y LP comparten la mayoría de las características clínicas, bioquímicas, histológicas y pronósticas, acaban englobándose en el grupo de los tipo 1 como una misma entidad. La determinación de autoanticuerpos contra SLA ayuda al diagnóstico de hepatitis autoinmune en aquellos pacientes que son ANA y ASMA negativos. En definitiva, la subdivisión en tipo 1 y tipo 2, de acuerdo a los autoanticuerpos detectados, es la más comúnmente utilizada (Tabla 2). Diagnóstico inmunológico de la hepatitis autoinmune tipo 1 La presencia de ANA y ASMA es prácticamente el único requisito para el diagnóstico de la hepatitis autoinmune tipo 1. Ambos se detectan en el 50 % de la población caucasiana que padece la enfermedad, mientras que como marcador único lo hacen en el 15 % y el 35 %, respectivamente. El método más habitual para la detección de ANA es la inmunofluorescencia indirecta sobre portas fijados de células HEp-2 o de hígado de rata. La heterogeneidad de patrones de fluorescencia (homogéneo, difuso o moteado) es habitual en el tipo 1. Se consideran significativos para el diagnóstico de la enfermedad títulos iguales o superiores a 1/80. Se han determinado muchas especificidades nucleares como autoantígenos diana en la hepatitis autoinmune tipo 1, como el DNA de simple o doble cadena, las histonas, el snRNPs, la tARN, las laminas A y C, y la ciclina, entre otros. No obstante, ningún antígeno nuclear específico ha sido descrito en esta enfermedad. Los ASMA son el principal marcador de la hepatitis autoinmune tipo 1. Estos autoanticuerpos son detectados por inmunofluorescencia indirecta sobre portas fijados de tejido de estómago de rata. La mediana de los títulos en la presentación de la enfermedad es de 1/160. Los autoantígenos diana para los ASMA son un grupo heterogéneo de proteínas presentes en el citoesqueleto de las células de músculo liso, destacando la F-actina como principal diana. Los autoanticuerpos frente actina, están asociados a un comienzo más temprano de la enfermedad, a la presencia del haplotipo HLA-B8 y DR3, y a una peor respuesta a la terapia en aquellos pacientes que los presentan. Durante el tratamiento inmunosupresor, se observa la desaparición de los autoanticuerpos ANA y/o ASMA en la mayoría de los pacientes. Sin embargo, ni el título de autoanticuerpos al inicio de la enfermedad ni su comportamiento en el transcurso de la misma son marcadores pronósticos, por lo que su determinación inmunológica es principalmente diagnóstica. Los ANA y/o los ASMA pueden detectarse, si bien a bajos títulos, en hepatitis crónica viral B o C, no obstante la subespecificidad de los auto-anticuerpos es distinta a la presentada en la hepatitis autoinmune. Mientras que la ausencia de ANA y/o ASMA con especificidad para la actina no excluye una hepatitis autoinmune, la caracterización de los mismos puede ayudar a discriminar entre ambas patologías. En cualquier caso, la presencia de autoanticuerpos no es motivo para no administrar interferon-α en el tratamiento de la hepatitis viral. Los ANCA van dirigidos contra componentes citoplasmáticos de los granulocitos neutrófilos y monocitos. Son detectados por inmuno-fluorescencia indirecta, utilizando como sustrato granulocitos. Según el patrón de fluorescencia, los ANCA se dividen en dos subtipos principales: cANCAs, que muestran un patrón difuso o granular citoplasmático, y pANCAs caracterizados por un patrón perinuclear. Altos títulos de pANCAs (isotipo IgG1) se detectan en pacientes con tipo 1, que, sin embargo, no se detectan en pacientes con tipo 2. Los autoantígenos diana reconocidos por los ANCAs en la hepatitis autoinmune tipo 1 son múltiples, la catepsina G, la lactoferrina, la actina y, principalmente, las proteínas cromosómicas de alta movilidad no histonas HMG1 y HMG2. La determinación de ANCAs es útil como un marcador adicional en el diagnóstico de la hepatitis autoinmune tipo 1, particularmente en aquellos casos en los que ANA, ASMA y LKM son negativos. Otros autoanticuerpos frente a componentes hepáticos 103 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 104 de 168 Entre otros anticuerpos que reaccionan contra componentes hepáticos y que pueden contribuir al diagnóstico y clasificación de la enfermedad, podemos encontrar anticuerpos diversos que reaccionan frente a componentes del citosol hepático como son los anticuerpos anti-antígeno soluble hepático (SLA), los anticuerpos frente a hígado y páncreas (LP) y los anticuerpos anti-citosol hepático (LC-1). • Anticuerpos frente a antígenos hepáticos solubles (SLA) Estudios recientes destacan la importancia que tienen los anticuerpos frente al antígeno soluble hepático (SLA) como marcadores de HAI. Estos anticuerpos son altamente específicos de la HAI ya que no se encuentran en las hepatitis virales. Aunque inicialmente, se consideró que estos anticuerpos iban dirigidos frente a determinantes antigenicos tipo citoqueratina 8 y 18 del citoplasma del hepatocito o frente a la enzima glutationsulfotransferasa (GST), en la actualidad se ha visto a nivel molecular que probablemente la diana antigénica se trate de una molécula citoplasmática que está implicada en la regulación de la biosínteis de las proteínas, la UGA-supressor-tRNA. Estos autoanticuerpos se determinan por inmunotransferencia conjuntamente con los anticuerpos anti-LP frente a antígenos recombinantes. En un principio dieron lugar al subtipo 3 de la HAI, pero en la actualidad los pacientes con SLA se incluyen dentro de la HAI de tipo 1. Se presentan en el 30% de pacientes con HAI y en un 10% de pacientes junto con ANA y SMA y pueden aparecer por sí solos sin otros autoanticuerpos acompañantes. Su valor predictivo del positivo es próximo al 100%. Pueden identificar a un porcentaje de pacientes con hepatitis crónica criptogénica que en realidad sufren HAI y responden bien al tratamiento inmunosupresor. El SLA es una proteína citosólica que se encuentra en altas concentraciones en el higado y el riñon. Los autoanticuerpos contra la SLA/LP, principalmente de tipo IgG1, son detectados en pacientes con hepatitis autoinmune tipo 1 solos o en combinación con ASMA y/o ANA. Por el contrario, no han sido detectados en el tipo 2, en la cirrosis biliar primaria o en la hepatitis crónica viral. Por ello se han considerado como marcadores diagnósticos específicos de la hepatitis autoinmune tipo 1. El antígeno diana de los anticuerpos contra SLA/LP es una proteína de masa molar 50.000 g/mol recientemente definida como el péptido p395-414. El receptor de la asialoglicoproteína (ASGP-R) es específico de la membrana del hepatocito. Los autoanticuerpos contra la ASGP-R van dirigidos contra la subunidad RHL-1 del receptor, y son detectados en el 70 % de pacientes con hepatitis autoinmune tipo 1 y tipo 2, pero también, aunque en menor porcentaje, en pacientes con cirrosis biliar primaria y hepatitis viral a títulos bajos. Los anticuerpos contra la ASGP-R identifican a los pacientes con alta frecuencia de recaída tras la retirada del tratamiento. Los títulos de anticuerpos contra la ASGP-R se correlacionan con la actividad de la enfermedad y declinan con el tratamiento inmunosupresor. Diagnóstico inmunológico de la hepatitis autoinmune tipo 2 El autoanticuerpo que define a la hepatitis autoinmune tipo 2 es el dirigido contra el antígeno microsomal hepático y renal, LKM-1. Su determinación se realiza por inmunofluorescencia indirecta sobre cortes fijados de hígado y riñón de rata. La característica de estos autoanticuerpos es que tiñen exclusivamente la porción P3 de los túbulos renales proximales, y de manera difusa el citoplasma de los hepatocitos. El citocromo P-450 2D6 (CYP2D6) es el principal autoantígeno diana para los LKM-1. Los LKM son capaces de inhibir in vitro pero no in vivo la actividad enzimática de CYP2D6. Existen varios epítopos antigénicos lineales y conformacionales de CYP2D6 una subclase de hepatitis C, en la que CYP2D6 también es el principal autoantígeno diana para los anticuerpos contra LKM, razón por la cual la caracterización del antígeno y de los epítopos que reconocen es de interés, ya que los sitios antigénicos reconocidos por los LKM-1 son diferentes en pacientes con hepatitis autoinmune tipo 2 e infección por virus de hepatits C. Hoy en día, se considera que los pacientes con hepatitis C y LKM-1 positivo realmente representan casos de infección por el virus con características autoinmunes. Desde el punto de vista clínico, el cribado de autoanticuerpos LKM-1 es importante antes de iniciar la terapia con interferón-α en pacientes con hepatitis C. Dado que los autoanticuerpos LKM-1 reconocen a CYP2D6 expresado sobre la membrana del hepatocito en ambas patologías, es posible que tales autoanticuerpos jueguen un papel patogénico conducente al daño tisular hepático en ambos casos. En este sentido merece resaltarse el hecho de que los individuos deficientes en CYP2D6 no sufren hepatitis autoinmune tipo 2. Los títulos de anticuerpos contra LKM-1 no se correlacionan con la actividad de la enfermedad y son mutuamente excluyentes con los ANA y los ASMA. Los autoanticuerpos LKM tipo 2 han sido detectados en algunos casos de hepatitis inducidas por drogas, pero nunca en pacientes con hepatitis autoinmune. El autoantígeno diana para estos autoanticuerpos es el CYP2C9. Los autoanticuerpos LKM-3, solos o en combinación con los LKM-1, también pueden ser detectados en un pequeño porcentaje de pacientes con hepatitis autoinmune tipo 2, así como en algunos pacientes con hepatitis crónica viral D y C. El autoantígeno diana principal para los anticuerpos contra LKM-3 es la UDPglucuronosiltransferasa 1 (EC 2.4.1.17). Los autoanticuerpos contra la LC1, son considerados como el segundo marcador de la hepatitis autoinmune tipo 2. Son detectados en aproximadamente el 30 % de los pacientes afectos y en la mayoría de los casos positivos aparecen asociados a la presencia de autoanticuerpos LKM-1, aunque también pueden aparecer como único marcador inmunológico. El autoantígeno diana para los anticuerpos contra la LC1 es la formiminotetrahidrofolato ciclo-desaminasa (EC 4.3.1.4), enzima involucrada en el metabolismo del folato. A los 104 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 105 de 168 anticuerpos contra la LC1 se les ha considerado como un marcador más específico del tipo 2 que los LKM en tanto que no habían sido detectados en pacientes con hepatitis crónica C. Pero esto último sólo es cierto en pacientes pediátricos, mientras que en adultos, al igual que la presencia de LKM-1, los LC1 también se han detectado en algunos enfermos con hepatitis por virus C. Los títulos de autoanticuerpos contra LC1 se correlacionan con la actividad de la enfermedad. En la Tabla 2 se resumen los principales autoanticuerpos y autoantígenos que pueden ser detectados en hepatitis autoinmunes. Otros autoanticuerpos en la HAI tipo 1 y tipo 2 Entre los anticuerpos que podemos encontrar en la HAI tipo 1 y tipo 2 están aquellos que reaccionan contra componentes de la membrana celular, como son los anticuerpos contra receptor hepático de la asialoglicoproteína (ASGP-R), los anticuerpos anti-membrana hepática (Liver Membrane Antibody) (LMA) y los anticuerpos frente a una proteína especifica hepática localizada en la membrana de los hepatocitos (Liver Specific Protein) (LSP). Los anticuerpos anti-ASGP-R están dirigidos frente a los receptores hepáticos de membrana de los hepatocitos periportales y se consideran marcadores de HAI de ambos tipos 1 y 2. Se presentan en el 88% de pacientes y se correlacionan con la actividad histológica y con la respuesta al tratamiento con inmunosupresores. Son poco específicos ya que se pueden encontrar en otras alteraciones hepáticas como hepatitis B, hepatitis alcohólica y CBP. Su determinación se realiza por ELISA y su presencia parece que se correlaciona con la actividad clínica e histológica de la enfermedad. Los anticuerpos anti-membrana hepática (LMA) van dirigidos frente al CYP450 1A2, se han encontrado en un 13% de pacientes con Síndrome de Sjögren primario y también en un alto porcentaje de pacientes con hepatitis alcohólica y se determinan por inmunofluorescencia sobre tejido hepático. Los anticuerpos LSP y LMA se han asociado a la HAI con niveles bajos de C4 y a los antígenos de histocompatibilidad HLA–B8 y DRW3. Aunque los anticuerpos antimitocondriales son característicos de CBP, también pueden esta presentes en un pequeño grupo de pacientes con HAI y en estos casos, la determinación de otros autoanticuerpos específicos de HAI, como los SLA, LMA, LC-1 y p-ANCA puede ayudar en el diagnóstico de esta patología. Utilidad clínica de los autoanticuerpos Los autoanticuerpos en la HAI no son patogénicos y ni patognomónicos. Los hallazgos serológicos deberán evaluarse siempre junto a los criterios clínicos y la presencia de un autoanticuerpo determinado es más importante que su nivel de concentración o titulación. Los títulos pueden fluctuar y pueden aparecer nuevos 105 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 106 de 168 autoanticuerpos, y no son útiles para valorar la actividad de la enfermedad o la respuesta al tratamiento. La seropositividad puede no estar presente en el comienzo de un proceso y los anticuerpos antinucleares y antimúsculo liso pueden desaparecer y reaparecer en distintos momentos de la enfermedad y constituyen un elemento diagnóstico en todo aquel paciente con enfermedad hepática de origen desconocido. La batería de autoanticuerpos para el estudio de los procesos autoinmunes hepáticos esta constituida por anticuerpos antinucleares, anti-músculo liso, anti-mitocondriales, anti LKM-1 y p-ANCA. En la actualidad, se ha señalado la conveniencia de incorporar otros autoanticuerpos en el estudio de la EHA como son los anticuerpos anti-SLA, los anti-LP, anti-LC1 y ASGP-R, sobre todo cuando no se encuentran presentes los autoanticuerpos convencionales. RECOMENDACIONES PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA HAI En base a la evidencia, las recomendaciones actuales con respecto al diagnóstico de la HAI son las siguientes: 1. El diagnóstico de HAI requiere la determinación de niveles de aminotransferasas séricas y de gammaglobulinas; detección de ANA y/o SMA, o en su ausencia, anti-LKM-1; y examen histológico de biopsia hepática. 2. Los criterios diagnósticos de HAI deben ser aplicados a todos los pacientes. 3. Si el diagnóstico de HAI no está claro, se deberá utilizar el método de puntuación. CIRROSIS BILIAR PRIMARIA La cirrosis biliar primaria es una enfermedad autoinmune específica de órgano y de etiología desconocida. El 90 % de los casos son mujeres entre los 35 y 60 años de edad, de cualquier raza y clase social. Se caracteriza por la inflamación y progresiva destrucción de los conductos biliares intrahepáticos dando lugar a un cuadro de colestasis crónica y finalmente cirrosis hepática. Se asocia frecuentemente a otras patologías de carácter autoinmune, como el síndrome de Sjogren, la tiroiditis o la esclerodermia. La forma de presentación de la enfermedad es variable, unas veces el diagnóstico es fortuito en un paciente asintomático en el que tan solo se observa un aumento de la concentración de fosfatasa alcalina (EC 3.1.3.1) en plasma, otras el comienzo es insidioso. La presentación más frecuente se caracteriza por prurito, como primer síntoma, y fatiga. Otras manifestaciones clínicas son ictericia, hipertensión portal, osteoporosis, xantomas y deficiencias vitamínicas consecuencia de la mala absorción intestinal. Muchos de estos enfermos no responden adecuadamente a la terapia y son subsidiarios de trasplante hepático. Las lesiones histológicas se caracterizan por una infiltración linfocitaria portal con destrucción de los conductillos biliares interlobulares. Diagnóstico La CBP puede permanecer asintomática por largos períodos de tiempo y ser detectada de manera fortuita. Los síntomas más frecuentes en la CBP son fatiga y prurito que puede ser muy intenso y los pacientes pueden recurrir a los dermatólogos antes de llegar al diagnóstico. Puede haber alteración en la pigmentación de la piel que toma un tono más oscuro en algunos pacientes e ictericia, debido al aumento importante de los niveles de bilirrubina en la sangre. Se asocia al Síndrome de Sjögren en el 70% de los casos con falta de producción de lágrimas y/o saliva, generando manifestaciones clínica de sequedad de mucosas e irritación conjuntival. El síndrome de CREST, que también puede asociarse a la CBP, es una forma de esclerodermia localizada caracterizada por trastornos de la motilidad esofágica y por fenómeno de Raynaud con cambio de coloración de las manos al exponerlas al frío. Otras enfermedades autoinmunes asociadas con la CBP son el hipotiroidismo, la artritis reumatoide en hasta un 20% de los pacientes y la enfermedad celíaca también es más frecuentes en estos pacientes. Los pacientes afectados de CBP presentan alto riesgo de desarrollar osteoporosis. Es frecuente la hipercolesterolemia aunque los pacientes con CBP no tienen un riesgo mayor de desarrollar complicaciones (ateroesclerosis) debido a la elevación del colesterol. Para el estudio de la CBP se realizaran estudios por imagen de las vías biliares, habitualmente la ecografía abdominal. Ocasionalmente, se realiza una resonancia magnética o incluso una colangiografía. La biopsia hepática en los sujetos con CBP presenta un infiltrado inflamatorio con linfocitos en la región portal y daño de los conductos biliares. Los datos de laboratorio más frecuentes son el aumento de la actividad de la fosfatasa alcalina en suero, un patrón colestásico en las pruebas hepáticas, una hipergammaglobulinemia (generalmente a expensas de IgM), un aumento de la bilirrubina en suero a medida que progresa la enfermedad, y la aparición de autoanticuerpos AMA y en menor grado ANA. Los anticuerpos antimitocondriales (AMA) son el principal marcador diagnóstico de la cirrosis biliar primaria, ya que se detectan en más del 90 % de los casos. Se desconoce si tales autoanticuerpos producen daño hepático y mediante qué mecanismo pudieran actuar. Sin embargo, conviene recordar que las células biliares epiteliales expresan antígenos HLA de clase II, moléculas de adhesión y moléculas coestimuladoras, características que las cualifican como células presentadoras de antígeno. Se han propuesto múltiples mecanismos como mediadores del daño inmunológico en los conductos biliares, incluyendo el posible papel de las células T citotóxicas y la interacción intracelular entre los AMA (IgA) y sus correspondientes antígenos, ya que tanto los 106 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 107 de 168 autoanticuerpos como las células T autorreactivas reconocen el mismo epítopo dominante del autoantígeno diana. Es posible que el estímulo inicial para la producción de anticuerpos, sea una infección que provoque una modificación de los antígenos mitocondriales, lo que podría contribuir a la inducción de la enfermedad. Los AMA per se no son patogénicos, pero las células T CD4+ podrían estar favoreciendo el reconocimiento del epítopo dominante en asociación con una inapropiada expresión de antígenos HLA clase II sobre el epitelio de los conductos biliares, lo que permitiría el inicio de una cascada de eventos inmunológicos con el desarrollo de la enfermedad autoinmune. Aún quedan importantes cuestiones por resolver, como su etiología, el papel específico de los antígenos mitocondriales, la causa de la preponderancia femenina o la ausencia de presentación en niños. Los AMA son autoanticuerpos inespecíficos de órgano que reaccionan frente a componentes lipoproteicos de la membrana interna de la mitocondria. Se han descrito distintos subtipos de anticuerpos mitocondriales, el mas frecuente en la cirrosis biliar primaria es el M2. Para la medición de los AMA suele realizarse un cribado inicial mediante enzimoinmunoanálisis del tipo ELISA, si bien la determinación por inmunofluorescencia indirecta en cortes triples de hígado, riñón y estómago de rata es mucho mas sensible y especialmente útil en aquellos pacientes en los que exista una fuerte sospecha clínica de la enfermedad con anticuerpos contra M2 negativos por ELISA. Los AMA están dirigidos contra la 2-oxoácido-deshidrogenasa localizada en el la cara interna de la membrana mitocondrial y perteneciente al complejo de la piruvato-deshidrogenasa (citocromo) (E.C 1.2.2.2). Concretamente, están dirigidos contra el componente E2 y la proteína de unión E3 (E3BP o proteína X). La presencia de autoanticuerpos reactivos contra E2 y/o E3BP es altamente predictiva de cirrosis biliar primaria, por lo que juegan un papel importante en el diagnóstico de la misma, pudiendo incluso estar presentes antes del inicio sintomático de la enfermedad. La asociación entre AMA y cirrosis biliar primaria es muy importante, hasta el punto que la detección aislada de dichos autoanticuerpos, aún en ausencia de síntomas o pruebas de función colestásica hepática alteradas, es altamente sugestiva de la presencia de características histológicas hepáticas de cirrosis biliar primaria y de que, con el tiempo, tales pacientes desarrollarán clínicamente la enfermedad, aunque los títulos de AMA no parecen correlacionarse con la actividad, severidad ó progresión de la enfermedad. Sí se detecta una disminución del título de autoanticuerpos con el tratamiento con ácido ursodesoxicólico. Los ANA en la cirrosis biliar primaria se observan entre el 20 y el 50 % de los pacientes y los diferentes autoantígenos diana se localizan en distintas estructuras subnucleares. En ocasiones, los ANA pueden ir acompañados de AMA. La observación clínica más relevante relacionada con los ANA es que la mayoría de pacientes con resultados negativos para AMA (una minoría), presentan títulos positivos de ANA. Sin embargo, existe consenso en que el espectro clínico de la enfermedad y la respuesta