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CONVIVENCIA EN LA ESCUELA. Factores de riesgo de conducta disocial y acoso entre pares.1 Lic. Rosa Puente Baella2 RESUMEN El presente artículo hace una revisión de los factores de riesgo de producirse una conducta trasgresora en niños y adolescentes, en la escuela. Se presentan viñetas relacionadas con casos de acoso entre pares (Bullying) y se analizan las necesidades afectivas de niños y adolescentes, señalando algunas recomendaciones para promover la convivencia saludable en la escuela. Palabras clave: riesgo de conducta disocial, violencia entre pares, niños y adolescentes, convivencia saludable. ABSTRAT The present paper makes a review of the risk factors to produce a transgressor social behavior in children and adolescents, in the school. It appears vignette related between violence peirs cases (Bullying), and it analyze the child and adolescents affective needs. Also this paper shows some recommendations to promote a healthily life in school. Key words: transgressor social behavior, bullying, child and adolescents, healthily living together. “Poner énfasis en políticas educativas destinadas a la transformación de la escuela en un lugar donde se respete la condición humana del alumnado y se contribuya al desarrollo integral de su personalidad. Lograr una conciencia de paz y afirmar la educación como su instrumento” (Recomendaciones. CVR Lima, 2003) Adaptación del artículo “Riesgo de conducta antisocial en adolescentes” Puente (2008). En “El crecimiento emocional del adolescente en la escuela”. Libro publicado por la comisión de educación de la Apppna. Lima, Perú 2 Licenciada en Psicología Clínica por la PUCP, Estudios completos de Maestría en Psicología clínica y de la salud por la UNMSM, Psicoterapeuta de niños y adolescentes, miembro de la APPPNA, en la Comisión de Educación y Proyección Social, Ex psicóloga del departamento de niños y adolescentes del INSM “HD-HN”. Docente universitaria e investigadoras en temas de violencia escolar, con publicaciones en libros y revistas especializados. E-mail: pbrosa.pe@gmail.com 1 El deseo de experimentar por sí mismos y de asumir riesgos son aspectos naturales del desarrollo del niño, niña y adolescente. Si bien las conductas de riesgo pueden representar un peligro para su vida, también le proporcionan en especial al adolescente la sensación de ser “adulto”, y eso es muy importante para su autoestima. Abadi (1996)3 señala que la vivencia de riesgo en el adolescente abarca varios sentidos: riesgo de perder la identidad por sumisión al medio social y familiar, riesgo de perderse y desmoronarse como individuo, riesgo de fracasar en el logro de un lugar valorado en el mundo y riesgo de aniquilarse en el camino de encontrarse como persona, haciendo peligrar su vida. Para el presente trabajo hemos querido emplear el término disocial en lugar de antisocial, tomado del DSM-IV4, referido a la conducta trasgresora de la norma en niños y adolescentes. El riesgo de conducta disocial y/o violenta en niñ@s y adolescentes está principal y específicamente relacionado con la presencia de estas conductas en las figuras más significativas de su entorno familiar y social. FACTORES FAMILIARES 1.- Riesgo de consumo de alcohol y drogas.- Los niños y adolescentes se encuentran expuestos al consumo de alcohol y drogas; constatándose que el inicio del consumo de alcohol se da en la propia casa, y las edades cada vez son más tempranas, entre 8 y 10 años5. Conducta antisocial y alcoholismo del padre y/o madre.- Este es uno de los factores de riesgo más potente y permanente, ya que son el padre y la madre las principales figuras de apego y de aprendizaje en el niño y adolescente. (Robins, 1966; Rutter y Giller, 3 Abadi, Sonia (1996) Transiciones. Lumen, Argentina. López-Ibor Aliño, Juan J., dir. (2002) DSM-IV-TR : Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales / director de la edición española, Juan J. López-Ibor Aliño ; co-director de la edición española, Manuel Valdes Miyar. Barcelona : Masson 5 INSTITUTO NACIONAL DE SALUD MENTAL HONORIO DELGADO-HIDEYO NOGUCHI (INSM) (2000). 