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La Plaza de las Tres Culturas o Plaza de Tlatelolco es una plaza ubicada en el centro de la Ciudad de México, en la Delegación Cuauhtémoc. Su nombre proviene del hecho de que los conjuntos arquitectónicos ubicados en su alrededor provienen de tres etapas históricas diferentes: Cultura de Tenochtitlan, previa a la Conquista de México por los españoles y está representada por una serie de pirámides y ruinas prehispánicas, del pueblo mexica llamado Tlatelolca. En esta época y en este lugar, existía un famoso mercado que abastecía de todo tipo de mercancías provenientes de la Mesoamérica a los habitantes del Valle de México. Ésta es la etapa de la Primera Cultura. Cultura Española, desde la Conquista de México hasta su independencia, representada por un convento y el templo católico de Santiago, del periodo colonial. En la zona se fundó el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, a cargo de los evangelizadores españoles Bernardino de Sahagún y Juan de Zumárraga. Los conquistadores tenían la costumbre de construir sus templos cristianos exactamente sobre los templos prehispánicos ya que, además, así aprovechaban las piedras para la construcción. Ésta es la etapa de la Segunda Cultura. Cultura del México moderno, representada por la Torre de Tlatelolco, sede hasta 2005 de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y actualmente sede del Centro Cultural Universitario y Memorial del 68 de la UNAM, así como los edificios habitacionales, conocidos como Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco. Varias de estas edificaciones son la obra del destacado arquitecto Mario Pani Darqui. Ésta es la etapa del sincretismo criollo y corresponde a la Tercera Cultura. [editar] Historia Su mercado fue visitado por Hernán Cortés, antes de la guerra de conquista. Unos días más tarde, tuvo lugar la última y decisiva batalla contra los mexicas el 13 de agosto de 1521 cuando derrotado, Cuauhtémoc fue obligado a capitular ante Cortés. El cronista Bernal Díaz del Castillo describe que la matanza de mexicas, ese día, fue tan sangrienta que era imposible caminar por el lugar debido a la cantidad de cadáveres apilados. Se estima que más de 40,000 indígenas fueron asesinados ese día. Ahí se firmó en 1967 el Tratado de Tlatelolco dando origen a América Latina como zona libre de armas nucleares. El tratado fue obra principalmente del diplomático mexicano Alfonso García Robles, quién debido a ello sería galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1982. Tuvo lugar una segunda matanza, 400 años después de la primera, conocida como la Matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968 y en la que perdieron la vida cientos de civiles, principalmente estudiantes, a manos del ejército y la polícia, por órdenes del presidente Gustavo Díaz Ordaz y su Secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez, ambos políticos afiliados al PRI [1]. Varios escritores mexicanos plasmaron los hechos, siempre negados oficialmente, en varias obras hoy clásicas, entre ellos Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y el Premio Nobel de Literatura Octavio Paz. También quedaron plasmados en las letras del cantautor José de Molina, del trovador Fernando Delgadillo con la canción "No se olvida" y en obras cinematográficas como Rojo Amanecer. Varias de las edificaciones fueron seriamente dañadas en el Terremoto de México de 1985, principalmente el Edificio Nuevo León, de la Unidad Habitacional. [editar] Monumentos conmemorativos Monumento a las víctimas de la Matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968. En la plaza hay dos monumentos conmemorativos, estos en recuerdo de las matanzas que tuvieron como escenario este lugar, las cuales son: En la Zona Arqueológica de Tlatelolco, frente a la iglesia de Santiago, hay una placa en recuerdo de la matanza sucedida en el recinto el 13 de agosto de 1521 que reza de la siguiente manera: EL 13 DE AGOSTO DE 1521 HEROICAMENTE DEFENDIDO POR CUAUHTEMOC CAYO TLATELOLCO EN PODER DE HERNAN CORTES NO FUE TRIUNFO NI DERROTA FUE EL DOLOROSO NACIMIENTO DEL PUEBLO MESTIZO QUE ES EL MÉXICO DE HOY En la explanada de la plaza, se encuentra un monumento en memoria de los fallecidos de la Matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968, inaugurado el 2 de octubre de 1993 en conmemoración del 25 aniversario de la masacre. En la parte superior hay un bajorrelieve con las fechas de la masacre y de inauguración del monumento ("1968-1993"), una imagen que muestra un grupo de