al tratamiento es, en general, similar en pacientes AMA positivo y AMA negativo/ANA positivo. La técnica de elección para la detección de los ANA es la inmunofluorescencia indirecta sobre células HEp2, con la que pueden apreciarse dos patrones típicos de fluorescencia nuclear para esta enfermedad: un patrón de tinción en membrana nuclear (M-ANA); y un patrón de puntos nucleares múltiples (MND-ANA). La mayoría de autoanticuerpos de pacientes con cirrosis biliar primaria que marcan la cubierta nuclear reconocen una proteína de masa molar 200.000 g/mol identificada como la glicoproteína de poro nuclear gp210. Los autoanticuerpos contra gp210 son detectados en el 25 % de casos AMA positivos y en el 50 % AMA negativos e identifican un subgrupo de pacientes con enfermedad hepática más grave y un mayor riesgo de muerte relacionada con causas hepáticas. Los anticuerpos contra gp210 son muy específicos para la cirrosis biliar primaria. Otra glicoproteína del complejo del poro nuclear, la gp62, ha sido descrita como un autoantígeno en un tercio de los pacientes. Los autoanticuerpos contra gp62 son altamente específicos, no colocalizan con los anticuerpos específicos de gp210 y aparecen en distintos grupos de pacientes. Relacionadas con el patrón de fluorescencia MND-ANA, existen dos proteínas nucleares, el antígeno Sp100 y la proteína PML. Los autoanticuerpos contra Sp100 son altamente específicos de cirrosis biliar primaria (no han sido hallados en otras patologías hepáticas). Se detectan entre el 30 y el 40 % de pacientes con cirrosis biliar primaria, y están presentes en el 50 % de enfermos AMA negativos. Por otro lado, los autoanticuerpos contra la proteína PML colocalizan con Sp100. Ambos son altamente prevalentes y específicos en pacientes con cirrosis biliar primaria. Por último, existe un subgrupo de enfermos de cirrosis biliar primaria que tienen ANA reactivos frente a una proteína integral del interior de la membrana nuclear, el receptor de la lámina B. Estos autoanticuerpos, aunque específicos, son sólo positivos en menos del 5 % de los pacientes y suelen estar presentes en el suero de enfermos AMA negativos. Otros autoanticuerpos antinucleares que pueden ser detectados en la cirrosis biliar primaria son los dirigidos contra el centrómero, contra Ro/SSA y La/SSB, contra ribonucleoproteínas y los pANCA, entre otros. La positividad para Sp100m, gp210 y LBR, solos o en combinación, puede servir como marcador inmunológico de cirrosis biliar primaria en pacientes con AMA negativos. Los anticuerpos contra Sp100 y contra gp210, así como los AMA, persisten tras el trasplante de hígado, incluso en ausencia de recurrencia de la enfermedad. Anticuerpos anti-Sp100. El antígeno frente al que van dirigidos los anticuerpos anti-Sp100 es una proteína de 100 kD que presenta un patrón de tinción de fluorescencia granular fina en el que se observan alrededor de 10 a 30 múltiples y finos puntos nucleares con células en mitosis negativas. Esta es la especificidad más frecuente de los ANAasociados a la CBP, su prevalencia es del 30%, aunque el ELISA es más sensible que la IFI pues la presencia de otro tipo de patrón de positividad de los ANAimpide identificar este anticuerpo por IFI que es reconocido directamente por ELISA o IT. Este tipo de patrón de ANA positivo se encuentra con más frecuencia 107 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 108 de 168 en los casos de CBP que cursan con AMA negativos y su presencia en estos pacientes se asocia a una evolución menos favorable de la enfermedad. Su especificidad es alta y no es habitual encontrarlo en otras EHA por lo que es de utilidad en el estudio de la CBP. Los anticuerpos anti-PML se dan en un 20% de casos de CBP y generalmente, asociado a los anti-Sp100. Otros autoanticuerpos que se pueden encontrar en la CBP son los ANA con patrón perinuclear en anillo dirigidos frente a la envoltura nuclear. Estos pueden ser los anticuerpos gp210 frente a la proteína del complejo del poro nuclear (NPC), frente a la lamina asociada al polipéptido (LAP-2), o al receptor de lamina B (LBR), y frente a nucleoporina. Su especificidad para la CBP es muy alta, próxima al 99%, excepto para los anti-LAP-2 que pueden encontrarse también en el SS. Anticuerpos anti-gp 210. Estos anticuerpos se pueden evidenciar por IFI, presentan un patrón de fluorescencia característico, aunque es difícil de distinguir en la mayoría de pacientes ya que la reactividad de los AMA dificulta su visualización, por lo que su determinación por ELISA e IT presenta una mayor más sensibilidad. En la actualidad, su determinación se puede realizar sin dificultad por IT con antígenos del complejo del poro nuclear dentro del perfil de estudio de las EHA. Este anticuerpo lo podemos encontrar en el 50% de los pacientes con CBP con AMA negativos o a títulos bajos por lo que su presencia es útil par el diagnóstico de la CBP ya que su especificidad es del 99%. Parece ser que en estudios recientes se han identificado a los pacientes con los anticuerpos antigp210 positivos con una mayor actividad de la enfermedad y una menor supervivencia, por lo que parece que estos anticuerpos son un marcador pronóstico de formas más agresivas de la enfermedad, por ello se recomienda su determinación en el estudio de la CBP. Anticuerpos antinucleoporina. Los anticuerpos anti-p62, p60, p54, p39 y p86 se detectan en el 66% de los pacientes con CBP. Los anti-p62 se asocian a formas más agresivas de la enfermedad y en pacientes con estadios histológicos más avanzados y también se han descrito en pacientes con SS Los anticuerpos anti-LBR se dan solo en un 2% de los pacientes con CBP pero son muy específicos de esta enfermedad ya que no se han descrito en ningún otro tipo de patología. Anticuerpos frente a la banda aislada Ro de 52 kD. Estos anticuerpos pueden encontrarse en la CBP y en la HAI, aunque no son específicos de ninguna de estas enfermedades hepáticas y pueden encontrarse también en pacientes con miositis, asociados a los anticuerpos anti-Jo-1, en la esclerodermia, SS, LES y otras colagenosis. En la HAI generalmente se encuentran asociados a los autoanticuerpos anti-SLA/LP. Actualmente se pueden determinar específicamente estos anticuerpos por IT frente a antígenos recombinantes. Otros autoanticuerpos frecuentemente asociados a la CBP son los antitiroideos antitiroglobulina y antitiroperoxidasa (TPO) COLANGITIS ESCLEROSANTE PRIMARIA La colangitis esclerosante primaria es una enfermedad hepática colestásica crónica caracterizada por la inflamación y la destrucción del tracto biliar extra y/o intrahepático, con excepción de la vesícula biliar. Afecta en un 70 % a varones, entre 30 y 50 años, y presenta una fuerte asociación en la mitad de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, concretamente con colitis ulcerosa. La evolución clínica en cualquier caso no difiere entre los pacientes que presentan o no colitis ulcerosa. De etiología desconocida, hay evidencias de que factores genéticos e inmunológicos están involucrados en la misma. Existe una asociación con los haplotipos HLA-B8 y HLA-DR3. Clínicamente puede aparecer fatiga, síntomas de colestasia clínica, como prurito, ictericia fluctuante y, en algunos casos, dolor abdominal y fiebre. Ocasionalmente, es un hallazgo de laboratorio en pacientes asintomáticos y por el contrario, otras veces, se manifiesta como una cirrosis hepática. La historia natural de la enfermedad se puede dividir en varias fases: inicialmente es asintomática, siguiendo con la aparición de colestasis en ausencia de ictericia primero, y acompañada de sintomatología, ictericia y hepatoesplenomegalia, después. Por último, se llega a la instauración de una cirrosis descompensada. La histología revela una de la pared de vías biliares. La prueba diagnóstica más importante es la colangiografía retrógrada. Entre los datos de laboratorio cabe destacar hiperbilirrubinemia, elevación de las concen-traciones de fosfatasa alcalina y de γ-glutamil-transferasa (EC 2.3.2.2). En el 90 % de los pacientes con colangitis esclerosante primaria pueden detectarse algún tipo de autoanticuerpos, y en el 35 % éstos son variados. Los pacientes pueden tener las concentraciones de inmuno-complejos circulantes, de inmunoglobulinas y de autoanticuerpos no específicos de órgano elevadas. Aún con una clínica muy similar, difiere de la cirrosis biliar primaria en la ausencia de AMA. La presencia de ANCA (generalmente IgG1 e IgG3) puede detectarse en el suero de más de un 50 % de los pacientes, independientemente de su asociación con colitis ulcerosa, y presentan un patrón perinuclear. Los ANCA inducen la activación del metabolismo leucocitario, con la formación de peróxido de hidrogeno y del anión superóxido, cuya acumulación es perjudicial para la célula. Los autoantígenos diana para los ANCA en colangitis esclerosante primaria son múltiples, como la catepsina G y la lactoferrina, entre otros. En un 60 % de los pacientes con colangitis esclerosante primaria se pueden detectar autoanticuerpos contra la catalasa (EC 1.11.1.6). La catalasa se encuentra principalmente en hígado, y es activa en el sistema de defensa antioxidativo frente a metabolitos tóxicos del oxígeno. Los autoanticuerpos contra la catalasa están dirigidos 108 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 109 de 168 contra una región esencial de la enzima hepática, e inhiben sus funciones enzimáticas, por lo que se ha hipotetizado sobre su papel en la patogénesis de la colangitis esclerosante primaria. En éstas condiciones, se produce un estado de estrés oxidativo debido a la producción de radicales libres así como a un fallo en la defensa frente a los mismos, generándose un daño tisular irreversible. En la colangitis esclerosante primaria, las lesiones parecen ser secundarias a la producción de radicales por ANCA, depósitos de inmunocomplejos, proteínas complementarias y toxinas bacterianas. La subsiguiente lisis de las células del epitelio biliar libera a las catalasas que serían reconocidas por el sistema inmune. La presencia de anticuerpos anti-citoplasma de neutrófilo con patrón perinuclear (p-ANCA) se da en casi el 90% de pacientes y cerca del 50% presenta los anticuerpos anti-Saccaromyces Cerevisiae (ASCA). El Saccaromyces Cerevisiae es una levadura que contiene una glicoproteina de 200 kD frente a la cual van dirigidos los ASCA. Estos anticuerpos junto a los p-ANCA son los dos marcadores más útiles para la enfermedad inflamatoria intestinal. Los ASCA tienden a reconocer con más frecuencia la enfermedad de Crohn, mientras que los p-ANCA se han asociado a la colitis ulcerosa. Sin embargo, no se ha encontrado ningún autoanticuerpo que sea realmente específico de la CEP. Otros autoanticuerpos que se pueden detectar en la colangitis esclerosante primaria, si bien a títulos bajos, son los ANA, los ASMA y, muy raramente, los AMA. En la Tabla 4 se representa un esquema de los principales autoanticuerpos y autoantígenos que pueden ser detectados en la colangitis esclerosante primaria. El solapamiento de cirrosis biliar primaria, hepatitis autoinmune y colangitis esclerosante primaria representa un diagnóstico desafiante, en el cual la determinación de autoanticuerpos juega un papel central y trascendente por cuanto contribuye a la instauración del tratamiento adecuado. Por todo ello, el estudio y la identificación de otros elementos del sistema inmune implicados en la generación, progresión y mantenimiento de la enfermedad se hace cada vez más perentorio. En último extremo, la identificación precisa de los elementos celulares y moleculares responsables de la cronificación de la enfermedad podría permitir el desarrollo de estrategias terapéuticas dirigidas a alcanzar la tolerancia selectiva y específica frente a los autoantígenos dianas en cada una de las enfermedades hepáticas autoinmunes. Sin embargo, en la actualidad la detección de los autoanticuerpos conocidos y la búsqueda de otras especificidades nuevas sigue siendo el camino más directo al diagnostico diferenciado de la enfermedad. Así pues, el establecimiento preciso de los patrones de reactividad inmunológica, la(s) combinación(es) de autoanticuerpos en cada una de ellas, y su mejor definición a nivel epitópico, debe permitir a corto plazo aportar a la clínica una información que haga posible acelerar el diagnóstico de certeza, ajustar las pautas terapéuticas más adecuadas a cada uno de los tipos de proceso, y sustituir pruebas cruentas para el diagnóstico y la monitorización de la enfermedad. SÍNDROME DE SOLAPAMIENTO El síndrome de superposición incluye entre otras situaciones, pacientes con diagnóstico de hepatitis autoinmune (HAI) que presentan características clínicas, serológicas e histológicas de CBP (elevación de bilirrubina, ALP, GGT, AMA positivos y biopsia compatible). En otros casos, como en la colangitis autoinmune, la presentación clínica se caracteriza por signos de colestasis: prurito y niveles elevados de ALP, los datos serológicos reflejan presencia de anticuerpos antinucleares (ANA) y/o anticuerpos antimúsculo liso (SMA) positivos (como en la HAI) y ausencia de AMA y la histología se corresponde con CBP. Se considera variante de la CBP y no una entidad por separado. En cualquier caso para la confirmación diagnóstica será necesario la biopsia hepática. 109 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 110 de 168 Síndrome de solapamiento HAI/CBP Un pequeño porcentaje de pacientes con HAI pueden presentar anticuerpos antimitocondriales del subtipo M2 incluso con un estudio histológico de colangitis, con datos bioquímicos y clínicos de colestasis, por ello la presencia de estos signos son indicativos de un solapamiento HAI/CBP. Esto ocurre en un 5% de pacientes con HAI y en el 20% de los pacientes con CBP. La presencia de colestasis en pacientes con HAI y enfermedad inflamatoria intestinal y con mala respuesta a esteroides, precisa la realización de la colangiografía para demostrar la lesión de los conductos biliares y confirmar la CEP. La prevalencia de HAI en pacientes con CEP es muy variable oscila del 8% hasta un 30% según los autores y parece ser más frecuente en población infantil. El diagnóstico de HAI se realiza aplicando el sistema de puntuación y es conveniente identificar a estos pacientes con CEP, a fin de considerar terapia inmunosupresora. Colangitis autoinmune Por otra parte, algunos pacientes pueden presentar síndromes colestásicos con características clínicas e histológicas de CBP, sin anticuerpos antimitocondriales y presentan anticuerpos ANA y/o SMA a títulos altos y anticuerpos anti-anhidrasa carbónica con histología de hepatitis de interfase de diversa magnitud y algunos responden al tratamiento con esteroides sin asociación a enfermedad inflamatoria intestinal. Esta situación se define como colangitis autoinmune. Sin embargo, esta condición no se ha consolidado como una entidad clínica específica, pues se cree que forma parte del espectro de la CBP seronegativa y ni siquiera se debería considerar como un síndrome de solapamiento. Desde el punto de vista práctico, se considera que estos pacientes deben ser tratados como CBP con ácido ursodeoxicólico y que la existencia, sobre todo de necrosis de interfase severa, justificaría en algunos pacientes el uso concomitante de inmunosupresores, especialmente de esteroides. En caso de no obtenerse, en un tiempo prudencial, un beneficio claro de los esteroides es aconsejable interrumpir el tratamiento debido al riesgo de desmineralización ósea en presencia de colestasis crónica. Síndrome de solapamiento de HAI y hepatitis víricas La presencia de autoanticuerpos es muy frecuente en las hepatitis por virus B y C, podemos encontrar ANA y antimúsculo liso hasta en un 40% de estos pacientes. El síndrome de solapamiento se define si se encuentran estos autoanticuerpos a títulos altos y características histológicas de HA HEPATITIS CRÓNICA CRIPTOGÉNICA Existe un grupo de pacientes en quienes no se detectan agentes etiológicos, que tienen las características clínicas e histológicas y fenotípicas de la HAI, responden al tratamiento con corticosteroides, pero no poseen los autoanticuerpos circulantes mencionados. Estos casos se le han clasificado como Hepatitis Crónica Criptogénica o Hepatitis Autoinmune seronegativa. Es posible que constituya un subgrupo de las HAI, las cuales nunca han tenido autoanticuerpos, o los han perdido en el transcurso de la enfermedad. Por lo general, son pacientes de edades más avanzada que ya tienen cirrosis. En estos pacientes se reconocen criterios de autoinmunidad conpresencia sérica de anticuerpos a anti-LSP y anti-ASGP-R con hipergammaglobulinemia y respuestaal tratamiento inmunosupresor. 110 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 111 de 168 CONCLUSIONES La determinación de los anticuerpos en la EHA aporta una importante información para el diagnósticoy clasificación de estas enfermedades, así como en la monitorización de la actividad enalgunos casos. 111 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 112 de 168 Tanto los clínicos como los especialistas del laboratorio deberán estar familiarizados en la interpretación de la serología autoinmune hepática para una mejor interpretación de los resultados en beneficio de estos pacientes. El GIHA está trabajando para lograr una mejor estandarización, sensibilidad y especificidad de las metodologías para el estudio de los autoanticuerpos implicados en el campo de las las EHA. El resumen de los diferentes autoanticuerpos que se encuentran en la EHA se presenta en la tabla 3 y los algoritmos de trabajo recomendados para el estudio de las EHA se presenta en las figuras 1 y 2. 112 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 113 de 168 Fig. 1. Algoritmo diagnóstico de la enfermedad hepática autoinmune. AMA: anticuerpos antimitocondriales; ANA: anticuerpos antinucleares; ANCA: anticuerpos contra citoplasma de neutrófilos; anti-LKM1: anticuerpos antimicrosomas hepáticos y renales tipo 1; ASMA: anticuerpos antimúsculo liso; CAI: colangitis autoinmune; CBP: cirrosis biliar primaria; CEP: colangitis esclerosante primaria; HAI: hepatitis autoinmune; HCC: hepatopatía crónica criptogenética; SLA: anticuerpos contra el antígeno soluble específico de hígado. 113 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 114 de 168 114 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 115 de 168 4.-METABOLISMO BILIRRUBINA La ictericia se define como la coloración amarillenta de la piel, las escleras y las mucosas, como consecuencia de una elevación anormal en la concentración sérica de bilirrubina (Br) . En términos generales, los individuos con cualquier tipo de daño hepático, se encuentran ictéricos en algún momento de la evolución de dicho daño. Ciertamente, la mayoría de las veces puede considerarse ictericia y hepatopatía como sinónimos, como de hecho sucede con frecuencia. Sin embargo, es importante recordar, que algunos pacientes con enfermedad hepatobiliar no presentan ictericia, y asimismo, algunos pacientes con ictericia, no presentan enfermedad hepatobiliar . La ictericia es una entidad clínica, conocida por lo menos desde los tiempos de Hipócrates, como consta en sus tratados . Para la época de William Osler, se podía distinguir con cierta veracidad, entre las causas obstructivas del árbol biliar y las causas no obstructivas de la ictericia. Sin embargo, fue poco después de la mitad del siglo anterior, que se pudo definir con mayor precisión el metabolismo de la bilirrubina, se perfeccionaron las técnicas de análisis bioquímico, y se diseñaron métodos de diagnóstico por imágenes, que aclararan la etiología de la ictericia en la mayor parte de los pacientes . Existen varias maneras válidas de abordar a un paciente ictérico. El objetivo del presente artículo, es plantear un enfoque diagnóstico del enfermo con ictericia, según se hace de forma convencional y protocolaria en nuestro centro. La misma se basa en el concepto general de las enfermedades hepatobiliares, en el conocimiento propio adquirido durante el tiempo, en la disponibilidad de recursos diagnósticos existentes y finalmente, en el análisis concienzudo e integración de la literatura científica aceptada, respecto del tema. Metabolismo de la bilirrubina La bilirrubina es un pigmento tetrapirrólico proveniente del metabolismo del grupo "hem" de la hemoglobina (Hb) y otras hemoproteínas no hemoglobínicas. El hem está constituido por protoporfirina IX (unión de cuatro ++ pirroles) y una molécula de hierro (Fe ) . Al liberarse el hem de la respectiva proteína, el hierro es reciclado y el anillo tetrapirrólico se abre de forma lineal, para ser convertido en biliverdina (por medio de la enzima hem oxigenasa). Ésta es rápidamente transformada en bilirrubina, por medio de la biliverdina reductasa. Todo esto sucede en el sistema retículo endotelial extrahepático, principalmente el bazo y la médula ósea Un 70-80% de la Br proviene de la Hb de los eritrocitos senescentes, mientras que un 20-30% de la misma tiene su origen en proteínas diferentes a la Hb, que contienen grupo hem (principalmente en hígado: citocromo oxidasas y catalasas) . En condiciones normales, la contribución de la mioglobina a la formación de Br es casi nula. La Br es una sustancia lipofílica y potencialmente tóxica. Requiere de un proceso de conjugación a formas hidrosolubles para ser eliminada. Se encuentra en el plasma en equilibrio entre la forma libre y la unida estrechamente a la albúmina . De esta última forma llega al sinusoide hepático por medio de la doble circulación hepática (arterial y portal) se libera de la albúmina e ingresa al hepatocito (por su membrana basolateral) por medio de un transportador de membrana específico y posteriormente es transportada al retículo endoplásmico por los ligandos (proteínas ligadoras específicas de la Br y de algunas otras