4 Diagnóstico situacional de la salud mental en el distrito de Independencia, Lima: INSM. 1983; West, 1982. En Kazdín Alan, 1985)6. Estos investigadores han encontrado una relación entre la ociosidad de los padres y el ausentismo escolar de sus hijos. Si uno de los padres muestra una de estas conductas, el riesgo de que el niño presente la misma conducta es mayor y si ambos padres presentan esta conducta el riesgo en los hijos se multiplica. Los abuelos tanto paternos como maternos también contribuyen al riesgo y es más probable que los abuelos de los niños y adolescentes disociales muestren a su vez conducta antisocial, esto especialmente en relación a la conducta delictiva y alcoholismo. Este riesgo se asocia con un círculo repetitivo a lo largo de generaciones. En muchos lugares de reunión de los jóvenes (discotecas, billares y fiestas chicha) se produce el consumo excesivo de alcohol, drogas y las peleas entre grupos. Estas fiestas en muchos casos no son aceptadas por los padres, y los hijos suelen ir a escondidas.7 2.- Alto grado de conflicto conyugal.- La mayoría de chic@s que se encuentran en riesgo de iniciar su “carrera hacia el delito” a través de conductas violentas como por ejemplo convertirse en bullies y/o futuros maltratadores, o incursionar en el “pandillaje pernicioso”, proceden de hogares donde el uso de la violencia tanto verbal, física y psicológica es frecuente. El miedo es el sentimiento más intenso dentro del clima familiar. Las necesidades físicas, y principalmente las afectivas no son satisfechas. La pérdida de uno de los padres, producto del divorcio trae como consecuencia: la disminución de los ingresos, la reducción en la calidad de las condiciones de vida, la disminución en el cuidado y alimentación del niño y del adolescente, la reducción en el control y supervisión de la conducta y la disfunción emocional del padre o de la madre que está a cargo del niño8. 3.- Prácticas disciplinarias duras e inconsistentes.- Los padres de niños y adolescentes con tendencias disociales tienden a ser duros en sus actitudes y prácticas disciplinarias. Estos jóvenes, estarían más propensos que los chicos presuntos normales y que los “clínicos” que no muestran conducta antisocial; a ser víctimas de maltrato 6 Kazdín, Alan (1985) Tratamiento de la Conducta antisocial en la infancia y la adolescencia. Martinez Roca. Barcelona 7 INSTITUTO NACIONAL DE SALUD MENTAL HONORIO DELGADO-HIDEYO NOGUCHI (INSM) (2000). Diagnóstico situacional de la salud mental en el distrito de Independencia , Lima: INSM. 8 Niños del milenio. Proyecto internacional de incidencia en políticas públicas sobre la infancia en base a una investigación longitudinal de 15 años. Resultados Perú- 2002. En www.ninosdelmilenio.org infantil, y a residir en hogares donde se produce maltrato conyugal. Este riesgo aumentado de conducta disocial o antisocial no es debido simplemente a un castigo mas duro. Los estudios han demostrado que una disciplina más laxa, caprichosa e inconsistente por parte de uno o ambos padres está relacionada con la conducta antisocial y con la delincuencia9. Ambas prácticas laxa y dura pueden operar de forma simultánea, existiendo maltrato físico, maltrato por abandono, abuso sexual (principalmente en las niñas), etc. Una de las características de chic@ con conducta disocial es el castigo severo recibido por parte del padre sin haber establecido un vínculo afectivo cercano con su hijo, y la disciplina laxa por parte de la madre, quién también está ausente. FACTORES PERSONALES. Los siguientes factores se identificado en base a la revisión de casos tanto en la práctica clínica privada, como en la experiencia hospitalaria: 1.- Crisis de Identidad.- En el sentido de Erikson10, el adolescente pasa por momentos de confusión de roles, y en el deseo de encontrarse a si mismo puede buscar situaciones de riesgo autodestructivas. Hay un sentimiento de omnipotencia que lo hace ubicarse más allá de la vida y la muerte, de lo permitido y lo no permitido, del bien y del mal. 2.