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EL IMPACTO DE LOS CAMBIOS SOCIALES EN EL EJERCICIO PEDIÁTRICO NORBERTO BARANCHUK*, MARIA AMALIA PÉREZ MARTÍN**, MARTA SCHUFER***. DIANA BRYKMAN****, LILIA GARIBOTTO****, CLAUDIO PEDRA****, JUAN JOSÉ REBOIRAS ****, SUSANA BRESCIA ****, MARCELA ROCCA****. 1 RESUMEN El estudio, realizado con una metodología cualitativa, intenta desentrañar el impacto que tuvieron los cambios sociales acaecidos en los últimos años sobre el ejercicio de la Pediatría. Las preguntas que guiaron el trabajo y que respondieron, en calidad de informantes clave, catorce reconocidos pediatras fueron: ¿Qué problemas debe tratar la Pediatria?, ¿Hubo cambios en el universo asistencial?, ¿A quién debe atenderse? ¿Qué influencia tuvieron en la práctica las modificaciones en el sistema de salud (aparición de las obras sociales, de los seguros prepagos, de los servicios de emergencias médicas)? ¿Qué impacto tuvieron los avances en los métodos diagnósticos y terapéuticos, y la segmentación de la Pediatría en subespecializaciones? ¿Qué cambios experimentaron las características sociales y personales de los pacientes y la relación médico-paciente? ¿Cuál es la posición actual del pediatra en la sociedad? ¿La percepción de los cambios y de su influencia en la práctica de la Pediatría es diferente en grupos con diferente antigüedad en la profesión?. Aparecieron diferencias generacionales, pero también puntos de vista compartidos como el amor por la profesión, la necesidad de una atención integral (médico-psicológicosocial), la repercusión económica de los cambios sociales, la percepción de que la globalización y la economía de mercado afectan la relación médico-paciente y la continuación de la lucha por la infancia y los adolescentes. * Director. Doctor en Medicina (U.B.A.) E-mail: baranchuk@sinectis.com.ar. ** Coordinadora. Licenciada en Psicología (U.B.A.) ***Asesora. Licenciada en Sociología (U.B.A.) **** Colaboradores. Comité de Pediatría Social. Sociedad Argentina de Pediatría Trabajo recibido en Marzo de 2001 1 Palabras clave: Cambios sociales, Ejercicio Pediátrico, Cambios en la práctica médica. SUMMARY The study, which was carried out by applying a qualitative methodology, attempts to work out the impact that social changes taking place during recent years have had on the practice of Paediatrics. The guiding questions answered by fourteen key, outstanding paediatricians were as follows: What problems should Paediatricians deal with? Have there been any changes in the field of medical care? Who should be treated? What was the influence exerted on the medical practice by the changes in the health system (social services, prepaid medical insurance, medical emergency services)? What impact was exerted by the development of diagnostic and therapeutic methods and the paediatric segmentation into subspecialties? What were the changes experienced by the social and personal characteristics of patients and the doctor-patient relation? What is the present position of the paediatrician within the society? Does the perception of changes and their influence on paediatric practice vary according to groups with different years of professional experience? Although the study shows generation differences, it also proves that there are some shared opinions such as : love for the profession, need for comprehensive (medicalsocial-psychological) care, economic impact on social changes, the idea that globalisation and market economies affect the doctor-patient relationship and the struggle for children and adolescents’ well-being. Key words: Social changes, Paediatric Practice, Changes in Medical Practice. INTRODUCCIÓN Desde principios de 1997 intentamos desentrañar el modo en que los cambios sociales acaecidos en este siglo han afectado el ejercicio de la Pediatría en nuestro país. Las transformaciones experimentadas en el mundo y en nuestra sociedad son el contexto y se hacen presentes a lo largo de nuestro discurso. En el transcurrir de los años 2 de este siglo se produjeron modificaciones culturales y se mudaron paradigmas, los cuales interesa observar y valorar. Es muy amplio el abanico de cambios desplegado en la vida de las personas, en el país y, obviamente, a nivel planetario. Podemos referirlos a los nuevos modos de entender la vida política, al intercambio económico, a la dinámica social, a las relaciones afectivas entre las personas, -ya sea hacia afuera o hacia adentro de la institución familiar-, a logros en el campo científico y tecnológico con descubrimientos impensados en tiempos no tan lejanos. Los cambios sociales impactaron fuertemente en el mundo real y en las personas, sujetas no sólo a su mundo psíquico sino a relaciones intersubjetivas que, en los últimos cincuenta años se vieron caracterizadas por profundas desigualdades y exclusiones. Las significaciones sociales sufrieron progresivamente un vaciamiento para los individuos y las sociedades. En 1989, C. Castoriadis1 sostenía que era absurdo tratar de decidir si estábamos viviendo un largo paréntesis de estas significaciones, una suspensión de ellas o si entrábamos a una etapa de la historia que dificultaría la existencia de individuos autónomos y con autodeterminación. Faltan puntos de referencia que le permitan a las sociedades funcionar y, a los individuos mantenerse en ellas, en un “equilibrio” más o menos soportable. Parecería que esta falta de representaciones sociales fuera el fin; sin embargo, éste puede ser el comienzo de reflexiones que, en forma de autoobservaciones y autodescripciones, sean propuestas dentro del sistema mismo. La resonancia de estos hechos en el quehacer profesional pediátrico constituyó el núcleo del presente estudio. Las transformaciones sociales y las consiguientes modificaciones en usos y costumbres de las personas, quedan patentizadas en el relato de los informantes clave y en las publicaciones periódicas de la Sociedad Argentina de Pediatría (S.A.P.). Dispuestos a averiguar el impacto de esos cambios sobre el ejercicio de la Pediatría y su influencia en la práctica profesional, surgieron muchas preguntas: ¿Qué problemas debe tratar la Pediatría?, ¿Hubo cambios en el universo asistencial?, ¿A quién debe atenderse? ¿Qué influencia tuvieron en la práctica las modificaciones en el sistema de salud (aparición de las obras sociales, de los seguros prepagos, de los servicios de emergencias médicas)? ¿Qué impacto tuvieron los avances en los métodos diagnósticos y terapéuticos, y la segmentación de la Pediatría en subespecializaciones? 