sustancias) . En el retículo endoplásmico, es conjugada con uridina difosfato (UDP) y ácido glucurónico por medio de una enzima fundamental en el proceso llamada UDP- glucuronil transferasa, para formar un 80% de diglucurónidos de Br y un 20% de monoglucurónidos de Br. Menos del 1% de la Br en la bilis se encuentra en 115 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 116 de 168 forma no conjugada . Luego, la Br conjugada (hidrosoluble) viaja hasta la membrana apical y a través de un transportador activo iónico (bomba ATPasa), es secretada al canalículo biliar para mezclarse con el resto de las sustancias que constituirán la bilis . Una vez en el intestino, la Br conjugada es desconjugada por la flora bacteriana en el íleon terminal y en el colon, para formar pigmentos incoloros (urobilinógenos) . El 80% de los urobilinógenos, siguen su trayecto intestinal y se denominan estercobilinógenos –que también son incoloros. Una parte de estos últimos se oxidan para formar el pigmento que le da el color típico a las heces: estercobilina. El 20% de los urobilinógenos se reabsorbe al plasma, donde una fracción vuelve al hígado y recircula en la bilis; la otra se excreta en orina, donde una parte, también es oxidada a urobilinas . (Figura ) La producción diaria de bilirrubina no conjugada es de 250 a 350 mg, principalmente proveniente de eritrocitos senescentes . El clearance a valores normales es 5 mg/kg/día, o alrededor de 400 mg/día en adultos; la proporción no aumenta significativamente con hemólisis . La vida media de la bilirrubina no conjugada es < 5 min . La UDP-glucuronil transferasa cataliza la conjugación rápida de la bilirrubina en el hígado; la bilirrubina conjugada es excretada por bilis y está esencialmente ausente de la sangre en los individuos normales. La bilirrubina delta (d-bilirrubina, también a veces llamada biliproteína) se produce por reacción de la bilirrubina conjugada con albúmina (; tiene una vida media de aproximadamente 17-20 días (la misma que la albúmina), presentándose en pacientes con ictericia prolongada que se recuperan de hepatitis o de una obstrucción . Los cambios relacionados con la edad y el sexo en los límites de referencia para 116 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 117 de 168 bilirrubina se ilustran en la Figura . Los aumentos en la bilirrubina conjugada son altamente específicos para enfermedad hepática o de los ductos biliares . Los incrementos en la bilirrubina conjugada también pueden ocurrir con alteraciones de la excreción de bilirrubina, dependiente de energía en sepsis, nutrición parenteral total, y luego de una cirugía . En la recuperación de una hepatitis o de una obstrucción, la bilirrubina conjugada cae rápidamente, mientras que la d-bilirrubina declina más lentamente . El síndrome de Gilbert, encontrado en aproximadamente el 5% de la población, causa una leve hiperbilirrubinemia no conjugada debido a una alteración en la actividad de la UDP-glucuronil transferasa junto con una disminución en la captación de iones orgánicos . La bilirrubina total raramente excede 68-85 µmol/L (4-5 mg/dL), aún durante el ayuno prolongado, a menos que otros factores que incrementan la bilirrubina se encuentren también presentes . En la Tabla se resumen otros factores que afectan a la bilirrubina. La bilirrubina se mide típicamente usando dos ensayos, bilirrubina total y bilirrubina directa; sustrayendo la bilirrubina directa de la total se obtiene la "bilirrubina indirecta". El ensayo para bilirrubina directa mide la mayoría de la d-bilirrubina y la bilirrubina conjugada, y un porcentaje pequeño y variable de bilirrubina no conjugada . Un valor alto de pH o la presencia de un agente humectante promueve la reacción de bilirrubina no conjugada en el ensayo de la "directa"; el reactivo para la bilirrubina "directa" debe contener al menos 50 µmol/L de HCl para prevenir la medición de bilirrubina no conjugada . La luz puede convertir la bilirrubina no conjugada en un fotoisómero que reacciona directamente ; esto causa una disminución de la bilirrubina total de 0.34 µmol/L/h (0.02 mg/dL/h). La espectrofotometría directa (métodos en películas secas) mide bilirrubina conjugada y no conjugada individualmente, y luego calcula la d-bilirrubina como la diferencia entre la suma de éstas y la bilirrubina total. Algunos han sugerido que la bilirrubina conjugada es mejor que la bilirrubina "directa" para medir la recuperación de una enfermedad hepática . Los objetivos de la performance de la medición de bilirrubina permiten de un 20% (CLIA) a 30% (variación biológica) de error total. Los médicos sienten que un 23% de cambio en los límites de referencia superiores de bilirrubina indican un cambio significativo en la condición . Así, CLIA parece alcanzar las necesidades de performance clínica. A concentraciones elevadas, un cambio de 2 mg/dL (5%) fue considerado clínicamente significativo. Valores targets para el error total deben, por lo tanto, especificar la concentración de bilirrubina. Figura . Efectos de la edad y el sexo sobre los límites de referencia para bilirrubina total. El límite superior de referencia para hombres de 25-35 años se toma como 1.0 unidades de valor relativas. Los límites superiores de referencia aumentan durante la niñez y la adolescencia, alcanzando valores picos a aproximadamente los 20 años; luego de esto, los valores disminuyen gradualmente con el aumento de la edad. A todas las edades, los límites de referencia superiores son mayores en los hombres que en las mujeres, aunque las diferencias son mínimas en los extremos de la vida. Datos de la referencia 16. 117 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 118 de 168 Tabla . Factores que afectan la bilirrubina aparte de la lesión hepática. RECOMENDACIONES Los ensayos para bilirrubina deben tener un error analítico total ≤ 20% (o 6.8 µmol/L [0.4 mg/dL]) en el límite superior de referencia . Deben usarse límites de referencia superiores separados para hombres y mujeres. Mientras los límites superiores de referencia de bilirrubina declinan con la edad en los adultos, hay poca significación para elevaciones ligeras en la bilirrubina y no se requieren límites de referencia superiores ajustados por edad, separados, para adultos. En niños, deben ser usados rangos de referencia separados . Determinación del nivel de bilirrubina ¿Qué medimos? •Bilirrubina total •Bilirrubina directa •Isómeros de bilirrubina: configuracionales y estructurales. Los métodos diazo no miden los isómeros estructurale Medida de la bilirrubina total (conjugada+ no conjugada+ delta) mediante la medida de absorbancia entre 480-650nm. Normalmente la concentración de Br sérica no supera 1.5 mg/dl (con <5% de Br conjugada) . Se hace clínicamente manifiesta cuando el nivel alcanza los 3 mg/dl y muchas veces es el primer signo de hepatopatía. El método más comúnmente usado en la práctica clínica para medir el nivel de Br, es el de la reacción diazo o método de van der Bergh . El mismo consiste en dos etapas, ambas involucran al ácido sulfanílico diazoado (diazo:doble enlace de sulfuro) . Determinación de la concentración de bilirrubina en suero o plasma mediante el método DPD (sal de 2,5– diclorofenil diazonio) La bilirrubina indirecta se libera por medio de un tensioactivo, y a continuación, la bilirrubina total se combina con un compuesto de diazonio (DPD) para producir la correspondiente azobilirrubina. Esto produce un cambio de absorbancia que se puede medir espectrométricamente. Determinación de la concentración de Bilirrubina esterificada (blirrubina directa, bilirrubina conjugada, BIL-D) mediante el método Jendrassik La bilirrubina directa forma con el ácido sufanílico diazotado un colorante azoico. Esto produce un cambio de absorbancia que se puede medir espectrométricamente. La Br total presente en el suero, reacciona con el ácido sulfanílico para producir una molécula de azodipirrol, coloreada, que es medible por medio de espectofotometría . Sin embargo, la Br conjugada reacciona de 118 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 119 de 168 forma más rápida (al cabo de un minuto), en medio acuoso. A esto se le llama reacción directa y de ahí el nombre de fracción directa de la Br. Por otro lado, la Br no conjugada reacciona de forma más lenta con el ácido sulfanílico. Esta reacción se puede acelerar al adicionar un agente catalizador al suero, como urea o etanol. Esto hace que la Br total reaccione para formar el azodipirrol cromogénico en aproximadamente treinta minutos. Para entonces determinar la fracción de Br indirecta, se resta la fracción de Br "directa" (reacción rápida en medio acuoso), del valor de Br "total" (reacción con agente acelerador) . Es necesario aclarar que la Br "directa" no corresponde con absoluta exactitud, a la fracción sérica conjugada, ni la Br "indirecta" a la fracción no conjugada . Existen métodos más precisos, como la cromatografía líquida, pero que son más complejos, más caros y menos disponibles . Por tanto, el método de van der Bergh es universalmente aceptado para diferenciar las fracciones séricas de la Br. Métodos de medida de la bilirrubina HPLC Técnicas de diazoacoplamiento(pruebas colorimétricas): - Método De Malloy-Evelyn - Método de Jendrassik-Grof - Otros métodos diazoicos Los métodos tradicionales para la determinación de la bilirrubina se basan en la reacción de ésta con el reactivo diazo (en nuestro analizador reacciona con una sal de diazonio, el 3,5-tetrafluoroborato de diclorofenilodiazonio) produciendo un pigmento color rojo-violáceo ( azobilirrubina). -beer) es directamente proporcional a la concentración total de bilirrubina. conjugada(directa) reacciona directamente con el diazorreactivo, la bilirrubina no conjugada(indirecta) requiere la presencia de un desarrollador acuoso que posibilite la reacción.Así que para que reaccione la bilirrubina total (conjugada y no conjugada) presente en la muestra debe agregarse un compuesto químico al medio de reacción. Ventajas: 119 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 120 de 168 -Es un método automatizado. -Económico. -Rápido. - Hay interferencias con muestras hemolizadas. - Es menos exacto que la HPLC y que la espectrofotometría directa Espectrofotometría directa Espectrofotometría directa Mide bilirrubina total en la muestra. - Bilirrubina conjugada(directa):la conjugación con ácido glucurónico hace que sea soluble en agua. - Bilirrubina no conjugada(indirecta):insoluble en agua y altamente tóxica. - Bilirrubina delta Mide la bilirrubina total (conjugada+ no conjugada + delta) mediante la medida de la absorbancia comprendida entre 480-650nm. Muestra: sangre total o suero o plasma. hematocrito. -Hct), donde 120 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 121 de 168 la concentración de bilirrubina total en sangre total Ventajas -Rápido -Preciso -Exacto -Requiere pequeño volumen de muestra (150 mcL) -Mejor correlación con la HPLC que un método diazo. Desventajas muestra para evitar la formación de coágulos Técnica del fotómetro transcutáneo. La bilirrubinometría transcutánea fue inicialmente introducida en Japón en 1980 como un método de tamizaje para el diagnóstico de la ictericia neonatal. En la últimas dos décadas se desarrolló la bilirrubinometría transcutánea como un método no invasivo,seguro, no doloroso de la estimación de la bilirrubina total reportando resultados instantáneos. longitudes de onda y proveía un índice numérico. La exactitud de la estimación era limitada por el efecto de la pigmentación de la piel. En años recientes una nueva generación de bilirrubinómetros transcutáneos se desarrolló con modelos que tienen un microespectofotómetro que determina la densidad óptica de la bilirrubina y la diferencia de los demás componentes cutáneos. ud de las mediciones y permitió reportar directamente en miligramos por decilitr. La utilización de los bilirrubinómetros transcutáneos ha servido para disminuir el uso excesivo de toma de bilirrubinas séricas mediante punciones innecesarias. n transcutánea de bilirrubinas en el recién nacido, incluye únicamente la colocación de un sensor sobre la piel de la frente o del esternón tomando varias medidas (usualmente tres). o en micromoles por litro. 121 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 122 de 168 La medida de la bilirrubina transcutánea está limitada en los neonatos tratados con fototerapia y existe controversia de si está afectada por la pigmentación de la piel. e la BT, puede ser usada para monitorizar los niveles de bilirrubina.A altas concentracciones de bilirrubina la medida de TcB subestima la de la BT.Por tanto cuando la TcB excede el percentil 75, la TcB necesita ser confirmada midiendo la BT.Tanto los valores de TcB como de BT son comparados con un nomograma basado en percentil edad específico. 122 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 123 de 168 RECOMENDACIONES NACB 2000 • Los ensayos para bilirrubina deben tener un error analítico total ≤20 % (ó 6,8 μmol/L [0,4 mg/dL] ) en el límite superior de referencia. •Deben usarse límites de referencia superiores separados para hombres y mujeres. Mientras que los límites superiores declinan con la edad en los adultos, será poco significativos los incrementos ligeros de bilirrubina y no se necesitarán límites superiores de referencia ajustados por edades. En población pediátrica es necesario utilizar intervalos de referencia separados. Bilirrubina y urobilinógeno en orina En los individuos normales no debe detectarse bilirrubina ni urobilinógeno en la orina. Cuando hay una elevación de la bilirrubina conjugada en sangre, entonces se puede filtrar por el riñón y aparecer en orina, con lo que esta puede tomar un color oscuro anaranjado, constituye, por tanto, una prueba indirecta para determinar un incremento de las concentraciones de BD, ya que en la orina solo se excreta la bilirrubina conjugada. Un incremento del urobilinógeno en orina ocurre siempre que haya un descenso de la función hepatocelular o un exceso de urobilinógeno en el tracto gastrointestinal que exceda la capacidad del hígado para excretarlo; ejemplos de tales condiciones son una hepatitis viral, cirrosis, y hemólisis. La bilirrubinuria en ausencia de uribilinógeno suele indicar una obstrucción en la vía biliar. La presencia de bilirrubina y urobilinógeno en orina se puede detectar de forma fácil cualitativamente empleando tiras reactivas. Sin embargo, se requiere un espécimen de orina reciente porque la bilirrubina es muy inestable cuando se expone a la luz y a TA. En caso de que la determinación tenga que ser retrasada, la orina deberá ser protegida de la luz y almacenada en refrigerador a 2- 8ºC durante un tiempo no superior a 24 horas. 123 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 124 de 168 Causas de hiperbilirrubinemia I. Hiperbilirrubinemia de predominio indirecto A. Sobreproducción Hay varias entidades que pueden producir un aumento de la producción de Br. En general, corresponden a trastornos de enfoque hematológico, a saber: la hemólisis, la eritropoyesis ineficaz, la reabsorción de grandes hematomas y las transfusiones masivas . Rara vez sobrepasan los 5 mg/dl de Br sérica total . En todos estos pacientes, las pruebas bioquímicas hepáticas, suelen estar dentro de límites normales y la fracción de Br que se eleva de manera predominante es la indirecta. B. Captación defectuosa Aunque infrecuente, la captación defectuosa de Br es una causa de hiperbilirrubinemia de predominio indirecto. El agente más comúnmente relacionado con la inhibición competitiva de Br a nivel del transportador de membrana del hepatocito, es la rifampicina . El síndrome de Gilbert (ver adelante), también tiene un componente menor de captación defectuosa a nivel de la membrana del hepatocito . C. Conjugación disminuida Las enfermedades que cursan con una disminución en la conjugación de Br se pueden agrupar en: 1. Ictericias del recién nacido a. Cligler-Najjar I b. Cligler-Najjar II 2. Ictericias familiares no hemolíticas a. Síndrome de Gilbert En todas estas entidades, el defecto genéticamente determinado, está en la actividad de la UGT-1 (UDPglucuronil transferasa), pero lo que varía es el grado de disminución de dicha actividad . En el cuadro 1 se muestran las características más importantes de las tres entidades 124 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 125 de 168 El síndrome de Gilbert es más frecuente en adultos, y se presenta en aproximadamente en el 10-12% de la población blanca . Es un síndrome y no una enfermedad. El estrés físico o emocional, la deshidratación y el ayuno suelen evidenciar el trastorno al elevar la cifra de Br sérica y hacer la ictericia visible. La "prueba de ayuno" sirve para confirmar el diagnóstico de síndrome de Gilbert . El paciente es sometido a una dieta de no más de 100 g de carbohidratos por día por 48 horas. Si la cifra de Br se duplica en ese lapso la prueba es positiva . Con frecuencia se detecta de forma incidental, en pruebas de laboratorio realizadas por otra razón. Ii. Hiperbilirrubinemia de predominio directo Dentro de las entidades con aumento principal de la fracción directa de la Br (o para efectos prácticos, conjugada), virtualmente todas son colestasis4 en su comportamiento fisiopatológico, aún cuando el daño sea predominantemente hepatocelular, o no exista obstrucción mecánica. Sin embargo, para ordenar el aborde y manejo, se pueden clasificar como se muestra en el cuadro 2. A) Trastornos hereditarios de la excreción de Br Tanto en el síndrome de Dubin-Johnson como en el de Rotor, aumenta el nivel de Br sérica a < 7 mg/dl, con un franco predominio de la fracción directa . Ambas entidades se deben a un trastorno en el almacenamiento y/o la excreción de la Br conjugada. Ambas son poco frecuentes y de herencia autosómica recesiva. Se diferencian por el hecho de que en el Dubin-Johnson se acumula melanina (un pigmento oscuro) en los hepatocitos, lo cual le da al hígado un color negruzco. Ambas tienen función hepática normal y un buen pronóstico. No requieren tratamiento . 125 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 126 de 168 B) Colestasis intrahepática Son múltiples las enfermedades hepáticas que cursan con colestasis intrahepática y va más allá del propósito de esta monografía, detallar a fondo cada una de ellas. Sin embargo, es útil ubicarlas en grandes grupos. (Cuadro 3). 126 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 127 de 168 C) Colestasis extrahepática ( siempre con obstrucción mecánica al paso de la bilis) En este grupo se encuentran las enfermedades que obstruyen el flujo de la bilis, en las vías biliares extrahepáticas, sea intrínseca o extrínsecamente . (Cuadro 4) Abordaje diagnóstico Anamnesis y examen físico Tal y como se resume más adelante en la figura 2, la historia clínica, es el primer paso en el abordaje de un paciente ictérico y quizás el más importante, pues esto orientará sobre el cuadro en general y dictará los exámenes de laboratorio y gabinete pertinentes por escoger . Es aquí donde deberá recopilarse toda la información clínica pertinente. Deberá investigarse lo siguiente: 1. Antecedentes: edad; historia familiar de enfermedad hepática; comorbilidad (antecedentes patológicos); exposición a toxinas (accidental o intencional), historia de medicamentos de uso común o esporádico; antecedentes quirúrgicos y uso de anestésicos; exposición a agentes infecciosos; uso de drogas ilícitas intravenosas. 2. Síntomas: dolor abdominal; fiebre; tiempo de evolución de la ictericia; pérdida de peso; coluria y acolia 3. Signos: datos de hepatopatía crónica; exploración abdominal (dolor, masas, líquido); estado del sensorio (encefalopatía); cicatrices abdominales; Ascitis. 