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PROTAGONISMO DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, UNA EXPERIENCIA LATINOAMERICANA: EL CASO PERU Enrique M. Jaramillo García* ejaramillogarcia@hotmail.com “La condición del ser humano como ser educable, nos abre la posibilidad no sólo de afirmar que todo niño es sujeto y actor, sino que debe aprender a lo largo de su vida a serlo. Nacemos protagonistas y estamos retados a aprender a serlo en todos los espacios de nuestra vida colectiva e individual. La exclusión no es un justificativo para abandonar la lógica del ser humano de aprender y desaprender a ser un luchador, un constructor de por vida de nuestra situación de sujetos, de actores, (…) Ser protagonista, desarrollar una personalidad protagónica, devenir un actor social, es tener dignidad y estar en capacidad de amar y ser amado” Alejandro Cussiánovich Villarán INTRODUCCION Antes de iniciar la exposición del tema que nos convoca esta mañana, en primer lugar, quiero agradecer a los amigos de la Universidad Centroamericana-UCA de Nicaragua, por abrirnos sus puertas para exponer las implicancias que tiene la categoría socio histórica del protagonismo de los niños, niñas y adolescentes, en el Perú y América Latina. Esta es una corriente emergente surgida al influjo de los movimientos sociales, en espacios de lucha organizada de los sectores más desposeídos de nuestras sociedades, en su largo camino, y en la permanente búsqueda, por construir una sociedad distinta a la actual. Esta apuesta utópica resulta sumamente encomiable en un contexto como el peruano y latinoamericano, en el cuál desde hace muchos años se ha venido imponiendo en el sentido común de las personas, que toda búsqueda de proyectos alternativos al orden vigente de pax americana, -que se instauró en los lejanos siglos XV y XVI y que se prolonga hasta la actualidad- es considerado como algo anacrónico y decadente. En efecto, para entender de mejor manera, los acuciantes problemas, que en el actual momento histórico, viven las sociedades, peruana y latinoamericana, entre ellas Nicaragua, en un contexto de economía neoliberal y de democracia representativa, se hace Educador por la PUC, Coordinador de GENERACION Instituto de Investigación, Promoción y Comunicación Social, con estudios de Maestría en Política Social, con mención en Promoción de la Infancia, por la UNMSM, Director de la Revista Internacional NATs; y docente universitario. Ponencia ofrecida en el Seminario “Significado y Pertinencia del Protagonismo de Niños, Niñas y Adolescentes”, organizado por la Universidad Centroamericana (UCA). Nicaragua-Managua, 29 de julio del año 2005. * 1 indispensable conocer el pasado y el presente, para construir el futuro. En este contexto, de economía neoliberal y democracia representativa, los niños, niñas y adolescentes de los sectores populares, son los que sufren las consecuencias más negativas de las políticas económicas aplicadas por los gobernantes. Por tanto, es indispensable buscar una explicación, sociológica e histórica, de nuestros males contemporáneos -pobreza, marginación y exclusión- que se remontan a los siglos XV y XVI, cuando en esta parte de nuestro continente se produce un hecho histórico, de imprevisibles consecuencias, a la que se llamó conquista, para algunos, o la invasión española, para otros. Esta fractura histórica, dicho sea de paso, por demás violenta, permitió la imposición y el establecimiento, de parte de los vencedores, sobre los vencidos, lo que Immanuel Wallerstein llama: sistema-mundo capitalista, sistema de organización económica, social, política y cultural, que se impuso coercitiva y violentamente; y que perduró durante la larga etapa colonial, seguida de la subsiguiente república, con el establecimiento de los Estado Nación, en el siglo XIX; y que perdura hasta nuestros días. Este sistema-mundo capitalista1, consolida en nuestro continente una matriz histórica de centro, semiperiferia, y periferia. El imperio, que es el “centro”, es decir, la metrópoli; la semiperiferia, que son los países más desarrollados; y la periferia, que son los países llamados en vías de desarrollo, como es el caso del Perú, Nicaragua; y el resto de países de América Latina, nos hemos constituido en una especie de neocolonias; y países periféricos, en estos tiempos, de deshumanización, a la que se ha dado en llamar, globalización neoliberal2. Además es un sistema-mundo que ha sido siempre capitalista, desde el siglo XVI hasta hoy, y no sólo a partir de la “Revolución científica” del siglo XVII o de la “revolución industrial” del siglo XVIII, o de la “expansión del capitalismo y de la cultura liberal” en el siglo XIX. De modo que se trata para nuestro autor de una entidad capitalista en todos sus niveles constitutivos, desde el territorial y el tecnológico hasta el religioso, el artístico y el cultural, lo que excluye de la posibilidad de hablar de la coexistencia de realidades ya capitalistas con otras que no lo serían todavía. Es decir que para Immanuel Wallerstein este sistema-mundo creado a partir del siglo XVI, y todavía vigente en escala planetaria, es y ha sido capitalista de manera completa, permanente e integral en los varios sentidos arriba mencionados. (Aguirre, Carlos, Immanuel Wallerstein: Crítica del sistema-mundo capitalista. Pág.39) 2 Configurado en torno de un sistema de estados europeos, el moderno sistema-mundo estableció, sin embargo, entre los estados y regiones, diferencias fundadas en la distribución del sistema capitalista entre ellos. Así el sistema se articula con un núcleo central o “centro”, una franja denominada “periferia” y otra llamada “semi-periferia”. En otros términos, el moderno sistema-mundo es un modo cambiante de articulación entre el capitalismo mundial, su distribución espacial y el sistema de estados asociados a ellos. Y en su conjunto, originalmente, esto es en el tiempo de su constitución, se relacionaba con otras zonas estatales y regionales que le eran “Exteriores”. La dinámica histórica del sistema-mundo lo ha llevado a ir abarcando a todos los estados y a todas las regiones del planeta. El moderno sistema-mundo es hoy, de ese modo, mundial. Los procesos implicados en tales cambios abarcan, por su puesto, a las formaciones sociales, a las agrupaciones sociales correspondientes, a los cambios en las estructuras productivas y a sus relaciones en el mercado mundial. Este movimiento histórico ha convertido a zonas “exteriores” en “periferias” y/o “semiperiferias”, así como a ciertas de dichas zonas; como ocurre ahora con el Sur de Europa Occidental, en parte del “Centro”. No es, como se ve, descaminada del todo la atribución a la obra de Immanuel Wallerstein de ser pionera del debate actual sobre lo que hoy se nombra como “globalización”... Sospecho, por eso, que tampoco estoy descaminado del todo al sugerir que hay, por ejemplo, un claro y explícito movimiento teórico e histórico, desde la propuesta del moderno sistema-mundo originándose en los cambios del capitalismo europeo y en sus sistemas de estados, hasta la admisión, casi veinte años después, de que es con América, no antes, ni fuera de ella, es decir, con la colonialidad del poder, que tanto el moderno capitalismo mundial, así como el sistema-mundo asociado a él, se constituyeron históricamente y comenzaron su despliegue hegemónico que culmina ahora con su mundialización o “globalización”... (Quijano, Aníbal. Immanuel Wallerstein: Instancias y Trazos. En: Socialismo y Participación 98. Septiembre 2004. Pág. 140) 1 2 En este contexto histórico, los problemas de la formación económica y social peruana, y, latinoamericana han sido tratados, con diferentes grados de profundidad y lucidez, por los diversos actores sociales y políticos; y si observamos el drama que vivieron y viven los seres humanos, especialmente la infancia, en el Perú y América Latina, desde antes de su constitución como estados-nación, tienen una misma matriz histórica, que está signada por una larga herencia colonial, donde en el sentido común y las representaciones sociales de las gentes fluye por doquier el racismo, autoritarismo, el clientelismo político, y patrimonialismo de los recursos del Estado, por las clases dominantes. Estos abruptos caminos recorridos de manera casi monótona, nos han permitido descubrir que los sectores desposeídos, entre ellos los niños, niñas y adolescentes, siempre se alzaron altivos para rechazar la situación de pobreza, marginación y exclusión, a la que las clases gobernantes y el Estado los sometieron. Estos dirigentes políticos e innovadores teóricos hicieron explícitos los temas que quienes los precedieron sólo trataron de manera superficial y unilateral, en tanto no recogieron los intereses y perspectivas históricas de las masas populares. En este largo y escabroso camino recorrido por las masas populares latinoamericanas, en las décadas de los 60’s y 70’s, emergen con mayor nitidez, los movimientos sociales, muy en especial el de los niños, niñas y adolescentes trabajadores-NATs, quienes levantando las banderas del protagonismo infantil, ponen en la escena social y política de nuestras sociedades, una visión que contradice la idea de una infancia domesticada, obediente y excluida a favor de un nuevo concepto que considera al niño, niña y adolescente como sujetos sociales, actores sociales, sujetos políticos y económicos, con la capacidad de participar y de transformarla. Por tanto, el significado y la importancia del protagonismo infantil, en nuestro continente, marca una nueva época en la vida de nuestros pueblos, porque se trata de una construcción socio-histórico-cultural, no simplemente de un hecho biológico o antropológico que ha ayudado a los movimientos sociales de NATs a redescubrir la opción por la justicia social y la dignidad3. Este protagonismo infantil popular, es la expresión de las luchas organizadas de las masas populares, por rescatar y construir espacios de libertad, dignidad y justicia social. En términos generales, nuestros países han recorrido y recorren los mismos caminos de liberación, sedientos de justicia, pero en una nueva sociedad, donde los pueblos que sufren, los pobres, no han perdido la esperanza y, sus celebraciones y movimientos sociales, están repletos de belleza, esperanza y alegría. Actualmente, los pobres celebran con inmensa alegría, el advenimiento de un nuevo amanecer, donde las experiencias de participación protagónica de los niños, emergen por doquier, lo que nos obliga a la construcción de una nueva cultura de infancia en Latinoamérica, diferente a la que hemos bebido de la cultura de occidente. Al respecto, siguiendo los trazos de Gustavo Gutiérrez, afirmamos: “No se trata además, puede ser oportuno anotarlo, de la defensa de antiguas culturas fijadas en el tiempo o de la propuesta de proyectos arcaicos que el devenir histórico habría superado, como algunos tienden a pensar. La cultura es creación permanente, se elabora todos los días. Lo vemos de muy diferentes maneras en nuestras ciudades. Ellas son un crisol de razas y culturas Véase Liebel, Manfred. La Otra Infancia: niñez trabajadora y acción social. Pp. 211-216. IFEJANT. Lima, 2000 3 3 en sus niveles populares; pero a la vez, son crueles lugares de crecientes distancias entre los diferentes sectores sociales que las habitan. Ambas cosas se viven en un continente en precipitada urbanización. Este universo en proceso, que en gran parte arrastra y transforma los valores de culturas tradicionales…; es, en consecuencia, un punto de partida histórico para una reflexión de orden teológico”4. Es por ello, que nos regocija la inauguración de la Maestría de Infancia en la UCA, porque