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1 ENFERMEDAD DE KAWASAKI Kawasaki Disease Dra. Juliana Martínez del Sel. Médica de Planta. Hospital de Clínicas José de San Martín. División Dermatología. Córdoba 2351, 4to. piso, CABA, Argentina. CP: 1120. divisiondermatologia@gmail.com Resumen: La Enfermedad de Kawasaki es una vasculitis sistémica y autolimitada de las arterias de mediano calibre, con predilección por las arterias coronarias, donde conduce a la formación de ectasia, dilatación y aneurismas en hasta 25% de los pacientes no tratados. De etiología desconocida, afecta a niños menores a 5 años. No existe un estudio diagnóstico específico. El diagnóstico de certeza se basa en criterios clínicos (deben cumplirse al menos 4 de los 5 criterios, además de la fiebre): fiebre de al menos 5 días de evolución, conjuntivitis bulbar bilateral no supurativa, compromiso labial y/o de la mucosa oral, rash cutáneo, cambios en las extremidades y linfadenopatías cervicales. Se denomina Enfermedad de Kawasaki incompleta a aquella que cumple menos de 4 de los 5 criterios principales, pero que los estudios complementarios, de laboratorio o ecocardiograma, sugieren el diagnóstico de la enfermedad. El objetivo del tratamiento es detener tan pronto como sea posible el proceso inflamatorio, a fin de evitar el daño arterial. Inmunoglobulina Intravenosa asociada a ácido acetil-salicílico vía oral constituye el tratamiento de elección y ha demostrado reducir considerablemente el desarrollo de enfermedad coronaria. La Enfermedad de Kawasaki es autolimitada, incluso en ausencia de tratamiento. El pronóstico a largo plazo está determinado por las secuelas cardíacas. La tasa de mortalidad general es 0,8 a 1% y la principal causa de muerte, el infarto agudo de miocardio. 2 Palabras clave: Enfermedad de Kawasaki, vasculitis, aneurismas coronarios, inmunoglobulina intravenosa, ácido acetilsalicílico. Abstract: Kawasaki disease is a systemic, self-limited vasculitis of medium-sized arteries, with a predilection for the coronary arteries, which leads to the formation of stasis, dilatation and aneurysms in up to 25% of untreated patients. Of unknown etiology, it affects children from 3 months to 5 years. There is no specific diagnostic test for Kawasaki disease. The diagnosis is based on clinical criteria: fever of at least 5 days duration, non-suppurative bilateral bulbar conjunctivitis, lips or oral mucosae changes, skin rash, changes in the extremities and cervical lymphadenopathy. At least 4 of the 5 criteria must be satisfied, in addition to fever. Patients that don´t fulfill 4 of the 5 main criteria are diagnosed with Incomplete Kawasaki Disease if additional studies, such as laboratory or echocardiogram, suggest the diagnosis of the disease. The treatment of choice are Intravenous Immunoglobulin associated with acetylsalicylic acid orally, which reduces the development of coronary disease. Kawasaki disease is a self-limiting condition, even without treatment. The longterm prognosis is determined by cardiac sequelae. The overall mortality rate is 0.8 to 1% and the leading cause of death, acute myocardial infarction. Key words: Kawasaki Disease, vasculitis, coronary aneurysms, intravenous immunoglobulin, acetilsalicilic acid. 1. Introducción 3 La Enfermedad de Kawasaki es una vasculitis aguda sistémica y autolimitada de las arterias de mediano calibre. Ocurre más comúnmente en niños de 3 meses a 5 años de edad. Es causa de anormalidades en las arterias coronarias (dilataciones y aneurismas) en 25% de los pacientes no tratados que la padecen, de los cuales 2 a 3% fallece1-5. Es la segunda vasculitis en frecuencia en los niños, luego de la púrpura de Schönlein-Henoch, pero es la causa más común de enfermedad coronaria adquirida en niños en los países desarrollados, superando a la fiebre reumática y a la miocarditis viral1-3, 6. Las manifestaciones cutáneo-mucosas de la Enfermedad de Kawasaki ocurren durante las fases aguda y subaguda de la enfermedad. El reconocimiento de las mismas es clave para realizar un diagnóstico precoz e instaurar el tratamiento adecuado, a fin de detener tan pronto como sea posible el proceso inflamatorio que daña las arterias, fundamentalmente las arterias coronarias; de ahí la importancia del papel del dermatólogo1, 2. 2. Historia Tomosaku Kawasaki, médico japonés, describió la enfermedad en 1967 a partir de 50 pacientes que asistió entre 1961 y 1967, niños en la primera infancia con fiebre, rash cutáneo, edema e infección conjuntival, labios rojos y fisurados, lengua en frutilla, adenopatías ocasionales y descamación durante la convalecencia. Kawasaki la denominó “Sindrome adeno-muco-cutáneo” y la definió inicialmente como una entidad benigna, autolimitada, que no dejaba secuelas. Sin embargo, Takajiro Yamamoto, pediatra japonés, observó tiempo después, alteraciones electrocardiográficas, ritmo de galope o insuficiencia 4 cardíaca en 11 de 23 pacientes estudiados con Enfermedad de Kawasaki, por lo que estableció una relación causal con la enfermedad1-4, 6, 7. 