3 ¿Qué cambios experimentaron las características sociales y personales de los pacientes y la relación médico-paciente? ¿Cuál es la posición actual del pediatra en la sociedad? ¿La percepción de los cambios y de su influencia en la práctica de la Pediatría es diferente en grupos con diferente antigüedad en la profesión?. OBJETIVOS Los objetivos generales de este estudio fueron: Estudiar la forma en que los cambios sociales impactaron en el Ejercicio Pediátrico (E.P.) Establecer los cambios sociales que mayor trascendencia tuvieron en ese impacto. Señalar y evaluar los cambios que experimentó el E.P. Y los específicos: Recoger las impresiones, vivencias y opiniones de pediatras que se graduaron hasta 1969 o después de 1970, acerca de los cambios sociales. Examinar sus respuestas a fin de registrar su modo de percepción de los cambios citados. Valorar la situación actual del E.P. Estudiar esta temática a través de las publicaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (S.A.P.) en el período1992-1996. MATERIAL Y MÉTODOS La elección del tema a investigar condujo a los autores a la elección del método cualitativo, dado el espíritu que los asistió, fue el de rastrear no sólo los hechos sino también las emociones y modificaciones en la existencia de los protagonistas. La metodología cualitativa ha dado muestras de ser apropiada para abordar la realidad social 2 pues permite reflejar lo que la gente cree, dice, siente y hace, como producto del modo en que interpreta su mundo; es decir, permite aprehender el “mundo real de las personas” 3. El análisis cualitativo se efectúa sobre la base de información observacional o de expresión oral o escrita, poco estructurada, recogida con pautas flexibles, difícilmente cuantificable y busca contemplar la totalidad de la configuración en que se sitúa el actor y es, por lo tanto, 4 holístico. Se basa en un método comparativo que va enfrentando casos similares entre sí, pero que se diferencian por algunas características cruciales, tratando de formular interpretaciones que incluyen conceptos teóricos. Estos conceptos teóricos se van construyendo en ese mismo proceso de análisis. Por lo tanto, el muestreo no es probabilístico sino intencional y se seleccionan los casos que varían en aquellas características que se consideran relevantes en el problema que se estudia 4. Muchas de las críticas que se hacen a la investigación cualitativa se basan en la convicción de que hay un solo método de investigación científicamente correcto: el empleado respecto de la naturaleza y que sólo ese método garantiza la objetividad de los resultados 5. Sin embargo, la realidad no puede ser conocida ni en forma directa ni de manera infalible sino que sólo puede ser reflejada por la convergencia de observaciones desde múltiples fuentes de información 6 y, por lo tanto, el uso armónico de métodos cualitativos y cuantitativos se impone a la hora de aumentar nuestros conocimientos 7. El estudio que desarrollamos en el presente trabajo requirió diversas fuentes informativas: bibliografía, tanto general, acerca de los cambios sociales acaecidos, como específica, acerca de la práctica pediátrica y sus modificaciones a lo largo del período considerado, y entrevistas, como técnica para recoger datos de boca de profesionales relevantes de la Pediatría. La lectura del material publicado entre 1992 y 1996, en la Sociedad Argentina de Pediatría, a través de Archivos Argentinos de Pediatría, el Correo de la SAP, Consensos y el Boletín brindó un trazado sobre el cambio socio - epocal, que fue completado con artículos publicados en periódicos y revistas durante los años 1996 y 1997. Sólo citaremos a modo de ejemplo: “Algunos valores permanentes en la educación pediátrica, en una era de cambios tecnológicos” 8 y “Los niños en los ‘90, agenda para un nuevo orden mundial” 9. Conceptos tales como tiempo, dinero, poder, sociedad, proyecto, deber, sexualidad, comunicación, ciencia, el yo, sufrieron cambios en su valor simbólico y en su representación en el imaginario de las personas y en sus intercambios; por ende, son indicadores de diferentes modos de funcionamiento del corpus social. Por otro lado, la administración de una entrevista semi-estructurada de veinte preguntas abiertas (que figura en el Anexo) a profesionales relevantes, con experiencia en el ejercicio pediátrico se constituyó en el eje de nuestra labor, ya que a partir de la información obtenida fue surgiendo un perfil vívido de la Pediatría argentina tal como fue y es ejercida 5 por muchos profesionales en distintos ámbitos del país. Las entrevistas fueron realizadas durante el año 1998. Fueron grabadas y posteriormente desgrabadas para su análisis. POBLACIÓN Y MUESTRA La población objeto de esta investigación fueron los médicos pediatras, socios de la Sociedad Argentina de Pediatría. La muestra, intencional, estuvo integrada por catorce profesionales (diez hombres y cuatro mujeres). Los profesionales entrevistados fueron seleccionados por su relevante desempeño y funcionaron como informantes clave de la problemática bajo estudio. Fueron agrupados según el año de su graduación. Este criterio delimita dos grupos: los viejos pediatras y los nuevos pediatras, según se hubieran graduado hasta el año 69 o a partir del año 70. Todos obtuvieron su titulo académico en una Universidad pública. Doce de ellos en la Universidad de Buenos Aires, uno en la Universidad de Tucumán y uno en la Universidad de