desde el mundo académico, se estará coadyuvando, conjuntamente con otras universidades hermanas, a la construcción de un nuevo pensamiento social sobre infancia, que rescate las experiencias de participación protagónica de la infancia, como un derecho humano, inalienable e irrenunciable. AMERICA LATINA Y LOS ESCABROZOS CAMINOS DE UNA LARGA Y PESADA HERENCIA COLONIAL América Latina, nuestro continente, desde el río Grande al sur de México, hasta la Patagonia, en Chile y Argentina, ha sido escenario5, -durante los siglos, XV, XVI, XVII, XVIII, XIX, XX y albores del XXI- de oleadas cíclicas de violencia social y política de los excluidos. Estos sectores excluidos, -entre los que se encuentran los niños, niñas y adolescentes- siempre insurgieron protagónicamente, para recusar la organización económica, social, política y cultural, que los vencedores nos impusieron, y que se consolidaron con la instauración de los estados-nación en el siglo XIX. Actualmente, a pesar de más de 500 años de dominación y explotación de las clases dominantes, aún no se ha superado la pobreza extendida y las injusticias; pero al interior de los sectores populares y sus organizaciones, ha cambiado decisivamente la posición frente a la pobreza y miseria. Los sectores más lúcidos y comprometidos en nuestras sociedades han tomado conciencia de que la cada vez más creciente brecha entre pobres y ricos no sólo es la secuencia de condicionamientos económicos y sociales o menos causales, sino la expresión de una estructura asimétrica que contradice la construcción de un verdadero orden social, que debe tener como centro y fin del desarrollo al ser humano. Por otra parte, los sueños truncados, de libertad, dignidad; y justicia social, con las que soñaron y sueñan los miles y millones de seres humanos, que entregaron; y siguen entregando sus vidas; y derramaron su sangre generosa, en su propósito de hacer florecer la justicia social, en nuestro continente, aún están por conquistarse, como contrapartida, frente Véase Gutiérrez, Gustavo. Situación y tareas de la teología de la liberación. Pág. 68. En: Del lado de los pobres-Teología de la Liberación. CEP. Lima, 2005. El subrayado es mío. 5 La conquista de América se llevó a cabo en el momento que Europa pugnaba por resolver la crisis del sistema feudal a través de su expansión territorial. La conquista permitió superar dicha crisis, constituyéndose una economía mundial de orden mercantil y, con ella, una división internacional del trabajo, con Europa como eje del nuevo sistema y América una de las periferias coloniales. En estas condiciones, el papel que le tocó desempeñar a los dominios españoles fue el de aportar recursos metálicos conducentes a la acumulación originaria de los países centrales, mediante el establecimiento legal de relaciones sociales de producción precapitalista en la nuevas áreas coloniales (Wallerstein. 1974). De allí que Braudel (1961) advierte que “el oro y la plata del Nuevo Mundo permitieron a Europa vivir por encima de sus posibilidades de invertir mucho más de lo que ahorraba” (…) La importancia del oro y de la plata se fundaba en que éstos permitían la realización de grandes y rápidas operaciones comerciales a un reducido tipo de interés, con la consiguiente apropiación de enormes excedentes. Es así como América cumplió, como señala Lessa (1969), la función de un banco emisor que suministraba una oferta elástica de dinero a los sectores metropolitanos. (Cotler, Julio. Clases Estado y Nación en el Perú. Pág. 51. IEP. Lima, 2005) 4 4 a los alarmantes niveles de miseria humana, a la que nos condujeron históricamente las clases criollas dominantes, y, que en estas dos últimas décadas, son las que más clara y brutalmente se han encargado de mostrarnos a los latinoamericanos6, la gravedad de los males sociales que nos aquejan; y como consecuencia de estos males, descubrimos la tremenda vulnerabilidad a la que están expuestas nuestras sociedades 7, pues, asistimos impotentes, al florecimiento de fenómenos sociales, como el de niños, niñas y adolescentes en situación de calle8; niños trabajadores, en condiciones de explotación y esclavitud; pandillaje, drogadicción extendida, delincuencia juvenil, explotación sexual infantil; y otros males sociales que dañan la dignidad de los seres humanos, especialmente, de la infancia. En suma, en nuestro continente cada vez más somos depositarios, de más exclusión y La peculiar situación de América latina, que de haber sido otrora aparente escenario de utopías, se ha convertido en aposento de debilidad y prototipo del fracaso histórico, obliga a quienes desde ella queremos pensar el mundo y sus futuros posibles, a realizar un verdadero tour de force. Un pensar auténtico debe partir siempre del reconocimiento de la verdadera realidad del pensador. Ningún pensar que no esté enraizado en su propia tierra puede ser fructífero, y mucho menos si se trata de tematizar del fenómeno humano. Decía Martí al respecto, refiriéndose a América Latina que “con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero” y recomendaba por ello que “a lo que es, allí donde se gobierna, hay que atender para gobernar bien;... El gobierno ha de nacer del país. Es espíritu del gobierno no es más que el equilibrio de los elementos naturales del país”. (López, Sinesio. El lugar de América Latina y el Perú en el mundo. En: Desde el Límite. Pág. 79) 7 Justamente porque eran plenamente conscientes de la vulnerabilidad de las sociedades que habían creado y heredado y que pretendían mantener inmodificadas en lo sustantivo de generación en generación, las élites criollas latinoamericanas jamás temieron recurrir al empleo de métodos brutales para controlar a las poblaciones mayoritarias que se sentían marginadas y, sobre todo, vulneradas en su condición de personas de pleno derecho. Esos métodos no se limitaron al ejercicio de la represión continua y violenta y a la sistematización de la arbitrariedad, sino, que determinaron también la manera retorcida y deliberadamente excluyente en que se diseñó la institucionalidad republicana. El deseo de excluir, de limitar la acción de las mayorías no puede obviamente inspirar la creación de fórmulas de acción colectiva eficaces, y, por el contrario, el resultado de su aplicación no puede sino ser la trabazón de la vida de la comunidad. (...) Es por ello, que una vez constituidas las repúblicas particularmente allí donde existían numerosas poblaciones indígenas o étnicamente diferenciadas de las minorías criollas, el diseño excluyente al que hemos hecho mención terminó por sustentarse en formas sordas de segregación racial. En los países andinos y en Guatemala, sobre todo, esto ha supuesto que el nacionalismo europeo se convierta también en un instrumento de avasallamiento cultural. Desde la imposición violenta del cristianismo, hasta la castellanización a través de la educación escolar compulsiva, son muchas las maneras en que se ha pretendido homogeneizar a fin de crear condiciones aparentes para la aplicación de las fórmulas de construcción de estados nacionales. La “nación” construida a partir de la supresión y anulación de la diversidad humana expresada en eso que los antropólogos franceses solían llamar equívocamente, las “nacionalidades espontáneas”. (López, Sinesio. Op. Cit. Pp. 86-88) 8 Finalizando la década del 50,… en los alrededores de “La Parada” vivían día y noche grupos de niños y adolescentes entre 7 y 15 años de edad en completo estado de abandono. (…) menores que se autodenominaban “Pájaros fruteros”. Ellos habían fugado de sus hogares y vivían robando frutas y comestibles, dormían en las portadas de bares, restaurantes o en el interior del mercado. (…) En 1964 se realizó un estudio de aquellos menores. Los hallazgos de la investigación muestran características muy semejantes a las de los “Niños de la Calle” hoy. En particular, los factores causales se refieren a la pobreza asociada a hogares desintegrados o con conflictos internos, presencia significativa de madrastra o padrastro, maltrato frecuente y carencia afectiva. La gran diferencia entre aquellos “Pájaros Fruteros” y los “Pirañitas” de hoy está en que los primeros no consumían drogas. Podemos decir que el problema se ha multiplicado, se ha tornado más complejo en la medida que la crisis estructural del país se fue agudizando. Los “Pájaros Fruteros” aumentaron y de la “Parada” migraron a las calles y plazas de la gran urbe, donde perdieron sus alas, convirtiéndose en “pirañitas” que sobreviven en ríos de aguas negras y turbulentas. (Lineamientos para una metodología de intervención con niños y adolescentes de la calle. Pp. 19-20. Pontificia Universidad Católica y Organización de los Estados Americanos. Lima, 1986) 6 5 violencia social9. Entonces, “¿cómo se puede hablar del amor de Dios frente a la miseria de los pobres y a las injusticias que reinan en el mundo?”10 ¿Acaso, entonces, aquellos, los indios, los mestizos, los negros, los cholos, los blancos, los ricos, los pobres, los ignorantes, los analfabetos, los sabios, todos son hijos de esta patria que se llama Perú y Latinoamérica? ¿Entonces, si esto es así, cómo explicarnos que en los albores del siglo XXI, los niños, niñas y adolescentes en el Perú y América Latina, siguen pugnando por rescatar su condición de seres humanos? ¿Cómo explicarnos que en un sistema de organización política, que se llama democracia, esta situación de pobreza, marginación y exclusión no ha variado significativamente? Indudablemente, al respecto, encontramos una respuesta y justificación valedera, sobre esta cuestión, tal como lo explica magistralmente el intelectual y científico social Aníbal Quijano, quien nos dice: “El patrón de poder mundialmente dominante, comenzó a configurarse en América, hace 500 años, articulando un nuevo sistema de dominación social, que consiste en la clasificación social universal de las gentes sobre la base de la idea de “raza”, y un nuevo sistema de explotación que consiste en enganchar a todas las formas conocidas (esclavitud, servidumbre, pequeña producción mercantil independiente, reciprocidad y salario) para producir mercancías para el mercado mundial y en torno de una de ellas, el eje capital-salario. De ese modo, racismo y capitalismo fueron articulados como las bases de un nuevo patrón de poder. Estas fueron, precisamente, las bases que permitieron que el poder mundialmente impuesto fuera centralizado en Europa y bajo el control de los europeos o de sus descendientes, cualquiera que sea el lugar concreto dentro del planeta. Por las necesidades del capital y por las luchas por una redistribución amplia del control del trabajo y de la autoridad, se pudieron establecer e institucionalizar en Europa las condiciones de la negociación de los límites de la explotación y de la dominación, pero también del conflicto. Eso es lo que tiene el nombre de democracia en el poder contemporáneo. El principal elemento de esa democracia es la idea de la igualdad jurídica y política de los desiguales en las otras áreas de la existencia. Por eso implica que los unos sepan que son en su naturaleza iguales a los otros, aparte de las desigualdades en el control del poder; y que por lo tanto se consideren así la instancia de sus relaciones sociales” (2001: 22-23) En suma, los problemas de pobreza, marginación, exclusión y violencia social, no han disminuido en nuestro continente. Actualmente, América Latina y el Caribe11, muestra su En este contexto ¿cómo superar la abolición de la violencia? La violencia se incrementa no sólo entre individuos sino entre grupos, organizaciones y en las más diversas capas sociales. En América Latina y el Caribe, a modo de ejemplo, casi la mitad de mujeres son víctimas de violencia doméstica. Un estudio del BID ha concluido que este tipo de violencia ha costado entre el 2% y el 1% del PDG (Producto de Desarrollo General) en Chile y Nicaragua, respectivamente. En Lima (Perú) el 66% de los robos se producen en la calle. En Chile el 60% de mujeres son objeto de maltrato físico en el hogar; en Colombia el 20% también lo son, pero a ello se añade el abuso psicológico; y en Nicaragua el 60% de los casos de violencia familiar incluye violencia sexual y sicológica. (Cussiánovich, Alejandro y otros. La Infancia en los escenarios del futuro. Pp. 31-32. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Lima, 2001) 10 Gutiérrez, Gustavo. Del Lado de los Pobres-Teología de la Liberación. Pág. 7. CEP. Lima, 2005 11 Según datos recientes de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo de las Naciones Unidas, en los últimos 20 años, la pobreza ascendió significativamente en la región al pasar del 40 al 44% de la población, la tasa de desocupación se elevó del 6 al 9% y se deterioró la calidad de los empleos 9 6 impronta de continente pobre, que nos compromete a interpelar a esta situación de pobreza. Una dramática realidad que en circunstancias diferentes habían iniciado en estas tierras, el siglo XVI, figuras como Fray Bartolomé de las Casas y el indio peruano Guamán Poma de Ayala en la defensa de poblaciones indígenas del continente, -quien en su desesperación lo llevó a exclamar “¡Y no hay remedio!- pero, que aún hoy en día, está lejos de ser comprendida por cada uno de nosotros12. De allí, las dificultades que todavía encontramos para ver esta lacerante realidad en estos tiempos de la llamada globalización. Sin embargo, no debemos perder de vista que la pobreza, tal como la conocemos hoy, -realidad en la que se encuentran sumergidos los niños, niñas y adolescentes latinoamericanos- lanza un cuestionamiento radical y englobante a la conciencia humana, por constituir un inaceptable estado de la cuestión. En el caso de Perú, podemos afirmar que es un país joven y de exclusiones tempranas, con una gran cantidad de población infantil y juvenil pobre. En total, los menores de 18 años son 10 millones 617 mil personas, -40% de la población total al 2001- cuyas necesidades son derechos que deberían ser protegidos por el Estado, el gobierno, la sociedad civil y las familias. Lamentablemente, en el sentido común y en las subjetividades de las personas subyace una cultura adultocéntrica y excluyente, en detrimento de los niños pobres, que a quince años de la Convención todavía son considerados objetos de protección y tutelaje por parte del Estado. Por otra parte, debido a las erráticas políticas económicas y sociales, aplicadas por las clases políticas gobernantes, en este largo devenir histórico del Perú, nos han conducido a una especie de inmensa sala de cuidados intensivos, donde el 54.85 % de la población peruana vive en condición de pobreza; -14 millones 609 mil habitantesmientras el 24.4% de la población nacional vive sumergida en situación de pobreza extrema, 6 millones 513 mil habitantes. Además, se tiene que el 40.4% de los miembros de los hogares pobres tienen menos de 15 años de edad. Es decir, en distribución por edades los niños, niñas y adolescentes constituyen el grupo más excluido de la sociedad peruana, y, por tanto en situación de mayor riesgo y vulnerabilidad. Lo que se corrobora al descubrir que el 62% de nuestros niños, niñas y adolescentes son pobres, 12% viven sumergidos en la pobreza extrema; y lo más indignante, el 25% de niños y niñas menores de 5 años sufren de desnutrición crónica.13 disponibles al aumentar las personas que trabajan en la economía informal. El porcentaje de mano de obra activa no agrícola pasó de ser 40%, en 1980, a casi el 60% en la actualidad. Asimismo, la CEPAL y otros organismos indican que la desigualdad creció agudamente en los últimos años, en la región ya más desigual del planeta. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que hay actualmente en América Latina 218 millones de personas que carecen de protección en salud, 100 millones que no cuentan con servicios básicos de salud y 82 millones de niños que no tiene acceso a los programas de inmunizaciones. (…) La pobreza masiva constituye un escándalo en un mundo que ha alcanzado posibilidades excepcionales de producción de bienes y servicios. Los acelerados descubrimientos en biotecnología, genética, ciencias de los materiales, comunicaciones y otros campos han disparado las potencialidades productivas. Sin embargo, no llegan a incidir en la vida cotidiana de los pobres y, por el contrario, su número crece (son 4.100 millones actualmente). Detrás de la pobreza hay una aguda desigualdad que la genera, la reproduce y la amplía. Las 200 personas más ricas tenían, en 1999, 1.135.000 millones de dólares; mientras que, del otro lado, los 582 millones de habitantes de los 49 países más pobres sumaban un producto bruto total de sólo 146.000 millones. (Kliksberg, Bernardo. Hacia una economía con rostro humano. Pp.9 y 15.Fondo de Cultura Económica. Argentina, 2002) 12 Véase Gutiérrez, Gustavo. Op.cit. pp. 60-61 13 Véase Plan Nacional de Acción por la Infancia y Adolescencia 2002-2010. Pág. 12 7 PROTAGONISMO, CATEGORIA MOVIMIENTOS SOCIALES SOCIO HISTORICA, HIJA DE LOS Este panorama por demás dramático, descrito anteriormente, es el resultado histórico de tensiones cada vez más crecientes entre los vencedores, que dicho sea de paso, detentan el poder; y los vencidos, que pugnan por una vida más digna. En este escenario adverso, para los vencidos, los sectores sociales marginados y excluidos, jamás arriaron sus banderas de lucha, en su búsqueda permanente de libertad, dignidad y justicia social. Una de las alternativas a la que los excluidos, siempre echaron mano, fue a su capacidad organizativa, y, de protagonismo popular, con la finalidad de conquistar palmo a palmo, sus derechos democráticos negados autoritariamente por las clases dominantes y el Estado. Es en este contexto, de intensos movimientos sociales, que convulsionaron al Perú y Latinoamérica, en los conflictivos y violentos años 30’s14, 40’s, 50’s, 60’s y 70’s, en que se hace más visible el protagonismo de los niños, niñas y adolescentes. El protagonismo, es una categoría sociológica e histórica, que florece con mayor vigorosidad en el Perú, en la década de los 70’s, pero desde la misma vivencia de los niños trabajadores y, por tanto, se extiende rápidamente al resto de países latinoamericanos, entre ellos Nicaragua. Por otra parte, es preciso recordar, que en las décadas de los 60’s y 70’s, tanto Nicaragua, así como Perú, eran gobernados por dictaduras militares. La dictadura, de Anastasio En los años veinte y treinta, era normal que los educadores más prestigiosos de las Américas hablaban de la necesidad de regenerar la raza, para mejorar la especie, cambiar la calidad biológica de los niños .Al inaugurar el sexto Congreso Panamericano del Niño, en 1930, el dictador peruano Augusto Leguía puso el acento en el mejoramiento étnico, haciéndose eco de la Conferencia Nacional sobre el Niño del Perú, que había lanzado un grito de alarma ante la “infancia retardada, degenerada y criminal”. Seis años antes, en el Congreso Panamericano del Niño celebrado en Chile, habían sido numerosas las voces que exigían “seleccionar las semillas que se siembran, para evitar los impuros”, mientras el diario argentino La Nación, editorializaba sobre la necesidad de “velar por el porvenir de la raza”, y el diario chileno El Mercurio advertía que la herencia indígena “dificulta, por sus hábitos y su ignorancia, la adopción de ciertas costumbres y conceptos modernos”. Uno de los protagonistas de ese Congreso en Chile, el médico socialista argentino José Ingenieros, había escrito en 1905 que los negros, “oprobiosa escoria”, merecían la esclavitud por motivos “de realidad puramente biológica”. Los derechos del hombre no podían regir para “estos seres simiescos, que parecen más próximos de los monos antropoides que de los blancos civilizados”. Según Ingenieros, maestro de juventudes, “estas piltrafas de carne humana” tampoco debían aspirar a la ciudadanía, “porque no deberían considerarse personas en el concepto jurídico”. En términos no tan desafortunados se había expresado, unos años antes, otro médico, Raymundo Nina Rodríguez: ese pionero de la antropología brasileña había comprobado que “el estudio de las razas inferiores ha proporcionado a la ciencia ejemplos bien observados de su incapacidad orgánica, cerebral”. La mayoría de los intelectuales de las Américas tenía la certeza de que las razas inferiores bloqueaban el camino del progreso. Lo mismo opinaban casi todos los gobiernos: en el sur de los Estados Unidos, estaban prohibidos los matrimonios mixtos, y los negros no podían entrar a las escuelas, ni a los baños, ni a los cementerios reservados para los blancos. Los negros de Costa Rica no podían ingresar sin salvoconducto a la ciudad de San José; ningún negro podía pasar la frontera de El Salvador; los indios no podían caminar por las aceras de la ciudad mexicana de San Cristóbal de las Casas. Sin embargo, América latina no tuvo leyes de eugenesia, quizá porque el hambre y la policía ya se encargaban, en aquel entonces, del asunto. Actualmente, siguen muriendo como moscas, por hambre o enfermedad curable, los niños indígenas de Guatemala, Bolivia o Perú, y son negros ocho de cada diez niños de la calle asesinados por los escuadrones de la muerte en las ciudades de Brasil. (Galeano, Eduardo. Patas Arriba, la escuela del mundo al revés. Pp. 62-64. Silgo XXI Editores. Argentina, 2001) 14 8 Somoza, era una de las más despóticas y autoritarias de nuestro continente, lo que dio lugar a la insurgencia del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que a la luz de las utopías de Julio César Sandino, el General de Hombres Libres, toma el poder por la vía de la lucha armada en 197915. En cambio, la dictadura del General Juan Velasco Alvarado16, iniciaba un proceso de reformas nacionalistas, que algunos estudiosos llamaron capitalismo de Estado, hecho social que desmontó del poder a la oligarquía peruana, que históricamente había gobernado el Perú a espaldas de los intereses de las masas populares habiendo convertido al Estado en su patrimonio. Lamentablemente, este proceso de reformas nacionalistas, fue interrumpido por un golpe militar, que encabezó Francisco Morales Bermúdez en 1975. Este general una vez en el ejercicio del poder, a la par de iniciar el desmontaje de las reformas nacionalistas, del gobierno anterior, empieza la aplicación de políticas económicas de ajuste, que el dicho popular, llamó los “paquetazos” económicos, que dramáticamente, y, como siempre golpean brutalmente la economía de los sectores populares. Indudablemente, en estos años América Latina vivía aires liberadores influenciada por dos acontecimientos importantes: i) Uno de carácter político: el triunfo de la heroica Revolución Cubana, ii) Otro, de carácter teológico pastoral. Lo importancia de estos hechos es que desde lo político se cuestionó también lo pastoral; las iglesias se replantearon su papel en un Continente sacudido por grandes desigualdades sociales y violencias lo que cambia la perspectiva de este trabajo. Dos elementos son sumamente significativos: la Teología de la Liberación17, que asume en su análisis y acción con los movimientos Recuerdo con mucho cariño y nostalgia al R. P. Ernesto Cardenal; y otros miembros del FSLN, quienes en el año 1979, visitaron Lima; y de cuya delegación tuve el honor de formar parte, durante las reuniones en la Asamblea Constituyente, que era presidida por el líder fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de La Torre; y con otros sectores de las organizaciones de base, y de los políticos de la izquierda del Perú. Acompañamos a la delegación Nicaragüense, con un entrañable amigo, Luis Varese Scotto, quien posteriormente combatió en el frente sur del FSLN, hasta el triunfo de la revolución. 