3. Epidemiología La Enfermedad de Kawasaki tiene distribución mundial. Afecta a niños menores a 5 años de todas las etnias y en todas las regiones geográficas. Sin embargo1-7: -es más frecuente en el sexo masculino, con una relación 1,5 a 2 : 1. -afecta a niños entre 3 meses y 5 años, con un pico entre los 18 y los 24 meses. Excepcionalmente ocurre en niños mayores de 8 años y más rara vez aún, en la edad adulta. -la prevalencia varía de acuerdo a la etnia, con alta predominancia en Asia oriental, particularmente en japoneses: en el Reino Unido se calcula en 8,1/100.000 niños menores de 5 años; en Estados Unidos, en 17,1/100.000 niños menores de 5 años y en Japón, en 138 /100.000 niños menores de 5 años (la prevalencia más alta). -se describen más casos durante el invierno y a principios de la primavera. 4. Etiopatogenia La etiología de la Enfermedad de Kawasaki es desconocida. Se plantea una patogenia multifactorial, en donde factores ambientales, posiblemente infecciosos, actuarían como disparadores de la enfermedad en individuos genéticamente predispuestos, generando una respuesta inflamatoria aberrante e intensa que conduce al desarrollo de vasculitis1-3, 7. 5 4.1 Factores genéticos Se han aislado múltiples genes asociados con la Enfermedad de Kawasaki, que se relacionan con el funcionamiento de células endoteliales, metabolismo de los lípidos, adhesión de plaquetas y activación de la inmunidad3. Se han identificado numerosos polimorfismos de nucleótidos simples que predisponen a padecer la enfermedad de Kawasaki. Entre ellos se destacan1-3, 7: -gen ITPKC, locus 19q23, población japonesa y americana: regulador negativo de la activación de células T a través de la vía del calcio-NFAT. El alelo C puede contribuir a una hiperreactividad innmune en la Enfermedad de Kawasaki. -gen FCGR2A, locus 1q23, población europea y asiática: remarca la importancia de los receptores IgG en la patogénesis de la Enfermedad de Kawasaki y sustenta el uso de inmunoglobulina intravenosa (IgIV) como tratamiento. -gen ABCC4, locus 13q32, población europea, americana y australiana: es un transportador multifuncional de nucleótidos cíclicos que estimula la capacidad migratoria de las células dendríticas; también es un mediador en la secreción de prostaglandinas. -CD40, locus 20q12-q13.2, población japonesa y taiwanesa: el CD40L se expresa en la superficie de linfocitos T CD4 y plaquetas e interacciona con la proteína CD40, que se expresa en la superficie de las células endoteliales y células presentadoras de antígeno; traduce señales relacionadas con activación celular o desarrollo. Se ha visto expresión elevada de CD40L 6 durante la fase aguda de la Enfermedad de Kawasaki y más elevada aún en pacientes con aneurismas coronarios. -gen MMP-13: las metaloproteinasas son enzimas dependientes de zinc que degradan la matriz extracelular (fibras colágenas y elásticas); son producidas por las células musculares lisas de las paredes arteriales durante la respuesta inflamatoria y sufren up-regulation por el FNT alfa. Polimorfismos en el gen MMP-13 presentarían una asociación significativa con la formación de aneurismas coronarios. También se han identificado genes de resistencia a la Inmunoglobulina intravenosa –IgIV- (tratamiento de elección de la enfermedad): CASP3, FCGR3B, genes de la cadena de señales de TGF beta2. Se ha visto mayor incidencia de la enfermedad en niños de origen asiático, particularmente japoneses y coreanos. Esta mayor incidencia persiste aún cuando pacientes de estas etnias migran a otros países1, 2. Además de las diferencias en prevalencia entre las diferentes etnias, la teoría de la predisposición genética se apoya también en el incremento en 10 veces del riesgo relativo de padecer la enfermedad en familiares de primer grado de pacientes con Enfermedad de Kawasaki. En 50% de las familias el segundo caso ocurre en los primeros 10 días de aparición del caso índice1, 2, 7. 4.2 Factores ambientales La exposición en la infancia a uno o múltiples factores, en pacientes genéticamente susceptibles, desencadena una respuesta inmune con gran componente inflamatorio responsable del daño vascular que culmina en una vasculitis sistémica con particular predilección por las arterias coronarias. 7 Diversos agentes infecciosos han sido señalados como potenciales factores desencadenantes, entre ellos1-3, 9: -bacterias: Propionibacterium Acnes, S. Aureus y/o toxinas estafilocócicas, S. pyogenes y/o toxinas estreptocócicas, Mycoplasma Pneumoniae, Chlamydia Pneumoniae. -virus: retrovirus, coronavirus, virus Epstein-Barr, adenovirus, parvovirus B19, herpes virus 6, virus varicela-zóster, virus parainfluenza tipo 3, rotavirus, coronavirus. Esta hipótesis se basa en1-3: -el desarrollo súbito de la enfermedad -las variaciones estacionales de su incidencia -la resolución espontánea de la enfermedad, aún sin tratamiento, en la mayoría de los casos -la mayor prevalencia en niños entre 3 meses y 5 años, que son los más susceptibles a padecer enfermedades infecciosas. Se plantea que los adultos desarrollan inmunidad a los agentes causales y que los niños menores de 3 meses están protegidos por el pasaje transplacentario de los anticuerpos maternos -el bajo porcentaje de recurrencias. 