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Campaña Comunitaria para el Cuidado de la Fertilidad Lo que no sabe acerca de la Fertilidad Tras generaciones de descubrimientos científicos y cambios sociales, después de décadas de debate público sobre la reproducción y la planificación familiar, poco se habla sobre la Fertilidad Un estudio a escala mundial entre casi 17.500 personas en 10 países de Europa, África, Cercano Oriente y Sudamérica, en su mayoría mujeres en edad de procrear, reveló una verdad que da que pensar: en el mundo entero, la gente sabe poco acerca de la fertilidad y la biología. Este estudio demostró que la inmensa mayoría de nosotros sólo conocemos pequeños trozos de la historia de la concepción y la reproducción. No comprendemos realmente los pasos complicados y delicados, implicados en ella ni sabemos cómo preservar la fertilidad. Esto nos hace vulnerables a todo tipo de sorpresas, incluidos algunos problemas reproductivos prevenibles. Las razones de nuestra ignorancia son complejas. Crecemos pensando que la reproducción tiene que ver únicamente con el sexo, o que es una bendición divina o un regalo de la naturaleza. Nuestras actitudes y percepciones están teñidas por las creencias, la moral y las costumbres religiosas o culturales que modelan nuestras sociedades. Muchos de nosotros tendemos a idealizar o romantizar la procreación, mientras que para otros es simplemente algo de lo que no se habla. A menudo nos resistimos a buscar la información que nos permita conocer las realidades biológicas implicadas a la hora de crear una nueva vida, un tema que sigue siendo un tabú. Teniendo en cuenta que muchos países del mundo se han esforzado por frenar el crecimiento de la población, ofrecer información acerca de la fertilidad y cómo preservarla parecía ir en contra de ese objetivo. De hecho, a lo largo de los años, la planificación familiar responsable se ha definido siempre como anticoncepción o abstinencia, y en ese sentido nos han educado muy bien. Pero no se ha recurrido a esos mismos mecanismos pedagógicos eficaces para explicarnos lo que hemos de saber acerca de la otra parte de la ecuación de la fertilidad. Resulta irónico cuando se considera que tener niños es tan importante para una verdadera planificación familiar como evitar un embarazo. Salvo muy pocas excepciones, la población mundial sigue desconociendo en gran medida los “hechos de la vida”, y qué factores pueden afectar a las posibilidades que tienen de engendrar hijos e hijas biológicos. Armados con tan sólo algunos hechos simples —por ejemplo: que la fertilidad disminuye con la edad; o que lo que se come, la cantidad de ejercicio que se hace y las horas que uno duerme pueden afectar a la fertilidad— las personas en todo el mundo estarán mejor capacitadas para hacer unas elecciones significativas e incluso esenciales para proteger su fertilidad. La educación significa que todas las personas tendrán la oportunidad de tomar unas decisiones plenamente informadas que pueden repercutir en sus vidas. Puede que no cambiemos nada de lo que hacemos, pero deberíamos ser capaces de tomar esas decisiones con total confianza. Quizás no sea sorprendente que los encuestados más entendidos resultaran ser los que se habían visto obligados a recabar información a raíz de las dificultades reproductivas. ¿Por qué esperar a que nos encuentren desprevenidos? Que hay que tener en cuenta para el cuidado de la Fertilidad 1) El reloj biológico: La edad de la Mujer El incremento de las dificultades reproductoras que vemos hoy en día se debe en gran medida a que, en muchos países, las mujeres (y algunos hombres) tardan más en formar una familia, ignorando a menudo que a medida que se envejece, la fertilidad disminuye. Existe una relación directa y negativa entre la edad y la procreación: cuanto más años se tienen, más difícil resulta tener hijos. La fertilidad de la mujer inicia su declive cuando se acerca a los 30 años de edad. Aparte de causas médicas excepcionales o anomalías fisiológicas, hay dos razones de este declive: -En