127 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 128 de 168 Pruebas de laboratorio El siguiente objetivo, luego de una anamnesis y un examen físico adecuados, es determinar la fracción predominante de Br . Además es importante solicitar en este momento, pruebas bioquímicas hepáticas específicas y un hemograma . La fosfatasa alcalina (FA) y la gamaglutamil transpeptidasa (GGT), son marcadores de excreción biliar y suelen estar aumentados de forma significativa en los procesos colestásicos en general. Aunque la FA puede elevarse 128 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 129 de 168 por otras causas no relacionadas con hepatopatías, la GGT es casi exclusiva del hígado y confirma el origen hepático o no de la FA . Las aminotransferasas o transaminasas (alanino aminotransferasa o ALT y la aspartato aminotransferasa o AST) son enzimas hepatocelulares que se elevan en casi todos los trastornos de necrosis hepatocelular de forma temprana (es generalmente el primer marcador de alteración hepatobiliar). Sin embargo, su aumento refleja daño celular directo (inflamación o necrosis). La AST es tanto citosólica como mitocondrial y se encuentra además en el músculo esquelético y en el miocardio. La ALT que es exclusivamente citosólica, es prácticamente específica del hígado . Las proteínas séricas (especialmente la albúmina), y las pruebas de coagulación (especialmente el tiempo de protrombina o TP), se han catalogado tradicionalmente como pruebas de síntesis hepática . La albúmina es sintetizada en el hígado, pero su disminución en plasma puede deberse a muchos factores extrahepáticos, principalmente pérdidas renales y poca ingesta proteica . Al tener una vida media de aproximadamente 20 días, es útil para valorar severidad y pronóstico de enfermedades hepáticas crónicas . Las globulinas suelen estar aumentadas en la enfermedad hepática crónica y el patrón de elevación puede sugerir la etiología: hepatitis por autoinmunidad inmunoglobulina G, cirrosis biliar primaria Inmunoglobulina M, enfermedad hepática alcohólica Inmunoglobulina A . El TP es dependiente de la actividad de los factores vitamina K dependientes (I, II, V, VII, X), y es un marcador muy sensible en las enfermedades hepáticas agudas y de valor pronóstico significativo . Puede verse aumentado en las enfermedades que afectan la capacidad de síntesis del hígado o en la deficiencia de vitamina K. La prueba de vitamina K es útil para diferenciar entre ambas etiologías: la administración parenteral de vitamina K mejora el TP en las ictericias por obstrucción mecánica con deficiencia de la misma, por mala reabsorción a nivel de la circulación entero hepática; no así cuando la función de síntesis del hígado está alterada . El hemograma puede ser de utilidad, para determinar si el origen de la ictericia es hematológico (hemólisis) . Puede también poner en evidencia un proceso infeccioso agudo (leucocitosis o leucopenia), o entre otras más, sugerir hiperesplenismo (bi o pancitopenia) . Serología, carga viral y genotipaje La serología viral puede aclarar la etiología de una enfermedad hepática aguda o crónica y es vital para el algoritmo diagnóstico, tal y como se presenta en este modelo de trabajo . Actualmente en nuestro medio se dispone de serología, para los virus hepatotróficos productores de hepatitis A, B, C, D, E, CMV y mononucleosis infecciosa. En el caso del virus de la hepatitis C, son de particular interés las determinaciones de carga viral, y la determinación del genotipo viral. Pruebas inmunológicas y marcadores tumorales Al igual que la serología viral, la carga viral de algunos virus, su genotipo, y los marcadores específicos de tipo inmunológico, pueden orientar respecto del origen y la severidad de una enfermedad hepatobiliar determinada. Se utilizan el factor antinúcleo y los anticuerpos antimúsculo liso para sustentar una hepatopatía por autoinmunidad y los anticuerpos anti- mitocondria para confirmar una cirrosis biliar primaria . También complementan la inmunoelectroforesis de proteínas, el complemento sérico, el anti ADN de doble cadena, el factor reumatoide, el antígeno hígado riñón, la alfa fetoproteína, el antígeno carcino embriónico, el CA 19-9 y el CA 125. Otras pruebas Existen otras pruebas mucho más específicas para enfermedades determinadas. Por ejemplo la céruloplasmina, el cobre sérico y la cupruria de 24 horas para la enfermedad de Wilson ; los índices férricos y la transferrina para la hemocromatosis y el nivel de alfa-1-globulina para la deficiencia de dicha enzima . También existe la posibilidad de hacer genotipo para la deficiencia de alfa-1- antitripsina. 129 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 130 de 168 Flujograma de trabajo para las ictericias Desde un punto de vista académico, en la figura 2, ofrecemos un esquema de nuestra visión actual, respecto de la secuencia que se sigue en nuestro centro para estudiar un paciente con probable enfermedad hepato pancreato biliar, en principio ictérico. No obstante, en bastantes casos, estos mismos pacientes pueden presentarse sin ictericia. No desconocemos que lo propuesto puede seguirse fielmente, o en muchos casos, simplificarse con cortocircuitos. Éstos pueden acortar el tiempo, para llegar a un diagnóstico correcto y, por lo tanto, la toma de decisiones. Esto sucede muy frecuentemente en los Servicios de Urgencias, de manera válida, ante las características de los pacientes y sus enfermedades que ahí se manejan. Esto será objeto de otra comunicación. Figura 2 Idealmente, el diagnóstico se orienta con la clínica (anamnesis y examen físico), como ya se ha enfatizado antes. Se debe solicitar el nivel sérico de Br total y fraccionada, y así poder definir la fracción que predomina. Para estos efectos, el paso crítico en el metabolismo de la Br, es su excreción biliar. Ya sea de manera proximal, en su meta por salir del hepatocito y verterse al canalículo biliar, o de manera distal, cuando encuentra cualquier obstáculo, en su viaje desde el canalículo, hasta su llegada a la segunda porción del duodeno, a través de la ampolla de Vater. Para definir el predominio de la fracción indirecta debe existir al menos 80% de ésa y en el caso de la directa, debe existir al menos 50% de esta última . Además, concomitantemente, se pide un hemograma y las pruebas bioquímicas hepáticas. Si la fracción de bilirrubina predominante es indirecta y la hemoglobina está baja, el origen de la ictericia es probablemente hematológico y los estudios se orientarán en ese sentido. Si por el contrario la hemoglobina es normal, se debe pensar en un síndrome de Gilbert y corroborar el mismo con una prueba de ayuno . Si la fracción de Br directa es la predominante (o la hiperbilirrubinemia es mixta), el trastorno es colestásico. En este caso, y tomando en cuenta toda la información clínica y de laboratorio que se tenga en ese momento, se puede suponer si se trata de una colestasis con obstrucción mecánica al paso de la bilis o si por el contrario se trata de una colestasis bioquímica o funcional, sin obstrucción mecánica. Si al hacer el diagnóstico presuntivo la alternativa más probable pareció una colestasis con obstrucción mecánica al paso de la bilis, se impone realizar un ultrasonido (ecografía) , que nos puede aclarar si la vía biliar intra extrahepática está dilatada, e incluso revelar la causa de la obstrucción. Si la vía biliar esta dilatada, se recomienda realizar una CPRE o una CTP para aclarar la etiología de la obstrucción (si no se ha aclarado aún), y para ofrecer opciones diagnósticas (biopsia, cepillado, aspirado de la vía biliar), y terapéuticas específicas (papilotomía, barrido con extracción de cálculos, colocación de férulas intraductales) . Si estos estudios son negativos, entonces es pertinente realizar una biopsia hepática . Si la vía biliar no está dilatada y existe una alta sospecha de obstrucción mecánica, se deben solicitar anticuerpos antimitocondriales para descartar una cirrosis biliar primaria . Si aún este marcador es negativo, se procederá a realizar en este momento la CPRE o CPT . De ser también normal el estudio elegido, se procederá a manejar como una colestasis sin obstrucción mecánica al paso de la bilis. Por otro lado, si la sospecha clínica es que se trata de una colestasis funcional, sin obstrucción mecánica, se impone decidir si se trata de una hepatopatía aguda o crónica, y en cada caso, si la etiología es o no viral . Consideramos que ubicar a los pacientes que nos ocupan en alguna de estas cuatro categorías significa haber avanzado enormemente en la conceptualización de su enfermedad: hepatopatía guda No Viral, hepatopatía aguda viral, hepatopatía crónica no viral y hepatopatía crónica viral. Cinco grupos de pruebas y una actitud voluntaria particular ayudan a ello: 1. La serología, la carga viral y el genotipage, según correspondan (A, B, C, D, E, GCMV, Epstein-Barr) 2. Las pruebas inmunológicas y los marcadores tumorales, según falten y sean necesarios en este momento (anti mitocondria, anti músculo liso, inmunoelectroforesis de proteínas, complemento sérico, anti ADN de doble cadena, anti núcleo, factor reumatoide, mono test, antígeno hígado-riñón, y otros; alfa fetoproteína, antígeno carcino embriónico, CA 19-9, CA 125 ) 3. Las pruebas específicas (céruloplasmina, cupruria, índices férricos, α-1 globulina, pruebas para enfermedades de depósito, etc.) 130 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 131 de 168 4. Los estudios de imágenes (ultrasonido, TAC y resonancia magnética nuclear) 5. La esófago gastro duodenoscopía. 6. Observación. Si se trata de una hepatitis viral aguda, generalmente no es necesario realizar una biopsia hepática al paciente , pues muchas veces puede mostrar un patrón histológico complejo, para el patólogo no especializado en el campo. Sin embargo, habrá casos en que sea necesario practicarla (estudios inmunohistoquímicas, tinciones especiales, etc.). Las otras tres alternativas sí deben corroborarse con biopsia hepática, siempre y cuando las pruebas de coagulación y el estado hemodinámico del enfermo lo permitan, incluyendo las hepatitis agudas no virales (por ejemplo, las tóxicas y por fármacos) . En la mayoría de las hepatopatías crónicas, se requerirá corroboración e integración de la información clínica, de laboratorio y de gabinete, antes de realizar la biopsia hepática. Con toda esa información, más la biopsia, la posibilidad de un diagnóstico correcto, y de la escogencia de un tratamiento médico, quirúrgico o combinado adecuado, es muy probable. Como se mencionó al principio, éste es un planteamiento arbitrario; no es, por mucho, la única ruta para llegar a la meta. 5.-PROTOCOLO DIAGNÓSTICO DE UNA COLESTASIS El diagnóstico de los pacientes con colestasis se dirige en primer lugar a distinguir si se trata de una colestasis obstructiva, generalmente extrahepática, o de una colestasis intrahepática, y en segundo lugar a determinar su etiología (tablas 1 y 2). La realización de una historia clínica y de una exploración física meticulosa son los dos aspectos iniciales básicos para el diagnóstico. Las determinaciones de laboratorio son de extrema ayuda para confirmar la presencia de colestasis, así como en algunos casos la etiología de la misma. Por otra parte existen una serie de exploraciones incruentas como la ecografía, la tomografía axial computadorizada (TAC) y la resonancia magnética (RM), y de exploraciones invasivas, como la colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) y la colangiografía transhepática percutánea que permiten visualizar directamente las vías biliares. El papel de la laparoscopia para el diagnóstico de la colestasis tiene en la actualidad poco interés, especialmente desde que aparecieron las técnicas de imagen. La biopsia hepática, sin embargo, sigue siendo una técnica fundamental para establecer la etiología de algunos tipos de colestasis intrahepática. 131 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 132 de 168 132 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 133 de 168 Manifestaciones clínicas El síndrome colestásico se caracteriza por unos síntomas que reflejan la incapacidad para la excreción de sales biliares, bilirrubina conjugada y demás componentes de la bilis. Puede presentarse con ictericia, coluria, acolia y prurito. Debido a la disminución o inexistencia de sales biliares en el intestino, aparece la esteatorrea. La falta de absorción de grasas, vitaminas liposolubles y de algunos minerales es la responsable de los cuadros deficitarios que pueden asociarse a las colestasis crónicas. El primer paso diagnóstico es la realización de una historia clínica y una exploración física detallada. La ictericia es el signo más característico de la colestasis y es debida a la incapacidad para eliminar la bilirrubina que se ha conjugado en el hepatocito. Hay un aumento de su concentración plasmática y su depósito en la piel y las mucosas que da lugar al característico color amarillo, particularmente evidente en las conjuntivas cuando los niveles séricos de bilirrubinemia todavía son poco elevados. En casos de colestasis muy prolongada e intensa puede adoptar un tinte verdínico. A pesar de que la ictericia es un síntoma frecuente, puede estar ausente en algunos tipos de colestasis. La ictericia colestásica se asocia a hipocolia o acolia por falta de pigmento biliar en el intestino. Simultáneamente hay una hiperpigmentación de la orina que adopta un 3 color pardo-amarillento, denominada coluria. En la mayoría de los casos la coluria precede a la ictericia . El prurito es un síntoma frecuente en los pacientes con colestasis, particularmente en algunas enfermedades como la cirrosis biliar primaria (CBP)y la colestasis gravídica. Su presencia, cuando no hay una patología cutánea intrínseca, debe hacer pensar siempre en una colestasis. Aunque la causa de este prurito no es conocida, se relaciona con la retención de sales biliares. Cuando el prurito es muy intenso puede acompañarse de una hiperpigmentación y un engrosamiento de la piel debido a las escoriaciones repetidas por la acción del rascado. Probablemente también pueda contribuir a las mismas una deficiencia de vitamina A. En las colestasis crónicas de larga evolución pueden detectarse xantomas y xantelasmas. En estos casos también puede existir esteatorrea, con heces pastosas y con aumento de su brillo habitual. La esteatorrea puede llegar a ser muy intensa, si además existe un bajo aporte de enzimas pancreáticas al intestino, debido a la obstrucción del Wirsung, o en los casos en los que se asocia una insuficiencia pancreática. Los pacientes con colestasis crónica pueden tener síntomas de desnutrición de intensidad variable y ciertas deficiencias vitamínicas. La falta de absorción de vitamina D y la de calcio debido a la esteatorrea es uno de los factores responsables de la existencia de una osteodistrofia. Menos frecuentemente el paciente manifiesta una hemeralopia o alteraciones cutáneas secundarías al déficit de absorción de vitamina A. Puede existir una diátesis hemorrágica caracterizada por una deficiente síntesis de factores de coagulación en el hígado debida 133 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 134 de 168 a la carencia de vitamina K. También se han descrito alteraciones neurológicas secundarias a una deficiencia de vitamina E. El método clínico (anamnesis y exploración) sigue siendo muy importante en el diagnóstico de las colestasis porque sugiere siempre, asegura algunas veces y orienta sobre la causa intrahepática o extrahepática. También puede orientar sobre la etiología benigna o maligna del síndrome colestásico. La asociación de dolor agudo en hipocondrio derecho o epigastrio sugiere la obstrucción del colédoco por litiasis, más probable si hay antecedentes de cólicos biliares. Si hay una disminución o desaparición de la ictericia coincidente con una hemorragia digestiva debe sospecharse un tumor de la ampolla de Vater. La anorexia con adelgazamiento, insomnio y síntomas depresivos hace pensar en colestasis por un tumor pancreático. La asociación de urticaria e ictericia, con prurito o sin él, orienta al diagnóstico de quiste hidatídico comunicado con la vía biliar, sobre todo en áreas endémicas. El uso de fármacos, en particular neurolépticos y hormonas, sugiere una probable hepatitis tóxica colestásica (tabla 3). La historIa de hepatopatía prolongada (hepatitis crónica vírica, cirrosis hepática vírica o alcohólica), en cuya evolución aparece ictericia asociada a hepatomegalia, sugiere el diagnóstico de hepatocarcinoma. Los antecedentes de transfusión o pinchazos accidentales obligan a considerar la etiología vírica, lo mismo que el contacto sexual con pacientes afectos de hepatitis. En caso de cirugía previa abdominal o de las vías biliares es obligado excluir la colestasis extrahepática por estenosis u otras alteraciones posquirúrgicas del árbol biliar. La exploración física puede revelar algunos signos específicos como la palpación de una vesícula distendida, perceptible como tumoración a veces dura (signo de Courvoisier). La presencia de arañas vasculares y de esplenomegalia es indicio de cirrosis con hipertensión portal. Determinaciones analíticas Las principales determinaciones analíticas que tienen interés para el diagnóstico de la existencia y de la etiología de la colestasis se indican en la tabla 4. En cualquier tipo de colestasis se producen alteraciones biológicas que reflejan el aumento en el plasma de aquellos productos que normalmente son eliminados por 134 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 135 de 168 la bilis. Hay un incremento de los niveles de fosfatasa alcalina y de gammaglutamil transpeptidasa (GGT). Las transaminasas están generalmente poco elevadas cuando se trata de una colestasis pura. Sin embargo, en casos de hepatitis tóxica o hepatitis vírica puede haber un aumento importante de las transaminasas, ya que la colestasis se asocia a una necrosis celular más o menos intensa. En la obstrucción aguda y transitoria del colédoco por un cálculo puede haber un aumento importante de las transaminasas, y puede confundirse con un cuadro citolítico. 135 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 136 de 168 1. Elevación de FA (Fig. 2). La FA se produce principalmente en tejido hepático y huesos, pero también es secretada en situaciones especiales, como por ejemplo en la gestación, derivada de la placenta, sobre todo a partir del tercer trimestre de embarazo. También en individuos con grupos sanguíneos O y B pueden presentar elevaciones de la FA tras presentar una ingesta rica en grasas, incluso existen descritos casos en determinadas familias de elevaciones benignas, debido principalmente a la FA intestinal. Por otra parte la FA sufre variaciones según la edad del paciente, encontrándose niveles elevados en adolescentes, debido al rápido crecimiento y al elevado metabolismo óseo,y a partir de los 40-65 años, sobre todo en mujeres. Debido a todo esto, ante un paciente con niveles elevados de FA, la primera evaluación a realizar será la 136 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 137 de 168 137 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 138 de 168 determinación del origen de la FA, hepática u ósea. El método más sensible y específico es la separación del isoenzima mediante electroforesis en gel de poliacrilamida, si bien este método no suele estar disponible en la práctica clínica diaria. La determinación conjunta de otras enzimas hepáticas, como la 5´-nuleotidasa, o más frecuentemente la gamma-glutaril transpeptidasa (GGT), son mediciones más fáciles y nos van a permitir confirmar o no el origen hepático de la FA (14,15). Normalmente la elevación de la FA, y consecuentemente de otras enzimas, como la GGT, nos va a hacer sospechar la presencia de un cuadro colestásico, es frecuente la presencia conjunta de elevación de enzimas de colestasis e hiperbilirrubinemia. Como discutiremos más adelante, existen ciertos procesos que provocaran una elevación de la bilirrubina sérica sin alteraciones en las enzimas de colestasis. Ante una elevación leve de la FA en un paciente asintomá- tico, la actitud más costo-efectiva es la observación del paciente (14,15). Pero ante una elevación mayor o persistente de la FA, el primer paso será distinguir si esta se debe a una obstrucción al flujo biliar (colestasis extrahepática), lo que nos debe hacer sospechar en la existencia de una obstrucción biliar (de causa benigna (litiasis) o maligna (colangiocarcinoma, ampuloma, cáncer de páncreas , etc.), o bien a una alteración funcional en la producción de bilis (colestasis intrahepática), como la cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante primaria, fármacos, etc. Para ello, la primera prueba diagnóstica a realizar suele ser la Ecografía abdominal. Siendo esta una prueba barata, de fácil acceso y exenta de efectos secundarios, se ha convertido en la primera prueba a realizar para confirmar o descartar la existencia de obstrucción biliar. Entre las pruebas analíticas la determinación de anticuerpos antimitocondriales (AMA), nos permitirá sospechar la presencia de una CBP, que se podría confirmar con la realización de una biopsia hepática. En aque- llos pacientes que se confirme la existencia de una obstruc- ción biliar, la prueba de elección será la colangiopancreato- grafía retrógrada endoscópica (CPRE), que nos va a permitir diagnosticar la causa de obstrucción, tomar muestras y even- tualmente solventar la causa de la obstrucción, bien mediante la extracción de cálculos, bien mediante la colocación de una prótesis biliar. En aquellos pacientes con elevaciones importantes de la FA (mayor del 50% del valor máximo de la normalidad), en los que la evaluación inicial no nos permite encontrar la causa de la elevación enzimática, se puede plantear como segunda opción la realización de técnicas de imagen, especialmente la colangioresonancia magnética (Colangio-RM), la realización de una CPRE o de una biopsia hepática. En aquellos pacientes en los que la elevación de la FA es leve (menos del 50% del valor superior de la normalidad), la observación antes de rea- lizar más pruebas diagnósticas sería la mejor pauta de actuación(16). 