33% de los pacientes con Enfermedad de Kawasaki presentan, al momento del diagnóstico de la enfermedad, una infección previa o concurrente. Sin embargo, hasta la fecha ningún patógeno ha sido fehacientemente confirmado como agente etiológico1, 2, 9. 8 Se han investigado etiologías por exposición a medicamentos, toxinas, pesticidas, químicos y metales pesados (mercurio), sin encontrar aún relación entre la exposición de estos químicos y la enfermedad7. 5. Clínica La Enfermedad de Kawasaki consta de 4 fases: aguda, subaguda, de convalecencia y crónica1. 5.1 Fase aguda En pacientes no tratados dura 1 a 2 semanas. Las manifestaciones ocurren secuencial más que simultáneamente, lo que dificulta y retrasa el diagnóstico. La afección cutáneo-mucosa ocurre en esta fase, de ahí la importancia de conocerla y reconocerla, a fin de realizar un diagnóstico precoz e instaurar rápidamente el tratamiento adecuado1-3, 7, 9-11. Fiebre: alta (39 a 40º), en picos (1 a 2 por día), que no cede con antitérmicos comunes; sin tratamiento habitualmente dura 11 días, pero puede persistir por 3 a 4 semanas; con el tratamiento adecuado cede en 48 horas. Síntomas constitucionales: astenia, adinamia. La irritabilidad es un signo presente en 100 % de los niños con Enfermedad de Kawasaki; si bien no se conoce el mecanismo exacto, se la vincula con el desarrollo de meningitis aséptica. Manifestaciones cardíacas: pueden darse o no: taquicardia, anormalidades en la conducción, miocarditis (50 a 70%), pericarditis, derrame pericárdico, valvitis con insuficiencia valvular. Las lesiones 9 arteriales que presentan los pacientes con Enfermedad de Kawasaki tienen una progresión característica según la duración de la misma. Se clasifican en varios estadios, según el tiempo transcurrido (Tabla 1). Manifestaciones cutáneo-mucosas (90% de los pacientes las presentan): -eritema, induración o descamación del sitio de inoculación de la BCG: si bien no siempre se encuentra, es altamente sugestivo de la Enfermedad de Kawasaki. Se cree que ocurre por reacción cruzada de los linfocitos T entre proteínas humanas del shock térmico y epitopes específicos de las Mycobacterias. -“rash cutáneo”: exantema variable, inespecífico, polimórfico, habitualmente sin vesículas ni costras, de tipo máculo-papular difuso, urticariforme, escarlatiniforme, eritrodérmico o símil eritema multiforme; usualmente aparece al 5to día de iniciada la fiebre; inicialmente compromete la región inguino-perineo-genital, para luego generalizarse. (Foto 1). -cambios en las extremidades: eritema + edema palmo-plantar, a veces doloroso. (Foto 2). -afección ocular: conjuntivitis bilateral, bulbar, no supurativa (“conjuntivitis seca”), que inicia poco después que la fiebre y desaparece rápidamente; uveítis anterior. (Foto 3). -afección de labios y mucosas oral: labios rojos, fisurados, secos, a veces con sangrado; lengua roja “en frutilla”(eritema intenso con papilas gustativas prominentes); enantema faríngeo. (Foto 4). Linfadenopatías: habitualmente una linfadenomegalia única, cervical (localizada en el triángulo cervical anterior), de más de 1,5 cm, no 10 purulenta, asintomática o levemente dolorosa; se ve en 50 a 75% de los pacientes. Manifestaciones osteo-artículo-musculares: artritis, artralgias. Manifestaciones gastrointestinales: diarrea, vómitos, dolor abdominal, ictericia, hidrops vesical, isquemia gastrointestinal. Manifestaciones neurológicas: meningitis aséptica, encefalopatía, ataxia, convulsiones, parálisis de los pares craneales, hipoacusia neurosensorial transitoria. Manifestaciones génito-urinarias: disuria, uretritis, proteinuria, nefritis túbulo-intersticial, insuficiencia renal. Otras manifestaciones: neumonitis, otitis, rinorrea, hiponatremia secundaria a secreción inadecuada de hormona antidurética, sindrome de activación macrofágica, plaquetopenia. Bocián y col12. publicaron en 2003 un estudio realizado en el Hospital Garrahan sobre las manifestaciones de la Enfermedad de Kawasaki. En cuanto a los criterios diagnósticos, constataron fiebre en el 100% de los pacientes, inyección conjuntival en el 77%, compromiso de la mucosa orofaríngea en el 88%, compromiso de las extremidades en el 89%, exantema en el 95% y compromiso ganglionar en el 68%. Con respecto a las manifestaciones clínicas asociadas observaron compromiso cardiovascular en 39%; gastrointestinal en el 25%; osteoarticular en el 14%; genitourinario en el 12% y neurológico en el 90%. 5.2 Fase subaguda Son las dos semanas siguientes a la desaparición de la fiebre. El rash cutanéo y las linfadenopatías resuelven. 11 15 a 25 % de los niños no tratados desarrollan aneurismas. Las principales arterias involucradas son las coronarias, seguidas de las axilares. En la Enfermedad de Kawasaki los aneurismas ocurren predominantemente en los segmentos proximales y en las bifurcaciones de las arterias coronarias y por lo general involucran múltiples vasos. Raramente se ha detectado injuria en arterias de extremidades, renales o de órganos internos, pero siempre en asociación con el desarrollo de aneurismas coronarios. En todo paciente con Enfermedad de Kawasaki deben palparse cuidadosamente todas las arterias periféricas accesibles, en particular las axilares y las inguinales. El compromiso de las arterias periféricas puede llevar a necrosis distal con amputación de dedos o partes más extensas de los miembros 1, 2, 6, 7, 9. Otras alteraciones en esta fase son miocarditis, pericarditis, derrame pericárdico, insuficiencia valvular, insuficiencia cardíaca e infarto de miocardio. Es el período de mayor riesgo para el paciente por el riesgo de muerte súbita 1, 2. (Tabla 1). 