primer lugar, durante cada ciclo una mujer sólo desarrolla un óvulo, pero muchos más son reabsorbidos en su cuerpo cada mes. Todas las mujeres nacen con todos los ovocitos (óvulos) que van a tener durante toda su vida, normalmente en torno al millón. Cuando la mujer media alcanza la pubertad, le quedan entre unos 250.000 y 300.000 óvulos en sus ovarios. Durante cada ciclo menstrual, un óvulo madura lo suficiente como para ser fertilizado y es liberado. Pero muchos ovocitos durante ese mismo ciclo no maduran y simplemente son absorbidos. Así es cómo una mujer empieza con 1 millón de óvulos, ovula 400 veces y luego se queda sin óvulos. -En segundo lugar, los óvulos envejecen junto con el resto del cuerpo. Los ovocitos más viejos tienen más probabilidades de sufrir problemas cromosómicos que pueden provocar un aborto espontáneo. Cuando un óvulo envejece, tiene más probabilidades de desarrollar una anomalía cromosómica. Un óvulo fertilizado con cromosomas anómalos es la causa más frecuente de los abortos espontáneos: al menos la mitad de los abortos espontáneos se deben a cromosomas anómalos. Una mujer con menos de treinta años, sólo tiene entre 12 y 15% de probabilidades (cerca de uno de cada ocho embarazos) de sufrir un aborto espontáneo cada vez que se queda embarazada. En cambio, una mujer en los cuarenta se enfrenta a un riesgo del 50% de aborto (es decir: una de cada dos veces). Algunas mujeres que se acercan a los 40 consiguen concebir, gestar y dar a luz a bebés sanos. Sin embargo, la probabilidad de que ello suceda sin intervención médica, va haciéndose más remota con cada año que pasa. Para las mujeres que aún no han cumplido los 30 años, la probabilidad estimada de quedarse embarazadas en cualquier ciclo es de entre 20% y 30%. Cuando la mujer cumple 40, esa probabilidad cae bruscamente hasta aproximadamente el 5%. Los hombres tampoco son inmunes a los efectos del tiempo. Si bien es posible que los cambios no sean tan marcados como en el caso de las mujeres, a partir de los 50, los hombres pueden evidenciar un descenso en la calidad del esperma y a veces descubrir una caída de testosterona y una disminución de la libido. Los médicos solicitarán el historial médico completo del hombre, un análisis de esperma, así como pruebas físicas y análisis de sangre. A menudo estas pruebas revelarán un problema simple, como un bloqueo que puede corregirse fácilmente con cirugía menor. En resumidas cuentas: • La fertilidad de las mujeres disminuye significativamente después de los 35 años. • Las tasas de abortos espontáneos son superiores entre las mujeres de mayor edad. • La menor cantidad de óvulos con la que cuentan las mujeres mayores sugiere una menor probabilidad de que se produzca un embarazo o una mayor probabilidad de que acabe en aborto. • Para las mujeres de más de 35 años, seis meses de relaciones sexuales sin protección y sin concepción son una señal de alarma en cuanto a la posible existencia de problemas reproductivos. Para las mujeres de menos de 35 años, la regla general es esperar un año antes de consultar con un especialista en fertilidad. • Los hombres también han de realizar estudios médicos, la consulta siempre es de la pareja. En un 20% de las parejas, la infertilidad es atribuible por completo al factor masculino. En otro 30% o 40% es una combinación de ambos factores: masculino y femenino. Para las mujeres de más de 35 años, seis meses de relaciones sexuales sin protección y sin concepción son una señal de alarma en cuanto a la posible existencia de problemas reproductivos. Para las mujeres de menos de 35 años la regla general es esperar un año antes de consultar con un especialista en fertilidad. 