Córdoba. RESULTADOS Son catorce pediatras. Parecen pocos. No es así, reúnen entre todos, quinientos años de ejercicio profesional. Les requirió más de cien acceder a la especialidad y luego, más tarde, otros doscientos volver, y reubicarse como generalistas, de una etapa de vida de sus pacientes, en el primer nivel de la atención, en la puerta del sistema médico. Vivieron. Sobrevivieron a los grandes avances de la medicina: antibióticos, corticoides, vacunas. La tecnología, al servicio del diagnóstico, les exigió constantes esfuerzos de actualización y puesta al día. Resistieron. Ejercieron con distinto grado de éxito académico y profesional. Mantuvieron sus familias, compraron sus casas, anduvieron en coches. Ninguno se quedó de a pie. Ahorraron. El consultorio particular era su sostén. Honraron la profesión. La orientaron hacia nobles ideales: sensibilidad social, solidaridad con los humildes, respeto por el otro, paciencia ante el confuso, tranquilidad frente a la ansiedad. 6 Crecieron, estudiaron y actuaron en la modernidad. Con fe en el progreso infinito - el cual involucraba a la Medicina -, con reglas de juego estables, claras, continuas, con carreras hospitalarias y universitarias garantizadas, con el respeto que la práctica profesional les otorgaba. Era así. Era real y por lo tanto verdad. Los sorprendió el cambio epocal, a contrapié, fuera de foco, “outset”. El rock, la electrónica, la globalización, el neoliberalismo. La posmodernidad. Lo peor de la “posmo”, en cada momento y lugar. “Hay que entender un poco para sobrevivir” 10 . ¿Cuánto entendieron? ¿Pudieron adaptarse al cambio y a la incertidumbre? ¿Creyeron que era pasajero y que, dentro del caos, todo volvería a ser como entonces? Encontrarán las respuestas en lo que nos dijeron los entrevistados. Reflexionaron sobre cómo fue el ejercicio de la profesión en la primera y en la segunda mitad del siglo XX. Y en el intento, aportaron a la identidad pediátrica, esclarecieron el presente, vislumbraron nuestro incierto futuro11. LO DICHO POR LOS ENTREVISTADOS 1) Los alcances de la pediatría y la atención integral La mayoría de los médicos informantes ampliaron el territorio de la práctica pediátrica. Por un lado señalaron que comienza desde el embarazo, integrando la atención prenatal con los obstetras, y por el otro hasta la adolescencia bien entrada la juventud. Encontraron en este último un territorio de nadie, fácil de colonizar. La doctrina del crecimiento y desarrollo, eje central de la especialidad y de su discurso, otorga legitimidad a esta posesión. Los médicos consultados señalaron el deseo de brindar una asistencia integral - médica, psicológica, social - en toda relación con los pacientes. La mayoría dice: “el pediatra es el verdadero médico de familia”. La tarea más complicada para un médico es interpretar la complejidad emocional y psicológica del ejercicio de la profesión, ser capaz de analizar los procesos en la intimidad de sus pacientes y de sí mismo, y reconocer los cambios dinámicos de ese vínculo. Todos admiten que con los años han cambiado su forma de interacción con las familias. Fueron comprendiendo mejor al otro a medida que adquirieron madurez, seguridad y conocimientos aportados por otras disciplinas. 7 2) Las subespecialidades pediátricas y los métodos diagnósticos Los entrevistados defienden el rol coordinador del pediatra general en la atención infantil y la utilidad de mantenerlo, al derivar un paciente al especialista. Por eso son partidarios de ajustar los mecanismos de referencia y contrarreferencia. La selección del consultor es fundamental, procedimiento hoy limitado en los pacientes beneficiarios de las obras sociales y prepagas, debido a que frecuentemente no se encuentra el profesional adecuado o conocido en las cartillas, las cuales presentan nóminas cerradas, seleccionadas por el ente financiador, según su propio criterio. La sobreutilización de nuevos y sofisticados métodos diagnósticos es criticada. Comentan que estos procedimientos someten al paciente y a la familia a desconsuelo, sensación de abandono y dudas, además de incrementar los costos de la atención, sin beneficio marginal. Describen estrategias para contener la demanda siempre presente en estos casos: explicar a la familia, profundizar el interrogatorio, disciplinar el examen clínico, racionalizar los pedidos. Llaman “maquinaria o trituradora” a las prácticas diagnósticas a las que, a veces, son sometidos los lactantes cuando se les indica internación por no encontrarse explicación a su sintomatología - por ejemplo: síndrome febril prolongado -. 3) De la actualización de los conocimientos y la normatización de la atención pediátrica Hay un reconocimiento general a la utilidad y extensión del Programa Nacional de Actualización Pediátrica (Educación a Distancia) (PRONAP) sostenido por la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). Los que enriquecieron su bagaje profesional con el estudio de la epidemiología y de la administración de servicios –y otros tópicos de la medicina sanitaria- reconocen un cambio en su actitud y una nueva lectura de la realidad médico-social. Aparece una crítica a los congresos y jornadas multitudinarias, que sólo sirven para poner al día algunos temas puntuales y a veces poder participar con propias experiencias. Pero la comunicación, en sí, es cada vez más difícil. En la conversación mantenida con los pediatras entrevistados nos indicaron que la normatización de las conductas y patologías más frecuentes es un proceso positivo que permite racionalizar los recursos y facilitar la 8 educación médica. Sin embargo, le otorgan un sentido orientador y reclaman flexibilidad y adecuación de las normas en cada caso y lugar. Su gradiente de aplicación va de un alto grado, casi compulsivo, en las etapas de entrenamiento profesional a ser sustituido, por el “criterio médico” con la experiencia. Reconocen, en ambas circunstancias, que esas normas son siempre útiles para la evaluación del proceso de atención médica. 