5.3 Fase de convalecencia Es un período silente, sin síntomas clínicos, que persiste hasta que se normalizan los valores séricos de los reactantes de fase aguda (indicadores de inflamación). Dura de 6 a 8 semanas1-3. No todos los marcadores de inflamación están alterados en las fases iniciales. Es por esto que los dosajes en sangre deben repetirse y controlarse periódicamente. La trombocitosis ocurre recién hacia el final de la segunda semana de enfermedad, llegando a su pico en la tercera (media: 700.000/mm3), con normalización progresiva en 4 a 8 semanas, por lo que no resulta una herramienta útil para el diagnóstico temprano. Por el contrario, en 12 algunos pacientes se observa trombocitopenia en vez de trombocitosis, marcador de peor pronóstico2, 3. Una manifestación cutánea de esta etapa es la descamación de los dedos de manos y pies, que se inicia a nivel periungueal y luego se generaliza1, 2. 5.4 Fase crónica Corresponde a aquellos pacientes que han desarrollado enfermedad coronaria: ectasia, dilatación y/o aneurismas. Los pacientes tratados durante la fase aguda tienen menor riesgo de desarrollar la fase crónica que aquellos que no recibieron tratamiento (5% vs 25% respectivamente) 1-4. La Enfermedad de Kawasaki es la primera causa de cardiopatía adquirida en niños de países desarrollados, en vías de desarrollo y en Japón. Las dos secuelas más comunes son los aneurismas coronarios y el infarto agudo de miocardio –IAM-. (Tabla 1). Existen numerosos factores de riesgo relacionados con la formación de aneurismas coronarios1-3, 7, 9: -edad menor a 1 año o mayor a 5 años -sexo masculino -resistencia a IgIV -enfermedad de Kawasaki incompleta -fiebre de más de 10 días de duración antes del inicio del tratamiento con IgIV -albúmina <3 g/l al momento del diagnóstico -altas concentraciones de PCR -leucocitosis con predominio neutrofílico o de bandas -trombocitopenia -hemoglobina sérica disminuida 13 -hipokalemia -hiponatremia -elevación de transaminasas De 1 a 2 meses después de inciada la fiebre pueden observarse en la uñas surcos transversales profundos (líneas de Beau)3, 7. 5.5 Enfermedad de Kawasaki en el adulto Sève y col. 13 realizaron un estudio en 57 pacientes adultos con Enfermedad de Kawasaki, estableciendo diferencias entre niños y adultos: los adultos presentan mayor compromiso de ganglios cervicales (93% vs 15%), hepatitis (65% vs 10%) y artralgias (61% vs 23-38%) que los niños, pero presentan menos meningitis (10% vs 34%), trombocitosis (55% vs 100%) y aneurismas coronarios (5% vs 25%). Concluyeron que la Enfermedad de Kawasaki es de difícil diagnóstico en el adulto, que debe considerarse en todo paciente febril que no mejora con antibióticos y que se pueden utilizar los mismos criterios clínicos de diagnóstico que en los niños3, 13. 6. Diagnóstico El diagnóstico de Enfermedad de Kawasaki debe hacerse en la fase aguda, a fin de iniciar el tratamiento adecuado para disminuir la inflamación y minimizar el riesgo de compromiso de las arterias coronarias1, 2. No existe ningún estudio diagnóstico específico para la Enfermedad de Kawasaki. El diagnóstico de certeza se basa en criterios clínicos establecidos en 1990 por el Kawasaki Disease Research Committee y modificados en 2004 por la American Heart Association1-4, 7, 9, 10 (TABLA 2). 14 6.1 Criterios clínicos de diagnóstico de Enfermedad de Kawasaki: 1) Fiebre: de más de 5 días de duración 2) Conjuntivitis: bilateral, bulbar, no exudativa 3) Linfadenopatías: cervicales, no purulentas, mayores a 1,5 cm. 4) Rash cutáneo: exantema polimórfico, generalizado 5) Cambios en labios y/o mucosa oral: labios rojos, fisurados, secos; lengua en frutilla; enantema faríngeo. 6) Cambios en las extremidades: fase aguda: eritema + edema palmo-plantar fase de convalecencia: descamación de los dedos. El comité japonés había establecido que para realizar el diagnóstico de Enfermedad de Kawasaki debían cumplirse 5 de los 6 criterios. La American Heart Association estableció que la fiebre es un criterio mandatario y que deben cumplirse al menos 4 de los otros 5 criterios, además de la fiebre, para el diagnóstico de Enfermedad de Kawasaki10. Usualmente estos hallazgos no aparecen al mismo tiempo; sin embargo, la mayoría lo hace durante la fase aguda, en los primeros 7 a 10 días de la enfermedad2, 3. Muchos de los pacientes con Enfermedad de Kawasaki cumplen algunos, pero no todos, los criterios clínicos. Aún así estos pacientes presentan riesgo de desarrollar aneurismas coronarios. Existen, entonces, criterios diagnósticos suplementarios que se basan en hallazgos de laboratorio y ecocardiográficos. Se denomina Enfermedad de Kawasaki incompleta a aquella que cumple menos de 4 de los 5 criterios principales de diagnóstico pero que los estudios 15 complementarios, de laboratorio o ecocardiograma, sugieren el diagnóstico de Enfermedad de Kawasaki1-3, 5, 9, 10. (Tabla 3). Los pacientes con Enfermedad de Kawasaki incompleta representan el 25% del total de los afectados y son los que presentan mayor riesgo de experimentar afección de las arterias coronarias debido al retraso en el diagnóstico y en la instauración del tratamiento adecuado. Niños entre 5 y 12 meses son los que tienen mayor probabilidad de presentar la enfermedad de Kawasaki en su variedad incompleta1, 2. 