2) Método anticonceptivo adecuado Puede parecer una contradicción, pero algunos anticonceptivos no sólo evitan los embarazos, sino que también ayudan a preservar la fertilidad. • Conviene que las mujeres sean prudentes con el uso del DIU. Si bien el DIU es sumamente eficaz y puede ser seguro, algunos médicos clínicos creen que puede incrementar el riesgo de desarrollar la Enfermedad Inflamatoria Pélvica, una infección del tracto genital superior que puede causar infertilidad .Es recomendable evitar su uso en mujeres que aún no han tenido hijos. Es conveniente consultar con su médico al respecto. • Las píldoras anticonceptivas tienen varios efectos positivos: - En primer lugar, es menos probable que se desarrolle enfermedad tubaria (infecciones de las trompas de Falopio que van desde los ovarios al útero) porque los anticonceptivos orales dificultan el crecimiento de algunas infecciones, impidiendo que lleguen al tracto genital superior. - En segundo lugar las píldoras anticonceptivas minimizan el desarrollo del endometrio (la membrana que recubre el útero). Ello reduce la incidencia de endometriosis, una enfermedad en la cual las células de la membrana del útero pasan a la pelvis, se implantan y siguen creciendo, provocando la infertilidad. • Los preservativos y los diafragmas (anticonceptivos de barrera) protegen contra las enfermedades de transmisión sexual que pueden provocar la infertilidad e infecciones del tracto inferior genital. Puede parecer una contradicción, pero algunos anticonceptivos no sólo evitan los embarazos, sino que también ayudan a mantener la fertilidad. 3) Relaciones sexuales Programadas Para buscar un embarazo hay que tener relaciones sexuales programadas, teniendo en cuenta la fecha de ovulación, la cual sucede aproximadamente (en ciclos regulares) en el día 14 del ciclo menstrual (el día 1 es el inicio de la menstruación) En dicho período es aconsejable buscar 2 a 3 días antes de la ovulación, y tener una frecuencia cada 2 o 3 días, pues la mejor calidad espermática se logra con dicha frecuencia. 4) Trastornos en la Alimentación Cuestiones de peso. Puede usted estar demasiado delgada. O demasiado gorda. Uno de los más crueles caprichos de la naturaleza es que el peso afecta más a la capacidad reproductora de las mujeres que a la de los hombres. El cuerpo femenino está mejor capacitado para tener hijos cuando se encuentra en torno al 15% del peso ideal. En este contexto, “ideal” no tiene nada que ver con la estética que impone la cultura actual. Se trata del peso en el cual el cuerpo y los sistemas hormonales funcionan óptimamente. Aunque se trata de una cuestión sumamente individualizada, muchas mujeres empiezan a experimentar problemas cuando están por debajo del 95% o por encima del 124% de ese peso. Utilizando una medida estandarizada llamada Índice de Masa Corporal (IMC) puede usted descubrir cuál es su peso “ideal”. Agregar esto: Indice de masa corporal I M C = Peso ( kg ) ÷ ( altura)2 en ( m2 ) Resultados: IMC<20 Bajo de peso IMC de 20 a 24,9 Normal Obesidad Leve: - Varones= 25 - 29,9 kg/m2 - Mujeres= 24 - 28,9 kg/m2. Obesidad Severa: - Varones= 30 - 40 kg/m2 - Mujeres= 29 - 37 kg/m2 Obesidad muy Severa: - Varones= > 40 kg/m2 - Mujeres= >37 kg/m2 El riesgo de la delgadez. La delgadez tiene un precio alto. Las mujeres que se encuentran por debajo del peso normal pueden dejar de ovular, de tener ciclos menstruales regulares o de tener la menstruación. Los hombres con un IMC por debajo de 18 pueden sufrir un descenso de la libido, tener unos espermatozoides menos activos y con una vida más corta que de hombres con un IMC dentro de lo normal. La carga del sobrepeso. Se trata de un problema más común en el mundo desarrollado. No se sabe con exactitud cómo el exceso de kilos interfiere con la concepción, pero se asocia con largos intervalos entre periodos menstruales y una sobreabundancia de hormonas que impiden o dificultan la ovulación. Demasiada grasa corporal contribuye a la resistencia a la insulina y también puede ser un indicio de problemas subyacentes como el síndrome de ovario poliquístico que puede poner en peligro el funcionamiento menstrual. Si su peso se encuentra en uno de los dos extremos, consulte a un médico y a un nutricionista. Evite seguir por su cuenta dietas intensivas o que estén de moda para ganar o perder peso. No se trata únicamente de conseguir un embarazo, sino también de mantener un embarazo sano. 5) Estilo de