4) La postura de los entrevistados frente a las terapias alternativas y a las prácticas folclóricas Los problemas de salud, comprometen niveles irracionales e infantiles de la mente, que tienen relación con el dolor, el desamparo y la discapacidad, los cuales movilizan el pensamiento mágico y facilitan la aceptación de medicinas alternativas. Actualmente manifiestan mayor tolerancia ante la simultaneidad de tratamientos, aceptando la presencia, en el complejo salud-enfermedad-atención, de realidades fuera de la razonabilidad. Según ellos, las Facultades deberían promover una mayor indagación en Ciencias Humanísticas, para que los profesionales sean capaces de reconocer las culturas, respetar las creencias populares y adoptar, en los casos necesarios, ciertas prácticas alternativas. Recomiendan no negar la medicina popular, ni perseguirla. Sí controlarla, en sus facetas dañinas o dilatorias de tratamientos necesarios. Por otro lado apoyan los movimientos de autoayuda y ayuda mutua. 5) El Hospital Público y las nuevas modalidades de atención Recomiendan proponer políticas sanitarias con criterio de equidad, que permitan el acceso de la población al Sistema de Servicios de Salud (SSS), en forma fácil y fluida, evitando la discriminación de las comunidades con mayor riesgo social. Sin embargo, visualizan un nuevo perfil en los usuarios del hospital, la clase media. Los médicos formados en el Hospital Gutiérrez -Hospital de Niños de Buenos Aires-, siete sobre catorce -, recuerdan a los Doctores F. Escardó, M. Roccatagliata, C. Gianantonio y a la Dra. A. Pérez como los que orientaron su visión sobre temas pediátricos que la Facultad no alertó. Tales son: el hospitalismo, el vínculo materno-filial, los 9 problemas psicológicos y sociales, la familia, la pediatría ampliada, la atención integrada. La gradual incorporación de esta problemática fue también abordada por los colegas del interior, del Gran Buenos Aires y por los que se formaron en otros ámbitos. Sin embargo, reconocen, con pesar, que en el hospital siempre falta algo para dar atención eficiente a la gente. Hoy, cada día, nos dicen, son más graves esas carencias y se malogran los intentos de poner en práctica esas enseñanzas. 6) De las Obras Sociales y Prepagos “En cincuenta años hemos pasado desde un compromiso asistencial personalizado y limitado al accionar del médico a una responsabilidad compartida con empresas de salud y seguros prepagos, obras sociales, sociedades científicas, hospitales, industrias farmacéuticas, abogados especializados en mala praxis”, manifiestan. “El antiguo modelo médico, que era regulado por las organizaciones gremiales, es ahora dominado por los empresarios de las corporaciones multinacionales”. Todos los entrevistados fueron testigos de la ampliación de la cobertura por mérito de las obras sociales y el incremento paulatino de su uso por la población. Algunos sintetizan los efectos del cambio de esta manera: “Se socializó la medicina, se proletarizó a los médicos”. Los servicios de emergencias restaron al pediatra una de las tareas que le eran propias, la atención de urgencias en domicilio, consustanciada con su tarea profesional, pero dura y estresante. Lo aliviaron. “No todos los socorros pediátricos son eficientes”, dicen. No cuentan siempre con personal entrenado aunque la sobreoferta médica está permitiendo una mejor selección. 7) De los pacientes Reconocen que, de una relación de poder con los pacientes, basada en el conocimiento, se pasó a la negociación de las indicaciones en un marco crítico, incierto y descreído. Señalan características positivas en las familias que hoy los consultan: conciencia de los beneficios de la prevención, mayor educación sanitaria, impacto de los medios sobre la información de las personas aunque formulan reparos sobre el contenido, la forma y la reiteración de los mensajes. 10 Describen otras estructuras familiares que ahora concurren a sus consultorios: madres solteras y sin apuro de formar pareja, padres desocupados al cuidado de sus hijos, hermanos de diferentes padres. 8) El dinero Así, más o menos nos contaron su experiencia. “En los primeros años el dinero era ganado con comodidad en la práctica privada. Atendíamos un gran número de pacientes por día, desde la tarde hasta bien entrada la noche. Luego, con la llegada de las obras sociales, la situación económica fue cambiando y con la aparición de los sistemas prepagos, empeoró. Los ingresos se deterioraron. La relación con las obras sociales, cuando aceptamos ser prestadores, fue deteriorándose con el tiempo. Por la falta de respeto y consideración con el médico, atrasos significativos en los pagos, limitación en las indicaciones de estudio, control por personal de segunda. Hubo excepciones. Pero la discontinuidad del contrato laboral que esta situación generaba, repercutió en la continuidad de la atención. Como consecuencia los beneficios de un niño seguido a lo largo de su vida por un pediatra se pierden. La atención de las personas se fragmentó”. Lo dicen, lo repiten y lo lamentan. 9) El agobio Algunos nos manifestaron estar cansados, sienten que bajaron el umbral de tolerancia, se angustian. Confiesan que la escucha permanente del dolor, la necesidad, el temor, agobian. Pero todos siguen adelante, tratando de comprender y de dar soluciones. De compartir otras vidas. El punto de vista generacional Ciertas referencias con relación a la incidencia de lo generacional en este trabajo, son fundamentales. No sólo porque ya su título nos advierte su ligadura a lo temporal, sino además porque el período considerado está cargado de hechos sociales, políticos, culturales, de fuerte influencia en la vida de las personas, las comunidades y los modos de pensar. La Universidad como centro neurálgico de la vida intelectual del país se halla siempre sometida a los vaivenes del clima político y de los cambios sociales. En este sentido algunos de los efectos no deseados de aquéllos alcanzaron y alcanzan hoy día su ritmo académico. 