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UNIDAD 2: LA ARGENTINA GLOBALIZADA a) Sistemas Económicos en el Mundo: Definición y División. Sistema de Economía de Necesidad. Sistema de Economía Planificada Colectivista. Sistema de Economía de Mercado Capitalista. Evolución del Capitalismo. Sistemas Económicos: Según Joseph Lajugie, un sistema económico, es un conjunto de instituciones jurídicas y sociales en el seno de las cuales se ponen en práctica ciertos medios técnicos, organizados en función del logro de un equilibrio entre la producción y el consumo, entre los bienes y las necesidades. Ese objeto puede ser alcanzado por diferentes caminos: - Economía cerrada o de necesidad - Economía de intercambio Dentro de este último sistema se pueden distinguir dos tipos fundamentales: - Economía planificada colectivista o comunismo - Economía de mercado o capitalismo Sistema de Economía de Necesidad: La célula económica es la familia. Las actividades practicadas son las más simples: la recolección de frutos, la caza, la pesca, la ganadería, la agricultura y la actividad artesanal. Sistema de Economía Planificada Colectivista o Comunismo: Los rasgos fundamentales del sistema colectivista son: - no existe la propiedad privada de los medios de producción - la actividad productiva está basada en la división del trabajo, con aplicación de tecnología - no existe diferenciación socioeconómica entre los habitantes, si bien se advierte la existencia de dirigentes y dirigidos - no existe ganancia individual, todos los trabajadores perciben salarios - el estímulo para las actividades económicas es el servicio prestado a la comunidad - el Estado impone una planificación integral aplicada a todos los aspectos económicos y sociales - adaptación de la producción a las necesidades - el orden de satisfacción de las necesidades está establecido por el Estado y según criterios de urgencia Las principales ventajas y desventajas del sistema son: - tiene por objeto la búsqueda del bienestar común - la planificación económica puede sufrir los efectos de las leyes de la naturaleza - la falta de libertades individuales Sistema de Economía de Mercado o Capitalismo: Los rasgos fundamentales del Capitalismo son: - propiedad privada de los medios productivos - libertad económica - libre competencia - libertad de trabajo - diferenciación social determinada por la posesión de capital - actividad productiva basada en la división del trabajo, con aplicación de tecnología - el orden de satisfacción de las necesidades se establece según la rentabilidad - tendencia a la desaparición del aislamiento de las comunidades - el Estado actúa como administrador general Presenta las siguientes ventajas y desventajas: - derivación de capital hacia la investigación con la posterior mejora tecnológica - búsqueda de ganancias como único objetivo del poseedor de capital - creación de falsas necesidades en los individuos y origen del consumismo Evolución del Capitalismo: Capitalismo Comercial (siglo XIII a XVIII): Surge el Capitalismo como crisis del feudalismo en Europa occidental. Dicha crisis se expresó en la menor expansión económica debido a las guerras, las epidemias, el hambre, la baja productividad, el estancamiento tecnológico y el cambio climático. Las ciudades se habían convertido en centros activos del comercio, en mercados donde los artesanos y campesinos vendían sus mercancías. Luego se extendieron los intercambios y la actividad comercial para aquellos que viajaban desde lugares lejanos. Fue entonces que surgieron las grandes ferias, que eran reuniones periódicas donde se realizaban intercambios comerciales. Al ampliarse el mercado, aparecieron los intermediarios, que compraban y revendían en otras ciudades. Las ligas de mercaderes, conocidas como hansas, monopolizaban el comercio en el Mar del Norte, Báltico y Mediterráneo. Hubo un incremento del comercio del dinero. El impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de grandes cantidades de metales preciosos (oro y plata) provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. Mercantilismo (siglo XV a XVIII): Cuando aparecieron los modernos Estados nacionales, el capitalismo no sólo tenía una faceta comercial, sino que también dio lugar a una nueva forma de comerciar, denominada mercantilismo. Este nuevo capitalismo, alcanzó su máximo desarrollo en Inglaterra y Francia. El objetivo fundamental del mercantilismo consistía en maximizar el interés del Estado soberano, y no el de los propietarios de los recursos económicos fortaleciendo así la estructura del naciente Estado nacional. Con este fin, el gobierno ejercía un control de la producción, del comercio y del consumo. La principal característica del mercantilismo era la preocupación por acumular riqueza nacional, materializándose ésta en las reservas de oro y plata que tuviera un Estado. Dado que los países no tenían grandes reservas naturales de estos metales preciosos, la única forma de acumularlos era a través del