2. Alteraciones en la Gamma-glutamil transpeptidasa (GGT): La GGT se encuentra en hepatocitos y en células del epitelio biliar, siendo una enzima muy sensible para detectar patología hepatobiliar, sin embargo es muy poco específica. Como se ha mencionado anteriormente, una de las situaciones más frecuentes de la elevación de la GGT es el consumo cró- nico y elevado de alcohol. De manera que la encontramos elevada en muchos otros procesos como enfermedades pancreáti- cas, infarto de miocardio, insuficiencia renal, EPOC, etc. Por lo tanto la GGT nos va a servir, principalmente, para evaluar la elevación de otras enzimas hepáticas, como por ejemplo la FA (17). COLESTASIS EXTRAHEPÁTICA La coledocolitiasis es la causa más frecuente de colestasis extrahepática, se puede presentar como un cuadro leve, con dolor en hipocondrio izquierdo, ictericia y elevación de transaminasas leve, hasta como un cuadro séptico. La CPRE es la técnica de elección, ya que como se ha dicho anteriormente nos va a permitir diagnosticar y tratar la causa de la obstrucción. Las causas neoplásicas incluyen al páncreas, vía biliar, vesícula, ampolla de Vater o la presencia de adenopatías en el hilio hepático. La realización de una prueba de imagen como la TC, nos va a permitir además de diagnosticar la neoplasia, realizar un estudio de extensión de la misma. La colangitis esclerosante primaria (CEP) se manifiesta con múltiples estenosis del árbol biliar, siendo la CPRE de nuevo la técnica de elección, ya que nos va a permitir identificar, si fuera posible, aquellas estenosis susceptibles de colocación de una prótesis. En la infección por el VIH, se puede producir una colangiopatía, generalmente por infección en la vía biliar por el CMV o el cryptosporidium, presentado un cuadro similar a la CEP, con niveles de FA elevados (800 U/L) y niveles normales o ligeramente elevados de bilirrubina. COLANGITIS ESCLEROSANTE PRIMARIA La colangitis esclerosante primaria (CEP) es una enfermedad colestásica crónica caracterizada por inflamación difusa, fibrosis y estenosis de los conductos biliares intra y extrahepáticos (1). Evoluciona de forma lenta y progresiva hasta desarrollar cirrosis biliar, hipertensión portal e insuficiencia hepatocelular, principal causa de muerte en estos pacientes. Afecta principalmente a varones (2) (7/3) entre la cuarta y quinta década de vida aunque también puede presentarse en la infancia o la vejez. Es una enfermedad rara que en España afecta a 2-2,5/106 hab. Se asocia con frecuencia a colitis ulcerosa (CU) y la evolución de 138 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 139 de 168 ambas enfermedades es independiente. Etiopatogenia: La causa de la enfermedad continúa siendo desconocida (1); y probablemente intervienen en su desarrollo factores genéticos, autoinmunes, infecciosos e isquémicos. Se ha sugerido que la CEP es una enfermedad autoinmune (3) y se han descrito múltiples anormalidades humorales y celulares. Se ha observado que esta patología se desarrolla en personas genéticamente predispuestas y se conoce su asociación con antígenos del sistema mayor de histocompatibilidad (HLA A1 B8 DR3 DRw52a) (4). Entre los factores adquiridos se cree que están implicados agentes tóxicos (acumulación excesiva de cobre, ácidos biliares tóxicos) e infecciosos (E. coli, CMV, Cryptosporidium). Diagnóstico: Se basa en criterios clínicos, bioquímicos, histológicos y de imagen. Criterios clínicos: La mayor parte de los pacientes se diagnostican de forma casual, en fases asintomáticas. Cuando están presentes, los síntomas más frecuentes (2) son prurito y astenia asociados a un patrón colestásico. En casos agudos puede aparecer ictericia, fiebre y dolor abdominal y en fases avanzadas esteatorrea, pérdida de peso, alteraciones en la coagulación o litiasis biliar. Criterios bioquímicos: Es característica la elevación de enzimas hepáticas colestásicas: gamma-glutamiltranspeptidasa (GGT) y fosfatasa alcalina (ALP) más de 3 veces su valor normal en el 85% de los casos reflejando dificultad en la eliminación de la bilis. A veces se observa un aumento moderado de las transaminasas, no más de 2-3 veces su rango de normalidad y elevación de cobre urinario con ceruloplasmina baja. Entre las posibles alteraciones inmunológicas destaca: incremento policlonal de inmunoglobulinas (30%), niveles elevados de IgM (50%) y de los fragmentos del complemento C3 y C4 que indican activación. No se ha definido hasta el momento ningún autoanticuerpo marcador específico pero en el 60-90% de los pacientes con CEP están presentes anticuerpos frente al citoplasma de neutrófilos (ANCA) (3) (Tabla 1) (no se conoce el antígeno diana pero seguramente los anticuerpos estén dirigidos frente a una proteína de envoltura nuclear). Se determinan por inmunofluorescencia indirecta (IFI) sobre portas de neutrófilos fijados con etanol, presentando un patrón perinuclear que desaparece en portas tratados con formalina (p-ANCA atípico) y tienen importancia porque no están presentes en la cirrosis biliar primaria con la que puede haber dificultades en el diagnóstico diferencial de colestasia. Otros anticuerpos que pueden estar presentes son: antinucleares (ANA) (6-35%) y antimúsculo liso (SMA) (11%), el método convencional para detectar ambos anticuerpos es IFI en triple tejido (hígado, riñón, estómago) o células Hep-2, aunque también están disponibles ensayos moleculares para ANA (enzimoinmunoensayo, inmunoblotting) y SMA (enzimoinmunoensayo); con menor frecuencia pueden aparecer anti-cardiolipinas y factor reumatoide. Criterios histológicos: El hallazgo más específico es la intensa fibrosis del árbol biliar que afecta inicialmente a los espacios porta y luego al resto del parénquima hepático. No son diagnósticos pero sí de gran ayuda en el estadificación de la enfermedad. Criterios de imagen: La técnica de elección es la colangio-pancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) que pone de manifiesto la existencia de dilataciones y estenosis multifocales difusas en el árbol biliar. Tratamiento: No existe un tratamiento eficaz para la CEP. El fármaco más específico es el ácido ursodesoxicólico (AUDC) (3,4) que trata de minimizar los síntomas y complicaciones y enlentecer la progresión de la enfermedad. En situaciones específicas se puede contemplar la posibilidad de cirugía reconstructiva de la vía biliar o trasplante hepático (3). Pronóstico y seguimiento: Se trata de una enfermedad progresiva con elevada morbi-mortalidad (1) que presenta complicaciones relacionadas con estasis biliar y alteración hepática que aparecen en los primeros 510 años tras el diagnóstico (colangitis, colecistitis, colelitiasis, osteopenia, colangiocarcinoma y otras neoplasias). La hiperbilirrubinemia (50-60%), hipoalbuminemia y alteración de la coagulación (niveles elevados de INR) reflejan progresión y mal pronóstico de la enfermedad. Los niveles de cobre sérico son anormales en la mayoría de los pacientes pero no tienen significado pronóstico. Tampoco existe correlación entre los niveles de ANCA y la actividad o el pronóstico de la enfermedad. La media de supervivencia es distinta según se trate de pacientes sintomáticos (7-9 años) o asintomáticos (10-15) en el momento del diagnóstico. COLANGITIS AGUDA La colangitis aguda es una infección del sistema de conductos biliares por el que transita la bilis desde el hígado a la vesícula y posteriormente al duodeno. Puede presentarse de forma leve manifestándose como cuadro febril sin afectación sistémica o de forma grave con hipotensión, fracaso renal y síntomas neurológicos. Se presenta con mayor frecuencia en el sexo femenino, después de los 50 y en casos de antecedentes de cálculo/barro biliar. Etiopatogenia: La principal causa de colangitis es la obstrucción en alguna parte del sistema de conductos biliares debido a cálculos (coledocolitiasis) aunque puede deberse a estenosis, bacteriemia, hidatidosis, 139 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 140 de 168 manipulaciones instrumentales de tumores o inflamación pancreática que finalmente ocasiona estasis biliar e infecciones polimicrobianas. Los microorganismos más frecuentes son Escherichia coli, Proteus Klebsiella y Enterococcus; otros también presentes son Pseudomona, Enterobacter, Bacteroides fragilis y Clostridium. Diagnóstico: El diagnóstico es frecuentemente clínico pero el laboratorio y la confirmación por imagen, son importantes. Criterios clínicos: Se sospechará colangitis en aquellos pacientes en los que confluyen síntomas y signos de obstrucción biliar e infección. Es característica la triada de Charcot: dolor cólico en hipocondrio derecho, fiebre elevada con escalofríos e ictericia (11). Si a estos síntomas se añade shock y confusión mental, se trata de una situación grave denominada Pentada de Reynolds (Tabla 2). Criterios bioquímicos: Leucocitosis con desviación a la izquierda presente en el 80% de los casos (hasta 20000/mm3 en las formas más graves debido a la infección), el resto puede tener un recuento leucocitario normal con formas en banda como único hallazgo. Las pruebas de hemostasia y coagulación pueden estar alteradas. Niveles levemente elevados de enzimas hepatocelulares e incremento de enzimas colestásicas (GGT y ALP) y de bilirrubina (>2mg/dL) a expensas de la fracción directa, en el 80% de los casos. Incrementos de amilasa sérica (30%) y hemocultivos positivos (40%), en especial durante los escalofríos o los picos febriles, con al menos dos microorganismos en la mitad de los pacientes (aerobios Gram-negativos y algunos anaerobios). Criterios de imagen: La ecografía abdominal es la técnica de imagen de elección, útil para diagnosticar dilatación de la vía biliar y sus complicaciones como el absceso hepático. En coledocolitiasis de menor tamaño se emplea la tomografía axial computerizada (TAC) abdominal por ser más sensible. Tratamiento: Las formas leves responden a medidas generales de hidratación, dieta absoluta, analgesia, antitermia y antibioterapia de amplio espectro. En las formas más graves (shock, hipotensión, fiebre elevada) será necesario además descompresión de la vía biliar (drenaje biliar)(11) Pronóstico y seguimiento: La colangitis es una entidad rápidamente letal, lo que hace que un diagnóstico y tratamiento rápidos sean imprescindibles. Las formas leves son generalmente de buen pronóstico, ceden bajo tratamiento médico general o de forma espontánea. Las más graves con afectación sistémica pueden complicarse con peritonitis, sepsis, shock, fallo multiorgánico y la muerte, estos pacientes que no responden al tratamiento conservador presentan tasas de mortalidad próximas al 100%. COLESTASIS INTRAHEPÁTICA Diversas enfermedades se pueden presentar con ictericia y un patrón predominantemente colestásico. Las hepatitis virales por VHB y VHC pueden producir un cuadro de hepatitis colestásica, llamada hepatitis 140 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 141 de 168 colestásica fibrosante. También en infecciones por otros virus como el VHA, CMV o Epstein- Barr pueden presentar un cuadro similar. Múltiples fármacos pueden producir alteraciones colestásicas, los que más comúnmente las producen son los anabolizantes y los anticonceptivos orales. También se han asociado al uso de clorpromacina, cimetidina, eritromicina, trimetropin- sulfametoxazol y derivados de la penicilina. La CBP aparece con más frecuencia en mujeres de mediana edad, produciendo una destrucción progresiva de los conductos biliares interlobares. Se encuentra positividad para AMA en un 95% de los pacientes. La CEP se caracteriza por destrucción y fibrosis de los conductos biliares principales, presentando hasta en el 65% afectación de los conductos intrahepáticos. El diagnóstico se realiza mediante CPRE, siendo frecuente su asociación a enfermedad inflamatoria intestinal (EII), sobre todo Colitis ulcerosa (CU). Otras causas más raras incluyen el síndrome del conducto biliar evanescente, la colestasis familiar benigna recurrente, colestasis asociada a la gestación, nutrición parenteral, en sepsis de origen no biliar y síndromes paraneoplásicos. COLECISTITIS AGUDA La colecistitis aguda (CA) consiste en la inflamación de la pared de la vesícula biliar. Puede ser de carácter leve e involucionar espontáneamente o evolucionar a necrosis (agresión química, inflamación, edema y compromiso vascular) con perforación y peritonitis biliar. Es más frecuente durante la edad adulta y en mujeres. Entre los factores de riesgo se incluye presencia de enfermedad vascular, infección por HIV, diabetes mellitus, sobrepeso u obesidad, IRA, inmunosupresión, ayuno prolongado y nutrición parenteral total aunque también se han descrito casos de colecistitis en pacientes sin factores de riesgo identificables (9). La CA se puede clasificar en litiásica (90%), secundaria a la obstrucción del conducto cístico por un cálculo o alitiásica (10%), de origen mecánico, químico, vascular, infeccioso o tumoral. Diagnóstico: El diagnóstico se basa en criterios clínicos, bioquímicos y de imagen. Criterios clínicos Colecistitis litiásica: la primera manifestación es dolor cólico abdominal agudo en hipocondrio derecho que puede irradiarse a espalda y escápula del mismo lado. Aparecen náuseas, vómitos, intolerancia oral y signo de Murphy positivo (incremento del dolor al palpar hipocondrio derecho mientras el paciente respira profundamente) (Tabla2); posteriormente el dolor se hace constante y puede aparecer fiebre. Colecistitis alitiásica: tiene una presentación clínica variable e insidiosa (10) y el curso de la enfermedad es más complicado. La pirexia puede ser el único síntoma y no aparece dolor en hipocondrio derecho en el 75% de los casos. Criterios Bioquímicos Leucocitosis con desviación a la izquierda, indicador de proceso inflamatorio o séptico agudo. Incremento de la velocidad de sedimentación glomerular y proteína C reactiva. Ligeros aumentos de transaminasas. La ALP se eleva muy precozmente en las obstrucciones del árbol biliar, adquiere especificidad de ictericia obstructiva cuando su aumento llega al triple de su valor máximo normal, incremento de GGT (más específica que la ALP), bilirrubina y amilasa. Un nivel significativamente elevado de bilirrubina (>4mg/dL), precedida o acompañada por coluria, podría ser indicativo de compresión del colédoco o Síndrome de Mirizzi y de amilasa > 1000 U/L sugerente de coledocolitiasis o pancreatitis concomitante. En los hemocultivos los microorganismos más comunes son: E. Coli, Klebsiella pneumoniae, enterococo faecalis y enterobacter spp. En los casos más graves pueden encontrarse también anaerobios, tales como el Clostridium perfringens, bacteroides fragilis o pseudomonas Criterios de imagen La ecografía abdominal es la técnica de elección, es segura, rápida y con buena especificidad (80-90%). Ningún dato ecográfico es específico pero en el contexto clínico descrito, sí es sugerente de colecistitis. Si no fuera concluyente se realizaría una gammagrafía con 99mTc (S y E > 90%). Tratamiento: La colecistitis aguda requiere hospitalización y reposo en cama. Inicialmente se instaurarán medidas generales: ayuno absoluto, hidratación (valorando los electrolitos), analgesia y antibioterapia y posteriormente colecistectomía. Pronóstico y seguimiento: Generalmente la CA se resuelve en 7–10 días y las complicaciones son poco frecuentes. En el 5% de las colecistitis agudas ocurren complicaciones debido a perforaciones, pancreatitis, abscesos, fístulas, gangrena, empiema, colangitis. La colecistitis aguda acalculosa presenta cuadros más graves con frecuentes complicaciones y elevada morbi/mortalidad (10), en parte debida a la gravedad de la enfermedad de base. La mala evolución clínica y a nivel de laboratorio, la persistencia de leucocitosis con desviación a la izquierda (>20000mm3) y el incremento de reactantes de fase aguda, pueden hacernos sospechar colecistitis purulenta, gangrena, perforación o colangitis. 141 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 142 de 168 CÁNCER VESICULA BILIAR El cáncer vesícula biliar (CVB) es un cáncer poco común, difícil de detectar por su situación anatómica y asociado a alta mortalidad y mal pronóstico (12). Se puede clasificar en infiltrantes, papilares o nodulares en función de la forma de crecimiento y son tumores que tienden a la invasión locorregional siendo el hígado el órgano más afectado. La edad de presentación oscila entre los 65–75 años y es más frecuente en mujeres. Etiopatogenia: Se han estudiado diversos factores de riesgo y aunque no se ha podido demostrar una relación causa-efecto absoluta, se ha observado que el CVB está estrechamente relacionado con la presencia de cálculos biliares (13), obesidad, infección o inflamación crónica de la vesícula por anomalías de la vía biliar, agentes carcinógenos o parasitosis. Diagnóstico: Se basa en criterios clínicos, bioquímicos, de imagen e histológicos. Criterios clínicos: Los síntomas son poco específicos, difíciles de diferenciar de otras enfermedades de la vesícula y a veces no están presentes en etapas tempranas. Los más frecuentes son anorexia, pérdida de peso y dolor visceral, profundo y sin exacerbaciones en hipocondrio derecho. Criterios bioquímicos: En función del estadio del tumor, el perfil hepático puede ser normal, presentar alteración de las enzimas hepatocelulares (hasta 100 veces en algunos casos), de las enzimas colestásicas (hasta 6 veces su valor normal) e hiperbilirrubinemia leve o severa con ictericia, coluria y acolia. En enfermedad avanzada es característico el incremento de ALP, bilirrubina, anemia y leucocitosis. Los antígenos séricos carcinoembrionario (CEA) y CA 19-9 (12) pueden ser de utilidad en el cribado potencial de pacientes con CVB, aunque no son específicos y suelen presentarse elevados cuando el cáncer se encuentra en una etapa avanzada. Criterios de imagen: La ecografía abdominal es el método diagnóstico inicial y permite observar dilatación y presencia de una masa en el lecho vesicular. El TAC detecta anomalías de la vía biliar con una mayor sensibilidad. Otras técnicas disponibles son la RMN, ecografía-doppler, ultrasonografía endoscópica (13) y TAC helicoidal. Criterios histológicos: La anatomía patológica es de suma importancia por no presentar clínica, ni marcadores bioquímicos definitivos. Su hallazgo suele ser 574 incidental, en la mayoría de los casos durante el estudio de biopsias de colecistectomía o en neoplasias avanzadas donde ya hay un diagnóstico presuntivo pre o intraoperatorio. Tratamiento: El tratamiento va a depender del estadio del tumor. En estadios muy tempranos sin afectación ganglionar se puede considerar la colecistectomía simple y si ya existe infiltración de la capa muscular la colecistectomía radical extendida (12). La resección quirúrgica radical es el único tratamiento que consigue una tasa de supervivencia algo mayor. La quimioterapia y la radioterapia no son eficaces en estados avanzados. Pronóstico y seguimiento: El pronóstico depende del estadio y del tipo histológico. Debido al retraso en el diagnóstico, estos tumores son detectados en fases avanzadas, el curso de la enfermedad es muy rápido y la tasa de curación no muy alta (10%). La presencia de ictericia es un signo de mal pronóstico e indicativo de infiltración de vía biliar y se refleja bioquímicamente en la persistencia de un patrón colestásico. Los marcadores CEA y CA 19-9(12), aunque no son específicos, pueden ser de utilidad en el seguimiento de estos pacientes. Se buscan nuevos marcadores, más sensibles y específicos que faciliten su detección en etapas tempranas La sobreexpresión del factor de crecimiento de tejido conectivo (CTFG) en el cáncer de vesícula en comparación con la vesícula normal se asocia a buen pronóstico. Se han realizado estudios de mutaciones en pacientes afectos de CVB y se han encontrado anormalidades en K-ras (40-60%), P53 (3090%), sobreexpresión en c-erbB2 y disminución de la expresión en nm23. Actualmente, continúan realizándose estudios en esta línea. CÁNCER DE VÍAS BILIARES Los tumores benignos de vías biliares son poco frecuentes y tienen poca relevancia clínica. Los malignos son infrecuentes y pueden localizarse (14) en la vía biliar principal a tres niveles: conducto hepático comúnconducto cístico, colédoco-conducto pancreático, colédoco intrapancreático. Otras veces se originan en la ampolla de Vater, en la cabeza del páncreas o en el hígado e infiltran la vía biliar. Etiopatogenia: El principal factor causal es la litiasis; se han identificado otros factores predisponentes como colangitis esclerosante, colitis ulcerosa, fibrosis hepática y enfermedad poliquística hepática. Diagnóstico: Se basa en criterios clínicos, bioquímicos, de imagen e histológicos (14). Criterios clínicos: El paciente experimenta síndrome constitucional con deterioro progresivo del estado nutricional, metabólico y renal. Signos de colestasis, falta de apetito, pérdida de peso y agravamiento del estado general. 