11 En principio debemos mencionar todos los períodos vividos bajo gobiernos dictatoriales que produjeron intervenciones en la vida autónoma de los claustros. Ninguno de los informantes se hallaba en la Universidad al momento de reinstaurarse la democracia en 1983. Los pediatras graduados hasta el año 69 padecieron épocas de una Universidad intervenida, por años gozaron de profesores prestigiosos y algunos de ellos asistieron a la débacle de la Noche de los Bastones Largos. Finalizando esa década, serios sucesos represivos llevados a cabo por el Gobierno obligaron al éxodo hacia el extranjero a muchos profesores universitarios con el consiguiente resentimiento de la vida académica. Los comienzos de la década del 70 signaron con nuevas turbulencias la vida universitaria, la actividad científica y el compromiso activo de tantos médicos, con una práctica profesional que incluyera lo social. Por muchos años, esto se tornó peligroso para la integridad y seguridad de muchos y planteaba frenos e inhibiciones a la producción intelectual. La pertenencia a uno de ambos grupos traza también una línea demarcatoria en varios otros puntos de la investigación. En general, se observaron posiciones antitéticas con relación a aspectos de la práctica pediátrica que se hallan vinculados a los cambios epocales como podrían ser las relaciones entre las personas o el valor social del dinero, bajo la forma del honorario médico. Podemos decir: ningún pediatra se declaró en contra de los antibióticos, los nuevos métodos de diagnóstico u otros avances científicos. Pero hemos observado una oposición franca entre ambos grupos, por ejemplo en la aceptación de nuevas configuraciones familiares, en la práctica de nuevos modos de acercamiento a los niños y sus padres. Hay una coincidencia fuerte en todos los informantes: la importancia y la trascendencia que en su vida profesional le asignan a la experiencia hospitalaria -por su riqueza intelectual y emocional- y a la práctica en consultorio. Todos coincidieron en que esta última está en crisis, pero al mismo tiempo, señalaron que cuando el consultorio privado tenía vida, resultaba un ámbito muy gratificante. PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS COMPARADAS 12 DIFERENCIAS Graduados hasta 1969 Graduados desde 1970 Poder médico dominante. Poder médico participado con familia. Compromiso asistencial personalizado. Responsabilidad compartida. Sólo medicina alopática. Aceptan compartir otras medicinas. Ejercicio médico liberal. Ejercicio médico proletarizado. Atención a familia tipo. Atención a nuevas estructuras familiares. Actualización por Cursos y Congresos. Actualización por Educación a Distancia, MedLine, Internet. PUNTOS DE VISTA COMPARTIDOS Amor a la profesión Atención integral médico-psicológico-social Repercusión económica de los cambios sociales La economía de mercado y la globalización afectan la relación médico-paciente Continúan en la lucha por la infancia y los adolescentes El discurso único Basándonos en nuestra tesis que sostiene que los grupos profesionales tienen un solo discurso (con algunas ambivalencias que señalamos en cada caso), unimos en un texto las voces de los catorce entrevistados en “un yo médico único”: ‘Cuando los residentes a quienes instruía me preguntaban con quién me había formado, les contestaba: "con Nelson". "¿Estuviste en Estados Unidos?". "No, con Nelson bajo el brazo", respondía. Siempre digo que salí del hospital con la residencia hecha en internación, porque me faltaba la visión de la consulta ambulatoria. Así que, cuando me llamaban porque mis primeros recién nacidos lloraban, iba a 13 verlos pensando en: meningitis, insuficiencia cardíaca, invaginación, cosas terribles y no pensaba en las cosas más sencillas que le pueden ocurrir a un recién nacido. Mis maestros no contaban con la residencia médica, iban al hospital desde estudiantes y se hacían a pura práctica. Ellos luego fueron nuestros instructores, nos enseñaron muchísimo. El pediatra en el hospital acostumbra a enviar un niño con soplo cardiaco al cardiólogo, un pie un poco plano al ortopedista, el abdomen un poco doloroso al cirujano, y como no sigue al paciente va perdiendo sus habilidades. El clínico debe tener aptitud para solucionar sin necesidad de especialistas, el 90% de los problemas. Ahora están formando médicos de familia para que hagan eso. ¡Antes los pediatras del hospital sacaban radiografías, hacían fondo de ojo y prácticas de laboratorio! Al comienzo de la profesión pensaba que la pediatría iba a poder generar el cambio en la sociedad por vía de la prevención, por la concientización de los padres, introduciendo aspectos psicológicos, por campañas sanitarias, al poner de manifiesto el carácter social de muchas enfermedades, por influir en la orientación de la familia. Algunas de esas cosas se han dado. Veo con satisfacción que la Pediatría amplió muchísimo su campo, abarcando primero la neonatología y luego la adolescencia. A mí me enseñaron que la Pediatría era la salud del futuro y que el pediatra era el profesional más importante de la comunidad. La incorporación de los cursos sobre Salud Pública impulsó el cambio de estructuras, en el marco de un fuerte compromiso social, esto se dio en los años 60 y 70. Pero a partir de los’80 percibí la introducción de los conceptos de incertidumbre y decepción, y en los ‘90 la globalización trajo una mayor concentración de la riqueza con un aumento de la pobreza y la marginalidad, con el consecuente cambio en el panorama de la enfermedad infantil, con refuerzo de las causas sociales y aumento de la violencia. “Desapareció la poliomielitis y apareció el SIDA”. En el sistema de atención de la salud, considero que hubo grandes cambios en los últimos tiempos. Con la aparición de las obras sociales ya se había roto el esquema clásico "pobres al hospital - ricos al consultorio", facilitando, a muchos, el acceso a los estudios diagnósticos y a los medicamentos. Como contrapartida las obras sociales no