comercio. Fisiocracia (siglo XVIII): La figura más destacada de la fisiocracia fue el economista francés François Quesnay. La idea más importante de los fisiócratas era su división de la sociedad en tres clases: una clase productiva formada por los agricultores, los pescadores y los mineros, que constituían el 50% de la población; la clase propietaria, o clase estéril, formada por los terratenientes, que representaban la cuarta parte, y los artesanos, que constituían el resto. Sólo la clase agrícola era capaz de producir un excedente económico, o producto neto. El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva. Capitalismo Industrial (1789 a 1970): La Revolución Francesa (1789) y la Revolución Industrial Inglesa (fines de siglo XVIII) marcan el inicio de esta nueva etapa del capitalismo. La creación del Imperio Colonial Británico estuvo en estrecha relación a las demandas que imponía el desarrollo industrial. El desafío consistía en controlar nuevos mercados donde se adquiriera un producto de consumo masivo (como las telas de algodón) que le permitiera a Inglaterra una continua expansión de la producción. La Revolución Industrial necesitó, antes que el desarrollo de las máquinas, la obtención de materias primas (algodón proveniente de la India y de América del Norte), la apertura de nuevas áreas al comercio y la acumulación de capitales. La expansión industrial se inició en Inglaterra para llegar luego a otros países de Europa occidental y, más adelante, a los Estados Unidos. Los vínculos comerciales entre distintos estados aumentaron, y se perfiló el lugar de los que ocuparían el centro y la periferia del sistema. El desarrollo económico que impulsó la Revolución Industrial permitió reemplazar el trabajo manual en los talleres por una producción a gran escala a través del trabajo fabril. La Segunda Revolución Industrial (fines de siglo XIX) profundizó los cambios. La integración económica avanzó gradualmente y dio lugar a la división internacional del trabajo: los países centrales de Europa producían y exportaban manufacturas, y las colonias producían las materias primas de origen agrario o minero que, a su vez, exportaban hacia los países del centro. A lo largo del siglo XX, la producción industrial se organiza en torno de poderosas empresas multinacionales o transnacionales que tienden a la monopolización de las distintas actividades económicas. Taylorismo y Fordismo (1900 a 1970): A principios del siglo XX, el ingeniero norteamericano Frederick Taylor estudió los movimientos necesarios para cada tarea y el tiempo empleado en ella. Luego, tabuló los procedimientos y estableció el ritmo de ejecución. Como consecuencia de la aplicación de su modelo de organización de la producción, denominado “scientific management” o taylorista, la productividad del trabajo se incrementó, la decisión de cuánto y cómo producir pasó a manos de los empresarios. En Estados Unidos, la aplicación del taylorismo permitió una rápida expansión de la industria y del tamaño de las fábricas. Como las tareas se habían simplificado, se pudo emplear gran cantidad de inmigrantes europeos de baja calificación laboral; así, se produjo un rápido crecimiento de la ganancia empresaria. En una sociedad capitalista, cada empresario intenta obtener ventajas sobre los otros para ganar mercados; para esto incorpora nuevos métodos de producción que permiten reducir el precio de venta del bien fabricado. Este es el caso de Henry Ford, un fabricante de automóviles estadounidense, que profundizó y superó la estrategia taylorista al introducir la cadena de montaje en la fábrica. Esta novedad implementada a partir de 1910, consistió en imponer el ritmo de trabajo al obrero por medio de una cinta que transportaba la pieza sobre la que debía trabajar. En cada línea de montaje, se ensamblaba una parte del bien final y, cada trabajador se especializaba en una tarea. El modelo fordista produjo un gran incremento en la productividad del trabajo, se posibilitó la producción en masa de piezas similares, se redujeron los costos de producción, bajaron los precios de los bienes manufacturados, aumentó la demanda, subieron los salarios y se redujeron los conflictos gremiales. Como con el tiempo la oferta terminó por superar a la demanda, se presentó un desequilibrio que fue una de las razones de la crisis económica mundial de 1930. El desarrollo del fordismo exigía grandes plantas industriales, disponibilidad de redes de servicios públicos (electricidad, gas, telecomunicaciones) y vías de transporte (ferrocarriles y puertos) para el traslado de bienes, como así también, la cercanía de algún importante centro urbano para acceder a los mercados de trabajo y consumo de la población. La participación del Estado en la economía fue creciente, orientando las inversiones en función de los intereses del capital extranjero. En los países capitalistas centrales, el fordismo se desarrolló plenamente a partir de la década de 1930 y hasta la década de 1970; en los países