6.2 Criterios diagnósticos suplementarios de laboratorio de Enfermedad de Kawasaki1, 10: 1) Albúmina < 3g/dl. 2) PCR > 3mg/dl 3) ESD > 40 mm/h 4) Leucocitosis > 15.000/mm3 5) Anemia normocítica normocrómica 6) GPT elevada 7) Piuria estéril: > 10 piocitos/mm3. Los exámenes de laboratorio son herramientas útiles tanto para el diagnóstico como para el seguimiento de la Enfermedad de Kawasaki3, 4. Es frecuente el hallazgo de leucocitosis (con predominio de granulocitos y con formas inmaduras) y anemia. En trabajos recientes se ha descripto el hallazgo frecuente de eosinofilia, con aumento progresivo desde la fase aguda y con un pico máximo en la fase de convalescencia14. La leucopenia es rara, así como la trombocitopenia (marcador de peor pronóstico). La 16 trombocitosis es frecuente, aunque más tardía (segunda a tercera semanas de la enfermedad). La eritrosedimentación acelerada (con valores superiores a 90 a 100 mm/h) y la proteína c reactiva son casi una constante1-3, 14. 10% de los pacientes cursan con hiperbilirrubinemia, 40% con elevación de las transaminasas y 67%, con aumento de la gamma glutamil transpeptidasa (GGT) 1-3, 14. La hipoalbuminemia es frecuente y se asocia a un curso más grave de la enfermedad1-3, 14. El sedimento urinario puede evidenciar piuria estéril hasta en 33% de los afectados, posiblemente vinculado a uretritis1-3, 14. Característicamente FAN y FR resultan negativos en la Enfermedad de Kawasaki6, 8. 6.3 Ecocardiograma como herramienta diagnóstica en la Enfermedad de Kawasaki1-4, 7, 9, 15: Ante todo paciente con Enfermedad de Kawasaki, tanto en su forma completa como en la incompleta, deben realizarse al menos 3 ecocardiogramas. El ecocardiograma es un método sensible y específico para detectar dilatación, ectasia o aneurismas. El primero debe realizarse al momento del diagnóstico. Si resulta normal y la actividad inflamatoria es rápidamente controlada, debe realizarse el segundo ecocardiograma entre los 10 y 14 días siguientes y el tercero, entre las 6 y las 8 semanas posteriores (esto es porque la mayoría de los aneurismas coronarios se desarrollan en las primeras seis semanas de la enfermedad). En caso de 17 hallarse afección de las arterias coronarias se impone la interconsulta con Cardiología para seguimiento y tratamiento. Actualmente se utiliza la clasificación Z-score para determinar ectasia, pues evalúa las dimensiones de las arterias coronarias ajustada por superficie corporal en comparación con la población normal. El ecocardiograma puede evidenciar aumento del brillo perivascular, ectasia o estrechamiento de las arterias coronarias, que representan inflamación arterial previa al desarrollo de los aneurismas, que raramente se ven antes de 10 días de enfermedad. La American Heart Association clasifica los aneurismas coronarios en los niños en: -pequeños: diámetro interno de 5 mm. -medianos: diámetro interno entre 5 y 8 mm. -gigantes: diámetro interno mayor a 8 mm. De acuerdo al Ministerio de Salud Japonés se define la afección coronaria en el ecocardiograma de la siguiente manera: -diámetro luminal interno de las arterias coronarias mayor a 3 mm en niños menores de 5 años y mayor a 4 mm en niños mayores. -diámetro luminal interno de un segmento arterial 1,5 veces o más mayor que otro segmento adyacente. -irregularidades luminales evidentes. La angioresonancia ha probado ser una buena alternativa no invasiva, así como la tomografía computarizada de alta resolución, cuando la ecocardiografía transtorácica no es eficiente. 18 En resumen, debe sospecharse la Enfermedad de Kawasaki en todo niño con fiebre alta, exantema y evidencia de inflamación, especialmente si la fiebre persiste más de 4 a 5 días. Y ante toda sospecha de Enfermedad de Kawasaki debe realizarse un ecocardiograma en forma precoz y repetirse en función de la evolución clínica y de los hallazgos. Un ecocardiograma negativo no descarta Enfermedad de Kawasaki. 7. Diagnóstico diferencial Numerosas entidades pueden cursar con síntomas similares a los criterios clínicos de diagnóstico de la Enfermedad de Kawasaki (Tabla 3), entre ellas: otras vasculitis, enfermedades mediadas por toxinas, exantemas virales y enfermedades inflamatorias. Los principales diagnósticos clínicos a considerar son: infección por virus Epstein-Barr, adenovirus, echovirus, sarampión, sindrome de shock tóxico, escarlatina, intoxicación por mercurio, artritis idiopática juvenil, poliarteritis nodosa, eritema multiforme y reacciones adversas a fármacos1, 4, 7, 11, 16. 