hicieron progresar la medicina y allí fue cuando comenzó la desjerarquización y la pauperización del médico, al mismo tiempo que se resintió algo muy importante para el pediatra: la relación médico - paciente. Ahora están las prepagas, muy comercializadas, con exposición de mucha tecnología, donde las cosas tienen brillo pero no alma. Y los servicios de emergencia, que por un lado desplazaron al pediatra de esa experiencia intransferible que es la urgencia pero que son útiles en la medida que facilitan la atención del niño cuando la familia no lo puede trasladar, eso sí, cuidando que no sean iatrogénicos. Pero el peor cambio que he visto es la resignación de la responsabilidad del Estado en cuanto a la atención pública. Hace tiempo que percibo que estamos como en una pendiente resbaladiza. Para colmo he leído que 14 la llegada de los créditos del Banco Mundial, es bajo la consigna de que los médicos tenemos que cambiar nuestra forma de atención. Todo tiende a que una franja de la población, que es cada vez más grande, se quede con una prestación cada vez más deficitaria en los hospitales. Quiero consignar que hay un aspecto de la práctica pediátrica que ha ayudado a mejorar la calidad de atención hospitalaria: la incorporación de normas. Cuando fui a Europa a hacer una pasantía, los primeros dos días tuve que leer todas las normas del servicio. Eso sí, tienen que ser establecidas por consenso y, frente a un caso dado, saber que hay que hacer prevalecer el criterio médico sobre la obligatoriedad de cumplirla. El criterio médico sigue siendo soberano. Reconozco que los métodos de diagnóstico han avanzado muchísimo, los actuales son mucho menos iatrogénicos para el niño. Baste pensar que antes se hacían neumoencefalografías, un procedimiento cruel y abandonado; las endoscopias se continúan practicándo. Los métodos terapéuticos también han mejorado. No se puede dejar de mencionar que lo más importante ha sido el advenimiento de los antibióticos y de las vacunas; también fue espectacular el tratamiento rehidratante con sales OMS. El panorama de la Pediatría anterior a estos avances, era completamente distinto al que vivimos ahora. Recuerdo haber escuchado al Dr. Chattás relatar que atendió en Alemania en un pabellón de difteria donde la traqueotomía era cosa corriente. ¡Los chicos se morían ahogados! Ahora bien, cuando doy un tratamiento, por supuesto, quiero que lo acaten. Si no lo hacen, explico a la madre las razones que lo motivan. En verdad, me da bronca que no lo cumplan. Antes hasta sugería que tomaran otra consulta médica, pero con los años uno se hace más tolerante y busca a un familiar o persona de la comunidad para que convenza a los padres. En estos casos creo que lo mejor es poder reaccionar con humor. Yo estoy en una apertura hacia nuevas metodologías terapéuticas. Si bien nunca comprobé los beneficios de la homeopatía o de las flores de Bach, creo que si son útiles, como piensan algunos, tendrían que estar avaladas por comprobaciones de la clínica experimental. Lo que sí conocí fueron algunos casos de niños tratados con homeopatía exclusivamente, a los que no les habían diagnosticado enfermedades graves, como en un caso de meningitis. Otra cosa que me molesta de las terapias alternativas es la charlatanería. Bueno, en verdad, eso también ocurre entre los alópatas. Otra forma terapéutica que se ha difundido mucho en los últimos años es la de los grupos de autoayuda. Familiares de niños que concurren me han manifestado que les resultan útiles e interesantes como parte de la educación para la salud. A la medicina folclórica hay que tenerle respeto y hacer que los ejecutores sean colaboradores del pediatra. Claro, cuando uno comienza la profesión no quiere admitirlo, pero para graficar esto lo mejor es que le cuente una anécdota: yo estaba pasando revista en consultorio externo y una concurrente, mirando la cinta 15 colorada que el chiquito tenía atada en la muñeca, le dijo: "Señora, esto córteselo porque es brujería". En el momento no le dije nada pero después la llamé y le pregunté: "¿Qué edad tiene el nene que estabas revisando?. "Seis meses", me contestó. " Y cuánto tiempo hace que tiene atada la cintita que vos le mandaste cortar?", volví a preguntar. "Y, hará cinco meses y medio que la tiene", me respondió. "Te equivocas, hace quinientos años", le dije. Considero muy importante tener en cuenta lo que siempre dice el Dr. Arce cuando habla de la medicina indígena: “ los pediatras tenemos que evitar las siguientes cuatro conductas: ignorarla, denostarla, idealizarla o aplicar el médico esas medicinas salvo que las conozca muy bien”. Para actualizarme prefiero las revistas a los congresos. No digo que éstos no sean útiles, pero he ido a algunos que me han impresionado más bien como shoppings. Claro que para leer revistas extranjeras hay que saber idiomas, especialmente el inglés. También es muy útil actualizarse a través de equipos médicos y reuniones de ateneo. La cibernética hará cambiar drásticamente los modos de actualización. Va a ser muy positivo porque va a llegar la información a los lugares más apartados del país. Recomiendo a los pediatras que, más allá de remuneraciones y situaciones laborales, mantengan con los pacientes una relación cordial, agradable, que les sea gratificante. Entiendo al médico como un mediador de lo que le pasa al otro, como un factor potente pero no omnipotente, capaz de brindar contención y escuchar a las madres y a los niños, que es donde se aprende a encontrar sabiduría, inclusive en la familia más torpe. He visto cambiar a la Pediatría; pero creo que lo más importante es cómo la Pediatría me cambió a mí. Fue a través de la problemática social, reconocida y aprendida en el hospital, donde incorporé los conceptos de justicia, mejor digo, de injusticia distributiva y palpé con claridad la vulnerabilidad de una familia, cuando falta trabajo, vivienda y educación adecuados. Recuerdo que Escardó definía la democracia como el estado en que todos tienen el