periféricos, en cambio, tuvo un escaso desarrollo y comenzó tardíamente. Si en los países centrales el fordismo implicó una modernización general y una elevación del nivel de vida de la población, en los periféricos, profundizó las diferencias sociales y territoriales. Neoliberalismo (a partir de 1970): En la década de 1970, la economía mundial entró en crisis. Los precios de las principales materias primas, como el petróleo, aumentaban; los empresarios obtenían menores ganancias; los consumidores demandaban otros bienes, ajustados a sus gustos; la demanda masiva estaba saturada; los trabajadores se encontraban descontentos; los Estados gastaban más de lo que recaudaban por impuestos. En general, la economía mundial se encontraba estancada. La revolución tecnológica, basada en la información y la microelectrónica, se presentaba como la herramienta técnica ideal para la reorganización productiva y la baja de los costos. La llamada “Teoría Económica Neoclásica o Neoliberal” planteó una propuesta de solución a la crisis: afirmó que las relaciones económicas entre los individuos se regulan por los comportamientos de cada participante y que, por eso, el Estado debía mantenerse al margen de esas relaciones; la intervención y la regulación estatal debían ser reemplazados por las relaciones de mercado flexibles. Se impulsaron cambios en las regulaciones de los salarios y se redujo la participación del Estado en la economía y en la seguridad social. También se fomentó una creciente apertura de las economías. Las grandes empresas se expandieron por todo el globo en busca de mayores ganancias. Las diferencias sociales se profundizaron, se generalizaron métodos flexibles de producción, se modificó la legislación laboral y se redujeron los salarios. Así, se entró de lleno en la etapa de la denominada “globalización”. b) El Proceso de Globalización: Definición. Repercusiones del proceso de Globalización en el mundo. Consecuencias de la Globalización. Evolución Económica de la Argentina. Definición de Globalización: El término “globalización” se popularizó en las décadas de 1980 y 1990. Había comenzado a usarse para aludir a las profundas transformaciones ocurridas en la economía internacional a partir de los primeros años de 1970, esto es, para designar una etapa de reestructuración económica internacional. Repercusión del proceso de globalización en el mundo: Hasta 1970, se había asistido a un período de expansión del sistema capitalista organizado en torno de las actividades metalmecánica y automotriz, cuyo factor de producción clave era el petróleo barato. En 1973, al aumentar drásticamente el precio de este combustible, ese modelo productivo-tecnológico, conocido como “fordista”, entró en una etapa de declinación. Este disparador de una nueva fase en la dinámica capitalista potenció las limitaciones que se hacían notar desde fines de la década de 1960: la caída de la tasa de ganancia de las empresas de los países industrializados, la retracción de la productividad a causa de cierto agotamiento tecnológico, así como el excesivo déficit en el sector público. Por otra parte, el aumento del precio de petróleo provocó una mayor disponibilidad de ingresos a los países que lo producían; los excedentes monetarios fueron captados por los bancos de los países centrales, ya que aquellos países no reinvertían por entero los petrodólares. Los países periféricos, a su vez, tomaron gran parte de estos recursos financieros y se endeudaron. Esta crisis del capitalismo dio lugar a un conjunto de transformaciones importantes en los países desarrollados. Los Estados Unidos, el Japón y los países de Europa occidental empezaron a poner el acento en el incremento de las innovaciones tecnológicas que no tuvieran al petróleo como elemento básico. Dichas innovaciones, ocurridas entre principios y mediados de la década de 1970, afectaron los procesos de producción, la organización del trabajo y el desarrollo tecnológico, que serán los ejes principales de la globalización económica. En estos últimos tiempos ciertos elementos se han profundizado: las innovaciones tecnológicas aplicadas a la producción, el peso creciente de los mercados financieros, la concentración económica alrededor de las grandes empresas multinacionales, las fusiones, reagrupaciones y adquisiciones empresariales, la desregulación de las actividades productivas y los servicios, y la menor participación del Estado en el desarrollo social y en el sector productivo. Consecuencias de la Globalización: La abundancia de bienes y el progreso de la técnica alcanzan niveles sin precedentes en los países ricos y desarrollados, pero en los países en desarrollo el número de los que no tienen techo, ni trabajo, ni medicamentos, ni alimentos, aumenta sin cesar. De los 4500 millones de personas que viven en los países en desarrollo, más de un tercio no tiene acceso al agua potable. El 20% de los niños no ingiere las calorías o proteínas suficientes y alrededor de 2000 millones de personas