- Impulsividad, y tendencia a la actuación.-Le es difícil tomar distancia y reflexionar sobre las consecuencias de sus actos. Esto puede estar reforzado por la presencia de padres con los mismos rasgos de personalidad. 3.- “Hambre de afecto”.- Los chic@s presentan necesidades afectivas insatisfechas, hay un sentimiento de soledad generalizado, de infelicidad, buscan grupos con quienes identificarse, en donde puedan sentirse acompañados, respetados, apoyados, cohesionados, con un trato participativo. Afecto que ellos sienten que no es satisfecho ni en el hogar, ni en la escuela, como señala Olews son chic@s con mucha libertad y muy poco amor11. 4.- Búsqueda de emociones intensas y altos niveles de frustración.- Especialmente la euforia, el riego frente al peligro, situaciones en las que haya mucha “adrenalina”, 9 Kazdín, Alan (1985) Tratamiento de la Conducta antisocial en la infancia y la adolescencia. Martinez Roca. Barcelona 10 Erikson, Erik (1983) Infancia y sociedad. Horme-Paidós, Buenos Aires 11 Olweus, Dan. Bullying at schools. Wath we Know and we can do. Oxford: Black well. Traducción al Castellano de R. Fililla: Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Morata. Madrid, 1998 negando el miedo y la tristeza que subyacen a las experiencias de frustración. Emociones que muchas veces son expresadas a través de conductas violentas y rebeldía basadas en una historia de frustraciones tanto personales como familiares, en las que priman situaciones de soledad, maltrato, injusticia y marginación tanto en la casa, en la escuela como en su comunidad. Respondiendo con revanchismo y venganza. El ataque se convierte en la mejor defensa, identificándose con figuras fuertes y agresivas como un halcón, un león, una hiena, etc; muchas veces utilizados como mecanismos compensatorios para ocultar el sufrimiento y dolor psíquico 5.- Desesperanza aprendida.- Por un lado pueden tener ideales y expectativas bastante altas respecto a sí mismos, muchas veces inalcanzables, como por ejemplo querer seguir una carrera profesional habiendo abandonado sus estudios durante varios años; y por otro abandonar la tarea ante la primera dificultad, esperando que la buena o mala voluntad de los padres y/o maestros les resuelvan sus problemas. FACTORES SOCIALES. 1.Situación de pobreza y abandono escolar.- La mayor parte de las pandillas registradas por la policía en Lima, Perú, proceden de hogares que carecen de condiciones mínimas de vivienda y muchos de éstos jóvenes abandonan sus estudios tanto por la falta de recursos económicos como por la desintegración familiar. En el estudio realizado por el INSM “Honorio Delgado- Hideyo Noguchi (2000)12, acerca del Diagnóstico de la salud mental en un distrito del cono norte de Lima, se señala que la población menciona que la proporción de niños que trabajan es muy grande, los chicos tienen muy poco interés en los estudios, y en casi todos los hogares existe algún hijo que no culmina sus estudios 2.- Ausencia de oportunidades dentro de la comunidad de grupos de desarrollo personal, social y cultural.- Muchos chic@s se sienten excluidos de su comunidad como causa y consecuencia de su conducta violenta. Es importante promover grupos participativos de niños y adolescentes dentro de la escuela y la comunidad, así como la realización de actividades de convivencia solidaria y contacto con otros colegios e instituciones. 