8. Tratamiento El objetivo del tratamiento es detener tan pronto como sea posible el proceso inflamatorio, a fin de evitar el daño arterial, fundamentalmente en las arterias coronarias, y la miocarditis. El tratamiento que reduce la inflamación en la fase aguda de la enfermedad mejora el pronóstico1, 2, 4. El inicio durante la fase aguda de Inmunoglobulina Intravenosa (IgIV) asociada a ácido acetil-salicílico vía oral (AAS VO) constituye el tratamiento de elección para la Enfermedad de Kawasaki y ha demostrado reducir considerablemente 19 el desarrollo de enfermedad coronaria2-4, 16. Los pacientes que reciben el tratamiento combinado en los primeros siete a 10 días de la enfermedad tienen una respuesta favorable; la falta de respuesta al tratamiento debe considerarse de mal pronóstico, con aumento del riesgo de formación de aneurismas coronarios3. 8.1) Inmunoglobulina Intravenosa: 2g/kg en dosis única, como infusión lenta en 10 a 12 horas. Constituye el tratamiento de primera elección. La administración de IgIV en la fase aguda de la enfermedad reduce la aparición de aneurismas de 15-25% a menos de 5%. Debe iniciarse dentro de los primeros 10 días de fiebre y, si es posible, antes del día 7. Pasado ese lapso resulta efectiva para disminuir la inflamación pero NO para prevenir lesiones en las arterias coronarias1, 2, 15. El mecanismo de acción de la IgIV es desconocido; se ha asociado a la supresión de monocitos y macrófagos activados, al bloqueo de la interacción entre el endotelio y las células naturall killer, a la estimulación de receptores inhibitorios, a la modulación en la producción de citoquinas, a la neutralización de superantígenos bacterianos, a la disminución de la síntesis de anticuerpos, al aumento de la actividad de linfocitos T supresores y a la reducción del estrés oxidativo en los vasos sanguíneos3, 7. La infusión en monodosis a razón de 2g/kg demostró ser más efectiva en la prevención de la formación de aneurismas que el pasaje de IgIV 400 mg/kg/día por 4 días consecutivos, esquema utilizado anteriormente2. 20 Se puede repetir una segunda dosis de IgIV a las 48 horas, asociada a corticoides IV, en aquellos pacientes con escasa respuesta a la dosis inicial3, 15, 17. La resistencia a IgIV constituye un factor de alto riesgo para el desarrollo de enfermedad coronaria. Se da en 11 a 23% de los pacientes. Se define como persistencia de fiebre y/o signos clínicos y/o marcadores inflamación más allá de 48 hs de administrada la IgIV a 2g/kg en monodosis. Diversos scores han sido desarrollados para identificar a los pacientes con mayor riesgo de resistencia a la IgIV y, por ende, mayor riesgo de desarrollar dilataciones y/o aneurismas arteriales, entre los cuales se encuentra el score de Kobayashi (Tabla 4). Sin embargo, estos scores resultan útiles en la población japonesa pero poseen muy baja sensibilidad en otras etnias, ante lo cual un score de Kobayashi bajo (<5) no excluye resistencia a IGIV en forma fehaciente1, 2. 8.2) Ácido acetil-salicílico (AAS, aspirina): 30 a 50 mg/kg/día VO. Constituye el tratamiento de primera línea de la Enfermedad de Kawasaki, junto con la IgIV. A altas dosis tiene efecto antiinflamatorio mientras que a bajas dosis, efecto antitrombótico antiplaquetario. Se administra a razón de 30 a 50 mg/kg/día VO (dividida en 4, una cada 6 horas), durante la fase aguda de la enfermedad. 48 a 72 horas después de que cede la fiebre, se continúa con 3 a 5 mg/kg/día VO, en una sola dosis diaria, por un mínimo de 6 semanas. Se demostró que dosis antiinflamatorias de AAS de 30 a 50 mg/kg/día resultan igual de efectivas que dosis más altas usadas hasta hace poco tiempo (80 a 100 mg/kg/día); además son mejor 21 toleradas y tienen menos efectos adversos (toxicidad, sindrome Reye, sordera neurosensorial)1, 2, 7, 15. 8.3) Corticoides El uso de corticoides como tratamiento de primera elección en la Enfermedad de Kawasaki es controversial. Chen y col.18 publicaron en 2013 un meta-análisis comparando la frecuencia de desarrollo de aneurismas coronarios en 1011 pacientes con Enfermedad de Kawasaki severa tratados con IgIV sola vs IgIV + corticoides. Concluyeron que los pacientes que recibieron IgIV + corticoides desarrollaron anomalías coronarias en un porcentaje significativamente menor que los que recibieron IgIV sola (7,6 vs 18,9%, respectivamente), con una frecuencia de efectos adversos severos similar en ambos grupos. Dado que la mayoría de los estudios evaluados fueron realizados en Japón, se desconoce si se pueden extrapolar los resultados a los afectados de otras etnias2, 18. El American Paediatric Heart Network Study evaluó el uso de metilprednisolona 30 mg/kg IV en monodosis; el estudio japonés RAISE evaluó dosis más bajas de prednisolona: 2mg/kg/día IV durante 5 días y luego prednisolona VO y en dosis decrecientes, durante al menos dos semanas, hasta la normalización de la PCR. Los resultados fueron contradictorios: mientras que el estudio japonés demostró amplios beneficios de esta terapéutica, el estudio americano no pudo encontrar ninguno. Cabe destacar que el estudio RAISE incluyó exclusivamente pacientes con alto riesgo de resistencia a IgIV según el score de Kobayashi, no así el estudio americano2. 