16 Después de la debacle de gobiernos democráticos y dictaduras militares, y de las componendas de los partidos políticos: APRA y AP, en el Perú se inicia en 1968 un proceso de reformas estructurales, ejecutadas por el autodenominado gobierno revolucionario de la Fuerza Armada, que encabezó el General Juan Velasco Alvarado en 1968, que a los siete años fracasó. Esta experiencia de oposición limitada al imperialismo, fue seguida de la contrarreforma, que desde 1975 encabezó Francisco Morales Bermúdez. Este gobierno dictatorial, dio lugar a la movilización de los movimientos sociales: campesinos, mineros, obreros industriales, obreros metalúrgicos, barriales, y juveniles. Esta etapa de convulsión social culminó con el histórico Paro Nacional del 19 de julio de 1977, cuyo costo social fue el descabezamiento del movimiento sindical peruano, con el despido de 5 mil dirigentes obreros de sus centros de trabajo. Ante estos hechos, y ahogado por la profunda crisis económica y de ingobernabilidad, este régimen dictatorial se vio obligado a convocar a una Asamblea Constituyente, en 1978, promulgada en 1979; y a elecciones generales, en 1980, con el triunfo de Acción Popular, instaurándose el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Ferry, quien precisamente había sido echado del poder por un golpe de Estado. Esta llamada recuperación de la democracia, marcó el inicio de la lucha armada, por acción de Sendero Luminoso; y en 1982, por el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru-MRTA. 17 (…) “DEL LADO DE LOS POBRES. Teología de la liberación” es fruto de las reflexiones…, Gustavo Gutiérrez… Esclarece… el papel de la Iglesia y de la teología en una época marcada rígidamente por el sesgo económico del estilo neoliberal de la globalización. Con la caída de la cortina de hierro y el desmoronamiento de las dictaduras comunistas, muchos profetizaron la victoria definitiva del capitalismo. Pero la tendencia arrolladora y unilateral de la globalización económica tiene que ser hoy analizada a la luz de los principios de la justicia social, como lo subraya incansablemente Juan Pablo II en su doctrina social y en discursos a través 15 9 sociales de América Latina, y desde esta perspectiva se vuelve a pensar lo pastoral para retomar luego lo político; y en segundo lugar, la Conferencia de Medellín en 196818 influyeron en el trabajo pastoral de la Iglesia Latinoamericana . En esta coyuntura, como muy bien describe Julio Cotler: “La relativa democratización de la vida de la Iglesia derivada del Concilio Vaticano II, al triunfar la tesis de que la Iglesia estaba constituida por el “pueblo de Dios”, facultaba la multiplicación y participación de estas comunidades de base en las transformaciones sociales. Desde esta concepción antioligárquica y militante grupos de religiosos se comprometieron en movimientos campesinos, organizaciones representativas de los pobladores de barriadas, sindicatos de trabajadores urbanos y organizaciones estudiantiles, buscando de este modo organizar a los sectores populares contra la clase dominante, responsable del “pecado colectivo”. A partir de esta apertura política en el Perú se organiza la Oficina Nacional de Información Social (ONIS) que posteriormente asumiría un comportamiento radical, que se concretó después de la reunión de obispos de Medellín, Colombia, en 1968, en la difusión de la “teología de la liberación” y los “cristianos por el socialismo” (Macaulay, 1972). Por otro lado, y a través de los Cursillos de Cristiandad, un sector de la Iglesia procuró la constitución de “comunidades de base” especialmente entre los nuevos sectores emergentes de la clase media: militares y profesionales “gerenciales”. “Mientras en el primer caso, los sacerdotes alentaban y participaban activamente en la movilización de los diferentes sectores de las clases populares, los Cursillos de Cristiandad se dieron entre los elementos tecnocráticos, militares y civiles, preparándolos para iniciar cambios en la sociedad a partir de las posiciones de autoridad que ocupaban o deberían alcanzar. A diferencia de ONIS, los “cursillistas” perseguían realizar desde “arriba” los cambios necesarios, a fin de limar las contradicciones existentes entre las clases de la sociedad, procurando de este modo extender un sentimiento comunitario (familia, gremio, comunal) a todo lo largo y ancho de la sociedad, actualizando las viejas aspiraciones católicas”. (Cotler, Julio. 2005: 281)19 Por su puesto, que ninguno de estos hechos, tomó en cuenta a los niños, niñas y adolescentes, como interlocutores válidos con voz y derechos específicos20. de sus múltiples viajes. (Sayer, Josef. Pág. 13. En: Del lado de los Pobres-Teología de la Liberación. Muller, Gerhard; y Gutiérrez, Gustavo. CEP. 2005) 18 La pobreza es un tema evangélico y un desafío que ha estado siempre presente a lo largo de la historia de la Iglesia. Pero las denuncias de Medellín (“inhumana miseria”), Puebla (“pobreza evangélica”) y Santo Domingo (“intolerables extremos de miseria”), hicieron que la situación de pobreza, que padece la gran mayoría de la población de América latina y el Caribe, surgiese con toda crudeza ante nuestros ojos. (…) El “otro” de una sociedad que lo margina y excluye se hizo presente demandando solidaridad. La pregunta frontal ¿cómo decirle al pobre, al último de la sociedad, que Dios lo ama? Ha demostrado su fecundidad en la acción pastoral de la Iglesia y en el camino teológico emprendido para responder a ella. Ante la muerte injusta y temprana que implica la pobreza, “el noble combate por la justicia” (Pío XII) adquiere caracteres dramáticos y urgentes. Tomar conciencia de ello es una cuestión de lucidez y honestidad. (Gutiérrez, Gustavo. La teología una función eclesial. Pág. 19. Op. Cit.) 19 Véase Cotler, Julio. Clases, Estado y Nación en el Perú. El subrayado es mío. 20 Véase Cussiánovich, Alejandro: Participación protagónica de niños y adolescentes: de la necesidad al derecho. Pp. 27. En: Historia del pensamiento social sobre infancia. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Lima, 2003) 10 Podemos afirmar entonces, que el año 1976, y subsiguientes, marcan nuevos escenarios de lucha y combate para los movimientos sociales, frente a la cuál, la dictadura militar de turno, recurre a la censura de los medios de comunicación; y al estado de emergencia21,; y a la persecución de los dirigentes de las organizaciones populares; y dirigentes políticos de izquierda, para garantizar de este modo la aplicación de las medidas de ajuste económico, cuyos efectos negativos, como siempre, causaron estragos irreparables en la vida de los niños, niñas y adolescentes de los sectores populares más desposeídos. Por otra parte, a pesar de estas heroicas luchas, en nuestros países, la infancia continúa siendo el sector más débil y vulnerable. Conscientes de esta situación, los jóvenes de la Juventud Obrera Cristiana (JOC.), quienes habían sufrido en carne propia la arremetida represiva de la dictadura militar, premonitoriamente promueven la organización de los niños trabajadores, que años después se constituye en el Movimiento de Adolescentes y Niños Trabajadores Hijos de Hogares Cristianos-MANTHOC. El MANTHOC desde inicios de los años 90, y luego a través del Movimiento Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores Organizados del Perú-MNNATSOP, desde 1996; y el Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niños y Adolescentes Trabajadores-MOLACNATS, han mantenido y mantienen una acción permanente de vigilancia y de acción directa y militante no sólo sobre los permanentes intentos de modificación del Código de los Niños y Adolescentes que ellos consideran de importancia, sino también sobre los debates internacionales como el Convenio 138 y 182 de la OIT, así como el tajante rechazo a la Marcha Global contra los NATs en 198822. Esta valiente actitud protagónica de los NATs, les ha servido para ser atacados por los funcionarios de la OIT. En efecto: “El extremo lo tenemos en lo aparecido en su página web.www.oit.org.pe/oitreg/activid/proyectos/ipec/balancesa.shtml. Allí se lee a la letra: “En América Latina se da una situación excepcional, que consideramos fundamental entender para comprender la estrategia del programa. Existe en la Región un Movimiento de Organización y Promoción de los Niños y Adolescentes Trabajadores (NATs). Estas organizaciones que se sitúan fundamentalmente en Perú, Bolivia, Ecuador y Paraguay tienen un indudable arraigo y “defienden” el trabajo infantil. Dichas organizaciones, han tenido sin duda, una influencia notable en la redacción de los Códigos de Niños en algunos países (Perú y Paraguay por ejemplo). Uno de los esfuerzos del IPEC ha consistido, sin entrar en confrontaciones dialécticas, en indicar a los gobiernos los peligros de este tipo de movimientos y crear alianzas estratégicas con diversas ONGs de los países, como contrapunto a estos llamados Movimientos de NATs.”23. ¿Entonces defender los derechos humanos es devenir en peligrosos? Por tanto, la categoría sociológica del protagonismo, es hija de los movimientos sociales, en tiempos de dictaduras, “dictablandas”; y democracias representativas. Viene a mi memoria; y recuerdo, que esos tiempos vivía a salto de mata. En efecto, cuando en aquel entonces, desempeñaba el cargo de Secretario de Salud, del Consejo de Salud, de la Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador, los dirigentes de la CUAVES, –órgano de autogobierno y poder popular- éramos vigilados, perseguidos, posteriormente detenidos, y conducidos a los calabozos de Seguridad del Estado, por el sólo hecho de reclamar la instalación de los servicios básicos, -agua, desagüe y otros servicios- en el inmenso arenal. 