142 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 143 de 168 Criterios bioquímicos: En estadios iniciales puede presentarse un perfil hepático normal. Enfermedad más avanzada se refleja mediante alteración del perfil hepático colestásico: transaminasas, ALP, GGT, bilirrubina, factores de la coagulación y anemia. Criterios histológicos: Para el diagnóstico seguro será necesaria una biopsia del tejido confirmando células neoplásicas. Criterios de imagen: El estudio de imagen se inicia con la ecografía. Para conocer el estado general del árbol biliar y la posible extensión tumoral se emplean la colangiografía por resonancia magnética (CRM) y la ultrasonografía endoscópica porque han demostrado alta sensibilidad y especificidad en el diagnóstico y estadiaje de esta patología. Tratamiento: El tratamiento depende del estadio evolutivo y las condiciones del paciente puede ser quirúrgico planteándose la resección (15) del tumor, de los conductos biliares extrahepáticos, ganglios y de toda la región hiliar con posterior reconstrucción de la zona o cirugía paliativa con la realización de un bypass biliodigestivo. Pronóstico y seguimiento: Al igual que en el CVB, el diagnóstico suele ser tardío; esto influye negativamente en la curación y en algunos tipos de tumores, la tasa de supervivencia a los 5 años no supera el 20%. Para detectar el tumor en sus primeras etapas, hay grupos de trabajo centrados en la investigación de proteínas y genes que son anormalmente expresados en el tracto biliar cuando hay cáncer; se estudian entre otros, nuevas metodologías para mutaciones del gen KRAS2 (16) y la presencia de la proteína MAC2BP en bilis (17). HIPERBILIRRUBINEMIA AISLADA El primer paso para evaluar a un paciente con hiperbilirrubinemia es fraccionar esta, determinando el predominio de la forma conjugada o el de la no conjugada . HIPERBILIRRUBINEMIA NO CONJUGADA Las enfermedades que producen un aumento de la bilirrubina indirecta se dividen en aquellas relacionadas con una producción excesiva de bilirribuna (como situaciones de hemólisis o eritropoyesis ineficaz) y alteraciones en la conjugación de la bilirrubina (como el síndrome de Gilbert o de Crigler-Najjar). Los estados hemolíticos se diagnostican fácilmente con un frotis sanguíneo, un recuento de reticulocitos o mediante los niveles de haptoglobina. Pueden deberse tanto a patologías hereditarias como adquiridas, y la bilirrubina raramente execede de 5 mg/dL. En el caso de detectar niveles superiores habría que sospechar una alteración hepática o renal coexistente al estado hemolítico. Alteración en la captación o conjugación hepática: Para diagnosticar estas patologías es conveniente haber descartado primero la existencia de hemólisis. La captación de bilirrubina por los hepatocitos se puede ver alterada por la toma de fármacos (como la rifampicina y el probenecid), y más frecuentemente por el síndrome de Gilbert. Mucho menos común es la presencia de otros síndromes como el de Crigler-Najjar. El síndrome de Gilbert afecta del 3 al 7% de la población, con predominio de los varones. Se debe a una alteración en la enzima UDP glucoronil transferasa, presentando niveles bajos de bilirrubina (normalmente menos de 6 mg/dL). Los niveles de bilirrubina suelen fluctuar, aumentando en situaciones de estrés, como el ayuno prolongado o con enfermedades intercurrentes. La presencia de una hiperbilirrubinemia no conjugada en un adulto sano en ausencia de hemólisis es suficiente para el diagnóstico (18). El síndrome de Crigler-Najjar se divide en tipo I y II, según la actividad de la enzima UDP glucuronil transferasa, encontrándose disminuida en el tipo II, y siendo prácticamente nula en el tipo I. El tipo I se presenta principalmente en neonatos, con una hiperbilirrubinemia severa y kernicterus, que provocan la muerte en poco tiempo. El tipo II es algo más común, llegando los pacientes a la edad adulta. En estos pacientes es posible inducir la actividad de la enzima mediante la administración de fenobarbital a estos pacientes, disminuyendo así la hiperbilirrubinemia. HIPERBILIRRUBINEMIA CONJUGADA La presencia de hiperbilirrubinemia conjugada aislada, sin alteración en otras enzimas hepáticas es una situación muy rara en la práctica clínica diaria. Se encuentra fundamental- mente en dos síndromes genéticos, el síndrome de Rotor y el de Dubin-Johnson. En ambos casos presentan una ictericiaindolora en la edad adulta. En el primero parece que hay una alteración en el almacenamiento hepático de bilirrubina, mientras que en el segundo parece deberse a una alteración en la excreción de bilirrubina en los conductos biliares. La distinción entre ambos síndromes, aunque es posible, es innecesaria debido a su evolución benigna 143 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 144 de 168 La positividad del antígeno de superficie del virus de la hepatitis B, del anticuerpo frente al virus de la hepatitis C o de anticuerpos IgM frente al virus de la hepatitis A sugiere el diagnóstico de hepatitis vírica. En estos casos generalmente hay una citolisis notable, especialmente en las formas de hepatitis aguda colestásica. También tiene interés la determinación del tiempo de protrombina. Si persiste disminuido a pesar de la administración parenteral de vitamina K apoya el diagnóstico de insuficiencia hepatocelular. Los niveles elevados de alfa-1-fetoproteína indican casi con toda seguridad que la colestasis se debe a un carcinoma hepatocelular. Las determinaciones inmunológicas también tienen interés para establecer la etiología de la colestasis. En este sentido deben considerarse los anticuerpos antimitocondriales (AMA) M2, los anticuerpos antinucleares (ANA), especialmente si tienen un patrón anular alrededor del núcleo, y los anticuerpos anticitoplasma de los neutrófilos (ANCA). También tiene interés la determinación de las inmunoglobulinas, especialmente para el diagnóstico de la cirrosis biliar primaria (CBP) y de formas colestásicas de hepatitis autoinmune. 144 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 145 de 168 Algoritmo diagnóstico ante la ictericia obstructiva. CPRE: colangiopancreatografía retrógrada endoscópica; CTPH: colangiografía transparieto hepática; FA: fosfatasa alcalina; GGT: glutamiltransferasa. 6.-DETECCIÓN FIBROSIS HEPÁTICA La determinación del estadio de fibrosis afecta de forma crucial a la identificación de la progresión de la enfermedad hepática, a su pronóstico y a la toma de decisiones terapéuticas. La biopsia hepática ha sido el único método y el más útil para determinar el grado de fibrosis hepática, aunque presenta limitaciones bien conocidas, asociadas fundamentalmente a su invasividad. En los últimos años, se han desarrollado métodos alternativos no invasivos,que incluyen técnicas de imagen como la elastometría transitoria, y pruebas basadas en la determinación sérica de marcadores biológicos. Concepto: la fibrosis hepática consiste en el depósito de colágeno y otras proteínas en la matriz extracelular (MEC) del parénquima hepático. Se trata de un proceso reactivo puesto en marcha ante distintos tipos de agresión. El depósito genera una alteración de la arquitectura hepática cuya expresión más severa es la cirrosis, caracterizada por la formación de septos fibrosos y nódulos de regeneración estructuralmente 145 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 146 de 168 anormales. Prevalencia: en la población general, varía según la fuente consultada, situándose entre el 2,5 % y el 7,5 %. Está bien establecido que dicha prevalencia aumenta con la edad. Etiología: las causas más frecuentes son la enfermedad por hígado graso no alcohólico, la hepatopatía alcohólica, la hepatitis crónica por virus C, la hepatitis crónica por virus B y la cirrosis biliar primaría. Fibrogénesis hepática: ante un daño hepático agudo los hepatocitos se regeneran y sustituyen al tejido necrótico restableciendo la arquitectura hepática normal. El colágeno no fibrilar que se deposita en la matriz extracelular (MEC) constituye un sostén para dichos hepatocitos, contribuyendo a mantener la arquitectura hepática. Si la agresión se mantiene en el tiempo, disminuye la capacidad de regeneración de los hepatocitos y son sustituidos por distintas proteínas (colágeno fibrilar, fibronectina y glusosaminoglicanos) que se depositan de forma desorganizada en la MEC. Las células estrelladas hepáticas (HSC), juegan un papel central en el hígado fibrótico. En las hepatopatías crónicas, dichas células adquieren características (contractilidad, secreción de citocinas proinflamatorias y de proteínas de la MEC) que son propias de los miofibroblastos. Esta misma transformación puede presentarse en otros tipos celulares (fibroblastos portales, fibrocitos…). La contribución en mayor o menor medida de estos tipos celulares depende de las distintas etiologías de la fibrogenesis. Durante dicho proceso los hepatocitos dañados liberan especies reactivas de oxigeno (ROS) y otros mediadores que inducen el reclutamiento de células inflamatorias (linfocitos, polimorfonucleares) que van a activar a las células estrelladas hepáticas (HSC). A este proceso también contribuyen las células de Kupffer y los macrófagos liberando citosinas y ROS. La activación de las HSC depende de una serie de sustancias promotoras entre las que destacan diversos factores de crecimiento (TGF-β y PDGF), sustancias vasoactivas (trombina, angiotensina II, endotelina-1), citocinas (MCP-1) y adipocinas (leptina). De forma inversa, distintas citocinas (IFN-α, IGF, adiponectina) y sustancias vasodilatadoras (óxido nítrico, relaxina) actúan como inhibidores de dicha activación. El factor de crecimiento transformador beta (TGF-β) es el mediador más importante de la fibrogénesis. La unión del mismo a receptores de membrana de las HSC, activa distintas cascadas intracelulares que estimulan la expresión génica de proteínas de la matriz extracelular (MEC), en particular de los genes que codifican la síntesis de procolágeno I y III. A su vez las HSC activas, secretan grandes cantidades de inhibidores tisulares de las colagenasas, los cuales también favorecen el proceso de fibrogénesis. Según recientes publicaciones, este proceso es potencialmente reversible si se modifica la interacción entre MEC y HSC favoreciendo un aumento de actividad de las colagenasas, degradación de la matriz extracelular y apoptosis de dichas células. Por tanto, parece evidente que eliminando el agente causal se va a favorecer la regresión de la fibrosis hepática. El mecanismo que provoca dicha regresión y el grado en que se produce no se conoce con exactitud, aunque es limitado ya que los cambios que se producen en las fases más avanzadas de la fibrogénesis no son fácilmente reversibles. Clasificación: actualmente la escala más utilizada para el estadiaje de la fibrosis hepática es la METAVIR que distingue 5 estadios (F0 ausencia de fibrosis; F1 fibrosis portal; F2 fibrosis periportal; F3 septos de fibrosis; F4 cirrosis). 6.1 INTRODUCCIÓN La enfermedad hepática crónica es actualmente una causa principal de hospitalización y mortalidad en los pacientes que presentan coinfección por VIH y VHC o VHB, especialmente en aquellos con alto grado de inmunosupresión (1-3). En algunos países, hasta el 50% de los pacientes con VIH presentan coinfección por el VHC y aproximadamente entre el 5% y el 7% coinfección por el VHB (4,5). La fibrosis se produce como consecuencia de la excesiva respuesta curativa del hígado y se caracteriza por la acumulación anormal de matriz extracelular, fundamentalmente colágeno, lo que da lugar a la desorganización de la arquitectura normal del tejido hepático y, por consiguiente, a la pérdida de su función. La medición precisa del grado la fibrosis resulta necesaria para determinar la progresión de la enfermedad hepática, efectuar un pronóstico y tomar decisiones terapéuticas. Dichas mediciones son especialmente útiles en pacientes con infección concomitante por VIH/VHC, no solo porque la fibrosis progresa más rápidamente en pacientes con coinfección y porque la respuesta global a la terapia anti-VHC es más débil en esta población, sino también por las posibles interacciones entre los fármacos antiretrovirales y los fármacos anti VHC (6-9). La biopsia hepática es el método de referencia para determinar el grado de fibrosis hepática y ha sido recomendada extensamente para evaluar la necesidad de tratar a los pacientes con coinfección (5). No obstante, entre las limitaciones de la biopsia hepática se encuentran su naturaleza invasiva y sus posibles complicaciones, el tamaño inadecuado de la biopsia, la variabilidad de su lectura intra e interobservador, 146 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 147 de 168 la fragmentación tisular, el elevado coste, y la baja aceptación que presenta en la mayoría de los pacientes (10-12). Estas limitaciones han dado lugar al desarrollo de procedimientos no invasivos para determinar los diferentes estadios de fibrosis hepática. Estos procedimientos se dividen en dos categorías: los métodos de imagen como la elastometría transitoria (13) y las pruebas basadas en la determinación sérica de marcadores biológicos (14). Las posibles ventajas de estos métodos no invasivos incluyen que son mejor tolerados por los pacientes y más fáciles para los clínicos, pueden repetirse de forma periódica y son menos costosos. Sin embargo, estas nuevas técnicas diagnósticas no invasivas carecen de indicaciones claras para su utilización en el manejo clínico de los pacientes con coinfección por VIH y virus hepatotropos y requieren recomendaciones para optimizar su aplicación en diversos escenarios clínicos. La Fundación FIT es una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo principal es difundir entre las ONG´s que trabajan en el ámbito del VIH/SIDA, los avances médicos relacionados con el diagnóstico y el tratamiento antirretroviral y el de otras patologías relacionadas. Recientemente, la F. FIT organizó una reunión multidisciplinar, a la que asistieron especialistas con amplia experiencia en el tratamiento de los pacientes con coinfección por VIH/VHC/VHB (especialistas en HIV, hepatólogos, patólogos y representantes de la comunidad), con el principal objetivo de establecer recomendaciones que permitieran optimizar el uso clínico de nuevos métodos de diagnóstico y clasificación del grado de fibrosis hepática en pacientes coinfec- tados: VIH/VHC o VIH/VHB. El presente documento resume las conclusiones de la reunión. 6.2 IMPORTANCIA DE LA DETERMINACIÓN DE LOS ESTADIOS DE LA FIBROSIS HEPÁTICA En los pacientes que padecen tanto infección por VHC como coinfección por VIH, conocer el estadiio de la fibrosis hepática ayuda a: - Establecer el grado de progresión de la enfermedad hepática y también permite: - Efectuar un control más dirigido de la enfermedad hepática por medio, tanto de la fibrogastroscopia periódica para la detección de várices gastroesofágicas, como de procedimientos de imagen para el cribado del carcinoma hepatocelular en pacientes con cirrosis. - Determinar la urgencia para iniciar el tratamiento de la hepatitis C, predecir la respuesta terapéutica, y, en pacientes con fibrosis hepática leve o avanzada, la clasificación también proporciona información longitudinal. - Como resultado de la mayor prevalencia de hepatotoxicidad grave en pacientes con fibrosis hepática avanzada, la clasificación de la fibrosis en pacientes con infección VIH/VHC concomitante ayuda también a seleccionar la terapia antirretroviral. La utilidad de determinar los estadios de la fibrosis hepática ha sido cuestionada a la hora de decidir la urgencia para iniciar el tratamiento con peginterferón y rivabirina, debido al desarrollo de nuevos fármacos para el VHC como los inhibidores de la polimerasa o los inhibido- res de la proteasa del VHC. Aunque estos nuevos fármacos inhiben la replicación del VHC, no han sido estudiados aún en pacientes con coinfección por VIH y se desconocen sus interacciones con los antirretrovirales. En resumen, la clasificación de la fibrosis hepática se considera de importancia fundamental. El estadio de la fibrosis proporciona al médico información importante para tomar decisiones terapéuticas junto con otros aspectos en el manejo de la enfermedad. Conocer el grado de fibrosis hepática constituye el mejor factor de predicción pronóstico de enfermedad hepática, así como un criterio útil para determinar la idoneidad de la indicación de la terapia antivírica. 6.3 DIAGNÓSTICO 6.3.1 BIOPSIA HEPÁTICA La biopsia hepática es un procedimiento quirúrgico que consiste en obtener un pequeño frag- mento de tejido hepático para ser analizado por un histopatólogo. La biopsia hepática ha sido considerada el 147 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 148 de 168 método de referencia para determinar la gravedad de las lesiones hepáticas ocasionadas por el VHC o el VHB. No obstante, es una técnica invasiva que posee contraindicaciones y limitaciones bien establecidas (15). Los efectos adversos más frecuentes de la biopsia hepática son: dolor en el 30% (20% modera- do, y dolor intenso que requiere opiáceos o analgésicos intravenosos en el 3%) y síndrome vasovagal en el 2%. Otros efectos adversos más infrecuentes incluyen complicaciones graves como hemoperitoneo, neumotórax, peritonitis biliar y punción de víscera hueca en el 0,57%. Más del 90% de dichas complicaciones aparecen a las 2 a 24 horas. Aunque la mortalidad está disminuyendo, no es despreciable, puesto que tiene lugar en 1 de 10.000 a 12.000 procedimientos (16). Aparte de medir la fibrosis, la biopsia hepática es el único método que proporciona información de la actividad necrótica e inflamatoria así como de la esteatosis (hígado graso). Además, la biopsia también es el único método que puede identificar causas concomitantes de enfermedad hepática. La utilidad de determinar el grado de inflamación y necrosis se basa en la correlación con la progresión de la fibrosis, como lo determinan las unidades de fibrosis por año. Si la biopsia hepática muestra necro-inflamación leve, entonces la progresión de la fibrosis en los 5 años siguientes será baja (17). Aunque la biopsia hepática inconvenientes principales son: proporciona una medición directa de la fibrosis hepática, sus - Los errores en la toma de la muestra: varios estudios demuestran la variabilidad de los resultados en función del tamaño de la muestra (cono) que se toma en la biopsia (12, 18) - La variabilidad inter e intraobservador: algunos estudios han mostrado diferencias significativas en la lectura de las biopsias hepáticas realizadas por patólogos independientes. En conclusión, la biopsia hepática es el método de elección para el diagnóstico de la fibrosis hepática y para comparar la efectividad diagnóstica de los métodos no invasivos. Las desventajas principales de la biopsia hepática son su morbilidad asociada y su baja aceptación por parte de los pacientes. Aunque la biopsia hepática puede proporcionar información histológica adicional, estos hallazgos generalmente tienen poco impacto en el manejo clínico de los pacientes. 6.3.2 Técnicas de imagen Ultrasonografía y Elastografía: la utilidad de la ecografía convencional es muy limitada. La eco-Doppler correlaciona la velocidad de flujo en los vasos hepáticos con el grado de fibrosis. La elastografía de transición (ET) o “elastografía por pulso unidimensional” (Fibroscan) ® mide el grado de rigidez o elasticidad de un tejido. El resultado se expresa en kilopascal (kPa). El parénquima hepático evaluado es 100 veces superior que la biopsia. Es una técnica no invasiva, rápida y sencilla. Es menos eficaz en pacientes obesos, con ascitis y con espacios intercostales estrechos. Posee relativa escasa capacidad para discriminar entre F1 y F2-F3 Análisis óptico de imágenes de tomografía computarizada (Fibro-Tac): software que aplicando imágenes de tomografía computarizada de hígado, sin contraste, dibuja un mapa de la distribución de la fibrosis a lo largo del hígado y calcula la media ponderada. La correlación con la fibrosis es mayor cuando la distribución de la misma es homogénea (aunque en la mayoría de los casos no es homogénea). Resonancia magnética espectroscópica: ustiliza fósforo-31 y permite detectar concentraciones de metabolitos activos (cociente fosfomonoéster/fosfodiéster) que se correlacionan con el estadio de la fibrosis hepática. Resultados no validados en estudios posteriores. Otras técnicas de imagen pendientes de validar: cabe destacar la Resonancia Magnética Elastográfica en la que, los resultados publicados muestran una excelente fiabilidad diagnóstica para identificar pacientes tanto con fibrosis significativa (F2-F4) cirrosis (F4) y enfermedad grasa del hígado. Parece una técnica excelente sobre todo para pacientes en los que la elastografía de transición (ET) no se pueda realizar. 148 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 149 de 168 149 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 150 de 168 6.3.3 MARCADORES SÉRICOS DE FIBROSIS HEPÁTICA Los biomarcadores séricos son parámetros que nos dan información sobre el estado de fibrosis hepática. Tratan de establecer cual es el estado de fibrosis y de actividad inflamatoria equivalente a la información que suministra la biopsia hepática. Las características ideales de un biomarcador sérico de fibrosis hepática que se pueda utilizar como alternativa a la biopsia hepática deberían incluir: - Ser específico del hígado, - Fácil de realizar, - Que se vea influido mínimamente por alteraciónes en la excreción urinaria y biliar. Estos marcadores ideales también deberían reflejar: - La fibrosis en todos los tipos de enfermedad hepática crónica, - Presentar una buena correlación con el contenido de la matriz extracelular (MEC), - Ser lo suficientemente sensibles para discriminar entre los diferentes estadios hepatitis crónica a cirrosis y - Reflejar la respuesta al tratamiento antifibrótico . de fibrosis desde 150 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 151 de 168 Aunque por el momento no existe el biomarcador ideal en solitario, existe un gran número de biomarcadores sometidos a estudio. Los biomarcadores han sido clasificados en directos e indirectos. Los directos están directamente relacionados con las modificaciones del recambio de la MEC que ocurren en la fibrogénesis o involucrados en el propio mecanismo fibrogénico. Algunos de ellos son fragmentos de los componentes de la MEC producidos por las células hepáticas estrelladas (HSC), que son las principales responsables de la fibrosis hepática, durante el proceso del remodelado de la MEC. Otros son enzimas relacionadas con el proceso de síntesis-degradación de la MEC o mediadores del proceso fibrogénico. Los marcadores indirectos incluyen moléculas liberadas en sangre debido a la inflamación y al da˜no hepático y moléculas sintetizadas o metabolizadas por el hígado. Marcadores que se ven alterados debido a la afectación hepática, como por ejemplo las transaminasas, el recuento de plaquetas, etc.. Estos marcadores, que reflejan la alteración hepática pero no están directamente relacionados con la dinámica de la MEC, se suelen emplear para calcular índices de fibrosis Actualmente se utilizan dos tipos de marcadores séricos de fibrosis hepática: - (a) Marcadores indirectos que reflejan alteraciones de la función hepática pero que no reflejan directamente el metabolismo de la matriz extracelular (MEC), como el recuento de plaquetas, estudios de coagulación y evaluación de aminotransferasas (Tabla 1). - (b) Marcadores directos que reflejan cambios cualitativos y cuantitativos en las macromoléculas de la MEC, algunos de los cuales reflejan fibrogénesis y otros fibrolisis (Tabla 2). Hasta la fecha, la utilidad de los marcadores séricos ha sido analizada fundamentalmente en pacientes monoinfectados por el virus de la hepatitis C y han recibido menor atención por parte de los clínicos que tratan la población con coinfección por el VIH/VHC o VIH/VHB. (a) Marcadores séricos indirectos Estos marcadores no se relacionan directamente con la fisiopatología de la producción o degradación de colágeno en el hígado, sino que reflejan las consecuencias del depósito de fibra en el órgano. Los marcadores indirectos son los más utilizados en la práctica clínica diaria, ya que su determinación es rutinaria en los laboratorios y el cálculo de los índices se puede realizar de forma sencilla desde los sistemas informáticos de los laboratorios. 1.