22 Ni el estudio RAISE ni el meta-análisis de Chen y col. especifican si todos los niños con Enfermedad de Kawasaki deben recibir el tratamiento combinado (IgIV + corticoides IV), o solo aquellos con enfermedad severa, ni tampoco dosis, tiempo total de tratamiento y vía de administración de la medicación. Recomendaciones actuales para el tratamiento con corticoides de la Enfermedad de Kawasaki2: Indicaciones: Resistencia a IgIV: persistencia de fiebre y/o signos clínicos y/o marcadores inflamación más allá de 48 hs de administrada la IgIV a 2g/kg en monodosis o score de Kabayashi mayor o igual a 5. Enfermedad de Kawasaki severa: -niños menores a 1 año -marcadores de inflamación severa: PCR elevada persistente a pesar de la administración de IgIV a 2g/kg; disfunción hepática; hipoalbuminemia; anemia. -shock -sindrome hemofagocítico. Pacientes con aneurismas coronarios o periféricos al momento del diagnóstico de la enfermedad o en ecocardiograma realizado durante la primera semana de la misma. Pacientes con signos de inflamación cardíaca al momento del diagnóstico de la enfermedad o en ecocardiograma realizado durante la primera semana de la misma: aumento del brillo de los vasos, dilatación de las arterias coronarias, insuficiencia mitral, derrame pericárdico. 23 Dosis, vía y tiempo de administración: se aceptan dos esquemas: Inicialmente: metilprednisolona 10 a 30 mg/kg/día IV por 3 días A continuación: prednisolona 2mg/kg/día VO por 4 días o hasta normalización de PCR y luego en dosis decrecientes durante 2 a 3 semanas hasta su suspensión. Inicialmente: metilprednisolona 0,8 mg/kg cada 12 horas IV por 5 a 7 días o hasta normalización de la PCR. A continuación: prednisolona 2 mg/kg/día VO en dosis decrecientes, hasta suspensión en 2 a 3 semanas. 8.4) Otros tratamientos 8.4.1) Anti-FNT alfa El FNT alfa se encuentra elevado en los pacientes con Enfermedad de Kawasaki. Niveles más altos se correlacionan con mayor riesgo de desarrollar enfermedad coronaria. En base a esto se propone al infliximab como una posible opción terapéutica para pacientes con Enfermedad de Kawasaki resistente a IgIV, con buena respuesta, excelente tolerancia y ausencia de efectos adversos. El infliximab es un anticuerpo monoclonal quimérico murinohumano que se une específicamente al FNT alfa. Se utiliza a razón de 5mg/kg IV en una infusión de 2 a 3 horas. Etanercept, receptor soluble del FNT alfa, también ha demostrado ser útil y bien tolerado en niños con la enfermedad2, 15. 8.4.2) Inmunosupresores 24 Se utilizan en pacientes con Enfermedad de Kawasaki resistente a IgIV y que no responden tampoco a corticoides IV ni a anti-FNT alfa. No existen estudios controlados sino reporte de casos y experiencia de expertos en el tema. Se utiliza ciclosporina, ciclofosfamida y metotrexate2, 7. 8.4.3) Plasmaféresis Posee las mismas indicaciones y las mismas observaciones que los inmunosupresores antes mencionados2. El algoritmo de la Figura 1 resume las recomendaciones actuales de tratamiento de la fase aguda de la Enfermedad de Kawasaki. 8.5) Tratamiento en las fases de convalecencia y crónica El objetivo del tratamiento es prevenir la oclusión de las arterias coronarias y el IAM mediante la antiagregación plaquetaria y la inhibición de la trombogénesis. Es de fundamental importancia la disminución de los factores de riesgo cardiovascular: obesidad, dislipemia y tabaquismo. El tratamiento alargo plazo consiste en AAS en dosis antiplaquetarios: 3 a 5 mg/kg/día VO por un mínimo de 6 a 8 semanas, con ecocardiograma normal. En pacientes con aneurismas coronarios el AAS debe continuarse hasta dos años después de resueltos los mismos. Si los aneurismas no resuelven, el tratamiento con AAS debe continuarse de por vida. En algunos casos (aneurismas gigantes, aneurismas múltiples) es necesaria la anticoagulación. 25 El tratamiento y seguimiento de los pacientes en esta fase debe ser realizado por profesionales idóneos; se recomienda dejarlo en manos de cardiólogos infantiles1, 2, 4. 8.6) Otras consideraciones La inmunización con vacunas a virus vivos atenuados debe postergarse por lo menos 11 meses luego del tratamiento con IgIV en pacientes con Enfermedad de Kawasaki por la posible falta de respuesta a las mismas (al inhibirse la replicación viral por la IgIV no se genera inmunidad activa). Además, existe riesgo de reestimular el proceso inflamatorio quiescente durante la fase de convalecencia mediante la vacunación. Pasado ese lapso debe cumplirse el esquema de vacunación habitual según el calendario obligatorio1, 7, 15. Aquellos pacientes que requieran tratamiento prolongado con AAS deberán ser inmunizados con la vacuna para el virus varicela-zoster a fin de evitar el Sindrome de Reye1, 7, 15. 