22 Véase Cussiánovich, Alejandro. Op.cit. Pág. 43 23 Citado por Cussiánovich, Alejandro. Tipología del Trabajo Infantil desde el Punto de Vista de los Derechos Humanos: La Necesidad de una Diferenciación. En Revista Internacional NATS. N° 11-12. Pág. 89 21 11 Entonces, el protagonismo es un desafío utópico que está en plena construcción, ante la arbitrariedad de gobernantes, educadores y trabajadores sociales, que consideraban a los niños, niñas y adolescentes trabajadores y, no trabajadores de los sectores populares, como objetos de protección; y elementos peligrosos. Esta otra infancia, constituye por tanto, un significativo sector de la población peruana y latinoamericana, que a pesar de la adversidad, no han abandonado su lucha contra aquellas imágenes o representaciones sociales que siempre han intentado confinarlos a la condición de objetos de protección, de compasión, de misericordia. O en todo caso, ante los intentos, de las clases dominantes en el poder, de convertirlos en menesterosos felices. Es evidente, pues, que cuando hablamos de las experiencias del protagonismo de los niños, niñas y adolescentes, en el Perú y Latinoamérica, encontramos que detrás de estas luchas hay una dimensión utópica, que consiste en apostar por la forja de nuevos proyectos personales y sociales de vida más humanos, solidarios, fraternos, afectuosos, amorosos, y recíprocos para nuevos manifiestos sociales, que coadyuven a la construcción de una democracia liberadora, que nos permita de-construir la colonialidad del poder24, que nos impusieron los vencedores. Por tanto, la descolonización y la deconstrucción de las relaciones sociales, la democratización del control de la autoridad y de la violencia estructural que se vive en el Perú y América Latina –excepción hecha de la heroica Cuba Revolucionaria- son los requisitos básicos e indispensables, para todo proceso de democratización liberadora; ya que la democracia liberal, representativa, delegativa, o de baja intensidad, que adoptó el Perú con el establecimiento del Estado-Nación republicano, en 1821, y el resto de países latinoamericanos no ha garantizado, ni garantiza actualmente, el bienestar y la felicidad de los niños, niñas y adolescentes en la región. Es por ello, que en estos tiempos de cambio de época se tiene que repensar la democracia en el Perú y Latinoamérica, para reinventar la emancipación social, para así asistir alborozados al nacimiento de nuevos manifiestos sociales, que nos ofrezcan progreso y bienestar a todos los latinoamericanos. Por tanto, el reto y desafío es trabajar más intensamente por el real y sustantivo ejercicio de la participación protagónica de los niños, niñas y adolescentes25. Como bien sostiene Alejandro Cussiánovich, esto indudablemente acarrea implicancias de consideración para repensar la infancia y la actoría social, la infancia y el protagonismo, la infancia y la democracia, y la infancia y la ciudadanía, en contextos por demás violentos y asimétricos, que reinan en nuestro continente26. “Por esto, la necesidad de afirmación democrática sigue teniendo plena validez, hoy más que nunca, en circunstancias que la debilidad estatal para hacer cumplir la ley de manera universal y de distribuir 24 La colonialidad del poder, que consiste en que la diferencia entre lo europeo y lo no europeo funda la desigualdad de ambos en el poder, en la sociedad y en el estado, no fue erradicada en América Latina. En otros términos, la sociedad no fue descolonizada, democratizada o “nacionalizada” plenamente, y en algunos casos quizás ni siquiera básicamente; ni representada tampoco, plenamente, en un Estado-Nación. La mistificación eurocéntrica de esta categoría, fue aún más acusada en estos países. Por ello nunca han dejado de haber, virtualmente en todos los países latinoamericanos, estructuras de autoridad diferentes de las estatales, en relaciones de complementariedad y/o de conflicto. (Quijano, Aníbal. La Economía Popular y sus caminos en América Latina. Pág. 184. Mosca Azul Editores. Lima, 1998) 25 Véase Jaramillo García, Enrique. ¿Porqué y para qué, la democracia en el Perú? Una mirada crítica. Separata. Lima, 2005. 26 Véase Cussiánovich Villarán, Alejandro. Ser actores sociales: desafíos para los niños. Pp. 11-16. En: Historia del Pensamiento social sobre la infancia. Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Lima, 2003) 12 equitativamente los recursos sociales se suma a la incapacidad de las instituciones políticas para atender las desbordadas demandas corporativas, a la frivolidad e improvisación de la llamada “clase política” y a los múltiples y crecientes desafíos de la globalización capitalista. De no atenderse estos problemas, pueden acabar desgarrando los tejidos sociales que todavía dan sentido de pertenencia y de referencia a los peruanos y latinoamericanos. Manuel Azaña decía “cuando el Estado desaparece, aparecen las tribus”27. PROTAGONISMO DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, CORRIENTE EMERGENTE EN EL PERU Y AMERICA LATINA UNA El protagonismo infantil, por tanto, es una experiencia maravillosa, renovadora, nacido al influjo de los movimientos sociales, que actualmente se ha convertido en una corriente emergente de pensamiento sobre la infancia. Esta corriente que se iniciara hace más de 25 años en América Latina y el Caribe, empezando por el Perú, ha desarrollado, y continúa desarrollando un largo y tormentoso camino de proceso de construcción no sólo de categorías conceptuales, sino de experiencias innovadoras, que nos están notificando de la presencia activa y militante de nuevos actores sociales, los niños, niñas y adolescentes organizados. Indudablemente, hablar de protagonismo infantil, significa haber superado ideologías decadentes, como la Doctrina de la Situación Irregular del Niño; y el paradigma de la peligrosidad del niño pobre, como objeto de protección y tutelaje por parte del Estado, y la misma Convención sobre los Derechos del Niño28, que inaugura el paradigma de la Doctrina de la Protección Integral; y por primera vez considera al niño como sujeto de derechos. Entonces, la doctrina del protagonismo integral, es una corriente emergente, que es el resultado de una opción a favor de la participación de los niños, niñas y adolescentes, que se adelantó casi en 13 años a la Convención sobre los Derechos del Niño. En suma, el protagonismo es la culminación de la lucha del propio pueblo; y del niño pueblo, que emprendieron en 1976, nadando a favor o en contra de la corriente, en su búsqueda permanente por rescatar espacios de libertad29, dignidad, amor, ternura y, justicia social, Cotler, Julio. Op. Cit. Pág. 43. El subrayado y agregado: y latinoamericanos, son míos. El 20 de noviembre de 1989 los Estados del mundo después de muchos años de lucha que se remonta a 1923, en que la ciudadana inglesa Englantyne Jebb, conmovida por el sufrimiento de los niños, quienes eran las primeras víctimas de las políticas económicas que aplicaban los gobernantes de los Estados, funda la organización Save the Children, para proteger a los niños. En 1924 la Liga de las Naciones aprueba la Declaración de Ginebra; y en 1959 la Organización de las Naciones Unidas aprueba la Declaración del Niño, aprueban la Convención sobre los Derechos del Niño, que es un documento internacional que tiene carácter vinculante. El Estado peruano forma parte de esta Convención desde 1990; y como tal está obligado a ejecutar políticas sociales y económicas para el mejoramiento de las capacidades de los niños, niñas y adolescentes. La Convención según algunos estudiosos es la Revolución Francesa con 200 años de retraso, porque reconoce al niño como ciudadano y sujeto de derechos. La Convención se sustenta en los siguientes principios: i) Derecho a no ser discriminado, ii) Derecho a la sobrevivencia y el desarrollo, iii) Derecho a la participación; iv) El Interés Superior del Niño. 29 La libertad es un valor inherente al ser humano, es como el agua que hace florecer los campos, es como el alimento que nos da vida, es como el aire puro de los andes, que respiramos y, dan vida magistralmente al hombre y la naturaleza. En suma, la libertad es el don más preciado que tiene el ser humano; y más aún los 27 28 13 frente a los niveles de pobreza30 en que históricamente han vivido, y siguen recibiendo más de lo mismo. Siendo reiterativo, el protagonismo, es un nuevo paradigma referido a la participación de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes; y al ser humano en general. El protagonismo es una característica esencial del ser humano, ya que éste –el ser humano- ha nacido para ser alguien en la vida, para ser uno mismo, para no ser un inferior o ciudadano de tercera categoría o segundón, sino para ser iguales o idénticos, no obstante las naturales diferencias de cada uno de los seres humanos. El protagonismo, por tanto, es una condición inherente a las sociedades y a los individuos. Es un derecho humano inalienable e irrenunciable. En suma, el protagonismo, reconoce al niño, como actor social, sujeto social de derechos, sujeto económico y político. Entonces, como magistralmente afirma Alejandro Cussiánovich: “Ser protagonista, desarrollar una personalidad protagónica, devenir un actor social, es tener dignidad y estar en la capacidad de amar y ser amado” (2003: 16) 31, en la familia, la comunidad y la sociedad en su conjunto. Si partimos de que el protagonismo es una condición inherente al ser humano y a las sociedades, es pertinente conocer su etimología: PROTOS-PROTA: este prefijo griego sugiere, según los casos, la idea de adelante, antes de, primero, por delante, por primero, a favor de, e incluso, en vez de. Por ejemplo: proteios, proteia, proteion (masculino, femenino y neutro) significa algo de “primera calidad”. GONIMOS: viene de gonos o de goneuo, y significa fecundo, productivo, generativo. Entonces “protagonismo” viene, en esta vertiente, de juntar prota + gonimos. ARJO – ARJEUIA – ARJE: así pues, si juntamos prota + arjeuo = protagonista, con todos los matices, se comprende por qué seguimos pensando que esta categoría recoge bien la complejidad conceptual y práctica de ser y de crecer como protagonistas en la historia. ARJEION: significa “lugar de encuentro”, “residencia de los magistrados o principales”, “cuartel general”, “palacio de gobierno”, “cargo”, “autoridad”. Si notamos bien, todas estas acepciones tienen que ver con un tipo de poder, de responsabilidad y de dirección. ARJO: tiene múltiples significados “ser el primero”, “preceder”, “guiar”, “mostrar el camino”, “comandar”, “ser el jefe”, “gobernar sobre”, “tener un cargo”. Pero también: niños, niñas, adolescentes y jóvenes, quienes han nacido para ser felices, en un mundo totalmente diferente al actual. Este fue el sueño de José Martí, de Julio César Sandino; y de José Carlos Mariátegui. 30 No estamos contra los pobres si no estamos contra la pobreza,… Es decir, no recusamos la condición que abruma a una parte importante de la humanidad. No se trata de un rechazo meramente emocional, es necesario conocer lo que motiva la pobreza en el nivel social, económico y cultural. Esto requiere instrumentos de análisis que no son suministrados por las ciencias humanas, pero como todo pensamiento científico ellas trabajan con hipótesis que permiten comprender la realidad que buscan explicar, lo que equivale a decir que están llamadas a cambios ante fenómenos nuevos. Es lo que sucede hoy ante la dominante presencia del neoliberalismo que llega ahora upado sobre los hombros de una economía cada vez más autónoma de la política (y antes ya de la ética) gracias al hecho que se conoce con el término un poco bárbaro de globalización. (Gutiérrez, Gustavo. Op. Cit. Pp. 69-70) 31 El subrayado es mío. 14 “actuar por primero o por la primera vez”, “comenzar”, “tomar la iniciativa de”, “arrancar, “ensuciarse las manos en algo”. Podemos notar que todas son diferentes formas de “involucrarse”, de “participar”. ARJEUO: significa “guiar”, “comandar”, “ser guía”, “gobernar”. Pero además “principio”, “comienzo”, “origen”, “causa primera”, “dar inicio a”, “punto de partida”, “punto terminal de unión”, “poder”, “autoridad”, “dominio”. Quizá lo más remarcable es el acento en lo de “poder” y “conducción”. ARJEIA: significa “dignidad”, no tanto en el sentido que se le suele atribuir a alguien que se le dice estar revestido de autoridad, de dignidad, sino en el sentido de ser digno, de tener dignidad32. En consecuencia, el protagonismo, encierra en sí mismo, un contenido fecundo, que se plantea permanentemente, la lucha por el poder; por la dignidad. En suma, el protagonismo, es un derecho humano, que es un componente inherente a todo ser humano, a toda persona, por su condición de sujeto social, actor social, actor político y económico, tiene que tener en claro que el futuro no llega, se construye; lo hacemos con nuestras propias manos y esperanzas, nuestros fracasos y proyectos, nuestra terquedad y nuestra sensibilidad a lo nuevo, es decir, soñar utópicamente con una nueva sociedad. Esta corriente emergente, que es el protagonismo, toma como base la Convención sobre los Derechos del Niño, pero su límite es el cielo; y sus fundamentos son los siguientes: 1. La condición de persona: con dignidad e igualdad 2. La esencialidad de ser sujeto