12 INSTITUTO NACIONAL DE SALUD MENTAL HONORIO DELGADO-HIDEYO NOGUCHI (INSM) (2000). Diagnóstico situacional de la salud mental en el distrito de Independencia , Lima: INSM. El comité de convivencia escolar sería uno de los encargadas de promover estos espacios participativos dentro de la escuela, en coordinación con la dirección y el departamento de psicología. La llamada ley antibullying, LEY Nº29719, promulgada recientemente por el congreso de república peruana PROMUEVE LA CONVIVENCIA SIN ACOSO NI VIOLENCIA ENTRE LOS ALUMNOS DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS hace necesaria la presencia de por lo menos un profesional psicólogo, debidamente capacitado en temas de convivencia solidaria y participativa, solución de conflictos de manera no violenta, etc. NECESIDADES AFECTIVAS Y DERECHOS DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE.Las necesidades afectivas se transforman en derechos del niñ@ y del adolescente, en el Perú tenemos la Ley 27337, del código de niños y adolescentes (2000), en donde se consigna el principio del interés superior del Niño y del adolescente y sus derechos. Respecto a los derechos y libertades del niño y del adolescente, en el capítulo I artículo 4° referido a su integridad personal se señala: “El niño y el adolescente tiene derecho a que se respete su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. No podrá ser sometido a tortura, ni a trato cruel o degradante”13. Tod@ niñ@ y adolescente, necesita sentirse querid@ y aceptad@ en su grupo de referencia, en primer lugar por la familia, luego la escuela, los amigos, etc. En el caso de muchos chic@s, esta necesidad no es satisfecha, ni en la familia, ni en la escuela. No encuentran oportunidades de integración a grupos que les brinden experiencias de desarrollo personal, por el contrario muchas veces son maltratados por sus propios padres, maestros y compañeros de escuela, uno de estos casos es el del bullying o acoso entre pares en la escuela. 1.- Necesidad de seguridad y pertenencia grupal.- Al sentirse respaldados por su grupo, adquieren confianza, seguridad y firmeza en sus desplazamientos. El contraste es muy grande entre el/la niñ@ y adolescente solo, desvalorizado, temeroso e inseguro, y el adolescente en el grupo, el que le trasmite fuerza, y lo hace sentirse liberado, “respetado, temido” Pandillas e Identificación “barrial”.- Defienden su territorio como si fuera un espacio “sagrado”, ya que sienten que es lo único que tienen, y que les da cierta identidad y 13 Congreso de la República del Perú (2000). Código de Niños y adolescentes. Ley 27337. En www.congreso.gob.pe protección. Toman posesión del barrio, o de determinadas esquinas, y no puede “ser invadido” por ningún otro grupo y/o persona, sin su consentimiento. Cuando salen fuera del barrio el nombre, la vestimenta, y el lenguaje están unidos a su lugar de pertenencia.14 2.- Necesidad de reconocimiento y aceptación social.- Muchos grupos, imponen por la fuerza de la violencia un “respeto” social, “ser malo”, es “ser fuerte”, produciendo temor en la población por las características agresivas y el vandalismo que producen, apropiándose por la fuerza de espacios que consideran que de otra forma les serían negados en su comunidad. BULLYING O RELACIÓN DE ACOSO/INTIMIDACIÓN ENTRE PARES EN LA ESCUELA.El término bullying fue definido por Olweus (1993) como “una conducta de intimidación física o psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos: disminución de la autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, lo que hace difícil su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes15. Dinámica del bullying.Cerezo (2006)16, presenta las principales características de manera clara y precisa: a) Existe un desequilibrio de fuerzas prolongado (abuso prolongado). b) La víctima recibe agresiones de manera sistemática, hasta convertirse en su víctima habitual. c) Existe una posición de indefensión en la víctima la cual se mantiene en silencio. d) El ambiente escolar tiende a ser hostil y fuente de ansiedad e) El agresor afianza su conducta antisocial 14 Lazo, Héctor. (2002) En www.monografías.com. Lima, Perú 15 Olweus, Dan. Bullying at schools. Wath we Know and we can do. Oxford: Black well. Traducción al Castellano de R. Fililla: Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Morata. Madrid, 1998 |16 Cerezo, Fuensanta. Violencia y victimización entre escolares. El bullying estrategias de identificación