Vida Tener una buena salud es importante pero no es un reflejo fiel de su salud reproductiva. Aún así, existe un claro vínculo entre la buena salud y la fertilidad. En la medida en que lo permitan las circunstancias sociales y personales, puede usted influir en su destino reproductivo. Dieta balanceada Es sencillo, coma las cosas que sabe que debería comer pero que no come: fruta, verduras y carnes bajas en grasas. Las dietas vegetarianas deben balancearse para conseguir suficientes proteínas cuando intentan mantener o aumentar su fertilidad. Sin proteínas, el estrógeno se divide más rápidamente en subproductos inactivos y los ciclos menstruales se hacen más largos. Para asegurar que el hombre y la mujer consigan todas las vitaminas y minerales necesarios para favorecer la fertilidad, considere la posibilidad de tomar un buen complemento vitamínico, evitando dosis excesivas sobre todo la vitamina A y D, puesto que el cuerpo no las excreta rápidamente y por ello podrían acumularse hasta niveles tóxicos. Las mujeres necesitan por lo menos 400 microgramos de ácido fólico que ayuda a evitar defectos congénitos en el cerebro y la espina dorsal que pueden producirse en los 30 días siguientes a la fertilización. El zinc puede ser especialmente importante para que los hombres produzcan espermatozoides sanos y para que tengan una función testicular normal. Limite el consumo de cafeína y alcohol. Una taza de café al día debería ser suficiente. Un vaso de vino puede no dañar, pero el alto consumo de bebidas alcohólicas deja secuelas en la fertilidad de los hombres (la forma de los espermatozoides y su capacidad para moverse) y de las mujeres (ovulación), así como en los embriones y los fetos. Actividad física Un ejercicio bueno y regular puede estimular sus hormonas, y mantener su peso controlado y sus niveles de estrés bajos. Sin embargo, tenga cuidado de no excederse. El ejercicio excesivo y los verdaderos atletas que entrenan duro pueden descubrir que su fertilidad disminuye de forma pronunciada. Las mujeres que corren haciendo footing más de 50 o 60 kilómetros a la semana, tienen un alto riesgo de sufrir amenorrea (ausencia de menstruación). El ejercicio intenso puede disminuir los niveles de progesterona de forma que un embrión no pueda implantarse. Los hombres son menos vulnerables, pero no son inmunes a los efectos secundarios del ejercicio intensivo. El entrenamiento de resistencia puede provocar una disminución del impulso sexual, de los niveles de testosterona y de la salud de los espermatozoides. Los ciclistas necesitan un asiento especial para que no oprima la arteria que transporta la sangre al pene. Los pantalones de ciclismo, y en general los calzoncillos o pantalones ajustados atrapan el calor, y el calor inhibe la producción de espermatozoides y testosterona. La fertilidad se esfuma El tabaco atrofia la fertilidad. Envenena las gónadas y aumenta la susceptibilidad a las enfermedades de transmisión sexual tanto en los hombres como en las mujeres. Fumar aumenta la probabilidad de embarazos tubarios, cáncer cervical e infección pélvica. Algunos estudios indican que la fertilización in vitro, una tecnología reproductiva asistida, tiene una menor tasa de éxito entre los fumadores que entre los no fumadores. Drogas ilegales Si hablamos específicamente de la mujer, el abuso de drogas puede ocurrir en cualquier etapa de su vida. Sin embargo, aproximadamente la mitad de las mujeres que usan drogas ilícitas se encuentran en edad de procrear, o sea, tienen entre 15 y 44 años de edad. El consumo de drogas ilegales durante el embarazo puede traer malformaciones al feto y producir síndrome de abstinencia al bebé al nacer, cuando la madre es adicta. 6) Medio ambiente Los pesticidas, los herbicidas, los disolventes para pinturas y otros productos químicos caseros de uso corriente pueden ser perjudiciales para la función sexual masculina y la producción de esperma. Las mujeres que trabajan con disolventes químicos, como el óxido nitroso o el cloruro de vinilo pueden correr el riesgo de un aborto temprano. El equipo de protección cuando se trabaja con estas substancias es esencial, sobre todo en caso de una exposición regular. 