sufre de anemia. A escala planetaria, uno de cada dos niños sufre de malnutrición. En más de 70 países, el ingreso medio por habitante es hoy menor que hace 20 años. Más de 3000 millones de personas viven con menos de 2 dólares diarios. El 20% más rico de la población dispone del 80% de los recursos, mientras que el 20% más pobre dispone de menos del 0,5% de los recursos. La Globalización es cada vez más excluyente. El número de personas que viven en la pobreza es más grande que nunca... Evolución Económica de la Argentina: La Argentina Colonial (siglo XVI a 1853): Hasta mediados del siglo XVIII las regiones más florecientes eran el Noroeste, Cuyo y parte de Córdoba pués servían de apoyo en las rutas que conectaban el Alto Perú con los puertos americanos donde se embarcaban los metales preciosos hacia España. Con la Creación del Virreinato del Río de la Plata (1776) comienza el ascenso de la ciudad de Buenos Aires. Durante los primeros años de la Argentina independiente se desarrolla en la llanura pampeana la actividad ganadera, a partir de la utilización del ganado criollo para la extracción de cueros y tasajo. Comienzan a entrar en crisis las actividades económicas desarrolladas en el interior del país (astilleros y textiles en Corrientes y ganado mular en Córdoba y Salta) producto del impulso de la Segunda Revolución Industrial a la producción manufacturera inglesa. Se vislumbra el enfrentamiento de dos proyectos económicos diferentes: uno protegía a las economías provinciales, en crisis a causa de la entrada de productos importados con los cuales no podían competir; otro, favorecía el ascenso de Buenos Aires gracias al puerto y su aduana y a que su producción ganadera e industrial era destinada al mercado externo, resultado de su asociación con Inglaterra. La Argentina Agroexportadora (1853 a 1930): El proceso de ocupación y poblamiento de la región pampeana con centro en Buenos Aires y en menor medida en el puerto de Rosario, fue acompañado por la inversión (principalmente inglesa) en infraestructura vinculada al transporte y al embarque de la creciente producción agropecuaria con destino a Europa. La incorporación de la Argentina al mercado mundial, como productora de materias primas, se explica a partir de las necesidades de los países europeos. Cueros y carne salada primero, lana, grasa y ganado vacuno más refinado después, y, a partir de 1880, cereales. Las inversiones y la inmigración se concentraron en la región pampeana, lo que implicó un crecimiento económico y poblacional de esta región notablemente superior al del resto del país. Algunas pocas actividades regionales comenzaron a desarrollarse: la vid en Cuyo, el azúcar en Tucumán, el algodón y la explotación forestal en Chaco. El modelo económico comenzó a mostrar síntomas de debilitamiento cuando se completó, a principios del siglo XX, el proceso de ocupación de los territorios conquistados a los pueblos indígenas, a medida que aumentaba la demanda de alimentos por parte de la creciente población argentina. La caída de la demanda externa y el descenso de los precios de las materias primas puso límite a las exportaciones argentinas, y como ya no se contaban con divisas para adquirir manufacturas del exterior se cierra el periodo de predominio de la economía basada en los mercados externos. La Argentina Industrializada (1930 a 1976): A partir de 1930 se produce una creciente industrialización de la economía nacional, delineándose el nuevo modelo económico para nuestro país denominado “de sustitución de manufacturas importadas”. Los grandes propietarios de tierras, ante la caída de las exportaciones agrícolas, orientaron sus inversiones hacia la industria local. El aumento de la actividad económica acrecentó la demanda de artículos, especialmente bienes de consumo (alimentos y textiles). Las mejoras salariales y otras conquistas del movimiento obrero organizado permitieron a los trabajadores incrementar su capacidad de consumo y, por lo tanto, se incrementó la actividad industrial para satisfacer la expansión de la demanda. A partir de 1940 se propuso ampliar la experiencia de industrialización de los primeros tiempos de la etapa (sustitución de importaciones), para dar paso a nuevos rubros: bienes intermedios (metalurgia, siderurgia, química), bienes de capital (vehículos y maquinarias) y bienes de consumo durable (artefactos domésticos). Hacia 1950, el Estado fue aumentando su participación en la política económica interviniendo en numerosas actividades mineras, industriales y de prestación de servicios (transporte, energía y telecomunicaciones), de donde desalojó al capital extranjero mediante una fuerte política de nacionalizaciones. En la década de 1960, el proceso de industrialización se profundizó con una nueva oleada de capital extranjero (principalmente estadounidense). Las empresas que se instalaron eran multinacionales, y trabajaban con tecnología avanzada, lo cual disminuyó la demanda de obreros. Estas empresas enviaban los beneficios