social 3. La educabilidad de todo ser humano 4. La responsabilidad, como condición y exigencia de la libertad; y 5. El Interés Superior del Niño Entonces, no se nace protagonista espontáneamente. Sino que se trata de una vocación, por consiguiente, no sólo se debe afirmar el protagonismo como un derecho inherente a la especie humana, sino asumirlo y ejercerlo, en el día a día, en la cotidianidad de la vida. En otras palabras, en el ejercicio y goce pleno, real y sustantivo de los derechos humanos. El protagonismo como propuesta y como proceso recaba su fuerza de lo que está en juego cuando de protagonismo se trata: es la dignidad e identidad de cada persona, de cada grupo social, de cada pueblo y de cada nación, respetando las diferencias de culturas. Esa es la fortaleza de esta propuesta emergente. Finalmente en el Perú y Latinoamérica, nacer pobre y crecer protagonista, se basa en dos afirmaciones de principio: nadie nace pobre como un hecho aislable y explicable de un contexto más amplio y sumamente complejo que el individual, y todo ser humano es educable, porque la educabilidad es una de las condiciones inherentes al ser humano. Por consiguiente, se es persona y hay que desarrollarse como tal, aguzando el desarrollo de las 32 Véase Cussiánovich, Alejandro. Ibid. 75-75 15 capacidades de los humanos, quienes tienen inteligencia y, sentimientos, se es sujeto social de derechos y, hay que constituirse como tal33. PARTICIPACION PROTAGONICA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES, UN DISCURSO CADA VEZ MAS NECESARIO En el actual contexto de la economía, y las comunicaciones globalizadas34, de la política, de la pobreza, de la exclusión, de la miseria humana en que vivimos: ¿Será posible hablar de protagonismo? ¿O es que simplemente se trata de una pose? Considero que en estas circunstancias adversas, en que las encrespadas olas del pensamiento neoliberal tratan de someternos, ahora más que nunca, es necesario levantar las banderas del protagonismo, con un discurso político e interpelatorio a esta brutal ofensiva. No podemos renunciar a nuestras utopías, para rescatar la igualdad y dignidad entre todos los seres humanos: los explotados, los dominados, los discriminados, de la tierra. En este cambio de época, por demás complicado, los discursos sociales han cambiado también radicalmente, como bien afirma Aníbal Quijano: “Uno de los fenómenos más notables de la situación actual de América Latina, en especial en el Perú, es la subalternización de los discursos sociales, pues estos son producidos, incluso para intenciones críticas, desde la perspectiva dominante acerca de la existencia social contemporánea. Esto es, desde la perspectiva del poder vigente; el capital. En efecto, los actuales discursos sociales tienen una muy peculiar relación con la cuestión del poder. El que ahora ocupa el lugar hegemónico, el neoliberalismo, la excluye completamente. Pero con él no hay equívocos y se presenta sin ambajes como legitimo discurso del legítimo poder del capital. Otro, sin embargo, se asumen críticos, como el actual discurso de la pobreza, pero sólo traducen alguna inconformidad con las expresiones más ominosas del poder actual, no con su patrón o sus principales formas de ejercicio. (…) Dada las actuales condiciones históricas del mundo, nada de esto tiene que sorprendernos demasiado. Después de todo, el momento de profunda reconfiguración global que atraviesa el poder del capital se funda, precisamente, en la derrota mundial de los movimientos sociales de contestación y en la desintegración o en la fragmentación parcial o total de las estructuras sociales de donde aquellos procedían. Aquellos discursos sociales son una señal clara de que el poder no está hoy en cuestión en el Véase Cussiánovich, Alejandro. Nacer pobre y crecer protagonista. En: Niñas, Niños y Adolescentes: Exclusión y desarrollo psicosocial. Tomo I. pp. 26-20 34 La situación así designada viene, como es sabido del mundo de la información, pero repercute pujante en el terreno económico y social, y en otros campos de la actividad humana. No obstante, la palabra es engañosa porque hace creer que nos orientamos hacia un mundo único, cuando en verdad, y en el momento actual, acarrea ineluctablemente una contraparte: la exclusión de una parte de la humanidad del circuito económico y de los llamados beneficios de la civilización contemporánea. Una asimetría que se hace cada vez más pronunciada. Millones de personas son convertidas de este modo en objetos inservibles, o en desechables después de uso. Se trata de aquellos que han quedado fuera del ámbito del conocimiento, elemento decisivo de la economía de nuestros días y el eje más importante de acumulación de capital. Conviene anotar que esa polarización es la consecuencia del modo como estamos viviendo hoy la globalización, ella constituye un hecho que no tiene necesariamente que tomar el curso actual de una desigualdad creciente. Y, lo sabemos, sin igualdad no hay justicia. Lo sabemos, pero el asunto adquiere en nuestros días una urgencia creciente. (Gutiérrez, Gustavo. Situación y tareas de la teología de la liberación. CEP. Pág. 70) 33 16 sentido en que lo estaba en el período anterior. Uno de los rasgos decisivos de dicho período fue la abierta lucha por el poder. Y uno de los ejes centrales de esta lucha fue el conflicto entre capital, trabajo, entre los capitalistas y sus explotados. Ese conflicto no está hoy en escena como entonces lo estaba, explicita y organizadamente, aunque da claras señales de estar en el camino de regreso y de que no tardará en llegar a ocupar el centro de la escena. En la actualidad, la pugna principal ocurre ente todo entre los propios controladores del capital y por el momento más bien entre sus categorías o rangos dominados. (…) No es posible, en consecuencia, que el poder esté presente, inclusive por su omisión, en los nuevos discursos. Su ausencia hoy en el discurso social, es, en rigor, una cuestión. También una indicación del modo en que existe en esta precisa coyuntura: sobre la base de una profunda derrota, aún duradera, de los agentes históricos contestatarios, los explotados, los dominados, los discriminados”.35 Ante el avasallamiento de los discursos sociales por parte de los explotadores, que está lleno de racismo, que en el fondo incuba la APOROFOBIA = FOBIA+APOROS= POBRE, PELIGROSO, RECHAZO, DESPRECIO Y SUBESTIMA AL NIÑO POBRE. Esto es lo que viene ocurriendo actualmente con los niños niñas y adolescentes de GENERACION, quienes por el sólo delito de ser “pobres”, pero con una inmensa dignidad, y por defender espacios de libertad, el día 17 de mayo de este año, fueron arrojados de su Casa Hogar de Acogida, para cuyo objetivo, los que detentan el poder, –Juez de Familia, Alcalde Distrital de Magdalena del Mar, Policía Nacional del Perú de Magdalena del Mar, medios de comunicación masiva- no tuvieron escrúpulos en movilizar a un centenar de policías pertrechados con armas de guerra, medio centenar de serenazgos, una veintena de matones, paramédicos, etc., para irrumpir violentamente, según ellos para “proteger” a esta infancia36. Así es como ellos entienden la protección de la infancia, buscando su institucionalización, y la privación de su libertad. Esta derrota coyuntural, no sólo ha eclipsado, en verdad ha hecho estallar los discursos sociales de los explotados y de sus Véase Quijano, Aníbal. La Economía Popular Y sus nuevos caminos en América Latina. Pp. 13-17. El subrayado es mío. 36 Ahora dentro del marco legal, el Perú tiene una muy buena legislación que protege al niño y adolescente. Lamentablemente en la ejecución de la legislación es donde encontramos serios problemas. En los últimos cuatro años, pero al grave problema que existe de niños consumidores de inhalantes, sobre todo los llamados pirañitas, no existe un solo caso en que una persona que haya sido detenida por haber proveído de sustancias tóxicas a estos niños, por haber vendido, por haber comercializado, esté purgando pena. Ningún tribunal en el Perú ha colocado en prisión a ningún vendedor de inhalantes a niños consumidores de este tipo de drogas. La legislación existe, el problema está en la ejecución. (…) es un problema real que es la corrupción, la corrupción atraviesa todo, atraviesa la sociedad peruana de cabo a rabo, desde arriba hasta abajo, y es un poco la lucha contra nosotros mismos. (…) el Estado peruano –no este gobierno, los últimos diez gobiernos- le ha atribuido una mínima importancia a la salud mental, llegamos a la conclusión de que no hay estructuras para rehabilitar a estos chicos. No hay una sola estructura pública para tratar fármaco dependientes menores de edad, y hay muy pocas a fármaco dependientes en general. (…) No hay esa priorización del gasto público. (...) El Perú es un país de los planes nacionales, tenemos planes nacionales de todo, y todavía no hay soluciones nacionales. En lo que es el tema de la infancia tenemos un ente rector que ha sido creado por el nuevo Código del Niño y el Adolescente sancionado por el Congreso, pero que nunca ha sido legislado, reglamentado, implementado; y quizás nunca lo sea. Entonces no hay ninguna instancia de ejecución que se encargue de organizar lo que va a ser la política de Estado peruano, la política pública y también de coordinar la acción privada en el campo de la niñez. (Rivera, Gastón. Comentarios. En: Violencia, Familia y Niñez. Pp. 124-129. 1995) 35 17 asociados –niños, niñas, adolescentes y educadores- en la lucha por una sociedad alternativa. Ante esta tremenda arbitrariedad, de los que detentan el poder nos preguntamos, ¿en qué situación queda la Convención sobre los derechos del Niño? No obstante que constituye un paso histórico gigantesco al establecer de forma universal y sin ambigüedad que los niños son sujetos de derechos, en este caso no son respetados. A pesar de que algunos de sus artículos se refieren a las niñas y niños que se hallan en instituciones residenciales, y hacen especial hincapié en que todos los procedimientos (sociales, administrativos y judiciales) y todas las situaciones que afecten a un menor de 18 años deben garantizar el ejercicio de sus derechos37. En este caso ominoso, del sufrimiento de los chicos, chicas y educadores de GENERACION, se trata de una tensión, de dos enfoques contrapuestos: internamiento versus acogimiento, que en la realidad concreta crea conflicto, tensión, donde los perdedores, en este caso, son los niños, niñas y adolescentes, quienes luchan por nuevos espacios de amor y ternura que sus familias, ni mucho menos, la sociedad les ofrece. En consecuencia, en estas circunstancias, el protagonismo, tiene que vislumbrarse como un discurso político cada vez más necesario, para nuevos cambios que se orienten hacia el paradigma de los derechos. Estos son tiempos nuevos, en que el protagonismo, como modelo de la actoría social, como modelo conceptual aplicable, tiene que incorporarse en los discursos sociales, en las subjetividades y mentalidades de las personas, para reivindicar la actoría social y el carácter ético-cultural de la infancia. En suma, el protagonismo tiene que constituirse, en un paradigma que ayude a la construcción de una nueva cultura de infancia. Y como consecuencia de ello, reconocer en el niño su condición de actor social, sujeto social, económico y político, lo que implica también el desarrollo de un nuevo modo de vida caracterizado, por una personalidad protagónica, que siempre se plantee, como objetivo estratégico en el ejercicio de su condición ciudadana38: i) El tema del poder; ii) Luchar por la dignidad; iii) Tener iniciativa; iv) Ser excelentes, de calidad; v) Ser responsables para ser verdaderamente libres; vi) Ser solidarios y fraternos; vii) Trabajar pensando en el factor de unidad; y viii) Tener la capacidad de luchar por una sociedad alternativa a la que nos ofrece el neoliberalismo39. PROTAGONISMO DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES: NUEVOS RETOS Y DESAFIOS PARA LA DEMOCRACIA, EN TIEMPOS DE GLOBALIZACION NEOLIBERAL Después de la firma del Consenso de Washington en 198040, la caída del Muro de Berlín, en 1989; y la posterior desintegración de la Unión Soviética, actualmente asistimos Véase Casas, Ferran. Infancia: Perspectivas Psicosociales. Pp. 101-104 Véase Cussiánovich, Alejandro y otros. La Infancia en los escenarios del futuro. Pp. 53-69 39 Véase Jaramillo García, Enrique. Los Maestros en la promoción y defensa de los Derechos del Niño. Pp. 73-78. 