7) Medicamentos que pueden afectar la Fertilidad Los medicamentos que se incluyen en algunos de los tratamientos más conocidos para una variedad de enfermedades y afecciones pueden interferir con la reproducción Por ejemplo: • La sulfasalacina, un componente de algunas medicaciones para tratar el síndrome del colón irritable, la colitis o la enfermedad de Crohn, tiene un efecto negativo en el desarrollo de espermatozoides. • La cimetidina, el principio activo de algunos medicamentos para la úlcera, está vinculada a la impotencia y las anomalías del semen. • La espironolactona, que se encuentra en muchas recetas contra la hipertensión, puede interferir con la producción de testosterona y espermatozoides. • Los medicamentos antiinflamatorios que se pueden conseguir sin receta pueden impedir la implantación del embrión si se toman durante la ovulación. • Algunos psicofármacos pueden interferir con la ovulación. Los esteroides anabólicos para aumentar la masa muscular interfieren con la producción de espermatozoides En muchos casos hay alternativas, por consiguiente consulte a su médico si piensa tener un bebé. Aunque los requisitos de control y prescripción varían de un país a otro, revise con su médico la medicación que pueda estar tomando. 8) Actividades laborales Ciertos trabajos como: manipulación de pesticidas, inhalación de sustancias tóxicas, trabajos en condiciones de altas temperaturas, sedentarismo, trabajos con mucha exigencias: stress, traen aparejados alteraciones en la calidad del semen 9) Radiación o tratamientos de alto impacto La exposición a los Rx aumenta el riesgo de serias malformaciones al embrión, si no es d suma necesidad se recomienda evitarlos, si se requiere exigir la utilización de medidas recomendadas de bioseguridad, como la utilización en la zona pelviana de un delantal plomado de protección. Las Rx odontológicas se recomienda realizarlas luego del 2º trimestre del embarazo, con las mismas medidas de bioseguridad. En los tratamientos de alto impacto, como la quimioterapia, en los casos de cáncer, es de suma importancia, preveer las reservas de gametos, a través de su congelación. Esto es que a raíz de dicha exposición destruyen las gonadas. 10) Control de enfermedades Hay muchas enfermedades generales o de origen infeccioso que pueden alterar la fertilidad o provocar daños en el embrión una vez logrado el embarazo. Entre la infecciosas la más peligrosa durante el 1º trimestre del embarazo el la Rubéola, que produce malformaciones en el embrión. Si no se la contrajo en la niñez o no se comprueba la existencia de anticuerpos (a través de análisis) se debe vacunar antes de la búsqueda del embarazo. Otra enfermedad infecciosa que hay que detectar es la Toxoplasmosis , que tambien trae malformaciones en el embrión. Al ser asintomática la única manera de detectarla es a través de análisis. Hay que evitar el contacto con las fuentes de contagio: gatos, carne mal cocida y verduras mal lavadas. En cuanto a la fertilidad masculina hay que tener en cuenta la Paperas, enfermedad infecciosa que puede traer orquitis (Inflamación testicular) la cual produce azoospermia o sea que la inflamación produce la interrupción en la formación de espermatozoides. Una de las causas más frecuentes de infertilidad femenina es la Endometriosis, que es tejido endometrial que se ubica fuera del útero: en ovarios, peritoneo o trompas de Falopio. La importancia de su diagnóstico precoz es de suma importancia. Es una enfermedad que tiene síntomas muy variables. El más frecuente son las menstruaciones muy dolorosas que deben hacer sospechar su presencia. En otras ocasiones se descubre solo cuando el embarazo no llega, en los estudios de infertilidad. El método de diagnóstico más eficaz es a través de una laparoscopia, que permite con una cámara intra-operatoria visualizar los focos y si no son de mucha gravedad, en el mismo acto operatorio se pueden eliminar. Dependiendo del