9. Evolución y Pronóstico La Enfermedad de Kawasaki es autolimitada. Los signos y síntomas evolucionan en los primeros 7 a 10 días, para desaparecer progresivamente en la mayoría de los pacientes, incluso en ausencia de tratamiento 3, 4. Sin embargo, la enfermedad de Kawasaki puede evolucionar de diferentes maneras1, 2, 4: -resolución completa sin secuelas cardíacas (75%). -desarrollo de anormalidades en las arterias coronarias: de los pacientes tratados con IgIV dentro de los primeros 10 días de fiebre sólo 3 a 5% 26 desarrolla dilatación transitoria de las arterias coronarias y 1%, aneurismas gigantes; de los pacientes no tratados 25% desarrolla enfermedad coronaria y de ellos, 2 a 3% fallece. -compromiso cardíaco, incluyendo miocarditis, insuficiencia cardíaca, arritmias, trombosis intra-aneurismas e IAM -recurrencia de la enfermedad: la recurrencia de la Enfermedad de Kawasaki es muy poco frecuente: 0,8% en estados Unidos, 3% en Japón. El riesgo de recurrencia aumenta cuanto mayor es la edad del paciente. La recurrencia es sumamente inusual en los primeros dos años de padecida la enfermedad. Se han descripto múltiples recurrencias en un mismo paciente, incluso hasta la edad adulta. La tasa de mortalidad general de la Enfermedad de Kawasaki es 0,8 a 1% y la principal causa de muerte, el IAM (más raramente la ruptura de los aneurismas). El pico de mortalidad ocurre entre los primeros 15 a 45 días de iniciada la fiebre. El pronóstico a largo plazo está determinado por las secuelas cardíacas. La Enfermedad de Kawasaki es una causa importante de enfermedad cardíaca en la vida adulta2, 6, 7. La contractilidad miocárdica a largo plazo permanece normal en pacientes con miocarditis transitoria por Enfermedad de Kawasaki. Los pacientes con ecocardiograma normal o con dilatación arterial muy leve cursan con muy buen pronóstico. Sin embargo, aquellos pacientes con aneurismas o dilatación persistentes tienen alto riesgo de estenosis de las arterias coronarias y de trombosis2, 6. 50 a 70% de los aneurismas coronarios resuelven en el transcurso de 1 a 2 años. Por el contrario, los aneurismas 27 gigantes (>8 mm) tienen menor probabilidad de resolver y mayor riesgo de progresión a estenosis y IAM (16%), secundario a trombosis intra-aneurisma o a estenosis progresiva de las arterias por el remodelamiento del aneurisma (fibrosis + proliferación subendotelial). El mayor riesgo de IAM se observa durante el primer año posterior a la enfermedad. Los IAM se expresen en forma diferente en los niños que en los adultos: una revisión realizada en Japón en 197 niños con IAM debido a Enfermedad de Kawasaki mostró que los principales síntomas fueron malestar generalizado, dolor abdominal, vómitos e hipotensión arterial; de ahí la importancia de la sospecha clínica para realizar el correcto diagnóstico2, 6, 7. Los pacientes con aneurismas que persisten más de 6 semanas requieren seguimiento cardiovascular prolongado en la edad adulta. Se ha visto que las arterias comprometidas por la Enfermedad de Kawasaki presentan, a largo plazo, menor distensibilidad. Actualmente se está llevando a cabo un estudio en el Reino Unido para evaluar si la Enfermedad de Kawasaki padecida en la infancia predispone a ateroesclerosis prematura y calcificación de las paredes vasculares, con la consecuente rigidez arterial, hecho denominado “vasculopatía tardía de la Enfermedad de Kawasaki” 1, 2, 6, 7. 10. Conclusiones La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis aguda y sistémica de las arterias de mediano calibre, con predilección por las arterias coronarias, en donde se forman dilataciones y aneurismas en hasta 25% de los pacientes no son tratados, de los cuales 1 a 2 % fallece. Autolimitada, afecta a niños menores de 5 años. 28 El tratamiento de elección, IgIV (2g/kg en monodosis como infusión lenta en 10 a 12 hs), asociada a AAS (30 a 50 mg/kg/día VO, dividido en 4 dosis, 1 cada 6 horas) debe instaurarse en la fase aguda de la enfermedad, durante los primeros 7 a 10 días, a fin de frenar rápidamente el proceso inflamatorio y prevenir el daño cardiovascular. Actualmente se considera la instauración de corticoides IV como tratamiento de primera elección, asociados a IgIV + AAS, en aquellos pacientes con Enfermedad de Kawasaki severa o con resistencia a IgIV. La Enfermedad de Kawasaki presenta múltiples y variadas manifestaciones cutáneo-mucosas, fundamentalmente en la fase aguda. De ahí la importancia de que el dermatólogo conozca y reconozca esta patología, a fin de colaborar en el diagnóstico precoz y en la instauración oportuna del tratamiento adecuado. El seguimiento de los pacientes con Enfermedad de Kawasaki debe ser prolongado y multidisciplinario. 11. Agradecimientos La autora agradece la colaboración de los dres. Ariel Sehtman y Romina Tellería. 12. Bibliografía 1) Jamieson N, Singh-Grewal D. Kawasaki Disease: A Clinician´s Update. International Journal of Pediatrics 2013; Article ID 645391, 7 páginas. http://dx.doi.org//10.1155/2013/645391 2) Eleftheriou D, Levin M, Shingadia D, Tulloh R y col. Management of Kawasaki disease. Arch Dis Child 2014; 99: 74-83. 3) Cardozo-López M, Escobar-Berrío A, Alvarán-Mejía M, Londoño-Restrepo JD. Enfermedad de Kawasaki: diagnóstico y tratamiento. Revista Ces Medicina 2012; 26 (2): 261-272. 4) Faden A. Recurrent lip swelling as a late presentation of Kawasaki disease: Case report and review of literature. The Saudi Dental Journal 2013; 25: 43-47. 29 5) Pérez-Rodón J, Aboal J, Morales M, Masiá R. Enfermedad de Kawasaki con afección coronaria en el adulto. Rev Esp Cardiol. 2006; 59 (11): 12021205. 6) Rozo JC, Jefferies J, Eidem B, Cook P. Kawasaki Disease in the Adult. 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