40 Con el establecimiento del Consenso de Washington, su aplicación genera reglas universales de comportamientos macroeconómicos de los países y de comportamientos de los agentes económicos (empresarios, familias y gobierno) Es decir, genera una disciplina económica internacional basados en 37 38 18 anonadados, a un fenómeno de impredecibles consecuencias a la se que se ha dado en llamar la globalización, cuyo signo perverso es el neoliberalismo 41 de capitalismo salvaje amoral, que abre algunas cuestiones centrales cuya característica principal consiste, como bien lo afirma Aníbal Quijano, en que: “(…) El actual patrón de poder mundial consiste en la articulación entre: 1) la colonialidad del poder, esto es la idea de “raza”42 como fundamento del patrón universal de clasificación social básica y de dominación social; 2) el capitalismo, como patrón universal de explotación social; 3) el estado como forma central universal de control de la autoridad colectiva y el moderno estado-nación como su variante hegemónica; 4) el eurocentrismo como forma hegemónica de control de la subjetividad/intersubjetividad, en particular en el modo de producir conocimiento. Colonialidad del poder es un concepto que da cuenta de uno de los elementos fundantes del actual patrón de poder, la clasificación social básica y universal de la población del planeta en torno a la idea de “raza”. Esta idea y la clasificación social en ella fundada (o “racista), fueron originadas hace 500 años junto con América, Europa y el capitalismo. Son la más profunda y perdurable expresión de la dominación colonial, y fueron impuestas sobre toda la población del planeta en el curso de la expansión del colonialismo europeo. Desde entonces, en el actual patrón mundial de poder impregnan todas y cada una de las áreas de existencia social, material, eintersubjetiva, y son, por eso mismo, la base intersubjetiva más universal de la dominación dentro del actual patrón del poder.”43 Entonces, en este contexto totalmente adverso, en que históricamente los vencedores nos impusieron el colonialismo y la colonialidad del poder, siempre y permanentemente los vencidos, forjaron sus movimientos sociales. En el caso de los movimientos sociales de los NATs en Latinoamérica les espera desarrollar nuevos retos y desafíos para la construcción criterios de eficiencia, es decir de búsqueda de mayores ganancias para el capital, como nunca antes había ocurrido. La disciplina fiscal, el pago puntual de las deudas externas, la apertura de los bienes y de capital, pero no la apertura del mercado de trabajo, son las principales reglas cumplidas por todos los gobiernos nacionales. La búsqueda del beneficio individual, la competencia y la desnacionalización de los intereses económicos constituyen las reglas del comportamiento a nivel micro. (Gonzáles de Olarte, Efraín. Neoliberalismo y el péndulo de largo plazo. Pág. 28) 41 El neoliberalismo económico postula un mercado sin restricciones, llamado a regularse por sus propios medios, y somete toda solidaridad social en este campo a una dura crítica, acusándola no sólo de ineficaz frente a la pobreza, sino incluso de ser una de las causas de ella. (…) Una de las derivaciones de este pensamiento, y de las más dolorosas y agudas, es la de la deuda externa que tiene maniatadas y agobiadas a las naciones pobres. Deuda que creció espectacularmente, entre otras razones, debido a tasas de interés manejadas por los mismos acreedores. El pedido de su condonación es uno de los puntos más concretos e interesantes… (Gutiérrez, Gustavo. Op.Cit. Pág. 71) 42 La discriminación de “género” es, quizá, la más antigua en la historia de la especie. Pero en el actual patrón mundial de poder ha quedado subordinada a la colonialidad del poder. Y en tanto que sobre ella hay un prolongado debate y una inagotable literatura, aquí me parece necesario poner énfasis en la colonialidad específica del actual patrón del poder. 43 Ver de Aníbal Quijano Colonialidad del Poder, Eurocentrismo y América Latina. En Edgardo Lander, comp. Colonialidad del Saber, Eurocentrismo y Ciencias Sociales. CLACSO-UNESCO 2000, Buenos Aires, Argentina, pp. 201-246. Aquí sin duda es útil hacer notar que los términos “colonialidad” y “colonialismo” dan cuenta de fenómenos y de cuestiones diferentes. El “colonialismo” no se refiere a la clasificación social universalmente básica que existe en el mundo desde hace 500 años, sino a la dominación político-económica de unos pueblos sobre otros y es miles de años anterior a la colonialidad. Ambos términos están, obviamente, relacionados, puesto que la colonialidad del poder no había sido posible históricamente sin el específico colonialismo impuesto en el mundo desde fines del siglo XV. 19 de un nuevo proyecto social, diametralmente opuesto a la que nos ofrecen el neoliberalismo44 y la globalización. Indudablemente esta tarea será una obra épica de construcción social, que pone en cuestión los ideales liberales, que los criollos y las clases ilustradas, impusieron a la sociedad peruana y latinoamericana en el siglo XIX, con el establecimiento de los estados nacionales, a imagen y semejanza de los Estados Nación modernos de occidente. Desde aquel momento histórico, en que optamos por la organización política que se llama democracia representativa, ésta ha vencido y hoy se impone como la forma normal de organización política, como el aspecto político de la modernidad cuya forma económica es la economía de mercado (globalización 45neoliberalismo) y cuya expresión cultural es la exclusión bajo sus diversas formas, económica, social, política y cultural. A esta cuestión, la alternativa diferente, que se tiene que contraponer, es el protagonismo de los movimientos sociales de los niños, niñas y adolescentes, para la construcción de una verdadera democracia. Actualmente: “LA DEMOCRACIA como parte del ideal de la libertad, es aún una promesa incumplida en la medida que la utopía de la modernidad –como reino de la libertad y la justicia- sigue siendo un ideal por alcanzar. En los países occidentales llamados desarrollados46se ha avanzado un trecho importante en la elección de los gobernantes y en el respeto de algunos de los derechos políticos y civiles. Sobre la misma vía, pero todavía lejos, se encuentran los países del tercer mundo balbuceando los El neoliberalismo pretende desatender a la sociedad y al estado de toda responsabilidad en la atención de la solución de los problemas de los trabajadores y en general de todos los pobres del país. Ya no es responsabilidad del Estado el garantizar el empleo ni ingresos, no es ya su responsabilidad de brindar enseñanza, ni asegurar una vivienda digna, ni tampoco garantizar los servicios de salud o de seguridad social. Por el contrario, cada uno de los problemas deben ser enfrentados privadamente, y no colectivamente. Los servicios que requieren los pobres deben ser buscados en el mercado y deben ser producidos solamente por la actividad capitalista privada. Si hay multitudes de pobres que no podrán obtenerlos, debe entenderse que tal es el costo necesario de la “modernización” del estado y de la sociedad. (Coronado, Jaime. Crisis y Poder y Familia Urbana en el Perú. En: La Familia y sus problemas, en los sectores pobres. Pp. 52-53) 45 ¿QUE ES ESTO DE LA GLOBAILIZACIÓN?...: 1) la “globalización” consiste, ante todo, en una reconcentración de la autoridad pública mundial, en rigor una re-privatización del control de la autoridad colectiva, sobre cuya base se impulsa la profundización y aceleración de las tendencias básicas del capitalismo; 2) se trata, así, de una reconfiguración del sistema de dominación política, asociada a las más recientes tendencias de la explotación o control capitalista del trabajo; 3) la correspondiente expresión institucional en el “centro” es, de un lado, la configuración de un Bloque Imperial Mundial, integrado por los estados-nación que ya eran mundialmente hegemónicos, bajo el predominio del principal de ellos, el de estados Unidos; del otro lado, el bloque de corporaciones mundiales de capital financiero; 4) El Bloque Imperial Mundial está tramado estructuralmente con las instituciones de control y de administración del capital financiero mundial, como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Club de París, y de control y administración de la violencia mundial como el Tratado del Atlántico Norte o el Sistema Interamericano de Defensa Regional; 5) El conjunto de esta forma institucional, estatal y paraestatal, tiende a operar como un gobierno mundial invisible; 6) en la “periferia”, la expresión institucional más destacada del proceso es la des-nacionalización y des-democratización de los estados de tendencia nacional y, en ese específico sentido, se trata de una continua erosión de las tendencias de moderno estado-nación en las áreas no-centrales del capitalismo; 7)en la medida en que el conjunto de tales procesos es el resultado de la derrota mundial de los regímenes, organizaciones y movimientos rivales o antagónicos al patrón de poder capitalista mundial colonial/moderno y eurocéntrico, la actual “globalización” de este patrón de poder tiene el carácter de un proceso contrarrevolucionario a escala global. (Quijano, Aníbal. Colonialidad del Poder, Globalización y Democracia. Pág. 14. 2001) 46 Para tener los pies sobre la tierra y no caer en la tentación de dejarse impresionar por las palabras vacías, o semi vacías vale la pena preguntarse desarrollados en qué? 44 20 primeros pasos, haciendo un enorme esfuerzo para que los militares renuncien a sus clásicos golpes de Estado y se queden en sus cuarteles queda una larga marcha para que el modo democrático de gobernar se convierta en una práctica de todos los días y deje de ser una reivindicación casi inalcanzable”47. En este largo devenir histórico, la democracia representativa en el Perú y Nicaragua, ha sido una suerte de botín de la clase política criolla liberal, quienes han gobernado y siguen gobernando nuestros países en función de sus intereses, habiendo convertido el estado en su patrimonio. Desde el siglo XIX siempre se planteó la irreductible oposición entre la representación indirecta o mediatizada de la democracia formal y la simple democracia directa o gobierno del pueblo sin la mediación de representantes. Las fuerzas políticas de derecha y de la oligarquía defendieron y defienden plenamente la representación y se opusieron y se oponen con todas sus fuerzas y argumentos a un gobierno basado en la democracia directa con el protagonismo de las masas. Por el contrario, las fuerzas realmente democráticas y progresistas siempre se interesaron por la democracia directa y rechazaron abiertamente el concepto de representación, -democracia representativa- que dicho sea de paso no ha resuelto los acuciantes problemas de las sociedades peruana y latinoamericanas48; ni mucho menos, ha mejorado la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes. En suma, la democracia representativa en el Perú y Latinoamérica, en este largo período de repúblicas oligárquicas, que se prolonga hasta nuestros días; y en estos tiempos de globalización, simplemente ha servido para el enriquecimiento de las clases dominantes, y para el abuso del poder, la arbitrariedad, y la mentira de caudillos civiles y militares, 49 la práctica del clientelismo político; y la consolidación de los procesos de corrupción e impunidad casi endémicas,50 a contracorriente del engaño, la pobreza y frustración de los sectores populares; y la desnutrición crónica de millones de niños y niñas. Entonces nos preguntamos: ¿Para qué sirve esta democracia representativa, cuando permite la violación de los derechos del niño, como en el caso de los chicos y chicas de GENERACION? ¿A quienes ha beneficiado y beneficia?, ¿debemos pensar otras formas de hacer política y de entender la democracia con el protagonismo de los movimientos sociales? ¿Acaso esta democracia representativa y tutelada, es la partera de más pobreza y exclusión que incluso Véase Montoya Rojas, Rodrigo. Multiculturalidad y Política. Pp. 177-178 Montoya Rojas, Rodrigo. Op. Cit. Pág. 181 49 La historia política del siglo XX en el Perú podría periodificarse de la siguiente manera. 