grado de severidad el tratamiento es quirúrgico o la otra opción son las técnicas de Reproducción Asistida. El factor endocrinológico como causal de alteración reproductiva, representa entre el 20 y 40% de los casos. Distintas endocrinopatías, como problemas en la Tiroides, pueden afectar indirectamente el sistema reproductivo. Diversos estigmas nos pueden hacer pensar en alteraciones tiroideas, como constipación pertinaz, caída del cabello, astenia, piel seca, aumento de peso con dificultad en lograr la reducción del mismo ó evidencia clínica de aumento del tamaño de la glándula tiroides. Las hormonas tiroideas inducen la síntesis de la proteína transportadora de hormonas sexuales , hecho que nos permite comprender el porque de su descenso en el hipotiroidismo y a la inversa su incremento en el hipertiroidismo. En el hipotiroidismo al disminuir esta proteína, existen niveles elevados de hormonas como los andrógenos (testosterona), evidenciando la paciente cuadros de aumento de vello ó acné, que tanto molestan a las mismas. También se ha evidenciado que la hormona tiroidea actúa directamente sobre el ovario favoreciendo la acción sobre el mismo de la hormona FSH (hormona que produce la estimulación para ovular) La T4, una de las hormonas tiroideas estimula factores de crecimiento ováricos, que influye positivamente sobre el funcionamiento del ovario. Por todo lo expuesto podemos concluir que los trastornos endocrinos afectan el sistema reproductivo de la mujer en un porcentaje significativo por lo tanto su correcto diagnóstico y tratamiento adecuado, deben estar presentes en todo médico especialista en medicina reproductiva al evaluar la pareja con deseos de concebir. Tener elección: El poder de lo que uno sabe El grado de fertilidad de una mujer o de un hombre es el resultado de una compleja relación entre el estilo de vida, el entorno, lo que pasa dentro de su cuerpo, y su edad. Usted no puede saber si es fértil hasta que no intente engendrar un hijo, pero puede tomar medidas para no cerrar ninguna puerta. Todo empieza informándonos, educándonos y transmitiendo esta información a las jóvenes generaciones. La franqueza es especialmente importante en sociedades en las cuales la actividad sexual sin protección entre adultos y jóvenes los expone a enfermedades de transmisión sexual. Aunque todos nosotros hemos de enfocar este tema con gran respeto por las diferentes prácticas y creencias culturales y religiosas, la biología reproductiva humana y las amenazas que plantean las enfermedades para ella son universales. Independientemente de si defendemos el uso del preservativo, la abstinencia o la monogamia garantizada, hemos de salvaguardar la fertilidad para que cuando las personas estén listas para formar una familia, se encuentren en la mejor posición para tenerla. Si hay dificultades, hay soluciones: Cuando aparecen las dificultades para concebir, la ciencia ofrece varias soluciones. Se puede recurrir a la cirugía para solucionar problemas físicos (por ejemplo despejar las trompas de Falopio bloqueadas o utilizar la cirugía laparoscópica con láser para tratar la endometriosis). Existen tratamientos hormonales diseñados para corregir los desequilibrios que inhiben o impiden la ovulación. Hay tecnologías que ofrecen rutas distintas para lograr la fertilización. Entre ellas se encuentra la estimulación ovárica (estimulación de la producción de óvulos múltiples) con inseminación intrauterina coordinada; la inseminación artificial, la transferencia intrafalopiana de gametas y la fertilización in vitro (FIV). Estas tecnologías son una progresión que pone el espermatozoide más cerca del óvulo. Con la FIV, el espermatozoide y el óvulo se combinan fuera del cuerpo en un plato de laboratorio; con la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) se puede inyectar directamente un único espermatozoide en un ovocito. Tener elección es tener poder. Organon La elaboración de este folleto ha sido posible gracias a una subvención educativa ilimitada concedida por Organon International. www.organon.com