- Índice de Forns Este índice es un modelo matemático simple que predice qué pacientes con hepatitis C no tienen fibrosis, y así evitar una biopsia hepática. Se calcula mediante un sistema de puntuación combinando: la edad, niveles séricos de colesterol total, GGT y recuento de plaquetas. Este índice predice de forma precisa la ausencia de fibrosis significativa y podría hacer innecesarias las biopsias hepáticas en más de un tercio de los pacientes con hepatitis C crónica (20). Además, el índice de Forns ha sido validado en pacientes coinfectados VIH/VHC (21), aunque un estudio reciente que incluyó 272 pacientes con coinfección, realizado en un solo centro, mostró que el índice de Forns fue menos preciso para identificar fibrosis significativa (22). 151 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 152 de 168 Un resultado inferior a 4.2 clasifica a los pacientes con fibrosis no significativa (F0-F1) con un área bajo la curva (AUROC) de 0,81. Este método podría descartar la presencia de fibrosis significativa (F2-F3-F4) con un 96 % de seguridad cuando la puntuación es menor de 4,2 y por tanto evitaría l realización de una biopsia hepática percutánea en más de un tercio de los pacientes con hepatitis crónica, mientras que un resultado superior a 6,9 confirma la presencia de fibrosis avanzada. En una validación externa, el área bajo la curva (AUROC) obtenida fue de 0,78 y un valor predictivo negativo de presencia de fibrosis de entre 78 % y el 89 %. Existen varios factores, aparte de la fibrosis, que pueden alterar los resultados del índice. Por ejemplo, la concentración de colesterol puede variar según el genotipo del VHC que se tenga, es por lo tanto un modelo genotipo dependiente. Los niveles de GGT y de otras enzimas hepáticas tienden a ser más elevados en hombres que en mujeres. El nivel de plaquetas no está bien estandarizado entre los distintos laboratorios. Como casi todas las mediciones varían a lo largo del tiempo, algunos autores han sugerido realizar un promedio de tres o más resultados en un plazo de 4 a 6 meses para obtener una puntuación del índice más precisa que si se utiliza una sola medición. Por otro lado, el valor de este índice, junto con la viremia, puede estimar la probabilidad de respuesta al tratamiento. 2.- Fibrotest Este índice se calcula combinando 5 marcadores bioquímicos indirectos de fibrosis ajustados a la edad y el sexo. Estos marcadores se asocian con activación de las células estelares. Las células estelares hepáticas son las principales células fibrogénicas del hígado. Actualmente las principales estrategias terapéuticas para prevenir o revertir la fibrosis del hígado se basan en inhibirla activación o proliferación de las células estela- res, o bien en inducir la apoptosis de las células activadas. El Fibrotest es un índice de fibrosis hepática que precisa de los siguientes parámetros: niveles séricos de alfa2 macroglobulina, alfa2 globulina (o haptoglobina), gammaglobulina, apolipoproteina A1, GGT, y bilirrubina total (23). Los resultados de cada prueba son formulados para determinar tres categorías de fibrosis: fibrosis leve (METAVIR F0-F1), fibrosis significativa (METAVIR F2-F4), y fibrosis indeterminada. En general, el fibrotest identifica correctamente la enfermedad hepática, bien leve o grave, en el 46% de los pacientes. Aunque la puntuación del Fibrotest ha sido validada en cohortes de pacientes con hepatitis C, no se han observado resultados concordantes en todos los estudios (24). El Fibrotest ha sido evaluado en la población con coinfección por VIH/VHC. En los pacientes con coinfección VIH/VHC, el Fibrotest predice de forma precisa la fibrosis significativa, y, según los algunos autores, podría reducir de forma notable la necesidad de biopsia hepática (25). Utilizando un valor de corte de 0,3 el FibroTest es capaz de predecir la fibrosis estadío F2-F4 con una sensibilidad y especificidad del 77 %. 152 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 153 de 168 El uso de las cinco variables del FibroTest junto con la concentración de ALT, proporciona un índice combinado denominado ActiTest que permite predecir la existencia de actividad inflamatoria junto con fibrosis 3.- APRI El test APRI hace referencia al índice de la relación de la aspartato aminotransferasa (AST) y de las plaquetas (26). Basado en el hecho que la fibrosis progresiva se asocia con disminución de la eliminación de AST y trombocitopenia En pacientes con hepatitis crónica C, el test de APRI puede identificar con un alto grado de precisión tanto fibrosis significativa como cirrosis. El test de APRI ha sido validado por grupos independientes en pacientes coinfectados (21,27-32). Este modelo alcanzó un AUROC de 0,83 que descendió a 0,74 en validaciones externas posteriores. Predice con un alto grado de precisión tanto la fibrosis como la cirrosis. Puede excluir aquellos pacientes con o sin fibrosis significativa con un VPN del 86 % (APRI < 0,5) y 98 % (APRI >1,5) respectivamente. 4.- FIB-4 Se desarrolló un índice sencillo que incluye la edad, los niveles de AST, ALT, y el recuento plaquetario. El FIB-4 puede predecir de forma precisa la fibrosis hepática y puede reducir la necesidad de biopsia hepática en la mayoría de los pacientes con co-infección por VIH/VHC. La prueba, no obstante, no ha sido validada para predecir F2, un valor de punto de corte para fibrosis hepática con utilidad clínica significativa (28). 5.- HGM1 y HGM2 El HGM1 y el HGM2, son dos simples índices de diagnóstico de la fibrosis hepática, basados en datos de laboratorio de rutina El HGM-1 se basa en el recuento plaquetario, cifras de AST, y glucosa sérica en ayunas. El HGM-2 se basa en el recuento plaquetario, INR, Fosfatasa Alcalina (FA), y AST (34). En pacientes con coinfección VIH/VHC, algunos autores han confirmado que el HGM-2 predice de forma precisa la fibrosis avanzada, pero el HGM-1 resulta menos preci- so a la hora de predecir la ausencia de fibrosis significativa. El HGM-1 y HGM-2 han sido comparados de forma favorable con los resulta dos de los índices Forns, APRI y FIB-4. 6.- Relación AST/ALT: el índice normal de aspartato aminotransferasa (AST)/alanina aminotransferasa (ALT) es de aproximadamente 0,8. El aumento de dicho índice se correlaciona con la progresión de la fibrosis. Según algunos trabajos el 75 % de los pacientes con un cociente superior a 1 presentan cirrosis hepática. No obstante, otros autores no han podido confirmar estos hallazgos. 7.- Resistencia a la insulina: Se ha relacionado con una progresión de la fibrosis hepática. El índice Sydney incluye resistencia a la insulina, edad, consumo de alcohol, AST y colesterol. Un valor inferior a 0,2 en dicho índice presenta un VPN de fibrosis significativa de 93 %. El AUROC mide la efectividad de estos tests, confrontada con el actual patrón de oro que es la biopsia 153 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 154 de 168 hepática. En el caso de que fuese un test perfecto el AUROC tendría valor de 1. 8.- AST/PTL Ratio Index El AST/PTL Ratio Index (APRI) es el cociente entre la AST y el recuento de plaquetas (PTL). Es un índice sencillo, pero es de los más estudiados y obtiene buenos resultados en muchos estudios. Ha sido validado como marcador de fibrosis hepática en pacientes monoinfectados con hepatitis C (VHC) y en coinfectados VIH/VHC35. El valor del APRI se eleva en fibrosis debido al aumento sérico de AST y a la trombocitopenia. La fórmula varía según se aplique a hombres o a mujeres dado que el ULN es diferente según el género. Para diagnosticar cirrosis (E4) obtiene buenos valores de AUROC (área bajo la curva). En un metaanálisis de 22 estudios (n = 4.266) también obtenía buenos resultados, la mayor fortaleza del APRI, según este estudio, era que excluía la cirrosis (E4) con un elevado valor predictivo negativo (VPN 91-94%)36 aunque existen discrepancias con los resultados de otos autores. Para discriminar fibrosis significativa (E ≥ 2) también obtiene buenos resultados. En el metaanálisis de Shaheen et al.36 el AUROC era más modesto, siendo todavía inferior en el estudio de Yung-Yu et al 9.-FibroIndex El FibroIndex fue desarrollado por Koda et al. para evaluar la fibrosis en hepatitis crónica por VHC. Se calcula a partir de: PTL, AST y gammaglobulinas. Según Halfon et al. Tiene una eficacia diagnóstica menor que la de otros índices como APRI, índice Forns o el FibroTest® 10.- AP index El AP index se basa en la suma de la puntación asignada según la edad y PTL. Obtiene valores entre 0-10. Es un índice muy sencillo para predecir lesiones histológicas en pacientes con hepatitis C. Fue dise˜nado a partir de 500 pacientes crónicos sin tratamiento, y sin coinfección con hepatitis B ni A. Se validó con una población de 120 pacientes 11.- Pohl score El Pohl score es un índice dicotómico (positivo/negativo) que se basa en la ratio AST/ALT y PTL y fue diseñado para diagnosticar cirrosis y fibrosis avanzada (≥ E3) en un estudio con 211 pacientes con VHC. Según sus autores obtenía una sensibilidad del 41,2% y especificidad del 99,1% 12.- Cirrhosis Discriminant Score El cirrhosis discriminant score (CDS) fue creado para diagnosticar cirrosis en pacientes con evidencia de hepatitis crónica C. Está basado en la suma de la puntuación de tres parámetros: PTL, la ratio de transaminasas (ALT/AST) y la ratio normalizada internacional del tiempo de protrombina (INR). Obtiene valores desde 0 hasta 11. Según sus autores el CDS es útil para confirmar cirrosis ya que pacientes con un punto de corte de CDS ≥ 7 tienen una probabilidad muy alta de cirrosis, con una especificidad del 154 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 155 de 168 98% 13.- Model 3 El Model 3, al igual que el CDS, combina PTL, la ratio ALT/AST y el INR pero en una fórmula diseñada con un análisis de regresión logística. También se desarrolló para diagnosticar cirrosis. Se dise˜nó a partir de una cohorte de 783 pacientes, y se validó en 358 pacientes con hepatitis crónica C en tratamiento que participaban en un ensayo clínico conocido como Hepatitis Antiviral Long-term Treatment against Cirrhosis 14.- Göteborg University Cirrhosis Index El Göteborg University Cirrhosis Index se diseñó a partir de una regresión logística que seleccionó los tres parámetros, AST, PTL e INR, como fuertemente correlacionados con la fibrosis hepática. Se realizó a partir del suero de 179 pacientes con hepatitis C crónica y la BH fue evaluada con el sistema Ishak. Los autores obtuvieron valores del AUROC, sensibilidad y especificidad, ligeramente superiores a los del APRI, para diagnosticar cirrosis y fibrosis avanzada 15.- Fibrosis Index El Fibrosis Index (FI) es un índice sencillo de calcular que tiene como parámetros PTL y la albúmina sérica, biomarcadores seleccionados por regresión logística múltiple. El FI se diseñó con 368 pacientes con hepatitis crónica C para la cohorte de estimación y 249 para la de validación. Según sus autores el FI se correlacionaba bien con los estadios de fibrosis en la cohorte inicial y en la de validación, obteniendo buenos valores de sensibilidad y especificidad para predecir fibrosis y cirrosis 16.- Fibrosis-Cirrhosis Index El Fibrosis-Cirrhosis Index (FCI) se basa en la fosfatasa alcalina (ALP), la bilirrubina (Bb), albúmina sérica y PTL. El estudio en el que se diseñó el FCI se realizó en 157 pacientes infectados con VHC y se determinaron además los valores de los índices AAR, APRI, FI y FIB-4. Según sus autores, el FCI predecía de forma fiable la fibrosis en pacientes infectados con VHC y era más eficiente que los otros índices mencionados 17.- FIBROSpect II® El FIBROSpect II® es un test patentado que combina HA, TIMP-1 y alfa 2 macroglobulina. Este test fue diseñado para diferenciar fibrosis leve (METAVIR E0-1) de fibrosis severa (METAVIR E2-4) y se ha estudiado en cohortes de pacientes con hepatitis crónica C 18.- Enhanced Liver Fibrosis® Enhanced Liver Fibrosis (ELF)® es un test patentado que deriva del Original European Liver Fibrosis, diseñado para el diagnóstico de enfermedades hepáticas. El ELF®, diseñado para pacientes con hepatitis C, usa biomarcadores directos: TIMP-1, HA, y el PIIINP. Este índice muestra buena fiabilidad diagnóstica en la detección de fibrosis significativa y avanzada según Parkes et al.. En el metaanálisis de Xie et al.57 (n = 1826) ELF obtiene valores de AUROC mayores de 0,8 para discriminar fibrosis significativa, avanzada y cirrosisen pacientes de diferente etiología, entre ellas VHC. Según el estudio de Carrión et al. en pacientes con VHC y sometidos a trasplante hepático en el que también estudiaban TIMP-1, HA, y el PIIINP, concluían que estos eran capaces de discriminar entre pacientes con recurrencia del VHC leve o moderada a los 6 meses de la operación. 19.-FibroMeter® El FibroMeter® tiene en cuenta los siguientes parámetros sanguíneos: PTL, índice de protrombina, AST, alfa-2 macroglobulina, HA, urea sérica, y edad. 20.-HepaScore® El HepaScore® combina las siguientes variables: edad, género, Bb, GGT, HA, y alfa 2 macroglobulina; el 155 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 156 de 168 modelo fue validado en 104 pacientes. En una cohorte de 512 pacientes el HepaScore® mostraba buenos resultados para predecir la fibrosis significativa (E ≥ 2) (b) Algoritmos para el diagnóstico de fibrosis hepática Recientemente se han desarrollado algoritmos para el diagnostico de fibrosis hepática en estudios multicéntricos con un gran número de pacientes. Estos algoritmos combinan diferentes índices o pruebas de imagen de manera secuencial o en paralelo para mejorar la sensibilidad y la especificidad, aumentando así el rendimiento diagnóstico de las pruebas no invasivas. El algoritmo de Leroy 156 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 157 de 168 Es un algoritmo para la detección de fibrosis significativa (E ≥ 2) que consiste en el uso simultáneo, en paralelo, de APRI, FibroTest® y la biopsia hepática. Está basado en la concordancia entre el APRI y el FibroTest®. Cuando la clasificación del APRI y del FibroTest® coinciden se evita la realización de la biopsia, cuando los resultados de los índices dan valores intermedios que tienen una seguridad diagnóstica inadecuada se tiene que realizar la biopsia hepática63. Los algoritmos de Bourliere Bourliere et al. proponen cinco combinaciones optimizadas del FibroTest® y APRI, y estos con el Forns index o Hepascore® para mejorar el rendimiento diagnóstico. Una de esas combinaciones llamada FibroPaca es un algoritmo para la detección de fibrosis significativa y cirrosis basado en el uso simultáneo, en paralelo, de APRI, Forns index, FibroTest® y la BH. Está basado en la concordancia entre el APRI, el Forns index y el FibroTest® y limita el uso de la biopsia hepática a los casos discordantes. El algoritmo de Castera Este algoritmo propuesto por Castera et al. combina la elastografía de transición (FS) y el FibroTest® (FT) como primera línea de evaluación de la fibrosis. La elastografía hepática transitoria [FibroScan® (FS), Echosens, París, Francia] es un método que permite evaluar de forma rápida y no invasiva el grado de rigidez hepática. El sistema FS está basado en la propagación de una onda elástica a través de los tejidos que se relaciona de manera inversa con la fibrosis. Ha demostrado su utilidad en diferentes enfermedades hepáticas pero tiene también limitaciones que pueden afectar a su fiabilidad como en pacientes con espacios intercostales estrechos, alto índice de masa corporal, en hepatitis aguda o colestasis extrahepáticas. Cuando los resultados de la FS y el FibroTest® coinciden, no es necesaria la biopsia hepática pero cuando los resultados de ambos resultan discordantes se realiza la biopsia hepática. ELF combinado con ARFI o FibroScan® La combinación del test ELF®, basado en biomarcadores directos, con técnicas de imagen como Acoustic Radiation Force Impulse o FibroScan® incrementa la eficacia diagnóstica de estos por separado, y es capaz de diagnosticar fibrosis significativa (E ≥ 2) y cirrosis tanto en pacientes trasplantados como en immunocompetentes. Acoustic Radiation Force Impulse es una tecnología basada en una radiación acústica que detecta el grado de elasticidad de los tejidos. En el estudio de Crespo et al., 2012, ARFI resultaba tan eficaz como el FibroScan® o el test ELF®. Sequencial Algorithm for Fibrosis Evaluation Otros autores, proponen un algoritmo donde combinan APRI, Forns index y FibroTest® para reducir la necesidad de biopsia hepática, en pacientes VHC, en un 50-70%. Más adelante estos mismos autores han combinado APRI con FibroTest® y han validado este método conocido como Sequencial Algorithm for Fibrosis Evaluation en una cohorte de pacientes de hepatitis C (n = 2035). En Sequencial Algorithm for Fibrosis Evaluation se usa el APRI como primera línea seguido del FibroTest® y la biopsia hepática para los casos sin clasificar (b) Marcadores séricos directos de fibrosis hepática En la anterior Tabla 2 se mencionan los marcadores directos de recambio de matriz extracelular (MEC) utilizados con mayor frecuencia. Ninguno de ellos es específico para el hígado y todos se ven afectados por los cambios en el metabolismo y la excreción. En la Tabla 3 se resumen las características de estos marcadores individuales Los marcadores séricos directos son reflejo de los cambios cualitativos y cuantitativos que sufre la MEC durante el proceso de fibrosis. Se pueden dividir en: 1. Componentes de la MEC: ácido hialurónico (AH), laminina, elastina, fibronectina, peptido amino terminal del procolágeno III (PIIINP), procolágeno I, colágeno IV. 2. Enzimas reguladoras MEC: Involucradas en la síntesis: lisil oxidasa, lisil hidroxilasa, prolil hidroxilasa Involucradas en la degradación: metaloproteinasas de la matriz (MMP) e inhibidores tisulares de las metaloproteinasas de la matriz (TIMP) Los marcadores más prometedores son el AH, PIIINP y TIMP-1 157 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 158 de 168 1.- FibroSpect En un estudio retrospectivo de cohortes de gran tamaño realizado en 696 pacientes con VHC, McHutchinson y su grupo evaluaron el ensayo FibroSpect (35). La prueba incluye la determinación de tres parámetros: ácido hialurónico (AH), inhibidor tisular de metaloproteinasa 1 (TIMP-1), y alfa-2 macroglobulina. Todos los pacientes pudieron ser evaluados mediante el FibroSpect sin valores indeterminados, lo cual ya supone una ventaja. El análisis de estos tres marcadores permitió diferenciar de forma fiable entre los pacientes con hepatitis C crónica con fibrosis moderada/grave y aquellos que no presentaban fibro- sis o presentaban fibrosis leve, aunque no fue posible una delimitación precisa entre los diferentes estadios. Inhibidores tisulares de las metaloproteinasas de la matriz tipo I: las metaloproteasas presentan inhibidores tanto inespecíficos (α 2 macroglobulina) como específicos, denominados TIMP. Se han descrito 4 tipos de estos últimos, siendo los TIMP1 inhibidores de las colagenasas que degradan el colágeno tipo III presente en la matriz extracelular (MEC), durante la fibrosis hepática. Su nivel sérico se sitúa entre 1,5 y 2,5 ng/mL. Los inhibidores tisulares de metaloproteasas de la matriz extracelular (TIMP) son unas proteínas secretadas que interaccionan con las MMP y modulan su actividad y funcionamiento. TIMP-1 controla la actividad de la mayoría de las MMP, mientras que TIMP-2 inhibe de manera específica a 158 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 159 de 168 la MMP-2. El incremento de la concentración o de la actividad de inhibición de las TIMP puede disminuir la degradación de la MEC promoviendo así la fibrosis hepática. Se ha observado la elevación de las TIMP en enfermedades hepáticas crónicas. Los valores de MMP-9 decrecían al incrementar el estadio de fibrosis hepática y todavía más en cirrosis, mientras que los niveles de TIMP-1 se incrementaban con la progresión de la fibrosis. El incremento de TIMP-1 se considera que promueve la acumulación de MEC debido al enlentecimiento de la fibrolisis. El potencial diagnóstico de TIMP-1 es alto, detecta cirrosis y fibrosis con buena sensibilidad y especificidad. 2.- Ensayo europeo de fibrosis hepática El Grupo Europeo de Fibrosis Hepática (ELF, por sus siglas en inglés) ha descrito un nuevo ensayo en un estudio internacional multicéntrico de cohortes realizado en 1.021 pacientes con hepatitis C, enfermedad hepática grasa no alcohólica, y enfermedad hepática alcohólica (36). Se desarrolló un algoritmo utilizando la edad, los niveles séricos de AH, de un propéptido del procolágeno (PIIINP) y de un inhibidor tisular específico de la metaloproteinasa (TIMP-1). El algoritmo logró un nivel similar de sensibilidad y especificidad cuando se comparó con la puntuación de las lecturas de las biopsias hepáticas de los pacientes, realizadas por 3 patólogos diferentes, proporcionando evidencia de que podría ser utilizado con una precisión similar en diferentes ámbitos. Peptido N amino terminal del procolágeno III: polipéptido de 42 Kda de peso molecular, que se libera estequiométricamente durante la transformación del Procolágeno tipo III en colágeno tipo III por parte de las HSC activadas y por los fibroblastos. Sus nivel sérico en adultos oscila entre 2,3 y 6,4 ng/mL. Su eliminación es hepática En la fibrogénesis la MEC pasa a ser una matriz rica en colágeno intersticial y se incrementa el contenido en colágeno III. Este es uno de los componentes más abundantes 3.- SHASTA En una cohorte de 95 pacientes con co-infección por VIH/VHC, se desarrolló este biomarcador utilizando: AH, AST, y albúmina (SHASTA). Al igual que con otras pruebas de biomarcadores, el índice SHASTA clasificó de forma precisa la fibrosis leve y avanzada . 4.