1859-1919: el apogeo de la República Aristocrática; 1919-1930: la transición leguista y la promesa de la “Patria nueva”; 1931-1968: ocaso de la oligarquía; 1968-1975: reformas nacionalistas de capitalismo de estado; 1976-1979: contrarreforma y ajuste económico; 1980-2005: democracia representativa y neoliberalismo de capitalismo salvaje y amoral. 50 LA CORRUPCION EN LA HISTORIA DEL PERU tuvo tres grandes momentos asociados con períodos de modernización, en los que se dispuso de grandes cantidades de dinero de fácil acceso para los gobernantes. El primero corresponde al auge del guano (1851 a 1862) del gobierno de Castilla en adelante; el segundo gobierno de Leguía, de 1919 a 1930, un período de créditos externos de libre disposición y auge de obras públicas; el tercero el gobierno de Fujimori, de 1990 al 2000, cuando se privatizaron las empresas públicas y el patrimonio del Estado se volvió efectivo de libre disposición para el gobernante y sus secuaces. (Ugarteche, Oscar. Adiós Estado Bienvenido Mercado. Pág. 127) 47 48 21 preocupa a la tecnoburocracia del FMI51 y el Banco Mundial? Ante esta cuestión, nos esperan nuevos retos y desafíos, a cada uno de nosotros los ciudadanos y ciudadanas en el Perú y Latinoamérica. Ayudemos a la organización de movimientos sociales de los niños, niñas y adolescentes para una participación protagónica, en una nueva democracia que sea tolerante e incluyente. ALGUNAS PISTAS PARA NUEVOS MAPAS DE UNA CIUDADANIA PROTAGONICA DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES EN PERU Y AMERICA LATINA La faceta engañosa que nos presenta la democracia52 representativa en América Latina, está plagada de autoritarismo, exclusión, racismo, corrupción e impunidad, que aniquila la vida de miles de niños, niñas y adolescentes en nuestro continente. Esta revolución neoconservadora, llamada globalización, que está anclada en el colonialismo y la colonialidad del poder, que nace en el siglo XVI y se consolida en el siglo XX, con las democracias representativas tuteladas, nos ofrece más de lo mismo, lo que apareció como una novedad, ha terminado siendo un remedio peor que la enfermedad. Los efectos perniciosos de la globalización neoliberal, van mucho más allá de las cifras cuantitativas. Su principal y más letal y pernicioso efecto ha sido una radical desestructuración de la sociedad, teniendo como factor coadyuvante la seria crisis política y moral que heredamos de la larga etapa colonial y republicana. Ante esta adversidad, es necesario que dibujemos nuevos mapas de ciudadanía para la participación protagónica de los niños, niñas y adolescentes, para cuyo objetivo planteo algunas pistas: 1. Educar y organizar a los niños, niñas y adolescentes, para la participación protagónica, a fin de coadyuvar a la forja de una masa crítica de vigilancia social, para la exigibilidad de sus derechos y su cumplimiento por parte de los funcionarios del estado (Gobierno Local, Gobierno Regional; y Gobierno Nacional), para el real y sustantivo ejercicio de los derechos humanos53, y democráticos de las personas; y de este modo democratizar la democracia. El mismo Fondo Monetario Internacional señala que “Una gran parte de la población mundial, especialmente en el África al Sur del Sahara, ha quedado a la zaga y no se ha beneficiado del progreso económico. Por lo tanto, la disparidad entre los países más ricos y los más pobres es mayor que nunca, siendo la pobreza cada vez más profunda dentro de los países. La pobreza no es sólo inaceptable desde el punto de vista moral, sino que además constituye un caldo de cultivo para la guerra y el terrorismo. Por lo tanto, la pobreza es la mayor amenaza a la paz y la estabilidad en el siglo XXI. (Suárez Chávez, Germán. El Sistema Monetario Internacional y los países en desarrollo. Pág. 25) 52 La democracia no puede reducirse a la desaparición de las dictaduras militares. Pienso que los valores morales deben regir la organización social. Debemos reencontrar nuestro papel de creadores, de productores, y no solamente de consumidores. En América Latina la economía de mercado no garantiza por sí misma el desarrollo ni la democracia. La democracia tiene como fin principal asegurar la igualdad no sólo de los derechos sino también de las posibilidades. (Touraine, Alain. ¿Qué es la Democracia? 200) 53 Efectivamente la Declaración Universal de los Derechos Humanos, formulada en 1948, tuvo un telón de fondo los millares de cadáveres dejados por la segunda guerra mundial, sin duda uno de los capítulos más terribles del siglo XX, siglo que para el historiador Eric Hobsbawn ha sido el de mayor carga inútil de sufrimiento humano. En contraposición con ese terrible escenario que la alumbró, la Declaración invocó un conjunto de principios sustentadores de una ética mundial distinta, basada en un eje principal: la defensa de la vida, del derecho a la vida que cada persona posee de manera natural e inalienable por el solo hecho de 51 22 2. Exigir que el gasto público del estado, tenga como principal objetivo, superar las condiciones de pobreza de los niños, niñas y adolescentes, por tanto los programas sociales deben estar orientados a la promoción de las capacidades humanas, rechazando los programas asistencialistas, de misericordia; y de clientelaje político. 3. Desde la universidad contribuir a la construcción de un nuevo pensamiento social sobre infancia, para coadyuvar a la participación protagónica de los niños, niñas y adolescentes en la vida democrática de la familia, la comunidad y la nación, con organizaciones sociales de autogobierno y poder popular. Y rechazar con todas las fuerzas las tentaciones autoritarias, discriminadoras y excluyentes. 4. No al pago de los intereses del servicio de la deuda externa, sí a la inversión y gasto social, para un techo digno, alimentación, salud, educación, recreación y trabajo digno, en libertad, paz; y justicia social54. existir. (…) la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, redactados bajo la inspiración de las promesas históricas que condujeron a la superación del antiguo régimen, como son los ideales de igualdad, libertad, fraternidad, solidaridad, hermandad, etc., tan caros al espíritu de la modernidad y a la formulación original de las concepciones liberales y socialistas. La Declaración Universal de los Derechos Humanos recogió esas promesas de la modernidad, y al mismo tiempo representó una reacción profundamente aleccionadora frente al trágico escenario de la postguerra. De allí su excepcional vigencia como documento fundador de la concepción actual de los derechos humanos, que cubre no solamente los llamados derechos de primera generación (civiles y políticos), sino también derechos de segunda generación (económico, sociales y culturales) y hasta de tercera (derechos de los pueblos) y cuarta generación (derechos de género y generacionales).Obviamente, en 1948 no era posible cubrir todo ese abanico de derechos inmanentes a la condición humana individual y colectiva, pero las bases creadas entonces fueron el sustento ideal para el desarrollo del frondoso árbol que son actualmente los derechos humanos. Para recoger las esperanzas y las promesas implica también asumir la tarea de mirar la otra cara del espejo; es decir, volver sobre aquellos fantasmas que sustentaron y sustentan aún diversas formas de dominación, exclusión y discriminación social atentatorias de los derechos humanos. Uno de esos fantasmas, tal vez el más arraigado y difícil de extirpar, es la idea de raza, que como categoría fue elaborada recién en el siglo XVIII, de la mano de modelos clasificatorios como los formulados por Lineo, pero cuyos orígenes sociales se remontan al menos a dos siglos atrás, si tomamos como referencia la conquista de América y la formación del sistema colonial temprano del capitalismo. En ese contexto, la idea de raza operó eficazmente, como instrumento diferenciador de conquistadores y conquistados, y como criterio organizador del conjunto de la sociedad colonial. Desde entonces, la idea de raza ha sido el instrumento más eficaz de legitimación de las diversas formas de dominación colonial, al presentar como naturales –es decir como rasgos propios de la supuesta constitución biológica diferenciada de las personas- las desigualdades y diferencias sociales que en realidad eran instauradas por el propio sometimiento colonial. (…) La disolución del sistema colonial y la formación de los espacios nacionales a lo largo del siglo XX no trajo consigo, sin embargo, una variación del lugar del racismo como principal criterio organizador de las diferencias sociales. (Pajuelo Teves, Ramón. Anotaciones sobre raza/etnia, derechos humanos (Y utopía). Pp. 110-111. En: Poder, Salud Mental y Derechos Humanos. Lima, 2001. En el escenario de la aldea global, la sociedad contemporánea comienza a ser cubierta por nuevas solidaridades y esperanzas, tanto dentro como fuera de los márgenes –ahora borrosos- de centros y periferias. La agenda pendiente de los derechos humanos aparece tramada con el anhelo mariateguiano de luchar “por el pan y la belleza”, y con la lista de sueños lanzados al viento desde la Selva Lacandona: “trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. (Pajuelo Teves, Ramón. Anotaciones sobre raza/etnia derechos humanos (y utopía). Pp. 112-113) 54 23 Si así actuamos, con personalidad y cultura protagónica, podremos construir una sociedad alternativa, diferente, a ésta, que está en pleno proceso de descomposición y deshumanización. No perdamos de vista que en esta sociedad, de la llamada aldea global, los que detentan el poder invisible, violan descaradamente los derechos humanos y, los derechos del niño. Esto sucede, porque como nos decía Javier Heraud: “Mi país es una casa antigua y casi derruida. Los que vivimos aquí muy poco lo conocemos”. Por tanto, para vivir mejor en el Perú y Latinoamérica, tenemos que construir un nuevo proyecto social para escuchar hablar y reír a los niños, niñas y adolescentes, y, besar sus rostros vivos para vivir mañana todavía. Antes que sea demasiado tarde. Lima, Perú 14 de julio del 2005 24 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS AGUIRRE, CARLOS Immanuel Wallerstein: Crítica del sistema-mundo capitalista. LOM-ERA. Santiago de Chile, 2004 BEJAR RIVERA, HECTOR Política Social, justicia social. 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