mismo punto de partida y que ese punto son las necesidades básicas satisfechas. Estamos viviendo un momento de cambio, de crisis, la posmodernidad nos señala el desencanto. Pero confío en que esto va a cambiar y lo positivo que se ha logrado en las últimas décadas, es que conservemos los logros obtenidos, porque la verdad siempre se impone. Vean si no, la internación obligatoria de la madre con el niño, o la promoción de la lactancia materna. ¿Se acuerdan cuando a la madre, después del parto le daban 500 mg de foliculina y le vendaban los pechos para que se le retirara la leche? Los buenos cambios perduran a pesar de todo. Cuando nos damos cuenta de los errores volvemos a los valores básicos, constructivos del ser humano, al concepto de familia, de amor, de solidaridad y de respeto. Como nos enseñó Gianantonio: en una mano el desarrollo científico y en la otra el mayor compromiso con el paciente y con sus necesidades emocionales y sociales. Acompañar siempre, curar tal vez. 16 El pediatra sigue siendo un miembro más de la sociedad, cuyo destino está engarzado en los cambios que ocurren en ella, dependiendo en gran parte de su habilidad, destreza, conocimientos y compromiso, la posibilidad de evitar los riesgos de enfermar y enfermarse por no entender un poco el mundo que nos rodea. CONCLUSIONES 1 Se intentó dar un significado a la relación entre cambios sociales y el ejercicio de la profesión en la última mitad del siglo XX, buscando encontrar, esclarecer y explicar el sentido de las cosas ocurridas. 2. Las cosas son como son y no como quisiéramos que sean. La lectura de la realidad, compleja y mutante, es un ejercicio intelectual necesario pero fatigante. Indispensable para comprendernos a nosotros, a los otros y al mundo. 3. “El sistema en el cual se ejerce la Pediatría” está definido por la finalidad para la que fue creado y puede entenderse, entonces, como un aparato destinado a mantener y/o restablecer la salud de la población infanto-juvenil. 4. La investigación - como todas -, dependió de: I. Los sujetos observados –subconjunto profesional con características propias -, II. Del instrumento utilizado – observaciones, entrevistas, escritos, información en nuevos soportes electrónicos. Sin intención de cuantificarlas, sí de interpretarlas -, y III. De los observadores y analistas – actores, también ellos del sistema, marcadores de la frontera de estudio, seleccionadores de las estructuras significantes que señalan los subsistemas internos y, cada uno y todos con su carga de juicios, conceptos e interpretaciones previas. 5. Buscamos la percepción del cambio en el ejercicio de la Pediatría por aquéllos que la practican. Para investigar este tipo de problema están las técnicas cualitativas. 6. Nos preguntamos qué pasaría, si el azar siempre presente actuando sobre los resultados, olvidara la curva gaussiana, que distribuye los errores para un lado o para otro, y jugara todas sus cartas a una sola punta. En estudios cuantitativos determinaría que todos los 17 niños fueran más altos o más bajos que la verdad. En nuestro caso, los consultados tendrían que decir o escribir que no hubo cambios en el siglo, que todo sigue igual como era entonces y que sus sueños de juventud son hoy realidad. El Azar se comportó con cordura. Los sesgos que referimos en el punto cuatro, pueden haber omitido alguna transformación, ponderado en demasía otra, subestimado alguna. Pero el sentimiento de haber vivido y trabajado en el tránsito epocal, de ser parte consciente del mismo y de haber sufrido en carne propia los cambios de la nueva etapa; fue expresión unánime. 7. La confiabilidad y validez de las observaciones se intentó garantizar, dentro de lo posible, con el cuidado puesto en que la información obtenida se independizara de las circunstancias de su recolección e interpretación. Las entrevistas realizadas y grabadas fueron cruzadas para que otros investigadores las oyeran, leyeran y analizaran. El método comparativo entre los entrevistados veteranos y los más jóvenes, pero que solapan amplios períodos de vida profesional, permitió formular las categorías conceptuales con que se presentaron los resultados y señalar puntos de vista compartidos, o no, en ambos grupos. 8. Las categorías conceptuales, en número de nueve, resumen el decir de los entrevistados y de los documentos específicos que sobre el tópico aparecieron en las publicaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría en el periodo estudiado. 9. La idea de una doble hermenéutica, como señala Giddens se vio corroborada en la investigación. Los autores prepararon una guía de preguntas, instrumento para las entrevistas. No eran inocentes, ni su pensamiento era tabla rasa sobre los sentimientos e inquietudes de los consultados. Crearon un orden de conceptos en el protocolo donde se ordenaron las categorías. Luego la hipótesis posterior del “discurso único”, se corroboró. 10. Acerca de lo que dijeron sobre la “Influencia de los cambios sociales en el ejercicio de la Pediatría”, podemos decir que en la actualidad: Los pacientes y sus familias están mejor informados acerca de los cuidados a brindar a los recién nacidos, niños y adolescentes en la prevención, diagnóstico precoz y tratamiento oportuno de sus hijos o pequeños a cargo. 18 Los pediatras están más capacitados, disponen de mejores métodos diagnósticos y terapéuticos, e intentan una atención integral. Al Hospital, centro de formación, institución de sus desvelos, lo ven cada día más deteriorado. Las Obras Sociales y las Prepagas, solidarias en su origen, patearon el tablero del equilibrado, armonioso y arraigado vínculo entre pacientes y médicos, quebrándolos. Más trabajo, menos paga, más agobio. 11. Las respuestas y opiniones vertidas, analizadas y unificadas, sobre la estructura y los cambios del ejercicio de la Pediatría, estaban dentro de la interpretación que teníamos de ese mundo que motivó nuestra indagación. Su corroboración fue significativa. 