- Hepascore Hepascore es un modelo de medición de la fibrosis hepática elaborado a partir de los niveles de 4 marcadores séricos: bilirrubina, GGT, AH y alfa 2- macroglobulina, más la edad y el sexo (37). Este índice permite diferenciar entre fibrosis avanzada y cirrosis. 5.-Ácido hialurónico: es un glucosaminoglucano de alto peso molecular, con una estructura de unidades disacáridas repetidas, constituidas por N-acetilglucosamina ligada al ácido D-glucorónico. Se sintetiza por los fibroblastos, así como por otras células mesenquimales como condroblastos, osteoblastos y células musculares lisas. Su vida media es de 2,5 a 5,5 minutos, sus niveles séricos oscilan entre 1 y 10 μg / dL y su aclaramiento es fundamentalmente hepático. 6.-Metaloproteasas de matriz extracelular Las metaloproteasas de matriz extracelular (MMP) son endopeptidasas dependientes de cinc, pertenecen a una familia de enzimas proteolíticas que median en la degradación de la MEC y la membrana basal. Las MMP degradan el colágeno en zonas específicas, y las más estudiadas son la MMP- 2 (gelatinasa A) y la MMP-9 (gelatinasa B). La MMP-2 es secretada por las HSC activadas y se han observado valores aumentados de MMP-2 y su proenzima en varias enfermedades hepáticas. Esta metaloproteasa es la responsable de la degradación del colágeno tipo IV, cuyo depósito se incrementa en la cirrosis. La concentración de MMP-2 está incrementada en pacientes cirróticos, se cree que se eleva por compensación para degradar el exceso de colágeno tipo IV, pero aun así el balance neto es de sobreproducción de este colágeno. El patrón de expresión de MMP-2 y MMP-9 está alterado en fibrosis hepática, ya que mientras MMP-2 se incrementa MMP-9 disminuye16. En otro estudio los niveles séricos de MMP-9 se correlacionaban negativamente con la severidad histológica de la enfermedad en hepatitis crónica por VHC17 159 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 160 de 168 7.- Factor de crecimiento transformanteβ1 El factor de crecimiento transformante beta 1 (TGFβ1), una citoquina pleiotrópica, resulta un componente clave y central de la respuesta fibrogénica al daño hepático y está sobrerregulada en varias enfermedades. TGF-β1 está directamente implicado en los mecanismos moleculares de la fibrogénesis hepática y está fuertemente sobreexpresado en el tejido hepático fibrótico. Existe correlación entre los niveles de TGF-β1 séricos y la velocidad de progresión a fibrosis. El incremento de los niveles séricos parece debido entre otras causas a la necrosis de los hepatocitos. 8.-Fragmento de degradación del colágeno tipo III El fragmento de degradación del colágeno tipo III (CO3-610) se produce cuando la MMP-9 corta el colágeno tipo III en el sitio de corte KNGETGPQGP. Durante la fibrosis se produce un desequilibrio y la producción de colágeno tipo I y III sobrepasa su degradación. En un modelo de fibrosis inducida en ratas, los niveles séricos y urinarios de CO3-610 se correlacionaban de manera significativa con la progresión de fibrosis. En el estudio de Segovia-Silvestre se demostraba la correlación del CO3-610 tanto con la fibrosis hepática como con la hipertensión portal asociada a esta. 9.-Fragmento C-terminal de la cadena α del fibrinógeno En un reciente estudio, en pacientes con hepatitis crónica por VHC trasplantados, se analizó el perfil proteómico por espectrometría de masas (Surface Enhanced Laser Desorption Ionization Time Of Flight Mass Spectrometry). Se identificó el déficit del fragmento C-terminal de la cadena α del fibrinógeno como un biomarcador temprano de fibrogénesis. En los cultivos celulares se observó que TGF β, citoquina clave en la fibrogénesis, reducía la expresión del mRNA del fibrinógeno por lo que TGFβ podría regular los niveles séricos de este fragmento. 10.-mRNA del CCL5 Un estudio que investigaba el perfil de expresión génica en HSC demostraba la implicación del mRNA del CCL5, el ligando para el receptor de quimiocinas CCR5, en la regulación fibrogénesis y lo identificaba como un biomarcador de fibrosis hepática. El tratamiento con Peg-IFN-α suprimía los niveles de mRNA CCL5 in vivo. Así pues, existen novedosos y prometedores biomarcadores séricos en fase de estudio. Los biomarcadores ya conocidos tienen limitaciones que hay que tener en cuenta: 1. Reflejan la velocidad de recambio de la MEC, no solo el depósito de la MEC, y tienen tendencia a ser más elevados cuando se asocian a mucha actividad inflamatoria. 2. No son totalmente específicos del hígado y sus niveles séricos podrían estar elevados en presencia de inflamación u otras patologías. 3. Los niveles séricos dependen del aclaramiento, que puede estar influenciado por la disfunción de las células endoteliales, la excreción biliar alterada o la disfunciónrenal. 4.-Utilidad: en general los marcadores directos son más sensibles que los indirectos pero al igual que estos carecen de especificidad ya que se pueden elevar en procesos fibrogénicos de otros órganos. El Acido Hialuronico (AH), ha mostrado correlación entre sus niveles y la severidad de la enfermedad. Sirve para identificar el estadio F4 pero no los estadios iniciales. El PIIINP es un buen predictor de fibrosis en hepatitis C (VHC) y marcador de respuesta al tratamiento en estos pacientes. El TIMP1 es útil para identificar la cirrosis (F5). Al igual que sucede con los marcadores indirectos, se han propuesto distintos algoritmos matemáticos que combinan entre si diversos marcadores directos: ELF® (HA, PIIINP, TIMP1): propuesto por el Grupo Europeo de Fibrosis Hepática inicialmente incluía también la edad. Este algoritmo ha demostrado su utilidad en la identificación de la fibrosis significativa y la cirrosis en pacientes con VHC. Se puede aplicar también para valorar la respuesta al tratamiento antiviral y para detectar precozmente (a los 6 meses) el riesgo de desarrollar fibrosis hepática un año después de un trasplante. FibroSpect® (HA, TIMP1, α 2 macroglobulina) útil en la diferenciación de los pacientes con fibrosis significativa. 160 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 161 de 168 Conclusiones 1.- La determinación del estadio de fibrosis es crucial la progresión de la enfermedad hepática, su pronóstico y a la toma de decisiones terapéuticas. 2.- Las posibles ventajas de los métodos no invasivos incluyen que son mejor tolerados por lospacientes, más fáciles de interpretar para los clínicos, pueden repetirse de forma periódica y son menos costosos. 3.- Una de las principales limitaciones de los marcadores biológicos de fibrosis hepática es que son determinaciones cuantitativas continuas que no necesariamente reflejan la complejidad del proceso de fibrosis. Esto provoca que todos ellos permitan discriminar, sin dificultad, la presencia de estadios extremos (F0 y F4) y que sin embargo en los grados intermedios exista un gran solapamiento de resultados que dificultan la correcta discriminación entre unos estadios y otros. 4.- La mayoría de métodos basados en tests serológicos simples identifican o excluyen, con mayor o menor fiabilidad, la presencia de una enfermedad hepática avanzada. 5.- Nuevas tecnologías como la genómica y la proteómica, pueden representar en el futuro una alternativa, para la valoración no invasiva de la fibrosis hepática 161 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 162 de 168 162 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 163 de 168 6.4 UTILIZACIÓN CLÍNICA DE LOS MARCADORES SÉRICOS DE FIBROSIS HEPÁTICA: RESUMEN Actualmente muchos índices no invasivos de fibrosis hepática tienen la misma capacidad diagnóstica, sin embargo, no hay ningún marcador que cumpla los requerimientos del marcador sérico ideal. Estos pueden efectivamente identificar los pacientes con enfermedad hepática avanzada pero no son tan buenos en pacientes con enfermedad leve y no pueden discriminar de forma precisa entre distintas fases de fibrosis. En pacientes con coinfección por VIH/VHC, estos marcadores pueden ser útiles en la evaluación de la fibrosis. No obstante, se necesita mejorar su precisión diagnóstica antes de que puedan suplantar por completo a la biopsia hepática. Se requieren estudios prospectivos para determinar la posible utilidad de estos marcadores para guiar decisiones terapéuticas y realizar un seguimiento de la progresión de la enfermedad. Elastografía transitoria (Fibroscan®) Consiste en una nueva técnica diagnóstica de la fibrosis hepática (FH) que utiliza una sonda que emite y recibe ondas de ultrasonidos. La velocidad de transmisión de estos ultrasonidos a través de un medio específico varía con la densidad y la elasticidad de dicho medio. Mediante una ecuación física, se puede informatizar la elasticidad hepática basándose en la velocidad de la transmisión, de tal manera que cuanto mayor es la velocidad, menor la elasticidad y mayor la rigidez del hígado (fibrosis), cualidad opuesta a la elasticidad (38). Existe una fuerte correlación entre la rigidez y la FH. Por consiguiente, podemos estimar el grado de fibrosis hepática basándonos en la rigidez hepática (RH) (39). Esto constituye la base de la elastografía transitoria, un nombre que puede que no sea del todo apropiado. De hecho, el procedimiento no obtiene una imagen, sino una medida. Por tanto, la elastometría transitoria (ET) podría ser una denominación más apropiada. Correlación entre la fibrosis y la rigidez hepática en pacientes con hepatitis C crónica Varios estudios han demostrado que la determinación del grado de la rigidez hepática (RH) por medio de ET (medida en kilopascales, KPa), se correlaciona con el estadio de fibrosis hepática en pacientes con hepatitis crónica por el VHC (40, 41). Un punto de corte de 12,5 KPa mostró un valor predictivo positivo (VPP) del 77% y un valor predictivo negativo (VPN) del 95%, para el diagnóstico de cirrosis. La correlación entre rigidez y fibrosis hepática así como la efectividad de la ET en pacientes con coinfección VIH/VHC son similares a los hallados en sujetos monoinfectados por el VHC. Para la cirrosis, el punto de corte de 14,6 KPa arrojó un VPP del 86% y un VPN del 94% (Figura 1) (42). La mayor limitación de la ET es su relativa escasa capacidad para discriminar entre fibrosis hepática leve (F1) y moderada-avanzada (F2- F3). Este es un aspecto importante, ya que las decisiones terapéuticas en los pacientes con F1 suelen ser diferentes a las de los pacientes con F2-F3. Utilizando 7,2 KPa como punto de corte, el 24% de los pacientes con menor rigidez, y por tanto, clasificados como F0-F1, muestran FH≥F2 en la biopsia. El 8% de los sujetos anteriores tiene, en realidad, F3 (42). En caso de que esta cifra se use para seleccionar pacientes para el tratamiento anti-VHC, un porcentaje impor- tante de sujetos con fibrosis hepática moderada a grave permanecerán sin tratar. Además, el 17% de los pacientes con FH≥7,2 el KPa muestra F0 ó F1 en la biopsia (42). Uso de ET para determinar una terapia anti VHC para pacientes con coinfección por VIH En los pacientes coinfectados VIH/VHC, es una práctica habitual recomendar el tratamiento de la hepatitis C a los que muestran una FH≥F2. Esta recomendación se incluye en algunas guías inter- nacionales, especialmente en los pacientes con factores que predictivos de peor respuesta, como el genotipo 1, genotipo 4, o aquellos con cifras plasmáticas elevadas de carga viral del VHC (43,44). Por tanto, es crucial conocer si un paciente tiene una FH≥F2. Dadas las limitaciones de la ET comentadas anteriormente, se han realizado investigaciónes para establecer nuevos puntos de corte que permitan una identificación más fiable de al menos una parte importante de pacientes con un grado de fibrosis hepática que recomiende no posponer el tratamiento de la 163 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 164 de 168 hepatitis C. Con este objetivo se ha estudiado a 197 pacientes en los que se realizó ET y biopsia hepática con un intervalo de separación de menos de 1 año. En sujetos con RH≥9 KPa pudo prescribirse tratamiento anti VHC, pero ningún paciente sin FH recibiría tratamiento. En aquellos con un RH<6 KPa, se recomendó diferir el tratamiento y realizar medidas secuenciales de RH. Por ello, no habría ningún paciente con FH avanzada que no recibiera tratamiento. En caso de progresión de la FH, se podría detectar la progresión mediante pruebas elastometrías subsiguientes (45). El mayor inconveniente de estos puntos de corte es que hasta el 28% de los pacientes muestran un RH entre 6,1 KPa y 8,9 KPa, resultados que podrían considerarse indeterminados. En estos casos, para poder tomar una decisión terapéutica, tendrían que tomarse en consideración los marca- dores sanguíneos de fibrosis y las características virológicas del paciente –genotipo y carga virall del VHC. En última instancia, algunos de estos pacientes requerirían una biopsia. Por consiguiente, las biopsias seguirían siendo necesarias en el 19% de los candidatos con coinfección por VIH/VHC para decidir el tratamiento para la hepatitis C (45). Factores que afectan a los resultados de la ET La obesidad es una limitación principal para realizar una ET. Debido a que la grasa subcutánea interfiere con la propagación de las ondas de ultrasonido, es mucho más difícil poder realizar la ET de forma eficaz en pacientes obsesos, pudiendo ser imposible realizarla en pacientes muy obesos (46,47). Es de esperar que las mejo- ras técnicas en las pruebas solucionen este problema en el futuro. Otros factores que reducen el éxito de la ET son la falta de experiencia del examinador y la edad del paciente, siendo la exploración más difícil en pacientes de mayor edad (46). De la misma forma, la presencia de ascitis o derrame pleural dificulta o imposibilita la ET puesto que el líquido se interpone entre la pared torácica y el hígado. Poco se sabe sobre los factores que influyen en la fiabilidad de las medidas obtenidas por la ET. No se ha estudiado por ejemplo, la variabilidad intraexamen causada por la colocación de la sonda en diferentes lugares de la pared torácica. También se desconocen los siguientes factores: variabilidad interexaminador, impacto de la experiencia del examinador y de la presencia de esteatosis hepática. Un grado elevado de inflamación hepática reduce la concordancia entre la ET y la biopsia (47). Otros usos de la ET en otras enfermedades hepáticas La ET también ha demostrado ser útil en el diagnóstico de la cirrosis causada por otras enfermedades diferentes a la hepatitis C en paciente sin infección por VIH, etiologías que incluyen: hepatitis B, esteatosis hepática alcohólica o no alcohólicas. Los logros del procedimiento parecen ser algo peores en la hepatitis B, aunque siguen siendo bastante elevados (48). Quizá, en pacientes con cirrosis alcohólica y con esteatosis hepática no alcohólica se deberían utilizar cifras más elevadas de puntos de corte, alrededor de 20 KPa (49). Una medición de RH por medio de ET facilita algunos datos que no se obtienen con la biopsia hepática. Se ha descrito que la RH presenta una fuerte correlación tanto con severidad de enfermedad hepática (40) como con la presencia de hipertensión portal o presencia de varices esofágicas (50). La ET puede, por tanto, ser útil para determinar qué pacientes tienen un mayor riesgo de sangrado y que, consiguientemente, deberían recibir tratamiento profiláctico (51). Se ha encontrado que un punto de corte de 21,6 KPa, puede utilizarse para seleccionar pacientes para el cribado endoscópico de varices (52). Podríamos evitar así las exploraciones endoscó- picas de las que no se derivan decisiones terapéuticas. De la misma manera, es posible que las cifras de RH se asocien con riesgo de carcinoma hepatoce- lular (40), aunque este tema requiere una mayor clarificación. Balance de los beneficios y limitaciones de la ET Las ventajas que ofrece la ET son: - La ET es más representativa que la biopsia, porque explora un área hepática 100 veces mayor que la biopsia. - Es una técnica no invasiva, no es molesta o peligrosa para los pacientes y, por consiguiente, es bien 164 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 165 de 168 tolerada y apropiada para determinaciones secuenciales. - La ET puede utilizarse en enfermedades hepáticas distintas a la hepatitis C crónica. - La RH proporciona información que no puede obtenerse a través de la biopsia, tales como datos sobre la función hepática, hipertensión portal o presencia de varices esofágicas. - La ET debería ser adecuada para controlar los cambios en la fibrosis, aunque este aspecto no ha sido demostrado hasta la fecha. Las limitaciones de la ET son: - La ET no proporciona información sobre la heterogeneidad de la fibrosis en todo el hígado. - La reproducibilidad de la ET no es absoluta, un inconveniente que comparte con la biopsia. - A diferencia de la exploración histológica, la ET no facilita datos sobre la inflamación hepática o la necrosis. - La discriminación entre F1 y F2-F3 puede ser difícil con la ET - Los resultados de la ET no son buenos en pacientes con sobrepeso. - El equipo que se utiliza actualmente es caro, especialmente su mantenimiento, aunque presenta una mejor relación coste efectividad que la biopsia. Hay que esperar que disminuya el coste a medida que aparezcan nuevas alternativas a los dispositivos comercializados actualmente. - La ET no está aún comercializada en algunos países con una amplia población de pacientes con coinfección VIH/VHC. Resonancia magnética nuclear (RMN) Ha sido evaluada para la detección de fibrosis hepática. Resultados preliminares han mostrado una buena precisión (53), así como una buena correlación con el grado de disfunción hepática en un pequeño número de pacientes con cirrosis (54). Aunque la RMN es una técnica prometedora para estos pacientes, no se puede recomendar todavía debido a que: el número de pacientes estudiados es demasiado pequeño, los estudios no han sido validados de forma independiente y no se han definido los puntos de corte. 165 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 166 de 168 Fibro-TAC Recientemente, datos preliminares del análisis óptico digital de imágenes de TAC indican que esta técnica podría ser eficaz para determinar tanto el estadio como la distribución de la fibrosis hepática en pacientes con hepatitis C crónica. Es interesante significar que la correlación entre la fibrosis hepática y las mediciones de Fibro-TAC es mayor en los pacientes que presentaron una distribución homogénea de la fibrosis (55) Recomendaciones Con la información disponible sobre las ventajas y desventajas de la biopsia hepática frente a los métodos alternativos (marcadores séricos, elastografía transitoria), dado el estado actual de las terapias anti-hepatitis, se pueden establecer las siguientes recomendaciones a fin de optimizar la indicación para el uso de dichas herramientas en diversas situaciones clínicas que incluyen a pacientes VIH+ (Figura 2). 1. Se debe establecer el estadio de fibrosis hepática en todos los pacientes infectados por el VIH con infección crónica por VHC o VHB. Esta evaluación inicial de la fibrosis es útil para toma decisiones con respecto a las terapias anti-VIH y hepatitis, así como para establecer el pronóstico y otros aspectos relacionados con el manejo clínico. 2. En pacientes con coinfección VIH/VHC, la elastografía transitoria se considera el método de elección para la evaluación inicial y el seguimiento de la fibrosis hepática (no hay información suficiente para los pacientes VIH+ con coinfección por VHB). Estos pacientes pueden ser clasificados de acuerdo a los resultados obtenidos en: los que poseen una una baja probabilidad de fibrosis significativa (≤6 KPa, equivalente a F0-F1 en la puntuación Metavir) o en los que tienen una probabilidad alta de padecer fibrosis significativa (≥9 KPa, equivalente a F2-F4 en la puntuación Metavir). La probabili- dad de cirrosis es alta si 166 PREPARACIÓN OPOSICIONES FACULTATIVO ESPECIALISTA ANÁLISIS CLÍNICOS/BIOQUÍMICA CLÍNICA FUNCIÓN HEPATOBILIAR TEMARIO UNIFICADO ANÁLISIS/BIOQUÍMICA TEMA 52 V 16 Página 167 de 168 se obtiene una medida ≥14 KPa. 3. Se considera indeterminada una medida de elastografía transitoria supeior a 6 KPa e inferior a 9 KPa, debiendo realizarse una evaluación adicional por otros métodos. Se considera que en esta situación se deberían utilizar en primer lugar los marcadores séricos. Si éstos muestran una probabilidad elevada de fibrosis significativa, no se necesitaría una evaluación adicional en ese momento. Si los marcadores séricos muestran una probabilidad baja de padecer fibrosis significativa o arrojan resultados indeterminados, se debería realizar una biopsia hepática para poder confirmar el grado de fibrosis. 4. Estas recomendaciones no pretenden establecer criterios para el momento de iniciar un tratamiento dirigido a la hepatitis crónica. El médico realizará sus decisiones terapéuticas basándose en múltiples factores, de los cuales el grado de fibrosis hepática podría ser solo uno de ellos. El algoritmo propuesto puede ayudar a la evaluación universal de la fibrosis, dada la posibilidad de realizar un control periódico de los pacientes. 5. Se deberá realizar un seguimiento regular en aquellos pacientes con una probabilidad elevada de cirrosis, basándose en métodos no invasivos, a fin de prevenir complicaciones, y el desarrollo de carcinoma hepatocelular o para evaluar candida-tos para trasplante. En aquellos pacientes que presentan una probabilidad baja de padecer fibrosis significativa, basándose en métodos no invasivos, se deberán realizar evaluaciones anuales de la fibrosis hepática. Bibliografía Braz J. Role of hyaluronic acid and laminin as serum markers for predicting significant fibrosis in patients with chronic hepatitis B. J Infect Dis. 2012 Jan-Feb:16 (1): 9-14. Carrión JA. Utilidad del Fibroscan® para evaluar la fibrosis hepática. Gastroenterol Hepatol. 2009; 32(6): 415423. Castera L, Vergniol J, Foucher J, et al. 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