palomas y debajo de ésta la inscripción "...ADELANTE!!". Debajo del bajorrelieve aparece la siguiente inscripción: A LOS COMPAÑEROS CAÍDOS EL 2 DE OCTUBRE DE 1968 EN ESTA PLAZA Aquí se empieza a nombrar a todas las víctimas identficadas, mientras que las no identificadas se mencionan de la siguiente manera: ...Y MUCHOS OTROS COMPAÑEROS CUYOS NOMBRES Y EDADES A UN NO CONOCEMOS. Al final de la lista, un fragmento del poema Memorial de Tlatelolco, por Rosario Castellanos: ¿QUIEN? ¿QUIENES? NADIE, AL DÍA SIGUIENTE NADIE. LA PLAZA AMANECIO BARRIDA; LOS PERIÓDICOS DIERON COMO NOTICIA PRINCIPAL EL ESTADO DEL TIEMPO Y EN LA TELEVISIÓN, EN EL RADIO, EN EL CINE NO HUBO NINGÚN CAMBIO EN EL PROGRAMA. NINGÚN ANUNCIO INTERCALADO NI UN MINUTO DE SILENCIO EN EL BANQUETE (PUES PROSIGUIÓ EL BANQUETE) Rosario Castellanos, Memorial de Tlatelolco. Plaza de las Tres Culturas, 2 de octubre 1993. [editar] Galería de imágenes Vista Plaza de las Tres Culturas Otra vista de la Plaza de las Tres Culturas La misión The Mission Año de producción: 1986 País: EE.UU. Dirección: Roland Joffé Intérpretes: Jeremy Irons, Robert De Niro, Liam Neeson, Aidan Quinn, Cherie Lunghi Guión: Robert Bolt Música: Ennio Morricone Fotografía: Chris Menges Distribuye en DVD: Warner Duración: 125 min. Público apropiado: Jóvenes Género: Drama Extras DVD: Español e inglés 5.1. Comentarios. Documental. Tráiler. Contenidos: Acción 2, Amor 3, Lágrimas 2, Risas 1, Sexo 0, Violencia 2 [de 0 a 4] <!--//--> La fuerza de la conciencia La misión de Roland Joffé se ha convertido en un auténtico clásico moderno. Producción del británico David Puttnam, de cuya mano han salido títulos como Los duelistas, El expreso de medianoche, Carros de fuego y Los gritos del silencio (esta última dirigida en 1984 también por Joffé), narra con aplomo una de las gestas españolas en el nuevo mundo: la evangelización de los indios guaraníes, llevada a cabo por los jesuitas en las conocidas reducciones. Estas instituciones donde el evangelio se diría hecho realidad, junto al hermosísimo paisaje (increíbles las cataratas de Iguazú, fotografiadas con pericia por el oscarizado Chris Menges), parecen restituirnos al paraíso perdido. Pero cuestiones políticas de diversa índole podrían dar al traste con todo. La historia, escrita por Robert Bolt (Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, Un hombre para la eternidad), transcurre en el siglo XVIII, cuando España y Portugal han llegado a un acuerdo político, plasmado en el Tratado de Madrid, para gestionar sus colonias americanas. Una consecuencia "colateral" de tal tratado es que los jesuitas, que tienen una misión en tierras de los guaraníes, en Brasil, deberían abandonar el lugar. Pero el padre Gabriel (Jeremy Irons), que esta al frente de la misión, se resiste a dejar a esas almas que tiene encomendadas. Contará con la ayuda de los otros padres, entre los que destaca Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), un antiguo traficante de esclavos, que está tratando de redimirse de su pasado disoluto. La película da un magnífico ejemplo de lo que se ha dado en llamar inculturación. Para transmitir a los indígenas la fe cristiana, el padre Gabriel se sirve de la música, y gracias a su oboe logra comunicar con ellos. A este respecto la música del genial Ennio Morricone se revela memorable, con temas hermosísimos, incluido el Ave María guaraní. Para Joffé, que trabajó codo con codo con Bolt, cuyo estado de salud entonces era delicado, la cosa está clara: "Sentí que había algo muy hermoso en aquello que los seres humanos pueden compartir, y aquello se convirtió en la raíz de la historia para mí". Una de las cosas que mejor funcionan en el film es la diferencia de caracteres entre el padre Gabriel, apóstol convencido de la no violencia y del poder de la oración, y Rodrigo, que debido a su pasado guerrero es partidario de no quedarse de brazos cruzados y combatir la injusticia. Además de a Irons y De Niro, pueden verse en el reparto a unos entonces jovencísimos Liam Neeson y Aidan Quinn. La película lleva por nombre Cabeza de Vaca, y está centrada en la aventura del español Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, que él mismo describió en su obra autobiográfica Naufragios. En sí, el filme no está provisto de grandes actores, pero no sabría decir si esto es bueno o malo ya que, al ser protagonistas más espontaneos le dan a la actuación un toque natural muy particular. La historia es un ir y venir del personaje central entre diferentes tribus tepanecas y chichimecas del norte de Mexico, que comenzaba