obtenidos al exterior, sin reinvertir en el país. La dependencia con el exterior no solo tenía lugar en la actividad productiva, sino también en el sistema comercial, bancario y tecnológico. La Argentina Globalizada (1976 a la actualidad): En la Argentina el proceso de reestructuración económica se inició específicamente a partir del golpe militar de 1976. Durante los primeros años de esta etapa, la dictadura militar que ocupó el poder político hasta 1983 se propuso reducir los salarios y los beneficios sociales de los trabajadores. Aumentaron considerablemente las deudas de nuestro país con otros países u organismos financieros internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, etc.); se registraron aumentos de precios en bienes y servicios y se abrió el mercado nacional al ingreso de manufacturas importadas con la reducción de las barreras aduaneras, lo que dejó fuera de competencia a muchos establecimientos industriales argentinos; se presentaron períodos de gran especulación financiera en detrimento de la inversión productiva. Los intentos de transformación económica sólo beneficiaron a un grupo de grandes empresas de capital nacional y de capital extranjero (multinacionales), propiciando el carácter monopólico u oligopólico de sus actividades permitiendo asegurarse las ganancias; esta estrategia define el denominado “proceso de concentración del capital”, propio del capitalismo actual. Los gobiernos democráticos que sucedieron a la dictadura no lograron revertir en forma inmediata la situación de estancamiento económico heredada. Frente a la persistencia de la crisis, el nuevo modelo socioeconómico que comienza a definirse de manera más nítida a partir de 1990, prioriza la estabilidad de la moneda, la reforma del Estado mediante la desregulación de la actividad económico-financiera y recortes presupuestarios (salud, educación, vivienda, etc.) para reducir el déficit público, la disminución de organismos públicos mediante privatizaciones de las empresas públicas y la transferencia de servicios y responsabilidades que estaban a cargo del Estado nacional a la provincias y municipios, incentivar la inversión extranjera en diversos rubros como la explotación de recursos minerales, promover la reconversión de los sectores productivos, incentivar la colocación de producción nacional en el mercado mundial, y lograr la integración regional con la formación del MERCOSUR. Como consecuencia de esta situación, las economías regionales declinaron durante esta etapa: algodón en Chaco, caña de azúcar en Tucumán, fruticultura en Río Negro y Neuquén, vid en Cuyo. Lo mismo ocurrió con ramas de la producción industrial textil, automotriz, alimentaria, etc. que operaban en los grandes centros industriales del país (Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario). Buena parte de estas industrias se refugiaron en las ventajas que ofrecían los regímenes de promoción industrial (reducción de impuestos y tarifas), por lo que se trasladaron a provincias como La Rioja, Catamarca, San Luis o Tierra del Fuego, y otras emigraron hacia países vecinos. En el marco de la crisis del fin de este periodo, con la disminución de la producción en todos los sectores de la actividad económica, se han profundizado la desocupación, la caída de los salarios y el menor poder de compra de la mayor parte de la población. Por otra parte, el programa de ajuste también contempló la desregulación del empleo en lo que respecta a las formas de contratación, la cobertura social, la carga horaria, etc. Las nuevas empresas siguen modalidades de producción afines a las que se aplican en los países capitalistas centrales. Así, el mercado laboral presenta una polarización marcada. Por un lado, se demanda mano de obra poco calificada, y se la contrata de manera irregular y por un muy bajo salario. Por otro, se requieren profesionales con excelente capacitación y amplia experiencia. El alto porcentaje de la población que vive en condiciones de pobreza y no puede iniciar o completar estudios queda fuera del mercado laboral. De este modo, se profundizan los procesos de exclusión social. c) Mercosur: Evolución Histórica y Antecedentes. Finalidad y Alcances. Objetivos generales. Efectos del proceso de integración y las Asimetrías Económicas. Evolución histórica: Desde 1991, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay conforman el Mercado Común del Sur (Mercosur), un acuerdo para la progresiva integración aduanera y comercial de esos países. Para ello, los gobiernos de los países se comprometieron a eliminar todas las barreras o trabas a la libre circulación de bienes, personas y capitales entre los territorios de esos países. El Mercosur tiene por objetivo final el establecimiento de una política aduanera y comercial única para los cuatro países que componen ese bloque. Si bien el proceso de integración se inició en 1991 con la firma del Tratado de Asunción, las principales reglamentaciones y normas recién entraron en vigencia en 