19 BIBLIOGRAFÍA 1 CASTORIADIS, C. El mundo fragmentado. Buenos Aires, Editorial Altamira, 1990. 2 TAYLOR, S.J. & BOGDAN, R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Buenos Aires, Paidós, 1986. 3 ANDERSON, R. & BURY, M. Living with cronic illness. The experience of patients and their families. London, Unwin Hyman, 1988. 4 -- BORMAN, K. & LE COMPTE, M.D. Etnographic and qualitative research design. American Behavioral.Scientist , 1986;30:42-57. 5 KIRK, J. & MILLER, M.L. Reliability and Validity in Qualitative Research. Newbury Park: Sage Publications, 1986. 6 GIDDENS, A., Las nuevas reglas del método sociológico. Buenos Aires: Amorrortu, 1987. 7 JICK, T.D. Mixing qualitative and quantitative methods in Qualitative research. Newbury Science Quarterly, 24, 602-609. 8 BEHRMAN, R.E. Algunos valores permanentes en la educación pediátrica, en una era de cambios tecnológicos. Pediatrics. 1996; 98:1249-54. 9 GRANT, J. Los niños en los noventa, agenda para un nuevo orden mundial. Archivos Argentinos de Pediatría, 1992; 90: 22-6. 10 GAMBARO, G. Es necesario entender un poco. Bs. As. Teatro Municipal Gral. San Martín. 11 MENENDEZ, L. Modelo hegemónico, crisis socio-económicas y estrategias de acción del sector Salud. Cuadernos Médico Sociales,1985, (33), 55 - 63. 20 AGRADECIMIENTOS El Director y los autores de este trabajo agradecen : A la S.A.P. y a la Subcomisión de Investigaciones Pediátricas por su estímulo y aliento para la consecución del proyecto, en las personas de la Dra. Ramonet y el Dr. Ceriani Cernadas. A los catorce distinguidos pediatras entrevistados: . Dra. María Luisa Ageitos, Jefa de Neonatología Htal. Durand, Directora de Coordinación y Organización de Servicios (MCBA), Ex-Presidente de la Soc. Argentina de Pediatría. . Dr. Julio Arce, Especialista en Pediatría y Diabetes Infantil, Director de la Región Patagónica Andina (S.A.P.). . Dr.Tomás Banzas, Ex-Jefe del Servicio Pediatría Htal. Durand, Ex-Secretario de Salud Pública (MCBA), Ex-Presidente de la Soc. Argentina de Pediatría. . Dr. Alberto Chattás, Profesor Titular de Pediatría (UNC), Ex-Director Nacional de Maternidad e Infancia. . Dra. Isaura Gómez Carballo, Ex-Jefa del Htal. de Quemados, Ex-Directora de Atención Médica (MCBA). . Dra. Michelle Lapacó, Jefa de Departamento de Consulta Externa Htal. Gutiérrez, Secretaria de la Soc. Argentina de Pediatría. . Dr. Fernando Matera, Ex-Jefe de Servicio Htal. Gutiérrez, Ex-Miembro del Consejo de Administración Htal. Garrahan. . Dr. Alejandro Mohr, Jefe del Servicio de Pediatría Htal. Ezeiza, Subdirector del Htal. Ezeiza. . Dr. Jorge Ortiz, Jefe de Servicio de Pediatría Htal. Posadas. . Dr. Héctor Parral, Director del Policlínico Bancario. . Dr. Rubén Omar Rossi, Jefe del Servicio de Pediatría Htal de Moreno. . Dr. Ricardo T.Straface, Profesor Adjunto de Pediatría UBA, Jefe de Departamento Htal. de San Miguel. . Dr. Alberto Tripicchio Torres, Centro Materno-Infantil R. Carrillo (San IsidroBs.As.), Ex-Jefe de Servicio Pediatría y Neonatología Htal.Privado Antártida, Profesor auxiliar Pediatría (U.del Salvador). Dra. Marta Viñas, Directora del Programa de Maternidad y Neonatal (Tucumán), Secretaria del Comité de S.Pública (Filial Tucumán, SAP). ANEXO 21 GUIA DE ENTREVISTAS CONSIGNA El Comité de Pediatría Social de la SAP está realizando un estudio sobre el impacto de los cambios sociales sobre el ejercicio de la Pediatría y querríamos conversar con Ud. acerca de cómo esos cambios influyeron en su práctica profesional. Nombre y Apellido Dirección Teléfono Fecha y hora entrevista Duración TEMAS A TRATAR Universidad en la que cursó sus estudios de Medicina 2. Fecha de ingreso 3. Fecha de egreso 4. Especialización: ¿Cómo la obtuvo? (práctica hospitalaria, curso de especialista, práctica privada). ¿Cuándo la obtuvo? (inmediatamente después de recibido, más tarde ¿cuántos años después?) 5. ¿Cómo organizó su práctica durante los primeros años? (práctica privada, hospitalaria, etc.). ¿Hubo cambios en los años posteriores? ¿Cuáles? 6. Si tuvo práctica hospitalaria, ¿qué cargos ocupó? 7. Otro tipo de práctica: docencia, investigación 8. ¿Cómo definiría los alcances de la Pediatría? (¿a quiénes debe atender?, ¿qué problemas debe tratar?). ¿Cambiaron a lo largo de su práctica profesional? 9. ¿Cómo describiría a sus pacientes durante los primeros años de su ejercicio profesional? (¿cómo eran en sus características sociales y personales?, ¿quiénes acudían a la consulta?). ¿Hubo cambios?. ¿Cuáles?. 10. ¿Cómo describiría su relación con los pacientes durante los primeros años? (¿Cómo era Ud. con sus pacientes?). ¿Hubo cambios?. ¿Cuáles?. 22 11. ¿Cómo influyó en su práctica la aparición de las obras sociales y los seguros prepagos?. En los últimos años, ¿cómo se modificó la influencia de esas instituciones?. 12. ¿Cómo influyó en su práctica la aparición de los servicios de emergencias médicas? 13. A lo largo de su carrera profesional, cómo influyeron en su práctica los cambios en: a. los métodos de diagnóstico b. los métodos terapéuticos c. las subespecializaciones d. la forma de actualización (congresos, etc.) 14. ¿Qué opinión tiene respecto de terapias alternativas como la homeopatía,..... y complementarias como la autoayuda, ......? 15. ¿Qué piensa y cómo actúa frente a los “saberes populares” (creencias acerca del mal de ojo o el uso de tés, etc.) que las familias pueden traer a la consulta? 16. ¿Cómo actúa cuando la familia no cumple con el tratamiento o se niega a algún tratamiento? 17. ¿Cuál es el impacto, sobre el paciente y su familia, de las consultas a los subespecialistas pediátricos y otros colaboradores para el diagnóstico y tratamiento?. 18. ¿Las normas de diagnóstico y tratamiento deben tener flexibilidad?. ¿Qué grado de flexibilidad? 19. ¿Cuáles son, a su juicio, los cambios sociales, económicos y culturales que han influído en su práctica? 20. ¿Cómo evalúa la posición actual del pediatra en la sociedad comparándola con la que tenía cuando Ud. comenzó su carrera? 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