a ser colonizado en aquellos años -1526 a 1538 -y conocido como «Nueva España». Incluso, doy testimonio de que a muchas personas les ha parecido de mal gusto que gran cantidad del tiempo en el cual el personaje Alvar vive entre los indígenas -alrededor de cuarenta minutos de la duración del filme -no se hable una sola palabra en español, sino la lengua de los totonacas originarios de los llanos de Veracruz y sin añadir subtítulos. Este detalle me ha parecido particularmente genial ya que, en lo personal, me he sentido identificado con Alvar Nuñez, su sentimiento de confusión total, al no poder comprender lo que sus amos querían comunicarle y lo que sus acompañantes nativos le exigían. La narración comienza con tres desventurados soldados españoles refugiados en la villa recién fundada de San Miguel de Colhuacan -la actual Culiacán, Sinaloa -que han sido asistidos por un cacique recién llegado de Europa, al mando de una escuadra de soldados. Estando allí, comienzan su narración. Recordando, relatan el naufragio desastrozo de la expedición de Pánfilo de Narvaez, la manera en cómo son esclavizados por una tribu indígena de las costas de Veracruz, y cómo son vendidos posteriormente, cada uno por un lado diferente. Así comienza una aventura que lleva a Alvar Nuñez a servir de ayudante de curandero y comerciante, y más tarde él mismo pasar a desempeñar dichas funciones por todo el norte de México. Extensas selvas costeras, pueblos derruidos y arruinados, llanos de peña filosa y valles húmedos, desiertos interminables, toda una variedad de hermosos paisajes y páramos desolados. Y al final, el reencuentro con los compañeros sobrevivientes de la expedición: Alonso del Castillo, Andrés Dorantes y Estebanico. Pero Alvar ya no es el mismo. Ocho años de vagar por entre las tribus chichimecas y tepanecas lo orillan a adoptar un caracter montaraz y salvaje, aprende distintas lenguas y la capacidad para sanar a la manera de los curanderos nativos, además de comportarse como desquiciado. Una película emotiva, desde el comienzo épico del triste destino de quien es recordado por enfrentar a Cortés, hasta las últimas escenas, en que aparece un Alonso del Castillo gestando el mito de la eterna ciudad dorada de Cíbola, que tantas vidas costó a España y México, y fue el motivo de la colonización de numerosas ciudades de Aridoamérica. Una película natural, tanto en la lengua castellana de los protagonistas, como en las lenguas nativas y las costumbres prehispánicas. Una obra fiel a la Historia, entretenida y folklórica. Un filme que estuvo nominado al Oscar como «Mejor película extranjera», y con dos nominaciones al Ariel. Rodada en los estados de Coahuila, Nayarit y Sinaloa, la calidad de las imagenes es indescriptible. Una película que no tiene pérdida, que yo, en lo personal, califico como muy buena. En 1521, el ejército de Hernando Cortés doblegó al pueblo azteca a sangre y fuego. No fue sólo una conquista política y militar, sino religiosa: los españoles impusieron su religión a los aztecas, pero ¿pudieron realmente conquistar sus almas? Esta película, estrenada originalmente en el 2000, cuenta la historia de un azteca que sobrevivió a la matanza, pero siempre vivió atormentado por el choque cultural y religioso que vivió en carne propia. La Otra Conquista está disponible desde el 16 de octubre. Consigue aquí tu copia. Una conversión que no acaba Fotos Topilzin (Damián Delgado), un escritor de códices aztecas, sobrevive a una feroz matanza pero es finalmente capturado por los españoles. El capitán Cristóbal Quijano (Honorato Magaloni) lo flagela sin "La Otra compasión a pesar de las súplicas de Fray Diego (José Carlos Conquista" Rodríguez), hasta que Doña Isabel (Elpidia Carrillo), llamada antes Tecuichpo, hija del emperador Moctezuma, convence a su amante, el conquistador Hernando Cortés (Iñaki Aierra), que le perdone la vida, porque es un hijo ilegítimo de su padre. Este acepta, a condición de que Topilzin sea bautizado -con el nombre de Tomás- y educado en el monasterio. Tomás vivirá el resto de su vida recordando su pasado, sufriendo de alucinaciones en las que mezcla sus creencias aztecas con la fe cristiana y obsesionándose con la efigie de la Virgen María, a quien The Other compara con la deidad Tonantzin. Sobre todo, Tomás luchará por Conquest conservar su religión mientras Fray Diego le impone la suya. La Otra Conquista, clasificada R por sus escenas de violencia, sexualidad y desnudez, fue escrita y dirigida por Salvador Carrasco, quien conversó telefónicamente con Univision.com. Video