1995, a partir de la firma del Protocolo de Ouro Preto, y aún hoy muchas de ellas no se practican. Esto se debe, en gran parte, a que la implementación de aquellas medidas supone un difícil proceso de negociación, en el que cada país trata de proteger sus producciones frente a la competencia de los otros. A partir de 1996 se incorporaron al Mercosur otros dos países latinoamericanos (Chile y Bolivia) en calidad de países asociados, es decir, colaboran y participan en algunos temas, pero no son aún socios plenos, como los cuatro iniciales. Entre 2003 y 2004, Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela se incorporan al Mercosur como países asociados. Hacia fines de 2006, Venezuela adhiere como socio pleno al Mercosur, y Bolivia solicita su ingreso como socio con plenos derechos y deberes. Antecedentes: No es ésta la primera vez que los países de América Latina se asocian o integran con una finalidad semejante. En 1960 se formó la Asociación de Libre Comercio de América Latina (ALALC), reestructurada en 1980 como Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Otras experiencias de integración son el Mercado Común Centroamericano (1960) y el Pacto Andino (1969), transformado en Comunidad Andina en 1997. La creación del Mercosur tiene su base en una serie de acuerdos de integración suscriptos por la Argentina y Brasil en 1986 y 1988. Se trataba de diversos programas de cooperación sobre temas comerciales, políticos y culturales que luego se fueron ampliando e incluyeron a Paraguay y Uruguay. Finalidad y Alcances: La principal finalidad que se persigue con la formación del Mercosur es fortalecer la inserción y participación de cada uno de los países en el mercado internacional. Se trata de formar un área o bloque unificado que permita contar con una mayor capacidad de negociación frente a otros países y bloques, como los Estados Unidos o la Unión Europea, que lideran los mercados internacionales. La integración fue considerada una estrategia eficaz para enfrentar muchos de los problemas que tenían esos países: el fuerte endeudamiento externo, la recesión o estancamiento de sus economías y las dificultades crecientes para vender sus productos en el mercado internacional. Objetivos Generales: La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países miembros, a través de la eliminación de los aranceles aduaneros y las restricciones no arancelarias a la circulación de mercaderías. El establecimiento de aranceles externos comunes y la adopción de una tarifa comercial común con relación a terceros países. La coordinación de posiciones en los foros económicos internacionales. La compatibilización de políticas macroeconómicas entre los países miembros: de comercio exterior, agropecuaria, industrial, monetaria, fiscal, de transporte y comunicación, aduanera, etc. El compromiso de armonizar sus regímenes jurídicos en las áreas pertinentes para fortalecer el proceso de integración. Efectos del Proceso de Integración: Uno de los efectos más importantes de este proceso de integración es el aumento del intercambio entre los cuatro países debido a la disminución de los obstáculos comerciales y aduaneros. Asimismo, en ese marco de integración se han construido diversas obras de infraestructura. También se ha generado una serie de proyectos, muchos de los cuales tienen por finalidad mejorar las posibilidades de circulación de bienes y personas. Las Asimetrías Económicas: Los países que conforman el Mercosur presentan asimetrías económicas, es decir, gran diversidad de situaciones y grados de desarrollo, que muchas veces actúan como obstáculos para alcanzar la integración plena. Cada uno de estos problemas origina ventajas y desventajas entre los países y repercute en las fuentes laborales. Entre los principales problemas se pueden enumerar: Casi todos los países poseen las mismas condiciones de suelo y clima, por lo tanto la mayoría de los productos agrícolas son competitivos y no complementarios. Los mercados de consumo tienen tamaños muy diferentes: Brasil constituye el más grande, con alrededor de 160 millones de habitantes, y Paraguay y Uruguay, son los más pequeños. El nivel de productividad de los países no es semejante en las actividades primarias (agricultura, ganadería, pesca etc.), ni en las secundarias (industrias) y terciarias (comercio y servicios), por lo que los precios de las mercaderías varían de un país a otro. Las condiciones laborales (remuneración, horas de trabajo, beneficios sociales, etc.) no son iguales en todos los miembros, lo que dificulta la migración de trabajadores entre los países. Para solucionar estas problemáticas es necesario que, a través de las negociaciones, se logre una mayor coordinación de las políticas económicas para asegurar la funcionalidad y desarrollo del Mercosur. La tarea de la consolidación, primero de la Unión Aduanera y luego del Mercado Común, requiere asumir compromisos e implementar iniciativas con vistas al desarrollo económico y social de sus socios.