y elementos para la intervención a través del Test Bull-S. Universidad de Murcia. España 2006. En Revista electrónica de Investigación Psicoeducativa Nº 9 Vol 4 (2), España 2006 pp 333-352. La forma más frecuente de inicio del acoso es la burla o la broma y se puede dar desde los primeros grados. Viñeta 1: Renato de 8 años, menor de dos hermanos, la mayor de 9, está en 3er grado de primaria. Matías compañero de salón, cada vez que lo ve le grita: “¡¡CHUQUI…CHUQUI!!!... Renato se queda callado la primera vez, la segunda también… y así transcurre una semana, dentro de él va sintiendo cada vez más cólera, Matías continúa fastidiándolo. Renato no aguanta más, un día lo empuja y lo golpea en la cara. Antes de esto, Renato habló con su papá y sus hermanos, éstos le dijeron que no se deje, que le pegue. Sus amigos lo ven y lo aplauden. Matías se va llorando, Renato refiere que “Matías nunca más volvió a fastidiarlo”, sin embargo Renato tenía miedo que Matías lo acusara con la profesora o se vengara, y se sentía mal de ir al colegio. Esta viñeta nos muestra una forma muy frecuente de resolver conflictos de manera violenta y que los padres muchas veces alientan en sus hijos. La profesora no se llega a enterar del problema, ya que Matías nunca acusó a Renato, al parecer los padres de Matías tampoco se enteraron. Viñeta 2: Alberto de 14 años, menor de tres hermanos, cursa tercero de secundaria, esun chico delgado, callado, tranquilo, aparenta un par de años menos. Desde comienzos del año escolar Juan, un compañero de salón, le dice “¡HOLA ALBERTA!!”, los demás escuchan y se ríen, Alberto no hace caso, no dice nada, así transcurren varias semanas, Juan continúa molestándolo, y otros chicos se unen para fastidiarlo, Alberto les dice “¡Ya pues!!¡No fastidien!”, en un tono conciliador, sin levantar la voz. Juan se burla más de él. Alberto se siente impotente, no quiere ir al colegio, comienza a bajar en sus notas, no se puede concentrar… y un día, no puede más y le cuenta a su hermana de 18 años, con quien tiene más confianza, y ella le comenta a su papá y a su hermano, le aconsejan que no debe permitir que lo sigan fastidiando, que hable con sus amigos para que lo apoyen. Un día Alberto falta a clase, y al día siguiente Juan le dice “¿Por qué faltaste, has estado enferma?, Alberto lo empuja, le habla fuerte” ¡QUE TE PASA C…!!!, muestra su cólera y su firmeza, usa palabras “fuertes”, Juan se asusta y se va. Alberto después comenta que se sentía seguro luego de haber hablado con su papá y sus hermanos, por eso ya no tenía miedo. Sentirse apoyado por la familia es un factor de fortaleza para enfrentar situaciones de acoso escolar. Viñeta 3.- Ana, de cinco años, hija única, cursa Kinder, es una niña de contextura gruesa, aprenta más edad. Su aprendizaje es lento, se distrae fácilmente. Llora cuando las cosas no salen como ella desea. Ana comenta que sus compañer@s de salón le dicen “llorona, burra, tonta”, ella se queda callada y siente que realmente es así, “porque no aprendo rápido como mis amiguitas”, su autoestima está muy afectada, y sus padres también la presionan, porque tiene muy altas expectativas puestas en ella, la han matriculado en un “buen colegio”. Ambos padres trabajan, llegan muy tarde a la casa, la niña se queda con los abuelos, los cuales no tiene ninguna autoridad sobre ella. Los padres la igual que la niña se sienten sobre exigidos por el colegio, pero quieren darle a su hija una buena educación, mejor que la que ellos tuvieron. El inicio de un niño con problemas disociales puede ser producto de una situación de acoso e intimidación. Viñeta 4.- Paul, de 10 años, menor de tres hermanos, las dos mayores mujeres, cursa el 5°grado de primaria. Es uno de los primeros puestos de su salón. Es de contextura gruesa, aparenta más edad. Desde pequeño tiene una válvula en la cabeza por presentar hidrocefalia. Su cabeza es grande y sus compañeros de salón se burlan diciéndole “¡CABEZÓN!”. Paul se molesta mucho, refiere: “no se que hacer, tengo ganas de pegarles, pero se que no está bien”. En varias oportunidades Paul ha reaccionado violentamente, agarrándose a golpes con los chicos que lo fastidian, ahora se encuentra en terapia y está aprendiendo a controlar sus impulsos. Manifiesta sentirse diferente al resto de sus compañeros, toda su vida la pasó en visitas al hospital del niño, le han realizado varias intervenciones quirúrgicas, agrega: “quisiera ser fuerte y que nadie se meta conmigo, que me tengan miedo, que todos sean mis esclavos, y vengarme de todo el daño que me han hecho”. Los sentimientos de venganza y la necesidad de retaliación son muy frecuentes en los niños que han sido acosados. Paul comenzó a acosar a su vez a otros niños y esta conducta pudo haberse instalado sino hubiera habido una intervención psicoterapéutica oportuna. Existe un alto riesgo que los acosadores escolares, cuando son adultos continúen con su comportamiento agresivo y se conviertan en los futuros maltratadores. En comparación con la población general, los niños que son acosadores tienen cuatro veces más probabilidades de cometer delitos. Olweus encontró que el 60% de los alumnos que habían sido identificados como acosadores, tuvieron por lo menos una condena judicial a los 24 años. A menos que haya una oposición contra su actitud y se les muestre que su comportamiento es inaceptable seguirán comportándose de forma abusiva ACCIONES Y RECOMENDACIONES EN LA PREVENCIÓN Y DETECCIÓN DE LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA. Estar atentos a la erradicación de las conductas de exclusión social y maltrato verbal que por su frecuencia inciden muy negativamente en el clima general de la convivencia de los centros. Es necesario prevenirlas porque repercuten en el adecuado desarrollo del proceso educativo de los alumnos. Trabajar mancomunadamente maestr@s y padres de familia, en la prevención y resolución de conflictos de violencia escolar. Sensibilizar a la comunidad educativa y sociedad a cerca del abuso entre escolares a través de internet (Cyber bullying). Abrir páginas de solidad y cooperación (blogs, Factbook, etc.) entre compañeros de escuela, padres de familia, profesionales de la salud y la educación, para prevenir, detectar oportunamente, denunciar y erradicar situaciones d bullying o acoso escolar17. ROL DE LA ESCUELA.- Las investigaciones sugieren que la combinación de varios factores, más que uno individual, favorecen la prevención de conductas disociales y de acoso en niños y adolescentes. Siguiendo algunas sugerencias de Rutter (1990)18, y de nuestra experiencia en el trabajo con maestr@s, se señalan los siguientes factores que debe tomar en cuenta una escuela en la prevención de la violencia. 17 Puente, Rosa (2009) El maltrato por abuso de poder entre compañeros de escuela: bullying. En Escuela: espacio de salud mental. Lima: Apppna. 18 Rutter, Michael (1990) Fundamentos científicos en psiquiatría del desarrollo. Salvat, México. 1. Buenas características físicas y ecológicas del ambiente escolar.- Se han identificado como características de riesgo las malas condiciones físicas de la escuela, que se correlacionarían con tasas elevadas de delincuencia (Wadsworth, 1979. En Kazdín, 1985)19 2. Tutoría y seguimiento a los alumnos con historia de fracaso escolar y cambios continuos de colegios.- No se trata de etiquetas y profecías auto cumplidas, sino de proporcionarles las herramientas necesarias para ir superando sus dificultades. 3. Importancia de la calidad académica.- Asesoramiento continuo a lo largo del año escolar, promoción de grupos de estudio dentro o fuera del horario escolar. 4. Vocación y calidad profesional del maestro.- Mayor tiempo dedicado por el maestro a la preparación de las clases, mayor tiempo dedicado a la tutoría y mejora de la calidad del vínculo maestro-alumno. Aprobación y apreciación del esfuerzo del alumno en su desempeño escolar. Promoción de la autonomía y responsabilidad del alumno por sus logros y fracasos. Disponibilidad del maestro para atender los problemas emocionales de los estudiantes y no solamente las relacionadas con el aspecto académico. Una baja y débil interacción maestro-alumno correlaciona con tasas elevadas de conducta disocial y delincuencia20. 5. Expectativas consistentes del maestro respecto a los logros del alumno.Promover el trato individualizado y el nivel de exigencia debe estar de acuerdo a las habilidades y recursos intelectuales, emocionales, sociales y económicos del alumno 6. Buenas condiciones físicas y psicológicas para el trabajo individual y grupal. Solidaridad, compañerismo y trabajo en equipo. Detección de alumnos líderes solidarios. 7. Preocupación y capacitación del maestro para evaluar factores de riesgo y fortalezas en el manejo de la agresividad. 19 Kazdín, Alan. (1985) Tratamiento de la conducta antisocial en la infancia y la adolescencia. Martinez Roca. Barcelona 20 20 Kazdín, Alan. (1985) Tratamiento de la conducta antisocial en la infancia y la adolescencia. Martinez Roca. Barcelona La convivencia en la escuela, nos permite entender las interacciones sociales desde sus inicios y su curso en la infancia y la adolescencia, la presencia de conductas violentas en la escuela puede insensibilizar al estudiante respecto al rechazo de la misma y considerarla “normal”, e iniciar en algunos casos su carrera hacia el delito, por ello es importante que como educadores, psicólogos, psicoterapeutas, comunicadores, etc. estemos atentos y desarrollemos la capacidad de autocrítica constructiva de nuestras interacciones sociales. La participación de los alumnos y padres de familia para buscar soluciones es necesaria, por ello se debe mantener una comunicación efectiva con la escuela a través de diferentes medios de expresión, y participar en la elaboración del manual de convivencia del aula. Los padres y maestros deben dar reglas claras y no permitir que ningún alumno haga daño a otro, ni física ni psicológicamente. Así mismo supervisar y estar vigilantes a la conducta de sus compañeros. Para terminar cito a Castoriadis, filósofo y psicoanalista, dedicado al estudio históricosocial de las instituciones: «… solo una colectividad autónoma puede formar individuos autónomos y viceversa […] la autonomía es la capacidad de cuestionar la institución efectiva de la sociedad, y [la sociedad] debe hacerle a usted capaz de cuestionarla» (1999: 204).21 BILIOGRAFIA Abadi, Sonia. (1996). Transiciones. El modelo terapéutico de D.W. Winnicott. Argentina: Lumen. Calvo Rodríguez, Angel. Acoso Escolar: Procedimientos de Intervención. Editorial EOS. España. 2007 Castoriadis, C. (1999). Figuras de lo pensable. Madrid: Cátedra Cerezo, Fuensanta. Violencia y victimización entre escolares. El bullying estrategias de identificación y elementos para la intervención a través del Test Bull-S. Universidad de Murcia. España 2006. En Revista electrónica de Investigación Psicoeducativa Nº 9 Vol 4 (2), España 2006 pp 333-352. Kazdín, Alan. (1985) Tratamiento de la Conducta antisocial en la infancia y la adolescencia. Barcelona: Matinez Roca 21 Castoriadis, C. (1999). Figuras de lo pensable. Madrid: Cátedra INSTITUTO NACIONAL DE SALUD MENTAL HONORIO DELGADO-HIDEYO NOGUCHI (INSM) (2000). Diagnóstico situacional de la salud mental en el distrito de Independencia , Lima: INSM. Lazo, Héctor. (2002) En www.monografías.com. Lima, Perú. Niños del milenio. Proyecto internacional de incidencia en políticas públicas sobre la infancia en base a una investigación longitudinal de 15 años. Resultados Perú- 2002. En www.ninosdelmilenio.org Olweus, Dan. Bullying at schools. Wath we Know and we can do. Oxford: Black well. Traducción al Castellano de R. Fililla: Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Morata. Madrid, 1998 Puente, Rosa (2009) El maltrato por abuso de poder entre compañeros de escuela: bullying. En Escuela: espacio de salud mental. Lima: Comisión de educación Apppna. Rutter, Michael (1990) Fundamentos Científicos en Psiquiatría del desarrollo. Salvat, México.